Academia.eduAcademia.edu

LOS PADRES Y EL RENDIMIENTO ESCOLAR

Se presenta una breve visión en torno al tema del título, desde mi trabajo como Psicóloga Escolar. Los actores, los factores y las soluciones posibles. Las observaciones de mi experiencia fueron concretadas en encuesta abierta, anónima y por escrito, con 28 estudiantes de más altas calificaciones en sus grupos escolares y 27 de más bajas calificaciones en sus grupos escolares. Sus edades fueron entre los 9 y los 16 años. A. ¿SON SOLO CALIFICACIONES? Estudiar y aprender es útil y valioso. Pero puede presentar dificultades. Lo que nos recuerda que la vida es bella pero no fácil. En una entrega de calificativos escolares el foco no son los números. Es un acto que involucra a personas. O sea, envuelve sentimientos. Sentimientos que necesitan ser tratados con cuidado y responsabilidad, porque de ese tratamiento puede obtenerse bien o mal. B. ESTUDIO, APRENDIZAJE Y RENDIMIENTO Son procesos asociados, pero no automáticos. Cuentan, por lo menos, con tres factores importantes: la escuela, el estudiante y la familia. Aunque el "actor" central es el estudiante porque siempre las miradas se posan sobre él, cada vez más los otros dos factores han tomado su lugar al analizar el proceso.

LOS PADRES Y EL RENDIMIENTO ESCOLAR Martha A. Sialer Ch., Psicóloga Se presenta una breve visión en torno al tema del título, desde mi trabajo como Psicóloga Escolar. Los actores, los factores y las soluciones posibles. Las observaciones de mi experiencia fueron concretadas en encuesta abierta, anónima y por escrito, con 28 estudiantes de más altas calificaciones en sus grupos escolares y 27 de más bajas calificaciones en sus grupos escolares. Sus edades fueron entre los 9 y los 16 años. A. ¿SON SOLO CALIFICACIONES? Estudiar y aprender es útil y valioso. Pero puede presentar dificultades. Lo que nos recuerda que la vida es bella pero no fácil. En una entrega de calificativos escolares el foco no son los números. Es un acto que involucra a personas. O sea, envuelve sentimientos. Sentimientos que necesitan ser tratados con cuidado y responsabilidad, porque de ese tratamiento puede obtenerse bien o mal. B. ESTUDIO, APRENDIZAJE Y RENDIMIENTO Son procesos asociados, pero no automáticos. Cuentan, por lo menos, con tres factores importantes: la escuela, el estudiante y la familia. Aunque el “actor” central es el estudiante porque siempre las miradas se posan sobre él, cada vez más los otros dos factores han tomado su lugar al analizar el proceso. C. EL ESTUDIANTE Cuando pensamos en el estudiante inmediatamente lo asociamos a palabras claves: ESFUERZO: que le mantiene la perseverancia indispensable en cualquier trabajo. HÁBITOS: que son los que le complican o facilitan la vida de estudio. Resultan más decisivos que un C.I., que suele ser normal en la mayoría de los estudiantes. CARÁCTER: que es el que lo sostiene. HABILIDADES: que va desarrollando, concretando así su capacidad en formas visibles y medibles, por lo que muchas veces se les confunde con la capacidad general intelectual, haciendo sufrir a no pocos, que al dudar de sus habilidades, dudan de su capacidad. D. REACCIONES PATERNAS ante el hijo y su rendimiento Para que una reacción paterna ante el rendimiento escolar sea útil y no una agresión y pérdida de tiempo necesita, debe, enfocarse en REFORZAR los hábitos, el carácter y las habilidades del hijo. Cualquier otra reacción que no lo haga es energía perdida, oportunidad perdida y maltrato, no ayuda. E. REACCIONES PATERNAS ANTE ALTAS CALIFICACIONES Por lo que sabemos por los propios hijos son: 1. FELICITAR. Reaccionar reconociendo y valorando. 2. EXPRESAR SATISFACCIÓN Y CONFIANZA. Reaccionar emocionalmente de manera positiva. 3. MOSTRAR ALEGRÍA. Concretar la emoción positiva diciéndole al hijo frases como “me haces feliz”. 4. VERBALIZAR APOYO POR EL ESFUERZO DEL HIJO. Lo reconocen, lo apoyan y admiran esa capacidad del hijo. 5. MOSTRAR CARIÑO. Hacer demostraciones físicas de afecto. 6. DAR UN REGALO. Generalmente los estudiantes lo sienten como sustituto de las muestras de cariño físico, aunque reconocen que les gusta y los refuerza. 7. DAR ALGUNA RECOMPENSA. Son “ganancias” extras, como facilidades, dinero o privilegios. Y los estudiantes están de acuerdo y satisfechos con estas reacciones paternas, aunque hay grupos (un 20% en cada grupo) que esperan más valoración de su esfuerzo, más muestras de satisfacción con sus logros y alguna recompensa o regalo. Les desagrada el que los padres parezcan pensar que solo han cumplido con su obligación de estudiar y rendir. F. REACCIONES PATERNAS ANTE BAJAS CALIFICACIONES. • Por los propios hijos sabemos que son: 1. CASTIGAR. Lo que significa desaprobación, sin señalar ninguna salida resolutiva. Suele ir con quejas y recriminaciones, sin ninguna reflexión al respecto que oriente hacia una solución. 2. DECIR “ESTUDIA”. Que no ayuda porque el hijo lo entiende como “Eres un flojo”. No está mal aconsejar estudiar más o mejor pero no ayuda si no se conoce los errores del hijo al estudiar o sus limitaciones. 3. GRITAR. Rechazarlos, humillarlos, agredirlos. 4. REGAÑAR. Que no es la palabra ofensiva de la grita, pero sí desaprobatoria, expresión de la frustración paterna, sin dar ninguna orientación. 6. INDIFERENCIA. Sentida como muy humillante. Es como ser descalificado con un “Tú no existes”. 6. AMENAZAR. Como si por asustar al hijo él pudiera rendir mejor. 7. NO HABLARLE. Otra forma de agresión. 8. PEGAR. Agresión física. Y lo que los estudiantes de bajo rendimiento quisieran es: 1. Ayuda para estudiar. Piden apoyo, piden cercanía, piden buen trato, piden ser tomados en cuenta. 2. Consejos y paciencia. Reconocen que no están haciendo bien su trabajo, esperan una ayuda efectiva y comprendan que les puede tomar tiempo recuperarse. 3. Ánimos. Para esforzarse, que crean en su capacidad, que se interesen por ellos. 4. No ser castigados porque eso los desmotiva más. Aunque algunos estudiantes están resignados a lo que les digan o hagan, y a que no les digan nada. Y otros esperan que sus padres busquen a los profesores, generalmente como una manera de evadir su propia responsabilidad y trasladarla a los maestros. G. ¿QUÉ HACER? Soluciones siempre hay. No mágicas, pero sí efectivas si se trabaja en ellas. Padres e hijos necesitan perseverancia para superar esta situación, no solo los hijos. Lo primero. Desterrar de la mente de padres e hijos dos ideas falsas y limitantes: “No se puede hacer nada más” y “Lo que me sucede no depende de mí”. Falsas porque, por lo general, salvo contadas excepciones, siempre puede hacerse algo. Como se dice: lo único que no tiene arreglo es la muerte. Limitantes porque si las creemos nos sentaremos a lamentarnos y no conseguiremos nada. Hasta los milagros hay que pedirlos. Limitantes porque nuestra conducta (aprender por medio del estudio es una conducta) sí depende de nosotros. La excepción son los comportamientos reactivos instantáneos, que no son propiamente conducta humana, hasta los animales los tienen. Si no tuviéramos capacidad alguna para influir en lo que nos sucede, estaríamos literalmente- muertos. Lo segundo. • Hablar con los hijos, para felicitar o analizar la situación. Es importante revisar si el bajo rendimiento es casi general o se concreta a un solo curso. En este último caso bastaría con una ayuda para nivelar lo que lo limita. • Expresar con claridad los sentimientos de aprobación o no, pero sobre la conducta de estudiar y los calificativos escolares, que son su resultado. Que no sea una valoración del hijo como persona. Ni triunfalismos al felicitar ni derrotismos al analizar. • Mostrar que se practica el esfuerzo y la perseverancia en su vida diaria. ¿De dónde, si no, los van a aprender sus hijos? • Y cualquier otra reacción que tomen, tómenla pensando en el beneficio de su hijo y de todos. Que no sea solamente una expresión de su enfado, de su frustración. Lo tercero, pero importante. Hay un tema que suele olvidarse: la lectura. Un alumno que no logra leer con fluidez no podrá usar esta herramienta para estudiar y aprender. Estará más preocupado por descifrar las letras y sílabas que por comprender lo que lee. Y sin comprensión lectora no puede haber estudio. No se confíen en las apariencias ni en el hecho de que su hijo ya no está en los primeros grados. Comprender no es tan sencillo ni se supone que ocurra porque se hace una lectura más o menos de corrido. Existen excelentes pruebas de lectura y comprensión lectora, por edad y grado de estudio. Sirven para saber qué nivelar. Por otra parte, sabido es que el rendimiento escolar está más asociado a hábitos de estudio/trabajo que a nivel intelectual. Con la excepción de los casos de deficiencia mental definida. O los casos de perturbaciones socio-emocionales serias. Y que los hábitos se forman con tiempo, repetición y recompensa. Involucran el ejemplo visto, el refuerzo familiar y el carácter personal. Si el colegio de su hijo no lo ha hecho, pídale que evalúen el carácter de su hijo y sus hábitos de estudio/trabajo. Debería hacerse para todos los alumnos. Se hace con pruebas que son sencillas de aplicar y bastante útiles. Con los resultados, que le entregarán al alumno y a los padres, junto con observaciones y recomendaciones generales, podrán empezar a andar por el camino de la recuperación. Pero no lo olviden, los que van a caminar son ustedes, no se lo pueden exigir al colegio. Vale el esfuerzo que harán, vale y mucho. ………………………………………………………………. Enero, 2022