Doctrina Social de La Iglesia, Teología Moral
Doctrina Social de La Iglesia, Teología Moral
Doctrina Social de La Iglesia, Teología Moral
TEOLOGA MORAL
SUMARIO
Introduccin.
I. Cambio social contemporneo y evolucin de la tica social:
1. Las dinmicas del cambio social en la sociedad industrial:
a) Teoras interpretativas del cambio social,
b) Caractersticas del cambio social contemporneo;
2. Elementos de antropologa y de tica de lo "social" hoy:
a) Antropologa filosfica y antropologa teolgica,
b) Perspectivas de una tica social inspirada cristianamente.
II. Posibilidades y lmites de la "doctrina social" de la Iglesia:
1. La "doctrina social" de la Iglesia, a discusin:
a) Crticas provenientes del rea marxista,
b) Crticas formuladas en el frente liberal-burgus,
c) Crticas expresadas en el interior del propio mundo cristiano;
2. El camino histrico de la doctrina social" de la Iglesia:
a) La categora de "justicia social",
b) La relacin de la persona con los bienes econmicos,
c) El ordenamiento social y poltico,
d) Problemas relativos al trabajo y a la vida econmica;
3. Criterios para una hermenutica del magisterio social:
a) Las grandes categoras de la historia de la salvacin,
b) El campo de la responsabilidad histrica de las personas en el
marco de las estructuras sociales,
c) Juicio de las situaciones histricas;
d) Sugerencias concretas en el plano operativo.
III. Orientaciones para una redefinicin de las perspectivas de
intervencin de la Iglesia en materia social:
1. Modelos predominantes en el magisterio social del pasado:
a) Oferta de un magisterio doctrinal,
b) Apoyo espiritual a una ideologa existente,
c) Aproximacin a la realidad social en el terreno
antropolgico-tico;
2. Hacia un nuevo modelo de magisterio social:
Introduccin
Las intervenciones de la Iglesia en el campo de la realidad social se han
sucedido ininterrumpidamente desde los primeros siglos del cristianismo
hasta nuestros das. El impacto del evangelio con las diversas culturas y
los diversos modelos de sociedad ha ido impulsando a las comunidades
cristianas a medirse con los complejos problemas vinculados a la
estructuracin de la convivencia humana y a tomar postura ante las
ideologas y las instituciones por cuyo medio se articula la vida social.
Durante mucho tiempo, sin embargo, las tornas de postura de la Iglesia
han revestido un carcter extemporneo y fragmentario, en el sentido de
ir dictadas ms al filo de la problemtica particular que se deba afrontar
que por la preocupacin de elaborar de manera orgnica un proyecto
especfico de presencia y de participacin de los creyentes en la
construccin de la ciudad terrestre.
A justificar esta perspectiva han contribuido histricamente, por un lado,
el estatismo consustancial al tejido social y, por otro, el contexto
fuertemente "sacralizado", con la consiguiente mezcla de lo religioso y lo
poltico.
Slo en la poca moderna, gracias al advenimiento de la sociedad
industrial, se pone en marcha una formulacin ms completa del
"magisterio social", con el nacimiento de la denominada "doctrina social"
de la Iglesia. En otros trminos, la Iglesia no se contenta nicamente con
ofrecer una plataforma formal de valores y con afrontar en el terreno tico
cuestiones crticas de particular relevancia, sino que tiende a producir un
autntico corpus de principios doctrinales y de orientaciones operativas
para gua del comportamiento de los cristianos y de las comunidades
cristianas en los diversos sectores de la vida asociada; es decir, tiende a
articular una visin global propia de la sociedad, suministrando al mismo
tiempo las directrices concretas para poder llevarla a cabo.
De manera un tanto convencional se suele hacer remontar este nuevo
curso a la promulgacin de la Rerum novarum de Len XIII (1891), a
"de ms" a distribuir, sino ms bien todo aquello de lo que uno no debe
apropiarse, habida cuenta de la situacin total en que se encuentra la
humanidad.
c) Se intuye fcilmente que el concepto de ` justicia social" y la
interpretacin que el magisterio de la Iglesia ha dado de la relacin de la
persona con los bienes econmicos constituyen el presupuesto en el
que se basa la visin del ordenamiento social y poltico mismo. El
principio originariamente formulado al respecto por la "doctrina social" ha
sido el de "subsidiariedad", por el cual la intervencin del Estado y de las
instituciones pblicas en general se legitimaba nicamente como auxiliar,
es decir, como integracin de la actuacin de los grupos sociales
intermedios all donde surgen exigencias de bien comn ms general.
Enunciado por primera vez por la Quadragesimo anuo y retomado por
la Summi pontificatus, el principio ha contribuido sin duda a la defensa del
individuo y de las sociedades intermedias frente al superpoder del Estado
absoluto. Pero es innegable que su radicalizacin justificada incluso en el
plano histrico por el conflicto entre Estado e Iglesia, caracterstico de la
poca modernadeja entrever el influjo de la ideologa liberal, siendo, por
ello mismo, producto de una visin excesivamente individualista de la
persona y de la vida social.
Resulta, por tanto, lgico que se asista en el desarrollo de la "doctrina
social" a una integracin del mismo en un principio ms amplio y ms
determinante: el de "solidaridad". En otras palabras, el principio de
subsidiaridad, aun conservando una validez indiscutible, es considerado
cada vez menos como el principio constitutivo de la doctrina de la Iglesia
y es utilizado justamente como un principio, por caerse en la cuenta de
que la defensa, ciertamente legtima, del individuo frente al poder poltico
no puede constituir el criterio ltimo promotor y justificante del
asociacionismo humano. Se est afianzando, pues, como principio
inspirador de la vida social el principio de l solidaridad, para el cual todo
ser humano es corresponsable del bien de cualquier otro ser humano y
de las formas asociativas por cuyo medio se realiza ese bien.
Este principio, que recupera su puesto central en la Gaudium et
spes, tiene su expresin plena en la Populorum progressio. La afirmacin
de la primaca de la persona humana, considerada como fin de todo
autntico desarrollo (n. 14), en contraste tanto con la concepcin
capitalista como con la marxista, comporta prestar atencin a su