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Andragogia

En su significado más simple, es la guía o conducción, de un conjunto de técnicas de aprendizaje o enseñanzas, donde los aprendices son los adultos; es la contraparte de la pedagogía, que es la orientación o enseñanza a niños. El modelo a seguir de la educación andragogìco, se basa en las exigencias del adulto, el cual decide que estudiar y para qué desea estudiar, según su requerimiento o necesidad de aprender, exigiendo más de lo que el profesor enseña, siendo autónomo en su aprendizaje, dependiendo de la manera de la enseñanza, la experiencia y la interacción grupal, aplicando de forma inmediata lo aprendido convirtiéndolo en más didáctico y fácil.

ANDRAGOGIA: En su significado más simple, es la guía o conducción, de un conjunto de técnicas de aprendizaje o enseñanzas, donde los aprendices son los adultos; es la contraparte de la pedagogía, que es la orientación o enseñanza a niños. El modelo a seguir de la educación andragogìco, se basa en las exigencias del adulto, el cual decide que estudiar y para qué desea estudiar, según su requerimiento o necesidad de aprender, exigiendo más de lo que el profesor enseña, siendo autónomo en su aprendizaje, dependiendo de la manera de la enseñanza, la experiencia y la interacción grupal, aplicando de forma inmediata lo aprendido convirtiéndolo en más didáctico y fácil. La característica fundamental de esta educación para adulto es; la forma de resolver las situaciones de conflicto o complejas, organizando el aprendizaje o lo aprendido en torno a la dificultad o problema, siendo esta una forma de alcanzar las metas y competencias deseadas he impuestas, afianzando los valores y las actitudes positivas, porque el secreto de este avance, es que el adulto aprende porque quiere y no porque debe. La Educación Permanente en el Adulto: Se fundamenta en un criterio aplicable a otros terrenos educativos: el de la formación permanente y continuada, a través de la cual cualquier persona se inserta en un proceso de aprendizaje y reciclaje de los conocimientos a lo largo de su vida. A nivel internacional el fomento de la educación de adultos se promovió tras el fin de Segunda Guerra Mundial con el impulso dado por la Unesco y desde finales de la década de los años 1970 se incorporó a las premisas del Estado de Bienestar. Uno de sus objetivos, en general era ser un tipo de educación compensatoria, reingresar a los adultos al sistema educativo. Para la década de los setenta, da un giro, sobre todo en América Latina, al considerar la tendencia de la Educación popular, de la cual se esperaba ser una arma de lucha para los más desfavorecidos. En el caso concreto de las Escuelas de Adultos institucionales, el objetivo principal es superar las desigualdades sociales y favorecer la inclusión integral de las personas sin títulos académicos o sin formación en campos recientes (como la ofimática), por tal que estas carencias no impidan su desarrollo laboral y de relaciones sociales. El aprendizaje en el adulto Esta educación permanente concibe al adulto como un individuo capaz de aprender, pero es necesario tomar en cuenta algunos aspectos característicos de la educación a lo largo de la vida, como son: pensar al adulto como capaz de gestionar su propio aprendizaje, desarrollar un aprendizaje vivencial, activo, participativo y práctico. Asimismo, como parte de la educación a lo largo de la vida, se busca que pueda favorecer el acceso a la educación de calidad por parte de toda la población, acercando principalmente a aquellas que se encuentran en situaciones vulnerables fungiendo un papel de nivelación cultural y educativa que promueva el derecho a la educación. Los retos de la educación de los adultos El acceso a la educación a lo largo de la vida todavía es selecto y complejo, empero se está procurando un gran esfuerzo para que sea un modelo inclusivo que sea participe del cumplimiento de las necesidades del ser humano. Entonces, uno de los objetivos de esta educación permanente es apoyar, guiar y acompañar al hombre efectivamente durante todas las etapas de su vida. Como reto fundamental, el sistema educativo deberá asegurar con claridad y transparencia el acceso de los adultos, principalmente considerando lo así por ser un derecho en sí mismo, así como medio de participación en distintas esferas sociales como la política, la cultura, entre otras. Las oportunidades de continuar aprendiendo no deben limitarse a un espacio-tiempo, sino al contrario permitir al individuo su desarrollo para alcanzar su potencial personal. Otro reto de igual importancia considera desarrollar el proceso educativo del adulto aprendiz mediante actividades que conlleven la adquisición de conocimientos, mientras que por la otra se realice el diseño de objetivos y metas adecuadas a los intereses personales de individuo, de allí la importancia de conocer adecuadamente a los usuarios o estudiantes, para poder plantear exitosamente situaciones y ambientes de aprendizaje que enriquezcan la experiencia humana. Objetivos de la Educación en Adultos: La finalidad de la educación de adultos es ofrecer a todas las personas adultas la posibilidad de adquirir, actualizar, completar o ampliar sus conocimientos y aptitudes para su desarrollo personal y profesional, a través de enseñanzas formales y no formales. La Educación de Personas Adultas tiene los siguientes objetivos: Adquirir una formación básica, ampliar y renovar sus conocimientos, habilidades y destrezas de modo permanente y facilitar el acceso a las distintas enseñanzas del sistema educativo. Mejorar su cualificación profesional o adquirir una preparación para el ejercicio de otras profesiones. Desarrollar sus capacidades personales, en los ámbitos expresivos, comunicativo, de relación interpersonal y de construcción del conocimiento. Desarrollar su capacidad de participación en la vida social, cultural, política y económica y hacer efectivo su derecho a la ciudadanía democrática. Desarrollar programas que corrijan los riesgos de exclusión social, especialmente de los sectores más desfavorecidos. Responder adecuadamente a los desafíos que supone el envejecimiento progresivo de la población asegurando a las personas de mayor edad la oportunidad de incrementar y actualizar sus competencias. Prever y resolver pacíficamente los conflictos personales, familiares y sociales. Fomentar la igualdad efectiva de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres, así como analizar y valorar críticamente las desigualdades entre ellos.