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LA REVISTA FLASH, EL VALLE DE PUNILLA Y SUS FANTASMAS

Durante la década de 1980 (desde noviembre de 1982 a marzo/abril de 1987) Jaime Cañas, el articulista de la revista FLASH instalado permanentemente en Capilla del Monte, escribió toda una serie de breves artículos cuyas temáticas giraron —en más del 95 % de los casos— en torno a fenómenos extraños. Anomalías que iban en contra de los paradigmas científicos vigentes, que tantos adscriptos al misterio pretenden derribar desde hace tiempo.

1 LA REVISTA FLASH, EL VALLE DE PUNILLA Y SUS FANTASMAS Por Fernando Jorge Soto Roland* Jaime Cañas, la revista FLASH y el sensacionalismo periodístico BREVE INTRODUCCIÓN CRÍTICA Durante la década de 1980 (desde noviembre de 1982 a marzo/abril de 1987) Jaime Cañas, el articulista de la revista FLASH instalado permanentemente en Capilla del Monte, escribió toda una serie de breves artículos cuyas temáticas giraron —en más del 95 % de los casos— en torno a fenómenos extraños. Anomalías que iban en contra de los paradigmas científicos vigentes, que tantos adscriptos al misterio pretenden derribar desde hace tiempo. Abducidos, contactados, aterrizajes de ovnis, fantasmas y brujería, eran tópicos muy comunes en la pluma del periodista; quien inspiró y alimentó el imaginario de muchas otras personas (y personalidades), ayudando a construir la atípica historia de esa región del Valle de Punilla. Hoy centro neurálgico del turismo místico y ufológico. Si tuviera que dar una opinión personal sobre su trabajo como corresponsal —fundada únicamente en la lectura de todos sus artículos en FLASH— diría que ésta se podría resumir en los siguientes ítems:  Como escritor me resultó bastante limitado. Sus argumentaciones son deficientes y las estructuras de sus trabajos muchas veces inconexas y sin sentido.  * Jamás cita las fuentes eruditas en las que basa sus endebles argumentos. Profesor en Historia por la facultad de Humanidades de la UNMdP (Argentina). 2  La gran mayoría de sus artículos son entrevistas en las que el reporteado, curiosamente, utiliza el mismo vocabulario y formas expresivas que el entrevistador.  En casi todos sus trabajos, el entrevistado siempre resulta ser un “hueso duro de roer”, de “difícil acceso”, “poco afecto a brindar información” y generalmente “renuente a charlar con desconocidos”. Esa resistencia sólo es vencida por el propio periodista, gracias a la confianza que él es capaz de generar y el conocimiento directo que tiene de las personas de las que requiere información.  El misterio y lo irresuelto campea siempre al final de la nota. Son finales abiertos, recordándome mucho los famosos epílogos de Rod Serling en la serie de TV La Dimensión Desconocida.  Sus entrevistados son todos “sabios”, “inteligentes”, “bien informados”. En una palabra, predomina el criterio de autoridad, única base de credibilidad para los temas tratados.  Sobrevuela la sospecha de que muchas de las personas a las que acude para avalar las historias que reporta fueron inventadas, lisa y llanamente, por él.  Respecto de las fotos que se adjuntan en sus artículos, en muchísimos casos nos encontramos con imágenes que no coinciden con lo escrito en el cuerpo principal de la nota. Además, los epígrafes de las imágenes suelen ser producto de la imaginación; y, por ende, nada tienen que ver con la foto exhibida. Con relación a ese asunto hay que considerar la posibilidad de que las fotos mencionadas hayan sido adjuntadas por el editor de FLASH y no por el autor. Aún así, es una clara señal de mala fe y del amarillismo tan característico del mencionado tabloide.  Una de las preocupaciones recurrentes que acosa a J. Cañas en numerosos artículos es la conformación de un “Nuevo Gobierno Mundial”, cuyos secretos propósitos intentan concretarse haciendo uso de “poderes mentales y tecnología”. Una clara y temprana manifestación conspiranoica, hoy por demás extendida.  Otro de los tópicos que disfruta es el de los “grupos secretos”, logias y organizaciones discretas que se mueven en las sombras, organizando reuniones (en Capilla del Monte y localidades vecinas) para tratar cuestiones que tienen que ver con lo ufológico y la parapsicológico.1  Finalmente, presenta al Valle de Punilla —y a Capilla del Monte muy especialmente— como una singularidad. Una región predispuesta a tener un clima ideal, un agua energizada capaz de producir una extraordinaria longevidad a quien la bebe y personajes con intereses artísticos e intelectuales fuera de lo común. Toda una anomalía en sí misma. 1 Nota: No es de extrañar que J. Cañas haya sido autor de varios libros que rozan el tema del secreto. Espionaje en la Argentina, Editorial Mundo Actual, Buenos Aires, 1969. // Los Hijos del Apocalipsis. La corte de Lucifer, E. Madera Editor, Buenos Aires, 1979. // ¿Qué hicieron los agentes secretos en Río de la Plata?, Plus Ultra, Buenos Aires, 1970. // Historia Secreta I: Espionaje desde la antigüedad a Federico II, Editorial Kraft, Buenos Aires, 1968. 3 “UNA O.N.U. ESOTÉRICA” Revista FLASH del 10 de julio de 1984 En el artículo que analizaré a continuación, J. Cañas alude a una reunión secreta llevada a cabo en Sierra Chica, localidad ubicada a tres kilómetros de la ciudad de La Cumbre (la “Recoleta de Punilla”) en la provincia de Córdoba, Argentina.2 Allí se levanta la hermosa mansión neo-colonial, bautizada El Paraíso, que perteneció al escritor Manuel “Manucho” Mujica Láinez y en la que vivió sus últimos años de vida, entre 1969 y 1984. Por lo tanto, es bastante sintomático que el J. Cañas haya dedicado la nota al famoso escritor, por entonces recientemente fallecido (Mujica Láinez murió el 21de abril del ’84 y la nota es de julio del mismo año). Pero nada de esto debe sorprendernos. El deceso de Manucho fue noticia de tapa en el mundo entero y Cañas, viviendo en Capilla del Monte, debió sentirse especialmente tocado por el óbito de una personalidad en gran parte cercana (al menos geográficamente). Tampoco llama mucho la atención que lo relacionara con cuestiones fantasmales ya que es bien sabido que al aristocrático escritor era un adepto a la temática (tanto como al esoterismo y la demonología). 2 Cañas, Jaime, “Las sierras de Córdoba fueron escenario de un congreso internacional sobre fantasmas” en revista FLASH, AÑO v, n° 214, Buenos Aires, del 19 de julio de 1984, página 27. 4 Sin dar una fecha exacta de la reunión, ni pruebas contrastables de que ésta efectivamente se hubiera realizado, J. Cañas nos cuenta que en ese rincón serrano “descubierto por inmigrantes ingleses hace 98 años”3 [misma zona en la que solía pasar sus vacaciones el célebre Guy Williams, El Zorro] se había celebrado una verdadera “ONU esotérica”4, a la que habían concurrido “desde los 4 rincones del mundo”5 los más destacados especialistas en cuestiones “parasíquicas” y fantasmas. Allí reunidos, “en una casa de casi un siglo de vida”6, el misterioso cónclave rindió homenaje al “famoso serrano John Donne”7, cuyo espectro solía aparecérsele a Manucho y a muchos otros residentes en El Paraíso, su casona cordobesa.8 Revista FLASH (detalle de la foto adjuntada en el artículo)- Julio 1984 - Léase atentamente el epígrafe En este punto del camino es donde nos encontramos con dos flagrantes errores. O debería decir, un error; puesto que el segundo es una falsedad deliberada de cabo a rabo. En primer lugar está el nombre que J. Cañas le da al perturbador fantasma (el señor Donne). Que se sepa, Mujica Láinez no lo llamó de ese modo en su novela Cecil (que es donde el autor habla del espectro que vaga en su residencia). Por el contrario, el escritor lo identifica como Mr. Littlemore. Entonces, ¿por qué el artículo le puso un nombre diferente? En mi opinión —y especulando libremente— es 3 Ibídem. Ibídem. 5 Ibídem. 6 Ibídem. 7 Ibídem. 8 Véase: Brondo, Héctor, “Mr. Littlemore: un fantasma inglés en El Paraíso de Manucho”” en La Voz, 31 de enero 2016. Disponible en Web: https://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/mr-littlemore-un-fantasma-ingles-en-el-paraiso-demanucho/?login=facebook 4 5 posible que J. Cañas supiera que Manucho admiraba y solía citar al poeta metafísico John Donne (15721631), un inglés experto en metáforas extrañas de alto contenido esotérico. En segundo lugar está la foto de la casa donde supuestamente se llevó a cabo la reunión de los especialistas en fantasmas [véase la imagen de arriba]. Aquí tenemos un claro ejemplo de lo explicado en la introducción: adornar la publicación con imágenes por completo fuera de contexto. FLASH nos dice que la casona —perteneciente a una tal señora Crowley (de la que más tarde hablaremos) — se levanta en la sierras de Córdoba. Esto es un absoluto fake. La foto en realidad corresponde a una mansión construida en Estados Unidos (muy posiblemente en Nueva Orleans) y la toma, captada en 1960 por el célebre fotógrafo Clarence John Laughlin (1905-1984), lleva por nombre The phanstamal man from the solitary house.9 El fantasmal hombre de la casa solitaria, Clarence John Laughlin, 1960 ¿Por qué eligieron esa foto y no otra? Sencillo: Clarence J, Laughlin (conocido como el Edgar Alan Poe de la fotografía) fue famoso por plasmar antiguas casonas abandonadas, en franco estado de deterioro y con fama de estar encantadas. Publicó al menos dos libros sobre el tema: Ghost along the Mississippi: The 9 Véase detalle y referencias en: https://louisianadigitallibrary.org/islandora/object/hnoc-p16313coll21%3A13769 6 magic of the old houses of Louisiana (1948) y The Ghost along the Mississippi: an essay in the poetic interpretation of Louisiana’s plantation architecture (1961).10 Clarence J, Laughlin: célebre fotógrafo estadounidense, fallecido en 1984 (mismo año del artículo de J. Cañas), que pasó al Más Allá sin imaginar que en un tabloide amarillista de Sudamérica iban a ilustrar, con una de sus fotos, una nota de neto corte sensacionalista. Tal como señalé más arriba, esos “especialistas y amantes de lo esotérico”11 constituían un grupo selecto. Todos ellos “gente elegante, discreta, curiosa y con un alto nivel intelectual”.12 Pero, ¿cómo es posible que nadie haya sabido nada de semejante reunión? Para responder esta pregunta hay que transcribir lo que J. Cañas deslizó (como era costumbre) en su nota: “Fue muy difícil lograr una entrevista y permanecer [en la reunión] dada la fidelidad a la discreción que suele dominar a esta clase de personas”.13 El secretismo una vez más; y sólo él, gracias a sus cualidades de reportero intrépido y perspicaz, la persona capaz de vencer todas las vallas. Cuatro largos días les demandó el “congreso”. Cuatro jornadas en las que, aislados en “esa casa de las sierras de Córdoba”, sus asistentes debieron compartir historias y retroalimentarse con fantasías dignas de un cuento de terror (como suele ocurrir en reuniones de ese tipo). Pero, dado que la discreción era la nota más destacada del grupo, sólo tres nombres de los allí presentes salieron a la luz: Ann Crowley (inglesa de 85 años de edad, con 62 de permanencia en la Argentina), Juan March (barcelonés) y Charles Petit (de París).14 10 Véase referencias a estas dos obras en: https://www.biblio.com/ghosts-along-the-mississippi-by-laughlin-clarencejohn/work/25313. asimismo véase libro sobre el fotógrafo: Haunter of ruins: the photography of Clarence J, Laughlin (1997). Disponible en Web: https://www.amazon.ca/Haunter-Ruins-Photography-Clarence-Laughlin/dp/0821223615 11 Cañas, Jaime, “Las sierras de Córdoba fueron escenario de un congreso internacional sobre fantasmas” en revista FLASH, AÑO v, n° 214, Buenos Aires, del 19 de julio de 1984, página 27. 12 Ibídem. 13 Ibídem. 14 Ibídem. 7 La señora Crowley (de la que a esta altura dudo de su existencia real y cuyo apellido sospecho deriva del célebre y detestado ocultista Alister Crowley) es la que llevó la voz cantante en todo el reportaje, dando claras muestras de un amplio conocimiento sobre nigromancia y la historia general del “fenómeno de los fantasmas”.15 Así, J. Cañas pone en boca de su entrevistada toda una serie de datos sobre el tema, remontándose hasta los días de Homero y su Odisea; pasando luego por Tertuliano (siglo II d.C.), Shakespeare (siglo XVI), hasta llegar a la fundación de la Sociedad de Estudios Psíquicos de Londres (1869).16 Todos y cada uno de ellos abalan la presencia de fantasmas a lo largo de la historia, dando pruebas de su existencia y divulgando métodos de invocación infalibles. Claro que de todas las evidencias disponibles, la fotografía es (a criterio de los cazadores de espíritus) la más notable de todas. De allí que FLASH publicara dos instantáneas de ese tipo; ¡tomadas al momento de celebrarse el congreso cordobés! Revista FLASH (detalles de las fotos adjuntadas en el artículo)- Julio 1984 - Léase atentamente los epígrafes Una vez más la falacia se vuelve concreta y evidente. El par de fotografías adjuntadas al artículo no se corresponden al contexto serrano en cuestión. Ni siquiera fueron tomadas en Argentina y los epígrafes son una muestra más de la falta de honestidad intelectual de FLASH. Desconozco si J. Cañas tiró la bronca sobre el proceder del editor, pero de hacerlo no debió ser lo suficientemente vehemente ya que siguió enviando reportes y publicaciones a lo largo de los tres años siguientes. La primera foto (la del supuesto fantasma que visitaba a Manucho Mujica Láinez) resultó sencillo de rastrear. Hay centenares de “fotografías de espíritus” publicadas desde el último cuarto del siglo XIX, tras el auge del espiritismo. Algunas resultan más “famosas” que otras, especialmente hoy con el uso de Internet. La tecnología facilita las cosas. Por tal motivo me bastaron pocos minutos para ubicar la fotografía original que FLASH y J. Cañas utilizaron. 15 16 Ibídem. Ibídem. 8 La dama marrón de Raynham Hall (1936) Se trata de la archiconocida Dama Marrón de Rayham Hall. Foto tomada en la mansión inglesa de Rayham en 1936. Es un ícono en la historia de la parapsicología y para muchos la prueba más cabal de la existencia de vida después de la muerte; por más que esté más que probado que se trata de un fraude.17 La segunda foto, en la que se afirma aparecen los rostros de Charles Petit y Juan March junto a un fenómeno fantasmal durante el congreso (¡vistiendo cuellos más propios del siglo XIX o principios del siglo XX que de los años 1983/1984!), resulta ser otra descarada mentira. No encontré la foto original por la Web. De seguro debe estar perdida en alguna enciclopedia de fantasmas (en la de Daniel Cohen tampoco aparece). Pero por estilo y calidad no cabe la más mínima duda que se trata de una de esas escenas espíritas en las que un médium gestionaba el clima necesario para que una manifestación ectoplasmática hiciera acto de presencia. Algunos ejemplos de antiguos trucos fotográficos que muestran apariciones fantasmales 17 Para una breve historia de la foto véase el siguiente link: https://www.blogodisea.com/la-mujer-de-marron-deraynham.html 9 Ya para terminar, en la última parte del artículo, Ann Crowley despliega toda una serie de explicaciones sobre el fenómeno en Argentina, en respuesta a una serie de preguntas hechas por J. Cañas. “— ¿Por qué en nuestro país no tenemos una gran tradición de fantasmas, señora Crowley? “—La verdad es que existe material sobre el tema, pero la censura, el miedo y el predominio confesional sobre nuestra sociedad, limitó la investigación sobre el tema. Pero gracias al avance ciertas libertades [recordar que estamos en 1984, a meses de recuperar la democracia con Raúl Alfonsín], ahora aparecen en estos tiempo muchas casas con ruidos, movimientos de objetos, etcétera, todo bien verificado por los parapsicólogos, sacerdotes y hasta policías. Fíjese que en Cruz Chica, lugar descubierto por mis antepasados escoceses por la belleza natural y su clima positivo, tenemos un caso famoso. La casa ‘El Paraíso’, que adquirió Mujica Láinez, pertenecía a un inglés que la habitaba con su cocinera criolla, a la cual amaba con pasión. Su esposa que estaba de viaje por Londres, al regresar tomó una fuerte determinación y envenenó a su marido… Y cuando el autor de ‘Misteriosa Buenos Aires’ adquirió la casa en ruinas y la reconstruyó, ‘Por las noches aparecía el señor Donne, que llegó hasta molestar a sus visitantes’.”18 “— ¿Qué es lo que busca el congreso? —inquiere J. Cañas. “— Conocernos mejor entre los que buscamos fantasmas, intercambiar experiencias y datos, pero evitando la publicidad malsana o exagerada que provocan estos problemas. Discretamente vamos integrando un buen ejército de cazadores de fantasmas a nivel internacional. Ya es hora de que los argentinos aprovechen la libertad actual para ahondar más y más en la caza de fantasmas.”19 Y llegamos así a la pregunta final. Pregunta que desvela el lado paraufólogico que Cañas venía destilando en artículos anteriores. “— ¿Los ovnis no serán en algunos casos fantasmas? “— Yo creo muchas veces que son fantasmas cósmicos a nivel de otro espacio tiempo; en otros casos son verdaderos aparatos estratégicos, y en varios casos simples, auto-fantasmas de personas con angustias personales o egocentrismos crecientes. Opino que sería necesario un meduloso estudio correlativo entre la aparición de los fantasmas y los ovnis, como si hubiera una relación paralela entre dos fuerzas cósmicas. Pero eso estará en manos de las nuevas generaciones, las que por su edad y falta de prejuicios, tiene por delante un mundo impresionante y de enormes posibilidades psíquicas”.20 Cañas, Jaime, “Las sierras de Córdoba fueron escenario de un congreso internacional sobre fantasmas” en revista FLASH, AÑO v, n° 214, Buenos Aires, del 19 de julio de 1984, página 27. 19 Ibídem. 20 Ibídem. 18 10 BREVES PALABRA FINALES Durante años había escuchado hablar de los artículos de Jaime Cañas en FLASH. Me decían que sus concienzudas investigaciones eran sorprendentes y que constituían la prehistoria de lo que algunos llaman “Capillología”. Comentaban también de su confiabilidad, de su enorme archivo (perdido tras su muerte) y del modo en el que contribuyó a reflejar la extraordinaria realidad que se vivía en Punilla —y muy particularmente en Capilla del Monte— mucho antes de que apareciera la famosa “Huella del Pajarillo”. En aquel discurso, el periodista desempeñaba el rol de un adelantado a su tiempo; un pionero dedicado a desentrañar los misterios verdaderos de toda la región y una prueba fiel de que cosas extrañas ocurrían allí. Pero, como suele suceder, la realidad supera cualquier error, mentira o exageración. Me bastó ir a las fuentes, a los artículos escritos por el reportero (que guardaban polvo en la Hemeroteca Nacional), para advertir cuánta palabrería vana se había acumulado en los últimos treinta y pico de años. Y que, como bien decía el dibujante Alberto Breccia (frase que adoro y he utilizado decena de veces): “Ocurre que las cosas se mistifican y después se descubre que detrás del mito siempre hay una vulgaridad, un tipo en camiseta”.21 FJSR BUENOS AIRES DICIEMBRE 2022 21 Cáceres, Germán, La aventura en América, Editorial La Palabra Mágica, Buenos Aires, página.73.