2021
Estudio Económico
de América Latina y el Caribe
Dinámica laboral y políticas de empleo para
una recuperación sostenible e inclusiva
más allá de la crisis del COVID-19
Gracias por su interés en esta
publicación de la CEPAL
Publicaciones
de la CEPAL
Si desea recibir información oportuna sobre nuestros productos
editoriales y actividades, le invitamos a registrarse. Podrá definir sus
áreas de interés y acceder a nuestros productos en otros formatos.
Deseo registrarme
www.cepal.org/es/publications
facebook.com/publicacionesdelacepal
Publicaciones
www.cepal.org/apps
2021
Estudio Económico
de América Latina y el Caribe
Dinámica laboral y políticas de empleo para
una recuperación sostenible e inclusiva
más allá de la crisis del COVID-19
2
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Resumen ejecutivo
Alicia Bárcena
Secretaria Ejecutiva
Mario Cimoli
Secretario Ejecutivo Adjunto
Raúl García-Buchaca
Secretario Ejecutivo Adjunto
para Administración y Análisis de Programas
Daniel Titelman
Director de la División de Desarrollo Económico
Sally Shaw
Oficial a Cargo de la División de Documentos y Publicaciones
El Estudio Económico de América Latina y el Caribe es un documento anual de la División de Desarrollo Económico de la Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL). La elaboración de la edición de 2021 estuvo encabezada por Daniel Titelman, Director de la División, y la
coordinación estuvo a cargo de Daniel Titelman y Ramón Pineda Salazar.
Se recibieron aportes y comentarios de Alicia Bárcena, Mario Cimoli y Vianka Aliaga, y se contó con la colaboración de la División de Estadísticas,
la División de Comercio Internacional e Integración, la División de Asuntos de Género, las sedes subregionales de la CEPAL en Ciudad de México y
Puerto España, y las oficinas nacionales de la Comisión en Bogotá, Brasilia, Buenos Aires, Montevideo y Washington, D.C.
Las secciones del primer capítulo, “Panorama regional”, se basan en insumos preparados por los siguientes expertos: Cecilia Vera, Albert Bredt,
Pablo Carvallo y José Antonio Sánchez (tendencias de la economía mundial y sector externo), Esteban Pérez-Caldentey y Francisco Villareal (liquidez
global), Claudio Aravena (actividad económica), Sonia Gontero y Claudio Aravena (empleo y salarios), Ramón Pineda Salazar y Alejandra Acevedo
(precios), Noel Pérez Benítez, Michael Hanni, Ivonne González y Jean Baptiste Carpentier (política fiscal), Ramón Pineda Salazar, Alejandra Acevedo,
Christine Carton, Franciss Peñaloza y José Antonio Sánchez (políticas monetaria, cambiaria y macroprudencial), Cecilia Vera, Claudio Aravena, Pablo
Carvallo y Albert Klein (proyecciones económicas), con la colaboración de las sedes subregionales y las oficinas nacionales.
Los capítulos de la segunda parte, “Dinámica laboral y políticas de empleo para una recuperación sostenible e inclusiva más allá de la crisis del
COVID-19”, fueron coordinados por Daniel Titelman, Sonia Gontero y Ramón Pineda Salazar. En su elaboración participaron Claudio Aravena,
Sonia Gontero, Ramón Pineda Salazar y Jürgen Weller, y se contó con la colaboración de Sonia Albornoz, Emanuel Menendez, las sedes
subregionales y las oficinas nacionales de la CEPAL. Además, se emplearon materiales preparados por Cristina Fernández, Matías Gómez, Angel
Martín Caballero, Jesisbé Mejía, Javiera Ravest, María Eugenia Rodríguez, Juan Manuel Salazar-Xirinachs, Evelyn Vezza y Omar Zambrano.
Las notas sobre los países fueron elaboradas por los siguientes expertos: Alejandra Acevedo, Olga Lucía Acosta, Sonia Albornoz, Dillon Alleyne,
Anahí Amar, Claudio Aravena, Albert Bredt, Christine Carton, Pablo Carvallo, Martín Cherkasky, Georgina Cipoletta, Lia Fain, A. Randolph Gilbert,
Sonia Gontero, Enrique González, Camila Gramkow, Michael Hanni, Michael Hendrickson, Albert Klein, Álvaro Lalanne, Jesús López, Sara Lynn,
Sheldon McLean, Carlos Mussi, Roberto Orozco, Ramón Padilla, Machel Pantin, Franciss Peñaloza, Juan Pérez, Noel Pérez Benítez, Esteban
Pérez-Caldentey, Ramón Pineda Salazar, José Porcile, Juan Carlos Rivas, Indira Romero, José Antonio Sánchez, Jesús Santamaría, Nyasha
Skerrette, Juan Guillermo Valderrama, Cecilia Vera, Francisco Villarreal y Sheng Zhao. Sonia Albornoz estuvo a cargo del anexo estadístico.
Publicación de las Naciones Unidas
ISBN: 978-92-1-122074-2
(versión impresa)
ISBN: 978-92-1-005566-6
(versión pdf)
ISBN: 978-92-1-358309-8
(versión ePub)
Número de venta: S.21.II.G.2
Notas explicativas
- Los tres puntos (...) indican que los datos faltan, no constan por separado o no están disponibles.
-
La raya (-) indica que la cantidad es nula o despreciable.
La coma (,) se usa para separar los decimales.
La palabra “dólares” se refiere a dólares de los Estados Unidos, salvo cuando se indique lo contrario.
La barra (/) puesta entre cifras que expresen años (por ejemplo, 2013/2014) indica que la información corresponde a un período de
12 meses que no necesariamente coincide con el año calendario.
- Debido a que a veces se redondean las cifras, los datos parciales y los porcentajes presentados en los cuadros no siempre suman el total
correspondiente.
LC/PUB.2021/10-P
Distribución: G
Copyright © Naciones Unidas, 2021
Todos los derechos reservados
Impreso en Naciones Unidas, Santiago
S.21-00393
Esta publicación debe citarse como: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Estudio Económico de América Latina y
el Caribe, 2021 (LC/PUB.2021/10-P), Santiago, 2021.
La autorización para reproducir total o parcialmente esta obra debe solicitarse a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),
División de Documentos y Publicaciones,
[email protected]. Los Estados Miembros de las Naciones Unidas y sus instituciones
gubernamentales pueden reproducir esta obra sin autorización previa. Solo se les solicita que mencionen la fuente e informen a la CEPAL
de tal reproducción.
ÍNDICE
Presentación............................................................................................................................................................. 13
Resumen ejecutivo .................................................................................................................................................. 15
Parte I
Situación económica y perspectivas para 2021 y 2022 ..................................................................................... 27
Capítulo I
Panorama regional .................................................................................................................................................. 29
A. El contexto internacional ................................................................................................................................ 31
1. La pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) ha puesto de manifiesto
las asimetrías existentes en la capacidad de respuesta de los distintos
países ante la crisis ................................................................................................................................. 31
2. Después de que en 2020 la economía mundial sufriera la peor caída en décadas (-3,2%),
el crecimiento esperado para 2021 es de casi un 6% ............................................................................ 32
3. Tras la caída del 5,4% sufrida en 2020, el volumen de comercio mundial logra una dinámica
recuperación y para 2021 la Organización Mundial del Comercio (OMC) espera
un crecimiento del 8% ............................................................................................................................. 33
4. La recuperación del comercio se acompaña del aumento de los precios de los productos
básicos, que en 2021 serían un 38% más altos, en promedio ................................................................ 35
5. En lo que va del año, los mercados financieros se han visto favorecidos por la mejora
de la actividad económica mundial, los mayores estímulos fiscales en los diferentes
países y los avances en el control de la pandemia y en el proceso de vacunación,
sobre todo en los Estados Unidos y Europa............................................................................................. 36
6. En los países desarrollados se han registrado mayores tasas de inflación que han tenido
su contraparte en el aumento de las tasas de rendimiento de los bonos soberanos
de largo plazo de los países considerados como refugio, principalmente
los Estados Unidos ................................................................................................................................... 38
B. La evolución de la liquidez a nivel global ....................................................................................................... 40
1. En 2021 los países desarrollados redoblaron sus esfuerzos para aumentar la liquidez a través
de la continua expansión de las hojas de balance de los bancos centrales .......................................... 40
2. El aumento de las hojas de balance ha permitido sostener una política fiscal fuertemente expansiva ...... 41
3. La política monetaria ha beneficiado al mercado de valores y a los mercados de bonos,
que han consolidado su posición como principales proveedores de liquidez internacional ...................... 42
4. El contexto monetario y financiero internacional ha permitido un comportamiento anticíclico
del mercado de capitales internacional durante la pandemia ................................................................ 45
5. La contrapartida de la mayor importancia del mercado de capitales privado ha sido
el aumento de la deuda externa .............................................................................................................. 46
6. La deuda del sector corporativo no financiero también ha tendido al alza ............................................ 48
7. Los efectos de la pandemia podrían aumentar la fragilidad financiera de las empresas,
así como la proporción de empresas con deuda en riesgo ..................................................................... 49
8. Propuestas para aumentar la liquidez global .......................................................................................... 50
C. El sector externo ............................................................................................................................................. 53
1. Tras exhibir un pequeño superávit en 2020 —algo que no se producía desde 2007—, el saldo
de la cuenta corriente de la balanza de pagos pasaría nuevamente a ser deficitario en 2021,
aunque en una magnitud mucho menor que el promedio de la década anterior a la crisis ................... 53
2. Se espera que el superávit de la balanza de bienes se reduzca en 2021, producto
de un mayor crecimiento de las importaciones que de las exportaciones ............................................. 54
3. Se espera que los términos de intercambio mejoren este año, en promedio, para América Latina,
aunque las economías del Caribe y de Centroamérica se verían perjudicadas por el aumento
del precio de la energía.................................................................................................................................................56
4. Se espera que el déficit de servicios empeore en 2021, debido a que continúan las restricciones
al turismo internacional y a que las importaciones de transporte y otros servicios se recuperarían,
en consonancia con el rebote de la actividad ......................................................................................... 57
5. El déficit de la balanza de renta aumentaría en 2021, a medida que se incrementan las ganancias
de las empresas extranjeras, mientras que la balanza de transferencias, compuesta principalmente
por el rubro de remesas, sería más superavitaria en 2021 .......................................................................... 57
6. En línea con las mejores condiciones económicas mundiales y la menor aversión al riesgo,
se ha registrado un repunte en los flujos financieros hacia la región ............................................................59
7. Las emisiones de deuda en los mercados internacionales por parte de la región continúan
aumentando en 2021, con una fuerte aceleración en el segmento corporativo ..................................... 62
8. El riesgo soberano de los países de la región se reduce y se aproxima a los niveles previos
a la pandemia........................................................................................................................................... 64
4
Índice
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
D. El desempeño interno ..................................................................................................................................... 66
1. La prolongación de la pandemia y su intensificación en los primeros meses de 2021 han impedido
recuperar con fuerza el nivel de la actividad económica ........................................................................ 66
2. La crisis del COVID-19 se ha caracterizado tanto por un choque de oferta como de demanda,
lo que ha provocado caídas de la actividad, del nivel de ocupados y de los salarios reales ................. 68
3. El impacto económico del COVID-19 depende tanto de la intensidad de la caída de la actividad
como de la duración de la crisis, y existe una elevada heterogeneidad por ramas
de actividad en ambas variables ............................................................................................................. 68
4. El consumo mantiene tasas de crecimiento negativas y la inversión es el único componente
del gasto que contribuye al crecimiento del PIB ..................................................................................... 69
5. Tras el fuerte descenso registrado en el primer semestre de 2020, la inflación ha tendido a aumentar........ 71
6. El repunte observado en la inflación general refleja fundamentalmente el importante incremento
de la inflación no subyacente, en especial en el rubro de los alimentos, mientras que la inflación
subyacente se mantiene por debajo de sus niveles precrisis ................................................................. 74
7. Durante el primer trimestre de 2021 se recuperaron los principales indicadores laborales, pero aún
no han alcanzado los niveles previos a la pandemia, y se ha profundizado la brecha de género ......... 76
8. La recuperación del empleo sectorial ha sido dispar: mientras la construcción ha recuperado
sus niveles previos de empleo, los sectores asociados al alojamiento y los restaurantes
aún muestran una fuerte contracción.............................................................................................................78
9. La recuperación es más rápida en los trabajos de menor calidad .......................................................... 78
10. En el contexto de la gran pérdida de empleo informal y entre trabajadores de menor nivel
educativo se evidencian las limitaciones de indicadores de la calidad del empleo como
la tasa de informalidad y los salarios reales ........................................................................................... 81
11. Perspectivas ............................................................................................................................................. 83
E. Las políticas macroeconómicas ...................................................................................................................... 84
1. La recaudación tributaria se ha reactivado en 2021, aunque persiste el contexto
de incertidumbre ...................................................................................................................................... 84
2. Según las proyecciones oficiales, en general, se prevé una contracción de
las erogaciones públicas.......................................................................................................................... 87
3. Los balances fiscales en América Latina mejorarían en un contexto de mayores ingresos
públicos y una contracción del gasto total .............................................................................................. 91
4. La deuda pública se mantiene en niveles históricamente altos ............................................................. 93
5. Desde la llegada de la pandemia a la región, las autoridades monetarias han adoptado un enfoque
pragmático para impulsar políticas expansivas, pero el espacio para mantener este tipo de políticas
durante el proceso de recuperación podría estar disminuyendo ............................................................ 96
6. La reducción experimentada por la inflación en 2020 permitió a los bancos centrales de la región
adoptar medidas convencionales y no convencionales para estimular la demanda agregada,
pero el reciente aumento de la inflación ha reducido el espacio para sostener estas políticas y,
en algunos países, las tasas de política se han incrementado en 2021 ................................................. 97
7. Tras un acelerado ritmo de expansión de los agregados monetarios en 2020, este dinamismo
se ha moderado en 2021.......................................................................................................................... 99
8. Los impulsos monetarios provocaron una caída de tasas de interés activas a lo largo de la región
y una recuperación del crédito durante el segundo trimestre de 2020, pero este efecto
se ha diluido en el tiempo...................................................................................................................... 100
9. En 2020, la mayor volatilidad de los mercados financieros internacionales se expresó
en significativas fluctuaciones en los tipos de cambio de la región .................................................... 102
10. Desde el inicio de la crisis, el manejo de las reservas internacionales ha sido fundamental
para preservar el espacio de la política monetaria y la estabilidad macrofinanciera
de las economías de la región ............................................................................................................... 105
11. Las medidas macroprudenciales y de regulación de los flujos de capital se han convertido
en uno de los principales instrumentos empleados por las autoridades monetarias de la región
para atenuar los riesgos macrofinancieros derivados de la crisis sanitaria, respaldar
la postura expansiva de la política económica y atenuar la volatilidad cambiaria .............................. 106
F. Perspectivas para América Latina y el Caribe en 2021 y 2022 .................................................................... 108
1. La proyección de crecimiento de 2021 para América Latina y el Caribe se ha revisado al alza,
a un 5,9%, y para 2022 se proyecta una desaceleración del crecimiento, que llegaría al 2,9% ......... 108
Bibliografía .......................................................................................................................................................... 111
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Parte II
Dinámica laboral y políticas de empleo para una recuperación sostenible e inclusiva
más allá de la crisis del COVID-19 ..............................................................................................................................115
Introducción ......................................................................................................................................................... 117
Capítulo II
Impacto de la crisis del COVID-19 en los mercados de trabajo en América Latina y el Caribe:
una comparación con crisis anteriores ............................................................................................................. 119
Introducción ......................................................................................................................................................... 121
A. En 2020, el COVID-19 desencadenó la mayor crisis que han experimentado los mercados laborales
de América Latina y el Caribe desde 1950 ................................................................................................... 122
1. A nivel mundial, los mercados laborales de América Latina y el Caribe fueron los más afectados
por la crisis generada por el COVID-19 ................................................................................................. 123
2. La crisis del COVID-19 afectó a la región en un momento de bajo crecimiento del empleo
y desencadenó la primera contracción del número de ocupados desde 1950 ..................................... 124
3. La crisis provocada por el COVID-19 ha sido la más generalizada que ha experimentado
la región en las últimas siete décadas .................................................................................................. 126
4. Si bien la caída de la actividad ha sido generalizada, las mayores contracciones se han registrado
en aquellas áreas donde se concentra el empleo ................................................................................. 126
5. La crisis del COVID-19 y las restricciones adoptadas para combatir la propagación del virus
provocaron una fuerte caída de los niveles de participación ................................................................ 128
6. En 2020, la tasa de desocupación regional alcanzó su nivel más elevado desde 1990 ....................... 129
7. A diferencia de lo ocurrido en crisis anteriores, el empleo informal no actuó como amortiguador
en el mercado laboral, sino que, por el contrario, experimentó mayores fluctuaciones
que el empleo formal ............................................................................................................................. 130
B. La recuperación del mercado laboral será lenta y, pese a que se espera una mejora en 2021,
los niveles de empleo y participación serán inferiores a los de 2019 ......................................................... 134
1. La crisis del COVID-19 podría acelerar el proceso de cambio estructural que se venía
observando en los mercados laborales en la región ............................................................................ 136
2. Las tasas de desocupación se incrementarán de manera sostenida en los próximos años,
lo que refleja insuficiencias en la generación de empleo en la región ................................................ 137
3. Si bien el número de ocupados muestra una recuperación, la calidad del empleo
se ha deteriorado y se ha observado un descenso del salario real en la región .................................. 138
C. Conclusiones ................................................................................................................................................. 142
Bibliografía .......................................................................................................................................................... 143
Capítulo III
Impacto de la crisis del COVID-19 en la inserción laboral de mujeres y jóvenes ............................................ 145
Introducción ......................................................................................................................................................... 147
A. Impacto del COVID-19 en la inclusión laboral de las mujeres ..................................................................... 147
1. En América Latina, la participación laboral femenina ha aumentado gradualmente
desde la década de 1990 hasta 2019, aunque aún existen brechas significativas ........................................147
2. En 2020, la pandemia de COVID-19 produjo una fuerte caída de la ocupación
y la participación laboral femenina ...................................................................................................... 152
3. La creación de oportunidades de empleo con igualdad de género debe estar en el centro
de la estrategia de desarrollo para lograr una recuperación con bases más sólidas .......................... 160
B. Impacto del COVID-19 en la inclusión laboral de los jóvenes ...................................................................... 161
1. Aunque el crecimiento de la población joven se ha desacelerado, esta continuará representando
una proporción significativa de la población total ................................................................................ 161
2. Si bien la escolaridad promedio de los jóvenes ha aumentado, su plena inserción en el mercado
laboral es lenta y dificultosa.................................................................................................................. 162
3. La tasa de desocupación entre los jóvenes que participan en el mercado laboral es tres veces
superior a la de los adultos, y una elevada proporción de ellos trabaja en el sector informal ............ 162
4. En 2020, la pandemia tuvo un efecto desproporcionadamente fuerte en los jóvenes ......................... 166
5. Múltiples factores limitan la plena inserción laboral de los jóvenes en la región ............................... 171
Bibliografía .......................................................................................................................................................... 173
Capítulo IV
Las nuevas tecnologías y los desafíos del futuro del trabajo en América Latina y el Caribe .................. 177
Introducción ......................................................................................................................................................... 179
A. El riesgo de sustitución tecnológica del trabajo........................................................................................... 180
Índice
5
6
Índice
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
B.
C.
D.
E.
La generación de nuevas ocupaciones y nuevos empleos ........................................................................... 184
Transformaciones de ocupaciones y empleos .............................................................................................. 186
La visión integrada ........................................................................................................................................ 188
Nuevos modelos de negocio y generación de empleo: el trabajo en plataformas digitales ....................... 191
1. El trabajo en plataformas digitales incumple los criterios del trabajo decente ................................... 192
2. Durante la pandemia aumentó el trabajo en plataformas digitales ..................................................... 195
F. Las perspectivas del trabajo remoto en la región ........................................................................................ 197
1. La pandemia incentivó un mayor uso del teletrabajo, pero el acceso a esta modalidad es desigual ...... 198
2. Las perspectivas del teletrabajo y la necesidad de su regulación ........................................................ 202
G. Conclusiones ................................................................................................................................................. 204
Bibliografía .......................................................................................................................................................... 206
Anexo IV.A1 ......................................................................................................................................................... 211
Anexo IV.A2 ......................................................................................................................................................... 212
Anexo IV.A3 ......................................................................................................................................................... 215
Capítulo V
Síntesis y desafíos de políticas para una recuperación transformadora con empleo .............................. 217
Introducción ......................................................................................................................................................... 219
A. Políticas adoptadas para proteger el empleo en el contexto de la crisis desencadenada por el COVID-19 ........ 219
1. Políticas laborales de protección del empleo y programas especiales de creación de empleo ........... 219
2. Políticas fiscales y crediticias de apoyo al aparato productivo ............................................................ 221
B. Las autoridades de la región también establecieron políticas específicas para proteger las condiciones
laborales de las mujeres y los jóvenes, dos de los grupos más afectados por la crisis .............................. 225
C. Es necesario cerrar la brecha digital y mejorar la regulación para enfrentar los retos que plantean
los procesos de innovación y automatización en los mercados laborales de la región .............................. 228
1. Para fomentar procesos laborales inclusivos, es necesario adecuar las regulaciones
del mercado laboral ............................................................................................................................... 228
2. Otros retos asociados a la innovación y automatización de los procesos productivos ........................ 229
Bibliografía .......................................................................................................................................................... 231
Anexo estadístico...........................................................................................................................................................233
Publicaciones recientes de la CEPAL ................................................................................................................ 273
Cuadros
Cuadro I.1
Cuadro I.2
Cuadro I.3
Cuadro I.4
Cuadro I.5
Cuadro I.6
Cuadro I.7
Cuadro I.8
Cuadro I.9
Cuadro I.10
Cuadro I.11
Cuadro I.12
Cuadro I.13
Variación interanual proyectada de los precios internacionales de los productos básicos, 2021.......................... 35
Regiones del mundo en desarrollo: emisiones brutas de deuda por sector institucional,
2018 a primer trimestre de 2021............................................................................................................................. 45
Indicadores de la deuda externa de los mercados emergentes y las economías en desarrollo,
2019-2020 ................................................................................................................................................................ 46
Calificaciones crediticias de riesgo para determinadas regiones en desarrollo, 2021 ........................................ 47
América Latina (países seleccionados): proporción de empresas y de deuda de empresas
con coeficiente de cobertura de interés igual o menor que 1, 2020 ..................................................................... 50
América Latina: emisiones de deuda en mercados internacionales, por sector, total de 2020
y primer semestre de 2021...................................................................................................................................... 62
América Latina: emisiones soberanas de deuda ................................................................................................... 63
América Latina: índice de riesgo soberano medido por el índice de bonos de mercados emergentes
de J.P. Morgan (EMBI), 2018-2021 ......................................................................................................................... 64
América Latina y el Caribe: tasas de variación interanual del índice de precios al consumidor (IPC),
diciembre de 2019 a abril de 2021 ......................................................................................................................... 72
América Latina (15 países): variación interanual de la recaudación tributaria y los ingresos por el impuesto
sobre el valor agregado de los gobiernos centrales a precios constantes, enero-junio de 2020 y 2021 ............ 85
América Latina (4 países): variación interanual y nivel de los ingresos fiscales provenientes
de recursos naturales no renovables a precios constantes, enero-junio de 2019, 2020 y 2021 ......................... 86
El Caribe (6 países): variación interanual de la recaudación tributaria y los ingresos por el impuesto sobre
el valor agregado de los gobiernos centrales a precios constantes, enero-marzo de 2020 y 2021 .................... 87
América Latina (14 países): variación interanual y nivel de las erogaciones por concepto de transferencias
corrientes y subsidios a precios constantes, enero-junio de 2019, 2020 y 2021 ................................................. 89
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Cuadro I.14 América Latina y el Caribe (países seleccionados): variación interanual del crédito interno real
al sector privado, primer trimestre de 2020 a segundo trimestre de 2021 ......................................................... 101
Cuadro I.15 América Latina y el Caribe (países seleccionados): variación del tipo de cambio nominal respecto
del dólar, primer trimestre de 2019 a segundo trimestre de 2021 ...................................................................... 104
Cuadro II.1 América Latina y el Caribe: variación de la relación del número de ocupados respecto
a la población total, 1950-2019.......................................................................................................................................... 125
Cuadro II.2 América Latina y el Caribe: indicadores laborales totales y por sexo, 2019-2021 ............................................. 135
Cuadro V.1 América Latina y el Caribe: principales medidas adoptadas para sostener el empleo en el contexto
de la crisis generada por la pandemia de COVID-19, 2020-2021 ........................................................................ 220
Cuadro V.2 América Latina y el Caribe: principales medidas adoptadas para sostener el aparato productivo
en el contexto de la crisis generada por la pandemia de COVID-19, 2020-2021 ............................................... 222
Cuadro V.3 América Latina y el Caribe: otras políticas de protección social para los hogares adoptadas
en el contexto de la crisis generada por la pandemia de COVID-19, 2020-2021 ............................................... 224
Cuadro V.4 América Latina y el Caribe: medidas complementarias para apoyar el empleo y el ingreso de mujeres
y jóvenes adoptadas en el contexto de la crisis generada por la pandemia de COVID-19, 2020-2021 ............ 226
Cuadro A.1 América Latina y el Caribe: principales indicadores económicos ....................................................................... 235
Cuadro A.2 América Latina y el Caribe: producto interno bruto en millones de dólares ....................................................... 236
Cuadro A.3 América Latina y el Caribe: producto interno bruto en tasas anuales de variación ........................................... 237
Cuadro A.4 América Latina y el Caribe: producto interno bruto por habitante ...................................................................... 238
Cuadro A.5 América Latina y el Caribe: producto interno bruto en tasas interanuales de variación ................................... 239
Cuadro A.6 América Latina y el Caribe: formación bruta de capital fijo ................................................................................ 239
Cuadro A.7 América Latina y el Caribe: balanza de pagos ..................................................................................................... 240
Cuadro A.8 América Latina: índices del comercio internacional de bienes ........................................................................... 243
Cuadro A.9 América Latina: exportaciones de bienes, FOB .................................................................................................... 244
Cuadro A.10 América Latina: importaciones de bienes, CIF ..................................................................................................... 244
Cuadro A.11 América Latina: términos de intercambio de bienes FOB/FOB............................................................................ 245
Cuadro A.12 América Latina y el Caribe (países seleccionados): ingresos por remesas de trabajadores emigrados ........... 245
Cuadro A.13 América Latina y el Caribe: transferencia neta de recursos ................................................................................ 246
Cuadro A.14 América Latina y el Caribe: inversión extranjera directa neta............................................................................. 247
Cuadro A.15 América Latina y el Caribe: deuda externa bruta total ........................................................................................ 248
Cuadro A.16 América Latina y el Caribe: diferencial de bonos soberanos EMBI Global ......................................................... 249
Cuadro A.17 América Latina y el Caribe: primas por canje de riesgo soberano de incumplimiento de crédito
a cinco años (CDS) ................................................................................................................................................. 250
Cuadro A.18 América Latina y el Caribe: emisiones internacionales de bonos ....................................................................... 250
Cuadro A.19 América Latina y el Caribe: índices de las bolsas de valores .............................................................................. 251
Cuadro A.20 América Latina y el Caribe: reservas internacionales brutas .............................................................................. 252
Cuadro A.21 América Latina y el Caribe: tipo de cambio real efectivo .................................................................................... 253
Cuadro A.22 América Latina y el Caribe: tasa de participación................................................................................................ 254
Cuadro A.23 America Latina y el Caribe: desocupación nacional por sexo ............................................................................. 256
Cuadro A.24 América Latina y el Caribe: tasa de ocupación .................................................................................................... 258
Cuadro A.25 América Latina y el Caribe: indicadores de empleo registrado ........................................................................... 259
Cuadro A.26 América Latina: indicadores de subempleo por horas ......................................................................................... 259
Cuadro A.27 América Latina: salario medio real ....................................................................................................................... 260
Cuadro A.28 América Latina y el Caribe: indicadores monetarios ........................................................................................... 261
Cuadro A.29 América Latina y el Caribe: crédito interno .......................................................................................................... 264
Cuadro A.30 América Latina y el Caribe: tasa de interés de política monetaria ..................................................................... 265
Cuadro A.31 América Latina y el Caribe: tasas de interés activas representativas ................................................................ 266
Cuadro A.32 América Latina y el Caribe: precios al consumidor .............................................................................................. 267
Cuadro A.33 América Latina y el Caribe: balances fiscales del gobierno central.................................................................... 268
Cuadro A.34 América Latina y el Caribe: composición de los ingresos tributarios del gobierno general .............................. 269
Cuadro A.35 América Latina y el Caribe: ingresos y gastos del gobierno central ................................................................... 270
Cuadro A.36 América Latina y el Caribe: deuda pública bruta del sector público no financiero ............................................ 271
Cuadro A.37 América Latina y el Caribe: deuda pública bruta del gobierno central ............................................................... 272
Índice
7
8
Índice
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Gráficos
Gráfico I.1
Gráfico I.2
Gráfico I.3
Gráfico I.4
Gráfico I.5
Gráfico I.6
Gráfico I.7
Gráfico I.8
Gráfico I.9
Gráfico I.10
Gráfico I.11
Gráfico I.12
Gráfico I.13
Gráfico I.14
Gráfico I.15
Gráfico I.16
Gráfico I.17
Gráfico I.18
Gráfico I.19
Gráfico I.20
Gráfico I.21
Gráfico I.22
Gráfico I.23
Gráfico I.24
Gráfico I.25
Gráfico I.26
Gráfico I.27
Gráfico I.28
Gráfico I.29
Gráfico I.30
Gráfico I.31
Gráfico I.32
Gráfico I.33
Gráfico I.34
Gráfico I.35
Gráfico I.36
Gráfico I.37
Gráfico I.38
Gráfico I.39
Regiones y países seleccionados: tasa de crecimiento del PIB 2020, y proyecciones 2021-2022 ........................ 32
Volumen del comercio mundial............................................................................................................................... 34
Índices de precios internacionales de los productos básicos, enero de 2018 a junio de 2021............................ 35
Cambio mensual del tamaño de la hoja de balance, enero de 2018 a junio de 2021 .......................................... 36
Índice VIX de volatilidad en los mercados financieros, enero de 2020 a julio de 2021 ....................................... 37
Flujo de capitales de cartera de no residentes hacia mercados emergentes, junio de 2019 a junio de 2021 ........... 37
Índices de precios en los mercados accionarios, enero de 2020 a julio de 2021 ................................................. 38
Estados Unidos: rendimiento de los bonos soberanos a diez años, enero de 2018 a julio de 2021.................... 39
Regiones y países seleccionados: tasa de crecimiento de la oferta monetaria ampliada, promedios
anuales sobre la base de datos trimestrales, 2018 a primer trimestre de 2021 .................................................. 40
Estados Unidos: hoja de activos de la Reserva Federal y déficit fiscal del gobierno federal, 2016-2020 ............... 42
América Latina y el Caribe: curva de rendimientos y madurez para la emisión de deuda soberana
clasificada como de alto rendimiento y con grado de inversión, 2017-2019 y 2020 ............................................ 43
Evolución de la tasa de variación de los préstamos transfronterizos y de la emisión en el mercado
internacional de bonos a nivel global, 31 de marzo de 2019 a 31 de diciembre de 2020.................................... 44
Evolución de la tasa de variación de las emisiones en el mercado internacional de bonos,
31 de marzo de 2000 a 31 de diciembre de 2020 .................................................................................................. 46
Países en desarrollo seleccionados: acervo de deuda del sector corporativo no financiero
como proporción del PIB, cuarto trimestre de 2019 y cuarto trimestre de 2020 .................................................. 48
Regiones en desarrollo: tasa de crecimiento de la formación bruta de capital fijo, 2000-2009 y 2010-2019 ........... 50
América Latina (19 países): cuenta corriente de la balanza de pagos, según componentes, 2009-2021................ 53
América Latina y el Caribe (países y grupos de países seleccionados): tasa de variación proyectada
de las exportaciones y las importaciones de bienes, según volumen y precios, 2021 ........................................ 54
América Latina y el Caribe (países y grupos de países seleccionados): tasa de variación de los términos
de intercambio, 2019-2021 ..................................................................................................................................... 56
América Latina y el Caribe (países seleccionados): tasa de variación de los ingresos por remesas
de emigrados, 2019-2021........................................................................................................................................ 58
América Latina (14 países): inversión extranjera directa neta, otros flujos de inversión y flujos financieros
totales, primer trimestre de 2008 a primer trimestre de 2021 .............................................................................. 60
América Latina: flujos financieros netos (sin incluir inversión extranjera directa neta) e indicador
adelantado de flujos financieros, primer trimestre de 2008 a segundo trimestre de 2021 ................................. 61
América Latina (6 países): índice MSCI, 24 de febrero de 2020 a 9 de julio de 2021 .......................................... 61
América Latina: índice de riesgo soberano medido por el índice de bonos de mercados emergentes
de J.P. Morgan (EMBI), promedio enero a junio de 2021 ...................................................................................... 65
América Latina: tasa de crecimiento y nivel del PIB, 2018 a primer trimestre de 2021 ....................................... 66
América Latina (16 países): tasas de crecimiento del PIB, primer trimestre de 2021 .......................................... 67
América Latina: tasa de variación del número de ocupados y del salario real, 2019
a primer trimestre de 2021...................................................................................................................................... 68
América Latina: tasa de variación del valor agregado por sector de actividad económica,
2019 a primer trimestre de 2021............................................................................................................................. 69
América Latina: contribución del consumo privado y público y de la inversión al crecimiento del PIB,
2019 a primer trimestre de 2021............................................................................................................................. 70
América Latina: tasa de variación del PIB y contribución de los componentes de la demanda agregada
al crecimiento, 2018 a primer trimestre de 2021 ................................................................................................... 71
América Latina y el Caribe: tasas de variación interanual del índice de precios al consumidor (IPC),
promedio ponderado, enero de 2017 a junio de 2021 ........................................................................................... 73
América Latina y el Caribe: tasas de variación interanual del índice de precios al consumidor (IPC)
por tipos de inflación, promedio ponderado, enero de 2017 a junio de 2021....................................................... 74
América Latina y el Caribe (14 países): variación interanual de las tasas de ocupación, participación
y desocupación, 2019 a primer trimestre de 2021 ................................................................................................. 76
América Latina y el Caribe (14 países): tasas de participación, ocupación y desocupación, por sexo,
primer trimestre de 2020 y primer trimestre de 2021 ............................................................................................ 77
América Latina (12 países): variación interanual del empleo por rama de actividad,
2020 a primer trimestre de 2021............................................................................................................................. 78
América Latina (11 países): variación interanual del empleo por categoría ocupacional,
2020 a primer trimestre de 2021............................................................................................................................. 79
América Latina (11 países): crecimiento económico y crecimiento interanual del empleo,
por categoría de ocupación, 2019 a primer trimestre de 2021.............................................................................. 80
América Latina (7 países): empleo registrado, enero 2019 a marzo 2021 ............................................................ 80
América Latina (países y ciudades seleccionados): variación interanual de la tasa
de informalidad laboral, 2019 a primer trimestre de 2021 .................................................................................... 81
América Latina (8 países): variación interanual del total de ocupados según nivel educativo,
2020 a primer trimestre de 2021............................................................................................................................. 82
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Gráfico I.40 América Latina (12 países): variación interanual del salario promedio real del empleo registrado,
2020 a primer trimestre de 2021............................................................................................................................. 83
Gráfico I.41 América Latina (16 países) y el Caribe (12 países): ingresos totales del gobierno central,
por componentes, 2019-2021.................................................................................................................................. 84
Gráfico I.42 América Latina (14 países): variación interanual del gasto primario a precios constantes,
enero-junio de 2020 y 2021..................................................................................................................................... 88
Gráfico I.43 América Latina (16 países) y el Caribe (12 países): composición del gasto total del gobierno central,
por componentes, 2019-2021.................................................................................................................................. 88
Gráfico I.44 América Latina (14 países): nivel de los pagos de intereses a precios constantes, enero-junio de 2020 y 2021 ......... 90
Gráfico I.45 América Latina (16 países): indicadores fiscales del gobierno central, 2010-2021 ............................................. 91
Gráfico I.46 América Latina: indicadores fiscales del gobierno central, por subregión, 2015-2021........................................ 92
Gráfico I.47 El Caribe (12 países): indicadores fiscales del gobierno central, 2010-2021........................................................ 93
Gráfico I.48 América Latina (16 países): deuda pública bruta del gobierno central, diciembre de 2020 y junio de 2021 ........... 94
Gráfico I.49 El Caribe (13 países): deuda pública bruta del gobierno central, diciembre de 2020 y marzo de 2021............... 95
Gráfico I.50 América Latina (11 países): deuda pública bruta de los gobiernos centrales por tipo de moneda,
junio de 2021 ........................................................................................................................................................... 95
Gráfico I.51 América Latina (16 países): deuda pública bruta del gobierno central y promedios subregionales
por residencia del acreedor, junio de 2021 ............................................................................................................ 96
Gráfico I.52 América Latina y el Caribe (países seleccionados): tasa de política monetaria, enero de 2019
a junio de 2021 ........................................................................................................................................................ 98
Gráfico I.53 Grupos de países seleccionados: base monetaria, primer trimestre de 2019 a segundo trimestre de 2021 .......... 99
Gráfico I.54 América Latina y el Caribe (25 países): evolución del crédito industrial, comercial, hipotecario y al consumo,
promedio de las tasas anualizadas, primer trimestre de 2018 a primer trimestre de 2021............................... 102
Gráfico I.55 América Latina y el Caribe (18 países): volatilidad del tipo de cambio nominal, promedio del valor absoluto
de las variaciones diarias, primer semestre de 2015 a primer semestre de 2021 ............................................. 103
Gráfico I.56 América Latina y el Caribe: evolución de las reservas internacionales brutas, 2015-2021 ............................... 106
Gráfico I.57 América Latina y el Caribe (22 países)a: composición de las medidas por áreas de intervención, 2020 ......... 107
Gráfico I.58 América Latina y el Caribe (33 países): proyección de la tasa de crecimiento del PIB, 2021 ............................ 108
Gráfico I.59 América Latina y el Caribe (33 países): proyección de la tasa de crecimiento del PIB, 2022 ............................ 110
Gráfico I.60 América Latina: tasa de variación del PIB y contribución de los componentes del gasto
al crecimiento, 2008-2022..................................................................................................................................... 111
Gráfico II.1 Mundo y regiones seleccionadas: variación del PIB y del número de ocupados, 2020 ..................................... 123
Gráfico II.2 América Latina y el Caribe: variación de las tasas de crecimiento de los niveles de ocupación
y promedios por décadas, 1951-2020 ................................................................................................................... 125
Gráfico II.3 América Latina y el Caribe: países que han experimentado una caída en los niveles de ocupación,
1951-2020 .............................................................................................................................................................. 126
Gráfico II.4 América Latina: tasa de crecimiento interanual del valor agregado y número de ocupados por sector
de actividad económica, primer trimestre de 2019 a cuarto trimestre de 2020 ................................................. 127
Gráfico II.5 América Latina y el Caribe: tasa global de participación, 1990-2020 ................................................................. 128
Gráfico II.6 América Latina y el Caribe: tasa de desocupación, 1990-2020........................................................................... 129
Gráfico II.7 América Latina y el Caribe (6 países): evolución del número de ocupados formales e informales
y total de ocupados durante la crisis financiera mundial, 2009 .......................................................................... 131
Gráfico II.8 América Latina y el Caribe (7 países): tasa de variación interanual del número de ocupados informales,
primer trimestre de 2019 a primer trimestre de 2021.......................................................................................... 132
Gráfico II.9 Brasil, Chile, Colombia y México: evolución del número de ocupados formales e informales y total
de ocupados, primer trimestre de 2019 a cuarto trimestre de 2020 ................................................................... 133
Gráfico II.10 América Latina: producto interno bruto (PIB) y número de ocupados, primer trimestre de 2018
a cuarto trimestre de 2021 .................................................................................................................................... 135
Gráfico II.11 América Latina (14 países): dinámicas de recuperación del producto interno bruto (PIB) y el empleo
en crisis regionales con respecto a los niveles precrisis ..................................................................................... 136
Gráfico II.12 América Latina: ocupados por categoria ocupacional, primer trimestre de 2019 a primer trimestre de 2021 ...... 138
Gráfico II.13 América Latina: evolución del salario real promedio, 2000-2020 ....................................................................... 139
Gráfico II.14 América Latina: variación de la tasa de desempleo y del salario real, 2000-2020 ............................................ 140
Gráfico III.1 América Latina (18 países): evolución de la tasa de participación laboral de la población de 15 años
o más, por sexo, 1990-2019 .................................................................................................................................. 148
Gráfico III.2 América Latina (18 países) y países desarrollados (22 países): tasa de participación laboral
de la población femenina de 15 años o más, 2019.............................................................................................. 149
Gráfico III.3 América Latina (18 países): tasa de desocupación de la población de 15 años o más, por sexo y país, 2019...... 149
Gráfico III.4 América Latina (18 países): relación entre el salario medio urbano de hombres y mujeres, según
el número de años de estudio aprobados, 2001-2019 ......................................................................................... 150
Gráfico III.5 América Latina y el Caribe: porcentaje de empresas según proporción de mujeres en los cuatro niveles
de puestos directivos, 2018 .................................................................................................................................. 151
Índice
9
10
Índice
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Gráfico III.6 América Latina (18 países): indicadores de calidad del empleo (tasa de informalidad e incidencia
del trabajo por cuenta propia, del empleo a tiempo parcial y del subempleo horario), por sexo, 2019 ............ 152
Gráfico III.7 América Latina (11 países): variación de la población activa y la población ocupada, por sexo, 2019-2020 ....... 153
Gráfico III.8 América Latina (13 países): variación de la población ocupada, por sexo y por país, 2019-2020 ..................... 154
Gráfico III.9 América Latina (12 países): evolución de las tasas de participación, ocupación y desocupación,
cuarto trimestre de 2019 a cuatro trimestre de 2020 .......................................................................................... 155
Gráfico III.10 América Latina (8 países): variación de la cantidad de ocupados por nivel educativo y sexo, 2019-2020 ....... 158
Gráfico III.11 América Latina (8 países): variación del número de ocupados por rama de actividad y sexo, 2019-2020 ....... 159
Gráfico III.12 América Latina (11 países): variación del número de ocupados por categoría ocupacional y sexo,
2019-2020 .............................................................................................................................................................. 160
Gráfico III.13 América Latina y el Caribe: proporción de la población joven (de 15 a 24 años) en el total de la población
en edad de trabajar (de 15 a 64 años), 1950, 2020 y proyecciones para 2050................................................... 162
Gráfico III.14 América Latina (18 países): tasa de desocupación de los jóvenes de 15 a 24 años, por sexo, 2019 ................ 163
Gráfico III.15 América Latina (15 países): tasa de empleo informal por grupo etario, 2019 .................................................... 164
Gráfico III.16 América Latina (18 países): medidas de subutilización de los jóvenes de 15 a 24 años, 2019 ......................... 165
Gráfico III.17 América Latina (9 países): tasas de participación, ocupación y desocupación de los jóvenes
de 15 a 24 años, 2019 y 2020 ............................................................................................................................... 166
Gráfico III.18 América Latina (9 países): evolución de la tasas de participación, ocupación y desocupación
de jóvenes y adultos, cuarto trimestre de 2019 a cuarto trimestre de 2020 ...................................................... 167
Gráfico III.19 América Latina (13 países): tasa de desocupación de los jóvenes de 15 a 24 años, cuarto trimestre
de 2019 a cuarto trimestre de 2020...................................................................................................................... 168
Gráfico III.20 América Latina (5 países): variación en la tasa de ocupación de los jóvenes de 15 a 24 años,
según condición de informalidad, entre 2019 y 2020 ......................................................................................... 169
Gráfico III.21 América Latina (5 países): variación del número de jóvenes ocupados de 15 a 24 años,
según condición de informalidad, entre 2019 y 2020 .......................................................................................... 170
Gráfico III.22 América Latina (9 países): variación de la cantidad de ocupados, por rama de actividad
y grupo de edad, entre 2019 y 2020 ..................................................................................................................... 170
Gráfico IV.1 América Latina (12 países): riesgo de sustitución tecnológica del trabajo humano, según el método
de Frey y Osborne en sus versiones original y ajustada, promedios simples, alrededor de 2015 ..................... 180
Gráfico IV.2 América Latina (12 países): PIB per cápita y riesgo promedio de sustitución tecnológica del empleo,
según el método de Frey y Osborne en sus versiones original y ajustada, alrededor de 2015 ......................... 181
Gráfico IV.3 América Latina (12 países): riesgo de sustitución tecnológica del empleo, por nivel educativo,
según el método de Frey y Osborne en su versión ajustada, promedios simples, alrededor de 2015 .............. 182
Gráfico IV.4 América Latina (12 países): riesgo de sustitución tecnológica del empleo, por grupos de edad,
según el método de Frey y Osborne en su versión ajustada, promedios simples, alrededor de 2015 .............. 183
Gráfico IV.5 América Latina (12 países): composición de los empleos por nivel de riesgo de sustitución tecnológica
y nivel educativo, según el método de Frey y Osborne en su versión ajustada, promedios simples,
alrededor de 2015.................................................................................................................................................. 191
Gráfico IV.6 Evolución de la demanda de trabajos en plataformas de tareas de ejecución global, promedio móvil
de 28 días y variación interanual, diciembre de 2019 a abril de 2021 ................................................................ 196
Gráfico IV.7 América Latina (5 países): proporción de ocupados que trabajan de manera remota, febrero
de 2020 a marzo de 2021 ...................................................................................................................................... 200
Gráfico IV.8 Brasil: uso de la modalidad de teletrabajo por grupos poblacionales, mayo de 2020 ....................................... 200
Gráfico IV.9 Brasil y Chile: variación del número de personas con trabajo remoto a partir del máximo alcanzado
durante la pandemia de COVID-19, por sexo ....................................................................................................... 201
Recuadros
Recuadro I.1 América Latina: crecimiento de los socios comerciales y desempeño del volumen exportado .......................... 55
Recuadro I.2 México, Centroamérica y el Caribe: evolución de las remesas, 2019 a 2021 ...................................................... 59
Recuadro I.3 América del Sur: crecimiento anual del PIB real, efecto de arrastre estadístico en comparación
con la dinámica ...................................................................................................................................................... 109
Recuadro II.1 “Castigo por desempleo” y efectos del COVID-19 sobre la masa salarial: el caso peruano a corto
y mediano plazo ..................................................................................................................................................... 140
Recuadro III.1 La expansión del teletrabajo abre opciones para conciliar las actividades remuneradas y de cuidados ......... 156
Recuadro IV.1 El desarrollo de habilidades digitales: factor clave para el aprovechamiento inclusivo
de las nuevas tecnologías ..................................................................................................................................... 187
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Presentación y resumen ejecutivo
Resumen ejecutivo
11
Presentación
En su edición número 73, que corresponde a 2021, el Estudio Económico de América Latina
y el Caribe consta de tres partes. En la primera, se resume el desempeño de la economía
regional en 2020 y se analiza su evolución durante los primeros meses de 2021, así
como las perspectivas de crecimiento para 2021 y 2022. De igual forma, se examinan
los factores externos e internos que han incidido en el desempeño económico de
la región durante 2020, su evolución en 2021, y la manera en que condicionarán el
crecimiento económico en los próximos años.
En la segunda parte se examinan las repercusiones de la crisis generada por la
pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) en los mercados laborales de
la región y se hace una comparación con la trayectoria histórica de esos mercados,
con especial hincapié en la evaluación del impacto desigual de la pandemia en el
empleo de las mujeres y de los jóvenes. También se presentan las perspectivas de
los mercados laborales regionales en un contexto de profundas transformaciones
tecnológicas, poniendo de relieve los desafíos de las políticas laborales que se generan
y examinando los riesgos y las oportunidades que provienen de la introducción de las
nuevas tecnologías. De igual forma, se destacan las características y los desafíos del
trabajo relacionado con plataformas digitales y el teletrabajo. En esta segunda parte
se sintetizan las políticas laborales implementadas desde el inicio de la crisis y se
señalan los principales desafíos de política que enfrentará la región para alcanzar una
recuperación transformadora con empleo decente.
La tercera parte, que está disponible en la página web de la CEPAL (www.cepal.org),
contiene las notas sobre el desempeño económico de los países de América Latina
y el Caribe en 2020 y el primer semestre de 2021, así como los respectivos anexos
estadísticos. La información que se presenta ha sido actualizada al 30 de julio de 2021.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Resumen ejecutivo
A.
Situación económica y perspectivas
para 2021 y 2022
Para 2021 se espera que la economía mundial crezca casi un 6%, y en 2022, un
4,5%. Sin embargo, las perspectivas económicas muestran crecientes divergencias
entre países, que reflejan, por una parte, importantes asimetrías en el acceso a las
vacunas, lo que afecta significativamente la capacidad de acelerar la normalización de
las actividades económicas, y por otra, asimetrías en la capacidad de los países para
mantener políticas fiscales y monetarias expansivas. Cabe señalar que mientras el
virus SARS-CoV-2 tenga una alta circulación a nivel mundial, la recuperación no está
asegurada, ni siquiera en aquellos países que han logrado una alta tasa de vacunación.
En 2021 el grupo de economías desarrolladas crecería un 5,5%, con una cifra de
crecimiento de los Estados Unidos de casi un 7%. La zona del euro, por su parte, crecería
un 4,7%, mientras que el Japón crecería cerca de un 3% y el Reino Unido alrededor
de un 7%. Dentro del grupo de economías emergentes —que crecerían un 6,2% este
año— destaca China, con un crecimiento del 8,4% y la India con uno del 9,2%. Por
otra parte, se prevé un menor dinamismo en algunas subregiones emergentes como
Oriente Medio y África del Norte (4% ) y África Subsahariana (3,4%).
Para 2022 se espera que la economía mundial crezca un 4,5% en promedio. Las
economías desarrolladas crecerían un 4,2% debido al rápido avance en los procesos de
vacunación y los mayores estímulos fiscales en los Estados Unidos, mientras que las
economías emergentes crecerían un 5%, nuevamente impulsadas por las economías
emergentes y en desarrollo de Asia (6,4%), incluidas China y la India.
El crecimiento de las economías desarrolladas refleja, más allá de las mejoras en
las condiciones de salud, los enormes esfuerzos fiscales que se realizaron en 2020
y el mantenimiento de estos estímulos en 2021. En 2020 las economías avanzadas
movilizaron 6,3 billones de dólares en medidas destinadas a gastos y alivio tributario y
5,2 billones de dólares en instrumentos de liquidez, cifras que equivalían a un 12,7%
y un 11,3% del PIB, en promedio, para paliar los efectos económicos y sociales de
la pandemia. Por su parte, en los países emergentes la respuesta fiscal alcanzó una
magnitud menor, de tan solo un 4% del PIB en gastos adicionales y alivio tributario1.
Los paquetes fiscales en el mundo desarrollado no solo han buscado mitigar
los efectos de la pandemia en el corto plazo sino también sentar las bases para la
recuperación y el crecimiento posterior. La Unión Europea aprobó el marco financiero
plurianual para el período 2021-2027 por 1,8 billones de euros, lo que representa
cerca del doble de los recursos del marco financiero plurianual anterior. En el marco
2021-2027 se incluye un nuevo mecanismo temporario (NextGenerationUE) destinado
a financiar un amplio plan de recuperación económica por unos 750.000 millones de
euros. Los Estados Unidos aprobaron el Plan de Rescate Estadounidense de 2021
(American Rescue Plan Act), con estímulos de 1,9 billones de dólares orientados a
financiar la vacunación, fortalecer las redes sanitarias, brindar alivio económico a las
familias, ampliar los beneficios del seguro de desempleo y mantener el apoyo a las
1
Véase Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe, 2021
(LC/PUB.2021/5-P), Santiago, 2021 y Fondo Monetario Internacional (FMI), Fiscal Monitor: A Fair Shot, abril de 2021.
Resumen ejecutivo
15
16
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Resumen ejecutivo
empresas. Este plan de estímulo, sumado a los que se pusieron en práctica en 2020,
lleva la respuesta fiscal de los Estados Unidos al COVID-19 a cerca de un 25% del PIB2.
Los efectos que la crisis de la pandemia de COVID-19 ha provocado tampoco han
sido simétricos. Mientras que en 2020 se perdieron más de 140 millones de empleos
a nivel mundial, la riqueza mundial aumentó un 7,4% debido al crecimiento de los
mercados bursátiles, la apreciación del sector inmobiliario, las bajas tasas de interés y
los ahorros imprevistos como consecuencia del confinamiento. Este aumento no fue
uniforme: mientras que creció un 12,4% en el Canadá y los Estados Unidos, un 9,2%
en Europa y un 4,4% en China, en la India se redujo un 4,4% y en América Latina y
el Caribe cayó un 11,4%. También se han observado diferentes capacidades de acceder
a las vacunas, con una alta concentración de la adquisición de vacunas por parte de
los países más desarrollados, por lo cual, por ejemplo, al 22 de agosto de 2021, en la
Unión Europea ya el 55,6% de la población había completado su esquema de vacunación,
en los Estados Unidos y el Canadá esta cifra alcanzaba el 53,0%, mientras que solo era
del 24,5 % a nivel mundial. En el caso de América Latina y el Caribe, la cifra ascendía
al 24,8% (América del Sur un 26,8%, Centroamérica y México un 22,4% y el Caribe
solo un 5,8%)3.
El crecimiento de la economía mundial está sujeto a incertidumbres que pueden tener
efectos directos en el crecimiento de América Latina y el Caribe. A las incertidumbres que
derivan de la trayectoria de la pandemia, como el lento avance mundial de la vacunación,
que permitiría que el virus mute aún más y sea difícil de controlar, se suman aquellas
que pueden llevar a un ajuste de las políticas expansivas en los países desarrollados.
Las condiciones financieras podrían endurecerse a partir de una reevaluación de las
perspectivas de la política monetaria en las economías avanzadas si las expectativas
de inflación aumentan más rápidamente de lo previsto. Estos elementos implicarían
mayores restricciones para las economías de la región, lo que afectaría su capacidad
de recuperación.
El comercio mundial ha seguido la trayectoria del PIB mundial y en los primeros
cuatro meses de 2021 creció a tasas interanuales de dos dígitos, principalmente a causa
de la muy baja base de comparación que constituyen los mismos meses de 2020. Por
este motivo, estas tasas se irían moderando en el transcurso del año y se espera un
crecimiento del volumen de comercio en torno al 8% en 2021.
La recuperación del comercio mundial ha estado acompañada del aumento de los
precios de los productos básicos que exporta la región, que en 2021 serían un 38%
más altos en promedio. Se proyecta que los precios de los productos energéticos,
fundamentalmente el petróleo, serán un 58% más altos en comparación con su nivel
promedio de 2020, que los precios de metales y minerales serían un 38% más altos
este año y que los precios de los productos agroalimentarios se ubicarían un 20%
por sobre los niveles promedio de 2020. Esta dinámica se explica, en gran medida,
por una mayor demanda mundial y, en el caso de los productos agrícolas, también
por temas de oferta.
En lo que va de 2021 los mercados financieros mundiales se han visto favorecidos
por la mejora de la actividad económica, los mayores estímulos fiscales, y los avances
en el control de la pandemia y en el proceso de vacunación, particularmente en
los Estados Unidos y Europa.
2
3
Además, existe un acuerdo entre representantes de los dos partidos para un programa de inversión en infraestructura de
1,2 billones de dólares durante los próximos ocho años, que incluye 550.000 millones de dólares en gastos nuevos. Este
programa aún está en proceso de aprobación.
Cifras al 22 de agosto o última cifra disponible. Cálculos sobre la base de Our World in Data [en línea] www.ourworldindata.org.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Se ha mantenido un elevado nivel de liquidez mundial; los bancos centrales de
las principales economías desarrolladas mantuvieron sus tasas en niveles mínimos
históricos y continuaron con los programas de compra de activos haciendo crecer
(aunque a ritmos menores en los últimos meses) el tamaño de sus hojas de balance.
Eso ha llevado a que en 2021 la liquidez mundial haya mantenido su tendencia al alza,
beneficiando al mercado de valores y a los mercados de bonos que se han consolidado
como el principal proveedor de liquidez transfronteriza a nivel mundial (53% del total
en el último trimestre de 2020).
La mayor importancia del mercado de capitales privados ha ido acompañada de un
aumento de la deuda externa de los gobiernos y del sector corporativo no financiero en
las economías en desarrollo, incluidas las de América Latina y el Caribe. Esto las hace
vulnerables a cambios en las condiciones externas, en particular a las percepciones de
riesgo y el tipo de cambio nominal. En el caso de América Latina y el Caribe, el sector
corporativo no financiero opera con descalce de monedas, al igual que en el resto de
las regiones en desarrollo, y más del 30% de las empresas (en base a una muestra de
23.820 empresas) se halla en una posición de vulnerabilidad financiera.
Los mercados de capitales son altamente sensibles a las condiciones financieras
externas y a las percepciones de riesgo de los países emisores, que los hace altamente
volátiles y los expone a reversiones súbitas. La contraciclicidad que han mostrado los
mercados de capitales puede no perdurar en el tiempo, lo que ubicaría a América Latina
y el Caribe en una situación de mayor vulnerabilidad.
En este contexto, la acción multilateral tiene un papel fundamental en la reducción
de las asimetrías y el fortalecimiento de las perspectivas de crecimiento inclusivo y
sostenible. Un área de cooperación multilateral es el acceso equitativo a las vacunas; otra
es apoyar a las economías con limitaciones financieras, incluidas las de renta media, para
que puedan acceder sin obstáculos y en condiciones favorables a la liquidez internacional.
La puesta en marcha de una asignación general de derechos especiales de giro (DEG)
de 650.000 millones de dólares en el Fondo Monetario Internacional (FMI) en agosto
ayudará a proveer liquidez mundial de manera más expedita, sostenible, menos costosa
y con disponibilidad para todos los países miembros del FMI, destinada a impulsar los
activos de reserva de todas las economías y ayudar a aliviar las limitaciones de liquidez.
La nueva emisión de DEG se distribuyó a los miembros del FMI de acuerdo con
sus cuotas de participación, lo que implica que el 58% (375.000 millones) se destinó
a los países desarrollados y el resto a los países en desarrollo y emergentes. En este
sentido, una nueva emisión de DEG permitirá fortalecer la posición externa de los países
en desarrollo y, en particular en el caso de América Latina y el Caribe, de los países
más pequeños y endeudados, entre ellos algunos del Caribe. Con el fin de equilibrar
la distribución de DEG de acuerdo con las cuotas, se contempla su reasignación de
los países desarrollados a las economías en desarrollo.
La nueva emisión de DEG debería estar acompañada por reformas institucionales
de la arquitectura de la deuda multilateral con la creación de un mecanismo multilateral
de reestructuración y una agencia multilateral de calificación crediticia, por instrumentos
innovadores de financiamiento que vinculen la capacidad de reembolso de los países
con la exposición y la vulnerabilidad de estos frente a los desastres naturales (como se
hace en el caso de las cláusulas sobre huracanes) o a los altibajos del ciclo económico
(como en el caso de los bonos vinculados al ingreso nacional o PIB), y por la emisión de
bonos sociales y sostenibles emitidos por las economías emergentes. A esto también
deben sumarse iniciativas como la propuesta de Costa Rica de creación de un fondo
de solidaridad financiado por países de ingreso alto que se denominaría Fondo para
Aliviar la Economía COVID-19 (FACE).
Resumen ejecutivo
17
18
Resumen ejecutivo
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Al igual que ocurre con los demás países del mundo, las proyecciones de crecimiento
de los países de América Latina y el Caribe para 2021 se han revisado al alza. Después
de que en 2020 la región sufriera la peor contracción desde 1900 (-6,8%), y el peor
desempeño de todas las regiones en desarrollo, se espera para 2021 una tasa de
crecimiento del 5,9% y, para 2022, del 2,9%. Si bien la dinámica de crecimiento de
la región en 2021 responde a las mejoras en las condiciones externas, la creciente
apertura de las economías y la flexibilización de las medidas de distanciamiento físico
responde principalmente a una base de comparación muy baja como resultado de la
marcada caída de 2020.
El crecimiento del 5,9% en 2021 no permitirá recuperar el nivel del producto de
2019. Solo 9 de los 33 países de la región lo lograrían, mientras que en 2022, con un
crecimiento esperado promedio del 2,9%, otros 5 países habrían alcanzado los niveles
de 2019. Más allá del crecimiento esperado en 2021, uno de los grandes desafíos de la
región es poder mantener un crecimiento sostenible e inclusivo en los años siguientes.
Este desafío no es menor si se considera que la dinámica de crecimiento ya era baja
antes de la crisis y que en el sexenio 2014-2019 la región creció a una tasa promedio
del 0,3%, uno de los períodos de menor crecimiento desde que se tiene registro,
solo comparable con el sexenio que incluye la Primera Guerra Mundial y el de la Gran
Depresión. Asimismo, se mantienen los problemas estructurales que han limitado y
explican el bajo crecimiento que la región ha mostrado en las últimas cuatro décadas.
El nulo crecimiento antes de la crisis, unido a la fuerte contracción de 2020, se
ha traducido en una caída histórica de la ocupación, un aumento sin precedentes del
desempleo, junto con incrementos significativos de la pobreza y la desigualdad, lo que
ha exacerbado aún más los problemas estructurales de la región. La crisis de 2020
también profundizó la heterogeneidad productiva de la región, y provocó numerosos
cierres de microempresas, pequeñas y medianas empresas y la destrucción de capital
humano y de empleo, lo que se suma al mal desempeño que ha tenido la región en
materia de inversión.
La región muestra una caída progresiva en la inversión, que alcanzó en 2020 su
nivel más bajo en las últimas tres décadas (17,6% del PIB), además de mostrar la menor
proporción con relación al PIB cuando se compara con otras regiones en desarrollo
y países desarrollados. En el segundo trimestre de 2020, la inversión total registró,
en términos reales, una caída anual del 23,4%. Este desplome fue generalizado y
permanente en los países de la región durante el segundo y el tercer trimestre de ese
año. El aumento observado en el primer trimestre de 2021 se explica principalmente
por la variación positiva de las existencias, que responde a la falta de demanda que
lleva a su acumulación. Los desafíos de la inversión no pasan solo por aumentar su
nivel, sino también a que apunte a sectores intensivos en empleo y que apoyen la
sostenibilidad ambiental y los aumentos de productividad.
Entre los factores que han influido en la recuperación de este año se encuentran
la mayor flexibilización de las condiciones de oferta interna en los países —resultado
de las aperturas que permiten una mayor movilidad de las personas—, los aumentos
de la demanda interna —apoyados por las política fiscal y monetaria—, y una dinámica
favorable de la economía mundial, particularmente de los Estados Unidos y China, así
como el importante efecto rebote por la baja base de comparación de 2020.
Las remesas han tenido un papel central en la dinámica de crecimiento de la
región. Los flujos de remesas de migrantes hacia la región aumentaron un 32% en los
primeros meses de 2021 respecto de igual período de 2020. Esto es resultado no solo
de la recuperación económica en las principales economías emisoras, sino también
de la reducción de la entrada de remesas durante el segundo trimestre de 2020.
Considerando esto último, cabe esperar que se suavice el crecimiento a lo largo del
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
año. Destaca el caso de México, donde en lo que va del año hasta el mes de junio las
remesas son un 22% más altas que en igual período de 2020.
Como resultado de la dinámica de los precios de las materias primas, los términos de
intercambio también tendrán una evolución positiva durante 2021 para los exportadores
de materias primas. En América del Sur, una subregión exportadora neta, estos crecerán
casi un 12%, mientras que lo contrario sucede con Centroamérica, región importadora
neta de combustibles y también de alimentos —algunos países—, donde los términos de
intercambio empeorarían un 1% este año. Por su parte, en el Caribe (sin incluir Trinidad
y Tabago), se espera una caída del 4%, por ser esta subregión también importadora
neta de energía y alimentos.
En el primer trimestre de 2021 los flujos financieros totales hacia la región aumentaron
con respecto al trimestre anterior, en consonancia con las condiciones financieras
favorables del entorno mundial. Para el segundo trimestre del año también se estiman
flujos positivos para la región. Esto se explica por la menor volatilidad financiera, un
mayor apetito por activos de riesgo y un relativo mayor control de la pandemia y de
sus efectos económicos.
Durante 2020, las emisiones totales de bonos en los mercados internacionales por
parte de los países de América Latina crecieron un 22,5%, impulsadas por la emisión
de bonos soberanos (45% del total), mientras que las emisiones del sector corporativo
representaron un 26% del total en 2020. En el primer semestre de 2021, las emisiones
crecieron un 3% respecto de igual período de 2020, con un crecimiento discreto de
las emisiones soberanas pero una duplicación de las emisiones corporativas. Destaca
la importancia que han adquirido las emisiones de bonos sociales y bonos sostenibles
para financiar proyectos sociales y verdes, que consideran metas de mediano y largo
plazo cuyo incumplimiento se traduce en alzas de la tasa de interés.
El dinamismo en las emisiones soberanas responde a las buenas condiciones
financieras, con bajo riesgo soberano, lo que permite menores tasas de interés. En
efecto, el índice de riesgo soberano, medido por el índice de bonos de mercados
emergentes (EMBI), se ha reducido hasta alcanzar valores cercanos a los que existían
antes de la pandemia. Luego de incrementarse en los primeros meses de iniciada
la crisis de la pandemia, el EMBI se ha reducido sostenidamente hasta llegar a los
380 puntos básicos en junio de 2021 en el caso de América Latina. Existe un amplio
grupo de países de la región con valores del EMBI por debajo de los 500 puntos básicos.
En lo que respecta a la actividad económica, al primer trimestre de 2021 se había
recuperado el 41% del nivel de la actividad económica perdida en 2020. La mayor caída
de la actividad económica se dio en el segundo trimestre de 2020, cuando registró
una disminución del 15,4% anual, mientras que el primer trimestre de 2021 muestra
una contracción de solo un 0,2% interanual.
Hay una importante disparidad en el ritmo de recuperación de los países de la
región. Mientras algunos siguen mostrando una contracción en el primer trimestre
de 2021 respecto del mismo trimestre de 2020, otros presentan tasas de crecimiento
del PIB positivas. El crecimiento fue negativo en el primer trimestre de 2021 en 5 de
18 economías de América Latina, se incrementó levemente en 8 economías (crecimiento
menor al 3%) y tan solo 5 economías lograron tasas de crecimiento sobre el 3%.
A nivel sectorial, actividades como hotelería, restaurantes y otros servicios han sufrido
duramente los efectos de la crisis, que también es muy intensa, pero heterogénea, en
el comercio mayorista y minorista. Las medidas de confinamiento también suponen un
drástico descenso de la actividad de parte del transporte, aunque se mantienen activos
los servicios para actividades esenciales. Algunos sectores, como el agropecuario y
el de servicios básicos, fueron extremadamente resilientes, y otros, como el de las
Resumen ejecutivo
19
20
Resumen ejecutivo
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
manufacturas, se recuperaron rápidamente de las caídas, siendo los únicos sectores
en mostrar al primer trimestre de 2021 tasas de crecimiento anuales positivas.
En el primer trimestre de 2021, la inversión fue el único componente del gasto que
contribuyó al crecimiento del PIB. Por el contrario, en el mismo trimestre, el consumo
total mantuvo su contribución negativa dada su caída del 1,6% respecto del mismo
trimestre del año anterior, lo que significa un arrastre de cinco trimestres de tasas de
crecimiento negativo. Su mal desempeño está determinado por la lenta recuperación
de los puestos de trabajo perdidos, ya que aún falta recuperar 12,3 millones de empleos
para alcanzar los niveles de ocupación anteriores a la pandemia, y por la reducción de
los salarios reales. En el mismo período, la inversión mostró un aumento significativo
y generalizado, un 11% respecto al mismo trimestre del año anterior, tanto a causa
de la reactivación de las obras de construcción que comienzan a convivir con las
cuarentenas como del aumento del uso de maquinaria y equipos, que ha llevado a un
aumento de su demanda.
Como se analiza en la segunda parte de este Estudio Económico, los efectos en el
mercado de trabajo de la crisis provocada por la pandemia de COVID-19 fueron mucho
mayores que los de crisis anteriores, observándose una pérdida en los niveles de
ocupación, una caída en la participación laboral y aumentos en la tasa de desempleo
mucho más marcados. Por diversas razones, el impacto de la crisis fue mayor en el
empleo femenino y en los grupos más vulnerables, como los integrados por jóvenes,
migrantes y trabajadores menos educados. Entre 2019 y 2020 el número de ocupados
se redujo casi 25 millones de personas, de las cuales cerca de 13 millones son mujeres.
Lo anterior se tradujo en una tasa de desocupación femenina del 11,9%, en promedio,
para 2020, superior al 9,3% de 2019. Por su parte, la tasa de desocupación de los
hombres en 2020 fue del 9,3% en comparación con el 6,9% registrado en 2019.
Estos niveles de desocupación habían sido mayores si muchos trabajadores no se
hubieran retirado del mercado laboral. En efecto, la tasa de participación femenina cayó
del 51,4% en 2019 al 46,9% en 2020, mientras que la tasa de participación masculina
pasó del 74,7% al 69,6%. Esta reducción en la tasa de participación femenina la ubica
en niveles similares a los de 2001.
A pesar del aumento en el número de ocupados, al primer trimestre de 2021 la
región solo logró recuperar un 58% del total de los empleos que se perdieron durante
la crisis. Para 2021 en su conjunto se estima que la tasa de participación laboral se
incrementará 3,4 puntos porcentuales, al pasar del 57,7% en 2020 a un 61,1% en 2021.
Sin embargo, este aumento será mayor para los hombres que para las mujeres: los
hombres recuperarían niveles de participación similares a los anteriores a la crisis,
mientras que las mujeres recuperarían tasas de participación similares a las registrados
en 2008, equivalentes al 49%.
El lento incremento en los niveles de ocupación y las mayores tasas de participación
permiten prever que la tasa de desocupación en 2021 sería mayor que en 2020. La tasa
de desocupación aumentaría y llegaría a un 11% en 2021, en comparación con el 10,5%
de 2020. Al igual que lo sucedido con las tasas de participación, al descomponer por sexo,
son las mujeres las que muestran un peor resultado ya que su tasa de desocupación
sería del 12,7%, tres puntos porcentuales superior a la de los hombres (9,7%).
Como ya se señaló, más allá de la recuperación en 2021, cabe esperar una lenta
dinámica del crecimiento económico en los años venideros, lo que no permitirá una
rápida recuperación del nivel de ocupación ni mejoras de la calidad del empleo. Por ello,
será central implementar políticas que impulsen la creación de empleos de calidad.
Especial atención merecerá el fomento del empleo en los grupos más afectados durante
la crisis, como mujeres, jóvenes y personas migrantes. De igual forma, es necesario
apoyar a los sectores productivos con mayores posibilidades de creación de puestos
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
de trabajo, y propiciar un aumento en la formalización de los mercados de trabajo. En el
mediano plazo, estos retos serán aún mayores si la región no logra romper la dinámica
de bajo crecimiento que exhibía antes de la crisis generada por el COVID-19.
En 2020, la política fiscal demostró ser una herramienta de política económica
fundamental para responder a la crisis provocada por la pandemia de COVID-19. Los
países de la región anunciaron importantes paquetes de medidas fiscales que, en
promedio, representaron el 4,6% del PIB, para fortalecer los sistemas de salud pública,
apoyar el ingreso de las familias y proteger la estructura productiva. Estos esfuerzos se
tradujeron en un alza del gasto público, que alcanzó un nivel histórico en América Latina.
Al mismo tiempo, los ingresos públicos registraron una contracción importante, como
resultado de los choques al consumo privado y al ingreso bruto nacional. Tomadas en
conjunto, estas tendencias llevaron a importantes déficits fiscales y a un incremento
significativo en la deuda pública.
En 2021 comienza a observarse una mejoría en la situación fiscal de la región. La
reactivación de la actividad económica y los mayores precios de los recursos naturales
no renovables está incidiendo en un repunte de los ingresos públicos en América Latina,
lo que refleja un incremento de la recaudación de los principales impuestos, como el
impuesto sobre el valor agregado y el impuesto sobre la renta, en el primer semestre
de 2021. En algunos países, particularmente en los países mineros, los ingresos fiscales
provenientes de los recursos naturales no renovables están siendo un factor importante
detrás de la dinámica de los ingresos totales. En el Caribe también se prevé una mejora
en los ingresos públicos en 2021.
Por el lado del gasto, las proyecciones oficiales de los países prevén un menor
crecimiento del gasto público como porcentaje del PIB para América Latina. Durante
el primer semestre de 2021 se registró una reducción en los gastos por transferencias
corrientes y subsidios. Al mismo tiempo, los países de la región han anunciado la
intención de impulsar la inversión pública como instrumento para reactivar la actividad
económica y crear empleo, lo que se ha traducido en mayores erogaciones por gastos
de capital en varios países. Aunque se prevé que los pagos de intereses se mantengan
estables en promedio, se observan crecientes presiones en algunos países. Por su parte,
en el Caribe las estimaciones oficiales proyectan que el gasto público mantendría una
trayectoria expansiva durante el año, destacando el dinamismo de la inversión pública.
No obstante, la ejecución de estas erogaciones de capital dependerá, en parte, de los
recursos, particularmente las donaciones, a disposición de los países de esta subregión.
Sobre la base de las proyecciones oficiales de las trayectorias de ingresos y gasto
público, se espera una mejora en los balances fiscales de América Latina. Al cierre del
año se espera que el resultado global del gobierno central, en promedio, alcance el
-5,5% del PIB, en comparación con el -6,9% del PIB de 2020. El resultado primario se
ubicaría en un -2,9% del PIB frente al -4,2% del PIB en 2020. En el Caribe los balances
mejorarían, con un resultado global del -6,2% del PIB, frente al -7,3% del PIB en 2020, y
un resultado primario del -3,1% del PIB en comparación con el -4,6% del PIB en 2020.
Aunque de menor magnitud que el año anterior, estos déficits en la región generarían
presiones de financiamiento y en la cobertura del servicio de la deuda pública. En este
sentido, el endeudamiento de los gobiernos centrales se mantendrá en niveles elevados.
La fragilidad del proceso de recuperación y la necesidad imperativa de lograr una
transformación económica y social, subraya el papel catalítico que el sector público
debe desempeñar en América Latina y el Caribe. No obstante, el fortalecimiento
de la capacidad fiscal del Estado presenta retos importantes. Para ello se requiere
una reorientación estratégica del gasto público para convertirlo en un instrumento
de desarrollo. En este sentido, es necesario vincular las acciones para enfrentar la
emergencia con acciones estratégicas de mediano y largo plazo. En el corto plazo,
Resumen ejecutivo
21
22
Resumen ejecutivo
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
es necesario mantener programas de transferencias sociales de emergencia y de
apoyo a sectores productivos para evitar la quiebra masiva de las microempresas y
pequeñas y medianas empresas (mipymes) e impulsar políticas para un empleo de
calidad. Otra prioridad es canalizar el gasto público a la universalización de los sistemas
de protección social, la salud, el cuidado y la educación y crear el espacio fiscal para
hacerlos sostenibles desde el punto de vista financiero. Además, es indispensable
dinamizar la inversión para revertir su persistente caída, que ha llevado a que América
Latina y el Caribe tenga la menor tasa de inversión con respecto a otras regiones.
Adicionalmente, es necesario incorporar el enfoque de género en la política fiscal, a
través del análisis de los efectos distributivos de la aplicación de este enfoque en las
políticas de ingreso, gasto, inversión y en el ciclo presupuestario.
Crear el espacio fiscal necesario para sostener una política de gasto expansiva exige
medidas para acceder a financiamiento y reducir pérdidas tributarias en el corto plazo y
fortalecer los ingresos fiscales de forma progresiva en el mediano plazo. En el corto plazo,
es fundamental eliminar la evasión tributaria, que representó una pérdida de recursos
de 325.000 millones de dólares en 2018 (equivalente al 6,1% del PIB regional). También
es preciso revaluar los gastos tributarios, que representaron ingresos no percibidos del
3,7% del PIB. En el mediano plazo, es indispensable impulsar la recaudación tributaria
progresiva para dar sostenibilidad al gasto público, para lo que hay que consolidar los
impuestos sobre la renta, extender el alcance de los impuestos a la propiedad y al
patrimonio (riqueza), revisar y actualizar de forma progresiva las regalías a la explotación
de recursos no renovables, y considerar impuestos a la economía digital, ambientales
y relacionados con la salud pública.
La sostenibilidad y orientación de la política fiscal requiere de nuevos pactos
sociales y fiscales que contribuyan de forma sinérgica a la reactivación económica,
de la inversión y del empleo, a la igualdad, el cierre de brechas de género y la acción
climática. Estos pactos son una pieza necesaria para generar las condiciones sociales,
políticas y económicas que permitan dar un horizonte expansivo a la política fiscal,
evitando demandas prematuras de consolidación y austeridad que frenen la recuperación.
El financiamiento para el desarrollo y la cooperación internacional deben desempeñar
un papel clave para aumentar la capacidad de los países de mantener políticas fiscales
expansivas, además de fortalecer la arquitectura de la deuda de modo que sea más
propicia para el desarrollo económico sostenible. Sin embargo, el financiamiento de
las instituciones financieras internacionales puesto a disposición de la comunidad
internacional ha sido menor al de la crisis financiera mundial. El FMI ha concedido
fondos equivalentes a 113.000 millones de dólares a las economías en desarrollo. Si se
excluye el monto de las líneas de crédito flexibles, la financiación total de esta institución
se situó en 67.000 millones de dólares. Este monto es inferior a los compromisos de
financiación del FMI durante la crisis financiera mundial de 2008-2009, que alcanzaron
los 75.000 millones de dólares entre enero y septiembre de 2009.
Para responder al incremento de las necesidades de lidiquez de los países en
desarrollo, incluidos los de la región, el Directorio Ejecutivo del FMI aprobó una nueva
emisión de derechos especiales de giro (DEG) en agosto de 2021. El consiguiente
aumento de las reservas internacionales proporcionará un importante colchón financiero
mediante la reducción del riesgo y el fortalecimiento de la posición financiera externa
de los países. Esta nueva emisión de DEG debería complementarse con mecanismos
para su reasignación de los países desarrollados a los países en desarrollo. Los países
en desarrollo podrían utilizar DEG asignados para la estabilidad financiera mientras que
los países desarrollados podrían prestar sus DEG a fondos fiduciarios multilaterales y
regionales para la provisión de bienes públicos.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
La redistribución de la liquidez también se puede canalizar mediante la creación
de fondos multilaterales como el Fondo para Aliviar la Economía COVID 19 (FACE)
que propuso el Gobierno de Costa Rica y el fortalecimiento de la cooperación
regional mediante el aumento de la capacidad de préstamo y respuesta de los
bancos de desarrollo regionales, subregionales y nacionales, así como la de otras
instituciones regionales.
El acceso a un mayor financiamiento debe complementarse con medidas
de política destinadas a reformar la arquitectura de la deuda internacional. Esto
supondría crear un mecanismo multilateral de reestructuración de la deuda y una
agencia multilateral de calificación crediticia. También se debe ampliar el alcance de
la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda promovida por el Grupo de los
20 (G20), de modo que abarque todas las partes interesadas pertinentes (es decir,
el sector privado y las instituciones multilaterales) y a los países vulnerables de
ingreso medio. Además, la iniciativa debe prolongarse más allá de 2021. Esto debería
ir acompañado de un mayor uso de diferentes instrumentos innovadores destinados
a evitar el endeudamiento excesivo y a aumentar la capacidad de los países para
afrontar el pago y el servicio de la deuda.
La fuerte contracción de la demanda agregada por efectos de la crisis del
COVID-19 llevó a la inflación regional durante 2020 a niveles históricamente bajos. Al
cierre de 2020 la inflación promedio de las economías de América Latina y el Caribe
fue del 3,0%, 0,1 puntos porcentuales menor a la de 2019. En total, 21 economías
registraron un descenso de la inflación durante 2020 y en 9 de ellas ese descenso
superó el punto porcentual.
El comportamiento de la inflación fue muy diferenciado a lo largo de 2020, y
mientras que en el primer semestre de 2020 se registró una fuerte reducción, a partir
de mayo de 2020 se incrementó. La fuerte contracción de la demanda agregada
interna apuntaló la caída de la inflación durante el primer semestre de 2020, mientras
que el incremento en los precios de los alimentos, de la energía y de otros insumos
productivos que habían visto afectado su proceso de comercialización desde el inicio
de la pandemia, así como la mayor volatilidad cambiaria, han impulsado su aumento
desde el segundo semestre de 2020.
Pese a la dinámica antes descrita, en 2021 la inflación se mantiene relativamente
baja, con la inflación subyacente en niveles similares a los anteriores a la crisis, lo que
refleja la debilidad que persiste en la demanda agregada interna.
En este contexto, durante 2020, la mayoría de los bancos centrales de la región
ajustaron los instrumentos de política monetaria para estimular la alicaída actividad
económica resultante de la pandemia. Por un lado, los bajos niveles de inflación y las
menores perspectivas de crecimiento llevaron a que los bancos centrales que usan
la tasa de interés como principal herramienta la redujeran, mientras que los bancos
que usan agregados los expandieron mediante aumentos de las emisiones primarias
y reducciones de las tasas de encaje legal. Además, los bancos centrales de la región
también emplearon instrumentos “no convencionales” para ampliar el crédito, tanto al
sector privado como al sector público, incluida la compra definitiva de títulos en poder de
los bancos, el establecimiento en conjunto con el fisco de programas de financiamiento
para empresas y hogares, así como el aumento del uso del financiamiento directo a
los Gobiernos de la región.
Los esfuerzos de las autoridades monetarias indujeron una reducción de las tasas de
interés activas, y durante 2020 estas se redujeron para la gran mayoría de las economías
de la región con respecto al nivel informado al cierre de 2019, observándose caídas en
Resumen ejecutivo
23
24
Resumen ejecutivo
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
los promedios anuales de las tasas activas en 23 de las 26 economías de las que se
dispone información. Durante los primeros cuatro meses de 2021 la situación cambió y
en 14 economías de la región las tasas activas se incrementaron, con un alza promedio
de 2,2 puntos porcentuales. Sin embargo, pese al aumento antes mencionado, los
niveles de las tasas activas a abril de 2021 se mantienen más bajos que los observados
en diciembre de 2019 en 20 de 26 economías de las que se dispone de información.
Las medidas para estimular el crédito tuvieron un impacto positivo sobre el crédito
real al sector privado en el corto plazo, mejorando su tasa de variación en el segundo
o tercer trimestre de 2020 en 18 economías de las 25 de las que se cuenta con
información. Sin embargo, este impulso ha perdido fuerza y entre el primer y segundo
trimestre de 2021 se observan caídas del crédito real al sector privado en 15 países
respecto de los mismos períodos del año anterior. Esta pérdida de dinamismo del
crédito posiblemente estaría reflejando menores impulsos de los programas crediticios
y la menor capacidad o disposición de las empresas y personas naturales para seguir
aumentando sus deudas ante expectativas de una prolongación de la crisis.
En el comienzo de 2020, los bancos centrales tuvieron que lidiar con episodios
críticos de salidas masivas y repentinas de capitales, excesivas fluctuaciones en las
monedas e incrementos de las primas por riesgo mientras debían evitar el colapso de
la actividad económica. En esas circunstancias adversas, las autoridades monetarias
de la región han desplegado un conjunto amplio de herramientas macroprudenciales
para preservar la estabilidad macroeconómica y financiera frente a la acumulación de
riesgos elevados que se gestaban en los sectores reales, financieros y externos de las
economías de la región. Entre estos esfuerzos destaca el énfasis puesto en la gestión
de las reservas internacionales para responder de manera pragmática, flexible y rápida
a posibles factores desestabilizadores que podrían acentuar la volatilidad cambiaria,
impulsar una reversión en los influjos de capital o aumentar la posibilidad de crisis
bancarias. Con este fin, las autoridades monetarias de la región fortalecieron su posición
de liquidez internacional, con lo que las reservas de la región se incrementaron un 4,6%
durante 2020, es decir 39.318 millones de dólares en total.
Además, las autoridades monetarias y financieras adecuaron las normas prudenciales
existentes antes de la crisis de tal manera que las instituciones financieras pudieran
absorber pérdidas e impedir la restricción de la oferta de créditos, como suele ocurrir
en fases recesivas. Además, se hizo un uso ampliado de la flexibilidad de las normas
macroprudenciales permitiendo a las entidades operar por debajo de los umbrales
de capital requerido y otros colchones de capital de naturaleza acíclicos, modificando
incluso las ponderaciones de riesgo, y permitiendo no incluir ciertos créditos vinculados
a los programas de apoyo en el cálculo de los requisitos de capital o en el límite de
apalancamiento de los bancos. Por otra parte, se acentuaron las medidas para acrecentar
la liquidez de las instituciones financieras, como los cambios relacionados a los encajes
legales según distintas modalidades —en términos de tasa, moneda local o divisas,
o en función de depósitos específicos, entre otros— o relacionados al coeficiente de
cobertura de liquidez.
A corto y mediano plazo debe reforzarse la política macroprudencial y de regulación
de los flujos de capital para evitar estigmas permanentes que podrían menoscabar
la recuperación de la actividad económica con crecimiento sostenido, inclusivo y
generador de empleo.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
B. Dinámica laboral y políticas de empleo
para una recuperación sostenible
e inclusiva más allá de la crisis
del COVID-19
En la segunda parte del Estudio Económico, 2021 se analizan los desafíos que tendrán
los países de la región para dinamizar el mercado laboral, recuperar los empleos
perdidos durante la crisis, reducir la informalidad y avanzar hacia mercados de trabajo
con empleo decente.
La pandemia generada por el coronavirus desencadenó una crisis sin precedentes en
los mercados laborales de la región, con caídas históricas en el número de ocupados (9,0%)
y en la participación (4,9 puntos porcentuales), e incrementos igualmente históricos
en las tasas de desocupación (2,5 puntos porcentuales). La conjunción de un choque
de demanda (externa e interna) y un choque de oferta (fundamentalmente interno)
generado por las medidas de confinamiento y las restricciones a ciertas actividades
son las causantes de la grave disrupción de la actividad económica y del consecuente
trastorno en los mercados laborales de la región.
El impacto de la crisis generó en 2020 la mayor contracción del PIB de los últimos
100 años y una caída del empleo no vista en las últimas siete décadas. Un elemento
para destacar es que los mercados de trabajo formales fueron los más protegidos por
las políticas, lo que se tradujo en una mayor destrucción de puestos de trabajo en el
sector informal de las economías de la región, lo que aumenta los riesgos de mayor
desigualdad en la región.
Como consecuencia de la crisis, la región ha mostrado marcados retrocesos en
la participación laboral, en especial la participación femenina, poniendo fin a más de
30 años de crecimiento continuo de esta participación. El marcado impacto de la crisis
en la inserción laboral femenina es resultado de la elevada participación de las mujeres
en actividades muy restringidas durante la pandemia, como el comercio y el turismo,
pero también del mayor peso de las labores no remuneradas vinculadas al cuidado del
hogar (niños, ancianos y enfermos) que recae sobre las mujeres.
Antes de la crisis, la región ya mostraba un agotamiento del ritmo del crecimiento
del empleo, siendo la década 2010-2019 la de menor crecimiento del número de
ocupados desde 1950. América Latina y el Caribe ha tendido a ser una de las regiones
con menor crecimiento del empleo, lo que reflejaría ciertas limitaciones estructurales
de la región que dificultan la generación de empleo. La recuperación de la actividad
económica que se espera para 2021 también impulsará una recuperación del empleo
en la región. Sin embargo, en 2021 ni la actividad económica ni el empleo recuperarán
los niveles previos a la crisis.
La pandemia de COVID-19 podría acelerar los cambios estructurales en los mercados
laborales de la región, impulsados por procesos de innovación y automatización que
podrían implicar cambios de mediano y largo plazo en la relación producto-empleo,
que podría traducirse en una subutilización del factor trabajo. Es por ello que, en un
contexto como el actual, las economías de la región deben impulsar políticas que
promuevan una recuperación transformadora con inversión destinada a la incorporación
de innovaciones tecnológicas, la transición energética, y la generación de más y mejores
empleos, aumentando el espacio para la expansión de las microempresas, pequeñas
y medianas empresas, ya que estas juegan un papel central en una estrategia de
desarrollo favorable al crecimiento inclusivo.
Resumen ejecutivo
25
26
Resumen ejecutivo
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
La naturaleza y la dimensión de la actual crisis significan un gran reto para los gestores
de política de la región y exigen grandes esfuerzos para la formulación y ejecución de
políticas que atenúen el impacto inmediato en la población, en especial en los grupos
tradicionalmente más vulnerables, y para propiciar una recuperación transformadora
con mayor crecimiento económico y mayor generación de empleo de calidad. En este
sentido, es necesario adoptar políticas integrales que, en el corto plazo, sostengan
el empleo y el tejido productivo y protejan el ingreso de los más perjudicados, y que
apunten a una transformación productiva que permita la creación y el sostenimiento
de empleos de calidad. Para ello es necesario diseñar nuevas políticas laborales que
busquen actualizar las calificaciones de los trabajadores, coordinar los procesos de
ajuste entre la oferta y la demanda de trabajo, y promover la creación de empleos
productivos. De acuerdo con esta visión integral, es necesario impulsar medidas de
capacitación, programas de empleo público, subsidios al empleo, programas de apoyo al
autoempleo y al microemprendimiento, así como servicios de empleo e infraestructura
de intermediación laboral. Este tipo de políticas se usa ampliamente en los países de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y han mostrado
ser muy eficaces para aumentar el empleo, mejorar la equidad, mejorar la movilidad
laboral y la calidad de los trabajos, así como para reducir la pobreza.
Así, en la segunda parte del Estudio se examinan las repercusiones de la crisis generada
por el COVID-19 en los mercados laborales de la región y se hace una comparación con
la trayectoria histórica de esos mercados. De igual forma, se contrastan las reacciones
del mercado de trabajo en la actualidad con la dinámica exhibida en otros episodios
de crisis (sistémicas o específicas) para comparar las dimensiones de crisis anteriores
y de la crisis actual, y también para caracterizar los procesos de recuperación de la
actividad económica en esos episodios y el desempeño que mostró el mercado de
trabajo. Se hace especial énfasis en el impacto desigual de la pandemia en el empleo
de las mujeres y los jóvenes; si bien estos grupos suelen ser los perdedores principales
y tradicionales de las crisis económicas, algunas peculiaridades de la actual crisis los
ha hecho más vulnerables.
También se analizan las perspectivas de los mercados laborales regionales en un
contexto de profundas transformaciones tecnológicas, económicas y sociales, y se
ponen de relieve los desafíos políticos correspondientes. Para ello se examinan los
riesgos y oportunidades que provienen de la introducción de las nuevas tecnologías, así
como los desafíos y las características del trabajo relacionado con plataformas digitales
y el teletrabajo. En esta parte del Estudio se presenta una síntesis de las principales
políticas laborales implementadas desde el inicio de la crisis para mitigar los efectos
en los mercados de trabajo de la región.
Los mercados laborales se encuentran en una difícil situación como consecuencia de
la informalidad, la baja productividad y las nuevas tendencias que pueden comprometer
la generación de puestos de trabajo. Es por ello que se requieren políticas integradas,
que incluyan políticas fiscales monetarias destinadas a promover la demanda y el apoyo
a las empresas, y políticas industriales y laborales activas que fomenten el empleo
de calidad y el aumento de la productividad. En este sentido, se señala la relevancia
de apoyar a las microempresas y pequeñas y medianas empresas (mipymes) como
eje central de la estrategia para preservar el empleo, dinamizar el mercado laboral e
incrementar la productividad media de las economías.
PARTE
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Situación económica y perspectivas
para 2021 y 2022
I
Capítulo I
27
CAPÍTULO
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Panorama regional
A. El contexto internacional
B. La evolución de la liquidez a nivel global
C. El sector externo
D. El desempeño interno
E. Las políticas macroeconómicas
F. Perspectivas para América Latina y el Caribe
en 2021 y 2022
Bibliografía
I
Capítulo I
29
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
A. El contexto internacional
1.
La pandemia de enfermedad por coronavirus
(COVID-19) ha puesto de manifiesto las
asimetrías existentes en la capacidad de
respuesta de los distintos países ante la crisis
En términos de política fiscal, la capacidad que han tenido los países para implementar
políticas expansivas orientadas a mitigar los efectos de la crisis y sentar las bases de
la recuperación ha sido muy distinta. En 2020, las economías avanzadas movilizaron
6,3 billones de dólares en medidas destinadas a gastos y alivio tributario y 5,2 billones de
dólares en instrumentos de liquidez (un 12,7% y un 11,3% del PIB, respectivamente, en
promedio), para paliar los efectos económicos y sociales de la pandemia (CEPAL, 2021a).
En los países emergentes, en tanto, la respuesta de política fiscal alcanzó una magnitud
menor: tan solo un 4% del PIB en gastos adicionales y alivio tributario (FMI, 2021a).
En muchas economías avanzadas se han aprobado paquetes de medidas enfocadas en
sostener la actividad económica tanto a corto como a mediano plazo. En la Unión Europea,
por ejemplo, se aprobó el marco financiero plurianual para el período 2021-2027, por
1,8 billones de euros, lo que representa cerca del doble de los recursos del marco
financiero plurianual anterior. En el marco 2021-2027 se incluye un nuevo mecanismo
temporario (NextGenerationUE) destinado a financiar un amplio plan de recuperación
económica por unos 750.000 millones de euros. Otro ejemplo es el Plan de Rescate
Estadounidense de 2021 (American Rescue Plan Act), que ofrece estímulos por
1,9 billones de dólares orientados a financiar la vacunación, fortalecer las redes
sanitarias, brindar alivio económico a las familias, ampliar los beneficios del seguro de
desempleo y mantener el apoyo a las empresas. Este plan de estímulo, sumado a los
que se pusieron en práctica en 2020, eleva la respuesta fiscal de los Estados Unidos
frente al COVID-19 a cerca de un 25% del PIB (CEPAL, 2021a).
La crisis agudizó la desigualdad que ya existía tanto entre países como en cada
uno de ellos. En 2020, en un contexto de crisis mundial en que se perdieron más de
140 millones de empleos, la riqueza mundial aumentó un 7,4% debido al crecimiento de
los mercados bursátiles, la apreciación del sector inmobiliario, las bajas tasas de interés
y los ahorros imprevistos como consecuencia del confinamiento (CEPAL, 2021b). No
obstante, el aumento de la riqueza no fue uniforme: mientras que creció un 12,4% en
el Canadá y los Estados Unidos, un 9,2% en Europa y un 4,4% en China, en la India,
se redujo un 4,4% y en América Latina y el Caribe cayó un 11,4%. Así, siguiendo el
patrón histórico, el 1% de las personas más ricas concentraron cerca del 50% de la
riqueza mundial (Credit Suisse Research Institute, 2021).
Por último, la crisis también puso de manifiesto la diferente capacidad de acceso
de los países a las vacunas como mecanismo de control de los contagios. A pesar de
que los resultados científicos y tecnológicos han sido inéditos en lo que respecta al
desarrollo de varias vacunas distintas para enfrentar el COVID-19, existen marcadas
diferencias entre un país y otro en el acceso a dichas vacunas y en las tasas efectivas
de vacunación que pueden alcanzar. En particular, se ha producido una marcada
concentración de la compra de vacunas por parte de los países más desarrollados,
por lo cual, por ejemplo, al 22 de agosto de 2021, en la Unión Europea ya el 55,6%
de la población había completado su pauta de vacunación, y en los Estados Unidos
y el Canadá esta cifra alcanzaba el 53,0%, mientras que a nivel mundial solo era del
24,5%. En el caso de América Latina y el Caribe, la cifra ascendía al 24,8% (un 26,8%
en América del Sur, un 22,4% en Centroamérica y México y solo un 5,8% en el Caribe)1.
1
Cifras al 22 de agosto o última cifra disponible. Cálculos sobre la base de cifras de Our World in Data [en línea] www.ourworldindata.org.
I
Capítulo I
31
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
2.
Después de que en 2020 la economía mundial
sufriera la peor caída en décadas (-3,2%), el
crecimiento esperado para 2021 es de casi un 6%
En 2021, el grupo de economías desarrolladas crecería un 5,5%, con una cifra de crecimiento
de los Estados Unidos de casi un 7%2. La zona del euro, por su parte, crecería un 4,7%,
mientras que el Japón crecería un 2,9% y el Reino Unido alrededor de un 7,0%. En el
grupo de economías emergentes —que este año crecerían un 6,2%— se destacan China
y la India con un crecimiento del 8,4% y el 9,2%, respectivamente. Por otra parte, se
prevé un dinamismo menor en algunas subregiones en desarrollo como Oriente Medio y
Norte de África (crecimiento del 4,0%) y África Subsahariana (3,4%) (véase el gráfico I.1).
Gráfico I.1
Regiones y países seleccionados: tasa de crecimiento del PIB 2020, y proyecciones 2021-2022
(En porcentajes)
13
5,9
4,5
5,5
4,2
3,9
3
4,8
2,9 2,6
4,7 4,4
-7
-3,5
6,4
8,2
5,7
-2,1
4,5
3,6
-0,9
-2,0
4,0 3,7
-2,6
3,4
4,1
-1,8
2020
2021
2022
-4,7
-6,5
-7,3
África
Subsahariana
Oriente Medio y
Norte de África
Economías
emergentes
de Europa
India
China
Zona del euro
Reino Unido
Japón
Estados Unidos
-9,9
Economías
avanzadas
-12
-4,6
6,2
5,0
9,2
2,3
-2
-3,2
8,4
8,2
7,0
6,9
Economías
emergentes y
en desarrollo
Economías
emergentes
de Asia
8
Mundo
32
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), OECD Economic Outlook,
vol. 2021, Nº 1, París, OECD Publishing, mayo de 2021; Fondo Monetario Internacional (FMI), “World Economic Outlook update”, julio de 2021 [en línea] https://
www.imf.org/en/Publications/WEO/Issues/2021/07/27/world-economic-outlook-update-july-2021; Banco Mundial, Global Economic Prospects, Washington, D.C.,
junio de 2021; y Comisión Europea, European Economic Forecast: Summer 2021, Luxemburgo, julio de 2021.
Nota: En el caso de la India, el año fiscal comienza en abril y termina en marzo del año siguiente.
Para 2022 se espera que la economía mundial crezca un 4,5% en promedio. Las
economías desarrolladas crecerían un 4,2% debido al rápido avance en los procesos de
vacunación y los mayores estímulos fiscales en los Estados Unidos, mientras que las
economías emergentes crecerían un 5,0%, nuevamente impulsadas por las economías
emergentes y en desarrollo de Asia (6,4%), incluidas China y la India.
Lo que caracteriza el crecimiento de 2021 es la velocidad de recuperación, que difiere
de un país a otro y también entre los distintos sectores de actividad en las economías.
Como se mencionó, no solo la evolución de la pandemia y de los procesos de vacunación
ha sido distinta, sino que también las economías han contado —y cuentan— con distintas
capacidades para llevar a cabo políticas de mitigación del daño económico y social
resultante de la crisis sanitaria.
La disparidad en los procesos de recuperación entre países y en cada uno pone en
jaque la capacidad de sostener el crecimiento a mediano plazo, más allá del crecimiento
2
Con la aprobación en marzo de un paquete de estímulo fiscal de 1,9 billones de dólares (alrededor del 9% del PIB), los pronósticos
de crecimiento para la economía estadounidense se elevaron alrededor de 3 puntos porcentuales respecto de las proyecciones
vigentes en diciembre de 2020.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
proyectado para 2021 y 2022. Esta disparidad implica no solo un menor círculo virtuoso
entre producción y demanda externa por parte de las economías, sino también la posible
alteración del flujo normal de las cadenas de suministro y un posible aumento de las
tendencias proteccionistas en el comercio. Los procesos de recuperación desiguales
en los países —a nivel de sectores y grupos poblacionales afectados— exacerban aún
más las inequidades y tensiones sociales que existen en varias regiones (El-Erian, 2021).
3.
Tras la caída del 5,4% sufrida en 2020, el volumen
de comercio mundial logra una dinámica
recuperación y para 2021 la Organización
Mundial del Comercio (OMC) espera
un crecimiento del 8%
En 2020, la caída del volumen de comercio de bienes llegó al 5,4%, una cifra menor
a la esperada originalmente por la OMC, que en abril de ese año había pronosticado
que el descenso podía llegar a un 32% en su escenario más pesimista.
Entre las causas de esta menor caída se encuentran los paquetes de estímulo fiscal
y monetario que implementaron numerosos gobiernos. Estos fueron mucho mayores
en magnitud y amplitud geográfica que los adoptados durante la crisis mundial de 2008
y ayudaron a evitar una mayor caída de la demanda mundial y el comercio (OMC, 2021).
A esto se suma que las restricciones impuestas a los viajes y los cierres de
fronteras produjeron un efecto sustitución en el gasto desde estos servicios hacia los
bienes. A la vez, la rápida adaptación de las empresas y los hogares al teletrabajo y
la recuperación de las cadenas de producción permitieron mantener la generación de
renta y la demanda. Por último, la gran mayoría de las medidas proteccionistas que se
impusieron al principio de la pandemia, que hubiesen provocado una mayor contracción
del comercio de bienes, se fueron retirando con el trascurso del tiempo (OMC, 2021).
En los primeros cinco meses de 2021, el comercio mundial crece a tasas interanuales
de dos dígitos (véase el gráfico I.2.A), principalmente a causa de la base de comparación
muy baja que constituyen los mismos meses de 2020. Por este motivo, estas tasas se irían
moderando en el transcurso del año y, según la OMC, el volumen de comercio crecería,
en promedio, un 8% en 2021. A nivel de regiones y países, el mayor crecimiento en los
primeros cuatro meses del año se ha dado en China, donde es un 28% mayor que en
igual período del año anterior (véase el gráfico I.2.B). Esto se debe tanto al efecto de base
como al alza a nuevos niveles históricos. En términos de categorías, aquellas que se han
beneficiado de una mayor demanda debido al cierre de actividades continúan mostrando
mayor dinamismo. En particular, por ejemplo, las exportaciones de artículos electrónicos,
muebles y juguetes están en niveles casi un 30% por encima de los registrados previo a la
pandemia, mientras que, por el contrario, las exportaciones de bienes como automóviles
han estado básicamente estancadas durante seis meses (Capital Economics, 2021a).
A pesar del rápido retorno al crecimiento, el comercio mundial ha estado afrontando
una serie de riesgos desde el punto de vista de la oferta durante 2021. Estos riesgos
están asociados a la escasez de algunas materias primas y bienes, cuellos de botella
en las infraestructuras y canales logísticos, la alteración de los flujos de transporte,
la falta de disponibilidad de trabajadores a raíz de la pandemia y la extensión de los
plazos de transporte debido a nuevas normativas sanitarias y al encarecimiento de los
fletes hasta niveles históricos. Estos desequilibrios podrían continuar hasta 2022 y, en
algunos casos, incluso podrían llegar a hacer mella en la demanda3.
3
Véase Capital Economics, Global Trade Monitor 25 de agosto de 2021; C. Barría, “Nunca había visto algo así”: la gran escasez
de productos que afecta al mundo (y por qué puede producirse un ´efecto látigo´)”, BBC News mundo, 13 de agosto de 2021 [en
línea] https://www.bbc.com/mundo/noticias-58080678 y J. Hoffmann, “How to cushion consumers from high maritime freight
rates”, United Nations Conference on Trade and Development (UNCTAD), 27 de julio de 2021 [en línea] https://unctad.org/news/
how-cushion-consumers-high-maritime-freight-rates.
Capítulo I
33
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
Gráfico I.2
Volumen del comercio mundial
(En porcentajes, sobre la base de un índice desestacionalizado)
A. Tasa de variación interanual, enero de 2003 a mayo de 2021
30
25
20
Ene 2003-jun 2007
8
15
Jul 2011-dic 2015
10
2
5
2016
1,4
0
2017
4,9
Proyección
2021
8
2018
3,5
-0,4
2019
-5
-10
-15
-5,4
2020
-20
-25
Ene
May
Sep
Ene
May
Sep
Ene
May
Sep
Ene
May
Sep
Ene
May
Sep
Ene
May
Sep
Ene
May
Sep
Ene
May
Sep
Ene
May
Sep
Ene
May
Sep
Ene
May
Sep
Ene
May
Sep
Ene
May
Sep
Ene
May
Sep
Ene
May
Sep
Ene
May
Sep
Ene
May
Sep
Ene
May
Sep
Ene
May
34
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
2021
B. Por subregiones y países seleccionados, variación del acumulado de enero a mayo de 2021 frente a enero a mayo de 2020
35
30
25
20
15
10
5
0
-5
-10
China
Economías
emergentes
de Asia
(sin incluir China)
Mundo
Economías
Zona del euro
avanzadas de Asia
(sin incluir el Japón)
Economías
avanzadas
Estados Unidos
América
Latina
África y
Europa del Este
y Comunidad Oriente Medio
de Estados
Independientes
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Netherlands Bureau for Economic Policy Analysis (CPB), World Trade Monitor [base
de datos en línea] https://www.cpb.nl/en/worldtrademonitor.
Por el lado de los servicios, la OMC proyecta que estos no recuperarían los niveles
previos a la crisis hasta que se haya superado la pandemia (en 2020, la exportación
de servicios comerciales cayó un 20% en dólares corrientes, los servicios de viajes
bajaron un 63% y los servicios de transporte se redujeron un 19%).
La OMC prevé para 2022 una moderación de la tasa de crecimiento del volumen de
comercio —a un 4%—, en línea con la moderación esperada también en el crecimiento
de la actividad económica mundial. Tanto la proyección de este año como la del próximo
tienen, según la OMC, un riesgo a la baja por factores relacionados principalmente
con la evolución de la pandemia (producción y distribución insuficientes de vacunas, o
expansión de variantes de COVID-19 resistentes a las vacunas).
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
4.
Capítulo I
La recuperación del comercio se acompaña del
aumento de los precios de los productos básicos,
que en 2021 serían un 38% más altos, en promedio
Los precios de los productos básicos han mostrado un pronunciado aumento desde
abril de 2020 hasta la fecha (véase el gráfico I.3).
Gráfico I.3
Índices de precios internacionales de los productos básicos, enero de 2018 a junio de 2021
(Base enero de 2018=100)
150
140
130
120
110
100
90
80
70
60
50
30
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
40
2018
2019
2020
Productos agrícolas
Metales (no preciosos) y minerales
Productos energéticos
2021
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Banco Mundial, “World Bank Commodities Price Data (The Pink Sheet)”, 2 de julio
de 2021 [en línea] https://thedocs.worldbank.org/en/doc/5d903e848db1d1b83e0ec8f744e55570-0350012021/related/CMO-Pink-Sheet-July-2021.pdf.
Para 2021, se prevé que los precios de los productos energéticos, de los metales
y minerales, y de los productos agroalimentarios sean un 58%, un 38% y un 20% más
altos, respectivamente, en comparación con el nivel promedio registrado en 20204. La
dinámica se explica, en gran medida, por una mayor demanda mundial y —en el caso
de los productos agrícolas— también por choques de oferta.
Cuadro I.1
Variación interanual proyectada de los precios internacionales de los productos básicos, 2021
(En porcentajes)
Productos primarios
38
Productos primarios (sin energía)
30
Productos agroalimentarios
20
Metales y minerales
38
Productos energéticosa
58
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base Banco Mundial, Commodity Markets Outlook: Causes
and Consequences of Metal Price Shocks, Washington, D.C., abril de 2021; Fondo Monetario Internacional (FMI), World Economic
Outlook Database, abril de 2021 [en línea] https://www.imf.org/en/Publications/WEO/Issues/2021/03/23/world-economic-outlookapril-2021; The Economist Intelligence Unit, “CountryData” [en línea] https://store.eiu.com/product/countrydata; Administración de
Información Energética de los Estados Unidos, Short Term Energy Outlook, 6 de julio de 2021; Banco de Chile, Informe de Política
Monetaria: junio 2021, Santiago, 2021, y datos de Bloomberg y de la Comisión Chilena del Cobre (COCHILCO).
a Esta categoría incluye petróleo, gas natural y carbón.
4
En particular, los precios del café, la soja, el trigo y el maíz incorporarían los efectos de la acumulación de condiciones climáticas
extremas (sequías y heladas) en el Brasil, los Estados Unidos, la Argentina y Ucrania, que tendrían una incidencia negativa en
las cosechas. En algunos casos, además, las condiciones adversas se combinan con aumento en la demanda (véase Capital
Economics, 2021b y 2021c).
35
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
5.
En lo que va del año, los mercados financieros se
han visto favorecidos por la mejora de la actividad
económica mundial, los mayores estímulos fiscales
en los diferentes países y los avances en el control
de la pandemia y en el proceso de vacunación,
sobre todo en los Estados Unidos y Europa
Se ha mantenido un elevado nivel de liquidez mundial (véase el gráfico I.4). Los bancos
centrales de las principales economías desarrolladas mantuvieron sus tasas en niveles
mínimos históricos y continuaron con los programas de compra de activos haciendo
crecer —aunque a menor ritmo en los últimos meses— el tamaño de sus hojas de balance.
Gráfico I.4
Cambio mensual del tamaño de la hoja de balance, enero de 2018 a junio de 2021
(En porcentajes del PIB)
16
14
12
10
8
6
4
2
0
-2
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
36
2018
Banco de Inglaterra
2019
Banco del Japón
Reserva Federal (Estados Unidos)
2020
Banco Central Europeo
2021
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Bloomberg.
Lo mencionado anteriormente, sumado a la mejora en la actividad económica
mundial, ha redundado en bajos niveles de volatilidad financiera (véase el gráfico I.5)
y un aumento en la demanda de activos de mayor riesgo, al tiempo que se redujo la
demanda de los activos percibidos como más seguros. Con esto, los flujos de capitales
hacia las economías emergentes se mantuvieron positivos, sobre todo los orientados
a los mercados de renta fija (véase el gráfico I.6).
En general, en los mercados de renta variable las bolsas continuaron la tendencia
al alza (véase el gráfico I.7) y en algunos casos volvieron a alcanzar niveles récord. Las
bolsas de los Estados Unidos y de Alemania se encuentran en niveles históricos, al
tiempo que la del Japón registra un máximo desde 1990 (Banco Central de Reserva del
Perú, 2021). En el caso de las economías emergentes, las bolsas se vieron beneficiadas
por el mayor apetito de riesgo y por el aumento del precio de los productos básicos
de los que muchas son exportadoras.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
Gráfico I.5
Índice VIX de volatilidad en los mercados financieros, enero de 2020 a julio de 2021
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
2020
Mar
Abr
May
Jun
Jul
2021
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Bloomberg.
Nota: El índice VIX, elaborado por la Bolsa de Opciones de Chicago (CBOE), mide la volatilidad esperada para los próximos 30 días y se obtiene a partir de los precios
de las opciones de compra y venta del índice S&P 500.
Gráfico I.6
Flujo de capitales de cartera de no residentes hacia mercados emergentes, junio de 2019
a junio de 2021
(En miles de millones de dólares)
120
Recuperación económica mundial,
desarrollo de las vacunas
y resultados de elecciones
en los Estados Unidos
100
80
Recortes de tasas
de la Fed
60
40
20
0
-20
Temores de retiro prematuro
de estímulos de la Fed
comerciales
-40 y Tensiones
desaceleración mundial
-60
-100
Total
Renta fija
Renta variable
Expansión del COVID-19
y temores de recesión mundial
-80
Jun
Sep
2019
Dic
Mar
Jun
Sep
2020
Dic
Mar
Jun
2021
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Instituto de Finanzas Internacionales (IIF).
37
38
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
Gráfico I.7
Índices de precios en los mercados accionarios, enero de 2020 a julio de 2021
(Índice MSCI de mercados desarrollados y emergentes, base 1 de enero 2020=100)
140
130
120
110
100
90
80
70
60
Mercados emergentes
Mercados desarrollados
Ene
Mar
May
Jul
Sep
Nov
Ene
Mar
2020
May
Jul
2021
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Bloomberg.
6.
En los países desarrollados se han registrado
mayores tasas de inflación que han tenido
su contraparte en el aumento de las tasas de
rendimiento de los bonos soberanos de largo
plazo de los países considerados como
refugio, principalmente los Estados Unidos
Las mayores tasas de inflación registradas en los países desarrollados son consecuencia
de un aumento de la demanda interna, un alza en los precios del petróleo y otros
productos básicos, y algunas restricciones de oferta. En lo que respecta a la demanda,
se ha producido un aumento del gasto por parte de quienes durante la pandemia
continuaron percibiendo salarios, pero no tuvieron oportunidad de consumir como era
costumbre, con lo que se generó un mayor ahorro. Asimismo, los estímulos fiscales
lanzados por los gobiernos, en particular el aprobado en marzo por el Gobierno de los
Estados Unidos, tienen un componente importante de transferencias de ingresos a
los ciudadanos con el objeto de estimular el consumo. Esta mayor demanda, a su
vez, suele enfrentar ciertas dificultades desde el punto de vista de la oferta —dañada
por la crisis con cierres de empresas y destrucción de capacidad productiva—, con lo
que se ejerce una presión al alza en los precios. Por último, se conjugó un aumento
en los costos de producción como consecuencia del incremento del precio de bienes
primarios y los costos del transporte internacional.
Como resultado de lo expuesto, en los Estados Unidos la inflación ha alcanzado
niveles máximos desde 2008 y se ha producido un aumento en la tasa de rendimiento
de los bonos de largo plazo del país como reflejo de las expectativas de que la autoridad
monetaria pudiera comenzar a retirar sus estímulos monetarios antes de lo previsto
(véase el gráfico 1.8)5.
5
En la reunión celebrada los días 15 y 16 de junio de 2021, la Reserva Federal mantuvo sin cambios la tasa de interés de
política monetaria, pero dejó abierta la posibilidad de evaluar el programa en las próximas reuniones en virtud de lo que
ocurra con la economía.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
Gráfico I.8
Estados Unidos: rendimiento de los bonos soberanos a diez años,
enero de 2018 a julio de 2021
(En porcentajes)
3,5
3,0
2,5
2,0
1,5
1,0
0,5
0
Ene
Mar
May
Jul
2018
Sep
Nov
Ene
Mar
May
Jul
Sep
Nov
Ene
2019
Mar
May
Jul
Sep
2020
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Bloomberg.
El posible aumento en las tasas de interés de los Estados Unidos repercutiría en los
mercados emergentes en tanto se reduce el atractivo de las inversiones en monedas
distintas al dólar, lo que ejerce presión sobre los tipos de cambio y también sobre los
precios de los bonos de estos mercados. En todo caso, los rendimientos de los bonos
del Tesoro de los Estados Unidos siguen siendo bajos en la comparación histórica y
las salidas generalizadas de capitales desde los mercados emergentes no parecen
constituir un riesgo a corto plazo6.
Hacia el futuro, sin embargo, nunca está ausente el riesgo de que sobrevenga
una nueva fase de mayor aversión al riesgo. Esto aumentaría la demanda de títulos
“seguros” y tendría un efecto negativo sobre los flujos financieros hacia las economías
emergentes, incluidas las de América Latina y el Caribe.
Una situación de este tipo, por lo demás, encontraría a dichas economías más
vulnerables debido a los mayores volúmenes de deuda acumulados, que para algunas
empresas, e incluso gobiernos, podrían tornarse inmanejables.
6
Además, el riesgo de subida de las tasas de corto plazo en los Estados Unidos disminuye gracias a la enmienda de metas de
inflación promedio que la Reserva Federal de los Estados Unidos introdujo en su política en agosto de 2020, por la cual permite
que la inflación suba por encima del objetivo del 2% después de períodos en los que haya estado por debajo (véase Junta de
Gobernadores de la Reserva Federal, 2020). En julio de 2021, el Banco Central Europeo (BCE) también anunció una flexibilización
de su política monetaria; la entidad tolerará subidas temporales de los precios superiores al 2%.
Nov
Ene
Mar
May
2021
Jul
39
40
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
B. La evolución de la liquidez a nivel global
1.
En 2021 los países desarrollados redoblaron
sus esfuerzos para aumentar la liquidez a través
de la continua expansión de las hojas de balance
de los bancos centrales
En 2021 la mayoría de los principales bancos centrales del mundo reforzaron la orientación
expansiva de la política monetaria adoptada en 2020 para enfrentar los efectos de la
pandemia. Entre 2020 y el primer trimestre de 2021, la tasa de crecimiento de la oferta
monetaria ampliada se expandió del 19,0% al 25,7% en el caso de los Estados Unidos,
del 8,1% al 9,8% en el caso del Reino Unido y del 5,4% al 8,0% en el caso del Japón.
Por su parte, en el caso de la zona del euro se suavizó levemente la tasa de crecimiento
de la oferta (que pasó del 9,5% al 9,2% en el mismo período) (véase el gráfico I.9).
Gráfico I.9
Regiones y países seleccionados: tasa de crecimiento de la oferta monetaria ampliada, promedios
anuales sobre la base de datos trimestrales, 2018 a primer trimestre de 2021
(En porcentajes)
30
25,7
25
19,0
20
15
5
9,8
9,5 9,2
10
3,8 5,1
3,9 5,1
8,1
3,7
1,4
0
Estados Unidos
Zona del euro
8,0
5,4
Reino Unido
2,5 2,1
2018
2019
2020
2021 (primer trimestre)
Japón
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe, sobre la base de Banco de la Reserva Federal de St. Louis, Federal Reserve Economic Data (FRED), 2021 [base
de datos en línea] https://fred.stlouisfed.org/.
La evolución de la liquidez se explica fundamentalmente en el aumento extraordinario
de las hojas de balance de los bancos centrales. La hoja de balance de la Reserva
Federal de los Estados Unidos se sitúa en julio de 2021 en 8 billones de dólares, que
equivalen aproximadamente al 38% del producto interno bruto (PIB) del país, lo que
representa un aumento del 100% en comparación con el nivel que se registró como
respuesta a la crisis financiera mundial7. Después de la adopción de políticas de
expansión cuantitativa dirigidas a responder a la crisis financiera mundial entre 2008 y
2013, la hoja de balance de la Reserva Federal representaba el 18% del PIB. Por otra
parte, de acuerdo con información disponible a diciembre de 2020 las hojas de balance
del Banco Central Europeo (BCE), el Banco de Inglaterra y el Banco del Japón se sitúan
en el 59%, el 40% y el 127% de los PIB respectivos.
7
En relación con marzo de 2020, cuando el COVID-19 fue declarado pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS),
la hoja de balance de la Reserva Federal aumentó 3,1 billones de dólares.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
2.
El aumento de las hojas de balance ha permitido
sostener una política fiscal fuertemente expansiva
A su vez, el aumento de las hojas de balance en los Estados Unidos responde en gran medida
a la compra de títulos de la deuda pública del gobierno federal (papeles gubernamentales
y bonos del Tesoro a largo plazo). En julio de 2021 estos representan el 69% del total
de la cartera de activos de la Reserva Federal (8 billones de dólares). Los programas de
emergencia de apoyo a la liquidez propiamente dicha, para responder a las necesidades
de financiamiento de los hogares y las empresas, equivalen a 88.000 millones de dólares8.
Este comportamiento ha sido muy distinto al que se observó ante la crisis financiera
mundial. En comparación, durante la crisis financiera mundial (entre el 5 de diciembre de
2007 y el 24 de junio de 2009) la Reserva Federal solo aumentó sus tenencias de bonos y
bonos del Tesoro en 116.000 millones de dólares, o aproximadamente el 25%. Durante ese
mismo período, la Reserva Federal amplió su cartera total de 920.000 millones de dólares
a 2,1 billones de dólares, lo que representa un aumento total de 1,2 billones de dólares.
Gran parte de ese aumento se debió a la compra de valores respaldados por hipotecas
y la implementación de nuevos programas para abordar la desaceleración económica.
En el caso de la zona del euro, los títulos de deuda de gobierno representan más
del 50% del total de los activos del Banco Central Europeo (BCE, 2021).
La política monetaria ha permitido bajar el costo del endeudamiento de los
Gobiernos de los países desarrollados y llevar a cabo una política fiscal expansiva sin
precedentes desde la Segunda Guerra Mundial. En los meses de marzo y diciembre
de 2020 y marzo de 2021 la legislación aprobada por el Congreso de los Estados
Unidos ha conllevado un apoyo fiscal equivalente a casi 5,8 billones de dólares, lo que
representa aproximadamente un 28% del PIB de ese país (Clarida, Duygan-Bump y
Scotti, 2021). Como se observa en el gráfico I.10, en el caso de los Estados Unidos, la
expansión de la hoja de balance de la Reserva Federal a partir de 2019 (de 3,9 billones
de dólares ese año a 6,3 billones de dólares en 2020) guarda una estrecha relación con
el aumento del déficit fiscal (de 1,0 billón de dólares en 2019 a 3,1 billones de dólares
en 2020, montos que representan el 4,6% y el 14,9% del PIB, respectivamente)9.
Cabe señalar que la compra de títulos del tesoro abarca distintos plazos de madurez,
lo que, junto con el manejo tradicional de la política monetaria a través de la tasa de
interés de corto plazo (la tasa de los fondos federales), implica que la política monetaria
de la Reserva Federal no solo se instrumenta a partir de los dos extremos de la curva
de rendimientos, sino que en toda la extensión de los distintos plazos de madurez. En
suma, la política monetaria implementada para responder a la crisis ocasionada por la
pandemia es novedosa no solo porque ha permitido una expansión fiscal sin precedentes
en un contexto de bajas tasas de interés, sino también porque puede llevar a plantear
el control implícito de la curva de rendimientos por parte de la Reserva Federal.
8
9
La mayoría de estos programas —incluidos el programa de financiamiento de papeles comerciales (Commercial Paper Funding
Facility (CPFF)), el servicio de crédito para operadores primarios (Primary Dealer Credit Facility (PDCF)), el programa de liquidez
de fondos mutuos del mercado monetario (Money Market Mutual Fund Liquidity Facility (MMLF)), el programa de crédito para
empresas en el mercado primario (Primary Market Corporate Credit Facility (PMCCF)), el programa de crédito para empresas
en el mercado secundario (Secondary Market Corporate Credit Facility (SMCCF)), el programa de préstamo de valores a plazo
respaldados por activos (Term Asset-Backed Securities Loan Facility (TALF)), el programa de préstamos para pequeñas y medianas
empresas (Main Street Lending Program), el programa de liquidez municipal (Municipal Liquidity Facility (MLF)) y el programa de
liquidez del programa de protección de la nómina (Paycheck Protection Program Liquidity Facility (PPPLF))— estaban vigentes
hasta diciembre de 2020, marzo de 2021 o junio de 2021, dependiendo del programa de financiamiento específico (Clarida,
Duygan-Bump y Scotti, 2021).
En el gráfico I.10 no se presenta el déficit fiscal en términos de PIB, como se suele hacer, debido a que como consecuencia de
la caída del PIB que se produjo en 2020 se puede sobreestimar el déficit fiscal. No obstante, para fines de referencia se incluye
el déficit fiscal en términos de PIB en el texto.
Capítulo I
41
42
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
Gráfico I.10
Estados Unidos: hoja de activos de la Reserva Federal y déficit fiscal del gobierno federal, 2016-2020
(En billones de dólares)
7
0
6
-0,5
5
-1,0
4
-1,5
3
-2,0
2
-2,5
1
-3,0
0
-3,5
2016
2017
2018
2019
2020
Déficit fiscal (eje derecho)
Activos de la Reserva Federal
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Banco de la Reserva Federal de St. Louis, Federal Reserve Economic Data (FRED),
2021 [base de datos en línea] https://fred.stlouisfed.org/.
El control de la curva de rendimientos implica el anuncio de objetivos de tasas de interés
con determinada madurez o intervalo de madurez. Con esta política monetaria se busca
controlar no solo las distintas tasas de interés sino además los diferenciales entre las tasas
de interés. En caso de materializarse la política de control de la curva de rendimientos, se
reforzarían las tendencias observadas en relación con la postura acomodaticia de la política
monetaria con respecto a la política fiscal y al objetivo de expansión de la demanda agregada.
3.
La política monetaria ha beneficiado al mercado
de valores y a los mercados de bonos, que han
consolidado su posición como principales
proveedores de liquidez internacional
La política de expansión de las hojas de balances de los principales bancos centrales y de
la oferta monetaria y la disminución de las tasas de interés no han ido acompañadas de
un aumento del crédito bancario. En el caso de los Estados Unidos, la tasa de crecimiento
del crédito de la banca comercial ha venido a la baja desde el segundo trimestre de 2020,
al pasar del 11% al 6% en el segundo trimestre de 2021. La tasa de crecimiento del
crédito transfronterizo en dólares disminuyó del 2,7% al 0,6% entre el segundo y el
cuarto trimestre de 2020. En el caso de la zona del euro, el crédito transfronterizo se
ha recuperado apenas, y ha registrado tasas de crecimiento del -0,9% en el segundo
trimestre de 2020 y de solo un 0,4% en el último trimestre de ese mismo año.
La orientación de la política monetaria ha beneficiado más bien al mercado de
valores y a los mercados de bonos. Como se señala en CEPAL (2020), en una primera
instancia las políticas monetarias basadas en la expansión de las hojas de balance y la
disminución de las tasas de interés de más largo plazo contribuyeron a contrarrestar la
caída inicial que se produjo en las bolsas de valores como consecuencia de la irrupción
del COVID-19 a escala mundial en marzo de 2020 y a potenciar el aumento de los
valores transados en el mercado bursátil. Desde marzo de 2020 hasta julio de 2021, las
políticas monetarias han permitido, mediante la valorización de los activos financieros,
mantener la tendencia al alza de las bolsas de valores en los países desarrollados sin
mayores interrupciones, marcando, casi de manera continua, niveles récord.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
A la vez, la disminución de las tasas de interés de largo plazo ha aumentado el
valor presente de los bonos, generando una ganancia de capital para sus tenedores
y, en general, una mayor demanda por este instrumento. Por otra parte, el bajo nivel
generalizado de las tasas de interés y del rendimiento ha estimulado el apetito y la
búsqueda de un mayor rendimiento por parte de los inversionistas privados, quienes
han canalizado sus inversiones a los mercados emergentes y los países en desarrollo.
Los datos disponibles sobre la emisión de deuda soberana referentes a emisiones
soberanas clasificadas como de alto rendimiento (alto riesgo) y emisiones clasificadas con
grado de inversión para el caso de América Latina y el Caribe muestran que el rendimiento
para los inversionistas aumentó en 2020 en comparación con el período 2017-2019. El
rendimiento se determina de forma indirecta calculando la diferencia entre la tasa de
interés que se aplica a las emisiones de deuda en el mercado internacional de capitales
y la tasa de interés libre de riesgo de los bonos a diez años del Departamento del Tesoro
de los Estados Unidos (véase el gráfico I.11).
Gráfico I.11
América Latina y el Caribe: curva de rendimientos y madurez para la emisión de deuda soberana clasificada
como de alto rendimiento y con grado de inversión, 2017-2019 y 2020
(En porcentajes y número de años)
A. Emisión de deuda soberana clasificada como de alto rendimiento
10
9
8
Rendimiento
7
6
5
4
3
2
1
0
0
20
40
60
Madurez (años)
80
100
120
B. Emisión de deuda soberana clasificada con grado de inversión
7
6
5
Rendimiento
4
3
2
1
0
-1
-2
-3
2017-2019
2020
0
20
40
60
Madurez (años)
80
100
120
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe, sobre la base de CEPAL, Estudio Económico de América Latina y el Caribe, 2020 (LC/PUB.2020/12-P), Santiago, 2020.
Nota: El rendimiento se calcula como el diferencial de la tasa de interés sobre los bonos soberanos y la tasa de interés libre de riesgo de un bono del Tesoro de los
Estados Unidos con una madurez de diez años.
43
44
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
Estas razones explican que la tasa de variación del acervo de la emisión de bonos
en el mercado internacional haya mostrado una clara tendencia al alza, expandiéndose
de un 6,6% a un 7,6% entre el primer y el último trimestre de 2020. Esto contrasta
con la evolución de los préstamos transfronterizos, cuyas tasas de crecimiento (como
se mencionó anteriormente) registraron una importante caída y en algunos casos una
contracción debido a los efectos de la pandemia. Como consecuencia del impacto del
COVID-19, la tasa de variación de los préstamos pasó del 7,9% al 0,6% entre el primer
y el último trimestre de 2020 y registró una contracción del 0,8% en el tercer trimestre
de ese año (véase el gráfico I.12).
Gráfico I.12
Evolución de la tasa de variación de los préstamos transfronterizos y de la emisión en el mercado internacional
de bonos a nivel global, 31 de marzo de 2019 a 31 de diciembre de 2020
(En porcentajes)
10
7,9
8
8,5
7,6
6,8
7,4
5,8
6
4,5
6,6
5,1
5,2
4
3,4
3,6
2,7
2
2,2
0,6
0
-2
Emisión de bonos
Préstamos transfronterizos
-0,8
Mar
Jun
Sep
2019
Dic
Mar
Jun
Sep
Dic
2020
Fuente: Banco de Pagos Internacionales (BPI), Global Liquidity Indicators, 2021 [base de datos en línea] https://www.bis.org/statistics/gli.htm.
Nota: Promedio de la tasa de variación de los préstamos transfronterizos y de la emisión en el mercado internacional de bonos en dólares, euros y yenes.
El financiamiento privado a las economías emergentes y en desarrollo registró un
comportamiento similar. La tasa de variación de los préstamos transfronterizos se situó
en un 2,0% en el segundo trimestre de 2020, cayó a un 1,0% en el tercer trimestre
y presentó una contracción del 1,4% en el cuarto trimestre de ese mismo año. Por
su parte, la tasa de variación de la emisión de bonos en el mercado internacional de
capitales registró en promedio una tasa cercana al 12%.
De esta manera el mercado de bonos se consolida como el principal proveedor
de liquidez transfronteriza a nivel global (con un 53% del total en el último trimestre
de 2020). Este mercado también es el principal proveedor de liquidez internacional
para las economías emergentes.
El análisis por regiones del mundo en desarrollo muestra que en el caso de África y
Oriente Medio la emisión de bonos se concentra en el sector de gobierno (con un 64%
del total registrado en el primer trimestre de 2021) y en el caso de Asia y Pacífico en
el sector financiero (con un 60%). En cuanto a América Latina y el Caribe, los sectores
de gobierno y corporativo no financiero son los principales emisores de bonos (con un
64% y un 23%% del total en el primer trimestre de 2021, respectivamente) (véase el
cuadro I.2). En este último caso la comparación entre 2019 y 2020 indica también que
la emisión de deuda por parte del gobierno aumentó un 60%.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
Cuadro I.2
Regiones del mundo en desarrollo: emisiones brutas de deuda por sector institucional, 2018 a primer trimestre de 2021
(En miles de millones de dólares)
2018
2019
2020
2020
(primer trimestre)
2021
(primer trimestre)
Total
93,9
130,8
131,7
137,6
144,6
Gobierno general
36,8
49,0
62,7
52,8
63,9
Sector financiero
38,6
54,6
37,1
50,4
53,4
Sector corporativo no financiero
18,5
27,2
31,6
34,5
27,5
Total
13,7
33,8
38,5
31,4
45,3
Gobierno general
9,3
23,1
13,0
22,7
29,3
Sector financiero
3,2
8,1
9,3
8,5
13,2
Sector corporativo no financiero
1,1
2,6
1,6
0,16
2,8
Total
53,8
59,7
50,8
49,7
51,5
Gobierno general
11,0
13,0
18,5
4,5
5,0
Sector financiero
29,8
34,6
34,4
31,6
30,8
Sector corporativo no financiero
13,0
12,0
7,8
13,5
15,7
Total
12,7
25,7
19,7
37,8
34,0
Gobierno general
5,1
9,0
14,4
15,2
21,7
Sector financiero
4,4
9,8
1,1
4,4
4,4
Sector corporativo no financiero
3,3
6,9
4,3
18,3
7,9
Región
Sector institucional
Economías emergentes
y en desarrollo
África y Oriente Medio
Asia y el Pacífico
América Latina y el Caribe
Fuente: Banco de Pagos Internacionales (BPI), Debt Security Statistics, 2021 [base de datos en línea] https://www.bis.org/statistics/secstats.htm?m=6%7C33%7C615.
4.
El contexto monetario y financiero internacional
ha permitido un comportamiento anticíclico
del mercado de capitales internacional
durante la pandemia
La evolución del mercado internacional de bonos en la coyuntura actual contrasta con
el comportamiento que se ha observado en otras crisis. De acuerdo con la información
disponible correspondiente al período 2000-2020, durante la crisis sistémica anterior
a la pandemia, esto es, la crisis financiera mundial (2008-2009), así como en otros
episodios de crisis anteriores, el financiamiento otorgado por el mercado internacional
de bonos disminuyó fuertemente (véase el gráfico I.13).
De esta manera, la evolución del mercado internacional de bonos en el período
marcado por la pandemia se contrapone a la experiencia pasada y al comportamiento
procíclico que suele atribuirse a los flujos financieros. Por la importancia que tiene el
mercado internacional de bonos en la provisión de liquidez a nivel global, el carácter
anticíclico de dicho mercado implica que esta provisión ha suavizado la volatilidad del
ciclo económico en el período en que ha estado en curso la pandemia.
45
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
Gráfico I.13
Evolución de la tasa de variación de las emisiones en el mercado internacional
de bonos, 31 de marzo de 2000 a 31 de diciembre de 2020
(En porcentajes)
25
Crisis financiera mundial
20
COVID-19
15
10
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Jun
Dic
Sep
Dic
Mar
Jun
Sep
Dic
Mar
Jun
Sep
Dic
Mar
Jun
Sep
Dic
Mar
Jun
Sep
Dic
Mar
Jun
Sep
Dic
Mar
Jun
Sep
0
Dic
5
Mar
46
2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020
Fuente: Banco de Pagos Internacionales (BPI), Debt Security Statistics, 2021 [base de datos en línea] https://www.bis.org/statistics/secstats.htm?m=6%7C33%7C615.
5.
La contrapartida de la mayor importancia
del mercado de capitales privado ha sido
el aumento de la deuda externa
La contrapartida del mayor protagonismo del mercado internacional de bonos y del mayor
apetito por riesgo de los inversionistas privados y su orientación hacia los mercados
emergentes y los países en desarrollo, en el contexto de la pandemia de COVID-19,
es el aumento de la deuda externa. Como se muestra en el cuadro I.3, en todas las
regiones del mundo en desarrollo se ha registrado un aumento de la deuda externa
entre 2019 y 2020, ya sea como porcentaje de las exportaciones de bienes y servicios
o como porcentaje del PIB. De la misma manera, el costo de la deuda externa (es
decir, el servicio de la deuda externa como porcentaje de las exportaciones de bienes
y servicios) ha aumentado en todos los casos considerados.
Cuadro I.3
Indicadores de la deuda externa de los mercados emergentes y las economías en desarrollo, 2019-2020
(En porcentajes)
Región
Deuda externa como porcentaje
de las exportaciones de
bienes y servicios
2019
2020
116,6
136,4
86,0
95,7
Economías emergentes y en desarrollo de Europa
120,9
141,9
América Latina y el Caribe
192,6
Oriente Medio y Asia Central
125,0
África Subsahariana
172,5
Mercados emergentes y economías en desarrollo
Economías emergentes y en desarrollo de Asia
Deuda externa como
porcentaje del PIB
2019
Servicio de la deuda externa como
porcentaje de las exportaciones
de bienes y servicios
2020
2019
2020
…
…
42,1
48,2
18,8
19,5
47,2
50,1
46,8
51,7
42,5
49,8
226,7
47,9
56,3
50,9
59,0
176,6
46,8
53,9
22,2
31,8
228,1
42,6
46,1
28,5
35,9
Fuente: Fondo Monetario Internacional (FMI), World Economic Outlook Database, abril de 2021 [en línea] https://www.imf.org/en/Publications/WEO/Issues/2021/03/23/
world-economic-outlook-april-2021.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
Con la excepción de África Subsahariana, América Latina y el Caribe es la región del
mundo en desarrollo que tiene el mayor nivel de endeudamiento externo medido como
porcentaje de sus exportaciones de bienes y servicios (226,7%) y la que enfrenta el mayor
costo por este nivel de endeudamiento (59% de sus exportaciones de bienes y servicios).
Las condiciones financieras externas han permitido que los países que tienen acceso
al mercado de capitales privado financien su deuda con emisión de deuda soberana.
En el período 2007-2020, en promedio 11 economías de América Latina y el Caribe
accedieron a los mercados internacionales para la emisión de deuda soberana y han
podido emitir deuda soberana a tasas históricamente bajas con plazos más largos de
madurez (llegando incluso a 50 años de plazo para el repago de la deuda). Los plazos
más largos de madurez permiten, en principio, evitar reestructuraciones de deuda que
pueden darse con períodos de madurez más cortos y aumentar el riesgo país. A la
vez, mayores plazos de madurez y menores tasas de interés se traducen en un mayor
valor presente de la deuda.
Aun así, los niveles actuales de deuda pueden plantear problemas de liquidez y
sostenibilidad. Estabilizar los niveles de deuda pública implica necesariamente que el
crecimiento económico debe ser mayor que la tasa de interés real. Lo importante no
es cuan baja sea la tasa de interés en términos absolutos, sino la relación que exista
entre esta y la tasa de crecimiento de la economía10.
La vulnerabilidad financiera de los países puede verse agravada por la calificación
crediticia. Un análisis de las calificaciones soberanas provenientes de las tres principales
agencias de calificación crediticia (Moody’s, Standard & Poor’s y Fitch) muestra que más
de la mitad de las economías del mundo en desarrollo de las que se dispone de datos
están clasificadas con las calificaciones de alto y muy alto riesgo (véase el cuadro I.4).
Esto obviamente afecta el acceso a los mercados financieros internacionales y el costo
de la emisión de deuda.
Cuadro I.4
Calificaciones crediticias de riesgo para determinadas regiones en desarrollo, 2021
(En número de países y porcentajes)
África
Riesgo
Muy bajo
Bajo
Medio
Alto
Muy alto
Total
Número
de países
0
0
3
24
23
50
Porcentaje
del total
0
0
6
48
46
100
Asia
Número
de países
0
10
13
15
6
44
Oriente Medio
Porcentaje
del total
0
23
30
34
14
100
Número
de países
0
4
5
7
3
19
Porcentaje
del total
0
21
26
37
16
100
América Latina y el Caribe
Número
de países
0
1
5
17
4
27
Porcentaje
del total
0
21
26
37
16
100
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de CountryRisk.io, 2021 [en línea] https://www.countryrisk.io/platform.
10
A partir de la restricción presupuestaria el aumento de la deuda se explica ya sea por una tasa de interés real que se sitúa por
encima de la tasa de crecimiento o por un mayor déficit primario. Esto se puede expresar formalmente de la siguiente manera:
d=(r-y) d + (G-T)
Y
(1)
d=
(2)
Donde d = razón de la deuda pública respecto del PIB; r = tasa de interés real; y = tasa de crecimiento del producto real;
G= gasto de gobierno total; T= ingreso tributario, e Y= nivel del producto. La estabilidad de la participación de la deuda en el
PIB implica que la deuda respecto del PIB (d) es igual al cociente entre el déficit primario ((G-T)/Y) y la diferencia entre la tasa
de interés (r) y la tasa de crecimiento (y). Es decir:
(G-T)/Y
{r-y}
Dado que tanto ri como y tienen valores pequeños, cualquier cambio en alguna de estas variables tendrá un efecto mucho
mayor que cualquier variación en el déficit primario ((G-T)/Y) (Taylor y otros, 2012). Además, es posible que los países de la
región no puedan controlar el término ri, debido esencialmente a la existencia de una prima de riesgo, lo que refuerza la idea
de que la alternativa más viable para reducir de manera significativa el valor del estado estacionario (steady-state) de la deuda
en relación con el PIB es aumentar la tasa de crecimiento.
47
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
6.
La deuda del sector corporativo no financiero
también ha tendido al alza
El endeudamiento del sector corporativo no financiero también ha tendido al alza en todas
las regiones del mundo en desarrollo. Entre el primer trimestre de 2020 y el mismo período
de 2021, la deuda del sector corporativo no financiero ha aumentado del 100,9% al 103,4%
del PIB en el conjunto de las economías emergentes y en desarrollo. Por regiones, se
registran aumentos del 127,3% al 129,3% del PIB en las economías emergentes de Asia;
del 69,3% al 72,6% del PIB en las economías emergentes de Europa; del 44,3% al 49,1%
del PIB en África y Oriente Medio, y del 41,7% al 43,9% del PIB en América Latina y
el Caribe. Un análisis más detallado por países muestra que el aumento de la deuda del
sector corporativo no financiero ha sido generalizado (véase el gráfico I.14).
Gráfico I.14
Países en desarrollo seleccionados: acervo de deuda del sector corporativo no financiero
como proporción del PIB, cuarto trimestre de 2019 y cuarto trimestre de 2020
(En porcentajes)
180
160
140
120
100
80
60
40
Nigeria
Pakistán
Argentina
Kenya
Ghana
Egipto
Indonesia
México
Filipinas
Colombia
Sudáfrica
Perú
Brasil
India
Tailandia
Arabia Saudita
2020 (cuarto trimestre)
Malasia
0
Chile
2019 (cuarto trimestre)
Viet Nam
20
China
48
Fuente: Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), “Global Debt Monitor: COVID drives debt surge—stabilization ahead?”, 17 de febrero de 2020 [en línea] https://www.
iif.com/Portals/0/Files/content/Global%20Debt%20Monitor_Feb2021_vf.pdf.
La proporción de la deuda total que está denominada en moneda extranjera varía de
un país a otro. De acuerdo con la información disponible sobre países de América Latina,
esta proporción es del 23,3% en el caso del Brasil, del 43,5% en el de Chile, del 15,4%
en el de Colombia y del 25,6% en el de México11.
La deuda externa expone la posición financiera de las empresas (así como del
sector de gobierno) a los efectos de cambios en el tipo de cambio nominal y en las
percepciones del riesgo país y del riesgo corporativo. Estos mecanismos de transmisión
son particularmente importantes en el caso del sector corporativo no financiero, ya que
este se suele caracterizar por un descalce de monedas (es decir, por el hecho de que los
pasivos en moneda extranjera no estén cubiertos plenamente por activos en moneda
extranjera (BIP, 2019)). Lo anterior implica que cambios en las condiciones internacionales
tales como un aumento de la tasa de interés externa o una depreciación del tipo de
cambio nominal pueden incrementar los costos del servicio de la deuda y el peso de la
deuda, aumentando así el riesgo crediticio y empeorando la posición financiera.
11
Los datos corresponden al primer trimestre de 2021. Véase IIF (2021a).
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Pero incluso si la deuda está denominada en moneda local las empresas (al igual
que el Gobierno) pueden estar expuestas a vulnerabilidades derivadas de variaciones
de la tasa de interés externa, el tipo de cambio o el riego país. La cuestión no gira
en torno a la moneda en la que se denomina la deuda, sino más bien en torno a si la
deuda está en manos de inversionistas locales o extranjeros. Si la deuda se emite en
moneda nacional pero es propiedad de inversionistas extranjeros, una depreciación
efectiva o esperada puede tener un efecto similar en la economía que si la deuda se
emitiera en moneda extranjera. Puede dar lugar a pérdidas de capital esperadas de
los inversionistas extranjeros que poseen deuda denominada en moneda nacional.
Esto se traducirá en salidas de capital y un aumento de la percepción de riesgo. Si las
percepciones de riesgo afectan a su vez el tipo de cambio, este mecanismo puede
proporcionar la base para un proceso acumulativo12.
7.
Los efectos de la pandemia podrían aumentar
la fragilidad financiera de las empresas, así como
la proporción de empresas con deuda en riesgo
La fragilidad financiera se refiere a una situación en la que el endeudamiento creciente
genera compromisos de pago de deuda cada vez mayores que eventualmente superarán
los flujos efectivos de ingresos13. Uno de los indicadores que puede reflejar el grado
de fragilidad financiera es el coeficiente de cobertura de intereses (es decir, el monto
de ganancias de una empresa antes de intereses e impuestos dividido por sus gastos
por intereses).
Este indicador refleja la facilidad con que una empresa puede pagar intereses sobre
su deuda pendiente, así como la medida en que una empresa depende de la deuda
de corto plazo para pagar sus obligaciones. Aunque no existe un umbral absoluto para
el coeficiente de cobertura de intereses, un punto de referencia útil es determinar si
la relación está por encima o por debajo de 1. Los valores cercanos a 1 o inferiores a
1 pueden ser una indicación de una posición financiera más débil en comparación con
los valores superiores a 114.
De acuerdo con la información disponible sobre un conjunto de países seleccionados
de América Latina referente a una muestra de 23.820 empresas, más de un cuarto de
las empresas presentan un coeficiente de cobertura de intereses igual o menor que 1.
De igual manera, el 37% de la deuda de estas empresas tiene asociado un coeficiente
de cobertura de intereses igual o menor que 1.
12
13
14
Una lógica similar se aplica a cambios en la tasa de interés externa.
La fragilidad financiera es el resultado del funcionamiento de una economía en que la oferta y la demanda de préstamos se
basan en una disminución del tamaño de los márgenes de seguridad. A medida que los márgenes de seguridad disminuyen,
los agentes económicos se vuelven más dependientes de los flujos de ingresos para los pagos de deuda y el funcionamiento
normal de los mercados financieros para refinanciar posiciones en activos a largo plazo (Minsky, 1986). Como resultado, cualquier
interrupción en los ingresos o en los mercados financieros puede llevar a los agentes económicos a experimentar dificultades
para pagar su deuda (servicio de la deuda o capital), lo que se traduce en restricciones de liquidez y problemas de insolvencia.
El tamaño y la solidez de los márgenes de seguridad de los diferentes sectores en una economía, así como la probabilidad
de que pueda amplificarse una perturbación inicial, determinan la robustez o la fragilidad de una economía (Minsky, 1986).
El tamaño y la fortaleza de los márgenes de seguridad son “más seguros” cuando los agentes económicos pueden pagar sus
compromisos de deuda (intereses y capital) con flujos de efectivo futuros. El tamaño y la solidez de los márgenes de seguridad
son “menos seguros” cuando los agentes económicos confían en la expectativa de una apreciación del activo o de los activos
subyacentes que sostienen su deuda o de un cambio favorable en las condiciones económicas subyacentes (por ejemplo, una
apreciación del tipo de cambio cuando la deuda está denominada en moneda extranjera) para cubrir sus pasivos (intereses y
capital). Entre ambos extremos, está el caso en que los agentes económicos esperan que los flujos de ingreso futuros cubran
los pagos de intereses, pero no la amortización.
El coeficiente de cobertura de intereses también puede utilizarse como indicador del riesgo de liquidez.
Capítulo I
49
50
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
Cuadro I.5
América Latina
(países seleccionados):
proporción de empresas
y de deuda de empresas
con coeficiente de
cobertura de interés
igual o menor que 1, 2020
(En porcentajes)
País
Proporción de empresas con
coeficiente de cobertura de
interés igual o menor que 1
Proporción de deuda de empresas
con coeficiente de cobertura de
interés igual o menor que 1
53,8
52,4
46,3
39,8
35,3
29,3
25,0
21,1
27,9
39,6
46,6
41,0
16,9
34,6
23,3
20,0
51,4
37,0
Panamá
Argentina
Brasil
Chile
Bolivia (Estado Plurinacional de)
Perú
Colombia
Uruguay
América Latina
Fuente: R. Taliercio, “Sesión 1: Mesa de Diálogo ‘Cambios en la Economía mundial y los desafíos de las Instituciones de Desarrollo ante
la Pandemia COVID-19’”, presentación efectuada en los Encuentros Virtuales de Economistas Jefe de la Banca de Desarrollo:
Desafíos de la Banca de Desarrollo en la Reactivación Económica y el Impulso Regional frente a la Pandemia del COVID-19,
6 y 8 de abril de 2021 [en línea] https://www.alide.org.pe/wp-content/uploads/2021/04/Robert-Taliercio_sesi%C3%B3n-1.pdf.
Nota: La muestra abarca 23.820 empresas, con una deuda total de 19.000 millones de dólares.
8.
Propuestas para aumentar la liquidez global
Los mercados de capitales internacionales son altamente sensibles a las condiciones
financieras externas y a las percepciones de riesgo de los países emisores, lo que los
hace altamente volátiles y los expone a reversiones súbitas. La contraciclicidad que
han mostrado los mercados de capitales puede no perdurar en el tiempo.
Por otra parte, no todos los países tienen el mismo acceso al financiamiento y al mismo
costo. A su vez, la liquidez proporcionada por las instituciones financieras internacionales
ha sido insuficiente para que los países en desarrollo, y en particular los países de ingresos
medios-altos, hagan frente a sus necesidades de financiamiento. El apoyo financiero se
ha destinado en gran parte a los países de ingresos bajos e ingresos medios-bajos.
Además, la importancia que ha adquirido el mercado de capitales internacional
como fuente de financiamiento, sobre todo a partir de la crisis financiera mundial, no
se ha traducido en mayor inversión. De hecho, la información disponible apunta en el
sentido contrario: la coexistencia del aumento de la deuda y de una disminución de la
tasa de crecimiento de la formación bruta de capital fijo entre los períodos 2000-2009 y
2010-2019 (véase el gráfico I.15).
Gráfico I.15
Regiones en desarrollo: tasa de crecimiento de la formación bruta de capital fijo, 2000-2009 y 2010-2019
(En porcentajes)
12
10
8
6
4
2
0
2000-2009
2010-2019
América Latina
y el Caribe
África
Subsahariana
Oriente Medio y
Norte de África
Asia
Meridional
Asia Oriental
y el Pacífico
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Banco Mundial, Indicadores del Desarrollo Mundial, 2021 [base de datos en línea]
https://databank.bancomundial.org/source/world-development-indicators.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
En este contexto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) puso en marcha en
agosto de 2021 una nueva emisión de derechos especiales de giro (DEG) equivalente
a 650.000 millones de dólares como medio para aumentar la liquidez a nivel global de
manera más expedita y sostenible, menos costosa y disponible para todos los países15.
Los DEG son un activo de reserva suplementario oficial (reserva en moneda extranjera)
creado por el FMI que puede ser convertido en moneda de reserva internacional por
sus países miembros. Los DEG se distribuyen (asignan) de manera proporcional según
la cuota de cada país en el FMI.
Los DEG son una línea de crédito que tiene cuatro ventajas para el usuario. En
primer lugar, son una línea de crédito automática (hasta por el 100% de la cuota de
los países) y están disponibles para todos los países independientemente de su nivel
de ingresos.
En segundo lugar, los DEG no generan deuda. El préstamo no implica una obligación
de reembolso. En este sentido, se diferencian de todos los demás programas financieros
y líneas de crédito proporcionados por el FMI, incluidas las líneas de emergencia para
apoyar la lucha contra la pandemia, como el Servicio de Crédito Rápido (SCR) o el
Instrumento de Financiamiento Rápido (IFR).
En tercer lugar, los DEG no conllevan ninguna condicionalidad. Todos los programas
del FMI que no están asociados a la pandemia implican condicionalidades con altos
costos sociales y económicos.
En cuarto lugar, el uso de DEG genera una tasa de interés muy baja (0,05%) e inferior
a la de mercado, lo que es ventajoso para los países con primas de riesgo elevadas.
Del mismo modo, los DEG aumentan los activos de reserva sin que los países deban
incurrir en los costos que normalmente están asociados a la acumulación de reservas.
La acumulación de reservas es uno de los principales instrumentos anticíclicos que
utilizan los países en desarrollo, al menos desde la crisis asiática (1997-1998), pero es
un instrumento costoso que tiene importantes ramificaciones macroeconómicas (por
ejemplo, déficits cuasifiscales)16.
En agosto de 2021, el Directorio Ejecutivo del FMI implementó una nueva emisión
de 650.000 millones de dólares, que corresponde a la cantidad máxima que los
Estados miembros del Fondo pueden emitir sin recurrir a la aprobación del Congreso
de los Estados Unidos. El objetivo de dicha emisión es expandir la liquidez global sin
aumentar la carga de la deuda, liberar los recursos que tanto necesitan los países
miembros en apoyo a la lucha contra la pandemia, incluido el respaldo a los programas
de vacunación y otras medidas urgentes (FMI, 2021b y 2021d), fortalecer la posición
externa y ampliar el acceso a los mercados de capitales privados, y mitigar los riesgos
de estancamiento económico, contribuyendo a estimular el crecimiento mundial.
La nueva emisión de DEG se distribuyó a los miembros del FMI de acuerdo con
sus cuotas de participación. Las economías en desarrollo y emergentes recibieron el
42% de la nueva emisión de DEG por 650.000 millones de dólares (275.000 millones
de dólares) y el resto (un 58%, equivalente a 375.000 millones) se destinaría a los
15
16
Existen otras propuestas para aumentar la liquidez global, como el Fondo para Aliviar la Economía COVID-19 (FACE), que tiene
por objeto proporcionar un financiamiento extraordinario a los países en desarrollo, incluidos los de ingreso bajo y medio, para
mitigar el impacto social y económico que la pandemia ha tenido en los hogares y los sectores productivos. También se prevé
financiar la recuperación económica una vez superada la pandemia. No obstante, a diferencia de los derechos especiales de giro,
la propuesta del FACE no se ha concretado. La propuesta es financiar este fondo con recursos de las economías desarrolladas
y canalizarlos a través de los bancos multilaterales de desarrollo. El fondo constaría de 516.000 millones de dólares (un 3,0%
del PIB de los países de ingreso bajo y medio o un 0,7% del PIB de los países desarrollados), que se destinarían a préstamos
concesionales con un plazo de 50 años, un período de gracia de 5 años y una tasa de interés equivalente al 0% o a la tasa
LIBOR actual (CEPAL, 2021c).
La tasa de interés de los DEG es variable y puede aumentar a partir de un cambio en la orientación de la política monetaria
de los países desarrollados y especialmente de la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Sin
embargo, dadas las actuales condiciones económicas y sociales, es poco probable que registre un aumento significativo.
Capítulo I
51
52
Capítulo I
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
países desarrollados. América Latina y el Caribe recibió el equivalente a 51.500 millones
de dólares (el 7,9% del total y el 18,7% de los fondos distribuidos a las economías en
desarrollo y emergentes).
En la región, la contribución de una nueva emisión de DEG como porcentaje de
las reservas internacionales (además de las tenencias existentes) oscilaría entre el
37% en el caso de Guyana y el 3,0% en el caso del Perú. Un análisis detallado a nivel
de los países muestra que una nueva asignación de DEG beneficiaría a algunas de
las economías más pequeñas de la región, incluidos los pequeños Estados insulares
en desarrollo del Caribe, que también son los más vulnerables debido al tamaño de
sus economías, las limitaciones estructurales que enfrentan y su exposición a los
desastres naturales.
Guyana y Suriname serían las economías más beneficiadas, con tenencias totales
de DEG que representarían cerca del 37% y el 30% de sus reservas internacionales
totales, respectivamente. Otras economías más pequeñas que también se beneficiarían
son las Bahamas, Belice, el Ecuador, El Salvador, Haití, Jamaica y Santa Lucía.
Algunas de estas economías, como Belice, Jamaica y Suriname, también se
encuentran entre las economías más endeudadas de la región. En 2020, la deuda pública
del gobierno central se situó en un 130,7% del PIB en el caso de Belice, un 103,3% del
PIB en el de Jamaica y un 94,8% del PIB en el de Suriname. El consiguiente aumento
de las reservas internacionales de estas economías proporcionaría un importante
colchón financiero al reducir el riesgo y fortalecer la situación de la balanza de pagos.
El FMI también está contemplando la reasignación de los DEG a las economías
en desarrollo. Más concretamente, la reasignación de los DEG podría dar origen a tres
tramos. El primero consistiría en aumentar el financiamiento del Fondo Fiduciario para
el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza (FFCLP), que ya se financia en gran medida
con los préstamos de DEG de los países desarrollados. El segundo tramo consistiría en
un fondo fiduciario para financiar la lucha contra el cambio climático, la transformación
digital y los gastos relacionados con la salud. El tercer tramo se destinaría a apoyar
los préstamos de los bancos multilaterales de desarrollo mediante la creación de otro
fondo fiduciario (Wolf, 2021).
Las Naciones Unidas también han defendido la nueva emisión de derechos
especiales de giro junto con una reasignación de los DEG de los países desarrollados a
los países en desarrollo; sin embargo, reconocen que los mecanismos como el Fondo
Fiduciario para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza se limitan solo a los países
de bajos ingresos y de ingreso medio-bajo. Las Naciones Unidas han propuesto la
creación de un nuevo fondo fiduciario radicado en el FMI para apoyar a todos los países
de ingresos medios, y a los pequeños Estados insulares del Caribe en particular, en
sus esfuerzos de respuesta a la pandemia y en la recuperación económica y social
(Naciones Unidas, 2021).
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
C. El sector externo
1.
Tras exhibir un pequeño superávit en 2020 —algo
que no se producía desde 2007—, el saldo de la
cuenta corriente de la balanza de pagos pasaría
nuevamente a ser deficitario en 2021, aunque
en una magnitud mucho menor que el promedio
de la década anterior a la crisis
En 2021, la cuenta corriente de la balanza de pagos de América Latina presentaría un
déficit del 0,2% del PIB regional, después de que el año anterior registrara un pequeño
superávit (0,2% del PIB), algo que no se veía desde 2007 (véase el gráfico I.16). En todo
caso, se trata de un déficit pequeño, muy inferior a los observados en la década de 2010,
previo a la crisis, período en que el déficit promedio fue del 2,5% del PIB regional.
Gráfico I.16
América Latina (19 países): cuenta corriente de la balanza de pagos, según componentes, 2009-2021a
(En porcentajes del PIB)
5
4
2,4
3
2
1
0
1
2
1,4
1,2
1,1
1,4
1,0
1,1
0,7
-1,0
-0,8 -1,1
-1,2
-1,3
-2,6
3
-2,0
-3,1
1,0
1,0
0,1
-1,4
1,1
-0,2
-1,4
-3,0
-1,0
-2,5 -2,6
-2,9 -2,6 -3,1
-3,0
-2,7
-2,6
4
-1,7
0,2
-1,0
1,6
-1,2 -0,2
-2,0
-2,8
-3,4
-3,4
1,9
0,4
-0,9
0,2
-1,0
-1,0
-2,0
1,8
1,6
0,6
0,2
-1,0
-1,2
-2,0
1,5
1,5
1,3
2,4
-2,6 -3,4
-3,0
-3,1
Balanza en cuenta corriente
Balanza de transferencias corrientes
Balanza de bienes
Balanza de servicios
Balanza de renta
5
6
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
2021
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Las cifras de 2021 corresponden a proyecciones.
El resultado previsto para este año es producto de varios factores. Por una parte, se
constata una fuerte recuperación de las importaciones, en línea con la recuperación de
la actividad económica, que aumentarían por encima de las exportaciones, pese a que
estas también mostrarían un marcado dinamismo. De esta forma, el saldo en la balanza
de bienes seguiría siendo superavitario, aunque en una magnitud menor que en 2020.
La cuenta de renta, históricamente deficitaria para América Latina, mostraría este
año un déficit mayor que en 2020 (un 3,1% del PIB en comparación con un 3% del PIB
el año anterior). En la cuenta de servicios, que también ha sido históricamente deficitaria
en América Latina, sucedería lo mismo y pasaría de un déficit del 1% del PIB en 2020
a un déficit del 1,2% del PIB en 2021. La única cuenta que en 2021 opera en sentido
contrario es la balanza de transferencias, cuyo superávit se espera que aumente este
año, aunque como porcentaje del PIB este efecto se reduce y permanece casi estable
en relación con el año anterior.
53
54
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
2.
Se espera que el superávit de la balanza
de bienes se reduzca en 2021, producto
de un mayor crecimiento de las importaciones
que de las exportaciones
La mejora en la actividad económica de los países de la región en 2021 va acompañada
de un marcado incremento de las importaciones de bienes. Para el año completo se
proyecta que estas aumenten un 27%17 en comparación con 2020 (con un 16% de
aumento en el volumen importado y un 9% de incremento en los precios de importación)
(véase el gráfico I.17.B).
Gráfico I.17
América Latina y el Caribe (países y grupos de países seleccionados): tasa de variación proyectada
de las exportaciones y las importaciones de bienes, según volumen y precios, 2021
(En porcentajes)
A. Exportaciones
América Latina
8
15
Brasil
7
19
Exportadores de
productos mineros a
6
27
Exportadores de productos
agroindustrialesb
5
18
México
11
8
Centroamérica, Haití y
Rep. Dominicana
9
9
Exportadores de
hidrocarburos c
3
26
0
5
10
15
20
25
30
35
B. Importaciones
América Latina
16
9
Brasil
16
8
Exportadores de
productos mineros a
22
11
Exportadores de productos
agroindustrialesb
21
9
México
17
9
Centroamérica, Haití y
Rep. Dominicana
10
Exportadores de
hidrocarburos c
10
0
5
13
Precios
Volumen
8
10
15
20
25
30
35
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
a Chile y Perú.
b Argentina, Paraguay y Uruguay.
c Bolivia (Estado Plurinacional de), Colombia, Ecuador, Trinidad y Tabago y Venezuela (República Bolivariana de).
17
Se utiliza la fórmula (1+variación de valor)=(1+variación de precio)*(1+variación de volumen).
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
Si bien las exportaciones también exhibirían un crecimiento de dos dígitos, este
se proyecta algo menor que el de las importaciones —de un 24%18 producto de un
aumento en el volumen exportado del 8% y un alza en los precios de exportación
del 15% (véase el gráfico I.17.A). Como consecuencia, para la cuenta de bienes de la
región se proyecta un superávit levemente menor al de 2020 (de un 1,6% del PIB, en
comparación con el 1,9% del PIB del año anterior).
Cabe destacar que si bien el aumento de las exportaciones que se registraría este
año en la región tiene un componente importante de volumen, en la medida en que
aumenta la demanda externa por el mayor crecimiento de los socios comerciales, en su
mayoría se explica por el incremento de precios (véase el recuadro I.1). Por el contrario, el
aumento de las importaciones es, en su mayoría, producto de un incremento del volumen
importado, en la medida en que la recuperación de la demanda interna en la región está
presionando las importaciones de bienes tanto de consumo como de inversión.
Recuadro I.1
América Latina: crecimiento de los socios comerciales y desempeño del volumen exportado
Tras la caída generalizada de la actividad económica de los principales socios comerciales de la región en 2020, que se
acompañó de un descenso de casi un 5% en el volumen exportado por la región, para 2021 se proyecta un crecimiento
de casi el 6% en el PIB de los socios comerciales, que se acompañaría de un crecimiento del 8% en el volumen de bienes
exportado por la región, en promedio.
América Latina (17 países)a: crecimiento del PIB de los socios comerciales y aumento del volumen de exportaciones
de bienes, 2005-2021b
(En porcentajes)
8
12
6
7
4
2
2
-3
0
-8
2021
2020
2019
2018
2017
2016
2015
2014
2013
2012
2011
2010
2009
2008
2007
2005
-13
2006
-2
-4
Crecimiento del PIB de los socios
comerciales (eje derecho)
Variación del volumen exportado
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Naciones Unidas, Base de Datos Estadísticos de las Naciones Unidas sobre el
Comercio Internacional (para el peso de los socios comerciales) y Fondo Monetario Internacional (FMI), World Economic Outlook Database, abril de 2021 [en
línea] https://www.imf.org/en/Publications/WEO/Issues/2021/03/23/world-economic-outlook-april-2021 (para el crecimiento de los socios comerciales).
a Los países son: Argentina, Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá,
Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay.
b Las tasas de crecimiento se han calculado de forma ponderada utilizando el peso de cada socio en las exportaciones totales de bienes del país analizado. Las ponderaciones
se calcularon para cada año. En el caso de 2021, se trata de proyecciones.
El indicador de crecimiento del PIB de los socios comerciales se calcula como una aproximación a la demanda de
exportaciones que afrontan los países de la región y, en efecto, ha demostrado tener una alta correlación (superior a 0,8
en el período 2000-2020) con la variación de los volúmenes exportados por la región.
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
18
Ídem.
55
56
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
3.
Se espera que los términos de intercambio mejoren
este año, en promedio, para América Latina,
aunque las economías del Caribe y
de Centroamérica se verían perjudicadas
por el aumento del precio de la energía
Como se mencionó en la sección I.A, se espera que en 2021 los precios de los productos
básicos alcancen niveles promedio superiores a los vigentes en 2020. Como resultado,
los términos de intercambio, en promedio, para América Latina aumentarían un 5,6%
este año (véase el gráfico I.18), en el que sería el mejor registro desde 2010.
Gráfico I.18
América Latina y el Caribe (países y grupos de países seleccionados): tasa de variación de los términos
de intercambio, 2019-2021a
(En porcentajes)
20
15
10
5
0
-5
2019
2020
2021
-10
-15
América
Latina
América
del Sur
Brasil
Exportadores Exportadores Centroamérica, México
de productos de productos Haití y Rep.
minerosb agroindustrialesc Dominicana
El Caribe d Exportadores
de
hidrocarburos e
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Las cifras de 2021 son proyecciones.
b Chile y Perú.
c Argentina, Paraguay y Uruguay.
d Sin incluir Trinidad y Tabago.
e Bolivia (Estado Plurinacional de), Colombia, Ecuador, Trinidad y Tabago y Venezuela (República Bolivariana de).
Sin embargo, como es usual, el comportamiento variará de una subregión a otra.
En América del Sur, que se destaca por ser exportadora neta de productos básicos
y, por ende, se beneficia con el alza del precio de estos productos, los términos de
intercambio crecen casi un 12%. Lo contrario sucede en Centroamérica, que es
importadora neta de combustibles y también de alimentos (algunos países), donde
los términos de intercambio empeorarían un 1% este año.
En el Caribe (sin incluir Trinidad y Tabago), los términos de intercambio caerían un
4% por ser esta subregión también importadora neta de energía y alimentos.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
4.
Se espera que el déficit de servicios empeore en
2021, debido a que continúan las restricciones al
turismo internacional y a que las importaciones
de transporte y otros servicios se recuperarían,
en consonancia con el rebote de la actividad
El déficit de la balanza de servicios como porcentaje del PIB aumentó al 1,0% en 2020 (en
comparación con el 0,9% registrado en 2019), a pesar de que medido en dólares se redujo19.
En un contexto de pandemia, tanto las exportaciones como las importaciones de
servicios se contrajeron por encima del 30%. Los servicios de viajes fueron el rubro
que sufrió el mayor deterioro20.
Para 2021 se espera que el déficit de servicios se amplíe y ascienda a un 1,2% del
PIB, en consonancia con el fuerte rebote de la actividad y, por extensión, de la importación
de transporte y otros servicios asociados. Por su parte, los servicios asociados al
turismo experimentarán una recuperación a lo largo del año, aunque se mantendrán
muy deprimidos con respecto al nivel registrado previo a la pandemia. Esto se debe al
mantenimiento de las restricciones y cautelas respecto de los viajes internacionales, a
una mayor precaución a la hora de viajar al extranjero y a un probable cambio de patrón
en los viajes empresariales durante los próximos años. Estas circunstancias, unidas a la
persistencia de tasas de contagio altas en numerosos países de la región y al desigual
avance de los procesos de vacunación, tienen una incidencia negativa en América Latina
y el Caribe, que tradicionalmente se erige como una región netamente exportadora de
servicios de turismo21. Según cifras de la Organización Mundial del Turismo (OMT, 2021),
durante el primer trimestre de 2021 se observó un desplome de las llegadas de turistas
internacionales en relación con igual período del año anterior tanto en América del Sur
(-90,9%) como en Centroamérica (-76,3%) y, en menor medida, en el Caribe (-59,5%).
5.
El déficit de la balanza de renta aumentaría en 2021,
a medida que se incrementan las ganancias de
las empresas extranjeras, mientras que la balanza
de transferencias, compuesta principalmente
por el rubro de remesas, sería más
superavitaria en 2021
Contrariamente a lo sucedido el año anterior, en 2021 aumentaría el déficit de la balanza
de renta (un 3,1% del PIB frente a un 3% del PIB en 2020), como suele suceder en los
años en que se registra un incremento en los precios de exportación de los productos
básicos y la actividad interna. El aumento del precio de los productos básicos se
traduce en mayores rentas para las empresas extranjeras establecidas en la región,
especialmente para aquellas orientadas a la exportación de dichos productos. Estas
empresas, a su vez, tienden a remitir mayores utilidades a sus casas matrices en el
exterior. En la misma dirección operaría el incremento en el pago de intereses por el
aumento en los niveles de deuda de la región, emitida para sufragar los mayores gastos
y las necesidades de financiamiento surgidos a raíz de la pandemia.
19
20
21
Esto se debe a que la contracción del PIB fue mayor que la contracción en términos absolutos del déficit.
Según la Organización Mundial del Turismo (OMT, 2021), en 2020 se desplomaron los ingresos provenientes del turismo
internacional en Centroamérica (-68,8%), en América del Sur (-63,2%) y en el Caribe (-56,5%).
En particular, las exportaciones del turismo sobre el total de servicios pasaron de representar un 43% en 2019 a un 25% en 2020.
Capítulo I
57
58
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
Por su parte, la balanza de transferencias corrientes, que es estructuralmente superavitaria
en la región, aumentaría su superávit un 11%, aunque medida como porcentaje del PIB
permanecería en un nivel similar al de 2020 (en torno al 2,4% del PIB)22.
Los flujos de remesas de migrantes hacia la región, que constituyen el principal
componente de la cuenta de transferencias corrientes, aumentaron un 32% en los
primeros meses de 2021 respecto de igual período de 2020 (véase el gráfico I.19),
tras haber crecido un 8% en 202023. Esto es resultado de la continua recuperación
económica en las principales economías de origen y de la disminución del ingreso de
remesas en el segundo trimestre de 202024.
Gráfico I.19
América Latina y el Caribe (países seleccionados): tasa de variación de los ingresos por remesas
de emigrados, 2019-2021a
(En porcentajes)
Bolivia (Est. Plur. de)
Colombia
Costa Rica
Ecuador
El Salvador
Guatemala
Honduras
Jamaica
México
Nicaragua
Paraguay
Perú
Rep. Dominicana
Promedio
-20
-10
0
10
20
30
40
50
60
70
2019
2020
2021
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Las cifras de 2021 corresponden al período comprendido entre enero y junio en el caso de Guatemala; entre enero y mayo en los casos de Colombia, El Salvador, Honduras,
México, el Paraguay y la Republica Dominicana; entre enero y abril en Bolivia (Estado Plurinacional de), Jamaica y Nicaragua, y entre enero y marzo en Costa Rica,
el Ecuador y el Perú.
A nivel de subregiones, en 2020 se observó una gran diferencia entre América
del Sur, que sufrió un significativo descenso de las remesas, y Centroamérica y México,
donde estas registraron un aumento (véase el recuadro I.2). La diferencia se explica
por la mayor resiliencia que mostraron las remesas provenientes de migrantes a los
Estados Unidos en comparación con Europa y la propia región (Harris y Vivanco, 2021).
En 2021 esta diferencia entre las subregiones parece haber desparecido y las remesas
están creciendo de forma significativa en toda la región.
22
23
24
La cuenta de transferencias corrientes es una cuenta cuyo superávit aumenta año a año salvo algunas excepciones, como
en 2009 cuando la crisis económica y financiera mundial hizo caer el monto de remesas hacia la región.
Tras haberse pensado, al comienzo de la crisis, que las remesas podían llegar a caer hasta un 20%, se han manejado varias
hipótesis respecto de la resiliencia que mostraron en 2020 (véase Banco Mundial, 2020). En primer lugar se destacan los
programas de apoyo que implementaron los gobiernos de los países emisores y que también beneficiaron a los migrantes en
los países de origen de las remesas. Una segunda hipótesis refiere a que los migrantes contaban con más ahorros, fruto del
aprendizaje después de la crisis financiera de 2008 (véase Harris y Vivanco, 2021), y por último está la adopción de formas
digitales, y más económicas, como sustituto de los servicios de transferencia presenciales (véase Maldonado Gonzáles, Harris
y Vivanco, 2021).
Los Estados Unidos es el principal país de origen para México, Centroamérica y el Caribe, así como algunos países de Europa
cumplen ese papel en el caso de América del Sur (véase CEPAL, 2020).
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
Recuadro I.2
México, Centroamérica y el Caribe: evolución de las remesas, 2019 a 2021
En México, Centroamérica y el Caribe (Cuba, Haití y República Dominicana), donde las remesas son de considerable
relevancia para los ingresos, los flujos acumulados mostraron una tendencia al alza en 2020 (10,8%), a diferencia de lo
pronosticado al inicio de la pandemia, con un mayor dinamismo que en 2019 (9,1%). Su evolución en el primer semestre de
2021, que se detalla en el cuadro para los países más representativos, permite observar un repunte interanual aún mayor
—un promedio ponderado de casi un 32%— que se origina mayormente en la recuperación económica y del empleo en
los Estados Unidos. Cabe subrayar que, en el caso de Cuba, si bien no se dispone de estimaciones oficiales para los años
analizados (2020 y 2021), puede suponerse que habrá —a diferencia de otros países de la subregión— una disminución
de los flujos de remesas en 2020 y 2021, efecto no tanto de la pandemia como del recrudecimiento de las restricciones
aplicadas por los Estados Unidos a las transacciones financieras y comerciales con ese país.
México, Centroamérica y el Caribe (países seleccionados): flujos de remesas, 2019-2021
(En millones de dólares)
Acumulado annuala
País
Acumulado enero-juniob
Estructura
porcentual
2020
Variación porcentual
2019
2020
2020
2021
El Salvador
5 649
5 930
2 518
3 658
7,4
Total
45,3
3,3
Guatemala
10 508
11 340
4 880
6 966
14,3
42,7
6,1
Haití
3 328
4 013
765
1 108
2,2
44,9
1,0
Honduras
5 522
5 737
2 469
3 477
7,2
40,8
3,0
36 439
40 601
19 290
23 618
56,6
22,4
12,7
México
Nicaragua
1 682
1 851
706
858
2,1
21,6
0,4
República Dominicana
7 087
8 219
3 475
5 263
10.2
51,5
5,2
Total y promedios
70 215
77 692
34 101
44 949
100
38,5
31,8
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a
b
Cifras de Haití informadas según el año fiscal (octubre a septiembre).
Acumulado de enero a abril para Haití y de enero a mayo para Nicaragua.
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
6.
En línea con las mejores condiciones económicas
mundiales y la menor aversión al riesgo, se ha
registrado un repunte en los flujos financieros
hacia la región
Los flujos financieros netos hacia América Latina han mantenido una tendencia similar
a la observada en otras regiones emergentes. Conforme va mejorando la actividad
económica en las diferentes regiones del mundo y se reduce la aversión al riesgo, los
recursos financieros se van orientando a activos más riesgosos (véase la sección I.A).
Así, los flujos financieros hacia la región, sin incluir la inversión extranjera directa (IED),
han continuado su senda de recuperación durante el primer trimestre de 2021, con
una salida neta que totalizó 60.700 millones de dólares25.
Las salidas son un 32% más bajas que en el trimestre anterior, cuando se registró
una salida neta de flujos financieros del orden de los 89.000 millones de dólares (véase
el gráfico I.20). Los flujos de entrada de inversión extranjera acumulados al primer
trimestre de 2021 se han mantenido estables con respecto al trimestre inmediatamente
25
Ponderada
Se trata de las partidas de inversión de cartera y de otra inversión de la cuenta financiera de la balanza de pagos, acumulada
a cuatro trimestres.
59
60
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
anterior. Esto, asociado a una mayor salida de flujos de inversión de residentes, ha
reducido la inversión directa neta en la región, que totalizó 84.000 millones de dólares.
Con esto, la IED neta compensa con creces los flujos de salida de otros capitales, por
lo que en este período se observa un repunte de los flujos financieros totales hacia la
región, que se habían visto sumamente diezmados desde el primer trimestre de 2020
debido a la crisis causada por la pandemia.
Gráfico I.20
América Latina (14 países): inversión extranjera directa neta, otros flujos de inversión y flujos financieros totales,
primer trimestre de 2008 a primer trimestre de 2021
(En miles de millones de dólares, acumulado de cuatro trimestres)
300
250
200
150
100
50
0
-50
-100
-150
1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1
2008
2009
2010
2011
2012
2013
Flujos financieros totales
2014
2015
2016
Otros flujos financieros
2017
2018
2019
2020
2021
IED neta
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Nota: Se incluye la información disponible de balanza de pagos al primer trimestre de 2021 de la Argentina, Bolivia (Estado Plurinacional de), el Brasil, Chile, Colombia,
Costa Rica, el Ecuador, El Salvador, Honduras, México, el Paraguay, el Perú, la República Dominicana y el Uruguay.
La recuperación de los flujos financieros habría continuado en el segundo trimestre
del año de acuerdo con el indicador adelantado de flujos de capitales elaborado por
la CEPAL (véase Carvallo y otros, 2018) (véase el gráfico I.21). Además, como se
mencionó, la menor volatilidad externa, el aumento del apetito de activos de mayor
riesgo y un control relativamente mayor de la pandemia y de sus efectos económicos
permiten prever que la dinámica de los flujos financieros mantendrá una tendencia
positiva durante los próximos trimestres.
Entre los indicadores que permiten sostener la afirmación anterior están los
indicadores bursátiles de las principales bolsas de América Latina, medidas por el índice
de precios de mercados accionarios MSCI. El índice representativo para América Latina
cayó un 44% el primer mes después de haberse declarado la pandemia (entre el 24
de febrero y el 24 de marzo de 2020). A partir de entonces, ha recorrido un lento pero
sostenido camino hacia la recuperación, y en la actualidad se encuentra en niveles
cercanos a los que registraba antes de la pandemia (véase el gráfico I.22).
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
Gráfico I.21
América Latina: flujos financieros netos (sin incluir inversión extranjera directa neta) e indicador adelantado
de flujos financieros, primer trimestre de 2008 a segundo trimestre de 2021
(Flujos en miles de millones de dólares, acumulado de cuatro trimestres;
índice base primer trimestre de 2008=100)
150
200
100
150
50
100
0
50
-50
0
-100
-150
1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020 2021
Flujos financieros netos
-50
Indicador adelantado de flujos de capital
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales y de P. Carvallo, Vera, De Camino y Sánchez (2019) y otros, “Metodología
para la construcción de un indicador adelantado de flujos de capitales para 14 países de América Latina”, serie Macroeconomía del Desarrollo, N° 198 (LC/TS.2018/120),
Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2018.
Nota: El indicador adelantado de flujos financieros permite adelantar el comportamiento futuro de los flujos financieros, ya que se construye con insumos mensuales. De
este modo, se puede conocer la dinámica de los flujos, aunque no su nivel, mucho antes que los datos de la balanza de pagos que, al ser trimestrales, aparecen
con un rezago mayor.
Gráfico I.22
América Latina (6 países): índice MSCI, 24 de febrero de 2020 a 9 de julio de 2021
(Índice base 24 de febrero de 2020=100)
130
120
110
100
90
80
70
60
50
40
30
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
2020
América Latina
Fuente: Bloomberg.
Argentina
Mar
Abr
2021
Brasil
Chile
Colombia
México
Perú
May
Jun
Jul
61
62
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
7.
Las emisiones de deuda en los mercados
internacionales por parte de la región continúan
aumentando en 2021, con una fuerte aceleración
en el segmento corporativo
Pese a la caída que se constató en los primeros meses de 2020 debido a la pandemia,
ese año las emisiones de deuda en mercados internacionales crecieron un 22,5%,
para totalizar más de 145.000 millones de dólares (véase el cuadro I.6). Las mejores
condiciones de acceso, referidas básicamente a tasas más bajas y una menor aversión
al riesgo por parte de inversionistas internacionales, fueron aprovechadas principalmente
por los gobiernos nacionales, lo que contribuyó a financiar los paquetes fiscales y
otras medidas de emergencia para dar respuesta a las consecuencias de la pandemia.
Las emisiones soberanas representaron el 44,8% del total de emisiones y, al mismo
tiempo, fue el sector que más creció respecto del año anterior, con un incremento del
53,7%. La importancia de las emisiones de deuda por parte de los países, orientadas
básicamente a financiar los planes de ayuda económica para enfrentar la crisis, aumentó
en los últimos años y pasó de cerca de un tercio en 2019 a un promedio cercano al
45% del total en 2020 y la primera mitad de 202126.
Cuadro I.6
América Latina: emisiones
de deuda en mercados
internacionales, por
sector, total de 2020 y
primer semestre de 2021
(En millones de dólares
y porcentajes)
Bancos Privados Cuasisoberanos Soberanos
Total 2020
Millones de dólares
Crecimiento interanual (porcentaje)
Participación en el total (porcentaje)
Enero-junio de 2021
Millones de dólares
Crecimiento interanual (porcentaje)
Participación en el total(porcentaje)
Supranacional
Total
12 417
47,9
8,5
37 369
-15,4
25,7
25 438
28,6
17,5
65 109
53,7
44,8
4 953
27,3
3,4
145 286
22,5
100,0
4 218
-58,7
4,6
39 124
115,7
42,8
4 800
-75,1
5,3
39 591
3,5
43,3
3 607
29,3
3,9
91 339
3,0
100,0
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Las emisiones corporativas, pese a caer un 15,4% en el año, representaron un
25,7% del total de emisiones de deuda en 2020. La emisión de deuda realizada por
entidades supranacionales creció un 27,3% y representó un 3,4% de la emisión total
en la región, en tanto que la emisión por parte de bancos privados se incrementó un
47,9% y representó un 8,5% del total.
Durante el primer semestre de 2021, las emisiones de deuda de los países de la región
en los mercados internacionales crecieron un 3% respecto de igual período de 2020.
Las emisiones corporativas se duplicaron con creces, tras un 2020 caracterizado por la
cautela en los planes de inversión y endeudamiento observada en el sector privado, y
gracias a las bajas tasas de interés. Este elevado crecimiento reconfigura la composición
de las emisiones totales por sector, de manera que las emisiones desde el sector privado
representan un 42,8% del total durante el primer semestre de 2021. En este sector, el
grueso de las emisiones corresponde a empresas brasileñas y se destaca la emisión
en reales hecha por Vale, por el equivalente a 1.500 millones de dólares, además de las
emisiones hechas por Minerva Foods, Pilgrim’s Pride, Natura Cosméticos, JBS y Suzano,
cada una por un monto de 1.000 millones de dólares. También están las operaciones
hechas por empresas mexicanas, donde se destacan América Móvil (2.200 millones
de euros), CEMEX (1.750 millones de dólares en enero y 1.000 millones de dólares en
junio), y FEMSA (dos operaciones, por 500 millones de euros y 700 millones de euros).
Un 10% del total de emisiones corporativas corresponden a bonos vinculados a
la sostenibilidad. Este tipo de emisiones, que corresponden a emisiones realizadas
26
Véase un análisis completo y detallado de las emisiones de deuda en mercados internacionales en CEPAL (2021d).
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
también por empresas mexicanas y brasileñas, usan metas de mediano y largo plazo
que se aplican a toda la empresa. Si la empresa deudora no cumple con las metas de
sostenibilidad establecidas, de acuerdo con una serie de parámetros definidos, la tasa
de interés del bono se incrementa.
Con un crecimiento menor, de un 3,5% interanual en el primer semestre de 2021,
las emisiones soberanas siguen representando la mayoría de las emisiones en los
mercados internacionales. Durante dicho período, los gobiernos emitieron deuda por un
total de 39.591 millones de dólares. De este total, un 78%, es decir, casi 31.000 millones
de dólares, fueron emitidos por gobiernos que poseen “grado inversor”, de acuerdo con
las calificaciones de riesgo elaboradas por las principales agencias crediticias27. Los
países en general siguen beneficiándose de buenas condiciones de endeudamiento,
con bajo riesgo soberano, lo que les permite acceder a financiamiento a tasas bajas.
Asimismo, en general, las emisiones han despertado gran interés en los inversionistas.
En muchos casos, las emisiones soberanas buscan financiar los programas de ayuda
para paliar los efectos de la crisis económica, así como también para reestructurar la
deuda con mejores condiciones.
Chile, México y Colombia concentran el 54% del total de emisiones soberanas
realizadas durante la primera mitad de 2021. En particular, las tres emisiones realizadas
por Chile totalizan 7.750 millones de dólares y consisten en varios bonos sostenibles
(para financiar proyectos sociales y ecológicos), uno de los cuales es la mayor emisión
de este tipo hecha en América Latina (véase cuadro I.7). México también llevó adelante
tres operaciones, por un total de 7.676 millones de dólares, destinadas al manejo de
pasivos. Entre las emisiones realizadas por Colombia llama la atención la de abril, por
3.000 millones de dólares, la mayor realizada en la historia del país. En general, el
objetivo de Colombia en relación con las emisiones de deuda ha sido mejorar el perfil
crediticio y lograr ahorros en intereses.
Monto
(en millones de dólares)
Tasa de interés
(en porcentajes)
Sobredemanda
(en número de veces)a
3 000
3,75
3,33
2 840
3,47
-
2 500
4,98
4,00
2 176
1,75
3,78
Fecha
País
4 de enero de 2021
México
12 de enero de 2021
Colombiab
13 de enero de 2021
República Dominicanab
14 de enero de 2021
Méxicob
20 de enero de 2021
Chileb
4 250
2,08
-
20 de enero de 2021
Panamáb
2 450
3,04
-
20 de enero de 2021
Paraguayb
825
3,47
6,00
4 de febrero de 2021
Perú
1 000
5,63
2,50
3 de marzo de 2021
Perúb
5 000
2,76
2,50
31 de marzo de 2021
Chile
1 500
3,50
2,30
6 de abril de 2021
México
2 500
4,28
5,00
19 de abril de 2021
Colombiab
3 000
3,54
3,40
4 de mayo de 2021
Chileb
2 000
3,00
3,20
13 de mayo de 2021
Uruguayb
1 250
6,70
2,48
8 de junio de 2021
República Dominicanab
2 053
8,44
-
23 de junio de 2021
Panamáb
2 000
3,79
-
29 de junio de 2021
Brasilb
2 250
4,08
-
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
La sobredemanda se mide como el número de veces en que el monto demandado excede el monto ofrecido en la emisión.
b Emisión hecha en varios tramos.
a
27
Se utilizan los criterios de grado inversor de las agencias Standard & Poor’s y Fitch (calificación BBB- o superior) y Moody’s
(calificación Baa3 o superior). Los países de la región que poseen grado inversor en la actualidad son Chile, Colombia (solo
por parte de Moody’s, después de que Standard & Poor’s quitara en mayo el grado de inversión a la deuda soberana del país),
México, Panamá, el Perú, el Uruguay y Trinidad y Tabago (otorgado únicamente por Standard & Poor’s).
Cuadro I.7
América Latina:
emisiones soberanas
de deuda
63
64
Capítulo I
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Por último, el Perú también ha tenido una activa participación en los mercados
internacionales de deuda. En noviembre de 2020 tuvo un importante logro con la emisión
de deuda a 100 años. En marzo de 2021, emitió deuda por un total de 5.000 millones
de dólares, con tasas bajas y una sobredemanda que superó el doble ofrecido.
8.
El riesgo soberano de los países de la región
se reduce y se aproxima a los niveles previos
a la pandemia
El riesgo soberano en América Latina cerró en 380 puntos básicos el 30 de junio
de 2021 (véase el cuadro I.8). Este valor es el más bajo registrado desde el inicio
de la pandemia y se acerca a los niveles alcanzados antes de la crisis sanitaria. Este
indicador, que mide el diferencial del riesgo en el pago de los compromisos de deuda
respecto de los activos del Gobierno de los Estados Unidos considerados seguros, se
ha mantenido estable en el transcurso del primer semestre de 2021, lo que contrasta
con lo que ocurrió el año anterior. Cuando recién surgió la crisis provocada por la
pandemia de COVID-19, la reacción de los mercados fue buscar refugio en zonas de
bajo riesgo, lo que hizo que este indicador se disparara de los 346 puntos básicos con
los que cerró en 2019 a un máximo de 827 puntos básicos el 23 de marzo de 2020. No
obstante, la rápida reacción de los gobiernos y las instituciones financieras en mercados
desarrollados permitió lograr una importante calma, que se verificó en la rápida caída
del índice de bonos de mercados emergentes (EMBI) en los meses posteriores. Así,
tras mantenerse por encima de la barrera de los 700 puntos básicos en marzo y abril,
comenzó una sostenida reducción y llegó a 552 puntos básicos en junio, a 476 puntos
básicos en septiembre y cerró 2020 en 386 puntos básicos. Como se ha dicho, este
último valor se ha mantenido estable durante la primera mitad del año.
Cuadro I.8
América Latina: índice de riesgo soberano medido por el índice de bonos de mercados emergentes
de J.P. Morgan (EMBI), 2018-2021
(En puntos básicos)
2018
2019
Marzo
2020
Junio
2020
Marzo
2021
Junio
2021
Argentina
817
1 744
3 803
2 495
1 300
Bolivia (Estado Plurinacional de)
378
218
645
630
622
1 368
1 589
1 596
461
501
Brasil
273
212
389
373
481
334
250
272
256
Chile
166
135
301
Colombia
228
161
376
211
183
144
122
135
293
262
206
216
Ecuador
826
826
247
4 553
3 373
1 015
1 062
1 201
México
357
776
292
653
526
501
361
351
Panamá
348
171
114
283
212
193
149
155
170
Paraguay
260
203
429
312
267
213
212
216
Perú
168
107
265
182
170
132
152
163
Uruguay
207
148
298
215
186
135
125
129
6 845
14 740
19 270
30 757
29 608
24 099
26 168
31 091
568
346
703
552
476
386
390
380
Venezuela (República Bolivariana de)
América Latina
Septiembre Diciembre
2020
2020
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de información de J.P. Morgan.
Aunque con algunas diferencias, la realidad de los países de la región es similar a
lo que se ve a nivel agregado. Por ejemplo, Chile y el Uruguay muestran los menores
niveles de riesgo en este período, y ambos países promedian los 133 puntos básicos, sin
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
mayores variaciones en el transcurso de los meses (véase el gráfico I.23). Les siguen el
Perú y Panamá, estables en torno a los 160 puntos básicos, y un amplio grupo de países,
todos por debajo de los 500 puntos básicos. La Argentina y el Ecuador, aunque presentan
niveles elevados, muestran un pronunciado descenso con relación a los 3.800 puntos
básicos y 4.500 puntos básicos que, respectivamente, tenían en marzo de 2020.
Gráfico I.23
América Latina: índice de riesgo soberano medido por el índice de bonos de mercados
emergentes de J.P. Morgan (EMBI), promedio enero a junio de 2021
(En puntos básicos)
1 800
1 533 1 549
1 600
26 466
1 400
1 200
995
1 000
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de datos de J.P. Morgan.
Venezuela
(Rep. Bol. de)
Belice
Argentina
623
Ecuador
477
Bolivia
(Est. Plur. de)
Jamaica
385
América Latina
292
354
México
263
345
Rep. Dominicana
233
308
Trinidad y Tabago
231
Brasil
Panamá
217
Guatemala
162
Colombia
157
Paraguay
133
Perú
0
133
Chile
200
Uruguay
400
Costa Rica
485
600
El Salvador
800
65
66
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
D. El desempeño interno
1.
La prolongación de la pandemia y su intensificación
en los primeros meses de 2021 han impedido
recuperar con fuerza el nivel de
la actividad económica
Al primer trimestre de 2021 se ha recuperado solo el 41% del nivel de la actividad
económica perdida en 2020, dado que la combinación de factores que provocaron el
desplome de la producción en 2020 sigue parcialmente presente: los desabastecimientos,
que interrumpen la cadena de producción de las empresas; el confinamiento de la
población y sus consecuencias, y las restricciones impuestas al funcionamiento de
determinados sectores de actividad para frenar la expansión del COVID-19.
La intensificación de la pandemia en los primeros meses de 2021 se produjo en
un momento en que las empresas ya estaban muy debilitadas tras un largo período
de baja actividad. Se han prolongado las dificultades para desarrollar con normalidad
las actividades vinculadas a los servicios. Estos son los sectores económicos más
castigados, ya que dependen de la interacción entre las personas (algo que contribuye
a aumentar los contagios), por lo que se ven más afectados por las restricciones
impuestas por las autoridades.
La mayor caída de la actividad económica (del 15,35% anual) se dio en el segundo
trimestre de 2020. A partir del tercer trimestre, el producto interno bruto (PIB) de
América Latina comenzó a recuperarse con respecto al segundo trimestre, pero en
los primeros tres meses de 2021 aún registraba una tasa de variación anual negativa
(una contracción del 0,17%) (véase el gráfico I.24).
Gráfico I.24
América Latina: tasa de crecimiento y nivel del PIB, 2018 a primer trimestre de 2021
(En porcentajes y dólares constantes de 2010)
A. Tasa de crecimiento
(en porcentajes)
4
2
0
-2
-4
-6
-8
-10
-12
-14
-16
-18
Trim 1
Trim 2
Trim 3
2018
Trim 4
Trim 1
Trim 2
Trim 3
2019
Trim 4
Trim 1
Trim 2
Trim 3
2020
Trim 4
Trim 1
2021
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
Gráfico I.24 (conclusión)
B. Nivel del PIB
(en miles de millones de dólares constantes de 2010)
1 450
1 400
1 350
1 300
1 250
1 200
1 150
1 100
1 050
Trim 1
Trim 2
Trim 3
Trim 4
Trim 1
Trim 2
2018
Trim 3
Trim 4
Trim 1
Trim 2
2019
Trim 3
Trim 4
Trim 1
2020
2021
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
En términos individuales, se observa un comportamiento dispar en el proceso de
recuperación de los países: mientras algunos siguen mostrando una fuerte contracción
en el primer trimestre de 2021 respecto al mismo trimestre del año anterior, otros
registran tasas de crecimiento del PIB positivas (véase el gráfico I.25). Esto depende
en gran medida de la especialización de cada país y del grado en que se han visto
afectados sus socios comerciales. Los países de la región han acusado los efectos
de la evolución de la demanda externa, así como los efectos internos de las medidas
sanitarias y ayudas de sus gobiernos para contener la pandemia, que se han traducido
en caídas o impulsos de la demanda interna.
Gráfico I.25
América Latina (16 países): tasas de crecimiento del PIB, primer trimestre de 2021
(En porcentajes, base: dólares constantes de 2010)
Guatemala
Perú
Nicaragua
El Salvador
Rep. Dominicana
Argentina
Honduras
Brasil
Colombia
Paraguay
Chile
Costa Rica
Uruguay
México
Ecuador
Panamá
-12
-10
-8
-6
-4
-2
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
0
2
4
6
67
68
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
2.
La crisis del COVID-19 se ha caracterizado tanto
por un choque de oferta como de demanda,
lo que ha provocado caídas de la actividad,
del nivel de ocupados y de los salarios reales
La falta de insumos que han sufrido las empresas ha impedido que el proceso de producción
funcione con normalidad, lo que ha causado un choque de oferta que ha dado lugar a
un aumento de los precios y una caída de la producción. De igual forma, en distintos
períodos muchas actividades económicas, principalmente los servicios considerados
no esenciales, han estado prohibidos o solo han podido reestablecer sus actividades
parcialmente, en función de los niveles de incidencia de la enfermedad. Además, en
muchas ocupaciones que implican trabajos manuales o para las que la presencia en el
puesto de trabajo es esencial las oportunidades de teletrabajar son escasas.
Esto se suma, además, a un choque de demanda provocado por las restricciones
impuestas a la movilidad de las personas para frenar el ritmo de contagios, que han
implicado una disminución del consumo y el descenso de la inversión a corto plazo
(por la parálisis de los proyectos en curso) y a mediano plazo (por el deterioro de las
expectativas económicas en un contexto de elevada incertidumbre). La conjunción de
ambos tipos de choque ha provocado caídas de la producción, del nivel de ocupados
y de los salarios reales (véase el gráfico I.26).
Gráfico I.26
América Latina: tasa de variación del número de ocupados y del salario real, 2019 a primer trimestre de 2021
(En porcentajes)
5
0,5
0
0
-5
-0,5
-10
-1,0
-15
-1,5
-20
-2,0
Ocupados
Trim 1
Trim 2
Trim 3
2019
Trim 4
Trim 1
Trim 2
Trim 3
Trim 4
2020
Trim 1
Salario real
2021
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
3.
El impacto económico del COVID-19 depende
tanto de la intensidad de la caída de la actividad
como de la duración de la crisis, y existe
una elevada heterogeneidad por ramas
de actividad en ambas variables
En algunas actividades como los hoteles, restaurantes y otros servicios la caída de
la producción ha sido prácticamente total. También ha sido muy intensa, aunque
heterogénea, en el comercio mayorista y minorista: en unos casos, el cierre obligado
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
ha supuesto una caída del 100% de la actividad, pero en otros (los relacionados con
las actividades esenciales) la actividad apenas se ha resentido. En el transporte, las
medidas de confinamiento también han supuesto un drástico descenso de la actividad,
aunque aquellos que brindaban servicios a actividades esenciales se han mantenido
activos. Por otro lado, sectores como el agropecuario y el de los servicios básicos
fueron extremadamente resilientes, y otros como el de las manufacturas se recuperaron
rápidamente de las caídas.
El sector agropecuario fue el que menos se contrajo durante el peor momento
de la pandemia, y ya en 2021 su producción aumenta. El buen desempeño de este
sector puede explicarse por el hecho de que, excepto en casos puntuales, la oferta
de alimentos para el consumo interno y las exportaciones se mantuvo incluso en los
peores meses de la pandemia. El sector agropecuario y la industria manufacturera
fueron los dos únicos sectores de actividad económica cuya producción aumentó en el
primer trimestre de 2021, mientras que la actividad del resto de los sectores registró
retrocesos (véase el gráfico I.27).
Gráfico I.27
América Latina: tasa de variación del valor agregado por sector de actividad económica,
2019 a primer trimestre de 2021
(En porcentajes)
10
5
0
-5
-10
-15
-20
-25
-30
Trim 1
Trim 2
Trim 3
2019
Trim 4
Trim 1
Trim 2
Trim 3
2020
Trim 4
Trim 1
2021
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
4.
El consumo mantiene tasas de crecimiento
negativas y la inversión es el único componente
del gasto que contribuye al crecimiento del PIB
Al primer trimestre de 2021, la inversión era el único componente del gasto que
contribuía al crecimiento del PIB. El consumo total mantenía su contribución negativa,
por lo que ya arrastraba cinco trimestres de tasas de crecimiento negativo (véanse los
gráficos I.28 y I.29). Su mal desempeño ha sido determinado por la lenta recuperación de
los puestos de trabajo perdidos (aún faltan 12,3 millones de empleos para recuperar los
niveles de ocupación anteriores a la pandemia) y por la reducción de los salarios reales.
Con respecto al consumo público, ante la persistencia de la pandemia, la mayoría
de los países de América Latina anunciaron nuevos planes fiscales de emergencia.
Estos esfuerzos buscan mantener los mecanismos de alivio a los segmentos más
Servicios financieros
y empresariales
Electricidad, gas y agua
Transporte y comunicaciones
Agricultura
Servicios comunales, sociales
y personales
Construcción
Comercio
Industria manufacturera
Minas y canteras
69
70
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
vulnerables de la sociedad, como las familias de menores ingresos. Destacan
numerosos programas de transferencias monetarias directas a los hogares de un
alcance similar al de programas equivalentes implementados en 2020. Al tratarse
de transferencias monetarias, dichas ayudas se registran en el consumo privado,
por lo que se subestima el aumento real del consumo público; en 2020 se anunció
un conjunto de medidas fiscales sin precedentes que promediaba el 4,6% del PIB
(CEPAL, 2021a).
Gráfico I.28
América Latina: contribución del consumo privado y público y de la inversión al crecimiento del PIB,
2019 a primer trimestre de 2021
(En porcentajes)
15
10
5
0
-5
-10
-15
-20
Consumo privado
Consumo público
Formación bruta de capital fijo
-25
-30
Trim 1
Trim 2
Trim 3
2019
Trim 4
Trim 1
Trim 2
Trim 3
2020
Trim 4
Trim 1
2021
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
En el primer trimestre de 2021 la inversión mostró un aumento significativo y
generalizado del 11% respecto al mismo trimestre del año anterior, tanto a causa
de la reactivación de las obras en la construcción, que comienzan a convivir con las
cuarentenas, como por el aumento del uso de maquinaria y equipos, que ha llevado
a un incremento de su demanda. Sin embargo, aún se mantienen postergados los
proyectos de inversión que no se consideren esenciales, dada la necesidad de las
empresas de sobrevivir a los problemas de financiamiento de corto plazo. En el
primer trimestre de 2021 se registró una variación positiva de las existencias (véase
el gráfico I.29). Esto no responde a expectativas positivas a corto plazo que lleven
a aumentar la producción (al prever limitaciones de la capacidad productiva ante un
incremento de la demanda), sino que, por el contrario, es la falta de demanda actual
la que ha provocado acumulación de producción sobrante.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
Gráfico I.29
América Latina: tasa de variación del PIB y contribución de los componentes de la demanda
agregada al crecimiento, 2018 a primer trimestre de 2021
(En porcentajes)
10
5
0
-5
Producto interno bruto
a precios de mercado
-10
Exportaciones de bienes y servicios
Formación bruta de capital fijo
Consumo público
Consumo privado
Importaciones de bienes y servicios
Existencias
-15
-20
-25
Trim 1
Trim 2 Trim 3
2018
Trim 4
Trim 1
Trim 2 Trim 3
2019
Trim 4
Trim 1
Trim 2 Trim 3
2020
Trim 4
Trim 1
2021
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
5.
Tras el fuerte descenso registrado en el primer
semestre de 2020, la inflación ha tendido a
aumentar
La fuerte contracción experimentada por la demanda agregada como resultado de la
crisis del COVID-19 llevó la inflación regional a niveles históricamente bajos durante
2020. Al cierre del año la inflación promedio de las economías de América Latina y el
Caribe era del 3,0%, 0,1 puntos porcentuales inferior a la del cierre de 201928. Este
comportamiento de la inflación promedio regional fue impulsado por la caída registrada
en las economías de América del Sur y del Caribe, cuyas tasas de inflación se redujeron,
respectivamente, 0,3 puntos porcentuales (del 3,3% registrado en 2019) y 0,9 puntos
porcentuales (del 3,1% registrado en 2019). Por su parte, la inflación en la agrupación
que conforman Centroamérica y México se incrementó 0,3 puntos porcentuales (véase
el cuadro I.9).
En total 21 economías registraron un descenso de la inflación en 2020, y en 9 de
estos países la caída de la inflación superó el punto porcentual. Además, 9 economías
de la región reportaron durante 2020 tasas de inflación negativas, en general economías
con tipos de cambio fijos. Por otra parte, en 12 economías la inflación se incrementó
durante el año, entre las que destaca el alza superior a un punto porcentual en los
casos de Cuba, Guatemala y la República Dominicana.
28
De los promedios regionales y subregionales se excluyen la Argentina, Haití, Suriname y Venezuela (República Bolivariana
de) por presentar procesos de inflación crónicos (Pazos, 1991)). Si se tuvieran en cuenta esos datos, se vería afectada la
representatividad de la dinámica descrita por la inflación a nivel regional.
71
72
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
Cuadro I.9
América Latina y el Caribe: tasas de variación interanual del índice de precios al consumidor (IPC),
diciembre de 2019 a abril de 2021
(En porcentajes)
Diciembre 2019
Diciembre 2020
Junio 2020
Junio 2021
América Latina y el Caribe (excluidos países con inflación crónica)
3,1
3,0
2,1
5,4
América del Sur (excluidos países con inflación crónica)
3,3
3,0
1,8
5,5
Bolivia (Estado Plurinacional de)
1,5
0,7
1,4
0,2
Brasil
4,3
4,5
2,1
8,3
Chile
3,0
3,0
2,6
3,8
Colombia
3,8
1,6
2,2
3,6
Ecuador
-0,1
-0,9
0,2
-0,7
Paraguay
2,8
2,2
0,5
4,5
Perú
1,9
2,0
1,6
3,3
Uruguay
8,8
9,4
10,4
7,3
Centroamérica y México (excluidos países con inflación crónica)
2,7
3,0
2,7
5,2
Costa Rica
1,5
0,9
0,3
1,9
Cubaa
-1,3
18,5
1,1
…
El Salvador
0,0
-0,1
-0,2
2,6
Guatemala
3,4
4,8
2,4
3,9
Honduras
4,1
4,0
2,7
4,7
México
2,8
3,2
3,3
5,9
Nicaragua
6,5
2,6
3,8
4,1
Panamáb
-0,1
-1,6
-1,6
1,9
República Dominicana
3,7
5,6
2,9
9,3
El Caribe
3,4
2,2
2,1
2,9
Antigua y Barbuda
0,7
2,8
1,0
0,6
Bahamasc
1,4
1,2
-0,4
1,4
Barbadosb
7,2
1,3
2,4
1,6
Belice
0,2
0,4
0,2
3,0
Dominicad
0,1
-0,7
-1,2
1,8
Granadad
0,1
-0,8
-0,9
0,3
Guyanab
2,1
1,3
0,5
3,8
6,2
4,5
5,6
5,0
Jamaicab
Saint Kitts y
Nevisd
-0,8
-0.8
-1,4
-0,4
San Vicente y las Granadinasd
0,5
-1,0
-0,8
-0,1
Santa Lucíad
-0,7
-0,4
-3,0
1,5
Trinidad y Tabago
0,4
0,4
0,7
1,1
Argentina
52,9
34,1
41,3
48,3
Haitíd
20,8
19,2
24,8
17,2
4,2
60,7
35,2
43,6
9 585,5
2 959,8
2 354,8
2 719,5
Suriname
Venezuela (República Bolivariana de)
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Nota: Promedios regionales y subregionales ponderados por el tamaño de la población. Dentro de los promedios regionales y subregionales no se incluyen los datos de
economías con inflación crónica (Argentina, Haití, Suriname y Venezuela (República Bolivariana de)).
a Datos a diciembre de 2020.
b Datos a mayo de 2021.
c Datos a febrero de 2021.
d Datos a marzo de 2021.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
En el gráfico I.30 se muestra la evolución mensual de la tasa interanual de inflación
promedio de las economías de América Latina y el Caribe. Destaca la fuerte reducción
que experimentó la inflación durante el primer semestre de 2020: a mayo de 2020 la
inflación promedio de la región cerró en un 1,9%, el nivel más bajo registrado desde 2006.
Adicionalmente, en el gráfico se observa que este comportamiento fue generalizado,
pues se dio en las tres subregiones de América Latina y el Caribe. La fuerte reducción
que experimentaron la demanda agregada interna y los precios de la energía durante el
primer semestre de 2020 fue a la par con la evolución de la inflación en ese lapso, tal
como se refleja en la caída de más de un punto porcentual de la tasa de inflación en 14
de las economías de la región entre los meses de diciembre de 2019 y abril de 2020.
Gráfico I.30
América Latina y el Caribea: tasas de variación interanual del índice de precios al consumidor (IPC),
promedio ponderado, enero de 2017 a junio de 2021
(En porcentajes)
6
5
4
3
2
0
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abril
May
Jun
1
2017
Centroamérica y México
(excepto Haití)
2018
América del Sur (excepto Argentina
y Venezuela (Rep. Bol. de))
2019
El Caribe (excepto Suriname)
2020
2021
América Latina y el Caribe (excepto
Argentina, Haití, Suriname
y Venezuela (Rep. Bol. de))
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a No se incluyen los datos de economías con inflación crónica (Argentina, Haití, Suriname y la República Bolivariana de Venezuela) dentro de los promedios regionales
y subregionales.
Sin embargo, desde mayo de 2020 la inflación ha venido incrementándose, como
consecuencia del aumento registrado por la demanda agregada interna y el alza de los
precios de la energía, de los alimentos y de otros insumos productivos cuyo proceso de
comercialización se había visto afectado durante los primeros meses de la pandemia.
En el gráfico I.30 también se aprecia cómo la inflación ha venido repuntando desde el
segundo semestre de 2020: en junio de 2021, la inflación promedio de las economías
de América Latina y el Caribe era de las mayores que se habían observado desde 2016.
Entre junio de 2020 y junio de 2021 la inflación se incrementó en 25 países de la región,
y la tasa de inflación regional (5,4%) registraba un alza de 3,2 puntos porcentuales con
respecto al nivel de junio de 2020 (véase el cuadro I.9).
Si bien se ha dado un mayor dinamismo de la inflación a lo largo de toda la región, las
tasas de inflación que registraron los mayores incrementos entre junio de 2020 y junio
de 2021 fueron las de la agrupación conformada por las economías de Centroamérica
y México (2,5 puntos porcentuales) y las de América del Sur (3,6 puntos porcentuales).
73
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
En cuanto a los países no incluidos en los promedios regionales y subregionales, en la
Argentina y la República Bolivariana de Venezuela la inflación también se redujo en 2020, en
Haití se mantuvo bastante estable y en Suriname se aceleró significativamente. En el caso
argentino, la inflación pasó del 52,9% en 2019 al 34,1% en 2020, y en el caso venezolano
pasó de un 9.585% en 2019 a un 2.959,1% en 2020. Por otro lado, en Suriname la inflación
pasó del 4,2% en 2019 al 60,7% en 2020. A junio de 2021, de este grupo de países, solo
la Argentina reflejó un alza en la inflación respecto a los niveles de diciembre de 2020.
6.
El repunte observado en la inflación general
refleja fundamentalmente el importante
incremento de la inflación no subyacente, en
especial en el rubro de los alimentos, mientras
que la inflación subyacente se mantiene por
debajo de sus niveles precrisis
En primer lugar, y tal y como se señaló en CEPAL (2020), la tasa de inflación subyacente
ha mantenido una tendencia a la baja desde mayo de 2016, mes en que alcanzó el 4,8%.
La fuerte contracción de la demanda agregada hizo que esta tendencia se acentuara en el
primer semestre de 2020, y entre febrero y julio de 2020 la inflación subyacente promedio
de la región pasó de un 2,9% a un 1,7%, el menor valor registrado en el último decenio.
Si embargo, al igual que ocurrió con el índice general de precios, la inflación subyacente
ha tendido a incrementarse desde entonces, y entre junio de 2020 y junio de 2021 el alza
fue de 1,2 puntos porcentuales (véase el gráfico I.31). A nivel subregional, las economías
de América del Sur han mostrado el mayor aumento de la tasa subyacente, 1,6 puntos
porcentuales (de un 1,2% en junio de 2020 a un 2,8% en junio de 2021), mientras que
en las economías de Centroamérica y México el aumento de la inflación subyacente fue
de 0,4 puntos porcentuales, al pasar de un 3,2% a un 3,6% en el mismo lapso.
Gráfico I.31
América Latina y el Caribe: tasas de variación interanual del índice de precios al consumidor (IPC) por tipos de
inflación, promedio ponderado, enero de 2017 a junio de 2021
(En porcentajes)
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abril
May
Jun
74
2017
Inflación subyacente
2018
Inflación de servicios
2019
Inflación de alimentos
2020
Inflación de bienes
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
2021
América Latina y el Caribe
(excepto Argentina, Haití, Suriname
y Venezuela (Rep. Bol. de))
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
La dinámica mostrada por la inflación subyacente es un buen referente del espacio del
que disponen las autoridades monetarias para mantener políticas monetarias expansivas,
dado que este indicador aísla el impacto directo que tienen sobre la inflación aquellos
componentes cuyos precios exhiben la mayor volatilidad dentro de la canasta del índice
de precios al consumidor (IPC), como los alimentos y la energía. La tendencia a la baja
que mostró la inflación subyacente hasta julio de 2020 reflejó la fuerte contracción de
la demanda agregada a lo largo de la región. Sin embargo, pese a que el repunte que
ha mostrado la inflación subyacente desde julio de 2020 señala una ligera recuperación
de la demanda agregada, el hecho de que esta variable siga en niveles inferiores a los
existentes antes de la pandemia indica que dicha recuperación es débil y que, por lo
tanto, se mantiene el espacio para sostener políticas monetarias expansivas.
En el caso de la inflación de alimentos y bebidas no alcohólicas, continuó la
tendencia alcista que se venía registrando desde abril de 2018 (véase el gráfico I.31).
Así, a diciembre de 2020 el promedio regional de la inflación de alimentos cerró en
un 7,5%, lo que supone un incremento de 3,4 puntos porcentuales respecto al valor
del cierre de 2019. Nuevamente, el mayor impulso a la inflación de alimentos regional
proviene de las economías de América del Sur, que entre diciembre de 2019 y diciembre
de 2020 vieron incrementar la inflación en este rubro 4,1 puntos porcentuales, un alza
mayor a la registrada por las economías de Centroamérica y México, donde la inflación
de alimentos aumentó 2,2 puntos porcentuales.
Algunos de los elementos que han impulsado la tendencia al alza en los precios de los
alimentos han sido los problemas en las cadenas de suministro de insumos, la creciente
volatilidad cambiaria, cambios en los patrones de consumo, mayores estímulos fiscales
y factores climáticos. En general, todos estos factores se han vuelto más pronunciados
por efecto de las medidas de aislamiento adoptadas para enfrentar la pandemia de
COVID-19. Durante 2021 la inflación de alimentos se ha venido reduciendo —aunque
sigue siendo significativamente mayor que la inflación general— y a junio de 2021 era
del 6,9%, mientras que la inflación general era del 5,4%.
Las restricciones a la movilidad han afectado de manera significativa el funcionamiento
normal del sector servicios en la región. Esta situación ha provocado, por un lado,
una caída significativa en la actividad económica de este sector y, por otro, una fuerte
reducción de la inflación en este rubro. Entre diciembre de 2019 y diciembre de 2020 la
inflación de servicios se redujo 1,3 puntos porcentuales, al pasar de un 2,9% a un 1,6%
en ese período. En términos regionales, las economías de América de Sur registraron
un descenso de la inflación de servicios de 1,4 puntos porcentuales, mientras que en
las economías de Centroamérica y México la reducción fue de 1 punto porcentual. En
lo transcurrido de 2021, la inflación de servicios ha mostrado un importante incremento
(3,2 puntos porcentuales respecto a diciembre de 2020), lo que nuevamente refleja
una recuperación de la demanda agregada y la reapertura de las economías, pero
también el impacto del aumento que ha experimentado el precio del combustible, así
como de la apreciación del dólar en los mercados financieros internacionales. A nivel
subregional, en las economías de América del Sur la inflación en servicios se incrementó
3,1 puntos porcentuales entre diciembre de 2020 y junio de 2021, mientras que en las
economías de Centroamérica y México el incremento fue de 3,4 puntos porcentuales
en el mismo lapso.
Capítulo I
75
76
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
7.
Durante el primer trimestre de 2021 se
recuperaron los principales indicadores
laborales, pero aún no han alcanzado
los niveles previos a la pandemia, y se
ha profundizado la brecha de género
En los primeros meses de 2021 se observa un retorno gradual de las personas al mercado
laboral, tras su retiro masivo durante los primeros meses de la pandemia. Sin embargo, al
primer trimestre de 2021 la tasa de participación laboral de los 14 países de la región que
cuentan con información disponible era 2,6 puntos porcentuales inferior a la del primer
trimestre de 2020 (véase el gráfico I.32). Por su parte, la recuperación del empleo ha sido
más lenta, en el primer trimestre de 2021 aún se situaba 3,2 puntos porcentuales por
debajo de la del primer trimestre de 2020. Esto hizo que la tasa de desocupación regional
promedio alcanzara el 10,7%, lo que supone un aumento de 1,7 puntos porcentuales con
respecto a comienzos de 2020. Cabe destacar que, a diferencia de crisis anteriores, la
tasa de desocupación solo refleja parcialmente las dificultades del mercado laboral, dada
la magnitud del retiro de personas de la fuerza laboral. Por su parte, la tasa de ocupación
también es solo un reflejo parcial del gran impacto de esta crisis, ya que en algunos casos,
pese a mantenerse la relación laboral, se redujeron considerablemente las horas trabajadas.
En efecto, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que América Latina y
el Caribe ha sido la región con la mayor contracción de las horas de trabajo en todo el
mundo; se estima que entre 2020 y 2019 se ha producido una pérdida del orden del 16,2%.
Esta cifra casi duplica la estimada a nivel mundial, del 8,8% (OIT, 2021; Maurizio, 2021).
Gráfico I.32
América Latina y el Caribe (14 países)a: variación interanual de las tasas de ocupación,
participación y desocupación, 2019 a primer trimestre de 2021
(En puntos porcentuales)
4
3,1
2,5
2,5
2
0
-2
0,2
-0,2
-0,5
0,2 0,1 0,3
0,1
0,4 0,3
-0,2
-0,4 -0,3
-0,1-0,1
-0,2
-4
-3,7
-4,8
-6
-3,2
-2,6
-6,1
-7,3
-8
-9,4
-10
-12
1,7
Trim 1
Trim 2
Trim 3
2019
Trim 4
Trim 1
-8,7
Trim 2
Tasa de desocupación
Tasa de ocupación
Tasa de participación
Trim 3
2020
Trim 4
Trim 1
2021
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Argentina, Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Nicaragua, Jamaica, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay.
Los indicadores laborales por sexo siguieron mostrando desventajas para las mujeres
durante los primeros meses de 2021. En el promedio de 14 países con información
disponible, la tasa de participación de las mujeres en el primer trimestre de 2021 era
del 48,2%, es decir, 3,3 puntos porcentuales por debajo de la del mismo trimestre de
2020, mientras que la tasa de participación de los hombres alcanzaba un 71,1%, una
cifra unos 2,1 puntos porcentuales inferior a la del mismo período en 2020 (véase el
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
gráfico I.33A). Esto se explica principalmente por el importante retiro de mujeres del
mercado laboral, causado tanto por las restricciones vigentes y las menores opciones
de empleo como por las necesidades de cuidado en el contexto de la pandemia.
En cuanto a la tasa de ocupación, en el primer trimestre de 2021 la de las mujeres
se encontraba unos 3,6 puntos porcentuales más baja que en el primer trimestre de
2020, mientras que la de los hombres registró una caída de 2,8 puntos porcentuales
en el mismo lapso. La mayor pérdida de empleo en el caso de las mujeres se deriva
principalmente de su mayor representación en categorías ocupacionales como el trabajo
independiente, el trabajo doméstico remunerado y el trabajo familiar no remunerado,
así como en sectores fuertemente afectados por las restricciones de la pandemia,
como el comercio.
Como resultado de estas tendencias, la tasa de desocupación aumentó relativamente
más en el caso de las mujeres, lo que implicó un aumento de la brecha de este indicador.
En el primer trimestre de 2021, la tasa de desocupación de las mujeres alcanzó un
12,8%, y la de los hombres, un 9%. La brecha de la tasa de desocupación por sexo pasó
de 2,8 puntos porcentuales en el primer trimestre de 2020 a 3,8 puntos porcentuales
en el mismo período en 2021 (véase el gráfico I.33B).
A. Tasa de participación y de ocupación
80
73,2
71,1
67,7
70
Gráfico I.33
América Latina y
el Caribe (14 países)a:
tasas de participación,
ocupación y
desocupación,
por sexo, primer
trimestre de 2020 y
primer trimestre de 2021
(En porcentajes)
64,9
60
51,2 48,2
50
45,7
42,1
40
30
20
10
0
Hombre
Mujer
Hombre
Tasa de participación
Mujer
Tasa de ocupación
B. Tasa de desocupación
14
12,8
12
10,5
10
8
9,0
7,7
6
4
2
0
Primer trimestre de 2020
Primer trimestre de 2021
Hombre
Mujer
Tasa de desocupación
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Promedio simple de los siguientes países: Argentina, Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador,
México, Jamaica, Paraguay, Perú y República Dominicana.
77
78
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
8.
La recuperación del empleo sectorial ha sido
dispar: mientras la construcción ha recuperado
sus niveles previos de empleo, los sectores
asociados al alojamiento y los restaurantes
aún muestran una fuerte contracción
Durante 2020 se observó una contracción generalizada del empleo a nivel sectorial.
En el segundo trimestre del año los sectores más afectados fueron la construcción, el
comercio y aquellos asociados al turismo, como la hotelería y los restaurantes. En los
trimestres siguientes, la recuperación sectorial ha sido dispar. Al primer trimestre de
2021, la construcción había retomado niveles de empleo similares a los que tenía antes
de la pandemia; los servicios financieros y empresariales también mostraron buena
recuperación, y el empleo en el sector agropecuario registraba una variación positiva.
Asimismo, en dicho trimestre se observa una interesante recuperación del empleo en
el comercio, posiblemente relacionada con el aumento del trabajo por cuenta propia
(véase el gráfico I.34). Sin embargo, se observa una lenta recuperación del empleo en
sectores relacionados con la hotelería y los restaurantes: durante el primer trimestre
de 2021 su nivel de empleo aún era un 20,2% inferior al de principios de 2020. Los
sectores de servicios también muestran niveles de empleo alrededor de un 6% por
debajo de los anteriores a la pandemia.
Gráfico I.34
América Latina (12 países)a: variación interanual del empleo por rama de actividad,
2020 a primer trimestre de 2021
(En porcentajes)
5
0
-5
-10
-15
Primer trimestre de 2020
Segundo trimestre de 2020
Tercer trimestre de 2020
Cuarto trimestre de 2020
Primer trimestre de 2021
-20
-25
-30
Total
ocupados
Agricultura
Industria Construcción Comercio
manufacturera
Restaurantes Servicios
y hoteles financieros
y a empresas
Servicios
básicos
Servicios
comunales,
sociales y
personales
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Promedio simple de los siguientes países: Argentina, Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Jamaica, Paraguay, Perú y
República Dominicana.
9.
La recuperación es más rápida en los trabajos
de menor calidad
Durante el segundo trimestre de 2020 la pérdida de puestos de trabajo fue generalizada
entre las categorías ocupacionales, pero con una incidencia mayor en el caso de los
trabajadores domésticos renumerados, los trabajadores familiares no remunerados y
los trabajadores independientes. A lo largo de los trimestres siguientes, la recuperación
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
ha sido relativamente más fuerte en las categorías de empleo de relativa menor
calidad, como las de los trabajadores por cuenta propia y los trabajadores familiares no
remunerados. Durante el primer trimestre de 2021, los niveles de empleo de estas dos
categorías eran un 1,7% y un 0,5% inferiores a los del primer trimestre de 2020 (véase
el gráfico I.35). La excepción ha sido el trabajo doméstico remunerado, cuyos niveles
de empleo aún se encuentran un 20,3% por debajo de los previos a la pandemia. Esta
categoría fuertemente feminizada ha sufrido tanto por las características del propio
trabajo como por la pérdida de ingresos de muchos hogares empleadores.
Gráfico I.35
América Latina (11 países)a: variación interanual del empleo por categoría ocupacional,
2020 a primer trimestre de 2021
(En porcentajes)
5
0
-5
-10
-15
-20
Primer trimestre de 2020
Segundo trimestre de 2020
Tercer trimestre de 2020
Cuarto trimestre de 2020
Primer trimestre de 2021
-25
-30
-35
Total ocupados
Asalariados
Trabajadores por
cuenta propia
Servicio doméstico Trabajadores familiares
no remunerados
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Promedio simple de los siguientes países: Argentina, Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Paraguay, Perú y
República Dominicana.
Por el momento, la recuperación del producto observada en la segunda mitad de
2020 y el primer trimestre de 2021 no se ha acompañado de una generación de empleo
de calidad. En el primer trimestre de 2021, el trabajo asalariado, generalmente asociado
con una mayor calidad de empleo, continuaba en niveles un 6,6% menores que los del
primer trimestre de 2020 (véase el gráfico I.36). Las estimaciones en algunos países de
la región muestran que durante el primer trimestre de 2021 el número de trabajadores
ausentes pero con vínculo laboral estaba disminuyendo, y que las horas trabajadas se
estaban recuperando, lo que podría apuntar a la necesidad de nuevas contrataciones
si las condiciones de reactivación económica se mantienen.
La evolución del empleo registrado también indica que el empleo de calidad se está
recuperando lentamente. En efecto, en los países con información disponible se observa
que, después de su caída en abril y mayo de 2020, a partir del mes de junio el nivel del
empleo formal se estabilizó. En algunos países como Chile y Costa Rica la caída del
empleo formal continuó hasta agosto y septiembre de 2020, respectivamente (véase el
gráfico I.37). Sin embargo, el aumento del número de asalariados registrados durante
los meses siguientes fue muy débil, lo que refleja que la reactivación económica ha sido
lenta y que, en términos de empleo, prevalecieron medidas como la reincorporación
de los ocupados ausentes y el aumento de las horas trabajadas, antes de contratar o
recontratar a trabajadores desocupados.
79
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
Gráfico I.36
América Latina (11 países): crecimiento económico y crecimiento interanual del empleo,
por categoría de ocupación, 2019 a primer trimestre de 2021
(En porcentajes)
10
5
0
-5
-10
-15
-20
Trim 1
Trim 2
Trim 3
Trim 4
Trim 1
Trim 2
2019
Trim 3
Trim 4
PIB
Asalariados
Trabajadores por cuenta propia
Trim 1
2020
2021
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Nota: Los datos de asalariados y trabajadores por cuenta propia corresponden a los siguientes países: Argentina, Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Chile, Colombia,
Costa Rica, México, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay. Los datos del PIB corresponden a América Latina.
Gráfico I.37
América Latina (7 países): empleo registrado, enero 2019 a marzo 2021
(Índice: enero 2019=100)
110
108
106
104
102
100
98
Perú
México
Costa Rica
El Salvador
Brasil
Argentina
Chile
Uruguay
96
94
92
90
2019
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Feb
2021
Mar
Ene
Dic
Oct
2020
Nov
Sep
Jul
Ago
Jun
Abr
May
Mar
Feb
Dic
Ene
Nov
Oct
Ago
Sept
Jul
Jun
Abr
May
Feb
86
Mar
88
Ene
80
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
10. En el contexto de la gran pérdida de empleo
informal y entre trabajadores de menor nivel
educativo se evidencian las limitaciones de
indicadores de la calidad del empleo como
la tasa de informalidad y los salarios reales
En las situaciones de restricción de la movilidad a muchos trabajadores informales les
resultó imposible realizar sus tareas y, ante la falta de mecanismos que les permitieran
mantener la relación laboral (como los seguros de desempleo), se retiraron del
mercado. A diferencia de lo sucedido en otras crisis, los trabajadores informales no
pudieron atenuar las pérdidas de ingresos de los hogares; los puestos informales se
contrajeron con aún mayor intensidad que las ocupaciones formales (CEPAL/OIT, 2021).
De esta forma, entre el segundo trimestre de 2019 y el segundo trimestre de 2020
se registraron caídas importantes de indicadores de la calidad del empleo como la
tasa de informalidad (véase el gráfico I.38). Dichas caídas no reflejan avances en los
procesos de formalización, sino el hecho de que las actividades informales se vieron
más afectadas por las medidas de contención.
Gráfico I.38
América Latina (países y ciudades seleccionados): variación interanual de la tasa de informalidad laboral,
2019 a primer trimestre de 2021
(En puntos porcentuales)
4
2
1,1
1.2
0
-1,1
-2
-1,7
-3,0
-4
-6
-2,3
-2,2
-3,9
-6,3
-8
Primer trimestre de 2020
Segundo trimestre de 2020
Primer trimestre de 2021
-10
-12
Argentina
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
México
Paraguay
Perú
(Lima)
Rep.
Dominicana
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Al primer trimestre de 2021 la tasa de informalidad continuaba mostrando
contracciones, aunque mucho más moderadas, en la Argentina, el Brasil, Chile,
Colombia, Costa Rica, México, el Paraguay y Lima Metropolitana, y aumentaba en
Colombia y la República Dominicana. En un contexto en que el empleo total aún se
encuentra en niveles inferiores a los de antes de la pandemia, esta menor caída de
la tasa de informalidad confirma el hecho de que la recuperación del empleo ha sido
principalmente en condiciones de informalidad.
81
82
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
Durante 2020 las pérdidas de empleo se concentraron principalmente entre los
trabajadores con menor nivel educativo formal (CEPAL, 2021e; FMI, 2021e). Esto se
debió principalmente a que la mayoría de los trabajadores que pudieron continuar
realizando su trabajo de forma remota fueron aquellos que poseían empleos asociados a
un mayor nivel educativo. Esta situación se vio potenciada por el efecto que tuvieron las
restricciones de la movilidad en el empleo informal. Entre el segundo trimestre de 2019
y el mismo período de 2020 la caída promedio del empleo en ocho países de la región
(Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, México, Paraguay, Perú y República Dominicana)
fue de cerca del 22% entre los trabajadores de nivel educativo bajo, del 17% entre
los de nivel educativo medio y del 8% entre los de nivel educativo alto (véase el
gráfico I.39). Al primer trimestre de 2021 aún se observaba un impacto relativamente
mayor en aquellos trabajadores de menor nivel educativo.
Gráfico I.39
América Latina (8 países)a: variación interanual del total de ocupados según nivel educativo,
2020 a primer trimestre de 2021
(En porcentajes)
10
4,1
5
1,3
1,1
0
-5
-1,4
-2,5
-3,3
-1,5
-6,4
-8,2
-10
-13,5
-15
-10,5
-11,3
-16,6
-20
-21,6
-25
-19,3
Bajo
Medio
Alto
Primer trimestre de 2020
Segundo trimestre de 2020
Tercer trimestre de 2020
Cuarto trimestre de 2020
Primer trimestre de 2021
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Nota: El nivel educativo bajo incluye la educación primaria completa o menos; el nivel medio incluye la secundaria completa, y el nivel alto incluye la terciaria completa.
a Promedio simple de los siguientes países: Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, México, Paraguay, Perú y República Dominicana.
En situaciones de crisis es de esperar que los salarios medios disminuyan. Además,
en el contexto de la pandemia, algunos trabajadores tuvieron que aceptar —al menos
temporalmente— una reducción de su salario para poder continuar con la relación
laboral. Sin embargo, solo 4 de los 12 países de la región con información disponible
registraron una caída de los salarios reales durante el segundo trimestre de 2020 (véase
el gráfico I.40). Entre los factores que pueden explicar esta situación se encuentran
los problemas de medición (los trabajadores pueden seguir reportando el salario
habitual y no el efectivo) y problemas de composición. Este último factor implica que,
en momentos de crisis, el análisis de los salarios medios puede estar sesgado por
el efecto que surge de los cambios en el empleo: cuando la mayoría de las pérdidas
de empleo se dan entre trabajadores con menores ingresos, esto puede aumentar el
salario medio de la economía, lo que podría reflejarse como una tendencia al alza, pero
no por las razones adecuadas29.
29
En OIT (2020) pueden encontrarse casos de ambos efectos en varios países del mundo.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
Gráfico I.40
América Latina (12 países): variación interanual del salario promedio real del empleo registrado,
2020 a primer trimestre de 2021
(En porcentajes)
25
20
15
10
5
0
-5
Primer trimestre de 2020
Segundo trimestre de 2020
Tercer trimestre de 2020
Cuarto trimestre de 2020
Primer trimestre de 2021
Uruguay
Perú
Paraguay
México
El Salvador
Ecuador
Costa Rica
Colombia
Chile
Brasil
Bolivia
(Est. Plur. de)
-15
Argentina
-10
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Al primer trimestre de 2021, la variación interanual de los salarios reales del empleo
registrado mostraba aumentos en 6 países (Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, Ecuador
y México) de los 12 con información disponible. Sin embargo, por ejemplo en Chile, la
proporción de empleados cuyos ingresos se habían reducido alcanzó el 30% en agosto
de 2020, e incluso en abril de 2021 casi el 18% de los trabajadores declaraba aún que
sus ingresos habían disminuido30.
11. Perspectivas
La posibilidad de llegar a los niveles de empleo previos a la pandemia en 2021 dependerá
de la velocidad de vacunación de los países y de la recuperación de las principales
actividades económicas. En muchos países de la región las restricciones han continuado
durante 2021 y aún no se ha producido una reactivación plena de todas las actividades,
incluidos los servicios de cuidado y la educación. Durante el año es de esperar un retorno
gradual de los trabajadores, tanto de aquellos que se vieron forzados a salir del mercado
laboral como de nuevos trabajadores que se incorporen para compensar la pérdida de
ingreso de los hogares. Esto podría traducirse en un mayor nivel de desocupación o
en un empeoramiento de la calidad media del empleo en la región. Entretanto, hay
que interpretar con cautela indicadores de la calidad del empleo como la incidencia de
la informalidad y los salarios reales. Por otro lado, la crisis provocada por la pandemia
ha aumentado sustancialmente el riesgo de mayores desigualdades, tanto dentro de
los países como entre ellos. Las políticas deben orientarse a evitar divergencias que
profundicen estas desigualdades.
30
Aproximadamente el 60% de los trabajadores que declararon reducciones de sus ingresos indicaron que la caída había sido
del 50% o más.
83
84
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
E. Las políticas macroeconómicas
1.
La recaudación tributaria se ha reactivado
en 2021, aunque persiste el contexto
de incertidumbre
Se espera que los ingresos públicos en América Latina repunten en 2021 y alcancen
niveles similares a los de 2019, respaldados por la reactivación de la actividad económica
y condiciones favorables para los ingresos fiscales provenientes de recursos naturales
no renovables en algunos países (véase el gráfico I.41). Las estimaciones oficiales
disponibles al cierre de junio de 2021 sugieren que los ingresos totales en América
Latina alcanzarían un 18,3% del PIB como promedio del año, ubicándose levemente
por debajo de su nivel de 2019. Se constatan mejoras similares en el grupo de países
conformado por Centroamérica, México y la República Dominicana, así como en
América del Sur. No obstante, estas proyecciones son sensibles a la evolución de las
condiciones macroeconómicas en la región, en un contexto de incertidumbre sobre la
evolución de la pandemia de COVID-19.
Gráfico I.41
América Latina (16 países)a y el Caribe (12 países)b: ingresos totales del gobierno central,
por componentes, 2019-2021c
(En porcentajes del PIB)
30
26,6
25
20
15
26,6
24,4
18,5
17,8
18,3
3,1
3,1
3,1
14,7
15,1
20,3
16,6
16,2
16,4
2,6
2,7
2,8
19,4
20,1
3,6
3,5
3,4
16,7
16,0
16,7
5,5
5,1
21,1
10
15,3
5
14,0
13,4
13,6
19,3
6,2
20,4
Otros ingresos
Ingresos tributarios
0
2019
2020
América Latina
(16 países)
2021
2019
2020
2021
Centroamérica, México
y Rep, Dominicana
2019
2020
2021
América del Sur
(8 países)
2019
2020
2021
El Caribe
(12 países)
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Nota: Debido al redondeo, la suma de las cifras puede no coincidir con el total.
a Los países incluidos son: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República
Dominicana y Uruguay.
b Los países incluidos son: Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Granada, Guyana, Jamaica, Saint Kitts y Nevis, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía,
Suriname y Trinidad y Tabago.
c Promedios simples. Las cifras de 2021 corresponden a estimaciones oficiales o presupuestos. Las cifras de los siguientes países corresponden a las coberturas institucionales
que se indican: Argentina, administración pública nacional; Barbados, sector público no financiero; México, sector público federal; Perú, gobierno general, y Saint Kitts y
Nevis, gobierno federal.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
La dinámica de los ingresos públicos refleja la recuperación esperada de la
recaudación tributaria, después de la considerable contracción que experimentó en
2020. El mayor dinamismo del consumo privado apoyará la recaudación del impuesto
sobre el valor agregado (IVA) y otros impuestos sobre el consumo de bienes y servicios,
que sumados representan alrededor de la mitad de los ingresos tributarios en la región.
En este sentido, destaca el papel del repunte del consumo de hidrocarburos, que ha
fortalecido la recaudación del IVA aplicado a la venta de combustibles (por precios y
volúmenes) y de impuestos específicos a combustibles (por volúmenes). Los ingresos
tributarios en algunos países también han sido impulsados por la implementación de
impuestos recurrentes y no recurrentes al patrimonio. En la Argentina, el Aporte Solidario
y Extraordinario, que grava por una vez con tasas progresivas los activos de personas
físicas que excedan los 200 millones de pesos, recaudó ingresos equivalentes al 0,4%
del PIB entre enero y mayo de 2021 (Ministerio de Economía, 2021). Por su parte, en
el Estado Plurinacional de Bolivia, la recaudación del nuevo Impuesto a las Grandes
Fortunas alcanzó el 0,1% del PIB entre enero y abril de 2021 (SIN, 2021).
Como se muestra en el cuadro I.10, en el primer semestre de 2021 se registraron
considerables tasas de crecimiento de la recaudación tributaria y del impuesto sobre el
valor agregado, como resultado de la mejora de los fundamentos macroeconómicos y
el efecto estadístico positivo derivado de los bajos niveles de entradas al fisco en 2020.
No obstante, otro factor importante que explica el repunte de los ingresos tributarios
es la regularización de los pagos de impuestos diferidos y el retiro escalonado de las
medidas de alivio tributario. Por ejemplo, en Chile se prevé que la reversión de las
medidas de alivio del año anterior incidiría en un incremento de la recaudación tributaria
de alrededor de 0,4 puntos porcentuales del PIB en 2021 (DIPRES, 2021b). En este
sentido, en ausencia de las medidas tributarias aplicadas en 2020, la recaudación
tributaria neta en Chile habría crecido un 20,3% en términos reales, frente al crecimiento
del 32,5% anual observado a junio de 2021 (DIPRES, 2021c). De forma similar, en el
Brasil se estima que a junio de este año, la recaudación habría aumentado un 13,3%
en términos reales, en contraste con el 24,6% observado, por efecto de la aplicación
de medidas tributarias en 2020 (Secretaría Federal de Impuestos Internos, 2021).
Cuadro I.10
América Latina (15 países): variación interanual de la recaudación tributaria y los ingresos por el impuesto
sobre el valor agregado de los gobiernos centrales a precios constantes, enero-junio de 2020 y 2021a
(En porcentajes)
País
Argentina
Brasil
Chile
Costa Rica
Ecuadorb
El Salvador
Guatemala
Honduras
México
Nicaraguab
Panamá
Paraguay
Perú
República Dominicanab
Uruguay
Ingresos tributarios (excluidas contribuciones sociales)
2020 respecto de 2019
2021 respecto de 2020
-14,8
34,0
-6,5
24,6
-17,1
32,5
-12,7
5,2
-16,9
5,5
-10,4
28,5
-7,0
20,2
-26,1
37,9
0,1
1,2
-0,8
21,0
-35,7
25,2
-13,4
23,2
-21,3
39,1
-20,4
36,8
-5,4
9,0
Impuesto sobre el valor agregado
2020 respecto de 2019
2021 respecto de 2020
-16,2
19,3
-6,0
19,3
-12,7
38,4
-5,8
34,7
-17,6
9,0
-6,8
35,9
-7,8
23,4
-21,4
32,3
-0,6
8,9
-0,3
28,8
-36,3
3,9
…
…
-20,2
38,6
-19,1
25,0
-3,5
7,6
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
En los casos de la Argentina y México, las cifras corresponden a la administración pública nacional y el sector público federal, respectivamente. En el caso del Brasil, las
cifras de los ingresos tributarios corresponden a la recaudación de los impuestos administrados por la Secretaría Federal de Impuestos Internos del Brasil y las cifras del
impuesto sobre el valor agregado corresponden a la recaudación del impuesto sobre circulación de mercaderías y de servicios (ICMS), que se aplica a nivel de los estados.
b Las cifras corresponden al período enero−mayo.
a
85
86
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
Frente a la necesidad de fortalecer la recaudación tributaria a fin de dar sostenibilidad
a los esfuerzos para impulsar una recuperación transformadora, varios países han tomado
medidas dirigidas a cerrar los espacios para la evasión fiscal. El Servicio de Impuestos
Internos (SII) de Chile anunció una serie de acciones focalizadas en segmentos de los
contribuyentes con mayor impacto en la recaudación tributaria, en particular los grupos
económicos y empresariales, multinacionales y contribuyentes de alto patrimonio.
Se espera que este conjunto de acciones se traduzcan en la recaudación de 2.350
millones de dólares en 2021 (SII, 2021). En la misma línea, en México, con el Plan
Maestro de Operación 2021 para la administración general de grandes contribuyentes
del Servicio de Administración Tributaria (SAT) se busca extender y profundizar las
medidas adoptadas en 2020 para impulsar la recaudación tributaria (SAT, 2021). Por
otra parte, en Honduras se están desarrollando medidas contra la evasión fiscal sobre
la base de buenas prácticas identificadas en México (PNUD, 2021).
La favorable evolución de los precios internacionales de recursos naturales no
renovables también ha incidido en el incremento de los ingresos públicos —tanto
tributarios como no tributarios— en países productores. En este sentido, destaca
el dinamismo del precio de cobre, que ha alcanzado niveles históricamente altos en
2021, en parte debido a la contracción de las existencias de dicho metal en el mundo.
En el período comprendido entre enero y junio de 2021, los ingresos provenientes del
sector minero en Chile y el Perú se duplicaron en comparación con los registrados en
el mismo período de 2020, superando también los niveles observados en el primer
semestre de 2019 (véase el cuadro I.11). Resulta interesante destacar el alza de los
ingresos por concepto del impuesto sobre la renta y regalías basadas en utilidades
operativas en el caso minero, que refleja su alta elasticidad con respecto a variaciones
de los precios. Por su parte, los ingresos por hidrocarburos —principalmente rentas de
la propiedad— muestran señales de recuperación, pero siguen por debajo de los niveles
de 2019. Los mayores ingresos provenientes de recursos naturales no renovables han
representado una proporción importante del aumento de los ingresos totales observado
en el primer semestre de 2021 en Chile (dicha proporción llega al 30% de los ingresos
totales), el Ecuador (90%), México (20%) y el Perú (21%).
Cuadro I.11
América Latina (4 países): variación interanual y nivel de los ingresos fiscales provenientes de recursos naturales
no renovables a precios constantes, enero−junio de 2019, 2020 y 2021a
(En porcentajes e índice: enero−junio de 2019 a precios constantes=100)
País
Variación interanual
2020 respecto
2021 respecto
de 2019
de 2020
Nivel (índice)
2019
2020
2021
Minería
Chile
-38,8
182,9
100
61
173
Perú
-23,5
215,3
100
77
241
Hidrocarburos
Ecuadorb
-37,7
53,8
100
62
96
México
-52,3
33,8
100
48
64
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a En los casos de Chile y el Perú, las cifras corresponden al gobierno central, y en los casos del Ecuador y México al sector público no financiero.
b Las cifras corresponden al período enero−mayo.
En el Caribe, se prevé que los ingresos totales se recuperen significativamente en
2021, pero estas proyecciones son sensibles a las condiciones macroeconómicas propias
de cada país (véase el gráfico I.41). Aunque se espera que la recaudación tributaria retome
su nivel de 2019, con respecto al producto, los resultados son variados en el primer
trimestre (véase el cuadro I.12). Se observa un dinamismo importante de los ingresos
tributarios en los países productores de recursos naturales no renovables, Guyana y Trinidad
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
y Tabago, vinculado en parte a la mejora de los precios de estos bienes. En cambio, en el
caso de los países exportadores de servicios, que han sido muy golpeados por la caída
del turismo, la recaudación tributaria se contrajo fuertemente. Otro factor que podría ser
importante en la recuperación de los ingresos totales es un incremento esperado de las
donaciones, particularmente las vinculadas a programas de inversión, en varios países.
Cuadro I.12
El Caribe (6 países): variación interanual de la recaudación tributaria y los ingresos por el impuesto sobre el valor
agregado de los gobiernos centrales a precios constantes, enero-marzo de 2020 y 2021
(En porcentajes)
Ingresos tributarios (excluidas
contribuciones sociales)
País
2020 respecto de 2019
2021 respecto de 2020
Bahamas
-11,0
-17,7
Barbados
-17,5
6,7
Guyana
Jamaica
Impuesto sobre el valor agregado
2020 respecto de 2019
2021 respecto de 2020
9,0
-18,9
-22,5
-8,9
-29,8
6,4
20,0
-6,7
1,3
-7,5
0,3
-16,3
San Vicente y las Granadinas
12,5
-2,3
26,6
-17,7
Trinidad y Tabago
-22,2
21,0
-4,2
62,7
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
2.
Según las proyecciones oficiales, en general,
se prevé una contracción de
las erogaciones públicas
El gasto público desempeñó un papel central en la respuesta a la pandemia de COVID−19
durante 2020. La crisis expuso las grandes brechas estructurales de la región, incluidas la
fragmentación de los sistemas de protección social y la debilidad de los estabilizadores
automáticos. Los países requirieron compensar estas lagunas, y para ello realizaron
considerables esfuerzos dirigidos a fortalecer los sistemas de salud pública, apoyar a
las familias y proteger la estructura productiva (CEPAL, 2021a). Las acciones que se
emprendieron conllevaron un fuerte crecimiento del gasto primario, lo que proporcionó
un impulso significativo y palió en parte la contracción del producto. En contraste con
2020, en el primer semestre de 2021 se observa una dinámica opuesta, con tasas de
crecimiento negativas (véase el gráfico I.42). No obstante, en algunos países se observa
una expansión importante del gasto primario, particularmente en Chile, Nicaragua y el Perú.
En este contexto, se prevé que las erogaciones totales en América Latina y sus
subregiones se contraigan en 2021 (véase el gráfico I.43). Esta caída se debería,
principalmente, a la disminución del gasto corriente primario —compuesto por erogaciones
en sueldos y salarios, bienes y servicios y transferencias corrientes, entre otras—, que fue
el principal componente del gasto que se expandió en respuesta a la pandemia en 2020.
Por su parte, los gastos de capital y los pagos de intereses se mantendrían relativamente
estables. Resulta importante subrayar que estas proyecciones se basan en escenarios
que consideran una reducción progresiva de las demandas de acciones del sector público
para afrontar la pandemia. En este sentido, varios países de América Latina han anunciado
nuevos planes de emergencia, equivalentes al 2,2% del PIB, frente a la persistencia de
la pandemia. Estos paquetes de medidas incluyen el reforzamiento de los sistemas de
salud y la mantención de mecanismos de alivio para familias vulnerables, así como para
microempresas y pequeñas y medianas empresas (mipymes). No obstante, la incidencia
de estos esfuerzos en el gasto total no es lineal y, en varios casos, pueden coexistir con
una contracción del presupuesto del gobierno central, como resultado de reasignaciones
presupuestarias y recortes en otros programas, entre otros factores.
87
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
Gráfico I.42
América Latina (14 países): variación interanual del gasto primario a precios constantes,
enero−junio de 2020 y 2021a
(En porcentajes)
35,5
19,6
11,1
0
5,9
7,7
1,2
10
- 4,0
-10
0,7
- 2,8
- 6,0
10,2
4,9
1,9
- 2,8
5,7
1,7
4,1
2021 (enero-junio)
Perú
Nicaraguab
Honduras
México
Paraguay
Costa Rica
2020 (enero-junio)
El Salvador
- 16,9
- 6,5
Guatemala
- 19,2
Argentina
-30
- 9,4
- 12,8
Brasil
-20
2,9
1,7
Uruguay
20
28,2
22,7
18,7
Ecuadorb
30
31,7
Chile
40
Rep. Dominicanab
88
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a En los casos de la Argentina y México, las cifras corresponden a la administración pública nacional y al sector público federal, respectivamente.
b Las cifras corresponden al período enero−mayo.
Gráfico I.43
América Latina (16 países)a y el Caribe (12 países)b: composición del gasto total del gobierno central,
por componentes, 2019−2021c
(En porcentajes del PIB)
35
28,2
30
25
20
15
10
24,7
21,4
2,7
2,5
3,1
3,4
23,8
2,7
3,5
22,4
19,2
2,6
15,7
18,6
17,6
5
13,1
23,7
21,4
3,0
3,0
3,8
3,7
3,4
15,6
26,9
14,7
2,3
3,0
2,5
2,8
18,4
21,6
26,2
2,7
2,3
3,4
4,3
20,6
21,2
31,6
32,7
2,7
3,1
5,7
6,8
23,3
22,9
Intereses
Gasto de capital
Gasto corriente primario
0
2019
2020
América Latina
(16 países)
2021
2019
2020
2021
Centroamérica, México
y Rep. Dominicana
2019
2020
2021
América del Sur
(8 países)
2019
2020
2021
El Caribe
(12 países)
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Nota: Debido al redondeo, la suma de las cifras puede no coincidir con el total.
a Los países incluidos son: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú,
República Dominicana y Uruguay.
b Los países incluidos son: Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Granada, Guyana, Jamaica, Saint Kitts y Nevis, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía,
Suriname, Trinidad y Tabago.
c Promedios simples. Las cifras de 2021 corresponden a estimaciones oficiales o presupuestos. Las cifras de los siguientes países corresponden a las coberturas institucionales
que se indican: Argentina, administración pública nacional; Barbados, sector público no financiero; México, sector público federal; Perú, gobierno general, y Saint Kitts y Nevis,
gobierno federal.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
La reducción prevista del gasto corriente primario se debe principalmente a la
evolución de las transferencias corrientes y los subsidios. Estas erogaciones registraron
un alza importante en 2020 y representaron la gran mayoría del incremento del gasto
total, como resultado de programas transitorios de transferencias monetarias para
apoyar el consumo de las familias, particularmente las más vulnerables, y para cubrir
una porción del pago de la nómina de empresas del sector formal31. Estos programas
en general consideraron un período de vigencia establecido, lo que implica un retiro
programado del gasto en el tiempo. No obstante, como se resaltó anteriormente, la
dinámica de las transferencias corrientes y los subsidios, con vistas al cierre del año,
dependerá de las condiciones epidemiológicas, macroeconómicas y fiscales de cada país.
En concordancia con lo anterior, se observa una contracción relativamente
generalizada de las erogaciones por transferencias corrientes y subsidios en América
Latina (véase el cuadro I.13). A pesar de esta contracción, en muchos casos estos gastos
siguen estando por encima de los valores de 2019, debido en parte a la continuidad de
ciertos programas emprendidos en 2020. En contraste con esta tendencia general, se
observa una expansión de los gastos en transferencias corrientes en varios países. En
Chile, destaca el dinamismo que ha significado el fortalecimiento del Ingreso Familiar
de Emergencia (IFE) —con mayor cobertura y un incremento del valor del subsidio—,
así como el nuevo Bono Clase Media (DIPRES, 2021a). De forma similar, en el Perú
las transferencias corrientes fueron impulsadas en parte por la entrega de subsidios a
las familias más vulnerables en las regiones del país con restricciones sanitarias más
rígidas (Ministerio de Economía y Finanzas, 2021a).
Cuadro I.13
América Latina (14 países): variación interanual y nivel de las erogaciones por concepto de transferencias corrientes
y subsidios a precios constantes, enero−junio de 2019, 2020 y 2021a
(En porcentajes e índice: enero−junio de 2019 a precios constantes=100)
Variación interanual
País
Nivel (índice)
2020 respecto de 2019
2021 respecto de 2020
2019
2020
2021
Argentina
32,2
-16,8
100
132
110
Brasil
35,1
-15,7
100
135
114
Chile
7,9
42,8
100
108
154
Costa Rica
0,1
-5,4
100
100
95
Ecuadorb
5,9
-0,4
100
106
105
El Salvador
94,9
-17,7
100
195
160
Guatemala
11,5
-22,6
100
112
86
Honduras
4,9
2,9
100
105
108
México
0,6
2,1
100
101
103
Nicaraguab
15,5
6,5
100
115
123
Paraguay
34,9
-21,7
100
135
106
Perú
31,7
10,2
100
132
145
34,7
-9,7
100
135
122
1,5
-1,5
100
102
100
República
Uruguay
Dominicanab
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a En los casos de la Argentina y México, las cifras corresponden a la administración pública nacional y al sector público federal, respectivamente.
b Las cifras corresponden al período enero−mayo.
31
Resulta importante señalar que en algunos países las transferencias del gobierno central a otras entidades públicas son relevantes.
89
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
Se proyecta un leve aumento de los gastos de capital en América Latina, principalmente
por la evolución de estas erogaciones en América del Sur (véase el gráfico I.43). Varios países
han incorporado nuevos programas de inversión pública en su planificación presupuestaria
de 2021 con el fin de crear empleo y promover el crecimiento económico. Como reflejo
de esta intencionalidad, los gastos de capital se han acelerado de forma importante en la
primera mitad del año en varios países, incluidos la Argentina, Chile, Costa Rica, el Ecuador,
México, Nicaragua y el Perú. En Chile, destaca el avance de los proyectos vinculados
con el plan de reactivación, así como transferencias de capital para proyectos de vivienda
(DIPRES, 2021a). En Nicaragua este resultado refleja el significativo crecimiento en lo
referente a obras públicas y construcciones en el primer trimestre de 2021, impulsado
principalmente por la alta ejecución de proyectos de transporte (Ministerio de Hacienda y
Crédito Público, 2021). En el Perú la ejecución de inversión pública en el primer semestre
alcanzó su récord histórico, como reflejo del efecto de base producido por la paralización
de obras en 2020, la puesta en marcha de proyectos del programa Arranca Perú y los
esfuerzos para capacitar a las autoridades de todos los niveles de gobierno a fin de facilitar
el cumplimiento del plan de inversión (Ministerio de Economía y Finanzas, 2021a).
Se prevé que los pagos de intereses se mantengan estables, con respecto al PIB,
en 2021. Sin embargo, este promedio oculta una alta heterogeneidad de resultados en
los distintos países. Como se observa en el gráfico I.44, los pagos de intereses están
ejerciendo una presión mayor sobre las cuentas públicas en los primeros meses de
2021. En la mayoría de los países esta dinámica se explica por el aumento de la deuda
pública en 2020, sumado a factores exógenos tanto financieros (tasas de interés)
como cambiarios. No obstante, destaca la contracción de los pagos de intereses en la
Argentina y el Ecuador —con respecto tanto al nivel de 2020 como de 2019—, como
resultado de las reestructuraciones de deuda acordadas con sus acreedores en 2020.
Gráfico I.44
América Latina (14 países): nivel de los pagos de intereses a precios constantes, enero−junio de 2020 y 2021a
(Índice: enero−junio de 2019 a precios constantes=100)
148
160
134
113
115
115
118
103
108
110
102
106
102
106
113
111
124
Honduras
Guatemala
Perú
Rep. Dominicanab
Nicaraguab
Costa Rica
El Salvador
Paraguay
44
62
64
106
107
64
Uruguay
Brasil
69
83
Ecuadorb
60
109
101
100
80
127
105
Chile
120
México
140
Argentina
90
40
20
0
2021
2020
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a En los casos de la Argentina y México, las cifras corresponden a la administración pública nacional y al sector público federal, respectivamente.
b Las cifras corresponden al período enero−mayo.
En el Caribe se proyecta que el gasto total aumente en 2021, en comparación con
2020, impulsado principalmente por mayores gastos de capital. La mayoría de los países
de la subregión han presupuestado un incremento de sus planes de inversiones públicas,
apuntando a la creación de empleo y la reactivación de la actividad económica. Por ejemplo,
en San Vicente y las Granadinas destacan las erogaciones relacionadas con el proyecto
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
de infraestructura de comunicación regional del Caribe, el programa de formación y apoyo
al empleo y el proyecto de renovación portuaria (Ministerio de Finanzas, Planificación
Económica y Tecnología de la Información, 2021). Los pagos de intereses también se
incrementarían, en concordancia con el aumento de la deuda pública observado en 2020.
Por otra parte, se prevé una reducción del gasto corriente primario, liderada por menores
gastos asociados con transferencias corrientes y subsidios. No obstante, en el primer
trimestre se observa un crecimiento importante de las transferencias monetarias. Por
ejemplo, en las Bahamas las prestaciones de bienestar social se duplicaron (al presentar
un aumento del 110,9%), en el marco de los programas establecidos para responder a
la pandemia (Banco Central de las Bahamas, 2021).
3.
Los balances fiscales en América Latina
mejorarían en un contexto de mayores ingresos
públicos y una contracción del gasto total
El aumento de los ingresos públicos y la disminución de los gastos totales tendrían
efectos en el comportamiento de los balances fiscales. Se prevé que estos, después
de haber alcanzado el déficit global más pronunciado desde 1950, registren una mejora
significativa en 2021. Al cierre del año se espera que el resultado global promedio de los
países de América Latina alcance un −5,5% del PIB, en comparación con un −6,9% del
PIB en 2020 (véase el gráfico I.45). Al mismo tiempo, el resultado primario se ubicaría
en un −2,9% del PIB, frente a un −4,2% del PIB en 2020. Aunque de menor magnitud
que los del año anterior, estos déficits todavía implicarían importantes presiones
para el financiamiento de las operaciones de los gobiernos centrales y para cubrir el
servicio de la deuda pública. Adicionalmente, el déficit primario continúa incidiendo de
forma negativa en la dinámica de la deuda pública, si bien el repunte del crecimiento
económico atenuaría la trayectoria de esta en 2021.
Gráfico I.45
América Latina (16 países)a: indicadores fiscales del gobierno central, 2010-2021b
(En porcentajes del PIB)
24,7
25
23,8
10
21,4
20
5
18,5
15
-0,3
0,1
-0,3
-0,8
-1,0
-1,0
-1,1
-0,9
-0,5
17,8
18,3
-0,4
-2,9
10
--2,0
-1,7
-2,0
0
-4,2
-2,6
-2,9
-3,1
-3,3
-3,2
-2,9
-3,0
-5
5
-5,5
-6,9
0
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
2021
-10
Gasto total (eje izquierdo)
Ingreso total (eje izquierdo)
Resultado primario (eje derecho)
Resultado global (eje derecho)
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Nota: Debido al redondeo, la suma de las cifras puede no coincidir con el total.
a Los países incluidos son: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República
Dominicana y Uruguay.
b Promedios simples. Las cifras de 2021 corresponden a estimaciones oficiales o presupuestos. En los casos de la Argentina, México y el Perú, las cifras corresponden a la
administración pública nacional, el sector público federal y el gobierno general, respectivamente.
91
92
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
Las tendencias observadas para América Latina en su conjunto se replican a
nivel subregional, aunque con ciertos matices. En el grupo de países conformado por
Centroamérica, México y la República Dominicana los resultados global y primario en
promedio se mantendrían con déficits de menor magnitud que los que se esperan para
los países de América del Sur (véase el gráfico I.46). Aunque el resultado global mejoraría
en una medida similar en ambas subregiones (1,4 puntos porcentuales del PIB), el repunte
más fuerte esperado de los ingresos totales en América del Sur, en el que destaca el
incremento de los ingresos fiscales provenientes de recursos naturales no renovables,
compensaría la menor reducción esperada del gasto público. En ambos, casos estos
déficits globales conllevan necesidades de financiamiento importantes, pero el acceso
a financiamiento en términos favorables no es igual para los distintos países, lo que ha
generado mayores presiones para ajustar las cuentas públicas en algunos de ellos.
Gráfico I.46
América Latina: indicadores fiscales del gobierno central, por subregión, 2015−2021a
(En porcentajes del PIB)
A. Centroamérica (6 países)b, México y República Dominicana
25
22,4
20
10
16,6
15
10
5
16,2
- 0,6
- 0,3
0,0
- 0,1
16,4
0,0
- 1,9
- 2,7
- 2,5
- 2,3
- 2,5
- 3,2
- 6,3
2015
2016
2017
2018
0
- 2,6
5
0
21,4
19,2
2019
2020
- 4,9
2021
-5
-10
B. América del Sur (8 países)c
30
26,9
26,2
23,7
25
20
20,3
15
- 1,3
- 1,8
- 0,8
- 0,9
- 3,3
- 3,3
10
19,4
20,1
5
0
- 1,7
10
- 3,8
- 3,5
5
- 4,0
- 4,1
- 5,2
-5
- 6,1
2015
2016
2017
2018
2019
2020
2021
Ingreso total (eje izquierdo)
Resultado global (eje derecho)
- 7,5
0
Gasto total (eje izquierdo)
-10
Resultado primario (eje derecho)
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Nota: Debido al redondeo, la suma de las cifras puede no coincidir con el total.
a Promedios simples. Las cifras de 2021 corresponden a estimaciones oficiales o presupuestos. En los casos de la Argentina, México y el Perú, las cifras corresponden a la
administración pública nacional, el sector público federal y el gobierno general, respectivamente.
b Los países incluidos son: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá.
c Los países incluidos son: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
Se prevé que las cuentas fiscales del Caribe registren déficits menores en 2021
debido a un repunte de los ingresos públicos (véase el gráfico I.47). No obstante,
el crecimiento de los gastos totales —vinculado en buena medida a programas de
inversión pública para crear empleo e impulsar el crecimiento económico— implicaría
que los déficits fiscales se mantuvieran elevados. El déficit primario estimado para el
año, aunque menor que el observado en 2020, representa un desafío importante en el
esfuerzo por contrarrestar la dinámica de la deuda pública. Adicionalmente, el elevado
déficit del balance global conllevaría necesidades brutas de financiamiento considerables
en un contexto más complejo para conseguir financiamiento en términos favorables.
Gráfico I.47
El Caribe (12 países)a: indicadores fiscales del gobierno central, 2010−2021b
(En porcentajes del PIB)
35
31,6
25
26,6
1,3
1,2
0,6
0,8
1,0
-0,1
0,6
0,7
1,1
24,4
-2,4
-3,2
-2,8
-1,5
-2,1
-2,6
-1,6
-3,1
-4,6
-2,7
-5
5
-7,3
0
2010
2011
2012
2013
5
0
-2,3
-2,9
26,6
0,5
15
10
10
28,2
30
20
32,7
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
-6,2
2021
-10
Gasto total (eje izquierdo)
Ingreso total (eje izquierdo)
Resultado primario (eje derecho)
Resultado global (eje derecho)
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Nota: Debido al redondeo, la suma de las cifras puede no coincidir con el total.
a Los países incluidos son: Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Granada, Guyana, Jamaica, Saint Kitts y Nevis, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía,
Suriname y Trinidad y Tabago.
b Promedios simples. Las cifras de 2021 corresponden a estimaciones oficiales o presupuestos. En los casos de Barbados y Saint Kitts y Nevis las cifras corresponden al
sector público no financiero y el gobierno federal, respectivamente.
4.
La deuda pública se mantiene en niveles
históricamente altos
Los rebrotes de la pandemia han aumentado la incertidumbre respecto a la magnitud del
incremento de la deuda pública en el mediano plazo y las presiones sobre las cuentas
fiscales se han mantenido durante los primeros meses de 2021. Las condiciones
favorables de los mercados internacionales han permitido a aquellos países con grado de
inversión emitir deuda soberana no solo con el objeto de financiar los paquetes fiscales
asociados al COVID−19, sino también para refinanciar deuda por vencer a tasas más
bajas, extendiendo los plazos de los servicios de la deuda pública, lo que ha impulsado
a muchos países de la región a realizar una gestión activa de su porfolio de deuda.
Sobre la base de datos oficiales preliminares, en junio de 2021 la deuda pública
bruta del gobierno central en América Latina alcanzó un promedio del 55,3% del PIB
(véase el gráfico I.48). En cuanto a las subregiones, los niveles de endeudamiento
público de América del Sur y del grupo formado por Centroamérica, México y la
República Dominicana al segundo trimestre de 2021 alcanzaron un 57,5% y un
93
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
53,2% del PIB, respectivamente. Entre los países, la Argentina presentó un nivel de
endeudamiento público del 101,5% del PIB (al primer trimestre de 2021), seguida del
Brasil, con un 84,0% del PIB, Costa Rica, con un 70,1% del PIB, y Panamá, con un
66,8% del PIB. Por el contrario, los países con menores niveles de deuda pública son
Guatemala, con un 26,8% del PIB, y el Paraguay y el Perú, con un 30,2% y un 30,6%
del PIB, respectivamente.
Gráfico I.48
América Latina (16 países): deuda pública bruta del gobierno central, diciembre de 2020 y junio de 2021a
(En porcentajes del PIB)
120
101,5
84,0
59,6 56,8 55,3 53,4
38,9 32,9 30,6
28,8
30,2 26,8
29,5
50,0
55,9
56,2
59,0
58,9
58,7
20
61,4
49,0
32,9
61,7 60,6
32,5
62,6
42,0
66,8
61,4
88,8
40
102,8
60
70,1
69,8
80
67,5
100
Diciembre de 2020
Junio de 2021
Guatemala
Paraguay
Perú
Chile
México
Nicaragua
Rep, Dominicana
América Latina
Ecuador
Honduras
El Salvador
Colombia
Uruguay
Panamá
Costa Rica
Brasil
0
Argentina
94
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a En los casos de la Argentina, Chile, Honduras, Nicaragua y el Perú, se presentan cifras a marzo de 2021. Las cifras del Brasil corresponden al gobierno general.
En el Caribe, la deuda pública bruta del gobierno central de algunos países se ubica
en niveles sustancialmente elevados (véase el gráfico I.49). De estos países, Barbados
presentó el mayor nivel de deuda de la subregión, con un 152,5% del PIB, seguido de
Belice, con un 121,5% del PIB, Jamaica, con un 102,2% del PIB, y las Bahamas, con
un 96,4% del PIB. En 2020 el nivel de endeudamiento de la mayoría de los países del
Caribe se incrementó significativamente, alcanzando en promedio un 88,0% del PIB,
frente a un 70,6% del PIB en 2019. Los países de la subregión han financiado los costos
asociados a la crisis del COVID−19 principalmente a través de préstamos provenientes
de organismos multilaterales e incluso de la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la
Deuda en el caso de aquellas economías con menores ingresos32.
La acumulación de la deuda pública depende de un conjunto de factores internos y
externos, como el déficit fiscal primario, la tasa de crecimiento del producto, la tasa de
interés implícito y el tipo de cambio. En este sentido, en los países de América Latina
la composición según tipo de moneda y residencia del acreedor desempeña un papel
importante en la dinámica de la deuda pública. Como se observa en el gráfico I.50,
en varios países una parte importante de la deuda pública se encuentra denominada
en dólares. Los países con endeudamiento principalmente en moneda nacional son
Chile, Colombia y Costa Rica, que presentan bajos niveles de endeudamiento con
el sector externo y mantienen una participación de la deuda denominada en dólares
menor que el 40%.
32
La Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda es patrocinada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco
Mundial y los países miembros del Grupo de los 20 (G20).
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
Gráfico I.49
El Caribe (13 países): deuda pública bruta del gobierno central, diciembre de 2020 y marzo de 2021a
(En porcentajes del PIB)
160 152,5
140
121,5
102,2
80,5
88,0
85,0
82,9
El Caribe
Santa Lucía
San Vicente y
las Granadinas
67,6
44,2
Diciembre de 2020
Marzo de 2021
Saint Kitts y Nevis
Dominica
Granada
104,1
81,5
Antigua y Barbuda
68,4
47,4
Guyana
Suriname
Bahamas
Jamaica
Belice
0
Barbados
20
39,3
Trinidad y Tabago
40
99,0
103,3
60
96,4
70,4
118,2
80
142,3
100
99,5
120
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a En los casos de Guyana y Jamaica, la cobertura corresponde al sector público.
Gráfico I.50
América Latina (11 países): deuda pública bruta de los gobiernos centrales por tipo de moneda, junio de 2021a b
(En porcentajes del total)
15
35
12
60
73
62
49
41
48
28
24
14
Panamá
Honduras
Ecuador
Costa Rica
Colombia
Chile
0
Argentina
49
83
60
20
4
70
98
88
30
2
44
48
40
10
7
Otras monedas
Dólares
Moneda nacional
Uruguay
50
2
38
70
60
2
11
Rep. Dominicana
80
2
12
Perú
90
4
16
Paraguay
100
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a En los casos de la Argentina, Chile, Costa Rica, Honduras y el Uruguay, la deuda pública corresponde al gobierno central; en el caso de Colombia, al gobierno nacional
central; en los casos del Ecuador, Panamá, el Paraguay y el Perú, al sector público, y en el caso de la República Dominicana, al sector público no financiero.
b Las cifras de la Argentina, Chile, Honduras y el Perú corresponden a marzo de 2021.
95
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
Otro factor importante es la composición de la deuda pública del gobierno central
clasificada por residencia del acreedor. Esto ha tomado particular relevancia en los
últimos años, lo que se ha reflejado en los acuerdos entre países de la región y sus
acreedores para reestructurar su deuda o lograr un alivio en el servicio de la deuda.
Pueden mencionarse como ejemplos los recientes acuerdos firmados por la Argentina
y el Ecuador, así como los concluidos en Barbados y Suriname. Como se observa en
el gráfico I.51, ocho países cuentan con un nivel de deuda pública con acreedores
internos superior al 50% de su deuda pública bruta total.
Gráfico I.51
América Latina (16 países): deuda pública bruta del gobierno central y promedios subregionales
por residencia del acreedor, junio de 2021a b
(En porcentajes del total)
46,2
71,7
50,8 44,5
49,2 55,5
56,4
43,6
América del Sur
Centroamérica,
México y
Rep. Dominicana
Acreedores externos
Acreedores internos
América Latina
12,5 19,0 11,2
40,9
Uruguay
Costa Rica
Colombia
Chile
Brasil
0
29,8
Perú
28,3
35,1
60,6
44,3
Rep. Dominicana
53,8
10
59,1
77,4
76,5
61,1
Paraguay
73,0
Panamá
30 55,7
20
70,2
87,5 81,0 88,8
Nicaragua
87,4
40
64,9
39,4
55,7
México
60
50
22,6
23,5
38,9
Honduras
27,0
Guatemala
80 44,3
70
El Salvador
12,6
90
Ecuador
100
Argentina
96
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a En el caso del Brasil, las cifras corresponden al gobierno general.
b En los casos de la Argentina, Chile, Honduras, Nicaragua y el Perú, las cifras corresponden a marzo de 2021.
5.
Desde la llegada de la pandemia a la región,
las autoridades monetarias han adoptado un
enfoque pragmático para impulsar políticas
expansivas, pero el espacio para mantener
este tipo de políticas durante el proceso de
recuperación podría estar disminuyendo
La pandemia generada por el COVID-19 ha desencadenado una crisis sin precedentes en
la historia moderna de la región. Se trata de una crisis de naturaleza muy particular, pues,
si bien comenzó como un choque de demanda externa, las medidas de distanciamiento
físico y de restricciones a la movilidad que se adoptaron para combatir la propagación
del virus en la región desencadenaron un prolongado choque de oferta que ha afectado
de manera significativa el funcionamiento de muchos sectores productivos y, sin
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
duda, de los mercados laborales de la región. Esta crisis ha venido acompañada de
importantes fluctuaciones en los precios de los bienes primarios como la energía en
los mercados financieros internacionales, lo que ha creado un ambiente de elevada
incertidumbre y volatilidad.
En un entorno como el descrito, los gestores de políticas públicas de la región
centraron sus esfuerzos primero en preservar vidas y después en evitar el colapso
de las economías. Se adoptaron políticas fiscales y monetarias expansivas para
atender la emergencia sanitaria y sostener la demanda agregada interna. Al mismo
tiempo, se ha recurrido a un manejo activo de las normas macroprudenciales para
evitar que las condiciones macroeconómicas se traduzcan en un profundo deterioro
de los balances de las instituciones financieras, que pueda desencadenar una
crisis financiera y atentar contra el buen funcionamiento del sistema de pagos.
Con los cambios en la normativa macroprudencial (incluido el fortalecimiento de la
regulación de los flujos de capitales) también se buscaba mantener la estabilidad
macrofinanciera en un ambiente altamente volátil, tratando de aminorar el impacto
de los crecientes riesgos sistémicos sobre el desempeño de las economías de
la región. La necesidad de acometer estas políticas expansivas y el alto grado de
incertidumbre llevaron a las autoridades de la región a fortalecer su posición de
liquidez internacional. Sin embargo, el principal reto de las autoridades monetarias
en 2021 ha sido tratar de preservar el espacio con el que cuentan a fin de sostener
políticas expansivas para impulsar un proceso de recuperación transformadora en
las economías de América Latina y el Caribe.
6.
La reducción experimentada por la inflación
en 2020 permitió a los bancos centrales de la
región adoptar medidas convencionales y no
convencionales para estimular la demanda
agregada, pero el reciente aumento de la
inflación ha reducido el espacio para sostener
estas políticas y, en algunos países, las tasas
de política se han incrementado en 2021
Durante 2020, la mayoría de los bancos centrales de la región ajustaron la tasa de
política monetaria a la baja para estimular la alicaída actividad económica producto de
la pandemia. Los bajos niveles de inflación y las menores perspectivas de crecimiento
llevaron a que los bancos centrales que usan este instrumento como principal herramienta
la redujeran. De hecho, más de la mitad de los bancos centrales de la región que usan
la tasa de política monetaria como su principal instrumento la recortaron tres veces
durante 2020. Se destacan los casos de Colombia y México, que bajaron la tasa en
siete ocasiones, y el del Brasil, que la redujo en cinco oportunidades. Las tasas de
política monetaria alcanzaron un mínimo histórico en 10 de los 12 países que usan este
instrumento, y en los casos de Chile y el Perú casi llegaron a cero (0,5% y 0,25%,
respectivamente). Jamaica fue el único país de este grupo que no redujo la tasa de
política monetaria, pues ya se encontraba en un nivel bajo (0,5%) (véase el gráfico I.52).
Capítulo I
97
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
Gráfico I.52
América Latina y el Caribe (países seleccionados): tasa de política monetaria, enero de 2019 a junio de 2021
(En porcentajes)
7
9
8
6
7
5
6
4
5
3
4
3
2
2
1
2019
Honduras
2020
Rep. Dominicana
Colombia
0
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
0
1
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
May
Jun
98
2021
Uruguay
Guatemala
2019
México
2020
Brasil
Chile
2021
Costa Rica
Perú
Paraguay
Jamaica
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Los bajos niveles alcanzados por las tasas de política monetaria, el aumento
registrado por la inflación entre mayo de 2020 y junio de 2021, y la apreciación
que se ha observado en el dólar en este período han limitado el espacio para
seguir reduciendo las tasas de política. De hecho, mientras que en los casos de
Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Jamaica, el Paraguay, el Perú, la
República Dominicana y el Uruguay las tasas de referencia de la política monetaria no
se han modificado desde noviembre de 2020, en el Brasil y México se incrementaron
en el primer semestre de 2021, y en Chile se aumentaron en julio del mismo año33.
Las autoridades de los bancos centrales del Brasil, Chile y México han tomado en
cuenta las presiones que ha puesto sobre los precios la disparidad de recuperación
que muestran la oferta de bienes y servicios y el consumo: mientras la oferta sigue
estando limitada por problemas en las cadenas de suministro y por el alza en el
precio del combustible, la recuperación en la actividad y los impulsos fiscales han
redundado en un incremento del consumo desde el tercer trimestre de 2020, que
podría estimular una mayor inflación.
33
A partir del 4 de septiembre de 2020, el Banco Central del Uruguay (BCU) adoptó nuevamente una política monetaria con
objetivo de inflación y comenzó a utilizar la tasa de política monetaria como tasa de referencia, que no se ha modificado
desde esa fecha.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
7.
Capítulo I
99
Tras un acelerado ritmo de expansión
de los agregados monetarios en 2020,
este dinamismo se ha moderado en 2021
La mayoría de los países presentaron en 2020 un crecimiento tanto en la base
monetaria como en los agregados M1 y M2, lo que da cuenta de los esfuerzos de las
autoridades para proveer liquidez a las economías y así estimular la demanda interna.
Estos esfuerzos comenzaron en marzo de 2020 y se siguen observando hasta el
segundo trimestre del presente año en la mayoría de las agrupaciones de países (véase
el gráfico I.53). Sin embargo, la tasa de crecimiento de la base monetaria presenta una
disminución considerable desde el tercer trimestre en los países en que el manejo
de agregados monetarios es el principal instrumento de política (la Argentina, Bolivia
(Estado Plurinacional de), Haití y Nicaragua). La desaceleración en la velocidad de
expansión de la base monetaria también se aprecia en el Caribe y en los países con
objetivos de inflación, aunque al segundo trimestre de 2021 estas tasas de aumento
continúan siendo más altas que al comienzo de la crisis sanitaria.
Gráfico I.53
Grupos de países seleccionados: base monetaria, primer trimestre de 2019
a segundo trimestre de 2021
(Tasa de variación interanual)
60
50
40
30
20
10
0
-10
-20
Trim 1
Trim 2
Trim 3
2019
Trim 4
Trim 1
Trim 2
Trim 3
2020
Trim 4
Trim 1
Trim 2
2021
Países del Caribe de habla inglesa
con tipo de cambio intermedioa
Países con manejo de agregadosb
Países con objetivo de inflaciónc
Países dolarizados d
Países del Caribe de habla inglesa
con tipo de cambio fijoe
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Guyana, Suriname y Trinidad y Tabago.
b Argentina, Bolivia (Estado Plurinacional de), Haití y Nicaragua.
c Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Jamaica, México, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay.
d Ecuador, El Salvador y Panamá.
e Bahamas, Barbados y Belice.
Por su parte, la agrupación de países dolarizados ha mostrado, en promedio, una
caída en la variación interanual de la base monetaria desde el primer trimestre de 2020
y en el tercer trimestre de ese año ha llegado a un decrecimiento que se ha mantenido
en 2021. El hecho de que este grupo de países necesite un aumento en las divisas
para poder expandir la base monetaria dificulta la posibilidad de impulsar una política
monetaria más expansiva.
ᶜ
100
Capítulo I
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Para expandir la liquidez, los bancos centrales han recurrido a reducciones en las
tasas de encaje legal y han realizado compras significativas de títulos en poder del
sistema financiero. Por otra parte, el mayor financiamiento otorgado al sector público
también ha significado un aumento considerable de los agregados monetarios.
En el caso de la República Bolivariana de Venezuela, que no se incluye en las
agrupaciones antes mencionadas, las variaciones de la base monetaria se movieron en
la dirección contraria al resto de la región, ya que desde 2019 la base monetaria del país
se ha venido desacelerando para tratar de controlar el proceso hiperinflacionario que se
enfrenta. Sin embargo, la base monetaria se mantiene creciendo a tasas interanuales
superiores al 1.000%.
8.
Los impulsos monetarios provocaron una caída
de tasas de interés activas a lo largo de la región y
una recuperación del crédito durante el segundo
trimestre de 2020, pero este efecto se ha diluido
en el tiempo
Las tasas de interés activas se redujeron para la gran mayoría de las economías de
la región en 2020 respecto del nivel informado al cierre de 2019, y se han observado
caídas en los promedios anuales de las tasas activas representativas en 23 de las
26 economías de las que se dispone de información. La reducción promedio fue
de 2,4 puntos porcentuales, y solo en los casos del Ecuador, Suriname y Venezuela
(República Bolivariana de) se registraron aumentos de las tasas activas. La situación
cambió en los primeros cuatro meses de 2021 y las tasas activas se han incrementado
en 14 economías de la región, con un alza promedio de 2,2 puntos porcentuales. Sin
embargo, pese al aumento reciente que han registrado las tasas en algunos países,
en 20 de 26 economías de las que se dispone de información los niveles de abril de
2021 se mantienen más bajos que los observados en diciembre de 2019.
Las medidas adoptadas por los gobiernos y los bancos centrales de la región para
estimular el crédito tuvieron un impacto positivo sobre el crédito real al sector privado
en el corto plazo. En el cuadro I.14 se observa cómo el crédito otorgado al sector privado
mejoró la tasa de variación en el segundo o tercer trimestre de 2020 en 18 de las
25 economías de las que se cuenta con información. En nueve de esos casos, la tasa
de crecimiento se aceleró en el segundo trimestre de 2020, respecto del crecimiento
observado en el primer trimestre del mismo año. En siete casos, el crédito interno
logró continuar creciendo en el segundo trimestre de 2020, aunque a tasas menores
que en el trimestre previo. Para siete economías, si bien el crédito interno se contrajo
en términos reales en el segundo trimestre de 2020, las tasas de contracción de dicho
trimestre fueron inferiores a las observadas el trimestre anterior. De las economías
incluidas en el cuadro I.14, solo en el caso de Suriname la contracción del crédito se
acentúo en el segundo trimestre de 2020.
El cuadro I.14 también muestra cómo a partir del tercer trimestre de 2020 este
impulso perdió fuerza, posiblemente a causa tanto de impulsos más bajos provenientes
de los programas crediticios como de la menor capacidad o disposición de las empresas
y personas naturales para seguir endeudándose ante la expectativa de una prolongación
de la crisis. Es así como entre el primer y el segundo trimestre de 2021 se observan
caídas del crédito real al sector privado en 15 países respecto de los mismos períodos
de 2020. Solo Belice, el Brasil, Costa Rica, el Ecuador, El Salvador, el Paraguay, el Perú
y Venezuela (República Bolivariana de) registran variaciones interanuales positivas para
esta variable en los períodos señalados.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
Cuadro I.14
América Latina y el Caribe (países seleccionados): variación interanual del crédito interno real al sector privado,
primer trimestre de 2020 a segundo trimestre de 2021
(En porcentajes)
2020
Argentina
2021
Primer
trimestre
Segundo
trimestre
Tercer
trimestre
Cuarto
trimestre
Primer
trimestre
Segundo
trimestre
-18,6
-11,7
-10,1
-3,6
-1,5
-7,7
Bahamas
-1,8
0,1
0,1
-2,4
-2,5
Barbados
-5,0
-3,0
-1,6
-1,9
-3,3
-4,1
Belice
11,0
9,4
8,9
7,4
0,6
0,3
4,5
2,7
1,7
3,6
7,8
Bolivia (Estado Plurinacional de)
Brasil
7,3
8,0
8,8
7,6
8,2
Chile
7,4
9,4
6,3
1,8
-0,9
Colombia
6,2
8,3
7,4
1,1
Costa Rica
-3,2
-0,9
2,1
2,3
Ecuador
2,2
11,1
6,2
4,1
3,5
3,9
6,9
El Salvador
7,5
7,9
5,5
3,6
2,0
1,0
Guatemala
4,1
5,5
2,1
1,2
0,6
-0,3
Guyana
8,5
8,2
6,4
2,6
-0,3
0,1
-11,8
-11,6
-14,3
-20,5
-16,3
Honduras
Haití
4,4
5,5
2,9
0,9
-0,3
México
8,5
2,6
1,1
-3,1
-7,3
-15,8
-11,5
-9,9
-9,8
-10,0
Nicaragua
Panamá
2,7
4,7
2,7
0,8
-1,2
Paraguay
5,1
4,7
6,8
6,2
6,5
7,6
Perú
6,3
10,8
13,8
12,0
8,5
9,3
República Dominicana
8,1
11,8
4,4
0,9
-2,4
-5,4
-11,0
Suriname
-6,1
-21,8
-21,8
-17,2
-19,5
Trinidad y Tabago
3,5
1,1
-0,4
-1,9
-1,9
Uruguay
4,8
3,9
4,0
2,1
1,1
-0,2
-66,6
-45,3
-35,0
6,8
44,2
5,2
Venezuela (República Bolivariana de)
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Las menores tasas de interés activas y los programas de crédito condicionados y
dirigidos a empresas se tradujeron en incrementos significativos en el crédito adquirido
por los sectores industrial y comercial, que a partir del segundo trimestre de 2020
incrementaron su tasa de crecimiento (véase el gráfico I.54). Este aumento en el crédito
no solo se destinó a mantener el flujo de caja y capital de trabajo, sino que también
sirvió para el pago de deudas a proveedores y prestamistas, lo que podría explicar por
qué el aumento en el crédito no se vio reflejado en un incremento del nivel de actividad.
Otro elemento para destacar del gráfico I.54 es la contracción que experimentó
el crédito al consumo a nivel regional desde el tercer trimestre de 2020, lo que puede
reflejar tanto la merma en el ingreso de los hogares, dado el importante deterioro
de los mercados de trabajo, como la menor capacidad o disposición de aumentar el
endeudamiento de las familias.
101
102
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
Gráfico I.54
América Latina y el Caribe (25 países): evolución del crédito industrial, comercial, hipotecario y al consumo,
promedio de las tasas anualizadas, primer trimestre de 2018 a primer trimestre de 2021
(En porcentajes)
20
15
10
5
Hipotecario
Consumo
Industrial
Comercial
0
-5
Trim 1
Trim 2
Trim 3
Trim 4
2018
Trim 1
Trim 2
Trim 3
2019
Trim 4
Trim 1
Trim 2
Trim 3
2020
Trim 4
Trim 1
2021
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
9.
En 2020, la mayor volatilidad de los mercados
financieros internacionales se expresó
en significativas fluctuaciones en
los tipos de cambio de la región
Durante 2020 se incrementó la volatilidad de las cotizaciones de las monedas de la región
respecto de la cotización del dólar, comportamiento que fue especialmente exacerbado
en el primer semestre de 2020. En el gráfico I.55 se muestra un indicador semestral de
la volatilidad cambiaria entre el primer semestre de 2015 y el primer semestre de 2021,
medida como el promedio de la variación interdiaria (en valor absoluto). El indicador
para el primer semestre de 2020 suele estar dentro de los mayores observados desde
2015. De hecho, es el mayor registrado en cinco países y está dentro del 25% más
elevado en 12 de los 18 países considerados.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
Gráfico I.55
América Latina y el Caribe (18 países): volatilidad del tipo de cambio nominal, promedio del valor absoluto
de las variaciones diarias, primer semestre de 2015 a primer semestre de 2021
(En porcentajes)
1,2
1,0
0,8
0,6
0,4
0,2
0
Brasil
Chile
Primer semestre 2015
1,4
Colombia
Paraguay
Segundo semestre 2015
Perú
Primer semestre 2016
México
Uruguay
Segundo semestre 2016
1,2
1,0
0,8
0,6
0,4
0,2
0
0,8
Argentina
Bolivia (Est. Plur. de)
Primer semestre 2015
Nicaragua
Costa Rica
Segundo semestre 2015
Haití
Primer semestre 2016
Honduras
Rep. Dominicana
Segundo semestre 2016
0,7
0,6
0,5
0,4
0,3
0,2
0,1
0
Jamaica
Primer semestre 2015
Primer semestre 2017
Primer semestre 2019
Primer semestre 2021
Suriname
Segundo semestre 2015
Segundo semestre 2017
Segundo semestre 2019
Guyana
Primer semestre 2016
Primer semestre 2018
Primer semestre 2020
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Trinidad y Tabago
Segundo semestre 2016
Segundo semestre 2018
Segundo semestre 2020
103
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
En este contexto de mayor volatilidad cambiaria, un total de 14 economías de la
región registraron depreciaciones de sus monedas en 2020, mientras que 5 registraron
una apreciación. La mayor volatilidad se expresó en una dinámica intertrimestral del tipo
de cambio muy variada durante 2020: 14 países de la región registraron depreciaciones
en el primer trimestre de 2020, mientras que 10 países observaron apreciaciones
durante el cuarto trimestre del año (véase el cuadro I.15). Se destacan los casos de
las monedas del Brasil, Chile, Colombia y México, que durante el primer trimestre de
2020 promediaron una depreciación del 22,9%, mientras que en el cuatro trimestre
de ese año registraron una apreciación del 9,3%. Un caso similar es el de la gourde
haitiana, que mientras en el segundo trimestre de 2020 experimentó una depreciación
del 16%, en el tercer trimestre de 2020 tuvo una apreciación del 39%.
Brasil
Chile
Colombia
Paraguay
Perú
Jamaica
México
Nicaragua
Suriname
Guyana
Trinidad y Tabago
Uruguay
Costa Rica
Haití
Honduras
República Dominicana
Cuadro I.15
América Latina y el Caribe (países seleccionados): variación del tipo de cambio nominal respecto del dólar,
primer trimestre de 2019 a segundo trimestre de 2021
(En porcentajes)
Primer trimestre 2019
15,0
1,0
-2,1
-2,0
3,8
-1,5
-2,2
-1,1
0,8
0,3
-0,2
-0,1
3,3
-1,2
8,1
1,0
0,6
Segundo trimestre 2019
-1,9
-1,8
-0,1
0,7
0,1
-0,7
3,9
-1,1
2,0
-1,8
-0,8
-1,4
5,1
-2,8
11,5
0,1
0,5
Tercer trimestre 2019
35,6
8,0
7,4
8,3
2,9
2,3
-0,9
2,7
0,5
0,0
0,0
1,5
5,1
-0,4
2,5
0,5
3,0
Cuarto trimestre 2019
4,0
-3,2
3,3
-5,5
1,3
-1,7
1,7
-4,1
1,4
0,0
0,0
-0,2
1,1
-1,5
0,4
-0,3
1,1
Primer trimestre 2020
7,6
29,3
13,4
23,7
1,5
3,6
2,5
25,1
-0,2
0,8
0,9
-0,1
16,1
1,3
-1,2
0,5
3,0
Segundo trimestre 2020
9,4
5,0
-3,8
-7,6
3,9
3,2
3,6
-2,9
1,5
4,1
0,1
-0,3
-2,6
0,2
16,0
-0,1
6,5
Tercer trimestre 2020
8,1
2,6
-4,5
1,9
2,5
1,7
1,1
-3,8
0,5
71,6
-1,0
0,3
0,8
4,4
-39,0
-0,5
0,4
Cuarto trimestre 2020
10,5
-7,4
-9,4
-10,5
-1,1
0,4
0,2
-9,9
0,7
5,8
1,0
-0,1
-0,7
1,3
-6,7
-2,0
-0,5
Primer trimestre 2021
9,3
8,5
1,2
6,9
-8,7
3,5
2,8
2,6
0,1
0,2
0,4
0,1
4,7
-0,1
18,3
-0,2
-2,2
Segundo trimestre 2021
4,1
-11,8
2,1
2,5
7,0
3,3
3,4
-2,4
0,2
47,8
-0,4
0,2
-1,5
1,2
22,6
-0,6
0,3
Argentina
104
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
La volatilidad se ha mantenido elevada en 2021, y en tres países (Guyana, Paraguay
y Perú), el indicador de volatilidad del primer semestre del año es el mayor del período
analizado, mientras que en los casos de Chile y Honduras, el indicador de ese período
está dentro del 25% más elevado observado en estos países. De igual forma, se han
registrado depreciaciones de las monedas en 12 países, entre los que se destacan los
casos de la Argentina, Colombia, Haití y Suriname, con depreciaciones mayores al 9%.
Cuatro países registraron una apreciación de sus monedas en el primer semestre de
2021, y el Brasil y el Paraguay fueron los que presentaron las mayores apreciaciones
en este período.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
10. Desde el inicio de la crisis, el manejo de las
reservas internacionales ha sido fundamental
para preservar el espacio de la política monetaria
y la estabilidad macrofinanciera de las
economías de la región
En el contexto de crisis sanitaria y socioeconómica provocada por el COVID-19, y a
fin de mantener el espacio para políticas expansivas, las autoridades monetarias de
la región pusieron especial énfasis en el manejo de las reservas internacionales para
responder de manera pragmática, flexible y rápida a posibles factores desestabilizadores
que podrían acentuar la volatilidad cambiaria, impulsar una reversión en los influjos
de capital o aumentar la posibilidad de crisis bancarias. Para ello, las autoridades
monetarias decidieron fortalecer su posición de liquidez internacional, con lo que
las reservas de la región se incrementaron un 4,6% durante 2020, es decir 39.318
millones de dólares en total.
En 2020, 22 de las 32 economías de las que se dispone de información registraron
incrementos en sus reservas internacionales, con alzas superiores al 20% en 11
casos. Se destacan países como Barbados, el Ecuador y Panamá, cuyas reservas se
incrementaron más de un 70% entre diciembre de 2019 y diciembre de 2020. Por otra
parte, en diez países las reservas experimentaron una contracción, destacándose las
caídas en siete de los países que emplean los agregados como principal instrumento
de política monetaria y en los casos de Antigua y Barbuda, Bolivia (Estado Plurinacional
de), Costa Rica y El Salvador, donde las reservas cayeron más del 18%.
El establecimiento de líneas de canje y líneas de liquidez con la Reserva Federal
de los Estados Unidos y con instituciones financieras internacionales, así como las
emisiones en los mercados voluntarios, fueron algunas de las herramientas empleadas
para fortalecer la posición de activos externos de los países.
En lo que va de 2021, las autoridades de la región han tratado tanto de mantener
el fortalecimiento de la posición de las reservas internacionales, como de realizar
intervenciones en los mercados cambiarios para atenuar la volatilidad cambiaria. Así,
en los primeros seis meses del año las reservas de la región crecieron un 0,7% (véase
el gráfico I.56), con incrementos en 14 casos y aumentos mayores al 10% en los
casos de Chile, Granada, Nicaragua, la República Dominicana y Suriname. En tanto, las
reservas se contrajeron en 17 países, con caídas mayores al 10% en Bolivia (Estado
Plurinacional de), el Ecuador y Santa Lucía.
Capítulo I
105
106
Capítulo I
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Gráfico I.56
América Latina y el Caribe: evolución de las reservas internacionales brutas, 2015-2021a
(En miles de millones de dólares)
920
900
892
880
860
860
868
852
840
820
898
832
812
800
780
760
2015
2016
2017
2018
2019
2020
2021
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Información disponible al 30 de junio de 2021.
11. Las medidas macroprudenciales y de regulación
de los flujos de capital se han convertido en uno
de los principales instrumentos empleados por
las autoridades monetarias de la región para
atenuar los riesgos macrofinancieros derivados
de la crisis sanitaria, respaldar la postura
expansiva de la política económica
y atenuar la volatilidad cambiaria
A comienzos de 2020, los bancos centrales tuvieron que hacer frente a episodios críticos
de salidas masivas y repentinas de capitales, excesivas fluctuaciones en las monedas e
incrementos de las primas por riesgo mientras debían evitar el colapso de la actividad
económica. En tales circunstancias, las autoridades desplegaron un conjunto amplio de
herramientas de política para preservar la estabilidad macroeconómica y financiera frente
a la acumulación de altos riesgos que se gestaban en los sectores reales, financieros y
externos de las economías de la región.
Como se muestra en el gráfico I.57, se han identificado 409 acciones de política
específicas implementadas por las autoridades monetarias en la región durante 2020,
de las cuales el 41% corresponde a herramientas macroprudenciales y de regulación
de flujos de capital que complementaron las acciones en materia de acceso a líneas de
liquidez de emergencia (27%) y de reducción de las tasas de interés (14%).
Frente a la percepción del mayor riesgo sistémico, las actuaciones macroprudenciales de
los bancos centrales fueron esencialmente motivadas por un triple propósito: i) contrarrestar
la tendencia procíclica de los créditos para respaldar los programas implementados en
respuesta a la emergencia sanitaria y reactivar la economía; ii) consolidar la capacidad de
préstamo de los intermediarios financieros mientras se preserve su solvencia, y iii) crear
incentivos para que el sector bancario pueda cumplir su papel de intermediación financiera.
Bajo esta óptica, las medidas macroprudenciales fueron implementadas de manera
pragmática y flexible según las circunstancias específicas de cada país y en función de las
herramientas disponibles, en un contexto en que el sistema bancario mostró ser resiliente.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Gráfico I.57
América Latina y
el Caribe (22 países)a:
composición de
las medidas por áreas
de intervención, 2020
(En porcentajes)
Estímulos fiscales
(2)
Líneas de canje
Otras
(2)
(1)
Compra de títulos
(3)
Facilidades y garantías
de créditos
(9)
Tasa de interés
(14)
Liquidez de emergencia
(27)
Capítulo I
Macroprudenciales
(41)
Número de intervenciones: 409
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de datos oficiales de los países y de “COVID-19
Financial Response Tracker Visualization (CFRTV)” [en línea] https://som.yale.edu/faculty-research-centers/centers-initiatives/
program-on-financial-stability/covid-19-tracker.
Nota: No representa un conteo exhaustivo de las intervenciones de los bancos centrales. La categoría “otras” incluye intervenciones
como garantías para préstamos, liquidez de mercado y garantías para depósitos.
a Antigua y Barbuda, Argentina, Barbados, Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El
Salvador, Guatemala, Guyana, Honduras, Jamaica, México, Paraguay, Perú, República Dominicana, Suriname, Uruguay y Venezuela
(República Bolivariana de).
Por una parte, se adecuaron los respaldos (buffer) de capital previamente constituidos
para suavizar el ciclo financiero de tal manera que las instituciones financieras pudieran
absorber pérdidas e impedir que se restringiera la oferta de créditos como suele ocurrir
en fases recesivas. En particular, se desactivaron respaldos de capital contracíclico,
fijando el porcentaje requerido en el 0%, como, por ejemplo, en los casos del Brasil
y Colombia.
Además, se hizo un uso ampliado de la flexibilidad de las normas macroprudenciales
permitiendo a las entidades operar por debajo de los umbrales de los requisitos de capital
y otras reservas de capital de naturaleza acíclicos, modificando incluso las ponderaciones
de riesgo, y permitiendo no incluir ciertos créditos vinculados a los programas de
apoyo en el cálculo de los requisitos de capital o en el límite de apalancamiento de los
bancos. Se recurrió en ciertas ocasiones a la liberación de provisiones dinámicas o se
procedió a una suspensión de distribución de dividendos o de aumento de salarios de
los gestores de entidades financieras.
Asimismo, se acentuaron las medidas para acrecentar la liquidez de las instituciones
financieras, como los cambios relacionados a los encajes legales según distintas
modalidades —en términos de tasa, moneda local o divisas, o en función de depósitos
específicos, entre otros— o relacionados al coeficiente de cobertura de liquidez. Según
la naturaleza de los riesgos percibidos, se mantuvieron medidas para la regulación de
los flujos de capital, por ejemplo, en el mercado cambiario, para no inducir mayores
perturbaciones en la posición de las reservas internacionales. Por último, se aplicaron
diferentes modalidades con respecto al tratamiento del riesgo de crédito, como la
reprogramación de créditos, la modificación de criterios relativos a la clasificación de
personas deudoras, entre otros, a fin de no ponderar en mayor medida las provisiones
de las entidades financieras.
107
108
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo I
F. Perspectivas para América Latina
y el Caribe en 2021 y 2022
1.
La proyección de crecimiento de 2021
para América Latina y el Caribe se ha revisado
al alza, a un 5,9%, y para 2022 se proyecta
una desaceleración del crecimiento,
que llegaría al 2,9%
La dinámica de crecimiento en 2021 refleja el efecto de una base de comparación baja
por la caída de 2020 y de un marcado componente de arrastre estadístico (véase el
recuadro I.3), junto con los efectos positivos del contexto internacional y de la gradual
apertura de las economías y la flexibilización de las medidas de distanciamiento físico.
El crecimiento del 5,9% proyectado para 2021 (véase el gráfico I.58) no será suficiente
para recuperar el nivel de 2019. La dinámica y la persistencia del crecimiento de 2021
hacia adelante están sujetas a las incertidumbres derivadas de los avances desiguales
en los procesos de vacunación y la capacidad de los países para revertir los problemas
estructurales detrás de la baja trayectoria de crecimiento que exhibían antes de la pandemia.
Gráfico I.58
América Latina y el Caribe (33 países): proyección de la tasa de crecimiento del PIB, 2021
(En porcentajes)
Guyana
Panamá
Perú
Chile
Rep. Dominicana
Argentina
El Salvador
Colombia
México
América Central y México
América Latina
América Latina y el Caribe
América del Sur
América Central
Brasil
Bolivia (Est. Plur. de)
Honduras
Granada
Guatemala
Dominica
El Caribe
Uruguay
Paraguay
Jamaica
Costa Rica
Santa Lucía
Saint Kitts y Nevis
San Vicente y las Granadinas
Barbados
Ecuador
Belice
Nicaragua
Trinidad y Tabago
Bahamas
Cuba
Antigua y Barbuda
Suriname
Haití
Venezuela (Rep. Bol. de) -4,0
16,0
12,0
10,6
9,2
8,0
7,5
7,5
7,5
6,2
6,0
5,9
5,9
5,9
5,5
5,2
5,1
5,0
4,7
4,6
4,3
4,1
4,1
4,1
4,0
3,7
3,6
3,3
3,0
3,0
3,0
2,7
2,5
2,5
2,3
2,2
1,0
-1,0
-1,3
-5
0
5
10
15
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
20
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
Recuadro I.3
América del Sur: crecimiento anual del PIB real, efecto de arrastre estadístico en comparación con la dinámica
El crecimiento anual del PIB real se puede descomponer en dos partes: el efecto arrastre estadístico y la dinámica.
El efecto arrastre estadístico en un año específico es la tasa de crecimiento del PIB resultante de una situación en la
que el nivel del PIB de todos los trimestres de ese año crece a una tasa del 0% por trimestre. Este concepto se calcula con
el PIB real trimestral desestacionalizado, igualando el nivel del último trimestre del año anterior a todos los trimestres del
año en curso. En consecuencia, se crea un año en el que todos los trimestres permanecen al mismo nivel que el cuarto
trimestre del año anterior. Por tanto, existe una situación de crecimiento trimestral nulo y todo el crecimiento respecto del
año anterior proviene del crecimiento que se arrastra del cuarto trimestre de ese año anterior.
La dinámica, por su parte, corresponde a la diferencia que se produce entre la tasa anual de crecimiento del PIB
menos el efecto arrastre estadístico.
El grafico 1 muestra la evolución del arrastre estadístico y la dinámica en América del Sur para el período 2007-2021.
Gráfico 1
América del Sur: descomposición de la tasa de crecimiento, arrastre estadístico en comparación con la dinámica, 2007-2021a
(En porcentajes)
8
7
6
5
4
3
2
1
0
-1
-2
-3
-4
-5
-6
-7
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
2021
Crecimiento
Dinámica
Arrastre
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Nota: No incluye la República Bolivariana de Venezuela. Las tasas de crecimiento son promedios ponderados.
a Las tasas de crecimiento de 2021 son proyecciones.
América del Sur entró un período de bajo crecimiento en 2014. Cuando se compara el período 2007-2013 y 20142019, tanto la contribución del efecto arrastre estadístico como la de la dinámica disminuyeron de manera importante.
El promedio del efecto arrastre y la dinámica fue del 1,5% y el 2,6%, respectivamente, en 2007-2013, y solo de un 0,2% en
ambos casos en 2014-2019.
Cuando se comparan las dos crisis mundiales que ocurrieron en el período 2007-2021, es decir la crisis financiera
mundial y la crisis del COVID-19, se observan diferencias pronunciadas. Ambas provocaron una caída del PIB de la región,
en 2009 y 2020, respectivamente, aunque mucho más significativa en este último año. Aparte de la diferencia en el tamaño
de la crisis, el arrastre estadístico negativo en 2009 confirma el hecho de que la región ya venía sufriendo los efectos de
la crisis desde la segunda mitad del año anterior. Por otra parte, el resultado positivo de la dinámica en 2009 muestra la
recuperación relativamente rápida en el caso de América del Sur. La crisis económica provocada por la pandemia muestra
una imagen diferente. La región tenía un arrastre levemente positivo en 2020 pero una dinámica sumamente negativa.
Además, con respeto a la recuperación en el año siguiente, se observa una dinámica mayor en 2010 (4,5%) en
comparación con la dinámica proyectada para 2021 (1,7%). Por otra parte, se estima una contribución del efecto arrastre
al crecimiento en 2021 (4,3%) mayor a la observada en 2010 (3,0%). Las diferencias observadas en la recuperación entre
ambas crisis reflejan la complejidad y heterogeneidad de la situación sanitaria interna que actualmente enfrentan las
economías de la región. A pesar de las condiciones externas favorables (véase el capítulo sobre contexto internacional y
sector externo), también presentes en 2010, las condiciones internas limitan la recuperación en la dinámica de la región.
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
109
110
Capítulo I
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Para 2022, se proyecta para América Latina y el Caribe una disminución de la tasa
de crecimiento, que llegaría al 2,9% en promedio. América del Sur crecería un 2,6%,
mientras que Centroamérica y México crecerían un 3,5% y el Caribe un 7,8% (véase
el gráfico I.59).
Gráfico I.59
América Latina
y el Caribe (33 países):
proyección de la tasa
de crecimiento del PIB,
2022
(En porcentajes)
Guyana
Santa Lucía
Bahamas
Panamá
El Caribe
Barbados
Belice
Jamaica
Rep. Dominicana
Centroamérica
El Salvador
Perú
Granada
Cuba
Guatemala
Paraguay
Colombia
Dominica
Honduras
Costa Rica
Bolivia (Est. Plur. de)
Centroamérica y México
Saint Kitts y Nevis
Uruguay
San Vicente y las Granadinas
México
Chile
América Latina y el Caribe
América Latina
Antigua y Barbuda
Argentina
América del Sur
Ecuador
Brasil
Trinidad y Tabago
Nicaragua
Haití
Venezuela (Rep. Bol. de)
Suriname
32,0
11,9
8,5
8,2
7,8
7,5
6,4
5,7
5,5
4,6
4,6
4,4
4,3
4,1
4,0
4,0
3,8
3,6
3,6
3,5
3,5
3,5
3,3
3,2
3,2
3,2
3,2
2,9
2,9
2,9
2,7
2,6
2,6
2,2
1,9
1,8
1,0
1,0
0,1
0
5
10
15
20
25
30
35
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
A nivel de componentes del gasto, el consumo privado es el que más impulsa el
crecimiento del PIB tanto este año 2021 como en 2022. A él corresponde más de la
mitad del incremento de la actividad económica. En mucha menor medida se encuentra
la contribución del consumo público, ya que, a pesar del conjunto de medidas fiscales
de emergencia sin precedentes que han implementado los Gobiernos de la región,
muchas de estas corresponden a numerosos programas de transferencia monetarias
directas a los hogares cuyos efectos contablemente se registran como aumento del
consumo privado.
La dinámica de la inversión se incrementará gracias a la reactivación de la construcción
y al inicio de proyectos que habían sido suspendidos tanto por la incertidumbre sobre el
futuro como por la necesidad que tuvieron las empresas de dar respuesta a problemas
de financiamiento. La reactivación de la demanda interna, junto con el restablecimiento
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo I
de la cadena de abastecimiento, incrementará los niveles de importación de bienes y
servicios, deteriorados en 2020 tanto por el choque de demanda como de oferta que
sufrió la región.
Por último, después de desplomarse en 2020, las exportaciones de la región
aportarán positivamente al crecimiento del PIB tanto en 2021 como en 2022, con niveles
de contribución similares a los de la inversión. La expansión de las exportaciones se
explicaría tanto por la recuperación de la demanda extrarregional como intrarregional
dada la mayor actividad económica a nivel mundial (véase el gráfico I.60).
Gráfico I.60
América Latina: tasa de variación del PIB y contribución de los componentes del gasto al
crecimiento, 2008-2022a
(En porcentajes)
15
10
5
0
PIB
Exportaciones de bienes
y servicios
Inversión
Consumo público
Consumo privado
Importaciones de bienes
y servicios
-5
-10
-15
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
2021
2022
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Los datos de 2021 corresponden a proyecciones.
Después de 2022, nada permite anticipar que la dinámica de bajo crecimiento previa
a la crisis vaya a cambiar. Los problemas estructurales que limitaban el crecimiento
de la región antes de la pandemia se agravaron y afectarán negativamente la actividad
económica y los mercados laborales más allá del repunte del crecimiento de 2021
y 2022 (CEPAL, 2021b).
Bibliografía
Banco Central de las Bahamas (2021), Quarterly Economic Review: March 2021, vol. 30,
Nº 1, Nassau.
Banco Central de Reserva del Perú (2021), Reporte de inflación: panorama actual y proyecciones
macroeconómicas 2021-2022, Lima, junio.
Banco de la Reserva Federal de St. Louis (2021), Federal Reserve Economic Data (FRED) [base
de datos en línea] https://fred.stlouisfed.org/.
Banco Mundial (2021), Indicadores del Desarrollo Mundial [base de datos en línea] https://
databank.bancomundial.org/source/world-development-indicators.
(2020), “El Banco Mundial prevé la mayor caída de remesas de la historia reciente”, 22 de
abril [en línea] https://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2020/04/22/world-bankpredicts-sharpest-decline-of-remittances-in-recent-history.
BCE (Banco Central Europeo) (2021), “Balance consolidado del Eurosistema a 31 de diciembre
de 2020” [en línea] https://www.ecb.europa.eu/pub/annual/balance/html/ecb.eurosystemb
alancesheet2020~0da47a656b.es.html.
111
112
Capítulo I
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
BIP (Banco de Pagos Internacionales) (2021a), Global Liquidity Indicators [base de datos en línea]
https://www.bis.org/statistics/gli.htm.
(2021b), Debt Security Statistics [base de datos en línea] https://www.bis.org/statistics/
secstats.htm?m=6%7C33%7C615.
(2019), “Monetary policy frameworks in EMEs: inflation targeting, the exchange rate and
financial stability”, BIS Annual Economic Report 2019, Ginebra.
Capital Economics (2021a), “Recovery in world trade continues, for now”, 25 de junio [en línea]
https://www.capitaleconomics.com/clients/publications/global-economics/global-trade-monitor/
recovery-in-world-trade-continues-for-now/.
(2021b), “Rising risks to supply of agriculturals”, Commodities Weekly Wrap, 23 de abril [en línea]
https://research.cdn-1.capitaleconomics.com/c0edd3/rising-risks-to-supply-of-agriculturals.pdf.
(2021c), “Coffee prices to get a kick from vaccine rollouts”, 28 de enero [en línea] https://
www.capitaleconomics.com/publications/commodities-overview/commodities-update/coffeeprices-to-get-a-kick-from-vaccine-rollouts/.
Carvallo, P. y otros (2018), “Metodología para la construcción de un indicador adelantado de flujos
de capitales para 14 países de América Latina”, serie Macroeconomía del Desarrollo, N° 198
(LC/TS.2018/120), Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) (2021a), Panorama Fiscal de
América Latina y el Caribe, 2021 (LC/PUB.2021/5-P), Santiago.
(2021b), “La paradoja de la recuperación en América Latina y el Caribe. Crecimiento con
persistentes problemas estructurales: desigualdad, pobreza, poca inversión y baja productividad”,
Informe Especial COVID-19, Nº 11, Santiago, julio.
(2021c), “Financiamiento para el desarrollo en la era de la pandemia de COVID-19 y después:
prioridades de América Latina y el Caribe en la agenda de políticas mundial en materia de
financiamiento para el desarrollo”, Informe Especial COVID-19, Nº 10, Santiago, marzo.
(2021d), Capital flows to Latin America and the Caribbean: first four months of 2021
(LC/WAS/TS.2021/5), Santiago.
(2021e), Panorama Social de América Latina, 2020 (LC/PUB.2021/2-P), Santiago.
(2020), Estudio Económico de América Latina y el Caribe, 2020 (LC/PUB.2020/12-P), Santiago.
CEPAL/OIT (Comisión Económica para América Latina y el Caribe/Organización Internacional del
Trabajo) (2021), “Trabajo decente para los trabajadores de plataformas en América Latina”,
Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe, Nº 24 (LC/TS.2021/71), Santiago.
Chui, M., E. Kuruc y P. Turner (2018), “Leverage and currency mismatches: non-financial companies
in the emerging markets”, The World Economy, vol. 41, Nº 12, febrero.
(2016), “A new dimension to currency mismatches in the emerging markets - non-financial
companies”, BIS Working Papers, Nº 550, Basilea, Banco de Pagos Internacionales (BIP).
Clarida, R., B. Duygan-Bump y C. Scotti (2021), “The COVID-19 crisis and the Federal Reserve’s
policy response”, Finance and Economics Discussion series, Nº 2021-035, Washington D.C.,
Junta de Gobernadores de la Reserva Federal.
CountryRisk.io (2021), “Sovereign Risk” [en línea] https://www.countryrisk.io/platform.
Credit Suisse Research Institute (2021), Global Wealth Report 2021, Zurich.
DIPRES (Dirección de Presupuestos) (2021a), “Boletín de Ejecución Presupuestaria Mensual:
a mayo de 2021”, Ministerio de Hacienda [en línea] https://www.dipres.gob.cl/598/
articles-229556_doc_pdf_boletin.pdf.
(2021b), Informe de Finanzas Públicas: primer trimestre 2021, Santiago.
(2021c), “Informe de Ejecución del Gobierno Central: segundo trimestre 2021”, julio [en línea]
https://www.dipres.gob.cl/598/articles-221801_doc_pdf_Presentacion_IT.pdf.
El-Erian, M. (2021), “Ensuring a stronger and fairer global recovery”, 2 de abril [en línea] https://
www.project-syndicate.org/commentary/policies-for-rapid-inclusive-sustainable-global-recoveryby-mohamed-a-el-erian-2021-04.
FMI (Fondo Monetario Internacional) (2021a), Fiscal Monitor: A Fair Shot, Washington, D.C., abril.
(2021b), “Los directores ejecutivos del FMI debaten una nueva asignación de DEG de
USD 650.000 millones para reforzar las reservas y contribuir a la recuperación mundial tras
la COVID-19”, Comunicado de Prensa, Nº 21/177, 23 de marzo [en línea] https://www.imf.org/
es/News/Articles/2021/03/23/pr2177-imf-execdir-discuss-new-sdr-allocation-us-650b-boostreserves-help-global-recovery-covid19.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
(2021c), World Economic Outlook Database, abril [en línea] https://www.imf.org/en/Publications/
WEO/Issues/2021/03/23/world-economic-outlook-april-2021.
(2021d), “Kristalina Georgieva, Directora Gerente del FMI, celebra el apoyo del Directorio
Ejecutivo a una nueva asignación de DEG por USD 650.000 millones”, Comunicado de Prensa,
Nº 21/208, 9 de julio [en línea] https://www.imf.org/es/News/Articles/2021/07/08/pr21208imf-managing-director-kristalina-georgieva-executive-board-backing-new-us650b-sdr-allocation.
(2021e), “Recessions and recoveries in labor markets: patterns, policies, and responses
to the COVID-19 shock”, World Economic Outlook: Managing Divergent Recoveries,
Washington, D.C., abril.
(2020), Global Financial Stability Report: Bridge to Recovery, Washington, D.C., octubre.
Harris, J. y F. Vivanco (2021), “¿Hay razones para el optimismo en las remesas a América Latina
y el Caribe?”, Banco Interamericano de Desarrollo (BID), 8 de abril [en línea] https://blogs.iadb.
org/migracion/es/hay-razones-para-el-optimismo-en-las-remesas-a-america-latina-y-el-caribe/.
Hofmann, B., I. Shim y H. S. Shin (2020), “Emerging market economy exchange rates and local
currency bond markets amid the COVID-19 pandemic”, BIS Bulletin, Nº 5, Basilea, Banco de
Pagos Internacionales (BIP), abril.
IIF (Instituto de Finanzas Internacionales) (2021a), “Global Debt Monitor: chipping away at the
mountain?”, 13 de mayo [en línea] https://www.iif.com/Portals/0/Files/content/Global%20
Debt%20Monitor_May2021_vf.pdf.
(2021b), “Global Debt Monitor: COVID drives debt surge—stabilization ahead?”, 17 de febrero [en
línea] https://www.iif.com/Portals/0/Files/content/Global%20Debt%20Monitor_Feb2021_vf.pdf.
Junta de Gobernadores de la Reserva Federal (2020), “2020 Statement on Longer-Run Goals
and Monetary Policy Strategy” [en línea] https://www.federalreserve.gov/monetarypolicy/
review-of-monetary-policy-strategy-tools-and-communications-statement-on-longer-run-goalsmonetary-policy-strategy.htm.
Maldonado Gonzáles, R., J. Harris y F. Vivanco (2021), “La pandemia del COVID19 y las remesas a
Latinoamérica y el Caribe en 2020”, Notas de Remesas, Nº 4, Centro de Estudios Monetarios
Latinoamericanos (CEMLA).
Maurizio, R. (2021), “Transitando la crisis laboral por la pandemia: hacia una recuperación del
empleo centrada en las personas”, serie Panorama Laboral en América Latina y el Caribe 2021,
Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Ministerio de Economía (2021), “Resultado fiscal - Mayo 2021”, 22 de junio [en línea] https://
www.argentina.gob.ar/noticias/resultado-fiscal-mayo-2021.
Ministerio de Economía y Finanzas (2021a), Reporte Fiscal Trimestral: Seguimiento de las Reglas
Macrofiscales, Lima.
(2021b), “La ejecución de la inversión pública alcanzó los S/15 776 millones al primer semestre
manteniendo los récord mensuales durante el 2021”, 1 de julio [en línea] https://www.gob.
pe/institucion/mef/noticias/503741-la-ejecucion-de-la-inversion-publica-alcanzo-los-s-15-776millones-al-primer-semestre-manteniendo-los-record-mensuales-durante-el-2021.
Ministerio de Finanzas, Planificación Económica y Tecnología de la Información (2021), “Summary
of fiscal operations of the central government of St.Vincent and the Grenadines for the period
ended March 31, 2021” [en línea] http://finance.gov.vc/finance/images/PDF/Publications/
GOSVG_Fiscal_for_Publication_Mar_2021.pdf.
Ministerio de Hacienda y Crédito Público (2021), Informe de Finanzas Públicas: I Trimestre 2021,
Managua.
Minsky, H. (1986), Stabilizing an Unstable Economy, New Haven, Yale University Press.
Naciones Unidas (2021), Liquidity and Debt Solutions to Invest in the SDGs: The Time to Act is Now,
Nueva York, marzo.
OIT (Organización Internacional del Trabajo) (2021), Observatorio de la OIT: la COVID-19 y
el mundo del trabajo, séptima edición, 25 de enero.
(2020), Informe Mundial sobre los Salarios 2020-2021: los salarios y el salario mínimo en
tiempos de la COVID-19, Ginebra.
OMC (Organización Mundial del Comercio) (2021), “El comercio mundial listo para una recuperación
sólida, aunque desigual, después de la pandemia de COVID-19”, Comunicado de Prensa,
Nº 876, 31 de marzo [en línea] https://www.wto.org/spanish/news_s/pres21_s/pr876_s.htm.
Capítulo I
113
114
Capítulo I
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
OMT (Organización Mundial del Turismo) (2021), World Tourism Barometer, vol. 19, Nº 3, mayo.
Pazos, F. (1991), “La inflación crónica en América Latina”, Medio siglo de política económica
latinoamericana, tomo III, F. Pazos, Caracas, Academia Nacional de Ciencias Económicas.
PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) (2021), “Honduras y México unen
fuerzas para combatir la evasión fiscal”, 9 de junio [en línea] https://www.hn.undp.org/content/
honduras/es/home/presscenter/articles/2021/honduras-y-mexico-unen-fuerzas-para-combatirla-evasion-fiscal.html.
SAT (Servicio de Administración Tributaria) (2021), “Administración General de Grandes Contribuyentes:
Plan Maestro de Operación 2021” [en línea] https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/
file/617610/AGGCH_Plan_Maestro_Presentacion_Camaras.pdf.
Secretaría Federal de Impuestos Internos (2021), Análise da Arrecadação das Receitas Federais:
Junho/2021, Brasilia, junio.
SII (Servicio de Impuestos Internos) (2021), “SII focaliza acciones en segmentos con mayor
impacto tributario y alto riesgo de incumplimiento para recaudar más de US$ 2.350 millones
en 2021”, 5 de marzo [en línea] https://www.sii.cl/noticias/2021/050321noti01aav.htm.
SIN (Servicio de Impuestos Nacionales) (2021), Ecos Tributarios, Nº 5-1, mayo [en línea] https://
www.impuestos.gob.bo/ckeditor/plugins/imageuploader/uploads/4586c7a39f.pdf.
Taliercio, R. (2021), “Sesión 1: Mesa de Diálogo ‘Cambios en la Economía mundial y los desafíos
de las Instituciones de Desarrollo ante la Pandemia COVID-19’”, presentación efectuada en los
Encuentros Virtuales de Economistas Jefe de la Banca de Desarrollo: Desafíos de la Banca
de Desarrollo en la Reactivación Económica y el Impulso Regional frente a la Pandemia del
COVID-19, 6 y 8 de abril [en línea] https://www.alide.org.pe/wp-content/uploads/2021/04/
Robert-Taliercio_sesi%C3%B3n-1.pdf.
Taylor, L. y otros (2012), “Fiscal deficits, economic growth and government debt in the
USA”, Cambridge Journal of Economics, vol. 36, Nº 1, Oxford University Press.
Wolf, M. (2021), “A windfall for poor countries is within reach”, Financial Times, 1 de junio.
PARTE
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Dinámica laboral y políticas de
empleo para una recuperación
sostenible e inclusiva más allá
de la crisis del COVID-19
II
Capítulo II
115
II
Introducción
Esta segunda parte del Estudio Económico, 2021 consta de cuatro capítulos. En el
primero (capítulo II del documento), se examinan las repercusiones de la crisis generada
por el COVID-19 en los mercados laborales de la región y se hace una comparación con
la trayectoria histórica de esos mercados. Se contrastan las reacciones del mercado de
trabajo en la actualidad con la dinámica exhibida en otros episodios de crisis (sistémicas
o específicas) para comparar las dimensiones de crisis anteriores y de la crisis actual,
y también para caracterizar los procesos de recuperación de la actividad económica
en esos episodios y el desempeño que mostró el mercado de trabajo.
En el segundo capítulo (capítulo III del documento) se describe el impacto
desigual de la pandemia en la situación laboral de mujeres y jóvenes. Si bien estos
grupos suelen ser los perdedores principales y tradicionales de las crisis económicas,
algunas peculiaridades de la actual crisis los ha hecho más vulnerables. Las políticas
de recuperación deben tomar en consideración especialmente a estos grupos para
generar mercados laborales más resilientes.
En el tercer capítulo (capítulo IV del documento) el objetivo es analizar las perspectivas
de los mercados laborales regionales en un contexto de profundas transformaciones
tecnológicas, económicas y sociales, y poner de relieve los desafíos políticos correspondientes.
Se examinan los riesgos y las oportunidades que provienen de la introducción de las
nuevas tecnologías, así como los desafíos y las características del trabajo relacionado con
plataformas digitales y el teletrabajo. En el capítulo se pone el énfasis en la necesidad
de desarrollar políticas destinadas a mitigar los riesgos de que aumente la desigualdad
(brechas digitales y precarización laboral) debido a estas transformaciones.
Por último, en el cuarto capítulo (capítulo V del documento) se analizan las políticas
laborales implementadas desde el inicio de la crisis y los desafíos de política para una
recuperación transformadora con empleo decente. Los mercados laborales se encuentran
en una difícil situación como consecuencia de la informalidad, la baja productividad y
las nuevas tendencias que pueden comprometer la generación de puestos de trabajo.
En este capítulo se hace hincapié en la importancia de las políticas integradas, que
incluyan políticas fiscales monetarias destinadas a promover la demanda y el apoyo
a las empresas, y políticas industriales y laborales activas que fomenten el empleo
de calidad y el aumento de la productividad. En este sentido, se señala la relevancia
de apoyar a las microempresas y pequeñas y medianas empresas (mipymes) como
eje central de la estrategia para preservar el empleo, dinamizar el mercado laboral e
incrementar la productividad media de las economías de la región.
CAPÍTULO
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Impacto de la crisis del COVID-19
en los mercados de trabajo en
América Latina y el Caribe: una
comparación con crisis anteriores
Introducción
A. En 2020, el COVID-19 desencadenó la mayor crisis que han experimentado
los mercados laborales de América Latina y el Caribe desde 1950
B. La recuperación del mercado laboral será lenta y, pese a que se espera
una mejora en 2021, los niveles de empleo y participación
serán inferiores a los de 2019
C. Conclusiones
Bibliografía
II
Capítulo II
119
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Introducción
Este segundo capítulo del Estudio Económico de América Latina y el Caribe, 2021
tiene varios propósitos. En primer lugar, se busca contextualizar la magnitud de los
efectos de la crisis de la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) sobre
los mercados laborales de la región y mostrar que, pese a que la pandemia afectó a
todas las economías del mundo, América Latina y el Caribe fue, indudablemente, la
región que experimentó la mayor contracción del PIB y del empleo.
Esta crisis tiene un carácter muy diferente a otras que se han producido en el
pasado reciente. Las crisis anteriores, en general, habían sido crisis de demanda, por
lo que afectaban de manera relativamente similar a todos los sectores productivos.
Esta vez también existió un componente de demanda importante en un principio,
cuando la crisis sanitaria aún no se había extendido en América Latina y el Caribe. Sin
embargo, cuando la crisis llegó a los países de la región, rápidamente comenzó un
choque de oferta sin precedentes. La pandemia, junto con las medidas administrativas
adoptadas para combatirla, ha dañado de manera muy heterogénea diversos sectores
de las economías y ha afectado los mercados de trabajo como ninguna otra crisis lo
había hecho en la historia de la región. Diferentes sectores económicos se han visto
perjudicados con distintos grados de intensidad y, por lo tanto, han mostrado un
comportamiento muy diferenciado, lo cual ha significado cambios tanto en los niveles
de empleo de la región como en su composición.
En segundo lugar, este documento muestra que, en 2020, los mercados laborales
de la región experimentaron un choque sin precedentes, con caídas históricas en
los niveles de ocupación y participación, e incrementos igualmente históricos en
las tasas de desocupación. Si bien los Gobiernos de América Latina y el Caribe han
impulsado políticas fiscales y monetarias expansivas para mitigar los efectos de la
crisis, la magnitud y la persistencia del choque han hecho que la región experimente
la mayor contracción del PIB de los últimos 100 años, y una caída del empleo no vista
desde 1950, año desde el que existe información al respecto. En 2020, en la región se
observó un marcado retroceso de la participación laboral, que la llevó a cifras similares
a las observadas al comienzo de la década de los noventa. Por su parte, en el mismo
período, la tasa de desocupación escaló a niveles que no se registraban desde 1990,
pese a que la masiva salida de personas de la fuerza de trabajo amortiguó el impacto
de la crisis sobre este indicador.
En tercer lugar, este capítulo contribuye a mostrar cómo la crisis ha aumentado
la desigualdad en la región, afectando más gravemente a las mujeres y a los jóvenes,
tanto por la misma crisis como por las secuelas que pueden experimentar los mercados
laborales a mediano plazo. Por ejemplo, la caída de la participación femenina registrada
durante 2020 pone fin al crecimiento de esta variable que se venía observando desde
1990, y que había permitido reducir la brecha de género en los niveles de participación.
La salida significativa de las mujeres del mercado laboral refleja la gran carga que recae
sobre ellas en lo que se refiere a las labores de cuidado en el hogar (de niños, ancianos
y enfermos), que se intensificó en tiempos de pandemia —debido, entre otras cosas, al
cierre de escuelas—, y la elevada concentración del empleo femenino en las actividades
que más se han restringido durante la pandemia (comercio y turismo), tema que se
tratará más a fondo en el capítulo III de esta publicación.
En cuarto lugar, en este capítulo se pretende identificar los factores condicionantes
del proceso de recuperación poscrisis en los mercados laborales de la región. En este
sentido, se muestra cómo la crisis llegó en un momento en que el crecimiento del
empleo se había reducido significativamente. También se plantea que la crisis, dada su
dimensión, podría acelerar cambios estructurales que ya venían produciéndose en los
II
Capítulo II
121
122
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo II
mercados laborales de América Latina y el Caribe, algunos de los cuales están vinculados
a las transformaciones tecnológicas, como se abordará en el capítulo IV. En general,
estos cambios en el mercado de trabajo podrían implicar una mayor subutilización y
precarización de la fuerza de trabajo en la región, que en principio podría explicar por
qué la actividad económica ha recuperado sus niveles precrisis más rápido de lo que se
ha recuperado el número de ocupados. Pero el impacto heterogéneo en los sectores
productivos, la magnitud de la crisis y los elementos de riesgo sanitario inherentes
a cada sector son factores que incidirán en el proceso de recuperación e imprimirán
distintas velocidades de recuperación factibles a los diferentes sectores; es decir, que
afectarán la evolución de la estructura económica y del cambio estructural pospandemia.
Este segundo capítulo del Estudio Económico de 2021 se estructura de la siguiente
manera. En la sección A, se describen los principales efectos de la crisis del COVID-19
en los mercados laborales de la región y se hace hincapié en sus repercusiones sobre
el número de ocupados, la tasa de participación laboral y la tasa de desocupación, tanto
a nivel agregado como a nivel de los principales sectores productivos. La sección B
muestra el proceso de recuperación de los mercados laborales que se ha observado
después del fuerte impacto registrado en el segundo trimestre de 2020. Se destaca
en esta parte que, a diferencia de lo que sucedió en crisis anteriores, en la presente,
el número de ocupados se ha recuperado más lentamente que el producto. Asimismo,
se plantea un posible escenario preocupante en el cual los mercados laborales podrían
tender hacia un nuevo equilibrio con un menor grado de utilización de la fuerza de
trabajo (y, en consecuencia, crecientes tasas de desocupación) y hacia sistemas que
impliquen una mayor precarización del empleo. Por último, en la sección C se ofrecen
algunas reflexiones finales sobre el contenido del capítulo y se plantea la necesidad
de impulsar políticas que permitan crear un nuevo futuro pos-COVID-19 en la región
mediante una recuperación transformadora del desarrollo, con mayor igualdad y
sostenibilidad (CEPAL, 2020a).
A. En 2020, el COVID-19 desencadenó
la mayor crisis que han experimentado
los mercados laborales de América Latina
y el Caribe desde 1950
Como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha documentado
en ocasiones anteriores (CEPAL, 2020b, 2020c y 2021), en 2020 la pandemia de
COVID-19 provocó la mayor contracción de la actividad económica que ha experimentado
América Latina y el Caribe en más de un siglo, con una caída del 6,8% del PIB regional
y del 7,7% del PIB per cápita regional. Pero esta crisis también ha afectado de manera
significativa el comportamiento de los mercados laborales de la región: ese mismo
año se registraron una contracción del número de ocupados del 9,0%, una caída de
la tasa de participación global de 4,9 puntos porcentuales y un aumento de la tasa de
desempleo de 2,5 puntos porcentuales1.
1
Las estimaciones para 2020 se efectuaron a partir de la información publicada por los siguientes países: Argentina, Belice,
Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá,
Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
1.
Capítulo II
A nivel mundial, los mercados laborales de
América Latina y el Caribe fueron los más
afectados por la crisis generada por el COVID-19
Si bien la economía mundial se vio afectada por esta crisis en 2020, no existen dudas
de que la región fue la que registró la mayor contracción de la actividad y del empleo
(véase el gráfico II.1). Existen diversas razones que pueden justificar la gravedad con
que la crisis afectó a América Latina y el Caribe2, pero la magnitud de la crisis sanitaria
y las históricas limitaciones estructurales de la zona indudablemente se han conjugado
para causar grandes estragos en las economías de la región.
A. Variación del PIB
0
-1
- 0,9
-2
- 1,8
- 2,0
- 2,1
-3
-4
- 2,6
- 3,2
-5
- 4,6
-6
-7
-8
- 6,8
Mundo
Economías
avanzadas
Mercados
emergentes
y economías
en desarrollo
Países en
desarrollo
de Asia
Países en
desarrollo
de Europa
América
Latina y
el Caribe
Oriente
África
Medio y
Subsahariana
Asia Central
B. Variación del empleo
0
-1,0
-0,9
-2,0
-3,0
-4,0
-5,0
-3,0
-3,5
-3,7
-3,5
-3,4
-6,0
-7,0
-8,0
-9,0
-9,0
-10,0
Mundo
Economías
avanzadas
Mercados
emergentes
y economías
en desarrollo
África
América
Latina y
el Caribe
Asia y
el Pácifico
Europa y
Asia Central
Fuente: Fondo Monetario Internacional (FMI), World Economic Outlook Update, julio de 2021 [en línea] https://www.imf.org/-/
media/Files/Publications/WEO/2021/Update/July/English/text.ashx; Organización Internacional del Trabajo (OIT), World
Employment and Social Outlook: Trends 2021, Ginebra, 2021 y Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),
sobre la base de cifras oficiales.
2
En CEPAL (2021) se muestra que, a 28 de junio de 2021, más de 1.260.000 personas habían muerto en América Latina y
el Caribe a causa del COVID-19, lo que equivale a un 32% del total de muertes a nivel mundial, a pesar de que la población de
la región representa solo un 8,4% de la población mundial.
Gráfico II.1
Mundo y regiones
seleccionadas: variación
del PIB y del número
de ocupados, 2020
(En porcentajes)
123
124
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo II
Asimismo, la severidad de las medidas de restricción de la movilidad adoptadas
en muchas de las economías de la región para enfrentar la pandemia ha conllevado
interrupciones en el desarrollo de las actividades productivas más largas que en otros
lugares, donde las medidas han sido menos estrictas o se han flexibilizado más temprano.
Por otro lado, hay que señalar que las vulnerabilidades estructurales de la región pueden
haber disminuido el impacto de los diversos programas de estímulos fiscales y monetarios
que se han adoptado para paliar los efectos de la crisis (CEPAL, 2020a).
2.
La crisis del COVID-19 afectó a la región
en un momento de bajo crecimiento
del empleo y desencadenó la primera
contracción del número de ocupados
desde 19503
Diversos estudios muestran que la región es una de las de mayor volatilidad real a
nivel mundial (Gavin y Haussman, 1996; Céspedes y Poblete, 2011; CEPAL, 2009),
pues presenta fluctuaciones del PIB continuas y pronunciadas y tiene grandes
limitaciones para sostener las fases expansivas del ciclo del producto (Hausmann,
Pritchett y Rodrik, 2005; Perez-Caldentey y Pineda, 2010; Titelman, Perez-Caldentey
y Carvallo, 2013).
Como resultado de esta elevada volatilidad, los mercados laborales de la región
también suelen experimentar importantes fluctuaciones, con episodios de aceleración
y desaceleración del crecimiento del empleo, las cuales guardan estrecha relación
con las fluctuaciones experimentadas por la actividad económica, especialmente en
episodios de carácter sistémico.
Pero, sin duda alguna, la crisis que se ha generado a causa de la pandemia ha
sido la más significativa que se ha documentado en la región —dado que ha causado
la primera contracción del número de ocupados en las economías de América Latina
y el Caribe en más de siete décadas— y la crisis más generalizada de su historia (al
menos desde 1950), ya que ha afectado simultáneamente a todos los países que, hasta
el momento, han proporcionado datos de 2020.
En el gráfico II.2 se muestra la evolución de la tasa de crecimiento del nivel de
ocupados desde 1951, y se aprecia en toda su magnitud la dimensión del choque
que ha supuesto la crisis del COVID-19 en los mercados laborales de América Latina
y el Caribe4.
En primer lugar, en el gráfico es posible apreciar la trayectoria que ha exhibido
la tasa de crecimiento de los niveles de ocupación de la región en las últimas siete
décadas. Destaca el hecho de que, hasta la década de 1970, dicha tasa exhibió una
tendencia al alza, lo que se explica fundamentalmente por el crecimiento demográfico y
la mayor participación. Sin embargo, ha tendido a descender desde la década de 19805.
3
4
5
Información disponible desde ese año.
Para la elaboración de este indicador, entre 1950 y 1989, se ha empleado la información contenida en las Penn World Table, versión 10.0,
y, para el período 1990-2021, se ha empleado información recopilada a partir de fuentes nacionales y estimaciones propias.
Weller (1998) destaca que el crecimiento observado en la década de los noventa fue insatisfactorio, en especial, a la luz de
las diversas reformas introducidas en la región en ese período y el mayor crecimiento económico que se observó.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Gráfico II.2
América Latina y el Caribe:
variación de las tasas de
crecimiento de los niveles
de ocupación y promedios
por décadas, 1951-2020
(En porcentajes)
10
8
6
3,9
4
3,2
2,7
2,6
2,4
2,4
2
Capítulo II
1,5
0
-2
-4
-6
-8
2020
2014
2011
2005
2008
2002
1999
1996
1993
1990
1987
1984
1981
1975
1978
1972
1969
1966
1960
1963
1957
1954
1951
2017
-9,0
-10
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Universidad de Groningen, Penn World Table
[base de datos en línea] https://www.rug.nl/ggdc/productivity/pwt/, y cifras oficiales.
Un segundo elemento destacable es que la década de 2010 es la que exhibe el
menor crecimiento promedio del nivel de ocupados desde 1950 (un 1,5%), lo que
sugiere que la crisis del COVID-19 llegó a la región en un momento de baja generación
de empleo. En el cuadro II.1, se muestra la evolución de la relación entre el número de
ocupados y la población total, lo que permite apreciar que la capacidad de generación de
empleos de la economía, más allá del crecimiento poblacional, es menor en la década
de 2010 que en la década de 2000, y es una de las menores desde la década de 19706.
Crecimiento acumulado por década
1950-1959
Tasa de crecimiento anual promedio
-6,7
-0,7
1960-1969
-3,3
-0,3
1970-1979
14,7
1,4
1980-1989
10,5
1,0
1990-1999
3,9
0,4
2000-2009
12,3
1,2
2010-2019
5,5
0,5
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Universidad de Groningen, Penn World Table
[base de datos en línea] https://www.rug.nl/ggdc/productivity/pwt/, y cifras oficiales.
Un tercer elemento que cabe destacar sobre la evolución de los niveles de ocupación
(véase el gráfico II.2) es que, pese al menor dinamismo que había exhibido el crecimiento
regional del número de ocupados, esta variable nunca se había contraído desde 1950;
los niveles de ocupación regional solo disminuyen a partir de la crisis del COVID-19.
6
Este indicador permitiría corregir la variación del número de ocupados según la variación de la población, por lo que un aumento
de este indicador mostraría que el número de ocupados está creciendo a un ritmo mayor que el del crecimiento de la población;
es decir, que la capacidad de generar empleos de una economía va más allá del crecimiento demográfico.
Cuadro II.1
América Latina y el Caribe:
variación de la relación
del número de ocupados
respecto a la población
total, 1950-2019
(En porcentajes)
125
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo II
3.
La crisis provocada por el COVID-19 ha sido
la más generalizada que ha experimentado
la región en las últimas siete décadas
Otro elemento que es preciso subrayar es que la crisis registrada en los mercados
laborales en 2020 no solo ha sido la mayor en términos de magnitud, sino también la
más generalizada en términos del número de países de la región que han registrado
una reducción simultánea de sus niveles de ocupación. En el gráfico II.3, se puede
apreciar el número de países que han experimentado una contracción de los niveles
de ocupación entre 1950 y 2020 en la región.
Gráfico II.3
América Latina y
el Caribe: países que
han experimentado
una caída en los niveles
de ocupación, 1951-2020
(En número de países)
18
17
16
14
12
10
10
8
6
6
5
5
5
4
2
2020
2017
2011
2014
2008
2005
1999
2002
1996
1993
1987
1990
1984
1981
1975
1978
1972
1969
1966
1963
1960
1957
1954
0
1951
126
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Universidad de Groningen, Penn World Table
[base de datos en línea] https://www.rug.nl/ggdc/productivity/pwt/, y cifras oficiales.
En el gráfico se observa que el número de países que experimentan una caída en
los niveles de ocupación suele incrementarse en episodios de crisis “sistémicas”7, y
que la crisis de las hipotecas de alto riesgo había sido la de mayores repercusiones en
los niveles de ocupación de la región hasta 2020. En 2009, estos se habían contraído
en 10 economías de la región, con una caída promedio de un 0,7%. En 2020, las
17 economías sobre las que se dispone de datos hasta el momento registraron caída
del número de ocupados que promedió el 9,0%.
4.
Si bien la caída de la actividad ha sido
generalizada, las mayores contracciones
se han registrado en aquellas áreas
donde se concentra el empleo
Durante 2020, la actividad económica de la región se vio afectada negativamente en
todos los sectores productivos, lo cual refleja, por un lado, interrupciones en las cadenas
productivas, y por otro, restricciones impuestas tanto a la movilidad de las personas como
7
Para los fines de este documento, consideramos los mismos episodios de crisis sistémicas establecidos en Titelman,
Pérez-Caldentey y Pineda (2009), es decir, la crisis mexicana (1994-1995), la crisis asiático-rusa (1997- 1999) y la crisis
argentina (2001-2002). Además, añadimos a los mencionados episodios la crisis de las hipotecas de alto riesgo (2008-2009)
y la crisis griega (2015-2016).
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo II
al normal funcionamiento de ciertos establecimientos de venta y producción de bienes no
considerados esenciales. Esta situación provocó choques de magnitud y duración heterogénea
en los distintos sectores productivos. Sin embargo, los sectores que registraron el mayor
retroceso de la actividad —es decir, construcción (−14,3%), transporte y comunicaciones
(−12,3%), comercio, hoteles y restaurantes (−10,0%), industria manufacturera (−7,0%) y
servicios comunales, sociales, personales y otros (−5,4%)— son también aquellos donde
se concentra la mayor proporción del total de ocupados (71,4%).
En el gráfico II.4, el panel A muestra la evolución trimestral del PIB sectorial durante
los años 2019 y 2020, mientras que el panel B muestra la evolución sectorial del empleo.
En este gráfico se evidencia la fuerte interrelación sectorial que ha existido entre el
empleo y el producto durante 2020. Allí se aprecia cómo ambas variables reflejaron
la mayor contracción en el segundo trimestre de 2020 y cómo se inició el proceso de
recuperación a partir del tercer trimestre de 2020, cuando comenzaron las aperturas
parciales de las economías.
Gráfico II.4
América Latina: tasa de crecimiento interanual del valor agregado y número de ocupados
por sector de actividad económica, primer trimestre de 2019 a cuarto trimestre de 2020
(En porcentajes)
A. Evolución del valor agregado
10
5
0
-5
-10
-15
-20
-25
-30
Trim 1
Trim 2
Trim 3
Trim 4
Trim 1
Trim 2
2019
Trim 3
Trim 4
2020
B. Evolución del empleo
10
5
0
-5
Servicios financieros
y a empresas
-10
Agricultura
-15
Servicios generales, comunales,
sociales y personales
-20
Comercio, restaurantes
y hoteles
-25
-30
Construcción
Industria manufacturera
Trim 1
Trim 2
Trim 3
2019
Trim 4
Trim 1
Trim 2
Trim 3
2020
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Trim 4
127
128
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo II
Un segundo hecho que destaca en el gráfico es que, en algunos sectores de actividad,
como la agricultura y los servicios financieros y a empresas, las caídas registradas en
los niveles de ocupación durante el segundo trimestre del año son superiores a las
contracciones observadas en el producto. Por último, también cabe subrayar que, en
sectores como la industria manufacturera; comercio, restaurantes y hoteles, y servicios
generales, comunales, sociales y personales, las tasas de crecimiento durante la
recuperación del empleo han tendido a ser más bajas que las del PIB.
5.
La crisis del COVID-19 y las restricciones
adoptadas para combatir la propagación
del virus provocaron una fuerte caída
de los niveles de participación
Una de las principales características de la crisis desencadenada por el COVID-19, que
la diferencia de crisis anteriores, fue la simultaneidad de los choques de oferta y de
demanda que afectaron a las economías de la región (CEPAL, 2020c). Con respecto
al choque de oferta, destacan las restricciones a la movilidad de las personas y al
funcionamiento de ciertas actividades consideradas como no esenciales que se
establecieron para evitar la propagación del virus.
Como consecuencia de dichas restricciones, un elevado número de personas salió
de la fuerza de trabajo, lo cual indujo otro de los cambios históricos de los mercados
laborales de la región en 2020: la fuerte caída de la tasa global de participación promedio
de la región8. En el gráfico II.5, que muestra la evolución de la tasa global de participación
entre 1990 y 2020, se aprecia, en primer lugar, el rápido crecimiento que experimentó dicha
tasa entre 1990 y 1999, con un notorio aumento de más de 12 puntos porcentuales de la
participación femenina. Un segundo elemento destacable es que, si bien la participación
siguió en ascenso, el ritmo de crecimiento disminuyó de manera significativa entre
2000 y 2019, con un aumento de 3,2 puntos porcentuales. Un tercer elemento que cabe
mencionar es que la crisis del COVID-19 ha supuesto un retroceso de 30 años en lo que
respecta a la tasa global de participación de América Latina y el Caribe, dado que la cifra
de 2020 (57,7%) es la más baja que se ha registrado en la región desde 1991 (58,0%).
Gráfico II.5
América Latina y
el Caribe: tasa global
de participación,
1990-2020a
(En porcentajes)
64
62,6
62
60
57,7
58
56
54
52
50
1990
1992
1994
1996
1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010
2012
2014
2016
2018
2020
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Las estimaciones para 2020 se efectuaron a partir de la información proporcionada por los siguientes países: Argentina, Belice,
Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá,
Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay.
8
Es el cociente entre la población económicamente activa y la población en edad de trabajar.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo II
La caída de la tasa global de participación conllevó una gran reducción de la
tasa de participación femenina, que la llevó a niveles similares a los observados
en 2001, mientras que, en el caso de los hombres, los niveles observados al cierre
de 2020 eran inferiores a los de 1990. En el capítulo III de esta segunda parte del
Estudio Económico, se abordará con mayor detalle el impacto de la crisis en el
mercado laboral femenino.
6.
En 2020, la tasa de desocupación regional
alcanzó su nivel más elevado desde 1990
La crisis del COVID-19 también provocó un incremento de la tasa de desocupación
regional en 2020. Esta alcanzó el 10,5%, la más elevada que se ha registrado en la
región desde 1990. Si bien la tasa de desocupación había mostrado una tendencia al
alza desde 2014, cuando alcanzó el 6,1%, no había llegado a los niveles registrados
entre 1999 y 2001, cuando superaba el 9% (véase el gráfico II.6).
12
10,5
10
9,2
8
6,1
6
4
2
0
1990
1992
1994
1996
1998
2000 2002 2004 2006 2008
2010
2012
2014
2016
2018
2020
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Las estimaciones para 2020 se efectuaron a partir de la información proporcionada por los siguientes países: Argentina, Belice,
Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá,
Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay.
Es preciso mencionar que la fuerte caída registrada en la tasa global de
participación, equivalente a 4,9 puntos porcentuales, provocó una “subestimación”
de la tasa de desocupación, pues, de no haberse producido la salida de cerca de
20 millones de personas del mercado laboral en América Latina y el Caribe, y de
haberse observado niveles de participación similares a los de 2019, como podía
suponerse por la trayectoria reciente de la tasa (véase el gráfico II.5), la tasa de
desocupación de 2020 hubiese sido de un 17,3%, es decir, 6,9 puntos porcentuales
superior al valor observado.
Gráfico II.6
América Latina y
el Caribe: tasa de
desocupación,
1990-2020a
(En porcentajes)
129
130
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo II
7.
A diferencia de lo ocurrido en crisis anteriores,
el empleo informal no actuó como amortiguador
en el mercado laboral, sino que, por el contrario,
experimentó mayores fluctuaciones que
el empleo formal
Entre los sectores más afectados por la crisis del COVID-19 en las economías de la
región, destaca el empleo informal9, el cual, de acuerdo con la OIT (2018), representa
cerca de un 50% del total de los ocupados en América Latina y el Caribe. Si bien esta
proporción es significativamente menor que la de otras regiones emergentes, es más
del doble de la que exhiben las economías desarrolladas10.
En la bibliografía existente sobre el tema, hay consenso con respecto al hecho de que
la participación del empleo informal en el empleo total ha tendido a reducirse en la región,
especialmente desde la década de 2000. Esta situación responde al mejor desempeño
macroeconómico que ha experimentado la región, al menos en parte, durante este
período. Por otra parte, la caída del empleo informal puede reflejar las políticas dirigidas
a incrementar la formalización del empleo con el objetivo de ampliar la base imponible de
impuestos, así como la cobertura de los sistemas de protección social de los trabajadores
en la región (OIT, 2018; Kluger, 2019; David, Pienknagura y Roldos, 2020).
Otro hecho que se describe en buena parte de los trabajos referidos a la región,
como los de Loayza y Rigolini (2006), Fiess, Fugazza y Maloney (2010), Amarante y
Gómez (2016) y Fernández (2020), es la existencia de una correlación negativa entre
el ciclo del producto y el ciclo del empleo informal, lo que parece indicar que, en
momentos de crisis económicas, el empleo informal actúa como un amortiguador en
el mercado de trabajo. El gráfico II.7 muestra la evolución del número de ocupados en
seis países de la región de los que se cuenta con cifras desagregadas de ocupados
formales e informales, y que, además, experimentaron una contracción del PIB en
2009. En el panel A se aprecia cómo, por efecto de la caída del PIB durante la crisis
financiera mundial de 2009, el ritmo de crecimiento del empleo formal experimentó
una fuerte desaceleración, dinámica que contrasta con la evolución que experimentó
esta variable en los dos años previos a la crisis.
El panel B muestra la dinámica de los ocupados informales durante el episodio
de contracción del PIB mencionado. Como sugieren los estudios citados, el empleo
informal aumentó durante el episodio de crisis. Este papel amortiguador del empleo
informal logró atenuar el impacto de la caída de la ocupación formal, y en los casos
de Honduras, México, el Paraguay y Venezuela (República Bolivariana de), impulsó un
incremento del número de ocupados totales, como se aprecia en el panel C. En el caso
de El Salvador, el aumento del sector informal no revirtió completamente el impacto
de la caída del empleo formal sobre los niveles de ocupación total, pero sí lo redujo.
9
10
Una de las principales limitaciones para medir el empleo informal son las múltiples definiciones de informalidad que existen. De
acuerdo con la OIT, el empleo informal está compuesto por tres categorías: empleo informal en el sector informal, empleo
informal en el sector formal y empleo informal en el sector de los hogares. Es decir, además del empleo en empresas del sector
informal, se incluye el empleo con características de informalidad (sin protección ni derechos de asociación, entre otros) no
solo en empresas del sector formal, sino también, y con mucha frecuencia, en el trabajo doméstico (véase el blog de Martínez
e Infante (2019)). Sin bien cada país recoge información sobre el empleo informal y las definiciones usadas suelen variar, en
general, este se compone de trabajadores y dueños de pequeñas empresas, que normalmente no tienen acceso a sistemas de
protección social ni a contratos y que, en ocasiones, carecen de condiciones de trabajo dignas.
De acuerdo con la OIT (2018), la participación del empleo informal respecto al total de ocupados sería de entre el 59,5% y el
69,6% en el promedio de las economías en desarrollo y emergentes, dependiendo si se excluye o no el empleo agrícola. A
nivel de regiones, los valores se situarían entre un 71,9% y un 85,8% en el caso de África, entre un 62,8% y un 71,4% en el de
Asia y el Pacifico, entre un 49,6% y un 53,8% en el de los Estados Árabes, y entre un 30% y un 36,8% en el de Europa y Asia
Central. En el caso de las economías desarrolladas, estos valores estarían entre un 17,1% y un 18,3%.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo II
Gráfico II.7
América Latina y el Caribe (6 países): evolución del número de ocupados formales e informales
y total de ocupados durante la crisis financiera mundial, 2009
(En porcentajes)
A. Ocupados formales
16
14
12
10
8
6
4
2
0
-2
-4
-6
Costa Rica
El Salvador
Honduras
México
Paraguay
Venezuela
(Rep. Bol. de)
El Salvador
Honduras
México
Paraguay
Venezuela
(Rep. Bol. de)
B. Ocupados informales
12
10
8
6
4
2
0
-2
-4
-6
-8
-10
Costa Rica
C. Total de ocupados
6
5
4
3
2
1
0
-1
-2
-3
Costa Rica
El Salvador
Honduras
México
Paraguay
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Nota: t = 2009.
Venezuela
(Rep. Bol. de)
Promedio (t - 1, t - 2)
t
Promedio (t + 1, t + 2)
131
132
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo II
Pero, al igual que ocurre con otros aspectos de los mercados laborales en la región,
el COVID-19 ha afectado de manera considerable la dinámica del sector informal y, en
esta oportunidad, las diversas restricciones a la movilidad adoptadas en toda la región
para combatir la pandemia, que sin duda inhibieron el “normal” funcionamiento de
muchas actividades productivas muy relacionadas con el sector informal, como el
comercio y los servicios, parecen haber reducido el papel amortiguador que desempeña
el sector informal en episodios de crisis11.
En el gráfico II.8, se muestra lo que ha ocurrido con la cantidad de ocupados
informales entre el primer trimestre de 2019 y de 2021 en los siete países sobre los
que se dispone de información trimestral entre los años 2018 y 2021. Se observa que,
como ocurrió con la actividad económica, en el segundo trimestre de 2020, el número
de ocupados informales cayó de manera significativa en seis de estos países12. Otro
hecho que se desprende del gráfico es que, hasta el primer trimestre de 2021, la tasa
de crecimiento interanual del número de ocupados en el sector informal se mantuvo
en terreno negativo, con la excepción del caso del Ecuador, que, al cuarto trimestre
de 2020, había crecido un 8% con respecto al mismo período de 2019.
Gráfico II.8
América Latina y el Caribe (7 países): tasa de variación interanual del número de ocupados informales,
primer trimestre de 2019 a primer trimestre de 2021
(En porcentajes)
30
20
10
0
-10
Costa Rica
Brasil
Argentina
Ecuador
México
Chile
Colombia
-20
-30
-40
-50
Trim 1
Trim 2
Trim 3
2019
Trim 4
Trim 1
Trim 2
Trim 3
2020
Trim 4
Trim 1
2021
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Este comportamiento del empleo en el sector informal difiere del observado durante la
crisis financiera mundial de 2009 y, sin duda, contribuye a explicar la intensidad de la caída
del número de ocupados a nivel regional. De hecho, el gráfico II.9 muestra la evolución del
número de ocupados formales e informales y del total de ocupados en las economías del
Brasil, Chile, Colombia y México13. En él se aprecia, en primer lugar, que en estas cuatro
economías, la caída de la ocupación informal fue superior a la de la ocupación formal en
el segundo trimestre de 2020. Sin embargo, existen notorias diferencias en la magnitud
del impacto, las cuales se reflejan en el hecho de que Chile y México experimentaron
contracciones mayores —de un 32,2% y un 25,1%, respectivamente— que las observadas
en los casos del Brasil (13,5%) y Colombia (15,6%).
11
12
13
De acuerdo con la OIT (2018), más del 56% de los trabajadores informales de la región se dedican a labores del sector
de los servicios.
En el caso del Ecuador, el instituto de estadísticas no proporcionó información sobre el segundo trimestre de 2020.
Los institutos de estadística de estas cuatro economías han sido los únicos de la región que han brindado información sobre
estas tres variables en todo el período en estudio.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo II
Gráfico II.9
Brasil, Chile, Colombia y México: evolución del número de ocupados formales e informales
y total de ocupados, primer trimestre de 2019 a cuarto trimestre de 2020
(En porcentajes)
A. Brasil
6
4
2
0
-2
-4
-6
-8
-10
-12
-14
-16
Trim 1
Trim 2
Trim 3
Trim 4
Trim 1
Trim 2
2019
Trim 3
Trim 4
Trim 3
Trim 4
2020
B. Chile
10
5
0
-5
-10
-15
-20
-25
-30
-35
Trim 1
Trim 2
Trim 3
Trim 4
Trim 1
Trim 2
2019
2020
C. Colombia
10
5
0
-5
-10
-15
-20
Trim 1
Trim 2
Trim 3
2019
Trim 4
Trim 1
Trim 2
Trim 3
2020
Trim 4
Ocupados formales
Total de ocupados
Ocupados informales
133
134
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo II
Gráfico II.9 (conclusión)
D. México
10
5
0
-5
-10
-15
-20
Ocupados formales
-25
-30
Total de ocupados
Trim 1
Trim 2
Trim 3
2019
Trim 4
Trim 1
Trim 2
Trim 3
Trim 4
Ocupados informales
2020
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
En segundo lugar, se observa que el ritmo de recuperación del sector informal ha
sido diferente en estas cuatro economías. Mientras que, al cuarto trimestre de 2020,
el nivel de ocupación informal mostraba una cifra creciente y positiva en el caso de
Colombia, en los casos del Brasil, Chile y México, las tasas de crecimiento se mantenían
en terreno negativo.
B. La recuperación del mercado laboral
será lenta y, pese a que se espera una
mejora en 2021, los niveles de empleo
y participación serán inferiores
a los de 2019
Las proyecciones sobre el crecimiento de la actividad económica de la región presentadas
en la sección I.D.1. de esta publicación implican que, en 2021, solo nueve de las economías
de la región recuperarán la actividad económica perdida en 2020 dado que aún persisten
algunos de los factores que provocaron el desplome en ese año14. Todos los sectores de
la actividad económica registrarán tasas de crecimiento positivas con respecto a 2020;
sin embargo, la recuperación será muy heterogénea en los distintos sectores.
En lo que se refiere al empleo regional, para 2021 se espera una recuperación del 6,7%
del número de ocupados con respecto al cierre de 2020. Sin embargo, esta mejora será
insuficiente para alcanzar el nivel de ocupados anterior a la pandemia. Durante el primer
año de la crisis del COVID-19, el número de ocupados se redujo en 25,3 millones de
personas, de las cuales 17,3 millones (un 68%) volverán a la fuerza laboral en 2021. En
este escenario, el número de ocupados de la región sería un 2,8% inferior en 2021 al
registrado en 2019.
14
Entre estos factores, destacan problemas de desabastecimiento de insumos que no permiten la normalización de la cadena de
producción de las empresas y el mantenimiento de medidas destinadas a frenar la expansión del COVID-19 (confinamiento de
la población y otras medidas o situaciones que restringen el normal funcionamiento de determinados sectores de actividad).
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo II
El aumento del número de ocupados irá acompañado de una tasa global de
participación superior, pero todavía por debajo de los niveles registrados antes de la
pandemia (un 61,1% en 2021 frente a un 62,5% en 2019). La tasa de participación
de los hombres volverá a niveles muy similares a los de 2019, mientras que la de
las mujeres quedará más rezagada: se espera una cifra de participación similar a la
registrada en 2008 (49,1%) (véase el cuadro II.2).
Cuadro II.2
América Latina y el Caribe: indicadores laborales totales y por sexo, 2019-2021
(En porcentajes y número de personas)
2019
Tasa de participación
62,5
Tasa de desocupación
8,0
Número de desempleados 24 491 206
Número de ocupados
282 519 867
Total
2020a
57,7
10,5
30 033 248
257 145 459
2021b
61,1
11,0
33 467 112
274 463 775
2019
74,7
6,9
12 322 009
164 709 887
Hombres
2020a
69,6
9,3
15 861 630
151 378 952
2021b
73,9
9,7
17 402 898
163 044 602
2019
51,4
9,3
12 169 901
117 809 980
Mujeres
2020a
46,9
11,9
14 171 619
105 766 507
2021b
49,1
12,7
16 064 214
111 419 174
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales y proyecciones.
a Las estimaciones para 2020 se efectuaron a partir de la información proporcionada por los siguientes países: Argentina, Belice, Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil,
Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay.
b Valores proyectados para 2021.
El gráfico II.10 muestra un perfil trimestral de la evolución regional del PIB y del
número de ocupados entre el primer trimestre de 2018 y el primer trimestre de 2021,
así como estimaciones para los demás trimestres de 2021. En él puede apreciarse
que ambas variables se vieron afectadas significativamente por la crisis en el segundo
trimestre de 2020 y que comenzaron un proceso de recuperación a partir del tercer
trimestre del mismo año.
Gráfico II.10
América Latina: producto interno bruto (PIB) y número de ocupados, primer trimestre de 2018
a cuarto trimestre de 2021
(Índice: primer trimestre de 2018=100)
110
105
100
95
90
85
PIB
80
Trim 1 Trim 2 Trim 3 Trim 4 Trim 1 Trim 2 Trim 3 Trim 4 Trim 1 Trim 2 Trim 3 Trim 4 Trim 1 Trim 2 Trim 3 Trim 4
2018
2019
2020
2021
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales y proyecciones.
Sin embargo, en el gráfico también se observa que la caída fue más pronunciada
en el caso del número de ocupados, y que la curva que refleja la evolución del
número de ocupados se mantiene casi siempre por debajo de la curva que refleja
el comportamiento de la actividad económica. Otro elemento que cabe destacar es
Número de ocupados
135
136
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo II
que, además de que en 2021 ninguna de las variables lograría alcanzar los niveles
existentes al cierre del cuarto trimestre de 2019, en todos los trimestres de 2021, los
niveles de ocupación permanecerían incluso por debajo de los valores observados
en el primer trimestre de 2018.
Este retraso en el proceso de recuperación del empleo, en comparación con la
recuperación de la actividad, constituye un elemento distintivo en relación con lo
ocurrido en crisis anteriores. El gráfico II.11 da cuenta del tiempo que tomó a la actividad
económica y al empleo recuperar sus niveles precrisis durante las crisis sistémicas
pasadas. En él se aprecia que los países que experimentaron una contracción del PIB
en 1995, 1999, 2009 o 2016 demoraron 1,0; 3,1; 1,5, y 1,3 años, respectivamente, en
recuperar su nivel de actividad económica, mientras que los niveles de ocupación se
recuperaron en menos tiempo en los episodios de 1999, 2009 y 2016, y de manera
simultánea en 1995.
Gráfico II.11
América Latina (14 países): dinámicas de recuperación del producto interno bruto (PIB)
y el empleo en crisis regionales con respecto a los niveles precrisis
(En cantidad de años)
3,5
3,0
2,5
2,0
1,5
1,0
0,5
0
1995
Argentina, México, Uruguay
1999
2009
Argentina, Chile, Colombia,
Brasil, Chile, Costa Rica,
Ecuador, Honduras, Paraguay, El Salvador, Honduras, México,
Uruguay, Venezuela (Rep. Bol. de)
Nicaragua, Paraguay,
Venezuela (Rep. Bol. de)
2016
Argentina, Brasil, Ecuador
PIB
Ocupados
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
1.
La crisis del COVID-19 podría acelerar el proceso
de cambio estructural que se venía observando
en los mercados laborales en la región
En el capítulo IV de esta segunda parte del Estudio Económico se abordan algunos de
los cambios que ha provocado el proceso de innovación y automatización sobre los
mercados laborales de la región, y se señala que, tras considerar algunos aspectos
estructurales de las economías de la región, la pérdida de empleos podría ser menor
a la que sugieren ciertos estudios. Sin embargo, una de las principales conclusiones
del capítulo es que gran parte de los puestos de trabajo que podrían no ser destruidos
debido a la introducción de las nuevas tecnologías se encuentran en sectores de baja
productividad y son de peor calidad.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Una pregunta válida en el contexto actual es si las diferencias observadas entre
la velocidad de recuperación de la actividad económica y la del número de ocupados
podrían estar reflejando decisiones que han tomado las empresas para ganar eficiencia
(ya sea mediante nuevas tecnologías o a través de adaptaciones de los procesos
para producir con menos trabajadores, dadas las restricciones impuestas durante la
pandemia). De igual forma, muchos negocios se han visto en la necesidad de redefinir
su escala para cumplir con las normas sanitarias que podrían perdurar a mediano plazo
(algo particularmente relevante para sectores como el turismo, los restaurantes y parte
del comercio). Situaciones como estas podrían hacer que, a futuro, se experimente
un cambio en la relación entre empleo y producto, en especial en aquellos sectores
que ya han iniciado este proceso de “transformación productiva” durante la pandemia.
Por otro lado, los efectos sanitarios de la pandemia sobre la población también
pueden hacer que las personas decidan mantenerse fuera de la fuerza de trabajo para
poder cuidar a los miembros de su familia cuya salud se haya visto afectada.
2.
Las tasas de desocupación se incrementarán
de manera sostenida en los próximos años,
lo que refleja insuficiencias en la generación
de empleo en la región
En un escenario como el descrito anteriormente, el crecimiento previsto del número
de ocupados será demasiado débil para ofrecer suficientes oportunidades a quienes
perdieron su empleo o abandonaron la fuerza laboral durante la pandemia, así como a
los segmentos más jóvenes, que se incorporarán al mercado laboral y que han sufrido
importantes interrupciones en sus trayectorias de estudio y formación. Por consiguiente,
muchos trabajadores inactivos (o nuevos participantes) se incorporarán a la fuerza
laboral, pero no podrán encontrar empleo. Esto dará lugar a un aumento sostenido de
la tasa de desocupación más allá del incremento que se estima en 2021, con lo cual
esta llegaría a un 11,0% (véase el cuadro II.2). Los grupos más afectados por esta
situación serían las mujeres, los jóvenes y las personas con menor nivel educativo. La
principal razón serían los cambios en la demanda de trabajo, puesto que empezarían
a exigirse habilidades distintas y más relacionadas con la tecnología.
Uno de los problemas que podría conllevar este escenario sería que un elevado
número de personas afectadas se transformaran en desempleados de larga duración
(personas que buscan empleo durante más de un año), ya que esta situación conduce a
la obsolescencia del capital humano acumulado y a la pérdida creciente de competencias
a medida que aumenta el tiempo en situación de desempleo. Este proceso en sí
mismo dificultaría su eventual reincorporación al mercado de trabajo, al acentuarse
el desajuste entre las habilidades de los individuos desempleados y aquellas que
demanda el mercado. Desde el punto de vista social, las consecuencias también son
graves, pues el desempleo de larga duración se traduce en pobreza y exclusión social.
Lamentablemente, los grupos de la población más vulnerables al desempleo de
larga duración son los jóvenes, las personas mayores y las personas con menor nivel
educativo, precisamente parte de los grupos más afectados por la crisis actual. Por
ello, es especialmente preocupante que estas personas no pasen a formar parte de
los desempleados de larga duración, puesto que, con el paso del tiempo, será cada
vez más difícil reinsertarlas, lo que reforzará el cambios estructural.
Capítulo II
137
138
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo II
3.
Si bien el número de ocupados muestra
una recuperación, la calidad del empleo
se ha deteriorado y se ha observado un
descenso del salario real en la región
El gráfico II.12 muestra la evolución reciente de los ocupados por categoría ocupacional
entre el primer trimestre de 2018 y el primer trimestre de 2021. Se observa que, si
bien todas las categorías se vieron afectadas por la crisis y se contrajeron fuertemente
en el segundo trimestre de 2020, fueron los asalariados quienes registraron el menor
descenso, mientras que el trabajo doméstico experimentó la mayor caída.
Gráfico II.12
América Latina: ocupados por categoria ocupacional, primer trimestre de 2019 a primer trimestre de 2021
(Índice: primer trimestre de 2019=100)
120
110
100
90
80
Trabajo por cuenta propia
Asalariados
Servicio doméstico
Familiares no remunerados
70
60
Trim 1
Trim 2
Trim 3
2019
Trim 4
Trim 1
Trim 2
Trim 3
2020
Trim 4
Trim 1
2021
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Esta situación refleja, por un lado, el hecho de que ciertos trabajadores asalariados
y por cuenta propia tuvieron más posibilidades de desarrollar actividades de manera
remota (teletrabajo), situación que contrasta con la de los trabajadores de sectores como
los servicios y el comercio. Por otro lado, las restricciones de movilidad disminuyeron la
posibilidad de que las trabajadoras domésticas siguieran desempeñando sus funciones,
situación que también se vio reforzada por la salida de muchas de ellas de la fuerza
laboral por la pérdida de su fuente de trabajo o para asumir actividades de cuidado
debido a la pandemia. Asimismo, muchos de los planes adoptados por los Gobiernos
de la región para sostener el empleo, incluidos los programas de financiamiento de
nóminas y otros subsidios, posiblemente estuvieron dirigidos fundamentalmente a los
asalariados, teniendo en cuenta los requisitos exigidos.
Otro hecho que se desprende del gráfico II.12 es que han sido los trabajadores por
cuenta propia los que han experimentado la recuperación intertrimestral más rápida, ya
que, en el cuarto trimestre de 2020, estos alcanzaron niveles similares a los de antes
de la crisis. Hay que destacar que esta categoría de ocupación suele tener menores
ingresos laborales y niveles de protección social que la de los asalariados; es decir, que
la recuperación del empleo se ha dado, hasta el momento, sobre todo en puestos de
baja calidad. Por otra parte, el mayor rezago lo exhiben los trabajadores domésticos,
cuyos indicadores, pese a mostrar cierta recuperación, distan mucho de los valores
observados antes de la crisis.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo II
En el gráfico se aprecia también que, en comparación con el segundo trimestre
de 2020, la recuperación de los niveles de ocupación se debe fundamentalmente a la
recuperación de los trabajadores por cuenta propia y los familiares no remunerados.
Otro elemento que cabe mencionar es que, ante un eventual aumento de la tasa
global de participación en los próximos años, y de persistir las insuficiencias en materia
de generación de empleos de calidad que se han venido observando en la región,
se podría producir un incremento de los niveles de empleo informal y de la tasa de
desocupación.
En lo que se refiere a los salarios reales promedio en América Latina, la crisis del
COVID-19 llegó en un momento en el cual estos experimentaban una caída respecto a los
niveles observados en 2017. En el gráfico II.13, que muestra la evolución de los salarios
reales promedio de la región en los últimos 20 años, es posible identificar tres fases:
una de estancamiento, entre 2000 y 2008, en la cual los salarios no crecieron; una de
aumento, entre 2009 y 2017, en la cual los salarios se incrementaron en torno al 22%,
y una entre 2018 y 2019, en la cual los salarios presentaron una fase de declinación,
que se vio reforzada con la caída experimentada por el salario real promedio en 2020.
Gráfico II.13
América Latina:
evolución del salario real
promedio, 2000-2020
(Índice: 2010=100)
120
115
110
105
100
95
90
85
80
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Un hecho destacable es que, durante 2020, el salario real promedio de la región
experimentó una caída que parece pequeña en comparación con la magnitud del choque
que la crisis generó en los mercados laborales de la región. Sin embargo, esta caída en
el salario posiblemente esté siendo “amortiguada” por la salida del mercado laboral, al
menos temporalmente, de aquellos con empleos de menores salarios. No obstante,
en la medida en que las personas dedicadas a este tipo de trabajo se reincorporen al
mercado laboral, posiblemente generarán una presión adicional a la baja en los salarios
promedio de la región, como sugiere la correlación negativa entre la tasa de desempleo
y los salarios reales en América Latina en los últimos 20 años (véase el gráfico II.14).
Por otra parte, cabe destacar el impacto negativo que tiene el aumento del desempleo
sobre los ingresos de las personas que pierden su puesto de trabajo. En el recuadro II.1
se muestran los efectos fuertes y diferenciados que se producen sobre la trayectoria del
ingreso de los trabajadores peruanos al entrar en paro. Así, en el período considerado,
entrar en un episodio de desempleo supone una pérdida de ingresos cercana al 20%
para los trabajadores que han estado desempleados, y este impacto es todavía mayor
en el caso de las mujeres y de las personas de mediana edad.
139
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo II
Gráfico II.14
América Latina: variación
de la tasa de desempleo
y del salario real,
2000-2020
(En porcentajes)
12
2020
10
Tasa de desempleo
140
8
6
4
2
0
-3
-2
-1
0
Salarios reales
1
2
3
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Recuadro II.1
“Castigo por desempleo” y efectos del COVID-19 sobre la masa salarial: el caso peruano a corto y mediano plazo
Las recesiones suelen tener efectos fuertes y diferenciados sobre el ingreso de los trabajadores. Después de la crisis
financiera mundial del período 2008-2009, se realizaron diversos trabajos para estudiar los efectos de la crisis sobre los
mercados laborales en las economías desarrolladas, prestando especial atención a los efectos de corto y mediano plazo
sobre los ingresos de los trabajadores (Silva y Toledo, 2009; Burgess y Turon, 2010; Davis y von Wachter, 2011; Wachter, Song y
Manchester, 2011). En general, en estos estudios se encuentran reducciones considerables en el ingreso de los trabajadores
que perdieron su empleo durante el episodio de crisis y, además, se documenta que estas pérdidas suelen ser persistentes.
Recientemente, Zambrano (2020) realizó una aproximación empírica a los efectos agregados de mediano plazo que
habría tenido la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) sobre el mercado laboral del Perú en términos de
los ingresos que percibieron, o dejaron de percibir, los trabajadores de ese país. El trabajo distingue entre los trabajadores
que permanecen activos y los que no, tomando en cuenta las diferencias existentes en la población entre subgrupos por
género, edad y nivel educativo. Para aproximarse a las pérdidas totales atribuibles a la pandemia de COVID-19 en términos
de ingresos salariales, el estudio presenta proyecciones agregadas para el período 2020-2024 sobre la masa salarial total,
incorporando supuestos sobre el crecimiento de la economía y parámetros para las trayectorias de los niveles de empleo,
subempleo, informalidad y participación laboral.
En este trabajo se aplica una estrategia empírica de dos niveles. En primer lugar, en concordancia con lo planteado
por Yamada (2008), se estima el “castigo del desempleo” que suele exhibir la economía peruana, definido como la pérdida
salarial promedio que afecta los ingresos de aquellas personas que, después de atravesar un período de desempleo, se
reincorporan al mercado laboral. Esto responde al hecho de que las pérdidas asociadas al desempleo no se detienen
cuando la persona vuelve a conseguir empleo, pues la información empírica disponible sugiere que quienes atraviesan
episodios de desempleo se encuentran con ingresos más bajos que aquellos trabajadores con continuidad laboral
cuando consiguen un nuevo empleo. Para cuantificar el “castigo” asociado a episodios de desempleo, el autor estima un
modelo de diferencias en diferencias (DID). La formulación DID asume que el efecto promedio del tratamiento (desempleo)
es la diferencia en la diferencia entre los ingresos de la población que ha experimentado un episodio de desempleo
(población de tratamiento) y otra que no lo ha experimentado (población de control), antes y después de dicho episodio.
Para obtener la población de tratamiento, se utilizó la información de los paneles de datos de la Encuesta Nacional de
Hogares (ENAHO) correspondiente al período 2007-2019a. A partir de la información de panel, se construyó una base de
datos para cada trienio dentro del período considerado y se asignó al grupo de tratamiento a aquellas personas que en
el primer año declararon que estaban ocupadas; en el segundo, desempleadas, y en el tercero, ocupadas nuevamenteb.
De acuerdo con los resultados del estimador DID sobre los ingresos laborales de los trabajadores peruanos, el
pasar por un episodio de desempleo se traduce en una reducción de los ingresos laborales futuros, lo que corrobora
4
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo II
Recuadro II.1 (conclusión)
la existencia de lo que se ha denominado un castigo por desempleo. De acuerdo con la estimación, la caída asociada
al castigo por desempleo equivale, en promedio, a un 19,0% de los ingresos del grupo de estudio antes de atravesar el
episodio de desempleo.
Los resultados de la estimación del castigo por desempleo son heterogéneos en los diversos subgrupos de la muestra.
El castigo por desempleo resulta proporcionalmente más alto para las mujeres que para los hombres, con niveles de un
18,4% frente a un 15,6%, y, en el caso de las mujeres, esto supone incluso una caída absoluta en el nivel de ingreso, tras
un episodio de desempleo, con respecto a los ingresos percibidos antes de dicho episodio (véase el cuadro siguiente).
Asimismo, el grupo etario intermedio sufre una pérdida de un 19,5%, superior a la estimada para los más jóvenes (17,7%)
y para el grupo de mayor edad (11,0%).
Pérdidas de ingresos debido al “castigo por desempleo”, grupos de tratamiento y de control, 2007-2019
(En soles a precios de 2017 y porcentajes)
Grupo
General
Control
Tratamiento
Solo hombres
Control
Tratamiento
Solo mujeres
Control
Tratamiento
Solo personas de 14 a 25 años
Control
Tratamiento
Solo personas de 25 a 45 años
Control
Tratamiento
Solo personas de más de 45 años
Control
Tratamiento
n
Ingreso inicial
Ingreso final
Diferencia
Diferencias en
diferencias
Castigo respecto
al ingreso inicial
(en porcentajes)
1 915
640
989,1
983,3
1 190,5
997,3
201,5
14,0
187,5
19,0
1 123
376
1 115,5
1 022,2
1 369,9
1 117,3
254,4
95,1
159,3
15,6
792
264
779,3
866,3
900,4
828,1
121,1
-38,3
159,4
18,4
614
225
763,2
737,1
1 029,8
873,1
266,6
136,0
130,6
17,7
903
278
1 195,1
1 167,4
1 282,1
1 115,7
177,0
-50,8
227,8
19,5
398
136
1 022,3
1 014,4
1 118,5
998,3
96,2
-16,1
112,3
11,0
Fuente: O. Zambrano, “La pandemia de COVID-19 y sus impactos sobre el mercado laboral: evidencia basada en microdatos”, 2020, inédito.
La segunda estrategia empírica utilizada en Zambrano (2020) es la estimación de modelos de elasticidad de largo plazo
para proyectar la evolución de los niveles de empleo, subempleo, informalidad y participación laboral, a fin de estimar de
esa manera la masa salarial agregada del Perú para el período 2020-2024, a partir de las proyecciones de crecimiento del
Fondo Monetario Internacional (FMI) antes y después del inicio de la pandemia. Aplicando ambas estrategias empíricas, el
autor construye un escenario de base de las pérdidas totales estimadas en la masa salarial atribuibles a la pandemia de
COVID-19. Según sus estimaciones, en 2020, año de inicio de la pandemia y de la implementación de medidas extremas
de confinamiento y restricción de la movilidad, las pérdidas estimadas en la masa salarial de los trabajadores peruanos
alcanzan el equivalente al 6,5% del PIB total del país. El estudio proyecta que, en caso de cumplirse las proyecciones
de crecimiento del FMI, las pérdidas de masa salarial agregada con respecto al escenario contrafactual sin COVID-19 se
reducirán lentamente conforme se produce una recuperación del empleo, pero se mantendrán elevadas, y se estima
que en 2024 serán aproximadamente de un 4,5% del PIB. Esta situación implica un reto para las autoridades del Perú en
términos de los esfuerzos de política que serán necesarios para amortiguar el impacto que representa esta importante
pérdida en materia de bienestar y equidad en los próximos años.
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de S. Burgess y H. Turon, “Worker flows, job flows and unemployment in a matching
model”, European Economic Review, 54, N° 3, abril de 2010; S. Davis y M. von Wachter, “Recessions and the cost of job loss”, Working Paper, N° 17638, 2011 [en línea]
http://www.nber.org/papers/w17638; J. Silva y M. Toledo, “Labor turnover costs and the behavior of vacancies and unemployment”, Macroeconomic Dynamics, vol. 13,
N° S12009; T. von Wachter, J. Song y J. Manchester, “Long-term earnings losses due to mass-layoffs during the 1982 recession: an analysis using longitudinal administrative
data from 1974 to 2008”, Columbia University, 2011; G. Yamada, Reinserción laboral adecuada: dificultades e implicancias de política, Universidad del Pacífico, 2008, y
O. Zambrano, “La pandemia de COVID-19 y sus impactos sobre el mercado laboral: evidencia basada en microdatos”, 2020, inédito.
a A partir de 2007, la ENAHO presenta un panel rotativo que permite hacer seguimiento al mismo grupo de hogares por un período de hasta cinco años.
b Solo se tomó en cuenta el desempleo abierto para la conformación del grupo de tratamiento o estudio.
141
142
Capítulo II
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
C. Conclusiones
En 2020, los mercados laborales de la región experimentaron un choque sin precedentes
en al menos las últimas siete décadas, que provocó caídas históricas del número de
ocupados y de la participación e incrementos igualmente históricos de las tasas de
desocupación.
La conjunción de un choque de demanda (externa e interna) y un choque de oferta
(fundamentalmente interno y generado por las medidas de confinamiento y la restricción
de ciertas actividades) fue la causa de la grave disrupción de la actividad económica
y el posterior trastorno de los mercados laborales de la región. Si bien los Gobiernos
han impulsado políticas expansivas para mitigar los efectos de la crisis, la magnitud y
la persistencia del choque han hecho que una región que venía experimentando tasas
de crecimiento bajas registrara la mayor contracción del PIB de los últimos 100 años
y una caída del empleo no vista en las últimas siete décadas.
Tradicionalmente, América Latina y el Caribe ha estado expuesta a choques
externos, lo cual, sumado a sus características estructurales, la ha convertido en una
de las de mayor volatilidad en el mundo. La crisis actual ha puesto esto nuevamente
de manifiesto, pues ha sido la región que ha experimentado la mayor contracción del
empleo y del producto en el mundo.
La gravedad de la crisis ha hecho que la región registrara marcados retrocesos en
el ámbito de la participación laboral, especialmente de la femenina. Con ello se puso
fin a más de 30 años de crecimiento continuo de la participación laboral de las mujeres.
Al cierre de 2021, esta tasa podría llegar a situarse en los niveles de 2008. El fuerte
impacto de la crisis sobre el empleo femenino refleja la elevada participación de las
mujeres en actividades que han sido muy restringidas durante la pandemia, como el
comercio y el turismo, pero también el mayor peso asignado a las mujeres en labores
no remuneradas vinculadas al cuidado del hogar (de niños, ancianos y enfermos).
Antes de la crisis, la región ya mostraba un agotamiento del ritmo de crecimiento
del empleo: la década de 2010 fue la de menor crecimiento en términos de número
de ocupados desde 1950. A nivel mundial, la región ha tendido a ser una de las que
exhiben menores niveles de crecimiento del empleo, pero esta situación se ha hecho
más notoria en la última década, lo que podría indicar que en ella existen ciertas
limitaciones estructurales que dificultan la generación de empleo.
La crisis del COVID-19 podría acelerar los cambios estructurales en los mercados
laborales de la región, lo que implicaría cambios en la relación entre el producto y el
empleo que supondrían una mayor subutilización del factor trabajo. Esta situación
podría explicar por qué, a diferencia de lo que ha ocurrido en oportunidades anteriores,
la recuperación del empleo ha sido más lenta que la del PIB.
La relación entre producto y empleo podría verse afectada por cambios en la oferta
laboral inducidos por la gran cantidad de personas que decidieron salir de la fuerza de
trabajo (quienes actualmente no buscan empleo por los efectos del COVID-19), algunos
de los cuales podrían decidir mantenerse fuera, al menos temporalmente. Por otro
lado, la demanda de trabajo podría experimentar algunos cambios, dados los incentivos
que tendrían las empresas para lograr una mayor eficiencia, ya sea mediante nuevas
tecnologías o a través de mejoras en sus procesos, adaptándolos para producir con
menos trabajadores debido a las restricciones impuestas. Todas estas situaciones, sin
duda, han acelerado la transformación de los mercados laborales de la región que ya
habían desencadenado los procesos de innovación y automatización.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
En todo caso, los grupos más afectados por estos posibles choques sobre la
demanda de trabajo serían las personas con menor nivel educativo, los jóvenes y las
personas mayores, puesto que, de darse este cambio, se necesitarían habilidades
distintas y más relacionadas con la tecnología.
La crisis actual también puede generar cambios significativos en la trayectoria de
los salarios en la región y, con ello, acentuar la desigualdad. En líneas generales, es de
esperar que la situación de exceso de oferta de trabajo que ha generado la crisis del
COVID-19 genere presiones a la baja sobre el salario promedio de la región, especialmente
en aquellos sectores más afectados por la crisis a corto y mediano plazo.
También es de esperar que se acentúe la desigualdad salarial entre los distintos
sectores productivos y entre trabajadores de diferentes niveles de capital humano. Por
un lado, los trabajadores de los sectores productivos menos afectados por la crisis
o que logren recuperarse más rápido y, en especial, los trabajadores con mayores
niveles de capital humano, podrían experimentar una tendencia al alza de sus salarios
a mediano plazo, a raíz del posible aumento de la demanda de sus servicios una vez
que se consolide la recuperación de estos sectores productivos.
Sin embargo, los trabajadores vinculados a sectores que se vieron significativamente
afectados durante la crisis y, en especial, aquellos que cuentan con menor nivel de
calificación, podrían experimentar una reducción permanente de sus salarios, en la
medida en que la demanda de sus servicios disminuya por el posible cierre de las
empresas en las que trabajan, los cambios en los procesos productivos adoptados por
las empresas que sobrevivieron a la crisis o la obsolescencia de sus conocimientos
específicos como resultado de una situación de desempleo de larga duración.
Desde el punto de vista económico, las consecuencias del desempleo de larga
duración son especialmente relevantes, pues este conduce a la obsolescencia del
capital humano acumulado y a la pérdida creciente de competencias a medida que
aumenta el tiempo en situación de desempleo. Este proceso dificulta la reincorporación
al mercado de trabajo, al acentuarse el desajuste entre las habilidades de los individuos
desempleados y las que demanda el mercado, entre otros motivos. Desde el punto
de vista social, las consecuencias también son graves, pues el desempleo de larga
duración conlleva pobreza y exclusión social.
Bibliografía
Amarante, V. y M. Gómez (2015), “El proceso de formalización en el mercado laboral uruguayo”, serie
Estudios y Perspectivas, Nº 20 (LC/L.4137), Montevideo, Oficina de la CEPAL en Montevideo.
CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) (2021), “La paradoja de la
recuperación en América Latina y el Caribe. Crecimiento con persistentes problemas
estructurales: desigualdad, pobreza, poca inversión y baja productividad”, Informe Especial
COVID-19, N° 11, 8 de julio.
(2020a), Construir un nuevo futuro: una recuperación transformadora con igualdad y
sostenibilidad (LC/SES.38/3-P/Rev.1), Santiago.
(2020b), “Sectores y empresas frente al COVID-19: emergencia y reactivación”, Informe
Especial COVID-19, N° 4, 2 de julio.
(2020c), Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2020: principales condicionantes de
las políticas fiscal y monetaria en la era pospandemia de COVID-19 (LC/PUB.2020/12-P), Santiago.
(2009), Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2008-2009: políticas para la generación
de empleo de calidad (LC/G.2410-P), Santiago.
Céspedes, L. y S. Poblete (2011), “Política fiscal en países exportadores de bienes primarios:
la experiencia chilena”, Volatilidad macroeconómica y respuestas de políticas, J. Fanelli,
J. Jiménez y O. Kacef (comps.), Documentos de Proyectos (LC/W.396), Santiago,
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), agosto.
Capítulo II
143
144
Capítulo II
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
David, A., S. Pienknagura y J. Roldos (2020), “Labor market dynamics, informality, and regulations
in Latin America”, IMF Working Paper, N° 20/19, Fondo Monetario Internacional (FMI).
Feenstra, R., R. Inklaar y M. P. Timmer (2013), “The next generation of the Penn World Table”, inédito.
Fernández, C. (2020), “Empleo y COVID-19 en Colombia”, inédito.
Fiess, N, M. Fugazza y W. Maloney (2010), “Informal self-employment and macroeconomic
fluctuations”, Journal of Development Economics, vol. 91, Nº 2, Elsevier, marzo.
FMI (Fondo Monetario Internacional) (2021), World Economic Outlook Update, julio [en línea]
https://www.imf.org/-/media/Files/Publications/WEO/2021/Update/July/English/text.ashx.
Gavin, M. y R. Hausmann (1996), “Macroeconomic volatility and economic development”, The
Political Dimension of Economic Growth, S. Borner y M. Paldam (eds.), Londres.
Hausmann, R., L. Pritchett y D. Rodrik (2005), “Growth accelerations”, Journal of Economic
Growth, vol. 10, Nº 4.
Kluger, A. (2019), “Impacts of labor market institutions and demographic factors on labor markets
in Latin America”, IMF Working Paper, Nº 19/155, Fondo Monetario Internacional (FMI).
Loayza, N. V. y J. Rigolini (2006), “Informality trends and cycles”, Policy Research Working Paper,
Nº 4078, Washington, D.C., Banco Mundial.
Martínez, D. y R. Infante (2019), “La informalidad en la visión de la OIT: evolución y perspectivas
para América Latina”, Blog [en línea] https://www.ilo.org/santiago/publicaciones/reflexionestrabajo/WCMS_729999/lang--es/index.htm.
OIT (Organización Internacional del Trabajo) (2021), World Employment and Social Outlook:
Trends 2021, Ginebra.
(2018), Women and Men in the Informal Economy: A Statistical Picture, Ginebra.
Perez-Caldentey, E. y R. Pineda (2010), “Does Latin America lag behind due to shaper recessions
and/or slower recoveries?”, MPRA Paper, Nº 25036, University Library of Munich.
Titelman, D., E. Perez-Caldentey, P. Carvallo (2013), “Weak expansions: a distinctive feature of
the business cycle in Latin America and the Caribbean”, serie Financiamiento del Desarrollo,
Nº 243, Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Titelman, D., E. Pérez-Caldentey y R. Pineda (2009), “¿Cómo algo tan pequeño terminó
siendo algo tan grande?: crisis financiera, mecanismos de contagio y efectos en América
Latina”, Revista CEPAL, Nº 98 (LC/G.2404-P/E), Comisión Económica para América Latina y
el Caribe (CEPAL), agosto.
Weller, J. (1998), “Los mercados laborales en América Latina: su evolución en el largo plazo
y sus tendencias recientes”, serie Reformas Económicas, Nº 11 (LC/L.1160), Santiago,
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
CAPÍTULO
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Impacto de la crisis del COVID-19
en la inserción laboral de
mujeres y jóvenes
Introducción
A. Impacto del COVID-19 en la inclusión laboral de las mujeres
B. Impacto del COVID-19 en la inclusión laboral de los jóvenes
Bibliografía
III
Capítulo III
145
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Introducción
La crisis provocada por la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) ha
tenido un fuerte impacto en la inserción laboral de los trabajadores que, por diversas
razones, ya se encontraban en situación de vulnerabilidad en el mercado laboral. En
este capitulo se presentan las características de la inserción laboral de las mujeres y de
los jóvenes en la región antes de la pandemia y se describe el impacto que ha tenido
la crisis en estos grupos en 2020.
En el caso de las mujeres, si bien su participación laboral en la región había crecido
constantemente hasta 2019, esta era significativamente inferior a la de los hombres y
aún persistían brechas significativas en lo referente a la calidad de su inserción laboral,
pues presentaban mayores niveles de desempleo e informalidad, percibían salarios
menores por ejercer las mismas labores y su acceso a puestos jerárquicos era escaso.
La crisis ha exacerbado muchas de las desigualdades de género preexistentes, no solo
debido al aumento de la precariedad, sino también por la necesidad de servicios de
cuidado que trajo aparejada. Las trabajadoras más afectadas han sido aquellas con bajos
niveles educativos, con hijos pequeños y en ocupaciones más precarias, asociadas
al trabajo informal o a sectores en los que el impacto de la crisis ha sido más fuerte.
Por su parte, muchos hombres y mujeres jóvenes de la región también debieron
hacer frente a la crisis con condiciones laborales preexistentes precarias, lo que,
sumado al cese de las actividades de formación y capacitación, podría perjudicar su
trayectoria laboral en los próximos años. En efecto, antes de la pandemia, la duración
media de la transición entre la escuela y la plena inserción laboral triplicaba la de los
países desarrollados y la tasa de desocupación promedio de los jóvenes de 15 a 24 años
triplicaba la de los adultos en la región. Asimismo, cerca del 40% de los jóvenes en
el mercado laboral estaba desocupado, trabajaba menos horas de las que deseaba o
no estaba buscando trabajo por creer que no había oportunidades, lo que apunta a la
existencia de dificultades para aprovechar el pleno potencial de la población joven en
la región.
Las políticas de empleo destinadas a mejorar las condiciones de inserción laboral de
los grupos más vulnerables son esenciales tanto para contrarrestar el efecto desigual de
la pandemia en los distintos colectivos como para desarrollar mercados laborales más
resilientes que permitan avanzar hacia el logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible
8 sobre trabajo decente y crecimiento económico. Los desafíos son considerables y
para superarlos es necesaria la colaboración de diversas áreas de gobierno.
A. Impacto del COVID-19 en la inclusión
laboral de las mujeres
1.
En América Latina, la participación laboral femenina
ha aumentado gradualmente desde la década
de 1990 hasta 2019, aunque aún existen
brechas significativas
En los últimos 30 años, la cantidad de personas en la fuerza laboral aumentó en la mayoría
de los países de América Latina, y la tasa de participación laboral promedio se incrementó
aproximadamente 5 puntos porcentuales (de un 59,8% a un 64,8%). Este aumento ha
sido el resultado de una significativa incorporación de las mujeres al mercado laboral. La
tasa de participación laboral de las mujeres de 15 años o más aumentó casi 12 puntos
porcentuales, pasando del 41,0% a principios de los años noventa a un promedio de
cerca del 52,8% en 2019 en 18 países de la región (véase el gráfico III.1).
III
Capítulo III
147
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo III
Gráfico III.1
América Latina (18 países)a: evolución de la tasa de participación laboral de la población de 15 años o más,
por sexo, 1990-2019b
(En porcentajes)
82
80
78
76
74
72
70
68
66
64
62
60
58
56
54
52
50
48
46
44
42
40
38
36
34
Hombres
Total
Mujeres
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
148
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de encuestas de hogares publicadas en Organización Internacional del Trabajo (OIT),
ILOSTAT [base de datos en línea] https://ilostat.ilo.org/es/.
a Promedio simple de los siguientes 18 países: Argentina, Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras,
México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela (República Bolivariana de).
b El análisis temporal de este indicador debe realizarse con cautela, debido a las diferencias operativas (en términos de cobertura) y conceptuales que existen en la forma
de medir la participación laboral en los diferentes países.
Esa mayor participación laboral de las mujeres, junto con la leve tendencia decreciente
de este indicador en el caso de los hombres, sobre todo a partir de comienzos de la
década de 2000, se tradujo en una disminución de la brecha de la participación laboral
por sexo. En los últimos 30 años, esta brecha pasó de casi 40 puntos porcentuales a
principios de la década de 1990 a 26 puntos porcentuales a fines de la década de 2010.
Esta tendencia se concentra sobre todo en las edades medias de entre 24 y 54 años y
responde a diferentes razones, que se detallarán en secciones posteriores.
Pese al gran avance que se produjo en términos de acceso a actividades remuneradas,
la región sigue caracterizándose por presentar diferencias significativas entre hombres
y mujeres a lo largo del ciclo de vida que repercuten en la autonomía económica de
las mujeres (CEPAL, 2019; OIT, 2019b; Marchionni, Gasparini y Edo, 2019; Gasparini y
Marchionni, 2015; Martinez Gómez, Miller y Saad, 2013).
Si bien existen diferencias entre los países, el ritmo promedio de incorporación de
las mujeres al mercado laboral parece haberse ralentizado a partir de 2010, y la brecha
con respecto tanto a la tasa de participación de los hombres en la región como a la tasa
de participación de las mujeres en los países desarrollados es aún considerable (CEPAL/
OIT, 2019). En 2019, mientras que la tasa de participación laboral promedio de las mujeres
de 15 años o más era del 52,4%, en el caso de los hombres, esta alcanzó el 78,3% (véase
el gráfico III.2). En promedio, la tasa de participación laboral de las mujeres en los países
desarrollados fue del 57,8% en 23 países desarrollados1.
Entre las mujeres económicamente activas, también se observan brechas con
respecto a sus pares hombres en diversos indicadores laborales. En primer lugar, la
proporción de mujeres desocupadas —es decir, que buscan activamente empleo y
están disponibles para trabajar— es sistemáticamente superior a la de los hombres
en todos los países de la región. En 2019, la tasa de desocupación regional promedio
de las mujeres alcanzó el 9,3%, mientras que la de los hombres fue del 6,9%, lo que
equivale a una brecha de 2,4 puntos porcentuales (véase el gráfico III.3).
1
Esta diferencia es mucho mayor en el caso de las mujeres de 15 a 64 años de edad (15 puntos porcentuales en 2018) y en el de
las que viven en los países nórdicos (Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia), cuya tasa de participación promedio
fue del 64,9% en 2019.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Gráfico III.2
América Latina
(18 países) y países
desarrollados (22 países)a:
tasa de participación
laboral de la población
femenina de 15 años
o más, 2019
(En porcentajes)
Hombres (América Latina): 78,3
Mujeres (países desarrollados): 57,8
América Latina
Perú
Bolivia
(Est. Plur. de)
Paraguay
Colombia
Uruguay
Ecuador
Venezuela
(Rep. Bol. de)
Brasil
Panamá
Rep. Dominicana
Costa Rica
Argentina
Chile
Nicaragua
El Salvador
Honduras
México
Mujeres (América Latina): 52,4
Guatemala
100
95
90
85
80
75
70
65
60
55
50
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
Capítulo III
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de encuestas de hogares publicadas en
Organización Internacional del Trabajo (OIT), ILOSTAT [base de datos en línea] https://ilostat.ilo.org/es/.
a Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Estados Unidos, Estonia, Finlandia, Francia, Irlanda, Islandia, Italia, Japón,
Noruega, Nueva Zelandia, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, Suecia y Suiza.
Gráfico III.3
América Latina (18 países): tasa de desocupación de la población de 15 años o más,
por sexo y país, 2019
(En porcentajes)
1,9
Guatemala
3,0
3,5
México
Bolivia
(Est. Plur. de)
Perú
3,5
3,4
4,1
4,5
3,5
3,2
Ecuador
4,6
El Salvador
5,4
Nicaragua
5,4
7,0
5,5
4,8
Panamá
7,3
6,7
Chile
8,0
8,0
5,5
Paraguay
8,1
4,2
Honduras
Venezuela
(Rep. Bol. de)
Rep. Dominicana
8,1
5,9
3,9
9,3
10,7
9,2
Argentina
7,3
Uruguay
10,7
7,8
Colombia
12,6
14,0
10,1
Brasil
15,3
9,3
Costa Rica
7,9
5,7
América Latina
0
2
4
6
8
10
12
14
Hombres
Mujeres
16
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de encuestas de hogares publicadas en Organización Internacional del Trabajo (OIT),
ILOSTAT [base de datos en línea] https://ilostat.ilo.org/es/.
149
150
Capítulo III
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
En segundo lugar, la brecha salarial entre hombres y mujeres continúa siendo
significativa. En 2019, el ingreso medio de una mujer de 15 de edad o más años en la
zona urbana equivalía al 78% del de los hombres. Esta brecha se ha ido reduciendo
con el tiempo: mientras que, a principios de la década de 2000, una mujer con 13 o
más años de estudio ganaba en promedio un 72% del salario de un hombre con el
mismo nivel educativo, en 2019, esta cifra había aumentado al 84%. La mejora ha
sido más evidente en el caso de las mujeres con mayor nivel educativo. En efecto,
se observa que, hace 20 años, las que contaban con entre seis y nueve años de
educación, ganaban en promedio un 74% del salario de sus pares hombres, mientras
que en 2019 alcanzaban apenas el 76,5% (véase el gráfico III.4).
Gráfico III.4
América Latina (18 países): relación entre el salario medio urbano de hombres y mujeres,
según el número de años de estudio aprobados, 2001-2019
(En porcentajes)
86
83,8
84
82
80
78
76
74
72
70
71,7
10 a 12 años
68
0 a 5 años
66
6 a 9 años
64
13 años y más
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de CEPALSTAT [base de datos en línea] https://estadisticas.cepal.org/cepalstat/portada.html.
Nota: Los datos se refieren a la proporción del salario medio de las mujeres asalariadas urbanas, de 20 a 49 años de edad, que trabajan 35 horas o más por semana,
respecto del salario de los hombres de iguales características.
A pesar de que la presencia de las mujeres en las empresas de la región se ha
incrementado, aún es escasa su representación en los cargos directivos, lo que se
hace más patente cuanto más elevado es el cargo. Una encuesta realizada por la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 2018 muestra que la proporción más
elevada de empresas (27,5%) declaró que solo entre el 1% y el 10% de sus altos cargos
directivos están ocupados por mujeres, y que el 21,9% de las empresas no cuentan
con mujeres en puestos ejecutivos (OIT, 2019a) (véase el gráfico III.5).
Las brechas entre hombres y mujeres no solo se dan en el ámbito salarial,
sino también en términos de calidad del empleo. En promedio, una de cada dos
mujeres trabaja sin cobertura social en la región, y la proporción de mujeres
ocupadas en el sector informal (56,4%) es ligeramente superior a la proporción de
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo III
hombres (54,6%). Cabe destacar la gran heterogeneidad que existe entre los países
(véase el gráfico III.6). Por su parte, la proporción de trabajadores por cuenta propia de
15 a 64 años —condición que, en general, se asocia a una menor calidad del empleo—,
se encontraba en 2019 en torno al 28% en promedio, cifra que era similar entre
hombres y mujeres, pero que presentaba grandes diferencias de un país a otro
(véase el gráfico III.6). Con respecto a la incidencia del trabajo a tiempo parcial —es
decir, de menos de 35 horas semanales—, también se observa una diferencia
entre mujeres y hombres. Esta forma de empleo atípico puede responder a una
opción personal por diversos motivos, como responsabilidades relacionadas con
los estudios o con tareas de cuidado. En la región, en promedio, aproximadamente
un 39% de las mujeres de 15 a 64 años que trabajan lo hacen a tiempo parcial, en
comparación con casi un 23% de los hombres. Por último, el subempleo horario,
que mide la proporción de los ocupados que trabajan menos horas de las que
quisieran, fue, en promedio, superior en el caso de las mujeres (15,5%) que en el
de los hombres (7,8%).
En síntesis, además de presentar tasas de participación laboral mucho más bajas
que los hombres, cuando las mujeres participan en el mercado laboral, en promedio,
perciben menores ingresos y tienen menos posibilidades de desarrollo en su carrera,
trabajan menos horas y experimentan más inestabilidad laboral.
Gráfico III.5
América Latina y el Caribe: porcentaje de empresas según proporción de mujeres
en los cuatro niveles de puestos directivos, 2018
(En porcentajes)
Nivel ejecutivo
27,5
21,9
Nivel superior
28,2
10,9
7,1
18,0
24,4
Nivel de supervisión,
subalterno o administrativo
7,6
18,8
20,4
20
11,4
15,5
Nivel intermedio
0
10,1
11,9
19,1
17,2
40
14,6
15,3
18,7
18,6
12,8
0
1-10
11-29
30-39
40-60
61-100
15,5
20,5
60
14,0
80
100
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Organización Internacional del Trabajo (OIT), Las mujeres en la gestión empresarial:
argumentos para un cambio, Ginebra, 2019.
151
152
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo III
Gráfico III.6
América Latina (18 países): indicadores de calidad del empleo (tasa de informalidada e incidencia del trabajo
por cuenta propiab, del empleo a tiempo parcialc y del subempleo horariod), por sexo, 2019
(En porcentajes)
Argentina
Bolivia
(Est. Plur. de)
Brasil
Tasa de
informalidad
(mujeres)
Tasa de
informalidad
(hombres)
47,9
48,0
Chile
Colombia
Costa Rica
Ecuador
El Salvador
20,2
82,8
85,8
46,7
47,5
28,4
60,9
60,4
34,2
60,0
64,3
Guatemala
78,4
Honduras
80,4
82,8
24,0
Paraguay
69,2
67,1
Perú
72,4
63,3
56,3
49,1
Uruguay
21,7
Venezuela
(Rep. Bol. de)
América Latina
56,4
23,6
18,5
22,2
35,3
34,2
36,3
30,6
7,1
13,6
7,4
28,6
25,7
18,6
22,8
42,8
24,5
36,7
22,0
35,7
35,7
25,2
16,8
35,6
21,0
30,7
39,2
6,3
9,2
6,2
17,3
7,2
5,5
3,4
31,3
18,2
8,1
7,2
9,0
5,5
25,8
8,5
22,7
6,7
42,9
25,7
37,7
9,2
26,6
33,7
45,0
21,2
19,3
51,4
30,4
34,8
29,7
11,1
45,3
33,5
6,3
20,0
42,6
27,0
9,3
18,2
26,3
25,6
12,3
2,0
8,5
22,7
29,0
17,7
Tasa de
subempleo
(hombres)
12,8
26,1
40,0
23,7
37,9
25,3
20,9
39,9
33,3
23,1
36,8
31,2
54,6
28,9
Tasa de
subempleo
(mujeres)
2,9
30,2
38,3
27,5
Empleo a
tiempo parcial
(hombres)
53,2
43,9
40,7
23,5
Nicaragua
Rep. Dominicana
21,8
78,0
México
Panamá
23,6
Empleo a
tiempo parcial
(mujeres)
46,9
40,3
65,6
70,9
Empleo por
cuenta propia
(hombres)
20,9
26,0
41,9
Empleo por
cuenta propia
(mujeres)
9,2
1 6,1
11,6
9,5
11,4
7,8
8,7
22,7
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de encuestas de hogares publicadas en Organización Internacional del Trabajo (OIT),
ILOSTAT [base de datos en línea] https://ilostat.ilo.org/es/.
a La serie armonizada para el empleo informal (población de 15 a 64 años) se obtiene utilizando el mismo conjunto de criterios en todos los países. Estos se basan en la
situación laboral, el sector institucional, el destino de la producción, la contabilidad, el registro de la empresa, la cotización a la seguridad social, los lugares de trabajo
y el tamaño de la empresa. Los datos corresponden a 2019, excepto en el caso de Honduras, que corresponden a 2017.
b Proporción de trabajadores por cuenta propia sobre el total de ocupados por sexo (población de 15 a 64 años). Los datos corresponden a 2019, excepto en los casos de
Nicaragua (2014) y la República Bolivariana de Venezuela (2017).
c Proporción de los ocupados que trabaja menos de 35 horas semanales reales. Los datos corresponden a 2019, excepto en los casos de Colombia (2017), Guatemala (2015),
Nicaragua (2012), el Paraguay (2015) y la República Bolivariana de Venezuela (2012).
d La tasa de subempleo por tiempo se refiere a las personas ocupadas de 15 a 64 años que cumplen los tres criterios siguientes durante el período de referencia: i) están
dispuestas a trabajar horas adicionales, ii) están disponibles para trabajar horas adicionales y iii) trabajaron por debajo de un umbral relativo al tiempo de trabajo. Los
datos corresponden a 2019 excepto en los casos de México (2014) y Nicaragua (2012).
2.
En 2020, la pandemia de COVID-19 produjo
una fuerte caída de la ocupación y
la participación laboral femenina
Las medidas de restricción a la movilidad aplicadas en la mayoría de los países
para evitar los contagios de COVID-19 hicieron que numerosas empresas tuvieran
que detener sus actividades e impidieron a muchos trabajadores poder continuar
realizando sus tareas. El cierre de las escuelas y el paso a la educación a distancia
también tuvieron un impacto disruptivo en la sociedad. Todos estos factores implicaron
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo III
cambios en los modelos familiares, en la forma de trabajar y en la asignación de
tareas dentro del hogar, que afectaron de diferente manera a hombres y mujeres
(CEPAL, 2021b; Karkee y Sodergren, 2021; OIT, 2020a; Gutiérrez, Martin y Ñopo,
2020; Alan y otros, 2020; Biroli y otros, 2020; Andrew y otros, 2020; Del Boca y
otros, 2020).
Si bien en general se produjo una contracción significativa de la población
ocupada, esta fue más fuerte en el caso de las mujeres (−10,1%) que en el de los
hombres (−7,4%) (véase el gráfico III.7). Esta situación tuvo su origen en la elevada
participación de las mujeres en sectores que se vieron fuertemente afectados por
la contracción mencionada, como el trabajo remunerado en hogares, el trabajo no
remunerado y las actividades relacionadas con el comercio. Debido a la disminución
de las oportunidades de empleo y las restricciones de movilidad, un gran número de
trabajadores se retiró del mercado laboral, y esta cifra también fue mayor entre las
mujeres. En total, la población activa de mujeres cayó un 7,6% en los once países
sobre los cuales se dispone de información, en comparación con el 5,3% en el
caso de los hombres (véase el gráfico III.7). Las causas principales fueron el cierre
de los establecimientos escolares y de los servicios de cuidado tanto formales
como informales (de amistades, familiares o comunitarios) que obligaron a los
padres, y especialmente a las madres, a asumir responsabilidades adicionales en
sus hogares (CEPAL/ONU-Mujeres, 2020). Esto impidió que, como sí ha ocurrido
en otras crisis, las mujeres aumentaran su participación laboral como proveedoras
de ingresos secundarios (Alon y otros, 2020; CEPAL/OIT, 2021).
0
Gráfico III.7
América Latina
(11 países)a: variación
de la población activa
y la población ocupada,
por sexo, 2019-2020
(En porcentajes)
-2
-4
-5,3
-6
-6,3
-8
-7,6
-8,6
-7,5
-10
-12
-10,1
Total
Hombres
Población activa
Mujeres
Total
Hombres
Mujeres
Población ocupada
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de las encuestas de hogares de los países.
a Argentina, Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Paraguay, Perú, República Dominicana
y Uruguay.
La caída de la población ocupada superó el promedio en el Perú, Colombia, Costa Rica
y Chile. En casi todos los países se registró un mayor impacto en el empleo femenino,
con la excepción del Uruguay y la Argentina, donde la ocupación disminuyó en mayor
medida en el caso de los hombres (véase el gráfico III.8).
153
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo III
Gráfico III.8
América Latina (13 países): variación de la población ocupada, por sexo y por país, 2019-2020
(En porcentajes)
0
-2
-4
-6
-8
-10
-12
-14
-16
-18
Hombres
Mujeres
Uruguay
Paraguay
Jamaica
Ecuador
Bolivia
(Est. Plur. de)
Rep. Dominicana
México
Brasil
Argentina
Chile
Costa Rica
Colombia
-20
Perú
154
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de las encuestas de hogares de los países.
a) El mayor impacto de la pandemia se registró en el segundo
trimestre de 2020 y, en los trimestres siguientes,
se observó una recuperación
La dinámica de los principales indicadores laborales muestra que, a lo largo de 2020,
el mayor impacto de la pandemia —si nos referimos a la caída de la participación y la
ocupación tanto de hombres como de mujeres— se produjo en el segundo trimestre.
En los meses de abril y junio de 2020, la tasa de ocupación promedio en 12 países
sobre los que se dispone de información se redujo abruptamente tanto en el caso de
los hombres como en el de las mujeres. En comparación con el último trimestre de
2019, la tasa de ocupación femenina se redujo 10,3 puntos porcentuales hasta alcanzar
el 40,1% y la masculina disminuyó 11,2 puntos porcentuales, hasta llegar al 60,5%
(véase el subgráfico III.9B). Esta tendencia fue acompañada de un retiro de trabajadores
del mercado laboral. En el segundo trimestre, la tasa de participación femenina cayó a
un 45,8% y la masculina, a un 67,7% (véase el subgráfico III.9A). Como resultado de
estas tendencias, la tasa de desocupación de ambos sexos aumentó abruptamente
en el segundo trimestre (véase el subgráfico III.9C).
A partir del tercer trimestre, se observó una recuperación tanto de la ocupación
como de la participación laboral en ambos sexos, aunque esta fue relativamente más
rápida entre los hombres, por lo que la tasa de desocupación femenina alcanzó su nivel
máximo recién en el tercer trimestre (14,5%).
En el último trimestre de 2020, la población activa femenina era todavía 3,0 puntos
porcentuales inferior a la cifra registrada en el cuarto trimestre de 2019 y la masculina,
2,7 puntos porcentuales menor. El empleo parece haberse recuperado más lentamente
que la oferta laboral, por lo que la tasa de ocupación femenina se encontraba 4,7 puntos
porcentuales por debajo de la del mismo período de 2019 y la de los hombres era un
4,4 puntos porcentuales inferior. Como resultado, las tasas de desocupación también
se encuentran varios puntos porcentuales por encima de las del inicio de la pandemia,
en un 13,0% en el caso de las mujeres y un 8,8% en el de los hombres.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo III
Gráfico III.9
América Latina (12 países)a: evolución de las tasas de participación, ocupación y desocupación,
cuarto trimestre de 2019 a cuatro trimestre de 2020
(En porcentajes)
A. Tasa de participación
80
76,3
70
6 5 ,4
60
55,2
75,3
74,3
72,3
6 4 ,5
6 3 ,1
67,7
6 0 ,4
54,5
5 6 ,4
52,7
50
49,2
45,8
40
30
20
Trim 4
2019
Trim 1
2020
Trim 2
Trim 3
2019
Trim 4
2020
B. Tasa de ocupación
80
70
60
50
71,7
70,0
68,1
60,7
65,2
59,2
60,5
49,0
56,8
53,5
50,0
50,4
40
40,1
46,3
42,6
30
20
Trim 4
2019
Trim 1
2020
Trim 2
Trim 3
2019
Trim 4
2020
C. Tasa de desocupación
20
18
16
14
12
12,7
11,6
10,1
10
8
8,8
7,3
6
6,1
10,8
8,4
13,7
11,5
12,3
10,1
10,0
8,5
7,0
4
Hombres
Total
Mujeres
2
0
Trim 4
2019
Trim 1
Trim 2
2020
Trim 3
2019
Trim 4
2020
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de las encuestas de hogares de los países.
a Promedio simple de los siguientes 12 países: Argentina, Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Nicaragua, Paraguay, Perú,
República Dominicana y Uruguay.
155
156
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo III
b) La pérdida de empleo en 2020 fue mayor en los niveles
educativos más bajos
Una de las características de la pandemia de COVID-19 fue el hecho de que afectó
en mayor medida a los sectores más intensivos en mano de obra menos calificada
(CEPAL, 2021b; FMI, 2021). La mayoría de los trabajadores que pudieron continuar
realizando su trabajo de manera remota fueron aquellos que tenían empleos asociados
a un mayor nivel educativo2 (véase el recuadro III.1). Esta situación se observó en
otros países del mundo, pero en América Latina se vio potenciada por el efecto de las
restricciones de movilidad en el empleo informal. Del promedio de ocho países de la
región, se desprende que la reducción del empleo entre 2019 y 2020 fue mayor entre las
mujeres de menor nivel educativo (17,4%) que entre los hombres del mismo grupo (12,8%)
(véase el gráfico III.10). En el caso de los niveles educativos medios, la contracción fue
de un 10,6% entre las mujeres y de un 6,5% entre los hombres. Por el contrario, entre
los trabajadores con mayor nivel educativo, la contracción del número de ocupados fue
muy pequeña en promedio; es decir, que tuvieron una mayor probabilidad de conservar
sus empleos. Esta tendencia posiblemente esté relacionada con la incidencia de la
informalidad entre los trabajadores de bajo nivel educativo, que se vieron afectados
significativamente por las restricciones y por la reducción de la actividad económica.
Recuadro III.1
La expansión del teletrabajo abre opciones para conciliar las actividades remuneradas y de cuidados
Uno de los recursos que se han utilizado durante la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) para poder continuar
con las actividades productivas es el del trabajo remoto o a distancia. Ello ha supuesto importantes esfuerzos de adaptación
por parte de las empresas, de los trabajadores y también del Estado, que ha tenido que establecer marcos regulatorios
adecuadosa. La probabilidad de poder trabajar a distancia depende de la ocupación y de la disponibilidad de conexión a
Internet y de las tecnologías necesarias, así como la posibilidad de acceder a ellas, lo que a su vez está relacionado con
el nivel de ingresos (Weller, 2020; Garrote Sánchez, 2020; Gottlieb y otros, 2020). Los estudios indican que la posibilidad de
teletrabajar es mayor, en general, entre los trabajadores con un nivel de educación superior y entre los asalariados formales.
Sin embargo, no existe información concluyente sobre este tema en el caso concreto de las mujeres, ya que su situación
dependerá de la distribución ocupacional por sexo de cada país y de las características antes mencionadas.
De los datos disponible en la región, se desprende que las mujeres tienen más probabilidades de trabajar a distancia.
En un estudio llevado a cabo con datos del Programa para la Evaluación Internacional de las Competencias de los Adultos
sobre 35 países, incluidos 4 de la región (Chile, Ecuador, México y Perú) se concluyó que las mujeres, en promedio, tienen
mayores probabilidades que los hombres de realizar actividades que se adaptan a la modalidad de teletrabajo.
En un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) elaborado sobre la base de información
de Chile, Ecuador, El Salvador, México, la Republica Dominicana y el Uruguay, se indica que, en teoría, por el tipo de ocupaciones
en que se desempeñan las mujeres, la proporción de las que podrían continuar trabajando en modalidad remota sería
mayor que la de los hombres. Sin embargo, debido al nivel de conectividad de los países y a las brechas de género que
continúan existiendo en materia de acceso a las tecnologías digitales y de uso de estas, el porcentaje de mujeres ocupadas
que podrían teletrabajar se reduce de forma significativa (CEPAL, 2021b). Otro estudio, realizado con datos de la encuesta de
After Access referidos al acceso a las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) en seis países de la región
(Argentina, Colombia, Ecuador, Guatemala, Paraguay y Perú) muestra que, en promedio, el 53% de los hombres tiene acceso
a una computadora, mientras que esta cifra desciende hasta el 45% en el caso de las mujeres, si bien no existen diferencias
significativas en cuanto al acceso a tecnologías “básicas” como el teléfono móvil o Internet (Agüero, Bustello y Viollaz, 2020).
Al analizar la situación particular de algunos países, se observa, por ejemplo, que debido a la estructura ocupacional
de la Argentina, los hombres parecen tener más probabilidades de trabajar a distancia (Bonavida Foschiatti y Gasparini,
2020) (véase el gráfico 1). Sin embargo, los datos del Brasil sobre el trabajo efectivo realizado de forma remota muestran
que su incidencia fue mayor en el caso de las mujeres que en el de los hombres e incluso que, mientras que la proporción
de hombres que teletrabajaban se fue reduciendo entre mayo y noviembre de 2020, la de mujeres se incrementó (Góes,
Martins y Nascimento, 2021) (véase el gráfico 2).
2
Por ejemplo, mientras que el 35% de los trabajadores con nivel educativo superior teletrabajaron en el Brasil durante la pandemia,
este porcentaje desciende a menos del 8% en el caso de los trabajadores con menor nivel educativo (véase la sección IV.F de
esta publicación, sobre las perspectivas del trabajo remoto en la región).
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo III
Recuadro III.1 (conclusión)
Gráfico 1
Argentina: posibilidad
de trabajar a distancia
según sexo, 2020
(En porcentajes)
24-25
Mujeres
32-34
Hombres
0
5
10
15
20
25
30
35
Mujeres
Hombres
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de C. Bonavida Foschiatti y L. Gasparini,
“El impacto asimétrico de la cuarentena”, Documentos de Trabajo, Nº 261, La Plata, Centro de Estudios Distributivos,
Laborales y Sociales (CEDLAS), abril de 2020.
Gráfico 2
Brasil: proporción
de personas que
trabajan a distancia,
por sexo, 2020
(En porcentajes)
60
50
40
30
20
10
0
Hombres
Mujeres
Mayo
Junio
Julio
Agosto
Septiembre Octubre
Noviembre
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de G. S. Góes, F. dos S. Martins y J. S.
Nascimento, “O trabalho remoto e a pandemia: o que a PNAD COVID-19 nos mostrou”, Carta de Coyuntura, Nº 50, Instituto
de Investigaciones Económicas Aplicadas (IPEA), 2021.
Dada la mayor participación de las mujeres en el empleo a tiempo parcial y la mayor carga de trabajo no remunerado
que soportan, la posibilidad de teletrabajar brinda a muchas mujeres de la región una oportunidad para favorecer la
conciliación entre las responsabilidades laborales y familiares, lo que podría tener un impacto positivo en su participación
laboral. Sin embargo, para aprovechar estos beneficios, es necesario reducir las brechas digitales de género tanto en el
acceso a las tecnologías como en el ámbito de las habilidades digitales.
Fuente: J. Weller, “La pandemia del COVID-19 y su efecto en las tendencias de los mercados laborales”, Documentos de Proyectos (LC/TS.2020/67), Santiago,
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2020; D. Garrote Sánchez y otros, “Who on earth can work from home?”, Policy Research
Working Paper, Nº 9347, Washington, D.C., Banco Mundial, 2020; C. Gottlieb y otros, “Working from home in developing countries”, Discussion Paper series,
Nº 13737, Bonn, Institute of Labor Economics (IZA), septiembre de 2020; M. Brussevich, E. Dabla-Norris y S. Khalid, “Who will bear the brunt of lockdown
policies? Evidence from tele-workability measures across countries”, IMF Working Paper, Nº WP/20/88, Washington, D.C., Fondo Monetario Internacional
(FMI), 2020; Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), “La autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con
igualdad”, Informe Especial COVID-19, Nº 9, Santiago, 2021; A. Agüero, M. Bustelo y M. Viollaz, ¿Desigualdades en el mundo digital? Brecha de género
en el uso de las TIC, Washington, D.C., Banco Interamericano de Desarrollo (BID), 2020; C. Bonavida Foschiatti y L. Gasparini, “El impacto asimétrico de la
cuarentena”, Documentos de Trabajo, Nº 261, La Plata, Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS), abril de 2020; G. S. Góes, F. dos
S. Martins y J. S. Nascimento, “O trabalho remoto e a pandemia: o que a PNAD COVID-19 nos mostrou”, Carta de Coyuntura, Nº 50, Instituto de Investigaciones
Económicas Aplicadas (IPEA), 2021.
a Véase la sección IV.F de esta publicación, sobre las perspectivas del trabajo remoto en la región.
157
158
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo III
Gráfico III.10
América Latina (8 países)a: variación de la cantidad de ocupados por nivel educativo y sexo, 2019-2020
(En porcentajes)
0
- 0,4
-2
-1,1
-1,8
-4
-6
-6,5
-8
-8,2
-10
-10,6
-12
-12,8
-14
-16
-18
-20
-14,5
-17,4
Nivel educativo bajo
Nivel educativo medio
Nivel educativo alto
Total
Hombres
Mujeres
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de las encuestas de hogares de los países.
Nota: Nivel educativo bajo: primaria completa o menos. Nivel educativo medio: secundaria completa. Nivel educativo alto: estudios terciarios completos.
a Promedio simple de los siguientes países: Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, México, Paraguay, Perú y República Dominicana.
En el caso de los trabajadores con bajos niveles de formación que perdieron sus
empleos durante la crisis, las políticas de capacitación y formación serán fundamentales
para evitar la pérdida de competencias, y el fortalecimiento de los servicios de formación
y de intermediación laboral serán muy importantes para favorecer su reinserción laboral
cuando la economía comience a reactivarse.
c) Las mujeres trabajadoras se desempeñan mayoritariamente
en los sectores y las categorías ocupacionales más afectados
por el paro de la actividad
En general, la región se caracteriza por presentar una estructura ocupacional de la
población femenina diferente a la de los hombres. Se observa que las mujeres tienen
una alta participación en el empleo en servicios comunales, sociales y personales (64%),
representan la mitad de los ocupados en el sector de comercio, restaurantes y hoteles,
y participan de manera significativa en los servicios financieros (43%). Por el contrario,
representan una proporción muy baja del empleo en los sectores de construcción (3%),
minas y canteras (11%) y agricultura, silvicultura y pesca (14%) (OIT, 2019b, pág. 73).
De acuerdo con las estimaciones sobre la pérdida de empleo por sector en nueve
países que cuentan con información disponible al respecto, en 2020, la disminución del
número de personas ocupadas fue de más del 20% en los servicios de alojamiento y
alimentación, pérdida que afectó tanto a mujeres como a hombres (véase el gráfico III.11).
El comercio, sector con una elevada participación femenina, registró una caída del 12%
en el caso de las mujeres y del 9% en el de los hombres. También fueron mayores los
descensos entre las mujeres ocupadas en los sectores de transporte y almacenamiento
y servicios no comerciales.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo III
Gráfico III.11
América Latina (8 países)a: variación del número de ocupados por rama de actividad
y sexo, 2019-2020
(En porcentajes)
5
1,8
0
-5
-1,7 -2,7
-7,7
-8,1
-10,0 -9,0
-8,6 -9,4
-11,7 -11,8
-10
-15
-5,5 -4,4
-6,9
-5,2
-10,6 -9,0
-12,3
-9,6
-16,9
-20
-20,2
-21,6
-23,8
-25
-30
-8,1
Agricultura,
ganadería,
caza,
silvicultura
y pesca
Industria
(manufacturas,
explotación
de minas
y canteras,
y suministros
Construcción
Transporte,
almacenamiento
y comunicaciones
Servicios
comerciales,
profesionales
y financieros
Comercio
Alojamiento
y alimentaciónb
Servicios
no comerciales
(administración
pública, salud,
enseñanza,
y actividades
comunitarias
y sociales
de otro tipo
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de las encuestas de hogares de los países.
a Argentina, Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Chile, Colombia, México, Paraguay y Perú.
b En el caso del Paraguay, los datos de alojamiento y alimentación están incluidos en el sector del comercio.
Entre las categorías de empleo que más se vieron afectadas durante 2020,
se encuentra el trabajo doméstico remunerado, que experimentó una contracción
del 18% en el caso de las mujeres (véase el gráfico III.12). Esta caída obedece tanto
a las restricciones de movilidad como a otras razones, como la pérdida de ingresos
de muchos hogares empleadores y la tendencia a reemplazar diversas actividades
remuneradas del hogar por no remuneradas. La pandemia ha puesto en evidencia la
situación de precariedad laboral en la que se encuentran muchas de estas trabajadoras,
así como la falta de cobertura social y de acceso a servicios de salud (CEPAL/ONUMujeres, 2020). Del mismo modo, el trabajo familiar no remunerado, si bien abarca
a un reducido grupo de trabajadores, se contrajo un 9,2% en el caso de las mujeres.
Por su parte, el trabajo independiente también registró una fuerte contracción, tanto
entre los trabajadores por cuenta propia como entre los empleadores, y, en ambos
casos, las mujeres fueron las más afectadas. Muchas de estas mujeres empleadoras
son propietarias de microempresas y pequeños emprendimientos con un bajo nivel
de capital y poco acceso a financiamiento, que operan principalmente en el sector
informal y cuentan con poca capacidad para resistir largos períodos con ingresos
reducidos o sin ingresos y, por lo tanto, presentan un mayor riesgo de declararse en
bancarrota (Karkee y Sodergren, 2021; OIT, 2020a).
Total
Hombres
Mujeres
159
160
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo III
Gráfico III.12
América Latina (11 países)a: variación del número de ocupados por categoría ocupacional y sexo, 2019-2020
(En porcentajes)
0
-2
-2,7
-4
-6
-5,2
-8
-10
-12
-9,2 -9,2 -9,2
-9,2
-11,2
-12,8
-14
-20
-17,2
-12,1
-13,7
-16
-18
-6,8
-7,5
-17,4
Total de los sectores
Trabajadores
privado y público
domésticosb
Trabajo asalariado
Total
Hombres
Mujeres
-18,1
Trabajadores
Empleadores
por cuenta propia
Trabajo independiente
Trabajo
no remunerado
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de las encuestas de hogares de los países.
a Argentina, Brasil, Bolivia (Estado Plurinacional de), Chile, Colombia, Costa Rica, México, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay.
b Los datos del trabajo doméstico remunerado no incluyen a la Argentina, la República Dominicana ni el Uruguay.
3.
La creación de oportunidades de empleo con
igualdad de género debe estar en el centro
de la estrategia de desarrollo para lograr
una recuperación con bases más sólidas
En los últimos treinta años, la participación laboral femenina ha crecido constantemente
en todos los países de América Latina, lo que ha conllevado grandes cambios económicos
y sociales. Sin embargo, en promedio, el ritmo de crecimiento se está desacelerando y
aún existen brechas significativas —como mayores niveles de desempleo e informalidad
entre las mujeres, así como salarios más reducidos y un menor acceso a puestos
jerárquicos—, que no solo limitan la inclusión en condiciones de igualdad, sino que
también influyen negativamente en la promoción del aumento de la participación
laboral femenina. Estas barreras que dificultan una inclusión laboral igualitaria son más
evidentes entre las mujeres de menor nivel educativo y de hogares más pobres o con
mayor cantidad de personas dependientes.
En este contexto, la crisis provocada por la pandemia de COVID-19 ha tenido
efectos significativos en las dinámicas familiares y laborales, exacerbando muchas de
las desigualdades de género preexistentes. En el segundo trimestre de 2020, además
de producirse una importante pérdida de empleos, una gran cantidad de trabajadores se
retiraron del mercado laboral, especialmente mujeres. En esto influyeron las menores
posibilidades de conseguir trabajo y las dificultades de desplazamiento, pero también
las necesidades que surgieron debido al cierre de los servicios de cuidado y el paso
a la modalidad de educación a distancia, que supusieron mayores responsabilidades
para los padres, sobre todo para las mujeres. A medida que las restricciones se
fueron levantando, las mujeres se fueron reincorporando al mercado laboral, aunque
—probablemente debido a las obligaciones persistentes relacionadas con el trabajo de
cuidado no remunerado— con mayor lentitud que en el caso de los hombres, por lo
que, a fin de año, su niveles de participación y empleo continuaban siendo inferiores
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
a los de antes de la pandemia y su tasa de desocupación, superior. Las trabajadoras
más afectadas han sido aquellas con bajos niveles educativos, con hijos pequeños y
en ocupaciones más precarias, asociadas al trabajo informal o a sectores en los que
el impacto de la crisis ha sido más fuerte, como el comercio.
La pandemia ha golpeado a la región en un momento de bajo crecimiento económico,
escasa generación de empleo de calidad y estancamiento de la reducción de la pobreza
y la desigualdad. Será preciso esforzarse por evitar que las múltiples crisis que se han
desencadenado en el plano económico y social profundicen los nudos estructurales
de la desigualdad de género existentes (CEPAL, 2020b y 2021b). La promoción de una
mayor participación laboral femenina no es solo una cuestión de derechos, sino que
también puede conllevar una ganancia económica significativa, favoreciendo mayores
niveles de crecimiento y productividad (Ostry y otros, 2018; Novta y Cheng Wong, 2017).
La generación de oportunidades de empleo debe estar en el centro de la estrategia
de desarrollo y la promoción de la igualdad de género resulta esencial para lograr una
recuperación con bases más sólidas. En este sentido, es preciso que en la región
se hagan esfuerzos considerables para diseñar políticas orientadas no solo a evitar
el incremento de las desigualdades, sino también a promover la reinserción de las
mujeres en el mercado laboral.
A corto plazo, es importante apoyar a las trabajadoras que salieron temporalmente
del mercado laboral, fortaleciendo los servicios de formación y capacitación para evitar la
pérdida de capital humano y reforzando los servicios de intermediación laboral destinados
a mejorar las posibilidades de reinserción laboral. Asimismo, es crucial continuar apoyando
los ingresos de los hogares más vulnerables, así como a las empresas, que son las
generadoras de empleo. Una visión más estratégica sobre los aspectos en los cuales es
preciso seguir avanzando para reducir las diferentes brechas de género está vinculada
a las políticas activas de apoyo a la igualdad de oportunidades y la incorporación de la
perspectiva de género en el diseño de las reformas previsionales, de protección social,
financieras y fiscales. Las políticas que pueden promover la participación femenina en
el ámbito laboral, incluyen, entre muchas otras posibilidades, las orientadas a conciliar
el trabajo y la familia (por ejemplo, flexibilidad horaria o de modalidad laboral, o acceso
a licencias parentales), la igualdad salarial para tareas similares, las políticas contra la
discriminación, la violencia y el acoso en el lugar de trabajo, y las políticas relacionadas
con la promoción del aprendizaje permanente y el desarrollo profesional.
B. Impacto del COVID-19 en la inclusión
laboral de los jóvenes
1.
Aunque el crecimiento de la población joven se
ha desacelerado, esta continuará representando
una proporción significativa de la población total
En América Latina y el Caribe, se estima que la población de jóvenes de entre
15 y 24 años alcanzaba en 2020 aproximadamente los 107 millones de personas, lo que
representa un 16,5% de la población regional y un 25,0% de la población en edad de
trabajar de 15 a 64 años (véase el gráfico III.13). Esta última proporción ha disminuido
significativamente en los últimos 70 años, y se espera que la tendencia se mantenga
hasta llegar al 19,0% en 2050. Si se incluye también el grupo de 25 a 29 años, los
jóvenes representan aproximadamente el 24,0% de la población total y el 36,7% de
la población en edad de trabajar.
Capítulo III
161
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo III
Gráfico III.13
América Latina y el Caribea: proporción de la población joven (de 15 a 24 años) en el total de la población
en edad de trabajar (de 15 a 64 años), 1950, 2020 y proyecciones para 2050
(En porcentajes)
40
35
30
25
20
15
10
1950
El Caribe
América Latina
Guatemala
Honduras
Bolivia
(Est. Plur. de)
Paraguay
El Salvador
Nicaragua
Ecuador
Rep. Dominicana
México
Panamá
Venezuela
(Rep. Bol. de)
Colombia
Argentina
Perú
2050
Brasil
0
Uruguay
2020
Costa Rica
5
Chile
162
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), “América Latina y el Caribe: estimaciones y proyecciones de población”, revisión 2019, Centro
Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE)-División de Población de la CEPAL, 2019 [en línea] https://www.cepal.org/es/temas/proyecciones-demograficas/
estimaciones-proyecciones-excel.
a El promedio de América Latina se basa en las cifras de los 18 países que aparecen en el gráfico. El promedio del Caribe se basa en las cifras de Antigua y Barbuda, Aruba,
Bahamas, Barbados, Belice, Cuba, Curaçao, Granada, Guadalupe, Guyana, Haití, Islas Vírgenes de los Estados Unidos, Jamaica, Martinica, Puerto Rico, Santa Lucía, San
Vicente y las Granadinas, Suriname y Trinidad y Tabago.
2.
Si bien la escolaridad promedio de los jóvenes
ha aumentado, su plena inserción en el mercado
laboral es lenta y dificultosa
En la actualidad, los jóvenes tienden a permanecer más tiempo estudiando y han
alcanzado niveles educativos significativamente más elevados que los de las generaciones
precedentes. Entre 1970 y 2015, el promedio de años de educación de las mujeres y los
hombres de la región se incrementó de 3,7 a 8,6 y de 4,4 a 8,7, respectivamente (CEPAL/
OIT, 2019). Sin embargo, la transición de los jóvenes desde el sistema educativo hasta
la plena inserción en el mercado laboral lleva, en general, varios años en América Latina
y el Caribe. De acuerdo con los datos de las encuestas de hogares, se estima que la
duración promedio de dicha transición está en torno a los 6 años, en comparación con
los 2,7 años de los países de la Unión Europea (Gontero y Weller, 2015). Asimismo,
la Encuesta sobre la Transición de la Escuela al Trabajo (ETET) de la OIT muestra que,
a los 24 años, aproximadamente la mitad de los jóvenes de entre 20 y 24 años han
completado su transición hacia el mundo laboral en la región.
3.
La tasa de desocupación entre los jóvenes que
participan en el mercado laboral es tres veces
superior a la de los adultos, y una elevada
proporción de ellos trabaja en el sector informal
En 2019, la tasa de desocupación de los jóvenes de 15 a 24 años alcanzaba el 15,3% —el
equivalente a 15,6 millones personas— y triplicaba la de los adultos. En el caso de las
mujeres jóvenes, esta cifra se situaba en el 19,3% y, en el de los hombres jóvenes,
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo III
en el 14,1%. Sin embargo, se observan grandes diferencias entre los países de la
región (véase el gráfico III.14), que podrían ser el reflejo de las distintas realidades
laborales que viven los diferentes grupos etarios en cada país. Un indicador utilizado
para eliminar los efectos de esas disparidades es la tasa de desocupación de los
jóvenes en relación con la de los adultos.
Gráfico III.14
América Latina (18 países): tasa de desocupación de los jóvenes de 15 a 24 años, por sexo, 2019
(En porcentajes)
13,0
América Latina
4,0
Guatemala
Perú
e
5,7
e
6,9
6,9
El Salvador
6,4
Nicaraguaa
Venezuela
(Rep. Bol. de) b
Panamá
7,9
• •
6,7
México
Bolivia
(Est. Plur. de)
Ecuador
e e
8,2
e
e
8,3
8,0
9,7
12,0
e
e
10,5
10,2
Paraguay
e
e
e
7,6
Honduras
18,8
e
e
12,8
13,0
14,9
e
e
•
12,1
e
e
e
19,1
Chile
11,8
Rep. Dominicana
17,7
20,2
• •
e
20,3
e
15,9
Colombia
17,5
e
23,9
Argentina
24,1
Brasil
24,0
Uruguay
22,8
e
5
10
15
20
28,8
e
e
e
Costa Rica
0
25,4
25
e
28,0
e
32,6
32,8
e
e
30
35
37,1
Hombres
Mujeres
40
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Organización Internacional del Trabajo (OIT), ILOSTAT [base de datos en línea]
https://ilostat.ilo.org/es/.
a Los datos corresponden a 2014.
b Los datos corresponden a 2017.
De los jóvenes que trabajan, la mayoría lo hace en condiciones de informalidad;
es decir, que no realizan contribuciones para su seguridad social. Esto puede tener
importantes consecuencias tanto a corto plazo (inestabilidad laboral, salarios inferiores
y menos derechos) como a largo plazo (menores contribuciones a los regímenes
previsionales o de salud o incluso peores condiciones laborales futuras3). Se estima
que, en 2019, aproximadamente el 68,5% de los jóvenes de 15 a 24 años que
estaba ocupado trabajaba en condiciones de informalidad y, en algunos países, esta
proporción llegaba a ser de cuatro de cada cinco jóvenes (véase el gráfico III.15). Esto
3
Por ejemplo, Cruces, Ham y Viollaz (2012) hallaron que la informalidad en el empleo juvenil en el Brasil tiene efectos
estigmatizadores significativos. De acuerdo con sus datos, las cohortes que experimentaron una situación de informalidad
laboral en su juventud mostraron un desempeño sistemáticamente peor en el mercado laboral en la edad adulta. La penalidad
salarial y su duración se manifiestan en los primeros años de la adultez y se disipan con el tiempo, salvo en el caso de los
trabajadores con un menor nivel educativo, en que los efectos son de mayor magnitud (OIT, 2015).
163
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo III
resulta preocupante, ya que los datos indican que la informalidad es una situación
muy persistente en la región4, principalmente entre los jóvenes pertenecientes a los
estratos de menores ingresos5, y que las posibilidades de ingresar al sector formal
son mayores entre quienes cuentan con una mejor situación socioeconómica y
educativa (OIT, 2015).
Gráfico III.15
América Latina (15 países): tasa de empleo informal por grupo etario, 2019
(En porcentajes)
100
90
80
68,5
70
60
54,7
50
40
30
20
América Latina
Bolivia
(Est. Plur. de)
Honduras
Guatemala
Perú
Ecuador
Paraguay
El Salvador
Colombia
Argentina
Panamá
Rep. Dominicana
Brasil
Adultos (25 a 64 años)
Costa Rica
Jóvenes (15 a 24 años)
0
Chile
10
Uruguay
164
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Organización Internacional del Trabajo (OIT), ILOSTAT [base de datos en línea] https://
ilostat.ilo.org/es/.
En síntesis, la información disponible muestra una gran subutilización de los
jóvenes en la región, y los indicadores de desocupación, inactividad y subempleo dan
cuenta de esta realidad, particularmente entre las mujeres jóvenes. En 2019, casi el
40% de las mujeres jóvenes y el 27% de los hombres jóvenes estaban desocupados
o deseaban trabajar más horas, o eran parte de la fuerza laboral potencial, que incluye
a los jóvenes desanimados que ya no buscan empleo (véase el gráfico III.16).
4
5
El 57% de los jóvenes que trabajaban como asalariados informales en México en 2012 continuaban en la informalidad un año
después, y esta cifra era del 50% en la Argentina. Transitar de la informalidad a la formalidad en el lapso de un año solo fue
posible para una minoría de jóvenes en estos países. En el Brasil y Chile, el tránsito hacia el empleo asalariado formal tuvo
lugar en el caso de aproximadamente el 30% de los jóvenes (OIT, 2015).
Se estima que un 12,6% de los jóvenes trabajadores del quintil más pobre son informales y que solo el 3,0% del grupo más
rico lo son (OIT, 2015).
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo III
Gráfico III.16
América Latina (18 países): medidas de subutilización de los jóvenes de 15 a 24 años, 2019
(En porcentajes)
Tasa de
desocupación
18,8
América Latina
13,0
Argentina
Bolivia
(Est. Plur. de)
Brasil
30,4
31,4
23,0
No estudian
ni realizan tareas
remuneradasa
Tasa compuesta
de subutilización
laboral (LU4)
39,4
29,6
27,3
19,8
28,8
12,6
24,3
45,6
39,1
18,4
13,2
9,7
8,2
16,6
10,6
32,6
24,1
41,2
16,4
33,6
37,0
26,0
16,8
37,1
28,0
20,2
24,9
31,0
27,2
25,1
46,1
15,1
58,2
51,2
34,8
14,1
22,8
7,2
6,9
12,8
El Salvador
5,7
17,7
Honduras
7,6
8,0
29,9
17,5
Panamá
10,2
12,1
7,9
15,7
16,7
Uruguay
Venezuela
(Rep. Bol. de) d
32,8
24,0
17,9
10,1
41,0
25,3
38,8
26,5
26,3
10,8
23,8
10,8
22,3
38,2
31,1
28,5
11,8
17,9
31,9
18,5
6,9
22,8
35,2
33,8
28,3
43,5
54,8
44,9
15,7
26,4
19,3
20,2
Paraguay
Rep. Dominicana
29,3
7,7
42,6
13,0
44,3
12,3
14,6
6,4
Perú
45,9
20,2
11,9
13,8
6,7
Nicaraguac
6,9
33,5
16,4
48,8
12,3
4,4
33,0
11,6
17,1
16,4
6,3
11, 9
37,0
21,6
15,5
11,8
15,9
4,0
Méxicob
19,1
13,8
8,3
Guatemala
22,1
42,2
36,1
12,0
Ecuador
29,2
39,7
35,6
19,6
35,4
15,9
50,8
21,0
30,6
25,4
6,5
43,6
33,0
35,0
18,4
19,9
15,2
12,9
31,6
20,3
19,1
Costa Rica
Tasa combinada
de desocupación
y fuerza laboral
potencial (LU3)
23,9
Chile
Colombia
Tasa combinada
de desocupación
y subempleo
relacionados con
el tiempo (LU2)
15,0
45,5
37,2
17,1
41,4
30,9
28,8
39,6
34,8
18,4
23,2
14,2
52,5
42,9
22,8
17,6
14,9
10,5
Mujeres jóvenes
Hombres jóvenes
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Organización Internacional del Trabajo (OIT), ILOSTAT [base de datos en línea] https://ilostat.ilo.org/es/.
Nota: LU2 representa la proporción de la fuerza laboral que está desempleada o subempleada por tiempo; LU3 representa la proporción de la fuerza laboral que está desempleada
y la fuerza laboral potencial (personas inactivas que expresan algún tipo de interés por ingresar al mercado laboral, ya sea buscando empleo o estando disponibles para
trabajar), y LU4 representa la proporción de la fuerza laboral extendida que está en desempleo o en subempleo relacionado con el tiempo.
a Tasa de jóvenes que no estudian ni realizan actividades remuneradas calculada con base en las encuestas de hogares. Los datos de Chile y Colombia corresponden a 2017; los de
Guatemala y México, a 2018, y los de Nicaragua, a 2014.
b La tasa combinada de subempleo y desempleo relacionada con el tiempo (LU2) corresponde a 2014.
c Datos de 2014. Las tasas LU2 y LU4 corresponden a 2012.
d Datos de 2017.
165
166
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo III
4.
En 2020, la pandemia tuvo un efecto
desproporcionadamente fuerte
en los jóvenes
La crisis provocada por la pandemia de COVID-19 tuvo un fuerte impacto multidimensional
en los jóvenes, que puede resumirse en tres grandes aspectos6: i) interrupción de la
educación y la formación para el trabajo, ii) dificultades para los que recién estaban
ingresando al mercado laboral o para los que se encontraban buscando empleo a
principios de 2020 y iii) pérdida de empleos, reducción de salarios o deterioro de las
condiciones laborales de aquellos que estaban trabajando.
Entre los jóvenes que ya formaban parte del mercado laboral, las estimaciones de
los principales indicadores reflejan el fuerte impacto que ha tenido la crisis sobre este
grupo etario. De acuerdo con la información disponible de nueve países de la región,
su tasa de participación se redujo, en promedio, 5 puntos porcentuales y su tasa de
ocupación, casi 6 puntos porcentuales, con lo cual llegó al 32,7% en 2020 (véase el
gráfico III.17). Por su parte, la tasa de desocupación alcanzó un 23% en promedio, cifra
que representa aproximadamente a 7 millones de jóvenes.
Gráfico III.17
América Latina (9 países)a: tasas de participación, ocupación y desocupación de los jóvenes de 15 a 24 años,
2019 y 2020
(En porcentajes)
50
45
47,6
42,4
38,1
40
35
32,7
30
25
20,0
20
23,0
15
10
5
0
2019
2020
Tasa de participación
Tasa de ocupación
Tasa de desocupación
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de las encuestas de hogares de los países.
a Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, México, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay.
a) La dinámica del impacto muestra una recuperación hacia
fines del 2020
Al igual que en el caso de los datos de empleo agregados, el impacto más significativo
se registró en el segundo trimestre de 2020. En ese trimestre, solo el 26,1% de los
jóvenes de 15 a 24 años estaba ocupado, y su tasa de desocupación alcanzó el 26,6%.
A partir de entonces, se observa una lenta recuperación de la tasa de participación de
6
Véase OIT (2020b).
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo III
los jóvenes, debido a su retorno gradual al mercado laboral (véase el subgráfico III.18A),
así como de la tasa de ocupación, por la reapertura de la actividad económica (véase el
subgráfico III.18B). Esto produjo una mejora en el indicador de la desocupación, pero
recién a partir del cuarto trimestre de 2020. La recuperación de la tasa de ocupación
ha sido más lenta que la de participación, por lo que la tasa de desocupación juvenil
continúa situándose en niveles muy superiores a los de antes de la pandemia, al igual
que la de los adultos (véase el subgráfico III.18C).
Gráfico III.18
América Latina (9 países)a: evolución de la tasas de participación, ocupación y desocupación
de jóvenes y adultos, cuarto trimestre de 2019 a cuarto trimestre de 2020
(En porcentajes)
A. Tasa de participación
81,2
80
80,1
75,9
78,8
71,4
70
60
50
45,4
45,4
39,8
40
42,5
35,2
30
20
Trim 4
2019
Trim 1
Trim 2
2020
Trim 3
2019
Trim 4
2020
B. Tasa de ocupación
80
76,7
74,8
68,6
70
72,1
64,4
60
50
40
36,4
35,9
30
20
26,1
29,4
32,2
Adultos (25 a 60 años)
Jóvenes (15 a 24 años)
Trim 4
2019
Trim 1
Trim 2
2020
Trim 3
2019
Trim 4
2020
167
168
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo III
Gráfico III.18 (conclusión)
C. Tasa de desocupación
30
26,6
26,2
24,5
25
20
20,0
21,3
15
10,2
10
5,6
9,4
6,7
8,3
5
Jóvenes (15 a 24 años)
0
Trim 4
2019
Trim 1
Trim 2
2020
Trim 3
2019
Trim 4
2020
Adultos (25 a 60 años)
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de las encuestas de hogares de los países.
a Promedio simple de los siguientes países: Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, México, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay.
En algunos países, la proporción de jóvenes que buscan empleo se incrementó por
encima de este promedio. En la Argentina, el Brasil, Chile y el Uruguay, uno de cada
tres jóvenes activos estaba desocupado a finales de 2020 y, en Costa Rica, más del
40% de los jóvenes activos se encontraba en esta situación (véase el gráfico III.19).
Gráfico III.19
América Latina (13 países): tasa de desocupación de los jóvenes de 15 a 24 años, cuarto trimestre de 2019
a cuarto trimestre de 2020
(En porcentajes)
50
45
40
Costa Rica
Uruguay
Brasil
Argentina
Jamaica
Chile
Colombia
Rep. Dominicana
Paraguay
Perú
Bolivia (Est. Plur. de)
México
Ecuador
35
30
25
20
15
10
5
0
Trim 4
2019
Trim 1
Trim 2
2020
Trim 3
2019
Trim 4
2020
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de las encuestas de hogares de los países.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo III
b) Una elevada proporción de la pérdida de empleos se
concentra en los jóvenes en situación de informalidad y
aquellos empleados en sectores muy afectados por la crisis,
como los relacionados con el turismo y el comercio
Durante la pandemia, las personas jóvenes con empleo se vieron particularmente
afectadas por diversas razones. Como se mencionó anteriormente, sus desventajas
se asocian a su mayor presencia en el empleo informal. En los países sobre los que
se dispone de información, se observa que la disminución de la tasa de ocupación
de los jóvenes fue mayor entre los trabajadores informales en el Brasil y México y
entre los trabajadores formales en Chile, el Perú y la República Dominicana (véase el
gráfico III.20). Sin embargo, dada la alta incidencia de la informalidad en el Perú y la
Republica Dominicana, en valores absolutos, la mayor pérdida de empleo se produjo
entre los jóvenes en el sector informal (véase el gráfico III.21). En períodos de crisis,
ante la disminución de la demanda y la necesidad de reducir su personal, las empresas
suelen responder manteniendo a los empleados con más experiencia o capacitación
o con mayores niveles de productividad y eliminando los puestos de trabajadores con
menos antigüedad, cuyos costos asociados al despido son menores.
Gráfico III.20
América Latina (5 países): variación en la tasa de ocupación de los jóvenes de 15 a 24 años,
según condición de informalidad, entre 2019 y 2020
(En porcentajes)
0
-0,05
-0,10
-0,15
-0,20
-0,25
-0,30
-0,35
Trabajadores formales
Trabajadores informales
Brasil
Chile
México
Perú
Rep. Dominicana
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de las encuestas de hogares de los países.
169
170
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo III
Gráfico III.21
América Latina (5 países): variación del número de jóvenes ocupados de 15 a 24 años,
según condición de informalidad, entre 2019 y 2020
(En millones de personas)
0
-0,2
-0,4
-0,6
-0,8
-1,0
-1,2
-1,4
Trabajadores informales
Trabajadores formales
Brasil
México
Chile
Perú
Rep. Dominicana
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de las encuestas de hogares de los países.
Asimismo, el impacto en los jóvenes fue mayor por su sobrerrepresentación en
ocupaciones que se vieron muy afectadas por las medidas de confinamiento, como los
sectores de servicios de restauración y hotelería y de comercio. De acuerdo con los datos
de los países que cuentan con información al respecto, en promedio, el 25% de los jóvenes
ocupados trabaja en el comercio y el 9% en servicios relacionados con el alojamiento
y la restauración, en comparación con un 19% y un 6% de los adultos ocupados de
25 a 59 años. En el sector del comercio, la caída de la ocupación fue del 16,6% entre
los jóvenes y en el de los servicios de alojamiento y de comidas, del 30,5% (véase el
gráfico III.22).
Gráfico III.22
América Latina (9 países)a: variación de la cantidad de ocupados, por rama de actividad y grupo de edad,
entre 2019 y 2020
(En porcentajes)
Otros servicios
Administración pública
Alojamiento y servicios de comidas
Transporte y almacenamiento
Comercio al por menor y al por mayor
Construcción
Industria manufacturera
Agricultura, ganadería, caza,
silvicultura y pesca
25 a 59 años
15 a 24 años
-35
-30
-25
-20
-15
-10
-5
0
5
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de las encuestas de hogares de los países.
a Argentina, Brasil, Bolivia (Estado Plurinacional de), Colombia, Chile, México, República Dominicana, Perú y Paraguay. En el caso del Paraguay, el sector de comercio,
restaurantes y hoteles se presenta sin desagregación, dentro del sector del comercio.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
5.
Múltiples factores limitan la plena inserción
laboral de los jóvenes en la región
Los datos disponibles indican que existen grandes dificultades para la plena inserción
laboral de los jóvenes en América Latina, las cuales responden a múltiples factores
tanto de oferta como de demanda, así como a limitaciones de contexto.
Por el lado de la oferta, se podría mencionar que el importante aumento del acceso
a la educación formal no ido acompañado de una mejora sustancial en la calidad de la
educación. Existe una marcada segmentación educativa que reproduce y perpetúa la
desigualdad social. No es sorprendente que los resultados de las pruebas internacionales
sitúen a la región significativamente por debajo de la media de los países desarrollados.
Asimismo, diversos factores han hecho que la enseñanza y formación técnica y
profesional —que es uno de los canales más importantes para vincular rápidamente
a los jóvenes con el mercado laboral7— se valoren muy poco en la región. Según
estimaciones basadas en datos de la ETET, muy pocos jóvenes de la región tienen
expectativas de trabajar en ocupaciones técnicas (OCDE, 2017).
Por el lado de la demanda, a partir de 2014 la región ha crecido a tasas muy bajas,
lo que se ha traducido en una escasa generación de empleo. Esto afecta a todos los
trabajadores y, en particular, a los jóvenes que recién ingresan al mercado laboral y
cuentan con menos años de experiencia (CEPAL/OIT, 2019). También existen aspectos
de contexto que dificultan el proceso de transición de los jóvenes de la escuela al mundo
productivo. Uno de ellos es la importante desconexión entre las habilidades técnicas y
socioemocionales de los jóvenes y las demandadas por los empleadores. A ello contribuyen
los problemas de acceso y disponibilidad de información y servicios de intermediación
laboral en América Latina, pues el desarrollo de sistemas de información laboral es
relativamente reciente en la región. Esto implica que la mayoría de las decisiones que los
jóvenes deben tomar a la hora de definir áreas de estudio y oportunidades de inserción
laboral se basan en información incompleta y a veces anecdótica. Los rápidos avances
tecnológicos en materia de digitalización y disponibilidad de datos de los últimos años
constituyen una herramienta crucial para mejorar esta situación y orientar la formación
de los jóvenes, rompiendo estereotipos de género, especialmente en las áreas técnicas.
La crisis producida por la pandemia ha exacerbado los problemas preexistentes en
todas las áreas mencionadas. El apoyo brindado a los jóvenes para mitigar el impacto
que sobre ellos tiene esta crisis debe considerar diversos aspectos, entre los cuales
pueden mencionarse los siguientes:
a) Mantener la motivación de los jóvenes en contextos
desafiantes
Los factores mencionados se conjugan para conformar un entorno donde muchas veces
existe una desarticulación entre las aspiraciones de los jóvenes y las oportunidades
que en realidad ofrece el mercado laboral. Según datos de la ETET, casi el 70% de
los jóvenes entrevistados del Brasil, Colombia, Jamaica y la República Dominicana
querrían trabajar en el sector público o tener su propio negocio, y la preferencia por los
7
Como se menciona en Muñoz Rojas (2019), entre los factores que actúan como reproductores de esta baja valoración de la
enseñanza técnica y profesional están la percepción de que va ligada a una educación de menor calidad y la composición
socioeconómica de su matrícula. Quienes participan en los programas de formación técnico-profesional provienen en mayor
medida de los sectores de menores ingresos y, en algunos casos, han abandonado la educación formal.
Capítulo III
171
172
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo III
empleos en el sector privado es muy baja8. Solo los jóvenes de El Salvador y el Perú
tienen mayores expectativas de trabajar en este sector (OCDE, 2017). En una encuesta
telefónica realizada en 2016 por la OIT, también destaca la preferencia de los jóvenes
por trabajar en sus propias empresas en el futuro (69%), aunque, en ese momento,
menos del 10% de los jóvenes encuestados lo hacían. También se registró un porcentaje
considerable de jóvenes que quería trabajar en el sector público (41%), si bien solo un
16% efectivamente lo hacía. La encuesta muestra una perspectiva optimista por parte
de los jóvenes sobre las oportunidades que el futuro les depara (OIT, 2017).
La pandemia y los cambios disruptivos que ha generado en la educación y el
mercado laboral no hacen más que aumentar los riesgos asociados a la ampliación
de las brechas entre las expectativas y la realidad, por lo que resulta primordial actuar
para mantener la motivación entre los jóvenes ante este nuevo escenario, ofreciendo
información sobre las nuevas oportunidades que podrían generarse.
b) Evitar los efectos a largo plazo de las dificultades al comienzo
de la vida laboral
La pandemia ha afectado significativamente a este grupo poblacional, dado que los
jóvenes se encuentran en un momento crucial del ciclo de vida, en el que se sientan
las bases que marcarán su vida adulta. La nueva realidad ha limitado sus posibilidades
de capacitarse y crear nuevas relaciones sociales, y se encuentran en un escenario
de escasas oportunidades para su desarrollo laboral. Una crisis de estas dimensiones
tiene repercusiones en distintas áreas del desarrollo socioemocional y la autonomía
económica de los jóvenes. Diversos estudios indican que los efectos negativos de
comenzar la transición de la escuela al trabajo en períodos de crisis pueden durar varios
años. Estos efectos no solo se relacionan con la empleabilidad, los salarios y la calidad
del empleo, sino también con otros aspectos económicos, sociales y de salud. Los
períodos prolongados de inactividad o de búsqueda de un empleo satisfactorio pueden
provocar desaliento y pérdida de capacidades, lo que puede tener efectos negativos
de más largo plazo. En la región, también puede influir en la decisión de emigrar de los
jóvenes, principalmente de los que tienen la capacidad económica para hacerlo, que
en general son los que poseen un mayor nivel de educación. Se plantea la necesidad
de motivar a los jóvenes, especialmente a aquellos en trabajos poco satisfactorios,
para que continúen buscando las oportunidades que podrían aparecer a medida que
las economías se vayan recuperando y de apoyarlos para que no crean que los nuevos
desafíos que enfrentan reflejan fallas personales o una falta de habilidades (Schwandt
y von Wachter, 2020).
c) Aprovechar las ventajas de la tecnología y el espacio
para la innovación
Las nuevas tecnologías han producido cambios muy importantes en los mercados
laborales. Los jóvenes están ingresando a mercados donde predominan nuevas
formas de producción, incluidas las cadenas globales de valor, la fragmentación de
los procesos de producción y la automatización. La época actual está marcada por
múltiples incertidumbres que se manifiestan en nuevas formas de trabajo (por ejemplo,
el trabajo en plataformas digitales), una mayor rotación de empleos e inestabilidad de
ingresos, ya que los empleos temporales o de corto plazo se han vuelto más comunes
(Chacaltana y Dasgupta, 2021). La pandemia ha acelerado estos cambios tecnológicos
y ha puesto de relieve la importancia de poder acceder a las nuevas tecnologías y de
8
Hay que destacar que, en general, los empleos en el sector público se caracterizan por ofrecer mejores condiciones laborales,
principalmente en lo referido a protección social y representación sindical.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
saber utilizarlas. Por ello, a fin de aprovechar las ventajas de las nuevas tecnologías,
resulta primordial trabajar para reducir los riesgos que suponen las brechas digitales
originadas en las diferencias en materia de acceso a una educación de calidad, a servicios
de conexión a Internet y a dispositivos electrónicos. Aquellos que sepan adaptarse
rápidamente a contextos más digitalizados tendrán una mayor probabilidad de éxito,
ya que, por ejemplo, podrán aprovechar la mayor y más variada oferta de capacitación
virtual o serán capaces de encontrar trabajos que puedan realizarse de forma remota.
d) Implementar las reformas necesarias en los programas
ya existentes para potenciar su efectividad
En general, la región cuenta con una larga trayectoria en materia de implementación
de programas orientados a la inclusión social y laboral de los jóvenes. Sin embargo, antes
de la pandemia existían numerosos desafíos y espacios de mejora, que se hacen más
relevantes en el nuevo contexto. Muchos de los programas existentes se han adaptado
para enfrentar este período de crisis, y, en los próximos meses, será indispensable evaluar
estas transformaciones y analizar las opciones a largo plazo (Vezza, 2021). Entre las
principales lecciones extraídas de la historia de políticas de empleo juvenil en la región,
destaca la necesidad de complementar las políticas de oferta (capacitación y desarrollo
de habilidades, y eliminación de barreras económicas, sociales y culturales) con políticas
de demanda, que deberán estar presentes en los programas de generación de empleo
pospandemia. Asimismo, cabe subrayar la necesidad de promocionar el diálogo, hacer
partícipe de este proceso al sector privado y fomentar la coordinación interinstitucional.
Bibliografía
Abramo, L., S. Cecchini y B. Morales (2019), Programas sociales, superación de la pobreza e
inclusión laboral: aprendizajes desde América Latina y el Caribe, Libros de la CEPAL, Nº 155
(LC/PUB.2019/5-P), Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Adams-Prassl, A. y otros (2020), “Work that can be done from home: evidence on variation within
and across occupations and industries”, Discussion Paper series, Nº 13374, Bonn, Institute
of Labor Economics (IZA), junio.
Agüero, A., M. Bustelo y M. Viollaz (2020), ¿Desigualdades en el mundo digital? Brecha de
género en el uso de las TIC, Washington, D.C., Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Alon, T. y otros (2020), “This time it’s different: the role of women’s employment in a pandemic
recession”, Discussion Paper series, Nº 13562, Bonn, Institute of Labor Economics (IZA), agosto.
Alzúa, M. L., G. Cruces y C. López (2015), “Youth training programs beyond employment:
experimental evidence from Argentina”, Documento de Trabajo, Nº 177, La Plata, Centro de
Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS).
Andrew, A. y otros (2020), “The gendered division of paid and domestic work under lockdown”,
Discussion Paper series, Nº 13500, Bonn, Institute of Labor Economics (IZA), julio.
Biroli, P. y otros (2020), “Family life in lockdown”, Discussion Paper series, Nº 13398, Bonn,
Institute of Labor Economics (IZA), junio.
Bonavida Foschiatti, C. y L. Gasparini (2020), “El impacto asimétrico de la cuarentena”, Documentos
de Trabajo, Nº 261, La Plata, Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS), abril.
Brussevich, M., E. Dabla-Norris y S. Khalid (2020), “Who will bear the brunt of lockdown policies?
Evidence from tele-workability measures across countries”, IMF Working Paper, Nº WP/20/88,
Washington, D.C., Fondo Monetario Internacional (FMI).
CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) (2021a), Panorama Social de
América Latina, 2020 (LC/PUB.2021/2-P), Santiago.
(2021b), “La autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con
igualdad”, Informe Especial COVID-19, Nº 9, Santiago, febrero.
(2020a), Observatorio Demográfico, 2019 (LC/PUB.2019/24-P), Santiago.
Capítulo III
173
174
Capítulo III
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
(2020b), “Enfrentar los efectos cada vez mayores del COVID-19 para una reactivación con
igualdad: nuevas proyecciones”, Informe Especial COVID-19, Nº 5, Santiago, julio.
(2019), La autonomía de las mujeres en escenarios económicos cambiantes (LC/CRM.14/3),
Santiago.
CEPAL/OEI (Comisión Económica para América Latina y el Caribe/Organización de Estados
Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura) (2020), “Educación, juventud y trabajo:
habilidades y competencias necesarias en un contexto cambiante”, Documentos de Proyectos
(LC/TS.2020/116), Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
CEPAL/OIT (Comisión Económica para América Latina y el Caribe/Organización Internacional del
Trabajo) (2021), “Trabajo decente para los trabajadores de plataformas en América Latina”,
Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe, Nº 24 (LC/TS.2021/71), Santiago.
(2019), “Evolución y perspectivas de la participación laboral femenina en América Latina”,
Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe, Nº 21 (LC/TS.2019/66), Santiago, octubre.
(2017), “La transición de los jóvenes de la escuela al mercado laboral”, Coyuntura Laboral en
América Latina y el Caribe, Nº 17 (LC/TS.2017/86), Santiago, octubre.
CEPAL/ONU-Mujeres (Comisión Económica para América Latina y el Caribe/Entidad de las
Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres) (2020),
Cuidados en América Latina y el Caribe en tiempos de COVID-19: hacia sistemas integrales
para fortalecer la respuesta y la recuperación, Santiago, agosto.
Chacaltana, J. y S. Dasgupta (eds.) (2021), Is the future ready for youth? Youth employment
policies for evolving labour markets, Ginebra, Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Cruces, G., A. Ham y M. Viollaz (2012), “Scarring effects on youth unemployment and informality:
evidence from Brazil”, La Plata, Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS)
[en línea] http://www.iza.org/conference_files/YULMI2012/viollaz_m8017.pdf.
Del Boca, D. y otros (2020), “Women’s work, housework and childcare, before and during
COVID-19”, Discussion Paper series, Nº 13409, Bonn, Institute of Labor Economics (IZA), junio.
Diaz, J. J. y D. Rosas (2016), “Impact evaluation of the job youth training program Projoven”, IDB
Working Paper series, Nº 693, Washington, D.C., Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
FMI (Fondo Monetario Internacional) (2021), “Recessions and recoveries in labor markets:
patterns, policies and responses to the COVID-19 shock”, World Economic Outlook: Managing
Divergent Recoveries, Washington, D.C., abril.
Garrote Sánchez, D. y otros (2020), “Who on earth can work from home?”, Policy Research
Working Paper, Nº 9347, Washington, D.C., Banco Mundial.
Gasparini, L. y M. Marchionni (eds.) (2015), Bridging gender gaps? The rise and deceleration of
female labor force participation in Latin America, La Plata, Centro de Estudios Distributivos,
Laborales y Sociales (CEDLAS).
Góes, G. S., F. dos S. Martins y J. S. Nascimento (2021), “O trabalho remoto e a pandemia: o
que a PNAD COVID-19 nos mostrou”, Carta de Coyuntura, Nº 50, Instituto de Investigaciones
Económicas Aplicadas (IPEA).
Gontero, S. y J. Weller (2015), “¿Estudias o trabajas? El largo camino hacia la independencia
económica de los jóvenes de América Latina”, serie Macroeconomía del Desarrollo, Nº 169
(LC/L.4103), Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
González-Velosa, C., L. Ripani y D. Rosas-Shady (2012), “¿Cómo mejorar las oportunidades
de inserción laboral de los jóvenes en América Latina?”, Notas Técnicas, Nº IDB-TN-305,
Washington, D.C., Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Gottlieb, C. y otros (2020), “Working from home in developing countries”, Discussion Paper series,
Nº 13737, Bonn, Institute of Labor Economics (IZA), septiembre.
Gutiérrez, D., G. Martin y H. Ñopo (2020), “El Coronavirus y los retos para el trabajo de las mujeres
en América Latina”, COVID 19-Serie de Documentos de Política Pública, Nº 18, Panamá,
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Karkee, V. y M. Sodergren (2021), “Cómo se está dejando atrás a las mujeres en la búsqueda
de un trabajo decente para todos”, Organización Internacional del Trabajo (OIT), 29 de marzo
[en línea] https://ilostat.ilo.org/es/how-women-are-being-left-behind-in-the-quest-for-decentwork-for-all/.
Kluve, J. y otros (2016), “Do youth employment programs improve labor market outcomes? A
systematic review”,Discussion Paper, Nº 10263, Bonn, Institute of Labor Economics (IZA), octubre.
Marchionni, M., L. Gasparini y M. Edo (2019), Brechas de género en América Latina: un estado
de situación, Caracas, Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Martínez Gómez, C., T. Miller y P. Saad (2013), “Participación laboral femenina y bono de género
en América Latina”, Documentos de Proyectos (LC/W.570), Santiago, Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL).
McKenzie, D. (2017), “How effective are active labor market policies in developing countries?
A critical review of recent evidence”, Policy Research Working Paper, Nº 8011, Washington,
D.C., Banco Mundial, marzo.
Muñoz Rojas, C. (2019), “Educación técnico-profesional y autonomía económica de las mujeres
jóvenes en América Latina y el Caribe”, serie Asuntos de Género, Nº 155 (LC/TS.2019/26),
Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Novta, N. y J. Cheng Wong (2017), “Women at work in Latin America and the Caribbean”, IMF
Working Paper, Nº WP/17/34, Washington, D.C., Fondo Monetario Internacional (FMI).
OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos) (2017), Youth Aspirations and the
Reality of Jobs in Developing Countries: Mind the Gap, París, OECD Publishing.
OIT (Organización Internacional del Trabajo) (2020a), “La respuesta al COVID-19: lograr la igualdad
de género en pos de un mejor futuro para las mujeres en el trabajo”, Reseña de Políticas,
Ginebra, mayo.
(2020b), Global Employment Trends for Youth 2020: Technology and the Future of Jobs, Ginebra.
(2020c), “Prevenir la exclusión del mercado de trabajo: afrontar la crisis del empleo juvenil
provocada por la COVID-19”, Reseña de Políticas, junio.
(2020d), Los jóvenes y la COVID-19: efectos en los empleos, la educación, los derechos y
el bienestar mental, Ginebra.
(2019a), Las mujeres en la gestión empresarial: argumentos para un cambio, Ginebra.
(2019b), “Mujeres en el mundo del trabajo: retos pendientes hacia una efectiva equidad en
América Latina y el Caribe”, Panorama Laboral Temático, Nº 5, Lima, Oficina Regional para
América Latina y el Caribe.
(2019c), Panorama Laboral 2019: América Latina y el Caribe, Lima, Oficina Regional para
América Latina y el Caribe.
(2017), El futuro del trabajo que queremos: la voz de los jóvenes y diferentes miradas desde
América Latina y el Caribe, Lima, Oficina Regional para América Latina y el Caribe.
(2015), Formalizando la informalidad juvenil: experiencias innovadoras en América Latina y
el Caribe, Lima, Oficina Regional para América Latina y el Caribe.
ONU-Mujeres/OIT/CEPAL (Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el
Empoderamiento de las Mujeres/Organización Internacional del Trabajo/Comisión Económica
para América Latina y el Caribe) (2020), Trabajadoras remuneradas del hogar en América
Latina y el Caribe frente a la crisis del COVID-19, Santiago, 12 de junio.
Ostry, J. y otros (2018), “Economic gains from gender inclusion: new mechanisms, new evidence”,
FMI Staff Discussion Note, Nº SDN/18/06, octubre.
Pimkina, S. y L. de la Flor (2020), “Promoting female labour force participation”, Jobs Working
Paper, Nº 56, Washington, D.C., Banco Mundial.
Schwandt, H. y T. von Wachter (2020), “The long shadow of an unlucky start”, Finance &
Development, diciembre.
Vezza, E. (2021), “Programas de empleo juvenil: revalidación de su papel en la agenda pública
pospandemia de COVID-19”, Documentos de Proyectos (LC/TS.2021/88), Santiago, Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Weller, J. (2020), “La pandemia del COVID-19 y su efecto en las tendencias de los mercados
laborales”, Documentos de Proyectos (LC/TS.2020/67), Santiago, Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL).
Capítulo III
175
CAPÍTULO
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Las nuevas tecnologías y los
desafíos del futuro del trabajo
en América Latina y el Caribe
Introducción
A. El riesgo de sustitución tecnológica del trabajo
B. La generación de nuevas ocupaciones y nuevos empleos
C. Transformaciones de ocupaciones y empleos
D. La visión integrada
E. Nuevos modelos de negocio y generación de empleo:
el trabajo en plataformas digitales
F. Las perspectivas del trabajo remoto en la región
G. Conclusiones
Bibliografía
Anexo IV.A1
Anexo IV.A2
Anexo IV.A3
IV
Capítulo IV
177
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Introducción
La evolución del empleo depende tanto de la coyuntura económica y las diferentes
políticas para su promoción como de varias tendencias de largo plazo. Entre ellas
destacan las innovaciones tecnológicas, así como cambios demográficos, culturales,
políticos y ambientales, y la transformación sostenible de la producción y el consumo
(Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo, 2019; CEPAL, 2020a). En este capítulo
se analizan la manera en que las transformaciones tecnológicas inciden en el empleo
en América Latina y el Caribe y sus características, y los desafíos sociales, económicos
y de política que surgen en este contexto para avanzar hacia el cumplimiento de los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en especial del Objetivo 8, que plantea
“promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo
pleno y productivo y el trabajo decente para todos”.
Las innovaciones tecnológicas, su aplicación en los procesos productivos y las
transformaciones sociales, culturales y políticas relacionadas con ellas han sido motores
del crecimiento de la productividad y de la generación de bienestar, sobre todo durante
los últimos dos siglos (CEPAL, 2012). Por otra parte, estos procesos transformativos
han sido disruptivos, particularmente en términos de empleo, dado que la destrucción
creativa relacionada con ellos ha incidido en la destrucción, generación y transformación
de muchos puestos de trabajo.
Las transformaciones tecnológicas en curso se suelen caracterizar como una
cuarta revolución industrial. Las interpretaciones sobre su impacto en la cantidad del
empleo y sus características se basan generalmente en uno de los enfoques que
se presentan en el anexo IV.A1. Allí se plantea que el más adecuado es un enfoque
contextual condicionado, que adopta como punto de partida el reconocimiento de las
características específicas de las tecnologías y la manera en que inciden en los procesos
de trabajo, pero insiste en la importancia del espacio de las políticas públicas, las
estrategias empresariales y las acciones de los trabajadores para influir en la evolución
del empleo y sus características.
En la sección A se presentan los resultados de un análisis sobre los riesgos de
sustitución tecnológica del trabajo en América Latina, sobre la base de una metodología
que toma en cuenta las características estructurales de los mercados laborales de los
países de la región. Se muestran los resultados para 12 países y se analiza la manera
diferenciada en que este riesgo afecta a las personas ocupadas, según sexo, nivel
educativo, edad y rama de actividad. En la sección B se discuten las perspectivas de
la generación de nuevos empleos que pueden surgir de manera directa o indirecta en
el contexto de las transformaciones tecnológicas en curso. Además de la destrucción
de empleos y la generación de nuevas oportunidades laborales, están en proceso
transformaciones del trabajo que tienen y tendrán un impacto transversal, al que se
hace referencia en la sección C. Se subraya que se requieren una serie de políticas
para que tanto la generación como la transformación de empleos sean inclusivas,
entre otras un ajuste de las políticas de educación y formación. En la sección D se
ofrece una visión integrada de los diferentes procesos de destrucción, generación y
transformación tecnológica de empleos. En las secciones siguientes se presentan
dos ejemplos de importantes transformaciones laborales, el trabajo en plataformas
digitales y el teletrabajo, destacándose en ambos casos los desafíos de una regulación
que contribuya a enfrentar amenazas de precarización y que incida en que los cambios
tecnológicos favorezcan avances en lo referente al Objetivo 8. En la sección final se
resumen las principales conclusiones del capítulo, poniéndose de relieve el papel de
las políticas públicas, a las que se refiere el capítulo V.
IV
Capítulo IV
179
180
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo IV
A. El riesgo de sustitución tecnológica
del trabajo
El primer paso para analizar el riesgo de sustitución tecnológica del trabajo consiste
en identificar la capacidad de las nuevas tecnologías de sustituir el trabajo realizado
por los seres humanos, para lo cual se han desarrollado varias metodologías (véase el
anexo IV. A2). Cabe señalar que los riesgos de sustitución así estimados no necesariamente
se harán realidad, dado que eso depende de otros factores (económicos y políticos),
más allá de lo estrictamente tecnológico.
Además, al aplicar a América Latina metodologías diseñadas para estimar el riesgo
de sustitución tecnológica del trabajo en países desarrollados se desconoce la relevancia
que tienen al respecto las diferencias estructurales tanto del aparato productivo como
de los mercados laborales, lo que se traduce en resultados poco convincentes. Por
lo tanto, a continuación se presentan los resultados de una estimación de los riesgos
de sustitución tecnológica del trabajo basada en la metodología de Frey y Osborne
(2013), pero ajustada por Weller, Gontero y Campbell (2019), quienes toman en cuenta
la segmentación de los mercados laborales de la región, donde los sectores de baja
productividad no se ven afectados por los cambios tecnológicos (véase el anexo IV.A3).
En promedio, para 12 países de la región, la probabilidad media de sustitución
tecnológica es de un 62% con la metodología original de Frey y Osborne (2013) y
de un 24% con la metodología ajustada. Asimismo, mientras que el cálculo según
la metodología original indica que alrededor de un 43% de los ocupados enfrentan un
alto riesgo de sustitución (probabilidad entre un 70% y un 100%), según la metodología
ajustada alrededor de un 16% de ellos se encuentran en esa situación (véase el gráfico IV.1).
Gráfico IV.1
América Latina (12 países)a: riesgo de sustitución tecnológica del trabajo humano, según el método de Frey
y Osborne en sus versiones original y ajustada, promedios simples, alrededor de 2015
(En porcentajes)
60
56,2
50
42,9
41,3
40
30
20
16,1
16,3
15,8
11,5
10
Método original
0
Método ajustado
Riesgo alto
Riesgo medio
Riesgo bajo
Sectores de baja productividad
(sin riesgo de sustitución)
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de J. Weller, S. Gontero y S. Campbell, “Cambio tecnológico y empleo: una perspectiva
latinoamericana. Riesgos de la sustitución tecnológica del trabajo humano y desafíos de la generación de nuevos puestos de trabajo”, serie Macroeconomía del
Desarrollo, Nº 201 (LC/TS.2019/37), Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2019.
a Los países considerados son: Argentina, Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Perú, República Dominicana
y Uruguay.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo IV
Al aplicar la metodología original a países con un PIB per cápita relativamente bajo,
se observa que tendrían una mayor proporción de trabajadores en ocupaciones con alto
riesgo1. En contraste, la metodología ajustada arroja el resultado contrario. Si los ocupados
en el sector de baja productividad no se ven afectados por la sustitución tecnológica, son los
países donde los sectores de productividad alta y media son relativamente más grandes los
que tienden a tener más empleos con mayor riesgo de sustitución (véase el gráfico IV.2).
Gráfico IV.2
América Latina (12 países)a: PIB per cápita y riesgo promedio de sustitución tecnológica del empleo,
según el método de Frey y Osborne en sus versiones original y ajustada, alrededor de 2015
(En dólares de 2010 y porcentajes)
A. Método en su versión original
Proporción de empleos con alto riesgo
de sustitución
60
50
40
30
20
10
0
0
2 000
4 000
6 000
8 000
10 000
12 000
14 000
16 000
10 000
12 000
14 000
16 000
PIB per cápita
B. Método en su versión ajustada
Proporción de empleos con alto riesgo
de sustitución
35
30
25
20
15
10
5
0
0
2 000
4 000
6 000
8 000
PIB per cápita
Fuente: J. Weller, S. Gontero y S. Campbell, “Cambio tecnológico y empleo: una perspectiva latinoamericana. Riesgos de la sustitución tecnológica del trabajo humano
y desafíos de la generación de nuevos puestos de trabajo”, serie Macroeconomía del Desarrollo, Nº 201 (LC/TS.2019/37), Santiago, Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL), 2019.
a Los países considerados son: Argentina, Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Perú, República Dominicana
y Uruguay.
1
A este resultado llegan, aplicando la metodología de Frey y Osborne (2013), el Banco Mundial (2016), el Banco Interamericano
de Desarrollo (BID) y otros (2018), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL, 2019), Mateo-Berganza y
Rucci (2019) y Ripani y otros (2020). El mismo resultado arroja la metodología aplicada por Chui, Manyika y Miremadi (2017),
quienes tampoco toman en cuenta las diferencias estructurales entre los países.
181
182
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo IV
El método no ajustado de Frey y Osborne (2013) arroja una proporción levemente mayor
de mujeres que de hombres en ocupaciones con alto riesgo de sustitución tecnológica
(un 45% frente a un 42% en el promedio de los 12 países considerados). Sin embargo, la
metodología ajustada genera otro resultado, principalmente debido a que la proporción de
mujeres que trabajan en el sector de baja productividad es más elevada que la de hombres.
Para el conjunto de ocupados, un 18% de los hombres y un 14% de las mujeres se encuentran
en alto riesgo de sustitución de su empleo2. El alto riesgo de sustitución tecnológica en el
caso de los hombres se debe, sobre todo, a que están sobrerrepresentados en ramas de
actividad que presentan mayores niveles de riesgo, mientras que las mujeres suelen enfrentar
altos riesgos de sustitución de sus ocupaciones porque dentro de las diferentes ramas
de actividad trabajan, en mayor grado que los hombres, en ocupaciones más sustituibles.
De manera similar a los resultados de Frey y Osborne (2013) y otros autores, la aplicación
del método ajustado muestra que los ocupados de mayor nivel educativo enfrentan riesgos
de sustitución tecnológica relativamente bajos. Aun así, un 14% de los ocupados de mayor
nivel educativo se desempeñan en una ocupación con alto riesgo de sustitución (véase
el gráfico IV.3). Este es el caso de un 20% de los ocupados con educación media y de un
13% de los ocupados con bajo nivel educativo (hasta la enseñanza primaria completa). Sin
embargo, esta proporción relativamente menor de las personas menos calificadas se debe
a que ellas mayoritariamente se desempeñan en el sector de baja productividad, donde
no enfrentan el riesgo de sustitución tecnológica. Si el análisis se limita a los sectores
de productividad alta y media, la proporción de ocupados con alto riesgo de sustitución
tecnológica sube a un 52% en el caso de los menos calificados, un 45% en el de los
ocupados con nivel educativo intermedio y un 19% en el de los más calificados. Una
buena parte de los ocupados de menor nivel educativo que podrían perder su empleo en
una actividad en los sectores de productividad alta o media probablemente tendrán que
refugiarse en el sector de baja productividad, en vista de que los cambios en la demanda
de habilidades les obstaculizan el acceso a nuevos empleos en los otros sectores.
Gráfico IV.3
América Latina (12 países)a: riesgo de sustitución tecnológica del empleo, por nivel educativo, según el método
de Frey y Osborne en su versión ajustada, promedios simples, alrededor de 2015
(En porcentajes)
80
70
60
50
40
30
Riesgo alto
Riesgo medio
Riesgo bajo
Sectores de baja productividad
(sin riesgo de sustitución)
20
10
0
Nivel educativo alto
Nivel educativo medio
Nivel educativo bajo
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de J. Weller, S. Gontero y S. Campbell, “Cambio tecnológico y empleo: una perspectiva
latinoamericana. Riesgos de la sustitución tecnológica del trabajo humano y desafíos de la generación de nuevos puestos de trabajo”, serie Macroeconomía del
Desarrollo, Nº 201 (LC/TS.2019/37), Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2019.
Nota: Los porcentajes dentro de cada nivel educativo suman 100.
a Los países considerados son: Argentina, Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Perú, República Dominicana
y Uruguay.
2
Si se analizan solo los sectores de productividad alta y media, donde existe riesgo de sustitución, este riesgo es elevado para un 38%
de los hombres y un 36% de las mujeres. Cabe señalar, además, que en estos sectores un 36% de las mujeres y un 22% de los hombres
enfrentan bajos riesgos de sustitución tecnológica (de un 0% a un 30% de probabilidad), diferencia que se explica por la presencia
relativamente alta de mujeres en ocupaciones en bajo riesgo de sustitución en sectores como la educación y la salud.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo IV
Entre los grupos de edad, los jóvenes enfrentan, en términos relativos, los mayores
riesgos de sustitución tecnológica del empleo. En promedio, un 20% de los ocupados
de entre 15 y 29 años están trabajando en una ocupación con alto riesgo de sustitución,
en tanto que un 16% del grupo etario de 30 a 54 años y un 10% de los ocupados de
55 años o más están en esa situación (véase el gráfico IV.4). Sin embargo, debido a la
composición etaria de la fuerza laboral, las personas de edad intermedia representan la
mayoría de las personas en ocupaciones con alto riesgo (un 56% del total de los ocupados
con alto riesgo), lo que subraya la necesidad de implementar estrategias de adaptación
continua de las habilidades a los cambios tecnológicos (aprendizaje permanente).
Gráfico IV.4
América Latina (12 países): riesgo de sustitución tecnológica del empleo, por grupos de edad, según el método
de Frey y Osborne en su versión ajustada, promedios simples, alrededor de 2015
(En porcentajes)
80
70
60
50
40
30
Riesgo alto
Riesgo medio
Riesgo bajo
Sectores de baja productividad
(sin riesgo de sustitución)
20
10
0
15 a 29
30 a 54
55 y más
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de J. Weller, S. Gontero y S. Campbell, “Cambio tecnológico y empleo: una perspectiva
latinoamericana. Riesgos de la sustitución tecnológica del trabajo humano y desafíos de la generación de nuevos puestos de trabajo”, serie Macroeconomía del
Desarrollo, Nº 201 (LC/TS.2019/37), Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2019.
Nota: Los porcentajes dentro de cada grupo etario suman 100.
a Los países considerados son: Argentina, Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Perú, República Dominicana
y Uruguay.
En vista de las grandes diferencias entre las ramas de actividad en cuanto a la
proporción que corresponde al sector de baja productividad, el ajuste metodológico
cambia significativamente la estructura de riesgo relativo entre estas ramas. Por ejemplo,
al aplicar la metodología original, las mayores proporciones de puestos de trabajo con alto
riesgo de sustitución tecnológica se encuentran en el rubro de restaurantes y hoteles,
el comercio y el sector agropecuario, con un 60%, un 57% y un 50%, respectivamente.
Al aplicar la metodología ajustada, estos porcentajes bajan a un 22%, un 14% y
un 15%, respectivamente, y los rubros que presentan las mayores proporciones de
ocupados con alto riesgo de sustitución tecnológica son los servicios financieros y a
empresas (40%), la administración pública (29%) y la industria manufacturera (27%).
En resumen, tomar en cuenta las características estructurales del mercado de trabajo
de América Latina conlleva resultados marcadamente diferentes a los que genera la
aplicación de la metodología desarrollada para el mercado laboral de los Estados Unidos
sin hacer ajustes. Considerar de manera más diferenciada la heterogeneidad de las
tareas que ejecutan los trabajadores que se desempeñan en puestos de trabajo del
mismo grupo de ocupación tendería a reducir adicionalmente la estimación del riesgo
de sustitución tecnológica.
183
184
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo IV
Por otra parte, hay que tomar en cuenta que estas estimaciones se refieren a la
factibilidad tecnológica de la sustitución del trabajo humano, en tanto que la introducción
de las nuevas tecnologías, así como las características de esta introducción, dependen
además de las estrategias empresariales, los contextos institucionales y las políticas
públicas que dan forma al contexto correspondiente. Específicamente en América Latina
existen una serie de factores que tienden a rezagar la introducción de estas nuevas
tecnologías, lo que atrasa el impacto correspondiente en el mercado laboral (véase el
anexo IV.A2).
Si bien según los resultados de la aplicación de la metodología ajustada el número
de empleos sustituidos en el corto plazo estaría limitado, lo que podría dar más tiempo
para ajustar las capacidades y habilidades para un aprovechamiento productivo de las
nuevas tecnologías, también hay que considerar que estos rezagos pueden implicar una
pérdida de competitividad que tendría impactos negativos en el empleo. Esto tiende
a ser más complejo en un contexto en que los mismos procesos de digitalización y
automatización reducen las ventajas competitivas basadas en menores costos laborales,
frenando e inicialmente revirtiendo los procesos de relocalización de fases específicas
de procesos productivos hacia países de menores niveles de desarrollo (CEPAL, 2020b)3.
Finalmente, se estima que la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19)
ha acelerado algunos procesos de sustitución tecnológica del trabajo, sobre todo en
ocupaciones con una alta proporción de tareas automatizables y en las que, a la vez, se
enfrentan altos riesgos de contagio (Chernoff y Warman, 2020). De esta manera, por
ejemplo, entre las grandes empresas encuestadas por el Foro Económico Mundial (2020)
un 50% del total, e incluso un 69% en el promedio de los tres países latinoamericanos
incluidos en la encuesta, afirmaron que como consecuencia de la pandemia se pretendía
acelerar los procesos de automatización, lo que sería congruente con la observación
de que la sustitución, sobre todo de ocupaciones con mayor contenido de tareas
rutinarias, históricamente se ha acelerado en períodos de recesión (McKinsey Global
Institute, 2021, págs. 57-59).
En el contexto de la pandemia, si bien entre las empresas latinoamericanas
prevalecieron en los primeros meses medidas que implicaban mantener a la mayor
parte del personal (CEPAL/OIT, 2020), además de despidos a causa de la reducción de
la actividad económica posiblemente también se aceleraron, por ejemplo, procesos
como la sustitución de las ventas presenciales por ventas digitales, con la pérdida
correspondiente de empleos en los canales de venta tradicionales4.
B. La generación de nuevas ocupaciones
y nuevos empleos
La introducción de nuevas tecnologías incentiva la generación de nuevos empleos a
través de varios canales, principalmente relacionados de forma directa con las tecnologías
y con el incremento de la productividad facilitado por ellas. A continuación, se revisan
algunos aspectos relacionados con el primero de estos procesos que compensarían
parcialmente la sustitución tecnológica de puestos de trabajo.
Los nuevos empleos que surgen como resultado de una relación directa con las
nuevas tecnologías pueden ubicarse en ocupaciones nuevas que emergen en este
3
4
Según Ripani y otros (2020), la introducción de robots en los Estados Unidos ha tenido un efecto negativo en el empleo y los
salarios de varios países latinoamericanos.
Entre el primer y el segundo trimestre de 2020, en América Latina el comercio electrónico se expandió un 157% (CEPAL, 2020c).
En el mundo en su conjunto, según McKinsey Global Institute (2021), el comercio electrónico aumentó en 2020 cinco veces más
rápido que antes de ese año.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
contexto o en puestos de trabajo que se generan en ocupaciones preexistentes, pero
de alguna manera transformadas por la nueva tecnología. Acemoglu y Restrepo (2016)
encontraron que entre 1980 y 2007 en los Estados Unidos las ocupaciones con más
actividades que tenían nuevas denominaciones y nuevas tareas crecieron más que las
ocupaciones sin nuevas denominaciones para actividades, y que este mayor crecimiento
aportó la mitad del total del empleo generado en ese período.
Algunos de los nuevos empleos surgen cuando empresas existentes entran en un
proceso de modernización tecnológica. Por ejemplo, entre las empresas grandes de la
Argentina, el Brasil y México encuestadas por el Foro Económico Mundial (2020), un
90% o más declararon que durante los próximos cinco años iban a introducir nuevas
tecnologías en las áreas de computación en la nube y procesamiento de textos,
imágenes y voz, y un 80% o más en las áreas de macrodatos, inteligencia artificial,
Internet de las cosas, comercio electrónico y ciberseguridad. De acuerdo con ello,
entre las diez ocupaciones que presentarían los mayores aumentos de demanda en
los tres países destacarán los especialistas en inteligencia artificial, los analistas de
datos y los especialistas en mercadeo digital, en tanto que en dos de los tres países
las ocupaciones con mayor expansión proyectada incluyen también a los especialistas
en transformación digital, los especialistas en la Internet de las cosas, los ingenieros
en tecnofinanzas, los gerentes de proyectos, los especialistas en automatización de
procesos y los gerentes de servicios a negocios.
Rodríguez (2021) resume los resultados de varios estudios sobre ocupaciones
emergentes en la Argentina, el Brasil, Chile y México, sobre la base de información de
la plataforma LinkedIn5, y encuentra una gran heterogeneidad entre estos países. Las
ocupaciones emergentes que aparecen en todos ellos son administrador o especialista
en redes sociales, consultor, desarrollador de software y fundador de empresa. Se espera
también una fuerte expansión en el caso de los científicos de datos, desarrolladores de
JavaScript, especialistas para el éxito del cliente, estrategas de negocios, ingenieros
de datos y representantes de ventas comerciales.
En los países latinoamericanos las empresas proyectan, por lo menos en el corto
plazo, un impacto positivo de la automatización en su planilla, probablemente por
la necesidad de contratar personal especializado para la introducción de las nuevas
tecnologías6. De todas maneras, los indicadores de digitalización en el sector productivo
muestran que hasta ahora en América Latina persisten rezagos en comparación con
los países desarrollados (CEPAL, 2021), lo que implica una menor creación de empleos
relacionados directamente con la introducción de las nuevas tecnologías.
Otros empleos nuevos que surgen a partir de la aplicación de nuevas tecnologías,
frecuentemente sin que se creen nuevas ocupaciones, son los trabajos relacionados
con las plataformas digitales; en particular, los trabajos que se asignan a través de
esta herramienta digital pero que se ejecutan en el ámbito local no suelen representar
ocupaciones nuevas, ya que principalmente se trata de repartidores, conductores,
cuidadores de personas, trabajadores de mantenimiento y reparaciones, educadores,
cuidadores de mascotas y entrenadores, entre otros. La situación es diferente en el caso
del trabajo en plataformas que se ejecuta en la Internet, en el que muchas actividades
son nuevas ya que emergieron precisamente con la expansión del mundo digitalizado7.
5
6
7
Hay que tomar en cuenta que esta plataforma no es representativa de los mercados laborales en su conjunto, ya que se utiliza,
sobre todo, para la oferta y demanda de ocupaciones calificadas, en muchos casos relacionadas con las nuevas tecnologías.
Como promedio de los tres países latinoamericanos incluidos en la encuesta del Foro Económico Mundial (2020), del total de
las grandes empresas encuestadas un 84% declararon que para enfrentar los desafíos relacionados con las nuevas tecnologías
contratarían nuevo personal permanente, un 63% que contratarían nuevo personal temporal y un 61% que recurrirían a
contratistas independientes. Véase también la encuesta de Manpower (2019) sobre las expectativas referentes al impacto de
la introducción de nuevas tecnologías en el empleo.
Véase más información sobre las características del trabajo en plataformas digitales en la sección E de este capítulo.
Capítulo IV
185
186
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo IV
Muchos países desarrollados cuentan con sistemas detallados de proyecciones de
la evolución del empleo, entre otros aspectos, por rama de actividad y de ocupación.
Por ejemplo, en el caso de los Estados Unidos, para el período 2019-2029 se proyecta
que las ocupaciones relacionadas con la computación y las matemáticas se expandirán
un 12,1% (en comparación con un 3,7% del empleo en su conjunto) y que las mayores
expansiones proporcionales se presentarán en áreas como la ciberseguridad, el desarrollo
de software, y el trabajo de estadísticos y científicos de datos8. En América Latina y
el Caribe el desarrollo y la aplicación de técnicas para la realización de estas proyecciones
son todavía incipientes, si bien resultan indispensables, por ejemplo, para adaptar los
sistemas de educación y formación a una demanda cambiante de habilidades (Gontero
y Albornoz, 2019).
La pandemia de COVID-19 ha acelerado algunas de las tendencias tecnológicas
de surgimiento de nuevos empleos, conjuntamente con la mencionada sustitución
de trabajo. Por ejemplo, como promedio de la Argentina, el Brasil y México, un 89%
de las grandes empresas declararon que debido al contexto de la pandemia intentan
acelerar la digitalización de sus procesos productivos, lo que requeriría contrataciones
adicionales de los especialistas correspondientes (Foro Económico Mundial, 2020).
Además, como ya se mencionó, muchas empresas fortalecieron sus ventas electrónicas,
con la generación de los empleos correspondientes tanto en la sección de ventas
como en la distribución. Al respecto, destaca la expansión de la demanda del trabajo
de repartidores conectados a una plataforma digital.
C. Transformaciones de ocupaciones
y empleos
Al mismo tiempo que la introducción de innovaciones tecnológicas genera y destruye
una cantidad considerable de empleos, la mayoría de los empleos que se mantendrán
en el sector de productividad alta y media serán objeto de transformaciones de mayor
o menor grado.
En términos de transformaciones del empleo destacan tres aspectos. En primer
lugar, la introducción de nuevas tecnologías y su aplicación efectiva y eficiente implica
la eliminación de ciertas tareas que se ejecutaban en un puesto de trabajo y la
incorporación de tareas nuevas, lo que requiere que la fuerza de trabajo cuente con
nuevas habilidades (véase el recuadro IV.1). En segundo lugar, las tecnologías de la
información y las comunicaciones permiten una reestructuración espacial del trabajo,
en la que adquieren un papel más relevante diferentes formas del teletrabajo9. En tercer
lugar, la digitalización tiende a incidir en modificaciones de la estructura directiva de las
empresas, incentivando jerarquías más planas, que darán más espacio a la creatividad
de los empleados10.
8
9
10
Datos de la Oficina de Estadísticas Laborales. Según estas proyecciones, la principal área de nuevos empleos en los Estados Unidos
es la salud y el cuidado de personas, cuyas ocupaciones representarían un 46% de los empleos que se generarían en dicho
período, como consecuencia de los crecientes problemas de salud (antes de la pandemia de COVID-19) y la tendencia de
envejecimiento de la población.
Véase al respecto la sección F de este capítulo.
Véase Foro Económico Mundial (2018, pág. 14). En América Latina y el Caribe, esto se referiría solo a empresas de los sectores
de productividad alta y, en menor grado, mediana.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Se han identificado una serie de habilidades clave requeridas para enfrentar los desafíos
relacionados con la utilización efectiva de las nuevas tecnologías: habilidades de comunicación
y de colaboración, capacidad de aprendizaje (pensamiento crítico y otros), autonomía
individual (flexibilidad y capacidad de tomar iniciativas) y habilidades digitales (Joynes,
Rossignoli y Fenyiwa, 2019).
Respecto a las habilidades digitales, no existe una definición única, en parte porque
las tecnologías avanzan rápidamente y lo que parecía avanzado hace unos años ya no
lo es. En general, se pueden concebir las habilidades digitales como un continuo que
incluye desde las habilidades básicas hasta las avanzadas. Las básicas son aquellas que
permiten a las personas acceder a tecnologías digitales y hacer uso de ellas (comprender
conceptos básicos de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC),
manejar documentos en el computador y utilizar el teclado correctamente, entre otras).
Las habilidades digitales intermedias o genéricas son aquellas que permiten hacer un uso
productivo y beneficioso de las tecnologías (por ejemplo, utilizar softwares particulares
para trabajar, crear contenidos en línea y evaluar los riesgos de la actividad en línea,
entre otros). Por último, los conocimientos avanzados son aquellos que caracterizan a los
especialistas en tecnologías de la información (por ejemplo, la programación avanzada y
el diseño de páginas web, entre otros) (OCDE, 2019a).
El desarrollo de habilidades digitales se nutre fuertemente de otras habilidades básicas
y socioemocionales. Por lo tanto, su adquisición forma parte de un proceso que comienza en
los primeros años de vida. El desarrollo de habilidades dependerá tanto de las características
innatas de la persona como de la calidad de la educación y la formación a la que tenga
acceso y del contexto familiar o laboral en que se desenvuelva.
Si bien en América Latina se ha producido un importante avance en cuanto al acceso
de los niños y las niñas a la educación, se observan grandes brechas en lo referente a la
calidad de la misma, que en general reproducen las desigualdades sociales existentes. Los
resultados de exámenes internacionales aplicados a estudiantes de la región muestran
que muchos jóvenes terminan la escuela sin haber adquirido las habilidades básicas. Por
ejemplo, de acuerdo con las pruebas del Programa para la Evaluación Internacional de
Alumnos (PISA) de 2018, en promedio, alrededor del 42% de los jóvenes de 15 años tienen
bajos rendimientos en ciencia, lectura y matemáticas, y estos niveles de rendimiento se
relacionan con el contexto socioeconómico del hogar (CEPAL/OEI, 2020; OCDE, 2020).
Del mismo modo, las pruebas del Programa para la Evaluación Internacional de las
Competencias de los Adultos (PIAAC) confirman que una gran proporción de personas
carecen de las habilidades básicas para adaptarse rápidamente a mercados laborales
cambiantes. Por ejemplo, del total de participantes en el examen, la proporción que alcanzaba
un nivel de competencias mínimo en relación con la solución de problemas en contextos
informatizados era de solo un 15% en Chile en el período 2014-2015, y de un 10% en México,
un 7% en el Perú y un 5% en el Ecuador en 2017, en comparación con un 36% en el caso de
los participantes de otros países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos
(OCDE). Las diferencias por género no son muy pronunciadas, pero en los cuatro países
se observó que los hombres presentan una leve ventaja. Las brechas registradas en los
países latinoamericanos en lo referente a las habilidades digitales subrayan la importancia
de realizar mayores esfuerzos tanto en los sistemas educativos como mediante una política
tecnológica inclusiva.
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de C. Joynes, S. Rossignoli y
E. Fenyiwa, “21st Century Skills: evidence of issues in definition, demand and delivery for development contexts”,
K4D Helpdesk Report, Brighton, Instituto de Estudios sobre el Desarrollo, 2019; Organización de Cooperación y
Desarrollo Económicos (OCDE), OECD Skills Outlook 2019: Thriving in a Digital World, París, 2019; Making
the Most of Technology for Learning and Training in Latin America, OECD Skills Studies, París, 2020; Comisión
Económica para América Latina y el Caribe/Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia
y la Cultura (CEPAL/OEI), “Educación, juventud y trabajo: habilidades y competencias necesarias en un contexto
cambiante”, Documentos de Proyectos (LC/TS.2020/116), Santiago, 2020.
Capítulo IV
Recuadro IV.1
El desarrollo de habilidades
digitales: factor clave
para el aprovechamiento
inclusivo de las nuevas
tecnologías
187
188
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo IV
En una encuesta aplicada a trabajadores (formales) de cuatro países latinoamericanos,
se obtuvo como resultado que entre un 45% y un 60% consideraron que ejecutaban
tareas rutinarias que podrían automatizarse (Randstad, 2016). Una gran mayoría de
estos trabajadores consideraron que esta automatización implicaba que se podría añadir
más valor personal a su trabajo, de manera que interpretaron la automatización como
enriquecedora respecto de él. Esta percepción es coherente con lo que han arrojado
estudios según los cuales las innovaciones y transformaciones de los procesos de
trabajo relacionadas con la introducción de nuevas tecnologías y las adaptaciones de la
organización de empresas e instituciones tienden a aumentar la productividad laboral,
abriendo de esta manera espacios para mejoras de las condiciones salariales y no
salariales del trabajo11. Además, como se ha mencionado previamente, en el agregado
este aumento representaría un importante canal para compensar las pérdidas de
empleos, ya que fortalecería las opciones de generación de nuevos puestos de trabajo
no directamente vinculados con las nuevas tecnologías. Sin embargo, ya en relación
con la tercera revolución industrial, los investigadores enfrentaron la “paradoja” de que
la masiva introducción de nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones
no incidió en una aceleración del crecimiento de la productividad (Brynjolfsson, 1993)12.
En el contexto de la cuarta revolución industrial, nuevamente los masivos
cambios tecnológicos no han tenido un impacto muy profundo en las estadísticas de
productividad en el agregado. Frente ello, se ha planteado como explicación que las
nuevas tecnologías (hasta ahora) han transformado más el consumo y los hogares
que los procesos productivos y que existe un rezago entre la introducción de las
nuevas tecnologías y su aprovechamiento para una productividad creciente, que puede
relacionarse con procesos de aprendizaje tanto a nivel gerencial como a nivel de los
trabajadores, problemas de medición relacionados, entre otros factores, con la gratuidad
de muchos de los servicios digitales y comportamientos de poder de mercado que
frenan los procesos de innovación en las empresas13.
Específicamente en América Latina y el Caribe, respecto a la capacidad de transformar
los empleos de manera sostenible e inclusiva, es preciso tomar en cuenta que entre
empresas de diferente tamaño existen grandes brechas en la aplicación de las tecnologías
digitales (Correa, Leiva y Stumpo, 2018). Muchas empresas pequeñas y medianas
carecen de las competencias adecuadas y los recursos para poder incorporar estas
tecnologías, crecientemente indispensables para un desempeño exitoso en el mercado.
Además, existe una gran incertidumbre en la selección de la tecnología apropiada, lo
que tiende a frenar las decisiones de inversión, sobre todo en circunstancias en que
una decisión equivocada puede significar la quiebra para una empresa14.
D. La visión integrada
Los procesos de destrucción, generación y transformación del trabajo a partir de la
incorporación de innovaciones tecnológicas no solo transcurren de forma simultánea,
sino que se influyen mutuamente. Por ejemplo, para que una empresa logre integrar una
nueva tecnología al proceso productivo de manera eficiente y sostenible, la transformación
de los trabajos debe ubicarse en el centro de esta reestructuración productiva; pero si
esta transformación no se logra, se destruyen los puestos de trabajo correspondientes
11
12
13
14
Véanse, por ejemplo, Tello (2017) y Guisado González, Vila Alonso y Guisado Tato (2016).
Sin embargo, a partir de mediados de la década de 1990, la economía de los Estados Unidos pasó por un período de acelerado
crecimiento de la productividad.
Véanse, por ejemplo, Crafts (2018), Gordon (2016), Feldstein (2017), Baily y Montalbano (2016) y Syverson (2017).
Esto no solo se observa en América Latina. Por ejemplo, en el caso de Alemania, Arntz, Gregory y Zierahn (2018) constatan una
brecha creciente entre empresas innovadoras que incorporan tecnologías correspondientes a la cuarta revolución industrial y
otras que se quedan atrás, principalmente de menor tamaño.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
debido a la competencia con empresas más eficientes y posiblemente se generan
nuevos empleos en otras empresas, ocupados por personas que han adquirido las
habilidades requeridas. A la vez, la expansión de nuevos trabajos, por ejemplo, los
relacionados con plataformas digitales, tiende a destruir empleos tradicionales con
los que compiten directamente.
También es necesario observar estos procesos de manera conjunta para poder
revisar el impacto del cambio tecnológico a nivel sectorial, local o nacional. En ese
sentido, Acemoglu y Restrepo (2017) analizaron el aumento del uso de robots en la
industria manufacturera de los Estados Unidos y el grado en que posibles efectos
compensatorios habrían atenuado la destrucción de empleos ocurrida en este contexto
con diferente intensidad en mercados laborales locales. Encontraron que, en conjunto,
los resultados en términos de empleo y salarios fueron negativos, de manera que
los efectos compensatorios fueron insuficientes para evitar un deterioro de las
condiciones laborales. A nivel agregado, Acemoglu y Restrepo (2019) encontraron que
la desaceleración de la generación de empleo en los Estados Unidos en las últimas
décadas se debía a una aceleración de la sustitución tecnológica y una desaceleración
de los efectos compensatorios basados en el surgimiento de nuevas tareas a raíz de un
menor aumento de la productividad. En contraste, Dauth y otros (2017) descubrieron
en el caso de Alemania que, si bien la introducción de cada robot industrial destruía
dos empleos, estas pérdidas eran compensadas con creces por nuevos empleos en
los servicios. Resultados similares sobre una compensación exitosa de la sustitución
tecnológica de trabajo se han encontrado para otros países de la OCDE (Naudé, 2019).
Mirando hacia el futuro, el Foro Económico Mundial (2020) estima que hasta
2025 a nivel global el cambio de la división del trabajo entre personas y máquinas
destruiría unos 85 millones de empleos, al mismo tiempo que se crearían 97 millones
de empleos nuevos. En un ejercicio más amplio, que —más allá de los efectos de las
transformaciones tecnológicas— tomó en cuenta tendencias como el incremento de
la demanda de consumo de los hogares y las transformaciones demográficas, Manyika
y otros (2017) proyectaron la evolución del empleo para varios países. Consideraron,
además, el impacto de procesos cuya magnitud depende de decisiones políticas, así como
de las estrategias del sector privado, específicamente la inversión en infraestructura y
edificios, la inversión en energías renovables, eficiencia energética y adaptación al cambio
climático, y la mercantilización del trabajo doméstico no remunerado. Por ejemplo, en
el caso de México estos autores proyectan para el período comprendido entre 2016 y
2030 un aumento de la fuerza de trabajo de 15 millones de personas. En su escenario
central, estiman que la sustitución tecnológica elimina unos 9 millones de puestos
de trabajo, con lo que se requiere un total de 24 millones de empleos para mantener
los niveles de ocupación del año base. Se proyecta que las tendencias estructurales
(incluida la generación de empleos vinculada con el cambio tecnológico) incentivan la
generación de 14 millones de empleos, en tanto que otros 6 millones se pueden crear
como resultado de las decisiones políticas mencionadas y hasta 7 millones surgirían
en ocupaciones nuevas imprevisibles, cuyo número se estima a partir de la experiencia
histórica referente a ocupaciones emergentes. Sin embargo, en otro de los escenarios
planteados por los autores, el saldo positivo que resulta de un total de 27 millones de
empleos nuevos se pierde si un cambio tecnológico acelerado aumenta el número de
los puestos que se destruirían.
Cabe señalar que el análisis del impacto de las transformaciones tecnológicas en el
trabajo no puede limitarse a la cantidad de los empleos destruidos y generados, sino que
debe tomar en cuenta también su calidad. En estudios referentes a países desarrollados,
sobre todo a los Estados Unidos, se ha detectado que estas transformaciones contribuyen
a una polarización de la estructura ocupacional, por cuanto la generación de nuevos
empleos se concentra en los estratos altos, cuyas ocupaciones se caracterizan por la
Capítulo IV
189
190
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo IV
prevalencia de tareas cognitivas no rutinarias, y bajos, que se ocupan principalmente en
tareas manuales no rutinarias. Por su parte, los estratos ocupacionales medios que se
desempeñan principalmente en tareas rutinarias pierden participación en la estructura
de empleo (Banco Mundial, 2016). Cabe señalar que se proyecta que este proceso de
polarización se mantendrá en el futuro próximo. En efecto, para el período 2019-2020
la Oficina de Estadísticas Laborales (2021) estima que un 53,6% del saldo de nuevos
empleos en los Estados Unidos surgirán en ocupaciones que tienen un ingreso mediano
que se ubica por lo menos un 50% por debajo del ingreso mediano del conjunto de los
empleos del país. Otro 43,3% se generaría en ocupaciones con un ingreso mediano que
se ubica por lo menos un 50% por encima del ingreso mediano general. Solo el 3,2%
restante se crearía en los estratos ocupacionales medios; sin embargo, este porcentaje
resulta de una generación de un 31,1% en ocupaciones del estrato medio en expansión
y una destrucción de un 27,9% de ocupaciones del estrato medio en contracción,
específicamente ocupaciones de apoyo administrativo, de producción y de venta.
En el caso de América Latina y el Caribe, los resultados respecto a una posible
polarización de la estructura de ocupaciones no son tan concluyentes. Mientras que
según el Banco Mundial (2016) en la mayoría de los países de la región se repite
dicha pauta de polarización, aunque de manera menos marcada que en los países
desarrollados, la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2016) encuentra que en
el período 1995-2015 las ocupaciones intensivas en tareas rutinarias crecieron más
que las ocupaciones intensivas en tareas no rutinarias (con tasas del 2,3% y el 1,6%,
respectivamente). Tal como ocurre en los cálculos del Banco Mundial, según los datos
de la OIT las ocupaciones intensivas en tareas cognitivas rutinarias registraron la mayor
expansión (3,5% por año)15. Gasparini y otros (2021) encuentran que en seis países
latinoamericanos, entre 2004 y 2019, las ocupaciones con mayores niveles rutinización
perdieron participación en la estructura de empleo, pero dicho resultado no sería una
polarización, debido a la concentración de personas de bajo nivel educativo en las
ocupaciones intensivas en tareas rutinarias. Finalmente, en su estudio sobre Colombia,
Medina y Posso (2018) obtienen resultados que sostienen la hipótesis de la polarización.
Si se toman en cuenta las características estructurales del mercado laboral de
América Latina y el Caribe, emerge un escenario algo diferente (Weller, Gontero y
Campbell, 2019). Como se muestra en el gráfico IV.5, el riesgo de sustitución tecnológica
de los empleos, centrado en los sectores de productividad alta y media, afecta, en
términos absolutos, sobre todo a personas de nivel educativo medio, quienes representan
un 57% del total de personas en ocupaciones con alto riesgo de sustitución. Por otra
parte, la mayoría de los ocupados que cuentan con un bajo nivel de educación formal
se desempeñan en el sector de baja productividad16.
En general, el hecho de que estos trabajadores con nivel educativo medio puedan o
no mantenerse en los sectores de productividad alta y media dependerá de la capacidad
de generar nuevos empleos en los sectores de productividad alta y media; de lo contrario,
si esta generación de nuevos empleos es insuficiente, una proporción importante de
dichos trabajadores tendrán que refugiarse en el sector de baja productividad para su
subsistencia. Si este último fuera el caso, se registraría una polarización de la estructura
de empleo, con un sector de baja productividad en expansión, por un lado, y un aumento
de los empleos para personas con mayores niveles de cualificación en los sectores de
productividad alta y media, por el otro.
15
16
En un estudio sobre México en el período comprendido entre 2013 y 2019, Bensusán Areous y Flórez Vaquiro (2020) encuentran
aumentos en algunas ocupaciones relacionadas con el cambio tecnológico, tanto de alta como de baja calificación. Sin embargo,
estos incrementos no han sido suficientemente fuertes para marcar la evolución de la estructura ocupacional en su conjunto,
en la que prevalece el aumento de la proporción de ocupaciones no calificadas, tanto manuales como no manuales.
Esto no excluye que el riesgo de sustitución en los sectores de productividad alta y media es proporcionalmente mayor para
los (relativamente pocos) ocupados de bajo nivel de educación.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo IV
Gráfico IV.5
América Latina (12 países): composición de los empleos por nivel de riesgo de sustitución tecnológica y nivel
educativo, según el método de Frey y Osborne en su versión ajustada, promedios simples, alrededor de 2015
(En porcentajes)
80
70
60
50
40
30
20
Nivel educativo bajo
Nivel educativo medio
Nivel educativo alto
10
0
Riesgo bajo
Riesgo medio
Riesgo alto
Sectores de baja productividad
(sin riesgo de sustitución)
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de J. Weller, S. Gontero y S. Campbell, “Cambio tecnológico y empleo: una perspectiva
latinoamericana. Riesgos de la sustitución tecnológica del trabajo humano y desafíos de la generación de nuevos puestos de trabajo”, serie Macroeconomía del
Desarrollo, Nº 201 (LC/TS.2019/37), Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2019.
Nota: Los porcentajes dentro de cada estrato de riesgo suman 100.
a Los países considerados son: Argentina, Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Perú, República Dominicana
y Uruguay.
Esto se traduciría en una creciente desigualdad entre los ocupados de diferentes
niveles educativos y un aumento de las brechas digitales entre ellos. A ello contribuirían
las brechas de productividad que caracterizan la estructura productiva de la región, que
podrían profundizarse si no se logra reducir las diferencias respecto a la incorporación
eficiente de nuevas tecnologías entre las empresas líderes y las rezagadas, sobre todo
de tamaño medio y pequeño.
Como ya se destacó, la pandemia de COVID-19 ha acelerado y profundizado varios
de los procesos vinculados con la introducción de las tecnologías digitales, entre otros,
la expansión del comercio electrónico, la automatización de algunas tareas y ciertas
transformaciones en la manera de trabajar17. En las secciones siguientes se revisan las
tendencias, las perspectivas y los desafíos en dos áreas que han pasado por fuertes
procesos de expansión, el trabajo vinculado con las plataformas digitales y el teletrabajo.
E. Nuevos modelos de negocio
y generación de empleo:
el trabajo en plataformas digitales
En el conjunto de los trabajos emergentes a partir de la introducción de herramientas
basadas en nuevas tecnologías destacan los que se organizan a través de plataformas
digitales; en esta categoría, se distinguen los que se ejecutan de manera digital para un
17
Véanse también McKinsey Global Institute (2021), Foro Económico Mundial (2020) y Weller (2020).
191
192
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo IV
mercado global y los que se ejecutan localmente18. Entre los primeros, se encuentran
trabajos que representan ocupaciones nuevas que emergieron a partir de la aplicación
de tecnologías digitales, aunque la mayoría corresponden a ocupaciones ya existentes,
en que son las tareas específicas y su realización lo que se ha transformado en este
contexto. En efecto, entre las áreas ocupacionales que destacan en el trabajo global
organizado a través de las plataformas digitales se encuentran trabajos de diseño,
ingeniería, traducción y lenguaje, el desarrollo de programas computacionales y el
manejo de datos, entre otras (Hilbert y Lu, 2020). Entre estos trabajos se pueden
diferenciar los que requieren habilidades especializadas, entre las cuales se incluyen,
en muchos casos, habilidades digitales avanzadas, y los que son más bien rutinarios y
no requieren habilidades complejas, como es, por ejemplo, el caso de la introducción
de datos y la revisión de contenidos.
Por otra parte, los trabajos en plataformas digitales que se ejecutan localmente
corresponden a ocupaciones existentes en que las personas que trabajan conectadas
con las plataformas compiten con otras personas que se desempeñan en las mismas
ocupaciones. En esta modalidad destacan los trabajos de conducción de vehículos,
el reparto, el trabajo doméstico, el cuidado de personas o de mascotas y los trabajos
de mantención y reparación, así como la ocupación en educación general o física. En
estos casos, generalmente no se demandan habilidades digitales más allá del manejo
de la aplicación que conecta al trabajador con la plataforma y el cliente. Si bien varios
de los trabajos que ya se están organizando a través de plataformas digitales y que se
ejecutan localmente requieren de cualificaciones específicas, otros no requieren de
habilidades especializadas, por lo que tienen bajas barreras de entrada.
1.
El trabajo en plataformas digitales incumple
los criterios del trabajo decente
En CEPAL/OIT (2021) se revisan, sobre la base de una serie de estudios empíricos,
las características laborales del trabajo en plataformas digitales según los criterios del
trabajo decente19. Si bien se observa cierta heterogeneidad al respecto, sobre todo
al comparar los trabajos de ejecución global con los de ejecución local, como pautas
prevalecientes se encontraron las que, de manera resumida, se describen a continuación.
Desde 2013, los países de la región han pasado por un período de bajo crecimiento
económico y débil generación de empleo. En este contexto, debido a sus bajas
barreras de entrada, las plataformas digitales de tareas de ejecución local representan
oportunidades de empleo sobre todo para algunos grupos de la población que enfrentan
problemas estructurales de acceso a otras alternativas de trabajo remunerado, como
los jóvenes y las personas migrantes. Por su parte, las plataformas digitales de tareas
de ejecución global frecuentemente representan una segunda fuente de ingreso laboral
y son una oportunidad de empleo para estudiantes y para personas en situación de
discapacidad con movilidad reducida.
Los trabajadores de plataformas, tanto de tareas de ejecución global como local,
frecuentemente tienen ingresos por hora más elevados que quienes se desempeñan en
la misma ocupación de manera tradicional (por ejemplo, como taxistas) o que personas
del mismo nivel educativo que tienen otra ocupación. Sin embargo, la remuneración
18
19
Las plataformas de servicios de trabajo forman parte de un universo mucho más amplio de esta herramienta. Véase una revisión
sucinta del conjunto de los tipos de plataformas digitales con fines de lucro en CEPAL/OIT (2021), documento en el que esta
sección se basa en gran medida.
Ostoj (2020) revisa la literatura sobre el trabajo en plataformas a partir de los criterios de la calidad del empleo de la Red Europea
de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN). Wood y otros (2019) analizan, específicamente, la calidad del empleo
en trabajos en plataformas de tareas de ejecución global.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
relativa disminuye significativamente si se toman en cuenta las horas sin trabajo efectivo,
pero indispensables para realizar dicho trabajo (por ejemplo, el tiempo de espera de la
asignación de una nueva tarea, en que la persona debe estar conectada a la aplicación,
en el caso de los trabajadores de plataformas de ejecución local, y el tiempo dedicado a
desarrollar propuestas, en el caso de los trabajadores de plataformas de ejecución global).
Por ejemplo, en Colombia los trabajadores de plataformas digitales ganan por hora
de trabajo efectivo, en promedio, un monto equivalente al 105% del promedio de los
ocupados en su conjunto; sin embargo, si se consideran además las horas de conexión
no remuneradas, este porcentaje baja al 71% (Fernández y Benavides, 2020).
El tiempo de espera incide en que muchos trabajadores de plataformas de tareas
de ejecución local registren un elevado número de horas de trabajo. Por ejemplo, en
Costa Rica, un 68,1% de los trabajadores de plataformas de tareas de ejecución local
trabajan más de 40 horas por semana, y un 47,7% incluso más de 50 horas por semana
(Ruiz, 2020). La situación es diferente en el caso de los trabajadores de plataformas de
tareas de ejecución global. Por ejemplo, en la República Dominicana, aproximadamente
dos tercios de estos trabajadores no laboran más de diez días por mes en esta modalidad
(García y Javier, 2020). Esto se relaciona, por un lado, con el hecho de que esta modalidad
frecuentemente representa una actividad secundaria (adicional a un trabajo principal
o a los estudios); por otro lado, muchos de estos trabajadores preferirían trabajar más
y lamentan la poca demanda (OIT, 2021b).
Dada la discontinuidad de la demanda, el trabajo y los ingresos en las ocupaciones
en plataformas digitales tienden a ser inestables, lo que, en el caso de algunos tipos
de plataformas de tareas de ejecución local, se tiende a compensar extendiendo el
horario laboral. Puesto que estos trabajadores, en general, no cuentan con un contrato
de trabajo, sino que se vinculan a la plataforma firmando las condiciones de servicio,
pueden ser desconectados de la aplicación, frecuentemente sin derecho de reclamo.
Por ejemplo, en la República Dominicana, un 47% de los trabajadores de plataformas de
tareas de ejecución local entrevistados afirmaron que las plataformas desvinculaban a los
trabajadores sin avisar con tiempo o sin dar justificación, al mismo tiempo que un 29%
de los trabajadores no estaban conscientes de cuál era el mecanismo de desvinculación
(García y Javier, 2020). En este contexto, es muy importante la evaluación del cliente,
que no solo influye en los procesos de asignación de tareas, sino que también puede
incidir en que un trabajador sea desvinculado de la aplicación.
El trabajo en plataformas se caracteriza por cierta flexibilidad en el manejo del
tiempo, lo que tendería a facilitar la posibilidad de conciliar el trabajo y la vida familiar.
Sin embargo, esta flexibilidad tiene limitaciones tanto en el caso de las plataformas
de tareas de ejecución global, en que el trabajo frecuentemente se realiza en horarios
nocturnos, lo que afecta la salud física y mental, como en el caso de las plataformas
de tareas de ejecución local, muchas de las cuales establecen sistemas de incentivos
y castigos para asegurar la disponibilidad de trabajadores, sobre todo en horarios
específicos. Además, en este último caso, las largas jornadas laborales representan
un obstáculo para dicha conciliación.
La participación de las mujeres en el trabajo en plataformas digitales es minoritaria.
Es más alta en el trabajo en plataformas de tareas de ejecución global, aunque en este
caso es más elevada, sobre todo, en la realización de tareas más sencillas (por ejemplo,
microtareas). En las plataformas de tareas de ejecución local, con la excepción de
aquellas que ofrecen servicio doméstico, la proporción de mujeres suele ser baja, entre
otras razones por los riesgos de sufrir asaltos, acoso y discriminación. Por ejemplo,
en la Ciudad de México, más del 40% de los repartidores encuestados han sufrido un
accidente y alrededor del 23% han sido víctimas de un robo; un 20% de las mujeres y
un 10% de los hombres declararon que habían sufrido algún incidente de acoso sexual
(Alba Vega, Bensusán y Vega, 2021).
Capítulo IV
193
194
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo IV
Basadas en la visión de su modelo de negocio, las empresas de plataforma no se
responsabilizan de la protección sociolaboral de los trabajadores. No los consideran
como sus empleados, sino como trabajadores independientes o “socios colaboradores”.
En el caso de los trabajadores que realizan tareas de ejecución local, muchas veces
las plataformas exigen que los trabajadores cubran los costos de seguros contra
accidentes, así como los costos de su seguridad social, si es posible que lo hagan como
trabajadores independientes. Por ejemplo, en la Argentina, del total de los trabajadores
de plataformas entrevistados (de tareas de ejecución global y local), un 54,5% afirman
que realizan aportes jubilatorios, en su gran mayoría a través del monotributo (Madariaga
y otros, 2019).
Finalmente, frente a la debilidad o la ausencia de derechos laborales, en el contexto
de una marcada desigualdad de poder entre los actores, en varios países de la región
han surgido iniciativas de organización de los trabajadores de plataformas, y se han
realizado acciones de presión para mejorar sus condiciones de trabajo y fortalecer sus
derechos laborales. Sin embargo, el grado de organización es relativamente bajo, lo que
se relaciona, entre otros aspectos, con las medidas represivas tomadas en contra de
esfuerzos organizativos emergentes y la dispersión espacial de los trabajadores, pero
también con la heterogeneidad del papel que cumple este trabajo en la vida de estas
personas (Stewart, Shanahan y Smith, 2020); por lo anterior, en general el poder de
diálogo y negociación de este grupo de trabajadores es limitado20.
En conclusión, si bien existen marcadas diferencias entre las distintas plataformas,
en el trabajo vinculado con ellas predominan ciertas características de precariedad
laboral, entre ellas la inestabilidad del trabajo y los ingresos, una significativa proporción
de tiempo no remunerado, largas jornadas de trabajo, la ausencia de protección
sociolaboral y la falta de opciones de diálogo y representación. Entre los trabajadores
de plataformas de tareas de ejecución local, los principales motivos de descontento
suelen referirse a aspectos del nivel de ingresos (pago bajo y alta comisión de las
plataformas), la falta de transparencia y de protección contra los riesgos del trabajo
y, específicamente, de suficientes medidas de protección frente a la pandemia de
COVID-19, así como, de forma ocasional, la falta de acceso a derechos propios de una
relación de trabajo asalariado (García y Javier, 2020; Farías Valenzuela, 2021; Alba Vega,
Bensusán y Vega, 2021). En el caso de los trabajadores de plataformas de tareas de
ejecución global, se mencionan aspectos negativos como los atrasos en los pagos y
la fuerte competencia para obtener este tipo de trabajo (García y Javier, 2020).
Por otra parte, en ciertos casos el trabajo en plataformas representa la única opción
laboral disponible. A pesar de las limitaciones descritas, los trabajadores mencionan
frecuentemente la flexibilidad relativa del manejo del tiempo de trabajo como una de
las principales ventajas de esta modalidad laboral. Muchos trabajadores de plataformas
consideran que sus ingresos por hora son relativamente elevados, si bien para alcanzar el
monto total deseado frecuentemente tienen que estar disponibles entre encargos durante
mucho tiempo de espera no remunerado, sobre todo en el caso de los trabajadores de
plataformas de tareas de ejecución local. Finalmente, muchos trabajadores de plataformas
de tareas de ejecución global valoran las variadas experiencias laborales que tienen
al realizar diferentes proyectos, lo que les permite adquirir nuevos conocimientos y
habilidades que les pueden ser útiles para otros trabajos.
Finalmente, cabe señalar que no solo las plataformas son heterogéneas en cuanto
a sus condiciones laborales, sino que también son diversas las características de las
personas y su percepción de esta modalidad de trabajo. En este sentido, Stewart,
Shanahan y Smith (2020) han identificado tres narrativas que interpretan la visión de
20
Esto no excluye la posibilidad del desarrollo de mecanismos de organización de los trabajadores de plataformas, por ejemplo,
mediante el aprovechamiento de las tecnologías digitales (Vallas y Schor, 2020).
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
trabajadores de plataformas respecto a su trabajo. En estas narrativas, el trabajo en
plataformas digitales es visualizado como una oportunidad económica (frente a la
dificultad de obtener un empleo, sobre todo de mejor calidad), como una actividad a la
que dedicar el tiempo libre (por ejemplo, en el caso de personas que valoran la flexibilidad
horaria) y como un trabajo precario que estimula la solidaridad entre los trabajadores
(en el caso de personas que critican las condiciones laborales de esta modalidad, que
la alejan del trabajo decente). Alba Vega, Bensusán y Vega (2021) encontraron que una
mayoría de los repartidores encuestados en la Ciudad de México compartían con las
empresas de plataformas la narrativa según la cual son trabajadores independientes,
mientras que una minoría de ellos se reconocieron como trabajadores dependientes.
El interés de estas personas por participar en una organización de trabajadores, por
ejemplo, variaría según la narrativa que más las representara.
2.
Durante la pandemia aumentó el trabajo
en plataformas digitales
Durante la pandemia de COVID-19, el trabajo en plataformas fue afectado de manera
variada. El trabajo en plataformas de tareas de ejecución local, que requiere una cercanía
presencial (por ejemplo, en el caso de los conductores), sufrió una fuerte contracción
como consecuencia de las medidas aplicadas para reducir la movilidad. Las plataformas
de transporte de personas, en particular, se iniciaron ofreciendo originalmente una
oportunidad de ingresos a propietarios de vehículos; posteriormente, se sumaron
también personas que adquirieron un vehículo para aprovechar esta oportunidad de
obtener ingresos, para lo cual muchas de ellas se endeudaron (Asenjo Cruz y Coddou
McManus, 2021). En este contexto, no poder trabajar en este rubro no solo implicaba
que no se podrían generar los ingresos previstos para el sustento familiar, sino que,
en muchos casos, se agravó además la carga financiera asumida.
En contraste, las plataformas de reparto experimentaron un considerable aumento
de demanda, a la par con la expansión del comercio electrónico en general, a la que ya
se hizo referencia. En este contexto, a pesar de los riesgos asociados, ha aumentado el
número de personas que se dedican al trabajo de reparto. En muchos casos se trataría
de personas que perdieron su trabajo anterior y vieron en el trabajo en plataformas su
única opción de percibir ingresos laborales durante la pandemia (Abílio y otros, 2020).
El aumento del número de repartidores incidió en que los ingresos medios cayeran
a pesar de la mayor demanda (Alba Vega, Bensusán y Vega, 2021). La pandemia ha
significado nuevos riesgos para estos trabajadores y, según algunas encuestas, muchos
de ellos consideran que la plataforma no les proporciona los implementos de protección
necesarios (Abílio y otros, 2020; OIT, 2021b).
Para las oportunidades laborales relacionadas con las plataformas digitales de tareas
de ejecución global es determinante la evolución de la demanda en el conjunto de los
países, entre los cuales destacan los Estados Unidos. Esta evolución depende, por un
lado, del dinamismo de la actividad económica en general y, por otro, de las estrategias
con que las empresas reaccionaron a las restricciones impuestas por las medidas de
confinamiento. Como se observa en el gráfico IV.6, a inicios de 2020, antes de que la
pandemia afectara los principales mercados del trabajo intermediado por plataformas
digitales de tareas de ejecución global, el número de proyectos publicados en estas
plataformas creció a una tasa interanual superior al 10%.
Capítulo IV
195
196
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo IV
Gráfico IV.6
Evolución de la demanda de trabajos en plataformas de tareas de ejecución global, promedio móvil
de 28 días y variación interanual, diciembre de 2019 a abril de 2021
(Índice: mayo de 2016=100 y porcentajes)
200
50
190
40
180
30
170
160
20
150
10
140
130
0
120
-10
110
100
Dic
Ene
2019
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
2020
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
Mar
Abr
-20
Variación interanual (eje derecho)
Índice (eje izquierdo)
2021
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Oxford Internet Institute (OII), Online Labour Index [base de datos en línea] https://
ilabour.oii.ox.ac.uk/online-labour-index.
En marzo de 2020, cuando la pandemia comenzó a afectar a estos mercados, se
produjo un abrupto fin de esta dinámica. Sin embargo, en los meses siguientes hubo una
marcada reactivación del trabajo en plataformas, en primer lugar, posiblemente debido
a que muchas empresas reasignaron tareas a diferentes modalidades de teletrabajo,
realizado tanto por empleados propios como por trabajadores independientes conectados
a las plataformas digitales y, en segundo lugar, debido a que el freno y la superación
de la primera ola de la pandemia en muchos países puede haber estimulado el inicio
de nuevos proyectos.
Entre julio y octubre de 2020 se observó una marcada caída del número de
proyectos en estas plataformas digitales, y a partir de octubre una cierta recuperación.
Si bien una parte de esta contracción puede deberse a un efecto estacional originado
por el verano del hemisferio norte, las considerables reducciones interanuales indican
que influyeron factores adicionales y es de suponer que la incertidumbre respecto
a la superación de la pandemia y el retorno a una “normalidad económica” habrán
desempeñado un papel en ese sentido. A partir de noviembre de 2020 se registran
nuevamente tasas positivas de crecimiento interanual y los números absolutos solo
se ven afectados negativamente por un efecto estacional en diciembre de 2020
e inicios de enero de 2021. A partir de enero se observan tasas de crecimiento
interanual claramente superiores a las registradas antes del inicio de la pandemia.
Este dinamismo se basaría en la recuperación de la economía, sobre todo de los
Estados Unidos, en el contexto de los avances de la vacunación contra el virus
SARS-CoV-2 y, además, en la aceleración del aprovechamiento de estas plataformas
como herramientas para la contratación de trabajos digitales. A partir de la evolución
de la demanda de trabajo en estas plataformas digitales se puede constatar que,
con los altibajos ocasionados por diferentes fases de la pandemia, el aumento de la
utilización de las plataformas digitales de tareas de ejecución global se ha acelerado
en este período, profundizándose la tendencia previa.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
F. Las perspectivas del trabajo remoto
en la región
Durante 2020, la pandemia de COVID-19 y las restricciones a la movilidad impuestas
para reducir los contagios indujeron a adoptar modalidades laborales que evitaran
aglomeraciones en los lugares de trabajo. Para ello, se recurrió a los avances tecnológicos
que ya se habían empleado previamente para facilitar el trabajo remoto, principalmente
en los países desarrollados. Tras revisar en la sección anterior el trabajo en plataformas
de ejecución global, que representa una modalidad de trabajo que suele realizarse
desde el propio hogar, se analizará en esta sección el papel que ha desempeñado el
teletrabajo en este contexto y las perspectivas pospandemia.
El teletrabajo forma parte de un conjunto de modalidades laborales que no se ejecutan
en una ubicación específicamente destinada a fines productivos, sino principalmente
—aunque no de manera exclusiva— en el propio hogar. Entre aquellos que ejercen su
labor desde el hogar se incluyen los trabajadores manufactureros y artesanales, los
trabajadores de plataformas digitales y los teletrabajadores (OIT, 2021a).
Las primeras versiones del teletrabajo surgieron como intentos de atenuar los
efectos de la congestión vehicular en áreas metropolitanas de los Estados Unidos. Con
tal de reducir el tiempo invertido en el traslado entre el hogar y la empresa, se facilitó la
realización del trabajo desde el mismo hogar, inicialmente incluso sin conexión digital
(Messenger, 2019). Además de esta modalidad de oficina en el hogar (home office), el
desarrollo de los computadores portátiles permitió trabajar desde una gran variedad
de lugares que contaran con conexión a Internet, lo que creó la oficina móvil (mobile
office). Finalmente, con los celulares inteligentes y tabletas surgió la oficina virtual (virtual
office), y confluyeron los tres componentes del teletrabajo más avanzado, a saber, la
tecnología potente, con un soporte físico pequeño y liviano, la (casi) irrelevancia de la
ubicación y un horario laboral difuso (Messenger, 2019). En la pandemia, las medidas de
confinamiento volvieron a restringir la libertad de ubicación y se combinaron aspectos
de la oficina virtual con los de la oficina en el hogar.
Hay poca información sobre el peso del trabajo realizado desde el hogar (y menos
aún el teletrabajo) antes de la pandemia. A nivel mundial, se estima que un 7,9% de los
ocupados desempeñaba entonces su labor desde su casa, principalmente en trabajos
manufactureros y artesanales, y en menor grado como teletrabajo (OIT, 2021b). Se
ha estimado que en los Estados Unidos entre un 2,5% y un 4% de los empleados
teletrabajaban entre 2,5 y 5 días por semana, y entre un 6% y un 10% teletrabajaba de
1 día a 2,5 días (Lister y Harnish, 2019)21. En la Unión Europea un 5,4% de los ocupados
teletrabajaba habitualmente en 2019 y un 9%, ocasionalmente (Comisión Europea, 2020).
La información sobre el alcance del teletrabajo en América Latina es dispersa y
heterogénea en lo que se refiere a su cálculo. Según datos citados por la Academia
Internacional de Transformación del Trabajo (ITA, 2017), en la Argentina, el Brasil,
Chile, Colombia, Costa Rica y México 12.651.000 personas teletrabajaban antes de la
pandemia, con niveles máximos que superaban el 8% en la Argentina y el Brasil, de
alrededor del 5% en Chile y México y con tasas más bajas en Colombia y Costa Rica.
En sus estimaciones realizadas para la OIT, Mello y Dal Colletto (2019) confirmaron
que antes de la pandemia aproximadamente un 8% de los ocupados brasileños habían
realizado alguna vez teletrabajo (el 16,2% de los trabajadores de empresas formales).
Por otra parte, Boiarov (2019) calculó que solo un 2,7% de los ocupados argentinos
eran teletrabajadores.
21
Cabe señalar que la OIT considera como teletrabajadores solo a personas que trabajan de manera remota en forma regular o
permanente (OIT, 2021a).
Capítulo IV
197
198
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo IV
1.
La pandemia incentivó un mayor uso
del teletrabajo, pero el acceso
a esta modalidad es desigual
A medida que la pandemia de COVID-19 empezó a afectar a cada vez más países, la
modalidad de teletrabajo fue considerada como uno de los instrumentos principales
para mantener ciertas actividades económicas pese a las medidas de confinamiento,
si bien se constató que solo una proporción limitada de los ocupados podía optar por
esta modalidad. Dingel y Neiman (2020) estimaron que entre un 32% y un 37% de
los ocupados de los Estados Unidos realizaban tareas que podían llevarse a cabo en
una modalidad de teletrabajo22. Estas tasas tienden a ser más bajas en los países en
que se dan los siguientes factores:
•
•
•
los sectores cuyas ocupaciones, en su mayoría, no permiten el teletrabajo (por
ejemplo, el sector agropecuario) ocupan una proporción relativamente grande
de la fuerza de trabajo23,
una proporción elevada del trabajo se realiza en el sector informal, donde
generalmente no puede ejecutarse de manera remota24, y
las limitaciones de cobertura y calidad de la infraestructura digital representan
un obstáculo al teletrabajo25.
Así, según un estudio de la OIT (2020), un 17% de los ocupados a nivel mundial se
desempeñan en ocupaciones que permiten el teletrabajo y viven en países que cuentan
con la infraestructura requerida, en un rango de entre el 6% en África Subsahariana y
el 30% en Europa Septentrional, Occidental y Meridional. América Latina y el Caribe
se ubica en una posición intermedia: un 23% de los ocupados pueden desempeñarse
por medio del teletrabajo. De manera similar, la CEPAL (2020c) ha estimado que en
América Latina y el Caribe un 21,3% de los ocupados podrían teletrabajar, en un rango
de aproximadamente el 14% en Guatemala y el 30% en el Uruguay26.
El impacto de la informalidad y del acceso a la infraestructura en la posibilidad de realizar
teletrabajo ya de por sí indica que esta es muy desigual, no solo entre países sino también
dentro de ellos. Esto profundiza la desigualdad en los mercados laborales. Frey y otros (2020)
constataron que, en los Estados Unidos, menos de un 10% de los trabajadores con ingresos
más bajos habían realizado alguna vez trabajo remunerado desde su casa, frente a más
del 50% en el 5% de mayores ingresos. Yasenov (2020) constató que entre los ocupados
que no tenían acceso al teletrabajo estaban sobrerrepresentados los trabajadores de bajos
ingresos, los de bajo nivel educativo, los jóvenes y los miembros de minorías étnicas y
migrantes. En el promedio ponderado de seis países de América Latina (Chile, Ecuador,
22
23
24
25
26
De manera similar a las estimaciones sobre los empleos con riesgo de sustitución tecnológica, también se observa un rango grande
en los cálculos respecto a la posibilidad de realizar el trabajo de manera remota. Por ejemplo, Frey y otros (2020) estiman que un
52% de los trabajadores de los Estados Unidos se desempeñan en ocupaciones cuyas tareas se pueden ejecutar a distancia.
En un grupo de países latinoamericanos se ha estimado que la probabilidad del teletrabajo varía entre casi un 85% en los
servicios profesionales, científicos y técnicos y un 1% en la agricultura (CEPAL, 2020c). En Costa Rica, entre marzo y abril de
2020 aplicaron esta modalidad un 10% de las empresas formales agropecuarias, frente a casi un 100% de las empresas de
información y comunicación (CEPAL/OIT, 2020).
Véase, por ejemplo, el caso del Uruguay en Guntin (2020).
La CEPAL (2020c) ha estimado que los problemas de conectividad del país reducen el porcentaje de los ocupados que realizan
tareas que se pueden desarrollar telemáticamente entre 1,4 puntos porcentuales (Chile) y 11,1 puntos porcentuales (República
Dominicana). Albrieu (2020) calculó que la proporción de trabajos que se podían realizar de manera remota en la Argentina
alcanzaba de un 27% a un 29%, pero esta proporción bajaba al 18% si solo se consideraban los ocupados que tenían acceso
a la infraestructura digital requerida.
Con base en un análisis detallado basado en encuestas que permiten identificar el contenido de tareas de las diferentes
ocupaciones, Gottlieb y otros (2020) encontraron proporciones más bajas en diez economías de ingreso bajo y mediano.
Según sus resultados, solo entre el 3% de los ocupados urbanos en Ghana y la República Democrática Popular Lao y el 15%
en Georgia podían realizar teletrabajo (el promedio en los diez países era del 9%). La tasa correspondiente a los dos países
latinoamericanos cubiertos por su estudio también es muy baja: tanto en el Estado Plurinacional de Bolivia como en Colombia
solo alrededor de un 6% de los ocupados urbanos podrían realizar sus tareas de manera remota.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
El Salvador, México, República Dominicana y Uruguay) se ha calculado que la posibilidad
de teletrabajo varía entre un 20% o menos en los hogares pertenecientes a los primeros
tres quintiles de ingreso per cápita y un 70% en el quintil más alto (CEPAL, 2020c).
Las estimaciones sobre las oportunidades de teletrabajo diferenciadas por sexo han sido
variadas. Según Adams-Prassl y otros (2020), en los Estados Unidos y el Reino Unido las
mujeres tienen menos opciones de teletrabajo que los hombres, mientras que en Alemania
las opciones de teletrabajo son similares para ambos sexos. Albrieu (2020) observa que en
la Argentina las mujeres tienen menos posibilidades de realizar teletrabajo. En contraste,
para Yasenov (2020) las opciones de teletrabajo en los Estados Unidos son mayores en el
caso de las mujeres que en el de los hombres. Asimismo, un estudio sobre 35 países que
utiliza datos nacionales procedentes de la encuesta de habilidades de adultos del Programa
para la Evaluación Internacional de las Competencias de los Adultos de la OCDE concluye
que los hombres, en promedio, tienen una menor probabilidad de realizar sus tareas de
manera remota que las mujeres (Brussevich, Dabla-Norris y Khalid, 2020)27.
Como ya se mencionó, el teletrabajo ha sido uno de los principales instrumentos
que han aplicado muchas empresas para seguir activas durante la pandemia. En efecto,
según encuestas realizadas a empresas formales entre abril y agosto de 2020, entre
uno y dos tercios de las empresas encuestadas en el Brasil, Chile, Costa Rica, México
y el Perú estaban recurriendo al teletrabajo con mayor o menor intensidad (CEPAL/OIT,
2020). Sin embargo, también a nivel de las empresas se registraron grandes brechas;
por ejemplo, en Chile el uso del teletrabajo variaba entre un 24% de las microempresas
formales y un 90% de las empresas grandes (CEPAL/OIT, 2020).
Dado que las empresas que utilizan la modalidad de teletrabajo no la aplican a todos
sus trabajadores y que, como se ha subrayado, el teletrabajo es poco frecuente en el sector
informal, las proporciones son menores a nivel de los trabajadores. Lamentablemente,
durante la pandemia pocos países han generado información sobre el porcentaje de
trabajadores que se desempeñan en esta modalidad. En el gráfico IV.7 se muestran las
proporciones de ocupados que trabajaron de manera remota en 2020 y a inicios de 2021
en la Argentina, el Brasil, Chile, Costa Rica y el Uruguay. Cabe señalar que las series no son
completamente comparables, ya que se refieren a diferentes conceptos de trabajo remoto.
En algunos casos, se observa que los porcentajes más altos (del 19% en abril
de 2020 en el Uruguay y del 13% en mayo de 2020 en el Brasil) coinciden con los
primeros meses de medidas estrictas de confinamiento28. En Chile, el trabajo desde
el hogar aumentó bruscamente en esos meses y llegó a un máximo en el trimestre
móvil junio-julio-agosto. En Costa Rica, el primer dato disponible desde el inicio de la
pandemia se refiere al tercer trimestre de 2020 y representa el nivel más elevado de
la serie (15,3%). También en la Argentina la mayor proporción de ocupados (en este
caso, asalariados) que utilizaron sus propios equipos se alcanzó en el tercer trimestre
de 2020. En el Brasil, el porcentaje descendió gradualmente hasta noviembre de 2020,
el último mes con información disponible. En el Uruguay la evolución descendiente
hasta septiembre de 2020 fue incluso más acelerada, pero después volvió a subir y
superó el 10% a partir de diciembre, en el contexto del incremento de los contagios
registrado en el cuarto trimestre de 2020 y el primero de 2021. En Chile se produjo
un descenso gradual, pero en el primer trimestre de 2021 la proporción de teletrabajo
superó aproximadamente un 140% la del mismo trimestre de 2020 y, al igual que en
el Uruguay, posteriormente siguió subiendo. En Costa Rica, el descenso del teletrabajo
fue continuo y en el trimestre móvil de febrero a abril de 2021 registró un 9,1%.
27
28
Este también es el caso en dos de los cuatro países latinoamericanos cubiertos por el estudio (Ecuador y México) mientras que
los resultados no son significativos para Chile y el Perú.
A modo de comparación cabe mencionar que, según la encuesta publicada por Brynjolfsson y otros (2020), de las personas ocupadas
en los Estados Unidos un 15,0% ya trabajaba de manera remota antes la pandemia, y entre abril y mayo de 2020 otro 35,2% pasó
a realizar teletrabajo. Por otro lado, desde que comenzó la pandemia han perdido su trabajo un 10,1% de las personas que se
encontraban ocupadas previamente. En una encuesta de 750 teletrabajadores chilenos realizada en 2020, un 73% declaró que
antes de la pandemia no desempeñaba su labor en esta modalidad, y un 8%, que lo hacía un día por semana (PUC, 2021).
Capítulo IV
199
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo IV
Gráfico IV.7
América Latina (5 países): proporción de ocupados que trabajan de manera remota,
febrero de 2020 a marzo de 2021
(En porcentajes)
25
20
15
10
Argentina
Brasil
5
Chile
Costa Rica
0
Uruguay
Feb
Mar
Abr
May
Jun
Jul
Ago
Sep
Oct
Nov
Dic
Ene
Feb
2021
2020
Mar
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de datos oficiales de los respectivos países.
Nota: Las cifras corresponden a: en la Argentina, asalariados que utilizan su propia maquinaria o equipo para realizar su trabajo; en el Brasil, trabajo realizado de manera
remota; en Chile, trabajo en el propio hogar; en Costa Rica, principalmente teletrabajo o trabajo realizado exclusivamente por Internet, y en el Uruguay, teletrabajo.
Las series del Brasil, Costa Rica y el Uruguay se elaboraron a partir de datos generados especialmente en el contexto de la pandemia. En el caso del Brasil se basan
específicamente en una encuesta especial que se implementó entre mayo y noviembre de 2020. Los datos de la Argentina, Chile y Costa Rica se refieren a trimestres
móviles y se presentan en el mes intermedio de cada uno de estos trimestres.
Tal como se previó en las estimaciones realizadas a inicios de la pandemia, el acceso
al teletrabajo como una modalidad alternativa ha sido sumamente desigual. Esto puede
observarse en los datos del Brasil presentados en el gráfico IV.8.
40
35
30
25
20
15
10
Educación superior
completa
Hasta educación
superior incompleta
Hasta educación
secundaria incompleta
Hasta educación
primaria incompleta
60 años o más
50 a 59 años
30 a 49 años
14 a 29 años
Afrodescendientes
Blancos
0
Mujeres
5
Hombres
Gráfico IV.8
Brasil: uso de la
modalidad de
teletrabajo por grupos
poblacionales, mayo
de 2020
(En porcentajes)
Total
200
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Las brechas más marcadas se registran entre ocupados con diferentes niveles
de educación formal; entre las diferentes categorías, la proporción de personas
con trabajo remoto en mayo de 2020 varió entre un 38,3% entre los ocupados con
estudios terciarios completos y un 0,6% entre los ocupados sin educación primaria
completa. También se observa una gran brecha entre los grupos étnicos, mientras
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Capítulo IV
que los diferentes grupos etarios se ubican todos entre el 10% y el 15% en el uso
del teletrabajo. Algo sorprendente es el hecho de que la proporción de mujeres con
trabajo remoto supera ampliamente la de los hombres (un 17,9% frente a un 10,3%).
Esto posiblemente tenga que ver con su elevada presencia en actividades formales
del sector terciario, que cuenta con una proporción relativamente elevada de trabajo
en esta modalidad29.
El descenso de la proporción del trabajo remoto que se registró en el Brasil a partir
del mes de junio fue similar en casi todos los grupos, por lo que se mantuvieron las
brechas relativas. Una excepción, en cierta medida, fue la evolución del trabajo remoto
por sexo: como se observa en el gráfico IV.9, entre mayo y noviembre de 2020, después
de los máximos indicados en el gráfico IV.8, el número de hombres con trabajo remoto
cayó más que el de las mujeres.
Gráfico IV.9
Brasil y Chile: variación del número de personas con trabajo remoto a partir del máximo alcanzado
durante la pandemia de COVID-19, por sexo
(En porcentajes)
0
-5
-10
-15
-20
-25
-30
Total
Hombres
Mujeres
-35
-40
Brasila
Chileb
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) e Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
a De mayo a noviembre de 2020.
b De junio-agosto de 2020 a enero-marzo de 2021.
Algo similar se observa en el caso de Chile, donde en el trimestre móvil compuesto
por junio, julio y agosto de 2020 la proporción de los ocupados que trabajaban en su
propio hogar alcanzó el nivel máximo, tanto para las mujeres (29,8%) como para los
hombres (16,4%). Posteriormente, el trabajo en el hogar descendió de manera más
pronunciada en el caso de los hombres que en el de las mujeres. Esta divergencia
puede estar relacionada con la presión que recae sobre muchas mujeres de seguir
realizando trabajos de cuidado mientras continúan las restricciones respecto a la
educación presencial y el cuidado de personas mayores.
29
En una encuesta chilena se confirmó esta suposición; se observaron altos niveles de teletrabajo en actividades con una proporción
relativamente elevada de mujeres, como la educación, los servicios administrativos, el comercio y las actividades financieras
y de seguros (Molina, 2021).
201
202
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo IV
2.
Las perspectivas del teletrabajo y la necesidad
de su regulación
Antes de 2020, en varios países latinoamericanos (por ejemplo, en el Brasil, Colombia,
Costa Rica y el Ecuador) ya existía una regulación del teletrabajo, a través de leyes o
instrumentos administrativos. El reconocimiento de esta modalidad como herramienta
para enfrentar la pandemia de COVID-19 estimuló la aprobación de leyes para regularla
en países adicionales, como la Argentina, Bolivia (Estado Plurinacional de), Chile,
El Salvador, México, Panamá, Paraguay, el Perú y el Uruguay (San Juan, 2020; Secretaría
del Trabajo y Previsión Social, 2021; El Peruano, 2021; ABC Color, 2021). Otros países
emitieron disposiciones especiales, modificando la regulación existente o definiendo
estipulaciones para hacer frente a la pandemia. Por ejemplo, en el Brasil se eliminó la
obligación de que existiera un acuerdo entre empleador y empleado para pasar a una
modalidad de teletrabajo, dando al empleador la facultad discrecional de determinar
de manera unilateral la obligación correspondiente.
Entre los aspectos que se regulan habitualmente en este contexto se encuentran la
igualdad de derechos respecto al trabajo presencial, las reglas para establecer y revocar
el teletrabajo, el compromiso del empleador de proveer los equipos correspondientes
y asumir los costos de su manejo, aspectos de información y capacitación de los
trabajadores y de protección de datos, así como, en algunos casos, el derecho a la
desconexión (San Juan, 2020).
Como la pandemia implicó un gran aumento del número de personas que
teletrabajaban, la experiencia reciente y actual ha generado información relevante para
identificar los beneficios y desafíos de esta modalidad. Por ejemplo, en una encuesta
de teletrabajadores en Chile (PUC, 2021), entre los aspectos negativos identificados,
aproximadamente dos tercios de ellos reportaban que trabajaban más horas y que
su carga laboral había aumentado, pero un 41% había sufrido una reducción de sus
ingresos. Un desafío clave parece ser conciliar la vida laboral y la vida familiar en el
mismo espacio: mientras que muchos teletrabajadores valoran la cercanía con los otros
miembros de su hogar, resulta difícil separar ambos mundos, lo que genera tensiones,
agotamiento y estrés. Así, según dicha encuesta, más del 60% de los teletrabajadores
declaraban que en dicha modalidad era más difícil conciliar el trabajo con las demandas
personales y que no existía una delimitación entre la vida personal y laboral, lo que
dificultaba la desconexión del trabajo y la posibilidad de descansar. A ello contribuyen
los abusos de empresas que, por ejemplo, exigen asistir a reuniones virtuales fuera
del horario normal de trabajo, así como las condiciones de trabajo en las viviendas30.
Finalmente, entre los aspectos negativos destaca la falta de interacción directa con
los colegas, que empobrece la vida social de las personas.
Entre los aspectos positivos del teletrabajo se incluyen, además de la mayor cercanía
con los familiares, el ahorro del tiempo de traslado, que puede aprovecharse para otras
actividades; una mayor autonomía en el manejo del tiempo en comparación con el
trabajo presencial, y la posibilidad de una mayor focalización en las tareas laborales, lo
que tendría un impacto positivo en la productividad (PUC, 2021). Otras ventajas que
se han subrayado son la reducción de accidentes en el traslado hacia y desde el lugar
de trabajo, que representan una elevada proporción del conjunto de los accidentes
laborales (Molina, 2021); la reducción de costos inmobiliarios y la retención o atracción
de talentos, desde el punto de vista de las empresas; la reducción de la congestión
vehicular y de la contaminación, y las opciones laborales que ofrece a personas con
30
En Chile más de la mitad de los teletrabajadores no cuentan con un espacio dedicado específicamente al trabajo o el estudio.
De existir este espacio, es frecuente que esté demandado por diferentes miembros del hogar —sobre todo en el contexto de
la pandemia—, por lo que en muchos casos los teletrabajadores aún tendrían que buscar un espacio alternativo (PUC, 2021).
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
discapacidad (Lister y Harnish, 2019), a lo que, como lección de la pandemia, se agregaría
el aporte a la salud pública por medio de la reducción del riesgo de contagios.
Como muestran los datos del gráfico IV.7, al ir relajándose las medidas de confinamiento
la proporción del teletrabajo tendió a disminuir. Sin embargo, es poco probable que dicha
proporción vuelva al nivel previo a la pandemia. Por una parte, a pesar de los aspectos
negativos mencionados sobre el teletrabajo en la pandemia, muchos trabajadores que
han experimentado esta modalidad prefieren seguir en ella, como lo indican encuestas
tanto en los Estados Unidos y Alemania como en América Latina31. Para ello consideran
que las empresas deberían capacitar a sus trabajadores en habilidades digitales,
cubrir los costos en términos de Internet y energía eléctrica y respetar los horarios de
trabajo (PUC, 2021). Sin embargo, hay que tomar en cuenta que varios de los aspectos
negativos identificados podrían profundizarse a lo largo del tiempo, sobre todo si se
mantienen aspectos como las jornadas de trabajo más largas y si no se encuentran
soluciones satisfactorias para los aspectos negativos de la falta de separación de la
vida laboral y la vida familiar y de la escasa interacción con los colegas. En efecto, una
encuesta de teletrabajadores que se realizó tanto en 2020 como en 2021 mostró un
descenso de la evaluación positiva del teletrabajo en aspectos como la calidad de vida,
las relaciones familiares y la efectividad de las reuniones a través de medios digitales
(Chermin, 2021). Un mayor papel del teletrabajo también podría llevar a que la evaluación
de desempeño se trasladara cada vez más desde el cumplimiento de un horario de
trabajo hacia la generación de resultados, lo que tendería a aumentar la productividad,
pero también la presión sobre los trabajadores. Estos aspectos podrían incidir en que
muchos trabajadores reevaluaran su preferencia por el teletrabajo.
Por parte de las empresas se han registrado opiniones mixtas. Si bien en teoría el
teletrabajo fomentaría una mayor productividad, las empresas no siempre lo han evaluado
de esta manera. Por ejemplo, en Alemania un 56% de los teletrabajadores encuestados
consideraban que en esta modalidad eran más productivos, lo que justificaría —desde
el punto de vista de las empresas— el mantenimiento del teletrabajo, pero según otra
encuesta solo un 9% de las empresas que utilizaban el trabajo remoto reportaban un
aumento de la productividad (Zeit, 2020).
En general, existe el consenso de que tanto las características específicas de los
procesos de trabajo en los diferentes rubros como las estrategias productivas y de
recursos humanos de las empresas individuales generarían una gran variedad de maneras
de implantar el teletrabajo. Es de suponer que solo una minoría de las empresas optará
por el teletrabajo como modalidad exclusiva para la gran mayoría de sus empleados.
Un factor decisivo al respecto es que trabajar de manera remota puede hacer que los
trabajadores no se sientan parte de un equipo y de una cultura común, lo que suele ser
clave para generar la confianza indispensable para formar equipos eficaces y eficientes32.
El trabajo remoto también puede afectar negativamente el aprendizaje en el puesto
de trabajo, ya que una gran parte de este ocurre como consecuencia de la interacción
con otros miembros del equipo. Esta falta de interacción puede, finalmente, debilitar
los procesos de innovación (Savona, 2021).
De esta manera, es de esperar que más empresas opten por modalidades mixtas
de teletrabajo y trabajo presencial, en parte con base en las experiencias adquiridas
durante la pandemia y los intereses de los trabajadores, mientras que otras empresas
volverán a las modalidades previas a la pandemia y aplicarán el teletrabajo solo en
casos excepcionales. En este contexto, cada empresa tendrá el desafío de desarrollar
conjuntamente con sus empleados y dentro del marco regulatorio existente su propia
31
32
Véase Alipour, Falck y Schüller (2020) y Morris (2020). Específicamente en Chile, un 80,5% de los teletrabajadores piensan que
en el futuro los trabajadores exigirán a las empresas poder teletrabajar con más frecuencia (PUC, 2021).
Por otra parte, se ha observado que en países cuyos ciudadanos reportan mayores niveles de confianza se aprovecha en mayor
grado la modalidad del teletrabajo (Frey y otros, 2020).
Capítulo IV
203
204
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo IV
combinación óptima, lo que incluirá cambios en la gestión, supervisión y evaluación
del trabajo33. Un reto no menor es el trato igualitario a los trabajadores que ejerzan
su función desde diferentes lugares y, específicamente, diferentes países, para
lo que habría que tomar en cuenta las diferencias territoriales. El desarrollo de las
combinaciones adecuadas de trabajo presencial y teletrabajo y de las condiciones
laborales correspondientes sería objeto de procesos permanentes de aprendizaje y
ajustes a través de procesos de aprendizaje en la práctica (learning by doing).
En conclusión, las experiencias de las personas con el teletrabajo son mixtas,
lo que subraya la importancia de aspectos específicos tanto de las políticas de las
empresas como de las condiciones de vida personales de cada trabajador. Una vez
más, el aprovechamiento benéfico del potencial de la tecnología que creó la posibilidad
del teletrabajo depende no solo de una adecuada regulación laboral y la fiscalización de
su cumplimiento34, sino también de que existan políticas en las empresas que tomen
en cuenta la voz de los trabajadores para aprovechar de la mejor manera posible el
potencial productivo de esta modalidad y, al mismo tiempo, su potencial para mejorar
la vida de los trabajadores. Los casos de grandes empresas que tienen sucursales
en varios países en los que sus trabajadores podrían realizar teletrabajo muestra otro
ejemplo que subraya la importancia de una regulación supranacional, de manera que
los trabajadores activos para un mismo empleador en diferentes países cuenten con
los mismos derechos.
G. Conclusiones
Las nuevas tecnologías inciden fuertemente en la restructuración del mercado laboral
a través de la destrucción, generación y transformación de ocupaciones y empleos.
Si las metodologías habitualmente aplicadas al estimar los empleos con riesgo de
sustitución tecnológica se ajustan para tomar en cuenta las características estructurales
del mercado laboral de América Latina, se obtienen niveles más bajos de probabilidad
de sustitución. Sin embargo, gran parte de los puestos de trabajo que no se destruirían
con la introducción de las nuevas tecnologías en la estructura productiva de la región se
ubican en los sectores de baja productividad y son los de peor calidad. Varios factores
hacen que los países de la región introduzcan las nuevas tecnologías con cierto rezago
respecto a los países más avanzados, y esta introducción tiende a reproducir las
brechas ya existentes en la estructura productiva. Asimismo, es probable que muchas
personas de nivel educativo bajo o medio que pierdan su empleo en los sectores de
productividad alta y media cuando estos introduzcan las nuevas tecnologías tengan
que refugiarse en actividades de baja productividad.
Por otra parte, las nuevas tecnologías facilitan la creación de nuevos empleos
vinculados directamente con su introducción o con las ganancias de productividad
que generan. Pueden surgir nuevos empleos tanto en ocupaciones emergentes como
en ocupaciones ya existentes que se transformen significativamente al aplicarse
nuevas tecnologías, como en el caso de los repartidores y conductores que trabajan
conectados a plataformas digitales. Además, muchas ocupaciones se transforman
sin que se sustituyan ciertos empleos por otros, lo que genera grandes desafíos en la
reestructuración de los procesos de trabajo y a la hora de desarrollar las competencias
requeridas para hacer un uso adecuado de las nuevas tecnologías.
33
34
Por ejemplo, Alexander, De Smet y Mysore (2020) advierten del riesgo asociado con un modelo mixto específico, ya que se
pueden desarrollar dos culturas empresariales paralelas si una parte de los trabajadores (probablemente de más alto nivel)
realiza sus tareas principalmente de manera presencial y otra parte trabaja principalmente de manera remota.
Por ejemplo, en Chile un 41% de los teletrabajadores afirma no contar con los equipos y mobiliarios adecuados para esta
modalidad de trabajo, a pesar de las obligaciones de las empresas (Molina, 2021).
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
La visión integrada de los procesos de destrucción, generación y transformación de
puestos de trabajo ilustra la profundidad de las transformaciones que tienen y tendrán
lugar en los mercados laborales en el contexto de la cuarta revolución industrial. El
conjunto del impacto de los tres procesos, en términos de cantidad y calidad del
empleo, depende en buena parte de la manera en que las políticas públicas enfrenten
los desafíos correspondientes (enfoque contextual condicionado)(véase el anexo IV.A1).
En este contexto, la amenaza de una profundización de la desigualdad en el mercado
laboral, con una polarización cuyas características reflejarían la estructura segmentada
de los mundos productivos, laboral y educativo, plantea un reto fundamental. Para
aprovechar el desarrollo de las nuevas tecnologías a fin de proveer a todos de mejores
habilidades para enfrentar un mundo laboral cada vez más digitalizado, es necesario
un esfuerzo importante por parte de los gobiernos, las empresas y los trabajadores
en el diseño de instrumentos que permitan identificar las necesidades del mundo
productivo y traducirlas en políticas concretas para la formación de competencias y el
cierre de brechas. El desarrollo de habilidades debe ser considerado como un derecho
fundamental a lo largo de la vida de toda persona. Los gobiernos deben velar por el
acceso a este en condiciones de igualdad; las empresas, identificar sus necesidades y
favorecer espacios de promoción de la capacitación de sus empleados, y los trabajadores,
buscar y aprovechar las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías.
Las plataformas digitales generan opciones de trabajo (como actividad principal o
como ingresos laborales secundarios) para diferentes grupos de personas, sobre todo
aquellas con dificultades de inserción en el mercado laboral. Ofrecen determinadas
condiciones laborales que son valoradas por estos trabajadores, como cierta flexibilidad
en el manejo del tiempo de trabajo y la posibilidad de trabajar para varias plataformas.
Sin embargo, la revisión del conjunto de estas condiciones revela varios aspectos de
precariedad laboral que se contradicen con lo que se entiende por un trabajo decente
y subrayan la necesidad de diseñar marcos regulatorios que integren este nuevo tipo
de relación laboral.
Otra forma de trabajo facilitada por las tecnologías digitales y cuya aplicación se
ha acelerado durante la pandemia de COVID-19 es el teletrabajo. Este instrumento
ha permitido mantener muchos procesos productivos y tiene aspectos que lo hacen
atractivo tanto a nivel individual como social incluso para el mundo laboral pospandemia.
Sin embargo, hay que tener presentes los efectos potencialmente problemáticos para
la salud mental, la productividad y la innovación. Además, esta modalidad refleja la
desigualdad en términos de la brecha digital y las características de la inserción laboral,
por lo que genera desafíos para la integración sociolaboral, y su futura aplicación
depende de procesos de aprendizaje y diálogo entre los actores implicados, así como
de una regulación adecuada.
Aprovechar el potencial de estas tecnologías para mejorar la calidad de vida de las
personas en general, crear empleos de calidad y al mismo tiempo contener el riesgo
de la destrucción y precarización del empleo y de una profundización de la desigualdad
en el mercado laboral implica grandes desafíos políticos y sociales.
Desde cierta perspectiva, se plantea que para aprovechar de manera óptima las nuevas
tecnologías se requiere una “fuerza de trabajo líquida” que, de manera sumamente flexible
y desconectada de vínculos geográficos y sociales, esté a disposición de una demanda
laboral fluctuante en cantidad y características (Foro Económico Mundial, 2018). Sin
embargo, dicha visión implica evidentemente una elevada inestabilidad laboral para esta
fuerza de trabajo que, además, tendría que asumir gran parte de los riesgos de negocio.
En contraste, desde un enfoque contextual condicionado se argumenta que la magnitud y
las características de los procesos de destrucción, generación y transformación de empleo
dependen en gran parte de las políticas que se establezcan en ese contexto, así como
Capítulo IV
205
206
Capítulo IV
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
de las estrategias empresariales y de las actitudes y acciones de los trabajadores, si bien
todo ello es condicionado por elementos claves de las nuevas tecnologías y por el hecho
de que en el contexto de mercados integrados a nivel mundial hay que tomar en cuenta
las políticas y estrategias aplicadas en otros países y otras regiones. En este contexto
surge también la necesidad de avanzar en nuevas regulaciones mundiales, tal como se
ha visto en los casos de las plataformas digitales de ejecución global y del teletrabajo.
Bibliografía
ABC Color (2021), “Promulgan ley del teletrabajo que contempla derecho a la desconexión”,
Asunción, 1 de junio [en línea] https://www.abc.com.py/nacionales/2021/06/01/promulganley-del-teletrabajo-que-contempla-derecho-a-la-desconexion/.
Abílio, L. y otros (2020), “Condições de trabalho de entregadores via plataforma digital durante
a COVID-19”, Revista Jurídica Trabalho e Desenvolvimento Humano, vol. 3, Campinas,
Procuraduría Regional del Trabajo de la 15ª Región.
Acemoglu, D. y P. Restrepo (2019), “Automation and new tasks: how technology displaces and
reinstates labor”, NBER Working Paper, Nº 25684, Cambridge, National Bureau of Economic
Research (NBER).
(2017), “Robots and jobs: evidence from US labor markets”, NBER Working Paper, Nº 23285,
Cambridge, National Bureau of Economic Research (NBER).
(2016), “The race between machine and man: implications of technology for growth, factor
shares and employment”, NBER Working Paper, Nº 22252, Cambridge, National Bureau of
Economic Research (NBER).
Adams-Prassl, A. y otros (2020), “Inequality in the impact of the coronavirus shock: evidence
from real time surveys”, IZA Discussion Paper series, Nº 13183, Bonn, Institute of Labor
Economics (IZA).
Alba Vega, C., G. Bensusán y G. Vega (coords.) (2021), “El trabajo del futuro con derechos laborales:
diagnóstico y estrategia de política pública para el reconocimiento de derechos laborales de
personas trabajadoras por plataformas digitales”, Ciudad de México, El Colegio de México.
Albrieu, R. (2020), “Evaluando las oportunidades y los límites del teletrabajo en Argentina en
tiempos del COVID-19”, Buenos Aires, Centro de Implementación de Políticas Públicas para
la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC).
Alexander, A., A. De Smet y M. Mysore (2020), “Reimagining the postpandemic workplace”,
McKinsey Quarterly, Nueva York, McKinsey & Company.
Alipour, J. V., O. Falck y S. Schüller (2020), “Homeoffice während der Pandemie und die Implikationen
für eine Zeit nach der Krise”, IFO Schnelldienst, vol. 73, München, IFO Institut.
Arntz, M., T. Gregory y U. Zierahn (2018), “Digitalisierung und die Zukunft der Arbeit: Makroökonomische
Auswirkungen auf Beschäftigung”, Arbeitslosigkeit und Löhne von morgen, Mannheim,
Bundesministerium für Forschung und Entwicklung (BMBF).
(2016), “The risk of automatization for jobs in OECD countries: a comparative analysis”,
OECD Social, Employment and Migration Working Papers, Nº 189, París, Organización de
Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
Asenjo Cruz, A. y A. Coddou McManus (2021), “Economía de plataformas y transformaciones
en el mundo del trabajo: el caso de los repartidores en Santiago de Chile”, Informes Técnicos,
Nº 17, Santiago, Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Autor, D. (2013), “The ‘task approach’ to labor markets: an overview”, NBER Working Paper,
Nº 18711, Cambridge, National Bureau of Economic Research (NBER).
Autor, D., F. Levy y R. Murnane (2003), “The skill content of recent technological change: an
empirical exploration”, The Quarterly Journal of Economics, vol. 118, Nº 4, Oxford, Oxford
University Press.
Baily, M. y N. Montalbano (2016), “Why is US productivity growth so slow? Possible explanations
and policy responses”, Hutchins Center Working Paper, Nº 22, Washington, D.C., Brookings.
Banco Mundial (2016), World Development Report 2016: Digital Dividends, Washington, D.C.
Bensusán Areous, G. y N. Flórez Vaquiro (2020), “Cambio tecnológico, mercado de trabajo y
ocupaciones emergentes en México”, Documentos de Proyectos (LC/TS.2020/119), Santiago,
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
BID y otros (Banco Interamericano de Desarrollo y otros) (2018), El futuro del trabajo: perspectivas
regionales, Washington, D.C.
Boiarov, S. (2019), “Telework and its effects in Argentina”, Telework in the 21st Century: An
Evolutionary Perspective, J. Messenger (ed.), Edward Elgar Publishing/Organización
Internacional del Trabajo (OIT).
Brussevich, M., E. Dabla-Norris y S. Khalid (2020), “Who will bear the brunt of lockdown policies?
Evidence from tele-workability measures across countries”, IMF Working Paper, Nº 20/88,
Washington, D.C., Fondo Monetario Internacional (FMI).
Brynjolfsson, E. (1993), “The productivity paradox of information technology: review and
assessment”, CCS Working Paper, Nº 130, Cambridge, MIT Sloan School of Management.
Brynjolfsson, E. y otros (2020), “COVID-19 and remote work: an early look at US data”, NBER
Working Paper, Nº 27344, Cambridge, National Bureau of Economic Research (NBER).
CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) (2021), “Datos y hechos sobre la
transformación digital”, Documentos de Proyectos (LC/TS.2021/20), Santiago.
(2020a), Construir un nuevo futuro: una recuperación transformadora con igualdad y
sostenibilidad (LC/SES.38/3-P/Rev.1), Santiago.
(2020b), La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe, 2020 (LC/PUB.2020/15-P),
Santiago.
(2020c), “Universalizar el acceso a las tecnologías digitales para enfrentar los efectos del
COVID-19”, Informe Especial COVID-19, Nº 7, Santiago.
(2019), “Automatización y empleo: la reconfiguración del mercado laboral en Chile”, documento
presentado en la conferencia La Transformación del Empleo ante la Revolución Digital y la
Automatización, Santiago, 5 de marzo.
(2018), “Estado de la banda ancha en América Latina y el Caribe 2017”, Documentos de
Proyectos (LC/TS.2018/11), Santiago.
(2012), Cambio estructural para la igualdad: una visión integrada del desarrollo (LC/G.2524
(SES.34/3)), Santiago.
CEPAL/OEI (Comisión Económica para América Latina y el Caribe/Organización de Estados
Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura) (2020), “Educación, juventud y
trabajo: habilidades y competencias necesarias en un contexto cambiante”, Documentos de
Proyectos (LC/TS.2020/116), Santiago.
CEPAL/OIT (Comisión Económica para América Latina y el Caribe/Organización Internacional del
Trabajo) (2021), “Trabajo decente para los trabajadores de plataformas en América Latina”,
Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe, Nº 24 (LC/TS.2021/71), Santiago.
(2020), “La dinámica laboral en una crisis de características inéditas: desafíos de política”,
Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe, Nº 23 (LC/TS.2020/128), Santiago.
Chermin, A. (2021), “El teletrabajo pasa al pizarrón: sigue gustando, pero menos que
antes”, La Tercera, Santiago, 1 de mayo [en línea] https://www.latercera.com/la-terceradomingo/noticia/el-teletrabajo-pasa-al-pizarron-sigue-gustando-pero-menos-que-antes/
CCMV74MIDRBSPMYAZU64HLQCPQ/?utm_medium=maildomingo&utm_source=mail&u
ser=4e6863f6e7598a24824f283d547ad75f.
Chernoff, A. y C. Warman (2020), “COVID-19 and implications for automation”, NBER Working
Paper, Nº 27249, Cambridge, National Bureau of Economic Research (NBER).
Chui, M., J. Manyika y M. Miremadi (2017), “The countries most (and least) likely to be affected
by automatization”, Harvard Business Review, Cambridge, Harvard Business Publishing, abril.
Comisión Europea (2020), “How usual is it to work from home?” [en línea] https://ec.europa.
eu/eurostat/web/products-eurostat-news/-/DDN-20200424-1
Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo (2019), Trabajar para un futuro más prometedor,
Ginebra, Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Correa, F., V. Leiva y G. Stumpo (2018), “Mipymes y heterogeneidad estructural en América Latina”,
Mipymes en América Latina: un frágil desempeño y nuevos desafíos para las políticas de
fomento, Documentos de Proyectos (LC/TS.2018/75/Rev.1), M. Dini y G. Stumpo (coords.),
Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Crafts, N. (2018), “The productivity slowdown: is it the ´new normal´?”, Oxford Review of Economic
Policy, vol. 34, Nº 3, Oxford, Oxford University Press.
Dauth, W. y otros (2017), “German robots: the impacts of industrial robots on workers”, IAB
Discussion Paper, Nº 30/2017, Nuremberg, Agencia Federal de Empleo.
Capítulo IV
207
208
Capítulo IV
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Dingel, J. y B. Neiman (2020), “How many jobs can be done at home?”, NBER Working Paper,
Nº 26948, Cambridge, National Bureau of Economic Research (NBER).
El Peruano (2021), “Congreso aprueba nuevas reglas para el teletrabajo”, Lima, 22 de mayo
[en línea] https://elperuano.pe/noticia/121203-congreso-aprueba-nuevas-reglas-para-elteletrabajo#:~:text=21%2F05%2F2021%20El%20pleno,para%20garantizar%20una%20
implementaci%C3%B3n%20progresiva.
Farías Valenzuela, C. (2021), “Movilización, sindicalización, y medidas de protección hacia trabajadores
de plataformas digitales de países latinoamericanos en el contexto del COVID-19”, Nota
Técnica, Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en prensa.
Feldstein, M. (2017), “Underestimating the real growth of GDP, personal income, and productivity”,
Journal of Economic Perspectives, vol. 31, Nº 2, Nashville, Asociación Estadounidense de Economía.
Fernández, C. y J. Benavides (2020), Las plataformas digitales, la productividad y el empleo
en Colombia, Bogotá, Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo (Fedesarrollo).
Foro Económico Mundial (2020), The Future of Jobs Report 2020, Ginebra.
(2018), “Digital transformation initiative: maximizing the returns on digital investments”,
White Paper, Ginebra.
Frey, C. y M. Osborne (2013), “The future of employment: how susceptible are jobs to
automatization?”, Working Paper, Oxford, Universidad de Oxford.
Frey, C. y otros (2020), Technology at Work v5.0: A New World of Remote Work, Oxford,
Universidad de Oxford/Citi.
García, J. y K. Javier (2020), “Los trabajadores de plataformas digitales en la República Dominicana:
caracterización y opciones para su protección social”, Documentos de Proyectos (LC/TS.2020/91),
Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Gasparini, L. y otros (2021), “Routinization and employment: evidence for Latin America”,
Documento de Trabajo, Nº 276, La Plata, Universidad Nacional de La Plata.
Gontero, S. y S. Albornoz (2019), “La identificación y anticipación de brechas de habilidades
laborales en América Latina: experiencias y lecciones”, serie Macroeconomía del Desarrollo,
Nº 199 (LC/TS.2019/11), Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Gordon, R. (2016), The Rise and Fall of American Growth: The U.S. Standard of Living since the
Civil War, Princeton, Princeton University Press.
Gottlieb, C. y otros (2020), “Working from home in developing countries”, IZA Discussion Paper
series, Nº 13737, Bonn, Institute of Labor Economics (IZA).
Graetz, G. y G. Michaels (2017), “Is modern technology responsible for jobless recoveries?”,
American Economic Review, vol. 107, Nº 5, Nashville, Asociación Estadounidense de Economía.
Guisado González, M., M. Vila Alonso y M. Guisado Tato (2016), “Innovación, capacidad productiva,
formación en el puesto de trabajo y productividad”, Cuadernos de Gestión, vol.16, Nº 2,
Vizcaya, Universidad del País Vasco.
Guntin, R. (2020), “Trabajo a distancia y con contacto en Uruguay” [en línea] http://www.rguntin.
com/other/employment_uru/employment_uru_covid.pdf.
Heredia, A. (2020), “Políticas de fomento para la incorporación de las tecnologías digitales en
las micro, pequeñas y medianas empresas de América Latina: revisión de experiencias y
oportunidades”, Documentos de Proyectos (LC/TS.2019/96), Santiago, Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Hilbert, M. y K. Lu (2020), “The online job market trace in Latin America and the Caribbean”,
Documentos de Proyectos (LC/TS.2020/83), Santiago, Comisión Económica para América Latina
y el Caribe (CEPAL).
ITA (Academia Internacional de Transformación del Trabajo) (2017), Primer Informe Estado del
Teletrabajo en América Latina y el Caribe, San José.
Joynes, C., S. Rossignoli y E. Fenyiwa (2019), “21st Century Skills: evidence of issues in definition,
demand and delivery for development contexts”, K4D Helpdesk Report, Brighton, Instituto
de Estudios sobre el Desarrollo.
Lister, K. y T. Harnish (2019), “Telework and its effects in the United States”, Telework in the
21st Century: An Evolutionary Perspective, J. Messenger (ed.), Edward Elgar Publishing/
Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Madariaga, J. y otros (2019), Economía de plataformas y empleo: ¿Cómo es trabajar para una
app en Argentina?, Buenos Aires, Centro de Implementación de Políticas Públicas para la
Equidad y el Crecimiento/Banco Interamericano de Desarrollo/Organización Internacional del
Trabajo (CIPPEC/BID/OIT).
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Manpower (2019), Humans Wanted: Robots Need You, Milwaukee.
Manyika, J. y otros (2017), Jobs Lost, Jobs Gained: Workforce Transitions in a Time of
Automation, Chicago, McKinsey Global Institute.
Mateo-Berganza, M. y G. Rucci (eds.) (2019), El futuro ya está aquí: habilidades transversales
de América Latina y el Caribe en el siglo XXI, Washington, D.C., Banco Interamericano
de Desarrollo (BID).
McKinsey Global Institute (2021), The Future of Work after COVID-19, Nueva York.
Medina, C. y C. Posso (2018), “Cambio técnico y polarización en el mercado laboral: evidencia
para Colombia”, El Trimestre Económico, vol. 85, Nº 338, Ciudad de México, Fondo de Cultura
Económica (FCE).
Mello, A. y A. Dal Colletto (2019), “Telework and its effects in Brazil”, Telework in the 21st Century:
An Evolutionary Perspective, J. Messenger (ed.), Edward Elgar Publishing/Organización
Internacional del Trabajo (OIT).
Menéndez, E. (2021), “Clasificación del trabajo en plataformas digitales”, Santiago, Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), inédito.
Messenger, J. (2019), “Introduction”, Telework in the 21st Century: An Evolutionary Perspective,
Edward Elgar Publishing/Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Mokyr, J., C. Vickers y N. Ziebarth (2015), “The history of technological anxiety and the future of
economic growth: is this time different?”, Journal of Economic Perspectives, vol. 29, Nº 3,
Nashville, Asociación Estadounidense de Economía.
Molina, T. (2021), “A un año de la ley: el 40% de los teletrabajadores no cuenta con equipo necesario
y DT ha cursado multas por $670 millones”, El Mercurio, Santiago, 5 de abril [en línea] https://
www.emol.com/noticias/Economia/2021/04/05/1016931/Un-ano-teletrabajo-denuncias.html.
Morris, K. (2020), “Zippia poll: half of American workers would rather work from home forever”, San
Mateo, Zippia, 20 de marzo [en línea] https://www.zippia.com/advice/coronavirus-remote-work-survey/.
Naudé, W. (2019), “The race against the robots and the fallacy of the giant cheesecake: immediate
and imagined impacts of artificial intelligence”, IZA Discussion Paper series, Nº 12218, Bonn,
Institute of Labor Economics (IZA).
Nedelkoska, L. y G. Quintini (2018), “Automation, skill use and training”, OECD Social, Employment
and Migration Working Papers, Nº 202, París, Organización de Cooperación y Desarrollo
Económicos (OCDE).
OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos) (2020), Making the Most of
Technology for Learning and Training in Latin America, OECD Skills Studies, París.
(2019a), OECD Skills Outlook 2019: Thriving in a Digital World, París.
(2019b), Skills Matter: Additional Results from the Survey of Adult Skills, OECD Skills Studies, París.
Oficina de Estadísticas Laborales (2021), “Occupational projections and worker characteristics”,
Washington, D.C. [en línea] https://www.bls.gov/emp/tables/occupational-projections-andcharacteristics.htm.
OII (Oxford Internet Institute) (2021), Online Labour Index [base de datos en línea] https://ilabour.
oii.ox.ac.uk/online-labour-index.
OIT (Organización Internacional del Trabajo) (2021a), Working from Home: From Invisibility to
Decent Work, Ginebra.
(2021b), World Employment and Social Outlook 2021: The Role of Digital Labour Platforms
in Transforming the World of Work, Ginebra.
(2020), “Working from home: a potential measure for mitigating the COVID-19 pandemic”,
Policy Brief, Ginebra, abril.
(2016), Panorama Laboral 2016 de América Latina y el Caribe, Lima.
Ostoj, I. (2020), “Digital technological platforms: an opportunity or a threat to quality work?,”
Nierówności Społeczne a Wzrost Gospodarczy, Nº 63, Rzeszów, Universidad de Rzeszów.
Pinto, A. (1973), “Heterogeneidad estructural y modelos de desarrollo reciente de la América Latina”,
Inflación: raíces estructurales, Ciudad de México, Fondo de Cultura Económica (FCE).
PUC (Pontificia Universidad Católica de Chile) (2021), No era teletrabajo: es telepandemia. Informe
sobre los beneficios y consecuencias del primer año en Chile, Santiago.
PwC (2018), Will Robots Really Steal our Jobs? An International Analysis of the Potential Long
Term Impact of Automation, Londres.
Randstad (2016), Randstad Workmonitor: Q4 2016 Report, Ámsterdam.
Ripani, L. y otros (2020), El futuro del trabajo en América Latina y el Caribe: ¿cuál es el impacto
de la automatización en el empleo y los salarios?, Washington, D.C., Banco Interamericano
de Desarrollo (BID).
Capítulo IV
209
210
Capítulo IV
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Rodríguez, N. (2021), “Cambio tecnológico y mercado laboral. Aportes para la identificación de
las ocupaciones emergentes en Colombia”, Documentos de Proyectos (LC/TS.2020/163),
Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Ruiz, K. (2020), “Cambio tecnológico y ocupaciones emergentes en Costa Rica”, Documentos
de Proyectos (LC/TS.2020/80), Santiago, Comisión Económica para América Latina y
el Caribe (CEPAL).
San Juan, C. (2020), “Estudio comparado de la legislación sobre teletrabajo en los países de
América Latina y el Caribe”, Buenos Aires, Asociación Latinoamericana de Seguridad e Higiene
en el Trabajo (ALASEHT).
Savona, M. (2021), “La ´nueva normalidad´ como ´nueva esencialidad´? COVID-19, transformaciones
digitales y estructuras laborales”, Revista CEPAL, Nº 132 (LC/PUB.2021/4-P), Santiago, Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Schmidt, F. (2017), Digital Labour Markets in the Platform Economy: Mapping the Political
Challenges of Crowd Work and Gig Work, Bonn, Friedrich-Ebert-Stiftung.
Schwab, K. (2016), “The Fourth Industrial Revolution: what it means, how to respond”, Ginebra,
Foro Económico Mundial, 14 de enero [en línea] https://www.weforum.org/agenda/2016/01/
the-fourth-industrial-revolution-what-it-means-and-how-to-respond/.
Secretaría del Trabajo y Previsión Social (2021), “Entra en vigor reforma que regula el teletrabajo
en México”, Boletín, Nº 002/2021, Ciudad de México [en línea] https://www.gob.mx/stps/
prensa/entra-en-vigor-reforma-que-regula-el-teletrabajo-en-mexico.
Stewart, P., G. Shanahan y M. Smith (2020), “Individualism and collectivism at work in an era
of deindustrialization: work narratives of food delivery couriers in the platform economy”,
Frontiers in Sociology, vol. 5, Lausanne, Frontiers Media.
Syverson, C. (2017), “Challenges to mismeasurement explanations for the US productivity
slowdown”, Journal of Economic Perspectives, vol. 31, Nº 2.
Tarabusi, C. (1997), “Technology and employment: the role of organizational change and learning”,
STI Review, Nº 20, París, Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
Tello, M. (2017), “Innovación y productividad en las empresas de servicios y manufactureras: el
caso del Perú”, Revista CEPAL, Nº 121 (LC/PUB.2017/8-P), Santiago, Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Vallas, S. y J. Schor (2020), “What do platforms do? Understanding the gig economy”, Annual
Review of Sociology, vol. 46, Palo Alto, Annual Reviews.
Velárdez, M. (2021), “Análisis de distancias ocupacionales y familias de ocupaciones en el
Uruguay”, Documentos de Proyectos (LC/TS.2021/36), Santiago, Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL).
Vivarelli, M. (2007), “Innovation and employment: a survey”, IZA Discussion Paper series, Nº 2621
Bonn, Institute of Labor Economics (IZA).
Weller, J. (2020), “La pandemia del COVID-19 y su efecto en las tendencias de los mercados
laborales”, Documentos de Proyectos (LC/TS.2020/67), Santiago, Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL).
(2017), “Las transformaciones tecnológicas y su impacto en los mercados laborales”, serie
Macroeconomía del Desarrollo, Nº 190 (LC/TS.2017/76), Santiago, Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL).
Weller, J., S. Gontero y S. Campbell (2019), “Cambio tecnológico y empleo: una perspectiva
latinoamericana. Riesgos de la sustitución tecnológica del trabajo humano y desafíos de
la generación de nuevos puestos de trabajo”, serie Macroeconomía del Desarrollo, Nº 201
(LC/TS.2019/37), Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Wood, A. y otros (2019), “Good gig, bad gig: autonomy and algorithmic control in the global gig
economy”, Work, Employment and Society, vol. 33, Nº 1, Thousand Oaks, Sage Publications.
Yasenov, V. (2020), “Who can work from home?”, IZA Discussion Paper series, Nº 13197, Bonn,
Institute of Labor Economics (IZA).
Zeit, D. (2020), “Unternehmen sehen Homeoffice skeptischer als Arbeitnehmer”, Munich,
Süddeutsche Zeitung, 15 de noviembre [en línea] https://www.sueddeutsche.de/karriere/
arbeit-unternehmen-sehen-homeoffice-skeptischer-als-arbeitnehmer-dpa.urn-newsml-dpacom-20090101-201114-99-329720.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Anexo IV.A1
La cuarta revolución tecnológica: enfoques
para el análisis de su impacto en el empleo
Schwab (2016) resalta que la velocidad, el alcance y el impacto de los cambios tecnológicos
en curso en los sistemas de producción, gestión y gobernabilidad implican que se trata de
una nueva revolución industrial. En efecto, la actual fase de transformaciones tecnológicas
(con componentes claves como la Internet de las cosas, la interconectividad de la nube
digital, la robótica, los macrodatos, los vehículos autónomos y la inteligencia artificial) ha
sido denominada como cuarta revolución industrial, que sigue a las revoluciones que,
en lo tecnológico, se centraron en la máquina de vapor (la primera), la energía basada
en gas y petróleo y los nuevos sistemas de transporte y comunicación (la segunda) y
los computadores (la tercera). En el marco de la cuarta revolución, PwC (2018) identifica
tres olas de automatización entre inicios de la década de 2020 y mediados de la década
de 2030: la de los algoritmos, la de la aumentación y la de la autonomía, que afectarán
de manera distinta a diferentes grupos de trabajadores.
La denominación “cuarta revolución industrial” es poco precisa en el sentido de que
esta fase se caracteriza por su transversalidad, ya que afecta prácticamente a todos los
rubros económicos. Las revoluciones previas también tuvieron impactos en otros sectores,
como la industrialización de la agricultura en la primera y segunda revolución industrial
y la transformación de muchos servicios, sobre todo administrativos, en la tercera. Sin
embargo, mientras que en las revoluciones anteriores fueron productos manufactureros
los que transformaron a otros rubros, en la actualidad muchos componentes claves de
la transformación tecnológica no son bienes provenientes de este sector.
Tal como ocurrió con las transformaciones tecnológicas previas, la cuarta revolución
industrial no solo conlleva la aplicación de nuevas tecnologías y la modificación correspondiente
de los procesos productivos, sino también transformaciones socioeconómicas que surgen
de la interacción de los diferentes actores con las nuevas tecnologías.
El impacto de la introducción de nuevas tecnologías sobre el empleo engloba la
sustitución tecnológica del trabajo humano, la generación de nuevos empleos y la
transformación del empleo previamente existente. Para analizar este impacto, se suele
aplicar uno de los tres enfoques siguientes (Tarabusi, 1997):
•
El enfoque determinista, que trata de identificar las características claves de
una tecnología y deduce su impacto en el empleo, sobre todo la capacidad de
sustituir el trabajo humano. Este enfoque hace hincapié en el potencial de la
tecnología para destruir puestos de trabajo.
•
El enfoque compensatorio, que destaca la capacidad de las economías de
mercado para compensar las pérdidas tecnológicas de empleos a través de
la generación de nuevas ocupaciones, como ha ocurrido históricamente en
anteriores olas de transformaciones tecnológicas. Los nuevos empleos se
generan, entre otros, a través de los siguientes canales: el abaratamiento de la
producción, que estimula la demanda (a través de precios más bajos tanto de
los bienes de consumo como de los bienes de capital); la inversión en nuevas
maquinarias y equipos relacionados con las nuevas tecnologías; el aumento
de salarios como consecuencia de la productividad creciente, y la aparición de
nuevas actividades económicas (Vivarelli, 2007).
•
El enfoque contextual, que toma en cuenta tanto el potencial destructivo de las
nuevas tecnologías como su capacidad para contribuir a la generación de nuevas
Capítulo IV
211
212
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo IV
ocupaciones y nuevos empleos y a la transformación de los empleos existentes.
Considera que tanto la cantidad como las características de los empleos nuevos
y transformados dependen, por un lado, de aspectos económicos que influyen
en que se introduzca o no una innovación técnicamente capaz de sustituir el
trabajo humano y, por el otro, de las políticas de actores públicos y privados que
determinan el contexto institucional de la aplicación de las tecnologías.
En este capítulo se considera el enfoque contextual, pero se subraya que la
determinación del contexto que los actores pueden crear para las nuevas tecnologías
no es enteramente libre de restricciones. En mercados abiertos y competitivos debe
asegurarse su aplicación económicamente sostenible, es decir, competitiva, a la vez
que se debe asegurar que sea socialmente sostenible: dicha aplicación debe tener
características que las sociedades correspondientes consideren aceptables. Dado
que estos criterios condicionan las políticas que se pueden aplicar al respecto, este
enfoque se denomina ”contextual condicionado” (Weller, 2017).
Anexo IV.A2
Aspectos metodológicos para analizar el impacto
de las transformaciones tecnológicas
en el empleo
Al igual que durante las revoluciones tecnológicas anteriores, las preocupaciones frente
a las nuevas tecnologías se han centrado en su potencial para realizar de mejor manera
(más rápido, con una mayor calidad) el trabajo llevado a cabo por los seres humanos, lo
que tendería —en virtud de las fuerzas de la competencia en los mercados— a sustituir
el trabajo humano por trabajo realizado por maquinas, de manera que se destruirían
los empleos correspondientes (Mokyr, Vickers y Ziebarth, 2015)35.
Para comprender el impacto de las transformaciones tecnológicas actuales, se ha
propuesto una pequeña matriz con las variables “trabajo rutinario – trabajo no rutinario”
y “trabajo manual – trabajo cognitivo” (Autor, 2013). Los estudios empíricos, en general,
han observado que los trabajos rutinarios, tanto manuales como cognitivos, son los
más afectados por los procesos de robotización y automatización, lo que tiende a
incidir en una polarización del mercado laboral en los países desarrollados: se reduce
la proporción de las ocupaciones caracterizadas por trabajo rutinario y que típicamente
requieren cualificaciones intermedias y aumenta la proporción de las ocupaciones
caracterizadas por cualificaciones altas y bajas36. Sin embargo, también se ha insistido
en la creciente capacidad tecnológica para sustituir el trabajo cognitivo no rutinario,
sobre todo a través de la inteligencia artificial, que se encuentra en rápido desarrollo
(Frey y Osborne, 2013; Rodríguez, 2021).
Las estimaciones sobre los empleos con riesgo de sustitución tecnológica utilizan
principalmente encuestas de representantes de empresas (por ejemplo, Foro Económico
Mundial, 2020) y ejercicios basados en las características de las diferentes ocupaciones.
En estos, el primer paso es comprender la capacidad de las tecnologías para ejecutar
tareas hasta ahora a cargo de seres humanos. El ejercicio más conocido al respecto
ha sido llevado a cabo por Frey y Osborne (2013), quienes utilizaron la información de
la base de datos Occupational Information Network (O*NET) de los Estados Unidos,
35
36
Las grandes empresas entrevistadas por el Foro Económico Mundial (2020) proyectan que en 2025 solo la mitad de las tareas
que se ejecutan en ellas serán realizadas por seres humanos.
Véanse, por ejemplo, Autor, Levy y Murnane (2003), Banco Mundial (2016) y Graetz y Michaels (2017).
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
que contiene información sobre las tareas que se ejecutan habitualmente en las
diferentes ocupaciones. A partir de un esquema de cuellos de botella que impiden que
ciertas tareas sean automatizables, y con base en la literatura disponible y la opinión
de expertos, identifican 70 ocupaciones que pueden automatizarse completamente
o que no están en riesgo de automatización. Tomando en cuenta la matriz de tareas
de las otras ocupaciones, un algoritmo calcula el riesgo probabilístico de sustitución
de otras 632 ocupaciones. Consideran que una probabilidad de sustitución de 0,7 o
más implica un alto riesgo de destrucción de una ocupación específica. Sobre la base
de esta metodología, estiman que en los Estados Unidos un 47% de los empleos se
encuentran en ocupaciones con un alto riesgo de sustitución tecnológica en un plazo
de entre uno o dos decenios. Los autores concluyen que el riesgo de sustitución es
mayor en ocupaciones con menores niveles de cualificación, pero hacen hincapié en
que el aprendizaje automático (machine learning) aumenta cada vez más el riesgo de
sustitución de ocupaciones más cualificadas.
La metodología de Frey y Osborne fue objeto de críticas, principalmente por
ignorar la heterogeneidad de las tareas que pueden ejecutar diferentes personas que
se desempeñan en la misma ocupación. Aprovechando sobre todo la información
diferenciada sobre las tareas realizadas a nivel individual que proporciona la encuesta
de habilidades de los adultos del Programa para la Evaluación Internacional de las
Competencias de Adultos de la OCDE, se llevaron a cabo cálculos alternativos que
arrojaron que en los Estados Unidos entre un 9% y un 10% de los empleos tendrían
un alto riesgo de sustitución y que existían grandes diferencias respecto a los riesgos
de sustitución entre distintos grupos de países desarrollados (Arntz, Gregory y
Zierahn, 2016; Nedelkoska y Quintini, 2018). De manera similar, PwC (2018) estimó
que la proporción de empleos con alto riesgo de sustitución en un grupo de 27 países
(principalmente miembros de la OCDE) variaba entre el 1% en Chile y Turquía y el 5%
en los Estados Unidos en una primera ola (hasta inicios de la década de 2020); entre el
12% en la República de Corea y la Federación de Rusia y el 26% en los Estados Unidos
y Lituania en una segunda ola (hasta el fin de la década de 2020), y entre el 22% en
la República de Corea y Finlandia y el 44% en Eslovaquia en una tercera ola (hasta
mediados de la década de 2030).
Estas discrepancias podrían basarse en diferencias en la organización del trabajo, en
la estructura productiva, en los avances en la introducción de nuevas tecnologías y en
los niveles educativos de los trabajadores de estos países, lo que indica que, más allá
de la factibilidad tecnológica de sustitución, habría que tomar en cuenta otros factores
en la evaluación de los riesgos de sustitución tecnológica. De ahí que Frey y Osborne
(2013), por ejemplo, insistan en que sus resultados no representan un pronóstico,
sino que se limitan a exponer la factibilidad de la sustitución tecnológica en un plazo
relativamente cercano.
Respecto a su aplicación en otros países, la metodología de Frey y Osborne tiene la
ventaja de que se puede aplicar en cualquier país que tenga una encuesta de hogares
para la medición del mercado laboral y cuya base de datos cuente con una diferenciación
suficientemente grande de los grupos de ocupación. En efecto, se ha aplicado esta
metodología tanto a nivel global (Banco Mundial, 2016) como a nivel regional (BID y
otros, 2018; CEPAL, 2018; Ripani y otros, 2020) y en estudios de países, tanto avanzados
como en desarrollo (por ejemplo, en la Argentina, Costa Rica y el Uruguay).
Sin embargo, más allá de las críticas a la metodología en sí, su aplicación a otros
países distintos de aquel para el que fue desarrollada originalmente conlleva dos
problemas adicionales. En primer lugar, si ya en los Estados Unidos el título de una
sola ocupación puede abarcar puestos de trabajo en que se realizan tareas diferentes,
esto tiende a ser aún más marcado en la comparación con otros países. Por este
Capítulo IV
213
214
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo IV
motivo, como ya se ha mencionado, en varios estudios se ha aplicado la información
proporcionada por el Programa para la Evaluación Internacional de las Competencias
de los Adultos37. Del primer ciclo del Programa solo se cuenta con información sobre
cuatro países de América Latina: Chile, de la ronda de 2014-2015, y el Ecuador, México
y el Perú, de la ronda de 2017. Si bien esto es un avance, las limitaciones respecto al
tamaño de la muestra disminuyen su utilidad para trabajos altamente desagregados38.
Ripani y otros (2020, pág. 15) presentan resultados de un estudio no publicado donde
se aplica una diferenciación de tareas en la estimación del riesgo de sustitución
tecnológica del trabajo en la Argentina, Chile, Colombia, México y el Perú. De manera
concordante con los resultados de los estudios mencionados sobre países avanzados,
las tasas de riesgo de sustitución calculadas de esta forma son mucho menores que
en la aplicación de la metodología de Frey y Osborne.
Por otra parte, en el Uruguay se ha empezado a desarrollar una encuesta
ocupacional que generará información para una base de datos similar a la O*NET de
los Estados Unidos, lo que podría producir insumos claves para realizar cálculos más
conformes a la realidad del país que los brindados aplicando la estructura de tareas
de otros países o una muestra relativamente pequeña diseñada para otros fines.
Velárdez (2021) analizó la información correspondiente a la primera ola de recolección
de información para esa base de datos, que cubrió 22 ocupaciones, y, entre otros,
encontró diferencias entre los Estados Unidos y el Uruguay en los perfiles de muchas
de estas ocupaciones.
Una segunda limitación que surge al aplicar la metodología de Frey y Osborne a
otros países, específicamente de América Latina y de otras regiones en desarrollo,
es que implica que no hay diferencias en la estructura del mercado laboral. Así, la
estimación de las probabilidades de automatización siguiendo la metodología original
de Frey y Osborne da como resultado que tanto a nivel global como a nivel regional los
países con los ingresos per cápita más bajos tienden a ser los que tienen una mayor
proporción del empleo con riesgo de sustitución. Esto se explica, por un lado, porque
la metodología no toma en cuenta la heterogeneidad productiva y tecnológica de los
países en desarrollo. Por ejemplo, según las estimaciones de Frey y Osborne (2013), los
peones agropecuarios se encuentran entre las ocupaciones con más altos índices de
automatización. Esto puede ser acertado en el caso de los Estados Unidos y también
en unos segmentos altamente desarrollados del sector agropecuario latinoamericano
que están integrados a los mercados mundiales; sin embargo, en gran parte de este
sector las unidades productivas trabajan con tecnologías diferentes de las que aplican
los sectores tecnológicamente avanzados, y las tareas que se ejecutan son también
distintas. Esta heterogeneidad productiva estructural también se expresa en el mercado
laboral: en el sector de baja productividad prevalece el objetivo de la reproducción de
los hogares; por ejemplo, los campesinos tienden a no incorporar tecnologías que
sustituyen a la mano de obra, que en este caso es principalmente familiar.
37
38
Esto tampoco ha estado libre de dificultades. Por ejemplo, para poder trabajar con un mayor nivel de desagregación de las
ocupaciones (4 dígitos de la Clasificación Internacional Uniforme de Ocupaciones (CIUO)), Nedelkoska y Quintini (2018) utilizaron
en todos los países seleccionados los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de las Competencias de los
Adultos en el Canadá, ya que era el único país que contaba con información con ese nivel de desagregación.
Por ejemplo, en Chile la muestra consistía de 5.307 personas, y el ratio de respuesta era del 66% (OCDE, 2019b, págs. 54 y 86).
En una desagregación de cientos de ocupaciones, esto implica un número medio reducido de casos por ocupación; además,
dado que la muestra no fue diseñada para generar resultados a nivel de las ocupaciones, es inevitable que queden ocupaciones
con muy pocos casos o incluso ninguno.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Anexo IV.A3
Aspectos conceptuales para analizar el impacto
de las transformaciones tecnológicas en
el empleo de América Latina y el Caribe
Al analizar el posible impacto de introducir nuevas tecnologías en el empleo en
América Latina y el Caribe y sus diferencias en relación con los países desarrollados,
deben tomarse en cuenta dos factores. El primero de ellos es la heterogeneidad
estructural productiva de la región (Pinto, 1973; CEPAL, 2012). Esta situación puede
explicarse de manera simplificada mediante un modelo de dos sectores. Las empresas
del sector de productividad alta y media enfrentan la competencia interna (y externa, si
producen bienes o servicios transables) con una tecnología no tan lejana a la frontera
tecnológica o, en el caso de las empresas líderes, cercana a esta. A estas empresas
las afecta el movimiento de la frontera tecnológica, y la introducción de una innovación
tecnológica puede ser indispensable para su proceso de acumulación. Por otra parte,
las unidades productivas del sector de baja productividad responden, principalmente,
a las necesidades de reproducción de los hogares con los que están interrelacionadas.
Estas unidades productivas típicamente no compiten con empresas del sector de
productividad alta y media, si bien pueden ser proveedores de insumos para ellas. Se
ubican lejos de la frontera tecnológica y el movimiento de esta frontera no las afecta,
dado que no influye en los mecanismos de su reproducción39.
Esto no quiere decir que las nuevas tecnologías no hayan transformado la vida de
las personas insertas en el sector de baja productividad. Los teléfonos inteligentes, en
particular, tienen un amplio uso, sobre todo como medio de comunicación, información y
entretenimiento, pero en muchos casos también para facilitar las actividades económicas,
posiblemente generando nuevas oportunidades laborales. Sin embargo, este uso
no cambia la lógica de las unidades productivas correspondientes, que tienen como
objetivo central la reproducción de los hogares y, para ello, generar ingresos laborales,
por lo que la eliminación de puestos de trabajo no entra en la lógica reproductiva de
estas unidades.
Siguiendo este razonamiento, Weller, Gontero y Campbell (2019) aplicaron la
metodología de Frey y Osborne (2013) a 12 países de América Latina, ajustándola a
la estructura productiva y laboral de la región al excluir los empleos del sector de baja
productividad de la estimación, dado que, por las consideraciones expuestas, no estarían
expuestos a un riesgo de sustitución tecnológica. Cabe considerar, sin embargo, que
se trata de los empleos de peor calidad, y por ese motivo se mantendrían a pesar de
los cambios tecnológicos en curso.
El segundo factor que hay que tener en cuenta es el rezago con que las empresas de
los sectores de productividad alta y mediana tienden a introducir las nuevas tecnologías.
Ya en el pasado las nuevas tecnologías se introdujeron en América Latina con un
rezago respecto a los países avanzados, en los que generalmente se habían inventado
y desarrollado estas tecnologías para su aplicación en los procesos productivos. Lo
mismo se observa en cuanto a la digitalización, que puede entenderse como un proceso
39
En un caso extremo, se puede argumentar que un vendedor ambulante no cambiaría su actividad a causa de las nuevas tecnologías
que transforman la manera en que los supermercados se reabastecen, controlan sus existencias, y cobran a los clientes, entre
otros. Esto no quiere decir que el cambio tecnológico no elimine ningún trabajo en el sector de baja productividad. Por ejemplo,
la introducción del Sistema de Posicionamiento Global (GPS), aunado a una estructura organizativa adecuada, vuelve obsoleto
el trabajo de las personas que en muchas ciudades de la región indicaban a los choferes del transporte colectivo su posición
respecto a otras unidades de transporte. Por razones de subsistencia, estas personas habrán tenido la necesidad de buscar
otro trabajo, muy probablemente en otra actividad del sector de baja productividad.
Capítulo IV
215
216
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo IV
clave de las transformaciones tecnológicas actuales, y también se registran rezagos
en la adaptación de las tecnologías digitales, tanto en las sociedades latinoamericanas
en general como en los procesos productivos de la región40.
La introducción de una innovación tecnológica en los procesos productivos depende
de su viabilidad económica, específicamente de si contribuye a mejorar la competitividad
de las empresas, ya sea a través de una reducción de costos o de mejoras en la
productividad o en la calidad del producto, entre otros. Entre los factores que estimulan
la introducción de nuevas tecnologías y la sustitución tecnológica de puestos de trabajo
se encuentran la proporción de tareas que pueden automatizarse, las ganancias de
productividad, la reducción de costos laborales, la capacidad de innovación y ajuste,
la disponibilidad de una fuerza de trabajo con las habilidades necesarias para aplicar
la nueva tecnología de manera eficiente y una infraestructura adecuada y confiable
(Weller, Gontero y Campbell, 2019). Los factores que, por el contrario, frenarían este
proceso son los costos de introducción, mantenimiento y actualización y las restricciones
legales o administrativas.
Si se compara, como hecho estilizado, la posición de la estructura productiva de
América Latina y el Caribe al respecto, se registran algunos factores que estimularían una
introducción más rápida de las nuevas tecnologías, como las ganancias de productividad,
que potencialmente serían mayores que en los países avanzados al poder aprovechar
estas innovaciones para dar un salto tecnológico (leapfrogging). Sin embargo, hay una
serie de factores que más bien frenarían su introducción a los procesos productivos
(Weller, Gontero y Campbell, 2019). Entre ellos destacan la menor reducción de los
costos laborales, una capacidad de innovación y habilidades digitales de la fuerza laboral
más limitadas, una infraestructura más frágil y costos, en general, más elevados (sobre
todo en relación con las opciones de financiamiento). Estos rezagos de América Latina
y el Caribe frente a países más avanzados —que son especialmente marcados en el
caso de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) (Heredia, 2020)— inciden
en una introducción más pausada de las nuevas tecnologías.
40
Por ejemplo, en América Latina la proporción de hogares con suscripciones de banda ancha fija y móvil en 2019 era del 13%
y el 73%, respectivamente, muy por debajo de las cifras de América del Norte (35% y 138%) y Europa Occidental (32% y
97%). El índice de desarrollo de las industrias digitales en 2018 era de 18,6 en América Latina y el Caribe y de 43,2 y 35,8 en
América del Norte y Europa Occidental, respectivamente, y las brechas más marcadas se observaban en actividades vinculadas
directamente al proceso productivo (CEPAL, 2021).
CAPÍTULO
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Síntesis y desafíos de políticas
para una recuperación
transformadora con empleo
Introducción
A. Políticas adoptadas para proteger el empleo en el contexto
de la crisis desencadenada por el COVID-19
B. Las autoridades de la región también establecieron políticas
específicas para proteger las condiciones laborales
de las mujeres y los jóvenes, dos de los grupos
más afectados por la crisis
C. Es necesario cerrar la brecha digital y mejorar la regulación
para enfrentar los retos que plantean los procesos
de innovación y automatización en los mercados
laborales de la región
Bibliografía
V
Capítulo V
217
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Introducción
La pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) desencadenó una crisis sin
precedentes en los mercados laborales de América Latina y el Caribe, que provocó
caídas históricas del número de ocupados y la participación, e incrementos igualmente
históricos de las tasas de desocupación. Los Gobiernos de la región han impulsado
políticas para mitigar los efectos de la crisis sobre los mercados de trabajo. Sin embargo,
la mayor contracción del PIB de los últimos 100 años ha venido acompañada de una
caída del empleo no vista desde que se dispone de información al respecto.
La crisis del COVID-19 también ha acelerado los cambios estructurales que ya se
estaban produciendo en los mercados laborales de la región, impulsados por procesos
de innovación y automatización, y que podrían implicar cambios de mediano y largo plazo
en la relación entre producto y empleo, y generar una subutilización del factor trabajo.
Esta situación resulta preocupante, especialmente porque la región ya mostraba un
estancamiento en el ritmo de crecimiento del empleo antes de la crisis.
Tanto la naturaleza como las dimensiones de la crisis actual han planteado grandes
retos para los gestores de política de la región, exigiendo esfuerzos significativos para
atenuar su impacto inmediato sobre la población. En este capítulo, se sintetizan algunas de
las principales medidas adoptadas por los Gobiernos de los 33 países de América Latina
y el Caribe desde el inicio de la crisis para amortiguar sus efectos sobre los mercados
laborales de la región y sobre el ingreso de los hogares. Dichas medidas se han clasificado
en cuatro categorías. La primera comprende aquellas políticas laborales destinadas a
proteger el empleo, evitando la interrupción de la relación entre empleadores y empleados.
En este primer grupo también se incluyen los programas cuyo objetivo era promover
la creación de nuevos puestos de trabajo. Una segunda categoría abarca las medidas
fiscales, monetarias y financieras que se han adoptado para apoyar el aparato productivo
desde el inicio de la crisis. La tercera categoría incluye políticas dirigidas a la protección del
empleo de mujeres y jóvenes, así como medidas vinculadas a la economía del cuidado.
La cuarta categoría contiene políticas de protección social de los hogares, que, si bien
no contribuyen directamente a atenuar el impacto sobre el empleo, definitivamente han
permitido paliar los efectos de la crisis sobre el ingreso de los hogares.
El resto del capítulo está estructurado de la siguiente manera: en la sección A, se
describen las principales medidas adoptadas en la región para proteger el empleo y el
aparato productivo; en la sección B, se presentan las medidas dirigidas a proteger el
empleo femenino y juvenil, así como las relacionadas con la economía de los hogares,
y, por último, en la sección C se hace hincapié en los retos que plantean los procesos
de innovación y automatización en los mercados laborales de la región.
A. Políticas adoptadas para proteger
el empleo en el contexto de la crisis
desencadenada por el COVID-19
1.
Políticas laborales de protección del empleo y
programas especiales de creación de empleo
Como respuesta a la crisis, las autoridades de América Latina y el Caribe adoptaron una
serie de medidas destinadas a atenuar el impacto del colapso de la actividad económica
en los mercados laborales de la región. Así, junto con políticas fiscales y monetarias que
buscaban estimular la demanda agregada, se adoptaron otras más específicas para tratar
de proteger el empleo. En el cuadro V.1 se sintetizan algunas de las principales medidas
que se han adoptado en la región desde marzo de 2020 para frenar la caída del empleo.
V
Capítulo V
219
220
x
x
Licencias para trabajadoras y trabajadores que
se encuentren en grupos vulnerables al COVID-19
o que estén a cargo de niñas, niños o adolescentes
que asistan a clases virtuales o de personas
enfermas o de la tercera edad
x
Programas para la creación de empleo
x
Programas especiales de capacitación
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
Trinidad y Tabago
x
x
Suriname
x
x
x
Santa Lucía
Uso de vacaciones vencidas o adelantadas
x
x
San Vicente y
las Granadinas
x
x
Saint Kitts y Nevis
x
x
Jamaica
x
x
x
Guyana
x
x
Granada
x
x
Dominica
Mecanismos para la suspensión temporal
de contratos de trabajo
x
Belice
x
x
Barbados
x
x
Bahamas
x
x
Antigua y Barbuda
x
x
Venezuela (República
Bolivariana de)
x
Uruguay
x
República Dominicana
x
Perú
x
Paraguay
Cambios en las jornadas laborales, establecimiento
de horarios de trabajo excepcionales y reducciones
salariales
x
Panamá
x
Nicaragua
x
México
x
x
Honduras
x
x
Haití
x
Guatemala
x
x
El Salvador
x
Ecuador
x
Cuba
Trabajo remoto
Costa Rica
Bolivia (Estado
Plurinacional de)
x
Colombia
Brasil
x
Chile
Argentina
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Observatorio COVID-19 en América Latina y el Caribe, sobre la base de información oficial.
x
x
x
x
x
x
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Prohibición de despidos
Capítulo V
Cuadro V.1
América Latina y el Caribe: principales medidas adoptadas para sostener el empleo en el contexto
de la crisis generada por la pandemia de COVID-19, 2020-2021
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
En el cuadro se aprecia que una de las principales medidas adoptadas fue la promoción
del trabajo remoto (o teletrabajo) y la consecuente adecuación de la normativa, a fin de
evitar que las restricciones de movilidad afectaran el empleo de aquellas personas que
pudieran realizar sus actividades desde casa. Sin embargo, este tipo de alternativas
sin duda se ven limitadas por la propia naturaleza de la actividad que se desarrolla, así
como por el acceso a servicios de Internet y la disponibilidad de equipos apropiados,
por lo que suele ser más factible en los sectores formales y entre las personas de
nivel educativo más elevado.
Asimismo, en muchas economías de la región se modificaron las jornadas de
trabajo para poder adecuarlas a los cambios que suponían las restricciones de movilidad
y las normas de distanciamiento físico. Estas modificaciones también permitieron
a las empresas realizar ajustes en sus nóminas sin tener que recurrir al despido de
sus empleados. Por otra parte, algunos países optaron por adoptar mecanismos de
“suspensión” de los contratos de trabajo, pero sin interrumpir de manera permanente la
relación entre empleado y empleador1, e impulsaron el uso por parte de los trabajadores
de sus vacaciones vencidas o adelantadas. En algunas economías —especialmente, en
las etapas iniciales de la pandemia—, se suspendieron los despidos de trabajadores,
otorgando especial protección a aquellos que pudieran estar contagiados de COVID-19.
Por último, en diversas economías de la región se han adoptado programas especiales
de capacitación y planes especiales de creación de empleo tanto generales como focalizados
en ciertos grupos especialmente afectados por la crisis, como jóvenes y mujeres.
2.
Políticas fiscales y crediticias de apoyo
al aparato productivo
Otra de las estrategias empleadas por los Gobiernos de la región consistió en apoyar el
aparato productivo, a fin de evitar que la caída de la demanda agregada y los efectos de
las medidas de distanciamiento y las restricciones de movilidad provocaran más cierres de
empresas y, por consiguiente, una mayor caída de la ocupación. En el cuadro V.2 se sintetizan
algunas de las principales medidas adoptadas en la región en virtud de esta estrategia.
Los planes de apoyo para mantener a las empresas en funcionamiento han sido
muy variados, e incluyen el otorgamiento de créditos en condiciones muy favorables,
así como la creación o ampliación de fondos de garantías para créditos. El objetivo de
estos programas era proveer de fondos a las empresas para amortiguar la profunda
caída del flujo de caja y posibilitar que la mayor liquidez disminuyera la probabilidad
de quiebra. Con la finalidad de, por un lado, apoyar a las empresas (y otros deudores)
que registraron mermas en su capacidad de pago y, por otro, evitar el incremento del
riesgo sistémico en los sistemas financieros de la región, diversos países estimularon
la reestructuración de créditos, ampliando los plazos para efectuar pagos, reduciendo
el costo financiero de los créditos y, en el caso de las instituciones financieras,
aprobando cambios en los plazos establecidos a fin de hacer las provisiones necesarias
para respaldar las carteras de crédito. En algunos casos, los planes se orientaron a
determinados sectores productivos especialmente afectados por la crisis y, en algunos
países, estas acciones requirieron cambios en la normativa regulatoria2.
1
2
Salazar-Xirinachs (2020) señala que este mecanismo de “hibernación” ha probado su eficacia en algunos países desarrollados
(el caso más conocido es el sistema Kurzarbeit de Alemania). Sin embargo, el autor señala que esta estrategia tiene algunas
limitaciones que impiden que la escala de utilización sea lo suficientemente importante como para evitar una caída significativa
del empleo, pues solo se aplicó a una proporción limitada de la fuerza laboral. Asimismo, su efectividad se reduce a medida
que la duración de la crisis se prolonga, pues mientras mayor sea la duración de la reducción del flujo de ingresos, menos
probable es que una empresa pueda evitar recortes en su nómina.
Véase una revisión de estas y otras medidas de estímulo al crédito adoptadas en el contexto de la crisis del COVID-19 en CEPAL
(2020a y 2020b).
Capítulo V
221
222
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
Apoyo a actividades económicas específicas
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
Mecanismos para reducir o facilitar el pago
de la contribución social para empleadores
y empleadoras o trabajadores y
trabajadoras independientes
x
x
x
x
x
Apoyo para el pago de nóminas
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Observatorio COVID-19 en América Latina y el Caribe, sobre la base de información oficial.
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
Trinidad y Tabago
x
x
x
Suriname
x
x
x
Santa Lucía
x
x
x
San Vicente y
las Granadinas
x
x
x
Saint Kitts y Nevis
x
x
Jamaica
x
x
Guyana
x
x
Granada
x
x
Dominica
x
x
x
Belice
x
x
x
Barbados
x
x
x
Bahamas
x
x
Antigua y Barbuda
x
Venezuela (República
Bolivariana de)
x
Uruguay
x
x
República Dominicana
x
x
Perú
x
Prohibición de cortes de servicios o rebajas
en las tarifas
México
x
Honduras
x
Haití
x
Argentina
x
Paraguay
Mecanismos para facilitar el pago o la devolución
de impuestos
x
Panamá
x
x
Nicaragua
Reprogramación de créditos
Guatemala
x
El Salvador
Programas de estímulo a la inversión
(privada y pública)
Ecuador
x
Cuba
Chile
x
Costa Rica
Bolivia (Estado
Plurinacional de)
x
Colombia
Brasil
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
x
Programas de apoyo a las empresas, incluidas las
microempresas y pequeñas y medianas empresas
Capítulo V
Cuadro V.2
América Latina y el Caribe: principales medidas adoptadas para sostener el aparato productivo
en el contexto de la crisis generada por la pandemia de COVID-19, 2020-2021
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Por otra parte, las autoridades fiscales también otorgaron facilidades tributarias
a las empresas, implementaron mecanismos de subsidios para apoyar el pago de
las nóminas y elaboraron planes para impulsar las compras realizadas por el sector
público. También se adoptaron mecanismos para facilitar el pago de impuestos y otras
contribuciones fiscales y laborales. En algunos casos, se congelaron las tarifas de los
servicios públicos y se prohibió el corte de los servicios públicos a las empresas —y,
en ocasiones, los hogares— que no pudieran realizar los pagos. Entre otros planes
de apoyo a las empresas, se incluyeron ayudas para los procesos de digitalización y
automatización y el financiamiento de programas de capacitación específicos. Dada la
gran concentración de trabajadores que prestan sus servicios en las microempresas
y pequeñas y medianas empresas (mipymes), muchos de los programas de apoyo
estaban directamente dirigidos a ellas3.
Las medidas de protección del empleo y el aparato productivo se complementaron
con otras que buscaban amortiguar la importante caída del ingreso de los hogares a
raíz de la destrucción de puestos de trabajo. En el cuadro V.3, se brinda una síntesis
de otras políticas de protección social dirigidas a los hogares, en general en forma
de bonos y de ingresos familiares de emergencia. En algunos casos, estos recursos
se destinaron explícitamente a financiar el consumo de los hogares de menores
ingresos, así como el pago de viviendas. En otros casos, el alcance de los bonos
se extendió a los hogares que componen la clase media y a grupos especialmente
afectados por la crisis, como jóvenes, mujeres, personas mayores y trabajadores de
actividades que se vieron muy restringidas durante la pandemia, como los sectores
del turismo y el comercio, especialmente los comerciantes informales. En algunos
países, las autoridades autorizaron a los contribuyentes de los fondos de pensiones
y de cesantía a realizar retiros especiales4. En otros casos, las transferencias se
destinaron específicamente a las personas que habían perdido su puesto de trabajo,
como un mecanismo para compensar el reducido alcance del seguro de desempleo
que existe en la región.
3
4
Véase una revisión de estas y otras medidas de apoyo a las empresas otorgadas en el contexto de la crisis del COVID-19 en
CEPAL (2020a y 2020b).
Véase una revisión de estas y otras medidas de apoyo a los hogares otorgadas en el contexto de la crisis del COVID-19 en
CEPAL (2020a, 2020c y 2021a).
Capítulo V
223
224
x
x
x
Bonos y transferencias para compensar la pérdida
de puestos de trabajo
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Observatorio COVID-19 en América Latina y el Caribe, sobre la base de información oficial.
x
x
x
x
x
x
x
Trinidad y Tabago
x
Guyana
x
Granada
x
Suriname
x
x
x
x
Santa Lucía
x
x
x
San Vicente y
las Granadinas
x
x
x
Saint Kitts y Nevis
Apoyo a grupos de trabajadores y trabajadoras
informales e independientes
x
x
Jamaica
x
x
x
Dominica
x
x
x
Belice
x
x
x
Barbados
x
Uso de recursos provenientes de fondos
previsionales o de cesantía
x
x
Bahamas
x
x
Antigua y Barbuda
x
Venezuela (República
Bolivariana de)
x
Uruguay
x
x
República Dominicana
x
x
Perú
x
x
Paraguay
x
x
Panamá
Fortalecimiento de programas de asistencia
para facilitar el pago de los gastos
de alimentación o vivienda
x
Nicaragua
Cuba
x
México
Costa Rica
x
Honduras
Colombia
x
Haití
Chile
x
Guatemala
Bolivia (Estado
Plurinacional de)
x
El Salvador
Brasil
x
Ecuador
Argentina
x
x
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Ingresos de emergencia o bonos especiales
para apoyar a los hogares más afectados
por la pandemia
Capítulo V
Cuadro V.3
América Latina y el Caribe: otras políticas de protección social para los hogares adoptadas en el contexto
de la crisis generada por la pandemia de COVID-19, 2020-2021
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
B. Las autoridades de la región también
establecieron políticas específicas
para proteger las condiciones laborales
de las mujeres y los jóvenes, dos de los
grupos más afectados por la crisis
Como se ha señalado anteriormente, la crisis no solo ha hecho que las mujeres y
los jóvenes estén menos dispuestos a participar en el mercado de trabajo, sino que
también ha disminuido la demanda de sus servicios laborales. En los capítulos II y III
de esta segunda parte del Estudio Económico de América Latina y el Caribe, 2021, se
mostró cómo las restricciones de movilidad impuestas durante la pandemia afectaron
significativamente las actividades económicas en las que se concentra el empleo
femenino y juvenil. En el cuadro V.4 se destacan algunas de las medidas que adoptaron
los países de la región para proteger el empleo y el ingreso de mujeres y jóvenes
durante la crisis generada por la pandemia de COVID-19.
En el cuadro se aprecia que, en algunos países, se redujeron las jornadas de trabajo de
las personas que tenían niños a su cuidado, especialmente en el caso de los que asistían a
clases en línea. También se modificaron las jornadas de trabajo de las mujeres embarazadas
y otras personas consideradas de mayor riesgo por la pandemia. Asimismo, algunos países
de la región extendieron las licencias para mujeres embarazadas y en período de lactancia.
En otros países, también se impulsaron programas de financiamiento especial
para sectores productivos en los que suele concentrarse el empleo femenino y juvenil
(turismo, restaurantes, espectáculos y sector de la salud) y, en algunos casos, para
empresas dirigidas por mujeres.
Algunas autoridades de la región impulsaron políticas para promocionar la creación de
empleo femenino y juvenil. Estos planes incluían subsidios para la contratación de mujeres
y jóvenes, y para el pago de salarios en los sectores productivos más afectados por la
crisis, que han sido los que concentran la mayor cantidad de empleo de mujeres y jóvenes.
Un hecho que cabe resaltar es que algunos países de la región establecieron
planes específicos para uno de los grupos más afectados por la crisis, las trabajadoras
domésticas remuneradas. En este sentido, destaca el caso del Perú, donde se estableció
la obligación de que las trabajadoras domésticas remuneradas contaran con un contrato
escrito y se diseñaron medidas de protección laboral y contra la violencia y el acoso,
con lo que se reconocieron las particularidades de este tipo de trabajo y los riesgos que
podía conllevar para las trabajadoras el hecho de permanecer en sus lugares de empleo
durante la cuarentena. Por otra parte, en Chile, las trabajadoras domésticas remuneradas
no estaban incorporadas inicialmente en el subsidio de desempleo, lo que les impedía
acceder a la Ley de Protección del Empleo en igualdad de condiciones que el resto de
los trabajadores asalariados. Esta situación motivó una ampliación del uso de los fondos
de indemnización, a fin de permitir que las trabajadoras suspendidas mediante la Ley
de Protección del Empleo pudieran realizar retiros parciales mensuales equivalentes a
una proporción decreciente de su salario durante un período de cinco meses o hasta
la extinción de los fondos. Posteriormente, se incorporó a las trabajadoras domésticas
remuneradas al seguro de cesantía. Otro aspecto que cabe subrayar es que la elaboración
de protocolos de salud y seguridad para atender las especificidades del sector de trabajo
doméstico remunerado ha resultado fundamental para reducir el riesgo de contagio de
estas trabajadoras durante el ejercicio de sus actividades. En Barbados y Costa Rica,
las autoridades sanitarias establecieron lineamientos dirigidos a proteger a las personas
trabajadoras domésticas remuneradas para reducir el riesgo de exposición al COVID-19.
Capítulo V
225
226
Programas especiales de financiamiento
para mujeres
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
Santa Lucía
x
x
x
x
x
San Vicente y
las Granadinas
x
x
x
x
Saint Kitts y Nevis
Jamaica
Guyana
Granada
Dominica
Belice
Barbados
Bahamas
Antigua y Barbuda
Venezuela (República
Bolivariana de)
Uruguay
República Dominicana
Perú
Paraguay
Panamá
Nicaragua
x
x
x
x
x
x
x
Trinidad y Tabago
x
x
Suriname
x
México
x
Honduras
x
x
Haití
Transferencias a madres con hijos
x
x
Guatemala
x
x
El Salvador
Apoyo a los salarios de trabajadores y trabajadoras
de sectores muy afectados por la crisis
x
Ecuador
x
x
Cuba
Apoyo a las actividades en las que se concentra
el empleo femenino y juvenil
x
Costa Rica
x
x
Colombia
Jornadas laborales excepcionales para mujeres
embarazadas o en etapa de lactancia
Chile
x
Bolivia (Estado
Plurinacional de)
Licencias para personas vulnerables al COVID-19
o a cargo de niñas, niños, personas enfermas
y de la tercera edad
Brasil
Argentina
x
x
x
x
x
Programas para promover la inserción digital
x
x
x
Programas para impulsar el empleo juvenil
x
x
x
x
x
x
Programas de capacitación para jóvenes
x
x
x
x
x
x
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Observatorio COVID-19 en América Latina y el Caribe, sobre la base de información oficial.
x
x
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Licencias para embarazadas
Capítulo V
Cuadro V.4
América Latina y el Caribe: medidas complementarias para apoyar el empleo y el ingreso de mujeres y jóvenes adoptadas
en el contexto de la crisis generada por la pandemia de COVID-19, 2020-2021
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Si bien el mayor crecimiento económico que experimentará la región en 2021
conllevará también un aumento del empleo, esta recuperación no será simétrica.
Se espera que el empleo de los hombres crezca un 7,2%, mientras que el empleo
femenino aumentará un 4,9%. Una situación similar se dará en la tasa de participación,
pues, si bien se proyecta que la participación de los hombres se acercará a los niveles
anteriores a la crisis (74%), la participación femenina será similar a la registrada
en 2008 (49%).
A fin de evitar que el proceso de recuperación deje atrás a las mujeres y a los
jóvenes y corregir esta asimetría, es necesario aplicar políticas adicionales que
promuevan la igualdad de género y hagan hincapié en la incorporación de los jóvenes
en ese proceso.
Para lograrlo, deben impulsarse políticas que promuevan la reactivación de
sectores gravemente afectados por la crisis, como el comercio, el turismo y los
servicios, lo que contribuirá a una recuperación del empleo de las mujeres y de los
jóvenes. Asimismo, es preciso adoptar medidas para que la recuperación de los
sectores tecnológicos vaya acompañada de un aumento de la participación de las
mujeres y de los jóvenes, prestando especial atención a la eliminación de las barreras
de ingreso en estos sectores.
Para estos fines, es necesario adoptar estrategias de reconversión laboral dirigidas
a mujeres y jóvenes, para impulsar su contratación en trabajos relacionados con la
economía digital y en ocupaciones de mayor productividad. Es preciso, asimismo,
potenciar las políticas y los programas de formación y acreditación y de inclusión digital
para mujeres y jóvenes.
Los Gobiernos y sistemas financieros de la región deben ampliar los esfuerzos
para garantizar el acceso pleno de las mujeres a los servicios y productos financieros,
corrigiendo los sesgos de género en lo que se refiere a la evaluación de riesgos y, por
consiguiente, a exigencias posiblemente excesivas de avales y garantías y tasas de
interés en el caso de las mujeres.
Por su parte, la CEPAL (2021c) señala que es necesario “invertir en la economía del
cuidado y visibilizar sus efectos multiplicadores en términos de participación laboral de las
mujeres, bienestar de la población, redistribución de ingresos y del tiempo, crecimiento
de las economías y aumento de los niveles de recaudación tributaria”. Para ello, se
deben diseñar “sistemas integrales de cuidado que articulen políticas relacionadas con
la distribución del tiempo, recursos, prestaciones y servicios, fomentando el principio
de corresponsabilidad entre hombres y mujeres, así como entre el Estado, el mercado
y las familias, y que se vinculen con las políticas de salud y educación sin recargar el
trabajo no remunerado de las mujeres”.
La promoción de políticas que promuevan una mayor inserción laboral de
las mujeres y de los jóvenes no solo ayudaría a cerrar brechas estructurales que
acentúan la desigualdad en la región, sino que también contribuiría a incrementar el
PIB potencial de las economías de la región. De hecho, algunos estudios sostienen
que, si los niveles de participación laboral de los países de la región fuesen similares
a los de los países nórdicos, el PIB podría aumentar entre un 4% y un 14% (Novta
y Cheng Wong, 2017).
Capítulo V
227
228
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Capítulo V
C. Es necesario cerrar la brecha digital
y mejorar la regulación para enfrentar
los retos que plantean los procesos
de innovación y automatización en
los mercados laborales de la región
Las nuevas tecnologías inciden fuertemente en la reestructuración del mercado
laboral a través de la destrucción, generación y transformación de ocupaciones y
empleos. En la región, como se ha subrayado en el capítulo IV, las transformaciones
tecnológicas no representan la única tendencia que incide en los cambios estructurales
de la demanda laboral. La transformación verde de la infraestructura y de la estructura
productiva, así como el cambio demográfico, ofrecen oportunidades de generación de
empleo, sobre todo para personas con niveles educativos medios y bajos, que tendrán
menos oportunidades de inserción laboral en actividades que requieren competencias
tecnológicas sofisticadas. Para el aprovechamiento de estas oportunidades, en muchos
casos, es preciso adoptar decisiones políticas sobre inversiones públicas y regulaciones,
cuya prioridad debería ser la generación de empleos para esos grupos de trabajadores
(Korinek y Stiglitz, 2021).
1.
Para fomentar procesos laborales inclusivos,
es necesario adecuar las regulaciones
del mercado laboral
La crisis actual ha profundizado la heterogeneidad tanto de los procesos de trabajo (por
ejemplo, la aplicación cada vez mayor de la modalidad de teletrabajo, en el formato
prevaleciente durante la pandemia, pero también en los formatos desvinculados del
hogar) como de las relaciones laborales (por ejemplo, con la expansión de diferentes
formatos de trabajo en plataformas digitales). Esta situación ha generado nuevos
desafíos para avanzar hacia un crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible,
el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos.
Un primer reto lo constituye el aumento significativo que ha experimentado durante
la crisis el trabajo intermediado por plataformas digitales. La gran heterogeneidad que se
observa en Europa en términos de calidad del empleo en plataformas digitales y el, en
general, elevado nivel de precariedad de estos trabajos en América Latina5 demuestran
que existe un espacio significativo para mejorar la calidad de este tipo de empleo a
través de la institucionalidad laboral, sin desaprovechar las ventajas que estos nuevos
modelos de negocio suponen para los consumidores y las economías en general.
En concreto, es necesario regular este tipo de trabajo para aprovechar las ventajas
de estas plataformas para los clientes y fomentar la generación de nuevos puestos de
trabajo, garantizando, al mismo tiempo, estándares laborales que respeten los criterios
del trabajo decente. En el caso de los trabajadores de plataformas de ejecución local,
existen básicamente tres opciones: considerarlos trabajadores asalariados, crear una
nueva categoría de trabajadores y definir sus derechos correspondientes, o establecer
un estatuto especial para estos trabajadores que automáticamente les garantice
5
Esto se ilustra, por ejemplo, en los estudios del proyecto Fairwork, en los que se analiza el cumplimiento de cinco criterios
de trabajo justo, y se encuentran grandes diferencias entre las plataformas de ejecución local activas en diversos países.
Considerando un puntaje máximo de 10, se hallan rangos de 1 a 2 puntos en Chile, de 1 a 3 puntos en el Ecuador, de 0 a 8 puntos
en el Reino Unido y de 1 a 9 puntos en Alemania (véase [en línea] https://fair.work/es/fw/homepage/).
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
ciertos derechos, pero sin eliminar la posibilidad de que puedan ser reconocidos
como asalariados6. Por otra parte, se ha planteado la opción de crear plataformas que
funcionen como una cooperativa que ofrezca los servicios correspondientes, respetando
los derechos laborales de los trabajadores (Vallas y Schor, 2020).
Sin embargo, el espacio que existe para la regulación no es ilimitado, si se quieren
aprovechar las ventajas de las nuevas tecnologías y los nuevos modelos de negocio.
En el caso del trabajo en las plataformas de ejecución global, hace falta una regulación
supranacional, ya que las regulaciones de ámbito nacional podrían, aunque fuera
involuntariamente, empeorar la posibilidad de los trabajadores de un país para competir
por opciones de trabajo con demanda global (CEPAL/OIT, 2021)7.
Por otro lado, en lo que respecta al trabajo remoto o teletrabajo, también ha
surgido la necesidad de establecer marcos regulatorios adecuados. En 2020 y 2021,
varios países de la región han avanzado en el ámbito de la regulación del teletrabajo,
definiendo los derechos y las obligaciones de esta modalidad de trabajo en expansión.
Sin embargo, asegurar el cumplimiento de las nuevas regulaciones es complejo, pues,
en vez de centralizar el trabajo en un espacio común, este formato elimina los límites
entre el espacio público-laboral y el espacio privado y, con formatos como la oficina
virtual, en que ni siquiera existe un lugar de trabajo definido, las tareas de la inspección
del trabajo se dificultan aún más. En este contexto surgen también desafíos nuevos,
como garantizar la igualdad de derechos de teletrabajadores y trabajadores presenciales,
el derecho a la privacidad de los teletrabajadores frente al interés de supervisión por
parte de las empresas, la mitigación de los riesgos psicosociales que pueden surgir
del aislamiento social y la seguridad de los datos (tanto de las empresas como de los
trabajadores), entre otros (OIT, 2021).
De esta forma, cobran relevancia las agrupaciones de trabajadores que puedan
representarlos y apoyarlos en caso de que la empresa incumpla sus obligaciones. Por
lo tanto, los sindicatos tienen que ajustarse a las necesidades de representación que
surgen en el contexto de estos nuevos formatos de trabajo.
Por último, la creciente heterogeneidad de las modalidades laborales subraya
la importancia de profundizar el debate sobre una garantía laboral universal que
asegure derechos laborales fundamentales, independientes de la situación contractual
específica, tal como lo propuso, por ejemplo, la Comisión Mundial sobre el Futuro del
Trabajo (OIT, 2019). Por encima de un piso de derechos garantizados, la institucionalidad
laboral definiría los derechos y beneficios adicionales correspondientes a las diferentes
modalidades. Un área relevante en este contexto es la seguridad social, cuyos sistemas
están sometidos a una gran presión a nivel mundial debido a aspectos demográficos,
laborales y de diseño, y para los cuales la expansión de nuevas modalidades de trabajo,
no previstas en el diseño original de estos sistemas, representa nuevos desafíos.
2.
Otros retos asociados a la innovación y
automatización de los procesos productivos
Para que los países de América Latina y el Caribe puedan aprovechar las oportunidades
que ofrecen las nuevas tecnologías para la generación de empleos productivos y trabajo
decente, y para contener los riesgos relacionados, es preciso, en primer lugar, cerrar
las brechas externas e internas que caracterizan actualmente la introducción de estas
6
7
El reciente reconocimiento de los choferes de la plataforma Uber en el Reino Unido como trabajadores asalariados y,
posteriormente, el reconocimiento de su representación sindical, han sido pasos relevantes para reactivar la institucionalidad
laboral y mejorar la calidad del empleo de estos trabajadores.
En Fairwork (2021) se describen las grandes diferencias que existen en términos de calidad del empleo en las plataformas
digitales para tareas de ejecución digital (cloudwork).
Capítulo V
229
230
Capítulo V
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
tecnologías en los procesos productivos. De acuerdo con la CEPAL (2018), es necesario
adoptar un enfoque integrado que abarque aspectos relacionados con la infraestructura
digital, la educación y la formación, la política social y el gobierno electrónico, entre otras
áreas. Ello implica hacer partícipe a una multiplicidad de actores, como los proveedores
de la infraestructura digital, los centros académicos de innovación, las cámaras y
otras entidades privadas, los sistemas de educación y de formación profesional, las
instituciones de desarrollo productivo —haciendo especial hincapié en el fomento de
la pequeña y mediana empresa— y usuarios clave como instituciones de salud y la
administración pública, entre otros.
Una condición necesaria para el aprovechamiento de las nuevas tecnologías
es contar con acceso a la tecnología correspondiente, con la calidad requerida y a
precios accesibles. Cabe señalar que, en varios países, debido a las restricciones de
la movilidad y las actividades presenciales durante la pandemia de COVID-19, tanto en
el ámbito educativo como en el laboral, las autoridades tomaron medidas para mejorar
dicho acceso (CEPAL, 2020c). Pese a ello, persisten grandes brechas en esta materia,
como lo demuestran, por ejemplo, las desigualdades observadas en la adopción de
la modalidad de teletrabajo, que no surgen únicamente por las características de las
distintas ocupaciones, sino también por las diferencias existentes en lo referido a la
disponibilidad del equipo necesario y el acceso a Internet.
Por otro lado, el acceso a las oportunidades de trabajo que emergen con las nuevas
tecnologías se distribuye de manera desigual, como reflejo de las grandes brechas de
cobertura y calidad de la educación que caracterizan a la región. A la vez, los riesgos
de destrucción de empleo se concentran en las personas cuyo nivel de educación
formal es intermedio o bajo. Si las personas que han perdido un empleo formal a causa
de estas transformaciones tecnológicas no consiguen reinsertarse en sectores de
productividad alta o media, tendrán que buscar una alternativa laboral en actividades
de baja productividad, engrosando así el sector informal, ya de por sí abultado en los
países de la región.
Dado el elevado grado de incertidumbre sobre las habilidades específicas que
se demandarán en el futuro, es indispensable que se fortalezcan las capacidades
institucionales no solo para identificar la demanda actual de habilidades, sino también
para anticipar la evolución de esta demanda, de manera que las instituciones de
educación y formación profesional puedan ajustar su oferta para asegurar su pertinencia
en el futuro (Gontero y Albornoz, 2019). La información generada de esta manera debe
ponerse a disposición de todos los actores relevantes, no solo de las instituciones de
los sistemas de educación y formación profesional, sino también de los trabajadores
y los jóvenes que tienen que tomar decisiones sobre la profesión o el oficio para el
cual quieren prepararse.
Todo ello requiere el fortalecimiento de los sistemas de información laboral, tanto para
mejorar la correspondencia entre la demanda y la oferta laborales como para eliminar las
desigualdades que surgen a raíz de la falta de transparencia y las brechas en el capital
social (Gontero y Zambrano, 2018). Asimismo, es esencial impulsar el desarrollo de
habilidades digitales básicas, no solo durante la educación básica, sino también como
parte central de las estrategias de aprendizaje a lo largo de la vida (UNESCO, 2021).
Resulta indispensable lograr avances significativos en esta materia, desde la eliminación
del analfabetismo digital hasta el desarrollo de habilidades digitales avanzadas, para
que en la región puedan cerrarse las brechas tanto externas como internas.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Bibliografía
CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) (2021a), Panorama Fiscal de
América Latina y el Caribe, 2021 (LC/PUB.2021/5-P), Santiago.
(2021b), “La paradoja de la recuperación en América Latina y el Caribe. Crecimiento con
persistentes problemas estructurales: desigualdad, pobreza, poca inversión y baja productividad”,
Informe Especial COVID-19, Nº 11, Santiago, julio.
(2021c), “La autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con igualdad”,
Informe Especial COVID-19, Nº 9, Santiago, febrero.
(2020a), Estudio Económico de América Latina y el Caribe, 2020 (LC/PUB.2020/12-P), Santiago.
(2020b), Construir un nuevo futuro: una recuperación transformadora con igualdad y
sostenibilidad (LC/SES.38/3-P/Rev.1), Santiago.
(2020c), Panorama Social de América Latina, 2020 (LC/PUB.2021/2-P), Santiago.
(2020d), “Sectores y empresas frente al COVID-19: emergencia y reactivación”, Informe
Especial COVID-19, Nº 4, Santiago, julio.
(2020e), “Universalizar el acceso a las tecnologías digitales para enfrentar los efectos del
COVID-19”, Informe Especial COVID-19, Nº 7, Santiago, agosto.
(2018), “Agenda Digital para América Latina y el Caribe (eLAC2020)”, 20 de abril [en línea]
https://conferenciaelac.cepal.org/6/sites/elac2020/files/cmsi.6_agenda_digital.pdf.
CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) (2021), Observatorio COVID-19 en
América Latina y el Caribe [en línea] https://www.cepal.org/es/temas/covid-19.
CEPAL/OEI (Comisión Económica para América Latina y el Caribe/Organización de Estados
Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura) (2020), “Educación, juventud y trabajo:
habilidades y competencias necesarias en un contexto cambiante”, Documentos de Proyectos
(LC/TS.2020/116), Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
CEPAL/OIT (Comisión Económica para América Latina y el Caribe/Organización Internacional del
Trabajo) (2021), “Trabajo decente para los trabajadores de plataformas en América Latina”,
Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe, Nº 24 (LC/TS.2021/71), Santiago.
Fairwork (2021), Work in the Planetary Labour Market: Fairwork Cloudwork Ratings 2021, Oxford.
Gontero, S. y S. Albornoz (2019), “La identificación y anticipación de brechas de habilidades
laborales en América Latina: experiencias y lecciones”, serie Macroeconomía del Desarrollo,
Nº 199 (LC/TS.2019/11), Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Gontero, S. y M. J. Zambrano (2018), “La construcción de sistemas de información sobre
el mercado laboral en América Latina”, serie Macroeconomía del Desarrollo, Nº 193
(LC/TS.2018/18), Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Korinek, A. y J. E. Stiglitz (2021), “Artificial intelligence, globalization, and strategies for economic
development”, NBER Working Paper Series, Nº 28453, National Bureau of Economic Research
(NBER), febrero.
McKinsey Global Institute (2015), The Power of Parity: How Advancing Womens’s Equality
Can Add $12 Trillion to Global Growth, septiembre [en línea] https://www.mckinsey.com/~/
media/McKinsey/Industries/Public%20and%20Social%20Sector/Our%20Insights/How%20
advancing%20womens%20equality%20can%20add%2012%20trillion%20to%20global%20
growth/MGI%20Power%20of%20parity_Full%20report_September%202015.pdf.
Novta, N. y J. Cheng Wong (2017), “Women at work in Latin America and the Caribbean”, IMF
Working Paper, Nº WP/17/34, Washington, D.C., Fondo Monetario Internacional (FMI).
OIT (Organización Internacional del Trabajo) (2021), Working from Home: From Invisibility to
Decent Work, Ginebra.
(2019), Trabajar para un futuro más prometedor: Comisión Mundial sobre el Futuro delTrabajo, Ginebra.
(2016), Soluciones eficaces: políticas activas del mercado de trabajo en América Latina y el Caribe,
Estudios sobre el Crecimiento con Equidad, Ginebra.
Ostry, J. y otros (2018), “Economic gains from gender inclusion: new mechanisms, new evidence”,
FMI Staff Discussion Note, Nº SDN/18/06, Washington, D.C., Fondo Monetario Internacional
(FMI), octubre.
Pérez Caldentey, E. y R. Pineda (2010), “Does Latin America lag behind due to shaper recessions
and/or slower recoveries?”, MPRA Paper, Nº 25036, Munich Personal RePEc Archive, septiembre.
Capítulo V
231
232
Capítulo V
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Salazar-Xirinachs, J. (2020), “Los retos de la reconstrucción con transformación en América Latina
y el Caribe”, inédito.
Titelman, D., E. Pérez Caldentey y P. Carvallo (2013), “Weak expansions: a distinctive feature of the
business cycle in Latin America and the Caribbean”, serie Financiamiento para el Desarrollo,
Nº 243 (LC/L.3656), Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) (2021),
Adoptar una cultura de aprendizaje a lo largo de la vida: contribución a la iniciativa Futuros
de la Educación, Hamburgo, Instituto de la UNESCO para el Aprendizaje a lo Largo de Toda
la Vida (UIL).
Vallas, S. y J. B. Schor (2020), “What do platforms do? understanding the gig economy”, Annual
Review of Sociology, vol. 46, julio.
Vezza, E. (2021), “Programas de empleo juvenil: revalidación de su papel en la agenda pública
pospandemia de COVID-19”, Documentos de Proyectos (LC/TS.2021/88), Santiago, Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Anexo estadístico
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
ANEXO
ESTADÍSTICO
Anexo estadístico
Cuadro A.1
América Latina y el Caribe: principales indicadores económicos
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020a
Tasas anuales de variación
Producto interno bruto totalb
2,8
2,9
1,1
-0,2
-1,2
1,1
1,1
0,1
-6,8
Producto interno bruto por habitanteb
1,6
1,8
0,1
-1,3
-2,2
0,1
0,1
-0,8
-7,7
Precios al consumidorc
2,7
2,7
2,9
0,0
4,1
3,6
3,2
3,1
3,0
Porcentajes
Desocupación nacional
Deuda externa bruta total/PIBd e
Deuda externa bruta total/exportaciones
de bienes y serviciosd e
6,3
6,1
6,6
7,8
8,1
7,9
8,0
10,5
10,5
24,7
26,3
29,4
34,7
37,5
35,3
38,0
40,0
48,9
107,1
117,5
133,9
154,4
165,3
156,9
151,3
159,2
189,0
Millones de dólares
Balanza de pagos
Balanza de cuenta corriente
-147 454
-171 987
-183 558
-169 348
-98 972
-94 390
-141 126
-109 826
4 264
Exportaciones FOB
1 126 632
1 117 709
1 086 230
926 520
895 123
1 004 497
1 092 511
1 069 895
959 725
Importaciones FOB
1 085 595
1 114 615
1 103 318
979 830
891 382
975 344
1 087 622
1 056 509
885 293
-76 200
-80 816
-78 338
-55 535
-45 377
-52 398
-52 133
-44 557
-43 085
-179 493
-161 185
-160 038
-132 091
-136 299
-153 157
-183 957
-177 438
-133 662
63 431
63 929
67 960
69 251
76 500
82 011
90 074
98 783
106 578
204 464
187 699
221 527
141 490
119 124
111 810
125 954
61 284
9 817
160 867
151 782
135 786
135 906
126 288
119 443
149 117
113 585
92 208
43 597
35 917
85 741
5 585
-7 164
-7 633
-23 163
-52 300
-82 391
Balanza de servicios
Balanza de renta
Balanza de transferencias corrientes
Balanzas de capital y financieraf
Inversión extranjera directa neta
Otros movimientos de capital
Balanza global
57 010
15 712
37 969
-27 858
20 151
17 420
-15 172
-48 542
14 080
-58 100
-16 144
-38 425
27 132
-19 453
-17 979
-13 205
30 517
-15 200
1 091
433
456
726
-699
559
28 378
15 788
1 119
Transferencia neta de recursos
29 439
29 719
66 111
12 680
-14 794
-40 788
-29 625
-100 366
-122 726
Reservas internacionales brutas
834 208
829 117
857 148
811 779
831 571
859 610
868 029
852 243
890 174
-6,9
Variación en activos de reservag
Otro financiamiento
Porcentajes del PIB
Sector fiscalh
Resultado global
-2,0
-2,6
-2,9
-3,1
-3,3
-3,2
-2,9
-3,0
Resultado primario
-0,3
-0,8
-1,0
-1,0
-1,1
-0,9
-0,5
-0,4
-4,2
Ingreso total
18,3
18,3
18,1
18,0
18,0
17,9
18,0
18,5
17,8
Ingresos tributarios
15,1
15,2
15,2
15,4
15,4
15,3
15,4
15,3
14,7
Gasto total
20,3
20,9
21,0
21,1
21,2
21,1
20,9
21,4
24,7
4,1
4,3
4,2
3,9
3,8
3,6
3,3
3,1
3,4
Deuda pública del gobierno centralh
31,1
32,8
34,2
36,7
38,4
39,9
43,3
46,1
56,2
Deuda pública del sector público no financieroh
33,8
35,2
37,1
40,0
41,7
43,5
46,8
50,1
60,0
Gastos de capital
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Cifras preliminares.
b Sobre la base de cifras oficiales expresadas en dólares de 2010.
c América Latina y el Caribe excluidas Argentina, Haití, Suriname y Venezuela (República Bolivariana de).
d Estimaciones sobre la base de cifras en dólares a precios corrientes.
e Promedios simples 17 países (no incluye Cuba, Haití y Venezuela (República Bolivariana de)).
f Incluye errores y omisiones.
g El signo menos (-) indica aumento de los activos de reserva.
h Promedios simples 16 países (no incluye Bolivia (Estado Plurinacional de), Cuba, Haití y Venezuela (República Bolivariana de)).
a
235
236
Anexo estadístico
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Cuadro A.2
América Latina y el Caribe: producto interno bruto en millones de dólares
(A precios corrientes)
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020a
América Latina y el Caribe
6 042 631
6 213 149
6 138 523
5 048 240
4 876 097
5 431 082
5 311 547
5 234 510
4 374 237
América Latina
5 970 202
6 139 404
6 063 644
4 974 962
4 806 499
5 359 377
5 236 193
5 158 062
4 307 074
581 431
613 316
567 050
644 903
557 532
643 628
524 820
452 819
389 591
27 084
30 659
32 996
33 000
33 941
37 509
40 288
40 895
38 090
Brasil
2 465 228
2 472 819
2 456 044
1 802 212
1 795 693
2 063 515
1 916 934
1 877 824
1 442 182
Chile
267 122
278 384
260 542
243 919
250 440
277 035
297 572
279 385
252 940
Colombia
370 921
382 116
381 112
293 482
282 825
311 884
334 198
323 430
271 438
Costa Rica
47 232
50 950
52 016
56 442
58 847
60 516
62 420
64 073
61 847
Cuba
73 141
77 148
80 656
87 133
91 370
96 851
100 050
103 131
95 994
Ecuador
87 925
95 130
101 726
99 290
99 938
104 296
107 562
108 108
98 808
El Salvador
21 386
21 991
22 593
23 438
24 191
24 979
26 021
26 897
24 639
Guatemala
49 589
52 996
57 852
62 186
66 053
71 654
73 209
77 020
77 605
Haití
13 588
14 787
14 941
14 204
13 333
15 237
15 822
14 007
15 242
Honduras
18 529
18 500
19 757
20 980
21 718
23 136
24 068
25 090
23 828
1 201 094
1 274 444
1 315 356
1 171 870
1 078 493
1 158 912
1 222 406
1 269 432
1 073 915
Nicaragua
10 532
10 983
11 880
12 757
13 286
13 786
13 025
12 611
12 634
Panamá
40 430
45 600
49 921
54 092
57 908
62 203
64 928
66 788
52 938
Paraguay
33 296
38 651
40 378
36 211
36 090
38 997
40 225
37 907
35 670
192 650
201 176
200 786
189 803
191 898
211 008
222 575
228 473
207 240
República Dominicana
60 682
62 682
67 180
71 165
75 705
79 998
85 555
88 941
78 845
Uruguay
55 691
62 498
62 178
57 874
57 237
64 234
64 515
61 231
53 629
352 652
334 573
268 678
...
...
...
...
...
...
72 429
73 745
74 879
73 278
69 598
71 705
75 354
76 448
67 163
Argentina
Bolivia (Estado Plurinacional de)
México
Perú
Venezuela (República Bolivariana de)
El Caribe
Antigua y Barbuda
1 200
1 181
1 250
1 337
1 437
1 468
1 606
1 688
1 370
Bahamas
10 721
10 495
11 143
11 891
11 993
12 360
12 838
13 164
9 908
Barbados
4 610
4 677
4 696
4 715
4 829
4 986
5 123
5 298
4 548
Belice
2 080
1 523
1 579
1 667
1 722
1 789
1 859
1 916
1 983
Dominica
486
498
520
541
576
522
555
612
504
Granada
800
843
911
997
1 062
1 126
1 167
1 213
1 043
Guyana
4 063
4 168
4 128
4 280
4 483
4 748
4 788
5 174
5 471
Jamaica
14 807
14 264
13 899
14 189
14 077
14 809
15 731
15 831
13 821
826
875
954
958
1 009
1 061
1 079
1 109
885
Saint Kitts y Nevis
San Vicente y las Granadinas
Santa Lucía
Suriname
Trinidad y Tabago
693
721
728
755
774
792
811
825
807
1 605
1 665
1 755
1 808
1 865
1 999
2 066
2 122
1 620
5 332
5 510
5 612
5 126
3 317
3 592
3 996
4 221
3 242
25 763
27 268
27 616
24 960
22 386
22 385
23 680
23 208
21 863
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Cifras preliminares.
a
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Anexo estadístico
Cuadro A.3
América Latina y el Caribe: producto interno bruto en tasas anuales de variación
(A precios constantes)
América Latina y el
Caribeb
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020a
2,8
2,9
1,1
-0,2
-1,2
1,1
1,1
0,1
-6,8
América Latina
2,8
2,9
1,1
-0,2
-1,2
1,1
1,1
0,1
-6,8
Argentina
-1,0
2,4
-2,5
2,7
-2,1
2,8
-2,6
-2,0
-9,9
Bolivia (Estado Plurinacional de)
5,1
6,8
5,5
4,9
4,3
4,2
4,2
2,2
-8,0
Brasil
1,9
3,0
0,5
-3,5
-3,3
1,3
1,8
1,4
-4,1
Chile
5,3
4,0
1,8
2,3
1,7
1,2
3,7
0,9
-5,8
Colombia
3,9
5,1
4,5
3,0
2,1
1,4
2,6
3,3
-6,8
Costa Rica
4,9
2,5
3,5
3,7
4,2
4,2
2,6
2,3
-4,1
Cuba
3,0
2,8
1,0
4,4
0,5
1,8
2,2
-0,2
-10,9
Ecuador
5,6
4,9
3,8
0,1
-1,2
2,4
1,3
0,0
-7,8
El Salvador
2,8
2,2
1,7
2,4
2,5
2,2
2,4
2,6
-7,9
Guatemala
3,0
3,7
4,4
4,1
2,7
3,1
3,3
3,9
-1,5
Haití
0,5
4,3
1,7
2,6
1,8
2,5
1,7
-1,7
-3,3
Honduras
4,1
2,8
3,1
3,8
3,9
4,8
3,8
2,7
-9,0
México
3,6
1,4
2,8
3,3
2,6
2,1
2,2
-0,2
-8,3
Nicaragua
6,5
4,9
4,8
4,8
4,6
4,6
-3,4
-3,7
-2,0
Panamá
9,8
6,9
5,1
5,7
5,0
5,6
3,6
3,0
-17,9
Paraguay
-0,7
8,3
5,3
3,0
4,3
4,8
3,2
-0,4
-0,6
Perú
6,1
5,9
2,4
3,3
4,0
2,5
4,0
2,2
-11,1
República Dominicana
2,7
4,9
7,1
6,9
6,7
4,7
7,0
5,1
-6,7
Uruguay
3,5
4,6
3,2
0,4
1,7
1,6
0,5
0,4
-5,9
Venezuela (República Bolivariana de)
5,6
1,3
-3,9
-6,2
-17,0
-15,7
-19,6
-28,0
-30,0
El Caribe
1,3
0,7
0,7
1,1
-1,3
0,1
1,9
0,6
-7,7
Antigua y Barbuda
3,4
-0,6
3,8
3,8
5,5
3,1
6,9
4,9
-20,2
Bahamas
3,1
-3,6
2,3
1,6
0,1
1,6
2,8
0,7
-14,5
Barbados
-0,4
-1,4
-0,1
2,5
2,5
0,4
-0,6
-1,3
-17,6
Belice
2,4
1,3
4,0
2,6
0,0
1,8
2,9
1,8
-14,0
Dominica
-1,1
-1,0
4,8
-2,7
2,8
-6,6
3,5
5,5
-16,6
Granada
-1,2
2,4
7,3
6,4
3,7
4,4
4,4
0,7
-13,8
Guyana
5,3
3,7
1,7
0,7
3,8
3,7
4,4
5,4
43,5
Jamaica
-0,6
0,5
0,7
0,9
1,4
1,0
1,9
0,9
-9,9
Saint Kitts y Nevis
-0,5
5,7
7,6
0,7
3,9
0,9
2,7
4,2
-14,4
San Vicente y las Granadinas
1,4
1,8
1,2
1,3
1,9
1,0
2,2
0,5
-3,3
Santa Lucía
-0,1
-2,0
1,3
0,1
3,4
3,5
2,6
1,7
-23,8
Suriname
2,7
2,9
0,3
-3,4
-4,9
1,6
4,9
1,1
-14,5
Trinidad y Tabago
1,3
2,2
-0,9
1,5
-5,6
-3,0
0,1
-1,2
-6,8
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Cifras preliminares.
b Sobre la base de cifras oficiales expresadas en dólares de 2010.
a
237
238
Anexo estadístico
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Cuadro A.4
América Latina y el Caribe: producto interno bruto por habitante
(Tasas anuales de variación)
América Latina y el
Caribeb
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020a
-7,7
1,6
1,8
0,1
-1,3
-2,2
0,1
0,1
-0,8
América Latina
1,7
1,8
0,1
-1,3
-2,2
0,1
0,1
-0,8
-7,7
Argentina
-2,1
1,3
-3,5
1,7
-3,1
1,8
-3,5
-2,9
-10,7
Bolivia (Estado Plurinacional de)
3,5
5,1
3,8
3,3
2,7
2,7
2,8
0,8
-9,3
Brasil
1,0
2,1
-0,4
-4,4
-4,1
0,5
1,0
0,7
-4,7
Chile
4,3
3,0
0,7
1,1
0,4
-0,2
2,3
-0,2
-6,6
Colombia
3,0
4,2
3,4
1,8
0,7
-0,2
1,0
1,9
-7,8
Costa Rica
3,7
1,3
2,4
2,5
3,1
3,1
1,6
1,3
-4,9
Cuba
2,8
2,5
0,8
4,3
0,4
1,8
2,3
-0,2
-10,8
Ecuador
4,1
3,4
2,2
-1,5
-2,9
0,6
-0,5
-1,7
-9,2
El Salvador
2,4
1,8
1,2
1,9
2,0
1,7
1,9
2,1
-8,4
Guatemala
0,8
1,5
2,3
2,0
0,6
1,1
1,3
1,9
-3,4
Haití
-1,0
2,8
0,3
1,2
0,5
1,2
0,4
-2,9
-4,5
Honduras
2,2
0,9
1,3
2,0
2,1
3,1
2,1
1,0
-10,4
México
2,2
0,0
1,5
2,0
1,4
0,9
1,1
-1,3
-9,3
Nicaragua
5,1
3,5
3,4
3,4
3,2
3,3
-4,6
-4,9
-3,1
Panamá
7,9
5,1
3,3
3,9
3,2
3,8
1,9
1,4
-19,2
Paraguay
-2,1
6,8
3,9
1,6
2,9
3,4
1,9
-1,7
-1,8
Perú
5,3
4,9
1,3
2,0
2,4
0,8
2,2
0,6
-12,4
República Dominicana
1,5
3,7
5,8
5,7
5,5
3,5
5,8
4,0
-7,7
Uruguay
3,2
4,3
2,9
0,0
1,3
1,3
0,1
0,0
-6,2
Venezuela (República Bolivariana de)
3,9
-0,1
-4,7
-6,3
-16,4
-14,4
-18,2
-27,1
-29,8
El Caribe
0,6
0,0
0,0
0,4
-1,9
-0,5
1,3
0,0
-8,2
Antigua y Barbuda
2,1
-1,8
2,6
2,7
4,4
2,2
5,9
4,0
-20,9
Bahamas
2,0
-4,5
1,3
0,6
-0,9
0,6
1,7
-0,3
-15,3
Barbados
-0,7
-1,7
-0,3
2,3
2,4
0,3
-0,7
-1,4
-17,7
Belice
0,1
-1,0
1,8
0,5
-2,1
-0,2
0,9
-0,1
-15,6
Dominica
-1,1
-1,1
4,7
-2,9
2,6
-6,8
3,3
5,2
-16,8
Granada
-1,8
1,7
6,6
5,8
3,1
3,9
3,8
0,2
-14,2
Guyana
4,8
3,1
1,1
0,2
3,3
3,2
3,9
4,8
42,8
Jamaica
-1,2
-0,1
0,1
0,4
0,8
0,5
1,4
0,4
-10,3
Saint Kitts y Nevis
-1,4
4,8
6,6
-0,1
3,1
0,1
1,9
3,4
-15,0
San Vicente y las Granadinas
1,3
1,7
1,0
1,1
1,6
0,7
1,8
0,2
-3,6
Santa Lucía
-0,7
-2,5
0,9
-0,4
2,9
3,0
2,1
1,2
-24,1
Suriname
1,5
1,8
-0,8
-4,4
-5,9
0,6
3,9
0,2
-15,3
Trinidad y Tabago
0,6
1,6
-1,5
0,9
-6,1
-3,4
-0,4
-1,6
-7,1
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Cifras preliminares.
b Sobre la base de cifras oficiales expresadas en dólares de 2010.
a
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Anexo estadístico
Cuadro A.5
América Latina y el Caribe: producto interno bruto en tasas interanuales de variacióna
(A precios constantes)
2019
Argentina
Belice
Bolivia (Estado Plurinacional de)
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Ecuador
El Salvador
Guatemala
Honduras
Jamaica b
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perú
República Dominicana
Trinidad y Tabago
Uruguay
Venezuela (República Bolivariana de)
Trim 1
-5,9
5,8
3,1
1,2
1,1
3,6
2,1
1,2
3,0
3,8
3,0
1,8
1,3
-9,0
3,1
-3,0
2,5
5,7
-3,5
-1,5
-26,8
Trim 2
0,6
1,3
2,6
1,5
1,5
3,1
0,7
0,4
1,7
3,7
1,7
1,4
-1,0
-3,8
2,9
-3,7
1,3
3,7
-3,2
2,2
…
2020
Trim 3
-1,8
2,0
2,2
1,3
3,4
3,2
2,2
0,0
2,8
3,8
3,3
0,6
-0,2
-3,0
2,8
2,2
3,2
4,9
1,3
1,4
…
Trim 4
-1,2
-2,2
1,1
1,6
-2,0
3,3
4,1
-1,4
3,0
4,1
2,6
0,0
-0,7
1,2
3,4
3,2
1,9
5,8
1,8
-0,5
…
Trim 1
-5,0
-6,4
0,6
-0,3
0,2
0,6
1,8
-1,9
0,1
1,2
-1,3
-2,4
-1,3
1,2
0,4
4,3
-3,7
0,0
-1,9
-1,9
…
Trim 2
-19,0
-23,8
-21,7
-10,9
-14,2
-15,7
-7,7
-12,8
-19,8
-8,9
-19,2
-18,4
-18,7
-6,4
-38,2
-6,7
-30,0
-16,9
-10,0
-12,9
…
Trim 3
-10,2
-12,8
…
-3,9
-9,0
-8,4
-6,2
-9,1
-10,0
-1,4
-7,9
-10,6
-8,7
-0,9
-23,6
-1,3
-9,0
-7,2
…
-5,8
…
Trim 4
-4,3
-12,8
…
-1,1
0,0
-3,6
-4,3
-7,2
-2,1
3,0
-7,8
-8,3
-4,5
-1,9
-10,9
1,0
-1,7
-2,9
…
-2,9
…
2021
Trim 1
2,5
-8,4
…
1,0
0,3
1,1
-2,2
-5,6
3,3
4,8
1,2
-6,7
-3,6
3,4
-8,5
0,6
3,8
3,1
…
-2,8
…
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Sobre la base de cifras en moneda nacional.
b Producto interno bruto medido a precios básicos.
a
Cuadro A.6
América Latina y el Caribe: formación bruta de capital fijoa
(En porcentajes del producto interno bruto)
América Latina y el Caribe
Argentina
Bahamas
Belice
Bolivia (Estado Plurinacional de)
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Ecuador
El Salvador
Guatemala
Honduras
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perú
República Dominicana
Uruguay
Venezuela (República Bolivariana de)
2011
21,0
18,4
27,6
15,0
19,5
21,1
23,6
23,1
19,2
26,1
15,7
16,1
24,3
22,5
24,3
31,6
21,0
24,3
23,9
17,4
18,7
2012
21,2
17,3
30,1
14,6
19,0
20,9
24,9
23,0
19,9
27,3
15,7
16,2
24,2
22,7
27,5
36,0
19,3
26,3
23,1
19,8
21,9
2013
21,2
17,3
27,9
18,0
19,9
21,4
24,8
23,7
20,4
28,7
16,3
15,9
23,1
21,7
27,6
40,8
19,3
26,2
21,5
19,7
19,6
2014
20,6
16,5
30,7
18,1
20,7
20,4
23,1
24,8
20,4
28,3
14,5
15,9
22,5
21,7
27,3
42,2
19,6
25,1
22,0
19,5
17,0
2015
19,5
16,7
24,5
22,0
20,7
18,2
22,6
24,8
20,4
26,5
15,4
15,0
24,4
22,0
30,4
42,5
18,6
22,5
24,4
17,6
14,4
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Sobre la base de cifras oficiales expresadas en dólares de 2010.
b Cifras preliminares.
2016
18,4
16,0
25,8
23,7
20,6
16,6
21,9
23,6
20,8
24,5
15,6
14,4
21,7
21,6
29,5
41,3
18,2
20,7
25,7
17,1
9,5
2017
18,1
17,7
27,7
20,2
22,1
15,9
21,0
23,7
20,0
25,2
15,8
14,5
23,0
20,9
28,8
42,1
18,4
20,5
24,5
16,9
6,2
2018
18,2
17,1
26,1
20,9
21,9
16,5
21,2
23,3
19,7
25,3
16,5
14,7
23,8
20,6
23,2
41,0
19,1
20,6
26,0
15,3
4,8
2019
18,0
14,7
26,4
21,9
20,7
16,8
22,0
23,3
18,3
24,5
17,2
15,3
22,0
19,7
18,1
38,7
18,0
20,7
26,7
15,3
…
2020b
17,1
14,2
19,7
…
…
17,4
20,6
19,8
18,8
23,4
17,2
14,7
18,4
17,6
20,3
24,6
19,2
19,7
25,2
16,2
…
239
240
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Anexo estadístico
Cuadro A.7
América Latina y el Caribe: balanza de pagos
(En millones de dólares)
Exportaciones de bienes FOB
2018
2019
2020a
Exportaciones de servicios
2018
2019
2020a
Importaciones de bienes FOB
2018
2019
Importaciones de servicios
2020a
2018
2019
2020a
América Latina
y el Caribe
1 092 511 1 069 895
959 725
176 993
179 552
112 402
1 087 622 1 056 509
885 293
229 126
224 109
155 487
América Latina
1 074 568 1 053 967
1 063 404 1 031 220
952 319
162 723
164 020
105 590
871 496
218 309
213 212
148 513
61 801
65 156
54 945
15 342
14 765
9 400
62 544
46 928
40 315
24 277
19 629
11 640
8 940
8 819
6 953
1 459
1 443
603
9 302
9 055
6 517
3 089
2 893
1 842
Brasil
239 522
225 800
210 707
35 378
34 275
28 576
196 147
199 253
178 337
71 374
69 765
49 517
Chile
74 708
68 763
73 485
9 940
9 259
6 318
70 498
65 810
55 116
14 609
14 362
11 316
Colombia
44 259
42 079
33 273
10 617
10 587
5 670
49 534
50 708
41 290
14 881
14 941
10 110
Costa Rica
11 730
11 885
12 028
9 751
10 360
7 752
16 350
15 838
14 181
4 212
4 547
4 017
Ecuador
22 133
22 774
20 461
3 249
3 346
1 800
22 359
21 749
17 131
3 936
4 143
2 786
El Salvador
4 736
4 748
4 158
2 829
3 234
2 132
10 376
10 458
9 363
1 947
1 995
1 453
Guatemala
9 644
9 919
10 514
3 707
3 681
2 604
17 629
17 885
16 441
3 541
3 632
2 854
Haití
1 079
1 201
886
701
385
251
4 484
4 198
3 473
1 187
1 003
621
Honduras
8 644
8 788
7 683
1 254
1 177
722
12 462
12 149
10 241
2 316
2 406
1 837
451 082
460 939
417 151
29 014
31 695
17 057
464 850
455 772
383 172
40 493
39 976
28 259
4 197
4 341
4 396
1 364
1 373
943
5 802
5 397
5 324
953
855
615
Panamá
13 353
13 214
10 240
14 461
14 663
9 377
23 966
22 261
14 347
4 908
5 113
2 980
Paraguay
13 730
12 702
11 494
946
923
628
12 917
12 251
10 035
1 280
1 248
819
Perú
49 066
47 688
42 413
7 090
7 523
3 268
41 870
41 074
34 663
9 850
10 675
7 438
República Dominicana
10 638
11 193
10 297
9 414
9 317
4 147
20 197
20 268
17 047
3 917
4 258
3 142
Uruguay
11 628
11 732
10 064
5 410
5 264
3 706
9 336
8 663
7 808
4 480
4 645
3 562
Venezuela
(República Bolivariana de)
33 677
22 227
…
798
748
…
12 782
11 504
…
7 058
7 127
…
El Caribe
17 943
15 929
7 406
14 270
15 532
6 812
24 217
25 289
13 796
10 817
10 897
6 973
43
55
36
993
1 141
563
623
622
385
510
534
270
Bahamas
642
654
400
3 738
3 923
1 288
3 317
2 966
2 224
1 799
1 825
1 414
Barbados
448
444
345
1 338
1 471
773
1 499
1 502
1 422
470
523
70
Belice
170
Argentina
Bolivia
(Estado Plurinacional de)
México
Nicaragua
Antigua y Barbuda
451
462
287
620
668
427
917
969
731
238
264
Dominica
12
18
15
145
182
85
285
281
188
135
150
86
Granada
46
46
28
576
580
401
411
413
348
274
303
195
Guyana
1 377
1 567
2 587
157
225
201
2 410
4 040
2 073
1 027
1 111
1 994
Jamaica
1 961
1 640
1 219
3 829
4 338
2 146
5 476
5 685
4 149
2 414
2 632
1 741
Saint Kitts y Nevis
27
29
26
571
612
314
355
358
269
226
260
176
San Vicente
y las Granadinas
46
38
54
262
286
114
312
295
267
135
144
87
Santa Lucía
Suriname
Trinidad y Tabago
70
82
64
1 055
1 143
397
580
526
459
396
440
207
2 065
2 129
2 344
171
157
103
1 403
1 598
1 283
667
815
563
10 756
8 764
...
814
808
...
6 631
6 034
...
2 526
1 896
...
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Anexo estadístico
Cuadro A.7 (continuación)
Balanza de bienes
y servicios
Balanza de transferencias
corrientes
Balanza de renta
Balanza de
cuenta corriente
2018
2019
2020a
2018
2019
2020a
2018
2019
2020a
2018
2019
2020a
América Latina
y el Caribe
-47 243
-31 170
31 348
-183 957
-177 438
-133 662
90 074
98 783
106 578
-141 126
-109 826
4 264
América Latina
-44 422
-26 445
37 900
-181 069
-174 799
-132 039
87 185
94 791
102 198
-138 306
-106 453
8 058
Argentina
-9 678
13 363
12 391
-18 650
-17 892
-10 197
1 245
819
1 119
-27 084
-3 710
3 313
Bolivia
(Estado Plurinacional de)
-1 992
-1 685
-802
-976
-847
-436
1 243
1 134
1 033
-1 725
-1 398
-206
Brasil
7 379
-8 942
11 428
-58 824
-57 272
-39 696
-15
1 184
2 344
-51 460
-65 030
-25 923
Chile
-458
-2 150
13 371
-13 532
-10 144
-10 964
2 349
1 840
963
-11 640
-10 454
3 370
-9 539
-12 982
-12 457
-11 773
-10 230
-5 601
7 643
8 704
8 732
-13 669
-14 508
-9 326
Costa Rica
919
1 860
1 582
-3 344
-3 833
-3 499
558
596
568
-1 867
-1 376
-1 349
Ecuador
-913
228
2 344
-2 829
-3 028
-2 869
2 409
2 739
2 993
-1 333
-61
2 469
El Salvador
-4 758
-4 472
-4 525
-1 470
-1 337
-1 314
5 369
5 644
5 960
-859
-165
121
Guatemala
-7 819
-7 918
-6 177
-1 507
-1 412
-1 398
9 948
11 120
11 824
622
1 791
4 249
Haití
-3 892
-3 615
-2 956
50
50
28
3 469
3 442
3 847
-373
-123
918
Honduras
-4 880
-4 589
-3 673
-1 882
-1 901
-1 610
5 180
5 894
5 983
-1 582
-596
700
-25 247
-3 114
22 777
-33 269
-36 864
-36 894
33 406
36 200
40 069
-25 110
-3 777
25 953
Nicaragua
-1 193
-537
-599
-652
-466
-364
1 611
1 758
1 920
-234
754
958
Panamá
-1 061
503
2 289
-3 836
-3 804
-1 187
-70
-31
131
-4 967
-3 332
1 233
Colombia
México
Paraguay
479
126
1 268
-1 348
-1 133
-1 075
801
795
694
-68
-212
887
Perú
4 437
3 462
3 579
-11 908
-9 838
-6 146
3 556
3 718
4 071
-3 915
-2 657
1 504
República Dominicana
-4 063
-4 017
-5 744
-3 692
-4 069
-3 857
6 433
6 898
8 060
-1 322
-1 188
-1 541
Uruguay
3 222
3 689
2 400
-3 656
-3 047
-2 961
99
190
186
-336
832
-375
Venezuela
(República Bolivariana de)
14 635
4 345
…
-7 973
-7 733
…
1 951
2 146
…
8 613
-1 242
…
El Caribe
-2 821
-4 726
-6 551
-2 887
-2 639
-1 623
2 889
3 992
4 380
-2 819
-3 373
-3 794
-97
40
-56
-78
-106
-25
-59
-46
-28
-233
-112
-109
Bahamas
-737
-215
-1 950
-682
-547
-489
-69
846
373
-1 488
84
-2 065
Barbados
-183
-110
-374
...
...
...
-44
-46
93
-227
-156
-281
-84
-103
-187
-145
-158
-59
78
84
118
-151
-177
-128
Dominica
-263
-231
-174
-1
-10
14
25
18
21
-239
-223
-139
Granada
-63
-91
-114
-109
-120
-81
-10
8
20
-181
-202
-175
Guyana
-1 903
-3 359
-1 278
-28
-47
-32
492
581
658
-1 439
-2 824
-652
Jamaica
-2 100
-2 339
-2 525
-596
-441
-455
2 452
2 416
2 961
-244
-364
-18
17
22
-105
-47
-48
-13
-29
-30
-24
-58
-56
-142
San Vicente
y las Granadinas
-138
-115
-185
-2
-7
2
41
42
41
-98
-80
-142
Santa Lucía
150
258
-204
-112
-134
-37
7
5
22
45
129
-219
Suriname
166
-126
601
-387
-413
-450
103
90
124
-119
-449
275
2 413
1 642
...
-700
-608
...
-100
22
...
1 613
1 056
...
Antigua y Barbuda
Belice
Saint Kitts y Nevis
Trinidad y Tabago
241
242
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Anexo estadístico
Cuadro A.7 (conclusión)
Balanzas de capital
y financierab
Variación de activos
de reservac
Balanza global
2020a
2018
2019
9 817
-15 172
-48 542
14 080
-13 205
30 517
-15 200
28 378
15 788
1 119
58 114
4 601
-14 143
-48 339
12 659
-14 112
30 545
-13 704
28 254
15 586
1 046
10 031
-33 872
-11 040
-17 052
-37 582
-7 727
-11 277
21 375
7 727
28 329
16 208
0
495
-1 441
-1 546
-1 230
-2 839
-1 752
1 230
2 839
1 752
0
0
0
Brasil
54 387
38 974
11 692
2 928
-26 055
-14 232
-2 928
26 055
14 232
0
0
0
Chile
13 037
10 301
-6 265
1 397
-152
-2 895
-1 397
152
2 895
0
0
0
Colombia
14 855
17 841
13 655
1 187
3 333
4 328
-1 187
-3 333
-4 328
0
0
0
Costa Rica
2 257
2 768
-405
390
1 393
-1 754
-390
-1 393
1 754
0
0
0
Ecuador
1 504
777
1 677
171
715
4 146
-171
-715
-4 146
0
0
0
El Salvador
861
1 041
-1 508
2
876
-1 387
-2
-876
1 387
0
0
0
Guatemala
366
7
-1 060
988
1 798
3 189
-988
-1 798
-3 189
0
0
0
Haití
322
-67
-918
-51
-190
...
-33
109
...
84
81
...
2018
2019
América Latina
y el Caribe
125 954
61 284
América Latina
124 164
Argentina
Bolivia
(Estado Plurinacional de)
Honduras
2018
2019
2020a
2018
2019
2020a
1 627
1 585
1 211
46
988
1 911
-50
-993
-2 381
4
5
470
25 593
6 416
-13 963
483
2 638
11 990
-483
-2 638
-11 990
0
0
0
-279
-635
-51
-513
119
907
513
-119
-907
0
0
0
Panamá
4 512
5 291
4 410
-455
1 958
5 643
632
-1 227
-5 550
-177
-731
-93
Paraguay
-115
157
918
-183
-55
1 805
183
55
-1 805
0
0
0
Perú
286
9 566
4 058
-3 629
6 909
5 562
3 629
-6 909
-5 562
0
0
0
2 155
2 313
2 836
833
1 125
1 295
-847
-1 150
-1 963
14
24
668
México
Nicaragua
República Dominicana
Uruguay
-72
-1 943
2 004
-408
-1 111
1 630
408
1 111
-1 630
0
0
0
Venezuela
(República Bolivariana de)
-7 658
-965
…
955
-2 207
…
-955
...
...
0
...
...
El Caribe
1 790
3 170
5 216
-1 030
-203
1 422
907
-28
-1 496
123
201
74
249
62
52
15
-50
-57
-15
50
57
0
0
0
Bahamas
1 267
478
2 429
-221
562
364
221
-562
-364
0
0
0
Barbados
521
396
871
294
241
590
-294
-241
-590
...
...
...
Belice
133
160
197
-18
-18
69
18
18
-69
0
0
0
Dominica
218
198
149
-21
-25
10
21
25
-10
0
0
0
Granada
216
204
232
35
2
57
-35
-2
-57
0
0
0
1 307
2 775
712
-132
-49
61
56
-47
-105
77
96
44
Jamaica
-5
463
467
-249
99
449
249
-99
-449
...
...
...
Saint Kitts y Nevis
56
47
151
-2
-9
9
2
-21
-9
0
0
0
San Vicente
y las Granadinas
86
104
156
-12
24
13
12
-24
-13
0
0
0
Santa Lucía
-80
-154
189
-36
-25
-30
36
25
30
0
0
0
Suriname
220
136
-388
101
-313
-113
-148
208
83
47
105
30
-2 397
-1 699
...
-784
-644
...
784
644
...
0
...
...
Antigua y Barbuda
Guyana
Trinidad y Tabago
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Cifras preliminares.
b Incluye errores y omisiones.
c El signo menos (-) indica aumento de los activos de reserva.
a
Otro financiamiento
2020a
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Anexo estadístico
Cuadro A.8
América Latina: índices del comercio internacional de bienes
(Índices 2010=100)
Índices de las exportaciones de bienes FOB
Valor
Volumen
Valor unitario
2018
2019
2020a
2018
2019
2020a
2018
2019
2020a
123,1
120,7
109,1
128,2
128,3
90,5
95,4
80,4
89,4
100,3
122,0
96,0
94,1
89,4
87,1
101,3
95,1
Bolivia (Estado Plurinacional de)
145,9
143,9
113,4
122,2
92,4
118,8
94,9
119,4
121,1
119,5
Brasil
119,0
112,2
104,7
Chile
105,1
96,7
103,3
130,1
127,6
127,8
91,5
87,9
81,9
115,8
113,0
116,4
90,7
85,6
Colombia
108,6
103,2
88,8
81,6
139,5
142,1
139,8
77,8
72,6
Costa Rica
156,6
58,4
158,6
160,5
147,6
151,0
152,6
106,0
105,0
105,2
Ecuador
El Salvador
122,0
125,6
112,8
124,5
132,2
138,7
98,0
95,0
81,3
136,3
136,7
119,7
115,5
117,1
102,2
118,1
116,7
117,2
Guatemala
134,0
137,8
146,1
144,3
149,2
156,6
92,8
92,4
93,3
Haití
191,4
213,2
157,3
177,5
196,5
144,2
107,8
108,5
109,1
Honduras
138,0
140,3
122,7
134,4
139,4
116,1
102,7
100,7
105,6
México
150,9
154,2
139,6
151,6
153,5
146,2
99,5
100,5
95,5
Nicaragua
154,0
159,2
161,2
168,3
178,6
170,4
91,5
89,2
94,6
Panamá
105,3
104,3
80,8
109,7
115,4
86,9
96,1
90,3
93,0
Paraguay
131,1
121,3
109,7
112,8
102,3
90,7
116,2
118,6
121,0
Perú
137,0
133,2
118,5
133,8
134,7
116,7
102,4
98,9
101,5
República Dominicana
156,1
164,2
151,1
152,2
159,6
136,7
102,6
102,9
110,5
Uruguay
144,8
146,1
125,3
141,7
147,7
127,9
102,2
98,9
98,0
50,3
33,2
…
58,9
44,7
…
85,5
74,4
…
América Latina
Argentina
Venezuela (República Bolivariana de)
Índices de las importaciones de bienes FOB
Valor
Volumen
2019
2020
2018
2019
2020
2018
2019
2020a
América Latina
128,9
125,0
105,6
127,0
126,3
112,1
101,5
99,0
94,3
Argentina
115,5
86,6
74,4
119,8
95,0
84,6
96,4
91,2
88,0
Bolivia (Estado Plurinacional de)
185,8
180,8
130,2
110,4
105,0
76,0
168,3
172,3
171,2
Brasil
107,3
109,0
97,5
107,0
113,8
111,0
100,3
95,8
87,9
Chile
127,7
119,2
99,8
136,2
132,4
117,4
93,8
90,0
85,0
Colombia
129,0
132,0
107,5
144,5
156,3
133,8
89,3
84,5
80,3
Costa Rica
148,1
143,5
128,4
146,8
144,6
134,0
100,9
99,2
95,9
Ecuador
113,8
110,7
87,2
105,7
102,4
81,7
107,7
108,2
106,8
El Salvador
138,4
139,5
124,9
114,9
117,4
109,2
120,5
118,8
114,4
Guatemala
148,4
150,6
138,4
149,6
153,4
150,0
99,2
98,1
92,3
Haití
149,0
139,5
115,4
119,4
112,3
93,4
124,8
124,2
123,5
Honduras
139,9
136,4
115,0
134,0
130,8
109,2
104,4
104,3
105,2
México
154,0
151,0
127,0
148,7
147,6
127,9
103,5
102,3
99,3
Nicaragua
128,6
119,6
118,0
144,7
142,8
154,0
88,8
83,7
76,6
Panamá
139,2
129,3
83,3
133,7
129,3
89,6
104,1
100,0
93,0
Paraguay
134,7
127,7
104,6
144,4
129,5
109,7
93,3
98,6
95,4
Perú
145,3
142,5
120,3
131,5
131,2
116,6
110,5
108,6
103,1
República Dominicana
132,8
133,3
112,1
128,4
134,1
116,4
103,5
99,3
96,3
Uruguay
109,1
101,2
91,2
119,1
117,6
114,7
91,6
86,1
79,6
30,6
27,6
…
28,9
25,7
…
105,9
107,3
…
Venezuela (República Bolivariana de)
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Cifras preliminares.
a
Valor unitario
2018
243
244
Anexo estadístico
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Cuadro A.9
América Latina: exportaciones de bienes, FOB
(En millones de dólares)
2019
2020
2021
Trim 1
Trim 2
Trim 3
Trim 4
Trim 1
Trim 2
Trim 3
Trim 4
Trim 1
247 189
262 665
259 719
257 796
233 738
193 530
244 912
260 624
254 510
14 170
16 620
17 170
17 156
13 340
14 213
14 613
12 718
15 407
1 999
2 169
2 433
2 218
2 049
1 130
1 583
2 192
2 305
Brasil
49 565
57 898
58 107
55 557
48 099
52 593
55 043
53 446
55 607
Chile
21 897
América Latina
Argentina
Bolivia (Estado Plurinacional de)
18 242
17 018
16 706
16 796
17 198
17 845
17 987
20 454
Colombia
9 594
10 708
9 587
9 600
8 802
6 375
7 682
8 197
8 934
Costa Rica
2 774
2 997
2 828
2 835
3 005
2 625
2 855
3 141
3 345
Ecuador
5 245
5 763
5 681
5 640
5 317
4 190
5 150
5 568
5 780
El Salvador
1 467
1 543
1 492
1 403
1 454
742
1 396
1 452
1 601
Guatemala
2 815
2 819
2 753
2 783
3 045
2 495
2 807
3 166
3 407
Honduras
2 211
2 312
2 231
2 034
2 178
1 454
2 110
1 942
2 417
108 094
119 261
116 347
116 901
108 325
74 386
111 040
123 248
111 864
690
705
654
647
787
733
683
649
897
Panamá
2 952
3 229
3 474
3 559
2 704
1 801
2 819
2 916
…
Paraguay
3 199
3 191
3 223
3 089
2 995
2 412
3 006
3 081
3 092
13 288
México
Nicaragua
11 253
11 590
12 132
12 714
10 322
6 776
11 592
13 724
República Dominicana
Perú
2 655
2 816
2 805
2 942
2 694
2 055
2 713
2 835
2 897
Uruguay
1 638
2 028
2 094
1 921
1 425
1 704
1 833
1 895
1 772
Venezuela (República Bolivariana de)
8 627
...
...
...
...
...
...
...
...
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Cuadro A.10
América Latina: importaciones de bienes, CIF
(En millones de dólares)
2018
América Latina
2019
2020
Trim 1
Trim 2
Trim 3
Trim 4
Trim 1
Trim 2
Trim 3
Trim 4
Trim 1
247 391
251 645
262 953
249 057
230 260
172 713
207 284
237 810
249 673
Argentina
CIF
12 166
12 988
13 307
10 663
9 880
9 359
11 088
12 027
12 877
Bolivia (Estado Plurinacional de)
FOB
2 251
2 297
2 247
2 307
1 845
1 122
1 601
2 031
1 818
Brasil
FOB
45 086
44 739
50 999
45 104
45 306
33 090
36 540
43 850
47 755
Chile
FOB
16 449
16 296
16 868
16 197
14 120
11 896
13 867
15 234
17 940
12 661
Colombia
FOB
12 555
13 301
13 678
13 169
11 886
8 873
10 693
12 037
Costa Rica
CIF
4 002
3 982
3 933
4 112
3 854
3 278
3 482
3 879
3 990
Ecuador
CIF
5 562
5 877
5 674
5 451
4 971
3 715
4 256
4 964
5 378
El Salvador
CIF
2 812
2 954
2 930
2 908
2 737
2 010
2 594
2 984
3 355
Guatemala
CIF
4 772
4 923
5 020
5 167
4 739
3 953
4 380
5 135
5 614
Honduras
FOB
2 998
2 978
3 077
3 095
2 811
1 986
2 469
2 976
3 254
México
FOB
109 868
114 252
117 387
113 735
104 773
75 548
94 833
107 832
113 371
1 277
Nicaragua
FOB
1 061
1 086
1 067
1 139
1 108
1 005
1 094
1 204
Panamá
FOB
5 541
5 906
5 577
5 237
3 960
3 047
3 500
3 840
…
Paraguay
FOB
2 841
2 794
3 324
3 292
2 742
1 975
2 578
2 741
2 702
Perú
FOB
9 969
10 216
10 537
10 352
9 163
6 786
8 470
10 244
10 700
República Dominicana
CIF
4 791
5 133
5 258
5 107
4 600
3 527
4 074
4 845
5 057
Uruguay
FOB
1 723
1 923
2 070
2 022
1 765
1 544
1 763
1 987
1 924
Venezuela (República Bolivariana de)
FOB
2 947
...
...
...
...
...
...
...
...
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Anexo estadístico
Cuadro A.11
América Latina: términos de intercambio de bienes FOB/FOB
(Índices 2010=100)
América Latina
Argentina
Bolivia (Estado
Plurinacional de)
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Ecuador
El Salvador
Guatemala
Haití
Honduras
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perú
República Dominicana
Uruguay
Venezuela (República
Bolivariana de)
2012
102,5
115,7
112,3
2013
100,4
108,1
100,4
2014
98,0
106,0
95,1
2015
88,7
101,0
71,2
2016
89,7
107,3
60,1
2017
93,9
104,1
66,7
2018
94,6
105,1
70,9
2019
95,0
104,4
70,3
2020a
94,8
105,0
69,8
101,5
94,6
108,4
97,6
112,9
99,4
95,2
86,0
101,4
97,3
106,7
96,4
102,5
104,7
98,8
106,3
120,8
99,4
91,6
100,6
96,5
113,5
98,6
92,9
80,6
95,4
97,8
98,4
91,3
113,3
98,4
96,5
108,1
119,8
96,1
89,8
91,5
98,9
106,3
96,7
93,8
83,1
98,9
97,1
98,3
92,9
126,4
93,1
96,1
112,3
115,9
85,5
87,2
68,9
106,4
80,6
100,9
94,3
87,4
104,3
93,0
115,8
90,6
128,5
86,7
104,4
114,5
66,7
88,1
90,4
68,1
109,9
76,9
102,6
102,1
86,4
104,6
93,6
114,7
89,0
128,9
86,5
109,0
117,6
57,5
93,2
99,7
79,7
107,0
83,5
100,6
99,7
87,6
104,9
96,5
112,2
90,6
127,5
93,0
104,1
117,2
63,9
91,3
96,7
87,2
105,1
91,0
98,0
93,6
86,4
98,4
96,1
103,0
92,2
124,6
92,6
99,1
111,5
80,8
91,8
95,1
86,0
105,9
87,8
98,3
94,1
87,4
96,5
98,3
106,5
90,3
120,2
91,0
103,6
114,9
69,4
93,2
104,4
72,7
109,7
76,2
102,4
101,1
88,3
100,3
96,2
123,5
100,0
126,9
98,5
114,8
123,2
53,6
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Cifras preliminares.
a
Cuadro A.12
América Latina y el Caribe (países seleccionados): ingresos por remesas de trabajadores emigrados
(En millones de dólares)
Bolivia (Estado
Plurinacional de)
Brasil
Colombia
Costa Rica
Ecuador
El Salvador
Guatemala
Honduras
Jamaica
México
Nicaragua
Paraguay
Perú
República
Dominicana
2016
2017
2018
2019
1 233
1 392
1 370
2 365
4 851
515
2 602
4 544
7 160
3 949
2 071
26 993
1 264
547
2 884
5 261
2 300
5 498
527
2 840
4 985
8 192
4 438
2 157
30 291
1 391
587
3 051
5 912
2 565
6 321
499
3 031
5 391
9 288
4 884
2 226
33 677
1 501
569
3 225
6 494
2020
2021
1 318
Trim 1
285
Trim 2
171
Trim 3
306
Trim 4
353
Trim 1
338
Trim 2
112a
2 880
6 733
519
3 235
5 649
10 508
5 522
2 292
36 439
1 682
555
3 326
7 087
728
1 758
104
721
1 308
2 389
1 221
566
9 398
425
115
710
1 703
794
1 322
119
677
1 210
2 491
1 247
697
9 892
436
94
573
1 772
886
1 871
138
953
1 666
3 180
1 593
832
10 676
482
150
794
2 375
904
1 902
134
986
1 746
3 280
1 676
811
10 635
509
127
861
2 369
963
1 937
127
921
1 706
3 135
1 583
804
10 615
500
115
751
2 549
599b
1 395b
...
...
1 329b
3 831
1 274b
289a
8 563b
171a
80b
...
1 845b
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Datos al mes de abril.
b Datos al mes de mayo.
245
246
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Anexo estadístico
Cuadro A.13
América Latina y el Caribe: transferencia neta de recursosa
(En millones de dólares)
América Latina
y el Caribe
América Latina
Argentina
Bolivia (Estado
Plurinacional de)
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Ecuador
El Salvador
Guatemala
Haití
Honduras
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perú
República Dominicana
Uruguay
Venezuela (República
Bolivariana de)
El Caribe
Antigua y Barbuda
Bahamas
Barbados
Belice
Dominica
Granada
Guyana
Jamaica
Saint Kitts y Nevis
San Vicente y
las Granadinas
Santa Lucía
Suriname
Trinidad y Tabago
2012
29 439
2013
29 719
2014
66 111
2015
12 680
2016
-14 794
2017
-40 788
2018
-29 625
2019
-100 366
2020b
-122 726
33 072
-14 921
-1 888
32 382
-11 864
-1 838
65 651
-1 240
-1 336
14 192
611
-811
-14 936
17 224
-1 760
-40 499
29 327
556
-28 651
19 710
-480
-101 098
-35 557
-2 288
-126 393
-21 237
-1 982
39 455
-2 493
2 038
3 065
-1 611
1 020
1 340
784
32
9 501
804
1 667
-1 184
7 738
933
1 472
-14 681
36 580
-486
5 310
1 064
1 450
201
1 741
625
894
10 815
942
2 096
-1 127
1 214
735
1 932
-17 901
63 085
-3 796
12 147
226
-1 286
145
518
718
225
9 070
788
4 134
-279
-2 999
-882
-528
-13 062
18 423
-1 460
13 990
185
-961
-225
-207
165
-144
-15 565
968
171
-1 775
1 714
-1 249
-3 977
4 339
-7 830
-1 026
7 719
-1 429
-1 088
-244
-639
261
-759
-5 176
436
1 684
-1 794
-3 749
-1 659
-5 250
-9 856
-16 043
-7 757
2 881
-1 391
-4 466
-615
242
349
-234
-14 150
575
-322
-1 545
-7 116
-2 930
-1 097
-16 763
-4 437
-494
3 083
-1 087
-1 325
-609
-1 141
456
-250
-7 676
-931
498
-1 464
-11 622
-1 523
-3 729
-15 631
-18 297
157
7 611
-1 064
-2 251
-296
-1 405
64
-312
-30 448
-1 101
755
-975
-272
-1 732
-4 989
-8 698
-28 004
-17 228
8 054
-3 905
-1 191
-2 822
-2 459
-890
71
-50 857
-414
3 130
-157
-2 088
-353
-956
...
-3 633
140
1 162
139
-48
77
157
466
400
52
208
-2 663
191
1 227
-38
72
23
223
411
946
50
247
460
30
1 861
188
78
26
44
344
1 769
-40
183
-1 512
-55
1 271
-13
-24
32
36
146
426
-23
113
142
-88
363
-154
-20
119
30
-30
-269
97
122
-289
20
1 662
76
-46
38
32
267
473
107
78
-974
171
584
521
-12
218
107
1 355
-601
10
84
732
-44
-69
396
1
188
85
2 825
22
-1
97
3 667
27
1 941
871
138
163
151
725
12
138
158
158
-175
-6 369
84
-84
-6 015
2
196
-4 222
-92
507
-3 837
-6
74
-96
-72
-442
-2 482
-193
-121
-3 097
-288
-171
-2 307
152
-808
...
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a La transferencia neta de recursos se calcula como el total del ingreso neto de capitales menos el saldo de la balanza de renta (pagos netos de utilidades e intereses).
El total del ingreso neto de capitales corresponde al saldo de las balanzas de capital y financiera más errores y omisiones, más préstamos y uso del crédito del Fondo
Monetario Internacional y financiamiento excepcional. Las cifras negativas indican transferencias de recursos al exterior.
b Cifras preliminares.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Anexo estadístico
Cuadro A.14
América Latina y el Caribe: inversión extranjera directa netaa
(En millones de dólares)
América Latina
y el Caribe
América Latina
Argentina
Bolivia (Estado
Plurinacional de)
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Ecuador
El Salvador
Guatemala
Haití
Honduras
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perú
República
Dominicana
Uruguay
Venezuela
(República
Bolivariana de)
El Caribe
Antigua y Barbuda
Bahamas
Barbados
Belice
Dominica
Granada
Guyana
Jamaica
Saint Kitts y Nevis
San Vicente y
las Granadinas
Santa Lucía
Suriname
Trinidad y Tabago
2012
160 867
2013
151 782
2014
135 786
2015
135 906
2016
126 288
2017
119 443
2018
149 117
2019
113 585
2020b
92 208
160 362
14 269
1 060
150 767
8 932
1 750
133 029
3 145
690
133 359
10 884
556
124 333
1 474
246
117 846
10 361
633
146 587
9 991
387
110 769
5 124
-265
89 307
2 725
-996
90 485
10 812
15 646
1 803
567
466
1 226
156
851
-571
712
3 254
697
11 867
59 568
12 322
8 558
2 401
727
179
1 449
162
992
32 758
815
3 612
245
9 334
67 107
10 758
12 270
2 818
777
306
1 388
99
1 315
22 955
983
4 130
412
2 823
61 604
4 948
7 506
2 541
1 331
396
1 048
106
952
24 815
922
3 966
308
8 125
59 601
5 334
9 330
2 127
756
348
965
105
900
30 956
924
4 652
425
5 583
47 545
993
10 147
2 652
625
889
934
375
1 035
30 245
971
4 314
576
6 360
76 138
6 450
6 409
2 434
1 388
826
778
105
895
25 557
763
4 917
458
6 831
46 355
3 247
11 160
2 695
974
636
799
75
500
23 433
444
3 686
522
7 115
48 129
-3 197
6 355
1 644
1 190
201
704
...
366
25 128
143
627
568
478
3 142
1 991
2 209
2 205
2 407
3 571
2 535
3 021
2 554
2 240
1 679
3 045
1 928
2 247
-3 401
775
370
-1 828
27
-2 079
-2 302
-500
225
1 248
...
2 685
...
505
133
530
565
193
59
31
294
323
108
115
1 015
95
688
-62
92
23
113
214
470
136
160
2 757
40
475
...
138
14
100
255
523
151
119
2 546
100
526
...
59
19
137
122
891
133
116
1 955
59
390
...
42
41
93
6
658
124
89
1 597
144
305
...
24
23
152
212
855
42
143
2 530
193
491
...
121
77
164
1 232
762
36
34
2 816
84
265
...
101
59
196
1 695
219
66
75
2 901
13
359
...
72
25
146
1 811
318
54
76
74
173
-2 094
92
188
-1 192
98
164
679
129
267
48
149
300
2
59
98
-459
67
119
-765
4
-20
70
54
-27
...
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Corresponde a la inversión directa en la economía declarante, una vez deducida la inversión directa de residentes de esa economía en el exterior. Incluye reinversión de utilidades.
b Cifras preliminares.
247
248
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Anexo estadístico
Cuadro A.15
América Latina y el Caribe: deuda externa bruta totala
(En millones de dólares, saldos a fin de período)
América Latina
y el Caribeb
América Latinab
Argentina
Bolivia (Estado
Plurinacional de)
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Ecuador
El Salvador
Guatemala
Haití
Honduras
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perú
República Dominicana
Uruguay
Total
Pública
Privada
Total
Pública
Privada
Total
Pública
Privada
Total
Pública
Privada
Total
Pública
Privada
Total
Pública
Privada
Total
Pública
Privada
Total
Pública
Privada
Total
Pública
Privada
Total
Pública
Privada
Total
Pública
Privada
Total
Pública
Privada
Total
Pública
Privada
Pública
Total
Pública
Privada
Total
Pública
Privada
Pública
Total
Pública
Privada
2013
1 511 936
2014
1 687 042
2015
1 694 082
2016
1 765 310
2017
1 869 170
2018
1 946 882
2019
2 014 455
2020
2 054 230
1 492 203
155 489
91 444
64 045
7 756
5 262
2 494
621 439
122 641
498 797
136 351
27 994
108 357
92 073
52 216
39 856
19 504
7 381
12 123
18 788
12 920
5 868
14 035
7 764
6 271
19 825
7 573
12 252
1 478
1 475
3
6 709
5 202
1 507
259 977
134 436
125 541
9 677
4 724
4 954
12 231
4 780
2 677
2 103
60 559
24 039
36 519
14 919
38 092
18 047
20 045
1 666 267
158 742
98 229
60 513
8 543
5 736
2 807
712 655
139 051
573 604
152 135
31 285
120 849
101 404
59 767
41 637
21 628
8 974
12 654
24 112
17 582
6 531
14 800
8 673
6 127
21 577
7 617
13 960
1 833
1 830
4
7 184
5 569
1 616
286 624
147 666
138 958
10 134
4 796
5 338
14 352
5 839
3 680
2 159
69 271
23 951
45 320
16 074
41 194
18 959
22 234
1 671 480
167 412
101 659
65 753
9 445
6 341
3 104
665 101
130 587
534 513
160 904
31 831
129 073
110 502
66 158
44 344
23 576
10 363
13 213
27 933
20 226
7 707
15 217
8 553
6 663
22 235
8 007
14 228
1 985
1 981
4
7 456
5 927
1 530
296 399
162 210
134 189
10 548
4 804
5 743
15 648
6 197
3 993
2 203
73 129
26 710
46 418
16 029
43 752
18 977
24 775
1 740 873
181 432
122 022
59 410
10 703
7 268
3 435
675 841
130 274
545 567
164 815
35 370
129 445
120 153
71 308
48 844
25 565
10 756
14 809
34 181
25 680
8 909
16 376
9 169
7 207
23 333
8 645
14 687
2 013
2 009
5
7 499
6 108
1 391
314 202
180 986
133 216
11 054
5 042
6 011
16 902
6 677
4 823
1 854
74 571
29 617
44 954
17 567
40 002
17 170
22 832
1 843 383
234 549
161 289
73 260
11 702
9 428
2 274
667 103
125 492
541 611
180 449
47 270
133 179
124 636
71 870
52 767
26 920
11 016
15 904
40 323
31 750
8 573
16 474
9 414
7 060
24 982
8 912
16 071
2 133
2 129
4
8 572
7 145
1 428
333 398
193 981
139 417
11 551
5 546
6 005
18 390
7 738
5 592
2 146
76 499
32 953
43 547
18 821
41 274
17 837
23 436
1 920 897
277 932
197 330
80 602
12 491
10 178
2 313
665 777
129 139
536 638
183 344
51 176
132 168
132 016
72 999
59 017
28 997
11 808
17 189
44 239
35 730
8 508
16 603
9 236
7 367
24 462
8 738
15 725
2 125
2 122
3
9 112
7 375
1 736
342 711
202 355
140 356
11 703
5 950
5 753
20 575
8 591
6 403
2 188
78 170
34 912
43 258
21 565
42 611
19 199
23 412
1 988 869
278 489
197401
81 088
13 473
11 268
2 206
675 789
123 810
551 979
197 234
59 507
137 727
138 683
73 835
64 848
30 840
13 456
17 385
52 668
41496
11 172
17 390
9 941
7 469
24 947
9 825
15 122
2 104
2 100
4
9 604
7 699
1 905
355 795
204 684
151 111
11 763
6 279
5 485
24 223
9 802
7 230
2 573
80 200
39 264
40 936
23 383
44 584
20 206
24 378
2 026 172
271 443
193 756
77 686
14 205
12 172
2 034
639 308
123 860
515 448
208 981
67 757
141 224
154 605
89 699
64 906
31 785
14 107
17 677
56 963
45 369
11 593
18 349
10 781
7 569
25 374
11 750
13 623
…
…
…
10 981
9 112
1 869
373 079
223 649
149 430
12 040
6 957
5 084
29 817
13 675
10 182
3 493
88 768
48 632
40 136
30 703
46 098
22 174
23 923
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Anexo estadístico
Cuadro A.15 (conclusión)
Venezuela (República
Bolivariana de)
El Caribeb
Antigua y Barbuda
Bahamas
Barbados
Belice
Dominica
Granada
Guyana
Jamaica
Saint Kitts y Nevis
San Vicente y
las Granadinas
Santa Lucía
Suriname
Trinidad y Tabago
Pública
Pública
Pública
Pública
Pública
Pública
Pública
Pública
Pública
2013
132 362
112 103
20 259
19 733
577
1 616
1 434
1 083
275
618
1 246
8 310
320
2014
135 767
117 217
18 550
20 774
560
2 095
1 521
1 126
287
634
1 216
8 659
284
2015
149 755
128 283
21 472
22 602
573
2 176
1 460
1 179
285
613
1 143
10 314
214
2016
149 859
128 056
21 803
24 437
573
2 373
1 442
1 204
285
613
1 162
10 244
214
2017
148 328
128 768
21 199
25 787
562
3 234
1 413
1 257
244
602
1 248
10 103
199
2018
148 432
128 543
19 889
25 985
584
3 172
1 599
1 285
256
533
1 322
9 937
156
2019
147 899
129 260
18 639
25 586
615
3 123
1 545
1 272
252
562
1 305
9 253
149
2020
…
…
…
28 058
628
4 478
1 987
1 454
238
524
1 321
9 180
142
Pública
354
387
399
399
455
387
391
384
Pública
Pública
Pública
488
878
2 534
526
942
2 537
537
1 156
2 553
537
1 872
3 519
529
2 046
3 896
598
2 060
4 096
599
2 298
4 222
607
2 312
4 803
Total
Pública
Privada
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Incluye la deuda con el Fondo Monetario Internacional.
b Suma no incluye Haití y Venezuela (República Bolivariana de).
Cuadro A.16
América Latina y el Caribe: diferencial de bonos soberanos EMBI Global
(En puntos básicos, a fin de período)
América Latina
Argentina
Belice
Bolivia
Brasil
Chile
Colombia
Ecuador
El Salvador
Jamaica
México
Panamá
Paraguay
Perú
República Dominicana
Uruguay
Venezuela (República
Bolivariana de)
2016
2017
2018
2019
473
455
1 837
83
330
158
225
647
536
375
296
187
281
170
407
244
2 168
419
351
771
203
232
117
173
459
383
304
245
119
200
136
275
146
4 854
568
817
858
378
273
166
228
826
515
346
357
171
260
168
371
207
6 845
346
1744
869
218
212
135
161
826
394
282
292
114
203
107
309
148
14 740
Marzo
703
3803
1039
645
389
301
376
4553
825
577
653
283
429
265
621
298
19 270
Junio
552
2495
1515
630
373
211
293
3373
832
479
526
212
312
182
567
215
30 757
2020
Septiembre Diciembre
476
386
1300
1368
1475
1406
622
461
334
250
183
144
262
206
1015
1062
852
732
443
317
501
361
193
149
267
213
170
132
483
340
186
135
29 608
24 099
2021
Marzo
390
1589
1606
501
272
122
216
1201
595
288
351
155
212
152
342
125
26 168
Junio
380
1596
1543
481
256
135
247
776
721
295
348
170
216
163
352
129
31 091
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras proporcionadas por JPMorgan Emerging Markets Bond Index (EMBI).
249
250
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Anexo estadístico
Cuadro A.17
América Latina y el Caribe: primas por canje de riesgo soberano de incumplimiento de crédito a cinco años (CDS)
(En puntos básicos, a fin de período)
Argentina
Brasil
Chile
Colombia
México
Panamá
Perú
Venezuela (República
Bolivariana de)
2016
2017
2018
2019
419
281
83
164
156
127
108
3 750
232
162
49
105
106
67
72
15 047
794
208
63
157
155
85
94
8 281
899
99
42
72
79
41
41
5 381
Marzo
899
276
130
232
241
144
119
5 381
Junio
899
257
86
161
158
113
92
5 381
2020
Septiembre Diciembre
356
545
250
143
69
45
152
89
152
81
87
48
77
56
5 381
5 381
2021
Marzo
1 906
225
59
135
114
82
83
5 381
Junio
1 954
165
58
136
93
66
83
1 697
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de información de Bloomberg.
Cuadro A.18
América Latina y el Caribe: emisiones internacionales de bonosa
(En millones de dólares)
Total
América Latina y el Caribe
Argentina
Bahamas
Barbados
Bolivia (Estado
Plurinacional de)
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Ecuador
El Salvador
Guatemala
Honduras
Jamaica
México
Otros
Panamá
Paraguay
Perú
República Dominicana
Suriname
Trinidad y Tabago
Uruguay
Venezuela (República
Bolivariana de)
Emisiones
supranacionales
Banco Centroamericano para
la Integración Económica (BCIE)
Banco Latinoamericano de
Comercio Exterior (BLADEX)
Banco de Desarrollo
de América Latina (CAF)
Corporación Interamericana
de Inversiones (CII)
Fondo Financiero para
el Desarrollo de la Cuenca
del Plata (FONPLATA)
Otros
2016
2017
2018
2019
129 364
124 528
33 783
-
144 702
140 855
27 676
750
1 000
94 058
88 582
13 367
-
20 481
5 336
4 061
500
2 750
700
364
41 539
2 200
600
1 960
1 870
636
1 600
1 147
5 000
32 066
14 449
7 842
300
5 800
951
1 330
850
869
29 222
500
3 321
500
9 062
2 017
2 350
-
4 837
2020
2021
118 577
114 687
1 720
-
Trim 1
44 665
44 665
-
Trim 2
44 027
41 238
250
-
Trim 3
29 022
27 100
135
-
Trim 4
27 572
27 331
825
-
Trim 1
52 027
49 029
1 100
-
Trim 2
39 311
38 328
300
400
-
18 979
8 635
5 786
3 000
23 879
500
2 636
530
5 876
3 118
525
1 750
-
29 147
12 629
4 793
1 500
4 525
1 097
1 200
1 415
33 546
750
5 800
1 532
10 002
2 500
125
500
1 905
-
8 200
10 358
4 279
327
225
14 826
2 500
800
650
2 500
-
7 250
5 457
4 900
1 200
600
10 950
350
1 000
5 150
500
2 505
1 125
5 675
500
3 092
1 000
200
6 494
5 355
700
3 799
150
-
5 850
3 814
120
9 632
500
663
361
4 300
1 266
-
9 644
7 752
2 840
300
14 047
2 450
826
7 571
2 500
-
13 395
3 357
5 755
700
300
8 118
2 400
2 353
1 250
-
3 847
5 476
3 890
-
2 789
1 922
242
2 998
984
887
382
772
573
-
1 181
-
100
500
-
73
-
-
76
-
-
400
35
59
27
3 376
3 465
4 503
3 091
-
1 608
1 522
106
2 216
582
500
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
150
-
-
-
-
223
-
-
-
200
-
-
-
-
-
-
375
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras proporcionadas por Merrill Lynch, J.P. Morgan y Latin Finance.
Se incluyen las emisiones soberanas, bancarias y empresariales.
a
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Anexo estadístico
Cuadro A.19
América Latina y el Caribe: índices de las bolsas de valores
(Índices nacionales a fin de período, 31 diciembre 2005=100)
Argentina
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Ecuador
Jamaica
México
Perú
Trinidad y Tabago
2016
2017
2018
2019
1 096
180
211
106
114
150
184
256
324
113
1 948
228
283
121
116
185
276
277
416
119
1 963
263
260
117
92
203
363
234
403
122
2 700
346
238
…
77
195
488
245
427
138
Marzo
1 580
218
178
…
69
202
363
194
301
123
Junio
2 507
284
202
…
49
196
363
212
351
123
2020
Septiembre Diciembre
2 674
3 319
283
356
185
213
…
…
63
61
190
190
359
371
210
248
374
434
123
124
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de información de Bloomberg.
2021
Marzo
3 109
349
249
…
60
187
390
265
445
126
Junio
4 041
379
220
…
68
177
…
282
393
131
251
252
Anexo estadístico
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Cuadro A.20
América Latina y el Caribe: reservas internacionales brutas
(En millones de dólares, saldos a fin de período)
2016
2017
2018
2019
América Latina y el Caribe
831 571
859 610
868 029
América Latina
2020
Septiembre Diciembre
Marzo
Junio
852 243
840 088
864 707
886 529
2021
Marzo
Junio
890 174
886 285
886 346
814 680
842 966
852 282
836 221
824 069
847 432
869 258
872 355
868 740
870 073
Argentina
38 772
55 055
65 806
44 781
43 561
43 242
41 379
39 387
39 593
42 437
Bolivia (Estado Plurinacional de)
10 081
10 261
8 946
6 468
6 091
6 272
6 356
5 276
4 526
4 624
Brasil
365 016
373 972
374 715
356 884
343 165
348 781
356 606
355 620
347 413
352 486
Chile
40 494
38 983
39 861
40 657
37 952
36 390
37 822
39 200
40 220
46 746
Colombia
46 683
47 637
48 402
53 174
53 341
56 629
56 987
59 039
58 909
59 153a
Costa Rica
7 574
7 150
7 501
8 937
8 059
8 600
8 238
7 232
7 174
6 837a
Ecuadorb
4 259
2 451
2 677
3 397
1 990
2 666
3 443
7 196
5 779
6 049
El Salvador
3 238
3 567
3 569
4 446
3 998
3 442
4 015
3 083
2 449
3 342a
Guatemalab
9 160
11 770
12 756
14 789
15 338
16 992
17 611
18 468
18 700
18 930a
Haití
1 105
1 258
1 309
1 352
1 293
1 396
1 386c
...
...
...
Honduras
4 100
5 012
5 073
6 029
6 304
7 609
7 745
8 381
8 482
8 788a
178 025
175 450
176 384
183 028
189 780
197 055
199 816
199 056
199 302
199 458
2 296
2 593
2 081
2 174
2 369
2 534
2 701
3 003
3 143
3 412a
México
Nicaragua
Panamá
4 511
3 531
2 932
4 146
3 223
5 910
10 046
9 682
8 894
...
Paraguay
7 144
8 146
7 970
7 675
8 241
9 238
8 954
9 490
9 970
10 326
61 746
63 731
60 288
68 370
68 150
71 472
72 428
74 909
79 942
71 920
6 047
6 781
7 628
8 782
9 325
7 172
10 552
10 752
12 174
12 418a
16 966
Perú
República Dominicana
Uruguay
13 436
15 959
15 557
14 505
15 340
15 576
16 711
16 217
15 831
Venezuela (República Bolivariana de)
10 992
9 662
8 830
6 630
6 549
6 456
6 462
6 364
6 239
6 181
El Caribe
16 892
16 643
15 748
16 021
16 018
17 276
17 272
17 820
17 545
16 273
Antigua y Barbudab
330
314
328
279
337
291
269
222
237d
...
Bahamas
902
1 408
1 197
1 758
2 001
2 028
2 106
2 381
2 255
2 380a
Barbados
320
206
500
739
786
1 003
1 012
1 325
1 272
1 238a
Belice
371
306
287
271
253
284
326
340
343
347
Dominicab
221
211
189
166
172
182
167
176
176d
...
...
Granadab
201
195
231
234
284
319
337
291
322d
Guyana
616
584
528
576
499
573
639
681
627
642a
3 291
3 781
3 532
3 631
3 688
3 905
3 713
4 081
4 244
4 349a
...
Jamaica
313
357
355
346
357
377
382
356
354d
San Vicente y las Granadinasb
191
180
168
192
173
173
214
204
200d
...
Santa Lucíab
289
307
275
253
288
299
249
224
197d
...
Suriname
381
424
581
648
554
528
551
585
612
645a
9 466
8 370
7 575
6 929
6 626
7 313
7 306
6 954
6 705
6 672a
Saint Kitts y
Trinidad y
Nevisb
Tabagob
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Datos al mes de mayo.
b Se refiere a las reservas internacionales netas.
c Datos al mes de agosto.
d Datos al mes de enero.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Anexo estadístico
Cuadro A.21
América Latina y el Caribe: tipo de cambio real efectivoa b
(Índices 2005=100, valores medios del período)
2016
América Latina y el
Caribee
2017
2018
2019
2020c
Trim 1
Trim 2
2021c
Trim 3
Trim 4
Trim 1
Trim 2d
84,9
83,7
85,7
86,4
88,2
90,1
91,8
91,9
91,8
92,2
Barbados
82,8
80,7
79,8
77,0
76,1
75,8
76,5
75,5
75,8
76,1
Bolivia (Estado Plurinacional de)
62,0
64,0
60,6
57,1
55,3
51,8
52,5
53,6
54,1
54,9
Brasil
98,0
89,5
99,8
101,4
112,3
133,3
135,9
135,9
136,9
135,4
Chile
107,3
103,6
101,4
107,0
119,2
118,0
114,4
112,8
107,8
105,6
113,5
Colombia
102,4
97,8
96,1
101,2
106,8
112,3
112,3
111,7
109,4
Costa Rica
73,9
77,6
78,9
78,5
75,7
74,9
78,9
81,7
83,4
84,9
Dominica
111,9
113,3
115,0
113,9
115,2
114,1
114,8
116,5
116,0
116,3
Ecuador
El Salvador
81,0
83,5
85,2
83,4
83,0
80,4
83,5
85,2
86,7
87,1
100,3
102,1
102,6
102,4
103,5
101,7
103,7
105,2
105,7
105,8
Guatemala
72,5
68,6
69,1
68,2
67,8
65,3
65,7
66,4
66,6
66,9
Honduras
83,0
84,4
84,1
82,8
81,6
80,1
80,5
79,7
79,1
79,3
Jamaica
91,6
92,8
88,6
83,3
84,3
83,5
86,9
85,7
90,0
93,7
México
139,8
136,7
135,8
131,7
133,8
155,2
147,5
137,3
135,1
133,4
Nicaragua
91,4
95,4
95,6
93,0
93,5
90,4
91,8
91,8
92,2
92,1
Panamá
83,7
85,0
86,6
86,6
87,2
86,7
88,7
90,2
90,6
90,3
Paraguay
69,3
71,2
67,3
68,7
68,5
64,8
69,0
69,9
67,5
66,8
Perú
95,3
92,1
93,7
91,6
92,1
89,6
95,0
98,6
100,7
103,2
110,8
114,2
117,0
117,2
120,5
124,6
128,0
129,6
127,7
125,3
República Dominicana
Trinidad y Tabago
61,2
63,0
63,9
63,1
62,6
61,5
62,4
62,5
63,3
64,1
Uruguay
69,3
65,4
63,5
64,7
67,7
67,8
67,7
68,0
68,6
70,4
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a El índice del tipo de cambio real efectivo mundial se calcula ponderando los índices de tipo de cambio real de cada socio comercial por la participación del comercio
—exportaciones más importaciones— con ese socio en el total del comercio del país.
b Una moneda se deprecia en términos reales efectivos cuando este índice aumenta y se aprecia cuando disminuye.
c Cifras preliminares.
d Datos al mes de mayo.
e El índice del tipo de cambio real efectivo extrarregional excluye el comercio con otros países de América Latina y el Caribe.
253
254
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Anexo estadístico
Cuadro A.22
América Latina y el Caribe: tasa de participación
(Tasas anuales medias)
América Latina y el Caribeb
Argentinac
Bahamas
Barbados
Belice
Bolivia
(Estado Plurinacional de)f
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Cuba
Ecuadorg
El Salvador
Guatemala
Honduras
Áreas urbanas
Total nacional
Total nacional
Total nacional
Total nacional
Total nacional
Total nacional
Total nacional
Total nacional
Total nacional
Total nacional
Total nacional
Total nacional
Total nacional
2020
2021a
Primer trimestre
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
62,1
62,0
62,1
62,4
62,6
62,6
57,7
Global
58,3
57,7d
57,5e
57,8
58,5
59,1
54,9
58,6
58,9
Mujeres
46,9
46,4d
46,9e
47,1
48,7
49,4
45,9
49,5
49,0
Hombres
70,9
70,1d
69,4e
69,7
69,6
69,9
64,9
68,7
69,7
Global
73,7
74,3
77,1
80,5
82,8
80,3
…
…
…
Mujeres
70,1
71,7
73,1
74,7
76,7
75,5
…
…
…
Hombres
77,8
79,5
81,7
83,7
85,5
83,0
…
…
…
Global
63,8
65,1
66,5
65,3
64,8
63,4
…
…
…
Mujeres
60,4
61,7
62,8
61,5
60,6
59,9
…
…
…
Hombres
67,7
68,7
70,4
69,7
69,4
67,4
…
…
…
Global
63,6
63,2
64,0
64,1
65,5
68,1
55,1
…
…
Mujeres
78,2
77,8
78,0
78,2
78,3
80,5
68,7
…
…
Hombres
49,2
48,7
50,3
50,2
52,9
56,0
42,4
…
…
Global
65,8
61,0 I
66,0
67,4
70,8
73,0
67,0
73,7
75,3
Mujeres
57,1
50,4 I
56,1
58,3
63,0
65,5
58,9
66,7
68,5
Hombres
75,0
72,1 I
76,4
76,8
79,1
80,7
75,4
81,0
82,4
Global
61,0
61,3
61,4
61,7
61,6
62,0
57,1
61,0
56,8
Mujeres
50,6
51,2
51,4
52,3
52,5
53,2
48,0
52,1
47,9
Hombres
72,5
72,4
72,3
72,0
71,7
71,7
67,2
70,8
66,9
Global
61,7
59,1
Global
59,8
59,7
59,5
59,7
59,7
62,8
56,1
62,5
57,3
Mujeres
48,4
48,2
48,0
48,5
49,1
52,5
45,3
52,1
46,1
Hombres
71,6
71,5
71,3
71,2
70,6
73,6
67,3
73,3
69,0
Global
64,2
64,7
64,5
64,4
64,0
62,9
58,6
61,1
60,2
Mujeres
54,0
54,8
54,5
54,5
53,8
52,5
47,3
50,3
49,1
Hombres
74,9
75,2
74,9
74,8
74,6
73,7
70,7
72,5
71,9
Global
62,6
61,2
58,4
58,8
60,7
62,5
60,2
63,4
60,8
Mujeres
49,2
48,1
44,3
44,5
46,9
50,6
48,1
52,1
49,3
Hombres
75,9
74,3
72,4
73,0
74,3
74,4
72,2
74,7
72,3
Global
71,9
67,1
65,2
63,4
63,8
65,2
…
…
…
Mujeres
56,3
52,6
50,9
49,4
49,5
53,3
…
…
…
Hombres
86,2
80,4
78,2
76,2
76,9
76,0
…
…
…
Global
63,2
66,2
68,2
68,8
67,0
66,6
62,5h
…
64,9
Mujeres
48,5
52,7
56,2
56,9
55,0
54,5
51,3h
…
53,5
…
76,7
Hombres
78,8
80,5
81,0
81,0
79,7
78,3
73,8h
Global
63,6
62,8
62,1
61,9
61,3
62,2
…
…
…
Mujeres
49,3
47,8
46,7
46,3
46,1
46,8
…
…
…
Hombres
80,7
80,7
80,2
80,6
79,5
80,5
…
…
…
Global
60,9
60,7
60,8
61,0
60,2i
59,2
…
…
…
Mujeres
40,6
38,9
39,2
39,2
39,2i
37,9
…
…
…
Hombres
83,8
84,7
85,0
85,3
84,2i
83,7
…
…
…
Global
56,0
58,3
57,5
59,0
60,4
57,3
59,5
…
…
Mujeres
40,6
44,1
43,0
43,8
46,0
41,4
47,8
…
…
Hombres
73,6
74,4
74,0
76,0
76,3
75,1
73,3
…
…
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Anexo estadístico
Cuadro A.22 (conclusión)
Jamaica
Méxicoj
Nicaragua
Panamá
Paraguayk
Perú
República Dominicanal
Trinidad y Tabago
Uruguay
Venezuela
(República Bolivariana de)
Total nacional
Total nacional
Total nacional
Total nacional
Total nacional
Total nacional
Total nacional
Total nacional
Total nacional
Total nacional
2020
2021a
Primer trimestre
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
Global
62,8
63,1
64,8
65,1
64,1
62,8
62,5
64,1
62,8
Mujeres
55,9
56,3
58,6
59,1
58,0
56,3
56,0
57,9
56,6
Hombres
70,0
70,3
71,2
71,3
70,4
69,5
69,2
70,5
69,3
Global
59,8
59,8
59,7
59,3
59,6
60,1
55,3
59,9
56,7
Mujeres
43,1
43,4
43,4
43,0
43,5
44,7
40,7
45,0
41,1
Hombres
78,3
78,0
77,7
77,6
77,4
77,1
71,5
76,4
74,0
Global
74,0
72,4
73,6
73,5
71,7
71,1
69,1
70,9
69,5
Mujeres
63,0
60,9
63,1
63,2
61,6
61,0
58,7
61,1
59,4
Hombres
85,8
84,6
84,9
84,7
82,6
82,3
80,6
82,1
80,7
Global
64,0
64,2
64,4
64,0
65,4
66,5
63,0
…
…
Mujeres
49,8
50,8
51,1
51,2
52,8
55,0
…
…
…
Hombres
79,4
78,4
78,6
77,6
78,8
78,8
…
…
…
Global
61,6
62,1
62,6 I
71,0
71,9
72,4
70,2
71,2
72,9
Mujeres
49,6
50,2
50,8 I
57,8
59,4
60,2
57,4
59,1
60,8
Hombres
74,1
74,1
74,5 I
84,4
84,5
84,8
83,5
83,8
85,2
Global
72,3
71,6
72,2
72,4
72,2
72,6
62,3
70,2
70,0
Mujeres
63,3
62,3
63,3
64,0
64,2
64,7
52,9
62,2
61,0
Hombres
81,4
81,0
81,2
81,0
80,2
80,6
71,9
78,3
79,0
Global
59,1 I
61,8
62,3
62,2
63,6
65,1
60,2
63,4
61,7
Mujeres
44,0 I
48,1
48,9
49,0
50,4
52,7
47,6
51,5
49,3
Hombres
74,6 I
76,3
76,6
76,1
77,8
78,4
74,0
76,3
75,3
Global
61,9
60,6
59,7
59,2
58,9
57,5
…
…
…
Mujeres
51,8
50,1
50,1
49,5
49,4
…
…
…
…
Hombres
72,2
71,2
69,5
68,9
68,1
…
…
…
…
Global
64,7
63,8
63,4
62,9
62,4
62,1
60,5
61,6
61,5
Mujeres
55,9
55,4
55,3
55,0
54,9
54,9
53,8
55,4
55,0
Hombres
74,3
72,9
72,3
71,4
70,7
70,1
67,9
68,4
68,4
…
Global
65,1
63,7
64,0
66,3
67,9
…
…
…
Mujeres
51,2
49,8
50,2
52,7
55,0
…
…
…
…
Hombres
79,1
77,9
77,9
80,0
81,0
…
…
…
…
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Cifras preliminares.
b Los datos de los países no son comparables entre sí, debido a diferencias en la cobertura y la definición de la población en edad de trabajar. Las series regionales son
promedios ponderados de los datos nacionales (sin Belice y Nicaragua) e incluyen ajustes por falta de información y cambios metodológicos.
c El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) de la Argentina no reconoce los datos correspondientes al período 2007-2015 y los está sometiendo a un proceso
de revisión. Por lo tanto, dichos datos tienen carácter preliminar y serán reemplazados cuando se publiquen los nuevos datos oficiales.
d El dato se refiere al promedio de los primeros tres trimestres.
e El dato se refiere al promedio de los últimos tres trimestres.
f Nueva medición a partir de 2016; los datos no son comparables con la serie anterior.
g Hasta 2013, diciembre de cada año. A partir de 2014, promedio del año.
h No hay datos disponibles para el primer trimestre.
i El dato se refiere a la medición de junio.
j Nueva medición a partir de 2013; los datos no son comparables con la serie anterior.
k Nueva medición a partir de 2017; los datos no son comparables con la serie anterior.
l Nueva medición a partir de 2015; los datos no son comparables con la serie anterior.
a
255
256
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Anexo estadístico
Cuadro A.23
America Latina y el Caribe: desocupación nacional por sexoa
(Tasas anuales medias )
América Latina y el Caribec
2020b
2021b
Primer trimestre
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020b
Global
6,3
6,1
6,6
7,8
8,1
7,9
8,0
10,5
9,0
10,7
Mujeres
7,5
7,1
7,7
9,0
9,3
9,2
9,3
11,9
11,2
12,3
Hombres
5,4
5,3
5,7
6,9
7,1
7,0
6,9
9,3
9,7
8,5
7,1
7,3
6,5d
8,5e
8,4
9,2
9,8
11,5
10,4
10,2
Mujeres
8,5
8,4
7,6d
9,4e
9,5
10,5
10,7
12,4
11,2
12,3
Hombres
6,1
6,5
5,7d
7,8e
7,5
8,2
9,2
10,8
9,7
8,5
2,9
2,3
3,5
3,5
3,6
3,5
3,7
7,9
4,2
6,3
Mujeres
3,5
3,1
4,2
5,1
4,1
3,6
4,1
8,3
4,3
6,7
Hombres
2,3
1,7
3,0
3,1
3,3
3,4
3,4
7,6
4,1
5,8
7,1
6,8
8,5
11,5
12,7
12,3
11,9
13,5
12,2
14,7
Mujeres
8,9
8,2
10,1
13,3
14,6
14,1
14,0
15,7
14,5
17,9
Hombres
5,8
5,7
7,3
10,1
11,3
10,8
10,1
11,8
10,4
12,2
6,1
6,5
6,3
6,7
7,0
7,4
7,2
10,8
8,2
10,4
Mujeres
7,1
7,1
7,0
7,2
7,6
8,3
8,0
11,0
9,7
11,0
Hombres
5,4
6,1
5,8
6,3
6,5
6,7
6,7
10,6
7,1
9,9
9,0
8,5
8,3
8,6
8,8
9,1
9,9
15,1
11,9
15,1
Mujeres
11,7
11,0
10,8
11,1
11,4
11,6
12,6
19,2
15,3
19,9
Hombres
7,0
6,7
6,4
6,8
6,9
7,1
7,8
12,3
9,5
11,7
9,4
9,6
9,6
9,5
9,1
10,3
11,8
19,6
12,5
18,7
Mujeres
11,1
11,9
12,2
12,1
11,6
13,2
15,3
25,7
18,0
26,1
Hombres
8,3
8,1
8,0
8,0
7,5
8,4
9,3
15,6
8,6
13,7
America Latina
Argentina
Bolivia
(Estado Plurinacional de)f
Brasil
Chile
Colombiag
Costa Rica
Cuba
Ecuadorg
El Salvador
Guatemala
Honduras
México
Nicaragua
Panamág
Áreas urbanas Global
Total nacional Global
Total nacional Global
Total nacional Global
Total nacional Global
Total nacional Global
Total nacional Global
3,3
2,7
2,4
2,0
1,7
1,7
1,2
…
…
…
Mujeres
3,5
3,1
2,6
2,2
1,6
1,8
1,2
…
…
…
Hombres
3,1
2,4
2,3
1,9
1,7
1,6
1,2
…
…
…
3,0
3,4
3,6
4,5
3,8
3,5
3,8
5,9h
…
5,1
Mujeres
3,7
4,1
4,5
5,8
4,9
4,4
4,6
9,5h
…
6,3
Hombres
2,7
3,0
3,0
3,7
3,0
2,9
3,2
6,4h
…
4,2
5,9
7,0
7,0
7,0
7,0
6,3
6,3
…
…
…
Mujeres
4,7
4,7
5,0
5,3
5,2
4,9
5,4
…
…
…
Hombres
6,8
8,6
8,4
8,1
8,3
7,3
7,0
…
…
…
3,1
2,9
2,6
2,7
2,5
2,4
2,3
…
…
…
Mujeres
3,7
3,5
3,6
3,5
3,5
3,0
3,0
…
…
…
Hombres
2,7
2,6
2,0
2,2
2,0
2,1
1,9
…
…
…
3,9
5,3
7,3
7,4
6,7
5,7
5,7
10,9
…
…
Mujeres
5,0
6,7
11,7
10,7
10,8
7,4
8,1
13,7
…
…
Hombres
3,3
4,5
4,4
5,1
4,0
4,5
4,2
8,7
…
…
4,9
4,8
4,4
3,9
3,4
3,3
3,5
4,4
3,4
4,3
Mujeres
5,0
4,9
4,5
3,9
3,6
3,4
3,5
4,2
3,5
4,2
Hombres
4,9
4,8
4,3
3,9
3,3
3,2
3,5
4,6
3,4
4,4
5,8
6,6
5,9
4,5
3,7
5,4
5,4
5,0
4,8
4,9
Mujeres
6,0
7,0
6,3
4,8
3,8
5,5
5,5
4,7
4,2
4,6
Hombres
5,6
6,2
5,6
4,2
3,5
5,4
5,4
5,2
5,3
5,2
Total nacional Global
Total nacional Global
Total nacional Global
Total nacional Global
Total nacional Global
Total nacional Global
Total nacional Global
3,2
3,5
3,9
4,4
4,9
4,9
5,8
18,6
…
…
Mujeres
4,1
4,6
5,0
5,4
6,4
6,4
7,3
…
…
…
Hombres
2,5
2,7
3,1
3,7
3,8
3,9
4,8
…
…
…
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Anexo estadístico
Cuadro A.23 (conclusión)
Paraguayi
Perú
República Dominicanaj
Uruguay
Venezuela
(República Bolivariana de)
Total nacional Global
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020b
2020b
2021b
Primer trimestre
5,0
6,0
5,4
6,0
6,1
6,2
6,6
7,7
7,9
8,1
Mujeres
5,7
8,1
6,1
7,5
7,6
7,4
8,0
10,2
10,1
10,2
Hombres
4,5
4,6
4,9
5,0
5,1
5,4
5,5
5,9
6,3
6,7
3,9
3,7
3,5
4,2
4,1
3,9
3,9
7,6
5,1
7,5
Mujeres
4,7
4,0
3,6
4,6
4,4
4,4
4,5
7,6
5,8
8,4
Hombres
3,4
3,4
3,4
3,9
3,8
3,5
3,5
7,7
4,5
6,8
7,4
6,7
7,3
7,1
5,5
5,7
6,2
5,8
5,7
8,0
Mujeres
10,5
9,7
10,5
10,5
7,8
8,8
9,3
8,6
8,6
12,8
Hombres
5,3
4,8
5,2
4,8
4,0
3,5
3,9
3,9
3,6
4,6
6,5
6,6
7,5
7,8
7,9
8,3
8,9
10,1
9,7
10,5
Mujeres
8,2
8,3
8,9
9,4
9,5
10,1
10,7
12,4
10,9
12,6
Hombres
5,0
5,1
6,4
6,5
6,6
6,9
7,3
8,7
8,6
8,6
7,8
7,2
7,0
7,3
7,2
6,8
…
…
…
…
Mujeres
8,8
8,0
7,7
7,8
8,4
8,1
…
…
…
…
Hombres
7,1
6,7
6,6
7,1
6,3
5,9
…
…
…
…
Total nacional Global
Total nacional Global
Total nacional Global
Total nacional Global
El Caribe
Bahamask
Barbadosk
Belicek
Jamaicag
Total nacional Global
15,8
14,6
13,4
12,2
10,0
10,3
10,1
…
…
…
Mujeres
16,1
15,4
15,0
14,2
11,0
10,6
10,3
…
…
…
Hombres
15,6
13,8
11,9
10,3
8,6
10,1
10,0
…
…
…
11,6
12,3
11,3
9,7
10,0
10,1
10,1
…
…
…
Mujeres
11,6
12,8
10,3
10,1
10,1
10,3
8,5
…
…
…
Hombres
11,7
11,7
12,3
9,3
9,8
9,9
11,6
…
…
…
13,2
11,6
10,1
9,5
9,3
9,4
9,1
13,7
…
…
Mujeres
20,8
19,9
15,4
15,6
14,6
14,9
13,4
17,0
…
…
Hombres
7,8
6,3
6,8
5,6
5,9
5,6
5,9
11,6
…
…
Total nacional Global
Total nacional Global
Total nacional Global
Mujeres
Hombres
Trinidad y Tabagok
10,3
9,5
9,8
9,0
7,7
5,6
5,0
6,4
5,2
8,9
13,6
12,4
12,5
12,0
10,2
7,2
6,5
7,2
5,9
10,4
7,8
7,2
7,2
6,6
5,6
4,2
3,8
5,7
4,4
7,6
3,7
3,3
3,5
4,0
4,8
4,1
4,2
…
…
…
Mujeres
4,6
4,0
4,2
4,0
5,6
4,5
…
…
…
…
Hombres
3,0
2,8
2,9
3,9
4,2
3,3
…
…
…
…
Total nacional Global
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de las encuestas de hogares de los países.
Porcentaje de población desempleada con respecto a la población económicamente activa.
b Cifras preliminares.
c Promedio ponderado con ajustes por falta de información y diferencias y cambios metodologicos. Incluye un ajuste de datos por
la exclusión de la desocupación oculta en Colombia, el Ecuador, Jamaica y Panamá.
d Promedio del primer al tercer trimestre.
e Promedio del segundo al cuarto trimestre.
f Nueva medición a partir de 2016; datos no comparables con la serie anterior.
g Tasa de desempleo abierto con ajuste de las cifras de la población económicamente activa por la exclusión del desempleo oculto.
h No hay datos disponibles para el primer trimestre.
i Nueva medición a partir de 2017; datos no comparables con la serie anterior.
j Nueva medición a partir de 2015; datos no comparables con la serie anterior.
k Incluye desempleo oculto.
a
257
258
Anexo estadístico
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Cuadro A.24
América Latina y el Caribe: tasa de ocupacióna
(Tasas anuales medias)
América Latina y el Caribec
2020
2021b
Primer trimestre
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
58,3
58,3
57,9
57,3
57,4
57,6
57,6
51,4
56,2
53,0
52,6f
53,0
Argentinad
Áreas urbanas
54,7
54,0
53,9e
52,9
53,1
53,3
48,6
52,5
Bahamas
Total nacional
61,6
62,8
64,3
67,7
72,5
74,2
72,2
…
…
…
Barbados
Total nacional
58,9
56,0
57,7
60,0
58,8
58,3
57,0
…
…
…
Belice
Total nacional
55,9
56,6
56,8
57,9
58,1
59,0
62,0
47,6
…
…
Bolivia (Estado Plurinacional de)g
Total nacional
61,5
64,3
58,9 |
63,8
64,9
68,4
70,3
61,8
70,6
70,6
Brasil
Total nacional
56,9
56,8
56,1
54,3
53,9
54,1
54,6
49,3
53,5
48,4
Chile
Total nacional
56,0
56,0
56,0
55,6
55,7
55,5
58,3
50,1
57,3
51,4
Colombia
Total nacional
58,0
58,4
59,0
58,5
58,4
57,8
56,6
49,8
53,8
51,1
Costa Rica
Total nacional
56,4
56,6
55,4
52,8
53,5
54,4
55,2
48,5
55,5
49,4
Cuba
Total nacional
70,5
70,0
65,4
63,8
62,4
62,7
64,4
…
…
…
Ecuadorh
Total nacional
59,5
60,4
63,3
64,6
65,5
64,3
63,7
57,6i
…
61,6
…
El Salvador
Total nacional
59,9
58,4
57,8
57,9
57,6
57,4
58,2
…
…
Guatemala
Total nacional
58,7
59,1
59,2
59,2
59,4
58,6j
57,9
…
…
…
Honduras
Total nacional
51,6
53,1
54,0
53,2
55,1
57,0
54,1
52,9
…
…
Jamaica
Total nacional
53,4
54,2
54,6
56,2
57,5
58,2
59,6
56,6
60,8
57,3
México
Total nacional
57,3
56,9
57,2
57,4
57,3
57,6
58,0
53,1
57,8
54,6
66,1
Nicaragua
Total nacional
71,5
69,1
68,1
70,2
70,8
67,8
67,2
65,6
67,5
Panamá
Total nacional
61,5
60,9
60,9
60,8
59,8
60,6
61,8
51,3
…
…
Paraguayk
Total nacional
60,1
58,6
58,7
58,9 |
66,7
67,4
67,6
64,8
65,6
67,0
Perú
Total nacional
70,3
69,6
68,9
69,2
69,5
69,5
69,5
57,7
66,6
64,7
República Dominicanal
Total nacional
54,6
55,4 |
57,3
57,9
58,7
60,0
61,0
56,7
59,8
56,8
Trinidad y Tabago
Total nacional
59,1
59,9
58,5
57,4
56,3
56,5
55,0
…
…
…
Uruguay
Total nacional
59,5
60,4
59,0
58,4
57,9
57,2
56,6
54,3
55,6
55,0
Venezuela (República
Bolivariana de)
Total nacional
59,3
60,4
59,2
59,3
61,5
63,3
…
…
…
…
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Porcentaje de población ocupada con respecto a la población en edad de trabajar.
b Cifras preliminares.
c Promedio ponderado con ajustes por falta de información y diferencias y cambios metodológicos. Los datos de los países no son comparables entre sí, debido a diferencias
en la cobertura y la definición de la población en edad de trabajar.
d El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) de la Argentina no reconoce los datos correspondientes al período 2007-2015 y los está sometiendo a un proceso
de revisión. Por lo tanto, dichos datos tienen carácter preliminar y serán reemplazados cuando se publiquen los nuevos datos oficiales.
e El dato se refiere al promedio de los primeros tres trimestres.
f El dato se refiere al promedio de los últimos tres trimestres.
g Nueva medición a partir de 2016; los datos no son comparables con la serie anterior.
h Hasta 2013, diciembre de cada año. A partir de 2014, promedio del año.
i No hay datos disponibles para el primer trimestre.
j El dato se refiere a la medición de junio.
k Nueva medición a partir de 2017; los datos no son comparables con la serie anterior.
l Nueva medición a partir de 2015; los datos no son comparables con la serie anterior.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Anexo estadístico
Cuadro A.25
América Latina y el Caribe: indicadores de empleo registrado
(Índices 2010=100)
Argentinab
Brasilc
Chiled
Costa Ricae
El Salvadore
Guatemalae
Jamaicaf
Méxicog
Nicaraguae
Panamáh
Perúi
Uruguayj
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
107,0
111,4
112,1
106,7
105,5
107,1
99,0
109,2
116,6
117,8
109,6
108,9
109,6
114,8
115,8
109,0
111,0
110,4
100,4
113,0
125,9
122,5
112,7
110,9
110,9
117,2
117,9
110,7
113,5
111,8
…
117,0
132,8
126,1
114,8
111,7
114,0
115,2
120,1
112,6
115,1
114,2
…
122,0
144,6
127,2
115,8
110,1
114,3
110,6
122,2
116,3
117,3
117,4
…
126,7
160,3
125,4
118,3
108,9
115,3
108,7
123,4
119,7
118,3
118,6
…
132,2
170,9
126,8
120,7
109,4
115,6
109,7
127,8
122,1
120,3
119,6
…
137,6
153,0
123,3
125,4
108,9
114,4
111,0
131,5
122,4
123,0
125,5
…
140,7
141,5
123,2
128,8
108,9
112,3
103,2
128,1
119,8
119,3
119,3
…
137,2
133,6
115,8
124,4
102,4
2020
2021a
Primer trimestre
114,0
112,8
112,2
113,6
134,0
133,4
123,9
120,7
124,4
122,1
…
…
…
…
141,3
137,2
138,1
139,3
…
…
129,7
124,8
105,1
101,5
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Cifras preliminares.
b Asalariados cotizantes del sistema de pensiones.
c Trabajadores cubiertos por la legislación social y laboral.
d Trabajadores dependientes cotizantes del sistema de pensiones.
e Trabajadores cubiertos por la seguridad social.
f Trabajadores de empresas con 10 o más empleados.
g Trabajadores privados cubiertos por la legislación social y laboral.
h Hasta 2012, trabajadores cubiertos por la seguridad social. A partir de 2013, trabajadores de pequeñas, medianas y grandes empresas de la industria manufacturera,
el comercio y los servicios.
i Puestos de trabajo reportados a la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria. Hasta 2015, trabajadores de empresas con 10 o más empleados.
j Puestos de trabajo que generan cotizaciones a la seguridad social.
Cuadro A.26
América Latina: indicadores de subempleo por horas
(En porcentajes de los ocupados)
Argentinab c
Brasilf
Chileg h
Colombiai
Costa Ricaj
Ecuadorf
El Salvadorf
Hondurask
Méxicoj
Panamáf
Paraguayl
Perúb
Uruguayf
Áreas urbanas
Total nacional
Total nacional
Total nacional
Total nacional
Total nacional
Total urbano
Total nacional
Total nacional
Total nacional
Asunción y áreas urbanas
del Departamento Centralh
Lima metropolitana
Total nacional
2020
2021a
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
9,2
5,5
11,6
11,8
12,5
9,9
5,8
11,7
8,3
2,5
4,7
9,6
4,9
11,3
10,1
12,8
10,6
6,7
12,5
8,1
2,0
9,0d
5,4
10,3
10,3
12,4
11,7
6,8
14,1
8,3
2,5
11,5e
5,3
10,9|
9,9
9,0
15,7
7,7
11,5
7,6
2,3
11,4
6,6
9,6
9,5
8,1
17,0
7,6
11,8
7,1
2,5
12,3
7,2
9,5
8,9
8,7
15,4
6,3
14,2
6,9
3,7
14,1
7,5
9,5
9,6
10,2
16,6
6,3
10,6
7,5
4,4
14,1
7,3
6,4
9,8
19,8
25,5
…
27,3
16,4
…
13,1
7,0
7,1
9,3
12,4
…
…
…
8,5
…
13,3
8,2
5,6
9,0
16,4
24,2
…
…
14,0
…
4,8
4,6
4,0|
5,5
5,3
7,0
7,6
6,2
6,1
11,6
6,8
11,3
6,6
10,4
7,1
11,3
8,3
11,5
8,4
13,6
8,5
13,2
9,6
20,2
9,1
14,6
9,1
13,6
…
Primer trimestre
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Cifras preliminares.
b Ocupados que trabajan menos de 35 horas semanales, desean trabajar más y están disponibles para hacerlo.
c El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) de la Argentina no reconoce los datos correspondientes al período 2007-2015 y los está sometiendo a un proceso
de revisión. Por lo tanto, dichos datos tienen carácter preliminar y serán reemplazados cuando se publiquen los nuevos datos oficiales.
d El dato se refiere al promedio de los primeros tres trimestres.
e El dato se refiere al promedio de los últimos tres trimestres.
f Ocupados que trabajan menos de 40 horas semanales, desean trabajar más y están disponibles para hacerlo.
g Ocupados que trabajan menos de 30 horas semanales, desean trabajar más y están disponibles para hacerlo. A partir de 2017, ocupados que trabajan dos tercios de
la jornada completa establecida, desean trabajar más y están disponibles para hacerlo.
h A partir de 2017, total nacional.
i Ocupados que trabajan menos de 48 horas semanales, desean trabajar más y están disponibles para hacerlo.
j Ocupados que desean trabajar más que lo que su ocupación actual les permite.
k Ocupados que trabajan menos de 36 horas semanales, desean trabajar más y están disponibles para hacerlo.
l Ocupados que trabajan menos de 30 horas semanales, desean trabajar más y están disponibles para hacerlo.l A partir de 2017, total nacional.
259
260
Anexo estadístico
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Cuadro A.27
América Latina: salario medio reala
(Índices 2010=100)
Bolivia (Estado Plurinacional de)c
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020b
2020
2021b
Primer trimestre
100,3
101,8
107,7
109,5
111,5d
115,0
114,6
114,2
114,3
112,4
Brasile
107,4
108,4
108,9
107,6
110,2
110,0
110,3
115,5
111,4
113,1
Chilef
109,9
111,9
113,9
115,4
119,0
121,3
123,8
124,5
124,6
126,3
Colombiag
104,0
104,5
105,7
103,4
106,6
107,7
108,6
103,3
105,7
107,5
Costa Ricah
108,5
110,7
115,2
118,2
119,6
121,7
123,2
117,8
120,1
113,1
El Salvadorh
97,8
98,5
100,9
102,3
103,4
103,4
104,7
104,7
105,8
108,4
Guatemalah
104,3
106,8
110,4
108,2
107,2
107,9
…
…
…
…
Méxicoi
101,3
101,7
103,2
104,1
102,9
103,7
106,7
110,8
110,0
114,0
Nicaraguah
100,7
102,4
105,1
107,5
109,1
114,1
113,5
111,2
111,7
…
Panamáj
103,8
109,5
113,1
117,5
122,1
127,0
130,1
126,3
124,1
…
Paraguayk
105,7
107,0
107,5
108,2
108,5
110,4
112,0
111,1
…
…
Perúl
114,7
117,9
117,5
122,2
121,8
125,8
125,0
123,7
123,2
121,3
Uruguaym
111,7
115,4
117,3
119,1
122,6
122,8
124,4
122,2
125,2
122,3
Venezuela (República Bolivariana de)n
104,3
...
...
...
...
...
…
…
…
…
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Cifras deflactadas por el índice oficial de precios al consumidor de cada país.
b Cifras preliminares.
c Índice de salario medio del sector privado.
d Dato corresponde al promedio de marzo y junio.
e Trabajadores del sector privado amparados por la legislación social y laboral. Nueva serie a partir de 2013.
f Índice general de remuneraciones por hora.
g Industria manufacturera. Nueva serie a partir de 2015.
h Salario medio declarado de los cotizantes al seguro social.
i Salario medio declarado de los cotizantes privados a la seguridad social.
j Salario medio declarado de los afiliados al seguro social. A partir de 2013, corresponde a trabajadores de pequeñas, medianas y grandes empresas de la industria
manufacturera, el comercio y los servicios.
k Índice de sueldos y salarios.
l Ingreso medio del sector formal. Hasta 2015, salarios de trabajadores dependientes en Lima metropolitana.
m Índice medio de salarios.
n Índice de remuneraciones.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Anexo estadístico
Cuadro A.28
América Latina y el Caribe: indicadores monetarios
(Variación porcentual promedio respecto del mismo período del año anterior)
2016
2017
2018
2019
Base monetaria
27,9
31,0
33,7
Dinero (M1)
20,2
29,4
23,6
M2
23,9
28,0
172,5
2020
2021
Trim 1
Trim 2
Trim 3
Trim 4
Trim 1
Trim 2
23,0
37,2
62,1
72,1
51,0
39,8
19,2
16,9
58,0
93,3
91,9
82,3
65,3
43,0a
37,8
25,4
40,5
70,0
84,6
87,0
69,9
57,3a
96,1
81,6
55,2
-3,4
-13,4
-9,5
11,5
26,4
41,5a
3,9
0,1
8,7
8,5
8,7
12,4
19,3
21,0
24,6
13,5a
América Latina y el Caribe
Argentina
Depósitos en moneda extranjera
Bolivia
Base monetaria
(Estado Plurinacional de)
Dinero (M1)
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Ecuador
El Salvador
Guatemala
Haití
Honduras
9,6
2,0
6,4
0,7
-5,4
8,4
7,8
9,7
14,5
...
M2
12,5
7,7
10,8
3,5
-0,5
5,8
5,8
8,5
10,3
...
Depósitos en moneda extranjera
-1,0
-2,7
-4,2
2,1
11,1
14,7
16,3
13,4
10,9
...
Base monetaria
3,2
6,2
6,3
3,5
8,5
30,3
47,9
41,0
34,7
16,9b
Dinero (M1)
0,2
4,4
8,3
5,7
11,0
34,3
49,4
48,8
39,2
23,0a
M2
3,7
12,2
12,5
9,4
12,4
32,1
41,5
43,5
36,9
21,8a
Base monetaria
11,4
7,1
6,0
10,5
7,8
24,2
77,2
102,6
120,0
124,9
Dinero (M1)
6,4
8,7
11,8
12,6
21,8
34,8
54,5
52,4
56,5
51,3b
M2
9,8
4,9
9,8
7,8
11,1
9,9
5,5
1,3
1,6
3,5b
Depósitos en moneda extranjera
8,0
-2,8
3,5
16,2
49,7
55,3
46,3
20,7
0,5
-2,3b
Base monetaria
8,8
1,3
7,3
11,7
15,7
20,9
20,0
18,3
17,7
10,4b
Dinero (M1)
3,9
1,1
6,7
11,1
16,3
30,0
26,8
25,8
25,0
16,0b
M2
10,5
5,7
5,6
7,5
10,8
16,9
15,9
14,1
11,7
6,0b
Base monetaria
10,1
7,5
4,1
-1,3
-2,4
5,0
14,3
15,1
14,0
7,7b
Dinero (M1)
17,8
1,7
4,4
6,2
17,1
39,2
43,4
36,4
25,1
...
...
M2
4,1
0,5
-1,4
1,3
8,5
17,8
21,1
19,2
13,9
Depósitos en moneda extranjera
1,4
11,6
2,4
4,2
0,7
8,3
18,7
25,0
23,4
...
Base monetaria
22,8
12,9
4,6
3,1
7,3
14,5
16,3
21,2
16,8
8,9a
Dinero (M1)
10,4
13,1
5,6
3,4
4,9
9,4
9,0
8,4
7,6
5,7a
M2
6,6
13,5
8,3
6,5
8,9
9,4
9,6
10,4
10,0
10,3a
Base monetaria
3,5
9,3
5,5
10,5
11,5
-17,5
-18,7
-29,1
-39,1
-21,4b
Dinero (M1)
3,9
6,5
5,8
7,3
7,6
10,7
16,4
17,6
16,6
10,1a
M2
5,7
7,3
7,5
7,6
10,9
12,2
12,2
11,9
10,6
8,0a
Base monetaria
9,7
11,3
8,8
10,8
15,2
19,7
21,9
25,3
22,6
Dinero (M1)
6,1
7,7
8,1
11,6
13,9
16,9
24,6
26,6
25,3
23,8a
M2
7,9
8,4
8,8
10,5
12,0
12,9
16,9
18,5
18,2
17,8a
Depósitos en moneda extranjera
4,2
-1,9
6,8
5,0
3,4
14,3
15,0
17,3
15,3
9,5a
...
26,2
15,6
14,7
31,1
85,4
102,2
107,2
14,1
6,8c
Dinero (M1)
6,0
16,6
22,3
11,3
16,5
30,8
39,0
32,2
37,2c
...
M2
8,5
13,5
18,1
12,1
15,5
25,0
31,0
23,0
27,6c
...
Depósitos en moneda extranjera
27,7
18,2
5,4
28,1
15,8
24,2
13,1
-18,2
-10,7c
...
Base monetaria
14,9
18,8
8,2
10,0
17,8
41,4
71,2
66,2
72,5
50,6a
Dinero (M1)
10,2
18,3
7,4
8,6
12,8
23,5
30,5
32,9
38,6
...
M2
10,9
18,2
9,3
10,3
14,5
16,8
19,2
20,5
21,5
...
8,3
16,3
4,9
4,2
2,7
7,2
10,6
12,3
6,7
Base monetaria
15,9
10,9
10,2
4,0
8,3
16,5
22,2
22,4
23,9
17,3
Dinero (M1)
11,9
10,0
9,8
5,2
9,5
19,1
20,4
20,2
20,5
13,2a
M2
10,6
9,5
11,2
5,7
8,5
15,9
16,0
15,4
13,8
6,6a
Depósitos en moneda extranjera
30,2
29,6
5,0
-7,2
-5,9
7,8
14,0
18,7
13,4
-1,4a
Base monetaria
Depósitos en moneda extranjera
México
15,0
...
261
262
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Anexo estadístico
Cuadro A.28 (continuación)
Nicaragua
Trim 1
Trim 2
Trim 3
Trim 4
Trim 1
Trim 2
11,3
7,4
3,7
-2,5
17,3
7,3
23,0
23,9
23,7
23,2b
Dinero (M1)
9,5
8,8
0,1
-4,5
23,1
25,2
35,8
33,6
27,7
...
M2
9,5
8,8
0,1
-4,5
23,1
25,2
35,8
33,6
27,7
...
14,0
11,6
-5,5
-13,6
5,2
8,8
11,7
11,2
10,5
...
Base monetaria
7,9
3,2
5,2
8,1
10,1
9,7
0,4
-2,2
-3,7
...
Dinero (M1)
0,2
0,5
1,1
-3,2
-1,9
2,7
5,9
12,1
15,2
...
M2
6,1
5,4
3,0
2,4
3,3
4,4
6,1
7,0
8,4
...
Base monetaria
2,7
11,1
13,3
3,5
4,5
15,9
14,2
10,5
12,0
-0,4b
Dinero (M1)
3,1
14,2
10,1
4,3
6,5
22,3
22,5
24,5
25,8
17,1a
M2
3,9
13,2
10,8
6,7
6,0
16,7
17,6
19,9
21,4
15,2a
Depósitos en moneda extranjera
Panamá
Paraguay
13,9
1,8
4,0
9,8
12,5
13,8
23,3
19,9
13,7
20,1a
Base monetaria
3,3
5,5
8,1
5,7
9,0
26,8
32,6
32,0
40,4
23,0b
Dinero (M1)
5,1
7,9
13,5
10,1
12,3
33,7
45,5
44,9
47,3
34,3a
M2
7,8
11,0
13,2
10,7
13,4
26,5
34,5
32,7
30,8
21,5a
Depósitos en moneda extranjera
9,6
-4,7
6,4
5,7
7,4
10,5
13,1
17,1
23,1
27,0a
Base monetaria
9,1
1,7
-1,4
10,1
8,3
9,4
13,5
20,6
20,8
16,9b
Dinero (M1)
13,9
6,2
13,6
10,6
17,8
26,4
29,8
31,4
33,3
25,5a
M2
12,2
7,5
8,1
6,9
9,1
12,2
16,1
17,4
18,6
17,3a
8,9
9,9
12,8
13,4
19,9
30,9
40,8
37,1
28,3
25,5a
10,9
13,2
0,9
6,0
22,9
7,3
8,5
12,0
7,6
18,1b
2,2
13,1
5,5
7,1
8,2
7,9
12,9
17,7
17,5
16,1a
M2
11,1
15,4
10,7
8,9
8,0
10,0
13,3
17,1
20,1
14,0a
Depósitos en moneda extranjera
17,2
-6,9
6,7
17,3
30,5
33,5
33,7
28,8
22,8
17,2a
144,2
873,1
30 129,5
13 737,7
2 124,1
1 502,6
1 256,7
1 131,0
1 060,5
1 040,2b
116,6
551,7
37 111,7
9 188,3
1 965,8
1 589,7
1 383,2
1 225,0
1 297,1
1 343,1a
116,4
544,9
36 973,8
9 187,0
1962,4
1 584,3
1 379,9
1 224,1
1 296,9
1 342,9a
Base monetaria
12,5
-17,1
5,3
-7,6
...
...
...
...
...
...
Dinero (M1)
12,0
12,6
8,8
11,8
...
...
...
...
...
...
0,1
5,1
4,8
2,3
...
...
...
...
...
...
Depósitos en moneda extranjera
17,3
18,3
32,9
9,1
...
...
...
...
...
...
Base monetaria
24,7
9,9
7,6
-0,6
36,8
30,8
36,8
29,4
15,1
...
9,0
13,6
6,3
8,5
23,2
18,0
18,2
10,6
3,4
...
...
Depósitos en moneda extranjera
Perú
República Dominicana
Depósitos en moneda extranjera
Uruguay
2019
2021
2017
Base monetaria
2018
2020
2016
Base monetaria
Dinero (M1)
Venezuela
Base monetaria
(República Bolivariana de)
Dinero (M1)
M2
El Caribe
Antigua y Barbuda
M2
Bahamas
Dinero (M1)
Barbados
M2
2,7
4,9
1,2
2,7
10,4
8,1
8,7
4,9
1,3
Depósitos en moneda extranjera
1,2
32,2
29,7
16,1
53,9
28,2
10,5
-23,2
-42,9
...
23,4
11,7
1,0
12,6
10,8
12,3
18,8
18,0
27,6
27,1b
Base monetaria
Dinero (M1)
Belice
Dominica
Granada
6,1
4,1
0,6
2,8
4,8
5,4
7,6
9,1
8,5
...
Base monetaria
12,6
-11,9
-9,7
0,6
5,4
5,1
15,8
21,5
26,2
30,6a
Dinero (M1)
10,3
-4,9
6,5
4,4
5,9
4,0
12,5
16,8
15,2
22,6a
Base monetaria
40,7
25,4
-1,0
-21,2
...
...
...
...
...
...
Dinero (M1)
18,1
13,2
42,9
-14,3
...
...
...
...
...
...
M2
6,0
7,5
17,4
-7,2
...
...
...
...
...
...
Depósitos en moneda extranjera
3,2
-20,6
-7,7
30,8
...
...
...
...
...
...
Base monetaria
5,6
1,7
2,1
4,6
...
...
...
...
...
...
11,1
3,0
11,0
9,8
...
...
...
...
...
...
1,7
0,9
4,2
3,8
...
...
...
...
...
...
Depósitos en moneda extranjera
35,9
10,2
0,5
16,9
...
...
...
...
...
...
Base monetaria
13,5
6,2
10,5
10,8
15,8
24,0
26,0
34,8
40,6
35,2b
7,1
9,0
8,9
20,7
44,1
49,0
48,3
29,2
22,7
18,1a
Dinero (M1)
M2
Guyana
Dinero (M1)
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Anexo estadístico
Cuadro A.28 (conclusión)
Jamaica
Saint Kitts y Nevis
San Vicente y
las Granadinas
Santa Lucía
Suriname
Trinidad y Tabago
2021
2017
2018
2019
9,0
15,2
13,3
…
…
…
…
…
…
…
Dinero (M1)
21,8
11,2
20,0
…
…
…
…
…
…
…
M2
15,2
24,1
18,4
…
…
…
…
…
…
…
Depósitos en moneda extranjera
19,4
21,0
10,5
…
…
…
…
…
…
…
Base monetaria
15,8
2,3
3,5
-7,1
...
...
...
...
...
...
Dinero (M1)
-0,7
-7,9
-1,4
10,7
...
...
...
...
...
...
M2
0,2
-4,2
1,3
3,0
...
...
...
...
...
...
Depósitos en moneda extranjera
-6,3
-5,9
-12,9
-4,1
...
...
...
...
...
...
Base monetaria
8,9
2,4
-2,2
9,0
...
...
...
...
...
...
10,0
4,6
0,2
11,1
...
...
...
...
...
...
M2
4,6
3,6
0,4
6,0
...
...
...
...
...
...
Depósitos en moneda extranjera
6,4
-7,4
-7,9
47,1
...
...
...
...
...
...
Base monetaria
3,3
-4,9
5,9
-7,4
...
...
...
...
...
...
Dinero (M1)
6,5
8,3
9,0
7,1
...
...
...
...
...
...
M2
3,1
1,3
2,0
3,6
...
...
...
...
...
...
Depósitos en moneda extranjera
11,1
5,5
-10,5
0,4
...
...
...
...
...
...
Base monetaria
30,3
23,9
24,4
70,0
80,3
50,8
35,9
36,2
41,0
36,7b
Dinero (M1)
15,0
14,1
14,8
26,9
26,4
42,8
51,7
47,5
39,9
37,4a
M2
12,4
11,7
15,1
24,5
21,5
31,2
38,3
36,9
32,2
32,1a
Depósitos en moneda extranjera
85,5
20,3
5,8
-3,0
-9,7
-10,3
24,0
88,2
97,5
110,9a
Base monetaria
-7,3
-8,4
-2,6
-0,1
-1,9
9,5
23,1
18,8
24,3
...
Dinero (M1)
1,2
-1,9
0,1
-0,3
2,6
2,8
8,8
17,1
16,1c
...
M2
2,8
-1,4
0,1
1,9
3,7
5,4
8,0
10,0
8,6c
...
Depósitos en moneda extranjera
7,3
0,4
-1,3
3,9
2,9
-2,9
-2,1
0,9
-1,2c
...
Base monetaria
Dinero (M1)
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Datos al mes de abril.
b Datos al mes de mayo.
c Datos al mes de febrero.
a
2020
2016
Trim 1
Trim 2
Trim 3
Trim 4
Trim 1
Trim 2
263
264
Anexo estadístico
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Cuadro A.29
América Latina y el Caribe: crédito interno
(Variación porcentual respecto del mismo período del año anterior)
2016
2017
2018
2019
Argentina
25,0
35,0
41,4
30,2
Bolivia (Estado Plurinacional de)
Trim 1
Trim 2
2020
Trim 3
Trim 4
Trim 1
2021
Trim 2a
36,1
61,0
75,6
84,1
70,4
59,4b
América Latina
18,5
16,9
13,7
10,3
8,7
11,9
10,7
12,6
...
...
Brasil
9,5
7,9
2,7
9,7
12,3
16,2
17,4
16,0
15,5
13,3b
Chile
8,8
5,5
10,2
7,5
8,6
10,3
8,5
6,2
3,2
...
Colombia
8,4
9,8
9,3
10,0
11,5
14,3
10,9
6,3
...
...
Costa Rica
13,5
11,0
5,8
2,3
1,1
3,9
7,6
10,6
10,6
...
Ecuador
5,6
12,0
10,4
10,8
12,4
10,9
9,4
5,8
4,1
4,7b
El Salvador
8,2
4,6
7,8
7,5
8,7
10,1
9,5
8,1
9,0
8,7b
Guatemala
Haití
Honduras
6,0
2,2
3,2
2,9
3,6
3,6
7,1
8,2
8,6
10,2
12,2
23,0
25,3
25,0
32,1
29,4
24,7
28,9c
12,4
...
7,4
19,1
13,3
10,7
7,3
8,0
4,1
4,7
8,1
...
México
14,1
8,0
10,1
9,4
12,3
7,7
9,1
4,6
3,2
...
Nicaragua
14,2
15,7
0,2
-19,6
-15,1
-12,0
-7,4
-9,2
-12,9
...
Panamá
10,4
10,3
8,9
0,8
-3,2
-8,2
-8,4
-10,0
-11,0
Paraguay
5,9
-1,1
12,2
15,9
9,7
5,0
7,2
6,0
8,9
16,9
Perú
12,8
11,3
37,7
5,8
10,6
26,9
36,4
32,9
27,0
23,5b
República Dominicana
14,5
8,6
9,4
11,3
4,9
10,5
14,7
7,8
8,2
4,1
Uruguay
33,4
4,1
-3,7
21,4
26,3
13,6
3,8
5,4
8,2
8,4b
100,1
302,9
231 191,5
14 049,8
1 884,8
2 695,1
1 717,1
2 324,9
2 446,8
1 581,0b
-10,5
5,1
-1,7
4,7
...
...
...
...
...
...
Venezuela (República Bolivariana de)d
...
El Caribe
Antigua y Barbuda
Bahamas
0,7
1,9
-3,5
0,5
0,4
2,0
1,7
-2,2
-1,4
...
Barbados
5,8
4,7
-1,6
-13,4
-0,4
-1,3
0,0
0,2
0,4
2,4b
Belice
18,5
2,5
6,2
6,4
6,3
5,3
4,6
4,5
4,9
7,1b
Dominica
-24,3
-24,6
24,4
39,7
...
...
...
...
...
...
Granada
-11,2
-6,7
-5,5
-8,2
...
...
...
...
...
...
Guyana
11,3
9,3
19,0
15,1
20,2
18,4
11,7
12,0
10,4
9,0b
…
Jamaica
Saint Kitts y Nevis
San Vicente y las Granadinas
4,7
5,6
11,7
…
…
…
…
…
…
-78,8
105,8
-0,1
44,0
...
...
...
...
...
...
0,3
0,1
3,0
-3,2
...
...
...
...
...
...
Santa Lucía
-6,1
-8,0
-6,5
-1,0
...
...
...
...
...
...
Suriname
33,8
13,3
-3,0
16,1
7,8
31,2
53,2
69,0
70,0
56,7b
Trinidad y Tabago
36,6
13,5
12,7
16,6
20,8
15,0
14,2
5,5
13,0c
...
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Datos al mes de mayo.
b Datos al mes de abril.
c Datos al mes de febrero.
d Crédito otorgado por los bancos comerciales, universales y de desarrollo.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Anexo estadístico
Cuadro A.30
América Latina y el Caribe: tasa de interés de política monetaria
(En tasas medias)
2016
2017
2018
2019
28,79
26,42
44,43
2020
2021
Trim 1
Trim 2
Trim 3
Trim 4
Trim 1
Trim 2
65,22
45,30
38,00
38,00
37,33
38,00
38,00a
América Latina
Argentina
Bolivia (Estado Plurinacional de)
2,50
2,39
2,42
2,58
2,75
2,75
2,50
2,00
3,00
5,67
Brasil
14,17
9,83
6,56
5,96
4,17
3,00
2,08
2,00
2,25
3,50a
Chile
3,50
2,69
2,56
2,46
1,50
0,50
0,50
0,50
0,50
0,50a
Colombia
7,06
6,04
4,31
4,25
4,08
3,25
2,25
1,75
1,75
1,75a
Costa Rica
1,75
3,50
5,02
4,23
1,92
1,08
0,75
0,75
0,75
0,75a
1,75
1,75
Guatemala
3,00
2,96
2,75
2,75
2,58
1,92
1,75
1,75
14,67
12,00
12,00
16,67
13,33
10,00
10,00
10,00b
Honduras
5,73
5,50
5,50
5,73
5,08
4,50
4,00
3,25
3,00
3,00a
México
4,21
6,75
7,69
8,00
6,92
5,50
4,58
4,25
4,08
4,08
Paraguay
5,73
5,40
5,25
4,50
3,75
1,42
0,75
0,75
0,75
0,75a
Perú
4,23
3,83
2,79
2,60
1,92
0,25
0,25
0,25
0,25
0,25a
República Dominicana
5,13
5,44
5,38
4,98
4,17
3,50
3,17
3,00
3,00
3,00a
Haití
Uruguay
...
...
...
6,50
6,37
6,20
16,54c
Antigua y Barbuda
6,50
6,50
6,50
Bahamas
4,46
4,00
Barbados
7,00
...
...
...
4,50
4,50
4,50
4,50
...
...
...
...
...
...
6,50
6,50
2,00
2,00
...
...
...
4,00
4,00
4,00
4,00
4,00
4,00
4,00
4,00a
7,00
7,00
7,00
7,00
2,00
2,00
2,00
2,00
2,00d
11,00
11,00
11,00
11,00
11,00
11,00
11,00
11,00
11,00
11,00d
Dominica
6,50
6,50
6,50
6,50
6,50
2,00
2,00
...
...
Granada
6,50
6,50
6,50
6,50
6,50
2,00
2,00
...
...
Guyana
5,00
5,00
5,00
5,00
5,00
5,00
5,00
5,00
5,00
5,00d
Jamaica
5,10
4,17
2,29
0,88
0,50
0,50
0,50
0,50
0,50
0,50a
Venezuela (República Bolivariana de)
...
...
El Caribe
Belice
...
Saint Kitts y Nevis
6,50
6,50
6,50
6,50
6,50
2,00
2,00
2,00c
...
...
San Vicente y las Granadinas
6,50
6,50
6,50
6,50
6,50
2,00
2,00
2,00c
...
...
Santa Lucía
6,50
6,50
6,50
6,50
6,50
2,00
2,00
2,00c
...
...
Trinidad y Tabago
4,75
4,75
4,90
5,00
4,50
3,50
3,50
3,50
3,50
3,50
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Datos al mes de mayo.
b Datos al mes de noviembre.
c Datos al mes de octubre.
d Datos al mes de abril.
a
...
265
266
Anexo estadístico
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Cuadro A.31
América Latina y el Caribe: tasas de interés activas representativas
(En tasas medias)
América Latina
Argentinab
Bolivia (Estado Plurinacional de)c
Brasile
Chileg
Colombiah
Costa Ricai
Ecuadorj
El Salvadork
Guatemalai
Haitíl
Hondurasi
Méxicon
Nicaraguao
Panamáp
Paraguayq
Perúr
República Dominicanai
Uruguays
Venezuela (República Bolivariana de)t
El Caribe
Antigua y Barbudau
Bahamasv
Barbadosu
Belicew
Dominicau
Granadau
Guyanax
Jamaicaw
Saint Kitts y Nevisu
San Vicente y las Granadinasu
Santa Lucíau
Surinamey
Trinidad y Tabagox
2016
2017
2018
2019
33,3
6,2
53,7
10,4
14,7
14,7
8,7
6,4
13,1
19,7
19,3
26,8
11,4
6,6
15,6
16,5
15,1
17,6
21,4
26,8
6,0
49,9
11,5
13,7
14,5
7,9
6,5
13,1
18,0
19,3
27,0
10,9
6,8
14,3
16,8
13,9
15,4
21,5
47,7
6,4
45,2
10,6
12,1
15,6
7,7
6,5
12,9
17,7
17,8
28,3
10,9
6,9
12,9
14,5
12,5
14,2
21,9
9,2
12,5
6,7
9,8
8,2
8,4
10,7
16,5
8,5
9,1
8,2
13,5
9,1
9,0
11,8
6,6
9,5
8,0
8,2
10,6
14,9
8,5
8,7
8,1
14,4
9,1
8,8
11,4
6,7
9,1
7,7
7,7
10,4
14,1
8,2
8,4
8,0
14,3
9,1
2020
2021
Trim 2a
Trim 1
Trim 2
Trim 3
Trim 4
Trim 1
66,9
6,4
42,7
8,5
11,8
13,0
8,6
6,6
12,7
18,7
17,3
30,3
12,5
7,1
12,7
14,4
12,5
13,3
29,3
46,8
6,4
38,9
9,1
11,1
13,1
8,8
6,5
12,7
17,9
17,4
31,1
11,5
7,1
12,2
14,2
12,8
13,4
29,0
32,2
6,0
34,4
7,4
9,8
11,3
8,8
7,2
12,6
15,2
17,0
30,5
12,0
7,0
11,4
12,9
10,7
13,9
37,1
29,8
6,5
30,7
7,2
9,6
9,8
9,1
6,8
12,5
15,8
16,9
29,8
10,7
7,0
9,7
12,4
10,5
12,4
34,8
38,2
6,4
31,2
8,2
9,0
9,5
8,8
6,6
12,3
15,4m
16,8
29,5
10,4
6,9
9,4
12,3
10,0
11,0
31,8
40,0
8,0d
33,4
9,2
9,1
9,9
8,4
6,4
12,3
...
16,5
29,6
10,3
6,9
10,3
11,7
9,5
9,6
41,1
40,3
...
34,5f
8,8
8,5
9,7
8,8
6,4
12,3
...
16,4f
29,8f
...
6,9f
10,0f
10,9
10,0
8,6f
47,0
8,6
11,2
6,5
9,1
7,5
7,3
8,9
13,0
8,0
8,3
7,6
15,0
9,3
...
10,4
6,3
9,0
...
...
8,6
12,3
...
...
...
15,2
8,8
...
9,6
6,1
8,8
...
...
8,5
12,1
...
...
...
15,2
7,6
...
10,8
6,0
8,7
...
...
8,4
12,0
...
...
...
15,0
7,6
...
10,4
5,9
8,5
...
...
8,5
11,8
...
...
...
15,0
7,6
...
10,2
5,8
9,0
...
...
8,5
11,8
...
...
...
15,1
7,6
...
8,8f
...
8,8f
...
...
8,6f
...
...
...
...
15,3f
7,6
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a Datos al mes de mayo.
b Préstamos al sector privado no financiero en moneda nacional a tasa fija y repactable, documentos a sola firma hasta 89 días de plazo.
c Tasa nominal en moneda nacional para operaciones a 60-91 días.
d Datos al mes de febrero.
e Tasa de interés sobre el crédito personal total para persona físicas.
f Datos al mes de abril.
g Operaciones no reajustables, tasas activas 90-360 días.
h Promedio ponderado de las tasas de crédito de consumo, preferencial, ordinario y tesorería para los días hábiles del mes.
i Promedio ponderado de las tasas activas en moneda nacional.
j Tasa de interés activa efectiva referencial para el segmento comercial corporativo.
k Tasa básica activa hasta un año.
l Promedio de las tasas mínimas y máximas de préstamos.
m Datos al mes de octubre.
n Promedio de la tasa de interés por límite de crédito de tarjetas de crédito de la banca múltiple y la tasa del CAT (Costo Anual Total).
o Promedio ponderado de las tasas activas de corto plazo del sistema, en moneda nacional.
p Tasa de interés al crédito de comercio a un año.
q Tasa de préstamos comerciales en moneda nacional.
r Tasa activa de mercado, promedio de las operaciones realizadas en los últimos 30 días hábiles.
s Crédito a empresas a 30-367 días.
t Tasa de operaciones activas, promedio de los seis principales bancos comerciales.
u Promedio ponderado de las tasas de préstamos.
v Promedio ponderado de las tasas de interés sobre préstamos y sobregiros.
w Promedio ponderado de las tasas sobre préstamos personales, comerciales, construcciones residenciales y otros.
x Promedio de las tasas de interés activa preferencial.
y Promedio de las tasas de préstamo.
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Anexo estadístico
Cuadro A.32
América Latina y el Caribe: precios al consumidor
(Variación porcentual en 12 meses)
América Latina y el Caribea
América Latina
Argentina
Bolivia (Estado Plurinacional de)
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Cubab
Ecuador
El Salvador
Guatemala
Haití
Honduras
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perú
República Dominicana
Uruguay
Venezuela (República Bolivariana de)
El Caribe
Antigua y Barbuda
Bahamas
Barbados
Belice
Dominica
Granada
Guyana
Jamaica
Saint Kitts y Nevis
San Vicente y las Granadinas
Santa Lucía
Suriname
Trinidad y Tabago
Marzo
2,7
2020
Junio
Septiembre
2,1
2,7
47,1
1,5
3,7
2,6
3,1
2,0
2,4
0,3
0,4
2,3
16,5
4,2
4,8
3,3
0,2
3,2
2,2
1,2
8,0
130 060,2
46,9
1,4
3,3
3,0
3,8
1,9
0,1
0,2
-0,5
1,8
22,0
3,9
3,2
4,6
-0,8
2,5
1,8
2,4
9,2
2 430,6
41,3
1,4
2,1
2,6
2,2
0,3
1,1
0,2
-0,2
2,4
24,8
2,7
3,3
3,8
-1,6
0,5
1,6
2,9
10,4
2 354,8
0,7
1,4
7,2
0,2
0,1
0,1
2,1
6,2
-0,8
0,5
-0,7
4,2
0,4
1,3
0,2
4,3
0,2
-1,0
-0,2
1,6
4,8
-1,1
0,4
-2,7
17,8
0,4
1,0
-0,4
2,4
0,2
-1,2
-0,9
0,5
5,6
-1,4
-0,8
-3,0
35,2
0,6
2016
2017
2018
2019
4,1
3,6
3,2
3,1
27,5
3,0
10,7
4,4
6,8
-0,8
2,4
3,4
1,0
3,1
12,5
2,4
2,1
2,9
0,3
3,1
4,4
2,3
9,4
180,9
38,5
4,0
6,3
2,7
5,7
0,8
-3,0
1,1
-0,9
4,2
14,3
3,3
3,4
3,1
1,5
3,9
3,2
1,7
8,1
274,4
25,0
2,7
2,9
2,3
4,2
2,6
0,6
-0,2
2,0
5,7
13,3
4,7
6,8
5,8
0,5
4,5
1,4
4,2
6,6
862,6
-1,1
0,8
3,8
1,1
0,7
0,9
1,4
1,7
0,0
1,0
-2,8
49,2
3,1
2,4
1,8
6,6
1,0
-1,5
0,5
1,5
5,2
0,8
3,0
2,0
9,3
1,3
1,7
2,0
0,6
-0,1
4,0
1,4
1,6
2,4
-0,8
1,4
1,6
5,4
1,0
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
a América Latina y el Caribe excluidas Argentina, Haití, Suriname y Venezuela (República Bolivariana de).
b Se refiere a los mercados en moneda nacional.
c Datos al mes de mayo.
d Datos al mes de febrero.
e Datos al mes de abril.
2021
Diciembre
3,0
Marzo
4,0
Junio
5,4
35,2
0,5
3,1
3,1
2,0
0,3
10,1
-0,9
-0,4
5,0
25,2
3,4
4,0
2,8
-1,9
1,6
1,8
5,0
9,9
1 813,1
34,1
0,7
4,5
3,0
1,6
0,9
18,5
-0,9
-0,1
4,8
19,2
4,0
3,2
2,6
-1,6
2,2
2,0
5,6
9,4
2 959,8
40,4
1,2
6,0
2,9
1,5
0,5
…
-0,8
1,8
5,8
17,2
3,9
4,7
4,2
0,3
2,4
2,6
8,3
8,3
3 012,2
48,3
0,2
8,3
3,8
3,6
1,9
…
-0,7
2,6c
3,9
…
4,7
5,9
4,1
1,9c
4,5
3,3
9,3
7,3
2 719,5c
0,8
-0,7
0,6
0,3
-0,8
-1,2
0,8
4,2
-0,7
-1,2
0,0
45,1
0,7
2,8
1,2
1,3
0,4
-0,7
-0,8
1,3
4,5
-1,2
-1,0
-0,4
60,7
0,8
2,2
1,4d
1,1
1,5
1,8
0,3
2,4
4,5
-0,4
-0,1
1,5
50,2
0,8
0,6
…
1,6c
3,0
…
…
3,8c
5,0c
…
…
…
43,6c
1,1e
267
268
Anexo estadístico
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Cuadro A.33
América Latina y el Caribe: balances fiscales del gobierno central
(En porcentajes del PIB)
América Latina y el Caribea
América Latinab
Argentina
Bolivia (Estado Plurinacional de)c
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Ecuador
El Salvador
Guatemala
Haitíd e
Honduras
Méxicof
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perúc
República Dominicana
Uruguay
El Caribeg
Antigua y Barbuda
Bahamash
Barbadosi j
Belicei
Dominica
Granada
Guyana
Jamaicai
Saint Kitts y Nevis
San Vicente y las Granadinas
Santa Lucía
Surinamed
Trinidad y Tabagoe
2017
-0,3
-0,9
-2,8
-4,4
-1,9
-1,9
-1,1
-2,9
-3,5
3,0
0,1
…
0,0
1,4
0,5
-1,4
-0,5
-1,7
-0,8
-0,2
0,5
0,1
-3,2
3,2
1,4
-3,4
5,7
-2,5
7,5
3,4
0,3
1,7
-5,5
-6,0
Resultado primario
2018
2019
0,3
0,2
-0,5
-0,4
-1,9
0,6
-5,2
-6,1
-1,7
-1,3
-0,8
-1,9
-0,6
0,1
-2,3
-2,7
-0,9
-1,9
2,3
1,8
-0,3
-0,6
…
…
0,9
0,6
0,6
1,1
-0,8
1,6
-1,4
-2,3
-0,6
-2,0
-0,8
-0,1
0,3
0,7
0,7
-0,4
1,3
1,1
-0,7
-1,2
-0,8
0,8
3,5
6,1
2,4
-1,2
-6,1
-14,3
6,9
6,9
-1,8
-2,0
7,5
7,1
4,6
2,9
0,8
-0,5
1,0
0,7
-6,7
-6,6
-0,6
0,6
2020
-4,4
-4,2
-1,4
…
-10,0
-6,3
-5,1
-3,4
-4,2
-5,0
-2,6
…
-3,5
0,1
0,2
-6,6
-5,1
-6,9
-5,1
-2,4
-4,6
-2,9
-3,6
-0,8
-8,5
-12,4
-2,6
-6,9
3,5
-5,0
-3,4
-5,6
-11,5
-8,0
2017
-3,0
-3,2
-5,8
-5,0
-7,8
-2,8
-3,7
-5,9
-5,9
-0,1
-1,4
…
-2,7
-1,1
-0,6
-3,1
-1,1
-2,8
-3,4
-2,7
-2,7
-2,4
-5,4
-4,5
-1,3
-5,0
3,0
-3,3
0,5
1,9
-2,1
-1,0
-8,7
-9,0
Resultado global
2018
2019
-2,3
-2,4
-2,9
-3,0
-5,6
-3,7
-6,0
-6,9
-7,2
-5,7
-1,7
-2,9
-3,1
-2,5
-5,7
-6,7
-3,6
-5,0
-1,1
-1,6
-1,9
-2,2
…
…
-2,1
-2,5
-2,0
-1,7
-1,9
0,3
-3,2
-4,1
-1,3
-2,8
-2,0
-1,4
-2,3
-2,1
-1,9
-2,8
-1,5
-1,6
-3,2
-3,8
-3,3
-1,6
-0,3
3,7
-0,9
-4,5
-8,2
-16,5
4,9
5,0
-2,7
-2,8
1,2
0,9
3,2
1,7
-1,6
-3,0
-1,8
-2,2
-10,1
-9,7
-3,6
-2,6
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Promedios simples. Se excluyen de los promedios Bolivia (Estado Plurinacional de), Cuba, Dominica, Haití, Venezuela (República Bolivariana de).
b Promedios simples para 16 países. No incluye Bolivia (Estado Plurinacional de), Haití, Cuba y Venezuela (República Bolivariana de).
c Gobierno general.
d Incluye discrepancia estadística
e Años fiscales, del primero de octubre al 30 de septiembre.
f Sector público federal.
g Promedios simples para 12 países. No incluye Dominica.
h Años fiscales, del primero de julio al 30 de junio.
i Años fiscales, del primero de abril al 31 de marzo.
j Sector público no financiero.
a
2020
-7,0
-6,9
-3,7
…
-13,8
-7,3
-7,8
-8,1
-7,5
-9,2
-4,4
…
-7,0
-2,8
-1,0
-9,2
-6,2
-8,4
-8,3
-5,0
-7,3
-5,4
-6,3
-4,0
-10,2
-14,7
-4,6
-7,5
-3,1
-6,4
-5,9
-9,2
-13,5
-11,3
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Anexo estadístico
Cuadro A.34
América Latina y el Caribe: composición de los ingresos tributarios del gobierno general
(En porcentajes del PIB)
Ingresos tributarios
América Latina y el Caribea
América Latinaa
Argentina
Bolivia (Estado
Plurinacional de)
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Cuba
Ecuador
El Salvador
Guatemala
Haití b
Honduras
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perú
República Dominicana
Uruguay
El Caribea
Antigua y Barbuda
Bahamasc
Barbadosd
Beliced
Dominica
Granada
Guyana
Jamaicad
Saint Kitts y Nevis
San Vicente y las Granadinas
Santa Lucía
Suriname
Trinidad y Tabagob
2019
23,0
22,0
28,9
24,7
2020
22,2
21,2
30,1
20,3
32,4
20,8
19,0
23,1
42,2
20,0
20,9
13,0
…
21,3
16,3
25,8
14,0
13,8
16,6
13,5
29,6
24,4
18,2
18,8
31,7
30,0
31,5
25,3
23,1
29,0
22,8
26,0
20,5
15,5
24,5
30,0
19,3
18,6
22,2
42,2
19,6
21,9
13,2
…
19,1
17,8
25,4
13,6
10,7
15,3
12,5
30,0
23,6
19,8
19,6
32,4
26,6
27,0
26,0
20,1
27,2
24,0
27,6
22,6
11,8
21,8
Contribuciones a la
seguridad social
2019
2020
3,8
3,8
4,5
4,3
5,7
5,7
6,2
6,0
8,4
1,5
1,9
7,6
5,5
5,4
2,7
2,2
…
3,4
2,3
6,6
5,6
3,7
2,0
0,1
10,1
2,7
3,2
2,6
5,5
2,6
3,7
2,6
2,2
1,2
3,5
2,9
2,1
0,5
3,0
6,8
1,5
2,2
7,5
5,5
5,9
2,8
2,1
…
4,0
2,5
6,7
5,8
1,0
2,1
0,1
10,0
3,1
3,8
3,1
5,8
3,0
4,2
3,0
2,0
1,2
4,3
3,1
2,6
0,3
3,2
Impuestos directos
Otros impuestos
2020
6,9
6,7
8,7
2,8
2019
11,8
10,0
15,2
12,1
2020
11,2
9,6
15,5
9,6
2019
0,4
0,6
0,2
2,2
2020
0,3
0,6
0,2
1,9
9,6
8,4
8,4
6,8
13,2
4,6
7,3
4,1
…
6,3
7,7
8,0
4,2
2,7
6,5
4,9
9,0
7,4
3,4
2,5
9,9
8,6
5,5
5,9
9,1
10,0
6,3
7,5
4,9
8,0
14,5
8,8
7,4
8,2
6,6
13,2
4,9
7,8
4,0
…
5,0
8,3
7,6
4,1
2,6
6,0
4,8
9,2
7,2
3,8
1,5
13,0
7,5
4,6
6,1
9,1
10,5
6,2
8,7
5,4
6,5
10,6
13,8
11,1
8,1
8,2
20,3
9,9
10,6
6,8
…
10,8
6,1
9,5
4,1
7,3
7,8
8,5
10,4
14,2
11,6
13,7
16,3
18,8
22,3
16,8
11,6
17,8
13,0
15,5
13,5
7,0
7,0
13,7
10,6
7,5
7,6
20,3
8,7
10,8
7,1
…
9,4
6,7
9,5
3,6
6,9
7,2
7,6
10,7
13,3
12,2
14,9
13,6
16,1
18,3
16,9
8,9
15,5
13,5
15,9
14,6
4,9
8,0
0,7
-0,2
0,7
0,5
3,2
0,0
0,3
0,0
…
0,6
0,3
1,7
0,1
0,1
0,3
0,0
0,2
0,0
0,0
0,0
0,0
0,0
0,0
0,0
0,2
0,1
0,0
0,0
0,0
0,0
0,0
0,7
-0,2
0,7
0,5
3,2
0,0
0,4
0,0
…
0,7
0,4
1,6
0,2
0,1
0,1
0,0
0,2
0,0
0,0
0,0
0,0
0,0
0,0
0,0
0,2
0,1
0,0
0,0
0,0
0,0
0,0
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Promedios simples. Se excluyen Haití y Venezuela (República Bolivariana de) de los promedios.
b Años fiscales, del primero de octubre al 30 de septiembre.
c Años fiscales, del primero de julio al 30 de junio.
d Años fiscales, del primero de abril al 31 de marzo.
a
Impuestos indirectos
2019
7,1
6,9
7,8
4,2
269
270
Anexo estadístico
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Cuadro A.35
América Latina y el Caribe: ingresos y gastos del gobierno central
(En porcentajes del PIB)
Ingreso total
América Latina y el Caribea
América Latinab
Argentina
Bolivia (Estado Plurinacional de)c
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Ecuador
El Salvador
Guatemala
Haitíd e
Honduras
Méxicof
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perúc
República Dominicana
Uruguay
El Caribeg
Antigua y Barbuda
Bahamash
Barbadosi j
Belicei
Dominica
Granada
Guyana
Jamaicai
Saint Kitts y Nevis
San Vicente y las Granadinas
Santa Lucía
Surinamed
Trinidad y Tabagoe
2019
21,9
18,5
18,2
27,0
22,1
21,7
16,2
14,3
22,8
19,0
11,2
…
19,2
22,0
19,6
12,7
14,2
19,9
14,7
27,5
26,6
18,9
18,2
28,7
30,4
42,7
26,8
23,4
30,6
41,0
29,9
20,7
20,9
29,7
2020
20,6
17,8
22,2
…
19,7
20,0
15,2
13,3
19,8
19,9
10,7
…
16,6
23,1
19,1
12,5
13,6
18,0
14,2
27,0
24,4
20,0
16,8
24,2
27,2
37,0
28,3
19,5
29,1
38,1
33,0
20,9
11,9
23,0
Gasto total
2019
24,3
21,4
21,9
33,9
27,7
24,5
18,7
21,0
27,8
20,7
13,4
…
21,6
23,7
19,3
16,9
17,0
21,4
16,8
30,3
28,2
22,7
19,9
25,0
34,9
59,2
21,8
26,2
29,7
39,3
32,8
23,0
30,6
32,2
2020
27,7
24,7
25,9
…
33,5
27,3
23,0
21,3
27,3
29,1
15,0
…
23,6
26,0
20,1
21,7
19,8
26,4
22,5
32,1
31,6
25,4
23,2
28,2
37,4
51,7
32,9
27,1
32,2
44,5
38,9
30,1
25,4
34,3
Gasto corriente
primario
2019
2020
18,1
20,6
15,7
18,6
16,6
22,3
23,4
…
22,4
28,0
19,8
23,0
14,3
18,1
15,0
15,4
19,6
18,9
14,1
21,6
9,1
10,9
…
…
14,0
15,9
18,0
19,6
13,9
13,8
9,4
12,4
12,2
14,3
15,5
20,4
11,5
15,4
26,5
28,2
21,2
23,3
18,2
20,2
15,7
17,5
20,8
22,4
25,0
26,8
37,6
37,9
17,3
21,2
19,3
20,1
20,2
23,2
26,1
32,7
24,6
27,6
16,5
21,5
23,7
18,2
26,6
28,2
Pagos de intereses
2019
2,6
2,5
4,3
0,8
4,4
0,9
2,5
4,0
3,0
3,5
1,6
…
3,0
2,7
1,3
1,9
0,8
1,3
2,8
2,4
2,7
2,6
2,5
2,4
3,3
2,2
1,9
0,8
6,2
1,2
2,4
3,0
3,1
3,2
2020
2,7
2,7
2,3
…
3,8
1,0
2,7
4,7
3,4
4,2
1,7
…
3,4
3,0
1,3
2,7
1,1
1,5
3,2
2,7
2,7
2,5
2,7
3,2
1,7
2,3
2,0
0,6
6,5
1,4
2,4
3,6
2,1
3,4
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Promedios simples. Se excluyen de los promedios Bolivia (Estado Plurinacional de), Cuba, Dominica, Haití, Venezuela (República Bolivariana de).
b Promedios simples para 16 países. No incluye Bolivia (Estado Plurinacional de), Haití, Cuba y Venezuela (República Bolivariana de).
c Gobierno general.
d Incluye discrepancia estadística
e Años fiscales, del primero de octubre al 30 de septiembre.
f Sector público federal.
g Promedios simples para 12 países. No incluye Dominica.
h Años fiscales, del primero de julio al 30 de junio.
i Años fiscales, del primero de abril al 31 de marzo.
j Sector público no financiero.
a
Gastos de capital
2019
3,6
3,1
1,1
9,7
0,9
3,8
1,8
1,9
5,2
3,1
2,7
…
4,6
3,0
4,1
5,5
4,0
4,6
2,5
1,4
4,3
1,9
1,7
1,8
6,6
19,3
2,6
6,1
3,3
11,9
5,9
3,5
3,8
2,4
2020
4,4
3,4
1,3
…
1,7
3,4
2,2
1,2
5,1
3,3
2,4
…
4,2
3,4
5,1
6,7
4,4
4,5
3,8
1,2
5,7
2,8
3,0
2,6
8,9
11,5
9,6
6,3
2,5
10,4
8,8
5,0
5,2
2,8
Estudio Económico de América Latina y el Caribe • 2021
Anexo estadístico
Cuadro A.36
América Latina y el Caribe: deuda pública bruta del sector público no financiero
(En porcentajes del PIB)
América Latina y el Caribea
América Latinaa
Argentinab
Bolivia (Estado Plurinacional de)c
Brasild
Chile
Colombia
Costa Rica
Ecuador
El Salvador
Guatemalae
Haitíe f
Hondurase
Méxicog
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perú
República Dominicana
Uruguay
Venezuela (República Bolivariana de)e
El Caribeh
Antigua y Barbuda
Bahamas
Barbados
Belice
Dominica
Granada
Guyana
Jamaica
Saint Kitts y Nevis
San Vicente y las Granadinas
Santa Lucía
Surinamee
Trinidad y Tabago
2013
56,0
35,2
43,5
30,4
56,7
20,3
41,9
44,1
24,0
51,3
25,0
30,5
43,4
36,8
31,5
34,9
10,8
19,6
37,4
41,5
32,9
81,6
101,1
65,4
131,5
79,4
76,4
103,7
57,8
130,2
93,3
71,4
61,3
35,6
53,8
2014
56,8
37,1
44,7
30,0
58,9
24,0
47,5
46,9
29,6
51,8
24,7
35,1
44,4
40,1
30,7
36,5
13,5
20,0
36,0
44,6
28,5
81,1
100,2
71,4
137,0
77,7
76,9
96,9
51,8
129,4
71,7
80,3
61,1
33,3
66,5
2015
57,7
40,0
52,6
31,6
66,5
27,4
54,9
49,2
33,0
52,2
24,8
39,7
44,4
44,2
30,4
37,4
15,1
20,9
35,1
52,2
31,7
79,5
86,9
69,7
142,4
80,9
75,0
88,6
48,1
112,9
63,7
79,1
60,4
52,3
73,5
2016
58,4
41,7
53,3
34,1
70,0
30,3
54,9
52,8
38,2
52,7
25,0
40,8
46,1
49,4
31,8
37,4
17,3
22,7
35,3
50,2
31,1
78,8
82,6
72,0
151,2
87,3
67,7
80,0
45,7
108,4
59,0
82,1
59,9
49,0
80,1
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Promedios simples. No incluye Bolivia (Estado Plurinacional de), Haití y Venezuela (República Bolivariana de).
b Administración central.
c Incluye la deuda externa del sector público no financiero y la deuda interna del gobierno central.
d Gobierno general.
e Gobierno central.
f No incluye los compromisos del sector público con los bancos comerciales.
g Sector público federal.
h Promedios simples.
a
2017
60,2
43,4
56,5
37,2
74,0
32,1
54,4
58,0
44,5
52,2
24,6
38,3
47,5
46,9
34,5
37,6
18,2
24,9
36,9
52,0
…
80,8
83,4
76,9
148,4
95,0
69,9
69,6
47,1
104,4
59,3
74,1
59,0
86,9
75,8
2018
61,2
46,8
85,2
37,9
77,2
34,9
57,5
61,8
45,0
51,4
26,0
39,9
48,8
46,9
38,0
39,4
19,7
25,8
37,6
54,3
…
78,9
78,5
77,9
126,3
93,6
83,0
66,3
47,0
97,1
57,3
75,5
59,9
84,2
79,1
2019
62,2
50,1
88,8
43,2
74,3
38,4
57,3
71,9
52,3
52,6
25,8
47,0
48,9
46,8
42,7
46,4
22,7
26,8
40,4
65,8
…
77,1
76,3
77,0
120,0
94,5
78,8
59,8
41,3
92,4
57,6
74,9
61,0
86,6
81,7
2020
76,0
60,0
102,8
57,4
88,8
42,7
71,5
77,0
63,1
62,4
28,8
47,0
58,9
53,8
50,4
69,8
33,6
34,8
56,6
65,4
…
95,6
94,5
113,5
144,0
122,6
117,1
69,8
47,4
103,3
64,8
86,2
89,8
99,0
90,6
271
272
Anexo estadístico
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
Cuadro A.37
América Latina y el Caribe: deuda pública bruta del gobierno central
(En porcentajes del PIB)
América Latina y el Caribea
América Latinaa
Argentinab
Bolivia (Estado Plurinacional de)
Brasilc
Chile
Colombia
Costa Rica
Ecuador
El Salvador
Guatemala
Haitíd
Honduras
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perú
República Dominicana
Uruguay
Venezuela (República Bolivariana de)
El Caribee
Antigua y Barbuda
Bahamas
Barbados
Belicef
Dominica
Granada
Guyanaf
Jamaicaf
Saint Kitts y Nevis
San Vicente y las Granadinas
Santa Lucía
Suriname
Trinidad y Tabago
2012
50,2
32,8
43,5
28,4
56,7
12,7
37,1
35,9
22,9
49,2
25,0
30,5
43,4
29,8
30,8
34,4
9,7
17,3
37,2
38,8
32,9
71,7
78,7
52,5
116,2
76,4
65,1
94,6
57,8
130,2
72,2
59,1
56,9
35,6
37,5
2013
51,4
34,2
44,7
27,7
58,9
15,0
40,2
38,5
27,5
49,6
24,7
35,1
44,4
31,7
30,2
36,2
12,1
18,2
35,9
39,3
28,5
72,5
84,1
57,5
121,9
75,3
65,2
89,6
51,8
129,4
59,9
68,7
57,6
33,3
48,2
2014
52,2
36,7
52,6
29,5
66,5
17,3
45,0
41,0
30,9
49,7
24,8
39,7
44,4
34,1
29,9
37,1
13,3
19,7
34,4
47,2
31,7
71,1
71,1
56,6
129,6
78,4
64,0
82,7
48,1
112,9
51,3
67,6
57,4
52,3
52,8
2015
52,8
38,4
53,3
31,4
70,0
21,0
46,0
44,9
35,7
49,6
25,0
40,8
46,1
37,0
31,2
37,0
15,1
21,6
34,5
46,1
31,1
70,6
67,8
58,8
138,4
84,8
57,4
75,7
45,7
108,4
47,9
65,9
57,6
49,0
59,8
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales.
Promedios simples. No incluye Bolivia (Estado Plurinacional de), Haití y Venezuela (República Bolivariana de).
b Administración central.
c Gobierno general.
d No incluye los compromisos del sector público con los bancos comerciales.
e Promedios simples.
f Sector público.
a
2016
54,9
39,9
56,5
34,4
74,0
23,6
44,9
48,4
41,3
48,2
24,6
38,3
47,5
35,2
34,0
37,3
15,7
23,3
36,1
47,9
…
73,4
67,2
63,8
136,9
92,4
62,3
65,8
47,1
104,4
47,6
67,2
55,2
86,9
57,5
2017
55,9
43,3
85,2
36,0
77,2
25,6
48,6
51,7
42,2
47,6
26,0
39,9
48,8
35,4
37,6
39,3
16,9
23,8
36,8
50,3
…
71,3
64,2
64,3
125,4
90,4
64,0
62,7
47,0
97,1
41,5
69,4
56,5
84,2
60,2
2018
57,1
46,1
88,8
40,4
74,3
28,2
48,6
56,5
48,2
48,8
25,8
47,0
48,9
36,1
42,3
46,4
19,6
24,8
39,6
60,8
…
70,6
64,9
64,2
118,0
91,0
72,0
57,8
41,3
92,4
40,1
71,2
57,6
86,6
61,2
2019
70,5
56,2
102,8
54,4
88,8
32,5
61,4
67,5
59,0
58,7
28,8
47,0
58,9
42,0
50,0
69,8
29,5
32,9
55,9
61,4
…
88,0
81,5
99,5
142,3
118,2
104,1
67,6
47,4
103,3
44,2
82,9
85,0
99,0
68,4
Publicaciones recientes de la CEPAL
ECLAC recent publications
www.cepal.org/publicaciones
Informes Anuales/Annual Reports
También disponibles para años anteriores/Issues for previous years also available
Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2020
Economic Survey of Latin America
and the Caribbean 2020
La Inversión Extranjera Directa en América Latina
y el Caribe 2020
Foreign Direct Investment in Latin America
and the Caribbean 2020
Balance Preliminar de las Economías de América Latina
y el Caribe 2020
Preliminary Overview of the Economies of Latin America
and the Caribbean 2020
Anuario Estadístico de América Latina y el Caribe 2020
Statistical Yearbook for Latin America
and the Caribbean 2020
Panorama Social de América Latina 2020
Social Panorama of Latin America 2020
Perspectivas del Comercio Internacional
de América Latina y el Caribe 2020
International Trade Outlook for Latin America
and the Caribbean 2020
El Pensamiento de la CEPAL/ECLAC Thinking
Construir un nuevo futuro: una recuperación transformadora con igualdad
y sostenibilidad
Building a New Future: Transformative Recovery with Equality and Sustainability
La ineficiencia de la desigualdad
The Inefficiency of Inequality
Desarrollo e igualdad: el pensamiento de la CEPAL en su séptimo decenio.
Textos seleccionados del período 2008-2018
Libros y Documentos Institucionales/Institutional Books and Documents
Construir un futuro mejor: acciones para fortalecer la Agenda 2030 para el Desarrollo
Sostenible. Cuarto informe sobre el progreso y los desafíos regionales de la Agenda
2030 para el Desarrollo Sostenible en América Latina y el Caribe
Building forward better: Action to strengthen the 2030 Agenda for Sustainable
Development. Fourth report on regional progress and challenges in relation to the 2030
Agenda for Sustainable Development in Latin America and the Caribbean
Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe, 2020: la política fiscal ante la crisis
derivada de la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19)
Fiscal Panorama of Latin America and the Caribbean, 2020: fiscal policy amid the crisis
arising from the coronavirus disease (COVID-19) pandemic
Libros de la CEPAL/ECLAC Books
La tragedia ambiental de América Latina y el Caribe
La emergencia del cambio climático en América Latina y el Caribe: ¿seguimos esperando
la catástrofe o pasamos a la acción?
The climate emergency in Latin America and the Caribbean: The path ahead –
resignation or action?
Los sistemas de pensiones en la encrucijada: desafíos para la sostenibilidad
en América Latina
Páginas Selectas de la CEPAL/ECLAC Select Pages
Protección social universal en América Latina y el Caribe.
Textos seleccionados 2006-2019
Migración y desarrollo sostenible: la centralidad de los derechos humanos.
Textos seleccionados 2008-2019
Empleo en América Latina y el Caribe.
Textos seleccionados 2006-2017
Revista CEPAL/CEPAL Review
Series de la CEPAL/ECLAC Series
Notas de Población
Observatorio Demográfico
Demographic Observatory
Documentos de Proyectos
Project Documents
Informes Especiales COVID-19
Special Reports COVID-19
Coediciones/Co-editions
Copublicaciones/Co-publications
Suscríbase y reciba información oportuna
sobre las publicaciones de la CEPAL
cionales
Libros institu
Libros de la CEPAL
OBSERVATORIO DEMOGRÁFICO
PAL
Revista CE
Publicaciones
de la CEPAL
Páginas Selectas
Informes Anuales
Subscribe to receive up-to-the-minute
information on ECLAC publications
Cuadernos Estadísticos
Notas de Población
Manuales de la CEPAL
Libros de la CEPAL
www.cepal.org/es/suscripciones
www.cepal.org/en/suscripciones
www.cepal.org/publicaciones
facebook.com/publicacionesdelacepal
Las publicaciones de la CEPAL también se pueden adquirir a través de:
ECLAC publications also available at:
shop.un.org
United Nations Publications
PO Box 960
Herndon, VA 20172
USA
Tel. (1-888)254-4286
Fax (1-800)338-4550
Contacto/Contact:
[email protected]
Pedidos/Orders:
[email protected]
www.cepal.org
9 789211 220742