Labijose's Reviews > Billy Summers

Una buena novela para comenzar 2022.

¿Qué decir de la penúltima novela del maestro King que no hayáis dicho ya los demás? ¿Que su fuerte es la construcción de personajes? Check. ¿Que sabe desenvolverse “casi” por igual en su género favorito, es decir, el terror, como en el resto de géneros con el que suele intercalar sus novelas? Check. ¿Que le gusta hablar de escritores, rindiendo un homenaje a su labor, poniéndolos como protagonistas en muchas de sus obras? Check. ¿Que por muchas páginas que contengan, sus novelas se leen de un tirón? Check. ¿Que no le gustan muchos de los aspectos de la sociedad americana en la que vive, y no se cansa de lanzar pullitas al sistema, presidentes incluidos? Check. ¿Que se mantiene al día en cuanto a tecnología se refiere (ya cuenta con 74 primaveras) y que incluso se permite mencionar esta jodida pandemia, metiéndola de soslayo en la trama? Check.

Pues aquí tenemos la historia de Billy Summers, veterano asesino a sueldo con ganas de finiquitar su carrera. Ha vivido el horror de Faluya (Irak) y ha perdido a gente por el camino. Ahora acepta un último encargo, pero, a pesar de realizarlo con éxito, surgirán complicaciones. Sabe demasiado. No puede irse de rositas a disfrutar de su dinero. Hay malos que tratarán de impedírselo. Pero él es Billy Summers, avisados estáis.

Novela de redención donde las haya, y para ello nuestro protagonista compartirá el papel con Alice Maxwell, una joven que sufre el drama de los abusos sexuales. Juntos emprenderán un viaje de amistad y venganza, para mí, lo mejor de la obra. Alice convencerá a Billy para que finalice el retrato de su vida, retrato que Billy comenzó como mera distracción, pero que acabará siendo su confesionario emocional. Al final, ella terminará por ser el motivo de la debacle de Billy, pero, ¡qué diantres!, el viaje habrá merecido la pena.

Y sí, hay una mención al hotel Overlook de “El resplandor”. Y un cuadro que parece que cobra vida propia. Detalles que el maestro no puede dejar de mencionar. No en vano es el causante de tantas pesadillas nocturnas. Y aún así, volvemos a leerlo una y otra vez. Nos tiene enganchados. Y que nos dure el hechizo.