viernes, 26 de febrero de 2016

In situ

Después de comentarle mis miedos e inseguridades frente a diferentes hechos vividos y por vivir, una amiga me responde: “Vos quedate tranquila, porque estás en el lugar indicado.” La frase se esfumó entre otros temas, pero ahora acá frente a la pantalla de la computadora, no puedo dejar de pensar… ¿Estoy en el lugar indicado? ¿Quién puede afirmar eso? ¿Será que estoy en el lugar indicado pero no en el momento justo? ¿Eso se logra?
  Nunca me caractericé por hacer las cosas en los períodos correctos, o mejor dicho, establecidos. Con algunas cuestiones, soy atemporal y nunca me interesó la diferencia con el resto, pero hoy necesito tener la certeza de, al menos, estar en el lugar apropiado y por qué no en el momento exacto.

  Diviso un camino que en sí no sé a dónde me lleva (puedo suponerlo), veo nubes de temor, tal vez algunos chaparrones de dudas. Espero que mi paraguas de palabras escurridizas se abra con firmeza creciente. 



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Qué raro se siente volver por estos lares, después de tanto silencio.