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Melli rating:
8
7.9
47,680
Film noir. Mystery. Drama
It is set during a heat wave in 1930s Los Angeles, whose residents are suffering from a water shortage as a result of an ongoing drought. Private investigator Jake Gittes (Jack Nicholson) runs a detective agency specializing in matrimonial strife and infidelity. When a client posing as the wife of the L.A. water commissioner hires him to spy on her husband, who is rumored to be having an affair with a younger woman, Jake uncovers a plot ... [+]
Language of the review:
- es
June 15, 2007
20 of 24 users found this review helpful
1974 fue un año medio raro. No por que haya muerto Perón, haya caído la dictadura salazarista en Portugal o haya renunciado el presidente Nixon por el famoso Watergate; sino porque fue el año en que hubo mucho espectáculo y poco premio en más de una ocasión y en diferentes certámenes.
Por un lado la famosa Naranja Mecánica de Rinus Michels, bajo la batuta de Johan Cruyff, desplegó un fútbol total en el Mundial de Alemania. Con el concepto claro de tratar bien la pelota, predominar el toque por sobre el pelotazo, la técnica por sobre la táctica y el ataque como mejor defensa, Holanda brilló como ninguno en ese Mundial y como casi nadie en la historia del Fútbol. Llamativamente cayó en la final ante el conjunto local, capitaneado por el inolvidable Franz Beckenbauer, menos vistoso pero no menos eficaz, y el espéctaculo brindado por aquel brillante equipo se quedó sin el premio que mereció (la Copa). Hoy en día, no hay nadie que piense en el fútbol-espectáculo y no se acuerde de Rinus Michels y su gran equipo de artistas.
Lo peculiar es que ese mismo año, en el ámbito que nos ocupa, ocurrió algo similar. Roman Polanski sorprendió a todos con una obra que gozaba de un ritmo insuperable, una notable historia con un brillantísimo guión, magníficas interpretaciones y una banda sonora como pocas, guiño al engaño y al suspenso; y curiosamente esa película que hoy es un punto de referencia obligatorio dentro de Cine Negro, tampoco obtuvo un premio acorde a su exquisitez. Una todavía más genial segunda parte del Padrino, su director y sus actores, se llevaron justificadamente la mayoría de las condecoraciones, dejando a Polanski con el consuelo del guión.
Décadas después, el mundo no se olvida de Polanski, de Nicholson y de ese ícono del cine que no fue muy premiado pero sí glorificado, que fue Chinatown.
Por un lado la famosa Naranja Mecánica de Rinus Michels, bajo la batuta de Johan Cruyff, desplegó un fútbol total en el Mundial de Alemania. Con el concepto claro de tratar bien la pelota, predominar el toque por sobre el pelotazo, la técnica por sobre la táctica y el ataque como mejor defensa, Holanda brilló como ninguno en ese Mundial y como casi nadie en la historia del Fútbol. Llamativamente cayó en la final ante el conjunto local, capitaneado por el inolvidable Franz Beckenbauer, menos vistoso pero no menos eficaz, y el espéctaculo brindado por aquel brillante equipo se quedó sin el premio que mereció (la Copa). Hoy en día, no hay nadie que piense en el fútbol-espectáculo y no se acuerde de Rinus Michels y su gran equipo de artistas.
Lo peculiar es que ese mismo año, en el ámbito que nos ocupa, ocurrió algo similar. Roman Polanski sorprendió a todos con una obra que gozaba de un ritmo insuperable, una notable historia con un brillantísimo guión, magníficas interpretaciones y una banda sonora como pocas, guiño al engaño y al suspenso; y curiosamente esa película que hoy es un punto de referencia obligatorio dentro de Cine Negro, tampoco obtuvo un premio acorde a su exquisitez. Una todavía más genial segunda parte del Padrino, su director y sus actores, se llevaron justificadamente la mayoría de las condecoraciones, dejando a Polanski con el consuelo del guión.
Décadas después, el mundo no se olvida de Polanski, de Nicholson y de ese ícono del cine que no fue muy premiado pero sí glorificado, que fue Chinatown.