El nombre de este blog es mi pequeño homenaje a las maletas, esas compañeras fieles e imprescindibles en todos nuestros viajes y que por suerte, con el tiempo fueron evolucionando hasta llegar a tener en la actualidad unas maravillosas ruedecitas que nos permiten poder tirar de ellas (en lugar de cargarlas) y hacer nuestros viajes mucho más placenteros aún. ¡Qué bien nos hubieran venido a muchas y a muchos hace unos cuántos años!

Amigos curiosos y viajeros

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miércoles, 25 de mayo de 2022

¿QUE CUÁNTOS AÑOS TENGO?


"Frecuentemente me preguntan que cuántos años tengo...
¡Qué importa eso!

               Tengo la edad que quiero y siento. La edad en que
puedo gritar sin miedo lo que pienso. Hacer lo que deseo, sin miedo al
fracaso, o lo desconocido. Tengo la experiencia de los años vividos y
la fuerza de la convicción de mis deseos.

               ¡Qué importa cuántos años tengo!
               No quiero pensar en ello.

               Unos dicen que ya soy viejo y otros que estoy en el apogeo.

               Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice,
sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.

               Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso,
para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos, rectificar
caminos y atesorar éxitos. Ahora no tienen por qué decir: 
Eres muy joven... no lo lograrás.

               Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma,
pero con el interés de seguir creciendo.. Tengo los años en que los
sueños se empiezan a acariciar con los dedos, y las ilusiones se
convierten en esperanza.


               Tengo los años en que el amor, a veces es una loca
llamarada, ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada. Y
otras un remanso de paz, como el atardecer en la playa.

               ¿Qué cuántos años tengo? No necesito con un número
marcar, pues mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos, las
lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones rotas... 
Valen mucho más que eso.

               ¡Qué importa si cumplo veinte, cuarenta, o sesenta! 
Lo que importa es la edad que siento.

               Tengo los años que necesito para vivir libre y sin
miedos. Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la
experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.

               ¿Qué cuantos años tengo? ¡Eso a quién le importa!

               Tengo los años necesarios para perder el miedo y 
hacer lo que quiero y siento"

José de Sousa Saramago (Premio Nobel de Literatura 1998) 
y su mujer Pilar del Rio, los cuáles "se encontraron sin buscarse 
en las páginas de un libro "Memorial del Convento" (ella era su traductora)


Y es que como decía José Saramago 
"La vejez empieza cuando se pierde la curiosidad".

jueves, 29 de octubre de 2015

LA FASCINANTE Y TRISTE HISTORIA DE LAS HERMANAS BRONTE


Hace muy poco he leído el libro de la escritora y periodista Angeles Caso "Todo es fuego" y su lectura, que me enganchó desde el principio, me ha hecho recordar mis lejanas lecturas de las novelas de las hermanas Brontë y me ha hecho recordar sus vidas. Y como creo que su historia es una de las más fascinantes de la literatura universal, las he elegido para volver a retomar el blog, al que ya estaba echando de menos. 

Las hermanas Brontë vivieron sometidas a las rígidas normas de la Inglaterra victoriana, pero usaron su imaginación para evadirse de ellas y al mismo tiempo, usaron sus vivencias personales para plasmarlas en obras maestras como “Jane Eyre”, “Cumbres Borrascosas” o “Agnes Grey”.

Las Hermanas Brontë, Charlotte (1816 -1855), Emily (1818 -1848) y Anne (1820 -1849) fueron las novelistas inglesas cuyas obras transcendieron la época victoriana para convertirse en clásicas con mayúsculas.


Les tocó vivir en la sociedad inglesa del siglo XIX, donde las ocupaciones de las mujeres estaban muy delimitadas. Este fue el principal problema de estas jóvenes inquietas y poco convencionales. Apasionadas de la literatura, vivieron en una época que no las comprendía. La mujer no tenía cabida en el mundo intelectual.

Su padre, Patrick Brontë, de origen irlandés, fue nombrado rector de Haworth, un pueblo de los páramos de Yorkshire al que desde entonces quedó ligada la familia. Al morir la madre en 1824, Charlotte y Emily fueron enviadas con sus hermanas mayores, Maria y Elizabeth, al colegio de Clergy Daughters, en Cowan Bridge. Maria y Elizabeth volvieron enfermas a Haworth y murieron de tuberculosis en 1825. Por este motivo y por las pésimas condiciones del colegio, la familia sacó a Charlotte y a Emily del internado. En este colegio se inspiró Charlotte Brontë para describir el terrible colegio Lowood que aparece en su novela Jane Eyre.

La casa parroquial de Haworth donde vivió la familia
Para divertirse entre ellas en aquel pueblo aislado, transformaron en su imaginación unos soldados de madera en personajes de una serie de historias que escribieron sobre el reino imaginario de Anglia, propiedad de Charlotte y su hermano Branwell (1817-1848), y el de Gondal, que era el de Emily y Anne. Se conservan un centenar de cuadernos escritos a mano, iniciados en 1829, de las crónicas de Anglia, pero ninguno de la saga de Gondal, iniciados en 1834, a excepción de algunos poemas de Emily. La relación de estos relatos con las novelas que escribieron después sigue siendo de gran interés para los eruditos.

En 1831 Charlotte volvió al colegio de Roe Head, del que regresó un año después para seguir estudiando y enseñar a sus hermanas. En 1835 regresó a Roe Head como maestra, llevando a Emily con ella. En 1842 quisieron abrir una escuela privada y, para mejorar su francés, Charlotte y Emily ingresaron en un internado privado de Bruselas. Allí se produjo un encuentro trascendental para Charlotte al conocer a Constantin Heger, el director de la academia, por el que se sintió atraída en un primer amor no correspondido. El repentino fallecimiento de una tía que se encargó de la casa familiar tras morir la madre, las obligó a volver. Emily se quedó como administradora de la casa, y Anne se puso a trabajar como institutriz con una familia cerca de York, en la que también entró a trabajar su hermano de profesor particular.


Charlotte regresó sola a Bruselas, se ganó la vida trabajando como profesora de inglés en el internado. Heger no era al parecer muy agraciado físicamente, tenía una actitud autoritaria y para colmo estaba casado, pero sin embargo era un personaje magnético que atrajo a Charlotte por la atención que le prestaba: le dio buenos consejos para su futuro desarrollo como escritora y leyó atentamente sus primeras tentativas literarias. En este sentido, no es extraño que el interés que Heger mostraba hacia ella entusiasmase a Charlotte, sobre todo después del desprecio sufrido unos años antes en Inglaterra cuando le envío unos versos de juventud en busca de apoyo al poeta laureado Robert Southey y recibió un chasco como toda respuesta: " La literatura no es asunto de mujeres y no debería serlo nunca". Pero cuando Charlotte se mostró enamorada, Heger se distanció cada vez más y ella decidió regresar a Inglaterra, donde escribió "El profesor", su primera obra, pero que no fue publicada hasta después de su muerte.

En otoño de 1845 el descubrimiento por Charlotte de los poemas de Emily las animó a publicar un libro con las poesías de las tres hermanas, que se editó con el título Poemas por Currer, Ellis y Acton Bell (1846), empleando cada hermana las iniciales de su nombre en los seudónimos. Lo pagaron ellas, pero sólo se vendieron dos ejemplares. La poesía de Emily Brontë ha sido reconocida como una de las mejores de ese siglo, y sigue siendo admirada por su originalidad, su lírica y sus imaginativas referencias personales. Este fue el punto de partida para que luego cada una de las hermanas se implicaran en escribir sus propias novelas.


Fue así como, a lo largo de 1846, las hermanas ­Brontë permanecieron encerradas en la casa rectoral de Haworth, repartiéndose las tareas domésticas para después, por las tardes, trabajar las tres juntas en el pequeño comedor de la vivienda, en secreto para su hermano y sus vecinos.

Las tres utilizaron elementos autobiográficos para componer sus historias: experiencias, amores frustrados, sueños y deseos ocultos fueron vertidos por ellas en aquellas obras que, tras ser publicadas con sus seudónimos, provocaron intensos reproches morales por parte de los críticos literarios de la sociedad victoriana: ¿quiénes eran esos misteriosos tres hermanos que se atrevían a escribir unas novelas en las que las mujeres no eran seres pasivos y sumisos, sino personas complejas, llenas de ansias y rebeldía.

En otoño de 1847 las tres novelas llegaron a las librerías. La primera novela que se publicó fue Jane Eyre (1847), de Charlotte, que tuvo un éxito inmediato y provocó un considerable escándalo por la forma directa ("vulgar" para la época) de abordar las pasiones de su protagonista. Aparecieron más adelante en ese mismo año: Agnes Grey, de Anne, una árida revelación basada en los comentarios autobiográficos del bajo nivel material y moral de una institutriz victoriana y Cumbres borrascosas, de Emily. Durante mucho tiempo la crítica descalificó Cumbres borrascosas. La intensidad de su sentimiento y la brutalidad de los personajes fueron juzgadas como burdas por los críticos del siglo XIX. Charlotte se negó a seguir escribiendo. Anne insistió. La especulación sobre la identidad de las autoras se mantuvo hasta que visitaron Londres y se dieron a conocer a sus editores.
                      



En septiembre de 1848, devorado por el alcoholismo y la drogadicción, moría Branwell, con tan sólo treinta y un años. Emily no logró recuperarse de la pérdida de ese hermano al que había cuidado con devoción y, debilitada por una veloz tuberculosis, murió en diciembre, a los treinta años. Tan sólo cinco meses después, en mayo de 1849, fallecía también Anne, destruida por la misma enfermedad maldita, un año después de publicar su segunda novela, “La inquilina de Wildfell Hall”.

Branwell
Anne Bron  reposa en Scarborough, una ciudad costera donde 
pasó los momentos más felices de su corta vida

Charlotte, después de la muerte de sus hermanas, se quedó viviendo sola con su padre, y siguió dedicándose a la literatura y, como si el destino hubiera querido ser un poco clemente con ella después de tanto dolor, pudo disfrutar del éxito y del respeto de muchos escritores, a los que asombraba el inmenso talento de aquella mujer y de sus hermanas muertas. Publicó en total 4 novelas. En 1949 publicó "Shirley", en la que aborda el impacto de la revolución industrial en su Yorkshire natal y "Vilette" en 1853, en la que recupera como argumento su experiencia en el internado de Bruselas que le marcaría para toda la vida. En 1854 Charlotte se casó con el reverendo Nichols, suplente de su padre en la parroquia, pero pocos meses después Charlotte también moría consumida por la tuberculosis y las complicaciones de un embarazo tardío el 31 de marzo de 1855.

Patrick Brontë sobrevivió a Charlotte aún seis años más, viendo cómo la fama de sus hijas crecía de día en día y numerosos visitantes llegaban a Haworth en busca de algún indicio que aclarase la razón del misterioso genio de las hermanas Brontë, convertidas ya en mitos de la literatura inglesa. Cuando él falleció en 1861, la familia se extinguió al completo, como una rara planta que hubiese brotado con un increible esplendor durante un breve tiempo para luego desvanecerse, dejando tras de sí la huella de su belleza.
 
Patrick, el patriarca
Unidas bajo los lazos del amor y la escritura, así fueron sus vidas y así fue su destino. Anne siempre lo supo y así lo hizo saber con sus últimas palabras, pues sin lugar a dudas estas fueron la mejor definición de lo que habían sido y serían las hermanas Brontë, "Ten valor, Charlotte, ten valor". Desde luego, una vida trágica y totalmente de novela, la de las 3 hermanas Brontë.

Por cierto, una curiosidad que he encontrado por ahí, son dos fotos supuestamente de las hermanas Brontë, sobre la primera, parece que alguien la compró en Amazon y luego contactó con un periódico inglés y con la Fundación de la familia Brontë y se está investigando sobre ella ¿qué pensáis vosotros? ¿son o no son ellas? ¿será alguna de ellas verídica? ¿o ninguna? Sería genial que pudiera averiguarse la verdad. Y sería genial que ellas fueran las protagonistas reales de alguna de las dos fotos......





Y dejo un pequeño toque musical para completar mi entrada, con este video de Kate Bush con su canción titulada "Wuthering Heights" (Cumbres borrascosas, su primer gran éxito con tan sólo 18 años) basada en la novela de Emily Bronté. Por cierto, una última curiosidad, la cantante Kate Bush comparte con la escritora inglesa, además del título de la canción y novela, el dia y el mes de nacimiento. ambas nacieron un 30 de julio..... curioso ¿no?


Fuentes:

La novela “Todo es fuego” de Angeles Caso
  

martes, 2 de abril de 2013

LA "OTRA" ELIZABETH TAYLOR ERA ESCRITORA




Pues si, seguramente al ver el título de esta entrada, algunos os habréis sentido sorprendidos porque no tenías idea de que la actriz que todos conocemos tan bien, fuera además escritora ¿verdad? Pues no, resulta que esta Elizabeth Taylor era otra persona, era una escritora inglesa a la que el llamarse igual que la famosa actriz le trajo no pocos problemas y que sufrió siempre la maldición de ser “la otra Elizabeth Taylor”. Y es que aunque se  llamaba Elizabeth Taylor  nunca pisó un set de filmación, tampoco coleccionó joyas ni matrimonios ni divorcios, ni ganó nunca un Oscar.

Y la realidad es que esta otra Elizabeth Taylor fue una escritora británica de posguerra cuya popularidad en su día fue muy grande. Tuvo una obra tan sólida como olvidada. Y fue una de las mejores y más refinadas novelistas inglesas del siglo XX.

Nació el 3 de julio en 1912 y fue registrada por sus padres como Dorothy Betty Coles. Pero ella odiaba el nombre de Dorothy, le parecía demasiado cursi, así que con los años consiguió que todos (menos su padre) la llamaran Elizabeth.

Estudió en la Abbey School de Reading pero era bastante mala para las matemáticas y eso le impidió hacer estudios universitarios, así que se puso a trabajar. Primero como institutriz y despues en una biblioteca, pasando la mayor parte de su vida en el pueblo de Penn. Curiosamente su primera vocación fue el teatro, se conservan no pocos artículos de diarios de la época alentando la carrera “de la joven Elizabeth Taylor, una actriz que promete”.


A los 24 años, cuando la otra Elizabeth Taylor apenas tenía 4 de edad, Elizabeth Coles se casó con William Kendall Taylor (pastelero y dueño de una confiteria)  y por esa causa desde entonces se la identificó como Elizabeth Taylor.

Durante la Segunda Guerra Mundial, mientras su marido servía en la Real Fuerza Aérea, Taylor llenaba su soledad poniéndose a escribir y asi fue que publico su primera novela, “En casa de la señora Lippincote”. A esta seguirían otras once novelas, así como cuatro libros de cuentos y un libro para niños. Su obra obtuvo desde el principio triunfos y elogios, algunos de ellos desmedidos. Fue conocida como la Jane Austen del siglo XX. Sin embargo, nada de esto evitó que la escritora viviera siempre a la sombra de la actriz. Cuando Elizabeth, la escritora, tenía 33 años, Elizabeth la actriz, que sólo tenía 11, hizo su debut en un papel secundario en la adaptación cinematográfica de Jane Eyre, la célebre novela de Charlotte Bronte (otra coincidencia más).

portada de uno de sus libros
Aunque mientras algunos autores tan honorables como Kingsley Amis la consideraban como una de las mejores autoras del siglo XX, otra parte de la critica la despreciaba por demasiado femenina, concentrada en tareas domésticas, deberes maritales, estilo anticuado.  Y realmente llevó una tranquila vida de ama de casa que nunca se queja, de concentrarse en la crianza de dos hijos, que hoy declaran que tardaron mucho en advertir que su madre era escritora, y trató deliberadamente de alejarse de los cócteles y de la elite literaria.

el pueblo de Penn, donde transcurrió toda su vida

Su primer editor fue el mismísimo Peter Pan, el verdadero, Peter (Pan) Davies, quien le editó su primera novela, y que había sido también el niño huérfano que inspiró a James Matthew Barrie la historia del país de nunca jamás. Las biografías lo describen como un editor sensible e inteligente que en 1945 regresaba de la guerra y se encontraba con un manuscrito rechazado por muchos, sobre una ama de casa con un marido soldado. Estos amores y desamores de posguerra le parecieron altamente vendibles y de calidad. La recepción fue favorable y la relación entre autora y editor se afianzó con las seis novelas que siguieron. Peter, sin duda, habría editado todas las obras de Taylor de no haberse quitado la vida en 1960, dejando en evidencia la imposibilidad de la niñez eterna en este mundo y a nuestra autora en un estado de desprotección editorial.

Nunca ganó un premio en vida. El mismo año en que se publicaba, póstuma, su novela “Blaming”, le concedieron el prestigioso Whitebread-Prize por su trayectoria. Fue a recibirlo su marido, el hombre con quien vivió desde sus 23 años, al que le planchó, lavó y cocinó y a quien jamás quiso robarle horas de atención para dedicarlas a la escritura. Aunque tengo que decir que también he leido en algún lugar que mantuvo una relación extramatrimonial fija durante 12 años, lo que de ser cierto, demostraría que su vida no fue todo lo normal y corriente que quieren hacer creer algunos.

Nunca hizo nada por buscar la notoriedad. Era tímida, reservada y discreta. No frecuentó ningún círculo literario, aunque se carteó con varios escritores y era pésima para dar entrevistas. En una ocasión logró el nada envidiable record de contestar, en una entrevista para la televisión, treinta preguntas en apenas un minuto y medio, toda una colección de monosílabos. La elocuencia la reservaba para la escritura.

Cercana a la izquierda política, militó brevemente con los comunistas, y luego participó siempre con el partido laborista. Aunque su mirada crítica, no le impidió intentar entender a fondo el comportamiento de las clases poderosas.

A medida que la Taylor de Hollywood se iba haciendo más y más famosa, la situación se hacía más molesta para Elizabeth la escritora, principalmente porque la actriz era reconocida por sus frivolidades, su afán por coleccionar joyas y maridos, mientras que la escritora era una intelectual, y en lo personal no era más que una tranquila ama de casa, con dos hijos y un marido.

Constantemente recibía cartas de fans de la Taylor hollywoodense que se confundían creyendo que la actriz era también escritora y además la hacían objeto de muchas “inocentes” bromas por su homonimia que le llegaban hasta el corazón causándole profundas heridas y frustraciones.


“Odio mi nombre”, le escribió la autora a una amiga en 1965. “Estaba comprando un sombrero y la vendedora me dijo: ‘Me imagino que usted se llamaría así antes de que ella se hiciera famosa, o antes de que ella naciera’. Le respondí a regañadientes que sí, que mucho antes. ¡Y entonces intentó consolarme! ‘Bueno, para mí usted tiene más personalidad’.”

Delicada, aguda, incisiva en la descripción de los caracteres, con una gran capacidad de observación del entorno cotidiano. Sus heroínas son a menudo jóvenes que buscan su lugar en el mundo desde una inocencia sensata, que desarma. Elizabeth Taylor, cronista elegante de las victorias y derrotas cotidianas, se erige en el eslabón perdido entre las narradoras victorianas y la modernidad de Virgina Woolf.

En 1975, cuando la fama de Elizabeth la actriz empezaba a descender en “caída libre”, murió Elizabeth la excelente novelista que paradójicamente ahora es cada vez más conocida precisamente por haber sido tan poco conocida mientras vivía.

En 1984, la crítica británica eligió "Ángel" como una de las trece mejores novelas inglesas, después de la Segunda Guerra Mundial.

El año pasado, el diario The Guardian hablaba de “redescubrimiento”. Y recientemente se ha publicado en Londres la primera y única biografia de esta autora, se llama “La otra Elizabeth Taylor”, una escritora cuyas obras han sido muy espaciadamente traducidas al castellano, desde 1986. Aunque en 2012, centenario de su nacimiento, han aparecido dos novelas suyas,  y en los próximos meses se publicarán varios títulos más. Y en 2007 Francois Ozon llevó al cine una de sus obras: Angel. Asi que, tenemos varias oportunidades para acercarnos a su figura y poder conocer a esta autora desconocida para el gran público, pero con un enorme talento literario.

Me pregunto si la Elizabeth Taylor actriz llegaría a saber de la existencia de su tocaya Elizabeth Taylor la escritora.


Fuentes:
www.periodicoperformance.com
es.wikipedia.org

domingo, 21 de octubre de 2012

LA INCREIBLE Y NOVELESCA VIDA DEL CREADOR DE SHERLOCK HOLMES




En muchas ocasiones se dice aquello de que la realidad supera la ficción, y en el tema de esta entrada de hoy, es bastante cierto, ya que aunque normalmente las vida de los escritores no suelen ser nada emocionantes y para nada parecidas a las historias que narran en sus libros, en el caso del autor de Sherlock Holmes, sir Arthur Conan Doyle, su novelesca y polifacética vida no tuvo nada que envidiar a la de sus personajes de ficción, especialmente, a la del detective más famoso de la literatura.


Empezaremos por el principio……..  Erase una vez una familia católica de origen irlandés que vivia en Edimburgo. El padre, Charles Altamont Doyle, pertenecía a una saga de pintores de éxito y estaba bastante dotado para el arte, pero se vió obligado a sacrificar su vocación para mantener como funcionario a la numerosa prole que tuvo con Mary Foley (si este buen señor hubiera vivido en estos tiempos, os aseguro que no habría podido hacerlo, y lo digo por experiencia….). Uno de esos hijos fue Arthur Ignatius Conan, que nació en 1859. Lejos de la pintura su progenitor desarrolló una depresión y cayó en el alcoholismo, acabando ingresado en varias clinicas hasta su muerte. Entonces fue la madre la que tuvo que hacerse cargo de los hijos, por suerte para ellos, era una roca y supo compensar la ausencia física y emocional del marido. Era una gran lectora y una gran contadora de cuentos y es a ella a quién Doyle atribuiria después su atracción por la narrativa.

El niño fue enviado  a un internado jesuita en Inglaterra, donde cursó los estudios a expensas de sus acaudalados parientes paternos, aunque su paso por aquel colegio no fue nada agradable, ya que era rebelde por naturaleza y allí se llevó más de una paliza. Aunque fue alli donde descubrió sus cualidades literarias, viendo como entretenia a sus compañeros con las historias que inventaba.

Su madre mientras tanto, se abrió camino transformando su casa en una pensión, uno de cuyos inquilinos, médico de profesión, desempeñaría más tarde un importante papel en la vida del joven Doyle, quién una vez de vuelta del internado, se matriculó en la Universidad de Medicina de Edimburgo.


Antes de graduarse se embarcó también en la primera de sus muchas aventuras alrededor del globo, se enroló como cirujano en la nave ballenera Hope, en un viaje de dos meses por Groenlandia y el Artico para empaparse de la dura vida marinera. Y aunque repudiaba la crueldad de la caza de focas y cetáceos, terminó participando en ella como voluntario, corriendo peligros mortales en varias ocasiones. Más tarde confesaria que aquella travesia le convirtió en adulto y le despertó el alma de un trotamundos nato. Estando aún en la universidad publicó su primer cuento a lo Edgar Alan Poe, titulado "El misterio del valle de Sasassa", que apareció en una revista literaria.

Tras terminar sus estudios, empezó a profundizar en algunas inclinaciones recién descubiertas, como el espiritismo, algo que le sedujo toda su vida, quizas como un resentimiento hacia los jesuitas y hacia el catolicismo de su familia.

Se doctoró en 1881 con la especialidad de cirugia, pero como carecia de dinero para montar su propia consulta, volvió a soltar amarras, embarcándose en el vapor Mayumba con rumbo al Africa occidental, aunque este viaje no le resultó tan estimulante y volvió en cuanto pudo a su puesto de oficial médico. De vuelta a Inglaterra compartió una consulta con un antiguo compañero, que acabó mal, ya que casi le llevó a la ruina. Siempre emprendedor se trasladó a Portsmouth, donde inauguró su propio consultorio. Con el tiempo consiguió una clientela estable y uno de sus pacientes le cambiaria la vida, ya que al carecer de recursos su familia, el nuevo médico invitó a toda la familia a trasladarse a su casa. Una hermana del enfermo, Louise, quedó muy conmovida por la bondad del doctor y se enamoró de él, que la correspondió y se casó con ella en 1885, teniendo dos hijos, Mary y Kingsley.


Al año siguiente de la boda empezó a escribir una novela "Estudio en escarlata", que poco después lo catapultó a la fama gracias a su pareja protagonista, Sherlock Holmes y su inseparable Dr. Watson. Con sus primeros éxitos literarios y la apertura de una nueva consulta en Londres, la vida empezaba a sonreirle.

Aunque más tarde se dio cuenta de que la consulta de Londres no atraia tanta clientela y tras contraer una gripe que casi le llevó a la tumba, decidió dejar la medicina y dedicarse de lleno a su vocación como escritor. Y para reafirmarse en ello, colgó algunos de los cuadros de su padre en su primer despacho como escritor a tiempo completo, para recordarse con ellos que no iba a renunciar a su vocación, al contrario de lo que hizo su padre. La Medicina le habia proporcionado su primer medio de vida durante cinco años. 

Pero poco después de su propia revolución personal, tuvo que poner a prueba su entereza, afrontando la muerte de su padre y la grave enfermedad de su mujer, a la que quedaban pocos meses de vida, por una tuberculosis. Confiando en que el clima de Suiza contribuyera a mejorar el estado de salud de su esposa, se trasladaron a aquel pais y efectivamente ella mejoró allí y de paso, Conan Doyle no perdió el tiempo y puso de moda el deporte del esqui, que él ya habia tenido ocasión de practicar en Noruega. Y haría desde alli varios viajes a EE.UU. y a Egipto.




Tres años después volverían a Inglaterra, donde fijarian su residencia en Surrey, un lugar con un clima adecuado para la salud de Touie (como él la llamaba). 

la casa familiar de Conan Doyle es actualmente objeto de polémica,
dado que quieren construir pisos en su lugar
Poco después él conoció a otra mujer, Jean Leckie, de la que se enamoró al instante, era joven, culta, atractiva, soltera, amazona consumada y dotada de una espléndida voz de mezzosoprano. Pero él se sentia culpable porque aún queria a su esposa, asi que mantuvo su nueva relación en un plano puramente platónico.


En esa época se presentó voluntario para luchar en la guerra de los Boers, y aunque en un principio, le rechazaron por su edad (ya era cuarentón), más tarde le admitirían en calidad de médico. Al volver a Inglaterra escribió dos artículos sobre aquella guerra en el sur de Africa, que causaron un gran impacto en la opinión pública. Uno de esos artículos desmentían las atrocidades que se decían que habían cometido los ingleses contra los boers y entonces el rey Eduardo VII en agradecimiento,  le nombró caballero, conociéndosele a partir de entonces como sir Arthur Conan Doyle.




Poco después se lanzó a la arena política  como candidato al Parlamento por el Partido Liberal Unionista, de linea reformista moderada y aunque obtuvo muchos votos, no consiguió el escaño.

Finalmente en 1906, su mujer murió y durante meses se vino abajo, sufriendo una depresión, en la que se mezcló el dolor por la pérdida y el sentimiento de culpa por el romance con Jean. Aunque el amor de ésta, la escritura y la defensa de causas nobles, como la de un abogado angloindio condenado por delitos no cometidos, le rescataron.


Un año después se casó con Jean, con la que tuvo 3 hijos: Denis, Adrían y Jean. A partir de entonces se frenó el ritmo de su producción literaria, debido quizás al deseo del escritor de querer disfrutar de la madurez junto a su familia y de seguir peleando por los valores en los que creía. Aunque seguia manteniéndose en forma jugando al golf o levantando pesas y seguia subiendo a cualquier globo o avión al que se le invitara, además de comprarse uno de los primeros coches de Gran Bretaña sin haber conducido nunca. Se lo llevó a casa él mismo recorriendo casi trescientos kilómetros.



Al estallar la I Guerra Mundial, él empleó todo su poder mediático para persuadir a sus compatriotas de prepararse para el combate, pero también proporcionó muchas ideas visionarias a las Fuerzas Armadas para salvar el mayor número de vidas posibles. Por ejemplo, aconsejó al Departamento de Guerra que cada marino debía llevar un “chaleco inflable de goma” (después de que se hubieran ahogado unos 1.400 tripulantes con el hundimiento de tres barcos durante las primeras semanas del conflicto) y aunque al principio no le hicieron mucho caso, finalmente al dirigirse él a la prensa contando sus ideas, los marinos no tardaron en contar con estos valiosos salvavidas primitivos. Y lo mismo ocurrió cuando sugirió que los soldados llevaran una “armadura corporal” (chaleco anti-balas) en el combate, a muchos jerifaltes le parecian ideas de ciencia-ficción, pero no le pareció lo mismo a un alto cargo que si agradeció sus ideas. Ese alto cargo se llamaba Winston Churchill.




Al mismo tiempo se lanzó a promocionar en múltiples conferencias, diversos libros y articulos, su relación con el espiritismo, que le llegó a valer reproches eclesiásticos, caricaturas en la prensa e incluso la censura de su amigo Barrie (autor de Peter Pan), que le rogaba no tocar el tema cuando se veian.  Pero él siguió siendo terco con el tema y en los años veinte sumó a estas convicciones la existencia de las hadas en el célebre episodio de las hadas de Cottingley (con las cinco presuntas fotos de estas criaturas tomadas en un bosque de Yorkshire) y agrió una amistad incipiente con el mago Houdini al intentar ponerse en contacto con su difunta madre en una sesión con mediúm.



A mediados de la década de los 20 vió mermada su fortuna y entonces decidió dejar de lado lo paranormal y retomar la escritura, con nuevas aventuras del profesor Challenger y el legendario Sherlock Holmes.




En 1929 durante una gira espiritista por el norte de Europa, empezó a sentir una debilidad general y al año siguiente fallecería de una crisis cardíaca en su hogar. Dias antes había escrito: "El lector juzgará que he tenido muchas aventuras. Ahora me espera la mayor y más gloriosa de todas”.

Y cuando él murió su esposa dejó escrito un epitafio que definía claramente cuál fue la clave de su vida: "Temple de acero, rectitud de espada".

Una auténtica vida de novela la de este curioso personaje (real en este caso) sir Arthur Conan Doyle, ¿verdad?



Fuente:
Revista Historia y Vida

domingo, 6 de mayo de 2012

SÓLO LAS MADRES ...... por Isabel Allende




Hoy es el Dia de la Madre en España y me apetecia dejar en el blog un pequeñito homenaje a todas las mamás del mundo con este precioso texto de Isabel Allende. Para todas ellas va.


Por culpa del amor, azar o de un desliz, cualquier mujer puede convertirse en madre.

La naturaleza la ha dotado a mansalva del "instinto maternal" con la teórica finalidad de preservar la especie. Si no fuera por eso, lo que ella haría al ver a esa criatura minúscula, arrugada y chillona, sería correr. Pero gracias al "instinto maternal" la mira embobada, la encuentra preciosa y se dispone a cuidarla gratis hasta que cumpla por lo menos 21 años.

Ser madre es considerar que es mucho más noble sonar narices y lavar pañales, que terminar los estudios, triunfar en una carrera o mantenerse delgada.

Es ejercer la vocación sin descanso, siempre con la cantaleta de que se laven los dientes, se acuesten temprano, saquen buenas notas, no fumen, tomen leche.

Es preocuparse de las vacunas, la limpieza de las orejas, los estudios, las palabrotas, los novios y las novias; sin ofenderse cuando la mandan a callar o le tiran la puerta en las narices, porque no están en nada...

Es quedarse desvelada esperando que vuelva la hija de la fiesta y, cuando llega hacerse la dormida para no fastidiar.

Es temblar cuando el hijo aprende a manejar, anda en moto, se afeita, se enamora, presenta exámenes o le sacan las amígdalas.

Es llorar cuando ve a los niños contentos y apretar los dientes y sonreír cuando los ve sufriendo.

Es servir de niñera, maestra, chofer, cocinera, lavandera, médico, policía, confesor y mecánico, sin cobrar sueldo alguno.

Es entregar su amor y su tiempo sin esperar que se lo agradezcan.

Es decir, que "son cosas de la edad" cuando la mandan al carrizo. Madre es alguien que nos quiere y nos cuida todos los días de su vida y que llora de emoción porque uno se acuerda de ella una vez al año: el Día de la Madre.

El peor defecto que tienen las madres es que se mueren antes de que uno alcance a retribuirles parte de lo que han hecho. Lo dejan a uno desvalido, culpable e irremisiblemente huérfano. Por suerte mamá hay una sola.

Porque nadie aguantaría el dolor de perderla dos veces.


Aunque sé que mi madre no va a leer este post porque ella no tiene ordenador y ni siquiera sabe muy bien que es eso de los blogs, no podía dejar de añadir algo en esta entrada .......... ¡Gracias por todo mamá!


Por cierto, disculpar que últimamente no esté muy al dia contestando comentarios y visitando y comentando los blogs de amigos y compañeros, pero es que llevo un par de semanas con un problema con la tarjeta de red del ordenador, que no termina de arreglarse y por eso ando de prestado de aqui para allá, y ya se sabe que como el ordenador de uno no hay ninguno (especialmente si los ordenadores prestados son portátiles y no tienen ratón, sin lo cuál soy bastante torpe). Espero que se solucione pronto, pero mientras tanto, intentaré al menos, mantener los blogs más o menos actualizados. Saluditos a todos,


miércoles, 2 de mayo de 2012

CHARLES DICKENS, EL PRECURSOR DE LOS DERECHOS DE AUTOR



Ya sabéis que el Dia del libro fue el pasado dia 23 de abril (fecha elegida por ser ese el dia en que murieron dos grandes de las letras: Cervantes y Shakespeare, en el mismo año 1616) y que ese dia se hacen multitud de actividades para conmemorarlo. En Madrid tuvieron lugar una gran cantidad de actos para celebrarlo, tantos que era difícil decidir uno solo al que ir, pero al final decidimos ir a una lectura dramatizada de varios capítulos de un par de libros del escritor Charles Dickens, del que este año se conmemora también el 200 aniversario de su nacimiento. Charles Dickens ha sido siempre uno de mis autores favoritos, quizás por ser uno de los primeros a cuyas lecturas me aficioné en mi infancia, recuerdo por ejemplo: Oliver Twist, Principe y mendigo, La pequeña Dorrit, David Copperfield, Vieja tienda de curiosidades, Un cuento de Navidad, Los papeles póstumos del Club Pickwick, Historia de dos ciudades, Tiempos dificiles,…..

Y las dramatizaciones fueron precisamente sobre estos dos últimos títulos. Fueron interpretadas por tres jóvenes alumnos de la Escuela de Arte Dramático, que hicieron un gran trabajo, estuvieron frescos y divertidos y como anécdota os diré que se implicaron tanto en sus papeles que una de las actrices al dirigirse a alguien del público en medio de su vehemente diálogo, se excedió tanto regañándole que después le pidió disculpas, en medio de una carcajada general del resto de la gente. Al final, resultó bastante divertido y a mi personalmente, me encantó volver a recordar esas lecturas infantiles, dejadas tan atrás en el tiempo.


Así que al dia siguiente se me ocurrió escribir una entrada sobre Dickens y buscando, buscando, me encontré con algunas curiosidades sobre este escritor tan representativo del Londres más victoriano y a la vez, más lúgubre, y que quizás no sean demasiado conocidas por el público en general, como por ejemplo:

1)     Que convirtió a personajes infantiles en protagonistas absolutos de novelas serias. Y lo que quizás no sepa el gran público es que él mismo se vió obligado a trabajar desde los 12 años en una fábrica de betún, para ayudar a la economia familiar, ya que su padre fue encarcelado, tras contraer numerosas deudas. Y es comprensible pensar que con esa dura experiencia personal es como se fraguó su espíritu comprometido con las desigualdades sociales y que su denuncia a través de sus libros fuera también su propia terapia personal.

2)     Que fue el primer autor en utilizar en sus obras el término detective. Junto con su gran amigo, también escritor, Wilkie Collins, concibió por vez primera el relato policial.

3)     Que también por primera vez, la clase obrera era protagonista de varios relatos. Y así, por ejemplo, en su obra Tiempos difíciles denunciaba el trato dispensado por los empresarios a los explotados trabajadores, en plena Revolución Industrial.

4)     Que fue un prolífico conferenciante y el primer autor mediático. Durante sus entregas semanales de sus relatos por entregas (y valga la redundancia) a los diarios que publicaban sus obras, atraía a multitud de seguidores y admiradores que acudían con gran entusiasmo a sus conferencias.

5)      Que fue un gran defensor de los desfavorecidos. Humanizó a las prostitutas y mostró la vida de las cárceles, que él mismo habia visitado.

6)     Que fue el precursor de la defensa de los derechos de autor. Peleó con el pirateo de sus obras en EE.UU. ya que, por entonces, la ley norteamericana sólo protegía a los autores nacidos en aquel pais, de forma que cualquier editor podía publicar las obras de Dickens sin pagarle un solo dólar por sus derechos y también los periódicos en sus narraciones por entregas.  Esto le perjudicó económicamente y lo denunció, pero sólo consiguió que le tacharan de codicioso. Aunque paradójicamente esa falta de remuneración ayudó a extender su fama ya que sus libros se vendían muy baratos y consiguió muchísimos lectores.

7)     Que hizo que las ciudades pudieran ser también protagonistas de libros. Ejemplo de esto es su novela Historia de dos ciudades.

8)     Que fue un gran productor de best-sellers. Los papeles póstumos del club Pickwick fue su primer best-seller, que llegó a alcanzar los 40.000 ejemplares en su 15 edición, tras una modesta tirada inicial de 400.

9)     Todas sus novelas son un valor seguro para el cine y la televisión. Prácticamente todas sus novelas han sido adaptadas y versionadas en múltiples ocasiones para la pequeña y la gran pantalla, especialmente su novela Cuento de Navidad, ¿quién no ha visto más de una versión de ella? ¡incluso de los Teleñecos!

10)  Fue director de un periódico, concretamente, del Daily News. Aunque por poco tiempo, por desgracia, ya que 18 dias después de ponerse al frente del periódico, falleció a los 57 años de un derrame cerebral. Pero en ese corto periodo de tiempo llegó a crear secciones que pronto se harían muy populares, como las de consejos sentimentales, en las que daba consejo a los jóvenes para el matrimonio.



Fuente:
www.lavanguardia.com

jueves, 8 de marzo de 2012

PINTURA Y LITERATURA PARA CONMEMORAR EL DIA DE LA MUJER TRABAJADORA


Auguste Toulmouche
 Hay un libro titulado “Las mujeres que leen son peligrosas”, escrito por Stefan Bollmann y con el cuál se dió a conocer en España este escritor alemán. En su libro rinde un homenaje a todas las mujeres lectoras y confirma el gran poder que nos proporciona a todos la lectura y entre otras cosas, dice que al ser las mujeres relegadas tradicionalmente a un papel secundario y a menudo pasivo en la sociedad, encontraron muy pronto en la lectura una manera de romper las estrecheces de su mundo.

A través de un recorrido por las numerosas obras de arte que reflejan la estrecha relación entre libros y mujeres, Stefan Bollmann rinde en este libro un homenaje a las mujeres y yo quiero hoy, a través de algunas de las pinturas y citas de escritoras que contiene ese libro (y algunas otras más que he añadido), celebrar este dia especial para todas nosotras y especialmente, como homenaje a todas esas mujeres pioneras y luchadoras que nos han precedido.

Alberto Pisa
 Leer y escribir son sinónimos de existir. Gertrude Stein

Charles Courtney Curran
Leer puede volverla a una rebelde e infundirle la idea de que es posible apartarse del camino que le habían trazado otros. Michele Petit

Coles Phillips
Donde no hay libros hace frio. Vale para las casas, las ciudades, los paises; un frio de cataclismo o un páramo de amnesia. Maria Elena Walsh

Bernard Boutet de Monvel
  Lee y conducirás, no leas y serás conducido. Santa Teresa de Jesús

Jean Jacques Joseph Tissot
El placer de leer es doble cuando se vive con otra persona con la que compartir los libros. Katherine Mansfield

Adolphe Alexandre Lesrel
Lo que sucedió usted lo sabe: aprendí a leer y mi soledad encontró compañía, el silencio se pobló de voces, el vacio se llenó de fantasias, En los libros encontré lo que necesitaba, ahora es mio el mundo y hasta una porción de la eternidad. Sara Sefchovich

Carl Larsson

La libertad intelectual depende de cosas materiales, la poesia depende de la libertad intelectual; las mujeres siempre han sido pobres desde el principio de los tiempos. Por lo que hay que tener 500 libras al año, una habitación propia con cerradura y acceso a una biblioteca para arribar al mundo y no permanecer sola en casa y ser zarandeada. Virginia Woolf

Edward Cucuel

La pagina es un espejo que me guarda la consideración de no reflejarme, sino de ceder el sitio a la protagonista de mi lectura. Rosario Castellanos

Frank Bensson
La que lee es alguien que puede usar la lectura tanto para informarse como para reir o llorar, que no cree casi nada de lo que dicen los periódicos, pero si todo lo que lee en los cuentos; la que no sabe existir sin leer. Para una lectora, la lectura es un instrumento para la vida. Carmen Diana Dearden

Johan George Meyer von Bremen
Los libros son también un medio de aprender a sentir más intensamente. Escribir es una manera de llegar a la profundidad del ser. Marguerite Yourcenar

Pino
La lectura nos hace inmigrantes a todos. Nos lleva lejos de casa, pero lo más importante, nos encuentra un hogar donde sea. Hazel Rochman

Seymour Joseph Guy
Leer un libro es reescribirlo para ti misma, llevas a la novela o a lo que sea que estés tu leyendo, tu experiencia del mundo, llevas tu historia y lees tus propios términos. Angela Carter

Ramón Casas
Nadie ha estado dos veces en el mismo rio, pero ¿ha estado alguien dos veces en el mismo libro? Marina Tsvetana

Vladimir Volegov
Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro. Emily Dickinson

Jean Honoré Fragonard
El lector puede ser considerado el personaje principal de la novela, en igualdad con el autor, sin él no se hace nada. Elsa Triolet

Seymour Joseph Guy

Me dicen que no soy mujer de este siglo al gustarme la lectura pausada y yo insisto que los pesados son los libros frívolos. Laura Morante
Etienne Adolphe Piot
La poesía es el sentimiento que le sobra al corazón y te sale por la mano. Carmen Conde

Sir John Lavery
El poeta ve lo poético aún en las cosas más cotidianas. Olga Orozco

Sir John Lavery

Mary Cassatt

Como dice Stefan Bollman en su libro ¿Son realmente las mujeres que leen peligrosas?
¿Lo fueron en otros tiempos, siguen siéndolo hasta hoy?


Henri Lebasque


¡FELIZ DIA DE LA MUJER TRABAJADORA!
HOY Y TODOS LOS DIAS........

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