Legión de María
Legión de María
Legión de María
ORACIONES AL EMPEZAR
La Señal de la Cruz
† En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
V. ¡Ven, Espíritu Santo!, llena los corazones de Tus fieles y enciende en ellos el Fuego de Tu Amor.
V. Envía Tu Espíritu y todo será creado.
R. Y renovarás la faz de la Tierra.
Oración:
¡Oh, Dios, que has instruido los corazones de los fieles con la Ciencia del Espíritu Santo! Concédenos,
por este mismo Espíritu, saborear la dulzura del Bien y gozar para siempre de Sus Divinos Consuelos.
Te Lo pedimos por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
Oración:
¡Oh, Dios!, cuyo Hijo Unigénito por medio de Su Vida, Muerte y Resurrección, alcanzó para nosotros
la Salvación eterna: Concédenos, a los que con veneración meditamos sobre estos MISTERIOS DEL
SANTÍSIMO ROSARIO de la Bienaventurada Virgen María, que imitemos las Virtudes que contienen
y alcancemos las Gracias que prometen. Te Lo pedimos, por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor.
Amén.
V. San José.
R. Ruega por nosotros.
MAGNÍFICAT
(Lc. 1, 46-55)
Antífona: “¿Quién es Ésta que va subiendo cual Aurora naciente, bella como la luna, brillante como
el sol, terrible como un ejército formado en batalla?” (Cantar. 6, 10).
Oración:
¡Oh, Señor Jesucristo!, Medianero nuestro de parte del Padre, que constituiste a la Santísima Virgen,
Tu Madre, para que fuese también Madre nuestra y Medianera delante de Ti, haz que cuantos a Ti
acudieren para pedirte beneficios, se gocen de haberlo conseguido todo por Ella. Amén.
ORACIONES FINALES
¡Oh, Santa Madre de Dios!, a Tu Patrocinio nos acogemos; en nuestras necesidades no desoigas
nuestras súplicas; antes bien, de todo peligro, líbranos siempre. ¡Oh, Virgen gloriosa y bendita!
V. María Inmaculada, Medianera de Todas las Gracias.
R. Ruega por nosotros.
Oración:
Señor, concédenos a cuantos servimos bajo el Estandarte de María, la plenitud de la FE en Ti y
CONFIANZA en Ella, a la que se le ha concedido la conquista del mundo. Concédenos una FE VIVA
que, animada por la caridad, nos habilite para hacer todas nuestras acciones por puro amor a Ti, y a
verte y servirte en nuestro prójimo; una FE FIRME E INCONMOVIBLE como una roca, por la cual
estemos tranquilos y seguros en las cruces, afanes y desengaños de la vida; una FE VALEROSA que
nos inspire a comenzar y llevar a cabo sin vacilación grandes empresas por Dios y por la salvación de
las almas; una FE que sea la COLUMNA DE FUEGO de nuestra LEGIÓN —que hasta el fin nos lleve
unidos —que encienda en todas partes el Fuego del Amor de Dios —que ilumine a aquellos que están
en oscuridad y sombra de muerte —que inflame a los tibios —que resucite a los muertos por el pecado
—y que guíe nuestros pasos por el Camino de la Paz para que, terminada la lucha de la vida, nuestra
Legión se reúna sin pérdida alguna en el Reino de Tu Amor y Gloria. Amén.
† En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
EL SANTO ROSARIO
Legión de María – El Santo Rosario Meditado
Acto de Contrición
1ª Fórmula
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre Verdadero, Creador Padre y Redentor mío, por ser Tú, Quien
Eres, y porque Te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberte ofendido. Propongo
firmemente la enmienda de nunca más pecar, apartarme de todas la ocasiones de ofenderte, confesarme
y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Te ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos en
satisfacción de todos mis pecados. Así como Te suplico, así confío en Tu Bondad y Misericordia
infinita, que me los perdonarás y me darás la Gracia, para enmendarme y perseverar en Tu santo
servicio hasta el fin de mi vida. Amén.
2ª Fórmula
Jesús, mi Señor y Redentor: Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me
pesa de todo corazón, porque con ellos ofendí a un Dios tan Bueno. Propongo firmemente no volver a
pecar y confío en que por Tu infinita Misericordia, me haz de conceder el perdón de mis culpas y me
haz de llevar a la Vida Eterna. Amén.
Dios, Padre Misericordioso, dirige y acepta mis pensamientos, palabras y obras. Y Tú, Virgen
Santísima, dame la Gracia de rezar con devoción y amor este Santo Rosario, el cual ofrezco
especialmente en reparación por todas las ofensas cometidas contra los Corazones de Jesús y María, y
para que se acelere el Triunfo de Sus Corazones. Le pido a mi Ángel de la Guarda, a los Arcángeles
Miguel, Gabriel y Rafael, y a todos los Ángeles; a San José, a los Patriarcas, Profetas, Apóstoles y
Mártires y a todos los Santos del Cielo y a las almas del Purgatorio, que me ayuden a rezar este Santo
Rosario. Deseo unirme a las intenciones de la Santísima Virgen, a las del Papa, y a todos los Rosarios
que se están rezando en este momento en el mundo entero, y pedir:
Por la conversión de todos nosotros pecadores, por la paz del mundo y la unidad de las familias;
por la salvación de todas las almas, y para que Dios Padre detenga el curso de la guerra y nos
conceda la Gracia del verdadero amor y perfecta obediencia a Su Voluntad.
Por la exaltación de la Fe Católica, extirpación de las herejías; por la unidad de la Iglesia y de
todos los Cristianos; por el Papa, los Obispos, Sacerdotes y religiosos y por todos los fieles; por
la salvación de las almas Consagradas, la santificación del Clero y para que el Señor suscite
verdaderas vocaciones sacerdotales y apóstoles de los últimos tiempos.
Por los gobernantes de nuestro país y de todas las naciones, para que administren en favor de la
paz, la verdad y la justicia; por la conversión de las naciones para que no aprueben leyes
contrarias a los Mandamientos de la Ley de Dios, y para que Jesús calme la naturaleza y las
naciones sean preservadas de sequías, inundaciones, volcanes, terremotos, devastaciones y
guerras.
Por todos los atribulados que sufren: tristes y oprimidos; explotados y desempleados;
hambrientos y abandonados; refugiados y damnificados; presos y secuestrados; perseguidos y
desterrados; torturados y violados; heridos y enfermos; alcohólicos y drogadictos; dementes y
posesos; agonizantes y caminantes, para que sean protegidos y salvados.
Por el eterno descanso de las benditas Almas del Purgatorio, especialmente por las más
necesitadas y por las de nuestros familiares difuntos. Por la liberación de las maldiciones
ancestrales y para que satanás sea arrojado nuevamente al infierno.
MISTERIOS GOZOSOS
(Lunes y Sábado)
“El Ángel Gabriel… le dijo: ‘Alégrate, Llena de Gracia, el Señor está Contigo… No
temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a Concebir en el seno y vas a dar a luz
un hijo, a Quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo…’ Dijo
María: ‘He aquí la Esclava del Señor; hágase en Mí según tu palabra’.” (Lc. 1, 26. 28.30-32.38).
“En cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel
quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: ‘Bendita Tú entre las mujeres y
bendito el Fruto de Tu seno…’ ¡Feliz La que ha creído que se cumplirían las cosas que Le fueron
dichas de parte del Señor!’” (Lc. 1, 41-42.45).
“El Ángel les dijo: ‘No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será
para todo el pueblo: Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Cristo Señor, y
esto os servirá de señal: Encontraréis un Niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre…’ Y de
pronto se juntó con el Ángel una multitud del Ejército Celestial, que alababa a Dios diciendo: ‘Gloria
a Dios en las Alturas y en la Tierra paz a los hombres en quienes Él se complace.’ ” (Lc. 2, 10-14).
“Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo
doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse… el niño Jesús se quedó en
Jerusalén, sin saberlo sus padres… Y sucedió que al cabo de tres días, Le encontraron en el Templo
sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que Le oían estaban
estupefactos por Su inteligencia y Sus respuestas.” (Lc. 2, 41-43.46-47).
Padre Nuestro, diez Ave María y Gloria.
MISTERIOS LUMINOSOS
(Jueves)
“Y sucedió que por aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y fue
bautizado por Juan en el Jordán. En cuanto salió del agua vio que los cielos se rasgaban y que el
Espíritu, en forma de paloma, bajaba a Él. Y se oyó una Voz que venía de los Cielos: ‘Tú eres Mi Hijo
amado, en Ti Me complazco’.” (Mc. 1, 9-11).
“Se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la Madre de Jesús. Fue
invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y, como faltaba vino… Dice Su Madre a los
sirvientes: ‘Haced lo que Él os diga’… Les dice Jesús: ‘Llenad las tinajas de agua.’ Y las llenaron
hasta arriba. ‘Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestresala.’ … El maestresala probó el agua
convertida en vino… llama… al novio y le dice… ‘Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya
están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora’.” (Jn. 2, 1-3.5.7-10).
“Llegada la hora, se puso a la mesa con los apóstoles; y les dijo: ‘Con ansia he
deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer…’ Tomó luego pan, y, dadas las gracias,
lo partió y se lo dio diciendo: ’Éste es Mi Cuerpo que es entregado por vosotros; haced esto en
recuerdo Mío’. De igual modo, después de cenar, la copa, diciendo: ‘Esta Copa es la Nueva Alianza
en Mi Sangre, que es derramada por vosotros.’ ” (Lc. 22, 14-15.19-20).
MISTERIOS DOLOROSOS
(Martes y Viernes)
“Pilato, viendo que nada adelantaba, sino que más bien se promovía tumulto, tomó
agua y se lavó las manos delante de la gente diciendo: ‘Inocente soy de la sangre de este justo.
Vosotros veréis.’ Y todo el pueblo respondió: ‘Su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos.’
Entonces, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarle, se lo entregó para que fuera
crucificado.” (Mt. 27, 24-26).
3. La Coronación de Espinas.
“Los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús al pretorio y reunieron
alrededor de Él a toda la cohorte. Le desnudaron y Le echaron encima un manto de púrpura; y,
trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre Su Cabeza, y en Su Mano derecha una caña; y
doblando la rodilla delante de Él, Le hacían burla diciendo: ‘¡Salve, Rey de los judíos!’; y después de
escupirle, cogieron la caña y le golpeaban en la Cabeza.“ (Mt. 27, 27-30).
“Tomaron, pues, a Jesús, y Él cargando con Su Cruz, salió hacia el lugar llamado
Calvario, que en hebreo se llama Gólgota.” (Jn. 19, 17).
“Cuando le llevaban echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le cargaron
la cruz para que la llevara detrás de Jesús. Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se
dolían y se lamentaban por Él.” (Lc. 23, 26-27).
MISTERIOS GLORIOSOS
(Miércoles y Domingo)
“Encontraron que la piedra había sido retirada del sepulcro y entraron, pero no
hallaron el cuerpo del Señor Jesús. No sabían qué pensar de esto, cuando se presentaron ante ellas
dos hombres con vestidos resplandecientes… les dijeron: ‘¿Por qué buscáis entre los muertos al que
está vivo? No está aquí, ha resucitado.” (Lc. 24, 2-6).
“Y dicho esto, fue levantado en presencia de ellos, y una nube le ocultó a sus ojos.
Estando ellos mirando fijamente al cielo mientras se iba, se les aparecieron dos hombres vestidos de
blanco que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo? Éste que os ha sido llevado, este
mismo Jesús, vendrá así tal como le habéis visto subir al cielo.» (He. 1: 9-11).
3. La Venida del Espíritu Santo, en forma de Lenguas de Fuego, sobre el Colegio Apostólico.
“Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reu-nidos en un mismo lugar. De
repente vino del Cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en
la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron
sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras
lenguas…” (Hch. 2, 1-4).
“¿Quién es ésta que avanza como la aurora, hermosa como la luna, refulgente como
el sol, imponente como un ejército en formación.” (Cantar 6:10).
“Yo soy la madre del bello amor, del temor, de la ciencia y de la santa esperanza. En mí está toda la
gracia del camino y de la verdad.” (Eclesiástico 24:24-26)
“Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo
sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta, y grita con los dolores del
parto y con el tormento de dar a luz.” (Ap. 12, 1-2).
“Y vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como
una novia ataviada para su esposo. Y oí una fuerte voz que decía desde el trono: «Ésta es la morada
de Dios con los hombres…» (Ap. 21:2-3)
Padre Nuestro
V: Padre Nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea Tu Nombre. Venga a nosotros Tu Reino.
Hágase Tu Voluntad, así en la Tierra como en el Cielo.
R: Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Ave María
V: Dios Te Salve, María, llena eres de Gracia. El Señor es Contigo. Bendita Tú eres entre todas las
mujeres, y bendito es el Fruto de Tu Vientre: ¡Jesús!
R: Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Gloria
(Inclinando la cabeza)
V: Alabanzas y gracias sean dadas en todo momento al Santísimo y Divinísimo Sacramento.
R: Y Bendita sea por siempre la Santa e Inmaculada Concepción de la Bienaventurada siempre Virgen
María, Madre de Dios y Madre nuestra.
I
Jaculatoria Videntes de Fátima, Portugal
II
Jaculatoria por las Almas del Purgatorio
V: Virgen Purísima y Castísima, antes del Parto, haznos mansos, humildes y castos.
R: En pensamientos, palabras y obras.
V: Virgen Purísima y Castísima, después del Parto, haznos mansos, humildes y castos.
R: En pensamientos, palabras y obras.
Ofrecemos una Salve a la Santísima Virgen por la conversión de todos nosotros, pecadores:
SALVE REGINA
(La Salve) [1]
¡Dios Te Salve, Reina y Madre! ¡Madre de Misericordia! ¡Vida, Dulzura y Esperanza nuestra, Dios Te
Salve! A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle
de lágrimas. ¡Ea, pues, Señora, Abogada nuestra!, vuelve a nosotros esos Tus Ojos Misericordiosos, y
después de este destierro, muéstranos a Jesús, Fruto Bendito de Tu Vientre. ¡Oh, Clemente! ¡Oh,
Piadosa! ¡Oh, Dulce, siempre Virgen María!
LETANÍA LAURETANA
Santuario de Loreto, Italia (1500)
Señor.
—Ten piedad de nosotros.
Cristo.
—Ten piedad de nosotros.
Señor.
—Ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
—Cristo, escúchanos.
Dios, Padre Celestial.
—Ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo Redentor del mundo.
—Ten piedad de nosotros.
Dios, Espíritu Santo.
—Ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, Un Solo Dios.
—Ten piedad de nosotros.
Santa María.
—Ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios.
—Ruega por nosotros.
Santa Virgen de la Vírgenes.
—Ruega por nosotros.
Madre de Jesucristo.
—Ruega por nosotros.
Madre de la Iglesia.
—Ruega por nosotros.
Madre de la Divina Gracia.
—Ruega por nosotros.
Madre Purísima.
—Ruega por nosotros.
Madre Castísima.
—Ruega por nosotros.
Madre Siempre Virgen.
—Ruega por nosotros.
Madre Sin Mancilla.
—Ruega por nosotros.
Madre Inmaculada.
—Ruega por nosotros.
Madre Incorrupta.
—Ruega por nosotros.
Madre Amable.
—Ruega por nosotros.
Madre Admirable.
—Ruega por nosotros.
Madre del Buen Consejo.
—Ruega por nosotros.
Madre del Creador.
—Ruega por nosotros.
Madre del Salvador.
—Ruega por nosotros.
Madre de Misericordia.
—Ruega por nosotros.
Virgen Prudentísima.
—Ruega por nosotros.
Virgen Digna de Veneración.
—Ruega por nosotros.
Virgen Digna de Alabanza.
—Ruega por nosotros.
Virgen Poderosa.
—Ruega por nosotros.
Virgen Clemente.
—Ruega por nosotros.
Virgen Fiel.
—Ruega por nosotros.
Espejo de Justicia.
—Ruega por nosotros.
Trono de la Sabiduría.
—Ruega por nosotros.
Causa de Nuestra Alegría.
—Ruega por nosotros.
Vaso Espiritual.
—Ruega por nosotros.
Vaso Digno de Honor.
—Ruega por nosotros.
Vaso Insigne de Devoción.
—Ruega por nosotros.
Rosa Mística.
—Ruega por nosotros.
Torre de David.
—Ruega por nosotros.
Torre de Marfil.
—Ruega por nosotros.
Casa de Oro.
—Ruega por nosotros.
Arca de la Nueva Alianza.
—Ruega por nosotros.
Puerta del Cielo.
—Ruega por nosotros.
Estrella de la Mañana.
—Ruega por nosotros.
Salud de los Enfermos.
—Ruega por nosotros.
Refugio de los Pecadores.
—Ruega por nosotros.
Consoladora de los Afligidos.
—Ruega por nosotros.
Auxilio de los Cristianos.
—Ruega por nosotros.
Reina de los Ángeles.
—Ruega por nosotros.
Reina de los Patriarcas.
—Ruega por nosotros.
Reina de los Profetas.
—Ruega por nosotros.
Reina de los Apóstoles.
—Ruega por nosotros.
Reina de los Mártires.
—Ruega por nosotros.
Reina de los Confesores.
—Ruega por nosotros.
Reina de las Vírgenes.
—Ruega por nosotros.
Reina de Todos los Santos.
—Ruega por nosotros.
Reina Concebida Sin Pecado Original.
—Ruega por nosotros.
Reina Llevada al Cielo en Cuerpo y Alma.
—Ruega por nosotros.
Reina del Santísimo Rosario.
—Ruega por nosotros.
Reina de La Paz.
—Ruega por nosotros.
Bajo Tu Amparo
Bajo Tu Amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies las súplicas que Te hacemos en
nuestras necesidades; antes bien, líbranos de todo peligro, ¡oh, Virgen, gloriosa y bendita!
El Credo
Creo en Dios, / Padre Todopoderoso, / Creador del Cielo y de la Tierra. / Creo en Jesucristo, Su Único
Hijo, nuestro Señor, / que fue concebido por Obra y Gracia del Espíritu Santo, / nació de Santa María
Virgen, / padeció bajo el poder de Poncio Pilato, / fue crucificado, muerto y sepultado, / descendió a
los infiernos / y al tercer día, resucitó de entre los muertos; / subió a los Cielos / y está sentado a la
derecha de Dios, Padre Todopoderoso. / Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. /
Creo en el Espíritu Santo, / en la Santa Iglesia Católica, / en la Comunión de los Santos, / en el perdón
de los pecados, / en la resurrección de la carne / y en la vida eterna. / Amén.
Un Padre Nuestro, Ave María y Gloria, por el Santo Padre el Papa, por sus intenciones y para
ganar las indulgencias de este Santo Rosario.
Oración:
¡Oh, Dios!, cuyo Hijo Unigénito, por medio de Su Vida, Muerte y Resurrección, alcanzó para nosotros
la Salvación eterna: Concédenos, a los que con veneración meditamos sobre estos MISTERIOS DEL
SANTÍSIMO ROSARIO de la Bienaventurada Virgen María, que imitemos las Virtudes que contienen
y alcancemos las Gracias que prometen. Te Lo pedimos, por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor.
Amén.
Memorare
San Bernardo de Claraval, Francia (1090-1153)
Acuérdate, ¡oh, Piadosísima Virgen María!, que jamás se oyó decir que ninguno de los que han acudido
a Ti, implorando Tu Protección o reclamando Tu Auxilio, hayan sido de Ti abandonados. Animado (a)
por esta confianza, yo también acudo a Ti, ¡oh, Virgen, Madre de las Vírgenes y Dulce Madre mía!, y
gimiendo bajo el peso de mis pecados, me postro a Tus Pies. ¡Oh, Madre del Verbo! No desprecies mis
súplicas, antes bien, óyelas y despáchalas favorablemente. Amén.
Bendita sea Tu Pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa Belleza. A Ti,
Celestial Princesa, Virgen Sagrada María, yo Te ofrezco noche y día, alma vida y corazón. Mírame con
compasión, no me dejes, Madre mía, morir sin confesión. Amén.
Bendición
† En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Ofrecimiento de Vida
Sor Mª Natalia Magdolna, Hungría (1901-1992)
Mi Amado Jesús: Delante de las Personas de la Santísima Trinidad, delante de Nuestra Madre del Cielo
y de toda la Corte Celestial, ofrezco, según las intenciones de Tu Corazón Eucarístico y las del
Inmaculado Corazón de María Santísima: Toda mi vida, todas mis santas Misas, Comuniones, buenas
obras, sacrificios y sufrimientos, uniéndolos a los Méritos de Tu Santísima Sangre y a Tu Muerte de
Cruz: Para adorar a la Gloriosa Santísima Trinidad. Para ofrecerle reparación por nuestras ofensas. Por
la unión de nuestra Santa Madre, la Iglesia; por nuestros Sacerdotes; por las buenas vocaciones
Sacerdotales y por todas las almas hasta el fin del mundo. Recibe, Jesús mío, mi Ofrecimiento de Vida
y concédeme la Gracia para perseverar en él fielmente hasta el fin de mi vida. Amén.
Dice la Santísima Virgen: “En el corazón de muchas madres arde el dolor, se les oprime el corazón
por el estado espiritual de sus hijos, por su conducta inmoral, por el destino de sus vidas más allá de
la muerte. Por amor hacia ellas, movida de compasión, alcancé con Mis Ruegos las Cinco
Promesas. ¡Qué se consuelen, que ofrezcan con una entrega total todos los sucesos de su vida!”
1. Nadie de sus familiares caerá en el infierno, aún cuando las apariencias externas lo harían
suponer, porque antes de que el alma abandone el cuerpo, recibirán la Gracia del perfecto
arrepentimiento.
2. En el mismo día del Ofrecimiento, saldrán del Purgatorio todos los difuntos de su familia.
3. En la muerte estaré a su lado y llevaré sus almas a la Presencia de Dios sin pasar por el
Purgatorio.
4. Sus nombres estarán inscritos en el Corazón de Jesús y en el Corazón Inmaculado de María.
Salvarán a muchas almas de la eterna condenación por este Ofrecimiento, unido a los
Méritos de Cristo. El mérito de sus sacrificios beneficiará a las almas hasta el fin del mundo.
1. “A todos los que recen devotamente Mi Rosario, les prometo Mi Protección especial y
grandísimas Gracias.
2. Quien persevere en el rezo de Mi Rosario recibirá grandes beneficios.
3. El Rosario es un Escudo poderoso contra el infierno; destruirá los vicios, librará del pecado,
abatirá las herejías.
4. El Rosario hará germinar las virtudes y las buenas obras para que las almas consigan la
Misericordia Divina. Sustituirá en el corazón de los hombres el amor del mundo con el Amor
de Dios, elevándoles a desear los bienes celestiales y eternos. ¡Cuántas almas se santificarán
con este medio!
5. El que se encomiende a Mí con el Rosario, no perecerá.
6. El que rece devotamente Mi Rosario, meditando sus Misterios, no se verá oprimido por la
desgracia. Si es pecador se convertirá; si justo, perseverará en gracia y será digno de la vida
eterna.
7. Los verdaderos devotos de Mi Rosario no morirán sin los Sacramentos de la Iglesia.
8. Todos los que recen Mi Rosario tendrán durante su vida y en su muerte la Luz de Dios, la
plenitud de Su Gracia, y serán partícipes de los méritos de los bienaventurados.
9. Libraré bien pronto del Purgatorio a las almas devotas de Mi Rosario.
10. Los verdaderos hijos de Mi Rosario gozarán en el Cielo de una Gloria singular.
11. Todo lo que pidáis por medio del Rosario, lo alcanzaréis.
12. Socorreré en sus necesidades a los que propaguen Mi Rosario.
13. He obtenido de Mi Hijo que todos los miembros de la Confraternidad del Rosario tengan
como hermanos a los Santos del Cielo durante su vida y en la hora de su muerte.
14. Los que rezan fielmente Mi Rosario son todos hijos Míos muy amados, hermanos y
hermanas de Jesucristo.
15. La Devoción a Mi Rosario es una señal manifiesta de predestinación de Gloria.”