Las fuerzas españolas resistieron valientemente el avance del ejército estadounidense en Aibonito, Puerto Rico en 1898. Bajo condiciones desfavorables, los españoles se atrincheraron en las alturas de Asomante para detener a los invasores. El 12 de julio se produjo un combate de artillería entre las fuerzas, resultando en bajas de ambos lados. Sin embargo, la lucha terminó abruptamente al enterarse los combatientes del armisticio firmado en Washington D.C. que puso fin a la guerra hispano
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Las fuerzas españolas resistieron valientemente el avance del ejército estadounidense en Aibonito, Puerto Rico en 1898. Bajo condiciones desfavorables, los españoles se atrincheraron en las alturas de Asomante para detener a los invasores. El 12 de julio se produjo un combate de artillería entre las fuerzas, resultando en bajas de ambos lados. Sin embargo, la lucha terminó abruptamente al enterarse los combatientes del armisticio firmado en Washington D.C. que puso fin a la guerra hispano
Descripción original:
La Batalla de Asomante es una de importancia durante la Guerra Hispanoamericana.
Las fuerzas españolas resistieron valientemente el avance del ejército estadounidense en Aibonito, Puerto Rico en 1898. Bajo condiciones desfavorables, los españoles se atrincheraron en las alturas de Asomante para detener a los invasores. El 12 de julio se produjo un combate de artillería entre las fuerzas, resultando en bajas de ambos lados. Sin embargo, la lucha terminó abruptamente al enterarse los combatientes del armisticio firmado en Washington D.C. que puso fin a la guerra hispano
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La Batalla del Asomante en 1898
Por Edgardo Pratts
Uno de los episodios ms significativos y, sin embargo, ms olvidados cuando se relata la historia de la invasin norteamericana a Puerto Rico es el combate y la resistencia que se ofreci en Aibonito en las alturas del Asomante. Tras breves escaramuzas en Gunica, en Hormigueros y Las Maras los combates ms serios ocurrieron en Coamo y Aibonito, donde mal equipados y sin refuerzos de la Capital, heroicamente las fuerzas espaolas y de voluntarios detuvieron el avance del poderoso ejrcito de los Estados Unidos. No obstante la importancia que este evento debe tener para los historiadores y analistas del proceso del 1898, el mismo ha quedado soslayado de los relatos que se hacen de la invasin norteamericana a Puerto Rico. Quizs lo explique el hecho de la aceptacin de las tesis de la "pequea guerra esplndida" o las del "paseo triunfal." As, hasta el ms conocido historiador de las consecuencias de la guerra hispanoamericana en Puerto Rico, Carmelo Rosario Natal, ha concluido que "la resistencia espaola aunque gallarda, fue formal". (Puerto Rico y la Crisis de la Guerra Hispanoamericana, 1895-1898. Edit. Edil, 1989, p. 278). Ha sido sealado con razn por ngel Rivero Mndez, Capitn defensor del Castillo de San Cristbal, en su Crnica de la Guerra Hispanoamericana en Puerto Rico (Plus Ultra Educational Publishers, Inc. 1973, p. 280) que al combate del Asomante "muchos escritores americanos han llamado batalla, sin duda, porque jugaron en l las tres armas, ya que unas parejas de la Guardia Civil fueron vistas por las lomas practicando servicios de avanzada." Se est refiriendo a movimientos y estrategias de ejecucin militar que definen las batallas militares. En el relato que hace Rivero en su Crnica del avance del general Wilson, de Coamo al Asomante (cap. XVIII, p. 273), afirma que desde que se inici ste, el alto mando espaol haba resuelto cerrar el paso a los invasores en un punto del interior en el cual no pudiesen ser auxiliados por sus fuerzas navales. La posicin elegida fue el Asomante de Aibonito situada a 700 metros sobre el nivel del mar ocupando el centro de la gran meseta. Reconoca el capitn Rivero que "dichas Lomas, llamadas Asomante y las cuales dominan algunas millas de la carretera central, fueron entonces y sern siempre formidable barrera contra un invasor que avance del Sur al Norte, siempre que sean defendidas con fuerzas bastantes para cubrir los caminos de flanqueo que puedan facilitar un movimiento envolvente". (Rivero, p. 273). En el juicio crtico que hace sobre la campaa de Puerto Rico, sealaba que contra ninguna de estas posiciones tena probabilidades de xito un ataque frontal; y as lo comprendan los generales Brooke y Wilson al disponer la estrategia anterior, (cap. XXIX, p. 524). A principios de abril de 1898, por ser inminente el rompimiento entre Espaa y Estados Unidos se haba hecho una suscripcin nacional para los preparativos de guerra. El ayuntamiento de Aibonito y sus vecinos, llamados a Consejo por toque de campanas de la parroquia, contribuy con 50 pesos y para servir de gua a las tropas regulares espaolas fueron creadas dos plazas de guerrilleros voluntarios con sueldo de 25 pesos. Para ocuparlas se escogi a los vecinos don Felipe Zayas y don Ramn Antonio Rivera, quienes militaban en la compaa de Voluntarios en la localidad. La guerra fue declarada el 25 de abril, gobernando como Regente de Espaa, Mara Cristina de Habsburgo. El 10 de junio, con el fin de hacer frente a las fuerzas americanas, lleg a Aibonito el batalln Principado de Asturias. Al llamamiento respondi una fuerza compuesta por la Compaa de Voluntarios de Aibonito. La situacin de guerra haba creado un estado de tensin a partir del acto de invasin del 25 de julio en Gunica y de desembarcos posteriores. En pocos das las tropas norteamericanas haban ocupado la costa sur hasta Patillas al este, y hasta Cabo Rojo y Mayagez al oeste. Gobernaba en Puerto Rico el teniente general Manuel Macas, ltimo gobernador espaol. El general invasor Nelson A. Miles haba diseado un plan de campaa ofensiva que divida al ejrcito americano en cuatro columnas a desplazarse hacia el este y oeste de Ponce para converger San Juan. Los generales Henry y Schwan haban sido destinados a la ruta oeste y Brooke y Wilson deban avanzar sobre Coamo y Aibonito. Las fuerzas espaolas al mando del teniente coronel Francisco Larrea se dirigieron a los Cerros de San Gervacio y Coln, ambos sobre Asomante. El campamento contaba con 1,280 infantes, 70 caballos y dos caones de 40 disparos por pieza. (Rivero, p. 273). Haba varias casas de campesinos que fueron utilizadas para alojamiento de los jefes y oficiales. Aunque las posiciones mencionadas haban sido elegidas por el estado mayor, despus de varios reconocimientos aumentaron su defensa. En las alturas de ambos cerros excavaron algunas zanjas donde se guareci la infantera espaola. Estos lugares hoy da son conocidos como "Las Trincheras". La defensa de artillera de tan formidables posiciones consisti solamente en dos piezas Placencia de montaa, de ocho centmetros, al mando del Capitn del Cuerpo, Ricardo Herniz, que tena bajo sus rdenes al segundo teniente, Belmonte, de la Escala de Reserva. ngel Rivero describe las condiciones desfavorables que prevalecan en el lado espaol: "Las municiones para la infantera eran escasas; no hubo asomo de tiendas de campaa ni barracones para cubrirse de las frecuentes lluvias; no haba ambulancias, mdicos, cocinas, ni servicio sanitario de clase alguna; el agua se conservaba en barricas al sol, y el pan o galletas, enviados desde San Juan, eran duros y agrios por la mala calidad de las harinas. Todos los defensores, por ms de quince das, vivaque-ron en las trincheras a la intemperie, sin abrigos, sin traveses, sin alumbrados, ni otras defensas que no fueran el fuego o las bayonetas de sus fusiles. Los ranchos, servidos con poca regularidad eran deficientes, casi siempre de arroz, alubias y bacalao, carne, pocas veces y nunca abundante." (p. 275). Coamo acampando a lo largo del valle, lanzando avanzadas cinco millas al frente. Los das 10 y 11 transcurrieron en reconocimientos que se llevaron a cabo bajo la direccin del teniente coronel Biddle, del cuerpo de ingenieros, quien levant un croquis muy detallado (Rivera, p. 277). El da 12, a las diez y treinta de la maana, sali rumbo a Aibonito, por la carretera central una batera de artillera, del capitn R. D. Potts, y como escolta una compaa del tercer regiment de infantera de Wisconsin. Toda la batera de Potts rompi el fuego dirigindose hacia la altura del Asomante con el propsito de silenciar las dos pequeas piezas del capitn Herniz. (Rivero, p. 278). A los grandes caones de fuego atronador, plantados por ellos en sus trincheras, de modo humorstico les dieron el nombre de "chocol at er as". (Morales Cassagne, Jos. Descripcin e Historia de Aibonito. 1948). dones ocupadas por sus artilleros. Por esos efectos, temiendo perder sus caones, el comandante Lancaster orden la retirada. Al caer herido gravemente el teniente Harris, su compaero O'Hern se hizo cargo y en ese momento una granada revent privando de la vida al cabo Oscar Swanson, de infantera, que con otros de su Armada haba acudido en auxilio de los artilleros. (Rivero, pp. 278-279). Adems de los mencionados, resultaron heridos el soldado Frederick Yought, tan grave, que muri luego; el cabo August Yank, con un balazo en el brazo derecho; George J. Bunce, herido en la cabeza; y el soldado Sizces herido en la pierna izquierda. Total de bajas: dos oficiales heridos, dos de tropa muertos y tres, tambin de tropa heridos; total, siete. (Rivero, p. 279). Como ya en el Campamento de Wilson era pblica la noticia de haberse firmado en Washington aquel mismo da 12 el armisticio, por la noche el teniente Coronel Bliss, del Estado Mayor del General Wilson, baj bandera de parlamento y subi hacia el Asomante, siendo recibido por el comandante Nouvilas y dos oficiales ms, a quienes les manifest que, para evitar derramamientos de sangre, propona una suspensin de hostilidades, instndoles al mismo tiempo a la rendicin de la plaza. La respuesta a lo anterior fue en la negativa, ya que Morales recibi un telegrama del General Macas negndose a toda rendicin y el parlamento por no tener instrucciones del Gobierno de Espaa. A pesar de eso, las fuerzas americanas no reanudaron el combate en toda la maana del da 13. El general Wilson tena, desde el 12 por la noche un telegrama del general Miles transmitiendo otro del presidente McKinley para que se suspendieran todas las operaciones de guerra en proceso. (Rivero, p. 280). De esa forma terminaba uno de los combates que, de desarrollarse a plenitud, hubiese sido instrumental y determinante de la mal llamada Guerra Hispanoamericana en Puerto Rico. Fue Aibonito, el Asomante, la ltima trinchera de resistencia frente a las fuerzas invasoras del ejrcito de ocupacin de los Estados Unidos. El pueblo de Aibonito fue ocupado el 24 de septiembre de 1898 arrindose la bandera espaola del tope de la Casa Consistorial. El 9 de octubre se dirigieron al Ayuntamiento las compaas del Ejrcito estadounidense y formaron en la plaza pblica frente a la alcalda bajo el mando del Comandante de Armas Henry N. Newton, capitn de la tercera compaa del Regimiento de Wisconsin. En presencia de numeroso pblico el alcalde Toms Sifonte, el teniente alcalde don Jos Jess Rodrguez, el consejal Juan Merly y el sndico Diego Becerra, hicieron entrega de la plaza, izndose el pabelln americano. Deca el escritor Jos Morales Cassagne que el ondear sobre la Casa Consistorial de Aibonito una nueva bandera significaba de hecho, que haba terminado un rgimen colonial y empezaba otro. El historiador aiboniteo no se equivoc pues las libertades prometidas en la famosa Proclama del general Miles, del 28 de julio de 1898 en Ponce, a cien aos de invasin, nunca se han materializado. Catedrtico de Historia y autor del libro La Batalla del Asomante. Tomado de Cultura Ao II, Nm. 5