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un lugar al que, después de un día agitado, regreso... para encontrarme conmigo y con ustedes...
jueves, 20 de septiembre de 2007
a.m. versus p.m.
Unas tardes atrás recibí la visita de una entrañable amiga: Fabiana. Una pelirroja con cuerpo en apariencia frágil, pero con un vigor inigualable.
Ella fue mi profesora de danzas hasta hace casi un año y medio, momento en que, por "razones ajenas a mi voluntad", abandoné mis clases.
Llegó a mi casa con esas ganas, esa garra que le vuelve rojo hasta el cabello, y, la muy despiadada me lo transmite, hasta quedar con reflejos casi colorados!!!!
Me llenó de alegría compartir esos mates con ella. Pero, en un momento, con su dedo en alto(como buena "profesora"), me dijo:
-"Nombre, vos vas a volver a bailar"
-"¿Y qué me vas a hacer bailar?"
Me miró, interrogante.
-"Te digo, no sé en qué momento...¡No tengo ni un minuto libre!-seguí, casi terminante.
-"Bueno, a eso ya lo pensé"- me contestó, serena-"Podríamos empezar la semana que viene, a las 6.45..."
-"Imposible.-dije, decidida- Yo a esa hora estoy en pleno trabajo"
-"Nombre!!!! A las 6.45 a.m.!!!!!"
La miré, casi sin creer lo que escuchaba. Casi horrorizada. Fabiana me conoce bien, y sabe cuánto me gusta bailar...Que tenemos muy buena química bailando, que en realidad es algo que me hace super bien...No lo tomo ni tomé nunca como una "obligación". Es puro placer!
Pero ella, TAMBIÉN sabe perfectamente que es casi imposible que coordine dos palabras, (y menos dos movimientos) a esa hora de la "madrugada".
-"Bueno, pensálo. Bailaríamos nosotras dos, solas", me dijo, casi con indiferencia.
-"Sí, "solas", obviamente...¿quién más a esa hora? - pensé, y me privé de decirle.
Unos días después, y finalizada una reunión de un seminario al que asisto, una de las personas más destacadas del grupo, se acerca a mí para invitarme a una reunión (!!!!!!!) muy particular, en tanto es muy importante para mí.
Sinceramente, fue una maravillosa noticia enterarme que algunos me podían tener en cuenta para esa convocatoria. Casi no lo pude creer.
¿La cita? Sábado, 9.30 (volvemos al a.m.) en Buenos Aires.
Conclusión: asistir supone estar UP! a las 5.00 a.m., como mínimo, para tomar autopista bien despabilada, a las 6.00.
Bueno, todo esto me deja pensando.
Siempre me costó entender ese dicho popular: "Al que madruga, Dios lo ayuda"...
Es más, me parecía siempre una soberana pavada! ¡Si las cosas importantes se pueden hacer a cualquier hora...!
¿O será que esto es así, y yo me estuve perdiendo de cosas re-interesantes que pasan antes que abra los ojos?
Seguramente....
Ese dios, el del proverbio popular, digo...¿me ayudará?
Los dejo con un poco de la música que nos inspira para bailar!!!
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