Pequeño y dulce,
inmenso de corazón
que como diamante luce,
superas la razón
que tu alma trasluce.
Abrazas con amor,
besas con pasión,
tus manos como plumas
cosquillean, me abrumas.
Tienes un don:
vibrar tu propio son.
Tus palabras, melodías
que endulzan nuestras vidas;
a todos te ganas
y con gratitud te reclaman.
Pequeño diamante,
razón consciente,
con alma grande
y corazón ardiente.