Vol. 6 No. 11 | Julio - Diciembre de 2011 | Medellín - Colombia | ISSN: 1909-2814
RESOLVER PROBLEMAS PARA APRENDER SOBRE LOS MODELOS
Autor
José Joaquín García García (
[email protected])
Edilma Rentería Rodríguez (
[email protected])
Título en inglés
Problem resolution to learn about models.
Tipo de artículo
Artículo de investigación académica, científica y tecnológica
Eje temático
Didáctica
Resumen
Esta investigación diseñó y probó una estrategia didáctica basada en la resolución de
problemas prácticos contextualizados usando la modelización experimental, con el objetivo
de influir positivamente en el conocimiento acerca de la naturaleza de los modelos de los
estudiantes de undécimo grado de un colegio público de Medellín, Colombia. Esta
investigación tuvo un enfoque cuasi experimental con un grupo experimental, un grupo
control y, una posprueba aplicada a ambos grupos. Los resultados muestran que la mayor
diferencia entre los dos grupos se presentó en su conocimiento sobre las características de
un modelo, el uso general de los mismos, y sus usos explicativos y predictivos, y que, el
menor porcentaje de respuestas correctas en ambos grupos fue obtenido al indagar acerca
del conocimiento sobre las características de un modelo. Los resultados del estudio además
muestran desarrollos significativos del grupo experimental en relación con el grupo control
en el conocimiento global sobre la modelización y los modelos.
Abstract
This quasi-experimental study designed and tested a didactic strategy based on
contextualized, practical problem-solving through experimental modeling. In order to
discover how to positively influence students’ knowledge about the nature of models,
researchers administered a post-test to one experimental and one control group of 11thgrade students at a public school in Medellín, Colombia. The analysis of the post-test data
indicated that the major differences between the experimental and control groups surfaced
on their knowledge of the model characteristics and their general, explicative and predictive
uses of different models. The analysis also found that the lowest percentage of correct
answers appeared when asking what students knew about the characteristics of a specific
model. Overall, findings demonstrated significant developments on the experimental group
in their global knowledge of modeling and the models themselves.
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Palabras clave
Didáctica, educación, estrategia, modelos, problemas.
Key words
Didactic, education, models, problems, strategy.
Datos de la investigación, a la experiencia o la tesis
Este texto surge a partir de la investigación “Los Trabajos Prácticos fundamentados en el
proceso de Modelización y orientados a la Resolución de Problemas “, desarrollada en el
marco de la Maestría en Educación en Ciencias Experimentales y tuvo financiación de la
Universidad de Antioquia. Realizada durante Junio de 2006 y Julio de 2009.
Trayectoria profesional y afiliación institucional del autor o los autores
José Joaquín García García
Licenciado en Biología y Química. Magíster en Docencia de la Química, Magíster en
Didáctica de las Ciencias Experimentales y Doctor en Didáctica de las Ciencias
Experimentales por la Universidad de Granada, actualmente es docente de la Universidad de
Antioquia.
Edilma Rentería Rodriguez
Licenciada en Matemáticas y Física. Especialista en Evaluación Pedagógica. Magíster en
educación énfasis Ciencias Experimentales Coinvestigadora del grupo de Investigación
Innovaciencia de la Universidad de Antioquia.
Referencia bibliográfica completa
García, J. y Rentería, E. (2011). Resolver problemas para aprender sobre los modelos.
(Artículo de investigación académica, científica y tecnológica) Revista Q, 6 (11), 23, juliodiciembre. Disponible en: http://revistaq.upb.edu.co
Cantidad de páginas
23 páginas
Fecha de recepción y aceptación del trabajo
14 de septiembre de 2011 – 30 de octubre de 2011
Aviso legal
Todos los artículos publicados en REVISTA Q se pueden reproducir en otros medios de
comunicación sin ánimo de lucro, siempre y cuando se cite la fuente completa: tanto los
datos del autor del artículo como de la publicación. En medios con ánimo de lucro se debe
contar con la autorización expresa del autor; en tal caso se debe citar la fuente completa de
la publicación original (incluyendo los datos del autor y los de la Revista).
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Introducción
La ciencia hoy se entiende como un proceso en el cual se construyen modelos acerca de los
fenómenos, así que es interesante, determinar de que maneras se puede mejorar el
conocimiento de lo estudiantes sobre la naturaleza de dichos modelos. Esto con el fin de
empoderarlos para que estén en capacidad de construirlos, criticarlos, y estudiarlos, es decir, de
llevar a cabo procesos de aprendizaje más acordes con aquellos que intervienen en la
producción de conocimientos científicos. El objetivo del estudio aquí presentado fue diseñar y
probar una estrategia didáctica basada en la resolución de problemas abiertos, orientada por
procesos de modelización experimental y enmarcada en el enfoque de aprender a construir
modelos, con el fin de determinar su eficacia para mejorar los conocimientos de los estudiantes
acerca de la naturaleza de los modelos científicos.
La naturaleza de los modelos y la modelización
Un modelo es una estructura fruto de procesos de abstracción precisa de fenómenos reales
múltiples y complejos, que usa
datos sobre procesos, funciones y objetos (Rubinstein y
Firstenberg, 1996). Igualmente, un modelo se puede definir como una construcción o estructura
imaginaria, hipotética y alternativa, arbitraria y simplificada de objetos o procesos (situación
empírica) que pueden o no pertenecer al mundo natural, y que, constituye un simulacro de los
mismos, elaborado con el fin de investigarlos y estudiarlos (Van Dalen y Meyer, 1971; Moles,
1975; Castro, 1992).
Por otra parte, construir un modelo, es decir modelizar, implica la idealización de la realidad
(Giere, 1992; Concari, 2001; Weisberg, 2006; Strevens, 2008; Adúriz e Izquierdo, 2008). Dicha
idealización provee reglas generales para explicar las situaciones que incluyan lo modelado. Para
Gravemeijer (1997) modelizar es traducir una situación real a términos matemáticos y conceptos
con estructura, e incluye además el organizar la información proveniente de un problema.
Según Gilbert y Boulter (1998) el proceso de modelización; puede concebirse como un proceso
con dos polos y una fase intermedia. En el primer polo, estarían las acciones correspondientes a
describir o simplificar la complejidad de los fenómenos y a visibilizar constructos abstractos, con el
objeto de comprenderlos mejor. En el otro extremo, la modelización implicaría la realización de
acciones tendientes a formular explicaciones y predicciones sobre los fenómenos estudiados.
Estos mismos autores, conciben a la modelización como un proceso que tiene por objetivos
explicar y predecir el comportamiento de los fenómenos usando diversos tipos de representación
(ver figura1).
La construcción del concepto de modelo
Según Lehrer (1994) y Justi y Gilbert (2002) la construcción del concepto de modelo por parte de
los sujetos trátese de estudiantes, de docentes o de científicos en activo requiere del
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cumplimiento de los siguientes
compromisos epistemológicos:
Separación entre fenómeno y noúmeno comprendiendo que la representación puede ser o
no similar, pero no igual a lo representado.
La construcción de una representación implica desarrollar y desplegar un sistema formal.
La comprensión de la posibilidad de hacer predicciones y señalar comportamientos nuevos
en un sistema al desarrollar representaciones.
Otros autores argumentan que el conocimiento procedimental, epistémico y conceptual sobre los
modelos, que deben tener los estudiantes (Grossilight, 1991; Crawford y Cullin, 2002 y 2004),
incluye los siguientes aspectos:
Habilidad para identificar y clasificar los modelos.
Reconocimiento de las características y de las funciones de los modelos.
Capacidad para usar y construir modelos sobre diferentes fenómenos.
Uso y reelaboración de modelos en el proceso de investigación.
Reconocimiento de la variabilidad temporal de los modelos científicos.
Reconocer y usar múltiples modelos para explicar un fenómeno.
Criterios para seleccionar variables a incluir al construir un modelo.
Figura 1. Papel y función de los modelos (Gilbert y Boulter, 1998).
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Las ideas de los docentes sobre los modelos
Según varios autores (Lederman 1992; Khalick y Lederman, 2000; Gilbert y Reiner, 2000; Justi y
Gilbert, 2001, De Jong y Van Driel, 2001; Justi, 2002; Crawford y Cullin, 2004) los docentes
presentan un grupo de ideas sobre la naturaleza y las funciones de los modelos. En primer lugar,
los profesores aunque valoran la contribución de los modelos en la educación científica no creen
en su papel para mejorar el aprendizaje de las ciencias. En segundo lugar, los docentes
comprenden deficientemente el papel de los modelos en la ciencia, y el desarrollo del pensamiento
experimental. En tercer lugar, los docentes no poseen el conocimiento ni las habilidades para
enseñarles a hacer ciencia a sus estudiantes construyendo con ellos modelos. Otros autores
(Verloop, 1999, 2002; Smith y Finegold, 1995; Islas y Pesa, 2003; Justi y Gilbert 2001; Crawford
y Cullin, 2004;) han reportado que los docentes presentan las siguientes concepciones sobre los
modelos:
Es difícil usar sus formalizaciones en la explicación de fenómenos.
Es complejo distinguir entre ellos y la realidad.
Las ideas de los estudiantes sobre los modelos no son importantes.
Se usan como analogías para comprender, comunicar, describir, ejemplarizar y explicar
los contenidos, pero no para predecir e investigar.
Pueden existir varios modelos sobre un mismo fenómeno.
Deben ser cercanos a la realidad.
Son generados por el pensamiento humano.
Los modelos científicos, históricos, curriculares y de enseñanza son diferentes.
Es necesario un currículo basado en la enseñanza y elaboración de modelos, aunque esto
no se haga.
A pesar de estas concepciones, los docentes siguen enseñando de forma tradicional, sin debatir ni
construir modelos en su clases (Justi, 2002), y, creyendo que los modelos curriculares son
simplificaciones de los científicos e históricos, que se usan para ayudar a comprender a los
estudiantes (De Jong y Van Driel, 2001).
Ideas de los estudiantes acerca de los modelos
De otro lado, varios autores (Gilbert y Osborne, 1980; Martinand, 1986; Grossligt, 1991; Ingham
y Gilbert, 1991; Palmer, Pilles, Lehrer y Schauble, 1997; Chittlebrough y Tapelo, 2002; Alurralde
y Salinas, J. 2002; Treagust, Chittleborough y Mamiala 2002; Crawford y Cullin, 2004) han
reportado las siguientes creencias de los estudiantes acerca de la naturaleza de los modelos
científicos:
Epistemología realista ingenua: el modelo y el fenómeno ontológico tiene una relación de
correspondencia idéntica, así el fenómeno no sea visible, el modelo es su réplica o copia
física exacta.
Interpretación superficial, reduccionista e irracional de los modelos, olvidando sus
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interrelaciones, condiciones y limitaciones.
Confusión entre modelos, teorías científicas y leyes científicas.
Los modelos son absolutos, aislados de otros, y sin aplicación en otros contextos y
situaciones.
La multiplicidad de los modelos y de sus representaciones, es útil para abarcar detalles de
un problema y remplazar modelos ineficaces.
Su uso es explicativo como herramientas de descripción y explicación, pero no predictivas
o investigativas.
Mutan con los cambios en la ciencia y el pensamiento científico.
Finalmente es importante decir que los estudiantes tienen muy pocas oportunidades para usar los
modelos de forma cualitativa, interpretativa, razonada y predictiva (Stephens, 1999;
Chittlebrough y Tapelo, 2002)
Enfoques usados para incorporar los modelos y la modelización en el aula:
La elaboración de modelos es decir la modelización permite construir el significado de los
fenómenos científicos y por la tanto desarrollar el pensamiento científico y matemático (Jiménez y
Perales, 2002; Treagust, Chittleborough y Mamiala, 2002). Es por esto, que tiene un papel central
en el campo de la enseñanza de las ciencias. Por ejemplo para Hodson (1992) y Justi y Gilbert
(2002) la modelización es central en el aprender ciencias, el aprender sobre las ciencias y en
aprender a hacer la ciencia.
Así, se aprende ciencia al reconocer y analizar la naturaleza de los modelos científicos de
complejidad creciente, relacionándolos con los modelos propios, y usándolos para visualizar
conceptos abstractos (Brown y Clement, 1989; Clement, 1993; Frederiksen, Whithe, y Gutwill,
1999; Barab, Hay, Barnett y Keating 2000; Jiménez y Perales, 2002; Treagust, Chittleborough y
Mamiala, 2002).
Igualmente, al estudiar la importancia de los modelos y su
devenir histórico, sus
representaciones, marcos filosóficos, propósitos investigativos, dinámicas de construcción, y su rol
en la validación y expresión de resultados científicos se aprende sobre la ciencia (Hodson, 1992;
Justi y Gilbert, 2002).
Además, al estudiar su proceso de creación y desarrollo, expresión, simulación y prueba,
chequeo, valoración y evaluación crítica de sus alcances y sus limitaciones, (uso, consistencia y
validez predictiva), articulando intereses, pensamiento y creatividad, se aprende a hacer la
ciencia. (Martinand, 1986, Carey, 1992; Nersessian,1992; Giere, 1997;1992; Gilbert, et al 1998;
Crawford y Cullin, 2004; Harrison y Treagust, 2000).
Los principales enfoques que hasta ahora se han propuesto para introducir la modelización y los
modelos al aula son los siguientes:
Enseñanza expositiva de modelos: en este enfoque los docentes exponen los modelos
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especificando sus objetivos,
identificando sus objetos, propiedades, interacciones y
relaciones estructurales entre éste y el fenómeno y construyendo conclusiones (Felipe y
Gallareta, 2005).
Enseñar el uso de modelos: este enfoque usa los modelos en el aula para dar significado a
los fenómenos, comprenderlos, explicarlos y predecir su comportamiento; probando dichos
modelos experimentalmente y aplicándolos en contextos y objetivos diferentes a los
utilizados cuando fueron enseñados inicialmente (Halloun, 1996; Duschl, 1997; Millar y
Osborne, 1998; García Izquierdo, 2000; Justi y Gilbert, 2002).
Aprender a revisar modelos: en este enfoque los estudiantes revisan modelos de
diferente complejidad y abstracción para modificarlos (Stewart, Hafner, Johnson y Finkel,
1992), evaluando sus cualidades funcionales, eficacia descriptiva, poder explicativo y
predictivo, límites y correspondencia con otros, además de estudiar los problemas que
dichos modelos resolvieron a lo largo de la historia de las ciencias (Frederiksen, et al,
1999; Justi, 2000; Justi y Gilbert, 2002; Treagust, Chittleborough y Mamiala, 2002)
Aprender a construir modelos: los estudiantes en este enfoque se enfrentan a la
construcción de sus propios modelos, iniciando con modelos conocidos parcialmente y
luego si construyendo progresivamente modelos más dinámicos y complejos sobre
fenómenos desconocidos. Además, ellos
proponen problemas para simular,
experimentar, y contrastar las predicciones y explicaciones de dichos modelos
(Raghavan, y Glaser, 1995; Jackson, et al.1995; Barnea y Dori, 1996; Boulter y
Buckley, 2000; Justi y Gilbert, 2002; Felipe, Gallarreta y Merino, 2005).
Por otra parte, para Felipe, Gallarreta y Merino (2005) la modelización en las aulas debe
acompañarse de la argumentación empírica y teórica, el trabajo colaborativo, criterios objetivos,
y, una actitud de indagación fiel a la información. Para los mismos autores, el aprendizaje puede
ser evaluado teniendo en cuenta la calidad de los modelos elaborados y de sus representaciones,
el nivel de interpretación de los mismos, la calidad de las descripciones, explicaciones y
predicciones elaboradas a partir de dichos modelos, la destreza para revisarlos y evaluarlos,
además de la comprensión de los procesos de modelización.
La modelización y la resolución de problemas
Muchos autores han propuesto la inclusión del proceso de la resolución de problemas ya sean
estos presentados en forma de enunciados lingüísticos o planteados como situaciones reales, para
que dicho proceso sirva como el elemento generador o iniciador de la introducción de la
modelización en las aulas de ciencias (Palmer, Pilles, Lehrer y Schauble, 1997; Sánchez y García,
1999; Rodríguez y Fernández, 1995; Justi y Gilbert, 2002).
En este estudio se entiende un
problema como:
“una situación que presenta una oportunidad de poner en juego los esquemas de conocimiento,
que exige una solución que aún no se tiene y en la cual se deben hallar interrelaciones expresas y
tacitas entre un grupo de factores o variables, búsqueda que implica la reflexión cualitativa, el
cuestionamiento de la propias ideas, la construcción de nuevas relaciones, esquemas y modelos
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mentales, es decir, y en suma, la elaboración de nuevas explicaciones que constituyen la solución
al problema ….que significa reorganización cognitiva, involucramiento personal … y desarrollo de
nuevos conceptos y relaciones” (García, 2003 p. 50)
Así mismo, en este trabajo se concibe a las situaciones problemáticas para ser propuestas a los
estudiantes en las aulas de clase de ciencias como “situaciones objetivas novedosas y reales con
elementos desconocidos que generen un estado de dificultad y de necesidad intelectual con
preguntas y deseos de responderlas…es decir, que provoquen… el transgredir los límites del
conocimiento exigiendo su interpretación (García, 2003 p. 59)
La relación entre los procesos de modelización y de resolución de problemas radica en que, la
resolución de los problemas requiere de su comprensión y reformulación a través de la creación,
modificación y adaptación de modelos físicos, semánticos y matemáticos útiles para seleccionar,
organizar, transformar, interpretar, comprender y utilizar su información, y así, poder proponer
estrategias de resolución (García, Rentería, Duque, Villa, y Gutiérrez, 2011). Esto es así porque
la habilidad de modelización y el conocimiento sobre la naturaleza de los modelos, facilita
establecer las relaciones necesarias entre los elementos del problema (datos, incógnitas,
condiciones y contexto) para crear diversos modelos con significado sobre el mismo.
Es
importante decir que las situaciones problema propuestas a los estudiantes de ciencias, deben
tener un nivel de dificultad adecuado a su desarrollo intelectual y a su grado académico.
Por último es importante anotar que, la inclusión de los procesos de modelización en el marco de
la resolución de problemas como procesos centrales en la enseñanza de las ciencias, atiende una
transformación del viejo objetivo de la enseñanza de enseñar para aprender los contenidos
propios de las disciplinas científicas, en el nuevo objetivo de enseñar para desarrollar las formas
de pensamiento propias de cada una de las disciplinas, habilitando a los estudiantes para
construir nuevos conocimientos en dichas disciplinas.
Metodología
Tipo de modelo investigativo
Esta investigación es de tipo cuasi experimental con un grupo experimental, un grupo control y
una posprueba aplicada simultáneamente a ambos grupos. En el grupo experimental se aplicó
una estrategia didáctica experimental alternativa basada en la solución de problemas y la
modelización experimental para la enseñanza de la termodinámica, mientras que, en el grupo
control se utilizó una estrategia convencional fundamentada en métodos expositivos, conferencias
magistrales y en memorización de contenidos. Esto se hizo durante dos meses.
Para la recolección de la información se uso una prueba de 5 preguntas con un formato de
selección múltiple, acerca de los conocimientos sobre la naturaleza de los modelos. Esta prueba
hace parte de un test más amplio usado para medir la capacidad global básica de modelización
en estudiantes de undécimo grado, que ha sido sometido a procesos de validación externa por
examen ante pares, y que presenta un nivel de confiabilidad media aceptable con un alfa de
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Crombach de 0,71. (Ver anexo 1).
Muestra
La muestra en este estudio estuvo representada por 58 estudiantes de undécimo grado
distribuidos en 2 grupos de 29 estudiantes. Los estudiantes de ambos grupos pertenecen a la
Institución Educativa San Luis Gonzaga, ubicada en el área metropolitana de la ciudad de Medellín
del municipio de Copacabana en el departamento de Antioquia, en Colombia. Ambos grupos
provienen de niveles socioeconómicos bajos. Los promedios de edad en los grupos control y
experimenta son de 17,2 y 17,37 años, respectivamente. Los dos grupos reciben el mismo
número de horas de clase de Física a la semana.
Hipótesis de investigación
La hipótesis propuesta en este estudio fue la siguiente: “Una estrategia didáctica basada en la
metodología de enseñanza por resolución de problemas, prácticos contextualizados como
pequeñas investigaciones, usando modelización experimental, influye positivamente en el
conocimiento sobre los modelos de los estudiantes de undécimo grado”
Variables a estudiar
Variable manipulada:
Estrategia didáctica:
Los valores de esta variable fueron dos. Un valor es la estrategia didáctica convencional basada
en la generación de procesos de aprendizaje por transmisión expositiva y asimilación
memorística de contenidos, que se le aplica al grupo control. El otro valor es la estrategia de
enseñanza experimental fundamentada en la resolución de problemas prácticos a través de la
construcción de modelos experimentales, que se le aplica al grupo experimental.
Estrategia didáctica convencional:
Esta estrategia didáctica tradicional está basada en el uso de conferencias cuyos contenidos
deben ser memorizados luego por los el estudiante. Así el estudiante tiene en este tipo de
estrategia un papel de receptor pasivo de los conocimientos que le va presentado el profesor,
para ser evaluados luego a través de pruebas objetivas. La secuencia de una clase con este tipo
de estrategia incluye las siguientes fases:
Motivación: consiste en contextualizar los contenidos a enseñar, relacionándolos con los
conocimientos y experiencias de los alumnos.
Introducción de los nuevos conceptos: dicha introducción se hace a partir de definiciones
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casi siempre de carecer operativo, clasificaciones, y uso de ejemplos o representaciones
de tipo descriptivo.
Articulación de los nuevos conceptos con otros ya conocidos: así se ubican en dichos
conceptos en contextos teóricos para constituir ecuaciones, leyes, o teorías.
Aplicación: esta fase propone la resolución ejercicios cuantitativos de lápiz y papel para
aplicar los conceptos. Dicha resolución consiste en la aplicación de fórmulas, algoritmos y
ecuaciones (modelos simbólicos matemáticos) con el fin de obtener la respuesta numérica
al ejercicio. Además en esta fase se incluye la realización de experiencias de laboratorio
demostrativas para comprobar en la práctica los conceptos enseñados.
Estrategia didáctica experimental alternativa
La estrategia didáctica alternativa propone problemas prácticos, abiertos y contextualizados,
para ser resueltos en clase usando la modelización experimental. Los problemas propuestos en
esta estrategia pueden ser abordadas, con una metodología cualitativa e investigativa y,
siempre requieren de la construcción de un montaje experimental (modelo experimental) para
su resolución. Es en la construcción de dicho modelo experimental y, de modelos matemáticos
que formalizan las relaciones halladas luego de analizar los experimentales, donde la
modelización tiene un papel central. Para la resolución de dichos problemas se plantea al
estudiante la siguiente guía:
Entender el problema, lo sabido y no, y sus condiciones de resolución.
Establecimiento de lo relevante y lo necesario para solucionar el problema.
Re-escritura y re-representación del problema usando esquemas.
Determinación de parámetros o límites parta solucionar el problema
Construir hipótesis usando marcos teóricos.
Diseñar un plan de resolución usando un montaje físico experimental, para probar las
hipótesis, usando los siguientes pasos:
Establecer la información que se puede obtener desde el experimento.
Identificar las variables experimentales a incluir en el modelo y sus unidades, además de
determinar aquellas extrañas y como controlarlas.
Representar las relaciones supuestas entre las variables.
Construir el modelo físico experimental y chequear su idoneidad.
Examinar si el modelo sirve para obtener la información requerida
Experimentar con el modelo de acuerdo con el diseño realizado.
Formular un modelo matemático o verbal sobre las relaciones encontradas entre las
variables estudiadas, lo que requiere los siguientes pasos:
Determinar su objetivo.
Elaborar y ajustar un modelo gráfico que relacione los datos de las variables.
Enunciar verbalmente las relaciones halladas entre las variables (elaborar un modelo
verbal).
Contrastar dichas relaciones con la hipótesis planteada.
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Expresar matemáticamente dicha relación.
Proponer una respuesta final al problema abordado.
Examinar la eficacia para resolver el problema de la respuesta hallada.
Variables observadas
Variable conocimientos acerca de la naturaleza de los modelos
Desde la indagación científica un modelo puede ser definido como una representación concreta o
abstracta de un fenómeno natural o de una teoría. De esta manera, un modelo se puede
representar utilizando las palabras, expresiones matemáticas, graficas, o materiales concretos.
Dicha representación se caracteriza porque no es una réplica exacta de la situación que se
representa. Un buen modelo muestra, describe y establece relaciones de contenido o de forma
con la situación que represente, pero nunca es igual a la situación representada. En el proceso de
solución de problemas prácticos los modelos pueden ser utilizado para representar el fenómeno
en estudio (Castro, 1992) y de esta manera permitir su manipulación. Así utilizando el modelo, el
investigador puede describir, explicar o predecir el comportamiento de un fenómeno. En la
solución de problemas los modelos también pueden ser utilizados como forma de comunicación,
de esta manera por medio de ellos se pueden expresar los hallazgos de la ciencia.
Las premisas enunciadas en el párrafo anterior, fueron tenidas en cuenta para establecer cada
uno de los indicadores correspondientes a esta variable referida al conocimiento de la naturaleza
de los modelos.
De acuerdo con lo aquí expresado, para estudiar esta variable se tuvieron en cuenta los siguientes
indicadores: Uso explicativo de los modelos (UE), Uso predictivo de los modelos (UP), Selección
del mejor modelo (MM), Características de los modelos (CM), Uso general de los modelos (UM)
(ver tabla 1). A continuación se describen cada uno de ellos:
Indicadores
Uso explicativo de los modelos
Uso predictivo de los modelos
Selección del mejor modelo
Reconocimiento de las características de los modelos
Reconocimiento del uso general de los modelos
(UE)
(UP)
(MM)
(CM)
(UM)
Tabla 1. Indicadores variable conocimientos sobre la naturaleza de los modelos
Uso explicativo de los modelos (UE): un modelo que representa un fenómeno puede ser
utilizado para explicar el comportamiento de un determinado fenómeno. Para evaluar esta
indicador se representa un fenómeno mediante un modelo gráfico y el evaluado debe escoger
la opción que mejor explique el comportamiento del fenómeno usando la información aportada
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por el modelo.
Uso predictivo de los fenómenos (UP): un modelo que representa un fenómeno puede ser
utilizado para pronosticar el comportamiento que tendrá dicho fenómeno. Para evaluar este
indicador se suministra al evaluado un modelo gráfico que relaciona dos variables. El
estudiante debe determinar el comportamiento que adquiere la variable dependiente bajo
nuevas condiciones de la variable independiente.
Selección del mejor modelo (MM): un modelo no es una réplica en menor escala del
fenómeno en estudio. Es decir, un modelo no incluye todos los aspectos del fenómeno
modelado, pero si debe permitir establecer relaciones de contenido, y de forma (o según el
propósito) con la situación representada. Para evaluar este indicador el evaluado debe
seleccionar desde varios modelos analógicos aquel que mejor represente el fenómeno.
Características de los modelos (CM): algunas de características esenciales de un modelo
son las siguientes: los modelos no son una copia exacta del fenómeno que representan, la
representación de un modelo puede ser concreta o abstracta, y pueden existir muchos tipos de
modelos que representen la misma situación. Para evaluar este indicador se solicita al
evaluado que escoja desde un grupo de opciones la que mejor describa las características de
un modelo.
Uso general de los modelos (UM): los modelos en la indagación científica son usados para
muchos aspectos, entre ellos para representar una parte del fenómeno estudiado, lo que
permite una mejor comprensión y explicación del mismo. Para evaluar este indicador se
solicita al evaluado que escoja la opción que mejor represente el uso que se les da a los
modelos en la indagación científica.
Resultados de la aplicación experimental de la estrategia didáctica
Variable conocimiento a cerca de la naturaleza de los modelos.
A continuación se presentan inicialmente los resultados obtenidos por los dos grupos (control y
experimental) en cada uno de los indicadores utilizados para medir la variable “conocimiento
sobre la naturaleza de los modelos”: Luego se presenta el resultado referido a la comparación
global de los resultados obtenidos por el grupo control y el grupo experimental. en los
conocimientos acerca de la naturaleza de los modelos.
Uso explicativo de los modelos (UE)
Los resultados indican que el 29% del grupo control pueden usar el modelo para explicar un
fenómeno, y que el 71% de ellos no lo puede hacer (gráfico 1). Por otra parte, también
muestran como el 46%
del grupo experimental, es capaz de usar el modelo para dar
explicaciones a un fenómeno (gráfico 2), pero que, el 54% de dicho grupo no lo hace. Las
diferencias entre los dos grupos puede deberse a que el objetivo implícito de uso de los modelos
era diferente en el grupo control y en el grupo experimental. Así, al resolver problemas cerrados
y cuantitativos el grupo control usó los modelos matemáticos para conseguir datos y no para dar
explicaciones al comportamiento de los fenómenos, mientras que al abordar problemas prácticos
y abiertos, el grupo experimental usó modelos experimentales para recolectar información y
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explicar los fenómenos.
De otro lado, el alto porcentaje del grupo experimental que no usa los modelos para explicar los
fenómenos, puede deberse a la dificultad de la tarea debido a la inexperiencia de los estudiantes
en este tipo de tareas, es decir, a que el uso de los modelos con fines explicativos no es común en
las aulas de ciencias (Justi, 2006).
Desde una perspectiva auto crítica, igualmente es posible también atribuir estos resultados del
grupo experimental al hecho de que en la estrategia didáctica alternativa no se contemple la
construcción e interpretación de modelos que incluyan ilustraciones (como se propone en la
prueba) si no solo de modelos físicos experimentales, semánticos de carácter lingüístico, o de
tipo matemático simbólico.
Uso predictivo de los modelos
Los resultados muestran que el 21% del grupo control pudo usar un modelos para generar
predicciones sobre el comportamiento de un fenómeno, pero que el 79% de dicho grupo no pudo
hacerlo (gráfico 1). Así mismo, los resultados muestran como el 64% del grupo experimental
estuvo en capacidad de usar un modelo para elaborar predicciones, pero que en el 36% de éste
grupo no se presentó dicha capacidad (gráfico 2). Las diferencias entre los dos grupos pueden
deberse a que mientras el grupo control usó los modelos matemáticos en la resolución de
problemas cerrados, reemplazando mecánicamente los datos suministrados por éste en dichos
modelos (ecuaciones) sin reflexionar sobre el comportamiento que tendría un fenómeno en
ciertas condiciones, el grupo experimental al resolver problemas abiertos construyó modelos
experimentales para recolectar información y hacer generalizaciones sobre el comportamiento del
fenómeno, útiles para predecir su comportamiento bajo ciertas condiciones. Igualmente, estos
resultados del grupo experimental pueden estar relacionados con la exigencia de la estrategia
didáctica alternativa de construir una representación gráfica que represente las relaciones
halladas entre las variables luego de llevar a cabo un proceso experimental, porque este indicador
es evaluado a través de la interpretación de una representación gráfica que muestra una relación
entre dos variables físicas, (presión y temperatura). Además, estos resultados pueden estar
relacionados con la baja frecuencia con la cual las gráficas cartesianas son usadas en los libros de
texto o en las aulas de clase (García y Perales, 2007), ya que el modelo utilizado en la prueba
para solicitar la predicción es una gráfica de este tipo.
Selección del mejor modelo (MM)
Los datos indican que el 46% del grupo control identifican desde un grupo de modelos el mejor
modelo para representar un enunciado de acuerdo a los parámetros establecidos en el, y que, el
54% de dicho grupo no lo hace (gráfico 1). Por otro lado, estos resultados muestran como el
64% del grupo experimental puede identificar el mejor modelo para representar un enunciado,
pero que el 36% de éste grupo no logra hacerlo (gráfico 2).
La diferencia entre los dos grupos puede ser debida de nuevo a que mientras el grupo control usó
modelos matemáticos preestablecidos suministrados por el profesor o los textos para la solución
de problemas cerrados, sin hacer necesaria la evaluación del modelo, por el contrario, el grupo
experimental construyó modelos experimentales para la resolución de problemas prácticos,
debiendo evaluar tanto su estructura como sus formas de representación. Es decir, el grupo
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experimental tuvo que establecer relaciones de correspondencia entre los elementos de los
modelos diseñados y las condiciones y elementos presentados por el problema, para determinar
cuál sería el mejor modelo a utilizar.
Por otra parte el amplio porcentaje de estudiantes que en los dos grupos no es capaz de realizar
la tarea propuesta en este indicador, puede deberse a que los modelos ofrecidos en la prueba y
desde los cuales debe ser seleccionado el que mejor represente un enunciado, son ilustraciones,
ya que este tipo de modelo no es propuesto explícitamente para ser utilizado ni en la estrategia
alternativa ni en la estrategia convencional, pues en la estrategia convencional se privilegia el uso
de modelos de carácter simbólico como en el caso de las formalizaciones matemáticas, mientras
que en la estrategia alternativa se propone explícitamente sólo el uso y la construcción de
modelos físicos como montajes experimentales, de modelos semánticos como enunciados
lingüísticos, de modelos gráficos analógicos y de los modelos matemáticos.
90
82
79
Porcentaje 80
70
71
71
54
60
Correcto
46
50
Incorrecto
40
29
29
30
21
18
20
10
0
UE
UP
MM
CM
UM
Gráfico 1. Distribución porcentual del grupo de estudiantes control de acuerdo al uso de los conceptos básicos sobre
naturaleza de los modelos.
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80
71
Porcentaje
70
64
60
50
64
54
54
46
46
Correcto
36
40
36
29
Incorrecto
30
20
10
0
UE
UP
MM
CM
UM
Gráfico 2. Distribución porcentual del grupo de estudiantes experimental de acuerdo al uso de los conceptos básicos sobre
naturaleza de los modelos.
Por otra parte, la selección del mejor modelo en la pregunta utilizada para examinar este
indicador, exige de la conversión de una representación formulada en un registro de lengua
natural (enunciado) en una representación que usa como como registro la ilustración, porque
este tipo de conversiopnes entre reprentaciones semióticas científicas expresadas en registros
diferentes no es común en las clases de ciencias ( García, 2005).
Características generales de los modelos (CM).
Los resultados muestran que el 18% del grupo control identifica las características generales de
un modelo, y que, el 82% de dicho grupo no lo hace (gráfico 1). Igualmente, muestran que el
54% del grupo experimental reconoce las características generales de un modelo, pero que el
46% de este grupo no las reconoce (gráfico 2). Estas diferencias pueden explicarse porque el
grupo control al usar sólo modelos matemáticos, o lingüísticos, lo hace como si estos fueran
representaciones únicas invariantes del fenómeno; mientras que el grupo experimental, los
considera como el fruto de diseñar y probar modelos experimentales y no como copias de lo
modelado.
Igualmente, el que un alto porcentaje de estudiantes en ambos grupos consideren que un modelo
es una réplica exacta del fenómeno estudiado puede deberse a la ausencia de actividades propias
del proceso de construcción de modelos en las aulas de clase. Aunque es importante tener en
cuenta que dicho resultado que denota la persistencia de una epistemología realista ingenua
también han sido reportado por otros investigadores ya citados en este texto Gilbert y Osborne,
1980; Martinand, 1986; Grossligt, 1991; Ingham y Gilbert, 1991). Igualmente, estos resultados
pueden originarse en el hecho de que a los modelos la mayoría de las veces se les presente como
realidades dogmáticas, definitivas y cerradas, directamente visibles sin usarlos en clase como
construcciones hipotéticas y heurísticas (Martinand, 1986; Anderson y Mitchener, 1994). Este
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último resultado concuerda con los obtenidos en otras investigaciones realizadas con estudiantes
de secundaria (Treagust, Chittlebrough, y Mamiala, 2002).
En términos generales, los resultados encontrados permiten evidenciar que la menor diferencia
entre los grupos se encontró en el indicador selección del mejor modelo, que la mayor diferencia
entre los dos grupos se presentó en los indicadores: características de un modelo, uso general
de los modelos, y, usos explicativos y predictivos de los modelos, y que, el indicador con el menor
porcentaje de respuestas correctas fue el de determinación de las características de un modelo.
Dichos resultados pueden deberse a que la estrategia convencional tradicional de enseñanza sólo
ofrece oportunidades para utilizar los modelos como herramientas auxiliares para describir
estructuras y relaciones (como representaciones de ejemplo) o, para explicar expositivamente
las teorías científicas (como demostraciones).
Estos resultados coinciden con otras investigaciones en las cuales se afirma que los modelos no
son usados en la mayoría de aulas de ciencias en las que se utiliza la enseñanza convencional,
como herramientas de predicción y correlación con poder predictivo y de explicación acerca del
fenómeno, (Bushan y Rosenfeld, 1995; Palmer, Pilles, Lehrer y Schauble, 1997). Así mismo, y
por el contrario los mismos resultados pueden atribuirse al uso explicativo, predictivo y
generalizador, dado a los modelos por el grupo experimental, que contrasta con el uso mecánico y
formalista que hizo de ellos el grupo control.
Conocimientos globales sobre la naturaleza de los modelos
La comparación de los resultados globales obtenidos por los dos grupos, indica que el porcentaje
de estudiantes con respuestas correctas acerca del conocimiento sobre los modelos es mucho
mayor en el grupo experimental que en el grupo control (ver gráfico 3). Igualmente, al verificar
que la media obtenida por el grupo experimental con relación con el conocimiento global sobre
los modelos es mayor que la obtenida por el grupo control (3.00 y 1.42 respectivamente) se
puede evidenciar que el grupo experimental al parecer aprende en mayor medida dichos
conocimientos. Para determinar si dicha diferencia es significativa se utilizó el estadígrafo t de
student.
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Porcentaje
80
70
71
60
60
Correcto
50
40
40
Incorrecto
29
30
20
10
0
G.EXPE
G.CONT
Gráfico 3. Distribución porcentual de dos grupos de estudiantes experimental y control de acuerdo al conocimiento global
de los conceptos básicos sobre naturaleza de los modelos.
Diferencias relacionadas
CONOCMODELOSEXP
ER
CONOCMODELCONT
-
Desviación
Error típ. de
Media
típ.
la media
3.0000
0,86066
0,16265
1.4286
0.99735
0,18848
Sig.
t
gl
7,318 27
(bilateral)
0,000
Tabla 2. t de Student por comparación de medias del grupo control y experimental de acuerdo a su conocimientos
globales sobre los modelos.
Los cálculos realizados indican que la t experimental obtenida de 7.318 es significativa al 99 %
(p= 0,000) (Ver, tabla 2) Es decir, la hipótesis que propone que: la estrategia didáctica diseñada
bajo los parámetros de la resolución de problemas prácticos orientada por procedimientos de
modelización influye positivamente en la capacidad general de modelización de los estudiantes, es
verdadera.
A modo de conclusión
Los resultados encontrados permiten concluir que el fin de uso de los modelos en la estrategia
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didáctica tradicional no es el mismo del que se tiene para su uso en la estrategia didáctica
alternativa basada en la resolución de problemas, y que es esto precisamente lo que ocasiona que
los estudiantes del grupo control obtengan unos resultados mucho menos satisfactorios que los
obtenidos por los estudiantes del grupo experimental. Es decir, el objetivo del uso de los
modelos en la didáctica tradicional al parecer está relacionado más con el uso pasivo de los
mismos, como representaciones descriptivas o como herramientas para construir demostraciones
de principios científicos ya estudiados o ya expuestos a los estudiantes, es decir, que dicho uso no
tiene que ver con un uso activo de los modelos, en la construcción de explicaciones nuevas sobre
los fenómenos (por lo menos desconocidas para los estudiantes) o de predicciones acerca del
comportamiento de dichos fenómenos.
Igualmente y por el contrario, el uso activo de los
modelos en el marco de la resolución de problemas prácticos de carácter experimental en las
aulas de clase, más acorde a los procesos de producción de conocimientos científicos, puede
permitir preparar a los estudiantes para incorporarse en un futuro a dicho proceso de generación
de conocimientos científicos, en el que se involucran la construcción de explicaciones y de
predicciones sobre los fenómenos.
Además, los resultados al mostrar la persistencia en ambos grupos de una epistemología ingenua
sobre los modelos, en la que se los iguala con lo modelado, es decir en la que se les da un estatus
equivocado de copia fiel de la realidad, desconociendo su proceso de construcción y su naturaleza
parcial y heurística, pueden suponer la existencia de una concepción epistemológica errónea
sobre la naturaleza de los modelos que implica la no separación entre el fenómeno y el noúmeno,
en el sentido de su resistencia a cambiar a pesar de la instrucción explícita y de la introducción en
el aula de procedimientos y prácticas que ponen en tela de juicio dicha concepción.
Es
importante decir que esta concepción errónea en los estudiantes ha sido también reportada por
muchos otros estudios como ya se ha expresado en este trabajo.
Por otra parte, los resultados globales obtenidos, muestran como la aplicación de estrategias
didácticas que combinan la modelización experimental y la resolución de problemas prácticos,
abiertos y contextualizados, puede ser útil para desarrollar en los estudiantes concepciones
adecuadas sobre la naturaleza y el uso de los modelos, y por lo tanto para habilitarlos para
producir en un futuro conocimientos científicos.
Recomendaciones
Los resultados obtenidos y las conclusiones elaboradas hacen conveniente recomendar la
reorientación de los currículos para la formación básica en ciencias, enfatizando en el tratamiento
de los temas relacionados con la naturaleza de los modelos científicos, su uso en la ciencia, y en
la introducción de los procedimientos propios de su proceso de diseño y construcción
(modelización), como verdaderas oportunidades para “hacer ciencia” y desarrollar las habilidades
y los procesos cognitivos necesarias para ello (Hodson, 1992), lo que se podría alcanzar
articulando dichos procesos con los de resolución de problemas (Crawford y Cullin, 2004),
identificando su papel de las preguntas, el de la creatividad y el del contexto social (Van Driel y
Verloop, 2002). Además, dichos currículos deberían incluir actividades que propongan procesos
de identificación de las características comunes
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de los modelos científicos, y de, interpretación, análisis, crítica, comparación, revisión y
modificación de los diversos modelos presentados en los textos y otras fuentes (como la historia
de la ciencia) sobre un mismo fenómeno, determinando sus función (descriptiva, explicativa y
predictiva), sus limitaciones y su validez.
Igualmente, dichos currículos deberían incluir
actividades que propongan el uso de los modelos para describir, explicar y predecir los
fenómenos, articuladas preferentemente a la resolución de problemas y a la realización de
trabajos prácticos de carácter experimental.
Así mismo, muchos autores hablan de la necesidad de generar un cambio en la comunidad
educativa sobre sus concepciones y prácticas acerca del uso de los modelos científicos, su
lenguaje para articularlo con el lenguaje de la modelización, el objetivo que se proponen al
enseñar y aprender los modelos científicos y, el aborde crítico de los modelos que se tratan de
enseñar en las aulas de ciencias (Van Driel y Verloop, 1999; Justi y Gilbert, 2002).
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Educación, Comunicación y Tecnología
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Volumen 06 - Número 11
Julio - Diciembre de 2011
Una publicación del Grupo de Investigación Educación en Ambientes Virtuales (EAV),
adscrito a la Facultad de Educación de la Escuela de Educación y Pedagogía
de la Universidad Pontificia Bolivariana, con el sello de la Editorial UPB.
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