Didáctica y Didácticas
Didáctica y Didácticas
Didáctica y Didácticas
Compilado por
Mara Mercedes Civarolo y Sonia Gabriela Lizarriturri
Civarolo, Mara Mercedes. Didctica general y didcticas especificas: la complejidad de sus relaciones en el nivel superior / Mara
Mercedes Civarolo; compilado por Mara Mercedes Civarolo y
Sonia Gabriela Lizarriturri. - 1a ed. - Villa Mara: Universidad Nacional de Villa Mara, 2014.
E-Book.
ISBN 978-987-1697-08-3
1. Educacin Superior. 2. Didctica. I. Civarolo, Mara Mercedes,
comp. II. Lizarriturri, Sonia Gabriela, comp. III. Ttulo
CDD 378.007
Correccin: Gabriela Lujn Giammarini
Diseo: Jos Lautaro Aguirre
Foto de tapa: Duplicidad (2013) de Stella Csere
Pertenece a la Coleccin de la Fotogalera Diseo.UNVM.
Universidad Nacional de Villa Mara.
NDICE
Prlogo
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Las Didcticas de las profesiones y la Didctica General. Las complejas relaciones de lo especfico y lo
general
Profesora Alicia R. W. de Camilloni
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Los desafos actuales de la enseanza en el nivel superior. Ensear en la Universidad para que todos puedan
comprender
Dra. Paula Pogr
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PRLOGO
Modos de ver, de John Berger, una de las obras crticas contemporneas ms importantes sobre la visin e interpretacin del arte y la
cultura, bien podra ser el ttulo o la parfrasis literaria, de la convocatoria que motiv la realizacin de las I Jornadas Internacionales Problemticas en torno a la Enseanza en la Educacin Superior.
Dilogo Abierto entre la Didctica General y las Didcticas Especficas,
organizadas por las Ctedras de Didctica General y Didcticas Especficas del Instituto Acadmico Pedaggico de Ciencias Humanas
de la Universidad Nacional de Villa Mara, los das 31 de julio y 1
de agosto de 2013.
Modos de ver, de reflexionar, de pensar e interpretar las continuidades, disrupciones, tensiones y nuevas significaciones entre la
Didctica General y las Didcticas Especficas, comentadas desde el
punto de vista de quienes dialogamos en los paneles temticos, acerca de:
-- El campo de la didctica en el nivel superior: propsitos, temticas, interrogantes y reflexiones Disertantes: Alicia W. de Camilloni
(UBA), Susana Barco (UNCo), Daniel Feldman (UBA, FLACSO).
-- Los desafos actuales de la enseanza en el nivel superior. Disertantes: Mercedes Collazo (UDELAR- Universidad de la Repblica,
Uruguay), Paula Pogre (UNGS), Mnica Insaurralde (UNLu), y
en teleconferencia, Vicen Font Moll (Universidad de Barcelona).
-- Didctica general y didcticas especficas: Continuidades, disrupciones y tensiones. Disertantes: Ana La De Longui (UNC), Gustavo Gimnez (UNC), Ma. Mercedes Civarolo (UNVM), Sonia
Lizarriturri (UNVM), Marcel Pochulu (UNVM).
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INTRODUCCIN
DIDCTICA GENERAL Y DIDCTICAS ESPECFICAS.
LA COMPLEJIDAD DE SUS RELACIONES
EN EL NIVEL SUPERIOR1
Profesora Susana Barco
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cas- tiene como caracterstica bsica la de incluir tensiones y disrupciones. Posicionndose en el pensamiento complejo propuesto por
Edgar Morin, seala que estas relaciones no son de subordinacin ni
tampoco jerrquicas, sino las de un vnculo fraterno, integrado en
una red intricada que sostiene a las partes implicadas. En el marco de
la nueva agenda de la didctica, subraya el direccionamiento hacia
la comprensin que aparece entre las preocupaciones de las distintas
subregiones como una brjula comn, marcando una diferencia
sustantiva con las posturas tecnicistas que durante aos imperaron
en el campo de la didctica. En el cierre del trabajo vuelve a planteos
iniciales y a modo de cierre-apertura a nuevas bsquedas, se afirma
en las caractersticas del pensamiento complejo para la mejor comprensin del campo de la didctica.
A su vez, Daniel Feldman en La formacin en la universidad y
los cambios de los estudiantes pone de relieve los cambios sustantivos operados en la composicin del estudiantado universitario. El
proyecto de formacin profesional hoy propuesto por la institucin
universitaria est basado en el estudiante esperado y no en el estudiante real, que se distancia de aqul mostrando diferencias en su
extraccin social, capacidades cognitivas, dominio de habilidades y
conocimientos previos, entre otros aspectos. El proceso de formacin profesional va marcando diferenciaciones progresivas respecto
de su situacin inicial tanto como en la relacin con el conocimiento
que es necesario considerar en cada carrera (ms all de las diferencias de contenidos y habilidades que cada una involucra). Luego de
establecer algunas caractersticas del proceso de formacin, indica
cmo este proceso incluye ms que conocimientos: cdigos, habilidades y formas de apropiacin de ellos que no siempre el docente
considera. Los planes de estudio deben resolver problemas de dimensin y profundidad , con un secuencia de los contenidos (que no es
lineal sino recursiva) , de relacin entre ellos, as como tambin el
establecimiento de un practicum apropiado para cada carrera. Todo
lo anterior demanda, a la hora de su puesta en prctica, de unas formas pedaggicas apropiadas por parte del profesor. La complejidad
de este proceso requiere de la focalizacin en las formas de programacin y en los formatos de la accin pedaggica.
Paula Pogr, en Los desafos actuales de la enseanza en el nivel
superior. Ensear en la Universidad para que todos puedan compren13
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de omisiones implcitas en la enseanza. Entre las omisiones significativas destaca: La importancia de la gramtica en la produccin y
comprensin de textos-discursos, particularmente, la relacin entre
la gramtica oracional y la textual-discursiva; las diferencias entre los
procedimientos y estrategias lingstico-cognitivos, metalingsticos
y metacognitivos de la oralidad y la escritura y, la relacin lenguaje-conocimiento-escritura.
Finalmente, atribuye a los textos y discursos, en tanto representaciones lingstico- discursivas y socio-culturales, la capacidad de
subsumir el entrecruzamiento elptico de teoras lingsticas y teoras
de la enseanza, a travs de la lectura y la escritura. Esto implica
que la lectura y la escritura exceden la especificidad del campo de la
enseanza de la lengua ya que se asumen como estrategias didcticas
para la enseanza.
El ltimo captulo, Desafos de la Asesora Pedaggica en la construccin del campo didctico universitario de Mercedes Collazo, aborda modos de resolver -desde la organizacin institucional- las necesidades de formacin pedaggico didctica de los profesores de
distintas Facultades. En el marco del Proyecto Conjunto de Investigacin del Mercosur Estrategias institucionales para el mejoramiento
de la calidad de la Educacin Superior y el desarrollo profesional docente, radicado en UNISINOS (Brasil) y UBA (Argentina) y en el
Pro Rectorado de Enseanza de la UDELAR, se indaga acerca del
rol que cumplen las asesoras pedaggicas (veinticuatro en la actualidad). Dicho rol contribuye a la construccin de la didctica universitaria, entendida como un campo interdisciplinar que no disocia
la reflexin pedaggico-didctica del componente epistemolgico,
propio de las disciplinas acadmicas y profesionales. Las asesoras
ejercen su rol y funcionamiento situndose en las condiciones reales
de desarrollo de la docencia universitaria. Por otra parte, la autora,
historia el surgimiento y desarrollo de las UAE (unidades de apoyo
pedaggico), indicando el particular inters actual por el apoyo al estudiantado, la investigacin y la formacin de docentes. La prxima
implementacin de la carrera docente, en la UDELAR, ampliar las
posibilidades de las UAP ya que desde los primeros peldaos de la
carrera se demandar tanto de fuerte formacin acadmica como pedaggica. Despus de sealar fortalezas y debilidades de las acciones
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En el gran campo de la Didctica encontramos, con carcter sustantivo, aunque no autnomo, diferentes dominios a los que se podra
caracterizar como sub-disciplinas. stas son el producto de categorizaciones de problemas de enseanza que responden a la adopcin de
diversos criterios: el alcance (Didctica general y Didcticas especficas) y el tipo de especificidad sobre el que se formaliza ese dominio:
el grado de sistematizacin del marco de la enseanza formal o no
formal; la disciplina; el nivel de escolaridad; la edad de los sujetos;
el tipo de institucin segn emplazamiento, poblacin atendida y
su organizacin; la consideracin de caractersticas especiales de los
sujetos y, por ltimo, las profesiones. Las especificidades sobre las
que la didctica ha venido trabajando son, pues, mltiples y variadas.
He sealado especialmente que la Didctica General y las Didcticas Especficas no son disciplinas autnomas apoyndome en varias
razones. La primera, porque ninguna disciplina, cientfica o no cientfica puede hoy alegar que es autnoma. La Didctica misma, en su
gran conjunto, tampoco lo es ya que mantiene mltiples, fructferas
e indispensables relaciones con todas las disciplinas que conforman
el universo del conocimiento humano. No slo con aquellas que le
brindan conocimiento que sirve de sustento a las teoras didcticas
sino tambin aquellas que son enseadas y que ofrecen, por tanto,
los contenidos que son la materia y el objeto de la accin de ensear.
Una segunda razn por la que afirmamos que no son autnomas
es que el problema que las didcticas se proponen conocer, explicar
y orientar normativamente se define, precisamente, por la necesi21
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dica que es prioritario establecer si se trata de una profesin principalmente prescripta o de una profesin configurativa. Los procesos
de formacin no sern iguales, si las acciones del profesional estn
estipuladas y su trabajo consiste, principalmente, en modelizar las
situaciones de trabajo profesional (Martinand: s/d) y seleccionar en
cada una la accin preestablecida que la resuelve o si el profesional
debe crear o descubrir problemas e inventar soluciones que, en algunos casos, pueden ser realmente nuevas.
Hay prcticas reconocidas como hegemnicas o la profesin
est en un proceso de construccin iniciado recientemente? Cmo
funcionan los cuerpos profesionales, son imperativos o son laxos respecto de las prcticas de sus miembros? Hay prescripciones detalladas o son slo generales? El profesional puede tomar decisiones
como individuo o debe funcionar como un colectivo despersonalizado? Cmo es el proceso de inclusin de un nuevo miembro en la
comunidad de prctica? Cmo funciona la relacin sujeto profesional con los artefactos tcnicos en el desempeo laboral? Hay una
construccin del conocimiento que responde a la nocin de cognicin distribuida? Cul es la relacin del profesional con los nuevos
conocimientos de su campo de especialidad?
La didctica de una profesin responde a estas preguntas a partir
de cierto enfoque pedaggico y didctico. No existe, por ende, una
respuesta nica. Las didcticas de las profesiones, como las de las
disciplinas, suelen encontrarse en estado efervescente, turbulento,
en razn de los debates tericos que crecen en intensidad en lugar
de aquietarse, como resultado no slo de la falta de consensos sino
del hallazgo de nuevos nudos problemticos y de nuevas cuestiones
crticas.
Con el fin de dar respuesta a los previsibles cambios imprevisibles en las profesiones, Engestrm y Sannino (2010) proponen la
Teora del Aprendizaje expansivo que dirige a quien lo realiza a
construir e implementar objetos y conceptos radicalmente nuevos,
ms complejos y ms amplios. Es un proceso de transformacin y
creacin de cultura que responde a demandas sociales e histricas
que reclaman un nuevo tipo de aprendizaje ya que el contenido no
se mantiene igual en el tiempo. El conocimiento ya conocido no
sirve, hay que redefinirlo. Los ciclos de produccin son ms cortos,
impactan problemas globales, interdisciplinarios. Las formas de ge28
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REFERENCIAS
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http://www.activites.org/v1n2/
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entre las didcticas reviste como caracterstica constitutiva del mismo, disrupciones y tensiones que ms all de ser un inconveniente
constituyen una manera de ser de la relacin entre ellas.
Dicho esto y para comenzar a buscar respuestas a las preguntas
planteadas o quizs nuevas preguntas que nos inviten a continuar
pensando, es preciso arriesgar una primera definicin de didctica,
como la disciplina, en sentido genrico, que se ocupa de la enseanza y se preocupa por la accin-intervencin pedaggica; y estipula
como su misin, describir, explicar y enunciar normas o prescripciones para resolver los problemas que las prcticas educativas plantean
a los profesores.
Sin embargo, esta sera una manera simplista de conceptualizar
algo que se caracteriza por su complejidad e indefinicin, un campo
bajo sospecha, no como el lugar de las absolutas certezas (Barco,
1989), en el que habita la incertidumbre desde su origen con el pensamiento de Comenio (1592- 1670) y que en su evolucin, durante
dcadas y centurias, ha ido tomando forma pasando por perodos
de dificultad, algunos relevantes como el denunciado por Becquer
Soares (1985) como crisis de identidad, y que ha encontrado la mayora de las veces, en la resolucin instrumental o tcnica, (en nuestro pas aproximadamente hasta la dcada del 80), desconociendo,
o si se quiere, infravalorando dimensiones constitutivas de la enseanza, dando cuenta de esta manera, de una comprensin acotada
de la esencia de la didctica, es decir, de la naturaleza compleja de
su objeto.
En este sentido, estoy proponiendo pensar la gran didctica desde el paradigma de la complejidad (Morin, 1990), porque permitira
evitar caer en un reduccionismo de la cuestin, ya que la complejidad es inherente a las mismas prcticas de enseanza en educacin
superior y al mismo campo didctico, en sus relaciones endgenas
(las didcticas entre s) y exgenas, (con las dems ciencias de la educacin), y en concordancia con la complejidad de las transformaciones sociales, cientficas y tecnolgicas que nos tocan vivir.
Morin sostiene que pensar en la complejidad es abandonar
la ambicin de controlar y dominar lo real desde el pensamiento
simple. Se trata de ejercitarse en un pensamiento capaz de dialogar, de negociar con lo real a partir del reconocimiento profundo
de la incertidumbre en el conocimiento, como principio. Porque la
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comunidades justas y solidarias (2008, pg. 13). La dimensin moral alude a que esta enseanza debe provocar acciones de principios
morales en los alumnos, y los docentes deben impartirla basndose
en esos mismos principios. Indudablemente, esto implica la recuperacin de la tica y de valores inherentes a la condicin humana en
las prcticas de enseanza y permite evaluar acciones de enseanza
para dotarlas de otros significados.
Asimismo, y en congruencia con lo anterior, preocupa encontrar
formas genuinas de intervencin docente, disear construcciones
metodolgicas creativas que inviten a ofrecer distintas puertas de entrada al conocimiento y que promuevan, al decir de Perkins (2012),
aprendizajes plenos; desvela adems, encontrar caminos legtimos de
inclusin de las TICs en el aprendizaje en escenarios mediados por
tecnologa, y fundamentalmente ganar la batalla al conocimiento
frgil, al pensamiento pobre y los patrones de mal entendimiento
en la disciplinas que acechan permanentemente el aula universitaria.
Sin ninguna duda es la comprensin la que irrumpe como preocupacin central compartida en el campo, instituyndose en todas las
didcticas como eje transversal y brjula comn en el centro de la
nueva agenda.
VOLVEMOS AL COMIENZO
En sntesis, si retomamos las preguntas planteadas al comienzo
para resignificarlas luego de este camino de reflexin todas suponen
trascender una respuesta instrumental y demandan de una comprensin terica ms abarcativa de la telaraa que constituye la prctica
de enseanza. Por eso, pensar el escenario didctico hoy desde la
complejidad, debe ser el fruto de la convivencia y complementacin
de mltiples lneas de produccin cientfica, porque ha sido y sigue
siendo la diversidad terica y metodolgica lo que distingue al pensamiento didctico (Cols, E., 2008: 108).
Si el objeto directo complementa al verbo o, en la fusin gourmet la crema a la fresa, la didctica general y las didcticas especficas
encuentran ya en la gnesis de la idea de didctica una complementacin consangunea aunque asistemtica del vnculo que entretejen desde su origen, que se traduce en continuidad reflexiva, siendo
ste el motor de la construccin de relaciones productivas para la
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estructuracin del gran campo didctico. Compartir esfuerzos, dudas, debates, preguntas, procedimientos, resultados confrontaciones,
es la posibilidad de abandonar el encapsulamiento y de hibridarse,
favoreciendo la comprensin y explicacin totalizadora de su objeto
y construyendo un discurso particular y nico.
Como en aquella antigua creencia oriental que seala que un
hilo rojo invisible nos une ms all de las circunstancias, del tiempo y
el espacio nos predestina a estar juntos, el vnculo entre las didcticas
puede enredarse, tensarse pero nunca romperse.
Reconocer entrecruzamientos a partir de vnculos internos instituidos ya histricamente entre las subdisciplinas del campo, y otros
externos, con otras ciencias si bien dan cuerpo a la teora, agudizan
la complejidad del mismo.
Si sabemos que existen preguntas que no pueden responderse
desde una sola teora, la didctica como campo tiene que tratar de
ofrecer respuestas aunque no certeras y siempre provisorias, desde
una perspectiva especficamente didctica a la complejidad de la vida
del aula y no ser posible hacerlo apilando troncos, como lo hacen
los castores al construir sus diques, sumando los hallazgos de cada
subdisciplina, sino tejiendo mallas vinculares a partir de aportes tericos y tambin prcticos significativos de todas ellas.
La didctica general no es una disciplina autnoma ni lo son
las didcticas especficas; no es cuestin de que en el afn de independencia lo que naci vinculado termine desvinculado Por ello,
lo que Litwin (1997) llama problemas de comprensividad pueden
constituirse en brjula comn por ser una preocupacin- problema
advertido por todas las didcticas. Con el resguardo cauteloso de no
disociarlo de los problemas especficos del contenido podra convertirse en punto de encuentro de todas ellas en el marco de la nueva
agenda; es una categora para pensar derivaciones para la enseanza
que permite abrir puertas de entrada al conocimiento de conceptos
centrales de las disciplinas.
En fin, en un campo de contradicciones como el didctico, los
caminos parecen bifurcarse pero son muchos los posibles puntos
de encuentro. Las relaciones interactivas entre las didcticas no son
fciles pero tampoco imposibles; como dira Klafki (En Camilloni
y otros, 2007) son recprocas y necesarias, basadas en la igualdad
aunque distintas en sus formas idiosincrsicas de pensar y en su hete44
rogeneidad terica, rasgo que debe ser apreciado como una fortaleza
porque constituye una riqueza para la construccin del campo. La
diversificacin terica, metodolgica y de investigaciones constituye
un acervo muy valioso para su expansin y consolidacin.
Lo que llamamos consanguinidad entre esta familia de disciplinas es indiscutible e implica escucha, intercambio, confrontacin,
tro indispensable para coordinar los resultados de las investigaciones
a travs de lo que llamaremos dilogos de transferencia, ya que pese
a las dificultades que las alejan redundar como elixir nutricio para
todas ellas, dado que procura una mejor comprensin del objeto que
comparten y les da sentido.
Para terminar me quedo con palabras de Morin (1990, pg. 77),
que me hacen pensar que teorizar sobre lo didctico y la red de relaciones en el campo, amerita, sin dudas, un pensamiento multidimensional que odia el reduccionismo, el saber parcelado, dividido,
dicotmico y disyuntivo. Ama, en cambio, las relaciones, la complementariedad, lo inacabado y lo incompleto.
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REFERENCIAS
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47
Este texto se elabor en base a una ponencia. Tal aclaracin es necesaria ya que su estructura recoge los alcances y lmites propios de esas
situaciones: una formulacin breve y puntuada que trata de resumir,
en una serie de notas, una posicin que habilite el debate propio de
estos escenarios acadmicos.
El trabajo propone que la formacin universitaria es un camino
de incorporacin en comunidades especializadas, en un proceso que,
ms all de las diferencias segn los campos, se caracteriza no solo
por la adquisicin de conocimientos y competencias, sino por llegar
a ser como. En este recorrido los futuros egresados experimentan sucesivos cambios y transformaciones, as como tambin varan
las funciones el conocimiento en los distintos momentos. Esta idea
de recorrido y de cambios sucesivos de los alumnos confronta con
un supuesto bsico, implcito en los modelos pedaggicos tradicionales imperantes en la educacin superior, que asume paridad en las
formas de relacin con el conocimiento entre alumnos y profesores.
Tal paridad solo se vera alterada por las asimetras en el dominio de
los contenidos especializados. Reconocer las importantes modificaciones que se producen en los estudiantes que transitan una carrera
universitaria pone en cuestin modelos de transmisin que, basados
sobre una supuesta igualdad, solo funcionan como mecanismos de
alta selectividad.
49
I
En nuestro pas las universidades experimentaron importantes
cambios en las ltimas dos dcadas relacionados con la ampliacin
de la matrcula. Estos cambios no fueron solo cuantitativos, sino que
llevaron asociados modificaciones en la composicin de los sectores que acceden a las universidades nacionales. Tambin se aprecian
diferencias con las capacidades adquiridas por los estudiantes en el
nivel secundario que han llevado a la multiplicacin de dispositivos
de nivelacin o apoyo en los primeros tramos de los trayectos universitarios. Muchos miembros de los cuerpos docentes perciben un
cambio en los alumos. Ana Ezcurra (2011) se refiere al fenmeno
sealando que los estudiantes reales ya no corresponden a los estudiantes esperados por las instituciones. Esto ha generado insatisfaccin ante los resultados, perplejidad y una preocupacin bastante
extendida entre los profesores universitarios. Comienza a estar en
duda el ajuste entre el modelo pedaggico de las universidades y los
estudiantes reales.
Estos desajustes adquieren ms relevancia en relacin con un rasgo que la actividad universitaria enfatiza de manera especial. Sus procesos forman para el ingreso en una comunidad, profesional o acadmica. En ese caso se trata, parafraseando a Hamilton (1999), de que
los estudiantes se conviertan en algo, ms que hacer que solamente
sepan algo. Las formas pedaggicas que se utilizan acentan ese carcter que se expresa en las formas de interaccin, los dispositivos
entre ellos el currculum- y las estructuras organizacionales. Pueden
realizarse vlidas distinciones analticas entre currculum, pedagoga
y evaluacin siguiendo el modelo propuesto por Bernstein4, pero,
para los propsitos de este trabajo, es suficiente utilizar una nocin
amplia de pedagoga que incluya todo lo que constituye un propsito y una forma de accin educativa.
Cuando se trata de formacin profesional, los procesos se caracterizan por una opcionalidad limitada y de horizontes muy prescriptivos -aun cuando ciertas formaciones acadmicas admitan amplia
opcionalidad curricular como parte de una estrategia ligada a cualidades futuras muy especficas-. Tales restricciones se explican por dos
En Acerca de la clasificacin y marco de referencia del conocimiento
educativo Bernstein (1988)
4
50
51
zadas6. En perodos en que se modifican las condiciones de la formacin, entre ellas cambios en los estudiantes, las formas habituales se
ponen en cuestin y comienzan a mostrar insuficiencia algunos de
sus supuestos bsicos. Entre ellos, los que diferencian la formacin en
las universidades de los procesos pedaggicos que caracterizan otros
niveles educativos. Esto sucedi as bajo cierto supuesto implcito de
igualdad entre los que ensean y los que aprenden en las universidades. Una igualdad en las formas de relacin con el conocimiento y
sus cdigos que situaba las diferencias en el manejo de ciertos contenidos especializados. Sin embargo, este supuesto, cuya debilidad
resultaba menos evidente bajo modelos de mayor selectividad, queda
ms cuestionados en la situacin actual. El hecho es que no solo los
estudiantes son diferentes ahora, sino que esta percepcin pone
en evidencia, adems, otras diferencias propias de cualquier intento
educativo que, en trminos del sentido comn universitario, no eran
tan visibles: existen importantes cambios en los estudiantes y en las
funciones del conocimiento impartido a lo largo del trayecto de estudios. Aceptar estos cambios pone en cuestin las formas habituales
de la relacin pedaggica, de la programacin de la enseanza e, incluso, de la estructura del currculum universitario.
II
Como fue dicho, toda carrera universitaria consiste en el avance
progresivo de un grupo, de jvenes hacia la integracin en una comunidad de pares. Estas comunidades de pares actan como grupos
de referencia que tienen sus propias formas de circulacin del conocimiento y compartes cdigos especficos de comunicacin. Pueden,
por cierto, encontrarse formatos de relacin, produccin y validacin ms generales compartidos por familias, como describe Tony
Becher (1992). Por ejemplo, los cientficos duros tienden, hasta un
punto, a compartir lenguajes, aunque se diferencien en cuestiones
ms especficas. Estas diferencias no son las que pueden esperarse por
Segn un esquema cristalizado en las primeras dcadas del siglo XX que
ordena la secuencia empezando por las ciencias bsicas, luego las aplicadas,
despus las tecnologas y, por ltimo, las prcticas.
6
52
las diferencias en los objetos tratados, sino que residen en las jerarquas, orientaciones, preguntas fundamentales, tipos de respuestas
aceptadas, etc.
Teniendo en cuenta este progresivo avance que tiene como destino llegar a formar parte de una comunidad especializada, puede
decirse que los alumnos no permanecen iguales durante el transcurso
de su vida universitaria. Varan en su condicin. Se dan dos cambios
fundamentales. El primero es de alumnos a estudiantes. Alumno,
desde este punto de vista, es una condicin administrativa. Estudiante en un estado que se alcanza mediante el entrenamiento y el
dominio de las artes y capacidades bsicas para el trabajo intelectual
que implica el estudio y la formacin universitaria. El carcter de
estudiante se obtiene mediante la experiencia acadmica y no puede ser considerado un requisito preuniversitario. El segundo cambio
consiste en la conversin de los estudiantes en principiantes. En
este trnsito los estudiantes comienzan a participar de las modalidades, culturas, lenguajes, sistemas de prcticas y de valores propios de
la comunidad a la que estn en proceso de incorporacin mediante
su formacin. Interactan ms con expertos del propio campo que
con especialistas de disciplinas bsicas o conexas y comienzan a ser
aprendices que incorporan los principios de la vida profesional. Es
materia de discusin dnde se debe establecer el corte que permite
hablar de la iniciacin en el campo o la comunidad especfica. En
algunos casos ser al final de grado, en otros en el posgrado o en el
inicio supervisado de la prctica profesional. Depender de distintas
carreras y de sus tradiciones.
El progresivo cambio en la condicin de los alumnos obliga a
replantearse un extendido supuesto que Jackson (2002) llama el supuesto de la identidad compartida. Este lleva a creer que los alumnos comparten una misma tradicin, lenguajes, intereses y formas
de pensamiento con el profesor. De alguna manera, traspola posibles
logros con condiciones iniciales. La tradicin universitaria tiende a
desestimar las diferencias y asimetras entre profesores y alumnos.
Ello condujo a una limitacin de la reflexin pedaggica en amplios sectores que enfatizan el contenido de lo transmitido con poca
preocupacin por las formas de transmisin. En buena medida, las
recientes, y crecientes, inquietudes por los aspectos pedaggicos de
la vida universitaria pueden deberse a las referidas modificaciones
53
54
III
Segn lo dicho hasta aqu, un problema principal de la organizacin de todo sistema de enseanza es poder responder a la siguiente pregunta: cules son las formas, estados de conocimiento y
experiencias que permiten dominar a los estudiantes aspectos de una
disciplina o de un campo en el que mayoritariamente no se especializarn? (pero en el que los profesores s son especialistas)7. Lo anterior
vale para la formacin disciplinar o cientfica de base, pero, tambin, para disciplinas especficas de las carreras. Cada una de ellas es
improbable que constituya la especialidad de todos los estudiantes
que la cursan. El hecho es que los profesores ensean algunas asignaturas y no se declaran competentes en todas las del Plan Qu nivel
de dominio se le debe proponer o exigir a un alumno que s debe
transitar por todas? De all que la planificacin del contenido y de
la enseanza deba tener especialmente en cuenta el propsito que
aprender esa disciplina tiene en el recorrido de estudios de los alumnos. Esto es particularmente importante porque no hay una funcin
genrica para una disciplina en acuerdo con algn un propsito universal para su enseanza y su aprendizaje. Los propsitos dependen
de las funciones asignadas en cada plan. De lo anterior se sigue que
no hay una forma genrica de una disciplina, o partes de ella, con
independencia del uso que tendr un cuerpo de conocimiento con
relacin a los otros que componen una formacin, con las caractersticas de los alumnos y con el momento del trayecto de estudios en
el que se encuentre.
Una consecuencia de lo anterior, para algunos inquietante, es la
necesidad de decidir sobre la versin que se ofrecer a los alumnos.
La ida de versin incomoda en muchas ocasiones por aquello de
tradutore, traditore. Sin embargo, hay que reconocer que cualquier
situacin de enseanza se desarrolla en base a una versin del conocimiento adaptado a esa situacin especfica. Toda comunicacin es
una versin que realiza el comunicador. Esto vale tambin para la
educacin superior. La pregunta no es acerca de si habr versiones,
sino cules sern las apropiadas en cada circunstancia. Pero, adems,
Ralph Tyler sostena que esta era la pregunta correcta que deba
formularse a los expertos encargados de proponer los elementos vlidos para
una asignatura del Plan de Estudios
7
55
se debe tener en cuenta si la versin que se formule tendr una funcin de introduccin o propedutica, se volver a retomar en versiones sucesivas o constituir el estado final que los estudiantes tendrn
a disposicin.
La formulacin de las versiones adecuadas es algo que depende
de la ubicacin de esos contenidos en la secuencia del Plan. Pero,
adems, se deben resolver cuestiones sobre el tratamiento del contenido en relacin con las funciones que estos cumplen en distintos
momentos del trayecto de formacin. Debe ser extenso o intenso
(en profundidad)? Se debe presentar de manera axiomtica/formalizada o de manera experimental/en uso? Cul es la extensin
necesaria para trabajar con los problemas delimitados para esa formacin, rea o asignatura? Cul es el tratamiento que se debe dar
al contenido para poder combinar las prcticas caractersticas con la
resolucin de problemas significativos? Qu tratamiento del contenido se requiere para fomentar la actitud de uso del conocimiento? Adems, hay que decidir sobre la secuencia Cmo se presenta
progresivamente el contenido? Cmo se organiza el aumento en la
complejidad conceptual? Cmo se relacionan los aspectos informativos y terico conceptuales? Las decisiones sobre secuencia incluyen
decisiones sobre la concentracin y distribucin de material a aprender Se dar la misma cantidad de contenido en cada unidad? Habr
menos densidad de contenidos en las etapas iniciales y aumentar
despus? Habr ms cantidad de contenidos tericos e informativos
al principio y de contenidos aplicados despus? Estn preparados los
alumnos para las exigencias de la secuencia establecida? Por ltimo,
debe recordarse que cualquier versin del conocimiento que se formule en contexto de enseanza es adecuada solo si ofrece a los alumnos una real oportunidad para su adquisicin. Esto depende, entre
otras cosas, de la posibilidad de incluir el conocimiento, relacionarlo
con otros conceptos, ideas o cosas conocidas, practicar, utilizarlo en
casos, etc. Adems debe ayudarlos a comprender el valor de lo que
es necesario aprender y a mantener la vitalidad en el esfuerzo de estudio. Para lograrlo la distincin entre el conocimiento/contenido y
las formas de su presentacin/transmisin se vuelve, necesariamente,
muy dbil
Lo planteado hasta aqu, en tanto pone de relevancia la cuestin
del propsito, obliga a preguntarse por los formatos que habilitan
56
para la adquisicin de las pautas, capacidades y valoraciones propias de las distintas comunidades profesionales. Un primer aspecto
lo constituye el balance entre la formacin cientfica, ms general, y
la formacin profesional, ms especfica, y los grados de dependencia funcional o de independencia relativa entre estos sectores. Pero
esto solo resuelve una parte de la cuestin, ya que un trayecto de
formacin en la universidad presenta una complejidad ligada, como
se plante en el apartado I, con el proceso de volverse parte de una
comunidad especializada y competente en un campo de prctica.
El proceso de formacin de las capacidades requeridas en el trabajo profesional es siempre una cuestin problemtica ya que en la
propia idea de capacidad o de competencia est implicada una
dimensin experiencial y prctica. Es sabido que la formacin en instituciones especializadas solo cumple parcialmente estas funciones y
no resulta tan sencillo reconstituir espacios dotados de los rasgos que
Schn8 atribuye al practicum. Los procesos de formacin superior
enfrentan frecuentemente un hiato entre sus dispositivos y las situaciones propias de los mbitos de desempeo. De all que, en diversas maneras, se asume que la formacin se completa en situacin
prctica. En los sistemas de formacin inicial este requerimiento fue
asumido mediante distintas modalidades para intensificar la insercin en la prctica. Pero, ms all de las disposiciones curriculares,
las profesiones asumieron, de maneras ms o menos formales, tareas
de formacin consecutivas a la obtencin de diplomas e inicio de los
jvenes en las actividades profesionales. Distintos campos desarrollaron instituciones propias de formacin localizadas en las situaciones
y contextos de trabajo. Estas actividades completan la formacin inicial y son, en muchos casos, un requisito para poder actuar como un
profesional completo y autnomo. Estas instituciones estn formalizadas en procesos certificados, como el caso de la residencia mdica,
o provienen de la necesaria inclusin en espacios colectivos en la actividad profesional. Este ingreso progresivo en la profesin reconoce
distintos grados de responsabilidad y autonoma en el desempeo
de los noveles, que son supervisados por compaeros expertos en las
prcticas del estudio -de abogados o arquitectos, por ejemplo-, en los
equipos que caracterizan buena parte de la actividad empresarial o
Por ejemplo, en Schn (1992).
57
IV
Resumiendo: los alumnos no sern iguales con relacin al conocimiento a lo largo de su carrera. La diferencia no es solo de mayor o
menor cantidad de contenido aprendido. Es una diferencia de cdigos, lenguajes, esquemas mentales, perspectivas, valores y maneras de
pensar (todo aquello que define la incorporacin en una comunidad
especfica). Esto vale para un trayecto completo, pero, tambin, para
su recorrido en un ciclo, en un rea o, incluso, en una unidad. De
all que las secuencias de trabajo deberan prestar especial atencin
a cmo son recibidos los alumnos y cmo son acompaados en su
progreso. A esto se ajustan particularmente bien las ideas de recepcin o bienvenida9 que expanden la tradicional pregunta acerca de
lo bsico y obligan a interrogarse por tres cuestiones relacionadas.
Por un lado, por el tipo de experiencias que se deben ofrecer para facilitar la inclusin de los alumnos en un campo que, desde su punto
de vista, siempre es especializado y complejo. En segundo lugar, por
la progresin en el conocimiento y, en tercer trmino, por la forma
en que los estudiantes deben saberlo en cada momento.
58
Lo planteado hasta aqu est ntimamente ligado con la secuencia del currculum y por la relacin de este trayecto con las instituciones de iniciacin en la prctica profesional. Las relaciones no son
lineales ya que la formacin implica un proceso de aproximaciones
sucesivas en un recorrido por un territorio similar a una red. Esa
red se conforma por la convergencia de distintas disciplinas en la
comprensin de objetos unificados, por la aprehensin inicialmente
terica de conceptos que luego tomarn formas instrumentales en su
aplicacin a casos y eventos, por la adquisicin en forma introductoria de conocimientos que luego sern profundizados o recolocado
en marcos ms generales y formales, o por la reutilizacin de cuerpos
conceptuales o procedimientos generales en el conocimiento de tecnologas especficas. Dicho en trminos ms generales, la formacin
requiere ir y volver, reintegrar y, en alguna manera, perfeccionar o
reinterpretar mucho de lo aprendido. La consecuencia es que en muchos aspectos de la formacin el dominio se alcanza progresivamente
y por vas recursivas.
Concluir que los trayectos de formacin en las universidades estn marcados por sucesivas modificaciones en los alumnos y en las
funciones del conocimiento en distintos momentos de la formacin,
puede tener algn significado en trminos ms amplios de las polticas hacia la universidad. Seguramente, las formas que adopta la
experiencia universitaria estn asociadas a un complejo de factores.
Dicho esto, no se puede dejar de atribuir un importante porcentual
de influencia a la estructura bastante cannica de los Planes de Estudio y a los formatos dominantes del trabajo pedaggico, incluyendo
la programacin de lo que se debe ensear. De all que merezcan de
manera creciente nuestra atencin, hoy en da muy volcada a distintos aspectos de la oferta, su crecimiento y su diversificacin.
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60
INTRODUCCIN
Dos preguntas organizarn, a modo de hilos conductores, esta presentacin: Cules son los desafos de ensear hoy en la educacin
superior? y, Cmo enseamos para que todos los estudiantes puedan
aprender?
En cada una de estas preguntas hemos resaltado una palabra: la
palabra hoy en la primera, la palabra todos en la segunda. Este nfasis
no es arbitrario ni casual ya que implica un compromiso tico y poltico con la educacin superior como derecho y la contextualizacin
de estos interrogantes en un contexto socio-poltico global en el que
se han ampliado, en el mundo y en particular en nuestro pas, las posibilidades de acceso a la educacin superior universitaria pero, que
al mismo tiempo, consistente con otra tendencia global estructural,
persisten altsimas tasas de abandono. Sin duda por un lado se abren
las puertas de la educacin superior pero al mismo tiempo sus estructuras no han encontrado an el modo de albergar a los estudiantes de
manera que puedan culminar sus estudios.
En Argentina si tomamos slo el sistema superior universitario
lo que implica no considerar las instituciones superiores de formacin docente ni los institutos superiores tcnicos-, segn datos brindados por la Secretara de Polticas Universitarias en su Anuario de
Estadsticas Universitarias 2011 (SPU, 2011), se contabilizan 114
instituciones universitarias (95 universidades -19 institutos universitarios). Si bien 48 universidades son de gestin estatal y 46 son de
61
gestin privada, cuando analizamos los datos de matrcula verificamos que ms del 80% est integrada por estudiantes de universidades de gestin pblica (del total de 1.808.415 estudiantes matriculados en 2011, 1.441.845 cursan sus estudios en universidades de
gestin pblica).
En relacin con la cantidad de egresados en nuestro pas si tomamos el perodo 2001/ 2011 en total hemos pasado de 65.104 egresados en 2001 a 109.360 en 2011. Esta casi duplicacin de la cantidad
de egresados muestra una leve mejora porcentual al compararla con
la cantidad de matriculados 2001-2011, ya que el nmero de matriculados creci en un porcentaje menor al de los egresados: el total
de matriculados 2001 era de 1.412.999 en 2001 y de 1.808.415 en
2011.
La diferencia entre quienes ingresan a las universidades y egresan no es un fenmeno que se da slo en nuestro pas. Tomando
los datos de dieciocho pases en el Documento anual de la OCDE,
Education at a Glance (2010), se registra que pases como Estados
Unidos, Nueva Zelanda, Suecia y Mxico tienen ndices de desercin
que rondan y / o superan el 50%.
la batalla contra la desercin en el tramo hace a la justicia
social.El abandono golpea sobre todo a la poblacin de estatus en desventaja, en un proceso de reproduccin de la desigualdad intenso y creciente (Ezcurra, 2011: 22).
Diferentes estudios sealan que las poblaciones en desventaja
socioeconmica tienen menores probabilidades de continuar sus
estudios hasta la graduacin (Altbach et al, 2009; Ezcurra, 2011;
Tinto, 2004,2009; Astin y Oseguera, 2005, entre otros) e identifican
algunos factores convergentes para explicar esta desventaja. Varios de
estos factores se asumieron como condiciones de los estudiantes y sus
contextos (nivel educativo de los padres, ser primera generacin en
la Universidad, ser trabajadores de tiempo completo o trabajadores
informales, disponer de una dedicacin parcial al estudio, retrasar
el ingreso a los estudios post secundarios etc.); pero cada vez queda
ms claro que no slo estos factores parecen ser los determinantes del
abandono: las dificultades acadmicas se constituyen en un factor ya
no solo convergente sino determinante del abandono. La pregunta
que vale la pena formular y que venimos hacindonos en los ltimos
62
63
65
innovadoras del campo profesional en los procesos formativos. (Catenazzi, Pogr et al 2007)
En este estudio entendamos a la enseanza como la promocin
sistemtica del aprendizaje mediante diversos medios; en este marco,
las estrategias de enseanza constituyen un importante aspecto del
currculo; aluden a la planificacin de la enseanza y conceden importancia al juicio del profesor (Stenhouse, 1991: 53-54).
Tomando como base el concepto de comprensin como desempeo (Perkins, 1999) y la idea de enseanza como actividad intencional, sealamos que son los docentes los encargados de disear qu
tipo de experiencias formativas ofrecern a sus estudiantes, por lo
tanto cules sern las tareas en trminos de Doyle ( 1995) propuestas en el recorrido curricular de modo de propiciar desempeos de
comprensin.
El desafo en la formacin superior es disear propuestas que
incorporen la formacin en la prctica brindando la posibilidad de
potenciar la capacidad de los estudiantes (futuros profesionales, o
profesionales en el caso de los postgrados) para la reflexin en la
accin (Schn 1997). Esta reflexin en la accin supone el desarrollo
de la habilidad para la evolucin permanente de los profesionales y la
resolucin de problemas inherentes a la prctica profesional.
El tema de la recuperacin y utilizacin de lo aprendido en situaciones de actuacin es crucial en el caso de la formacin profesional,
y la tensin teora-prctica se presenta repetidamente en los debates
acerca de la educacin superior. Schn (1997) plantea que el desafo
en la enseanza de una prctica profesional, consiste en considerar
que los estudiantes debern aprender hechos y operaciones relevantes pero, tambin, las formas de indagacin que sirven a los prcticos
competentes para razonar acerca del camino a seguir en situaciones
problemticas, a la hora de clarificar las conexiones entre el conocimiento general y los casos particulares. Los estudiantes tienen que
aprender un tipo de reflexin en la accin que va ms all de las reglas
existentes, no slo a travs del establecimiento de nuevos mtodos de
razonamiento, sino tambin mediante la construccin y comprobacin de nuevas categoras de conocimiento, estrategias de accin y
maneras de formular los problemas.
Perrenoud (2000) reinstal el problema de las posibilidades de
recuperacin y utilizacin de un conocimiento que se aprende fuera
66
de sus contextos de empleo. Rehsa analizar el problema en trminos de la dicotoma conocimiento/accin y plantea el desarrollo de
competencias.
El malentendido consiste en creer que, al desarrollar competencias, se renuncia a transmitir conocimientos. Casi todas las acciones humanas exigen conocimientos, a veces reducidos, a veces muy
amplios, ya sea que estos sean obtenidos a partir de la experiencia
personal, del sentido comn, de la cultura compartida en el seno de
un crculo de practicantes o de la investigacin tecnolgica o cientfica. Mientras ms complejas, abstractas, mediatizadas por ciertas
tecnologas y fundadas segn modelos sistemticos de la realidad son
las acciones proyectadas, ms exigen conocimientos amplios, avanzados, organizados y confiables.
Las competencias implican la capacidad de actuar de manera
eficaz en un tipo definido de situacin, capacidad que se apoya en
conocimientos pero no se reduce a ellos. Si las competencias se forman a travs de la prctica, debe ser necesariamente en situaciones
concretas, con contenidos, contextos y desafos identificados. Perrenoud (2000,2002). Asimismo toda competencia se encuentra unida
a una prctica social o profesional de referencia, por lo tanto, la identificacin de competencias en campos profesionales en construccin
comportan un desafo particular.
El anlisis de las entrevistas realizadas en el estudio que realizamos , tomando como eje la relacin entre teora y prctica, nos permiti construir una categorizacin que establece diferentes niveles de
relacin de la teora y la prctica en la formacin profesional:
1. Un primer nivel donde no se da la relacin, donde se trabajan
los contenidos, en un nivel de relacin entre conceptos y /o informaciones con otros conceptos y o informaciones. Es el nivel
donde se trabajan los contenidos de la teora sin relacin con
ningn problema o intervencin en la prctica. En este nivel se
espera que el estudiante pueda referir a la informacin y o establezca relaciones entre conceptos y teoras. Ejemplos de este
nivel son la identificacin de las diferencias entre dos teoras,
la enunciacin de las ideas principales que presenta un autor, la
definicin de conceptos, etc.
67
2. El nivel del concepto puesto en accin: En este nivel se propone a los estudiantes poner en juego los conceptos y las informaciones. Ya no alcanza con las definiciones sino que es necesario
relacionar esos conceptos con situaciones de la prctica profesional. En este caso se analizan situaciones desde determinadas
perspectivas, se infiere qu tipo de decisiones tomara alguien
enrolado en determinada perspectiva o paradigma, se establecen
cules son casos prototpicos de determinadas situaciones, se jerarquizan prioridades y o lneas de accin en relacin con determinados criterios, se analizan casos, se analizan ejemplos tpicos
de la teora, etc.
3. La inmersin en la prctica profesional. En este nivel las situaciones de la prctica profesional se configuran en el escenario para
la resolucin de las situaciones, la elaboracin de las propuestas
y /o la argumentacin de los caminos elegidos. Esta inmersin
puede ser en el propio campo de accin de la profesin y /o en
situaciones simuladas. Lo que importa en esta dimensin es que
el desempeo pone al estudiante en el rol del profesional y exige
que utilice los conocimientos del modo en el que en el campo
tendr que ponerlos en accin.
Podra pensarse que estos tres niveles, por s mismos dan cuenta
de la relacin o su ausencia, entre teora y prctica en la situacin de
enseanza y aprendizaje pero un aspecto relevante que identificamos
es que para analizar las propuestas formativas no alcanza el anlisis
de este vector sino que cobra especial importancia el tipo de actividad
que se requiere del estudiante.
Lo que Cummigs (1981) denomina como menor o mayor grado
de compromiso cognitivo. En este sentido y de acuerdo con Perkins
(1999) podemos decir que el menor grado de compromiso cognitivo propuesto por la tarea al estudiante, promueve un conocimiento
enunciativo y mayor grado de compromiso cognitivo promueve conocimientos construidos con comprensin, es decir, la posibilidad
de pensar y actuar flexiblemente con ese conocimiento. En la medida
en que lo enunciativo/constructivo alude al tipo de proceso cognitivo que realiza cada estudiante es claro que no podemos hacer una
valoracin taxativa de este proceso. Lo que podemos inferir es si en
la propuesta de enseanza hay una demanda predominantemente
68
hacia una resolucin enunciativa o una demanda que requiere diferentes niveles de procesos constructivos.
A partir del cruce de ambas variables: grado de inmersin en
la prctica profesional y tipo de demanda cognitiva predominante
construimos la siguiente matriz para el anlisis de las propuestas formativas
Grfico 1: Matriz de valoracin del tipo de actividades propuestas
en clase segn tipo de demanda cognitiva y grado de inmersin en
el contexto profesional.
Tipo de demanda cognitiva
Grado de
inmersin en
el contexto
profesional
Predominantemente
enunciativa
Predominantemente
constructiva
b. concepto en 3
accin
c. concepto
Inmerso en el
campo profesional
a. concepto/
concepto
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71
72
REFERENCIAS
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75
Stenhouse, Kemmis, slo por citar algunos de los referentes que desde perspectivas hermenuticas o crticas han estudiado los procesos
reflexivos de toma de decisiones de los docentes, se hace evidente la
necesidad de incorporar estas perspectivas y estas prcticas a lo largo
de toda la formacin, para evitar que el encuentro o el desencuentro
entre la teora y la prctica se d, a modo deductivo, en la residencia
al final del trayecto formativo.
Se sabe que aprendemos a ser profesores desde nuestro propia
biografa pedaggica y que la formacin de grado sucumbe frente a
ella y a la impronta de la socializacin laboral (Terhart, 1987). Los
conocimientos acumulados y las prcticas vividas en el recorrido por
las instituciones educativas constituyen un bagaje muchas veces
conservador- que es necesario tensionar con experiencias formativas
pensadas, desarrolladas y sometidas a reflexin con el aporte de perspectivas tericas crticas, que posibiliten transformar aquel bagaje, y
generar la configuracin de un nuevo tipo de conocimiento, categorizado por Flix Angulo Rasco (1999) como conocimiento de oficio del docente11. Por eso, entiendo que estas experiencias deberan
desarrollarse a lo largo de toda la formacin de grado. No slo en el
tramo denominado Formacin Pedaggica o Campo de la Formacin General, ni tampoco solamente en la formacin especficamente
didctica. Pretendo incluir tambin a la Formacin Disciplinar o al
Campo de la Formacin Especfica que incluye a la Didctica Especfica, segn la categorizacin difundida por el Instituto Nacional de
Formacin Docente (INFOD).
Directivos, docentes en ejercicio, asesoras pedaggicas, profesoras
de Prcticas y Residencia, estudiantes de Profesorados entrevistados
en diversas investigaciones (Insaurralde, 2002; Terigi, 2011, entre
otras) reclaman ms conocimiento de los estudiantes reales como
portadores de culturas juveniles y como sujetos que aprenden determinados contenidos; ms conexin con las escuelas y con escuelas
en diversos contextos; ms conocimiento de las escuelas en tanto organizaciones y de las dismiles acciones que los docentes realizan en
ellas. Es innegable que este reconocimiento exige que todos los equipos docentes involucrados en la formacin de los futuros profesores
atendamos a estos problemas. Para ello, un primer desafo es que
Angulo Rasco elabora esta categora considerando principalmente los
planteos de Grimmentt y MacKinnon (1992).
11
78
construir en situaciones particulares, porque de esto se trata la situacionalidad de la enseanza (Edelstein, 1996; 2011). En las diferentes
instancias curriculares que integran la formacin disciplinar se podra
aportar a la formacin, asumiendo cada una de ellas una experiencia distinta, pero altamente formativa. Entre ellas podramos sealar
el anlisis del contenido o patrn temtico, en trminos de Lemke
(1997), que circula en el dilogo en las aulas; el anlisis de la seleccin
y organizacin de los contenidos en los textos escolares; la inclusin
de fuentes primarias y secundarias; experiencias de laboratorio; actividades en los manuales, por citar unos pocos ejemplos. Estas son
algunas de las mltiples tareas involucradas en la enseanza, para lo
cual todas las instancias curriculares pueden aportar desde sus distintas perspectivas, porque la enseanza es una actividad compleja y
multidimensional, y la formacin debiera realizarse en consonancia
con estas caractersticas.
Pero estas propuestas no alcanzaran todas sus posibilidades formativas si a la vez no se las combina entre s. Los equipos docentes
tienen que hacer explcitas las relaciones entre los conocimientos y
las experiencias que devienen de cada asignatura, seminario o taller,
con los anteriores y posteriores a lo largo de la formacin de grado.
Para esto resulta imprescindible que los profesores conozcan los contenidos que se ensean en las diferentes instancias curriculares, para
reconocer las posibles relaciones con los conocimientos de la materia
a su cargo. Mostrarles a los estudiantes estas relaciones es iniciarlos en
la construccin de una perspectiva de estudio que rompa las fronteras
disciplinares.
Vuelvo al principio, nuestro principal desafo es lograr desarrollar
la formacin de los futuros profesores en estrecha vinculacin con
las prcticas profesionales que debern desempear. No alcanza con
una declaracin de principio: el currculo de formacin se orienta
al Campo de la Formacin en la Prctica Profesional, como lo expresan diversos documentos curriculares nacionales emanados en los
ltimos aos del INFOD, como as tambin los documentos de las
diferentes jurisdicciones. Hay que disear y desarrollar experiencias
formativas en una parte importante de las asignaturas, seminarios y
talleres de los Planes de estudios. Esto es lo que permitir que la prctica docente se constituya en un eje de formacin, tal como lo expresa
Susana Barco, un eje que centra y ubica planos respecto de l, al
80
tiempo que es delimitado por los planos que organiza (Barco, 1996:
124). Es decir, esos planos son las unidades curriculares que deben
realizar sus propias contribuciones para delimitar al eje, que a su vez,
centra y ubica esas unidades curriculares en torno suyo, esto es, en
torno de las prcticas. Con esto quiero destacar que antes de pensar
en reformas curriculares, pienso en la necesidad de disear y desarrollar nuevas propuestas programticas y prcticas de enseanza en
las instancias curriculares existentes. Se trata de pensar, en principio,
qu respuestas podemos ofrecer los equipos docentes a las vacancias
detectadas en la formacin, para desde el anlisis de estos nuevos desarrollos curriculares, poder aportar a las posibles reformulaciones de
los Planes de estudios de aquellas carreras que encuentren necesaria
su reforma. Con esto quiero decir que el currculo en accin, es decir
el currculo real, es el que aportar al anlisis del currculo escrito,
para determinar si su reforma es necesaria y, de serlo, colaborar en
esa tarea desde las experiencias del currculo efectivamente enseado.
Mucho se sabe desde hace varias dcadas sobre la incidencia de la
biografa pedaggica y la socializacin laboral en las prcticas docentes. Es momento entonces de diversificar nuestras propias prcticas
como profesoras y profesores de los institutos terciarios y las universidades para que los futuros docentes tengan un recorrido vvido de
buenas prcticas. Para ello podramos incluir adems de trabajos de
campo, anlisis de entrevistas, narrativas y relatos de experiencias, casos, pelculas, documentales, resolucin de problemas, que acerquen
la realidad a las aulas, incorporando el aporte de las nuevas tecnologas, para propiciar -a travs de distintas estrategias de enseanza y
recursos didcticos de apoyo - la problematizacin de las prcticas, la
interrogacin de las teoras, porque es posible acercarse a las futuras
prcticas tambin desde estas estrategias de enseanza.
Deca que muchas veces en las aulas universitarias se comparte
la formacin del licenciado y del profesor. En estos casos, tenemos
que poder construir puentes entre ambas carreras. En este sentido,
un aspecto que no deberamos descuidar son las comunicaciones, los
entramados posibles entre la formacin en investigacin que brinda
la licenciatura y la promocin de una actitud investigativa ante el
conocimiento que todo anlisis didctico requiere. Gloria Edelstein
(1996; 2011) plantea que el anlisis didctico que diferencia de la
investigacin didctica- supone ingresar en forma permanente la pre81
gunta; analizar la informacin generando -segn los casos- inferencias, conjeturas; utilizando las vas de validacin necesarias a partir de
la triangulacin; poniendo en juego las mismas herramientas conceptuales y las tcnicas que se utilizan en la investigacin al momento de
recoger informacin, a travs del anlisis documental y la produccin
escrita, la observacin, las entrevistas individuales y colectivas.
En el abanico que estoy abriendo posee un lugar privilegiado el
dilogo entre la Didctica General y las Didcticas Especficas. Se trata de que los especialistas de ambos campos trabajemos para que hacer posible lo que Alicia Camilloni (2007) denomina fecundaciones
recprocas. Esto tiene que hacerse realidad en las universidades y en
cada instituto de educacin superior. Propongo desarrollar un trabajo
colaborativo entre los equipos docentes de las respectivas instancias
curriculares, considerando tanto las acciones de la docencia como
de la investigacin, de modo de generar y distribuir conocimientos
como integrantes de un mismo proyecto de docencia e investigacin
o de proyectos ntimamente asociados y, desde nuestro trabajo conjunto, intervenir en la formacin de los futuros profesores.
Lo que atraviesa todas estas ideas es la dimensin que cobra lo
institucional en los lazos que deberamos crear entre los equipos docentes que trabajamos en Educacin Superior. Para hacer frente a los
desafos actuales de la formacin del profesorado se necesita de cambios en la vida institucional Si pensamos en la formacin de futuros
profesores que puedan superar la fuerte fragmentacin en la enseanza y los aprendizajes en las escuelas y la casi imposibilidad de comunicacin entre profesores de distintas disciplinas, el primer desafo es
el nuestro. Esto supone repensar nuestras propuestas programticas
y nuestras prcticas de enseanza, como parte del colectivo docente
que debiramos conformar en las universidades y los institutos, y el
trabajo colaborativo que se hace necesario instalar entre las instituciones pertenecientes a ambos subsistemas de la Educacin Superior.
Desde esta plataforma, podremos intentar incidir en la formacin de
los futuros profesores para que la dimensin institucional del trabajo
docente pueda realizarse, lo que requerir de prcticas emergentes
que logren conquistar los espacios y tiempos que hoy los docentes no
tienen en las instituciones educativas.
82
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84
INTRODUCCIN
El propsito de este captulo es delinear algunos contenidos que deberan ser tratados de los espacios curriculares de Didctica General
y en Didctica Especial de manera diferenciada o con alcance y complejidad diferente segn el caso.
Se parte del posicionamiento asociado a una Didctica de carcter reflexivo y no prescriptivo, compuesta de contenidos conceptuales y procedimentales especficos. Nos gua adems la idea de que
todo profesional que trabaje de la docencia debera tener formacin
didctica, tanto en las cuestiones generales como en las especficas
relacionadas con las caractersticas epistemolgicas del objeto que
ensea.
Partimos por reconocer que las actividades que realiza un docente en el aula pueden o no estar planificadas previamente y de manera
explcita pero, de alguna forma, se enmarcan en una propuesta didctica en la que subyace el conocimiento didctico y profesional de
dicho docente. Consideramos que tales conocimientos se van construyendo de manera continua, tanto desde los procesos formales de
formacin docente como desde la experiencia personal.
Como expresa Valbuena Ussa (2007) el conocimiento didctico
debera pensarse desde una perspectiva evolutiva representada como
una hiptesis de progresin en la que se reestructura el conocimiento
85
de hecho del profesor hacia un conocimiento de mayor complejidad. Para el logro de tal progreso es necesario instancias de formacin sobre contenidos generales y especficos de Didctica.
El conocimiento didctico permite analizar variadas problemticas, fundamentalmente las relacionadas con el tema que debe ensearse y la forma que ste puede tomar acorde a las situaciones de
aula, a las caractersticas de los alumnos, a la materia que se imparte,
al tipo de institucin en la que se encuentran y al medio socio cultural donde ella est inserta. Esta tarea constituye para el enseante un
verdadero desafo no solo de organizacin y gestin de la docencia
sino tambin de su rol como mediador social y cultural.
Sabemos que el educador requiere de formacin especfica para
realizar la seleccin y organizacin de esos diferentes componentes
del currculum y para crear las condiciones que permitan la construccin y desarrollo de conductas, actitudes y conocimiento deseables,
tanto en lo individual cuanto en lo grupal. Particularmente necesita
estar capacitado para disear situaciones de referencia para los alumnos, guindolo as en la construccin de determinado aprendizajes.
Como expresramos antes, desde la perspectiva de una didctica
reflexiva, el docente es un didacta que resuelve situaciones problemticas y considera que tanto la enseanza como del aprendizaje son
variables dependientes de mltiples factores que las contextualizan
y condicionan. Por ello se interpreta el aula como multidimensional
y la propuesta de clase como una hiptesis de trabajo (Rivarosa y De
Longhi, 2012).
Se hace necesario entonces identificar los contenidos de la formacin en didctica, tanto en sus aspectos generales cuanto en los especficos asociados a la asignatura que se imparte, a fin de construir ese
conocimiento didctico y profesional. As tambin repensar el perfil
y las actuaciones didcticas de los formadores de formadores.
LA BISAGRA
Para comenzar con el anlisis de lo que implica la formacin en
didctica hemos elegido una imagen, a modo de analoga, que representa la conjuncin de saberes y/o acciones docentes que coexisten
86
88
Por ejemplo para ciencias experimentales Duschl (1997) propone generar en las aulas procesos de indagacin cientfica que abarquen no slo los procesos de comprobacin del conocimiento, sino
tambin los procesos generadores de ste. El autor caracteriza la naturaleza de la Ciencias como compuesta por dos aspectos: la Ciencia
como un proceso de justificacin del conocimiento (lo que sabemos)
y la ciencia como un proceso de descubrimiento del conocimiento
(cmo sabemos). Tambin observa que la primera caracterizacin
domina la enseanza contempornea de las Ciencias y de esta forma
se les presenta a los alumnos un cuadro incompleto, ya que se los
hace participar de tareas diseadas slo para mostrar lo que se conoce
de ellas. As vemos que se suele poner ms nfasis en la enseanza
de trminos y definiciones de las ciencias en desmedro de la construccin de concepto y procesos de indagacin cientfica o cognitivo
lingsticos propios, que permitan sacar a luz el cmo se conoce.
Por todo lo anterior el primer desafo que tiene un docente, a
modo de movimiento de bisagra en nuestra analoga, es integrar el
conocimiento disciplinar con el didctico-pedaggico. No obstante,
si nos preguntramos cundo se forma un docente para tal competencia vemos que debemos revisar en el currculum de formacin
docente los contenidos y actividades tanto de las materias llamadas
disciplinares como de las pedaggico-didcticas.
B. El segundo enfrentamiento es entre los fundamentos tericos
del rea pedaggicodidctica y las decisiones de la prctica
donde debe integrarse todo.
En toda propuesta de formacin docente se incluyen cursos del
rea pedaggicodidctica que brindan fundamentos tericos que
suelen entrar en tensin a la hora de la prctica. Son numerosos los
registros que sealan que un profesor con buena informacin didctica y que ha estudiado lo que debe hacer para guiar mejor a los
alumnos cuando est en el aula sigue enseando como lo hicieron
con l, replicando una prctica quizs tradicional o no adecuada que
hasta ha sido criticada por l mismo.
Por ejemplo Merchn Iglesias (2005) al examinar los procesos de
reforma educativa indica que no est clara la relacin entre la formacin de profesores y el cambio en las rutinas o como sostiene Solves
89
91
LO OBSERVABLE Y LO NO OBSERVABLE
Otro contenido didctico a tener en cuenta tanto en el diseo
de clases, como en sus observaciones y en su implementacin son
los elementos factibles de observar directamente y de aquellos que
subyacen y que solo se manifiestan desde diferentes indicadores externos.
En la siguiente figura (pgina 93) se usa la analoga del iceberg
del conocimiento para describir tanto los aspectos de la clase que
se pueden registrar de manera directa al entrar a un aula, a los que
llamamos observables; como aquello no observables, que exigen
una interpretacin desde una teora y una operacionalizacin que
permita identificar sus indicadores.
En la formacin didctica de un docente es conveniente analizar
que en el aula podemos identificar actitudes (de docente y alumnos),
los conocimientos que explicitan, los procedimientos que emplean,
92
La formacin Didctica:
lo que se ve, lo que no se ven y los tres contextos
En la clase hay observables
Actitudes
Conocimientos
Procedimientos
Interacciones (mensajes, lgicas, patrones)
Estrategias de enseanza
Recursos
Institucin
Contexto situacional
y lingistico
93
94
96
Un proceso educativo que busca informar o que promueve saberes y desempeos flexibles.
Un curriculum escolar que respeta la epistemologa del contenido particular o que adems integra conocimientos y saberes
personales y sociales.
Contenidos de la disciplina a ensear con una forma determinada para ser aprendidos o admitir alcances y complejidades
variables.
Estrategias que promuevan el cambio conceptual en los alumnos o que adems, propongan un cambio procedimental y actitudinal.
Un proceso de enseanza que corrija los conocimientos previos
y cotidianos o que trabaje a partir de ellos.
Situaciones de enseanza que promuevan el aprendizaje de
respuestas a las preguntas de la disciplina o el desarrollo habilidades cognitivo lingsticas que permitan el planteo de nuevas
preguntas y argumentaciones.
Enseanza de la materia con fuerte anclaje disciplinar o con
uno que integre a su campo especfico las dimensiones poltica
social y econmica del rea.
Ensear una disciplina ms centrada en los conocimientos
bsicos o una con sus implicancias ticas, humansticas y de
formacin ciudadana.
-- Las dimensiones de la didctica y sus indicadores en las prcticas.
En este aspecto cconsideramos, al igual que Candau (1987) que
en el espacio social del aula confluyen tres dimensiones: la humana referida a las relaciones interpersonales, la tcnica asociada a
los procesos sistematizados para ensear y para generar un aprendizaje esperable y la poltico-social enmarcada en el contexto que
condiciona la tarea y con las decisiones que justifican el por qu
y para qu se hace algo.
-- El marco terico de diferentes modelos de enseanza, que permitan
la construccin compartida del conocimiento.
-- La estructura, las variables y el funcionamiento de las situaciones
didcticas. Retomarlas desde modelos explicativos, como es por
ejemplo la teora de situaciones de Brouseau (1986). Tener un
modelo terico de referencia para observar, disear e implemen97
tar clases, ayuda al alumno de profesorado a encontrar coherencia entre los diferentes materiales de estudio.
-- Los observables y no observables de la clase, a modo de indicadores
para la observacin, el diseo y la prctica.
-- La relacin entre comunicacin y construccin de conocimiento.
Tema que actualmente tiene un desarrollo importante desde las
investigaciones en Didctica.
-- La manera en que ocurre la trasposicin del conocimiento, particularmente el rol del docente y la influencia de los componentes de
la noosfera (como las editoriales).
-- Los procesos de reflexin, fundamentacin y toma de decisiones.
-- Los contextos educativos y prcticas docentes.
4. Problema de
los contextos
3. Problema
de la comunicacin
Alumnos
(involucra)
100
101
A MODO DE CONCLUSIN
Desde la Didctica de la Biologa (rea de trabajo del autor de
este captulo) recuperamos una afirmacin que hiciramos en otro
texto:
As, el objeto de estudio de la Didctica de las Ciencias son
los sistemas de enseanza y aprendizaje y su anlisis no se limita a
la mera descripcin de su dinmica, sino que incluye valoraciones y
transformaciones intrnsecas, atendiendo a criterios y objetivos que
responden a los principios generales de la educacin. De all que
su objetivo inicial, desde un formato ms prescriptivo (lo que hay
que hacer para ensear) se modifica paulatinamente hacia un nuevo perfil de reflexin e indagacin de las prcticas de enseanza y
aprendizaje, revalorizando la innovacin del quehacer docente desde
criterios de validacin terica y contextual. Pero, es justamente el
carcter investigativo y social que est adquiriendo la Didctica, su102
104
REFERENCIAS
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105
107
INTRODUCCIN
El trabajo tiene por finalidad reflexionar en torno a ciertas continuidades, disrupciones y tensiones que se presentan entre la didctica
general y las didcticas especficas, en particular la didctica de la
matemtica. En primera instancia, se presentan las visiones que se
tienen actualmente sobre las didcticas general y especficas, y cmo
las mismas repercuten a la hora de disear ciclos formativos de profesores de matemtica.
Posteriormente, se esbozan algunas consideraciones referidas al
conocimiento matemtico y didctico que debiera tener un profesor,
y cmo el mismo se entrelaza con el tema de discusin. Este posicionamiento conlleva a desarrollar algunos ejemplos referidos a los
aportes que la propia didctica de la matemtica viene realizando
desde hace dcadas, lo cual enriquece la tarea del profesor en el aula.
Por ltimo, se brindan algunas reflexiones finales en torno a las problemticas planteadas.
tienen estas disciplinas cientficas, como as tambin, las continuidades, disrupciones y tensiones que presentan. Por ejemplo, Camilloni
(2007, p. 26) sostiene que los vnculos entre la didctica general y
las didcticas especficas de las disciplinas son muy intrincados, con
resistencias mltiples, incomprensiones y debates, situaciones que
son caractersticas de los enfrentamientos entre comunidades acadmicas. No obstante, Steiman, Misirlis y Montero (2004), al analizar
las relaciones entre las didcticas general y especficas sostienen que:
La didctica general encontr histricamente su fortaleza en el
carcter prescriptivo y normativo que impregn su nacimiento
y que sirvi para ordenar la enseanza. Pero este alcance tan
amplio tambin fue su condena. La tendencia exagerada a
prescribir (), el afn normativo sin considerar las prcticas
concretas, sin contextualizarlas de acuerdo a los cambiantes
sujetos y circunstancias, el excesivo nfasis en el control y, sobre
todo, el carcter generalizador de la receta sin considerar la
especificidad epistemolgica del contenido escolar ni la naturaleza disciplinar del cual deviene, gener reacciones de ndole
diversa que pusieron incluso en duda su existencia misma como
campo de estudio con objeto propio. (Steiman, Misirlis, Montero, 2004: 1)
Klafki (citado por Camilloni, 2007), analiza esta misma relacin
y la sistematiza en cinco tesis, expresando que la relacin entre las
didcticas general especficas no es jerrquica ni recproca, pues est
basada en la igualdad y la cooperacin constructiva, por lo que se
necesitan unas a otras. Adems, las didcticas especficas no son slo
mediacionales sino que generan aportes tanto a la enseanza como
a su propia disciplina y que la didctica general es la que genera un
modelo que busca comprender los mayores niveles de generalizacin.
Camilloni (2007), por su parte, reconoce que el desarrollo de las
didcticas especficas no es obra de la didctica general, sino de los
especialistas en los diferentes campos particulares del conocimiento,
y que por esta razn no necesariamente estn alineadas, aunque esto
no significa que se contradigan. Por lo tanto, sostiene que no sera
ajustado a la verdad esquematizarlas al modo de un rbol en el que
la didctica general constituyera el tronco del que, como ramas, de-
110
Didcticas especficas
Didctica
general
Didctica general
Didcticas especficas
Figura 1: Visiones de las didcticas general y especficas
111
Didctica
especfica
Didctica
general
Modelo
Formativo 1
Didctica
general
Conocimiento
disciplinar
Conocimiento
disciplinar
La Formacin de Profesores
Conocimiento
disciplinar
Didctica
especfica
Didctica general
Modelo
Formativo 2
Modelo
Formativo 3
Conocimiento pedaggico
del contenido
Conocimiento
de contenido y
Conocimiento
los estudiantes
comn del
contenido (CCK) Conocimiento (KCS)
especializado
del contenido
Conocimiento
Conocimiento
(SCK)
en el horizonte
de contenido y
matemtico
la enseanzs
(KCT)
Conocimiento del
curriculo
115
116
118
Escuela Francesa
Teora APOS
(Dublinsky)
Enfoque Cognitivista
Epistemologa gentica
(Ortiz Hurtado)
Constructivismo
Radical (von Glasersfel)
Escuela Anglosajona
(Polya - Schoenfield)
Socioepistemologia
(Skosmose)
...
DIDCTICA DE LA
MATEMTICA
Ingeniera Didctica
Teora de Situaciones
(Artigue)
(Brousseau)
Teora Antropolgica
de lo Didctico
(Chevallard)
Socioconstructivismo
(Ernest)
Enfoque Ontesemiotico
Etnomatemtica
(DAmbrosio)
Educacin Matemtica
Realista (Freudenthal)
Educacin
Matemtica Crtica
(Skosmose)
Mediacional
Afectiva
Proceso
de estudio
Ecolgica
Cognitiva
Epistmica
122
[57]
[58]
Alumnos: A dos
[59]
[60]
Alumnos: A dos
[61]
[62]
[63]
[64]
Estamos en presencia de un conflicto semitico cognitivo y potencial (los alumnos no lo manifiestan) cuando la profesora expresa:
un caramelo ms otro caramelo es igual a dos pero una x ms otra x es
igual a dos x. Aqu aparecen involucrados los conceptos de cantidad
y variable, y se ve comprometida la construccin de significados por
la presencia de un conflicto, pues la suma de dos caramelos (donde
caramelo es una unidad de medida) no es equivalente a sumar dos variables (cantidades desconocidas). Se advierte, adems, que un alumno
infiere que el valor de la incgnita es dos, en tanto pregunta: El valor
puede ser siempre par?. Al sumar dos objetos concretos efectivamente
se tienen dos de ellos, pero la suma de dos cantidades desconocidas
hace tener el doble de una de ellas.
Continuemos analizando la clase por episodios:
[65]
[66]
[67]
[68]
[69]
124
[39]
Profesora: Todos lo hicimos mentalmente, ahora lo vamos a escribir. Cmo hacemos para llevar este razonamiento por escrito? [Pregunta a la clase].
[40]
[41]
Profesora: Miren! [Escribe al mismo tiempo que habla]. Equis ms tres igual a nueve.
[Texto que queda registrado en la pizarra]
x+3=9
Cunto es? [Pregunta a Alumno2].
[42]
Alumno2: Seis.
[43]
Profesora: Ahora, Cmo muestro matemticamente este resultado? [Dirige la pregunta a toda la clase].
Equis ms tres igual a nueve [seala la ecuacin x + 3
= 9 ] Cmo est el tres?
[64]
[98]
8 - 2 + x = 12
125
[110]
[132]
[140]
[141]
[142]
A MODO DE CIERRE
Para cerrar, traemos a colacin las reflexiones realizadas por estudiantes del profesorado en matemtica a quienes se les pidi que
realizaran una comparacin entre dos anlisis de una misma clase.
El primer anlisis lo efectuaron al iniciar un curso de didctica de la
matemtica, para lo cual debieron recurrir a sus conocimientos sobre
didctica general. En una fase posterior, hicieron el anlisis de la
misma clase pero usando herramientas y constructos de la didctica
de la matemtica.
Mara Eugenia: Respecto a los anlisis realizados en la materia, creo que en el primero, el cual realizamos basndonos en
nuestros conocimientos previos, observamos aspectos ms generales de la clase como por ejemplo modelo pedaggico subyacente en la misma y el tipo de aprendizaje que la profesora busca
para sus alumnos, sin prestar atencin a lo matemticamente
especfico. En el segundo anlisis, () pudimos analizar otros
muchos ms especficos de la enseanza de la matemtica. Este
fue un trabajo ms exhaustivo.
Carla: Claramente la informacin que arrojaron ambos anlisis no fue la misma, siendo en el ltimo de ellos ms rica y
exhaustiva. Esta diferencia en los anlisis radica en que, en un
comienzo utilizamos conocimientos de didctica general y, en
segunda instancia, utilizamos conocimientos de didctica de
la matemtica. (), porque funcion como una gua valiosa
para que ningn hecho sea pasado por alto, incluso el lenguaje
no verbal fue considerado, a partir de la observacin de normas
y metanormas presentes.
Eugenia: Noto una gran diferencia en cuanto a que en el primero colocamos variables de anlisis ms generales, en cambio,
en el segundo informe, utilizando herramientas del EOS. Me
di cuenta de que las categoras de anlisis eran ms especficas,
no slo se observaba lo general de la docente, sino tambin lo
particular y adems vimos con mayor profundidad lo relacionado con la matemtica misma. Es decir, en el segundo anlisis, un elemento que apareci fue el contenido enseado en la
clase.
127
128
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130
cmo esas luchas entre los campos de lo general y lo especfico se actualizan disputando presencia y espacios en el curriculum. La idea de
lucha y tensin (Bourdieu, 2002; Foucault, 1989) entre diversos
espacios del conocimiento ha ganado terreno de manera significativa
en las ciencias sociales y permite explicar mucho de la lgica del funcionamiento y la marcha de los discursos cientficos en compases de
hegemonas y dominancias.
La idea de aportes comunes y desinteresados entre una y otras
Didcticas, o de todas hacia un campo general de la Enseanza, parece ingenua y poco explicativa de los movimientos que se producen
en las agendas acadmicas. Estas parecen estar ms pendientes de las
novedades que en un determinado momento en uno u otro campo
producen un estado de atencin generalizada y vuelven la mirada hacia uno y otro polo del espacio didctico: el general o el especfico.
A partir de esa desconfianza inicial que me gener el sentido
ms comn de la palabra aporte hice algo que hacemos a menudo
quienes pretendemos que las palabras nos ayuden a significar ms
cosas que las que hacen comnmente: buscar en el diccionario. All
descubr que junto al significado primario y comn de aquella palabra como contribucin o ayuda, hay otro muy sugerente: el de
a porte: a un puerto o desde un puerto; tomar un puerto o
arribar a l () Llegar, ir a parar a alguna parte, voluntariamente o
por azar.
Ms que una contribucin en el sentido de una destinacin de
objetos entre una y otra disciplina, pensaba en la idea de un trnsito entre una DG y unas DE; algunos objetos parecen moverse entre
uno y otro puerto, llegar y recalar en ellos, o estar en trnsito para
hacerlo. La idea de puerto, de partir de uno o llegar a otro, permite
pensar, sin erradicar la de tensin o disputa, un movimiento de
objetos ms o menos continuo, o ms o menos fragmentario e interrumpido, entre uno y otro campo.
Dicho esto, creo posible delimitar algunas formas en que la/s Didctica/s12 de la Lengua y la Literatura (DLL) pueden arribar o llegar
En realidad, se trata de dos didcticas que reconocen objetos familiares
y campos imbricados pero que bregan por su relativa autonoma: la
Didctica de la Lengua y la Didctica de la Literatura. La tradicin escolar
ms cercana ha reunido en un mismo espacio curricular ambos objetos
(Lengua y Literatura), cuestin que se refleja en muchos planes de formacin
12
132
133
lazos de identidad individual y social entre los lectores, de identificacin entre quienes leen o entre quienes no lo hacen, y representaciones de unos respecto a s mismos y a los otros. Leer o no leer, leer ms
o leer menos, leer esto o leer lo otro, etc. forman parte del complejo
proceso donde nos reconocemos como sujetos sociales.
Tambin, estos estudios permiten pensar que leer y escribir, ser
un lector y escritor de pleno derecho, tiene beneficios sociales; podramos afirmar que la lectura y la escritura permiten, entre otras
cuestiones, resistir la costumbre, la tradicin, las ideas dominantes y
la violencia simblica, y abrir horizontes intelectuales e imaginarios
compartidos; adems, permiten construir un espacio propio, personal, ntimo para aquellos que no cuentan con la posibilidad de tenerlo, al tiempo que resistir la violencia social y encontrar un espacio
propio, placentero, alejado de los sinsabores y la agresin de la vida
cotidiana (Petit, 2001). La lectura y la escritura permiten tambin
reparar la imagen de s mismos, daada socialmente, en quienes viven experiencias social o personalmente traumticas porque permite
atenuar los dolores de la propia vida. En suma, leer y escribir no
constituyen simples actividades lingsticas sino que estn imbricados en complejos procesos de subjetivacin.
La vinculacin entre la actividad de interpretar y escribir, y la red
de significados sociales que se tejen acerca de la lectura y la escritura,
de lo que somos como lectores y escritores, de la forma en que lo
hacemos, etc. tambin constituye un punto de anclaje necesario para
pensar cmo leen y escriben nuestros estudiantes, por qu lo hacen
de determinada manera o cmo podran hacerlo de otra.
A partir de estos aportes y desde ya hace varias dcadas, quienes
trabajamos en el campo de la/s didctica/s de la lectura y la escritura
venimos estudiando, discutiendo e inventando maneras de potenciar
la lectura a partir de ponerla en consonancia con lo que el lector sabe
o no sabe, presupone o no, imagina o no. Y lentamente observamos
cmo algo que podramos llamar la cuestin del sujeto (en referencia al lector y sus conocimientos, sus trayectos y sus significados)
gana terreno en propuestas de enseanza para la educacin primaria
o secundaria.
Frente a tradiciones escolares donde leer representaba descifrar
un texto en voz alta, o significaba lisa y llanamente la reproduccin
del significado aportado por el maestro o el descubrimiento de lo
135
137
las DLL y la DG que empieza a dar luz y unicidad a esa trama que
vincula la lectura, la escritura, las disciplinas y los aprendizajes significativos. Un significativo campo de estudios que permite pensar la
lectura y la escritura en tanto prcticas vinculadas al conocimiento
escolar y acadmico, y al aprendizaje de los estudiantes.
Me refiero a los estudios sobre alfabetizacin acadmica (Carlino,
2005). Y a ello me quiero referir brevemente ahora como segundo
punto de esta exposicin, referido a las alfabetizaciones y a la alfabetizacin para la vida acadmica.
Hay una primera idea potente para este asunto: estar alfabetizado, saber leer y escribir, no implica slo conocer el sistema de escritura de una lengua y ser apto para seguir en el circuito escolar, sino
y principalmente estar preparado para la vida ciudadana y/o profesional en toda la complejidad con que podamos pensarlas; segn
dice Emilia Ferreiro (2001) podra decirse alfabetizado para la calle,
alfabetizado para el peridico, alfabetizado para los libros informativos,
alfabetizado para la literatura () alfabetizado para la computadora
y para Internet.
Estar alfabetizado implica comprender las reglas de produccin
y de interpretacin de un determinado universo de discurso, como
el escolar o el acadmico por ejemplo. La importancia de la nocin
de alfabetizacin radica en pensarla efectivamente como un proceso
que no est terminado, y no tendra por qu estarlo, cuando los estudiantes ingresan a la escuela media, ni aun cuando los estudiantes
ingresan en los circuitos superiores de la educacin para formarse
como profesionales (Carlino, 2005).
La alfabetizacin especfica para la vida acadmica no puede
constituir un supuesto, el supuesto de algo que ya se trae desde algn
lugar anterior, sino que amerita constituirse en un contenido propio
de las prcticas de enseanza, un contenido que se construye leyendo, escribiendo, compartiendo y reflexionando sobre ello.
Hay otra idea tambin destacable: podramos pensar en los
alumnos como extranjeros que buscan apropiarse de determinadas
reglas y hbitos para iniciarse en la vida de una comunidad discursiva escolar o acadmica, y que esa iniciacin puede estar motivada
o mediada por quienes ya pertenecemos a ella (en cierto sentido, los
ya iniciados, los nativos). Pensar en los estudiantes como los recin
llegados a una cultura compleja, la de los discursos de los libros y/o
139
140
-- Iniciarse en prcticas y contactarse con textos y discursos ajenos en la vida de los estudiantes, extranjeros muchas veces en
el mundo de los objetos escolares y acadmicos, necesita de la
mediacin e iniciacin de quienes ya estn iniciados: maestros,
tutores y profesores.
-- Leer y escribir no son simples tcnicas de usar el lenguaje, sino
medios privilegiados para aprender una materia. Leer es algo ms
que extraer el significado de un texto, en tanto implica comprender el universo de produccin de una ciencia o de un tipo de
discurso. Escribir es algo ms que decir lo que se sabe; escribir
transforma necesariamente el conocimiento de quien lo hace, en
tanto aprende sobre aquello que escribe.
-- Las prcticas de leer y escribir en mbitos escolares o acadmicos
tienen una funcin formativa bsica, en tanto se lee y se escribe
para aprender los contenidos de una disciplina y sus modos de
produccin y comunicacin discursiva.
-- Una disciplina no es solo espacio conceptual (de teoras, conceptos, premisas, frmulas, etc.) sino tambin un espacio discursivo, con determinadas reglas de produccin y circulacin de
sus significados que rigen no slo quin y cundo puede hablar
acadmicamente, sino cmo debe hacerlo.
-- Ensear una materia no solo implica ensear su contenido
(conceptos, nociones, teoras, leyes, etc.) sino tambin las reglas
para interpretar o producir el discurso que encarna en sus textos
(libros, artculos, monografas, etc.)
-- Necesariamente, deben ensear a leer y escribir quienes conozcan las reglas de produccin de determinado discurso, es decir,
los maestros y profesores lectores y/o especializados en un campo
de conocimiento. La enseanza de la lectura y la escritura no es
un trabajo de especialistas o profesores de lengua sino una
prctica articulada y entramada con los contenidos y modos especficos de cada disciplina o espacio curricular.
-- No alcanza una sola materia, un taller extra curricular, una ambientacin previa en un plan o en un curso para alfabetizar escolar o acadmicamente, es decir, aprender las reglas de produccin
141
alimenta la comprensin de los complejos procesos y prcticas sociales; tambin nos forma en nuevas maneras de interpretar lo social, de
escuchar a los otros, de observar lo que parece insignificante. Los relatos sobre experiencias personales o comunitarias tambin constituyen
fuentes de contenidos y de aprendizaje para la formacin acadmica;
no solo se aprende del discurso objetivante de las ciencias sino de la
reflexin sobre la experiencia compartida, sobre lo que tambin les
pasa a otros, sobre lo que nos pasa como grupo social o comunidad
acadmica.
Las narraciones tambin tienen una ventaja para la enseanza:
constituyen uno de los saberes que conocemos desde siempre por
participar de la vida social; constituyen un saber popular en el mejor
sentido de la palabra, en tanto se aprenden y se ejercitan interactuando con otros en la cotidianeidad de lo social. Las narraciones estn
desde siempre entre nosotros: siempre se narraron historias y parece
que nunca se dejar de hacerlo. Las narraciones vienen a proponer un
modo de conocer lo propio de lo humano en situaciones concretas e
histricas. Y de ah su potencial para pensar la enseanza en general.
Las narraciones han impregnado la literatura, su didctica y avanzan con paso firme hacia la reconsideracin de modos discursivos
ampliamente asentados y dominantes en la tradicin escolar (la argumentacin, la exposicin, la leccin, etc.). Construir conocimiento
desde la propia experiencia resulta ya un imperativo para una DG.
Para finalizar y volviendo a la cita inicial del profesor Feldman: no
hay una divisin de tareas entre una didctica de objetos y una didctica general o didctica marco: hay agendas de problemas, tensiones
y discontinuidades como en todos los campos, aunque tambin hay
lneas de partida y llegada entre unas y otra; algunas cuestiones -como
las referidas a la lectura y la escritura-estn en el lento camino de dejar de ser una cuestin especfica y particular de las DLL, un asunto
exclusivo, para convertirse en una problemtica global de todos los
niveles del sistema educativo, aun de los superiores, y por tal un punto
nodal de la agenda de la DG; otras como las de las narrativas en la
formacin general y especializada- ya han ganado un lugar central en
la DG al punto que, casi, olvidamos de dnde proceden y dnde se
gestaron.
144
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146
147
der que lo que para ellos estaba claro requera ser explicado.
(Careri, 2007: 139)
Qu elisiones u omisiones, deberamos explicitar para trazar el
croquis de la Didctica de la Lengua, en los distintos momentos socio-histricos de los ltimos treinta y cinco aos de la Argentina?
La respuesta a esta pregunta organiza el recorrido que nos proponemos desarrollar a continuacin, ejemplificando tal recorrido en el
nivel medio de enseanza por constituir el espacio de las prcticas de
la formacin docente del nivel superior.
Estructuralismo
Conductismo
148
La gramtica estructural en la escuela secundaria. Su valor formativo Mabel Manacorda de Rosetti (Kapelusz, 1964).
Castellano I, II, III de Mara Hortensia
Lacau y Mabel Manacorda de Rosetti
(Kapelusz, 1962-65-69; 1981).
Cuadernos de Lengua I, II y III de Risso de
Sperber, y Zaffaroni (1972; 1979).
Metodologa de
trabajo
Evaluacin
Sumativa
2. B) Perodo 1983-1993- Desde los comienzos del gobierno democrtico, y su convocatoria al II Congreso Pedaggico Nacional
(Ley 23.114/84), hasta la sancin de la Ley Federal de Educacin
en 1993.
Teora lingstica
Metodologa de trabajo
Evaluacin
149
Metodologa de
trabajo
Exposicin dialogada.
Evaluacin
Conceptual y procedimental.
150
Objetos de enseanza
Manuales escolares
representativos
Metodologa de trabajo
Exposicin dialogada.
Evaluacin
Conceptual y procedimental.
Comenzamos el recorrido con la explicitacin de la que consideramos la elipsis fundante de la disciplina ya que segn la teora
o perspectiva lingstica desde la que abordemos la enseanza, el
objeto a ensear ser la Lengua o el Lenguaje.
Saussure, fundador del Estructuralismo Lingstico, distingue
en el Curso de Lingstica General (1915) entre Lengua y Habla.
Considera a esta ltima la realizacin individual del sistema de la
Lengua a cuyo estudio no se aboca dada su variabilidad.
El Estructuralismo que ocup la posicin hegemnica en el campo de la Didctica de la Lengua en el perodo 1976-1983, focaliza
en la enseanza del objeto Lengua en tanto sistema estructurado de
signos, pasible de ser descrito a partir de relaciones lingsticas sincrnicas (en tiempo presente) o diacrnicas (evolutivas a travs del
tiempo).
La concepcin estructuralista en la enseanza puede observarse
en los manuales de Lengua para el nivel medio, correspondientes al
perodo 1976- 1983, entre los que sobresalen los textos de Mara
Hortensia Lacau y Mabel Manacorda de Rosetti (Kapelusz, 1969;
151
1981), dos de las principales difusoras del Estructuralismo en Argentina, y los Cuadernos de Lengua I, II y III de Risso de Sperber, y
Zaffaroni (1972; 1979). All la enseanza del sistema de la Lengua
se plantea a travs de la descripcin sincrnica del sistema, a partir del estudio sintagmtico de la oracin (relaciones sintagmticas
in presentia) y, del estudio diacrnico de la evolucin de la Lengua
Castellana 14 (relaciones asociativas o in absentia). Por su parte, los
textos literarios y su anlisis, conforman una seccin independiente
del estudio lingstico, bajo el ttulo Anlisis y comentario de textos, en alusin a la distincin del estructuralismo, en el plano sincrnico, entre lengua oral y lengua literaria, lo que lleva a Amado
Alonso (2007: 9) a sealar en el Prlogo del Curso de Lingstica
General: Con razn se ha llamado a Saussure el gran deslindador
de antinomias.
Del papel clave que tuvo el Estructuralismo en la enseanza devienen, en la actualidad, la denominacin de la disciplina Lengua
y, el anlisis descriptivo del funcionamiento de los componentes lingsticos que conforman el sistema de la lengua. Testimonio de ello
son los documentos curriculares y los libros de textos destinados a la
enseanza de la disciplina, en todos los niveles del sistema educativo,
desde 1976 a 1983.
Narrativizar la evolucin del concepto lengua como objeto
didctico, en distintos perodos socio-histricos de nuestro pas,
apunta -como ya dijimos-, a explicitar omisiones que funcionan
implcitamente en la enseanza, a modo de sobreentendidos. As
la impronta estructuralista, que acabamos de presentar, pervive sin
explicaciones ni fundamentos lingsticos o metodolgicos en la enseanza del anlisis estructural de oraciones y el de sus componentes
lingsticos por niveles, lxico, morfolgico, sintctico y semntico,
como tambin en la distincin entre lengua oral y lengua literaria.
En otras palabras, se debe al Estructuralismo el estudio de la oracin
como categora lingstica superior del sistema de la Lengua.
A la perspectiva del Estructuralismo Lingstico se suma en el
perodo 1983- 1993, el ingreso masivo de las teoras constructivistas,
Empleamos la denominacin de Lengua Castellana, tal como aparece en
los documentos curriculares y libros de textos. Esta denominacin conlleva, a
su vez, una importante reflexin acerca de las connotaciones implicadas en el
uso de los trminos Castellano o Espaol.
14
152
que no aparecen curricularmente explicitados temas y conceptualizaciones referidas a la comunicacin lingstica como:
-- La impronta de la gramtica en la produccin y comprensin
de textos-discursos y, sobre todo, la relacin entre la gramtica
oracional y la textual-discursiva.
-- Las diferencias entre los procedimientos y estrategias lingsticocognitivos, metalingsticos y metacognitivos de la oralidad y la
escritura.
-- La relacin lenguaje-conocimiento-escritura.
Curricularmente la explicitacin del solapamiento entre aspectos
didcticos y lingsticos se plantea por primera vez con la publicacin
de los NAPs (Ncleos de Aprendizajes Prioritarios Resolucin 225/
04 del Ministerio de Educacin, Ciencia y Tecnologa ) , retomados
por la Ley de Educacin Nacional 26.206, en 2006, en el Ttulo VI,
La calidad de la Educacin, Captulo I Disposiciones Generales.
En el marco de esta Ley, la provincia de Crdoba sanciona en
el ao 2010, la Ley Provincial de Educacin N 9870 y los Diseos
Curriculares para la Educacin Bsica Obligatoria en los niveles primario y secundario, correspondientes al perodo 2011-2015.
De lo hasta aqu expuesto, podemos decir que tratar de esbozar un croquis evolutivo de la actual Didctica de la Lengua, nos
conduce a nuevas interrogaciones y reflexiones. La ms significativa
de ellas, la distancia que media entre la formacin lingstica para
la enseanza en las carreras docentes de nivel superior y las prcticas pedaggico-didcticas en los actuales contextos de enseanza de
Lengua en el nivel medio. Esta distancia simboliza tambin una elipsis, el sobreentendido de que los docentes de nivel medio dominan
la complejidad epistemolgica del objeto Lengua-Lenguaje, por el
slo hecho de haberse formado en una institucin de nivel superior.
Concomitante con ello, el desplazamiento de nociones y categoras lingsticas subsumidas en las nociones de texto/ discurso, produccin y comprensin de textos, dan cuenta de entrecruzamientos
y solapamientos entre las teoras lingsticas y las teoras de la enseanza. As la adquisicin y transmisin de conocimientos a travs
de la lectura y la escritura puede plantearse desde enfoques lingstico-discursivos de orientacin cognitiva, desde perspectivas didc156
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158
159
INTRODUCCIN
Desde hace varios aos la universidad pblica uruguaya (UDELAR)
cuenta con Unidades de Apoyo a la Enseanza (UAE) que realizan
una labor permanente de asesoramiento pedaggico en el conjunto
de las facultades, institutos, escuelas y centros universitarios. Creadas inicialmente con la finalidad de promover la formacin docente
demandada por los procesos de renovacin curricular de los aos
ochenta y noventa, cumplen actualmente una multiplicidad de funciones estrechamente vinculadas con las polticas centrales de enseanza de la Universidad: el apoyo pedaggico a docentes y a estudiantes,
la orientacin a los estudiantes, el asesoramiento curricular y la promocin del desarrollo de la investigacin educativa. Estos organismos se
definen hoy como estructuras acadmicas de integracin multidisciplinaria que respaldan desde el punto de vista pedaggico los procesos de enseanza y de aprendizaje (Ordenanza de Estudios de Grado). De este
modo, con diversos niveles de consolidacin, la UDELAR cuenta en
la actualidad con veinticuatro unidades que cubren la totalidad de
las sedes universitarias.
En el marco del Proyecto Conjunto de Investigacin del Mercosur Estrategias institucionales para el mejoramiento de la calidad de
la Educacin Superior y el desarrollo profesional docente, radicado en
161
UNISINOS (Brasil) y UBA (Argentina), el Pro Rectorado de Enseanza de la UDELAR desarrolla una lnea de investigacin orientada
a indagar particularmente el papel cumplido por las asesoras pedaggicas en la definicin, ejecucin y evaluacin de las polticas de
enseanza, centrales y de las facultades, impulsadas por la institucin
desde la reapertura democrtica hasta la actualidad.
En el contexto de las I Jornadas Internacionales, la presente comunicacin se concentrar en los principales desafos que enfrentan
hoy las UAE en relacin con la construccin de la didctica universitaria, entendida como un campo de interdisciplina que no disocia
la reflexin pedaggico-didctica del componente epistemolgico
propio de las disciplinas acadmicas y profesionales y se sita en las
condiciones reales de desarrollo de la docencia universitaria.
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-- la atencin a las diferentes etapas de transicin estudiantil, abordando no slo el ingreso, sino tambin el pre-ingreso y el egreso
universitario;
-- una concepcin del apoyo que trasciende el abordaje de las situaciones de vulnerabilidad, procurando movilizar estrategias de
sostn global a travs de la promocin de vnculos solidarios e
intergeneracionales que implican la accin conjunta y el protagonismo activo de los estudiantes;
-- la construccin de una identidad universitaria que intenta trascender el mbito de la carrera o la facultad en la que se inserta
cada sujeto por medio de la transversalizacin de experiencias;
-- la apertura de mltiples canales de intervencin que buscan vehiculizar nuevas formas de participacin, promoviendo la apropiacin y la autonoma por parte de los actores involucrados;
-- el desarrollo de estrategias y metodologas diversificadas y novedosas de apoyo que, trascendiendo lo discursivo, se acercan
al estudiante y no trabajan slo a demanda, adecundose a la
amplia variedad de situaciones, teniendo en cuenta los aspectos
subjetivos y contextuales;
-- el trabajo en redes como uno de los soportes fundamentales del
Programa, involucrando una gran cantidad de actores institucionales, internos y externos, que hacen posible la amplia cobertura
alcanzada y facilitan la legitimacin de los procesos de intervencin (Informe de Balance y Recomendaciones del PROGRESA,
2010).
Hasta este momento slo un tercio de las facultades contaba con
apoyo estudiantil. A partir del ao 2007 se estimula la generalizacin
de esta poltica en el resto de la Universidad, muy especialmente en
los servicios con menor desarrollo y en los centros del interior del
pas. Actualmente cuentan con actividades formales de apoyo estudiantil la prctica totalidad de las sedes universitarias.
Las Unidades de Apoyo a la Enseanza aparecen como las principales responsables del apoyo estudiantil en los servicios, en algunos
casos creando oficinas especficas anexas.
171
REFLEXIONES INICIALES
Los primeros avances del estudio muestran algunos rasgos de las
unidades pedaggicas en la UDELAR que servirn a los fines del
anlisis comparativo entre las universidades de la regin.
Desde el punto de vista estructural y normativo
En el caso de Uruguay, con algunos antecedentes de creacin
temprana en los aos 60, las asesoras pedaggicas se conforman en
la UDELAR a lo largo de las tres ltimas dcadas, cubriendo en la actualidad la totalidad de los centros universitarios (24) y formalizndose su rol en la nueva normativa universitaria. Esto es, hacindose
efectiva su institucionalizacin.
Al menos la mitad de las Unidades presentan indicadores claros
de consolidacin y autonoma institucional, si bien algunos centros presentan una importante debilidad en la conformacin de sus
equipos, y otros, inestabilidades permanentes en razn de la tensin
identificada entre perfil poltico y perfil acadmico tcnico.
Con una integracin multidisciplinar, cuentan an con un aporte dbil de profesionales de la educacin. El rezago que presenta el
campo de la educacin en Uruguay se refleja en la incorporacin de
172
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176
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Susana Barco
Licenciada y Profesora en Ciencias de la Educacin,
Universidad Nacional de Buenos Aires.
Directora de la Maestra en Educacin Superior. Facultad de
Ciencias de la Educacin. Universidad Nacional del Comahue
Desde la dcada de los 90 ha participado como asesora de
Planes de Estudio en las provincias de Ro Negro y Neuqun,
as como en distintas universidades argentinas y en la UDELAR
de Montevideo. Investigadora en temas curriculares en el nivel
universitario. Docente en distintos posgrados del pas y otros pases
latinoamericanos.
Premio Konex Humanidades, Diploma en Educacin 2006.
178
Daniel Feldman
Licenciado en Ciencias de la Educacin, Universidad Nacional de
Buenos Aires.
Profesor de Didctica y Currculum en el departamento
de Ciencias de la Educacin de la Universidad de Buenos Aires,
e investigador en el Instituto de Ciencias de la Educacin de la
misma facultad. Consultor de la Secretara de Asuntos Acadmicos
de la UBA.
Profesor titular de Didctica y enseanza y Curriculum,
escuela y enseanza, en la Maestra en Psicologa Cognitiva y
Aprendizaje de FLACSO.
Autor, desde 1991, de libros, captulos y artculos relacionados
con la didctica y el currculum.
179
Mnica Insaurralde
Magister en Didctica, Universidad Nacional de Buenos Aires.
Profesora Adjunta Ordinaria de Didctica Especial II,
Universidad Nacional de Lujn (UNLu.) y Universidad Nacional
de la Patagonia Austral (UNPA)
Profesora Adjunta responsable de Didctica II y Taller
de Docencia I (UNLu.) y de Didctica Especial II (UNPA).
Investiga sobre formacin de profesor@s, con nfasis en las
prcticas docentes. Co-dirige becarias de investigacin de la UNLu.
Ha publicado artculos de revistas, captulos de libros y
coordinado libros sobre temas de Didctica y formacin de
docentes.
180
Ana La de Longhi
Doctora en Ciencias de la Educacin, Universidad Catlica de
Crdoba
Profesora en la Facultad de Ciencias Exactas Fsicas y Naturales.
Universidad Nacional de Crdoba.
Profesora Titular Plenaria de las Ctedras de Didctica General
y Especial del profesorado en Ciencias Biolgicas.
Directora de proyectos de investigacin, tesis de doctorado
y de maestra, asociados a las problemticas didcticas de la
comunicacin en las aulas de ciencias.
Directora, hasta el 2012, de la Maestra en Educacin en
Ciencias Experimentales y la Tecnologa, Facultad de Ciencias
Exactas Fsicas y Naturales. Universidad Nacional de Crdoba.
181
Gustavo Gimnez
Especialista en la enseanza de la lengua y la literatura,
Universidad Nacional de Crdoba.
Profesor adjunto a cargo, en Escuela de Letras, Facultad de
Filosofa y Humanidades de la UNC: Seminario Taller de Prctica
Docente y Residencia (rea de Letras); Seminario de Enseanza
de la Lengua I; en el rea de Didctica de la Lengua en Didcticas
Especficas, Escuela de Ciencias de la Educacin, FFyH, UNC.
Director del proyecto de investigacin 2012-2013, SECYTUNC, Discursos de razonamiento y transposicin didctica. Un
estudio a travs de los manuales escolares.
Coordinador del proyecto de elaboracin de materiales del rea
de Lengua, para el Repositorio de materiales educativos del rea de
Tecnologa de la Facultad de Filosofa y Humanidades.
Coordinador del proyecto Leer y escribir en la UNC.
Mercedes Collazo
Mster en Ciencias de la Educacin, Centro de Investigacin y
Experimentacin Pedaggica, Uruguay.
Profesora Agregada Titular, Universidad de la Repblica,
Uruguay (UDELAR).
Coordinadora de la Unidad Acadmica del Pro Rectorado de
Enseanza. Responsable de las lneas de Formacin Didctica de los
Docentes Universitarios y Currculo Universitario.
Coordinadora acadmica del Programa de Especializacin
y Maestra en Enseanza Universitaria, desarrollado por el rea
Social y la Comisin Sectorial de Enseanza de la UDELAR.
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