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Un tranvía llamado Deseo
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Realmente, no se puede leer la obra sin ver a Brando y a Leigh encarnando a Stanley Kowalski y Blanche DuBois. Hay imágenes de la película de Elia Kazan imposibles de olvidar, que se imponen a la mente sin remedio. Sin embargo, la obra de teatro difiere de ella en algunos aspectos importantes. Empezando por el final, que Hollywood impuso y que es radicalmente distinto al que ideó el autor. También se omitieron las menciones que en la obra se hacen a la homosexualidad y se tuvo que hacer menos evidente la escena de la violación.
La obra es la lucha de dos mundos, ambos movidos por deseo, ambos trágicos y construidos bajo el peso de las circunstancias y en complicidad con un temperamento y un carácter incapaces de sobreponerse a ellas. Este fue el caso de Laura, la hija tullida de El zoo de cristal, y este es el caso de Blanche Dubois, un personaje que también comparte rasgos con Amanda, la manipuladora madre de Laura, que sufre el contraste de vivir una existencia vulgar, rodeada de cosas y personas vulgares, tras una infancia y juventud esplendorosa vivida entre damas y caballeros. Blanche es una víctima del viejo mundo, rico, elegante, clasista y esclavista, apegado a la tierra, a las normas incuestionables y a las tradiciones, un mundo en decadencia.
Decía Tennesse Williams:
Y en medio de la lucha, Stella, la mujer de Stanley y hermana de Blanche, educada y acostumbrada a otros modos y a otros escenarios, se ha adaptado bien al mundo de su marido al que es capaz de perdonar una y otra vez sus ataques de cólera. Puede que, una vez caído el telón, no tarde en descubrir quién es en realidad Stanley Kowalski y reciba así el justo castigo por lo que no quiso impedir, de la misma forma que lo recibió Blanche, trastornada por los remordimientos al haber despreciado antaño a otro ser tan angustiado por sus conflictos personales como ella ahora.
La obra es la lucha de dos mundos, ambos movidos por deseo, ambos trágicos y construidos bajo el peso de las circunstancias y en complicidad con un temperamento y un carácter incapaces de sobreponerse a ellas. Este fue el caso de Laura, la hija tullida de El zoo de cristal, y este es el caso de Blanche Dubois, un personaje que también comparte rasgos con Amanda, la manipuladora madre de Laura, que sufre el contraste de vivir una existencia vulgar, rodeada de cosas y personas vulgares, tras una infancia y juventud esplendorosa vivida entre damas y caballeros. Blanche es una víctima del viejo mundo, rico, elegante, clasista y esclavista, apegado a la tierra, a las normas incuestionables y a las tradiciones, un mundo en decadencia.
“No quiero realismo. Quiero... ¡magia! ¡Sí, sí, magia! Trato de darle eso a la gente. Le tergiverso las cosas. No le digo la verdad Le digo lo que debiera ser la verdad”En el otro lado del ring se encuentra el pragmatismo de un capitalismo que no entiende de honores ni respeta estatus. Stanley es decidido, firme, sin dobleces, sentimental, un ser primario siempre con miedo a que se tambalee su posición de macho alfa, nada amigo de contemporizar, un extranjero que reniega de sus raíces, una fuerza de la naturaleza que, con la ayuda del esnobismo aristocrático de Blanche y de esa idea tan roussoniana sobre lo natural, nos empuja a simpatizar con él en un principio… solo en un principio.
Decía Tennesse Williams:
“No creo en héroes y villanos, creo tan sólo que las personas toman el buen o el mal camino, y no por elección, sino por necesidad o por ciertas influencias que les afectan y todavía no comprenden, por sus circunstancias y por sus antecedentes.”Yo sí creo en buenas y malas personas, yo sí creo que existe el mal y que este no es solo consecuencia de las circunstancias, aunque sí pueden propiciarlo y amplificarlo. Yo sí creo que Stanley Kowalsky es un ser egoísta y ruin, dominante y colérico, un maltratador que enmascara sus miedos y su necesidad de dominación en el afán de rescatar a su familia de las garras de la ninfómana Blanche y a la que impone su justo castigo por sus cuantiosas perversiones. Quizá el final de la película era necesario para contrarrestar esa imagen magnética que Brando transmitía.
Y en medio de la lucha, Stella, la mujer de Stanley y hermana de Blanche, educada y acostumbrada a otros modos y a otros escenarios, se ha adaptado bien al mundo de su marido al que es capaz de perdonar una y otra vez sus ataques de cólera. Puede que, una vez caído el telón, no tarde en descubrir quién es en realidad Stanley Kowalski y reciba así el justo castigo por lo que no quiso impedir, de la misma forma que lo recibió Blanche, trastornada por los remordimientos al haber despreciado antaño a otro ser tan angustiado por sus conflictos personales como ella ahora.
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Un tranvía llamado Deseo.
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March 11, 2019
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March 11, 2019
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en-capilla
May 5, 2019
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Started Reading
May 14, 2019
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Finished Reading
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message 1:
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Celeste
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rated it 4 stars
May 14, 2019 10:30AM
Sempre terminamos dependendo da amabilidade de pessoas desconhecidas como se lê no final.
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Marisol wrote: "Buenísima obra y me gusto mucho tu análisis, me da otra perspectiva y me abunda en detalles."
Muchas gracias, Marisol. Una obra universal, en efecto, que se disfruta leyendo casi tanto como asistiendo a su representación.
Muchas gracias, Marisol. Una obra universal, en efecto, que se disfruta leyendo casi tanto como asistiendo a su representación.
Great review, Guille (gosh I almost typed Blanche). I have yet to see the movie or read the book. I read Night of the Iguana (and saw the movie) and was impressed. I must try Williams again. Thanks Guille.
David wrote: "Great review, Guille (gosh I almost typed Blanche). I have yet to see the movie or read the book. I read Night of the Iguana (and saw the movie) and was impressed. I must try Williams again. Thanks..."
Gracias, David. Te recomiendo los dos, el libro y la película. También me encantó la película Night of the Iguana.
Gracias, David. Te recomiendo los dos, el libro y la película. También me encantó la película Night of the Iguana.
Hanneke wrote: "Guille, great review. The novel is so heartbreaking. The movie is that too!"
Terrible, en efecto, ambas. Gracias, Hanneke.
Terrible, en efecto, ambas. Gracias, Hanneke.
Luna wrote: "Wonderful review! I love a tragic story and Streetcar is one of the best!"
Muchas gracias, Luna.
I love a good story and Streetcar is one of the most tragic.
Muchas gracias, Luna.
I love a good story and Streetcar is one of the most tragic.