EL GUERRERO DE CAPESTRANO
RAFAEL AGUSTÍ TORRES
HISTORIADOR DEL MUNDO ANTIGUO Y ESPECIALISTA EN ARQUEOLOGÍA CLÁSICA
MIEMBRO DE LA CLASSICAL SOCIETY & SOCIETY OF ANCIENT LITERATURE (UNIVERSITY OF
CAMBRIDGE)
MIEMBRO DE LA AMERICAN ASSOCIATION OF ANCIENT HISTORIANS
EL GUERRERO DE CAPESTRANO
El Guerrero de Capestrano es una alta estatua hecha de piedra caliza blanda que
representa a un guerrero piceno en posición erguida y que está fechada en torno al
siglo VI a.C. La estatua, con una altura de 2,09 metros, fue hallada accidentalmente en
el año 1934 por un campesino que realizaba tareas de arado en la localidad de
Capestrano, una comuna y pequeña localidad en la provincia de L´Aquila en Abruzzo,
Italia; junto a la estatua del guerrero se halló otra estatua femenina llamada la Dama
de Capestrano. Esta estatua, con función funeraria constituye un elemento importante
de la estatuaria del Adriático medio durante la primera Edad del Hierro, una escultura
en redondo de tipo antropomórfico. Esta escultura “sin duda la más célebre de los
Abruzzos de la antigüedad” según Sabatino Moscati (Moscati 1995, p. 186) ofrece
abundantes similitudes con todo el corpus de la estatuaria de la Edad del Hierro
europea, incluidas en particular las estatuas halstattianas, como el Guerrero de
Hirschlanden, el Guerrero de Glauberg, y por otro lado ciertas esculturas itálicas como
los Gigantes de Mont´e Prama en Cerdeña. La obra en su conjunto de “extraordinaria
importancia” y de “notable originalidad” (Moscati 1995, p. 186), plantea numerosos
interrogantes a la vez artesanales, culturales y lingüísticos, por ello se han buscado
analogías en las civilizaciones griega, etrusca, itálica e incluso celta; finalmente, en
paralelo a un profundo análisis epigráfico, el estudio de su marco histórico permitirá
comprender la identidad del hombre representado en esta escultura.
I. DESCUBRIMIENTO, ÁREA ARQUEOLÓGICA Y NECRÓPOLIS
La estatua del Guerrero de Capestrano fue hallada de forma accidental en septiembre
de 1934 por Michele Castagna mientras realizaba unas labores agrícolas; la Dirección
General de Antigüedades italiana realizó excavaciones arqueológicas dirigidas por el
arqueólogo Giuseppe Moretti que sacaron a la luz las partes rotas de la estatua, a
excepción de la cresta. La estatua fue transportada a Roma, al Museo Nazionale
Romano, donde fue estudiada por Giuseppe Moretti, en aquel momento
superintendente de antigüedades de Roma y director del museo (Cumont 1937, pp.
338-339; La Regina 2010, pp. 239-245, 261); al mismo tiempo, el análisis de la
inscripción grabada en la estatua fue encomendado al Departamento de Conservación
y de Estudios Epigráficos y al Museo de las Termas de Diocleciano. A partir del año
2015, la estatua se conserva en el Museo Archeologico Nazionale d´ Abruzzo, situado
en la Villa Frigerj en la ciudad de Chieti, con el número de inventario 4426. Dentro de la
tumba del guerrero también se halló, en una segunda tumba, una escultura de un
torso femenino enterrado en el suelo (Adams Holland 1956, p. 244); aunque parcial, la
segunda estatua, también realizada en piedra caliza blanda, posee las mismas
características que su contraparte masculina (el uso de la técnica en redondo). Este
torso también pertenece al estilo etrusco-piceno (Adams Holland 1956, p. 244) y
probablemente constituye la pareja de la estatua del Guerrero de Capestrano, siendo
denominada Dama de Capestrano.
Guerrero de Capestrano, siglo VI a.C. (Museo Archeologico Nazionale d´Abruzzo,
Chieti)
Durante las excavaciones, el arqueólogo Giuseppe Moretti y su equipo hallaron
también un yelmo circular de piedra calciforme en la fosa que contenía el busto
femenino, artefactos de bronce y diversas piezas de cerámica de estilo etrusco e itálico
(Basile 1993, p. 14; d´Este 2015, p. 2). Además de estos objetos, las campañas de
excavación de la década de 1930 sacaron a la luz un total de veintiocho tumbas (Basile
1993, p. 14); campañas de excavación posteriores hallaron alrededor de un centenar
de tumbas más (d´Este 2015, p. 4). El programa de excavaciones arqueológicas, en
parte realizadas por la Universidad Gabriele d´Annunzio de Chieti, propuesto para la
década de 2010-2020 preveía explorar medio centenar de supuestos enterramientos
no acreditados (d´Este 2015, p. 4).
Fragmento de la estatua conocida como Dama de Capestrano, siglo VI a.C. (Museo
Archeologico Nazionale d´Abruzzo, Chieti)
El Guerrero de Capestrano se halló incrustado en el suelo dentro de un recinto circular
perteneciente a una vasta necrópolis, este conjunto funerario se atribuye a la etnia
picena de los Vestini cismontani (separados de sus vecinos los Vestini transmontani)
(d´Este 2015, p. 2; La Regina 2010, pp. 239-245, 261; Adams Holland 1956, pp. 244245). La documentación histórica de este pueblo consta de un importante corpus
epigráfico tanto funerario como literario (Van Wonterghem 1989, pp. 556-558); la
etnogénesis de los Vestini cismontani, como todos los pueblos picenos, se encontraría
en la región protohistórica de Iliria (Lambrechts 1975, pp. 764-765; Van Wonterghem
1989, pp. 556-558; Delplace 1993, pp. 4-5). Inicialmente dominadas por los Umbros,
Samnitas y Sabinos, las tierras donde los Vestinos se habían instalado se extendían
sobre una zona delimitada por los contrafuertes meridionales del macizo del Gran
Sasso al oeste, el mar Adriático al este, el valle medio del río Aterno al norte, y el límite
del territorio de los Paeligni al sur (La Regina 2010, pp. 239-245, 261; Delplace 1993,
pp. 4-5; Moscati 1995, pp. 21, 183, 302). La implantación en los Abruzzos del pueblo
guerrero de los Vestinos está atestiguada desde el BM III, en torno al siglo XIII a.C.
(Wonterghem 1989, pp. 556-558; La Regina 2010, pp. 239-245, 261; Lambrechts 1975,
pp. 764-765).
Situada a unos veinte kilómetros al este del oppidum vestino de Aufinum (considerado
la capital del territorio de los Vestini cismontani) (d´Este 2015, pp. 2, 5), la necrópolis
de Capestrano puede considerarse parte integrante de la aglomeración inmediata da la
capital vestina, por lo tanto, este elemento valida el estatus preeminente de esta
necrópolis protohistórica (Basile 1993, p. 14; d´Este 2015, p. 5).
Reconstrucción a escala 1/50 de parte de la necrópolis de tumbas a fossa de
Capestrano (Museo Archeologico Nazionale d´Abruzzo, Chieti)
El área arqueológica de la antigua Aufinum se halla justo al norte de la carretera
regional 602, al pie de la localidad de Capestrano. La necrópolis de esta área
arqueológica tiene forma aproximadamente rectangular situándose sobre una meseta
provista de un suelo de carácter calciforme (de donde probablemente procedería la
materia prima para realizar las esculturas) (d´Este 2015, p. 2). La fosa (tumba a fossa),
con una profundidad de 1,35 metros (después de la excavación de los varios artefactos
y objetos) en la que fue hallada la estatua del Guerrero de Capestrano (esta ubicación
ha sido cuestionada, lo que implicaría la existencia de una posible ruta de intercambio
tribal a través de los Alpes, sin embargo, los estudios arqueológicos realizados desde
entonces han certificado la pertenencia original de la estatua del Guerrero de
Capestrano a dicha fosa) (Adams Holland 1956, p. 244; d´Este 2015, p. 3; Basile 1993,
p. 15), está rodeada por un gran recinto circular de piedra que delimita todo el
enterramiento, además, se halla situada ligeramente aguas arriba de la mayor parte
del conjunto funerario, lo que confirmaría la hipótesis de que esta tumba poseía un
papel como marcador de la necrópolis (Basile 1993, p. 14). La cercanía de los
fragmentos (piernas rotas) a la tumba, del rico ajuar en parte disperso y a la
orientación particular de esta sepultura respecto a las otras, han hecho especular que
la tumba perteneciera a una figura de alto rango y que esta sepultura pudiera haber
estado cubierta por un túmulo o un círculo de piedras y que las estatuas (Guerrero y
Dama) tuviesen la función de adornar la sepultura. Las características de ambas
estatuas inducen a considerarlas no solo como obras de un mismo artista sino también
como un único grupo escultóreo representando a personajes de un mismo núcleo
familiar propietario de la tumba.
II. EL GUERRERO DE CAPESTRANO: DESCRIPCIÓN E INTERPRETACIÓN
Para la realización de la estatua, que posee una altura sin base de 2,09 metros, el
artesano utilizó técnicas en redondo y en relieve (Moscati 1995, p. 186), su concepto
general se deriva simultáneamente de una técnica de tamaño estrictamente
volumétrica (Moscati 1995, p. 186) y de un ensamblaje simétrico de bloques
interdependientes.
Páginas anteriores y arriba, detalles de la ornamentación del Guerrero de Capestrano
(Museo Archeologico Nazionale d´Abruzzo, Chieti)
El modelado de la piedra permitió alisarla, eliminando todas las asperezas (Moscati
1995, p. 186), el cuerpo está esculpido en un elegante estilo. La escultura representa a
un hombre de morfología atlética, erguido y extático, con las manos retraídas sobre el
torso, brazos cruzados sobre el pecho, sus caderas son desproporcionadas, este
elemento indicaría una preferencia del escultor-artesano por las formas opulentas
(Moscati 1995, p. 186). Sin embargo, estos elementos combinados con una ausencia
visible de genitales masculinos han planteado muchas preguntas (Flemberg 2000, pp.
275-276; Lewin 2001, pp. 21-22; Norman 2009, p. 3). La posibilidad de que se tratase
de una mujer fue considerada pero descartada desde un principio por el primer
arqueólogo (Giuseppe Moretti) que estudió la escultura. Para la arqueóloga
estadounidense Louise Adams Holland, esta ausencia de genitales podría deberse a
mutilaciones post-mortem (Adams Holland 1956, pp. 243-247), en este mismo orden
de interpretación, la arqueóloga sueca Kristina Berggren apoyó el postulado de que la
estatua representa a un personaje femenino (Berggren 1997, pp. 188-190); finalmente,
según P. K. Lewin, refutando la idea de que las caderas encorvadas pudieran ser el
resultado de una lipomatosis (un síndrome hereditario relativamente raro, que se
caracteriza por la presencia de numerosos lipomas sobre la superficie del cuerpo), la
estatua sólo puede representar a una mujer o a un eunuco (Lewin 2001, pp. 21-22); sin
embargo, estas hipótesis han sido defendidas marginalmente prevaleciendo el
consenso en reconocer la estatua del guerrero como representante de una figura
masculina (Basile 1993, p. 14; d´Este 2015, p. 2). La estatua del Guerrero de
Capestrano, como ya hemos mencionado anteriormente, está hecha de piedra caliza
blanda y se alza sobre un basamento, se utilizaron dos pilares para enmarcar
lateralmente la estatua, el personaje lleva un brazal y porta armas y armadura,
llevando puesto un casco de desfile de ala ancha con un penacho de plumas (en la
parte superior se aprecian huellas de un escudo saliente ahora perdido) o como
escudo de defensa que se usaba en la cabeza cuando no era usado en batalla.
Vistas anterior y posterior del Guerrero de Capestrano (Museo Archeolocico Nazionale
d´Abruzzo, Chieti)
Entre el kardiophylakes (un tipo de armadura de placas parciales que se desarrolló a
partir de espejos metálicos redondos, una especie de rondel, que se usaba sobre otras
armaduras como refuerzo, este tipo de armadura fue utilizado por los Samnitas antes
de que se desarrollara la coraza de triple disco y continuó usándose como un símbolo
de estatus después de que dejó de ser de uso popular, esta armadura pasaría a ser
utilizada por los sacerdotes salios como una forma de vestimenta ritual), se halla una
espada larga de tipo Capestrano, cuya empuñadura estuvo decorada con frisos
antropomorfos y zoomorfos (Fields 2011) y un cuchillo; en la estatua también aparece
una especie de mitra, que era una delantal corto que cubría la espalda, otro protector,
hecho de cuero o chapa, sostenido por un cinturón protege el vientre; además, las
piernas aparecen protegidas por grebas. La estatua presenta una placa negra con una
banda ancha con bisagras, la condición de guerrero del personaje también le facilitaba
el uso de armas arrojadizas como lanzas y jabalinas con asas así como hachas, el hacha
situada en la mano derecha del guerrero podría simbolizar las funciones religiosas del
jefe y del poder, prerrogativas de los jefes. La mayor parte de la vestimenta y el equipo
de la estatua del Guerrero de Capestrano son vestimentas etrusco-itálicas; sin
embargo, la estatua lleva un sombrero de gran ala ancha de 65 centímetros de
diámetro y sandalias con palas en lugar de suelas, es posible que estas prendas fueran
añadidas para hacer que la estatua pareciese más grande y poderosa (Bonfante 2003).
Los adornos consisten en un collar rígido con colgante y brazaletes en los antebrazos.
Quedan algunos restos de pintura roja lo que indica que la estatua estuvo
originalmente policromada. El guerrero posiblemente esté representado muerto,
como parecen sugerir la máscara facial y los soportes. Aunque de una calidad
excepcional, la estatua parece formar parte de la escultura picena, de la que existen
otros notables ejemplos tales como una estela de tipo antropomorfo hallada en
Guardialegre (prov. de Chieti) y una cabeza de guerrero procedente de Numana (prov.
de Ancona). La anatomía del guerrero no es definida como en los coetáneos kouroi
griegos, pero es aproximada, ya que se ha tenido más cuidado en la representación de
los detalles como en las armas, todo ello con la intención de resaltar el rango y la
importancia del personaje.
III. EL GUERRERO DE CAPESTRANO: INSCRIPCIÓN Y EPIGRAFÍA
El texto que aparece en la estatua del Guerrero de Capestrano se halla localizada en la
columna de apoyo derecha sobre la que descansa la estatua, desplegándose sobre una
longitud total de 98 centímetros, sin espacios entre cada letra; no obstante, la
inscripción presenta dos discontinuidades, así como una alteración de la piedra de más
de 9 centímetros, esto último constriñe la lectura de la parte final de la inscripción.
MAKUPRÍKORAMOPSÚTANI(NI)SRAKINEI¿ÍS?POMP[ÚNE]Í
Esta advocación funeraria se presenta en 33 caracteres de escritura (Basile 1993, p.
15), cuya altura varía entre 1,5 y 3,5 centímetros. La inscripción se lee de derecha a
izquierda, así como de abajo hacia arriba, es probable que este texto sea una forma
escrita de la lengua sud-picena (en menor probabilidad, podría ser una forma del
idioma osco) (Basile 1993, p. 14; Duprez 2010, p. 97); por otro lado, está atestiguado
que este dialecto se desarrolló a principios del siglo VI a.C. en la región suroeste del
macizo del Gran Sasso, área de ubicación de la localidad de Capestrano, en
consecuencia, la inscripción constituiría un determinante cronológico adicional de la
estatua del Guerrero de Capestrano (Wonterghem 1989, pp. 556-558; d´Este 2015, p.
4; Basile 1993, p. 15).
Detalle de la inscripción en la estatua del Guerrero de Capestrano (Museo
Archeologico Nazionale d´Abruzzo, Chieti)
Actualmente se proponen dos lecturas posibles del texto de la estatua del Guerrero de
Capestrano, cada una de ellas con unos matices sintácticos destacables:
*Primera lectura propuesta para la inscripción hecha por A. Marinetti en 1985
(Marinetti 1985, pp. 239-243):
“ma kuprí koram opsút aninis rakiníi pomp[…]í”.
*Segunda propuesta de lectura para la inscripción, más refinada, hecha por A. La
Regina en 2010 (La Regina 2010, pp. 239-245, 261):
“mi kuprí koram Aninis raki Nevíi Pomp[uelo]íi”.
Los análisis lingüísticos de la inscripción realizados por especialistas concluirían que se
trata de una transcripción de una formulación oral que adopta una estructura
oracional clásica (La Regina 2010, pp. 239-245, 261; Marinetti 1985, pp. 239-243),
concretamente, la sintaxis del texto un aspecto clásico y se divide en tres entidades
gramaticales distintas: sujeto, verbo y complemento u objeto de la acción. El sujeto
está designado por el grupo sintagmático “ma kuprí koram”, actuando el elemento
“ma” como pronombre personal, mientras que los dos fonemas “kuprí” y “koram”
probablemente encarnarían el apellido del hablante. El elemento “opsút” indica el
verbo de la acción que podría traducirse por el término “hacer” en forma conjugada. El
término “Aninis” parece encarnar el objeto de la acción; finalmente, el conjunto
gramatical “rakinevíi pomp[…]í” o “Rak Nevíi Pomp[uled]íi” cualifica a la persona hacia
la que se dirige la acción (La Regina 2010, pp. 239-245, 261; Marinetti 1985, pp. 239243). Desde un ángulo literal, y tomado en su conjunto, el texto puede así traducirse
por una dedicatoria formulada por el artesano escultor que dio forma a la obra del
Guerrero de Capestrano, en homenaje al patrocinador de la pieza esculpida (La Regina
2010, pp. 239-245, 261; Marinetti 1985, pp. 239-243; Basile 1993, p. 15).
IV. EL GUERRERO DE CAPESTRANO: IDENTIDAD
Adriano La Regina sostiene el postulado de que el fonema “rakí” calificaría una forma
de soberanía, equivalente al término latino “rex”, dentro de los hablantes autóctonos
de la región sud-picena (La Regina 2010, pp. 239-245, 261). Esta última observación
confirmaría la probable función aristocrática, incluso principesca, del difunto
representado por la estatua del Guerrero de Capestrano (Basile 1993, pp. 14-15). En
este contexto, la presunción de que el personaje llamado “Nevíi Pompuledíi”
designaría al rey de los Vestinos y gobernante del oppidum de Aufinum. En conjunto,
la riqueza de las armas y los objetos ceremoniales (que nos poroporcionan elementos
de datación de la estatua en torno al siglo VI a.C.) con las que va equipado el personaje
representado, demuestran su alto estatus social y militar (Basile 1993, pp. 12-15;
Kruta-Poppi 1993, p. 70). La tradición del culto a los héroes entre los Vestini
cismontani, evocada en ciertas fuentes literarias antiguas (Basile 1993, pp. 12-15), se
ponen aquí de relieve. Este pueblo guerrero del Adriático medio afirmaba su devoción
a las élites a través de un opulento artesanado funerario (d´Este 2015, pp. 2-4; Basile
1993, p. 14); la hipótesis de una escultura que rinde homenaje a un episodio de
devotio (Basile 1993, p. 15) también ha sido considerada (Adams Holland 1956, p.
247). Se ha propuesto la identificación de Nevius Pompuledius con el segundo rey de
Roma, Numa Pompilius (La Regina 2010, pp. 239-245, 261; Basile 1993, p. 15; d´Este
2015, p. 5); es por tanto plausible, que el Guerrero de Capestrano pudiera ser una
efigie conmemorativa de este alto gobernante (d´Este 2015, p. 5); así, el Guerrero de
Capestrano, con su perspectiva narrativa y su singular implementación dentro de la
estatuaria de la primera Edad del Hierro en Europa, haría referencia a la imagen de un
hombre no menos singular en la historia de la antigua Roma y del pueblo de los Vestini
cismontani (Basile 1993, pp. 14-15; d´Este 2015, p. 5). Para concluir, las evidencias
implícitas que proporciona el tratamiento de la piedra de la escultura le otorgan una
perspectiva narrativa: estas evidencias evocarían una “historia” (Basile 1993, pp. 1415).
V. EL GUERRERO DE CAPESTRANO Y LA ESTATUARIA ANTROPOMÓRFICA EUROPEA
En conjunto, las evidentes similitudes de la estatua del Guerrero de Capestrano con la
estatua del Guerrero de Glauberg y la estatua del Guerrero de Hirschlander, parecen
acreditar la propuesta de que estas dos últimas estatuas proceden de un estilo común
y específico al sur del territorio etrusco-piceno (Guggisberg 2009, p. 44; Müller 2009, p.
32; Duceppe-Lamarre 2002, pp. 286, 289). Dada la pequeña diferencia cronológica
entre la estatua del Guerrero de Hirschlanden y la del Guerrero de Capestrano (ambas
del siglo VI. a.C., la primera hacia el 530 a.C. y la segunda hacia el 550 a.C.) y sus
numerosas similitudes morfológicas, es innegable que el arte antiguo adriático ejerció
una gran influencia en el arte celta alemán (Müller 2009, p. 32; Duceppe-Lamarre
2002, p. 286).
El Guerrero de Glauberg (finales del siglo V a.C.) estatua hallada en la necrópolis de
Glauberg en Hesse, Alemania (Museum Keltenwelt am Glauberg)
Al mismo tiempo, la documentación arqueológica del mundo subalpino durante la
primera Edad del Hierro muestra importantes similitudes en la estatuaria (Basile 1993,
p. 14; d´Este 2015, pp. 4-5; Duceppe-Lamarre 2002, p. 289).
Guerrero de Hirschlanden (Landesmuseum Württemberg, Sttutgart, Alemania)
Un gran número de esculturas itálicas (De Rose Evans 2013) y etruscas con función
funeraria exhiben criterios anatómicos y/u ornamentales cercanos a los del Guerrero
de Capestrano: el antropomorfismo, la postura de los miembros superiores sobre el
pecho, el atuendo ceremonial o militar o el minimalismo de los detalles del cuerpo
(d´Este 2015, p. 2; Basile 1993, p. 14; Duceppe-Lamarre 2002, p. 287). Las estatuas
etrusco-padanas de las necrópolis de Casa Nocera, en Casale Marittimo, o incluso las
esculturas nurágicas sardas llamadas los gigantes de Mont´e Prama, muestran
importantes convergencias artesanales con la estatua del Guerrero de Capestrano
(Basile 1993, pp. 14, 23, 29-31; Duceppe-Lamarre 2002, p. 280; Sismondo Ridgway &
Tronchetti 1986, p. 44). Además, la región de origen del Guerrero de Capestrano (el
territorio sud-piceno) concentra un corpus estatuario igualmente relevante; para los
ejemplos más notables, la escultura figurativa vestina de Guardiagrele (Moscati 1995,
pp. 187-189), la descubierta en Rapino (Van Wonterghem 1993, pp. 554-555; Moscati
1995, p. 187), un fragmento de un artefacto esculpido encontrado en Atessa, o los
restos de una escultura desenterrada en Collelongo denominada “Le gambe del
diavolo” (“Las piernas del diablo”) (Moscati 1995, pp. 187-189), muestran vínculos
evidentes con el Guerrero de Capestrano.
Uno de los denominados guerreros o gigantes de Mont´e Prama (Museo Archeologico
Nazionale di Cagliari, Cerdeña)
La estatua del Guerrero de Capestrano posee fuertes vínculos con la esfera artesanal
celta por un lado y la esfera itálico-etrusca por otro; permitiría por tanto validar la
hipótesis de la existencia de relaciones comerciales entre el territorio meridional
piceno, el territorio hallstattiano del Guerrero de Hirschlanden (Kruta 2000, p. 148), así
como regiones como la Etruria padana o incluso la isla de Cerdeña (Duceppe-Lamarre
2002, p. 286; Sismondo Ridgway & Tronchetti 1986, p. 44; Basile 1993, pp. 16, 22, 28;
Guggisberg 2009, pp. 43, 45; Müller 2009, p. 31; Buchsenschutz 2015, pp. 134-135); sin
embargo, este corpus arqueológico datado en el siglo VI a.C., no muestra un unicum
suficientemente tangible (Duceppe-Lamarre 2002, p 287; Basile 1993, pp. 17, 31). En
consecuencia, para aprehender esta falta de homogeneidad, la tesis más creíble sería
la de una difusión cultural y artesanal (Kruta 2000, p. 148; Basile 1993, p. 9) anterior a
la Edad del Hierro I y de origen greco-itálica, no se trataría pues de una escultura
concreta, sino de toda una estatuaria perteneciente a un único estilo ancestral; es por
tanto en este marco evolutivo donde se asienta el carácter específico de la escultura
del Guerrero de Capestrano (Duceppe-Lamarre 2002, p. 289; Basile 1993, pp. 23, 2931). Finalmente, en el caso particular del Guerrero de Capestrano y como muchas otras
estatuas de origen itálico, la escultura está asociada a una inscripción, este dato
recuerda notablemente a los kouroi de la Grecia arcaica (La Regina 2010, pp. 239-245,
261; Basile 1993, p. 14; d´Este 2015, p. 5).
CONCLUSIÓN
El Guerrero de Capestrano es una estatua de tamaño natural hecha de piedra caliza
blanda que se ha fechado a mediados del siglo VI a.C. La estatua, con una altura
aproximada de 2,09 metros, fue hallada accidentalmente en 1934 durante la
realización de unos trabajos agrícolas en la localidad de Capastrano, provincia de
L´Aquila en Abruzzo, Italia; junto a esta estatua fue hallado un fragmento de otra
escultura femenina denominada Dama de Capestrano. Este descubrimiento dio lugar a
una serie de excavaciones arqueológicas en la zona dando como resultado el hallazgo
de otras estatuas y artefactos en la que se considera que es la necrópolis de Aufinum,
oppidum y centro de poder del antiguo pueblo piceno de los Vestini cismontani. La
estatua representa a un alto personaje, quizás el rey, de los Vestinos, ataviado con
armas y ornamentos que reflejan su alto estatus militar, religioso y social. La estatua
del Guerrero de Capestrano es el resultado de un estilo etrusco, itálico celta y griego
arcaico, no obstante, la escultura posee unas características propias y sobre todo
revela una cultura artesanal única, en este caso del arte vestino de la primera Edad del
Hierro.
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