2 Teorias Del Estado

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T TT TEORAS DEL E EE ESTADO Y DEL


P PP PODER

PROGRAMA ADMINISTRACIN PBLICA TERRITORIAL





ALEJANDRO LOZANO AYALA









ESCUELA SUPERIOR DE ADMINISTRACIN PBLICA



2








ESCUELA SUPERIOR DE ADMINISTRACIN PBLICA






Director
HONORIO MIGUEL HENRIQUEZ PINEDO



Subdirector acadmico
CARLOS ROBERTO CUBIDES OLARTE



Decano Facultad de Pregrado
JAIME ANTONIO QUICENO GUERRERO



Coordinador Nacional de A.P.T
JOSE PLACIDO SILVA RUIZ





ESCUELA SUPERIOR DE ADMINISTRACIN PBLICA
ALEJANDRO LOZANO AYALA
Bogot D.C., Enero de 2008




3

CONTENIDO

TEORIAS Y CONCEPCIONES SOBRE EL ESTADO

1. Captulo primero: Tendencias de interpretacin sobre el estado. De los setenta a
finales de los noventa del siglo XX
1.1 Objetivo general
1.2 Objetivos especficos
1.3 Tendencias de interpretacin del estado en el siglo XX en la perspectiva de Bob
Jessop
1.0 1.4 Tendencias de interpretacin
del estado desde la perspectiva de Gabriel Almond
2.0 1.5 Bibliografa complementaria

3.0 2. Captulo segundo: Perspectivas
de debates jurdicos sobre el estado: Hans Kelsen, Herman Heller y Carl Schmitt
4.0 2.1 Objetivo general
5.0 2.2 Objetivos especficos
6.0 2.3 Concepcin de Hans Kelsen
sobre el derecho
7.0 2.3.1 Estado como comunidad
8.0 2.3.2 Accin de estado e
imputacin
9.0 2.3.3 Estado, rgano y persona
jurdica
10.0 2.3.4 Elementos del estado
11.0 2.4 Concepcin de Herman Heller
sobre el estado
12.0 2.4.1 Hacia una teora desde el
estado
13.0 2.4.2 Factores inherentes al
estado: geografa, pueblo, economa, opinin y derecho
14.0 2.5 Concepcin de Carl Schmitt
sobre el estado
15.0 2.5.1 Lo poltico como agrupacin:
estado, pueblo, nacin
16.0 2.5.2 Estado, pluriverso de estados
y poltica interior
17.0 2.6 Bibliografa complementaria

18.0 3. Captulo tercero: El estado en el
debate Marxista una perspectiva desde Martn Carnoy
3.1 Objetivo general
3.2 Objetivos especficos
3.3 Aspectos estructurantes de la lectura de Marx sobre el estado
3.4 Hegemona, estado y guerra de posiciones en Antonio Gramsci
3.5 Estructuralismo y estado: Louis Althusser y Nicos Poulantzas
3.6 Debate Alemn: los planteamientos de Claus Offe y Joaquim Hirsch
3.7 Bibliografa complementaria
4

19.0 Captulo cuarto: Estado,
concentracin de capitales y capital simblico en Pierre Bourdieu
Objetivo general
Objetivos especficos
Estado y categoras de pensamiento
Gnesis de estado y capital simblico
Bibliografa complementaria

20.0 Captulo quinto: Estado, modelo
polimorfo y cristalizacin en la perspectiva de Michael Mann
Objetivo General
Objetivos especficos
Bibliografa complementaria

21.0 Captulo sexto: Concepciones y
lgicas sobre los estados en la globalizacin de la segunda mitad del siglo XX
6.1 Objetivo general
6.2 Objetivos especficos
6.3 Unidades polticas y pluriverso internacional
6.4 Lmite y configuracin de la especialidad en el nomos global
6.5 Los referentes de la soberana, el estado y la territorialidad
6.5.1 Poblacin, biopoltica y soberana
6.5.2 Ley, soberana y excepcionalidad
6.6 Bibliografa complementaria

TEORAS Y PROBLEMAS SOBRE EL PODER

22.0 Captulo sptimo: Perspectivas de
poder desde la filosofa poltica clsica: Spinoza, Kant, Hegel
Objetivo general
Objetivos especficos
Potencia Dei, naturaleza y hombre en Spinoza
Derecho natural, igualdad natural y poder en Spinoza
Arbitrio y voluntad en la interaccin entre poder y libertad en Kant
Contrato originario, obediencia y poderes de estado en Kant
Constitucin, despotismo y democracia en Kant
Constitucin, sociedad civil y poderes de estado en Hegel
Bibliografa complementaria

23.0 Captulo octavo: Perspectiva del
poder en Niklas Lhumann
Objetivo general
Objetivos especficos
Poder como medio de comunicacin: el rol de la accin
Funciones del cdigo, codificacin secundaria, cambio temtico y nivel dual del
poder
Formacin de cadenas de accin y esquematismo binario
Legalidad e ilegalidad
Bibliografa complementaria
5

24.0 Captulo noveno: Poder poltico en
la perspectiva de Talcott Parsons
Objetivo general
Objetivos especficos
Sistema poltico, comunidad y coercitividad
Poder, autoridad y cargo
Poder y lgicas simblicas
Bibliografa complementaria

25.0 Captulo dcimo: Poder en la
perspectiva de Michel Foucault
Objetivo general
Objetivos especficos
El poder como accin
El poder como gobierno
Estrategias de poder
Lgicas de poder como lucha
Disciplina como forma de poder
Bibliografa complementaria

26.0 Captulo undcimo: Poder y contrapoder en la era global en Ulrich Beck
11.1 Objetivo general
11.2 Objetivos especficos
11.3 Metapoder de la economa mundial
11.4 Dominio translegal
11.5 Bibliografa complementaria























6
DE LOS NUCLEOS TEMTICOS Y PROBLEMTICOS

El plan de estudios del Programa de Administracin Pblica Territorial, modalidad a distancia,
se encuentra estructurado en siete ncleos temticos. stos, a su vez, se constituyen en los
contenidos nucleares del plan de formacin que, en la exposicin didctica del conocimiento,
se acompaan de contenidos complementarios especficos.
Cada uno de los siete ncleos temticos que componen el programa tiene una valoracin
relativa en nmero de crditos y, en consecuencia, vara tambin en el nmero de asignaturas
que lo conjugan. El primer momento en cualquier proceso de formacin ha de establecer las
particularidades del programa, de ah que sea necesario dar a conocer los ncleos temticos
con su respectiva valoracin en nmero de crditos: Problemtica pblica, once (11) crditos;
Problemtica del estado y del poder, 23 crditos; Organizaciones pblicas, 24 crditos;
Espaciotiempo y territorio, 22 crditos; Gestin del desarrollo, 16 crditos; Economa de lo
pblico, 18 crditos; y Formacin general, 21 crditos.
De igual manera, se debe reconocer que el plan de estudios se cimienta en el principio de la
problematizacin. En otras palabras, la formacin en Administracin Pblica Territorial parte del
hecho de que la disciplina se encuentra en constante cambio terico y prctico; lo cual genera,
a su vez, problemas multifacticos que implican la formacin de profesionales con capacidad
de comprender, explicar y resolver los distintos textos y contextos que conforman la
administracin pblica.






Problemtica
Pblica
Problemtica
del Estado y
del Poder
ADMINIST ADMINIST ADMINIST ADMINISTRACIN RACIN RACIN RACIN
PBLICA PBLICA PBLICA PBLICA
TERRITORIAL TERRITORIAL TERRITORIAL TERRITORIAL

Espacio
Tiempo y
Territorio
Gestin del
Desarrollo
Economa de
lo Pblico
Organizaciones
Pblicas
Formacin
General
7


NCLEO PROBLEMTICA DEL ESTADO Y DEL PODER
El ncleo Estado y poder permite al estudiante comprender y analizar, de manera autnoma,
la problemtica del Estado y, de modo consecuente, entenderlo como la mxima instancia de
organizacin poltica y de las relaciones de poder que le son consustanciales. Analiza los
diferentes niveles de expresin y concrecin de la dinmica del Estado como eje de vital
importancia para la comprensin del papel del Administrador Pblico
1
.
El estudio del Estado y del poder obedece a que durante los ltimos siglos las sociedades
accidentales modernas han asumido el Estado como una forma de organizacin y unidad
poltica dominante segn entraban a plegarse, articularse y proyectarse colectivamente las
variables territoriales, sociales, econmicas, culturales y militares de dichas sociedades. Pero,
de igual manera, ha de reconocerse que la concrecin de tales ideas colectivas requiri la
organizacin de aparatos administrativos que dieron origen a las instituciones de carcter
pblico, sin un inters individual o privado.
De otra parte, no se puede desconocer cmo este tipo de organizacin ha sufrido cambios
histricos, polticos, culturales y econmicos que la han redimensionado hasta el punto de
ofrecer una compleja red de relaciones que afectan el pasado, el presente y el futuro de las
naciones. Por ejemplo, en este tiempo, el sistema capitalista, las tendencias polticas
neoliberales, los conflictos ideolgicos, el terrorismo, la autonoma de las naciones son, entre
otros, evidencias del redimensionamiento de los Estados.
Ahora bien, la administracin pblica y la administracin estatal se hallan estrechamente
relacionadas, puesto que el campo de lo pblico se encuentra mayoritariamente en el aparato
estatal. De ah que, en el plan de estudios se aborde esta relacin de manera interdisciplinaria;
se pretende, de este modo, la proyeccin poltica-administrativa a partir de nueve (9)
asignaturas:


ASIGNATURAS DEL NCLEO
PROBLEMTICA DEL ESTADO Y PODER
CRDITO
S
SEMESTR
E
1. Teoras del estado y del poder 3 1
2. Regmenes y sistemas polticos 3 1
3. Regmenes y sistemas polticos
latinoamericanos
3 2
4. Rgimen y sistema poltico colombiano I 3 3
5. Rgimen y sistema poltico colombiano II 3 4
6. Derecho constitucional 2 4
7. Organizacin del estado colombiano y formas
organizativas del estado a nivel territorial
3 5
8. Gobierno y poltica pblica 3 6
9. Poltica pblica territorial 2 7


1
CONDICIONES INICIALES. Op. cit.
8
EL TRABAJO DEL TUTOR

El tutor tendr libertad de ctedra en cuanto a su posicin terica o ideolgica frente a los
contenidos del mdulo, pero el desarrollo de los contenidos de los mdulos son de obligatorio
cumplimiento por parte de los tutores. Los Tutores podrn complementar los mdulos con
lecturas adicionales, pero lo obligatorio para el estudiante frente a la evaluacin del aprendizaje
son los contenidos de los mdulos; es decir, la evaluacin del aprendizaje deber contemplar
nicamente los contenidos de los mdulos. As mismo, la evaluacin del Tutor deber
disearse para dar cuenta del cubrimiento de los contenidos del mdulo.

El Tutor debe disear, planear y programar con suficiente anticipacin las actividades de
aprendizaje y los contenidos a desarrollar en cada sesin de tutora (incluyendo la primera), y
disear las actividades para todas las sesiones (una sesin es de cuatro horas tutoriales).
Tambin debe disear las estrategias de evaluacin del trabajo estudiante que le permita hacer
seguimiento del proceso de autoaprendizaje del estudiante. Los mdulos (asignaturas) de
TGPA son de dos crditos (16 horas de tutora grupal presencial por crdito para un total de 32
horas), tres crditos (48 horas de tutora grupal presencial) y de 4 crditos (64 horas de tutora
grupal presencial, distribuidas as:

MDULO DE TEORAS DEL ESTADO Y DEL PODER (3 crditos)
No.
Crditos
Horas
por
crdito
Total
horas
Tutora
Grupal

No. de
sesiones

Horas
por
sesin
No.
mnimo de
encuentros
tutoriales*
No. max.
sesiones
por
encuentro
2 16 32 8 4 2 8
3 16 48 12 4 3 12
4 16 64 16 4 4 16
* El nmero de encuentros se programara de acuerdo con las distancias y costos de transporte
de la Sede Territorial al CETAP, por ejemplo para los casos de los CETAP de Leticia, San
Andrs, Mitu, Puerto inrida y Puerto Carreo, se podrn programar un mnimo de dos
encuentros para un mdulo de 2 Crditos (16 horas por encuentro), tres encuentros para un
mdulo de 3 crditos y cuatro encuentros para un mdulo de 4 crditos.
Encuentro: nmero de veces que se desplaza un Tutor a un CETAP para desarrollar un mdulo.
Sesin: nmero de horas por cada actividad tutorial, por ejemplo: 8-12 a.m., 2-6 p.m., 6-10 p.m.















9














TEORAS DEL ESTADO Y
DEL PODER











10
FUNDAMENTOS SOBRE ESTADO Y PODER

TEORIAS Y CONCEPCIONES SOBRE EL ESTADO

Introduccin

La discusin sobre el estado sigue manteniendo lugar relevante en el debate contemporneo,
si bien las dinmicas de cierre de la segunda mita del pasado siglo y las del advenimiento del
siglo XXI, desdibujaron las viejas centralidades con las cuales el Leviatn inaugur, desde los
lugares de la razn, el desencantamiento del mundo: Eje articulador de los sistemas polticos;
lugar privilegiado en la configuracin de decisiones socialmente vinculantes; expresin cultural
inequvoca del devenir de la razn en occidente; contenedor de lo social; institucin de primer
orden en la transformacin, consolidacin y crisis de mltiples trayectorias del capital y sus
formas; espacio privilegiado del ejercicio de la dominacin, la explotacin y la sujecin;
institucin molesta pero necesaria en la constitucin de los lindes que demarcan los lugares de
la libertad y la seguridad; instrumento al servicio del proyecto poltico que con la epifana del
comunismo procurara la destruccin del monstruo desde sus propias entraas.


Objetivo general

Introducirse en elementos bsicos y debates relacionados con el estado, en algunas teoras
e interpretaciones generadas en el marco de las modernidades y postmodernidad
occidental

Captulo Primero

Tendencias de interpretacin sobre el estado
De los sesenta a finales de los noventa

1.1 Objetivo general

11
Conocer una un conjunto de tendencia de interpretacin relacionadas con el estado en el
siglo XX

1.2 Objetivos especficos

Abordar una presentacin de las principales tendencias de interpretacin sobre el estado
desde la mitad del siglo XX hasta la dcada de los noventa del mismo siglo, de acuerdo
con los planteamientos de Bob Jessop
Introducirse a las principales tendencias y debates de interpretacin del estado en el
espacio acadmico de los Estados Unidos desde el inicio del siglo XX hasta la dcada de
los ochenta, de acuerdo con los planteamientos de Gabriel Almond

1.3 Tendencias de interpretacin del estado en el siglo XX en la perspectiva de Bob
Jessop

Una importante sistematizacin de tendencias interpretativas sobre el estado, correspondientes
a la segunda mita del siglo XX, se encuentra contenida en artculos del investigador Britnico
Bob Jessop, as como en trabajos del Gabriel Almond, centrados estos ltimos en la
experiencia de las escuelas norteamericanas, desde la dcada de los cuarenta hasta finales de
los ochenta; en ambos casos se considera que para los perodos ya identificados se present
un renovado inters por los estudios sobre el estado, tanto en Europa, Amrica Latina, como
en los Estados Unidos

Jessop por su parte identifica las siguientes tres dinmicas de renovacin; la primera es
liderada por intelectuales marxistas que se centran en las indagaciones sobre la forma estado y
las funciones generales que ste reviste en el marco del capitalismo; la segunda corresponde a
una literatura de naturaleza feminista que articula el fenmeno estatal con las lgicas
patriarcales; y finalmente se presentan los desarrollos de corrientes institucionalistas entre las
cuales se hallaran el neoestatismo, las concepciones foucaultianas y aquellas centradas en el
anlisis del discurso
2
.


2
Jessop, Bob. Crisis del estado de Bienestar. Hacia una nueva teora del estado y sus consecuencias sociales.
Siglo del Hombre Editores. Universidad Nacional de Colombia. Colombia. 1999
12
Para Jessop en esta primera dinmica el marxismo pone en escena una renovacin de los
estudios y debates sobre el estado en la primera mita del siglo XX hasta su crisis en la dcada
de los setenta, procurada especialmente por el dominio de una diversidad muy amplia de
premisas tericas sobre el fenmeno, articuladas a teoras abstractas que pasaban por alto la
singularidad histrica de los regmenes polticos, a pesar de adjudicar de manera paradjica
una naturaleza histrica al estado.

Para el caso el pensador britnico identifica los siguientes enfoques bsicos: En un perodo se
presenta el trnsito del anlisis centrado en la funcin de estado a la forma estado, en donde
esta ltima amenaza la primera, en un marco explicativo que gravitaba en torno a
interpretaciones sobre la manera como esta situacin tena efectos tanto en la acumulacin del
capital como en la dominacin poltica de clase; aspectos sobre los cuales se estructuraba la
existencia misma del estado en el pensamiento marxista.

En un segundo lapso los estudiosos abandonan progresivamente la visin del aparato de
estado para ocuparse especialmente del poder de estado: en tanto en los primeros trabajos
dominaba una concepcin instrumentalista del estado, las tendencias estructuralistas
destacaron la manera como el estado se ocupaba ms de satisfacer los intereses de clase
independientemente de aquellos que los controlaban, otras perspectivas subrayaron un orden
racional calculador en el estado en donde prima los intereses generales del capital frente a los
intereses de los capitales individuales; en tanto prevalece en otras una mira de selectividad
estructural desde la cual se destaca la forma como las instituciones estatales ejercen impactos
especficos y diferenciales sobre las fuerzas polticas. Finalmente, Jessop recalca el papel
renovador del pensamiento de Gramsci en el seno del marxismo al estudiar modalidades
concretas del poder de estado y los problemas de la hegemona, y de otra parte subraya para
la dcada de los aos ochenta los aportes de tericos de la regulacin al campo de la
economa poltica.

Para el intervalo de los ochenta e inicio de los noventa se llama la atencin sobre las
dificultades que enfrentan la produccin de explicaciones feministas frente a las formas como
tradicionalmente se ha ledo el estado, dado que a pesar del giro importante que aporta la
perspectiva, para Jessop el feminismo termina careciendo de una teora slida sobre el estado.
En el desarrollo algunas plantean la importancia de orientar una produccin conceptual
13
ajustada a la agenda terica de la poltica feminista y rechazando las teoras existentes;
especialmente frente a temas como la misoginia, el cuerpo, las subjetividades, la sexualidad, la
violencia, el placer, el poder, entre otros. De igual manera, hay quienes consideran estrategia la
profundizacin y anlisis del estado por el impacto que este tiene en las relaciones de gnero,
adems de la diversidad de dimensiones y campos de impacto de sus intervenciones en la vida
de las mujeres.

Jessop destaca la manera como en la dcada de los ochenta es fecundo un tipo de literatura
sobre el estado, que articula concepciones feministas y marxismo en la relacin patriarcalismo
y produccin capitalista; lgica que en buena medida se centro en la teorizacin, subsumiendo
la totalidad de los estados en categoras de dominacin patriarcal, en estrecha relacin con el
modo de produccin domstico. Tendencias de esta misma lnea de pensamiento matizaron las
interpretaciones y mostraron la manera como el reconocimiento de desigualdades de gnero,
no implicaron automticamente que los estados capitalistas se comprometieran en la
reproduccin de stas en la misma forma y con los mismos grados de intensidad.

En otra dinmica es relevante para Jessop destacar el efecto del debate feminista frente al
estado, porque permite recomponer los lmites de ciertas lgicas y tendencias dominantes de
interpretacin sobre el fenmeno: al profundizar la investigacin feminista en las maneras que
adquiere la dominacin y violencia sobre las mujeres, se destaca entonces la multiplicidad de
sus espacios y dimensiones, separando al estado de las formas de coercin, al ampliar los
escenarios y contenidos del poder, descentrndolos del estado y con ello complejizando y
redefiniendo los lugares de ste; finalmente en esta misma se subraya y caracteriza la
multiplicacin de las racionalidades de dominacin fuera del estado, y de la ecuacin estado
sociedad civil.

En el caso de las teoras asociadas al anlisis discursivo se destaca la manera como el estado
es igualmente un producto del imaginario poltico generado por los discursos: en estas
circunstancias el estado aparece en los escenarios polticos porque las fuerzas que orientan
acciones proceden como si ste existiera; es claro que para el caso no existe un discurso
comn sobre el estado y se movilizan diferentes ideas del estado apareciendo como polivalente
y policontextualizado

14
Dado lo anterior, autores de los sistemas polticos abogan por una teora poltica sin estado; en
casos se destaca la dificultad de considerar al estado como un objeto material, dado que el
conjunto institucional relacionado con las acciones gubernamentales se puede estudiar sin el
concepto de estado, en tanto es viable reservar un papel a la idea de estado para abordarla
como representacin colectiva particular de las sociedades capitalistas. De otra parte, se
acenta un reconocimiento del estado como concepto jurdico articulado a los rdenes del
discurso propio de funcionarios que lo tratan a su vez de manera dismil, y de lo cual se deriva
una nocin de estado no deificada y articulada a una multiplicidad de sentidos provenientes de
la autonoma de grupos sociales que un estn fuera del estado; de hecho este tipo de nociones
tambin lleva a representaciones que sin circunscribirse al discurso destacan una
caracterizacin de la poltica no centrada en el estado, como en el caso de perspectivas
sistmicas autopoiticas y de diferenciacin funcional, antpoda de pretensiones de la
centralidad nica del estado.

1.4 Tendencias de interpretacin del estado en el siglo XX en la perspectiva de Gabriel
Almond

Por su parte Gabriel Almond en el marco de los debates norteamericanos de los ochenta llama
la atencin sobre las limitaciones e insuficiencias en el poder explicativo de los modelos
pluralista-funcionalista y marxista del estado, al considerarlos reduccionistas en su enfoque de
las sociedades y desconocedores de la autonoma de las estructuras y polticas estatales
3
.

La disertacin de Almond parte identificando los contextos de emergencia del pensamiento
pluralista de finales del siglo XIX, frente a lo que l denomina tericos clsicos del estado: en el
caso de la literatura clsica decimonnica centrada en el concepto de soberana, el poder
absoluto es de naturaleza estatal; por su parte el pluralismo clsico rechaza la nocin de
soberana estatal identificando el estado como una asociacin ms entre otras. En el marco de
esta tradicin se destacan trabajos que van desde los inicios del siglo XX hasta mediados de la
dcada de los sesenta en los cuales se enfatiza la descripcin de instituciones y acciones
polticas estructuradas en urdimbres descentralizadas de negociacin entre grupos de inters,
como los estudiados por Robert Dahl; en esta misma lnea se circunscribe los debates de

3
Almond, De Gabriel. El retorno del estado. Contenido en Una disciplina segmentada. Escuelas y corrientes en
las ciencias polticas. Fondo de Cultura Econmica. Mxico. 1999
15
Lindblom al sealar la manera como polticas producto de negociaciones descentralizadas, en
el marco de una poliarqua, lograban ser ms representativas y efectivas que otras emanadas
de la administracin gubernamental centralizada.

Almond encuentra que para la dcada de los setenta se opone a este modelo pluralista
clsico una concepcin pluralista elitista discernible en los trabajos de Theodore Lowi: en
este caso se recalca la manera como para los aos sesenta setenta en la administracin
pblica norteamericana dominaban en reas, intereses especiales no sujetas al control del
pueblo; se trata de una reaccin frente al pluralismo proveniente de los treinta que gravitaba en
la teora de los grupos de inters y para el cual el poder de los grupos empresariales era
considerablemente ms igualitario que otros tipos de poder. En medio de este horizonte se
caracteriza el modelo tridico de Andrew McFaland asociado a los trabajos de James Wilson,
en los que la triada corresponde a un escenario en donde se presentan dos grupos y la
autonoma de las agencias gubernamentales: un grupo de inters se moviliza para presionar al
gobierno en una direccin de oposicin de grupos contrarios, y por su parte el gobierno posee
grados significativos de autonoma, con capacidad de coherencia y continuidad.

Almond destaca para estas tres cuartas partes de siglo, cuando se trata de un inventario de la
evolucin de los debates sobre el estado, diversos momentos; desde aquellos en los cuales el
politlogo George Sabine se opona al uso del trmino de estado, a la descripcin histrica
planteada por Frederick Watkins quien reconoce que los conceptos de estado y soberana
tuvieron sentido durante siglo y medio, entre la paz Westfalia y la revolucin francesa, hasta los
posteriores cambios en el movimiento democratizador en donde la soberana termina siendo
una ficcin legal y se presenta un desplazamiento del estado al gobierno, que sin pretender
soberana es quien empua las riendas del poder. Para Watkins el uso del concepto estado es
justificable en el sentido weberiano, en tanto all el rasgo distintivo de ste, en comparacin con
otras asociaciones, es su afn de monopolizar el poder coercitivo dentro de su propio territorio.

Almond muestra como el concepto de estado fue cayendo en desuso en el marco de la
tradicin de la ciencia poltica norteamericana y vienen a ser relevantes conceptos como
gobierno y ms adelante sistema poltico; sta ltima categora abarco fenmenos que haban
caracterizado el estado pero tambin incluyo instituciones extra y paralegales de los partidos
polticos, grupos de inters, medios de comunicacin, e instituciones sociales como la familia,
16
las iglesias y escuelas, que tambin incidan en los procesos polticos. En conclusin, la teora
de los sistemas polticos y el estructural funcionalismo no redujeron el hacer poltico al estado y
las instituciones gubernamentales; sin embargo, Almond encuentra que para el marxismo y
neomarxismo el estado continu siendo un concepto central para explicar el control sobre el
orden social, y cuya asimilacin con el sistema poltico y una multiplicidad de fenmenos
fragmentados, se constitua en un artilugio para eludir la realidad de la lucha de clases.

Una de las primeras impugnaciones sistemtica frente al progresivo desuso del concepto de
estado al iniciarse la dcada de los setenta proviene de J. P. Nettl para quien existen cuatro
perspectivas para definirlo: Se trata de una colectividad que tiene una serie de funciones y
estructuras orientadas a generalizar su aplicabilidad. Se trata de una entidad articulada a
relaciones internacionales. Se trata de un ente autnomo que representa un sector diferenciado
de la sociedad. Y, finalmente, se trata de un fenmeno sociocultural del cual cada uno de sus
miembros tiene cognicin y percepcin. Para Nettl su estudio se puede hacer por medios
comparados y mediante anlisis funcional; y busca establecer mediante medios empricos su
presencia o ausencia como una variable en diferentes mbitos y dimensiones de la sociedad;
dado lo anterior el estado se definira en funcin de las medidas que decidira emplear

Para Almond se consolido un movimiento de retorno al estado a partir de la dcada de los
ochenta con trabajos como los de Alfred Stepan y sus estudios sobre fenmenos estatales en
Amrica Latina; su critica al liberalismo pluralista consiste en indicar como este enfoque es
ntegramente individualista y comprometido con un tipo de doctrina, y premisa metodolgica y
normativa para la cual la forma de bien comn se desprende exclusivamente de los intereses
individuales. Stepan tambin considera que este liberalismo considera al estado como una
variable dependiente que impide considerarlo como una agencia autnoma. Por su parte Eric
Nordlinger promotor de una perspectiva pragmtica, emprica y positivista ofrece una definicin
operacional del estado; sus componentes del estado incluirn no solamente al gobierno y las
agencias burocrticas, sino que igualmente abarca los funcionarios pblicos. Para Nordlinger
existen tres niveles de autonoma estatal en la administracin pblica: el de ms bajo nivel se
relaciona con preferencias del estado y la sociedad que no difieren entre s y ste acta con
base en las suyas propias; el nivel intermedio de implica diferencias de preferencias entre la
sociedad y el estado, sin embargo los funcionarios estatales convencen a la sociedad de
17
adoptarlas; finalmente estn la de nivel ms alto en las que existiendo diferencias entre las
preferencias del estado y la sociedad el estado instaura polticas consistentes con su posicin.

Uno de los hechos que promovieron un retorno a la investigacin sobre el estado proviene de
lo un proceso caracterizado por Almond con la promocin de lneas investigativas articuladas a
una postura del Comit sobre Estados y Estructuras Sociales del Consejo de Investigacin en
Ciencias Sociales, lo cual permiti la financiacin de trabajos como las de Theda Skocpol en
donde se indicaba que investigaciones comparativas del funcionalismo pluralista se centraban
fundamentalmente en las contribuciones de la sociedad al gobierno y los efectos redistributivos
de la accin gubernamental, sin tomar seriamente al gobierno como actor independiente.

Por su parte Almond mantiene la tesis segn la cual ni Stepan ni Skocpol parecen haber
reparado en la confrontacin original entre estatismo y pluralismo de finales del siglo XIX y la
primera dcada del siglo XX en los Estados Unidos, a pesar de lo cual afirman que la
bibliografa emprica pluralista reduca el estado a una arena de confrontacin, he identificaban
el gobierno con una variable independiente; sin embargo, no hubiese sido necesaria una
investigacin exhaustiva para impugnar la validez de estos planteamientos.

Para Almond existen para el perodo sealado y posterior importantes reseas de los primeros
escritos estatistas y pluralistas provenientes de tericos polticos reconocidos, como George
Sabine y Frederick Watkins para el caso del estado, as como Francis Coker y Henry Kariel en
el seno del movimiento pluralista. Igualmente encuentra que frente a la omnipotente nocin de
soberana estatal surge y se consolida una oposicin procedente tanto de la izquierda como de
la derecha: en el bando conservador se promovieron los derechos autnomos de las iglesias y
comunidades vecinales por parte de Neville Figgis, y portavoces del centro y la izquierda como
Ernest Barker, A. Lindsay y Harold Laski proclamaron la autonoma de los grupos econmicos
y profesionales, as como de los sindicatos.

En esta misma lnea argumental Almond destaca los cambios relevantes de opinin que se
procuraron en las posturas ms radicales confrontadoras del estado; por ejemplo para la
dcada de los aos treinta Henry Kariel informa la manera como a pluralistas les parece
necesario introducir un propsito unificado, superior y ajeno a la voluntad de la pluralidad de los
grupos; aos antes haban deshecho conceptos como bien comn y voluntad general, sin
18
embargo, encuentran dificultades en concebir un proceso poltico sin intervencin propositiva y
cooperativa del estado; por su parte personajes como Laski se ven obligados a reconocer
necesidades ms fundamentales que la vida grupal y abogan por un liderazgo que formule
necesidades, y un estado preparado para satisfacerlas.

Por su parte David Truman tal vez el principal exponente de la teora de los grupos finalizando
la dcada de los sesenta, afirma que el modelo de rbitro aplicado a los procesos
gubernamentales es una simplificacin errnea conducente a considerar como norma un caso
extremo. Para esta misma dcada y en idntica perspectiva Almond destaca documentos de
Raymond Bauer en donde se presentan resultados que establecen la autonoma de los
funcionarios de gobierno y de las agendas gubernamentales, as como investigaciones de
Robert Dahl en las que demuestra la existencia de diferentes problemas gubernamentales
propiciados por diversos tipos de problemas; estudio criticado por Krasner al sealar como
Dahl reduca instituciones estatales a individuos y roles, sin tomar en cuenta las limitaciones
institucionales. En fin, la extensa presentacin de autores y obras en esta direccin permite a
Almond afirmar frete a pensadores como Stephan y Skocpol que la bibliografa norteamericana
pluralista, tanto terica como emprica, decididamente no respalda la crtica neoestatista a la
que ellos contribuyen; sin embargo, al extenderse la crtica neoestatista tanto al estructural
funcionalismo como al marxismo, es preciso afirmar que para el marxismo cabe la afirmacin
hecha por el movimiento neoestatista: dado lo anterior Almond compara y suscribe el anlisis
de la literatura marxista hecha por Martin Carnoy y las conclusiones planteadas por Skocpol;
parte de esta lgica le permite afirmar que en buena medida el neoestatismo aparece como
una polmica interna al marxismo, especialmente frente a aquellas premisas que reducan
exclusivamente el asunto a las clases sociales.

Finalmente Almond considera que el movimiento neoestatista desarrollo menos la polmica
contra el estructural funcionalismo; de otra, si bien sus autores llegaron a ser algo negligentes y
errados en su investigacin bibliogrfica, si lograron proponer un diseo de investigacin
superior el cual ha de ser contextualizarlo en el fecundo giro desde el institucionalismo al
realismo en la ciencia poltica, articulador de una extensa bibliografa emprica en donde se
supona despejar conceptos generales y difusos con el propsito de hallar una ms firme
comprensin de la realidad que se buscaba comprender y explicar.

19
1.5 Bibliografa complementaria

Captulo Segundo
Perspectivas de debates jurdicos sobre el estado: Hans Kelsen, Hermann Heller y Carl
Schmitt

2.1 Objetivo general

Introducirse en aspectos bsicos y debates sobre el estado en pensadores del siglo XX
relacionados con el campo de las ciencias jurdicas

2.2 Objetivos especficos

Conocer algunas de las principales caracterizaciones y debates sobre el estado en el
pensamiento de Hans Kelsen
Conocer algunas de las principales caracterizaciones y debates sobre el esta en el
pensamiento de Hermann Heller
Conocer algunas de las principales caracterizaciones y debates sobre el estado en el
pensamiento de Carl Schmitt

2.3 Concepcin de Hans Kelsen sobre el estado

2.3.1 Estado como comunidad

Para Kelsen
4
el estado es una comunidad creada por un ordenamiento jurdico nacional y en
tanto comunidad no se encuentra separada de su propio orden jurdico; es por esta razn que
el estado como persona colectiva no es algo diverso al orden que lo constituye.

La comunidad no es otra cosa que el orden normativo regulador del comportamiento reciproco
de los individuos; establecindose con ello el hecho de que la conducta recproca de stos se
halla regulada por un orden normativo. Dado lo anterior, para Kelsen el estado en tanto
comunidad no es, en su relacin con el derecho, una realidad natural o social: estos dos tipos

4
Kelsen, Hans. Teora general del derecho y del estado. Textos Universitarios. Mxico. 1969
20
de realidades son enteramente distintos a las que median entre el hombre y el derecho, por
esta razn si se presenta una realidad social referida al fenmeno llamado estado (concepto
sociolgico) la prioridad corresponde al campo jurdico; en consecuencia, para Kelsen el
concepto sociolgico de estado presupone el concepto jurdico y no viceversa.

2.3.2 Accin de estado e imputacin

Desde un segundo punto de vista el estado es en Kelsen un punto comn sobre el cual
diversos actos humanos son proyectados: se trata de un punto comn de imputacin de
diferentes acciones humanas. Subyace a este argumento, a esta definicin, una concepcin
sobre la accin y en lo fundamental sobre la accin de estado articulada al concepto de
imputacin: en consecuencia para Kelsen se imputa al estado la accin humana cuando sta
se corresponde concretamente con un orden normativo jurdico supuesto de antemano

Finalmente, y en el marco de esta lgica, para Kelsen el estado como sujeto de imputacin,
como actuante, es personificacin del orden jurdico total o parcial, entendiendo que la validez
de este ordenamiento debe ser supuesta de antemano, si se quiere interpretar la accin
humana como acto de estado, o imputar a ste tal accin.

2.3.3 Estado, rgano y persona jurdica

Desde un tercer punto de vista Kelsen considera que los individuos cuyas acciones se
atribuyen o imputan al estado son llamados rganos del mismo. Partiendo de la premisa
anterior es necesario precisar que no todo individuo es capaz de realizar acto estatal y
solamente algunas acciones de aquellos capaces de efectuarlas valen como actos de estado:
por lo tanto, una accin vale como acto estatal cuando es ejecucin del ordenamiento jurdico,
y en este contexto las acciones por las cuales el ordenamiento jurdico es ejecutado de manera
ms directa, son considerados actos coactivos establecidos como sanciones por el propio
ordenamiento.

Atendiendo a lo anterior y en un sentido ms amplio, el orden jurdico es ejecutado a travs de
aquellas acciones que son preparatorias de una sancin y, particularmente, de las que
culminan con la creacin de normas jurdicas sancionadoras; por lo tanto no son solamente
21
actos del estado las acciones humanas por las que el orden jurdico se ejecuta, sino tambin
aquellas por las cuales ste es creado.

Es pues claro que el referente central de la consideracin Kelseniana es el ordenamiento
jurdico, para entender las lgicas de la imputacin como accin y su relacin con el concepto
de rgano; sin embargo, un mayor alcance de esta caracterizacin del estado se lograr con la
relacin que se establecer entre el concepto de individuo y persona en el sentido jurdico

Para Kelsen decir rgano de estado es lo mismo que decir rgano de derecho, entendiendo
en un primera perspectiva el rgano como un individuo ejecutor de una funcin: es relevante
subrayar que esta calidad adquirida por el individuo est constituida por la funcin
desempeada, y como rgano realiza en un sentido amplio una funcin creadora o de
aplicacin del derecho; tales funciones tanto de creacin como de ampliacin tienden en ltima
instancia a la ejecucin de una sancin jurdica.

En una segunda perspectiva existe para Kelsen un concepto material, menos amplio, de
acuerdo con el cual un individuo es rgano del estado nicamente cuando tiene en lo personal
un cargo jurdico especfico; por ejemplo, el juez es rgano de estado en el sentido estrecho del
vocablo, porque es electo o nombrado para desempear esa funcin que realiza
profesionalmente, recibiendo por ello un salario pago con el tesoro de estado.

En fin, algunas de las caractersticas esenciales de un individuo como rgano en el sentido
estricto del trmino son las siguientes: ser nombrado o electo para una funcin especfica; la
realizacin de sta tiene que ser la actividad principal que posibilita fungir como rgano; y
recibir un salario a cargo del erario estatal. En tales circunstancias los rganos del estado se
llaman, en estricto sentido, funcionarios, sin embargo no todo individuo que acta legalmente
como rgano estatal, en el sentido amplio del trmino, es funcionario dado que hay muchos
casos de frontera entre el rgano que claramente obra como funcionario y aqul que
evidentemente no tiene ese carcter, como por ejemplo los miembros del parlamento; en
general, una adecuada caracterizacin de esta situacin esta articulada al cumplimiento de una
funcin, dado que es a partir de stas como el ordenamiento jurdico se ejecuta.

22
Atendiendo a lo anterior el siguiente cuadro amplia la red conceptual propuesta, a partir de las
diferencias establecidas entre sentido material y formal consideradas por Kelsen

Sentido estricto material

Una accin se imputa al estado o se
considera como acto del mismo no porque
aparezca como ejecucin o creacin del
orden jurdico, sino nicamente porque es
realizada por un individuo que tiene el
carcter de rgano de estado.

La calidad de rgano estatal de un individuo
est constituida por la funcin que
desempea.

La actividad de individuos es imputada al
estado y consideradas como funcin de ste
porque los individuos actuantes tienen la
calidad de rganos estatales, en el sentido
material estricto. (Se les paga con el fisco)

El concepto material designa al aparato
burocrtico formado por funcionarios
estatales. Por lo tanto el aparato burocrtico
es una figura de lenguaje que se emplea para
significar las actividades de funcionarios
pagados.

En este sentido, el estado no es orden jurdico
total, sino un orden jurdico parcial (Se
distingue del total en consonancia con un
criterio material), y se halla limitado a la
Sentido amplio y formal

Un individuo es rgano en cuanto
desempea una funcin que es imputada al
estado, la imputacin al estado de cierta
funcin tiene lugar en cuanto esta es
realizada por un individuo en su carcter de
rgano estatal.

La calidad estatal de una funcin la
determina el individuo que realiza tal funcin
en su carcter de rgano.

En su aspecto formal las funciones
representan el cumplimiento de deberes y el
ejercicio de derechos subjetivos.

Representa a la comunidad ms amplia, la
cual tambin comprende a todos los
individuos que sin ser rganos del estado se
encuentran, sin embargo, sometidos al
ordenamiento jurdico.
23
comunidad estrecha que comprende slo a
los funcionarios, o maquinaria de estado

Finalmente Kelsen considera el estado como sujeto de derecho, en trminos de persona
colectiva, diferencindolo de otras personas de esta misma naturaleza porque personifica la
unidad de la comunidad y orden jurdico nacional.

2.3.4 Elementos del estado

En tanto el estado es considerado dentro de las doctrinas tradicionales como unidad social
efectiva, implica igualmente unidad geogrfica, y con ello la prevalencia de un principio que
plantea para un estado, un territorio; a pesar de tal consideracin, para Kelsen un examen
detenido de esta problemtica revela que la unidad territorial del estado en modo alguno es
geogrfica, sino que esta unidad territorial del estado es ante todo unidad jurdica; en estas
circunstancias el territorio del estado es en realidad mbito espacial de validez del
ordenamiento jurdico. De otra parte, el territorio estatal no necesariamente coincide con una
porcin de tierra compacta, sino que muchas de sus espacios logran disponerse sin
contigidad; para el caso tmense en consideracin las colonias y tambin los llamados
territorios de enclaves, que pueden estar totalmente rodeados por territorios de otros estados.

Subsiguientemente para Kelsen limitar a un territorio determinado el mbito de validez del
orden coactivo llamado estado, significa que las medidas coactivas y las sanciones
establecidas por ese orden tienen que ser aplicables nicamente en dicho territorio y ejecutarse
dentro de l. Sin embargo, no necesariamente el territorio del estado es el rea en donde los
actos de este efectivamente se realizan; pueden presentarse actos de un estado en el territorio
de otros estados de manera ilegal, vale decir, en contra del derecho internacional: as, el
territorio del estado es un espacio dentro del cual sus rganos esta autorizados por el derecho
internacional para ejecutar rdenes jurdicos nacionales

Asociada a esta situacin se plante el principio de impenetrabilidad del estado segn el cual
dentro del territorio de un estado, en sentido estricto, todos los individuos se hallan sometidos
nica y exclusivamente a un ordenamiento jurdico nacional o poder coactivo de estado; la
excepcin a tal condicin se presenta con el llamado condominium o coimperiun, situacin en
24
la cual al concurrir dos o ms estados en un territorio el orden jurdico vlido se corresponde
con los diversos ordenamientos jurdicos de los estados involucrados.

El segundo elemento de estado identificado por Kelsen es el pueblo, el cual es abordado y
definido en un primer momento desde las teoras tradicionales, al caracterizarlo como los seres
humanos que residen en el territorio estatal y son considerados una unidad; en consecuencia,
as como el territorio es uno, del mismo modo solamente se tiene un pueblo. Atendiendo a este
punto de partida y consecuente con su lnea de pensamiento, que va ms all de estas teoras
tradicionales, Kelsen considera que el pueblo corresponde a los individuos cuyas conductas se
encuentran reguladas y cobijadas por los mbitos de validez del ordenamiento jurdico
nacional, y desde la perspectiva coercitiva, ello implica que conductas contrarias a tal
ordenamiento, sean sancionadas como condicin del acto coactivo

Finalmente Kelsen considera como tercer elemento los poderes de estado. Articulado su
argumento a la lgica precedente se tendra como criterio de partida tambin para este caso, el
principio de un estado, un territorio, una poblacin y por ende un poder; en donde es la
soberana la caracterstica que lo define y de la cual se deriva tres de sus formas: el legislativo,
el ejecutivo y el judicial.

2.4 Concepcin de Hermann Heller sobre el estado

2.4.1 Hacia una teora del estado

En la primera mitad del siglo XX Hermann Heller encauzo buena parte de sus debates y
reflexin sobre el estado, con el propsito de consolidar una teora del mismo como ciencia de
la realidad y conocimiento autnomo de sus leyes, en tanto ste no se corresponda con una
funcin parcial de la realidad social y natural; por el contrario, una teora del estado claramente
orientada apuntara a identificar un fenmeno sustantivo y en conexin total con las
circunstancias naturales y culturales de una poca
5
.

Atendiendo a este campo de interpretacin y anlisis desde una teora cientfica, y como parte
de las ciencias de la cultura, el estado aparece como una unidad que acta en una realidad

5
Heller, Hermann. Teora del estado. Fondo de Cultura Econmica. Mxico. 1987
25
histrico social; por esta razn, resulta insuficiente los intentos de hacerlo derivar de sus
condiciones geogrficas, o considerarlo como expresin de la raza, el espritu del pueblo o la
nacin, o concebirlo como mera funcin de la sociedad econmica dividida en clases, de la
opinin pblica o del derecho.

Para Heller, la metafsica idealista atribuye al acontecer histrico social una legitimidad
desligada de los oscuros fundamentos de la naturaleza fsica, y con ello concibe el estado
como reflejo de una idea u ordenacin ideal. En otro plano, la metafsica naturalista considera
al estado como reflejo adjetivo de ordenaciones regidas por leyes de la naturaleza; en
consecuencia, es necesario frente a este tipo de argumentos insuficientes y equvocos,
entender que las condiciones naturales son polticamente eficaces de un modo indirecto, a
travs del obrar humano. Por lo tanto, atendiendo a la multiplicidad de circunstancias naturales
y culturales de la unidad estatal, es imperativo ocuparse de los siguientes factores que le son
inherentes: la geografa, el pueblo y la economa, la opinin pblica y el derecho.

2.4.2 Factores inherentes al estado: geografa, pueblo, economa, opinin pblica y el
derecho

La actividad estatal jams depende de manera unilateral de las leyes estticas de la geografa,
aunque si es condicin de la actividad poltica de la poblacin que obedece a sus propias leyes
y a su vez puede influir en el territorio. Por su parte la situacin geogrfica de un territorio es
relativamente constante, en tanto su situacin geopoltica puede variar con relativa rapidez; en
sentido estricto el objeto de la geopoltica no es la tierra sino la tierra permeada por la
organizacin poltica, dado que sin sujetos humanos no hay territorio sino solamente superficie
terrestre

La esencia del estado como universal unidad de accin y decisin en un territorio, se basa
tambin en una comunidad de destino de la tierra, en tanto es la comunidad de espacio
condicin de la unidad estatal; en tales circunstancias procede una individualizacin concreta
del ecumene, en donde las fronteras polticas de esta individualidad estatal no aparecen
sealadas de modo decisivo por la naturaleza, sino determinadas por la propia accin del
estado, en lgicas donde el espacio cumple una funcin de cierre o clausura y como lnea de
separacin.
26

Un segundo orden de ideas en lo tocante a la actividad estatal se relaciona con el pueblo;
Heller lo identifica como todas aquellas determinaciones fsicas y espirituales del grupo
humano que actualizan al estado. En trminos de la perspectiva natural el pueblo alude a la
poblacin y la raza, en tanto que como formacin cultural no supone un concepto unvoco y
requiere anlisis precisos.

En torno a la raza se Heller indica como su clasificacin esta sujeta a diversos criterios no
unificados, y un concepto de raza desde las lgicas de la ciencia natural solamente tendra
aplicacin en la antropologa poltica al asumir una correspondencia necesaria y cognoscible
entre infraestructura fsica y supraestructura psquico poltica; sin embargo, el asunto racial
no tendra nada que ver con el problema de la transmisin hereditaria.

La base primaria de la teora poltica de la raza es la creencia subjetiva en la existencia de una
comunidad objetiva de origen articulada a una conducta poltica determinada; a pesar de lo
cual las diversas afirmaciones de la teora de la raza podran ser objeto de discusin cientfica,
siempre y cuando fuera posible determinar cientficamente el concepto de raza y los mtodos
para imputarle a sta hechos de extraordinaria importancia; perspectiva que hasta el momento
ha sido insuficiente. En otra perspectiva es igualmente insostenible la pretendida conexin
entre la raza fsica y una pretendida alma racial, se trata de un producto arbitrario de la
fantasa, de donde igualmente resulta claro que la raza no tiene nada que ver con el pueblo y
en esta perspectiva la conducta poltica de un pueblo esta determinada por una pluralidad de
circunstancias naturales e histrico sociales en lo que pueden encontrarse ciertos factores
antropolgicos heredados; pero en cualquier caso las formas y fuerzas polticas de un pueblo
son resultado de una cooperacin de actividades fsicas, psquico espirituales,
gubernamentales, diplomticas, militares y culturales que hacen insostenibles clasificaciones
sobre la base de porcentajes de raza.

Desde el punto de vista de la formacin cultural el pueblo, por motivos histricos, es preciso
diferenciarlo de la nacin y no puede ser considerado como raza o comunidad de espritu. El
pueblo en su aspecto natural es la poblacin, la cual puede ser captada por conceptos
matemticos, la estadstica y la medicina, en tanto objeto de la poltica demogrfica. Los
vnculos de unen al pueblo no se constituyen por una cadena natural de las generaciones; la
27
existencia de criterios objetivos para su identificacin son realmente posibilidades de conexin
y articulacin que se actualizan en la vida subjetiva; por esta razn la pertenencia a un pueblo
no se resuelve mediante una determinacin esencial segn mdulos objetivos espirituales o
fsicos.

El pueblo es realidad operante y operada y desde el tratamiento cultural del fenmeno se
convierte en nacin cuando la conciencia de pertenencia al conjunto se transforma en una
conexin de la voluntad poltica; por lo tanto, para construir nacin no bastara con un supuesto
sentimiento de comunidad meramente tnica. Esta voluntad poltica no precisa orientarse hacia
una unin en un estado: as puede acontecer con minoras nacionales que se organizan dentro
del estado al cual pertenecen; en consecuencia el pueblo es una estructura histrica y
cambiante.

Para Heller el pensamiento demoliberal relativiza el estado al pueblo, en tanto los
nacionalismos lo hacen del pueblo al estado, a pesar de lo cual en ambos casos se trata de
interpretaciones que convierten al estado en funcin de una voluntad solidaria comn del
pueblo. En general, la equiparacin de los conceptos de pueblo y nacin con expresiones
semejantes como las de soberana del pueblo, soberana nacional y voluntad estatal del
pueblo, constituye para Heller una de las confusiones caractersticas del siglo XIX.

Finalmente, la realidad del pueblo y la nacin no revelan por lo regular unidad alguna sino un
pluralismo de direcciones polticas de voluntad, y an en el apogeo de lo nacional, existe frente
a la unidad como expresin de la actuacin del estado un grupo del pueblo que disiente de ella
en los fines o en los medios; por esta razn, todo estado se encuentra siempre en el problema
de determinar qu porcin de la voluntad poltica se halla ya realizada en cada momento como
contenido de una voluntad comn orgnica, y cunto puede y debe todava ser unificado
racionalmente y organizado por medio de la autoridad: en efecto, en Heller el objeto especfico
de la poltica consiste en la organizacin de oposiciones de voluntad sobre la base de una
comunidad de voluntad

El tercer orden de ideas planteadas se relaciona con la divisin econmica en clases como
condicin de la unidad estatal.

28
2.5 Concepcin de Carl Schmitt sobre el estado

2.5.1 Lo poltico como agrupacin: estado, pueblo y nacin

La determinacin del concepto de estado en el pensamiento de Carl Schmitt pasa
necesariamente por su concepcin de lo poltico: para el pensador alemn es la distincin entre
amigo enemigo la que marca un grado mximo de intensidad de la unin o separacin, de la
asociacin o disociacin entre hombres, y es precisamente esta diferenciacin la que posibilita
identificar lo nudamente poltico. Si se atiende a esta concepcin del fenmeno, se tiene
igualmente que lo poltico corresponde a un espacio de configuracin de fuerzas que tienen
determinadas magnitudes e intensidades generadoras de tensin en la vida
6
.

Una segunda perspectiva de Schmitt que enriquece su caracterizacin de lo poltico plantea el
fenmeno en trminos de agrupacin y poder constituyente. La primera idea da cuenta de lo
esencial, en el sentido Schmittiano del trmino, y se puede expresar de la siguiente manera: la
posibilidad de agruparse como amigos enemigos basta para crear una unidad que marca la
pauta. Sin embargo, esta consideracin es preciso puntualizarla en los siguientes trminos:

Primero, tanto la posibilidad real como la existencia fctica de esta agrupacin va ms all de
lo meramente social asociativo; lo que la caracteriza de manera esencial no es la sociabilidad
misma de quienes lleguen a ser parte de ella.

Segundo, es la especificidad de la unidad que la constituye como agrupacin, lo que posibilita
diferenciarla de otras asociaciones y agrupaciones; se trata de la unidad que marca la pauta,
vale decir la unidad que posibilita decidir quien es el enemigo, decidir sobre el caso excepcional
y establecer el hostis.

Tercero, esta unidad que determina su especificidad como agrupacin tiene un carcter
decisivo frente a las dems asociaciones por dos razones fundamentales: de una parte la
intensidad de los antagonismos en diferentes mbitos de la vida humana hace posible agrupar
a los hombres en amigos y enemigos y, de otro lado, el hecho decisivo pone en un segundo

6
Schmitt, Carl. El concepto de lo poltico. Alianza. Madrid. Espaa. 1998. Schmitt, Carl. Teora de la
constitucin. Alianza. Madrid Espaa. 1982
29
plano lo puramente econmico, lo puramente religioso, etc.: vale decir, las especificidades
que caracterizaban a los grupos
7
que tienden al conflicto lmite.

Es desde esta segunda perspectiva que logra identificarse el estado como agrupacin, en
tanto unidad poltica organizada. Dado lo anterior, lo que permite diferenciar el estado de otras
asociaciones y agrupaciones es, de un lado, mantener la unidad poltica y de otra lado disponer
del ius belli, vale decir, el derecho de declarar a alguien enemigo (situacin excepcional). Para
Schmitt la asociacin humana que prescinda de estas consecuencias de la unidad poltica, no
es una asociacin poltica y renuncia con ello a la posibilidad de marcar la pauta y por lo tanto a
decidir sobre lo excepcional.

Este argumento es relevante para establecer la relacin que se presenta entre estado y pueblo,
relacin que no resulta clara en trminos de agrupacin pero s en la forma como se logra o
no la unidad, en tanto elemento constitutivo del estado como asociacin humana. Por esta
razn para Schmitt, al estado en su condicin de unidad esencialmente poltica le es inherente
la atribucin del ius belli; sin embargo, en las perspectivas de ganar la guerra no tendrn
relevancia los medios tcnicos de combate, ni la organizacin de los ejrcitos, en tanto el
pueblo unido polticamente est dispuesto a luchar por su existencia e independencia,
habiendo determinado por propia decisin en qu consiste su independencia y libertad. Desde
esta perspectiva la unidad del pueblo termina siendo unidad de estado.

Surge en este punto una tensin que da lugar a pensar y explorar las relaciones y diferencias
entre estado y pueblo, en trminos de agrupacin, y en donde en momentos los argumentos de
Schmitt, en su libro sobre El concepto de lo poltico resultan poco claros y contradictorios:
Para Schmitt el estado es unidad poltica organizada internamente, territorialmente cerrada
para s e independiente para extraos; a pesar de lo cual el pueblo puede existir por fuera de la
esfera de lo poltico si ste no esta en capacidad o no tiene la voluntad de decidir y deja decidir
a un extrao quien es el enemigo y a quien se debe o no combatir. El sometimiento y la no
libertad implican la inexistencia poltica de un pueblo.

7
Una comunidad religiosa que haga la guerra como tal, bien contra miembros de otras comunidades religiosas,
bien en general, es, ms all de una comunidad religiosa, tambin una unidad poltica (1998: 67). Una
comunidad religiosa, una iglesia, puede pretender se sus seguidores que mueran por su fe y que se sometan al
martirio, pero slo por la salvacin de su alma, no por la comunidad eclesial como estructura de poder situada en
el ms ac; en caso contrario se transforma en una magnitud poltica; sus guerras santas y sus cruzadas son
acciones que reposan sobre la declaracin de hostilidad como cualquier otra guerra. (1998:77)
30

Pero de otra parte esta consideracin de Schmitt no agota su percepcin sobre el pueblo y su
capacidad y voluntad para decidir; en su texto Teora de la constitucin, la relacin estado,
pueblo, nacin y fenmeno poltico es de otra naturaleza y permite hacer asible el problema de
la decisin desde una perspectiva diferente; se trata, en este caso, de la decisin que da
cuenta de la unidad poltica en trminos de poder constituyente.

Para Schmitt el Poder constituyente es la voluntad poltica cuya fuerza o autoridad es capaz de
adoptar la concreta decisin de conjunto sobre modo y forma de la propia existencia poltica,
determinando as la existencia de la unidad poltica como un todo
8
; as las cosas el poder
constituyente es voluntad poltica; ser poltico concreto.

Dado lo anterior, dos lugares permitirn caracterizar este poder constituyente; se trata, de una
parte, la respuesta a la pregunta Quin es el sujeto del poder constituyente?, y de otra parte,
la respuesta al interrogante Cul es la actividad del poder constituyente?

Con ocasin de la primera respuesta Schmitt hace un recorrido histrico que pasa por la
concepcin medieval del potestas constituens centrado en Dios, los planteamientos de Sieys
que ubica el poder constituyente en la nacin, en el marco de la revolucin francesa, y
finalmente las doctrinas derivadas de las experiencias americanas con las constituciones del
siglo XVIIII. Este ltimo trnsito le permite a Schmitt sealar las diferencias y relaciones entre
nacin y pueblo, desde la perspectiva del poder constituyente.

Desde estas doctrinas la nacin designa el pueblo como unidad poltica con capacidad de obrar
y con la conciencia de su singularidad y voluntad de existencia poltica. A pesar de lo cual no
siempre el pueblo existe como nacin, en este caso el pueblo puede corresponder a una
asociacin de hombres unidos mediante una especie de conciencia tnica o cultural, pero no
necesariamente poltica. En consecuencia, desde la doctrina del poder constituyente el pueblo
es nacin en tanto ste presuponga la voluntad conciente de su existencia poltica.

Es por estas razones que la nacin es ser poltico concreto con el cual Schmitt relaciona el
poder constituyente como voluntad poltica, cuya singularidad no puede ser explicada, en el

8
(1982: 93-107)
31
acto de decisin, como grupalidad, por las siguientes razones: El acto mismo de decisin
como ejercicio de voluntad no se halla prescrito por procedimiento alguno, como tampoco se
encuentra prescrito el contenido de la decisin. El poder constituyente no est vinculado a
formas jurdicas; En el poder constituyente descansan todas las facultades y competencias
constituidas y acomodadas a la constitucin, pero l mismo no puede constituirse nunca con
arreglo a la constitucin. La nacin sigue siendo el basamento de todo acontecer poltico,
fuente de toda fuerza que se manifiesta en formas siempre nuevas, que saca de si nuevas
formas, pero que no esta subordinado en su existencia poltica a una formulacin definitiva.

La respuesta que da Schmitt a la segunda pregunta caracteriza an ms la condicin del
pueblo como nacin al indicar como ste manifiesta su poder constituyente mediante cualquier
expresin de su inmediata voluntad de conjunto, dirigida a hacia una decisin sobre modo y
forma de anuencia de la unidad poltica. De esta singularidad de la nacin como sujeto del
poder constituyente se desprende un conjunto de cuestiones que pueden ser abordadas desde
tres perspectivas.

Desde la primera perspectiva el pueblo como sujeto del poder constituyente no es una
instancia firme y organizada; el pueblo no es magistratura. La fuerza, as como la debilidad del
pueblo consiste en que no es una instancia formada con competencias circunscritas y capaz de
despachar asuntos dentro de un procedimiento regulado; tan pronto como un pueblo tiene la
voluntad de existencia poltica, es superior a toda formalidad y formacin. En tanto que existe y
quiere seguir existiendo, su fuerza vital y energa es inagotable: Basta que la nacin quiera

Desde la segunda perspectiva la forma natural de la manifestacin inmediata de voluntad de un
pueblo es la voz de asentimiento o repulsa de la multitud reunida; vale decir, la aclamacin. El
que no se d a conocer ninguna manifestacin y especial voluntad, significa precisamente
asentimiento para que subsista la constitucin presente. La voluntad constituyente de un
pueblo se manifiesta siempre en un s o no fundamental y adopta as la decisin poltica que da
contenido a la constitucin.

Desde la tercera perspectiva la voluntad constituyente de un pueblo tiene la caracterstica de
ser inmediata.

32
Finalmente, la consideracin de la relacin entre pueblo, nacin y estado, desde la perspectiva
del poder constituyente, conduce a un conjunto de conclusiones parciales que si bien no
agotan la reflexin sobre los alcances de lo poltico como agrupacin, especialmente desde la
lgica amigo enemigo, y desde el estado como unidad poltica organizada, si brinda un nuevo
lugar para hacer inteligible lo poltico en trminos de intensidad, fuerza y decisin relacionada
con la excepcionalidad.

2.5.2 Estado, pluriverso de estados y poltica interior

De otra parte, al retomar nuevamente los planteamientos presentados en el libro El concepto
de lo poltico, y teniendo como eje de anlisis el estado, es posible procurarse un doble punto
de vista para llegar a lo poltico en trminos de grupalidad, se trata de una perspectiva
externa y otro interna al propio estado. En primer lugar, el estado en tanto asociacin humana
deriva su naturaleza poltica del pluralismo que genera el mundo de los estados; en trminos
de Schmitt, la unidad poltica presupone la posibilidad real del enemigo y con ello de la
existencia simultnea de otras unidades polticas; por lo tanto, la presencia de mltiples
unidades polticas en un mundo poltico que debe ser entendido como pluriverso
9
.

En este contexto y ante las diferencias que se dan entre estados el argumento de Schmitt
sobre la relacin entre existencia poltica y capacidad de decisin cambiar y se relativizar
al considerar que estados ms pequeos o ms dbiles pueden prescindir o tendern a
prescindir del ius belli, aunque logren conservar su autonoma mediante una poltica de
alianzas.

En segundo lugar, Schmitt encuentra que en el estado como comunidad poltica pueden
mantenerse subgrupos de carcter poltico secundario que consiguen, por ejemplo, contar
con competencias propias o delegadas, incluso relacionadas con el ius vitae ac necis, vale
decir con la disposicin de la vida y la muerte de un hombre bajo la forma de sentencia capital.

Dado lo anterior, la poltica interior puede ser leda desde dos ejes fundamentales: el primer eje
pone de presente la permanencia y conservacin de la idea de unidad poltica de estado que

9
De ah que, mientras haya sobre la tierra un estrado, habr tambin otros, y no puede haber un estado mundial
que abarque toda la tierra y a toda la humanidad. El mundo poltico es un pluriverso, no un universo (1998:83)
33
relativiza la pugnacidad interna y sus contradicciones, el sucedneo de este estado de cosas
es la situacin normal en la cual esta siempre presente la posibilidad de lo excepcional, pero en
donde de hecho no esta el caso decisivo o la situacin crtica.

En este marco se encuentra el estado normal que produce dentro de su propio territorio una
pacificacin procurando la paz, la seguridad y el orden; presupuestos necesarios para que las
normas jurdicas tengan vigencia general. Finalmente, en esta situacin, el estado como unidad
poltica encuentra la capacidad para determinar por s mismo el enemigo interior y con ello
llegar a declararlo hostis.

El segundo eje plantea la situacin en la cual se presenta la disolucin del estado como unidad
poltica organizada; situacin en donde adquiere evidencia la tensin entre considerar la
agrupacin poltica abordada desde la perspectiva del estado y la agrupacin poltica
abordada desde la perspectiva del pueblo; cuestin que en mltiples lugares de la reflexin de
Schmitt no aparece diferenciada, pero que sin embargo, desde un punto de vista analtico,
tiene pertinencia.

Las diferencias entre partidos polticos, clases sociales u otros tipos de grupos, pueden
alcanzar el grado extremo de la escala de la poltica interior y con ello la decisin de la
confrontacin armada entendida como guerra civil, vale decir, como lucha armada en el seno
de una unidad organizada. En este punto, igualmente adquieren relevancia elementos ya
sealados con anterioridad, como por ejemplo, la fuerza poltica de que dispone un grupo del
pueblo para llegar a la situacin decisiva logrando con ello la unidad al interior del grupo pero
procurando, en consecuencia, el rompimiento de la unidad poltica del estado y, de otro lado,
elementos nuevos como la capacidad y voluntad necesarias para que un grupo pueda asumir
el poder estatal
10
.

Finalmente, tres observaciones cierran este apartado. En primer lugar, la consideracin de
Schmitt sobre la existencia de agrupaciones dentro del estado no lo lleva a asumir una

10
Y si la fuerza poltica de una clase o cualquier otro grupo dentro de un pueblo tiene entidad suficiente como
para excluir cualquier guerra exterior, pero ese grupo carece por su parte de la capacidad o de la voluntad
necesarias para asumir el poder estatal, para realizar por s mismo la distincin entre amigo enemigo y, en caso
de necesidad, para hacer la guerra, la unidad poltica quedar destruida. (1998: 68)
34
concepcin pluralista en trminos de teora del estado
11
; lo que existe al interior de los
estados es unidad poltica o la posibilidad real al interior del estado de agruparse como
amigos y enemigos, lo cual basta para crear la unidad que marca la pauta. La no existencia de
esta unidad significa, simplemente, la disolucin del estado.

En segundo lugar, con la Sociedad de las Naciones de Ginebra los estados como tales regulan
sus relaciones polticas y buscan garantizar su existencia poltica, sin embargo, esto no
suprime la posibilidad de las guerras, tampoco elimina el ius belli que corresponde a cada
estado sino que lo traslada parcialmente a la liga; la relacin entre estados que se da en el
seno de la liga solamente significa polticamente la existencia de una alianza potencial o
efectiva, y de una coalicin que posibilita la paz pero que igualmente favorece las guerras de
coalicin. Desde la perspectiva de Schmitt, no hay una organizacin poltica universal; no hay
un estado universal que acoja a los dems estados. La consideracin de una unidad poltica
universal, de una parte, o la existencia de una pluralidad autnoma de agrupaciones polticas al
interior del estado, se constituye en una forma de despolitizacin.

En tercer lugar, en Carl Schmitt lo poltico es fundamentalmente pblico dado que el enemigo
es slo conjunto de hombres que se opone combativamente a otro conjunto anlogo, ya sea
como posibilidad real o como hecho concreto y objetivo que se sucede. Dado lo anterior, la
distincin amigo enemigo, en tanto sentido que caracteriza lo poltico, no alude a cualquier
competidor o adversario, ni tampoco a un asunto privado o individual.

2.6 Bibliografa complementaria

Capitulo Tercero
El estado en el debate Marxista una perspectiva de Martn Carnoy

3.1 Objetivo general

11
Esta teora pluralista del estado es sobre todo pluralista en s misma, esto es, carece de un centro propiamente
dicho y toma sus motivos e ideas de los ms diversos dominios conceptuales (religin, economa, liberalismo,
socialismo); ignora ese concepto central de toda teora del estado que es el de lo poltico, y ni siquiera se ocupa
de la posibilidad de que el pluralismo de las asociaciones pueda conducir a la unidad poltica de naturaleza
federalista; se queda pura y simplemente en el individualismo liberal, ya que en el fondo se limita a confrontar una
asociacin con otra, al servicio del individuo libre y de sus libres asociaciones, y confa la resolucin de todo
problema o conflicto a la decisin del individuo. En realidad no existe ninguna <<sociedad>> o <<asociacin>>
poltica;; lo que hay es slo una unidad poltica, una <<comunidad>> poltica (1998:74).
35

Conocer un conjunto de interpretaciones desde la perspectiva de Martn Carnoy
relacionadas con caracterizaciones y debates sobre el estado en el seno pensamiento
marxista, desde mediados del siglo hasta la dcada de los ochenta del siglo XX.

3.2 Objetivos especficos

Introducirse en lneas de pensamiento y problemas sobre el estado planteadas por Marx y
Lenin
Introducirse a aspectos bsicos de la interpretacin y debates sobre el estado plantados por
Antonio Gramsci
Introducirse a aspectos bsicos de la interpretacin y debates sobre el estado planteados
por Louis Althusser y Nicos Poulantzas
Introducirse a aspectos bsicos de la interpretacin y debates sobre el estado planteados
por Claus Offe y Joaquim Hirsch

3.3 Aspectos estructurantes de lectura de Marx sobre el estado

Carnoy considera que Marx no desarrollo una teora coherente y nica sobre el fenmeno
poltico y el estado, y con ello las posteriores interpretaciones marxistas sobre el estado
derivaron la crtica y lectura de las controversias que sostuvo Marx frete al pensamiento
hegeliano; a pesar de lo cual, necesario subrayar la existencia de claras lneas de pensamiento
en torno a las condiciones de posibilidad del estado, su relacin con las clases sociales y su
articulacin con la represin, entre otras
12
.

Es preciso entender que para Marx las condiciones materiales de una sociedad constituyen la
base de la estructura social y de la conciencia humana; partiendo de estos supuestos la forma
estado aparece como surgiendo de las relaciones de produccin y no del desarrollo general de
la mente humana o de una colectividad de voluntades de hombres. Es en la produccin social
de la vida que los hombres entran en relaciones que tienen un carcter indispensable e
independientes de la voluntad; relaciones que obedecen al grado de desarrollo logrado por sus
fuerzas materiales de produccin. En suma el total de esas relaciones de produccin

12
Carnoy, Martn. El estado y la teora poltica. Alianza. Mxico. 1993
36
constituyen la estructura econmica de la sociedad, el fundamento real sobre el cual se levanta
una supraestructura poltica y jurdica, a las cuales corresponde formas definidas de conciencia
social.

En conclusin, para Carnoy una lnea dominante del pensamiento de Marx coloca al estado en
un contexto histrico y lo subyuga a una concepcin materialista de la historia: en
consecuencia, en el marco de la lgica marxista, no es el estado el que otorga la forma a la
sociedad, sino, ms bien, la sociedad la que le da forma al estado; a su vez la sociedad es
modelada por el modo dominante de produccin y por las relaciones de produccin inherentes
a tal modo.

En una segunda lnea de pensamiento Marx sostiene que el estado, surgiendo de las
relaciones de produccin, no representa el bien comn sino es la expresin poltica de una
estructura de clases inherente a la produccin: dadlo anterior y en el marco de una
interpretacin histrica Marx percibe que una vez se llega a una consolidacin de la sociedad
capitalista como sociedad de clases, dominada por la burguesa, necesariamente se sigue que
el estado burgus es la expresin poltica de ese dominio. En consecuencia, el estado es un
medio esencial de la dominacin de clase en la sociedad capitalista pero no esta por encima de
la lucha de clases, a pesar de lo cual se encuentra profundamente comprometido en ella; la
intervencin del estado en la lucha es crucial, y la lucha esta condicionada por el carcter
esencial del estado como medio de dominacin de clase.

En la dinmica seala puede existir en ocasiones asuntos en los que casualmente coincidan
los intereses de todas las clases, pero la mayor parte de ellos y en esencia estn
fundamentalmente e irrevocablemente en pugna, de modo que es imposible la presencia de un
estado apoderado comn del conjunto de intereses; la idea de que el estado pueda serlo es
parte de un velo ideolgico tendido por la clase dominante sobre la realidad del rgimen de
clase.

En las reflexiones de Marx en La Ideologa Alemana define al estado como comunal, como
representante de intereses comunales en las lgicas argumentadas por Hegel, pero dado que
slo un estado democrtico poda encarnar el inters comunal, para Marx el estado prusiano
de la poca no lo era en absoluto. En consonancia con estas dinmicas y circunstancias
37
consideraba la poca burguesa como aquella en la cual la sociedad civil se escinde de la
sociedad poltica y el estado se separa del poder social, por ello rechaza la idea Hegeliana de
que la burocracia estatal es el elemento universal en la sociedad y que representa los intereses
comunales.

Segn Carnoy para Hal Draper en el joven Marx el estado no es un ideal es el pueblo, y la
burocracia es un elemento particular que identifica sus propios intereses con los estados y
viceversa; en este sentido el estado tiene cierta vida propia, separada de la sociedad civil y con
sus propios intereses particulares. Por lo tanto dadas las condiciones de Alemania en su poca
Draper considera no es inslito que Marx viese de esta manera el estado: se presentaba una
separacin entre estado por una parte y ascensin de sociedad civil burguesa, de otra parte:
histricamente el estado prusiano se vea obligado a ejercer el control sobre la aristocracia
misma, ya que no era el simple estado feudal sino el Beamtenstaat (funcionariado de estado)
de la monarqua absoluta; se trataba de una lgica en donde el estado de los funcionarios
mantena de la rienda a todas las clases para evitar una escisin de la sociedad por los
crecientes antagonismos existentes.

Carnoy llama la atencin en como Marx abandonara posteriormente esta concepcin y con ello
la comunidad se convierte en el estado, al parecer divorciada del individuo y de ciertas formas
que adquiere las conexiones entre grupos particulares: en el capitalismo mediante la
emancipacin de la propiedad privada de la comunidad, el estado se convierte en una entidad
que aparece como separada y al margen de la sociedad civil, sin embargo es una forma de
organizacin que la burguesa adopta, con propsitos de garanta mutua tanto de la propiedad
como de sus intereses; de otra toda lucha dentro del estado son formas ilusorias en que las
verdaderas luchas de las diferentes clases se establecen entre s.

El estado no existe debido a su deseo de gobierno, sino que el estado que surge del modo de
vida material de los individuos tambin tiene la forma de una voluntad de gobernar. Y sin
embargo, no es claro en qu medida y en qu forma el estado acta en interes de la burguesa
en conjunto, mientras que al mismo tiempo logra utilizar sus poderes sobre la propiedad en la
persecucin de sus intereses. El estado es la expresin poltica de la clase dominante que no
surge de una conjuracin de clase, una institucin socialmente necesaria, que debe encargarse
38
de ciertas tareas sociales necesarias para la supervivencia de la sociedad, se convierte en
institucin de clase.

(Engels) El estado tiene su orienten en la necesidad de controlar las luchas sociales entre los
distintos intereses econmicos, y que tal control este en manos de la clase econmicamente
ms poderosa de la sociedad. El estado capitalista es una respuesta a la necesidad de mediar
el conflicto de las clases y mantener el orden y orden que produce el predominio econmico
de la burguesa.

Represin y estado

En la produccin social de la vida, los hombres entran en relaciones definidas que son
indispensables e independientes de su voluntad, relaciones de produccin que corresponden a
un estado definido de desarrollo de sus fuerzas materiales de produccin. Estas relaciones
constituyen la estructura econmica de una sociedad, el fundamento real sobre el cual se
levanta la superestructura jurdica y poltica. Frente al enfoque del bien comn el estado surge
de las relaciones de produccin, no representa el bien comn sino que es expresin poltica de
la estructura de clases inherente a la produccin.

Puede haber ocasiones y asuntos en que casualmente coincidan los intereses de todas las
clases: pero en su mayor parte y en esencia, estos intereses estn fundamental e
irrevocablemente en pugna, de modo que no es posible que el estado sea su apoderado
comn; la idea de que pueda serlo es parte del velo ideolgico que una clase dominante tiende
sobre la realidad del rgimen de clase.

Frente a la dominacin, una vez que llego a su formulacin de la sociedad capitalista como
sociedad de clases, dominada por la burguesa, se sigui que el estado es expresin poltica
de esa dominacin.

3.4 Hegemona, estado y guerra de posiciones en Antonio Gramsci

Carnoy retoma como uno de los intelectuales renovadores del Marxismo a Antonio Gramsci e
introduce como una de las diferencias centrales entre l y Marx lo siguiente: para Carnoy el
39
pensador alemn no desarrollo una economa completa de la poltica en buena medida porque
crea que la economa poltica ocupaba lugar central en el entendimiento de la sociedad civil en
tanto el estado estaba arraigado en las condiciones materiales de existencia, en tanto que
Gramsci no se no se limita a considerar como actividad autnoma en el contexto de las fuerzas
materiales histricamente desarrolladas sino que la poltica es la actividad humana central,
medio social mediante el cual la conciencia individual entra en contacto con el mundo social.

Gramsci adopta la nocin marxista de hegemona burguesa en la sociedad civil y la convierte
en un tema central de su interpretacin del sistema capitalita; entendindola como predominio
ideolgico de los valores y normas burguesas sobre las clases consideradas subordinadas; con
esta perspectiva el concepto de sociedad civil adquiere una nueva dimensin que redimensiona
los alcances de lecturas relacionadas con la conciencia de clase que dominaran desde
conceptos como los de supraestructura tan caros a los planteamientos de Marx, Engels, Lenin
y Trostky; para Gramsci el estado era mucho ms que un aparato coercitivo de la burguesa,
tan caro al pensamiento leninista, el estado inclua la hegemona de la burguesa en la
supraestructura.

De acuerdo con Carnoy la sociedad civil y el estado eran anttesis para Marx; la sociedad civil
domina al estado y la estructura determina supraestructura; este concepto de sociedad civil se
constituye entonces en punto de partida del anlisis gramsciano y en l la supraestructura
adquiere un nuevo sentido al representar el factor activo y positivo del desarrollo histrico; en
otros trminos, es el complejo de relaciones ideolgicas y culturales, la vida espiritual e
intelectual, y la expresin poltica de estas relaciones las que se convierten en foco de anlisis,
en lugar del concepto de estructura que articulado a las relaciones de produccin, fueron el
factor determinante en la argumentacin marxista mas ortodoxa.

Al retomar Carnoy los planteamientos de Norberto Bobbio hace nfasis en como el
pensamiento gramsciano invierte la teora tradicional en un doble sentido: Gramsci subraya la
supremaca de las supraestructuras ideolgicas sobre la estructura econmica, y en segundo
lugar subraya la supremaca de la sociedad civil (consenso) sobre la sociedad poltica (fuerza);
es evidente que desde el concepto de hegemona as abordado se logra explicar el porque las
clases subordinadas consienten activamente las relaciones capitalistas.

40
Carnoy destaca dos sentidos del concepto de hegemona en Gramsci en uno de los casos
alude a el proceso mediante el cual la clase dominante ejerce el control por medio de su
jefatura moral e intelectual sobre fracciones aliadas a la clase dominante; dado lo anterior, la
faccin de clase dominante tiene poder y capacidad para articular los intereses de las facciones
aliadas, sin imponer su propia ideologa, y por medios pedaggicos articula los principios
hegemnicos que unen y articulan los elementos comunes de las cosmovisiones e intereses de
grupos aliados

En el segundo caso la hegemona es una clara relacin entre clases dominantes y dominadas;
se articulan entonces los intentos exitosos de las clases dominantes de emplear su jefatura
poltica, moral e intelectual para establecer visiones de mundo como universales y
omnicomprensivas, para modelar los interese y necesidades de los grupos subordinados. En el
marco de los debates que abre esta concepcin gramsciana de la hegemona, sta no es una
fuerza cohesiva en tanto ella se encuentra llena de contradicciones y expuesta a luchas; se
expresa materialmente mediante un complejo de instituciones, ideologas, prcticas y agentes;
y se unifica como aparto con la mediacin de subsistemas mltiples como los aparatos
escolares, culturales y los grupos intelectuales. Desde el punto de vista de Buci-Glucksmann la
perspectiva de Gramsci evita el institucionalismo y determinismo institucional de Max Weber,
porque la hegemona se encuentra articulada a la lucha de clases

Desde el concepto de hegemona el estado como fenmeno adquiere otra dimensin en el
seno del discurso marxista, porque ste como supraestructura se hace variable primaria del
anlisis capitalista y va con ello ms all del aparato coercitivo en la expansin del poder de
clase; el estado es entonces, en palabras de Gramsci, un complejo de actividades prcticas y
tericas con las cuales la clase gobernante no solo justifica y mantiene el dominio sino que
logra obtener consentimiento activo de aquellos a quienes gobierna.

En una segunda perspectiva el estado incluye a la sociedad civil, la abarca en tanto la
hegemona no esta confinada exclusivamen a uno de los dos lugares; estado y sociedad civil
se funden en una unidad ms grande. Dado lo anterior, para Gramsci el estado es una
extensin del aparto hegemnico y su incorporacin a la hegemona surge porque la clase
burguesa se constituyo en organismo de un movimiento continuo capaz de absorber y
transformar culturalmente la sociedad. Es entonces inteligible que desde estas dinmicas
41
hegemnicas el estado como instrumento de la dominacin debe ser ntimo participante de la
lucha por la conciencia, y frente a las crisis de la hegemona, cuando no hay poder en el campo
de lucha por la conciencia, la burguesa trate de volver al poder coercitivo de estado, en tanto
instrumento bsico de dominacin.

Por esta razn para Gramsci es de primer orden comprender el papel del estado como
educador y creador de condiciones que posibilitan ciertos modos de vida; y es desde esta
nocin que Carnoy subraya la importancia del concepto gramsciano de revolucin pasiva, el
cual alude a la constante reorganizacin del poder del estado y su relacin con las clases
dominantes para evitar que las masas ejerzan influencia sobre las instituciones polticas y
econmicas. El problema apunta finalmente a un mbito central los de debates sobre las crisis
del capitalismo, el estado, la sociedad y la lucha poltica; para Gramsci hay momentos en los
que las clases sociales se separan de los partidos polticos, imperan las soluciones violentas y
se deteriora los medios estatales que mantienen la hegemona, en dinmicas extensivas a
otras instituciones, en donde las clases gobernantes pierden el consenso y se consolida la
crisis.

Estos razonamientos llevan a Gramsci a desarrollar una estrategia alternativa llamada guerra
de posiciones, guerra de maniobra o ataque frontal del estado. Para Gramsci la experiencia
Rusa y la historia de Europa indica que la toma del estado per se no significa el control de la
sociedad, ni tampoco significa establecer otra hegemona proletaria; paradjicamente en
momentos especficos de la historia el proletariado industrial ms extenso en los pases
capitalistas ms avanzados, pero menos militantes que en Rusia estuvieron menos dispuestos
a derrocar el capitalismo; frente a esta paradoja se impone la guerra de posicin la cual
responde a cuatro aspectos:

El primer aspecto subraya que en cada pas se requiere un reconocimiento minucioso y
particular de la situacin; tal argumento se enfrenta a la perspectiva internacionalista de Marx y
posteriormente impulsada por Trotsky como revolucin permanente de todos los trabajadores
del mundo. Para Gramsci los partidos comunistas de cada pas desarrollaran sus propios
planes para crear el socialismo, atendiendo a formas de hegemona de clase consustanciales a
lo nacional. El segundo aspecto tiene como base la idea segn la cual es preciso cercar al
aparato de estado con una contrahegemona creada por la organizacin de masas de la clase
42
obrera: un grupo social puede y debe en la realidad ejercer ya la jefatura (ser hegemnico)
antes de conquistar el poder gubernamental; as pues la base estratgica no es organizar los
obreros y campesinos para lanzar un ataque contra el estado sino establecer organizaciones
de clase con fundamento en una nueva cultura, normas y valores de una nueva sociedad. La
hegemona proletaria confortara la hegemona burguesa en una guerra de posiciones, y una
vez el proletariado hubiese tomado el poder la guerra de posiciones se convertira en la base
natural para el nuevo estado.

El tercer elemento se concentra en la conciencia como elemento relevante del proceso de
cambio: se trata de una lucha por la conciencia de la clase obrera y responde a varios niveles y
momentos de la formacin de la conciencia poltica colectiva. El primer nivel de conciencia es
la identificacin profesional los miembros del grupo profesional que estn concientes de su
unidad, hegemona y necesidad de organizacin. El segundo nivel se alcanza cuando hay una
conciencia de solidaridad de intereses que no se reducen a los asuntos econmicos; en este
nivel se exige la igualdad poltico jurdica con los grupos gobernantes. En el tercer nivel de
conciencia el individuo se da cuenta de sus propios intereses corporativos y los trasciende a
los grupos subordinados que comparten su cultura

Finalmente el cuarto elemento traduce el desarrollo ideolgico a la accin y para el caso
Gramsci considera el partido poltico como instrumento del despertar de la conciencia y de la
educacin entre la clase obrera, as como de desarrollo de la hegemona proletaria; Gramsci
relaciona la trayectoria del partido con la formacin de sus propios intelectuales orgnicos

3.5 Estructuralismo y estado: Louis Althusser y Nicos Poulantzas

Para Carnoy la versin estructuralista del marxismo surge en Francia a mediados de la dcada
de los sesenta y se oriento a armonizar el pensamiento marxista con las dinmicas de la
sociedad capitalista avanzada; en el caso de Louis Althusser la perspectiva estructuralista
surge como una crtica al humanismo critico marxista de Lefebvre y Sartre, as como contra el
subjetivismo centrado en sistemas metafsicos

De acuerdo con Carnoy el pensamiento de Althusser concibe una estructura social carente de
un sujeto creador entendido como ncleo, por lo tanto la formacin social es un sistema de
43
procesos objetivos sin sujetos, derivndose con ello que los individuos son los portadores de
las relaciones estructurales en las cuales se encuentran situados, y son en este contexto las
relaciones de produccin (clases sociales) las que se entienden como sujetos histricos y no
los individuos pensados como agentes libres. De otra parte, Althusser rechaza el determinismo
econmico y defiende la autonoma relativa de la poltica y la ideologa, proponiendo un
concepto marxista de modo de produccin que identifica la economa, la poltica y la ideologa
como estructuras internamente combinadas, en donde la estructura econmica determina en
ltima instancia pero las tres pueden proceder como estructuras dominantes.

En Althusser la ideologa es aspecto estructurante de la reproduccin de las relaciones
produccin, en donde los sujetos individuos ocupan lugares mediante la divisin del trabajo y
se insertan en prcticas gobernadas por rituales ideolgicos; en consecuencia, la ideologa
existe como una construccin trascendente a toda historia de las formaciones sociales en
donde las ideologas particulares dependen en ltima instancia de la historia de las
transformaciones sociales, y con ello de los modos de produccin y las luchas de clase.

As las cosas, las prcticas gobernadas por rituales estn articuladas y definidas por aparatos
ideolgicos que permiten asir en buena medida su existencia material, mediante prcticas
incorporadas a la sociedad; en estas condiciones los individuos son subyugados por la
ideologa imperante, mediante estructuras internalizadas cuyo significado escapan a los
propios sujetos

En la lectura del Althusser propuesta por Carnoy, la concepcin del pensador francs es muy
cercana al fenmeno de la hegemona propuesto por Gramsci, salvo que para Althusser el
estado cumple un papel ms decisivo en los procesos ideolgicos, en tanto existen aparatos
ideolgicos de estado, y ste es interpretado como fuerzas de ejecucin e intervencin
represiva de los inters de las clases dominantes. En este marco interpretativo Althusser
suscribe la perspectiva marxista de separacin del aparato de estado y el poder de estado,
dado que el aparato puede sobrevivir intacto frente a los cambios del poder de estado (Cambio
en la clase inserta en el aparato); por lo tanto, el objetivo de la lucha de clases concierne al
mismo tiempo tanto al poder de estado y al uso del aparato de estado.

44
La perspectiva tradicional Althusserina identifica los aparatos coercitivos del estado atendiendo
especialmente a la funcin coercitiva, y contando entre estos al gobierno, la administracin, el
ejrcito, la polica, los tribunales, y las prisiones, entre otros. Por su parte los aparatos
ideolgicos se extienden a los sistemas de iglesia, la educacin, la familia, el sistema legal que
igualmente hace parte del aparato represivo, las comunicaciones, la cultura, los sistemas de
representacin y movilizacin poltica.

La diferencia entre aparatos depende de la singularidad adquirida por el aparato represivo y la
pluralidad lograda por el aparato ideolgico; en trminos de la diferenciacin del derecho
burgus y capitalista de lo pblico privado, el aparto coercitivo se concentra en el estado en
tanto el ideolgico se expande por fuera de ste; sin embargo para Althusser, apoyndose en
Gramsci, el estado entendido como estado de la clase dominante, no es ni pblico ni privado,
son las funciones de estos aparatos y su transformacin histrica lo que posibilitan dar
contenido a las distinciones entre pblico y privado. De otra parte, lo anterior no significa
ausencia de represin en los aparatos ideolgicos; si bien su funcin principal es ideolgica de
manera secundaria opera la represin mediante formas como el disciplinamiento. Finalmente,
Althusser concuerda con Gramsci en que el aparato de estado sin hegemona significa un
estado sin poder en el largo plazo, an si quienes controlan el aparato de estado tambin
controlan el represivo.

Atendiendo a este mismo espacio cultural y poltico francs, Carnoy destaca en el seno de los
debates marxista sobre el estado la extensa obra de Nicos Poulantzas; su primer perodo de
desarrollo acadmico identifica el estado con la reproduccin de la estructura de clase en tanto
que articulacin de las relaciones econmicas en el terreno de lo poltico; en estas
circunstancias el estado es especificacin del modo de produccin, contando con cierta
autonoma relativa de la poltica y la economa, adems de constituirse en sede de la
organizacin de la fragmentada clase capitalista, y estar al servicio del grupo hegemnico.

La separacin del productor directo y sus medios de produccin en el seno de la produccin
capitalista, conduce a una progresiva socializacin de las fuerzas productivas y a una
concentracin del capital que no apunta per se a un aislamiento de los productores; sin
embargo, all la separacin poltica y aislamiento de los trabajadores entre s, son ms el
resultado de la supraestructura jurdico poltica del estado capitalista: la produccin determina
45
la estructura del proceso laboral y con ello la separacin de los productores directos y los
medios fija el establecimiento de los agentes como sujetos jurdico polticos, constituyendo el
estado en elemento activo de los labores de individualizacin de los trabajadores, e impidiendo
la lucha de clases.

Poulantzas piensa que el estado asla trabajadores y capitalistas en individuos, pero no a la
produccin capitalista estructurada por las clases; en este plano la competencia entre
miembros de las clases, desarrolladas por las aparato jurdicos de estado, disuelve en la
produccin el conflicto que les es inherente al ocultarles por estos medios la relacin de clase y
presentar al estado como unidad poltica de la lucha econmica; por estas razn para
Poulantzas la lucha poltica es relativamente autnoma de la lucha econmica, y con todo
tiende a constituir una unidad de clase posibilitadora para los capitalistas de la reproduccin de
las relaciones econmicas de clase, y generadora de procesos en donde la lucha poltica
relativamente autnoma sujeta por las clases dominantes.

Los resortes de este comportamiento logran ser explicados en Poulantzas si se parte del
concepto gramsciano de hegemona y aparatos ideolgicos de Althusser; por lo tanto, para
Poulantzas la hegemona indica cmo los intereses polticos de la clase dominante se
constituyen en representaciones del inters general; y de qu manera las fracciones de clase
dominante se organizan en un bloque de poder reunificador de los capitales en competencia y
controlador del estado: es en el marco de estas tendencias en donde en el estado, el dominio
estrictamente poltico toma la forma, la apariencia, de una relacin entre fracciones de clases
dominantes y dominadas, en las que desaparece la lucha de clases

En torno a las posibles explicaciones dadas a este fenmeno, Poulantzas considera que
Gramsci introdujo una ruptura terica entre hegemona y dominio: es en este sentido que una
clase puede y debe volverse ideolgicamente dirigente antes de ser una clase polticamente
dominante, y hacerse inteligible la situacin en la cual el poder se encuentra separado de la
hegemona. Poulantzas considera incorrecto este planteamiento y opta segn Carnoy por un
punto de vista ms Althusseriano, dado que para l la ideologa no puede ser separada de la
unidad estructural en que se manifiesta, y esta estructura se articula a la dominacin de una
clase determinada, con sus correlativos efectos en el campo de la lucha de clases.

46
La ideologa legitima la existencia y el funcionamiento de un estado clasista, sin embrago, en
las interacciones de las facciones dominantes, la faccin hegemnica polariza los intereses
contradictorios de los bloques de poder; para Poulantzas en estas circunstancias se puede
presentar que una faccin pueda estar a cargo del estado sin ser por ello hegemnica, o una
faccin dominante, en un momento dado, puede no ser hegemnica y no formar parte del
bloque hegemnico, pero si estar como clase gobernante controlando parte del estado.
Finalmente, en el contexto de la ideologa dominante el bloque de poder es expresin poltica
de las diferentes facciones de la clase dominante, y es por los bloques de poder como stas se
unifican para gobernar; no obstante su funcin es convertir la ideologa dominante en acciones
concretas.

Para Carnoy los aportes posteriores de Poulantzas abandonan la perspectiva estructuralista y
asumen una interpretacin ms cercana a considerar un estado moldeado por la propia lucha
de clases, pero en una dinmica en la cual las relaciones de diferencia entre estado y clase
dependen de las etapas del desarrollo capitalista, en cuyo contexto la autonoma relativa del
estado es ms compleja y contradictoria al ser viable la lucha de clases dentro de los aparatos
de estado, dadas las contradicciones inherentes a esta autonoma y al papel que cumplen los
movimientos sociales: en consecuencia, el estado es ms un unificador de las fracciones de la
clase capitalista e individuaulizador y aislador de la clase obrera.

En trminos grueso algunos de los argumentos identificados por Carnoy como reformuladores
del fenmeno estatal en Poulantzas son lo siguientes:

Al mantener que los aparatos de estado no son otra cosa que materializacin y condensacin
de las relaciones de clase, se aparta de los anlisis institucional funcionalistas, en donde las
relaciones de clase se definen por la posicin que ocupan los agentes en las relaciones
institucionales: en Poulantzas a las instituciones, en sus relaciones jerrquicas, no les es
inherente un poder como tal, el estado mismo es materializacin y concentracin de relaciones,
no es una entidad con una esencia instrumental intrnseca; por lo tanto no son jerarquas las
que crean las clases, sino stas las que configuran la particularidad del poder en el aparato de
estado

47
En una segunda formulacin Poulantzas describe en la etapa competitiva y en la de capitalismo
competitivo, la forma como el estado materializa y condensa las relaciones de clase y
representa los intereses de la clase dominante. En ambas etapas el estado queda separado
de la estructura econmica, dando la apariencia de tener una autnoma relativa ante la clase
dominante: una primera expresin se deriva de la separacin de los productores directos de los
medios de produccin, e histricamente se promueve una ideologa promotora del concepto de
democracia poltica como condicin suficiente para las sociedad democrticas de masas: la
idea de una persona un voto desva la atencin de la lucha de clases, en tanto la democracia
poltica desplaza la lucha de le esfera econmica a la lgica de la actividad de los votantes, en
una arena poltica en donde todos los miembros de la sociedad son iguales en trminos
jurdicos y se tiene el mismo poder para la modificacin de la situaciones sociales: se trata de
una disolucin del conflicto en trminos econmicos. En el capitalismo monopolista el estado
asume funciones econmicas que no tena en la etapa competitiva, al extenderse las funciones
de estado de manera directa en los procesos de valorizacin del capital, como resultado de las
propias crisis de produccin del capital.

La tercera formulacin circunscribe el debate a presuposiciones dominantes que abordan las
actuaciones de estado como formas exclusivamente negativas: prevenir, controlar, excluir,
entre otras. El anlisis del estado exclusivamente desde categoras de la represin y la
prohibicin conducen a una subjetivacin de las razones de consentimiento por parte de las
masas; el estado no acta solamente de manera negativa, sino que ste interviene igualmente
de manera positiva, creando, transformando y consolidando la realidad; para Poulantzas es de
gran importancia las diferenciaciones de los aparatos de estado en trminos de represivos e
ideolgicos pero al reducirse esta interpretacin a acciones exclusivamente negativas se tiene
una percepcin restringida del estado: Carnoy considera que esta lgica la contrarresta
Poulantzas al integrar lo represivo y lo ideolgico estatal a los contextos de lucha de clases

Finalmente, la cuarta formulacin alude a la manera como la produccin capitalista est
enmarcada en una divisin del trabajo que diferencia entre trabajo intelectual y manual cuya
separacin, mediante el uso tecnolgico, racionaliza un poder saber que se inscribe como
proceso de dominacin. Para Poulantzas el estado es colorario y producto de esta divisin,
dado que toma el conocimiento y participa en la manera como se lo transforma en lenguajes y
rituales que lo separan del consumo de las masas y del trabajo manual. Igualmente el estado
48
incorpora las ciencias en sus mecanismos de poder con cuerpos de especialistas que controlan
por medio de su dependencia econmica

3.6 Debate Alemn: los planteamientos de Claus Offe y Joaquim Hirsch

Para Carnoy desde la dcada de los cincuenta se consolida en el espacio cultural alemn un
conjunto de teoras sobre el estado (teoras del capital monopolista de estado) que incorpora
reflexiones a partir de las transformaciones estatales de posguerra y frente a las teoras
marxistas ortodoxas

Carnoy plantea que para Claus Offe el estado esta formado por aparatos institucionales,
organizaciones burocrticas y normas que constituyen y regulan les esferas pblica y privada
de la sociedad; el estado materializa relaciones de dominacin y una unidad en la que reside
su pretensin de legitimidad y monopolio de las fuerzas de coaccin. La perspectiva de Offe
subraya a su vez la autonoma relativa de estado de tal manera que en l la burocracia es
mediadora independiente de la lucha de clases, fenmeno inherente a los procesos de
acumulacin capitalista: para Carnoy el papel de mediacin de las burocracias y el
derivacionismo de estado sustentado por Offe, parte de una investigacin del estado cuyo
punto de partida es el anlisis de los procesos de acumulacin de capital, de cuyos cambios se
derivan concretamente las funciones de los aparatos de estado.

Otros derivacionistas como Joaquim Hirsch conciben el proceso de acumulacin de capital
como aspecto bsico para comprender las funciones de estado y especialmente la funcin
fundamental de contrarrestar la tendencia de la tasa de rendimiento a reducirse, y la labor de
distribuir el excedente entre los diferentes capitales, y entre el capital y el trabajo.

Para Offe la crisis de la produccin capitalista hace surgir mecanismos adaptativos que son
internos al mercado y a travs de las funciones de estado, por lo tanto el estado es un
administrador en tiempo de crisis y frente a su relacin con las clases dominantes Offe rechaza
tanto las concepciones instrumentalistas (teoras de la influencia) como las perspectivas
estructuralistas (teoras del constreimiento). En las primeras se atribuye el control directo del
estado por la clase capitalista mediante la influencia de empresas sobre el legislativo y el
ejecutivo, por los medios de informacin y organismos reguladores, as como por la amenaza
49
capitalista de una huelga de inversin. En las segunda se identifican limitaciones estructurales
a posibles cursos de accin, falta de soberana de instituciones y en procesos polticos, y con
ello tanto unas como los otros no son instrumentos eficaces de un inters no capitalita.

Frente a estas concepciones se argumenta que ambas suponen intereses especiales de
capitales se trasladan al espacio poltico y all tienen la calidad de intereses de clase; Offe
considera que la anarqua de la produccin capitalista hace improbable que un concepto de
inters de clase relacionado con un grado de racionalidad derivado de coincidencias y
divergencias situacionales pudiese ser creble; en tal situacin parase ms probable que
cualquier poltica de estado particular sirva a intereses igualmente particulares ms que a
intereses de la clase en general.

En una segunda controversia Offe critica los supuestos de estas teoras en lo atinente a las
relaciones de poder; se trata de ideas mecanicistas del poder que no se ocupan de sealar
cmo las estructuras de los subsistemas (produccin y estado) poseen mnimos de
reciprocidad o complementariedad; factores sin los cuales no se podra mostrar la existencia de
relaciones de poder.

Apoyndose en estas crticas Offe propone que el estado capitalista no es un conjunto de
instituciones que simplemente puedan separarse de otras instituciones privadas sino que es
una red histricamente acumulada de formalismos legales e institucionales que abarca y
condiciona multiplicidad de interacciones que interviene en la sociedad: considera que donde
mejor se expresan los intereses de la clase gobernante es en las estrategias de aparato de
estado no iniciadas por intereses externos sino por las mismas rutinas de las estructuras
formales de la organizacin de estado.

Para Offe el estado capitalista tiene que satisfacer condiciones para reproducirse a s mismo, y
esto es lo que garantiza su selectividad especfica de clase, siguiendo las siguientes
condiciones: El estado no puede ordenar la produccin ni controlarla, no puede iniciar la
produccin no acumulativa en empresas privadas o poner alto a la produccin; adems el
estado tiene formalismos organizativos que le impiden tomar decisiones acerca del uso
concreto de la produccin. Los actores del aparato de estado dependen para su supervivencia
de recursos derivados del proceso de acumulacin privada como los impuestos: la acumulacin
50
acta como norma limitadora del proceso de formacin poltica. El estado debe promover y
promover condiciones para el proceso de acumulacin general, y hacerlo ante amenazas que
causen problemas de acumulacin, competencia entre unidades acumuladoras. Finalmente, en
tanto el personal del aparto de estado no tiene base de poder propio necesita mandatos para
su accin derivados de fuentes alternativas de poder como el concepto de estado que
representa los intereses comunes y generales de la sociedad; por lo tanto el estado funciona
apelando a smbolos y fuentes de apoyo que ocultan su naturaleza de estado capitalista

Dado lo anterior para Offe los limites a las funciones de estado emanan de conciliar
dinmicamente los requerimientos de acumulacin capitalista y de legitimidad: en
consecuencia la poltica de gobierno es el intento interno por establecer equilibrios entre
elementos constitutivos y en el marco del potencial antagonismo entre produccin socializada y
fines particulares; histricamente el estado capitalista avanzado debe ejercer el poder de
intervenir en los procesos de acumulacin y al mismo tiempo practicar un inters de clase
(promocin de la acumulacin) pero como si representara los intereses de las masas, en tanto
en el estado liberal poda ser legitimado por la no interferencia en los mercados privados.

3.7 Bibliografa complementaria

Captulo Cuarto
Estado, concentracin de capitales y capital simblico en Pierre Bourdieu

4.1 Objetivo general

Presentar aspectos generales sobre asuntos relacionados la gnesis del estado desde la
perspectiva de Pierre Bourdieu

4.2 Objetivos especficos.

Introducirse en el problema sobre la produccin de categoras relacionadas con el estado y
el papel del estado en este proceso
Plantearse una lectura sobre la gnesis de formacin del estado desde la formacin del
capital simblico y la concentracin de otras formas de capital
51

4.3 Estado y categoras de pensamiento

La importancia de algunas de las reflexiones de Pierre Bourdieu sobre el estado radica en el
llamado de atencin que el autor hace sobre el papel que el propio estado cumple en la
generacin de representaciones sobre lo que es l, y en segundo lugar en
13


Bourdieu considera que uno de los poderes ms importantes del estado es imponer y
reproducir categoras a todo, incluyendo el propio estado; este razonamiento le permite al
socilogo francs indicar cmo pensar el estado significa exponerse a utilizar las categoras de
pensamiento producidas y avaladas por el propio estado. Frente a este tipo de limitaciones es
posible derivar las siguientes tres lgicas de anlisis adelantadas por el autor para responder a
este inconveniente.

El problema sealado lleva aparejado para Bourdieu un no reconocimiento de la verdad ms
fundamental del estado, situacin que nos hace olvidar a todos cmo el estado mismo en tanto
institucin instituida ha sido el fruto de una serie de actos histricos, pero que sin embargo, en
momentos, tienen la apariencia de presentarse como naturales; en consecuencia frente a esta
situacin dominante, la tarea inmediata sera la reconstruccin de la gnesis del propio estado.
Dado lo anterior, un camino expedito para responder a esta dificultad es proponer un modelo
de la emergencia del estado que busque dar cuenta sistemticamente de la lgica histrica de
los procesos, al trmino de los cuales se instituyo el estado.

En un primer momento uno de los medios considerados para el logro de esta empresa lo
encuentra Bourdieu en la aplicacin de una especie de duda hiperblica al estado y al
pensamiento de estado: por lo tanto, la actividad inicial es poner en cuestin todos los
presupuestos y las preconstrucciones inscritas en la realidad que se busca analizar, incluyendo
el pensamiento mismo de los analistas. En un segundo momento Bourdieu destaca frente al
propsito del modelo de emergencia del estado, la dificultad casi irrealizable de conciliar el rigor
y la coherencia de la elaboracin terica, con el sometimiento a los datos, casi inagotables,
calculados por la investigacin histrica.

13
Bourdieu, Pierre. Espritus de estado. Gnesis y estructura del campo burocrtico. Contenido en Razones
practicas. Sobre la teora de la accin. Anagrama. Espaa. 1997
52

4.4 Gnesis de estado y capital simblica

Bourdieu encuentra en su indagacin que el estado ha sido el resultado de un proceso de
concentracin de diferentes tipos de capital: el capital de la fuerza fsica o de instrumentos de
coercin, el capital econmico, el capital cultural o informacional, y el capital simblico,
concentracin que, en tanto que tal, convierte al estado en poseedor de una especie de
metacapital que otorga poder sobre las dems clase de capital y sobre sus poseedores. Este
punto de llegada le permite a Bourdieu llamar la atencin sobre la manera como la mayor parte
de los modelos de gnesis del estado (desde los marxistas, propensos a considerar el estado
como simple rgano de coaccin; Max Weber y su definicin clsica de monopolio del uso de la
fuerza, a los trabajos de Norbert Elias y Charles Tilly) han privilegiado en lo fundamental la
concentracin del capital de fuerza fsica.

En consecuencia, surge un esfuerzo por parte del autor orientado a caracterizar aspectos
centrales de las dinmicas de concentracin de estas diversas formas del capital en la
formacin del estado y sus interdependencias en los siguientes trminos:

Por una parte el naciente estado afirma su fuerza fsica en dos contextos diferentes: en el
exterior, en relacin con otros estados en y a travs de la guerra por la tierra; en estas
circunstancias las fuerzas armadas se diversifican progresivamente en fuerzas militares
destinadas a la competencia interestatal, y, por otro lado, en fuerzas de polica destinadas al
mantenimiento del orden interior.

Sin embargo, es ininteligible este proceso sino se tiene en cuenta que la concentracin del
capital de fuerza fsica pasa por la instauracin de una fiscalidad eficiente, apareja con la
unificacin del espacio econmico. Para el caso, Bourdieu destaca como el impuesto de estado
se desarrolla en relacin con el crecimiento de los gastos de la guerra: es en este marco que
los imperativos de la defensa del territorio, primero invocados circunstancialmente, se
convierten poco a poco en la justificacin permanente del carcter obligatorio y regular de los
impuestos; de este modo se va instaurando progresivamente una lgica econmica basada en
la recaudacin compartida y la redistribucin, funcionando como principio de la transformacin
53
del capital econmico en capital simblico, el cual se concentra inicialmente en la persona del
prncipe.

Es en el desarrollo de estas dinmicas en donde se hace comprensible como la
institucionalizacin del impuesto fue el resultado de una autentica guerra interior llevada a cabo
por agentes estatales contra las resistencias de los sbditos, que se descubren
progresivamente como contribuyentes, dando lugar a una legitimidad del impuesto, el cual se
va considerando imprescindible para las necesidades del rey, destinatario trascendente y
cuerpo ficticio del estado; finalmente, con ello se consolida el reconocimiento de esta instancia
trascendente a los agentes encargados de actualizar tales cobros, generndose el fundamento
prctico para la disociacin entre el rey y los ejecutores injustos y corrompidos que le
engaaban tanto como engaaban al pueblo.

De otra parte Bourdieu destaca la manera como la concentracin de capital econmico ligado a
la consolidacin de una fiscalizacin unificada va aparejada con la concentracin de capital
informacional, posibilitando la unificacin del mercado cultural: en este mbito el estado
concentra, trata y distribuye la informacin llevando a cabo una unificacin al situarse desde la
perspectiva del todo social mediante el censo y la estadstica, la contabilidad nacional, la
unidad cartogrfica, la escritura, la archivistita y la unificacin cognitiva.

Tales dinmicas estn en consonancia con a la unificacin de cdigos y los mbitos jurdico,
lingstico y mtrico; as como con las formas de comunicacin, burocratizacin y modelizacin
de estructuras mentales atadas a la afirmacin de una educabilidad universal y expansin de
lgicas y representaciones culturales que son al mismo tiempo dominantes, legtimas y
oficiales. Bourdieu destaca finalmente, en consonancia con lo anterior, el camino que toma la
organizacin y jerarquizacin del cuerpo judicial y concentracin del capital jurdico, el cual se
constituye en una forma objetiva y codificada del capital simblico.

Establecidas estas dificultades y examinadas las diferentes dimensiones de concentracin de
capitales, las cuales han obedecido a lgicas, dinmicas y facetas de expansin y
consolidacin interdependientes, Bourdieu argumenta que el aspecto central de todo este
fenmeno ha sido hasta el momento ignorado por las existentes teoras de la gnesis del
estado; se trata de la concentracin de un capital simblico, que se presenta como condicin y
54
en ciertas situaciones como factor de acompaamiento de las formas de concentracin de
capital ya identificadas.

Se entiende entonces el capital simblico como cualquier propiedad (tipo de capital) cuando es
percibida por agentes sociales cuyas categoras de percepcin son de tal naturaleza que les
permiten conocerla (distinguirla) y reconocerla, confirindole un valor; se trata de la forma que
cualquier tipo de capital cuando es percibido a travs de unas categoras de percepcin que
son fruto de la incorporacin de las divisiones o de las oposiciones inscritas en la estructura de
de distribucin de esta especie de capital (Por ejemplo fuerte/dbil, grande/pequeo,
rico/pobre, culto/inculto, etc.) De lo que resulta que el estado, que dispone de medios para
imponer e inculcar principios duraderos de divisin con forme a sus estructuras, es la sede por
antonomasia de la concentracin y del ejercicio del poder simblico.

Esta afirmacin literal de Bourdieu da lugar a entender la magnitud y alcance del poder del
estado en trminos de la eficacia simblica que de l se deriva; el pensador francs desde este
punto de vista trastoca las tradiciones intelectuales inclinadas a plantearse oposiciones entre
visiones fisicalistas para las cuales las interacciones sociales son relaciones de fuerza, y
aquellas perspectivas cibernticas que las concibe como relaciones simblicas, de
comunicacin; romper con esta oposicin implica que la sumisin y la obediencia son actos
cognitivos y categoras de percepcin. Las estructuras cognitivas son formas histricamente
construidas, y en este plano el estado est en condicin de imponer e inculcar de manera
universal estas estructuras que se constituyen en fundamento de un conformismo lgico y un
conformismo moral asentado cotidianamente como mundo del sentido comn.

En Bourdieu la construccin del estado va aparejada a la ereccin de una especie de
trascendencia histrica comn e inmanente a todos los sbditos, que se constituye en marco
de imposicin de prcticas de percepcin, entendimiento y memoria; en consecuencia, el
estado contribuye a la produccin y reproduccin de instrumentos de construccin de la
realidad. El estado no precisa de dar ordenes sino que garantiza la sumisin dxica al orden
establecido; entendiendo que la doxa es un punto de vista particular, punto de vista de los
dominantes que se impone como punto de vista universal.

4.5 Bibliografa complementaria
55

Capitulo Quinto
Estado, modelo polimorfo y cristalizacin en la perspectiva de Michael Mann

5.1 Objetivo General

Introducirse en los principales planteamiento de Michael Mann relacionados con el estado
moderno

5.2 Objetivos especficos

Introducirse al concepto de cristalizacin y teora del embrollo sobre la formacin del
estado, atendiendo a fuentes del poder social

Hay formas como se cristaliza el estado como centro de numerosas redes de poder. Los
estados poseen mltiples instituciones encargadas de tareas y movilizan distritos electorales
tanto territorialmente como geopolticamente; hay distintas reas de cuestiones, dominios de la
poltica que movilizan distintos electorados; en consecuencia los estados son completamente
polimorfos
14
.

Se trata entonces de partir de una perspectiva institucional a una funcional; el planteamiento
impregna mltiples instituciones y electorados convirtiendo a los estados en cristalizaciones
generales ms simples.

Marxistas, pluralistas y realistas afirman que los estados modernos cristalizan en ltima
instancia como capitalistas, democracias de partidos y perseguidores de la seguridad,
respectivamente; desde esta perspectiva las relaciones entre las distintas instituciones
responden a unas pautas y unas jerarquas, pero la teora del embrollo desmiente
explcitamente este planteamiento.


14
Mann, Michael. Las fuentes del poder social, II. El desarrollo de las clases y los estados nacionales, 1760 -
1914. Alianza. Espaa. 1997
56
Existen dos mtodos para determinar si ciertas cristalizaciones o compromisos entre ellas son
en definitivas decisivos; se trata de la comprobacin de jerarquas y la ultimidad; el primero
corresponde al mtodo directo, el segundo al indirecto.

El mtodo indirecto confirma que, por ejemplo, el estado cristaliza en ltima instancia como X y
no como Y (capitalista y no proletario), dado que X e Y son diametralmente opuestos. Dado lo
anterior se tratar entonces de analizar los repetidos enfrentamientos (X contra Y) y las no
correspondencias, ver quien gana y llegar a una conclusin sistemtica.

El problema consiste en que cada cristalizacin de una funcin es sistemtica y limitada y
limitada, en el sentido de que ha de estar establemente institucionalizada. De igual modo que
un estado puede ser capitalista o socialista, o encontrar un compromiso relativamente estable
entre ambas cosas, puede ser tambin laico, catlico, protestante, islmico, etc., o establecer
un compromiso institucionalizado en materia religiosa.

Cada una de las cristalizaciones es intrnsecamente sistmica y presentar desafos frontales y
no correspondencias que en los pases contemporneos han conseguido institucionalizar en
buena medida. Pero las relaciones entre las cristalizaciones funcionales no presentan ese
carcter sistmico. Las relativas a las clases o a la religin, por ejemplo difieren bastante y a
menudo entran en conflicto; sin embargo ste no acostumbra ser sistmico, ni sus
enfrentamientos suelen producirse en una dialctica frontal.

Incluso sin confrontacin directa, los estados tienen que establecer prioridades y dar a cada
cristalizacin su importancia. Para ello existen cuatro mecanismos:

Primero. Constituciones y cdigos de leyes que especifiquen los derechos y las obligaciones

Segundo. Presupuestos que establecen las prioridades fiscales. Puesto que la actividad del
estado cuesta dinero, sus presupuestos revelan dnde residen fundamentalmente el poder y
las limitaciones

Tercero. Las mayoras polticas democrticas que podran indicar la distribucin jerrquica del
poder, tal como lo afirman los pluralistas.
57

Cuarto. La burocracia monocrtica podra asignar racionalmente prioridades dentro de la
administracin.

Para que las distintas cristalizaciones produjeran un estado singular y sistmico se requerira
no slo un extraordinario talento organizativo por parte de los administradores, sino tambin un
extraordinario inters poltico de los actores de la sociedad civil; los estados no establecen sus
prioridades ltimas en funciones tales como la regulacin de las clases, la centralizacin del
gobierno o la democracia. Los actores polticamente poderosos realizan la mayora de las
numerosas funciones estatales con un sentido pragmtico, segn las tradiciones y las
presiones del momento, y reaccionan con igual pragmatismo y precipitacin a las crisis que los
afectan a todos; por esta razn, las cristalizaciones polticas no acostumbran enfrentarse entre
s dialcticamente.

Entre X y estas Y no chocan frontalmente, se entrelazan y se deslizan una alrededor de las
otras, y las soluciones de la crisis que afectan a cada una de ellas suelen tener consecuencias,
a veces involuntarias para las dems. Las cristalizaciones que en principio se oponen
frontalmente no se perciben as en la prctica porque aparecen entrelazadas con otras; sin
embargo distintas cristalizaciones pueden dominar distintas instituciones estatales.

Cada tipo de estado cristaliza en formas distintas. Mann, atendiendo al perodo estudiado,
identifica seis cristalizaciones de nivel superior de los estados occidentales: las cinco primeras
son el capitalismo, la ideolgico-moral, la militarista, y varias posiciones variables de un
continuo representativo que va desde la monarqua a la democracia de partidos, y de un
conjunto nacional que va desde el estado nacin centralizado al sistema confederal.

En el nivel extensivo subrayo por lo general cuatro cristalizaciones de nivel superior:
capitalismo, militarismo, representativa y nacional; cada una de ellas produce su propio
conflicto dialctico frontal que constituye combinado con los otros la sustancia de la poltica
para el perodo estudiado; es claro que estos estados experimentaron cambios lingsticos y
religiosos, entre otros, pero en todos ellos se consolidaron el capitalismo, el militarismo y la
representatividad nacional gracias al desarrollo general de las fuentes de poder social: sino se
hubieran modernizado los cuatro, no habra sobrevivido.
58

Para Mann los estados occidentales fueron y son capitalistas, cristalizacin hasta cierto punto
no amenazada por desafos frontales, sin embargo, estos estados no son ni fueron nicamente
capitalistas.

En occidente durante este perodo las redes de poder cristalizaron tambin en torno a otras
cuestiones de nivel superior. Dos de ellas afectaban la ciudadana: quin la disfrutaba y dnde
se localizaba; este fenmeno respectivamente puede denominarse cuestin representativa y
nacional

La representatividad gira en torno a la contestacin y la participacin y los regimenes
obedecieron a una ms que a otra.

Captulo sexto
Concepciones y lgicas sobre los estados en la globalizacin de la segunda mitad del
siglo XX
6.1 Objetivo general
Identificar aspectos y problemas bsicos relacionados con las dinmicas global de finales
del siglo XX y la reconfiguracin del papel de los estados en estos procesos

6.2 Objetivos especficos


6. 3 Unidades polticas y pluriverso internacional

La produccin de una poltica global que antecede a aquella que se hace visible en las ltimas
dcadas del siglo XX y primeros aos del XXI puede ser considerada con ocasin de las
siguientes reflexiones de Held, McGrew, Goldblatt y Perraton en los siguientes trminos: los
estados modernos se entendieron como aparatos polticos distintos del gobernante y del
gobernado, con jurisdiccin suprema sobre un rea territorial delimitada, respaldados por las
exigencias del monopolio del poder coercitivo y con ciertas formas de legitimidad articuladas a
un nivel mnimo de apoyo o de lealtad de los ciudadanos.

59
Este conjunto de caractersticas enumeradas con anterioridad tendran como correlato un
orden internacional en donde no operan relaciones democrticas entre los estados, en el marco
de actuaciones soberanas de estado que asumen su autonoma territorial, decisoria y
funcional, y orientadas a otros estados en un espacio de conflicto armado mediado por un
derecho de gentes que exige unos mnimos de conducta y/o un espacio institucional centrado
en relaciones entre estados, en donde las acciones intergubernamentales se orientan desde el
ejecutivo y por medio de cuerpos diplomticos especializados en poltica extranjera.
15


La configuracin de este orden internacional devino en el mbito de procesos de expansin
colonial; dinmicas imperialistas; formas de acumulacin de capital; internacionalismo;
profundizacin, extensin y diversificacin de idearios y modelos clsicos liberales y socialistas
de racionalidad, participacin y organizacin poltica (voto universal, representacin directa y/o
indirecta, partidos polticos, ciudadana nacional), fundadas sobre derechos burgueses o
ideologas socialistas. El cierre de este orden de la poltica procede en algunas de sus
dinmicas desde los mismos inicios del siglo XX, sin embargo, son los escenarios de finales de
este mismo siglo los que procuran, por su parte, un nuevo tipo de poltica global. De qu
nueva globalidad se trata?

Se trata de una globalidad en la cual los estados se han venido interconectando gradualmente
en mltiples pautas de intercambio, coproduccin, sujecin y dominacin, con lgicas diversas
y diferenciadas, que operan, producen y dinamizan transformaciones sociales, polticas,
econmicas, culturales, tecnolgicas, ambientales y espaciales enmarcadas en prcticas y
mediaciones deslocalizadas, articuladas a flujos, redes y circuitos de smbolos, imgenes,
bienes, servicios, capital, conocimiento, comunicaciones, trabajo, entre otros; y que rompen
con los referentes espaciales del estado y la unidad temporaria de grupos locales, formas
culturales especficas y ciclos eco-ambientales.

Esta transformacin global configura unas nuevas formas de poltica global que pueden ser
abordadas desde: el nuevo espacio poltico global, los cambios del ejercicio del poder global,
las formas de los regmenes internacionales y supranacionales, la nueva institucionalizacin

15
Held, David. [el al]. El estado territorial y la poltica global. Contenido en Transformaciones globales: poltica,
economa y cultura. Oxford University Press. 2000
60
poltica internacional y supranacional, un derecho internacional y unas formas renovadas de
comunidad poltica.

Primera dimensin. Se entiende por poltica global una extensin de las relaciones polticas
incluyentes de los estados y sus formas subnacionales, pero que van ms all de sus fronteras.
La espacialidad de este tipo de poltica implica que las decisiones y acciones polticas en una
parte del mundo pueden adquirir rpidamente ramificaciones en todo el mundo; este tipo de
decisiones se diseminan mediante comunicaciones rpidas y complejas redes en donde la
accin a distancia impregna con mayor intensidad las condiciones sociales y los mundos
cognitivos de lugares especficos o de comunidades polticas locales que pueden impactar el
plano global y viceversa. La espacialidad de la poltica global desafa distinciones tradicionales
entre poltica domstica/poltica internacional, interna/externa, territorial/no territorial, arraigadas
en las concepciones convencionales de la poltica centrada en el estado.

Segunda dimensin. Corresponde al ejercicio del poder global en instituciones y
organizaciones globales mediante las cuales se crean y/o se mantienen reglas y normas que
gobiernan el orden mundial, (instituciones estatales, de cooperacin e intergubernamentales;
organizaciones y grupos de presin, corporaciones transnacionales, movimientos sociales
transnacionales, organizaciones no gubernamentales y sistemas de gobierno y autoridades
transnacionales).

Tercera dimensin. Los regimenes internacionales pueden definirse en funcin de principios,
normas, reglas, y procedimientos de tomas de decisin implcitos o explcitos, alrededor de los
cuales las expectativas del actor poltico convergen en un rea indeterminada de las relaciones
internacionales. Los regimenes internacionales no son simplemente acuerdos temporales ad
hoc; ms bien, son variables que intervienen entre el poder fundamental y las estructuras
econmicas del sistema internacional y los resultados definitivos. Los regimenes
internacionales proporcionan estructura de responsabilidad jurdica, mejoran informacin
disponible, reducen costos de transaccin de la cooperacin e inyectan ciertos grados de
prediccin en relaciones que de otra manera seran anrquicas. Los regmenes internacionales
delimitan la institucionalizacin de la poltica global, constituyen formas de ejercicio del poder
global que distan de las nociones tradicionales de gobierno concebido en funcin de los
mbitos especficos del poder soberano estatal. A pesar de la diversidad en las formas, en las
61
funciones y estructuras, los regmenes internacionales articulan sistemas de ejercicio del
poder sin gobierno.

Cuarta dimensin. Junto con los incrementos en los flujos de comercio, inversin extranjera
directa, productos financieros, turismo, vinculaciones culturales, desechos peligrosos y
conocimiento, ha tenido lugar una intensificacin de las formas de cooperacin internacional,
las instituciones internacionales, las formas de normalizacin y las comunicaciones
intergubernamentales y transnacionales, creando enormes problemas de coordinacin poltica,
de tal manera que a menudo parece que el estado ya no es un solo actor en el espacio
mundial, sino una multiplicidad de actores en muchos foros diferentes.

Quinta dimensin. Nuevas estructuras jurdicas tienden a la configuracin de un derecho
cosmopolita que permiten reducir y delimitar la soberana estatal, estableciendo estndares y
valores frente a formas de conflicto armado, a formas de impacto tecnolgico en los
ecosistemas, en los abusos de poder que se dan en el seno de los mismos sistemas estatales
y en la redefinicin de las circunscripciones legales. De otro lado, hay una reconstitucin de las
prcticas polticas ciudadanas sobre la base de mltiples ciudadanas y biografas
transnacionales. Las formas identitarias polticas se segmentas y rompen los ordenes del
estado; emergen identidades tnicas y nacionales, religiosas y de genero glolocalizadas, los
consumidores actan polticamente y la subpoltica moviliza ciudadana local y transnacional
por fuera de las formas instituidas nacionales y globales de la poltica pblica identitaria, de las
poblaciones, de las diferencias y de las subjetividades.

6.4 Lmite y configuracin de la espacialidad en el nomos global

Elmar Altvater
16
propone una lectura de las diferencias que se dan entre dos espacialidades
que resulta relevante en este caso porque lo hace desde el concepto de frontera. En la primera
espacialidad nos encontraramos con el estado como una centralidad desde la cual se plantea
la frontera como lugar (lnea divisoria) que separa lo interior y lo exterior: el interior como
espacio del mercado nacional, espacio de la soberana poltica, espacio del cual dan cuanta las
lgicas keynesianas que tramitan las dinmicas del empleo, la produccin, la oferta, la

16
Altvater, Elmar. El lugar y el tiempo de lo poltico bajo las condiciones de globalizacin econmica. Contenido
en Zona abierta. No. 93/93. 2000.
62
demanda, la inversin estatal, la poltica monetaria, la poltica fiscal; y un exterior que en la
perspectiva econmica establece un mercado externo y unos puntos de contacto con el interior,
mediante la poltica cambiaria y comercial.

Una segunda espacialidad es el producto de las tendencias globalizadoras actuales, las cuales
configuran nuevas fronteras que progresivamente disuelven las antiguas (centradas en el
estado) y en cuyo seno surgen nuevas unidades polticas y econmicas generadoras de
transformaciones del estado que progresivamente pierde su centralidad anterior. Se trata, por
lo tanto, de nuevas fronteras que definen emplazamientos microrregionales y bloques
macroregionales, as como Industrial districts subnacionales
17
.

De otra parte, el trmino lmite pone de presente nuevas espacialidades referidas a formas de
competitividad sistmica de mercados deslocalizados y lmites espacio-medioambientales
relacionados con los niveles de consumo de los recursos del planeta y posibilidades de acceso
a los mismos. Finalmente, Altvater logra establecer otras dinmicas articuladas a la
configuracin de lmite en los siguientes trminos: Primero, formacin de espacios a partir de
una liga tridica (Estados Unidos, Japn, Unin Europea) que concentra comercio y finazas
mundiales, entre otras; una segunda liga constituida por regiones que quedan excluidas y
marginas y una tercera liga de pases en el umbral de las dos situaciones sealadas
18
.
Segundo, configuracin de regiones que se constituyen en intentos de responder a la exclusin
globalizadora, orientadas a la formacin de mercados generadores de comunidad de
estabilidad y competencia, articuladas a la creacin de zonas libre comercio, uniones
aduaneras, uniones monetarias, entre otros.

Dado lo anterior, Altvater pone de presente la necesidad de una poltica de los lmites, dado
que la tendencia a anular ciertos tipos de fronteras desemboca en una multiplicidad de lmites
que fuerzan a la divisin de las sociedades, disolvindolas bajo la competencia pero

17
Para el caso, el concepto de emplazamiento alude a la viabilidad econmica de un espacio geogrfico, en
trminos de competitividad, pero igualmente se relacionado con prestaciones moderadoras entre el capital y el
trabajo. (Altvater, 2000)
18
En esta misma direccin Hugo Fazio visualiza una geoeconoma en el cual tres polos econmico-financieros -
EEUU, Japn y Unin Europea-, hacen parte de un primer anillo y en el que cada polo se constituye en vrtice
ordenador de espacialidades cuyos circuitos configuran un segundo anillo de pases y regiones dentro del sistema
(articulados mediante estrategias integradores como UE, NAFTA, EFTA). Finalmente, se encontrara un tercer
crculo de regiones que no hacen parte de la matriz del sistema pero pueden ascender a l -Amrica Latina.
Medio Oriente, Estados no europeos del Mediterrneo, Asa meridional y pases surgidos de la desintegracin
sovitica. Fazio, Hugo. El mundo frente a la globalizacin. Alfaomega. Colombia. 2002
63
igualmente generando la cooperacin y la solidaridad requerida para volver a movilizarse en
pactos de empleo y contratos sociales; dado lo anterior, una poltica de los lmites requiere que
bienes posicionales sean distribuidos y emplazados polticamente, puesto que los mecanismos
de mercado no son adecuados. (Altvater, 2000)

6.5 Los referentes de la soberana, el estado y la territorialidad

La historia real de Josef Skvorecky narrada por Milan Kundera
19
tiene como escenario las
lgicas de la guerra fra, a pesar de lo cual el drama de Josef esta puesto en un tiempo
existencial que desborda el marco de esta situacin histrica especfica. El ingeniero
praguense viaja a Londres participa en debates de ciencia y regresa a su patria socialista, sin
embargo, a su regreso, Rude Pravo el peridico oficial del partido informa que Josef ha hecho
declaraciones calumniosas sobre su patria y ha emigrado de manera ilegal a occidente.

La situacin de Josef es paradjica. Est en Praga pero no est. Los equvocos de una
burocracia interminable son un laberinto sin fin que pone en cuestin la existencia misma del
ingeniero praguense, el cual se encuentra en una situacin liminar entre un mundo que ha
constituido su terruo pero que lo expulsa, y un mundo lejano y ajeno en el que no tiene lugar
pero, adems, que no ha sido deseado ni soado.

Esta situacin que ha tenido un sin fin de variaciones, especialmente en aquellas historias de
vida de quines deseosos luchaban y an lo hacen, por un nuevo mundo, pero no fuera de su
terruo sino en su terruo mismo, han visto devenir sus propias vidas a una estado de cosas
que se puede precisar con ocasin de una figura de naturaleza jurdica del derecho romano, la
cual no es entendible sino con ocasin de dos lgicas: De una parte, desde el ejercicio del
poder soberano que protege la sacralidad e integridad de la persona que habita el espacio
sobre el cual se ejerce el dominio. De otra parte, la posibilidad frente al que se protege, de
darle muerte o sacrificarle cuando ste trasgreda el orden admitido desde el poder soberano.

La condicin es, entonces, de Homo Sacer, de hombre sagrado. Hombre sagrado es, empero,
aqul a quien el pueblo ha juzgado por un delito; no es lcito sacrificarle, pero quien lo mate, no
ser condenado por el homicidio. La especificad de la condicin de Homo Sacer se juega en la

19
Kundera, Milan. En alguna parte ah detrs. Contenido en El arte de la novela. Tusquets. Espaa. 1987
64
impunidad de darle muerte y la prohibicin de su sacrificio; se trata de recibir la muerte de
manos de cualquiera sin que esto le suponga a su autor la mcula del sacrilegio
20
.

Es desde este dilema que Giorgio Agamben explora la manera como el espacio poltico de la
soberana se habra constituido, con ocasin de la situacin del Homo Sacer, en una doble
excepcin que configura una zona de indiferencia entre el sacrificio y el homicidio; en
consecuencia, soberana es la esfera en la que se puede matar sin cometer homicidio y sin
celebrar un sacrificio; y sagrada, es decir, expuesta a que se le d muerte, pero insacrificable,
es la vida que ha quedado prendida en esta esfera.

Leer desde esta perspectiva la constitucin y significado de la soberana del estado y su
transformacin en los procesos de globalizacin resulta relevante por el conjunto de problemas
que pone de presente.

6.5.1 Poblacin, biopoltica y soberana

Si se retomamos la idea propuesta por Fazio
21
de una evolucin de la globalizacin como
proceso, podemos sugerir y precisar algunos elementos y giros significativos en la
configuracin misma del poder soberano y el problema al cual apunta la situacin del Homo
Sacer como factor constituyente del fenmeno en cuestin.

Desde la perspectiva de Michel Foucault la pregunta sobre la racionalizacin y su relacin con
las estructuras polticas pasa obligatoriamente, en el marco del capitalismo, por la relacin
entre racionalidad y poder y esta exploracin conduce a avizorar dos formas de poder poltico
articuladas al estado; de un lado, un poder centralizado y centralizador y, de otra parte, un
poder individualizante orientado hacia los individuos y destinado a gobernarlos de manera
continua y permanente. Dado lo anterior, cuatro ejes de lectura de Foucault permiten demarcar
aspectos de la constitucin de un poder soberano en la formacin de los estados europeos:

El primero relacionado con la produccin de un saber del monarca absoluto sobre el estado, el
cual se aparta del relato mtico de constitucin del poder soberano proveniente de la epopeya

20
Agamben, Giorgio. Homo Sacer. El poder soberano y la nuda vida. Pre-textos. Espaa. 1998
21
Fazio, Hugo. La globalizacin en su historia. Universidad Nacional de Colombia. Colombia. 2002
65
de las razas protagonizada por la aristocracia; se trata, entonces, de un saber cuyo centro es el
estado y no los estamentos, elaborado, adems, por expertos y funcionarios
22
.

El segundo corresponde a la emergencia, en los siglos XVI al XVIII, de dos sistemas de
doctrinas centrados en el estado; de un lado las doctrinas de razn de estado y de otro lado las
doctrinas camerales y de ciencias de la polica. El objeto del segundo grupo de doctrinas es
potenciar y aumentar las fuerzas del estado, no del prncipe, frente a otros estados; sus lgicas
definen la naturaleza de los objetos de la actividad racional del estado y la naturaleza de los
instrumentos que emplea, centrados en la vida y ligados al desarrollo de la estadstica como
aritmtica social y a la produccin de la poblacin, cuyo lugar se encuentra en un territorio que
se constituye en dominio del poder soberano
23
.

El tercero, da cuenta de la relacin entre soberana y gubernamentalidad: en tanto la
soberana alcanza su fin, con el logro de la obediencia a las leyes, la finalidad del gobierno no
es tanto la de imponer la ley a los hombres como disponer de las cosas y los hombres, es
decir, utilizar tcticas ms que leyes
24
.

El cuarto, corresponde a la biopoltica, entendida como la forma en que se intenta racionalizar
los problemas que se planteaban a la prctica gubernamental fenmenos propios de un
conjunto de seres vivos constituidos como poblacin
25
.

Sin embargo, lo interesante para el caso es sealar como este conjunto de lgicas que
plantean un tipo soberana centrada sobre el territorio del estado, estuvieron afectadas
permanentemente por dinmicas de constitucin de las poblaciones que permiten leer y
subrayar la tensin fundamental que se da entre un territorio centrado y contenedor del poder
soberano, y una configuracin de procesos individualizantes y hegemnicos de las poblaciones
que desbordan, en momentos, el territorio del estado.


22
Foucault, Michel. Genealoga del racismo: de la guerra de las razas al racismo de estado. La piqueta. Espaa.
1992
23
Foucault, Michel. Omnes et singulatim: hacia una crtica de la razn poltica. Contenido en Tecnologas del yo
y otros textos afines. Paidos. Espaa. 1995
24
Foucault, Michel. La gubernamentalidad. Contenido en Esttica, tica y hermenutica. Paidos. Volumen III.
Espaa. 1999
25
Foucault, Michel. Nacimiento de la biopoltica. Contenido en Esttica, tica y hermenutica. Paidos. Volumen
III. Espaa. 1999
66
Saskia Sassen
26
seala la manera como, en los perodos en los cuales la soberana del estado
moderno se constitua en territorios mutuamente excluyentes, otras formas hubiesen podido
afirmarse como alternativas, por ejemplo, las ciudades estado italianas o la liga Hansetica en
el norte de Europa. Sin embargo, con ocasin del trabajo de Sassen resulta mucho ms
sugestivo relacionar dos hechos que permiten dar cuenta de los siguientes asuntos vinculados
con la territorialidad y la poblacin: El primero se relaciona con la existencia de regimenes
extraterritoriales que desde muy temprano apuntaban a concebir una soberana no centrada
exclusivamente en territorios mutuamente excluyentes
27
, y el segundo pone presente
dinmicas de la poblacin a partir de la emigracin e inmigracin y el nomadismo.

Estos dos puntos que adquieren una relevancia especial en el marco de la reconfiguracin de
las tendencias globalizadores de las ltimas dcadas del siglo XX, permitirn retematizar y
recontextualizar la relacin entre poder soberano y la condicin de Homo Sacer, adems de
introducir una nocin de espacialidad que articula tanto las lgicas de soberana, ley y
biopoltica en contextos de las sociedades del riesgo.

Sassen aborda de manera dominante el estudio de formas extraterritoriales al estado, mediante
una lgica argumentativa que contrapone la territorialidad del estado y las nuevas geografas
de poder centradas en lo econmico
28
, mediante una exposicin sistemtica y rica de diversas
configuraciones denominadas territorialidad en la economa global; de estas territorialidades
solamente destacaremos algunas que resultan ms pertinentes para abordar el problema que
nos ocupa.

6.5.2 Ley, soberana y excepcionalidad


26
Sassen, Saskia. Perdiendo el control? La soberana en la era de la globalizacin. Bellaterra. Espaa. 2001
27
Este tipo de experiencias extraterritoriales se presentan en la misma formacin territorialidad excluyente del
estado; Sassen lo encuentra, por ejemplo, en la gestin diplomtica debidamente protegida. Para que los
diplomticos no estn amenazados en el territorio extranjero, o se les juzgue por tribunales de estado en el
ejercicio de su misin, se requiere de soluciones intermedias que garanticen su inmunidad. Dado lo anterior, el
derecho de embajada se constituye en un medio de reconocimiento soberano que tolera en el territorio soberana
extranjera.
28
Un planteamiento de esta misma contraposicin pero desde otra perspectiva, la presenta Toni Negri al sealar
que la soberana moderna descansa fundamentalmente sobre la trascendencia del soberano sea ste el prncipe,
el estado, la nacin o el pueblo, en tanto el capital opera en el plano de la inmanencia mediante redes de
relaciones de dominacin sin depender de un centro trascendente de poder, tendiendo a un espacio uniforme
definido por flujos no codificados y flexibles. Dado lo anterior, el autor italiano considera que la trascendencia de la
soberana moderna esta en conflicto con la inmanencia del capital. Negri, Toni; Hardt, Michael. Imperio. Desde
abajo. Colombia 2001
67
La produccin de los marcos jurdicos como generadores del orden del poder soberano, ha
dejado de circunscribirse a la espacialidad que corresponde al territorio del estado,
reconstituyendo con ello la excepcionalidad como paradoja del poder soberano estatal.

Giorgio Agamben
29
retomo el pensamiento de Carl Schmitt para dar cuenta de la paradoja del
poder soberano en los siguientes trminos: El soberano est, al mismo tiempo, fuera y dentro
del ordenamiento jurdico. Cmo se explica esta paradoja? Simplemente el ordenamiento
jurdico establece que el soberano, como garante del cumplimiento del orden puede salirse de
l y actuar por fuera de l, cuando proclama, como garante del orden, el estado excepcin.

Para Agamben la decisin soberana, la decisin que en trminos de Schmitt marca la pauta y
establece el lmite del ordenamiento jurdico, vale decir la decisin que proclama el estado de
excepcin, inaugura un umbral que genera una exclusin, inclusiva. En qu consiste esta
exclusin inclusiva? Consiste en que el soberano deja por fuera del ordenamiento jurdico
(exclusin), pero con ocasin del mismo mandato jurdico (inclusin).

Lo fundamental de toda esta situacin es que la excepcin es estructurante de la lgica misma
de la soberana, no se trata de un fenmeno marginal. Se trata de una estructura originaria en
que el derecho se refiere a la vida y la incluye en l por medio de su propia suspensin.
Agamben retoma la reflexin de Jean-Luc Nancy sobre el bando, para dar pregnancia al
sentido que encierra la excepcin como aspecto constitutivo de la norma: antiguo termino
germnico que designa tanto la exclusin de la comunidad como el mandato y la esencia del
soberano.

Tres ideas centrales plantea Saskia Sassen cuando se trata de abordar la relacin entre
produccin del derecho y la soberana estado nacional en el marco de la actual globalizacin:

Primero, los estados no son los nicos productores del derecho, sino que la globalizacin
significa la existencia de regmenes reguladores e instituciones de gobernabilidad de las
relaciones econmicas internacionales que estn por fuera de los estados, vale decir, lo
internacional emerge como mbito para la competencia reguladora.


29
Agamben, (1998)
68
Segundo, la desregulacin no es simplemente una prdida de control por parte de los estado,
es mecanismo para armonizar la yuxtaposicin de consenso interestatal, y, adems, dinamizar
la combinacin de poder y legitimidad que se ha dado en llamar soberana, orientndola hacia
un proceso descentralizador parcialmente distribuido entre estado y otras entidades que
corresponden especialmente a organismos supranacionales.

Tercero, los sistemas jurdicos estatales continan siendo la instancia ms importante para
garantizar los derechos de contrato y de propiedad. Se tratara entonces de una recomposicin
de la soberana

Dado lo anterior, tres lgicas de produccin del derecho parecen apuntar a esa reconfiguracin
soberana en el marco de la globalizacin: La ampliacin de la economa ms all de las
fronteras nacionales requiere ser garantizada. La ampliacin de los derechos humanos dentro
de los estados y ms all de los estados requiere ser observada, en tanto su proteccin va ms
all de la proteccin de los derechos ciudadanos. La ampliacin de la seguridad asociada al
riesgo terrorista desborda las fronteras estatales, a pesar de que son estados quienes definen
la identidad del terrorista internacional.

Con ocasin de las dos primeras lgicas, Saskia Sassen produce la siguiente tesis: El proceso
de globalizacin desde la perspectiva del poder soberano plantea una desnacionalizacin de
las instituciones y espacios econmicos claves y, de otra parte, una renacionalizacin de la
poltica, cuando se trata de los derechos humanos.

En el caso de la tercera lgica Ulrich Beck
30
plantea que ante los ataques terroristas la
seguridad nacional ya no es nacional, y para el caso las alianzas no son algo nuevo pero, en
estas circunstancias, la alianza tiene como objetivo proteger la seguridad nacional, la de cada
pas, no la estabilidad internacional. En consecuencia, la poltica exterior e interior, la seguridad
nacional y la cooperacin estn totalmente ligadas, y con ello el aumento de la
interdependencia y la cooperacin; es decir, la prdida de autonoma aumenta la soberana: se
trata de compartir soberana lo cual no la reduce sino que la eleva a una potencia superior.


30
Beck, Ulrich. Las instituciones de gobernanza global en la sociedad mundial del riesgo. Contenido en Guerra y
Paz en el siglo XXI. Una perspectiva Europea. Tusquets. Espaa. 2004
69
Tngase en consideracin que cuando se trata de la seguridad antiterrorista, la ampliacin de
la soberana fortalece el papel, en este caso, del estado. Por esta razn Beck encuentra una
contradiccin profunda en el discurso neoliberal

El asunto es que la excepcionalidad que produce el soberano se juega hoy en los umbrales de
un ordenamiento jurdico estatal que sigue siendo referente central del poder soberano y una
cooperacin internacional que garantiza una soberana compartida, porque, igualmente, la
incursin terrorista es glolocalizada pero en sentido estricto el riesgo causado es sistmico.

Si tomsemos nuevamente la historia de Josef Skvorecky, el ingeniero praguense termina
refugiado en Londres a pesar de que nunca se propuso traicionar a su patria socialista. En el
marco de las actuales lgicas de la poltica de seguridad planetaria, ya no importa a que lugar
pueda llegar, su sombra se extender inevitablemente sobre los territorios de la soberana
compartida.

Lo anterior no significa, que las garantas de los derechos humanos extiendan sus manos a la
totalidad del Orbis, se podra argumentar que en buena medida la confianza depositada por
Saskia Sassen sobre los alcances de una renacionalizacin de la poltica en trminos de la
seguridad de las poblaciones inmigrantes y refugiadas es excesiva, falta considerar esas otras
geografas del poder que Sassen no considera y que Agamben caracteriza con el nombre de
campo.

Qu es el campo? El campo es el lugar que surge con ocasin del estado de excepcin y de
la ley marcial, es el lugar que se abre cuando el estado de excepcin es la regla
31
.

Si Saskia Sassen pone de presente una renacionalizacin de la poltica en trminos de
derechos humanos y de poltica de inmigracin cuyo objeto fundamental son las poblaciones,
las lgicas del biopoder se siguen centrando en las poblaciones, sin embargo, no todas las
poblaciones estn protegidas. Como lo seala Agamben. El estado de excepcin, que era
esencialmente una suspensin temporal del ordenamiento jurdico, se hace ahora un nuevo
sustrato espacial en el que habita esa nuda vida que, de forma ms evidente, ya no puede ser
inscrita en el orden jurdico.

31
Agamben, Giorgio. Medios sin fin. Notas sobre la poltica. Pre-textos. Espaa. 2001
70

Un equivoco relevante subyace a la reflexin de Giddens
32
cuando se ocupa de los riesgos y la
seguridad ontolgica asociados a la modernidad; si bien los sistemas abstractos proporciona
una gran seguridad cotidiana y el compaero honorable se constituye en lugar de la fiabilidad,
las lgicas del biopoder tambin procuran formas de individualizacin, en la excepcionalidad,
que reducen la existencia a la condicin de nuda vida, de vida sin potencia, estructuralmente
glolocalizada en campos de refugiados, en lugares de economa de guerra, en trayectos de la
circulacin nmada de indocumentados y sin patria que transitan de frontera en frontera, de
refugio en refugio.

En la cotidianidad de las prcticas de los derechos humanos estas poblaciones se encuentran
signados con ideario de la vida como acontecimiento sacro que debe ser protegido, pero en la
cotidianidad de las prcticas de exclusin se encuentran expuestos y sometidos a la
arbitrariedad que genera la excepcionalidad.

6.6 Bibliografa complementaria

TEORAS Y PROBLEMAS SOBRE EL PODER

Captulo sptimo
Perspectivas del poder desde la filosofa poltica clsica: Spinoza, Kant y Hegel

7.1Objetivo general

7.2 Objetivos especficos

7.3 Potencia Dei, naturaleza y hombre en Spinoza

Stefano Visentin parte de establecer la singularidad de la relacin que existe entre potencia y
poder en la obra de Baruch de Spinoza a partir de su divergencia con los planteamientos de
Thomas Hobbes: desde la perspectiva de Visentin en su obra Spinoza reconoce la importancia
y novedad del naturalismo antropolgico hobbesiano, pero al mismo tiempo se distancia y lo

32
Giddens, Anthony. Consecuencias de la modernidad. Alianza. Madrid. Espaa. 1999.
71
rechaza al considerar que en el paso del estado de naturaleza a la sociedad civil los
argumentos de Hobbes eliminan la conexin entre jus y potestas natural, enlace que para
Spinoza es producido por las relaciones interindividuales existentes en el estado de naturaleza
y sobre las cuales se apoya la relacin gobernante sbdito. Dado lo anterior, Visentin
encuentra relevante destacar como la relacin jus potestas en el pensamiento spinoziano
remite al binomio jus potentia que tiene un papel decisivo en la caracterizacin del poder y la
poltica
33
.

Spinoza busca aclarar la comprensin errnea que el vulgo tiene sobre la potentia Dei y su
relacin con la configuracin antropomrfica de la divinidad: por lo regular la interpretacin del
comn termina representndose una potencia finita y privada de estructura autnoma, en
donde la contingencia de las cosas ascienden hasta Dios limitando su accin y determinando
su esencia. De acuerdo con Visentin para contrarrestar esta representacin Spinoza insiste en
el carcter necesario de la causalidad divina que implica la absoluta univocidad de la sustancia
con base el la cual Dios es causa de las cosas en el mismo sentido que es causa de s mismo;
con ello la serie causal de los modos finitos en los que se expresa la sustancia a s misma
configuran una cadena causal sin principio ni fin, una multiplicidad innumerable de cosas
singulares que manifiestan siempre la perfeccin actual Dios.

Por lo tanto Visentin encuentra que la sustancia spinoziana no es la cosa en s Kantiana, ni la
idea platnica: al pensamiento de Spinoza en esta materia subyace una ontologa relacional,
una teora de las conexiones y la comunicacin recproca entre los diversos modos finitos que
puede tener la sustancia; Dios no acta mediante la libertad de voluntad, ni tampoco crea con
miras a una finalidad, sino que todo esto procede por la necesidad de su propia naturaleza y en
una dinmica en donde necesidad y libertad coinciden.

Por su parte el hombre en la naturaleza no se concibe como un dominio dentro de otro dominio;
el hombre es ante todo naturaleza y la espontaneidad de sta, junto con la determinacin
esencial del conatos humano, representan la articulacin de la sustancia, la tensin y los
conflictos que la atraviesan, agregaciones y disgregaciones de individuos que existen por un
tiempo indefinido. En el ser humano el conatos se especifica como deseo, en tanto es esencia

33
Visentin, Stefano. Potencia y poder en Spinoza. Contenido en El poder. Para una historia de la filosofa
poltica moderna. Siglo XXI. Mxico. 2005
72
misma del hombre determinada por cierta afeccin a hacer algo; el deseo no se define por el
objeto hacia el cual tiende sino por la motivacin que lo produce, la cual no esta implicada en la
esencia humana sino que proviene del exterior, as la potencia causal y la disponibilidad del
mundo al cambio definen la libertad del hombre que no se resuelve como libre albedro, sino
que abierta a la indefinicin de la existencia y del deseo recupera un valor positivo de
contingencia.

7.4 Derecho natural, igualdad natural y poder en Spinoza

Visentin encuentra que para Spinoza el poder es solamente perceptible solamente si se asume
el punto de vista criatural, dado que desde esta perspectiva es viable indicar la dependencia de
los modos con respecto a la sustancia; ya se trata de una dependencia en trminos de
necesidad no arbitrara, o de los diversos modos entre s en infinitas conexiones de causa
efecto; por esta razn Dios no ejerce poder sobre el mundo, porque no se presenta desde esta
perspectiva la plena exteriorizacin de los modos con respecto a la sustancia

De acuerdo con Visentin para Spinoza la potencia de la naturaleza no es ms que potencia
simultnea de todos los individuos y el derecho natural, el cual indica ms bien regularidades
de comportamiento humano determinadas por la combinacin y el desarrollo de afectos
principales: para Visentin la concepcin spinoziana del derecho natural se arraiga en una
ontologa en la que este derecho no preexiste a la accin de los individuos, como si tratara de
un cdigo originario, ni con ocasin del mismo se distinguen acciones justas de injustas o
cnones morales, y en cuyo marco no es posible sostener ninguna infinitud potencial de la
voluntad y del derecho humano. El derecho natural se arraiga en una potencia abarcante del
Deus sirve natura que se despliega pluralizndose en las potencias-derechos de sus modo
individuales

Para Visentin esta perspectiva de Spinoza afirma una crtica al paradigma voluntarista tanto
antropolgico como teolgico en el plano poltico, y con ello al pensamiento Hobbesiano.
Spinoza tiene una concepcin de la naturaleza en la que no cabe ninguna diferencia entre los
hombres y dems individuos de la naturaleza, ni entre hombres dotados de razn e ignorantes
de la misma, ni entre deficientes, locos y sanos. Todo lo que cada cosa hace siguiendo leyes
de la naturaleza, lo hace de pleno derecho: la igualdad natural se funda en la indiferencia de
73
las especificidades individuales frete a la raz comn de los conatos en la potencia Dei; por esta
razn Visentin argumenta que en Spinoza la igualdad absoluta no est en contradiccin con la
variedad de los ingenia que surgen del elemento pasional de la naturaleza humana.

Si los hombres son acometidos por efectos que corresponden a pasiones, pueden ser
contrarios entre s: en la articulacin de los deseos humanos tienen cabida, sin ninguna
solucin de continuidad entre afecto y razn, tanto lo racional y lo irracional, como el conflicto y
las fuerzas que armonizan. Dada esta lgica, con la contraposicin de los mltiples derechos
individuales se contribuye a generar situaciones de inestabilidad y riesgo en donde se puede
concretar el peligro comn de caer bajo el derecho ajeno, dado que cada cual esta sujeto al
derecho de otros mientras permanezca en su poder o subsistan relaciones de dependencia: el
poder se manifiesta, por lo tanto, como el posible resultado de interacciones entre potencias
finitas de los hombres, en la medida en que el dominio de las pasiones empuje a desear que
todos los dems vivan de acuerdo a su tendencia natural, homologndose a ella por la
persuasin o la fuerza; pero de otra parte, es preciso tambin contar con que el poder no se
agota en las relaciones afectivas, igualmente existen otros mecanismos no racionales como la
imitacin que suscitan colaboracin y solidaridad.

Visentin considera que esta trayectoria del pensamiento en Spinoza pone de presente la
inseparable conexin entre derechos individuales y comunes en una perspectiva en la cual
individualidad y transindividualidad se imbrican tanto lgica como fenomnicamente, en el seno
de un marco interpretativo en donde se postula la no necesaria intervencin de la razn en el
nacimiento de la sociedad, dado que lo hombres son guiados ms por las pasiones y la masa
de gente tiende naturalmente a asociarse por una suerte de afectacin comn. Es en este
contexto que la constitucin de un conglomerado poltico -imperium- transita a una asociacin
inestable en la que la potencia del derecho comn expresa su efectividad con una coaccin
ejercida sobre las pasiones disgregadas e individualizantes, momento de origen de la potentia
imperii en donde la colectividad se determina a travs de instituciones, leyes, y administracin
pblica diferencia funciones y se establece la diferencia entre gobernantes y sbditos.

7.5 Arbitrio y volunta en la interaccin entre poder y libertad en Kant

74
La reflexin de Gaetano Rametta en torno a la interaccin entre poder y libertad en la filosofa
poltica de Immanuel Kant presupone para su comprensin una discusin previa sobre los
problemas inherentes a la relacin entre razn y voluntad, dado que a la discusin kantiana del
poder subyace una filosofa de la voluntad.

Rametta toma como punto de partida la facultad de desear en Kant la cual se entiende como
capacidad del sujeto para ser causa de objetos por medio de representaciones las cuales
adquieren el significado de metas previstas por el mismo sujeto y que se tienden a realizar en
el tiempo; dado lo anterior, el sujeto se encontrar dependiendo de factores naturales y por
esta razn la facultad de desear requiere de una funcin que separe del mecanismo de
determinacin sensible universal y haga posible al sujeto la realizacin de una accin libre; este
funcin corresponde al arbitrio
34
.

El arbitrio es caracterizado por Kant como condicin de posibilidad de la accin, y conciencia
de la capacidad para efectuar tales posibilidades obrando causalmente sobre el mundo
exterior. Sin embargo, si en su ejercicio la facultad de desear no cuenta con la voluntad, a
pesar de disponer del arbitrio, permanece bloqueada entre diversas representaciones
oscilantes al interior de la imaginacin subjetiva; es por la voluntad que la facultad de desear
llega a determinarse con base en motivos no provenientes de la inclinacin natural sino de la
razn.

Para Kant lo que seala a un motivo como proveniente de la razn es que la mxima puesta en
la base de la actuacin, sea susceptible de convertirse en principio de legislacin universal y
con ello ser determinante de la libertad; de otra parte, en un segundo momento, esta relacin
entre razn y libertad le posibilita a Kant fijar la libertad como autonoma.

La voluntad no es ms que facultad de desear en tanto determina autnomamente los motivos
de sus propias acciones; es decir, en la medida en que se afirma como independiente de los
estmulos de la sensibilidad y produce mximas susceptibles de ser principios de legislacin
universal; finalmente en Kant la determinacin del arbitrio por la voluntad asume la forma de
deber ser.

34
Rametta, Gaetano, Stefano. Poder y libertad en la filosofa poltica de Kant. Contenido en El poder. Para una
historia de la filosofa poltica moderna. Siglo XXI. Mxico. 2005
75

7.6 Contrato originario, obediencia y poderes de estado en Kant

Una vez expuestos estos aspectos bsicos del pensamiento Kantiano, Gaetano Rametta se
ocupa de abordar los problemas relacionados con el poder a partir de la caracterizacin del
contrato originario entendido como constitucin del estado, y la diferencia entre moral y
derecho.

Atendiendo a la relacin ya expuesta entre arbitrio, voluntad, libertad y autonoma es preciso
distinguir la motivacin que impulsa al sujeto a actuar y las acciones externas que derivan esas
motivaciones. Por lo tanto, Kant diferencia entre dos mbitos que dan lugar a evaluar las
acciones en los siguientes trminos: primero, el punto de vista de la intencin o motivacin que
le sirve al sujeto para realizarlas, segundo, la perspectiva de su conformidad puramente
exterior a los preceptos de la razn; finalmente, es de all de donde procede la separacin entre
moral y derecho. Atendiendo a este argumento se tiene entonces que la moral supone en la
base de su legislacin la conformidad de la intencin con el precepto de voluntad, en tanto el
derecho considera exclusivamente la conformidad exterior de la accin con los dictados de la
razn.

La idea de contrato implica la existencia de una multiplicidad de voluntades singulares y con
ello acuerdos de reciprocidad entre sujetos que actan atendiendo a motivaciones
dependientes del libre arbitrio; sin embargo, en relacin con el estado no se habla de un
simplemente contrato, vale decir, de un hecho emprico, sino de un contrato en sentido
originario en donde lo originario alude a la idea segn la cual el arbitrio de los sujetos es
remplazado por la voluntad como instancia de la legislacin universal; en consecuencia, para
Gaetano Rametta en el pensamiento kantiano no es posible suponer que la decisin de los
individuos es la que fundamenta la existencia del estado, dado que el contrato originario no
depende del libre arbitrio de los sujetos sino que se revela como la forma a travs de la cual se
manifiesta la idea de la voluntad y se instaura como origen del derecho

Teniendo como fundamento bsico estos argumentos, y en el marco de un segundo nivel de
anlisis que se interroga por la relacin entre estado y poder, Gaetano Rametta encuentra que
para Kant el estado es la forma institucional de la cual se dota la voluntad para obligar al
76
arbitrio de la multitud a obedecer coercitivamente la instancia de la libertad; lo cual implica la
fundacin de una relacin de mando obediencia en donde la totalidad del pueblo se instituye
como poder coactivo frente a los miembros singulares que la componen, salvaguardando con
ello su unidad e indivisibilidad.

Rametta caracteriza esta relacin de mando obediencia como asimtrica y se interroga por las
dinmicas y principios que llevan a la instauracin de este dispositivo de poder fundado en
relaciones de desigualdad en el pensamiento kantiano; dado lo anterior, encuentra que el
dispositivo de mando se instituye cuando la voluntad en tanto universal dota a un rgano de
poder coercitivo exterior orientado no tanto a limitar la voluntad como a limitar el arbitrio, porque
la fundacin del estado no es una transferencia de voluntad; esto explicara, segn Rametta,
porque en la concepcin Kantiana del estado no es posible argumentar la limitacin de
poderes.

La distincin de poderes de estado no se plantea como obstculo para el ejercicio de sus
funciones, no se trata de una dinmica de limitaciones recprocas orientada a generar
equilibrios, sino una articulacin con unicidad de voluntad que produce una doble
consecuencia, a saber: de una parte, la disposicin de jerarqua de poderes, de otra parte la
imposibilidad para cada uno de ellos de limitar a los dems. Dado lo anterior, y atendiendo a
esta marco interpretativo, se entiende que la funcin de soberana corresponde al rgano que
encarna la funcin legislativa porque el carcter propio de la voluntad es plantearse
autnomamente leyes para s; leyes que son necesariamente universales y que adquieren un
carcter de mandato con relacin al arbitrio. Por su parte la funcin de gobierno como ejercicio
del poder coercitivo se muestra como un poder eficaz de determinacin con relacin al
mandato, de tal manera que instigue a la obediencia del arbitrio frente a lo universal. En tercer
lugar, la funcin judicial concluye con un silogismo prctico en donde lo jurdico estatal es
articulacin de poderes: el caso singular es evaluado y resuelto en consonancia con la
universalidad de la ley (premisa mayor) y el mandato particular con el cual el gobierno
determina su cumplimiento (premisa menor): a esta articulacin Kant la denomina triada poltica
de la voluntad. La relacin de mando obediencia constitutiva de la idea de estado se explica
por la articulacin de las tres formas y del ejercicio indiviso en cada una de ellas del poder de la
volunta sobre el arbitrio, en consonancia con la especificidad de sus funciones.

77
7.7 Constitucin, despotismo y democracia en Kant

Finalmente para Kant la instauracin de una constitucin moderada es el resultado de la
instauracin de un gobierno desptico, este tipo de gobierno deja de funcionar como rgano de
voluntad y se remite a la dimensin del arbitrio; lo cual alude a que quien dicta las leyes
pretende ser a la vez el sujeto primario de su aplicacin; la limitacin del legislativo por el
ejecutivo se trata de una confusin de poderes.

Sin embargo, es preciso entender que ante el despotismo es contradictorio atribuir al pueblo
derecho de resistencia con respecto al gobierno pues solamente ste ltimo hace posible la
eficacia y vigencia del derecho, e igualmente el poder del estado es la condicin de posibilidad
para ejercer cualquier clase de derecho; de otra parte y articulado a este mismo problema, el
pueblo que quisiera reivindicar para s el derecho de juzgar se instaurara como juez de su
propia causa. Dado lo anterior, es preciso frente a estas dos dificultades subrayar que el poder
del estado es legtimo y con ello se quiere hacer entender que no es posible oponerle ninguna
forma de resistencia, dado que el acto de constitucin es un proceso por el cual la voluntad de
los individuos ha impuesto la instancia de la universalidad por encima del arbitrio particular, y le
ha dado a la universalidad de la voluntad un poder coercitivo.

De otra parte, Gaetano Rametta destaca como Kant en su libro sobre La paz perpetua
sostiene que la forma constitucional ms distante de un ejercicio republicano del gobierno y
ms cercano al despotismo se encuentra en la democracia, porque en sta todos tienden a
formular las leyes y por consiguiente todos tienen la pretensin de ejercer el poder de
soberana sobre los dems, lo cual lleva inevitablemente aparejada la identificacin entre
facultad legislativa y poder de gobierno imposibilitando la distincin entre rganos. Por lo
dems, en una democracia el gobierno de la mayora sobre la minora parece desptico porque
de todas maneras es el gobierno de una fraccin sobre otra imponiendo el respeto a una ley
que no proviene de la voluntad general de todo el cuerpo poltico.

7.8 Constitucin, sociedad civil y poderes de estado en Hegel

Por su parte, Massimiliano Tromba argumenta que la antigua distincin de las constituciones
en monrquicas, aristocrticas y democrticas es superada por Hegel al reducirlas a momentos
78
de articulacin del estado moderno como poder legislativo, gubernamental y del prncipe. Dado
lo anterior, la constitucin es entendida como un organismo en el que cada momento encierra
en s la totalidad y presupone adems todos los dems momentos: entre los tres momentos no
existe separacin o divisin sino nicamente distincin. Tal interpretacin domina en el
pensamiento tardo de Hegel dado que en planteamientos anteriores Hegel inclua el poder
judicial entre los poderes de estado, pero la nueva exigencia lgica de la unidad de cada uno
de los poderes en los dems no es extensible al mbito de la justicia porque le es inherente
una accidentalidad derivada de la aplicacin de una determinacin universal -la ley- al caso
singular
35
.

De otra parte en pasajes de su filosofa del derecho Hegel designa el moderno estado como
monarqua constitucional en un sentido que no se corresponde con una constitucin acordada
y tampoco con una carta que limita al monarca; en consecuencia, en este concepto de estado
no cabe la divisin de poderes y desde su perspectiva al legislativo le corresponde la
determinacin de lo universal, al gobierno la subsuncin de lo particular bajo lo universal, y al
prncipe la decisin final y con ello la reunificacin de los poderes en una unidad individual.

Para Massimiliano Tromba cuando Hegel pasa al desarrollo de los poderes singulares invierte
el orden comenzando por el poder del prncipe; ste poder como principio y fin de toda la
articulacin traza un crculo prncipe-gobierno-legislativo-prncipe. El prncipe expresa la
existencia lgica por la cual la soberana slo existe como sujeto y con ello despliega
integralmente la articulacin de los poderes volviendo al estado unidad exterior frete a otros
estados en tanto sujeto individual; lo anterior hace que las relaciones interestatales se incluyan
en el poder de prncipe.

Desde otra perspectiva relacionada con el tema del poder del prncipe Hegel critica la
concepcin que contrapone soberana popular con la soberana del monarca, dado que se
pierde el sentido abarcante el estado; este impase se busca resolver mediante argumentos
especulativos a partir de situaciones en las que ambos momentos se presuponen
recprocamente: dado que el pueblo constituye el toda, la soberana halla su expresin en el
monarca: la soberana como subjetividad del todo obtiene su verdad slo como sujeto requiere

35
Tromba, Massimiliano. Poder y constitucin en Hegel. Contenido en El poder. Para una historia de la filosofa
poltica moderna. Siglo XXI. Mxico. 2005
79
de la existencia de un individuo -el monarca-, a pesar de lo cual el monarca no es considerado
como representante de la unidad poltica del estado, por que el todo ya esta en s organizado
con la unidad de la constitucin.

Massimiliano Tromba considera que todo absolutismo de la soberana queda excluido de la
filosofa hegeliana, si el poder del prncipe es el momento de la decisin ltima, dado que en
ella retorna toda la estructura del estado; se trata de una circularidad que impide pensar al
soberano como un elemento que trasciende la articulacin de los poderes, el monarca es
momento individual sin el cual se derrumba el estado dado que para llegar a la decisin se
vera arrastrado por una cadena de argumentos infinitos, sin embargo es la decisin del
monarca quien la interrumpe dado lugar a la accin, a pesar de lo cual la decisin del monarca
no es arbitraria porque se encuentra comprendida en la articulacin de los poderes y por lo
tanto est en parte subordinada a la totalidad de la constitucin.

Tromba destaca como para el Hegel tardo el gobierno es mediacin poltica entre la sociedad
civil y el estado y al constituirse en mediacin seala la diferenciacin entre estos dos mbitos;
de esta manera la funcin especfica del estado puede delimitarse a un rgano ejecutivo de
decisiones tomadas pero igualmente participante del proceso legislativo, dicha funcin no
solamente es posible sino tambin necesaria dado el conocimiento que los funcionarios tienen
sobre el estado. Desde la perspectiva de Hegel los funcionarios no pertenecen a una casta,
son elegidos por conocimiento y capacidad, (sociolgicamente los miembros del gobierno y
funcionarios hacen parte de la clase media), situacin que posibilita a los ciudadanos hacer
parte del estado universal; dado lo anterior, en ellos reside la inteligencia educada y la
conciencia jurdica de la masa del pueblo.

La sociedad civil se halla presente en el poder legislativo por medio de los estados en un nivel
que no se corresponde con sujetos singulares sino que alude a formas de organizacin ya
desarrollada y de las cuales los individuos hacen parte en calidad de miembros: de acuerdo
con Massimiliano Tromba los estamentos tienen un papel importante para Hegel en la
mediacin entre el gobierno y el pueblo; a travs de los estados la sociedad civil participa en
los asuntos generales de estado alcanzados en el poder legislativo, especialmente en las
dinmicas relacionadas con los procesos de representacin.

80
En torno a este tema Massimiliano Tromba considera que Hegel supera la estructura lgica de
la relacin uno-muchos, dado que los muchos se convierten en unidad o pueblo mediante la
accin de un representante; frente a esta tensin Hegel considera que no se debe superponer
lo irracional sino el pueblo organizado, y con ello el momento subjetivo de la libertad tiene su
existencia en los estados que son propiamente rganos de mediacin entre gobierno y pueblo
y de otra parte otorgan existencia poltica a la sociedad civil

7.9 Bibliografa complementaria

Captulo octavo
Perspectiva de poder en Niklas Lhumann

8.1 Objetivo general

8.2 Objetivos especficos

8.3 Poder como medio de comunicacin: el rol de la accin

Para Niklas Lhumann existe una teora de los medios de comunicacin que se deriva de una
perspectiva del poder como medio de comunicacin: personas producen complejidad a travs
de la accin y de los medios de comunicacin simblicamente generalizados, y la producen o
hacen a travs de la accin en tanto la conducta selectiva que se atribuye a un sistema: lo
anterior se relaciona con el acto de seleccin sujeta controles especiales especficos, es facial
negar la intencin en la accin que no en la experiencia y la accin como accin libera los
sistemas de los supuestos de equivalencia y hace posible la diferenciacin
36


El poder se distingue de otros medios de comunicacin porque su cdigo supone la existencia
de dos personas en ambos lados de la relacin de comunicacin que reduce la complejidad a
travs de la accin. En consecuencia, Lhumann hace referencia a la accin slo cuando la
conducta selectiva se atribuye a un sistema, atribucin que esta relacionada directamente con
el acto de seleccin; en estas circunstancias la pregunta de si selecciones similares son
atribuibles a otros sistemas de la sociedad o si existen diferentes tipos de seleccin, dependen

36
Luhmann, Niklas. Poder. Anthropos. Espaa. 1995
81
de si son imputables al entorno o al sistema: la experiencia es la misma y la accin puede
variar porque los fracasos de la experiencia son tratados como errores y son sancionados de
forma diferente.

Cuando se trata de la accin sta se encuentra sometida a controles sociales especiales que
se formulan al mismo tiempo que la accin se torna posible: es ms fcil negar la intencin en
el caso de la accin que en el caso de la experiencia. Por su parte la categorizacin de la
seleccin como accin debe evaluarse en tanto mecanismo que libera los sistemas de los
supuestos de equivalencia y que hace posible la diferenciacin; as las cosas es inteligible que
la funcin primaria de la construccin social de lugar a la posibilidad de actuar y a la
especializacin de los mecanismos del control relacionados con sta, ella se ubica en la
aparicin de una va indirecta a la produccin de complejidad social aumentada, que consiste
en la creacin de limitacin de la posibilidad de selecciones diferentes en el mundo del sentido
intersubjetivamente construido.

Dado lo anterior, en la perspectiva de Lhumann la voluntad libre es una atribucin que hace
socialmente posible la comprensin de la experiencia de la accin: los motivos no son
necesarios para la accin, pero son necesarios si las acciones van a ser experimentadas en
forma comprensible; un orden social estar mucho ms integrado en el nivel de la atribucin de
motivos que en el nivel mismo de la accin.

Lhumann considera que no se puede describir de forma adecuada la funcin del medio de
comunicacin de poder, si se circunscribe solamente a trminos de hacer que la persona sujeta
al poder acepte directivas: el portador del poder debe ser formado para ejercerlo y en muchos
casos all est el problema, incluso, la motivacin de la persona que transmite la seleccin slo
se construye y atribuye en el proceso de la comunicacin.

Debido a su poder al portador se le atribuyen xitos y fracasos y se le imputan motivos
apropiados, quiralo o no; de este modo el poder no se convierte en instrumento de una
voluntad ya presente, antes que nada genera esa voluntad. El poder puede hacer demandas a
la voluntad, la puede obligar a absorber riesgos e inseguridades, puede llevar a la tentacin y
dejarla frustrada: es por esto que el proceso mismo de comunicacin cristaliza motivos cuando
se est ejerciendo el poder.
82

Se debe comprender la especializacin de un medio que efecta transmisin de una accin
seleccionada a otra, y que de esta amanera supone a ambas personas como sistemas a los
que se atribuyen sus selecciones como acciones. En estas circunstancias se espera que la
persona sujeta al poder sea alguien que elija su propia accin y de esta forma tenga la
posibilidad de autodeterminacin, por esta razn los instrumentos de poder lo acosan con el
objeto de dirigirlo a esta eleccin de autorrealizacin

Una transmisin de complejidad reducida ocurre cuando, y en cuanto que, la accin alter est
involucrada en determinar cmo ego selecciona sus acciones. El xito de cualquier
ordenamiento del poder consiste en la diferenciacin aumentada de situacin y seleccin, sin
embargo, con la posibilidad de alcanzar esas diferencias. (Lo anterior requiere una va
indirecta, la de las negaciones, las que hacen ciertas demandas al cdigo de poder).

Si el poder efecta una combinacin de alternativas elegidas, y otras alternativas estn en
juego, la probabilidad de esta combinacin solo puede estar sustentada al coordinar, en
paralelo, la eliminacin de alternativas. El poder supone que ambas personas ven alternativas,
la realizacin de las cuales desean evitar. Para ambas partes debe haber un orden de
preferencias que debe esquematizarse en trminos de, por un lado, la evaluacin positiva, y
por otro lado la evaluacin negativa, de la cual la otra parte debe estar enterada.

El poder no se ejerce a menos de que la relacin de los participantes con sus alternativas
evitables respectivas sean estructuradas en forma diferente, de tal modo que la persona sujeta
al poder tenga una preferencia mayor por evitar su alternativa que la que tenda el portador del
poder

El cdigo de poder debe originar una relacin entre las relaciones. Con este supuesto surge la
posibilidad de unir condicionalmente la combinacin de alternativas evitables con la
combinacin de otras alternativas evaluadas menos negativamente. Esta unin motiva la
transferencia de selecciones de acciones desde el portador del poder a la persona sujeta de
poder. Esto otorga poder al que puede decidir si surge o no esta unin condicional de
combinaciones posibilidades. De este modo, el poder descansa en el hecho de que existen
probabilidades cuya realizacin es evitada. La prevencin de las sanciones es indispensable
83
para el funcionamiento del poder. De este modo el poder, en trminos de su propia estructura,
descansa en controlar el caso excepcional.

A pesar de la posibilidad de ser lgicamente simtricas, las sanciones negativas y positivas
difieren en manera sustancial en los supuestos que trabajan y en los resultados; que la
diferenciacin y especificacin de los medios de comunicacin no pueden ignorar sus
disimilitudes. (Limitaremos en concepto de poder al caso que se refiere al concepto de sancin
negativa)

El poder solo se usa cuando se construye una combinacin de alternativas ms desfavorables
ante una expectativa dada. La diferenciacin entre lo favorable y lo desfavorable depende de la
expectativa y, por lo tanto, de la expectativa tambin ofrecida en cualquier momento.

La premisa inicial de una situacin de poder puede descansar en las actuaciones positivas por
parte del portador de poder. Pero el poder propiamente dicho solo aparece cuando lo que
depende inmediatamente de la conducta de la persona sujeta al poder no es la continuacin de
estas actuaciones, sino la suspensin.

En el caso del condicionamiento previo de a travs de actuaciones positivas, el sujeto
involucrado es libre de considerar que, aunque ocurra un condicionamiento posterior por medio
de la amenaza de retiro l ya se ha decidido y, por tanto, ha ganado una posicin ms fuerte.

Lasa sanciones positivas y las negativas tambin se diferencian de las necesidades
legitimacin. La posibilidad de transformar las actuaciones positivas en sanciones negativas es
lo que posibilita la disponibilidad de recursos de motivacin y de posibilidades de afecto para el
portador de poder, las que de otra manera no podran estar abiertas a l.

La estructura bsica del poder como un medio de comunicacin, es decir como una
combinacin que se hace condicional a la inversa; es decir una combinacin de pares de
alternativas que comparativamente son negativos e igualmente positivas, explica el hecho de
que el poder aparezca como posibilidad y que tambin como tal funciona

8.4 Funciones del cdigo
84

Por medio de una teora de los medios de comunicacin se desarrolla el concepto de poder,
hace posible ver como puede mejorarse la realizacin de funciones particulares bajo diferentes
condiciones sociales

Cdigo del medio

La funcin que se va a realizar es transferencia de complejidad reducida (se vuelve ms
compleja en un mundo constituido intersubjetivamente y en sonde alas condiciones para
aumentarla estan institucionalizadas en el cdigo del medio

Todas las posibilidades de mejora estn unidas a lo que es bsico para la diferenciacin del
cdigo y el proceso: la generalizacin de los smbolos; vale decir una generalizacin de
orientaciones significativas que hace posible que persista un significado idntico cuando se le
enfrenta a diferentes personas en diferentes situaciones, con ocasin de sacar conclusiones
iguales o similares.

Reducir el significado de la situacin inmediata disminuye la carga de tener que evaluar la
informacin de los casos individuales y se elimina la necesidad de reorientacin completa al
cambiar de un caso a otro.

Absorbe seguridad en forma simultnea. Se torna posible formar expectativas complementarias
y modos de comportarse con base en las expectativas; al mismo tiempo se corre el riesgo de
que este tipo de conducta, an orientada por expectativas no se adecue para situacin y no
explore las condiciones de la situacin concreta que puede ofrecer oportunidades de aprender.
(Inflexibilidad del cdigo, flexibilidad de la conducta)

El poder es una modalizacin de los procesos comunicativos, porque combinan la expresin de
la posibilidad con una atribucin de poder para el poseedor del poder. En esta funcin son
partes del cdigo del poder mismo.

Por cdigo queremos decir una estructura que esta en posicin de buscar y atribuir un tem
complementario diferente a cualquier tem dentro de su campo de referencia (Para la evolucin
85
social y cultural, el cdigo ms importante se forma con ayuda del lenguaje porque ste implica
la capacidad para la negacin; debido a sta habilidad de la comunicacin lingstica se tornan
necesarios mecanismos adicionales al lenguaje que hemos identificado como medios de
comunicacin.

Las estructuras con caractersticas de cdigos son significativas, las razones de esta capacidad
estn en el tipo de seleccin posible sobre la base de un cdigo, precisamente en su
combinacin de universalismo y singularidad. El cdigo est en la posicin de asignar a cada
tem un complemento que le corresponde en forma exacta, relativamente independiente de la
distribucin del sistema circundante.

Codificaciones secundarias

El cdigo produce en la medida que lo requiere la oportunidad pares caractersticos del sistema
como un prerrequisito para operaciones posteriores; lo interaccional del poder siempre es un
cdigo; en cuanto que asigna alternativas de evitacin en cada etapa para la seleccin de
acciones cuya transmisin se busca, con lo cual duplica las posibilidades bajo consideracin.

Como resultado de esta regla de duplicacin que forma alternativas evitables complementarias,
el poder siempre es un cdigo. En cada caso dados cursos a la situacin a favor o en contra
del portador del poder; la relacin entre estos dos cursos puede codificarse una vez ms, es
decir, puede duplicarse nuevamente; esta codificacin secundaria esta relacionada con la
relacin que se forma por medio de la regla de la duplicacin del cdigo primario, y los
problemas de referencia estn en un rea especfica de problemas de esta relacin

En el caso del poder los grados excesivos de libertad ofrecidos por combinaciones posibles con
las alternativas evitables, deben traerse dentro del alcance de las expectativas. De este modo,
en nuestra propia tradicin, la codificacin secundaria del poder resulta del esquematismo
binario de lo correcto y lo incorrecto. Las codificaciones secundarias son un elemento, pero
slo uno, que aumenta la capacidad de los medios de comunicacin para el desarrollo de la
tarea de la transmisin requerida por la estructura social cambiante.

86
El hecho de aumentar el poder en proporcin a las demandas que se desarrollan en la
sociedad, depende de los smbolos adicionales que se puedan asociar con el cdigo del poder.
Los cambios en el nivel de poder que ocurren en las sociedades que se estn tornando ms
complejas se presentan contra una multiplicacin de problemas diferentes, cuyas soluciones
tienen que institucionalizarse en el cdigo del poder. No todas las formas de solucionar un
problema son compatibles con otras, y todas tienen errores en su funcionamiento. Sus efectos
totales determinan el nivel respectivo en que funciona el poder socialmente diferenciado.

Las generalizaciones simblicas hacen posible cambiar parcialmente el proceso de la
transmisin de la complejidad reducida desde el nivel de la comunicacin explicita al nivel de la
expectativa complementaria, y con esto, eliminar algo de la presin del proceso de
comunicacin. Entonces, la anticipacin de la persona sujeta al poder se presenta en dos
mbitos: no solo se relaciona con las relaciones del portador del poder si su deseo no se
cumple, es decir con las alternativas de evitacin, sino que tambin se relaciona con los
deseos mismos. El poseedor del poder no tiene que ordenar, porque se obedecen incluso las
rdenes que no da.

An la iniciativa del mando puede transferirse a la persona sujeta al poder, sino le es claro,
pregunta cual es la orden. La comunicacin explicita esta limitada a una funcin residual
inevitable. Con esta forma de aumento de poder, ste es transferido a la persona sujeta al
poder: decide cuando le hace caso al poseedor del poder, y con esto no solo gana influencia
sino tambin poder.

Los casos de mal funcionamiento de poder son lmites en la formalizacin y la centralizacin
del poder ejercido cuando no hay comunicacin

Anticipacin del nivel dual

La anticipacin del nivel dual del poder y de la materia de que se preocupa el poder demanda
una diferenciacin de esos dos niveles, y diferentes garantas de anticipacin posible en
ambos.

87
El cdigo del medio mismo debe diferenciarse de aquellos smbolos que sealan selecciones, o
disposicin para hacer selecciones, para comunicar materias y opiniones, y para determinar los
contenidos de las expectativas. El cdigo puede garantizar que el poder sea relativamente
independiente de cualquier consideracin de la materia por medio de los smbolos adecuados,
por ejemplo, cargos y aptitudes.

La independencia de la materia hace posible una separacin temporal entre la formacin del
poder y el ejercicio del poder, y hace ms fcil las iniciativas.

El cdigo de los medios consiste en reglas simblicamente generalizadas sobre la combinacin
posible de otros smbolos que primero instigan los procesos de seleccin a travs de la
experiencia o la accin.

En el cdigo del poder esta incluida la simbolizacin de las fuentes de poder, de las
limitaciones sobre el poder, de las limitaciones del poder; solo no lo estn las selecciones
particulares del portador del poder, sus deseos y sus ordenes. Entonces el cdigo puede
sobrevivir a los cambios de temas y puede estabilizarse, hablando en forma relativa,
independientemente de ello.

La diferenciacin y aumento de la funcin de los medios depende en gran medida del grado de
abstraccin en que puede organizarse esta situacin en niveles mltiples. Un paso importante
hacia la diferenciacin de los niveles es hacer impersonal el medio; de acuerdo con el grado en
que esto tiene xito, el acto de transmisin ya no depende de la persona que hace la seleccin,
sino solamente de las condiciones del cdigo; la persona conoce que tiene el poder, solo es un
factor en la prediccin de elecciones de la materia y de las reducciones, pero no es un factor
formativo del poder. En este contexto, el hecho de distinguir entre cargo y persona y de
relacionar el poder con el cargo y no con la persona ha tenido una importancia decisiva para el
cdigo del poder.

La pluralidad de los niveles ocasiona ventajas de generalizacin sin tener que pagarlas con la
inseguridad o sacrificar la posibilidad e realizacin concreta. Al mismo tiempo que ocurre la
diferenciacin de los niveles simblicos surge un problema secundario, el problema si las
88
dificultades de comunicacin pueden transformarse, y en qu grado, en problemas de cdigo y
ser transpuestas a este nivel.

Existen umbrales crticos en los que la interaccin genera una metacomunicacin sobre el
poder o incluso una formulacin del asunto del poder; gran cantidad de estrategias esta
relacionada con esto, tales como el hecho de evitar que se adviertan infracciones y evitar
conflictos al guardar silencio sobre ellos, evitar la formacin de precedentes obligatorios de los
casos en los que se retira el portador del poder

Cdigo y cambio temtico

Si hay una distincin entre el cdigo de los medios y el contenido temtico de la comunicacin
se llega ala pregunta si el cdigo puede dirigir y de qu manera el cambio de contenido
temtico. La diferenciacin entre los dos niveles de sentido slo se justifica si el cdigo no
establece concretamente lo que debe ordenarse.

El cdigo permanece abstracto, en el sentido de que no establece una secuencia segn la cual
va a ocurrir la comunicacin sobre los temas. Por otro lado no puede ser indiferente a los
lmites puestos alrededor de los temas posibles. Define las condiciones para los temas posibles
que pueden tratarse bajo este cdigo particular.

En el caso del poder la referencia a la accin del medio permite que el problema se describa en
forma mas profunda con ayuda de la organizacin. Cuando existe una organizacin
preexistente, la distincin entre cargo y persona, la que puede incluirse directamente en el
cdigo del poder.

En cuanto falla el mecanismo para definir las posiciones organizacionales, esta forma de
codificar el cambio en el contenido del tema tambin se pone en duda. Esto explica
especialmente las posiciones altas del sistema poltico.

8.5 Formacin de cadenas de accin

89
El poder sirve como un catalizador para la construccin de cadenas de accin. Si el poder
puede darse por sentado en ciertos puntos surge una tentacin de formar combinaciones de
cadenas, en las que la seleccin de una accin conduce a otras, o las anticipa como
consecuencia del trmino de la primera seleccin. En el caso de la coincidencia casual de
intereses, se da como resultado la formacin de cadenas extensivas de accin que demuestren
ser valiosas debido a la ganancia que producen combinaciones.

Solo queremos hablar en cadenas cuando, y en cuanto A no solo puede disponer de las
acciones de B, sino tambin, su ejercicio del poder; es decir cuando A tiene su disposicin de
poder de b sobre C. Pero una cadena solo puede existir si el portador de poder puede
intervenir en la cadena. En consecuencia la caracterstica definitoria de la formacin de
cadenas es la reflexibilidad del proceso del poder; es decir, la posibilidad de usarlo sobre s
mismo. La estructura de este proceso se construye sobre la base de una serie de supuestos, y
por otro lado, es capaz de producir una gama de efectos. (p 58). Supone una definicin
funcional suficientemente generalizada de la identidad del proceso, que se usa sobre si
misma.

Una precondicin del aumento, del alcance y de la capacidad de la intervencin, la formacin
de cadenas de demanda y creacin de barreras contra un uso del poder que es extrao a la
funcin y al sistema. Sin embargo, no obstruye la creacin de poder reciproco que retrocede a
lo largo de la cadena. Una caracterstica estructural probable del poder extendido en la
formacin de la cadena, es crear poder que fluye en forma contraria, ya que el poder del
sistema excede la capacidad de la seleccin potencial de un solo portador de poder y la
capacidad de los eslabones medios para intervenir les sirve como una fuente de poder
personal; de este modo los cdigos del poder se dividen en formales e informales, y la mayor
aglomeracin de poderes formales e informales se encontrar en puntos clave bajo la cima
misma.


La formacin de cadenas tiene como funcin hacer asequible ms poder del que puede ejercer
un poseedor de poder; de hacer asequible todo el poder, en el caso lmite de las elecciones
polticas, a aquellos que de ningn modo pueden ejercerlo. La formacin de las cadenas hace
posible que haya aumentos de poder que sobre pasen la capacidad de seleccin del portador
90
de poder individual. La artificialidad de este aumento de poder se refleja en las demandas que
impone en el cdigo del poder. Al mismo tiempo los riesgos de romper la cadena y de obstruirla
crecen por medio del contrapoder formado recprocamente, y de este tambin surgen
demandas en el cdigo, especialmente con respecto de la divisin entre el poder formal y el
informal.

Subcdigo

Estos subcdigos se forman si con una complejidad cada vez mayor en la sociedad, los medios
de comunicacin tienen que satisfacer una demanda cada vez mayor para la transmisin de las
selecciones. Junto a los cdigos de comunicacin existente, que tiene que abstraerse y
especificarse, surgen los subcdigos que se forman en oposicin a ellos y que, al tener
propiedades puestas, pueden realizar virtualmente la misma funcin.

Los subcdigos siempre tienen tres caractersticas que se relacionan una con otras:

Primero, una dependencia mayor de las circunstancias. Segundo, una capacidad menor para la
legitimacin social, y por ello menor posibilidad de presentabilidad. Tercero, para su
funcionamiento dentro del sistema en circunstancias especiales, una dependencia de la
sensibilidad, un conocimiento del medio ambiente, un conocimiento de la historia y de la
confianza y de la desconfianza que no se puede compartir con el mundo exterior. Esto es
aplicable al poder informal, la aparicin del cual depende de las condiciones organizacionales
del trabajo y de la cooperacin.

El poder informal puede llevar y debe llevar siempre consigo una parte de las confusiones
sobre esta base, puede asumir ms funciones en circunstancias excepcionales, hasta el punto
final en que el poder formal slo sirve como una fachada que justifica las decisiones del mundo
exterior.

La separacin y el uso simultneo del cdigo principal y del subcdigo supone una
diferenciacin suficiente en el sistema y una separacin del uso interno y externo de los
medios.

91
Esquematismo binario

Los medios de comunicacin exitosos solo pueden lograr la forma y la capacidad de seleccin
de un cdigo si establecen un esquematismo binario que preorganice las operaciones posibles
al asignarle cualquiera de los dos valores Esta evaluacin dicotmica es una precondicin
para la formacin de los cdigos simblicamente generalizados, porque solamente de esta
manera se puede combinar universalismo y la especificidad; solamente, entonces, cada tem
diferente puede tener otro tem relevante inequitativamente atribuido a l.

La propiedad solamente puede institucionalizarse mediante con la ayuda del esquematismo
binario del derecho/no derecho; en el casos del poder existe una misma dependencia del
sistema legal. Por su misma naturaleza, el poder es difuso y distribuido de manera desigual,
solamente puede darse en una situacin clara de esto o de lo otro, con ayuda de la
diferenciacin entre el poder que se somete a la ley y el poder que la viola.

Los esquematismo binarios no solamente sirven para separar, sino tambin para unir los
opuestos; facilitan el cambio desde una definicin de la situacin a su contraria requiriendo
nada ms que una negacin, la admisin de la cual puede ser regulada en el sistema

Este principio de la integracin binaria, puede abstraerse, hacerse especfico y universal,
mientras que las conexiones entre los cdigos de medios diferentes tendran que regularse en
una forma mucho ms concreta y en trminos mucho ms especficos para cada situacin, por
que se puede afirmar que ni la exclusin ni la interconexin tiene validez general.

Los paradigmas duales sirven como componentes de un cdigo de medios para diferenciar
parte de los sistemas sociales. Facilitan y condicionan las negociaciones con su esquematismo
especfico, y con esto hacen posible la operacin de funciones que son universales sociales, en
modos especficos para el sistema. Sin embargo, al miso tiempo, como algunos elementos del
cdigo, estos esquematismos tienen y mantienen algo artificial y problemtico.

Por otro lado tienen funciones que no pueden abandonar, de manera que una mera protesta
contra los paradigmas duales debe permanecer en forma ideolgica, a menos que se
desarrollen equivalentes para el medio mismo o para la funcin de esquematizacin binaria; el
92
problema esta en la integridad presunta del esquema, en la pretensin de construir todo lo
posible por medio de una dicotoma. El grado de institucionalizacin de un medio de
comunicacin puede reconocerse por el grado en que la imputacin de su esquematismo
binario se reconoce independientemente de la distribucin concreta de la oportunidad.

8.6 Legalidad e ilegalidad

Si el cdigo del poder se une con el esquematismo binario de la legalidad/ilegalidad y esta
unin se hace relevante universal, hay consecuencias amplias para el grado en que se
mecaniza el poder; es decir, en que se vuelve capaz de ser puesto en uso con poco o ninguna
referencia de circunstancias. En las circunstancias en las que ninguno de los participantes en
virtud de las propias fuentes de poder, tiene definitivamente poder sobre los otros, incluso hay
es posible referirse a una diferencial de referencial de poder que contribuye a la ventaja del
portador que no esta involucrado en la situacin y que se transmite por medio de la ley; la
persona que tiene la razn, tiene el poder para movilizar el poder, no tiene que confiar en la
ayuda de aquellos que estan a su alrededor, pero tiene a su disposicin una lnea directa hacia
el portador de poder, que puede activar con las reglas establecidas previamente. Esto
presupone la existencia de una estricta adherencia a la ley en el cdigo, afirmando que el
derecho es una razn necesaria y suficiente para el ejercicio del poder estatal.

El sistema poltico de la sociedad asume la accin, la administracin y el control del poder para
la sociedad. Sin embargo la ley no solo garantiza un participacin en el poder social para
aquellos que no tienen poder, tambin pone orden en la cooperacin de diferentes fuentes de
poder, sobre todo en la cooperacin del poder econmico, poltico y militar.

Con la ayuda de la dicotoma legal/ilegal, es posible condicionar aquellas comunicaciones que
une a varios portadores del poder en cadenas, en las que unos pueden reclamar el poder de
otros. Estas posibilidades de recursos condicionados a reservas de poder de otros demuestra
que un poder es legtimo, entonces podemos ver que la ley como cdigo de poder, crea
legitimidad estructurante

Cmo se constituye el poder. El poder depende de una combinacin de alternativas que
pueden describirse con algn detalle, tanto del hecho de que el portador de poder forme
93
enlaces condicionales entre las combinaciones de alternativas por medio de roma de
decisiones contingentes. Dada una situacin inicial para el funcionamiento del medio de
comunicacin es importante suponer que la persona sujeta al poder esta dispuesta a creer que
esto es posible y que se encuentra preparada.

En otras palabras la contingencia del poder debe considerar una practica que puede ser
predicha en forma fiable y que debe ser pronosticable, sin perder con esto su contingencia
caracterstica; el cdigo del poder tiene que formular conjuntamente la motivacin y la
credibilidad de la motivacin del portador del poder. Parte de la comunicacin del poder es la
informacin de que el poseedor del poder

Simbolismo

Debe entenderse una situacin de interaccin estructurada de modo complejo, en una forma
simplificada, y de este modo experimentada como unidad. El simbolismo como tal es un
prerrequisito para la formacin del poder. Los smbolos expresan una posibilidad estabilizada,
una disposicin del sistema para actuar como su propio catalizador, que puede tornarse
productivo si surgen otras condiciones.

8.7 Bibliografa complementaria

Captulo noveno
Poder poltico en la perspectiva de Talcott Parsons

9.1 Objetivo general

9.2 Objetivos especficos

9.3 Sistema poltico, comunidad y coercitividad

El concepto clave para una discusin del poder poltico es el de sistema poltico, definido como
subsistema funcional primario de una sociedad. El trmino funcional significa en este caso que
el subsistema poltico no debe identificarse con ninguna estructura especfica de la colectividad
94
dentro de la sociedad. Est concebido analticamente como el aspecto de toda accin
concerniente a la funcin de la bsqueda colectiva de unas metas colectivas
37
.

Esta colectividad puede ser cualquier sistema que comprenda la accin coordinada de una
pluralidad de individuos orientados hacia la consecucin de una meta colectiva o de su sistema
de metas colectivas. Para el caso una meta socialmente colectiva significa una relacin
relativamente ptima entre la colectividad y algn aspecto de su situacin intrasocial o su
ambiente extrasocial.

Especialmente para una colectividad que se extienda en el tiempo y que tenga mltiples
intereses, ninguna meta particular esta aislada, forma parte de los sistemas de metas.
Cualquier meta particular debe encuadrarse en un sistema ms amplio de metas segn un
orden jerrquico y temporal con relacin a otras metas. Una meta solo existe si el estado
deseado difiere del estado real o el esperado al iniciarse la accin.

Se requiere la movilizacin de recursos de que dispone la colectividad por medio de los
organismos autorizados. Por lo tanto comprometerse a alcanzar una meta colectiva entraa
comprometer recursos, lo cual bajo la presin de las circunstancias requiere procesos ulteriores
de toma de decisiones. La consecucin de una meta por parte de una colectividad es el
desempeo de una funcin e n el sistema social del que forma parte; en consecuencia la
proporcin de que esas operaciones son por cuenta del sistema mayor, suponen un grado de
integracin adecuado del sistema mayor, sino se llega a ese estado de integracin es preciso
prever dislocaciones estructurales que pueden ocasionar un xito desde el punto de la
colectividad para constituir un mal funcionamiento desde el punto de vista del sistema.

Las comunidades siempre son el los agentes de de desempeo especficos de una relacin
societal. Las personas en sus roles desempean funciones en colectividades, ms no en
sistemas sociales totales. El desempeo de la funcin societal por cooperacin informal sin
colectividades formales, es caso lmite, en el que se minimiza el factor organizacin. Como
todas las dems actividades funcionales en sistemas sociales, la accin poltica tiene que
regularse con arreglo a un estndar valorativo; el concepto de eficacia cumple estos

37
Parsons, Talcott. El aspecto poltico de la estructura y el proceso social. Contenido en Enfoques sobre teora
poltica. Amorrortu. Argentina. 1997
95
estndares. Si puede considerarse como dado en los niveles relevantes el compromiso son las
metas colectivas, el juicio poltico debe referirse a la probabilidad de que las medidas para la
implementacin provoquen realmente cambios deseados; es decir, hay que juzgar si los
recursos disponibles son adecuados y competente la organizacin destinada a su uso; en este
caso la eficacia es el patrn por el que se evalan las medidas.

Mientras las estructuras y procesos del subsistema poltico sean diferenciados de los de otros
subsistemas societales, lo sern tambin de su estndar de valoracin.

La eficacia poltica es paralela, en el primer nivel de la organizacin social, a la eficacia
tecnolgica en el nivel de la produccin fsica. No es posible determinar mediante razones de
carcter econmico sino sera preferible dedicar a otra cosa los recursos destinados a una
determinada meta colectiva; dichas razones son relevantes para decidir si hay que perseguir
una meta, pero no para evaluar la eficacia, frente a la situacin y el ambiente, de las medidas
adoptadas para alcanzarla.

Es igualmente relevante en el nivel ciberntico ms alto para la integracin del sistema social
del que forma parte la unidad poltica, aunque la unidad comprenda la sociedad total en su
aspecto poltico; en este sentido, el costo esta implicado en las elecciones entre metas de una
colectividad y tambin entre las de sus colectividades; pero aqu sin embargo, el consto es
integrativo pero no econmico.

En cierto contexto, este costo puede evaluarse segn la prdida de apoyo poltico que
arriesgan los que asumen la responsabilidad de las decisiones polticas. Desde otra
perspectiva puede exponerse en funcin de los posibles cambios de nivel de compromiso son
la accin colectiva general, es decir, en el nivel de lealtad al sistema social en cuestin.

La coercitividad, cualidad de los compromisos y decisiones que es a la vez la condicin de la
instrumentacin efectiva de la poltica y modo de la especializacin del patrn valorativo de la
eficacia. Como el proceso poltico es un proceso de consecucin de metas colectivas, implica
adoptar decisiones con respecto a la implementacin de los valores de la colectividad en
relacin con las exigencias de la situacin. Para que dicha instrumentacin sea eficaz las
decisiones correspondientes necesitan ser coercitivas para la colectividad y, en consecuencia,
96
para todas las autoridades miembros con responsabilidad de contribuir al proceso de
implementacin.

En el presente contexto, la adopcin de decisiones puede verse como un proceso que concreta
estos compromisos generalizados de suerte tal que en una situacin especfica se espera que
unidades especficas hagan o se abstengan de hacer cosas especficas; la coercitividad vincula
estos niveles de compromiso.

La coercitividad es igualmente un concepto importante en el problema de las sanciones.
Cualquiera sea las circunstancias atenuantes, ningn sistema puede ser indiferente con
respecto al cumplimiento de una obligacin; en caso de am las que es posible reducir a
personas ienaza de incumplimiento, es de esperar que el activador del compromiso insista en
el cumplimiento, como es en general su deber.

El sistema poltico se compone, desde el punto desde el punto de vista estructural, de unidades
y sus relaciones, siendo todo sistema poltico una colectividad y sus unidades miembros que
pueden ser personas individuales con roles o subcolectividades con roles de un miembro

Las funciones operativas del proceso colectivo tienden a estructurarse primordialmente en
torno alas propiedades segunda y cuarta de los roles de los miembros. (Esfera de
responsabilidad del miembro operativo). En cambio, la responsabilidad integrativa corresponde
a un componente adicional; va ms all de la responsabilidad propia del status claramente
definido para incluir una parte de responsabilidad en la definicin del estatus.

9.4 Poder, autoridad y cargo

La institucin principal que asume dicha responsabilidad relacional en la funcin poltica puede
llamarse autoridad, y la unidad de estatus asociada a ella incumbe a un cargo.

El concepto de cargo debe aplicarse a todos los status de los miembros de la colectividad, por
lo tanto todos los estatus son de autoridad y en virtud de ello todos los miembros tienen un
grado de poder.

97
La autoridad es el derecho legitimo a adoptar ciertas categoras de decisiones y obligar para
con ello a la comunidad, es posible que tenga autoridad no un individuo sino un cuerpo
colegiado, una subcolectividad. Hay dos clases especiales de autoridad esenciales para el
funcionamiento colectivo: la primera, ms poltica, se relaciona con la posicin del cargo en una
jerarqua de prioridades de tomas de decisin; la segunda se articula con factores ajenos a la
poltica, se refiere a las zonas funcionales dentro de las cuales opera su competencia.

La eficacia colectiva depende de de la capacidad de coordinar las acciones de las diversas
unidades que intervienen y lograr con fuerza de obligacin, que cada cual cumpla su contenido.
Tiene que haber una escala de prioridades de los derechos a tomar decisiones que coloque a
aquellos sujetos que obligan a la colectividad a adoptar polticas especficas, por encima de
aquellos a travs de los cuales se adoptan varios compromisos a fin de llevarlos a la prctica.

La escala de prioridad institucionalizada de las funciones de tomas de decisiones es la
jerarqua de la autoridad que hemos sealado como componente esencial de la estructura de la
colectividad.

La eficacia colectiva depende tambin de la adaptacin a las exigencias, cualitativamente
diversas, a que estn sujetas las operaciones colectivas, tanto las exigencias situacionales con
respecto a ella como las inherentes a las capacidades y motivos de las unidades miembros de
cuya contribucin depende la colectividad. Estas exigencias estn por fuerza diferenciadas
tanto en lo que atae a sus propiedades inherentes como a sus funciones en los procesos
colectivos. Por lo tanto el principio de jerarqua esta cortado transversalmente por el principio
de diferenciacin funcional en la medida en que ste influye en la eficacia ejecutiva.

Las modificaciones esenciales del principio jerrquico implcito en los sistemas burocrticos
pueden provenir de las exigencias limtrofes del sistema, tal como se expresa en las cualidades
de los insumos necesarios para los procesos colectivos. En este caso es preciso diferenciar el
sistema poltico del tcnico; este ltimo lleva a cabo los procesos tecnolgicos y por ende a la
vez un agente de manipulacin de procesos fsicos y el consumidor de bienes fsicos; sin
embargo el sistema poltico controla el sistema tcnico.

98
Los recursos financieros proporcionan acceso a toda clase de recursos concretos a que se
tiene acceso por medio del mercado, y que pueden reducirse a dos fundamentales: bienes y
servicios. El dinero es un medio para obtener servicios: en un orden de cosas, dando dinero al
que presta un servicio, la colectividad empleadora le permite satisfacer sus necesidades.

Estos medios e instalaciones constituyen componentes primordiales de la oportunidad para la
eficacia que recibe el agente al aceptar un empleo de la colectividad en vez trabajar por cuenta
propia. A cambio de esta oportunidad, el empleo suele reconocer a la colectividad derechos a
controlar sus acciones en la esfera del empleo. El elemento crtico para la colectividad es el
derecho a asegurarse, con el poder de obligar, de que su accin contribuya eficazmente a
alcanzar la meta colectiva.

Una fuente primordial del poder que los directivos de la colectividad emplean en la adjudicacin
por medio de la jerarqua de la autoridad es el conjunto de compromisos con el servicio
asumidos por unidades que aceptaron empleo en ella. Esos compromisos son al principio
generales definidos en trminos del trabajo, con el tiempo se especifican de continuo en las
numerosas tareas particulares que se acometen y ejecutan a medida que se presenta la
oportunidad. En un sistema suficientemente diferenciado no es necesario que el empleo ponga
obstculos a la libertad de las acciones personales del empleo fuera de la colectividad. El
mercado de trabajo realiza una funcin fundamental al circunscribir la jerarqua de la autoridad,
y especialmente al definir ciertos lmites dentro de los cuales queda restringida.

Esta fijacin de limites establece un ajuste entre el otorgamiento de autoridad y poder, y la
capacidad de aceptacin de de la responsabilidad de contribuir. Relacin de lmites regida, no
por una jerarqua de autoridad, sino por la oportunidad de alcanzar posiciones en ella,
oportunidad que tiende a regirse por la igualdad de las unidades con arreglo a normas de
seleccin universales, nico principio que a la larga eleva al mximo la eficacia colectiva.

9.5 Poder y lgicas simblicas

Concibo el poder como un medio simblico generalizado que circula de un modo muy parecido
al dinero cuya posesin y uso permiten desempear ms eficazmente el contenido de un cargo
con autoridad en una colectividad. Autoridad es la cualidad polticamente decisiva de un status
99
en una estructura social. En cambio, el poder es, a mi modo de ver, un instrumento primordial
para el desempeo eficaz en esa posicin

El poder puede considerarse como un medio para controlar la accin intercambiable, en ciertas
condiciones, por otro de los medios que operan en contextos de los cuales aqul est excluido.

Para el poder ordenado con arreglo a una escala de razones aritmticas, la nocin no es
cuanto poder tenga alguien, sino cul es la posicin del que lo posea con respecto a otros
focos de una tomo de decisin.

As, pues los principios universales solo operan con referencia al acceso de poder, a la
influencia sobre l o a las normas por las que se rige su uso. En cambio, la asignacin de
poder entraa tambin cuestiones concernientes al campo y grado de la delegacin de poder;
ste no se divide en fracciones numricas sino que se decide que niveles y esferas de un
mismo sistema corresponder a tales o cuales miembros. La oportunidad para la eficacia
proporciona un contexto de distribucin de poder, y se diferencia en dos ejes; el nivel en la
jerarqua de poder y el tipo funcional de contribucin de la unidad.

La delegacin de poder o autoridad se lleva a cabo como intercambio para algo valioso,
consistente en medios e instalaciones para el cumplimiento eficaz de las metas colectivas. Por
consiguiente la diferenciacin de tipos debe derivar de la diferenciacin de los factores que
intervienen en el funcionamiento colectivo eficaz.

A fin de granjearse servicios, sin embargo la organizacin debe, adems de parar dinero,
ofrecer oportunidades para la eficacia por medio de una posicin tanto en los aspectos
jerrquicos como en los cualitativamente diferenciados del sistema de poder.

Debido a que se relaciona con la validez de las obligaciones, todo uso de poder debe
relacionarse tambin con las sanciones coercitivas legitimizadas; no solo la aceptacin de
combinacin de miembros por medio del empleo sino tambin por medio del empleo a la
disciplina que se le impone sea condicin para tener sus servicios.

100
Esta condicin consensual para la captacin de y conservacin de servicios se relaciona con la
significacin funcional de ciertas libertades referentes al rol de la organizacional.
Particularmente importantes son los roles que requieren altos niveles de competencia tcnica,
esa competencia es especializada, mientas que los altos niveles de autoridad de una
colectividad entraan necesariamente responsabilidad por una gama relativamente amplia de
cuestiones. No es problema que una persona de alta competencia tcnica tenga un superior
organizacional capaz de juzgar la cualidad tcnica de muchas de sus decisiones; slo sus
iguales profesionales pueden emitir dicho juicio.

No obstante si se quiere conseguir resultados colectivos deseados, sus acciones
especializadas tienen que coordinarse con otras acciones dentro de una organizacin colectiva;
de ah que de ordinario no tenga inters de efectuarlas slo. El precio que se paga por la
oportunidad es la aceptacin, dentro de ciertos lmites del sistema de autoridad de la
organizacin.

La responsabilidad colectiva hacia las reglas tcnicas y ticas que rigen estas cuestiones debe
corresponder, en lo fundamental a una asociacin profesional que abarque, en corte
transversal, los diversos tipos de organizacin operativa que emplean a sus miembros. La
naturaleza de los sistemas de poder exigen que dicho gasto de poder por delegacin se
equilibre con ingresos de poder esencialmente en forma de aceptacin de la autoridad
organizacional. El poder efectivo de un estatus de la organizacin (a diferencia de la autoridad)
depende de la suma o grados de compromisos de la de la accin que contraigan los miembros
de la organizacin para efectuar servicios dentro de la esfera de responsabilidad del sujeto que
goz de este estatus

Por consiguiente el proceso complementario de delegacin de poder puede denominarse de
agregacin, en el sentido que es preciso agregar una pluralidad de cuanta de poder como
ingreso de poder de una cierta posicin. Se diferenciarn con el arreglo tanto al nivel jerrquico
como a la esfera cualitativa de las obligaciones asumidas.

9.6 Bibliografa complementaria

Captulo dcimo
101
Poder en la perspectiva de Michel Foucault

10.1 Objetivo general

10.2 Objetivos especficos

10.3 El poder como accin

El ejercicio del poder no es simplemente una relacin entre parejas (individual o colectiva), es
ante todo una forma en la cual ciertas acciones modifican otras: lo que define una relacin de
poder es un modo de accin que no acta directa e inmediatamente sobre otros, se trata ms
bien de actuaciones sobre sus acciones, vale decir, acciones que operan sobre otras acciones
tanto en circunstancias pasadas, presentes o futuras.

El ejercicio del poder es una estructura total de acciones llevada a actuar sobre acciones
posibles (incita, induce, seduce, vuelve ms fcil o difcil), por esta razn el ejercicio del poder
es la manera de actuar sobre un sujeto o sujetos en virtud de sus actuaciones o de su
capacidad de actuacin: se trata de un ejercicio que gua la posibilidad de una conducta y
coloca en un orden la posible consecuencia

Dado lo anterior Foucault argumenta que una relacin de poder se articula sobre la base de los
siguientes dos aspectos configurantes: primero, que el otro (sobre quien se ejerce el poder) sea
totalmente reconocido y considerado hasta el final como alguien actuante; segundo, que
enfrentado a la relacin puede abrirse a un campo entero de respuestas, reacciones,
resultados o invenciones posibles.

10.4 El poder como gobierno

De otra parte Foucault plantea el poder como un problema de gobierno y con l se designa la
forma como la conducta de individuos o de grupos puede ser dirigida: se trata de modos de
accin ms o menos considerados y calculados, destinados a actuar sobre las posibilidades de
accin de otra gente. En sentido estricto, gobernar es estructurar el campo de accin de otros.

102
Cuando se define el ejercicio del poder como un modo de accin sobre las acciones de otros,
cuando se caracteriza estas acciones por el gobierno de los hombres, se incluye el elemento
de la libertad: el poder se ejerce solo sobre sujetos libres; se trata de sujetos individuales o
colectivos que estan enfrentados con un campo de posibilidades en donde se realizan diversas
formas de conducirse, reaccionar y comportarse. Por lo tanto, la libertad existe como soporte
permanente para que el poder se ejerza y posibilite igualmente la desobediencia, sin ello el
poder sera equivalente a una determinacin fsica. En esencia, ser mejor hablar del
agonismo, de una relacin que es al mismo tiempo incitacin y lucha recproca; desde esta
dinmica el poder responde ms a una provocacin permanente que una confrontacin cara a
cara en donde se paralizan las partes.

Lo anterior implica sistemas de diferenciaciones que operan al mismo tiempo como condiciones
y resultados, determinadas por leyes, tradiciones de estatus, diferencias econmicas de
apropiacin de riqueza, diferenciaciones lingsticas y culturales, diferenciaciones de
habilidades y competencias. Pero de otra parte, estn igualmente los tipos de objetivos
perseguidos por aquellos que actan sobre las acciones de los otros: mantenimiento de
privilegios, acumulacin de beneficios, funcionamiento de autoridad y de oficios, entre otros.

Asociado a este fenmeno Foucault destaca la existencia de institucionalizaciones
articuladoras de tradiciones y estructuras legales que pueden tomar la forma de aparatos, as
como de grados de racionalidad que ponen en juego relaciones de poder en campos de
posibilidad elaborados y vinculados con la efectividad y la certeza de resultados: as las cosas,
el ejercicio de poder se dota a s mismo de procesos ms o menos ajustados a situaciones. En
consecuencia, si se desde esta perspectiva se considera el gobierno, tal y como se la ha
definiendo con anterioridad, las relaciones de poder han sido progresivamente
gubernamentalizadas; vale decir, elaboradas, racionalizadas y centralizadas.

10.5 Estrategias de poder

Para Foucault se denominan estrategias de poder a la totalidad de medios que se ponen en
operacin para aplicar el poder efectivo o para mantenerlo; constituyen igualmente modos de
accin sobre una accin posible de otros: en consecuencia, las estrategias se interpretan en
trminos de mecanismos puestos en juego. Toda relacin implica en potencia, una estrategia
103
de lucha, en donde las dos fuerzas no se superponen ni pierden su naturaleza especfica; cada
una de ellas constituye para la otra un lmite permanente o un punto de retroceso posible, esta
relacin alcanza su momento final cuando mecanismos estables remplazan el libre juego de las
reacciones antagnicas

En todas estas dinmicas hay una contrapartida que crea la estrategia de luchas, se trata de un
lmite, de una frontera en la que en lugar de la manipulacin calculada se constituye una
reaccin consistente en puntos de insubordinacin que son medios de escape; para Foucault
este fenmeno posibilita establecer diferencias entre formas de resistencia y formas de poder.
La resistencia es propiamente un catalizador que esclarece las formas de poder, localiza su
posicin, descubre su punto de aplicacin y los mtodos usados; por esta razn entre
estrategia de poder y accin de lucha existe atraccin recproca y oposicin perpetua: por ende
desde un horizonte focaultiano se trata de analizar las relaciones de poder a travs de los
antagonismos de las estrategias.

10.6 Lgicas de poder como lucha

Una de las perspectivas desde la cuales Foucault aborda y caracteriza el poder es
relacionndolo con la lucha, estrategia que le posibilita diferenciarlas y clasificarlas a partir de
las siguientes criterios: en el primer caso estn aquellas que confrontan formas de dominacin,
en el segundo caso surgen luchas frente a formas de explotacin que separan a los individuos
de lo que producen; y finalmente estn aquellas que contrarrestan la sujecin que liga los
individuos y los somete a otros: dado lo anterior, para Foucault es posible que estas formas de
luchas se pueden presentar aisladas o se mezclen entre s. De otra parte, y atendiendo a esta
misma lgica, se identifica otros tipo de luchas que tienen un carcter transversal, no se limitan
a un pas y no son privativas de una poltica particular o de una forma econmica de gobierno.

En trminos generales para Foucault los objetivos de las luchas son efectos del poder y se
orientan principalmente a escapar no tanto de una institucin especfica de poder (grupo, lite,
clase, entre otras) sino ante todo de una tcnica o una forma de poder.

10.7 Disciplina como forma de poder

104
Los trabajos de Foucault apuntan a que hubo en el curso de la poca clsica un
descubrimiento del cuerpo como objeto y blanco de poder, al cuerpo se le manipula, se le daba
forma, se educa, obedeca, responda, se multiplicaba sus fuerzas y se le vuelve hbil. Domina
para el caso la nocin de docilidad que une el cuerpo analizable al cuerpo manipulable: es dcil
un cuerpo que puede ser sometido, utilizado, transformado y perfeccionado.

Se trata de nuevas tcnicas que tiene escalas de control: no se trata del cuerpo en lneas
generales, como si tratara de una unidad indisoluble, se trata de trabajar sus partes, se ejerce
sobre el una coercin dbil, articulada a movimientos, a gestos, actitudes y rapidez: se trata de
un poder infinitesimal sobre el cuerpo activo. De otra parte el objeto del control es la economa,
la eficacia de los movimientos, su organizacin interna, la coaccin sobre las fuerzas, la
ceremonia que se le impone es el ejercicio. La modalidad corresponde a una coercin
ininterrumpida, constante, en procesos continuos en mecanismo establecida en codificaciones
que determinan sus tiempos y su espacio

Se pueden denominar disciplinas a los mtodos que permiten este control minucioso de las
operaciones del cuerpo, y que garantizan la sujecin constante de sus fuerzas y le imponen
una relacin de de docilidad y utilidad.

Para Foucault lo anterior esta relacionado con la formacin de una poltica de las coerciones
que constituyen un trabajo sobre los cuerpos, entonces stos entran en mecanismos de poder
que lo exploran, desarticulan, recomponen en una anatomopoltica que es igualmente una
mecnica de poder.

Hay instituciones disciplinarias sin embargo ste no es el centro del anlisis, el punto es la
consideracin de las tcnicas minuciosas puesto que ellas definen ciertos modos de
adscripcin poltica y detallada del cuerpo en microfsicas de poder y que invaden el cuerpo
social desde el siglo XVII.

La disciplina procede como distribucin de los individuos en el espacio y en ello vara sus
tcnicas. En momentos exige la clausura, se trata de un lugar heterogneo a todos los dems y
cerrado sobre s mismo, en donde prevalece la monotona disciplinaria; se trata de un tipo de
encierro. Sin embargo para Foucault este principio de clausura no es constante ni suficiente en
105
los aparatos disciplinarios, en muchos de ellos operan flexibilidades en donde prevalecen
principios de localizacin sobre la base de divisiones en zonas relacionadas con la reparticin
de los cuerpos.

En estas consideraciones sobre el espacio se trata de anular distribuciones indecisas e
incontroladas, circulaciones confusas, aglomeraciones o vagabundeos. Se trata de establecer
ausencias y presencias articuladas a la vigilancia de la conducta; se trata de la organizacin de
un espacio analtico.

Hay reglas de emplazamiento funcional que codifican los espacios que la arquitectura deja
disponible para fijar los usos; en ellos no prevalece solamente la vigilancia sino la creacin del
espacio de lo til.

En la disciplina los elementos son intercambiables por que cada uno define un lugar que ocupa
una serie y por la distancia que lo separa de otros; se trata ms bien den rango o lugar que se
ocupa en una clasificacin, el intervalo de una serie de intervalos que se pueden recorrer unos
despus de otros: la disciplina individualiza los cuerpos por una localizacin que no implanta,
pero los distribuye y los hace circular en un sistema de relaciones.

Otro aspecto central es el control de la actividad mediante el uso de modelos estrictos del
examen del tiempo; sus procedimientos son establecer ritmos, obligar a ocupaciones
determinadas, y fijar los ciclos de repeticin: la exactitud y la aplicacin son junto con la
regularidad las virtudes fundamentales del tiempo disciplinario. Dado lo anterior:

Un poder que surge de aptitudes directamente inherentes al cuerpo o transmitidas por
instrumentos exteriores.
El poder se ejerce sobre las cosas y da la habilidad de modificarlas, usarlas, consumirlas,
destruirlas
El poder pone en juego relaciones entre individuos o grupos.
Las personas ejercen poder sobre otras
El poder designa relaciones entre parejas. (conjunto de acciones que inducen otras y se
siguen de otras)
106
Las relaciones de poder tiene una naturaleza especfica que las diferencia de otras
relaciones.
Las relaciones de poder constituyen sistemas regulados y concertados.
Es necesario darse como objeto las relaciones y no el poder mismo

Qu no es el poder: El poder no es una funcin de consentimiento. No es una renuncia a
libertades. No es una transferencia de derechos. No es por naturaleza la manifestacin de un
consenso.

10.8 Bibliografa complementaria

Captulo dcimo primero
Poder y contrapoder en la era global en Ulrich Beck,
11.1 Objetivo general

11.2 Objetivos especficos

11.3 Meta poder de la economa mundial

Es necesario descifrar la globalizacin como una transformacin lenta, posrevolucionaria y
epocal del sistema nacional e internacional de equilibrio del poder y sus reglas, un sistema
dominado por el estado. En la relacin entre la economa mundial y el estado se da un juego de
metapoder, vale decir una lucha por el poder en la que el equilibrio y las reglas del poder del
sistema estatal nacional e internacional se transforman y reescriben
38


Ha sido especialmente la economa la que ha desarrollado un metapoder que escapa a la jaula
del juego de poder territorial -organizado con forme a los estados-, y conquistar nuevas
estrategias de poder en el espacio digital mientras los estados permanecan arraigados a los
territorios.

La desterritorializada maximizacin del poder de la economa no tiene que conquistarse ni
legitimarse polticamente, tiene lugar al margen de los rganos de control de las democracias

38
Beck, Ulrich. Poder y contrapoder en la era global. La nueva economa poltica mundial. Paidos. Espaa. 2004
107
desarrolladas y de los parlamentos, de los tribunales y el gobierno, non requiere de
movilizaciones militares.

La consecuencia es que los estados nacionales de la primera modernidad, que rivalizaban
sobre todo militarmente, se convierten en estados competitivos de la segunda modernidad, que
rivalizan sobre todo econmicamente y a escala mundial. La llave del poder ya no es la fuerza
militar, sino la respectiva posicin de los estados en el marcado mundial

El peso de la voz que un estado tiene en las arenas globales y en las organizaciones de la
poltica mundial aumenta proporcionalmente a su nivel de investigacin y formacin.

Los principios de la territorialidad y violencia ponen fronteras claras al poder estatal. La
debilidad de la violencia es su inflexibilidad. En cambio la riqueza, en tanto que medio de poder
a disposicin de los actores econmicos mundiales, es altamente flexible. A diferencia de la
violencia, que slo puede practicarse negativamente en el sentido del castigo actual o
potencial, la riqueza permite recompensas y castigos, aplicaciones y dosis tanto positivas como
negativas. Si la riqueza se une a otros medios de poder, como la eficiencia y el saber, el
resultado es la ultraflexibilidad del metapoder econmico.

La primera y ms importante victoria de la globalizacin es probablemente la globalizacin del
discurso de la globalizacin. El poder discursivo del capital se extiende mucho mejor con los
conceptos de la teora del poder de Foucault, en la medida en que no sita el poder en un lugar
central y porque no supone que sus actos son claramente diferenciables.

En referencia a la teora de Michael Mann y la historia del poder puede precisarse que el
metapoder econmico mundial no es intensivo ni autorizado, sino extensivo y difuso. Es
extensivo en el sentido de que la hegemona discursiva de la globalizacin neoliberal funda en
todo el mundo, por encima de cualquier frontera nacional, tnica, religiosa, sexual, de casta o
de clase, espacial o temporal, un nexo de poder generalizado y unos mnimos en las relaciones
de competencia, dependencia y cooperacin; no es intensivo ya que no prescribe ni establece
ninguna coercin jerrquica.

108
El metapoder no es un poder autorizado porque no goza de ninguna legitimidad cosa que
provoca que la fe en la legitimidad del metapoder econmico mundial siempre sea dudosa para
los dominados; vale decir que cuanto ms grande, extensivo y difuso es el poder de los actores
econmicos mundiales ms clara es su necesidad y carencia de legitimacin.

El poder tiene una dependencia del asentimiento que es posible documentarlo
contundentemente en el caso de la violencia de estado, sin embargo no hay que hacer
esfuerzo para pronosticar del metapoder de la economa mundial, tan frgil con lo que respecta
a al asentimiento que suscita, lo hace propenso a los ataques violentos. El contraste creciente
entre poder y violencia desestatalizada y privada en la segunda modernidad tambin puede
observarse en el hecho de que incluso un poder seguro de su consenso puede sufrir la extrema
provocacin de violentos osados hasta la muerte (terrorismo suicida)

Si se toma en consideracin la vulnerabilidad general de la produccin econmica mundial,
surge la pregunta del por qu la impotencia del metapoder y las posibilidades violentas que
ofrece a pequeos grupos extremitas y aislados; la propensin a esta violencia que caracteriza
a los superpoderes econmicos altamente organizados podra ser una dimensin del conflicto
en el mundo que nace uno y diviso con todas sus contradicciones emergentes, dimensin que
se extiende a la totalidad transformndola.

Los procesos de formacin de los metapoderes tienen dos consecuencias notables ms; en el
marco de esta economa mundial se esta experimentando con un capitalismo pacifista y
cosmopolita. La poltica mundial es la poltica de la violencia; la premisa de que la anarqua de
los estados y los mandatarios es sangrienta e imperialista es vlida para todas las pocas. El
nuevo metapoder se considera en s mismo pacifista en su esencia. Aunque no posiblemente
en sus consecuencias.

El capitalismo global extrae su poder no de la invasin sino de exit-option; este
extraterritorialidad de las inversiones del capital es una verdad a medias, pues siempre se
requiere invertir en alguna parte, localizndose por esta razn siempre es imperialista.

El capitalismo global es un ncleo politnico y de ah que ponga en cuestin la ontologa
nacional de la sociedad y la cultura. La lgica de la exclusin propia del estado nacional entra
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en contradiccin con la lgica de la inclusin propia de la racionalidad de la economa mundial.
No es la separacin sino la mezcla de las razas, grupos tnicos y nacionalidades la fuente de la
maximizacin de la creatividad y la ganancia de las empresas transnacionales; los consorcios
operativos a escala global obtienen capital y reclutan a sus lites directivas en muchas
naciones, crean puestos de trabajo en todas las partes del planeta y reparten sus dividendos a
accionistas de los pases ms diversos; en este marco el metapoder del capital tambin pone
a las empresas en situacin de convertir sus organizaciones transnacionales en un
experimento de convivencia y colaboracin politnica

Sin embargo hablar del nacimiento de un capitalismo pacifista y cosmopolita a muchos les
parece ilusorio ya que la flexibilizacin y sensibilidad cosmopolita forzada por el mercado
mundial tambin funciona como mecanismo de exclusin.

El derrumbamiento de la socialontologa nacional no significa automtica el inicio de una era
cosmopolita, es decir, no significa un aumento de la curiosidad y el respeto por la otredad de
los otros; tambin puede desembocar en la atomizacin y la xenofobia. El surgimiento de las
sociedades cosmopolitas y la formacin de sus enemigos son dos lados de un mismo
movimiento. La translegalidad del poder de la economa mundial da legitimidad a los
movimientos antiglobalizacin y antimodernizacin globales, que definen el dominio legtimo de
las instituciones nacionales estado y democracia- contra la subversin del capital global.

En muchas culturas extraeuropeas la globalizacin se equipara con la americanizacin
estadounidense, que aparece como la fuerza impulsora de todos los males que asuelan la
sociedad; por consiguiente los movimientos globales contra la modernizacin van de la
animosidad francesa a las nuevas internacionalizaciones de los fundamentalismos religiosos y
tnicos, pasando por las paradjicas coaliciones de contrarios y su influencia creciente con el
metapoder y los residuos sociales y polticos que ste genera a escala mundial.

En las arenas centrales de la globalizacin econmica donde compiten y cooperan los
consorcios y estados transnacionales, la guerra es efectivamente casi impensable; la fortaleza
militar ha perdido importancia. Pero de otra parte dado que la globalizacin avanza, los estados
siguen basndose tanto o ms en un imaginario que excluye a los otros. En los ngulos
muertos de la poltica mundial en donde los antiguos conflictos territoriales son tan virulentos
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como siempre, las guerras o las amenazas de guerra se ocupan de aguijonear y atizar la
enemistad.; frente a esto la teora del metapoder afirma que las categoras del poder, el
dominio y la poltica centrada en los estados unas categoras propuestas por el neorrealismo
de las ciencias sociales son categoras zombis, dado que no estn condicionadas para captar
lo nuevo.

La autonoma del estado nacional est en entredicho no slo al metapoder de los actores
econmicos mundiales, sino tambin al metapoder de la sociedad civil global, el cual consiste
en hacer valer los derechos humanos frente a la aparente obviedad; la poltica de los derechos
humanos tambin ofrece un arsenal de estrategias para revolucionar calladamente el sistema
internacional.

La reivindicacin de los derechos humanos permite no slo a las ONG sino igualmente a los
grupos de estados comprometidos con el cosmopolitanismo ignorar fronteras y ganar autoridad
y legitimidad entre otros estados; el espacio de influencia de los estados cooperativos
cosmopolitas crece dado que el rgimen de derechos humanos convierte en fragmentario
espacio de poder de los estados nacionales es un espacio de poder sin fronteras, un espacio
de poltica interior mundial en el que estados extranjeros y ONG pueden mezclarse en la
poltica interior de otros pases y transformas sus estructuras y dominio.

Se ha conseguido a escala global con la emancipacin de un rgimen cosmopolita de los
derechos humanos que fuerza la intervencin en el caso del terrorismo estatal contra los
propios ciudadanos e incluso como prevencin ante potenciales violaciones de los derechos
cosmopolitas de los estados por parte de los estados y de ONG que desempean un papel
central en la observacin sistemtica y protocolizacin con poder de sancionador de los
derechos humanos dentro de los estados particulares valindose de medios no militares.

Hay igualmente la apretura a una puerta al cosmopolitanismo inautntico de una
instrumentalizacin hegemnica de los derechos humanos, una lgica mixta de altruismo
humanitario y lgica imperialista se gesta mediante procesos que pueden caracterizarse como
circulo de la globalizacin. La globalizacin econmica, cultural y moral ha reforzado la
decadencia de las instituciones estado nacionales lo cual puede comportar tragedias humanas
y guerras civiles que tienen efectos sobre los derechos humanos.
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En este marco aparece las contradicciones de un humanismo militar que hace renacer una
doctrina medieval de guerra justa que priva de credibilidad la idea kantiana de comunidad
pacfica universal; en un sistema mundial de estados dbiles ya nadie impide que se abuse
imperialmente de la misin cosmopolita, simultneamente se inicia una reforma de los ejrcitos
por parte de la sociedad civil en funciones reprogramadas que son bsicamente una
continuacin de la sociedad civil global con medios militares y respondiendo a las siguientes
dinmicas:

Se trata de fuerzas armadas de des-escalamiento cuya misin no es defender su propio pas
de agresiones extranjeras sino el reestablecimiento y la seguridad del orden social civil
democrtico en territorio extranjero, defendiendo un orden social civil democrtico liberal en
suelo de otros estados frente a partes en conflicto que violan los derechos humanos.

Fuerzas armadas que no estn obligadas por juramento a una lealtad nacional sino que forman
unidades organizativas operativas multinacionales comprometidas con cdigos de derechos
humanos; los objetivos no son conquistar un pas y estado extranjero sino extinguir conflictos
tnicos que se derivan de guerras civiles y proteger poblaciones

Dichos objetivos se buscan lograr a travs de redes y cooperacin militar civil en las que no
slo se implique fuerzas armadas de otros pases sino de organizaciones humanitarias,
organizaciones no gubernamentales, representantes de las partes en conflicto, reporteros
nacionales e internacionales; lo anterior implica una organizacin con lgicas cosmopolitas
sobre la base de una solidaridad transnacional de los derechos humanos y una
multinacionalidad de de colaboracin planificada.

11.4 Dominio translegal

El dominio translegal es la oportunidad continua y tendencialmente institucionalizada de influir
decisiones y reformas estatales, saltndose lmites sistmicos y funcionales, de modo que las
prioridades de stas correspondan a prioridades desplegadas por el poder de los mercados
mundiales.

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La translegalidad esta referida al poder que funda el derecho. Los consorcios no requieren la
ley del ms fuerte, las reglas internacionales son dbiles o no las hay y las reglas nacionales
son contradictorias entre s; en consecuencia los consorcios crean su propio derecho en lo
relacionado con estndares tcnicos como laborales, derecho contractual, arbitrajes
internacionales; en consecuencia, el poder de sentar el derecho ya no esta en manos de el
nico poder legtimo del estado.

Lo anterior significa que surgen formas de soberana compartida entre los estados y actores
econmicos mundiales. En el marco de la economa mundial privada se gestan nuevas formas
de organizacin de poder no pblico que estn por encima de los estados soberanos y que no
reivindicando soberana estatal tienen poder para fundar parcialmente derecho.

Poder translegal significa atribucin para la atribucin cuasi estatal de la cual se deriva que las
empresas transnacionales, tambin tienen que tomar decisiones polticas, no obstante en estas
decisiones los gobiernos y opiniones pblicas nacionales son ms espectadores pues los
directivos de los consorcios las toman y ejecutan sin su consentimiento; si las instituciones
nacionales buscan limitar los espacios de accin de los consorcios, estos buscan otras sedes:
los actores de la economa mundial toman decisiones genuinamente polticas sin legitimidades
democrticas.

Son translegales los poderes de la innovacin, vale decir la intervencin sistemtica en las
condiciones de posibilidad institucional cognitiva de la produccin de lo nuevo, lo cual implica
tener poder sobre la ciencia como fuerza de produccin de la innovacin y reafirmarlo.
Consorcios y organizaciones de la economa mundial consiguen poder a su servicio el
monopolio de la innovacin social de la tcnica; pueden generar y suprimir puestos de trabajo,
crear nuevos productos y mercados, burlar y eliminar regulaciones, controles, neutralizar
competidores.

Las fronteras estn asociadas en buena medida al hecho de que el dominio translegal sea
translegtimo, ya que sin el marco de un ordenamiento estatal mundial sin fuentes de
legitimidad democrtica, no se puede contar con una fe global en su legitimidad; por su parte
los actores econmicos extraen su justificacin de criterios de racionalidad econmica del xito
113
del marcado; la legitimidad econmica supone en cualquier caso el derecho y el poder legtimo
del estado

En la soberana de facto de las organizaciones econmicas mundiales el poder legislativo se
privatiza y a su vez se transnacionaliza: la dinmica es entonces aquella en donde los espacios
nacionales se transnacionalizan progresivamente y los regimenes de derecho transnacionales
se introducen en las arenas nacionales. Dado lo anterior se presenta una paradoja en la
relacin poder legitimidad; consorcios y organizaciones transnacionales disponen de mucho
poder y escasa legitimidad, en tanto lo movimientos sociales cuentan con poder escaso y gran
legitimidad, la fragilidad de la confianza de los accionistas y consumidores prueba la fragilidad
de la legitimidad de los consorcios operativos a escala mundial y a su vez los gobiernos
neoliberales se ven obligados a responder a la perdida de confianza de la economa
convirtindose a una poltica antineoliberal de regulaciones y controles.




















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ALEJANDRO LOZANO AYALA

Profesor de ctedra ESAP-
Administrador pblico
Especialista en Administracin Pblica Contempornea
Magster en Estudios Polticos y Relaciones Internacionales
[email protected]


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Asunto:
Autor: Alejandro Lozano
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Impreso el: 02/02/2009 10:30 a.m.
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