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EL GUERRERO DE CAPESTRANO

2022, EL GUERRERO DE CAPESTRANO

EL GUERRERO DE CAPESTRANO RAFAEL AGUSTÍ TORRES HISTORIADOR DEL MUNDO ANTIGUO Y ESPECIALISTA EN ARQUEOLOGÍA CLÁSICA MIEMBRO DE LA CLASSICAL SOCIETY & SOCIETY OF ANCIENT LITERATURE (UNIVERSITY OF CAMBRIDGE) MIEMBRO DE LA AMERICAN ASSOCIATION OF ANCIENT HISTORIANS EL GUERRERO DE CAPESTRANO El Guerrero de Capestrano es una alta estatua hecha de piedra caliza blanda que representa a un guerrero piceno en posición erguida y que está fechada en torno al siglo VI a.C. La estatua, con una altura de 2,09 metros, fue hallada accidentalmente en el año 1934 por un campesino que realizaba tareas de arado en la localidad de Capestrano, una comuna y pequeña localidad en la provincia de L´Aquila en Abruzzo, Italia; junto a la estatua del guerrero se halló otra estatua femenina llamada la Dama de Capestrano. Esta estatua, con función funeraria constituye un elemento importante de la estatuaria del Adriático medio durante la primera Edad del Hierro, una escultura en redondo de tipo antropomórfico. Esta escultura “sin duda la más célebre de los Abruzzos de la antigüedad” según Sabatino Moscati (Moscati 1995, p. 186) ofrece abundantes similitudes con todo el corpus de la estatuaria de la Edad del Hierro europea, incluidas en particular las estatuas halstattianas, como el Guerrero de Hirschlanden, el Guerrero de Glauberg, y por otro lado ciertas esculturas itálicas como los Gigantes de Mont´e Prama en Cerdeña. La obra en su conjunto de “extraordinaria importancia” y de “notable originalidad” (Moscati 1995, p. 186), plantea numerosos interrogantes a la vez artesanales, culturales y lingüísticos, por ello se han buscado analogías en las civilizaciones griega, etrusca, itálica e incluso celta; finalmente, en paralelo a un profundo análisis epigráfico, el estudio de su marco histórico permitirá comprender la identidad del hombre representado en esta escultura. I. DESCUBRIMIENTO, ÁREA ARQUEOLÓGICA Y NECRÓPOLIS La estatua del Guerrero de Capestrano fue hallada de forma accidental en septiembre de 1934 por Michele Castagna mientras realizaba unas labores agrícolas; la Dirección General de Antigüedades italiana realizó excavaciones arqueológicas dirigidas por el arqueólogo Giuseppe Moretti que sacaron a la luz las partes rotas de la estatua, a excepción de la cresta. La estatua fue transportada a Roma, al Museo Nazionale Romano, donde fue estudiada por Giuseppe Moretti, en aquel momento superintendente de antigüedades de Roma y director del museo (Cumont 1937, pp. 338-339; La Regina 2010, pp. 239-245, 261); al mismo tiempo, el análisis de la inscripción grabada en la estatua fue encomendado al Departamento de Conservación y de Estudios Epigráficos y al Museo de las Termas de Diocleciano. A partir del año 2015, la estatua se conserva en el Museo Archeologico Nazionale d´ Abruzzo, situado en la Villa Frigerj en la ciudad de Chieti, con el número de inventario 4426. Dentro de la tumba del guerrero también se halló, en una segunda tumba, una escultura de un torso femenino enterrado en el suelo (Adams Holland 1956, p. 244); aunque parcial, la segunda estatua, también realizada en piedra caliza blanda, posee las mismas características que su contraparte masculina (el uso de la técnica en redondo). Este torso también pertenece al estilo etrusco-piceno (Adams Holland 1956, p. 244) y probablemente constituye la pareja de la estatua del Guerrero de Capestrano, siendo denominada Dama de Capestrano. Guerrero de Capestrano, siglo VI a.C. (Museo Archeologico Nazionale d´Abruzzo, Chieti) Durante las excavaciones, el arqueólogo Giuseppe Moretti y su equipo hallaron también un yelmo circular de piedra calciforme en la fosa que contenía el busto femenino, artefactos de bronce y diversas piezas de cerámica de estilo etrusco e itálico (Basile 1993, p. 14; d´Este 2015, p. 2). Además de estos objetos, las campañas de excavación de la década de 1930 sacaron a la luz un total de veintiocho tumbas (Basile 1993, p. 14); campañas de excavación posteriores hallaron alrededor de un centenar de tumbas más (d´Este 2015, p. 4). El programa de excavaciones arqueológicas, en parte realizadas por la Universidad Gabriele d´Annunzio de Chieti, propuesto para la década de 2010-2020 preveía explorar medio centenar de supuestos enterramientos no acreditados (d´Este 2015, p. 4). Fragmento de la estatua conocida como Dama de Capestrano, siglo VI a.C. (Museo Archeologico Nazionale d´Abruzzo, Chieti) El Guerrero de Capestrano se halló incrustado en el suelo dentro de un recinto circular perteneciente a una vasta necrópolis, este conjunto funerario se atribuye a la etnia picena de los Vestini cismontani (separados de sus vecinos los Vestini transmontani) (d´Este 2015, p. 2; La Regina 2010, pp. 239-245, 261; Adams Holland 1956, pp. 244245). La documentación histórica de este pueblo consta de un importante corpus epigráfico tanto funerario como literario (Van Wonterghem 1989, pp. 556-558); la etnogénesis de los Vestini cismontani, como todos los pueblos picenos, se encontraría en la región protohistórica de Iliria (Lambrechts 1975, pp. 764-765; Van Wonterghem 1989, pp. 556-558; Delplace 1993, pp. 4-5). Inicialmente dominadas por los Umbros, Samnitas y Sabinos, las tierras donde los Vestinos se habían instalado se extendían sobre una zona delimitada por los contrafuertes meridionales del macizo del Gran Sasso al oeste, el mar Adriático al este, el valle medio del río Aterno al norte, y el límite del territorio de los Paeligni al sur (La Regina 2010, pp. 239-245, 261; Delplace 1993, pp. 4-5; Moscati 1995, pp. 21, 183, 302). La implantación en los Abruzzos del pueblo guerrero de los Vestinos está atestiguada desde el BM III, en torno al siglo XIII a.C. (Wonterghem 1989, pp. 556-558; La Regina 2010, pp. 239-245, 261; Lambrechts 1975, pp. 764-765). Situada a unos veinte kilómetros al este del oppidum vestino de Aufinum (considerado la capital del territorio de los Vestini cismontani) (d´Este 2015, pp. 2, 5), la necrópolis de Capestrano puede considerarse parte integrante de la aglomeración inmediata da la capital vestina, por lo tanto, este elemento valida el estatus preeminente de esta necrópolis protohistórica (Basile 1993, p. 14; d´Este 2015, p. 5). Reconstrucción a escala 1/50 de parte de la necrópolis de tumbas a fossa de Capestrano (Museo Archeologico Nazionale d´Abruzzo, Chieti) El área arqueológica de la antigua Aufinum se halla justo al norte de la carretera regional 602, al pie de la localidad de Capestrano. La necrópolis de esta área arqueológica tiene forma aproximadamente rectangular situándose sobre una meseta provista de un suelo de carácter calciforme (de donde probablemente procedería la materia prima para realizar las esculturas) (d´Este 2015, p. 2). La fosa (tumba a fossa), con una profundidad de 1,35 metros (después de la excavación de los varios artefactos y objetos) en la que fue hallada la estatua del Guerrero de Capestrano (esta ubicación ha sido cuestionada, lo que implicaría la existencia de una posible ruta de intercambio tribal a través de los Alpes, sin embargo, los estudios arqueológicos realizados desde entonces han certificado la pertenencia original de la estatua del Guerrero de Capestrano a dicha fosa) (Adams Holland 1956, p. 244; d´Este 2015, p. 3; Basile 1993, p. 15), está rodeada por un gran recinto circular de piedra que delimita todo el enterramiento, además, se halla situada ligeramente aguas arriba de la mayor parte del conjunto funerario, lo que confirmaría la hipótesis de que esta tumba poseía un papel como marcador de la necrópolis (Basile 1993, p. 14). La cercanía de los fragmentos (piernas rotas) a la tumba, del rico ajuar en parte disperso y a la orientación particular de esta sepultura respecto a las otras, han hecho especular que la tumba perteneciera a una figura de alto rango y que esta sepultura pudiera haber estado cubierta por un túmulo o un círculo de piedras y que las estatuas (Guerrero y Dama) tuviesen la función de adornar la sepultura. Las características de ambas estatuas inducen a considerarlas no solo como obras de un mismo artista sino también como un único grupo escultóreo representando a personajes de un mismo núcleo familiar propietario de la tumba. II. EL GUERRERO DE CAPESTRANO: DESCRIPCIÓN E INTERPRETACIÓN Para la realización de la estatua, que posee una altura sin base de 2,09 metros, el artesano utilizó técnicas en redondo y en relieve (Moscati 1995, p. 186), su concepto general se deriva simultáneamente de una técnica de tamaño estrictamente volumétrica (Moscati 1995, p. 186) y de un ensamblaje simétrico de bloques interdependientes. Páginas anteriores y arriba, detalles de la ornamentación del Guerrero de Capestrano (Museo Archeologico Nazionale d´Abruzzo, Chieti) El modelado de la piedra permitió alisarla, eliminando todas las asperezas (Moscati 1995, p. 186), el cuerpo está esculpido en un elegante estilo. La escultura representa a un hombre de morfología atlética, erguido y extático, con las manos retraídas sobre el torso, brazos cruzados sobre el pecho, sus caderas son desproporcionadas, este elemento indicaría una preferencia del escultor-artesano por las formas opulentas (Moscati 1995, p. 186). Sin embargo, estos elementos combinados con una ausencia visible de genitales masculinos han planteado muchas preguntas (Flemberg 2000, pp. 275-276; Lewin 2001, pp. 21-22; Norman 2009, p. 3). La posibilidad de que se tratase de una mujer fue considerada pero descartada desde un principio por el primer arqueólogo (Giuseppe Moretti) que estudió la escultura. Para la arqueóloga estadounidense Louise Adams Holland, esta ausencia de genitales podría deberse a mutilaciones post-mortem (Adams Holland 1956, pp. 243-247), en este mismo orden de interpretación, la arqueóloga sueca Kristina Berggren apoyó el postulado de que la estatua representa a un personaje femenino (Berggren 1997, pp. 188-190); finalmente, según P. K. Lewin, refutando la idea de que las caderas encorvadas pudieran ser el resultado de una lipomatosis (un síndrome hereditario relativamente raro, que se caracteriza por la presencia de numerosos lipomas sobre la superficie del cuerpo), la estatua sólo puede representar a una mujer o a un eunuco (Lewin 2001, pp. 21-22); sin embargo, estas hipótesis han sido defendidas marginalmente prevaleciendo el consenso en reconocer la estatua del guerrero como representante de una figura masculina (Basile 1993, p. 14; d´Este 2015, p. 2). La estatua del Guerrero de Capestrano, como ya hemos mencionado anteriormente, está hecha de piedra caliza blanda y se alza sobre un basamento, se utilizaron dos pilares para enmarcar lateralmente la estatua, el personaje lleva un brazal y porta armas y armadura, llevando puesto un casco de desfile de ala ancha con un penacho de plumas (en la parte superior se aprecian huellas de un escudo saliente ahora perdido) o como escudo de defensa que se usaba en la cabeza cuando no era usado en batalla. Vistas anterior y posterior del Guerrero de Capestrano (Museo Archeolocico Nazionale d´Abruzzo, Chieti) Entre el kardiophylakes (un tipo de armadura de placas parciales que se desarrolló a partir de espejos metálicos redondos, una especie de rondel, que se usaba sobre otras armaduras como refuerzo, este tipo de armadura fue utilizado por los Samnitas antes de que se desarrollara la coraza de triple disco y continuó usándose como un símbolo de estatus después de que dejó de ser de uso popular, esta armadura pasaría a ser utilizada por los sacerdotes salios como una forma de vestimenta ritual), se halla una espada larga de tipo Capestrano, cuya empuñadura estuvo decorada con frisos antropomorfos y zoomorfos (Fields 2011) y un cuchillo; en la estatua también aparece una especie de mitra, que era una delantal corto que cubría la espalda, otro protector, hecho de cuero o chapa, sostenido por un cinturón protege el vientre; además, las piernas aparecen protegidas por grebas. La estatua presenta una placa negra con una banda ancha con bisagras, la condición de guerrero del personaje también le facilitaba el uso de armas arrojadizas como lanzas y jabalinas con asas así como hachas, el hacha situada en la mano derecha del guerrero podría simbolizar las funciones religiosas del jefe y del poder, prerrogativas de los jefes. La mayor parte de la vestimenta y el equipo de la estatua del Guerrero de Capestrano son vestimentas etrusco-itálicas; sin embargo, la estatua lleva un sombrero de gran ala ancha de 65 centímetros de diámetro y sandalias con palas en lugar de suelas, es posible que estas prendas fueran añadidas para hacer que la estatua pareciese más grande y poderosa (Bonfante 2003). Los adornos consisten en un collar rígido con colgante y brazaletes en los antebrazos. Quedan algunos restos de pintura roja lo que indica que la estatua estuvo originalmente policromada. El guerrero posiblemente esté representado muerto, como parecen sugerir la máscara facial y los soportes. Aunque de una calidad excepcional, la estatua parece formar parte de la escultura picena, de la que existen otros notables ejemplos tales como una estela de tipo antropomorfo hallada en Guardialegre (prov. de Chieti) y una cabeza de guerrero procedente de Numana (prov. de Ancona). La anatomía del guerrero no es definida como en los coetáneos kouroi griegos, pero es aproximada, ya que se ha tenido más cuidado en la representación de los detalles como en las armas, todo ello con la intención de resaltar el rango y la importancia del personaje. III. EL GUERRERO DE CAPESTRANO: INSCRIPCIÓN Y EPIGRAFÍA El texto que aparece en la estatua del Guerrero de Capestrano se halla localizada en la columna de apoyo derecha sobre la que descansa la estatua, desplegándose sobre una longitud total de 98 centímetros, sin espacios entre cada letra; no obstante, la inscripción presenta dos discontinuidades, así como una alteración de la piedra de más de 9 centímetros, esto último constriñe la lectura de la parte final de la inscripción. MAKUPRÍKORAMOPSÚTANI(NI)SRAKINEI¿ÍS?POMP[ÚNE]Í Esta advocación funeraria se presenta en 33 caracteres de escritura (Basile 1993, p. 15), cuya altura varía entre 1,5 y 3,5 centímetros. La inscripción se lee de derecha a izquierda, así como de abajo hacia arriba, es probable que este texto sea una forma escrita de la lengua sud-picena (en menor probabilidad, podría ser una forma del idioma osco) (Basile 1993, p. 14; Duprez 2010, p. 97); por otro lado, está atestiguado que este dialecto se desarrolló a principios del siglo VI a.C. en la región suroeste del macizo del Gran Sasso, área de ubicación de la localidad de Capestrano, en consecuencia, la inscripción constituiría un determinante cronológico adicional de la estatua del Guerrero de Capestrano (Wonterghem 1989, pp. 556-558; d´Este 2015, p. 4; Basile 1993, p. 15). Detalle de la inscripción en la estatua del Guerrero de Capestrano (Museo Archeologico Nazionale d´Abruzzo, Chieti) Actualmente se proponen dos lecturas posibles del texto de la estatua del Guerrero de Capestrano, cada una de ellas con unos matices sintácticos destacables: *Primera lectura propuesta para la inscripción hecha por A. Marinetti en 1985 (Marinetti 1985, pp. 239-243): “ma kuprí koram opsút aninis rakiníi pomp[…]í”. *Segunda propuesta de lectura para la inscripción, más refinada, hecha por A. La Regina en 2010 (La Regina 2010, pp. 239-245, 261): “mi kuprí koram Aninis raki Nevíi Pomp[uelo]íi”. Los análisis lingüísticos de la inscripción realizados por especialistas concluirían que se trata de una transcripción de una formulación oral que adopta una estructura oracional clásica (La Regina 2010, pp. 239-245, 261; Marinetti 1985, pp. 239-243), concretamente, la sintaxis del texto un aspecto clásico y se divide en tres entidades gramaticales distintas: sujeto, verbo y complemento u objeto de la acción. El sujeto está designado por el grupo sintagmático “ma kuprí koram”, actuando el elemento “ma” como pronombre personal, mientras que los dos fonemas “kuprí” y “koram” probablemente encarnarían el apellido del hablante. El elemento “opsút” indica el verbo de la acción que podría traducirse por el término “hacer” en forma conjugada. El término “Aninis” parece encarnar el objeto de la acción; finalmente, el conjunto gramatical “rakinevíi pomp[…]í” o “Rak Nevíi Pomp[uled]íi” cualifica a la persona hacia la que se dirige la acción (La Regina 2010, pp. 239-245, 261; Marinetti 1985, pp. 239243). Desde un ángulo literal, y tomado en su conjunto, el texto puede así traducirse por una dedicatoria formulada por el artesano escultor que dio forma a la obra del Guerrero de Capestrano, en homenaje al patrocinador de la pieza esculpida (La Regina 2010, pp. 239-245, 261; Marinetti 1985, pp. 239-243; Basile 1993, p. 15). IV. EL GUERRERO DE CAPESTRANO: IDENTIDAD Adriano La Regina sostiene el postulado de que el fonema “rakí” calificaría una forma de soberanía, equivalente al término latino “rex”, dentro de los hablantes autóctonos de la región sud-picena (La Regina 2010, pp. 239-245, 261). Esta última observación confirmaría la probable función aristocrática, incluso principesca, del difunto representado por la estatua del Guerrero de Capestrano (Basile 1993, pp. 14-15). En este contexto, la presunción de que el personaje llamado “Nevíi Pompuledíi” designaría al rey de los Vestinos y gobernante del oppidum de Aufinum. En conjunto, la riqueza de las armas y los objetos ceremoniales (que nos poroporcionan elementos de datación de la estatua en torno al siglo VI a.C.) con las que va equipado el personaje representado, demuestran su alto estatus social y militar (Basile 1993, pp. 12-15; Kruta-Poppi 1993, p. 70). La tradición del culto a los héroes entre los Vestini cismontani, evocada en ciertas fuentes literarias antiguas (Basile 1993, pp. 12-15), se ponen aquí de relieve. Este pueblo guerrero del Adriático medio afirmaba su devoción a las élites a través de un opulento artesanado funerario (d´Este 2015, pp. 2-4; Basile 1993, p. 14); la hipótesis de una escultura que rinde homenaje a un episodio de devotio (Basile 1993, p. 15) también ha sido considerada (Adams Holland 1956, p. 247). Se ha propuesto la identificación de Nevius Pompuledius con el segundo rey de Roma, Numa Pompilius (La Regina 2010, pp. 239-245, 261; Basile 1993, p. 15; d´Este 2015, p. 5); es por tanto plausible, que el Guerrero de Capestrano pudiera ser una efigie conmemorativa de este alto gobernante (d´Este 2015, p. 5); así, el Guerrero de Capestrano, con su perspectiva narrativa y su singular implementación dentro de la estatuaria de la primera Edad del Hierro en Europa, haría referencia a la imagen de un hombre no menos singular en la historia de la antigua Roma y del pueblo de los Vestini cismontani (Basile 1993, pp. 14-15; d´Este 2015, p. 5). Para concluir, las evidencias implícitas que proporciona el tratamiento de la piedra de la escultura le otorgan una perspectiva narrativa: estas evidencias evocarían una “historia” (Basile 1993, pp. 1415). V. EL GUERRERO DE CAPESTRANO Y LA ESTATUARIA ANTROPOMÓRFICA EUROPEA En conjunto, las evidentes similitudes de la estatua del Guerrero de Capestrano con la estatua del Guerrero de Glauberg y la estatua del Guerrero de Hirschlander, parecen acreditar la propuesta de que estas dos últimas estatuas proceden de un estilo común y específico al sur del territorio etrusco-piceno (Guggisberg 2009, p. 44; Müller 2009, p. 32; Duceppe-Lamarre 2002, pp. 286, 289). Dada la pequeña diferencia cronológica entre la estatua del Guerrero de Hirschlanden y la del Guerrero de Capestrano (ambas del siglo VI. a.C., la primera hacia el 530 a.C. y la segunda hacia el 550 a.C.) y sus numerosas similitudes morfológicas, es innegable que el arte antiguo adriático ejerció una gran influencia en el arte celta alemán (Müller 2009, p. 32; Duceppe-Lamarre 2002, p. 286). El Guerrero de Glauberg (finales del siglo V a.C.) estatua hallada en la necrópolis de Glauberg en Hesse, Alemania (Museum Keltenwelt am Glauberg) Al mismo tiempo, la documentación arqueológica del mundo subalpino durante la primera Edad del Hierro muestra importantes similitudes en la estatuaria (Basile 1993, p. 14; d´Este 2015, pp. 4-5; Duceppe-Lamarre 2002, p. 289). Guerrero de Hirschlanden (Landesmuseum Württemberg, Sttutgart, Alemania) Un gran número de esculturas itálicas (De Rose Evans 2013) y etruscas con función funeraria exhiben criterios anatómicos y/u ornamentales cercanos a los del Guerrero de Capestrano: el antropomorfismo, la postura de los miembros superiores sobre el pecho, el atuendo ceremonial o militar o el minimalismo de los detalles del cuerpo (d´Este 2015, p. 2; Basile 1993, p. 14; Duceppe-Lamarre 2002, p. 287). Las estatuas etrusco-padanas de las necrópolis de Casa Nocera, en Casale Marittimo, o incluso las esculturas nurágicas sardas llamadas los gigantes de Mont´e Prama, muestran importantes convergencias artesanales con la estatua del Guerrero de Capestrano (Basile 1993, pp. 14, 23, 29-31; Duceppe-Lamarre 2002, p. 280; Sismondo Ridgway & Tronchetti 1986, p. 44). Además, la región de origen del Guerrero de Capestrano (el territorio sud-piceno) concentra un corpus estatuario igualmente relevante; para los ejemplos más notables, la escultura figurativa vestina de Guardiagrele (Moscati 1995, pp. 187-189), la descubierta en Rapino (Van Wonterghem 1993, pp. 554-555; Moscati 1995, p. 187), un fragmento de un artefacto esculpido encontrado en Atessa, o los restos de una escultura desenterrada en Collelongo denominada “Le gambe del diavolo” (“Las piernas del diablo”) (Moscati 1995, pp. 187-189), muestran vínculos evidentes con el Guerrero de Capestrano. Uno de los denominados guerreros o gigantes de Mont´e Prama (Museo Archeologico Nazionale di Cagliari, Cerdeña) La estatua del Guerrero de Capestrano posee fuertes vínculos con la esfera artesanal celta por un lado y la esfera itálico-etrusca por otro; permitiría por tanto validar la hipótesis de la existencia de relaciones comerciales entre el territorio meridional piceno, el territorio hallstattiano del Guerrero de Hirschlanden (Kruta 2000, p. 148), así como regiones como la Etruria padana o incluso la isla de Cerdeña (Duceppe-Lamarre 2002, p. 286; Sismondo Ridgway & Tronchetti 1986, p. 44; Basile 1993, pp. 16, 22, 28; Guggisberg 2009, pp. 43, 45; Müller 2009, p. 31; Buchsenschutz 2015, pp. 134-135); sin embargo, este corpus arqueológico datado en el siglo VI a.C., no muestra un unicum suficientemente tangible (Duceppe-Lamarre 2002, p 287; Basile 1993, pp. 17, 31). En consecuencia, para aprehender esta falta de homogeneidad, la tesis más creíble sería la de una difusión cultural y artesanal (Kruta 2000, p. 148; Basile 1993, p. 9) anterior a la Edad del Hierro I y de origen greco-itálica, no se trataría pues de una escultura concreta, sino de toda una estatuaria perteneciente a un único estilo ancestral; es por tanto en este marco evolutivo donde se asienta el carácter específico de la escultura del Guerrero de Capestrano (Duceppe-Lamarre 2002, p. 289; Basile 1993, pp. 23, 2931). Finalmente, en el caso particular del Guerrero de Capestrano y como muchas otras estatuas de origen itálico, la escultura está asociada a una inscripción, este dato recuerda notablemente a los kouroi de la Grecia arcaica (La Regina 2010, pp. 239-245, 261; Basile 1993, p. 14; d´Este 2015, p. 5). CONCLUSIÓN El Guerrero de Capestrano es una estatua de tamaño natural hecha de piedra caliza blanda que se ha fechado a mediados del siglo VI a.C. La estatua, con una altura aproximada de 2,09 metros, fue hallada accidentalmente en 1934 durante la realización de unos trabajos agrícolas en la localidad de Capastrano, provincia de L´Aquila en Abruzzo, Italia; junto a esta estatua fue hallado un fragmento de otra escultura femenina denominada Dama de Capestrano. Este descubrimiento dio lugar a una serie de excavaciones arqueológicas en la zona dando como resultado el hallazgo de otras estatuas y artefactos en la que se considera que es la necrópolis de Aufinum, oppidum y centro de poder del antiguo pueblo piceno de los Vestini cismontani. La estatua representa a un alto personaje, quizás el rey, de los Vestinos, ataviado con armas y ornamentos que reflejan su alto estatus militar, religioso y social. La estatua del Guerrero de Capestrano es el resultado de un estilo etrusco, itálico celta y griego arcaico, no obstante, la escultura posee unas características propias y sobre todo revela una cultura artesanal única, en este caso del arte vestino de la primera Edad del Hierro. BIBLIOGRAFÍA Adams Holland, Louise 1956 “The purpose of the Warrior Image from Capestrano”. In: American Journal of Archaeology. Archaeological Institute of America, vol. 60, nº. 3, July, pp. 243-247. Arcelin, Patrice & Rapin, André 2003 “L´iconographie anthropomorphe de l´âge du Fer en Gaule méditerranéenne”. Supplement à la Revue archéologique du centre de la France, vol. 24, nº 1, pp. 183219. Basile, Joe 1993 “The Capestrano Warrior and Related Monuments of the Seventh to Fifth Centuries B.C.”. In: Revue des archéologues et historiens d´art de Louvain. Academia.edu. Berggren, Kristina 1997 “The Capestrano Warrior, Marija Gimbutas and the Chinese Merciful Mother”. 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