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El urbanismo

1981, Obras Públicas en la Hispania Romana

PUBLICAS EN LA HISPANIIA ROMAI\A SUBDIRECCION GENERAL DE AROUEOLOGIA DIRECCION GENERAL DEL PATRIMONIO ARTISTICO, ARCHIVOS Y MUSEOS MINISTERIO DE CULTURA , Depósito Legal: M-1 71 62-1 980 lmprime: lmprenta del Ministerio de Cultura El urbanismo Si comparamos las plantas urbanas de los núcleos de población anteriores a la presencia romana en la Península Ibérica con las que ofrecen las correspondientes a este período, observaremos una notable diferencia, pues las primeras no son otra cosa, por lo general, que establecimientos levantados de acuerdo con las características que brindaban determinados lugares fáciles de defender, No quiere decirse con esto que no existan ciudades prerromanas que no hayan sido concebidas con regularidad, con arreglo a un plan premeditado, y ahí están para confirmárnoslo plenamente diversos poblados y ciudades de las áreas ibérica y turdetana, donde las influencias del urba- nismo helenístico son bien perceptibles; pero se puede decir que predominan los conjuntos abigarrados de por lo que por acuerdo entendemos ciudad natural, don- de el hombre no hizo otra cosa que edificar y fortificar sobre el terreno elegido, Más tarde, con la presencia romana en la Península, las ciudades van adopta.ndo formas más regulares en consonancia con unos principios ya establecidos de antiguo, durante el período clásico griego, y ampliamente difundidos por la civilización helenística. Se dice que fue Hippodamos de Mileto el teorizante y ejecutor de las nuevas concepciones y es a é1, según nos dicen las fuentes clásicas, al que se deben los primeros ensayos, El principio fundamental, a la hora de trazar una nueva ciudad, era el de tener en cuenta dos ejes principales orientados normalmente de Norte a Sur y de Este a Oeste, con ligeras variantes según los casos, y a partir de ellos estructurar las demás calles de la población, que adoptaba así una planta en retícula o damero correspondienLes a insulae o manzanas, que no eran siempre, al menos en lo que se refiere al mundo romano, totalmente cuadradas y perfectas. Conocemos con todo detalle, merced al testimonio de los antiguos agrimensores (gromatici) y tratadistas de la arquitectura de la época, los ritos que se tenían en cuenta en la fundación de una ciudad. Eran éstos, En primer lugar,,el eugur consvltaba los presagios y conforme a los resultados se elegía su emplazamiento, por lo que se procedía a continuación a señalar en el terreno el lugar preciso donde iba a levantarse por medio de un arado tirado por una yunta de bueyes que iba marcando elperímetro (pomoeriumJ, Era la ceremonia denominada inauguratio. Tras ella se llevaba a cabo la tarea, por parte de los agrimensores, de delimitar las partes de la ciudad de acuerdo con los ejes anteriormente reseñados, el Norte-Sur (kardo maximuf y el Este-Oeste (decumanus maximus), para lo que se tenía en cuenta el curso del sol, aunque, como veremos, se tomaban en consideración otros principios de orden práctico. La ciudad quedaba así dividida en cuatro zonas o regiones llamadas slnlstra, dextra, antica y posticø, Realizada la limitatio, se pasaba al ftazado de las demás calles siempre ubicadas paralelamente a los ejes principales, resultando una disposicíón per strigas si los lados de las manzanas que se formaban eran paralelos al kardo maximus, y per scamma si lo eran al decumanus maximus. Normalmente cerca del cruce de las calles principales se ubicaba el foro o plaza pública. Hay que tener en cuenta, no obstante, que todo no era tan sencillo como nos lo describen los autores clásicos, incluso en aquellos lugares donde no había población anterior que condicionara el trazado, porque no fueron escasas las ampliaciones de núcleos anteriores. El establecimiento de una ciudad venía marcado por la estrategia de un lugar dado. Se solían emplazar en la encrucijada de los viejos caminos, haciendo bueno el principio de que la ciudad puede nacer en un lugar determinado, pero es el camino el que la mantiene viva, Posiblemente, al decir de uno de los más expertos conocedo- res del urbanismo romano, el Profesor Mansuelli, "ninguna civilización valoró tanto el sentido del camino como la romana, siendo læ ciudades los ganglios del sistema, del que las c¿lz¡das constituían la conexiónt'. Siempre selas ve dominando lugares estratégicos, como elpaso de un río, caso de Roma que debe su nacimiento a la Isola Tiberina, unión de la Campania con la Etruria meridional, de Lutetiq (París) con su Ile de la Cité, que ponía en comunicación la mitad sur con la mitad norte de la Galia, o de Augusta Emerita (Mérida), donde una isla en medio del cauce del Guadiana facilitó los apeos del largo puente, que enlazaba las tierras del sur de la Península con las del cuadrante noroeste, vitales, por la abundancia de minerales preciosos, para el erario público romano. Y fueron las calzadas en más de una ocasión las que 35 CIUDAD IDEAL 1, tril trn trtrEj E trn EtrE ]EtrN EEtrI E'Il trtrn trEI E LEtrN trE,E D E tr tr_f E tr E tr tr tr [tr ,.8 nl E E f[-]] : l-tr1 ,E '_Lli 36 tr Kardo 2. Decumanus 3. Foro 4. Anfiteatro 5. Teatro 6. Termas fijaron la orientación de los ejes principales de la ciudad, que no eran otra cosa que la prolongación de las mismas, También jugaron un importante papel en la organización de los grandes campos centuriados que se repartían con prodigalidad a los nuevos pobladores. Por ello hay que þensar más que en criterios astronómicos en condicionamientos de tipo práctico en la orientación de las calles. Se buscaban, además, cuando se cuestionaba el establecimiento de nuevos núcleos de población, ventajas de carácter topográfico como la existencia de colinas, útiles para disponer las gradas de edificios públicos como teatros y anfiteatros, con lo que se evitaban cuantiosos gastos, o para levantar sobre ellas templos que presidieran simbólicamente, desde una verdadera acrópolis, los de$inos de la ciudad. Problema muy considerado fue el del abastecimiento de aguas a la población. Para su solución se buscaban zonas apropiadas donde pudieran almacenarse las aguas por to abovedado, ll nas altas de las c deslizándose , a través de un conducares deseados, a las z0onde podían distribuirse a voluntad por los distintos barrios de la población, La construcción de una conducción hidráulica entrañaI terreno y una labor ba mu me salvar vaguadas Por monumentales como los acueductos, de los que tantos restos permanecen en la Península: Segovia, Les Ferreres, en Tarragona, Itálica o Los Milagros y San Línaro en Mérida, etc' Acueducto de les Ferreres. (Tarragona) JI 1 Templos 2 Foro 3 Tabernas 4 Curia 5 Mercado 6 Termas 7 Factorías de Salazén I Necropolis I Basílica a of o Plants de Bqelo, (Ctidiz) 38 Todos los núcleos de población importantes estaban leve tendencia a lo trapezoidal. La eclosión urbana motivó que los límites marcados por sus murallas fueran rebasados, Y gue, incluso, más de una cerca murada fuera derribada para dar paso a nuevas zonas urbanas, La población, por la construcción de una nueva línea murada, realizada por lo común con material aprovecþado de construcciones anteriores, constreñía su espacio y es así como podemos explicarnos que los nuevos muros cabalguen sobre edificaciones, como en el caso de Conimbriga (cerca de Coimbra), donde las termas quedaron cortadas por la muralla, Barrios suburbanos se crearon en otros lugares, generalmente de carácter residencial y, a veces, industrial, a lo largo de las calzadas que salían de la ciudad, Volviendo al recinto interior de las ciudades, las calles que se habían trazado siguiendo los principios ya reseñados delimitaban insulae o manzanas tendentes a la regularidad y de planta rectangular, aunque a veces la cuadrangular era más normal, Estas insulae venían a medir, al menos en el caso de Augusta Emerita, donde pudo ser restablecido, más o menos fielmente, el plano de la ciudad romana, 100-110 m. por 50-60 m,; en ocasiones las insulae eran más cortas, de sólo 80 m, por 70-75 m, En estos espacios se levantaban las casas, Las calles estaban pavimentadas con lastras de piedra y contaban con andenes para los peatones, que podían cruzar de un lado a otro de la calzada por unas piedras Vista aérea de Baelo. (Cridiz) dispuestas en el centro de las mismas con la suficiente separación entre ellas para permitir el paso del tránsito rodado, Muchas de estas calles, las principales, estaban flanqueadas de pórticos, legado del Oriente helenístico, lo que puede verse con claridad en ltalica, Augusta Emerita, Baelo, Emporiae, etc, Gracias a estos porches, los transeuntes podían caminar apaciblemente al abrigo de las inclemencias del tiempo, Bajo las calles discurrían conductos sanitarios, donde se recogían las aguas fecales de las casas. Eran estas cloacas de proporciones considerables, permitiendo a menudo el paso de un hombre a pie. Su construcció¡ era de mampostería de piedra y la cubierta era arqueada, De cuando en cuando se establecían registros de estructura cuadrangular, desde los que se podía bajar para proceder a la limpieza de la conducción. Las cloacas venían a desembocar en muchos casos a las orillas de los ríos y sus bocas de salida se cerraban con rejas de hierro. Cerca del cruce de las calles principales de la ciudad se ubicaba la plaza pública o foro,lugar donde se levantaban los grandes edificios de carácter público relacionados con la religión, la vida municipal y el ocio, Los foros eran reducidos y la plaza se pavimentaba con grandes lastras, Un pórtico corría por sus cuatro lados y no faltaban, sobre todo en la provincia de Lusitania, olro subterráneo, criptopórtico, cuya función, al parecer, era múltiple, El tránsito rodado estaba totalmente prohibido, porque el área forense era exclusivamente peatonal. do o peristilo con jardín o estanque en el centro, al que se abrían las estancias más representativas de la casa: sala de estar (oecus o tablinum), comedores (triclinia) o dormitorios (cubicula). En ocasiones, como recuerdo de la influencia itálica de los primeros tiempos, algunas casas conservan el atrio de entrada como eje de simetría de varias cámaras, Tal es el caso de la denominada "Casa del Mitreo" de Mérida, fechable a finales del siglo t d. C., donde puede observarse la presencia de un pequeirc atr i olum tetrástilo. Las casas ofrecen una animada decoración pictórica en los muros de sus habitaciones con temas de carácter ornamental o figurados con escenas de la vida cotidiana o mitológicos, Los pisos de las mismas suelen estar pavimentados con ricos mosaicos. Una parte esencial de las casas es la destinada a las termas bien dotadas de instalaciones y con las dependencias clásicas vitrubianas: sala de baños de ap:uafría (frigidarium), de agua templada (tepidarium), de agua caliente (caldarium), baños de vapor (laconicum) y los correspondientes vestuarios (apo dyterium), Como ejemplos del urbanismo romano peninsular podemos fijarnos en tres ciudades representativas de las provincias que formaban Hispania. Augusta Emerita.-El urbanismo de la colonia Augusta Emerita ha sido muy debatido por los problemas que plantea, al quedar la ciudad romana sepultada bajo la actual población, No solía faltar un templo de culto imperial en el lugar más elevado y, frente a é1, siguiendo el paradigma citado por los tratadistas, se establecía la basílica dedicada a la administración de justicia. Igualmente en el recinto del foro tenían su lugar la curia o ayuntamiento de la época, edificios públicos relacionados con los servicios municipales tales como el catastro, fielato, etc. El ocio ciudadano empleaba sus horas en las termas, verdaderos casinos de aquellos tiempos, que se ubicaban también en los aledaños del þro. Todo lo anteriormente referido se relaciona con los llamados fora ciuilia uel iudiciaria, pero existían a su vez otros de carácter comercial, los llamados fora uenalia y, en las grandes ciudades, capitales de provincia, solía haber otro destinados a satisfacer las necesidades de la administración provincial. La casa romana es una mezcla de elementos itálicos y helenísticos. En la Península existen restos de muchas de ellas, aunque la planta completa de las mismas es mal conocida. Se relacionan, por lo general, con casas que podríamos considerar lujosas, faltando casi por complèto ejemplos residenciales más modestos, Suelen estar estructuradas en torno a un patio portica40 A principios de siglo, en consonancia con las teorías de la época, se pensó que la ciudad en sus primeros momentos comprendía un recinto muy reducido que dibujaba tna urbs quadrata compuesta de insulae regulares, que podían reconocerse aún'por medio de la fotogralía aérea y confirmarse con un plano de sus cloacas que se realizô. Hoy, merced a las recientes investigaciones, parece ser que hay que poner en tela de juicio esta estructura. Augusta'Emerita, al igual que otras muchas ciudades de la época bien conocidas, se planificó desde el principio, quedando incluso abarcados por el recinto murado algunos de sus edificios públicos situados en la periferia como el teatro y el anfiteatro, El área intramuros venía a suponer una superficie de unas 85 hectáreas, muy considera- ble para la época, a las que habría que sumar otras correspondientes a los barrios suburbanos, lo que haría un total de 100 hectáreas. Se trata de una fundación típica de los tiempos de Augusto, cuyos urbanistas conciben a las ciudades con idea de futuro y amplia confianza en sucesivas ampliaciones, resultando en principio, lógicamente, algunos espacios "vacíos", sobre todo a lo largo deI kardo maximus, pero que posteriormente serían ocupados por edificaciones, Las calles principales de la colonia , el kardo maximus y el decumanus maximus, están perfectamente sistematizadas. Las demás, trazadas en paralelo a estas principales, dibujan insulae de tendencia rectangular, Estas calles emeritenses, al menos las más importantes, contaban con pórticos y estaban pavimentadas con piedras de naturaleza diorítica de tonalidad azulada. Se conocen varios tramos de las mismas, Bajo ellas se había establecido un sistema de cloacas que venía a desaguar en el dique de contención de aguas del Guadiana, sobre cuya estructura se levantó en su día la Alcazaba ârabe. Ofrecen unas dimensiones variables de acuerdo con su jerarquía y el sis- tema de construcción siempre es el mismo: muros de mampostería y cobertura arqueada de ladrillo, Junto al cruce de los ejes principales de la ciudad estaba ubicado el foro municipal. Era una plaza pavimentada con lastras cuadradas de caliza, en las que se levantaban considerables edificios públicos tales como un templo de culto imperial de época tiberiana, el denominado "Templo de Diana", unabasilica que ofreció importantes restos a finales del siglo pasado, y unas termas, a la que pertenecen bellas piezas arquitectónico-decorativas que hoy conserva el Museo Nacional de Arte Romano, Otros edificios públicos desconocidos completaban el conjunto, A ^440R/0 Qoo RO ([' /-s s ?ËNWù ilI 0n \(/ ESCALA 100 0 GRAFICA 100 200 300 m Plano de Mérida, elrecinto primitivo enrayado tupido 4l Como capital de provincia contaba con otro foro, con .una serie de organismos tanto civiles como religiosos, al que se accedía desde el "Arco de Trajano", que ejercía el papel de frontera entre la parte de la ciudad dedicada a los servicios provinciales y la propiamente dicha Emerita. En el área forense provincial tenemos atestiguada la existencia de un templo de culto imperial y de una basilica, cuyas ruinas restituyó el famoso erudito francés, Alejandro de Laborde. Todo el recinto intramuros emeritense quedaba delimitado por una muralla, que se nos ha conservado en algunas zonas. Las torres eran de planta cuadrada y circular y conocemos bien, gracias al testimonio inapreciable de las monedas de su ceca, la estructura de las puertas de salida, geminadas y flanqueadas por sendas torres cilíndricas. Elproblema del abastecimiento de agua quedó debidamente solucionado con la construcción de tres conducciones hidráulicas: Cornalvo, Proserpina y Rabo de Buey, La conducción de Cornalvo, Aqua Augusla como la llama una inscripción, la primera en el tiempo, se origina en el embalse de su nombre, donde todavía se conserva en buen estado la presa de contención de las aguas, que venían a Mérida, a través de varios kilómetros, hasta la zona de la actual plazade toros donde se hallaba el depósito terminal. Muy interesantes son los restos de la de "Rabo de Buey-San LázaÍo", augústea\como la anterior, que surtía de agua a la zona central de la ciudad y, más concretamente a las termas delforo, Elingenio de sus constructo- res quedó bien demostrado tanto en la obra rcalizada para proceder a las captaciones de diversas corrientes de agua como a la correspondiente a la propia conducción, a través de interminables galerías abovedadas, que hubo de salvar con un magnífico acueducto, el de <San Lázaro>, el problema que representaba el valle del río Albarregas. Por fin, la tercera, la de Proserpina, conserva numerosos tramos de su trazado con su magnífico embalse, una pßcina limaria y el depósito terminal, sin olvidar las sugestivas ruinas del acueducto de "Los Milagros", construido también por las mismas razones que el citado anteriormente. Presa del pantano de Cornalbo. (Mérida, Badajoz) 42 43 Conducción hidrríulica de ac('esl a un depósito de Mérida. (Badq¡oz) Itslica.-Es una de las fundaciones más antiguas de los romanos en la Península. Su urbanismo más conocido y suntuoso data claramente de tiempos de Adriano. Era un lrazado per scamma que ocupaba unas suaves colinas atravesadas por dos arroyos, que determinan un aspecto urbano de calles empinadas con sus pórticos escalonados y sus insulae en terrazas de variable altura. La urbanización adrianea debió comenzar por canalizar el curso de las aguas naturales de esos arroyos mediante dos importantes cloacas, en excepciottal estado de conservación, que suman una longitud totalde 5 ó 6 kilómetros. Luego se trazaron las demás calles, a veces por imperativos topográficos, no muy perpendiculares a los ejes principales, por lo que dan lugar a manzanas un tanto irregulares. Toda la red urbana, si atendemos a la longitud de calles y cloacas, sobrepasaría los 10 kilómetros y supuso, por la calidad de la construcción, un esfuerzo considerable. El abastecimiento de agua, estudiado recientemente en todos sus detalles, se pudo solucionar con la construcción de un conducto de 36 kilómetros, longitud que mediaba entre su caput aquae situado en el valle de Escacena del Campo y la ciudad, Una de las zonas mejor conocidas de su recinto intramuros es el barrio norte, que comprende, además de las viviendas muy lujosas, dos edificios públicos: un anfiteatro y unas termas. El anfiteatro se situó extramuros y las Termas Mayores o Baños de la Reina Mora intramuros, en un cuadro de 110 por 110 metros, lo que equivale a la superficie de dos manzanas completas. Las insulae del ftazado urbano ofrecen dimensiones variables, aunque siempre la planta es rectangular. Cada una de las insulae ß \Ç comprende dos casas, a excepción del caso de aquellas que están ubicadas junto a la muralla como la "Casa de la Exedra", que tienen menos espacio para desarrollarse. Plano de ltalica 45 Por lo común las viviendas italicenses constan de un .gran patio central con aljibe subterráneo para la recogida de aguas, Este patio central puede observarse desde la calle, lo que constituye, como senala Luzón, un precedente de la típica casa sevillana de la actualidad. Se accede a él desde la calle, con fachada de tres vanos, por medio de un vestíbulo o corredor. No hay en Itálica dos Todo el urbanismo de Tarraco, obedece a planteamientos augusteos y los esfuerzos rgalizados para ubicar sus edificios públicos en una difícil topografía, con resultados plenamente satisfactorios, hablan de la categoría incuestionable de Tarraco como capital de provincia, casas que obedezcan al mismo plano y todo ello se debe a imperativos de orden topográfico, Un caso significativo lo constituye la denominada "Casa de Hylas", donde las estancias y patios se sitúan a distintas alturas comunicadas por escaleras, La mayoría de las casas tenían dos plantas, aunque es aventurado hacer conjeturas sobre la estructura del segundo piso, Las dependencias destinadas al servicio quedan aparte y su construcción es menos lujosa. Todo el recinto quedó abarcado por una muralla muy desde el principio, pues no en vano Itálica fue fundada como reducto militar, y a lo largo de toda ella se practicó una fosa defensiva de sección triangular, Al ampliarse en el siglo It d, C, la extensión de la ciudad, también aumentó el perímetro de la muralla. Taruaco.-El urbanismo tarraconense es muy peculiar y apenas era conocido hasta hace pocos años, De los primeros tiempos de la ocupación romana data su conocida muralla de grandes bloques poligonales, "ciclópeos", de la que se conservan bien tres torres y una puerta con arco de medio punto, todo en una longitud de 800 metros. Sólo los lugares más bajos del recinto se dedicaron a zonas residenciales. El foro se sitúa en la primera planicie de la colina. Es un espacio reducido con pórticos en los lados largos. De la estructura de sus edificios públicos no se conoce mucho, aunque quizá una gran sala que se halla al sur del pórtico pueda corresponder ala basilicø. No faltaron pequeños lugares de culto y establecimientos de carácter comercial, Siguiendo con el urbanismo dispuesto en terrazas, de acuerdo con las características de su especial topografía, junto a la zona portuaria, se descubrieron los restos del teatro que puede fecharse en tiempos de Augusto, El auge económico de Tarraco y su elevación a la categoría de capital de la provincia Tarraconensis motivó la construcción de w foro para satis{acer las necesidades de sus administrados. Se estableció enlatercazamás alta de la ciudad, junto a la actual catedral, como una verdadera acrópolis, Según las recientes investigaciones, se trata de un recinto de 140 por 120 metros de extensión, Aquí tenía su_ lugar un importante templo de culto imperial y otros edificios aún por sistematizar. 46 luÍur allas de T arr a go n a |-. -J