Resumen de los textos Style and music de Leonard Meyer y Análisis del estilo musical
de Jan La Rue.
Profesor: Juan de Dios López
Cátedra de Análisis.
Análisis del estilo musical.
Dos libros contienen los fundamentos del análisis del estilo musical: Style and
Music/Theory, history, and ideology, de Leonard Meyer (1989) y Análisis del estilo
musical/Pautas sobre la contribución a la música del sonido, la armonía, la melodía, el
ritmo y el crecimiento formal, de Jan La Rue (1989), (la edición original inglesa data de
1970).
Meyer nos ofrece una definición general de estilo: “(…) la reproducción de
modelos, tanto en el comportamiento humano como en los artefactos producidos por el
comportamiento humano, que son producto de una serie de decisiones tomadas bajo una
sistema de restricciones”. La Rue, en cambio, es más específico y define directamente el
estilo musical: “(…) la elección de unos elementos sobre otros por parte del compositor,
procedimientos específicos que le son propios en el desarrollo de un movimiento y de una
configuración formal. (…) Por extensión, podemos también percibir el particular estilo de
un grupo de piezas a partir del uso continuo de un mismo tipo de elecciones”. Ambas
definiciones son complementarias: Meyer introduce el concepto de modelos y
restricciones, La Rue coincide con el cuando habla acerca de elecciones de unos
elementos sobre otros.
En lo que respecta al ámbito de aplicación de ésta teoría, La Rue habla sobre el
estilo específico de un compositor y el de una escuela o un período cronológico. Meyer es
mucho más amplio y extiende el rango de aplicación en dos direcciones: por un lado la
obra de un compositor, vista como un todo o dividida en períodos o géneros,
considerando incluso el estilo de una obra individual (estilo intraopus);en la dirección
contraria, la obra de un grupo o escuela de compositores contemporáneos entre si, de una
época (barroco, romanticismo), de una zona geográfica (Latinoamérica, África
occidental), de una tradición nacional (venezolana, rusa), de un mismo género (la ópera,
la música de cámara), de una civilización (hindú, china), y de música escrita con fines
utilitarios (música militar, jingles publicitarios).
Para la aplicación del análisis La Rue propone tres dimensiones: grandes,
medianas y pequeñas. Estas corresponden al tamaño relativo del trozo analizado con
respecto a la obra (una frase, una sección, un movimiento), o a la envergadura de una
obra o grupo de obras con respecto a un corpus (una sinfonía entre un grupo de sinfonías,
los conciertos para violín entre los conciertos de solista). Junto a esto, La Rue, establece
cinco categorías analíticas: el sonido, la armonía, la melodía, el ritmo y el crecimiento.
Este último en substitución del concepto tradicional de forma, considerado como rígido y
estático.
En cuanto a Meyer, llama parámetros a sus categorías analíticas. Estos se dividen
en dos grupos:
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Primarios: aquellos que resultan de la interacción entre alturas y duraciones
(melodía, ritmo y armonía), están gobernados por relaciones sintácticas y pueden
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cuantificarse o medirse objetivamente.
Secundarios: las dinámicas, el timbre, la sonoridad, el tempo. Sus relaciones no
son sintácticas, no pueden cuantificarse, son calificados subjetivamente: timbre
dulce, timbre áspero, sonoridad llena, tempo marcial, etc.
Estos parámetros están gobernados por restricciones, los cuales están
jerarquizados en tres niveles:
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Las leyes: son restricciones transculturales de carácter físico o sicológico.
Ejemplo: la nota más aguda posible de la voz humana, el límite de la memoria
•
musical, es decir la cantidad de información que podemos recordar.
Las reglas son restricciones intraculturales, determinan predominantemente los
estilos de época: El Renacimiento, El Barroco, etc. Las reglas establecen el
material disponible para el desarrollo de un estilo: los sonidos disponibles, sus
divisiones temporales, timbres, modos de ataque, etc. Hay tres tipos de reglas: de
dependencia, contextuales y sintácticas.
a) De dependencia: cuando un parámetro, por ejemplo la armonía, es
gobernado por restricciones que afectan otros parámetros. Es el caso de la
música renacentista, en donde la armonía es consecuencia de las
combinaciones contrapuntísticas. También podemos citar a la melodía y
armonía serial, que dependen ambas de la configuración de la serie
establecida.
b) Contextuales: Es un estado transitorio, el parámetro en cuestión tiene
restricciones propias, pero ellas únicamente se aplican e interpretan en un
ambiente en donde rigen otras restricciones. Es el caso de las cadencias
tonales en las articulaciones de la música del bajo Renacimiento.
c) Sintácticas: Son las que gobiernan a los parámetros primarios.
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Las estrategias son decisiones individuales que se toman dentro de las
posibilidades que establecen las reglas. La mayoría de los cambios de estilo
obedecen a la implementación de nuevas estrategias para las reglas ya existentes,
más que a la creación de nuevas reglas.
En cuanto a la metodología propiamente dicha, La Rue propone la aplicación de
un análisis en tres etapas: antecedentes, observación y evaluación. Cada una de las cuales
tiene a su vez varios pasos. En los antecedentes deben considerarse el contexto histórico
y el marco teórico de referencia, es decir, los procedimientos compositivos vigentes en el
momento. Además, en esta etapa debe realizarse una jerarquización de la información,
que el autor llama “observación significativa”, con el objeto de no saturarnos de datos
irrelevantes. En la etapa de observación, La Rue introduce categorías analíticas
pertenecientes al análisis tradicional, pero enriquecidas con un tratamiento diferente. Al
hablar de las tres dimensiones, nos encontramos con que a la segmentación tradicional en
motivos, semifrases, frases y periodos, se le añaden las correspondientes a las medianas y
grandes dimensiones: sección, movimiento, obra y conjunto de obras. Las cuatro
categorías: sonido, armonía, melodía, ritmo y crecimiento (abreviadas como SAMeRC),
interactúan entre si, creando categorías mixtas y conceptos inéditos: ritmo armónico,
textura rítmica, color armónico, ritmo de texturas, contorno melódico o función rítmica.
Como aporte importante hay que destacar la substitución del concepto convencional de
forma musical por el de crecimiento. La adopción de este concepto protege al analista del
peligro que representa evadir su responsabilidad analítica, pues forma tiende a
encasillarlo en estereotipos rígidos y simplificaciones cómodas. El crecimiento, expresa
un carácter dinámico y expansivo, propio de los procesos musicales. En tanto que la
propia forma quedaría incluida en el crecimiento, representando la memoria de ese
proceso expansivo: el movimiento de la música.
Como complemento a su método, La Rue diseñó una grafía analítica, la cual es
usada para definir funciones temáticas y formales sobre la propia partitura. De esta
manera, la segmentación formal convencional es jerarquizada minuciosamente. Por
ejemplo la mayúscula T indica funciones de transición, la S funciones secundarias y de
contraste, la K funciones cadenciales y de conclusión. Otro recurso gráfico importante
de este sistema es la colocación de la grafía formal sobre una línea del tiempo, lo cual
permite visualizar el proceso de crecimiento formal de la obra estudiada.
Finalmente, en la tercera etapa, que La Rue llama evaluación, se procesa la
información obtenida en las etapas anteriores. La mera recolección de datos que permite
la etapa de observación no es el propósito del análisis de estilo. En lugar de una
taxonomía, lo que se pretende es descubrir, a través del análisis, las relaciones entre las
diferentes dimensiones y las interacciones entre las categorías, para poder explicar la obra
o conjunto de obras como un todo con carácter orgánico y funcional.
Meyer, por su parte, no propone una metodología de manera explicita, tal como lo
hace La Rue, en su lugar ofrece un análisis aplicado a la obra madura de Richard Wagner
(que llama boceto de análisis) y un extenso ensayo sobre el estilo musical romántico
titulado “Música e ideología en el siglo XIX”.
En ambos queda de manifiesto la
aplicación de las herramientas teóricas propuestas en la primera parte de su libro.
El análisis de estilo toma en cuenta los aspectos históricos y contextuales de la
obra, aunque solo sea a manera de antecedentes. Por otra parte, su carácter no es
descriptivo, como lo es el análisis tradicional, sino explicativo. No se limita a establecer
modelos o a legitimarlos. Destaca los patrones repetitivos pero también, y sobre todo, las
diferencias individuales. El radio de su acción es muy amplio y heterogéneo, y además de
la determinación de los estilos y sus particularidades, puede convertirse en una
herramienta útil en investigaciones musicológicas de carácter histórico o sociológico.