Defensa de La Causalidad

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DEFENSA DE LA CAUSALIDAD

ALETANDRO
S~WSEN
HERREROS
S

RESUMEN:
La indeterminacin microfsica, en el sentido de la interpretacin de
Copenhague, encuentra paradojas insolubles. Slo una versin causal del
indeterminismocuntico de la medida es capaz de resolver los problemas.
Por otra parte, la validez y alcance del principio de causalidad,
cuestionadospor Hume, Kant y los autores positivistas, vuelve a revisarse
desde un punto de vista realista.
Por fin se demuestra el llamado principio de razn suficiente del ser,
con lo que el principio de causalidad queda a salvo de cualquier ataque.
SUMMARY:
The microphysical indetemination to the effect that is given by the
Copenhague interpretation, find insolubles paradoxes. Only a causal
version of the quantic indeteminism of the measure is capable to resolve
the problems.
On the other hand, the validity and reaching of the causality princciple,
questionated by Hume, Kant and the positivist authors, is revised again
from a realistic point of view.
At last, the denominated principle of enough reason of being, is
demonstrated, to setting the principle of causality about safe anyone
impugnation.

Los pensadores contemporneos parecen haberse resignado a la incomprensin del mundo. Algunos, impresionados por las consecuencias

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de las teoras cuntica y relativista, han optado por negar la realidad


objetiva y la causalidad y han credo encontrar en Hume o en Berkeley el
apoyo filosfico de sus posturas. Otros han optado por la solucinplatnica,
considerando que la autentica realidad es un mundo ideal de carcter
matemtico. As lo cree Heisenberg: lo que realmente hace falta es un
cambio en los conceptos fundamentales. Tendremos que abandonar la
filosofa de Demcrito y el concepto de partcula elemental. Y en lugar de
ello deberamos aceptar el concepto de simetras fundamentales que deriva
de la filosofa de Platn'. Y Whitehead escribe en su libro Proceso y
realidad: La tendencia del pensamiento de estas conferencias es
platnica.. . una serie de notas marginales a Platn.2
Algunos, ante la enormidad de los problemas planteados, se han
escapadopor la tangente, dedicndose al estudio del lenguaje. Otros, como
David Bohm y Basil Hiley han preferido conservar el realismo y dar
soluciones basadas en analogas interesantes. Los semimsticos han creado
filosofas fensmenolgicas, idealistas y mentalistas. Tal es el caso de
Arthur Eddington, James Jean, Eugene Wigner, John Wheeler, Brian
Josephson, etc. Incluso Bertrand Russell ha reconocido que: La materia
es s61o una caractersticamatemtica de los acontecimientos en el espacio

Y por fin, no faltan los que han elaborado complejas soluciones


basadas en infinitos mundos, como Hugh Everett, que ms parecen ciencia
ficcin que otra cosa.
Por qu no puede ser sensata y comprensible una filosofa de la
naturaleza en nuestra poca? Para comprenderlo basta mencionar el
problema del gato de Schrodinger. Para poner de manifiesto el carcter
incompleto de la descripcin cuntica del mundo subatmico, Schrodinger
propuso un dispositivo experimental que puso y sigue poniendo en jaque
a todos los cientficos y filosficos: una fuente radioactiva que puede
desintegrarse segn las leyes del azar absoluto (interpretacin cuntica)
activara un disparador cuando se desintegrara. El disparador rompera un
frasco con cianuro y el cianuro matara a un gato situado en la caja que
contiene todos estos dispositivos.
Si es cierto, como supone la interpretacin de Copenhague de la fsica,
que el tomo se halla en un estado indefinido (desintegradoy no desintegrado
al mismo tiempo) mientras no se observa,entonces el disparador debe estar
activado y desactivado a la vez. El frasco de cianuro debe estar roto e

1 . HEISENBERG,
WERNER:
Encuentros y conversaciones con Einstein y otros ensayos.
Madrid, Alianza Editorial, ed., 1980, p. 23.
2. Cita en Sheen, Fulton J.: Filosofa de la Religidn. Barcelona, Edhasa, 1957, p. 220.
3. Cita en Sheen, FULTON
J.: op. cit. p. 220.

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intacto, y el gato, por consiguiente debe estar vivo y muerto al mismo


tiempo.
A nadie le molesta mucho que le digan que un tomo est indefinido
en cuanto a su estado de integridad, pero todo el mundo protesta cuando
intentan engatusarle la demostracin de que un gato puede estar vivo y
muerto al mismo tiempo.
Slo cuando se abre la caja, dicen, se colapsa la funcin de onda y se
define el estado de los tomos y de los gatos. Segn la teora cuntiea, en
realidad el tomo no est integrado ni desintegrado, sino en una superposicin de los dos estados, y permanece as indefinidamente,por ms tiempo
que pase, hasta que algn observador lo detecte, en cuyo caso esta
interferencia har salir al tomo de su estado esquizofrnico y lo llevar a
uno de los dos estados ordinarios, de forma totalmente azarosa. Si esto
fuera cierto, cada uno de los millones de tomos de un elemento se
encontraran de esta forma esquizofrnica, sin desintegrarse propiamente,
hasta que un observador hiciera una medida. No se comprende entonces la
evolucin temporal del estado de radioactividad de la materia, porque es
seguro que al cabo de un tiempo la radioactividad ser mayor que al cabo
del doble de tiempo. En definitiva, y hablando claro: la interpretacion de
Copenhague no puede ser correcta.
Todos los problemas en mecnica cuntica arrancan de los experimentos con doble rendija, en los cuales se enva luz o bien electrones y otras
partculas hacia una pared con dos ranuras. Al otro lado de la pared se halla
una pantalla detectora. Los resultados indican claramente que los electrones actan como ondas, produciendo fenmenos de interferencia, pero
tambin actan como partculas, dando lugar a manchas puntuales en la
pantalla. Este es el misterio del mundo cuntico.
Adems, los experimentos del equipo de AEain Aspect, con haces de
luz, realizados en 1982, acabaron de confirmar que la desigualdad de Be11
no se cumple. Esta famosa desigualdad prevea unos resultados de acuerdo
con las hiptesis llamadas realistas locales. Bemard d'Espagnat considera
que estas hiptesis son tres: la existencia de objetos y propiedades reales
con independencia de que sean o no observados, el principio de induccin
y la imposibilidad de enviar influencias ms rpidas que la luz (hipbtesis
de localidad). Alguna de estas tres hiptesis tiene que ser falsa. Lo ms
razonable, segn D'Espagnat es que falle la hiptesis de localidad. Sin
embargo hay muchos filsofos empeados en que la hiptesis falsa es el
realismo. Al fin y al cabo no era esto lo que sugena el principia de
indeterminacin de Heisenberg?
Cuando un fsico cuntico dice que la posicin y el momento de una
partcula no pueden estar determinados conjuntamente, y que, por ttmto,
existe una indeterminacin en la posicin, por ejemplo, ello no significa
que la posicin no ha podido ser medida con precisin, ni que la posicin
no es medible con precisin. Lo que significa es que la partcula no tiene

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posicin. El principio de indeterminacin no es debido a una dificultad


instrumental insuperable, sino a una inexistencia de cualidades tales como
posicin y momento. Dichas cualidades son creadas (determinadas) por
efecto de una observacin. Y, en virtud de una ley universal, dos propiedades complementarias no pueden determinarse (crearse) a la vez.
Niels Bohr considera que los electrones, protones y otras partculas,
manifiestan en ciertos experimentos caractersticas de partculas, y en
otros, caractersticas de ondas, pero estas ondas no son ondas reales, como
el sonido, propagndose en un medio, sino que son ondas de probabilidad,
tal como concibi Bom. La probabilidad de deteccin de estas partculas
sigue una norma ondulatoria, con sus correspondientes interferencias.
Cuando dos partculas han sido creadas juntas, en lo que se llama un
estado singlete, debe conservarse el momento angular total conjunto igual
a cero, y, por tanto, las fluctuaciones aleatorias en las propiedades de una
de ellas deben correlacionarse con fluctuaciones aleatorias complementarias en las propiedades de la otra, por ms que se hayan alejado en el
espacio.
Qu misterio es ste? Acaso se comunican entre s a velocidades
superioresa la de la luz? Acasoestn todas las partculas intercomunicadas?
Acaso estas correlaciones son acausales?
No son menos intrigantes ciertas paradojas de la teora de la
relatividad, como el hecho de que si un suceso es causa de otro, no
puede ser posterior a l, pero si son independientes, entonces puede
ser anterior, simultneo o posterior segn el sistema de referencia. Otra
paradoja consiste en que un mismo objeto debe considerarse que gira
con velocidad uniforme o bien con movimiento acelerado segn el
sistema de referencia. Basta considerar un anillo triangular encajado
en un largusimo prisma triangular, y observar que cuando se hace girar
el prisma, el anillo debe girar a la misma velocidad, pero, si al mismo
tiempo el anillo se desplaza linealmente a lo largo del prisma con
movimiento acelerado, entonces, desde el sistema del anillo, atenindonos a los principios relativistas, el giro es acelerado, pero en cambio
desde el sistema del prisma, el giro es uniforme.
Otra cuestin intrigante es que la velocidad de la luz es superada en el
movimiento browniano, es decir en un movimiento incapaz de llevar
seales. Tambin debera preocupar a los relativistas el hecho de que al
levantar una barra horizontal desde su punto medio, los dos extremos suben
simultneamente. Si estos extremos tocan sendos disparadores, los dos
disparos podemos asegurar que son absolutamente simultneos porque
tienen una causa comn. Sin embargo la teora de la relatividad no permite
tal afirmacin.
La paradoja de los mellizos fue resueltb considerando que exista una
asimetra entre ellos, puesto que uno se vea sometido a unaaceleracin y
el otro no. &Quse podra decir, entonces, en el caso de que no existiera

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ninguna asimetra, es decir, cuando los dos mellizos partieran de la Tierra


en direcciones opuestas y luego volvieran a encontrarse?

2. EL OFUGEN DE LAS DIFICULTADES


No hay que precipitarse y atribuir los conflictos a un defecto del
principio de causalidad, o a la realidad puramente mental de las cosas.
Antes de llegar a estas posturas que haran desbordar de gozo a Hume y a
Berkeley, hemos de asegurarnos del camino que nos ha conducido hasta
aqu.
El camino ha sido todo un conjunto de experimentos relacionados
siempre con las ondas electromagnticaso con las partculas subatmicas.
Estos experimentos se han interpretado suponiendo que estbamos tratando con corpsculos como pequeitas bolas de billar; corpsculos cuya
probabilidad de deteccin se rega por una estructuraondulatoriapuramente matemtica.
En la teora de la relatividad especial tenemos el experimento de
Michelson y Morley; el de Ives y Stilwel14acercadel cambio de frecuencia
de las lneas espectrales emitidas por tomos veloces, o el de Rossi y Hall5
realizado con muones en los rayos csmicos,o los experimentosmodernos
con aceleradoresde partculas, como el llevado a cabo en 1966en el CERN
de Ginebra, en el cual se enviaron iones hacia rbitas circulares y se midi
su velocidad y su vida media, o los ajustes en relojes atmicos comunicados entre s por ondas de radio en los sistemas de navegacin de satlites,
etc. En la relatividad general no podemos contar con la famosa rotacin de
la rbita elptica de Mercurio (por dudosa), pero s con el desplazamiento
hacia el rojo de los rayos espectrales de la luz solar y tambin con el
corrimiento hacia el rojo de la luz procedente del gas helio en una torre de
veintids metros y medio de altura de la Universidad de Harvard6. Las
desviaciones de los rayos de luz por efecto de la gravedad observados en
distintas ocasiones, aunque con resultados no siempre concordantes, se
consideran otra prueba.
Para la teona cuntica creo que no hace falta insistir. Su propio mbito
de trabajo es el mundo subatmico,aunque sus teoras intentan extenderse,
por extrapolacin, a lo macroscpico.
Ahora bien, nadie sabe a ciencia cierta qu es la luz, ni qu es un
electrn o un protn, y mucho menos un mun. Y es lgico que sur-jan

4. IVES,H.E. Y G.R. STILWELL:


An experimental study of the rate of a moving atomic
clock*. J. opt. soc. Am. XXVIII, 215, 1938.
5. Rossi, B. Y D.B. HALL:Phys Rev., 59,223,1941.
6. GARDNER,
MARTIN:
La explosin de la relatividad. Barcelona. Salvat, 1988, p. 117.

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paradojas que comprometan el principio de causalidad y el realismo


cuando concebimos la luz o los electrones como partculas y como ondas
de probabilidad.
A nadie convence la idea de unas ondas de probabilidad fantasmales,
como las llamaba Einstein, que interaccionan sobre el papel, pero que se
materializan en los resultados finales de los experimentos de colapso de
ondas. Es mucho ms fcil la solucin ingenua de suponer que existen
ondas reales en el ter y que estas ondas interfieren,se reflejan, se difractan
y llevan energa que se manifiesta en movimientos de aparatos de medida,
dando la impresin de que existen verdaderas partculas con propiedades
tales como masa, posicin, momento, spin, etc.
Si uno se molesta en pensarlo, ve que con esta hiptesis desaparece la
paradoja del experimento bsico de la fsica cuntica: el de las dos rendijas.
Los fsicos sensatos no pueden admitir que un electrn pueda pasar por las
dos rendijas al mismo tiempo, pero en cambio quieren hacemos creer que
unas ondas de probabilidad pasan por los dos orificios y luego interfieren
y colapsan, dando unas bandas de interferencia. Ms an: quieren que
creamos que los electrones de diversos pases del mundo se ponen en
comunicacin entre s para dar conjuntamente esta imagen de la interferencia en experimentos realizados con electrones independientes y reuniendo
luego los datos.
Es mucho ms sencilla la hiptesis de que los electrones son ondas
reales y que, como tales, pueden pasar simultneamente por dos agujeros
y luego interferirrealmente consigo mismos, como hacen las ondas. Roger
Pemrose7admite que estas partculas deben estar en dos lugares a la vez,
pero esto es imposible si pensamos en partculas; slo es lgico si
pensamos en ondas reales.
Cuando un fsico relativistapiensa en la luz, reconoce que es una onda,
pero una onda requiere un medio de propagacin. Qu medio puede haber
para algo que se propaga en el vaco? No cabe la solucin convencional de
que dicho medio es el espacio-tiempo, porque esta expresin se refiere a un
sistema de posicionamiento puramente matemtico, cuya realidad est en
la mente del fsico. Antes que admitir que la luz es una ondulacin mental,
considero ms sencillo postular que la luz es una ondulacin de un ter
material de naturaleza desconocida. La consideracin de un ter a travs
del cual las ondas luminosas siguen direcciones rectilneas aunque ste se
mueva, evitando el arrastre en la direccin perpendicular a la de su
movimiento (fenmeno de la aberracin), resuelve los problemas que
dieron origen a la relatividad. La posibilidad de medida del movimiento
respecto al ter queda tambin descartada.

7.F'ENROSE,ROGER:
La nuevamentedel emperador. Madrid,Mondado, 1991,p. 321 y SS.

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Por otra parte, antes que admitir que la gravedad es una curvatura del
espacio-tiempo, es decir, una curvatura mental, prefiero postular que la
gravedad es una manifestacin de la influencia del ter.
Un ter con diversas posibilidades ondulatorias podra explicar la
gravedad, los fenmenos electromagnticos y las partculas elementales.
Grandes cientficos como Lorentz y Poincar crean que haba un ter. John
Be11 tambin lo cree, y afirma que para salir de la crisis contempornea es
preciso volver a las ideas relativistas preeinstenianas8.
En todo caso, sea cual fuere la salida de esta crisis contempornea,no
podemos dejar que unos experimentos sobre entidades de naturaleza
desconocida nos obliguen a creer que el mundo, en ausencia de observadores, es inexistente, ya que ello conducira a una regresin infinita, para
consolidar la existencia de los observadores, o bien a una demostracin
involuntariade la existencia de Dios. Tampoco podemos dejarnos convencer de que existe un azar absoluto, es decir que ciertos fenmenos carecen
totalmente de determinacin y aparecen arbitrariamente.Si algn fenmeno que aparece no tuviera causa, a qu vendra preguntarse por la causa
de cualquier otro fenmeno no reducible a una pura regularidad de carcter
matemtico? Adems, si lo macrofsico es una consecuencia de lo
microfsico, la arbitrariedad microfsica llevara a la arbitrariedad
macrofsica.
En definitiva: no podemos dejar la filosofa de la naturaleza en manos
de los cientficos que la desprecian. Hay que conocer bien la ciencia para
dar una buena orientacin a la filosofa, pero no para dejarse amilanar por
unas conclusiones tan dudosas como polmicas.
Pensadores como Planck, Rutherford, Einstein, De Broglie,
Schrodinger, Dirac, Be11 y muchos otros no quedaron convencidos con la
interpretacin de Copenhague,y nunca quisieron renunciar al principio de
causalidad.Dice Dirac: La aparente derogacin de las leyes de causalidad
puede atribuirse a una imperfeccin terica inevitable de nuestros niedios
de obser~acin~.

El perodo de semidesintegracin es caracterstico de los elementos


radioactivos. Cada uno tiene el suyo. Pudiendo desintegrarse a todas las
velocidades concebibles, cada elemento lo hace a la suya (siempre la
misma). Es eso lo que esperbamos de un azar absoluto en los fen~menos
8. Cf. DAVIS,
P.C.W. Y J.R. BROWN:
El espritu en el tomo. Una discusin sobre los
misterios de lafisica cuntica. Madrid, Alianza Editorial, 1989. Captulo 3, pp. 65-80.
9. Cf. MARCOZZI,
V.: Elproblema de Dios y las ciencias. Barcelona, Credsa, 1967, p.
51 y 261.

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de desintegracin? Si cada tomo tiene libertad total para escoger su


tiempo de desintegracin, cmo se ponen de acuerdo entre todos para
conseguir el perodo de semidesintegracin propio del elemento?
Ya es hora de dejar de hacer el avestruz y de asumir el compromiso de
encontrar una interpretacin razonable, es decir, causal, de la naturaleza
microfsica.
Las ondas de materia y de luz (ondas en el ter) que hemos propuesto,
no son fciles de imaginar, pero es tpico de ellas el transporte de energa
cuantizada a travs del espacio. Esta energa puede ejercer en cualquier
punto un efecto corpuscular: por eso no es extrao que ahora, en experimentos sobre los llamados puntos cunticos o pozos, parece que los
electrones se comporten como ondas y como partculas ~imultneamente'~,
aunque esta prediccin debe confirmarse.
Schrodinger y De Broglie vean en las ondas de materia algo fsico y
no puramente abstracto. Fueron criticados,pero tal vez iban por el camino
que lleva a la solucin.
Es posible que un electrn no posea ni posicin ni momento, como
aseguran los fsicos, pero eso slo puede suceder en caso de que no se trata
de una partcula, porque las partculas slo son concebibles ocupando una
posicin y estando animadas por cierto momento. Como las ondas de
probabilidad son conceptos abstractos, tampoco constituyen la esencia de
los electrones. Parece, pues, evidente que los electrones deben ser algn
tipo de ondas fsicas de ter.
Esta hiptesis es compatible con el realismo, con la causalidad y con el
indeterminismo fsico. Creo que los fsicos deberan tratar de ponerla a
prueba. Dice Louis De Brogliel1: Ahora bien, como mile Meyerson
haba anteriormente subrayado, el fsico es siempre, por instinto, un realista
en el sentido filosfico de la palabra, y es dudoso que pueda proseguir
tilmente su obra abandonando su creencia en una realidad objetiva.
Incluso despus del experimento de Aspect, importantes cientficos
como Roger Penrose o David Bohn, no creen en el azar absoluto. Si se
considera bien, la expresin azar absoluto carece de sentido.
Y qu hemos de pensar de los gatos de Schrodinger reales, como
los que Brune cree encontrar en cavidades encerradas en metales
supercond~ctores?'~
Dichos gatos, previstos por Anthony J. Legget (los
famosos SQUIDD)13,no dejan de ser gatos de fotones y de campos de

10. Cf. LIMAREV,K.K. y T. Claeson: Control del movimiento individual de los


electrones. En Investigacin y ciencia (Scient.Amer.) n. 191, Agosto de 1992, pp. 72-78.
1 l . DEBROGLIE,
L.: Por los senderos de la ciencia.Madrid, Espasa Calpe, 1963, p. 168.
12. Cf. KNIGHT,
P.: Practica1 Schrodinger's catn. Nature, 357, Junio 1992, p. 438.
13. Cf. HORGAU,
J.: Filosofa cuntica*. Investigacin y Ciencia (Scient.Amer.), n.
192, Sept. 1992, pp. 70-79.

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microondas, por muy observables que sean. Algunos fsicos intentan


aadir trminos no linpales a la ecuacin de Schrodinger, a fin de que los
estados superpuestos' de un sistema converjan hacia un nico estado
conforme el sistema se hace mayor. Con ello intentan mitigar la paradoja.
Pero, sea como sea, si hay gatos encerrados en situaciones indefinidas,
es seguro que se trata de gatos ondulatorios. En efecto: qu se lpuede
esperar de una onda real sino una extensin indefinida y unos efectos de
interferencia, y, por fin, unas interacciones con la materia (colapso)? No
hay nada de paradjico con esta clase de gatos, mientras sus estados no sean
mutuamente incompatibles.Lo que no es aceptable es la suposicin de que
coexistan dos o ms estados incompatibles en una misma realidad y que
uno de ellos pueda hacerse nico siguiendo las directrices del azar
absoluto.
Tal como estn las cosas en fsica cuntica, o bien se acepta que las
propiedades de lo atmico no existen mientras no se observan, o bien hay
que negar la separabilidady el principio de equivalencia de los sistemas de
referencia, que es la base de la teora de la relatividad. Es paradjico que
siempre que Bohr replicaba a los argumentos de Einstein, lo haca aplicando la teora de la relatividad. Por tanto se hace necesario, o bien revisar el
sentido de la realidad de los entes subatmicos (y postular una teora
ondulatoria real), o bien abandonar la filosofa relativista (no sus Logros
calculsticos y formales), o las dos cosas. En todos los casos es inevitable
volver a una hiptesis del ter.

4. PROBLEMAS CON EL PRINCIPIO DE CAUSALIDAD


Este principio ya fue enunciado desde la antigedad por Platn: todo
y por Aristteles: La naturaleza no
nacimiento sin causa es
hace cosa alguna sin un motivo razonable y en vano.'5
Los racionalistas del siglo XVII identifican causa con razn y hacen
que el efecto est comprendido en la causa y sea idntico a la causal6.Ms
recientemente Meyerson afirma que: el principio de causalidad no es otra
cosa que el principio de identidad aplicado a la existencia de los objetos en
el tiempo".
El principio de causalidad es un aspecto de otro principio ms general,

14. PLATON:
Timeo. Trad. C. Lled. Pars, 1845, v. 28.
15. ARISTOTELES:
Tratado del cielo, Lib. 11, cap. XI, n. 2. en: Obras. Trad. Barlhlemy
Saint Hilaire.
16.Cf. FERRATER
MORA,
J.: Diccionario defilosofa. Buenos Aires, Ed. Sudamericana,
3%d., 1951, p. 144.
17. MEYERSON,
EMILIO:
Identidad y realidad. Trad. Joaqun Xirau Palau, Maclrid, Ed.
Reus, 1929, p. 38.

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llamado principio de razn suficiente (o determinante), enunciado por


Leibniz de la siguiente manera: No podna hallarse ningn hecho verdadero o existente ni ninguna enunciacin verdadera, sin que haya una razn
suficiente para que sea as y no de otro modo. Aunque estas razones en la
mayor parte de los casos no pueden ser conocidas por nosotros.18
Wolff enuncia el principio de razn suficiente con la frmula: nada
existe sin una razn de ser. Hume se centra en el principio de causalidad,
que puede considerarse como una consecuencia del principio de razn
suficiente, ms general, y dice: Es una mxima general en filosofa que
todo lo que empieza a existir debe tener una causa de su existencia. Por lo
comn se admite la validez de esto en todo razonamiento, sin aducir ni
exigir prueba alguna. Se supone que est basado en la intuicin, y que es
una de esas mximas que, aunque puedan ser negadas de palabra, los
hombres no pueden poner en el fondo realmente en duda. Pero si examinamos esta mxima segn la idea de conocimiento antes explicada,
descubriremos que no hay rastro alguno de una tal certeza intuitiva; por el
contrario, hallaremos que su naturaleza es por completo extraa a ese tipo
de conviccin.lg
Para Hume la causalidad no es otra cosa que una sucesin de fenmenos ordenada temporalmente y repetida, y se conoce slo empricamente.
Para 61, la causa es algo subjetivo. No existe objetivamente, segn Hume,
ninguna conexin real que explique la repeticin de esta sucesin ordenada
de fenmenos. As, dice: y suponemos una conexin real e inteligible
entre ellos (los objetos), conexin que no es otra cosa que una cualidad, slo
perteneciente al espritu que los con~idera.~~Be
hecho Hume est dispuesto a conceder que es posible que existan cualidades desconocidas en los
objetos materiales e inmateriales, a las que podra llamarse poder o
eficacia,responsables de la actividad natural independiente de la mente.
As lo manifiesta unas lneas antes en el mismo prrafo que he citado. Se
ve forzado a ello porque de otro modo tendra que atribuir la regularidad
de la ley causal al puro azar. Como comenta Jacques Chevalie?', en el
apndice de su Tratado de 1740, Hume confiesa que su teora es muy
defectuosa, y, como conclusin de su quinto ensayo, sobre la solucin
escptica de las dudas, reconoce que debe existir alguna especie de

18. LEIBXE,W.G.: Monadologa, p. 32.; Teodicea, s. 44, 196, y Carta 5% CCBarke,p.


125. Cita en: Leibniz, W.G.:Monadologa. Discurso de metafsica. Trad. cast. Madrid, Ed.
S q e , 1984, p. 37.
19. HCME,D.: Tratado de la naturaleza humana.Lib. 1.parte 3-, seccin 3:.Traduccin
cast. Fklix Duque, Barcelona, Ed. Orbis, Tomo 1, 1985, p. 182.
20. I l r ; . ~ D.:
, Del conocimiento. Trad. cast. Madrid, Sarpe, 1984, p. 122.
21. CHEVALLER,
JACQUES:Historia del pensamiento. Tomo III. Madrid, Aguilar, 1969,
p. 485.

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armona preestablecida entre el curso de la naturaleza y la sucesion de


nuestras ideas.
El sistema de Hume se muestra incompatible con la posibilidad de
demostracin de las leyes fsicas partiendo de principios empricos,puesto
que ello equivaldra a encontrar alguna cosa en un objeto que nos llevara
racionalmente a demostrar la necesidad de algn efecto determinado.
Hume acepta como creencia la imposibilidad del azar. Ahora bien, esta
creencia,para ser racional, debe proceder, segn l, de la experiencia.Pero
la experiencia nunca puede presentamos generalizaciones. Para la mayor
parte de cosas que vemos que suceden, no conocemos sus causas, y por lo
tanto la experiencia no nos muestra palpablemente que, en cada caso, todo
efecto tiene su causa. La aparicin de sucesos imprevistos y extraos
debera hacemos abandonar dicha creencia, si Hume estuviera en lo
cierto.22
Creo que a Hume le interesara saber que, en la actualidad, el teorema
de Noether y las teoras Gauge han permitido, partiendo de especulaciones
apriorsticas, encontrar nuevos entes
Kant, en su anhelo de criticar a Hume, introdujo las nociones de forma
y categora, haciendo del espacio y el tiempo formas a pnori de la
sensibilidad, y de la causalidad una categora de la razn, es decir, una
condicin para la posibilidad del entendimiento y la experiencia; una
analoga de la experiencia.Pero, para empezar, Kant acepta el concepto de
causa que impuso Hume, y as habla del principio de produccin: todo lo
que ocurre supone algo anterior a lo cual sigue segn una regla.24
Roger Vemeaux demuestra que la experiencia nos permite ver algo
ms que una pura sucesin regular de fenmenoszs,con lo cual la causa no
es, en general, algo apriorstico, aunque es posible que lo pudiera ser en
algn caso, como en el del tren que descarrila cuando se separan los rales.
De la separacin de los raies podramos deducir que tiene que ocurrir
alguna cosa especial en el tren, y, desde luego lo que le sucediera al tren
podramos atribuirlo con toda seguridad a la separacin de los raies.
Ahora bien, si las causas se conocen, en general, por la experiencia y
el razonamiento, el principio de causalidad es, en cambio, apriorstico.
Tambin demuestra Vemeaux que causa y efecto son simultneos,con

22. Esta es, segn creo, la crtica que hace Ayer de la postura de Hume en este punto.
Cf. Ayer, A.J.: Hume. Madrid, Alianza Editorial, 1988, pp. 117-1 18.
23. Cf. BOUTOT,
AUN: El poder creador de las matemticas.Mundo Cientqico (La
Recherche) n. 98, Enero 1990, pp. 78-86.
24. KANT,~NMANUEL:Crtica de la razn pura. T . II,58. Nota 2.
25. Cf. VERNEAUX,
R.: Crtica de la crtica de la raznpura. Madrid, Rialp, 19-18,pp.
109-111.

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Alejandro Sanvisens Herreros

lo cual las concepciones de Hume y de Kant pierden su f u n d a m e n t ~ . ~ ~


Para Kant, el principio de causalidad es a priori porque es algo
constitutivo de nuestra mente y, por lo mismo, es indemostrable y subjetivo.
Los positivistas admiten que este principio es objetivo,pero lo limitan
al mbito del mundo sensible, donde tanto el efecto como la causa sean
observables. Comte llega, incluso, a creer que: las leyes naturales,
verdadero objeto de nuestras investigaciones, no podran permanecer
rigurosamente compatibles,en ningn caso, con una investigacin demasiado detallada". Cree que una investigacin ms minuciosa nos llevara
a conocer fenmenos no sujetos a ley alguna. Por eso protest contra las
investigaciones microscpicas.
Con la concepcin positivista del principio de causalidad, tras la
observacin por Leverrier de las perturbaciones del planeta Urano, stas
deberan ser acausales, puesto que no se poda observarningn otro planeta
que fuera responsable de ellas. Pero Levemer no slo predijo la existencia
de Neptuno, sino tambin su tamao y su distancia, sin haberlo visto o
experimentado por sus sentidos.28
Schopenhauer considera que la causalidad es una categora y, al mismo
Lo
tiempo, un momento principal del absoluto de la v o l ~ n t a d . ~ ~interesante
de Schopenhauer es su distincin de cuatro aspectos que requieren una
razn suficiente: el devenir, el ser, el conocer y el querer (o el obrar). Para
Schopenhauer,la ley de causalidad equivale al principio de razn suficiente del devenir: Cuando uno o varios objetos se presentan en un nuevo
estado, debe haber precedido otro estado anterior, al cual sigue regularmente, esto es, siempre, este otro nuevo estado en que ahora se presentan~.~~
La causa, para Schopenhauer, es siempre un cambio anterior, y no una
cosa, y adems la causa origina siempre un cambio y no un se?'. Parece que
este autor no tuvo un concepto claro ni de la fuerza ni de la accin ni de la
intencin. Una fuerza, por ejemplo, puede ser una causa, y sin embargo no
es un cambio.
Por fin, para Schopenhauer la ley de causalidad se circunscribe a la

26. Cf. VERNEAUX,


R.: Op. cit. pp. 111-113.
27. C o m , A.: Cours dephilosophiepositive. 4%d. Pars, 1877, vol. VI, pp. 637-638.
28. Cf. MARCOZZI,
V.: El problema de Dios y las ciencias. Barcelona, Credsa, 1967,
pp. 42-43.
J.: Op. cit., p. 145.
29. Cf. FERRATER
MORA,
30. SCHOPENHAUER,
A.: La cudruple raz del principio de razn suficiente. Trad. E.
Ovejero. Madrid, Librera gral. de Victoriano Surez, 1911, p. 58.
3 1. ~~.SCHOPENHALXR,
A.: Op. cit., pp. 60-63.

Defensa de fa causafidad

43

sensacin emprica y no puede ser aplicada a la investigacin de la cosa en


Para Schopenhauer el principio de causalidad es una representacin
que nosotros aportamos al mundo, y el principio de razn suficiente
expresa la conexin que existe entre todas nuestras representaciones,que
nunca se presentan aisladas y separadas, y es indemostrable, puesto que:
la demostracin es la exposicin de la razn de un juicio, dice, pero
parece un crculo vicioso el buscar la razn como si hiciera falta, puesto que
esto supone admitir aquello mismo que se pretende demostrar.
No se da cuenta Schopenhauer de que el crculo vicioso existira
si hiciera falta una demostracin para el principio de razn suficiente,
pero no si simplemente existe una tal demostracin. Es ms, si hemos
de ser consecuentes con dicho principio, el principio mismo ha de poder
demostrarse. Lo que no puede hacerse es pretender que el pri~icipio
ha de tener demostracin sin haberla dado. En otras palabras: la
demostrabilidad del principio de razn suficiente no es exigible, pero
el principio mismo s es demostrable, y debe serlo si es correcto. La
demostrabilidad del principio est supeditada a la veracidad de dicho
principio, pero la demostracin del principio no est supeditada a nada
y es algo que puede hacerse.
Para Mercier, el principio de causalidad se expresa as: el ser
existente, cuya existencia no le es esencial, existe en virtud de una accin
exterior.33Para Balmes, reza as: todo lo que comienza ha de tener una
causa, siendo la causa todo aquello que hace pasar algo del no ser al ser.
Segn l, el principio de causalidad es un axioma.34Balmes refuta daramente la idea de Hume de que una sucesin constante genera la idea de
causalidad. Para ello pone el ejemplo de cierto pas en el que el frutal M
florece siempre despus que lo ha hecho el frutal N (de otra especie). Los
campesinos no creen, sin embargo, que el florecimiento de N sea la causa
del florecimiento de M. Se da aqu contigidad y sucesin constante y
adems es un ejemplo natural, como el tan usado del trueno y el relmpago,
que no es perfecto, debido a las excepciones que presenta.
Para mayor concrecin de las ideas de causa y causalidad, remito al
lector a las obras ya clsicas de Meyerson, Lalande y Ferrater Mora.35

32. SCHOPENHAUER,
A.: Op. cit., p. 132.
33. MERCIER:
Tratado elemental de filosofa. T.I.Metafsica general, p. 633.
34. Cf. BALMES,
J.: Obras completas. T . 11. Filosofa fundamental. Madrid, B.A.C.,
1948, p. 751.
35. LALANDE,
ANDR:Vocabulaire technique et critique de laphilosophie. 5"d. Pars,
Presses Univ. de France, 1947.
Las obras de Meyerson y de Ferrater Mora son las ya citadas anteriormente.

44

Alejandro Sanvisens Herreros

5. DEMOSTBACIN DEL PRINCIPIO DE CAUSALIDAD


Se han propuesto varias demostraciones del principio de causalidad.
Hume refut varias acusndolas de circularidad y peticin de principio. Lo
mismo hizo Schopenhauer, y ms recientemente De Margerie y Vinati
consideraron el principio inmediatamente evidente e imposible de demostrar.
Como vamos a ver, este principio admite una demostracin. Asumiremos que el principio de causalidad es una derivacin del principio de razn
suficiente, el cual podra enunciarse as: todo ser requiere una razn que
explique su existencia y peculiaridad. Si el ser en cuestin tiene en s mismo
esta razn, entonces su existencia en necesaria y debe existir siempre y desde
siempre, sin modificacin. Si el ser no tiene en s mismo esta razn, deber
tenerla en otro (su causa) que lo origine o lo modifique y lo haga tal cual es
(principiode causalidad:todo comienzoo modificacin de existenciarequiere
una causa). Basta, pues, con demostrar el principio de razn suficiente, y el
de causalidad quedar demostrado automticamente.
Mi demostracin del principio de razn suficiente es un sorites con
cuatro proposiciones y una conclusin:
1. - El conjunto de los seres posibles es infinito potencialmente.
2. - Si los seres posibles no requiriesen una razn suficiente para
existir, entonces sera posible que existieran todos a la vez.
3. - ESQsignificara que sera posible la existencia de un conjunto
infinito actual de seres.
4. -Pero el infinito actual es imposible.
Como resulta contradictorioque sea posible aquello que es imposible,
podemos sacar como conclusin:
5. - Por consiguiente, los seres posibles para pasar a ser reales
requieren una razn suficiente para su existencia (en el caso de los seres
contingentes, dicha razn es su causa).
Revisemos someramente los cuatro puntales de esta demostracin.
1. - Los seres posibles son infinitos potencialmente. Si existe un
bolgrafo, entonces es posible la existencia de otros bolgrafos semejantes
a l, y no hay lmite posible en el nmero de los mismos, puesto que las
especificaciones de tamao y forma son infinitas potencialmente. Si
pensamos en cualquiera de ellos, veremos que un fabricante de bolgrafos
no tendra inconveniente en confeccionarlo, en cuyo caso pasan'a a ser un
ser real. Observemos que slo se hace real cuando es pensado o fabricado,
es decir, cuando hay una razn suficiente de su existencia.
2. -Si no requiriesen una razn suficientepara existir, sera posible que
existieran todos a la vez, o al menos infinitos de ellos compatibles entre s.
Este hecho, aunque evidente, es inimaginable. Pero la cuestin es que
no hay ningn inconveniente para ninguno de los seres posibles, para que
se haga real. Si la aparicin de un ser no requiere causas de ningn tipo, en

Defensa de la causalidad

45

tal caso podran existir infinitos seres reales en acto, ocupando un eslpacio
infinito. Nada podra oponerse a esta posibilidad de hecho, salvo que
hiciera falta alguna razn suficiente para cada una de las existencias, en
cuya ausencia tales existencias nunca pudieran darse.
Alguien podra objetar aqu que podra darse el caso de que, aunque no
hiciera falta ninguna causa, muchos seres no pudieran existir debido a
ciertos impedimentos,cuya eliminacin fuera necesaria para su existencia.
La remocin de dichos impedimentos no sera propiamente una causa, sino
slo una condicin necesaria para la existencia de estos seres.
Ahora bien, supongamos que la existencia de una infinitud de seres
posibles se hace imposible debido a la presencia de ciertos impedimentos.
Pongamos un ejemplo: la existencia de infinitos granos de arena en el
universo. Si pensamos en un lugar cualquiera del universo, siempre es
posible llevar all un grano de arena si no lo hubiere, pero supongamos que
al llegar a cierto nmero de granos, se pusiera a actuar cierto impedimento
que se opusiera a la existencia de un nuevo grano. Este impedimento
actuara como una ley necesaria en el seno de los entes materiales.Existira
una conexin necesaria entre el hecho de haber alcanzado tal estado el
Universo, y el hecho de no poder seguir apareciendo nuevos granos de
arena. La necesidad de esta conexin se infiere del hecho de que su
violacin implica la ausencia de impedimento real y, por tanto, la posibilidad de aumentar indefinidamente, o de estar ya en la situacin de un
universo con infinitos elementos materiales. Pero eso equivale a una razn
de ser de inexistencia. Una imposibilidad de existencia. Recordemos que
Hume negaba que pudiera haber relaciones lgicas entre asuntos de hecho
diferentes. Aqu hallaramos una: la existencia de cierto nmero de granos
impide la existencia de otros.
En s mismo, ningn grano de arena es imposible: la supuesta irnposibilidad de existencia slo surge cuando existe un determinado nmero de
ellos. Pero sta es la cuestin: por qu los granos de arena han de surgir
uno despus de otro? Si no hay nada que impida la aparicin de ninguno
de ellos mientras no se llegue al nmero crtico, por qu no pueden
aparecer todos de golpe, aunque luego se aniquilen entre s o explote el
Universo? Qu clase de informacin advierte a los granos de arena
posibles que no deben hacer la imprudencia de aparecer todos a la vez?
Si los granos de arena posibles se avisaran entre s de su decisin de
aparecer, tal decisin podra tomarse como la causa de su existencia.
Por ltimo, cabra pensar que, una vez puestos todos estos infinitos
objetos en la existencia por un solo instante, explotara el Universo, 0 bien
desaparecieran por interaccin al darse cuenta de que haban sobrepasado
el nmero crtico. Pero, en tal caso, habra existido un nmero infinito
actual de seres, aunque slo fuera un solo instante.
No hay ningn nmero crtico ms all del cual no puedan seguir
apareciendo granos de arena en el Universo. Si en el Universo hay un

46

Alejandro Sanvisens Herreros

determinadonmero de granos y no otro, no es porque algo impida que se


rebase cierto nmero, sino porque la existencia de cada grano requiere una
razn suficiente, y stas existen en nmero finito.
3. - Esto significara que sena posible la existencia de un nmero
infinito actual de seres.
Negar esta conclusin apoyndose en el principio a priori de que no
hay infinito actual,es inferir una cuestin de existenciaa partir de una razn
a priori, lo cual molestara mucho a Hume. Pero, adems, al no poder negar
la posibilidad de la llegada a la existencia de ninguno de los entes posibles
aislados, tampoco la podemos negar de su conjunto, y si todos y cada uno
llegan simultneamente, nos encontraramos con un infinito actual.
4. -Pero el infinito actual es imposible.
Este aserto, bien establecidopor Balmes y por muchos otros filsofos,
fue objeto de una nueva demostracin de carcter matemtico en mi
anterior artculo publicado en Convivi~rn~~.
Los cantorianos replicaran diciendo que una circunferencia tiene
infinitos puntos. Pero eso es falso. Los puntos de la circunferencia se van
creando a medida que se van sealando o pensando como sucesiones
matemticas definidas. Hay una potencialidad ilimitada de sealar puntos
(infinito potencial), pero los puntos no existen realmente hasta que una
flecha los seala o hasta que una mente piense en ellos, es decir: hasta que
una razn suficiente los lleva a la existencia real a partir de la posibilidad
pura.
Si no hiciera falta una razn suficiente, existirian, de hecho, en acto,
infinitos puntos en una circunferencia o en un segmento, y entonces Zenn
tendra razn y el movimiento sera imposible37.
Mi demostracin de la imposibilidad del infinito actual se basaba
precisamente en el principio de coordinacin cantoriano.Un infinito actual
debera poder coordinarse con el infinito de los nmeros naturales, pero,
una vez establecida una correspondencia biunvoca, entonces, si aadiramos un nuevo elemento, el nuevo conjunto ya no sera coordinable con el

36. Smvrsws HERREROS,


ALWANDRO:
Actualidad de las aporas deZenn. Conviviurn,
2'- serie, n. 3, 1992, pp. 5-21.

37. Aprovecho aqu para aclarar a los lectores del artculo sobre Zenn (nota 36), que
la objecin de que si la operacin de contar intervalos de movimiento sobre el papel se
hiciera por ejemplo utilizando marcas cada vez menores, entonces la velocidad de contaje
podra permanecer constante, se resuelveconsiderando que entonces lo que se hara infinito
sera la velocidad del movimiento de levantar el lpiz del papel. Y de esta forma, la
argumentacin sera iterativa, pero no podra seguir indefinidamente, porque la cantidad de
variantes en las operaciones de contaje no puede ser infinita en acto. De forma parecida
podramos acudir a las derivadas sucesivas para solucionar posibles complicaciones del
segundo Zenn de Grnbaum.

Defensa de la causalidad

47

conjunto de los naturales, porque todos los nmeros naturales estaran


asignados en acto. Ello es contrario al principio cantoriano de que aadir
uno al infinito deja igual al infinito.
En cada uno de los puntos de esta demostracin del principio de
causalidadhemos visto lanaturalidad con que se explican las cosas cuando
realmente se requiere una explicacinpara ellas, y el absurdo de un mundo
sujeto a la arbitrariedad y la sinrazn. Se hace lgico que muchos seres
posibles, aunque haya pasado todo el tiempo del mundo y la eternidad
misma, no se hayan hecho reales. Les falta una razn suficiente para su
existencia. No es arbitrario y absurdo el mundo, como piensan los que
niegan el principio de razn suficiente o su universalidad, sino que es
comprensible slo cuando se admite que, entre todos los posibles, el real
tiene una razn de su existencia, y por eso es racional y ordenado.
Esta demostracin es importante porque permite descalificar las
filosofas de Hume, de Kant y de los positivistas en esta cuestin y aclems
permite estar bien seguro de que existe alguna explicacin clara y racional
a toda la parafernalia cuntica y relativista, de forma que el principio de
causalidad queda libre de toda duda.

Al terminar este trabajo he recibido noticias de posibles objeciones a


esta demostracin. Por eso he intentado dilucidar todos aquellos aspectos
que ofrecen alguna dificultad, agrupndolos en cinco puntos.
5.1. Per se noturn.
Son muchos los filsofos que piensan que el principio de causalidad es
evidente (per se notum). En mi tesis no podra hablarse propiamente de un
autntico principio, puesto que admite una demostracin.
La idea de que el principio de causalidad es un axioma, una verdad
evidente, no es en modo alguno despreciable. Por ejemplo, Heinrich Beck
indica que la verdad del principio: no la hemos conocido por generalizacin inductiva de la experiencia, sino por una comprensin inmediata de
la naturaleza del ser (originndose) (a saber, al comprender que el ser
[originndose] como tal no puede proceder del no ser, no puede estar
fundamentado en la nada). ..38.
Esta comprensin inmediata es como una visin intelectual, una
intuicin segura, tan firme e indudable que constituye un principio del
conocimiento.

38. BECK,HEINRICH:
El Dios de los sabios y de los pensadores. Madrid, Gredos,
1968, pp. 77.

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Alejandro Sanvisens Herreros

Aunque es posible que, en rigor, no debiera llamarse principio a esta


formulacin, ya que admite demostracin, por su carcter fundamental y
por su naturaleza quasi intuitiva, tal vez sea preferible conservar esta
denominacin. Hay verdades evidentes que, sin embargo, admiten ser
demostradas. Por ejemplo, aquel postulado que dice que todo nmero
natural es distinto de su siguiente. En cualquier tratado sobre teora de
nmeros puede hallarse una demostracin del mismo.
Por consiguiente,puede resultar evidente (per se notum) el principio
de causalidad y, al mismo tiempo, admitir una demostracin.
5.2. Puede hablarse de un infinito potencial?
En la proposicin 1 de mi demostracin hablo de un infinito
potencial. Pero potencial significa que puede llegar a actual. Por eso,
si negamos la posibilidad de un infinito actual, negamos tambin la
de uno potencial.
Ciertamente, la denominacin infinitopotencial es incorrecta. Cuando
hablo de infinito potencial me refiero a una coleccin siempre ampliable,
nunca completa, nunca terminada. De esta coleccin slo vemos una parte
finita, porque est esencialmente inacabada, como los nmeros naturales,
los cuales se nos presentan siempre anuestramenteen forma de subconjuntos
finitos. Por tanto, estrictamente deberamos hablar de un conjunto esencialmente incompleto. Tambin podramos hablar de un conjunto infinito,
porque infinito significa no determinado. Se trata de un conjunto no
realizado, no actualizado. Como aparece en vas de realizacin, sugiere la
idea de potencial, aunque propiamente deberamos prescindir de lapalabra
potencial.
5.3. Por qu podran existir infinitos seres?
En la proposicin 2, sena ms preciso comenzar diciendo: si no
requiriesen una razn suficiente para existir, sera posible que existiera
cualquiera de los seres posibles en cualquier momento, aunque nadie lo
pensara ni lo determinara de ninguna manera*. Pero ello equivale a admitir
la posibilidad de la existencia de todos y cada uno de ellos, y no slo de los
que algo o alguien pudiera crear o pensar.
De esta manera, la coleccin de seres reales podra pasar de ser finita
a ser un infinito actual,porque ningn ser (pensado o impensado) requerira
de ninguna razn suficiente para hacerse real.
5.4. Impedimento para la existencia de un ser concreto.
En la misma proposicin 2 apareca una dificultad, que era la posibilidad de un impedimento para la aparicin de cierto nmero de seres. Pero
y si suponemos que el impedimento de existencia afecta no a cierto
nmero crtico de seres, sino a un ser concreto en particular? En tal caso
seguira siendo vlido el argumento ad hominem contra Hume que he

Defensa de la causalidad

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expuesto, pero no el argumento apodctico contra el nmero crtico dado


despus.
En este caso parece que podra darse una violacin del principio de
razn suficiente,porque se dara la circunstanciade que aunque los granos
de arena, que no tienen aisladamenteningn impedimento,requeriran una
razn suficiente de su existencia para evitar el problema del infinito actual,
el ser concreto antes mencionado no requerira razn suficiente.
Observemos, sin embargo, que en tal caso algunos seres requeriran
una razn suficientepara existir, y otros no. Pero esto es imposible,porque
la razn de ser es algo general. La pregunta acerca de por qu existe algo,
es independiente de las particularidades de este algo. Lo que se pregunta
es el porqu de la existencia, y por tanto, si la pregunta es vlida para algn
ser, ha de ser vlida para todos, porque todos participan de la existencia.
Estamos frente a un principio metafsico.
Si se requiere razn para la existencia de un ser, se requiere razn para
la existencia de todos. Por eso, en la demostracin, me he limitado a
demostrarque se requiere razn para la existencia de cada uno de los granos
de arena que pudieran haber en el mundo.

5.5. No se demuestra completamente el principio de razn suficiente.


He de reconocer que mi demostracin no alcanza a la totalidad del
principio de razn suficiente, sino slo al principio de razn suficiente del
ser (no al del devenir, ni al de querer, ni al del conocer). Espero que, sobre
estas mismas bases, sea fcil demostrar estas otras partes. De cualquier
modo, es suficiente para fundamentar el principio de causalidad.

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