Novela Cubena

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Chombo es una novela de importante contenido social.

Narra los aspectos de la vida afro-antillanos -chombos- que emigraron a Panam desde Jamaica, Barbados, Martinica, Trinidad y otras is' las del Caribe para trabajar en la construccin del CANAL DE

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PANAMA. @ Esta novela tambin pone de relieve las injusticias raciales o que sufrieron los obreros afro-antillanos y sus descendientes en F. O) lo que fu Ia Zona del Canal. @ Cubena es el nom de plume del profesor Carlos Guillermo o Wilson. De ascendencia afro-antillana naci en 1941 en la ciudad de Panam. Inici sus estudios en la escuela Gil Colunje. Hizo es' tudios secundarios en el Instituto Nacional de Panam; continu en su preparacin en el Seminario de la Societas Verbi Divini Mississippi y en Massachusetts, Estados Unidos. Obtuvo su BA. en la Universidad de Loyola, Los Angeles, California. Complet estudios para su M. A. y Ph. D. en Letras Hispanoamericanas en U.C.L.A. Su tesis doctoral se titula: "Aspectos de Ia prosa narrativa panamea contempornea" (1975). Desde 1971 es catedrtico de Letras Hispnicas en la Univer' sidad de Loyola Marymount. Se ha especializado en el estudio de idiomas y de las literaturas afro-anericanas, especialmente Ia de Panam. Sobre este tema ha presentado ponencias en distintos congresos en Nueva York, Washington D.C., Ro de Janeiro, Ja'
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maica, Panam, etc. Cubena ha publicado otras obras de tema afro-americano: "Cuentos del Negro Cubena lL977l"; "'Pensamientos del Negro Cubena (poemas, Ig77l". Tiene en preparacin otra novela que lle-

var como ttulo "Los afro-exiliados".


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coLEccIoN CANTQUTL

CUBENA

CHOMBO
(novela)

- - EDICI xEs =
EDICIONES

UNMRSAL - Miami, Florida,

1981

P.O. Box 450353 (Shenandoah Station) Miami, Florida, 33145., U.S.A.

Dedctori:

A mi gente

A people without the knowledge of their pst hstory, origin nd culture is tike tree without rootsMrcus Gruey.
(c)

Copyright 1981 by Carlos Guillermo Wilson.


(Cubena).

I.S.B.N.: 0-897 29-287 -l

Library of Congress Catalog Card No.; 81-65413 Dibujo de la portada por Ricardo Viera
Impreso por: ORTEX Corp. Miami, Florida. USA.

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***

Panam, 1 de octubre de 1979

ESCUDO CUBENA
CUBENA-es la hispanuacin de KWABENA. EI profesor Dr. Carlos Guillermo Wilson es de ascendencia africana y naci un martes. Entre Ia gente ASHANTI de habla TWI en GHANA, AFRICA, se acostumbra nombrar a los varones
con el nombre del da en que nacieron.

Estimado Lector:

Esta novela, Chombo, la primera de una triloga,

est

preada de datos histricos y ancdotas de los negros antillanos -chombos - los que tanto sudor y sangre dieron en la construccin del ferrocarril transstmico y el Canal de Panam.

En la lectura que usted est a punto de iniciar, encontra las razones por las cuales es menester y, sobre todo, URGENTE

EBEYIYE-Voz TWI que anuncia: "El futuro ser mejor".


La cadena de seis eslabones representa los seis principales
grupos africanos que fueron esclavizados en las Amricas: YORUBA, FANTI, ASHANTI, CONGO, BANTU y DAHOMEY.
Las tres estrellas simbolizan los tres laes donde habita la fa-

combatir la perniciosa discriminacin racial y las otras injusticias...

Cubena

milia de CUBENA: AFRICA

JAMAICA

PANAMA.

El libro es smbolo del principal instrumento para romper Ia esclavizacin mental. La tortuga representa la paciencia y el fuerte carcter que han tenido que desarrollar todas las personas de ascendencia africana. La abeja que trata de penetrar su aguijn en la fuerte caparaz6n de la tortuga simboliza los golpes, insultos y cadenas que heroicamente han tenido que soportar los negros.

EBENADA

Quod si nostra tuis facies Rex nigra ministris Displice!, Aethiopum non placet alba viris.

Juan Latino

Carajo! Me ca. En el momento en que se vomitaba sonoramente este secreto pensamiento que desde tiempo inmemorial arda en las ulcerosas entraas de un furiosojoven negro, a un anciano transente, que se haba aproximado desapercibidamente muy cerca del joven, le hizo salir los colores a la cara por lo dicho. El anciano se detuvo de sbito, chocando con su propia enjuta sombra, sorprendido de la furiosa voz calles del vecindario quedaban casi ido al efecto del implacable sol trop ascendencia afro-antillana, cubrindose la boca con Ia mano derecha al descubrir al que estaba a su lado casi a quemarropa, observ con asombro el brusco ademn que hizo el viejo con su bastn blanco que despus de golpearlo cinco veces en el pavimento, alfombrado de inmundicias de perros callejeros, lo agit violentamente hacia el azul horizonte. Acto seguido, se santigu cinco veces rpida e imperfectamente con la mano izquierda; y, puso el grito en el cielo, vociferando atropelladamente avoz ertcuello, como si fuera protesta de sordomudo, dando rienda suelta a su indignacin: - - Dios mo! Jess, Mara y Jos! Ave Mara pursima! Cmo puedes decir semejante. - - Pe. . . pe. . . pe. . . ro - balbuce eljoven sinpoder articularfrase alguna. - - Jesucristo! - exclam el viejo santigundose rpidamente cinco veces.
-

Pero, se. . .or.


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- Santsima Trinidad! Santiago! -- Escuche... - - Dios mo! Mara Santsima! 'grit


quedar

el viejo, santigundose de hecho antes' ya haba lo y como veces la misma manera AI

dignad
santos

autoridades del Vaticano.

amenazas del seor del bastn blanco, le pareci estar entre la espada y Ia pared, y por eso hubiera de tante para que eI granZets u otra de

El joven nego, aI no tener dnde meterse para escapar las

tan difcil situacin; pero rememor

mo el lienzo de Penlope son sine fine'

la asfixEse ebenada (martes) era un d_ia de mucho bochorno: sol en iante humedad tropical, eI perezoso viento y el calcinador
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su cenit contribuan generosamente a la despiadada incomodidad atmosfrica. De vez en cuando transitaba i"r"ror"-"nte algn autobs buscando pasajeros a ro largo y de la soritaria va "ocho Espaa. Algunos choferes abardonaron sus vehculos, hurfanos de pasajeros, con el propsito de comprar billetes de la lotera para probar la suerte en el sorteo del miercorito; otros p""u.oi"o to de ocio en un restaurante cerca d.er teatro Rio, harlando "ucon mucho entusiasmo sobre las carreras de cabalos y ros combates de boxeadores mientras saboreaban algunos platos tpicos: sanco_ cho, bollos, carimaolas; y, bebiendo chicheme, chich de nance u otros refrescos. El joven y el viejo, ambos con las camisas empapadas en sudor como si les hubieran echado encima cinco cubo's ai Lorcaronrefugio para escapar del ardiente, quemante, abrasante "g,r", sol, como los otros transentes del corregimiento de nio eu". o"rpus de andar un rato, se alegraron d halar el amparo d;la;*_ bra que un frondoso rbol de mar go derramaba amlliamente a su alededor. All don Justo alegrernente dijo: "Mi aueh tena razt, poreue el que a buen rbol se arrima, buena sombra le cobija." A los pies del rbol se encontraban muchos mangos maduros que o se haban cado de los brazos del fructuoro plo, pid.iendo ser saboreados' o haban sido abandonados por ls ,ri.,r-""ho. chiquillos del vecindario, hartos de ra ms suculenta ddivade la exhuberante Flora panamea La fresca sombra y el aire impregnado de olor a mango, en_ cantaron a los dos compaeros. El joven, mirando a su ahdedor hubiera querido pintar poticamente, con tarento virgiliano hou mrico, para su compaero ciego las tonalidades de l escandalosa sinfona verde que luca la naturaleza: verd.e mango, verde aguacate, verde pib, verde papaya, verde mangotn, verde gui neo, verde. Fn el rbol, los pericos parecan esmerard.inos bailarines del Bolshoi: ejecutaban acrobticos revoloteos d.e rama en rama, dan_ do picotadas a los mangos maduros ms suculentos. Luego, los brazos del rbol se adornaron con muchas bandada, ae p"4"ro, vistosos, atraidos por el alegre bulricio de los pericos que se erei taban con el sabroso banquete de fruta. Los pruelos zulejos, en un nido de un tamarindo vecino, no pudieron dormir la siesta por la estridente algaraba de ros pjaro que poco a poco reg aer ruidosa cacofona. Don Justo, hechizado por el delicioso olor a mango y el a_legre
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- All por la Avenida Central. Y usted? - Cerca del Palacio de las Gazas - dijo eI anciano

Ia na-ricin y pregunt: - - Es usted esPaol de cePa Pura?

da de judo y mucho menos de africano' - - Cmo sabe usted que.


-

gullosamente - pero, ms cerca de la Catedral. por Ia Avenida Central dijo? - - S. A pocos pasos de la antigua estacin del ferrocarril, en la casa nmero 3-33, ubicada muy cerca de lo que en un tiempo fue eI teatro Excelsior y la escuela Jos de Obalda. - - Ahora s estoy orientado porque una ta ma que se qued para vestir santos viva muy cerca de ese teatro, casi enfrente de la Plaza Cinco de Mayo. Por all conoci a su comadre Fulabuta Simequez, a la que le dicen la-quem-corcho. Tras breve pausa, el joven explic el constante peligro de fuego que alJJenaza su viejo vecindario donde los ruinosos edificios de madera haban sido construidos durante las excavaciones del Canal, para albergar a los millares de obreros negros que fueron contratados en las islas del Caribe. Don Justo perdi inters en lo que deca su compaero. Se santigu con rapidez cinco veces y reanud su letana. Al cabo de un rato, el indignado, recordando el incidente del encuentro, le pregunt al joven el por qu de las furiosas palabras. y eljoven le coment que era por la triste situacin racial que sufra el negro en Panam. Pero antes de profundizar en esta situacin racial que afectaba principalmente al negro de ascendencia antillana, el furioso negro tuvo que hacer un parntesis, por insistencia de don Justo en cuanto al conflicto racial en Gringolandia, como deca un sobrino del anciano, estudiante del Instituto Nacional que no pod.a ver a patria que inmortaltz el
specialmente despus de Canal. Adems, antes de

agregando or-

enfatiz el anciano' Mientras don Justo peroraba disparates sobre disparates acerca de Ia pureza de sangre de su c s, primero, que los iberos, antiguos Ibrica, eran del Africa; segundo, en mosa capital del gran imperio africano llamado Ghana; y tercero, en las tres pulseras de oro. . .

- tngt"

castelana hasta la mdula

'

--

piendo el pnsamiento de su compaero sobre las tres pulseras


oro.
---

Joven, dnde naci usted? ' pregunt don Justo interrumde


Aqu en la capital - contest el joven' o Guachapal? E; qu barrio? Calidonia, Chorrillo

por afro-mexicanos del Estado de sinaloa donde hasta la fecha hay mucha gente de ascendencia africana all y en otros estados de la nacin azteca; y, agreg que, ms importante an, el hroe mximo, segn se dice, de la Independencia mexicana - Don Jos Mara Morelos y Pavn - era informarle de que los olmeca levantaron colosales monum
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africanos en La Venta, Tres Zapotes y San Lorenzo; y, despus de enumerarle otros hechos interesantes sobre la gente negra de M' xico, el furioso negro puso aI corriente a su compaero ciego de los gaves sucesos raciales en Ia tierra de Abraham Lincoln. Hizo hin' capi en el hecho de que los norteamericanos de ascendencia euro' pea, durante la dcada del sesenta, asesinaon salvajemente a muchos de sus paisanos negros porque estos se atrevieron a reclamar justicia para todos en el supuesto edn de la democracia y la justicia. Coment tambin sobre el profundo odio racial y Ia discriminacin hacia el negro, y dijo: "AIl a los negros les dicen nggers; los.miembros de Ia Ku Klux Klan y muchos policas asesinan impunemente a los negros, y a los que sobreviven Ia cotidiana matanza,los aglomeran en campos de concentracin que llaman Harlem, Watts, Roxbury, Brooklyn, Liberty City, Attica. - - Gracias a Dios no tenemos esos problemas aqu - dijo eI ciego' - - Precisamente en eso estriba el meollo del asunto - dijo el furioso joven pensando que nadie ve la lagaa en su ojo sino en el ojo
ajeno.
-

Se dice que hablando se entiende la gente, pero

se percat de que

- - Es usted espaol de cepa pura? - - Ya le dije que.

era como esperar mangos del cocotero, porque al rato pregunt:

tratar el espinoso asunto racial con don Justo

eljoven negro

raciafbrilla por su ausencia. Sin embargo, aI cholo y al criollo,


sea, el negro de ascendencia antillana- - Nada de eso - atac6 el viejo como una fiera herida

- A qu te refieres? - pregunt el ciego. - q"i se vive bajo la quijotesca ilusin de que la discriminacin
o

bre afinidad con Balboa, Corts y Ptzano. Mientras don Justo peroraba por segunda vez sobre la pureza de su sangre, el joven reflexion sobre la matanza y el saqueo que sufrieron los indgenas istmeos - kunas, guaymes, choces - urante la poca colonial. Pero se concentr ms en el saqueo y la matanza que ocurri en el ms opulento irnperio africano: Mali. Luego, penso en el asunto de las tres pulseras de oro. El intensificado bullicio de la periquera en el rbol de mango Ilam la atencin del joven. Adems, el calor no ceda tregua, la humedad segua asfixiando, el perezoso viento prolongba su siesta, y el sol. Cerca del rbol se acerc una seora gritando. Don Justo explic que la mujer era amiga ntima de Fulabuta Simequez, laquema-corcho.

Pues, yo. El ciego, despus de santiguarse cinco veces con rapidez, volvi a repetir Io del pariente castellano, y esta vez agreg algo so-

--

aqu no hay

discriminacin. Todos somos hermanos' - - Don Justo, en mi opinin, Ia actitud racista ac es peor que en los Estados Unidos. - - Dios mo! Qu dices? Tonteras. Aqu no somos como los racisias gringos. Vuelvo y repito, todos somos como hermanos y hasta queremos al chombo neglo antillano. - - Escuche sus propias palabras: "Y hasta queremos aI
chombo.
-

- Aqu

no hay discriminacin. Punto final - dijo el ciego enfada'

do.

Don Justo, no olvide que el principio de Ia salud est en cono'

cer la enfermedad.

EI furioso negro declar que, en cuanto al conflicto racial, eI norteamericano es como una persona que sufre de un cncer maligno, y al darse cuenta del diagnstico de su gravsima enfermedad ha decidido someterse, aunque de muy malas ganas, a un limitado tratamiento curativo; sin embargo, el hispanoamericano, quien padece del mismo cncer maligno anda de la Ceca a Ia Meca, pregonando orgullosamente que est muy bien de Ia salud.
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La de lo gritos era Karafula Barrescoba. Tena una bolsa con cinco latas de leche. Y, a cada rato, se empolvaba Ia cara con una borla. Cuando vio a don Justo, lo salud. Mir al joven de hito en hito sin dirigirte la palabra. Frunci el ceo. gs smpolv la cara. Luego, continu su camino dando gritos. El joven, desealdo volver a_l asunto de la discriminacin racial, le dijo a su compaero que la apariencia engaa, y que por eso lo {s importante de una persona es su carcter y.ro l "o1o, de su piel. - - Es usted espaol de cepa pura? - pregunt el ciego intemrmpiendo a su compaero. - - Por tercera vez. . . - - Pues, yo. Le extra mucho al joven que don Justo hablara sobre pure za de sangre porque observndolo bien no tena lanat'tzaguiena; no era rubio; y, aunque su cabello estaba cortado al rape, no era acholado. Don Justo era ato, moreno, y de pelo encre-pado. El ciego volvi a perorar sobre su pariente castellano. Mientras tanto, como el joven no estaba para escuchar tonteras, pens en la fabulosa ciudad de Timbuctu, en el imperio africano lla15

mado Songhay. Al poner su atencin en eI asunto de las tres pulseras de oro, se volvieron a escucha los estridentes gritos de la mujer que a cada rato se empolvaba Ia cara. Como el joven tena cabanga por saborea mangos, acompa a los pjaros en eI disfrute de la deliciosa fruta. Algunos de los pericos intensificaron la algaraba a manera de protesta por las frutas que palade el compaero del ciego. Don Justo se empe en continuar hablando, hasta por los codos, sobre su pariente castellano. El joven se hizo el sordo, y se pregunt pala su interior: "Por qu ser que los libros de historia dan tan escasos detalles sobre la gente de ascendencia africana que particip en la fundacin de Panam,la construccin del Ferrocarril, y la excavacin del Canal?". En eI asunto del tripulante de Ia Snta Mara, no se dobl la hoja del tema. Y mientras el anciano del bastn blanco continuaba en su ufano empeo, su compaero rememor algunas escenas de su infancia: Mi abuelita Nenn, siempre activa como una araa en su telaraa, cuando yo era nio me llevaba a pasear casi todas las tardes, a las tres en punto, al parque Lesseps. Y en otras ocasiones me tocaba acompaarla a visitar a los ms indigentes del vecindario donde vivamos para llevarles comida que ella preparaba con gran arte culinario afro-jamaicano. Por mi tierna edad se me prohiba entrar en Io hospitales cuando ella iba a consolar a los moribundos, antiguos trabajadores del Canal, hurfanos de familia y en la ms extrema penuria, que no lograroir regresar a sus islas antillanas despus de la terminacin de la va interocenica. Tambin Ia acompaaba a los numerosos velorios en Calidonia, Chorrillo, y Guachapal para dar el psame a los acongojados allegados de los difuntos. Recuerdo vvidamente muchas de las conversaciones, saturadas de pintorescas descripciones, que mi abuelita entablaba con sus amistades sobre eI Canal. A veces yo perda el hilo de la narracin sobre la participacin de mi abuelito Pap James en el Big Ditch, porque cuando mi locuaz nana entraba en materia dejaba a un lado eI poco espaol que dominaba, expresn' dose en el melodioso ingls jamaicano. Pero como ella era tan expresiva, me auxiaban a entender un poco de lo que se discuta sus damticos gestos y ademanes. Sin embargo, a menudo yo prefera hasta el cansancio jugar con los otros nios, todos ahija' dos de mi abuelita, Ia gallina ciega, el florn, mirn-mirn. Pero cuando ella sacaba a colacin el relato de la nana de su bisabuela me apartaba de los alegres juegos infantiles para escuchar
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su relato: "All en Africa, en la hermosa aldea Nokor, ese martes, los tambores de la aldea celebraron la buena cosecha de ruca, ame, guand. . Pero aquella vez las festividades en honor a las

mujeres campesinas del clan Ontefo terrninaron mal porque por la madrugada del da siguiente la alegra se hizo llanto uando una horda de saqueadores erlutaron a Nokor, enmudeciendo el melodioso coro y el sonoro tamborileo. Los malvados intrusos degollaron salvajemente a todos los sabios y bondadosos ancianos, y a los inocentes niitos gateadores. Adems, secuestraron el orgullo y la esperanza de Nokor: a los ms fornidos varones y a las ms bellas doncellas. Durante cinco eron forzados a marchar, bajo un s de feroces perros blancos desde del mar donde muchos valientes miembros de la familia ontefo de la ultrajada Nokor murieron al intentar librarse de las pesadas cadenas. sobre ras desnudas es-

grero, de bote en bote, con encadenados negros. Estos, como sardinas en lata, lanzaron lamentos babelianos hacia sus urtrajadas cunas en Ghana, Mali, y Songhay a medida que se alejaba el navo negrero de la costa africana. En alta mar, la crujiente nave se meci dolorosamente al comps de la incesante lamentacin de la ensangrentada negrura encadenada. En la oscura, ftida e inundada entraa del navo negrero, un ejrcito de ratas blancas nadaron con destreza olmpica entre la abundante sange, vmito y excremento de los encadenados. Las ratas blancas saciaron su voraz apetito con las lenguas y los ojos de los negros muertos; y ade ms, de los cadavricos estmagos africanos, las ratas blancas entraron y salieron, en un vaivn de desesperado frenes, buscando hgado u otro vital rgano de los esclavos. Una aterrorizada negra de la quinta seccin, encadenada entre dos fornidos varones muertos, donde las ratas blancas festejaron con grotesca glotonera, llev la cuenta de la ocenica travesa: cinco menstruaciones dur
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Nger. Jams la negra muchedumbre haba visto tan blanco horror. Despus de saciar su desenfrenada gula, al igual que asquerosas hienas, los hombres de piel desteida poblaron el navo ne-

la pavorosa estada en la hedionda, ftida, nauseabunda nave. Las jovencitas negras que mantuvieron en la cubierta, todas fueron ultrajadas bbaramente, repetidas veces, por los tripulantes que mancharon la negra dulzura con blanca amargura durante la larga travesa ocenica. Ellas fueron testigos de las frecuentes rdenes del capitn de echar al mar, atestado de hambrientos tiburones blancos, a muchos encadenados cuando haba peligro de naufragar en los huracanes. Tambin, fueron las heronas de los sangrientos motines al comunicar con su rtmico batir de palmas y cantos el nmero de tripulantes de piel desteida y la cantidad de armas a los esclavos que suban, devez en cuando, a la cubierta para que todos no murieran ahogados en la abundante sangre, vmito, excremento. ." Tambin recuerdo que, en cada visita, a la hora de la despedida mi abuelita siempre besaba cariosamente a sus amistades, en ambas mejillas, y, ya en el umbral de la puerta se detena para comentar: "When black mn tief hirn tief half a bit; when bockr tief him tief whole estate". Poco a poco, llegu a comprender lo que mi grni quera decir: los tripulantes europeos robaron a millones de esclavos negros; y despus de dolorosos siglos, los afro-exiliados en Jamaica, Panam, Barbados no saben con certeza si son de la familia yoruba, congo o ashanti; no saben si su lengua materna es yoruba, kikongo o twi; no saben si sus verdaderos dioses son Yemay, Bena-Lula o Nana Nyankopon. Adems llegu a comprender lo del robo del sudor y la sangre de los negros antillanos durante la construccin del ferrocarril transstmico y Ia va interocenica. Me pongo furioso cuando recuerdo todo esto porque, hoy da, a los nietos de los que construyeron eI Canal, que tantos beneficios le da a este pas, nos insultan gritndonos bembn, pelo crtzctt, ato, meco, merolo, guariguari, guacuco, Jrumeca, chombo; y, hasta nos exilian. Cuando don Justo se cans de relatar lo del castellano, le pregunt al joven por qu pasaba tanto tiempo en los Estados Unidos. Este le respondi que entre dos males, el menor. E inmediatamente agreg que tambin era por el asunto de las tres pulseras de oro. Pero, como el ciego no tena ningrin inters en Io que tena que decir su compaero, despus de saludar a Karafula Barrescoba - a quien apodaron L-grita-leche - quien volvi a pasar cerca del rbol, empolvndose y gritando como antes, don Justo smpez a comentar sobre lo que le pas a su abuelo en el incidente de la ta-

honra a lo suyo como el valiente indgena Quibin, eI guam, y el intrpido negro Bayano, el africano. Sin embargo, en honor a un
europeo decapitado - Vasco Nez de Balboa - por las autoridades coloniales, existe una avenida, un puerto, una estatua, Ia moneda nacional y hasta la ms distinguida condecoracin de la nacin". Luego, trat.de pensar en cul sera eI destino de los panameos de ascendencia antillana, y el Canal con los nuevos tratados Torri-

jos-Carter.

El alegre bullicio de los pericos en las ramas del rbol de mango, donde el joven y don Justo haban buscado refugio del abrasador sol tropical, se haba calmado un poco. Los pjaros, Iuego de satisfechos con el delicioso manjar, Lapereza se apoder de ellos. El olor a mango se habia intensificado por los voraces picotazos de la periquera; gotas amarillas de la jugosa fruta se deslizaban por los cauces de las lanzudas hojas verdes como si fueran gotitas de roco maanero. La humedad segua empapando rostros y camisas; eI viento continuaba ininterrumpidamente su prolongada siesta; el sol. Ms tade, muchos transentes surgieron, como hormigas, de
sus sombreados refugios para inundar las calles del vecindario. En las paradas de los autobuses, algunas personas se impacientaron al ver las chivas colmadas de pasajeros que regresaban a sus labores. Los escolares hicieron caso omiso de las secretarias que tambin esperaban transporte a sus oficinas. Estas no soportaban la malamaa de los estudiantes que tenan por costumbre atropellar a los otros pasajeros, sin distinguir edad o tamao, para subir a empellones a los atestados autobuses decorados lujosamente, y con msica a todo volumen. Lo que ms sacaba de quicio a las oficinistas era el hecho de que los malcriados estudiantes no ofrecieron sus asientos ni a las damas ni a las abuelas como se acostumbraba antes, y para colmo de males, a gritos coreaban las canciones favoritas que se escuchaban en el radio del autobs: "Desde Panam hasta Puerto Rico te traigo mi tamborito. Guarar, guarar, guarar. . Durn mano de piedra. ." Muy cerca del rbol de mango, desde las entreabiertas ventanas con rasgadas cortinas descoloridas, algunas madres negras observaban a sus hijos uniformados caminar hacia la escuela Repblica de Hait. Al ver a las empleadas del gobierno que regesaban a sus oficinas, despus de la acostumbrada siesta que segua al almuerzo, las madres negras anhelaron, como lo hacan a diario, tener la oportunidad de lucir el uniforme de rigor de las secretarias, pero recordaron que cuando haban ido a solicitar empleo, es19

jada de sanda. Durante eI relato del anciano del bastn blanco, el joven se dijo para su interior: "Qu se puede esperar de un pueblo que no
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pecialmente en eI Ministerio de Gobierno y Justicia, siempre a ellas les gritaban groseramente: "Aqu no empleamos a chombas". De all que las frustradas negras desempleadas llegaron a tener por costumbre regaar, a cada rato, a sus hijitos dicindoles: "No sean tercos. Jueguen en la sombra. Si no hacen caso van a pasar ms hambre de 1o acostumbrado porque no les van a ofrecer trabajo en ninguna parte por ser muy negros". Acto seguido, ordenaban a los andrajosos, desnutridos, flacuchentos chiquillos a cubrirse la negra piel con ceniza, imaginndose que la ceniza del carbn posea algn secreto blanqueador, porque ellas haban observado cmo la ceniza se utilizaba para quitar lo negro de las ollas quemadas que servan para calentar agua azucarada cuyo propsito era apaciguar el hambre de sus pauprrimos hijitos. No muy tejos del rbol de mango, un grupo de antepasados africanos del Reino de los Muertos, que haba escuchado lo que el furioso joven le declar al seor del bastn blanco, observaba a los nios negros del vecindario, mientras, el ms anciano deca: "Quin hubiera credo que, antes de la Sa.nt Mar, la Pint, Ia Niy Bartolom de las Casas, estos menesterosos afro-exiliados fuesen descendientes de orgullosos y poderosos emperadores afri' canos en Ghana, Mali, Songhay". Bajo la sombra del rbol, eI ciego continuaba con sus exageradas narraciones. Los estridentes gritos de Karafula Barrescoba se volvieron a escuchar por todo eI vecindario. Despus de un rato se acerc aI rbol un seor que luca un sombrero montuno y una camisa guayabera; tena una cachimba en la boca que soltaba humo de tabaco como una chimenea. - - Quibo compa! Aj! Pens que habas pelado el bollo y buscaba tu velorio - dijo el recin llegado. - - Deja de salarme la vida. A ti te enterrarn primero. Pero, no

- Y t? Todo para t es Bayano, Felipillo y Antn Mandinga -dijo don Justo. - - No te olvides de Luis de Mozambique - agreg el de la cachim-

con las leyendas del castellano, o con el asunto de la tajada de sanda. As eres t. Si no es una cosa es Ia otra.

ba. Despus, el seor de la cachimba coment que este pas le debe su existencia a los negros, porque fueron los esclavos africanos

los que construyeron a Panam Viejo; los cimarrones negros como Bayano, Felipillo, Antn Mandinga, Luis de Mozambique fueron los primeros aqu en luchar contra el imperialismo del blanco; y, los negros antillanos fueron los que dieron sudor y sangre en Ia construccin del Ferrocarril y eI Canal. - - Ombe! Todo el mundo sabe eso - dijo don Justo. - - Entonces, me callo y me voy - dijo su compadre. - - Pues, no te vayas todava - dijo don Justo. - - Bueno, cuando me entra el dolorcito en las rodillas esa es seal de que viene un tremendo aguacern. Adems, vas a repetir lo de siempre: el castellano y lo de la sanda; la misma cantaleta de
siempre.

estoy muy seguro porque bicho malo nunca muere - dijo don
Justo.
-

- Viejo pendejo,

- Qu va! En cualquier momento, pundumbm! - So! Viejo perequero. Te esper todo el santo da en el lugar de - Aj! Viejo embustero.

ms mala hierba eres t - dijo eI de Ia cachimba.

costumbre. - - Bueno, me encontr con este joven y como empez a contarme


sobre.
-

T si que eres una vaina. A m no me porque te conozco muy bien. Estoy seguro de cuento eches ese que tienes al pobre joven aburridsimo y con los odos hinchados

Entonces, hasta maana - dijo don Justo un poco disgustado. "Pues bien, tengo un sobrino - empez a narrar el ciego del bastn blanco - que cuando la discusin sobre el incidente de Ia tajada de sanda se pone a color de hormiga, grita a voz en cuello que esqs desgraciados gringos la van a pagar bien caro un da. Yo refunfuo con l y le digo que no hay que guardar rencor porque lo que pas pas y se acab. Pero l siempre me contesta: "EI que siembra viento cosecha tempestad, y quien la hace la paga". Mi sobrino me asegura que el tratado Hay-Bunau Varilla, el que nos rob la soberana enla Zona del Canal, no fue la primera o nica mala jugada que nos hizo eI gringo, pero como aqu no se lee, la gente no se entera de ms de tres verdades. Mi sobrino me cont elocuentemente que en la guerra esa en que Mxico perdi a Cali fornia y la mitad de su territorio, el efecto de esa tremenda sacudida se sinti hasta por ac. En ese asunto estoy de acuerdo con l porque cuando se encontr oro en California, el Istmo fue invadido por gringos aventureros que usaban el ferrocarril para luego embacarse rumbo a El Dorado robado. Llegaban armados y empinaban el codo hasta quedar borrachos. Y, a un pariente mo lo mat un desgraciado gringo ebrio cuando este tom una tajada de sanda sin pagar, y ernpez un tiroteo al estilo de los cowboys en la cantina, porque el vendedor de frutas, un negro, trat de cobrar
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los cinco centavos por la tajada de sanda. Bueno, por desgracia en el momento del tiroteo, mi pariente andaba por esos alrededores buscando a una partera para su mujer encinta cuando una ba-

Ia del gringo ladrn tropez violentamente con su Imagnese, por una tajada de sanda. ."

cabeza.

Fulabuta Simequez, una amiga de don Justo, se acerc al rbol, y le pregunt al seor del bastn blanco si por all haba pasado KarafuIa Barrescoba. El ciego le contest que escuch a lagrita-leche varias veces por all. Cuando se alej la mujer que despeda Ia hediondez caracterstica de la hiena, el anciano dijo: "Cuando la-quema-corcho anda por aqu, con toda seguridad ya son las cinco en punto de la tarde". Los bulliciosos pericos, amenazados por el inminente chaparrn, alzaron vuelo abandonando todas las ramas del rbol de
mango. Cerca del rbol, los truenos ensordecan; y los relmpagos, de

cmicos los de Tte.spatines y Cantinflas. Despus de hacer 1 rliligencia, visit a su ahijada Juri, en el viejo vecindario donde haba pasado su infancia mimado por Ne' nn y Pap James. Luego, decidi visitar a su padrino. Al llegar all se escuch: - -Meto! Mam, mira quien lleg - exclam Maritza, la hija mayor del padrino Lolo. - - Es Lolo? - pregpnt la seora CIaa, desde la cocina donde la' vaba arroz, y preparaba unos bollos.
-

tanto en tanto, fragmentaban el nublado cielo. Las mujeres del vecindario, anticipando la lluvia, recogieron Ia ropa que haban puesto a secar al sol sobre los alambres de los patios que utilizaban para ese propsito. Luego, se dieron prisa para cerrar todas las ventanas de los apartamentos. Por las calles, Ios transentes ahora andaban armados con paraguas, y apretaban el paso rumbo a sus empleos u hogares. Cuando Ia lluvia empez a caer, una sbita rlaga de viento form un remolino de papel peridico alrededor del rbol. Esto oblig a don Justo a callarse. Acto seguido, joven y viejo se dieron un apretn de manos y se alejaron del rbol. Despus de acompaar al ciego a su hogar, eI joven subi al primer autobs que hizo parada cerca del teatro Ro. Haba decidido, durante el breve diIogo entre don Justo y el seor de la cachimba, hacer una diligencia por los alrededores de la antigua Casa Miller, en Calidonia. Mientras el autobs transitaba por Ia Va Espaa rumbo a Ia Avenida Central, el joven pens en otros cambios que haba observado a su regreso al pas: los nios ya no hacan telfonos de latas, mscaras de papel peridico en moldes de barro, espectculos nocturnos con lucirnagas atrapadas en cajitas con diseos multicolores. Ahora se entretenan con juguetes comprados de carcter bIico; y adems, a diario, clavaban las pupilas en Ios programas de televisin - la mayor parte norteamericanos - sobre crmenes, exorcismos, desastres, perversiones. Al joven le pareci triste que estos nios no tuvieran la oportunidad de llora de alegra por los
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- Ay, Lit! - dijo Ia seora Clara - tu padrino anda por Chiriqu con los muchachos. Ay Lit! Esta misma maanita mientras desayunbamos con el cafecito en la mano, las tortillas y los chicharrones comentbamos sobre los cariosos Nenn y Pap James. Ay Lit! Siempre nos recordamos de tus bondadosos abuelitos. - - S. Y mi hermano Argelis era el favorito de Nenn'dijo Maritza - qu risa nos daba cuando Nenn deseaba comprar yuca, ame o guand en la abarrotera del chino, porque si Argelis no estaba en casa ella entonces buscaba a Too llamndole de esta manera:
"Dnde estCoo?". La seora Clara ofreci chicheme, bollos y tortillas al ahijado de su marido. Mientras Lit saboreaba Ia comida ofrecida, empez a narrar el asunto de las tres pulseras de oro. Pero el relato fue interrumpi' do por Argelita, sobrina de Maritza, quien anunci la llegada de to Rogelio y to Leopoldo. Despus de los abrazos, se reanud Ia narracin sobre la bsqueda de datos relacionados con las tres pulseras de oro. Mas, nuevamente hubo interrupcin. - - Viene agelito LoIo - anunci el coro de nietos encabezados por
-

- El hijado - dijo Maritza.

Argelita. - Meto! Esto ahora va a ser un revul de un manicomio - dijo Maritza, anticipando los gritos de alegra y abrazos rompe-huesos.

Lolo fue el primero en abrazar a su ahijado. Luego, siguieron Argelis y Too con sinceros abrazos fraternales. Despus de un rato, Argelis coment que se le hace agua la boca cada vez que recuerda la suculenta comida de Nenn que a veces ella misma no lograba disfrutar por la tristeza que senta al no ganar nada en la lotera dominical. Maritza rememor en voz alta, despus de pedirle a su mam que no le diera tantas golosinas a los nietos, el susto que pas la
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primera vez que le cambi el paal azttl a Lit, porque accidentalmente pellisc al recin nacido en la nalga con eI alfiler; en esa ocasin, Nenn casi se muere de disgusto, y por eso Anita, la hija menor de la seora Clara, nunca se atrevi a cambiar el paal del infante. Tras breve pausa, Argelis volvi a sacar a colacin el tema de la sabrosa comida jamaicana, y en especial, el arroz con coco y guandu. Too, sentado al lado de Lit, se levant de su silla para llama la atencin de todos los presentes. Acto seguido, demostr su retencin de las palabras en ingls que haba aprendido de Pap James; e hizo que todos se rieran a mandbula batiente al mencionar que Nenn inocentemente le decia Coo en vez de Too. Cuando Too se sent, eI seor Lolo mencion los gratos recuerdos que tuvo su esposa durante los viajes a Capira, Cerro Campana y Chiriqu en compaa de los abuelos de su ahijado. Al hacer una pausa para tomar un vaso de agua, su esposa aprovech la oportunidad para relatar un interesante incidente que ocurri durante el primer viaje a Cerro Campana pero, en ese momento Lit mir el reloj y recordando que, temprano ese da, le haba prometido a su madrina Velia una visita, se puso de pie para pedir disculpas. Al hacer esto, los presentes dijeron a coro: "Nicols, ya comiste, ya te vas". Lit explic lo de la visita a su madrina, y prometi regresar pronto para disfrutar de la agradable compaa e interesante narracin. Pidi un paraguas prestado porque haba empezado a llover como en Ro Abajo. En el umbral de la puerta el ahijado agradeci Ia comida que haba saboreado. Y, otra vez se repartieron cariosamente besos y abrazos en el hogar de su padrino. Lit camin por la loma de San Miguel rumbo a la avenida Justo Arosemena. Y al llegar al hogar de su madrina, se dio de cuenta de que la seora Velia, gran admiradora de Nenn y Pap James, no tena el menor inters en las descripciones de La Gioconda y otras obras maestras en el Louvre de Pars, o lo de la Piet en el Vaticano, sino en qu se haba averigrrado sobre el asunto de las tres pulseras de oro.

II
WUKUADA

Algunos creen insultarme gritndome mi color, mas yo mismo lo pregono con orgullo frente al sol: Negro he sido, negro soy, nego vengo negro voy, negro bien negro nac, negro negro he de vivir, y como negro morir.
Nelson Estupin Bass

Llova. Relampagueaba. Tronaba. . Esa madrugada, el to' rrencial aguacero se adelant al primer canto del gallo ms
maanero de los patios riobajeos. Relampagueaba intermitentemente iluminando el oscuro firmamento con exticas lineas zigza' gueantes. EI sonoro eco de los truenos, a veces distantes y otras veces cercanos, se escuchaba por todo el vecindario de Ro Abajo. Llova. Relampagueaba. Tronaba. . Nadie maldeca el torrentoso aguacero porque era muy esencial e indispensable para el buen funcionamiento de las esclusas del Canal. Llova. Relampagueaba. Tronaba. . . AU cerca del lago Gatn los funcionaios de turno en esas esclusas de la va interocenica observaban el copioso aguacero que se desplomaba sobre la regin, y se alegtaban de que el caudaloso ro Chagres, que desemboca en el lago Gatn, sera muy generoso con su dulce agua para llenar las esclusas cada vez que transita un barco por el Canal. El incesante aguacero inund las principales arterias capitalinas, paralizando eI trnsito de los vehculos y obligando a los pea' tones a evitar, a saltos, los charcos en los zaguanes. Por la radio se comentaba que la Avenida Central pareca un tributaio del Chagres, y la Vra Espaa otro Canal.
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En su cuarto, Lit, acostado cmodamente en una tibia cama' escuchaba en su radio porttil las noticias sobre las negociaciones de los nuevos tratados del Canal. Tras de entonar el Himno Na' cional para dar inicio a Ia programacin del da, de inmediato se anunci ese wukuad (mircoles) que los negociadores istmeos haban decidido en una sesin secreta que era preciso poner punto final al espinoso asunto de los tratados Torrijos-carter. Lit baj el volumen del radio cuando escuch que su madre lo llamaba desde Ia cocina para desayunar. Desde muy temprano, mientras preparaba el desayuno y pona la mesa, la mam de Lit tambin escuchaba las mismas noli"iur otro radio. ElIa empez a hacer todo esto poco despus "tt tres veces a manera de rezo: "AI que madruga Dios lo de repetir ayuda". En el cuarto de bao, Lit se cepill los dientes y se lav Ia cara. Despus de secarse el rostro con una toalla azul, se pein' Luego, entr al comedor. Al sentarse a Ia mesa se alegr de que terminara su ayuno de los dulces olores maaneros de Ia cocina. Le dio un beso a su mam dndole las gracias por satisfacer su cabanga a' porunb
Naciones Unidas que haban sid la Universidad Nacional en agra daridad que los pases africanos to del Canal. Pues, como de costumbre lo
n de

solisun-

tarde a recibir a los invitados. Mientras esp to, uno de los estudiantes que se extra acerc a un inspector de la aduana de apellido Simequez y dijo: "Bonjour monsieur, comment llez uous? Nous sotntnes tudints de l Afrique. Monsieur, s,il uous ptait. ." pero antes de que el culto jo ector grit a voz en cuello: . Chombo de la gran. .no estos negros jamaicanos co Tras breve pausa, Lit agreg que le llam la atencin la crtica a lo que el inspector crey ser ingls, porque escuch recientemente a un catedrtico - que no era negro - en la biblioteca de la Universidad Nacional decirle a una seorita: ,,eu uin es lo

yunaba, da, una

o-

;
,o

aI del necias y el canal. EIIa mencion que en cuanto a las palabras seor ciego haba que poner odos de colador y, sobre todo, poner en tela de juicio Io que dice de sus progenitores porque el viejo ese le pregona a todo el mundo que es pariente de El Cid y los Reyes Catlicos. Y, agreg que un castellano consejero del Gran AImi' rante. . Aqu et hijo le indic que ya estaba bien enterado de esa Ieyenda. A rengln seguido, Lit declar que a pesar de que eI cie' go del bastn blanco afirma de que aqu no hay discriminacin racial, sin embargo, en el aeropuerto de Tocumen l haba sido testigo de un incidente que derrumba los argumentos de don Justo. Despus de hacer algunos comentarios, Ia madre se levant de la mesa. Entr en la cocina para bajar el fuego de la estufa de gas que

csh por la otra vaina. . se me flate una llanta del carro ayer y llegu tarde al jpiberdey con la u@ina^ .,, "Lo del ae cin con ro
a todos los panameos de progenitores antillanos. Te puedes imaginar cmo me sent el da que me entregaron mi primera cdula de identidad. En el documento oficial se lea: lugar de nacimiento -panam; na-

cin de

negros

que

"liHi-

d para rador Ia ver a sentarse aI lado del hijo, Ie pidi que relatara el incidente en el aeropuerto. "Poco despus de mi arribo a Tocumen - dijo el hijo - aterriz un avin procedente de Nueva York con un grupo de africanos francoparlantes, estudiantes de prestigiosas universidades en Pars y Londres, todos eran hijos de diplomticos de las
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cionalidad - No COMPROBADA. Para colmo de males tenamos un vecino que se llama Arnulfo Simequez que no poda ver a negros, especialmente antillanos, ni en pintura, y todos los das nos atormentaba pregonando: "Cuando yo que voy a hacer es deportar a todos los s que le habr pasado al pobre diablo por aqu todas las tades a las cinco en ella le dicen la-quema-corcho. No se puede negar que mucho ha cambiado en este pas. Cuando yo era joven no aceptaban a negros de ascendencia antillana ni en la escuela primaria. Las directoras decan: "Aqu no hay cupo para chombos.', poco a poco la situacin ha cambiado. Mira todo lo bueno que ha pasado de all
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I
I

4q+L

para ac: t estudiaste en el Instituto Nacional, tu hermana en la Escuela de Enfermera, tu hermano en la Facultad de Medicina. ." "S, pero todava - dijo el hijo - hay mucha discriminacin." "Pero hijo, antes ni la escuela primaria y ahora. . No olvides que Roma no se hizo en un da, y mientras hay vida hay esperanza. Tambin, no hay mal que dure cien aos ni cuerpo que lo resista. Adems, la situacin aqu se va a poner mejor, especial' mente ahora que se van los gringos porque ya no va a existir Cnal Zone, o sea, eI coraznde Ia discriminacin." "Pero mam -dijo et hijo - con o sin gringo aqu hay mucha discriminacin racial." "S hijo, pero este gobierno revolucionario va a cambia todo eso, y adems, aqu nunca se va a permitir una organizacin racista como el Ku Klux Klan; aqu nunca habrn ahorcamientos de negros como en Mississippi; aqu nunca estallar una bomba de dinamita asesina en una iglesia atestada de niitas negras como un domingo en Alabania." "A decir verdad - dijo el hijo - no se cu l es peor: la bomba de dinamita o el mestizaje. Por todas partes di' cen que hay que mejorar laraza, o sea, hay que blanquearse. Opino que este tipo de racismo es peor que la dinamita asesina porque el mestizaje es una muerte lenta, muy lenta, lentsima." El te' lfono son. La madre se levant para atender la llamada. En ese momento, Lit, apuntando el dedo ndice como si fuera a escribir en el aire, qued con Ia palabra en la boca porque estaba a punto de comentar sobre el dantesco efecto del blanqueamiento -melaninafgia -del negro en las pampas de Martn Fierro y otros lugares. Como era la acostumbrada llamada matinal de Chabela, la conversacin telefnica entre madre e hija no fue breve. Mientras esperaba a su mam, Lit termin de leer las Iti' mas pginas de la interesantsima novela El Ro Lil de la cultsima escritora guatemalteca Elizabeth Escobar Thorburn. En esta novela llam la atencin eI fino estilo gongorino, y la temtica: el alma de una mujer reflejada en un ro. Tan pronto la madre colg el auricular, eI telfono volvi a sonar. Esta vez eraVictor, el hijo mdico, con un importante mensaje sobre eI diagnstico de un paciente sifiltico de una familia aris' tocrtica que secretamente haba contratado Ia atencin mdica de l y su hermana enfermera. Al no poder continuar la conversacin con su mam, por otras impertinentes llamadas telefnicas, busc la obra Roots, y empez6 aleer, en el original, en ingls, sobre eI secuestro y la esclaviza' cin del nio africano llamado Kunta Kinte all en Ia aldea Juffure, cerca del ro Gambia.
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Por todo Ro Abajo llova a cntaros. En el vecindario se form otro lago artificial casi inmenso como el lago Gatn. Y, por lo tanto qudaba cancelada la cita cerca del rbol de mango entre el joven Lit y el anciano del bastn blanco, de quien se deca que era pariente del autor de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de l Manch. Despus de leer sobre la forzada odisea de Kunta Kinte en el navo negrero Lord Ligonier desde la costa del Africa rumbo a las ultrajadas tierras de los iroqueses en Norteamrica, Lit decidi sintonizar su radio para ponerse al corriente del progreso de las negociaciones sobre el asunto del Canal. En Ia emisora sintoniza'

da se escuch la voz de Rmulo Escobar Bethancourt, jefe del equipo negociador nacional, al presentar punto por punto las metas del pas en los tratados Torrijos-Carter. Durante el discurso del negociador principal, se intercalaban marchas patriticas de
las bandas de guerra del Cuerpo de Bomberos y la Guardia Nacional. Y de tanto en tanto se lea emocionadamente la nmina de los Mrtires del 9 de Enero. Ms tarde, poco despus del suculento almuerzo, evidencia de que Ia abuelita Nenn haba sido una excelente maestra en el arte culinario afro-jamaicano, la madre de Lit se acost para dormir la siesta. Lit se encerr en su cuarto para seguir escuchando las noticias por radio. De rato en rato suspenda la lectura sobre la esclavizacin de Kunta Kinte para reflexionar sobre lo que haba di cho su mam antes de entregarse al mundo de Morfeo: Le haba revelado que las tres preciosas pulseras de oro que conservaba en un estuche forrado con fino algodn negro posiblemente tenan al' guna relacin con las palabras Nokor, Ontefo, y Xaymaca. Ade' ms, haba mencionado que tal vez un viejo amigo de Nenn all en Rincn de las Palmas, cerca de Penonom, que haba trabajado con Pap James, durante la construccin del Canal, podra suministrarle importantes datos sobre las misteriosas joyas de oro. Li' t pens que peor diligencia es la que no se hace, y por eso decidi llamar por telfono al hospital donde su hermano era mdico para averiguar si I tena en proyecto visitar a su novia Reyita en Chigor, para aprovechar la oportunidad de llegar en eI auto ms all hasta Rincn de las Palmas. Se haba animado mucho a ir a Rincn de las Palmas por lo de las tres pulseras de oro, pero desde haca aos Nenn Ie haba aconsejado hacer una peregrinacin al ro

rinconpalmeo, porque agua de ese ro se us en la ceremonia africana de bienvenida cuando I era recin nacido. Al hacer la llama29

Chir aII donde moraba la familia del viejo

amigo

trat de no hacer ruido para no interrumpir la siesta de su madre pero de todas maneras ella despert asustadsima por los estridentes gritos de Karafula Barrescoba que de buenas a primeras hirieron los timpanos de todos. "Qu lata! La loca esa que a cada rato se empolva la cara - dijo la madre - es muy necia. Me pone fuera de quicio. No vive por ac y siempre anda por aqu con su gritera. Y se pone peor cuando anochece o cuando el da est oscuro. Adems, tiene la extraa mana de baase no con agua, sino con cinco latas de leche cada amanecer. Recuerdo que all en el viejo vecindario cerca del parque Lesseps, durante la crepuscular ceremonia de bao de leche sus gritos sonaban como lunticas carcajadas de bruja. La otra necia - continu la madre' es Fulabuta Simequez. Todas las tardes a las cinco en punto anda por ac pidiendo corcho. EIla usa el corcho para. ." En ese instante el telfono son interrumpiendo el relato sobre la-quemada telefnica,

corcho.

La bella msica folklrica de marcado tono africano - el tamborito - que se escuchaba en Ia radio fue suspendida sbitamente por el anuncio de un boletn de ltima hora: "Pueblo panameo, hoy se decide el rescate de Ia soberana en IaZona del Canal. Dentro de breve momento se cerrar con broche de oro las negociaciones de los tratados Torrijos-Carter." Luego, son eI timbre de Ia puerta. Como la mam segua en el telfono, Lit abri Ia puerta y les dio la bienvenida a su sobrina Doris y su cuado Eloy. Despus del apretn de manos, en seguida eI cuado se despidi porque ya iba con retraso a la universidad donde sus estudiantes esperaban nerviosamente para sufrir un examen de fsica y matemticas. Despus de despedirse de su pap, quien parti velozmente en su auto rumbo a la Universidad Nacional, Doris, al ver a su abuelita ocupada en el telfono conversando con otro hijo, Tur, que llamaba desde Alemania, le pregunt a Lit por su abuelito Newton, to Vctor, to Ricardo, to Enrique. Pero como todos estaban ausentes l se ofreci para narrarle a la sobrina el cuento de la astuta tortuga que Nenn les contaba a Chabela y a I cuando eran nios. Justamente cuando el cuento sobre la tortuga, la araa y la serpiente llegaba a su colorn colorao. . son la bocina del auto de Chabela. Ella llegaba para buscar a su hijita. Como vena diectamente del hospital todava luca su uniforme de enfermera. Y, en vista de que el auto de su hermano Vctor no estaba en el garaje estacion el suyo all. Al entrar en la sala de la casa, les dio abrazos y besos, en ambas mejillas, a su mam e hijita
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sabrosa; y, eue el to Lit le acababa de narrar un interesate cuento. Luego, las tres mujeres de la familia comentaron que lo nico claro de las tres pulseras de oro era que estaba bien estipulado que slo las mujeres descendientes directamente de Nenn tenan eI derecho y privilegio de heredar las tres prendas de oro. La conversacin lleg a un sbito fin por la conmocin que se escuch por todo el vecindario. Lit subi el volumen del radio. Doris encendi el televisor. Por radio y televisin se anunci que Ias negociaciones del Canal haban concluido triunfalmente para el Istmo. Era carnaval en agosto, en Ro Abajo: Ias bocinas de los autos y autobuses sonaban bulliciosamente sin intermpcin; la gente bailaba tamborito y bullerengue en las calles; el aguardiente se regalaba generosamente; y, se vociferaba por todas partes, a coro,: PANAMA SOBERANA EN LA ZONA DEL CANAL. Esa noche, despus de la cena, Lit sali en taxi rumbo aI Palacio Justo Arosemena. AII eso pareca un hormiguero. Los alrededores del popular sitio para manifestaciones polticas estaba inundado de eufricos obreros y estudiantes celebrando lo del Canal. Entre la muchedumbre se destac un coro que vociferaba: "Viva nuestro Canal!" El abanderado del grupo repiti cinco veces con voz ronca: "Se van los gringos y los chombos tambin." Se aluda al hecho de que la mayora de los negros antillanos lograban colocarse en empleos porque los norteamericanos les daban algunas oportunidades en laZona del Canal. Muy tarde esa misma noche, el nieto mayor de Nenn y Pap James no pudo conciliar el sueo. Pas toda la noche pensando en los despectivos e injustos comentarios que haba escuchado sobre los negros que trabajaban en el Canal. Le pareci irnico que los descendientes de los que dieron sudor y sangre para que se hiciera realidad la gran va interocenica ya no tuvieran futuro ni en Gatn ni en Gamboa. Repetidas veces se pregunt para su interior: "Dnde estaan los abuelos de los que ahora se crean dueos del Canal cuando mis abuelos llegaron de Jamaica y Barbados para derrama sudor y sangre a diez centavos la hora, diez horas al da, seis das de cada semana durante diez aos para construir el Canal?"

al igual que Io haca abuelita Nenn con ella. Doris le inform a su madre que la abuelita Geraldina le haba servido una comida bien

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III

Reino de los Muertos que haban escuchado parte del dilogo entre eI joven y don Justo sobre los antillanos y el Canal. Hicieron varios comentarios sobre la triste situacin de los afro-exiliados por todas partes de las Amricas - Tierras de Lgrimas. Ms tarde, alguien en la delegacin indag sobre la intensa bsqueda de

YA\ilOADA
de barcos, qu de barcos! de negros, qu de negros! largo fulgor de caas!

las

ltigo el del negrero! Piedra de llanto y de sangre.


Nicols Guillrr

Qu Qu Qu Qu

pulseras de oro: Hace ya ms de siete dcadas que, poco despus del medioda de un martes, eL Telmco ech6 sus anclas en el muelle de Crist-

tres el el'antep
hacia

todos dirigieron sus miradas -. a del arbol. Tras breve pausa, ofreci explicar lo de las tres

f
I

bal. La
poca

e se Despus

Istmo que en esa , nindependiente. ) "


Granada, Barba'

EI primer quiquiriqu del gallo cacique anunci tempranito el aribo de las primeras luces del alba de ese ywod (jueves) en un patio del vecindario de Ro Abajo. Muy cerca del patio el alegre gorjeo de un pjaro madrugador despert a los pajaritos en un nido escondido entre las verdes hojas y las maduras frutas del rbol de mango. Y, eI maanero olor a caf. que se escapaba de una ven' tana abierta se mezcl con los dulces olores tropicales de papayas, guineos y mangos que saturaban deliciosamente el ambiente. Ese fresco amanecer era un carvanal de tonos, aromas y colores. Desde muy temprano Lit escuch el po-po de los pollitos que se haban citado cerca de la ventana de su cuarto para desper' tarlo. Al abrir Ia ventana, mentalmente repas las actividades proyectadas para ese da. na agradable sonrisa se dibuj en su rostro al contemplar la sensual naturaLeza que se exhiba ese encantador amanecer. Despus del desayuno, se sent bajo la sombra del rbol de mango con el propsito de repasar algunos apuntes tomados de artculos escritos por el Dr. George Westerman, y otros del profesor Armando Fortune sobre eI aporte a Ia cultura y la economa del negro al istmo de Panam. Adems, en relacin con eI Primer Congreso de la Cultura Negra de las Amricas, en Cali, Colombia, empez a leer un valiossimo estudio sobre el ne' gro antillano por el eminente socilogo panameo Dr. Roy S' Bryce-Laporte. Luego, se acercaron aI rbol los antepasados africanos del
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dos y otras islas del Caribe, el Telma.co, bajo contrato de la Isthrnin Cnal Cotnrnission, lleg atestado de obreros negros que haban sido contratados por los norteamericanos para trabajar en la excavacin de Ia proyectada va interocenica. A los obreros im' portados se les prometi buen sueldo, y pasaje gratis de ida y

vuelta bajo la condicin de que trabajaran quinientos das. Al concluir los trmites de rigor en la aduana de Cristbal, los antillanos recin llegados marcharon en fila desde el muelle hasta la estacin ferroviaria de Coln donde pasaron a la sala de espera Siluer Roll. Mientras los desembarcados del Telmco esperaban el tren de las cinco de la tarde, para ser transportados a sus viviendas cerca de los sitios de excavaciones, James Duglin, uno de los que
Barbados, aprovech la espera del tren pala promesa que le haba hecho a su macon ra empezar a cumplir progenitor. El padre de James Duglin era uno de dre: buscar a su
se haba embarcado en

los que haba zarpado en la nave francesa Wterloo durante Ia poca de la construccin del fracasado canal francs en el Istmo bajo la direccin del ingeniero Ferdinand de Lesseps. El joven Duglin busc por horas, sin xito, al padre entre la muchedumbre de antillanos que vivan en la ms extrema miseria, en Coln. En esa poca la ciudad atlntica estaba poblada de negros que fueron abandonados all por la fracasada empresa francesa. Poco antes de que partiera el tren en su diaio recorrido entre las dos ciudades terminales: CoIn y Panam, encontr a un anciano que le inform que aos atrs su padre haba abandonado la nauseabunda ciudad atlntica para ubicarse por los alrededores de Gatn. Ms tarde, James Duglin baj del tren en Gatn con un gru33

l,

.'

po de obreros destinados a trabajar en ese sector de la va interocenica. De all lo llevaron a unos furgones abandonados que servan de dormitorios. Y, a cada hombre le dieron un plato, una taza, una cuchara, y un boleto para la primera cena. Esa noche no pudo conciliar el sueo, no por los chinches del catre ni eI constante zumbido de los mosquitos, sino por la preocupacin de su madre sola en Barbados y el desconocido paradero
de su padre.

Despus de varios meses, James Duglin aprendi muchas palabras en espaol de su amigo de Rincn de las Palmas. EI mache'

tero le narraba frecuentemente algunos episodios del caudillo indgena Victoriano Lorenzo y la Revolucin de los MiI Das. Otros temas favoritos eran sobre las apariciones nocturnas de la tulivieja, Ia silampa y eI chivato cerca del ro Chir, en su pueblo

Al da siguiente, a las cinco en punto de la maana un polica son una campana para que despertaran todos los que dorman en
el furgn donde estaba James Duglin. A los que no se levantaron de un brinco por tener los huesos molidos debido al agotador trabajo de diez horas al da, seis das de cada semana bajo sol y lluvia les dieron una paliza para luego ser arrastrados a la crcel por insubordinacin. Algunos obreros casi moribundos de pulmona y

paludismo se escondieron en el monte para que la polica no los pudiera acusr de perezosos tras la acostumbradapaLza y encarcelacin. Algunos de estos, muy dbiles pata regresar a los furgones por la noche esperaron la muerte en el monte, deseando una pronta visita de una tarntula o una vbora venenosa. Durante su primer da de trabajo, el joven de Barbados estuvo atento a todos los rostros que vea por todas partes, pero ninguno era el que I tanto buscaba. En Gatn, James Duglin se hizo amigo de un machetero istmeo que los norteamericanos haban apodado Bucl al tener dificultad en pronunciar su nombre cristiano. El machetero era oriundo de Rincn de las Palmas, cerca de Penonom. Desposedo de prejuicios raciales, contaba entre sus amistades a negros, chinos, italianos, griegos, indios. Con frecuencia se quejaba del favoritismo que los gringos les demostraban a los obreros europeos: mejor comida, mejor vivienda; adems de que a ellos les pagaban el doble de lo que les pagaban a los cholos y negros por hacer el mismo trabajo. En varias ocasiones el joven de Barbados lament no poder conversar con facilidad en espaol o que su migo istmeo no entendiera algo de ingls para preguntarle por qu tan pocos panameos participaban en la excavacin de la Gran Zanja. No obstante Ia difcil comunicacin, de la noche a Ia maana, llegaron a ser muy buenos amigos, especialmente, despus de la vez en que se volc un caruco que cruzaba el temible ro Chagres. James Duglin se salv gracias a que su amigo rinconpalmeo era muy buen
nadador.
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natal. Adems, por el machetero, el joven de Barbados aprendi a calzar cutarras para proteger los pies, a usar sombrero montuno, a reconocer las serpientes venenosas de la regin coryo mapan, bocarac y viudita, y a comer arroz con gallina de palo, o sea' iguana. Despus de algunos meses de bsqueda por los alrededores de Gatn, unos amigos de Barbados le comunicaron a James Duse encontraba un numeroso gruPo de Luego, sin tener necesidad de consultrasladarse all para continuar busamigo de ua y carne' el de las padre. inseparable Su cando a su junt en un saco de heneLorenzo, Victoriano narraciones sobre qun su Y un rosario que utilivaso de agua en la un aba, al a ahuYentar la lluvia' vspera Ambos amigos, sin perder tiempo subieron al primer tren rumbo a Bas Obispo. En Bas Obispo, el machetero de Rincn de las Palmas se ale' gr de conocer a otros de sus paisanos en ese mar de extranjeros' Pero poco despus, casi todos abandonaron los trabajos por el trato racista de los jefes gringos, y eI sueldo inferior que reciban' Adems, se desanimaron por Ios incesantes peligros: pulmona, paludismo, serpientes venenosas, accidentes de trenes, derrumbes, explosiones de dinamitas. . . El xodo de los otros istmeos hizo que Ia nostalgia e Buch por su terruo se profun-

piedrecitas mientras ella lavaba ropa en el ro. Hablaba orgullosamente de los robustos hijos que haba tenido con su compaera de Penenom. Tambin rememoraba las juntas que organizaban los hombres de su pueblo y la participacin de las mujeres para ayudar a alguna familia a construir una casa nueva; Ias procesiones
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religiosas durante la Semana Santa; la fiesta de la Pursima; y, especialmente, la fiesta de Don Bosco. Devez en cuando mencionaba las corridas de toros y las peleas de gallos en Ro Indio, Churuquita y Toabr. Otras veces pasaba noches enteras sin dialogar con su amigo de Barbados para dedicarse a salomar solo con su mejorana los gratos recuerdos de su buclico pueblo. Cuando eI machetero estaba con cabanga, James Duglin buscaba a otros isleos para jugar domin y relatar las pesadillas que le causaba su padre extraviado. Despus del horroroso desastre en Bas Obispo: una nefasta explosin de dinamita, en la cual murieron cientos de obreros, Ios dos amigos decidieron buscar empleo en otro sector menos peligroso de Ia excavacin de la GranZanja. porque durante cinco se' manas vomitaron violentamente al recordar los brazos, piernas, cabezas, entraas, pedazos de piel humana en las ramas de los r' boles despus de la explosin. La decisin de trasladarse de Bas Obispo a Culebra, a la postre result ser como decan los istmeos: "Huyendo del fuego dieron en las brasas" Cuando llegaron a Culebra, all James Duglin se encontr con varios compaeros con quienes haba viajado en el Telmco: Napolen Pigeon de Martinica, Calypso Joe de Trinidad, y eI jovencito Septimus James de Granada. El jovencito de Granada era el aguatero de los obreros en Culebra. Le aconsejaba, a diario, a James Duglin que tomara quinina para no contraer paludismo o fiebre amarilla, pero que no bebiera demasiado de Ia amarga medicina, porque todos los das en el tren de las cinco de la tarde transportaban a cientos de obreros muertos por accidentes de trenes y explosiones de dinamita; el aguatero sospechaba que la quinina les causaba sordera a los obreros y por eso no escuchaban los gritos de alarma antes de los
accidentes.

jo que los negros. James Duglin comprenda eI rencor de su raza negra por las injusticias del sistema del GoId - S
aconsejaba a los otros isleos que se a sus familiares en Jamaica y Barba

brazos abiertos. Para que Ia discriminacin no los destruyera, y para que no pensaran mucho en los peligros del trabajo les ense tres work songs que haba aprendido de un abuelo que fue esclavo; adems, como la necesidad es la madre de las invenciones, tambin les ense a cubrirse la piel con kerosn y aceite de coco para espantar a los temibles mosquitos. Y, los domingos, nico da de descanso, reuna a muchos obreros para lavar juntos sus ropas en un ro, cocinar arroz corrguand, coco y gallina de palo, y beber un poco de chicha fuerte que preparaba el amigo rinconpalmeo. James Duglin escap con vida de varios de los derrumbes del infame corte de Culebra, pero el paludismo lo intern por muchos meses en Ia sala para negos en el hospital de Ancn. All el Dr. William Gorgas, un veterano de Ia epidemia de Ia fiebre amarilla en Syboney, Cuba, se interes mucho en el caso de Cm Cinco, eL

Muchos obreros en Culebra se pusieron tristes y algunos hasta llegaron al punto de la desesperacin al enterarse de la cantidad de antillanos que moran de paludismo en eI hospital de Ancn, fiebre amarilla en Tabernilla, pulmona en Gorgona, accidentes de trenes en Gatn, explosiones de dinamita en Bas Obispo y derrumbes en Culebra. Y para colmo de males, por si esto fuera
poco, a ellos les pagaban casi a mediados del mes en monedas de plata - SIuer RoIl - tras los insultos racistas de los gringos; y, a los europeos les pagaban puntualmente el primer da de cada mes el doble en monedas de oro - Gold RolI - por hacer el mismo traba36

apodo que le haban dado las enfermeras norteamericanas al joven de Barbados. Cama Cinco llam la atencin porque en realidad la sala para negros era una especie de depsito de cadveres tibios. Como la mayor parte de los recursos del hospital se reservaba para los pacientes europeos, por desatencin muchos de los enfermos negros que entraban por la maana, salan cadveres por la tarde en rsticos ataudes que eran transportados en eI tren de las cinco de la tarde rumbo a las fosas comunes. El Dr. Gorgas estudi cuidadosamente a Cama Cinco, quien por alguna raz6n se resista a morir. Con eI auxilio de las investigaciones del galeno cubano, Dr. Carlos Finlay, eI Dr. Gorgas pudo hacer la relacin entre el paludismo de Cama Cinco y el mosquito anfeles. Para seguir observando el progreso de James Duglin, el mdico le aconsej que no regresara a Culebra. James Dugin qued desempleado durante una temporada hasta que se coloc como pintor de brocha gorda. Se destac en su nuevo oficio pintando los principales edificios y hogares de los dirigentes de la construccin del Canal. Es ms, los pintores antillanos bajo la direccin de Cama Cinco fueron seleccionados para participar en las obras ms importantes como la preparacin del Lotet Tvoli para la visita del presidente Theodore Roosevelt quien vena a inspeccionar el progreso del Big Dtch.
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Cinco meses despus de que James Duglin desembarcara del Telmco, la misma embarcacin arrib al Istmo en otro viaje procedente esta vez de Jamaica. Entre los obreros que llegaron en este viaje se encontraban los hermanos David, Silvester y Samuel Williams, oriundos del poblado Xaymaca-Nokor, del distrito St. James, Jamaica. Junto con este to vena tambin una prima llamada Leonora Dehaney. Esa tarde eITeLrnco lleg aI muelle de Cristbal cinco horas tarde debido a una avera que haba sufrido la embarcacin. Durante las reparaciones en alta mar, Leonora Dehaney les relat a sus primos los pormenores del clebre matrimonio de sus abuelos Joseph \{illiams y Elizabeth Young en Maroon Town, cuna de los

Cuando Cuffee se encontr con el tro de Xaymaca-Nokor, en Gatn, le contaron que un anciano que haban conocido all les inform que muchos de los antillanos que fueron abandonados por los franceses cuando fracas eI proyectado canal a nivel, murieron
de malaria o fiebre amarilla, pero en el caso de Accompong y Quaco, defensores de las causas justas, ellos murieron en el conflicto

revolucionario dirigido por el mulato Pedo Prestn, quien por tratar de libera a la ciudad de Coln del yugo yanqui fue ahorcado junto con el haitiano Antonio Pautrizelle, y el jamaicano George Davis, mejor conocido como Cocobolo. Cinco das despues, eI frustrado y acongojado Cuffee se uni

ms belicosos cimarrones africanos en Jamaica. Tambin se encontraba abordo del Telma.co un tal Cuffee, a quien los norteamericanos haban apodado Kingstonboy al tener dificultad en Ia escritura de su nombre cuando lo contrataron para trabajar en la construccin del Canal. Cuffee aprovech la oportunidad de viajar a Panam para averiguar la misteriosa desaparicin de sus parientes: Bouckman, un abuelo quien haba sido

mana.

contratado durante la construccin del ferrocarril transstmico; Accompong, su padre, y Quaco, un to, quienes haban venido aos ms tarde para trabajar en eI fracasado canal a nivel de la Compgnie [Jniverselle d,u Ca.nl Interocaniquebaio la direccin de Ferdinand de Lesseps, constructor del Canal de Suez. Cuffee y James Duglin se conocieron brevemente en las excavaciones de Culebra, antes de que el joven de Barbados enfermara de paludismo y fuera husped de larga temporada de la cama nnero cinco en el hospital d Ancn. Cuffee inici la bsqueda de sus parientes desaparecidos en Playa de Flor, al norte de Punta de Toro, porque aII se haba eSta' blecido un pueblo de jamaicanos durante la poca del canal francs - L Grande Trnche - y luego, busc intensamente en Jamaica Town, otro poblado de negros jamaicanos aI sur de Gorgona. Pero la frustacin de Cuffee se intensific al no hallar nada por los alededores de Coln o en Jamaica Town. Adems, no tuvo buena suerte en los achivos de la Compaa del Ferrocarril. En los archivos del hospital Notre Du,me du CnL, en el Cerro Ancn, examin cientos de certificados de defunciones, todos de franceses. Ms adelante se enter de que los dirigentes del canal fracs ha' ban hecho exctamente como los del ferrocarril: enterrar a los obreros negros en fosas comunes, y despus, quemar las listas con sus nombres.
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Poco despus, Ios tres hermanos jamaicanos, amigos de Cu' ffee, se enfermaron de pulmona a causa del agotador trabajo bajo 6l y lluvia constante. Al enfermarse le aconsejaron a Cuffee que buscara otro tipo s smpleo. Este luego se alegr de no tener que usar ropa mojada da y noche como los obreros de las excavaciones porque se coloc como herrero de caballos de la polica en Ga-

tn. El nuevo herrero era ayudante de Calypso Joe, otro

compaero de viaje de Cama Cinco, en eI Telmco. Cuffee y Calypso Joe hicieron buenas rnigas, y durante las horas de trabajo, Calypso Joe le naraba a su arudante acerca de su isla natal: Trinidad. Cuando el tema no era sobre su familia, era ras de.trabajo, a Calypso Joe le narraba a su arudante acerca de su isla nataL Trinidad. Cuando el tema no era sobre su familia, era sobretlloo, su plato favorito; otras veces el hilo de la conversacin trataba el hecho de que el nombre original de la isla era Iere, o sea, Tierra del Colib como decan los chaymas, primeros habi' tantes de Ia isla antes de la invasin europea y la esclavitud del negto.

En Jamaica, se reuni una delegacin de antepasados del Reino de los Muertos encabezada por el ms anciano del clan Ontefo. El propsito de Ia visita de los africanos de la aldea Nokor era

para anunciar un extraordinario acontecimiento relacionado con las tres pulseras de oro y los afro-exiliados. All en Jamaica, nana
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Ontefo se ofendi al llegar a Xaymaca-Nokor por eI hecho de que sus descendientes haban adoptado costumbres, religiones y onomsticos de bockrs ingleses. Y la alarma cundi cuando se enter de queuna mujer - Leonora Dehaney - descendiente de la familia Ontefo se encontraba lejos de Xaymaca-Nokor. El sabio anciano Ontefo en seguida prohibi viajar a todas las mujeres Ontefos, y orden que se organizara una delegacin para buscar a la que haba zarpado en el Telmco. Joseph Williams, hermano mayor de David, Silvester y Samuel, seleccion a su cuado George Wilson para que buscaa a la prima y al tro en Panam. Despus de despedirse de su esposa embarazada, George Wilson decidi buscar primero aI tro de Xaymaca-Nokor para despus con la ayuda de sus cuados (ocalizar a la prima Leonora. En Panam, poco despus de desembarcar del Wterloo, George Wilson se enferm gravemente. Cinco meses pasaron. Francis, esposa de George Wilson y heredera de las tres pulseras de oro, se alarm al no recibir ninguna noticia de su marido. Y, su angustia se profundizaba cada vez que llegaba eI Waterloo o el Telmco al puerto de Kingston, en Jamaica, con noticias de las muertes en Gatn, Tabernilla, Gorgona, Bas Obispo, Culebra. Cinco semanas pasaron. Francis Wilson obtuvo la ayuda clandestina de una familia europea, duea de caaverales en "Tierra de los manantiales", para que la transportaran desde la isla de los antiguos arahuacos hasta el Istmo. Para no despertar mucha sospecha por su ausencia en Xaymaca-Nokor, Francis emple como pretexto una visita a parientes en Maroon Town. E hizo que Roland y Claude, sus dos hijos, la acompaaran hasta Catadupa y Pimento Hill, dejndolos en casa de parientes. En Panam, despus de tres meses, Francis Wilson dio a luz a una muchachita. El martes del nacimiento un grupo de antillanas auxiliaron a Ia parturienta; y les ofrecieron a madre e hija hogar y sustento hasta que localizaran a sus parientes o regresaran a Jamaica. Despus de buscar en vano durante cinco meses, Francis decidi regresar con la recin nacida a Xaymaca-Nokor. Durante el viaje de regreso, pens en las razones dadas en cuanto a Ia prohibicin de viajes a las mujeres Ontefos y lo de las tres pulseras de oro. Tambin se preocup por el desconocido paradero de su marido y los otros que no haba logrado localizar. Cuando elWterloo ech sus anclas en las aguas del puerto de
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Kingston, dos das despus de haber zarpado de las costas


istmeas, Francis y la criatura desembarcaron, pero se quedaron por los alrededores del muelle porque la madre se senta muy enferma y dbil para continuar el viaje y buscar a los hijos que haba dejado en Catadupa y Pimento Hill. Entre Ia muchedumbre que esperaba abordar la embarcacin recin anclada, en un muelle del puerto de Kingston, se encontraban la hija y la esposa de Cuffee. Ellas haban decidido viajar aI Istmo para buscar a Cuffee. Esa tarde, las autoridades del puerto anunciaron que eI Wterloo primero tena que hacer un viaje a Port-au-Prince, en Hait, para recoger a dignatarios franceses que viajaran a Panam para participar en la inauguracin del Canal. Pero, despus de cinco das, se anunci que un huracn haba hecho que el Waterloo nav fragara con los pasajeros franceses cerca de Hait. Mientras preparaban el Telmco, eI reemplazo dela embarcacin naufragada, la hija de Cuffee vio un perro blanco cerca del muelle, y en ese momento record que Io ltimo que le haba dicho su abuelita antes de morir era que cuando el mundo empez, Kalumba orden a una tortuga y a un perro blanco turnase como guardianes para vigilar Ia entrada al mundo; Ia tortuga cumpli fielmente con su deber, pero, por la negligencia del perro blanco, la muerte logr entrar al mundo, y desde entonces todos los hombres mueren. Acto seguido, Ia joven agart un palo negro y, corriendo tras eI perro le dio repetidos golpes, muy fuertes, en la ca' bezay el blanco hocico. Luego, eI perro, aullando lastimosamente, Iogr escapar del palo negro de Nenn, quien al escuchar el llamado de su madre, dej caer el palo, y de regreso encontr a una seora muerta cerca del muelle. Nenn recogi a la niita que es' taba aI lado de Ia difunta, y se alej. Llegando aITelmco que ya estaba listo para levar sus anclas, Nenn observ que un caballo de la polica y una careta llegaron aI lugar donde se encontraba la difunta. Luego, el mdico forense, despus de la inspeccin de rigor, dio una orden. Y de inmediato, Ios auxiliares cubrieron el cadver con una sbana. Luego, en la carreta se llevaron a la muerta a la seccin de difuntos desconocidos del depsito de cadveres de

Kingston. Los estridentes silbatos del cacho de la embacacin anunciala ron pronta partida. Luego, se levaron las anclas. Y la algaraba de la muchedumbre que despeda a los viajeros, en el muelle se fue desmayando poco a poco a medida que el Telmaco se alejaba del puerto para ser tragado calladamente por el horizonte marino-

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En alta mar, como a cinco horas del puerto de Kingston, Ia esposa de Cuffee sorprendi a su hija Nenn con Ia chillona criatura, en la proa del barco. E imaginndose que Ia muchachita haba sido eI resultado de esa temporada de nueve meses que pas su hija, sin vigilancia, en Montego Bay, le dio un vuelco el corazn en el
pecho, y grit:
-

- Lad my Gd. You bellywomn under my nose?

alarma. Algunas antillanas se ocuparon de atender a Ia desmayada esposa de Cuffee. Ellas tambin hacan el viaje para averiguar por qu sus maridos e hijos no haban regresado despus de los quinientos das de trabajo en el Big Ditch. Durante la cena, Nenn les gxplic a todos que la niita haba sido recogida del lado de la difunta que estaba cerca del muelle poco antes de que

zarparala nave. Al escuchar esto, la esposa de Cu-

- - But, trcrm. . - - I done tell you about going to Montego By wit dt fiesty
nieb maga giL.
-

No, trrcur. Wose bieby dt is? I can explain rclm. Bieby drop frorn sky?

ffee se sinti un poco avergonzada no tanto por eI pandemnium que haba causado, sino por lo que pens injustamente de su hija. Luego, la conversacin se centr en el hecho de que algo muy raro estaba pasando porque era muy sospechoso eso de que Cuffee, hombre trabajador y honrado, guardara silencio absoluto de su existencia y el paradero de sus parientes: Bouckman, Accompong

You far goin kill you ded. You rude pichney. I goin box off your head. Choo! Lad rny Ga.d. Cuando los histricos gritos de Ia esposa de Cuffee llegaron a
-

- But, nzma.

y Quaco.
.

los odos del capitn, ste, recordando eI reciente naufragio del Wterloo de inmediato son Ia alarma. Al ver a los nerviosos tripulantes corriendo frenticamente por toda la embarcacin, Ios obreros antillanos, contratados para Io del Canal, ya con los nervios de punta por Io que les haban contado acerca de los accidentes de trenes en Gatn y los derrumbes en Culebra, se imaginaron mil calamidades, y empezaron a gritar desesperadamente: - - Helpl Helpl Helpl - - Fire! Fire! Fire! - - Man in wt! - - Fire! Fire! Fire! - - Helpl Helpl Helpl Unos se imaginaron que haba un fuego, otros que el barco zozobraba. Mientras los primeros buscaron frenticamente los extinguidores de incendio, los otros se atropellaron enloquecidamente tratando de localizar los chalecos salvavidas que eI capitn haba dejado en eI muelle de Kingston para tener ms espacio donde acomodar a obreros negros y cajas de dinamita. EI pnico y el terror entre los pasajeros, alborotados y aglo' merados como abejas en una colmena abordo delTelnaco, disminuyeron cuando se descubri que no exista eI presunto fuego y no haba ningn peligro de naufragio. Ms tarde, aI restablecerse eI orden en la cubierta de Ia embarcacin, todos soltaron carcajadas de alivio por lo de la falsa
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Despus de dos das de viaje, mientras la distancia entre el Telmaco y eI muelle de Cristbal se acortaba, eI tumultuoso clamor de Ia turbamulta en eI muelle se uni con el de la embarcacin, ahogando los estridentes silbatos del cacho naviero. Y cuando algunos de los pasajeros descubrieron rostros familiares entre la muchedumbre aglomerada en el muelle, se lanzaron aI agua pa-

ra llegar nadando a los brazos abiertos de sus parientes. Y tan pronto las anclas de la embarcacin fueron echadas al agua, en el muelle se form una algaraba de alegre negrura. La esposa de Cuffee, Nenn y la niita fueron las ltimas en pisar tierra firme. Entre el mar de trabajadores negros buscaron desesperadamente una sonrisa familiar. Madre e hija gritaron el
nombre del que buscaban hasta quedar roncas. Adems, pasaron largo rato agitando pauelos rojos con Ia esperanza de ser leconocidas por alguien. La niita, que luca tres pulseras de oro, dorma cmodamente en los brazos de Nenn. Poco a poco el muelle fue quedando como el vasto desierto del Sahara. Los que se alejaban del muelle, abrazados fraternalmen' te, comentaban sobre los ltimos acontecimientos en Jamaica, y lo de Ia falsa alarma en alta mar. Esa noche, slo tres personas quedaron abandonadas en el muelle. La esposa de Cuffee sollozaba, Nenn lloraba, y la huerfa-

nita chillaba. Las tres solas.

Al da siguiente, recorrieron la ciudad

de Coln de cabo a ra-

bo. Por las asquerosas calles y nauseabundos zaguanes recibieron noticias muy desalentadoras y sobre todo contradictorias. Muchos obreros de Jamaica que ellas reconocieron, dijeron que les
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'{

-)

haban contado que Cuffee haba muerto ahogado en el ro Chagres, o en un accidente de tren en Gatn, o en uno de los derrumbes de Culebra, o en la fatal explosin de dinamita en Bas Obispo. Pero ellas decidieron creer ms en los que decan haber visto a Cuffee estar con un pie en Ia sepultura por eI paludismo y la pulmona en la sala para negros del hospital de Ancn. Ese mismo da, la esposa de Cuffee, haciendo de tripas cor4z6n, decidi trasladarse, contra viento y marea, al lugar donde estaba ubicado el hospital. Pero cuando cont las monedas aseguradas en un nudo del pauelo rojo que esconda en su rssiere, se dio cuenta de que no tena ni lo suficiente para comprar un boleto para hacer el viaje por tren. Esa noche, para ganarse la vida y para poder ahorrar Io suficiente para el viaje, Madre e hija decidieron trabajar como aseadoras de un modo u otro en uno de los ms concurridos prostibulos de la ciudad de Coln. Pero a los tres meses ambas fueron despedidas por Ia patrona francesa por rehusar complacer la lujuria de un importante funcionario norteamericano que era cliente favorito y deseaba acostarse con una negra. Tarde esa noche, a Nenn se le ocurri que deberan ingenirselas para andar clandestinamente, de noche, por la va frrea hasta llegar al deseado destino. Luego, partieron a pie con la huerfanita de las tres pulseras de oro. Durante el recorrido guiadas por los rieles del ferrocarril, coman de Io que ese mar de trabajadores antillanos les ofrecan, y como a buen hambre no hay pan duro, ellas agradecan las ofertas de alimentos. Tambin recibieron mucha ayuda de negros istmeos. Estos bondadosos negros' descendientes del gan rey cimarrn Bayano, conocan a ciegas la ruta del Camino Real, legado de sus antepasados africanos que fueron obligados, bajo un diluvio de latigazos, a cargar eI oro robado por los conquistadores para ser repartidos entre las colonias europeas, en las clebres ferias de Portobelo. Una madrugada, la esposa de Cuffee, rendida de cansancio por andar toda Ia noche sobre los rieles del ferrocarril, fue embestida brutalmente por la locomotora de un tren. Nenn y la huerfanita se salvaron del sangriento accidente porque momentos antes del fatal impacto entre hierro y carne, la desdichada les dio un empujn a ellas para que quedaran fuera del alcance del arrollador tren. Al sentir el impacto, eI maquinista norteamericano orden a su ayudante a no tocar los frenos. Adems, Ie grit aI antillano en' cargado de alimentar con carbn el fuego que haca funcionar Ia locomotora que siguiera su oficio sin pestaear porque era indispensable llegar puntualmente, como de costumbre, a la prxima
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estacin tal como indicado en el horario. Despus, eI maquinista Ie explic al otro norteamericano recin empleado como ayudante que en este Istmo de negros el tren se detena solamente en caso de arrollar una vaca blanca y nada ms. Cuando las dos hurfanas de madres completaron eI viaje a pie a Io largo de la va frrea, acostumbradas a los ayunos forza' dos, anduvieron, sin reposo, las calles y zaguanes de Calidonia, Chorrillo y Guachapal; y dorman donde las sorprendiera Ia noche. Con frecuencia las hurfanas eran perseguidas por nios, al igual que un rebao de hienas albinas tras victimas heridas, que a coro les gritaban: "Negras chombas hijas del diablo, narizonas de

pelo duro

bemba color pa Africa". Algunos adultos les

escupan gelatinosos y gruesos gargajos a sus rostros baados de lgrimas. Y, aplaudan a los nios que se atrevan a embarrar el cabello de Nenn con inmundicia de sarnosos perros. Las hurfanas pasaban Ia mayor parte del tiempo cerca de la estacin ferroviaria observando los rostros negros de la multitud de obreros antillanos que, como hormigas industriosas, constantemente suban y bajaban de los atestados furgones. Tambin all pedan limosnas para comer. El obrero James Duglin era muy generoso con las huerfanitas cada vez que se encontraban por los al' rededores de Ia estacin. La generosidad de Cama Cinco y sus amigos pintores haba sido la principal raznpor la cual no fue necesario vender las tres pulseras de oro. Un martes por la tarde, cerca de la estacin ferroviaria, Nenn entabl una conversacin con una seora llamada Tidam French, Ia madre de Luisa y Rosa. Estas eran las amiguitas con quienes jugaba Abena Mansa Adesimbo, la hurfana duea de las tres pulseras de oro. AI tercer da de conocerse, la comunicacin entre Nenn, expresndose mediante su ingls jamaicano, y Tidam French, expresndose mediante su francs haitiano, ambas lenguas salpicadas con africanismos, lleg a su punto culminante cuando Nenn no pudo dejar de llorar al enterarse de que Dessalines, el padre de las dos muchachitas con quienes hizo buenas migas Abena Mansa Adesimbo, era amigo y compaero de trabajo de Cuffee. Adems, descubri que el marido de Tidam French haba conocido a Accompong y a Quaco porque Henri Cristophe, abuelo de Luisa y Rosa, trabaj con ellos en el fracasado canal francs. Lo ms curioso de todo era el hecho de que Toussaint L'Ouverture, un pariente de Dessalines, haba trabajado con Bouckman en el ferrocarril transstmico. A Nenn le pareci increible la buena fortuna de

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do po. toneladas es' pus de.dar el psame, los obreros se retiraron pensando calladamente que pocos amigos quedaban con vida de los que viajaron juntos en eL Wterloo. Cuando James Duglin se enter de la desgracia de Dessalines, compr vveres en la abarrotera de un chino para llevar aI hogar del difunto. All se enter de que Tidam French haba teni' do un reciente parto prematuro. Y encontr a Aidita, la recin nacida, jugando con la muchachita de las tres pulseras de oro. Poco despus de que el vapor Ancn cruzara por primera vez eI Canal para dar inicio a las labores de trnsito internacional-Pro Mundi Benefico -, James Duglin dej de frecuentar el hogar de la

I francs africat.za

eqcontrarse con la esposa de Dessalines. Luego, las juguetonas y alegres niitas protestaron y rompieron a llorar cuando se les inform que botaran las hojas de mango y las piedrecitas que les servan de juguetes, porque regresaran a casa lo ms antes posible para esperar al seor Dessalines. Mientras las cinco amigas apretaron el paso rumbo al hogar de Tidam French, en el camino, Nenn agradeci mentalmente a todos los dioses africanos por la buena suerte de aquel encuentro. Pero la euforia de Nenn tuvo un brusco cambio cuando de repente cinco perros blancos se cruzaron en su camino. AI llegar aI hogar de Tidam French, all sspsraban Calypso Joe y cuatro otros obreros. Y, Napolen Pigeon pien di hablar a solas

ta-

viuda de Dessalines porque sus propios problemas por poco lo


sacan de quicio. En las oficinas de la Compaa del Canal, una norteamericana de frrea y glacial mirada azulLe comunic a Cama Cinco que l no tena derecho a repatriacin porque en los archivos no apareca su nombre y no haba evidencia de que l hubiera trabajado ni un solo da en la construccin de Ia va interocenica. A James Duglin le pareci increble esto despus de haber sobrevivido pulmona, paludismo, serpientes, explosiones, derrumbes. . . El haba tra' bajado cinco veces Ia cuota de los quinientos das de labores para tener derecho a repatriacin como acordado en el contrato de tra-

bajadores antillanos. Lo que el pintor de Barbados ignoraba era eI hecho de que su jefe norteamericano, que siempre tena bajo un brazo un peridico del Estado de Georgia o de Alabama, y bajo eI otro un rollo de papel higinico el cual utilizaba frecuentemente cada vez que se tena que hacer una decisin importante sobre pinturas ausentndose para ir al excusado Gold Roll mientras Ja46

mes Duglin se encargaba de todos los detalles, haba ordenado que se destruyeran, todos los documentos de los atillanos que trabajaron bajo su orden como venganza por su "accidente": a Huncle Zarr'le haban amputado ambas piernas. Esto ocurri la vez que le sali el tiro por la culata; Ie dio un puntapi, la gota que desbord el vaso, a un antillano por haber pintado primero el excusado Siluer Roll, o sea, el de los negros, y no el de Gold Roll co' mo era de costumbre. Tras la insolencia del jefe de los pintores, quien tena cerebro de pjaro en cuerpo de buey y fama de ahogarse en un vaso de agua cada vez que tena que hacer alguna decisin, eI ofendido antillano armado con un afilado machete, recordando que se le haba inculcado en su isla natal que donde la mula patea, ah mismo se le dan los palos, se asegur de que el gringo abusador nunca ms tuviera la capacidad para darle puntapis a negos. La desesperacin de James Duglin se desbord cuando se en' ter de que, en CoIn, las oficinas de la Asociacin de Barbados haban cenado sus puertas porque el tesorero desapareci con todos los ahorros de rniltares de obreros antillanos. Le doli el hecho de que los obreros, que a duras penas haban logrado ahorrar algo de los diez centavos que ganaban por hora, perdieran todo, y se dijera de ellos: "Fueron aI Istmo por lana y salieron trasquilados". Y pens en lo que dijo su amigo de Rincn de las Palmas: "Se recibe el palo de quien menos se espera". Sin derecho a repatriacin y sin tener cama en que caer muerto, Cama Cinco se preocup ms por su madre sola en Barbados. Luego, pens en las tres pulseras de oro, y en su valor. Y decidi en una solucin honrada para pagar el viaje de regreso a Barbados. No acept la oportunidad de ir con su migo Capso Joe a trabajar en Guantnamo o en los caaverales de Cuba; tampoco se interes por el empleo que haba aceptado Napolen Pigeon con la United, Fruit Cornpny, etr Costa Rica, porque en esa poca el presidente de Panam - Belisario Porras -, favoreciendo a los comerciantes que consideraban a rnillares de antillanos en el Istmo un lucrativo mercado cautivo, no insisti en poner en vigor la clusula de repatriacin de todos los obreros antillanos contrata' dos para Ia construccin del Canal. Poniendo al mal tiempo buena cara, James Duglin aprovech Ia accin presidencial para quedarse en Panam. Estuvo a Ia expectativa de cualquier oficio para su propio sostn; pero al no poder conseguir empleo en las esclusas de Gatn, Pedro Miguel y Miraflores decidi organitzar a un grupo de pintores de brocha gorda que haban trabajado con 1, para
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ofrecer sus servicios por los alrededores de las rompeolas de Pun-

IV

ta Margarita donde haba mucha actividad militar en Ia preparacin de poner redes submarinas poco despus del asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria, incidente que precipit

Ia Primera Guerra Mundial.

EFIADA

Quiero la cabecita besar del nio negro

y darle as mi tierno
calor.

Virginia Brindis de Salas

Los aos pasaron. Mientras Tidam French trabajaba en la Iavandera de Ancn, Nenn se encargaba de cocinar y cuidar a
Ias muchachas. Como en las escuelas pblicas no aceptaban a los hijos de an' tillanos, Nenn matricul a las muchachas en la escuelita del maestro John Phillips, en Guachapal, donde aprendieron a leer, contar y escribir en el idioma de Shakespeare. Despus, a Nenn se le ocurri establecer un negocio de comidas para poder pagar con ms facilidad la mdica matrcula que cobraba eI tich Phillips y otros maestros antillanos como Cspedes Burke, Sidney Grant, Russell Phillips, Barton. Estos maestros estaban dedicados a Ia docencia era ms bien por el amor al arte y no a la

posibilidad lucrativa. De la noche a la maana la fama de Nenn como excelente cocinera cundi entre los obreros antillanos. Y todas las tardes, despus de regresar del atestado cucurucho que serva como escuela, las seoritas ayudaban en la venta de comidas que administraba Nenn, en una esquina cerca de la estacin ferroviaria. En esa concurrida esquina los comensales saboreaban arroz con coco y guand, bacalao, pescado frito, souce, p, bahes, yuca frita, mondongo, bofe, ensalada de papas, patacones, carimaolas. Y como refresco haba chicherne, saril, gingerbeer y otras chichas. Y de postre se ofreca dulce de yuca, coco, guineo. De domingo a jueves, por Ia noche, las jvenes estudiantes regresaban temprano al hogar para cumplir con las tareas escolares antes de acos48 49

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tarse. Y en la esquina del negocio, todas las noches, Nenn se quedaba en sempaa de Tidam French hasta pasada Ia medianoche, iluminadas por la luz de una pequea lmpara de kerosn. Con un abanico de mano mantenan vivas las llamas del carbn en el fogn para calentar la comida hasta que se fuera el ltimo comensal. Pero a veces la lluvia haca que el negocio cerrara temprano. Mientras las muchachas dorman a pierna suelta en la misma cama, despus de sudar la gota gorda en el negocio, Nenn y Tidam French se sentaban a la desnuda mesa del bien aseado pero casi desamueblado cuarto para contar las ganancias del da. Y despus de apuntar en un cuaderno el capital invertido y otros detalles, primero apartaban el dinero necesario para las compras de vveres, y luego, guardaban lo que quedaba en una botella grande que escondan debajo de la cama de las muchachas. Y, despus de preparar los ingredientes para las comidas y hacer la limpieza, se acostaban rendidas de cansancio sobre un par de catres donde conciliaban el bien merecido sueo. Cada noche soaban con la educacin de las muchachas, los ahorros en Ia botella y el regreso a sus aoradas islas: Hait y Jamaica. Desde un principio Fulabuta Simequez, una vecina piojosa del cuarto nmero cinco, trat de desacredita el negocio de comidas con la ayuda de su perro blanco. La duea del cojo, tuerto y sarnudo perro lo haba adiestrado para que tuviera diarea todas Ias tardes en la concurrida esquina del negocio de comidas. Y, por si esto fuera poco, el perro acostumbraba morder a algunos co-

Ay que viva, viva mi patria! Yo no soy chomba ni mis chiquillos chombitos. No tenemos bemba ni ata ni cuzc. Hablamos en cristiano, y no somos aleluya chumpi-chumpi. Es nuestro Canal y en la Zona soberana. Qu alegra paisano patriotista el Fufo pronto va regres. Aj, aj y aj bonito viento pa naveg Pa Africa los chombos yumecas. Tamborito vamo bail hasta la madrug Ay que viva, viva mi patria! Fulabuta siempre daba fin a su cantaleta gritando a voz en cuello: "Carajo, que mueran todas las chombas y que se vayan de mi pa-

tria".
Un sbado, Leonora Dehaney fue a visitar a Tidam French, su compaera de trabajo en la lavandera. Y aI observar el espectculo sabatino de Fulabuta, dijo: "Css-cuss neuer bore hole mn kin". Mas se le agot la paciencia cuando Ia que cantaba trat de ponerla en ridiculo. Despus, cuando Leonora Dehaney encontr a su amiga aI lado de Nenn vendiendo comida, se alegr de conocer a otra jamaicana. Comentaron sobre el Telrnco,Xaymaca-Nokor, y sus familiares que trabajaron en el Canal. Luego, Leonora Dehaney les aconsej a las que vendan comidas que tuvieran mucho cuidado con Ia vecina del cuarto nmero cinco porque pa rnachete cut two sides. De repente la conversacin se interrumpi cuando Leonora Dehaney vio a Abena Mansa AdesimSe desmayb. Y'tn pinto r:I azul escribi con un lpiz rojo algo. Despus se march apresuradamente para buscar a sus tres primos de la familia Ontefo.
Cuando las estudiantes alcanzaron el mximo nivel de la escuelita de tich Phillips, tuvieron que quedarse en casa. Durante el da Nenn les enseaba todo lo que saba del suculento arte culinario afro-antillano; y, por la noche Tidam French se encargaba de demostrarles el diestro manejo de la aguja y el dedal. De un da para otro las muchachas aprendieron a cocinar y a confeccionar delantales, faldas y sobrecamas de diseos multicolores juntando varios pedazos de tela que recortaban de ropa vieja. Luisa, la hija mayor de Tidam French, refunfuaba de da y
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q Fuhbuta Simeiquez era una fantica oficial del partido pai triotista, organizacin poltica cuyo lema era: "Blanquear es ha cer patria". Ella se ufanaba por el hecho de que sus cinco hijos
eran prole de cinco soldados norteamericanos acantonados en cinco bases militares de Ia Zona del Canal: Clayton, Gullick, Sher-

mensales.

man, Howard, Albrook. Fulabuta, como su hermano tracalero -Arnulfo Simequez - el jefe de los patriotistas, no poda ver a negros ni en pintura; es ms, ella senta un profundo odio especial hacia las negras antillanas. Esto lo demostraba todos los sbados cuando se pona su pollera y entonaba la misma cantaleta de siempre adelantndose a.l primer canto del gallo ms madrugador
para seguir canturreando hasta que las lucirnagas, frgiles estrellitas flotantes, hicieran acto de presencia en el oscuro crepsculo tropical. La-quema-corcho emulaba torpemente la bella meloda de un bien conocido tamborito, hiriendo la sensibilidad de todos con este canto:
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de noche alegando que no tena inters en ser cocinera ni modista,

sino maestra. Peda libros prestados, y cada noche se quemaba Ias pestaas leyendo. A veces por las largas horas de lecturas no cumpla con los deberes en el fogn ni con la aguja y eI dedal. Y por eso con frecuencia la regaaban dicindole: - - Luisa, pour cu. tu no cocinar like petit sist, Aidit? - - Quiero ser maestra. - - Pour cu. t no coser lihe otr sist Rosa? - - Quiero ser tnestr. -- Dotpa no wn chombo maestra. Sit bonop wat cuti.t guain do wid arroz wit gungu pes? - - Quiero ser maestra - era lo nico que deca Luisa. Fulabuta Simeiquez celebraba cada vez que regaaban a Luisa. Se rea a mandbula batiente de la absurda idea de que una negra anhelara ser maestra. La duea del perro blanco y los cinco nios tontos opinaba que educar a chombas era una prdida de tiempo porque el destino les haba reservado un buen empleo en las cocinas de las rabiblancas, en el aristocrtico barrio de Bella Vista, y, en las lavanderas de las gringas en la Zona del Canal. Mas Luisa haca caso omiso de los regaos y las burlas; cada da segua firme en su empeo y prometa Ilegar a ser maestra contra

viento y marea. De lunes a viernes, con el pretexto de hacer alguna diligencia, Luisa se acercaba a las ventanas abiertas de la escuela Gil Colunje, cerca del parque Lesseps, para escuchar las explicaciones de Ias maestras. Luego, despus de cumplir el castigo de mantener los brazos extendidos a manera de un Cristo crucificado parada en un solo pie, o arrodillada sobre granos demaz o sobre un rayador por demorarse tanto tiempo en la "diligencia"; con una lata oxidada a manera de campana convocaba llena de entusiasmo a los otros jvenes negros del vecindario para ensearles el castellano que haba escuchado de las ventanas abiertas de la escuela que frecuentaba durante las horas de clases. A menudo, las clases que enseaba Luisa eran interrumpidas por los hijos de Fulabuta Simequez. Estos.escupan y orinaban sobre la maestrita y sus discpulos. Y para colmo de males, adems de los gestos y ademanes obscenos, el perro blanco de Fulabuta defecaba donde se reuna Ia clase que aprenda Ia lengua de
Cervantes. A pesar de sus protestas, Luisa tuvo que continuar con las cotidianas clases de cocina y costura. Mientras las seoritas aprendan a manejar Ia aguja y el de62

dal, Tidam French les narraba con frecuencia que sus padres haban nacido en St. Pierre, el pueblo que desapareci bajo un manto de candente lava que vomit Mont Pele; y que ella naci en Ia isla de St. Lucia, pero cuando era nia Ia llevaron a Hait. Se le haca agua la boca cada vez que mencionaba los platos que haba saboreado en Port-au-Prince: pois ac duriz colles, grillot cochon auec bnne pesee. Sin embargo, su tema predilecto era sobre las hazaas del jefe cimarrn Francisque Fabul en la Martinica; y especialmente, la valenta de la clebre cimarrona Zabeth, en Hait. A veces relataba detalles sobre Ze Ma.niel, el ms famoso palenque haitiano; Ia derrota de las tropas napolenicas en Hait; y, los haitianos que combatieron aI lado de Simn Bolvar en la liberacin de los pases de Sudamrica. Fulabuta Simequez tena por costumbre interrumpir Ia in' teresante narracin de Tidam French gritndole: - - Chomba del carajo, regresa a Jamaica. - - Che ne prl uec tu. - deca la haitiana. - - Negra hija del diablo - gritaba Fulabuta. - - Mda.me, dej mu, tranquil. - - Coo, carajo. No me hables en ingls guari-guari. Aqu se reza en cristiano y se habla en castellano. - - Mi no hablar en ingls. - - Negra del infierno. - - La clas fin, cheres jeunes filles - deca French para que las seoritas no siguieran escuchando Ia vulgar diatriba de la vecina
piojosa.
Regresa a Africa, chomba jamaicana del carajo - deca la duea del perro blanco. - En este pas no queremos a negras chombas. Y me choca que hablen ingls, y tengan su religin vud. Qu risa me da! Por la maana la otra chomba de pelo cuzc con su clase de cocina y por la tarde t, negra bembona, con la clase de costura. Lo que les deberan ensear a esas chombitas atas tan negritas es a pescar gringos bien fulos de ojos azules para que mejoren La raza negra. Poco a poco los ahorros en Ia botella debajo de la cama au' mentaban, pero un da este progreso tuvo un brusco cambio. Era un da lluvioso. Hubo una enconada discusin entre las seoritas acerca de a quin le tocaba moler la yuca para hacer carimaolas, y hacer la limpieza. Luego, a gritos se empujaron. Cuando Nenn y French se enteraron de los hechos, se disgustaron y decidieron separarse. Esa misma noche, las muchachas hicieron las paces. Pero el gesto conciliatorio de las jvenes fue frustrado por
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la obstinada terquedad de Nenn y French, quienes prometieron no dirigirse la palabra jams. Es ms, una insult a la otra dicindole: "Plntain ripe, cn't green gin". Y'la otra Ie respondi que no quera vivir ms bajo el mismo techo porque: "If you sleep with dang you rise wid flea". Al da siguiente Ia haitiana ocup un cuarto y la jamaicana otro cuato. Ambos cuartos estaban separados por Ia habitacin de Fulabuta Simequez. Despus de la discordia entre las dos amigas antillanas, los comensales se sintieron entre la espada y la pared al encontra dos idnticos negocios de comidas en la misma esquina; y para no ofender a Nenn conprndole a French, o viceversa, decidieron .cruzar, toreando los automviles de la muy transitada calle, a Ia otra esquina donde una italiana en una mesa y un chino en otra mesa vendan comidas de poco agrado al paladar habituado a los suculentos platos antillanos. La italiana aprovech Ia situacin y trat de ganarse toda la nueva clientela aludiendo al hecho de que eran hermanos en el Istmo de Lgrimas porque discriminaban contra los antillanos llamndoles despectivamente "chombos" y a los italianos "bachiches"; el chino empleaba el mismo artificio haciendo hincapi en lo de "chombo" y "macaco". Sin embargo, despus de contar la cuantiosa ganancia que aportaba Ia nueva clientela, juntos dialogaban amistosamente, en una jerga castellana saturada con vocablos chinos e italianos, sobre futuros planes y cooperacin mutua. De la noche a la maana la italiana y el chino alquilaron juntos un recinto; contrataron a un carpintero griego para dividir el recinto en dos partes iguales, a un ebanista hindostano para hacer las mesas y las sillas, a un gallego para hacer la limpieza, y, a un francs para pintar escenas africanas y los rtulos de los nuevos restaurantes: Casa Nern y Casa Wong. Los obreros antillanos, antiguos comensales de Nenn y French, patrocinaron generosamente los nuevos restaurantes, agotando diariamente Ia venta de las especialidades de la casa: perrolitano de la italiana, y miautong del chino. De cuando en cuando, acusaban a la jamaicana y a la haitiana de envidiosas del triunfo de Ia italiana y el chino caavez que ellas declaraban sus sospechas de la nocturna desaparicin de perros y gatos por los alrededores de Casa Nern y Casa Wong. A la postre, gracias al lucrativo negocio con los comensales antillanos, la italiana y el chino reunieron suficiente capital para establecer restaurantes osos en las inmediaciones de la opulen54

ta barriada de Bella Vista. En los nuevos restaurantes de prestigio, para desanimar el patrocinio de negros se les serva pizzafrta y sopa wantn tibia. Adems, el men reservado especialmente para negros tena menos variedad y los precios eran ridculamente elevados. A Fulabuta Simequez le vino como a pedir de boca, la separacin entre Nenn y French. Finga amistad con ambas para que le regalaran corcho. Y, cada madrugada depositaba excremento delante de las puertas de la jamaicana y la haitiana. Esto hizo que se profundizara la enemistad entre ellas; se insultaban mutuamente pensando que la otra era la responsable de la asquerosa mana. Adems, Ilegaron a temerse recprocamente porque la jamaicana se imagin que la otra se empeaba en causarle dao con su vud; y la haitiana pens lo mismo del obe. Cada cinco das el sargento de la polica Arnulfo Simequez multaba y amenazaba con encarcelacin a las antillanas por echar inmundicias cerca de la habitacin de su hermana Fulabuta. Esta triste situacin se repiti hasta la llegada de James Duglin. Un da James Duglin visit a French y le relat a la esposa de su difunto amigo Dessalines que l haba sido deportado de la Zona del Canal cuando un pariente de su antiguo jefe, Huncle Zarn,reconoci al antillano del machete amputador entre el grupo de pintores que operaba por los alrededores de las rompeolas de Punta Margarita. En ese incidente el que ms se ofendi fue el amigo de Rincn de las Palmas, porque le pareci absurdo ser un "deportado" a perpetuidad de laZona del Canal, en su propia patria. Y la situacin para James Duglin fue de mal en peor por su amistad con Samuel Innis, y su paisano William Preston Stoute, valientes organizadores de la huelga laboral enlaZona del Canal para protestar la discriminacin racial y la injusticia del GoId y Silver Roll. Temerosos de que con William Preston Stoute se repitiera la frustrada revolucin del mulato Pedro Prestn, los norteamericanos mandaron casi tantos buques de guerra a las costas istmeas como los que zarparon en aquel sitio de Troya por el rapto de Helena. A William Preston Stoute lo deportaron de la Zona del Canal por lo de la huelga laboral; a James Duglin lo deportaron de la Zona del Canal, y adems, por participar en la huelga de inquilinos en Chorrillo, Calidonia y Guachapal prohibieron la futura inmigracin de su madre y toda persona de Barbados. Cama Cinco haba decidido poner buena caa al mal tiempo cuando organ26 otro grupo de pintores. Pero como estaba deporbb

tado del territorio zoneita, se dedic a pintar los establecirnientos comerciales de una acaudalada familia sefardita por los alrededores de la Avenida Central. , Como los ahorros de Nenn y French fueron negativamente afectados por el triunfo de Casa Nern y Casa Wong, James Duglin decidi ocupar otro cuarto en el mismo edificio de inquilinos para animar a sus dos amigas, y tratar de hacer realidad eI anhelo de regresar a Hait, Jamaica y Barbados. Y les sugiri a todos los

cindario, ociosos y sin monedas para ir al cine, para narrarles a grandes pinceladas sobre su niez en Barbados, y Ios suculentos platos que preparaba su mam como bonvist, iug-iug y coo-coo. Tambin les describa su viaje en eL Telmclco, y su participacin en Gatn, Bas Obispo y Culebra durante la construccin del Canal.

pintores de su grupo que en vez de llevar ropa sucia a la lavandera de la francesa, y comer donde la italiana o el chino por qu no darle el negocio al restablecido comercio de comidas antillanas. En el vecindario casi todos admiaron a James Duglin. Por su generosidad y bondad los nios Ie pusieron como apodo Pap James.

De todos los hurfanos abandqnados a quienes Pap James y su hermano Arnulfo se que lavez les dio albergue a dos hurfanos que no ofendieron se las crticas de la mujer negros, el cuarto de Nenn. Pero a eran en que siempre andaba pidiendo corcho le respondart; "Haz bien y no mires a quien". Aos ms tarde, Fulabuta Simequez celebr lo que los dos hurfanos que no eran negros, avergottzados de haber sido criados por antillanos, le hicieron a Nenn y Pap James: Diploma, nia abandonada por su joven madre porque no era el "diploma" que se esperaba de una seorita aristocrtica de Chiriqu enviada a estudiar a la capital; y, Carnaval, otra criatura ilegtima de madre tablea que naci nueve meses despus de los carnavales; ambos insultaron a los bondadosos antillanos, y se marcharon a Sudamrica donde ms tarde colaboraron con el Gestapo del Tercer
les daba amparo, Fulabuta Simequez Reich.

A pesar de ganar ms dinero en el oficio de las pinturas, los ahorros de Pap James no aumentaban porque le regalaba dinero a todo eI que deca estar necesitado. Hasta Fulabuta lleg a pedirle plata para comprar medicina que necesitaban sus hijos sifilticos. En esa ocasin Nenn ijo; "Hb m,oney, hb friend". Adems, todos los sbados y a veces los domingos, James Duglin sacaba dinero prestado de los ahorros para probar su suerte en las carreras de caballos en eI hipdromo Juan Franco; y, tambin le prestaba a Nenn algo de dinero para lo de la lotera dominical. Los domingos cuando no haba suficiente dinero para los caballos de Juan Franco, Pap James reuna a los chiquillos del ve56

Los ahorros de Pap James fueron disminuyendo certera y paulatinamente. Paa econo"'izar en el pan de cada da, el pintor de Barbados se traslad al cuarto de Nenn y Abena Mansa Adesimbo. Pero all los gastos aumentaron cuando fueron a vivir con ellos una docena de hurfanos. Adems, Nenn a diario, especial' mente los domingos, cocinaba como para un ejrcito e invitaba a comer gratuitamente a muchos desgastados y pobres ancianos que haban trabajado en la construccin del BigDitch. Abena Mansa Adesimbo, los otros hurfanos, y las hijas de Tidam French ayudaban a los ancianos antillanos en lo que fuera posible. Por Io general, mientras los otros se dedicaban a la limpieza de los cuartos u otros oficios, Luisa se dedicaba con frecuen' cia a escribir cartas en francs e ingls que le dictaban los antiguos trabajadores de la va interocenica con el propsito de tratar de localizar algn pariente en sus islas nativas. Luisa aprovechaba, como pretexto, las oportunidades de frecuentar las oficinas del correo en espera de alguna carta para los alcianos antillanos, para tambin ir al Instituto Nacional. AII, fingiendo que su "amo" la haba mandado para tomar apuntes de las clases en lugar del "patroncito" enfermizo, logr6 empaparse con las principales materias de una educacin secundaria. Por fortuna a nadie se le ocurri indagar por Ia identidad del presunto estudiante enfermizo. Es ms, se habituaron a verla con tanta frecuencia en IaS aulas del prestigioso colegio que a los profesores y estudiantes les pareci curioso y hasta muy gracioso considerarla la "Esfinge Negra" del Nido de Aguilas. Un da, despus.de la acostumbrada visita a los ancianos antillanos, los hijos de Nenn y Pap James fueron al cine excepto Abena Mansa Adesimbo; ella se haba quedado conversando con Leonora, la seora que se desmay la primera vez que vio las tres pulseras de oro. Y a las cinco de la tarde en punto cuando se despidi de Leonora Dehaney, en un callejn iluminado de triste blancura lunar, Abena Mansa Adesimbo fue ultrajada por un mulato. Este era hijo de los vecinos antillanos que a menudo estaban borrachos. Pasaron nueve meses. Un martes por la noche, Abena Mansa
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Adesimbo dio a luz a un hijo. En aquella poca Nenn estaba furiosa por la ridcula campaa italiana enEtiopa,adems del ultraje del mulato. La actitud de Nenn cambi un poco porque en la vspera del tercer da del natalicio, a pesar de saber al dedillo los smbolos de Ios sueos cuyos nmeros acostumbraba comprar en la lotera, qued muy desconcertada al no poder interpretar su ms reciente sueo: una tortuga, tres pulseras de oro, mscaras africanas, tambores bat-cots, cimarrones, hienas albinas. AI tercer da del parto, Tidam French son una campanita tres veces para dar inicio a la ceremonia de bienvenida y nombramiento aI recin nacido de Abena Mansa Adesimbo. En t iriesia

que se temi que llegara eI sargento Arnulfo Simequez y los en' carcelara a todos, acusndolos de estar haciendo brujeras africanas. Y ms tarde, la madre mand a comprar cinta roja para poner en cada mueca del nio por si acaso algn vecino malicioso Ie causaba mal de ojo.

Al

da siguiente Abena Mansa Adesimbo se opuso

con

iue-Ei prepd encn pindieTts trelelas rojas que formaban un tringulo; dentro del tringulo haba un crculo verde dibujado sobre eI mantel azul. Una tortuguita estaba colocada

vehemencia al nombre que le haban dado a su chich. Explic qire deberan olvidar las tradiciones africanas porque era importante tener presente que no estaban en Hait, Jamaica, Barbados, y mucho menos, en Africa. Rememor que a ella, durante la corta temporada que logr asistir a la escuela pblica, Ia maestra critic severamente su nombre por ser tan africano, y Ie preguntaba a diario que por qu los negros antillanos no adoptaban apellidos panameos como Chiari, Wong, Heurtematte, Ghandi, Tagaropoulos.

dentro del crculo sobre tres hojas de mango. Debajo de la mesita haba un pescado y un gallo colorado. En la cama, al lado del nio desnudo haba una totuma media llena de agua como smbolo de pureza; el leo, podero y salud; la sal, sabidura e inteligencia; la miel, felicidad; y, un billete de veinte dIares como smbolo de riqueza y prosperidad. Despus de la tercera campanada, se enton un canto de alabanza en honor a los antepasados africanos en eI Reino de los Muertos, y de inmediato se invit a los orichas con otros cantos. Luego, French levant al nio por los pies y se Io entreg a Nenn. Despus de besarlo tres veces en la frente, Nenn coloc al nio en los brazos de Pap James. Y mientras las dos antillanas imitaban con sus voces los sonidos de tambores ceremoniales, Pap James meti tres dedos de su mano derecha en la totuma y tres veces dej caer tres gotas de agua sobre la frente T del nio diciendo: "Si vienes a quedarte, este es tu nombre - Kwabena BaakoKungoloMwinda Obadele Akinsanya -. Te deseamos larga vida entre nosotros". Acto seguido, el infante pas otra vez a los brazos de Nenn y despus a los de French, y por ltimo a los de todos los que esperaban en el balcn. Y despus del tradicional abrazo de todos los presentes, en la parte final de la ceremonia Pap James hizo Ia explicacin del nombre del nio, diciendo: "Kwabena en la lengua twi significa que eI nio naci martes, y Baako porque es primognito; Kungolo en la lengua kikongo informa que eI nio tiene ftoerza, y Mwinda quiere decir que hay luz; Obadele en la lengua yoruba nos dice que lleg alguien importante, y Akinsanya anuncia que I reivindicar. Luego, la ceremonia fue abreviada por insistencia de Ia madre del recin nacido, por58

escuchar esto, Nenn interrumpi el relato para manifestar que la maestra no tena ningn derecho de andar cambiando nombres de los estudiantes. Pero qued ms asombrada al enterarse de que todos los sbados durante el ao escolar, envez de ir a la biblioteca, Abena Mansa Adesimbo le limpiaba gratuitamente la casa a la maestra y le cuidaba a los nios. A Nenn le pareci un abuso que, encima de tener que llevar su propia silla al aula de clase por ser hija de antillanos, tambin tuviera que dedicar los sba' dos a los antojos de la maestra. Y, adems no le agrad eso de que era prctico e importante por lo menos tener un nombre cristiano en un pas donde la mezquina tolerancia no acepta lo africano. Tambin agreg que ojal resucitara pronto la belicosidad del gran cimarrn Cudjoe en todos los afro-exiliados para defender la dignidad de su africanidad. Y por ltimo dijo que aqu a este pas llega el chino y tranquilamente nombra a toda su prole Wongchangchopsuiy, y la italiana bautiza a su hijo Nerongiussepiespaguetti; y nadie critica esto, pero si el antillano trata de preservar su africanidad, entonces es objeto de burlas, y hasta lo acusan de antipatriota, sin tomar en cuenta que fue el negro antillano el que ms derram sudor y sangre para construir el Ferrocarril y el
CanaI.

Al

En la vspera del bautizo catlico del nio, Nenn volvi a manifestar su rechazo de una religin que haba permitido la sangrienta invasin de Etiopa, y peor aun, rechazaba al sacerdote de esa religin - Bartolom de las Casas - quien haba abogado en favor de la esclavizacin de los africanos en los caaverales del Nue' vo Mundo. Al da siguiente cuando los padrinos llegaron a la iglesia para
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bautizar aI nio, tuvieron que esperar porque una dama trataba de enamorar al cura despus de confesarse. Cuando el jovencito que acompaaba a la enamorada vio al hijo de Abena Mansa Adesimbo dijo: - - Mamita, mie aI negrito chombo. Un ladrn en paales. - - Por lo menos hoy tendr el alma blanca - dijo la mujer. - - Y cuando sea grande ser ladrn o boxeador. - - Y t mi nene, sers un gran gobernador. - - S, mamita. Cerca de la iglesia, aI lado de un lujoso auto europeo se encontraba eI chofer de la enamorada conversando con unas sirvientas indgenas vestidas carnavalescamente; ellas estaban contentas porque era el nico da del mes que tenan libre. Cuando el chofer observ a la patrona despedirse del cura, se arregl la corbata roja y el sombrero azul. Acto seguido, se puso los guantes blancos, e hizo funcionar el aire acondicionador del lujoso auto con placa oficial. Antes de subir al auto, la enamorada acerc su perrito blanco al rostro del beb a quien iban a bautizar; pero se enfad porque eI nio vomit sobre el hocico de Fif. En la iglesia los padrinos permanecieron callados mientras el sacerdote mascull con rapidez las oraciones en latn que los presentes no entendieron, pero que hubieran avergonzado a Cicern o, a un profesor de esa lengua clsica. Cuando el cura empez a recitar el Padre Nuestro, los orichas que estaban en el cuerpecito del infante, invitados para participar en la ceremonia de nombramiento que ya s haba llevado a cabo se dijeron entre ellos: Pater noste\ qui es in celis. . .Y esos sonidos tan extraos? . .sanctificetur notnen tuum. Ad,ueniat regnum tuurn. Fio.t uoluntas tua, sicut in celo, et in terr. Esto no se puede permitir. Tenemos que hacer algo. Que no se repita el cruel ultraje de Nokor, la sangrientamatanza en los navos negreros, y la inhumana esclavizacin en los caaverales. Basta. Basta. Basta. Pnetn nostrunt quotdinum da nobis hodie. Et dimite nobis debita nostra sicut et nos dirnittirnus debitoribus nostris. El sudor y Ia sangre de negros en el ferrocarril transstmico. El sudor y la sangre de negros en la va interocenica. Basta a la injusticia. Basta a la negacin de la africanidad. Basta a la . . Indignacin. Unin. Reivindicacin. Et ne nos nducs in tenta.cionem. Sed, libera nos malo. Amn. Despus del amn, nica participacin de los padrinos en la ceremonia, el sacerdote pidi aI nefito para llevarlo aI altar en
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seal de bienvenida. En ese momento, el nio que haba dormido a pierna suelta durante la ceremonia, despert y orin al cura; y, este, olvidando momentneamente dnde se encontraba, refunfu entre dientes una obscenidad, Cerca de Ia iglesia, la chiquillada que esperaba con impaciencia a los del bautizo, al verlos salir de la iglesia grit a coro: "Padrino pelao, padrino pelao, padrino pelao". Y, cumpliendo con Ia tradicin, el padrino lanz hacia el otro lado de la calle un puado de monedas para que se diera paso libre al recin bautizado. Despus del bautizo, eI chich chill tanto que fue necesario cancelar el paseo en auto por la Avenida Central. Y el nefito no se tranquiliz hasta que fue entregado a Ios brazos de Nenn. Adems, tan pronto le quitaron el vestido blanco que Ie haba comprado la madrina, su diarrea ces. Luego, mientras Nenn, sentada en una mecedora, acariciaba al beb, la madre cant: Arrurr mi chich mi Lit adorado

mi chirriquitico mi lindo africano Dormite, mi nene dormite, mi amor


nuna, nuna, nuna, nan nuna, nuna, nuna, nan

Arrurr mi Papi Rey arrurr mi amor aqu est tu Nenn y tu Pap James tambin.
Urru, guagua, urrute nuna, nuna, nuna, nan nuna, nuna, nuna, nan angelito negro, durmase. Durante los primeros seis meses despus de Ia ceremonia africana, el nio dorma sobre el pecho de Nenn. Ella no permita que el cuerpecito del nio tocara Ia sbana blanca por la diarrea, y algo que so. Se observ que Nenn vigilaba de da y de noche a Papi Rey, apodo que le haba dado la vecina Gladys al nio. Una tarde Nenn se ausent para acompaar a la viuda de un jamaicano con el propsito de hacer las preparaciones fnebres en las oficinas de una organizacin antillana de ayuda mutua. Cuan61

do regres de la diligencia, encontr a Abena Mansa Adesimbo deshacindose en lgrimas porque Papi Rey de repente se haba enfermado; y en la clnica del destacado mdico anti-llano - Dr. Fairwheater -, en Ia calle Estudiante, se dijo que nada se poda hacer por el nio moribundo. Nenn hizo caso omiso de Ia opinin cientfica, y se encerr por tres das para curar con yerbas medici-

nales al que ella llamaba secretamente Kwabena Mwinda Akinsanya. En un abrir y cerrar de ojos, Papi Rey recuper la
buena salud. Y se acostumbr ms a pasar mucho tiempo con Nenn.

Para no agotar los ahorros de Nenn y Pap James, Abena Mansa Adesimbo busc un empleo como cocinera y costurera en el opulento barrio de Bella Vista durante los fines de semana, y adems, era mesera de lunes a viernes en un restaurante Gold Roll dela Zona del Canal.

Un profundo resentimiento se incub en Papi Rey hacia eI


uniforme blanco que de rigor tena que ponerse su madre para trabajar en el restaurante Mayflower. Con frecuencia eI nio se sala de su olorosa cuna, hecha de cajas para empacar frutas, para orinar sobre los uniformes blancos acabados de lavar y puestos a secar aI sol. A otros chiquillos del vecindario los tenan que vigilar para que no jugaran con fsforos, ni bebieran amonaco u otro veneno de las botellas que las madres torpemente escondan debajo de las camas; pero en eI caso de Papi Rey, Nenn tena que esconder constantemente los uniformes blancos y todo Io que tuviera color blanco, porque su nieto se empeaba a echar en la basura azicar, sal, harina, algodn. Lo que a veces ms preocupaba a Nenn era que Arnulfo Simequez se llevara a Pap James otra vez ala crceL como la vez que lo llev despus de que Ie vendaron lacabeza en el hospital, como la momia de Tutankamn, porque el nieto, armado con un palo negro, le daba a diario golpes al perro de Fulabuta. Adems, la mujer de Jess Simequez, al igual que Marta Simequez, se quejaban a menudo con su primo sargento de la ropa blanca orinada. Los regaos por lo de Ia ropa blanca no surtieron efecto en Papi Rey. Adems, Ia diarrea del nio ocurra slo cuando le ponan un paal blanco o un mameluco blanco. Tambin, si a Nenn se le olvidabamezclar la leche de la mamadera con chocolate no caba duda que el nio vomitara. Poco despus del ataque japons a Pearl Harbor, los norteamericanos decidieron construir una base militar en Ro Hato para ubicar aviones all en caso de un furtivo ataque nipn al Canal. Y a Pap James le pareci una magnfica oportunidad trasladarse a
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Ro Hato con su grupo de pintores con eI propsito de trabajar y ganar suficiente dinero para el proyectado retorno a Barbados. Adems del viejo amigo rinconpalmeo, se junt al grupo un coIombiano llamado Sando, oriundo de San Basilio de Palenque; de Costa Rica regres el martiniqueo Napolen Pigeon; y de Cuba, Calypso Joe. Este se haba cubanizado a tal punto que escasamente aluda a su isla natal. Segua siendo locuaz, pero ahora su conversacin estaba saturada con las hazaas del general negro, Antonio Maceo, de Cienfuegos. Deca ser un igo, y les haca ofrendas a tres deidades yorubas: Yemay, Obatal y Chang. Y, adems del ajiaco y calal, su otro plato favorito era el quimbomb. El nico del grupo original que no quiso ir a Ro Hato era el indgena John Wayne, quien deca ser descendiente de NeIe Kantule. A la postre, la ida a Ro Hato result ser para Pap James, como lo expres su amigo de Rincn de las Palmas: "Huyendo del fuego dio en las brasas". Porque durante eI quinto mes de labores encarcelaron a James Duglin porque descubrieron que l era un deportado de la Zona del Canal. Para colmo de males, el jefe de los obreros en Ro Hato era el primognito del arnputado Huncle
Zatn.

Durante la ausencia de Pap James, la situacin en eI vecindaio fue de mal en peor ya que Tidam French y Nenn volvieron a romper la cooperacin en la venta de comidas, el mulato volvi a ultrajar a Abena Mansa Adesimbo dejndola embarazada dos ve ces ms, Karafula Barrescoba se puso peor, y cadavez que Arnulfo Simequez tenia una ria con su arf.iazo:na, saliendo del cuarto con el rabo entre las piernas, se desquitaba amenazando a Nenn con deportacin del pas por ser negra, jamaicana, protestante, y no saber de memoria los prlogos de EI ingenioso hidalgo d.on Quijote d.e l Mnch. El sargento tena ilusin de llegar a ser el Fhrer del Istmo. Frecuentaba la embajada alemana donde obtuvo una copia de Men Kmpf- Organiz su Partido Patriotista utilizando como modelo el Partido Nazi. Pasaba horas estudiando mapas y hasta lleg a proponer planes para establecer campos de concentracin al estilo Dachau en Bocas del Toro para los negros antillanos; Darin para los negros coloniales; San Blas para los indgenas; Coiba para los chinos; y, Chiriqu para los sefarditas. Tambin, Jess Mara Simequez y su primo Anbal Simequez insultaban a Nenn cadavez que se emborrachaban: todos los sbados. Y a veces Anbal peleaba con su mujer Fulabuta por el fuerte olor a corcho quemado en el cuarto, Jess Maria, bonacho
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hasta los huesos, le ladraba insultos a su cuado dicindole que era un cero a la izquierda y haba que darle en el codo para alimen'

tar a sus hijastros tontos; y cuando los dos cuados empezaban a repartirse puetazos, Armuelles y Remedios, hijos de Jess Mara, golpeaban a Crstobal, hijo canyacero de Anbal. Y este demente fumador de marihuana sacaba su furia en el cuerpo de su primo Nelson. En estas enconadas batallas de familia - ira de her' manos, ira de diablos - Arnulfo Simequez se pona su uniforme de polica, y al primer negro que encontraba el frustrado sargento le daba una paliza con su tolete y despus, lo arrastraba a la crcel donde sus amigos policas le ofrecan aI negro una "beca" de cinco meses para que aprendiera a sembrar arroz y frijoles en la isla pe' nal de Coiba. Nenn criticaba a menudo el hecho de que el sargen' to Arnulfo no haca nada cuando sorprendan al camajn Cristbal con las manos en la masa. Este afirmaba que era inocente porque "descubra" las cosas ajenas. Tambin, Nenn sealaba que tampoco se haca nada cuando Armuelles y Remedios destruan los platos y los muebles de los vecinos durante sus cotidianas batallas. Estos peleaban porque Armuelles cuidaba celosamente su
pene por temor de que su hermana se Io robara; el muchacho tena

esta obsesin porque Ia primera vez que vio a Remedios desnuda se imagin que ella haba perdido su pene en el monte por andar con marimachadas. Adems, I se senta defraudado y envidiaba Ios muy desarrollados pezones de su hermana. Adems de todo. esto, en el vecindario haba mucho inters por las frecuentes visitas del obeso y presuntuoso sacerdote Bartolom de las Chozas al cuarto de Marta Simequez. Todo el mundo saba que mana de Fulabuta era prostituta. Y todos comentaban eI parecido fsico entre el cura y Nelson, el amaricado hijo de Marta. Algunos ponan en tela de juicio lo del parecido porque aunque Nelson no era bisco, y cojo de un pie, s le faltaba el dedo meique de Ia mano derecha como a todos los Simequez. Lo que no se comentaba de Bartolom de las Chozas era que no gustaba del sacerdote Pedro Claver porque este cura no le impona severas penitencias a

Caray, me gust la ltima pelea entre Fulabuta y su marido hediondo a grajo. - - Epa! Es el campen de los rompegrupos. Adems, ese bicho espantagente es tan feo. Cocobolo, borracho y pipn. - - Pues, siempre estn con su tcata-tcata y su revul. - - Ambale! La misma jeringa de siempre. - - Je! La vaina de corcho quemao. - - Aj no? Vidajenadieciocho. - - So! Nada de eso. Aqu todo el mundo sabe lo de la quemadera de marido por lo del corcho quemao. - - Bochinchosa. EI chisme sobre Fulabuta Simequez aluda al hecho de que desde que Karafula Barrescoba y su hermano Carbn Barrescoba ocuparon el cuarto desalojado por Tidam French y sus hijas, empez6 la quema de corcho en el cuarto de Fulabuta. KarafuIa Barrescoba deca ser oriunda del poblado de Chepo. Era descendiente de negros que haban sido testigos de la decapitacin de Vasco Nez de Balboa. Y declaraba orgullosamente, dndose bombo, que era nega colonial como los que fundaron a Panam la Vieja; y no negra antillana inferior como Nenn. Esta actitud nunca la comprendi Orika, la negra colombiana esposa de Sando, porque no encontraba diferencia racial entre los negros coloniales y los antillanos. La nica diferencia era que los ltimos llegaron de Africa corrompidos por los ingleses; y los primeros por los espaoles. Karafula Barrescoba se senta superior a los antillanos porque su lengua materna era el castellano' su religin catlica, y sobre todo, porque el mestizaje le haba robado algo de su africanidad. Enfatizaba a cada momento que no era negra, sino morena; y, se disgustaba al extremo si alguien la confunda con

- Opa comadre! Estoy entre chivo y conejo'deca


-

Ia Perequera'

los negros que confesaba. "Los negros - afirmaba el amigo de Marta - estn predestinados a cometer muchos pecados mortales". EI ms popular chisme en el vecindario que andaba de boca en boca era sobre la quema de corcho. Esto lo comentaban la Chancletera y la Perequera cada vez que Fulabuta Simequez se iba al mercado. Las dos vecinas decan: - - Quibo vecina! - deca la vecina Chancletera.
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una antillana. Cada vez que vea a una persona de ascendencia antillana pegaba un grito y en seguida se empolvaba la cara. Frecuentaba el saln de belleza "La Chola" para que con una peinilla caliente le acholaran, o sea, le alisaan eI cabello que hered de sus antepasados africanos. Y todas las noches, antes de acostarse, segn ella, para amanecer con nariz aguilea, se pona una horquilla en Ia naiz ata; y, por la maana, aI despertarse' se baaba con cinco latas de leche en un rito de purificacin de piel.

Al principio Fulabuta Simequez no gustaba de Karafula Barrescoba por su color, pero luego, lleg a tolerarla porque con frecuencia la chepana iba por los alrededores de Salsipuedes, cer' ca del mercado pblico, para comprarle corcho.
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his tontos de la-quema-corcho Declan que la hermana de CarMn Barrescoba se iba a quedar para vestir santgs ror estar esperando su "prncire blanco", un gring, pere Errli)rs su raza negra. La pobre haba tenido varias propuestas de natrimoni'o de hombres decentes y trabajadores, pero los rechaz a todos por la ascendencia antillana. La-grita-leche
a os
1a

Ifara adniraba

siempre estaba a Ia espectativa del cel'o de su perra Blanquita paencenarla con el perro de la-quema-eorcho. Pero lo nico que el perro haca era aullar y morder salvajemente a Blanquita. De todo b que lraca Karafula Barrescoba, en el vecindario se criticaba coa ms fuerza su costumbre de obligar a Bolanieve Barrescoba, hijo de Carbn, a deeirle doa tras de besarle la mano cuando estaban en algun lugar pblico. Karafula tena cinco muecas: Nievita, Lechita, Marfilita, Albita, y Espumita; y, todas las noches cuando el ambiente quedaba saturado con el olor a corcho quemado, elb saeaba las muecas y las regaaba dicindoles que slo les iba a permitir novios blancos aungue fueran Rocinantes, pero eso s, blancos. Acto seguido, obligaba al sobrino a besar cada mueca y escoger una para poner debajo de su almohada antes de acostarse. A la perra de Karafula se Ie daba la comida de Bolanieve cada vez que l se olvidaba de decir doa o besar las muecas. Y, el mayor castigo se reservaba para cuando la ta sorprenda al

jugar exclusivamente con Susanita, la hija de

sobrino jugando con negros antillanos; Bolanieve era forzado a baarse con jabn blanqueador y despus, ponerse un vestido de novia. Este castigo se anulaba slo cuando Bolanieve prometa
Remedios

Simequez que se pasaba todo el da berreando a moco tendido porque no se saba con certeza si su padre era Jess Mara o Armuelles o Cristbal o Arnulfo o Nelson. El odio hacia los antillanos que Karafula haba incubado en su sobrino, ms adelante se profundiz con las pelculas de Tarzn, rey blanco de la selva y matn de africanos negros, que todos los domingos Bolanieve Barrescoba vea en el cine Excelsior. Karafula Barrescoba odiaba a su hermano Carbn. Le gritaba a menudo que era bruto por tener eI pelo cuzc como los chombos. Y, 1, el padre de Bolanieve insultaba a su hermana por andar codendose con los hediondos Simequez. Nadie comprenda eI comportamiento de Carbn Barrescoba. De cuando en cuando le daba una tanda de puetazos a Bolanieve por andar apaciguando a la llorona hija de Remedios; a veces Ie daba una pahza a Jess Mara cuando este insultaba a Nenn; otras veces se agarraba a puos con los otros hediondos
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Simequez despus de burlarse de susde{ec*es fsicnq 7, ccn frecuencia le echaba agua caliente al perro blanco de FCabuta. ocasiones, se iba por Ia Averdda Central rrrubo al Hry{and' prostbulo frecuentado por los lujuriosos soldados aerteauericanos, donde con un bate le daba golpes a la cabeza de an soldado, diciendo entre risas que estaba jugando "bolagringa". Tampoco se comprenda su frecuente visita al prostbulo cerca de las ruinas de Panam la Vieja d.onde, oomo en un tnercado o carnicera de Europa, las xostituts conversaban portugus, castellano, italiano, alemn, francs, ingls, holandes. . . All, se manifestaba la ms extraa mana de Carbsr: ea el mo*rento del orgasmo, no tena la eyaculacin corriente, sino que en la cara de la prostituta vomitaba. Sin embargo, cuando el ambiente estaba saturado con olor a corcho quemado, Carbn Barrescoba ledeca a todo amn, y le daba permiso a su hiio para gar cqr Susa' nita; Ie regalaba a su hermana borlas nuevas para empolvarse; le brindaba aguardiente a Jess Mara; cocinaba cane fina para el perro de Fulabuta; yt era muy amable con los norteamericanss' Es ms, se cubra eI cabello con un pauelo blanco, y se iba apre suradamente a la peluquera para que Ie cortaran el cabello al rape porque en el vecindario se deca: "El color es accidente, pero elpelo no miente". Y adems, en laplazade Santa Ana, en voz alta les declaraba a los transentes que l era moreno pero no chombo. Y como prueba de su afirmacin sacaba un rosario, y mirando hacia la iglesia colonial se persignaba para que se viera que I era catli' co. Despus agregaba que era pobre pque enlaZotn del Canal no le ofrecieron empleo por no dominar eI ingls como los antillanos (haba jurado nunca aprender ingls llara que no lo confundieran con los chombos). En el vecindario nunca se descubri que cuando Carbn Barrescoba ola corcho quemado, se imaginaba que su nombre era Mierdsi Leblanc, quien secretamente anhelaba tener una Dulci nea rubia porque bajo el influjo del olor a corcho quemado le pareca que era mejor tener una mujer blanca aunque fuera puta, pero blanca. Y cuando Anbal Simequez se marchaba por la noche a recoger basura por los alrededores de Bella Vista, su mujer Fulabuta, ansiosa de las caricias de un negro bien negro como Cabn, despus de emborrachar a sus cinco enfermizos hijos, hediondos y noctmbulos como las hienas, ella se pintaba todo el cuerpo de ne gro con el corcho quemado para luego entregarse apasionadamente, en cama adltera, a los brazos de Mierdsi Leblanc. Poco despus de que los norteamericanos lanzaron sus bom'
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( \.

bas atmicas sobre Hiroshima y Nagasaki, dejaron libre a pap James de la ccel en Gamboa. Cuando Pap James regres al vecindario, tuvo que ponerse al corriente de muchos acontecimientos que ocurrieron duante su ausencia. Lo primero que observ fue una Nenn ms istmea que
islea. Nenn haba viajado extensamente por Capira, Cerro Campana y varios puntos de Chiriqu con la seora Clara y el padrino de Papi Rey. Su vocabulario espaol era ms variado. y, adems de

su gusto por los platos tpicos, haba adoptado costumbres ist-

meas como presagiar lluvia inminente si se rascaba la nariz; estar a Ia espectativa de visita si al caer una tijera quedaba clavada en el piso; creer que iba a ganar la lotera si se rascaba la palma de la mano derecha; y, cada Viernes Santo, al medioda echar una yema de huevo en un vaso de agua para ver si tres horas despus se

formaba un barco dentro del vaso que se interpretara como un pronto retorno a Jamaica. Tambin, en la vspera de algn acontecimiento importante echaba un rosario en un vaso de agua para ahuyentar la lluvia. Pap James se enfureci cuando se enter de que Abena Mansa Adesimbo haba sido deportada a perpetuidad de la Zona del Canal por no haberse dejado pelliscar en la nalga por el gringo jefe del restaurante donde ella trabajaba. Y comprendi la necesidad que tuvo ella de usar el nombre de Henrieta para trabajar, y especialmente, entrar cladestinamente en laZona del Canal, y usar el nombre Geraldina en su trabajo como cocinera en Bella Vista por temor de ser descubierta porque muchas familias de la oligarqua estaban ntimamente vinculadas con los zonetas. Adems, por motivo de la deportacin, Geraldina se vio obligada a lavar y planchar ropa de prostitutas que su primognito solicitaba en los prostbulos. Una tarde, para celebrar el retorno de Pap James, Nenn organiz una fiesta. Como tambin era el cumpleaos del pintor de Barbados, se compr una gallina blanca para hacer arroz con pollo. Pero la fiesta no se hizo porque la gallina muri sofocada despus de haber sido pintada con yodo y tinta nega. Pap James haba cambiado mucho despus de Ia experiencia en Ro Hato. Ya no se dedicaba a narrar cuentos ni a sacar dientes con hilo de coser a los nios del vecindario quienes reciban golosinas despus de enjuagarse la boca con agua salada. Pareca estar muy preocupado, sobre todo, por su mam en Barbados. Frecuentaba el hipdromo Juan Franco, y adems, gastaba parte de los
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ahorros en rifas, Ia bolita y Ia lotea. Como estaba sin oficio ni beneficio, trat de reorganizar el grupo de pintores pero fue dificil conseguir contratos porque el hijo de Huncle Zam era muy popular y tena amigos por todas partes. Una tarde, antes de salir rumbo a las citas con los soldados borrachos y escandalosos del Happyland, Marta le inform a su hermano que su mujer era de da beata y de noche gata porque lo engaaba acostndose con un negro cuando se ola corcho quemado en el vecindario. El hermano de Marta sola salir todas las no' ches, pero esa noche decidi quedarse en casa para vigilar a la esposa. Luego esa noche, tras una tanda de puetazos Ie grit a la mujer que a pesar de tenerla encerrada como deca su padre: "La mujer honrada, la pierna quebrada y en casa", ella busc una manera para deshonrar Ia cama conrugal. Despus, dijo que por eso en cojera de perro y lgrimas de mujer no se haba de creer. Acto seguido, le dej la cara ensangrentada por los golpes que le di. Y por ltimo dijo: "Lo que hace macho no hace mujer". Ms tarde, poco despus de que se comenz a quemar corcho, Simequez abri con brusquedad la puerta, y empez a repartir violentos machetazos sobre la cabeza del que haba tocado a la puerta. Cuando todo el vecindario despert por lo de la sangrienta violencia, se descubri que era Jess Maa el de los machetazos y Ia vctima no era Anbal, el verdadero amante de su prima, sino Cuffee, el padre de Nenn que se haba equivocado de puerta. La tibia sangre de Cuffee manch la cama de Papi Rey. Y an' tes de morit, eI decapitado, quien haba quedado manco despus de una nefasta explosin de dinamita en Bas Obispo durante la construccin del Canal, mencion que cuando le informaron de que Pap James aceptaba hasta mancos en su grupo de pintores, el hambre y la miseria lo haban forzado a buscar eI hogar de Ca' ma Cinco a tan alta hora de la noche' El sepelio de Cuffee agot aI extremo los ahorros de Nenn y Pap James. Ms tarde, le fue difcil a Pap James concilar el sueo por los fuertes dolores que empez a sentir en el pecho. Y una madrugada, Pap James se desplom de la cama. Nenn y Geraldina no se enteraron hasta por Ia noche que el puntual trabajador no se reuni ese da con el grupo de pintores porque haba tenido un fatal infarto al miocardio. EI cadver de James Duglin permaneci varios das en el ho'
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se escuch un golpe en Ia puerta.

Y el hermano

de Marta

gar, en un atad especial con hielo, porque no se pudo pagar la cuota del depsito de cadveres. El da del sepelio, cerca del Cerro Ancn, mientras las amistades del difunto entonaban himnos religiosos, cruzaron a todos los nietos tres veces por encima del atad antes de cubrirlo con tierra y flores. Durante el velorio, se prepar cafe, chocolate y empanadas para todos los que llegaban a dar el psame. Y mientras los hombres jugaban domin, las mujeres comentaban sobre la bondad del difunto, a Nenn le toc explicarles a los nietos que granfar nunca ms regresara del cementerio. El ltimo da del velorio, Fulabuta Simequez organiz una fiesta. Y esa noche se coment en la fiesta que a Arnulfo no le haba agradado que el chombo de Barbados se hubiera quedado para morir en el Istmo. Luego, despus de la escandalosa ria entre los Simequez que puso fin a la fiesta, Cristbal decidi vengarse de su ta Marta porque por culpa de ella recibi una paliza cuando ella revel que Cristbal acostumbraba jugar ,,marido y mujer" con Nelson debajo de Ia cama. Lavenganza de Cristbal fue sacar fotografas con una cmara, que le haba arrebatado a un turista por la Avenida Central, del momento en que el borracho Nelson repiti el orgasmo incestuoso al igual que el tebeo Edipo. Despus de la muerte de Pap James, Abena Mansa Adesimbo tuvo que tomar las riendas para proteger a la familia. EIla se dedic a lavar ms tamugas de ropa; y su hermana Myrtle decidi trabajar ms horas en casas dela Zona del Canal. y el hambre hizo que todos los nietos comprendieran mejor las explicaciones de Nenn acerca de la muerte de Pap James. Adems, los nietos observaron que el refrigerador de kerosn dej de funcionar por falta de combustible; la estufa de kerosin fue suplantada por el fogn de carbn; para ahorrar electricidad se iluminaban con velas por Ia noche; Nenn tuvo que volver al negocio de las comidas y, a la vez, vender billetes de la lotera. Para evitar la venta de las tres pulseras de oro, Chabela, la hija de Geraldina, y EIsa, la hija de Myrtle, fueron a trabajar como nieras en Bella Vista; Tur, el otro hijo de Henieta, se dedic a cargar bolsas en el comisariato de Balboa, enlaZona del Canal; y, a pesar de que papi Rey no haba cumplido todava la primera dcada desde que se celebr la ceremonia africana de bienvenida y nombramiento, cada madrugada iba a vender peridicos en el puente de Miraflores cerca de las esclusas del Canal. Adems, no fue ni necesario empear las tres
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pulseras de oro porque se vendieron los regalos que Pap James Laba comprado para llevar a Barbados. Tambin, el hambre hizo enmudecer el alegre bullicio de los juegos infantiles. Rara vez se volvi a escuchar a los nietos de cama cinco canta: "Mirn, mi' rn, mirn de dnde viene tanta gente. Mirn, mirn, mirn de San Pedro y San Vicente.

7I

v
MEMENEDA

Po qu ser me prengunto yo, que casi todo lo negro tn pobre son como soy yo?

Adalberto Ortiz
Las tres pulseras de oro quedaron bajo el diligente cuidado de Abena Mansa Adesimbo, en Coln, cuando eI hambre muy violen-

ta hizo que se desintegrara el ncleo del carioso hogar que


haban formado Pap James y Nenn. Durante aquella crisis de desintegracin de familia, Nenn pidi que Lit, Chabela y Tur la acompaaran a ocupar una parte del cuarto que un socio de su logia tena en Calidonia. Pero poco despus de vivi all, los nietos de Nenn dieron a conocer su vergaenza ya que a nadie le revelaron su verdadero domicilio, y jams invitaron a sus amigos para que los visitaran; es ms, se sentan como entre la espada y la pared cada vez que algn condiscpulo paviolo se empeaba en localizarlos para copiar las tareas de las clases. Pero ninguno lo logr porque cada da despus de las clases, corran rumbo a diferentes barrios para despistar al ms obstinado rastreador. All en Calidonia, el receloso Lit dorma muy poco y con un ojo bien abierto; y todas las noches, antes de acostarse tarde con la espalda siempre hacia la pared y con un palo de escoba lleno de clavos, a mano, por si acaso era necesaio proteger a su abuelita y hermanita, haca que Tu se pusiera tres pantalones diablofuertes, al igual que 1, cerciorndose de que eI segundo pantaln estuviera al revs y con la braqueta hacia atrs. Adems, por las madrugadas, cuando sala a vender peridicos para ganarse la vida cerca de las esclusas de Miraflores, en la Zona del Canal, y tambin por las tardes, cuando en compaa de Tur iba a lustrar bo72

tas de soldados norteamericanos por los alrededores de la Averuda 4 de Julio, se preocupaba mucho por Nenn y Chabela, polque con frecuencia algunos maleantes, antiguos moradores de las cr' celes o de Ia isla penal de Coiba, buscaban aI dueo del cuarto pidiendo cigarrillos, ropa, comida, dinero, y en especial, Ias caricias del afeminado que haba prestado su habitacin. Un martes a las tres en punto de la tarde, los tres nietos le informaron a Nenn que era preferible dormir en el tnel debajo de Ia estacin ferroviaria on vez de en la habitacin del que siempre andaba abrazado con Nelson Simequez. Pero Ia estada en el tnel fue efimera porque durante la quin' ta noche, el sargento Arnulfo Simequez oblig a Nenn y sus tres nietos a buscar otro sitio donde pasar Ia noche. Como aquella noche llova a cntaros, cubrindose con papel peridico a manera de un paraguas, Nenn fue aI Maran donde moraba una maes' tra de Barbados, antigua comensal del frustrado negocio de comidas, y le rog que Ia dejara dormir all esa noche lluviosa. La maestra accedi recordando que las puertas y los brazos de su amiga jamaicana y su paisano Pap James siempre estaban abier' tos a los desamparados. Esa noche, despus de levantar la mesa, ambas antillanas charlaron hasta tarde sobre el anhelo de volver a ver pronto a sus familiaes en Barbados y Jamaica. Como Ia maestra tena que levantarse temprano para ensear el idioma de Shakespeare a los nios de ascendencia antillana cuyos abuelos an tenan proyectado regresar con su prole a las islas antillanas donde fueron contratados para trabajar en el Big Ditcl4le dio las buenas noches a Nenn dejndola jugar solitario con unas barajas viejas e incompletas que tena sobre la mesa. Luego, despus de un rato, la maestra se levant de la cama para tomar agua; y' por tercera vez Nenn Ie dio las gracias por el techo y la comida, y le comunic a su amiga que deseaba seguir jugando con las barajas porque no tena sueo. La maestra crey en la explicacin del insomnio causado por eI anhelo de regresar lo ms pronto posible a Jamaica sin darse cuenta de que Nenn estaba fingiendo y esperando que ella se durmiera. Y tan pronto la maestra empez a ron' car, a las tres de la madrugada, Nenn abri Ia puerta del cuarto cautelosamente para que sus empapados y famlicos nietos entraran y se escondieran debajo de la cama. AI da giguiente, mientras la maestra instrua en la escuelita, en Guachapal, Nenn y sus nietos ensayaron meticulosamente su plan de accin para engatusar a la duea del cuarto. Ms tarde, aI regresar a su hogar, la maestra, aburrida de vi'
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vir sola,

rniga de Jamaica, una excelente coci"u nera, hubiera decidido ser su compaera de cuarto. Pero lo que no sospech la maestra de Barbados era que cerca de su hogar, Lit, Chabela y Tur esperaban pacientemente una seal acordada; y

se alegr de que

cuando Nenn enton por tercera vez una bella meloda africana de bienvenida, que haba aprendido de su abuelita esclava en Jamaica, Lit, Chabela y T\rr llegaron al cuarto fingiendo soqpresa. Y acto seguido, se dieron efusivos besos y abrazos. Luego, los nie-

tos hablaron largo rato en castellano,

y Nenn le explic a Ia

maestra en ingls que de lo poco que haba entendido de la conversacin estaba bien clao que los muchachos la visitaan hasta por la noche. Con la mirada, la abuela les seal a los nietos que el plan haba surtido efecto. Y Chabela, sentada entre sus hermanos, le dio un codazo a cada uno indicndoles que todo haba salido a pedir de boca. Pasaron cinco noches. La maestra se quej de que se senta como sardina en lata por los tres visitantes. Y Nenn le prometi u su miga que los nietos se iran tan pronto se arreglaba un asunto relacionado con su partida. Adems, la maestra no gustaba de Lit, con quien no haca buenas migas, porque durante un verano que lo mandaron a su escuelita eI muchacho no quiso aprender ingls porque, avergonzado de las burlas de los Barrescobas y los Simequez, manifest su rebelda interrumpiendo las clases con payasadas, y escribiendo, en espaol, frases obscenas en los cuadernos de los otros estudiantes. Tambin, segn la maestra, Lit le haca recordar, por el modo de caminar, a su novio antillano por quien ella haba abandonado a todos sus familiares en Barbados; y quien para cohno de males, no se cas con ella porque andaba muy enamorado de Karafula Barrescoba, suicidndose cuando su propuesta de matrimonio no fue aceptada. Nenn se imaginaba que la maestra no gustaba de su nieto favorito porgue durante el negocio de comidas, Lit le llevaba la comida tarde y enfriada porque se demoraba en la estacin ferroviaria para ver el tren aplastar los clavos que pona sobre los rieles, o por jugar, en el parque Lesseps con otros muchachos del vecinda-

rio, bolsita, pix,


caballitos.

guacho, trompo

y platillos, caera

de

La maestra se cans de preguntarle a rniga, noche tras " noche, hasta cundo durara la visita de sus nietos. Al darse cuenta de lo intil de su empeo y frustrada porque se le haca caso omiso, dijo lo nico que saba en espaol: "La visita y la pesca a los cinco meses apestan". Esa noche de ese quinto mes, la anciana
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maestra de Barbados muri en su cama con una expresin de enfado en su rostro. Durante el velorio, la enlutda Nenn se enter de que Septimus James, un viejo amigo de Ia difunta, haba sido eI joven aguatero en Culebra cuando Pap James trabaj en esa regin de la va interocenica. Septimus James les relat a los pocos en el velorio' que no ha' ban conocido a su bondadoso amigo de Barbados, que James Duglin haba llegado al Istmo embarcado enelTelmco para buscar bajando para ayudar a su a su padre, y a risteza y nostalgia que 1, pobre madre. T os con Cama Cinco, no lo' los omo todos gr regresar a su isla antillana por el incidente de Huncle Zam.Y, adems, describi los varios trabajos que l haba desempeado enla Zona del Canal, utilizando los nombres Septimus Telmaco, James Telmaco y Granada Telmaco despus de la inauguracin del Canal. Al escuchar todo esto, Nenn se puso muy triste. Y desde esa noche, todos los sbados, buscaba desesperadamente noticias sobre Jamaica en eI Pnam Tribune, el nico peridico istmeo pa' ra los antillanos; y, adems, hasta gastaba en la lotera dominical parte del dinero que para la comida le enviaban Abena Mansa Adesimbo y su marido desde CoIn todos los viernes. Al ver a su abuelita tan triste y preocupada por el planeado retorno a su terruo, un martes a las tres en punto de la tade, Ios nietos efectuaron solemnemente un pacto entre los tres jurando obsequiar a su abuela con un boleto de ida a Jamaica, ser nietos ejemplares y sobresalir en sus estudios. Para alcanzar la primera meta decidieron desayunar diariamente t sin azcat y pan sin mantequilla; y, todas las noches, cenar con una mamallena que dividan en tres partes iguales. Adems de esto, la posibilidad de aumentar los ahorros mejor cuando Lit empez a vender peri' dicos matutinos en Curund; pero poco despus, Lit trat en va' no de buscar otro empleo por el peligro que encontr en esa base militar norteamericana: la seorita Magnolia Zam, norteamericana de crnica ninfomana se propuso saciarse con Lit. Esto lo intimid hasta el extremo porque record con angustia y amargura la deportacin a perpetuidad de su abuelito y su mam del territo' rio zoneta; y peor an, record al negro a quien haban condenado a cincuenta aos de trabajos forzados en la infame penitenciara de la Zona del Canal, Gamboa, por haber sido el amante de una

gringa rubia.
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La tercera meta que se plantearon los nietos de Nenn tena ms obstculos que un dificultoso laberinto construido por un diablico genio blanco: el anhelo de mejorar la raza negra por medio de la educacin - la nica manera - y no por el racista e irracional mestizaje como'aconsejaba Fulabuta Simequez, tena poca esperanza de realizarse en el ambiente donde vivan porque eI cuartito que heredaron de la maestra estaba ubicado cerca de la estacin ferroviaria, en el Maran. Este era el ms menesteroso, escandaloso, apestoso, ruinoso, licencioso barrio de Panam. Y, hasta cierto punto este barrio era el ltimo refugio de los ladrones, pervertidos, prostitutas, criminales. En eI Maran, barrio hurfano de rboles y flores, pero en cambio, saturado de perfume de prostitutas y vmitos de embriagados, los nios no jugaban ni la lata ni mirn-mirn ni se alegraban, como en otros vecindarios, cuando los carretilleros los llamaban pregonando: "Mango por botella. Naranja por botella. BoteIla. Botella. Botella. Mango. Botella. Naranja. Botella. Botellabotellabotellaaa. Naranja dulce y requetedulce por botella. Mango sabroso y requetesabroso por botella. Traigan botellas muchachos. Botellabotellaboteeeeeella"; sino que, por las calles hediondas a orina ensangrentada, gargajos de tuberculosos, vmito de borrachos, perfume de putas, excremento de perros. pasaban eI tiempo conversando con lujo de detalles, en una jerga vulgarsima, sobre la frecuencia e intensidad de los ca.na.motos, o mejor dicho, el coito de sus padres embriagados. Tambin, para estos chiquillos delincuentes era gran diversin perseguir, por todas partes y a todas horas, las jauras que iban tras una perra en celo, para apostar con dinero hurtado cul de los machos sera aceptado primero por la perra. A pesar de que los nietos de Nenn se mantenan lejos de los otros adolescentes del vecindario, no pudieron evitar el comunal bullicio de las diurnas y nocturnas rias de los vecinos, y el fuerte olor a canyac de los maleantes. Tampoco pudieron acabar con la invasin de las numerosas cucarachas voladoras a pesar de que Lit aplastaba con un martillo casi todas las blancas, las ms asquerosas. Pero s se logr la batalla contra las ratas noctmbulas que saltaban a la cama en busca de comida ya que Tur les dejaba, en un rincn del cucurucho, desperdicios que todas las noches sacaba de los tinacos para que las hambrientas ratas se saciaran y no mordieran a Nenn y a sus hermanos. All en el "on", una nueva preocupacin que sacaba de quicio a Nenn era el constante e inexplicable derramamiento de
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agua que empez a ocurrir poco despus de la muerte de Ia maestra. Esto preocupaba mucho porque cadaYez que agua mojaba a Ios escandalosos vecinos de Ia planta baja, amenazaba con llamar a su compadre Arnulfo Simequez, el sargento cuyo nombre infunda pnico y terror entre los menesterosos antillanos porque era bien sabido que, cinco das despus de la decapitacin de Cuffee, reemplaz a su condenado hermano Jess Mara con un negro en la isla penal de Coiba. Adems, cuando el hijo de Huncle

Zamle lanz una sonora bofetada a una anciana negra' aseadora del teatro Balboa enla Zona del Canal, Ia hija de la maltratada golpe aI gringo con un bate; y, Arnulfo Simequez, convencido de que todos los negos eran iguales, arrest a Carbn Barrescoba acusndolo de golpear al norteamericano. Nadie puso en tela de juicio la accin de entregar a la polica delaZona del Canal a Carbn Barrescoba sin verificar los hechos del caso. Y, despus de un breve juicio, en eI cual el hijo de Huncle Zamlo identific como el asaltante por medio de una sucinta descripcin en una carta que envi desde los Estados Unidos, encarcelaron al acusado en Gamboa. All fue donde Carbn Barrescoba conoci al antillano sentenciado a cincuenta aos de encarcelacin por haber sido el amante de una gringa. Otra preocupacin de Nenn era lo que Ie contaban sus nietos, petrificados de miedo, sobre las visitas de la maestra de Babados; en eI ruinoso cuartito, atestado de regalos y chcheres que la difunta haba acumulado durante su larga estada en eI Istmo en preparacin de su regreso a Barbados, haba una mesa coja, dos

camas viejas, tres sillas mancas' cuatro platos rajados, cinco. La maestra se apareca con frecuencia en un espejo daado para regaar a Lit, Chabela y T\rr por estar viviendo todava en su hogar. Acto seguido, Ia puerta se cerraba violentamente; la ventana se abra y se cerraba repetidas veces; los cuadros se caan de Ia pared; la luz se encenda y se apagaba intermitentemente;y, agva se derramaba en el piso. Pero Io ms espeluznante que all ocurra no era el ataque de las ratas blancas ni el
deambular de cucarachas blancas sobre los rostros y brazos mientras se dorma, sino los desesperados gritos de Lit que, cada noche al tratar de conciliar el sueo, Ia maestra, furiosa con el here' dero de su cama, trataba de estrangularlo. Los nietos de Nenn saban muy bien que era menester sudar la gota gorda para alcanzar la tercera meta porque, segn los ancianos, "el que quiere celeste que le cueste, y camarn que se duerme se lo lleva la corriente". Pero, cuando el pobre est de ma77

las, hasta los perros lo mean; y ellos no pudieron concentrarse en sus estudios porque, adems del bullicioso y nauseabundo ambiente y los fantsticos fenmenos, por si esto fuera poco, Fulabuta Simequez y sus noctmbulos familares, todas las tardes a las cinco en punto, llegaban a visitar, en el mismo vecindario, a Jess Mara. Y como de costumbre se formaba el escndalo despus de que todos empinaban excesivamente el codo. y la-quemacorcho acostumbraba a gritar avoz encuello: ,,Me da risa la nieta de la chomba Nenn, dice que quiere ser norsa. Acaso no sabe que todo negro chombo con diploma o sin diploma vale la misma vaina". Chabela ahogaba las palabras de Fulabuta diciendo: ,,Al bagazo poco caso y aI cabezn poca atencin". Luego, Lit y T\rr repetan la frase: "De rce no fe who run but fe who run to de end". Y acto seguido, los tres se ponan a cantar: ,,De todos mis amigos el libro es el mejor, porque me ensea cosas que no saba yo. Por eso cuando todos se lanzana jugar yo solo con mi libro me

pongoaconversar. .. ". Lo que s puso en peligro el progreso de la educacin de Chabela fue Ia vez que una profesora de Cvica e Historia, en el Liceo de Seoritas, afirm rotundamente con odio en su voz que los negros antillanos se quedaron en eI Istmo y era el nico grupo que no haba hecho nunca nada por Panam. En esa ocasin, la callada nieta de Pap James declar vehementemente en la clase que lo dicho por Ia profesora no era cierto porque su abuelito, como millares de antillanos, derram sudor y sange trabajando por

diez centavos la hora, diez horas al da, seis das de cada semana durante una dcada en la construccin del Canal. por decir lo que - a Ia profesora le pareci tonteras y falsedades que no se encontraban en los libros de historia, y por contradecir a una perita en la historia nacional, ella, sobrina de la directora del colegio y ahijada del ministro de Educacin, hizo que expulsaran a Chabela del colegio. Y, por poco le pas lo mismo a Lit en el Instituto Nacional por decirle a la profesora Pepa Barrescoba, negra colonial oriunda del Archipilago de las Perlas y hermana del abogado paterno Canasta, que l era tan panameo como ella y su hermano, quien en todos sus discursos aprovechaba la ocasin para poner de rerieve (( su profundo odio haci sus paisanos d.e ascendencia antilana. por

este atrevimiento e insulto, segn el criterio de la profesora, y insistir en querer aprender a bailar tamborito en eI conjunto tpico del colegio, la profesora Barrescoba, quien se alisaba el cabello como su prima Karafula, de lunes a viernes, obligaba a Lit a leer en voz alta delante de la clase la siguiente cita der
adems, por

Mrtn Fierro: A los blancos hizo Dios, a los mulatos, San Pedro, a Ios negros hizo el diablo para tizn del infierno. Lit tena que repetir la cita del gaucho cinco veces cada vez que se olvidaba de substituir Ia palabra negros por chombos. Para que su abuelita no se preocupara tanto por los nmeros de la lotera y otros problemas, con frecuencia los nietos Ie pedan que relatara algunos cuentos de aaas. Pero a menudo Neun prefera narrar punto por punto lo que su nana materna Ie haba contado de la esclavitud en Jamaica: "Los bocra..s (blancos) que invadieron Ia aldea Nokor, cerca del o Nger, all en Africa, despus de un penoso viaje trasatlntico en un navo negrero, vendieron a muchos raptados tttiembros de la familia Ontefo en Jamaica, isla habitada por los tanos del grupo de los arahuacos. Y, cuando los ingleses expulsaron a los espaoles de Ia isla, Cudjoe organrz una rebelin entre los negros encadenados, y liber a muchos esclavos que luego se establecie' ron en Maroon Town. Otro cacique cimarrn de Ia familia Ontefo se disgust con Cudjoe, y estableci otro palenque - Xaymaca-Nokor. A este palenque fueron a vivir una doncella africana duea de tres pulseras de oro, familias tanas, y los ms belicosos cimarrones de Jamaica. Estos cimarrones negros se dedicaban a liberar a esclavos africanos y tanos, quemar caaverales, y derramar sobre las cenizas, sangre europea. Con frecuencia atacaban los poblados de los bocrs para buscar mujeres africanas; y en ocasiones cambiaban cinco europeas por una negra. La disciplina en el palenque era muy estricta: todos los moradores tenan obligacio' nes; era costumbre que las mujeres fueran madres y abuelas de todos los nios; todo el que se relacionaba con bocrs reciba una violenta muerte. En Xaymaca-Nokor se haba organizado un eficaz grupo de espas para vigilar a los traidores ingleses, y en especial, todas las diligencias y expediciones que organizaban los bocrs para destruir eI palenque y arrebatar la libertad de los cimarrones. Debido a esta vigilancia Xaymaca-Nokor no cay en la trampa de los colonos europeos como le ocurri a Maoon Town, porque los espas del grupo Ontefo, quienes su presencia entre los esclavos nunca fue desenmascarada ya que para los ocrs todos los negros eran iguales, ponan sobre aviso a los palenqueros, mandando mensajes por medio de los tambores ntunpa.es que los ingleses interpretaban como una fiesta o celebracin
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de despedida para los soldados coloniales cadavez que se iniciaba una marcha expedicionaria". A veces Nenn comentaba sobre los piratas Henry Morgan y Francis Drake, quienes merodearon por las costas de Jamaica. Pero con ms frecuencia explicaba los ideales del paladn de la africanidgd y dignidad del negro - Marcus Garvey. ---5rant las celebraCies ei eno Ciirueniio, los nietos de Nenn marcharon en los desfiles patriticos del 3 de Noviembre con zapatos viejos, porque queran ahorrar todo el dinero posible para poder sorprender a su abuelita con un viaje a Jamaica, un 8 de Diciembre - Da de la Madre. Cinco aos pasaron. Un martes a las tres en punto de la tarde, los nietos Ie avisaron a su abuelita que ella pronto viajara a Jamaica. Nenn no caba en s de gozo cuando escuch la noticia; y se puso contentsima cuando Abena Mansa Adesimbo le entreg el pasaporte; Myrtle y Elsa, las valijas; Tidam French e hijas, ropa nueva; Marcus, los zapatos; Lolo y Clara, el sombrero; Velia, la chancleta; Gladys, el abanico; y, Lit, Chabela y Tur, el boleto de

ida. Cuando Fulabuta Simequez se enter de la inminente partida de Nenn, organiz una fiesta para celebrar el hecho de que el

vecindario de su hermano Jess Mara tendra una chomba menos. En esa fiesta participaron, adems de todos los Simequez, Karafula, Carbn, Bolanieve, Pepa Barrescoba y Paterno Canasta. Cinco meses pasaron. Nenn se ti las canas. Y a pesar de estar gozando de buena salud, decidi internarse en el hospital para que le quitaran la catarata del ojo derecho porque deseaba ver con mucha claridad el aorado bello paisaje jamaicano. Cinco semanas pasaron. En eI hospital, mdicos, enfermeras, tcnicos, auxiliares y enfermos se extraaron de ver a Nenn como paciente porque no caba la menor duda de que ella gozaba de muy buena salud ya que la vean con frecuencia en las salas visitando y consolando a los moribundos. All se coment que de cuando en cuando ella se quejaba solamente de un dolorcito en las rodillas, y deca que sus nietos se turnaban para sobarla con ungentos y por eso no le preocupaba mucho su malestar reumtico. Cinco das pasaron. En la vspera de la intervencin quirrgi ca, cuando el inepto mdico de Nenn, un ahijado de Arnulfo Simequez, Iogr localizarla en otra sala visitando a los moribundos, le inform a su paciente que como a las cinco de la madrugada del da siguiente la catarata pasara a la historia porque ella se80

ra la primera en el quirfano. Despus de comunicar esa informacin, el mdico coloc su estetoscopio dentro de un pequeo refrigerador de su despacho, de donde sac ceviche y cinco botellas de ce?veza. Luego, a pesar de estar de turno, se puso una camisa chillona de cinco colores, y dej a una estudiante de enfermera encargada de la sala nmero cinco; y, Ies dijo a las cinco enfermeras de turno que tomaran la noche libre porque en sala cinco no haba paciente grave. Ms tarde, sali del hospital como alma que lleva el diablo. Y, a nadie le confi que tena una cita muy importante, en cama adltera, con la mejor amiga de su esposa, una auxiliar llamada Graciela Simequez. Graciela Simequez, sobrina favorita de la-quema-corcho, Ie decan Chicmrg porque manifestaba una profunda amargura con todos los pacientes hombres. Tena Ia mana de querer llevar la batuta en todos los asuntos administrativos del hospital a pesar de ser solamente una auxiliar. Era bien sabido que haba fracasado miserablemente en su anhelo de sorjuner.Y la ilusin de nebrjar ta eludi cruelmente como un espejismo del Valle de Ia Muerte. Adems, como haba viajado a algunos pases de Europa, su conversacin siempre estaba saturada d nausent con excesivos e hiperblicos detalles de su viaje el cual describa pomposa' mente, poniendo de relieve su estrafalaria actitud de nouueu ricle. Acostumbraba pasar largos ratos en las salas para nios, acariciando a las muchachitas; y ofreca golosinas a todos los chiquillos que la llamaban "doctora" despus de examinarlos en la planta del pie con un estetoscopio intil. Se dice que la amargura de Chicmrg tuvo su gnesis cuando fue rechazada por un gigante norteamericano rubio de ojos azules; y, desde ese da, cuen' tan que se manifest su amargo desdn y hasta odio hacia su he' rencia indgena. Por estos y otros hechos era muy ilgico que Gra' ciela Simequez aceptara una cita clandestina con el cirujano de Nenn, un rnestizo. Adems, era bien sabido que la sobrina favorita de la-quema-corcho moraba escandalosamente con una gringa Iesbiana, maestra de literatura americana en Balboa High School, enLa Zona del Canal. En la vspera de la intervencin quirrgica, el viejo amigo rinconpalmeo le prometi a Nenn echar un rosario en un vaso de agua, y le pidi que tan pronto eIIa saliera del hospital le pasara una aguja de coser, esterilizada en alcohol, por ambos lbulos de las orejitas de su recin nacida nieta para que le pusieran sus pri' meros aretitos. Despus dijo que ojal Pap James estuviera vivo para ser eI padrino de Cumba, la recin nacida nietecita en Rincn
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de las Palmas.

Esa noche, todos los pacientes vecinos de la cama nmero cinco se quejaron de que haba demasiada gente visitando a la jamaicana de la catarata. A decir verdad, casi todos los que haban planeado ir al aeropuerto para despedir a Nenn en su proyectado viaje a Jamaica, se presentaron en la sala nmero cinco desde las cinco de la tarde. Y, cerca de la cama de Nenn, estaba la esposa de Bolanieve

Al da siguiente, el quinto da de mayo,la sobrina de Fulabuta Simequez, luciendo un nuevo uniforme blanco, lleg aI quirfano cinco minutos antes que eI mdico cirujano; y, pensando en su treta diablica, se encerr con la paciente de la cama nmero cinco de la sala cinco que haban subido al quinto piso. * * *

Barrescoba, una sudamericana rubia que trabajaba en un prostbulo. Entre los que visitaban a Ia enferma de un contagioso mal venreo, se encontraba Karafula Barescoba, quien al ver a tantos criollos alrededor de Ia cama nmero cinco dijo, despus de empolvarse la cara: "Ojal llegara Arnulfo Simequez para ver a Ia chombada esa en Ia sala donde trabaja su ahijado el mdico y -sbrin auxiliar". Lit fue el ltimo de los visitantes en besar y abrazar a su abuelita. Y antes de alejarse de la cama nmero cinco, rememor con Nenn sobre los pocos sinsabores que haban tenido: Ia vez que pint con tinta azul y yodo la gallina blanca para eI cumpleaos de Pap James; la vez que, en compaa de muchachos corrompidos, se embriag en el Maran; y, la primera vez que estuvo furioso porque lo mandaron a Ia escuelita de la maestra de Barbados en Guachapal para aprender ingls, y cmo en esa ocasin empuj a su hermanita Chabela, y como resultado la tuvieron que llevar al hospital donde Ie pusieron cinco puntadas en el mentn por el golpe que se dio con el filo de Ia acera. Tambin conversaron sobre los ms gratos recuerdos que haban convivido juntos. Lit record los paseos en el parque Lesseps cuando era nio; y cmo esperaba con entusiasmo los sbados para acompaar a su abuelita al mercado donde se compraba todo fresco, y los domingos para rayar cocos cuya leche se usaba en la preparacin del suculento arroz con guand; y, sobre todo, el gran cario. Cinco horas pasaron. Cuando Nenn qued sola, primero les rez6 a Agay, Yemay y Chang, y despus, levantndose de la cama se acerc a la sala donde se encontraban cinco ancianos antillanos que haban trabajado con Cama Cinco como pintores; y, el que haba trabajado en Gatn, Bas Obispo y Culebra le pidi a Nenn que tratara de localizar a sus parientes en Jamaica para entregarles cinco dlaes, pero que no mencionara la muerte de sus cinco hermanos menores en Chagres, Gatn, Bas Obispo, CuIebra y La Boca.
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En eI Maran, Ios nietos de Nenn se haban encargado de los ltimos preparativos para el viaje a Jamaica. Mientras revisaron alegremente Ia ropa y los regalos de su abuelita, comentaron que el viaje de Nenn sera para ellos el ms importante acontecimiento de la dcada en Ia cual el general McArthur fue relevado. Puerto Rico se proclam Estado Libre Asociado. . el nacionalismo de Jomo Kenyatta en Kenia. Ia muerte de Josef Stalin. regreso del sha Reza Pahlvi de Irn. . declarado inconstitucional la segregacin racial en los Estados Unidos. Juan D. Pern derrocado en Ia Argentina. nacionalizacin del Canal de Suez. Anastasio Somoza asesinado en Nicaragua. Rusia coloc en rbita el Sputnik tr. . . la independencia de Ghana. la muerte del Papa Po XII. . la revolucin de Fidel Castro. Ese cinco de mayo, por primera vezLit no pudo concentrase en la clase de biologa, su materia favorita. Pens en la extraa
sensacin que haba sentido a las cinco menos cinco de la madru' gada de ese da. Esto lo perturb mucho porque desde la noche en que Nenn cant en una lengua africana y le recomend un bao de purificacin con hojas de mango mezcladas con otras hojas que l no reconoca, las visitas de la maestra difunta a su cama no se volvieron a repetir, y desde entonces I pudo dormir a pierna suel' ta. Cuando faltaban cinco minutos para que sonara el timbre que anunciaba el fin de la clase de biologa y eI comienzo de una importante reunin de estudiantes en eI Aula Mxima, Lit se levant de su silla y le pidi permiso a Ia profesora para salir del aula. Sali a la calle. Mir las dos esfinges que vigilan Ia entrada del colegio, y Ie pareci que se haban convertido en cinco sonrientes esta' tuas de hienas albinas. Luego, sin darse cuenta empez a correr por la Calle Estudiante rumbo a su hogar en el Maran; y para llegar lo ms pronto posible, trat de acortar la distancia metindose por callejones y zaguanes donde cinco perros blancos por po' co Io muerden. Antes de llegar al cuarto nmero cinco, se cay cinco veces. AII en el cuarto encontr a cinco madres de ascendencia antillana que se lamentaban porque por motivo del acuer83

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do Remn-Eisenhower haban perdido sus empleos en los comrsa-rits-dla-Zna de-I-Canal, y a pesar de sus aos de experiencia las rechazaron en los supermercados de la capital porque eran hijas de chombos. Y para no morirse de hambre, cada una acept ciento cincuenta dlares de un pariente milita de Huncle Zampara que sus hijos fueran a defender la justicia y la democracia como soldados mercenarios del ejrcito norteamericano en Corea donde murieron en la primera batalla. Lit observ que en el cuartito haba un uniforme blanco, evidencia de que su madre no se haba ido a su empleo en Coln. Despus, T\rr se le acerc y le dijo que pareca que algn contratiempo se haba presentado en relacin con el viaje de Nenn a Jamaica. A Lit le pareci increble lo que escuchaba porque todo estaba preparado y en orden: Ias valijas, el pasaporte, y sobre todo, el boleto de ida que a duras penas se logr comprar. Despus de un rato, observ que todos los cuadros y los espejos del cuartito estaban recin cubiertos con tela blanca. Esto le extra. Y se sent taciturno cerca de la puerta. Luego, de un brinco se levant de la silla que ocupaba cuando su madre, con los nervios deshechos, entr al cucurucho. A Lit le dio un vuelco el corazn en eI pecho porque jams haba visto un rostro ms triste que el de su madre. En ese momento sinti un escalofro por todo el cuerpo, y temblando grit: "No, no es posible. Dganme que no es cierto. No, no es posible. Aqu estn las valijas. Pasaporte. Boleto de ida a Jamaica. Por favor, alguien me tiene que decir que no es cierto. No, no es posible. Mentira. Yo no lo creo. Es Mentira. No. No, no es posible. . . " Luego, Lit hizo de tripas coraztt, y montando en la bicicleta que empleaba para vender peridicos en Curund, se march a toda velocidad rumbo al hospital donde estaba internada su abueli. ta. AII se enter de que cinco minutos antes de la intervencin \i. quirrgica, ' la paciente de sala cinco, cama nmero cinco, cay en \Y y falleci cinco segundos despus ese cinco de mayo. Liuna coma nftxr' t Llor. Llor. Llor. Al verlo, la nica auxiliar, se desplom. *: vestida de uniforme blanco, que habla sido testigo de la muerte de r-lNenn, dijo groseramente: "Qu carajo es lo que le pasa al negrito ese?. Tanta vaina y tanta pestilencia por una chomba vieja que muri". * * * *

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KWASIADA

Cuando en Johanesburgo llegue el "Da de Sangre" debemos estar todos Hijos de negra madre! Nicomedes Santa Cruz

Ese kwasiada (domingo) por la maana, Chabela Ie aconsej a su hermano mayor que en vez de volver a encontrarse con don Justo, quien deca ser pariente de Cervantes y de los Reyes Catlicos, cerca del ms fructuoso rbol de mango en Ro Abajo, sera

mejor que fuera a posiblemente all de oro. A ella se Ie " Ct Enfermera, en el hospital Santo Toms, de donde se gradu, contra viento y marea, con el primer puesto de honor, haba conocido, en CoIn, donde, usando un pseudnimo tuvo que com-

Las tres pulseras de oro.

ba por eI matrimonio porque los hijos haban emigrado a Nueva York en ese gtan xod de criollos que se dio poco despus de que perd.ieron sus empleos en los comisariatos de la zona del canal, obra del convenio Remn-Eisenhower; y, los nietos que esperaron varios aos para obtener visas, deseando tambin emigrar a la ciudad de los rascacielos, al no lograr colocarse en ningn empleo : aqu ni enlaZona del canal por su ascendencia antillana, acepta,on I" oferta de ir como soldados mercenarios a Corea; y poco des- ,:
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pus, se recibi una carta de la Casa Blanca donde apareca el nombre de cada uno y las palabras: "rnissing in ction" - Chabela se haba enterado de todo esto porque todos los sbados, durante Ia temporada escolar en Coln, visitaba a los ancianos antillanos para limpiar su cuartito y cocinar arroz con coco y guand para ellos como proyecto de caridad de la Legin de Mara. Ms tarde, despus de besar y abrazar a Chabela, Lit agradeci a su hermana por el consejo, y busc un taxi cerca del teatro Ro, en la Va Espaa. Y, en el taxi le dijo al chofer que lo llevara a la estacin ferroviaria.

A lo largo del camino, el taxista habl hasta por los codos acerca de la muerte del tratado Hay-Bunau Varilla, y los millones de dlares que el Istmo ganara con los nuevos tratados TorrijosCarter; y sobre todo, el rescate de la soberana nacional en la Zona del Canal. Sin embargo, el que tanto haba hablado de soberana le cobr a Lit un dlar extra al llegar a la estacin porque, segn el chofer, la tarifa del taxi sube automticamente un dlar cuando se entra en el territorio de laZona del Canal.
La estacin ferroviaria haba sido trasladada del vecindario
sariato de Curund. All Lit compr su boleto de ida y vuelta a Coln, en la nica ventanilla de la estacin. Esto le llam la atencin porque en la antigua estacin, antes de las protestas contra la discriminacin racial en Selma y Washington D.C. dirigidas por el Dr. Martin Luther King, haba una seccin GoId RoIt para los norteamericanos blancos, y otra seccin Siluer RoII con asientos incmodos y sin aire acondicionado para cholos y negros. Mientras esperaba la partida del tren, Lit rememor lavez que su abuelita Io mand al comisariato de Curund para comprar pan, harina, leche, saly azucar; despus de hacer las compras, al llegar a la loma donde estaba ubicado el hotel Tvoli, recogi un mango que se haba cado de un rbol, y a la quinta mordida que le dio a la jugosa fruta tropical se le acerc un polica norteamericano. Este zoneita Io oblig a echar el mango en una basura porque enla Zona del Canal estaba prohibido coger mangos de los rboles. Despus, el gigante gringo sac su pistola y apuntndola a Ia cabezadel nio, que apenas haba cumplido sus siete abriles, Ie interrog sobre los vveres que el polica asumi eran robados. Luego, en el cuartel de la polica en Balboa, el nieto de Nenn llor a moco tendido hasta que le quitaran las esposas y le dejaran explicar que su grnIe haba dado la libreta de comisariato para hacer las compras. Y, despus de hacer varios chistes racistas sobre
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de la Plaza Cinco de Mayo a su nuevo local cerca del antiguo comi-

los negros, eI polica, rindose a mandbula batiente, decidi dejar en libertad a Lit en honor a las fiestas del 4 de Julio; pero, confisc todos los vveres comprados. Este incidente por poco sac de quicio al muchacho, porque cuando lleg a su hogar con las manos vacas no supo cmo explica lo acontecido ya que desde su infancia era bien sabido que l orinaba sobre los uniformes blancos, y adems, pisoteaba furiosamente todo lo que fuera blanco: harina, sal, azcar. El tren parti a Ia hora exacta como indicado en eI horario. En Balboa, la primera escala, varias empleadas negras' uniformadas de blanco, bajaron all para ir a trabajar en las cocinas de nortea-

mericanas o, a cuidar nios rubios. Cuando el tren reanud su marcha rumbo a Coln, Lit se dijo para su interior: "Si yo fuera blanquito, cada noche antes de conciliar el sueo, me preocuparia, y me preguntaria' ya habrn aprendido los negros a odiar como los blancos?" Y, a rengln seguido empez a repetir mentalmente un poema del Negro Cubena:

Hermano negro en Bahla, Palenque o Coln apaga las velas del afro-peruano'

de Chang.

Hermano negro en Baha, Palenque o Coln avapora el guaro eI seco y eI ron. Hermano negto en Bahla Palenque o Coln
enmudece un poco

tu tambor.
Pareliza el esqueleto

y deja descansar la samba, Ia cumbia y el calips.

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l^;s

h,-

/.*(

Hermano negro en Baha Palenque o Coln

-Africa. Despus de la acostumbrada introduccin, entraba en materia dicindo: "Millares de negros antillanos llegaron aI Istmo bajo contrato con Ferdinand de Lesseps para excavar L

imita eI ritmo GUERRILLERO


de Bayano, Benkos

y Cudjoe.
* San

Martn de Porres

fueron abandonados en coln sin oficio ni beneficio. Aos des' pus, estos obreros Y millares Martinica, Barbados, Jamaica en l excavacin del Big Ditch canos. Haban obreros de otras naciones, pero la mayor parte de

Grnd.e Trnche. Pero la compaa francesa fracas y los negros

En el mismo coche de viajeros donde viajaba Lit, se encontraban algunos turistas franceses que haban llegado al Istmo para ver el Canal - otro Waterloo de la gloria de Francia. Despus de un rato, uno de los turistas, amigo de un descendiente del ingeniero Ferdinand de Lesseps, coment en francs que en su reciente visita a Mxico observ que haba en la capitalaztecauna estatua de Cuauhtmoc, y una avenida Benito Jurez. Y que como francs senta mucha vergienza porque en Panam haba una Plaza de Francia; sin embargo, no haba una Plaza Quibin ni una Avenida Bayano, ni mucho menos, un monumento en honor a los millares de negros antillanos que dieron tanto sudor y sangre en la construccin del Canal. En otro coche de viajeros iba la maestra Luisa, hija de Tidam French, acompaada de una docena de estudiantes de la escuela de Panam Viejo. Anualmente, la maestra Luisa organizaba el viaje de ida y vuelta a Coln para narrarles a sus discpulos, importantes hechos fidedignos sobre los antillanos y el Canal que no se mencionaban en los libros de historia nacional. Slo lograban participar en la excursin, en tren, los estudiantes que de su propia obra obtenan la tarifa de los boletos vendiendo peridicos, lustrando zapatos, cuidando nios. La maestra Luisa siempre daba inicio a su charla aclarando lo absurdo que es dividir a los negros en Panam en dos grupos: negros coloniales y negros antillanos; porque los criollos, o sea, los negros de ascendencia antillana, en realidad, son ms coloniales que los negros llamados "coloniales", ya que los negros istmeos dejaron de ser coloniales a principios del siglo XIX cuando el Istmo dej de ser colonia espaola. Sin embargo, los negros antillanos que llegaron a construir Ia va interocenica fueron colonos hasta que Jamaica lograra obtener su independencia en el 62, Barbados en el 66. Adems, agregaba que todos los negros vienen de la misma madre
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Y cuando William Preston Stoute, un maestro negro que haba

nacido en Barbados, organiz a los criollos para protestar contra las injusticias del sistema zoneita Gold-siluer Roll lo deportaron

gr regresar a Barbados por el incidente de Huncle Zam; pero que en su caso, como a miles de antillanos, perdi todos sus ahorros' que haba acumulado a duras penas trabajando para la Compaa el Ferrocarril, cuando un paisano suyo se march con todo el dinero de Ia UNIA y la BWIWC.' Y, agreg amargamente que es
* UNIA - United Negro Improvement Association BWIWC - British West Indian WeLfare Committee 89

triste cuando un blanco le roba a un negro, pero ms triste an


cuando un negro le roba a otro negro pobre. Y, despus de comentar cmo algunos negros corrompidos contribuyeron a la decadencia de las escuelas, panaderias y restaurantes de antillanos que por muchos aos fueron de gran beneficio para la colonia antillana, su esposa tom la palabra y coment sobre la muchedumbre que acompa el fretro de Nenn, el da que la enterraron. Mientras el matrimonio Prescott comentaba sobre sus bondadosos amigos, Nenn y Pap James, Lit rememor que eI da del sepelio le pusieron a su abuelita la ropa que ella hubiera lucido para el viaje a su Jamaica. Rpida y vvidamente pasaron por su mente escenas del atad en la logia de Guachapal, las flores, los cantos, los rezos, la carrozapor la Avenida Central, la muchedumbre en la procesin fnebre, el cementerio cerca del Cerro Ancn, las lgrimas, el dolor. Luego, como en cmaa lenta, volvi a ver en su mente a su made poner las flores favoritas de Nenn dentro del fretro, y echar el primer puado de tierra en la sepultura; tambin volvi a ver y hasta sentir los fuertes golpes de Ia tierra seca caer sobre el atad, Ios gritos de dolor. dolor.

escuela, y decidieran prohibir Ia matrcula de estudiantes negros. Cuando los estudiantes de la maestra Luisa se calmaron, ella explic algo sobre los frecuentes derrumbes del corte de Culebra, y Is toneladas de tierra que haban excavado los negros antilla-

nos. "suficiente tierra - dijo la maestra - para construir sesenta y tres pirmides del tamao de la gran pirmide de Cheops o para

dolor.

i
I

Despus de un rato la seora Prescott hizo una pregunta, pe ro Lit no le contest porque en ese momento para el cuello de su camisa deca: "Si yo fuera blanquito, cada noche antes de conci-

liar el sueo, me preocupara, y me preguntaria aprendido los negros a odiar como los blancos?" Hermano negro en Baha, Palenque o Coln imita el ritmo

ya habrn

construir el equivalente de una Gran Muralla china desde San Francisco hasta Nueva York". Luego, los estudiantes volvieron a soltar estruendosas carcajadas cuando por quinta vez pas corriendo el que gritaba: "Huele a corcho quemao. Yo soy Mierdsi Leblanc". Luego, se suspendi Ia charla sobre eI Canal porque un nio albino, nieto del indgena que se llamaba John Wayne, empez a gritar y a llorar a moco tendido porque no tena el cabello negro ni Las pupilas negras ni la piel oscura como sus hermanitos. Y la madre, luciendo bellas mola en su blusa, regaaba, entre risitas, a los que se burlaban de 1. Cuando el tren se aproxim al poblado de Gamboa, Li observ los edificios de la penitenciara de Gamboa, donde haban encerrado a un negro, condenado a pasar cincuenta aos por haber sido el amante de una zoneita. Pens en MagnoliaZam,Ia nor'

GUERRILLERO
de Bayano, Benkos

y Cudjoe Despus de otro rato Lit observ que en el mismo coche de viajeros estaba el sacerdote Bernad Schimmel, un santo y bondadoso norteamericano. El cura se vea muy enfermo; haba sobrevivido rnilgessnte varios ataques cardacos. Durante tres dcadas, el popular cura se gan el respeto y el cario de los negros antillanos; juntos haban organizado ferias y nightfun con el propsito de recaudar fondos para la construccin de una escuela catlica para negros. El sacerdote no slo particip en los juegos de bingo y la venta de comidas antillanas, que tenan lugar los
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teamericana en Curund que le ofreca cinco dlares por botarle la basura cuando l le llevaba eI peridico. Adems, pens en cuando ella se desnudaba. AI alejarse el tren de los alrededores de la infame penitenciara, dijo para su interior: "Ni la puta Magnolia Zam ni ninguna otra gringa vale cincuenta aos de esclavitud en Gamboa". Lubgo, despus de aplastar un cucaracha blanca con eIzapato, sin darse cuenta dijo en voz alta "Si yo fuera blanquito, cada noche antes de conciliar el sueo, me preocuparia. Cuando el tren arrib a Coln, Lit fue el primer pasajero en salir de la estacin. Camin hacia el muelle de Cristbal. Pens en

los millares de negros antillanos que haban desembarcado all durante Ia poca de la construccin de Ia va interocenica. Despus de un rato, se alej del muelle pensando en los franceses que, en vez de indagar sobre el efecto de la quinina y lo del paludismo, se preocuparon primero por una monumental celebracin para Ia inauguracin del canal, que nunca terminaron, en la cual

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:
,a

participaran artsticamente Eiffel, Hugo, Czannq Gounod, RoY adems, pens en Ia discriminacin norteamericana din. del SIuerRoll y en Ia despectiva y popular palabra panamea chombo. En una casa de la Avenida Bolvar, localiz a la pareja antilla' na. Luego, qued asombrado de los importantsimos detalles que

a mi abuelita Africa? Para darte un abrazo de muerte. Quin maltrat y corrompi


a mi abuelita Africa?

--)

It

le suministr la anciana. Las nuevas revelaciones sobre las tres pulseras de oro le hicieron comprender que haba perdido valioso tiempo buscando en Pars, Londres, Roma, Nueva York, Ro de Janeiro. Despus de besar y abrazar a la anciana antillana, T,it apret eI paso rumbo a la estacin ferroviaria, porque deseaba regresar lo ms pronto posible a Ro Abajo para continuar la bsqueda de cierta persona que, segn la anciana jamaicana, saba la verdadera historia de las tres pulseras de oro. Lit se puso nervioso por temor de que se volviera a repetir lo del hospital Gorgas, donde una anciana nonagenaria, en sus momentos de delirio, balbuceaba frases ininteligibles sobre Nokor, Ontefo, y sobre todo, sobre las tres pulseras de oro. Pero Lit no logr hablar con la moribunda, que ms adelante se descubri era Leonora Dehaney - Ia que se desmay al ver a la joven Abena Mansa Adesimbo con las tres pulseras de oro - porque cuando arrib al aeropuerto de Tocumen, despus de aos de bsqueda en el extranjero, defendi a los estudiantes africanos a quienes insultaba un inspector de la aduana, quien result ser un sobrino de Fulabuta Simequez. Este ins' peccion minuciosamente durante cinco horas Ia maleta de Lit porque el inspector estaba convencido de que todos los viajeros negros son traficantes de drogas o de contrabandos. Y, cuando Lit aI fin lleg al hospital, acababan de meter el an tibio cuerpo de la nonagenaria en eI depsito de cadveres. Cerca de la estacin ferroviaria, Lit observ con dolor en el alma a los numerosos mendigos negros que pululaban las sucias calles de Coln. Estos pordioseros, todos afro-exiliados, eran como l descendientes de los antillanos que dieron sudor y sangre para construir Ia lucrativa va interocenica. Esta triste escena de la penuria de los afro-exiliados Ie hizo pensar en la situacin de los africanos en Soweto. Y anhel poder expresar poticamente su pensamiento: Quin ultraj y reparti a mi abuelita Africa? Para darte un abrazo de muerte.
Quin ocup
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Para darte un abrazo de muerte. Por qu platica en francs eI congoleo? Por qu platica en ingls el nigeriano? Por qu platica en portugus el angoleo? Para darte un abrazo de muerte. Para darte un abrazo de muerte.

Quin hizo de toda mi abuelita un Soweto? Para darte un abrazo de muerte.

y saque

Mientras esperaba la partida del prximo tren, Lit entabl una conversacin con la sociloga Concha Barrio, una profesora mexicana que haca un estudio comparativo entre los chicanos, o sea, los descendientes de los braceros mexicanos en California, y los chornbos. Lit le relat a Concha Barrio que all en un pueblecito mexicano llamado San Andrs de Timilpan, cerca de Jilotepec, haba observado que Ia gran mayora de los hombres emigraba cada ao a California para trabajar en los viedos. Recordaba el pueblecito tambin porque como all nunca haban visto a un negro hasta que I llegara, la primera vez que lo vieron los nios, corrieron por todo el vecindario gritando: "Lleg San Martn de Porres!". La sociloga mexicana le explic al nieto de Fap James que llegaba diariamente gente a la ciudad de Tijuana con el propsito de cruzar la frontera y buscar trabajo en California. Tambin hizo varios comentarios sobre los indocumentados y los problemas de los chicanos en los Estados Unidos. Y despus dijo que la encuesta que haba hecho revel lo siguiente: el espaol istmeo tiene dos palabras principales - vaina y chombo -; vaina se emplea para significar de todo,-y chombo para expresar el odio nacional hacia Ios antillanos. Y, por muy mal que hayan tratado a los chicanos I en California, no se puede comparar con la discriminacin hacia el chombo: Siluer RoIl , prohibicin de inmigracin de antillanos, prohibicin de ingreso en las escuelas, discriminacin en posiciones gubernamentales, desnacionalizacin, deportacin. Tras breve pausa, Concha Barrio dijo: "No comprendo la mentalidad de aquellos se quejan alegando que realidad fueron invitados a permanecer en este pas del Canal por codiciosas razones comerciales durante Ia poca del presidente
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e,

Belisario Porras. Adems, los blancos y los mestizos que se creen superiores alos chombos estn bien engaados porque estos criollos son descendientes de una fuerte raza egra que sobrevivi eI penoso viaje trasatlntico en los navos negreros; las esclavizadoras labores de sol a sol en los caaverales; la difcil excavacin del Canal". El tren sali de Coln a las cinco en punto de Ia tarde. Y al pasar cerca del lugar donde ahorcaron a Pedro Prestn y a otros negros por tratar de bera a la ciudad de Coln de los imperialistas tentculos yanquis, Lit rememor los disparos que le hicieron a l los cobardes enmascarados del Ku Klux Klan en Mississippi; los puntapis que le dio un sacerdote a l por ir a recibir la hostia, durante una misa dominical, antes que todos los feligreses blancos en Nueva Orleans; los palos que recibi por tratar de comprar comida en un restaurante donde slo les servan a blancos en Georgia; los salvajes golpes que llovieron sobre su cabeza por sentarse en un asiento para blancos en un autobs en Alabama; las amenazas de que fue objeto en California por criticar el asesinato del negro Dr. Martin Luther King. Cuando el tren lleg a Ia estacin de Gatn, tres obreros negros subieron. Y despus de hacer algunos comentarios sobre las horas que haban trabajado en las esclusas de Gatn, se durmieron. Cerca de los obreros dormidos, estaban sentadas tres mujeres luciendo elegante ropa dominical. La ms anciana hablaba en ingls jamaicano, la otra mezclaba el ingls y el espaol, y, Ia ms joven se expresaba en espaol. Conversaban sobre las actividades caritativas de su iglesia. Delante de las elegantes damas estaba sentado un indgena kuna que a cada rato les preguntaba a los otros pasajeiGJa et-tren estaba cerca de Fort Clayton, base militar norteamericana donde lo haban contratado para trabajar en la cocina. Detrs de las damas estaban sentadas Fulabuta Sineiquez y Karafula Barrescoba. Esta sonrea con todos menos los antillanos; y se empolvaba la cara cadavez que un negro la miraba. Despus de un rato la-quema-corcho se puso de pie al lado de las elegantes damas, quienes conversaban tranquilamente, y les grit: "Chombas del carajo. Negras de la gran. Vayan a Africa con su ingls guari-guari". La seora anciana baj la vista y se trag sus ltimas palabras. Pero la ms joven se coloc de un brinco cara a cara con la intrusa, y poniendo sus manos en la cintura dijo: "Por lo general no gasto plvora en gallinazo, pero contigo voy a hacer una excepcin. Yo soy tan panamea como el pa94

belln tricolor, eI Himno Nacional y Ia flor del Esplritu Santo'

sin vida. Ms tarde Fulabuta Simequez se durmi' Y, so que el Caballero de la Triste Figura haba ordenado que Ia enviaran a ella como esclava al reino de Micomicn, donde gobernaban negras antillanas. Despu desaparecido; per blancos murieron

cuello: "Fuego al Altar de Oro". En la estacin de Frijoles, subieron al tren varios soldados norteamericanos, instructores de tcticas contrarevolucionarias del batalln Balboa. Entre los cadetes se encontraban cinco sobrinos de Fulabuta Simequez' Ella salud a sus sobrinos, pero no se atrevi a comunicarles lo de los puetazos que ella y los otros haban recibido de los furiosos negros.

En el tren, los turistas franceses continuaron criticando los disparates del pas; la maestra Luisa continu con su conferencia sobe los antillanos y el Canal; KarafuIa empolvndose la cara;

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Carbn corriendo y gritando por los coches de viajeros.

VII

*
EDWOADA

bum-bum-pr, bum-bum-pr, pr-bum-pr, pra-bum-pra-bum, pra-pra-pr de los furiosos tambores bat.-cots, por todas partes, el aterrorizado aullido de hienas albinas anunci eI inminente derrame de sangre que empezara con el tercer y ltimo mensaje de los tambores:

Cuando los tambores africanos ntumpnes empezaron a redoblar sonoramente con un rtmico e incesante repiqueteo el mensaje de que haba llegado el "Da de Justicia", Nenn y pap James llegaron juntos con todos los miembros de la famia Ontefo que moraban en el Reino de los Muertos. Luego, llegaron todas las personas de ascendencia africana que tuvieron muerte violenta en la invasin de Nokor, los navos negeros, los caaverales. y, todos los negros que en vida sufrieron injusticias durante la construccin del Ferrocarril y el Canal. Adems, Bayano y Cudjoe, clebres guerrilleros, llegaron con millares de cimarrones armados con afilados machetes. Y cuando se escuch el batir ensordecedor

Es cierto que soy negra porque en mis venas llevo, el recuerdo, dulce Y grato de esta raza de hombres que fundieron Io negro, eI silencio y eI tiemPo. Edelma Zapata Olivella

DIADEJUSTICIA
* * *

Las campanas del tren que arribaba a la estacin cerca de Curund, despertaron a Lit. Se puso de pie de un brinco, y su cuerpo se puso en posicin para ejecutar violentos movimientos al estilo cpoeira. El joven negro estaba hasta la coronilla con lo de la discriminacin racial y las injusticias. Se puso furioso. Mir con rencor a los Barrescobas y los Simequez. Y por un momento se sinti confuso porque no saba con certeza si soaba que viajaba en el tren, o si lo del "Da de Justicia" haba sido un sueo. Luego, con el puo aplast cucarachas blancas, ratas blancas, perros
blancos.

Un martes a Ias tres en punto de Ia tarde, cerca de un rbol de mango, una tortuga invit a una araa y una serpiente para na,ra.Is Ia verdadera, y sobre todo, la completa historia de las tres pulseras de oro. Y dijo: "Lanoble familia Ontefo estableci la famosa aldea Nokor cerca del gran arco del ro Nger, en Abibiman (Africa), tres siglos despus d-=el nacimiento del primer onip (hombre) en el ro Nilo' Los Ottitefos escogieron ese lugar aI descubrir Ia seal que por tres dcadas buscaron por toda Africa: a una orilla del ro Nger, bajo Ia sombra de un rbol de amngo (mango) estaba una tortugaque haba desarrollado una fuerte capataz'n para protegerse de una abeja que Ia atacaba con ferocidad' Los miemros de la familia Ontefo eran principalmente de tres grupos tnicos: ashanti, yoruba y congo' Adems, tenan algo de bant, fanti Y dahomeY.

Antes de Ia destruccin de Nokor, Ios Ontefos se haban destacado como traductores en los poderosos imperios de Ghana, Mali y Songhay; y adems, como conocedores del nhuatl haban partiipado-en-laexpedicin a Tenochtitln con el grupo del rey bubatari II de Mali. Tambin se haban distinguido como emde balsamadores en Ia corte de la reina egipcia Tiye, y en el Tebas
los faraones nubienses'

En Nokor, durante milenios rein la dulce paz y Ia negra ar97

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--

mona hasta que un triste blanco da naci Kwafufo. En el seno de otras familias y en otras aldeas haban perverera sos, pero la ms depr

Kwafufo. Era eI ms La madrugada de un edwoada (lunes) encontraron muerta de susto a la abuela de Kwafufo. En su ltimo sueo Ia anciana vea a su quinto obanna (nieto), la ms perversa oveja blanca de Nokor, faltarle eI respeto a todos los sabios ancianos. Y como castigo Ia negra piel de Kwafufo perdi su bella negrura. Luego, el rebao de hienas albinas que Kwafufo haba criado clandestinamente caus daos en Nokor. Adems, en el sueo de la anciana aparecieron hijos de Kwafufo hediondos y con la piel horriblemente desteida; cadenas, ltigos, perros blancos, ratas blancas, tiburones blancos, fretros flotantes que sudaban sangre; y, en una cueva, hienas albinas que devoraban insaciablemente a nios negros de Nokor. El peor aspecto del sueo no fue eI ultraje de la riqueza africana ni la contaminacin de Nokor ni la destruccin de la cultura de los Ontefos, sino Ia prdida de la bella negrura de Ia piel africana.

d.ianes se haban alejado de la orilla del ro tras un len herido que merodeaba cerca de las lavanderas, las doncellas tuvieron que recoger piedras para defenderse de los intrusos. Los ofiris (albinos) Pero por el peso de las canas Kwafufo haba perdido su

"r"p*ott. agiliad juvenil, y

sobre l llovieron las piedras. El perverso co,O nuci una colina cercana para escapar la furia de las piedras, y aII una oo (serpiente), que estaba oculta entre las ramas de un frondoso rbot d mango, dej las huellas de sus venenosos colmiIIos en la garganta de Kwafufo. Y por si esto fuera poco, mientras el perverso progenitor de los albinos hermafroditas agonizaba se le acerc un enorme esono (elerante) aplastndole Ia cabeza de una

pisotada.

*
Cinco lunas despus de la muerte de la abuela de Kwafufo, Ia piel del perverso perdi su bella negrura. Por sus crmenes pocos se codeaban con Ia perversa oveja blanca de Nokor; y hasta los de su calaa se apartaron del perverso, como si fuera wokwatni (leproso), al quedar con la piel horriblemente desteida. Luego, Kwafufo se acostumbr a pasar el da en una oscura cueva acompaado de cinco hediondas hienas albinas; y de noche, como las hienas, sala a buscar efunu lcarroal. Una madrugada a las cinco en punto, era luna llena cuando Kwafufo ultraj a su hija Kwaic. Nueve meses despus, Kwaic, una muchacha demente, dio a luz amellizos albinos. Tanto aI nio como la nia les faltaban los dedos meiques. Y poco despus del incestuoso parto, en Nokor se cumpli Ia milenaria tradicin de enterrar vivos a los mellizos hermafroditas por ser considerados hijos del Espritu Malo. Pero, sin que nadie se diera cuenta Kwafufo desenterr a sus hijos albi' nos y los escondi en una cueva. Cinco lustros despus, Kwafufo y cinco albinos acompaados deuna pt (hiena) atacaron a un grupo de doncellas que canta. ban mientras lavaban ropa en el ro Nger. Como los jvenes guar98

Lamadrugada del da siguiente, los tambores si kukua de Nokor celebraron Ia muerte de Ia ms perversa oveja blanca -Kwafufo. cinco siglos pasaron. En Nokor la tierra se hizo estril en Ia vecindad. donde haban nacido los mellizos albinos. Y los nios que se acercaban all despus llegaron a temer Las nnses (raas), las serpientes y hasta las kyekyedes (tortugas)' Es ms, maliciosamente se acostumbraron a pisotear las delicadas flores, y apedrear los melodiosos pajaritos. Cuando se descubri que albinos e hienas vivan en una cueva cerca de Nokor, cundi el Pnico en la regin. Los testigos del tres macabro hallazgo trataron en vano de en los Ontefos de los preciosos de regalos seras de oro, callamarcharon se Y luego, Crrzco, Chichn ltzy Tenochtitln. damente lo ms lejos posible para buscar refugio por los alededores del lago Titicaca, ro lJsumacinta y lago Texcoco. La negligencia de los que se marcharon sin poner sobre aviso a todo Nokor de la existencia de los albinos, a la postre result ser el taln de Aquiles de los Ontefos. La destruccin de Nokor y la esclavizacin de los Ontefos empezaron despus de la invasin de albinos a la universidad de Sankore, en Timbuctu, donde varios miembros de la familia Ontefo eran traductores de lenguas extranjeras como quechua, maya-quich, nhuatl, y peritos en el arte de la momificacin' Deipus de la sanguinaria matanza en Nokor, cuando embarcaron a los encadenados sobrevivientes de la aldea en un navo negrero al mando de un cristiano capitn albino, una de las doncellas Ontefo logr escond"t l@ Aos despus, las tres [-ulseras de oro reaparecieron en el palenque Xaymaca-Nokor a orillas del Great River en Jamaica' Y,
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despus de tres siglos, las tres pulseras de oro llegaron a Panam cuando el Telmaco, repleto de negros antillanos contratados pa-

GLOSARIO

ra trabajar en la construccin del Canal, ech sus anclas en el puerto de Cristbal, procedente de Kingston, Jamaica, donde Nenn, una de las pasajeras, haba encontrado a una muchachita al lado de una mujer difunta descendiente de la familia Ontefo, cuyos antepasados cimarrones africanos fundaron a Xaymaca-Nokor.
29 de febrero de 1980 Los Angeles, California

ACHOLADO. PeIo parecido aI del cholo (indgena) ACHOLAR. Alisar. AGUACERON. Lluvia tuerte. AJO! Reduccin de carajo. AZULEJO. Pjaro de plumaje azul y gris. BACHICHE. Nombre despectivo dado a los italianos' BEMBA. Labio inferior abultado. BEMBON. Persona con bemba. BIMBIN. Pajarillo silvestre. BOCACHO. Persona a quien le faltan dientes' BOCARACA. Serpiente venenosa. BOCHINCHE. Chisme. BOCHINCHOSO. Aficionado a los bochinches. BOLSITA. Juego infantil. BOLLO. Comida tPica de ma2. BUCHI. Campesino. BULLERENGUE. Baile tPico. CABANGA. Nostalgia. CACHIMBA. Pipa de fumar' CAMAJAN. Perezoso. CANTALETA. Cantinela. CANYAC. Marijuana. CANYACERO. Fumador de canYac. CARAJO. Voz que indica sorpresa o disgusto. CARAY. Carajo. CARIMAOLA. Fritura de yuca con relleno de carne' CAYUCO. Canoa. COCOBOLO. Persona calva o pelada al rape' COMISARIATO. Tienda de vveres' CRIOLLO. Panamao de ascendencia afro-antillana' CUCURUCHO. Habitacin Pequea.
CUPO. Puesto. CUTARRA. Sandalia. CUZCU. Pelo rizado.

CHAPARRON. Lluvia fuerte. CHECHERES. Brtulos. CHICHA. Refresco de fruta. CHICHEME. Bebida de ma2.
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CHICHI. Nio recin nacido. CHIVA. Vehculo de transporte colectivo. CHIVATO. Fantasma en forma de chivo.
CHOMBO. Nombre despectivo dado al afro-paname de ascendencia antillana. DIABLOFUERTE. TeIa spera, mezclilla. FLACUCHENTO. Delgado. FLORON. Juego infantil. FULO. Rubio. GALLINAZO. Ave de rapia. GIAL. Muchacha. GOLD ROLL. Sistema discriminatorio en la Zona del Canal. GRAJO. Olor desagradable en eI sobaco. GUACUCO. Nombre despectivo dado al afro-panameo de ascendencia antillana.

GUACHO. Juego infantil. Comida tpica. GUANDU. Frijol de palo. GUARI-GUARI. Nombre despectivo dado al afro-panameo de ascendencia antillana. GUARICHA. Especie de candil. GUAYABERA. Camisa ideal para el clima tropical. GUINEO. Banano. INTE RIORANO. Campesino. KEROSIN. Keroseno. LATA. Juego infantil. MACACO. Nombre despectivo dado a los chinos. MAL DE OJO. (Ojear) fiebre de nios. MALAMAA. Capricho.

PAVIOLO. Estudiante que no asiste a clase. PEREQUERO. Revoltoso. PERIQUERA. Reunin de Pericos. PIBA. Fruta troPical. PIPON. Barrign. PIX. Juego infantil. POLLERA. Vestido tPico de mujer. RABIBLANCO. Nombre irnico de gente aristcrata' REVULU. Alboroto. SALOMA. Sonidos de falsetes. SALOMAR. Accin vocal de emitir salomas. SANCOCHO. Plato tPico. SILAMPA. Fantasma en forma de mujer. SILVER ROLL. Sistema discriminatorio en IaZona del Canal' TAMBORITO. Baile tPico. TINACO. Depsito para Ia basura. TORTILLA. Pan tPico de rl;.a2. TRACALERO. TramPoso. TULIVIEJA. Fantasma en forma de mujer (llorona)' VAINA. Voz comn usado como sustantivo.

VIDAJENA.

Persona chismosa.

YUCA. Mandioca. YUMECA. Nombre despectivo dado a los afro'panameos de ascendencia antillana.

MALEANTE. Pcaro. MAMALLENA. Pan dulce. MAMELUCO. Pantaln para nios. MAPANA. Serpiente venenosa.
MECO. Nombre despectivo dado a los afro-panameos de ascendencia antillana. MEJORANA. Guitarra. MEROLO. Jamaicano. MIRON-MIRON. Juego infantil. MONTUNO. Campesino. NANCE. Fruta tropical. NAUPA. Voz para indicar lo desusado o pasado de moda. NATO. De nariz chata. PATACON. Rodajas de pltano frito.

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INDICE

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V. MEMENEDA

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VII. EDWOADA

Glosario de panameismos

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