En nuestro viaje a Taiwán, hemos recorrido la isla de norte a sur, desde Taipei a Kaohsiung, a bordo de un tren de alta velocidad, una forma cómoda y rápida de moverse. Un paisaje urbano de rascacielos y grandes ciudades que se divisaba desde la ventanilla del tren, cuando reducía su velocidad en las escasas paradas del trayecto, intercalado entre un paisaje rural de extensas llanuras verdes que se sucedían vertiginosamente.