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EL RELOJ HABLA EL LENGUAJE DIVINO

2019, BASTA HACER EL BIEN SIN MIRAR AQUIEN

El video 1 que lo ha compartido Solomon i es muy valioso y por ello amerita hacer una recapitulación y reflexión al respecto. Varias personas a quienes he compartido el mismo, han confesado sus dudas de si este tipo de proceder ante una determinada infracción se lo puede generalizar y si acaso es el más adecuado para todos los casos. Indudablemente que en cualquier sociedad en la que los grados evolutivos y los niveles de conciencia individuales son disímiles, los resultados o efectos van a ser diferentes. El episodio relata la fina y admirable manera de cómo el educador escolar enderezar la conducta de un niño que se encuentra en 1 https://youtu.be/yf-AlywtY5g

EL RELOJ SE SUSTRAE EN EL LENGUAJE DIVINO. El video1 que lo ha compartido Solomon i es muy valioso y por ello amerita hacer una recapitulación y reflexión al respecto. Varias personas a quienes he compartido el mismo, han confesado sus dudas de si este tipo de proceder ante una determinada infracción se lo puede generalizar y si acaso es el más adecuado para todos los casos. Indudablemente que en cualquier sociedad en la que los grados evolutivos y los niveles de conciencia individuales son disímiles, los resultados o efectos van a ser diferentes. El episodio relata la fina y admirable manera de cómo el educador escolar enderezar la conducta de un niño que se encuentra en 1 https://youtu.be/yf-AlywtY5g 1 un proceso formativo y que ha caído en el error. En este caso es el niño transgresor el cual, ya adulto y como maestro también, se encuentra con su viejo preceptor de la escuela. Y es allí donde se revela el trasfondo de la lección moral y pedagógica que el maestro impartió a todos sus alumnos, trocando el mal en bien, sin lesionar, quizás de forma permanente, la dignidad y autoestima del muchacho que cayó en la tentación de apropiarse de algo que no le pertenecía. Imaginaos la escena, en la cual los compañeros de aula, parados en filas y sus ojos cerrados, con el corazón latiendo a mil en sus pechos, sus tiernos espíritus alterados, asustados e incómodos, no porque les acosaba la culpabilidad, sino por mirarse como potenciales sujetos de sospecha a la vista de los otros y de su mentor. Y mucho peor estaría el protagonista de la historia, envuelto en una sensación de indefensión total, absoluta fragilidad y desolación por cargar en su ser el fardo de la culpabilidad, a la espera de la revisión y el bochorno posterior ante sus compañeros de aula, cuando se descubra su falta. Estas escenas las grafico con cierto detalle y dramatismo, porque quiero señalar que es conocido que, en estas edades de formación temprana del ser humano, las experiencias buenas y malas se impregnan más en el cuerpo emocional y son indelebles en la conciencia, sobre todo cuando están rodeadas de una fuerte carga emocional. El profesor nunca puso en evidencia ante los demás al compañerito que se había apropiado del reloj ajeno y aquello fue profundamente apreciado en el corazón del rapaz jovenzuelo. Muy probable es que también impactó favorable y hondamente en el ánimo y sentimiento de los demás muchachos. Y esa lección levantó la admiración y respeto del alumnado hacia el profesor y fusionó dicha impronta, para siempre, en el alma del ladronzuelo principiante, señalándole de esta manera el sendero y la inspiración para decidir luego escoger también el magisterio como su futura profesión. Acontecimientos como éste, que no son inusuales en las aulas de enseñanza escolar, por lo general se enredan en la pesquisa y cacería del autor o autores del desatino por medios gravosos, a veces muy crueles y, en la aplicación, por parte de las autoridades, de un “castigo ejemplar” para que, tanto el actor de la infracción como los demás individuos involucrados en el suceso reciban el mensaje a través de la acción punitiva y, por lo general, la vindicta pública del infractor. Esta metodología, usualmente desemboca en un trastorno severo por estrés post traumático 2 de los actores, lo que solo conduce a la inseguridad e incertidumbre, como consecuencia. Es así, más o menos, cómo actúan las sociedades y la justicia humana de todos los tiempos frente a sucesos similares. Y los resultados son magros y de dudoso efecto positivo, de lo que se observa, pues la violencia, el miedo y el odio se mantienen y se manifiestan todavía de diferentes formas y los individuos prosperan muy poco en su desarrollo interno. Pero allí no culmina toda la instrucción. Lo extraordinario creo ver en el corolario de la historia, cuando el joven discípulo le indaga a su mentor del pasado el por qué no le puso en evidencia como el responsable del hurto ante los demás y por qué nunca le recriminó, a lo que el anciano maestro le responde que no lo hizo porque había inspeccionado los bolsillos de los niños en busca del reloj desaparecido, ¡también a ciegas! y, por tanto, no podía saber cuál alumno era el infractor, sino hasta ese mismo momento del encuentro tardío, cuando ambos se reconocen, cara a cara y el otrora ladronzuelo se identifica. Valientemente le confiesa así al ex alumno el desenlace casi olvidado, en aquel encuentro casual de dos almas fraternas que lúcida y serenamente se abrazan en pacífica confesión. No cabe duda que hay muchas mayores enseñanzas agregadas al valor moral y ético que se extrae de este relato. El profesor tuvo el acierto espléndido de realizar la dolorosa tarea de la requisa a ciegas, talvez inadvertidamente o de manera consciente para que el resultado no le afectase a su conciencia pues, de otra manera, hubiera tenido que evidenciarle públicamente al niño infractor y no convertirse él mismo en encubridor. De la forma en que se desarrolló el asunto, con tan sutil solución, este adquiere o se eleva a una categoría axiológica superior, de gran peso y valor espiritual. Gaia, nuestro hogar, y los seres invisibles que ayudan en la evolución de los reinos de la naturaleza y en nuestro desarrollo espiritual, actúan y operan de idéntica manera a la del profesor del cuento. Y así mismo accionan las leyes terrenas y las del Cosmos, impersonalmente, desligadas totalmente de alguna clase de ligazón o quid pro quo. El lenguaje del Ser Supremo es el lenguaje del Amor Universal y de la verdadera justicia, tan 3 difícil de entender para la limitada conciencia y mente de los seres humanos, pues estamos esclavizados a los diversos vehículos imperfectos que compone nuestra compleja estructura corporal y actuamos y juzgamos en armonía con nuestro desarrollo conciencial e intereses, muchas veces mezquinos. Los atajos al conocimiento de la verdadera Luz que se permean desde el trasunto de este tipo de anécdotas, como ocurre con los mitos y los símbolos, nos ayudan a aprehender verdades absolutas que se escapan, que se escurren de nuestro pobre entendimiento y sólo se perciben con el ideal del espíritu. Es así como, en su obra "Misterio de la Grandes Operas, Max Heindel nos dice que los mitos y símbolos sutilizan nuestros instrumentos al afirmar que "como la semilla germina invisiblemente en la tierra antes de que pueda florecer por encima de la superficie visible del suelo, así estas imágenes impresas por los mitos en nuestros cuerpos más finos e invisibles, nos han puesto en un estado de receptividad por el que podemos fácilmente aspirar a ideales superiores y elevarnos sobre las condiciones sórdidas del mundo material. Estos ideales hubieran quedado ocultos por la naturaleza inferior, si no hubieran sido exteriorizados durante muchas edades por medio de mitos, precisamente como los de Fausto, Parsifal y otros semejantes." Los pueblos son la acumulación organizada de sus individuos alrededor de… “una cultura, una historia, tradiciones compartidas (religiosas, alimentarias, vestimentarias, artísticas, etc.), a veces una lengua”, a decir del sociólogo judío francés Michel Wieviorka y las naciones, por extensión, podríamos decir que son racimos de pueblos o comunidades humanas organizadas política y territorialmente y con ciertas características culturales colectivas alimentadas de un sentido ético-político. La Tierra, desde la óptica simplista del humano llano contemporáneo, es una acumulación de esas naciones y es el hogar material de los seres vivos, que necesitan de ella, de su cobijo, de sus recursos y energía para vivir. Así mismo, nuestro planeta es parte de un sistema solar que se organiza según un esquema celestial y lenguaje perfecto e impersonal, abstracto, llamado leyes universales, y, así, ad infinitum. El Hombre encierra en su estructura biológica y espiritual una organización equivalente a la de la Tierra y del Universo, pero orientada hacia el microcosmos. El aforismo hermético de “como es arriba es abajo y viceversa”, o Ley de la Correspondencia es la clave para entender muchos misterios y opera maravillosamente en los planos de los mortales y de todo lo creado o 4 existente, como de todo aquello que es una emanación del Orden Universal, de la Inteligencia Suprema o Espíritu Universal. Y el Cosmos, expresión omnipotente del Ser Supremo y nuestro Dios, creado de de nuestro Sistema Solar y nuestros planeta y dador de nuestras existencias, dan todo sin pedir nada, y somos nosotros los que decidimos cómo utilizar esos milagros de gratuidad inagotable y permanente, cada instante de nuestras vidas. Y, de esta forma avanzamos a veces a tientas o mejor gracias al hilo de Ariadna y según lo que nuestra mente, nuestro corazón y la evolución - "historia del progreso del Espíritu en el Tiempo", nos dicte. El dar sin espera nada a cambio, el hacer el bien, sin ni siquiera la expectativa de la compensación o reconocimiento interior, como fue el ejemplo divino de Jesucristo y como así lo hizo este educador, es una perla de sabiduría. Como pensamos, así somos, desarrollamos y construimos nuestro destino. El orientador de la narración no se contaminó a sí mismo con sentimientos parcializados ni tampoco contagió con una alocución moralista, apasionada o admonitoria a sus educandos, creció en sapiencia y educó y pulió, de modo anónimo, sin juzgar a nadie, logrando al mismo tiempo reproducir su servicio, en el silencio del bien y la paz, en otros. Jose Mejia 23-Oct. 2019 i Solomon Esha es la persona que trajo esta joya a un grupo de WhatsApp al que tengo el honor de pertenecer. Para mejor comprensión de los que necesitan ayuda o por no hablar inglés, transcribo una traducción libre y sucinta al español del contenido del video: LA ESENCIA DE LA DOCENCIA. Autor anónimo Un anciano conoce a un joven quien le pregunta: – ¿Se acuerda de mí? Y el anciano dice que no. Entonces el joven dice que fue su alumno. Y el profesor pregunta: – ¿Qué estás haciendo? – Soy profesor – Ah, qué bueno ¿Como yo? 5 – Sí. Me convertí en maestro porque usted me inspiró a ser también como usted. Luego le pregunta al hombre mayor que cuándo lo inspiró a ser maestro. Y el alumno cuenta la historia: “Un día, un amigo mío, también estudiante, llegó con un hermoso reloj nuevo, y decidí que lo quería para mí y lo robé. Lo saqué de su bolsillo. Poco después, mi amigo notó el robo y se quejó a usted (el maestro). Entonces usted se dirigió a la clase y dijo: – El reloj de vuestro compañero ha sido robado. Quien lo robó que lo devuelva. No lo devolví porque no quería hacerlo. Luego, usted cerró la puerta y les dijo a todos que se pusieran de pie y que iría a revisarles de uno en uno para buscar en los bolsillos de todos hasta encontrar el reloj. Pero les dijo a todos que cerraran los ojos, que haría esto con los estudiantes con los ojos cerrados... Todos cerraron los ojos y usted fue de bolsillo en bolsillo y cuando llegó al mío encontró el reloj y lo tomó. Continuó usted buscando en todos, y cuando terminó, dijo: ‘Abran los ojos. Ya tenemos el reloj’. No me dijo usted nada. Nunca mencionó el episodio. Nunca dijo quién había robado a nadie. Y ese día usted salvó mi dignidad para siempre. Fue el día más vergonzoso de mi vida. Pero también fue el día en que mi dignidad se salvó y no me convertí en un ladrón, un pandillero, una mala persona, etc. Nunca dijo nada. Ni al menos me dio una lección moral. Y recibí el mensaje. Y entendí que esto es lo que debe hacer un verdadero educador ¿Se acuerda de ese episodio, maestro? Y el anciano profesor responde: – Recuerdo la situación, el reloj robado, lo que busqué en todos, etc. Pero no te recordaba. Porque también cerré los ojos mientras buscaba. 6