[ESPAÑOL] La casa Fernando Gómez en Durana (1959-60) constituye una profunda reflexión de Francisco Javier Sáenz de Oíza acerca de la capacidad integradora de la Arquitectura para dar sentido a la complejidad del habitar. Es un ejercicio...
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La casa Fernando Gómez en Durana (1959-60) constituye una profunda reflexión de Francisco Javier Sáenz de Oíza acerca de la capacidad integradora de la Arquitectura para dar sentido a la complejidad del habitar. Es un ejercicio de búsqueda de lo esencial en lo que representa una casa como “lugar para vivir”, como espacio habitable concreto con el que se identifique una familia, atendiendo a un clima riguroso y a los condicionantes de una parcela situada entonces entre campos de trigo a pocos kilómetros de Vitoria.
La casa representa, como pocas en la España de esa época, una alternativa dentro del contexto de crisis de un Movimiento Moderno que había identificado la casa como “máquina para vivir”. Refleja también un cambio en la trayectoria profesional de Oíza, quien, tras sus primeras obras religiosas y varias experiencias con la tipología habitacional para viviendas sociales en Madrid, se enfrenta por vez primera al tema de la vivienda unifamiliar. Se trata de un proyecto orgánico-racional donde forma y técnica se alían para traer al presente lo arcaico del habitar, la idea primigenia de “refugio”, sugiriendo una construcción anónima y simbólica al mismo tiempo, lejos de manierismos lingüísticos y referencias obvias, aunque subyacen ciertos temas de sus admirados Wright y Mies, o de sus contemporáneos Coderch, Albini o Utzon.
Oíza construye la idea de “cobijarse bajo un tejado” desde una natural lógica funcional y una forma unitaria de cubierta, solución sencilla pero eficaz para la relativa complejidad del programa habitacional. Topológicamente compacta pero fenomenológicamente cambiante, ejerce una atracción centrípeta del espacio hacia el vértice junto al hogar y una tensión centrífuga hacia el exterior, dirigiendo la mirada mediante huecos singulares para cada uso y orientación, con espacios interiores y exteriores tratados con igual atención. Su actitud integradora es conciliadora de opuestos, y muestra así a la casa como dispersa y concentrada, abierta y cerrada, racional y orgánica, coherente y contradictoria.
Se plantea una investigación desde el habitar más tangible, rastro que facilita explorar las ideas y las referencias presentes en este singular proyecto. A partir del conocimiento directo de la obra por una visita reciente a la casa y por las fotografías de época de Alberto Schommer, adoptamos un método inductivo desde la propia obra hasta los planos originales del proyecto de ejecución visado en agosto de 1959, con la intención de explicar las decisiones tomadas por un Oíza que se revela aquí con una intuición extraordinaria, patente en su interesante representación gráfica y en los cambios introducidos en la dirección de obra.
La obra se descubre como pieza insólita e inclasificable, sin claros precedentes ni consecuentes directos en la trayectoria del arquitecto navarro, motivo por el que quizá la historiografía española apenas ha prestado importancia a esta primera vivienda unifamiliar suya. Desde el punto de vista de la investigación exige partir de cero para entender que la casa resulta ser, al fin, una sencilla respuesta a la pregunta que se hace oportunamente su autor: “¿Cómo haría, de manera natural, un hombre su casa?”.
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[ENGLISH]
The Fernando Gómez house in Durana (1959-60) is Francisco Javier Sáenz de Oíza’s profound reflection about the integration capacity of architecture to give meaning to the complexity of living. It’s an exercise of searching for the essentials in which a house represents a “place to live”; as a particular habitable space with which a family could be identified, attending to a severe climate and taking into account the plot’s particular conditionings, located amongst wheat fields a few kilometers from Vitoria.
The house represents, as seldom did in Spain at the time it was constructed, an alternative within the crisis of the Modern Movement that had identified the house as a “machine for living in”. It also reflects a change in the professional career of Oíza, who, after his first religious works and several experiences with social housing in Madrid, was confronted for the first time with designing a single-family residence. It is an organic-rational project where form and technique come together to bring to the present the archaic substance found in the act of living, like a primitive idea of “shelter”, suggesting, at the same time, an anonymous and symbolic building, far from linguistic mannerisms and obvious references, although certain themes of his admired Wright and Mies, as well as of his contemporaries Coderch, Albini or Utzon.
Oíza constructed the idea of "sheltering under a roof" from a natural functional logic and a unitary form of a roof, a simple but effective solution for the relative complexity of the housing program. Topologically compact but phenomenologically changeable, the house exerts a centripetal attraction of the space towards the vertex next to the fireplace and a centrifugal tension towards the sorrounding garden, directing the focus across singular gaps for each use and orientation, with interior and exterior spaces treated with equal attention. Its integrating attitude reconciles opposites, and thus shows the house as dispersed and concentrated, open and closed, rational and organic, consistent and contradictory.
The research is proposed from the dwelling tangible living perspective, a trace that allows us to explore the ideas and references present in this unique project. From the direct knowledge of the work by a recent visit to the house and by observing the photographs of Alberto Schommer, we adopt an inductive method from the work itself and ending with the original plans of the execution project approved in August 1959. The idea is to explain the decisions taken by Oíza, who shows that is revealed here with an extraordinary intuition, obvious in its interesting graphic representation and in the changes introduced during the construction work.
The work shows itself as an unusual and unclassifiable piece, without clear precedents or direct consequences in the career of the Navarre architect, which is perhaps why Spanish historiography has given little importance to this his first single-family home. From the point of view of the research, it requires starting from scratch in order to understand that the house turns out to be, in the end, a clear answer to the question that the author asked himself opportunely: “How would a man, in a natural way, build his house?”