Sobre autobiografía se investiga desde hace mucho tiempo, y desde los últimos cuarenta años continúan saliendo estudios que corroboran y andan al paso con la evolución del género, incluso en la contemporaneidad, esta postmodernidad que...
moreSobre autobiografía se investiga desde hace mucho tiempo, y desde los últimos cuarenta años continúan saliendo estudios que corroboran y andan al paso con la evolución del género, incluso en la contemporaneidad, esta postmodernidad que todo lo funde y todo lo complica, a la hora de definir ámbitos y confines. Por falta de tiempo no es posible aquí profundizar algunos aspectos de la reflexión sobre la naturaleza ambigua del género autobiográfico, ambigüedad que nace, por lo menos en las letras hispánicas, con El Lazarillo, donde el caracter veridífico de un yo que relata su vida a un receptor ilústre, se pone en duda una y otra vez. Lo que es, en cambio, mi intento es cuestionar sobre una tipología particular del género, que conlleva otras muchas implicaciones por la naturaleza de los temas tratados, o sea, la autobiografía de testimonios detenidos durante las últimas dictaduras de la segunda mitad del siglo XX.
Otro aspecto que ha producido muchas reflexiones, en ámbito de la creación literaria, es la relación entre experiencia vivida y escritura de dicha experiencia, y aún más, el tiempo que pasa entre momento de la experiencia y momento de su escritura, aspecto que adquiere mayor complejidad cuando el que relata ha sufrido la detención bajo regímen dictatorial. Toda crítica que se enfrenta con estos temas, encuentra un referente común en el ejemplo de los detenidos de los campos de concentración nazi y en la reacción de los sobrevivientes a aquella experiencia límite. De allí las concordacias y las diferencias con el modelo respecto a la manera y al tiempo en que la experiencia de la tortura consigue transformarse y trasmudarse en relato.
Dentro de los parámetros utilizados para elegir mi pequeño corpus –género autobiográfico y temática testimonial-, las tres novelas que voy a analizar (Tejas verdes (Hernán Valdés), Decidme cómo es un árbol (Marcos Ana) y 2922 días. Memoria de un preso de la dictadura (Eduardo Jozami) son de naturaleza muy distinta, y no sólo porque las experiencias en ésas contadas se realizan en lugares y tiempos bien diferentes, sino también porque en ellas lo que difiere es la construcción formal y retórica, y sobre todo, la relación entre tiempo de la historia y tiempo de la diegesis –según la distinción hecha por Genette-.