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Miguel Cabrera y la Vida de san Ignacio de Loyola

2019, Miguel Cabrera y la Vida de san Ignacio de Loyola

Por encargo de la Compañía de Jesús, entre 1756 y 1757 Miguel Cabrera creó la serie pictórica "Vida de San Ignacio de Loyola" para el claustro de la Casa Profesa, el cual fue fue demolido en el siglo XIX. En la actualidad 30 obras se encuentran en el Museo Nacional del Virreinato, una en la Pinacoteca de La Profesa y una más está extraviada. Al paso de los siglos, estos magníficos ejemplos del arte barroco novohispano han sufrido serios deterioros que afectan su materialidad. Con el propósito de devolverles su integridad física y estética, en 2019 se intervinieron siete obras de la serie, dentro del “Proyecto de investigación Miguel Cabrera”, INAH.

MIGUEL CABRERA Y LA VIDA DE SAN IGNACIO DE LOYOLA Sofía Martínez del Campo Lanz* RESUMEN La serie pictórica Vida de San Ignacio de Loyola de Miguel Cabrera, fue creada entre 1756 y 1757 por encargo de la Compañía de Jesús para el claustro de la Casa Profesa, que fue demolido en el siglo XIX. En la actualidad 30 obras se encuentran en el Museo Nacional del Virreinato, una en la Pinacoteca de La Profesa y una más está desaparecida. Al paso de los siglos estos magníficos ejemplos del arte barroco novohispano han sufrido serios deterioros que afectan su materialidad. Con el propósito de devolverles su integridad física y estética, el Instituto Nacional de Antropología e Historia ha impulsado un programa de continuidad para su intervención denominado “Proyecto de investigación Miguel Cabrera”. ABSTRACT The pictorial series Vida de San Ignacio de Loyola, was commissioned to Miguel Cabrera by the Society of Jesus between 1756 and 1757 for the cloister of Casa Profesa, demolished in the 19th century. Currently, 30 works are in the National Museum of the Viceroyalty, one in the Pinacoteca La Profesa, and one more is missing. Over the centuries, these magnificent examples of novohispanic baroque art have suffered serious damages that affect their materiality. In order to restore their physical and aesthetic integrity, the National Institute of Anthropology and History has promoted a continuity program for its intervention called "Miguel Cabrera Research Project". CASA PROFESA Cuatro órdenes religiosas llegaron a la Nueva España con la conquista de 1521: los franciscanos, los dominicos, los agustinos y los jesuitas, éstos últimos los más tardíos en 1572, con la conformación de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús y el arribo de un enfoque preponderante hacia la educación en su labor apostólica. Con esta visión, durante los siglos XVI, XVII y XVIII la Compañía de Jesús fundó templos, misiones, casas, seminarios y colegios entre los que destaca la sede de los Coordinadora del “Proyecto de investigación Miguel Cabrera”. Proyecto de Investigación para Exposiciones, CNME/INAH. * novicios jesuitas, edificada en la capital del Virreinato a partir de 1592 e inaugurada en 1610 bajo el nombre de Templo de San José del Real. La iglesia y la casa de profesión fueron erigidas con el apoyo de don Juan Luis de Rivera y de doña Juana Gutiérrez, y al conjunto se le conoció como Casa Profesa y, más tarde, como La Profesa. Con la devastadora inundación que afectó a la ciudad de México en 1629, la Casa Profesa sufrió graves daños, y pasaría casi un siglo hasta su reconstrucción de estilo barroco efectuada entre 1714 y 1720 por el arquitecto Pedro de Arrieta, gracias a la aportación de la Marquesa de las Torres de Rada y de su primo el Marqués de Villa Puente (Rubio Mañé, 2005: 222). Durante el siglo XVIII la Compañía de Jesús modificó y amplió la Casa Profesa y encargó numerosas obras a renombrados artistas para dar vida a sus muros y espacios interiores. Destaca la serie pictórica Vida de san Ignacio de Loyola concebida para el claustro, a la que Miguel Cabrera se dedicó de 1756 a 1757. La Casa Profesa fungió como residencia de los religiosos jesuitas hasta su expulsión de la Nueva España en 1767. En 1768 fue entregada a los felipenses, quienes la bautizaron como Oratorio de san Felipe Neri. Finalmente, en 1861 el claustro y la portería fueron demolidos (fig. 1), para dar lugar a la construcción de la calle Cinco de Mayo. MIGUEL MATEO MALDONADO Y CABRERA Miguel Mateo Maldonado y Cabrera, nació en la diócesis de Antequera entre 1715 y 1720, y murió el 15 de mayo de 1768 en la ciudad de México. Fue el artista barroco novohispano de mayor reconocimiento a mediados del siglo XVIII, y llegó a ostentar el título de pintor de cámara del arzobispo de México, Manuel José Rubio y Salinas. En 1756, a la muerte de José de Ibarra, Cabrera ocupó la dirección de la academia y fue reconocido como el pintor más importante de su tiempo. Gracias a su intelecto y a su gran habilidad para recrear los pasajes religiosos, Cabrera imprimió a cada obra la cualidad de trasmitir los ideales de la Compañía de Jesús, por medio de un arte capaz de conmover los sentidos durante la práctica de los 2 Ejercicios espirituales instituidos por san Ignacio de Loyola en el siglo XVI (Alfaro Barreto y Zaragoza, 2018). Los Ejercicios espirituales fueron una de las principales aportaciones del fundador de la Orden para de facilitar una atmósfera adecuada para la oración, mediante el uso metódico y sistemático de los sentidos durante la contemplación de imágenes religiosas que propiciaban el discernimiento de la realidad (Zaragoza, 2019). Esto motivó a la Compañía a fomentar la creación de un distinguido arte que serviría, además, para difundir las ideas de la iglesia católica. En 1740 Cabrera tuvo su primer contacto con la Compañía de Jesús, justamente dos siglos después de la fundación de la Orden, en 1540. El pintor se relacionó con Antonio de Herdoñana y otros artífices como Higinio de Chávez, con quien trabajaría más tarde en el Templo de San Francisco Javier en Tepotzotlán (Zaragoza, 2019). "La relación establecida entre el pintor Miguel Cabrera y la Compañía de Jesús, en el contexto de los patronatos del arte novohispano de la medianía del siglo XVIII, fue una de las más creativas de la época. Contratado por primera vez en 1747 para trabajar en el Seminario de San Ildefonso, el virtuoso entendimiento entre el pintor y la Orden logró sin duda su máxima expresión en uno de los recintos más prestigiados de la arquitectura barroca novohispana: el templo de San Francisco Javier, en Tepotzotlán” (Alfaro Barreto y Zaragoza, 2018). SERIE VIDA DE SAN IGNACIO DE LOYOLA Nueve años más tarde, en 1756, Cabrera dio inicio a la creación de la serie de 32 obras de gran formato de la Vida de san Ignacio de Loyola, encargada por los jesuitas para el claustro de la Casa Profesa de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús con motivo de la celebración del bicentenario de la muerte del santo. Esta serie es la más completa de las realizadas por Cabrera, y se aviene al arte emblemático del barroco al incorporar cartelas que explican el contenido de las escenas religiosas. Por lo general cada lienzo muestra una sola escena (Barahona Quintana, 2000: 972), pero existen excepciones como en la obra Dan de palos a san Ignacio y a un 3 sacerdote, en la que se representan tres escenarios distintos: 1) en primer plano, en un espacio interior, aparecen san Ignacio y un sacerdote golpeados por dos infieles; 2) a la izquierda, al fondo, san Ignacio es observado en éxtasis por dos personajes; 3) a la derecha, al fondo, la fachada de una iglesia añade un ambiente exterior y profundidad al conjunto pictórico (fig. 2). Para esta serie, Cabrera utilizó la paleta cromática luminosa y suave que los hermanos Juan y Nicolás Rodríguez Juárez impulsaron años atrás en la pintura novohispana, una paleta más reducida y alejada del tenebrismo que caracterizó el barroco del siglo XVII (Zaragoza, 2015: 15), para crear rostros exquisitos e imágenes de líneas fluidas a la manera del arte europeo de la época. Asimismo, manejó de forma magistral los elementos iconográficos para transmitir el lenguaje utilizado por la iglesia católica con el propósito de alentar el virtuosismo religioso y la idea de redención, así como para crear ambientes y paisajes ideales. Ejemplo de ello es La Virgen dicta a san Ignacio el libro de los ejercicios, en donde la figura central aparece rodeada de querubines en un ámbito celestial glorificado y luminoso, para entablar comunicación con el santo, quien se encuentra en un plano terrenal de naturaleza en penumbra y, al fondo, un paisaje urbano de tenue luminosidad que sugiere el amanecer o, quizá, el ocaso (fig. 3). Con el propósito de mantener la secuencia de la serie, Cabrera numeró las 32 obras por el reverso del lienzo (fig. 4). De ellas, 15 son de forma regular, mientras que 16 fueron concebidas para ocupar espacios definidos por los elementos arquitectónicos de la Casa Profesa. Destaca Dios revela a san Ignacio el nombre de la Compañía, en la que aparece san Ignacio en el momento de recibir el nombre de la orden por medio de una revelación divina de la Santísima Trinidad (Barahona Quintana, 2000: 972). La anatomía del bastidor denota la forma del contorno del que formó parte (fig. 5). En la actualidad, 30 obras de la serie se encuentran bajo resguardo del Museo Nacional del Virreinato, una en la pinacoteca de La Profesa-Congregación del Oratorio de san Felipe Neri y otra más está desaparecida. 4 LA TRASFORMACIÓN DE LAS IMÁGENES Y SU INTERVENCIÓN Con el paso de los siglos los bastidores sufrieron desajustes, los lienzos rasgaduras y los estratos pictóricos daños diversos. Aunado a lo anterior, la oxidación de los barnices de protección provocó un fuerte oscurecimiento, y la luminosidad, sutileza y tonalidades de las imágenes religiosas se volvieron difíciles de distinguir. La recuperación de las cualidades de las obras bajo resguardo del Museo Nacional del Virreinato ha sido pausada. Sin embargo, la intervención de restauración a la que fueron sometidas cinco de ellas en años pasados, les ha devuelto sus cualidades físicas y estéticas, y ha hecho evidente la necesidad de impulsar un programa de intervención integral para rescatar la magnificencia de las demás obras. De esta forma, en 2019 dio inicio el “Proyecto de investigación Miguel Cabrera” de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones, con la intervención de siete pinturas de la serie, las cuales han experimentado un cambio radical, tanto en su integridad física como en su apariencia. Con los análisis con técnicas de espectro luminoso de última generación efectuados al inicio del proyecto,1 se determinará la naturaleza de los colores que conformaron la paleta de Cabrera y los medios y barnices que el artista utilizó en sus obras, así como la composición de materiales de restauración que les fueron aplicados en una intervención efectuada en el siglo XIX. El meticuloso trabajo efectuado durante los pasados meses a las siete obras intervenidas, ha arrojado además otros hallazgos. Con la eliminación de los barnices oscurecidos y la consecuente recuperación de la luminosidad de la superficie pictórica, han aparecido pentimenti de Cabrera y algunos elementos que forman parte de la composición y que permanecían ocultos (fig. 6). Ahora es posible distinguir con claridad las leyendas originales inscritas en las cartelas, que revelan el tema original de cada representación. 1 Análisis practicados por el equipo de restauración del proyecto, así como por el Dr. Gerardo Gutiérrez, Universidad de Colorado en Boulder, con el apoyo de la Dra. Mary Pye, Universidad Brigham Young, Utah. 5 De esta forma, la eliminación de intervenciones anteriores y el uso de materiales y procedimientos de restauración adecuados, han permitido recuperar los valores de las primeras siete obras intervenidas, a las que se sumarán las 23 restantes en los próximos años, dentro del proyecto de continuidad cuyo objetivo principal es la preservación de esta parte emblemática del patrimonio cultural histórico de México, bajo el cuidado del Instituto nacional de Antropología e Historia. 6 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Tovar de Teresa, Guillermo, La Ciudad de los Palacios: crónica de un patrimonio perdido México, Editorial Vuelta, 1990, Vol I y II. Zaragoza, Verónica, Miguel Cabrera y la Compañía de Jesús, Miguel Cabrera. Las tramas de la creación, México, SEP/Conaculta/INAH/MNV, 2015 p. 15-24. RECURSOS ELECTRÓNICOS Alfredo Alfaro Barreto y Verónica Zaragoza, Miguel Cabrera y los jesuitas, en la construcción de la cultura mexicana, México, ITESO Universidad Jesuita de Guadalajara, 2018. Disponible https://publicaciones.iteso.mx/libro/miguel-cabrera-y-losjesuitas-en-la-construccion-de-la-cultura-mexicana_94894/ Barahona Quintana, Nuria, Emblemática Ignaciana en el arte novohispano, Del libro de emblemas a la ciudad simbólica, Víctor Mínguez (ed.), Castelló de la Plana, España, Universitat Jaume I, Collecció Humanitats, , 2000, p. 955-978. Disponible: https://books.google.com.mx/books?id=ZTv_qMenxf8C&pg=PA955&dq=barahona+quint ana&hl=en&sa=X&ved=0ahUKEwjx0rzt5qzpAhWMZM0KHSp5COcQ6AEIJzAA#v=one page&q=barahona%20quintana&f=false Rubio Mañé, José Ignacio, El Virreinato IV. Obras públicas y educación universitaria, México, Instituto de Investigaciones Históricas, UNAM/FCE, 2005. Disponible: https://www.skyscrapercity.com/showthread.php?p=45946869 Zaragoza, Verónica, Exposición Miguel Cabrera y los jesuitas en la construcción de la cultura mexicana, México, Mediateca cultural, ITESO Universidad Jesuita de Guadalajara, 2019. Disponible: https://blogs.iteso.mx/mediatecacultural/2019/06/04/expo-miguel-cabrera-y-losjesuitas/ 7 FIGURAS Figura 1. Demolición del claustro de la Profesa-Congregación del Oratorio de San Felipe Neri en 1861. Imagen publicada por Guillermo Tovar de Teresa (1990: 80). 8 Figura 2. Dan de palos a san Ignacio y a un sacerdote (Obra núm. 9). 9 Figura 3. La Virgen dicta a san Ignacio el libro de los ejercicios (Obra núm. 5). 10 Figura 4. Aparición de san Pedro a san Ignacio (Obra núm. 3). 11 Figura 5. Dios revela a Ignacio el nombre de la Compañía (Obra núm. 25). 12 Figura 6. Pentimento en la oreja derecha de san Ignacio, en la obra Dan de palos a san Ignacio y a un sacerdote (Obra núm. 9). 13