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El valor estratégico de las prácticas solidarias

Las prácticas solidarias 1 solucionan problemas concretos sitiados y fechados aquí y ahora. Pero solucionan más que eso.

El Valor Estratégico de las Prácticas Solidarias Las prácticas solidarias Ejemplos de practicas solidarias son compartir ropa, horneando juntos, cooperativas funerarias, economía de comunión, cooperativas de consumo y de producción, economía solidaria, familias solidarias, gratuidad, comercio justo, industrias recuperadas, solidaridad barrial con los cesantes, parvularias cooperativas organizadas por las madres, salud publica gratuita, construcción participativa de vivienda, mingas, protestas masivas para la reivindicación de derechos, ollas comunes, sindicatos, voluntarismo, pavimentación participativa, bancos comunales, paraestatales y empresas publicas que operan con criterios sociales, fondos de jubilación con responsabilidad social y dedicados al bien de los jubilados, seguros cooperativos,… Hay muchos más. solucionan problemas concretos sitiados y fechados aquí y ahora. Pero solucionan más que eso. Las prácticas solidarias cumplen con los valores de la fe y con los valores del humanismo laico. Pero cumplen con más que eso. Las prácticas solidarias construyen voluntad política. Construyen un sujeto colectivo. Construyen movimientos políticos capaces de asumir un papel histórico. En filosofías marxistas se distingue entre eine Klasse fűr sich y eine Klasse in sich. El distingo entre fűr sich (para sí) y in sich (en sí) remonta a los filósofos Immanuel Kant (1724-1804) y Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831). Kant distingue entre las cosas como son en sí mismos (in sich) y las cosas como se manifiestan como fenómenos conocidos por las mentes humanas (fűr sich). Para Hegel lo que es “en si” es capacidad, poder, en Latín potencia. Su frase fűr sich significa un ser auto-consciente. El marxismo asumió esta tradición distinguiendo entre una clase trabajadora (o burguesa, u otra) con ciertas características objetivas (en sí) por ejemplo ser una clase explotada, subalterna, por una parte, y por otra parte una clase consciente de sí misma como clase. La sugerencia aquí es que una clase o cualquier grupo humano puede llegar a ser consciente de si misma como clase o grupo para sí por las prácticas solidarias. Otros autores, por ejemplo Jean-Paul Sartre en su Critica de la Razón Dialéctica recalcan más la formación de una clase consciente de sí misma como clase a través de luchas y peligros comunes. Pero construyen más que eso. Las prácticas solidarias obedecen a otras lógicas que no son la lógica del lucro. Dicho de otra manera, sus lógicas no son la lógica de la acumulación de capital. Escribe Marx: “Con la acumulación de capital se desarrolla el modo de producción específicamente capitalista, y con el modo de producción específicamente capitalista se desarrolla la acumulación de capital.   … Cada acumulación llega a ser un medio para hacer una nueva acumulación. ” Capital libro uno, capitulo 23, sección ii. (traducción mía) Posteriormente en el segundo tomo de Capital Marx explica la acumulación con diagramas como D → M → …..P … M’ → D’ Todo comienza con D, Dinero. Con dinero el capitalista compra M, mercancías, notablemente la mercancía que es el trabajo de los trabajadores y también aquellas mercancías que son los otros insumos de la producción. P la producción ocupa el trabajo para transformar M en M’. M’ es también mercancía, pero es mercancía con valor agregado. Ahora con su valor agregado se puede vender M’ para conseguir D’ D’ es una suma mayor de dinero. De este diagrama se puede desprender tres cosas: primero todo parte con el avance del dinero, y sin el avance de dinero nada pasa. Segundo el objetivo del proceso entero es partir con dinero y terminar con más dinero. Tercero, una vez realizada una primera acumulación, se puede reinvertir D’ para conseguir D’’ y luego D’’’, así sucesivamente acumulando cada vez mas dinero. En la medida en que lógicas alternativas se crezcan y se suman, la seguridad económica de todas las personas depende menos de la rentabilidad de las inversiones de algunas personas. Trae la consecuencia que la vida depende menos de la lógica del lucro. El pan diario de todos depende menos de la continuidad del flujo de ganancias hacia los dueños de los medios de producción. Pero las consecuencias que traen son más que eso. Lo que Bowles y Gintis llaman “el poder de salida del capital” pierde algo de su poder. Samuel Bowles and Herbert Gintis, Democracy and Capitalism, New York: Basic Books, 1986. Casi las mismas ideas se encuentran en Ellen Meiksins Wood, Democracia contra Capitalismo. Buenos Aires: Alianza, 2002. La sociedad llega a ser un poco más capaz de negociar con el capital en condiciones de paridad de fuerzas. Se acerca unos pasos más la época cuando la gobernanza democrática de las instituciones económicas será una realidad y no meramente un sueño. Con cada auge de las prácticas solidarias la amenaza de fuga de capitales llega a ser una amenaza menos amenazante. El pueblo cuenta con unos pocos recursos más para resistir las exigencias del capital porque tiene unas cuantas más alternativas. Cuenta con mayor dignidad y mayor resiliencia. Las prácticas solidarias ya son cambios estructurales.