Los besos que aún te debo
Un día, cuando te dé los besos que te debo,
todos esos para los que aún no ha habido tiempo,
los de los labios rojos como flor de acebo
pisando hierba y oliendo flores en el campo,
los de los labios dulces y, a la vez, salados
abrazados y acariciados por las olas
libres, como dioses bendecidos por los hados,
teniendo sólo por testigo a las estrellas,
los de los labios tibios y luego incandescentes,
los expertos de mujer y también los inocentes
que no te di de niña porque de ti no sabía,
los que sólo para tí inventarán mis labios
los suaves, los fuertes, los ingenuos y los sabios
ese día, amor, pensarás: "aún no la conocía".
María