El eructo rebota contra el silencio de la cocina, y me trae
de golpe a la realidad.
Te miro, enfocándote con mis ojos, que hace un momento
divagaban por otras fantasías, y es como si no te conociera.
No entiendo porqué te has convertido en esto.
Me recuerdas a Homer Simpson. Sólo te faltan los 3 pelos en
la calva.
Mi Marge interna ,sufre, y se cabrea, y siente asco.
Mira que intento seguir amándote, intento seguir buscando
algo que me lleve a desearte, aunque solo sea en ese mundo feliz en el que me
recreo y que solo a mi me pertenece.
Pero no puedo dejarte entrar, eres demasiado real, demasiado
marido, para mi fantasía.
Luego te enfadas si no quiero sexo. Pero es que te has
mirado?
Te crees que con esa camiseta vieja y ese calzoncillo,
puedes despertar mi deseo?
Mira que me lo curro eh? Me mantengo en forma, sé que te
gusto ,sé que me deseas.
Pero si a mi me da igual ponerme un tanga que una braga,
pero sé que a ti te “pone” que me ponga sexy!
No quieres jugar conmigo. Tu fantasía ha muerto.
–“Son años ,ya”- me dices-
-Y qué más da?- pienso, digo, grito dentro de mi corazón
abatido.
-“Qué quieres “- preguntas molesto , como si todo fuera un
trámite.
Qué quiero?- Me digo a mí misma…
No me atrevo a responderme.