Antologia Cuarto Lectura
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Antologia Cuarto Lectura
Luis Ignacio Snchez Gmez Administrador Federal de Servicios Educativos en el DF Antonio vila Daz Director General de Operacin de Servicios Educativos Germn Cervantes Ayala Coordinacin Sectorial de Educacin Primaria
Coordinacin del proyecto: Felipe Garrido Academia Mexicana de la Lengua Laura Nakamura Aburto
Seleccin de textos: Georgina Jurez Iniestra Mariana Cern Enrquez Argelia Rodrguez Ovando
La mayora de los textos reunidos en esta antologa proceden de los libros que se hallan en las bibliotecas escolares y de aula. La lectura que se hace al inicio de cada jornada escolar es una invitacin para que los alumnos y los maestros busquen el libro y lo lean completo.
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LEEMOS MEJOR DA A DA
PRESENTACIN
Leer de a de veras es una tarea que ocupa toda la vida; siempre es posible ser un mejor lector. Felipe Garrido
La lectura es el instrumento esencial para la mayor parte de los aprendizajes que ofrecen
la escuela y la vida. La lectura es la entrada a la cultura escrita, y sobre la cultura escrita se ha levantado nuestro mundo. Leyendo podemos aprender cualquier disciplina y abrirnos mltiples oportunidades de desarrollo, lo mismo personal que comunitario. Una poblacin lectora es una poblacin con mayores recursos para organizarse y ser productiva. La aspiracin es que la escuela forme lectores que lean por voluntad propia; personas que descubran que la lectura es una parte importante de su vida y que, a travs de la lectura, desarrollen el pensamiento abstracto, la actitud crtica y la capacidad de imaginar lo que no existe tan til en la poltica, el comercio y los negocios como en la medicina, las comunicaciones y la poesa. Personas capacitadas para ser mejores estudiantes, pues sabemos que, en general, el fracaso o el xito escolares tienen una relacin directa con las capacidades lectoras de cada alumno. Por todo lo anterior, la Administracin Federal de Servicios Educativos en el Distrito Federal ha puesto en marcha el programa Leemos mejor da a da. El propsito de este programa es impulsar el desarrollo de las competencias comunicativas de los alumnos, de manera enftica en la lectura y la escritura. Para ello se proponen seis acciones: 1. Lectura de los maestros ante el grupo como la primera actividad del da. En voz alta, que sirva de modelo, que muestre al grupo cmo se lee, cmo se da sentido y significado a un texto. 2. Veinte minutos de lectura individual o coral tres das a la semana.
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3. Veinte minutos de escritura libre dos da a la semana. 4. Publicacin en cada saln, escuela y zona escolar de los avances mensuales en velocidad de lectura. Comunicacin bimestral a padres de familia en los das de firma de boleta. 5. Veinte minutos de lectura en voz alta en casa. Los padres de familia certifican con su firma que sus hijos leyeron da a da 20 minutos en casa. 6. Consejos tcnicos centrados en la mejora de la competencia lectora. La primera accin es la lectura de los maestros ante el grupo como actividad con la que se inicia el da. Se propone que el maestro inicie la jornada escolar con una breve lectura. Es sabido que una de las ms eficaces y sencillas maneras de acercar a los nios y a los adultos a la lectura es leyndoles en voz alta, compartiendo con ellos toda clase de textos, lo mismo literatura que divulgacin cientfica, historia, tradicin; la lectura en voz alta, adems, es el mejor modelo para que el alumno vaya descubriendo cmo se lee, cmo se le da sentido y significado a un texto. Para que esta lectura diaria cumpla con su propsito debe ser variada; de temas, tonos, atmsferas y climas diferentes; provocar risa un da, y al siguiente nostalgia, o curiosidad, o reflexin, o asombro, de manera que despierte en los nios el deseo de seguir leyendo y la conviccin de que en los libros puede encontrarse la sorprendente variedad del universo y la vida. Con la publicacin de esta antologa se pretende que el maestro cuente con un texto para leer a sus alumnos cada da del ciclo escolar. Los textos reunidos se caracterizan por su variedad de temas y gneros, as como por su atencin a los valores la educacin no se constrie a la informacin que reciban los alumnos; requiere trabajar en la formacin de su carcter y sus actitudes. La mayora de los textos seleccionados proceden de los libros que se hallan en las bibliotecas escolares y de aula. La intencin es que sea ms fcil que los alumnos y los maestros respondan a la invitacin a la lectura que es cada uno de los textos que da tras da lea el maestro. Los fragmentos que se leen al comenzar el da deben propiciar que los
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alumnos y los maestros busquen el libro, lo lean completo y luego pasen a otro... o vuelvan a leer el primero. La extensin de los textos est calculada para que su lectura, ms los comentarios del maestro para iniciar y para concluir la actividad, no lleven ms de tres o cuatro minutos, y que la lectura que se haga sea eso: una manera amable, interesante, intrigante, conmovedora de comenzar el da; una lectura en voz alta que abra la jornada escolar. Algunos de los textos llevan, en cursivas, comentarios o informaciones para abrir y cerrar la lectura. La intencin es que sirvan de modelo a los maestros, no que sean seguidos al pie de la letra. Lo importante es recordar que conviene decir unas cuantas palabras antes de comenzar a leer: para preparar el ambiente, decir lo que significa alguna palabra rara, informar dnde se encuentra una ciudad o quin es un personaje, o cualquier otra cosa que permita a los alumnos entender bien el texto no entender lo que se lee es la razn ms frecuente para aborrecerlo; la comprensin es la meta ms importante de la lectura. Igualmente, hace falta, al terminar la lectura, plantear alguna cuestin que gue la curiosidad o la capacidad de reflexin de los alumnos, que les permita vincular lo que han escuchado con lo que viven dentro y fuera de la escuela. La mayor parte de los textos han sido retocados: para aclimatar el lxico y la sintaxis a los usos del espaol de Mxico y para ajustar su extensin al tiempo previsto para la actividad. Algunas lecturas son breves, el propsito es que en ellas haya ms tiempo para interactuar con los alumnos. Si se estn leyendo adivinanzas o trabalenguas, har falta que los alumnos intenten adivinar las respuestas o repetir los trabalenguas. La aspiracin es que todos los das, maestros y alumnos del Distrito Federal compartan y disfruten este momento de lectura, que favorezca la creacin de un ambiente de lectura y de complicidad alrededor de los textos. Un equipo de docentes de las diferentes direcciones operativas del Distrito Federal se form para elegir los textos. Su experiencia como maestros, su conocimiento de los alumnos en las diversas etapas de su desarrollo, su sensibilidad como lectores se ha
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aprovechado para integrar las lecturas. La coordinacin de este trabajo estuvo a cargo del maestro Felipe Garrido, quien con su larga trayectoria y experiencia como formador de lectores ha brindado acompaamiento y asesora a este equipo en la tarea de seleccin y en la preparacin de los materiales. Ahora que esta antologa llega a manos de los maestros, tenemos la oportunidad de que todos los que quieran participen: pueden solicitar el cambio de una lectura por otra; pedir que alguna sea suprimida; resaltar las virtudes o las ventajas de algunas; solicitar la inclusin de ilustraciones y materiales que no estn en el libro que se ha tomado, como mapas, cuadros, fotos Entre todos, iremos haciendo de esta antologa un acompaante irreemplazable de cada uno de nuestros das de clases. La intencin de la antologa es facilitar las lecturas. Pero los docentes pueden sustituir algunos de estos textos por otros que ellos prefieran. Lo importante es entender y disfrutar cada lectura. Conviene leer, y hasta ensayar, cada da lo que se leer al da siguiente. Conviene leer los libros de donde se han tomado los fragmentos. Conviene leer otros libros, por lo que aprendamos en ellos y por el inters, por el gusto de leerlos.
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1. El cedacero
Vamos a leer, para comenzar el da, algo cortito, divertido e interesante. Hoy ser uno de esos cuentos que van pasando de generacin en generacin. Capaz que algunos de ustedes ya lo conocen.
Este cuento que les voy a contar me lo contaron mis grandes y a ellos ya se los haban contado! Trata de un hortelano que tena tres hijos y una huerta muy grande donde cultivaba toda clase de rboles frutales todo lo que puede caber en una huerta. Los tres nios llevaban a vender la fruta cada semana al mercado del pueblo y con lo que ganaban vivan todos felices. Pero ah tienen ustedes que un da, camino del mercado, se encontr el nio mayor a un viejecito que luego que lo vio le dijo: Buen nio, dime, qu llevas en tu costal? Y el nio de malcriado le contest: Piedras! Pues piedras se te volvern! le dijo el viejecito. Y como les voy diciendo, pas el segundo de los hijos del hortelano y como al primero, el viejecito le pregunt: Qu llevas en tu costal, buen nio? Qu he de llevar? Piedras! le contest el nio. Pues piedras se te volvern! le dijo el viejecito. Pas luego el nio menor y al preguntarle el viejecito que era lo que llevaba, el nio le contest: Naranjas! Pues oro se te volvern! le dijo el viejecito as fue, pues cuando los nios llegaron al mercado y quisieron poner su puestecito, el nio mayor no encontr ms que piedras en su costal; lo mismo le pas al segundo; en cambio, cuando el nio menor abri su costal encontr en vez de naranjas puras onzas de oro. Entonces, que cierra el costal! y coge camino para su casa.
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Cuando llegaron del mercado los dos hermanos mayores, el hortelano les pidi los centavos de la venta y los nios tuvieron que contarle el castigo que haban recibido del viejito, por mentirosos. Estando en esas lleg el nio menor. El costal que traa sonaba que pareca msica y al abrirlo, para entregarle a su padre el dinero, rodaron tantas onzas de oro que no pudieron contarlas. Por lo que desde entonces los dos hermanos mayores quedaron muy resentidos. Y ah los dejamos con su sentimiento.
Una historia donde al bueno le va bien, y a los majaderos les va como en feria.
Teresa Castell Yturbide, El cedacero en Cuentos de Pascuala. Mxico, SEP-FCE, 1997.
2. Maravillas
En este cuento, la lectura es un boleto para llegar a otros mundos. Dnde quieren ir? La lectura puede llegar a cualquier lado; todo depende de que escojamos el libro indicado.
Haba una vez un reino que brillaba cada vez que los adultos les contaban a sus hijos las historias que haban aprendido cuando ellos eran nios, y cada vez que los nios recordaban o repetan esas historias. ste era, y es, un hermoso lugar. Cuando la gente deja de leer, sin embargo, se vuelve el pas ms gris y triste del mundo. Una vez esta regin, que se llama Maravillas, estaba viviendo una poca de melancola porque haba aparecido por ah una maquinita que se llama televisin, la cual no permita que los nios cruzaran la frontera para entrar a Maravillas. Eso haca el pas ms pequeo y a los nios empezaba a teirlos de un extrao color gris. As pas por algn tiempo, pero parece que ahora las cosas empiezan a cambiar porque cada vez hay ms nios que cada vez que pueden, y eso es todos los das, cruzan la frontera a Maravillas. Como ustedes lo saben, el pase para entrar al reino de Maravillas se llama lectura. Siempre he pensado que los unicornios s existen. Que esos seres de prodigioso cuerno todava buscan lugares aislados para abrevar, alimentarse y descansar. Los veo
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aproximndose, paso a paso a los lagos escondidos en medio de los bosques, levantando cautelosos la punta de su cuerno. Es probable que yo haya ledo, cuando nia, alguna historia donde apareca este animal fantstico. O quizs algn pariente o amigo de la familia nos haya mostrado un libro con ilustraciones en donde yo vi por primera vez a los unicornios. El caso es que me apasion por esa maravilla y ahora, muchos aos despus, tengo confianza en que los unicornios existen en algn lugar de este planeta. T, qu piensas?
Marins Medero, Maravillas en De maravillas y encantamientos. Mxico, SEP. 2000.
3. Jorge y Gloria
Jorge y Gloria eran novios. N-o-v-i-o-s. De veras! Eran novios tan secretos tan completamente en secreto que despus de un tiempo TODOS lo saban. Las historias de amor casi siempre son muy interesantes. Quizs porque tienen algo de misterio que se antoja descubrir: las emociones de los dems. Ms aun si se trata de nios. Qu sienten los novios? Cmo es el amor entre nias y nios? Entre ellos, siempre se aman igual? La primera mirada, el primer contacto, son una aventura. El encanto con el cabello y la mirada de ella, el arrobamiento con las palabras de l. Y... lo ms emocionante, entre otras cosas, el primer beso! La primera vez que se besaron fue detrs de unos arbustos en el parque. Encima de ellos colgaba la luna en un rbol. Los ngeles cantaban a lo lejos. Pareca que... Aunque al principio todo parece felicidad, algo inesperado sucede, sin lugar a dudas: Gloria mir: el perro se levant y puso las patas delanteras en los hombros de Jorge y movi la cola como un huracn. El perro lami a Jorge en la cara. El perro lo lami y
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borr los besos de Gloria, y Jorge se lo permiti. Gloria sinti fro en su mano, aunque la haba cerrado sobre la mano ausente de Jorge. En este libro como en muchas historias de amor, a pesar de los pesares, el final puede ser muy, muy interesante! Tanto que en la cabeza ronda una pregunta de pocas palabras y mucha adrenalina qu hacen unos novios, Jorge y Gloria, solos en el parque?
Tormod Haugen, Jorge y Gloria en Amor y dolor. Mxico, SEP-Fundacin Juan Rulfo, 1999.
4. Trabajar en el espacio
Podemos leer cuentos, o poemas, o libros de historia, o textos sobre ciencia, sobre tecnologa, como ste que ahora les voy a leer. El 4 de octubre de 1957 la Unin Sovitica lanz el Sputnik, el primer satlite artificial. En los cincuenta aos que han pasado desde entonces, son muchos los pasos que se han dado en el espacio. La tecnologa ha avanzado mucho y hoy nos parece normal que haya miles de satlites artificiales, sondas planetarias y astronautas de paseo. Las personas que trabajan en el espacio tienen que entrenarse para estar en buena forma. Para ellas lo ms difcil es adaptarse a flotar en el espacio. Cuando salen de las naves tienen que protegerse del calor y de la falta de oxgeno. Un trabajo arriesgado En el espacio todo es diferente; la falta de gravedad hace que las cosas floten. Los objetos pequeos hay que sujetarlos con velcro o con cinta adhesiva y no se puede comer pan porque las migajas estaran por todos lados. Algunos viajes al espacio han fracasado por fallos tcnicos en las naves espaciales. Ese es el caso de las primeras misiones Apolo y Soyuz, que en 1967 les costaron la vida a cuatro astronautas. Yuri Gagarin fue el primer ser humano que viaj por el espacio; el 12 de abril de 1961, en la nave Vostok, fue puesto en rbita alrededor de la Tierra.
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La preparacin fsica para la falta de gravedad es muy importante para los astronautas. Dicen que lo ms parecido a la falta de gravedad es estar buceando en el fondo de una alberca. Adems de hacer experimentos cientficos, los astronautas arreglan satlites y construyen las estaciones espaciales.
No crean que a m me dan muchas ganas de andar por el espacio. Me gusta apoyar los pies en la tierra. Pero mucha gente quisiera ir a otros planetas. Y a ustedes? De veras les gustara ir a la Luna?
Ofelia Ortega, Trabajar en el espacio en El universo. Mxico, SEP-Parramn, 2006.
5. Robots
Hoy en da nos asombramos de los adelantos tecnolgicos que conocemos por diversos medios quin podra imaginar que puede haber mquinas diminutas que realizan distintas tareas? Vamos a ver de qu se trata.
Los robots son asombrosas mquinas que pueden programarse para que funcionen solas. Pueden ir a muchos lugares peligrosos, desde el espacio exterior hasta lo profundo del mar. Los robots tienen ojos, odos y boca; reciben informacin externa por medio de sensores. El robot Sony tiene sensores que registran el sonido y cmaras que capturan imgenes. Los robots que son trabajadores manuales suelen realizar diversas tareas. Sus manos les permiten sujetar y usar diversos tipos de objetos y herramientas. Se mueven mediante ruedas, bandas de oruga (como los tanques) o piernas. Los robots tienen piernas como los humanos. Los controladores son el cerebro del robot: les permiten tomar decisiones y accionar sus partes. Los controladores suelen ser computadoras.
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El robot Deep Junior es un veloz pensador, porque puede pensar tres millones de jugadas de ajedrez por segundo. Jug una partida con el excampen mundial de ajedrez Garry Kasparov. Otro robot, llamado Emuu, tiene sentimientos: interacta con las personas y puede expresar muchos estados anmicos, como la felicidad, el enojo y la tristeza. Algunos robots son controlados directamente por personas; otros son autnomos. Por ejemplo un robot japons que aprende a caminar solo. Los robots con brazos son los ms comunes. Su brazo articulado puede moverse en varias direcciones, como el humano. Los brazos de muchos robots tienen manos, llamados sujetadores. stas cuentan con sensores de presin que les permite calcular la fuerza necesaria para agarrar un objeto. Algunos robots tienen forma de animales. A veces es as porque son modelos animatrnicos para una pelcula. Las serpientes robot S5 pueden deslizarse a lo largo de tubos y otros espacios estrechos. El modelo de la mariposa monarca aletea usando msculos de alambre que se acortan cuando se les aplica electricidad. El robot Afghan Explorer, algn da podr visitar zonas de guerra. Como reportero, enviara fotos y entrevistas a un estudio ubicado en un lugar seguro.
Los seres humanos han soado siempre con que alguien haga lo que a ellos no les gusta hacer. Yo tambin quisiera un robot... para que fuera al mercado en mi lugar. Y ustedes? Para qu quisieran tener un robot?
Gifford Clive, Robots. Mxico, SEP-Altea, 2005.
6. Los volcanes
En una maana soleada de febrero de 1943, un campesino que araba su tierra vio salir del suelo una pequea columna de humo. Un poco desconcertado y molesto, cubri el orificio y continu trabajando.
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Pero al ver que no haba servido de mucho, pues el humo segua saliendo cada vez con mayor fuerza, corri por ayuda. Ante los asombrados habitantes de un poblado vecino, cada vez emergan de la tierra mayor cantidad de humo y de vapores. Tres horas despus el humo se haba convertido en una espesa nube negra y la pequea grieta se haba agrandado enormemente. Esa noche violentas explosiones comenzaron a lanzar rocas a travs de la grieta y a la maana siguiente, en ese lugar se haba formado un montculo en forma de cono de cerca de cincuenta metros de altura: de la noche a la maana haba nacido un volcn! Lo llamaron Paricutn, por su cercana al pueblo de ese nombre en el estado de Michoacn. Un ao despus el Paricutn haba alcanzado 450 metros de altura; haba arrasado numerosos campos agrcolas, decenas de construcciones y provocado la movilizacin de los habitantes de todos los pueblos cercanos. Tambin haba atrado a cientos de investigadores y estudiosos de los volcanes, de Mxico y de todo el mundo. El nacimiento del Paricutn haba permitido a estos expertos aprender un poco ms acerca de los secretos del mundo subterrneo; de cmo se forma y hace erupcin un volcn. Belleza y utilidad de los volcanes Los volcanes son la parte ms visible de lo que ocurre en el interior de la Tierra. Sus conos nevados, sus lagos interiores y su imponente personalidad forman parte de la esencia de nuestro planeta. Han sido objetos de hermosas leyendas y de otras manifestaciones artsticas, y testigos de innumerables hechos histricos: el Popocatpetl y el Iztacchuatl cuya silueta tiene la forma de una mujer recostada boca arriba son los protagonistas de una bella historia de amor. El Paso de Corts, en las laderas del Popocatpetl, fue el punto por el cual el conquistador de Mxico admir por vez primera la inigualable belleza de Tenochtitln y sus lagos.
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Las erupciones tambin enriquecen a largo plazo las tierras de cultivo, pues contienen elementos que las plantas necesitan para crecer. Islas como Hawaii e Islandia deben su existencia a la actividad volcnica. La actividad volcnica permite cierta estabilidad en el interior de la Tierra; sin embargo, pese a su belleza y majestuosidad, los volcanes constituyen un riesgo para quienes habitan en sus cercanas.
Gloria Valek, Los volcanes. Mxico. SEP-ADN, 199.
7. La nutria
Algo que no se dice es que en el tiempo del gran diluvio los animales que subieron al arca eran todos casi bebs. Tanto tiempo pasaron a bordo que cuando las aguas se fueron y ellos pudieron salir, hubo que hacer la puerta ms grande. Cierto, haban crecido y ya no caban, pero el problema no era el tamao sino la nutria, que los tena hartos. El tigrillo se hizo tigre; el lobezno se volvi lobo; el potro se convirti en caballo. La nutria sigui siendo nia, y como buena nia, todo lo que quiere es jugar. Nunca entendi cmo se le hace para crecer, y como siempre ha estado ocupada en mil travesuras, no ha querido perder el tiempo tomando un curso de adultez. Ya madura, la regaaron de repente los que envidian su capacidad de divertirse. Y a veces la nutria lo intenta: flotando de muertito en el agua; con la panza brillando al sol, cierra los ojos y se imagina... que puede dejarlo para otro da. Con su linda sonrisa peluda, su inocente cara de yonofui y sus grandes ojos como canicas de vidrio oscuro, ella misma parece juguete. Sera de lo ms normal encontrrsela entre ositos de peluche y muecas en el escaparate de una juguetera. Jams tiene flojera si se trata de hacer piruetas, patinar, trepar o dar vueltas. Hasta comer es una aventura: erizos, bichitos, ranas y sapos, todo le gusta, todo quiere probar. Si hubiera un jardn de nios para animales, la nica que jams se graduara sera la nutria. Se pasara all la vida, enterneciendo a las maestras, deslizndose incansablemente por la resbaladilla, llenndose el pelo de pegotes de plastilina.
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Cuando se acalora de tanto jugar, toma un respiro para acicalarse. En su posicin favorita flotando de muertito, con la panza brillando al sol; se peina con tanta maa que queda igual: con el pelo revuelto y lleno de burbujas, se siente lista para volver a empezar. Escurridiza, cirquera, ondulante, la nutria puede aprender cualquier juego, pero jams ha entendido cmo se le hace para crecer. Qu te parece, conocas cmo era la nutria?
Roxanna Erdman, La Nutria en Zorrillo el ltimo. Mxico, SEP-Santillana, 2005.
8. Francisca y la muerte
Duro y fatigoso era el camino. Adems, ahora tena que hacerlo sobre un nuevo terreno arado, sin trillo, y ya se sabe cmo es de incmodo sentar el pie sobre el suelo irregular y tan esponjoso de frescura, que se pierde la mitad del esfuerzo. As por tanto, lleg la muerte hecha una lstima a casa de los Noriega: Con Francisca, a ver si me hace el favor. Ya se march. Pero, cmo! As, tan de pronto? Por qu tan de pronto? le respondieron. Slo vino a ayudarnos con el nio y ya lo hizo. De qu extraarse? Bueno... ver dijo la muerte turbada, es que siempre una hace la sobremesa en todo, digo yo. Entonces usted no conoce a Francisca. Tengo sus seas dijo burocrtica la impa. A ver; dgalas esper la madre. Y la muerte dijo: Pues... con arrugas; desde luego ya son sesenta aos... Y qu ms? Ver... el pelo blanco... casi ningn diente propio... la nariz, digamos... Digamos qu? Filosa.
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Eso es todo? Bueno... adems de nombre y dos apellidos. Pero usted no ha hablado de sus ojos. Bien; nublados... s, nublados han de ser... ahumados por los aos. No, no la conoce dijo la mujer. Todo lo dicho est bien, pero no los ojos. Tiene menos tiempo en la mirada. sa, a quien usted busca, no es Francisca. Y sali la muerte otra vez al camino. Iba ahora indignada sin preocuparse mucho por la mano y la trenza, que medio se le asomaba bajo el ala del sombrero. Anduvo y anduvo. En casa de los Gonzlez le dijeron que estaba Francisca a un tiro de ojo de all, cortando pastura para la vaca de los nietos. Mas slo vio la muerte la pastura recin cortada y nada de Francisca, ni siquiera la huella menuda de su paso. Entonces la muerte, quien ya tena los pies hinchados dentro de los botines enlodados, y la camisa negra, ms que sudada, sac su reloj y consult la hora: "Dios! Las cuatro y media! Imposible! Se me va el tren!" Y ech la muerte de regreso, maldiciendo. Mientras, a dos kilmetros de all, Francisca escardaba de malas hierbas el jardincito de la escuela, Un viejo conocido pas a caballo y, sonrindole, le ech a su manera el saludo carioso: Francisca, cundo te vas a morir? Ella se incorpor asomando medio cuerpo sobre las rosas y le devolvi el saludo alegre: Nunca dijo, siempre hay algo que hacer.
Eraclio Zepeda, Francisca y la muerte y otros cuentos, Gerardo Cant, ilus. Mxico, SEP-CONAFE, 1987.
9. El pez de la felicidad
El seor feudal Wu viva con su pueblo en una aldea en las montaas del sur del Japn. Cuando la primera de sus dos esposas muri, l sinti tanta pena que al poco tiempo tambin abandon este mundo. Al quedar hurfana su hermosa hija, Ye Xian, fue criada
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por su madrastra, la segunda esposa de Wu. Pero como sta amaba solamente a su propia hija, era muy cruel con Ye Xian; la obligaba a ir a un bosque para recoger agua del lago. La nia deba hacer esta extenuante travesa todos los das, a pesar de la lluvia o el fro. Un da, estando Ye Xian arrodillada junto al lago, vio a un hermoso pez de colores, no ms largo que su dedo meique, que brillaba a la luz del sol como un arcoris. Que hermoso! exclam la nia. Maravillada lo tom suavemente con sus manos ahuecadas, y lo puso con mucho cuidado en su cubo de madera, para llevrselo a casa. Una vez all lo escondi en un viejo tonel que estaba en un lugar poco frecuentado, donde su madrastra no pudiera encontrarlo. Seguramente, el pez le brindara algo de alegra a su triste vida. Diariamente, Ye Xian apartaba una pequea porcin de su escasa comida para alimentar al pez. Con el tiempo, ste fue creciendo ms y ms, y se volvi cada vez ms hermoso. Su aleta dorsal adquiri un brillante color naranja, sus ojos se volvieron verdes como esmeraldas, su cuerpo se torn de un color dorado intenso, y su cola se llen de pequeas manchas de color blanco que parecan formar un delicado lazo. Finalmente creci tanto que ya no caba en el tonel. Ye Xian sac sigilosamente al pez de la casa y lo llev a una laguna cercana, donde continu creciendo. Cada vez que ella lo visitaba, el pez saltaba y jugueteaba como si disfrutara de su compaa. El buen humor de Ye Xian despert sospechas en su madrastra, que la sigui secretamente hasta la laguna. All observ cmo la nia jugaba con el vistoso pez, y se puso furiosa al ver cmo ella se inclinaba para acariciar su cabeza. Ye Xian est descuidando su trabajo por jugar con ese pez! Bueno, me encargar de eso, pens la madrastra. Pobre nia. Qu har su madrastra para destruir su felicidad? Podr hacerlo? Para saber eso hay que buscar el libro, y leerlo.
Duan Cheng Shi, El pez de la felicidad. Mxico, SEP-International Becan, 2006.
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Me llamo Zultana y soy peor que una pesadilla. Me agradan los nios envueltos y los gusanos horneados. Mi amuleto es un canario ahorcado con tela de...
Est reida la competencia. Quin ganar y ser la actriz? Eso no podremos saberlo si no leemos el libro.
Cuando empolla, pone cuatro huevos manchados de amarillo. Los padres dan de comer a las cras hasta los diez meses. Despus los aguiluchos aprenden a volar y se alimentan por s mismos. Como muchos otros animales, al guila arpa le afecta la destruccin de su ambiente: la selva. Por eso ya son pocas las que vuelan por los cielos de Mxico. Otro de los animales es el berrendo, pariente de las cabras. Tiene las orejas pequeas, los ojos grandes, la cola corta y es muy gil. Los berrendos viven en grupos. Antes, cuando haba muchos, formaban manadas de ms de cien animales. Si algo asusta a los berrendos, echan a correr a gran velocidad, pero se cansan fcilmente. Son tranquilos y se alimentan sobre todo de zacate. Sus enemigos son los lobos, los coyotes, los pumas, y las guilas, cuando todava son pequeos. En la actualidad, slo quedan algunos berrendos en Sonora Y Baja California, y se hallan en peligro de desaparecer debido a que el hombre los ha cazado demasiado. Te gustara saber ms sobre los animales de tu pas.
Arturo Cuenca, Animales mexicanos, Fabricio Vanden Broeck, ilus. Mxico, SEP-CONAFE, 2002.
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tambin pueden ser amables. Por eso tienen tanto poder las varitas mgicas y las pociones hechas con fibras de corazn de dragn. Los dragones se diferencian mucho entre s segn el lugar del que procedan. Los dragones asiticos, por ejemplo, no tienen alas ni echan fuego por la boca, y dan la sensacin de estar hechos con partes de animales diferentes: tienen cuerpo de serpiente cubierto de escamas de pescado, cabeza de camello, bigotes de bagre, cuernos de ciervo y melena! Adems, son corteses e inteligentes, protegen los ros y traen buena suerte. Recuerdo haber conocido a Chieng-Tang, el dragn de los ros, en China. Meda nada menos que 270 metros, y era de piel rojiza. En la antigua China slo el emperador poda llevar en sus tnicas un dragn con patas terminadas en cinco dedos. Cuntas veces me habrn contado la historia de Sigfrido y el dragn Fafnir mis amigos vikingos! Sigfrido era un guerrero apuesto y valiente, pero... no muy espabilado. Un enano malvado lo convenci de que atacara a Fafnir, un dragn que tena una piel tan dura que ninguna espada poda atravesarla. Casualmente, el padre del enano posea enormes montones de oro y joyas custodiadas por Fafnir. Pero el perverso enano guardaba otro gran secreto: en realidad l y Fafnir eran hermanos. Fafnir haba matado a su padre y a continuacin se haba convertido en dragn para custodiar el tesoro. El enano reconstruy la espada de Sigfrido, hacindola mucho ms poderosa que nunca (porque los enanos son los mejores herreros del mundo). Un buen da Sigfrido y el enano se ocultaron por las inmediaciones de la cueva del dragn. En cuanto Fafnir sali a tomar el fresco, Sigfrido le clav la espada en la panza y lo mat. El hroe sac el corazn del dragn y lo puso a asar en unas brasas, pero se quem los dedos.
Por qu dije que los dragones no podrn desaparecer nunca?
Janice Eaton Kilby, Los dragones en la historia en El libro de juegos del aprendiz de mago. Mxico, SEP-Ocano, 2003.
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minsculas bacterias es la quimiosntesis, un proceso diferente, que produce alimento con ayuda de la energa qumica...
Catherine ONeill, Un mundo sin sol en Grandes misterios de nuestro mundo. Mxico, SEP, 2002.
Un da muy soleado, un joven fue a pastorear sus chivas. Como a las once de la maana se le ocurri subir a una loma para vigilar desde la altura a sus animales. Desde all arriba se poda observar el pueblo de Ixtlahuacan y el joven se distrajo. Dnde est mi casa? pens. Ah, s, es aqulla azul. En eso estaba cuando oy un ruido. Volte a su derecha. Era una muchacha muy bonita, de ojos azules y pelo rubio, tan bonita que daba la impresin de ser una reina. Mudo de asombro, el joven no pudo moverse. Entonces la muchacha habl con voz que pareca una mezcla del canto de una sirena con el silbido de una serpiente. No tengas miedo dijo ella. No te voy a hacer nada, slo quiero que me ayudes. Cmo puedo hacerlo? contest el joven. De manera muy sencilla. Mira yo soy la reina del imperio de Ixtlahuacan, pero mi imperio ha sido encantado. El encanto se rompe si me llevas sobre tus hombros hasta la puerta de la iglesia. Si haces eso, t sers mi esposo y el rey del imperio. El joven se puso a pensar un rato y finalmente acept. Qu bueno! exclam la muchacha, pero antes debo advertirte una cosa: no debes voltear a verme en todo el camino, hasta llegar a la puerta de la iglesia. No prestes atencin a nada de lo que te diga la gente. El joven subi a la muchacha en sus hombros y tom el camino que llevaba al pueblo. Al llegar a las primeras casas, las personas que se cruzaban con l se alejaban y se
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quedaban vindolo con cara de susto. A dnde vas con esa vbora enredada en el pescuezo? le grit un nio. El joven pens que se trataba de una broma y sigui su camino. Sin embargo, otras personas le dijeron lo mismo ms adelante. El joven empez a sentir miedo y curiosidad... sobre todo curiosidad. Cuando le faltaban pocos metros para llegar a la iglesia no pudo resistir la tentacin y volte a ver. Vio una gigantesca serpiente que lanzaba silbidos agudos mientras sacaba la lengua amenazadoramente. Con un rpido movimiento el joven la desprendi de su cuello y la arroj lo ms lejos que pudo. Al caer, el animal desapareci. Por eso el imperio de Ixtlahuacan no se desencant.
El imperio encantado de Ixtlahuacan en Mireya Cueto, Cuntanos lo que se cuenta, Claudia de Teresa, ilus. Mxico, SEP-CONAFE, 2006.
Todos sabemos que desde la Tierra el cielo se ve azul. Pero en la Luna se ve negro y en Marte se ve rojo. Por qu? Hace aproximadamente 300 aos, el fsico ingls Isaac Newton hizo un descubrimiento asombroso. Newton observ que cuando la luz del Sol pasaba a travs de un prisma de vidrio, sala luz de todos colores. Esto lo hizo descubrir que la luz del Sol es una mezcla de rayos de luz de todos colores, aunque la veamos blanca. Cuando un haz de luz atraviesa un medio cualquiera, los rayos luminosos chocan contra las partculas del medio. Pero resulta que los rayos rojos, anaranjados y amarillos slo chocan con partculas relativamente grandes. A las partculas pequeas ni las ven! En cambio los rayos verdes y azules chocan con partculas de cualquier tamao. Pero qu tiene que ver todo esto con el color del cielo? En la Tierra, la atmsfera est formada slo por partculas muy pequeas llamadas molculas. Cuando la luz del Sol
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la atraviesa, los rayos rojos, anaranjados y amarillos no sufren choques. En cambio, los rayos azules chocan con las molculas y se dispersan, esto es, son enviados en todas direcciones al chocar con ellas. Por eso nos parece que el cielo es azul, pero lo que estamos viendo es tan slo la luz azul del Sol, distribuida por toda la atmsfera. Qu pasa en la Luna? All no hay atmsfera, no hay partculas, as que la luz no choca contra nada y no se dispersa en todas direcciones. La luz del Sol no ilumina todo el cielo. Por eso ah el cielo se ve negro y las estrellas son visibles de da y de noche. En Marte, el suelo est cubierto por un polvo muy fino de color rojo. Con mucha frecuencia hay vientos muy fuertes que levantan el polvo y lo dejan suspendido en la atmsfera. Por eso, desde Marte el cielo se ve rojo.
Miguel ngel Herrera y Julieta Fierro, Azul cielo en La Tierra. Mxico, SEP-SITESA, 1991.
17. El desierto
Uno de los ecosistemas ms importantes de Mxico y que cubre la mayor extensin de su territorio son los desiertos. Las zonas ridas, como tambin se les conoce, no son slo una gran extensin de arena, como muchos imaginan, sino ambientes con una gran diversidad de formas de vida. Los animales del desierto han evolucionado para aprovechar la poca humedad que existe, tienen que arreglrselas con la poca agua que pueden encontrar y muchas veces solamente con la de las plantas. Durante el da los desiertos permanecen casi sin actividad. Los animales generalmente esperan que la temperatura baje para salir de sus refugios. En las primeras horas de la maana, los desiertos cobran vida. El canto caracterstico de la codorniz de Gambel parece despertar a toda la fauna. As, mientras la tortuga del desierto busca alimento en las nopaleras, el borrego cimarrn trepa por los altos peascos, la vbora de cascabel se mueve lentamente buscando algn conejo del desierto
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recin salido de su madriguera y uno de los grandes felinos de Mxico, el puma, vigila a una hembra de jabal de collar con sus jabatos, que es como se llaman sus cras. En algn lugar cercano una gran aura cabeza roja se posa en el sahuaro para calentar sus alas antes de echarse a volar. Despus de las breves lluvias las plantas florecen con muchos colores y la fauna parece celebrar la temporada de lluvia en el desierto, que muchas veces cae en un solo chubasco al ao.
Eugenia Pallares, El desierto en Jaguares, tucanes y otros animales de la fauna mexicana. Mxico, SEP-Sierra Madre, 1994.
especmenes vivos para estudiar, no podemos saber con seguridad cmo funcionaban exactamente sus cuerpos, pero es casi seguro que animales tan activos tuvieran sangre caliente. Las especies pequeas probablemente generaban calor interno tal y como hacen aves y mamferos. Los ms grandes eran simplemente demasiado enormes para enfriarse por la noche. Ninguna de ambas clases se volva inactiva con el fro, como los reptiles comunes, por lo que los dinosaurios estaban siempre listos para cazar alimentos o encontrar pareja. Una de las claves del xito de los dinosaurios fue su postura erecta. La mayora de los reptiles se arrastran con las patas a los lados del cuerpo, pero los dinosaurios tenan las extremidades justo debajo de su cuerpo, como los mamferos modernos, por lo que su peso era cargado hacia abajo. Como no tenan que usar grandes cantidades de energa para mantener su cuerpo de pie, los dinosaurios podan desarrollar estilos de vida ms activos. Fsiles encontrados en Argentina y Brasil muestran que algunos de los primeros dinosaurios eran cazadores bpedos (con dos patas) y una cadera parecida a la de los lagartos, contaban adems con garras y dientes afilados. Tres dinosaurios vivieron en Amrica del Sur hace aproximadamente 288 millones de aos En 1991 se descubri en Argentina un esqueleto casi completo, que revel que el Eorraptor meda slo 1 m de largo y llegaba a pesar 11 kg. Cazador de piernas largas, pequeo pero feroz, tena el hocico ms bajo y las manos ms cortas que el Herrerasaurus, cuyos restos muestran que tena dientes afilados y aserrados en su cabeza larga y baja, con mandbulas de articulacin doble que le permitan tener un buen agarre de sus presas. Sus brazos eran cortos, pero las manos largas y los tres dedos ms extensos terminaban en unas garras fuertes, curvas y cortantes. El Staurikosaurus fue un pequeo dinosaurio primitivo de Brasil meda alrededor de 2 m de largo, pero no pesaba ms de 30 kg, tena un cuello delgado y curvo, y piernas largas y estilizadas. Probablemente tambin tena cuatro dedos en cada mano, y quiz cinco en cada pie.
Carolina Reoyo (coord), Dinosaurios y aves en Enciclopedia de los dinosaurios y de la vida prehistrica. Mxico, SEPCordillera de los Andes, 2007.
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Desde mi casa se alcanza a ver el lago de Ptzcuaro, con sus islas: Yunun, Tecun, La Pacanda, Janitzio... A m la que ms me gusta es Yunun, por limpia y alargadita. El cielo de mi tierra es muy azul y a m me gusta quedarme mirndolo, sobre todo cuando ando tendiendo la ropa en la maana. Me gusta verlo porque algunas veces se alcanzan a divisar algunas guilas por encima de los pinos. Tambin lo quedo viendo por si me toca ver alguna garza de las que, aunque pocas, todava quedan alrededor del lago. Esas garzas son las mismas de la leyenda de Hapunda, la princesa de Yunun que estaba enamorada del lago. Dicen que un da, unos guerreros de otro pueblo llegaron hasta la isla porque queran llevarse a Hapunda para casarla con su rey, que no tena mujer. Hapunda se puso muy triste y fue a consultar al lago. El lago le dijo: Vstete de blanco y, cuando salga la Luna, rema hasta el centro y ah salta al agua. Yo te voy a recibir para que ya nadie te lleve jams. Y as lo hizo Hapunda. Cay al lago, lleg hasta el fondo y volvi a salir blanca, emplumadita, bonita, convertida en garza. Por eso me gusta mirar el cielo, porque dice la leyenda que cuando se acaben las garzas el lago de Ptzcuaro se va a quedar sin su novia, se va a morir de tristeza, se va a secar. Mi casa se llama troje y est hecha con tablones de rboles grandsimos y tiene su techo de tejamanil. Est levantadita del suelo con pilotes de madera y tiene sus escalones para subir a lo seco. Adentro se tiene su tapanco bien alto para guardar el maz y abajo dormimos todos nosotros (y hasta los perros cuando hace mucho fro).
Mara de la Luz Mendoza, Soy purpecha. Mxico, SEP, 1989.
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Dnde estaban las flores? Dnde estaba? Todo le pareca raro. No saba dnde estaba. Pero nosotros s, no es verdad? Sabemos que est justo en medio de una fbrica que est trabajando. Seguro que estoy soando se dijo. Claro que si. Eso es y volvi a cerrar los ojos. Muy despacito los abri otra vez y mir a su alrededor. Ah seguan los inmensos edificios. No, no era un sueo. Era todo de verdad. En ese mismo instante sali un hombre por una puerta. Eh, t, ponte a trabajar! le grit. Soy el capataz y como no me hagas caso te voy a denunciar. Yo no trabajo aqu dijo el oso. Yo soy un oso. Fantstico! El pobre oso convertido en obrero. Tengo que leer el libro completo, para saber qu ms le pas.
Frank Tashlin, El oso que no lo era. Mxico, SEP-Altea, 1987.
Imagnense si me pusiera a pintar esos cuadros locos que hay en el museo. Adems, esa es la gran discusin: mis dibujos y la opinin de mis compaeros. Se ren de la luna que dibujo: les parece inmensa. Pero as de enorme la veo yo, sin sombras en forma de conejo ni crteres: ellos dicen que ven la luna del tamao de un plato. Mi luna parece una enorme boya iluminada. Bueno, depende del punto de vista, como dice mi abuelo.
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Ah!, ya vieron a Mariana? Parece que le dan miedo la pelota y el gallito. Se agacha cuando viene la bola. Siempre pierde su equipo. Qu chistosa! La letra de Mariana es muy extraa, pero cuando copia de mi cuaderno le sale bien. En casa a Mariana le dicen que es tonta, que nunca presta atencin dice mi hermano. Cuiden a esa nia, siempre se est machucando recomienda mi abuela. Esta nia vive raspada, se tropieza con todo suspira mi mam. Mariana nunca le atina a los cuadritos del avin agrega mi hermana. Mi pap no dice nada. Slo se re un poco y menea la cabeza, divertido. Para olvidarme de tanta gente toco el piano. Toco con gusto, toco con rabia, toco con indignacin. Entonces, all en la calle, el ruido del taller se detiene un momento; el mecnico para el torno; el merolico deja de gritar; los nios se callan; un radio de pilas se apaga. Todo se detiene. El mundo es mo, viajo en las notas musicales y cruzo el espacio. La msica sube por mis rboles manchados de verde y amarillo y le hace un anillo a mi enorme luna. Los faroles se encienden llenos de rayos de todos colores, se acercan a la pintura y suben y bajan por el pentagrama cintilando... hasta que siento a la maestra de piano severa a mi lado. (A qu hora lleg que no la vi?)
Mariana parece distrada, porque siempre est pensando en lo que lleva por dentro: sus dibujos, su msica... Todos, a veces, somos como Mariana. Parece que no nos fijamos en lo que sucede, pero es que estamos pensando en otras cosas, o no?
Mara Leda, El mundo de Mariana. Mxico, SEP-Le, 1999.
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Esto es Chapultepec dice mi abuelo, viejo bosque de ahuehuetes milenarios que han sido testigos de la historia. Mira, el castillo! El globo se dirige hacia la construccin. Observo los carruajes, las guardias de soldados, las terrazas y los amplios jardines. Oye abuelo, Aqu siempre han vivido los presidentes? No, este castillo fue mandado construir por el virrey Matas de Glvez. Aos despus fue el Colegio Militar, cuyos maestros y alumnos tuvieron un desempeo importante en 1847, durante la invasin norteamericana. Maximiliano suprimi el colegio y lo reconstruy para adaptarlo como vivienda. Tu bisabuelo me cont como sufri la ciudad durante la invasin norteamericana. Desde das antes de la llegada del ejrcito yanqui a la ciudad, todos los habitantes comenzaron a organizarse fortificando algunos puntos para afrontar al enemigo. Por dnde llegaron los gringos? Llegaron por el rumbo de Chalco y comenzaron a desplegarse por el sur hasta Padierna, en donde hubo un combate muy fuerte. De ah avanzaron hasta Chapultepec, donde resistieron valientemente los alumnos del Colegio Militar. Con la toma de Chapultepec los invasores entraron a la ciudad, pero el pueblo comenz a presentarles resistencia: casa por casa entraban los soldados norteamericanos, revisando las habitaciones y golpeando a la gente. Tu bisabuelo, como mdico que era, estuvo atendiendo a muchos heridos, y por eso fue detenido varios das. Durante el tiempo que dur la invasin, todos los das aparecan en las calles, en las afueras de la ciudad y en las zanjas, cadveres de soldados gringos que la gente asesinaba aprovechando la oscuridad. Abuelo, ah est el acueducto. Es el que llega hasta el Salto del Agua? Efectivamente; ste ha sido el principal surtidor de agua de la capital, al igual que el de San Cosme.
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La guerra con los Estados Unidos fue un episodio triste de nuestra historia, que le cost a Mxico la mitad de su territorio. Pero eso sucedi hace mucho tiempo. Nuestro pas sigue siendo grande y nosotros debemos preocuparnos porque sea ms fuerte, ms rico, ms justo. Y para lograrlo ustedes estn estudiando.
Regina Hernndez Franyuti, Un vuelo por la ciudad. Mxico, SEP, 1997.
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A las once de la noche se prendi el castillo y todos vieron encandilados cmo los rehiletes lanzaban chorros de luces y se convertan despus en peces de colores que ms arriba volvan a ser rehiletes. Una cascada de luz cay desde lo alto y la torre del castillo se desprendi girando a enorme velocidad: subi tan alto, tan alto, que sus luces desparramadas se confundieron con las peregrinas estrellas de diciembre.
Susana Mendoza, Las tres palomitas en La Vendedora de Nubes y otros Cuentos, Andrea Gmez, ilus. Mxico, SEP-CONAFE, 2000.
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primeras horas de la noche; otras, de la aparicin de una nueva estrella que chapoteaba risuea en el agua de la charca... En las tardes veraniegas el ciempis se quedaba mucho rato en el mismo lugar y se tomaba su tiempo para probar el polen trado por la brisa dorada. Nunca tena prisa por llegar a ningn sitio. Al principio esto motivado por su cojera. Evidentemente no poda competir con los otros ciempis en velocidad ni participar en las carreras que organizaban entre ellos. Pero, poco a poco, tener tiempo para detenerse en las cosas pequeas le fue gustando cada vez ms. Se planteaba el llegar, no como una meta de rapidez, sino como un camino de contemplacin de los detalles que circundaban su vida en el bosque.
Paloma Orozco Amors, El ciempis cojo en Historias de la otra tierra. Mxico, SEP, Anaya, 2002.
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Jos Arcadio Buenda, sin entender, extendi la mano hacia el tmpano, pero el gigante se la apart. Cinco reales ms para tocarlo, dijo. Jos Arcadio Buenda los pag, y la mantuvo puesta por varios minutos, mientras el corazn se le hinchaba de temor y de jbilo al contacto del misterio. Sin saber decir, pag otros diez reales para que sus hijos vivieran la prodigiosa experiencia. El pequeo Jos Arcadio se neg a tocarlo Aureliano, en cambio, dio un paso hacia adelante, puso la mano y la retir en el acto. Est hirviendo, exclam asustando. Pero su padre no le prest atencin. Embriagado por la evidencia del prodigio, en aquel momento se olvid de la frustracin de sus empresas delirantes y del cuerpo de Melquades abandonado al apetito de los calamares. Pag otros cinco reales, y con la mano puesta en el tmpano, como expresando un testimonio sobre el texto sagrado, exclam: Este es el gran invento de nuestro tiempo.
Francisco Hinojosa (seleccin), Cien aos de soledad en Carrito de paletas. Mxico, SEP, 1993.
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Claro que son cuadrados dijo el seor Wonka. Yo nunca he dicho que no lo fueran. Usted dijo que se volvan redondos! dijo Veruca Salt. Yo nunca dije eso dijo el seor Wonka. Dije que eran unos caramelos cuadrados que se volvan redondos. Pero no se vuelven redondos! dijoVeruca Salt. Siguen siendo cuadrados! Se vuelven redondos insisti el seor Wonka. Claro que no se vuelven redondos! grit Veruca Salt. Veruca, cario dijo la seora Salt, no le hagas caso al seor Wonka. Te est mintiendo. Mi querida merluza dijo el seor Wonka, vaya a que le fran la cabeza. Cmo se atreve a hablarme as! grit la seora Salt. Oh, cllese! dijo el seor Wonka. Y ahora miren esto! sac una llave de su bolsillo, abri la puerta, la empuj... y de pronto, al ruido de la puerta que se abra, todas las filas y filas de pequeos caramelos cuadrados se volvieron rpidamente redondos para ver quin entraba. Las diminutas caritas se volvieron realmente hacia la puerta y miraron al seo Wonka. All los tienen! grit triunfalmente. Se han vuelto redondos! No hay discusin alguna! Son caramelos cuadrados que se vuelven redondos! Caramba, tiene razn! dijo el abuelo Joe.
Roald Dahl, Caramelos cuadrados que se vuelven redondos en Charlie y la fbrica de chocolate, Faith Jacques, ilus. Mxico, SEP-Santillana, 2004.
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S dijo Antonio, pero nosotros debemos hacer algo para defendernos. No nos vaya a pasar como a los espaoles de San Miguel el Grande y Celaya, a donde se dirigi Hidalgo despus de Atotonilco. Entraron a las casas y robaron, metieron presos a los europeos y varios perdieron la vida. Pap baj la cabeza abrumado y asinti: Tienes razn, sobre todo ahora que Hidalgo viene a Guanajuato con la multitud que se les uni en Atotonilco, San Miguel y Celaya. Adems, ya ha sido nombrado capitn general de ese ejrcito y de la rebelin. Yo tengo que confesarte, querido diario, que tengo mucho miedo. Qu nos suceder cuando Hidalgo entre a Guanajuato? No quiero ni pensarlo! Viernes 18 de septiembre de 1810 Hoy amaneci un da gris. Como siempre, asist al colegio, donde estudio latn. En medio de la clase, omos que la corneta tocaba generala, como una seal de alerta. En los primeros momentos sent alegra de que se suspendiera la leccin y se nos ordenara salir del colegio con uno de nuestros instructores. Pero ya en la calle tuve miedo al darme cuenta de que los comercios estaban cerrando en pleno da, y de que sirvientes y esclavos cerraban las puertas de las mansiones con doble cerradura. Qu pasaba? Arreciamos el paso, el instructor me dej en la puerta de mi casa, donde entr sofocado y sudando. En el corredor encontr a mam que, con los nervios de punta, iba de un lado a otro. Al verme exclam: Bendita sea la virgen que llegaste! Estaba preocupadsima por ti. Hidalgo se acerca a Guanajuato con sus insurgentes.
Victoria Lerner S. La vida de un nio en tiempos de la Independencia. Mxico, SEP-Instituto Mora, 1997.
As, por ejemplo, a un planeta que se caracterizaba por ser tan rojo como el color de la sangre, los griegos le pusieron el nombre del dios de la guerra: Ares, y al planeta ms brillante de todos lo llamaron Afrodita, su diosa de la belleza y el amor. Pero, para los romanos, el dios de la guerra era Marte y la diosa de la belleza y el amor era Venus, as que fueron estos nombres los que se conservaron. Los nombres rabes se conservan sobre todo en las estrellas. Son muy famosas Algol en la constelacin de Perseo y Deneb en la del Cisne. Algol quiere decir demonio en rabe, y le pusieron as porque su brillo cambia con el tiempo. Deneb significa cola, tambin en rabe y se llam as porque es la estrella que est en la punta de la cola del cisne. Hoy da hay una comisin internacional que se encarga de ponerle nombre a cualquier objeto nuevo que se descubra, ya sea un cometa, un asteroide, un satlite o algn objeto desconocido. Cualquier persona puede sugerir un nombre. Por ejemplo, cuando en 1977 se descubri un satlite del planeta Plutn, a una inglesa se le ocurri llamarlo Caronte porque, en la mitologa griega, Plutn era el dios del reino de los muertos y Caronte era el barquero que transportaba a los muertos al reino de Plutn. La sugerencia se acept y el satlite de Plutn se llama Caronte.
Miguel ngel Herrera y Julieta Fierro, Los nombres de los astros en Las estrellas. Mxico, SEP-Sitesa, 1990.
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delantero), podan verse a sus dos ocupantes. Uno era alto y delgado, completamente blanco, sin pelo, ojos grandes y oscuros, boca pequea, apenas nariz y tres dedos largos en cada mano. El otro era bajo, redondo... y metlico! Tena una esfera grande por cuerpo y una media esfera pequea por cabeza. En ella le haban insertado los puntos focales, que emitan luz, y una boca flexible para que no pareciera inanimado. De la esfera mayor surgan dos pinzas a modo de extremidades superiores. En aquel momento los dos estaban hablando. No es posible, Tobor! deca el humanoide. Me temo que s lo es, Rebas respondi el robot. Es tu trabajo cuidar que los generadores estn cargados! Y el tuyo no desviarte de las rutas autorizadas! Pues la hemos fastidiado suspir Rebas. Y que lo digas! se llen de luces rojas Tobor. Sin energa no hay forma de que podamos regresar. Y tampoco podemos comunicarnos de ninguna forma con nadie. Hemos agotado hasta las reservas... Y en este rumbo nadie nos localizar. Estamos perdidos! Rebas parpade un par de veces. Sus pestaas eran laterales. Se estremeci y mir a travs del ventanal. El espacio era hermoso, pero tambin solitario e infinito. Sobre todo cuando se est a miles de aos luz de casa. Dnde estamos exactamente? pregunt el humanoide Es un sistema primario de clase C inform el robot. Un sol, nueve planetas... Eso es todo. Hay vida en alguno de esos planetas? Veamos... Tobor ley los datos. Se detectan formas de vida animada, de naturaleza orgnica, en el tercero de ellos. Podemos llegar a l aprovechando su gravedad? Creo que s. Entonces vayamos dijo Rebas. Es nuestra nica... Y se call el resto porque era evidente.
Jordi Sierra i Fabra. Perdidos en un planeta llamado Tierra en Enchfate a la energa! Mxico, SEP-SM, 2003.
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Fue entonces cuando comprendi que la anciana de los higos le haba dicho la verdad as que no iba a desperdiciar el segundo higo...
La Torre Eiffel yo creo que casi todos la hemos visto, porque es muy famosa. Est en Pars, la capital de Francia.
Chris Van Allsburg, El higo ms dulce. Mxico, SEP-FCE, 2006.
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Apaga la luz y con una linterna ilumina la botella. Pon el dedo en el chorro de agua que sale por el orificio.
Qu ves en el extremo de tu dedo?
Glinda Irazoque, Maravilla de vidrio: Fibra ptica en La ciencia y sus laberintos. Mxico, SEP-Santillana, 2004.
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Con ella, los das se volvieron largos, a veces largusimos para la dama del kimono. Tocaba su instrumento, miraba a sus aladas compaeras, y as se distraa. Sin embargo, las garzas, sin nada que hacer, comenzaron a encontrar el cielo de papel cada vez ms limitado, y el horizonte de ms all, cada vez ms tentador. Y lleg un da en que la garza del rincn de la izquierda, aquella que desde siempre mantena sus alas abiertas, las movi levemente, despus con ms fuerza, y aleteando libre, al fin, vol fuera del abanico. Ahora sola, la garza del lago ya no tena motivo para continuar ah, con la pata sumergida en el agua. Estir al fin la otra pata, irgui el cuello, desdoblando las alas que desde siempre haban permanecido cerradas y abri su vuelo, abandonando el abanico. Sin un gesto, la dama vio partir a su ltima amiga. No llor, porque las lgrimas no se permiten en los abanicos de papel. Pero las plidas manos dejaron de taer las cuerdas. Y en su regazo, enmudeci el instrumento.
Marina Colasanti, La dama del abanico en Entre la espada y la rosa. Mxico, SEP-Salamandra, 1992.
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se liberan enormes cantidades de energa. Esta energa viaja en todas direcciones, en forma de ondas, como las que se producen cuando arrojamos una piedra en el agua. En ese momento se libera la energa de las placas o piezas de la corteza terrestre, se mueve el suelo que pisamos, como lo hara un resorte de un lado a otro, una y otra vez. Este movimiento se conoce como temblor o sismo. Y cuando es muy fuerte se le llama terremoto. Debajo del mar, un terremoto puede producir gigantescas olas que se llaman tsunamis. Cmo se miden los temblores Para medir la magnitud de los temblores se emplean los sismgrafos. El primer sismgrafo lo construy el cientfico chino Chang Heng, que vivi entre el ao 79 y 139 de nuestra era. El primer sismgrafo moderno, que aprovechaba los beneficios de la electricidad, lo invent el mdico y prncipe ruso Boris Golitsyn, en 1905. El sismgrafo consiste en un resorte del que cuelga un objeto muy pesado. Unido a dicho objeto se coloca una pluma que marca en un papel las vibraciones que se generan cuando se produce un temblor. Si se analizan esas vibraciones que se dibujan en el papel se puede calcular la magnitud de un sismo y dnde se produjo. En muchos lugares de la Tierra se instalan estaciones con varios sismgrafos que registran da y noche cualquier temblor, por pequeo que sea. Hay que aclarar que la corteza terrestre siempre se est moviendo. Es decir, a todas horas se producen temblores. La mayora de los temblores son de baja magnitud, y por eso no los sentimos, ni causan ningn dao.
Juan Tonda, Los temblores. Mxico, SEP-ADN Editores, 1997.
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Tmalos como amistosos retos que te hacemos y sabe que es nuestro deseo sincero que disfrutes de su desentraamiento. Se cierran todas las noches y se abren al despertar sin resortes y sin broches los dos marchan a la par. Los ojos Un minuto tiene una, un momento tiene dos, pero un segundo, ninguna. La letra m Campo blanco, flores negras y un arado con cinco yeguas. La hoja, las letras, el lpiz Una dama muy brillante va marchando a comps, con las piernas por delante y los ojos por detrs. Las tijeras Ana me llaman de nombre y por apellido Fre; aquel que esto no acertase es un borriquito en pie. El anafre Soy liso y llano en extremo y, aunque me falte la voz, respondo al que me consulta sin agravio ni favor. El espejo
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Blanco fue mi nacimiento, pintndome de colores, he causado muchas muertes y empobrecido a seores. Los naipes Soy seora con corona doscientos hijitos tengo todos son coloraditos, con mi tallo los mantengo. La granada Una plida seora blanca, larga, flaca y seca, en las noches, encendida, llora manteca. La vela Soy el rey e impero en toda nacin, tengo doce hijos de mi corazn, de cada uno de ellos, tengo treinta nietos que son mitad blancos y son mitad negros. Muy chiquito, chiquito, pone fin a todo escrito. El punto En el cielo soy de agua, en la tierra soy de polvo, en la iglesia soy de humo y una telita en los ojos. La nube
Una arquita blanca como la cal que todos saben abrir y nadie sabe cerrar. El huevo
Valentn Rincn y Cuca Serratos. Adivinancero. Mxico, SEP-Nostra, 2004.
37. Migracin
Cada ao, muchos animales inician muchas jornadas para encontrar comida o sitios de crianza. Sus viajes se conocen como migraciones. En Amrica del Norte, los caribes, una especie de renos, recorren miles de kilmetros hacia el norte, cada primavera, para alimentarse en el rtico. En otoo vuelven a dirigirse al sur para escapar del crudo invierno del norte. Las aves recorren distancias an mayores; en un solo ao la gaviota del rtico puede volar hasta 20,000 kilmetros. Los dinosaurios tal vez emigraban por las mismas razones. Las pistas ms fuertes que nos llevan a pensar esto son los fsiles de algunos dinosaurios que se han encontrado en el norte de Alaska y a miles de kilmetros de ah, ms al sur. La bsqueda del Polo Los dinosaurios del rtico en Amrica del Norte pueden haber emigrado desde las llanuras costeras que alguna vez estuvieron entre las Montaas Rocallosas y la orilla occidental de un mar llamado de Niobrara. En el cretceo tardo este mar poco profundo iba desde el ocano rtico hasta el Golfo de Mxico, dividiendo el continente en dos islas, una al este y otra al oeste. Una de las especies que emigraban pudo haber sido el dinosaurio con cuernos, Pachyrhinosaurus, cuyos fsiles se han encontrado tanto en Alberta, en Canad, como en la costa del norte de Alaska, en los Estados Unidos, a 3,500 kilmetros de distancia.
David Lambert, Migracin en Gua de los Dinosaurios. Mxico, SEP-Publicaciones CITEM, 2002.
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Imposible! Tom levant la maleta, buscando la bomba perdida, y en aquel momento lleg el inspector y agarr a Tom. Mocoso!
Y qu pas con el paquete? Y si de veras es una bomba y estalla? Eso es lo que hace una lectura emocionante. Que haya cosas que nos intrigan, que queremos descubrir. Por lo pronto, aqu hay otro libro que yo quiero leer.
Eric Wilson, Asesinato en el Canadian Express. Mxico, SEP-SM, 2003.
Al otro da la azucarera amaneci volcada sobre la mesa de la cocina y la noche siguiente desapareci sin rastro un bombn de fruta que me guard para el desayuno. Mam, convencida de que ninguno de sus pequeos era capaz de hacer algo as sin confesarlo, comenz a investigar. Un viernes por la noche, mam dej, como seuelo, un pedacito de chocolate blanco sobre la mesa y despus nos escondimos para esperar al ladrn. Despus de un buen rato mi mam estaba adormecida y el chocolate segua sobre la mesa. No hay ladrones dijo, y entre rezongos nos fuimos a dormir. A la maana siguiente el pedacito de chocolate haba desaparecido y mam no saba que pensar. Entonces record algo que vi en una pelcula. Haba que poner talco o harina para que el ladrn sin darse cuenta dejara sus huellas. Saben qu pas despus? Ustedes creen que atraparon al ladrn? Yo creo que algo tuvo que ver ese gnomo del que se habla en el ttulo de la lectura. Qu creen ustedes?
Margarita Main, Cartas a un gnomo, Espaol cuarto grado lecturas. Mxico, SEP, 2008.
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Gurdate los comentarios para ti, viejo tonto se defendi la bruja ofendida. En ese caso, gurdate los malos olores para ti respondi el mago. Viejo murcilago! contest a su vez la bruja. Viejo me has dicho? Por lo menos yo no tengo a la gente en vela toda la noche, como t, proclamando hechizos a los cuatro vientos y bailando como gusano en comal caliente. De todas formas, eres un mago intil, para que lo sepas, y no seras capaz de salvar tu propia vida con uno de tus conjuros. Eso ya lo veremos dijo el mago enojado. Eso ya lo veremos. El mago estuvo estudiando sus libros de hechizos toda la noche, pues haca muchsimo tiempo que no encantaba a nadie. En realidad se ganaba la vida quitndole a la gente verrugas de la punta de la nariz y cosas por el estilo. Pero ahora estaba buscando algo de veras sorprendente, algo muy especial, hasta que al final lo encontr. Qu creen que encontr el mago para deshacerse de la bruja? Quin ganar? Ya saben dnde hay muchas respuestas a las preguntas que nos hacemos despus de cada lectura: en el libro... Hay que ir a buscarlo.
John Patience, Los buenos vecinos en Espaol cuarto grado. Lecturas. Mxico, SEP, 2008.
42. Focas
Por lo general, las cras de foca son muy parecidas a sus padres, aunque algunas tienen el pelo ms espeso, para estar ms abrigadas mientras desarrollan la capa de grasa que tienen las focas. Los cachorros reciben nombres como capa blanca o lomo azul. Su piel es muy apreciada, y cada ao mueren muchos cachorros a manos de brutales cazadores. Los cachorros maman la leche de su madre como los bebs humanos. La leche es muy nutritiva, y el peso del cachorro se duplica a las pocas semanas de nacer. Algunas hembras amamantan a sus cras con mucha frecuencia, mientras que otras slo lo hacen
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cada varios das. Cuando las hembras vuelven a aparecer, los cachorros corren peligro de ser aplastados. En unas especies, los cachorros nadan y se mueven por tierra firme a las pocas horas de nacer, pero en otras no pueden valerse por s mismos hasta que han pasado varios das y se les han desarrollado los msculos. Los cachorros de foca gris tardan unas tres semanas en empezar a nadar; antes tiene que crecerles todo el pelo. Cuando todos los criaderos se deshacen y los adultos regresan al mar, los cachorros tienen que aprender a valerse por s mismos. Poco a poco se van haciendo expertos nadadores y aprenden a capturar pescado. Pero esta es una poca muy peligrosa para los cachorros, sobre todo si han nacido en costas rocosas y tienen que aprender a nadar en aguas turbulentas. Durante las primeras semanas de vida, los cachorros de foca comn nadan en compaa de sus madres. Pero en cuanto dejan de mamar se alejan de ellas y van en busca de nuevos territorios. Las focas pueden llegar a vivir unos cuarenta aos. Por lo general las hembras se aparean por primera vez a los seis aos de edad, y tiene una cra cada ao hasta que cumplen veinte.
Cmo ven, les gust?
Lucy Baker, Focas. Mxico, SEP-AEM, 2002.
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Ya la pulga est muriendo, ya la hicieron mil pedazos. Para vida de destrozarla ocho hachas se partieron; los colmillos eran chicos los cort con todo y jeta saqu de cada colmillo. un peine para ta Cleta. Las pestaas eran chicas se las voy a describir; saqu de cada pestaa diez cabestros del azar.
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De pronto Adrin se fue de boca!... El stano estaba lleno de cosas curiossimas: retratos y cuadros, un espejo muy empaado, un ngel manco y sin nariz, varios bales, sillas cojas, un ropero chueco donde haba bastantes frascos raros y retorcidos, con lquidos de colores, y un cucurucho de seda negra, muy viejo, con bordados en oro, de estrellas y lunas; y un pizarrn muy terso, con marco azul, que mientras lo miraba fue ponindose rojo y luego cambi a morado y a verde. Esto era muy bonito y asombroso. Adrin tom un gis y pens escribir algo. Ah ya s qu...
El pizarrn encantado es un cuento delicioso. Adrin va a escribir GATOS y despus va a borrar la G, va a escribir P, y... los tres pobres gatos quedarn convertidos en patos y as descubrir el nio que el pizarrn tiene poderes y luego... luego ya no les cuento nada, para que busquen el libro y lo lean. Ya despus lo comentamos.
Emilio Carballido, El pizarrn encantado. Mxico, SEP, 1988.
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Por Navidad le teji una bufanda larga, larga, larga con rayas de todos colores que su mam no se quit en dos semanas, pero una maana en que sali el sol, se la quit y la perdi. El da de su santo le hizo un llavero rojo de resina. Fernanda, su mejor amiga, le ense a hacer los moldes. Hizo una "A" muy grande (el nombre de su mam empieza con A). A su mam le encant. "As ya no voy a perder las llaves", dijo, y las puso en el llavero nuevo. Se fueron al parque a andar en bicicleta y cuando regresaron tuvieron que llamar al cerrajero para abrir la puerta porque se haban perdido las llaves, con llavero y todo. Y es que ste era el problema, su mam perda todo: Perda las llaves, perda la canasta del mandado cuando iba al mercado, perda aretes, papeles importantes y papeles insignificantes, la tapa de la pasta de dientes, su anillo de bodas, las hombreras de su suter favorito y, una vez, hasta perdi una cebolla cuando estaba cocinando. Lo peor de todo era que cuando su mam perda esas cosas, tambin perda otras ms importantes: el tiempo, la paciencia y el buen humor. El problema de Camila era encontrar un regalo bonito, alegre, divertido, barato y que NO SE PUDIERA PERDER.
Alicia Molina, Un pequeo problema en El agujero negro, Enrique Martnez, ilus. Mxico, SEP-FCE, 1995.
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de pronto, empezaron a venir de todas partes, secaron el lago, cortaron los rboles y oscurecieron el cielo. Los animales que pudieron se marcharon, y los dems se fueron acabando. Slo las personas que se establecieron cerca de un volcancito apagado que se llama Teuhtli, en las orillas del valle eran diferentes. Les gustaban los animales y las plantas. Y mientras los dems hombres acababan con todo, ellos aprendieron a trabajar el campo, a cuidar los bosques y los lagos, y a respetar a los animales que se quedaron a vivir con ellos. Y como an conviven con la naturaleza los que viven en ese lugar que hoy se llama Milpa Alta, saben muchos relatos maravillosos que los habitantes de la ciudad ya han olvidado. El canto de las ardillas Antes en Milpa Alta no se cultivaba el nopal. El maz, el frijol y el haba eran los principales cultivos. Los campesinos cuentan que tenan un problema con las ardillas porque se coman los elotes, y aunque mandaban a sus hijos a espantarlas ellas no se iban. Entonces ellos decidieron hacer una cancin para pedirles a las ardillas que no se comieran los elotes: Ardilla, ardillita no vayas a comer el maicito que acabo de sembrar. No lo vayas a comer, no lo vayas a comer. Ya va a llover, ya truena el cielo. No lo vayas a comer. Desde entonces, los campesinos de Milpa Alta protegen su milpa de las ardillas cantando esta cancin.
Jaime Beltrn Romero, Tesoros del campo de Milpa Alta. Mxico, SEP-Etnobiologa para la conservacin, 2006.
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T hablas as porque ya ests ruco replic Toete; pero yo soy un gato jovenazo y con cierto pegue con las gatas chavas. Si hubiera perdido ya alguna vida a lo mejor te haca caso pero tengo mis siete vidorrias bien enteritas A Chilaquil le dio lstima que se expresar de esa manera. No lo contradijo por no discutir. Slo le hizo una invitacin. Maana voy a ir con mis amos de da de campo. Ellos ya te conocen y se sentiran felices de llevarte. Vamos, as ya tendra con quien ir maullando. Se te agradece pero yo soy un gato de grandes aventuras presumi Toete encaminndose a la ventana abierta Al da siguiente, Chilaquil despert con el ir y venir de botas y tenis que pasaban a su lado En el cielo blanquecino brillaba un sol dominguero. Chilaquil se dispona a ocupar su lugar en la cajuela, cuando sus japoneses ojos se toparon con la maltrecha estampa de Toete. Apenas s poda cruzar la calle, todo revolcado, con el pelambre tieso de sangre seca. Qu te pas? se adelant Chilaquil a saludarlo No me digas que te explot el boiler?
Fidencio Gonzlez Montes, La ltima vida de un gato en La ltima vida de un gato y otros cuentos. Mxico, SEP-Castillo, 2003.
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Con los perros uno se divierte mucho. Tambin con los renacuajos, los tlacuaches y las lagartijas coliflojas. Hay otros animales con los que uno se divierte tanto, como el coyotenejos, animales feos y malazos al mismo tiempo. El coyotenejos se esconde en el monte. Cuando baja al pueblo, aprovecha su cuerpo de conejo para acercarse manso a los corrales de las gallinas, y luego, con su cabeza de coyote se almuerza una o dos. A veces se las come tan rpido, que las gallinas ni cuenta se dan. Andan buscando granos de maz y no ven el peligro. Picotean un maicito, y cuando quieren picotear otro, ya no pueden, porque ya se las comi el coyotenejo y ni po pudieron decir. Aunque a veces las gallinas descubren a tiempo al coyotenejo, empezando porque ni siquiera existe; son slo cosas que me pongo a inventar cuando no tengo qu hacer. Mi abuela me dice que s hay coyotenejos; los ms peligrosos andan en dos patas, me previene, dan vueltas y vueltas, marean a la gente con habladas, y cuando est descuidada... la despluman o las desloman. Pero a todo esto, yo estaba diciendo por qu no me gusta decir mi nombre. Y es que no es fcil cuando alguien se llama como yo... Y por cierto qu nombre ser? Porque nunca lo dijo.
Gabriel Quiroz, Ida y vuelta del pueblo sin nombre en Un, Dos, Tres por M y por todos mis compaeros Mxico, SEP, 2006.
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todos ellos de un color arenoso, pardusco y amarillento; pero el Leopardo era el ms pardusco y amarillento de todos aquellos animales, y el que tena la piel ms parecida a la arena. Era una especie de enorme gato, grisceo y amarillo: su color imitaba de modo asombroso la mezcla amarillenta, parda y gris del Alto Desierto. Esto resultaba muy perjudicial para la Jirafa, la Cebra y los dems cuadrpedos, pues el Leopardo acostumbraba echarse junto a una piedra o matojo de su mismo color, y cuando pasaban por all la Jirafa, la Cebra, el Eland, el Kud, el Antlope de la maleza o el Bfalo rojizo, con gran sorpresa suya les arrebataba su vida saltarina. Y con qu gusto lo haca! Viva tambin con el Leopardo, en el Alto Desierto, un etope que llevaba siempre arco y flechas por cierto, el color de aquel hombre era entre grisceo, pardo y amarillento, y ambos cazaban juntos: el etope con su arco y sus flechas, y el Leopardo con sus dientes y garras, hasta que al fin, hijo mo, la Jirafa, el Eland, el Kud y la Cebra no saban para donde brincar. De vers que no lo saban. Pasado largo tiempo (pues las cosas, en aquellos das, duraban mucho) aprendieron, poco a poco, a evitar todo lo que se pareciera a un Leopardo o un etope; y finalmente huyeron del Alto Desierto, precedidos por la Jirafa, que fue la primera, por ser la que tena las patas ms largas. Corrieron, das y ms das, hasta llegar a una gran selva virgen, donde no haba ms que rboles y maleza y unas sombras veteadas, jaspeadas e irregulares.
Qu es un eland, qu es un kud? [Hay que escribir las palabras en el pizarrn] A ver quin lo averigua para maana.
Rudyard Kipling, Cmo logr el leopardo las manchas de su piel. Mxico, SEP, 1999.
De este modo el rey se dio cuenta de que el muchacho era el nio que l haba arrojado al agua, porque segn una profeca se quedara con su reino, y dijo: Buenas gentes, no podra el muchacho llevar una carta a la reina? Les dar por ello dos monedas de oro. Ser como el rey ordene dijo el molinero y orden al joven que se preparara. Entonces el rey escribi una carta a la reina, en la que deca: Tan pronto llegue el muchacho con esta carta, ha de ser muerto y sepultado, y todo antes de mi regreso. El muchacho se puso en camino con la carta, pero se extravi y ya de noche se encontr en un gran bosque. Viendo una pequea luz en la oscuridad, se encamin hacia ella y lleg a una casita. Al entrar vio a una anciana sentada junto al fuego. Asustada al ver al muchacho, dijo: Pobre muchacho! Has llegado a una guarida de ladrones, y cuando lleguen te matarn. Venga quien venga yo no tengo miedo sino tanto sueo que no aguanto ya de pie. Y echndose sobre un banco se durmi. Poco despus llegaron los ladrones y preguntaron quin era el muchacho que yaca all. Pobre! Es un inocente muchacho que se ha extraviado en el bosque, yo lo acog por compasin. Tiene que entregar una carta a la reina. Los ladrones abrieron la carta y se dieron cuenta de lo que deca. Entonces sus duros corazones se compadecieron y el jefe, haciendo pedazos la carta del rey, escribi otra en su lugar. Esa carta deca que, inmediatamente despus de la llegada del joven, deba ser casado con la hija del rey.
Marins Medero, Los tres pelos de oro del diablo, en De maravillas y encantamientos. Mxico, SEP, 1993.
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Tan hermosamente tejen las palabras los poetas, que su obra es para todos... para nias y nios. Cada verso es como una joya, quizs como una perla, si no me creen escuchen este: Qutame el pan, si quieres, qutame el aire, pero no me quites tu risa. Tan sensibles son los poetas, que bien vale su tiempo para cantar a los objetos comunes, como a las tijeras, los calcetines o la cuchara, por ejemplo: Cuchara, cuenca de la ms antigua mano del hombre, an se ve en tu forma de metal o madera el molde de la palma primitiva...
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Y si creemos que los poetas slo escriben sobre el amor, Pablo Neruda nos saca del error; sus versos interrogan tambin al mundo: Por qu se suicidan las hojas cuando se sientes amarillas? Tal vez por esto, sea maravilloso ser poeta.
Jos Morn (seleccin y prlogo) Pablo Neruda para nios, Mxico, SEP- EuroMxico, 2007.
Mexicana, 2003.
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Despus de interrogar a mi mam, como todo buen detective, mientras mi abuelita dorma su siesta, le pregunt: Mam, a mi abuelita le gusta mucho el ajo, verdad? Uy s! me dijo ella Tu abuelita insiste en poner doble racin de ajo a la comida. Por eso, yo ya no le pongo, as la comida se cocina slo con el ajo que ella le pone. Pero no se lo digo para que no sepa y no le ponga ms. Ah! Y por qu quiere mi abuelita que comamos tanto ajo? ah poda estar la clave, pens. Pues ella dice que hace mucho bien. Que lo necesitamos para nuestro organismo. Bien, entonces fui al club de la tercera edad; no me van a creer esto. Hoy me acerque a las amigas de mi abuelita y las salude con un beso y claro!, las ol. Nunca hago eso, pero un detective debe hacer de todo para encontrar la verdad. Y descubr que, ellas tambin huelen a ajo! Pero qu est pasando aqu!? Ellas huelen a ajo y, lo ms seguro es que todas estn poniendo ms ajo en todas las comidas en sus casas. Y si todas las abuelas de la ciudad olieran a ajo e hicieran lo que la ma...? Oh, no! Estamos siendo invadidos por una ola de viejitas comeajos! Una olorosa ola. Oigan, a ustedes tambin les gusta mucho el ajo, como a mi abuelita? les pregunt. Se miraron entre ellas. Sin darse cuenta de que yo la vea, mi abuelita les guio un ojo. Eso me pareci sospechoso, porque adems todas siguieron haciendo sus cosas como si no me hubieran odo. As que directamente le pregunte a una de ellas: Usted, qu piensa del ajo? Ah! dijo, es muy bueno para activar la circulacin y fortalecer tu aparato circulatorio; lo puedes tomar con alcohol o tomarlo crudo... Crudo? no poda creerlo Uy, s, como si fueran pastillas, con jugo de naranja. Lo tomo todos los das me dijo porque...
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No alcanz a decir otra cosa, debido a los ojos de pistola con que mi abuelita la mir.
Qu podra hacer la abuela para no oler tan feo? De veras es tan bueno el ajo para muchas cosas? Deberamos investigarlo.
Mnica Gonzlez y Ramn Tamayo, Mi abuelita huele feo. Mxico, SEP-SM, 2004.
Muchas canoas cruzan los canales de la gran Mxico-Tenochtitln. Las chinampas, donde se cultivan verduras y flores, son pequeas islas construidas por lo hombres. Ellos ponen estacas entretejidas con ramas, formando paredes que contienen el frtil lodo del fondo del Lago de Tezcoco. Los agricultores emplean la coa para hacer hoyos en la tierra y depositar en ellos las semillas. Los pescadores usan redes, anzuelos y arpones para pescar. Qu sabroso comer pato silvestre, hueva fresca de mosco y pescado de agua dulce de los lagos! Eres ya muy importante: Por fin tienes edad para estudiar! Todos los nios, pobres y ricos, van a la escuela, ya sea al Calmecac o al Telpochcalli. Al Calmecac asisten quienes van a ser sacerdotes y gobernantes. All se estudian la lectura y escritura, las matemticas y el movimiento de los astros. Dejars de jugar y escuchars con cuidado los consejos de tu padre: "Todos los das tendrs que hacer penitencia, baarte con agua fra, ayunar y aprender a obedecer, para que seas capaz de enfrentarte a la disciplina de la vida azteca y de ser til a tu patria." El Telpochcalli es la escuela donde los guerreros veteranos preparan a los jvenes para la guerra. Los alumnos reparan canales, cultivan en comn las tierras y hacen trabajos de inters pblico.
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En cambio las nias viven en la escuela, junto a los templos, hasta que se casan. All aprenden las costumbres religiosas bajo la direccin de las sacerdotisas. Por las tardes, los muchachos se renen con las muchachas en el patio de la escuela de danza para divertirse y aprender el baile y el canto. Cualquier pretexto es bueno para pasar por el mercado, que parece una feria llena de movimiento y color. A pesar de ser tan grande est ordenado y limpio. En una parte hay frutas y verduras; en otra ropa y alhajas.
Jade precioso pluma de Quetzal en Doris Heyden, Mariana Yampolsky, Mayas y Aztecas, Alberto Beltrn, ilus. Mxico, SEP-CONAFE, 2000.
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una plaza Se detuvo en la nevera y compr su helado favorito: un sundae de yogurt salpicado con nueces y chispas de chocolate. No tena tiempo para sentarse a saborearlo. Con el helado escurrindole por la boca se mezcl entre el gento de mirones y compradores. Recorri el largo pabelln donde haba tiendas de alta costura, dio vuelta a la derecha en el conjunto de cines y se detuvo en el magnfico aparador de su tienda favorita, La Deportiva, donde haba una lancha amarilla de cuatro plazas, como las que competan en el maratn del Ro Balsas Ya que no poda aspirar a aventuras reales, se resign a las aventuras mecnicas Cambi veinte pesos por fichas en la sala de videojuegos, atestada de nios que gritaban y se disputaban las mquinas a empujones. Aturdido por las cifras del marcador, por los ruidos hipnticos y por la obligacin de dar en el blanco cada vez que disparaba contra su objetivo, olvid que le quedaba muy poco tiempo para volver al coche. Cuando se le ocurri mirar su reloj ya eran las 8:45. En la torre, pens, mi madre me va a matar
Enrique Serna, La caverna encantada. Mxico, SEP-CIDCLI, 2002.
Concluido el monstruoso can, el inters pblico se concentr en ese proyectil que transportara, atravesando el espacio, a los tres atrevidos aventureros. El presidente Barbicane pensaba entonces muy justamente que la forma del proyectil importaba poco, porque, despus de haber atravesado la atmsfera en algunos segundos, su trayecto deba efectuarse en un absoluto vaco. La Comisin haba adoptado la forma redonda para que la bala pudiese girar sobre s misma y conducirse a su arbitrio. Una compaa de Albany tuvo el encargo de ejecutarla sin demora. El proyectil, con las modificaciones requeridas, fue fundido el 2 de noviembre y enviado inmediatamente a Stones Hill por el ferrocarril del este.
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El 10 lleg sin accidente al lugar de su destino. Miguel Ardan, Barbicane y Nicholl aguardaban con la mayor impaciencia aquel vagn-proyectil, en que deban tomar asiento para volar al descubrimiento de un nuevo mundo. Fuerza es convenir en que el tal proyectil era una magnifica pieza de metal. Al verlo con sus formas imponentes y con su sombrero cnico encasquetado, cualquiera la hubiera tomado por una de aquellas macizas torrecillas, a manera de garitas, que los arquitectos de la Edad Media colocaban en el ngulo de las fortalezas. No le faltaban ms que saeteras y una veleta. Miguel Ardan pidi que se le permitiera ocuparse de su alhajamiento, para amueblarlo a su gusto, con todo el lujo que convena a los embajadores de la Tierra que lo iban a tripular. La peticin le fue concedida porque Barbicane tena otras preocupaciones. Antes de pasar a lo agradable, el presidente del Gun-club haba pensado en lo til, y el procedimiento inventado por l para amortiguar los efectos de la repercusin fue aplicado con una inteligencia perfecta. Barbicane se haba dicho, no sin razn, que no habra ningn resorte bastante poderoso para amortiguar el choque, y durante su famoso paseo en el bosque de Skersnaw logr al cabo resolver esta gran dificultad de una manera ingeniosa. El proyectil deba llenarse de agua hasta la altura de tres pies. Esta capa de agua estaba destinada a sostener un disco de madera perfectamente ajustado, que se deslizase rozando por las paredes interiores del proyectil, y constitua una verdadera almada [balsa] en que se colocaban los pasajeros. La masa lquida estaba dividida por tabiques horizontales que, al partir el proyectil, el choque deba romper sucesivamente.
Julio Verne, De la Tierra a la Luna, Chile. Mxico, SEP-Andrs Bello, 2006.
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60. El cordoncito
Anda que andars, anda que andars. Paquito encontr a Lupe la Greuda. Estaba arrancando los brazos a su mueca de trapo. Prate, prate la ataj Paquito. Lupe la Greuda lo mir muy chistoso ya que tena los ojos bizcos. Por qu ests rompiendo tu mueca? le pregunt Paquito. Porque ya no la quiero le respondi Lupe la Greuda. Pues te la cambio por mi bolsa de corcholatas le dijo Paquito. Y yo para que quiero una bolsa de corcholatas? repel Lupe la Greuda. Son cuarenta y dos corcholatas! explic Paquito. Bueno, est bien dijo Lupe la Greuda. Anda que andars, anda que andars, Paquito se encontr con Matildita, la nia de trenzas que viva en el cinco. Sala de la vecindad con el patn del diablo de su hermano Cuco y casi atropell a Paquito. A dnde vas, Matildita? Voy a tirar a la barranca el patn de Cuco. Para que se le quite. Para que se le quite qu? pregunt Paquito. Para que se le quite lo sangrn explic Matildita. Estoy furiosa. Mejor te lo cambio por esta mueca dijo Paquito. Se llama Constelacin. Me cambias qu? Tu patn del diablo. El patn del diablo de Cuco... te lo cambio por Constelacin. Matildita la del cinco cogi la mueca de trapo. Le gustaron sus ojos verdes, como de hierbabuena. Sale! exclam. Anda que andars, anda que andars. Paquito divis a Too Brcenas el presumido. Too pedaleaba duro en su triciclo, pero Paquito, con su patn del diablo lo alcanz a la mitad de la cuadra. Te echo una carrera le propuso Paquito. A ver quin llega primero a la panadera.
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T ganas dijo Too Brcenas el presumido. As no tiene chiste. En patn del diablo se corre ms aprisa, por eso se llama as. Pues te lo cambio por tu triciclo. No dijo Too Brcenas el presumido. Mi triciclo es marca Alianza. Es de una fbrica de triciclos muy importante, de Monterrey. Pero es muy lento. Eso s dijo Too Brcenas el presumido. Con el patn del diablo no te alcanzar nadie. Eso s volvi a decir Too Brcenas el presumido. Y despus de pensarlo un poquito, acepto el cambalache. Anda que andars, anda que andars...
Qu creen que vaya a cambiar ahora Paquito?
Vicente Leero, El cordoncito, Humberto Garca, ilus. Mxico, SEP-CIDCLI, 2001.
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Siendo as, treme algunos dijo la Ballena. Y dando un coletazo, levant un penacho de espuma. Basta con uno cada vez dijo el pez astuto. Si vas nadando hasta la latitud de 50 Norte y la longitud 40 Oeste (esto es cosa de magia), encontrars a un marinero nufrago, sentado en una balsa, en medio del mar. Slo lleva unos pantalones de lona azul, unos tirantes (no olvides esto de los tirantes, hijo mo) y una navaja marinera. He de prevenirte que es hombre de infinitos recursos y de extraordinaria sagacidad. As pues, la Ballena se fue nadando, nadando, hasta alcanzar la latitud 50 grados Norte y la longitud 40 grados Oeste y en efecto, sentado en una balsa, en medio del mar, llevando slo unos pantalones de lona azul, unos tirantes (acurdate especialmente de los tirantes hijo mo) y una navaja marinera, vio a un marinero nufrago que se refrescaba en el agua la punta del pie. (Haba pedido permiso a su madre para mojarse los pies un poquito; de lo contrario no se habra atrevido a hacerlo, pues era en extremo avisado y sagaz).
Se imaginan, un marinero que tiene que pedirle permiso a su mam para mojarse los pies? Qu locura. Y no supimos por qu la ballena tiene la garganta como la tiene... Ustedes piensan quedarse con la curiosidad? Yo no. As que voy a tener que conseguir el libro.
Rudyard Kipling, Por qu tiene la ballena tan singular garganta? en Precisamente As. Mxico, SEP-Juventud, 2002.
estn extintos y slo existen cuatro especies cacerolitas: tres habitan en las costas de Japn a Vietnam y una en el Atlntico, desde Nueva Escocia hasta el sur de Yucatn. Las cacerolitas han cambiado muy poco en 250 millones de aos. Poseen una cubierta dura que protege sus cuerpos suaves y frgiles. Pueden vivir un ao entero sin comer y sobreviven a temperaturas muy extremas y en aguas con grandes concentraciones de sal. Los celacantos aparecieron hace 410 millones de aos, pero de 120 especies que existieron entonces, slo una sobrevivi hasta la poca actual. Son peces grandes de 1.25 metros de longitud, de color gris azulado, llegan a pesar 68 kilogramos. Viven en aguas profundas y en la noche suben a buscar alimento, que consiste en peces pequeos, calamares y tiburones chicos. Existen poblaciones de celacantos en varios lugares del Ocano Indico. Las cucarachas son los insectos alados ms primitivos y antiguos. Se calcula que surgieron hace 350 millones de aos y en ese tiempo casi no han cambiando nada. Estn distribuidas en todo el planeta, en todos los climas, y se alimentan de lo que encuentra, es decir, son animales extremadamente adaptables al medio donde viven. La especie ms grande vive en las selvas de Amrica del Sur y puede medir hasta 10 centmetros. El tutara es un animalito que es pariente de un grupo de reptiles que vivi en la poca de los dinosaurios. Pertenece a la especie ms antigua de reptiles y actualmente slo vive en Nueva Zelanda. Mide hasta 60 centmetros el macho siempre es ms grande que la hembra. Es uno de los animales ms longevos, ya que puede vivir hasta 120 aos. Las hembras ponen huevos cada tres o cuatro aos y las cras tardan de 12 a 15meses en salir del huevo.
Estrella Burgos Ruz, Muy antiguos en Animales asombrosos. Mxico, SEP-Santillana, 2003.
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La maestra Anglica, directora de la escuela, sali corriendo de su oficina para ver lo que pasaba. Ave Mara, llena eres de gracia, ojal que no sea ningn terremoto, Padre nuestro que ests en los cielos, ojal que no sea ningn incendio... Cuando lleg al patio salt de gusto porque no haba sucedido ninguna desgracia, pero no entendi ni pizca de lo que estaba pasando. Dios mo! Pero quin es Micols? En medio de ese patatn y patatn, la maestra de cuarto B intent explicar: Maestra Anglica, Micols es un chango...
Edson Gabriel Garca, Micols, Boruca y Marango, Eva Furnari, ilus. Mxico, SEP-Nova Fronteira, 1992.
Pasen, pasen, no se asusten, pues aunque calavera soy, no vengo por ustedes, ni me da por espantar. Soy dama elegante con fama universal, conocida por todos como la Catrina. El tiempo ya no existe para m: por ac el pasado; por este lado el futuro. Del pasado al futuro viajamos en el gran Tren del Progreso. Pero veamos que trae aqu... A quines reconocemos a punto de abordar el gran Ferrocarril Nacional, donde todos pueden subir? Aqu viene corriendo un seor muy agitado. Es don Joaqun de la Cantolla. Me lleva el tren, me lleva el tren! clama don Joaqun desesperado. Qu le pasa?, cul es la prisa? me apresuro a decirle. Tengo que alcanzar a Efrn Aguirre Malpica responde don Joaqun. Y quin es ese seor?
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El falso aviador Efrn Aguirre Malpica contesta furioso, que se elev en los llanos de Balbuena acompaado de una cabra; el criminal loco, el alpinista y orador. El que se las da de mago, mi odiado rival que se llev en el ferrocarril a mi Ignacia, la nia de mis ojos. Aviador? pregunto, perdneme, pero es usted el temerario don Joaqun de la Cantolla y Rico, el que osadamente se atreve a viajar en globo para admiracin de todos? El mismo que viste y calza responde apresurado don Joaqun. Le pido que se calme, sobre todo si la Ignacia consisti por su propia voluntad en partir con Aguirre Malpica. No consinti en nada aclara don Joaqun muy enojado. Me entiende?, en nada. Aguirre Malpica se la llev hipnotizada. El delincuente hipnotizador me la rob y la trae sonmbula. Se la llev en el tren de Colima. El tren del progreso que se inaugur y viaja a Colima? En l viajan Efrn Aguirre Malpica y su Ignacia hipnotizada y sonmbula? pregunto. l asiente y tengo que decirle: Pues ese tren acaba de partir. Maldicin, mil rayos y centellas! Yo lo alcanzo en mi moderna bicicleta... No, mejor lo alcanzo en mi modernsimo automvil. Y si no, lo alcanzo en globo, que para eso soy aviador. Me voy... Efrn Aguirre Malpica... Ignacia... all voy... all voy... Y aqu es donde principia nuestro viaje en ferrocarril, vaaaa...monos, vaaaa...monos, se va el tren, se va...
Hugo Hiriart, La Catrina en Jos Guadalupe Posada. Mxico, SEP-FCE. 2005.
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La bicicleta es un buen ejemplo de un invento hecho por un grupo de personas que poco a poco lo perfeccionaron, a lo largo de muchos aos. Lo mismo ocurre con el avance de la ciencia. La bicicleta de bi, dos se debe al barn Von Drais quien, entre 1816 y 1818, construy la llamada draisiene, que eran dos ruedas unidas por un armazn de madera. Este artefacto obligaba al usuario a empujarse con los pies como en una andadera. A Kirkpatrick Macmillan se le deben los pedales y una estructura de acero, mejoras introducidas en 1839. Los hermanos Pierre y Ernest Michaux, en 1861, crearon la sacude-huesos o velocpedo, y colocaron los pedales en una rueda delantera de gran tamao con respecto a la trasera (stas fueron las primeras bicicletas que llegaron a Mxico). A James K. Starley, entre 1870 y 1885, se deben los rayos en las ruedas y la fabricacin a gran escala de la grandbi, la pennyfarthing o la rover. En 1874, H.J. Lawson cre la bicicleta segura, con cadena de transmisin y llantas de hule macizo. En 1888, John Body, veterinario de Belfast, introdujo el neumtico inflable, y con ello surgi la bicicleta como hoy la conocemos. En 1880, cuando llegaron las primeras bicicletas a Mxico, los transentes de la Alameda pidieron que se prohibieran, porque representaban un serio peligro para la integridad fsica de las personas que paseaban. Cmo funciona?
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Si se colocan dos engranes unidos por una cadena, uno del doble de dimetro que el otro, sucede lo siguiente: Por cada vuelta completa del engrane grande, el pequeo da dos vueltas, pues toda la velocidad del engrane de mayor dimetro se transmite a travs de la cadena de la bicicleta al engrane pequeo. Mientras una persona se esfuerza en dar una vuelta completa con los pedales, la cadena de la bicicleta hace que el engrane ms pequeo (estrella) de la rueda trasera avance dos veces la circunferencia de la llanta. Si la bicicleta tiene una llanta de 70 centmetros de dimetro, la bicicleta avanzar 2.2 metros por cada pedaleada completa. El chiste es que con pocas pedaleadas avancemos mucho. Con las bicicletas comunes podemos alcanzar velocidades de 30 kilmetros por hora. Sin embargo, con los diseos modernos se pueden alcanzar velocidades de hasta 95 kilmetros por hora en terreno plano: subidas y bajadas son otra cosa. Lo bueno de usar las bicicletas es que no contaminan, pues no requieren ms combustible que la energa de nuestro cuerpo.
Estn listos para andar en bicicleta?
Juan Tonda Mazn, La bicicleta en Los inventos. Mxico, SEP-Santillana, 2003.
No, abuela dijo Jorge. Y trata de portarte bien. S, abuela dijo Jorge. Puedes prepararme una taza de t, para empezar le dijo la abuela a Jorge. Eso te impedir hacer barbaridades durante unos minutos. S, abuela dijo Jorge. Jorge no poda evitar que le desagradara su abuela. Era una vieja egosta y regaona. Tena los dientes caf claro y una boca pequea y fruncida, como el trasero de un perro. Cunta azcar quieres, abuela? le pregunt Jorge. Una cucharada dijo ella. La mayora de las abuelas son seoras encantadoras, amables y serviciales, pero sta no. Al parecer, no le importaba nadie ms que ella misma. Era una miserable protestona. Jorge fue a la cocina e hizo una taza de t con una bolsita. Puso una cucharada de azcar, lo revolvi bien y llev la taza al cuarto. La abuela dio un sorbito. No est lo bastante dulce. Ponle ms azcar. Jorge volvi a la cocina, aadi otra cucharada, removi otra vez y se la llev a la abuela. Dnde est el platito? dijo ella. Jorge se lo trajo. Y qu pasa con la cucharilla, se puede saber? Ya lo revolv, abuela. Prefiero revolverlo yo dijo ella. Jorge le trajo una cucharita. Cuando los padres de Jorge estaban en casa, la abuela nunca le daba rdenes de esa manera. Slo cuando lo tena a solas empezaba a tratarlo mal. Sabes lo que te pasa? dijo la vieja, mirando fijamente a Jorge, por encima del borde de la taza, con sus ojillos maliciosos. Ests creciendo mucho. Los nios que crecen demasiado rpidamente se vuelven estpidos y perezosos. Pero yo no puedo remediarlo dijo Jorge. Claro que puedes dijo ella. Crecer es una fea costumbre infantil.
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Pero tenemos que crecer, abuela. Si no crecisemos, nunca seramos mayores. Bobadas, chiquillo dijo ella. Mrame. Estoy creciendo? Naturalmente que no. Pero t ya creciste, abuela. Muy poquito contest la vieja. Dej de crecer cuando era extremadamente pequea, al mismo tiempo que abandon otras feas costumbres infantiles como la desobediencia, la pereza, la voracidad, la suciedad, el desorden y la estupidez. T no has dejado nada de eso, verdad? Yo soy un nio pequeo, abuela. Tienes ocho aos resopl ella. Es edad suficiente para saber lo que haces. Si no dejas de crecer, pronto ser demasiado tarde. Demasiado tarde para qu, abuela?...
Roald Dahl, La maravillosa medicina de Jorge, Quentin Blake, ilus. Mxico, SEP-Alfaguara, 1987.
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despus me pasaron muchas cosas de sas que no son cosas as noms, cosas de los das de broncas, sino cosas de sas que yo llamo Maravillosas, Terribles y Extraordinarias. Muchas veces en los once aos que tengo, me dije que lo que ms quera yo en el mundo era que me pasasen cosas Maravillosas, Terribles y Extraordinarias. Pero a una chica de once, ms bien chaparrita, ms bien flaquita, un poco dientuda y con un pelo que siempre se le anda escapando por los costados, casi nunca le pasan cosas Maravillosas, Terribles y Extraordinarias. Esta historia empez un lunes. A m los lunes no me gustan y, adems, ese lunes me fui para la escuela con un poco ms de bronca que otros lunes porque mi mam quiso a toda costa que me pusiera el suter amarillo y las dos cosas que a m menos me gustan son los suteres y cmo me queda el amarillo. As que la maana empez con: No me puedo poner por lo menos el azul? Lo voy a lavar. Y si me pongo slo la blusa? Claro, as te resfras y tienes que faltar una semana a la escuela! Uf! Cuando yo digo "uf`" es porque mi mam ya gan (mi mam gana casi siempre). As que me fui a la escuela con cuatro broncas: la del lunes, la del suter, la del amarillo y la de que mi mam, una vez ms, me haba ganado la pelea. En fin. Lo nico bueno de esa maana fue que Paula me estaba esperando en la esquina para que entrsemos juntas. Yo siempre dije que Paula es una gran amiga (siempre y cuando no se deje engaar por las chocantes del saln). Qu raro, t de amarillo! dijo Paula. Y con eso me termin de estropear la maana.
Graciela Montes, Tengo un monstruo en el bolsillo, Gilberto Domnguez, ilus. Mxico, SEP, 1992.
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animal (las del filete de res, las del huevo de gallina o las de pescado, por ejemplo); sin embargo, son las ms caras. En cambio, las del maz, del trigo, del frijol, de la soya o del amaranto, son ms baratas
Agustn Lpez Mungua Canales, Alimentndose de estrellas en Alimentos. Mxico, SEP-Santillana, 2007.
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se pueden vender las cosas que tenemos y guardar el dinero para comprar otras cosas en otro momento; o se puede acumular el dinero. El dinero puede ser cualquier cosa que el grupo considere valiosa y que se transportable e intercambiable. Aunque ahora usamos sobre todo monedas y billetes, hay muchas cosas distintas y asombrosas que se han usado como dinero a lo largo del tiempo.
Mara Antonia Garca Fuertes, Pagar y cobrar. Mxico, SEP-Nuevo Mxico, 2007.
Al enterarse Tezozmoc de la muerte de Ixtlixchitl, recompens a sus asesinos y se hizo proclamar monarca de Texcoco. Decidido a borrar el recuerdo del legtimo rey asesinado y, sobre todo la amenaza que representaba Nezahualcyotl, comenz a perseguirlo. Ofreci premios y recompensas a quien lo llevara a su presencia vivo o muerto, y amenaz con castigar a los que lo ayudaran. Varios vasallos leales al prncipe lo ocultaron y llevaron con gran sigilo a la corte de Mxico, donde gobernaba Chimalpopoca, tercer tlatoani mexica y to materno de Nezahualcyotl. Desplazndose continuamente de uno a otro de los seoros vecinos, huyendo de da y velando de noche, como dice uno de sus bigrafos, con paciencia y astucia, Nezahualcyotl empez a preparar la reconquista de su reino. Un tiempo se refugi en Tlaxcala. Luego, para estar ms cerca de su patria, disfrazado de soldado se traslad a Chalco. Un da le pidi agua a una mujer que comenz a gritar para delatarlo. Sin opciones, Nezahualcyotl la golpe con su maza para evitar que sus enemigos lo atraparan. Los chalcas, sin embargo, lo apresaron, lo encerraron en una jaula y lo condenaron a muerte. Pero un hermano del seor chalca, llamado Quetzalmacatzin, se apiad de l y
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cuando llegaron los soldados a ejecutarlo, lo ayud a huir; cambi sus ropas con el prncipe y se qued en su lugar en la jaula. Quetzalmacatzin fue ajusticiado, pero Nezahualcyotl escap y pudo ocultarse en Huejotzingo y finalmente de nuevo en Tlaxcala. All plane cmo recuperar su reino.
Vamos a dejar aqu la historia y vamos a leer dos poemas de Nezahualcyotl, quien fue no slo un rey sabio, sino un poeta excepcional.
Si yo nunca muriera Me siento confundido, me aflijo, pienso digo: Si yo nunca muriera, si nunca desapareciera! Que all donde no hay muerte, a donde es derrotada, consiga yo llegar. Si yo nunca muriera, Si nunca desapareciera!
Compondr una obra de arte Compondr una obra de arte: soy poeta y mi canto perdurar en la tierra. Por mis cantos voy a ser recordado.
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71. El lbum de recuerdos de Fernando Mara Rubio. Un nio mexicano del siglo XIX
A veces las personas tienen recuerdos maravillosos y los guardan en lbumes como un gran tesoro!
Mis padres, Emilia Acevedo y Jos Ignacio Rubio, se casaron en 1861, estableciendo su domicilio en la calle de Factor nmero siete de la ciudad de Mxico. Soy el primognito de cinco hermanos: Guillermo, Clementina, Andelia y Emilia. Mi pap trabajaba como comerciante en su pequeo almacn, en donde venda artculos y artefactos de lujo, nacionales e importados. Su negocio se llamaba El Correo del Comercio, y tena un rico surtido de cristalera de bohemia, enormes relojes suizos, vitrinas italianas, espejos alemanes, bellos marcos de madera tallados en Mxico y sillones a la ltima moda de Pars. Algunas veces mam lo apoyaba por las maanas en el almacn, realizando las cuentas del negocio; por las tardes nos atenda a mis hermanos y a m. Mi nombre es Fernando Mara Rubio Acevedo. Nac el 12 de junio de 1864, en la ciudad de Mxico. Ese da ser siempre recordado por los mexicanos, porque llegaron a la capital dos prncipes europeos para gobernar nuestro pas, los archiduques Carlota y Maximiliano de Habsburgo. Desde 1862, los franceses haban intervenido militarmente a Mxico, e imponindose por la fuerza desconocieron al presidente Benito Jurez. Este es el primer relato que mis padres me mandaron hacer, cuando tena tres meses de edad, y que conservo en este lbum de recuerdos. El presidente Jurez Yo tendra poco ms de tres aos de edad cuando el breve imperio mexicano termin. Las tropas invasoras francesas que haban sometido al pas se retiraron y el archiduque Maximiliano fue fusilado en el Cerro de las Campanas, en Quertaro.
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En julio de 1867, el presidente Benito Jurez regres a gobernar, despus de un largo periodo de exilio por el norte del pas. Cuando Jurez lleg a la capital mexicana, el pueblo lo recibi con un arco triunfal, entre aplausos y vtores: Viva la Repblica! Viva Mxico! Viva el presidente Jurez! Mis padres me llevaron a esa fiesta popular, donde emocionado agit una banderita tricolor.
Gustavo Amzaga Heiras. El lbum de recuerdos de Fernando Mara Rubio. Un nio Mexicano del siglo XIX. Mxico, SEP-Gustavo Amzaga Heiras, 2006.
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que se trataba de un perro de su propiedad, y le pidi al dueo de La Casa de las Fieras que se lo devolviera. El dueo quera devolvrselo, pero, apenas se acercaba para tomar al perrito y sacarlo de la jaula, el len se erizaba y grua.
Crees qu el perrito regresar a su casa?
Len Tolstoi, El len y el perrito y otros cuentos. Mxico, SEP-Panamericana, 2002.
Mis primeros pasos fueron en la nuca de un maquinista, porque yo nac ah. Los primeros once das de mi vida, que es lo mismo que decir mi infancia entera, los pas montado en la cabeza del gigante que, a su vez, iba montado en un tren de mercancas y de vez en cuando atravesbamos alguna ciudad. Aquel gigante se llamaba Matas. Como yo no tena nombre, me pareci bien tomar el suyo. De esta manera, cuando alguien le preguntaba: Hola, Matas. Cmo va eso? Yo senta con agrado que tambin me llamaban a m. Y cuando l responda: Pues aqu estoy tan tranquilo, rascndome como de costumbre la cabeza. A m me daba por pensar que era yo el que pronunciaba aquellas palabras. Fuera de unos pocos remansos de tranquilidad, no he tenido una vida fcil. He viajado bastante, eso s, y he visto lo que he visto. La gente cree que los piojos slo sabemos picar y tirarnos a la bartola entre una y otra picadura, pero no es verdad. Cmo si no tuviramos nuestros propios sentimientos! Una espina he llevado siempre clavada en el corazn. Me refiero a la pena de no haber conocido padre ni madre.
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La verdad es que extraaba a mis padres, pero la verdad es que slo aprend que tena que chupar un poco de sangre y la gente se queja de eso, cuando ellos lo que comen son gallinas, peces, cerdos enteros hasta caracoles cocidos en salsa de tomate! Yo creo que, si nos comieran les sabramos riqusimos porque a nuestro huevo le llaman liendres. La gente prctica esa forma rara de ponerle a las cosas nombres. Mi liendre est pegada a la base de un pelo, cerca de la piel de la cabeza, porque claro, no estara bien que uno, al nacer, corriese el peligro de darse un trancazo contra el suelo. Si vamos a eso, tampoco los seres humanos nacen en las copas de los rboles. En la cabeza del maquinista predominaba el clima seco. Rara vez soplaba el viento. El calor apretaba sobre todo cuando el gigante, encerrado en la locomotora del tren, se calaba su gorra de pana.
Se imaginan a los piojos pensando en lo que hacen los seres humanos? Mejor no traerlos en la cabeza.
Fernando Armburu, Vida de un piojo llamado Matas. Mxico, SEP-Tusquets, 2005.
74. El zonzo
A veces, cuando mam nos ordena realizar algn mandado, nos da flojera y hacemos las cosas tan de mala gana que todo sale mal.
Este era un muchacho muy flojo que viva durmiendo o subido en el tapanco meneando las piernas. Su pobre madre, aburrida de ver que su hijo era tan bueno para nada, pens en mandarlo a la iglesia a ver si los santos lo componan. As que lo mando a misa; el muchacho fue y pas en la parroquia toda la maana. Viendo su madre que no apareca, se entusiasm pensando que a lo mejor haba encontrado algo que llamar la atencin en la vida y que quiz le gustara aprender para padrecito.
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En esas estaba, cuando vio llegar al muchacho tan cansado como se haba ido, y, al preguntarle qu tanto haba estado haciendo en la parroquia, el muchacho slo pudo decirle: Pues all tienes que el padrecito sali buscando algo; lo buscaba en la mesita, entre las servilletas y hasta en las hojas de los libros y de cuando en cuando se volteaba y nos deca: No lo encuentro, no lo encuentro. Y as sigui, hasta que se puso de rodillas y se fue, yo creo que aburrido de no hallar nada. Despus sali otro y despus otro y cada uno distinto; pero ninguno encontr lo que haba perdido. La mam se dio cuenta de que su hijo no estaba llamado para el sacerdocio, y decidi habilitarle un cajoncito de hilos, agujas, botones, encajes de bolillo y listones de colores. Le colg el cajn del cuello y lo mand a la ciudad. El muchacho se fue muy contento a la ciudad. La recorri toda y por ms que pregonaba y pregonaba Encaje de bolillo!!,encaje de bolillo!!, no le compraron y, como el muy zonzo de todo se cansaba, se cans tambin de andar en la ciudad y pens en irse mejor a recorrer caminos, y quizs all encontrara marchante. En el camino encontr un nicho donde estaba un santo con su cepo para las limosnas. Y como estaba muy en despoblado y el aire soplaba muy fuerte, le meneaba al santo la cabeza. Al ver eso el Zonzo, le dijo al santo: Quieres comprarme el encaje? Y como el aire le daba en la cara pareca decir que s. El muchacho alborotado comenz a sacar encajes y le ensaaba uno tras otro, y entusiasmado de haber encontrando tan buen comprador se los dej todos.
Pascuala Corona, El zonzo en El pozo de los ratones y otros cuentos al calor del fogn. Mxico, SEP-FCE, 2003.
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despus, ambos se proponan pasar algunos das en las playas de Cancn y de Cozumel. El ltimo contacto que tuvieron con ellos fue una llamada telefnica, desde Sayil, la noche del 20 de marzo. Jorge Snchez era un hombre de mediana edad, yucateco, pero ms alto que el promedio de sus paisanos. Junto con los gemelos recorrera el itinerario de Dominique y Denis y, desde el principio, se mostr como digno de confianza
Viater Lefrancois, La bella Mrida en El misterio de la mscara de serpiente. Mxico, SEP-Artes de Mxico, 2003.
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por el fuego. Avergonzado por el valor de su rival, Tecuciztcatl se enfrent finalmente al fuego. Y tambin muri. Todos los dioses alzaron la mirada al cielo, que se torn de un rojo magnfico. En lo alto, al este del horizonte, flotaba Nanahuatzin, que ya no era una figura pobre y enferma, sino el esplndido Sol, que emita rayos de deslumbrante luz sobre la Tierra. Los dioses lo llamaron Tonatiuh, y fue el Quinto Sol. De pronto, otra luz apareci por el este. Era Tecuciztcatl, el dios orgulloso pero cobarde. Los dioses consideraron que dos soles daran demasiada luz a la Tierra, as que uno de ellos lanz un conejo a la cara de Tecuciztcatl, que as se convirti en la Luna. Cuando hay luna llena an se puede ver el conejo en su cara. Haba pues un Sol y una Luna, pero no tenan movimiento. Tuvieron que morir uno a uno todos los dioses para que el Sol pudiera moverse por el cielo; as es como el Quinto Sol se convirti en el nico que an vemos hoy en da.
Mary Hoffman, El quinto Sol en Cuentos del Sol, la Luna y las estrellas. Mitos, leyendas y tradiciones de todas las culturas. Mxico, SEP-Distribuidora Marn, 2007.
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a los nios hacer un mueco y una mueca de nieve y escuchando sus gritos alegres, cuando una gran resolucin emergi del corazn de Ivn y exclam: Mara, salgamos a construir nuestra propia mueca de nieve!. A su esposa le gust la idea. S, as pasaremos una maana agradable dijo. Pero en vez de hacer una mueca de nieve, vamos a hacer una nia de nieve. As podremos cuidar de ella como si fuera real. No podemos tener nios pero nadie puede impedir que hagamos nuestra propia hija de nieve! Y, bien abrigados, con botas, sombrero y bufanda, salieron al jardn. Mara e Ivn estaban tan emocionados con su plan que pronto se olvidaron del fro. Trabajaron con toda la fuerza de sus viejos brazos hasta que reunieron nieve suficiente para formar a la criatura. Finalmente, le pusieron la cabeza de nieve. Sus vecinos estaban bastante sorprendidos al ver la pareja de ancianos tan ajetreada y riendo con la nieve. Qu estn haciendo?, se preguntaban unos a otros. Mara e Ivn se sentan cada vez ms felices a medida que modelaban con cuidado los ojos, las orejas, la nariz y la boca. Finalmente, la nia de nieve qued terminada. Dejando sus huellas sobre el suelo helado, la pareja se alej unos pasos para admirar el resultado de su trabajo. Mara no pudo resistir acercarse ms a la criatura de nieve. Con suavidad, coloc su mano sobre la mejilla de la nia de nieve y empez a llorar. Sinti una brisa fresca en su rostro. Con asombro, se dio cuenta que era aliento humano, procedente de la boca de la nia. Al acercarse, se encontr a s misma mirndose en un par de profundos ojos azules.
Qu lindo principio de cuento! Cmo seguir? Podemos pasarnos un buen rato imaginando qu sigue. O podemos buscar el libro y saber qu dice.
Josephine Evetts-Secker, Copo de nieve en Cuentos de madres e hijas. Mxico, SEP-Omega, 2007.
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Y aqu estamos. Ahora dominamos el planeta y nos va bastante bien. Pero nos puede pasar como a los dinosaurios? A largo plazo las cosas no pintan demasiado bien. Recuerda que nuestro bonito planeta azul tiene un montn de horribles secretos escondidos. Hemos enviado a uno de los cientficos encogidos al corazn ardiente de la Tierra para que descubra ms cosas...
Nick Arnold, El fin de los dinosaurios en La sorprendente ciencia de todas las cosas. Mxico, SEP-Ocano, 2007.
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La Tierra es como una pelota: no tiene parte de arriba ni parte de abajo. Creemos que tiene una parte encima y otra debajo porque la vemos as en un dibujo, pero la podramos dibujar en cualquier sentido. Cubierta de agua A menudo se llama el planeta azul, porque el agua de sus ocanos cubre dos terceras partes de superficie. Entre los ocanos, enormes bloques de tierra forman los cinco continentes en los que viven las personas. En los continentes tambin hay agua: ros, arroyos, lagos y fuentes subterrneas que proporcionan agua dulce. Un planeta en el Universo En un rincn del Universo, la Tierra gira sin detenerse nunca. Da vueltas alrededor del Sol y sobre ella misma. Es un planeta. La Tierra y el Sol Durante mucho tiempo, se pens que la Tierra era inmvil y estaba en el centro del Universo, en medio de un cielo estrellado; adems, que el Sol daba vueltas a su alrededor. Hace poco ms de 500 aos, Nicols Coprnico demostr que la Tierra no estaba en el centro del Universo, sino que daba vueltas alrededor del Sol junto con otros planetas del Sistema Solar, pero al principio casi nadie le crey.
Anna Alter, La Tierra es redonda en El Universo. Mxico, SEP-Larousse, 2002.
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Les preocupa el amor. Los amorosos viven al da, no pueden hacer ms, no saben. Siempre se estn yendo, siempre, hacia alguna parte. Esperan, no esperan nada, pero esperan. Saben que nunca han de encontrar. El amor es la prrroga perpetua, siempre el paso siguiente, el otro, el otro. Los amorosos son los insaciables, los que siempre qu bueno! han de estar solos. Los amorosos son la hidra del cuento. Tienen serpientes en lugar de brazos. Las venas del cuello se les hinchan tambin como serpientes para asfixiarlos. Los amorosos no pueden dormir porque si se duermen se los comen los gusanos. En la obscuridad abren los ojos y les cae en ellos el espanto. Encuentran alacranes bajo la sbana y su cama flota como sobre un lago.
Los amorosos son locos, slo locos, sin Dios y sin diablo. Los amorosos salen de sus cuevas temblorosos, hambrientos, a cazar fantasmas. Se ren de las gentes que lo saben todo, de las que aman a perpetuidad, verdicamente, de las que creen en el amor como en una lmpara de inagotable aceite. Los amorosos juegan a coger el agua, a tatuar el humo, a no irse. Juegan el largo, el triste juego del amor. Nadie ha de resignarse. Los amorosos se avergenzan de toda conformacin. Vacos, pero vacos costilla, la muerte les fermenta detrs de los ojos, y ellos caminan, lloran hasta la madrugada en que trenes y gallos se despiden dolorosamente de una a otra
Jaime Sabines, Los amorosos en Horal La seal. Mxico, SEP-Joaqun Mortiz, 2002.
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82. El unicornio
En la Edad Media el unicornio era uno de los animales ms populares: los pintores se inspiraban en l, se labraba su esbelta figura en las puertas de los castillos, adornaba copas, tapices y vitrales. El unicornio era un pequeo caballo blanco, gil a veces recubierto por un pelaje suave y abundante, y de su frente sobresala un cuerno en espiral del ms puro marfil. No cualquier cazador poda atraparlo. Era necesario que una doncella se sentase, tranquila y en silencio, en la espesura del bosque. El unicornio quedaba cautivado y se acercaba a recibir las dulces caricias de la dama. Si un joven se vesta como una muchacha y en todo se comportaba igual que una doncella, el unicornio se aproximaba mansamente. El chiste era tratarlo con delicadeza. Bueno, y para qu quera nadie atrapar un unicornio? Pues resulta que su afilado cuerno tena mgicos poderes y serva de antdoto contra los peores venenos.
El unicornio en Animales fantsticos y ms leyendas, Mxico, SEP, Colibr, 1995
En esta bolsa de tela aadi mi mam mete las monedas. Ten mucho cuidado con ellas, no las vayas a perder ni dejes que te las roben. Al principio me daba mucha vergenza andar pegando de gritos por las banquetas. Senta que todos se volvan a mirarme y decan: Luego luego se nota que este nio es un principiante. Pero en cuanto vend mi primer peridico me dio tanto gusto que se me acab la vergenza. Poco a poco me fui acostumbrando a gritar las noticias y a ir cobrando de cinco en cinco centavos. Aunque mis paps me dijeron que no me alejara mucho de la esquina de avenida Madero e Isabel la Catlica, muy pronto me dio por callejear ms all. Al poco tiempo ya conoca todas las esquinas y callejones del rumbo. Tambin empec a tener amigos: Chucho, que iba y vena con su cajn para bolear zapatos; don Justo, que venda cachitos de lotera; Samuel, que tena un puesto de tacos y que a veces, cuando estaba de buen humor, me regalaba uno; Aniceto, el organillero, y muchos ms, todos los mendigos de Catedral y todos los vendedores del Centro. Segn qu tal ande de suerte o que tan buena sea la noticia, a veces vendo los peridicos muy pronto, como la semana antepasada, cuando la final de futbol, o como hace algunos meses, cuando le dieron un balazo a don Pascual justo el da en que empezaba a ser presidente de Mxico. La gente, en vez de ir a la Cruz Roja a esperar noticias sobre su salud, compraba el peridico y as se enteraba de todo lo que pasaba. El dinero que saco de las ventas se lo paso toditito a mi mam, y de ese dinero ella me da quince centavos cada domingo.
Francisco Hinojosa, Entre peridicos y zapatos en A golpe de calcetn, Rafael Barajas El Fisgn, ilus. Mxico, SEP-FCE, 1986.
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84. Fantasmas de da
Hay gente que ha tratado de imaginar que al morir, una persona puede seguir sintiendo y razonando como cuando estaba viva. Eso es lo que sucede en esta lectura.
Su voz sonaba diferente a la de todos los das, como si estuviera muy asustado. No puede estar muerto. Este barranco no tiene mucha profundidad, al menos no tanta como para matarse..., a nosotros no nos ha pasado nada. No le late el corazn. Y cuando el corazn deja de latir, uno se muere. Me encant sentir que incluso Seve pareca asustado. Adems, me emocion al ver lo preocupados que estaban con mi muerte. Era estupendo notar que me queran, como tambin yo los quera, aunque jams me haba dado cuenta de ello hasta ese momento. Levant una mano para quitarles la preocupacin, porque me daba pena verlos sufrir. Pues bien, ellos, en lugar de agradecrmelo, dieron un paso atrs y se pusieron a gritar como conejos. Se movi! Entonces, para que volvieran a quererme otra vez, volv a quedarme quieto y con los ojos cerrados. Hasta o cmo se acercaban de nuevo, primero Seve, luego Rodrguez, y al final Jos Ignacio. Me dieron ganas de asustarlos otra vez; pero, como estaban tan callados, empec a preocuparme, as que decid dar un golpe de efecto. Me puse de pie de un salto, y grit: Estoy vivo! Pero no puede ser... dije. Y quise ser valiente, no asustarme demasiado, aunque tena muchas ganas de llorar, porque de repente record que faltaban pocos das para mi cumpleaos. Y mi abuelo haba dicho que a lo mejor, si me portaba bien, me regalaban una bicicleta de carreras, y es una lata morirse precisamente cuando hay posibilidades de tener una bicicleta, porque yo creo que me estaba portando bien. No puede ser repet, porque quera convencerme a m mismo de que morirse no es tan fcil. Si estuviera muerto de verdad, no podra hablar ni andar, y adems los veo. Eso no importa. A lo mejor los muertos ven a los otros.
CUARTO GRADO
Empec a sentir mucho miedo, porque ellos me miraban asustados, sin decir nada. Al fin, Seve se llev la mano al pecho, se puso plido, y empez a tartamudear: A m tamp... taaampoco me la... la... laaate... grit.
Qu le pas a Seve?
Luca Baquedano, Fantasmas de da. Mxico, SEP- SM, 2002.
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porque en su pueblo no nieva; pero cuando fue a buscarla se la haban robado. Yo no saba si hablaba en serio o en broma, y estaba muy asombrada mirndolo. El da que vino Sonia a conocerlo, el to Teo haba salido con mi madre. Nos quedamos las dos esperndolo en la puerta y nos pusimos a cambiar estampitas. Un montn de hermanos de Sonia vinieron a molestarnos. Me das una? No; son de mi to Teo. Ellos se volvieron a mirar a los seores que estaban en la cafetera de la esquina jugando con las mquinas tragamonedas y haciendo los crucigramas del peridico, y preguntaron muy sorprendidos. A tu to le gustan las estampitas?
Pilar Mateos, Mi To Teo. Mxico, SEP-Anaya, 2002.
Todas las maanas, camino a las obras, se detena un momento a contemplar el trabajo de los escultores que tallaban en piedra relieves y jeroglficos que narraban las historias de los gobernantes. Cuando el palacio qued terminado entraron los muralistas y empezaron a decorarlo hasta el techo con escenas religiosas y de la vida diaria. De regreso a su casa, le daba gran gusto ver tantas construcciones bellamente adornadas. Era la obra de todos. Era suya y sera de sus hijos. l y todos los que con sus manos haban creado el esplendor y la belleza del centro ceremonial, vean a lo lejos a los dirigentes ataviados con grandes penachos de plumas, joyas y flores, que infundan respeto y admiracin a su paso. Despus del trabajo en la construccin, regres cansado a su choza.
CUARTO GRADO
Mientras coma con su mujer, platicaron de los manjares que estaran comiendo los sacerdotes y los gobernantes. Contempl a su hijito dormido y lo imagin crecido, campesino como l. l no conoca otra cosa que su pueblo. Tal vez el pequeo llegara a ser cargador de mercaderas de algn comerciante y le tocara conocer tierras lejanas. Los comerciantes, al igual que los gobernantes y los sacerdotes, formaban parte de la nobleza. Iban de una comunidad a otra llevando productos para cambiarlos por otros. Te cambio la carga de frijoles por dos mantas deca alguien. El vendedor calculaba: "Cada manta representa un mes de trabajo, por lo que vale tres puados de granos de cacao. Entonces me cambia los frijoles por seis puados de granos de cacao". S deca el vendedor, acepto.
Mercedes de la Garza, Mayas y Aztecas. Mxico, SEP- CONAFE, 2000.
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De esta manera, su religin fue modelndose sobre la creencia en seres fantsticos, dioses y monstruos diversos, es decir, en torno a los mitos. Tambin su grandiosa y extensa produccin literaria est repleta de ellos, pues entre otros propsitos, tuvieron la finalidad de mostrar una gran variedad de virtudes y defectos, humanos y divinos. Adems de haber observado y estudiado la naturaleza humana, los antiguos griegos tambin fijaron su atencin en el firmamento: su fantasa les permiti ver ciertas figuras en grupos de estrellas del cielo nocturno unidas con lneas imaginarias, a las que llamaron constelaciones. De acuerdo con su forma, ya fuese de animales, objetos o personas, le fueron confiriendo nombres, sobre todo relacionados con sus mitos. En un principio, el conocimiento de la trayectoria de los astros y la posicin de las constelaciones en la bveda celeste asegur a los navegantes la llegada a sus destinos. Al paso de los aos, stas fueron trazadas en forma de mapas para medir el tiempo y explicar los mitos mismos. Con el advenimiento del cristianismo, la antigua religin politesta desapareci y los pueblos dejaron de creer en los viejos dioses griegos y romanos.
SEP. UNAM. Un ao mirando al cielo. Mxico, Boletn informativo de la Coordinacin de la Investigacin Cientifica. Ciudad Universitaria, 5 de noviembre de 2009, ao IX, No. 104 Pag. 10
88. Kincah
Qu fiestas hay en su barrio o colonia? Cules les gustan ms?
Kincah es como decir da del pueblo, fiesta del pueblo. Aqu en Xohuayn la celebramos en mayo. El 15 es el bueno, da de san Isidro Labrador, pon el agua, quita el sol. Este santo es nuestro patrn, por eso en la celebracin procuramos llevarle matas de maz como ofrenda, para que l conteste bendiciendo las milpas.
CUARTO GRADO
Todas las familias se preparan para la fiesta con algo de dinero y ropa nueva. Si se tiene ganado, vendes un animal y ya tienes unos centavos para gastar. Si no, tienes que irte de jornalero varios das y guardar para que no te quedes atrs; as le hace mi pap. La fiesta la organizan los que quieren entrar de interesados, siempre y cuando sean de nosotros. Si alguien de otro pueblito gusta entrar, lo dejan slo si es muy conocido y muy amigo de los xohuamilos. Los interesados juntan el dinero, contratan a los msicos, a los toreros y cada uno arma su palco en el circo; adems prestan sus animales para la corrida. Ellos cobran las entradas; para los toros y el baile no es mucho, y dicen que no es negocio sino pura devocin y gusto. A lo mejor en la corrida no es negocio porque pagan nada ms los hombres y las mujeres que ya no son nios, y a lo mejor en el baile tampoco porque dan su dinero solamente los muchachos que entran al saln; pero en donde s es negocio es en la cerveza porque venden mucha y dice mi pap que la dan dos veces ms cara de lo que se consigue en Oxkutzcab o en Tekax. La fiesta se inicia de preferencia un jueves, para terminar el domingo con baile o el lunes con una charlotada o corrida de diversin o vacile. Esto se hace para que el sbado y domingo vengan ms gentes de otros pueblos ya que no hay pendientes de trabajo. El primer da en la noche es vaquera, con orquesta de jarana, y que dicen los muchachos es un baile para matar hormigas. Los das siguientes en la maana salen los gremios a la iglesia, y en la noche se baila para abrazar muchachas. La cerveza es todo el tiempo. La madrugada del 15 se dan maanitas a san Isidro, luego viene la misa como a las diez y en la corrida se saca al santo en procesin adentro del circo para que la gente d su limosna. Aqu es cuando el sacerdote se pone contento, aunque no entienda maya. En la noche viene otro baile y as nos la pasamos hasta cumplir los cuatro o cinco das de fiesta.
En las fiestas podemos conocer los rostros y corazones de muchas personas; quizs por eso algunas fiestas perduran a travs de los aos. Qu fiestas celebran con su familia? Seguirn celebrndose cuando ustedes sean mayores?
Jess Guzmn Uristegui, Kincah en Romn un nio del Puuc. Mxico, SEP, 1997.
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olvidar que est en esta miserable posicin en la esquina del zagun, que la odiosa criada Matilde establece sobre ella una cuidadosa vigilancia para que cumpla su castigo, de olvidar que mam ha ido a la costurera, quien acaba de recibir no s cuntos encajes y telas de la misma Francia. Y lo peor es que el castigo va a durar hasta que mam regrese.
Marins Medero, Al otro lado de la puerta. Mxico, SEP, 1986.
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91. Mundo TV
Descubran, con el personaje de esta historia, que en la TV no todo es como parece...
Piensen en algo que los haya hecho muy felices. Listos? Ahora multiplquenlo por cien, aumntenle seis ceros y triplquenlo. As fue exactamente como me sent cuando llegu a Mundo TV. Era el lugar ms dichoso y bonito que haba conocido en mi vida. Con decirles que hasta los pjaros estaban peinados y maquillados; las palmeras eran de plstico, as que jams perdan las hojas; en la arena de la playa no haba ningn bicho; el agua del mar era tibia, teida de azul, y slo llegaba hasta las rodillas. Y el sol no quemaba (porque no haba, pues en realidad eran reflectores). Camin un tramo por la playa hasta que apareci una chica muy guapa: se llamaba Wendy y era una de las detectives de la serie. Oh! Un nuevo personaje. Bienvenido dijo mostrndome una sonrisa que me deslumbr. T debes ser un nuevo Tim. Originalmente, los chicos de la serie se llamaban Tim, Tom y Ted, y las chicas eran Cindy, Sandy, Mandy y Wendy. Me explic que haba por lo menos unos treinta de cada uno, as que, si no quera ser Tim, poda elegir a otro o inventar un nuevo personaje. Me llev hasta la mansin. Ah estaban todos los habitantes de San Bartolo Chico que haban entrado en la serie. Estaban vestidos de acuerdo con sus personajes y la mayora dormitaba en unas sillas o en la alfombra. Y por qu estn ustedes aqu? pregunt, algo confundido. Porque en este momento la serie no est al aire explic Wendy. No entiendo... Claro, crees que hacemos nuestro papel entre comerciales o mientras llega la hora del programa? No lo haba pensado. Como ves, no hacemos nada. Sera tonto actuar si nadie nos va a ver.
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Dnde est lo dems? pregunt asustado. Y los yates, las otras mansiones, los casinos, los pases exticos? Ya te dije: mientras no comience el captulo, eso no existe. De todos modos, decid explorar y descubr algunas cosas bastante peculiares: casi todas las paredes eran de madera pintada, los cuartos no tenan techo (porque casi nunca se ven). Me sorprendi descubrir que no haba baos. Claro, no hay rio Wendy. Cundo has visto en la tele que un personaje use el escusado? Tena razn. Adems, me di cuenta de otras cosas: nadie tena los dientes chuecos, ni barros; cuando mirabas a alguien que te gustaba, sonaba una musiquita romntica de la nada, y para ir a un sitio, slo tenas que decirlo y ya estabas all, nada de subir escaleras o recorrer pasillos. Si pronunciabas una mala palabra, se escuchaba un pitido que cubra la grosera. Si queras correr o dar un salto, empezabas a moverte en cmara lenta, para darle dramatismo. Todos usbamos ropa nueva, limpia, y los personajes maduros tenan las canas y las arrugas pintadas. Tambin me di cuenta de que nadie sudaba ni ola feo, y todos tenamos las pestaas rizadas y chapas en las mejillas.
Jaime Alfonso Sandoval, Mundo TV en Confidencias de un superhroe. Mxico, SEP-Castillo, 2008.
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Es mucho, Hermano Sol, lo que yo puedo hacer... Yo hago volar por los aires sus sombreros, dejo sin abrigo a sus wawas (bebs) y sin techo a sus casas. Sin m no podran despajar en las trillas. El Sol respondi: Con mi calor consigo lo que quiero, los hago correr buscando abrigo y sombra bajo los montes y refresco en el ro. Los hago sudar y quitar sus ponchos, desnudos tienen que trabajar por mi calor. Y a ti tambin, Hermano Viento, puedo quitarte el sombrero, la capa y el saco. El Viento y el Sol compitieron. El Viento empez a soplar con fuerza pero no consigui quitarle el sombrero al Sol, ni mover uno slo de sus rayos, ni apagar la chispa de sus ojos. Cuando lleg su turno, el Sol comenz a calentar ms y ms. Tan grande era el calor que el Viento, sofocado y sudoroso, se quit el sombrero de alas. Despus se quit la capa y el saco. Desde entonces reina el Sol y al Viento se le ve vagando desnudo por los caminos, silbando su derrota.
El sol y el viento en Federico Navarrete Linares (coord.), Hijos de la primavera: vida y palabras de los indios de Amrica, Andrs Snchez de Tagle, ilus. Mxico, SEP-FCE, 2001.
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Pues muy recin salido del cascarn, y tan pequeo que caba aun en la palma de la mano, le regalaron este caimn a David, que tambin era un nio muy pequeo. l le puso ese nombre, tan sonoro, que al caimn le gust bastante. "Sputnik pens, es un buen nombre de caimn." Los dos crecieron, Sputnik y David. Su familia educaba a David. David educaba a Sputnik. David aprendi a comer con cuchara, tenedor y cuchillo, a multiplicar, sumar y restar. A escribir. Hasta a dividir aprendi! Tambin supo muchas cosas del padre Hidalgo y de los campanazos y el grito de Dolores; nada ms no estaba claro si de veras algo le dola o nada ms as se llamaba el pueblo. Sputnik aprendi a beber sidral deteniendo la botella en la boca. Fue varias veces a jugar futbol y daba colazos al baln y meta gol; corra muy aprisa en lnea recta, pero tardaba mucho en dar la vuelta, y se trag el baln dos veces; as ya no se poda jugar con l (ni con nadie, con cul pelota?). Como ven, Sputnik haba crecido bastante. l y David se acompaaban y paseaban juntos. Juntos fueron un da a nadar a la alberca y la gente grit y se sali, protest adems: no queran baarse con ese animal en la misma agua. Una seora gorda abrazaba a sus hijos, lloraba y se quejaba: Ese monstruo se los va a comer! Ya parece, gucala dijo David... Antes de ponerse el sol, las palomas de la iglesia revoloteaban mucho y daban vueltas y vueltas encima de la gente. No siempre eran pulcras y lanzaban feas plastas de caca sobre los pelos de las seoras mejor peinadas o en la solapa de los novios mejor vestidos de dril blanco, o sobre sus guayaberas bordadas. David y Sputnik se rean mucho de esto, se rean tanto y con tan grandes bocas que en una carcajada Sputnik se trag cinco palomas distradas. Su familia haba prohibido que David llevara a Sputnik a la escuela. "No quieren que me eduque", pensaba el caimn...
Emilio Carballido, La historia de Sputnik y David, Mara Figueroa, ilus. Mxico, SEP-FCE, 2001.
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Iba a matarlo, pero de pronto repar por primera vez en el animal. En sus ojos se dibujaba un pnico infinito. Su aspecto era de gran cansancio: se notaba claramente que haba luchado durante muchas horas para desprender su pata de la trampa. Lo contempl un momento con atencin y sinti pena por l. Dud un instante y, cuando por segunda vez intentaba matarlo, escucho una tmida voz que deca: Por qu vas a matarme? Tienes hambre? El cazador, desconcertado y con un poco de vergenza, contest: No, lo que me interesa de ti es nicamente tu piel. Entonces, tienes fro? volvi a preguntar el zorro. Bueno, no exactamente. En realidad no es para m, sino para venderla. Con ella harn una hermosa estola. Que le quitar el fro a alguien agreg el zorro. El cazador no contest y sinti por primera vez un malestar enorme. Te propongo un trato dijo el zorro. Como t lo que quieres de m es slo piel, no me mates y yo ir a entregrtela. De verdad? pregunt el cazador incrdulo, pensando que el zorro quera engaarlo. Palabra de zorro dijo aquel mirndolo a los ojos. Est bien dijo el cazador, que en ese momento se senta incapaz de hacerle dao, aunque te confieso que no s como lo hars...
Cmo le har el zorro para quitarse la piel?
Tere Remolina, Un cambio de piel. Mxico, SEP-Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1992.
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Captulo II Del singular combate que sostienen los ejrcitos hormiguescos y el paquidermo, con todo lo tocante a la aparicin de nuestra herona. El sonido del tambor a las tropas desanimaba: el enorme destructor por la selva se aproxima! Luego mueve la criatura Su panzota y su cabeza, y los bichos, de esa altura, van a dar a la maleza. Y se lanzan todas ellas contra el bruto, de tal suerte, que unas quedan viendo estrellas, y otras topan con la muerte. Son en balde sus esfuerzos dice riendo el criminal, y aunque vuelvan con refuerzos triunfar de modo igual. Slo algunos soldadillos han montado por la trompa, Y le pican los carrillos, las orejas y la trompa. Algo ocurre, sin embargo, en la nuca del bobote. Una hormiga va a lo largo de la arruga del cogote! Y lo tachan de tarugo, de diablico y de feo, ms no siente aquel verdugo ni siquiera un hormigueo. Y le gritan a la chica los insectos del lugar: Estranglalo, primica! No lo dejes respirar!
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100. Rafles
Mam! No grites, Natacha, qu quieres? Que vengas. Ya te o, pero estoy trabajando, qu quieres? Veeen. No me puedes decir qu quieres y desde ac te contesto?! No, quiero que veas. Qu vea qu? ...que te quiero hacer una pregunta. Si es una pregunta no hace falta que vea. S... ven, te digo! La puedo or, Natacha; dime y deja de gritar, que nos van a correr del edificio. Veeeennn!!! ... (no, del edificio no, nos van a correr de la ciudad). Ya, mami... por fas, ven. Ya te dije que no. ... ... (Silencio que presta atencin al otro silencio). ... (Silencio muy sospechoso). Natacha, qu ests haciendo? ... (ruidos, risa) Natacha! Me quieres decir qu ests haciendo? Mira que voy! No, no vengas Cmo que no vaya!? Claro que voy! No, mam! En serio, por favor no vengas! Faltaba ms, ahorita mismo voy a ver qu ests haciendo. ... Natacha, abre la puerta. No puedo. Quieres abrirla, por favor?!
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No, ma, no hace falta. Qu no hace falta?! Ya est, ma. Qu cosa ya est?! Lo que te deca que vengas, ya no importa. Qu rompiste, Natacha?! Ots, nada mami. Y ese ruido? No habrs roto la cajita de msica?! Cul? La que te regal la abuela, no la habrs roto, no?! Al fin que ni estaba tan bonita. Cmo estaba!? La rompiste? Te mato, Natacha, abre la puerta. No fui yo, mami, fue Rafles. Quin es Rafles?! ...(Ay). Natacha! Quin es Rafles? ... (ay, ay, ay). Qu son esos ruidos? Nooo!!! Natacha! Tienes un perro ah!!! ...te dije, mam, que ya no importaba (abre la puerta). De dnde sacaste ese perro?! No te preocupes, mami, lo encontr en la calle. En la calle!? Ahorita mismo lo sacas de la casa, ya! No!, si el se va, yo tambin me...
Cmo seguir esa conversacin? Se la imaginan? A veces as hablamos las mams y los hijos, o no?
Luis Mara Pescetti, Rafles en Natacha. Mxico, SEP-Alfaguara, 2002.
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La mosca que soaba que era un guila Haba una vez una mosca que todas las noches soaba que era un guila y que se encontraba volando por los Alpes y por los Andes. En los primeros momentos esto la volva loca de felicidad: pero pasado un tiempo le causaba la sensacin de angustia, pues hallaba las alas demasiado grandes, el cuerpo demasiado pesado, el pico demasiado duro y las garras demasiado fuertes; bueno, que todo ese gran aparato le impeda posarse a gusto sobre los ricos pasteles o sobre las inmundicias humanas, as como sufrir a conciencia dndose topes contra los vidrios de su cuarto. En realidad no quera andar en las grandes alturas, o en los espacios libres, ni mucho menos. Pero cuando volva en s [cuando despertaba] lamentaba con toda el alma no ser un guila para remontar montaas, y se senta tristsima de ser una mosca, y por eso volaba tanto, hasta que lentamente, por la noche, volva a poner las sienes en la almohada... El espejo que no poda dormir Haba una vez un espejo de mano que cuando se quedaba solo y nadie se vea en l se senta de lo peor, como que no exista y quiz tena razn; pero los otros espejos se burlaban de l, cuando por las noches los guardaban en el mismo cajn del tocador dorman a pierna suelta satisfechos, ajenos a la preocupacin del neurtico. La rana que quera ser una rana autntica Haba una vez una rana que quera ser una rana autntica, y todos los das se esforzaba en ello.
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Al principio se compr un espejo en el que se miraba largamente buscando su ansiada autenticidad. Unas veces pareca encontrarla y otras no, segn el humor de ese da o de la hora, hasta que se cans de esto y guard el espejo en el bal. Por fin pens que la nica forma de conocer su propio valor estaba en la opinin de la gente. Comenz a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando no le quedaba otro recurso) para saber si los dems la aprobaban y reconocan que era una rana autntica. Un da observ que lo que ms admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus piernas, de manera que se dedic a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y senta que todos la aplaudan. Y as segua haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una rana autntica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las coman, y ella todava alcanzaba a or con amargura cuando decan que qu buena rana, que saba a pollo. La cucaracha soadora Era una vez una cucaracha llamada Gregorio Samsa que soaba que era una cucaracha llamada Franz Kafka que soaba que era un escritor que escriba acerca de un empleado llamado Gregorio Samsa que soaba que era una cucaracha.
Esta ltima fbula tiene que ver con un libro famossimo, La metamorfosis, escrito por Franz Kafka. Uno de estos das algunos de ustedes ojal que todos lo van a leer. Cuando eso suceda, acurdense de esta lectura de hoy y recuerden a sus compaeros, su escuela, sus maestros.
Augusto Monterroso, Cuatro fbulas del siglo XX en La oveja negra y dems fbulas. Mxico, SEP-FCE, 2001.
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Por ejemplo, sabas que algunos tipos de mosquitos machos ejecutan una danza especial para atraer a la hembra antes de copular?; qu muchos insectos son excelentes jugando a las escondidillas?; que algunos rocan veneno?; que unos cuantos parecen comer sin cesar y que otros son sumamente agresivos? Los insectos fueron los primeros habitantes de la tierra y evolucionan desde hace ms de 400 millones de aos, mucho antes de que aparecieran los primeros seres humanos. Casi todos sus patrones de conducta como formar enjambres, tratar de estar limpios, salir a cazar o migrar son innatos. Sin embargo, algunos insectos parecen capaces de aprender cosas nuevas. Entre ellos tenemos a los merodeadores nocturnos. Una noche, al sur de la India, atrada por la luz de una linterna, una pequea polilla caf entra volando por una ventana abierta. Silenciosamente aterriza en la mano de un nio dormido. Desenredando su corta probscide, su trompa, en forma de daga, la clava en la piel de un dedo. Casi siempre se alimenta del ganado, pero hoy encuentra sangre humana. Cuando se siente satisfecha, sale volando. Mientras tanto el nio sigue durmiendo profundamente. Esa polilla ha aprendido que tambin los seres humanos tienen sangre, y en las noches siguientes regresar a buscarla. Un insecto puede ser muy pequeo, pero si tiene antenas sensoriales, un atacante difcilmente podr acercrsele sin ser notado. Las moscas y los mosquitos, por ejemplo, si bien son atrados por las fuentes de luz, se las arreglan muy bien en la oscuridad total.
Tamara Green, Los insectos bajo el microscopio. La conducta. Cazar, alimentarse y encontrar pareja. Mxico, SEP-Uribe y Ferrari, 2002.
Mi abuela dejaba caer ceniza de su puro sobre la falda y yo confi en que no empezara a arder antes de que me contara cmo reconocer a una bruja. En primer lugar dijo una bruja de verdad siempre llevar guantes cuando la veas. Seguramente no siempre dije Tambin cuando hace calor? Aunque haga calor contest. No tiene ms remedio. Porque no tiene uas. En vez de uas tiene unas garras finas y curvas, como las de los gatos, y lleva los guantes para ocultarlas. Lo que pasa es que tambin muchas seoras respetables llevan guantes, sobre todo en invierno, as que eso no sirve de mucho. Mam llevaba guantes. En casa, no dijo la abuela. Las brujas llevan guantes hasta en casa. Slo se los quitan para acostarse. Cmo sabes todo eso, abuelita? No me interrumpas dijo. Entrate bien de todo. La segunda cosa que debes recordar es que las brujas de verdad son siempre calvas. Calvas? dije. Calvas como un huevo dijo la abuela. Yo me qued horrorizado. Haba algo indecente en una mujer calva. Por qu son calvas, abuela? No me preguntes por qu dijo ella cortante. Pero puedes creerme, en la cabeza de una bruja no crece ni un solo pelo. Qu horror! Asqueroso dijo mi abuela. Si es calva, ser fcil distinguirla. Nada de eso dijo ella. Una bruja de verdad lleva siempre peluca. Lleva peluca de primera calidad. Y resulta casi imposible diferenciar una peluca verdaderamente buena del pelo natural, a menos que le des un tirn para ver si te quedas con ella en la mano. Entonces eso es lo que tengo que hacer dije. No seas tonto dijo mi abuela; no puedes andar jalndole el pelo a cada seora que encuentres, ni aunque lleve guantes. T intntalo y ya vers lo que te sucede. As que eso tampoco ayuda mucho dije.
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Ninguna de estas cosas sirve de nada por s misma dijo ella. Slo cuando estn todas juntas empiezan a tener algo de sentido. Sin embargo continu, estas pelucas les causan un problema bastante serio a las brujas...
Si alguno de ustedes ya ley este libro, ya sabe cul es ese problema. Y si no lo han ledo, hay que buscarlo.
Roald Dahl, Cmo reconocer a una bruja? en Las brujas. Mxico, SEP-Alfaguara, 2002.
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que, a su vez, llevaban el agua a lugares altos en donde la utilizaban para el riego. Esta necesidad de energa fue el origen de la esclavitud. Muchas personas fueron llevadas lejos de su pas para que trabajasen como esclavas en grandes obras de construccin o realizaran trabajos pesados. Muy pronto, se supo utilizar la fuerza del agua para hacer que los troncos de los rboles flotaran, y transportarlos desde las regiones montaosas hasta las llanuras y las desembocaduras de los ros, donde se empleaban en diversas obras y la construccin de navos. La invencin de la rueda y la utilizacin de la palanca permitieron ahorrar energa. Denme un punto de apoyo y mover al mundo, afirmaba Arqumedes, aproximadamente en el ao 250 a. C.
Francois Michel, Breve historia de la energa en La energa paso a paso. Mxico, SEP-Calandria, 2005.
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Pero a nadie dijo Pita se le ocurri una palabra tan bonita como palitroche. Y les apuesto que descubrir lo que significa! Quiz se le pueda llamar as al ruido que hacemos cuando andamos en el lodo: "Cuando Anita anda en el lodo puede orse un palitroche..." No, no suena bien. Quiz es algo que puede comprarse. Vamos a averiguarlo! Ya puestos de acuerdo, los tres fueron a una pastelera. Quisiera comprar algunos palitroches dijo muy seria Pita. Palitroches? pregunt la seorita que despachaba creo que no tenemos. Entraron a una ferretera. Quiero comprar un palitroche dijo Pita. Palitroche? dijo el dependiente y sac un cepillo. Esto es un cepillo! exclam Pita muy enojada, yo quiero un palitroche. Pues no tenemos lo que necesitas, nia, lo siento mucho. Ya s! dijo Pita Lo ms probable es que se trate de una enfermedad. Vamos con el mdico. Como se trataba de un caso grave, la enfermera los hizo pasar inmediatamente. Qu te pasa? le pregunt el mdico. Creo que estoy enferma de un palitroche dijo Pita. T tienes ms salud que todos nosotros juntos le dijo el mdico. No te preocupes. Pero existe una enfermedad con ese nombre? pregunt Pita. No; pero aunque existiera t no la tendras jams. Pita, Toms y Anita salieron desconsolados. Iban con la cabeza baja, pensando que nunca encontraran un palitroche. De pronto Pita grit: Ten cuidado, Toms, no pises ese animalito! Los tres miraron hacia el suelo. El animalito tena un par de alas verdes que brillaban como si fueran de metal. No es chapuln, ni grillo dijo Toms. La cara de Pita se ilumin: Ya s! Es un palitroche! grit triunfante. Ests segura? pregunt Toms. Crees que no voy a reconocer a un palitroche? Mi querido palitroche! Ya saba yo que al fin iba a encontrarte.
Pita inventa una palabra. Espaol Tercer grado. Lecturas. SEP, Mxico, 1984.
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106. El esqueleto
Si no tuviramos huesos, el cuerpo sera blando y no nos podramos sostener. Los huesos le dan forma al cuerpo y lo sostienen. El conjunto de los huesos forma el esqueleto. El esqueleto est formado por 206 huesos. Los bebs tienen unos 300 huesos. En el interior de los huesos de los bebs hay una materia flexible y blanda. A lo largo de la infancia, esta materia se va transformando en hueso duro, y algunos huesos se sueldan con otros. Los adultos slo tienen 206 huesos de tamaos y formas muy distintas. Las articulaciones Los huesos no se pueden doblar. Slo se pueden mover unos respecto a otros. El mecanismo que mantiene unidos los huesos entre s y que permite el movimiento se llama articulacin. El codo, la rodilla y la cadera son articulaciones. Los huesos estn formados por una materia dura. Pero si observamos el interior de algunos constatamos que estn huecos. De hecho, slo la parte exterior del hueso es dura. Si fueran en su totalidad de materia dura. El cuerpo pesara demasiado. Los msculos Los msculos son responsables de todos los movimientos del cuerpo. Nos permiten correr, hacer muecas o parpadear, pero tambin respirar o hacer la digestin. Los msculos permiten el movimiento. Para doblar un brazo es necesario que las articulaciones permitan el movimiento de los huesos, pero tambin es necesaria una fuerza que los mueva. Esta fuerza la proporcionan los msculos. Tenemos dos tipos de msculos. Unos son los que estn unidos a un hueso, como el bceps. Estos msculos tiran de los huesos para que se muevan. Se contraen cuando nosotros queremos. Los otros msculos se encuentran en la pared de algunos rganos, como el estmago o los intestinos. Se contraen lentamente sin que nos demos cuenta de ello; trabajan sin parar, incluso cuando dormimos. El corazn tambin es un msculo
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Si ponemos la oreja en el pecho de alguien, oiremos unos latidos que son las contracciones de un msculo: el corazn. Estos movimientos son regulares y no podemos acelerarlos ni frenarlos a nuestra voluntad. Jams se paran.
El Cuerpo. Mxico, SEP-Larousse, 2004.
Pero a medida que centramos nuestra atencin a las zonas ms bajas, advertimos que el volumen de agua aumenta considerablemente. En su recorrido hacia abajo, va dejando marcas como resultado de las partculas de suelo que arrastra, ante la ausencia de vegetacin que fije la tierra. Cuando la lluvia se detiene, es posible confirmar todo lo ocurrido en el lugar mediante un simple recorrido. Esas huellas desaparecern si las prximas precipitaciones demoran lo suficiente como para permitirle al viento realizar su trabajo de distribucin de partculas presentes en la capa ms superficial del suelo. Recuerda lo obvio que es este fenmeno en la playa; el viento borra fcilmente las huellas. Pero si contina la cada de agua, aumentar el proceso erosivo del suelo, provocando daos para esos terrenos. Como vemos, la accin mecnica del agua forma parte importante del permanente rediseo del paisaje.
Hernn Sorhuet, Arquitecto del paisaje en El agua nuestra de cada da. Mxico, SEP-Club Promocional del Libro, 2006.
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usted, como el resto de nosotros, otra cosa que un camello. Nunca ha sido ni ser una bailarina de ballet. Entre risitas y burlas, la concurrencia se disolvi por las arenas del desierto. Qu equivocados estn! se dijo la camella. He trabajado duro. No cabe duda de que soy una magnfica bailarina. Bailar y bailar, slo para m. As lo hizo, y disfrut muchos aos.
Quien se quiere a s mismo es feliz.
Arnold Lobel, La camella bailarina en Fbulas. Mxico, SEP-Celista, 2006.
* Los insectos son muy anteriores a los dinosaurios, pues aparecieron casi al mismo tiempo que las plantas terrestres. * Ciertas especies de insectos viven en lugares donde no hay luz, desde hace tanto tiempo que han perdido los ojos y los colores. * El ala de una mariposa est formada por una membrana transparente cubierta por escamas coloreadas. * Cuanto menor es un insecto, mas de prisa baten sus alas, las de un mosquito baten 600 veces por segundo haciendo vibrar su trax, que zumba. * Los insectos ven con dos ojos compuestos por multitud de botoncillos que les dan un gran campo de visin, pero probablemente no una imagen nica del mundo. * Los insectos oyen con tmpanos que no estn en su cabeza, sino en el abdomen, el trax o las patas. * La boca de los insectos est formada por un conjunto de piezas que incluyen los labios, las mandbulas y las maxilas.
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* Las piezas bucales muy afiladas del mosquito atraviesan la piel humana, para aspirar la sangre por un tubito. * La mosca, tras pararse sobre la comida, aspira los lquidos. * El chapuln tiene un aparato bucal de tipo masticador, lo mismo que los gorgojos del arroz y de los frijoles, que son grandes devoradores de granos. Viviendas extraas * Los insectos realizan construcciones increbles sin usar ninguna herramienta. Las celdillas hexagonales perfectas de las abejas o las avispas son muy atractivas. * Algunos nidos de termitas albergan hasta cinco millones de habitantes. En ellos reina una sola pareja real. En una cmara especial, alimentada por sus obreras, la reina pone un huevo cada tres segundos. * Las sociedades de abejas, de avispas y de hormigas siempre han fascinado a los hombres; son familias extensas en que la reina es la nica hembra frtil y las obreras son sus hermanas o sus hijas estriles.
Un milln de insectos. Mxico, SEP-Yolihue, 2003.
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Tras un breve recorrido por el interior de estas construcciones surgen algunas interrogantes: qu uso tenan las numerosas habitaciones? Cmo una sola familia poda llenar todos esos espacios? Y, ms an, cmo era la vida cotidiana de sus habitantes? Cmo eran las casas seoriales? Las casas seoriales se construyeron durante la Colonia. Estaban basadas en una misma idea; aunque haba variantes en la edificacin, resultado de los deseos de sus dueos o de los arquitectos. Las casas del siglo XVI slo tenan dos plantas por recelo a los temblores y a la fragilidad del suelo. No hay que olvidar que la ciudad se encuentra sobre el lecho de un lago. El nmero de personas que las habitaba era grande, porque no solo inclua a la familia del dueo, sino tambin a los ahijados, entenados (hijastros, o dependientes econmicos del dueo), y sirvientes. Estos ltimos eran indgenas y negros, entre ellos estaba la cocinera, la recamarera, la nodriza, la lavandera, as como lacayos, mozos, cocheros, recaderos y pajes. Todas estas construcciones contaban en su planta baja con un zagun, dos patios y diversos cuartos, mientras que la planta alta estaba destinada a los aposentos de la familia. El zagun era un espacio entre la puerta principal de la casa y el primer piso. Generalmente, se poda transitar de un rea a otra sin obstculo alguno; pero algunas veces se colocaba una puerta entre ambos espacios, con la finalidad de impedir la entrada al patio a personas no deseadas. Algunas casas seoriales Un ejemplo de casa seorial del siglo XVI, que an podemos admirar en el nmero 4 de la calle Moneda, es el antiguo Palacio del Arzobispado hoy Museo de la Secretara de Hacienda y Crdito Pblico, SHCP, el cual data de 1530. Antes de ser la majestuosa vivienda de fray Juan de Zumrraga, el primer arzobispo de Mxico, era no una, sino dos viviendas que pertenecan a los conquistadores don Andrs Nez y Martn Lpez, quienes a su vez, haban edificado sus construcciones sobre el templo de Tezcatlipoca, deidad azteca conocida como Espejo humeante, seor y protector de los guerreros. Otra joya histrica es el Museo de la Ciudad de Mxico ubicado en el nmero 30 de la avenida Pino Surez, construido en 1536, en un lote originalmente Hernn Corts le regal a su primo Juan Gutirrez Altamirano.
CUARTO GRADO
Otra residencia, considerada obra maestra de la arquitectura novohispana, pero que data del siglo XVIII, es el Palacio de Iturbide que hoy se encuentra en la avenida Madero. Al consumarse la independencia fue ocupada por Agustn de Iturbide de all el nombre del edificio, quien estaba a la cabeza del victorioso Ejrcito Trigarante. El 18 de mayo de 1822, Iturbide sali al balcn para escuchar cmo el pueblo lo proclamaba emperador, aunque poco le dur el gust, ya que tuvo que abdicar en 1823 y exiliarse en Europa.
Araceli Cortez Ocampo, La vida en los palacios novohispanos en El libro de todo como en botica I, Mxico, Lectorum, 2009 [Algaraba]
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Lo que llam la atencin de Jenner era que quienes haban padecido la viruela de las vacas no se contagiaban cuando haba un brote de viruela humana en su comunidad. Una de las motivaciones de Jenner para convertirse en mdico rural fue, precisamente, aprender lo suficiente para aclarar por qu quienes haban sufrido la infeccin de las vacas eran inmunes a la infeccin de la viruela.
Horacio Garca, Descubrimiento de la primera vacuna en T y las vacunas. Mxico, SEP-Santillana, 2003.
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dnde llegaba la capacidad cromtica del tnel, me concentr para provocarme sentimientos diversos: amor, soledad, odio, alegra, tristeza, y muchos otros. Y, cada vez, el gas respondi con un color distinto. Cuando le ofrec sentimientos mezclados daba una combinacin de colores; cuando los cambios anmicos eran leves, variaba la matizacin del color. Era sensible a la ms mnima mudanza de la emocin o el pensamiento.
Joan Manuel Gisbert, El tnel que lee los sentimientos en Escenarios fantsticos. Mxico, SEP-SM, 2003.
El segundo es que jams preguntes lo que no te importa. Y el tercero, que pienses las cosas antes de dejarte llevar por la violencia. Leonardo anot los consejos y, al salir de la choza vio dos sendas que haba para ir a su pueblo; tom la ms corta, y pronto vio que era un camino horrible, lleno de barrancos. Se acord del primer consejo y regres al otro sendero. Seran las ocho de la noche cuando vio a lo lejos una luz que indicaba hospedaje. Hacia all se dirigi. Dios guarde esta casa dijo Adelante gru una voz spera desde adentro. Quieres posada, verdad? S, seor, pero no tengo dinero. Entra, no te costar nada le dijo aquel hombre; voy a ensearte el lugar donde has de pasar la noche. No es posible describir el terror que experiment aquel joven al ver que all haba infinidad de cadveres momificados, y unos aparatos de tortura, semejantes a los de la Inquisicin. Iba a preguntar qu era aquello, pero se acord del segundo consejo. Qu te parece? pregunt el hombre. Bien respondi Leonardo. Vamos a la otra sala. Lo condujo a donde haba esqueletos colgados y pirmides de calaveras. Y esto? pregunt el viejo. Lo mismo, seor. Vamos a la galera que te destinar para pasar esta noche. Leonardo iba de terror en terror. Entraron en el ltimo departamento; all se encontraban muchos hombres y mujeres ahorcados y guillotinados.
Qu espanto, no es cierto? Yo tengo que saber qu sucede en este cuento. Voy a buscar el libro. A ver si no me lo gana alguno de ustedes.
Teresa Castell Yturbide (comp.), Consejos o dinero en Cuentos de puro susto. Mxico, SEP-CONAFE, 1990.
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se casara con un pobre cuidador de llamas. Qu cansada su alma de extraar a Chuquillanto! As, se qued dormido con la quena apretada entre los dedos.
No puede ser. Estos dos enamorados merecen mejor suerte. El primero que encuentre el libro y lea esta historia nos tiene que contar a los dems qu es lo que pasa.
Acoitrapa y Chuquillanto en Cuentos y Leyendas de Amor para nios. Mxico, SEP-CIDCLI-, 2004.
que as llamaba al bosque aquella fiera, aunque entre los pinos estuviera. Y porque no se viera su fiereza, se disfraz de abuela con presteza, se dio laca en las uas y en el pelo, se puso la gran falda gris de vuelo, zapatos, sombrerito, una chaqueta y se sent en espera de la nieta. Lleg Caperucita a medioda y dijo: Cmo ests abuela ma? Por cierto, me impresionan tus orejas! Para mejor orte, que las viejas somos un poco sordas. Abuelita, qu ojos tan grandes tienes!. Claro, hijita, son los nuevos lentes que me ha puesto para que pueda verte Don Ernesto el oculista, dijo el animal mirndola con gesto angelical,
as que, para echarse algo a la muela, se fue corriendo a casa de la Abuela. Puedo pasar seora?, pregunt. La pobre anciana, al verlo, se asust pensando: Este me come de un bocado! Y, claro, no se haba equivocado: se convirti la Abuela en alimento en menos tiempo del que aqu te cuento. Lo malo es que era flaca y tan huesuda que al Lobo no le fue de gran ayuda: Sigo teniendo un hambre aterradora... Tendr que merendarme otra seora! Y al no encontrar ninguna en la nevera, gru con impaciencia aquella fiera: Esperar sentado hasta que vuelva Caperucita Roja de la selva!
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mientras se le ocurra que la chica iba a saberle mil veces ms rica que el rancho precedente. De repente Caperucita dijo: Qu imponente abrigo de piel llevas este invierno! El Lobo, estupefacto, dijo: Un cuerno! O no sabes el cuento o t me mientes: Ahora te toca hablarme de mis dientes! Me ests tomando el pelo...? Oye, mocosa, te comer ahora mismo y a otra cosa. Pero ella se sent en una silla y se sac un revlver de la capa,
con calma apunt bien a la cabeza Y pam! all cay la buena pieza. ... Al poco tiempo vi a Caperucita cruzando por el bosque... Pobrecita! Sabes lo que lleva la infeliz? pues nada menos que un velis que a m me pareci de piel de un lobo que estuvo una maana haciendo el bobo.
Roald Dahl, Caperucita Roja y el lobo en Cuentos en verso para nios perversos, Quentin Blake, ilus. Mxico, SEPAltea, 2002.
S Ven en la noche, el muerto estar listo, lo llevars al camposanto. Bueno. Al rato lleg a declararse el segundo hermano. Hara lo que me pidieras, para que supieras cunto me gustas. De veras? Claro. Pues esta noche hars como si fueras muerto. Acept y le tomaron las medidas para hacerle su caja. El tercer hermano lleg ms tarde. Ay nia eres mi amor. Hara por ti lo que me ordenaras. Haras de diablito? De lo que me pidas y mandes. Lo cit para la noche. Cuando lleg el que iba a hacer de muerto, la muchacha lo amortaj y lo meti al atad. Al rato lleg el que deba cuidarlo: le dio cuatro cirios y lo mand al panten con el difunto a velarlo. Al ms chico lo visti con un traje cubierto de latas agujeradas. Cada lata llevaba una vela encendida dentro. Le puso cuernos y sali lanzando destellos y chipas; tintineaba al caminar. Y qu debo hacer? pregunt. Ve al panten y ponte a dar de brincos. Lleg al panten y, aunque con miedo, comenz a saltar. Ave Mara Santsima, qu es eso! grit el que estaba velando. Se ech a correr. Jam, un diablo! grit el muerto y se escap. Un muerto que corre! gritaba el diablito al emprender la huida. El primero volteaba y vean que lo perseguan. No par hasta llegar a su casa. Se avent a su hamaca. El segundo, para escapar del diablo, se escondi en la misma hamaca.
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El diablo, con el susto, ni vio que el muerto vena delante de l se fue a encontrarlo en su mismsima hamaca. Cuando se dieron cuenta de la broma y de su miedo, dejaron en paz a la muchacha: ni la volvieron a ver; ni adis le dijeron.
Elisa Ramrez y Mara ngela Rodrguez (comp), Tres enamorados miedosos. Mxico, SEP, 1987.
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Fjense en lo que les digo dijo el pintado jaguar, pues es muy importante. Me dijo mi madre que cuando encuentre un puercoespn debo echarlo al agua, para que deje de estar encogido; y que cuando encuentre una tortuga tengo que sacarla de su concha con la garra. Pero, dganme, por favor, quin de ustedes es el puercoespn, y quin la tortuga? Porque, por las manchas de mi piel!, les juro que no s quin es quin.
Qu pasar? Qu va a sucederle al jaguar cuando quiera meterle la garra al puercoespn? Y, cundo la eche al agua la fiera, qu har la tortuga?
Rudyard Kipling, El principio de los armadillos en Precisamente As. Mxico, SEP-Juventud, 2002.
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El Sol El Sol es una gigantesca bola de fuego. El Sol es necesario para la vida porque las plantas y los animales necesitan su luz y su calor, pero no debes mirarlo directamente porque te puede daar los ojos. La familia del Sol La Tierra y la Luna no son los nicos cuerpos celestes. Existen otros planetas y satlites que giran en torno al Sol. Todos son redondos, de diferentes tamaos y colores. Algunos tienen anillos; los anillos de mayor tamao son los de Saturno. Jpiter es el planeta ms grande de todos; tiene varias lunas de colores. Mercurio es el planeta ms cercano al Sol. Su superficie es muy rugosa porque le han cado muchos meteoritos encima. En Venus siempre est nublado y Marte es un desierto.
Julieta Fierro, La Luna y el Sol en El Da y la Noche, Mxico, SEP-Santillana, 2003.
Qu significa ser profesional? A los atletas profesionales se les paga por entrenar, practicar y jugar. Los atletas aficionados, tambin llamados amateurs, no reciben sueldo, aunque s, muchas veces, los gastos de alojamiento, entrenamiento y viajes. Antes, slo los jugadores amateurs participaban en los juegos Olmpicos y Paraolmpicos. Hoy en da, en muchos deportes los atletas reciben dinero para sus gastos y por participar en comerciales y otras formas de publicidad. Al practicar un deporte hay cosas ms importantes que ganar o anotar un gol o una canasta. Aunque pierdas o ganes, es ms importante seguir intentndolo. Aprende de tus errores, establece nuevas metas y entrena. Lo ms importante: divirtete! Si disfrutas lo que haces, ser ms fcil que sobresalgas en esa actividad. Ser parte de un equipo, alcanzar tus metas y hacer nuevos amigos son slo algunas de las ventajas de practicar un deporte. Tambin es importante ser un buen deportista, lo que significa que uno aprenda a aceptar sus derrotas.
Sandy Roydhouse, Lo increble de los deportes. Mxico, SEP-McGraw-Hill, 2005.
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La mujer pens bien el asunto y esto hizo: busc dos montones de botellas, uno blanco y otro oscuro, y se sent en la enramada. A la hora en que lleg el diablo la hall muy atareada. Qu haces? Aqu, lavando botellas. No me ayudas? Lava ese montn de botellas le dijo sealando las obscuras, hasta que queden limpias, como sas y seal el otro montn. Y cmo crees que voy a hacer claro lo oscuro? No se puede. Claro que s, mira ya todas las que llevo. Y cmo le hiciste? Ah, es que se tienen que lavar por dentro. Si eres poderoso, por qu no te metes? El diablo entr en la botella y la mujer luego la tapo. Ya que tuvo encerrado al diablo, fue al monte y, con todo y botella, lo enterr. Y por eso dicen que solo las mujeres son ms listas que el diablo.
Elisa Ramrez y Mara ngela Rodrguez (comp), Una viuda y el diablo (cuento huave) en Tres enamorados miedosos. Mxico, SEP, 1987.
Aquello no les gust nada a las dos hermanas, pero, muertas de envidia, siguieron al zar y a su hermana pequea hasta el palacio. La boda se celebr la misma tarde de su llegada. Acudieron muchos invitados a la fiesta, y comieron y bebieron y acompaaron al zar y a su mujer hasta el lecho nupcial de marfil. Y se cumpli el deseo de la hermana menor, que concibi un hijo. Poco despus estall una guerra. El zar Saltn tuvo que separarse de su joven esposa y le suplic, por su amor, que se cuidara mucho. Ella le prometi que as lo hara, y l mont en su caballo y parti con sus hombres. Permaneci largo tiempo ausente, y la hilandera y la cocinera tuvieron mucho tiempo para alimentar su envidia y tramar planes terribles con la malvada Babarija, prima del zar. Raudos transcurrieron los meses y la zarina dio a luz a un nio fuerte y hermoso. Llena de alegra, envi un mensajero al zar con la buena nueva. Pero la hilandera y la cocinera, con ayuda de la malvada Babarija, le dieron alcance, quemaron el mensaje y lo sustituyeron por otro que deca: Hoy la zarina ha dado a luz a un monstruo. Cuando el zar recibi esta noticia en su tienda de campaa, se puso muy triste, y envi de regreso al mensajero con una orden que deca: Quiero que se mantenga todo en secreto hasta que yo vuelva y tome una decisin. Pero las envidiosas hermanas y la malvada Babarija interceptaron de nuevo al mensajero, lo emborracharon y cambiaron esta orden por otra que tenan preparada y que deca: Ordeno a mis caballeros que ahoguen a la zarina y a su hijo en lo ms profundo del mar.
Qu pasar con la zarina y su hijo? Si quieren saberlo tendrn que buscar el libro y leer la historia completa.
Alexander Pushkin, El zar Saltn y la princesa cisne en Cuentos de la vieja Rusia. Mxico, SEP-Lumen, 2003.
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-Ay, el da que mis sesos se salgan de donde estn, ese da ya no te podr engaar. As se salv de morir el mono.
Elisa Ramrez y Mara ngela Rodrguez (comp), El mono y el cocodrilo (cuento maya) en Tres enamorados miedosos. Mxico, SEP, 1987.
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embargo, llamaron para que lo viera a una vecina que saba todas las cosas de la vida y la muerte, y a ella le bast con una mirada para sacarlos del error. Es un ngel les dijo. Seguro que vena por el nio, pero el pobre es tan viejo que lo ha tumbado la lluvia. Al da siguiente todo el mundo saba que en la casa de Pelayo tenan cautivo un ngel de carne y hueso. Contra todo criterio de la vecina sabia, para quien los ngeles de estos tiempos eran sobrevivientes fugitivos de una conspiracin celestial, no haban tenido corazn para matarlo a palos. Pelayo estuvo vigilndolo toda la tarde desde la cocina, armado con su garrote de alguacil, y antes de acostarse lo sac a rastras del lodazal y lo encerr con las gallinas en el gallinero alambrado. A media noche, cuando termin la lluvia, Pelayo y Elisenda seguan matando cangrejos. Poco despus el nio despert sin fiebre y con deseos de comer
Gabriel Garca Mrquez, Un seor muy viejo con unas alas enormes. Mxico, SEP-Norma, 2002.
Mi savia contiene sangre real. T no eres suficientemente bueno para m! espet. Pero cuando lleg el calor del verano, el rododendro, que estaba en las altas cumbres, floreci y se llen de carmes, prpura y blanco. Impresionado por la belleza de las flores, el pequeo aliso se enamor del arbusto. El rbol hizo todo lo posible por llamar su atencin, su corteza y sus hojas relucan, pero sus esfuerzos eran en vano. El rododendro segua ofendido y no miraba siquiera al rbol. Al final, el aliso, con el corazn destrozado, arranc sus races y rod montaa abajo. En su cada, sus ramas arrastraron rocas que provocaron avalanchas. As, en nuestros das, cuando se produce una gran avalancha, los nepaleses culpan al pequeo aliso. Y si te fijas, observars que los alisos siempre estn entre las rocas, mientras que, en lo ms alto, un rododendro mira en otra direccin.
Helen East, El rododendro y el pequeo aliso en Espritu del Bosque: cuentos sobre rboles de todo el mundo. Mxico, SEP-Ramn Llaca, 2003.
127. El Tombuct
La noche era oscura y el viento silbaba lgubre. Las aguas de la laguna, en crecida, se agitaban formando olas enormes. Desde haca rato, adems del ruido provocado por la tormenta, en la casa se escuchaba el rtmico golpeteo de unos tambores. De pronto, un grito interrumpi el sonido. En ese preciso momento un trueno cimbr la casa. Diego y Juan Luis se abrazaron atemorizados. Qu sucede? musit Juan Luis, el menor de los hermanos. No lo s respondi Diego, parece que afuera arrecia la lluvia y en la casa se desat otra tormenta. Los hermanos escucharon el sonido de unos chanclos en el corredor. Una sombra enorme se dibuj en el vano de la puerta y con voz grave pregunt: Diego... Juan Luis, s que no estn durmiendo. Dganme dnde esconde esa negra los tambores. Ya se los dije, esta hechicera invoca a los dioses de sus antepasados.
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Los nios reconocieron la voz de su to materno, un hombre hosco y taciturno que disfrutaba de pasear por la casa a las horas ms desusadas, pero fingieron dormir. Ellos no iban a traicionar a Melchora. El to Artemio, al no recibir respuesta, se alej arrastrando los pies, mientras mascullaba: Ustedes son sus cmplices. Poco despus Melchora, la esclava negra de la casa, entr llevando dos pocillos humeantes de espumoso chocolate. Diego... Juanico, no teman que aqu est la negra que ms los quiere y con un regalito para bajarles el susto. Anda, Diego, prende una candela que no miro nada. Ya s que estn despiertos. La dbil luz de la vela alumbr los rostros infantiles. Si no estamos asustados, Melchora respondi Juan Luis. Bueno, bueno dijo la nana, a su vez atemorizada, ahora beban. Un nuevo relmpago ilumin la noche con el fulgor plateado. Instantes despus la casa se estremeci. Y de nuevo apareci el to.
Hay muchos misterios en esta lectura. En qu poca sucede esto? En qu lugar? Qu seguir? Como todos lo sabemos, en estos casos lo mejor es buscar el libro.
Edna Mara Orozco, El Tombuct. Mxico, SEP-FCE, 2001.
La casa de Gepeto era de una planta, y reciba luz por una claraboya. El mobiliario no poda ser ms sencillo: una mala silla, una mala cama y una mesita maltrecha. En la pared del fondo se vea una chimenea con el fuego encendido; pero el fuego estaba pintado, y junto al fuego haba pintada tambin una olla que herva alegremente y despeda una nube de humo que pareca de verdad.
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Apenas entr a su casa, sin perder un instante, Gepeto tom sus herramientas y se puso a fabricar su mueco. Qu nombre le pondr! se pregunt. Lo llamar Pinocho. Este nombre le traer fortuna. Conoc una familia de Pinochos. Pinocho el padre. Pinocha la madre y Pinocho los chiquillos, y todos lo pasaban muy bien. El ms rico peda limosna. Una vez elegido el nombre de su ttere, comenz a trabajar en serio; hizo primero los cabellos, despus la frente y luego los ojos. Figrense su sorpresa cuando, hechos los ojos, advirti que se movan y lo miraban fijamente. Al verse observado por aquel par de ojos de madera, Gepeto se sinti casi molesto y dijo con acento resentido: Ojitos de madera, por qu me miran? Nadie contest. Entonces, despus de los ojos, le hizo la nariz; as que estuvo lista, empez a crecer; y crece que crece en pocos minutos se convirti en una narizota que no se acababa nunca. El pobre Gepeto se esforzaba en recortrsela, pero cuando ms la acortaba y recortaba ms larga era la impertinente nariz. Despus de la nariz hizo la boca. No haba terminado de tallar la boca cuando de sbito sta empez a rerse y a burlarse de l. Deja de rer! dijo Gepeto, enfadado; pero fue como si se lo hubiera dicho a la pared. Deja de rer, te repito! grit con amenazadora voz. Entonces la boca dej de rer, pero le sac la lengua.
Carlo Collodi, Las aventuras de Pinocho. Mxico, SEP-Juventud, 2004.
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Me consignaron al juez penal. Al fin me juzgaron. Como no hubo vctimas, mi condena fue ligera. Lleg el da de la libertad y esa misma tarde tom el tren, luego un taxi y llegu a mi casa. En la puerta de mi departamento o risas y cantos. Sent un dolor en el pecho como el golpe de la ola de la sorpresa cuando la sorpresa nos golpea en pleno pecho. La ola estaba all, cantando y riendo como siempre: Ola, cmo regresaste? Muy fcil, en el tren. Alguien, despus de cerciorarse de que slo era agua salada, me arroj en la locomotora. Fue un viaje agitado: de pronto era un penacho blanco de vapor, de pronto caa en lluvia fina sobre la mquina. Adelgac mucho. Perd muchas gotas. Su presencia cambi mi vida. La casa de pasillos oscuros y muebles empolvados se llen de aire, de sol, de rumores y reflejos verdes y azules, pueblo numeroso y feliz de reverberaciones y ecos. Todo se puso a sonrer y por todas partes brillaban dientes blancos. El sol entraba con gusto en las viejas habitaciones y se quedaba en casa por horas, cuando ya haca tiempo que haba abandonado las otras casas, el barrio, la ciudad, el pas. Y varias noches, ya tarde, las escandalizadas estrellas lo vieron salir de mi casa a escondidas
Mi Vida con la Ola, Octavio Paz, Elena Poniatowska (adaptacin) en Francisca y la Muerte y otros Cuentos. Mxico, SEP-CONAFE, 2000.
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En aquella poca diez centavos eran diez centavos; pero como la gente suele ser muy curiosa, haban de ver las colas que se hacan frente a la casa de doa hormiga para contemplar el objeto misterioso! Y ya doa hormiga no tuvo que volver a salir a trabajar porque ahora atenda un prspero negocio dentro de su misma casa. Ocurri que un da lleg una hormiga muy excntrica y algo malintencionada. Le encantaba la literatura y versificaba que era un horror. Y frente a la cosa-cosa tan misteriosa pronunci con aire doctoral y despreciativo: Pero si esto no es ms que un daracoll No es ms que un daracolito! Observen que haba dicho daracol con d de dedo y no con c de Carlos. Por supuesto que ella no tena la menor idea sobre la naturaleza del objeto o la cosa que se exhiba, y dijo daracol con d de dedo y no con c de Carlos porque fue la primera palabra que se le ocurri. Daracol, daracolito, daracol!... La palabra corri como reguero de plvora entre la multitud de hormiguitas que se agolpaban para contemplar la cosa-cosa tan misteriosa.: pero si esto no es ms que un daracol!", repetan... Nadie tena la menor idea de qu era un daracol o un daracolito; pero como se mencionaba el nombre con cierto aire de seguridad y certeza, nadie quiso pagar para contemplar un objeto que haba dejado de ser un misterio. Y se acab el negocio de doa hormiga, que, como era emprendedora y prctica, llev el daracol o lo que fuera a un recodo del camino y all lo abandon. La encontr o lo encontr, porque no sabemos, la seora ruiseor, que era madre amantsima y celossima. Y sta la traslad o lo traslad, porque no sabemos, con menor
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esfuerzo que doa hormiga; y como viera que brillaba y que era muy bonita o bonito, se la llev o lo llev de regalo a sus pichones recin nacidos. Tremendo susto se llev cuando uno de ellos, al querrselo comer, por poco se atraganta. Y doa ruiseor, que ante todo buscaba la seguridad de sus hijuelos, decidi deshacerse de objeto tan peligrossimo y lo dej caer sobre el pastito. All le encontr el teniente coronel don Segundo Avispn que era militar de carrera. Como arma le pareci magnfica. Ya no tendra que usar su aguijn; lo dejara de reserva para el momento definitivo. El teniente coronel hizo circular entre sus enemigos la noticia de que estaba en posesin de un arma secreta poderossima y un da hizo una demostracin pblica de su fuerza. Mas ocurri que el teniente coronel don Segundo Avispn, que era militar de carrera, se convirti en un personaje tan amenazador que le teman, no se diga ya sus enemigos, sino hasta sus amigos. Y como era hombre sociable que gustaba de jugar al domin todos los viernes (a veces hasta el amanecer del sbado) y ya nadie quera visitarlo, decidi que lo mejor sera deshacerse de arma tan temible. Y con bombos y platillos hizo saber a todos que se deshaca de su arma mortal, y la cosa-cosa tan misteriosa volvi a quedar abandonada a su suerte. All la encontr o lo encontr, porque no sabemos, un nio que iba muy endomingado y que la vio o lo vio brillar sobre el pastito. Justamente lo que me haca falta!", dijo, y se la prendi o lo prendi en su nica corbata azul de los domingos.
Marins Medero, El Cuento de la cosa-cosa tan Misteriosa en Animarbujas y otros cuentos. Mxico, SEP-CONAFE, 2000.
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Yo con esta ai me despido por las hojas de un nogal, pues 'ora si, seoritas, ya reciban su animal; ucha y ucha, puerca pinta, cui, cui, cui. ucha y ucha, puerca pinta, cui cui, cui.
La puerca pinta en Isabel Galaor (comp.), As cuentan y juegan en los altos de Jalisco. Mxico, SEP-CONAFE, 2005.
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Dos das antes de salir, fui con mi to a la estacin, donde esperamos un camin que traa la mquina y las cajas con herramientas y materiales que haba comprado para el taller que tiene con mi pap. Las trasladaron a la oficina de fletes, donde el to me explic que el embarque por ferrocarril era ms barato que si hubiera contratado el servicio de un camin o de un triler. Por eso creo que el viaje fue una muy buena idea de mi pap y del to Sebastin, quienes tambin pensaron que nos divertiramos mucho en el trayecto. Y tenan razn, porque aprendimos muchas cosas sobre los ferrocarriles, entre otras, cmo se construyeron las lneas frreas de Mxico.
Bueno, en la actualidad los trenes prcticamente han desaparecido de nuestro pas, y los relatos sobre trenes, como el que acabamos de leer, empiezan a parecerse a las historias de diligencias y carretas, tan nostlgicas.
Leonor Ludlow, Y cmo hicieron esa mquina? en Cmo se hicieron esas mquinas. Mxico, SEP, 1997.
Ya se dieron cuenta? Claro, era un rinoceronte, que es el animal ms rabioso del mundo y tiene casi tanta fuerza como un elefante. Por este motivo nadie quera ni acercarse al lugar donde viva el rinoceronte. Pero he aqu que una vez llegaron al pas tres viajeros, tres hombres blancos, y quisieron vivir all, para estudiar los animales, las plantas y las piedras del pas, porque eran naturalistas. Estos tres hombres eran jvenes y muy amigos, y se fueron a hacer una casa en el lugar donde viva el rinoceronte. Pero los negros les rogaron que no fueran all. Lloraban, asegurando a los tres amigos que el diablo-con-un-cuerno los iba a matar. Los hombres se echaron a rer, mostrndoles los fusiles que llevaban y las balas, que tenan en la punta como una camisa de acero dursimo y que tienen tanta fuerza que atraviesan el mismo fierro como si fuera queso. Pero los negros lloriqueaban y decan: No hace nada... Bala... no entra... No entra ninguna bala en su cuero... diablo-conun-solo-cuerno no puede morir...
La tecnologa cambia casi todo. Y sabemos que las balas de los europeos han cambiado el mundo... ms de una vez.
Horacio Quiroga, El diablo con un solo cuerno en Los cuentos de mis hijos. Mxico, SEP-Alfaguara Infantil, 1992.
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Me llevo a mi sobrino. Usted tiene buen corazn, pero para ser un buen maestro hacen falta conocimientos, virtud y vocacin. Y lo nico que usted tiene es la virtud. Despus de eso, mi maestro decidi cerrar la escuela y cada quien en su casa, todos contamos lo que haba pasado. Mi padre tuvo que buscarme un nuevo maestro. Cinco das despus me llev a una escuela y me dej bajo su espantosa tirana. Mi nuevo maestro era alto, seco, medio canoso y muy bilioso. Estaba convencido de que la letra con sangre entra, y raro era el da en que no nos azotara. Qu no hizo mi madre, movida por mis quejas, para convencer a mi padre de que me cambiara de escuela! Pero l se mostr inflexible, convencido de que todo se deba a lo consentido que yo estaba. Hasta que un da fue a la casa, de visita, un religioso que ya saba cmo se las gastaba el famoso maestro, y cont tales cosas que mi padre termin por convencerse y decidi ponerme en otra escuela. Cul fue mi sorpresa cuando la vi! Era muy amplia y limpia, llena de luz y bien ventilada. Dos aos estuve all, al cabo de los cuales medio saba leer, escribir y contar. Cuando termin la escuela, mis padres me dejaron descansar unos das, y luego comenzaron a ver qu sera de mi vida. Mi padre se senta viejo y pobre y quera que yo tuviera un oficio; deca que ms vala que yo fuera un mal oficial que un buen vagabundo.
Jos Joaqun Fernndez de Lizardi, El Periquillo Sarniento. Sus extraordinarias venturas y desventuras contadas por Felipe Garrido. Mxico, SEP, 2006.
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el visitante se siente de pie ante un abismo. El arquelogo Eric. S. Thompson, uno de los mayores estudiosos de la cultura maya, recomendaba, sencillamente, subir y bajar a gatas. Al igual que los dems monumentos de Uxmal qued terminado en el siglo IX o en el X, pero el lugar estuvo habitado mucho desde mucho tiempo antes. Por supuesto esta pirmide no fue erigida en una noche, como dice la leyenda, pero es tan bella y majestuosa que no cuesta trabajo entender por qu se atribuy a la magia su construccin. En general, las fachadas de Uxmal estn muy adornadas. En la ms antigua descripcin de la ciudad que conservamos (1588), Antonio de Ciudad Real dice que los edificios estn cubiertos con numerosas figuras de serpientes, deidades, y escudos, muchas rejas y otros magnficos, hermosos ornamentos, que vistos desde lejos parecen flamencos, todos trabajados de la misma piedra. Al parecer el primero que recogi por escrito la leyenda del enano adivino de Uxmal, conservaba antes por tradicin oral fue John L. Stephenns, quien a mediados del siglo pasado recorri gran parte de Yucatn junto con sus amigos, el dibujante Catherwood y el doctor Cabot. En nuestro siglo, Antonio Mendiz Bolio volvi a relatarla en su libro La tierra del faisn y del venado (1922), y ahora lo hace Carmen Cook de Leonard, arqueloga y psicloga, estudiosa de nuestra antigedad por largos aos y con largo amor.
Carmen Cook de Leonard, El enano adivino de Uxmal. Mxico, SEP-Solar, 1990.
136. Tragasueos
En Dormilandia, lo principal para todo el mundo es dormir. Por eso se llama as el pas. Y lo ms importante no es cuntas horas pueda uno dormir, sino lo bien que las duerma. Porque existe una diferencia entre dormir y dormir bien. En opinin de los dormilandeses, quien duerme bien es de carcter amable y tiene la cabeza clara. Por eso nombran rey a quien ms profundamente logre dormir. Hubo all una vez un rey y una reina que tenan una hija llamada Dormilina. Es un nombre bonito, no? Y la princesita era una nia muy bonita. Todo el que la vea tena que
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reconocerlo. Dormilina viva con sus padres en el Palacio de los Sueos y dorma entre sbanas blanqusimas en un gigantesco lecho con dosel. Sin embargo, Dormilina nunca quera acostarse, cuando llegaba la noche, y cada vez encontraba nuevas excusas para permanecer levantada un ratito ms. La verdad es que tena miedo de la noche. Y por qu? Pues porque con frecuencia tena sueos muy feos. Eso ya es malo para las personas mayores, y peor an para los nios, pero para una princesita llamada Dormilina y que vive en Dormilandia es terrible. Parece mentira! deca la gente, y mova preocupada la cabeza. El rey y la reina estaban cada da ms intranquilos, y por eso no dorman tan bien como hubiesen debido. Y la pequea princesa se vea cada vez ms plida y delgada. Qu podemos hacer? suspiraba la reina. Slo nos queda confiar en que esos malos sueos no se repitan. Pero las pesadillas se repetan una y otra vez. Entonces, el rey mand llamar a todos los mdicos y profesores del pas, que rodearon la gran cama de la princesita, conversaron en latn y acabaron por recetar un montn de medicamentos. Mas nada aliviaba a la pobre nia. En vista de ello, el rey envi mensajeros a todos los dems pases, para que all preguntasen a ...
Terrible! Ustedes, qu le recomendaran a la princesa?
Michael Ende y Annegert Fuchshuber, Tragasueos. Mxico, SEP-Juventud, 2004.
CUARTO GRADO
Roco Saenz, Las quince letras en Cuentos descontentos. Mxico: SEP, 1987.
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139. Moctezuma
Como seor de Tlatelolco y como pariente del huey tlatoani, yo iba a menudo el tecpan del emperador. Un edificio de tezontle con veinte puertas a la calle y tres patios principales. Era lujoso, con los techos altos de cedro, caoba y pirul. Los muros estaban adornados con frescos que revivan las victorias de la Triple Alianza. El tecpan estaba abierto al pblico, se poda pasear por todos lados excepto en las habitaciones privadas del emperador y de sus esposas. En ese palacio se despachaban los asuntos del imperio, haba salas de audiencias y juzgados. En el palacio vivan cerca de 700 personas: las 102 mujeres de Moctezuma; sus hijos pequeos; su guardia personal, compuesta por 200 nobles; sus pajes, nios nobles de diez a doce aos; el gran mayordomo; el encargado de la etiqueta de la corte; personas que ocupaban puestos importantes. El cargo de tlacochcalcatl le perteneca al prncipe Tepehuatzin, to de Moctezuma, encargado de la Casa de las Jabalinas, donde se guardaban las armas del imperio. Cada maana arribaban 600 nobles con sus acompaantes a llenar las calles contiguas y las plazas; los embajadores de los territorios sojuzgados y aliados eran hospedados en el tecpan del antiguo emperador Axacayatl, al frente del de Moctezuma. Los pochtecas, o sea los comerciantes, tambin acudan al palacio para contar lo observado en sus viajes. Tenamos la sensacin de vivir en el ombligo del mundo. Junto al tecpan se encontraban las casas de las fieras, de las aves, y de los seres raros. A Moctezuma le gustaban los animales trados de diversas partes de su imperio y los guardaba en esas casas, a las que acuda de vez en cuando y que estaban abiertas a la gente. Aquellas personas que nacan deformes o contrahechas eran llevadas a la casa de los seres raros donde se les cuidaba y alimentaba. El emperador coma en la Sala de Audiencias. Lo atendan 300 jvenes nobles; la comida la colocaba en platillo sobre braseros. Antes de sentarse, cuatro de sus mujeres le presentaban agua para que se lavara las manos y paos para secarlas. Una vez sentado el emperador, el mayordomo cerraba las puestas para que nadie lo viera comer.
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Con la llegada de los extranjeros, estbamos indignados por la actitud de Moctezuma. Muchos pensbamos que no mereca encabezar el imperio. Nos avergonzaba su cobarda ante los espaoles. Osaba rer con ellos y ser generoso en sus regalos El miedo le sala por los poros de la piel. Ya no podamos ms. Sin embargo, no era sencillo acabar con el respeto que le tenamos ni con su autoridad absoluta. Era como un dios viviente.
Marisol Martn, Moctezuma en Cuauhtmoc. Mxico, SEP-Planeta, 2004.
140. El to Tacho
El patn agarr vuelo, entr por la puerta de la sala y se estrell con la mesita de curiosidades de mi ta. Rpidamente, antes de que mis tos se dieran cuenta, me puse a levantar lo que se haba cado. Una fotografa llam mi atencin: mi pap, mi mam y yo. Mi pap me tena en brazos. Mir su cara morena, sus ojos negros y su pelo chino. Yo era idntico a mi pap. Casi no lo recordaba. De hecho, el nico recuerdo que tena de l era el de aquella noche, en un saln lleno de flores, cuando mi mam me carg y me asom a aquella caja plateada: Despdete de tu pap, Panchito. Su voz sollozante vuelve una y otra vez a mi mente, al igual que la cara de mi pap, tan seria y tan plida. Por qu se haba muerto si no era viejito? Por qu los jvenes tambin se podan morir? Papito... gem en voz baja. Mis lgrimas empezaron a caer en el vidrio que cubra la foto. Una mano acarici mi cabeza. Contuve el llanto y, avergonzado, me sequ los ojos. Cuando tenga ganas de llorar, hgalo era la voz de mi to Tacho. Y hgalo fuerte, sin pena. Es la nica forma de que la tristeza se nos salga del cuerpo.
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To, por qu se mueren los paps? le pregunt entre sollozos. Se sent en un silln y me abraz. Yo volv a preguntar: Por qu hay nios que tienen pap, como mis primos, y nios que no lo tienen, como yo? Me sent en sus piernas. Sec mis ojos y son mi nariz con su pauelo. Por qu todos en mi saln tienen pap menos yo? insist. Con el mismo pauelo se sec los ojos y se son. As es la vida, Panchito me dijo. Algunos nios tienen pap, como sus primos y sus compaeros, y otros tienen un to que los quiere mucho, como si fuera su pap. Un to? le pregunt intrigado. S, un to afirm. Cul to tengo que me quiera as? Lo est usted viendo en estos momentos dijo con seriedad. Usted? la sorpresa me hizo retroceder. S, yo afirm y me volvi a abrazar. Un poco sofocado por la forma en que me apretaba, le dije: A veces no se nota muy bien cuando lo quieren a uno verdad, to? A veces no, Panchito admiti, pero usted nunca dude que yo lo quiero como si fuera su padre.
Claudia Celis, El to Tacho en Dnde habitan los ngeles. Mxico, SEP-SM, 2002.
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estriles, hecho muy positivo porque se pueden dedicar permanentemente a mantener la economa del panal. De otra manera, no les alcanzara el tiempo para criar. Todava quedan colonias de abejas melferas salvajes que construyen su nido en los rboles, pero la mayora de ellas ahora vive en panales construidos por apicultores. En su mejor momento, un panal llega a contener hasta 60,000 obreras y la cantidad de znganos es una parte mnima en relacin con la poblacin de hembras. Los znganos viven un mes, ms o menos, y no se procuran su alimento porque las obreras se encargan de hacerlo. No obstante, la colonia se desquita de la indolencia de estos machos al terminar el verano, cuando las obreras los echan del panal. La obrera, casi desde que nace, tiene que cumplir su labor de criar a las larvas en desarrollo. A pesar de que ellas mismas continuarn siendo alimentadas durante un tiempo por las obreras viejas, pronto aprendern a tomar por su cuenta miel y polen de los depsitos del panal. A las dos semanas sern capaces de construir y reparar las celdas hexagonales y estarn lo bastante maduras para salir a explorar, en viajes cortos. Sin embargo, como an no estn preparadas para buscar alimento, ayudarn a almacenar el polen que traen sus hermanas mayores. Desde muy pequeas, las abejas estn orgullosas de su casa y contribuyen a su buen funcionamiento y a eliminar los desechos y las abejas que se mueren. Estas diligentes obreras tambin merodean en torno a la reina: la lamen, la arreglan y se encargan de que est bien alimentada. A cambio, ella secreta un alimento especial llamado jalea real. Todas las obreras comparten la jalea, pasndola de unas a otras. Cuando tienen tres semanas se unen a las exploradoras y, entonces, otras recin nacidas asumen sus obligaciones en la crianza.
Tamara Green, Un panal muy activo Los insectos bajo el microscopio La Conducta. Cazar, alimentarse y encontrar pareja. Mxico, SEP-Uribe y Ferrari, 2002.
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142. A volar!
Desde tiempos muy lejanos, los hombres quisieron viajar por el aire. Como vuelan los pjaros con sus alas. O igual que las nubes, que flotan en el cielo. Hubo un artista, cuyo nombre era Leonardo da Vinci, quien adems de pintor era inventor. l ide y dibuj muchas aeronaves, algunas de las cuales tenan forma de pjaro. Pero nunca se decidi a construirlas, y menos a volar en una de ellas, pues otros que lo intentaron haban fracasado. Pas el tiempo, y otros hombres pensaron que sera mejor viajar en globos; y as comenzaron a disear y construir enormes esferas que llenaban con aire caliente o con gas, que son ms livianos que el aire. De esta manera el globo se elevaba y era empujado por la brisa, de una a otra parte. Los hombres se introducan en una canasta que el globo tena en su parte inferior, y as podan viajar por el cielo y mirar desde arriba a las otras personas que se quedaban en tierra. Tambin desde lo alto podan verse las casas y los rboles, y hasta las torres de las iglesias y los tejados de los edificios. Y como los globos se confeccionaban con telas de colores muy llamativos, desde abajo era fcil distinguirlos. El primer hombre que tuvo el valor de viajar en uno de esos aparatos fue un boticario francs. Su nombre es un poco largo y difcil. Y aqu, en Mxico, sabes quines fueron los precursores? Nuestros historiadores dicen que el primer vuelo en globo realizado por un mexicano ocurri en 1842. El aeronauta se llamaba Benito Len Acosta, y cobraba un peso a cada uno de los espectadores que iban a verlo volar. El principal problema de los globos era que no podan manejarse con facilidad y muchas veces, en vez de trasladarse en la direccin que los hombres deseaban, el aparato iba hacia donde el viento lo empujaba. Entonces, como los hombres no estaban dispuestos a dejarse gobernar por los caprichos del viento, inventaron otra clase de aeronave. Era como un globo gigante, pero alargado. A ese aparato se le coloc un motor y un timn para dirigirlo en el rumbo deseado, a pesar de la direccin del viento. Por eso se le llam dirigible. Pero los hombres seguan con sus ideas de poder volar como las aves. Y pensaban: Los pjaros son ms pesados que el aire, sin embargo, se pueden remontar por el cielo a grandes alturas y desplazarse a gran velocidad. Por qu no los
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hombres? El primero en volar en un aparato ms pesado que el aire, pero con alas, igual que los pjaros, fue el alemn Otho Lilienthal. l fabric una extraa nave que se elevaba impulsada por la fuerza del viento y se sostena en el espacio durante un tiempo muy breve: se le llam planeador. Despus vinieron muchos ms. Algunos tuvieron xito en sus pruebas. Otros fracasaron. Hasta que, por fin, hicieron su aparicin los hermanos Wright, norteamericanos. Ellos decidieron colocar al planeador un motor que lo impulsara con ms fuerza. Y as lograron recorrer con ese aparato una distancia de 250 metros en un minuto. A partir de ese momento, los hombres comprendieron que ya podan viajar por el aire como las aves. Y llamaron aviones a esos aparatos. Pronto, en todos los pases comenzaron a construirse aviones, con los cuales empezaron a realizar viajes. Cada vez ms difciles, cada vez ms largos, cada vez ms rpido.
Francisco Fernndez, A Volar! en Arte, Ciencia y Tcnica III. Mxico, SEP-CONAFE, 2000.
143. La Sirena
De la cintura para arriba, mujer; de la cintura para abajo, pez. Qu es? La sirena. Algunas sirenas se sentaban en las rocas que sobresalen en los mares a peinar suavemente su verde cabellera; otras, hechizaban con sus cantos a los marineros, haciendo naufragar las embarcaciones. Muchos marineros, incluso Cristbal Coln, afirmaron haber visto a tan encantadora criatura. No ser que en realidad vieron alguna foca o manat? Las sirenas hacen soar a los hombres e inspiran a los alfareros de Metepec, Estado de Mxico, y a los de Coyotepec, Oaxaca, quienes modelan jarras en las que puede beberse fresqusima agua. Y en el estado de Guerrero se baila La sirenita, con hermossimas mscaras que representan los bellos rostros de estos seres tan extraos.
Tony Johnston, La sirena en Animales fantsticos y ms leyendas. Mxico, SEP-CONAFE. 2000.
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Cmo lo sabes, tecolote? Me lo dijo el pato. Cmo lo sabes, pato? Me lo dijo el gallo. Cmo lo sabes, gallo? Me lo dijo la gallina. Cmo lo sabes, gallina? Me lo dijo el pollito. Y a ti, quin te lo dijo, pollito? Yo lo vi con mis propios ojos y me cay un pedazo en la colita. Qu hacemos perro, qu hacemos? En eso, una zorra muy lista que pasaba por all ofreci: Les presto mi cueva para que se escondan, as estarn a salvo aunque se caiga el cielo. Los animales se metieron a la cueva, pues tuvieron ms miedo de ser aplastados por el cielo. Mmm... Qu sabrosa cena! se saboreaba la zorra. Los voy a matar a todos de una vez y me los como de uno en uno. Al perro se le haca sospechosa la zorra, por eso le advirti: Cuidado, zorra, que, yo tambin s pelear y voy a defender a mis amigos. Mejor t y yo vamos a cuidarlos dijo la zorra. T qudate afuera junto a ese roble; cuando veas que el cielo empieza a caer, corres a avisarnos. El perro sali a vigilar. Pero el ms pequeo de los pollos se al que le cay una hoja en la cola pudo escaparse y lleg hasta el roble donde el perro ya se haba cansado de mirar al cielo. Perro, ven, crrele! La zorra nos quiere comer grit el pollo. El perro corri a la cueva y apenas lleg a tiempo para detenerla. Me engaaste, zorragru el perro enseando los dientes. Al ver los colmillotes del perro, la zorra supo que era momento de huir. Sali corriendo y el perro tras ella.
Isabel Galaor, El pollito exagerado en Doa Bernarda. Mxico, CONAFE, 1994
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No vuelo como los pjaros. Pero brinco muy alto. Y, de salto en salto, te llevar a donde est sembrado. Y, para que sepas cul es el camino cantar en cada loma. Por donde escuches mi canto, all irs. La lluvia estuvo de acuerdo y los dos iniciaron el viaje. El sapo cachetn salt alto y se le perdi de vista a la lluvia. Luego, la lluvia escuch el canto del sapo patn en el primer cerro. Y para all se fue. Despus, la misma lluvia oy el canto del sapo enano en el siguiente cerro. Y ella continu su viaje hacia all. Por ltimo, la lluvia volvi a or otro canto. Era el canto del sapo bocn, que la esperaba en el ltimo cerro. Y para all se pas el agua. As, cantndole a la lluvia, entre todos los sapos llevaron el agua a donde haca falta. Y los campesinos quedaron muy agradecidos con ellos. Desde entonces, cada vez que va a llover los sapos acostumbran cantar.
Rodolfo Coronado et al., Los sapos y la lluvia en Cmo me lo contaron, te lo cuento. Mxico, SEP-CONAFE, 2000
Cuando Emilio se despert, el tren volva a ponerse en movimiento. Dormido, se haba cado de su asiento, y ahora estaba en el suelo y muy asustado, aunque no saba exactamente por qu. El corazn le golpeaba el pecho como un martillo de pilotes. Estaba en el tren. Casi se le haba olvidado. Luego volvi el recuerdo a pequeas dosis. Claro! Iba a Berln. Y se haba dormido. Lo mismo que el seor con sombrero de hongo... Emilio se enderez con una sacudida, y cuchiche: Ya se ha largado. Le temblaban las rodillas. Se levant despacio y maquinalmente se sacudi el polvo del traje. Su pregunta siguiente fue: Tendr todava el dinero?. Y eso le ocasion un pavor indescriptible.
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Largo rato permaneci recostado en la puerta, sin atreverse a hacer un movimiento. All haba estado roncando Grundeis, que ya se haba marchado. Claro es que esto poda no tener nada particular, y era una tontera imaginarse lo peor. No todos los viajeros tenan que ir a la misma calle de Berln slo porque l iba all. Y el dinero estara seguramente en su sitio: guardado en el bolsillo, en un sobre, sujeto al forro con un alfiler. Emilio se llev despacio la mano al bolsillo interior derecho. Estaba vaco! El dinero haba desaparecido! Emilio volvi el bolsillo de revs con la mano izquierda y palp y apret el saco por fuera con la mano derecha. Pero nada! El dinero haba desaparecido! Ay! Emilio sac la mano del bolsillo, y no slo la mano, sino tambin el alfiler con que haba atravesado los billetes. No quedaba ms que el alfiler, y encima, clavado en el ndice izquierdo, del que brotaba sangre. Se envolvi el dedo con el pauelo y llor. Claro que no por aquella ridcula gota de sangre. Catorce das antes se haba dado un topetazo contra un farol, que dej casi doblado, y an tena el chichn en la frente. Y aquella vez no haba gritado ni por un momento. Lloraba por el dinero. Y lloraba por su madre. El que no comprenda esto, por muy valiente que sea, est perdido. Emilio saba cmo haba trabajado su madre durante meses con el fin de ahorrar los ciento cuarenta marcos para mandarle una parte a su abuela y poderlo enviar a l a Berln.
A medida que nosotros vamos reuniendo piezas, la historia va tomando forma; como si fuera un rompecabezas.
Erich Kastner, Emilio se equivoca de estacin en Emilio y los detectives. Mxico, SEP-Celistia, 2005.
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La ms pequea de las nias, Coral, slo tena un ao. Todava no andaba, pero se quedaba largos ratos mirando cmo su padre soplaba.
Mara Gripe, Los hijos del vidriero. Mxico, SEP-SM, 2005.
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Cuando Gloria pensaba en su estado de nimo o en lo que iba a hacer en la noche, se contestaba a s misma: Todo est bien, vamos a hacer la tarea, vamos al cine o a dar una vuelta, o no haremos nada. Cuando Jorge se preguntaba si por la noche iba a ver una pelcula en la tele o a salir con sus paps a dar una vuelta en su bicicleta, o si tena ganas de tomar un t o un chocolate caliente, siempre pensaba: Gloria no tiene ganas de ver esa pelcula, Gloria no tiene bicicleta, Gloria prefiere el chocolate caliente. Jorge y Gloria se sentaban juntos en la escuela. Gloria y Santiago haban cambiado lugares. Jorge y Gloria haban arrimado sus mesas unos centmetros ms cerca uno del otro. Al parecer la maestra no se dio cuenta de esto, o quizs si lo advirti, y en su corazn exista un lugar para los cambios. En los recreos ya no haba, por lo menos, dos metros y treinta y siete centmetros entre ellos. Ya no haba ni un milmetro. Los que ahora los fastidiaban eran los ms jvenes e infantiles y los de la misma edad y los envidiosos y los que queran conocerlos.
Tormod Haugen. Jelou y gudbay (o Las lluvias de otoo). Mxico, SEP-Fundacin Juan Rulfo, 1999.
149. Al campamento
T sabes qu es un campamento? Esos lugares donde la gente coloca sus tiendas de lona cuando va al campo? sos no. En estos que yo digo las carpas estn puestas todo el ao. Entonces, viven ah? Mientras sostenan esta conversacin, Jaime y Lalo iban caminando junto al carretn de mano. Su dueo lo arrastraba como una verdadera bestia de tiro; el travesao del pequeo vehculo se le hunda en el estmago, entre las costillas falsas
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y los huesos de la cadera, que llevaban el ritmo de las piernas. Jaime record haber visto carretas ms grandes arrastradas por caballos. No era acaso aquel hombre algo similar? El carretn iba cargado hasta el tope con las cosas de los padres de Lalo y de Jaime. Record Jaime que antes de encontrarse con la familia de Lalo el carretn iba ms liviano, pues slo llevaba las pertenencias de su madre: cajas de cartn con ropa, maletas y otros bultos pequeos. El no haba entendido claramente por qu se tenan que ir. Aquel domingo, su madre haba salido a la calle y haba regresado con el hombre del carretn. Ella le dio entonces unas indicaciones y l comenz a cargarlo. Jaime recordaba adems haber ledo Se alquila en uno de los costados del miserable vehculo. Los bultos y maletas se terminaron. Se despidieron de los inquilinos que quedaban. Todos les desearon suerte. Y nadie saba dnde se hallaba el nuevo hogar de Jaime y su madre. Y caminaron junto al carretn hasta que por casualidad se encontraron con la otra familia, la de Lalo. Esto haba ocurrido unos veinte minutos ms tarde. Lalo haba visto aproximarse el carretn y llam la atencin de sus padres. All vienen otros a los que tambin echaron haba dicho. Nosotros estbamos desesperados, seora insista la madre del muchacho. Y cont su historia. Haban sido desalojados del apartamento que ocupaban. El alquiler se haba ido a las nubes. Entonces el dueo los puso en la calle de la noche a la maana. Quera tener el apartamento libre para otros inquilinos que pudieran pagar el precio que cobraba. Mi caso es distinto respondi la madre de Jaime. Y continu: Pero en el fondo, es casi lo mismo...
Todas esas historias se parecen, y todas son tristes. Hay campamentos para disfrutar unos cuantos das en el campo, y campamentos donde vive gente que se ha quedado sin casa.
Vctor Carbajal, Cuentatrapos. Mxico, SEP-SM, 1990.
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Rpidamente surgieron varios sembrados de esta planta en Veracruz. Con la instalacin de estos ingenios azucareros llegaron maestros artesanos con tcnicas y mtodos distintos para la preparacin de dulces. Trajeron nuevas recetas aunque algunos ingredientes, como las almendras y avellanas se sustituyeron por garbanzos y maz. Espaoles e indgenas dieron a luz una nueva casta de dulces mestizos. En los conventos, o mejor dicho en sus cocinas, se adopt la tecnologa trada de Espaa como los hornos y los instrumentos para frer. En los jardines de las casas se sembraron nuevas frutas, y de esta manera se tuvo disponible la materia prima necesaria para la elaboracin de los dulces.
Carmen Elena Cottin, Pero, qu significa la palabra dulce? en Mxico Dulce. Mxico, SEP Trilce, 2006.
151. Trabalengero
Los trabalenguas que siguen son para que se te trabe la lengua y te diviertas destrabndola. Me entiendes? No son para que sufras sino para que te diviertas. O a lo mejor sufres un poco... ya veremos. Adems, puedes retar a tus amigos a que digan los trabalenguas: vers como a algunos, al tratar de decirlos y equivocarse, les van a salir palabras chistosas de la boca como al Negrito Sanda le sala una culebrita loca, y todos se van a rer. Si con palabras te trabas y te disparatrabas, practica con trabalenguas, pues practicatrabalenguando te irs Pepe puso un peso en el piso del pozo. En el piso del pozo puso un peso Pepe. Abr cajones y cog cordones, cordones cog y cajones abr. destrabalenguando. Me han dicho que has dicho un dicho, un dicho que he dicho yo, y ese dicho que te han dicho que yo he dicho. No lo he dicho. Ms si yo lo hubiera dicho, estara muy bien dicho por haberlo dicho yo. He dicho.
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De Guadalajara vengo, jara traigo, jara vendo, a medio doy cada jara. Qu jara tan cara traigo de Guadalajara. Un pauelo de cuatro puntas, de pura pita, de pita pura, de pita pura, de pura pita, un pauelo de cuatro puntas. Entro contigo a un tren con trigo, a un tren con trigo entro contigo. Mariana Magaa desenmaraar maana la maraa que enmaraara Marina Maara. Si Sansn no sazona su salsa con sal, le sale sosa; le sale sosa su salsa a Sansn si la sazona sin sal. Pepe pone poco a poco en pilas, las papas que pelan Paca y Pola.
Elba llora, Elvira la mira y llama a Edelmira. Vlgame Elba lloras a deshoras! El trastero de Trini tiene trescientos trastos, si testereas el trastero de Trini, los trescientos trastos trastabillan. En la tlapalera de Tlalnepantla venden triquitraques, triquitraques venden en la tlapalera de Tlalnepantla. La mariposa se posa en el pozo del mariposario, en el pozo del mariposario se posa la mariposa. Yendo a La Habana en caravana, el tarambana reparti rbanos y bananas en rebanadas.
Valentn Rincn, Gilda Rincn, Cuca Serratos, Trabalengero. Mxico, SEP-Nostra , 2006.
152. Aves
A todos nos gustan los pjaros. Los admiramos porque son bellos, porque cantan, porque hacen nidos, porque tienen variados colores y, sobre todo, porque vuelan. Segn los sabios, el tatarabuelo de los pjaros vivi hace 150 millones de aos y tena un nombre muy raro. Se llamaba archaeopterix.
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Hoy, los pjaros se encuentran en todas partes: en los polos, en los trpicos, en los desiertos, en las estepas, en los bosques, en el campo, en los mares y en las ciudades. Pero qu es un pjaro? La mayora de la gente dice: "Un pjaro es un animal que vuela". Sin embargo, los pinginos son pjaros y no vuelan; las moscas vuelan y no son pjaros. Quizs sea mejor decir: "Un pjaro es un animal con plumas", porque todos los animales que tienen plumas son pjaros. Claro que, adems de plumas, tienen columna vertebral, dos patas, dos alas, un pico, y algo ms: nacen de huevos. Las plumas son lo que hace a los pjaros diferentes de otros animales. Sabas t que en la Tierra hay miles de millones de pjaros, divididos en casi nueve mil especies? Y son de muchsimos tipos: acuticos y terrestres, grandes y pequeos, de patas largas o cortas, de picas fuertes o dbiles, diurnos y nocturnos. El pjaro ms grande es el avestruz, que mide dos metros y medio, pesa ms de cien kilos y corre tanto como un automvil. El ms pequeo es el colibr abeja que mide unos pocos centmetros y es tan liviano como una mota de algodn. En Mxico existen ms de mil especies de pjaros. Ms que en los Estados Unidos y el Canad juntos! Igual que t, los pjaros necesitan de un tipo de ropa para proteger su piel. La ropa de los pjaros es su plumaje. Las plumas son livianas y durables, lo que las hace muy tiles para el vuelo. Funcionan como un sistema de aire acondicionado: cuando hace fro, retienen el calor; cuando hace calor, mantienen el cuerpo fresco. Algunas aves acuticas, como los patos, tienen una capa profunda de plumas que evita que se enfren. Sabes cuntas plumas tienen los pjaros? En general, su nmero depende del tamao y de la poca. Con el uso constante, las plumas suelen desgastares y desprenderse. Una o dos veces al ao los pjaros cambian de plumaje. Eso es lo que se llama muda, o sea el cambio de sus plumas viejas o gastadas por otras nuevecitas.
Lourdes Navarijo, Aves II. Mxico, SEP-CONAFE, 2000.
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154. Exploradores
Los exploradores son osados viajeros en tierras desconocidas. En sus recorridos afrontan el peligro, incluso la muerte. Vuelven convertidos en hroes, y aunque no todos regresan cargados de tesoros, los exploradores vuelven siempre con algo muy valioso: nuevos conocimientos, relatos de lugares lejanos y, sobre todo, instrucciones sobre cmo volver a encontrar esos lugares. Los exploradores viajan por mar, ro, tierra y hielo. Escalan los picos ms altos del mundo, bucean hasta las profundidades ocenicas y se remontan muy alto en el espacio. La curiosidad es, tal vez, la ms antigua razn para explorar. Es natural preguntarse que hay del otro lado del mundo. Algunos se lanzaron a la aventura por codicia. Slo unos cuantos descubrieron riquezas, aunque a costa de grandes dificultades. Con mucha frecuencia, los viajes no condujeron a un cofre de oro, sino a sufrir hambres, naufragios, enfermedades y, con frecuencia la muerte y el desastre. Otra razn para explorar fue la bsqueda de gloria. Quienes descubrieron o conquistaron nuevas tierras se volvieron famosos por sus hazaas y con frecuencia tierras o estrechos de mar fueron bautizados con su nombre. Muchos hicieron grandes viajes en nombre de la religin. Los misioneros cristianos, por ejemplo, se propusieron llevar la enseanza de la Biblia a los pueblos de Amrica y de frica. Los primeros exploradores vinieron de frica, pues en ese continente comenz la vida. De all pasaron al resto del mundo. La mayora de los cientficos acepta que todos los pueblos de la Tierra descienden de aquellos antepasados, parecidos a los monos, que vivieron en los bosques de frica hace ms de dos millones de aos. stos se alimentaban de semillas, races, frutas y un poco de carne: quizs gusanos y...
Richard, Platt y Peter Chrisp, Exploradores en Exploradores. Aventureros que abrieron nuevas fronteras. Mxico, SEP-Planeta, 2004.
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Corr a verme en el espejo: la gorra me caa hasta los ojos, pero la ech un poco para atrs. A lo mejor cuando sea grande ser marinero como el abuelo y viajar por todo el mundo.
Silvia Molina, El abuelo ya no duerme en el armario. Mxico, SEP-Corunda, 1996.
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quera luchar. Por ms que le enseaba la casa, el gato no se interes porque no haba olor a pescado frito en la cocina. Ya estaba clareando. Angustiado, el sueo entr en la boca de un hombre que dorma con un piyama rosa. Dentro de l, se abri como una flor. El hombre vio el camino cercado de rboles rojos, y comenz a caminar. Qu bonito! De un recodo surgi el galdrn, feroz, soplando viento por la boca. Quien siembra vientos cosecha tempestades! Le dijo el hombre al galdrn, y...
Y qu seguir? Antes de buscar el libro, cada quien escriba el final de este cuento.
Csar Camilla Cerqueira, Quin quiere soar? en Historias para leer y or. Mxico, SEP-Global Editora, 1992.
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La costa La costa es el lugar donde se unen la tierra y el mar. La costa puede estar formada por largas playas de arena o por acantilados, es decir, cerros y montaas junto al mar. Adems, las costas tienen diferentes formas. Si hay una parte de tierra que se mete en el mar, recibe el nombre de pennsula. Si, por el contrario, una parte del mar se mete en la tierra, entonces a eso se le llama baha. En la costa tambin puede haber lagunas. Son parecidas a las bahas, slo que la parte que comunica al mar con la laguna es muy pequea. Existen algunas que se forman en las desembocaduras de los ros, es decir, en los lugares donde los ros y el mar se juntan. En ellas hay agua dulce y salada. En la poca de lluvias hay ms agua dulce, mientras que en la temporada de secas hay ms salada. Las plantas y animales que se encuentran en las costas son de tipos muy distintos, segn la clase de costa que se trate. Hay costas en el norte del pas que se hallan en zonas desrticas. En ellas hay playas de arena en las que la vegetacin est formada sobre todo por arbustos y plantas que crecen y se extienden al nivel del suelo. Si se avanza hacia el sur, empiezan a verse las palmeras y las plantaciones de coco. Si seguimos hacia el sur hay cada vez ms vegetacin. All encontramos lugares en los que la selva llega hasta la orilla del mar. As sucede en los manglares, que son sitios en los que las plantas extienden sus races hasta el agua del mar. En cuanto a los animales, en las playas formadas de rocas y arena abundan los cangrejos, los caracoles y las conchas. Segn donde se halle la playa, se llegan a ver animales ms grandes que buscan alimento: mapaches, zorrillos, conejos, serpientes y jaguares. Adems, existe una gran cantidad de aves marinas como fragatas, gaviotas, pelcanos, grullas, garzas, patos, pjaros bobos y gallitos. En los manglares, aparte de los animales que ya te presentamos, hay cocodrilos, vboras y una gran variedad de peces que se refugian en las races de las plantas. Muchos de esos peces, como el pargo y la lisa, sirven para comer.
Luis de la Pea, Frente al mar en El mar y la costa. Mxico, SEP-CONAFE, 2000.
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La Nia de Sueo Lucila persigue tordos escapadizos bajo las higueras del higueral. La nia baja al ro a buscar sombras y mgicos escondrijos. Y como el almendro no responde la nia le cuenta un cuento. Querido amigo, le dice, he perdido el botoncito que llevo siempre en el pecho. Se lo ha llevado la rata que iba detrs del venado. Era el venado que iba detrs del jaguar. Ese jaguar que iba detrs del bfalo, que como ro iba detrs del mar, del que slo oigo hablar. Y como el arbolito ni suspira de tan conmovido que est, la nia le dice: Querido amigo, he visto una rata robar a mi madre la lanita de bordar. Ese bordado es el vestido con el que me voy a casar. Y como el almendro no responde, la nia lo consuela a su manera. No te pongas triste, querido amigo, pronto vendr la seora que anda con hojas verdes en las sandalias. La seora que busca al Sol alegremente y se re de las penas. La que trae el canto de las aves y el esplendor de los rosales. La Nia de Sueo Lucila descubre un nido en las ramas del almendro. No estars solo cuando vuelvan las estrellas, le dice. En casa doa Petronila espera con la artesa dispuesta. Con el jabn y el pao seco, porque sabe que Lucila viene hecha un zurrn de mugre tierno. Lucila enduraznada llega con la falda manchada, las piernas magulladas por las ortigas y el cabello que parece un nido de perdices de tan enredado que lo trae la nia.
Vctor Carvajal, Nia de sueo Lucila. Mxico, SEP-Alejandra, 2004.
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Corre que corre me fui a la escuela, pas por el laboratorio donde trabaja mi hermana. Ella mezcla agua y polvos. El cuarto est lleno de frascos de cristal y aparatos. Los laboratoristas ayudan a la gente a saber de qu estn enfermos para que se alivien ms rpido. Segu mi camino que se me hizo ms corto porque encontr a Emiliano acompaado de su hermana, que trabaja como maquiladora. Ella hace que la tela se convierta en vestidos, pantalones y blusas. Trabaja con una mquina de coser grandota con la que junta los pedazos de tela ya cortados y los convierte en ropa. Emiliano iba a la clnica porque tena un pie lastimado. Rosita lo atendi y le dijo que tuviera cuidado al jugar futbol. A Rosita la enfermera la quieren mucho en el pueblo porque nos ayuda a sentirnos bien. Claro. Llegue tarde a la escuela, la clase ya haba empezado. La maestra estaba hablando de los minerales de la tierra y de quienes los secan. Me llam la atencin la linterna que los mineros llevan en el casco para iluminar los tneles de las minas. Un compaero explic que con un pico y enormes taladros extraen materiales como oro, plata, estao, piedras y carbn. Todo mi pueblo, con su iglesia, la plaza, la escuela y mi saln de clases lo construyeron con sus propias manos y herramientas los albailes y los maestros de obras. Ellos habrn construido el mundo?
Marta Romo, Oficios y ms oficios. Mxico, SEP-Patria Cultural, 1991.
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A la hora de la cena un viejo amigo de los paps de Maripecas se reuni con los legionarios. Era el arquelogo Glvez, famoso por sus aventuras y descubrimientos. Se interes tanto por las hazaas de la Legin de la Tarntula que los invit a pasar unos das en Yaxchiln, otra antigua ciudad maya, situada en la selva. Los paps de Maripecas estuvieron de acuerdo as que el arquelogo dijo: Yo parto esta noche pero Anselmo mi chofer los llevar en jeep. Vayan preparados para estar en una verdadera selva. Al da siguiente salieron a las 6 de la maana. Anselmo era un sonriente indio lacandn que manejaba hbilmente mientras hablaba sin parar. Una fina llovizna caa y el camino, que era una especie de vereda, se volvi casi imposible. La llovizna se convirti pronto en una tormenta. Apenas se vea el camino y los rayos no cesaban de caer. Por qu no paramos? pregunt Maripecas. Necesitamos encontrar un refugio respondi Anselmo. Pero acabamos de pasar un cobertizo dijo Maripecas. Un cobertizo? Dnde? preguntaron a coro los dems. El jeep dio marcha atrs y a escasos 50 metros vieron un sendero y bajo unos grandes rboles a la derecha, descubrieron un cobertizo con techo de palma, semioculto por lianas y plantas. Anselmo maniobr el jeep y pronto llegaron. Los nios saltaron del vehculo a lo que result ser una choza de gran tamao llena de gigantescos bloques de piedra. Qu lugar tan raro! dijo Isabel 21. Para ser choza es muy grande coment Andrs. Y muy alta dijo Tai. Y redonda complet Oso Verde. Miren lo que encontr! grit Maripecas mostrando una tabla con una cabeza pintada con color negro. Cabeza Negra! exclam Anselmo asustado Vmonos de aqu! Los nios estaban asombrados. Espera, Anselmo... comenz a decir Oso Verde al chofer que corri despavorido al jeep. Rpido! les grit desde el vehculo Peligro! Peligro!
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Pero los legionarios no se iban a dejar asustar por una cara pintada en una tabla. Queran saber de qu se trataba aquello. Anselmo! gritaron cuando vieron que echaba a andar el jeep y se dispona a partir. Agchense, alguien viene! dijo Oso Verde
Pedro Bayona, Aventura en la selva en La Legin de la Tarntula. Mxico, SEP-Ediciones del Ermitao, 1988.
162. El concierto
Un da decidi la mam de Lilus llevarla a un concierto en Bellas Artes. Ese edificio bodocudo, blanco, con algo de dorado y mucho de hundido. Lilus tena tres lbumes de discos que tocaba a todas horas. Como era medio teatrera, lloraba y rea al son de la msica. Y hasta en la Pasin Segn San Mateo hallaba modo de hacer muecas, sonrea y se jalaba los pelos... Deshaca sus trenzas, se tenda sobre la cama abanicndose con un cartn y fumando en la pipa oriental de su pap... A Lilus no le vigilaban las lecturas, y un da cay en este prrafo: "Nada expresa mejor los sentimientos del hombre, sus pasiones, clera, dulzura, ingenuidad, tristeza, que la msica. Usted encontrar en ella el conflicto que tiene en su propio corazn. Es como un choque entre deseos y necesidades; el deseo de pureza y la necesidad de saber". As que cuando su mam le anunci que la llevara al concierto, Lilus puso cara de explorador, y se fueron las dos... Un pobre seor chiquito dorma en el concierto. Un pobre seor chaparrito de sonora respiracin. Dorma tristemente, con la cabeza de lado, inquieto por haberse dormido. Cuando el violn dejaba de tocar, el sueo se interrumpa y el seor levantaba tantito la cabeza; pero al volver el violn, la cabeza caa otra vez sobre su hombro. Entonces los ronquidos cubran los piansimos del violn. Esto irritaba a las gentes. Unas jvenes rean a escondidas. Las personas mayores se embeban en la msica, aparentando que no podan or otra cosa. Slo un seor y una seora (esos seres que se preocupan por el bienestar de la humanidad) le daban en la espalda, a pequeos intervalos, unos golpecitos secos y discretos.
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Y el pobrecito seor dorma. Estaba triste y tonto. Tonto porque es horrible dormirse entre despiertos. Triste porque tal vez en su casa la cama era demasiado estrecha, y su mujer en ella demasiado gorda. Muchas veces las gentes lloran porque encuentran las cosas demasiado bellas. Lo que les hace llorar, no es el deseo de poseerlas, sino esa profunda melancola que sentimos por todo lo que no es, por todo lo que no alcanza su plenitud. Es la tristeza del arroyo seco, ese caminito que se retuerce sin agua... del tnel en construccin y nunca terminado, de las caras bonitas con dientes manchados... Es la tristeza de todo lo que no est completo. Lilus la exploradora se dedica a mirar a los espectadores. Hay unos que concentran su atencin inquieta en la orquesta, y que sufren como si los msicos estuvieran a punto de equivocarse. Ponen cara de grandes conocedores, y con un gesto de la mano, o tarareando en voz bajsima algn pasaje conocido, inculcan en los vecinos su gran conocimiento musical. Hay otros que oyen con humildad. Avergonzados, no saben qu hacer con sus manos. Estn muy pendientes de la hora del aplauso, vigilan su respiracin, y se mortifican cada vez que a un desconocido se le ocurre sonarse, toser, o aplaudir a destiempo. Son los inocentes que participan en la culpa de todos. Los dems estn muy conscientes de su humanidad, preocupados por su menor gesto, el pliegue o la arruga de su vestido. De vez en cuando alguien se abandona a sus impulsos. Con el rostro en xtasis, los ojos cerrados y los agujeritos de la nariz muy abiertos, se entrega a sabe Dios qu delicias... "Bravo!" "Bravsimo!" Entre aplausos, y con su cara sonriente, la mam de Lilus se inclina para advertirle: "El andante estuvo maravilloso. Ay, mi pobre nia, pero si t no sabes lo que es un andante! Ahora mismo te voy a contar la vida de Mozart, y la de sus andantes y todo..." Las dos se van muy contentas. Lilus porque cree que le van a contar un cuento. La mam, porque est convencida de que es una intelectual...
Elena Poniatowska, El concierto, en Lilus Kikus. Mxico, SEP-Era, 1995.
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Ayer jugu con mi trompo y quise ser y girar como l Entonces pens, pens y pens y de pronto dando vueltas me encontr. Gir como Saturno y brinqu fuera de mi rbita pero el Sol me miraba severo y sin tocar a otros planetas volv a mi sendero. Baj a la Tierra como un torbellino e invit a otros a girar conmigo. Y todo lo que recogimos lo esparcimos, dejando las cosas al revs y contando ancdotas que no vivimos. En la noche fuimos un torbellino de cuentos, revolvimos tramas, finales y comienzos. Y result un marinero navegando en un desierto, habitado por elepollos, pumoptamos,
patosaurios y flacerontes. Hoy decid volver a girar solo y gir tan fuerte que me enterr en el lodo y me top con fsiles e insectos, hasta que llegu al centro de todo. Pero hoy por hoy no girar ms Ahora quiero ser la cuerda que hace a otro girar. Quieres venir? Me enredo, enredo y enredo hasta que la cuerda suba de tus pies a tu cintura. Cierra los ojos que ahora te lanzo! Y comienza tu aventura.
Nina Shor, Podras t ser un trompo? As se lo imagin Camila en Lanzar, subir, bajar y tirar. Mxico, SEP-Educal 2006.
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164. Un sapo
Antes de que el siglo XX comenzara, en Guanajuato vivan unos esposos que tenan una hijita. El pap se llamaba don Carmelo, la mam doa Sebastiana y la nia Maclovia, que tena entonces unos nueve aos. No eran ni ricos ni pobres. Tenan una casita de piedra en uno de los callejones ms estrechos de Guanajuato, por donde no caba siquiera un paraguas abierto. En el patio trasero tenan diez gallinas que ponan huevos rojos y muchas macetas con flores, y en el jardincito de enfrente haba un rbol de aguacate, una higuera y muchas jaulas con pjaros. Vivan, como se dice, en paz y felices. La casa de junto la ocupaban los esposos Snchez y Snchez y sus cuatro hijos. Uno de ellos, Joaqun, a quien todos llamaban Quino, era muy amigo de Maclovia. Tena trece aos. A la familia Snchez y Snchez le gustaba desayunar todos los domingos en su jardn. Maclovia los espiaba. Se suba al techo de su casa y observaba cmo coman huevos estrellados, leche, jugo y panes con miel de higo. Ellos no podan verla porque las ramas de un pirul la ocultaban. Maclovia le haba dicho un da a su pap que por qu ellos no desayunaban los domingos en el jardn. A don Carmelo, que durante el resto de la semana atenda su botica en el centro de la ciudad, le gustaba construir jaulas para pjaros todos los domingos. Por eso le respondi a su hija: Deja de pensar en esas cosas. Hay que desayunar como Dios manda: en la mesa del comedor. Cuando los Snchez y Snchez terminaban su desayuno se metan a su casa, menos Joaqun, que se trepaba al pirul, brincaba al techo de su amiga y se pona a retozar y a jugar con ella. A veces le llevaba un pan con miel de higo, que su vecina devoraba hasta chuparse los dedos. Entre muchas otras cosas, les daba por jugar a los animales. El juego consista en juntar todos los insectos y animalitos que encontraran, entre ms raros y feos mejor. Luego invitaban a los hermanos de Quino a que conocieran su coleccin. En cajas de
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distintos tamaos que haban reunido desde haca tiempo, iban poniendo cucarachas, gusanos, lagartijas, mayates, caracoles, grillos, montoncitos de hormigas, moscas y mosquitos, tijerillas, araas, mariposas y todos los dems ejemplares que ellos no saban ni cmo se llamaban. Un da en que Maclovia iba a comprar el alpiste para los pjaros, oy el croar de un sapo. Lo busc un rato hasta que lo descubri, a travs de una reja, en medio de un jardn que perteneca a una seora gorda, chaparra y con un lunar negro en la punta de la nariz. No saba quin era, pero siempre le haba dado miedo. Por eso corri a pedirle ayuda a Quino. Como era un nio valiente podra atrapar el sapo para que los dos jugaran con l.
Francisco Hinojosa, Un sapo en Joaqun y Maclovia se quieren casar. Mxico, SEP, 1987.
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Si tan slo se pudiera embotellar la hora del puerto de partida, se podra llevar a cualquier lugar de la Tierra y compararla con la hora local. Entonces se podra conocer la longitud de un barco y el acertijo que durante tantos siglos confundi a los marineros, se resolvera. Pero cmo se podra embotellar el tiempo? Una forma obvia de hacerlo es poner un reloj a la hora del puerto de partida. Desafortunadamente, en 1707, ningn reloj, en el mar ni en tierra, poda medir el tiempo con suficiente precisin para ser confiable. El tiempo preciso sencillamente no poda viajar.
Kathryn Lasky, Cuestin de tiempo en El hombre que hizo viajar al tiempo. Mxico, SEP-Planeta, 2006.
166. Ballenas
Las ballenas son seres muy grandes e inteligentes y adems les gusta viajar a nuestro pas; sabes por qu?
Todos los aos, las ballenas viajan de las aguas del rtico, cerca del Polo Norte, a lugares de Mxico, como el Mar de Corts o Puerto Vallarta. Cul es la razn por la que recorren una distancia tan grande? No es ningn misterio. El hecho de que venga a vacacionar a Mxico durante tres o cuatro meses, obedece a dos razones: dar a luz a sus ballenatos y aparearse. Adems, hay una verdad indiscutible: las bahas de Mxico han servido para que la ballena gris no desaparezca. Para protegerla, el Gobierno de Mxico declar refugios las bahas Ojo de Liebre, en 1971, y San Ignacio, en 1979. Las primeras en llegar son las hembras embarazadas; despus lo hacen las hembras jvenes y los machos. Una vez instaladas se organiza el cortejo. Llenan nuestras bahas de un escandaloso bullicio. Se tiran agua y juguetean en la superficie. Si hay alguna ballena herida, las dems cuidan de ella y la ayudan en todo lo que pueden.
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La hembra es cortejada por dos o ms machos, sin rivalidad aparente entre ellos. Cuando se acoplan, el ruido que producen el choque y el frotamiento de las zonas ventrales se escucha desde lejos. En realidad es toda una fiesta. A los cuatro aos y medio la hembra est ya en condiciones de tener ballenatos y lo puede hacer cada dos aos. El embarazo dura entre nueve y doce meses. Cuando la madre expulsa al ballenato, que nace de la cola, ste intenta subir a la superficie para tomar aire. La madre lo ayuda en su primera tarea en el mundo martimo. Lo empuja hacia arriba con la cabeza, se sumerge a veces y vuelve a salir con su hijo sobre el lomo. As el recin nacido respira. Cuando la mam ballena gris lo alimenta, el ballenato mexicanito no tiene necesidad de pegarse ni de absorber del pezn materno, sino que la madre, realizando una contraccin muscular, le lanza a la boca un chorro de leche de unos cuatro litros. Y as lo har hasta que su hijo cumpla seis meses. Despus de tantos das de fiesta y escndalo, la ballena gris dormita. Lo hace de tal manera que parece una isla durmiendo.
Ahora ya sabes por qu a las ballenas les gusta viajar a nuestro pas, y tambin aprendiste cmo nacen.
Guillermo Samperio, Ballenas en El agua y t, Armando Lpez, ilus. Mxico, SEP-CONAFE. 2000.
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lgrimas llenaron sus ojos, aunque no se dio cuenta. Pens en los dedos de luna, largos y delgados. Cmo le hubiera gustado acariciarlos en ese momento, tocar esos dedos de luna! Vio las mscaras de la pared. Miradas fijas, vacas, insolentes. Las odi. Las odiaba a todas. Quera olvidarlo todo, olvidar las mscaras y el dolor de su corazn. "Olvidar, olvidar, olvidar!" gritaba para sus adentros. Y con golpes feroces arremeti contra las mscaras, enchuecando algunas y quebrando otras. A travs de sus lgrimas, la mscara del anciano lo miraba con malicia. Too la tir al suelo. La cara qued herida, con la barba rota. Despus todo qued tranquilo, muy tranquilo, menos el latido de su propio corazn. Yo tambin lo quera susurr alguien en el silencio. Too volte lentamente. Era su madre. No te enojes, hijo le dijo en voz baja. Es que... no lo puedo evitar balbuceaba el muchacho. No es justo. Tenamos tanto que hacer juntos. Me iba a ensear... Nunca estamos preparados para perder lo que queremos lo interrumpi su mam tiernamente. No fue una alegra tener un abuelo como el tuyo, un hombre carioso y tierno que hizo cosas bellas? No fue un gusto aprender de l?, ver el mundo a travs de su bondad? Too se qued mudo. No te enojes por lo que no puedes cambiar dijo la madre. Tu abuelo se ha ido, pero tenemos recuerdos de l. Mira las bellas mscaras que nos dej.
Tony Johnston, Dedos de Luna en La Vendedora de Nubes y otros Cuentos, Leonel Maciel, ilus. Mxico, SEPCONAFE, 1987.
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168. La sal
En algunos pueblos antiguos, la sal era muy codiciada, llegando a utilizarse como moneda. Todava usamos la palabra salario, que se refera al pago con sal. Hubo guerras por obtenerla, ya que es indispensable al organismo. Adems, sin ella, nuestras comidas resultaran inspidas y desagradables. Has visto como se extrae? En la playa se construyen estanques de baja profundidad que se llenan de agua de mar. En poco tiempo, el sol la evapora, dejando en el fondo los pequeos cristales. Despus, en camiones o barcos, son llevados a las fbricas para su refinacin, empaque y venta. As es como llega a la cocina de tu casa. Tambin lejos del mar hay depsitos naturales. Se llaman minas de sal y estn formadas por mares que se secaron hace millones de aos. La mina de sal ms grande del mundo est en Mxico, en Guerrero Negro, Baja California. Para vivir necesitamos agua dulce. Slo en una emergencia grave, como un naufragio, podemos tomar agua de mar; y en muy pequeas cantidades, pues el exceso de sal daa tu salud. El agua dulce est en diversos sitios: congelada en los polos y en los picos nevados de las montaas; lquida en los lagos, lagunas y ros, en los manantiales y depsitos subterrneos. Sin embargo, en la Tierra hay ms agua salada que dulce y, en muchas poblaciones, el agua es insuficiente. Ha sido necesario construir instalaciones para convertir el agua de mar en agua dulce. Las plantas desaladoras, que son muy costosas, se utilizan para este trabajo. En Mxico existen varias que producen agua para beber, lavar y regar las plantas. Cerca de la superficie del mar, viven millones y millones de animalitos y plantas que slo se pueden ver con una lupa o un microscopio.
Francisco Reyes Palma, La sal en El agua y t, Arnaldo Coen, ilus. Mxico, SEP-CONAFE, 1987.
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170. Gigantes
Las montaas estn llenas de misterio, y guardan en su interior antiguos secretos. Hay en ellas barrancas, caadas, ros y cuevas que ocultan tesoros; tambin hay bosques poblados de plantas y de animales. Cuentan que hace muchsimos aos, en lo ms apartado de aquellas montaas, viva una raza de hombres gigantes tan fuertes que podan arrancar los rboles con las manos y tan altos que, cuando caminaban por el bosque, sus cabezas sobresalan y rozaban las nubes. Estos seres hicieron construcciones enormes como ellos, de las que ahora slo quedan algunas ruinas a las que se llama pirmides. Dicen que esos gigantes tenan el ombligo en la frente, pero ya luego se les pas a la panza. Algunos tenan un solo ojo. La raza se fue extinguiendo por falta de alimentos; pues, como no cultivaban la tierra, acabaron con todo lo que haba. Sin embargo, todava quedan algunos gigantes. En Veracruz los llaman chilobos; son muy peludos, les crece el pelo por todas partes y tienen los pies al revs. Algo muy importante es que, para huir de un gigante, el hombre debe seguir sus huellas; de lo contrario, acabar encontrndose con l. Los gigantes casi nadie llega a conocerlos, ya que viven en las cuevas de los barrancos ms profundos. Les gustan los caracoles de ro, y comen tantos de una sola vez que dejan en las orillas montones de conchas. Por ellas se sabe que ah estuvieron. Algunos hombres valientes y curiosos que han subido a lo alto de las montaas se han topado con huesos de gigantes, y aseguran que son enormes y pesadsimos. (Dicen que una muela puede servir de banco a un nio.) Pero el que los encuentra tiene que conformarse con mirarlos y abandonarlos, pues, si se los lleva a su casa, el espritu del gigante se le aparece en la noche para reclamrselos.
Ma. Teresa de Maria y Campos, Gigantes en Animales fantsticos y ms leyendas, Laura Almeida, ilus. Mxico, SEPCONAFE, 2000.
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171. La conquista
En Tenochtitln un da se corri la voz... Haban llegado unas como torres o cerros pequeos flotando por el mar. En ellos venan gentes extraas. Hombres con la piel clara y barbas largas. Moctezuma, nuestro seor de Tenochtitlan, estaba preocupado por hechos extraos que haba soado y se afligi an ms con estas noticias. Consult a los sabios. Segn los cdices, haba presagios de que por este tiempo iba a regresar el venerado dios Quetzalcatl. Al partir, muchsimos aos antes, as lo haba anunciado. Naci en Moctezuma una duda. Era sta la tan esperada llegada de Quetzalcatl? Regresaban los dioses? Mand embajadores a la costa para conocer a los recin llegados, para conversar con ellos y agasajarlos. Les envi maravillosos regalos: un disco de oro y otro de plata, con figuras del Sol y la Luna; joyas y piedras preciosas; muchas mantas y un traje ricamente bordado, por si fuera necesario engalanar al buen dios. Los embajadores se acercaron en canoas hasta los barcos. Subieron, y all conversaron. Hablaban distintos idiomas: nuestros embajadores, el nhuatl; los blancos, quienes, ms tarde supimos, eran espaoles, una lengua llamada castellano. Los acompaaban los intrpretes: Malintzin, una joven indgena que hablaba las lenguas maya y nhuatl, y Jernimo de Aguilar, un nufrago espaol que conoca el maya. Los espaoles quisieron impresionar a los embajadores, y dispararon los caones y unas armas ms pequeas; las llevaba cada uno y se llamaban arcabuces. El estruendo de los disparos caus pnico entre los embajadores. Nosotros no conocamos las armas de fuego. Luchbamos con flechas, con lanzas y con los machuitl, una especie de garrotes con pedazos de obsidiana incrustados. Esta piedra tan dura la tallbamos para hacer puntas de flecha y joyas muy hermosas.
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Los espaoles, por su parte, recibieron con gran contento los regalos de oro. Trataron con amabilidad a los mensajeros, los cuales regresaron presurosos a Tenochtitlan para informar a Moctezuma. Le mostraron las pinturas que haban hecho de los espaoles, y le dieron noticia de cuanto haban visto.
Miguel Len Portilla, La conquista, Felipe Dvalos, ilus. Mxico, SEP-CONAFE, 2000.
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Con gran escndalo, el hombre busc a la autora de tales piquetes. En medio de un revuelo de cobijas, sbanas y almohadas, un reloj de bolsillo cay al piso, sin que el furioso hombre se diera cuenta. Renegando, reacomod las cobijas, se calm y volvi a dormirse.
Podr el ratn quedarse con el reloj que cay al piso?
Jos Antonio Zambrano, La pulga aventurera en La pulga aventurera y otros cuentos, Luis Jasso. ilus. Mxico, SEP, 1987.
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Para que parezca cromo? Dios me libre! Las nubes son anticuadas. Decididamente tu nube no tiene nada especial. La nia sonre a la nube para animarla. "Olvida el desaire", le dice; y todava est con la cabeza en el aire cuando un poltico de traje acharolado medita frente a ella: Creo que tu nube, nia, puede ser un elemento positivo en mi campaa para diputado. Sabr escribir letras en el cielo? Depende de las letras. Las del nombre del candidato. Todos las veran escritas encima de la ciudad. Si vienes maana al centro, a la sede del partido... Oh, no seor, yo al centro no voy y menos a una oficina. All hay mucho smog, del ms denso y negro, y se me tizna mi nube. Te pago un buen precio. No seor, fjese que no. El poltico se da la media vuelta.
Magda Montiel S. y Elena Poniatowska La vendedora de nubes en La Vendedora de Nubes y otros Cuentos, Antonio Esparza, ilus. Mxico, SEP-CONAFE, 1987.
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Todo haba salido bien hasta ese momento. Dorman ya el rey y la reina, los perros y los canarios, las damas y el rey y la reina, los guardias y los lacayos. Dorman el fuego en la chimenea y el agua de la fuente, pero la protagonista del cuento, la mismsima Bella Durmiente, tena insomnio y no se poda dormir! El hada madrina no saba qu hacer. En todo aquel palacio dormido slo velaba el aya anciana que haba criado a la princesa y haba venido a vigilar su sueo. Pero no haba tal sueo! La Bella Durmiente padeca insomnio. El hada agitaba en vano su varita mgica: la princesa no se dorma. Se paseaba con el aya por los salones dormidos pero no le llegaba el sueo. Esto no es posible! se quej la anciana, fatigada de caminarLa Bella Durmiente no puede pasar cien aos despierta! Estar hecha una ruina cuando aparezca el prncipe! exclam la pobre princesa. Hada madrina, tienes que hacer algo! El hada se qued pensativa un momento. Luego exclam: Ya s! Pedir prestada la manzana de Blancanieves. La morders y caers como dormida. Contrataremos a los siete enanos: ellos te fabricarn un precioso atad de cristal para que te encuentre el prncipe. Noooo! protest la princesa. Yo no quiero al prncipe de Blancanieves, ella se pondra celosa! Yo quiero mi propio prncipe. Este es mi cuento! sollozaba. Podramos cambiarle el nombre... medit el hada. Ponerle... La Bella Insomne del Bosque... Pero significara mucho trabajo extra recapacit. Habra que irse al siglo XVII y cambiar el texto original, contratar otras seis hadas madrinas, una bruja especial, el sindicato de brujas protestara por las horas extra! Y, con la inflacin termin diciendo el hada el costo sera prohibitivo.
La inflacin. Qu es la inflacin? El aumento exagerado de los precios.
Roco Sanz, El insomnio de la Bella Durmiente en Cuentos descontentos. Mxico, SEP, 1987.
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Al anochecer, se tumb en un rincn del zcalo y durmi; se despert con el sol sobre la cara. Antes que nada pens, ir a ver si regresa Orovolante. Si no, buscar alguna chamba.
Y, quin es Orovolante? Pues, vayan ustedes a saber. Si alguien quiere averiguarlo, va a tener que leer el libro, creo yo.
Anna Muri, Un muchacho valiente en El maravilloso viaje de Nico Huehuetl a travs de Mxico. Mxico, SEPCELTA Amaquemecan, 2002.
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sombrero; y la piedra, como piedra, apedreaba desde la mano de Julio, y el pillo se vio obligado a correr. Y as viajaban, contentos de ir juntos; y aunque cada cual a su modo ya los conocan, juntos volvieron a conocer la noche y el da, las nubes, la lluvia, las estrellas, las flores, los rboles, los caminos... Cuando ya estaban muy prximos a su destino, de repente exclam la rana: Y nuestra amiga?, dnde est nuestra amiga la piedra?
Qu hacen juntos una piedra, una rana y un nio llamado Julio? Bueno, ya quedamos que los libros hay que leerlos completos. A ver quin es el primero que encuentra ste.
Marins Medero, Todo puede suceder en La pulga aventurera y otros cuentos, Anhelo Hernndez, ilus. Mxico, SEP-CONAFE, 2000.
178. M de mujer
Ir a buscar agua, cuidar a los nios, trabajar en el campo, hacer la comida, vender la cosecha en el mercado, lavar y planchar la ropa, dar de comer a los animales, mantener la casa limpia y recogida, atender al marido, cuidar a los abuelos... stas son algunas de las tareas cotidianas que las mujeres realizan en gran parte del mundo; por ejemplo en Mauritania, cerca del ro Senegal, que delimita la frontera entre los dos pases Mauritania y Senegal, en frica, trabajan de sol a sol y tambin a la luz del diesel. La periodista nigeriana [de Nigeria] Donu Kogbara dice que en frica, cada vez ms, las mujeres se niegan a aceptar la feminidad que se espera de ellas, una feminidad sometida, atemorizada, dependiente. La evolucin se ha puesto en marcha!, Dice Donu Kogbara. En los pueblos de Wothie, Thide, Ari Ara y Djoud, las mujeres quieren participar en el progreso de su comunidad y por eso se han organizado en cooperativas agrarias. En largas reuniones hablan sobre cules son los mejores proveedores de semillas, como pueden reducir los costos de produccin, a quien pedir un crdito para comprar una camioneta que les permita ir a vender al mercado de la capital, Nouakchott, los excedentes de la cosecha a un mejor precio. Para llevar a cabo esta tarea tambin quieren
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estar informadas y aprender a leer y escribir, un privilegio vedado a los ms pobres y a las mujeres. Por eso, para alfabetizarse, aprovechan al mximo el poco tiempo disponible. La evolucin se ha puesto en marcha! En la cooperativa de mujeres de Whotie tambin hacen jabn para venderlo. Es muy sencillo funden unas velas, aaden el aceite de una semilla llamada karit, mezclan los ingredientes con un poco de harina y jabn en polvo y ponen la pasta en unos moldes. Hay que esperar 24 horas para sacar las pastillas de jabn del molde.
Toms Abella, M de mujer. Mxico, SEP-Celistia, 2006.
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viento aparecieron en Persia hacia el siglo VII, y se extendieron despus por todo el mundo. Algunos funcionan todava hoy. El fondo de la Tierra El carbn, el gas y el petrleo se formaron muy lentamente bajo la tierra, hace millones de aos. Estas fuentes de energa fsiles son fciles de usar y almacenar, pero algn da se agotarn: haran falta millones de aos para renovarlas! Hace dos mil aos, los chinos ya usaban el carbn y el gas para cocinar, alumbrarse y calentarse. En Europa se extrae carbn de las minas, desde la Edad Media. Al arder, el carbn produce mucho calor. El primer pozo de petrleo se perfor en 1859 en los Estados Unidos. Este lquido es tan valioso que se le llama oro negro!
Diane Costa de Beauregard, El rey Sol en Del big bang a la electricidad. Mxico, SEP-SM, 2002.
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boreal, eran las almas de las focas, los caribes y las ballenas. Los indios algonquinos, de Canad y los Estados Unidos, crean que las luces eran los reflejos de la inmensa hoguera que encenda el Gran Espritu. Hace mucho tiempo estas luces asustaban a la gente que crea que anunciaban tiempos malos. En 1583 cuando esas luces brillaron en Francia, la gente se reuni en las iglesias para rezar. Las luces del Norte, o aurora boreal, son todava maravillosas y sorprendentes. Pero los cientficos saben ya que son naturales, no sobrenaturales.
Catherine, ONeill, Luces misteriosas en Grandes misterios de nuestro mundo. Mxico, SEP-Promociones Don dEscrito, 2002.
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en primer lugar, de su posicin en el globo terrqueo; es decir, de la cantidad de Sol que recibe. El clima depende tambin de los vientos fros o calientes, de la altitud, as como de la proximidad del mar. Adems del Ecuador, que es la circunferencia ms grande que puede trazarse en nuestro planeta, otras lneas imaginarias cuadriculan la Tierra. stas permiten ubicar con precisin un sitio sobre el globo. [Conviene ir sealando el Ecuador y las otras lneas en un mapa.] Los paralelos son lneas paralelas al Ecuador y nos indican la latitud. Los meridianos dividen la tierra verticalmente, como los gajos de una naranja, y nos indican la longitud.
Catherine ONeill, La Tierra en el espacio en Mi atlas, mi planeta. Mxico, SEP-Tecolote, 2006.
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Sin que mediara una palabra entre nosotros, Alain se fue caminando hacia la orilla del mar. De un salto lleg a la borda del barco y entonces ste, con el balanceo de las olas, se fue alejando suavemente de nuestras costas. Desde la cubierta, Alain me deca adis, con una extraa mirada. Pero entonces, yo senta algo a mi lado y ah tambin estaba mi amigo Alain, dicindole adis al Alain que se iba en el barco. Aunque estaba soando, yo saba que eso era algo completamente imposible. Cmo iban a existir dos Alain: uno que se iba, otro que se quedaba conmigo? Todava no consigo explicrmelo. Hoy, cuando regresaba de la escuela, me encontr con Nico, otro de la pandilla, que vena del mar con su abuela. Tambin Nico es uno de mis mejores amigos. l es negro como la noche y de ojos grandes y muy oscuros y se sabe muchsimos cuentos. Yo s que, algn da, Nico ser escritor, como mi padre. La abuela de Nico, que es una anciana que siempre anda con un puro en los labios y parece ms vieja que el fin de los tiempos, sigui su camino, y Nico se qued conmigo, conversando en la acera.
Enrique Prez Daz, Las cartas de Alain. Mxico, SEP-Alianza Editorial, 2004.
CUARTO GRADO
slo fue una noche y Luis Arturo casi no comi ni ensuci nada. Pero hace mucho tiempo que yo no la vea tan enojada. Resulta que el otro da lleg Luis Arturo a su casa y les ense a sus paps su examen para que lo firmaran. Lo malo es que se haba sacado cero y no le sali la trampa de poner un uno delante del cero para que sus paps creyeran que se haba sacado diez, porque la maestra Sofa haba puesto tachecitos en todas sus respuestas incorrectas. Ayer me pidi que si me poda sentar con l en el recreo y me lo platic todo. Es que Luis Arturo no tiene un mejor amigo para contarle sus problemas, y como yo me llevo bien con todos los del saln, me escogi para confiar en m. Me cont que cuando les llev el examen con cero a sus paps ellos se pusieron furiosos y le dijeron que era un intil y que lo iban a sacar de la escuela para ponerlo a trabajar de cerillo en el supermercado. En serio que a los paps no se les ocurre algo ms original. Eso de cerillo es lo que nos dicen todos pero, que yo sepa, jams un compaero ha trabajado de cerillo de verdad. De todos modos Luis Arturo crey que s se lo iban a hacer y no le gust demasiado esa idea, porque sabe que trabajando de cerillo no se va a hacer millonario nunca. Pobre, se vea muy desesperado. Tan desesperado, que de pronto, a medio recreo, sac su sandwich de la lonchera y lo tir a la basura con mucho coraje. Voy a hacer una huelga de hambre porque soy una bestia me dijo.
Mnica Beltrn Brozon. Casi medio ao! Mxico, SEP-SM, 2003.
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comprendidas entre cinco y poco menos de doce aos. La directora, la jefa, la suprema autoridad de ese establecimiento, era una dama terrible, de mediana edad, llamada seorita Tronchatoro. A Matilda, como es natural, la asignaron a la clase inferior, donde haba otros dieciocho nios, aproximadamente de su misma edad. La profesora era la seorita Honey, que no tena ms de veintitrs o veinticuatro aos. Tena un bonito rostro ovalado plido, de Virgen, con ojos azules y pelo castao claro. Su cuerpo era tan delgado y frgil, que daba la impresin de que, si se caa, se rompera en mil pedazos, como una figurita de porcelana. La seorita Honey era una persona apacible y discreta, que nunca levantaba la voz y a la que raramente se vea sonrer, pero que, sin duda, tena el don de que la adoraban todos los nios que estaban a su cargo; pareca comprender perfectamente el desconcierto y el temor que tan a menudo embargaba a los nios a quienes, por primera vez en su vida, se les agrupa en una clase y se les dice que tienen que obedecer lo que se les ordene. Cuando hablaba a un desconcertado y melanclico recin llegado a la clase, el rostro de la seorita Honey desprenda una casi tangible sensacin de cordialidad.
Matilda es un libro delicioso, y tambin hay una pelcula con la historia de esta nia. A Matilda le gustaba mucho leer, pero su familia tena horror a los libros.
Roald Dahl, La seorita Honey en Matilda. Mxico, SEP-Alfaguara Infantil, 2002.
Esto es lo que dijo Mowgli, mientras bailaba sobre la piel de Shere Khan, el tigre, su enemigo. Este es el canto de Mowgli. Y yo soy, el mismo Mowgli, quien lo canta. Que conozca la selva todo lo que he hecho.
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Asegur Shere Khan que me matara. Que lo hara a las puertas de la aldea. Que matara a Mowgli, esa pobre rana. Comi y bebi. Bebe cuanto quieras, Shere Khan. Volvers alguna vez a tener sed? Volvers a soar, feliz, en tu casa? La soledad me rodea en los prados. Hazme compaa hermano gris. Ven aqu, Lobo solitario, que te vas a divertir. Pastorea los enormes bfalos, los toros de lomo azulados y ojos colricos. Yo te dir por dnde van, errantes. Su seora Shere Khan est sumido en el silencio del profundo sueo. Vamos, despierta. Aqu estoy yo y detrs de m los bfalos. Rama, su rey, escarba impaciente con sus pezuas. Aguas del Waingunga, saben dnde se esconde Shere Khan? l no es Ikki, el puercoespn, capaz de perforar la tierra. Tampoco es Mao, el pavo real. Ni Mang, el murcilago charlatn. Bambes, el viento los hace hablar moviendo suavemente sus caas. Dganme, dnde ha huido Shere Khan? Ahuuu! All est, all est. Vergenza. Un tigre cojo bajo las patas de Rama. Arriba, Shere Khan! Salta y mata! Ah estn los bfalos. Rmpeles la columna. Psss! Cuidado al despertarlo. Su fuerza es inmensa. Los buitres cayeron en picada; las hormigas subieron de sus negros agujeros. Todos quieren contemplarlo. Una gloriosa corte lo rodea. Ah! No tengo una sola prenda para cubrir mis vergenzas. Buitres, no se fijen en eso. Desnudo. Que mal me siento as delante de la imponente asamblea. Prstame tu abrigo, Shere Kan. Prstame tu precioso abrigo de rayas, para que pueda presentarme en el Consejo de la Roca. Por mi segundo padre, el Toro, hice una pequea promesa. Muy pequea. Pero es preciso que me prestes tu piel para cumplirla. Ves este cuchillo? Es de cazador, con ese filo de odio con que matan los hombres. Ahora me inclino a la tierra a recoger tu regalo.
Rudyard Kipling, La cancin de Mowgli en El Libro de La Selva. Mxico, SEP-SM, 2002.
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186. Racatapln
Haba una vez una nia que viva sola, en las afueras del pueblo, San Miguel o Santiago o San Juan o algn otro santo se llamaba; no lo recuerdo bien. En todo caso, era un casero de tejados rojos y paredes blancas, con un alto campanario de piedra en el centro, que estaba posado, como si fuera un grupo de palomas, en lo ms alto de una altsima montaa. Que por qu viva sola esta nia? Eso s que no lo s. Esta historia tiene tres o cuatro misterios y ste es el primero y tal vez el ms grande, el ms misterioso de todos. Lo cierto es que esta nia atenda sola su casita, de muros encalados y tejas de barro; sola arreglaba su ropa y sus zapatos; sola trabajaba en su huerto de membrillos y manzanos; sola cuidaba sus animales y todas las tardes los sacaba a pastar al monte. Sola iba al mercado y a la escuela y a la nevera, que estaba en la plaza, frente al templo Al caer la tarde, la nia pasaba llevando sus borregos, de regreso a su casita, de muros encalados y tejas de barro. A medida que se alejaba del centro del pueblo, las calles se iban haciendo ms escarpadas y menos concurridas. Haba cada vez menos gente y menos automviles As, en santa paz, iba transcurriendo la vida de Mariana. La nia pasaba el tiempo ocupada en sus faenas, en sus juegos, en sus tareas escolares y en la atencin de su casita y de sus animales. Sus das corran uno detrs del otro bajo la mirada de piedra de los ngeles y los santos de la capilla Cierto da, como desde hace siglos acostumbra hacerlo todos los aos, lleg el verano con su escolta de aguaceros. Una tarde a fines de julio, una tarde oscura y fra, una tarde de rachas huracanadas en que haba un cielo bajo, lleno de enormes nubes grises, Mariana sufri el ms terrible susto de su vida
Qu fue lo que le paso a Mariana? Vamos a leer el libro para averiguarlo
Felipe Garrido, Racatapln. Mxico, SM, 1998.
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187. Mariposas
Las mariposas son tan bellas! Parecen flores que vuelan. Las hay multicolores y de un solo color, de formas diversas, grandes y pequeas. En todo el mundo, tanto en los lugares fros como en los calurosos, habitan millones de estos bonitos animales. A menudo, los machos son de colores ms vistosos que las hembras. Esto se debe a que la naturaleza las protege para que ellas pasen desapercibidas y no se expongan a riesgos. Pues, a fin de cuentas, son las hembras las que ponen los huevecillos Y ya que de echar a volar palabras se trata, papalote es una que proviene del nhuatl; en ese idioma, mariposa se dice, precisamente, "paplotl". De esa denominacin se derivan otras, como "Papaloapan", que significa "ro de las mariposas".
Los poetas aztecas cantaron: La mariposa, que est hecha de oro, y el colibr, que parece joya con alas, saben dnde abren las flores sus corolas y perfuman.
Los aztecas convirtieron a la mariposa en diosa. La bautizaron con el nombre de Xochiquetzal, o sea, "flor preciosa". En sus grandes fiestas solan adornar las calles y las casas con flores, y disfrazaba a los nios de mariposa. Hay ms de 200 mil especies de mariposas. Todas son bellas y fascinantes. Si no existieran, seguramente el mundo se vera descolorido y triste.
Carlos R. Beutelspacher, Mariposas. Mxico, SEP-CONAFE, 2000.
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Ms bien, tendremos que completarlo buscando el libro, porque lo que tenemos en este momento es una fascinante serie de preguntas y mucha, muchsima curiosidad.
Joan Manuel Gisbert, La danza de las imgenes gigantes en Escenarios Fantsticos. Mxico, SEP-SM, 2003.
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El rbol que pensaba Era un rbol que pensaba. Y pensaba mucho. Un da lo trasladaron a la plaza en el centro de la ciudad. Le cay bien esa atencin. Se entusiasm, creci, se agigant. Fue cuando vinieron los hombres y podaron sus ramas. El rbol se extra del hecho y corrigi su crecimiento pensando que la direccin de sus ramas era la causa del enojo de los hombres. Pero cuando nuevamente se agigant los hombres volvieron y otra vez amputaron sus ramas. El rbol quera satisfacer a los hombres al juzgarlos sus benefactores y dej de crecer. Y como ya no creci, los hombres lo arrancaron de la plaza y pusieron otro en su lugar.
Oswaldo Franca Jr., Las naranjas iguales. Mxico, SEP-Nova Fronteira, 1997.
El sapito glo glo glo Nadie sabe dnde vive. Nadie en la casa lo vio. Pero todos escuchamos al sapito: glo glo glo Vivir en la chimenea? Dnde diablos se escondi? Dnde canta, cuando llueve, el sapito glo, glo, glo? Vive acaso en la azotea? Se ha metido en un rincn? Est debajo de la cama? Vive oculto en una flor?
Nadie sabe dnde vive. Nadie en la casa lo vio. Pero todos escuchamos cuando llueve: glo glo glo
Jos Sebastin Talln
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Un can de chocolate Un can de chocolate contra el barco dispar, y un can de azcar, azcar, le contest. Ay, mi barco marinero con un casco de papel! Ay, mi barco negro y blanco sin timonel! All va la negra, negra, junto, junto al espaol; anda y anda el barco, barco, con ellos dos.
Nicols Guilln
Cancin del nio que vuela El nio dormido est, y qu sueo est soando! Qu suea? Suea que vuela. Qu bien se vuela soando! Abre los brazos, los mueve como un ave, y va volando... Qu suea? Que no es un sueo. Qu bien se suea volando? En la cuna, quieto est. Pero sonre, soando. Qu suea? Que vuela, vuela. Qu bien se vuela soando!
Jos Sebastin Talln
Quin eres t? En un lugar de este monte, cuando yo era un pequeito, encontr un camaroncito hablando con un sinsonte. Quin eres t? Yo soy la estrella y la nube. Quin eres t?
Yo soy el viento que pasa. Quin eres t? Yo soy el gije del ro. Quin eres t? Yo soy la yerba temblando de miedo bajo en roci...
Nicols Guilln
Ana Garraln, (antolog), Si ves un monte de espumas y otros poemas. Antologa de poesa infantil hispanoamericana. Mxico, SEP-Anaya, 2002.
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191. Lotrodia
Esta es una lectura muy corta y lo ms divertido es ver cmo est escrita. As que voy a escribirla ahora, mientras la leo. [Puede ser escrita previamente.]
Lotro da hestaba pensando que siuno escribiera noimportacmoycadaunoKomo sele antojara, o antojase, msmerefiero en un poregemploiorarlortografa, yque, enunporegemplo, ponerse un asento donde no ba, o faltarle hotrodondesba... sera un verdadero desastres. Poresocombienelartografa, ninios! porke si cadauno escribe como se le antojase leersemos ms despasio hi ms lentamente que 1 vurro! Higual i nos dn un pedaszcito para ler y nos demorramoz 1 montn o 2 montn. Niniosaganmn caso! Respeten lortografaporke sino nadiennoz va kerer leer lo que ezcrivamoz! Ninsiquierasnozotros mismos!!! Higual i 1 dianosencontramoz un papelitos cualkiera i nos dara flogeralerlo y resulta kedesia: ganaste la lotera! o te kiero, cuchi cuchi o te kiero, cuchi cuchi, porkeganazte la lotera I ni nosenteramoz por kulpanueztra! Eso heraloquestava pensando lotrodia.
Luis Mara Pescetti, Lotrodia en Nadie te creera. Mxico, SEP-Santillana, 2005.
Dos aspectos del ro Nilo intrigaron a los antiguos egipcios. Primero, el Nilo nunca se secaba, y segundo, al final del verano siempre se desbordaba. Esas inundaciones desconcertaban a los egipcios especialmente porque el verano era y es la poca ms seca del ao. No saban que las fuentes de los dos ramales del Nilo se hallan en climas diferentes.
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El Nilo Blanco comienza en una selva tropical hmeda. Esta selva recibe lluvia durante todo el ao, lo que asegura un abasto regular de agua al ro. Adems, los lagos que se encuentran a lo largo del cauce del Nilo Blanco guardan sus aguas, de modo que, aun cuando hay menos lluvia, el nivel del agua del ro no baja. El nivel constante de agua del Nilo Blanco explica porqu siempre haba agua en el Nilo en tiempos de los antiguos egipcios, incluso durante el verano. La fuente del Nilo Azul est en las tierras altas de Etiopa, que reciben poca lluvia en invierno. Entre mayo y octubre, en cambio, caen 152 centmetros de agua en la regin. Esta gran cantidad de agua alimenta el Nilo Azul y ms adelante el ro Nilo. Debido a que los ros son incapaces de contener el agua adicional, inundan las tierras que estn a sus costados. En junio, el Nilo Azul comienza a desbordarse en Etiopa y Sudn, y en julio el nivel del Nilo empieza a subir en el sur de Egipto, y contina aumentando hasta mediados de septiembre. En ese momento el Nilo en Egipto sola desbordarse. Hoy en da, sin embargo, la presa de Asun previene en gran parte esta crecida. Durante noviembre y diciembre, el nivel del agua del Nilo en Egipto comienza a bajar, y alcanza su punto ms bajo en marzo. Al cabo de unos meses, el Nilo comienza a subir de nuevo.
David Cumming, El Nilo. Mxico, SEP- Signo Editorial, 2004.
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descubrieron un mundo hasta entonces ignorado. Se dieron cuenta, por ejemplo, que la tinta modificaba mucho el olor del papel, que los peridicos con fotografas a colores olan muy distinto a los de blanco y negro; poco a poco fueron descubriendo muchas diferencias que jams haban imaginado. En casa tambin las cosas cambiaron muchsimo. Una noche, por ejemplo, mis padres fueron a la cocina y frenticamente comenzaron a sacar todos los ingredientes que guardaban en el refrigerador y en la alacena; emocionados destapaban jarras de mermeladas, conservas, cajetas, chiles en vinagre, chorizos, embutidos, frutas, verduras..., nada escap de sus sedientas narices. Mis hermanos, cansados de buscar olores entre sus juguetes la mayora hechos de plstico y presintiendo que en la cocina habra ms variedad, se les unieron en la tarea. Yo, que precisamente haba contrado un inoportuno resfriado por el cual se me haban tapado por completo las fosas nasales, corra ansioso tras ellos tratando de adivinar sus sensaciones. Cuando vi que esto era imposible, les peda desesperado que me las describieran, aunque muy pronto nos dimos cuenta de que describir un olor era de lo ms difcil. Dime, a qu huele esa mermelada amarilla? le preguntaba a mi madre, que tena la nariz hundida en un inmenso tarro. Pues... huele como a... guayaba..., si, eso es, huele a guayaba! S, pero a que huelen las guayabas?
Eva Salgado, A qu huelen las guayabas? Mxico, SEP, 1996.
194. Manos
Montones de veces y a mi pedido mi inolvidable to Toms me cont esta historia de miedo cuando yo era chica y lo acompaaba a pescar ciertas noches de verano. Me aseguraba que haba sucedido en un pueblo de la provincia de Buenos Aires. En Pergamino o Junn o Santa Luca... No recuerdo con exactitud este dato ni la fecha cuando ocurri tal acontecimiento; lamentablemente hace aos que l ya no est para aclararme las dudas. Lo
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que s recuerdo es que de entre todos los que el to sola narrarme mientras sostena la caa sobre el ro y yo me echaba a su lado, cara a las estrellas este relato era de mis preferidos. Te pone los pelos de punta y, sin embargo, encantada de escucharlo! Quin entiende a esta sobrina? me deca el to Ah, pero despus no quiero quejas de tu mam, eh? Te lo cuento otra vez a cambio de tu promesa... Y entonces yo volva a prometerle que guardara el secreto, que mi madre no iba a enterarse de que l haba vuelto a narrrmelo, que iba a aguantarme sin llamarla si no poda dormir ms tarde, cuando de regreso a casa me fuera a la cama y a la soledad de mi cuarto. ste es el cuento: Martina, Camila y Oriana eran amigas, amigusimas. No slo concurran a la misma escuela, sino que, fuera de los horarios de clase, tambin se encontraban. Unas veces para preparar tareas y otras, simplemente para estar juntas. De otoo a primavera las tres solan pasar algunos fines de semana en la casa de campo que la familia de Martina tena en las afueras de la ciudad. Cmo se divertan entonces! Tantos juegos al aire libre, paseos en bicicleta, cabalgatas, fogatas al anochecer... Aquel sbado de invierno por ejemplo lo haban disfrutado por completo y la alegra de las tres nenas se prolongaba an durante la cena en el comedor de la casa de campo porque la abuela Odila les reservaba una sorpresa: antes de ir a dormir le iba a ensear unos pasos de baile, al comps de viejos discos que haba trado especialmente para esa ocasin.
Esta lectura se acab antes de que empezara lo bueno. Tenemos que buscar el libro y enterarnos de qu sucede. Si alguien lo lee antes que yo, por favor me lo cuenta.
Elsa Bornemann, Manos en Socorro! (12 cuentos para caerse de miedo). Mxico, SEP-Alfaguara Infantil, 2002.
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El perro, al igual que el toro, sigui su camino y la Cucarachita se qued sentadita a la ventana de su linda casita.
Encontrar marido la cucarachita? Alguien conoce el cuento?
Rosario Ruvalcaba (adaptacin), La cucarachita Mondinga y el ratn Prez, Julio Prieto, ilus. Mxico, SEP, 1988.
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Dices que no chupas miel porque no eres abejita: la noche en que te bes
[El final de los versos de la primera copla hay que escribirlo en el pizarrn y dejar que los nios entiendan el juego.]
Si quieres que mi llanto CC y mi sufrimiento AKB djame volar cual AB hasta que tus labios BC. Debajo de un verde limn puse a madurar un higo: qu dice tu corazn, te quedas o te vas conmigo? En los pies de San Martn tengo una mata de perejil: yo me he de casar contigo por la iglesia y el civil.
Dices que me quieres, dices que me adoras, y a la vuelta de la esquina de cualquiera te enamoras. De tu bella pradera slo una flor me agrad una rosa cabellera que mi mano cort y slo saber quisiera si es que me quieres o no. Cipreses enverdecidos, tirados en la humedad, no pago porque me quieran ni ruego con mi amistad.
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impone a todos respeto. as es que pronto abandonan sus sanguinarios intentos, y a nuestro can maltratado dan libertad desde luego. Libre ya, sin despedirse, huy, cual gamo, ligero; y entonces el perro anciano dijo a los otros: Por cierto que con tales villanas ganis deshonra y desprecio.
De hospitalidad, vosotros nada sabis, bien lo veo; pero tened entendido, pues viene la cosa a cuento, que debemos tener siempre bondad para el extranjero; y tratarlo con finura, comedimiento y respeto; Pues no es crimen para un hombre nacer en distinto suelo.
Berta Hiriart (seleccin y prlogo), Dos fbulas en Antologa. Fbulas clsicas. Mxico, SEP-Lectorum, 2002.
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No slo los perros y los guajolotes, sino a su vez las ollas y los comales, se quejaron con ellos de los males y sufrimientos que les haban causado, al no tener en cuenta que ellos tambin tena alma, y por eso eran capaces de sentir pena y dolor. Adems, al darles aquel trato injusto, los muecos de palo haban roto el orden necesario para la existencia del mundo. Entonces los animales y las cosas se pusieron contra los muecos de palo y los persiguieron hasta hacerlos romperse y volverse en polvo. La verdad que los nios y las nias de antes deban conocer cuando les contaban ese cuento nuestros antepasados, era que la gente debe tratar a los animales y tambin a las cosas muy cuidadosamente, como si tuvieran alma y pudieran sufrir. De este modo todo sera ms justo y ordenado y podra haber alegra y paz para todos. Tambin ustedes deben saberlo.
Nuo Rubn Bonifaz, Los muecos tontos en Cuentos de los abuelos. Mxico, SEP-CONACULTA, 1999.
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El corazn no trabaja siempre igual: tutn-tutn-tutn-tutn-tutn-tutn cuando saltas mucho, y tutn... tutn... tutn... cuando duermes. y sabes algo? El corazn no es como los corazones que todos dibujan por ah: tiene la forma y el tamao de un puo y, en cada latido, pasa del rojo apasionado al rojo plido. 2 pulmones para respirar Cada vez que inhalas, el aire entra por tu nariz y viaja hacia tus pulmones, que se inflan como dos globos. Cuando exhalas, los pulmones se desinflan y estn listos para volver a empezar. Adentro... afuera... inspiro... exhalo... inspiro... exhalo... inspiro... exhalo... El aire que respiras tiene oxgeno, que es algo sper necesario para vivir. Cuando el aire entra en tus pulmones, el oxgeno pasa a la sangre. Y la sangre, gracias al corazn, llega hasta el ltimo rincn de tu cuerpo. 1 corazn y 2 pulmones forman un gran equipo!
Bueno, aqu llegamos slo hasta el dos, pero en el libro la cuenta sigue hasta el diez.
Carla Baredes, Tu cuerpo del 1 al 10. Mxico, SEP-Cordillera de los Andes, 2006.
CUARTO GRADO
ya no se acuerda dnde ha nacido! Se la trajeron de San Fernando, y ella no sabe cmo ni cundo! Y en un acuario de algas y flores, ya la han pintado de mil colores.
Acuarela Atrapados en la caja de acuarela, un cielo, el Sol, rboles, rosas. El camino hacia la casa, la nube que viene y pasa, y el arco iris.
Clarisa Ruiz, Colombia
Claudia M. Lee, A la orilla del agua y otros poemas de Amrica Latina. Mxico, SEP-Artes de Mxico. 2004.
CONTENIDO
Presentacin 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. El cedacero. Maravillas. Jorge y Gloria. Trabajar en el espacio. Robots. Los volcanes. La nutria. Francisca y la muerte. El pez de la felicidad. 30. Sola y Sincola. 31. El higo ms dulce. 32. Maravillas de vidrio: Fibra ptica. 33. La dama del abanico. 34. Los temblores 35. Queridos monstruos. 36. Adivinanzas populares. 37. Migracin. 38. El diablo de la botella. 39. Asesinato en el Canadian Express. 40. Cartas a un gnomo. 41. Los buenos vecinos. 42. Focas. 43. El corrido de la pulga. 44. Desde la cima. 45. El cuerpo humano, la piel y los huesos. 46. El pizarrn encantado. 47. Un pequeo problema. 48. Tesoros del campo en Milpa Alta. 49. La ltima vida de un gato. 50. Ida y vuelta del pueblo sin nombre. 51. Cmo los animales huyeron del leopardo. 52. Los tres pelos de oro del diablo. 53. Pablo Neruda para nios. 54. Suministro de sangre. 55. Mi abuelita huele feo. 56. Jade precioso pluma de Quetzal. 57. La caverna encantada. 58. De la Tierra a la Luna. Captulo XVIII. El vagn proyectil. 59. Las abejas.
10. La ms bruja de todas. 11. Animales mexicanos. 12. Los dragones en la historia. 13. Monedas de oro. 14. Un mundo sin sol. 15. El imperio encantado de Ixtlahuacan. 16. Azul cielo. 17. El desierto. 18. Dinosaurios y aves. 19. Soy purpecha. 20. El oso que no lo era. 21. El mundo de Mariana. 22. Un vuelo por la ciudad. 23. Las tres palomitas. 24. El ciempis cojo. 25. Cien aos de soledad. 26. Caramelos cuadrados que se vuelven redondos. 27. La vida de un nio en tiempos de la Independencia. 28. Los nombres de los astros. 29. Perdidos en un planeta llamado Tierra.
CUARTO GRADO
60. El cordoncito. 61. Por qu tiene la ballena tan singular garganta? 62. Muy antiguos. 63. Micols, Boruca y Marango. 64. Jos Guadalupe Posada, La Catrina. 65. Los inventos. La bicicleta. 66. La maravillosa medicina de Jorge. 67. Tengo un monstruo en el bolsillo. 68. Alimentndose de estrellas. 69. Pagar y cobrar. 70. Un rey poeta. 71. El lbum de recuerdos de Fernando Mara Rubio. Un nio mexicano del siglo XIX. 72. El len y el perrito. 73. Vida de un piojo llamado Matas. 74. El zonzo. 75. El hombre que no poda crecer. 76. La bella Mrida. 77. El Quinto Sol. 78. Copo de nieve. 79. El fin de los dinosaurios. 80. La Tierra es redonda. 81. Los amorosos. 82. El unicornio. 83. Entre peridicos y zapatos. 84. Fantasmas de da. 85. El truco del to Teo. 86. Los Mayas. 87. Cielos Mticos. 88. Kincah. 89. Al otro lado de la puerta. 90. Los colibres.
91. Mundo TV. 92. El Sol y el Viento. 93. La historia de Sputnik y David. 94. Los porqus de nuestro mundo. 95. Ms animales de Mxico. 96. Ni era mar, ni era de plata. 97. Un cambio de piel. 98. El pequeo planeta Rabicn. 99. La hormiga Gertrudis. 100. Rafles. 101. Cuatro Fbulas del siglo XX. 102. Los insectos. 103. Cmo reconocer a una bruja? 104. Breve historia de la energa. 105. Pita inventa una palabra. 106. El esqueleto. 107. Arquitecto del paisaje. 108. La camella bailarina. 109. Un milln de insectos. 110. La vida en los palacios novohispanos. 111. Los cometas. 112. Anableps anableps cuatrojos. 113. Descubrimiento de la primera vacuna. 114. El tnel que lee los sentimientos. 115. Consejos o dinero. 116. Acoitrapa y Chuquillanto. 117. Caperucita Roja y el lobo. 118. Tres enamorados miedosos. 119. El principio de los armadillos. 120. La Luna y el Sol. 121. Lo increble de los deportes. 122. Una viuda y el diablo (cuento huave). 123. El zar Saltn y la princesa cisne. 124. El mono y el cocodrilo.
125. Un seor muy viejo con unas alas enormes. 126. El rododendro y el pequeo aliso. 127. El Tombuct. 128. Las aventuras de Pinocho. 129. Mi vida con la ola. 130. El cuento de la cosa-cosa misteriosa. 131. La puerca pinta. 132. Y cmo hicieron esa mquina? 133. El diablo con un solo cuerno. 134. El Periquillo Sarniento. 135. El enano adivino de Uxmal. 136. Tragasueos. 137. Las quince letras. 138. Celestino ha desaparecido. 139. Moctezuma. 140. El to Tacho. 141. Un panal muy activo. 142. A volar! 143. La Sirena. 144. El pollito exagerado. 145. Los sapos y la lluvia. 146. Emilio se equivoca de estacin. 147. Los hijos del vidriero. 148. Las lluvias de otoo. 149. Al campamento. 150. Pero qu significa la palabra dulce? 151. Trabalengero. 152. Aves II. 153. Los secretos de Margarita. 154. Exploradores. 155. El abuelo ya no duerme en el armario. 156. Quin quiere soar? 157. El mar y la costa.
158. Exploradores de Monte Albn. 159. Nia de sueo Lucila. 160. Oficios y ms oficios. 161. Aventura en la selva. 162. El concierto. 163. Podra ser un trompo? As se lo imagin Camila. 164. Un sapo. 165. Cuestin de tiempo. 166. Ballenas. 167. Dedos de Luna. 168. La sal. 169. El tronar del cielo. 170. Gigantes. 171. La conquista. 172. La pulga aventurera. 173. La vendedora de nubes. 174. El insomnio de la bella durmiente. 175. Los piratas. 176. Un muchacho valiente. 177. Todo puede suceder. 178. M de mujer. 179. El rey Sol. 180. Luces misteriosas. 181. La Tierra en el espacio. 182. Las cartas de Alain. 183. Casi medio ao! 184. La seorita Honey. 185. La cancin de Mowgli. 186. Racatapln. 187. Mariposas. 188. La danza de las imgenes gigantes. 189. Las naranjas iguales.
CUARTO GRADO
190. Si ves un monte de espumas y otros poemas. 191. Lotrodia. 192. Enigmas del Nilo. 193. En busca del olor perdido. 194. Manos. 195. La cucarachita Mondinga y el ratn Prez.
196. Coplas al viento. 197. Dos fbulas. 198. Los muecos tontos. 199. Tu cuerpo del 1 al 10. 200. Poemas de Amrica Latina.