Mi amigo el bipolar

Tiempo de lectura: 30 seg.

Si un amigo de tinte bipolar y solitario te busca cuando te necesita y desaparece cuando lo resuelve, quizá sientas que debes ayudarlo, porque los amigos "están en las buenas y las malas". Te molestará que sólo venga cuando te necesita, pero aguardarás un momento más propicio para planteárselo. Luego resolverá su problema y no sabrás más de él, hasta el próximo.

Con el amigo bipolar más vale que te retires en las malas, aunque suene vengativo. Alegarás que te apartas por motivos más elevados que la venganza, pero ella tampoco procurará interrumpirte.

El voto de fe

Tiempo de lectura: 30 seg.

Ya algo sabes. Para aprender más, necesitas un voto de fe.

Ya algo sabes. Si lo que dice tu maestro no te gusta, capaz que no le crees.

Alguna vez creerás en algo sin sentido aparente, y podrás oler cómo la revelación sale de la bata del maestro. Así, obedecerás leyes hasta que las sientas propias, para aprender, y vendrá el peligro (si te crees un error, si el olor que salía de la bata no era revelación sino aromatizante de baño, sabrás menos que antes).

Debes descubrir qué te parece cierto y, a su vez, creer sin pruebas. Porque saber es un voto de fe. No sabe la manzana, ni la boca. Es lo que sucede entre las dos.