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Intervenciones sobre el pasado

2011, Marta Philp (comp.) Intervenciones sobre el pasado

Intervenciones sobre el pasado es el título de este libro que compila los trabajos realizados por los integrantes del proyecto de investigación Historia, política y memoria: los procesos de legitimación del poder político en la Argentina contemporánea. Lecturas desde Córdoba, radicado en el Centro de Investigaciones “María Saleme de Burnichón” de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. Este proyecto se funda en una línea de investigación centrada en procesos de legitimación política, donde la clásica historia política, asociada a la historia tradicional, es redefinida como historia del poder e incluye dentro de sus problemas centrales, aquellos aspectos coadyuvantes de la legitimación, el consenso y los aspectos simbólicos del poder. Desde una perspectiva que vincula la historia política con la historia de la historiografía, se trata de indagar acerca de la naturaleza social del poder como tópico fundamental para comprender los conflictos y las disputas en torno a las diferentes concepciones de lo político, interpretando que el estudio de los procesos de legitimación del poder implica nuevos desafíos para la investigación histórica. ¿Qué significa intervenir sobre el pasado? ¿Quiénes intervienen sobre el mismo? Como respuesta a estas preguntas nuestro libro se compone de tres secciones que remiten a diferentes maneras de intervenir sobre el pasado. La primera, titulada “Historiadores” centra las miradas en una tarea, la de historiar, que, para la historiografía occidental, tiene su mito de los orígenes en el mundo griego. Una tarea, un oficio, el de historiador, definido en toda su complejidad en el clásico texto de Marc Bloch Apología para la historia o el oficio de historiador, concebido y ejercido en distintos contextos espacio-temporales, a partir de diferentes sistemas de pensamiento. Aquí los interrogantes se centran en los productores de la historia, en los posibles contenidos de las operaciones de memoria: los historiadores profesionales o autodidactas, cientistas sociales en general, a título individual, o como integrantes de instituciones, que incluyen las Juntas provinciales y locales de Historia, en vinculación con instituciones del ámbito central, las universidades del país y de otros países de América Latina y los centros de investigación gestados por fuera de ellas. La segunda, “Conmemoraciones”, aborda los usos del pasado realizados, desde mediados del siglo XX, por distintos actores políticos y sociales que evidencian las íntimas vinculaciones entre la historia, la política y la memoria. Las miradas sobre estas operaciones de memoria, como la mayoría de los trabajos incluidos en este volumen, se gestan en un espacio específico, la provincia de Córdoba, en diálogo con acciones similares desarrolladas en espacios nacionales, léase centrales. Aquí una de las preguntas clave es: ¿qué pasado para qué modelo político? Las conmemoraciones y homenajes constituyen el campo, los espacios de disputas por el poder; los observatorios privilegiados para mirar la historia argentina contemporánea. Dichos espacios están inmersos en el contexto político de la época, habitado por diferentes “marcos sociales de la memoria”, que expresan los valores presentes en la sociedad, las distintas visiones de mundo, los lugares de referencia a partir del cual los diferentes actores, con desiguales recursos de poder, ejercen su memoria. Las preguntas a responder se relacionan con la selección de los contenidos de la memoria, con los actores interesados y con el poder suficiente para promover una memoria determinada que justifique su lugar en el presente. La tercera sección, titulada “Peronistas, comunistas y militares” rescata intervenciones políticas de distintos actores: el movimiento peronista y su líder, Juan Domingo Perón; el Partido Comunista y los militares del “Proceso”. Desde la operación historiográfica, concebida como una tarea de rescate de determinados procesos históricos, aquí nos preguntamos por los actores políticos que, en distintos gobiernos, constitucionales o cívico-militares, intervinieron sobre el presente y el pasado, legitimando determinados modelos de sociedad, de “Argentinas” posibles.

la rama más radical del PAN, en manos del juarismo, y que fue este Partido quien gobernó la provincia entre 1880 y 1909. La toma de posición de la Iglesia no respondió a una afirmación de fe sino a una contraofensiva ante el liberalismo que estipulaba la separación de la Iglesia-Estado y consideraba que las creencias pertenecían a la conciencia individual.11 Igualmente, no todo este período puede ser visto como el de una división infranqueable entre ambas facciones12 ya que la polarización de 1880 cedió ante una estrategia conciliadora la siguiente década, en las que las condiciones ideológicas perdieron su lugar central. Cuando en Córdoba en 1915 los clericales Eufrasio Loza y Julio Borda asumieron el gobierno, la adopción de medidas antiliberales generó otra escalada de disputas entre católicos y liberales. La Reforma universitaria acentuó el enfrentamiento ya que “el éxito de radicalizadas metodologías adoptadas por los estudiantes reformistas causó alarma en diversos sectores de una sociedad “provinciana”, poco acostumbrada a condiciones disruptivas de tal magnitud”.13 De esta manera, la tensión se instala desde 1918 y parte de la década de 1920 en muchas instancias del poder. La nueva hegemonía liberal en el continente se caracterizó por la marginalización institucional de lo religioso y su traslado al ámbito de _______________ 11 ROITENBURD, Silvia, “Católicos sin partido. Consideraciones sobre el clericalismo de Córdoba (1880-1919)”, en: TCACH, Cesar (coord.) (2010), Córdoba Bicentenaria. Claves de su historia Contemporánea, Córdoba: Editorial universidad Nacional de Córdoba, p. 73 12 En este punto considero importante esclarecer que al concepto de facción lo tomaré desde el punto de vista de grupos disidentes que no son homogéneos y que no necesariamente son infranqueables. Con esto, quiero evitar caer en el concepto de facción que le agrega una connotación violenta, siendo que los grupos disidentes a los que haré alusión no tuvieron signos de violencia muy marcados y nunca llegaron a confrontaciones de violencia explicita durante el siglo XX. 13 MOYANO, Javier, “EL clivaje entre clericales y liberales en la política cordobesa entre 1890 y 1930. Sus alcances y limites como causa de alianzas y conflictos entre la dirigencia”, en: TCACH, Cesar (coord) (2010), Córdoba Bicentenaria. Claves de su historia Contemporánea, Córdoba: Editorial universidad Nacional de Córdoba, p. 110. 24 Intervenciones sobre el pasado - 1° ed. Córdoba: Alción Editora, 2011. Marta Philp (comp.) 291 p.; 15 x 21 cm. ISBN 978-987-6461. Historia. I. Título CDD 864 el laico se dedicaba a la actividad política 9- lo llevó a tomar la historia y otros marcos como medios de defensa de la Iglesia, que buscaba su afianzamiento y difusión en las masas para evitar la expansión de las ideas anarquistas y socialistas. Es así que considero que mi aporte servirá para analizar el rol que jugó la Iglesia en los estudios históricos, y como las operaciones de la memoria y la legitimación de hechos históricos pasados sirvieron como intento de reivindicación de la institución eclesial ante la progresiva pérdida de su poder en el plano político. El escenario: disputa entre clericales y liberales Realizando una somera descripción de este período encontramos que Argentina fue parte de un proceso de secularización de sus instituciones, promovidas por el PAN (Partido Autonomista Nacional) en la década de 1880. Esto llevó a una división y toma de posiciones respecto a quienes apoyaban estas medidas y quienes las tomaban como equivocadas. El proceso de secularización eclesial se inició en esta década a través de las “leyes laicas” -educación común, registro civil y matrimonio civil- a las que se las quiso completar con una ley de divorcio-vincular.10 Teniendo en cuenta que Córdoba fue una provincia en la que la Iglesia contó con una especial fuerza política, mayor sin duda en comparación de otras provincias -como por ejemplo las litoraleñas-, la polarización entre clericales y liberales acentuó esta división. Esto se verifica en que la resistencia parlamentaria a estas leyes secularizadoras en esta década fue liderada por legisladores cordobeses. Sin embargo, también se debe recordar que en Córdoba se dio _______________ 9 GALLARDO, Milagros: “Iglesia, modernidad y cuestión social: la acción católica parroquial. Córdoba, Argentina (1905-1925)” en MOREYRA, B.; MALLO, S. (compil.) (2009), Pensar y construir los grupos sociales: Actores, prácticas y representaciones. Córdoba y Buenos Aires, siglos XVI-XX, Córdoba: Ed. Centro de Estudios Históricos “Prof. Carlos S. A. Segreti”, p. 333. 10 Si bien este proyecto de ley fracasó, el mismo generó una gran polémica durante todo el período. Un fruto visible de esto es el texto de Cabrera sobre el divorcio, al cual analizaré más adelante. 23 la Iglesia. Los grupos “liberales”, basados en una doctrina que coincide con los planteos de la modernidad en su afán de alcance de la libertad individual, buscaron limitar las acciones de aquellos agentes de poder político, por ejemplo, la iglesia, que pudieran impedir la ejecución de este objetivo. La Iglesia priorizó el reforzamiento y unión de sus propios grupos y la elaboración de un proyecto de “contrasociedad” que preludiase la “restauración” integral del régimen cristiano entendido este como “católico”. Por lo tanto, no podemos considerar una equivalencia que la “identifique” con los “oligárquicos” o las clases conservadoras más pudientes ya que tal acción nos llevaría a simplificar demasiado la temática y a no percibir el lugar que ocupó la Iglesia. Ni liberales ni católicos sostuvieron un proyecto de identidad fija. Tanto el imaginario liberal como el de la sociedad “moderna” y laica se enfrentaron a un proyecto global restrictivo. El proceso de conformación social de la Nación sería el resultado de la capacidad de imponer y ampliar los potenciales componentes que tendían a la democratización e integración de las mayorías a la vida pública y a la cultura universal.6 En un período en donde la Iglesia buscaba reubicarse como agente político y social, la misma utilizó diversas herramientas para legitimar y difundir su doctrina;7 una de las cuales fue el uso del pasado como reivindicador de la Iglesia. Para el análisis de esta herramienta, como ya se señaló, consideré el caso de Monseñor Pablo Cabrera ya que, su imposibilidad de participar en la política -en 1915 el obispo de Córdoba, Zenón Bustos y Ferreyra,8 prohibió la participación del clero cordobés en la vida política ya que consideraba que el sacerdote debía limitarse al servicio a Dios y a la Iglesia de manera exclusiva, mientras _______________ 6 ROITENBURD, Silvia: Op Cit, p. 4 El accionar de la iglesia durante el siglo XX estuvo determinada por la Encíclica Papal Rerum Novarum de 1891. Más adelante lo desarrollaré. 8 Zenón Bustos y Ferreyra: que obispo de Córdoba entre 1905 y 1925. 7 22 Intervenciones sobre el pasado Alción Editora Dirección Juan Carlos Maldonado © Marta Philp (compiladora) © Alción Editora, 2011 Av. Colón 359 - Galería Cinerama - Local 15 5000 - Córdoba - República Argentina Tel./Fax: (0351) 4233991 E-mail: [email protected] www.alcioneditora.com.ar Impreso en Argentina Printed in Argentina Hecho el depósito que marca la Ley 11.723 I.S.B.N.: 978-987-646- ción como un proceso de reestructuración de lo religioso, dejando de lado la idea que lo concibe como un proceso de desaparición de la religión en la sociedad y tomando en cuenta que su pluralidad le dará la posibilidad de expandirse desde los especialistas en religión hasta el autoconsumo religioso.3 También es fundamental esclarecer la conceptualización del término “católicos”, para esto seguiré a Silvia Roitenburd quien plantea que, al referirnos a esta condición, no se considera como núcleo exclusivo a Córdoba debido a que en otras regiones del país se pueden registrar prácticas discursivas afines. El papel de la Iglesia de Córdoba desde el período colonial y su peso político en la región contribuirían a explicar su capacidad de reacción y de influencia, superiores a la de la Iglesia porteña en el primer período.4 La conceptualización de modernidad realizada por Mallimaci me resultó interesante ya que considera que ésta es una construcción histórica y simbólica, la delinea como la formación de la autonomía y la realización del sujeto y el individuo en su libertad. Esto fue lo que produjo mayores conflictos con la institución católica ya que conceptos como “Democracia, derechos humanos, libre conciencia y realización plena del individuo han sido acompañados por ideales de competencia, mercado, acumulación, interés y primacía del “yo” sobre el interés colectivo, solidario o el bien común”.5 También es importante clarificar desde que perspectiva conceptualizaré el liberalismo. Considero que el mismo irá unido a los intentos, sobre todo legislativos, de separación de las instituciones estatales de _______________ 3 MALLIMACI, Fortunato: (2000) Catolicismo y Liberalismo: Las etapas del enfrentamiento por la definición de la Modernidad Religiosa en América Latina, Sociedad y Religión, nº 20/21, citando a Hervieu Léger, p. 26 4 ROITENBURD, Silvia: (1998) Nacionalismo católico cordobés: educación en los dogmas para un proyecto global restrictivo, 1862-1943, Tesis de Doctorado UNC, Córdoba. 5 Ibíd. P. 23 21 a la facción clerical, hubo una corriente de historiadores que mediante diversas temáticas reivindicaron la Iglesia. De allí mi estudio de caso, Monseñor Pablo Cabrera, quien fue uno de ellos. Monseñor Pablo Cabrera fue un sanjuanino que se trasladó a Córdoba e inició sus estudios en Teología en el Seminario Conciliar de Loreto en 1870, obtuvo su título en 1881; y falleció en 1936. Este personaje se formó, creció y vivió en este período coyuntural de división del Estado e Iglesia. Su acercamiento a la Iglesia, sin embargo, no le impidió tener un afán de cientificidad y logro de una historia más completa y objetiva. De cualquier manera, no podemos dejar de advertir que su relación con la institución eclesial fue muy fuerte siempre y que su vínculo con la fe se mantuvo sólido durante toda su vida, lo que lo llevó indudablemente, a que en sus escritos se traslucieran todas sus pasiones. Así las cosas, a través de su obra, se pueden analizar su posición y la influencia que el contexto político nacional y provincial desempeñó en sus trabajos. Si bien esto nos permitiría tomar todas sus obras, desde sus comienzos como orador sagrado durante el siglo XIX, hasta su muerte -ya como un sacerdote-historiador de renombre-, esto excedería los márgenes de este trabajo por lo que me centraré solo en algunas obras o escritos periodísticos que me parecieron más ilustrativos y significativos para analizar su uso de la historia como herramienta legitimadora de un actor político en búsqueda de un lugar privilegiado en la sociedad durante este período. En este trabajo me referiré a la Iglesia como una institución que se halla situada en la historia, forma parte de las temporalidades y a la que no se la puede percibir fuera de la misma.2 Consideraré la seculariza________________ 2 El campo de estudio de la Historia de la Iglesia Argentina todavía no cuenta con muchas investigaciones. Sin embargo, es destacable que en esta última década han visto la luz varias obras que intentan lograr una síntesis del tema a nivel nacional, y varios estudios de caso a nivel específico. En el caso de la Iglesia en Córdoba, todavía no se ha realizado una obra que logre una síntesis de la temática en la Provincia y / o ciudad, aunque se cuenta con diversos estudios sobre temas que tratan distintos aspectos específicos que resultan muy enriquecedores. 20 Intervenciones sobre el pasado Marta Philp (Compiladora) Denise Reyna Berrotarán, Matías Giletta, Gloria Di Rienzo, Verónica Canciani Vivanco, Marta Philp, Eduardo Escudero Alejandra Soledad González, Agustín Rojas, Javier Tobares Paola Bonvillani, Federico Zeballos CAPÍTULO 1 La Historia como herramienta de legitimación de la Iglesia a principios del siglo XX. El caso de Monseñor Pablo Cabrera. Denise Reyna Berrotarán Introducción Los años finales del siglo XIX y principios del XX presenciaron un proceso de divorcio entre el Estado y la Iglesia manifestado en la secularización de las instituciones estatales y progresiva pérdida del lugar de la Iglesia como actor político. Si bien este proceso tuvo sus altibajos, en general, los historiadores acuerdan en delinear a este como el período de la separación eclesial de las instituciones estatales. Como afirma Recalde: “Los avances del liberalismo y la incredulidad determinaban el “resurgimiento pagano” (…) el origen del mal que provocaba la declinación de las prácticas religiosas en el conjunto de la población, enraizaba en los materialismos diversos (…)” 1 Esta era la posición de la Iglesia a nivel nacional. Sin embargo, delimitando mi marco espacial a Córdoba, creo que es necesario destacar que la misma fue una de las provincias más católicas del país. Este clericalismo opositor mayor que en Buenos Aires junto a la facción más anticlerical del PAN, llevaron a que Córdoba se convierta en uno de los escenarios más polémicos para el análisis histórico. Los gobiernos usualmente han tendido a utilizar la historia como herramienta de legitimación de su poder e idearios políticos. Esta época no lo fue menos e hizo uso de este recurso y, desde los adeptos _______________ 1 RECALDE, H. (1991) Beneficencia, asistencialismo y previsión social, Buenos Aires: Centro editor de América Latina, 1991. 19 Índice Prólogo, Marta Philp 9 Primera Sección: Historiadores Capítulo 1 “La Historia como herramienta de legitimación de la Iglesia a principios del Siglo XX. El caso de Monseñor Pablo Cabrera.” Denise Reyna Berrotarán 19 Capítulo 2 Sergio Bagú. Apuntes sobre su itinerario intelectual, su teoría histórica y su interpretación de la sociedad colonial latinoamericana Matías Giletta 43 Capítulo 3 “Lucha de calles, lucha de clases. Elementos para su análisis (Córdoba 1971 – 1969)”. Un análisis historiográfico Gloria Di Rienzo, Verónica Canciani Vivanco 71 Segunda Sección: Conmemoraciones Capítulo 4 Conmemorar a San Martín: Historias/memorias nacionales y locales durante el primer peronismo. Marta Philp Capítulo 5 El Año Sanmartiniano en Río Cuarto y los usos del pasado, cuando “La dimensión temporal de un año resulta exigua…” Eduardo Escudero 87 119 Capítulo 6 De juventudes permitidas y celebradas en Córdoba. Homenajes oficiales por el Día del Estudiante durante el ‘ensayo aperturista’ de Viola (1981) Alejandra Soledad González 153 Capítulo 7 Usos del pasado en Córdoba: la reivindicación del caudillo Juan Bautista Bustos y el federalismo en el gobierno de Juan Schiaretti (2008-2010) Agustín Rojas 189 PRIMERA SECCIÓN HISTORIADORES Tercera Sección: Peronistas, comunistas y militares Capítulo 8 A todo o nada. La política peronista entre 1949 y 1952. El caso Córdoba. Javier Tobares 225 Capítulo 9 La inserción social del Partido Comunista en la Córdoba de los años sesenta Paola Bonvillani 249 Capítulo 10 Primeras aproximaciones a las representaciones de los libros en los diarios de Córdoba. El caso de los “materiales subversivos” durante el terrorismo de Estado Federico Zeballos 273 Finalmente, en un contexto de creciente especialización de la historia en el estudio de determinadas parcelas del pasado, con este texto, nos proponemos aportar al conocimiento y, por ende, la comprensión de algunas temáticas y problemas presentes en el funcionamiento de las sociedades contemporáneas que son a su vez producto de procesos de larga duración. Para graficar nuestras aspiraciones, recurrimos a las palabras de un clásico –no sólo- de la historia, Marc Bloch, que pensó su tarea en un contexto lejano en el tiempo al nuestro pero que sintetiza con claridad los motivos que fundan nuestros trabajos: “No hay, pues, más que una ciencia de los hombres en el tiempo, que sin cesar necesita unir el estudio de los muertos con el de los vivos. ¿Cómo llamarla? Ya he dicho por qué el antiguo nombre de historia me parece el más amplio, el menos exclusivo, también el más cargado de los conmovedores recuerdos de un esfuerzo mucho más que secular… Al proponer que se prolongue hasta el presente, en contra de ciertos prejuicios, por lo demás menos antiguos que la palabra misma, no pretendemos ninguna reivindicación corporativa. La vida es demasiado breve y los conocimientos se adquieren muy lentamente como para permitir, incluso al mayor genio, tener una experiencia total de la humanidad, tanto como la edad de piedra y la egiptología siempre tendrán sus especialistas. A unos como a otros, simplemente se les pide recordar que las investigaciones históricas no padecen de autarquía. Aislado, ningún especialista entenderá nada sino a medias, incluso en su propio campo de estudio y la única historia verdadera, que no puede hacerse sino con ayuda mutua, es la historia universal”.2 Este texto pretende sumarse a esta tarea colectiva. Marta Philp Córdoba, agosto de 2011 Prólogo Intervenciones sobre el pasado es el título de este libro que compila los trabajos realizados por los integrantes del proyecto de investigación Historia, política y memoria: los procesos de legitimación del poder político en la Argentina contemporánea. Lecturas desde Córdoba,1 radicado en el Centro de Investigaciones “María Saleme de Burnichón” de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. Este proyecto se funda en una línea de investigación centrada en procesos de legitimación política, donde la clásica historia política, asociada a la historia tradicional, es redefinida como historia del poder e incluye dentro de sus problemas centrales, aquellos aspectos coadyuvantes de la legitimación, el consenso y los aspectos simbólicos del poder. Desde una perspectiva que vincula la historia política con la historia de la historiografía, se trata de indagar acerca de la naturaleza social del poder como tópico fundamental para comprender los conflictos y las disputas en torno a las diferentes concepciones de lo político, interpretando que el estudio de los procesos de legitimación del poder implica nuevos desafíos para la investigación histórica. ¿Qué significa intervenir sobre el pasado? ¿Quiénes intervienen sobre el mismo? Como respuesta a estas preguntas nuestro libro se compone de tres secciones que remiten a diferentes maneras de inter_______________ 1 _______________ 2 Marc Bloch (1996) (1949), Apología para la historia o el oficio de historiador, México: Fondo de Cultura Económica, pp. 157-158. El proyecto, radicado en el CIFFyH desde el año 2009, contó con un subsidio de la SECyT-UNC para el período 2010-2011. Directora: Dra. Marta Philp. Integrantes: Prof. Verónica Canciani, Lic. Gloria Di Rienzo, Lic. Eduardo Escudero, Mgter. Matías Giletta, Lic. Soledad González, Lic. Javier Tobares, Lic. Federico Zeballos y alumna Julieta Legeren. En el año 2011 se sumaron al equipo de investigación Lic. Paola Bonvillani y los alumnos Denise Reyna Berrotarán y Agustín Rojas. 16 9 venir sobre el pasado. La primera, titulada “Historiadores” centra las miradas en una tarea, la de historiar, que, para la historiografía occidental, tiene su mito de los orígenes en el mundo griego. Una tarea, un oficio, el de historiador, definido en toda su complejidad en el clásico texto de Marc Bloch Apología para la historia o el oficio de historiador, concebido y ejercido en distintos contextos espacio-temporales, a partir de diferentes sistemas de pensamiento. Aquí los interrogantes se centran en los productores de la historia, en los posibles contenidos de las operaciones de memoria: los historiadores profesionales o autodidactas, cientistas sociales en general, a título individual, o como integrantes de instituciones, que incluyen las Juntas provinciales y locales de Historia, en vinculación con instituciones del ámbito central, las universidades del país y de otros países de América Latina y los centros de investigación gestados por fuera de ellas. La segunda, “Conmemoraciones”, aborda los usos del pasado realizados, desde mediados del siglo XX, por distintos actores políticos y sociales que evidencian las íntimas vinculaciones entre la historia, la política y la memoria. Las miradas sobre estas operaciones de memoria, como la mayoría de los trabajos incluidos en este volumen, se gestan en un espacio específico, la provincia de Córdoba, en diálogo con acciones similares desarrolladas en espacios nacionales, léase centrales. Aquí una de las preguntas clave es: ¿qué pasado para qué modelo político? Las conmemoraciones y homenajes constituyen el campo, los espacios de disputas por el poder; los observatorios privilegiados para mirar la historia argentina contemporánea. Dichos espacios están inmersos en el contexto político de la época, habitado por diferentes “marcos sociales de la memoria”, que expresan los valores presentes en la sociedad, las distintas visiones de mundo, los lugares de referencia a partir del cual los diferentes actores, con desiguales recursos de poder, ejercen su memoria. Las preguntas a responder se relacionan con la selección de los contenidos de la memoria, con los actores interesados y con el poder suficiente para promover una memoria determinada que justifique su lugar en el presente. La tercera sección, titulada “Peronistas, comunistas y militares” Comunista en la Córdoba de los años sesenta, durante el período inaugurado con la asunción del radical Justo Páez Molina en octubre de 1963 hasta la intervención de la provincia en junio 1966. Su autora, Paola Bonvillani, plantea que el grado de representación social que el PC logró en la sociedad cordobesa debe ser abordado teniendo en cuenta la posición asumida frente al peronismo y al proceso de izquierdización que experimentaban amplios actores sociales durante los primeros años de la década de 1960. Sostiene que el PC logró extender su actividad a diversos espacios de militancia y penetrar en diversas organizaciones sociales, no sólo de carácter obrero, sino también vinculadas a los sectores medios y a la intelectualidad, lo que le permitió seguir teniendo presencia en Córdoba. No obstante, si bien tuvo participación en el ámbito laboral a través de pequeños núcleos de afiliados que actuaban en las células de fábricas y en los sindicatos, no podría considerarse al comunismo como una fuerza decisiva, sino más bien una influencia general en el movimiento obrero-sindical cordobés. 10 15 El último trabajo de esta sección ofrece las primeras aproximaciones a las representaciones de los libros en los diarios de Córdoba. Su autor, Federico Zeballos, analiza el caso de los “materiales subversivos” durante el terrorismo de Estado. Señala que las obras son clasificadas, según su contenido, en dos grandes grupos, por un lado aquellas que acceden a la condición de “libro” y, por el otro, aquellas a las que se le niega esa condición, y reciben denominaciones tales como: “materiales”, “propaganda”, “documentación”, principalmente reflejadas a través de los comunicados del III Cuerpo de Ejército. Este último grupo se encuentra representado con fuertes connotaciones negativas (“documentación perniciosa”) asociado a la idea de clandestinidad y peligrosidad, hallados en procedimientos antisubversivos y exhibidos junto con armas de fuego. Otro rasgo de estas representaciones es la vaguedad de la clasificación en la que se ubica (casi siempre como “marxistas”) a un universo heterogéneo de obras que incluye variadas corrientes ideológicas. También la deliberada omisión tanto de títulos como de autores, editoriales, colecciones, etc. El último trabajo de esta sección analiza la reivindicación del caudillo Juan Bautista Bustos y del federalismo en el gobierno de Juan Schiaretti (2008-2010). Su autor, Agustín Rojas, considera que el “hambre de monumentalidad” -expresión de Nietzsche- que padece el escenario político cordobés al nombrar establecimientos, premios, programas sociales y erigir monumentos en nombre del caudillo posee una explicación entrelazada desde episodios políticos. Así la reivindicación retórica/monumental de Bustos, el hombre de acción que resistió al “Puerto”, y el consiguiente sistema federal planteado como expresión de principios específicos tales como la defensa de la autonomía política y fiscal, es una estrategia de búsqueda intensa de legitimidad en base a principios políticos sustentados en la crítica al “autoritarismo” nacional y el sistema distributivo del kirchnerismo. La tercera sección “Peronistas, comunistas y militares” reúne tres trabajos. El primero de ellos analiza la política peronista entre 1949 y 1952, mirada desde Córdoba. Su autor, Javier Tobares aborda dos momentos centrales en la construcción del gobierno peronista: la reforma constitucional de 1949 y la implementación del Segundo Plan Quinquenal en 1952; si el primer momento parece poner en manos del peronismo la ley fundamental del país; el segundo pone en evidencia la debilidad estructural del modelo peronista: la dependencia económica del estado del sector primario. En este proceso, la autonomía de la provincia fue eliminada al presentarse el gobierno de Córdoba como intérprete de la doctrina peronista. En este contexto, el uso de los medios de comunicación adquirió un papel central en la política del Estado y los mismos funcionaron como una manera novedosa de vincular a representantes y representados. El enorme entramado institucional gestado durante el peronismo tuvo un éxito relativo y el mismo se derrumbó cuando la oposición latente advirtió la posibilidad de avanzar sobre los límites puestos por el gobierno. El segundo trabajo considera la inserción social del Partido 14 rescata intervenciones políticas de distintos actores: el movimiento peronista y su líder, Juan Domingo Perón; el Partido Comunista y los militares del “Proceso”. Desde la operación historiográfica, concebida como una tarea de rescate de determinados procesos históricos, aquí nos preguntamos por los actores políticos que, en distintos gobiernos, constitucionales o cívico-militares, intervinieron sobre el presente y el pasado, legitimando determinados modelos de sociedad, de “Argentinas” posibles. En la primera sección, en esta ocasión, convocamos a algunos historiadores: Monseñor Pablo Cabrera, el sacerdote señalado como uno de los mitos de origen de la historiografía cordobesa. Denise Reyna Berrotarán rescata su figura como un caso testigo del uso de la historia como herramienta de legitimación de la Iglesia a principios del Siglo XX. La autora considera que los distintos lugares que ocupó Cabrera durante este período lo ubican como un actor que, si bien no formó parte de la política per se, no dejó de participar en el contexto histórico en el que estaba imbuido. Su participación en las distintas ramas que la Iglesia implantó para el acercamiento de los fieles como medio para evitar el desmembramiento de su hegemonía, la difusión de sus ideas en periódicos católicos, la dirección del Círculo de Obreros de Córdoba, la realización de manuales para la formación de niñas y jóvenes en la moral católica; sus estudios históricos, su afán por la defensa de la facción clerical constituyen algunas de las huellas documentales a seguir para conocer las estrategias desplegadas por este sacerdote- historiador que se convertirá en una de las figuras centrales del proceso de institucionalización de la historia de Córdoba. Matías Giletta se centra en el itinerario intelectual, la teoría histórica y la interpretación de la sociedad colonial latinoamericana de Sergio Bagú, uno de los más reconocidos referentes en América Latina de la historiografía puesta en diálogo con las ciencias sociales, particularmente con la sociología y la economía. Especialmente en México, Bagú es actualmente un referente para muchos cientistas sociales e historiadores latinoamericanistas, en contraste con 11 Argentina, su país de origen, donde su obra es menos conocida. El autor señala que las inserciones de Sergio Bagú en instituciones de producción cultural y académica de Argentina y América Latina han sido múltiples, así como sus vinculaciones con medios de sociabilidad intelectual. Establece distintas etapas de su recorrido que comienza en la década del treinta en Argentina y culmina en México con su definitiva inclusión en medios académicos e intelectuales identificados con una perspectiva latinoamericanista y con la docencia e investigación sobre problemas fundamentalmente latinoamericanos hasta su fallecimiento en el año 2002. Finalmente, esta sección culmina con un análisis historiográfico de un texto publicado en 1973, “Lucha de calles, lucha de clases. Elementos para su análisis (Córdoba 1971-1969)”, realizado por Beba Balvé y otros, propuesto por Gloria Di Rienzo y Verónica Canciani Vivanco. Las autoras buscan problematizar acerca de dos elementos ineludibles en la producción historiográfica, el uso de las fuentes y el rol de los historiadores, destacando la realización de una investigación interdisciplinaria en la que intervinieron economistas, sociólogos, historiadores, que produjeron colectivamente un trabajo que sintetizó los aportes de cada perspectiva sin caer en la mera exposición individual y temática. Se indaga acerca de la posibilidad de producir conocimiento científico al calor de los acontecimientos dado que ante el anuncio de las huelgas con ocupación de fábricas en Córdoba en marzo de 1971, los investigadores se trasladan a Córdoba “para tener una experiencia directa de este tipo de acciones de masas y recoger testimonios y documentos”. La segunda sección titulada “Conmemoraciones” está integrada por cuatro trabajos. En el primero, Marta Philp considera algunos aspectos de los procesos de construcción de las historias/memorias nacionales y locales durante el primer peronismo a través de las conmemoraciones de San Martín, el padre de patria. La autora analiza los discursos políticos oficiales y la producción de los historiadores, en particular de la Academia Nacional de la Historia y de algunos historiadores cordobe- ses, con el doble objetivo de reconstruir operaciones de memoria, gestadas en ámbitos diferentes, y de indagar las relaciones entre ambas. Pero, a la vez, al considerar este tercer actor –los historiadores cordobeses- esta indagación pretende ser el punto de partida de una investigación sobre el campo historiográfico cordobés dado que la producción sobre el mismo es aún incipiente. Eduardo Escudero se centra en el Año Sanmartiniano en Río Cuarto y los usos del pasado, cuando durante la primera presidencia de Perón, “lo sanmartiniano” invadía el espacio público con una extraordinaria producción de eventos memoriales, acciones recordatorias y discursos sociales e históricos alusivos. La convocatoria oficial peronista a consagrar todo un año, 1950, a la memoria sanmartiniana dejaba abierto y libre, a los efectos prácticos, el campo a las múltiples y diversas iniciativas de instituciones, corporaciones y sectores políticos en los igualmente diferentes espacios de la geografía argentina. La investigación de lo acaecido durante el Año Sanmartiniano en diferentes ciudades o espacios rurales distantes de Buenos Aires, abre la posibilidad de establecer otras miradas sobre el mismo problema. El trabajo de Soledad González analiza los homenajes oficiales por el Día del Estudiante durante el ‘ensayo aperturista’ de Viola (1981) dentro de otro proceso más amplio, donde, en el marco de apropiación de la política propiciado por Las Bases del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, y de auto-representación de las FFAA como garantes de la marcha hacia la democracia, un tema “juvenil” se incorporaba a la agenda oficial: el de la nueva generación que heredaría al Proceso. La autora señala que los fragmentos históricos reconstruidos permiten pensar que durante el período 1976-1981 circularon en la Córdoba dictatorial tres definiciones oficiales sobre la palabra “juventud” que dividieron a los sujetos marcados en tres grandes grupos: los enemigos-subversivos, los héroes-virtuosos y los indiferentesdesorientados. En torno a estas representaciones, sustentadas en un imaginario bélico y en un modelo civilizatorio militarista, se diseñaron biopolíticas “juveniles” diferenciales que comprendieron desde la persecución y el aniquilamiento hasta el homenaje festivo y la vigilancia. 12 13 Siglo veintiuno editores (México), su libro más difundido y reeditado, y uno de sus más influyentes trabajos publicados en estos años. “Tiempo, realidad social y conocimiento” condensa la perspectiva teórica-social y epistemológica de nuestro autor, en base a reflexiones articuladas alrededor de dos ejes fundamentales: la realidad social y el conocimiento de la realidad social. Como síntesis de su manera de concebir las ciencias que abordan la realidad social, Bagú expresa en este libro: “Grande como es en su conjunto, el conocimiento de lo social en Occidente tiene hondas y muy extendidas franjas de inadecuación y obsolescencia. En sus modos de percibir lo social, en su teoría intrínseca del hombre, en la invencible disociación de su epistemología, en sus contenidos teóricos. (…) Lo que necesitamos es una ciencia del hombre (como no hay ser humano sino en lo social, la ciencia de lo social es la del hombre) que tienda hacia una visión unificada del hombre y su sociedad, cuyas especializaciones respondan a una necesidad metodológica y no a una escisión insalvable del universo del conocimiento; que se despoje de todos los fantasmas mecanicistas, teológicos y metafísicos, pero que no se sienta forzada a recaer en un fatalismo tecnologista llamando estructuras a lo que antes se llamaba Jehová, sino que se empeñe en explicar lo humano como fenómeno precisamente humano, incorporando a su lógica la realidad de la opción y aceptando la enorme complejidad que la opción agrega a todos los procesos sociales.” (1999: 195-196)9 _______________ 8 En entrevista con quien escribe. Para un estudio sobre esta obra específica de Sergio Bagú, véase: Ansaldi, Waldo (2003) Bagú, el tiempo y la realidad social, en: E-Latina, Buenos Aires, vol. 2, n. 5 (octubre- diciembre de 2003). (10) Véase: Franco, R. (2007) La Flacso clásica (1957-1973). Vicisitudes de las ciencias sociales latinoamericanas. Santiago de Chile: Flacso- Catalonia. En 1971, el cuerpo docente de la ELAS estaba constituido por Luis Ramallo, Emilio de Ípola, Oscar Cuéllar, José Serra, Lourdes Sola, Arturo León, Susana Torrado, Erika Himmel, Adolfo Aldunate, Adam Przeworski, Fernando Cortés, Richard Fagen, Carlos Borsotti, Luis Barros, Enzo Faletto, Omar Argüello, Ayrton Fausto, Werner Ackermann, Sergio Bagú, Ricardo Zuñiga, Raúl Olivos, María de Conceicao Tavares, Joaquín Duque, Wilson Cantoni, Inés Reca, Eduardo Muñoz y Ximena Vergara. En el contexto de Santiago de Chile 1970-1973, Bagú tuvo oportunidad de vincularse con intelectuales 9 48 lo privado. La creación de una moral laica y civil jugó un rol muy importante en el establecimiento del poder que detentaba el liberalismo. La Iglesia Católica va a ir perdiendo los espacios de control societal que supervisaba; y estos pasaron a ser atribuciones del Estado y en algunos casos de grupos religiosos no católicos. A esta situación debe sumársele los nuevos lineamientos de pensamiento de la Iglesia desde la cuestión social que se mostraban en contradicción con los ideales liberales y llevaban a la indignación y oposición mayor hacia el estado por parte de estos grupos católicos. Ante este clivaje político, coincido con Moyano al destacar que si bien se dieron divisiones, no en todos los ámbitos estos grupos se consideraron separados. El crecimiento económico y desarrollo institucional de los gobiernos anticlericales nunca enardeció a los católicos, ya que de hecho estos últimos estaban de acuerdo con la inclusión de la Argentina en el mundo desde su posición de agroexportador en la división internacional del trabajo. El tema de las instituciones generaba polémicas únicamente cuando el gobierno avanzaba sobre aquellas que le eran atribuidas a la Iglesia, como lo fue el caso del registro civil en 1888. “El clivaje de católicos y liberales atravesó a la sociedad cordobesa y a su clase política durante décadas, y ello contribuye a entender diversos alineamientos, alianzas y conflictos. Fundamentales acuerdos sobre el modelo agroexportador y el régimen político acercaban, sin embargo, a clericales y “librepensadores”, mientras que un entrecruzamiento de lazos personales ligaba a personas ubicadas en un mismo espacio ideológico con grupos rivales. (…) Un cambiante nivel de incidencia del clivaje entre clericales y liberales sobre las divisiones partidarias fue la consecuencia de ese conjunto de circunstancias (…)”14 Esto le permitió a la Iglesia conservar su influencia sobre la sociedad aún en aquellos momentos en los que sus poderes se vieron limitados. La pugna se centró en la educación, el lugar de la familia y la legislación que, consecuentemente, los regulase. _______________ 14 Ibid, pp. 127-128 25 Tomando la clasificación expuesta por Mallimaci, podemos calificar al laicismo de la época de 1880-1930 como un laicismo con un doble sentido: una laicidad de combate, intransigente, formada por liberales integrados, socialistas, anarquistas, dirigentes obreros, refugiados políticos; que tenían interés en la vigilancia permanente sobre el funcionamiento de la institución de la Iglesia; y que se proponía nuevas leyes anticlericales. Por otra parte, se encontraba la laicidad conciliadora de los dirigentes políticos que intentaban conciliar con la Iglesia evitando el conflicto. Esta última aceptaba, a través de un “modus vivendi”, la hegemonía católica en el espacio religioso y moral, pero no olvidaba la separación de la Iglesia y el Estado en lo político, económico y educativo. De esta manera, su posición ante la Iglesia les permitió ser socorridos por la autoridad católica en casos de conflictos sociales, sobre todo en la lucha con el incipiente movimiento obrero y anarquista.15 Doctrina Eclesiástica Desde la dimensión de la Iglesia, se puede establecer una delimitación temporal enunciada por Di Stefano y Zanatta,16 que considera que esta coyuntura se inició en 1899 con el Concilio de los Obispos de América Latina en Roma y concluyó en 1934 con XXXII Congreso Eucarístico Internacional. Este período estuvo caracterizado por el arraigo de la Iglesia Católica en la Argentina que, ante su conciencia de la pérdida de poder ante las instituciones estatales, decidió construir su fuerza desde lo social. La manifestación cada vez más agresiva de la “cuestión social”, llevó a la Iglesia a defender su tradición. Es así que, más que delimitar entre 1955 y 1966, tuvo, además, inserciones académicas en universidades del interior, ejerciendo la docencia y publicando diferentes materiales bibliográficos.6 También en esta etapa, nuestro autor participa en la creación del Instituto de Desarrollo Económico y Social (IDES) en 1960 y es cofundador y codirector de la Revista de Historia (junto con Enrique Barba, Gregorio Weinberg y Juan Carlos Ferreira) en 1957, un emprendimiento editorial comprometido en la modernización de la investigación historiográfica.7 En 1966, como respuesta a la intervención militar de las universidades argentinas dictada por la dictadura encabezada por Onganía, Bagú renuncia a la Universidad de Buenos Aires, enfrentando condiciones económicas adversas. En este período, denominado “de docencia itinerante” por la historiadora mexicana Norma de Los Ríos8, es invitado a ofrecer seminarios y cursos en el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile (Santiago de Chile), en la Universidad Tecnológica de Piura (Perú) y en universidades venezolanas (Universidad Central de Venezuela y Universidad de Los Andes). En 1970, utilizando como recursos sus experiencias docentes desde su inserción en los medios académicos argentinos y sus experiencias en universidades latinoamericanas, Bagú publica “Tiempo, realidad social y conocimiento. Propuesta de interpretación” por _______________ 6 MALLIMACI, Fortunato, “Nacionalismo católico y cultura laica en Argentina”, en BLANCARTE, Roberto J. (2008), Los retos de la laicidad y la secularización en el mundo contemporáneo, México: Ed. Colegio de México. 16 DI STEFANO, Roberto; ZANATTA, Loris (2000), Historia de la Iglesia Argentina desde la conquista hasta fines del siglo XX, Buenos Aires: Ed. Sudamericana, Tercera Parte, Cap. II Entre otros materiales, Bagú publicó en este período “Acusación y defensa del intelectual”. Buenos Aires: Perrot, 1959; “Evolución histórica de la estratificación social en la Argentina”. Buenos Aires: Instituto de Sociología, Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, 1961; “La sociedad de masas en su historia”. Córdoba: Universidad Nacional de Córdoba, 1961; “El plan económico del grupo rivadaviano 1811- 1827”. Rosario: Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional del Litoral, 1966. 7 Para una investigación sobre la inserción de Sergio Bagú en el proyecto modernizador de la Universidad de Buenos Aires desde 1955 a 1966, véase: Giletta, M. (2009) Sergio Bagú y la modernización de la Universidad de Buenos Aires (1955- 1966): la construcción de un nuevo concepto de Universidad. Tesis de la Maestría en Ciencia Política y Sociología FLACSO-UNR (síntesis publicada en revista Modernidades, Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades “María Saleme de Burnichon”, Universidad Nacional de Córdoba, 2010). 26 47 _______________ 15 tientes más progresistas del abanico ideológico de la época. En particular, la figura de Ingenieros convoca la admiración ética e intelectual de Bagú en su etapa de juventud, junto a la obra del fisiólogo español Ramón y Cajal. En su etapa de juventud, que podríamos delimitar entre los años 1930 y 19434, Bagú también incursionó en el periodismo y en la literatura, participando activamente en congresos de escritores. Posteriormente -las estadías de Bagú en Estados Unidos (19431947/ 1950- 1955) proporcionaron un contexto favorecedor de este proceso- se vuelca progresivamente hacia el estudio de la realidad latinoamericana desde la historia económica y social.5 En este contexto, escribe y publica sus investigaciones sobre la organización colonial latinoamericana: “Economía de la sociedad colonial” (1949) y “Estructura social de la colonia” (1952). En 1955, Bagú retorna a la Argentina, incorporándose al proyecto modernizador de la Universidad de Buenos Aires representado, entre otros referentes, por José Luis Romero y Risieri Frondizi. En este escenario institucional, se insertará en la Facultad de Ciencias Económicas, asumiendo la titularidad de las cátedras de Historia económica general y Sociología económica. Durante estos años, época que podríamos _______________ 4 Para periodizar el itinerario biográfico e intelectual de Sergio Bagú, nos inspiramos en los criterios empleados por su hijo Claudio en su artículo citado. 5 Durante su primera residencia en Estados Unidos, desde 1943 a 1947, Bagú se desempeñó en periodismo radial en la cadena NBC, emitiendo un programa semanal en español, en onda corta, para América Latina. Participa en el Congreso de Escritores celebrado en Los Ángeles en 1943. Permaneció en EEUU hasta 1947, tomando cursos como estudiante y ofreciendo cursos y conferencias en la Universidad de Illinois (Urbana), en el Middlebury College (Vermont) y en la Universidad de Columbia (Nueva York). En la entrevista con Luis Gómez (en: Turner y Acevedo, ob.cit.), Bagú recuerda esta etapa como una gran experiencia formativa, en la que incursiona decididamente en los grandes temas de la historia y la actualidad latinoamericana y establece contacto con exiliados italianos, alemanes, franceses y españoles que enriquecen su cosmovisión intelectual. En 1947, Bagú regresa a la Argentina; no obstante, el control político ejercido contra el periodismo lo llevó a establecerse en Montevideo, donde reside hasta 1949. En 1950, Bagú regresa a Estados Unidos, incorporándose como traductor de Naciones Unidas (Nueva York), donde permanece hasta 1955. 46 enfrentarse a las ideologías seculares, su imperativo fue el de la profundización y organización de la vida religiosa. El objetivo era la unidad de la Iglesia, dotándola de cohesión y coherencia doctrinaria. “La Iglesia argentina se preocupó por prevenir el riesgo de que la defensa de la doctrina católica en el terreno político o social condujera a la conciliación con los “errores” del “mundo moderno” (…) era necesario hacer de la Iglesia una suerte de “contrasociedad”, alternativa y superior, ajena y contrapuesta a aquella que era por definición impía, construcción de una clase dirigente apostata”.17 Se luchaba contra el espíritu secular dominante en la sociedad argentina, contra el liberalismo y la filosofía naturalista, contra el socialismo y anarquismo. La secularización del Estado fue reconocida por el Vaticano a fines del siglo XIX. Es aquí donde se empezó a vislumbrar la preocupación explícita de la Iglesia por la “cuestión social”. Ante un proceso de aislamiento progresivo del que la Iglesia venía siendo sujeto producto de la actitud defensiva tomada por los Papas Gregorio XVI y Pío IX ante la modernidad, León XIII optó por establecer un diálogo con la misma; a través de la Encíclica Rerum Novarum propuso la introducción de cambios a nivel político, económico, y social. Esta encíclica reveló un nuevo discurso doctrinal que tenía como principio organizador la realidad social, buscaba “paralizar” la descristianización de las clases obreras aplicando la “justicia social”; se planteó la necesidad de contener la miseria social a través de la reorganización de las fuerzas católicas para lograr frenar los partidos de Izquierda que se estaban difundiendo en el mundo. La doctrina del Rerum Novarum sentó las bases y los lineamientos que los grupos eclesiásticos argentinos siguieron y en los que se posicionaron durante todo el siglo XX.18 Esto no se dio sin reticencias que dieran lugar a movimientos defensivos dentro de los grupos católicos, _______________ 17 Ibíd., p. 369 Gardenia, “Intentos de Centralización desde el Papado: La Unión Popular Católica Argentina en Córdoba”, en: VIDAL, Gardenia; BLANCO, Jessica (comp.) (2010), Catolicismo y política en Córdoba, Siglos XIX y XX, Córdoba: Ferreyra editor, Córdoba, p. 83 18 VIDAL, 27 como lo fue el catolicismo integral que en Argentina se dio entre las décadas de 1920 y 1930. Mallimaci se refiere a este ultimo: “(…) busca ser un catolicismo aplicado a todas las necesidades de la sociedad contemporánea (…) niega sistemáticamente la autonomía y el quedarse encerrado en la sacristía, en el templo (…)”19 En la Argentina se pudo observar que el discurso de la Iglesia cambió para el período del Centenario y dio un salto durante la década de los treinta cuando se comenzó a reivindicar que las verdaderas raíces de la revolución deberían encontrarse en el pensamiento escolástico español, y que los auténticos revolucionarios se caracterizaron por su adhesión al catolicismo y su sumisión a la disciplina de la Iglesia.20 Este movimiento tan fuerte marcó los escritos históricos, como por ejemplo el de Monseñor Pablo Cabrera Características de la doctrina eclesiástica en Monseñor Pablo Cabrera Uno de los fundamentos de la organización eclesial estuvo basado en la formación de sacerdotes, ya que los mismos eran los representantes más directos de la Iglesia para con el pueblo. Esto implicaba que no podía ni debía participar de actos de carácter político, conforme a las disposiciones católicas por la que los sacerdotes se dedicaban más bien a la vida parroquial, tarea que Cabrera ejerció en el Curato del Pilar entre 1895 y 1929.21 Esa fue la razón que llevó a Cabrera a no mica, Bagú recorrió una multiplicidad de campos de problemas, en el marco de diferentes inserciones institucionales e inscripto en diversas tradiciones. Nació en Buenos Aires, en 1911, en una familia de clase media urbana –su padre era socio en una pequeña agencia de negocios inmobiliarios-.2 En 1930, luego de hacer sus estudios secundarios en el Colegio Nacional Mariano Moreno, ingresa a la carrera de Derecho, en la Universidad de Buenos Aires, estudios que no concluyó. Desde la década de los treintas del siglo pasado, alineado a movimientos político-culturales y estudiantiles de un perfil ideológico antiautoritario y progresista (como el movimiento estudiantil identificado con la Reforma Universitaria de 1918 y la AIAPE, Asociación de Intelectuales, Artistas, Periodistas y Escritores fundada entre otros por Aníbal Ponce), comienza su producción intelectual publicando en Editorial Claridad un conjunto de estudios abocados a la vida y obra de figuras intelectuales y políticas que el propio Bagú, en su etapa juvenil, admiraba especialmente: Almafuerte (1933, 1934), José Ingenieros (1936) y Mariano Moreno (1939). Aquí habría que agregar el artículo que sobre Aníbal Ponce publica Bagú en la revista Nosotros 3. Su obra de juventud está compuesta por este conjunto de estudios biográficos, todos publicados en una editorial que no dejaba de representar las ver_______________ MALLIMACCI, F; DONATELLO, L.M.;CUCCHETTI, H, “Religión y política: discursos sobre el trabajo en la Argentina del siglo XX”, en: Revista Estudios Sociológicos del Colegio de México, 2006, Vol. XXIV, nº 71, p. 428. 20 GONZALEZ, Cristina; BRITOS, Nora; CARO, Rubén: La voz de la Iglesia Católica en el espacio público nacional: los documentos “con motivo del Centenario” y “Hacia un Bicentenario en justicia y solidaridad”, en Congreso El Bicentenario desde una mirada interdisciplinaria, Córdoba, 2010. 21 MARTINEZ PAZ, Enrique: (1936) Elogio de Mons. Pablo Cabrera, Junta de Historia y Numismática Americana, Filial de Córdoba, Córdoba: Imprenta de la Universidad, p 15. 2 Para una biografía minuciosa de Sergio Bagú, véase: BAGÚ, Claudio (2005) El ser y la razón: Sergio Bagú, pasión y vida ejemplar en proyección histórica, en: Problemas del desarrollo. Revista Latinoamericana de Economía, vol. 36, n. 143 (octubre-diciembre de 2005). Véanse, además, los datos curriculares de Sergio Bagú Bejarano reunidos por su hijo Claudio y publicados en la obra coordinada por Jorge Turner y Guadalupe Acevedo, ya citada. Para una referencia autobiográfica realizada por el propio Sergio Bagú, véanse las entrevistas que le realizaron los académicos mexicanos Luis Gómez y Eduardo Ruiz Contardo (en 1994 y en 2002, respectivamente), incluidas en la obra coordinada por Turner y Acevedo. 3 BAGÚ, S. (1933) Almafuerte. Discursos completos. Buenos Aires: Claridad; BAGÚ, S. (1934) Almafuerte. Evangélicas completas, otros escritos literarios y cartas. Buenos Aires: Claridad; BAGÚ, S. (1936) Vida ejemplar de José Ingenieros. Juventud y plenitud. Buenos Aires: Claridad; BAGÚ, S. (1939) Mariano Moreno. Pasión y vida del hombre de mayo. Buenos Aires: Claridad; BAGÚ, S. (1938) Aníbal Ponce, en: Revista Nosotros. Buenos Aires, agosto de 1938. 28 45 _______________ 19 Especialmente en México, Bagú es actualmente un referente de muchos cientistas sociales e historiadores latinoamericanistas. Algunos historiadores de las ideas latinoamericanas, como Márgara Millán Moncayo, definen a Bagú como un precursor de un conjunto de criterios desarrollados sistemáticamente tanto por el pensamiento de Cepal (Comisión Económica para América Latina) como por corrientes inscriptas en las teorías de la dependencia (Millán Moncayo, en: Turner y Acevedo, ob.cit.: 113- 122). Gregorio Weinberg, quien compartió iniciativas intelectuales y estableció lazos de amistad con Sergio Bagú, se refirió del siguiente modo a su trayectoria: “Bagú, poseedor de una cosmovisión orgánica y estructurada, además de un firme y compartible sistema de valores, dedicó gran parte de su existencia a una labor trascendente que, juzgo, no ha sido todavía suficientemente percibida en sus alcances ni valorada como ella merece. Detrás de su vasta tarea docente y producción escrita, advertimos un denodado esfuerzo por forjar nuevas categorías de análisis para el más adecuado entendimiento de los procesos sociales, tarea absolutamente indispensable e impostergable para la comprensión de nuestro indócil mundo contemporáneo y del sentido de los desarrollos históricos que ninguna de las teorías actuales parece estar en condiciones de explicar satisfactoriamente.” (en: Turner y Acevedo, ob.cit.: 195) Durante su prolongada y productiva trayectoria intelectual y acadé_______________ 2002; MARSAL, J. (1963) La sociología en la Argentina. Buenos Aires: Los libros del mirasol; GERMANI, G. (1968) La sociología en Argentina. En: Revista Latinoamericana de Sociología. Buenos Aires: Centro de Investigaciones Sociales del Instituto Torcuato Di Tella; POVIÑA, A. (1959) Nueva historia de la sociología latinoamericana. Córdoba: Imprenta de la Universidad; DEVOTO, F. Y PAGANO, N. (2009) Historia de la historiografía argentina. Buenos Aires: Sudamericana; TARCUS, H. (dir.) (2007) Diccionario biográfico de la izquierda argentina. De los anarquistas a la “nueva izquierda” (1870- 1976). Buenos Aires: Emecé; GILETTA, M. (2009) Sergio Bagú y la modernización de la Universidad de Buenos Aires (19551966): la construcción de un nuevo concepto de Universidad. Tesis de la Maestría en Ciencia Política y Sociología FLACSO-UNR (síntesis publicada en revista Modernidades, Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades “María Saleme de Burnichon”, Universidad Nacional de Córdoba, 2010). 44 participar del clima político de la época de manera activa y abstenerse de todo aquello que pudiera significar color partidario. Sin embargo, esto no le impidió expresar sus ideales y apoyar a la Iglesia desde su lugar de Monseñor e intelectual benemérito. “(…) Concurrí como redactor, apenas se fundó el diario católico “Los Principios”, dirigía el Círculo de Obreros, confesaba, predicaba, asistía a los enfermos (…)”.22 Tomando esta frase dicha por Monseñor Cabrera, me parece interesante nombrar tres campos que manifiestan la influencia del contexto católico en las obras y participaciones de Cabrera.23 Para empezar, Cabrera escribió numerosos artículos en el periódico cordobés Los Principios, y en El Pueblo -a nivel nacional-, ambos de raigambre católica. Esta prensa católica tenía como autores en general a intelectuales y personajes del clero de importancia. El objetivo general de la creación de un periodismo confesional era que el mismo se enfrentara a la prensa liberal y que fuera una forma de llegar a los católicos dándoles las bases de la doctrina y unidad como grupo. La idea de este tipo de periódicos era que los fieles y todo aquel que siguiera la doctrina eclesial suscribiese a los mismos y que consideraran que no hacerlo significaba “traicionar” a la Iglesia y caer en una corrupción de los ideales. El hecho de que Pablo Cabrera escribiera prácticamente solo en periódicos de proveniencia católica nos da la pauta de su participación y creencia en la doctrina eclesiástica. Si bien el no escribía artículos que pudieran promover polémicas en lo político a los lectores, ya que en general era artículos históricos, esto no minimiza su acuerdo y acercamiento a aquellos periódicos. Esto nos marca su afiliación a las ideas eclesiales y su indirecto apoyo a los ideales de la difusión de la doctrina católica. Sin embar_______________ 22 CABRERA, Pablo; El Pueblo, Buenos Aires, 16 de julio de 1933. 23 Fray Zenón Bustos y Ferreyra, obispo de Córdoba entre 1905 y 1925, fue uno de los primeros miembros del clero cordobés en aplicar los principios sociales de la doctrina pontificia. Su programa pastoral se basó en la reforma educativa, en la parroquialización como forma de penetrar en la conciencia popular y la propagación de medios de prensa católicos [Sínodo diocesano celebrado en Córdoba. Por el Ilmo y Rvmo. Señor Obispo Don Fray Bustos y Ferreira. En el año del Señor MCMVI. Resoluciones y Apéndices, Córdoba, Tipografía La Industrial, 1907] 29 go, la prensa católica nunca logró competir en el campo de la opinión pública con la prensa más o menos liberal que mantuvo su hegemonía. CAPÍTULO 2 Otro campo en el que Monseñor Cabrera participó fue el de la educación católica. Si bien no fue a esto a lo que dedicó sus mayores esfuerzos y lo realizó en su etapa inicial de producciones, en la que la tarea de historiador todavía no estaba en su máximo desarrollo, es interesante recalcar que su afán por integrar en la educación de jóvenes provenientes del nivel medio una idea más real de la historia lo llevó a confeccionar manuales, como por ejemplo el “Manual de Urbanidad y Buenas Maneras arreglado para los colegios de las esclavas del Corazón de Jesús”, Córdoba 1899. Esto se correspondió con un ideal de expansión y difusión de la educación católica para lo que la Iglesia expandió las instituciones educativas, no sólo por la importancia de la formación de jóvenes católicos y comprometidos con la Iglesia, sino también porque consideraba que el ámbito educativo era y siempre lo fue de su propia competencia. Es imprescindible en este punto recordar que: “(…) la Iglesia había sufrido, como se recordará, la más dolorosa de sus derrotas -la ley de educación laica de 1884- precisamente en el campo educativo: de ahí, entonces, debía partir la reacción católica”.24 El último campo interesante a destacar es el de los Círculos de Obreros. Monseñor Cabrera fue uno de los personajes en Córdoba que alentó y dirigió el Círculo de Obreros, a diferencia de los sindicatos socialistas, como forma de reivindicar y difundir la doctrina social de la Iglesia desde una concepción militante y que promoviera la construcción de un orden social íntegramente cristiano. Los Círculos de Obreros eran asociaciones mutualistas y recreativas, que intentaban ofrecer soluciones dirigidas hacia los conflictos de trabajo proporcionando asistencia jurídica y otros servicios, buscando salvaguardar la familia y el descanso dominical y alentando la organización obrera.25 _______________ 24 25 DI STEFANO; ZANATTA. Op cit p 395 Ibíd. P 399 30 Sergio Bagú. Apuntes sobre su itinerario intelectual, su teoría histórica y su interpretación de la sociedad colonial latinoamericana Matías Giletta Introducción. Sergio Bagú: breve referencia de su trayectoria biográfica e intelectual. Como referencia general, podemos afirmar que Sergio Bagú (Buenos Aires, 1911- México DF, 2002) es uno de los más reconocidos referentes, en América Latina, de la historiografía puesta en diálogo con las ciencias sociales, especialmente con la sociología y la economía, sin descartar otros recursos disciplinarios que están presentes en su obra como los procedentes de la demografía. Asimismo, es un referente de la historiografía latinoamericana con base marxista.1 _______________ 1 Para un panorama general sobre diferentes aspectos relacionados con la vida y obra de Sergio Bagú, véase: TURNER, J. Y ACEVEDO, G. (coord.) (2005) Sergio Bagú. Un clásico de la teoría social latinoamericana. México: Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México, Plaza y Valdés Editores; BAGÚ, Claudio (2005) El ser y la razón: Sergio Bagú, pasión y vida ejemplar en proyección histórica, en: Problemas del desarrollo. Revista Latinoamericana de Economía, vol. 36, n. 143 (octubre-diciembre de 2005); ANSALDI, W. (2003) La muerte de Sergio Bagú, un Maestro, en: E-Latina, Buenos Aires, vol. 1, n. 2 (eneromarzo de 2003); ANSALDI, W. (2003) Bagú, el tiempo y la realidad social, en: ELatina, Buenos Aires, vol. 2, n. 5 (octubre- diciembre de 2003); BONAUDO, M. (2003) El historiador y su mundo o la experiencia del grupo rivadaviano en los años sesenta, en: E-Latina, vol. 2, n. 5 (octubre- diciembre de 2003); SÁBATO, H. (2003) Sobre Sergio Bagú, en: E-Latina, vol. 2, n. 5 (octubre- diciembre de 2003); CORBIÉRE, E. (2003) Un gran intelectual argentino. Falleció Sergio Bagú, en: ELatina, vol. 1, n. 2 (enero- marzo de 2003); ALLARD, B. (2003) Sergio Bagú, en: Tareas, Panamá, n. 113, enero-abril de 2003; DURÁN DE HUERTA, M. (2002) En memoria de Sergio Bagú, un maestro americano, Jornada UNAM 261, diciembre de 43 No podemos decir que Monseñor se destacara en estas organizaciones, siendo que primó siempre la investigación y la escritura, el análisis e interpretación de las fuentes históricas de los Archivos -sobre todo su amado Archivo de Tribunales-, pero no es menor el dato brindado aquí. Su actuación y apoyo a estos grupos nos marca una concepción de la Iglesia desde la “cuestión social”, reivindicando la profusión de la doctrina eclesial a todos los ámbitos de la sociedad, algo en lo que no dudó en aportar su ayuda.26 Identidad Nacional Las instituciones eclesiásticas estaban preocupadas por el avance de las ideas liberales, socialistas y anarquistas, ya que esto podía traer aparejado que la sociedad argentina debilitara su fe en la religión católica. Este temor llevó a la Iglesia a la creación de las bases del “mito de la nación católica”, que tenía como objetivo reafirmar el papel de la Iglesia en la fundación de la patria y, consecuentemente, ayudar a regenerar en la población sus creencias cristianas. Lo que se intentaba era la reconstrucción de una “sociedad cristiana” en la que la Iglesia ejerciera el papel normativo. La verdadera identidad argentina, entonces, estaba indefectiblemente unida a la Iglesia, y quienes se enfrentaran a ella, se enfrentaban a su propia identidad de ciudadano argentino. Durante los años veinte se asiste a un fenómeno cultural de fusión entre la “Iglesia” y “nación”. El denominado nacionalismo católico nació como consecuencia de un profundo proceso de crisis identitaria que estaba sufriendo la sociedad argentina. Esta crisis se produjo por el efecto de desarraigo que provocó la inmigración a Argentina y la instalación de nuevas costumbres traídas por ellos. Todo esto provocó una rápida y pro_______________ 26 Respecto a los Círculos Obreros en Córdoba, resulta muy interesante el trabajo realizado por Vidal, Gardenia: “Ciudadanía y asociacionismo. Los Círculos de Obreros en la ciudad de Córdoba, 1897-1912” en la que analiza las relaciones políticas y el ideario de representación ciudadana que se dio entre las elites sociales y políticas y los sectores populares en los Círculos de Obreros en Córdoba. 31 funda transformación social que llevó a que un número cada vez mayor de personas, ciudadanos, intelectuales, hombres de política, aceptaran que la religión católica representaba el núcleo de la “nacionalidad” argentina. Para esto, se incorporó la simbología católica en las “liturgias patrióticas” como forma de forjar la nacionalidad. Un ejemplo de estas, fue la inauguración en 1904 del Cristo Redentor en la Cordillera de los Andes, a causa de la paz alcanzada entre Chile y Argentina bajo el auspicio de León XIII. El discurso fue dado por Monseñor Pablo Cabrera que a su vez ya había dado un Te Deum en 1902 en la Catedral de Buenos Aires para celebrar este pacto de paz. Su discurso fue aplaudido por Monseñor Gustavo J. Franceschi27 años después.28 Este nuevo vínculo generado entre “nación” y “catolicismo” obtuvo mayor organicidad y le permitió la articulación de una ideología de “reconquista” de la Iglesia y del mundo católico. Era necesario que se abandonara la orientación laica y materialista que había sido impresa en las instituciones y se volviese a los orígenes. La Argentina necesitaba una fuerza de cohesión que solo el catolicismo podía brindarle. Esto indefectiblemente ocasionó que algunos intelectuales y gente de la clase dirigente se obsesionaran con la “construcción de una identidad nacional”. Aquí se comenzó a confundir el “argentinizar” con el “catolizar” a las sociedades. De esta manera, el viaje del catolicismo hacia el centro del “mito nacional argentino” le dio a la Iglesia la tutela de la “nacionalidad” que la colocó en el centro de la vida política nacional.29 (coord): Córdoba Bicentenaria. Claves de su historia Contemporánea, Córdoba: Editorial universidad Nacional de Córdoba. RECALDE, H. (1991), Beneficencia, asistencialismo y previsión social, Buenos Aires: Centro editor de América Latina. ROITENBURD, Silvia (2010), Católicos sin partido. Consideraciones sobre el clericalismo de Córdoba (1880-1919) en: TCACH, Cesar (coord.): Córdoba Bicentenaria. Claves de su historia Contemporánea, Córdoba: Editorial universidad Nacional de Córdoba. 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Franceschi fue un sacerdote que participó en los Círculos de Obreros, integró la Liga Democrática, colaboró con el padre Federico Grote y estuvo entre los grupos más radicales que siguieron las aspiraciones de Monseñor De Andrea, combate de los socialistas y la intención de implantación de reformas en la iglesia para contener la fuerte crisis social. 28 Discurso pronunciado por Cabrera en la inauguración del Cristo Redentor en la Cordillera, 13 de marzo de 1904; en: Los Principios, Córdoba, 15 de marzo de 1904 29 DI STEFANO, ZANATTA, Op cit pp 415-416. 32 41 social: la acción católica parroquial. Córdoba, Argentina (1905-1925)” en MOREYRA, B.; MALLO, S. (compil.) (2009) Pensar y construir los grupos sociales: Actores, prácticas y representaciones. Córdoba y Buenos Aires, siglos XVI-XX, Córdoba: Ed. Centro de Estudios Históricos “Prof. Carlos S. A. Segreti”. GHIO, José María (2007), La Iglesia católica en la política Argentina, Buenos Aires: Prometeo Libros. 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Sus alcances y limites como causa de alianzas y conflictos entre la dirigencia. En: TCACH, Cesar cioné anteriormente, a través del uso de la historia. Para esto, se dio una corriente de estudiosos que se dedicaron al estudio de la etapa colonial, temática que había sido relegada por los historiadores y que había sido encasillada como una “leyenda negra” resultante de un país naciente opuesto a su pasado colonial. Un grupo de historiadores, entre los que encontramos a Monseñor Cabrera, optaron por reivindicar la era hispana a través de sus estudios. Cabrera contaba con un amplio acopio documental que había logrado reunir y, a través de este, intentó legitimar el lugar de la Iglesia en la evangelización. Con esto, el autor no quiso tampoco imponer la “leyenda rosa” y también se centró en los estudios de los aborígenes de las tierras que circundaban a Córdoba, manifestando su real afán de mostrar la verdad relatada en los documentos. La reivindicación de la Conquista Española le valió que se le otorgara el título de caballero de la Real Orden De Isabel la Católica en 1930 ya que Monseñor fue uno de los que más hizo por disipar la “leyenda negra”. Esta forma de análisis de la historia reivindicaba a la Iglesia como madre fundadora en los orígenes de la nacionalidad argentina, lo que le daba una nueva identidad y permitía lograr que la Iglesia se colocara como parte primordial del “mito nacional argentino”. 40 33 Ante esto, un libro que expone de manera más que clara -con solo echarle un vistazo a su título se percibe- la forma en que la historia legitimó la nacionalidad y como este nacionalismo católico estuvo vinculado con el ensalzamiento de la Iglesia, fue “Introducción a la Historia Eclesiástica del Tucumán”. Esta obra, que vio la luz en 1934, fue escrita por Cabrera e intentaba hacer una exposición, basada en fuentes documentales, de la obra de la Iglesia durante los comienzos de la Conquista Española. Es por esto que Cabrera inicia el nombre de esta obra con “Introducción”, ya que la misma está delimitada temporalmente entre 1535 y1590, si bien Cabrera afirma que la idea es que otros investigadores prosigan su obra para que se logre una historia más completa y acabada del rol de la evangelización de la Iglesia durante la era hispana, en el Proemio, Monseñor Cabrera afirma que el va a continuar y completar la obra del obispo del Paraná, Monseñor Bazán, quien había escrito ya en 1915 un libro llamado “Nociones de la Historia Eclesiástica Argentina”. Sobre esta obra Cabrera comenta: “La aparición del opúsculo (…) fue acogida con sorpresa y no menos vivido entusiasmo (…) ya que del punto de vista religioso, venía él a llenar un vacío, una necesidad premiosa, fundamental, en el proceso de nuestros estudios, cuyo reparo se imponía tanto más imperiosamente cuanto se trataba de un pueblo de las raigambres étnicas e históricas del nuestro, (…)un hecho luminoso, quizá la más bella, sólida y fecunda de sus tradiciones; a saber, la armonía, la concordia que ha mediado siempre, poco menos que de una manera ininterrumpida, perdurable entre estas dos entidades augustas, la Religión y la Patria, la Iglesia y el Estado”30 A lo largo de la obra de Cabrera, se percibe que el va esclareciendo algunas críticas que la “leyenda negra” le atribuía a la etapa colonial. Por ejemplo, expone que tanto la Cruz como la Espada debían actuar juntas para el logro de la colosal tarea, es decir, de la “estupenda cruzada” de la Conquista Española, como él mismo la llamó.31 Aquí también recurre a términos sarmientinos de la civilización y la barbarie apelando que la Iglesia trajo la civilización, única manera de “domar a estas fieras”. Ante esto, el considera que otras obras de él, como lo fueron “Tiempos y campos heroicos”, “Los aborígenes del Cuyo” y “Conquista espiritual del Desierto” desarrollan aún más esta confrontación entre la civilización y la barbarie. En la última obra que mencioné, por ejemplo, vale la pena citar como él considera que la misma será un aporte para la consecución de la identidad nacional: “Tales noticias nos harán más interesantes estos lugares de tanta prosperidad y natural encanto y contribuirán no poco a ensanchar en nosotros el conocimiento de nuestra historia nacional”32 Considero interesante acotar que si bien Néstor Tomas Auza opina que Introducción a la Historia Eclesiástica del Tucumán no fue la obra _______________ 30 CABRERA, Pablo (1934), Introducción a la historia eclesiástica del Tucumán : 1535 a 1590, Buenos Aires: Ed. Santa Catalina, Proemio, pp.7-8 31 Ibíd. p.15 34 Los Principios, Córdoba, 27, 28, 29 y 30 de mayo de 1933 El Pueblo, Buenos Aires, 16 de julio de 1933 Homenajes MARTINEZ PAZ, Enrique, Discurso de Doctor Honoris Causa a Monseñor Pablo Cabrera, en el acto académico celebrado el día 23 de junio y contestación del señor presbítero Cabrera, 1928 MARTINEZ PAZ, Enrique: Elogio de Mons. Pablo Cabrera, Junta de Historia y Numismática Americana, Filial de Córdoba, Córdoba: Imprenta de la Universidad, 1936. Homenaje jubilar a Monseñor Dr. Pablo Cabrera : 1857-1957, Acto académico del 12 de septiembre de 1958 en el Salón de Grados de la Universidad, Revista de universidad Nacional de Córdoba, 1958 Bibliografía AUZA, Néstor Tomas (1999), La Iglesia Argentina, Buenos Aires: Ed. Ciudad Argentina. BAUER, Francisco (2007), La institucionalización de la Historia en Córdoba, Cuadernos de ADIUC, Nº 7, Córdoba BERDINI, Javier; GRUPICO, María José (2008), “Monseñor Pablo Cabrera: Erudito de dos siglos, guardián de la memoria”, en: Congreso “Textos, autores y bibliotecas”, Biblioteca Mayor de la Universidad Nacional de Córdoba. BLANK, Boris (2000), Monseñor Pablo Cabrera y Margarita Zatzkin, la hebrea : (el encuentro de dos vidas diferentes), Córdoba: Ediciones del Boulevard. 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CABRERA, Pablo (1933), Córdoba de la Nueva Andalucía : noticias etno-geográficas e históricas acerca de la fundación, Córdoba: Imprenta de la Universidad. CABRERA, Pablo (1934), Introducción a la historia eclesiástica del Tucumán : 1535 a 1590, Buenos Aires: Ed. Santa Catalina. CABRERA, Pablo (1934), La conquista espiritual del desierto, Córdoba: Imprenta de la Universidad. Fuentes periodísticas Discurso pronunciado por Cabrera en la inauguración del Cristo Redentor en la Cordillera de Los Andes, 13 de marzo de 1904; en: Los Principios, Córdoba, 15 de marzo de 1904 Los Principios, Córdoba, 20,21 y 22 de diciembre de 1911 Los Principios, Córdoba, 23, 24 y 26 de junio de 1928 Los Principios, Córdoba, 18 de mayo de 1933 Los Principios, Córdoba, 25 de mayo de 1933 38 más brillante de Monseñor Cabrera, la misma llenó con su minuciosidad metodológica historiográfica un vacío no cubierto desde el enfoque religioso por otros estudios. Para Auza, Cabrera y Furlong tienen el especial mérito de haber trabajado desde su oficio la preocupación por las cuestiones religiosas, integrándolas en sus enfoques como historiadores; es decir, “escribieron historia en sentido completo, sin parciales enfoques”33 Luchas institucionales. La opinión de Cabrera sobre el divorcio Antes de finalizar aprecio como muy interesante detenerme a analizar un folleto escrito por Cabrera en 1932 que, al encontrarlo en mi investigación preliminar de este personaje, me indujo a investigar la faceta religiosa del mismo. El contexto en el que lo escribe se relaciona con una polémica que se estaba dando en los círculos católicos respecto a una ley que completaría el conjunto de las “leyes laicas” y que tenía que ver con el otorgamiento del divorcio-vincular por cuanto el traspaso del terreno político al social hizo más notoria la irreversible separación de las esferas temporal y espiritual. Durante el Congreso Eucarístico de 1934 hubo fuerzas que propusieron el progreso del laicismo con la introducción del divorcio. Si bien este Concilio se llevo a cabo en 1934 y el folleto encontrado data de 1932, no es de menor interés que en el contexto de la época este tema estaba en el centro de los debates. Como el titulo del folleto lo indica “EL divorcio es un retroceso a la Barbarie”, Cabrera se centra en defenestrar la idea de la aprobación de esta ley que brindará “resultados fatales (…) para el orden, la armonía y engrandecimiento del estado (…) para la cultura, para la civilización”.34 Su oposición a esta ley la va a fundar en el carácter his_______________ 32 CABRERA, Pablo (1934), La conquista espiritual del desierto, Córdoba: Imprenta de la Universidad, 1934, Proemio p.4 33 AUZA Op cit pp. 60-63 34 CABRERA, Pablo (1932), El divorcio es un retroceso a la barbarie, Córdoba: Imprenta de la Universidad, pp. 3-4 35 tórico irreversible que significaría un “retroceso”: “Tal la sociedad argentina, ulteriormente a la sanción de la ley del divorcio, veríase convertida, en su parte más bella, más delicada y frágil, en un colluvio gentium a estilo de los que sorprendieron los conquistadores hispanos, acá y allá, en el Nuevo Mundo”35 “(…)la democracia en nuestro caso la colocaríamos al nivel de las tribus selváticas del Nuevo Mundo. ¡EL Progreso! (…)”36 De esta manera uno percibe su indignación ante esta ley y se puede leer como le pide a Dios que no lo permita. También acota que si bien la nación argentina ha sido muy generosa con los inmigrantes y que así debe serlo, esto no debe llevarla a perder sus tradiciones y costumbres y que, por la hospitalidad, se instaure el mal y la barbarie en la sociedad. Consideré interesante esta obra ya que la misma nos evidencia la oposición de Cabrera a la laicización de las instituciones estatales y su apego a la facción clerical. Monseñor Pablo Cabrera era consciente de que al ser un intelectual reconocido de Córdoba su palabra tenía peso en el público general, es por ello que una obra como esta no puede pasar desapercibida ya que la misma fue una herramienta que el mismo utilizó para legitimar la opinión eclesial en un debate que había conllevado mucha polémica. A su vez, la remisión a la historia hispana marca una doble forma de legitimación de la facción eclesial no sólo a través de su palabra distinguida, que por su tradición y reconocimiento en Córdoba era escuchada, sino también por su argumentación basada en la historia hispana y su comparación a civilizaciones consideradas “primitivas” en esa época, lo cual llevaría a los fieles en general a ver que la Iglesia era el actor a quien debía seguirse ya que tanto la jerarquía eclesiástica, como la historia que le confería la identidad al país se oponían a un insulto como el desmembramiento de la familia, acto inmoral e impío que atentaba contra la nacionalidad argentina. Conclusión Considero que los distintos lugares que ocupó Cabrera durante este período lo ubican como un actor que, si bien no formó parte de la política per se, no dejó de participar en el contexto histórico en el que estaba imbuido. Su participación en las distintas ramas que la Iglesia implantó para el acercamiento de los fieles como medio para evitar el desmembramiento de su hegemonía, la difusión de sus ideas en periódicos católicos, la dirección del Círculo de Obreros de Córdoba, la realización de manuales para la formación de niñas y jóvenes en la moral católica; sus estudios históricos, su afán por la defensa de la facción clerical constituyen algunas de las huellas documentales a seguir para conocer las estrategias desplegadas por este sacerdote- historiador que se convertirá en una de las figuras centrales del proceso de institucionalización de la historia de Córdoba. En este sentido, la opinión de Sofanor Novillo Corvalán es ilustrativa de los vínculos entre historia y religión presentes en la obra de Monseñor Pablo Cabrera: “Fue su fe la que lo llevo a la historia. Su religiosidad ardiente lo hizo buscar en los evangelizadores de la colonia y en los frailes de las asambleas patrias el sentido religioso de la conquista y la colaboración eclesiástica en la independencia y en las glorias civiles de la República (…)”.37 Este texto, pensado como primera aproximación a la trayectoria y obras de este sacerdote- historiador, nació de la convicción de que el análisis de dichos vínculos constituye un ineludible punto de partida para la investigación de uno de los iniciadores de la historiografía cordobesa. _______________ 35 36 Ibid p.5 Ibid p 14 _______________ 37 36 FURLONG CARDIFF, Op cit , citando a Novillo Corvalán, p 77. 37 que…”desde que éste libro se agotó fue fotocopiado por varias generaciones (y…) hoy día, y como consecuencia de que estudiantes de humanidades lo demandan, Razón y Revolución nos solicitó la posibilidad de su reimpresión”.2 Este Centro de investigaciones se formó en un contexto nacional e internacional que reflejaba un proceso particular “Era un momento revolucionario a nivel mundial. Todo estaba revolucionado. El campo universitario, el mundo obrero, académico, artístico, intelectual. Era un momento de crítica al presente en tanto construcción de un futuro de libertad, igualdad, creatividad.” 3 CICSO fue fundado en 1966 y estuvo formado desde sus inicios con un concepto de trabajo interdisciplinario, en equipo y que pretendía introducir “aire fresco, casi una transgresión a la seriedad diplomática del mundo académico”4 Era un movimiento compuesto por sociólogos, historiadores, economistas, sicoanalistas, artistas plásticos, cineastas, músicos, médicos, activistas y militantes de izquierda y del movimiento obrero que a través de las herramientas del materialismo histórico articularon el arte, la ciencia y la lucha de clases. Ante el anuncio de las huelgas con ocupación de fábricas en Córdoba para el 12 de marzo de 1971, los investigadores que se hallaban abocados al análisis del Cordobazo deciden que uno de ellos se traslade a Córdoba “para tener una experiencia directa de este tipo de acciones de masas y recoger testimonios y documentos”. 5 _______________ 64, 65. Asimismo, dos días después del golpe de Estado de 1976, el gobierno militar impuso la ley 21.272, que endurecía algunos aspectos de la 20-840. 2 BALVÉ, B., MURMIS, M. y otros (2005), Lucha de calles, lucha de clases. Elementos para su análisis (Córdoba, 1971-1969) 2º edición, Buenos Aires: Ediciones Razón y Revolución – CICSO, prólogo de B. Balvé, p 12. 3 B. BALVÉ, M. MURMIS y otros, Lucha de calles, lucha de clases. Elementos para su análisis (Córdoba, 1971-1969) 2º edición, prólogo de B. Balvé, op. cit. p 10. 4 B. BALVÉ, M. MURMIS y otros, Lucha de calles, lucha de clases…, 2º Edición, op. cit, p 10. 5 B. BALVÉ, M. MURMIS y otros, (1973), Lucha de calles, lucha de clases. Elementos para su análisis (Córdoba, 1971-1969), 1º Edición, Buenos Aires: La Rosa Blindada, p 7. 72 En 1970, Bagú es invitado a incorporarse a la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en Santiago de Chile, donde permanecerá hasta 1973. En Flacso- Santiago de Chile, se desempeñó como docente en la Escuela Latinoamericana de Sociología (ELAS) y como investigador en el Instituto Coordinador de Investigaciones Sociales (ICIS).10 En el contexto institucional de Flacso, publica “Marx- Engels: diez conceptos fundamentales en proyección histórica” (1972), cuya primera edición se publica en Argentina, por Editorial Nueva Visión, y las posteriores reediciones (1975; 1977) en México por Editorial Nuestro Tiempo. Según Bagú, el objetivo central de este trabajo “es demostrar que la tesis que elaboran esos dos prusianos, Marx y Engels, y que está bien incrustada en la cultura europea, no es una tesis llovida del cielo ni aparecida en la cabeza de dos tipos geniales en un momento determinado. Son todas, ideas que ya estaban circulando en la cultura europea y que estos dos prusianos jóvenes las toman, las investigan, las expresan en una forma coherente como teoría, y como teoría transformadora, pero no las inventan. Es decir, uno podría decir que el marxismo no lo inventaron Marx y Engels. El marxismo es uno de los productos más esclarecidos de una etapa de la cultura europea, de la cultura occidental de Europa, ese es el sentido que tiene.” (entrevista con Eduardo Ruiz Contardo, en Turner y Acevedo, ob.cit.) La experiencia académica de Flacso-Chile, valorada por Bagú como de gran riqueza creadora y fértil en discusiones y sociabilidad intelectuales, tiene una vigencia breve. A fines de 1973, a raíz del golpe militar en Chile que derroca al presidente Allende, Bagú regresa a Buenos Aires y se incorpora al recientemente creado Programa _______________ latinoamericanos como Theotonio Dos Santos, Fernando Henrique Cardoso, Enzo Faletto, André Gunder Frank, Ricardo Lagos, Ruy Mauro Marini, Marcos Kaplan, Pedro Paz, Osvaldo Sunkel, José Serra, Lucio Geller, Eric Calcagno, Ricardo Cibotti y Tomás Vasconi, entre otros. Según Bagú, Santiago de Chile fue durante esta etapa “una especie de oráculo latinoamericano”, un verdadero centro cultural de la región (en la entrevista con Luis Gómez, en: Turner y Acevedo, ob.cit.: 210). 10 Véase: YANKELEVICH, P. (2010) “Ráfagas de un exilio. Argentinos en México, 1974- 1983”. México: Fondo de Cultura Económica- El Colegio de México. 49 Buenos Aires de Flacso, donde permanece hasta 1974. Ese mismo año, aceptando una invitación de Víctor Flores Olea -por entonces Director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (FCPS-UNAM), con quien se habían conocido en Santiago de Chile-, Bagú se incorpora en noviembre al Centro de Estudios Latinoamericanos (Cela) de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, un espacio fundado por Pablo González Casanova con el cual se vincula el posgrado en Estudios Latinoamericanos. Buena parte de los principales exponentes del pensamiento histórico y social latinoamericano actuantes en Flacso-Santiago de Chile recalaron, luego del golpe en Chile en setiembre de 1973, en el Cela, referentes, muchos de ellos, de distintas vertientes de la denominada “teoría de la dependencia”.11 Podemos afirmar, en términos generales, que en este período, en función del particular entorno institucional y relacional en que se insertó Bagú dentro del ámbito académico e intelectual mexicano, asistimos a su consagración como historiador y cientista social de perfil _______________ 11 Sobre el Cela y sus intelectuales representativos en este período, Bagú ha expresado: “…sí, había gente de mucho valor, algunos de ellos desaparecidos ya, como Quijano, Gregorio Selser, Agustín Cueva, que son latinoamericanos de primera importancia, y todos con una obra notable. Quijano sobre todo en el ambiente periodístico, Selser un hombre periodista e historiador, porque fue las dos cosas y en ambas le fue muy bien. Y Cueva que ha sido un maestro de la sociología latinoamericana. De modo que la coincidencia de toda esta gente en un momento dado –pero no estamos mencionando otras gentes de mucho valor que sólo como una injusticia puedo no mencionarlos-, fue en realidad un conjunto excepcional. Algunos volvieron a sus países, otros se quedaron en el CELA y con el curso de la sucesión generacional, la especialidad latinoamericana fue pasando a manos de gente joven, la mayor parte de ellos mexicanos; es lo que podríamos llamar la generación joven del CELA. El centro tiene ya una generación aún más joven, también mexicana; pero la que estuvo en contacto directo con estos latinoamericanos en un momento determinado, fue un grupo de cuarenta, poco más o menos. Desde su fundación, el CELA ha sido un bloque muy dinámico que ha producido muchos materiales, ha formado gente y ha estimulado una conciencia de lo latinoamericano, ha cumplido una función. Creo que es lo menos que se puede decir: el CELA ha cumplido con una función.” (entrevista con Luis Gómez, en Turner y Acevedo, ob.cit.: 212-213) 50 CAPITULO 3 “Lucha de calles, lucha de clases. Elementos para su análisis (Córdoba 1971 – 1969)” Un análisis historiográfico Gloria Di Rienzo y Verónica Canciani Vivanco En el presente trabajo nos proponemos acercar algunas reflexiones sobre la metodología y el rol de los historiadores que optamos por trabajar la perspectiva analítica de la historia política reciente o historia reciente o historia también denominada historia del presente. Tomamos el texto “Lucha de calles, lucha de Clases” porque consideramos que del análisis de los dos aspectos señalados en el texto elegido pueden surgir reflexiones que sin duda aportarán a la tarea en la que estamos abocados. El texto fue el primer trabajo realizado por el Centro de Investigaciones en Ciencias Sociales (CICSO) dirigido por Beba Balvé, Juan Carlos Marín y Miguel Murmis y por un equipo integrado por Lidia Aufgang, Beatriz Balvé, Tomás Bar y Roberto Jacoby. Se publicó por primera vez en 1973 por la editorial La Rosa Blindada del Partido Revolucionario de los Trabajadores y formó parte de los libros prohibidos a partir de octubre de 1974.1 Fue reeditado en 2005 por_______________ 1 Se trata de la ley 20.840 y sus complementarias, conocida como “la ley antisubversiva” porque prohibía y castigaba toda forma de actividad considerada que alteraba el orden constitucional. Quedaban incluidos en el cuerpo de esta ley los “redactores, editores de publicaciones de cualquier tipo, directores y locutores de radio y televisión, o responsables de cualquier medio de comunicación, que informen o propaguen hechos, imágenes o comunicaciones de las conductas previstas en el artículo primero… imponiéndose prisión de dos a cinco años”. También establecía “la clausura, por el término de tres meses a un año, de los lugares donde se imprima, edite, distribuya, suministre material o propale información relativa a los delitos previstos…” Cfr. INVERNIZZI, Hernán, GOCIOL, Judith, (2003), Un golpe a los libros. Represión a la cultura durante la última dictadura militar, Buenos Aires, Eudeba, 2ª Edición, pp. 62,63, 71 y enfoque latinoamericanista, abocándose al estudio de problemáticas –como el subdesarrollo, la estructuración económica, la inserción mundial en condición de dependencia y la estructuración de clases socialesrelacionadas con la realidad latinoamericana en su pasado y en su actualidad. En este marco institucional, Bagú estableció lazos de sociabilidad con intelectuales latinoamericanos –muchos de ellos exiliados de sus países de origen, donde se habían instalado dictaduras militares de fuerte carácter represivo-, como Ruy Mauro Marini, Carlos Quijano, Clodomiro Almeida, Gregorio Selser y Agustín Cueva.12 En este período (1974- 2002) y en el marco institucional del Cela, además de un sinnúmero de artículos en diversas publicaciones y colaboraciones en obras editoriales colectivas, Bagú publica tres libros: “Argentina 1875- 1975. Población, economía y sociedad. Estudio temático y bibliográfico” (1978), “La idea de Dios en la sociedad de los hombres. La religión: expresión histórica, radicalidad filosófica, pauta de creación social” (1989) y “Catástrofe política y teoría social” (1997) En el año 2000, Bagú recibe significativos reconocimientos de los ámbitos académicos argentinos: es designado Profesor Honorario por la Universidad Nacional de Rosario y la Universidad de Buenos Aires le confiere el título de Doctor Honoris Causa. Permanece en el Cela como docente e investigador –dictando cursos sobre Historia de América Latina y Problemas Contemporáneos de América Latina, entre otras problemáticas- hasta el momento de su fallecimiento, el dos de diciembre de 2002, a los noventa y un años de edad. Teoría histórica y social de Bagú: historia y ciencias sociales. Centralidad de la estructura económica y social para interpretar el proceso histórico. En términos generales, como una introducción de carácter concep_______________ 12 Para una referencia general de la teoría histórica de Sergio Bagú, véase el artículo de Norma de Los Ríos Méndez en la obra citada de Turner y Acevedo. 51 tual, podemos afirmar que la perspectiva historiográfica de Sergio Bagú se caracteriza por un rasgo fundamental: una constante apertura a los aportes conceptuales de las ciencias sociales, en particular de la sociología y de la economía. En este sentido, en el pensamiento de Bagú historia, sociedad y economía constituyen dimensiones interrelacionadas del proceso histórico y de la vida social.13 Frente a los planteamientos historiográficos tradicionales que ciñen el análisis histórico a los acontecimientos político-militares y a una metodología limitada a la búsqueda y acopio documental, la historiografía de Bagú se aboca desde un enfoque integral y estructural al estudio de procesos históricos complejos, donde lo estructural condiciona las acciones sociales de los sujetos sin determinarlas completamente –los sujetos sociales disponen siempre de la posibilidad de la opción, por reducidos que sean sus alcances-, y donde el factor sociológico y el económico representan importantes variables para entender el desarrollo histórico. En esta concepción, el desarrollo de las disciplinas supone un proceso en el cual, dialécticamente, la creciente especialización, entendida como una necesidad metodológica casi ineludible, se correlaciona con una necesidad en aumento de experiencias interdisciplinarias. Lo histórico, en Bagú, es a la vez lo social, y lo social nunca deja de ser histórico: la vida misma, en toda su complejidad, es social e histórica. Al respecto, difundiendo una actitud renovadora con respecto a los estudios históricos, espíritu de renovación historiográfica en el que podemos vislumbrar la influencia del pensamiento de Marc Bloch –fundador, junto con Lucien Febvre, de la escuela historiográfica de Annales-14, Bagú manifiesta en un artículo publicado en la Revista de Historia, en 1957: _______________ 13 Para un planteamiento general de la teoría histórica de Marc Bloch, véase: Bloch, M. (2010) “Introducción a la historia”. México: Fondo de Cultura Económica [primera edición de 1949]. Sobre la especialización en la ciencia y las diferenciaciones disciplinarias, Bloch ha observado: “la ciencia no descompone lo real sino para mejor observarlo, gracias a un juego de luces cruzadas, cuyos rasgos se combinan y se interpenetran constantemente. El peligro empieza, únicamente, cuando cada proyector pretende verlo todo él solo, cuando cada cantón del saber se cree una patria.” (ob.cit.: 146) 14 Véase: Bagú, S. (1957) “Una pauta para la renovación de los estudios históricos”. En: Revista de Historia, Buenos Aires, n. 1, primer trimestre de 1957. CORBIÉRE, E. (2003) Un gran intelectual argentino. Falleció Sergio Bagú, en: E-Latina, vol. 1, n. 2 (enero- marzo de 2003). DEVOTO, F. Y PAGANO, N. (2009) Historia de la historiografía argentina. Buenos Aires: Sudamericana. DURÁN DE HUERTA, M. (2002) En memoria de Sergio Bagú, un maestro americano, Jornada UNAM 261, diciembre de 2002. FRANCO, R. (2007) La Flacso clásica (1957-1973). 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(2003) El historiador y su mundo o la experiencia del grupo rivadaviano en los años sesenta, en: E-Latina, vol. 2, n. 5 (octubre- diciembre de 2003). “En los últimos decenios, particularmente después de la segunda guerra mundial, ha aumentado en forma notable la producción histórica en América Latina, Estados Unidos y Europa. Ignoramos si lo mismo ha ocurrido en los otros continentes, pero lo suponemos muy probable. Es éste el período en el cual más se estudia y se publica en materia histórica y es lógico suponer que este hecho se encuentra relacionado estrechamente con el excepcional desarrollo científico general de nuestra época. Las ciencias sociales, entre otras, se hallan en pleno proceso de revisión de métodos y replanteo de problemas. (…) Al hacerse una disciplina más vasta y compleja, aparece en ella la tendencia a la especialización. Sin embargo, este florecimiento del pensamiento científico contemporáneo ha ido acentuando la relación recíproca entre las diversas materias especializadas. Es que ambos procesos no se excluyen; antes bien, son inevitables. (…) En la medida en que se va comprobando la insuficiencia del tipo de narración histórica que gira alrededor de los acontecimientos político-militares y de la metodología estrechamente documental, el historiador comienza a ampliar su horizonte con el concurso de otras disciplinas. No podría decirse que esto ocurra exclusivamente en nuestros días. Hay, en el siglo XIX, clásicos europeos y americanos que exploraron, con admirable resultado, la estructura económica y social a fin de comprender mejor el proceso histórico. Pero es en los años que corren cuando comienza a advertirse una tendencia más sistemática a utilizar, en la investigación histórica, datos, conceptos y métodos de otras disciplinas, particularmente de las ciencias sociales. La extraordinaria complejidad de los hechos humanos y, por lo tanto, de los procesos históricos, exige, de quien se proponga interpretarlos, una actitud universalista, una experiencia personal considerable y bien asimilada, y el manejo de múltiples conceptos y técnicas elaborados en disciplinas no históricas. Los planteos limitados dejan fuera del ojo del observador múltiples problemas y acontecimientos, de los cuales no es posible hoy prescindir si se quiere arrojar sobre los sucesos una luz que permita comprenderlos mejor. (…) La tarea de renovación que se ha iniciado es vasta, sin duda, pero no debe cabernos duda alguna de que se avan- 68 53 Bibliografía consultada zará en ella extraordinariamente en nuestro tiempo, tan propicio al reexamen de todos los problemas de fondo que preocupan al hombre.” (1957: 137)15 En la perspectiva historiográfica de Bagú, lo histórico se imbrica con lo social y sus múltiples dimensiones, en especial con lo que el autor percibe como el cimiento de lo social: la estructura económica y social. En este sentido, podríamos afirmar, en términos de caracterización disciplinaria, que los planteamientos de Bagú conducen a una historia económica y social donde el concurso de las herramientas conceptuales y metodológicas de la sociología y de la economía es decisivo. Las relaciones entre las disciplinas sociales y la historia se corresponden, en esta perspectiva, con las relaciones estrechas que ligan los distintos componentes de esa realidad tan compleja que es la realidad histórica y social. Estas reflexiones nos conducen a otro rasgo característico de la teoría histórica y social de Sergio Bagú: su sustentación en el materialismo histórico fundacional de Marx y Engels. En realidad, ambos rasgos están interrelacionados: la historia económica y social, en Bagú, se engarza con el materialismo histórico en el lugar central adjudicado a la estructura económica y social para entender la sociedad en su conjunto y los procesos históricos en su integralidad. En Bagú, la estructuración económica se correlaciona con una determinada estructura social, conceptualizada esta última en términos de estructura de clases sociales. A partir de estas estructuras, y sobre todo a partir de las contradicciones sociales que surgen de ellas al configurarse grupos sociales con intereses antagónicos, es posible comprender mejor los rasgos generales de una organización social determinada –o de un “tipo organizativo” específico, en términos de Bagú- y de un proceso histórico _______________ 15 Véase: Bagú, S. (1949) “Economía de la sociedad colonial. Ensayo de historia comparada de América Latina”. Buenos Aires: Librería y Editorial El Ateneo; Bagú, S. (1952) “Estructura social de la colonia. Ensayo de historia comparada de América Latina”. Buenos Aires: Librería y Editorial El Ateneo; Bagú, S. (1992) “Economía de la sociedad colonial. Ensayo de historia comparada de América Latina”. México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y Grijalbo. 54 Este capítulo histórico nos introduce a la historia de America Latina como región dependiente en el sistema mundial capitalista, cuyo centro nace en la Europa centro-occidental. No todos pagaron en la misma proporción el “costo social” de este tipo de inserción internacional: quienes lo sufrieron fundamentalmente, fueron los indios americanos y los negros esclavos traídos por la fuerza desde África occidental, mano de obra esclava y semi-esclava sobre cuyos hombros descansó la producción en el capitalismo colonial latinoamericano. Bibliografía Obras de Bagú BAGÚ, Claudio (2005) El ser y la razón: Sergio Bagú, pasión y vida ejemplar en proyección histórica, en: Problemas del desarrollo. Revista Latinoamericana de Economía, vol. 36, n. 143 (octubrediciembre de 2005). BAGÚ, Sergio (1933) Almafuerte. Discursos completos. Buenos Aires: Claridad. ————— (1934) Almafuerte. Evangélicas completas, otros escritos literarios y cartas. Buenos Aires: Claridad. ————— (1936) Vida ejemplar de José Ingenieros. Juventud y plenitud. Buenos Aires: Claridad. ————— (1939) Mariano Moreno. Pasión y vida del hombre de mayo. Buenos Aires: Claridad. ————— (1938) Aníbal Ponce, en: Revista Nosotros. Buenos Aires, agosto de 1938. —————— (1949) “Economía de la sociedad colonial. Ensayo de historia comparada de América Latina”. Buenos Aires: Librería y Editorial El Ateneo. —————— (1952) “Estructura social de la colonia. Ensayo de historia comparada de América Latina”. Buenos Aires: Librería y Editorial El Ateneo. ——————- (1957) “Una pauta para la renovación de los estudios 67 Las investigaciones de Bagú que hemos examinado no sólo representan un aporte a la historia colonial latinoamericana, sino también una contribución al estudio del desarrollo histórico del capitalismo como macrosistema mundial. Esto es lo que afirma Bagú, cuando comenta en el posfacio de la única reedición de “Economía de la sociedad colonial”: “La dominación de América es el episodio más importante en la construcción del sistema mundial del capitalismo. Resultó, en efecto, el agente más dinámico de la acumulación de capital desde comienzos del siglo XVI, el sine qua non de la gestación histórica del sistema capitalista mundial. (…) El macrosistema capitalista mundial, en plena expansión en el siglo XVI, tiene su propio perímetro y no pueden entenderse su naturaleza y su dinámica hasta que se le estudie, como macrosistema global que es, dentro de esos límites. Cada una de las partes desempeña una función, por larga que sea la travesía de los veleros interoceánicos. Por supuesto, éste es un embrión de lo que sería el capitalismo de la revolución industrial del siglo XVIII, así como éste no es más que un embrión del capitalismo de la revolución nuclear e informática de la segunda mitad del siglo XX. (…) Éste es el capítulo colonial en la historia del capitalismo en el mundo, que va corriendo simultáneamente con la ampliación del mercado intercontinental. España funda el capitalismo colonial y América es su formidable campo de experimentación, a la vez que la más extendida y rica entre todas las posesiones coloniales que el capitalismo logra establecer en esta prolongada etapa formativa.” (p. 271- 274) En el siglo XVI, la América Latina colonial, organizada como capitalismo colonial, se inserta en el proceso de desarrollo del capitalismo como macrosistema mundial, inserción que se produce en condición de dependencia: dependencia política y cultural respecto a las metrópolis española y portuguesa, dependencia económica respecto a los centros de producción de manufacturas y a los monopolios comerciales metropolitanos, especializándose como productora de metales preciosos y materias primas de diversa índole. 66 en particular. En el prólogo de “Estructura social de la colonia”, Bagú desarrolla su concepto de clase social: “Cuando en este trabajo hablamos de clase social aludimos a un conjunto de individuos que desempeñan, dentro del proceso económico, una función semejante y que, a consecuencia de ello, ocupan dentro de la sociedad una ubicación parecida. El hecho de que esos individuos sean propietarios o usuarios de los medios de producción, o titulares de capital fiduciario, o mano de obra sin la propiedad de los medios de producción que utiliza es un factor fundamental para determinar a qué clase social pertenecen. No queremos con esto ofrecer una definición del concepto, ni agotar su complejidad, sino fijar un punto de partida para el estudio que aquí hacemos. Para nosotros, las clases sociales son, en primer término, una realidad económico- social. Pero eso no implica que reduzcamos nuestro esfuerzo a seguir el rastro de las clases sociales tan sólo en lo económico y en lo social. La historia –es decir, la vida humana- es un todo y nada hay en ella, nada absolutamente, que no se integre dentro del conjunto, que no guarde relación con lo demás. Lo que creemos es que la participación de ese agregado humano, que distinguimos como clase social, en el poder político –o su no participación- está siempre subordinada a su función económica y a su posición social. Creemos asimismo que los individuos de esas clases sociales tienen modalidades, ideas, preferencias estéticas, lógica –a cuyo estudio dedicaremos nuestro próximo trabajo sobre el período colonial- de las cuales puede hablarse en términos generales y cuya génesis y evolución se encuentran fuertemente condicionadas por el hecho de que esos individuos pertenecen a tales clases sociales.” (1952: 9, el destacado nos pertenece) Clase social: en primer término, realidad económica y social, dice Bagú. En este punto, el concepto de clase social -implicada, como vimos, en determinadas funciones económicas y posiciones sociales correlacionadas- condensa la perspectiva histórica y social de Bagú: economía y sociedad, entendida esta última como estructura de clases, constituyen elementos interrelacionados y una instancia fundamental para interpretar los procesos históricos. Según Bagú, el fundamento 55 del proceso histórico de constitución, diferenciación y jerarquización (estratificación) de las clases sociales es eminentemente económico y social: la función común en la estructura económica y en el proceso productivo conduce a una posición definida y común en la estructura social. Este proceso constituye y diferencia jerárquicamente, desigualando y estratificando, esos agregados humanos que reciben la denominación de clases sociales, condicionando fuertemente, asimismo, todo aquello que se inscribe en el universo de la cultura. A consecuencia de ello, cada clase, definida por una función económica y una posición social particulares, se distinguirá también por sus propias pautas culturales. Las investigaciones de Bagú sobre la organización de la sociedad colonial latinoamericana: el capitalismo colonial como tipo organizativo La teoría histórica y social de Bagú, formulada en términos generales en el apartado precedente, se plasma en sus dos investigaciones sobre la estructura económica y la estructura social de la sociedad colonial latinoamericana: nos referimos a Economía de la sociedad colonial. Ensayo de historia comparada de América Latina (1949, única reedición de 1992) y Estructura social de la colonia. Ensayo de historia comparada de América Latina (única edición de 1952).16 La concepción historiográfica y social de Bagú se plasmó en las condiciones de producción de estas investigaciones, proceso que vale la pena traer a colación aquí: la idea original de Bagú, durante su primera estancia en Estados Unidos, consistió en realizar una investigación sociológica sobre la estructura social del régimen colonial hispano-luso instalado en América Latina, con un breve prólogo sobre su organización económica. Durante el desarrollo de esta investigación, _______________ 16 Véase: DEVOTO, F. Y PAGANO, N. (2009) “Historia de la historiografía argentina”. Buenos Aires: Sudamericana. 56 Conclusiones Las inserciones de Sergio Bagú en instituciones de producción cultural y académica de Argentina y América Latina han sido múltiples, así como sus vinculaciones con medios de sociabilidad intelectual. No obstante, pueden establecerse –a modo de hipótesis- tres grandes posicionamientos ideológicos e intelectuales que caracterizaron distintas etapas de su recorrido: su etapa juvenil, desde 1930 hasta mediados de los años 40, fue su época de militancia por una cultura política e intelectual democrática y antiautoritaria, en el marco de organizaciones inspiradas, entre otros referentes, en las figuras de José Ingenieros y Aníbal Ponce; posteriormente, considerando las décadas de los años cincuentas y sesentas del siglo pasado, observamos la activa participación de Bagú en escenarios académicos y emprendimientos editoriales orientados a la renovación de las ciencias sociales y la historiografía, promoviendo como apuesta central su diálogo y trabajo conjunto; finalmente, desde principios de los años setentas del siglo pasado, asistimos a su definitiva inclusión en medios académicos e intelectuales identificados con una perspectiva latinoamericanista y con la docencia e investigación sobre problemas fundamentalmente latinoamericanos. Esta definitiva asunción del latinoamericanismo por parte de Bagú, ya anunciada durante sus estadías en Estados Unidos (desde mediados de los años cuarenta a mediados de los años cincuenta del siglo pasado), se plasma en su inserción en los escenarios académicos de Flacso en Santiago de Chile, durante el gobierno de Salvador Allende, y del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México, espacio donde se desempeñó laboralmente hasta su fallecimiento en el año 2002. Con respecto a la concepción sobre la historia colonial latinoamericana sostenida por Sergio Bagú: como lo demuestra en sus investigaciones, la conquista portuguesa y española en América Latina y la configuración del capitalismo colonial en el continente constituye un capítulo decisivo, entre otros, en el desarrollo del capitalismo como sistema mundial. 65 “En la inmovilidad de los grupos sociales, el privilegio tiene siempre importancia decisiva. Cuando en la sociedad colonial encontramos una clase o un grupo inmovilizados, con manifiesta tendencia a cerrarse en sí y prolongar su identidad a través de generaciones, descubrimos también que esa actitud se encuentra inextricablemente vinculada con la defensa de un privilegio -económico y social, siempre; a menudo, también político y racial; a veces, profesional-. Hay en la inmovilidad un reconocimiento de la existencia de una desigualdad social y un acto de voluntad tendiente a prolongar esa desigualdad y a ahondarla.” (1952: 71) Bagú reconoció que no podría interpretar cabalmente la estructura social y las clases sociales de la colonia sin previamente investigar exhaustivamente su estructura económica, que no deja de ser su fundamento último. En consecuencia, Bagú realizó y publicó en primer lugar su investigación sobre la economía de la sociedad colonial latinoamericana en 1949, es decir aquello que originalmente se pretendía como un mero prólogo de otra obra; tres años después, casi como continuidad de la obra anterior, publica su investigación sobre la estructura social de la sociedad colonial. El proceso de realización de las dos investigaciones, en conclusión, expresa el concepto histórico y social de Bagú: en primer lugar, la estructura económica; en segundo lugar, casi derivada de aquella, la estructura social, ambas ligadas en una estrecha correspondencia. Partiendo de la percepción de América Latina como una unidad compleja e inserta en contextos económicos y sociales más amplios que la condicionan, atravesada por procesos históricos y realidades económico- sociales comunes, hay una proposición central que articula las dos investigaciones, constituyendo una toma de posición de Bagú en los debates sobre los modos de producción en la sociedad colonial latinoamericana tan extendidos durante los años cincuenta del siglo pasado en América Latina. En base a un examen crítico de los “elementos formativos” de la economía colonial, diferenciándolos entre “elementos determinantes” -como la cantidad y calidad de la mano de obra local que hallaron los conquistadores- y “elementos condicionantes” -entre ellos, el mercado centro occidental europeo-, Bagú concluye que la índole organizativa de la economía y la sociedad colonial latinoamericana no fue feudal sino capitalista; más específicamente, ese tipo organizativo fue capitalismo colonial. En este estilo específico de capitalismo, ciertas instituciones económicas y sociales percibidas como caducas y anacrónicas por planteamientos “etapistas” de derecha y de izquierda no sólo tienen vigencia, sino un lugar central en la estructuración económica y social, como la esclavitud. En el mismo sentido, el capitalismo colonial admite en su dinámica el operar de formas sociales de nítido perfil feudal. Haciendo 64 57 En “Estructura social de la colonia”, Bagú examina con mayor detenimiento el sistema de estratificación social de la sociedad colonial latinoamericana. Luego de examinar brevemente el “sistema estratigráfico” de castas sociales configurado en la época precolombina, Bagú discrimina “elementos determinantes” y “elementos condicionantes” del proceso formativo de las clases sociales en la colonia. Entre los elementos determinantes, Bagú incluye: a) la posibilidad, por parte del capital, de disponer de fuerza de trabajo disciplinada en las distintas regiones -las regiones de mayor acumulación de capital fueron aquellas donde existía una masa indígena numerosa y disciplinada en los trabajos manuales, como México y Lima-; b) la posibilidad de producción de artículos para colocar en el mercado centro-occidental europeo, y c) la propiedad de grandes extensiones de tierra, de capital financiero y de medios de producción por parte de determinados grupos. A modo de síntesis, Bagú concluye que la sociedad colonial latinoamericana se asentaba en una “concepción de castas sobre una realidad de clases”, haciendo referencia, no sólo a los resabios feudales que persistían en la mentalidad de las clases dominantes coloniales, sino también a la gran inmovilidad social en la estructura de las clases sociales -lo que constituía un indicador de un sistema de estratificación sumamente rígido y polarizado- y al carácter tradicional de la colonia latinoamericana. Al respecto, Bagú señala: referencia a la perspectiva renovadora de Bagú con respecto a la historia colonial latinoamericana, Márgara Millán Moncayo señala: “opera aquí una concepción de la historia enfrentada, por un lado, a la idea evolucionista de matriz neopositivista y, por otro, a la de un marxismo reduccionista que sustentó la comprensión de la historia como una inalterable sucesión de grandes etapas. En la economía colonial latinoamericana, lo colonial no es sinónimo de feudal y sí de capitalismo. La extraordinaria capacidad expansiva del sistema capitalista se muestra capaz de asimilar a su lógica formas de producción anacrónicas y antípodas a la esencia misma del sistema, pero de las cuales se nutre y se configura históricamente. (…) En la idea de capitalismo colonial se encuentra contenida, en realidad, la idea del subdesarrollo capitalista como condición del desarrollo capitalista, así como la inevitable realidad de la dependencia, ambos procesos referidos a la propia naturaleza expansiva e intensiva del capitalismo.” (en: Turner y Acevedo, ob.cit.: 120) En la perspectiva de Bagú, el capitalismo colonial latinoamericano, delineando los trazos de una sociedad colonial de proyección continental, se engarzó en el desarrollo del capitalismo comercial europeo: fue una de sus principales fuentes de materias primas y recursos para la acumulación del gran capital que, con posterioridad, nutrirá las revoluciones industriales europeas. En este sentido, el capitalismo colonial abre la historia de dependencia de América Latina con respecto a las grandes potencias económicas –naciones y empresas- que controlan el mercado mundial. En el capítulo sobre la “índole de la economía colonial” de “Economía de la sociedad colonial”, Bagú explica: “Feudalismo y capitalismo, a pesar de su oposición histórica inicial, no tienen porqué ser, en todas las alternativas de su desarrollo, extremos irreconciliables. Ciertamente, cada uno de ellos tiene sus acentos propios que permite diferenciarlo del otro; pero, en el curso de los hechos, vuelven a encontrarse, a superponerse, a confundirse. Hay una etapa en la historia capitalista en la cual renacen ciertas formas feudales con inusitado vigor: la expansión del capitalismo colonial. En las “En la historia colonial de toda América se produjo muy tempranamente una división del trabajo estrechamente relacionada con la diferenciación racial. En todas partes, los negros esclavos estuvieron destinados a las labores manuales más rudimentarias, como también los indios. Muchos descendientes de cruzas raciales se vieron asimilados a los negros e indios puros, o se encontraron sin ocupación determinada, engrosando la masa de desocupados permanentes. Los blancos tomaron las posiciones más elevadas en la escala social y, entre ellos, se distinguieron entre blancos europeos y americanos, teniendo los primeros los mayores privilegios. Esta realidad no desvirtúa, sin embargo, las comprobaciones a que hemos llegado. Lo que sostenemos en el parágrafo anterior es que, cuando se produce una división del trabajo en la sociedad colonial, es a causa de factores económicos y no primariamente raciales. Es un hecho que el negro desempeñó ciertas tareas, pero de allí no puede inferirse que esas tareas sólo el negro está en condiciones de realizarlas, ni que el negro sólo en ellas sea capaz de emplear sus energías. La división de la sociedad colonial en estratos raciales, con los individuos de color más blanco en las categorías superiores y los de color menos blanco en las inferiores, es un fenómeno que se repite desde el norte hasta el sur. Más aún, es una realidad de fácil comprobación en las sociedades coloniales de nuestros días, aún en aquellas que, a pesar de tener gobierno propio, no han perdido todavía su carácter originario de tales, como África del Sur. Si nos pusiéramos a examinar ciertas sociedades coloniales en las cuales la clase conquistadora originaria ha sido amarilla y no blanca, observaríamos que la división favorece a los que –acertada o equivocadamente- se consideran de sangre amarilla más pura. El mito racial –llamémosle mejor la mentira racial, porque la palabra mito evoca cierto encanto literario ausente en este caso- se descubre en todas partes donde se quiera justificar el dominio de ciertos grupos sociales sobre otros. (…) Si la división del trabajo se produce sobre bases raciales, no lo es –aunque parezca paradójico- por motivos raciales, sino económicos y sociales. En la historia colonial, la división racial es una proyección de la división en clases sociales.” (ob. cit.: 172- 174) 58 63 Estratificación social y división racial en el capitalismo colonial Sobre la base de la organización económica y productiva del capitalismo colonial, en los términos de Sergio Bagú, se erige un sistema de estratificación social extremadamente simple y polarizado, en el que los grupos poseedores (como los propietarios de encomiendas, minas o ingenios) y los grupos desposeídos (la fuerza de trabajo conformada por indios y negros) que participan en la producción configuran un esquema binario. Como puede observarse, el criterio de diferenciación social empleado por Bagú en esta clasificación es el de propiedad/ no propiedad de medios de producción, criterio de clara inspiración marxista. En “Estructura social de la colonia”, Bagú complejizará estos planteamientos, incorporando a la clase media colonial (conformada, entre otras categorías, por artesanos y pequeños comerciantes), sin modificar los términos generales de una estructura social extremadamente polarizada e inmóvil. Los grupos humanos no integrados a la producción, a su vez, son incluidos por Bagú en las categorías de “población no incorporada a la economía colonial” (como las masas indígenas que pudieron evadir el sometimiento de los conquistadores y continuaron viviendo en comunidades agrarias cerradas) y “población improductiva” (en la que se incluyen los eclesiásticos y los funcionarios de la administración pública colonial, entre otros grupos que, sin participar en la producción, consumen los bienes que ella produce). En el capitalismo colonial latinoamericano, la estratificación social derivada de la organización económica y productiva genera, a su vez, el establecimiento de una jerarquía de estratos raciales que refleja las desigualdades y jerarquías de orden social. En otros términos: en el capitalismo colonial, la división del trabajo y su correspondiente jerarquía de clases sociales se expresa en jerarquías raciales. Contra las tesis empecinadas en explicar lo social a partir de factores raciales, Bagú sostiene: 62 colonias, la posesión de la tierra, aparte del lucro que se busca en el tráfico de sus productos, va acompañada de fuertes reminiscencias feudales. El poseedor –compañía o individuo- aplica allí su ley sin apelación, gobierna sobre las vidas y los bienes sin preocupación jurídica o ética alguna, inventa en su beneficio todos los impuestos que su imaginación y las posibilidades del lugar le permiten. (…) Pero hay un hecho indudable. Las colonias hispano- lusas de América no surgieron a la vida para repetir el ciclo feudal, sino para integrarse en el nuevo ciclo capitalista que se inauguraba en el mundo. Fueron descubiertas y conquistadas como un episodio más en un vasto período de expansión del capitalismo comercial europeo. Su régimen económico colonial fue organizado con miras al robustecimiento de las economías metropolitanas y al mercado colonial. Muy pocos lustros después de iniciada su historia propiamente colonial, la orientación que van tomando sus explotaciones mineras y sus cultivos agrícolas descubren a las claras que responden a los intereses predominantes entonces en los grandes centros comerciales del viejo mundo.” (Bagú, 1992: 8990) Insistimos en que, en la perspectiva de Bagú, la economía colonial latinoamericana, aunque su condición es capitalista, no deja de incorporar formas sociales precapitalistas, como ciertas instituciones feudales y la esclavitud. En este sentido, Bagú ofrece en “Economía de la sociedad colonial” una clasificación de los elementos capitalistas y los elementos feudales constitutivos de la sociedad y la economía colonial en América Latina. Entre los primeros, se incluyen el mecanismo de la acumulación del capital, la existencia de un capital financiero en expansión, la orientación de la producción al mercado interno y al mercado centro occidental europeo, la existencia de urbes definidas como centros comerciales –el ejemplo más claro: Potosí- y la existencia del salario como institución económica, aunque generalmente éste encubriera relaciones de producción esclavistas, como las plasmadas en las encomiendas y en otras formas coloniales de producción y organización del trabajo. Entre los componentes feudales de la sociedad colonial, según Bagú, se incluyen el gran poder económico y el alto pres59 tigio social que la gran propiedad territorial proporciona a los sectores oligárquicos, entre los cuales se cuenta la propia institución eclesiástica. En última instancia, como el propio Bagú recordó en el posfacio de la única reedición de “Economía de la sociedad colonial”, la idea contra la cual se posicionaron sus investigaciones sobre el capitalismo colonial latinoamericano es aquella que, permeando distintas orientaciones ideológicas y diversos planteamientos teóricos, concibe la historia de modo lineal, unidireccional, de cuyos postulados se desprende la explicación histórica de la “transición” evolutiva desde el feudalismo al capitalismo. Esta cosmovisión formaba parte, en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, de una gama bastante amplia de orientaciones ideológicas y conceptuales, desde el desarrollismo de factura estructural-funcionalista al estilo del pensamiento de W. W. Rostow, plasmado en su libro Las etapas del crecimiento económico. Un manifiesto no comunista (1960), hasta las opiniones basadas en la ortodoxia del Partido Comunista. Estas discusiones, en los años cincuentas del siglo pasado, no constituían meros ejercicios de debate intelectual, en los que se jugaba apenas un prestigio de erudito. En última instancia, estas discusiones tenían un fondo político: como es lógico, toda explicación histórica conduce a una gama limitada de líneas de acción; en este caso, la inscripción en una u otra de las tesis, “feudal” o “capitalista”, conducía a diferentes posicionamientos políticos sobre el presente latinoamericano y sobre los posibles cursos de acción para su transformación.17 significativa que la servidumbre de inspiración feudal. En la teoría histórica y social de Bagú, el esclavismo no es un mecanismo económico y social incorporado únicamente a modos de producción y formaciones sociales precapitalistas. Como puede observarse en el capitalismo colonial, la esclavitud puede integrarse a distintas configuraciones de relaciones de producción, desde donde adquiere su sentido y su finalidad históricos. Sobre este rasgo tan distintivo del capitalismo colonial en América Latina, Bagú observa: Un rasgo característico del capitalismo colonial latinoamericano que interesa destacar es la presencia activa de la esclavitud como institución económica y social. Aún más: según Bagú, la esclavitud -de hecho o de derecho, explícita o velada, sobre el indio y sobre el negrotuvo en el capitalismo colonial una presencia estructural mucho más “En los escritores latinoamericanos ha predominado la tendencia a considerar la esclavitud –la solapada del indio y la legal del negrocomo manifestación de un renacimiento feudal en el continente nuevo. Existen hoy suficientes elementos de juicio para dar a este fenómeno tan importante una interpretación distinta. El formidable resurgimiento de la esclavitud, adormecida como institución durante la Edad Media, se debe principalmente a la aparición de América como colosal depósito de materias primas. El brazo esclavo fue en nuestro continente puesto al trabajo para crear una corriente de mercancías que se volcase en los mercados europeos. América, enriquecida a su vez por el trabajo esclavo, crea más tarde su propio mercado interno y se transforma en excelente consumidora de la producción europea. Éste es un proceso capitalista, cuya verdad histórica aceptan hoy historiadores y economistas –primeros, entre ellos, los de Gran Bretaña y Estados Unidos. La esclavitud americana fue el más extraordinario motor que tuvo la acumulación del capital comercial europeo y éste, a su vez, la piedra fundamental sobre la cual se construyó el gigantesco capital industrial de los tiempos contemporáneos -capital industrial que, necesitado como estuvo tempranamente de productores y consumidores libres, atacó desde el siglo 19 la institución de la esclavitud como funesta para sus propósitos. Indirectamente, pues, la esclavitud del indio y del negro resultó indispensable para que, mediante un secular proceso de acumulación capitalista, pudiera la Europa occidental tener industrias modernas y Estados Unidos alcanzara en el siglo 19 su espectacular desarrollo económico.” (ob.cit.: 111) 60 61 Capitalismo colonial y esclavitud capitalista políticos que habían condenado a la patria desde los tiempos de San Martín”.9 En su caracterización de los enemigos, el presidente hablaba de unos actores políticos como fenómenos de larga duración. Su diagnóstico se fundaba en una imagen de la historia argentina que justificaba la ruptura con la Argentina liberal y la creación un nuevo país. Desde allí los nexos entre San Martín y Perón eran directos. El Padre de la Patria había sido además de general, conductor; el paralelo con el presente era evidente. Desde su concepción, el papel del conductor es clave, se sitúa más allá de los hombres comunes. El conductor del nuevo movimiento afirmaba: “Conducir es arte simple y todo de ejecución, por eso es difícil. Es la aplicación armónicamente combinada de los principios del arte, con los factores materiales y morales de las fuerzas, con el terreno y las circunstancias. A menudo, cuando sólo se dispone de generales, las fuerzas son todo. Cuando se dispone de un conductor, decía Napoleón, el hombre lo es todo, los hombres no son nada. El arte de la conducción tiene como todas las artes su técnica, representada por los propios principios que rigen la conducción y las reglas para el empleo mecánico de las fuerzas. Pero, por sobre todo ello está el conductor. Lo primero representa la parte inerte del arte, el conductor es la parte vital”. En su discurso Perón construía la figura de San Martín como maestro, como jefe, como artesano, como político, como gobernante, como estadista y como guerrero. Todas estas funciones habrían sido cumplidas cabalmente por el Padre de la Patria, ejemplo a imitar en la nueva Argentina peronista. “Esa extraordinaria previsión, esa perfecta preparación y esa acabada realización, sólo se presentan cuando los genios conducen. San Martín, como Napoleón en Europa, es un revolucionario en los métodos de guerra en esta parte del mundo. Es un creador, jamás un imitador. Por eso lo vemos como maestro, como jefe, como artesano, como político, como gobernante, como estadista y como guerrero. Los hombres superiores a menudo sirven para dirigir todo eso. _______________ 9 La Voz del Interior, 4 de junio de 1950. 96 La descripción, la comparación, el contacto directo con los protagonistas en la medida en que se producen los hechos le dan a esta obra, que podríamos decir fue pionera, un valor ineludible al plantear al calor de los acontecimientos la posibilidad de producir conocimiento científico, aún con el riesgo que significa la carga emotiva que producen los relatos de los testigos y protagonistas. La operación historiográfica es un proceso en construcción a la vez que en debate permanente. Esto es así, y nos lo demuestra la propia historia de la historiografía, desde los lejanos tiempos de Heródoto y Tucídides a la actualidad. Todas las cosas, las instituciones, los comportamientos y las maneras de pensar, por sí solas no constituyen Historia, sino están relacionados íntimamente con el tiempo y el espacio. A través del tiempo podemos ver lo que se repite o cambia. Al decir de Aróstegui “… el tiempo es una categoría esencial que configura lo histórico actuando sobre las realidades sociales”. El tiempo siempre ligado al espacio. Definimos espacio desde una perspectiva más amplia que lo geográfico propiamente dicho, como el lugar de lo social. La disciplina que se ocupa de este proceso específico del acontecer humano es la historiografía. Esta elaboración cuenta con tres aspectos claves: que la exposición histórica se refiere a personas que existieron realmente y a acciones que tuvieron lugar, es decir que fueron verdaderas. Que estas acciones y personas se sucedieron en el tiempo de manera que lo posterior fue luego que lo anterior y que, por otra parte, reflejan y son consecuencia de la intención de los que actuaron o actúan. Los tres aspectos claves señalados son rasgos comunes en todas las etapas de producción historiográfica y la diferencia radica, en los objetivos del quehacer histórico y en el rol que se posiciona el historiador. El siglo XX ha sido pródigo en el surgimiento de corrientes y escuelas historiográficas en un contexto que podemos diferenciar en dos etapas: una conmocionada por los efectos devastadores de las guerras mundiales y otra al ritmo de la profundización de la transnacionalización monopólica capitalista (“globalización”) y la caída del socialismo real. Una de las corrientes innovadoras la constituyó la Escuela 73 de Annales (con sus sucesivas generaciones), en dialogo ecléctico con el Materialismo Histórico. Los historiadores, son historiadores militantes, posicionados, que proponen novedades como la multicausalidad, distinción del tiempo transcurrido –cronológico- del tiempo vivido, experimentado. Los límites entre el pasado y el presente comienzan a ser fijados por el historiador. Al mismo tiempo, surge la historiografía inglesa, marxista, que postula una conciencia histórica basada en el problema de la dominación pero que a la vez se preocupa por dar visibilidad a los sectores populares y subalternos. Se insiste en el planteo conflictivo entre los que ejercen la dominación y los dominados. Superan el determinismo en que habían caído los seguidores del materialismo histórico, postulando que la cultura popular no acepta sin resistencia la cultura de la dominación. Así, la conciencia y la cultura son los factores de cambio. A partir de los años 70-80 el post-modernismo sostiene que se han acabado los grandes relatos. De tal manera se abre el camino del norelato, o la multiplicidad de pequeños relatos, la micro historia, historia de la vida privada, historias temáticas, historias locales, regionales. Se pone en juicio la ciencia social histórica. Conciencia histórica en el marco de la tensión producto de la globalización y la fragmentación. El espacio está diversificado. Con la globalización se anuncia el fin de la Historia. No del tiempo, sino de que ya no habrá nuevos modelos sociales por construir, sino solamente vivir lo que tenemos. De todas maneras, ha resurgido la historia política, como Nueva Historia Política, preocupada por el espacio y el tiempo reciente en diálogo con otras disciplinas (sociología, teoría del discurso, sicología social, análisis simbólicos, etc.) que vuelven a poner en cuestión la función del historiador: “ni amar el pasado, ni emanciparse de él, sino dominarlo y comprenderlo para comprender el presente” como lo expresara Carr. Actualmente el campo de la Historia Reciente y su perspectiva política, suscita especial interés en investigadores, tanto académicos como aficionados. En particular en América latina, el campo de la Historia Reciente se retroalimenta de manera permanente, en la medida que está marcado temporalmente por los legados de los Terrorismos de Afirmaba: “El arte militar, como los demás, presupone creación, que es la suprema condición del arte. San Martín era un artista; por eso no pudo conformarse con andar por entre las cosas ya creadas por los otros. Se puso febrilmente a crear y con esa creación revolucionó las ideas y los hechos ante la incredulidad de los mediocres, ante el escepticismo de los incapaces y bajo la crítica, la intriga y la calumnia de los malintencionados. Sobre todos ellos triunfó porque “la victoria es de Dios”. La relación pasado-presente se manifestaba en la referencia que hacía Perón a los enemigos de San Martín. Expresaba: “Nada hay más adverso al genio que el mediocre, sobre todo el mediocre evolucionado e ilustrado. No podrá concebir jamás que otro realice lo que él no es capaz de realizar, porque cada uno concibe dentro de su capacidad de realización y los mediocres vuelan bajo en bandada, como los gorriones, en tanto que los cóndores van solos. San Martín fue depuesto de su cargo por la bandada de los que vuelan bajo, pero los mendocinos, en cabildo abierto, le dieron el mando que le negaba el director supremo. La intuición popular de Mendoza salvó así la libertad de América, porque los pueblos y los héroes se entendieron siempre, porque hay algo en la Divina Providencia que está más allá de todos los arcanos. Desde entonces estuvieron aquí el hombre maravilloso y este pueblo cuyano no menos maravilloso, en la conjunción más perfecta de una dinámica superior de la gloria: la concepción y conducción del genio y la acción armónica de la fuerza que nace del patriótico desprendimiento de los pueblos”. Unos meses antes, para el aniversario de la “revolución” del 4 de junio de 1943, oficiales del Ejército agasajaron al primer mandatario de la nación con motivo de su reciente promoción al grado inmediato superior, el de general. Allí Perón expresaba que había recibido “una colonia con la vida de sus ciudadanos sumergida en la injusticia y con una soberanía sojuzgada y devuelvo a los argentinos del futuro una nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana”. También recordó los acontecimientos del 17 de octubre que “amenazaron la revolución que habíamos hecho para liquidar a los 74 95 En su discurso, el presidente de la nación destacaba la función pedagógica del conductor que educaba tanto al ejército como al pueblo y sus enseñanzas perduraban en el tiempo: “Generalmente, un conductor es un maestro. Su escuela llena también su siglo. Su ejemplo adoctrina las sucesivas generaciones de un ejército o de un pueblo. La orientación sanmartiniana en nuestro ejército y en nuestro pueblo, ha sido la más decisiva influencia de perfección y de grandeza. La producción extraordinaria de su genio, no fue más fecunda y arrolladora que la fuerza invencible de sus virtudes: por eso era un conductor. Si era un estratego, era primero un hombre. Por eso puso al servicio de su causa la técnica de su profesión. Fue desde entonces el hombre y el conductor de una causa. Por eso era invencible”. Las imágenes del general y el conductor se repiten a lo largo de su discurso. Perón destacaba otra cuestión clave: la presencia y defensa de una causa. “Como no concibo un hombre sin alma, nunca he concebido un conductor sin causa. La grandeza de San Martín fue precisamente la de haber sido el hombre de una causa: la independencia de la patria. El, confiesa haber vivido sólo para esa causa”. También resaltaba una característica fundamental de los héroes, de los grandes hombres: su generosidad y entrega. Así afirmaba: “La verdadera grandeza de los conductores estriba precisamente en que no viven para ellos, sino para los demás. Pareciera que la naturaleza en su infinita sabiduría, al dotar a los hombres carga extraordinariamente en la dosificación del egoísmo, pero evita cuidadosamente que este ingrediente contamine las almas de los grandes hombres. Por eso son grandes”. Después de caracterizar las virtudes de los grandes hombres, advertía sobre su importancia como ejemplos para las generaciones futuras. La historia como magistra vitae estaba presente en la alocución de Perón al referirse a San Martín. Decía: “A menudo la historia no acierta a discernir la infinita variedad de matices que la creación de los grandes hombres ofrece a la contemplación del futuro”. El San Martín que retrataba el presidente era sobre todo un militar que puso sus conocimientos al servicio de la causa de la independencia. Un general que ofreció su arte militar guiado por una causa. Estado y las construcciones democráticas. La especificidad del campo de la Historia Reciente y su objeto de estudio se sustenta en el estudio sobre un pasado cercano. Ahora bien, cuánto de cercano y con respecto a qué? Establecer fronteras no es solo una cuestión cronológica, sino una dimensión que está dando cuenta de un fuerte vínculo entre ese pasado y el presente. Especie de coetaneidad establecida también por el aporte del testimonio de los protagonistas y testigos. En Alemania, España, Francia, en Europa oriental y América Latina, desde los `70 se vienen elaborando producciones que tienen que ver con la búsqueda de explicaciones de procesos traumáticos recientes, tales como la ocupación nazi y el colaboracionismo francés, el nazismo alemán, el franquismo, la caída del muro de Berlín, y en nuestra región, como ya se señaló, las dictaduras y restauraciones democráticas. Hechos que produjeron modificaciones en el devenir histórico, que en sus manifestaciones más evidentes, en nuestro caso, se materializó en la erradicación de la política de los sectores populares, otrora actores políticos de cambio social. Este fenómeno ha tenido también otro emergente en el campo académico y epistemológico, que son los estudios sobre la memoria, memoria social y colectiva, principalmente de los sectores subalternos o vencidos. El concepto de Historia configura y vertebra la política. Concepto de Historia, que a lo largo de los siglos, no es ajeno a la búsqueda de la legitimación del poder político o demostrativo de los sectores sociales en pugna. Desde esta perspectiva, a modo de ejemplo decimos que la irrupción del revisionismo –corriente historiográfica de la década del `30 en Argentina- se propuso hacer una historia que impugnara “al orden político presente (y…) las imágenes del pasado predominantes…”6 Teniendo en cuenta que la historiografía es el estudio de las representaciones del pasado y de sus posibles usos, son una referencia los 94 75 _______________ 6 DEVOTO, F; PAGANO, N. (2009), Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Sudamericana, Capítulo IV, p 202. trabajos de Omar Acha (2009) y Fernando Devoto (2009) como marco referencial. Omar Acha expone una mirada crítica de la historiografía argentina poniendo el acento en la producción de “las izquierdas en el siglo XX”. Para este autor la historiografía argentina “exhibe un paisaje desarticulado” entre la tradición, el revisionismo y la excesiva politización de la producción revisionista o marxista. Esta última representada por seis corrientes ideológicas tales como: el socialismo, el anarquismo, el comunismo, el trotskismo, la izquierda nacional y el peronismo revolucionario. De esta manera expresa, en relación al marco temporal del tema que nos ocupa, que “…en los años sesenta y los tempranos setenta, se creía que la inexorable perspectiva de todo saber instaba a tomar posición en el terreno de la lucha de clases o de la liberación nacional...”7 y caracteriza la labor del grupo CICSO como un “quiebre teórico dentro de la tradición” historiográfica.8 A su vez Devoto señala que en el contexto de los embates por la implementación del Plan Conintes y las consecuencias de los hechos conocidos como “La noche de los bastones largos” las distintas corrientes de la historiografía argentina continuaron su producción.9 Son los procesos sociales los que van marcando el ritmo a las perspectivas analíticas de los investigadores y académicos. Este es el marco en el que se despliega la acción y el rol del historiador. El historiador, intencionalmente o no, a través de su práctica profesional y del lugar que ocupa en el ámbito académico, goza de una especie de legitimidad para la interpretación y/o resignificación del pasado, formando opinión. En la actualidad el investigador que hace Historia Reciente, además de contar con los recursos de fuentes escritas, tales como periódicos, diarios de sesiones, archivos fílmicos etc. cuenta con el testimonio oral _______________ 7 ACHA, Omar, (2009), Historia crítica de la historiografía argentina. 1. Las izquierdas en el siglo XX, Buenos Aires: Prometeo, p. 371. 8 ACHA, Omar, op cit., p 63. 9 DEVOTO, F. y PAGANO, N., (2009), Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Editorial Sudamericana, p. 336. 76 buena síntesis de su concepción del poder. Afirmó: “en la apertura, hablé como un humilde ciudadano de la República, en nombre del pueblo que represento y con los sentimientos que nacen de lo más profundo de nuestros corazones de argentinos y de patriotas. Hoy, deseo clausurar el ciclo como general de la República, con la admiración y el respeto que infunde esta obra maestra en el arte de la conducción militar”.8 El presidente fundamentaba la elección de Mendoza como escenario de clausura de las actividades del año 1950 ya que, mientras Buenos Aires fue la “metrópoli moral de las Provincias Unidas”, esta provincia fue “la cuna de su gloria misma”. Expresaba la necesidad de agradecer a “los descendientes de aquellos hombres y aquellos pueblos de Cuyo, en nombre de todos los argentinos”, su apoyo a la campaña de San Martín. Afirmaba: “Sé que al hacerlo cumplo el mandato implícito del general don José de San Martín, que, desde la gloria, se sentirá interpretado por un soldado que, si no con su genio, con su inspiración, trata de seguir su ejemplo en el ineludible deber de sostener el estandarte glorioso de su tradición en la lucha por ofrecer a los argentinos y al futuro la bendición de poseer una patria justa, libre y soberana”. Después de expresar el homenaje a Cuyo, Perón se refirió a la figura del general. Así planteaba: “Un general, si es a la vez un conductor, no sólo ha de mandar su ejército. Es menester que personalmente lo forme, que lo dote, lo organice, lo alimente y lo instruya. A menudo con el conductor muere también su ejército. Sobreviven de ellos su gloria, su tradición y su ejemplo. He dicho que ello sólo sucede cuando coincide en un hombre el general con el conductor. Asunto que rara vez ha sucedido en la historia. El general se hace; el conductor nace. El general es un técnico; el conductor es un artista. San Martín, con Napoleón, son los dos únicos hombres que en el siglo XIX llenan tales características del arte guerrero. Por eso son ellos también las más altas cumbres del genio de la historia militar de ese siglo”. _______________ 8 Discurso del Excmo. Señor Presidente de la Nación, General del Ejército Juan D. Perón, en el acto de clausura del Año Sanmartiniano, en San Martín. Homenaje de la Academia Nacional de la Historia en el centenario de su muerte (1850-1950), Buenos Aires, 1951, Tomo I: 45-49. 93 San Martín, general y conductor: modelo político para la Argentina peronista. Al día siguiente de la “Revolución del 4 de junio de 1943” un diario local encabezaba su edición con la proclama del Jefe del Movimiento: “Nos levantamos contra el fraude, la venalidad y la corrupción”; hacía referencia a las “escenas emotivas” que se desarrollaron en la Casa de Gobierno y a una enorme multitud que esperaba que los miembros de la Junta de Gobierno hicieran públicos los propósitos de la revolución. En su alocución, el general Rawson se dirigía al pueblo de la nación con estas palabras: “El Ejército se ha visto precisado a lanzarse a la calle, no precisamente para hacer una revolución sino para cumplir preceptos constitucionales. La constitución le otorga el deber de guardar el orden y el respeto para sus hombres. Las instituciones no estaban respetadas, el orden era aparente y era necesario en consecuencia velar por los principales elementos morales, culturales y de respeto, a cuyo efecto, interviene el Ejército”. En una proclama dirigida a los jefes y oficiales del Ejército y la Armada, el citado general decía: “Nosotros y las tropas a nuestras órdenes hemos interpretado ese clamor unánime del alma nacional, que se rebelaba ante un estado de cosas que amenazaba sumirnos en el caos y malograr para siempre los destinos de nuestra Patria. Con esta directiva inquebrantable invocando la figura inmaculada de nuestro jefe supremo, el general San Martín, fuente inspiradora de la conducta ciudadana y de nuestras grandes conquistas, estamos dispuestos a salvar la dignidad del país y la eficiencia de sus instituciones… Se trata de la unión del Ejército con su pueblo para una gran Argentina”.7 Una vez más San Martín se hacía presente, era invocado para legitimar los planes políticos. Juan Domingo Perón, surgido de la “Revolución de 1943”, también invocará la figura y el ejemplo del Padre de la Patria. Su discurso en el acto de clausura del Año Sanmartiniano en Mendoza constituye una _______________ 7 La Voz del Interior, 5 de junio de 1943. 92 del protagonista y del testigo. Estos con el correr de los tiempos, han sumado, olvidado o restado materia elaborada a los hechos de los que se trata. De tal manera, el testimonio oral debe ser considerado críticamente tal como se analizan en general todas las fuentes. No hacerlo otorga al testimonio un criterio de verdad equivalente al que el positivismo le da al documento. Es uno de los problemas actuales que presenta esta perspectiva historiográfica. Lucha de Calles Lucha de Clases, está hecho al calor de los acontecimientos. El testimonio de los protagonistas no tiene distancia temporal ni con lo que se llamó “Viborazo” ni con los investigadores. A su vez, éstos, a la par de su rol como investigadores, fueron testigos directos de la acción. Tal como ellos señalaron “nos encontrábamos trabajando sobre una descripción analítica de las grandes luchas sociales de 1969” y ante el llamado al paro general de la CGT con ocupación de fábrica en marzo de 1971 percibieron líneas de acción estableciendo continuidades con lo que había sido el Cordobazo. Partiendo entonces de esta percepción deciden la investigación in situ. Los acontecimientos que suceden luego, la corroboran. La magnitud de la lucha que duró activamente en las calles desde el 12 al 15 de marzo, provocó la dimisión del gobernador Uriburu, el día 1710. Las entrevistas a los “protagonistas del movimiento en marcha”en palabras de los investigadores- se realizaron en la calle a obreros con distintos grados de formación y participación sindical, es decir a delegados, militantes de base, dirigentes, etc. Transcribimos fragmen_______________ 10 Cfr. E. U BISCHOFF, (1995) Historia de Córdoba. Cuatro Siglos, Buenos Aires: Plus Ultra, p. 707. José Camilo Uriburu había sido designado gobernador por el gobierno dictatorial nacional el 1 de marzo de 1971. Con motivo de la Fiesta Nacional del Trigo, en su discurso del 7 de marzo, manifestó que “confundida entre la múltiple masa de valores morales que es Córdoba por definición, se anida una venenosa serpiente, cuya cabeza quizás dios me depare el honor histórico de cortar de un solo tajo”. La CGT de Córdoba el 5 de marzo había dispuesto la conformación de un Comando de Lucha con mandato de realizar y llevar a la práctica un plan de acción. Esto implicó la ocupación de 130 establecimientos entre comercios y fábricas y un fuente despliegue de los manifestantes en los barrios obreros y populares, cuya trascendencia significó el hito más fuerte de oposición política al gobierno local y nacional. 77 tos de estas entrevistas, que versaron sobre distintos temas. En relación al clasismo: “Pregunta: ¿qué quieren decir cuando ellos dicen, por ejemplo, que son clasistas? Respuesta: Bueno, yo interpreto que clasista es el elegido por las bases y opino que clasista quiere decir que estamos por un socialismo. Para mí, interpreto eso, yo… una, una cosa… un sindicato clasista… que queremos una clase únicamente para los obreros. P.: Bueno, Perón y en general los peronistas también hablan de ir hacia un socialismo nacional. R.: Bueno, pero eso dicen los peronistas de base. Ahora… la verdad…. Los otros como son, la verdad no sé… Yo, para mí, los otros se disfrazan de peronistas. Yo creo que si viniera Perón acá y hiciera un socialismo como el pueblo necesita y quiere, se podría ver…”11 Sobre el socialismo: “P.: Ahora, ¿qué entendería Ud. por socialismo? R.: Bueno, mire… vea… este…. Yo, para mí, interpreto… mire a lo mejor no lo sepa explicar… No quisiera decirlo así, porque a lo mejor yo me pueda equivocar. Lo que yo, para mí interpreto, para mí está bien. Ahora yo, a lo mejor yo… a ver si tengo por acá cerca algún compañero que le puede dar mejor información… P.: Necesitamos una opinión de base. R.: Bueno, yo creo… yo interpreto un socialismo como quien dice acá somos… acá el socialismo tiene que ser de izquierda, ¿no? El que venga un socialismo de derecha… de centro, no… es lo mismo que… cualquier otro partido… Yo considero que un socialismo… que la gente quiere…quiere tener trabajo… que trabajemos todos… no solamente que trabajemos 4 ó 5, porque la gente cree que en el socialismo está bien un sector y el otro sector… éste va a vivir panza arriba ¿no es cierto? Yo opino que no, que en el socialismo hay que trabajar todos en conjunto para hacer producir la nación… ¿no es cierto? O sea, que especiales, trabajos presentados y conclusiones del congreso ya citado, el traslado e inhumación en la ciudad de Mendoza de los restos de la hija del prócer, de su esposo y de sus descendientes, la reconstrucción de la casa donde nació el Libertador y del pueblo de Yapeyú, la adquisición de todos los bienes que pertenecieron al general, la creación del “Museo Histórico del general José de San Martín” en el convento de San Carlos, en San Lorenzo, provincia de Santa Fe, la instalación de un vivero de vástagos del pino histórico, la construcción de un parque en el campo de la Gloria, en el mismo lugar. El gasto que originara el cumplimiento de la ley se costearía por suscripción popular y con la contribución voluntaria de los empleados, “personas que trabajan por cuenta ajena”, descuento que se haría efectivo al liquidarse el sueldo anual complementario correspondiente al año 1949. El Año Sanmartiniano fue el escenario donde coexistieron actos oficiales, demandas de la oposición política donde la frase atribuida a San Martín –serás lo que debas ser- era interpretada de diferentes maneras en función del lugar ocupado en el presente político. A modo de ejemplo, citamos la conferencia del pensador Carlos Astrada en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, donde asociaba la máxima “serás lo que debas ser” con “el guión del destino argentino”.6 El peronismo en el poder ensayará sus propias operaciones de memoria, que se fundamentarán en la interpretación canonizada del pasado nacional y en sus lecturas del mismo a partir de un presente que vincula al padre de la patria con el nuevo líder de la Argentina de masas. _______________ 6 En la prensa las noticias sobre el desfile en homenaje a San Martín coexistían con 11 BALVÉ Beba y otros (1973) Lucha de calles, lucha de clases, elementos para su análisis (Córdoba 1971-1969), 1º Edición, op. cit p. 34. 78 _______________ las referidas al reclamo del Partido Comunista por dos de sus afiliados detenidos. La Nación, 21 de agosto de 1950 91 La construcción oficial del escenario: la declaración del “Año Sanmartiniano”. _______________ si uno va a un hospital, uno necesita un remedio… que realmente esté el remedio, que tenga una cama. Porque ahora uno va a un hospital y no se lo atiende. ¡Pero no porque estén en huelga, sino porque no hay ni una pastilla, ni un geniol hay!... Según eso le puedo decir…, yo opino que en un socialismo todo eso no existe. Hay una igualdad de clase… no sé como interpretarán eso. Y eso es para mí el socialismo.”12 Los investigadores analizan que “las entrevistas, nos permiten acercarnos al proceso de constitución de una conciencia revolucionaria: en el momento de la acción encontramos a todos los entrevistados acordes en su rechazo del estado de cosas vigentes y preparados para combatir (…) encontramos que `los de abajo no quieren seguir siendo gobernados por los de arriba` (Lenin), pero a la vez los vemos comprometiéndose en la acción a partir de distintos grados de conciencia revolucionaria y elaborando esta sobre la base de distintas tradiciones ideológicas. Esta participación común, aún sin homogeneización ideológica, nos parece típica de las luchas revolucionarias que, sin duda, para alcanzar su culminación deben incluir también la presencia de una estrategia consciente e ideológicamente fundada.” 13 También entrevistan a dirigentes de los trabajadores de la fábrica Fiat. Acá el diálogo se hizo más fluido y de entrevistadores pasaron a ser “entrevistados”. Se fueron agregando trabajadores que participaron activamente de la conversación. Algunas de sus preguntas: “¿para qué están haciendo este viaje y todas las entrevistas? ¿Cómo anda Ongaro? ¿Qué tal son los muchachos del CENAP (corriente estudiantil nacionalista popular)? ¿Cómo está la clase obrera en Buenos Aires?` y finalmente la pregunta, la reflexión que siempre por dentro, y solo a veces en voz alta, los cordobeses se atreven a formular. En ella anida toda la duda, toda la inseguridad, toda la soledad y una callada sospecha: `¿Cómo ven nuestra lucha allá?` allá es, aunque no se quiera reconocerlo, el árbitro, la última instancia, allá es la solidaridad _______________ 5 12 Por ley N° 13.661 se declaró el año 1950 “Año del Libertador General San Martín”, en rememoración del primer centenario de su tránsito a la inmortalidad.5 La misma establecía que desde el 1° de enero hasta el 31 de diciembre del año 1950, todos los documentos oficiales de las autoridades nacionales, provinciales y municipales, los títulos y diplomas expedidos por los institutos de enseñanza de todas las categorías, sean del Estado o incorporados, las notas diplomáticas y las fechas y colofones de los libros, periódicos, diarios, revistas y toda otra clase de publicaciones que se editen en el territorio de la nación, ya sean oficiales o particulares, nacionales o extranjeras, serán precedidas por la denominación del “Año del Libertador General San Martín” al indicar el año 1950. En su artículo 4° establecía que el Poder Ejecutivo solicitaría a la Santa Sede el reconocimiento de esta designación rememorativa, en lo que atañe a la jurisdicción eclesiástica, dentro del ámbito de la nación. En su artículo 6° ordenaba la creación de una comisión nacional encargada de preparar y ejecutar el programa de homenaje al prócer, presidida por el presidente de la nación, General de Ejército Juan Domingo Perón e integrada por dos senadores y cuatro diputados de la nación, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, dos ministros del Poder Ejecutivo nacional, tres delegados del Instituto Nacional Sanmartiniano, los rectores de las universidades nacionales, tres representantes de las fuerzas armadas de la Nación, tres representantes de la Confederación General del Trabajo y dos representantes de la Fundación de Ayuda Social “María Eva Duarte de Perón”. El programa de honores preveía diversas actividades: la realización de un Congreso de Historia Sanmartiniana, la formación y publicación del archivo del Gral. San Martín, la erección frente a la plaza Grand Bourg en Buenos Aires de una estatua del general, la edición de obras Ley nacional N° 13.661, 30 de septiembre de 1949. Decreto N° 26.586 del P.E.N., 24 de octubre de 1949. 90 13 BALVÉ Beba y otros, 1º Ed. op. cit. p. 35. BALVÉ Beba y otros, 1º Ed. op.cit. p.36. 79 o el abandono: allá es Buenos Aires”14 Los investigadores destacan el rol activo de sus entrevistados que no solamente responden sus interrogantes, sino que los transforman en mediadores para lograr más elementos para sus propios análisis. Los temas que abordaron en las entrevistas versaron también sobre la burocracia, diferencia entre burócratas y traidores, la toma del poder, el uso de las armas, la posibilidad de la revolución, qué es un sindicato clasista y qué esperan lograr con las luchas. Evidentemente un cuestionario muy diferente a la realidad actual. Hoy no se habla de lucha de clases y la democracia institucionalizada ya como régimen político, como sistema de vida o como aspiración social parece no contener el debate y el conflicto, sino solo la posibilidad de consenso. No podemos establecer en este trabajo la profundidad de cada uno de estos conceptos, simplemente queremos dar cuenta de dos contextos diferentes que están sucediendo en un marco temporal de treinta años aproximadamente, en una misma realidad: nuestra historia reciente. Esta observación nos lleva al análisis de que la represión, la censura y autocensura, en y post- dictadura, en la actualidad tienen un carácter específico con consecuencias particulares. Los autores al momento de elaborar el texto, definen el conflicto social con la categoría “lucha de clases” en la cual consideran a “la lucha de calles” la categoría analítica que define el nivel más alto del enfrentamiento de clases. La represión instrumentada a través del Terrorismo de Estado a partir del `74 y la derrota política de las propuestas populares y revolucionarias alternativas, implicaron una fractura en el desarrollo de la historiografía. Al respecto, tomando en cuenta lo que Acha señala que mientras en los `60 -`70 lo característico fue la toma de posiciones respecto a la lucha de clases o la liberación nacional, a partir de la instauración del Terrorismo de Estado se va a producir la tensión entre el saber histórico y las consecuencias de muerte o cárcel que podían acarrear las producciones que dieran cuenta de la toma de posiciones con_______________ 14 Op. cit. 1º Ed. p. 50. 80 La cuestión, el desafío, no es sólo como relatamos estos procesos sino como delimitamos un objeto de investigación caracterizado por una fuerte centralización en un país donde los mecanismos de producción y legitimación de la producción historiográfica también siguen estando fuertemente centralizados. Nos interesa destacar el lugar de la mirada, de nuestra mirada como historiadores y la mirada de ellos, los historiadores, que constituirán nuestro objeto de estudio; sus estrategias respecto al pasado a relatar y a las historias nacionales, léase centrales, ya existentes; la construcción de relatos desde y sobre un lugar particular, Córdoba. En síntesis, este trabajo propone una primera aproximación al ámbito historiográfico cordobés durante el primer peronismo a partir de las operaciones desplegadas por los historiadores o por quienes oficiaban de tales en torno a un acontecimiento específico ya señalado: el Año Sanmartiniano. _______________ toriográfico en la Argentina (1893-1938), Buenos Aires: Academia Nacional de la Historia, Tomo II. El texto compilado por Moreyra reúne trabajos sobre la historiografía de la época prehispánica y colonial, sobre la historiografía económica y política de la primera mitad del siglo XIX. Ver: MOREYRA, Beatriz (comp.) (2002) La escritura de la Historia. Una mirada sobre las prácticas y los discursos de los historiadores de Córdoba (Argentina), Córdoba: C.E.H. Prof. Carlos S. A. Segreti. Por su parte, destacamos los siguientes textos, referidos a la institucionalización de la historia y la renovación historiográfica: BAUER, Francisco (2007), La institucionalización de la Historia en Córdoba, Cuadernos de ADIUC, Nº 7, Córdoba; REQUENA, Pablo (2009), “Para una historia de la historiografía cordobesa. El caso de Junta de Historia y Numismática Americana-Filial Córdoba, 1926-1947”, ponencia presentada en las I Jornadas Nacionales de Historia de Córdoba, FFyH-UNC; REQUENA, Pablo, “(2009), “Para una historia de la historiografía cordobesa. El caso del Instituto de Estudios Americanistas de la Universidad Nacional de Córdoba, 1936-1947”, ponencia presentada en las XII Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia, UNComahue, Neuquén, 2009; “García, Diego, “La renovación historiográfica en Córdoba. Un recorrido”, en Agüero, Ana Clarisa y García, Diego, Culturas interiores: Córdoba en la geografía nacional e internacional de la cultura, La Plata: Al Margen, 2010. 89 políticos oficiales y la producción de los historiadores, en particular de la Academia Nacional de la Historia y de algunos historiadores cordobeses, con el doble objetivo de reconstruir operaciones de memoria, gestadas en ámbitos diferentes, y de indagar las relaciones entre ambas.2 Pero, a la vez, al considerar este tercer actor –los historiadores cordobeses- esta indagación pretende ser el punto de partida de una investigación sobre el campo historiográfico cordobés dado que mientras los estudios sobre dos de los actores aquí considerados son numerosos3, si pensamos en los procesos de construcción de las historias locales, en diálogo y en tensión con las historias nacionales, nos encontramos aún con una incipiente producción.4 _______________ Corrientes”, en MAEDER, Ernesto, LEONI, María Silvia, QUIÑONEZ, María Gabriela y SOLÍS CARNICER, María del Mar (2004), Visiones del pasado. Estudios de Historiografía de Corrientes, Corrientes: Moglia Ediciones. Sobre San Martín en el contexto político cordobés, ver: ROITENBURD, Silvia: “Identidad nacional y legitimidad en el discurso del nacionalismo católico cordobés (1943-1955)”. En: E.I.A.L. Estudios Interdisciplinarios de América Latina y el Caribe, Vol. 5, Nº 2, julio-diciembre de 1994. 2 Algunos aspectos de este trabajo fueron expuestos en las siguientes ponencias: PHILP, Marta, (2010), “San Martín: general y conductor”. Historia, política y memoria durante el primer peronismo”. En: XXX Encuentro de Geohistoria Regional. Universidad Nacional del Nordeste [mimeo]; PHILP, Marta (2011) “Las conmemoraciones del padre de la patria en la Córdoba del primer peronismo”. En: XIII Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia, Universidad Nacional de Catamarca [mimeo]. 3 En este sentido, vale recordar que el peronismo ha sido objeto de múltiples investigaciones, centradas en distintas perspectivas analíticas; por su parte, los historiadores y las diferentes instituciones que integran han sido y continúan siendo los protagonistas centrales de una historia de la historiografía, que alcanzó mayor desarrollo desde las últimas décadas del siglo pasado. A modo de ejemplo, citamos la compilación de trabajos a cargo de Fernando DEVOTO, La historiografía argentina en el siglo XX, editada por el Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1993 y 1994, que establece una agenda de investigación en este campo de estudios. 4 Luque Colombres presenta una síntesis de la historiografía cordobesa entre 1893 y 1938, desde la creación de la Junta de Historia y Numismática Americana hasta su transformación en Academia Nacional de la Historia. Ver: LUQUE COLOMBRES, Carlos (1996), en La Junta de Historia y Numismática Americana y el movimiento his- 88 trarias a la ideología hegemónica. Es así que, tanto las escrituras como las militancias intelectuales ingresaron en un período de crisis y la política fue vista como perjudicial al tiempo que invalidaba los saberes académicos. Por lo cual…“En los años ochenta, se simplificó el problema al abandonar uno de los aspectos de la relación dialéctica entre saber y política radical. (….) Las derivaciones culturales más agudas de este cambio comportaron el abandono del revisionismo histórico nacionalista de izquierda y la renuncia al marxismo”15. No obstante, no podemos dejar de mencionar la presencia de la postulación de la teoría de los dos demonios, como una influyente y tendenciosa clave interpretativa de nuestro proceso histórico. El equipo de CICSO investigó sin tener la apoyatura epistemológica y conceptual actual sobre Historia Reciente, -que por otra parte por lo general guarda una distancia temporal entre 30 y 40 años con su objeto de estudio- sino con las herramientas del materialismo histórico. Es de hacer notar, que el título del texto se sitúa cronológicamente en 1971, buscando describir, explicar y aportar desde el presente sobre el acontecimiento del Cordobazo, a la par que “ofrecer una masa de información de distinto tipo y con diferentes grados de elaboración que pudiera seguir siendo trabajada por otros investigadores o grupos interesados en el tema”16. A nuestro entender la decisión del equipo, significó una renovación y una ruptura con la forma tradicional de hacer historia, desestimando además el paradigma de que el historiador debe guardar distancia temporal con su objeto de estudio. La operación historiográfica implica explicación y comprensión a partir de la narración. Todo relato conlleva una mirada intencional. Al hablar de explicar lo sucedido estamos dando cuenta de una serie de ausencias. ¿Por qué se quiere explicar? Porque no hay conocimiento, información y/o comprensión de lo que vivimos o también porque se _______________ 15 ACHA, Omar, (2009) Historia crítica de la historiografía argentina. Las izquierdas en el siglo XX, Op. cit. pp 368- 371. 16 B. BALVÉ y otros, 1º Ed. Op. cit. pp 7,8. 81 quiere influir sobre el modo de percibir lo que vivimos. Tanto la explicación como la comprensión tratan de fenómenos y acciones de personas, y aunque parezca una obviedad, estamos casi siempre tratando de explicar-explicarnos lo que ya sucedió. Nuestra historia reciente está pautada, condicionada por el Terrorismo de Estado y la comprensión de sus dispositivos. Tratamos de explicar y comprender las consecuencias y el legado de lo que la clase dominante perpetró hace más de 30 años. Es decir, una temporalidad desigual que aventaja a aquellos que detentan la hegemonía. Consideramos que el rol del historiador debe incorporar la capacidad de prever sobre probables líneas y cursos de acción. La corriente historiográfica Historia Reciente, al incorporar la fuente oral (testimonios de testigos y protagonistas), facilitada por la utilización de los nuevos recursos tecnológicos -grabadores, fotografías, filmaciones, etc.- amplían notablemente los insumos para la investigación y se está modificando la forma de hacer Historia en el presente y hacia el futuro. No es lo mismo recurrir a la bibliografía o documentos de archivos, que encontrar en la bibliografía misma la voz viva del testigo o del protagonista. Desde esta perspectiva, creemos que la obra que aquí se analiza debiera ser de consulta obligada para el investigador que pretenda dar cuenta de las luchas obreras de los `60 y `70. Las fuentes orales elegidas para el análisis de la realidad social fueron los factores dinámicos de la sociedad, es decir, los factores de cambio social constituidos por los protagonistas de los hechos. Esta metodología es emergente del contexto social y como nos dice Beba Balvé “CICSO fue un producto de las masas. Avanza con su ascenso y se repliega con ellas”… “la lucha de calles se asentaba en la barricada como instrumento de lucha y hoy día tenemos el piquete como instrumento de protesta (…) la barricada forma parte de una guerra maniobrada donde lo que se discute es el poder y el estado, en cambio el piquete forma parte de una guerra de posición, asentada en el mercado de trabajo y en relación al paro forzoso de trabajadores.”17 _______________ 17 B. BALVÉ , y otros, op. cit. 2º edición, pp 10 - 11. 82 CAPITULO 4 Conmemorar a San Martín: Historias/Memorias Nacionales y Locales durante el Primer Peronismo. Marta Philp Introducción En este trabajo proponemos reconstruir las resignificaciones de la figura de San Martín durante el primer peronismo a partir de una perspectiva que privilegia las relaciones entre historia, política y memoria. Los homenajes al llamado Padre de la Patria serán los escenarios donde rastrearemos las huellas de los procesos de construcción de memorias. La temática se ubica en el campo de estudios de los procesos de legitimación política donde los usos del pasado ocupan un lugar central. Los diferentes gobiernos llevan a cabo sus operaciones de memoria, realizan sus lecturas del pasado en función del presente político que se quiere legitimar. El peronismo que llega al poder a mediados de la década del cuarenta, encuentra en el año 1950, declarado “Año del Libertador Gral. San Martín”, por el centenario de su muerte, un escenario privilegiado para postular sus concepciones acerca del orden político deseable; a la vez, los historiadores construyen y presentan sus relatos sobre la historia argentina y sobre sus grandes hombres.1 Aquí se considerarán los discursos _______________ 1 Las conmemoraciones sanmartinianas y las relaciones entre historia y política han sido abordadas en diferentes trabajos que se centran fundamentalmente en el ámbito nacional, léase central. A modo de ejemplo, cito: PLOTKIN, Mariano (1994), Mañana es San Perón. Propaganda, rituales políticos y educación en el régimen peronista (1946-1955), Buenos Aires: Ariel Historia Argentina; QUATTROCCHI-WOISSON, Diana (1995), Los males de la memoria. Historia y política en la Argentina, Buenos Aires: Emecé editores; Cattaruzza, Alejandro (2009), Historia de la Argentina, 1916 1955.Buenos Aires: Siglo XXI; DEVOTO, Fernando y PAGANO, Nora (2009), Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Sudamericana. El siguiente trabajo analiza las acciones en torno a la figura de San Martín desde otro espacio: LEONI, María Silvia y QUIÑONEZ, María Gabriela, “La tradición sanmartiniana en 87 Encontramos en este aspecto, otro elemento distintivo con la generalidad de los trabajos actuales que abrevan en testimonios orales de actores que lo fueron en el pasado y tras la derrota de sus proyectos. Los investigadores de CICSO pudieron palpitar la historia e intentaron el camino a la interpretación global del proceso social, en el cual en esa etapa las masas populares tuvieron un rol protagónico en la lucha por el poder. En esa búsqueda se apoyaron, además de las entrevistas, en la observación de los hechos, como testigos analíticos privilegiados; en la recopilación de volantes, cánticos, documentos de los gremios y de la Central obrera, además de los periódicos y las estadísticas. Los autores, dedicaron su obra “A los militantes sindicales, políticos y estudiantiles, a todos aquellos que se interesan por el estudio y transformación de nuestra realidad.”18, y lo hicieron desde una posición activa y comprometida con la sociedad. _______________ 18 B. BALVÉ y otros, 1º Ed. Op cit p. 8. 83 Bibliografía ACHA, Omar, (2009) Historia crítica de la historiografía argentina. Las izquierdas en el siglo XX, Buenos Aires. Prometeo libros. ARÓSTEGUI, Julio, (1995) La investigación histórica: teoría y método, Barcelona, Crítica. BALVÉ Beba y otros, (1973) Lucha de calles, lucha de clases, elementos para su análisis (Córdoba 1971-1969), Buenos Aires, Ediciones La Rosa Blindada, 2º Edición, (2005) Buenos Aires, Razón y Revolución – CICSO. BRAUDEL, Fernand, (1982) La Historia y las ciencias sociales, Madrid: Alianza editorial. CARR, E. H. (1983) ¿Qué es la Historia?, Barcelona: Ariel. DEVOTO, Fernando, (2009), Entre Taine y Braudel, Itinerarios de la historiografía contemporánea, Buenos Aires: Biblos. DEVOTO, Fernando; PAGANO, Nora, (2009) Historia de la historiografía argentina. Buenos Aires: Sudamericana. DOSSE, Francois, (2004) La Historia, conceptos y escrituras, Buenos Aires: Nueva Visión. FINLEY, Moses, (1976) Uso y abuso de la Historia, Barcelona: Crítica. FLORESCANO E, (2003) La Historia y el historiador, México: FCE. GIANELLA, Alicia E. (2009) Introducción a la epistemología y a la metodología de la ciencia, La Plata: La Campana. INVERNIZZI, Hernán y GOCIOL, Judith, (2003) Un golpe a los libros. Represión a la cultura durante la última dictadura militar, Buenos Aires: Eudeba, 2ª Edición. MORADIELLOS, E. (2001) Las caras de Clio, Una introducción a la Historia, Madrid: Siglo XXI. PAGÉS Pelai, (1985) Introducción a la Historia. Epistemología, teoría y problemas de método en los estudios históricos. Barcelona: Barcanova. 84 SEGUNDA SECCIÓN CONMEMORACIONES Nora Pagano da cuenta de tal cuestión destacando el lugar de importancia que en la “imaginación histórica peronista” tuvieron las figuras del panteón liberal. En este punto, la autora ejemplifica con la figura de San Martín a quien, según expone, el Estado peronista “prefirió resaltar en su condición de militar”.3 Mientas el Estado se ocupó, desde la burocracia cultural y las acciones políticas concretas, de poner en marcha una política de la historia acorde al nuevo “movimiento” y a la “Nueva Argentina”, la corporación académica de historiadores no tuvo, según Pagano, “(…) la centralidad que hubiese aspirado en los homenajes oficiales con motivo del Año del Libertador General San Martin (…)”.4 Otros estudios formulan de qué modo, tanto la Academia Nacional de la Historia como el Instituto Nacional Sanmartiniano, nacionalizado como parte del programa político-cultural de la dictadura instaura_______________ San Martin y las relaciones entre historia, memoria y política en Buenos Aires y Córdoba han sido indagadas, aunque de manera desigual, en los siguientes trabajos: CIRIA, Alberto, (1983), Política y cultura popular: la Argentina peronista (19461955), De la Flor, Buenos Aires; PLOTKIN, Mariano Ben, (2007) [1993], Mañana es San Perón. Propaganda, rituales políticos y educación en el régimen peronista (19461955), Caseros: Editorial de la Universidad Nacional de Tres de Febrero; ROITENBURD, Silvia, (1994), “Identidad nacional y legitimidad en el discurso del nacionalismo católico cordobés (1943-1955)”. En: E.I.A.L. Estudios Interdisciplinarios de América Latina y el Caribe. Facultad de Humanidades Lester y Sally Entin, Escuela de Historia, Instituto de Historia y Cultura de América Latina. Vol. 5, Nº 2; PHILP, Marta, (2010), “San Martín: general y conductor”. Historia, política y memoria durante el primer peronismo”. En: XXX Encuentro de Geohistoria Regional. Universidad Nacional del Nordeste [mimeo]; (2011), “Usos del pasado en el primer peronismo: un mapa de las conmemoraciones en la Córdoba de la Reforma universitaria”. En: VI Jornadas Nacionales Espacio, Memoria e Identidad. Facultad de Humanidades y Artes, Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, Universidad Nacional de Rosario [mimeo]; (2011), “Las conmemoraciones del padre de la patria en la Córdoba del primer peronismo”. En: XIII Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia, Universidad Nacional de Catamarca [mimeo]. 3 Cf. PAGANO, Nora: “La Nueva Escuela Histórica”. En: DEVOTO, Fernando, PAGANO, Nora (2009), Historia de la Historiografía Argentina. Buenos Aires: Sudamericana, p. 129. 4 Ibidem. 120 Después de ellos venimos los hombres comunes que bien dirigidos servimos para todo o no servimos para nada”. “Como general, como conductor, como hombre y como ciudadano, San Martín es una sola cosa, “es lo que debe ser”, según su propia sentencia. En la vida y en el destino de las naciones, aparecen muy de tanto en tanto estos hombres extraordinarios que, con una época, fijan una gloria y establecen una tradición. En que los demás sepan emular su gloria y prolongar su tradición, es en lo que estriba la grandeza de esos pueblos”. Perón, general y conductor concluía su discurso exhortando a “todos los argentinos para que, emulando las virtudes del Gran Capitán, tengamos la mirada fija en los supremos intereses de la patria, en la felicidad de todos sus habitantes y la realización de su grandeza”. En este escenario, construido por el gobierno peronista, los historiadores nucleados en la Academia Nacional de la Historia, emprendieron sus operaciones de memoria. Los homenajes de la historia académica al Padre de la Patria. En 1970, Jorge Luis Borges hacía del secreto de Guayaquil el centro de uno de sus cuentos y situaba a este acontecimiento clave de la historia sanmartiniana y nacional nuevamente en el campo de lo contingente, de lo aleatorio. En “Guayaquil”, nombre del cuento citado, “el doctor Ricardo Avellanos, tenaz opositor del oficialismo, se negó a entregar el epistolario (cartas de Bolívar donde revelaría detalles de su entrevista con San Martín) a la Academia Nacional de la Historia y lo ofreció a diversas repúblicas latinoamericanas. Gracias al encomiable celo de nuestro embajador, escribe Borges, el doctor Melaza, el gobierno argentino fue el primero en aceptar la desinteresada oferta”.10 _______________ 10 Guayaquil, en BORGES, Jorge Luis, (1970), El Informe de Brodie, Obras Completas, tomo 2, Buenos Aires: Emecé Editores, pp. 441-446. En el siguiente texto se hace referencia al cuento citado: KOHAN, Martín (2005), Narrar a San Martín, Buenos Aires: Adriana Hidalgo editora. 97 Finalmente, el protagonista del cuento, un profesor de Historia Americana, miembro de la Academia Nacional de la Historia, no logra reunirse con los documentos. A diferencia de lo narrado por Borges, la Academia Nacional de la Historia, a lo largo del Año Sanmartiniano, mostrará en la publicación homenaje al Libertador la eficacia de sus acciones dirigidas a documentar cuidadosamente este hecho, la entrevista de Guayaquil, y todos los demás que rodean la vida del padre de la patria. En la advertencia, a modo de introducción, de los dos volúmenes editados por la Academia Nacional de la Historia en 1951, Ricardo Levene 11, su presidente, expresaba que la iniciativa constituía un “homenaje de historiadores, fundado en la justicia y la verdad históricas, al Libertador General José de San Martín, con motivo de haberse cumplido el centenario de su muerte”. 12 Bajo el título “Homenaje de la Academia Nacional de la Historia”, al comienzo de la publicación, se consignan distintas actividades: la celebración de un ciclo de conferencias sobre la personalidad histórica _______________ 11 Ricardo Levene fue presidente de la Academia Nacional de la Historia desde su creación en 1938 hasta su muerte en 1959. Sobre su trayectoria durante el peronismo puede consultarse el siguiente trabajo: RODRIGUEZ, Martha, “Cultura y educación bajo el primer peronismo. El derrotero académico institucional de Ricardo Levene”, en PAGANO, Nora y RODRIGUEZ, Martha (comp.) (2001), La historiografía rioplatense en la posguerra, Buenos Aires: Editorial La Colmena, pp. 39-65. Por su parte, el trabajo de Eduardo Escudero brinda un interesante análisis y un completo estado de la cuestión sobre el lugar/los lugares de Levene en la historiografía nacional. Ver: ESCUDERO, Eduardo (2010), Ricardo Levene: políticas de la historia y de la cultura, Córdoba: Ferreyra editor. 12 Ricardo Levene, Advertencia, San Martín. Homenaje de la Academia Nacional de la Historia en el centenario de su muerte (1850-1950), Buenos Aires, 1951, Tomos I y II. Pagano plantea, respecto a Levene, que “la experiencia política inaugurada en 1946 no constituyó inicialmente obstáculo insalvable en la medida en que “neutralidad erudita” lo colocó a resguardo de remociones y cesantías”. La autora se refiere a los mecanismos adaptativos desarrollados por el presidente de la Academia Nacional de la Historia, como por ejemplo sus respuestas a la encuesta sobre el justicialismo realizada por el interventor en 1952. Ver: DEVOTO y PAGANO, (2009), Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Sudamericana, 190. 98 CAPITULO 5 El año Sanmartinisno en Río Cuarto y los usos del pasado, cuando “La dimensión de un año resulta exigua …” Eduardo A. Escudero Introducción1 En la Argentina, el año 1950 estuvo consagrado a la memoria del Gral. San Martín y a su epopeya. A cien años de la desaparición física del prócer argentino y latinoamericano, el Estado peronista llevó a cabo la magna recordación procurando vincular presente y pasado, pasado y presente, y de este modo apostar a las semejanzas ético-políticas y también estéticas entre Perón y San Martín. Tal explicación, con mayores o menores detalles y matices, es la que usualmente aparece en los trabajos de los historiadores que, algunos sin destinar demasiado espacio ni tintas al tema, estudian y problematizan la relación entre el peronismo y l imaginario histórico argentino.2 _______________ 1 El autor agradece a Omar Isaguirre, Director del Archivo Histórico Municipal de Río Cuarto, por haberle facilitado valiosos materiales documentales de su colección personal. 2 El panorama de la historiografía argentina hacia mediados del siglo XX, particularmente enfocada desde Buenos Aires, ha sido tratada en los trabajos de Alejandro CATTARUZZA: “Algunas reflexiones sobre el revisionismo histórico” [1993]. En: CATTARUZZA, Alejandro, EUJANIAN, Alejandro, (2003), Políticas de la Historia. Argentina 1860 – 1960, Buenos Aires: Alianza; (2007) Los usos del pasado. La historia y la política argentinas en discusión, 1910 – 1945, Buenos Aires: Sudamericana; (2009), Historia de la Argentina, 1916 - 1955. Buenos Aires: Siglo XXI. También constituyen aportes relevantes los siguientes textos: DEVOTO, Fernando, PAGANO, Nora (2009), Historia de la Historiografía Argentina. Buenos Aires: Sudamericana y QUATTROCCHI-WOISSON, Diana, (1995), Los males de la memoria. Historia y política en la Argentina, Buenos Aires: Emecé. El tema de las conmemoraciones de 119 peronismo. El derrotero académico institucional de Ricardo Levene”, en PAGANO, Nora y RODRIGUEZ, Martha (comp.) (2001), La historiografía rioplatense en la posguerra, Buenos Aires: Editorial La Colmena, pp. 39-65. ROITENBURD, Silvia: “Identidad nacional y legitimidad en el discurso del nacionalismo católico cordobés (1943-1955)”. En: E.I.A.L. Estudios Interdisciplinarios de América Latina y el Caribe, Vol. 5, Nº 2, julio-diciembre de 1994. TCACH, César (2006), Sabattinismo y peronismo. Partidos políticos en Córdoba (1943-1955), Buenos Aires: Editorial Biblos. WASSERMAN, Fabio, “De Funes a Mitre. Representaciones de la Revolución de Mayo en la política y la cultura rioplatense (primera mitad del siglo XIX)”, en Prismas. Revista de historia intelectual, N° 5, 2001, pp. 57-84. de San Martín, a cargo de miembros de la corporación, donde su presidente, Ricardo Levene, ocupó un lugar central y de historiadores de los países vecinos; la publicación de un volumen titulado “La autenticidad de la carta de San Martín a Bolívar de 29 de agosto de 1822”, con colaboraciones de autores antiguos y modernos, que contienen la demostración documental y bibliográfica de la autenticidad de la citada carta. La mención a esta iniciativa fue el escenario donde se hicieron apreciaciones sobre la función del historiador. Al respecto, se decía: “No movió a la Institución y a sus académicos de número al editar este volumen, propósito polémico alguno, sino un espíritu eminentemente histórico, es decir, el sentido profundo de la investigación en las fuentes y de la crítica externa e interna de los documentos, que distingue la personalidad del historiador, sin pasión partidaria, con acendrado amor a la verdad”. 13 También se acuñaron piezas numismáticas: una medalla plaqueta “Primer Centenario de la muerte del Libertador” y una medalla que recuerda al capitán Gabriel Lafond de Lurcy que publicó por primera vez la carta de San Martín a Bolívar. 14 Una actividad ocupó un lugar central: el homenaje a los historiadores de San Martín, aprobado por la Academia Nacional de la Historia en marzo de 1950, bajo los siguientes argumentos: “En homenaje al Libertador General San Martín en el año Centenario de su muerte, la Academia Nacional de la Historia honra la memoria de los preclaros historiadores de América más representativos, que en la segunda mitad _______________ 13 San Martín. Homenaje de la Academia Nacional de la Historia en el centenario de su muerte (1850-1950), Buenos Aires, 1951, Tomo I: 32. En el citado volumen se insertaron copias facsímiles de las publicaciones de la carta por contemporáneos de San Martín y artículos firmados por Bartolomé Mitre, José Pacifico Otero (fundador del Instituto Sanmartiniano en 1933) y Ricardo Levene, entre otros, así como la declaración de la Academia sobre este asunto. 14 Gabriel Lafond de Lurcy fue un viajero y escritor francés, que estuvo al servicio de la marina peruana. En 1839 se dirigió a San Martín, quien se hallaba en Grand Bourg, en procura de datos. De allí se originó la famosa carta conocida como Carta de Lafond y que ha despertado intensas polémicas sobre el secreto de la entrevista celebrada en Guayaquil en 1822- entre San Martín y Bolívar. Dicha Carta fue publicada en un libro de su autoría en 1843-44, titulado Voyages autour du monde et naufrages celebres. 118 99 del siglo XIX revelaron su personalidad histórica a través de intensas investigaciones y de serena crítica histórica: Bartolomé Mitre, Benjamín Vicuña Mackenna y Mariano Felipe Paz Soldán”. Destacaban la síntesis magistral realizada por el historiador de la nación en la Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana (1887); la obra del historiador chileno, Vida de San Martín (1863), quien llamó a San Martín el más grande de los criollos de América y afirmó que “San Martín no fue un hombre, ni un político, ni un conquistador: fue una misión”. Por último, las investigaciones del historiador peruano, plasmadas en su libro Historia del Perú independiente (1868). La Academia resolvió mandar ejecutar los retratos de Vicuña Mackena y Mariano Paz Soldán para que fueran colocados junto al de Mitre en el Salón de sesiones privadas. La Academia promovió y participó de homenajes al Libertador en otros países. En España, el académico de número Julio César Raffo de la Reta, en su carácter de delegado al Congreso Hispanoamericano de Historia, reunido en Madrid, en octubre de 1949, fue recibido por la Real Academia de Historia española, quien encomendó a dos de sus miembros de número que escribieran artículos sobre la personalidad de San Martín. Uno de ellos se tituló “San Martín el Bueno y San Martín el Malo”; otro, “San Martín, de Guayaquil a Boulogne-sur-Mer”. En Francia, se editó un número especial de la revista Europe Amerique Latine, en homenaje a San Martín que incluía palabras del presidente de la nación, Juan Perón y de su esposa, Eva Perón, y artículos de Ricardo Levene y de Ricardo Caillet-Bois, de Argentina y de autores franceses; uno de ellos establecía el paralelismo entre Napoleón y San Martín. En Uruguay, el Instituto Histórico y Geográfico propuso a las distintas academias e institutos históricos de América que, como homenaje colectivo al prócer americano, se celebraran sesiones públicas evocativas de su figura. El presidente de dicha institución le recordó a su par, Ricardo Levene, que al ser establecida la misma, el 25 de mayo de 1843, San Martín y Rivadavia fueron designados como “socios de número”. Afirmaba: “Estos nombramientos traducen un profundo sen- BACZKO, Bronislaw (1984, 1999), Los imaginarios sociales. Memorias y esperanzas colectivas, Buenos Aires: Ed. Nueva Visión. BORGES, Jorge Luis, (1970), Guayaquil, en El Informe de Brodie, Obras Completas, tomo 2, Buenos Aires: Emecé Editores. CRESPO, Horacio (1994), “Para una revaloración de la obra del Deán Gregorio Funes”, en Estudios. Revista del Centro de Estudios Avanzados, N° 3, Universidad Nacional de Córdoba, pp. 183-189. DEVOTO, Fernando y PAGANO, Nora (2009), Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Sudamericana. ESCUDERO, Eduardo (2010), Ricardo Levene: políticas de la historia y de la cultura, Córdoba: Ferreyra editor. KOHAN, Martín (2005), Narrar a San Martín, Buenos Aires: Adriana Hidalgo editora. LEONI, María Silvia y QUIÑONEZ, María Gabriela, “La tradición sanmartiniana en Corrientes”, en MAEDER, Ernesto, LEONI, María Silvia, QUIÑONEZ, María Gabriela y SOLÍS CARNICER, María del Mar (2004), Visiones del pasado. Estudios de Historiografía de Corrientes, Corrientes: Moglia Ediciones. PHILP, Marta (1998), En nombre de Córdoba. Sabattinistas y peronistas: estrategias políticas en la construcción del Estado, Córdoba: Ferreyra editor. PHILP, Marta (2009), Memoria y política en la historia argentina reciente: una lectura desde Córdoba, Córdoba: Universidad Nacional de Córdoba. PLOTKIN, Mariano (1994), Mañana es San Perón. Propaganda, rituales políticos y educación en el régimen peronista (1946-1955), Buenos Aires: Ariel Historia Argentina. QUATTROCCHI-WOISSON, Diana (1995), Los males de la memoria. Historia y política en la Argentina, Buenos Aires: Emecé editores. RODRIGUEZ, Martha, “Cultura y educación bajo el primer 100 117 Bibliografía información y una injusticia flagrante, es también una fuente de distorsión en el análisis de este elemento constitutivo de la identidad argentina”. 43 Esta afirmación y los interrogantes surgidos a partir de la reconstrucción de algunos de los acontecimientos en torno a las conmemoraciones sanmartinianas constituyen una invitación a discutir las relaciones entre- y sus contextos de producción- las historias nacionales y locales. Fuentes BISCHOFF, Efraín (1950), El General San Martín en Córdoba, Córdoba: Librería Cervantes, Año del Libertador General San Martin. BISCHOFF, Efraín, (1992), “San Martín y Córdoba”, Buenos Aires: Separata de los Anales de la Academia Sanmartiniana 15. San Martín. Homenaje de la Academia Nacional de la Historia en el centenario de su muerte (1850-1950), (1951), Buenos Aires: Academia Nacional de la Historia, Tomos I y II. Año del Libertador General San Martín, Comisión Auxiliar Organizadora del Congreso Nacional de Historia del Libertador General José de San Martín, Boletín Informativo, Mendoza, noviembre de 1950, Año I, Núm. 6. Revista de la Junta Provincial de Historia de Córdoba N° 3, año 1969; N° 20, 2002. tido de justicia histórica y expresan un tributo de gloria a dos grandes figuras americanas”. 15 En el año Sanmartiniano, el Instituto concretó la realización de una sesión pública en homenaje a San Martín, con la presencia del embajador argentino. Miembros de la Academia Nacional de la Historia fueron invitados a pronunciar sus discursos en la Cámara de Senadores del país hermano. También el Instituto Histórico y Geográfico Brasilero celebró una sesión especial conmemorativa. Por su parte, el Instituto Panamericano de Geografía e Historia, con sede en México, publicó en la Revista de Historia de América, órgano de la Comisión de Historia del mismo, una sección dedicada a San Martín, que contenía artículos de Levene y de la Puente Candamo, historiador peruano. Ricardo Levene, presidente de la Academia Nacional de la Historia, era también director honorario del Archivo Histórico de la provincia de Buenos Aires; desde ese lugar promovió la realización del Primer Congreso de Historia de los Pueblos de la provincia de Buenos Aires; el mismo fue organizado por el Poder Ejecutivo de la provincia en la ciudad de La Plata en septiembre de 1950.16 La delegación de la Academia Nacional de la Historia estaba encabezada por su presidente e integrada por los académicos de número Enrique Udaondo, José Torre Revello, Alberto Palcos, Ricardo Piccirilli, el capitán de fragata Jacinto Yaben y Raúl Molina. Otra de las iniciativas de Levene consistió en las gestiones, ante el presidente del IV Congreso Histórico Municipal Interamericano, para _______________ 15 CRESPO, Horacio, (1994), “Para una revaloración de la obra del Deán Gregorio Funes”, en Estudios. Revista del Centro de Estudios Avanzados, N° 3, Universidad Nacional de Córdoba, p. 185. Carta de Ariosto González, presidente del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay, a Ricardo Levene, Montevideo, 16 de noviembre de 1949, en San Martín. Homenaje de la Academia Nacional de la Historia en el centenario de su muerte (1850-1950), Buenos Aires, 1951, Tomo I: 35. 16 El Senado y la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires resolvió la realización del Congreso por ley 5447. La mesa directiva del mismo estaba integrada por Ricardo Levene, presidente; Presbítero Francisco Actis, vicepresidente 1°; Andrés Allende, secretario general y Joaquín Pérez, como prosecretario, entre otros. San Martín. Homenaje de la Academia Nacional de la Historia en el centenario de su muerte (1850-1950), Buenos Aires, 1951, Tomo I: 37. 116 101 Diario La Voz del Interior, Córdoba, 1946-1954 Diario La Nación, Buenos Aires, 1950 _______________ 43 nombrar a San Martín regidor perpetuo. El historiador fundaba la propuesta en los vínculos entre las campañas del padre de la patria y los apoyos brindados por los distintos cabildos: los de Mendoza, San Juan y San Luis, los de Santiago de Chile, Lima y Buenos Aires. El título que reclamaba el presidente de la Academia –“regidor más antiguo con voto perpetuo”-le había sido otorgado al Libertador por el Cabildo de Tucumán, a los pocos días de la batalla de Chacabuco, en febrero de 1817. La designación fue aceptada y agradecida por San Martín, quien manifestó que “las armas de la Patria manejadas por los ilustres y bravos guerreros que se dignó confiar a mi mando son las que facilitaron la reconquista de Chile”. Como prueba de su solicitud, Levene comunicaba que el original de este documento se encontraba en la Casa de la Independencia de Tucumán.17 Como en casos anteriores, la Academia Nacional de la Historia actuaba como promotora de iniciativas que eran canalizadas por los gobiernos de la nación o de las provincias. Su iniciativa fue elevada al intendente de la ciudad de Tucumán, quien se comprometió a adoptar las “providencias necesarias para materializar la expresión de anhelo formulada respecto de la perpetuación del monumento”.18 Una nota de agradecimiento de Levene da cuenta de la publicación de la Antología Sanmartiniana por la antigua casa editorial “Angel Estrada y Cía” como homenaje a la memoria de San Martín. La misma consistió en la “recopilación de cuanto él dijo y de cuanto hasta hoy se ha expresado como juicios valederos”, tarea encomendada al académico de número Julio César Raffo de la Reta. Contenía colaboraciones de historiadores argentinos, encabezados por el presidente de la Academia _______________ 17 Homenaje de las municipalidades a San Martín como Regidor Perpetuo de Tucumán en 1817, 8 de noviembre de 1949, en San Martín. Homenaje de la Academia Nacional de la Historia en el centenario de su muerte (1850-1950), Buenos Aires, 1951, Tomo I: 38-41. 18 Nota del intendente de Tucumán, Luis Taglioretti, al presidente del comité ejecutivo del IV Congreso Histórico Municipal Interamericano, Roberto Tamagno, 19 de diciembre de 1949, en San Martín. Homenaje de la Academia Nacional de la Historia en el centenario de su muerte (1850-1950), Buenos Aires, 1951, Tomo I: 41. 102 lizar las conmemoraciones en un contexto político definido como “la revolución nacional en marcha”, por otra parte, algunos historiadores evocaron la figura de San Martín, justificando la importancia de Córdoba en el proceso nacional a través de un recurso supremo: los documentos, las fuentes, concebidos como la condición sine qua non para lograr una historia verdadera. Sin embargo, los esfuerzos dedicados a la construcción de una historia provincial no implicaron una ruptura con el relato de la historia nacional, antes bien, estos esfuerzos se presentan como un indicador más de un problema que invita a una mirada de larga duración, me refiero a las tensiones y disputas presentes en los procesos de construcción de las historias/memorias nacionales y locales, imagen dicotómica que no implica desconocer los vínculos entre ambas, que son mucho más que dos. Quizás una afirmación de un intelectual cordobés, situado en un espectro ideológico diferente al de los historiadores considerados aquí y realizada a más de cuarenta años de los acontecimientos evocados en este trabajo, constituya una imagen que nos permita graficar las tensiones existentes, por ejemplo, en torno al punto de partida de la historiografía nacional, que parece imposible de cuestionar, dado el consenso existente en torno al mismo, proveniente de distintas perspectivas ideológicas. Me refiero a la afirmación de Horacio Crespo presente en su introducción a la publicación de algunos escritos del Deán Funes por parte de una revista de la Universidad Nacional de Córdoba en 1994; allí decía: “Sobre la no consideración de la obra de Funes como punto de partida del relato de la historia nacional, se ha edificado el mito fundador de la interpretación mitrista, en un sentido excluyente. La reivindicación de la actitud fundante del Deán no debe ser confrontativa con la de Mitre. En ambos se vio la voluntad de construcción historiográfica como base de la nacionalidad. Los resultados son distintos, no sólo por divergencias de métodos (que, por cierto, la hay) sino por visiones diferentes en cuanto a las formas de la unidad e incluso respecto al sentido mismo que tendría esa nacionalidad. Resultado obvio que la ausencia cabal del texto de Funes (convertido hoy en una reliquia bibliográfica), además de una evidente falta de 115 nacionales, establecerán vínculos con colegas latinoamericanos y europeos, nucleados en instituciones similares. La mayoría de las iniciativas correspondieron a su presidente, Ricardo Levene, que en los distintos escenarios caracterizó la tarea del historiador y asumió una actitud militante en torno a lo que definía como la verdad histórica. El otro gran operador de memoria fue el gobierno nacional, encabezado por el presidente Perón, surgido de la “Revolución de junio de 1943”, que al igual que el general Rawson en su proclama a los jefes y oficiales del Ejército y la Armada, invocaba la figura de San Martín como jefe supremo, “fuente inspiradora de la conducta ciudadana y de nuestras grandes conquistas”. Su extenso discurso de clausura del Año Sanmartiniano, en la ciudad de Mendoza, fue el escenario donde Perón proclamó y justificó la importancia de la conciliación de dos tareas fundamentales: la de general y la de conductor; la descripción del despliegue de estas funciones en la figura de San Martín se constituyó en una operación de memoria que justificaba su propio accionar político en la nueva Argentina de masas, accionar que también se enfrentaba a enemigos que podían equipararse a los de San Martín que “vuelan bajo en bandada, como los gorriones, en tanto que los cóndores van solos”. La inclusión del discurso de Perón en la publicación del homenaje de la Academia Nacional de la Historia a San Martín es un documento que nos muestra las evidentes y necesarias relaciones entre la corporación oficial y el gobierno nacional. Pero también constituye un punto de partida para investigar las disputas, en torno a la construcción de la memoria histórica nacional, entre los distintos actores: historiadores profesionales, formados en la historiografía liberal; revisionistas; líderes políticos. Por otra parte, la referencia a las huellas sobre los distintos actores que conmemoraban al padre de la patria, no sólo en el ámbito central sino también local, permiten bosquejar un mapa de las operaciones de memoria delimitado por iniciativas nacionales-centrales y provinciales-locales que evidencian las tensiones presentes en los intentos de construcción de una memoria histórica nacional. Si por una parte, las operaciones gubernamentales durante el peronismo tendían a naciona114 Nacional de la Historia y de sus pares de otros países de América y de España.19 Fue publicada en diciembre de 1950 y estaba conformada por seis capítulos: I. Lo que dijo San Martín y lo que dijeron sus contemporáneos; II. Lo que dijo su posteridad inmediata; III. Lo que dice el pensamiento contemporáneo; IV. Iconografía Sanmartiniana; V. Las armas de la Independencia; VI. Documentación gráfica. En el Año Sanmartiniano, la Academia Nacional de la Historia fue la gran gestora de los homenajes de los historiadores al prócer y la voz autorizada que garantizaba la verdad histórica acerca de los acontecimientos que rodeaban la vida de San Martín y que ocupaban un papel clave en el relato de la historia nacional.20 Su intervención, en 1952, por parte del gobierno nacional, evidenciará un cuestionamiento de ese lugar.21 _______________ 19 Carta de Ricardo Levene al presidente de la Editorial Estrada, Buenos Aires, 14 de agosto de 1951, en San Martín. Homenaje de la Academia Nacional de la Historia en el centenario de su muerte (1850-1950), Buenos Aires, 1951, Tomo I: 43. 20 Pagano afirma que la Academia Nacional de la Historia no tuvo la centralidad que hubiese esperado en los homenajes oficiales durante el Año Sanmartiniano, siendo su principal contribución la publicación aquí considerada. Ver: DEVOTO y PAGANO (2009), Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Sudamericana, p. 192. Sin embargo, considero que la citada publicación da cuenta de distintas iniciativas de la corporación en torno a las conmemoraciones del padre de la patria. 21 En 1950 el Congreso Nacional por ley N° 14007 va a legalizar el control gubernamental sobre las academias, reglamentado dos años más tarde por decreto N° 7500. Martha Rodríguez plantea que los conflictos entre la Academia Nacional de la Historia y el gobierno peronista “si bien tienen una veta historiográfica, son principalmente institucionales y están vinculados a un intento de ambas partes por mantener y consolidar espacios de poder, para lo cual tener un control en parte “político” de las imágenes difundidas sobre el pasado nacional era muy importante”. Ver: RODRIGUEZ, Martha, “Cultura y educación bajo el primer peronismo. El derrotero académico institucional de Ricardo Levene”, en PAGANO, Nora y RODRIGUEZ, Martha (comp.) (2001), La historiografía rioplatense en la posguerra, Buenos Aires: Editorial La Colmena, p. 56. 103 Historia, política y memoria en Córdoba: un relato provincial en la conmemoración del Año Sanmartiniano Los actos oficiales organizados por el gobierno provincial tuvieron como escenario la plaza principal, que lleva el nombre de San Martín; allí, se realizó un velatorio simbólico del prócer y frente a la asistencia del magisterio se escucharon los discursos del gobernador, Brigadier San Martín, del presidente y secretario de la Comisión de Homenaje al Padre de la Patria, Emilio Ocampo y Adolfo Pizarro respectivamente. En el Teatro del Libertador se entregaron los premios de los certámenes literarios y artísticos; en el Museo Histórico provincial se desarrolló una conferencia titulada “San Martín y la criollidad”; en la misa de campaña, organizada por el ejército, actuó el coro compuesto por niños de las escuelas primarias, seguido del desfile de escolares. El gobernador también asistió a un acto en la estación de trenes “17 de octubre” junto a representantes de la Unidad Ferroviaria Peronista. Como un claro signo de los nuevos tiempos, el calendario sanmartiniano publicado por la prensa hacía referencia a la carta de San Martín a Rosas donde el prócer le agradece haber sido nombrado en su último mensaje a la Legislatura.22 La Universidad Nacional de Córdoba, que había otorgado el título de Doctor Honoris Causa al presidente Perón, también fue una activa operadora de memoria.23 En el auditorio de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales tuvo lugar el acto de homenaje con la presencia del gobernador y los ministros del gobierno provincial. Allí, el rector de la Casa de Trejo, José Urrutia, pronunció su discurso acompañado por los decanos de las distintas facultades, consejeros, consi_______________ 22 La Voz del Interior, 15 de agosto de 1950. El título de Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional de Córdoba le fue otorgado a Perón el 23 de febrero de 1948. En esa ocasión, el presidente pronunció una conferencia titulada “Cultura universitaria y sentimiento nacional”. Ver: Revista de la Universidad Nacional de Córdoba, Imprenta de la Universidad, Año XXXV, N° 1, marzo-abril de 1948. 23 104 tir de la declaración del año 1950 como el “Año Sanmartiniano”, recordando de esta manera el centenario de la muerte del prócer. En este trabajo fijamos la mirada en dos de los actores que ejercieron su papel de operadores de memoria, que intervinieron en el pasado desde el presente: la Academia Nacional de la Historia y el gobierno nacional, a través de la figura del presidente Perón pero también nos aproximamos a las intervenciones de quienes oficiaban de historiadores en la capital cordobesa. Los historiadores nucleados en la Academia Nacional de la Historia, liderados por su presidente Ricardo Levene, desplegaron una serie de actividades donde se difundió la interpretación de la historia heredada de Mitre y consolidada por los historiadores de la Nueva Escuela Histórica. En esta tarea de selección y afirmación de los contenidos históricos que debían integrar la memoria nacional, la Academia Nacional de la Historia no estuvo sola, compartió esta función con el Instituto Nacional Sanmartiniano, creado en 1933 en el marco del Círculo Militar de la nación y nacionalizado durante el peronismo, institución a la que no nos referimos en este trabajo.42 La Academia Nacional de la Historia se propuso realizar un “homenaje de historiadores, fundado en la justicia y la verdad históricas”. El homenaje se realizó desde una profesión particular, ya consolidada en la Argentina de mediados del siglo XX, que había visto nacer su visión integral de la historia nacional, plasmada en la publicación de la Historia de la Nación argentina, producida por los miembros de la corporación nacida en 1938 como heredera y continuadora de la Junta de Historia y Numismática de 1893. Corporación que reconoce lugares de memoria, la obra de Bartolomé Mitre sobre San Martín es uno de ellos y de hecho, mientras se conmemoraba al padre de la patria, también se homenajeaba a quien la Academia, y no sólo ella, considera su principal historiador. Sus actividades se extenderán más allá de las fronteras _______________ 42 Sobre el Instituto Nacional Sanmartiniano y el funcionamiento de sus filiales, en particular la creada en Río Cuarto, ver el trabajo de Eduardo Escudero, incluido en este volumen, titulado: “El Año Sanmartiniano en Río Cuarto y los usos del pasado, cuando “La dimensión temporal de un año resulta exigua…” 113 matizado por el autor cuando reconoce referencias al encuentro de San Martín con Pueyrredón en las obras de otros historiadores; afirma: “Muchos de los elementos manejados por ambos próceres, antes y después de aquel encuentro, con el resultado heroico del cruce de los Andes y de las victorias sanmartinianas, han sido anotados por Bartolomé Mitre, en el siglo pasado, y contemporáneamente en sus libros por el P. Juan Pedro Grenón, Víctor Barrionuevo Imposti, José Ignacio Olmedo y nosotros mismos. Queremos ahora subrayar la trascendencia que Córdoba alcanza en el itinerario glorioso del Libertador”.41 Así, uno de los historiadores que participaba de los ámbitos institucionales de la historia pero fundamentalmente de la difusión de la misma a través de la prensa y de sus crecientes vínculos con el poder político, conmemoraba al padre de la patria a partir de la construcción de un relato provincial que recordaba a la historia nacional, léase central, las particularidades de los distintos espacios y de esta manera visibilizaba las tensiones presentes en la escritura de una historia nacional donde el todo, la nación, no constituía solamente la suma de las partes, las provincias. Estas tensiones se hacían presentes en las prácticas historiográficas de los reconocidos como legítimos herederos de los continuadores de Mitre, padre fundador de la historiografía nacional. En este sentido, en cumplimiento de ese mandato, basado en la centralidad de la prueba documental, un historiador-cronista, Efraín Bischoff, ejemplifica las dificultades de construir una historia nacional armónica que coexista a la vez con un relato, fundado en una concepción de la historia como ciencia de lo particular, de lo único, lo irrepetible, que haga justicia a la especificidad de cada provincia. Consideraciones finales En la conmemoración de San Martín, el padre de la patria, el gobierno nacional construyó el lugar, el escenario, lo reglamentó a par- liarios, cuerpo docente y alumnos, jefes y oficiales del Ejército y el arzobispo de Córdoba, entre otros protagonistas. En consonancia con otros discursos de la época, destacaba que “el Libertador tenía un alma sencilla de criollo que jamás se permitió a si mismo ambición de fama y poder”; finalizaba afirmando que “en la trayectoria de este sencillo patriarca hay contornos bíblicos”. 24 La caracterización de San Martín como un criollo se repetía en distintos ámbitos. La prensa local publicaba en estos tiempos del centenario de su muerte un texto de Bartolomé Mitre, calificado como “el primer historiador del prócer, crítico, severo e imparcial”, titulado “San Martín, el más grande de los criollos del Nuevo Mundo”, tomado de la Historia de San Martín y de la independencia sudamericana; allí se establecían los vínculos entre el padre de la patria y los personajes de la mitología griega: San Martín era descripto como “perteneciente a la raza de aquellos descendientes de Hércules” al tiempo que se señalaba que “su naturaleza apasionada de criollo americano, reflejaba inconscientemente las ideas caducas del orden de cosas que odiaba y combatía”. 25 Mitre era la fuente de referencia obligada cuando se hablaba de San Martín; como ya señalamos, el año Sanmartiniano fue también un año de homenajes a Mitre como historiador no sólo del padre de la patria, sino de toda la nación. Tanto en la prensa de Buenos Aires como en la de Córdoba se publicaban notas que elogiaban su tarea; al mismo tiempo, su obra se difundía entre otros actores sociales, por ejemplo, su texto Historia de San Martín fue ofrendado a los agentes de la policía. 26 En Córdoba se anunciaba la exhibición de películas nacionales para el pueblo, con entrada libre, como adhesión de las compañías cinematográficas cordobesas a los homenajes al Libertador. En el Museo Histórico tuvo lugar una conferencia titulada “San Martín, hombre de _______________ _______________ 24 40 25 La “San Martín y Córdoba”, (1992), Buenos Aires: Separata de los Anales de la Academia Sanmartiniana 15, pp. 221-222. 41 Ibid., p. 227. 112 La Voz del Interior, 14 de agosto de 1950. Voz del Interior, 16 de agosto de 1950. 26 El diario La Nación publicó una nota titulada “La Historia y la Patria”, donde su autor Jean Paul elogiaba la figura de Mitre. La Nación, 9 de julio de 1950. 105 fe” que daba cuenta de la pertenencia del padre de la patria a la nación católica. Mientras maestros y alumnos participaban del Desfile de Reservistas, la Asociación de Maestros de la provincia cursaba una nota al ministro de Educación y Cultura, Leiva Castro, donde, invocando el espíritu superior y justiciero del Libertador, le solicitaba que resolviera la reincorporación de los maestros dejados cesantes como homenaje a San Martín. 27 Antes de preguntarnos quiénes eran los historiadores que participaban en las conmemoraciones del padre de la patria en Córdoba, haremos unas breves referencias sobre el campo historiográfico cordobés. En 1920, un grupo de “historiadores cordobeses” creó una Junta de Estudios Históricos, que no perduró.28 Sin embargo, su presidente, monseñor Pablo Cabrera29 formará parte de otra de las iniciativas relacionadas con el cultivo de la historia. Nos referimos la filial cordobesa, creada en 1928, de la Junta de Historia y Numismática Americana, con sede en Buenos Aires, desde fines del siglo XIX, institución referenciada en la figura de Bartolomé Mitre, considerado y legitimado como el padre de la historiografía nacional. Es decir, que uno de los primeros pasos en la institucionalización de un espacio de producción para la historia fue un acto de despliegue del centro hacia el interior, promovido por las relaciones entre quienes profesaban esta actividad en el centro-Buenos Aires y quienes lo hacían en el interior-Córdoba. La filial Córdoba también será presidida por monseñor Pablo Cabrera; _______________ 27 La Voz del Interior, 18 de agosto de 1950. LUQUE COLOMBRES, Carlos (1996), en La Junta de Historia y Numismática Americana y el movimiento historiográfico en la Argentina (1893-1938), Buenos Aires: Academia Nacional de la Historia, Tomo II, p. 45. 29 Sobre la figura de Monseñor Pablo Cabrera, ver el trabajo de Denise Reyna Berrotarán, “La Historia como herramienta de Legitimación de la Iglesia a principios del Siglo XX. El caso de Monseñor Pablo Cabrera”, incluido en este volumen. También: ZABALA, Mariela Eleonora (2010), Etnografía Argentina: La cátedra libre de Monseñor Pablo Cabrera (1925), Revista del museo de Antropología, Nº 3, Córdoba, pp. 205-210. 28 106 funda en trabajos previos realizados por los padres fundadores de la historiografía cordobesa como Monseñor Pablo Cabrera y el sacerdote Pedro Grenón y en la amplia lista de bibliografía general podemos encontrar a los Archivos consultados en la letra A38, coexistiendo con distintos autores: Bartolomé Mitre, Vicente Fidel López, José Pacífico Otero, Ricardo Rojas, José Luis Busaniche, Bartolomé Descalzo, Carlos Ibarguren, entre otros.39 Más de cuarenta años después, en una conferencia pronunciada por Bischoff en el acto de incorporación pública a la Academia Sanmartiniana como miembro correspondiente en la provincia de Córdoba, el historiador invocaba nuevamente su argumento de la centralidad de Córdoba en el derrotero del padre de la patria, y por lo tanto de la nación misma. En referencia al paso de San Martín por la provincia mediterránea dice: “Al finalizar agosto de aquel 1814, marcha hacia su gobernación de Cuyo. La memoria de su estada en Saldán se fue desdibujando. Cuando en 1878 se efectuaron en la ciudad interior actos recordando el primer centenario del natalicio de San Martín, ninguno de los oradores aludió a aquella circunstancia. Tampoco en otras ocasiones que hubieran sido propicias para ello. Ni siquiera hacen mención las crónicas de los periódicos de la época, como si un olvido cómplice estuviera alejando de los cordobeses la imagen del Gran Capitán”.40 Este reclamo es _______________ 38 Archivo de la Catedral de Córdoba, Archivo de la Universidad Nacional de Córdoba, Archivo del Instituto de Estudios Americanistas, Archivos Municipal y Provincial, ubicados en Córdoba; Archivo de Mitre, Archivo de San Martín, Archivo del Deán Gregorio Funes, Archivo General de la Nación, en Buenos Aires; archivos provinciales de Mendoza, San Luis y Santiago del Estero. 39 Estas son las ediciones citadas por Bischoff: MITRE, Bartolomé, “Historia de San Martín”, Buenos Aires, 1887; LÓPEZ, Vicente Fidel, “Historia de la Nación Argentina”, Buenos Aires, 1939; OTERO, José Pacífico, “Historia del Libertador José de San Martín”, Buenos Aires, 1932; ROJAS, Ricardo, “El Santo de la Espada”, Buenos Aires, 1944; BUSANICHE, José Luis, “San Martín a través de sus contemporáneos”, Buenos Aires, 1942; DESCALZO, Bartolomé, “General José de San Martín, el Libertador”, en Revista Militar, Buenos Aires, 1946; IBARGUREN, Carlos, “La preparación de la campaña de los Andes”, Conferencia, Mendoza, 27 de mayo de 1937. 111 En 1948, la Universidad Nacional de Córdoba había publicado un libro de Efraín Bischoff, uno de los autores premiados en este Congreso, miembro del Instituto de Estudios Americanistas, perteneciente a la misma Universidad. En el mismo, titulado La Córdoba que vio el Libertador, hay un argumento que se repite a lo largo de todos sus textos sobre la historia de Córdoba: la centralidad de los acontecimientos sucedidos en esta provincia para la historia de todo el país. Esta premisa explicativa también está presente en su recreación de la figura de San Martín. Así en su texto de 1950, El General San Martín en Córdoba, Bischoff decía: “La ciudad le vio pasar, atenaceado el corazón por sus sentires de libertad. Caminó hacia las tierras altas y luego rumbeando hacia el predio mendocino. Estaba en levante la estrella de su fama cuando Córdoba le conoció. Queremos recobrar nuevamente su imagen en estas páginas. Como en los días lejanos, grávidos de inquietud por marchar hacia la altura andina y descolgarse de ella blandiendo la espada y espantando enemigos. San Martín estuvo en la capital provinciana en instantes decisivos para su vida de paladín. Fortaleció en sus cercanías, junto al encanto inefable de sus sierras, la salud de su cuerpo y de su espíritu. En ella se dio el definitivo empujón hacia adelante al plan del cruce de la cordillera. La provincia ayudó con sus hombres y sus elementos, a formar el ejército que realizó la gesta emancipadora. Y los caminos sureños del territorio cordobés, lo miraron al héroe ir hacia el ostracismo. Los capítulos de este libro relatan la vinculación del entonces coronel San Martín con la ciudad de Córdoba, prolongándose en evocaciones relacionadas con su nombre”. 37 El texto relata minuciosamente los tiempos de San Martín en Córdoba, sus relaciones con los gobernantes, los grupos de poder como los comerciantes y las familias patricias; se centra en su entrevista con Pueyrredón, el director supremo; en el escenario, aportando detalles sobre la casa en que la misma habría tenido lugar. Su relato se su biblioteca, adquirida por la Universidad de Córdoba, después de su muerte, fue la base sobre la que se fundó el Instituto de Estudios Americanistas en el año 1936. En su inauguración, la conferencia de Ricardo Levene, presidente de la Junta de Historia y Numismática, institución madre, legitimaba el nacimiento de la nueva institución al tiempo que el título de la misma: “Pensamiento y acción política del Deán Funes en 1811”, tendía vínculos con la tradición política provincial.30 En 1941 fue creada la Junta Provincial de Historia, como filial de la Academia Nacional de Historia, fundada en 1938. Su historia, relatada por ellos mismos, nos habla de dos épocas: una primera época, desde 1941 a 1947 y una segunda época, desde 1957 a 1969, fecha desde la que continuó su actividad de manera ininterrumpida.31 Efraín Bischoff, uno de los historiadores que participó en las conmemoraciones del padre de la patria, tuvo un papel activo en esta institución fundamentalmente en la segunda época, ocupando cargos de pro-secretario (1957), secretario (1964) y presidente (1977) y participando como orador en homenajes a distintos protagonistas de la historia provincial, como José Javier Díaz, gobernador de Córdoba; el general José María Paz y el caudillo riojano, Vicente Angel Peñaloza, entre otros. También es miembro de la Academia Nacional de Historia, del Instituto Nacional Belgraniano, de la Junta de Historia Eclesiástica Argentina y del Instituto Nacional Sanmartiniano, entre otras instituciones. Un homenaje realizado en el año 2002 a este cronista-historiador destacaba que ha escrito más de cien títulos entre libros y folletos, tres tomos de la Historia de la Provincia de Córdoba, centenares de artículos periodísticos y participado en miles de audiciones en radio y televisión desde 1931. En la misma ocasión, Félix Luna, reconocido historiador y divulgador de la historia, también rindió homenaje a Bischoff en un _______________ 30 El General San Martín en Córdoba, Librerías Cervantes, Córdoba, 1950. Año del Libertador General San Martin, p. 7. El destacado me pertenece. Levene, Ricardo, “Pensamiento y acción política del Deán Funes en 1811”, en Instituto de Estudios Americanistas. Acto inaugural y antecedentes, Imprenta de la Universidad, Córdoba, 1937. 31 Pedro Grenón, Reglamento interno de la Junta Provincial de Historia en su 1° Época 1941-1947; Pedro Grenón, Crónica de la Junta Provincial de Historia de 1957 a 1969, Revista de la Junta Provincial de Historia de Córdoba N° 3, año 1969. 110 107 _______________ 37 texto que lleva por título “Nuestro Obispo”, en referencia a la etimología del nombre que significa obispo u hombre con autoridad. Allí destaca lo que considera el principal ejemplo que ha dado el cronista cordobés: “poner a la historia de su Córdoba amada al alcance de todos”. Señala: “En diarios y libros, en revistas y publicaciones, en conferencias y disertaciones, con un lenguaje suelto y abierto, ha ido abriendo los tiempos pasados al conocimiento de los suyos, y por su prosa han transcurrido personajes, procesos, situaciones y hasta curiosidades que se fueron incorporando al patrimonio espiritual de sus lectores, dádivas que regaló incansablemente a través de lo más diversos medios”.32 Bischoff fue uno de los historiadores premiados en el Congreso Regional realizado en Córdoba, preparatorio del Congreso Nacional con que culminó la conmemoración del Año Sanmartiniano, una de las iniciativas gubernamentales previstas en la ley 13661.33 La organización del Congreso Nacional preveía en una primera etapa la realización de Congresos Regionales, donde se centralizaría la discusión de los temarios, la sugerencia de proposiciones y la recomendación de trabajos que integrarían las comunicaciones al temario nacional.34 Una comisión trabajó en la organización del Congreso Regional que se realizó en Córdoba en noviembre de 1950. El mismo contó con cuatro actividades centrales: una sección juvenil donde se presentaron composiciones de estudiantes pertenecientes a los institutos de enseñanza secundaria de Córdoba, La Rioja y Catamarca, obreros y empleados e intelectuales; los jóvenes fueron convocados a escribir sobre la _______________ personalidad moral del General San Martín,35 la presentación de ponencias; la discusión de un cuestionario sobre la figura de San Martín y la contribución documental ofrecida por el Instituto de Estudios Americanistas de la Universidad Nacional de Córdoba, consistente en una serie de cartas inéditas del General San Martín con hombres de Córdoba. El “cuestionario sanmartiniano” tratado en las sesiones del Congreso Regional celebrado en Córdoba se centraba en tres temas: la personalidad militar del Libertador, el momento histórico americano de sus campañas y Córdoba en la campaña de Los Andes. En el primero de los temas una pregunta sintetizaba cuál era la imagen del padre de la patria a destacar: “¿Cómo San Martín guerrero creó un ejército identificado con un alto espíritu redentor y no conquistador?” En el segundo de ellos, el acento estaba puesto en el papel de los caudillos provinciales; así una de las preguntas decía: “El pensamiento de los caudillos provinciales estuvo con la idea de la independencia nacional y la sostuvieron o se desligaron de contribuir en la empresa sanmartiniana?”. En el tercero, una pregunta, con respuesta afirmativa, acentuaba el papel de Córdoba en la epopeya sanmartiniana; así se decía: “El estado social, político y económico de Córdoba permitía una ayuda eficaz al ejército de los Andes durante la época de la campaña sobre Chile?”36 Los autores de las monografías presentadas al Congreso pertenecían a la Universidad de La Plata, a la Universidad Nacional de Córdoba y a instituciones de ciudades del interior provincial, como Río Cuarto. _______________ 35 La Comisión organizadora de la Sección Juvenil era presidida por el profesor Carlos Revista de la Junta Provincial de Historia N° 20, 2002, pp. 16 y 26. 33 El Congreso Nacional de Historia del Libertador Gral. José de San Martín fue organizado por una Comisión especial presidida por el presidente de la nación e integrada por el ministro de Educación, Méndez de San Martín, los rectores de la Universidad Nacional de La Plata y de la Universidad Nacional del Litoral y José María Castiñeira de Dios, director de la Comisión Nacional de Cultura y presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano. 34 Año del Libertador General San Martín, Comisión Auxiliar Organizadora del Congreso Nacional de Historia del Libertador General José de San Martín, Boletín Informativo, Mendoza, noviembre de 1950, Año I, Núm. 6. Heras de La Plata. El estudiante premiado de Córdoba era alumno del Colegio Nacional de Monserrat, perteneciente a la Universidad Nacional de Córdoba; uno de los obreros, que recibió una mención especial, trabajaba en una fábrica de vidrios; en la categoría de los intelectuales fue premiado un miembro de un instituto religioso. La Sección Juvenil, en Boletín Informativo, Mendoza, noviembre de 1950, Año I, Núm. 6, p. 23. 36 Cuestionario sanmartiniano que será tratado en las Sesiones del Congreso Regional de Historia del Libertador General San Martín a celebrarse en la Universidad Nacional de Córdoba entre los días 20 y 25 de noviembre próximo, en Boletín Informativo, Mendoza, noviembre de 1950, Año I, Núm. 6, p. 25. 108 109 32 Comercial, Industrial y Ganadero de Río Cuarto ofrecieron flores al prócer y adhirieron a las actividades proyectadas por la Comisión Vecinal de Festejos con apoyo moral y económico: “(…) se ha solicitado al comercio, fábricas, talleres, etc. El cierre de sus establecimientos a las 11.30 horas, para congregarse en la plaza Gral. Roca y de la misma partir en manifestación hasta la de San Martin, donde se llevará a cabo el homenaje (…)”.62 La manifestación contó, de acuerdo a las crónicas periodísticas, con la representación de diversos sectores comerciales e industriales para la entrega de ofrendas florales, la entonación del Himno Nacional, el minuto de silencio de rigor y las palabras de los representantes de los gremios presentes. La Sociedad Rural de Río Cuarto y el Rotary Club hicieron lo suyo repitiendo básicamente el mismo esquema. Las instituciones deportivas y culturales encontraron en el momento sanmartiniano la oportunidad de llevar cabo una operación cultural definida a partir de propósitos nacionalistas y patrióticos. El Club Sportivo “San Vicente” del barrio Buena Vista fue (re)bautizado el 8 de junio como “Biblioteca y Club Sportivo “General San Martin”: “(…) para que en esta gran ciudad haya una institución cultural y deportiva con el nombre del Gran Capitán de los Andes (…)”.63 A su vez, en el marco del festejo central, el día 16, el Club Sportivo y Biblioteca Atenas presentó al conjunto artístico local “Alas”, dirigido por José Zullo y dedicado al “arte nativo”. Esta compañía artística interpretó en las instalaciones del Cine Teatro Plaza la obra “Hacia las cumbres”, “rememoración de la epopeya sanmartiniana, original del poeta Belisario Roldán”64 y estuvo patrocinado por la Comisión Vecinal de Homenajes. La Federación Atlética Riocuartense, presidida por el Sr. Edmundo Denner, concluyó que era importante que todas las entidades deportivas de la ciudad estuvieran presentes en las actividades que se des_______________ 62 EP, 26/08/50, p. 2. EP, 28/07/50, p. 2. 64 EP, 16/08/50, p. 4. 63 140 da en 1943, fueron puntales en los programas de homenajes del año 1950. Marta Philp explicita que la primera de las instituciones mencionadas “(…) se propuso realizar un “homenaje de historiadores, fundado en la justicia y la verdad históricas” [y que] su presidente, Ricardo Levene, (…) asumió una actitud militante en torno a lo que definía como la verdad histórica”.5 La misma autora expone que el otro “gran operador de memoria” fue el mismo gobierno peronista: “(…) Perón proclamó y justificó la importancia de la conciliación de dos tareas fundamentales: la de general y la de conductor; la descripción del despliegue de estas funciones en la figura de San Martín se constituyó en una operación de memoria que justificaba su propio accionar político en la nueva Argentina de masas, accionar que también se enfrentaba a enemigos que podían equipararse a los de San Martín que “vuelan bajo en bandada, como los gorriones, en tanto que los cóndores van solos” (…)”6 En ese año de la primera presidencia de Perón, “lo sanmartiniano”7 invadía el espacio público: la resultante fue una extraordinaria producción de eventos memoriales, acciones recordatorias y discursos sociales e históricos alusivos. La convocatoria oficial peronista a consagrar todo un año a la memoria sanmartiniana dejaba abierto y libre, a los efectos prácticos, el campo a las múltiples y diversas iniciativas de instituciones, corporaciones y sectores políticos en los igualmente diferentes espacios de la geografía argentina. _______________ 5 PHILP, Marta, (2010), “San Martín: general y conductor. Historia, política y memoria durante el primer peronismo”. En: XXX Encuentro de Geohistoria Regional. Universidad Nacional del Nordeste, p. 12. [mimeo]. El corchete aclaratorio es nuestro. 6 Ibidem. El fragmento corresponde al pasaje en que la autora analiza el discurso del presidente Perón en el acto de de clausura del Año Sanmartiniano en el teatro Independencia de la ciudad de Mendoza, el 31 de diciembre de 1950. 7 O “Sanmartinismo”, como Eduardo Hourcade denomina a “la gran empresa estatal de la conciencia histórica” de larga duración, acentuada desde la década de 1930 sobre San Martín. Cf. HOURCADE, Eduardo, (1998), “Ricardo Rojas hagiógrafo (A propósito de El Santo de la Espada)”. En: Estudios Sociales, Año VIII, N°15, Santa Fe, p. 73. 121 En tal caso, si bien se puede coincidir en la impronta de “la perspectiva instrumental de Perón” y del peronismo, que se “(…) orientaba más a celebrar a sus dos líderes que a consagrar a cualquier otra personalidad de la historia argentina, [y que apelaba] a las figuras prestigiosas de la tradición liberal, por conveniencia política o por la simple voluntad de no abrir conflictos a los que ya tenía (…)”,8 la investigación de lo acaecido durante el Año Sanmartiniano en diferentes ciudades o espacios rurales distantes de Buenos Aires, abre la posibilidad de establecer otras miradas sobre el mismo problema. En tales indagaciones, la perspectiva de estudiar las relaciones complejas entre historia, memoria y política, posibilita conocer los modos en que se legitima el poder político a partir de los usos del pasado y también las formas en que en determinadas coyunturas históricas de cambio, hay hechos y personajes históricos que se resignifican y dejan de ser, o pasan a ser más importantes: “(…) reaparecen (se recuerdan) transformados en relevantes para “comprender” el pasado. Cuando los cambios en la comunidad han sido tan profundos que involucran la identidad misma del colectivo social, es cuando surge la necesidad de “renegociación” del relato del pasado (…)”.9 En la “renegociación” o tensión interpretativa que se produce ante la administración del pasado, actúan las múltiples fuerzas que están presentes en la esfera pública y en el cuerpo social: los actores sociales comprometidos en la conservación del orden social y aquellos que buscan el cambio. En esas disputas, por tímidas que parezcan, siempre el pasado se reconstruye a partir del presente y de este modo, según Florescano, alcanzan innegable visibilidad: a depositar a los pies de San Martin el fruto de sus sudores, ofrendándoselos a él, que es lo mismo que ofrendarlos a la patria (…)”59 Los trabajadores riocuartenses participaron en diversos actos y conmemoraciones sanmartinianas a lo largo de todo el año 1950. A modo de ejemplo, durante la noche del 16 de agosto conformaron una guardia de honor ante el monumento de la Plaza San Martin. También fueron espectadores en otros eventos obreros, más indiscutiblemente peronizados, como en el acto y la concentración obrera reunida en la Plaza Olmos para el festejo del 1° de Mayo de 1950.60 En ese “Día del Trabajo” se repartieron ejemplares del libro “San Martín en la Historia y el Bronce”, texto de varios autores publicado bajo el auspicio de la Comisión Nacional Ley 13661, sancionada para la difusión de la obra del Libertador por el centenario de su muerte.61 Este libro se repartió a representantes obreros de mano del Ing. Juan B. Torres, delegado del Ministerio de Educación de la Nación y en nombre del Dr. Oscar Ivanissevich quien, como los especialistas han notado, en sus roles de Secretario y luego Ministro de Educación procuró vincular la doctrina peronista con valores trascendentales como el nacionalismo y el catolicismo. El fervor sanmartiniano impregnó discursivamente otros espacios de la sociedad y la cultura riocuartense. Instituciones como el Centro _______________ 59 DEVOTO, Fernando: “El Revisionismo Histórico”. En: DEVOTO, Fernando, PAGANO, Nora, (2009), Historia de la Historiografía Argentina. Buenos Aires: Sudamericana, p. 270. 9 DEMASI, Carlos, (2004), La lucha por el pasado. Historia y nación en Uruguay (1920 -1930). Montevideo: Trilce, p.10. Ibidem. Un trabajo que da cuenta del protagonismo de los trabadores riocuartenses en los festejos del Primero de Mayo y del 17 de Octubre, entre otros eventos, es el de Rebeca CAMAÑO, (2011), El uso público del tiempo libre de los trabajadores riocuartenses (1945-1955). Tesis de Licenciatura en Historia. Departamento de Historia, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Río Cuarto. [inédita] 61 Esta obra fue prologada por el Gral. Juan Domingo Perón. Los autores seleccionados y presentes en esta “Antología Sanmartiniana” preparada por el peronismo fueron: J. M. Gutiérrez, Vicente F. López, Juan Parish Robertson, Manuel A. Pueyrredón, Damián Hudson, Bartolomé Mitre, José Tomás Guido, Samuel Haigh, Gerónimo Espejo, Rufino Guido, Tomás Guido, Manuel de Olazábal, entre otros. Editorial: Guillermo Kraft, Buenos Aires, 1950, Año del Libertador Gral. San Martín. Comisión Nacional Ley 13.661. 122 139 “(…) los intereses de los hombres que deciden y gobiernan ese presente e intervienen en la recuperación del pasado. Cada vez que un _______________ 8 60 miento de gratitud y entusiasmo, cultivando, no sólo el intelecto, para cumplir con la vocación subjetiva, sino también, cultivando el alma (…) con los ojos fijos en Dios (…)”55 como lo hiciera San Martín. Este fragmento del discurso, pronunciado por una representante de los Estudiantes Secundarios Católicos, da cuenta de las intuiciones históricas puestas en juego, al situar al San Martin como “arquetipo de Jefe Cristiano”,56 dada la abnegación, el renunciamiento, el esfuerzo, el sacrificio y la superación, “que es virtud cardinal”: “(…) San Martin es un apóstol que redime con la cruz, la espada y la bandera”, “San Martin! no morirá tu nombre (…) ¡Los estudiantes católicos lo prometemos!”.57 Otra institución de peso, el Círculo Católico de Obreros, fundado en 1897, ya había formalizado su homenaje sanmartiniano en el mes de mayo, en oportunidad de la efeméride del día 25. El acto conmemorativo se inició con una misa en la Iglesia de San Francisco y terminó con la entrega de ofrendas florales al pie del monumento en la Plaza San Martin. En dicha oportunidad, la filial local contó con la visita del Secretario Técnico de la Federación de Círculos Católicos de Obreros con asiento en Buenos Aires, Sr. Isidoro Bolívar. El mencionado llegó a la ciudad acompañado de una delegación integrada por otras autoridades y dirigentes de las Vanguardias Obreras Católicas.58 En la oportunidad, el discurso central estuvo a cargo de Humberto Aguilar en representación de la filial del INS: “(…) El Círculo Católico de Obreros ha querido tributar hoy su público homenaje al Libertador y el Instituto Nacional Sanmartiniano, por mi intermedio se adhiere a esta manifestación espontánea de la argentinidad. No es este un homenaje más. Es un homenaje de las fuerzas vitales del músculo trabajador que reunidos bajo el sello augusto de la Cruz de Cristo, Supremo Trabajador de todos los tiempos, han venido _______________ 55 Ibidem. Ibidem. El cursivado es nuestro. 57 Ibidem. El cursivado es nuestro. 58 LVRC, 21/05/50, p. 3. 56 138 movimiento social triunfa e impone su dominio político sobre el resto de la sociedad, su triunfo se vuelve la medida de lo histórico: domina el presente, comienza a determinar el futuro y reordena el pasado: define el qué recuperar del inmenso y variado pasado y el para qué de la recuperación. Así, en todo tiempo y lugar la recuperación del pasado, antes que científica, ha sido primordialmente política: una incorporación intencionada y selectiva del pasado lejano e inmediato, adecuada a los intereses del presente para juntos modelarlo y obrar sobre el porvenir (…)”10 En la ciudad de Córdoba, por ejemplo, en oportunidad del Año del Libertador San Martín la figura del prócer “pasó a ser el centro de una encendida batalla”. Afirma Silvia Roitenburd que: “(…) Mientras Perón lo convirtió en su antecesor inmediato, con lo que su propia figura quedaba de relieve -construida sobre tan magno precedente-, el Nacionalismo Católico Cordobés lo transformó en un “semidiós católico”, haciendo caso omiso de todos los datos que atestiguaban acerca de su ateísmo y de los conflictos que lo habían enfrentado, durante las guerras de la Independencia, a las altas jerarquías eclesiásticas contra-revolucionarias (…)”11 Las investigaciones recientes de Marta Philp posibilitan observar el mapa de las conmemoraciones en la misma ciudad de Córdoba durante el peronismo clásico. La autora muestra cómo, “en un contexto de marcada centralización política, sectores de la oposición conmemoraban el pasado para disputar el presente”.12 Tanto los sectores estudian_______________ 10 FLORESCANO, Enrique: “De la memoria del poder a la historia como explicación”. En: PEREYRA, Carlos, et. al., [1980] (2005), Historia, ¿para qué? México: Siglo XXI, p. 93. El cursivado es nuestro. 11 ROITENBURD, Silvia: “Identidad nacional y legitimidad en el discurso del nacionalismo católico cordobés (1943-1955)”. En: E.I.A.L. Estudios Interdisciplinarios de América Latina y el Caribe. Facultad de Humanidades Lester y Sally Entin, Escuela de Historia, Instituto de Historia y Cultura de América Latina. Vol. 5, Nº 2, juliodiciembre de 1994, p. 15. 12 PHILP, Marta: “Usos del pasado en el primer peronismo: un mapa de las conme- 123 tiles/universitarios reformistas, como por ejemplo los nucleados en el Ateneo Radical, “que proponía recordar a Mariano Moreno con una conferencia sobre la libertad de prensa”,13 alzaban voces disidentes en eventos memoriales alternativos, paralelos a las recordaciones oficiales del 1° de Mayo y del 17 de Octubre, que daban cuenta: “(…) del mito de los orígenes del peronismo por excelencia (…) y se erigieron en escenarios privilegiados para redefinir el orden político, a la vez que evidenciaron la creciente centralización del poder donde los espacios provinciales actuaron como reproductores de la palabra de Perón (…) hubo en la provincia de Córdoba protagonistas con voluntad política de disputar el presente y el futuro, acudiendo para ello al pasado (…)”14 En este trabajo se pretende reconstruir los distintos eventos memoriales realizados en Río Cuarto, una ciudad dominante del sur cordobés, durante 1950, cuando desde el gobierno nacional se proclamó el Año del Libertador. Se trata de una primera aproximación, fundamentalmente descriptiva, que presta atención a los diversos actores e instituciones involucrados en la memoria sanmartiniana de 1950. Porque como plantea Philp, los homenajes y las conmemoraciones son momentos privilegiados para observar la materialización de la memoria como reescritura de la historia y las distintas intervenciones que resignifican los hechos y procesos históricos a la luz del presente.15 _______________ moraciones en la Córdoba de la Reforma universitaria”. En: VI Jornadas Nacionales Espacio, Memoria e Identidad. Facultad de Humanidades y Artes, Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, Universidad Nacional de Rosario, 2011, p. 10. [mimeo] Otro trabajo de misma historiadora profundiza aspectos relacionados sobre el Año Sanmartiniano en la ciudad de Córdoba: “Las conmemoraciones del padre de la patria en la Córdoba del primer peronismo”. En: XIII Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia, Universidad Nacional de Catamarca, 2011. [mimeo] 13 Ibidem. 14 Ibidem, p. 16. 15 Cf. PHILP, Marta, (2009), Memoria y política en la historia argentina reciente: una lectura desde Córdoba, Córdoba: Universidad Nacional de Córdoba, p. 29. 124 ñados en tergiversar, interesadamente, la mística de su genialidad, de su heroísmo y de su vida iluminada (…)”.50 Por otro lado, sugestivas resultan las palabras del Comisionado Municipal, Teófilo Bidolsola, a la hora de su oratoria en el acto central. El funcionario peronista dijo que no iba a pronunciar un discurso, dado que el mejor homenaje que el pueblo puede tributar al padre de la patria era trabajando intensamente, cada cual desde su esfera de acción; pensando menos en los derechos y más en los deberes que a todos y cada uno incumben, para hacer una nación grande, poderosa y progresista como la soñó el Libertador.51 En el marco de la celebración central, la instalación de altares, salas y rincones sanmartinianos en las escuelas de la ciudad muestra la diversidad de rituales y operaciones memoriales registradas en oportunidad de la efeméride oficial y oficialista. El 16 de agosto en la Escuela Normal Mixta de la ciudad se inauguró la Sala Sanmartiniana, previo discurso de las Sras. Paulina Falchi de Brunetti y Amelia A. Magri de Pellejo.52 Otro Altar Sanmartiniano se emplazó y bendijo en la Escuela Municipal “Domingo Faustino Sarmiento”, repitiendo en la oportunidad el esquema ritual de los actos escolares con presencia de autoridades civiles, militares y eclesiásticas.53 Los jóvenes adherentes a Acción Católica, en tanto, oficiaron en días previos al 17 de agosto, un homenaje que contó con la participación del Obispo diocesano Mons. Dr. Leopoldo Buteler, el Decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba, Dr. Severo Reynoso, y el asesor de las Juventudes de Acción Católica, Pbro. Roberto Amadeo, entre otras autoridades.54 Era: “(…) la juventud de las aulas que hoy se agrupa y se aúna en común senti_______________ 50 EP, 16/08/50, p. 3. Cf. EP, 16/08/50, p. 2. El cursivado es nuestro. 52 EP, 15/08/50, p. 3. 53 LVRC, 18/08/50, p. 5. 54 LVRC, 14/08/50, p. 3 y ss. 51 137 “(…) 10 horas: En la Plaza San Martin se procederá a izar la Bandera; a continuación establecimiento de la guardia de honor por las fuerzas de la Defensa nacional. Himno Nacional por la Banda del Reg. 14. 10.30 horas. Las ofrendas florales serán recibidas en el espacio comprendido entre las 10.30 y 14 horas. 11 horas: Misa solemne en el templo Catedral rezada por el alma de San Martin. 14.30 horas: concentración cívico-militar en la Plaza San Martin. 15 horas: Hora en que el Libertador pasa a la inmortalidad. Toque de silencio. 15.10 horas: Himno Nacional por la Banda del Reg. 14 y coreado por el público; discurso por el señor Comisionado Municipal; discurso por le señor vicepresidente de la Filial Sanmartiniana; desfile militar y representaciones escolares. 18 horas: Arriar la Bandera, 21.30 horas: “Acto Académico”, en el salón Municipal conferencia del doctor Juan Vázquez Cañás, en representación de la Filial Sanmartiniana (…)”48 En un espacio público notoriamente impregnado por discursos sociales referentes a la memoria de San Martin y sus diversas posibilidades imaginativas, se registró un programa oficial de memoria, acompañado de iniciativas particulares y ritos de institución que, siguiendo a Pierre Bourdieu, tuvieron un propósito legitimante para los diferentes actores e instituciones que las idearon y llevaron a cabo.16 Los actos de magia social inmiscuidos en el acto conmemorativo, como la ofrenda floral y oratoria de autoridad, entre otros, fueron actos repetidos y eficaces en el desarrollo de la práctica social de la conmemoración y el homenaje. También Bourdieu ha notado cómo el lenguaje representa la autoridad, la manifiesta y la simboliza: “(…) en todos los discursos de institución, es decir, de la palabra oficial de un portavoz autorizado que se expresa en situación solemne con una autoridad cuyos límites coinciden con los de la delegación de la institución, hay siempre una retorica característica. Las características estilísticas del lenguaje de los sacerdotes y de los profesores y, en general, de todas las instituciones, características tales como la rutinización, la estereotipización y la neutralización, proceden de la posición que ocupan en un campo de competencia esos depositarios de una autoridad delegada. (…) el uso del lenguaje, que implica tanto la manera como la materia del discurso, depende de la posición social del locutor, posición que rige el acceso que este pueda tener a la lengua de la institución, a la palabra oficial, ortodoxa, legítima (…)”17 La voz autorizada de Vázquez Cañás, hombre opositor al régimen y próximo al catolicismo, dio cuenta del “Perspectivismo premonitorio en la vida del Libertador”. En la conferencia dictada, el mencionado profesor se dedicó a laudar a San Martín “héroe, genio y hombre”.49 El españolísimo Vázquez, citando a Ortega y Gasset cuando afirma que Cervantes “Se halla sentado en los elíseos prados hace tres siglos, ya guarda, repartiendo miradas, a que le nazca un nieto capaz de entenderlo”, dijo en su alocución que hacía un siglo: “(…) que el Libertador General Don José de San Martín, el heroico paladín de la libertad de América, se halla en su augusto sitial de la inmortalidad, tutelando la intangibilidad de este continente, y aguarda con serenidad el arrepentimiento de alguno de sus nietos, aun empe- Se ha trabajado con fuentes periodísticas y folletines de época. Las crónicas de los diarios locales El Pueblo, de tendencia demócrata, y La Voz de Río Cuarto, de filiación peronista, posibilitaron conocer en deta- _______________ _______________ juez federal Dr. Oscar Culasso, senador nacional Dr. Felipe Gómez del Junco, diputado nacional D. Isidoro Varea, diputado nacional D. Miguel A. Zabala Ortiz, senador provincial D. Eugenio Candia, diputado provincial Dr. Miguel A. López Legazpi, Dr. Héctor Carranza, coronel (R) D. José L. Etchichury, Dr. Carlos J. Rodríguez”. EP, 30/07/50, p. 2. 48 LVRC, 16/08/50, p. 1. 49 EP, 16/08/50, p. 2. 16 Cf. BOURDIEU, Pierre, “Lenguaje y poder simbólico”. En: BOURDIEU, Pierre, (1985), ¿Qué significa hablar? Economía de los intercambios lingüísticos, Madrid: Akal, p. 76. 17 Ibidem, pp. 77-78. 18 Proyecto de Doctorado en Historia (FFyH-UNC): “Representaciones y usos del pasado: construcción identitaria y legitimación política. Río Cuarto (1945-1986)”, dirigido por la Dra. Marta Philp, Res. Dec. Nº 781/2010, en curso. 136 125 lle las programaciones de los eventos memoriales llevados a cabo en 1950 por diferentes instituciones locales y por el municipio. En los mismos registros periodísticos también aparecen con frecuencia reproducidos los fragmentos de algunos de los discursos pronunciados en esas circunstancias. La reconstrucción histórica que se presenta en este trabajo, que se enmarca en un proyecto mayor destinado al estudio de las relaciones entre historia, memoria y política en la ciudad de Rio Cuarto (19451986),18 busca presentar lo singular o peculiar del clima cultural y político riocuartense durante esa coyuntura. En la misma, no muy evidentemente se observa “lo peronizado” ni tampoco están del todo ausentes la inercia centralizadora de los procesos políticos macro ni las operaciones de memoria oficiales del peronismo. En relación a los partidos políticos, hasta el momento, no se han encontrado fuentes documentales que permitan acceder a ideas o propuestas de memoria disidentes. Paradójicamente, los principales representantes de los partidos tradicionales colaboraron y se integraron en los actos oficiales sin propugnar, explícitamente, interpretaciones del pasado diferentes cuando de homenajear a San Martín se trató. El fervor sanmartiniano que se reconoce no puede considerarse como un fenómeno absolutamente nuevo. En efecto, puede ser concebido como una profundización de una serie de procesos, hechos e ideas que se manifiestan localmente desde los años treinta y acentúan hacia mediado de los cuarenta, cuando el rescate de San Martín se materializaba en monumentos, iconografía y rituales patrióticos cuidadosamente y rutinariamente repetidos.19 Coincide esta aseveración con lo planteado por María Silvia Leoni y María Gabriela Quiñónez quienes, al estudiar en detalle el caso _______________ 19 Véase al respecto nuestros trabajos: “Notas a propósito de la Plaza y Monumento ecuestre del Gral. San Martín en Río Cuarto”, (2010). En: El Corredor Mediterráneo. Río Cuarto, Villa María, San Francisco, Río Tercero, Año 9, Nº 400 y “Las apropiaciones sociales de la memoria histórica. Las fiestas mayas en Río Cuarto (1930-1943)” (2011). En: Quarto Rio. Revista de la Junta Municipal de Historia de Río Cuarto. N° 12, Río Cuarto. [en prensa] 126 nalidad. (…) Pierini ha logrado realizar en esta obra la semblanza del prócer, con toda la profunda amargura de su ostracismo y con toda la profunda belleza de su contenido moral”.43 En esa inauguración, el vicerrector del Colegio Nacional,44 profesor Víctor Barrionuevo Imposti, a futuro destacado historiador y hombre de indefinida identidad política, expresó, alternando citas textuales del pensamiento sanmartiniano, que el prócer alcanzó su destino cargado de deberes y huérfano de derechos y que frente a los “mezquinos intereses partidistas respondió indignado ante las luchas fratricidas”.45 Barrionuevo Imposti dejaba sentado que la grandeza moral de San Martin era su renunciamiento a tiempo, cuando “La presencia de un militar afortunado, (…) es temible a los estados que de nuevo se constituyen. Así dijo y se marchó en silencio al ostracismo”.46 En julio de 1950 se constituyó la Comisión Vecinal Pro Homenaje al Libertador en el Primer Centenario de su Muerte. Estuvo presidida por Teófilo Bildosola, Comisionado Municipal y la vicepresidencia recayó en el comandante de la 4ta. Región Militar Cnel. Modesto Elies.47 La Comisión fue el organismo que junto a la filial del INS se encargó de organizar el homenaje sanmartiniano central del jueves 17 de agosto de 1950 en Río Cuarto: _______________ 43 LVRC, 06/04/50, p. 5. Sobre la obra de Líbero Pierini y la reconstrucción del campo artístico riocuartense véase el estudio de Elena CARRANZA, (2010), Una mirada exploratoria de las artes plásticas en una ciudad moderna. Río Cuarto (1925-1958). Tesis de Licenciatura en Historia. Departamento de Historia, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Río Cuarto. [inédita] Al estudio pormenorizado de Carranza puede sumarse la mirada de conjunto propuesta por Omar ISAGUIRRE (2010), “1945-1960: años fundantes en la cultura local”. En: Historias no contadas de Río Cuarto y la región. Río Cuarto: Puntal. 44 A partir de Rector del mismo establecimiento. Separado del cargo con el golpe de Estado de 1955. 45 Ibidem. 46 Ibidem. El cursivado es nuestro, 47 La nómina se completa con el “(…) Secretario: Jefe del Taller Regional “Río Cuarto” comodoro D. Edgardo Nicolás Accinelli; vocales: Excmo. y Rvdmo. Señor obispo Dr. Leopoldo Buteler, Exmo. Señor vicegobernador D. Bernardo P. Lacase, 135 entonación del Himno Nacional y palabras alusivas a cargo de Humberto Aguilar como representante de los sectores católicos, tuvo una finalidad benéfica para recaudar fondos para la biblioteca de INS. En el mes de abril, las autoridades de la Fuerzas Armadas locales, Base y Taller Regional de Las Higueras y del Regimiento 14 de Infantería, conjuntamente con la filial del INS, recordaron el aniversario de la Batalla de Maipú con un programa que incluyó una concentración cívico-militar en la Plaza San Martín y un discurso alusivo del definidamente antiperonista y católico Julio Armando Zabala.40 En representación del INS el orador culminó su discurso diciendo: correntino, indican que hubo que esperar hasta la década de 1930 para la enunciación de una operación de política histórica, de entronización de San Martín. En dicha definición se encuentran o confluyen, de acuerdo a lo estudiado por las autoras, los impulsos recibidos por las diversas gestiones promovidas por intelectuales e historiadores de la provincia señalada.20 En esa década, entonces: “(…) se terminó de definir la primacía de San Martín, distanciado de un conjunto de “figuras menores” y convertido en expresión esencial del ser nacional. En 1932, el entonces diputado nacional [por Corrientes] Benjamín S. González, presentó a la cámara un proyecto de ley declarando fiesta cívica nacional el día 17 de agosto. (…) Sin embargo, cuando, al año siguiente, el presidente Agustín P. Justo oficializó el 17 de agosto como “Día de San Martín”, sólo tuvo en cuenta una presentación del Instituto Sanmartiniano, en la cual no se hacía ninguna referencia a las propuestas correntinas. El presidente del Instituto fue la figura central de los actos conmemorativos y quien se encargó de fundamentar la instauración de esta fecha patria (…)”21 “Gral. San Martin, campeón denodado de la libertad y padre nuestro; todo el continente y aquí nosotros, pueblo y ejercito, y los que nos agrupamos en el instituto que lleva y venera vuestro nombre (…) levantamos en este momento el corazón hacia las alturas en que mora vuestro espíritu, (…) para pedirle también que vigorizando nuestra voluntad nos afirme cada vez más en el propósito de seguir (...) acrecentando en los talleres y en los campos, en los cuarteles y en las aulas, en los hogares y en los templos”.41 Como parte del mismo programa, el Cnel. Juan Bautista Picca, un militar que años más tarde, desde los años ’60 y hasta el final de la última dictadura militar, intervino directamente en la Junta de Historia de Río Cuarto tramando la política de memoria local, pronunció una conferencia sobre “La Batalla de Maipú” en el Salón de Actos de la Municipalidad.42 También se impuso un busto de San Martín en Colegio Nacional y en la Escuela Comercial Anexa. La obra artística, esculpida por Líbero Pierini, fue adquirida por el cuerpo de profesores de la institución y representaba “(…) al Gran Capitán en sus últimos años (…) San Martin septuagenario (…) del silencio como síntesis de toda su perso_______________ 40 41 LVRC, 05/04/50, p. 3. LVRC, 06/04/50, p. 1. El cursivado es nuestro, 42 LVRC, 05/04/50, p. 3. 134 San Martín en la agenda de memoria de Río Cuarto, del Centenario al peronismo En Río Cuarto, la idea originaria de erigir un Monumento Histórico _______________ 20 Cf. LEONI de ROSCIANI, María Silvia, QUIÑÓNEZ, María Gabriela: “La tradición sanmartiniana en Corrientes”. En: MAEDER, Ernesto, et. al., (2004), Visiones del pasado. Estudios de Historiografía de Corrientes, Corrientes: Moglia, p. 212. Las autoras citadas concluyen señalando que “El movimiento generado por la provincia de Corrientes en torno a la figura de San Martín se inserta en el contexto de su lucha contra el centralismo de Buenos Aires. En esa lucha, la elite correntina, mediante la tenaz defensa de sus tradiciones, perseguía el reconocimiento en el ámbito nacional de la importancia de la provincia como entidad autónoma y como factor clave en el proceso de organización institucional argentino (…)”, p. 215. Este trabajo fue publicado originalmente con el título de “Combates por la memoria. La elite dirigente correntina y la invención de una tradición sanmartiniana”, en el Anuario de Estudios Americanos. Tomo LVIII, 1, 2001. 21 Ibidem, pp. 212-213. El corchete aclaratorio es nuestro. 127 Nacional dedicado al “Padre de la Patria” y al “Gran Libertador” surge en mayo de 1910, cuando en la plaza principal se colocó la piedra fundamental. Años más tarde, desde finales de la década de 1920, las actividades y gestiones de la Comisión Pro Monumento Nacional lograron que en 1931, durante la intendencia municipal de Manuel Pizarro (1930-1932), que el mismo fuera erigido. En el acto inaugural del 12 de julio de 1931, estuvo presente una delegación oficial del gobierno de la Nación, encabezada por el Inspector General del Ejército General Tomas Martínez, en representación del presidente provisional Teniente General Uriburu. Bajo el saludo de la dictadura se materializaba el lugar de memoria sanmartiniana en Río Cuarto, cuando el prócer con su brazo en alto indicaba el rumbo de su hazaña en dirección al centro de la ciudad. Con la nacionalización del Instituto Sanmartiniano,22 según el Decreto firmado por el Presidente Farrell el 16 de agosto de 1944, el Estado asumía no sólo como propia tarea de “enseñar y glorificar permanente y metódicamente” la personalidad del prócer,23 sino que también procuraba extender la presencia de la institución en otros espacios del país mediante la fundación de filiales. La filial Río Cuarto del INS, primero llamada “Filial Centro Gral. José María Paz” y luego sólo “Filial Gral. José María Paz”, se fundó en septiembre de 1947 y estuvo bajo el control de personalidades ligadas a las Fuerzas Armadas y a los sectores cultural y educacional: “(…) empeñado el Consejo Superior del Instituto en la tarea que se le ha encomendado, ha instado, por intermedio de respetables vecinos de esta ciudad, la creación de una filial local. Y así fue que, en ocasión de celebrarse el 150° aniversario del día en que tuvo ejecución la Real Orden declarando Villa al antiguo Fuerte de la Concepción de Río Cuarto, ciudadanos de los diversos sectores y actividades de la ciu- Bandera pronunció un discurso dedicado a la “Personalidad del Héroe”. En su alocución, Etchichury afirmaba que San Martin fue el paladín de una mayor justicia e igualdad para las sociedades americanas.36 El pueblo de Río Cuarto fue llamado entonces a: “(…) ofrendar las flores del recuerdo al pie de este bronce glorioso que alimenta le corazón de un pueblo: el –apoyándose en la verdad histórica y en su hidalga gratitud por el Héroe- lo proclama “Padre de la Patria” y reclama que en sus virtudes, inspiren la conducta integral el soldado, el ciudadano y el gobernante”.37 En nombre de la verdad histórica, y apoyado en citas de Mitre, el discurso del presidente del INS concluyó pidiendo a Dios “ayuda para sufrir y vencer, cumpliendo con la consigna [sanmartiniana]: “Serás lo que debe ser”.38 La conmemoración del 172° Aniversario del Nacimiento de San Martín, en febrero de 1950, se hacía en nombre de la verdad histórica. La verdad y la fidelidad sobre las imágenes del Libertador quedaron debidamente aclaradas a partir de las disquisiciones que, sobre “Iconografía Sanmartiniana” presentó el notable artista plástico local y profesor Franklin Arregui Cano, luego colaborador e integrante del electo antiperonista local pos ’55, en las instalaciones del Gorriones Rugby Club. El tema de la originalidad y veracidad de las imágenes históricas y los retratos de San Martin y de su esposa era un punto clave de las cuestiones que al INS le interesó examinar.39 Por la noche, una velada cinematográfica en el Cine Gran Ocean, que incluyó la _______________ 36 Creado en 1933. En adelante, INS. Cf. Ministerio de Guerra: Del Instituto Sanmartiniano (5 de abril de 1933) al Instituto Nacional Sanmartiniano (27 de junio de 1945). Buenos Aires, 1946, p. 13. 24 El Pueblo, Río Cuarto, 01/11/47, p. 3. En adelante se citará como EP. EP, 26/02/50, pp. 2-3. El cursivado es nuestro, EP, 26/02/50, pp. 2-3 y LVRC, 25/02/50, p. 7. El cursivado es nuestro. 38 Ibidem. 39 El Instituto Nacional Sanmartiniano consideraba con fundamento histórico a cuatro expresiones fisonómicas de San Martin. La del pintor peruano José Gil de Castro, de 1818, la de la hija de San Martin o la profesora de pintura de ésta, de 1827, la litografía de Madou, Bruselas, 1828 y el daguerrotipo de 1848, París. 128 133 _______________ 22 23 37 desde el año de su creación hasta 1950, cuando lució su preponderancia.33 Las tareas de investigación histórica, la publicación de su Boletín Trimestral, los actos patrióticos en las escuelas, los concursos histórico-literarios, el impulso pictórico y escultórico de artistas locales sobre temas sanmartinianos, las conferencias “ordinarias” y extraordinarias” y las veladas artísticas, entre otras acciones, reflejan el grado de preocupación por hacer extensiva una política de la memoria global e integradora para la sociedad riocuartense, ajustada a la tradición historiográfica liberal y a los preceptos del INS. El año del Libertador San Martin en Río Cuarto, aunque La dimensión temporal de un año resulte exigua… Como ya se ha dicho, la Filial riocuartense del Instituto Nacional Sanmartiniano fue la institución que centralizó y pautó la gran operación memorial del año 1950, otras entidades intervinieron en su programa. En febrero de ese año, los registros periodísticos dan cuenta de las numerosas actividades planificadas y desarrolladas para conmemorar el 172° aniversario del nacimiento de San Martin. La celebración contó con el saludo político del Comisionado Municipal Teófilo Pío Bildosola34 e incluyó una misa solemne en la Iglesia Catedral con la presencia de “numerosas banderas pertenecientes a las fuerzas armadas de la nación y a los establecimientos educacionales de la ciudad”.35 Luego del oficio religioso, los militares marcharon junto a civiles hacia la Plaza San Martín, donde un palco especialmente preparado albergó a las autoridades. El Presidente del INS filial Río Cuarto, el Cnel. (R) José Etchichury, que reaparecerá luego en los episodios de oposición al peronismo en 1955, luego de izar la _______________ 33 34 Véase al respecto nuestro trabajo citado en nota 24. EP, 19/02/50, p. 4. 35 La Voz de Río Cuarto, Río Cuarto, 25/02/50, p. 7. En adelante se citará como LVRC. 132 dad, congregados en asamblea del salón de actos de la Escuela Normal, el día 20 de septiembre del corriente año, tras un cambio de ideas e impresiones, resolvieron dejar constituida la filial local del Instituto. La asamblea procedió en ese mismo acto a elegir a los miembros que deben ocupar, por vía electiva, los cargos de presidente vicepresidente, secretario, tesorero, bibliotecario y vocales. Resultó electo presidente el coronel (S. R.) D. José Etchichury; vicepresidente, el doctor Carlos J. Rodríguez; secretario, el doctor Joaquín T. Bustamante; tesorero, el señor Nicanor Quenón; bibliotecario, el señor Franklin Arregui, y vocales los señores Rodolfo Centeno, Carlos H. Fernández Letry y Dr. Eduardo Ordóñez. El día 2 del corriente, el instituto Nacional ha decidido dar por constituida la filial de esta ciudad y aprobar la integración de la C. D. que fue elegida en la asamblea (…)”24 La filial riocuartense fue la institucional oficial que por casi cinco años consecutivos operó como directriz de la memoria sanmartiniana en la coyuntura del peronismo local.25 Desde 1947 y hasta 1950 la entidad se ocupó de promover actividades culturales, intelectuales y educativas que alcanzaron el apoyo popular en el transcurso de su fugaz existencia, dado que el vigor institucional se atenuó hacia 1951.26 La filial, entonces, pautó lo que se hizo y lo que se dijo sobre _______________ 25 Federico Pereyra Zamudio (Interventor, Comisionado Municipal, 1946-1947), Alfredo Nolasco Ferreyra (Comisionado Municipal, 1947-1949), Teófilo Pío Bildósola (Comisionado Municipal, 1949-1951), Francisco A. Lacase (Comisionado Municipal, 1951), Natalio José Castagno (Intendente electo por el Partido Peronista, 1951-1954), Amadeo Benjamín Dapena (Intendente electo por el Partido Peronista, 1954-1955). Sobre el derrotero político del período en Río Cuarto puede consultarse el trabajo de PÉCORA, Griselda, (2007), “Algunas aproximaciones al proceso de construcción del peronismo en Río Cuarto”. En: Quarto Río, Revista de la Junta Municipal de Historia. Nº 9, Río Cuarto. 26 En otro trabajo nuestro se desarrolla en extenso la actividad de la institución en el periodo mencionado: ESCUDERO, Eduardo, “El culto de los hijos de Río Cuarto al héroe máximo: la filial “José María Paz” del Instituto Nacional Sanmartiniano y los usos del pasado (1947-1950)”. En: ESCUDERO, Eduardo y CAMAÑO, Rebeca, (Comp.), (2011), Del tiempo del primer peronismo en Río Cuarto. Aproximaciones desde la Historia, Córdoba: Ferreyra Editor. [en prensa] 129 San Martín en 1950, cuando la mayoría de los actores sociales de la ciudad se sumaron a esa proyección, a esa agenda. Se puede afirmar, entonces, que hubo en Río Cuarto desde antes de 1950 y como etapa preparatoria, una memoria “oficial” proveniente del para entonces ya peronizado INS, sin que ello necesariamente implicara una “memoria peronista sobre San Martin”.27 Un aspecto importante a considerar, que abona lo dicho anteriormente, fueron los estrechos vínculos mantenidos entre la filial y la institución nacional madre. En el año 1949 visitó Río Cuarto el Cnel. Bartolomé Descalzo, quien presidió el INS entre 1945 y 1950. En dicha oportunidad, la autoridad máxima se mostró satisfecho por la forma de “(…) difundir el pensamiento del Héroe y su ideario de paz y fraternidad; mostró el profundo conocimiento que posee acerca de nuestros problemas y de nuestra acción sanmartiniana, y no regateo elogios ante la evidencia de cómo ha sido emprendida por los vecinos de Río Cuarto la finalidad del Instituto”.28 La “acción sanmartiniana” en Río Cuarto, además de probablemente muy eficaz, era consecuente con el INS, Otra preocupación concreta de la filial riocuartense del INS fue la de honrar a la esposa del general San Martín, mujer referente de “dignidad y patrióticas virtudes”. En noviembre de 1950, la filial “José María Paz” que ya en 1949 contaba con la “Comisión de Damas María de los Remedios de Escalada de San Martín”, dispuso el homenaje a “la esposa y amiga del padre de la Patria”, “la abnegada”. La Comisión femenina, que presidia la Sra. Mari de Rodríguez Vázquez, encargó al artista italiano Líbero Pierini la realización de un busto de Remedios de Escalada, presentado públicamente en un acto desarrollado el 20 de noviembre: “(…) En el proscenio, estaba, ador- nado con la bandera argentina y un hermosa palma de flores el busto de Da. Remedios de San Martin ejecutado por nuestro notable escultor Líbero Pierini. Admiraba por su parecido, la belleza del rostro y la expresión de modestia y de dulzura (…)”.29 Para brindar un marco de sentido y argumento a la empresa conmemorativa aludida, el político e historiador Dr. Carlos Rodríguez escribió para el diario antiperonista El Pueblo, en noviembre de 1950, un extenso artículo laudatorio sobre la vida de Remedios de Escalada, “dedicado a la Filial Femenina del Instituto Sanmartiniano”. En ese texto, Rodríguez afirmaba que ambos esposos eran “el arquetipo de la pareja nacional, sobre cuyo fundamento de sólida virtud y amor se han levantado y levantarán los hogares argentinos”.30 El pasaje citado constituye, sin duda, una crítica a la figura de Eva Perón, en sus cualidades opuestas de mujer poco virtuosa, contraejemplo de la “compañera” del prócer. Al reconstruir el enfrentamiento entre la esposa del Presidente de la Nación y el Cnel. Descalzo, separado de la Presidencia del INS durante el mismo 1950, Loris Zanatta afirma que Eva Perón nunca perdonó un episodio de comparación: “(…) al recordar a la esposa del general San Martín, [Descalzo] había ponderado su “silenciosa abnegación” y su “exquisita y modesta humildad cristiana (…)”.31 El militar desplazado de su cargo, además de enfrentarse abiertamente a Eva Perón, no toleraba el grado de peronización del INS, instancia que alejaba a la tan cara institución militar de su perfil pretendidamente “apolítico, católico y anticomunista”.32 No es factible en este trabajo, por razones de espacio, hacer un detalle pormenorizado de las actividades de la filial riocuartense del INS _______________ 29 _______________ EP, 22/11/50, p. 1. El cursivado es nuestro. EP, 16/11/50, p. 2. El cursivado es nuestro. 31 ZANATTA, Loris, “Madre y mandante. La Patria según Eva”. En: ZANATTA, Loris, (2011), Eva Perón. Una biografía política. Buenos Aires: Sudamericana, p. 300. El corchete aclaratorio es nuestro. 32 Cf. Ibidem. 30 27 Una más evidente “peronización” del INS puede situarse a partir del Decreto N° 25136 del 08/10/1949, cuando el Poder Ejecutivo de la Nación dispone su traspaso del Ministerio de Guerra al Ministerio de Educación. 28 Instituto Nacional Sanmartiniano Filial Centro “General José María Paz”: Publicación Trimestral, Año II – N° 2 y 3. Didot, Río Cuarto, febrero de 1950, p. 6. El cursivado es nuestro. 130 131 cuerpo sobre el alma, indiferentismo, demagogia”.17 Otra variante lexical difundida por la prensa a comienzos de los ’80 fue la de los descarriados, “una juventud que se volcaba a la subversión en términos alarmantes, carentes de ideales y espíritu de sacrificio, ‘arruinados’ por unos padres que les daban todo”.18 En Córdoba, otro sinónimo extendido, por ejemplo en el discurso del interventor-gobernador Sigwald (3-79/ 1-82), fue el de delincuentes nihilistas cuya existencia sería el resultado de una ineficaz conducción de “los mayores”, una ineptitud que habría obligado a las FFAA a asumir el gobierno.19 Como contracara de ese grupo patologizado, se diseñaba la posición de los “jóvenes” idealizados, “sanos” y adeptos al régimen: los nacionalistas del diario de Vilas, los cuales eran destacados por Videla y Viola como héroes-mártires en la guerra justa que se libraba contra el comunismo. Si bien se identificaba con esos rótulos principalmente a sujetos pertenecientes a las fuerzas de seguridad militar y policial, la calificación de joven virtuoso también podía recaer sobre algunos civiles socializados según un modelo ético cívico-militar. En el medio de esas dos posiciones polares advertimos que emergía para el régimen un grupo heterogéneo de “jóvenes” cuya peligrosidad residía en su supuesta indecisión: los desinteresados, que para la lectura bélica del comandante del III Cuerpo de Ejército (Cristino Nicolaides) eran sospechosos de complicidad con la subversión (LVI 26-4-81, p.1). Otro calificativo adjudicado en Córdoba a este sector fue el de desorientados, el cual fue usado en las expresiones de dirigentes castrenses y adeptos civiles, como uno de los factores legitimantes de la intervención de las FFAA _______________ 17 POSTAY, Viviana. (2004), Los saberes para educar al soberano, 1976-1989. Córdoba, Ferreyra, p.93-ss. Recordemos que en el imaginario político militar emerge como una constante la diferenciación entre, por un lado, la democracia verdadera (la de los mejores) que sería el nuevo orden al cual se arribaría después de la tarea de reorganización que llevaría a cabo el Proceso, y, por otro lado, la demagogia, “producto de una desviación de la primera causada por los gobiernos populistas”, identificados particularmente con el peronismo [Philp, 2010, op. cit. 425]. 18 LORENZ, op.cit. 32-ss. 19 PHILP, 2009, op. cit. 220. 160 arrollaban para recaudar fondos para el embellecimiento de la Plaza San Martin.65 Efectivamente, desde el mes de mayo en adelante se puso en marcha una campaña para ornamentar, “embellecer” el por entonces modesto lugar de memoria. La iniciativa contó con apoyo popular ante el llamado patriótico que decía: “Pueblo de Río Cuarto: Hombres y mujeres, niños y ancianos, ricos y pobres… Cada uno, en la medida de sus fuerzas, deberá contribuir a la realización del magno homenaje que la ciudad tributara en granito y bronce al Libertador y Padre de la Patria, en el primer centenario de su ascensión a la inmortalidad”66 “EXHORTACION PUBLICA PRO-SAN MARTIN La Asamblea de la Comisión Vecinal, reunida el 31 de mayo en el salón de Actos del Palacio Municipal, sancionó por unanimidad la siguiente exhortación patriótica al pueblo de Río Cuarto: RESOLUCIÓN Exhórtase a los habitantes de la ciudad y Departamento de Río Cuarto, a una contribución popular, como tributo patriótico, conforme a la capacidad económica, hasta la suma de $ 270.000, con el objeto de costear la ornamentación en granito de la estatua y la Plaza del Gral. San Martín, como ofrenda en el centenario de su muerte, que perpetúe por siglos su gloria; y el homenaje de este pueblo engrandecido y heroico. (Fdo.): Carlos J. Rodríguez, presidente; Julio Alonso, secretario”67 La obra patriótica ya terminada fue finalmente inaugurada en otro contexto político, cuando en 1957 el presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu, “hijo de Río Cuarto”, se hacía presente en el lugar y saludaba al pie del monumento al San Martin de la Revolución Libertadora. _______________ 65 Cf. LVRC, 14/06/50, p. 7. LVRC, 10/06/50, p. 4. 67 LVRC, 04/06/50, p. 6. 66 141 En este relato sobre el Año Sanmartiniano en Río Cuarto merecen ser incluidas las actividades y los usos de la memoria sanmartiniana, llevados a cabo por instituciones de inspiración tradicionalista y nativista, durante los años 1949 y 1950. Con el asalto de la modernidad, la transición hacia una sociedad de masas y la declinación de la sociedad tradicional, aparece la nostalgia por el “orden perdido”, traducido en la imagen de “tiempo mejor” añorado. Emergen ante este proceso el tradicionalismo y el nativismo, como rescate emotivo, a veces con pretensión científica, de aquello que supone “telúrico” y “folklórico”, recreando al mismo tiempo las expresiones artísticas y culturales de la “tradición”, “el alma de la nacionalidad”. El fenómeno indicado se manifestó con intensidad en Río Cuarto a partir de 1949, cuando se fundan el Centro Folklórico Tierra y Tradición68 y el Centro Tradicionalista Gauchos del General San Martin. Ambas instituciones alcanzaron significativa visibilidad en oportunidad del Año Sanmartiniano, participando de las actividades oficiales y promoviendo también homenajes particulares. El Secretario de la segunda institución nombrada, el sargento primero Marcos Ortiz, consideraba que “La dimensión de un año resulta exigua, para dar formas al más grande y justiciero de de los homenajes de los argentinos” y expresaba su deseo de que el “ardoroso patriotismo [de San Martin] sea siempre la inspiración de nuestras determinaciones ciudadanas y que las virtudes todas, de su espíritu imbatible, presidan siempre nuestros actos de argentinos”.69 El Centro Tradicionalista identificó sin reparos a San Martín con la figura mítica del Gaucho a caballo. El arquetipo rural desaparecido se presentaba como garantía de la memoria sanmartiniana y, a partir de tal supuesto, los tradicionalistas hacían suya la “misión justiciera de honrar a San Martin”, participando activamente en los actos públicos y oficiales. Para el 17 agosto de 1950, una “columna gaucha” viajó al Cerro de la Gloria, en Mendoza, para depositar placas y ofrendas _______________ 68 Filial riocuartense del Centro Folklórico Tierra y Tradición de la ciudad de Córdoba. 69 LVRC, 12/05/50, p. 3. El corchete aclaratorio es nuestro. 142 posición de los desinteresados en el conflicto era sinónimo de “complicidad con la subversión”.15 Recién en 1981, con la agudización de la crisis y el ensayo aperturista de Viola, las voces de los opositores comenzaron a ampliar su visibilidad en la prensa escrita; no obstante, las manifestaciones de apoyo al régimen seguirán siendo mayoritarias en Córdoba, al menos hasta la derrota en Malvinas.16 Esa división societal tripartita tuvo cristalizaciones singulares en relación a la categoría “juventud”, dando origen a tres conjuntos de representaciones prioritarias que, si bien con matices, se mantuvieron constantes durante todo el período dictatorial. Así, por un lado, el imaginario bélico oficial demarcaba negativamente a “los jóvenes enemigos”: los subversivos/guerrilleros que, en términos del general Vilas, poseían una articulación (inter)nacional y corporativa, se habían infiltrado en las universidades desde mediados del siglo XX (aunque con antecedentes como la nefasta Reforma del ’18) y habían moldeado las conductas de las clases medias argentinas (intelectuales, artistas, estudiantes). Ese discurso también recurría a nociones médicas, religiosas y morales que calificaban al terrorismo como una infección-tumor que se propagaba por “el cuerpo, mente, alma y/o corazón de los argentinos”. Estas calificaciones eran construidas, por ejemplo, en los libros de civismo de la escuela media que catalogaban al subversivo como una enfermedad- anormalidad: “todo aquel que sostenga o promueva ideologías foráneas que conspiran contra el ser nacional, occidental y cristiano”. A su vez, era (re)presentado como un enemigo multifacético: “ateismo, desnaturalización de roles familiares, imposición del _______________ 15 Este anuncio-advertencia fue realizado por el comandante del III Cuerpo de Ejército (teniente general Cristino Nicolaides) en el marco de una reunión que se realizó en la institución a su cargo, donde se analizó la situación institucional del país. Allí, señaló: “El desinterés es complicidad con la subversión, es criminal (…) Hombres, mujeres, jóvenes, todos debemos participar para alcanzar una solución integral a los problemas de la Nación” (LVI 26-4-81, p.1). Cabe recordar que: “El III Cuerpo de Ejército era una institución que permeaba todos los ámbitos sociales, que participaba en la inauguración del año lectivo de las escuelas de la provincia, en reuniones con autoridades de la UNC, etc” (Philp, 2009: 228). 16 Cf. PHILP, 2009, op. cit. 165-ss. 159 los autoproclamados verdaderos valores (Patria, Familia, Dios) de una agresión catalogada como apátrida, inmoral y atea. Conjuntamente, ese imaginario bélico se utilizó para legitimar diversas prácticas simbólicas y materiales que dividieron a la población argentina en tres grandes grupos: enemigos, aliados e indiferentes.13 Este panorama nacional evidenció similitudes y particularidades en Córdoba, dónde el general Luciano B. Menéndez afirmaba que se estaba librando la III Guerra Mundial y Argentina era uno de los campos de batalla. A su vez, con la presentación de Las Bases en diciembre del ‘79, las FFAA se apropiaban de las reglas del juego político buscando (re)fundar alianzas.14 Paralelamente, el discurso oficial juzgaba que la _______________ 13 Como han demostrado las investigaciones nacionales sobre la última dictadura (por ejemplo: Quiroga, op. cit; NOVARO, Marcos & Vicente Palermo, (2003), La dictadura militar 1976-1983. Paidós, Buenos Aires), el rótulo de “enemigo” tuvo una aplicación flexible y creciente, ya que en principio se atribuyó a las organizaciones armadas, pero enseguida abarcó a cualquier disidente del régimen (militantes políticos, universitarios, artísticos, activistas en defensa de los derechos humanos, familiares y conocidos…). El segundo calificativo hacia referencia a numerosos y poderosos sectores sociales (políticos, empresariales, eclesiásticos, profesionales…) que otorgaron su apoyo al gobierno conformando una coalición cívico-militar. En tercer término, el régimen delineaba una amplia franja poblacional de “indiferentes” que (entre el restringido abanico de decisiones posibilitados en una dictadura) internalizó la política del miedo, la autocensura y la vigilancia del vecino, mientras en otros casos, justificó la represión estatal con la explicación de “algo habrán hecho” o se refugió en la ignorancia. 14 Los invitados al diálogo en nuestra ciudad pertenecían a sectores sociales heterogéneos. Como señala PHILP [(2009), Memoria y política en la historia argentina reciente: una lectura desde Córdoba, Córdoba, UNC, p. 225], los primeros convocados al diálogo fueron algunos representantes de partidos políticos (como Norberto Agrelo y Octavio Capdevila), ciertos profesores universitarios (como Alfredo Rossetti, de Derecho, y Alberto Caturelli, de Filosofía), integrantes de la Cámara de Empresarios de la Construcción, miembros de la Fundación para el Progreso de la Medicina y de la Fundación Mediterránea. A su vez, el trabajo de Iribarne [(2010), “Empresarios de Córdoba y poder militar: diálogos en la intimidad”, en: TCACH, C. (coord). Córdoba Bicentenaria, edit. UNC. Córdoba, p. 450] muestra que el gobernador, General Adolfo Sigwald, mantuvo reuniones especiales en el decurso del año 1980 con: la Cámara de Comercio Exterior del Centro de la República y con los arquitectos Vito Roggio y Hugo Taboada. florales en homenaje.70 Del mismo modo lo hizo la más antigua Peña Achalay: “(…) Los actos realizados en la ciudad mendocina marcan en la historia de nuestra vida cívica, un verdadero jalón de la emotividad ciudadana a la grandeza imperecedera del General Don José de San Martin. El auténtico sentido argentinista de esta celebración que se brindara en reconocimiento y gratitud al Padre de la Patria, es la expresión unísona de un pueblo que siente por los sagrados derechos de la libertad, la misma inspiración sublime del Gran Capitán”71 Un afiche publicado en La Voz de Río Cuarto es, en este sentido, más que gráfico y testimonial de la imaginación tradicionalista sanmartiniana al mostrar, superpuestos, primero a San Martin en el bronce, luego y en el medio a un gaucho de sombrero y atuendo bordado y en tercer lugar a un granadero bizarro. Debajo de la ilustración se lee una frase adjudicada a Perón: “Nuestro pueblo tiene el sentido sanmartiniano de la dignidad personal y de la dignidad nacional”.72 Los historiadores, San Martín en Río Cuarto o cómo enlazar la gesta sanmartiniana con la historia de la ciudad Si bien hacia mediados del siglo XX no hay signos de profesionalización ni de institucionalización de los estudios históricos en Río Cuarto, las inclinaciones hacia la Historia, la voluntad de historiar y la operación política que implica siempre la escritura del pasado y los registros de la memoria, volvieron decisiva la presencia de ciertos nombres, de unos pocos autores. En orden de mérito historiográfico, para el tema que ocupa este trabajo se pueden mencionar las figuras de Alfredo Vitulo, Víctor Barrionuevo Imposti, Rodolfo Centeno y Carlos Rodríguez. _______________ 70 Cf. EP, 15/08/50, p. 3 y LVRC, 06/08/50 p. 5. EP, 23/08/50, pp. 2-3. 72 LVRC, 18/08/50, p. 3. 71 143 158 Alrededor de estos nombres giran los presupuestos, intuiciones e ideas historiográficas que constituyeron los insumos de la cultura histórica local en esa coyuntura. A las colaboraciones en los periódicos locales, con notas, viñetas, opúsculos y la difusión de materiales documentales, se suma la participación activa de estos docentes y escritores en las instituciones culturales que se han venido mencionando a lo largo de este trabajo. Hacia 1950 y entre otros temas, estos intelectuales y escritores tuvieron la inquietud de rectificar el episodio del paso de San Martin por las tierras del sur cordobés, por la Villa de la Concepción del Río Cuarto. A propósito, tanto el diario El Pueblo como La Voz de Río Cuarto, publicaron el 24 de marzo de 1950 y a pedido de la filial del INS, un documento que el historiador Juan Bautista Fassi había considerado sobre ese punto sensible a la oportunidad memorial.73 Mediante la lectura del testimonio, fechado el 13 de octubre de 1819 y firmado por el cura Valentín Tisera, era posible constatar que San Martin había pasado por la Villa de la Concepción el 10 de octubre de ese año.74 Sobre el mismo tema tanto Alfredo Vitulo como Carlos Rodríguez escribieron sus respectivos artículos en el diario peronista La Voz de Río Cuarto.75 Vitulo, poseedor de una autoridad historiográfica reconocida por entonces por miembros de la historiografía profesional de Buenos Aires, efectuaba una compulsa documental y una crítica bibliografía notable que le permitía brindar con erudición, datos y ciertos detalles alrededor de la mencionada cuestión. En ese mismo año del Libertador, el libro “Historia de Río Cuarto” de Alfredo Vitulo, publicado por primera vez en 1941, fue premiado por la Comisión Nacional ______________ demarcadas fueron objeto de disímiles representaciones y domesticaciones que buscaban desde su vigilancia y exterminio hasta su glorificación y adhesión. En ese marco, las performances gubernamentales en torno al DE-DJ durante la dictadura constituyen un acontecimiento sugerente al momento de historizar las prácticas de socialización (in)formal de “jóvenes virtuosos e indiferentes”. De representaciones y socializaciones “juveniles” Las objetivaciones “juveniles” oficiales en la Argentina dictatorial adquieren especiales significados si las interpretamos dentro de un discurso hegemónico que proclamaba la existencia de una guerra integral contra la subversión; un oponente que era definido, recurriendo al léxico médico y religioso, como “un veneno que había infectado cuerpos y almas, especialmente juveniles”.12 De este manera, si para 1980 los dirigentes castrenses (y sus aliados civiles) se vanagloriaban de haber vencido a sus contrincantes en el plano armado, se expresaba preocupación respecto a un singular problema psicopolítico: la inconclusa batalla cultural que tenía por trofeo a las “mentes, espíritus y corazones” de los argentinos. Adhiriendo a este diagnóstico, proliferaron variadas biopolíticas nacionales y locales que pretendían defender _______________ 73 Sobre Fassi puede consultarse nuestro trabajo aun inédito titulado “Un pastor apacentando el rebaño, esgrimiendo la herramienta del pasado. Caracterización de la labor historiográfica de Juan B. Fassi (1872-1951) en la región del río Cuarto”, presentado en las XIII Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia, Universidad Nacional de Catamarca. Catamarca, 2011. [mimeo] 74 Cf. LVRC, 24/03/50, p. 3 y EP, 24/03/50, p. 2. Se trata de la transcripción de un documento correspondiente al Archivo del Arzobispado de Córdoba, Leg. 40. Vol. 1. 75 Cf. LVRC, 27/05/50, p. 3 y 11/06/50, p. 1. lencia políticas, que a la vez tenían a los jóvenes como uno de sus actores principales”, en: LORENZ, Federico. (2006), Las guerras por Malvinas, Buenos Aires, Edhasa. 12 Un documento importante para explorar el imaginario oficial de “guerra integral contra la subversión” instaurado en la última dictadura es el texto de: VILAS, Acdel. 1977. Tucumán, Enero a Diciembre de 1975. Diario de Campaña, en: http://www.nuncamas.org/. Allí encontramos el relato autobiográfico del General Vilas, quien se desempeñó como jefe de la V Brigada del Ejército, Subzona 32 desde enero hasta diciembre de 1975. Inició a principios de ese año lo que se llamó “Operativo Independencia”, cuyo objetivo, por decreto presidencial, consistía en “aniquilar” la guerrilla rural que el ERP había instalado en la provincia de Tucumán. Tuvo bajo su responsabilidad el accionar represivo y clandestino en las provincias de Tucumán, Salta y Jujuy. A partir de diciembre de 1975, como 2° comandante del V Cuerpo de Ejército (Bahía Blanca), fue el jefe de la subzona 51. La publicación de este libro fue en su momento prohibida por el propio Comando en Jefe del Ejército, en función del reconocimiento y la defensa que el general Vilas hacía sobre los delitos cometidos por él, y las tropas a su cargo. 144 157 Nuestra reconstrucción histórica recurrirá a fuentes periodísticas como documentos principales y a un enfoque culturalista que analizará las celebraciones políticas en cuestión como performances, es decir, como prácticas sociales de carácter dramático que se reiteran habitualmente, pero nunca de modo idéntico. Al respecto Schechner señala: “las performances marcan identidades, tuercen y rehacen el tiempo, adornan y remodelan el cuerpo, cuentan historias, permiten que la gente juegue con conductas repetidas, que se entrene y ensaye, presente y represente esas conductas”.7 Esta perspectiva nos permitirá problematizar los actos políticos en cuestión como rituales cívicos y fiestas oficiales8 que pueden ser interpretados atendiendo a singulares variables: las posiciones de directores, actores y públicos; la disposición de los cuerpos y los ritmos de sus movimientos; su relación con el entretenimiento y la estética; las formas de organización del tiempo y del espacio; las palabras, las imágenes y las prácticas que al citarse una y otra vez logran (trans)formar conductas y afectividades.9 Al respecto, sostenemos que las biopolíticas “juveniles” aplicadas en la crisis dictatorial, las cuales se sustentaban en un imaginario bélico y en un modelo civilizatorio militarista,10 dividieron a la población “joven” en tres grandes grupos: “los enemigos-subversivos, los heroicos-virtuosos y los indiferentes-desorientados”.11 Así, las “juventudes” _______________ 7 Schechner, op. cit. 13. El autor explica que mas allá de que algo “sea” una performance, cualquier cosa puede ser estudiada “como” performance. Así, se debe realizar una primera diferenciación entre unas actividades humanas especiales y una perspectiva teórica específica que posibilita examinar al mundo en términos de teatralidad. 8 GEERTZ, C. 2000 (1980): Negara. El estado- teatro en el Bali del siglo XIX, Barcelona- Buenos Aires, Paidós Básica; BAJTÍN, Mijail. (1989), La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento, Madrid, Alianza. 9 BLÁZQUEZ, Gustavo. (2007), “Introducción”, en Paro Activo. Cd multimedia producido colectivamente en el marco del Seminario de Investigación en Performance, Cátedra de Historia de la Cultura, Escuela de Historia, Córdoba, FFYH-UNC. 10 Cf. Escobar Villegas, op. cit. ; ELÍAS, Norbert. (2009) Los Alemanes. Buenos Aires, Nueva Trilce. 11 “La sociedad argentina de los años setenta y ochenta, además de tener incorporada la guerra en su vocabulario cotidiano, era un colectivo habituado a la muerte y a la vio- 156 de Cultura de la Nación, lo cual representó un impulso notable para la figura este historiador local y una discreta consecuencia política ante el reconocimiento de la entidad creada por el peronismo y tan significativa como determinante en la política cultural oficial de la década.76 Otros riocuartenses, Víctor Barrionuevo Imposti y Joaquín Bustamante,77 ambos no oriundos sino radicados en la ciudad, participaron con sus trabajos relativos al tema sanmartiniano en el “Congreso Regional de Historia del Libertador San Martín”, realizado en la ciudad de Córdoba entre el 20 y 25 de noviembre de 1950, en el cual, como expresa Marta Philp, se acentuaba el papel de Córdoba en la epopeya sanmartiniana. Consecuente con este propósito, en el Congreso resultaron distinguidoss los trabajos de los historiadores cordobeses Efraín Bischoff, Víctor Barrionuevo Imposti y José Ignacio Olmedo. Bischoff con la comunicación denominada “Córdoba y la campaña de los Andes” y Olmedo con “San Martin y Córdoba en la época de la Campaña de los Andes”. El trabajo presentado desde Río Cuarto por Barrionuevo Imposti, por entonces vicerrector del Colegio Nacional, y premiado en ese encuentro académico, llevó originalmente el título de “Córdoba en la época de la campaña de los Andes”. Años más tarde 1954, la Dirección General de Publicidad de la Universidad Nacional de Córdoba lo editó bajo el nombre de “El Libertador Don José de San Martín y la provincia de Córdoba”. Como se observa, la intencionalidad de operar sobre la memoria local ante la memoria nacional estipulada referente San Martín, estuvo ______________ 76 Cf. LVRC, 2/07/50, p. 3. Una primera aproximación historiográfica sobre este historiador puede leerse en nuestro trabajo “Dar a Sobremonte lo que es de Sobremonte. El historiador Alfredo C. Vitulo, la memoria y la identidad histórica riocuartense”. En: XXXº Encuentro de Geohistoria Regional. Universidad Nacional del Nordeste, Resistencia, 2010. Sobre la Comisión Nacional de Cultura, puede consultarse especialmente el capítulo 1: “La administración cultural del peronismo” del libro de FIORUCCI, Flavia, (2011), Intelectuales y peronismo (1945-1955), Buenos Aires: Biblos. 77 Con una ponencia que versó sobre la “Personalidad militar de San Martín”. 145 presente dentro y fuera de la ciudad, cuando la precariedad de una historiografía cuasi inexistente daba como resultado el ensayo, la nota periodística y algunos trazos de erudición más o menos lograda. En todo caso, las variadas publicaciones, conferencias y alocuciones, que sobre historia sanmartiniana se produjeron particularmente desde finales de los años cuarenta, son representativas del fermento de una imaginación histórica acorde a lo ocurrido en el espacio nacional y provincial, salvando las distancias y los elementos de definición historiográfica precariamente presentes. A modo de cierre La reconstrucción de los episodios y procesos que sobre la memoria y la historia se registraron en la ciudad de Río Cuarto durante el primer peronismo, es una instancia que se juzga relevante para conocer las ideas, representaciones y manifestaciones político-culturales de esa sociedad en la señalada coyuntura política. En este trabajo, la descripción de los eventos de memoria, homenajes, conmemoraciones y demás rituales de institución desplegados durante el llamado Año del Libertador General José de San Martín, proporciona una visión global de lo sucedido en un año clave, cuya efeméride despertó o provocó usos de la historia que marcaron continuidades y rupturas. En este punto, la figura de San Martin seguía siendo factor de unidad comunitaria, de cohesión, en tanto constructo ideal prácticamente incuestionado e incuestionable, integrante del panteón liberal de héroes estipulado desde finales del siglo XIX. No obstante, bajo la hegemonía del peronismo, San Martin fue “General y Conductor” y además de genio militar aparecía identificado como líder de masas. La preeminencia y la vigencia del mito sanmartiniano, aun resemantizado y utilizado políticamente, fue posible gracias a la impronta de la historiografía liberal, sólidamente impregnada y por ello presente en la cultura histórica de ese tiempo. Las páginas anteriores han dado cuenta de la significativa resonancia del “llamado sanmartiniano” en la ciudad de Río Cuarto en 1950. 146 En el marco de un proyecto anterior, donde comenzamos a historizar las “juventudes cordobesas” emergentes en el retorno democrático de los años ’80, pudimos reconstruir paradigmáticas Fiestas Juveniles organizadas, alrededor de la fecha 21-9, por la gobernación de Eduardo Angeloz.5 Esas celebraciones se presentaron en un principio como un patrimonio exclusivo del período constitucional. No obstante, problematizando el discurso angelocista, que remarcaba especialmente las rupturas entre el períodos democrático y dictatorial, estamos detectando (dis)continuidades entre ambos gobiernos respecto de las configuraciones “juveniles”. Así, encontramos que durante el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional (PRN) también se efectuaron homenajes nacionales y locales por el DE-DJ que comprendieron desde mensajes presidenciales hasta ceremonias públicas en las calles céntricas. Atendiendo a ello, en este artículo exploraremos algunas representaciones y socializaciones “juveniles” construidas durante la última dictadura en el escenario provincial; para ello, focalizaremos una coyuntura específica (el ensayo aperturista del presidente de facto Roberto Viola, en el contexto de agotamiento del régimen) y un caso particular (los homenajes concretados por el gobierno cordobés en torno al 21-91981). Estas conmemoraciones entran en contacto con otro proceso más amplio, donde en el marco de apropiación de la política propiciado por Las Bases del PRN, y de auto-representación de las FFAA como garantes de la marcha hacia la democracia, un tema “juvenil” se incorporaba a la agenda oficial: el de la nueva generación que heredaría al Proceso. Este tópico podía visualizarse tanto en los discursos del primer presidente de facto, Jorge Videla (1976-1981), como en los anhelos de los adeptos civiles que poseía la dictadura en Córdoba.6 _______________ 5 GONZÁLEZ, A. Soledad. (2005), Juventudes cordobesas. Un estudio de las esferas política y artística en la transición democrática 1982/1985. Trabajo Final de Licenciatura en Historia, UNC. Dirigido por el Dr. Gustavo Blázquez, Córdoba, Inédito. 6 Cf. QUIROGA, H. (2004), El tiempo del “Proceso”, Rosario, Fundación Ross, p. 221-ss; PHILP, M. (2010), “‘La democracia de los mejores, no la demagogia’: el orden político durante el ‘Proceso de Reorganización Nacional’ ”, en: TCACH, C. (coord). Córdoba Bicentenaria, Córdoba, UNC, p. 425. 155 bien las supuestas analogías entre la estación primaveral, la actividad estudiantil y la edad joven son (re)citadas en cada performance gubernamental, los significados (re)construidos son condicionados por el imaginario político imperante.3 Este último, define tanto las representaciones sobre “juventudes” deseadas, permitidas y prohibidas como las biopolíticas para su promoción-vigilancia.4 _______________ ancestrales (es el caso del mito de Perséfone elaborado en Grecia durante la Antigüedad). En cuanto a la conmemoración del Día del Estudiante en la fecha 21 de septiembre y su institucionalización como efeméride en el calendario escolar argentino, existen imprecisiones sobre los hechos, actores y tiempos evocados. En diversas fuentes de los años ’80 y en páginas de internet actuales se especifican por un lado, supuestas analogías entre la primavera y los estudiantes; mientras que, por otro lado, se subrayan significaciones históricas nacionales particulares: el día 21-9-1888 se habrían repatriado los restos de Domingo Sarmiento, que había fallecido el día 11 en Asunción, Paraguay. Posteriormente, señalando a la figura de Sarmiento como educador y estudiante destacado, “en 1902, Salvador Debenedetti (presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA) sugirió a las autoridades la celebración, el 21 del 9, del Día del Estudiante. La propuesta se fue extendiendo a otros ámbitos educativos, y en la actualidad se celebra en todo el país”. (www.educared.org.ar/biblioteca/calendario/fechas/09/09_21.ASP, consultado el 3-4-11). Otro dato a remarcar es que se habría institucionalizado como efeméride en la escuela media por impulso del Ministro de Educación de la nación, bajo la presidencia de Hipólito Yrigoyen, el Dr. José Salinas (1916-1921); un agente que emerge con singular importancia en Córdoba como Interventor de la UNC durante los sucesos de la Reforma del ’18. A su vez, cabe resaltar que la evocación de la fecha 21 de septiembre como Día de la Juventud no evidencia una estipulación específica y continua dentro del calendario argentino, más bien emerge implícitamente en las costumbres por asociación con las dos primeras celebraciones. Finalmente, no es un dato menor destacar que estas performances perdurarán de forma (dis)continua en los gobiernos democráticos posteriores, emergiendo también en nuestro presente como efeméride nacional. La triple evocación oficial del 21 de septiembre como conmemoración de la primavera, el estudiante y la juventud, puede consultarse en el sitio web del Ministerio de Educación de la nación: http://www.me.gov.ar/efeme/21desetiembre/primavera/index.html (consultado en marzo de 2011). 3 SCHECHNER, R. (2000), Performance. Teoría y prácticas interculturales, Buenos Aires, Libros del Rojas, UBA; ESCOBAR VILLEGAS, J. (2000), Lo imaginario. Entre las ciencias sociales y la historia, Medellín, Fondo Edit. Univ. EAFIT. 4 FOUCAULT, M. 1985 (1975), Vigilar y castigar. México: SXXI. 154 Hubo, por parte de las instituciones oficiales, en particular la filial local del INS, un insistente trabajo destinado a consagrar al héroe que cruzó los Andes. Esta empresa fue efectiva porque ponía en la escena del teatro de la memoria al sujeto histórico sobre el cual existió mayor acuerdo político e historiográfico en la Argentina. Entre liberales y revisionistas y otros heterodoxos, entre radicales, socialistas, comunistas y peronistas, San Martin implicó casi desde siempre la eventualidad del consenso y desde los años treinta, década de las revueltas historiográficas en el Río de la Plata, se “salvó” de la contaminación propia del debate historiográfico y político, al tiempo que se “encumbraba” fruto de una concreta política de la historia.78 En Río Cuarto los partidos políticos no aparecen, de acuerdo a las fuentes documentales hasta ahora consultadas, alzando voces contendientes, opositoras, ni creando espacios de conflicto al momento de la operación memorial en torno del tema sanmartiniano. Por el contario, tanto radicales, como peronistas y socialistas, coexistieron integrados y participando activamente en las diferentes instancias institucionales y culturales resueltas en la gran operación memorial de 1950. En el caso estudiado, la impronta de lo militar es un rasgo que se destaca. Los militares y también ciertos personajes ligados al sector educacional fueron quienes, en los ritos y en todos los discursos de institución que han quedado registrados, oficiaron como portavoces de la palabra oficial, de la “verdad histórica”. Estos oradores “autorizados” por las instituciones que homenajearon a San Martín, depositarios de una autoridad delegada, dieron forma y sentido al fervor sanmartiniano y viabilidad a su uso público. Conferencias, alocuciones y discursos; ofrendas florales y “guardias de honor”; desfiles y rituales escolares; concursos histórico-literarios y publicaciones periodísticas; veladas culturales y festivales artísticos; colectas y embellecimiento de espacios públicos; marchas a caballo y práctica del “arte nativo”: todo eso en nombre de San Martín. Con tanto, el Libertador fue el sujeto de una comunión valorativa de ______________ 78 Cf. HOURCADE, Eduardo, (1998), Op. Cit., p. 73. 147 usos múltiples, substancial para la continuidad del lazo social que articuló al colectivo mediante la memoria y que produjo un anclaje ficcional en el pasado y confirió, entonces, densidad a la personalidad histórica.79 Río Cuarto de mediados de siglo, que planificaba transformarse en un “centro de irradiación cultural” dada la posesión de un “crisol de inquietudes”,80 evidencia, durante la coyuntura de apogeo del Estado peronista, un entramado institucional y cultural en expansión. Para la afirmación de una identidad ciudadana, los historiadores locales desempeñaron la tarea de unir los acontecimientos del pasado local con los hechos políticos claves de la historia nacional, acentuando el protagonismo pretendidamente decisivo de la “heroica Villa de la Concepción” en el proceso de construcción de la Argentina independiente y republicana. De tal modo, durante el Año sanmartiniano, los estudiosos y aficionados a la historia propusieron como temática central el paso de San Martin por Rio Cuarto, al tiempo que procuraron difundir sus demás investigaciones y trabajos en eventos de importancia mayor como el “Congreso Regional de Historia del Libertador San Martín” de noviembre de 1950 en Córdoba. En el transcurso del año dedicado al Libertador, la inercia centralizadora de las operaciones de memoria oficiales del peronismo se reconoce en el fervor sanmartiniano que se reseñó en este trabajo, aunque el rescate de San Martín se generaba ya con pujanza desde los años treinta. Las mayores novedades se introdujeron cuando se fundó en 1947 la filial riocuartense del INS, institución oficial y peronizada, que operó como directriz de la memoria sanmartiniana en Río Cuarto y mantuvo estrechos vínculos con el INS, su corporación madre. Otras instituciones locales intervinieron planificada o espontáneamente en la agenda de homenajes no claramente “peronizados” pero tampoco ajenos a las modalidades instituidas por el INS. De este modo y aunque la dimensión temporal de un año resultara o pareciera exi______________ 79 Cf. Ibidem, p. 72. 04/05/50, p. 2. 80 EP, 148 CAPíTULO 6 De ‘Juventudes’ permitidas y celebradas en Córdoba. Homenajes oficiales por el Día del Estudiante durante el ‘ensayo aperturista’ de Viola (1981).1 Alejandra Soledad González La fecha 21 de septiembre evoca en las costumbres argentinas del siglo XX tres celebraciones principales cuyos sentidos devienen mixturados: el Día de la Primavera, el Día del Estudiante (DE) y el Día de la Juventud (DJ). El recordatorio estudiantil-juvenil presenta la particularidad de aparecer institucionalizado (in)formalmente en el calendario escolar de la escuela secundaria, no obstante su conmemoración también suele extenderse hacia otros niveles educativos-etarios. Conjuntamente, los actos oficiales diagramados en su entorno adquieren generalmente la forma de homenajes festivos cuya locación puede restringirse al interior de los establecimientos educacionales o poblar los espacios públicos citadinos, mientras su duración puede comprender entre una y siete jornadas. Como sucede frecuentemente con las tradiciones inventadas, las ceremonias citadas presentan en nuestro país mitos fundantes difusos y contradictorios que nos remontan a un pasado de larga duración y perduran en nuestro presente2. A la vez, si _______________ 1 Este artículo se inscribe dentro una investigación más amplia que estoy realizando en el marco de mi proyecto doctoral: “Juventudes” resignificadas en la transición democrática. Políticas etarias y artísticas en Córdoba, 1980-1991”. El mismo cuenta con la dirección del Dr. Gustavo Blázquez y con el aval de una beca Conicet. 2 Al respecto, estamos siguiendo los aportes de HOBSBAWM, E. & T. RANGER. (1983), La invención de la tradición, ed. Crítica, Barcelona. Consideramos que se necesitarían investigaciones específicas que abordaran sus distintas épocas y modalidades del DE-DJ. Los datos que relevamos en nuestro estudio de Córdoba en la década de 1980 nos permitieron conocer algunos datos fragmentarios. En relación a la celebración de la llegada de la primavera encontramos antecedentes en varias culturas 153 PAGANO, Nora: “La Nueva Escuela Histórica”. En: DEVOTO, Fernando, PAGANO, Nora, (2009), Historia de la Historiografía Argentina, Buenos Aires: Sudamericana. PÉCORA, Griselda, (2007), “Algunas aproximaciones al proceso de construcción del peronismo en Río Cuarto”. En: Quarto Río, Revista de la Junta Municipal de Historia. Nº 9, Río Cuarto. PHILP, Marta, (2006), “Memoria y poder: el rescate de un problema clásico. Una mirada desde la historia política”. En: Cuadernos de Historia. Serie Economía y Sociedad Área de Historia del CIFFyHUNC, Nº 8. 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En el análisis del texto nos detendremos en dos ejes discursivos recurrentes que trascienden los cuatro subtítulos en que aparece dividido el mensaje:58 un conjunto de críticas respecto al orden político-social imperante y un compendio de definiciones sobre la significación, situación y propuestas de “los jóvenes argentinos”. En el primer párrafo de la declaración se replica la reiterada preocupación “juvenil” que expresaban diversos segmentos oficiales, argumentando que la juventud también esta preocupada por su papel en la vida nacional, por los demás sectores y por el destino de la Nación. Así, asumiendo la representación ontológica de todos “los jóvenes” argentinos, la FUC intentaba transitar desde la posición de objeto de preocupación social59 a la de agente interesado por el rumbo del país. En relación con este último, una inquietud principal es la creciente crisis económica, cuyo origen es asignado a la incapacidad de las elites, portadoras de una doctrina que sería liberal sólo en negocios y autoritaria en todas las demás esferas: una ideología que en nombre de la más mezquina de las libertades, terminó despojando a todos de su Libertad. Avanzando con esta detracción, usan la misma estrategia discursiva de patologización del oponente efectuada por el régimen y explicitan: el utilitarismo del libre juego de los intereses... busca infectar el cerebro de los argentinos. En el segundo subtítulo amplían su crítica de la estructura político-social imperante denostando algunos de sus pilares ideológicos primordiales: libertad de mercado, conserva_______________ en la vida política del país.20 Esas imágenes oficiales sobre “los jóvenes” se fueron conformando en décadas anteriores con la influencia de otras ideas como, por ejemplo, la Doctrina de Seguridad Nacional; la cual asignaba a las fuerzas de seguridad el carácter de policía interna en el enfrentamiento ideológico de la Guerra Fría. En ellas podemos advertir una singular construcción de mitos sobre “juventudes” blancas, grises y doradas; es decir, “mesiánica-s, delincuentes y despreocupadas”.21 A su vez, el modelo adultocéntrico militarista imperante nos permite reflexionar sobre las particulares identidades que intentaba fijar el gobierno dictatorial.22 Las representaciones anteriores tuvieron como contrapartida diversas estrategias de socialización gubernamental que transformaron a las tres juventudes demarcadas en particulares objetos de control administrativo.23 Como explicaron los estudiosos de la última dictadura la _______________ 20 El tópico “desorientado” puede observarse, por ejemplo, en el discurso del titular de intelectuales y ‘hombres inquietos en general’ donde ser rechazaba la “mediocre estrechez en que se ha sumido la vida intelectual”. A su vez, nuestras fuentes permiten detectar otra detracción hacia el gobierno dictatorial, proclamada por el Comité Juvenil de la UCR: “El pueblo no soportará a otro presidente que no sea elegido democráticamente” (LVI, 20-9-81). Estos pronunciamientos locales interactúan con otras presencias críticas (inter)nacionales: por un lado, el accionar de los organismos de DDHH; por otro lado, la conformación de la Multipartidaria en junio del 81. 58 Los cuatro subtítulos expresaban: Juventud preocupada, El requisito del orden, El país está siendo vaciado, El papel de la juventud. 59 Cf. FOUCAULT, 1976, op. cit. FECOR, capitán de Fragata (RE) Vázquez Garibay, en el marco de la inauguración de la Expojuventud (LVI, 27-9-80, 1s, p7). 21 BRASLAVSKY, Cecilia. (1986), Informe de situación de la juventud argentina. Buenos Aires, CEAL. 22 Cf. CHAVES, Mariana. (2006), “Investigaciones sobre juventudes en Argentina: estado del arte en ciencias sociales”. Con colaboración de M. Rodríguez y E. Faur, Informe para el proyecto: Estudio Nacional sobre Juventud en la Argentina, UNSAMDINAJU, Buenos Aires. Si bien “los virtuosos” se encontrarían en transición y presentarían cierta incompletud, son proyectados como la generación que heredará los ideales del “PRN” y tendrá a su cargo la conducción del país en el futuro [Cf. Philp, 2010, op.cit.]. “Los subversivos”, por su parte, son definidos mediante afirmaciones ontológicas que los cristalizan como seres revolucionarios y desviados irrecuperables, cuya sola existencia atenta contra la supervivencia del orden nacional. Finalmente, los “desorientados”, si bien son percibidos por la dictadura como subjetividades inseguras, improductivas, desinteresadas y peligrosas, aparecen como un segmento de “cuerpos, mentes y corazones” posibles de ser conquistados para la causa anti-comunista. Conjuntamente, si problematizamos las visiones oficiales desde una perspectiva de género, advertimos que mientras el calificativo de heroico está reservado para los “jóvenes varones”, las dos posiciones restantes son aplicadas frecuentemente a hombres y mujeres. 23 Recordemos que FOUCAULT [1987 (1976), Historia de la Sexualidad, Tomo I y II. México: SXXI] explica la constitución de “la sexualidad” en la sociedad discipli- 180 161 metáfora médica de “extirpación tumoral” refería a una política de exterminio desarrollada, mediante dispositivos ilegales, contra los sujetos considerados “subversivos”.24 Estas prácticas criminales fueron ensayadas primero en Córdoba y en Tucumán (desde 1974 y 1975), para ser extendidas prontamente al resto de la república. Se trató de una represión sistematizada (secuestro, detención en centros clandestinos, tortura, ejecución, apropiación de niños) pero, a la vez, silenciada y disimulada, que propagó el tópico de los desaparecidos.25 Este genocidio tuvo una aplicación intensiva entre 1976-1978, aunque sus prácticas de persecución continuaron hasta el final del régimen. Si bien la CONADEP documentó alrededor de 9.000 casos, los organismos de DDHH reclaman por 30.000 personas y estipulan que se trató principalmente de “jóvenes entre los 15 y 35 años de edad”.26 No es un dato menor que, en esas acciones represivas, las órdenes bajaran por _______________ Si las objetivaciones “juveniles” de Viola nos permiten deducir algunas redes sugerentes entre las prácticas de las autoridades provinciales y nacionales, el Mensaje a la Juventud Argentina producido por la FUC posibilita observar dos importantes procesos. Por una parte, singulares experiencias de subjetivación y psicogénesis etaria que se mixturan con la tradición del movimiento estudiantil cordobés (Cf. Moyano, 2008).56 Por otra parte, la convergencia de la Federación Universitaria local con el contexto de pronunciamientos críticos y resistencias que fue adquiriendo especial visibilidad en el año 1981 durante el contexto de liberalización favorecido por la presidencia de Viola (Cf. Philp, 2009; Quiroga, 2004).57 Este mensaje/declaración _______________ naria como producto de una triple configuración de prácticas que hicieron de ella un objeto de preocupación social, de control administrativo y de investigación científica. Hago extensivo este análisis a las (re)significaciones de la categoría “juventud” ya que ambas –sexualidad y edad- son conformadas principalmente a través de procesos de naturalización de la cultura. 24 A modo de ejemplo de esas representaciones y prácticas cabe recordar dos expresiones que, esgrimidas en el contexto cordobés, recitaban las voces oficiales nacionales: la proclama de “exterminio total” realizada en la ceremonia de Jura de la bandera (20-6-1977) y las definiciones del general Menéndez en la conmemoración del Día del Ejército (29-5-1978): “nunca más se van a reintegrar a la vida argentina… por traidores han dejado de ser argentinos” [PHILP, 2009, op. cit. 186-ss]. 25 En distintas entrevistas ante la prensa (inter)nacional, el presidente de facto Videla aseguraba: “los desaparecidos son una incógnita… el desaparecido no tiene entidad, no está, ni muerto ni vivo, está desaparecido” (estos discursos pueden consultarse en www.youtube.com). De este modo, el poder desaparecedor no solo buscaba invisibilizar a los crímenes, sino también a sus perpetradores [Cf. Calveiro, P. (2005), Política y/o violencia. Una aproximación a la guerrilla de los años ’70. Buenos Aires, Grupo Editorial Norma.]. 26 Los estudios nacionales sobre el tema especifican que el espectro de las víctimas abarcó desde los militantes guerrilleros hasta varios de sus familiares, amigos y/o conocidos. El Informe CONADEP Córdoba aporta estadísticas importantes para nuestra ciudad: “…Ciudadanos detenidos que revisten la condición de desaparecidos. Los criterios de agrupamiento para dicho análisis han sido los siguientes: a) en nuestra indagación del período local ochentoso nos advierten sobre sugerentes extensiones: -Según explicita el diario LP (d20-9-81, p3), el viernes 25 Viola viajaría “San Salvador de Jujuy para asistir a la X Fiesta Nacional del Estudiante y presenciar la elección y coronación de la reina nacional”; con lo cual podemos pensar que dichos actos se remontarían, al menos, al año 1971. – A su vez, respecto de las Olimpíadas estudiantiles concretadas en Embalse de Río III, las mismas fueron concretadas en el predio de los hoteles oficiales (fundados durante el peronismo de los años ‘50). Al respecto, es posible pensar que estas competencias se encontraban en su XIV edición, ya que, como vimos anteriormente, en 1977 se concretó en dichas instalaciones la edición nº X de esos eventos. 56 Recordemos que Moyano [(2008), “Las movilizaciones estudiantiles en Córdoba durante el siglo XX. Actores, antagonistas, prácticas”, V Jornadas Latinoamericanas del Grupo de trabajo Hacer la Historia, Escuela de Historia, FFYH-UNC, 2008, Córdoba] señala a la década de 1980 como el cuarto momento protagónico del movimiento estudiantil local, el cual comienza a emerger en los primeros años ’80: “En el caso de los conflictos universitarios en la década del ochenta, la demanda estudiantil –ingreso irrestricto, gratuidad de la enseñanza, transparencia en los concursos, democratización, aumento presupuestario- no apuntaba a la obtención de derechos nuevos sino a la recuperación de antiguas conquistas derogadas por la dictadura.” No obstante, esos reclamos educativos se amplificaron hacia otros horizontes societales donde se reivindicó “la democratización del sistema político y el cambio de rumbo en las políticas económicas de los gobiernos (…)”. 57 Entre las acciones críticas, Philp [2010, op.cit. 436] remarca particularmente dos: un documento suscripto por algunas organizaciones gremiales (LVI, 24-4-81) donde, en medio de reclamos salariales, se pedía restauración de la participación política y de la actividad gremial; y una declaración sobre censura y actividad cultural (LVI, 20-781) firmada por algunos actores, plásticos, periodistas, escritores, fotógrafos, músicos, 162 179 económicos (devaluación, inflación, quiebras…) que habían comenzado el año precedente y habían alcanzado un grado extremo durante 1981. En tercer término, Viola otorga singular visibilidad a la categoría “juventud”. Por una parte, presentándose como vocero de las supuestas aspiraciones juveniles, describe/prescribe sugerentes proyectos, permitidos y condenados, de hacer política. Por otra parte, no es un dato menor que defina al propio país como joven, nuevo y formado con la contribución de todas las razas del mundo.54 Finalmente, cabe resaltar que la participación del presidente en las conmemoraciones “juveniles” de septiembre se prolonga más allá del mensaje del día 20 e implican su traslado desde la sede de capital federal hacia dos provincias, Córdoba y Jujuy, siendo su objetivo manifiesto: mantener amplias conversaciones con estudiantes. Si bien nuestra investigación se centra en los actos oficiales organizados por el municipio y la gobernación cordobesa en el ámbito de nuestra capital mediterránea, tenemos presente que las festividades del Día del Estudiante tienen alcances nacionales y departamentales que podrían dar lugar a otros estudios específicos.55 _______________ cadena de mandos hasta los ejecutores: Grupos de Tareas integrados por “otros jóvenes”: especialmente oficiales, con algunos suboficiales, policías y civiles (para las FFAA esta era la franja heroica de la juventud).27 A la vez, si las noticias periodísticas sobre “subversivos abatidos por las FFAA” y “atentados de extremistas” se habían multiplicado entre 1976-1979, ellas habían mermado durante el bienio 19801981.28 En esta coyuntura, los diarios visibilizaron el tópico delincuencia juvenil como un objeto de preocupación atenuado, en torno al cual se discutían estrategias políticas de control administrativo.29 Conjuntamente, “los jóvenes” autorizados por el régimen a seguir ________________ 54 La idea presidencial de la nación como “crisol racial” entra en tensión con sucesos contemporáneos de Córdoba, dónde un periodista, Julio Torres Cabanillas, denuncia la existencia en esta zona de organizaciones de la Juventud Hitleriana Argentina (noticia que alcanzó repercusión en múltiples medios de comunicación del país). Este suceso ameritó una investigación-comunicado del comandante del III Cuerpo de Ejército, donde Nicolaides desacredita a dicha noticia “por carecer de veracidad” y se especifica que el propio autor habría reconocido “que elaboró su artículo en base a trascendidos” (LP, 19-9-81, p1). La categoría “raza” irrumpe con una visibilidad inquietante, tanto en algunos discursos periodísticos como en el imaginario oficial dictatorial. Al respecto, cabe señalar el alerta epistemológico aportado por Blázquez [(2008), “Negros de alma. Raza y procesos de subjetivación juveniles en torno a los bailes de Cuarteto (Córdoba, Argentina)” en Estudios de Antropología Social. Vol 1 Nº 1. Centro de Antropología Social. IDES] en relación a que, junto a la representación “crisol de razas”, la nación argentina ha sido imaginada como blanca y europea, un proceso de discriminación que retoma imperativos coloniales y presenta (dis)continuidades que nutren las objetivaciones “juveniles” cordobesas del siglo XX. 55 Así, mientras la institución de la efeméride nacional nos permitiría realizar un rastreo de larga duración hasta las primeras décadas del siglo XX, las fuentes relevadas Análisis porcentual de acuerdo al sexo de las víctimas: Mujeres 142 30,20%, Varones 326 69,80%. b) Análisis porcentual de acuerdo a la edad de las víctimas en el momento de su detención: Menores de 15 años: 7 1,10%, de 15 a 20 años: 53 11,27%, de 20 a 30 años: 249 53,76%, de 30 a 40 años: 81 17,23%, Mayores de 40 años: 25 5,37%, Edades desconocidas. 53 11,27%. c) Análisis porcentual de acuerdo a la profesión u ocupación de la víctimas: Obreros: 193 41,90%, Estudiantes: 140 30,90%, Amas de casa: 17 3,63%, Profesionales: 48 10,33%, Trabajadores independientes: 39 8,33%, Conscriptos: 11 2,35%, Fuerzas de seguridad: 6 1,28%, Técnicos: 6 1,28%”. 27 Los reclamos por los “detenidos-desaparecidos” tuvieron una visibilidad restringida en la prensa cordobesa de los primeros años dictatoriales; pero irán aumentando de dimensiones luego de la derrota de Malvinas y el consecuente derrumbe gubernativo, cuando el retorno de los soldados coincidió con la emergencia pública de tumbas NN en diversos cementerios de la república. En 1983, en el marco de discusión en torno al Informe sobre Lucha Antisubversiva que presentarían las FFAA, los diarios locales adelantaron las cifras del documento oficial: la cantidad de terroristas que habrían participado en la contienda serían 15.000 de un total de 25.000 adherentes, mientras el número de atentados cometidos entre 1969/1979 ascendería a 21.000. Desde la perspectiva de la Junta Militar, esas cifras legitimaban su asunción y accionar desde 1976 en defensa de la nación, una “protección” que habría sido solicitada por decretos presidenciales del tercer gobierno constitucional peronista [Philp, 2009, op. cit. 289]. La judicialización de los delitos dictatoriales comenzó en la transición democrática y perdura en la actualidad (año 2011) como un proceso inconcluso de nuestra historial nacional. Conjuntamente, esas ausencias/presencias (no solo) “juveniles” fueron generando debates societales encontrados e inacabados que van desde la condena hasta el apoyo (encubierto) de las acciones represivas oficiales. 28 Cf. PHILP, 2009, op. cit. 29 Por ejemplo, el titular de la Subsecretaría Nacional del Menor y la Familia, Dr. Mario Russak, visitaba Córdoba y declaraba: “hemos notado una mayor demanda en 178 163 viviendo (los virtuosos y los desorientados) fueron blanco de políticas de socialización generales y específicas. Dentro del conjunto de prácticas globales podemos pensar que la dictadura intentó supervisar instituciones pilares (como familia, servicio militar y escuela) mediante mecanismos formales e informales que comprendieron desde las normas escritas hasta las festividades y homenajes. En el escenario argentino del Proceso militar, Jelin destaca que el tópico parental “es una imagen poderosa en el discurso político” en tanto célula básica de la sociedad, pero también como metáfora de la nación entendida como gran familia.30 Según la autora, el discurso del golpe del ‘76 se sirvió de imágenes organicistas de “una familia disciplinada en la que cada cual tiene su lugar y se comporta de manera adecuada a su rol”. En ese mundo “natural”, el peligro, la enfermedad, viene de afuera (algo que contagia o corrompe) y para restablecer el equilibrio se aplican soluciones quirúrgicas.31 Paralelamente, los textos de civismo de la escuela media explicitaban que la familia normal era la que seguía el modelo tradicional de heterosexualidad obligatoria y patriarcalismo, sintetizado en la polaridad jerárquica masculino/femenino.32 A su vez, el _______________ los 27 institutos que dependen de esta cartera, pero no se puede decir que exista un incremento de la delincuencia juvenil por las condiciones socio-económicas… nuestro objetivo es actuar en forma preventiva al delito antes que asistencial” (LVI, 26-9-81). Se destacaba la firma de un convenio con el gobernador-interventor Sigwald, por 600 millones de pesos para infraestructura y proyectos varios dedicados a: mujeres, discapacitados, ancianos y menores. Nótese que, en el nombre de la subsecretaría y en las expresiones del director, el término“menor” mixtura las categorías etarias de “niño, adolescente y joven”, presentando frecuentemente a los dos últimos como sinónimos. A su vez, la tipología de sujetos demarcados por esta institución nacional, invita a preguntarse por posibles biopolíticas poblacionales que intentaban fijar patrones de (a)normalidad en base a un modelo adultocéntrico, militarista y androcéntrico [Cf. FOUCAULT, M. (2000), Los anormales, Buenos Aires, FCE]. 30 JELIN, Elizabeth. (1998), Pan y afectos. La transformación de las familias, Buenos Aires, FCE, p. 124. 31 Así, el régimen militar es presentado como “el padre protector que se hará cargo de la ardua tarea de limpieza de su familia, ayudado por otros padres ‘menores’ que van a controlar y disciplinar a sus hijos adolescentes rebeldes” [Jelin, op.cit. 125]. 32 Así, el manual de Formación Moral y Cívica de Barisani sentenciaba: “Por exigen- 164 “Reiteró los objetivos del PRN, indicando que ellos son los de ‘lograr una sociedad libre y moderna en nuestra Argentina’. Dijo que los jóvenes pertenecen a nuestra Argentina ‘a la que va a ganar la batalla del desaliento. Son el país nuevo, la Argentina joven, formada con la contribución de todas las razas del mundo’. Tras transmitir un afectuoso saludo a los estudiantes en su día, Viola dijo que ‘la juventud aspira a una política sin prejuicios, más clara y transparente, que centre su discusión en los problemas reales y concretos de la vida nacional y no en polémicas abstractas o antinomias superadas’. Un tema que Viola mantendrá durante la semana ya que el viernes irá a Río III, Córdoba, donde se están realizando las olimpíadas estudiantiles. Desde allí pasará a Jujuy con motivo de la tradicional fiesta del estudiante que se realiza cada año en esa provincia. Todo el sábado permanecerá allí y su propósito es ‘mantener amplias conversaciones con estudiantes’ según anticipó el secretario de Información Pública.” (LVI, 21-9-81, 1s, p. 1 y 4) El mensaje y los dos viajes provinciales programados con motivo de los festejos estudiantiles podrían situarse en el marco de la apertura limitada, frágil y contradictoria que caracterizó al gobierno de Viola.53 Así, el promocionado objetivo de “lograr una sociedad libre y moderna”, deviene una promesa paradójica en el contexto de un régimen de mentalidad autoritaria, tradición conservadora y liberalismo, principalmente, económico. Un segundo tópico a remarcar en la alocución presidencial es que “los jóvenes estudiantes” emergen como interlocutores destacados y son definidos como parte integrante del todo nacional: una Patria en crisis, donde se estaría librando una segunda batalla (ahora contra el desaliento) que los convoca a defenderla. Estas palabras estarían refiriendo a los agudos desequilibrios _______________ 53 Al respecto, Quiroga [op. cit. 239] expresa: “Nueve meses de ‘descompresión’, en el plano político y cultural, dentro del régimen militar más déspota y cruento que se haya instalado en la cima del Estado (…). Se creó un clima con mayor libertad de expresión. El límite estaba dado en que las organizaciones no podían reorganizar sus filas partidarias hasta la sanción del estatuto de los partidos, ni podían preparar actos públicos en lugares abiertos.” 177 heterosexual y mandato de belleza femenino. Por una parte, LVI publica, en la primera plana de su sector dominical Siempre la Mujer, la imagen de un rostro femenino “joven”, de etnia aria y simetrías clásicas, el cuál ocupa un tercio de la página. Debajo de esta representación y enmarcados como un conjunto se reproduce un fragmento de Canción de Primavera, obra poética de un autor cordobés que ya había emergido en las performances de 1980: Jorge Vocos Lescano.52 Por otra parte, el diario Los Principios otorgaba visibilidad a sugerentes noticias dedicadas a la mujer donde se debatían vestimentas, actitudes y actividades que con frecuencia apoyaban los mandatos imperantes. Así, algunas de sus notas, sugestivamente, preguntaban ¿Quién lleva los pantalones? o ¿La mujer deportista, se vuelve masculina? (16-980, p16; 19-9-81, p8), mientras otros anuncios remarcaban que la primavera era un Tiempo de flores y de suspiros (23-9, p5). Finamente, queremos subrayar que los actos gubernamentales locales de la Estudiantina ‘81 (sucedidos entre el sábado 19 y el lunes 21 de septiembre) entraron en contacto con dos importantes mensajes para “la juventud argentina” publicitados en la jornada del 20-9 por dos interlocutores destacados: el presidente de facto, general Roberto Viola y la Federación Universitaria de Córdoba (FUC). Detengámonos en el discurso televisivo y radial que pronunció el primer mandatario durante el anochecer del domingo, el cual fue reproducido en la prensa local del día posterior: _______________ 52 El fragmento del poema reproducido es el siguiente: “…Nadie, nadie la veía. Pero el aire, de dulzura, temblaba y se enloquecía. Y nadie, nadie sabía. Pero la luz no podía más, ya de tanta hermosura.”. Respecto del autor se destaca que: “Vocos Lescano nació en 1924 en Córdoba y estudió en el Colegio Monserrat (…) Lirista y romántico. Su libro más célebre El tiempo más hermoso, alcanzó la duodécima edición y le valió el ingreso a la Academia Argentina de Letras en 1976. En 1979 la Academia publicó su Obra Poética, por él mismo seleccionada, mundo de tiernos cuadros cordiales, hasta prosaicos, pero precisos y elegantes…” (Félix Gabriel Flores, Poetas de Córdoba Siglo XX. En: www.cba.gov.ar/imagenes/fotos/VocosLescano.doc, consultado el 21-3-2011). 176 matrimonio modélico era presentado como paso subsiguiente de un noviazgo casto; una costumbre que era impuesta particularmente a “los jóvenes”. Ellos debían rechazar la imposición del cuerpo al alma que, para el discurso oficial, se presentaba bajo las prácticas de hedonismo y pornografía.33 En cuanto a la conscripción nacional cabe señalar, siguiendo a Lorenz, que la misma estaba restringida a la formación “juvenil” varonil: “popularmente conocido como ‘colimba’ (corre, limpia, barre) hacia la década del ’70, era visto como un proceso en el que los jóvenes ‘maduraban’ gracias a la disciplina castrense”.34 Conjuntamente, la figura del conscripto en la sociedad argentina de los años 70/80, es pensada por el autor, como una posición de sujeción extrema, donde la propia vida podía ser amenazada por diversos frentes: algunos adiestramientos (inscriptos en el currículum oculto de las FFAA) que podían devenir en abusos físicos y mentales; los atentados de las guerrillas que habían adoptado como parte de su práctica militar el asalto a los cuarteles; las ‘desapariciones’ en el marco de la represión estatal ilegal; y, la participación obligatoria en las guerras interiores o exteriores que llevaba adelante el régimen dictatorial. Sería enriquecedor que alguna investigación abordara los alcances de esta práctica de masculinización corporal-emocional en nuestra provincia. Los datos aportados por nuestras fuentes están limitados, principalmente, a la publicación periodística del listado de sujetos “sorteados”. Con respecto a la escolarización caracteriza al sistema educativo argentino de los años ‘70 como “represivo y pseudo militar”, mientras sostiene que la educación nacional evidencia “una tradición autoritaria que puede rastrearse desde los debates parlamentarios de la ley 1420, aunque es durante la dictadura del ’76 cuando adquiere proporciones mayúsculas en el contexto de la represión organizada”.35 En su investigación sobre _______________ cias psicológicas y físicas, debe quedar el varón constituido en autoridad, asumiendo la primacía de la razón y de la dirección. A la mujer corresponden –por naturaleza- la ternura y el amor” [POSTAY, op. cit. 95]. 33 POSTAY, op. cit. 94-ss. 34 LORENZ, op. cit. 24-ss. 35 LORENZ, op. cit. 33; Postay, op. cit. 202. 165 los libros de civismo, como dispositivos de “socialización juvenil” en la escuela, esta autora explicita, que cada proyecto político-pedagógico delimita los contenidos que considera indispensables para el adiestramiento del ciudadano: valores, normas, comportamientos, deseos, actitudes…. A su vez, el accionar nodal de las asignaturas de Formación Cívica durante el “PRN” se entiende dentro de un imaginario oficial que consideraba a la sociedad “enferma de subversión” y a la educación “como un instrumento importantísimo de saneamiento”. Así, mientras los individuos considerados irrecuperables eran “extirpados” del seno social, los sujetos autorizados a continuar viviendo fueron objeto de una compleja infraestructura de control cultural y educativo, la cual implicaba equipos de censura, intelectuales, planes editoriales, oficinas. Para Invernizzi & Gociol se trató de dos políticas de desaparición complementarias: por un lado, de personas; por el otro, de imágenes y discursos.36 No obstante, la política cultural sistemática de los represores “no respondió únicamente a intencionalidades destructivas, sino también a la producción de un nuevo orden”.37 En la construcción de ese mundo idealizado, los libros de civismo enseñaban a “los jóvenes” que la sociedad se dividía en criterios tajantes de normalidad y anormalidad. Desde ese marco, el ser nacional “normal” era presentado como depositario de una cultura occidental y cristiana en cuya conformación era reverenciado el aporte hispánico. A la vez, en una peculiar red que mixturaba parámetros éticos, biológicos y religiosos, el orden nacional propuesto era calificado como moralmente bueno, natural y respetuoso del mandato divino. En cuanto a la responsabilidad de la educación moral de “los jóvenes”, ésta recaía, según dichos manuales, en tres instituciones: la familia, la escuela y el Estado (“que debe vigilar para que exista un ambiente sano en la sociedad”). En esa socialización, los textos de civismo debían instruir sobre los amplios espectros de “anormalidades” que se oponían al ser nacional. Paralelamente, las estrategias escolares de domesticación de “jóvenes” _______________ podemos pensar que la estructura teatral de reunión-representacióndispersión continuó adoptando la forma de procesión,49 aunque las acciones estuvieron restringidas al predio del Parque Sarmiento. Así, observamos que se reitera el formato de desfile, competencias deportivas, búsqueda del tesoro y elección de la reina. Sin embargo, aparece un nuevo premio (a la barra más bulliciosa) y una modificación en los certámenes artísticos (el reemplazo de la competencia pictórica de murales por un concurso de manchas). Las fuentes respectivas no aportan información detallada sobre las modalidades que adquirieron estos eventos, sólo nos informan algunos datos sobre las escuelas secundarias ganadoras.50 No obstante, otras noticias de la época permiten bosquejar algunos detalles del contexto cultural en que se inscribieron esas acciones Así, respecto del certamen “de manchas” podemos decir que suele referir a una práctica pictórica asociada a las técnicas impresionistas de, por un lado, una producción rápida y espontánea en momentos diurnos al aire libre, y, por otro lado, el predominio de una pincelada “coma” y del género paisajístico.51 Paralelamente, en cuanto a los modelos estético-éticos sobre socialización “juvenil” que pueden haber nutrido el imaginario militar, cabe subrayar que diversos periódicos (re)citaban la asociación entre juventud, primavera, amor _______________ 49 36 INVERNIZZI, Hernán & Judith GOCIOL. (2002), Un golpe a los libros. Represión a la cultura durante la última dictadura militar, Buenos Aires, Eudeba, p. 23. 37 POSTAY, op.cit. 62. SCHECHNER, op.cit. 78. Al respecto, no es un dato menor remarcar que la ceremonia de entrega de las recompensas estuvo presidida por el Intendente Pellana y contó con la asistencia de las mismas autoridades presentes en la inauguración (GCC Nº 10, 10-81, p. 36). 51 Como telón de fondo de esta competencia oficial, cabe señalar la existencia de otros concursos de manchas que emergieron dentro de las políticas culturales de aquellos años: 1- El certamen de mayo de 1980 organizado por la Escuela Provincial de Bellas Artes “Figueroa Alcorta” y el Batallón de Comunicaciones 141, perteneciente al III Cuerpo de Ejército, en el predio respectivo ubicado en Av. Richieri (un espacio que fue reacondicionado dos décadas después, en el marco de las políticas culturales del gobernador De la Sota, para inaugurar la Ciudad de las Artes). 2- El concurso coordinado por la EPBA y por entes municipales durante mayo de 1981 en el recientemente fundado Paseo de las Artes (GCC Nº 8, junio ’81, p. 25). 3- Los certámenes de Manchas y Murales que la Municipalidad destinó a los “jóvenes estudiantes” de instituciones secundarias, terciarias y universitarias en el marco de los festejos por el aniversario de Córdoba el 6-7-81. 166 175 50 En cuanto a los sentidos de los “jóvenes” actores celebrados, advertimos que, si bien se mantuvo la identificación entre la edad respectiva, la estación primaveral y la actividad escolar, aparecieron nuevas representaciones: auditivas (bulliciosa presencia), emotivas (entusiasmo, amistad), nacionalistas (futuro de la patria) y naturalistas (explosión vital de la naturaleza). Conjuntamente, en al augurio del intendente (felicidad y alegría sana), podemos detectar una singular medicalización del discurso que proclama/prescribe las emociones permitidas y en esta fiesta oficial, al tiempo que sugiere la posibilidad de un regocijo “enfermo”.46 En relación con ello, no es un dato menor que la prensa de la época visibilizara, de modo reiterado, tres prácticas “juveniles” consideradas patológicas: la subversión, las adicciones y los juegos electrónicos (un espectro de “anormalidades” que los manuales de civismo completaban con hedonismo y pornografía).47 Otra nota disonante con los festejos de 1980 es que en el ’81 la celebración fue restringida exclusivamente a los alumnos del nivel secundario (es decir, a los sujetos comprendidos, mayoritariamente, entre los 13 y los 18 años de edad).48 De este modo, los estudiantes del nivel superior (terciario y universitario) ya no aparecen dentro del conjunto destacado de actores/espectadores exhibidos y convocados por los actos gubernativos. Paralelamente, mientras el discurso oficial explicita que se contó con millares de asistentes, la fotografía reproducida en la GCC muestra tribunas semi-vacías, justamente, en el momento de la alocución del intendente Pellanda. En tercer término, y en relación a las actividades desarrolladas, _______________ 46 Cf. BAJTÍN, op.cit. Un ejemplo paradigmático es la nota Editorial: “La juventud y la justicia municipal” (LVI, 5-8-80). 48 Entre los colegios participantes tuvieron representación tanto establecimientos privados y públicos, como mixtos y circunscriptos a la educación femenina o masculina: “el Instituto Manuel Belgrano, Bachillerato Nocturno Femenino, Escuela Gabriela Mistral, Escuela Técnica Etchegoyen, Esc. Superior de Comercio Manuel Belgrano, Colegio Monserrat, Colegio Villa Eucarística, Escuela Municipal de Deportes, ENET Nº 1, Instituto de Educación Córdoba”. 47 174 (en especial de aquellos considerados como “indiferentes/desorientados”) se vincularon con el control policial, el cual ejercía una vigilancia directa (aunque, en muchos casos, encubierta) de y en los establecimientos secundarios y de nivel superior.38 En ese contexto, en el tercer mes del año lectivo 1980, la prensa cordobesa reproducía las declaraciones del Ministro de Cultura y Educación de la Nación, Dr. Juan Llerena Amadeo (LVI, 17-5-1980, 1s, p6). En su discurso advertía que los estudiantes secundarios y universitarios constituían, en términos foucaultianos, un objeto de preocupación oficial, al punto que se desarrollaron dos políticas específicas: las visitas/inspecciones del propio ministro para conversar/examinar las mentalidades “juveniles” y el ascenso de rango de la cartera encargada de Asuntos Universitarios. En ese marco es entendible que la primera muestra Expojuventud para la orientación vocacional, concretada en octubre del ‘80 por las autoridades del recientemente creado Complejo Ferial Córdoba, contara con diversos auspicios hegemónicos: el MCEN, la Secretaría-Ministerio de Cultura y Educación provincial, las universidades Nacional, Católica y Tecnológica, la Policía Federal Argentina (LVI, 27-9-80, 1s, p7). Finalmente, en cuanto a las prácticas de socialización oficial de la juventud virtuosa cabe mencionar que éstas adquirieron, en las fuentes periodísticas de comienzos de los ´80s, una visibilidad múltiple. En las juventudes consideradas heroicas se destacaba una formación en las fuerzas de seguridad militar y policial, donde regían estrictas posiciones jerárquicas que, en el caso de las FFAA, distinguían, en orden piramidal ascendente, a cadetes, suboficiales y oficiales. La domesticación militar podía comenzar a temprana edad con el cursado de la escuela secundaria en un instituto castrense y continuar con la especialización en alguna de las tres armas durante gran parte de la vida adulta del _______________ 38 Como señala PHILP [2010, op. cit. 426]: “La Directiva secreta 504/77 de ‘Continuación de la ofensiva contra la subversión durante el período 1977/ 78’, firmada por Videla el 20 de abril de 1977 (…) ejemplifica la importancia dada a la educación por el PRN. La misma contenía el Anexo 4, firmado por Viola, allí se establecía, entre otras cosas, la necesidad de que los colegios públicos y privados tuvieran delegados del Servicio de Inteligencia del Estado (SIDE)”. 167 sujeto. Una noticia titulada Consagración de la Juventud Liceísta (LVI, 20-9-80, 1s, p.9), ejemplificaba las relaciones estructurales entre la socialización militar y católica de este segmento “juvenil”: en la iglesia de Santo Domingo “se ofreció la consagración de los cadetes a María Santísima del Rosario, patrona de Córdoba… en adhesión del Liceo Militar Gral Paz al Congreso Mariano Nacional que culmina el presente año”. A su vez, los complejos exámenes (médicos, físicos e intelectuales) que debían sortear “los jóvenes” aspirantes al puesto de suboficiales, eran superados por las exigencias de la carrera de oficiales. Así, en la inauguración del año lectivo en la Escuela de Aviación Militar, el brigadier Antonio Crocetto advirtió: “Esta es una casa de excepción y selección, y han debido abandonarla vuestros compañeros menos aptos. La selección continuará hasta el fin, hasta el egreso” (LVI, 6-3-80, p.7). Los “jóvenes virtuosos” (pertenecientes a las fuerzas de seguridad, pero también algunos civiles) eran celebrados, condecorados y escuchados por el régimen, mientras eran conformados como modelos para una mayoría “juvenil” considerada desinteresada y/o desorientada. Como ejemplo de estas acciones gubernamentales, cabe destacar dos actos concretados por el presidente de facto Videla en el marco de su visita a Córdoba durante el mes de agosto de 1980. Por un lado, el primer mandatario realizó un Homenaje a los caídos en la contienda antisubversiva en el predio del III Cuerpo de Ejército, donde también recorrió el Museo de la lucha contra la subversión. Por otro lado, concedió una audiencia especial que procuraba entablar diálogo con particulares representantes de la juventud cordobesa: Facultad Regional Córdoba de la UTN, UNC, UCC, Universidad de Río IV, DINEA (Dirección Nacional de Educación de Adultos), Jóvenes distinguidos y Juveniles del Rotary Club (LVI, 4 y 5-8-80, 1s). Al día siguiente de concretarse la reunión, una de las notas de primera plana titulaba: Los jóvenes quieren participar; allí, las expresiones de Videla asignaban a estos “jóvenes virtuosos” (en su mayoría integrantes de los grupos hegemónicos cordobeses) un rol central en el porvenir del país: ser la descendencia del PRN, la cual haría trascender en el tiempo sus principios e 168 tivos, el nuevo intendente oficiaba como líder y expresaba:44 “Esa juventud, futuro de nuestra Patria, que necesita festejar esta explosión vital de la naturaleza y por ello la Municipalidad le rinde este homenaje a través de tres días de alegría y regocijo que hemos denominado ‘Estudiantina 81’ (…) Deseo a los participantes y concurrentes la mayor felicidad y la alegría sana que conllevan las competencias juveniles realizadas como ésta al aire libre”. (LVI, d20-9, 1s, p8) Posteriormente, la publicación municipal reseñaba algunos tópicos importantes que nos permiten conocer más detalles sobre el imaginario oficial imperante: “Con la llegada de la primavera, se quiso entregar a la juventud cordobesa un conjunto de motivos para su alegría, asimismo se estrecharían lazos de amistad entre quienes comparten sus horas de estudio en los establecimientos educativos de la ciudad (…) Hubo entonces en la Dirección de Deportes y Recreación de la Municipalidad una afanosa búsqueda de elementos con destino a la preparación de varias jornadas durante las cuales la bulliciosa presencia de la juventud entregara la auténtica imagen en proyección al futuro (…) Se dispusieron varias alternativas para dar ocasión a los jóvenes de demostrar su destreza y entusiasmo en diversos juegos, pudiéndose inscribir alumnos de institutos secundarios de Córdoba que se distinguían por grupos con los colores de cada colegio” (GCC Nº 10, 10-81, p. 35) Estas fuentes posibilitan remarcar otros tres elementos característicos de los festejos de 1981, que reiteran prácticas precedentes (aunque nunca de modo idéntico), al tiempo que diseñan nuevas experiencias.45 _______________ 44 El Dr. Rubén Pellanda sucedió en el cargo de intendente de Córdoba al Tte. Cnel. Gavier Olmedo, ocupando el puesto entre el 24 de abril de 1981 y el 20 de enero de 1982. El reemplazo de gestores militares por civiles, sería una de las características del “ensayo aperturista” (Quiroga, 2004) que acompañó la efímera presidencia del General Roberto Viola (29-3 al 11-12 de 1981). Cabe recordar, que Pellanda se había desempañado como jurado en el Certamen 10 Jóvenes Sobresalientes del año 1980 (organizado por la Bolsa de Comercio de Córdoba). 45 Cf. SCHECHNER, op.cit. 173 organizadores, ya que solo se menciona a la Dirección de Deportes y Recreación de la Municipalidad, opacándose la presencia del gobierno provincial y desapareciendo la gestión de la UNC. En cuanto a los usos simbólicos del tiempo destinado para la Estudiantina Recreo ’81, advertimos una ampliación de uno a tres días en su duración: los actos abarcaron el fin de semana (sábado 19, domingo 20) y el lunes 21 de septiembre. Los espacios teatralizados, por su parte, mantuvieron su locación al aire libre pero se redujeron y se desplazaron desde el centro citadino hacia el Parque Sarmiento. Allí, en la Avenida del Dante, se instalaron tribunas para el público y un palco para los funcionarios. El espectáculo programado incluía diversas actividades rituales y de entretenimiento que, según el gobierno, buscaban combinar deporte y recreación al estilo de Telematch (LVI, 19-9, 1s, p7):43 desfiles estudiantiles, competencias deportivas, certámenes artísticos, elección de la reina y búsqueda del tesoro. Una nota característica de los festejos de 1981 es que tanto la inauguración como el cierre contaron con la presencia de destacadas autoridades comunales (el intendente de Córdoba, Dr. Rubén Pellanda; el Secretario de Gobierno, Dr. Osvaldo Aguirre; el Subsecretario de Gobierno, Dr. Jorge Barbará; el Director de Deportes y Recreación, Dr. Ricardo Pasaglio), provinciales (de la Dirección de Educación Física) y rectores de los colegios participantes. Así, el sábado 19, en ocasión de la apertura de los actos guberna_______________ ideales. El surgimiento de una nueva generación que heredara la filosofía oficial era, parafraseando a Foucault (1976), un objeto de preocupación tanto de los militares como de sus aliados civiles.39 De las “fiestas y homenajes” por el Día del Estudiante/ la juventud Respecto de la socialización “juvenil” durante la última dictadura militar, consideramos que los mecanismos de educación formal, sistematizados por el régimen, fueron complementados con estrategias educativas (in)formales, como los actos escolares y los homenajes oficiales. De este modo, se desplegaba un amplio abanico de operaciones de ingeniería social que buscaban (re)producir y transformar a “los jóvenes” de acuerdo al canon político-moral imperante. Así, en términos de Blázquez, “mediante diferentes técnicas, muchas de ellas lúdicas, se civiliza al sujeto en un contenido determinado, se establecen las jerarquías que constituyen a ese individuo como parte de una Nación”.40 _______________ 39 municipal a comienzos de los años ‘80) donde se informaba sobre las prácticas que el gobierno calificaba como “culturales”. En este caso, recurrimos a la GCC Nº 10, 101981, p. 35-36. 43 Consideramos que el periódico local está haciendo referencia a “un programa de entretenimiento de origen alemán, producido por la empresa Transtel-Cologne entre mediados de los años setenta y 1979 que tuvo un total de 43 episodios. Cada capítulo de la serie consistía en una competición entre diferentes ciudades alemanas en pruebas de habilidad, generalmente carreras y juegos contra el reloj. Lo que lo diferenció de otros programas fue el hecho de que cada capítulo tenga su propia atmósfera (por ejemplo, la edad de piedra o el lejano oeste). Así, los participantes debían utilizar vestimentas acordes al tema del programa. El programa se dobló al inglés, español, francés, árabe e hindú” (http://es.wikipedia.org/wiki/Telematch, http://www.cuandoerachamo.com/telematch-el-programa-de-concursos-entre-pueblos-de-alemania, consultados el 18-3-2011). PHILP, 2010, op. cit. 430. En esta conceptualización estamos siguiendo las ideas desarrolladas por Blázquez en su Tesis de Maestría en Investigación Socioeducativa [(1996), ¡¡ Viva la Patria !! Una etnografía de los actos escolares. CEA-UNC, Córdoba, Inédita]. Allí, el autor indaga a los actos escolares de las escuelas primarias cordobesas en los años ‘90 como instancias de socialización infantil nacionalizante. Una síntesis de algunos tópicos desarrollados en esa tesis, pueden consultarse en un artículo de 1997 [“Narraciones y performances: un estudio de los actos escolares”. Actas del V Congreso Argentino de Antropología Social. Universidad Nacional de La Plata. Disponible en: www.naya.org.ar/congresos/contenido/laplata/LP4/27.htm]. En palabras del autor: “Ver a los actos escolares como performances implica considerar que el aprendizaje se realiza a través del cuerpo, que los íconos son inscritos en la carne. ‘Paraditos, firmes, bien derechitos, las manos a los costados’, son las instrucciones indiciales que maestras y directivos dan a sus alumnos para entonar las estrofas del Himno Nacional (…) Índices que procuran modelar la carne infantil al mismo tiempo que modelan la de las maestras y los padres presentes. Estas posiciones corporales funcionan como íconos que, cuando se encarnen movilizarán a los músculos para adquirirlas frente a determinadas situaciones”. Con el alerta epistemológico de que nuestro objeto actual son las “juventudes” oficiales emergentes en los años ’80, retomamos el enfoque de la socialización escolar como un proceso (in)formal que mixtura desde currículos explícitos hasta prácticas rituales como las conmemoraciones. 172 169 40 Efectivamente, durante el Proceso militar, tanto en sus fases de apogeo como de ocaso, se concretaron en Córdoba diversas performances gubernamentales para homenajear a la juventud por el Día del Estudiante. Las duraciones y modalidades de estos actos presentaron matices que se adecuaron a las coyunturas del régimen; a su vez, se observaron (dis)continuidades con prácticas precedentes. Otro dato no desestimable es que, en algunas ocasiones, las celebraciones locales se mixturaron con otras performances de nuestro país; donde los discursos y acciones del gobierno municipal y provincial de Córdoba confluyeron, a veces, con objetivaciones presidenciales y/o de ministerios nacionales. Así, el diario LVI (1976-1979) da cuenta de distintos homenajes concretados durante septiembre en torno al DE-DJ. En 1976, por ejemplo, convergieron tres actos en el escenario cordobés: un Torneo Deportivo organizado por el III Cuerpo de Ejército, las IX Olimpíadas Estudiantiles coordinadas por el gobierno provincial junto a la UNC y un Programa para la Juventud (de actividades artísticas y culturales) desplegado por la Dirección General de Enseñanza Secundaria de la provincia y la Dirección de Cultura Municipal (LVI 21-9, p10; 22-9, p13). En 1977, además de dos homenajes locales (las X Olimpiadas Interuniversitarias en Embalse de Río Tercero y las X Jornadas Estudiantiles para el nivel secundario de Córdoba capital), los “jóvenes argentinos” recibieron dos distinciones presidenciales: un Mensaje-Salutación del Tte. Gral Videla, donde les reclamaba “su participación en el Proceso” y la invitación de “14 jóvenes descollantes” a un almuerzo con dicho mandatario (LVI 22-9, 2s. p1, 7 y 20). En 1978, la conmemoración habría estado a cargo de la Escuela de Ingeniería Aeronáutica; quien, por ejemplo, recibió en sus instalaciones “la visita de alumnos de Ciencias de la Información de la UNC”, con los cuales compartió un partido de fútbol y un posterior almuerzo en el Casino de Oficiales. A su vez, el comandante en jefe del Ejército, Tte Gral Viola, envió un Mensaje a “los jóvenes” de la nación, donde remarcaba: “el gobierno argentino realiza toda su obra en función de un mejor futuro de la juventud actual” (LVI 21-9, p7 y 24). Por otra parte, en 1979, se realizaron dos homenajes por el Día del Estudiante en la capital cordobesa: la Clausura de las Competencias Intercolegiales, organizadas en el gimnasio del Club Instituto por la Dirección de Educación Física (dependiente de la Secretaría de Cultura y Educación provincial), y un recital en Plaza San Martín ofrecido por la Orquesta estable de jazz de la Policía local (LVI 21-9, p9 y 13). En ese marco, las performances concretadas por el gobierno cordobés en torno al 21 de septiembre de 1980 devienen una bisagra respecto de los actos oficiales anteriores; ya que, si bien se reiteran algunos tópicos anteriores, se transita desde una locación restringida principalmente a espacios interiores (de institutos castrenses y/o clubes societales) hacia una ocupación y multiplicación de espacios públicos como albergues de ceremonias (LVI, 20-9, 1s, p7 y 11; 21-9, 1s, p11). Conjuntamente, otra variante a tener en cuenta respecto de las conmemoraciones por el DE-DJ en 1980 y 1981, es que las performances gubernamentales son promocionadas como una “fiesta juvenil”. Podría pensarse que, de este modo, las autoridades dictatoriales buscan (re)apropiarse de prácticas precedentes, informales y civiles (donde el 21 de septiembre era asociado con pic-nic, bailes, “desenfreno sexual”…) y “normalizarlas” de acuerdo al canon moral autoritario y tradicional del régimen. En términos de Bajtin se trataría de un deslizamiento desde una festividad popular-carnavalesca hacia una fiesta oficial, es decir, en lugar de procesos que propician la subversión de las fronteras y reglas sociales, el humor, el juego y la liberalización de apetitos corporales, estos actos gubernativos tendieron a: (re)afirmar las jerarquías societales, reglamentar las alegrías y competencias, moralizar cuerpos, actitudes y deseos en base al imaginario imperante.41 Las performances gubernamentales concretadas en nuestra capital mediterránea durante 1981 para homenajear a la juventud de Córdobamostraron continuidades y divergencias respecto a los eventos del año anterior.42 En este caso, hubo restricciones en relación a los entes _______________ 170 171 41 Op. cit. La Guía de Córdoba Cultural (GCC) constituye un documento importante al momento de reconstruir las fiestas gubernativas, ya que es una fuente oficial primaria (coordinada por el Prof. Efraín Bischoff y editada por la Subsecretaría de Cultura 42 tradicional ‘Historia oficial’), es decir, contra lo que consideran el mal de la “porteñización de la historia” tan arraigada en el país. El rescate de Sobremonte es un ejemplo de la ardua labor de los estudiosos. Aparece una antinomia trabajada de la siguiente manera: federalismo/unitarismo, provincial/nacional, provincias/Puerto. En el desarrollo histórico del país, el triunfo del “Puerto” envolvió al resto de las provincias bajo una hegemonía política y cultural. Rescatan las memorias de Alberdi cuando el autor destacó el concepto de “coloniaje interno” en cuanto a lo que significaba Buenos Aires y su ámbito de dominación. Bustos será incluido dentro de este marco de imaginación histórica. La famosa dicotomía sarmientina de “Civilización/Barbarie”, que tanto impregnó el pensamiento nacional, a pesar de sus críticas por ser desautorizada por artificial y descalificadora, sirvió como herramienta simbólica en la que los distintos actores se posicionaban desde su lugar social y político. En este sentido Alberdi, en las Bases, ya había preconizado el mismo rechazo afirmando que la concepción de la “civilización” unida a la ciudad y la “barbarie” a la campaña, era una idea tomada de un romanista alemán. Por su parte apoya otra distinción, aunque semejante: el antagonismo entre el Interior y el Litoral.23 Pero lo interesante es como el abordaje de lo americano comienza desde la barbarie. La figura del “bárbaro” continuó presente, una clara justificación de su eliminación o reemplazo por un proyecto que incluía elementos específicamente europeos. La mirada de Sarmiento sobre Juan Bautista Bustos es la siguiente: “Bustos crea un gobierno español, sin responsabilidad; introduce la etiqueta de corte, el quietismo secular de España”.24 Sarmiento introduce una imagen sistemática de Córdoba, luciendo _______________ 23 ALBERDI, J. B (1966) (1852) Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, Buenos Aires: Edición Tebas, p. 38. 24 SARMIENTO, D. F. (1999), (1845) Facundo, Buenos Aires: Emecé, p. 137. 200 durismo, orden, entendido como quietud y cementerio.60 A su vez, reiteran la operación de usar un tópico oficial, frecuentemente invocado para denominar al “enemigo”, con un sentido de crítica dictatorial: para la FUC el presente argentino muestra una subversión de la ética donde el economicismo rige todos los planos societales. Esta situación es objetada desde la federación estudiantil con un enfoque que mixtura perspectivas marxistas, nacionalistas y peronistas.61 Sugerentemente, el abanico de detracciones aparece resumido en seis preguntas que invitan a la reflexión en la víspera del Día del Estudiante y de sus celebraciones oficiales:62 los tres primeros interrogantes denuncian derechos universitarios derogados por la dictadura, el cuarto interpela sobre la situación “juvenil” en el marco de la aguda _______________ 60 Al respecto, concretan sugerentes redefiniciones: “no negamos la disciplina, que eti- mológicamente significa aprender, como autoformación de la constante superación. Negamos el orden como disfraz de la coerción de los factores reaccionarios de poder y asumimos la disciplina como elemento integrante de la libertad”. 61 Desde esa óptica se denuncian distintos tópicos imperantes: los sectores hegemónicos (por su supuesta alianza con el imperialismo y la dominación extranjera), el congelamiento social que resulta de la negación de los derechos y las libertades (Leyes prohibiendo todo, estamos sitiados por el estado de sitio), la imposición de un arquetipo de hombre vil (burgués colonizado, descerebrado con sentimientos subdesarrollados) y la prescripción de un modelo “yanqui” que atenta contra la identidad argentina (Nos imponen el babelismo del okey, del call money, del spread, del made in, de los chicagos boys. Nos dejan sin idioma, sin historia sin cultura, sin música, sin ser nacional, sin todo). 62 Las inquietudes eran las siguientes: “¿Qué país se está estructurando, cuando lejos de ser un progreso es un peligro que existan miles de estudiantes más?, ¿Si su participación en el gobierno universitario es considerada como la presencia de un enemigo en el estado mayor de los profesores?, ¿Si en el lugar donde ayer había una Universidad hoy hay una caverna?, ¿Qué país se conforma cuando miles de jóvenes no encuentran ocupación, cuando miles más deben abandonar el campo para ir a apiñarse a la ciudad?, ¿Qué país se diseña cuando los ejemplos de la juventud no son nuestros héroes nacionales, ni los miles de héroes humildes, sino la falsa idolatrización de algún tenista o futbolista (…) que nada tiene que ver con la práctica del deporte y sí con la técnica de manipulación de masas?, ¿Qué país se modela cuando para las jóvenes ‘triunfar’ es adjudicarse algún concurso de belleza, selección de ‘mujercitas diez’ para ocupar alguna plaza en los lupanares para ejecutivos?” (FUC, LVI, d20-981, 1s, p7) 181 crisis económica vigente, el quinto reclama sobre la supuesta manipulación de masas que logra el régimen mediante la idolatrización de “falsos deportistas” y el peligro de que esas figuras sean vistas por “los jóvenes” como héroes ejemplares. Finalmente, consideramos que pronuncian una descalificación androcéntrica, homogeneizante y conservadora cuando juzgan que el modelo “juvenil” de triunfo femenino es ganar algún concurso de belleza y catalogan a este certamen, de modo peyorativo, como una selección de prostitutas para ejecutivos (una acusación que pareciera reforzar el mandato oficial que constriñe a “las jóvenes virtuosas” a tres roles exclusivos: virgen, esposa, madre).63 En ese contexto, advierten a los sectores “juveniles” temerosos y/o adeptos al régimen, cuya obediencia es compensada con escapismo y frivolidad, que el papel de semilla y futuro dado por el gobierno a “los jóvenes” busca formar esclavos pusilánimes, lógicos de la vileza. Esos roles serían contrarios a la definición ontológica del “ser joven”64 que para la FUC implica prácticas y virtudes específicas: energía, justicia, alegría, dignidad, solidaridad, entusiasmo, iniciativa, comunicación. No obstante, el entorno que los rodea aparece como un obstáculo para su desarrollo “juvenil”: A la actual generación no se le da ningún rol a cumplir. Cada demanda que efectúe será sospechada. Esto sólo es posible en un país sin causa nacional. En cuanto a este último tópico se destaca que: cuando el país tuvo ‘causa nacional’, la juventud jugó un papel protagónico, unida al conjunto del pueblo. Así, en una singular invención de tradiciones65 se localiza al accionar “juvenil” (defensivo, pero principalmente revolucionario) en el origen de la patria y sus héroes fundadores: Belgrano y San Martín, quienes identificados con postulados de revolución, independencia y matices socia_______________ 63 Los “concursos de belleza” estarían haciendo alusión a la Elección de Reina y Princesas, una práctica tradicional dentro de las celebraciones oficiales ritualizadas por el DE-DJ y Día de la Primavera. Esta costumbre, observable tanto en las ceremonias cordobesas como en la Fiesta Nacional que se desarrolla en Jujuy desde 1971, trasciende la época dictatorial y perdura hasta nuestros días. 64 CHAVES, op. cit. 65 HOBSBAWM & RANGER, op. cit. 182 poco integrado en un esquema de interpretaciones que finalmente no incorporó de manera significativa su perfil protagónico. El rescate de lo “nacional” como empresa historiográfica revisionista perdió de vista ciertos aspectos fundamentales, pues tardó en indagar el “barro” de los caudillos del Interior. La fuerte implantación del sentimiento nacional pudo canalizarse institucionalmente. El Instituto Juan Manuel de Rosas obtuvo un papel interesante al respecto. Los caudillos se convirtieron en “colaboradores” del “sistema americano” rosista que logró la soberanía nacional, sin embargo, sobresalía el silenciamiento evidente de los personajes del interior.21 En esta época, los gobiernos provinciales activaron desde la década del 30’ dispositivos específicos de producción historiográfica. En 1936 se crea el Instituto de Estudios Americanistas, allí donde su fundador Dr. Enrique Martínez Paz contribuirá al desarrollo de producciones históricas. En 1941 publicó La formación histórica de la provincia de Córdoba (1941), obra clásica en la que Bustos se ubica como “expresión más alta del federalismo”. Luego del elogio reflexiona, con asombro, lo siguiente: “Sarmiento y Mitre, por su pasión política más que nada, han contribuido a oscurecer la memoria de este patriota esclarecido. Es tiempo de reclamar el juicio definitivo de la posteridad. Sería necesario pensar, en el reparto de las posibilidades y de las glorias, quiénes hicieron más mal al país: los que pretendieron imponer un régimen de unidad y lo precipitaron al caos, o los que en medio de él, lucharon para mantener un orden y una autoridad primordiales”.22 El caso siguiente es la Junta Provincial de Historia de Córdoba, creada en 1941; esta institución trabajará intensamente para resaltar el enfoque histórico desde lo singular provincial dentro del marco de lo general nacional. Se establece un discurso denunciativo (invocan la _______________ 21 STORTINI, Julio (2004) Polémicas y crisis del revisionismo histórico, Buenos Aires: Biblos, p. 94. 22 MARTÍNEZ PAZ, Enrique (1941) La formación histórica de la provincia de Córdoba, Córdoba: Universidad Nacional de Córdoba, p.82. 199 zas y leyes del progreso. Mitre sería el mayor exponente de esta vertiente denunciada como “la historia falseada”. En este enfoque de construcciones, podemos observar la opinión de Mitre al respecto: denuncia a Bustos de ofrecer una “ambición sórdida” y con serios “sentimientos egoístas”, lleno de “ambiciones bastardas”, por lo que merece “el “desprecio de la posteridad”. El revisionismo, surgido en la década del treinta, ofreció un abanico interesante de extensas producciones. Los caudillos fueron rescatados y reivindicados desde distintas perspectivas, todas rozaban, sin embargo, el mismo margen del discurso nacionalista inmerso dentro de un escenario de desestructuración económico-social debido a la crisis mundial. El folclore popular fue –para algunos intelectuales- el vehículo eficiente y verídico para acceder a ellos.20 Facundo, Juan Manuel de Rosas, el mismo Felipe Varela, son nombrados como entusiastas patriotas de los oprimidos. Queda, a pesar de ello, el silencio de un Bustos proscrito cuyo protagonismo fue igual de relevante que aquellas figuras redimidas. Siempre que se lo mencionaba –en las pocas casuales oportunidades- era en relación a Quiroga. Apenas el revisionismo pudo captar la figura humana y política de Juan Bautista. La concentración reflexiva en “lo facúndico” –término de Saúl Taborda-, si bien permitió enfoques abiertos de pensamiento histórico, creó un abordaje muy selectivo o generalizado hacia los personajes caudillescos clásicos. Sólo Felipe Varela pudo beneficiarse airosamente de la retórica de un revisionismo de izquierda como ocurre específicamente en la obra de Ortega Peña. Pero el “Quijote de los Andes” es recuperado de acuerdo a una interpretación de antiimperialismo que supuestamente se desprende de sus discursos. Cualquiera que no manifestara un supuesto de resistencia era inútil en su excesiva indagación. Entonces, el personaje histórico de Bustos quedaba inquietamente _______________ listas contrarios al militarismo corruptor, son rescatados como ejemplos para las actuales generaciones. Conjuntamente, subrayan que en múltiples momentos de la historia argentina “los jóvenes” han sido marginados de la vida nacional con resultados funestos: Sin maestros, la juventud argentina, frustrada, traicionada, usada, fue llevada hacia callejones sin salida al final de los cuales estaba la desesperación. Relacionando lo anterior con la situación vigente, previenen: Si el clima que asfixio a la República, no se renueva, nuevas generaciones serán llevadas hacia la desesperación. En paralelo a esta advertencia, la FUC proclama a “la juventud” como integrante de la sociedad y reclama un papel activo en el presente del país: Para actuar no tiene que pedir autorización. El país le pertenece. El país no es de los financistas, ni de sus mercenarios. El país es del pueblo y, en él, de la Juventud Argentina. Los dichos anteriores son amplificados en otros momentos del mensaje donde explicitan un deseo ontológico, ético y político particular: la Juventud quiere ser libre, generosa, justa, valiente, digna, participativa, dialoguista, independiente. En este anhelo se exalta la democracia social y el alejamiento tanto del terror como de la drogadicción, pero con valentía y dignidad.66 Finalmente, en una sugerente práctica psicogenética67 que convoca a “la juventud actual” a ponerse en marcha y dialogar con todos los sectores (extra)estudiantiles, se recitan algunos postulados de otros dos hitos nacionales: por un lado, se reitera uno de los objetivos del Acta de Independencia argentina (construir una Nación “libre de toda dominación extranjera”). Por otro lado, se repite un fragmento del Manifiesto Liminar de “los jóvenes reformistas” donde se advierte que el chasquido del látigo, solo puede rubricar el silencio de los inconscientes o de los cobardes. 20 _______________ En la etapa posterior al 55’ con el despliegue del revisionismo de “izquierda”, Ortega Peña y Duhalde sugieren la importancia del folclore como la “vía regia” necesaria al pasado vivo de la cultura popular. Véase: ORTEGA PEÑA y DUHALDE, (1967) Folklore argentino y revisionismo histórico. La montonera de Felipe Varela en el cantar popular, Buenos Aires: Sudestada. 198 66 Recordemos que el discurso político-social imperante considera a ambas prácticas como dos patologías que acecharían especialmente a “los jóvenes”. 67 Cf. ELÍAS, N. (1987), El proceso de la civilización, México, FCE. 183 De reflexiones finales Las perspectivas historiográficas pasadas y presentes A modo de cierre del presente artículo es posible señalar algunas problematizaciones conseguidas y nuevos itinerarios emergentes, los cuales lejos de acercarnos a una conclusión nos invitan a continuar la exploración. En principio, los fragmentos históricos reconstruidos nos permiten pensar que durante el período 1976-1981 circularon en la Córdoba dictatorial tres definiciones oficiales sobre la palabra “juventud”68 que dividieron a los sujetos marcados en tres grandes grupos: los enemigos-subversivos, los héroes-virtuosos y los indiferentes-desorientados. En torno a estas representaciones, sustentadas en un imaginario bélico y en un modelo civilizatorio militarista, se diseñaron biopolíticas “juveniles” diferenciales que comprendieron desde la persecución y el aniquilamiento hasta el homenaje festivo y la vigilancia. En ese marco, las performances gubernamentales concretadas para conmemorar el DE-DJ, constituyen un acontecimiento importante al momento de historizar las prácticas de socialización (in)formal de “jóvenes virtuosos e indiferentes”. Los actos oficiales de 1980 y 1981 adquieren una relevancia singular, en relación a conmemoraciones precedentes, debido a que: por un lado, se transita desde una locación restringida a espacios interiores (de institutos castrenses y/o clubes societales) hacia una ocupación de espacios públicos, y, por otro lado, los homenajes estatales se intensifican adquiriendo la forma de fiestas oficiales, donde se (re)afirmaron las jerarquías societales y se moralizaron cuerpos, actitudes y deseos. Las celebraciones de ambos años realizaron una asociación esencialista entre una ocupación (estudiante), una edad (juventud) y una estación anual (primavera), tres términos presentados como sinónimos y coligados con particulares sentimientos (alegría, optimismo, amor), imágenes visuales-auditivas (colorido, risas, bulliciosa presencia), ideas nacionalistas (futuro de la patria) y _______________ Cuando hablamos de las perspectivas historiográficas conviene aclarar, tal como lo refería Roger Chartier,17 que el significado de las obras no es bajo ningún sentido estable, sino más bien las mismas se someten a recepciones modificando intencionalmente el significado original, puesto que la resignificación es atribuida a los agentes que adaptan la textualidad a sus perspectivas, sus construcciones, cuya forma y contenido son traducidos en otros contextos bajo la negociación del sentido. La denominada “historiografía liberal” –una construcción elaborada y utilizada por el revisionismo-, que “triunfó” durante décadas en el país, fue objeto de diversas críticas. Se considera entonces revisionismo histórico a una corriente historiográfica nacida en la década de 1930 “como parte de una paralela impugnación al orden político presente y a las imágenes del pasado predominantes por entonces”,18 cuyo propósito básico fue la elaboración de una verdadera “contrahistoria”. Félix Luna en su libro Los Caudillos (1966), donde en el prólogo intenta desligarse de las lógicas fuertemente maniqueas de la historiografía (lo que indica la búsqueda de una posición externa a la contextual), destaca lo siguiente: “La versión liberal de la historia no es otra cosa que la superestructura intelectual de un programa de gobierno instaurado en el país después de Pavón”.19 El Estado Nacional, en plena ebullición institucional y orgánica, necesitaba proyectarse en base a un sustento ideológico sólido desprendiéndose finalmente del rústico pasado hispánico (al que no quería pertenecer) para despegar hacia un futuro con valores identitarios opuestos. Los caudillos eran la imagen que representaba el obstáculo principal para el desarrollo de las fuer_______________ 68 BOURDIEU, Pierre. (1978), “La “juventud” no es más que una palabra” en: Sociología y Cultura, México, Grijalbo. 184 17 CHARTIER, Roger,(1998), La historia entre relato y acontecimiento. En “Au bord de la falaise. L´histoire entre certitudes et inquietudes”, Edición Albin Michel, pág. 8. 18 DEVOTO, Fernando y PAGANO, Nora (2009) Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Sudamericana, p. 202. 19 LUNA, Félix, (1966), Los Caudillos, Buenos Aires: Sudamericana, p. 11. 197 incluye en un trabajo la relación entre “la memoria, la legitimación del poder y los imaginarios políticos”.13 Señala, por ejemplo, cómo el poder político utiliza el pasado para reconstruir una memoria colectiva que inmediatamente intentará asimilarla a la memoria del pueblo. Lo aclara en el sentido de Max Weber, en donde el ser humano buscar dar sentido a sus acciones. Los tipos de dominación distinguidos por Weber –señala Philp- se ejercen por medio de sistema diferentes de representaciones colectivas sobre las cuales se funda la legitimidad de esos poderes específicos”.14 Weber expone los procesos de “producción de sentido”, y Pierre Nora, por su parte, pone la denominación de “lugares de la memoria”. La construcción de una “memoria oficial” por parte de las instituciones del Estado, es una realidad habitual de todas las épocas y países. La “institucionalización de la memoria” –como la llama Cuesta Bustillo- se expresa en la materialización de la memoria o las memorias. A su vez se lleva a cabo a través de formas como la conmemoración política “que es la práctica de la memoria colectiva organizada, representa una memoria oficial, se presenta como reescritura de la historia y como puesta en marcha de la memoria colectiva (…) una jerarquización de memorias donde la configuración de una memoria dominante implica la subordinación o el exilio de otras memorias”.15 Una memoria oficial se transforma, entonces, en una memoria pública y política. El homenaje es otro instrumento de esa “institucionalización de la memoria” declarada anteriormente. Los “olvidos” y los “silencios”, según declara Elizabeth Jelin, son muy importantes en mi trabajo. Esto está vinculado a la “selección”. Los olvidos “pueden formar parte de una voluntad política”,16 pero lo fundamental es que sirven como fuentes ineludibles. _______________ 13 PHILP, Marta. (2006) Memoria y poder: el rescate del problema clásico, Una mirada desde la historia política”, en Cuadernos de Historia, Serie Economía y Sociedad, Nº 8, CIFFyH-UNC, Córdoba, pág. 92 -96. 14 Ibíd. p. 97. 15 CUESTA BUSTILLO. Op. Cit. p. 100 16 JELIN, Elizabeth (2002), Los trabajos de la memoria, Madrid: Siglo XXI de España editores- Siglo XXI de Argentina editores, p. 31. 196 naturalistas (explosión vital de la naturaleza). No obstante, bajo esa aparente homogeneización, las performances oficiales (re)producían las clasificaciones clasistas, religiosas, raciales y genéricas de un régimen tradicionalista y autoritario cuyos ideales (auto)reconocidos eran: el elitismo, el catolicismo, el eurocentrismo ario y el androcentrismo. Una nota característica de los homenajes de 1981 es que tanto la inauguración como el cierre contaron con la presencia de notables autoridades comunales; entre ellas, el intendente Pellanda auguraba a los “jóvenes”: felicidad y alegría sana. Otra nota peculiar del ’81 es que las ceremonias locales entraron en contacto con dos importantes mensajes para “la juventud argentina” pronunciados por dos interlocutores destacados: el presidente de facto Viola y la Federación Universitaria de Córdoba. Ese conjunto oficial de imágenes y domesticaciones etario-sociales se complejizará en el bienio siguiente con la Guerra de Malvinas y con la consecuente apertura política. Allí, junto al derrumbe de la dictadura irrumpirán con visibilidad destellante otras presencias-ausencias “juveniles”: los excombatientes, el movimiento estudiantil, los militantes partidarios..., quienes pondrán en tensión, entre otras cosas, a los homenajes dedicados por el gobierno a “los jóvenes”. Un conjunto de objetivaciones que será objeto de nuestro análisis en próximos trabajos. Bibliografía BAJTÍN, Mijail. (1989), La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento, Madrid: Alianza. BLÁZQUEZ, Gustavo. (1997), “Narraciones y performances: un estudio de los actos escolares”. Actas del V Congreso Argentino de Antropología Social. Universidad Nacional de La Plata. (disponible en www.naya.org.ar/congresos/contenido/laplata/LP4/27.htm) __________________ (2007), “Introducción”, en Paro Activo. Cd multimedia producido colectivamente en el marco del Seminario de Investigación en Performance, Cátedra de Historia de la Cultura, 185 Escuela de Historia, Córdoba, FFYH-UNC. __________________ (2008), “Negros de alma. Raza y procesos de subjetivación juveniles en torno a los bailes de Cuarteto (Córdoba, Argentina)” en Estudios de Antropología Social. Vol 1 Nº 1. Centro de Antropología Social. IDES. BRASLAVSKY, Cecilia. (1986), Informe de situación de la juventud argentina. 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Lo importante radica en el uso de la memoria que se realiza en la sociedad y, fundamentalmente, el poder público utilizando su iniciativa molvilizadora de recursos para lograr ello. La apropiación del pasado se realiza mediante la utilización y adopción simbólica a través de la construcción de ese pasado. Como bien dice Josefina Cuesta Bustillo, “Los gobiernos y los poderes públicos no dejan de ser imponentes máquinas de memoria o de olvido institucionalizado decretando el recuerdo, el olvido, la amnistía, la amnesia, la condena o el perdón”.10 La monumentalidad pública, donde se expresa la memoria en su sentido material y simbólico, es una muestra efímera de esto. Nietzsche lanza una abrumadora crítica a la sociedad burguesa y romántica que “instaló la monumentalidad pública”11 sin realizar una verdadera visión crítica al respecto. También en este caso “la memoria es selección”.12 La institucionalización de la memoria es una realidad histórica de los gobiernos. Por otra parte, es posible hablar de una “pluralidad y diversidad de memorias”, debido a la cantidad de sujetos o colectivos que se apropian de la misma. Es necesario también aclarar los usos de esas memorias. Es bastante conocida la utilización de la “grandeza del pasado” de Roma, España y el Sacro Imperio Románico Germánico por los regímenes totalitarios del siglo XX en Europa. La memoria entra entonces en terreros peligrosos, porque el pasado es poder y por el simple hecho de que puede llegar a legitimar un gobierno o una acción. Marta Philp _______________ 10 CUESTA BUSTILLO, Josefina, (1998) Memoria e historia, Madrid: Marcial Pons, pág. 209. 11 NIETZSCHE, Friedrich, Op. Cit. p. 9. 12 VIDAL-NAQUET, Pierre, Op. Cit. p. 6. 195 rrable.6 Pasando por la memoria individual platónica y de San Agustín concibiéndola con metáforas visuales como “una jaula de pájaros” o “un gran palacio” hasta las elaboraciones más complejas de la memoria colectiva estudiada por Halbwachs7 y Durkheim, desde la sociología, el filósofo francés Paul Ricoeur y los Annales. Josefina Cuesta Bustillo analiza la distinción, aclarando que la historia además de un saber acumulativo es un saber de “rigor y control de los testimonios”, una disciplina con inclinaciones científicas. La memoria, en cambio, es un saber que carece de estas características formales, pues es subjetiva y lejos de estar sistematizada, afectiva y selectiva. Vidal Naquet, por su parte, afirma que “Existe una historia que se construye contra la memoria. Quien haya emprendido la redacción de sus recuerdos sabe que corre el riesgo constante de caer en el error, que los meses y los años se confunden”.8 Le Goff también explica su concepción al respecto: “Análogamente, la memoria colectiva ha constituido un hito importante en la lucha por el poder conducida por las fuerzas sociales. Apoderarse de la memoria y del olvido es una de las máximas preocupaciones de las clases, de los grupos, de los individuos que han dominado y dominan las sociedades históricas. Los olvidos, los silencios de la historia son reveladores de estos mecanismos de manipulación de la memoria colectiva”.9 Este autor, como los otros, pone énfasis en la importancia, para la sociedad y para el historiador, de la memoria colectiva. La sociedad hace uso de esa memoria _______________ 6 NIETZSCHE, Friedrich (1998) (1874), Sobre utilidad y perjuicio de la historia para la vida, Córdoba: Alción Editora, p. 27. 7 Marta Philp señala el trabajo sociológico de Halbwachs, donde prevalece su concepción de que “no hay una memoria universal, toda memoria colectiva es soporte de un grupo limitado en el espacio y en el tiempo”. Ver: PHILP, Marta. (2006) Memoria y poder: el rescate del problema clásico, Una mirada desde la historia política”, en Cuadernos de Historia, Serie Economía y Sociedad, Nº 8, CIFFyH-UNC, Córdoba, p. 92. 8 VIDAL-NAQUET, Pierre (1999) Memoria e Historia, Biblioteca Virtual de Ciencias Sociales, Nº14, p. 2. 9 LE GOFF (1991) El orden de la memoria. El tiempo como imaginario. Madrid: Paidós Ibérica, p. 27. 194 Informe CONADEP. Delegación Córdoba (1999), Familiares de desaparecidos y detenidos por razones políticas de Córdoba, 2ª edición. INVERNIZZI, Hernán & Judith GOCIOL. (2002), Un golpe a los libros. Represión a la cultura durante la última dictadura militar, Buenos Aires, Eudeba. IRIBARNE, María C. (2010), “Empresarios de Córdoba y poder militar: diálogos en la intimidad”, en: TCACH, C. (coord). Córdoba Bicentenaria, Córdoba, UNC. JELIN, Elisabeth. (1998), Pan y afectos. La transformación de las familias, Buenos Aires, FCE. LORENZ, Federico. (2006), Las guerras por Malvinas, Buenos Aires, Edhasa. MOYANO, Javier. (2008), “Las movilizaciones estudiantiles en Córdoba durante el siglo XX. Actores, antagonistas, prácticas”, V Jornadas Latinoamericanas del Grupo de trabajo Hacer la Historia, Escuela de Historia, FFYH-UNC, 2008, Córdoba. NOVARO, Marcos & Vicente Palermo, (2003), La dictadura militar 1976-1983. Paidós, Buenos Aires. PHILP, Marta. 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No es casual que a casi 180 años de su muerte no se haya todavía erigido el monumento que se merece, cuando todos los demás lo tienen (…) Que apenas una calle de Cofico y un barrio de la Seccional 13ª lleven su nombre. Y más grave todavía: muy pocos cordobeses son capaces de ubicarlo en su circunstancia histórica y componer algún trazo de su vida. Ni qué hablar de los más jóvenes que no tienen siquiera noticias de él”.5 Pero la polémica inicial se desvió a un “buen consenso” para rescatar al prócer de las tinieblas del olvido histórico. El monumento de Hepp y la difusión periodística lograron instalar en el público la temática de la reivindicación y del federalismo. En general, el discurso de los miembros de la Junta es el mismo: es necesaria la reivindicación y es legítimo el propósito del gobierno al “brindar este favor a la Provincia y su memoria”. Hablan de una “ausencia”, una “deuda histórica”, al renombrado “primer gobernador constitucional de Córdoba”, un verdadero “progresista”. Sin embargo, lo curioso es que ingresan en otra cuestión de interés: la memoria. Los historiadores y columnistas, realizan comentarios invocando la solemne “memoria sobre Bustos”, o “la memoria de los cordobeses sobre el caudillo”. ¿Qué es la memoria? ¿Cómo se la representa? ¿Qué usos hay de ella? Memoria e historia: dos lecturas del pasado Es necesario advertir una primera distinción entre la memoria y la historia. La memoria ha sido objeto de diversos análisis, polémicas y divagaciones. Como bien refiere Nietzsche a diferencia del animal, ser ahistórico, el hombre es un ser esencialmente histórico porque posee memoria y ella le impone la carga del recuerdo como un peso imbo_______________ 5 La Voz del Interior, 17 octubre de 2009. 193 conflicto agrario, donde renació la floreciente idea del “viejo federalismo”, y la reciente reivindicación al gobernador Bustos dentro del imaginario histórico provincial constituido. Colocaré otros nexos similares y ampliaré con una mención sobre el uso simbólico del pasado. CAPíTULO 7 Usos del pasado en Córdoba: la reivindicación del caudillo Juan Bautista Bustos y el federalismo en el gobierno de Juan Schiaretti (2008-2010) El cruce de notas El cruce de notas entre la rectora de la Universidad de Córdoba, los miembros de la Junta Provincial de Historia, y otros autores, dio origen a este trabajo. Comenzó por la decisión de emplazar la estatua ecuestre de Juan Bautista Bustos en el ingreso a la Ciudad Universitaria. La rectora afirmó no desconocer la obra “significativa históricapolítica para Córdoba” –a pesar de las declaraciones del secretario de cultura municipal- , pero se sorprendió con la noticia. Su defensa consiste en que el gobierno no tuvo en cuenta la “autonomía universitaria” ya que ejercían presiones para el establecimiento del monumento en el ingreso de la universidad, por lo que escribió en notas periodísticas por el respeto a la “institucionalidad y la autonomía universitaria”.3 Los representantes de la Junta Provincial de Historia, a su vez, criticaron de distinta manera la decisión de desautorizar el emplazamiento, como fue la voz de Jorge Maldonado quien manifestó “el poco conocimiento de la gestión de Bustos y de su vida”.4 Estaban Dómina –investigador independiente que por entonces cobra protagonismo como columnista- expresa en un artículo periodístico la profunda “decepción” de ver a Córdoba con un desconocimiento de la obra del caudillo y el escaso homenaje celebrado a su persona. En varias oportunidades, Dómina participa de la polémica y escribe artículos titulados tales como “¿Por qué le damos la espalda a Bustos?” o “Bustos es Córdoba”. La Voz del Interior le otorga especial recepción a su opinión: “queda una vez más la sensación –dice– _______________ 3 La Voz del Interior, 14 de octubre de 2009. 4 La Voz del Interior; 11 de octubre de 2009. 192 Agustín Rojas Introducción El trasfondo de este trabajo es la reivindicación del caudillo cordobés Juan Bautista Bustos, precisamente en base a las distintas conmemoraciones llevadas a cabo por el gobernador Juan Schiaretti en el transcurso de su gestión gubernamental, analizando de esta manera el discurso oficial y los actores sociales allegados. Trabajaré esencialmente los usos del pasado que se operan desde la memoria y su relación con la historia. También haré una revisión a la figura de este personaje histórico y las perspectivas historiográficas que indagaron en la temática. El artículo tenderá, entonces, no sólo a indagar en las representaciones de Bustos, sino cómo y porqué fue utilizado el fenómeno del caudillismo en general y sus sistemas políticos, en qué situaciones el federalismo fue objeto de polémicas y concebido bajo diversas interpretaciones disímiles. Curiosamente la primera recuperación post mortem de la figura del cordobés se encuentra plasmada, a manera breve de cuarteta, en un almanaque popular de la época rosista: “Mientras gobernó mantuvo paz, orden, felicidad; desde que faltó no hubo gusto ni tranquilidad”.1 ____________________ 1 Citado en: “LUNA, Félix (1998) Los caudillos y el ideal federalista, Buenos Aires: E. Abril, p. 93”. Se trata, en efecto, de un Almanaque Federal con motivo del año bisiesto. 189 El nexo dialéctico y a la vez funcional entre los monumentos conmemorativos y la construcción de la historia es una variante más de los escenarios políticos. Lo cierto es que sería falso afirmar que en otras provincias el reconocimiento de la figura del caudillo estuvo ausente, pues sí hubo fuertes reivindicaciones como el caso específico de Santa Fe y Entre Ríos. Pero Córdoba se mantuvo al margen y casi en la indiferencia con respecto al asunto difícil de sus “bárbaros”. Martínez Estrada resaltó lo siguiente: “El interior es la necrópolis de las autonomías del régimen federativo que hoy sólo pertenece a la historia política de la República”.2 El federalismo es cosa del pasado, y la historia restante era referida a otras efigies. Cabe aclarar que, en efecto, Schiaretti no fue el primer impulsor del proyecto aunque residió en él la rápida decisión política de efectuarlo. Con anterioridad, a principios de los años setenta, la Legislatura cordobesa encomendó la construcción de un monumento a través de la ley 5.612. Sin embargo, esto nunca ocurrió. Obregón Cano, por ejemplo, en un discurso habló sobre la necesidad de reivindicar a Bustos con un monumento “serio” e incluso localizar sus restos. Los esfuerzos individuales no alcanzaban para lograr la realización de un monumento, apenas la Comisión permanente de homenaje al Brigadier General Juan Bautista Bustos –integrada sobre todo por familiares- pudo contribuir al respecto. Por una u otra razón, se pospusieron los grandes emprendimientos. Pero sólo hasta la actualidad. El operativo inusual impuesto desde el gobierno de provincial, a partir del año 2009, implicó un rumbo diferente sobre todo por la persistencia en la debida recuperación bajo el lema o estandarte de “homenaje justo”. Ya que la voluntad política está presente y nuevas concepciones perciben el hecho, será oportuno poner esfuerzos en analizar el fundamento del rescate a la imagen de J. B. Bustos en relación a su utilización. Precisamente el seis de agosto del 2009 el gobernador Schiaretti _______________ 2 MARTÍNEZ ESTRADA, Ezequiel (1998) (1940), La Cabeza de Goliat, Buenos Aires: Eudeba, p. 33. impulsó el significativo proyecto de crear un monumento a quien fue el primer gobernador de Córdoba, asunto que motivó polémicas no sólo por su ubicación, sino también ofreció especialmente una apertura pública a la vida de este personaje calificado como “olvidado” despejando así la incógnita. La intencionalidad de este trabajo consiste en apropiarse de la figura del caudillo como producto de la polémica causada, comprenderla, asimilarla en su integridad, y no es posible hacerlo sino por medio del estudio de la misma desde la relación discursiva. El caudillo cobró desde siempre una importancia valiosa como símbolo de identidades colectivas. Por lo que será imprescindible interrogar sobre ¿cuáles son los actores sociales y políticos que operan en las memorias? ¿cómo construían las mismas y desde qué escenarios precisos? y fundamentalmente ¿qué subyace detrás del proceso de construcción y apelación al pasado? El “hambre de monumentalidad” –expresión de Nietzsche– que padece el escenario político cordobés al nombrar establecimientos, conceder premios de ciudadanía, programas sociales y erigir monumentos en nombre del caudillo posee, a mi parecer, una explicación entrelazada desde episodios políticos. En este sentido, sostengo que la reivindicación retórica/monumental a la imagen caudillesca de Bustos a través de homenajes y conmemoraciones públicas y el consiguiente sistema federal planteado como expresión de principios específicos tales como la defensa de la autonomía política y fiscal, es una estrategia de búsqueda intensa de legitimidad en base a principios políticos sustentados en la crítica al “autoritarismo” nacional y el sistema distributivo del kirchnerismo. El crucial conflicto “del Campo”, ocurrido en 2008, ofreció un escenario de disputas en donde distintos sectores en pugna apelaron a usos del pasado y sus símbolos como productores fundamentales de sentido. Desde esta perspectiva, el gobernador Schiaretti inició a partir del accionar estatal un despliegue de abordajes a la figura de Bustos e identificaciones con lo que denominó “el espíritu federal” planteándolo como una necesidad de la Córdoba actual y su singularidad. De hecho, mi motivo principal será establecer el vínculo existente entre el 190 191 lencia política, opresión, falta de tolerancia y, a la vez, el hombre de acción: el que resistió al “Puerto”. Bibliografía BISCHOFF, Efraín, (1979), Historia de Córdoba, Córdoba: Editorial PLUS ULTRA. CARMAGNANI, Marcelo (1993), Federalismos latinoamericanos: México, Brasil, Argentina, México: Fondo de Cultura Económica. CHARTIER, Roger (1998), La historia entre relato y acontecimiento. En Au bord de la falaise. L´histoire entre certitudes et inquietudes, París: Edición Albin Michel. CUESTA BUSTILLO, Josefina (1998), Memoria e historia, Madrid: Marcial Pons. DEVOTO, Fernando y PAGANO, Nora (2009), Historia de la historiografía argentina, Buenos Aires: Sudamericana. FIRULÉS, Josefina (2005), Memoria, inmortalidad e historia en Hannah Arendt, Barcelona: Università di Barcelona. FRÍAS, J. Pedro, (1988), El Proceso Federal argentino, Córdoba: Ediciones del Copista. 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En realidad, hace un juicio comparativo con Buenos Aires y la ubica por entonces bajo “el dominio de la barbarie”, puesto que la “Atenas bárbara” -como dice su epíteto- fue presa del gobierno de los caudillos. La apreciación del general Paz será construida desde el lugar del adversario, de Bustos particularmente, y es, en cambio, moralmente distinta. El unitario encarna para él los valores europeos puros: un “militar a la europea”, matemático, calculador, artífice de maniobras bélicas donde utiliza la infantería combinada con la artillería. Dice: “Paz es, por el contrario, el hijo legítimo de la ciudad, el representante más cumplido del poder de los pueblos civilizados (…) Es un militar hábil y un administrador honrado, que ha sabido conservar las tradiciones europeas y civiles, y que espera de la ciencia lo que otros aguardan de la fuerza brutal; es, en una palabra, el representante legítimo de las ciudades, de la civilización europea, que estamos amenazados de ver interrumpida en nuestra patria”.25 La presencia de Paz en la memoria colectiva de los cordobeses se debe, en general, a la utilización sobre la apreciación poética hecha por Sarmiento quien lo describe como una especie de héroe civil y representante de la civilización, a quien además le dedica sus esperanzas de organizar la República. Éstas son las palabras finales de Facundo: “¡Proteja Dios tus armas, general Paz! ¡Si salvas la República, nunca hubo gloria como la tuya!”.26 Este relato es interesante pues la estrategia de definición por antagonismos se establece en repetidas ocasiones posteriores. Los elementos simbólicos básicos establecen, con relativa complejidad explicativa, una realidad conflictiva binaria en permanente tensión. Por lo que distintos actores retomarán estas primeras apreciaciones y juicios de valor para una efectiva resignificación. _______________ 25 Ibíd., pág. 174. 26 Ibíd. pág. 310. 201 En este sentido, el comentarista Esteban Dómina, con motivo de la reivindicación de Bustos, expresó lo siguiente: “Podríamos hablar de discriminación si comparamos el abandono que rodea a Bustos con el tributo rendido a la memoria de otros cordobeses de nota, como el general José María Paz, su rival en vida y que reposa en la Catedral”.27 Ese acto de “discriminación” –a modo de selección- es señalado como una falta asimilada en errores que debe asumir la ciudadanía que es interpelada. Sarmiento entronizó al general Paz, y esa visión heroica que describió fue precisamente la que disfrutó la Provincia insertándose con éxito a través de la historiografía liberal, dentro del proyecto de país en plena formación de la generación del 80’, pero a costa de profundas y dilatadas marginaciones: Córdoba no era territorio para el caudillo. La utilización de las famosas Memorias Póstumas de Paz contribuyeron en igual sentido. Al decir de Sarmiento, el general “a la europea” fue el héroe pintoresco del pabellón provincial, y su contraposición fue diluida a partir del olvido. La imagen tradicional de Rivadavia, construida posteriormente como el enemigo acérrimo de Bustos, fue objeto de idealizaciones y entronizada bajo la formación del Estado Nacional. Se construyó una memoria viva de él, por ejemplo la que se puede ver en este discurso de Avellaneda tras el centenario de su nacimiento:“(…) Hizo el bien y recogió por recompensa el oprobio. Tuvo por único amor a la patria y murió proscripto. (…) Sus ideas eran proyecciones sobre lo venidero. Su atmósfera era la posteridad. Está aquí el pueblo de su nacimiento. Está aquí la Nación Argentina, tal como la organizó y amó: unida y libre. (…)Le tocó en su suerte providencial el soportar la mayor de las torturas: la de ser negado o desconocido en su época y en su patria.”.28 A Rivadavia se lo visualiza como el “hombre del progreso” quien fue asediado por los caudillos, los cuales finalmente destruyeron su _______________ 27 La Voz del Interior, 17 de octubre de 2009. 28 LUNA, Félix (1969), Los Caudillos y el federalismo, Buenos Aires: Sudamericana, pág. 2. 202 marco nacional, sólo que ahora ampliará el repertorio incluyendo la figura del olvidado Bustos con un monumento impactante. El Panteón de los Próceres se vio embellecido y enriquecido con una nueva gama de personajes caballerescos y eufemísticos. Al contrario de lo que decía Sarmiento, Bustos ahora es el hijo legítimo de la ciudad, su resignificación –en función del presente- fue una apuesta formidable. Forma parte armónica del tejido urbano, integrado en plazoletas y óptimo para la estética del canon aceptable. Tal como refería el famoso autor de Facundo las personalidades aparecen más sorprendentes desde “el idioma natal”. Si se trata de lenguajes, entonces, debemos analizarlos dentro de cada empresa interpretativa. Schiaretti construye así su propio discurso de Bustos; le concede propiamente la imagen de un caudillo democrático, abierto con las ideas, progresista, tolerante de las divergencias, políticamente audaz y valiente defensor de la soberanía de los pueblos, es decir, símbolo ineludible del federalismo con la respectiva defensa de la autonomía. Todo se inclina a reconocer su completa virtus, un modelo de hombre civil, que participó del proceso independista y ocupó luego cargos públicos de manera eficiente, lejos de la vieja rusticidad consuetudinaria propiamente asociada a los caudillos de épocas pretéritas. La denominada Córdoba de Bustos, en palabras de Segreti, es la provincia que enseñó una posible vía de federalismo que el país no supo comprender o ni siquiera aprovechó en el fallido Congreso de 1824; es la Córdoba que enseñó las falencias y peligros que la dominación porteña traía consigo de acuerdo con Bustos Argañaraz; es también la provincia que mostró que las costumbres locales no eran incompatibles con el progreso social y económico; la que desafió en debidas oportunidades (esas oportunidades se hacen ley histórica en la retórica causal) a los ambiciosos poderes nacionales; destituyó ella a los dictadores soberbios con revoluciones; y, en fin, la que mezcló lo viejo y lo nuevo otorgando esa característica polimórfica que concede su especificidad, hostil ante cualquier elemento intruso que desee o pueda herir su profunda sensibilidad original e incomprensible. Bustos representa el costado civilizado y republicano entre un mundo de vio219 morales, éticos, pero sobre todas las cosas, se presenta un caudillo civilizado, progresista y de valores republicanos. Es inevitable visibilizar el conflicto político subyacente detrás de la estatua, sobre todo la fragilidad fiscal, que se anuncia ávida y honestamente por el gobernador: “[el federalismo] Es un debate pendiente (...) Espero que ahora que caminamos hacia el año del Bicentenario podamos resolver el federalismo como corresponde y dejemos de depender del Ejecutivo nacional”.57 El imaginario histórico es aprovechado bajo distintas perspectivas, desde el escenario político hasta el intelectual. Así, pues, se construye el caudillo considerándolo dentro de un marco especial de apropiaciones. Evidentemente este no es el caso del federalismo en la antigua invocación vox populi…Más bien es una retórica, una implantación de lenguajes, un valiosa herramienta que se legitima desde la disputa misma por la conciencia histórica en pugna, los actores apelan a ella y afirman oportunamente sus conclusiones. Ello no impide la existencia de lazos entre los autores particulares y la oficialidad que opera en un marco político de fuerte reivindicación. Rediscutiendo el efecto intelectual de los historiadores de la Junta Provincial frente a las intervenciones, en cuanto a difusión, problematización de la temática histórica del prócer, ofreciendo perspectivas y enfoques puntuales, entre la historia y la memoria, convirtieron la reivindicación de Bustos en un hecho pragmático para la Provincia. Es prácticamente una necesidad civil, un “acto de justicia” frente al “olvido”. Sin embargo, los sujetos que participan activamente en el proceso pasan de historiadores, simpatizantes, periodistas independientes, legisladores, ofreciendo un contexto de plena singularidad que expone las distintas maneras de concebir la historia, sobre todo cuando se trata de un marco tradicional de reivindicación. La estrategia institucional, para remediar el asunto, fue la difusión de la obra y nombre de este personaje. El esperado y ansioso Bicentenario fue una oportunidad exclusiva y apropiada para el emplazamiento de este tipo de proyectos: la ceremonia patriótica se festejó exitosamente y Córdoba mostrará sus propios héroes que conforman el “Feliz Experiencia”. Avellaneda se presenta como el continuador de su sueño civilizador. Los caudillos fueron una sombra, un obstáculo, que finalmente se liquidó y se avanzó al bienestar del país. Bustos tuvo serios enfrentamientos renegando de su “feliz experiencia”. Se puede apreciar fácilmente, en algunas publicaciones, el fomento de la antinomia Bustos/Rivadavia. Este es el caso de Rafael Garzón en su obra: “Juan Bautista Bustos y Bernardino Rivadavia, dos proyectos de país”.29 Enfatiza en el desencuentro entre las provincias y el considerado “Puerto”. Sostiene que la ‘Historia Oficial’ es escrita siempre desde Buenos Aires, y dice: “una de las circunstancias que llama la atención a quien le interesa la historia de nuestra provincia es el juicio de valor que realizan los historiadores cordobeses sobre personajes locales muchas veces es diferente y (…) opuesto al de historiografía oficial”.30 El integrante destacado de la Junta Provincial, Prudencio Bustos Argañaraz, encontrará cabida perfecta para la publicación propia. En este contexto de fuerte reivindicación buscará primero publicar su libro “El gobernador Juan Bautista Bustos y su lucha por la Constitución” a través de la Secretaría de Cultura, sin éxito, para después efectuar la publicación en Editorial Córdoba. El autor participó activamente en el proceso reivindicatorio, integrando comisiones de memoria que rápidamente tomarían las decisiones para llevarlas a cabo (como la elección de la estatua). Afirma que el verdadero legado de Bustos consiste, más que en los logros militares “que sí los tuvo”, en los aportes “que realizó bajo su gestión como gobernador de la provincia, a la que dio su organización dentro del sistema republicano”.31 Efectúa una visión republicana del prócer, apoyándose en el valor que obtiene su Reglamento Provisorio de 1821, convirtiéndose en su “obsesión”. Incluso prefiere no llamarle “caudi__________________ 218 203 29 GARZÓN, Rafael (2006) Juan Bautista Bustos y Bernardino Rivadavia, dos proyectos de país, Córdoba: Ediciones del Copista, p. 6.bíd. Pág. 8. 30 Ibíd, p. 8. 31 BUSTOS ARGAÑARÁZ, Prudencio (2010) El gobernador Juan Bautista Bustos y su lucha por la Constitución. Córdoba, pág. 10. llo” puesto que alude peyorativamente al líder autoritario. En el relato trabaja fundamentalmente con antinomias como Bustos/Rivadavia y construye al general Paz como un “invasor” que destruye la obra significativa del gobierno de su antepasado al que lo vincula una íntima relación. En la contratapa de la edición se observa nítidamente lo siguiente: “convirtió a Córdoba en el centro neurálgico de la política argentina (…). La provincia le debía por ello el justo homenaje a que se hizo acreedor, y ahora que el monumento que perpetúa su memoria se erige en el parque Sarmiento, resulta oportuno rescatar sus merecimientos.” Y en relación al federalismo se destaca: “hoy el federalismo se erige en una asignatura pendiente que los argentinos no hemos logrado consagrar (…) la imagen de Bustos cobre nuevas dimensiones y el conocimiento de su gesta resulta de un ejemplo óptimo para tal fin”.32 Desde el ámbito académico universitario tenemos sobrados motivos para afirmar que no se ha trabajado intensamente en el asunto hasta la época reciente. Quizá este fenómeno explique la perdurabilidad de la obra de Segreti Juan Bautista Bustos en el escenario provincial y nacional (1970). En el prólogo intenta realizar una contribución a “la memoria de la provincia”. El relato es ameno, trabaja una documentación variada y no refleja una intencionalidad extra-académica en el análisis del gobernador Bustos. Explica la relación entre el centralismo porteño y la fragmentación política de las provincias, incorporando así una “mentalidad provincial”.33 En términos historiográficos existe una vinculación conceptual inmediata de la siguiente relación: Caudillo - masas populares. La relación no es errónea, pero si se tiene en cuenta la introducción de elementos modernos anacrónicos en el concepto de ciertas apreciaciones tales como “demagogia”, “populismo temprano”, “sistema paternalista del pater familias” etc., se verá hasta qué punto persisten todavía _______________ 32 Ibid. SEGRETI, Carlos S.A. (1970) Juan Bautista Bustos en el escenario provincial y nacional. Córdoba: Gobierno de la provincia, Subsecretaría de Cultura, pág. 32. 33 santafesino. Para sorpresa de muchos, la Junta Provincial de Historia de Córdoba fue ignorada en el proceso. El hallazgo produjo serias dudas al respecto: hubo denuncias de ambas provincias de inautenticidad, fraude, falta de veracidad histórica expuesta en la evidencia, el mal manejo empírico, etc. Inclusive descendientes directos fueron utilizados para análisis de muestras para la confirmación de la veracidad de los huesos. Personalidades influyentes como Prudencio Argañarás se manifestaron “escépticos” al respecto. A lo que Schiaretti respondió, esta vez ofendido, a los historiadores que “dejen hablar a los forenses”… La extradición confió un sentido mucho más amplio: la mención de Paz -el rival del personaje, en cuestión- se nivela a su imagen satisfactoriamente para brindar una actitud o gesto político-simbólico de reconciliación: “en estos doscientos años vale rescatar la figura olvidada de Bustos, poner en valor la unión de los cordobeses, porque a Córdoba la hicieron las ideas del primer gobernador constitucional, pero también del General Paz, por lo que los restos de los dos merecen descansar en nuestra catedral”.56 La catedral se convertirá en el espacio convergente, la cámara solemne de los próceres, donde además de Paz descansa el Deán Funes, pues allí armonizarán las tres figuras. Ambas tumbas, la de Paz y Bustos, se mirarán de frente. Consideraciones finales La figura de Bustos carecía, en efecto, de visibilidad pública a nivel material y simbólico en la provincia. Era necesaria una construcción, con fuerte impulso institucional, para sostener y garantizar en la memoria colectiva la aprehensión de una figura caudillesca ausente. Y someterla, por supuesto, a una interpretación llena de solemnidad y heroísmo con la cual se construyeron tradicionalmente los “héroes” del panteón nacional. La eficacia simbólica con determinadas características que debe llevar el “prócer” es un elemento a tener en cuenta: heroísmo, valores y principios _______________ 56 La 204 mañana de Córdoba, 20 de mayo de 2010. 217 protagonista de una historia heroica contra dictaduras e injusticias sociales. (…) Además, propuso [Passerini] el nombre de Bustos, que es una especie de San Martín para los cordobeses, hombre que actuó en las luchas entre unitarios y federales. Pero los que pidieron borrarlo a Tosco pasaron por alto que Bustos ya tiene un monumento impresionante en el Parque Sarmiento”.55 En primer lugar se desprende el reconocimiento del impacto monumental y conmemorativo, nunca se discute en serio el lugar del prócer. Y sobre todas las cosas, por primera vez, se juzgó de manera crítica la operación reivindicatoria del gobierno provincial, creando así un cierto marco de sospecha, que consistía en no tolerar simplemente la reivindicación de un prócer que invadía el espacio simbólico de otro. Evidentemente se evidenció entre los distintos escenarios una disputa de memorias. Los restos y su extradición El proceso no podía concluir sino se llevaba a cabo la extradición ansiada del prócer. Los restos son un elemento esencial ante cualquier veneración, e incluso se producen disputas por su absoluta posesión. En este caso, las relaciones con la provincia vecina de Santa Fe fueron óptimas al respecto y produjo la intención de colaborar mutuamente en el proceso. En este sentido fue productivo el gesto de Binner de brindar “tierra”, a manera simbólica, del cementerio Santo Domingo donde está ubicado el caudillo. Los restos de Juan Bautista Bustos se encuentran enterrados en el lugar indicado, pero con distintos cuerpos a la vez, lo que sugiere una tarea dificultosa que necesitó la aprobación de la Comisión Nacional de Monumentos y Patrimonios. Por lo que se puso en práctica una “comisión biprovincial” evaluadora para establecer adecuadamente la confirmación precisa del personaje difunto. Participaron en ella un grupo de forenses contratados para tal propósito y un único historiador _______________ 55 Ibid.. 216 prejuicios. La representación del caudillo no quedó estancada al siglo XIX sino que se trasladó al ámbito político de poder y relaciones de liderazgo, con elementos singulares, como es el caso de Yrigoyen. De todas maneras, la renovación historiográfica fue muy fructífera al respecto. Dando lugar a trabajos muy interesantes por parte de José Chiaramonte, Goldman y Carmagnani que, entre otros, contribuyeron a dilucidar la cuestión. Para Chiaramonte, por ejemplo, Bustos no sería producto de la “anarquía” sino más bien un protagonista crucial de los experimentos estatales-provinciales ocurridos tras el fracaso del intento centralizador. En cuanto al federalismo, Carmagnani determina que es no es un simple sistema de valores, sino más bien un principio político, un modelo doctrinario e institucional, que se adaptó a las distintas circunstancias y marcos situacionales locales. Señala que la experiencia federal en este país fue en verdad una experiencia confederal más que federal, y que habrá posteriormente una “reorientación del federalismo”.34 Existen, en efecto, distintas perspectivas y visiones del sistema federal que involucraba el pensamiento de los distintos actores políticos de la época definiéndose en la práctica. Quiroga, Bustos, Dorrego y el mismo Juan Manuel de Rosas tuvieron ideas distintas –e inclusive a veces ambiguas- frente a distintas cuestiones. Esas visiones se reencontraban y rechazaban, se disputaban el problema central: la gobernabilidad. También el federalismo, al involucrar la regionalización, abarca la identificación cultural de la sociedad. La emergencia del nacionalismo temprano, que comienza por rescatar las raíces hispánicas primero, el legado católico de la Iglesia, el elemento indígena ligado a lo anterior, el criollo y la herencia colonial, en su totalidad, dotará de impulso a nuevas corrientes de pensamiento. El peronismo fue vital en este sentido, al rescatar e identificarse con la cultura de las “masas” y su “folclore federal”, es decir, valores, creencias, leyendas y representaciones. En el sentido retórico existía la rei_______________ 34 CARMAGNANI, Marcelo, (1993), Federalismos latinoamericanos: México, Brasil, Argentina, México: Fondo de Cultura Económica, p. 204. 205 vindicación y la identificación cultural –desde lo ontológico el rescate existencial y simbólico del “desierto”-; pero la tradición centralista opacaba la autonomía política y molestaba a las dirigencias partidarias locales. De todas maneras habría que distinguir los primeros gobiernos peronistas de sus intelectuales, pues visiblemente Perón prefirió identificarse con el Panteón precedente como el caso del general Roca o la efigie sanmartiniana.35 Los estudios sobre el federalismo se orientaban del análisis de los caudillos hacia una historia jurídica que indagaba en el entramado institucional, o inclusive como una “técnica de vida social”36 según Pedro Frías. La constitución de 1853 estableció un parámetro de federalismo –como puede apreciarse en otras constituciones- pero se discute sobre el carácter presidencialista, a pesar de la existencia representativa del Senado, las relaciones de autonomía económica y política que surgen como reivindicaciones clásicas de las provincias cuyos aparatos productivos y herramientas cultural/institucionales fueron lo suficientemente afectadas. Córdoba debido a su especificidad y memoria histórica expresó un lenguaje político intrépido, legítimo, capaz de enfrentarse a sus “enemigos” que surgen en el seno de las autoridades nacionales para dañar su autonomía, desde el plano de la resistencia popular. La reivindicación del Prócer y el poder político Cabe preguntarse desde cuándo se inicia o intensifica la relación discursiva en cuanto al federalismo y la cuestión simbólica caudillesca. El germen se inicia en el mes de marzo del año 2008 cuando se efectuó un paro general por parte de las organizaciones agropecuarias que protestaron por la polémica resolución 125/08 que aumentaba las retenciones sobre la soja y otros productos. Este extenso conflicto promovió un proceso de politización interesante en la sociedad, pero que _______________ 35 GOEBEL, Michael,(2004), La prensa peronista como medio de difusión del peronismo, Rosario: Prohistoria, pág. 255. 36 FRÍAS, J. Pedro, (1988), El Proceso Federal argentino, Córdoba: Ediciones del Copista, pág. 263. 206 La medida generó una fuerte controversia debido a que fue comprendido como una “provocación”, por lo que distintos sectores políticos y sociales manifestaron el desconcierto ante esta sentencia. Por ejemplo, la organización Madres de Plaza de Mayo, a través de Hebe de Bonafini, descalificó al titular del bloque de legisladores oficialistas, Daniel Passerini, a quien acusaron de actuar “contra los intereses de los trabajadores”. Las Madres se manifestaron diciendo: “Rechazamos que se pretenda borrar ese justo homenaje a nuestro gran amigo, luchador incansable por los derechos de los trabajadores y ejemplo de lucha por la dignidad”.53 Por otro lado, el sindicato de Luz y Fuerza se mostró conmovido y agredido manifestando abierta hostilidad a la medida. Inclusive hubo una movilización de los descendientes de Agustín Tosco, su hija declaró “Sin desmerecer todo lo que puede significar Bustos, siento que el gobernador y los legisladores pisotearon el nombre de mi padre. Ofendieron a la familia y a la decisión de un Concejo Deliberante que representa a todos los vecinos y partidos políticos. Ignoran la decisión del pueblo. Me siento agraviada”. Otra vez ingresaba en el contexto la delicada memoria individual y la subjetividad. Aunque mucho más sorprendente fue la respuesta del hijo del dirigente sindical: “es un blooper gigantesco. Políticos vivos juegan con el nombre de los muertos”.54 Luego hubo rápidas movilizaciones por parte del gremio de Luz y Fuerza indicando el repudio a la decisión. El suceso tuvo repercusión inesperada a nivel nacional. El historiador Osvaldo Bayer, sorprendido, opinó al respecto desde Alemania: “Tristeza e indignación. (…)Al mejor de todos de nuestra generación, al ejemplo de lucha por la dignidad, a quien sufrió cárceles, persecuciones, amenazas y nunca retrocedió, a quien fue un ejemplo de honradez y sencillez, justo a él, los representantes del pueblo cordobés le niegan que sea recordado su nombre en una calle de esa ciudad. A él, _______________ 53 54 La Voz del Interior, 20 de mayo de 2010. La Voz del Interior, 10 de diciembre de 2010. 215 Declaró al respecto: “Fue quien dictó la Constitución de la Provincia de Córdoba y cuando gobernó se ciñó absolutamente a ella. Se ocupó de expandir la educación porque sabía que ése era el camino de la libertad de los pueblos y rescató la Universidad Nacional de Córdoba, dándole recursos para que nuestra Córdoba siga siendo el faro que ilumina la sabiduría y la modernidad de nuestra Patria”.50 Y agregó enérgicamente: “Fue un cordobés que como gobernador no sólo puso en marcha la imprenta sino que tuvo tolerancia con sus opositores (…) Fue un gobernador federal, lúcido y con criterio de progreso y tolerancia, un férreo defensor del federalismo”.51 Es natural que Schiaretti identifique estas virtudes del caudillo en concordancia fundamentalmente Bustos es reconocido por colocar la segunda imprenta, logrando el desarrollo periodístico que se tornó variado dentro de los límites morales y religiosos estipulados. El Reglamento Provisional otorgó el pluralismo político, lo que es señalado en los discursos como “tolerancia política”.52 El gobernador se acerca a esos principios, los examina, dictamina que deben ser los correctos para un buen gobierno federal y republicano. El galardón Juan Bautista Bustos es una distinción que entrega el gobernador desde 2010, año del Bicentenario de la Patria, a personalidades cordobesas reconocidas a lo largo de la historia. Cuando se llegó a esta instancia, la reivindicación llegó a niveles de sospecha pública. La autopista: Tosco vrs. Bustos El 9 de diciembre el gobernador Juan Schiaretti decidió que la avenida Circunvalación, llamada hasta entonces Agustín Tosco, en homenaje al histórico dirigente sindical, sería cambiada de nombre por Juan Bautista Bustos, motivo que encendió arduos debates. _______________ no sólo acabó fragmentándola, sino que distintos sectores políticos rehabilitaron el concepto de federalismo como centro de discusión y disputa abarcando todos los escenarios posibles, ofreciéndole al conflicto un dinamismo bastante particular. El gobierno kirchnerista comenzó un proceso de recaudación que agravaba al fisco de las provincias en la medida que estas aumentaran su producción del agro-exportable considerada sin valor agregado. Por otro lado, el fenómeno de la Ley de coparticipación federal persistente, que comenzó a agravarse décadas atrás,37 provocó serios replanteos entre ciertos sectores considerados “afectados”. Muchos gobernadores, al ver sus finanzas deterioradas por diversos motivos, repudiaban la actitud redistribuidora y canalizadora de los recursos que aparentemente poseía el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Criticando primero el “autoritarismo oficialista”, después el papel económico “asfixiante” del Estado, comenzaron a plantearse en oposición a lo que imaginaban como el foco agresivo y extractor de recursos fiscales tradicionalmente ubicado en Buenos Aires. Juan Domingo Schiaretti fue uno de los gobernadores más influyentes que participó dentro de la oposición. Fue el primer funcionario que recibió públicamente a las organizaciones, el representante Néstor Roulet declaró “el gobernador está totalmente convencido de que hay que modificar este sistema de retenciones. Dijo que se pueda hacer un sistema productivo para que el productor se desarrolle en su zona. Se habló de federalismo, y eso es muy importante”.38 La provincia agro-exportadora de Córdoba comenzó a sufrir un atraso evidente de recursos financieros pactados donde se exigía su inmediata devolución. Las tensiones debido a la fragilidad del lazo político construido, concluyó en la percepción de una crisis a nivel _______________ 37 La mañana de Córdoba, 21 de mayo de 2010. Voz del Interior, 20 de mayo de 2010. 52 Pero ello no impidió que Bustos ganara una segunda gobernación después de irrumpir con violencia en la legislatura provincial. La Ley de Coparticipación Federal fue modificada anteriormente primero por Alfonsín (1988); luego fue incrementada en el menemismo (1992-1996); y por último el intento de modificación en el período kirchnerista. Implica un gravamen progresivo que interviene en la fiscalidad de todas las provincias, afectadas las que más poseen recursos financieros. 38 La Nación, 12 de mayo de 2008. 214 207 50 51 La local, debiendo enfrentarse a distintos sectores –el gremialismo particularmente- con la consecuente reducción de los recursos estatales y un elevado costo social. Ciertamente, pues, el paro agropecuario tuvo como uno de los ejes principales aquella provincia incluida dentro de las regiones más productivas afectadas por las retenciones. A partir de una lógica de respuesta inmediata el gobernador Schiaretti denunció la “carencia del federalismo” expresado en la Ley de Coparticipación Federal, puesto que su provincia ingresó entre las más sufridas. Desde entonces, a la luz de estos reclamos, comienzan a emerger en el escenario político signos evidentes en referencia al “federalismo” como verdadero y legítimo sistema de gobierno en el cual los pueblos debían regirse y convivir políticamente.39 El concepto de federalismo, como signo de referencia histórica, es vital en el contexto donde se plantea precisamente el “autoritarismo” oficialista y las consecuentes presiones políticas. Varios gobernadores se adhieren al cordobés en el reclamo exponiendo la imagen de “políticos mendigos” que debían ceder perdiendo autonomía a las peticiones del gobierno nacional, convirtiéndose en una práctica de resistencia frente a intereses fiscales afectados. Por otro lado, al romper vínculos de alineación con el gobierno nacional Córdoba sufrió un atraso evidente de fondos destinados a saldar el enorme gasto público. La crisis internacional logró subir las tasas de interés afectando con dureza las arcas provinciales, hasta el punto de casi tomar la decisión de emitir bonos para una cobertura local y obtención de empréstitos. No en vano el gobernador aclaró transitar el duro año posterior 2009 “con sudor y uñas”. En el día de la Lealtad peronista, rodeado del ámbito partidario, exclamó en voz alta: _______________ 39 En realidad, puede rastrearse un conjunto de denuncias análogas un tiempo atrás. La crí- tica sobre la reciprocidad fiscal nunca quedó resuelta del todo en las gobernaciones anteriores, dando por resultado una serie de antecedentes que se remontan una década atrás. De todas maneras, el conflicto de 2008 inauguró un escenario preciso y óptimo para ciertos planteos, reafirmación de principios, problemas, y con cierta historicidad de las dificultades, cuya significación partía de la situación presente, el conflicto con el gobierno nacional. 208 la figura de Juan Bautista Bustos como gobernador porque no hay duda de que para nuestra Córdoba no fue sólo el héroe de la independencia nacional que aportamos los cordobeses; no fue sólo el jefe del Estado Mayor del Ejercito del Norte en la lucha por nuestra independencia, fue el primer gobernador constitucional de Córdoba”.48 Naturalmente el padrino del regimiento será el propio gobernador, quien se apoderó del entusiasmo diciendo que “la importancia de Bustos es una responsabilidad de estado”. La Inauguración de la estatua El veinte de mayo quedó inaugurada la estatua de Hepp en avenida Concepción Arenal y Arquitecto Carlos Thays, en cercanías de la plaza España. Los descendientes directos del caudillo estuvieron presentes. Mientras Horacio Grigione Bustos declaraba ante los medios que “esto es un sueño cumplido, porque nuestra familia desde el año 1970 que viene luchando por este reconocimiento”,49 parecía cumplirse un destino que conducía inevitablemente a una cierta “causa justa”. La memoria familiar pareció un elemento indispensable dentro de la memoria colectiva en construcción. Esto figura dentro del programa de actividades referidas al Bicentenario, donde el gobierno provincial intenta articular las actividades locales en un marco más general como el nacional. Como bien refiere Vidal-Naquet, las memorias y las políticas reivindicatorias se entretejen entre distintos escenarios, como el nacional y el provincial, siendo el Bicentenario “de la patria” el punto en común que liga la promoción de estas prácticas de legitimación política, los próceres locales deben integrarse en el marco general. Schiaretti ocupa el centro de la escena junto a otras autoridades, calificando el suceso como “un acto de estricta justicia” porque “es reparar su ausencia en la historia oficial de Córdoba y de la Patria”. _______________ 48 Ibíd. 49 Hace referencia, en efecto, a la Comisión de Homenaje a Juan Bautista Bustos, inte- grada por muchos de sus familiares y descendientes del prócer. 213 el nuevo Centro Cívico. El gobernador afirmó que le gustaría “bautizar al Centro Cívico del Bicentenario con el nombre de Juan Bautista Bustos, en homenaje al primer gobernador de la Provincia y uno de los defensores más acérrimos del federalismo”.46 La vieja “Casa de las Tejas” será abandonada por un nuevo Centro Cívico, anunciado con la licitación pública nacional para su construcción más el Centro de Convenciones, por un valor de 427.494.686,87 millones de pesos, en el predio de la Estación Mitre. Que el centro gubernativo de mayor importancia cobre el nombre de Bustos, el cual será un emplazamiento de importancia onerosa, es un dato a tener en cuenta en el análisis. “Los Gendarmes de Bustos” y el “Padrino” Otra noticia de relevancia fue la decisión del gobernador de crear un colorido cuerpo llamado “Los gendarmes de Bustos”. La decisión fue tomada por el Gobierno provincial, tras un acuerdo que Schiaretti firmó con el comandante del Tercer Cuerpo del Ejército, Carlos Pedro Artuso. “La intención es mantener viva la memoria de los cordobeses sobre la figura del primer gobernador constitucional de la Provincia, el general Juan Bautista Bustos, y a su heroica actuación en el nacimiento de la Patria”47 dice el periodista. Para darle vida a este “nuevo regimiento”, el Tercer Cuerpo del Ejército pondrá a disposición los 60 efectivos que integrarán el batallón protocolar, que llevará el nombre de los “Federales de Bustos”, según la pretensión del gobierno. Lo curioso es que estos hombres del ejército vestirán el uniforme de elite que usaban los granaderos de Bustos. Usarán chaquetilla de color rojo intenso y una pechera azul con botones blancos, además de puños y cuello albiazul. Durante la presentación del cuerpo, que tuvo lugar en el parque Sarmiento, el gobernador Juan Schiaretti dijo: “es clave reivindicar _______________ 46 47 Ver: http://www.lmcordoba.com.ar/2009/11/05/nota202426.html Día a Día, 7 de julio de 2009. 212 “La historia dirá que el peronismo cordobés liderando la sociedad de Córdoba se plantó y exigió que bajen las retenciones, que dejen de llevarse recursos, que cambie la ley de coparticipación, que haya federalismo en nuestra patria”.40 Cabe recordar que el cordobés alcanzó la gobernación con altas dudas sobre su legitimidad y legalidad debido a denuncias de fraude. La participación en el conflicto le ganó, a su vez, una popularidad concerniente a la provincia afectada. En la extensión de los meses de 2009 se observa cómo se consolida el discurso federal con mayor vigor. El gobernador expresa claramente en la Legislatura provincial, con motivo del inicio de las sesiones inaugurales, lo siguiente: “El país se encamina hacia el Bicentenario y creo que es el momento adecuado para resolver una materia pendiente con el federalismo en la Argentina. Me refiero a que es hora de debatir y sancionar una nueva Ley de Coparticipación Federal”.41 Schiaretti se expresó en la Legislatura puntualmente diciendo: “Esto es fundamental porque lo que está en debate es, en última instancia, la vigencia o no del sistema federal”. Postula luego con vehemencia: “Estoy convencido que los gobernadores, que por Constitución Nacional debemos plantear la nueva Ley de Coparticipación Federal podemos alcanzar los consensos necesarios para una ley que nos permita recuperar autonomía y superar años de desencuentros y soluciones parciales”.42 Y tras la fórmula repetida varias veces de “estamos construyendo la Córdoba del futuro” recupera la tradición histórica-cultural provincial: “El futuro se construye con la historia, la idiosincrasia y los valores de los pueblos y de sus habitantes. Se funda sobre valores compartidos y concepciones culturales comunes”.43 _______________ 40 La Voz del Interior, 18 octubre de 2009. Discurso inaugural legislativo, http://www.cba.gov.ar 2009. 42 Ibíd. 43 Ibíd. 41 209 La denominada ‘idiosincrasia’ prevalece en elementos comunes que distinguen ciertas singularidades identificables en la trama del pasado. Entonces, su reconocimiento es una forma de exponer cuáles fueron esas “concepciones culturales comunes” para desarrollarse en un transcurso temporal que se repite desde la singularidad. El sentido del legado es una idea que recobra vitalidad, siendo una característica que subyace en las expresiones políticas. Schiaretti, a su vez, asume ese legado en la responsabilidad de proteger el afectado interés provincial. Como continuación afirma en el discurso legislativo lo siguiente en el mismo sentido: “Tenemos sobrados motivos para sentirnos orgullosos de nuestra Córdoba, de sus sueños y sus rebeldías. De nuestra Córdoba que se hizo con la pasión federalista del brigadier Juan Bautista Bustos”.44 El discurso legislativo es muy rico al respecto, pues allí se proyectan o reflejan los principios en que se sustentan los gobiernos, los proyectos, los planes de largo plazo, la ideología concerniente, las promesas y perspectivas futuras. Señala además en los medios televisivos sobre “una deuda con Bustos” que debe saldarse en su lucha contra el olvido. El gobernador atrae a sí mismo y su entorno político los principios federales. Asumir “la pasión del brigadier Juan Bautista Bustos” implica un posicionamiento firme. Realiza un arraigado rescate y lo demuestra como una característica de su gobierno. Para ello el gobernador se sostiene en conceptos comunes como “tradición” y “pasado común” que responde a los criterios de difusión, convirtiéndose el “federalismo” en una cuestión de agenda. Córdoba se suma luego del enfrentamiento con el gobierno nacional como una exposición de sus singularidades y tradiciones políticas propias. Se exalta la singularidad en la dimensión histórica donde la provincia fue protagonista del avasallamiento de “lo nacional” a costa del pasado provincial. Quizá muchas interpretaciones del federalismo indaguen en la idea de pérdida, la debilidad de un poder aún no verdaderamente constituido, una cierta desconfianza. Una alto funcionario destacó que “no debe perderse la identidad provincial”, una señal o indicio del temor inducido _______________ 44 Ibíd. 210 Se refugia en lo singular para destacarse en el marco general de las relaciones simbólicas. Fue en este mismo contexto donde tuvo cabida el incipiente peronismo federal que acucia las cuestiones antes referenciadas. Detrás del estandarte del federalismo se ocultan profundos intereses, que poseen orígenes fiscales y paralelamente reacciones en el campo de lo político. La respuesta del gobierno, confirmada por una intensa estrategia de homenaje y conmemoración a Juan Bautista Bustos, incluyó un vasto programa de acción, que desarrollaré a continuación. El monumento de Hepp El escultor cordobés Hepp fue encomendado por una Comisión oficial45 para realizar el monumento al gobernador Juan Bautista Bustos (efigie de bronce que destaca al caudillo clásico con sus valores bélicos). La decisión de disponerlo fue idea del gobernador de la provincia, Schiaretti, quien se propuso a conmemorarlo y homenajearlo en el venidero 180º aniversario de su muerte y en el esperadísimo Bicentenario. Claro está que los aniversarios son una oportunidad política indispensable para los gobiernos y los países (el caso crucial es el centenario en 1910), como también para plantear cuestiones esenciales que sirvan para la reflexión ciudadana y la proyección de valores. El emplazamiento del monumento logró el efecto esperado: los diarios, y los medios en general, comenzaron a reproducir los discursos del gobernador donde hace uso del estandarte del federalismo histórico y toma en cuenta la figura indispensable del caudillo. El Centro Cívico La prensa informó que el gobernador Schiaretti y el intendente Daniel Giacomino trataron sobre un convenio de importancia para _______________ 45 En dicha comisión organizada por el Poder Ejecutivo, participaron algunos miembros de la Junta Provincial de Historia. Entre ellos se destaca Prudencio Bustos Argañaráz. 211 688-689. Constitución, no pudiendo permitirse desde el Estado que se dieran otros significados, mucho menos negativos, al proyecto político. Por eso no sólo es importante el uso monopólico de la palabra, sino de los soportes materiales que la difundían. Siguiendo a M. Philp, a partir de 1949, el rasgo sobresaliente fue la gestación de una nueva estructura institucional en medio de importantes debates político-partidarios que demuestran que la centralización producida durante el peronismo fue el resultado del enfrentamiento de proyectos diferentes. Uno de ellos, el peronista, pugnaba por la nacionalización de las políticas provinciales; el otro, representado por la oposición política, anteponía la autonomía de la provincia frente a la homogeneización de la política nacional.33 Como parte de aquel proceso, en 1949 se reestructuraba la Secretaría General de la Gobernación, organismo de coordinación interministerial, poniéndose bajo su jurisdicción a la dirección de Prensa y Difusión a través de la cual se difundían los actos de gobierno, lo que supuso el virtual monopolio de los medios de comunicación. En la Cámara baja se planteaba desde la oposición la situación hacia 1950: Los diarios que conservan cierta independencia se están viendo obligados hasta suspender sus ediciones por la falta de papel. Mientras los diarios favorables a la situación tienen toda la existencia que necesitan […] dejan de editarse diarios porque las autoridades oficiales que regulan el papel, para evitar precisamente la carencia del mismo, no lo acuerdan, o lo acuerdan en cantidades insuficientes. La radio […] es negada sistemáticamente a los partidos de la oposición.34 33 Fuentes: Textos sobre la temática: ALBERDI, J. B (1966) (1852) Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, Buenos Aires: Edición Tebas. SARMIENTO, D. F. (1999), (1845), Facundo, Buenos Aires: Emecé. BUSTOS ARGAÑARÁZ, Prudencio (2010) El gobernador Juan Bautista Bustos y su lucha por la Constitución, Córdoba: Edit. Córdoba. MARTÍNEZ PAZ, Enrique (1941), La formación histórica de la provincia de Córdoba, Córdoba: Universidad Nacional de Córdoba. SEGRETI, Carlos S.A. (1970) Juan Bautista Bustos en el escenario provincial y nacional. Córdoba: Gobierno de la provincia, Subsecretaría de Cultura. LUNA, Félix (1966), Los Caudillos, Buenos Aires: Planeta. GARZÓN, Rafael (2006), Juan Bautista Bustos y Bernardino Rivadavia, dos proyectos de país, Córdoba: Ediciones del Copista. Discursos oficiales: http://www.cba.gov.ar: “Discurso del gobernador Schiaretti en la sesión inaugural de la Legislatura de Córdoba del año2009”. _______________ 34 RICOEUR, Paul, (2000), La Memoria, la Historia y el Olvido, México: Fondo de Cultura Económica. VIDAL-NAQUET Pierre (1999), Memoria e historia, Biblioteca virtual de Ciencias Sociales. STORTINI, Julio, (2004), Polémicas y crisis del revisionismo histórico, Buenos Aires; Biblios. PHILP, op. cit., p. 118 Cámara de Diputados de la Provincia de Córdoba, Diario de Sesiones, año 1949, p. 240 221 Diarios consultados: y, luego de la reforma de la Constitución, contaba con los medios institucionales legítimos para realizarla, dando así una nueva organización a la población. El nuevo estilo de vida propuesto desde el Estado siguiendo la doctrina peronista, tenía como objetivo expandirse sobre toda la población, lo que implicaba para el gobierno llevar adelante una reforma cultural que necesariamente debía alterar las bases del orden social y ganarle enemigos entre los sectores políticos de la oposición. La autonomía de la provincia era eliminada del todo al presentarse el gobierno de Córdoba como fiel intérprete de la doctrina peronista, poniendo todos los recursos locales en función de satisfacer los supremos intereses de la comunidad nacional, asegurándose así el propósito de garantizar la subsistencia de un pueblo libre, justo y soberano. La Voz del Interior, Córdoba. La mañana de Córdoba, Córdoba Día a Día, Córdoba. La Nación, Buenos Aires. Página 12, Buenos Aires. El privilegio de la palabra. Para 1949 desde la oposición demócrata se sostenía en la Cámara Baja, que más allá de que el oficialismo proclamara que la “revolución juniana” era la única que permitía unir la libertad política con la libertad económica: Esta revolución no ha asegurado la libertad económica del hombre argentino, ni del pueblo de la República, y en cambio, ha suprimido muchos de los derechos que se llaman abstractos, que son sutiles y finos y que están incorporados como letra muerta a la Constitución recientemente reformada […] Porque en este país no existe libertad de prensa ni de expresión.32 Para entender estas manifestaciones, como las de la oposición en general, se debe considerar el contexto, en el que un nuevo orden social que incorporaba a un nuevo actor, se combinaba con la necesidad del gobierno de dar legitimidad a ese orden plasmado en la _______________ 32 Cámara de Diputados de la Provincia de Córdoba, Diario de Sesiones, año 1949, pp. 222 239 TERCERA SECCIÓN PERONISTAS, COMUNISTAS Y MILITARES Fig. 1: Organigrama del Primer Plan Quinquenal Provincial, 1952. Cámara de Senadores de la Provincia de Córdoba, Diario de Sesiones, año 1952 Esta forma de participación entre la provincia y la nación era consecuencia de una actitud “argentina” y “peronista”, en términos del gobernador cordobés. Una última cuestión, que más adelante desarrollaremos, era la referida a la organización del pueblo, que figuraba como el primer ítem en lo referido al plan en general, y a la acción social en particular (ver supra Fig. 1). Al respecto afirma en su discurso el mandatario que “La acción provincial en materia de población, ha de tener como objetivo fundamental la conformación de la unidad del pueblo argentino sobre las bases y principios de las constituciones nacional y provincial peronistas.”31 Esto nos deja entrever la coherencia en el proyecto peronista, cuyo supuesto fundamental desde el primer momento había sido precisamente la unidad poblacional en función de su proyecto político _______________ 31 Cámara de Senadores de la Provincia de Córdoba, op. cit., pp. 1179-1180 238 que, encerradas en la misma comunidad nacional, no habían sido todavía utilizadas a causa de una subestimación de su propio valor28 El objetivo último de todo esto era establecer “la paz social”, que sólo se lograría cuando se instaurase por completo la justicia social y el instrumento para ello ya estaba en manos del gobierno, así: La Constitución Nacional Peronista permite ahora consolidar la paz interior en base a la resolución de su preámbulo, que establece el irrenunciable propósito de ser un pueblo libre, justo y soberano, y en base a la inclusión de los Derechos del Trabajador y de todos los restantes derechos que concurren a lograr sin equívocas intenciones la paz social. Todo esto ha dado también a nuestra doctrina un sentido eminentemente popular.29 Derivado de aquel, el Plan Quinquenal para la Provincia de Córdoba se ajustaba, en consecuencia, a las proyecciones del Segundo Plan de Perón en lo referido a lo fundamental y lo general de sus objetivos, respetando la órbita nacional en todo lo que pertenecía a ese ámbito, pero, según Lucini, “adquiere un matiz propio en el plano de lo provincial que le otorga originalidad, adaptación localista y elasticidad suficiente para adaptarse mejor a las necesidades regionales.”30 ________________ 28 Ibídem. 29 Cámara de Senadores de la Provincia de Córdoba, op. cit., p. 1176. 30 Cámara de Senadores de la Provincia de Córdoba, op. cit., p. 1177. 237 cumple la voluntad del pueblo de afianzar la grandeza nacional en los principios doctrinarios del justicialismo peronista. Sobre la base de ese Segundo Plan, mi Gobierno distribuye el aporte de su economía, de su cultura, de su esfuerzo moral, intelectual y físico para constituirse en fiel intérprete de la doctrina peronista, concurrir a cimentar la felicidad de su pueblo, y ejecutar, en coordinación con los supremos intereses de la comunidad nacional, todo aquello que redunde en beneficio colectivo y asegure el bienestar popular y la grandeza de la patria.25 El Segundo Plan Quinquenal de Perón era considerado como la estructura integral de la población y abarcaba en primer término “la organización del pueblo, haciéndolo sobre las bases y principios de la constitución nacional peronista.”26 En consecuencia, la acción política de las autoridades locales debía ajustarse a los tres ideales que el propio Perón señalaba como imprescindibles para el éxito de todo plan: unidad de concepción, unidad de conducción y unidad de acción. Este plan se extendía sobre todos los aspectos sociales de la comunidad, estableciendo disposiciones fundamentales para su organización. En el mismo se sostenía “que nuestra Historia no puede estar dirigida a procurar la disolución de nuestra comunidad nacional, dividiendo y disolviendo, sino que ha de tener una unidad de concepción sobre la que levantaremos todas nuestras aspiraciones futuras.”27 Todo el proyecto se organizaba sobre la doctrina nacional y los principios de justicia social, libertad económica y soberanía política. Dicha planificación estaba ordenada en función de los altos intereses de una comunidad dispuesta a cumplir en su trayectoria histórica, un destino trascendente, y ello no limita el plan a lo puramente operativo, sino que lo lleva al plano de lo especulativo, incidiendo en él factores de vivencias insospechadas, que han de ser precisamente las fuerzas movilizadoras de reservas _______________ 25 Cámara de Senadores de la Provincia de Córdoba, Diario de Sesiones, año 1952, pp. 1170-1171. 26 Cámara de Senadores de la Provincia de Córdoba, op. cit., p. 1171. 27 Cámara de Senadores de la Provincia de Córdoba, op. cit., p. 1173. 236 CAPÍTULO 8 A TODO O NADA. La política peronista entre 1949 y 1952. El caso Córdoba. Javier Tobares Introducción: Córdoba, el Peronismo y Argentina. El presente trabajo se inserta en la perspectiva que César Tcach y Dario Macor han denominado “interpretaciones extracéntricas del peronismo”,1 desde dos momentos centrales en la construcción del gobierno peronista: la reforma constitucional de 1949 y la implementación del Segundo Plan Quinquenal en 1952, si el primer momento parece poner en manos del peronismo la ley fundamental del país; el segundo pone en evidencia la debilidad estructural del modelo peronista: la dependencia económica del estado del sector primario. En función de lo anterior el ensayo se desarrolla en torno a los siguientes interrogantes: ¿Cómo pudo el peronismo construir una estructura política a nivel nacional?, y ¿En que medida dicha estructura pudo ponerse en práctica? En la resolución de estos problemas nos proponemos analizar el espectro político y su distancia con respecto al peronismo, valorar el impacto de las reformas institucionales, en particular la Reforma Constitucional de 1949, en Córdoba y, por último, estudiar en que medida se cuestionaba no sólo la implementación de las políticas nacionales, sino también los medios de difundirlas. Para abordar nuestros interrogantes seguimos el trabajo de Marta _______________ 1 MACOR, Darío y TCACH, César (comps.) (2003): La invención del peronismo en el interior del país, Santa Fe: Universidad Nacional del Litoral. 225 Philp2 que hace foco en la construcción institucional del peronismo en Córdoba, y consideramos que si el peronismo logró implementar en la Constitución sus preceptos políticos, la capacidad de la oposición para responder dentro de los límites institucionales puso en jaque al régimen permitiendo la gestación de una resistencia que, como nunca pudo ser totalmente sofocada, estalló cuando la rigidez de las estructuras políticas redujo la casi totalidad de las vías de expresión política Es en esta coyuntura, caracterizada por un doble proceso de reforzamiento del gobierno donde, paradójicamente, se potencia en el mismo movimiento el papel político de la oposición que comienza a gestarse el derrocamiento del gobierno peronista. Y el caso Córdoba, nos permite observar cómo funcionó esa oposición en un espacio caracterizado por una tradición política disruptiva frente a la política nacional. marcha de la recuperación y del engrandecimiento nacionales”. A ello agregaba que su administración implantaría un “nuevo estilo de vida según la verdad peronista”, asentado “en la austeridad, en la modestia, en la sinceridad, en comprender que la vida es obra de bien y que la función que se nos encomienda es específicamente acto de servicio en beneficio de la comunidad y de la patria.”22 Todo ello se sustentaba en la doctrina peronista y si se gobernaría con los peronistas, manifestaba Lucini que: gobernaremos para todos los habitantes de la provincia. No haremos distinción en la aplicación de los beneficios colectivos entre aquellos que por estar ciegos no se atrevieron a mirar la luz de la realidad que en nuestra patria encendió la doctrina peronista y entre aquellos que por ser más humildes […] tuvieron la dicha de la contemplar el nacimiento de esta nueva etapa, y de comprender el claro lenguaje de amor y de justicia que Perón y Eva Perón hablaron a nuestro pueblo.23 Crisis y caída de la “Comunidad Organizada”. El desarrollo industrial fomentado en Argentina por el gobierno peronista desde mediados de la década de 1940 incrementaba desde principios de la década siguiente el saldo comercial desfavorable, ya que las maquinarias, insumos y repuestos eran importados, lo que se sumaba a sus propias falencias que se traducían en elevados costos de producción. Luego de aplicarse un plan económico de emergencia en 1952, se adoptó el Segundo Plan Quinquenal proyectado para aplicarse entre 1953 y 1957. En este contexto, y a partir de 1950, se agudiza la división social desde el Estado, peronistas y antiperonistas conformarán dos bloques antagónicos potenciando las acciones de unos y otros. Ello era lógico si se observa que la Doctrina Justicialista, considerada como la doctrina nacional, era según Ramón Carrillo, un arma de guerra psicológica, que tenía como objetivo crear en el enemigo un clima de derrota y en las propias fuerzas un clima permanente de victoria, según lo _______________ El propio Perón fijaría las líneas directrices de la política cordobesa, al sostener que en el Segundo Plan Quinquenal no sólo se iba a desarrollar la industria pesada en el país y la actividad extractiva para aquella producción: el Presidente aspiraba a que Córdoba fuese “uno de los más grandes centros industriales de la República.”24 Así, el plan orgánico del gobierno provincial derivaba y se ponía en función del Segundo Plan Quinquenal Nacional. En Córdoba, el Primer Plan Quinquenal Provincial regiría desde el 1º de enero de 1953 hasta fines de 1957. Lucini decía que aquél sería nuestra guía en materia de conducción y realizaciones, puesto que él _______________ 22 PHILP, Marta (1998): En nombre de Córdoba. Sabattinistas y peronistas: estrategias políticas en la construcción del estado, Córdoba: Ferreyra Editor. Mensaje del Gobernador de la Provincia Raúl F. Lucini, Cámara de Senadores de la Provincia de Córdoba, Diario de Sesiones, año 1952, p. 169. 23 Mensaje del Gobernador de la Provincia Raúl F. Lucini, op. cit., p. 170. 24 Discurso del Presidente, general Juan D. Perón en el Instituto Aerotécnico, en: LP 12/X/1952, p. 2. 226 235 2 Desde 1948, los cuadros dirigentes del partido se nutrieron de políticos pertenecientes al Partido Demócrata Nacional de Córdoba, cuyo nacionalismo católico marcó la política cordobesa. Siguiendo a C. Tcach “el peso del sector proveniente del conservadurismo parece haber sido importante, al menos, en tres aspectos: por el sesgo ideológico que confirió al peronismo de Córdoba, por su aporte a los niveles de gestión estatal, y por la contribución de sus caudillos departamentales a la organización del partido.”20 Por la composición de sus dirigentes (entre los que también se contaban algunos miembros de la ex Unión Cívica Radical-Junta Renovadora), 1954 significó el quiebre de la cúpula directiva del peronismo local, ya que el conflicto con la Iglesia alejó a muchos dirigentes del PP y mermó en gran medida su capacidad de respuesta frente a los acontecimientos que se sucedieron. 2.1. “Un nuevo estilo de vida según la verdad peronista”. Como vimos, la centralización del poder fue una constante a partir 1943, pero desde 1949, luego de las reformas constitucionales, no sólo se acentuó, sino que se institucionalizó. En este sentido, los organismos provinciales fueron reemplazados por aquellos que eran establecidos desde el gobierno nacional y que permitían actuar directamente sobre las bases sociales del partido, centralizando la toma de decisiones políticas. Todo ello propiciaba que los mandatarios locales simplemente refirieran sus acciones al proyecto del presidente. Mientras Perón asumía su segundo mandato presidencial, en Córdoba Raúl F. Lucini asumió como gobernador el 4 de junio de 1952, primera vez que un gobernador asumía en esa fecha, conmemorativa de la revolución de 1943.21 El nuevo mandatario provincial decía que se debía “formar parte de la comunidad organizada en esta _______________ 20 TCACH op. cit., p. 171. 21 Hasta entonces la fecha en que los gobernadores asumían en sus funciones era, como hemos visto, el 17 de mayo fecha en la que asumió en 1871 como gobernador don Juan A. Álvarez, iniciándose la sucesión de gobiernos regulares luego de sancionarse la constitución provincial de 1870. 234 expuso el entonces ministro de Salud Pública en una conferencia en la Escuela Superior de Guerra.3 Reelegido como presidente en noviembre de 1951, Juan D. Perón buscó aumentar la cohesión interna del movimiento y su control jerárquico. Los medios de comunicación fueron puestos bajo la influencia directa del Gobierno, incrementándose el adoctrinamiento de las bases sociales, más aún después de la muerte de Eva en 1952. Las malas cosechas de 1951-52 afectadas por la sequía, acentúan la crisis económica del país y obligan al gobierno a fijar sus parámetros de acción. En 1952 el gobierno nacional implementó el Plan Económico de Emergencia. El mismo tendía a fomentar la producción y reducir el consumo, revisar aquellas disposiciones sobre trabajo rural que impedían a los productores usar sus propios medios de transporte e instaba a la colaboración de las organizaciones patronales y obreras para eliminar de los convenios laborales toda circunstancia capaz de limitar la producción sin justificada causa. “La estrategia de los sectores agrarios y agroindustriales da sus frutos. El control social no es ajeno a estos sectores representativos de la Argentina tradicional.”4 De forma que, en la primera mitad de la década de 1950, el Estado hace menores concesiones a los asalariados del campo, que pronto ven estancados sus ingresos, y reduce al mínimo su intervención para entregar la tierra en propiedad a los productores arrendatarios. Estas acciones junto con el viraje económico refuerzan las bases de poder de los grandes propietarios, quienes tendrán un papel central en el derrocamiento de Perón.5 Así las cosas, según nuestra autora, el Gobierno peronista reacomodaba “su discurso oficial –cada vez más identificado con el partido_______________ Los Principios 27/X/1953, p. 1 (en adelante LP). GIRBAL-BLACHA, Noemi (2003): “Riqueza, poder y control social. Acerca de las estrategias empresariales agrarias en la Argentina (1900-1950)”. Anuario del IEHS XVIII. Tandil. p. 392. 3 4 5 Ibídem. 227 corrigiéndose a sí mismo, dando cabida a las estrategias propiciadas por los empresarios rurales”.6 El punto culminante del proceso de centralización administrativa y política analizado fue la reforma de la Constitución Nacional en marzo de 1949 y la provincial en julio del mismo año. A esta altura, el avance del Gobierno Nacional sobre la provincia era un hecho consumado que para las autoridades locales implicaba el desplazamiento del plano político, totalmente monopolizado por aquél. Con el cambio de orientación en la política económica del gobierno para el sector rural, debido a la crisis económica causada por la caída de los precios internacionales de los productos primarios, el agotamiento de las reservas y un mayor consumo interno, se hizo necesaria una mayor “presión nacional sobre la tierra” con el objetivo de lograr crecimientos sostenidos de la producción rural para mantener un sistema que ya revelaba sus fallas. Ello motivó la implementación de incentivos para la producción del sector. También se defendió la gran empresa agropecuaria y al capital, y, por último, se otorgaron mayores garantías a los derechos que otorgaba la propiedad privada de la tierra. Siguiendo a M. Lattuada: a partir del Plan Económico de 1952, cuando las mayores exigencias de una respuesta positiva de la producción del sector se hicieron imprescindibles, el gobierno debió elegir en su estrategia para el sector rural, entre profundizar su programa de acción directa o adoptar sólo una política de fomento a la producción agropecuaria. La elección por ésta última vía menos conflictiva, llevó al gobierno a replantear su política económica para el sector, revirtiendo la tendencia que hasta ese momento se había fomentado.7 La nueva orientación sobre el sector implicó la reducción al mínimo de la actividad colonizadora estatal, anulando en consecuencia las medidas potencialmente conflictivas para los grandes propietarios _______________ 6 GIRBAL-BLACHA op. cit., p. 393. 7 LATTUADA, Mario (1986): La política agraria peronista (1943-1983, Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, Tomo I, p. 108. 228 Más allá de los fracasos a la hora de quitar a Perón del gobierno, todo ello había servido para movilizar en el seno del ámbito castrense a algunos sectores, que pasaron a ser el brazo ejecutor de la oposición y, junto a la Iglesia y a los partidos políticos opositores, desde Córdoba llevó adelante la denominada “Revolución Libertadora”. 2. Unidad, jerarquía y lealtad. Hacia 1949 el Partido Peronista (en adelante PP) debía cerrar filas en torno al nuevo proyecto político, plasmado en la Constitución, dejando en claro el lugar que cada uno ocupaba en dicho proyecto, de allí que el entonces gobernador de Córdoba Juan I. de San Martín dijera que: “los auténticos peronistas debían permanecer más unidos que nunca, como homenaje al hombre-símbolo que conduce la Nación al encuentro de sus grandes destinos”.17 Agregando además que debían rechazarse los cánticos de sirena y las engañosas promesas de quienes pretenden erigirse en dueños de la doctrina, no persiguiendo sino ambiciones desmedidas y el propósito repudiable de destruir la unidad del partido. A esos elementos nocivos […] hay que arrojarlos por la borda, porque son traidores al ideario peronista y a la patria.18 El PP se consolidó como una estructura jerarquizada y disciplinada que por sobre todo debía mantener la homogeneidad del movimiento. Luego de 1948 se eliminaron los núcleos internos y para 1950 “las voces de los peronistas que reclamaban una organización interna democrática habían quedado relegadas al olvido.”19 El control logrado por el Consejo Superior Nacional, se traducía en la presencia de los interventores del PP como norma funcional de esa organización. _______________ 17 Palabras del Gobernador, brigadier Juan I. San Martín, durante un almuerzo en el cuartel del Cuerpo de la Guarida de Caballería, en: LP 18/X/1949, p.3. 18 Ibídem. 19 TCACH, op. cit., p. 164. 233 reforzaba su identidad situándose como “la única fuerza nacional” y retomaba los tradicionales conceptos del yrigoyenismo actualizados por Amadeo Sabattini. Intransigentes y “unionistas” se unieron frente al enemigo común: Perón y a la nueva situación institucional del país. “La reforma constitucional de 1949 fue concebida como equivalente al derrumbe del orden institucional”15 En Córdoba, al igual que en el resto del país, el resentimiento de ciertos grupos medios de la sociedad hacia la elevación social de los trabajadores que contaban con el acceso a los mismos recursos que aquellos, más pronunciada en los años finales del período considerado, sumó otro ingrediente de perturbación social. “La indignación que toda esta situación producía en las clases medias se sublimaba en forma de una crítica moralista […] a los ‘nuevos oligarcas’ que brotaban de la ‘corrupción’ de la burocracia peronista, a los ‘negociados’ y a los ‘acomodos’ habituales.”16 El control gubernamental sobre los gremios congregados en la CGT era a esta altura casi absoluto. La disidencia fue eliminada y los trabajadores se organizaron como pseudo-milicias. Como consecuencia, en el discurso oficial, la brecha entre pueblo y trabajadores es mínima en este período y su control se pone de manifiesto en las bien organizadas manifestaciones de apoyo al gobierno. Más allá de aquella comunión inicial, sometida a un rápido desgaste desde que Perón lograra la presidencia, a lo largo de este período, la tensión entre el gobierno y las Fuerzas Armadas fue en aumento: la creciente influencia de Eva Duarte en los asuntos de Estado y su posible postulación a la vicepresidencia causaron mucho malestar, el progresivo autoritarismo del gobierno y su influencia sobre la institución, a la que se intentaba “peronizar”, comenzaban a generar dudas sobre la forma en que aquél manejaba el poder, proclamando un “orden” que se basaba en la constante agitación de las bases sociales del partido. _______________ 15 TCACH, César (1991): Sabattinismo y Peronismo. Partidos políticos en Córdoba. 1943-1955, Buenos Aires: Editorial Sudamericana, p. 182. 16 FERRERO, Roberto (1984): Sabattini y la decadencia del yrigoyenismo, Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, p. 195. 232 rurales, como la expropiación, y afianzando las garantías para los derechos de los grandes propietarios de tierras productivas. De forma que para 1949, la reforma agraria había sido abandonada en la práctica y los terratenientes arrendatarios “si bien poco numerosos y hostigados durante casi una década, mantuvieron la base de su poder –la propiedad territorial-, posibilitado por la tendencia del peronismo de evitar conflictos directos con los sectores sociales agrarios y su materialización en la elección de programas indirectos que mantuvieron sin mayores alteraciones el sistema.”8 Dicho sector se había rodeado a esta altura, como consecuencia de la política implementada hasta entonces, “de un fuerte como numeroso anillo de nuevos propietarios medianos y pequeños”9, que habían accedido a la propiedad de la tierra a través de su compra en el mercado utilizando el crédito oficial. Al presentarse el Primer Plan Quinquenal Provincial a fines de diciembre de 1952, se consignaba que en materia de acción agraria, el objetivo fundamental de la provincia sería trabajar por “la elevación del nivel de vida social, material y cultural de la población rural, consolidando el hogar campesino […] a fin de lograr una máxima y mejor producción que satisfaga el consumo interno y proporcione convenientes saldos exportables, contribuyendo a asegurar la independencia económica de la Nación.”10 Así, la política provincial era puesta en línea con las disposiciones nacionales, de ello derivaba que la tierra fuera considerada como un bien individual de trabajo “en función social”, no de especulación, y que se tendiera a regular desde el Estado su propiedad, distribución y uso, promoviéndose simultáneamente “el acceso de los arrendatarios a la propiedad de la tierra que trabajan.”11 Además se preveía que la tie_______________ 8 LATTUADA, op. cit., p. 123. 9 LATTUADA, op. cit., p. 127. 10 Cámara de Senadores de la Provincia de Córdoba, Diario de Sesiones, año 1952, p. 1240. 11 Ibídem. 229 rra fiscal y la de propiedad privada que no cumplieran con su función social serían progresivamente redistribuidas en unidades económicas indivisibles. Para 1953, la opinión de los sectores conservadores de la provincia se manifestaba en las notas editoriales de un pretérito vocero del peronismo: Los Principios. Según se expresaba en este periódico, en Argentina existían pocos latifundios y se tenía un concepto errado sobre los mismos, ya que: Una gran extensión de tierra cultivada no es un latifundio. Pero aceptando la expresión con impropiedad, es decir, aplicándola a las tierras cultivadas, no es un peligro para la economía agraria, para que sea aconsejable su división. Las grandes explotaciones tienen sus ventajas, sobre todo en un país en el que constituyen las principales fuentes de riqueza. La subdivisión de la tierra engendra, en cambio, un serio peligro el minifundio. Y nada más cierto que la entrega de la tierra al colono conduce, tarde o temprano, al minifundio.12 De forma que ahora el peligro que se descubría ante la política de tierras del gobierno era la pequeña propiedad, de allí que si se estimulaba el fraccionamiento de las grandes propiedades, “La división hay que hacerla en forma que no se caiga ni pueda caerse dentro de unos pocos años en el minifundio. Las extensiones habrá que establecerlas de acuerdo con la explotación.” A ello se sumaba que la mayor parte de las tierras agrestes eran propiedad del Estado, por lo que éste se constituía en el mayor latifundista, en consecuencia era innecesaria, e ilegal, la expropiación de las grandes propiedades cultivadas. Así, se sostenía que: sobran las tierras incultas, la mayoría de ellas en poder del “gran latifundista”. La división de éstas permitirá la intensificación de otras variedades de cultivos, incorporando nuevas zonas a nuestra economía. Y todo se logrará sin lesionar intereses muy dignos de respeto. Así se estimulará también el espíritu de empresa. El mundo está _______________ 12 El mayor latifundista, LP 10/X/1953, p. 2. 230 presenciando el fracaso de la socialización de la tierra, y el retorno a la explotación privada.13 De esta forma comenzaban a presentarse las propuestas de los sectores de grandes propietarios que, si habían sido escarnecidos en los discursos durante casi diez años, no sólo no habían perdido las bases de su poder, sino que a esta altura podían permitirse dar consejos al gobierno sobre las medidas que debía adoptar, más allá de que aún en 1953 el gobierno amenazara con implementar la reforma agraria apropiándose “de tierras improductivas que sean bienes privados”14, propuesta que a esta altura y en ese contexto tenía pocas posibilidades de llevarse a cabo. Las relaciones entre el gobierno y la Iglesia, basadas en la coincidencia con respecto a temas puntuales, fueron correctas mientras aquél mantuvo su compromiso: la eliminación de la amenaza comunista, educación religiosa, y cierta cuota de reconocimiento a la función social de la institución religiosa desde el Estado eran suficientes para mantener la armonía. 1954 fue el año en que se quebró la concordia. En diciembre de ese año se promulgaron una serie de leyes que rompían el frágil acuerdo entre el gobierno y la Iglesia: ley de divorcio, legalización de la prostitución; en los primeros meses de 1955 se anularon los feriados religiosos y la educación religiosa. Ello generó un círculo vicioso en el que los implicados, a pesar de intentar evitar el conflicto –y quizás justamente porque advertían sus consecuencias-, sabían que al final sólo uno de ellos se impondría. Las iglesias se convirtieron en tribunas políticas, eso lo sabía Perón y también los opositores que las aprovecharon como espacio de agitación política. La UCR, pese a las derrotas electorales que sufrió desde 1946, continuaba siendo el principal partido opositor, perfilándose a estas alturas como un partido que abarcaba a los sectores medios, al tiempo que _______________ 13 14 Ibídem. LP 12/VI/1953, p. 1. 231 social, en términos de militantes, es decir, en qué grupos sociales un partido recluta la mayoría de sus militantes (Grossi; 1987). En lo referente al trabajo de reclutamiento de militantes, la asimilación de los afiliados representaba para el comunismo una actividad tan importante como la incorporación. El trabajo de asimilación consistía en la educación política como mecanismo de formación de la conciencia de clase del militante, desde la orientación ideológica del marxismo-leninismo. Dicha capacitación política se realizaba en sus organizaciones de base, llamadas células, establecidas siguiendo criterios profesionales -por lugares de trabajo-, espaciales -por barrios- o por tareas o temáticas específicas –preparación militar, mujeres, campesinado, intelectuales, profesionales- y cuyo número de integrantes variaba en función de la actividad que las nucleaba.19 El reclutamiento y la asimilación de los nuevos afiliados constituían problemas vitales para el Partido durante aquellos años. En la conferencia provincial de septiembre de 1963 se analizó la necesidad de producir un crecimiento impetuoso del partido, ya que el crecimiento de la simpatía de la clase obrera para con el PC, no cristalizaba en un incremento de las afiliaciones, problema que además se vinculaba con la desafiliación de ciertos miembros debido a la persecución política.20 En consecuencia, el PC local se propuso como objetivo fundamental, ________________ 19 Además, “se organizaban Escuelas Partidarias de Primer Nivel en la base, y luego se iban promoviendo las figuras más destacadas hacia las escalas superiores, hasta llegar al 5º Nivel que se dictaba durante 3 meses en Buenos Aires. En todo ese proceso se estudiaba filosofía, economía política, historia argentina, historia del movimiento obrero y sindical, táctica y estrategia revolucionaria, psicología social, etc. con base en el socialismo científico”. Entrevista con Reyes Bernabé Martínez, Córdoba, 3-9-2010. Reyes Martínez fue militante comunista y secretario gremial de la Asociación Libre de Empleados de Correos y Telecomunicaciones (ALECYT) de Córdoba durante el período abordado. Cabe destacar que a las escuelas de cuadros sólo asistían militantes previamente designados por las direcciones centralizadas por sus capacidades o su desempeño. La formación de estos cuadros ha dado origen a lo que se llama la burocracia interna, que imponía líneas y estrategias y en la que el nivel de participación de la militancia de base era muy débil, por no decir nulo. 20 Nuestra Palabra, 3-12-1963, Nº 701, p. 6. 260 4012 Al contrario, el gobernador de la provincia sostenía en su mensaje a la Legislatura que quizás por primera vez en los anales históricos de la República, el pueblo está en permanente contacto con sus gobernantes mediante el enlace directo o por medio de la palabra escrita o hablada. Mediante esta circunstancia, el pueblo analiza y juzga la labor de todos los organismos administrativos y al hacerlo no está en posición inerte, sino activa, por cuanto con su libre acceso a los altos estrados puede hacer conocer sus inquietudes, sus anhelos y aun sus concretas aspiraciones de bien público y de justicia social.35 Así, la nueva forma en que se establecía la relación entre representantes y representados era, para el oficialismo, otra barrera superada con respecto a la situación política previa y se presentaba como una nueva forma de intervención legítima en el ámbito político de aquellos que debían otorgar legitimidad al gobierno. De allí la importancia de mantener su control, como medio de expresión que, más allá de los condicionamientos existentes, daba cuenta de la movilización política de las bases sociales. Sobre el uso que se hacia de la radio, desde Los Principios se comentaba que aquella, por su misma característica actual, puede ser un vehículo de cultura como un factor de honda perturbación social. Por ello es menester que se ejerza sobre sus programas, especialmente hablados, un control riguroso, estricto, a los efectos de no producir ofensas o gravámenes que importen divisionismos lamentables. Los comentaristas, sobre todo de temas serios, hallan a veces dificultades en encontrar el tópico más adecuado para su labor y suelen entonces echar mano a asuntos que, aunque en apariencias conforman a la mayoría, hieren también a personas que son […] dignas de consideración y respeto.36 _______________ 35 Mensaje del Gobernador de la Provincia brigadier Juan I. San Martín, Cámara de Senadores de la Provincia de Córdoba, Diario de Sesiones, año 1950, p. 7. 241 36 Comentarios inconvenientes, LP 03/X/1950, p. 4. Así, la radio aparece como un elemento más de agitación que, monopolizado por el gobierno, permitía marcar las divisiones en el campo político. Y frente a aquella división se sostenía que “La familia argentina debe ser una, unida, fuertemente ligada, para poder así seguir marchando hacia la meta que todos anhelan para la patria.”37 El legislador demócrata J. Aguirre Cámara, en vísperas de las elecciones de noviembre de 1951, planteaba en la Cámara Baja la cuestión de la utilización de los medios de comunicación en la campaña electoral, particularmente la radio, afirmando que para que se formasen las corrientes de opinión antagonistas, “se necesita un largo y delicado proceso preparatorio.” Debido a que, según el diputado, la opinión pública suponía siempre movimientos convergentes y divergentes, por consiguiente: No hay opinión pública, que pueda exteriorizarse en un comicio, por perfecta que sea la oscuridad del cuarto oscuro, si no hay ciudadanos que coincidan, en un momento dado, en sentimientos, deseos y aspiraciones, frente a otros que también coinciden entre sí, pero con un criterio diverso. En el país […] hoy por hoy, simplificando un poco, hay sólo, puede decirse, dos grandes corrientes de opinión: una peronista y otra antiperonista.38 De esto se derivaba para Aguirre Cámara que una elección sólo sería legítima si era el resultado “del criterio reflexivo de la masa de hombres y mujeres del país argentino”. De allí que no fuera suficiente, según lo sostenía el legislador, el secreto del voto, el día de la elección, para que ésta sea correcta. Así las cosas, No hay opinión pública capaz de fallar en un momento trascendental, más o menos reflexivamente, si al acto eleccionario no lo precede un _______________ 37 38 Ibídem. Cámara de Diputados de la Provincia de Córdoba, Diario de Sesiones, año 242 Más allá de la evaluación del resultado de los comicios, el análisis de la estrategia electoral del PC de Córdoba permite destacar la relevancia e incidencia que tenía en los cálculos electorales de los demás partidos. En efecto, a pesar de la imposibilidad de analizar cuantitativamente el caudal electoral del PC debido a la proscripción que pesaba sobre él, podemos considerarlo como un partido políticamente relevante debido a sus posibilidades de presión (Sartori; 1992b). Es decir, un partido con presencia en el juego político, debido a su capacidad para afectar la táctica de la competencia entre los partidos y en especial, para alterar la dirección de dicha competencia entre aquellos con más posibilidades de ganar el gobierno. En suma, teniendo en cuenta la actitud asumida por el PC en ambos procesos electorales, se puede afirmar que la búsqueda de coincidencias entre sus políticas y las del peronismo, formaba parte de la estrategia del partido, tendiente a desarrollar y capitalizar las potencialidades revolucionarias que visualizaba en el peronismo, de manera de incluirlas dentro de su proyecto socialista y así seguir creciendo. Y si bien el PC reconocía la negativa del peronismo para trabajar juntos, consideraba que esa actitud correspondía solamente a las cúpulas dirigentes, ya que, desde su óptica, las bases peronistas no manifestaban inconvenientes a la hora de luchar unidos.18 Los espacios de participación política de la militancia comunista cordobesa La vinculación de los partidos políticos y las clases sociales permite plantear interrogantes en torno a la relación partido-base social electoral, ya analizada en el punto anterior y a la relación partidos-base ______________ 23-3-1965 p. 10. La derrota de la UCRP generó fuertes cuestionamientos dentro del partido y en este marco, el gobernador de Córdoba hizo pública una carta a Eduardo Gamond, senador de la UCRP y presidente provisional del senado, analizando las causas del fracaso electoral. En ella sostenía que la proscripción del comunismo era un “…error táctico que dio al peronismo 20 ó 30 mil votos”. Ibidem, 14-5-1965 p. 8. 18 Nuestra Palabra, 15-9-1964, Nº 742, p. 8. 259 Resulta interesante rescatar las palabras del PC con respecto a su estrategia electoral: “Al dar la directiva de votar las listas peronistas, nuestro Partido llama a los peronistas….a votar por los candidatos del Partido Comunista….allí donde los comunistas tienen la oportunidad de presentarse. Esta reciprocidad servirá para estrechar aún más los lazos entre comunistas y peronistas…”.15 Se podría sostener que el deseo de unidad o gesto de camaradería que demandaba al peronismo, representa una visión un tanto ilusa del PC, al considerar que el electorado peronista votaría a otra agrupación política que no fuera la que representaba al movimiento, sobre todo teniendo en cuenta que, luego de varios procesos comiciales proscriptos, recuperaron la posibilidad de elegir libremente al partido de su preferencia. Además, es posible suponer que el peronismo, que pretendía reinsertarse en la arena institucional, no votaría por un partido que gozaba de una imagen negativa en los sectores militares, la derecha empresarial y el patriciado local. Sin embargo, conviene a mi argumentación mencionar que el secretario general del PC en la provincia, Juan Iapichino, aseveraba que el triunfo de Unión Popular en la provincia de Córdoba se debía al apoyo brindado por el partido.16 Puede sostenerse que esta afirmación no es incorrecta, al menos en lo relativo a las cifras obtenidas para diputados nacionales. Teniendo en cuenta que la diferencia entre la Unión Popular y la Unión Cívica Radical del Pueblo –el partido de gobiernofue tan solo de 19.505 sufragios en toda la provincia, y dando por válido el reconocimiento del gobernador Páez Molina, que haber proscripto al comunismo significó un error táctico pues le había dado 20 o 30 mil votos al peronismo, puede considerarse que el triunfo de este último bien podría haberse debido al respaldo del PC.17 ______________ 15 Ibidem, 17-2-1965, Nº 764, p. 1. Nuestra Palabra, 5-5-1965, Nº 774, p. 2 17 La Unión Popular obtuvo 358.544 votos en toda la provincia para diputados nacionales y la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP) alcanzó 339.039 sufragios, resultando que Unión Popular aventajó a la UCRP en sólo 19.505 votos. La Voz del Interior, 16 258 1951, p. 490. proceso largo y complejo, en una gran atmósfera de publicidad, consecuencia de una gran atmósfera de libertad. Esto es tanto o más importante que el cuarto oscuro. Una masa ciudadana agitada, informada, versada, que oyó a estos y a aquellos, que controló los criterios opuestos […] quizás pueda desafiar la falta del secreto del voto. Mantener la independencia de su criterio sin necesidad del cuarto oscuro.39 Todo el proceso aparecía así viciado desde su origen, porque: una masa desinformada, apagada, colectivizada, domeñada, subyugada y embrujada, sin espíritu cívico, no necesita del cuarto oscuro. Es para ella un recaudo inútil. El cuarto oscuro no le da la libertad que no se siente adentro. El cuarto oscuro no ampara estados de ánimo que el ciudadano lleva consigo antes de entrar en él.40 Esta tendría cierto margen de acción, pero no estaría facultada para ejercer su derecho de elegir, debido a la deficiencia en el proceso previo. Todo ello derivaría de que “la opinión, en alguna manera, carece de medios de información. En el país no hay sino diarios peronistas o filoperonistas.” Mientras que “La radio en este momento, es un instrumento de propaganda más eficaz que la prensa.”41 Esto debido a que alcanzaba a sectores sociales más numerosos y de ello derivaba que aquel control estatal sobre los medios fuera más intenso sobre ésta última, porque si “algún diario opositor, prudente y discreto, queda todavía por ahí. En cambio, no se sabe de una sola estación de radiotelefonía que no esté al servicio del gobierno. […] no se puede sintonizar un aparato receptor por la mañana, o por la tarde, o por la noche; a la hora del almuerzo, o de la oración, o de la cena sin escuchar la propaganda oficial.”42 ______________ 39 Cámara de Diputados de la Provincia de Córdoba, op. cit., p. 492. Ibídem. 41 Ibídem. 40 243 42 Cámara de Diputados de la Provincia de Córdoba, op. cit., p. 494. De allí que Aguirre Cámara se preguntara: ¿qué proceso electoral puede ser este en que todos los instrumentos de propaganda están en manos del partido del gobierno y en el que a las fuerzas opositoras no se les ha dejado medio alguno de llegar a la opinión para agitarla, conmoverla, e ilustrarla, darle sus razones? Porque tenemos que partir de la base de que los adversarios también poseemos razones, y tan atendibles y respetables como las que tienen los señores diputados de la mayoría.43 Por consiguiente, las elecciones no eran capaces de traducir el estado real de la opinión ni, en consecuencia, desde el punto de vista de la oposición, otorgar legitimidad alguna al gobierno, debido al uso discrecional y parcial que se hacía principalmente en el proceso previo a los comicios, para Aguirre Cámara, una cuestión central, originada: En el acaparamiento por el partido oficial de todos los resortes de acción sobre las masas: las radios, los diarios, las imprentas. En el embrujamiento de la opinión por el gobierno mediante una propaganda gigantesca, descomunal, que no se puede contrarrestar ni tampoco neutralizar. Sólo comparable a la realizada por los líderes del nazismo y del fascismo.44 De forma, que la voluntad del elector aparecía condicionada por el uso que el gobierno hacía de los medios, no sólo en la cantidad de propaganda realizada, sino por impedir que los mismos fueran utilizados por la oposición. En el Primer Plan Quinquenal Provincial y en consonancia con lo que ocurría en otros ámbitos administrativos locales se sostenía que en materia de comunicaciones, el objetivo fundamental de la provincia sería contribuir a que la Nación lograse “disponer de un sistema orgánico y racional de comunicaciones” que, además de posibilitar una _______________ 43 Ibídem. 244 En este particular contexto, el gobierno interventor de José María Guido dictó el Estatuto de los Partidos Políticos, por el que se negaba la personería jurídica tanto a comunistas como peronistas.11 En el marco de esta ley, se desarrollaron los comicios generales de julio de 1963, que fueron denunciados por el PC como unas elecciones fraudulentas porque la ciudadanía había sido obligada a elegir, aun estando proscriptos dos partidos populares, es decir, el peronismo y el comunismo.12 A pesar que en noviembre de 1964 el gobierno de Arturo Illia derogó las leyes que prohibían la actividad comunista, al poco tiempo se prohibió nuevamente, en la mayoría de las provincias del país, la presentación de candidaturas para las elecciones legislativas de marzo de 1965.13 A partir de esta recurrente proscripción, se puede analizar la orientación del partido anunciada oficialmente durante los dos procesos comiciales que abarcan el período abordado en esta investigación. Así fue como, tomando una posición similar a la que emanaba de las directivas de Perón, el PC se pronunció por el voto en blanco en las elecciones presidenciales de 1963, y resolvió apoyar al peronismo, representado por el partido Unión Popular, en las legislativas de 1965.14 _______________ y durante el período abordado en esta investigación, formaba parte de la dirección del Sindicato de Prensa de Córdoba. 11 El Estatuto de los Partidos Políticos fue establecido por Decreto-ley Nº 12530 el 19 de noviembre de 1962. Cabe destacar que el artículo 7º establecía la prohibición de participar a aquellas agrupaciones que pretendieran implantar regímenes totalitarios y dictatoriales, lo que afectaba directamente a peronistas y comunistas, según la imagen generalizada sobre estos partidos. Asimismo, el artículo 8º prohíba la aceptación de jefaturas, liderazgos, la injerencia de gobiernos o partidos extranjeros o de personas que residieran en el exterior, lo cual era una clara alusión, por un lado a Perón, que estaba exiliado en España, y por otro, a la vinculación del PC nacional con el de la URSS. La Voz del Interior, 20-11-1962 p. 8-9. 12 Nuestra Palabra, 9-7-1963 Nº 680 p. 1. 13 Cabe recordar que las únicas provincias en las que la Justicia Electoral concedió la personería jurídica provincial del PC fueron Santa Fe, Mendoza y Chaco. 14 Nuestra Palabra, 17-2-1965, Nº 764, p. 1. 257 Los decretos que reprimían y prohibían la actividad del partido se basaban en definiciones ambiguas e imprecisas con respecto a lo que se entendía por comunismo, por lo tanto, daban lugar a la detención de personas que, aunque militaban en otros partidos, no eran afiliados ni allegados al PC.8 En este sentido, se puede considerar que el clima de persecución que reinaba no solo en el ámbito político, sino también en el laboral y educativo, propició que los militantes comunistas desarrollaran estrategias de trabajo político en la clandestinidad, llevando, lo que ellos mismos denominan, “una vida de catacumba”.9 Esta situación, torna difusa la visualización de los espacios de participación política en los que actuaba el PC y dificulta el análisis cuantitativo de su inserción en los diversos ámbitos de la sociedad cordobesa. En este sentido, las palabras de un militante explican este fenómeno “…era muy difícil militar sin exhibirse…si no te exhibías no sacabas votos…”.10 _______________ 44 Cámara de Diputados de la Provincia de Córdoba, op. cit., p. 495. adecuada vinculación interna y externa, consiguiera: “La elevación del nivel cultural de la población”; “La promoción y el desarrollo económico” y “Su adaptación a las necesidades de la seguridad interna y la defensa nacional.”45 Y como principal función social las comunicaciones debían tender a consolidar la unidad social del pueblo. De forma que el uso de los medios de comunicación adquirió un papel central en la política estatal y funcionó como una manera novedosa de vincular a representantes y representados, que según la posición en el espectro político tenía consideraciones positivas o negativas. Consideraciones finales decreto nacional Nº 4214 se da un paso definitivo: se declaró ilegal y se prohibió toda asociación u organización que bajo el nombre del Partido Comunista proclamara o admitiera los principios del comunismo internacional, asimismo, prohibió toda actividad comunista o tendiente a sostener o propiciar la implantación del comunismo entendiéndose particularmente como tal, la difusión de la doctrina y los propósitos del comunismo y los actos de proselitismo, adoctrinamiento, etc. Revista Nueva Era, Septiembre 1963, Nº 7. En el marco provincial, se dictó durante la intervención de Rogelio Nores Martínez el decreto Nº 4897/62 denominado de “limpieza ideológica” en la docencia y la administración pública, que tenía la particularidad de montar un sistema de delación entre los mismos trabajadores. 8 Es así que un integrante de la dirección del PC local de aquellos años recuerda: “…ellos consideraban comunistas a todos los que eran de izquierda, independientemente si estaban en el partido comunista o en otros agrupamientos de izquierda”. Entrevista con Saúl Chudnobsky, Córdoba, 26-8-2010. Chudnobsky participó en la Federación Juvenil Comunista hasta 1964 y a partir de ese momento pasó a formar parte de la dirección local del PC. 9 En el campo gremial se evidencia con mayor claridad la situación de clandestinidad en la que debía desarrollarse el trabajo político. Al respecto Chudnobsky comenta “…no era fácil armar una lista para enfrentar una cúpula sindical… no era una cosa sencilla porque tenías que tener el aval de un porcentaje de obreros, y el obrero cuida su trabajo, entonces aparecer firmando, respaldándonos en una lista, era un poco poner la cabeza para que te la corten…”. Ibídem, 26-8-2010. 10 Entrevista con Luís Reinaudi, Córdoba, 18-8-2010. Luís Reinaudi era afiliado al PC Como vimos a lo largo del trabajo, el espectro político era menos homogéneo de lo que el gobierno peronista hubiera deseado. Aun dentro del propio peronismo la heterogeneidad de origen de sus circunstanciales integrantes (muchos de los cuales tenían una tradición política anterior al peronismo) contribuyó a desgastar al movimiento desde adentro, lo que se hizo evidente hacia 1952. La doctrina peronista, institucionalizada en la Constitución y en los planes nacional y provincial, buscaba reordenar la población, lo que implicaba para el gobierno, no sólo ceder en parte terreno político ganado a los sectores conservadores por fuerza de las circunstancias, sino como apuntamos antes, llevar adelante un cambio social que alteraría las bases del orden social y le ganará, en definitiva, enemigos entre los sectores políticos de la oposición. En este proceso, la autonomía de la provincia era eliminada del todo al presentarse el gobierno de Córdoba como intérprete de la doctrina peronista, poniendo los recursos locales en función de satisfacer los intereses del gobierno nacional, asegurándose los objetivos políticos de éste último. En este contexto, el uso de los medios de comunicación adquirió un papel central en la política del Estado y los mismos funcionaron como una _______________ 256 245 45 Cámara de Senadores de la Provincia de Córdoba, Diario de Sesiones, año 1952, p. 1310. manera novedosa de vincular a representantes y representados; situación que, según la posición que se tuviera con respecto al gobierno nacional en el espectro político, tenía consideraciones positivas o negativas. El enorme entramado institucional gestado durante el peronismo tuvo un éxito relativo y el mismo se derrumbó cuando la oposición latente advirtio la posibilidad de avanzar sobre los límites puestos por el gobierno. Fuentes y bibliografía Documentación Parlamentaria: Diarios de Sesiones de la Cámara de Diputados de la Provincia de Córdoba. Años 1949 - 1953. En BIBLIOTECA DE LA LEGISLATURA DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA. Diarios de Sesiones de la Cámara de Senadores de la Provincia de Córdoba. Años 1949-1953. En BIBLIOTECA DE LA LEGISLATURA DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA. Periódicos: Los Principios, años 1949-1953. En HEMEROTECA DE LA LEGISLATURA DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA. Bibliografía do democrático para designar a los representantes-. Ciertamente, la naturaleza esencialmente política de los partidos es ser organizaciones en lucha por el poder, y el éxito en esa lucha depende del arraigo en la sociedad, esto es, de su función como representante de las aspiraciones de la ciudadanía. Por consiguiente, los resultados que un partido obtiene en elecciones pueden concebirse como indicadores del nivel de representatividad social del mismo. En este sentido, ciertos argumentos consideran al PC como un partido minoritario en lo que respecta al plano electoral. Sin embargo, resulta difícil comprobar estas ideas en el período que abordamos aquí, ya que el análisis de la representación política del PC, basado en el estudio de datos electorales globales, no es posible realizar debido a la proscripción que por aquellos años pesaba sobre él. Desde 1955 las Fuerzas Armadas desarrollaron un estilo de intervención tutelar que coartaba las prácticas y principios democráticos de dos maneras: denegando el derecho de elegir los candidatos de su preferencia a una porción significativa de la ciudadanía y recurriendo a la amenaza de deponer las autoridades si las mismas no satisfacían sus demandas, planteadas en nombre de la democracia (Cavarozzi; 2002). En este contexto, tanto el peronismo como el comunismo -desde el triunfo de la revolución en Cuba- fueron equiparados con la antidemocracia y consecuentemente, las acciones emprendidas contra ellos, fueron justificadas con el argumento de estar destinadas a proteger a la democracia de sus enemigos.6 En virtud de esto, la lucha que se llevóa cabo contra estos partidos, se basó en la persecución ideológica y en la implementación de una numerosa legislación proscriptiva.7 _______________ 6 ARICÓ, José (1989): “Tradición y modernidad en la cultura cordobesa”, Plural N° 13, Buenos Aires, pp. 10-14. BIANCHI, Susana (1989): “‘El ejemplo peronista’. Valores morales y proyecto social”, Anuario del IEHS IV. Tandil. BISCHOFF, Efraín U. (1995): Historia de Córdoba. Plus Ultra. Buenos Aires. Un caso representativo de la persecución política-ideológica del comunismo en Córdoba fue durante el período de intervención federal de Rogelio Nores Martínez en los meses previos al triunfo de Páez Molina como gobernador. Ver al respecto BONVILLANI, Paola (2008). 7 Podemos mencionar el decreto nacional Nº 8161 de agosto de 1962, por el que se prohibió toda expresión considerada como comunista bajo pena de prisión. Luego fue derogado por el decreto nacional Nº 4214/63. También el decreto nacional Nº 788, en enero de 1963 sancionó la represión de los delitos contra la seguridad de la Nación, la seguridad pública, la salud pública y la tranquilidad pública. En mayo de 1963, con el 246 255 guaje común y formas de organización adecuadas para alentar el proceso de creciente combatividad que la clase trabajadora experimentaba desde los años de la resistencia (Campione; 2005). Dicha radicalización era diagnosticada por el partido como síntoma del “giro a la izquierda” vivido no solo por el movimiento obrero, campesino y estudiantil, sino principalmente por aquellos sectores identificados con el peronismo. De dicho diagnóstico, se desprende que el PC percibía una clara elevación del grado de conciencia política de las masas populares, de sus intereses y objetivos, lo cual, según él, era fruto de su labor esclarecedora y de su crecimiento como vanguardia orientadora de sus luchas por la conquista del poder.4 La representación política del PC cordobés y la legislación proscriptiva Existen criterios generales aceptados por la mayoría de la comunidad académica que conciben a los partidos políticos como piezas fundamentales en el funcionamiento de las democracias representativas, porque desempeñan toda una serie de funciones altamente relevantes para dicho régimen. En este sentido, la función o tarea que se considera propia de los partidos puede ser resumida por el concepto de representación de la sociedad en el Estado, esto es, ser agentes de representación de una sociedad heterogénea, ya que expresan sus exigencias, canalizan y agregan voluntades (Malamud; 2003, De Riz; 1986).5 Siguiendo lo propuesto por Sartori (1992a) la representación consta de ciertas dimensiones, según si se la asocia con la idea de mandato o de delegación o con la de representatividad, es decir, de semejanza o similitud. Su primer significado, el significado político, supone concebirla como una delegación o mandato a través de las elecciones -méto_______________ 4 Ibidem, 19-11-1963, Nº 699, p. 2 Si bien los partidos canalizan y expresan las aspiraciones de la sociedad, es necesario tener en cuenta que los mismos no reflejan mecánicamente, ni en su organización ni en su política, el sistema de desigualdades sociales. Es decir, los partidos no son necesariamente las manifestaciones en el ámbito político de las divisiones sociales (Panebianco; 1990). 5 254 BUCHRUCKER, Cristian (1999): Nacionalismo y peronismo. La Argentina en la crisis ideológica mundial (1927-1955). Sudamericana. Buenos Aires. EICKHOFF, Georg (1996): “El 17 de octubre al revés: la desmovilización del pueblo peronista por medio del renunciamiento de Eva Perón”, Desarrollo Económico, V. 36. N° 142. FERRERO, Roberto (1984): Sabattini y la decadencia del yrigoyenismo, Buenos Aires: Centro Editor de América Latina. GIRBAL-BLACHA, Noemí (2003): “Riqueza, poder y control social. Acerca de las estrategias empresariales agrarias en la Argentina (1900-1950)”, Anuario del IEHS XVIII. Tandil. LATTUADA, Mario (1986): La política agraria peronista (19431983). Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, Tomo I MACOR, Darío y César TCACH (comps.) 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TOBARES, Javier (2008): “El pueblo de Mayo en Octubre: La construcción del pueblo peronista en las conmemoraciones del 17 de Octubre. 1946-1954”, Cuadernos de Historia N° 10. CIFFyH-UNC. Córdoba. 247 tura socioeconómica del país, la fuerte penetración del capital imperialista en la economía y la debilidad de la burguesía local para desarrollar un proyecto económico nacional. Por esa razón, la unidad promovida debía comenzar en el ámbito laboral, entre los trabajadores, núcleo y protagonistas de dicha alianza. Pero también, estos debían contar con el apoyo político de todas las clases y fuerzas antioligárquicas y antiimperialistas, incluyendo a sectores de la burguesía nacional y a las fuerzas políticas que los representaban, con el objetivo declarado de transitar un proceso pacífico e institucional de transformaciones por etapas (Tortti, 2005).3 Por consiguiente, la contradicción básica entre la burguesía y el proletariado pasaba a segundo plano, en tanto la revolución democrática que ansiaba el comunismo, se basaba en la estrategia de la “vía pacífica” al socialismo. Dicha consigna significaba básicamente que el PC negaba la vía insurreccional de masas para conquistar el poder, y como contrapartida, proponía formas parlamentarias-electorales como métodos de lucha del proletariado. Para el PC, la unidad de los trabajadores implicaba el trabajo unitario dentro del movimiento sindical con el peronismo, principal expresión política de la clase trabajadora. La necesidad de establecer esta alianza suponía redefinir los históricos vínculos de ambas fuerzas. En efecto, a pesar que el PC anheló la descomposición irreversible del peronismo luego del golpe de Estado de 1955, supo aceptar la persistencia de la identificación peronista de la clase obrera y comprender que la pérdida del control del aparato estatal no significaba la extensión de su influencia en el movimiento obrero en general. En este sentido, a diferencia de los sectores cerrilmente antiperonistas que pretendían “desperonizar” a las masas trabajadoras, el comunismo buscaba acercar posiciones con ellas, encontrando un len_______________ 3 La consigna que orientaba al PC era “unidad para la lucha” y en función de ella, se pensaba que provocaría “…desprendimientos decisivos en los partidos políticos burgueses, donde conviven fuerzas heterogéneas, entre ellas sectores de las capas medias de nuestra población y de la burguesía nacional, aliadas potenciales de la clase obrera y el pueblo en la lucha antioligárquica y antiimperialista”. Nuestra Palabra, 5-2-1963 Nº 658 p. 2. 253 del proyecto industrialista de sustitución de importaciones. El auge de la industria automotriz, promovida por este proyecto, generó profundos cambios en la estructura social, a partir de la concentración de una numerosa mano de obra joven. Estos nuevos trabajadores, que en muchos casos no provenían de la ciudad de Córdoba y carecerían de tradición sindical, tenían una identidad política previa mayoritariamente peronista (Gordillo; 1991). Asimismo, la ciudad se transformaba vertiginosamente debido al impacto desconcertante de la modernidad en el campo cultural. Este nuevo clima estaba marcado por la secularización de las costumbres y la radicalización de los ideales de la reforma universitaria, lo que proveía a las luchas sociales una alta intensidad ideológica. Junto a estos cambios, la lucha contra el comunismo, y su posible infiltración en los partidos políticos tradicionales, se constituyó en tema central del universo ideológico compartido por la élite tradicional y los sectores militares y eclesiásticos (Tcach;1999). El PC y su diagnóstico del “giro a la izquierda” de las masas: la unidad para la lucha Desde mediados de la década del 30, el PC nacional adoptó la estrategia del Frente Democrático Popular como línea política fundamental. Dicha consigna representaba la adaptación local de los llamados “frentes populares”, política instaurada mundialmente en aquellos años en los que los partidos comunistas comenzaban a alinearse bajo el signo del antifascismo (Campione; 1996). Esta estrategia significaba la participación del PC en alianzas amplias, en las que se posicionaría como vanguardia del movimiento, tanto en el plano sindical, en el políticoelectoral, como en los ámbitos de actuación cultural. Además, representaba un instrumento para la primera etapa de la revolución, denominada revolución democrática, que debía atravesar necesariamente el país antes de iniciar el pasaje al socialismo. El análisis estructural que condujo al planteo de una revolución de tipo democrática, subrayaba el carácter atrasado y dependiente de la estruc252 CAPÍTULO 9 La inserción social del Partido Comunista en la Córdoba de los años sesenta Paola Bonvillani Introducción En este trabajo nos proponemos analizar la representatividad social del partido comunista (PC) de Córdoba durante el período inaugurado con la asunción del radical Justo Páez Molina en octubre de 1963 hasta la intervención de la provincia en junio 1966.1 El trabajo de reconstrucción crítica de la historia de un partido de izquierda tropieza con ciertos obstáculos, entre los que se puede mencionar el hecho de que las propias organizaciones partidarias generalmente custodian celosamente sus archivos de los investigadores ajenos al aparato, ante el “riesgo” de que estos produzcan versiones no suficientemente complacientes con el partido. Pero también se puede mencionar un obstáculo mayor: no existe gran interés en sectores significativos de la sociedad argentina, ni en el campo historiográfico, en recuperar la historia de las fuerzas de izquierda. Sin embargo, es necesario convenir que el abordaje histórico-político de la trayectoria de este partido en Argentina no deja de tener una alta carga política en tanto representa un pasado que remite directa o indirectamente a intereses creados y a conflictos de poder que sobreviven en el presente. Determinados estos obstáculos y reconociendo que nuestra mirada del pasado no puede prescindir del contexto nacional -en tanto determina _______________ 1 Este artículo es una versión revisada y resumida de un capítulo de mi trabajo final de Licenciatura en Historia, UNC, titulado: “Los Partidos Socialista Democrático y Comunista en la provincia de Córdoba durante el gobierno de Justo Páez Molina (1963-1966)”, dirigido por el Dr. César Tcach. 249 y posibilita diferentes acciones políticas- nuestra propuesta de trabajo pretende contribuir al conocimiento de problemáticas políticas locales, teniendo en cuenta que los estudios realizados sobre el tema se centran fundamentalmente en el ámbito nacional, reparando sólo marginalmente en las particularidades de estos espacios específicos. Además, en lo que respecta al estudio de los partidos de izquierda en el campo historiográfico, no se cuenta aún con una historia global, sino con una escasa y fragmentaria producción y con temas muy estudiados, pero también grandes vacíos de investigación. Podría argumentarse que este vacío historiográfico expresa lo que suele juzgarse como la irrelevancia de las fuerzas políticas de izquierda en la historia del país, particularmente desde el surgimiento del peronismo. Ciertamente, no encontramos la participación de aquellas en experiencias de poder, ni en ensayos de insurrección, ni en procesos revolucionarios victoriosos. No obstante, su papel político y cultural en la historia nacional no podría negarse; más aún si se tiene en cuenta su rol en la construcción de organizaciones sindicales, mutuales y cooperativas, en el activismo y la difusión cultural. Entre otros recortes y omisiones, este estudio deja de lado las organizaciones políticas-militares para centrarse en un partido no armado de la izquierda tradicional que, a pesar de poseer armas, impartir algún tipo de instrucción militar a sus militantes y no excluir la perspectiva de una confrontación armada en el corto o mediano plazo, no incluía acciones militares en su práctica política, ni actuaba a través de algún tipo de “ejército revolucionario”. En virtud de lo anterior, este trabajo no se detendrá en las agrupaciones que se formaron en base a escisiones o desprendimientos de este partido y que, en el contexto de radicalización política de aquella época, cuestionaban tanto su orientación ideológica como las estrategias de acción mantenida hasta el momento. Ciertamente, estos grupos en proceso de radicalización, que en muchos casos también era de “peronización”, eran la expresión de una particular coyuntura política y social que atravesaba el país en los años sesenta, en la que operaba dos poderosas influencias. La revolución 250 cubana marcó el surgimiento de nuevas identidades y prácticas políticas, al demostrar las potencialidades de una estrategia de lucha y protesta social en la que se unían obreros, estudiantes y otros sectores sociales. Esta influencia fue decisiva en ciertos grupos internos a las fuerzas de izquierda tradicionales, que insistieron en la centralidad del proletariado en la lucha revolucionaria. Asimismo, los años posteriores al derrocamiento de Perón en 1955 pusieron de relieve que el peronismo se mantenía como la expresión política de los sectores populares mayoritarios y que su universo político, cultural y simbólico había calado hondo entre los trabajadores. En este marco, la creciente conflictividad política a partir de la proscripción del peronismo, significó una serie de replanteos de diversa índole dentro de las fuerzas políticas, así como en los sectores intelectuales. La realidad de Córdoba por esos años no distaba de la imperante a nivel nacional, no obstante, el contexto socio-histórico de la ciudad le daba tintes propios a las problemáticas locales. En las investigaciones sobre Córdoba, se ha subrayado como nota dominante la existencia de una aguda tensión entre tradición y modernidad, lo que ha llevado a varios analistas a caracterizarla como una “ciudad de frontera”, ya que en ella se evidenciaban fuertes contrastes.2 Por un lado, la firme presencia en la conducción política de la élite local, cuyo poder se basaba en un ejército con un arraigado espíritu antiperonista y se caracterizaba por su tradición clerical-conservadora. Dicha orientación ideológica, se basaba en el catolicismo integrista, el cual se afianzó como respuesta ante el avance de la modernidad secularista y la consecuente descomposición de la hegemonía eclesiástica, por lo que tenía como rasgos primordiales, un marcado antiliberalismo y anticomunismo (Tcach; 2009). Por otro lado, desde fines de la década del 50 la ciudad de Córdoba experimentó un proceso de agudos cambios económicos bajo el signo _______________ 2 Ver al respecto el conocido artículo de José Aricó “Tradición y modernidad en la cultura cordobesa”, Plural, Nº 13, Buenos Aires, 1989, como así también el de César Tcach “La experiencia Nores Martínez: entre la Córdoba de las campanas y la ciudad obrera” en: Estudios Sociales, Año IX, Santa Fe, 1999. 251 trar la policía en uno de los tantos operativos antisubversión “propaganda subversiva de la organización declarada ilegal en 1973, en cantidad que excede ‘por amplio margen los límites fijados para la simple información, conforme al artículo segundo de la ley de seguridad 20840’”.26 Otra característica de los comunicados reproducidos en los diarios locales, junto con la escasa información brindada, es la deliberada omisión de autores, de títulos, de editoriales, colecciones, etc. de los textos incautados en los operativos.27 En el mismo sentido parece el empleo de una fórmula recurrente: la de “organización declarada ilegal en 1975”. Excepción a lo antedicho es el comunicado según el cual en barrio Alta Córdoba, junto con armamentos, se encontró la “revista Estrella Roja (varios ejemplares), documentación varia”.28 Se observa en las fotografías, tanto del diario La Voz del Interior como del diario Córdoba, la publicación en cuestión junto al armamento, las municiones, las patentes de autos, etc. Caso excepcional este ya que en los comunicados no se daban este tipo precisiones y sólo se hacía referencia al tipo de “documentación de corte marxista”. Otra evidente particularidad, común a todas las representaciones de libros y publicaciones secuestrados en allanamientos, es la vaguedad de la clasificación en la que caen. Son calificados como “documentación marxista” y/o “material subversivo” denotando un universo heterogéneo, sobre todo este último, de límites imprecisos, además de cargados de una fuerte connotación negativa. Subyace en estas referencias una voluntad simplista, reduccionista al clasificar bajo un mismo tipo obras de diversas corrientes de pensamiento, en algunos sentidos disímiles.29 _______________ 26 La Voz del Interior, 7 de Mayo de 1976. Distinto de las resoluciones y notas de la UNC, por caso la resolución decanal 455/76 de la Facultad de Filosofía y Humanidades que menciona autores prohibidos, la nómina de títulos censurados en la biblioteca de la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano de la UNC o la lista precisa de libros y revistas de la biblioteca quemados en la Universidad Nacional de Río Cuarto. 28 La Voz del Interior, 7 de abril, p. 11 29 Ejemplo de ellos son las actas, resoluciones y notas de la UNC que incluyen libros 27 280 realizar una campaña de afiliación desde el 6 de enero al 1 de mayo de 1964, y con este propósito, el 20 de diciembre de 1963 realizó el primer acto público luego de tres años de prohibición.21 Este se organizó bajo la consigna “Por el frente unido provincial. Por los 10.000 afiliados” y se circunscribió a la zona en la que operaban las células de empresa, especialmente en las grandes fábricas, como Dinfia, los Talleres del ferrocarril Belgrano, Kaiser y Fiat.22 Cabe destacar que el interés del partido por expandir su trabajo hacia nuevos militantes no se ceñía solamente en acrecentar el número de miembros, sino que también se trataba de vincularlo con las luchas por las reivindicaciones obreras. Ciertamente, el PC veía en el crecimiento de la industria metalmecánica un hecho positivo, porque no sólo representaba un cambio cuantitativo -la expansión de la clase obrera-, sino también cualitativo, ya que tenía lugar en las grandes empresas, lo que permitía a los trabajadores desarrollar más fácilmente su organización y su conciencia de clase.23 A tenor de lo expuesto, se puede sostener que el PC cordobés logró desarrollar una actividad relevante en los ámbitos obreros, como así también fue un espacio de militancia, logrando una fuerte penetración en diversas actividades y organizaciones sociales, muchas de carácter popular y obrero y otras vinculadas a las capas medias y a la intelectualidad.24 Podemos decir que en estos espacios se evidenció un acti_______________ 21 La última vez que al PC se le había permitido participar en elecciones, tener abiertos sus locales y publicar su prensa en Córdoba, había sido durante el gobierno de Arturo Zanichelli (1958-1960), cuando el juez electoral Carlos Cecchi le otorgó la personería jurídica para presentar listas en las elecciones legislativas de marzo de 1960 (Tcach; 1997). Ese mismo juez, posteriormente, en 1965, le denegó la personería jurídica para presentarse en las elecciones legislativas de ese año. 22 Nuestra Palabra, 7-1-1964 Nº 706, P. 3. 23 Nueva Era, Octubre 1964, Nº 9, Año XVI, p. 62 24 Estas organizaciones constituían lo que Duverger (1987) denomina organismos anexos al partido u “organismos colaterales” como se los denominaba entonces, esto es, instituciones que gravitaban alrededor del partido con el objetivo de reunir simpatizantes o reforzar la adhesión de los mismos. Se ejemplifica en sindicatos, sociedades culturales y deportivas, movimientos juveniles y organizaciones femeninas, creadas en torno a fines específicos e independientes del partido, pero organizadas y controladas por él. 261 vismo de los militantes comunistas que lograron multiplicar la influencia del partido mucho más allá de lo que indicaría el número real de sus afiliados, y que irradiaron una suerte de cultura “filo PC” (Campione; 2005). Tal el caso de la Comisión Pro Derogación de la Legislación Represiva creada en diciembre de 1963, en la que además de dirigentes comunistas, participaron personalidades de otros partidos políticos de la provincia, entre ellos el peronismo, el Movimiento Popular Argentino y el Partido Socialista Argentino, y organizaciones de derechos humanos, como la Liga Argentina de los Derechos del Hombre y la Unión de Mujeres Argentinas. También podemos mencionar la Junta Provincial de Partidarios de la Reforma Agraria de Córdoba cuyo crecimiento en la región era de suma importancia para el PC local, teniendo en cuenta que desde su óptica, Córdoba era una provincia con una estructura netamente latifundista.25 A partir del análisis de la situación del agro cordobés se trazó como objetivo terminar con la dominación de las oligarquías terratenientes y desarrollar la producción agropecuaria a través de la reforma agraria, basada en el principio de “la tierra para el que la trabaja”.26 Del mismo modo, se puede señalar la actividad del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, entidad fuertemente vinculada al partido y cuyo máximo representante en Córdoba era un reconocido militante comunista. El notable crecimiento producido en este sector provocó la rápida oposición de la banca nacional y extranjera, así como de sectores de la gran burguesía local e internacional. Ante esto, el Estado argentino reaccionó poniendo obstáculos al funcionamiento de las cajas de crédito cooperativas. Así, en agosto de 1965 la Asociación de Bancos de la República Argentina decidió solicitar a _______________ 25 Según el informe presentado por el secretario local, Iapichino, en la Conferencia Provincial del PC de septiembre de 1963, la estructura social de Córdoba “…se destaca por su carácter latifundista, pues el 57 por ciento de las tierras cultivables se hallan en poder del 2,7 por ciento de la población.” Nuestra Palabra, 22-10-1963, Nº 695, p. 4. 26 Entrevista con Reyes Bernabé Martínez, Córdoba, 3-9-2010. 262 junto con numerosas armas de guerra “una gran cantidad de bibliografía y material de propaganda marxista, así como reglamento e instrucciones para uso de la guerrilla, los que se hallaban, en su gran mayoría, en los cajones y embalajes especiales.”20 En cuanto a los lugares y la forma en que son detectados estos libros y publicaciones son variados. Por ejemplo aquel, bajo el título “Sobre la acción antisubversiva dio un comunicado el III Cuerpo de Ejército”, según el cual la Policía de Córdoba, “bajo el control operacional del Ejército… el 19 de marzo de 1976 efectuó un allanamiento en una finca de barrio Pueyrredón donde se encontró literatura de carácter subversivo y armamento de calibre de guerra”.21 O el que da cuenta, incluso con fotografías, de un dispositivo realizado en “una finca de barrio Alta Córdoba” con el título “Sobre el hallazgo de materiales de guerra en un inmueble de Alta Córdoba”.22 Otros operativos fueron realizados espacios públicos como la terminal de ómnibus de la Ciudad de Córdoba en el cual “efectivos de la IV Brigada Aerotransportada de Infantería” realizaron “el control de la distribución de revistas y semanarios comprobándose que por ese medio se trataba de hacer llegar a la población publicaciones de tipo subversivo de orientación marxista.”23 Otro rasgo, asociado a la idea de ilegalidad, es el carácter incriminatorio que acarrea la posesión de este tipo de textos. Ejemplo de ello es el comunicado que refleja del operativo en donde “fueron detenidas ocho personas vinculadas con esta actividad”24 que llevaban “paquetes conteniendo material de propaganda subversiva”.25 También se publicaron notas como la que informaba que “fue condenado un estudiante por tenencia de propaganda subversiva” a 6 años de prisión al encon________________ 20 La Voz del Interior, 4 de Mayo de 1976, p. 7 La Voz del Interior, 2 de abril de 1976, p. 8 22 La Voz del Interior, 7 de abril, p. 11 23 La Voz del Interior, 2 de abril de 1976, p. 8 24 La Voz del Interior, 2 de abril de 1976, p. 8 25 Ibidem 21 279 documentos referentes a un autor o una materia”.15 Si buscamos la palabra documento tenemos que es “todo aquello que tiene una base material de fijeza [un soporte] y que puede servir como elemento de prueba o de enseñanza de un hecho o una cosa”.16 También como “expresión del pensamiento (biografía, relato, texto laudatorio, funerario, testamentario, etc.) por medio de signos gráficos (letras, dibujos, pinturas, etc.) sobre un soporte (piedra, pergamino, papel, lienzo, película, cinta, etc.)”.17 En el caso del vocablo literatura tenemos que entre sus acepciones “expresa el caudal de obras y trabajos relativos a un arte, ciencia o disciplina cualquiera. En este sentido genérico equivale a bibliografía”.18 Como lo explicitan todos los comunicados reproducidos en los medios gráficos estos libros y publicaciones son obtenidos en diversos allanamientos, en el marco de los “operativos de seguridad”, lo cual refuerza la idea de clandestinidad asociada a los mismos. Además son permanentes las referencias a la “abundante bibliografía…”, encontrada en diversos procedimientos, que luego es exhibida junto con municiones, armamentos y diversos elementos, connotando peligrosidad. Es de mencionar la importancia dada a estos libros puesto que aparecen frecuentemente en los dispositivos, hallados en cantidades imprecisas y siempre “abundantes”. Ejemplo de esto es el que aparece en la sección “Comunicados del III Cuerpo” en el diario Los Principios bajo el título “Advertencia sobre actos de pillaje y enfrentamiento con elementos subversivos” en el cual se informa que en un operativo: “se secuestró el siguiente material: dos depósitos de víveres, un cajón de granadas, gran cantidad de bibliografía subversiva, bolsos de transporte de elementos,[…]”19 En otro se informaba y se exponen _______________ todas las entidades bancarias que cerraran las cuentas corrientes de las cooperativas de crédito.27 A su vez, durante meses se desarrollaron campañas publicitarias que pretendían desprestigiar las entidades nucleadas en el Instituto, acusando a sus dirigentes de “izquierdistas” por financiar las actividades del PC con fondos obtenidos de las cooperativas. Asimismo, en los primeros años de la década del sesenta, el partido tuvo cierta representación en el ámbito universitario cordobés, al contar con consiliarios estudiantiles que formaban parte, algunos de ellos, de la dirección de la Federación Juvenil Comunista.28 Hacia 1963 parte de estos militantes desarrollaron una intensa actividad en torno al grupo Pasado y Presente, lo que les valió la expulsión del partido, que concibió a este, como un grupo antimarxista y antipartidario y cuyas posiciones teóricas estaban alejadas de la realidad de la masa trabajadora.29 Este grupo intelectual mantuvo una fuerte influencia sobre la izquierda independiente, la agrupación de izquierda universitaria con mayor crecimiento en aquellos primeros años de la década del sesenta (Cuevas y Reicz, 1971).30 Dada la alta fragmentación dentro de la Federación Universitaria de Córdoba (FUC) y el surgimiento de numerosas facciones con distintos tintes ideológicos, esta agrupación coexistió con la Unión Reformista Franja Morada -de orientación radical-, con el Movimiento Integralista y con las demás fuerzas políticas de izquierda, de las cuales, la agrupación comunista tradicional, _______________ 27 Madrid : Fundación Germán Sánchez Ruipérez, p. 71. 16 FINÓ y HOURCADE, p. 11, citado en: BUONOCORE, Domingo (1976), Op. cit., p. 173. 17 MARTÍNEZ DE SOUSA, José (1993), Op. cit. 18 BUONOCORE, Domingo (1976), Op. cit., p. 289. 19 Los Principios, 29 de abril de 1976. La Voz del Interior, 11-8-1965 p. 8 Tal el caso de José María Aricó, Héctor Schmucler, Julio César Moreno, Américo Tatian, Samuel Kieczkovsky entre otros. La mayoría de ellos formó parte de la revista Pasado y Presente, una de las principales publicaciones que expresaron la renovación teórica y cultural del marxismo en la Argentina. Se caracterizó por la crítica al PC, la difusión del pensamiento de Gramsci, la discusión en torno a la lucha armada y el mundo obrero cordobés, y la relación entre cultura y política. 29 Nuestra Palabra, 22-10-1963, Nº 695, p. 4 30 Este grupo era denominado “kozakismo” y dirigió la Federación Universitaria Córdoba desde 1960 hasta 1966. Representaba una corriente casi personal cuyo nombre provenía del estudiante de Derecho Abraham Kozak, marxista independiente que proponía como estrategia de acción la lucha armada como vía revolucionaria. 278 263 15 MARTÍNEZ DE SOUSA, José (1993), Diccionario de bibliología y ciencias afines. 28 Movimiento de Unidad Reformista (MUR), representaba una muy pequeña minoría.31 Por otra parte, el PC mantuvo su influencia en el ámbito laboral cordobés a través de pequeños núcleos de afiliados en sindicatos de orientación peronista, como el caso del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA), la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), la Unión Obrera de la Construcción República Argentina (UOCRA), la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera República Argentina (ATILRA), la Federación Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (FATRE), la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA).32 También tuvo presencia en los sindicatos independientes como Luz y Fuerza, Asociación Libre de Empleados de Correos y Telecomunicaciones (ALECYT), Unión Gráfica, Asociación Bancaria, Unión Ferroviaria, Asociación Argentina de Telegrafistas Radiotelegrafistas y Afines (AATRA) y los sindicatos de empleados Químicos, de Comercio y Gráficos.33 _______________ 31 Además de la señaladas, dentro de las corrientes universitarias de izquierda se encontraban el Movimiento Nacional Reformista, de extracción socialista, los socialistas de vanguardia, la habitual gama de agrupaciones trotzkistas y el AUN, Agrupación Universitaria Nacional (abelardorramista). Agradezco al Dr. Carlos Scrimini por haberme facilitado esta información a través de una conversación personal (23-10-2010). Carlos Scrimini fue militante de la Federación Juvenil Comunista durante la década del sesenta y presidente de la FUC durante el período 1968-1972. 32 El movimiento obrero organizado se encontraba dividido en varios nucleamientos sindicales, siendo los principales las 62 Organizaciones Peronistas y los Gremios Independientes, los cuales constituían la conducción nacional de la CGT. Las 62 Organizaciones agrupaban a la gran mayoría de los sindicatos de obreros fabriles, mientras que los gremios independientes estaban conformados fundamentalmente por los sindicatos de los trabajadores pertenecientes a la órbita de la circulación de mercancías y de dinero, de los obreros de la industria del transporte y de obreros de manufacturas y trabajo domiciliario. Finalmente, se pueden mencionar dos corrientes minoritarias: el Movimiento de Unidad y Coordinación Sindical (MUCS), de orientación comunista, una agrupación con escaso peso en el ámbito sindical cordobés, y los 32 Gremios Mayoritarios Democráticos, fuertemente antiperonistas y vinculados al socialismo democrático cordobés. 33 Entrevista con Reyes Bernabé Martínez, Córdoba, 3-9-2010. 264 Dan cuenta de estas categorías antagónicas mencionadas más arriba, por caso, algunos anuncios como la “Exposición de libros ingleses”12 organizada por la Asociación Argentina de Cultura Británica en Córdoba y publicitada en la Voz del Interior o la columna semanal del diario Córdoba llamada “Anaquel de libros” en marcado contraste con los “materiales subversivos” representados principalmente a través de los comunicados del III Cuerpo de Ejército reproducidos en los diarios de Córdoba. Cabe mencionar que la información estaba centralizada y dirigida en el caso de Córdoba desde el comando del III Cuerpo de Ejército. Bajo el título “Prohíben informar sobre hechos subversivos” se publica el comunicado según el cual “queda prohibido informar, comentar o hacer referencia a temas relativos a hechos subversivos […] a menos que sea informada por fuente oficial responsable. Incluye a secuestrados o desaparecidos.”13 Es en el marco de los denominados “operativos antisubversivos” donde aparecen los libros que son representadas generalmente bajo expresiones tales como: “bibliografía”, “documento”, “literatura”, “materiales”, “publicaciones”, “propaganda”, “elementos”, etc. Si precisamos sólo algunos de esos conceptos encontramos que la palabra bibliografía, entre sus diversas acepciones, hace referencia a “la nómina de escritos o libros referentes a materia determinada”.14 En este sentido es definida también como “catálogo o lista de obras y _______________ través de la Nota N° 138 del 13/4/1976 dispuso “sea guardado en depósito el material bibliográfico relacionado con temas políticos, ideológicos, doctrinarios, etc. que no respondan a las asignaturas que integran el programa de estudios de la Escuela”. Esta nómina de 18 libros prohibidos estaba integrada exclusivamente por obras sobre el peronismo. Consultar nota del 19 de abril de 1976 de la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano en ZEBALLOS, Federico, (2008), “Bibliotecas y dictadura militar: Córdoba, 1976-1983” en Solari, Tomás y Gómez, Jorge (comp.) Biblioclastía : los robos, la represión y sus resistencias en bibliotecas, archivos y museos de Latinoamérica. Buenos Aires: Eudeba, p. 157-158. 12 La Voz del Interior, 5 de mayo de 1976, p. 7. 13 La Voz del Interior, 2 de Mayo de 1976. 14 BUONOCORE, Domingo (1976), Op. cit, p. 67. 277 excelencia es la Biblia, plural del griego biblion, correspondiente del liber latino”.7 Si precisamos la etimología de la palabra libro hallamos que: “deriva del latín, liber, libri, parte interior de la corteza de las plantas que los romanos empleaban como papel, raíz, también de libre, connotación que enaltece su origen, porque el libro al liberar el espíritu del hombre, se convierte, a la vez, en el más precioso instrumento para conquistar la libertad de los pueblos”.8 Como muestra Avellaneda en esta mima lógica se inscribe el discurso hegemónico sobre el denominado “estilo de vida argentino” el cual está trazado sobre antagonismos tales como “lo católico/cristiano” frente al “ateísmo/comunismo” es decir “la oposición entre los verdadero (legítimo, propio, nuestro, de adentro) y lo falso (ilegítimo, ajeno, no-nuestro, de afuera).”9 En este sentido, en una nota realizada al Secretario General de la Universidad Nacional de Córdoba comodoro Oscar José Juliá bajo el título “¿Qué pasa en la Universidad?”, se asegura que: “ciertos autores, así como se pusieron de moda, con la misma facilidad pasan a ser una especie de delincuentes ideológicos. Pongamos por caso, Marx o Freud, para citar sólo a los más reiterados”.10 Dijo el comodoro Juliá: “toda literatura marxista será suprimida, no como materia de estudio, sino como elemento de difusión de la ideología subversiva. Es la depuración que hicimos en las bibliotecas de la Universidad; el libro marxista quedó en los centros donde tienen que estar forzosamente como objeto de estudio. Todo ello dentro de la civilización occidental y cristiana que es nuestra razón de ser nacional”.11 ________________ 7 ESTÉBANEZ CALDERÓN, Demetrio (1999), Diccionario de términos literarios. Madrid : Alianza, p. 615 8 BUONOCORE, Domingo (1976), Diccionario de bibliotecología: términos relativos a la bibliología, bibliografía, bibliofilia, biblioteconomía, archivología, documentología, tipografía y materias afines. Buenos Aires : Marymar, p. 282 9 AVELLANEDA, Andrés, (1986), Censura, autoritarismo y cultura : Argentina 1960-1983. Buenos Aires : Centro Editor de América Latina, p. 20 10 Córdoba, 7 de mayo de 1976, p. 7 11 Ibidem. Previo a la nota aparecida en el matutino, la Secretario Gral. de la UNC a 276 Asimismo, durante dos períodos consecutivos, el PC logró que un dirigente fuera elegido como representante dentro de la dirección local de la CGT. Así, logró que Carlos Correa, secretario general de la delegación Córdoba de la Federación de Obreros y Empleados de Correos y Telecomunicaciones (FOECYT) obtuviera el cargo de secretario de actas y luego, su reelección en agosto de 1965.34 Cabe destacar que, a pesar de no representar este un cargo decisivo dentro de la CGT, la participación de sindicalistas comunistas demuestra el clima de unidad que existía entre las diferentes agrupaciones que constituían la central obrera local. Sin embargo, no se podría considerar al partido como una fuerza decisiva dentro de los sectores obreros, sino más bien como una influencia general. Podemos sostener que la inserción del comunismo se daba fundamentalmente al interior de las fábricas, en el terreno de las luchas por reivindicaciones inmediatas. Además, si bien eran aceptados por los peronistas de base como aliados y trabajaban juntos en muchos sindicatos, no representaban un peligro para el poder del sindicalismo peronista. Al respecto, los entrevistados rescatan el compromiso de lucha de los comunistas en las fábricas, esfuerzo que si bien era estimado por el trabajador, no se traducía en el logro de espacios de poder: “…el que se destacaba peleando abajo era el comunista…cuando llegaba el momento de las elecciones para las autoridades del sindicato ganaban los peronistas y ganaban con la camiseta…el partido nunca encontró una manera de disputarle al peronismo…”.35 Los años posteriores al golpe de Estado de 1955 se caracterizaron por el desarrollo de un incipiente clima contestatario que, en el caso de Córdoba, tenía epicentro tanto en grupos juveniles e intelectuales como en un nuevo actor social: los sectores de la clase obrera de extracción juvenil y con origen en la industrialización más reciente. Además, en este contexto de radicalización política, se sucedieron ________________ 34 35 La Voz del Interior, 28-2-1964 p. 13 y Los Principios, 21-8-1965 p. 3. Entrevista con Luís Reinaudi, Córdoba, 18-8-2010. 265 numerosas luchas que enriquecieron los métodos de organización y confrontación de los trabajadores contra los sucesivos gobiernos y entidades patronales. Al respecto, se pueden citar las ocupaciones de fábricas que se desarrollaron desde 1964 hasta el golpe de Estado de 1966, siendo más relevantes, las realizadas entre mayo y junio de 1964 bajo la aplicación de la segunda etapa del “plan de lucha” dispuesto por la CGT. Detrás del aspecto puramente reivindicativo del plan de lucha, tendiente a mejorar la situación de los trabajadores, el sindicalismo peronista perseguía objetivos políticos vinculados a lograr el retorno de Perón, terminar con la proscripción del peronismo y fundamentalmente, convertirse en un importante factor de poder (Gordillo, 1999).36 Ciertamente, el peronismo no aceptaba una legitimidad que tendía a excluirlo periódicamente, y por ello algunas de sus figuras alentaban una estrategia política en la que coexistían mecanismos de participación parlamentaria, como ya hemos analizado, con prácticas de presión extra-institucional, como el mencionado plan de lucha (Cavarozzi, 2002). El PC apoyó los objetivos y participó activamente durante las diferentes instancias de este plan, a pesar que la dirección nacional de la CGT excluyó a los sindicalistas comunistas representados en el Movimiento de Unidad y Coordinación Sindical (MUCS).37 La activa _______________ 36 Al respecto, Gordillo señala que el plan de lucha: “…fue una eficaz demostración de fuerza que fundamentalmente beneficiaría a aquellos dirigentes que –como Augusto Vandor, representante de un sindicato con un alto poder de negociación- buscarían soluciones dentro del sistema siguiendo la táctica de “presionar para negociar”. (Gordillo, 1999: 93). 37 Las 62 Organizaciones peronistas fue la agrupación sindical que impulsó y organizó el plan de ocupaciones de fábricas, mientras que los gremios independientes se opusieron a proseguir con el plan de lucha aduciendo que el gobierno había comenzado a dar respuesta a algunos de los reclamos obreros (ley de salario mínimo, vital y móvil, fijación de precios máximos, entre otros). Sin embargo, dos de los sindicatos más fuertes de este nucleamiento, la Unión Ferroviaria y la Federación de Trabajadores de Luz y Fuerza (gremios importantes que agrupaban a obreros de gran industria) participaron activamente del plan de ocupaciones. En cambio en Córdoba, la totalidad de los gremios independientes apoyó decididamente el plan. Por su parte, las dos corrientes sindicales minoritarias, asumieron posiciones diferentes: el MUCS apoyó en términos 266 de significado mayor (o diagnóstico) de la cual es tributaria y adquiere en los medios locales de comunicación representaciones claramente definidas como así también un conjunto de prácticas que van en consonancia con las mismas. Algunas características de las representaciones Para precisar el concepto de representación apelamos a la noción de Goody (1999) según la cual “la representación significa presentar de nuevo, la presentación de algo que no está presente, pudiendo adoptar una forma tanto lingüística como visual”4 reconociendo además que “las representaciones constituyen la esencia de la comunicación humana, de la cultura humana”.5 Una primera aproximación a las fuentes señaladas permite trazar algunas características bien definidas en las representaciones de los libros. Inicialmente se evidencia una abrupta y marcada dicotomía cuando se hace referencia, por un lado, a los libros y, por otro, a los que son representados como materiales, bibliografía, propaganda, etc, a los cuales parece negarse la condición de libro. Esta clasificación maniquea es tributaria de concepciones religiosas muy arraigadas. Señala Onfray (2006) que “el monoteísmo se considera la religión del Libro, pero más bien parece la de tres libros que apenas se toleran”, es decir el único portador de la Verdad es El Libro (su libro), y por ello apelan al “funcionamiento del par doble lícito/ilícito, puro/impuro para inducir a la obediencia y a la sumisión”.6 Así encontramos una estrecha asociación entre libro y religión. En esa dirección se advierte cómo se relaciona el origen de la palabra libro con el de algunas religiones: “en la cultura judeocristiana el ‘libro’ por _______________ 4 GOODY, Jack, (1999), Representaciones y contradicciones : la ambivalencia hacia las imágenes, el teatro, la ficción, las reliquias y la sexualidad. Barcelona : Paidos, p. 18. 5 GOODY, Jack, Op. Cit. 6 ONFRAY, Michel, (2006), Tratado de ateología: física de la metafísica. Buenos Aires: Ediciones de la Flor p. 101. 275 ¿Qué implicancias acarrea su posesión? ¿Cuáles son las prácticas derivadas del discurso? El discurso sobre los “materiales subversivos” En el marco del terrorismo de Estado, consistente en “la utilización sistemática de la violencia del aparato estatal con fines de intimidación a los adversarios o disidentes”2 que alcanzan a la generalidad de la población, el discurso oficial – entendiendo el discurso como un espacio simbólico en el que se despliega la lucha por la construcción de la realidad, como uno de los mecanismos ideológicos de disciplinamiento social y construcción de hegemonía-3 se orientó a representar a través de connotaciones negativas todo aquello considerado una amenaza a los valores occidentales y cristianos constitutivos del denominado orden natural. En este sentido la subversión –en tanto negación de ese orden- es representada como una enfermedad (o tumor), portadora de “ideas extrañas al ser nacional”, que ha penetrado en los diversos órdenes (político, económico, social, cultural, educativo, profesional, religioso, etc. –constitutivos a su vez de ese orden natural-) y ha adquirido múltiples manifestaciones (o ramificaciones) en el cuerpo social. Las prácticas tuvieron por objetivo aniquilar (“arrancar de raíz el mal”) a los opositores políticos y para ello el discurso los resignificó como meros “elementos subversivos” -negando entre otros sus derechos, su condición humana y su calidad de ciudadanos- y degradando en el plano discursivo a la condición de “delincuentes terroristas” a un amplio y heterogéneo conjunto de actores políticos y sociales. De esta manera el discurso sobre los libros y publicaciones calificados como “subversivos” –en tanto transmisores de corrientes ideológicas vedadas (enfermas y apátridas)- se inscribe en aquella unidad _______________ participación y orientación de los dirigentes comunistas se destacó durante las jornadas de ocupación de fábricas y principalmente en la fábrica IKA y en el Palacio de Correos.38 El comunismo apoyó este plan porque representaba la mejor expresión de la experiencia de lucha compartida entre sectores democráticos y progresistas, y porque, además de abordar los objetivos y reclamos más urgentes de la clase obrera, su combatividad representaba una metodología útil para profundizar el giro a la izquierda de las luchas populares.39 De este modo, puede considerarse que la participación y el apoyo brindado por el partido a la lucha de los trabajadores, posibilitó que capitalizara parte de esa combatividad y pudiera acercarse a los sectores peronistas, lo que le permitió seguir creciendo y tener presencia en el movimiento obrero-sindical cordobés. Como mencionamos precedentemente, el ambiente revolucionario de los sesenta respondía al desarrollo de una incipiente cultura crítica y contestataria y a los ejemplos políticos de la revolución cubana y el conflicto chino-soviético. Particularmente, el triunfo de la revolución cubana sirvió de argumento contra la revolución por etapas y la estrategia de la “vía pacífica” seguida fielmente por el PC local. Aunque el partido apoyaba oficialmente los logros de esta revolución, caracterizó la experiencia como “excepcional”, pues no creía posible aplicar la vía de la lucha armada en Argentina (Campione, 2005). Ciertamente, el PC tendía a considerar a la acción armada alejada de las necesidades, prácticas y condiciones reales del movimiento obrero y popular, o más aún, de servir objetivamente a los intereses de la derecha en cuanto a desencadenar políticas reaccionarias.40 _______________ Buenos Aires : Ariel, p. 692. 3 BRAVO, Nazareno, (2003), “El discurso de la dictadura militar argentina : 19761983” en Utopía y Praxis latinoamericana. 8 : 22, 107-123. generales, en cambio, los 32 Gremios Mayoritarios Democráticos, lo rechazó frontalmente. (Cotarelo y Fernández; 1997). 38 Cabe destacar que el presidente y el secretario general de ALECYT (gremio que nucleaba a los empleados de Correos y Telecomunicaciones) Carlos Hugo Correa y Reyes Bernabé Martínez, respectivamente, eran miembros de la dirección local del partido. 39 Nuestra Palabra, 3-12-1963, Nº 701, p. 1 40 Son ilustrativas las palabras de Luís Reinaudi al respecto: “…nosotros les dijimos [se refiere a militantes de organizaciones armadas] “están locos, irnos al monte con un 274 267 2 DI TELLA, Torcuato S. [y otros] (2006) Diccionario de ciencias sociales y políticas. Sin embargo, ante el crecimiento de la tendencia a favor de la vía armada, principalmente entre los sectores juveniles –que representaban un sector importante para la dirigencia del partido, no solo por su cantidad global, sino porque constituían su reserva- el PC habría resuelto autorizar la formación de “organizaciones revolucionarias”. Fue así que la Federación Juvenil Comunista de Córdoba organizó un campamento en las sierras en el que se instruyó en prácticas de adiestramiento en técnicas guerrilleras.41 No obstante, debemos destacar que si bien la realización de este tipo de actividades era habitual, no perseguía objetivos subversivos, sino que respondía a lo que el comunismo entendía como su necesidad de autodefensa en un contexto de persecución política generalizada. En efecto, el partido disponía de una comisión especialmente encargada de la preparación militar de sus militantes, que organizaba estas actividades bajo estricto control, de manera de evitar una posible desviación de la línea política oficial. _______________ país con clase obrera fuerte, en un país con clase media fuerte eso es imposible”…entonces a nosotros nos corrían por izquierda y nos decían “ustedes no quieren hacer la revolución porque no quieren agarrar los fierros”…mirá, hasta que aparecieron y se desarrollaron en serio los montoneros, nadie, nunca, tuvo los fierros que teníamos los comunistas…”. Entrevista con Luís Reinaudi, Córdoba, 18-82010. 41 El denominado campamento “Camilo Cienfuegos” tuvo amplia repercusión en el ámbito local porque fue descubierto por la policía de la provincia el primero de marzo de 1964. En este procedimiento policial se detuvieron en la localidad de Icho Cruz, a siete jóvenes pertenecientes a la Federación Juvenil Comunista de Córdoba. Se les secuestraron impresos destinados a la propaganda, carnets de afiliación, libros de difusión doctrinaria, específicamente el manual castrista “Guerra de Guerrillas”, una bandera cubana y otra soviética, armas automáticas con inscripciones del ejército y explosivos de diverso tipo. En virtud de estos secuestros, los jóvenes fueron detenidos por infracción a los decretos-leyes 4214/63 de represión del comunismo y 788/63 de seguridad del Estado. Los Principios, 2-3-1963 p. 1-2. 268 CAPÍTULO 10 Primeras aproximaciones a las representaciones de los libros en los diarios de Córdoba. El caso de los “materiales subversivos” durante el terrorismo de Estado Federico Zeballos El presente trabajo bosqueja una primera aproximación, señalando algunos avances preliminares, para el análisis de las representaciones de los libros en los diarios de Córdoba: La Voz del Interior, Los Principios y Córdoba.1 El período en estudio está centrado en los meses de marzo, abril y mayo de 1976 por considerar que en él se condensan y articulan los discursos y las prácticas sobre libros y demás publicaciones considerados subversivos que marcaron la tónica del terrorismo de Estado. Los medios gráficos de Córdoba, en el recorte de tiempo señalado, contribuyeron en la construcción y legitimación de un discurso y de las prácticas derivadas y complementarias del mismo, por medio de la publicación de notas y de la reproducción de comunicados, sobre los libros calificados como “subversivos”. En este sentido nos preguntamos: ¿dentro de qué discurso mayor se da el discurso referido a los libros? ¿Cómo son representados los libros en los medios señalados? ¿Qué lineamientos característicos marcan esas representaciones? ¿A través de qué expresiones y bajo qué conceptualizaciones? ¿Cómo son detectadas las publicaciones? _______________ 1 Para una caracterización de los diarios La Voz del Interior y Los Principios y su discurso editorial previo al golpe de Estado de marzo de 1976 consultar: BALBI, Muriel y BARRERA, María Victoria, (2001), “Los diarios cordobeses frente al golpe de Estado de 1976” en GORDILLO, Mónica (2001), Actores, prácticas, discursos en la Córdoba combativa : una aproximación a la cultura política de los ’70. Córdoba : Ferreyra Editor. 273 Nimio De Anquin y Lisandro Novillo Saravia (h)” en Revista Estudios Digital, Nº II, Invierno. TORTTI, M. C. (2005), “Las divisiones del partido socialista y los orígenes de la nueva izquierda argentina” en Camarero, H. y Herrera C. M. (e), El Partido Socialista en Argentina, Buenos Aires, Prometeo. 272 Algunas consideraciones finales El grado de representación social que el PC logró en la sociedad cordobesa debe ser abordado teniendo en cuenta la posición asumida frente al peronismo y al proceso de izquierdización que experimentaban amplios actores sociales durante los primeros años de la década de 1960. En este sentido, podemos sostener que la radicalización de sus prácticas, métodos y estrategias, atendiendo a este nuevo escenario; la aceptación de la identidad peronista de amplios grupos sociales y la búsqueda de acercamiento a ellos, eran fenómenos a tenerse en cuenta, en tanto le permitía a un partido que desarrollaba su actividad en la clandestinidad, mantenerse vigente dentro de la arena social y política. En el clima de creciente radicalización política que experimentaban diversos actores sociales de Córdoba, la autorización dada por el partido para realizar actividades de instrucción militar, tenía como objetivo mantener cohesionada su militancia juvenil, fuertemente influida por la experiencia revolucionaria cubana. Esta estrategia permite inferir que el PC supo capitalizar parte de esa oleada “izquierdista”, para mantenerse vigente entre los sectores juveniles. Asimismo, a pesar que el peronismo era hostil al comunismo, en tanto lo consideraba una fuerza extraña a la tradición política del país, el PC logró acercar posiciones y trabajar conjuntamente con las masas trabajadoras identificadas con él. La estrategia política que guiaba este acercamiento buscaba desarrollar las potencialidades revolucionarias que visualizaba en el movimiento obrero, para así reorientarlas dentro de su proyecto socialista y mantener su presencia en el movimiento obrero-sindical y estudiantil. Aunque efectivamente el PC logró acercarse al movimiento peronista gracias al trabajo conjunto en el plano de las bases, es llamativo que no percibiera el sentimiento anticomunista de las cúpulas dirigentes, como un obstáculo insalvable a la hora de reorientar al peronismo hacia su proyecto socialista. Finalmente, podemos sostener que el PC logró extender su actividad a diversos espacios de militancia y penetrar en diversas organiza269 ciones sociales, no sólo de carácter obrero, sino también vinculadas a los sectores medios y a la intelectualidad, lo que le permitió seguir teniendo presencia en Córdoba. Prueba de ello fue el trabajo unitario entre los gremios peronistas y los independientes, que incluían a importantes agrupamientos comunistas, como así también su plena participación durante el plan de lucha que la CGT lanzó. No obstante, si bien tuvo participación en el ámbito laboral a través de pequeños núcleos de afiliados que actuaban en las células de fábricas y en los sindicatos, no podría considerarse al comunismo como una fuerza decisiva, sino más bien una influencia general en el movimiento obrero-sindical cordobés. ARICÓ, José (1989), “Tradición y modernidad en la cultura cordobesa”, Plural, Año IV, Nº 13, Buenos Aires. BONVILLANI, Paola (2008), “El gobierno de Nores Martínez contra la izquierda (junio 1962-octubre 1963)” Documento de Trabajo de la Serie: Voces y Argumentos. Publicación de la Maestría en Partidos Políticos y del Archivo de la Palabra del CEA-UNC, Córdoba. CAMPIONE, Daniel (1996), “Los comunistas argentinos. Bases para la re-construcción de su historia”, en Periferias, Año 1, Nº 1. Segundo Semestre. (2005): “Hacia la convergencia cívico-militar. El Partido Comunista 1955-1976”, en Revista Herramienta, Revista de debate y crítica marxista. N° 29, Año IX, Junio, Buenos Aires. 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(1999), “La experiencia Nores Martínez: entre la Córdoba de las campanas y la ciudad obrera”, Estudios Sociales, Año IX, Santa Fe, pp.: 69-89. (2009), “La derecha ilustrada: Carlos Ibarguren, 270 271 Bibliografía La práctica biblioclasta: exordio, quema y propaganda El destino de muchos de los libros y publicaciones obtenidas en “operativos antisubversivos” en Córdoba fue la pira bibliográfica, o auto de fe, del 29 de abril de 1976.30 Antes de la quema se leyó el siguiente discurso: “El Comando del Tercer Cuerpo de Ejército, informa que en el día de la fecha procede a incinerar esta documentación perniciosa que afecta al intelecto y a nuestra manera de ser cristiana. A fin de que no quede ninguna parte de estos libros, folletos, revistas, etc., se toma esta resolución para que con este material se evite continuar engañando a nuestra juventud sobre el verdadero bien que representan nuestros símbolos nacionales, nuestra familia, nuestra Iglesia, nuestro más tradicional acervo sintetizado en Dios, Patria, Hogar. Los elementos que se destruyen surgieron de allanamientos a centros de distribución que se dedicaban específica y especialmente a este tipo de difusión”.31 Este tipo de discurso y de prácticas son inherentes al andamiaje de todo sistema de férrea censura. Se dan de manera complementaria tanto en el marco de la denominada censura post facto -es decir la supresión que se produce después de haber tenido lugar la publicación _______________ de contenidos muy disímiles calificados todos como “marxistas”. Por caso los libros de Perón separados de la biblioteca de la Escuela Manuel Belgrano, dependiente de la UNC, a instancias de lo solicitado por el Secretario General de dicha Casa de Estudios, quien a posteriori, en la nota publicada en un medio gráfico local, asegurara que “toda literatura marxista será suprimida […] Es la depuración que hicimos en las bibliotecas de la Universidad”. Córdoba, 7 de mayo de 1976, p. 7. 30 Recordamos que esta quema no fue la única ni la primera pero si adquirió estado público a nivel nacional. Previa a ésta el 2 de abril del mismo año en el patio de la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano, perteneciente a la Universidad Nacional de Córdoba, se llevó adelante una quema de obras de la biblioteca según consta en la Resolución Institucional del 2 de abril de 1976. Consultar documentación en ZEBALLOS, Federico, (2008), Op. Cit., p. 154-156. 31 La Voz del Interior, 30 de abril de 1976. 281 escrita o la manifestación oral-32 como en el de la llamada censura previa –el examen al que son sometidos, ante el censor civil o clerical, los originales de los textos antes de ser publicados para que se autorice su impresión o se ordene la supresión o modificación total o parcial del contenido que la autoridad juzgadora considerara perjudicial.-33 y adquieren gran eficacia por medio del empleo de la propaganda. Por propaganda puede entenderse “la difusión deliberada y sistemática de mensajes destinados a un determinado auditorio y que apuntan a crear una imagen positiva o negativa de determinados fenómenos y a estimular determinados comportamientos. Es un esfuerzo consciente y sistemático dirigido a influir en las opiniones y acciones de un público determinado o de toda una sociedad.”34 De este modo se persigue, por un lado, la eliminación del núcleo ideológico e identitario de una corriente de pensamiento, a través de destrucción de los medios que le sirven de soporte y transmisión: los libros y/o publicaciones, y, por otro, provocar a través de la intimidación una serie de conductas en la población, como el ocultamiento o la destrucción por propios medios de las obras que podían caer bajo tal prohibición. Señala Davidson (1986) que el libro presenta una doble naturaleza ya que por un lado es un “artefacto manufacturado” y por el otro un “transmisor de significado”.35 Como señaláramos anteriormente en este comunicado los “libros, folletos, revistas, etc.” que alimentan el auto de fe, son representados, y degradados a la mera condición de “materiales”, “elementos” y “documentación”, acentuando sólo el carácter material, el soporte de la obra, en detrimento de la otra parte. Esa concepción según la cual esta clase de libro “afecta al intelec_______________ 32 Según la materia o temática en la que se inscribe se puede clasificar, de manera con- vencional en grandes grupos, en censura: religiosa, política, moral (obscenidad), sobre la libertad de enseñanza, etc. 33 También definido como uno de los medios que emplea el sistema preventivo en materia de imprenta. 34 Diccionario de política. (2008). México : Siglo XXI, p. 1298. 35 Citado en LITTAU, Karin. (2008) Teorías de la lectura: libros, cuerpos y bibliomanía. Buenos Aires: Manantial, p. 15. 282 to y a nuestra manera de ser cristiana” evidencia el carácter de cruzada religiosa, “guerra santa”, que adquieren dichas prácticas y se ubica dentro de la corriente denominada como nacionalismo católico.36 En cuanto a quienes se dirige el mensaje se señala que “nuestra juventud” ha sido engañada. Preocupación que también se vio reflejada en el mayoritario número de víctimas de esa franja etaria durante el terrorismo de Estado. En Córdoba han sido registrados 1.010 casos de personas desaparecidas, de las cuales 706 tenían entre 16 y 30 años, es decir casi el 70 % de las víctimas. Según la ocupación y/o profesión los estudiantes encabezan la lista con mayor número de desaparecidos: 391 casos registrados, el 31%.37 Además ese tipo de obras es adjetivada como “perniciosa”, con lo cual adquiere una fuerte connotación negativa, asociada con aquella idea de enfermedad, razón por la cual es destruida a “fin de que no quede ninguna parte” de ella. La magnitud de la pira está dada no sólo por la importante cantidad de obras destruidas sino también por la propaganda dada a la quema a través de una amplia difusión en los medio gráficos, radiales y televisivos del momento. Bajo diversos títulos, los diarios locales (La Voz del Interior: “Incineración de literatura marxista”38) y nacionales (La Nación: “Quemaron textos de literatura extremista”39, La Opinión: “Queman textos subversivos en Córdoba”40) reprodujeron al día siguiente el comunicado entregado a los corresponsales invitados a la destrucción de libros. Esas imágenes se erigieron en un fuerte mensaje intimidatorio y fueron determinantes en la conducta de los lectores. El carácter incriminatorio, en tanto prueba de participación en la subversión, que _______________ 36 PEDANO, Gonzalo, (2008), Aniquilar y restaurar : el proyecto político del terrorismo de Estado. Córdoba : Ediciones del Boulevard. 37 ROMANO, Silvia [y otros], (2010), Vidas y ausencias : destinatarios de la represión. Córdoba, 1969-1983. Córdoba : Universidad Nacional de Córdoba. 38 La Voz del Interior, 30 de abril de 1976,. 39 La Nación, 30 de abril de 1976, p. 5. 40 La Opinión, 30 de abril de 1976, p. 9. 283 implicaba la mera posesión de obras que pudieran caer en esa heterogénea e imprecisa calificación de “literatura subversiva” llevó a un amplio repertorio de práctica de “autocensura”. Esta quema encendió, desde “la docta”, un reguero de piras bibliográficas que atravesó las fronteras de Córdoba y de Argentina, y se propagó alcanzando a importantes ciudades como: Río Cuarto, donde en su Universidad Nacional en febrero de 1977 se incineraron libros sacados de la biblioteca “[...] de carácter disociador y que su contenido trasuntaba ideologías extrañas al ser Nacional Argentino, constituyéndose en fuente de alto adoctrinamiento marxista y subversivo”;41 en Rosario (febrero de 1977), tras la intervención y desmantelamiento de la Biblioteca Popular Constancio C. Vigil;42 en Buenos Aires (27 de febrero de 1977) los cerca de noventa mil volúmenes de la prestigiosa editorial Eudeba; en Sarandí (30 de agosto de 1980) donde ardieron más de un millón y medio de libros del Centro Editor de América _______________ 41 Por medio de la Resolución Rectoral Nº 0092 de la Universidad Nacional de Río Cuarto del 22 de febrero de 1977 se resuelve “dar de baja del patrimonio de esta Casa de Altos Estudios” la literatura “oportunamente incinerada”. La nómina del Anexo I está integrada por aproximadamente 536 libros (con sus respectivos autores, títulos e inventario) y 90 ejemplares de revistas (aparecen títulos y número). Al año siguiente según consta en el acta del 22 de diciembre de 1978 se procedió “a incinerar la bibliografía […]” integrada por siete títulos, de los cuales 6 pertenecían al pedagogo Paulo Freire. En el acta del 24 de abril de 1979 consta que se logró “incinerar la bibliografía […] dos (2) ejemplares de la obra de David Cooper “la muerte de la familia.” FERNÁNDEZ DEL MORAL, Lilián, (2006), Apuntes sobre totalitarismo y cultura: la Universidad Nacional de Río Cuarto. Río Cuarto: Fundación Universidad Nacional de Río Cuarto, p. 120 a 127. 42 Institución que tenía 55.000 volúmenes en circulación y 15.000 en depósito. El 25 de febrero de 1977 fue intervenida mediante el decreto nº 942. Ocho miembros de su Comisión Directiva fueron detenidos ilegalmente y su control de préstamos bibliográficos fue utilizado para investigar a los socios. Miles de libros de la entidad fueron quemados. MASSARINO, Marcelo. Quema de libros durante la dictadura militar argentina 1976-1983. En : Revista Sudestada 2006 (46) y GARCÍA, Natalia, (2008), “Los contabandistas de la Vigil” en: SOLARI, Tomás y GÓMEZ, Jorge (comp.) Biblioclastía : los robos, la represión y sus resistencias en bibliotecas, archivos y museos de Latinoamérica. Buenos Aires: Eudeba. 284 INTERVENCIONES SOBRE EL PASADO Marta Philp (Compiladora) se terminó de imprimir en octubre de 2011 Córdoba - Argentina Latina;43 en La Plata (15 de septiembre de 1981);44 e incluso años más tarde en las ciudades chilenas de Valparaíso y Santiago. Consideraciones finales En estas primeras aproximaciones o avances preliminares en la investigación sobre la representación de los libros a través de los medios gráficos señalados, entre los meses de marzo y mayo de 1976, hemos podido advertir a grandes trazos algunas de sus particularidades. Se advierte claramente que los diarios cordobeses Los Principios, Córdoba y La Voz del Interior contribuyeron en la construcción y legitimación de un discurso que, en tanto práctica social, reproduce una particular forma de interpretación de la realidad. Esta hegemonía se pone de manifiesto, entre otras, en las prácticas discursivas y no discursivas que conforman el sistema de dominación. Señalamos que las obras son clasificadas, según su contenido, en dos grandes grupos, por un lado aquellas que acceden a la condición de “libro” y, por el otro, aquellas a las que se le niega esa condición, y reciben denominaciones tales como: “materiales”, “propaganda”, “documentación”, etc principalmente reflejado a través de los comunicados del III Cuerpo de Ejército. Este último grupo se encuentra representado con fuertes connotaciones negativas (“documentación perniciosa”) asociado a la idea de clandestinidad y peligrosidad, hallados en procedimientos antisubversivos y exhibidos junto con armas de fuego. Además del carácter incriminatorio que conlleva su tenencia y la pena_______________ 43 El 30 de agosto ha quedado instituido como “el día de la vergüenza del libro argentino” en repudio a la mayor quema de libros del país. 44 BOSSIÉ, Florencia, (2008), “Recuerdos que resisten: censuras, autocensuras y exilios en la ciudad de La Plata durante la última dictadura militar” en: SOLARI, Tomás y GÓMEZ, Jorge (comp.) Biblioclastía : los robos, la represión y sus resistencias en bibliotecas, archivos y museos de Latinoamérica. Buenos Aires: Eudeba. 285 lización del poseedor. Otro rasgo de estas representaciones es la vaguedad de la clasificación en la que cae (casi siempre como “marxistas”) un universo heterogéneo de obras que incluye variadas corrientes ideológicas. También la deliberada omisión tanto de títulos como de autores, editoriales, colecciones, etc. En cuanto a la práctica biblioclasta algunos de sus aspectos más notorios son: el carácter inaugural y masivo que pretende darse a este acto de imposición hegemónica; la visión fundamentalista que anima a sus ejecutores, lo cual se infiere del exordio trascripto más arriba; y además la etapa de legitimación o naturalización que se abre ya que este tipo de acto de violencia simbólica luego sería reproducido en diversas ciudades y pueblos de Argentina con numerosas quemas públicas de libros. Bibliografía cátedra Introducción a la Historia de la Escuela de Historia y en el proyecto de investigación “Historia, política y memoria: los procesos de legitimación política en la Argentina contemporánea. Lecturas desde Córdoba”, CIFFyH-UNC. Javier Tobares, Licenciado en Historia, Universidad Nacional de Córdoba. Adscripto al proyecto de investigación “Historia, política y memoria: los procesos de legitimación política en la Argentina contemporánea. Lecturas desde Córdoba”, CIFFyH-UNC. Maestrando en Partidos Políticos, CEA-UNC. Directora: Marta Philp. Federico Zeballos, Licenciado en Bibliotecología, Universidad Nacional de Córdoba. Bibliotecario en la Biblioteca Central de la Facultad de Filosofía y Humanidades y de la Facultad de Psicología de la UNC. Integrante del proyecto de investigación “Historia, política y memoria: los procesos de legitimación política en la Argentina contemporánea. Lecturas desde Córdoba”, CIFFyH-UNC. AVELLANEDA, Andrés, (1986), Censura, autoritarismo y cultura: Argentina 1960-1983. Buenos Aires : Centro Editor de América Latina. BALBI, Muriel y BARRERA, María Victoria, (2001), “Los diarios cordobeses frente al golpe de Estado de 1976” en GORDILLO, Mónica (2001), Actores, prácticas, discursos en la Córdoba combativa: una aproximación a la cultura política de los ’70. 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Matías Giletta, Licenciado en Sociología, Universidad Nacional de Villa María, Magister en Ciencia Política y Sociología, FLACSOUNR. Docente en la UNVM. Adscripto al proyecto de investigación “Historia, política y memoria: los procesos de legitimación política en la Argentina contemporánea. Lecturas desde Córdoba”, CIFFyHUNC. Doctorando en Ciencias Sociales, UBA. Directora: Marta Philp. Becario de CONICET. Alejandra Soledad González, Licenciada en Historia, Universidad Nacional de Córdoba. Profesora Asistente por concurso en Introducción a la Historia, Escuela de Historia. Adscripta al proyecto de investigación “Historia, política y memoria: los procesos de legitimación política en la Argentina contemporánea. Lecturas desde Córdoba”, CIFFyH y al Programa “Política, sociedad y cultura en la historia reciente de Córdoba: sujetos sociales, identidades colectivas y conflictos políticos”, CEA-UNC. Doctoranda en Historia, FFyH-UNC. Director: Gustavo Blázquez. Becaria de CONICET. Denise Reyna Berrotarán, estudiante avanzada del Profesorado y Licenciatura en Historia, Universidad Nacional de Córdoba. Ayudantealumna en la cátedra Introducción a la Historia de la Escuela de Historia y en el proyecto de investigación “Historia, política y memoria: los procesos de legitimación política en la Argentina contemporánea. Lecturas desde Córdoba”, CIFFyH-UNC. nomía, archivología, documentología, tipografía y materias afines. Buenos Aires : Marymar. DI TELLA, Torcuato S. [y otros] (2006) Diccionario de ciencias sociales y políticas. Buenos Aires : Ariel. ESTÉBANEZ CALDERÓN, Demetrio (1999), Diccionario de términos literarios. Madrid : Alianza. FERNÁNDEZ DEL MORAL, Lilián, (2006), Apuntes sobre totalitarismo y cultura : la Universidad Nacional de Río Cuarto. Río Cuarto: Fundación Universidad Nacional de Río Cuarto. GARCÍA, Natalia, (2008), “Los contabandistas de la Vigil” en: Solari, Tomás y Gómez, Jorge (comp.) 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Lecturas desde Córdoba”, CIFFyH-UNC. Paola Bonvillani, Licenciada en Historia, Universidad Nacional de Córdoba. Adscripta al proyecto de investigación “Historia, política y memoria: los procesos de legitimación política en la Argentina contemporánea. Lecturas desde Córdoba”, CIFFyH-UNC. Verónica Canciani Vivanco, Profesora en Historia, Universidad Nacional de Córdoba. Adscripta a la cátedra Introducción a la Historia de la Escuela de Historia y al proyecto de investigación “Historia, política y memoria: los procesos de legitimación política en la Argentina contemporánea. Lecturas desde Córdoba”, CIFFyH-UNC. Gloria Di Rienzo, Licenciada en Historia, Universidad Nacional de Córdoba. Adscripta a la cátedra Introducción a la Historia de la Escuela de Historia y al proyecto de investigación “Historia, política y memoria: los procesos de legitimación política en la Argentina contemporánea. Lecturas desde Córdoba”, CIFFyH-UNC. Maestranda en Derechos Humanos, Instituto de Derechos Humanos, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad Nacional de La Plata. Directores: Marta Philp y Alejandro Morlachetti. Eduardo Escudero, Profesor y Licenciado en Historia, Universidad 288 289