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LIBRO GACELAS DIGITAL (4) Ultima revisión

Ghazhal

Poemario "Ghazhal", libro de artista publicado en conjunto con el artista plástico Fernando Gallo.

GHAZHAL GACELAS Fernando Salazar Torres Fernando Gallo Fernando SALAZAR TORRES, nació en la ciudad de México. Es poeta, crítico literario, ensayista y gestor cultural. Licenciado en Filosofía por la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa (UAM-I). Maestría en Teoría Literaria (UAM-I). Estudia el Doctorado en Literatura Hispanoamericana en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) con estancia de investigación en la Universidad de Salamanca (Usal). Ha publicado el poemario Sueños de cadáver y Visiones de otro reino. Su poesía y ensayos se han publicado en distintas gacetas y revistas literarias impresas y electrónicas. Su poesía ha sido traducida al inglés, italiano, catalán, bengalí y ruso. Director de la revista literaria Taller Ígitur. Coordina las mesas Crítica y Pensamiento en México y Diótima: Encuentro Nacional de Poesía. Dirige el Taller Literario “ígitur”. Colabora, también en la revista literaria Letralia. Tierra de Letras con la serie de poesía mexicana “Voces actuales de México” y “Poesía española contemporánea”. Es miembro del PEN Club de México. GHAZHAL GACELAS Fernando Salazar Torres Fernando Gallo ESPOLONES Mis ojos no se han saciado de mirarte. Fuera de ti no conozco ni pena ni deseo. Khwāja Shams-ud-Dīn Muhammad Hāfez-e Shīrāzī A María Calle Bajo GACELA EN LA NOCHE DEL AMOR Mi sombra ronda el borde de tu cama y otra sombra más sombra que la noche cubre mi boca, pliega tus ijares, gacela dormida, mis labios saltan tu jardín de rosa y perfume. Sueño con tu reino en la noche del amor, flor húmeda, pies de ágata, jadeo de nube. Mis dedos te despiertan en tu centro gozoso y la mar nocturna ardiente, fragosas las manos arañan tus muslos, porque muerdo tus talones. El aliento de tu cuerpo me huele la carne. Me elevan tus caricias procelosas, gacela, te escalda mi jabalina de fuego, no te entre el miedo con mi lengua ardiente. GACELA DE MEDIA NOCHE Ven ya, mimosa, y acaríciame el pelo, voy a ti, a contraluz, por un sólo beso. Ven, estrecha de ijares, te deseo, voy a ti con restos del sol en un dedo. Ven, gacela, con la noche en tu velo, yo voy a ti a la albada que, si no, muero. GACELA DEL DESEO Tus huesos crujen silenciosos. El ombligo de la noche abre, en tinieblas, tu acuoso pozo. De mis labios sale la húmeda llave que abre tus labios y entra al fondo. Aprieta tus huesos, la cabalgada se esmera, desenvuelve el vuelo, mira de frente hacia la albada. Nada turbe mi negra rama agitada que de tanto asirse a ti quede seco. A tu boca en mano termina apresada. GACELA DE AMOR NEGADO Recelo de la esquiva forma de tus favores. Anhelo en mis horas en vela de tus amores. No puedo negar más el duelo que me aprisiona y la ira que de mis manos crispan los rencores. Evádeme y vuela, lejos de mi esmero huye, que todo mi vuelo no va más, no me demores de la espera, no aguardo, de mañana, tu aliento. Ni me miras ni me hueles, basta que me ignores. Ahora me queda el recelo de lo que es tuyo. Todo rasgo de tu mirada será discorde. GACELA DEL MEDIODÍA Tarda el sueño, dadora de infinito, ya demora el sol la sombra en tu ijada, deseo perder calor en el tuyo. Derrama en mí el rojo de tus encantos, repliega la voz de la luz del día, es tu pelo donde mis ojos viven. Vente en agua, sal y caricias, cálida adulación, riégame, bate el vientre con el fuego del mediodía. Consumido por tus favores, de tus cerezas mis labios se empapan, lamen la miel dispersa con la entrega del sol del mediodía. GACELA DE MAL DE AMORES Qué será de tu tiempo en mi orfandad cuando el día no pise bajo tierra. Qué será de mi ardor en tu memoria, crepúsculo que hoy mis ojos apagan. Qué será de la escarcha de tus labios, alborada donde nos apresábamos, rendíamos palpitantes, de lado, fieros, alborozados, disminuidos de oscuridades, cantantes al sol, altozanos de nuestros resplandores, tersos, purísimos de nada, todo deleitables, manos acurrucadas, sembrados, luego abatidos de afecto, para uno, para el otro, de ambos, sangrantes luego que la otra derrota nos hiere y se aleja, más, y se va… Qué será de mi orfandad en tu tiempo cuando la tierra baja parta el día. Qué será de mi memoria en tu ardor, que mañana cierra definitiva. Qué será del rocío que me enfría, anochecido, qué será… GACELA DE LA DESPEDIDA Antes de huir, lontano, tensó el cielo el vuelo de la luna, punto absorto cantó y silbó la mengua despedida. Áspero es el aire, pleno es el llanto, pezuña de la ida, más lenta huye. ¡Qué lóbrega es la flor entre mis jemes! Es preferible, que la abyecta saña. Mi corazón disloca oscuridad. Gacela, tu pelo va disipado y agrieta la demora dilatada. Antes de huir, quebrantado, algo duele. Mis manos que se estrujan en la flor. GACELA DE LA SANGRE Arde mi vena que ama, inflama la sangre, que mana vigor y no teme. Fruto consumido en mi boca es tu sangre, que tiembla, oleada escarlata, manzana líquida, lis virginal, fluye palpitante, explosiva, precipitada hacia mí, ¬incontinente, transitada por la aorta, largamente camino de caballos pura sangre. Viva llama del corazón se revuelca en mi boca, y yo, marco el diente en tu labio, sello mi fuego en tu fuego y la sangre de las venas templa nuestros cuerpos; nuestros sentidos, ingrávidos, atenúan la fiebre, los vapores de la vena que se hincha cuando la avidez sopla hondo y nos desequilibra, porque, después de todo, somos crispados esqueletos, que arden con mirarse. GACELA DE LA MIRADA Nada difícil es de noche, salvo tu sueño. La albada nos traslada, distantes, a otro sitio. Claro movimiento de mañana nos separa. Si pudiera una sola vez prolongar la dicha, la única ocasión de mirarte una sola vez. Si pudiera mirarte por siempre en el ocaso. GACELA DE LA MEMORIA Vano es el consuelo de la memoria que depone el daño de la presencia; y, sin más, otra amargura persiste. Duelo de ampararte cerca se aviva. Vano es el consuelo de la memoria, frívolo todo el aire de tu ausencia, que posterga toda desesperanza. Rígida la espera parece infamia. No el tiempo grato, es tu voz meritoria, lejana, la que en recuerdos me angustia y en tus hombros besar quiero tu aroma. Vano es el consuelo de la memoria. Vana es la memoria por el consuelo. ESPOLONES © Ghazhal ⁄ Gacelas, Fernando Salazar Torres, 2020. © Fernando Gallo, Diagramas en traslación, carbón sobre papel, 2020. © ESPOLONES EDITORES, Colección Poesía, México, 2020. Ghazhal / Gacelas, libro de artista de Fernando Salazar Torres y Fernando Gallo, se terminó de imprimir en los talleres de Espolones Editores el día 9 de enero de 2021. La edición consta de 9 ejemplares numerados en cifras arábigas, sellados y firmados por los autores sobre papel italiano Concetto de 250 g Fernando GALLO (México, 1959), es artista visual, diseñador, editor y escritor, fundador y director de la empresa cultural Espolones Editores desde el año 2004. Asimismo fundó y dirigió la empresa cultural Los Caprichos•Imagen Arte de 1990 a 2003. Ambas empresas con sede en la ciudad de México. Miembro fundador del Circuito Cultural de la Colonia Condesa en 1991 y miembro fundador del Foro Iberoamericano sobre Estrategias de Comunicación (FISEC), con sede en Madrid, España. Desde 1984 ha participado en exposiciones en Argentina, Chile, España, Estados Unidos, México y Puerto Rico. Destacan: De Babeles, laberintos y faros. Exposición dual de Ángel Orcajo (España, 1934), y Fernando Gallo (México, 1959). Hacienda de Santa Ana. Ayuntamiento de Tomares, Sevilla, España (2004); Archivo Proceso_A9 o de cómo una ausencia recorre Occidente. Capilla de Domina, Centro Cultural Santo Domingo, Oaxaca, México (2011); Diagrama precedido de evidencia transconceptual (Galería V&S, 2017); 59 versiones y subversiones en los linderos de una generación (Galería V&S, 2018); Gallo versus Kumetz (Galería Eclipse, 2018). En 1991 fue uno de los creadores y coordinadores del Proyecto Mimesis: primera carpeta de obra gráfica de Iberoamérica realizada en electrografía, bajo el auspicio de la empresa japonesa CANON. Colaboró con su obra Laberintos en el libro Estrategias de Comunicación del autor español Rafael Alberto Pérez, editorial Ariel, Barcelona, 2001. De 2003 a 2009 se desempeñó como editor de diversas editoriales españolas registrado por la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (CONALITEG) para el Programa Nacional de Lectura. En 2010 diseñó el logotipo para Estrategar, considerado el mejor proyecto transdisciplinario de investigación en estrategias de comunicación del mundo. Ha diseñado y coordinado ediciones de arte: carteles, catálogos y libros de reconocidos artistas plásticos y poetas. Ha impartido también los cursos Teoría de la luz y el color y Laboratorio hermenéutica de la imagen, así como talleres sobre electrografía en Argentina, España y México. Eventualmente diseña para Plaza y Valdés Editores, con sede en Madrid, España. Es autor de 16 libros de artista. La casida o qaṣīda (en árabe, ‫ )ةديصق‬es una forma poética arabigomusulmana gestada en el siglo IV de nuestra era. Ubicada al norte de Arabia, a la orilla derecha del Éufrates, la casida fue la forma preferida para cantar al amor o al elogio por las tribus árabes de Mesopotamia. Hija de lo arábigo-persa y de lo islámico-israelí, la casida había ya sido estudiada y normalizada por las Escuelas filológicas de Cufa y Basora que habían recogido la herencia literaria de la Arabia pre-islámica. Sin embargo, fue en el periodo omeya (siglos VIII-IX), con la formación del estado islámico de al-Andalus, donde alcanzó mayor esplendor gracias a la existencia de una sociedad multirracial y bilingüe. La ghazal, ghazel o gacela (en árabe, ‫ )لزغ‬tiene su origen en la primera de las tres partes (nasib, en persa, tasblb) que conforman la casida clásica. Preludio amoroso donde el poeta recuerda los momentos vividos junto a su amada en el campamento, la ghazhal es un poema de hechura corta donde el amor y la nostalgia son sus temas principales. El escenario, imágenes y metáforas empleados corresponden al desierto: los amantes se comparan con los animales, flores y relieve. En cuanto a lo formal la ghazhal consta de 5 a 20 dísticos que riman consonantemente, a veces con la misma palabra, con grupos de ella o bien, carecen de rima en las líneas impares. Fernando Salazar Torres, en Ghazal/Gacelas realiza un acto de recuperación y readaptación de una de las poéticas fundadoras más significativas de nuestra lengua: la poesía andalusí del periodo omeya. Existe en el poemario el propósito autoral de la reestructuración de las formas clásicas de la poesía árabe mediante la incorporación de acentos y metros de las formas hispánicas al punto que la propia escritura versal refleja la sintaxis de la versificación clásica arabigoandaluza. Es claro que Salazar Torres busca incorporarse a la escasa pero significativa tradición lírica andalusí de la Hispanosfera mediante el restablecimiento y reformulación de las estructuras poéticas árabes y españolas. Sin embargo, no lo ha hecho solamente mediante la creación literaria, sino que en su papel de poeta-crítico ha polemizado sobre la recuperación del pasado poético mediante propuestas conceptuales como la diáspora genérica y lírica. En Ghazal/Gacelas, por lo tanto, el lector despierto se adentrará en el camino del poema andalusí en una suerte de andanza entre dos culturas: la árabe y la española; al tiempo que se convencerá que lo que tiene en sus manos es el resultado de un estudio crítico-creativo de literatura comparada en genuino propósito de inaugurar una tradición poética híbrida. Maximiliano Cid del Prado