con el alma llena de amor...
y regresa con la primavera,
para que la luna hechicera
te ilumine con su resplandor.
Surca alegre el firmamento...
hasta encontrar tu nido...
acariciada por ese viento
que se escapa del aliento...
de un enamorado Cupido.
Vuela... dulce golondrina...
hacia el jardín de la pasión...
eres un avecilla peregrina...
con esa amistad tan divina
que florece de tu corazón.
Y el cielo... y toda la mar...
y hasta una linda azucena
cuando te ven alegre volar...
despiertan el tierno cantar
de una preciosa sirena.
A.V. 1-1-16