Cuánta razón tiene el precog OFUS cuando augura que la sorpresa de Nosfe será, cuanto menos, decepcionante. Yo añadiría que será, además, muy pero que muy lamentable. Lo siento pero, ahí va. Advierto que puede herir y patear algunas sensibilidades artísticas.
En fin, el caso es que este mes de agosto recibí la visita sorpresa de Ant (os contaré detalles en breve en una de mis reflexiones tontorronas) y, tenéis que entenderlo, dejé a Nosfe abandonado en el sofá azul sin dudarlo ni un milisegundo (es que no hay comparación, si vierais esa camisetita del New York Herald Tribune, lo entenderíais).
Sin embargo, para que el pobrecico se entretuviera, le dejé unas revistillas y le dije que hiciera un collage para luego colgarlo en el sofá azul (la primera chorrada que se me ocurrió). Nunca pensé que me haría caso pues, a diferencia de los gatos vivos (que duermen 23 horas al día), los gatos disecados duermen 24 horas y eso les deja poco margen de actividad. Pero, pero, pero, el molde de poliuretano de Nosfe esconde una caja de sorpresas (más rarita que la de Belle de jour) y al amigo le dio por rematar los ratos muertos haciendo corta y pega.