Santo Rosario Meditado
Santo Rosario Meditado
Santo Rosario Meditado
Por la seal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos lbranos, Seor Dios Nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espritu Santo. Amn. Abre, Seor, mis labios... Y mi boca proclamar tus alabanzas. Ven, Oh Dios! en mi ayuda. Apresrate, Seor en socorrerme. Gloria sea al Padre, Gloria al Eterno Hijo, Gloria al Espritu Santo. como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amn.
Ofrecimiento:
Seor Dios nuestro, dirigid y guiad todos nuestros pensamientos, palabras y obras a mayor honra y Gloria Vuestra. Y Vos, Virgen Santsima, alcanzadnos de Vuestro Divino Hijo, que con toda atencin y devocin podamos rezar Vuestro Santsimo Rosario, el cual os ofrecemos por la exaltacin de nuestra Santa Fe Catlica, por nuestras necesidades espirituales y temporales, y por el bien y sufragio de los vivos y difuntos, que sean de Vuestro Mayor agrado y de nuestra principal obligacin.
II
Acto de Contricin:
Seor mo Jesucristo, Dios y Hombre verdadero. Creador, Padre y Redentor mo; por ser Vos quien sois, Bondad Infinita y porque os amo sobre todas las cosas, a m me pesa, psame, Seor, de todo corazn de haberos ofendido. Yo os propongo firmemente la enmienda de nunca ms pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos; confesarme y cumplir la penitencia que se me fuere impuesta. Os ofrezco, Seor, mi vida, obras y trabajos en satisfaccin de todos mis pecados; y as como os lo suplico, as confo en Vuestra Divina Bondad, Piedad y Misericordia Infinita, me los perdonaris, por los merecimientos de Vuestra Preciossima Sangre, Pasin y Muerte y me daris gracias para enmendarme y perseverar en Vuestro Santo Servicio hasta el fin de mi vida. Amn
IV
Peticiones:
- Por el Santo Padre el Papa. - Por todos los sacerdotes, religiosos y religiosas - Por las vocaciones sacerdotales y religiosas - Por los conventos de clausura. - Por los seminarios, misioneros y las misiones. - En sufragio de las benditas almas del Purgatorio, especialmente por las ms necesitadas de Vuestra Divina Misericordia. Por aquellas que no tienen a nadie que pida por ellas. Por las que llevan ms tiempo en el Purgatorio. Por las que van a salir pronto. Por las que permanecern ms tiempo en el Purgatorio. Por las que ms sufren. Por la que ms sufre. Por el alma de todos los sacerdotes y religiosos. Por el alma de todos nuestros familiares, parientes, amigos y conocidos, compaeros de trabajo y enemigos. - Por los enfermos y moribundos. Por los que han muerto o van a morir hoy. Por los hospitalizados y quienes les cuidan. Por los nios y los ancianos. - Por todas las personas que no tienen trabajo, especialmente por nuestros familiares. - Por las necesidades del mundo, especialmente de la Iglesia. - Por la conversin de Rusia, China e Israel y de todos los infieles. - Por nuestros familiares, parientes, amigos y conocidos. Por nuestros compaeros de trabajo y nuestros enemigos. - Para que ste Rosario, todas las oraciones, Misas, sacrificios y penitencias que he hecho en ste da y durante toda mi vida, me sirvan de atenuante cuando me presente ante el Tribunal Divino. - Para aliviar un poco el dolor de los Divinos Corazones de Jess y de Mara, y para que sus Divinas Majestades lo apliquen por lo que quieran. V
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3 La coronacin de espinas
Los soldados lo condujeron dentro del atrio, o sea, al p retorio, y le vistieron de prpura. (Mc. 15, 16; Mt. 27, 28). Y trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha una caa. (Mt. 27, 29). Despus doblaban la rodilla delante de El, y le hacan burla diciendo: Salve, Rey de los judos!. (Mt. 27, 29). Y le escupan y le quitaban la caa para golpearle en la cabeza. (Mt 27, 30). Sali Pilato otra vez fuera, y les dijo: mira, os lo voy a sacar fuera para que sepis que no encuentro en El culpa alguna. (Jn. 19, 4). Sali entonces Jess fuera, llevando la corona de espinas y el manto de prpura. (Jn. 19, 5). Les dice Pilato: aqu tenis al Hombre. Ellos decan: Fuera, fuera! Crucifcale!. (Jn. 19; 5, 15). Pues, qu mal ha hecho? Y ellos cada vez ms fuerte gritaban: Crucifcalo! (Mc. 15, 14). A vuestro Rey voy a crucificar? Replicaron los Sumos Sacerdotes: no tenemos ms rey que el Csar. (Jn. 19, 15). Entonces lo puso en sus manos para que lo crucificasen. Se apoderaron, pues, de Jess (Jn. 19, 16) (Lc. 2, 19).
XIII
XV
Nuestro
Seor
Despus de su resurreccin, que tuvo lugar a la maana del primer da de la semana, Jess se apareci primero a Mara Magdalena, de la que haba arrojado siete demonios. Ella fue a dar la noticia a los que haban sido de los suyos. Estaban stos XVI
XVIII
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R U E G A P O R N O S O T R O S
XXIII
XXIV