Quinta Carta
Quinta Carta
Quinta Carta
E. Construccin coordinada, sensible e inteligente de los principios disciplinarios, de reglas amplias que regulen la vida de todos.
En esta quinta carta titulada El primer da de clase, Paulo Freire, nos menciona una serie de problemas a los que quiere dar una solucin o consejo, con los que de vez en cuando se enfrenta una maestra en el aula, no solo la inexperta sino tambin la experta. Paulo Freire comienza exponiendo la situacin de quien, por primera vez, se expone a una clase. El primer da siempre est lleno de inseguridades o miedos y se deben enfrentar a situaciones que no se han dado en la carrera, por lo que no saben cmo decidir ni qu hacer. El autor ante esta situacin recomienda asumir el miedo, enfrentando as nuestro sentimiento y a la vez mostrando a los alumnos que el maestro es humano. Hablando de su miedo con los alumnos tambin se va ganando la igualdad humildad y confianza, aspectos muy necesarios en un aula. Otro aspecto fundamental relacionado con las primeras experiencias docentes es lo que llama Freire la necesidad de una lectura de la clase. El maestro debe estar atento y tener inters por conocer a sus alumnos en todos los aspectos, en sus miradas, inocentes movimientos, reacciones, los valores que poseen, sus gustos, etc. Con esto el maestro conocera la identidad cultural del aula. Paulo Freire recomienda que el maestro realizara fichas diarias con el registro de los comportamientos de los alumnos, proponiendo tambin a stos una especie de juego en el que ellos, realicen tambin sus observaciones sobre los gestos del maestro. Gracias a este sencillo ejercicio se obtendra un crecimiento en todos los sentidos entre los alumnos y el maestro. Para la lectura de la clase el autor recomienda que el maestro precise de los instrumentos necesarios para llevar a cabo una mejor labor. Por ejemplo observar, imaginar, intuir o liberar nuestra sensibilidad muy bien. A cada lectura es importante que el
maestro vaya realizando ratificaciones y rectificaciones mediante el dilogo de los educandos. Con esto conseguiremos manifestar a los alumnos que la prctica docente no se limita slo a ensear contenidos. A lo largo de esta quinta carta, Paulo Freire nos menciona la necesidad de amor y sentimientos en las aulas. No hay que tenerle miedo al cario. No puede haber una enseanza de contenidos como si stos en s mismos fuesen todo. Otro aspecto importante es estimular la imaginacin en el aula. El maestro debe dejar volar creativamente su imaginacin, ya que sta ayuda a la curiosidad y a la aventura. Por ltimo consideramos de gran relevancia mencionar lo que Paulo Freire denomina lectura del cuerpo y del espacio. Es importante conocerse a s mismo, entendiendo as nuestra presencia en el mundo y con otras personas. La lectura del cuerpo implica la lectura del espacio. Es decir, hablamos de espacio cuando nos referimos a la clase que como dice la lectura alberga los miedos, los recelos, las ilusiones, los deseos y los sueos de los maestros y alumnos. Esta comprensin por lo tanto, una nueva manera de entender lo que es ensear, lo que es aprender y lo que es conocer. Pensamos que conocer a los alumnos es fundamental para llevar a cabo una buena accin pedaggica en el aula, ya que como dice el autor, muchos maestros creen que su labor se basa en transmitir una serie de conocimientos y conceptos dejando a un lado los sentimientos y olvidando que somos seres humanos.
Experiencia individual. Una de mis mejores experiencias fue con mi maestra de msica en la primaria, donde se puede comprobar lo necesario y fundamental que es la enseanza de la msica a esta edad. A los ms pequeos les enseaba a tocar instrumentos musicales como panderetas, claves, bombitos, etc; yo y otros dos compaeros tocbamos la ocarina y ellos nos acompaaban con el ritmo. Con otros compaeros trabaj con flautas, y quena. Tambin asista a los talleres de canto, ya que desde muy pequea me gustaba mucho cantar. En estas clases nos tomamos unos minutos para relajarnos y ponernos en contacto con nosotros mismos, tambin trabajamos la tcnica vocal, la respiracin, la articulacin. Se form un coro de alumnos y participamos en concursos intercolegiales Participbamos en todas las actividades del colegio, nos llevaba a presentaciones en otras escuelas y al teatro, donde tuvimos una buena participacin. La seora directora brindaba siempre su apoyo y el valor al trabajo musical que realizaba mi maestra. Recuerdo que nos portbamos muy bien en las clases de msica y cuando la seo de msica entraba al aula la recibamos todos con abrazos y gritos de alegra.
ocarina
Quinta Carta Primer da de Clase. El educador estar sometido a miedo. La mejor opcin ante esto es manifestar el miedo y no esconderlo. Hacer una lectura de clase de los alumnos, es decir, poner atencin a todos los detalles de cada uno de los educandos. Manifestar a los educandos que el rol del educador no es solo entregar conocimientos, sino tambin adquirir conocimiento crtico del contexto sociocultural que vive cada uno de ellos. No hay que negarse a sentir cario, ya que muchos de los educandos van a estar faltos de este. Motivados por la forma en que son tratadas las clases populares surge la necesidad de cambiar las cosas a travs de una lucha poltica. La maestra y el maestro deben dejar volar su imaginacin en forma disciplinada, para as inculcar la importancia de la imaginacin en la vida. La sociabilidad de la imaginacin, del miedo, de todos los sentimientos, nos lleva a la necesidad de una lectura del cuerpo de los educandos. Mi presencia en el mundo, con el mundo y con los otros, implica mi conocimiento entero de m mismo. Difcilmente estar este primer da libre de inseguridades, de timidez o inhibiciones. El maestro se siente alcanzado por el miedo de no ser capaz de conducir los trabajos ni de sortear las dificultades. En el fondo, la situacin concreta que l enfrenta en el saln de clase no tiene casi nada que ver con los discursos tericos que se acostumbraron a escuchar. Asumir el miedo no es huir de l, es analizar su razn de ser, es medir la relacin entre lo que lo causa y nuestra capacidad de respuesta. Solamente as podremos vencerlo. Lo mejor es decirle a los educandos lo que estamos sintiendo en una demostracin de que somos humanos y limitados. Hablando de su miedo, el educador por un lado va haciendo una especie de catarsis, y por el otro, se va ganando la confianza de los educandos. En vez de tratar de esconder el miedo, el maestro puede manifestarlo con humildad