Hacia una teoría sociocrítica del texto*
Fecha de recepción: 2 de Julio de 2017
Fecha de aprobación: 9 de septiembre de 2017
Resumen
El análisis de la microsemiótica intratextual permite observar las
contradicciones resultantes de las brechas históricas proyectadas en
los textos literarios, los cuales reproducen, a su vez, las contradicciones de las estructuras sociales e ideológicas. En su modelo, Cros
privilegia un espacio intratextual abstracto que denomina genotexto,
a través del cual se incorporan la historia y sus contradicciones. El
material histórico invertido en el genotexto corresponde a los principales intereses de una sociedad en un momento dado de su historia,
cuestión que implica que el escritor da la palabra en su obra, aunque
no sea de un modo consciente, a una serie de sujetos transindividuales que lo atraviesan. Esto se ilustra a través del análisis de un
apartado del segundo volumen de Guzmán de Alfarache, de Mateo
Alemán (Sevilla, 1547 - México, 1614), editado en 1604.
Palabras clave: sociocrítica, genotexto, fenotexto, literatura-historia, sujeto transindividual, Guzmán de Alfarache.
Citar: Escobar, H., Juliana, B. (julio-diciembre de 2017). Hacia una teoría sociocrítica del texto. Edmond Cros (traducción de Hernando Escobar y Juliana Borrero).
La Palabra, (31), 29–38. doi: https://doi.org/10.19053/01218530.n31.2017.7272.
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Edmond Cros
Catedrático emérito de la Universidad “Paul Valéry”- Montepellier III (Francia)
Traducido por Hernando Escobar-Vera y Juliana Borrero
Echeverry
Docentes de la Maestría en
Literatura. Investigadores del
grupo Senderos del Lenguaje,
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia
*Artículo publicado originalmente en inglés en Hansen,
Hans Lauge (ed.) (2006). Disciplines and Interdisciplinarity in
Foreign Language Studies. Copenague: Museum Tusculanum
Press - Universidad de Copenague, pp. 121-130. También, en
2011, en la revista Sociocriticism (Universidad de Granada),
26 (1 y 2), pp. 31-47, disponible
en: http://revistaseug.ugr.es/index.php/sociocriticism/article/
view/2452/2567. La presente
traducción se basa en la edición
de Sociocriticism; fue revisada
por el autor e incorpora sus precisiones.
Esta traducción es producto de
investigación del grupo Senderos del Lenguaje, de la Universidad Pedagógica y Tecnológica
de Colombia.
La Palabra No. 31 Tunja, julio - diciembre de 2017, ISSN 0121-8530 pp. 29-38
Towards a Sociocritical Theory of the Text
Abstract
The analysis of intratextual microsemiotics allows for the observation of contradictions resulting from
the historical gaps projected in literary texts, which in turn reproduce the contradictions present in social
and ideological structures. In his model, Cros privileges an abstract intratextual space named genotext,
through which history and its contradictions are incorporated. The historical material invested in the
genotext corresponds to the principal interests of a society in a given moment of history. This implies
that in the text, the writer gives word, even if non-consciously, to a series of transindividual subjects that
run through it. This is illustrated through the analysis of a fragment of the second volume of Guzmán de
Alfarache, by Mateo Alemán (Sevilla, 1547 - México, 1614), edited in 1604.
Keywords: sociocriticism, genotext, phenotext, literature-history relation, transindividual subject,
Guzmán de Alfarache.
Vers une théorie sociocritique du texte
Résumé
L’analyse de la microsémiotique intratextuelle nous permet de mettre en évidence les contradictions
produites par les fissures historiques projetées sur les textes littéraires, qui reproduisent, à leur tour,
les contradictions des structures sociales et idélogiques. Dans son modele, Cros privilégie un espace
intratextuel abstrait qu’il appelle génotexte oú l’histoire et ses contradictions sont intégrées. Le matériel historique investit dans le génotexte correspond aux principaux intérêts d’une société à un moment
donné de son histoire. Ainsi, l’ecrivain donne la parole, bien que de manière inconsciente, à plusieurs
sujets transindividuels qui traversent le texte. Nous illustrerons ceci à partir de l’analyse d’une partie du
deuxième volume de Guzmán de Alfarache, de Mateo Alemán (Seville, 1547 - Méxique, 1614), edité
en 1604.
Mots-clés: sociocritique, génotexte, phénotexte, littérature-histoire, sujet transindividuel, Guzmán de
Alfarache.
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Hacia una teoría sociocrítica del texto
Edmond Cros
Introducción
En los años sesenta, observamos una reconfiguración radical
del concepto de texto, resultante de la rápida expansión de las
semiologías generales lingüísticas y literarias. Este concepto,
independiente de la filosofía de
la verdad, definía un nuevo objeto, que fue descrito como un
dispositivo translingüístico y
fue considerado como una práctica significante que nunca deja
de operar y que es irreductible
a alguna significación objetiva.
En tanto retiene los conceptos
teóricos implícitos en este concepto, la sociocrítica se ocupa
esencialmente de aquello que
el texto transcribe, es decir, de
las modalidades de incorporación de la historia, no en el nivel del contenido, sino en el de
la forma. Para la sociocrítica, la
pluralidad es el resultado de los
procesos dinámicos y dialécticos de la historia. De hecho, es
debido a que incorpora la historia de una manera que le es
propia, que el texto se presenta
como un dispositivo translingüístico. Son estos caminos de
sentido complejo, heterogéneo
y contradictorio los que intento
señalar e identificar tanto en su
naturaleza, como en sus efectos.
La sociocrítica procura poner
de manifiesto las relaciones
existentes entre las estructuras
de la obra literaria (o cultural)
y las de la sociedad en la que
está profundamente arraigada.
Afirma que dar con las huellas
ideológicas y las tensiones antagónicas entre las clases sociales
es fundamental para cualquier
lectura de textos.
A diferencia de la mayoría de
enfoques sociológicos de la literatura que dejan intactas las
estructuras del texto, la sociocrítica sienta que la naturaleza
social de la obra literaria debe
ser localizada e investigada
dentro del texto y no fuera de él.
Es necesario reconstruir de manera paciente y exacta los elementos semiótico-ideológicos,
para mostrar cómo el proceso
histórico está profundamente
involucrado en el proceso de escritura. De hecho, es necesario
examinar las diferentes formas
en que la historia es incorporada en el texto. Sobre este punto,
es preciso enfatizar en una serie
de preguntas:
- ¿Qué tipo de material histórico nos interesa?
- ¿Cómo se supone que el texto
incorpora este material histórico?
- ¿Qué enfoque teórico y metodológico permite en el ejercicio
crítico sacar a la luz el proceso
de la incorporación de la historia?
Antes de responder estas preguntas, debo destacar que toda
teoría se fundamenta en dos
puntos:
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1. una concepción filosófica
que implica un punto de vista respecto a la historia, con
lo cual cuestiona cuál es su
proceso,
2. una concepción poética referente al funcionamiento
del texto.
Entonces, ¿cuál es el proceso
de la historia?, ¿cómo definir lo
que es el texto?, ¿cómo funciona el texto? Respecto al primer
asunto, me refiero al marxismo, que vincula la formación
discursiva con las formaciones
ideológica y social. De hecho,
existe una relación entre la infraestructura y la superestructura, pero esta relación no es
automática ni directa. Entre los
dos niveles (y dentro de ellos)
es necesario distinguir una serie de instancias, pertenecientes cada una a tiempos históricos diferentes. En un momento
dado de la historia, un sujeto
determinado parece situado en
una posición adelantada respecto a su tiempo, y otros parecen
rezagados. En la medida en que
el rezagado es siempre atraído
por el adelantado, la brecha entre las dos posiciones y la serie
de brechas existentes en la totalidad del sistema producen
el dinamismo del proceso. Estas brechas históricas generan
huellas semiótico-ideológicas y
diversos tipos de efectos en la
obra literaria, observables especialmente en los espacios textuales de las contradicciones.
Por eso, en mi lectura crítica
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parto de las microsemióticas intratextuales que se organizan a
partir de estas contradicciones,
las cuales nos permiten reconstruir las formaciones sociales e
ideológicas.
Ahora, ¿cómo funciona el texto? Cuando empieza a construirse, el texto empieza a establecer
sus reglas de repetición: repite
una corta serie de mensajes,
pero no de manera monótona (o
de manera exactamente igual);
lo hace a través de los diferentes niveles o categorías de los
textos (es decir: tiempo, espacio, material discursivo, mito,
temas, etc., y cada texto puede
presentar categorías específicas). Estos mensajes nacen de
un espacio intratextual abstracto que denomino genotexto.
Genotexto y fenotexto
El genotexto es un campo semiótico que parece totalmente
neutro , pero, al mismo tiempo,
está cruzado por contradicciones ideológicas. Está constituido por un sistema combinatorio de elementos genéticos,
responsables de la producción
global de sentido y portadores
del conflicto. Estos elementos
funcionan de un modo pluri-acentuado, y afirmo que estas
contradicciones reproducen las
contradicciones de las formaciones sociales e ideológicas.
Pero el genotexto no existe en
el texto: en el texto sólo tratamos con los fenotextos. Ya for-
mulado el genotexto, nos consta
que los fenotextos aparecen en
todas las categorías del texto y
cada categoría deconstruye el
genotexto de acuerdo con las
reglas específicas de su propio
funcionamiento. La expresión
del tiempo, por ejemplo, da un
resultado, una actualización,
muy diferente de la operada por
la expresión del espacio.
Estos términos no se refieren a
las nociones de Julia Kristeva
(1969, pp. 280-283), sino que
los tomo de la geografía humana. Para entender lo que quiero
decir, es preciso recordar las
nociones de fenotipo y genotipo. La mujer mediterránea es
un genotipo, pero no existe; lo
que sí existe son varias mujeres que viven en las diferentes
orillas del Mar Mediterráneo,
con características similares. A
partir de (y por medio de) estas
características hemos elaborado
una figura abstracta.
El genotexto no es exactamente
una estructura, sino que se convierte en una, estructurándose a
través de las diferentes concreciones fenotextuales del mismo
texto. En el fenotexto, la enunciación no gramaticalizada del
genotexto y las características
apropiadas en un nivel determinado funcionan en el marco de
un proceso de significación que
actualiza, de manera aparentemente incoherente y fragmentada, las latencias semánticas
de la misma enunciación: el genotexto. Este existe solamente
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a través de estas elaboraciones
múltiples y concretas —fenotextuales— y corresponde a una
abstracción reconstruida por el
analista.
Genotexto e historia
En la medida en que el genotexto es el medio a través del cual
el texto incorpora la historia,
podemos entender que los elementos incorporados, en forma
de fuertes contradicciones, son
los fundamentales, los que portan el porvenir de una sociedad
dada y constituyen sus más importantes apuestas.
¿Cómo funciona el genotexto?
¿De dónde viene? Usando una
metáfora espacial, podemos
imaginar el punto de intersección de dos ejes, uno vertical
y otro horizontal. En el primer
eje está el interdiscurso, que
materializa tanto las estructuras
mentales como las formaciones
ideológicas producidas por una
formación social. El discurso
del tiempo acerca de sí mismo
se lee en este eje, es decir, el interdiscurso traduce a operaciones semióticas las condiciones
socio-históricas en las que un
hablante está inmerso. En el eje
horizontal encontramos el intertexto (pre-afirmado, pre-construido, pre-condicionado), es
decir, todo el material lingüístico destinado a dar forma al significado.
Hacia una teoría sociocrítica del texto
Edmond Cros
Cuadro 1.
¿Qué es el interdiscurso?
Para explicar lo que el término genotexto significa para mí,
quisiera recordar dos nociones
de Lucien Goldmann (1966): el
sujeto transindividual (colectivo) y el nivel de lo no-consciente. Cada uno de nosotros
pertenece, en algún momento
de la vida, a una serie de sujetos
colectivos (generación, familia,
origen geográfico, profesión,
etc.). Pasamos por muchos de
estos en el curso de nuestra
existencia. Estos diversos sujetos colectivos, al pasar por
ellos, nos ofrecen sus valores
sociales y visiones de mundo a
través de sus discursos específicos. Cada sujeto transindividual
inscribe en su discurso los signos de su inserción espacial, social e histórica y, en consecuen1
cia, genera una microsemiótica
específica.
La totalidad del material discursivo que usamos a lo largo
de la vida se compone de este
mosaico de discursos. Por eso,
el texto no selecciona sus signos solamente dentro del lenguaje, sino entre la totalidad
de las expresiones semióticas
adquiridas / propuestas por los
sujetos colectivos. Este sujeto
transindividual se invierte1 en
la conciencia de cada individuo
que lo conforma, por medio de
microsemióticas
específicas.
Estas microsemióticas transcriben en signos la totalidad de las
aspiraciones, las frustraciones y
los problemas vitales del grupo. Proporcionan una especie
de decodificación de los modos
en que cada grupo está inmerso.
Al reconstruir el nivel microsemiótico del texto, nos permitimos reconstruir la formación
social en la que está inmerso el
escritor.
La noción de Goldmann de sujeto transindividual requiere
mayor precisión en la medida
en que parece operar para él
solo al nivel de los valores implícitos de una obra literaria.
Es por eso que intenté describir sus efectos de una manera
más precisa. Traté de describir
los niveles en los que se pueden encontrar estos índices. Me
parece que los rastros más obvios se encuentran en los ejes
paradigmáticos, en las frases
hechas y en las lexías. La forma
en que se lexicalizan transcribe
los sistemas de valores sociales.
Los cambios que los modifican
Nota del traductor: la palabra usada por el autor en la versión inglesa del artículo es “invest”. Él eligió “invertir” para la
versión en español.
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transcriben los modos de vida
y de inserción socioeconómica,
así como la evolución de las estructuras mentales de los entornos que las producen.
Ahora, ¿cómo funciona u opera
el discurso del sujeto transindividual? Goldmann distingue
entre tres niveles diferentes de
conciencia: a los primeros dos
(inconsciente y conciencia despierta), él agrega lo no-consciente. Lo no-consciente es una
creación del sujeto colectivo. Es
diferente del inconsciente freudiano, por el hecho de que no
está reprimido y, por tanto, no
necesita superar ninguna resistencia para volverse consciente,
pero solo puede salir a la luz a
través del análisis científico. De
hecho, al reproducir las prácticas sociales y discursivas de
los sujetos colectivos, estamos
diciendo mucho más de lo que
sabemos o deseamos; generalmente estamos reproduciendo
los valores sociales de diferentes sujetos colectivos. Ese es el
espacio y el nivel del proceso
genético que interesa a la sociocrítica.
Desde este punto de vista, podemos abordar mejor la siguiente
pregunta básica: si bien la visibilidad social y personal del
escritor es limitada, suponemos
que la visibilidad de la obra literaria es a menudo mucho más
amplia, ¿cómo explica el crítico
esta diferencia? Esta diferencia es, para mí, el resultado del
funcionamiento de lo no-cons-
ciente. De hecho, más allá del
campo de la visibilidad social
propiamente dicha, se extiende otro campo interiorizado,
aunque no conscientemente,
responsable de las microsemióticas intratextuales. Estas microsemióticas reproducen los
valores sociales de los diferentes sujetos colectivos a los que
pertenece el escritor. Las relaciones con el mundo no son ni
percibidas ni perceptibles en el
nivel de la experiencia inmediata. Los diferentes discursos y los
diferentes comportamientos del
sujeto siempre tienen más significado del que el sujeto podría
saber o desear. Este excedente
de significado está almacenado
en la microsemiótica intratextual, compuesta por el material
semiótico no-consciente del sujeto colectivo implicado en el
proceso de escritura. Al hacer
que el sistema semiótico funcione por escrito, quien escribe
siempre dice más de lo que entiende y más de lo que aparentemente afirma.
A manera de ejemplo: una mirada a Guzmán de Alfarache
Con el fin de hacer más clara
esta presentación, sugiero una
mirada rápida a un texto del
Siglo de Oro español: la novela picaresca de Mateo Alemán
Guzmán de Alfarache, editada
entre 1599 y 1604.
Conforme a lo cual, siempre se tuvo por dificultoso
hallarse un fiel amigo y
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verdadero. Son contados,
por escrito están y lo más
en fábulas, los que se dice
haberlo sido. Uno solo
hallé de nuestra misma
naturaleza, el mejor, el
más liberal, verdadero y
cierto de todos, que nunca
falta y permanece, siempre
sin cansarse de darnos; y
es la tierra.
Esta nos da las piedras de
precio, el oro, la plata y
más metales, de que tanta
necesidad y sed tenemos.
Produce la yerba, con
que no sólo se sustentan
los ganados y animales
de que nos valemos para
cosas de nuestro servicio;
mas juntamente aquellas
medicinales, que nos conservan la salud y aligeran
la enfermedad, preservándonos della. Cría nuestros
frutos, dándonos telas con
que cubrirnos y adornarnos. Rompe sus venas,
brotando de sus pechos
dulcísimas y misteriosas
aguas que bebemos, arroyos y ríos que fertilizan
los campos y facilitan los
comercios, comunicándose por ellos las partes más
extrañas y remotas. Todo
nos lo consiente y sufre,
bueno y mal tratamiento.
A todo calla; es como la
oveja, que nunca le oirán
otra cosa que bien: si la
llevan a comer, si a beber,
si la encierran, si lo quitan
Hacia una teoría sociocrítica del texto
Edmond Cros
el hijo, la lana y la vida,
siempre a todo dice bien.
Y todo el bien que tenemos
en la tierra, la tierra lo da.
Últimamente, ya después
de fallecidos y hediondos,
cuando no hay mujer, padre, hijo, pariente ni amigo
que quiera sufrirnos y todos nos despiden, huyendo
de nosotros, entonces nos
ampara,
recogiéndonos
dentro de su propio vientre, donde nos guarda en
fiel depósito, para volvernos a dar en vida nueva
y eterna. Y la mayor excelencia, la más digna de
Gloria y alabanza, es que,
haciendo por nosotros tanto, tan a la continua, siendo tan generosa y franca,
que ni cesa ni se cansa,
nunca repite lo que da ni lo
zahiere dando con ello en
los ojos, como lo hacen los
hombres. (Alemán, P.II,
L.II, cap.1, edición de F.
Rico, La novela picaresca,
Barcelona, 1967).
Antes que nada, evoquemos
brevemente la formación social
en el Siglo de Oro español. Si
tratamos de dar un panorama de
los diversos intereses sociales,
debemos señalar la próspera
posición del comercio y de la
asociación de grandes ganaderos reagrupados en La Mesta, a
expensas de los fabricantes de
telas y de los productores agrícolas. El gobierno de Carlos V
fomenta la exportación de la
mejor lana al norte de Europa
e importa ropa que España luego exporta a las Indias. De esta
manera, por ejemplo, el ganado
tiene el privilegio de pasar a
través de los campos cultivados
del país, destruyéndolos. El texto de Alemán está escrito en el
momento en que la avalancha
de plata proveniente de América alcanzó su punto máximo,
lo cual generó una fuerte polémica que opuso dos sistemas de
pensamiento que han coexistido y luchado entre sí, respecto
al papel del oro y los metales
preciosos en la prosperidad de
un Estado: ¿es el oro el “único
signo de prosperidad individual
o de la grandeza de un estado?
O, por el contrario, ¿es el comienzo de la disolución de la
verdadera riqueza que consiste
únicamente en la producción de
bienes necesarios para la vida?”
(Vilar, 1974, p.192). Desde este
punto de vista, podemos comprender mejor la nueva contradicción entre la producción de
bienes agrícolas e industriales y
la acumulación de dinero (mediante el comercio o la importación de metales preciosos)
como la mejor manera de crear
prosperidad económica. De hecho, los intereses de los ganaderos están relacionados con el
comercio y con las actividades
de los banqueros.
Se supone que el texto examinado elogia al fiel y verdadero
amigo que te da todo lo que
posee sin pedir nada a cambio.
Desarrolla un lugar común, un
35
topos, el elogio de la fecundidad de la Tierra, el mito de la
Edad de Oro, la vida del hombre
primitivo en un mundo natural
en el que la Naturaleza daba su
riqueza de forma espontánea
(Lucrecio, De natura rerum). El
hombre solo tiene que extender
las manos y recoger los frutos.
No necesita trabajar. Este tema
está asociado con la condena
de la aventura, por tierra o por
mar, con fines comerciales y de
propiedad individual. A partir
de esto se desvanecen cuestiones como el esfuerzo, el trabajo
y la riqueza privada. Más tarde, con las Geórgicas de Virgilio, aparece otra formulación
del mito que desarrolla la idea
de que la Tierra es fecunda si
está bien cultivada. Esta nueva
formulación se vincula con la
noción de progreso en la agricultura, gracias a la intervención bondadosa de los dioses.
Recordemos que las Geórgicas
fueron escritas como una petición del Mecenas, que apoyaba
así el plan de Octavio para restaurar en el pueblo romano las
antiguas virtudes de las razas,
especialmente el gusto por la
agricultura. Este tema crea en el
seno de la primera formulación
del mito un espacio de conflicto, en la medida en que traduce
las mismas nociones (felicidad
y virtud) a discursos figurativos
contradictorios (esfuerzo contra
holgazanería / propiedad privada contra colectivismo). Del
De natura rerum a las Geórgicas, el lugar común del elogio
a la Tierra cambia, pues, de un
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discurso ateísta a uno ético-religioso al servicio de un proyecto
político.
El texto de Alemán opera en
los intersticios de este lugar común. La miel y los frutos silvestres de las descripciones latinas
han quedado fuera; solo queda
la forma mucho más general de
“fruto”. Se agregan cuatro productos: metales, hierba, ropa,
agua. De la hierba a la tela y a
las ovejas se construye un movimiento panegírico en el que
se glorifica la crianza. Observemos lo que ocurre con el agua,
tradicionalmente vinculada a
la vida (“sin agua ningún hombre, ningún otro animal puede
sostener la vida”). Aquí, por el
contrario, su principal mérito
es permitir el comercio y la comunicación entre las personas
más distantes del mundo. Esta
perspectiva de las aventuras en
el extranjero, que hace hincapié
en la importancia del comercio
internacional y la cría de animales, revela el punto de vista
a partir del cual se reconfigura
el topos. La interdicción del comercio, observable en todos los
textos latinos, es transgredida y
ocupa todo el espacio textual.
El lugar común es completamente invertido.
Es por eso que la concisión de
“dándonos telas” es notable:
borra todo el proceso de trans2
3
formación material. De hecho,
ni el campo agrícola ni el industrial son presentados en el
texto. Esta ausencia, esta brecha, reproduce obviamente las
brechas en la formación social
existentes entre distintos tiempos históricos.
Investiguemos ahora la escritura misma. Observo, en una primera lectura, algunos fenómenos de difracciones semánticas
y semióticas o reconfiguraciones de lugares comunes:
1. El primero se refiere a “piedras de precio” (y no piedras
preciosas como en la expresión común). Por encima de
la formulación original (piedras preciosas) se ha superpuesto el concepto de intercambio monetario de precio,
a expensas del sentido metafórico de los objetos que
serían estimables en relación
con otros criterios, por ejemplo, emocionales o estéticos.
2. Otra deconstrucción similar aparece en “fiel amigo y
verdadero”. La formulación
usual es: “buen y verdadero
amigo”. El término español
utilizado en este texto es
muy interesante, en la medida en que el término fiel se
refiere, por ejemplo, al sirviente que no roba a su amo
y es, también, el nombre de
las personas que constatan
oficialmente los pesos y los
precios de los productos en
los mercados.
3. “Son contados”. En el eje
paradigmático, los adjetivos
más ampliamente utilizados
son raros, pocos, escasos.
En este eje, el texto selecciona, de hecho, un término
obviamente connotado de
manera similar a los otros
ejemplos que estamos mencionando.
4. Pero la deconstrucción más
sorprendente se ofrece con
la expresión: “donde nos
guarda en fiel depósito”.
El traductor al inglés [Mabbe] entiende muy bien la
oración, la desarrolla y la
explica haciendo referencia
a que la expresión española
pertenece al vocabulario del
mundo bancario2.
5. Podríamos agregar una serie
de expresiones establecidas,
pertenecientes al vocabulario de la ley comercial (en
cursivas en el texto citado)
como: “conforme a lo cual”
y “por escrito están”. 3
El material semiótico del discurso se ve así como una representación del mundo de las
transacciones consideradas junto con sus actividades, valores,
Nota del traductor: esta expresión es traducida al inglés por Mabbe (1623) como: “where we are in a safe bank deposit”
[donde estamos en un depósito bancario seguro].
Nota del traductor: se ha omitido un numeral, en el que Cros compara el texto original, en español, y su traducción al
inglés, por parte de Mabbe (1623).
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Edmond Cros
reglas de comportamiento y
organización jurídica. Siguiendo de esta manera los marcadores textuales de un discurso
dominante, se revela el sistema
ideológico responsable de la deconstrucción de los topos.
Conclusiones
El discurso invertido en el texto y que opera como productor
de la transformación se pone
claramente de manifiesto: es el
discurso de un sujeto colectivo
identificable: el comerciante y
el capitalismo mercantil, lo cual
implica un tiempo histórico determinado. Este discurso genera
el nivel microsemiótico que hemos señalado y reconstruido a
través de la reconfiguración de
los lugares comunes analizados.
En este caso, el discurso implica un valor fundamental, el intercambio; es decir, lo contrario
del regalo. Mientras el escritor
afirma que nos está presentando
el modelo del amigo perfecto,
que da todo lo que posee sin
pedir nada, obviamente está re-
velando una visión del mundo
muy contradictoria. Es por eso
que puedo definir el elemento
principal del genotexto como
una contradicción entre dar e
intercambiar.
Este funcionamiento se pone
de manifiesto, al menos en mi
análisis, en tres niveles o tres
fenotextos: el tema explícito (la
total generosidad del amigo fiel
versus la categoría del material
verbal utilizado para describirlo), el mito y el material discursivo en sí mismo. Un análisis
más detallado trae a la vista
más categorías textuales que
funcionan de la misma manera:
la problemática religiosa, por
ejemplo, en el cuestionamiento
de las relaciones entre el mérito
humano (un intercambio entre
los actos humanos y la salvación) y la Santa Bondad de Dios
que nos concede la salvación
sin verificar si la merecemos.
Finalmente, debo mencionar el
compromiso social de Mateo
Alemán, quien apoya la refor-
ma de la mendicidad en España
y aboga por que debemos dar
limosnas solo a los pobres que
no pueden trabajar. Esta nueva
concepción introduce la noción
de mérito y, consecuentemente,
la de intercambio de una manera contradictoria, puesto que la
concepción católica tradicional
no permite ningún límite a la
caridad. Si confiamos en una
carta que escribió a un amigo,
Alemán compuso su libro para
apoyar esta reforma social proveniente de los países protestantes de Europa, una reforma
que provocó fuertes polémicas
en España.
De este modo, podemos entender mejor que el material histórico invertido en el genotexto
corresponde a los principales
intereses de una sociedad en
un momento determinado de su
historia, y observamos que este
material histórico es el vector
del proceso dinámico de la producción textual.
Referencias
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humana”. En Francisco Rico, ed., La novela picaresca española, vol. 1. Barcelona: Planeta.
Cros, Edmond (1971). Mateo Alemán. Introducción a su vida y a su obra. Madrid: Anaya.
Cros, Edmond (1988). Theory and Practice of Sociocriticism. Minneapolis: University of Minnesota
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Lucretius (1937). De natura rerum. London: Heineman Loeb Clasical Library / Cambridge: Harvard
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Vilar, Pierre (1974). Or et monnaie dans l’Histoire 1450-1920. Paris: Flammarion.
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