STATUS QUAESTIONIS
Ju a n M a n u e l R i b e s L o e n z o
Universitat de Valencia
Re s u m e n
Dentro de los estudios de fraseología del español se hace necesaria una revisión impor
tante de los elementos llamados palabras diacríticas. Dichas palabras se caracterizan, en
principio, por su aparición exclusiva en las locuciones y por su asemanticidad. Desde un
punto de vista histórico, pues desde la fraseología histórica también es necesario su análi
sis, nos surgen muchos problemas y dudas dentro de su categorización. El presente estudio
pretende recoger las distintas concepciones y clasificaciones con el fin de aplicar las dife
rentes nociones de cambio y proceso diacrónico a la hora de someterlas a su contraste his
tórico.
Pa
Ab
l a b r a s
c l a v e
:
fraseología histórica, locuciones, palabras diacríticas, diacronía.
st r a c t
In historical studies of Spanish Phraseology an important review is needed, focused on
the elements referred to as idiomatic words. These words are distinctive for their appear
ance just in the phraseological units and for their asemantic trait. Approaching from a his
torical point o f view has shown that historical phraseology needs research to elucidate the
doubts and problems that the synchronic description involves, as that meaning does not
include any of the linguistic processes and changes affecting its appearance and semantic
development. This reflection attempts to observe their synchronic conception and histori
cal incompatibility.
K
e y
w o r d s
:
historical phraseology, locutions, idiomatic words, diachronic studies.
imu-:, 10/2015, pp. 209-22«.
“La fraseología es una de las manifestaciones más pri
mitivas —y a la vez más perdurables- de la creación
artística de lenguaje transmitida por vía oral” (Lapesa
1992: 85)
1. F r a s e o l o g í a y d i a c r o n ì a
La teoría fraseológica del español, d en tro de su vigoroso crecim iento
intelectual y estudio científico e investigador, goza de u n gran nú m ero de
trabajos que preten d en , en mayor o m en o r m edida y en lo posible, esta
blecer una serie de criterios (algunos de ellos ya bien consolidados) que
ayuden a cim entar un m étodo h o m o g én eo co m ú n 1.
La unidad fraseológica es el cen tro de este estudio lingüístico, defini
da de m anera certera p or Corpas Pastor (1996: 26)2, la cual distingue tres
esferas según sea el grado de fijación: colocaciones, locuciones y enuncia
dos fraseológicos. Si pensam os en la posibilidad de un estudio diacrònico
de la fraseología, esta clasificación nos resulta adecuada para el presente
trabajo, que se sirve de ella, y adem ás se sum a a la línea de investigación
iniciada por Echenique Elizondo (2000).
Dentro del estudio fraseológico resultan destacables las consideracio
nes que hacen distintos autores sobre procesos diacrónicos. Por ejemplo,
García-Page Sánchez (2008: 353) afirm a que “las palabras idiomáticas son
u n a prueba de la participación de la diacronia en la form ación de la sin
cronía” y añade, más recientem ente, que “el significado figurado o idio
màtico de las locuciones está motivado, en m uchas ocasiones, p o r aconte
cimientos o sucesos alusivos a hechos históricos” (García-Page Sánchez
2015: 239). Corpas Pastor (1996: 22), p o r su parte, especifica que “en la
génesis de tales expresiones se d a u n a repetición diacrònica que desem
boca en la fijación”. A su vez, M ontoro del Arco (2006: 42) cree que “las
causas de la fijación formal hay q u e buscarlas en el capricho del uso forja
do a través de la historia de la len g u a”. Añadim os u n caso más, en palabras
de Conca y Guia (2014: 44):
podem dir que les UF formen part de les xarxes conceptuals que estructuren els conei
xements, de manera que les metàfores que les UF contenen, encara que no les perce
bem com a tais, están presents en la vida quotidiana i condicionen la nostra manera de
veure el món.
' Es pionero en el m undo hispánico el trabajo de Casares Sánchez (1992 [1950]), a un que desde un
p un to de vista lexicográfico; Zuluaga Ospina (1980) retom a el estudio pensando ya la fraseología com o
núcleo de la investigación; Corpas Pastor (1996); Ruiz Gurillo (1997); García-Page Sánchez (2008) esta
blecerán, entre m uchos otros investigadores, las bases de la actual consideración fraseológica.
2
Las unidades fraseológicas son com binaciones estables form adas por al m enos dos palabras y cuyo
límite superior se sitúa en la oración compuesta. Se caracterizan p o r la alta frecuencia de aparición en
la lengua y de coaparición de sus elem entos integrantes, así com o por la institucionalización, la estabili
dad, la idiomaticidad y la variación potencial q u e dichas unidades presentan en diverso grado.
Cal considerar, a més a més, que la conceptualitzación de coneixements preexistents
mitjançant metàfores es produeix en un moment historie i en algun lloc determintat, amb una
dimensió diacrònica i sincrònica, en què intervé necessàriament la cultura concreta on es pro
dueix el procés de metaforitzacio1.
A través de esta selección de citas, se p u ed e observar que hay distintos
elem entos conílguradores fraseológicos que rem iten de m anera relevante
a la diacronía. En el ám bito concreto de las palabras idiomáticas, ya
Echenique Elizondo (1998: 82) afirm aba que “quisiera subrayar que las
palabras diacríticas o casi diacríticas suelen provenir de estadios arcaicos
de la misma lengua histórica o de bien de otras lenguas históricas”.
Acotando más el terreno de estudio, en el ám bito fraseológico d e
dichas unidades se suele establecer un listado de factores o elem entos que
caracterizan a las locuciones4. U n a de ellas es la llam ada idiomaticidad, la
cual quedó originariam ente definida p or Zuluaga O spina (1980: 123) y h a
sido aceptada por la mayoría de los estudiosos, de la siguiente manera:
Idiomaticidad es el rasgo semántico propio de ciertas construcciones lingüísticas fijas,
cuyo sentido no puede establecerse a partir de los significados de sus elementos com
ponentes ni del de su combinación, o parafraseando la formulación de Bally (“oubli
du sens des éléments”), idiomaticidad es ausencia de contenido semántico en los ele
mentos componentes.
Es decir, el significado de la locución no co rresponde a la suma de los
elem entos integrantes. En un principio, el carácter sem ántico es global,
evocado p o r todos o casi todos los elem entos conílguradores de las locu
ciones. González Rey (1998: 61), sin em bargo, al hablar de u n a tipología
de expresiones idiomáticas matiza acertadam ente que: “ni todos los com
ponentes llegan a ‘p e rd e r’ su identidad ni, a veces, lo hace ninguno de
ellos”. Entonces es cuando resulta p ertin en te la distinción en tre locucio
nes idiomáticas, semiidiomáticasy no idiomáticas o transparentes (C oncay Guía,
2014: 54-55). En cualquier caso, siem pre será necesaria la anotación de
unos elem entos peculiares que existen en las locuciones, llamados compo
nentes únicos, palabras idiomáticas, palabras diacríticas, palabras clave o incluso
indicadores fraseológicos. Estos son form antes de las locuciones que “en la
sincronía actual, no existen en el sistema de m an era individual o au tó no
m a fuera del estricto corsé de la locución, y, p o r lo tanto, no funcionan
como el resto de las unidades léxicas simples del vocabulario” (GarcíaPage Sánchez 2008: 352)5.
3 El subrayado es nuestro.
4 En palabras de M.- A. Castillo Carballo (2015: 18): “C on frecuencia, se suele señalar q ue u n a
secuencia d e palabras será considerada u n id ad fraseológica en la m edida en que cum pla, al m enos,
dos condiciones esenciales: fijación e idiom aticidad. No obstante, [...] existen tam bién otros rasgos
que están presentes en estas com binaciones léxicas”.
5 El carácter evocador o clave está estrecham ente vinculado a la con cepció n d e palabra diacríti-
2. A l
g u n a s c o n s id e r a c io n e s s o b r e pa l a b r a s d ia c r ít ic a s
Llegamos, pues, a constatar q u e las palabras diacríticas 6 contienen
g ran relevancia para el estudio diacrónico p o r la vinculación histórica
apuntada, dado que, p o r su delim itación, se aduce en num erosas ocasio
nes a factores de cambio lingüístico, a estados pretéritos de la lengua o a
motivaciones anteriores a la actualidad hablada. Además de esto, es im por
tante observar que hay acuerdo gen eral en aceptar la opinión siguiente,
destacando “la existencia de palabras únicas, carentes de toda autonom ía
semántica, reconocidas p o r el h ab lan te solam ente d en tro de expresiones
fijas” (Zuluaga O spina 1980: 102).
Q uedarían así fijados, en principio, los pilares definitorios de las pala
bras diacríticas, a saber: a) ausencia de valor semántico; b) carencia de
autonom ía léxica a causa de a); y c) d ep en d en cia estricta del ám bito fra
seológico, debido a a) y b ) . Pero entonces surge de inm ediato el siguiente
interrogativo: ¿es posible la existencia de u n elem ento llamado palabra,
carente de valor semántico, de d ep en d en cia sintagmática y sin carácter
léxico?
Con la intención de d a r respuesta a estas preguntas, se apela a la ano
m alía en el estudio de las palabras diacríticas y de sus elem entos adyacen
tes, aun y cuando haya habido en las locuciones que contienen dichas
palabras procesos de elisión, gramaticalización, lexicalización, etc., dentro
de su constante creación y configuración. Fijémonos, p o r ejemplo, en las
palabras de Ruiz Gurillo (2001: 22):
Pero, ¿qué fue primero, la fijación o la idiomaticidad7? Si reflexionamos un poco más
sobre los diversos comentarios que hemos ido haciendo en torno a tomar las de
Villadiego, observamos que, aunque la presencia cié una palabra diacrítica, Villadiego, y
de una anomalía, las, se ha tratado como índice de su fijación, también repercute en
su idiomaticidad.
ca q u e Zuluaga O spina (1980: 102) y Ruiz G urillo (1997: 75, n.38) defie n d en com o distinguido!' de
signos. En nuestra o pinión, el criterio de García-Page Sánchez (2008: 354) es válido (tenien do la pre
caución de la peculiaridad sem ántica, la cual necesita u n a mayor precisión) para no a ceptar esa cua
lidad distintiva señalada. Dice García-Page Sánch ez lo siguiente: “Las palabras idiomáticas pueden, si
acaso, constituir ‘signos’ com o c ualqu ier otra p a la b ra de la lengua (aun c o nsid eran do su supuesta asem anticidad, en contra del concep to saussureano del signo), pero distinguir signos es lo q ue precisa
m ente no hacen”. En cualquier caso, no todos los evocadores serán palabras idiomáticas, pues es obvio
que existen locuciones que no co n tien en palabras diacríticas y sí, en cam bio, tienen lo q u e podríam os
llam ar evocadores fraseológicos, lo que está muy relacio nad o con el con cepto acu ñ ad o p o r García-Page
Sánchez de indicador fraseológico.
6 Creem os conveniente m antener, por el m o m e n to , dicha “etiq u eta” lingüística, ya q ue tiene una
cierta tradición de uso d e n tro del ám b ito del e stud io fraseológico actual. Tam bién utilizaremos palalna idiomálica para referirnos a estas palabras. En cu alquier caso, som os conscientes, sin em bargo, de
que es necesario hacer u n a revisión d e los térm in o s y, asimismo, establecer u n a denom in ació n nueva
para estos elem entos partícipes en las un id ad es fraseológicas.
7 En relación a la posible cronología de factores, García Valle (2010: 165) confirm a, con su aná
lisis de locuciones en el ám bito ju ríd ic o medieval, el o rd en q ue C ontreras y S úñ er (2004: 86) estable
cieron con la lexicalización: “p o r o rd e n cronológico, la frecuencia de. coaparición o colrtcación, la fijación,
la espedalización semántica y la idiomaticidad' (el subrayado es nuestro).
Vemos que, en estas palabras referidas a u n a unidad fraseológica con
creta, en un prim er lugar se rem ite a u n a consideración diacrònica (nocio
nes de ‘an terio rid ad ’ y ‘posterioridad’ en u n a cronología relativa). Se
m enciona, en segundo lugar, la posibilidad de delim itar com o palabra dia
crítica Villadiego, y la de u n a anom alía, las. La ejemplificación ap o rtad a p or
el c o r d e nos muestra, p o r su parte, la posibilidad de reconstruir u n proce
so eventual y gradual d e omisión de u n elem ento d en tro de esta locución
adverbial, calzas, que h a contribuido con ello a la fijación d en tro de la uni
d ad fraseológica, com o bien m uestran las ocurrencias encontradas8:
I)
Hay diecinueve casos en doce docum entos, d o n d e la cuarta y quin
ta ocurrencias, ordenadas cronológicam ente p o r antigüedad,
están fechadas en 1549 y corresp o n d en a Pedro Vallés y su Libro de
Refranes.
II) Tales ocurrencias se m uestran así: caigas d e V illa d ie g o (4.a ocurren
cia); e n to n c e s to m a r caigas d e V illa d ie g o (5.a ocurrencia).
III) La sexta ocurrencia corresponde a 1589, que aparece en los
Diálogos familiares de la agricultura cristiana, de J u a n de Pineda, sien
do la que sigue: y ella toma las calzas de Villadiego y se pone en salvo.
IV) La 7.a, 8 .a, 9.a, 10.a y 11.a ocurrencias (fechadas en 1786, 1839,
1844, 1880-82 y 1903) ya m uestran u n grado de fijación im portan
te y u n a estabilidad idiomàtica. En ningún m om ento se n o m b ra ya
en ellas calzas, sino que aparece la form a actual fijada com o tomar
las de Villadiego.
En referencia a la anom alía que, en opinión de Ruiz Gurillo, rep re
senta las en esta u n id ad fraseológica, se correspondería con un artículo
acom pañado de un gentilicio sintáctico9: de Villadiego™. D ejando de lado la
omisión del térm ino calzas, esta construcción sintáctica del gentilicio (de +
topónimo) es, en definitiva, un m odo recu rrente d en tro del sistema lin
güístico hispánico, pues establece la procedencia de un elem ento relacio
nándolo con un lugar concreto, se corresponda o no con un topónim o
(M orera 2015: 12). Distinto es, en cambio, el proceso que ha dado lugar a
8 RAE: Banco de datos (CORDE) [en línea]. Corpus diacrtmico del español <http://w w w .rae.es>.
Consultado el 28 de e n ero de 2016.
9 Seguimos aquí la acepción q ue hace M orera d e gentilicio sintáctico (M orera 2015: 11-15) por
ser muy adecuada a este caso concreto d e las de Villadiego y d e otros posibles casos fraseológicos com
puestos de un gentilicio sintáctico.
10 Es im portante a n o ta r q u e un gran n ú m ero de unidades fraseológicas c on tien en gentilicios,
topónim os y antropónim os, h echo q ue m erece especial atención en tanto q ue son considerados com o
palabras diacríticas. En cu alq uier caso, n o sabemos si el factor clave para dicha inclusión se d e b e a su
carácter asemàntico, idiom àtico (o quizá sería más conveniente de no léxico), o p o r su restricción fra
seológica (au nqu e im pediría q u e Picio, Villadiego, Sevilla, Valencia, Babia, Batuecas, Guatem ala,
Málaga, China, etc., p u dieran utilizarse en o tro ám bito lingüístico).
la configuración de la secuencia las de Villadiego, que tiene un recorrido
diacrònico concreto.
En cuanto al p reten d id o carácter diacrítico de Villadiego, que es un
topónim o, conviene tener cautela. En efecto, si nos fijamos en el rasgo de
dependencia estricta o aparición exclusiva en el ám bito fraseológico, sí se
cum ple el carácter diacrítico (au n q u e exista, al menos, u n m unicipio burgalés llamado Villadiego, situado en la com arca de O dra-Pisuerga). En
cambio, no será así para los hablantes que tengan u n a referencia concre
ta a este pueblo; la asem anticidad estaría entonces p en diente de ser con
firm ad a". Si tom am os a Villadiego como parte elem ental del gentilicio sin
táctico arriba m encionado, es necesaria esta consideración semántica, la
cual aporta luz al co m p ortam iento de algunas construcciones locucionales
con nom bres de lugar, donde: “tam poco son lingüísticos, sino extralingüísticos, los sentidos ‘p erten ecien te o relativo a ’” (M orera 2015: 22). En
cualquier caso, todo esto es ind icad o r de q u e “de nuevo exige m irar a la
historia, pues la conversión de u n a palabra del léxico com ún en diacrítica
o idiomàtica es producto d e u n a transform ación diacrònica y form a parte
de u n proceso que desem boca e n la carencia de su disponibilidad léxica
p o r los hablantes” (Echenique Elizondo 2010: 111).
Asimismo, Castillo Carballo (2015: 21-22) se suma a esta consideración
histórica cuando afirma que la diacronia está form ada p or estadios sin
crónicos anteriores sucesivos:
Se considera que una palabra es idiomàtica cuando, por pertenecer a etapas sincrónicas pre
vias a la actual de una lengua determinada, tiene valor únicamente dentro de la unidad
fraseológica correspondiente, careciendo, por tanto, de vida léxica fuera de ella.
Igualmente, se consideran idiomáticos los préstamos léxicos, así como las deformacio
nes fónicas, morfológicas, apócopes, pues en el seno de una expresión determinan su
sentido idiomàtico12.
Quizá la consideración de préstam o com o palabra diacrítica no sea la
más conveniente, pues p odría suceder que su uso se extienda más allá de
la fraseología o que sí contengan significado; en todo caso, sería necesario
observar y d eterm in ar su co m portam iento d en tro del universo locucional.
Castillo Carballo sigue en ello a García-Page Sánchez (1990), sobre todo
p o r considerar de m anera co n ju n ta los rasgos y la procedencia de las pala
bras diacríticas. Conviene destacar, sin em bargo, que las palabras idiomáticas parten de: “etapas sincrónicas previas a la actual de una lengua deter
m inada” (Castillo Carballo, 2015: 22). García-Page Sánchez (2008: 252353), p o r su parte, afirma lo siguiente:
11 Dejando de lado e n este m o m e n to las características q u e concurren e n los nom bres propios.
12 El subrayado es nuestro.
La fisonomía de la gran mayoría de ellas revela una forma anclada en un estadio pre
térito de la evolución del idioma, una forma primitiva estancada a medio camino, a
medio hacer, coagulada. En este sentido, las palabras idiomáticas son una prueba de la
participación de la diacronia en la formación de la sincronía. [...] Ahora bien, la posi
bilidad de determinar el tema o radical de algunas palabras idiomáticas, el étimo lati
no, su parentesco familiar con otras voces, su proceso de formación, etc., son, entre
otras razones, estrategias que permiten, si no ver, entrever el significado del término.
Así, cobra especial im portancia u n rasgo más: la historicidad. Nos inte
resa, en concreto, el recorrido diacrònico de la palabra en ten d id a como
diacrítica y los procesos de los que haya sido partícipe. De este m odo, que
dará implícita la necesidad de aten d er el p u n to de vista histórico en el
estudio de los elem entos diacríticos para explicar las características que se
han m encionado anteriorm ente. Es decir, la historicidad ayudaría a dar
respuestas a cuestiones tales com o p o r qué carece u n a palabra diacrítica,
a simple vista, de significado; qué habilitaría u n a palabra de este tipo (sin
significado) a d e p en d e r de elem entos colindantes; o si habría grados de
dep en d en cia que m arcarían u n a restricción de aparición fraseológica.
Al aplicar un criterio científico desde la perspectiva diacrònica de la
lengua a la fraseología, nos surge la necesidad de u n a revisión, pues las dis
tintas definiciones y clasificaciones que se han hecho sobre palabras dia
críticas no son lo suficientem ente válidas.
P or ejemplo, en u n a u n idad com o en un santiamén hay u n a palabra dia
crítica, santiamén, que únicam ente se utiliza en el ám bito fraseológico, es
decir, d en tro de esa locución adverbial. Proviene de s p i r i t u s a n c t i a m e n ,
esto es, tiene su origen en u n a com binación de palabras latinas utilizadas
en el ám bito religioso. Esta palabra es partícipe de distintos tipos de pro
cedencia u origen según las clasificaciones que más adelante se verán. Son
voces latinas (pertenecientes a otra le n g u a), restringidas en un origen a la
liturgia ro m an a (otra lengua funcional d en tro de la misma lengua), en la
que se om itirá el p rim er elem ento SPIRITU , y u n a evolución fónica13, SANC
T I > santi (factores de evolución fónica y m orfológica del significante).
Además, “en casos com o en un santiamén se com binan dos procesos: de
lexicalización en santiamén (< [Spiritu] sancti amen) y de gramaticalización
en el conjunto de la u n id ad ” (Echenique Elizondo 2008: 392). Es decir,
este ejem plo p odría clasificarse de muy distinto m odo según el p u n to de
vista que prevalezca. Hay palabras que ten d rán diversos procesos y otras
que sólo serán partícipes de alguno de ellos, sin que eso signifique que su
origen sea exclusivo de u n a categoría d en tro de las clasificaciones estable
cidas hasta el m om ento.
13
C o m ú n m e n te llam ada deform ación fónica d e n tro d e las explicaciones fraseológicas. En nues
tra opinión, no hay d eform aciones en la lengua, sino cam bios y, p o r tanto, evoluciones. Resultado del
con tin u o fluir d e la creación lingüística, del energeia acu ñad o p o r H um b oldt.
U nidades como ancha es Castilla, mondo y lirondo, a sabiendas, sin ton ni
son, etc., tienen, d entro de la historia particular de cada u n a de ellas, más
de u n proceso de formación, los cuales h an sido configuradores del uso
fraseológico actual. Desde la visión panorám ica de la sincronía, el estable
cim iento de bases taxonómicas resulta descriptivo y relacional, p ero queda
desarticulado parcial o totalm ente si tenem os en cuenta la necesidad de
concretar los factores del cam bio ocurrido. Resulta adecuado pensar que
las palabras diacríticas, com o elem entos configuradores de ciertas locu
ciones, contienen tam bién su trayectoria histórica y que, a su vez, este reco
rrido diacrónico participará en la descripción de la historia general de las
locuciones. Esta será u n a historia q u e debe explicar del m odo más exhaus
tivo posible la restricción léxica d en tro del ám bito fraseológico p o r parte
de u n a com unidad de habla concreta y sus consecuencias, prim ordial
m ente fraseológicas14.
En resumidas cuentas, es necesario en co n trar unos rasgos defínitorios
que contengan el equilibro descriptivo y científico relativo al estudio sin
crónico y diacrónico de las palabras diacríticas. Con ello se persigue un
objetivo claro: la posible explicación de los procesos configuradores de las
palabras diacríticas. Asimismo, es im portante para m ejorar el estudio y
análisis de las locuciones partícipes de estos elem entos idiomáticos dentro
del estudio fraseológico en general, ind ep en d ien tem en te del estadio tem
poral sobre el que se asienten los hechos lingüísticos observables en la
investigación.
3 . Pa l
a br a s d ia c r ít ic a s : pr o pu e s t a s d e d e f in ic ió n
La prim era definición en el ám bito hispánico de lo que hoy conoce
mos como palabra diacrítica viene, como se ha señalado más arriba, de la
m ano de Zuluaga O spina (1980: 102). Q uedó definida de la siguiente
m anera:
destacamos la existencia de palabras únicas, carentes de toda autonomía semántica,
reconocidas por el hablante solamente dentro de expresiones fijas (Lirondo, contera,
vilo); las llamamos palabras diacríticas, pues su función es la de constituir y distinguir
signos.
14
U no de los rasgos más im portantes de estos elem entos idiomáticos es su disponibilidad exclusiva
d en tro del universo fraseológico. Es decir, que su uso no va más allá de la unidad fraseológica. Establecer
cuánd o u na unidad de este tipo está totalm ente restringida lingüísticamente es un hecho d e gran impor
tancia para la fraseología histórica, pues esa restricción lingüística es, sin duda, u n o d e los pilares más
sobresalientes de las palabras diacríticas. E chenique Elizondo (2008: 391) afirm ará con gran acierto que:
“la conversión de u n a palabra del léxico c o m ú n e n palabra diacrítica o idiomàtica es p roducto de una
transformación diacrònica y form a parte d e u n proceso que desem boca en la carencia de su disponibi
lidad léxica por los hablantes”. Será entonces necesaria una visión histórica para po der descifrar los
hechos que actúan para fom entar y lograr esa carencia de disponibilidad léxica.
La descripción que da García-Page Sánchez (2008: 352-362) resulta
hoy en día la más com pleta y es la que consta de u n a mayor aceptación.
Aborda los distintos niveles gramaticales, así com o las posibles funciones
de este tipo de palabras o su taxonom ía, au n q u e todo ello desde un p u n to
de vista sincrónico. Es partidario de la acuñación que él hizo (1990), la de
palabra idiomàtica, au n q u e plantea ciertos problem as de límite disciplinar
y de referencia. También adm ite la de palabra diacrítica, pero sin aceptar el
valor otorgado a estas palabras com o constituyentes y distinguidores de
signos lingüísticos (2008: 354), establecidos en u n p rim er m om ento p o r
Zuluaga O spina (1980: 102). Esto es lo que García-Page Sánchez llama o
identifica com o indicador fraseológico15. Con todo, especifica u n rasgo que
es com partido p o r todas estas palabras: “la imposibilidad de atribuirles un
significado” (García-Page Sánchez 1990: 2 80)16, añad ien d o al mismo tiem
po que es “u n elem ento lingüístico que, p o r razones diversas —históricas,
principalm ente-, aparece única y exclusivamente d en tro del marco de
u n a locución” (García-Page Sánchez 1991: 235).
Ruiz Gurillo (1997: 75, n. 38) aceptará a Zuluaga O spina com o bien
justifica: “En este trabajo se ha optado p or el térm ino de A. Zuluaga p or
que no produce am bigüedad”. Sigue la nota de la autora:
Las palabras diacríticas cuya función es constituir y distinguir signos, pueden provenir
de estados arcaicos de la misma lengua histórica (en calzas prietas), de otras lenguas his
tóricas (dar en el quid), de otras lenguas funcionales actuales de la misma lengua histó
rica (tener sus bemoles), de apócopes, onomatopeyas o formaciones meramente fónicas
requeridas porjuegos de rima y /o ritmo (quepatatín quepatatán) y de realizaciones vir
tuales, posibles en el sistema léxico actual, pero que se consideran elementos únicos
desde el punto de vista de las realizaciones normales (moliente en corriente y moliente, pol
vorosa en poner pies en polvorosa).
M ontoro del Arco (2006: 41), p o r su parte, repasa lo aceptado p o r
Zuluaga O spina (1980) y p o r Corpas Pastor (1996):
se trata de elementos que carecen de autonomía en el sistema de la lengua y cuya capa
cidad de aparición se limita a las locuciones de las cuales forman parte, con cuyos com
ponentes mantienen una relación de implicación
si bien para él lo im portante es que
lfi Dice el autor: “Mejor quizá les vendría la etiq u eta de indicadores (o identifieadores) fraseológicos, q ue nadie parece h a b er propuesto; si bien n o serían los únicos identifieadores: las anom alías
gramaticales tam bién clasifican com o fraseológicos ciertos enunciados. P rueba de su valor de identificadores fraseológicos es su capacidad d e d e te rm in a r implicaciones internas p o r c uanto que su p re
sencia anuncia la estructura d e q u e form a p a rte ” (García-Page Sánchez 2008: 354).
16
Es notorio, sin em bargo, q u e haga la salvedad de m en c io n ar el carácter diacrònico partícipe
en estas palabras: “A unque, en la perspectiva diacrònica, los signos q ue cabe c o nsiderar ‘palabras idiomáticas’ p u e d en aparecer d ocu m entadas c om o unidades sem ánticas autónom as, en el español actual
carecen n orm alm en te de con ten id o significativo” (García-Page Sánchez 1990: 280).
en cualquier caso, actúa[n] como índices de un alto grado de fijación de la unidad de
la que forman parte.
Castillo Carballo (2015: 22) to m a la definición que hace García-Page
Sánchez (1990) sin modificaciones sustanciales:
Se considera que una palabra es idiomàtica cuando, por pertenecer a etapas sincróni
cas previas a la actual de una lengua determinada, tiene valor únicamente dentro de
la unidad fraseológica correspondiente, careciendo, por tanto, de vida léxica fuera de
ella. Igualmente se consideran idiomáticos los préstamos léxicos, así como las defor
maciones fónicas, morfológicas, apócopes, pues en el seno de una expresión determi
nan su sentido idiomàtico.
Martí Contreras (2003: 662) tam bién utilizará la definición que hará
en un prim er m om ento García-Page Sánchez (1990), m ostrando especial
interés en la form ación de estas palabras com o elem ento caracterizador,
centrándose en su significante sin analizar su disponibilidad sem ántica o
sintagmática:
Un grupo de palabras que podría considerarse “idiomáticas”, en tanto que parecen
realizarse únicamente como componentes de una estructura locucional, [...] Del
mismo modo, cabría considerar palabras idiomáticas elementos originados a partir de
algún procedimiento de desfiguración fónica del significante de una palabra existen
te, por apócope, por algún tipo de jueg o onomatopéyico, etc. (García-Page, 1990: 288289).
Aguilar Ruiz (2011: 87-88) h a propuesto la siguiente definición, apo
yándose en las distintas acepciones q u e ya se h an hecho sobre las palabras
diacríticas. Dice así:
Palabras que, al menos en la sincronía actual, carecen de una significación concreta en
nuestra lengua; esta ausencia de significado, además, las imposibilita para su libre apa
rición fuera del discurso repetido, hecho que, al mismo tiempo, motiva que compor
ten ciertos fenómenos de implicación y solidaridades léxicas respecto a las expresiones
fijas que las contienen.
El estudio de Aguilar Ruiz (2011) es el único que se inscribe bajo u n a
perspectiva diacrònica, ejem plificando el tipo de palabras diacríticas a tra
vés de u n a clasificación q u e se sirve de palabras-tipo. Es decir, o rd enará
las palabras diacríticas en tres vertientes de actuación: palabras que lo
h arán como vilo, como repente, o com o santiamén. Introduce, no obstante,
la concepción de fósil fraseológico p ara deslindar la concepción y decir
que existe:
un tipo concreto de PDs: las voces de épocas pretéritas del castellano (arcaico y medie
val, generalmente; [...]) que, sin llegar a cuajar definitivamente en la lengua, fueron
desechadas o sustituidas por otras y que, sin embargo, sobreviven en la sincronía actual
incrustadas en una UF (Aguilar Ruiz 2011: 88).
Por ejemplo, eras < CRAS ‘m a ñ an a’ (form a actual: hoy venido y eras garri
do), lo establece com o ejemplo de fósil fraseológico, in ten tan d o diferen
ciarlo del fósil léxico17. La diferencia es conceptual, en el fósil, en princi
pio, el concepto ya no existe en la realidad, n o así lingüísticam ente. Este
autor expone casos com o jubón (form a actual: buen jubón me tengo en
Francia), tutta, (form a actual: no hay tutía) y ochavo (form a actual: no tener
un ochavo) 18.
Si bien el intento de definición de palabra diacrítica desde el p u n to de
vista del estudio diacrònico constituye un h ech o im portante, la separación
o inclusión de elem entos en esta clasificación no es del todo válida para
nosotros, pues, en realidad, no podem os n eg ar el factor social del ele
m ento lingüístico, au n tratándose de unidades del sistema partícipes en
muy alto grado del carácter innovador y estilístico de la sociedad creadora
de la lengua misma. Este hecho es de gran relevancia en la form ación fra
seológica, com o ya bien mostró Rafael Lapesa:
La fraseología es una de las manifestaciones más primitivas -y a la vez más perdurables- de la creación artística de lenguaje transmitida por vía oral. Actividad y produc
to intermedio entre lo meramente lingüístico y las formas elementales de la literatura
tradicional, la fraseología presenta, como éstas, asombrosa continuidad en medio de
su incesante renovación (Lapesa 1992: 85).
4. N o
t a s t e ó r ic a s
Si tenem os en cu enta todo lo expuesto, se puede observar que, en la
sincronía actual de la lengua, lo que se considera com o palabra diacrítica
o idiomàtica no p u ed e serlo en u n estadio lingüístico anterior. Las restric
ciones de significación y de aparición d en tro de la locución que da cabida
a u n a palabra diacrítica vienen dadas p or procesos (los cuales im plican un
espacio tem poral) de acotam iento y reestructuración de variantes, indis
17 DRAE, consultado el 04 de febrero d e 2016
eras
Del lat. eras.
1. adv. dem . desús, mañana.
Bajo el criterio del autor, debería ser un fósil fraseológico, pues aparece en el diccionario con la
m arca de desusado. En cam bio, no lo considera así: no sabem os si es d e b id o en cu alquier caso o no
a “factores cultural-diacrónicos y a la com petencia lingüística del receptor; factores, en definitiva,
extralingüísticos” (Aguilar Ruiz, 2011: 88). Colisiona, en cam bio, con su consideración de fósiles léxi
cos, acuñ ado p o r Zuluaga O spina, d o n d e “los diccionarios suelen registrar con la m arca diacrònica
de léxico ‘desfasado’, ‘a n tic u ad o ’ o ‘desusado’, e n tre otras” (Aguilar Ruiz, 2011: 88).
18 C onsultadas las palabras jubón, tutía (que redirige a atutía), y ochavo, las cuales tien en defini
ción léxica y sin m arca d e anticuado, desfasado o desusado e n las acepciones q u é él adm ite c om o fósil
léxico. DRAE, consultado el 04 d e febrero d e 2016. Asimismo, u n atrezo d e teatro o un m useo d e ind u
m entaria p u e d e n ten e r jubones", alguien p u e d e c rea r atutía, m ezclando sus com ponentes; o un a per
sona p ued e q u e posea varios ochavos, sea o n o especialista e n num ism ática. ¿Significaría esta concep
ción de fósil fraseológico q u e los m encionados conceptos no existirían en la realidad actual?
tintam ente del nivel lingüístico del que se p arta el análisis. Es decir, un ele
m ento lingüístico considerado com o diacrítico o idiomàtico h ab rá tenido
que ser, necesariam ente, u n a palabra con u n a restricción significativa y
com binatoria menor. Además, h ab rá sido habilitada para participar en
estructuras de mayor com binación y con valores comunicativos más
amplios en el uso social de la lengua. Así, cobraría más sentido pensar, p or
ejemplo, que polvorosa19 no es u n a anom alía, sino u n a palabra que en su
diacronia fue u n a form a fem en in a del adjetivo p o lv o ro so -h o y polvoriento
‘lleno o cubierto de polvo’- que cuando acom pañaba a nube sufriría u n a
prim era restricción (una suerte de p rim er grado de fijación) y form aría
u n a especie de colocación nube polvorosa, la cual sería, a su vez, form ante
de u n a locución adverbial poner los pies en nube polvorosa, que tras un p ro
ceso de acotam iento de uso (un posible segundo grado de fijación) sufri
rá u n a omisión del elem ento nube, resultando en la sincronía actual así:
poner pies en polvorosa. En este caso, la fijación es tan im portante que se
puede percibir cierta rigidez, posible causante de la idea de que polvorosa
no arrastra significación alguna. Sin em bargo, al com partir ciertos ele
m entos morfológicos con la variante actual polvorienta, nos ayuda a evocar
u n a posible interpretación significativa del elem ento en concreto. Por
ejemplo, no ocurriría así con oxte (form a actual: ni oxte ni moxte), lirondo
(form a actual: mondo/a y lirondo/a), pendingue (forma actual: tomar el pen
dingue), etc. Sí, en cambio, con volandas (form a actual: en volandas, y su
variante, en volandillas) y al vuelo, traviesa (form a actual: en campo traviesa)
y a través, prietas y apretadas (form a actual: en calzas prietas*1) ...
Todo esto nos dem uestra que, d en tro del estudio diacrònico de las
locuciones, es de vital im portancia el m ostrar la historia particular de cada
u n a de ellas con tal de en te n d e r sus procesos de configuración. Además de
ello, este repaso nos ha m ostrado que, p o r ejemplo, ciertas acuñaciones
actuales dentro del ám bito fraseológico no son lo más certeras posible si
partimos desde una consideración diacrònica, es decir, desde u n a posición
que persigue observar el reco rrid o y la configuración de una u n idad fra
seológica. M etodológicam ente, resulta necesaria u n a acepción de palabra
idiomàtica o diacrítica, siem pre y cuando se pued a englobar en ella, en
principio, la ausencia de caracteres significativos y de usos únicam ente fra19 Revisado en el CORDEe 1 25 d e e n e ro d e 2016, d o n d e e n co ntram o s en la búsqueda de polvo
rosa 154 casos en 110 docum entos, siendo el m ás antiguo registrado en el CORDEde 1427-1428 y tenien
d o un valor totalm ente léxico, o a u tó n o m o segú n los fraseólogos, d o n d e se registran, e n tre otros, nube
polvorosa o polvorosa nube.
20 Polvorosa no debe considerarse, en n in g ú n caso, com o un e le m en to virtual de la lengua. Es
m enos descabellado pensar q ue fue u n a variante lingüística q u e ha sido restringida en su uso y final
m ente desechada en la variedad del español actual.
21 Aquí, p o r otro lado, habría q u e ver si prieto haría referencia a la ‘cualidad o scura’, es decir, al
color negro, pues prieto/a era la form a m edieval del actual negro; o si corresp ond ería con el concepto
d e ‘c e ñ id o ’, ‘ajustado’.
seológicos. Estas descripciones p u ed en ser útiles y claras desde u n a sin
cronía concreta, no así si tom am os diversos ejes temporales. Quizá p o r
eso, el estudio del español actual haya ab ordado el análisis de estas pala
bras diacríticas con u n a finalidad de estudio p u ram en te sincrónica, sin
pensar en el recorrido histórico subyacente22.
En cualquier caso, se debe ten er en cuenta un factor de im portancia
capital, el considerar históricam ente la producción y el producto lingüís
tico en su totalidad23. Es decir, habría que pensar en el proceso de cambio
y la restricción de variantes, viendo la configuración de cada u n a de las
palabras (incluyendo la palabra que hoy se considera diacrítica) p o r sepa
rado, y, a su vez, como form antes de lo que serán unidades fraseológicas
(pervivan o no hoy en la lengua).
5 . Pa l
a b r a s d ia c r ít ic a s : pr o pu e s t a s d e c l a s if ic a c ió n
Algunos de los autores ya m encionados han creído conveniente esta
blecer u n a clasificación de estos elem entos únicos. Zuluaga O spina (1980)
fue el prim ero en observar de d ó n d e procedían estas palabras peculiares,
creando, a su vez, u n a tradición taxonóm ica que no se ha visto revisada ni
m odificada sustancialmente.
García-Page Sánchez (1990: 288-289) aunará, en u n prim er intento, la
definición con la clasificación o procedencia:
Un grupo de palabras que podría considerarse “idiomáticas”, en tanto que parecen
realizarse únicamente como componentes de una estructura Iocucional, estaría cons
tituido por los monosílabos chuz, juz, cox, pos, plin, ton, etc... de las construcciones sin
tagmáticas (Sin decir ni chuz ni muz, Ni tanjus ni tan mus (o la variante yus ni mus), A cox
cox, (a veces, de forma soldada A coxcox), en pos de, a mí plin, sin ton ni son, etc. Del
mismo modo, cabría considerar palabras idiomáticas elementos originados a partir de
algún procedimiento de desfiguración fónica del significante de una palabra existen
te, por apócope, por algún tipo de juego onomatopéyico, etc., tal como ponen de
manifiesto expresiones del tipo; a troche y moche, un toma y daca (o andar al daca y torna)',
penseque, asnéque y burréque, todos son hermanos', poner pereque', hico, haque, hoque, pan tosta
do con arrope, que (si) patatín que (si) patatán; de pe a pa; erre que erre, dar en el búsiles.
Sin em bargo, lo que él considera m onosílabos tam bién participa de los
procesos que él llama desfiguración fónica {muz, m u ‘sonido de la vaca’),
22 Los valores de asem anticidad y fijación, en cierta m anera, son valores estáticos, inamovibles,
no dinámicos. La diacronía, en cambio, implica distintos m om entos históricos, u n a acción configuradora, diversos estados, u n a sum a de m o m entos estáticos. P o r lanto, la asem anticidad y fijación, sien
do actos, son consecuencia de una acción lingüística concreta.
23 U n a vez más, las palabras de Rafael Lapesa son muy certeras para describir la realidad de estos
com p onentes de la lengua: “Actividad o p ro d u cto in term edio e n tre lo m era m en te lingüístico y las for
mas elem entales de la literatura tradicional, la fraseología presenta, com o éstas, asom brosa c on tin ui
dad en m edio d e su incesante renovación” (Lapesa 1992: 85).
apócope (sin ton[o] ni son[o] ) 24, o ju e g o onom atopéyico ( chuz ni muz, yus
ni mus). Todos ellos hechos configuradores de la historia particular de
cada u n a de estas unidades fraseológicas.
Más tarde, García-Page Sánchez (1991) describe las características de las
palabras diacríticas por niveles. Los rasgos sintácticos englobarán a palabras
que acom pañan preposiciones. D entro del nivel morfológico, analizará las
que están formadas p or compuestos, p o r afijos (y pseudoafijos) y p o r m ono
sílabos. Asimismo, nom brará palabras de características léxicas, ya sea p o r el
origen, como préstamos y desfiguraciones fónicas, o por el uso especializa
do. Asimismo, semánticamente ten d rá en cuenta el sentido idiomàtico de la
unidad fraseológica, señalando la antonim ia y sinonimia y otras posibles
palabras que se tengan en relación elem entos pragmáticos.
En nuestra opinión, si bien este estudio se ha alzado com o originario
y fundacional en esta concreción de elem entos locucionales, la descrip
ción no resulta todo lo m etódica que cabría esperar, sobre todo desde el
p u n to de vista de su configuración, pues, p o r ejemplo, si las palabras idiomáticas carecen de significado, n o es recom endable aducir a u n a caracte
rización de sinonim ia y an tonim ia (sí, sin em bargo, en las locuciones y uni
dades fraseológicas que contengan o no palabras diacríticas, pero no para
la descripción de estas palabras en sí). Es decir, creemos que estos ele
m entos idiomáticos co n tienen distintos procesos configurativos, afectando
a veces a diversos niveles lingüísticos a la vez.
De toda esta taxonom ía lo más interesante para la historia de la lengua
sería, sin duda, la consideración de préstam os que hace el autor. Esta cla
sificación resulta im portante p o r la implicación diacrònica anotada, así
com o p or la tradición, que h a sido seguida p o r los distintos autores de la
investigación fraseológica actual. De tal m odo, afirma así García-Page
Sánchez (1991: 248):
En este apartado podrían incluirse, formando un grupo muy heterogéneo, todas las
voces que se han considerado palabras idiomáticas bien por constituir un arcaísmo
(palabra procedente de un estadio pretérito de la “misma lengua histórica”) bien por
presentar un neologismo (“préstamo” en sentido estricto o palabra procedente de otra
“lengua histórica”) o un término importado de otra lengua funcional de la misma “len
gua histórica”).
La noción del arcaísmo m erece un estudio concienzudo propio, ya que
el fragmento “palabra procedente de un estadio pretérito de la ‘misma len
gua histórica”’ es un concepto difuso, am plio y poco concreto dentro del
24
En sin Ion ni son, se puede c re e r que la apócop e, e n te n d id a com o form ante de u n a palabra dia
crítica, es la que afecta a Ion < lono. Es curioso, en cu alquier caso, que limo proviene de T O N U S , y son,
d e SO NUS, ambas del latín, patrim oniales y c o n apócop e e n esta un idad fraseológica. La única dife
rencia resulta en q u e Ion hoy m an tien e la variante con -o final, y son carece d e ella. En definitiva, son
pro d u cto y resultado claros de su trayectoria diacrònica.
estudio diacrónico del lenguaje. Se ha puesto en d ud a la noción de arcaís
mo, pensando en cómo u n elem ento que es usado en la actualidad puede
sendrse como antiguo. Podemos suponer que actúa u n a suerte de percep
ción de fijeza e inmovilidad temporal del elem ento lingüístico en concreto,
pero m ucho dista eso de habilitar u n a calificación de relativa vejez. Es más
conveniente aceptar las ideas expresadas p or Michelena Elisalt (1985: 75 n.
3), en las que todas las variedades del lenguaje son conservadoras e innova
doras en mayor o m en or medida, pero en definitiva todas lo son:
L a c o in c id e n c ia e n tr e d ia le c to s m a rg in a le s tie n e a lta p r o b a b ilid a d d e s e r u n a rc a ís m o ,
p o r q u e es m á s s im p le a d m it ir la c o n s e rv a c ió n in d e p e n d ie n t e d e u n ra s g o t r a d ic io n a l
q u e u n a in n o v a c ió n c o m ú n n o m e n o s in d e p e n d ie n t e . N o es e n m o d o a lg u n o q u e las
á re a s la te ra le s se a n m ás c o n s e rv a d o ra s q u e o tra s : a l c o n t r a r io , s u e le n s e r las q u e m á s
se a p a r ta n d e l t ip o c o m ú n . P o r o t r a p a r te , ¿ tie n e m u c h o s e n t id o h a b la r d e a r c a ís m o
e n g e n e ra ], c u a n d o se t r a ta d e v a rie d a d e s c o e tá n e a s ? T o d o s lo s d ia le c to s c o n s e rv a n y
to d o s in n o v a n .
Distinto hech o es la posible concepción del uso del arcaísmo com o
rasgo innovador. Esto cobra más im portancia si cabe en la fraseología,
pues quizá es d o n d e el factor creativo del hablante es más relevante, n o ya
tanto como p o r su uso concreto y situacional, extensible a la com unidad
social contigua a su origen, sino p o r la posibilidad de establecerse com o
u n elem ento de uso fraseológico. Es decir, un elem ento en ten d id o com o
arcaico puede actuar com o u n a innovación. Se pued e pensar en que este
tipo de reacción provenga de u n a suerte de imitación de u n a form a rem o
ta, existente o no en el pasado de la lengua (esto sería u n a especie de
copia virtual analógica); o que provenga de la recuperación de u n a pala
bra que fue y, tras h ab er desaparecido del acervo lingüístico de un estadio
tem poral concreto, se reactive su uso (sería la recuperación de u n ele
m ento ya desaparecido). En cualquier caso, serían intentos en diverso
grado de creación literaria popular, la cual com ienza con el m odo pecu
liar de hablar y term ina en la fijación y aceptación p o r un nú m ero de
hablantes d en tro u n a com unidad social concreta.
El neologismo es tam bién sintomático, don de se incluye a la palabra
procedente de otra lengua, esto es, al préstam o lingüístico (García-Page
Sánchez 1991: 248). El au to r no nom bra, p o r otro lado, si se refiere a los
extranjerism os no adaptados, adaptados, xenismos o calcos semánticos,
estos últimos siendo incompatibles en principio p o r el carácter no-significativo de las palabras diacríticas. Además, se afirm a la consideración de
u n a palabra de otra lengua funcional de la misma lengua, es decir, u n a
palabra que ten d ría u n a especialización semántica y pragm ática concreta
que se extrapolaría y am pliará su uso25.
25
Véase, com o ejem plo, lo d icho an terio rm en te acerca de santiamén, com o palabra diacrítica de
la u nidad fraseológica en un santiamén.
M artí Contreras acepta la clasificación formal de análisis de Ruiz
Gurillo (1997: 75-81), pero in sertando “los ejemplos con diacríticos, que
creíamos más adecuados” (M artí Contreras 2004: 662) p o r distintos nive
les: fonético-fonológico, m orfológico, sintáctico, léxico-semántico. Hace
u n a buena clasificación, pero sin an o tar palabras que participan de más de
u n proceso diacrònico. Esta clasificación quedaría, en nuestra opinión,
desarticulada, pues sería recom endable que cada u n id ad fraseológica
(contenga o n o palabras diacríticas) se explicara analizando los procesos
ocurridos en cada uno de sus niveles. No es deseable, pues, restringir la
form ación y procedencia a u n solo nivel.
Aguilar Ruiz (2011: 89-90) h ará u n a clasificación aten d ien d o a “fenó
m enos de naturaleza fonológica y directa de la lengua latina”, procedi
m ientos morfológicos o hechos sintácticos. Esta separación p o r niveles
conlleva los mismos inconvenientes que la an terio r de M artí Contreras, y
es que hay unidades fraseológicas que contienen palabras que han sufrido
el cambio lingüístico de muy diversa m an era y grado, sin ser ellas diacríti
cas, aunque sí com ponentes fraseológicos. Estas palabras idiomáticas no
son distintas del ya m encionado caso de santiamén, d o n d e concurren p ro
cesos fonético-fonológicos y gráficos, morfológicos, sintácticos y sem ánti
cos. Sería recom endable u n a m etodología que, d en tro de la historia par
ticular, señalara el espacio tem poral en el que cada u n o de los procesos
concretos modifica o afecta a la palabra que hoy en día pensam os com o
diacrítica, todo ello siem pre en la m edida de lo posible.
6. C
o n s id e r a c io n e s f in a l e s
D entro de la fraseología histórica del español es necesario, pues, un
estudio exhaustivo que perm ita establecer la delimitación concreta de los
elem entos aquí analizados, las llamadas palabras diacríticas. Asimismo, es
deseable observar su com portam iento particular y la configuración de las
locuciones y otras unidades fraseológicas de las que form an parte. No es
gratuito decir que una palabra considerada como diacrítica se caracteriza
p o r su acusada restricción en alguno de los niveles lingüísticos, ya sea rela
cionados con la forma (fonético-fonológico y m orfológico) o con el signi
ficado (sintáctico, semántico e incluso pragm ático).
Las posibles limitaciones ocasionadas p or el uso fraseológico resultan
de especial interés, pues p u e d e n llegar a explicar la causa de su aisla
m iento formal y funcional d e n tro del repertorio léxico de un grupo de
habla concreto. Tales acotaciones lingüísticas son producto de un proceso
de fraseologización, esto es, consecuencia de su vinculación y uso fraseo
lógico. Así, cobra especial interés constatar que en ocasiones actuarán fac
tores que limitarán el significado; otras veces, afectarán a secciones del sig
nificante, y adem ás sería posible q u e incluso su uso léxico y situación de
disponibilidad cambie. En cualquier caso, el resultado será siem pre con
secuencia del proceso de com binación fraseológica que desem boca en el
significado idiomàtico, esto es, la palabra se verá gradualm ente afectada
p o r su aparición repetitiva y reiterada con los elem entos adyacentes en
u n a continuidad histórica que culm inará en u n a fijación muy m arcada y
caracterizará a la locución que la contiene.
En p rim er lugar, la asem anticidad y la aparición única en el seno de
u n a unidad fraseológica, pilares descriptivos detallados con anterioridad,
son formas distintas de restricción lingüística. La pérdida total del conte
nido léxico es u n a limitación sem ántica que h a resultado de su fraseologización. En las palabras diacríticas, esta carencia de disponibilidad léxica y
carácter significativo p u ed e observarse en dos vertientes: en palabras en
que el elem ento designado no form a parte ya de la realidad cultural (ar
caísmo), y en casos en que ha habido u n a sustitución de form a lingüística
para representar un mismo objeto designado (sinonim ia). En consecuen
cia, son palabras que en el pasado tuvieron u n uso vigoroso que ha ido dis
m inuyendo a través del tiem po y se h an visto afectadas p o r su fijación fra
seológica. Esto implica, en definitiva, que estas palabras tuvieron un valor
léxico más am plio en el m om ento constitutivo de su u n id ad fraseológica:
palabras com o deslayo (en en deslayo), tro (en tro que), fondón (en de fondón o
en fondón), etc., serían algunas de ellas26.
Al m argen de los elem entos referenciales (a priori sin significación)
presentes en topónim os, antropónim os y onom atopeyas aducidos com o
elem entos diacríticos, hay palabras que se han alejado de su form a habi
tual a través de procesos analógicos, com o es, p o r ejemplo, el patrón de
creación fraseológica a + sustantivo/ participio /gerundio + as. Su restricción
es, en este caso, formal, del significante y no del significado, com o en * a d
f u r t u m > a furto > a furtadas > a hurtadas > a hurtadillas ‘sin que nadie lo
n o te ’, con u n significado exactam ente igual al que tenía en latín, ya estu
viera expresado p or su form a latina f u r t o 27 o p o r la locución * a d f u r t u m :
la palabra h a sufrido un cambio form al a lo largo de su historia locucional
que ha desem bocado en u n a restricción m ucho mayor y el resultado se tra
duce en u n a limitación del significante en su form a fraseológica ju n ta2(>A deslayo ‘en hilera, e n fila’; tro que, ‘hasta q u e ’; de fondón, ‘hasta las mismas raíces, orígenes,
base’, en fondón, ‘e n el ex trem o más alejado y p ro fu n d o ’ represen tan fases diferentes del proceso.
Deslayo y tro ya no existen, serían palabras desaparecidas en tanto no se produzca su reactivación.
Fondón, en cam bio, sí, razón p o r la qu e es considerado un arcaísmo, a u n q u e tenga sim ilitud con fondo,
palabra vigorosa hoy en día y con la cual p ued e ser relacionada sin pro blem a alguno. Todas ellas m an
tienen hoy, p o r tanto, u na relación significativa estrecham ente vinculada a la u n id ad fraseológica ori
ginaria en su m om en to fundacional. Es, por tanto, un ejem plo de restricción sem ántica sufrida en el
paso del tiempo.
27
Véase en la e n tra d a de FURTUM el p u n to II. B. 1. b . d o n d e F U R T O : 'by slealth, secretly.
<h ttp ://w w w .p e rse u s.tu fts.e d u /h o p p e r/>. C onsultado en línea: 1 7 /0 8 /2 0 1 6
m ente con su especialización com o parte de u n sintagm a preposicional
muy marcado: a + s u st./p a r i./ger. + as en que hay restricción morfológica
y sintáctica de la palabra (relacionadas con el significante). O tros casos
son a sabiendas, a postremas, a rentas, a secas, a traviesas, etc. Con todo, no hay
que obviar que estas palabras son fruto de factores cognitivos asumidos
socialmente p o r los hablantes que las utilizan, ya sea acotándolas signifi
cativamente com o eje idiom àtico d e la locución o cam biando su form a
m ediante distintos patrones de creación y modificación léxica.
Por lo que respecta a los to p ó n im o s y an tro p ó n im o s, se consideran
p o r lo general com o palabras diacríticas d ebido a su ausencia de valor
léxico. En cualquier caso, p o d em o s decir que no son asem ánticos; son,
eso sí, elem entos referenciales q u e evocan u n a designación concreta,
u n a población o un ser h u m a n o específico, com o sucede con Potosí, en
valer un Potosí, que es u n a ciudad d e Bolivia. Si se desco n o cieran las cua
lidades referenciales relativas a ese n o m b re de lugar, sí se cum pliría el
rasgo de asem anticidad en la p alab ra diacrítica; no así u n a vez se supie
ra qué es y qué sentido co m p o rta (en este caso ‘riq u eza’ y ‘prosperi
d a d ’), sentido que afectará a la significación idiom àtica de la u n id ad fra
seológica. Más claro es el ejem plo Villadiego, en tomar las de Villadiego, ya
m encionado an terio rm en te: p o d em o s pensar en la evocación de m uchos
m unicipios españoles (p o r el c o m p o n e n te villa, ya sea com o parte del
topónim o o p o r su carácter léxico) y al m unicipio de Villadiego (Burgos,
España) en sí. La significación sería referencial y conllevaría cargas de
sentido (como en el caso de Potosí), necesarias en ocasiones p ara la con
figuración del significado idiom àtico de la com binación fraseológica.
Sufrirían, en tales casos, u n a restricción referencial ocasionada p o r u n a
cad en a de m etonim ias o m etáforas en las que este n o m b re p ro p io con su
referencia q u ed aría fijado a su lim itación fraseológica p o r su ap o rte a la
construcción idiom àtica de la locución que la contiene. La referencia,
obvia en el m o m en to de la creación cultural de la u n id a d fraseológica,
se p erd erá y no afectará al significado idiomàtico; si se consideran pala
bras diacríticas es ju sta m en te p o r esta razón. Es n u estra opin ió n que
estos elem entos deberían tratarse, en el estudio histórico de la lengua,
com o meros topónim os y an tro p ó n im o s insertos en com binaciones
inmovilizadas, librándolos de esa etiq u eta fraseológica de palabra diacrí
tica. Finalm ente, otros elem entos referenciales considerados com o tales
serían los monosílabos, algunos d e ellos onom atopéyicos: su origen for
mal no conlleva de o rd in ario excesivos problem as y su carácter referen
cial es generalm ente obvio y claro (im itación de u n sonido que quiere
evocar, ya sea ese sonido en co n cre to o todo lo q u e ro d e a su producción
y circunstancias). Son, en definitiva, ejem plos de restricción de uso y de
coaparición lingüística, in d istin tam en te del signo lingüístico al que p er
tenecen.
Todas estas razones responden a u n eje sincrónico concreto. Si se pre
tende indagar en la p ro fu n d id ad histórica, social, cultural 28 y lingüística de
estas palabras, se h ará imposible la consideración total de asem anticidad
señalada desde Zuluaga O spina y seguida p o r todos los fraseólogos actua
les, pues las palabras encierran procesos de restricción que dem uestran
que no es así. Por tanto, sería deseable te n er en cuenta que en principio
las palabras diacríticas son signos lingüísticos susceptibles de sufrir limita
ciones p o r su reiterada participación en com binaciones fraseológicas a lo
largo de su vida en u n a lengua histórica, restricciones ya sea semánticas,
formales o de uso, ocasionadas p o r el hecho de participar en procesos de
fraseologización inmovilizadores que desem bocan en la opacidad léxica
(que p u ed e ser total o parcial, en su sentido lingüístico y tam bién en el
social). Desde esta perspectiva, en definitiva, su estudio tiene m u ch o que
aportar a la fraseología histórica.
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