Poemas Patrióticos

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Instituto Tecnológico de Costa Rica

Escuela de Cultura y Deporte


Escuela de Ciencias del Lenguaje

Poemas de amor a la patria


Seleccción Gabriel Vargas Acuña

Lección abierta del curso de Apreciación Literaria

Semana Cívica
Setiembre, 2001

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Jorge Debravo
(1938-1967)

Nocturno sin patria

Yo no quiero un cuchillo en manos de la patria.


Ni un cuchillo ni un rifle para nadie:
la tierra es para todos,
como el aire.

Me gustaría tener manos enormes,


Violentas y salvajes,
Para arrancar fronteras una a una
Y dejar de frontera sólo el aire.

Que nadie tenga tierra


Como se tiene traje:
Que todos tengan tierra
Como tienen el aire.

Cogería las guerras de la punta


Y no dejaría una en el paisaje
Y abriría la tierra para todos
Como si fuera el aire.

Que el aire no es de nadie, nadie, nadie...


Y todos tienen su parcela de aire.

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Julieta Dobles
(1943)

Aromas del café

¿Quieres una tacita de café?


Es savia de la patria,
Incienso, más que aroma, de la tierra,
Azahar de nuestra infancia,
Arbolillo sagrado en nuestros predios.

Él introdujo el siglo
Entre un bostezo y otro del terruño o,
Rescató a los abuelos
De su insigne pobreza,
Dividió a los hermanos
En dueños y olvidados,
Instaló presidentes,
Fusiló heroicidades,
Y lleno a San José
De estatuas, y de teatros
Y de parques y música y poemas...
¿Quieres una tacita de café?
Es el perfume del amanecer
En todas las cocinas de la patria.

Es el pretexto ideal de la tertulia,


El confortante aroma en la amistad,
El beso que no espera,
La mano sostenida y cordialísima
Del que entra a su casa y a su paz.

El café nos eleva a la riqueza


Ya hacia el año siguiente cae su precio,
Caprichoso y desleal,
Y de pronto sabemos que,
En lo que va desde la noche al día,
Somos solemnemente pobres
Por algún misterioso mecanismo,
Aunque el mundo prosiga degustando

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El café de las cuatro y la amistad,
El café amargo y breve
Desde la sobremesa adormilada,
El café con sus soles perfumados
Y sus lácteas tibiezas
En las mañanas presurosas y gélidas.

Ahora estamos en alza,


La cosecha derrama
Su escarlata festivo
Sobre el serio verdor
De los arbustos viejos.
Los azahares de lujo de febrero
Dignos de algún jardín afrancesado,
Se han convertido en esas cuentas verdes
Que el sol transforma en lágrimas purpúreas.
Y octubre se inaugura con manos diligentes
Recogiendo esos granos perfectísimos
Que nos harán de nuevo torpemente felices.

¿Quieres una tacita de café?


Hablaremos del mundo, de la tarde
Que se va, con su rastro
De cobres y naranjas y rumores.
Hablaremos del tiempo,
De tu humor de poeta
Que solloza nostalgias,
Del amor que se salva por milagro
De las grises miserias de lo diario fallido
Y del bendito aroma
Del café “acabadito de chorrear”,
Salvador, humildísimo,
Confortante, traslúcido,
En las tazas sin tregua de la patria.

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Alfonso Chase
(1945)

Admonición a la historia

La historia de mi patria no está escrita.


La hace el pueblo en su barullo,
En el escándalo que estalla en los mercados,
En la soledad que vive el hombre adentro de su sangre.
Hacia el futuro el hombre vive, arrancando
Del mundo las palabras. La historia no la escriben
Amanuenses o políticos con discursos monocordes.
Los poetas no escribimos la historia.
Sólo hacemos el elogio de los nombres y los rostros,
Tocamos el coral de los recuerdos, el alegre canto
De las piedras,
Rodando siempre hacia lo plano.
La historia de mi patria se construye, diariamente,
En la lucha del fuego con el agua, en la sed.

Temblando en el labio, en el párrafo que olvida


un niño en el cuaderno. La historia no se escribe.
Sólo se vive en las manos sucias, entre el barro
Que dejan los zapatos en el suelo.- En los ojos vacíos
del pobre ante su plato viejo, en el óvulo lanzado,
contra el tiempo, por alguna madre anónima.

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Carmen Naranjo
(1931)

Un país que ya no existe

Pertenecemos a un país que ya no existe


Perdió sus valores su palabra su territorio verde
Vendió la lluvia dispersó la fe
Se hizo vacío hipotecó su libertad
Nunca logró su independencia.
Voluntariamente se llenó de traidores
De hijos de putas azules de cabrones
De vendepatrias.
Los amigos no acompañan se hicieron asesinos
La envidia reinó en territorio mezquino
De aplausos vanos. A mí me encumbró en mitos de glorias ajenas
Y ya no encuentro mi cara ni mi nombre
Ni mi voz.
Vivimos indiferentes que los dos hermanos
De María Lourdes Cortés murieran de frente
Ante el perfil de su muerte uno metido en el sueño
Otro despierto en agudeces de defender lo propio. Ahora se llevaron a
Armenio con sus verdades
Al cementerio.
¿Qué nos espera cuando cada institución se derrumba?
La respuesta es clara y sencilla.
Regresar a un país que ya no existe.

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Ana Istarú
(1962)

Este país está en el sueño

Que digan yo lo admito que no existe


Pondré no importa mi piel por territorio
Este país no es nada no hubo nunca
Este país no ocurre
Está en el sueño
Mi boca se desangra
No es nada nunca y es todo cuanto tengo
Si no de dónde vengo
Si no es de este asterisco
Y este país no existe
Estoy por tanto y tanto consternada

Yo no inventé la lluvia sin embargo


Que nadie más la arranque
Es el agua quien define este frontera
Este glób8ulo de luz
Este barquillo milésimo y amado
Donde el cielo deviene en catarata
Me importa un pito
Yo nada tengo contra octubre
Muy al contrario

Yo sé que no hubo historia


Si acaso fuimos un rumor maledicencias
un trillo nebuloso la huérfana del mundo
no tuvimos virrey que combatir qué pretensiones
tuvimos eso sí
me reconforta
a Juan don Juan y don Juanito
(Santamaría por supuesto y Mora y Mora)

pero somos pocos en saberlo


me alegra tanto decir que nuestro héroe
el único por ciert9o
era moreno descalzo pobre campesino

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para colmo era un chiquillo
luchó que novedad contra los yankees
podría besarlo
con tanto hollín se atoran las palabras
quiero llorar zurcirle las heridas
esto está hecho y consumado{tenemos héroe para rato
y qué carajo a ver quién me lo quita

este país no es
y qué me importa puedo tomar mis venas tejerle un barrilete
yo sé que no es ni un barrio de París
que la gente pobrecita
casi casi se hace la europea
y mira con desprecio a los vecinos

si supieran

en fin perdono los perdono


pido perdón a mis hermanos
salvadoreños nicas panameños
la gente es inocente en todas partes
son otros más arriba
la clase perniciosa
estamos claros

que digan yo lo admito que no existe


yo no inventé la lluvia sin embargo
yo sé que no hubo historia
estamos entre tanto por hacerla
estoy un poco triste
puedo donar mi traje hacer las velas
amar con un amor inenarrable
este terrón del aire adonde vine
pondré no importa mi piel por territorio
es lógico
no soy en balde comunista
eso se aprende a fuerza de amar hasta romperse
este país
están en el sueño que nos toca
sobre la faz del mundo
que nadie me lo arranque
es todo cuanto tengo
más este corazón para simiente

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y qué carajo a ver con tanto amor
quién me lo quita.

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Virginia Grutter
(1929-2000)

La patria

Donde está la escuela de mis hijos


Donde estáel techo que cubre mi cabeza
Donde da fruto el árbol que sembrpé
Donde esperan que pase mi pena
Antes de pedirme que sonría.
Donde puedo trasbajar sin condiciones
En las cosas que ayudan a la gente
Que debe ser la gente simplemente
Donde nos ayudamos todos en vez de devorarnos
Donde me dan un fusil para aplastar la infama
Y defender la casaaaa, la siembrea y la sonrisa
Donde no tengo que servir a nadie
Y nadie t iene que servirme a mí
Donde me enseñan a luchar por mis ideas
Donde me perdonan y me sufren
Porque sufro y perdono
Donde no me perddonan ni me sufren
Porque no sufro y no perdodno
Donde el aire y la calle me pertenecen
Donde dos y dos son cuatro
Donde cuatro palmos de tierrra
Representan al mundoo enternodonde puedo morir cantando
Donde sucede todo esto
Donde sucederá todo esto
Allí queda mi patria

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Isaac Felipe Azofeifa
(1912-1997)

Celebración

Hace cientos de años que nuestros padres escogieron


tu nombre de mar y mina, de oro batido de la ola,
nombre de ríos opulentos que viniendo de lejos
entraban en el mar como indios rituales
con su carga sonora de áurea arena.

La región de la muerte se ha poblado de sombras anhelantes


desde entonces, no fruto de batallas,
no sangrientos frutos de la violencia:
fuertes leones eran, sí, pero nutridos
de la miel cenital que tus soles destilan:
fuertes leones, sí, mientras los días y las noches
en el celeste horario
la égloga mediana de nuestra historia.

Ved como sube al cielo


el polvo de los combates con el duro terrón de la ladera
y el labrador es un guerrero que descansa.
Aquí los príncipes no reinaron;
Pero eran reyes ciertos de su vida y su casa, y se vistieron
como todos los días,
para ir al encuentro de su diosa,
que era la libertad, desde que el ser de hombres les fue dado.

De hueso a hueso y sangre a sangre enredando raíces


Va la patria profunda, congregando voces;
Urdiendo el amor fértil. ¡Oh Tejedora
de nuestros sueños, madre de todos, seno pródigo, tierra
Gentil, cuyo cuerpo se hincha de cunas y cosechas!
¡Oh nutricia!

Entre todos los pueblos,


el pueblo que ha construido su casa debajo de tu nombre
es bueno, vive en paz y quiera sin descanso

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ser justo, noble patria, mientras
la hiena de las agrias disputas husmea
por los rincones todos del mundo,
y los duros gritos de lo heridos combatiendo por nosotros
Hasta aquí llegan.

Ve que esta guerra de total poder de muerte


Por la superviviencia del hombre y sy ventura
Hasta aquí llegan.

Ved que esta guerra de total poder de muerte


por la supervivencia del hombre y su ventura
hasta aquí llega.
Pero un joven héroe su bandera de llamas ha sembrado en tu vientre,
y te fecunda, madre de amor, y amamos.
tu corazón abierto.
-¡Oh balcones al mar! ¡Oh la pupila
de limpio azul del cielo sobre la alta meseta!
Amamos
Tru corazón abierto, solitario con el alma del hombre

De lo más puro de la luz has sido hecha:


De lo más puro de nosotros mismos.
Y mueres y renaces para siempre
en los mínimos actos cotidianos con que cada uno de nosotros
su paso por el mundo escribe.

Y en verdad lo creamos y construimos


con la viva herramienta, con el libro
de abiertas alas,
con la mano tendida de hermano a hermano cada día
día tras día,
cada día cualquiera, como este.

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