cargado de ilusión y amor,
en su proa un lindo querubín
guía el rumbo de su fervor.
Con sus velas nacaradas
desplegadas al viento...
acaricia las olas calladas
y todo su firmamento.
Y una gaviota... y un lucero
acompañan con su encanto...
el camino de ese velero
y de su apasionado canto.
En su morada mi corazón...
duerme lleno de sueños...
imaginando ser un gorrión
de sentimientos risueños.
¡Qué preciosa es su figura!
en ese océano de soledad...
con esa dulce hermosura...
va esparciendo... felicidad.
Y navega... y navega...
con una brisa seductora,
llevando en su bodega...
el embrujo de la aurora.
Surca el mar un bergantín
tras la oda de una sirena...
que de sus labios de carmín
vuela orgullosa y serena.
A.V. 22-2-14