Gabriel's Reviews > La milla verde
La milla verde
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He llorado como un condenado, lo cual es irónico ya que la historia se desarrolla en una cárcel.
«No pasará nada. No son asesinos, debió de pensar Percy. Pero luego, al recordar la Freidora, debió de saber que sí, que en cierto modo éramos asesinos. Yo solo había ejecutado a setenta y siete hombres; más de los que había inmovilizado con la camisa de fuerza, más de los que había matado el sargento York en la Segunda Guerra Mundial.»
Pero ya en serio, ¿Cómo se deja de llorar? Es más, ¿cómo se supera un libro de tal magnitud? Con personajes tan humanos y que se sienten en cada página, en cada conversación, en cada letra. Es muy pero muy buen libro. Tanto así, que hasta me estoy replanteando que sea el que más me gustó de este escritor y eso que no es a lo que acostumbra escribir King. Lo único seguro es que se convirtió de mis historias favoritas del maestro. Y definitivamente se habla mucho de King como un referente en el terror pero aquel que se aleja de este género y se acerca al realismo es igual o más bueno por el nivel de sensibilidad con el que retrata la realidad, el entorno, los temas y los personajes con sus distintas relaciones. Y buena prueba de eso es este libro, y novelas cortas como El cuerpo y Rita Hayworth y la redención de Shawshank que ya leí con anterioridad y recomendó muchísimo también.
«—Que vamos a matar a un elegido de Dios —respondió—. A alguien que nunca hizo daño a nadie. ¿Qué podré decir en mi favor cuando me encuentre con el Creador y me pida explicación, qué le diré? ¿Que era mi trabajo, mi obligación?»
La historia sigue a Paul y todo lo que pasó por allá en 1930 cuando trabajaba como carcelero en la penitenciaria Cold Mountain. Por medio de una narración ulterior el protagonista poco a poco comienza a desenvolver una historia muy sensible y humana sobre la maldad y la inocencia, la injusticia y la bondad sin esperar nada a cambio, sobre lo cruento, deprimente y turbio que es un lugar como la cárcel tanto para los que pagan sus respectivas condenas como para los que trabajan allí. Una historia que con tan poco detalles como la aparición de un muy curioso y llamativo ratón se pone en ejercicio la simpleza y la maravilloso que es la vida cuando encuentras motivos que te pueden alegrar el día o unir a otras personas más que antes. Es fenomenal que solo eso sea material suficiente para contar y recordar anécdotas que te dejan indudables enseñanzas.
Ahora, la trama de la historia viene cuando a la prisión llega John Coffey, un hombre culpado de haber asesinado a dos gemelas. Desde allí es un no parar de empatizar, preocuparse o querer saber si alguien que muestra tantos signos de humanidad puede en realidad ser tan asqueroso como para cometer tal aberración. La historia juega con el dilema de saber si de verdad John Coffey es culpable del crimen que se le imputa, ya que cuando el protagonista conoce a ese negro gigante, con manos grandes e imponente piensa que puede ser verdad; pero cuando lo mira solo ve a un niño temeroso, llorón y desolado que le tiene miedo a la oscuridad. Pero allí entra otra cuestión más compleja que le lleva a cuestionarse si todas esas reacciones sensibles y tan lamentables son solo producto del mismo arrepentimiento y culpabilidad de haber cometido tal acto monstruoso con las niñas o si por el contrario siempre ha sido inocente pero no hay manera de demostrarlo.
«Nos guste o no, el tiempo lo cura todo. El tiempo se lo lleva todo y al final sólo queda oscuridad. A veces encontramos a otros en esa oscuridad y otras veces los perdemos en ella.»
Lo más curioso de una lectura como estas es que permite mostrar que en ese ambiente oscuro, putrefacto y lleno de abusos pueden haber pequeñas luces de esperanza, empatía y un poco de generosidad por parte de algunos personajes, pero también mostrar la ruda realidad de otros que están al mando y utilizan su poder para posicionarse sobre los demás y hacer porquerías que pueden llegar a compararse con crímenes atroces; donde la fina línea que los divide de las rejas que los separan de los presos a veces parece disolverse y terminan parececiendo igual de inhumanos que ellos. O peor.
Y tampoco se puede negar que uno se puede colocar gradualmente poco a poco en el lugar de algunos criminales que parecen tener un rastro de arepentimiento después de los actos tan bárbaros y repugnantes por los que están pagando allí encerrados, a la espera de su juicio en la silla eléctrica. Un panorama desalentador en el que la vida y la muerte, el bien y el mal, lo moral y lo amoral, lo incorrecto y lo políticamente correcto no tienen los límites muy claros tanto para ellos como para el lector que empatiza con varias situaciones por las que pasan tanto los carceleros como los prisioneros. Y aunque el título más vendido es La milla verde lo cierto es que El pasillo de la muerte es lo que mejor define un lugar plagado de gente que espera el final de su vida a manos de otros que no terminan de acostumbrarse a cumplir el papel de ejecutores en una tarea que no es nada sencilla y les es igual de monstruosa que las cosas malas que suceden a diario allá fuera, lejos de esa prisión.
«No pasará nada. No son asesinos, debió de pensar Percy. Pero luego, al recordar la Freidora, debió de saber que sí, que en cierto modo éramos asesinos. Yo solo había ejecutado a setenta y siete hombres; más de los que había inmovilizado con la camisa de fuerza, más de los que había matado el sargento York en la Segunda Guerra Mundial.»
Pero ya en serio, ¿Cómo se deja de llorar? Es más, ¿cómo se supera un libro de tal magnitud? Con personajes tan humanos y que se sienten en cada página, en cada conversación, en cada letra. Es muy pero muy buen libro. Tanto así, que hasta me estoy replanteando que sea el que más me gustó de este escritor y eso que no es a lo que acostumbra escribir King. Lo único seguro es que se convirtió de mis historias favoritas del maestro. Y definitivamente se habla mucho de King como un referente en el terror pero aquel que se aleja de este género y se acerca al realismo es igual o más bueno por el nivel de sensibilidad con el que retrata la realidad, el entorno, los temas y los personajes con sus distintas relaciones. Y buena prueba de eso es este libro, y novelas cortas como El cuerpo y Rita Hayworth y la redención de Shawshank que ya leí con anterioridad y recomendó muchísimo también.
«—Que vamos a matar a un elegido de Dios —respondió—. A alguien que nunca hizo daño a nadie. ¿Qué podré decir en mi favor cuando me encuentre con el Creador y me pida explicación, qué le diré? ¿Que era mi trabajo, mi obligación?»
La historia sigue a Paul y todo lo que pasó por allá en 1930 cuando trabajaba como carcelero en la penitenciaria Cold Mountain. Por medio de una narración ulterior el protagonista poco a poco comienza a desenvolver una historia muy sensible y humana sobre la maldad y la inocencia, la injusticia y la bondad sin esperar nada a cambio, sobre lo cruento, deprimente y turbio que es un lugar como la cárcel tanto para los que pagan sus respectivas condenas como para los que trabajan allí. Una historia que con tan poco detalles como la aparición de un muy curioso y llamativo ratón se pone en ejercicio la simpleza y la maravilloso que es la vida cuando encuentras motivos que te pueden alegrar el día o unir a otras personas más que antes. Es fenomenal que solo eso sea material suficiente para contar y recordar anécdotas que te dejan indudables enseñanzas.
Ahora, la trama de la historia viene cuando a la prisión llega John Coffey, un hombre culpado de haber asesinado a dos gemelas. Desde allí es un no parar de empatizar, preocuparse o querer saber si alguien que muestra tantos signos de humanidad puede en realidad ser tan asqueroso como para cometer tal aberración. La historia juega con el dilema de saber si de verdad John Coffey es culpable del crimen que se le imputa, ya que cuando el protagonista conoce a ese negro gigante, con manos grandes e imponente piensa que puede ser verdad; pero cuando lo mira solo ve a un niño temeroso, llorón y desolado que le tiene miedo a la oscuridad. Pero allí entra otra cuestión más compleja que le lleva a cuestionarse si todas esas reacciones sensibles y tan lamentables son solo producto del mismo arrepentimiento y culpabilidad de haber cometido tal acto monstruoso con las niñas o si por el contrario siempre ha sido inocente pero no hay manera de demostrarlo.
«Nos guste o no, el tiempo lo cura todo. El tiempo se lo lleva todo y al final sólo queda oscuridad. A veces encontramos a otros en esa oscuridad y otras veces los perdemos en ella.»
Lo más curioso de una lectura como estas es que permite mostrar que en ese ambiente oscuro, putrefacto y lleno de abusos pueden haber pequeñas luces de esperanza, empatía y un poco de generosidad por parte de algunos personajes, pero también mostrar la ruda realidad de otros que están al mando y utilizan su poder para posicionarse sobre los demás y hacer porquerías que pueden llegar a compararse con crímenes atroces; donde la fina línea que los divide de las rejas que los separan de los presos a veces parece disolverse y terminan parececiendo igual de inhumanos que ellos. O peor.
Y tampoco se puede negar que uno se puede colocar gradualmente poco a poco en el lugar de algunos criminales que parecen tener un rastro de arepentimiento después de los actos tan bárbaros y repugnantes por los que están pagando allí encerrados, a la espera de su juicio en la silla eléctrica. Un panorama desalentador en el que la vida y la muerte, el bien y el mal, lo moral y lo amoral, lo incorrecto y lo políticamente correcto no tienen los límites muy claros tanto para ellos como para el lector que empatiza con varias situaciones por las que pasan tanto los carceleros como los prisioneros. Y aunque el título más vendido es La milla verde lo cierto es que El pasillo de la muerte es lo que mejor define un lugar plagado de gente que espera el final de su vida a manos de otros que no terminan de acostumbrarse a cumplir el papel de ejecutores en una tarea que no es nada sencilla y les es igual de monstruosa que las cosas malas que suceden a diario allá fuera, lejos de esa prisión.
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La milla verde.
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Reading Progress
February 22, 2022
–
Started Reading
February 22, 2022
– Shelved
May 15, 2022
–
Finished Reading
February 14, 2023
– Shelved as:
drama-melodrama
Comments Showing 1-12 of 12 (12 new)
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Buenísima reseña, Gabriel!
Este es uno de los libros de King que planeo leer próximamente, espero más temprano que tarde. Me alegra que te haya gustado. ☺️🙋♂️
Este es uno de los libros de King que planeo leer próximamente, espero más temprano que tarde. Me alegra que te haya gustado. ☺️🙋♂️
Labijose wrote: "Esta novela es que te llega al corazón. 💝
Gran reseña, Gabriel."
Ya está en los primeros puestos sin duda.👀 Hay que apreciar a este King también.🧐
Gran reseña, Gabriel."
Ya está en los primeros puestos sin duda.👀 Hay que apreciar a este King también.🧐
Axl Oswaldo wrote: "Buenísima reseña, Gabriel!
Este es uno de los libros de King que planeo leer próximamente, espero más temprano que tarde. Me alegra que te haya gustado. ☺️🙋♂️"
Gracias, Axl!😊 Cuando lo leas estaré muy atento a ver qué tal te parece. Que seguro es un acierto total.👌
Este es uno de los libros de King que planeo leer próximamente, espero más temprano que tarde. Me alegra que te haya gustado. ☺️🙋♂️"
Gracias, Axl!😊 Cuando lo leas estaré muy atento a ver qué tal te parece. Que seguro es un acierto total.👌
Jessica wrote: "Me da gusto que hayas disfrutado de la historia, igual es de mis libros favoritos..."
Siendo redundante, también es indudablemente de mis favoritos.
Un saludo, Jessica!😊
Siendo redundante, también es indudablemente de mis favoritos.
Un saludo, Jessica!😊
Es de esas novelas que te tocan y te dejan tocado. De lo mejorcito del maestro. Muy buena reseña, Gabriel.
Acabo de terminarlo y he disfrutado mucho con este libro. Lo coloqué en pendientes desde que leí tu crítica y no me arrepiento de haberme animado a leerlo. Excelente reseña y saludos, Gabriel. 👋🏻
Gran reseña, Gabriel.