ISRAEL LIRA
FUNDAMENTOS DEL
CRISOLISMO
o de la filosofía, política y economía de un sistema
meritocrático, democrático y nacional
EDICIÓN
ES P ECIAL
LIMA♦PERU
MMXIX
1
Israel René Lira (Lima, 1990). Miembro de
la Sociedad Peruana de Filosofía y parte de su Consejo
Directivo en calidad de Secretario para el periodo 20202022. Director Adjunto del Centro de Estudios
Crisolistas y Jefe de su Departamento de Estudios en
Filosofía, Política y Economía. Columnista del Diario
La Verdad de Lambayeque. Asesor Legal en
Contrataciones con el Estado, Juntas de Resolución de
Disputas y Arbitraje. Derecho y Ciencia Política por
la Universidad de Lima. Reconocido en 2019 por la
Sociedad
Peruana
de
Filosofía
por
su
obra «Fundamentos del Crisolismo» Fondo Editorial
IIPCIAL, por configurar un aporte original a la
filosofía política nacional al plantear la plausibilidad
de una cuarta teoría política peruana. Otros trabajos
sobre el mismo tema han sido publicados por el autor
en la Revista Nihil Obstat y la Editorial Fides de
España y Geopolítica de Rusia. Reconocido en 2020
por la Universidad Católica Santo Toribio de
Mogrovejo en el marco de la labor de difusión de
contenido filosófico a través del Diario La Verdad con
auspicio de la Universidad Nacional Pedro Ruiz
Gallo. Reconocido en 2018 y 2020 por el Diario La
Verdad, por las más de 240 columnas publicadas sobre
filosofía, ciencia y política a la fecha. Colaborador
independiente y asesor altruista en materia de teoría
política para diversos colectivos sociales, algunos como
el Colectivo Junta
Nacionalista
del
Perú
y
ocasionalmente para la Coordinadora Nacional de
Licenciados de las FFAA del Perú.
2
Israel Lira
Fundamentos del Crisolismo
3
Lira, Israel.
Fundamentos del Crisolismo. - 1ª ed.- Lima: Centro de
Estudios Crisolistas, 2019.
Filosofía Política, Economía Política.
© Centro de Estudios Crisolistas
Ciudad de Lima
República del Perú
Edición digital
Julio 2019
4
5
¡Peruanos de todos los rincones de la patria, uníos!
6
Edición Especial ♦ Julio 2019
Junta Nacionalista del Perú
NOTA DEL EDITOR
La presente obra de Fundamentos del
Crisolismo de Israel Lira es una reproducción
de El Libro Dorado del Crisolismo del mismo
autor, inicialmente editado por el Fondo
Editorial del Instituto de Investigación para la
Paz, Cultura e Integración de América Latina
(IIPCIAL), y que se ha visto aumentado con
un capítulo adicional sobre economía
política.
HECHO EL DEPÓSITO LEGAL EN LA
BIBLIOTECA NACIONAL DEL PERÚ
No. 2019-02112
Impreso en la República del Perú
7
INTRODUCCIÓN
Louis Althusser fue tal vez el último de los
epígonos de aquella concepción escolástica de la
filosofía, comprendida como philosophia perennis,
es decir, como una constante repetición o como
un retornar en lo mismo, al estilo nietzscheano
(Badiou, 2006).
¿Pero qué es esto de lo mismo? ¿Qué es la
mismidad de lo mismo, que retorna en el destino
ahistórico de la filosofía? Se pregunta Alain
Badiou1 en un breve ensayo. Badiou da algunos
alcances interesantes desde la propuesta
althussiana, en tanto que para responder a estas
interrogantes, necesariamente tenemos que rozar
con la esencia misma de la filosofía. Esta esencia de
acuerdo a Badiou, y en torno al debate, puede ser
entendida desde dos aristas, una que nos remite a
la filosofía como un conocimiento reflexivo,
como autoconocimiento de la razón2, en el ámbito
teórico, y como conocimiento de los valores que
rigen nuestra vida en un ámbito más práctico, el
filósofo se manifiesta así en su forma de profesor,
tal como lo fueron Kant, Hegel, Husserl, etc.
1
BADIOU, Alain. (2006). «La filosofía como repetición creativa». En: The
Sympton. Online Journal.
2
RUHLE, Volker. (2010). «Estudio introductorio». En: HEGEL, G.W.F.
Tomo I. Editorial Gredos. pp. XI-CXVII.
8
La otra arista ve a la filosofía no como un
conocimiento, ni teorético ni pragmático, en sí
mismo, sino como transformación directa de un
sujeto. En el sentido de «Sócrates hablando a los
jóvenes en las calles de Atenas; como Descartes
escribiendo cartas a la princesa Elizabeth; como
Jean-Jacques
Rousseau
escribiendo
sus
confesiones; o las obras de Sartre…(…) La
diferencia es que la filosofía ya no es
conocimiento, o conocimiento del conocimiento.
Es una acción. Uno podría decir que lo que
identifica a la filosofía no son las reglas de un
discurso, sino la singularidad del acto»3.
Althusser, marxista él, aboga por esta visión activa
de la filosofía, definiéndola como una lucha
política en el campo teorético.
Badiou rescata de estas consideraciones dos
cosas fundamentales: 1. El acto filosófico está
caracterizado por una distinción clara, entre lo
que es conocimiento (Episteme) y lo que no lo es
(Opinión o Doxa). 2. El acto filosófico siempre
tiene una dimensión normativa, jerárquica, es
decir, p.ej., en el marxismo, el materialismo es lo
bueno, lo certero, lo objetivo, lo superior,
mientras que el idealismo, es lo malo, lo falaz, lo
subjetivo, lo inferior.
3
BADIOU. (2006). Ibid.
9
Estos dos puntos centrales del acto filosófico,
son la razón por la que se concibe a la filosofía
como «el eterno retorno de lo mismo», ya que
esas dos características se consideran como
inmutables en el acto filosófico, a través de la
historia humana. Ello, acota Badiou, es la razón
por la cual se percibe a la filosofía como siempre la
misma cosa, ya que cada filósofo, en esencia,
siempre busca 1.diferenciar y 2.establecer una
nueva jerarquía categorial. Pero todo no acaba
aquí.
Para Althusser, como hemos podido ver, la
filosofía es la eterna repetición de lo mismo, sin
embargo, a ello Badiou acota, repetición sí, pero
creativa. Ya que precisamente cuando un filósofo
realiza nuevas distinciones, donde otros veían
analogías, o realiza nuevas jerarquías donde otros
veían subordinaciones, se produce el acto de
creación de una nueva entelequia. Un nuevo
paradigma surge.
En nuestro particular contexto peruano,
surge la necesidad de una repetición creativa, ante
el resurgimiento de una vieja dicotomía4 que ya se
tenía por superada y que mengua la unidad del
pueblo peruano. Necesaria reiteración del
pensamiento peruanista, que disperso, ruega por
4
En alusión al debate entre el indigenismo y el hispanismo sobre la real
esencia identitaria de la nación peruana.
10
una unificación y por un recuerdo ante el olvido
(no sabemos si causado), de nuestra conciencia
cívica y patriótica; y creativa, ya que busca brindar
nuevos alcances acorde a la contemporaneidad
peruana.
Esta problemática denotada, fue el caldo de
cultivo que previó el surgimiento del crisolismo en
el Perú, que, vinculado a la ausente labor de los
científicos sociales peruanos, refrenda la
imperativa necesidad de una renovación y de una
nueva filosofía de la acción, o como diría la
filósofa brasileña Flavia Virginia, una metateoría
de la presencia5.
Hoy en día, la labor del científico social en el
Perú, parece, a los ojos de extraños y amigos,
ausente. Pero ¿Qué es un científico social? Sería la
primera pregunta. Un científico social en opinión
de Lechago Buendía6, es una persona que se
destaca en un campo del saber y que participa
activamente en la opinión pública con el ánimo de
influir en la transformación y progreso de la
sociedad que le ha tocado vivir.
Dentro de esta descripción entrarían algunos
pensadores peruanos como Hugo Neira,
5
VIRGINIA, Flavia. (2017) «The Realm of the Fourth Political Theory:
Contributions». En: Geopolitica.ru.
6
LECHAGO BUENDÍA, Francisco. (2015). «Un científico social, ¿un
intelectual?». En: Diario El País.
11
historiador y sociólogo, Director del SINAMOS7
durante el Gobierno Revolucionario de las
Fuerzas Armadas (1968-1980). Augusto Salazar
Bondy, ensayista, educador y filósofo,
Vicepresidente de la Comisión de la Reforma de la
Educación y presidente del Consejo Superior de
Educación en el ya citado periodo, así como
fundador del Instituto de Estudios Peruanos (IEP)
junto con Julio Cotler, antropólogo, sociólogo y
politólogo, quien fuera director del IEP. Los
mencionados académicos son ejemplos de
científicos sociales en todo su significado.
Por lo expuesto, podemos afirmar que no es
suficiente estudiar una ciencia social para ya de
por si atribuirse el denominativo de científico
social. Un científico social no es aquel que
solamente ha estudiado una ciencia social, sino
que, habiendo estudiado una, se destaca en la
misma por sus contribuciones e investigaciones,
participando asimismo en la transformación
activa de la sociedad. Siendo que entre las
actividades académicas básicas que realiza un
científico social, se destaca la publicación8.
7
Sistema Nacional de Ayuda a la Movilización Social, órgano de
concientización, propaganda y movilización política del velasquismo
durante el Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas.
8
VESSURI, Hebe. (2013). «¿Quién es el científico social en el siglo XXI?
Comentarios desde los contextos académicos y aplicados y desde la
corriente principal y la periferia». En: Revista Sociológica, año 28, número
79, pp. 201-231.
12
La segunda pregunta que ahora nos
planteamos es: ¿Y dónde están los científicos
sociales en el Perú del siglo XXI? ¿Dónde están
aquellos pensadores que buscan influir en la
opinión pública y transformar la sociedad de hoy
en día en una mejor versión de sí misma?
Lamentablemente esa generación está
mermando por el inequívoco paso del tiempo,
dejando la posta a personalidades sin mayor
involucramiento de por medio en la arena política
y sobre todo en la creación teórico política.
El transformar la realidad, no solo
contemplar sus equívocos, es la auténtica labor del
científico social. Ello aunado a un menor interés
de los gobiernos de turno por dar espacios de
conexión entre pensadores y población en general,
ha menguado por ello el nivel de visibilización de
los científicos sociales en el Perú.
Los científicos sociales peruanos por haber
reducido su labor al estricto terreno académico, a
lo que se aúna el miedo al rechazo social y al
ostracismo laboral, que implicaría su
participación en proyectos políticos y reformas
sociales, ha generado que los partidos políticos
estén faltos de doctrina, estrategia y programas
coherentes. El ocaso de los partidos políticos,
refrendamos, esta decantado también por el
13
alejamiento de los pensadores y científicos sociales
de los mismos.
En virtud a lo expuesto, y en aras de revertir
esta situación, es que se están llevando a cabo
investigaciones en los rubros que se tienen por
políticamente incorrectos en las ciencias sociales
oficiales, como la filosofía política, la metapolítica
y la geopolítica, en aras de identificar los
auténticos obstáculos que impiden nuestro
desarrollo como nación, brindando así las
necesarias
herramientas
para
la
institucionalización de un proyecto político. Es el
retorno de los científicos sociales a la palestra
política, ya que hoy por hoy, alejados de las
humanidades, los partidos políticos peruanos,
solo son empresas políticas, presas de la
corrupción, la improvisación y el clientelismo.
Producto de estas investigaciones, es que surge la
propuesta de una cuarta teoría política peruana,
bajo el nombre de, crisolismo.
Los puntos de partida de las investigaciones
que llevaron a la creación del crisolismo, se
configuraron en tres:
(i) La superación de las dicotomías
identitarias (indigenismo-hispanismo) en pos de
una propuesta sincrética (peruanista), que en
nuestro contexto, ya contábamos con referentes
14
nacionales, de la mano de pensadores como
Belaunde9, Wagner De Reyna10, Vollmar
Fuenzalida11 y Duthurburu12, cuyas bases se
pueden rastrear hasta el ideario del Inca Garcilaso
de la Vega13, de una identidad conformada por los
aportes hispanos, europeos e indígenas, a lo que se
aúnan ahora los pueblos amazónicos, africanos y
asiáticos. Refrendando con ello que la identidad
de los pueblos de Iberoamérica, corresponde a un
9
Con sus obras «Peruanidad» y «La Síntesis Viviente», publicadas en 1942
y 1950 respectivamente. «La peruanidad supera al hispanismo puro y al
indigenismo puro... (…). El Perú es una síntesis viviente; síntesis biológica
(…), económica (…), política (…), espiritual (…). Los peruanistas somos
hispanistas e indigenistas al mismo tiempo» (Belaunde, 1983).
10
Con su obra «Filosofía en Iberoamérica», publicada en 1949. «Dicho de
otro modo: lo indígena es la materia; lo ibero-católico la forma de nuestro
occidentalismo criollo» (Wagner De Reyna, 1949, p.78).
11
Con su obra «La Agonía del Estado Nación: Poder, raza y etnia en el Perú
contemporáneo», publicado en 1998.
12
Con su obra «Tres Ensayos Peruanistas», publicada en 1998.
13
Con su dedicatoria en sus ya famosos Comentarios Reales: «A los
Yndios, Mestizos y Criollos de los Reynos y Provincias del Grande y
Riquissimo Ymperio del Perú, el Ynca Garcailaso de la Vega, su hermano,
compatriota y paysano, salud y felicidad». Con Garcilaso, nos dice
Duthurburu (2003) nace la peruanidad como principio. Garcilaso se sintió
español en el Perú, indio en España y, finalmente, un mestizo peruano en
el ámbito universal. Pero la visión garcilasista no sería la única, que de
acuerdo al filósofo peruano Gustavo Flores Quelopana (2018), se
configura como una visión andina de la Peruanidad, de cuño integrador, al
respecto: «El pensamiento de los tres principales cronistas de sangre
indígena y mestiza durante el siglo XVII puede ser comprendido
cabalmente como tres visiones andinas de Peruanidad. Sus escritos
condensan su visión para resolver la profunda crisis en que se debate en su
momento la civilización andina tras la Conquista Española. La solución de
la síntesis completa, mediante el Orbe Indiano con incas y españoles
(Garcilaso); la solución de la síntesis parcial con incas e indios pero sin
españoles (Santacruz Pachacuti) y la solución más radical de la
contradicción sin síntesis, con indios pero sin incas ni españoles (Guamán
Poma). Los tres son proyectos monárquicos y teocráticos que se
diferencian por su composición étnica y curacal. Quizá la frustración de
las tres visiones andinas, que tuvo su último estertor colonial en el siglo
dieciocho con la revolución de Túpac Amaru II, ha sido responsable de
dejar incólume en el ideario nacional la esperanza de un proyecto político
autóctono para la etapa republicana» (p. 5-6)
15
sincretismo cultural que forja una identidad sui
generis.
(ii) La necesidad de una renovación
ideológica ante el fracaso de todas las teorías
políticas peruanas14 de mostrarse como alternativas
al liberalismo. En el Perú dicha situación, generó
un total desinterés por la política, puesto que
todas las teorías tuvieron las respectivas
oportunidades para plasmar sus idearios en la
práctica, pero todas fracasaron en brindar una idea
de modernidad, que solo el liberalismo peruano
(cuasi mercantilista) pudo reflejar, pero a su vez es
este mismo liberalismo el que el peruano
promedio aborrece por su esencia economicista,
desapegada de las herencias culturales, las
identidades colectivas, los patrimonios y los
intereses nacionales15. Apegada a una histórica
visión sustentada en el PBI16 y en una actividad
productiva principal, la minería, mas no en la
diversificación productiva, y en el real aumento de
las condiciones sociales y el bienestar general.
(iii) La imperativa exigencia situacional de
abogar por una propuesta científica en la
construcción de teorías políticas, es decir, de una
ideología que se guie bajo presupuestos científicos
que viabilicen o den mayor predictibilidad a los
14
15
16
Aprismo, Anarquismo peruano, Mariateguismo, Urrismo, etc.
BENOIST, Alain. (2002). «Crítica de la ideología liberal».
Producto Bruto Interno.
16
programas y a las propuestas políticas. Ya no basta
la simple promesa, la fe ciega en que algo ocurrirá
o no, sino la efectiva certeza empírica, dado a que
el programa político A, está apoyado por las
investigaciones y/o trabajos de campo B. Ello ante
la actitud de promesas y pragmatismos
economicistas de la política peruana en general,
totalmente desideologizada y acientífica, presa
fácil de los lobbies económicos. Todo ello
tomando como base la invitación del físico y
epistemólogo argentino Mario Bunge17.
Derivado de estos tres puntos, es que
comienza el trabajo creativo y deviene la
construcción del crisolismo como sistema
teorético, y estrictamente derivado del particular
contexto de la sociedad peruana e iberoamericana.
Sin perjuicio de las opiniones fukuyamianas
del ocaso de las ideologías y de su reemplazo por lo
que el filósofo francés Alain de Benoist llama la
gobernanza, es decir, la permuta de una visión
política por una tecnocracia economicista
despolitizada en apariencia en lo narrativo pero
17
«En lenguaje ordinario la expresión ideología científica designa una
contradicción tan flagrante como ciencia religiosa o centralismo
democrático. Sin embargo, en el parágrafo 2 hemos propuesto un concepto
técnico de ideología que no es necesariamente antitético al de ciencia. Por
cierto que una ideología religiosa no puede no puede ser científica, aunque
sólo sea porque la cosmovisión religiosa incluye entes supernaturales y
modos paranormales de conocimiento (tales como la revelación y la
comunión mística) inadmisibles en ciencia. En cambio, una ideología
sociopolítica puede ser científica». (Bunge,1985:131)
17
politizada en extremo en lo real bajo el marco
neoliberal; las ideologías políticas están vivas y
presentes hoy más que nunca.
Lo que hay de cierto en Fukuyama es que, de
todas las ideologías políticas, la que se enarbola
victoriosa, después de la caída del comunismo, es
la democracia liberal18, siendo por esta razón que
se habla de un ocaso, entendido como derrota de
los contendientes.
Las grandes potencias emergentes, ante este
escenario, han optado precisamente por una
renovación ideológica, claro ejemplo de ello lo
tenemos en la República Popular China con Xi
Jinping, cuyo Socialismo con peculiaridades
Chinas19 se aleja de un maoísmo clásico de línea
18
«What we may be witnessing is not just the end of the Cold War, or the
passing of a particular period of post-war history, but the end of history as
such: that is, the end point of mankind's ideological evolution and the
universalization of Western liberal democracy as the final form of human
government» (Fukuyama, 1989).
19
«El sistema del socialismo con peculiaridades chinas insiste en combinar
orgánicamente sistemas concretos, tales como el sistema político
fundamental y los sistemas políticos básicos con el sistema económico
básico, así como los regímenes y mecanismos de diversas áreas. Persiste
en combinar orgánicamente el sistema democrático de nivel estatal y el
sistema democrático de base. Persiste en combinar orgánicamente la
dirección del Partido con la máxima de que el pueblo sea el dueño de su
propio destino y del gobierno del país a la luz de la ley, lo cual concuerda
con la situación nacional de nuestra nación» (XI JINPING, 2014:11). Por
sistema político fundamental se entiende al sistema de asambleas
populares, mientras que por sistema político básico al de cooperación entre
partidos y de consulta. En torno al sistema económico básico se entiende
al sistema que tiene la propiedad pública como sujeto y el desarrollo
conjunto de las economías de propiedades múltiples. La renovación del
socialismo en china se enfrenta a lo que ellos llaman las cuatro pruebas de
la posmodernidad china: la prueba de la gobernación, la prueba de la
reforma y apertura, la prueba de la economía de mercado y la prueba del
ambiente externo.
18
dura, para seguir el rumbo iniciado por Den
Xiaoping20, con resultados efectivos. El mismo
camino lo siguió Corea del Sur en los 70’s, cuya
historia de partidos conservadores desde Justicia
Democrática hasta el Partido Saenuri, tuvieron
que apostar por una visión renovada, luego de la
guerra que dividió a la nación, y cuya experiencia
de Chaeboles21 está lejos de un capitalismo liberal
y más cerca de uno dirigista. Igual es el caso de
Singapur con el liderazgo de Lee Kuan Yew y con
el Partido Acción Popular que desde la
independencia ha regido al país, pasando de
pantanos a rascacielos bajo la bandera del llamado
Capitalismo con Valores Asiáticos. Similar es el
caso de Vietnam y Laos, lo que fue el Socialismo
Árabe de Nasser22 o la misma Siria de Bashar al
20
La teoría Den Xiaoping se centra principalmente sobre tres conceptos, el
de reforma, apertura y primacía de la realidad, seguido de una redefinición
de la categoría de socialismo que permita responder a la pregunta de cómo
construir el socialismo en un país, hasta hace varias décadas, atrasado
económica y culturalmente y que precisamente dio el gran salto adelante a
partir de las atingencias de Den Xiaping bajo las 4 modernizaciones:
Agricultura, Industria, Defensa Nacional, Ciencia y Tecnología.
21
Grandes conglomerados de empresas auspiciados por el Estado SurCoreano durante la presidencia de Park Chung-hee. Entre las más
importantes en la actualidad tenemos a Samsung, Hyundai y LG.
22
«El comunismo trata de resolver la lucha de clases estableciendo la
dictadura del proletariado, mientras el socialismo árabe busca eliminar las
diferencias de clases; el comunismo considera automáticamente a todos los
propietarios explotadores. Sin embargo, el socialismo árabe diferencia
entre propietarios que explotan y los que se basan en la justicia y el trabajo;
el comunismo confisca los bienes, y el socialismo árabe expropia con
indemnización; en una sociedad comunista el Estado es el único
propietario y el individuo es un instrumento del Estado que recibe sólo
aquello que es una necesidad básica, mientras que en el socialismo árabe
el individuo es la piedra fundacional de la sociedad y el Estado es un
instrumento del pueblo que garantiza la justicia social y la seguridad. Los
comunistas siguen los preceptos de Karl Marx al pie de la letra, y si alguien
se diferencia de ellos, como en el caso de Tito, es considerado un rebelde.
El socialismo árabe siente que puede aprender de todo el pensamiento
19
Ássad. Pero ¿Qué es una ideología? y finalmente,
¿Cuál es su utilidad en el mundo contemporáneo?
Trataremos de responder estas interrogantes de
forma muy breve.
Una ideología, es lo que el filósofo y
sociólogo alemán Dilthey llamaba una
Weltanschauung o visión del mundo, y en sí lo
que Chatelet23 define como un sistema más o
menos coherente de imágenes, ideas, principios
éticos, representaciones globales etc., y que
Bunge24 resume como un sistema de creencias, en
particular de juicios de valor y declaraciones de
objetivos.
Finalmente, la utilidad de la «ideología» y en
este caso «sociopolítica», se responde con hechos
concretos. Casos como los de China, Corea del
Sur, Singapur y Vietnam, son la clara muestra de
la necesidad de las ideologías en la
contemporaneidad. Si no hay una visión del
mundo, si no hay una visión prospectiva, si no hay
humano y, sobre todo, incluye su propio patrimonio, condiciones y
circunstancias; el comunismo limita su acción al partido comunista,
mientras que el socialismo árabe declara que todos los sectores de la nación
participarán en la actividad política y gubernamental. En el comunismo la
vía hacia la democracia sólo es reconocida a través de la dictadura del
partido comunista, sin embargo en el socialismo árabe la Unión Nacional
es el marco de la actividad política en el que todos los sectores de la
sociedad participan y en el que los principios democráticos encuentran una
aplicación más amplia». Extracto de: Nosotros y el Comunismo. AlAhram, 4 de agosto de 1961.Gamal Abdel Nasser.
23
CHATELET, Francois, MAIRET, Gerard. (2008). «Historia de las
ideologías: de los faraones a mao». Editorial Akal Universitaria.
24
BUNGE, Mario. (1985). Ibid.
20
una filosofía como país, si no hay una visión a
futuro de como el país se ve a sí mismo en el
tiempo, no hay forma de que haya progreso. El
Perú no cuenta con una ideología
contemporánea, es por esta razón que se
encuentra estancado, ya que ningún gobierno
tiene o ha tenido un norte claro, y ello es
precisamente lo que brinda la ideología, un norte.
Por estas razones, se reafirma la relevancia de
la propuesta crisolista que aquí se plasma de
manera resumida y en sus puntos neurálgicos, que
como el lector ya podrá inferir y en las líneas de lo
ya expuesto, no es más que el desarrollo de una
nueva weltanschauung para el Perú.
21
SOBRE EL ALTO NACIONAL2526
SOBRE LOS FUNDAMENTOS DE LO ALTO EN
EL ESPECTRO POLÍTICO
(Abril 2018)
Una de las preguntas neurálgicas que muchos
interesados en el surgimiento del Crisolismo27
dentro de la órbita de la Cuarta Teoría Política28,
han efectuado, es aquella relativa a la posición de
esta teoría dentro del espectro político tradicional
lineal o la llamada díada Izquierda-Derecha ¿Es el
crisolismo de izquierda? ¿Es el crisolismo de
derecha? o ¿Es acaso de centro? Pues bien, la
25
Consideramos que la dicotomía izquierda-derecha (en Latinoamérica
este proceso aun no inicia ni por asomo, ya que aquí no existe derecha
iliberal) aún está en proceso de superarse, no es algo finiquitado, sin
embargo, los acontecimientos de la política internacional contemporánea,
reflejan que este proceso ha iniciado, en tanto cada vez mayor son los casos
en los que una izquierda nacionalista tiene más en común con la derecha
no-liberal, al momento de una protesta popular, teniendo como puntos de
contacto el patriotismo y la pertenencia a la pequeña burguesía con
conciencia proletaria, haciendo especial énfasis en el fenómeno de los
Chalecos Amarillos en Francia. Siendo que se avizora una nueva dicotomía
que enfrentará dos categorías, patriotismo y globalismo.
26
Columna de Opinión publicada el 30 de abril de 2018 en el Diario La
Verdad.
27
Neologismo creado para efectos de designar a esta nueva teoría política
de la contemporaneidad peruana, que hace alusión al Perú como un crisol
de varios pueblos, ideas y tradiciones, que con lo mejor de sus
particularidades enriquecen y contribuyen a la construcción de la
peruanidad.
28
«solo hay una solución: rechazar las teorías políticas clásicas, tanto las
derrotadas como las triunfantes, demostrar imaginación, comprender las
realidades del nuevo mundo global, descifrar correctamente los desafíos
del mundo postmoderno y crear algo nuevo, más allá de las batallas
políticas de los siglos XIX y XX. Este enfoque es una invitación a
desarrollar una Cuarta Teoría Política más allá del comunismo, del
fascismo y del liberalismo» (Dugin, 2013, p.24). A lo que nosotros
aunamos, desde nuestro particular contexto peruano, la premisa de más allá
del indigenismo y el hispanismo.
22
respuesta es muy sencilla, y a la vez que traerá
consigo la formulación de posibles categorías para
denominar un nuevo fenómeno en la política
como lo es la cuarta teoría, no posición, para con
ello evitar pensar que puede haber una quinta o
sexta posición29.
La primera respuesta que siempre dábamos
ante tal interrogante es que el crisolismo como
teoría política peruana contemporánea, busca
alejarse de las viejas categorías de izquierdas30 y
derechas31, en tanto considera a las ideologías
29
La posición no es ni una teoría (sistema lógico deductivo conformado
por hipótesis comprobadas) ni una ideología (conjunto de principios y
declaraciones de objetivos derivados muchas veces de cuerpos teóricos),
sino una zona táctico-estratégica donde toma postura el individuo o la
colectividad. Por ende, en un conflicto entre empresarios y trabajadores,
solo puede haber una postura posible, en favor de los trabajadores.
30
En torno al socialismo marxista clásico, nos adscribimos a la tesis de
Therborn y Bunge, con los matices del caso. Al respecto y como sigue: «El
triángulo del marxismo clásico –el de la política, la ciencia social y la
filosofía– se ha roto y es poco probable que vuelva a su condición original»
(Therborn, 2008, p. 194-196). Por otro lado, «Marx y Engels intentaron
elaborar una ideología científica, a la que llamaron socialismo científico.
Pero solo llegaron a mitad de camino porque conservaron la dialéctica y
gran parte del globalismo (holismo) que heredaron de Hegel, y porque se
aislaron de la ´ciencia burguesa´ de su tiempo. Para peor, casi todos sus
discípulos contribuyeron a momificar ese embrión de ideología científica.
Al obrar de esta manera dogmática frustraron el intento de fusionar una
ideología con la ciencia» (Bunge, 1985, p.132-133). De igual forma
compartimos las opiniones de Henry (1976), Sartre (1960), Gustavo Bueno
(1972), Lukács (1970) y Kolakowski (1976). Sin perjuicio de ello, nada
nos inhibe de rescatar del análisis marxista sus aspectos objetivos, de la
misma forma que, p.ej. realiza el materialismo filosófico de G.Bueno.
31
En torno al Fascismo, que en la teoría intentó enarbolarse como aquella
propuesta que superara el comunismo y el liberalismo, la izquierda y la
derecha liberal y conservadora, pero que en la praxis terminó por
reafirmase como una derecha no-liberal, nos aunamos a la crítica efectuada
por José Alsina Calves (2014) que profundizando a Dugin menciona lo
siguiente: «La tercera teoría política que aparece en la modernidad es el
fascismo. Pero aquí vale la pena detenernos y hacer unas precisiones a la
tesis de Dugin. Recordemos que este definía a una teoría política por su
sujeto: para el liberalismo el sujeto político es el individuo y para el
23
marxismo es la clase social. En su intento de definición genérica del
fascismo Dugin tiene que reconocer una dualidad de sujetos políticos: la
raza en el nacional-socialismo alemán y el Estado en el fascismo italiano.
Esta reconocida dualidad de sujetos políticos hace sospechar que estamos
ante dos fenómenos distintos.
En realidad cuando hablamos del fenómeno fascista nos estamos refiriendo
a una realidad plural, con una evidente pluralidad de sujetos. Algunas
manifestaciones del fascismo (como la Guardia de Hierro Rumana o la
Falange Española) estuvieron absolutamente impregnadas de espíritu
religioso-católico, mientras que otras fueron absolutamente laicas y
seculares. Algunos regímenes calificados de “fascistas”, como el de Franco
en España, el de Oliveira Salazar en Portugal o el de Dollfus en Austria
fueron
en
realidad
dictaduras
impregnadas
de
espíritu
contrarrevolucionario, ideología por cierto a la que Dugin nunca se refiere,
quizás porque no la considera propia de la modernidad, sino vestigio del
antiguo régimen.
Algunos estudiosos del fenómeno fascista, como Sternhell, han intentado
buscar un denominador común de todas estas tendencias, y han situado en
Francia el origen de la ideología fascista, como una síntesis del
monarquismo católico de Charles Maurras y sus seguidores y el
sindicalismo revolucionario de Sorel. Pero esta síntesis sigue dejando fuera
al nacional-socialismo alemán, centrado en la doctrina de la raza.
Para Dugin el fenómeno fascista forma parte de la modernidad. Su
principal batería de argumentos se centra, con razón, en el nacionalsocialismo alemán. Estamos totalmente de acuerdo en que el racismo, que
caracteriza a esta ideología, es un fenómeno esencialmente moderno. A
nuestro entender el racismo tiene dos raíces ideológicas, ambas
esencialmente modernas: la teoría calvinista de la predestinación, y una
interpretación del darwinismo, de la mano de Spencer y de Haeckel (el
darwinismo social) que nunca fue admitida por el propio Darwin.
Para determinadas sectas protestantes cuando un ser humano viene al
mundo ya está predeterminado por Dios si va a salvarse o a condenarse.
Las buenas obras y el éxito profesional y en los negocios no son méritos,
sino señales de que uno pertenece a los “elegidos”. Max Weber ya señaló
en su momento la influencia de esta ideología en el capitalismo naciente.
Pasar de la categoría de “individuos” elegidos a la de “pueblos” elegidos
es fácil. El mismo fenómeno se da en el judaísmo con su teoría de “pueblo
elegido por Dios”. Es significativo que en los pueblos de tradición católica
raramente se han dado manifestaciones de racismo (que no hay que
confundir con la xenofobia).
La otra gran fuente ideológica del racismo es el darwinismo social,
desarrollado por el filósofo ingles Herbert Spencer y el biólogo y filósofo
alemán Ernst Haeckel. El darwinismo social (que nunca fue aceptado por
Darwin) traslada los conceptos biológicos de selección natural y
supervivencia del más apto a la vida social. La lucha de todos contra todos
tuvo en un principio carácter de enfrentamiento físico, trasladándose
después al terreno económico. Los más “aptos” sobreviven y se apropian
de todo. Cualquier intento por parte del Estado o de la sociedad de apoyar
24
a los “débiles”, a los derrotados por la lucha social, va en contra del
progreso y solo hace que cultivar vicio y pereza.
Cuando el darwinismo social se traslada de los individuos a los pueblos
aparece el racismo. Obsérvese que los mitos racistas están impregnados de
mitos modernos ¿Por qué cree el racista que la raza blanca (léase alemana,
inglesa etc.) es superior? Pues porque ha avanzado mucho más en el
camino de la modernización, frente a otros pueblos “atrasados”, porque ha
desarrollado la técnica, la industria, el capitalismo. Porque han destruido
sus propias tradiciones y olvidado sus raíces, decimos nosotros. Aquí la
“superioridad” de la civilización occidental.
El racismo vinculado al darwinismo social y a la teoría calvinista de la
predestinación son los nexos de unión entre liberalismo y nacionalsocialismo, que confieren a esta ideología una indudable patina de
modernidad, dando así la razón a Dugin. La cuestión es más problemática
cuando nos referimos a otras formas de fascismo.
En el fascismo italiano hay una mezcla algo confusa de elementos
modernos y “tradicionales”. El culto a las máquinas y a la velocidad,
procedentes del “futurismo”, así como el nacionalismo, que algunos
autores relacionan con el jacobinismo de la Revolución Francesa, serían
elementos modernos. Pero el culto al mito del Imperio, opuesto a la idea
moderna de Estado-nación sería un elemento tradicional presente en el
fascismo.
En otros movimientos fascistas, como Falange Española o la Guardia de
Hierro Rumana el elemento tradicional se hace presente en forma de una
importante visión religioso-católica que impregna completamente estas
ideologías.
Hay finalmente un conjunto confuso de corrientes, que Dugin llama de la
“tercera vía” que, aunque relacionadas con el fascismo, refuerzan de forma
notable su rechazo global a la modernidad. Aquí estaría el nacionalbolchevismo, el socialismo de Strasser, o ciertos autores de la revolución
conservadora.
Al margen de estas matizaciones Dugin sostiene que tanto el fascismo
como el comunismo se enfrentaron al liberalismo no por ir en contra de la
modernidad, sino por presentar un programa de modernidad alternativa. El
fascismo fue derrotado en el plano militar (con la colaboración comunista)
y se convirtió en la “bestia negra” de la modernidad, en una auténtica
encarnación diabólica del mal. El comunismo fue derrotado en el plano
económico, y, tras el hundimiento de la URSS se convirtió en una
antigualla que ni la misma izquierda se atreve a reivindicar.
Comunismo y fascismo fueron, pues, dos ideologías que participaron de la
modernidad, pero fueron derrotadas por el liberalismo, porque este
representa, mejor que nadie, los ideales de la modernidad.
Cuando el liberalismo se encuentra sin oponentes comienza una nueva era.
La era de la globalización, de la muerte de la política, de la conversión del
liberalismo en neoliberalismo: hemos entrado en la posmodernidad» (p.710).
25
políticas a ellas vinculadas como caducas al
contexto actual, así como portadoras de unos
valores ajenos a las exigencias ontológicas del
hombre, haciendo específica alusión al
liberalismo, y aunándonos a la crítica efectuada a
este último por Alain De Benoist32.
Sin perjuicio de lo mencionado, el crisolismo, como proyecto de cuarta
teoría política peruana, implica per se, enarbolarse como una teoría crítica
de las teorías políticas clásicas (liberalismo, comunismo, fascismo) e
identitarias (hispanismo, indigenismo) de la modernidad peruana. En aras
de rescatar sus éxitos y rechazar sus errores históricos, para concebir una
necesaria superación ante un escenario político, cultural y geopolítico
distinto a los contextos que determinaron el surgimiento de estas y que las
inhiben por ello de reflejar la contemporaneidad y de responder a esta de
forma óptima, en la solución de problemas y en la explicación y correcto
entendimiento de fenómenos tales como la globalización, la geopolítica y
la formación y el afianzamiento de identidades.
32
BENOIST, Alain (2002). «Critique de l’idéologie libérale», Lausanne,
Suisse: L’Age d’Homme. Al respecto: «Pero el liberalismo no es sólo eso.
Históricamente, consiste sobre todo, como ha observado Thierry Maulnier,
en una “reivindicación de la libertad para las nuevas formas de poder que
nacen frente al Estado y para quienes las manejan” [La Societé nationale
et la lutte des classes, en Les cahiers de combat, 1937]. En otros términos,
el liberalismo es la doctrina por la que la función económica se emancipó
de la tutela de lo político y justificó esa emancipación. Frente al Estado, el
liberalismo se manifiesta en una doble forma. De una parte, hace de él una
crítica violenta, glosa su “ineficacia” y denuncia los “peligros del poder”.
De otra, y en una segunda etapa, se esfuerza por hacerla bascular hacia la
esfera económica, a fin de despolitizarlo e invertir la antigua jerarquía de
las funciones. A medida que va desarrollándose, la casta económica atrae
a sí la sustancia del Estado, subordinando poco a poco la decisión política
a los imperativos económicos. (…). De hecho, una de las principales
características de la economía liberal es su indiferencia y su
irresponsabilidad frente a las herencias culturales, las identidades
colectivas, los patrimonios y los intereses nacionales. La venta al
extranjero de las riquezas artísticas nacionales, la interpretación de la
“utilidad” en términos de rentabilidad comercial a corto plazo, la
dispersión de las poblaciones y la organización sistemática de las
migraciones, la cesión a sociedades “multinacionales” de la propiedad o la
gestión de sectores enteros de la economía y la tecnología nacionales, la
libre difusión de modos culturales exóticos, la sumisión de los media a
maneras de concebir y de hablar ligados al desarrollo de las superpotencias
políticas o ideológicas del momento, etc, son características de las
sociedades occidentales actuales que constituyen la derivación lógica de la
aplicación de los principales postulados de la doctrina liberal. El arraigo,
que exige cierta continuidad cultural y una relativa estabilidad en las
condiciones de vida, no puede menos que chocar con el leitmotiv del
26
Sin embargo, nos dimos cuenta que ello no
era suficiente, y que era necesaria la creación de
una categoría novísima, para la comprensión cabal
de la teoría crisolista dentro de un espectro
político de acción.
El crisolismo concuerda con muchos
aspectos tanto de la izquierda, como de la derecha
política (no-liberal), pero rechaza tanto sus
equívocos, como sus versiones extremistas, a su
vez que considera que el centro no es una posición
en sí misma, sino que comparte la opinión de
Maurice Duverger33, en tanto lo concibe como un
punto geométrico, en donde confluyen las
posiciones moderadas, es decir que, el centro,
según sea el caso, es una posición moderada de
derecha (centro-derecha) o de izquierda (centroizquierda), aunque muchos hablan de la
construcción de una tercera vía o social
liberalismo o liberalismo social (centro-centro)
que sería la ideología del centrismo, pero ello solo
en el plano teorético.
Sin perjuicio de lo mencionado, hay un
aspecto esencial del centrismo, que nos sirve para
la profundización de una nueva categoría dentro
del espectro político, y esta es la tendencia a la
nomadismo permisivo resumido en el principio liberal laisser faire, laisser
passer. Tales son las bases del “error liberal”».
33
DUVERGER, Maurice. (1957). «Los Partidos Políticos». Fondo de
Cultura Económica.
27
armonía y la objetividad: «…se es centrista porque
se considera que las dos posiciones que se oponen
entre sí presentan elementos positivos tan fuertes
que justifican una síntesis o una mediación, o
porque se considera que ambos contendientes
están equivocados, en cuyo caso el camino
correcto consiste en situarse en el centro, es decir,
por encima de las partes»34
Gráfico 1
Espectro Político Tradicional de Eje Lineal Horizontal
Alto
Extrema Izquierda Izquierda Centro Derecha Extrema Derecha
Como se puede apreciar en la gráfica, lo
«Alto» se encuentra en un eje vertical, por encima
de la línea horizontal del espectro político, como
manifestación de un ideal humano de superación
y evolución.
El crisolismo ciertamente tiene ese espíritu,
por lo que guarda relación con el centrismo en ese
aspecto, pero está indudablemente en contra de
este, en tanto que en la práctica su base 1. es la
diada izquierda-derecha que se busca superar, y 2.
una tendencia a no tener una visión claramente
definida, por ello, el crisolismo, que sí es una teoría
34
BOBBIO, Norberto. (1982). «Diccionario de Política». Siglo XXI de
España Editores.
28
política, refrenda la frase de la cuarta teoría
política de Dugin35: «más allá de la izquierda y la
derecha, pero contra el centro».
Siendo así que surge la categoría en la que se
encuentra el crisolismo, lo «Alto», no en el
sentido atribuido por Pierre Ostiguy36 o
Gianlucca Iannone37, sino entendido como «por
encima de la izquierda y la derecha, pero que parte
del único aspecto positivo y rescatable del
centro», en referencia a esa tendencia de síntesis38,
pero destinada a la superación, a una definitiva
evolución39.
35
DUGIN, Alexander. (2013). «La Cuarta Teoría Política». Ediciones
Nueva República.
36
OSTIGUY, Pierre. (1997). «Peronismo y antiperonismo: Bases
socioculturales de la identidad política en la Argentina». En: Revista de
Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Quilmes, Septiembre, pp. 133215.
37
IANNONE, Gianlucca. (2010). «Entrevista». En: Fuori dal Cerchio, de
Nicola Antolini.
38
¿La Cuarta Teoría Política (y en ello, el Crisolismo como doctrina
peruana inspirada en esta), es un ejercicio de hipocresía ideológica? ¿Un
eclecticismo?
Respuesta: «Todas las teorías políticas en su génesis son culpables del
pecado del eclecticismo: Marx, por ejemplo, se basó en la economía
política de Adam Smith (teoría del valor-trabajo), el materialismo de
Ludwig Feuerbach y la dialéctica de Georg WF. Hegel, un idealista (en
términos filosóficos). Los fascistas se basaban en el socialista Sorel, el
pensamiento marxista y el sindicalismo, etc» ― vía Nova Resistência Brasil.
39
Nuestra tesis es similar a la sostenida por el político británico Sir Oswald
Mosley: «También puede parecer una paradoja reclamar ser del centro
cuando mis programas políticos pueden parecer a veces estar a la izquierda
de la izquierda y otra veces a la derecha de la derecha. Es un centro
incómodo, porque es en esencia dinámico y no estático, pero el punto de
equilibrio, en esa fluida y progresiva política, es indudablemente el centro.
Para salir airosamente de la continua crisis de nuestro tiempo, es necesario
formar un centro con lo mejor de la nación, procedente de izquierda y
derecha, decidido a la acción política por la supervivencia y la grandeza
del país. La aparente paradoja se produce porque el programa estaba
pensado entonces para llamar a la acción a toda la nación. Mi arriesgada
combinación de «socialismo» e «idea de imperio» en las elecciones de
29
Como colofón a la presente, y a manera de
síntesis, el altismo, puede resumirse en la premisa
de: «Ideas de Izquierda con valores de Derecha»
(Diego Fusaro citado por Rene Uffizi40) ¿Y cuáles
1918, fue la primera y cruda expresión de esta síntesis política, y esto ha
continuado hasta el presente, no ya en términos de síntesis, sino también
de nuevas creaciones en los más amplios campos y con visión de futuro.
(...) Mi posición empezaba a adoptar ya alguna forma con la teoría política
de que no puede haber orden ni estabilidad sin progreso, ni progreso sin
orden y estabilidad. Una síntesis de la izquierda y la derecha era una
necesidad práctica de la vida política» (Mosley,1973:68).
40
«Ideas de Izquierda y Valores de Derecha: ¿Como producir esa fusión?»
En:
https://nomos.com.ar/2019/10/25/ideas-de-izquierda-y-valoresdederecha-como-producir-esa-fusion/?fbclid=IwAR3Zd18h9_MHC8KtYjNxW_B39QMkYD4Kr4CVaoA16Qh8K6lXWnRnlat
i0 René Uffizi a partir de la lectura del marxólogo italiano Diego Fusaro,
se cuestiona sobre cómo llegar a la síntesis y refiere que hay un problema
técnico respecto al tratamiento de la propiedad. Sin embargo,
consideramos que es un pseudoproblema ya harto resuelto por la tipología
establecida por José Antonio Primo de Rivera, con su distinción entre
Propiedad personal (la extensión del hombre sobre sus cosas) y Propiedad
capitalista (el capital como instrumento de dominación económica), lo que
para Marx sería Propiedad personal (la que se obtiene producto del trabajo)
y Propiedad privada burguesa (la explotación del hombre por el hombre).
Está claro que, si se busca un socialismo democrático en la producción y
en la distribución (como se pregunta Uffizi), el choque no es contra la
propiedad personal y nunca podrá serlo, sino contra la propiedad
capitalista, punto en común entre el marxismo y el nacional-sindicalismo,
entre la izquierda y la derecha no-liberal, siendo esto último un ejemplo
concreto que la síntesis no es solo posible sino imperativa. Asimismo, bajo
la visión José antoniana, la propiedad personal incluye a los empresarios
(el empresario no siempre es capitalista sino a veces un trabajador más,
como en el caso de la S.A.C), por otro lado, la propiedad capitalista, es
decir, el capital acumulado de la gran empresa (S.A.A.) al que corresponde
la categoría de capitalista en sentido estricto, se le impele a que cumpla su
función social, es decir, que no atente contra los derechos de los
trabajadores, a lo que agregaríamos que no atente contra el medio
ambiente, ahí tenemos varios mecanismos para hacer que el capital
acumulado, no vaya en contra del interés nacional y vele por su función
social (multas cuya cuantía este en función a la gravedad de afectación a
los derechos del consumidor, a lo que se aúna p.ej. lo que en EEUU se
llaman las sentencias paradigmáticas en donde por disposición legal se
establecen dispositivos pro consumidor ante una afectación de derechos
por parte de grandes empresas p.ej. caso Macdonalds, empresas de
seguros, farmacéuticas, etc; y ya en el peor de los casos la figura de la
expropiación para afectaciones muy graves como p.ej. los casos de deudas
impagables como la expropiación de RUMASA en España, y más recientes
con la empresa PEMEX en México). Por otro lado, una economía de
mercado no es ajena a la planificación, se cuentan con varios ejemplos,
p.ej. China en donde los criterios del mercado no se basan en el consumidor
30
son las ideas de izquierda y los valores de derecha?
(aunque la premisa también puede tomarse a la
inversa) Se preguntara el lector. Sin pretender ser
limitativos, una lista de categorías puede ser como
sigue:
§ Valores de derecha: arraigo, patria, honor,
lealtad, trascendencia, familia, eticidad.
§ Ideas de derecha: orden institucional,
economía de mercado, libertad económica.
§ Ideas de izquierda: emancipación, derechos
sociales, igual libertad material y formal, dignidad
del trabajo, socialismo democrático en la
producción y en la distribución.
§ Valores de izquierda: unidad de clase,
empatía colectiva, justicia social.
sino en los planes quinquenales del gobierno; Corea del Sur, con su
experiencia de Chaeboles, grandes conglomerados de empresas fundadas
por iniciativa estatal, la más grande actualmente es Samsung; Japón con su
famoso MITI (Ministerio de planeación, control y fomento técnicos e
industriales), etc. Ver más en el capítulo sobre Economía Política en estos
mismos Fundamentos.
31
SOBRE EL CRISOLISMO41
SOBRE LOS PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA
CUARTA TEORÍA POLÍTICA PERUANA
(Septiembre 2017)
Ciertamente el Crisolismo, como doctrina
filosófico-política, aun es un proyecto en
construcción, tanto en el aspecto teórico como
práctico. Sin perjuicio de ello, es la muestra
fidedigna de la evolución de «una retórica y una
práctica latente en la sociedad peruana
contemporánea, que va más allá del liberalismo, el
comunismo y el fascismo»42.
Es por ello que es preciso, y para continuar
con esa evolución esbozada en un primer43 y
segundo44 ensayo, dejar en claro ciertos puntos
que se convierten en los pilares teoréticos de esta
doctrina política. Pilares que son necesarios
respetar dentro de los cánones epistemológicos ya
41
Artículo publicado el 06 de septiembre de 2017 en el Repositorio
Científico «Academia».
42
LIRA, Israel. (2017). «Breve aproximación a los fundamentos del
crisolismo: de la posible construcción de una Cuarta Teoría Política
Peruana e Iberoamericana». En: Revista de Estudios Crisolistas. pp. 3-35.
Publicado en las Revistas Virtuales Rusas Geopolítica.ru y Fourth Political
Theory (4pt.su).
43
Ibid.
44
LIRA, Israel. (2017). «Crisolismo y Cuarta Teoría Política: estudios
propedéuticos sobre las bases metapolíticas y epistemológicas para una
nueva teoría política peruana». En: «Nihil Obstat» Revista Española de
Historia, Filosofía y Metapolítica. Segundo Semestre. pp. 53-86.
32
alcanzados, en tanto que el alejamiento de los
mismos o la realización de una labor hermenéutica
forzada puede devenir en una tergiversación o en
un ensalzamiento de conceptos que el crisolismo
no busca reivindicar.
El crisolismo es ante todo una doctrina de
superación, dialéctica45 en toda su estructura. De
dicho enfoque emanan sus principales vértices,
que son a saber, los siguientes:
I. Neoestructuralismo46.- El crisolismo
considera a la realidad humana como un sistema
de relaciones intersubjetivas, fuente creadora de
estructuras y superestructuras, interconectadas de
tal manera que la particularidad de un hecho o
fenómeno afecta al universo de posibilidades, sin
45
Por dialéctica entiéndase a la concepción fuerte, sin dejar de lado las
conceptualizaciones que la enfocan como un método, una multilateralidad
de relaciones y como una retroalimentación negativa. Por concepto fuerte
nos referimos al siguiente: «Concepciones que se proponen definirla en
función de las contradicciones implicadas en los procesos analizados (si
bien los papeles que se atribuyen a estas contradicciones pueden ser muy
distintos). Esta concepción es la que tiene más antigua tradición académica
y escolástica (Platón, Aristóteles, Kant, Hegel). (“Fuerte” no solamente por
su concreción, sino también por la magnitud de problemas que plantea; sin
por ello querer decir que las restantes acepciones no susciten también
“cuestiones de fondo”, si bien su orientación más laxa permite diluir las
dificultades o, al menos, aplazarlas.)» (G.Bueno: «Sobre la Dialéctica»).
46
Consideramos –en la línea sintetizadora de Jan Mukarovsky (1978)–, y
siguiendo un enfoque de rehabilitación del estructuralismo (Llorente,
2007), que es posible una armonía entre el inmanentismo inherente al
estructuralismo clásico, y consideraciones contextuales y diacrónicas,
siendo que por ello se habla de un neoestructuralismo, en tanto que
concebimos que el (i) concepto de estructura no tiene carácter absoluto y
solo nos es de utilidad para dar cuenta científicamente de un hecho
investigado; (ii) la ley sincrónica no es imperativa (Saussure, 1972), y (iii)
que el hombre no se disuelve necesariamente en las estructuras, sino que
es el elemento neurálgico de toda estructura.
33
embargo, el ser humano no se pierde en la
estructura, sino que es el elemento neurálgico de
la misma. Es por ello que nada puede ser visto de
una forma aislada sino siempre en su relación con
el conjunto, pero ello no necesariamente
menoscaba la trascendencia de un sujeto, hecho o
fenómeno como ente aislado, sino que enriquece
la investigación en tanto genera un escenario
propicio para el más objetivo contraste, ya que
particularidad y universalidad son consideradas.
II. Epistemología política.- La política no es
más promesa debida o un mero sistema de
creencias, en particular de juicios de valor y
declaraciones de objetivos, sino el ejercicio del
poder para la ejecución de un fin trascendental
que tiene como principales herramientas a las
ciencias (naturales y sociales), como a las
humanidades, para generar una mayor
predictibilidad y sustentabilidad de las propuestas
políticas en el tiempo.
III. Nacionalismo integral.- El crisolismo, y
partiendo de este enfoque neoestructuralista,
considera que el nacionalismo como concepción
pura, es decir, solo bajo la interrelación de
conceptos que confluyen en su surgimiento, es la
exaltación sana de la nación, la patria y el Estado,
en aras de lograr una Unidad, férrea y monolítica.
34
Este concepto puro fluye de todas las
experiencias pragmáticas del nacionalismo
histórico (liberalismo, comunismo47 y fascismo),
en tanto se reconoce que el Nacionalismo es un
fenómeno universal, común a todos los pueblos y
trasversal a las ideologías políticas48. Es por ello
que es el principal enemigo de la globalización49.
47
Lo cual se denota y se reafirma en el nacionalismo popular o de
izquierda, prueba fidedigna de que una ideología que en su vertiente
clásica negaba a la nación y a la patria y que concebía al nacionalismo
como una invención burguesa que dividía al proletariado (C.Marx &
F.Engels, Pekin, 1975), en un segundo momento tuvo que aceptar el hecho
que los obreros se sentían más identificados con su nación que con su clase
social y replantear la cuestión nacional en términos socialistas
(M.Rodinson, 1975), surgiendo así los términos de, patriota iluminado, el
proletariado como clase nacional, nación proletaria y de nacionalismo
obrero, probando así que las ideologías políticas (inclusive las de base
internacionalista) no pueden escapar al tratamiento de la cuestión nacional
y el nacionalismo, manifestándose como hecho inevitable. Peculiar es el
caso del Kim-il-sung-ismo, Juchismo o «Idea Juche», que asocia el
socialismo marxista-leninista con una exaltación de la nación y la patria
coreana. Al respecto Kim Jong Il en su escrito «Para Comprender
Correctamente el Nacionalismo» acota que: «El nacionalismo no está en
contradicción con el internacionalismo. Internacionalismo es ayudarse,
apoyarse y solidarizarse entre los países y naciones. Dado que existen
fronteras entre los países y diferencias de nacionalidades, y el proceso
revolucionario y constructivo se efectúa por unidad de la nación, el
internacionalismo representa las relaciones entre los países, las naciones,
y tiene como premisa el nacionalismo. A decir verdad, un
internacionalismo marginado de la nación y divorciado del nacionalismo
no significa nada. Si uno es indiferente al destino de su país y pueblo, no
puede ser fiel al internacionalismo. Los revolucionarios de cada país deben
ser leales al internacionalismo mediante los empeños, ante todo, por el
desarrollo y la prosperidad de su nación».
48
«Fueron nacionalistas los polacos cuando se defendieron de la opresión
zarista. Se convirtieron en nacionalistas los comunistas rusos para
enfrentar la invasión alemana. Fueron nacionalistas los fascistas italianos
y los nazis que invadieron Europa reclamando territorios para la nación
germánica. Las revoluciones francesa y soviética se convirtieron en
nacionalistas para enfrentar a sus enemigos pero también lo hicieron para
oprimir o hegemonizar u homogenizar a sus integrantes o partidarios
internos en búsqueda de unanimidad y obediencia» (Bejar, 2006: «Los
Nacionalismos»).
49
Globalización no es sinónimo de Mundialización. La globalización es
una especie de mundialización, en tanto que la primera vendría a ser una
mundialización a través de las finanzas, la comunicación y la tecnología.
La mundialización, es la categoría genérica que hace referencia a toda
35
Ante la homogeneidad totalizante y unipolar,
representa particularidades diferenciantes y
multipolares.
Asimismo, partiendo de este concepto puro,
genérico, universal, se plantea un concepto
específico, particular, para el caso peruano. Se
habla de un nacionalismo peruano, como
exaltación sana de una nación peruana, de una
patria peruana y de un Nuevo Estado peruano.
Una nación y una patria peruana, con base en el
reconocimiento del sincretismo cultural y racial, y
un Nuevo Estado peruano como manifestación
de esta voluntad sincrética, que auténticamente
manifiesta la voluntad de un volkgeist peruano.
clase de tendencias (ideas, sistemas de pensamiento y de gobierno,
políticas) mundializantes, es decir, que desean abarcar a todo el mundo.
Otros ejemplos de mundialización, sería el llamado Imperio Planetario, ya
esbozado por el emperador romano Augusto, es decir, al planeta entero
como unidad política. «La última versión del intento de un edificio de
alcance universal fue el Imperio Soviético, una Tercera Roma que
pretendió levantarse con el cemento de la religión ideológica del
marxismo-leninismo. Por cierto, el imperio norteamericano es hoy el único
en proceso de desenvolvimiento, aunque ya asoman sus futuros
contendientes» (Bandieri, 2007:40). Por otro lado, para algunos
pensadores nacionales, la globalización implicaría el triunfo del hombre
anético, entendido a este último como un ser desconectado de lo
trascendente, al respecto: «Sin eufemismos ni tecnicismos económicos,
hay que afirmar que la Globalización neoliberal de la última década es un
fenómeno nuevo, al que antropológicamente se le puede denominar como
el triunfo del hombre anético y económicamente como el triunfo del
Hiperimperialismo. El hombre anético es el que enarbola la falsa insignia
del sujeto libre, pero que en realidad nos conduce hacia la idea de libertad
en su forma más abyecta, a saber, separada de la organización justa de la
sociedad. Antropológicamente la globalización encarna una individualidad
mutilada, porque vive indiferente a la desvinculación de la libertad con la
justicia» (Quelopana Flores, 2009:II).
36
Por lo expuesto, queda claro que el nuevo
nacionalismo contemporáneo, ya no es de
ninguna forma aquel que se confunde con la
xenofobia, el chauvinismo y el jingoismo, sino por
el contrario, un nacionalismo sano, integrador,
que reconoce que el amor a la patria y la valoración
sana de la identidad nacional es compartida por
todas las naciones del mundo y la base de un
auténtico Internacionalismo. Este nacionalismo
peruano se sustenta en un concepto de nación
monolítica, en donde todas las etnias y pueblos del
Perú se unen bajo un objetivo común, la
construcción y el engrandecimiento de la
Peruanidad.
IV. Democracia meritocrática.- El crisolismo
no es partidario de la dictadura, sino tan solo
como medida de excepción, pero en el cauce
normal de acontecimientos políticos, vela por el
ejercicio de una auténtica y real democracia, que
plasme esa voluntad nacional, siendo que el medio
para ello es, a consideración de la teoría crisolista
del gobierno, la meritocrácia para la elección de
cargos públicos, que asegure un filtro mínimo de
idoneidad para el ejercicio político, y que
coadyuve a contrarrestar la improvisación.
La nueva democracia contemporánea ya no
será liberal (la que solo permite la participación a
través de un sistema de partidos y que ha generado
37
que los intereses de éstos se enquisten y se
cartelicen de espaldas a la sociedad, aunado a la
ausencia de filtros mínimos para el ejercicio
político sin los cuales no se puede garantizar la
presencia de personas integras en la política) sino
iliberal, una forma de gobierno sustentada en el
ejercicio de la soberanía popular a través de varios
órganos de participación –no solo Partidos
Políticos (sino también Colegios de Profesionales,
Universidades, Sindicatos, etc.)– que se eligen por
votación, con requisitos meritocráticos mínimos
para el ejercicio de cargos públicos. Esto, para el
contexto peruano, será la base, la etapa de
transición que nos conducirá a la laocracia (el
poder del pueblo por oposición a la democracia
liberal, el gobierno de los lobbies), el Estado como
instrumento del pueblo.
V. Ontología peruanista.- El crisolismo
considera al igual que muchos teóricos de la
posmodernidad (Benoist, 2002; Dugin, 2013),
que refrendan a su vez las consideraciones
heideggerianas50, que la humanidad atraviesa un
momento antropológico sin precedentes, que se
caracteriza por un olvido progresivo del Ser,
entendido como Ser-Ahí o Vorhandenheit, es
decir, lo que hace que algo Sea en tanto que Es en
un espacio temporal determinado o determinable.
50
HEIDEGGER, Martin. (1953). «Ser y Tiempo». Traducción, prólogo y
notas por Jorge Eduardo Rivera. Editorial Trotta.
38
Es decir, que Es algo, que tiene una identidad,
unos valores, unas virtudes, un paradigma, un
ideal, etc, manifestado así como Dasein.
El Dasein es todo lo que el hombre es, sus
ideas, su conocimiento y sabiduría, por ende,
Dasein auténtico –eigene–, sin embargo, la
categoría de la propia justificación del Ser, en toda
su plenitud, se pierde progresivamente en la
posmodernidad, y es reemplazado por un Dasein
inauténtico –uneigene–, que para el escenario
internacional se configura en la idea de la
globalización como máquina de homogenización
de identidades que augura el pos-individuo,
desarraigado y sin ningún tipo de identidad
religiosa, política y patriótica (inclusive despojado
de su identidad sexual, fragmentado en
multiplicidad de géneros) que no sea la del
mercado y el consumo propiciada por la
globalización, el reino del no-ser, lo que en
filosofía heideggeriana sería el Das Man o Dasein
inauténtico.
Extrapolando esto a nuestro particular
escenario peruano, nuestro Dasein inauténtico se
configura en la Marca Perú, como el intento de
un Estado posliberal de reducir lo que es Ser
Peruano, a un aspecto netamente económico y
39
consumista (gastronomía, turismo y fútbol)51,
mientras que nuestro Dasein auténtico, o eigene,
se configura en el ideal de la peruanidad,
entendiendo a la peruanidad como todo aquello
que hace que el peruano se autoperciba como tal,
tradiciones, costumbres, ideas, valores y cultura.
Que parten de nuestras dos civilizaciones
principales, la andino-amazónica, y la hispánicoeuropea. Es por ello que de acuerdo a esta
ontología peruanista, habrían peruanos que serían
más conscientes que otros, como veremos más
adelante, respecto del hecho de sentirse y ser tales:
proto-peruanos, pre-peruanos y peruanos. Sin
perjuicio de lo expuesto, este dasein inauténtico
está creando a los no-peruanos, aquellos que
51
Conforme a la Teoría Crisolista de la Identidad, la identidad nacional se
nutre de diversos factores corpóreos (tangibles e intangibles), dentro de los
corpóreos tangibles se encuentran expresiones manufacturadas como la
gastronomía y actividades como el turismo y el deporte. Es decir, estas
actividades no dejan de ser y de aportar a la construcción de la identidad
nacional, puesto que son parte del nacionalismo cotidiano o del día a día
(Ehret, 2020:74), que se nutre precisamente y tiene respaldo en la identidad
intangible (historia, cultura, arte, tradiciones, costumbres, conocimientos
ancestrales y contemporáneos, etc). La crítica aquí denotada y
profundizada en nuestra obra principal Tres Ensayos Crisolistas (2022), va
por el de sentido de que el problema viene cuando la identidad corpórea
tangible por influjo posliberal se convierte en la única referencia de
identidad trascendental, y por ende se produce la primacía de una identidad
de consumo desprovista de su respaldo trascendental intangible o relegado
este último a una cuestión de segundo orden o accesoria, o lo que lo mismo,
lo que es Ser Peruano es definido en términos de Identidad de Consumo.
Se Es Peruano porque se consume tales alimentos (el que no los consume
entra en el terreno de lo anti-peruano o lo no-peruano); Se Es Peruano por
osmosis de tener un registro de haber visitado ciertos lugares fijos en el
ideario turístico (el que no ha visitado esos lugares entra en el terreno de
lo anti-peruano o lo no-peruano); Se Es peruano por apoyar al Equipo
Nacional (el que no lo hace entra en el terreno de la traición a la patria). El
Peruano es tal porque consume Ceviche, porque ha viajado a Machu
Picchu al menos una vez en su vida, y porque ha alentado a la selección
deportiva de fútbol en el Estadio Nacional al menos una vez en su vida.
Tal es la identidad posliberal de consumo que es materia de crítica.
40
desearían haber nacido en otro país, o les resulta
indiferente haber nacido aquí o en cualquier otro
lugar. A todo ello se antepone el Ereignis o evento,
que no es sino el retorno triunfal del Ser, del
Dasein auténtico, de la Peruanidad.
VI. Arqueofuturismo.- La paradoja del hombre
posmoderno está en encontrar un equilibrio entre
la idea de progreso y lo tradicional. Mostrar una
visión realista frente a la tecnología sin que ello
signifique optar por posturas tecnofóbicas
(tradicionalismo y conservadurismo clásicos) y
como mucho menos tecnofílicas acríticas
(tecnicismo y transhumanismo).
Para nosotros el ideal de progreso debe ser
integral. Esta postura equilibrada, consideramos,
es representada por el arqueofuturismo.
En términos generales, la idea moderna de
progreso
fue
conceptualizada
como
«perfectibilidad
indefinida
del
género
humano»52, que no admite ninguna regresión
total (nicht mehr gänzlich rückgängig, Kant,
1798) y en cierta manera, esa es la idea de progreso
que aún pervive bajo una de sus formas: la
globalización. Sin embargo, la historia tal como
refrendaron Tönnies, Weber y Durkheim,
52
CANGUILHEM, Georges. (1999).«La decadencia de la idea de
progreso». En: Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., vol. XIX, n.º 72, p. 669.
41
refrenda el hecho que la idea de progreso
concebida de esa forma, esta desconectada de la
realidad, en tanto no abarca otra idea, la de
regresión, precisamente, que es una etapa
consustancial en el proceso de evolución humana;
resulta todavía más irónico que la historia de la
ciencia fuese a destruir la imagen lineal del
progreso científico53.
La idea de avance indefinido se quiebra
frente a la visión de un tiempo cíclico, sostenida
por pensadores como Spengler54, Toynbee55, y
particularmente por el enfoque científico-formal
de Delefou56 y su matemática de la historia, que es
un enfoque más realista frente al idealismo del
avance indefinido, remanente del hegelianismo,
de la unidad entre sujeto y objeto en el absoluto,
de la cual Marx no pudo desembarazarse.
Visto lo expuesto, ¿Qué es el
arqueofuturismo? Como decíamos, es una
postura equilibrada, que integra dialécticamente
dos categorías: arcaísmo y futurismo. Es una teoría
crítica de la modernidad, pero también de la
tradición, que parte de la siguiente tesis: «La
53
Ibid. p.674.
SPENGLER, Oswald. (1918). «La decadencia de occidente: bosquejo
de una morfología de la historia universal». V.1. & SPENGLER, Oswald.
(1923). «La decadencia de occidente: bosquejo de una morfología de la
historia universal». V.2.
55
TOYNBEE, J. Arnold. (1934). «Estudio de la Historia». V.1. &
TOYNBEE, J. Arnold. (1961). «Estudios de la Historia». V.2.
56
DEULOFEU, Alexandre. (1967). «La Matemática de la Historia».
54
42
disputa entre “tradicionalistas” y “modernistas” es
ya estéril. Las tradiciones deben ser expurgadas.
Pues muchas de ellas son portadoras de unos virus
que ahora están explotando. En cuanto a la
modernidad, no tiene ningún futuro. (…) Es el
modernismo el que es un pasadismo. No se tiene
que volver al “tradicionalismo” clásico,
impregnado de folklorismo y soñador de una
vuelta al pasado. La modernidad ya es obsoleta. El
futuro tiene que ser “arcaico”, es decir ni moderno
ni pasadista»57.
Por arcaísmo Guillaume Faye no entiende
una regresión al pasado, sino al aprecio de los
valores que significaron el impulso fundante de la
civilización. Asimismo, por futurismo, entiende el
rechazo a la modernidad actual, a través del
espíritu de aventura que modifica la realidad
circundante ya sea a través de proyectos políticos
o de la tecnociencia. La idea de progreso en el
arqueofuturismo se configura en extender el ser
hacia un ideal sin dejar de mirar el punto de
partida, y en la práctica implica integrar una visión
épica al desarrollo tecnológico y científico. Dentro
de esta visión bien podrían encajar personalidades
como Leonardo Da Vinci, Isaac Newton, Nikola
Tesla y los contemporáneos que siguen sus
legados, y en nuestro terreno a nacionales como
Pedro Paulet, pionero de la astronáutica; no es la
57
FAYE, Guillaume. (1998). «El Arqueofuturismo». Editorial Libropolis.
43
misantropía oculta en el transhumanismo,
alimentado por la idea de progreso indefinido, que
odia al ser humano común, preso de sus
debilidades biológicas, sino, la reafirmación de un
auténtico amor a la potencialidad originaria
humana como tal, en tanto se es consciente que, la
idea de progreso moderna, como denunciaba
Rousseau58, genera seres materialmente ricos y
técnicamente poderosos, pero moralmente
deleznables.
Por estos seis puntos, el crisolismo no puede
ser limitado a una visión liberal, comunista o
fascista; porque el crisolismo rescata las
experiencias históricas de cada teoría, rechaza sus
equívocos, se queda con sus aciertos, y crea su
propio camino, acorde a los nuevos tiempos y
exigencias del pueblo peruano.
El crisolismo, de otro lado, es peruanista
(intercultural), nacionalista
(popular)
y
democrático (iliberal), y la base de una cuarta
teoría política peruana e iberoamericana, como
una tentativa de superación de izquierdas,
ultraizquierdas,
centros,
derechas
y
59
ultraderechas .
58
ROUSSEAU, Jean-Jacques. (1750). «Discurso sobre las ciencias y las
artes».
59
Por superación no se entienda borrón y cuenta nueva, sino asimilación
de los contenidos claramente peruanistas y valiosos en las teorías políticas
peruanas, para su asimilación y renovación bajo un nuevo esquema
contemporáneo. Mientras que se desechan los planteamientos claramente
44
El crisolismo no ha hecho más que teorizar
filosóficamente, esa necesidad apremiante de un
anhelo de total renovación política, moral y social
en la población peruana. Y toda renovación
pregnante e históricamente relevante, siempre
comienza primero, en el plano de las ideas, es decir,
de la cultura, de la filosofía y los sistemas teóricos,
o lo que es lo mismo, que la base de toda
revolución política siempre descansa, en una
revolución cultural previa. Una revolución de la
conciencia política. Eso es el crisolismo.
caducos y probados fracasados. El crisolismo así entendido, es un
eclecticismo teórico político pero que reafirma su naturaleza antiposliberal
y antiposmodernista.
45
SOBRE EL NACIONALISMO60
SOBRE LAS BASES FUNDAMENTALES DEL
NACIONALISMO REAL
(Julio 2018)
En la presente tocaremos una breve exposición de
la principiología mínima del nacionalismo como
concepto puro, o lo que es lo mismo, los
principios transversales positivos (que llamaremos
principios constituyentes) y que han compartido
todas las ideologías políticas en las cuales el
nacionalismo se ha manifestado, para luego tocar
brevemente los principios derivados y que caben
rescatar para la construcción de cualquier
proyecto político futuro:
El nacionalismo que nace en 1789 se guio por
dos principios que hoy son aceptados plenamente
por todas las ideologías en los que este se ha
manifestado (configurando su teoría pura61, es
60
Columna de Opinión publicada el 09 de septiembre de 2018 en el Diario
La Verdad.
61
Sistema lógico-deductivo conformado por un conjunto de hipótesis
comprobadas respecto de la existencia de elementos reconocibles comunes
a varios fenómenos o hechos que comparten una naturaleza análoga. p.ej.
existe la democracia de los liberalismos y la democracia de los
socialismos, sin embargo, ambas comparten a la democracia como forma
de gobierno, por lo que, apartando sus matices, nos quedamos con un
núcleo mínimo de ideas. Siendo que las diferencias entre ambas
concepciones de democracia ya varían acorde a como cada ideología
enfoca la cuestión democrática. En el caso en particular, la teoría pura del
nacionalismo deriva de la praxis de los nacionalismos históricos.
46
decir, su principiológica mínima), tanto de
izquierdas como de derechas, a saber:
§ Principio de Soberanía62 Nacional63: Los
ciudadanos de una nación, deben gobernar el
Estado.
§ Principio de Funcionalidad del Poder:
Adquirido el poder político por la ciudadanía, este
debe ser orientado al cumplimiento del interés
nacional64.
Vistos los principios constituyentes, se tiene
también que, de ellos se desprenden otros
principios accesorios que llamaremos principios
derivados, los cuales se configuran en propuestas
de principios orientadores de la praxis nacionalista
pura contemporánea, que, sin pretender ser
limitativos, consideramos que son los siguientes:
62
Autoridad suprema del poder público.
La autoridad y poder públicos que el pueblo ejerce por medio de sus
órganos institucionales representativos.
64
Es la defensa y promoción de la razón de Estado, definiendo a esta última
como el conjunto de objetivos principales que legitiman la acción política
del Estado y la incrementan, siendo estos objetivos los siguientes: 1. La
garantía de la propia supervivencia y conservación del Estado, y 2. La
generación de las condiciones para su expansión y crecimiento en términos
de riqueza y esplendor. Por lo expuesto, el interés o intereses nacionales
serían así varios, siendo la salvaguarda de la integridad territorial de
enemigos externos como la protección de la paz cívica a nivel interno lo
que se conoce como Seguridad Nacional, uno de ellos. Pudiendo ser otros
intereses nacionales la estabilidad económica, el desarrollo científico y
tecnológico, así como el mejoramiento del sistema educativo, la reducción
de la pobreza y las desigualdades, y la lucha contra amenazas a la salud
pública.
63
47
I. La concepción ontológica de nación y
patria. La nación es un conjunto de personas que
conviven en un espacio geográfico determinado
que está delimitado por un territorio específico.
Sus miembros están cohesionados por elementos
identitarios a este espacio. Estos vínculos, no solo
ligan a los respectivos miembros de una
determinada comunidad, a esta, en un sentido
identitario, sino también, en un aspecto unitario.
Ello implica, que estos lazos no solo sirven para la
construcción de la identidad de la persona con su
país, sino también, para el re-conocimiento con
un connacional.
En tanto inserto en la definición de nación,
está el territorio jurisdiccionalmente definido –
país–, el espacio geográfico en donde se
desenvuelve esa comunidad histórico-cultural.
Siendo que la patria es el espacio vital en donde se
desarrolla la nación, esta última, la población del
Estado y la depositaria de la soberanía. País de una
nación y patria, son así, sinónimos.
Como podemos ver el concepto de nación no
solo está delimitado por el aspecto territorial sino
también por ideales trascendentales relacionados
con vínculos de cohesión. Este aspecto unitario e
identitario, encierra el geist o espíritu de la nación,
en ello, las tradiciones, costumbres, historia,
ciencia, cultura, arte, filosofía, etc.
48
II.
El
reconocimiento
de
la
complementariedad de la dicotomía esencial
humana. El hombre es un ser complejo y
completo. Esta complejidad es característica
consustancial de la propia naturaleza humana,
como entidad racional. Este es completo porque
presenta dos factores esenciales que lo definen y lo
diferencian de todos los demás seres vivos. Por un
lado el hombre es un ser material, que tendrá
necesidades para su desarrollo como ente físico,
por otro lado, posee una parte psíquica, en donde
habita la esencia de la razón humana. Esta segunda
parte constitutiva del hombre tendrá también
necesidades, propias de ella, como el arte, la ciencia
y la filosofía. Componentes vértice y verdaderos
factores del desarrollo humano.
III. La búsqueda de la unidad nacional y el
bien común. Dependiendo del país en que uno se
encuentre, este factor unitario puede variar,
acoplándose a las realidades de las distintas
coyunturas. Pudiendo en un lado ser la etnia, en
otro ser la religión, en otro la historia, en otro la
clase, etc. Depende de la situación sociohistóricocultural del país, el de su factor de unidad.
La unidad nacional tiene como principal
objetivo, cohesionar a todos los miembros de una
determinada comunidad, tanto mayorías como
minorías, con el fin de encausar todas las
49
voluntades hacia el desarrollo de todas las personas
humanas que son parte de una comunidad de
intereses, sin perturbar sus deseos de realización
personal, asegurándose que estos estén insertos en
dicha realización de la comunidad.
IV. Exaltación sana de la identidad
nacional. La valoración sana, en negación de
toda forma de extremismo, de las tradiciones,
costumbres e historia de los pueblos que forman
una comunidad nacional. Dicha exaltación no
versará sobre elementos cualesquiera de una
identidad superficial, sino, de una identidad
auténtica y trascendental. Un pueblo que no es
consciente de su identidad, que no valora su
pasado y su historia, está condenado a cometer los
mismos errores que garantizaron su retroceso o
estancamiento en un momento dado.
V. Exaltación sana de los valores militares y
las virtudes cívico-patrióticas. Tanto en la
guerra, como en la paz, la principal virtud de una
comunidad política es el amor a la patria, mientras
que la virtud propia de un Estado Político, es el
amor a la República. Dichas virtudes son
fundamentales para el desarrollo de una
comunidad de intereses, en tanto que, uno no
puede velar por la perfección de algo, si no ama
aquello que es objeto de la acción, lo contrario es
hipocresía y despecho; lo certero, es la valoración
50
sana y consecuente de esta virtud, que es esencial
para el desarrollo político, económico y social de
un pueblo.
VI. Ambientalismo inherente. El cuidado del
espacio vital donde ha de desarrollarse la
comunidad de fines. El cuidado y la armonía con
el entorno, es la negación de un ideal cartesiano de
nación como instrumento de dominación del
hombre sobre la naturaleza y significa más bien
una etapa superior del ideal de bien común, en
donde la naturaleza antes que objeto pasa a ser
sujeto al mismo nivel que el hombre, en tanto se
reconoce su esencia como ente vivo. La naturaleza
así entendida se convierte en madre o Pachamama
(en el pensamiento andino), y el hombre en
expresión particular de esta universalidad que le da
sustento a la misma existencia humana.
VII. Internacionalismo auténtico65. El
nacionalismo
no
es
enemigo
del
internacionalismo, sino, al contrario, su sustento
básico, o de igual forma, «un internacionalismo
marginado de la nación y divorciado del
nacionalismo no significa nada»66.
65
Estos dos principios concernientes al internacionalismo y la
independencia política económica y militar, son rescatados de las
profundizaciones efectuadas por la Idea Juche. Alcances que también han
sido compartidos por los nacionalismos a lo largo de la historia en mayor
o menor medida.
66
JONG IL, Kim. (1982). «Sobre la Idea Juche». Articulo enviado el
Seminario Nacional sobre la Idea Juche en Conmemoración del 70
51
VIII. Independencia, autosuficiencia y
autodefensa67. Independencia política: la
salvaguarda del interés nacional y la soberanía
popular como característica básica de todo Estado
soberano. «El derecho de cada hombre a la
independencia se expresa en forma concentrada
en el poder estatal»; Autosuficiencia económica: si
no hay independencia económica no puede haber
un concepto pleno de independencia política,
asimismo, «edificar una economía nacional
autosuficiente significa levantar una economía
que se sostenga en sus propias bases, sin depender
de otros…»; Autodefensa militar: no se puede
garantizar la independencia y la autosuficiencia
sin una garantía militar que las defienda.
Aniversario del Nacimiento de Kim Il Sung. Ediciones en Lenguas
Extranjeras. Pyongyang, Corea.
67
Ibid.
52
SOBRE EL NACIONALISMO PERUANO 68
SOBRE LOS LINEAMIENTOS GENERALES
DEL NACIONALISMO PERUANISTA
(Mayo 2017)
Finiquitada la esencia del nacionalismo puro, cuya
base principiológica consustancial se identificó
con la búsqueda del bien común, la unidad
nacional y la plena soberanía, se procede a
continuar con nuestro análisis, en tanto
profundizada la estructura, naturaleza y
manifestaciones del concepto genérico, ahora nos
centramos en nuestro caso específico, el peruano,
y en ello a que, si la base principal del nacionalismo
como concepto puro es la búsqueda de la unidad
nacional, pues se precisa identificar –para hablar
de un nacionalismo peruano– cuál sería ese factor
unitario del Perú como nación, en tanto que
muchos sustentan que el Perú no es una nación,
debido a que presenta muchos problemas
derivados de su falta de homogeneidad racial y
cultural69, por lo que sería una Nación en
construcción o una Nación por venir70, a ello se
aúnan la reflexión de que el Perú aún –desde un
68
Extracto del Ensayo «Breve aproximación a los fundamentos del
crisolismo». Publicado el 05 de mayo de 2017 en la Revista Virtual Rusa
«Geopolítica.ru».
69
PORTOCARRERO, Gonzalo (Editor). (2014). «Perspectivas sobre el
Nacionalismo en el Perú». 1era.Ed.IEP
70
TEJADA GALINDO, Sergio. (2014). «La Nación Por-Venir: el
bicentenario y lo nacional-popular en el Perú». 1era.Ed.Fondo Editorial
PUCP.
53
aspecto sociológico– no supera su etapa
de comunidad agraria, superación necesaria para
concebirse como sociedad –industrial–, la clásica
distinción
entre
el Gemeinschaft y
71
el Gesselschaft .
Sin perjuicio de lo anterior, y en clara
aplicación de la ontología heideggeriana,
consideramos que el olvido del Ser del Peruano,
no genera per se la inexistencia de un ser auténtico,
que espera despertar al terreno de la consciencia, el
retorno de lo que significa e implica ser peruano, y
de que efectivamente no solo basta el elemento
cultural sino y sobretodo la autopercepción del
yo, y que rescatando la dialéctica de la identidad
en Hegel en este aspecto en particular, se
configuraría en el hecho que en estos momentos
varios peruanos se encuentran en un nivel muy
bajo de conciencia de su propia nacionalidad, es
decir, son proto-peruanos o pre-peruanos, en
tanto que, y sobre todo en las partes más
urbanizadas, el
otro
no
significa
autoreferencialidad de una misma identidad,
sino, alteridad, es decir, el otro como portador de
una identidad distinta, cuando en realidad es la
misma. No solo basta ser peruano, plano cultural,
hay que querer serlo, plano volitivo-político,
71
NEIRA, Hugo. (2013). «¿Qué es una Nación?». 1era. Ed. Fondo
Editorial USMP.
54
parafraseado a Vollmar Fuenzalida72. Todos son
peruanos, independientemente del hecho que no
sean conscientes de ello.
No se entienda a las categorías de proto y pre
peruanos como negación a la categoría de
peruano,
este
último
como ciudadano
plenamente consciente de la trascendencia de
pertenecer al Perú, sino como estadios o etapas de
conciencia de la nacionalidad peruana, en tanto el
(i) proto-peruano (el que no tiene o solo tiene
conciencia de nacimiento), el (ii) pre-peruano (el
que tiene conciencia de nacimiento, pero la
circunscribe o limita de forma extremada a un
aspecto identitario en particular muy marcado en
detrimento de su opuesto, ya sea de identidad
cultural
–supremacismo
indigenista
o
supremacismo hispanista–, de identidad
socioeconómica –estatista o libertario– o de
identidad política –extrema izquierda o extrema
derecha–, negando el sincretismo cultural,
extrapolando las brechas socioeconómicas y
minimizando las problemáticas políticas comunes
anulando a su vez la posibilidad de diálogo,
respectivamente) y el (iii) peruano (consciente del
sincretismo
cultural,
las
desigualdades
socioeconómicas a superar y las problemáticas
políticas comunes a enfrentar y que valora
72
VOLLMAR FUENZALIDA, Fernando. (2009). «La agonía del EstadoNación: poder, raza y etnia en el Perú contemporáneo». Fondo Editorial
del Congreso de la Republica.
55
elementos trascendentales), comparten el hecho
que todos son peruanos, solo que con diferentes
niveles de concientización en torno a su identidad
como tales, es decir, respecto de su ser como
peruanos. Solo este tercer nivel es su forma
auténtica.
Es por ello que volver al ethnos se nos
muestra como imperativo, en tanto solo un
análisis de los aspectos etnográficos de nuestra
nación, nos ayudaran a comprender el grado de
diversidad y sincretismo existente, aspecto
demoledor de toda alienación, desidentificación y
racismo.
Por lo anterior, es que nuestro
planteamiento llega a un nivel de teorización
considerable, en torno a la originalidad y
diferenciación de la raza humana, y de las
particularidades de cada grupo humano. No
partimos precisamente de las tesis del
determinismo genético, de autores como Murray
& Herrnstein73, sino que acogemos la postura de
autores como Moreno Muñoz74, Gould75,
73
MURRAY, Charles, HERRNSTEIN, Richard J. (1994). «The Bell
Curve».
74
MORENO MUÑOZ, Miguel. (1995). «La determinación genética del
comportamiento humano. Una revisión crítica desde la filosofía y la
genética de la conducta». En: Gazeta de Antropología, No. 11, articulo 06
75
GOULD, S.J. (2010). «Desde Darwin: Reflexiones sobre historia
natural». Madrid, Hermann Blume.
56
Lewontin76 y Medawar77, en donde a través de una
revisión crítico-filosófica, abordamos el tema de la
diferenciación humana a partir de la genética de la
conducta.
La diferenciación, lejos de ser un
presupuesto que algunos califican como contrario
a la dignidad humana, su pleno entendimiento
desde el punto de vista crítico que parte de
la filosofía de la biología y de la genética de la
conducta, al contrario de ir en contra de esta –la
dignidad humana–, la reafirma, puesto que
reconoce y revaloriza la originalidad de la
individualidad, que refrenda el hecho que cada ser
humano es un ser único, especial e irrepetible, ya
que no hay una relación o nexo determinante
entre un gen y la manifestación fenoménica de
comportamientos y/o habilidades específicas.
Ajeno pues, como veremos, a cualquier intento de
cosificación del hombre, sino al ensalzamiento de
su univocidad tanto individual como colectiva.
Por lo que la persona humana se diferenciaría
tanto en su manifestación individual como en su
manifestación colectiva, es decir, y en esto último
como miembro de una particular, etnia y/o raza,
existiendo así una particularidad de la
76
LEWONTIN, R.C. (1987). «The irrelevance of heritability». Sciencie
for the People, 6. pp. 23-32.
77
MEDAWAR, P. (1982). «Pluto’s republic». Oxford, Oxford Univ.
Press.
57
diferenciación y una universalidad de la
diferenciación, en ello, la diferenciación del ser
humano con otro ser humano, y la diferenciación
del ser humano en tanto miembro de un grupo
humano con determinadas características
fenotípicas,
respectivamente.
Siendo
precisamente de esta realidad de la que parte la
ficción de la igualdad ante la ley, ante seres iguales
en su desigualdad, pero desiguales en sí mismos.
Derivado de este principio y aplicándolo a
nuestra realidad, se colige que el Perú está
compuesto por una enorme variedad de pueblos y
etnias, distintos, cada cual, con sus determinadas
peculiaridades y factores constitutivos inherentes
y diferenciadores, y negarlo es fútil, ya que se ha
visto el fracaso de rechazar esa identidad y esa
cultura de cada pueblo forjador y adscrito a la
peruanidad, propiciado por las tres teorías de la
modernidad.
El liberalismo clásico peruano que imbuido
de hispanismo y europeísmo menospreciaba al
indígena (p.ej. en la República Aristocrática78 y
«…el liberalismo peruano de la segunda mitad del siglo (al menos el que
detentó el poder) perdiera el cariz popular que pudo tener en la primera.
Las ideas decimonónicas de progreso, el positivismo y el desarrollo de la
biología al servicio del racismo, se harían sentir con el correr del siglo en
nuestro medio e influirían para dar “solidez científica” a esa ideología de
desprecio y segregación del indio tan bien expresada por Pardo. Una
“república sin indios” parecía ser el lema del progreso. La inmigración
blanca aparecía como solución a los problemas del país. Sobre tales
cimientos ideológicos se fundaría; más tarde, la llamada República
Aristocrática (1895-1919), ese Estado oligárquico cuyas bases serían
78
58
hasta nuestros días en el periodo posliberal bajo el
apelativo de ciudadanos de segunda clase79). El
socialismo clásico peruano que, imbuido de
indigenismo elevaba al descendiente de europeos80
a la categoría de raza beligerante respecto de lo
indígena (p.ej. lo que aún persiste en ciertos
sectores de la izquierda bajo el peyorativo de:
extranjeros con DNI peruano, para referirse a los
peruanos descendientes de españoles y europeos81 y
en algunos casos hasta al mismo indígena por
considerarlo como incapacitado para el liderazgo
revolucionario82; y el fascismo clásico peruano o
severamente resquebrajadas recién con Velasco y de cuyo
desmoronamiento viene emergiendo una realidad que, con toda su
violencia y desgarramiento, pareciera estar marcando los síntomas de la
construcción
de
una
nueva
nación»
(2014:131).
Ver:
https://centroderecursos.cultura.pe/sites/default/files/rb/pdf/Racismoyetni
cidad.pdf
79
En: https://www.servindi.org/file/alan-garcia-indigenas-ciudadanosdesegunda-clase
80
«El Regionalismo (…) más que un conflicto entre la capital y las
provincias denuncia un conflicto entre el Perú costeño y español (sinónimo
de blanco) y el Perú serrano e indígena» En: Mariátegui (1968), p.164.
Asimismo: «José Carlos Mariátegui, por ejemplo, escribió: “Esperar la
emancipación indígena de un activo cruzamiento de la región aborigen con
inmigrantes blancos es una ingenuidad antrosociológica, concebible solo
en la mente rudimentaria de un importador de carneros merinos”
(Mariátegui (1968) [1928], p. 34). Mariátegui, al igual que Valcárcel
también adhirió a teorías de generación racial para definir el mestizaje
como un estado de ignorancia. En el mestizo encontraba “impresión e
hibridismo (…) que se traduce por un oscuro predominio de sedimentos
negativos en una estagnación sólida y morbosa” (Mariátegui, 1928). Ver:
https://centroderecursos.cultura.pe/sites/default/files/rb/pdf/Racismoyetni
cidad.pdf
81
Ver:
https://www.elmundo.es/america/2011/06/27/noticias/1309201869.html
82
«“incapaces de crear liderazgo debido a que dependen emocionalmente
del antiguo orden”. Las anteriores declaraciones transmitían una definición
de indios como analfabetos, tarados rurales necesitados de la conducción
de “clases” más educadas para sobrevivir en una sociedad dominada por el
mundo
escrito»
(2014:87)
En:
https://centroderecursos.cultura.pe/sites/default/files/rb/pdf/Racismoyetni
cidad.pdf
59
urrismo que, si bien intentó armonizar a
indígenas, mestizos y criollos, caería en la misma
narrativa atentando contra la comunidad china y
japonesa en el Perú83.
El reconocimiento de la diferencia permite
conceptualizar el respeto mutuo. La negación de
las diferencias culturales, contrario sensu deviene
en alienación. La aceptación de las diferencias
culturales y el reconocimiento de la diversidad
concluye el proceso sociológico, culturológico e
histórico iniciado en el Virreinato, que se
expresaría bien como Unidad en la Diversidad o
en el «Vtraque Vnum (1732)»84, y que luego del
proceso independentista fuera transfigurado
discursivamente en la República como «Firme y
Feliz por la Unión» (1825), y teorizado en
adelante como Unidad en la Peruanidad
(V.A.Belaunde, 1943), concepto que tendría que
esperar a la Revolución Peruana de 1968 para
comenzar a construirse en su real sentido.
Este principio de unidad en la peruanidad
desemboca en una Teorética Peruanista, que se
centra en complementar dicho principio,
precisando conceptos que, partiendo de nuestras
reflexiones, se consideran que se encuentran harto
tergiversados y que han llevado a que tesis que
83
84
Ver: https://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/handle/20.500.12404/129
Ambos son Uno.
60
sustentan la negación de nuestra categoría de
nación por el solo hecho que no contamos con
homogeneidad racial y cultural, sean narrativa
corriente de un sector de la intelectualidad
peruana.
Conceptos como Nación peruana,
Identidad peruana y Patria peruana, son
redefinidos, y nos detenemos en la profundización
de su interrelación y su debida contextualización
con nuestro escenario peruano, para continuar
con el concepto de Unidad Nacional, y
empalmarlo con el concepto de Peruanidad.
I. Nación peruana: Comunidad humana
conformada por las etnias Criolla, Indígena,
Africana y Asiática, así como por la conjunción de
estas etnias entre sí y unificada política y
culturalmente por las particularidades de sus
propias identidades que se ven reflejadas en las
otras por el sincretismo o mestizaje, ya sea cultural
o racial.
II. Identidad peruana: La identidad peruana es
lo que hace que el peruano se autoperciba como
tal, siendo que esta identidad es la peruanidad.
Pero esta identidad se expresa en dos formas
de materialidad. En la primera podemos encontrar
todos los entes superficiales de característica
61
perecedera, como recursos y riquezas naturales.
Expresiones materiales manufacturadas, como,
por ejemplo, manifestaciones gastronómicas y
demás componentes que son parte del día a día, de
ese nacionalismo de lo cotidiano85; mientras que
por otro lado tenemos al aspecto identitario en lo
trascendental, que hace referencia per se a la
peruanidad, entendida como identidad real y
auténtica del Perú y de los peruanos.
III. Patria peruana: Territorio que ocupa la
nación peruana.
IV. Peruanidad: Son todas las expresiones de
índole inmaterial en los aspectos, Social (formas de
organización y vivencias comunitarias), Cultural
(artístico,
científico,
histórico,
literario,
filosófico, religioso, sistema de creencias en el
campo de las costumbres y la tradición) y Político
(ideas y cosmovisiones), que se han acumulado a
lo largo de los tiempos desde la formación de la
comunidad nacional peruana –haciendo una clara
distinción entre comunidades ante-peruanas,
(antes de la Independencia) y peruanas, (después
de la Independencia)–, un período que se cuenta
desde Caral pasando por el Virreinato del Perú,
«…la investigación sobre el nacionalismo obviaba importantes
cuestiones con respecto a la relación entre identidad nacional y Estado. La
primera es la reproducción y el sostenimiento de la identidad nacional por
medio de experiencias vividas por la población en sus actividades diarias.
También podríamos incluir aquí la formación de identidades sociales a raíz
de experiencias en la vida cotidiana» (Ehret, 2020:74).
85
62
hasta la República y que trasciende en sus
tradiciones hasta nuestros días.
Visto lo expuesto, se concluye que la unidad
del pueblo peruano, se constituye en el orgullo
derivado de la identidad propiciada por la Historia
Imperial (Reinos preincaicos, Tahuantinsuyo y
Virreinato
del
Perú), Dicciones
Socioculturales (tradiciones y costumbres de los
diversos pueblos del Perú) y la Riqueza Material
(Recursos naturales –Costa, Sierra y Selva– y
recursos intelectuales, esto último ligado a la labor
de la intelectualidad peruana, producción
cultural), que parte de nuestras dos culturas
nodrizas, la andino-amazónica y la hispánicoeuropea y de los demás aportes de otros pueblos
que se han integrado a la nación peruana86. Lo que
termina haciendo del Perú una Nación
Pluricultural y Multicultural en la realidad físico
– geográfica (forma), pero en lo axiológico –
pensamientos, conceptos, ideas, tradiciones y
costumbres (fondo) – predominan las culturas
nodrizas, es decir, la Andina y la Hispánica, que
terminan por convertirnos en una Nación
Bicultural. Es así como todos los pueblos y etnias
del Perú, son parte indisoluble de este y, por ende,
aportan a su engrandecimiento y a la ampliación
de la peruanidad con sus aportes.
86
Tal es el caso de la comunidad nikkei y la comunidad italo-peruana, entre
otras.
63
Sin embargo, y como consecuencia de la
posmodernidad y de la hegemonía liberal, se ha
relacionado a la peruanidad solo con el aspecto
superficial de la identidad de la nación, como
consecuencia
del
sistema
economicista,
trasladando el terreno de la economía a todo
trasfondo espiritual y filosófico. Generando una
identidad mercantilista y consumista, siendo que
las consecuencias de dicha tergiversación
conceptual se plasman en los siguientes cinco
puntos:
§
Principales
consecuencias
de
la
tergiversación de la teorética peruanista:
1. Deconstrucción de las expresiones artísticas
y musicales: Reemplazo del arte clásico y
patriótico, por expresiones alienadas y
posmodernas, tanto en el terreno de la música,
como del arte.
2. Ídolos del mercado: Esperanza de
reconstrucción de la nacionalidad en
personalidades de espectáculos, derivado de la
pobreza moral de los líderes políticos.
3. Chauvinismo deportivo: Construcción de la
identidad y la unidad a partir de sentimentalismos
mediocres derivados de la fe ciega en actividades
deportivas como el fútbol.
64
4. Patrioterismo gastronómico: Identidad y
orgullo falsos derivados de la exaltación
exacerbada de superficialísimos consumistas
como la gastronomía.
5. Vietnamización de las identidades87:
Reemplazo de la identidad nacional por otras
identidades regionales o por subidentidades
tribales (tribus urbanas, equipos de fútbol,
pandillas y barras bravas, etc).
Finalmente, se efectúan unos análisis
exegéticos adicionales a la tergiversación de la
teorética peruanista, y como la tergiversación de
las categorías que le dan sustento (Nación
peruana, identidad peruana, peruanidad), obtiene
trascendencia en nuestro país y en toda
Sudamérica, en tanto que podemos darnos cuenta
que esta situación no solo la vive el Perú, ya que
todas las identidades de las naciones de
Sudamérica han pasado (en mayor o menor
medida) de identidades culturales diferenciadas a
identidades de consumo homogenizantes (fútbol,
gastronomía y turismo).
En este continente están presentes la cultura
hispánico-europea, la indígena y la conjunción de
ambas; la unidad en la diversidad es un principio
87
Variación nuestra de la tesis econiana sobre la vietnamización del
territorio. (ECO, Umberto. «La Nueva Edad Media»).
65
aplicable –en términos generales– a todo el
ámbito de los pueblos de Sudamérica, en tanto
todos –incluida la región oeste y sur del Brasil
durante el mandato de Carlos V, con excepción de
Venezuela que se encontraba bajo jurisdicción del
Virreinato de Nueva España y del resto del Brasil
que
pertenecía
al
Imperio
portugués– pertenecieron al Virreinato del Perú,
por ende a una cultura en común, a tradiciones en
común y a un gran espacio territorial en común,
por ende, herederos de las tradiciones propias de
nuestros pueblos que nos definen como
miembros de una determinada comunidad
nacional pero, aún más importante, como
miembros de un tronco cultural bicéfalo y de una
Patria Grande.
66
SOBRE LA DEMOCRACIA88
HACIA UNA DEMOCRACIA
MERITOCRÁTICA
(Julio 2018)
Teniendo en claro el genérico nacionalismo, y su
particular manifestación peruanista, continuamos
con la definición del genérico democracia, para
efectuar la misma labor hermenéutica de construir
un concepto puro, que coadyuve a la
conceptualización de una democracia peruana, sin
embargo, y ya como el lector puede estar
ligeramente enterado, existe una concepción muy
gaseosa y multiforme de lo que la democracia es,
pudiendo entendérsela, ahora, no solo como
forma de gobierno sino también como cultura,
pensamiento político, sistema social, indicador de
desarrollo, etc.
Es así que ante la multiplicidad de
concepciones de democracia y la infinitud de
modelos de democracia moderna, es preciso
también volver a un estadio inicial o puro del
concepto de democracia a partir de las
manifestaciones históricas de formas de gobierno,
para hallar su quintaescencia, ello debido al
88
Extracto del Ensayo «Breve aproximación a los fundamentos del
crisolismo». Publicado el 05 de mayo de 2017 en la Revista Virtual Rusa
«Geopolítica.ru».
67
secuestro de dicha concepción por el liberalismo y
el posliberalismo, en tanto que la actual teoría de
la democracia, es la teoría de la democracia liberal,
que va desde esquemas políticos89 hasta la
aplicación de la teoría de juegos, en lo que se
conoce como teoría económica de la democracia90,
al respecto Sartori afirma que:
«La tesis de las múltiples teorías se
contrapone a la teoría completa, a la teoría de
conjunto; un grupo de porciones de teoría, de
subteorías incompletas que caen en el clásico error
del par pro todo, de suplantar el todo por una
parte. Por lo tanto, y contrariamente, yo sostendré
que la teoría de la democracia (en singular) está
dividida únicamente por la discontinuidad que
separa la democracia de los antiguos de la
democracia de los modernos, y que esta última es
fundamentalmente una: la teoría de la democracia
liberal»91
El retorno a un concepto puro de
democracia, se hace imperativo, ante las falencias
de la democracia liberal en torno al principio
89
DAHL, R. (1993). «La poliarquía. Participación y oposición». REI. &
DAHL, R. (1992). «La democracia y sus críticos». Editorial Paidos
90
ARENDT, Hannah. (1958). «The Human Condition». Chicago and
London, University of Chicago Press; DOWNS, A. (1957). «An Economic
Theory of Democracy». New York. Harper & Row; BUCHANAN, J.M.
& G.TULLOCK. (1962). «The Calculus of Consent». Ann Arbor,
University of Michigan Press; RIKER, W.H. (1982). «Liberalism Against
Populism: A confrontation Between the Theory of Democracy and the
Theory of Social Choice», San Francisco. Freeman
91
SARTORI, Giovanni. (2003). «¿Qué es la Democracia? » Taurus.
68
básico de la democracia como concepto literal92
que es la plasmación de la voluntad del pueblo:
«Entre las grandes deficiencias que se
encuentran en los regímenes democráticos está
indudablemente la actuación de los partidos
políticos que, sujetos a la dinámica de los intereses
y combinados con una franca apatía por parte de
amplios sectores de la ciudadanía, han devenido en
la imposibilidad para afectar intereses enquistados
o desigualdades sociales profundas. Así, han
quedado sin ser consideradas voces diversas de la
sociedad, especialmente aquellas de los grupos
más marginados. Estos problemas, sentidos con
mayor intensidad en democracias de reciente
establecimiento, han puesto de relieve que dejar la
política únicamente a los partidos y a los
representantes lleva a que los intereses de éstos se
enquisten y se cartelicen de espaldas a la sociedad.
Por esta razón, desde los años sesenta
presenciamos un debate alimentado por una
multiplicidad de reflexiones teóricas que buscan
democratizar aún más la democracia, así como
encontrar elementos que corrijan sus
deficiencias»93
92
Ibid.
BAÑOS, Jessica. (2006). «Teorías de la democracia: debates actuales».
Andamios. Revista de Investigación Social, vol. 2, núm. 4, junio, pp. 3558.
93
69
Esta situación recrudece aún más cuando el
papel de la ciudadanía se teoriza y se reduce solo al
mero acto de votar94.
Luego de dicho examen95, se desembocó en
un concepto puro de democracia, entendida
como gobierno popular, es decir, como una forma
de gobierno en donde el pueblo reunido en
asamblea plasma su voluntad a través del ejercicio
directo del poder –o a través de espacios que
puedan garantizar la participación–, el cual reside
en las manos del mismo. Por lo que se puede
verificar que nuestro concepto de democracia
auténtica es el concepto de democracia directa o
participativa96, por oposición a la democracia
indirecta o representativa. Sin embargo, ello no
nos impide efectuar una síntesis dialéctica entro
dichas manifestaciones para solucionar las
falencias propias de la democracia y crear un nuevo
concepto, en tanto la experiencia pragmática es
94
SCHUMPETER, J.A. (1942). «Capitalism, Socialism and Democracy»,
New York, Harper.
95
Este análisis no forma de esta obra por razones de brevedad, ya que se
encuentra en el Capítulo I de nuestra obra Tres Ensayos Crisolistas.
96
«La democracia directa, cuando es puesta en práctica, es indiscutible e
incontestablemente el método ideal de Gobierno. Como un pueblo, sea
cual sea su población, no puede ser reunido a la vez para discutir, estudiar
y decidir sus políticas, las naciones se desvían de la democracia directa,
que se convierte en una idea utópica alejada de la realidad, y ha sido
sustituida por numerosas formas de Gobierno como son las Asambleas
parlamentarías, las alianzas de partidos y los referéndums, que terminan
todos ellos por aislar al pueblo de gestionar la política de sus asuntos y por
usurpar su soberanía y monopolizar la política y la soberanía en provecho
de estos aparatos sucesivos y en lucha por el poder, bien sean individuo,
clase, taifa, tribu, parlamento o partido». (Muamar el Gadafi, 1975). En:
El Libro Verde, Primera Parte, La Solución del Problema de la
Democracia: ”El poder del Pueblo”.
70
clara en señalar que, efectivamente la democracia
directa al igual que la participativa, tampoco es
perfecta, Sartori al respecto, nos dice que:
«…la democracia indirecta, es decir,
representativa, no es solamente una atenuación de
la democracia directa; también es su correctivo.
Una primera ventaja del gobierno representativo
es que un proceso político entretejido de
mediaciones permite escapar a las radicalizaciones
elementales de los procedimientos directos. La
segunda ventaja es que también sin ¨participación
total¨ la democracia representativa subsiste
siempre como un sistema de control y limitación
del poder. Lo anterior permite a la sociedad civil,
entendida como sociedad prepolítica, como esfera
autónoma
y
conjunto
auto-suficiente,
desarrollarse como tal»97.
El problema de la democracia liberal reside
en que convierte la participación ciudadana en
excepción, ya que busca la primacía de la ficción
del empoderamiento más que su efectiva
realización, convirtiéndose ya no en una
competencia de colectividades por el poder, sino
en una competencia de elites políticas
preestablecidas, en clara alusión al secuestro de la
política por los Partidos98, y a la invasión de la
97
SARTORI, loc. cit.
PATEMAN, Carole. (1970). «Participation and Democratic Theory».
Cambridge: Cambridge University Press
98
71
economía al terreno de la política, con lo cual ya no
existirían Partidos Políticos, sino Empresas
Políticas sujetas al análisis costo-beneficio99 aunado
al hecho que, sin un debido balance ligado a
aspectos de carácter meritocrático, el principio de
representatividad liberal en lugar de servir a la
plasmación de la voluntad popular, la
corrompe100.
De igual forma, la información recogida de
las llamadas democracias populares de los Estados
Socialistas en la época del socialismo real, tuvieron
deficiencias propias de la experimentación social,
en el sentido que en la práctica, la voluntad
popular se reemplazó paulatinamente por la
voluntad de un Comité Central, siendo la única
vía de participación política real, dentro de o en la
periferia de los respectivos Partidos Comunistas.
99
MÜLLER-SCHMID, Peter Paul. (1978). «La Justificación ÉticoSocial
de la Democracia Pluralista». En: UTZ,A.F.- STREFTHOFEN, H.B.
(Eds.) La Concepción Cristiana de la Democracia Pluralista. Actos de un
Simposio Internacional en Madrid. Ed. Herder, Barcelona, pp. 301
(Colección Studia Helvetica Friburgensia, No.5, publicaciones de Unión
de Fribourg, Instituto Internacional de Ciencias Sociales y Políticas).
100
Las democracias liberales pierden terreno frente a las llamadas
democracias iliberales que están teniendo una mayor fortaleza política y
económica en la arena internacional. Al respecto: «El vínculo entre
democracia y capitalismo está roto. Por lo tanto, es muy posible que
nuestro futuro se base en un "socialismo capitalista" chino, definitivamente
no en el socialismo con el que estábamos soñando» (Slavoj Žižek: Will our
future be Chinese 'capitalist socialism'? publicado en RT el 21.10.2018.).
Por otro lado: «En el transcurso de un cuarto de siglo, las democracias
liberales han pasado de una posición de fortaleza económica sin
precedentes a una posición de debilidad económica sin precedentes.
…(…). De los 15 países del mundo con los ingresos per cápita más altos,
casi dos tercios son democracias no liberales» (MOUNK, Yascha; FOA
STEFAN, Roberto. The End of the Democratic Century: Autocracy's
Global Ascendance, 2018).
72
Es por ello que bajo todas estas experiencias,
se propone un nuevo modelo de democracia de
carácter meritocrática, que sería el modelo de
democracia para el Perú, que sopese la praxis y
subsane las mencionadas falencias, en tanto los
respectivos gobiernos a lo largo de nuestra
historia, se han contagiado de dichas
imperfecciones propias de la praxis democrática.
Siendo que los fundamentos de esta democracia
meritocrática, serían los siguientes:
I. Los partidos políticos, no son las únicas vías
de participación política. Existen también gran
gama de cuerpos y actores sociales (Colegios de
Profesionales, Universidades, etc.) que fácilmente
podrían normar lo que atañe a su especialidad y a
sus ramas de actividad de manera directa, en tanto
especialistas en dichas materias. Asimismo, una
mayor diversidad de actores dinamiza, garantiza y
facilita la fiscalización.
II. La voluntad popular no puede plasmarse
sin meritocrácia. No puede garantizarse la
reinterpretación de la voluntad popular mediante
el principio de representatividad per se, si el
recurso humano que postula al ejercicio de un
cargo público, no está preparado intelectual y
moralmente para dicha labor.
73
III. La exigencia de meritocrácia no entra en
contradicción con el derecho a la
participación
política. Contrario
al
pensamiento igualitarista liberal, de que la
exigencia de requisitos mínimos al ejercicio de
cargos públicos atenta contra el derecho de
participación política, la meritocrácia no hace
nada más que reafirmar dicho derecho, puesto que
mediante el aseguramiento que buenos elementos
del pueblo, intelectualmente preparados y/o
moralmente intachables, sean los únicos
autorizados a postular y ser elegidos
democráticamente, se garantiza la efectiva
plasmación de la voluntad popular que es
precisamente de donde nace la ratio o la razón de
ser del derecho de participación política, al ser el
objetivo
principal
de
todo
gobierno
auténticamente democrático, la plasmación de las
máximas aspiraciones y exigencias del pueblo.
«Siendo
que
la
DEMOCRACIA
MERITOCRÁTICA, es precisamente la forma de
gobierno sustentada en el ejercicio de la soberanía
popular a través de varios órganos de participación
y representación –no solo Partidos Políticos– que se
eligen por votación, con requisitos meritocráticos
mínimos para el ejercicio de cargos públicos».
Finalmente, estos requisitos mínimos solo se
aplican a los que detentan precisamente a un cargo
74
público. No pueden requerirse a los mismos
votantes, ya que son ellos, los que, en plasmación
del principio de representatividad meritocrática,
trasladan la responsabilidad de la dirección
política a un tercero en virtud de sus
proporcionales capacidades, planteamientos y
conocimientos.
75
SOBRE LA REPÚBLICA101
HACIA UNA SEGUNDA REPÚBLICA
PERUANA
(Julio 2018)
«El fin del Estado es, particularmente, la
seguridad»102, sumado a ello, «la misión del
soberano (sea un monarca o una asamblea)
consiste en el fin para el cual fue investido con el
soberano poder, que no es otro sino el de procurar
la seguridad del pueblo...»103.
Después de esta pequeña disertación
hobbesiana nos asalta la pregunta, ¿y qué acontece
si un Estado ya no brinda esa seguridad por la cual
se realizó el contrato social que fundamenta y sobre
el cual reside el fin de su constitución? Obviamente
al tema de la seguridad se aúnan muchos otros,
como el aseguramiento de la existencia de
mecanismos que garanticen la protección de los
derechos fundamentales, así como el
desenvolvimiento y desarrollo de la persona
dentro de una comunidad de fines. El hombre y la
sociedad, en mutua relación, son pues, los fines
supremos del Estado.
101
Columna de Opinión publicada el 15 de diciembre de 2017 en el Diario
La Verdad.
102
HOBBES, Thomas. (2010). «Leviatán, o de la materia, forma y poder
de una república eclesiástica y civil». Editorial Fondo de Cultura
Económica.
103
Ibid.
76
Definitivamente, si es que el Estado ya no
puede garantizar dicha protección al ciudadano, se
pierde el nexo contractual que llevo a su
conformación, en consecuencia, nada ata al
ciudadano a este Estado fallido.
No hay nada de extraño en este pensamiento,
no hay nada de novedoso, no hay nada de ajeno;
cuando un sistema político deja de generar las
consecuencias esperadas que se derivan de su
normal desenvolvimiento, deja de ser tal. Si una
República funciona en la teoría, pero no se
manifiesta correctamente o no desemboca en los
resultados que sus presupuestos aseveran ¿De qué
puede servirnos ello?
Esto como decíamos, es un pensamiento de
lo más común y de lo más lógico, que ante una
situación de ineficiencia institucional, se
anteponga la reconstrucción de la institución que
adolece de fallas. Dicho presupuesto así fue
aplicado por Francia, que ahora está en su Quinta
República; el proceso de reconstitución o
refundación de sistemas políticos tiene un muy
florido avance en Francia. Aunado a un factor de
renovación, está el factor de desarrollo y constante
adecuación a las necesidades y requerimientos
históricos de la población; la primera república
francesa, fue como consecuencia de que el
absolutismo ya había cumplido con su ciclo
77
histórico en ese país, dando paso a un avance y
desarrollo de nuevas formas de concepción
política que siguieron su formación hasta la
concepción de otras formas políticas como el
Consulado y luego el 1er Imperio Francés con
Napoleón.
La segunda república vino a retornar ese
orden anti absolutista producto de la derrota
napoleónica y la reinstauración de la monarquía
borbónica en Francia, dando a su vez las bases a
otra nueva concepción política, el 2do Imperio.
La tercera república, después de la segunda
guerra mundial, basada en ese mismo espíritu,
sentó las bases de la Cuarta, y esta a su vez las de la
Quinta, siendo esta última la que aún sigue
vigente en Francia, y se seguirá reconstituyendo la
República en Francia cuantas veces así el pueblo
Francés lo determine, porque ello responde a que
el pueblo en ese país es consciente que un sistema
de gobierno político no está para sí mismo, sino
para servir al pueblo, por ende, este cambiará
cuantas veces cambien las necesidades y las
exigencias del pueblo así lo demanden.
Si Francia que es el seno del sistema
republicano moderno lo ha hecho, ¿Por qué el
Perú también no puede hacerlo? ¿Acaso somos un
pueblo tan diferente al francés? Si bien las
78
múltiples diferencias de dicciones culturales e
idiosincrasia nos separan, algo que nos une es esa
voluntad revolucionaria y esa sensibilidad que
tiene nuestro pueblo ante las injusticias, el caos y
el desorden. Esa tenacidad, de que cuando se está
convencido plenamente de algo, se luchará hasta
quemar el último cartucho.
Consideramos que ya el lector se puede ir
haciendo una idea de que estos valores y virtudes
no solamente son propios del pueblo francés y
peruano, sino de todos aquellos hombres y
mujeres consecuentes que son parte de la élite
moral de sus respectivas comunidades nacionales,
que ahora lamentablemente no están en los
gobiernos de nuestros países, claro ejemplo de ello,
sigue en la cima Francia, las políticas del gobierno
de izquierda durante la presidencia de François
Hollande, generaron una ola de confrontación
que atentaba contra los mismos principios
fundamentales en los que se cimienta la República
Francesa, hablamos pues del ideario de la
Revolución de 1789, surgiendo así una
Contrarrevolución Francesa, a lo cual
recomendamos el interesante artículo al respecto
titulado ¿Está naciendo la Contra-revolución
Francesa? de Alejandro Ezcurra Naón104 ¿Quién
sabe? De aquí a unos cuantos años quizás vivamos
104
A lo que se aúnan las recientes protestas en Francia contra el gobierno
de Emamnuel Macron.
79
la reconstitución de la República Francesa en lo
que sería ya su Sexta República.
Como podemos ver, nada es fijo, todo es
mutable, todo cambia, todo sigue en movimiento
–como si el pantha rei de Heráclito tuviese
vigencia hoy más que nunca–; si es que el Perú,
realmente quiere avanzar como país, deberá
comenzar a poner en tela de juicio su sistema
republicano, que a todas luces ya no cumple con
los requerimientos por los cuales fue instaurado,
para ello no necesitamos ir más allá de lo que
actualmente vemos todos los días.
Cuando se dice de un cuerpo enfermo y de la
medicina necesaria para sanarlo, se habla de un
reconstituyente, puesto que retorna al estado de
normalidad, algo que por causas externas o
internas había perdido dicho estado.
Nuestra República, en todos sus aspectos, ya
no genera las consecuencias y efectos derivados de
un normal desenvolvimiento, sino de uno
anormal. Ello significa que hay, en nuestro sistema
republicano, elementos o factores que ya están
caducos, obsoletos y por ende generan la
enfermedad del sistema.
80
Es pues hora que el pueblo peruano, cual
médico, cure a nuestra enferma república,
reconstituyéndola a su estado de normalidad.
81
SOBRE LA ECONOMÍA POLÍTICA *
HACIA UNA ECONOMÍA NACIONAL
(Enero 2018)
La doctrina económico-política del crisolismo se
centra únicamente en el contexto peruano, y en
tanto economía política de transición, parte del
hecho que un sistema económico cuyo enfoque se
reduce a un mero economicismo, es decir, a
rebajar la conducta humana tan solo a una arista
material (Zanotti, 2012:33), solo puede significar
un desarrollo social incompleto y atrofiado105.
Una auténtica política económica como
resultado de una economía política humanista
que la respalde, no se centra de forma exacerbada
en el criterio de máxima utilidad. No es solamente
la idea de crecimiento económico la que debe
primar, aspecto «cuantitativo» plasmado en el
Producto Bruto Interno (PBI), sino y sobretodo,
la idea de desarrollo, que es el real aumento
«cualitativo» de las condiciones sociales, la
calidad de vida, y el bienestar general. En nuestro
país, equívocamente, por años, y al día de hoy, lo
que más ha primado como indicador de
desarrollo, es ese aspecto cuantitativo por sobre el
105
ZANOTTI, Gabriel J. (2012). «Introducción a la Escuela Austriaca de
Economía». Unión Editorial.
82
cualitativo, que es natural consecuencia de la
visión posliberal reinante.
Los intereses de clase, la propiedad privada y
la propiedad colectiva, no son negativos per se,
como muchas teorías económicas y sociales, a lo
largo de la historia, las han venido formulando, lo
negativo está en el abuso de estos conceptos, en el
extremismo; la economía implica una constante
lucha, pero también una armonía entre los
presupuestos de capital y trabajo, de propiedad
privada y colectiva, de interés privado e interés
común. Solo comprendiendo este carácter
equilibrado es que se pueden sentar las bases de
una economía sana y acorde a las necesidades del
hombre y la sociedad, sustentado en una
diversidad comercial benéfica y una competencia
justa, promotores de la técnica y el espíritu de
iniciativa necesario para el desarrollo económico y
el tan anhelado proceso de industrialización.
En la misma línea de argumentación, toda
inversión, ya sea nacional o extranjera, es
beneficiosa para la economía, pero todo
extremismo siempre ha de ser negativo, en ello, la
excesiva estatización como la excesiva
privatización; como se verá, todo responde a los
principios directores y fundamentales de una
83
economía mixta: La armonía y la búsqueda del
equilibrio106.
En nuestro país, el grado de inversión privada
extranjera, ha llegado a un momento de
exacerbación107; tenemos poca inversión de capital
estrictamente nacional, lo que genera
dependencia. Todo ello deviene en que lo político
se confunda y funda con lo económico, siendo
esta la razón por la cual los gobiernos de turno, no
puedan hacer respetar sus decisiones en materia
económica frente a lobbies, grupos de empresas e
inversiones extranjeras directas.
Es así que, en función a ello y en libertad de
competencia –siempre y cuando no haya habido
alguna desventaja indebida obtenida por parte del
capital extranjero–, el Estado deberá fomentar y
promover la economía nacional, y en ello a las
empresas privadas de capital nacional a través de
políticas sustentadas en:
106
«Es mal capital, en la cuestión que estamos tratando, suponer que una
clase social sea espontáneamente enemiga de la otra, como si la naturaleza
hubiera dispuesto a los ricos y a los pobres para combatirse mutuamente
en un perpetuo duelo. Es esto tan ajeno a la razón y a la verdad, que, por
el contrario, es lo más cierto que como en el cuerpo se ensamblan entre sí
miembros diversos, de donde surge aquella proporcionada disposición que
justamente podríase llamar armonía, así ha dispuesto la naturaleza que, en
la sociedad humana, dichas clases gemelas concuerden armónicamente y
se ajusten para lograr el equilibrio. Ambas se necesitan en absoluto: ni el
capital puede subsistir sin el trabajo, ni el trabajo sin el capital. El acuerdo
engendra la belleza y el orden de las cosas; por el contrario, de la
persistencia de la lucha tiene que derivarse necesariamente la confusión
juntamente con un bárbaro salvajismo» (LEO XIII, Rerum Novarum: 14).
107
«Concentrado el 87% en los sectores minería, comunicaciones,
finanzas, energía e industria» (Proinversión, 2017).
84
a) La protección de los intereses de la
nación.
b) El desarrollo, promoción y protección de
las empresas privadas de capital
estrictamente nacional.
c) Una mayor inversión en desarrollo e
investigación tecnológica.
d) Una mayor inversión y mejoramiento de
la infraestructura y los servicios públicos.
e) Un
proceso
paulatino
de
industrialización a través de energías
alternativas.
f) Una armonización responsable de la
producción.
g) La sistematización de la normativa
laboral en un Código del Trabajo, y en esa
misma línea, el fortalecimiento del
SUNAFIL.
h) Una plena distinción y tratamiento
diferenciado entre la propiedad privada,
la propiedad capitalista y la propiedad
colectiva.
i) Una firme protección, fomento y
reconocimiento de los derechos laborales.
j) Coadyuvar al fortalecimiento de la
iniciativa privada en surgimiento
(MYPE´s108) con nula carga tributaria.
108
Medianas y Pequeñas empresas.
85
k) Flexibilización general del sistema
tributario para los pequeños y medianos
contribuyentes.
l) Sanciones ejemplares a los grandes
capitales en UIT’s109 o bajo la forma de
expropiación como ultima ratio y en
función a la cuantía de la deuda.
Por lo expuesto se tiene que se aboga por la
abolición de la propiedad capitalista cuando
deviene en contraria al interés nacional o atenta de
forma grave contra los derechos de los
trabajadores, dejando a salvo y protegiendo la
propiedad privada, en tanto que la diferencia de la
primera, y reconoce a la propiedad colectiva a
través de los Servicios Públicos (Salud, Educación,
Defensa y Justicia), en tanto se tiene muy en claro
que la razón fundamental de todo trabajo es la
adquisición de propiedad. Propiedad privada y
propiedad
colectiva,
pueden
coexistir
pacíficamente, pero la propiedad capitalista,
dependiendo del caso, siempre será la generadora
de discordia social.
Como se denota del párrafo anterior, se
diferencian tres conceptos principales que cabe
precisar: la propiedad capitalista, la propiedad
privada y la propiedad colectiva.
109
Unidad Impositiva Tributaria que a la fecha se encuentra valorizada en
S/. 4,600 Soles.
86
§ Propiedad capitalista: Es el gran capital
acumulado (S.A.A), el cual puede tener dos usos:
a) en beneficio del interés nacional, que genera
empleo, respeta los derechos laborales y devuelve
los beneficios de su uso a la sociedad a través de
múltiples formas; o b) en contra del interés
nacional, en único beneficio de un interés
particular y como instrumento técnico de
dominación económica, que no respeta los
derechos de los trabajadores y atenta contra la
sociedad o contra la naturaleza. En el supuesto b)
el nacionalismo aboga, en caso de faltas leves y
medianas, sanciones ejemplares en UIT's con
medidas correctivas para instar a que el gran
capital retorne a su función social (supuesto a), y
por su completa abolición bajo la forma de
expropiación para faltas muy graves. En ambos
casos
corresponde
al
Estado
regular
responsablemente el ejercicio de la actividad
económica como en cualquier nación
desarrollada. (Bajo este concepto, casos como los
de Telefónica, Graña y Montero, Gloria,
Odebrecht filial peruana y Mineras, estarían bajo
la mira).
§ Propiedad privada: Es la propiedad
personal, es la extensión del hombre sobre sus
cosas como diría José Antonio Primo de Rivera,
87
obtenida a través del trabajo110. Aquí también se
encuentra la propiedad de los empresarios
(S.A.C), pequeños empresarios (MYPE's) y
pequeños agricultores. El empresario es aquel que
con su talento emprende un negocio por lo que no
deja de ser un trabajador más111.
§ Propiedad colectiva: Es la propiedad que
le pertenece a todo el conjunto social, y que en una
de sus formas, su conservación y mantenimiento
depende del sistema de impuestos. Aquí tenemos
a la variedad de servicios públicos de los cuales nos
beneficiamos: Transporte público, Educación
pública, Bibliotecas públicas, Piscinas públicas,
Salud y Seguridad social, Justicia, Defensa, etc.
Todo ello como antesala a las siete (7)
grandes modernizaciones neurálgicas del Estado
Peruano, a saber:
1.
2.
3.
4.
5.
Educación
Salud
Justicia
Agricultura
Industria
110
PRIMO DE RIVERA, José Antonio. (1970). «Obras Completas».
Edición Cronológica, Recopilación de Agustín del Rio Cisneros.
Delegación Nacional de la Sección Femenina del Movimiento.
111
GARRIDO, Jorge. (2005). «El Nacionalsindicalismo como alternativa
al capitalismo». Texto de la conferencia pronunciada por Jorge Garrido
San Román el 7 de mayo en la sede de Falange Española de las JONS de
Valladolid.
88
6. Defensa
7. Ciencia y Tecnología
Las críticas a esta visión nacionalista de la
propiedad, no se hicieron esperar, y sustentaron
dos cuestionamientos neurálgicos que pasamos a
responder rápidamente:
1. ¿Cómo superar la crítica marxiana
oficiada contra la propiedad capitalista y la
actividad
empresarial,
como
puras
manifestaciones del hurto propinado a los
trabajadores, atendiendo el concepto de
plusvalía, sin incurrir en los vericuetos
ilógicos de la Escuela Austríaca?
Al respecto, nos parece que Primo de Rivera tuvo
mayor tino en abordar esta problemática en el
sentido de que se puede tomar por análogos
algunos
conceptos
marxianos
y
nacionalsindicalistas, en tanto que lo que para
Marx es propiedad privada burguesa112, para
Primo de Rivera es propiedad capitalista113 y la
112
«El rasgo distintivo del comunismo no es la abolición de la propiedad
en general, sino la abolición de la propiedad burguesa. Pero la propiedad
privada actual, la propiedad burguesa, es la última y más acabada
expresión del modo de producción y de apropiación de lo producido
basado en los antagonismos de clase, en la explotación de los unos por los
otros. En ese sentido los comunistas pueden resumir su teoría en esta
fórmula única: abolición de la propiedad privada» (MARX, Karl &
ENGELS, Friedich, 1975: 50).
113
«Cuando hablamos del capitalismo –ya lo sabéis todos– no hablamos
de la propiedad. La propiedad privada es lo contrario del capitalismo; la
propiedad es la proyección directa del hombre sobre sus cosas: es un
atributo elemental humano. El capitalismo ha ido sustituyendo esta
89
definición que manejan ambos sobre propiedad
personal es la misma o al menos similar, la que es
fruto del trabajo humano114.
La diferencia reside en que, para Primo, el
empresario no necesariamente es capitalista, sino
que muchas veces es un trabajador más115, ahora
propiedad del hombre por la propiedad del capital, del instrumento técnico
de dominación económica. El capitalismo, mediante la competencia
terrible y desigual del capital grande contra la propiedad pequeña, ha ido
anulando el artesanado, la pequeña industria, la pequeña agricultura: ha ido
colocando todo –y va colocándolo cada vez más– en poder de los grandes
trusts, de los grandes grupos bancarios. El capitalismo reduce el final a la
misma situación de angustia, a la misma situación infrahumana del hombre
desprendido de todos sus atributos, de todo el contenido de su existencia,
a los patronos y a los obreros, a los trabajadores y a los empresarios. Y esto
sí que quisiera que quedase bien grabado en la mente de todos; es hora ya
de que no nos prestemos al equívoco de que se presente a los partidos
obreros como partidos antipatronales o se presente a los grupos patronales
como contrarios, como adversarios, en la lucha con los obreros. Los
obreros, los empresarios, los técnicos, los organizadores, forman la trama
total de la producción, y hay un sistema capitalista que con el crédito caro,
que con los privilegios abusivos de accionistas y obligacionistas, se lleva,
sin trabajar, la mejor parte de la producción, y hunde y empobrece por igual
a los patronos, a los empresarios, a los organizadores y a los obreros»
(PRIMO DE RIVERA, J.A., 1970: 484)
114
«Se nos ha reprochado a los comunistas el querer abolir la propiedad
personalmente adquirida, fruto del trabajo propio, esa propiedad que forma
la base de toda libertad, de toda actividad, de toda independencia
individual. ¡La propiedad bien adquirida, fruto del trabajo, del esfuerzo
personal! ¿Os réferis acaso a la propiedad del pequeño burgués, del
pequeño labrador, esa forma de propiedad que precede a la propiedad
burguesa? No tenemos que abolirla: el progreso de la industria la ha
abolido y está aboliéndola a diario» (MARX, Karl & ENGELS, Friedrich,
1975: 51); «El trabajo es una función humana, como es un atributo humano
la propiedad» (PRIMO DE RIVERA, J.A., 1940: 15)
115
«Nuestra modesta economía está recargada con el sostenimiento de una
masa parasitaria insoportable: banqueros que se enriquecen prestando a
interés caro el dinero de los demás; propietarios de grandes fincas, que sin
amor ni esfuerzo, cobran rentas enormes por alquilarlas; consejeros de
grandes compañías diez veces mejor retribuidos que quienes con su
esfuerzo las sacan adelante; portadores de acciones liberadas a quienes las
más de las veces se retribuye a perpetuidad por servicios de intriga;
usureros, agiotistas y correveidiles. Para que esta gruesa capa de ociosos
se sostenga, sin añadir el más pequeño fruto al esfuerzo de los otros,
empresarios, industriales, comerciantes, labradores, pescadores,
intelectuales, artesanos y obreros, agotados en un trabajo sin ilusión, tienen
90
en los casos en los que el empresario es capitalista,
la plusvalía entendida como la diferencia del valor
entre el producto manufacturado y lo que costo
su fabricación, y bajo nuestro actual sistema, esto
queda efectivamente en manos del capitalista116. Si
algo queda claro es que la plusvalía es el fruto de la
producción y por lo tanto no sería en un sentido
estricto creación del capital, sino del trabajo. Sin
embargo, la superación, consideramos, viene por
precisar que la plusvalía en tanto fruto de la
producción (ya que el capital per se no genera
plusvalía, se necesita la intervención del
trabajador), no se otorgue de forma líquida al
trabajador directamente, sino a través de su
Sindicato, en torno a ello Primo de Rivera nos dice
lo siguiente: «la plusvalía de la producción debe
atribuirse no al capital, sino al Sindicato Nacional
productor»117.
De esa forma se cuenta con una garantía de
su correcta administración en pos del bienestar de
los trabajadores. En Perú ya tuvimos una
propuesta similar a la planteada por José Antonio
durante el Gobierno Revolucionario de la Fuerza
Armada, en donde la plusvalía es administrada en
que sustraer raspaduras a sus parvos medios de existencia. Así, el nivel de
vida de todas las clases productoras españolas, de la clase media y de las
clases populares, es desconsoladoramente bajo; para España es un
problema el exceso de sus propios productos, porque el pueblo español,
esquilmado, apenas consume» ("Ante las elecciones". Arriba, nº 28. 1601-1936.)
116
GARRIDO, Jorge. (2005).
117
PRIMO DE RIVERA, José Antonio. (1970).
91
beneficio de los trabajadores a través de su
sindicato y empleada en labores de capitalización,
financiación, obras sociales, etc118.
2. Asimismo, como quiera que de la voluntad
del empresario haya o no haya dolo para
eclipsar los intereses nacionales y colectivos en
aras de los suyos, los particulares, el
desarrollo sucesivo del capitalismo atentará
de una u otra forma contra aquellos. El
capitalismo exige de los agentes económicos
principales la incesante capitalización de
ganancias, traducidas en una disminución
de la mano de obra por el mejoramiento de
los mecanismos de producción. Ello acarrea,
en consecuencia, paralela, la disminución de
la demanda en el mercado, deviniendo en
eventuales
quiebras
del
organismo
industrial. La inquietud, derivada de lo
expuesto, fue la siguiente: ¿Cómo, por
concomitancia, puede hablarse de unidad
nacional
amparando
instituciones
económicas que precisamente destruyen esa
unidad?
118
Ley Peruana de Propiedad Social.
92
Por la misma naturaleza del capitalismo, el
supuesto b)119 será regla general, y el supuesto a)120,
excepción, por lo que el resultado directo es que a
la larga el Estado comience 1. a comprar las
acciones de estos grandes capitales para asegurar
mayoría en el accionariado y así el control de la
sociedad anónima, o 2. directamente a expropiar,
de acuerdo a la gravedad de sus faltas. Es decir, el
Estado, mediante estos mecanismos, impele,
dando la opción al gran capital a que cumpla su
función social, sino se atiene a las consecuencias ya
citadas.
119
La propiedad capitalista que se manifiesta en contra del interés nacional,
en único beneficio de un interés particular y como instrumento técnico de
dominación económica, que no respeta los derechos de los trabajadores y
atenta contra la sociedad o contra la naturaleza.
120
La propiedad capitalista que se manifiesta en beneficio del interés
nacional, que genera empleo, respeta los derechos laborales y devuelve los
beneficios de su uso a la sociedad a través de múltiples formas.
93
¿ES SOCIAL LA ECONOMÍA SOCIAL DE
MERCADO EN EL PERÚ?
(Febrero 2018)
La Economía Social de Mercado (en adelante
ESM), es el régimen económico que desde la
Constitución de 1993, rige nuestra vida
económica. Este sistema derivado principalmente
de los planteamientos de Alfred Müller–Armack
(1901-1978) en su obra «Dirección económica y
economía de mercado» (Wirtschaftslenkung und
Marktwirtschaft),
tenía
como
objetivo
vislumbrar una alternativa a la Alemania de
posguerra, que significará la síntesis entre libertad
económica y justicia social, salvando los elementos
de la tradición económica clásica con una fuerte
presencia de la importancia de la dignidad de la
persona humana.
La ESM, nacía así, «como una alternativa
liberal frente a la economía planificada y como
una alternativa social a la economía de mercado al
estilo clásico»121. En sí la ESM es una forma de
Economía Mixta en todo su sentido. Variantes
similares son la Economía de Mercado Socialista
(aplicada en China y Vietnam), en el sentido de
que se intentan salvar elementos de un modelo
económico principal, es decir, de su forma clásica,
121
RESICO F, Marcelo. (2010). «Introducción a la Economía Social de
Mercado». Edición Latinoamericana. Konrad Adenauer Stiftung.
94
para complementarlo con elementos no
considerados en la teoría primigenia, en aras de
crear un híbrido que mejor responda al contexto
local.
Dos son los principios sociopolíticos clave de la
ESM, la libertad económica y la justicia social. La
primera entendida como la liberación de la
iniciativa individual, el espíritu de empresa y las
innovaciones122 y la segunda entendida en su
acepción económica, como igualdad de
oportunidades, es decir, la viabilización de un
contexto que posibilite un acceso mínimo al
bienestar económico.
Otra de las bases de la ESM, es que «en el
campo de la producción la justicia social tiene otro
cometido, por el que se vincula a bienes superiores
a los de índole meramente económico»123. Siendo
así que, la justicia social, además de garantizar la
justa distribución de la riqueza, garantizará,
también, la justa distribución de bienes culturales,
es decir, que todos podamos obtener unas
condiciones mínimas de acceso a la educación, las
ciencias y las artes, en tanto que «dentro del
mismo campo liberal se fue descartando la
aceptación del laissez-faire y del motivo del interés
propio como factores excluyentes. Muchos
122
Ibid.
MILLAN PUELLES, Antonio. (1962). «Persona humana y Justicia
social». Segunda edición. España: EDICIONES RIALP, S.A.
123
95
liberales asumieron que la promoción de la
libertad a las masas necesitaba un acceso mínimo a
alimentación, vivienda, educación y seguridad. De
este modo se fueron aceptando de forma
cualificada más funciones para el Estado»124.
Dicho esto, y de una revisión rápida de los
fundamentos más elementales de la ESM,
podemos concluir que, nuestra ESM, no es en
ninguno de sus aspectos Social, no se ha llegado a
una síntesis entre la libertad económica y la justicia
social. La balanza está concentrada en la libertad
económica, ya que habiendo crecimiento
económico (–en los últimos 27 años(1993 y 2019)
la economía peruana logró un crecimiento
promedio anual de 4,8%; en los últimos diez años
(2010-2019) la economía creció a una tasa
interanual de 4,5% y en los últimos cinco años
(2015-2019) se expandió a un promedio anual de
3,2%– INEI, 2020), sin perjuicio de ello, no ha
habido como consecuencia, una justa distribución
de la riqueza (esta distribución generalmente se
realiza en el mercado, pero cuando los efectos dela
competencia conduzcan a consecuencias
socialmente inaceptables, es que se requiere una
política de redistribución –Eucken, 1956 y Enste,
2006– a través de subsidios, exenciones
impositivas, créditos subsidiados, transferencias
monetarias y no monetarias y servicios, con la
124
RESICO F, Marcelo. (2010).
96
condición de que dichas medidas sean bien
diseñadas –es decir, que no se correspondan con
un mero afán populista perjudicial– y respondan
afines concretos y de excepción por su carácter de
necesidad apremiante–Resico, 2010:93–), , o lo
que es lo mismo, habiendo recursos disponibles
del auge económico, los servicios del Estado
cuentan con diversidad de problemáticas e
ineficiencias (salud, educación, seguridad
ciudadana, servicios públicos e infraestructura), y
no se otorgan beneficios tangibles a los privados
que contribuyen al crecimiento, atosigando a los
pequeños negocios con una asfixiante tributación.
Asimismo, falta el correlato de la eficiente
distribución de los bienes culturales sin los cuales
no se puede asegurar una igualdad de
oportunidades, por lo que el acceso a una buena
educación sigue estando al alcance de unos pocos.
De acuerdo con todo lo señalado, reformas
constitucionales y técnico-legislativas deben
efectuarse en aras de efectivizar el principio social
de nuestra Economía de Mercado, sin el cual no
podemos hablar de Economía Social de Mercado
sino de una mera Economía de Mercado
Neoliberal.
97
EJECUCIÓN DE GASTO PÚBLICO E
INCAPACIDAD A NIVEL CENTRAL,
REGIONAL Y LOCAL: BALANCE 2017-2018
(Agosto 2018)
Se precisa abordar brevemente algunos conceptos
como Presupuesto Público, Gasto Público e
Inversión Pública con el objetivo de una cabal
comprensión del tema a exponer.
El Estado en aras de beneficiar a la población
a través de la prestación de diversos servicios
cuenta con un presupuesto. El presupuesto
público se define, así como el principal medio y/o
instrumento de gestión que tiene el Estado para la
satisfacción de necesidades de carácter público y
de beneficio social.
Este presupuesto se ejecuta mediante el gasto
público, entendiendo a este último como el
conjunto de erogaciones que, por concepto de
gasto corriente, gasto de capital y servicio de
deuda, realizan las Entidades con cargo a los
créditos presupuestarios aprobados en los
presupuestos respectivos.
Por su parte, la inversión pública, es tan solo
un parte del gasto público, correspondiente a los
gastos de capital que tiene el Estado, siendo que la
relación conceptual entre inversión y gasto
98
público es de género a especie. La inversión
pública es una especie de gasto público que a
diferencia de los gastos corrientes (gastos de
personal y de funcionamiento), se refiere a los
gastos que aportan un beneficio social y que no
atañen al mantenimiento de la burocracia per se,
sino que es la parte que está destinada a adquirir
nuevos bienes de infraestructura pública (obras,
servicios, desarrollo de proyectos productivos,
incentivo en la creación y desarrollo de empresas,
promoción de las actividades comerciales,
generación de empleo, protección de derechos
fundamentales, y mejoramiento de la calidad de
vida en general).
Vistas las categorías de Presupuesto, Gasto e
Inversión Pública, se tiene que en los primeros 7
meses del 2017 el Gobierno Central solo había
ejecutado el 22.4% de su presupuesto asignado,
mientras que en lo que atañe a Gobiernos
Regionales y Locales y si bien se tienen cifras más
alentadoras en tanto que estos alcanzaron cifras
superiores a 24,7% y 28,5%, respectivamente.
También se tuvo que existen 14 regiones que han
ejecutado menos del 25% de su presupuesto,
haciendo énfasis en casos extremos como
Cajamarca y Ancash que apenas llegaron a 11.5%
y 10.7% respectivamente125 (CCL, 2017). Siendo
CAMARA DE COMERCIO DE LIMA. (2017). “Gobiernos
Regionales y Locales Reportaron Mayor Eficacia en el Gasto Publico”. En:
Informe Económico. Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial.
125
99
así que no sorprende el hecho que en varias
regiones del país se tengan serias deficiencias en
servicios públicos u obras cuyo único objetivo es
la sustentación del gasto pero sin objetivo ni
beneficio social alguno (Lima: estatuas de
Guerrero y Gareca en el distrito de San Miguel;
Arequipa: Se construyó un monumento a la
muela en honor a la salud bucal; Chivay:
Monumento a la ojota; Huayre, Junín:
Monumento a la súper maca, etc).
Si bien en lo que fue el 2018 y en lo que atañe
a ejecución de gasto público las cifras muestran un
avance progresivo (Gobierno Central: 11.8%,
Gobiernos Regionales: 7.3%, Gobiernos Locales:
29.7%, MEF, 02.07.2018126), se refrenda la
necesidad del planeamiento y la prospectiva
126
MINISTERIO DE ECONOMÍA Y FINANZAS, Nota de Prensa de
fecha 02.07.2018.
100
estratégica para evitar: inejecución del gasto
público menor al 25%, obras sin utilidad social y
aumento del gasto por periodos pre-electorales
solo con fines proselitistas. Esto último se torna en
fenómeno recurrente de los gobiernos regionales y
locales, que son los que tienden a gastar más a
efectos de obtener mayor apoyo político durante
el periodo de campaña y no por una real respuesta
que derive de un planeamiento estratégico en
materia de políticas gubernamentales sino a un
mero afán de proselitismo partidario.
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ALBI, Emilio; CONTRERAS, Carlos; GONZALEZ PÁRAMO,
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Editorial Ariel.
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55, Vol. XXIV.
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Realidad Fiscal: gasto público, estructura, estabilidad y procesos de
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conceptos clave e introducción a su práctica”.ICAP-Revista
Centroamericana de Administración Pública (71): 13-29.
BAVIA CANALS, Francisco. (2007). “Administración local y gasto
público: el gasto público en la Diputación Provincial de Alicante
(1940-1979). Tesis Doctoral. Universidad de Alicante.
102
VALOR-TRABAJO, UTILIDAD MARGINAL Y
CUARTA TEORÍA ECONÓMICA
(Septiembre 2018)
Un prolegómeno necesario, imperativo y
sucedáneo a nuestras investigaciones en torno a
una nueva crítica a la economía política desde un
enfoque crisolista, y en aras de contribuir a la
construcción de una Cuarta Teoría Económica en
el sentido brindado por el filósofo ruso Alexander
Dugin en su conferencia denominada
«Capitalismo y sus Alternativas en el siglo XXI: la
Cuarta Teoría Económica», realizada en
Chisinau, Moldavia, del 15 al 16 de diciembre de
2017.
En torno a la economía política, que es el
marco teórico principal del cual partiremos,
podemos decir que, dicha está configurada por la
estrecha relación entre economía y política, bajo
un acercamiento muy superficial, ya que la
economía política moderna, entendida como el
estudio de las relaciones de producción, si bien
tiene su inicio oficial semántico con Antoine de
Montchrestien en 1615, peca de ser reaccionaria a
la fisiocracia, ya que mientras esta sostenía que la
fuente de riqueza se hallaba en la tierra, la
economía política de corte smithsoniano (en clara
alusión a las consideraciones de Adam Smith),
venía a representar un quiebre con la visión
103
telúrica, para pasar a un visión vinculada al trabajo
como una de las categorías principales de todo
fenómeno económico. Efectuamos esta distinción
en tanto que podemos identificar temas relativos a
la economía política mucho antes de Quesnay,
Smith, Malthus o David Ricardo, en referencia
clara a «La República» de Platón, a los tratados
«Económica» y «Política» de Aristóteles, o hasta
los mismos libros «De Officiis» de Cicerón.
Como se sabe, bajo una breve historiografía
del pensamiento económico, la primera doctrina
económica que surge sería el mercantilismo, bajo
la egida de pensadores como Mun, Malynes,
Davenant, Colbert y Petty. Para el
«mercantilismo» la principal fuente de riqueza
era el oro y la plata; a esta doctrina le seguiría la
«fisiocracia», aquí resaltamos a Quesnay y
Turgot, que sostenían que la principal fuente de
riqueza residía en la tierra, y por ende le darían
mayor relevancia a la agricultura. Luego vendrían
los precursores de la escuela clásica, en alusión a Sir
Dudley North, Richard Cantillon y David Hume,
ellos sostenían que todos los recursos económicos
(tierra, trabajo, capital y capacidad empresarial),
así como las diversas actividades económicas
(agricultura, comercio, producción y el comercio
internacional), contribuían a la riqueza de una
nación.
104
Es la tradición de corte smithsoniano la que
plantea la teoría del valor-trabajo (reelaboración
de los planteamientos del mercantilista Sir
William Petty) que sería profundizada por David
Ricardo y luego por Carlos Marx.
Para Smith el trabajo es la medida real del
valor de cambio de todos los bienes, David
Ricardo precisaría a ello que los bienes adquieren
valor de cambio si tienen un valor de uso, y que el
valor de los bienes reproducibles mediante el
trabajo se limita a la cantidad de trabajo que se
requiere para obtenerlos o también por su escasez.
Sobre estas consideraciones trabajaría Marx la
Teoría del Valor-Trabajo desde su particular
óptica.
Para Marx, siguiendo la tradición ricardiana,
el valor de una mercancía está determinado por el
tiempo de trabajo socialmente necesario para su
producción127 (Libro I,7); el trabajo (humano) es
para Marx la única fuente de valor, así como el
denominador común de valoración de los bienes.
A ello le sigue que para la producción de
mercancías es necesario contar con medios para
producirlas, es decir, medios de producción que
constan de materias primas e instrumentos de
trabajo y/o maquinarias. A ello se le suma la fuerza
127
MARX, Carlos. (1973). «El Capital: crítica de la economía política».
Libro primero, el desarrollo de la producción capitalista. Editorial Cartago.
105
de trabajo, que consta como una mercancía más,
cuyo valor está determinado por los medios
necesarios para asegurar la subsistencia del
trabajador128 (Libro I, 24).
A la Teoría del Valor-Trabajo de Marx, le ha
seguido una dura crítica por parte de la Escuela
Austriaca en el sentido «que el valor de las cosas
surge del trabajo en ellas contenido –estaba errada
al no considerar el carácter subjetivo de toda
valoración»129. Precisamente esta es la idea fuerza
de la Teoría del Valor-Subjetivo y de la Utilidad
Marginal. Para esta teoría, el valor de un bien está
determinado únicamente por dos factores, la
utilidad y la escasez o lo que es lo mismo, el valor
de un bien depende del sujeto y aun del mismo
sujeto en diversas circunstancias130. Los marxistas
elaboraron una contra crítica a estos
planteamientos, resaltando la realizada por
Hyndman, Bujarin y Hilferding, en donde
precisaban que la Teoría del Valor Subjetivo y de
la Utilidad Marginal gusta mucho de ejemplos
abstractos y psicologistas para refrendar sus
consideraciones y de que «el error de los
austriacos consiste en ignorar precisamente los
fenómenos sociales que están estudiando»131 (I:1).
128
Ibid.
ZANOTTI J, Gabriel. (2012). «Introducción a la Escuela Austriaca de
Economía». Biblioteca Austriaca. Unión Editorial.
130
Ibid.
131
BUJARIN IVANOVICH, Nicolas. (1927). «La economía política del
rentista (crítica de la economía marginalista)».
129
106
Desde
nuestra
particular
arista,
consideramos que, tanto la Teoría del ValorTrabajo como la Teoría del Valor-Subjetivo, son
dos realidades que encierran dos hechos
observables en la realidad empírica de la economía,
el valor objetivo y el subjetivo de los bienes, y que
ambas deben ser materia de análisis para una
nueva crítica a la economía política, en aras de un
esfuerzo dialéctico, que prevé una síntesis más que
necesaria ante la comprobación empírica de dichas
teorías en nuestro día a día, para sentar las bases de
una teoría del valor contemporánea,
posiblemente, y nos atrevemos a lanzar un
nombre, la Teoría del Valor-Integral. Ya que la
valoración de los bienes y de los servicios, no siempre
sigue parámetros subjetivos, así como no siempre el
parámetro objetivo se antepone al subjetivo.
BIBLIOGRAFÍA
OVIEDO, Benigno. (1979). «Valor/Precio y Plusvalor/Ganancia en
Marx». En: El Basilisco, Revista de Materialismo Filosófico. Numero
8, julio-diciembre.
BRUE L., Stanley, GRANT R. Randy. (2015). «Historia del
Pensamiento Económico» CENGAGE Learning. 8va edición.
GONZÁLEZ, Zeferino. (2007). «La economía política y el
cristianismo». Editorial LINKGUA.
107
¿ES SOCIAL LA JUSTICIA?
(Noviembre 2018)
¿Qué es la Justicia? ¿Puede ser uno justo o injusto
consigo mismo? ¿Es la justicia un ideal
exclusivamente individual? ¿Es social la justicia?
¿Podemos hablar de justicia social? Para dar cabal
respuesta a todas estas interrogantes debemos
comenzar por definir la categoría de Justicia.
Por Justicia tomaremos la definición
brindada por el Sócrates platónico, en el libro
primero de La República, como «dar a cada quien
lo suyo en tanto le sea provechoso», lo que en
términos modernos podría leerse como «la
igualdad entre lo que realmente se le hace a un
hombre y lo que, por virtud de los derechos que
posee, se le debe hacer»132, es decir que, por
justicia, entendemos el respeto de un derecho
ajeno y por injusticia lo contrario. Como se puede
denotar, la justicia como tal, hasta en su
conceptualización
mínima,
implica
la
convivencia, la interacción, «en ese sentido, una
persona enteramente aislada, sin relación con
ninguna otra persona, no podría ser justa, ni
tampoco injusta»133, tal vez en un sentido
metafórico pero no en un sentido estricto,
132
MILLAN PUELLES, Antonio. (1973). «Persona Humana y Justicia
Social». Editorial RIALP.
133
Ibid.
108
refrendando al autor citado, cuyos lineamientos
profundizaremos en lo que va de la presente.
Pero si la justicia, de acuerdo a lo visto, en su
esenciología es ya de por si social ¿no sería una
tautología llamar a la justicia, social precisamente?
Consideramos que no, en tanto hay una
dicotomía que conforma la categoría genérica de
justicia que denotará una dinámica entre lo
individual y lo social. La arista individual de la
justicia no deberá confundirse como equivalente
de la metáfora «justo consigo mismo» (ya que
como hemos visto este apotegma es de uso vulgar
e inexacto), sino a aquella que siempre guarda
relación con la génesis intersubjetiva.
La justicia tiene dos aristas, una 1.individual
y otra 2.general, plasmada en 1.1. el respeto por el
derecho que tienen las personas individuales a la
realización de un fin particular; y 2.2. el respeto
por el derecho que todos, como colectivo,
tenemos a un fin en común o bien común,
respectivamente. Esta última arista es la que
corresponde a lo que conocemos como justicia
social. Pero en general, y como fluye de la categoría
misma, el ideal de justicia descansa sobre el de
armonía social.
La diferencia entre las dos aristas de la justicia
reside en que, mientras «lo que en los actos de la
109
justicia particular se respeta son los derechos
particulares a los bienes particulares, en los actos
de la justicia general lo que se respeta es el derecho
común de todos al bien común»134. Por bien
particular y bien común, entendemos a una
situación o cosa que es provechosa para una
persona o para un conjunto de ellas,
respectivamente.
Cabe precisar cuál es la naturaleza de la
justicia social, y ello solo se podrá efectuar a partir
de su distinción con la justicia particular, esta
última tiene dos sub-aristas a saber, la justicia
conmutativa y la justicia distributiva.
La justicia conmutativa, es aquella justicia
presente en las relaciones intersubjetivas referentes
al intercambio o permutación de algo, p.ej., en las
relaciones de compra-venta. Este tipo de justicia
nos obliga a corresponder en función a lo que se
ha recibido y como tal solo se activa cuando se
acepta el intercambio, de lo contrario, no obliga a
nada.
Por su parte, la justicia distributiva es la
«distribución de iguales beneficios a hombres de
igual mérito»135, o lo que es lo mismo, es aquella
134
Ibid.
HOBBES, Thomas. (1651). «Leviatán o de la materia, forma y poder
de una república eclesiástica y civil». Fondo Editorial de Cultura
Económica.
135
110
justicia presente en las relaciones intersubjetivas de
reparto, p.ej., relaciones empresariales y de
gestión. Este tipo de justicia nos obliga a guardar
la proporción de los beneficios de acuerdo a los
méritos y como tal solo se activa cuando se realiza
un reparto, de lo contrario, no obliga a nada.
De lo expuesto, si no se ha aceptado el
intercambio o si no se ha efectuado una
distribución, ello no afecta en nada estas aristas de
la justicia particular por más injusto que pueda
resultarnos (irónicamente) en casos en donde sea
imperativa la necesidad de intercambiar (compra
de forraje para ganado en zonas alto-andinas en
estado de emergencia por el friaje) y de distribuir
(canon minero y regalías destinado a investigación
y desarrollo, vivienda y educación), es por ello que,
y en cambio, la justicia social es la que sí obliga al
intercambio y a la distribución, si con ello hay una
maximización de los beneficios a nivel general.
Cabe precisar que equívocamente se ha
tendido a reducir a la justicia social como justa
distribución de la riqueza, sin embargo, esto
último solo es una arista, constituyendo otra que
le da real plenitud, la de justa distribución de
bienes culturales.
111
LA IDEA DE PROPIEDAD EN JOSE ANTONIO
PRIMO DE RIVERA
(Noviembre 2018)
Muchos teóricos han tratado el tema de la
propiedad privada, y casi siempre se han divido en
dos posturas principalmente, en defensa de esta o
en favor de su abolición. En el primer grupo se
encuentran liberales y conservadores filoliberales
quienes la abordan desde una visión idealista
(subjetiva), como un derecho de carácter absoluto
e irrenunciable (Varnagy, 2000:56-57). Sin
embargo, esta visión liberal históricamente generó
muchos problemas, en tanto era también
previsible que, con la creación del dinero, se
generaría la acumulación ilimitada de propiedad
privada (Locke, II:36) sin que obre trabajo de por
medio, génesis de las desigualdades que determinó
el surgimiento del socialismo como principal
antítesis.
Para el socialismo marxista, de visión
materialista (dialéctica e histórica), la propiedad
(privada burguesa) en si es una institución
moderna de la burguesía que merece ser abolida en
tanto:
«expresión última y la más acabada de ese
régimen de producción y apropiación de lo
producido que reposa sobre el antagonismo
112
de dos clases, sobre la explotación de unos
hombres por otros» (Marx, Engels, 1975: 5055).
Por su parte el socialismo libertario o
anarquismo, hacía lo propio declarando
abiertamente y sin tapujos que la propiedad era en
esencia un robo y que en si no era otra cosa que el
derecho de aubana o albinaje que el propietario
se atribuye sobre una cosa, entendido a este último
como una especie de tributo inherente a la
propiedad que puede manifestarse en forma de
arriendo, alquiler, renta, interés (Proudhon, 1975:
135-136).
Por otro lado, tenemos al fascismo, que
también tuvo en sus consideraciones a la
propiedad desde el idealismo (objetivo) actualista,
negando la visión que tenían tanto el liberalismo
como el socialismo de esta, pero al final de cuentas
defendiéndola de igual forma:
«Nada de socialismo, porque el Régimen
respeta y hace respetar la propiedad privada
(…) pero tampoco nada de liberalismo
indiferente» (Mussolini, 1934).
En torno a estas profundizaciones se aunó
una cuarta corriente de pensamiento que lejos de
una visión de estricta defensa o abolición, abogó
113
por un enfoque crítico-realista, en ello, el
sindicalismo nacional, que equívocamente se
tiende a reducirlo a una forma de fascismo, nada
más alejado de la realidad como veremos, y que se
deriva del pensamiento del abogado y político
español, José Antonio Primo de Rivera (19031936).
La historia fue injusta con la figura de José
Antonio, fundador de la Falange Española; por
los hechos que le sucedieron a su muerte,
reduciendo su pensamiento a un simple capítulo
del fascismo y el derechismo. Sin embargo, y de la
revisión de sus obras completas, se tiene que aun
en pleno auge de los fascismos, no dudó en marcar
distancia, y establecer las
diferencias
consustanciales entre su propuesta nacional y
sindical, y lo que en una visión muy adelantada a
su época significaba el rechazar tanto posturas de
izquierdas como de derechas: «la derecha es la
aspiración a mantener una organización
económica, aunque sea injusta, y la izquierda es,
en el fondo, el deseo de subvertir una organización
económica, aunque al subvertirla se arrastren
muchas cosas buenas» (Primo de Rivera,
1933:163); e inclusive al mismo fascismo que se
enarbolaba en aquel entonces como una
pretendida “tercera posición” entre el liberalismo y
el marxismo: «En el mundo prevalece el fascismo,
y esto… más nos perjudica que nos favorece,
114
porque el fascismo tiene una serie de accidentes
(...) que no queremos para nada asumir»7 (Primo
de Rivera, 1934:301).
La idea sobre propiedad que tenía José
Antonio, rescataba muchos aspectos del
criticismo inicial elaborado por Marx, pero era
más afín con la crítica soreliana del sindicalismo
revolucionario: «Por eso tuvo que nacer, y fue
justo su nacimiento (nosotros no recatamos
ninguna verdad), el socialismo. Los obreros
tuvieron que defenderse contra aquel sistema (el
capitalista liberal), que sólo les daba promesas de
derechos, pero no se cuidaba de proporcionarles
una vida justa» (Primo de Rivera, 1970:457). A
ello le siguió una crítica tanto al liberalismo, al
marxismo como al mismo fascismo y por ende de
sus concepciones de propiedad.
Las ideas principales de José Antonio a este
respecto podrían resumirse en la propiedad como
proyección y la diferencia entre propiedad privada
y capitalismo (o propiedad capitalista).
Para José Antonio, la propiedad se configura
como una proyección directa del hombre sobre
sus cosas, es decir, como un atributo elemental
humano, hasta aquí no hay diferencia con la visión
defensiva, sin embargo, continúa, el capitalismo
ha ido sustituyendo esta propiedad del hombre
115
por la propiedad del capital, como instrumento
técnico de dominación económica, en este último
sentido se aproxima a la visión socialista (ya que
Marx también realiza la distinción entre la
propiedad personal o personalmente adquirida –
producto del esfuerzo y el trabajo humano y que
es la base de toda libertad– y la propiedad privada
burguesa o propiedad capitalista –producto de la
explotación del hombre por el hombre–) y se
diferencia de la fascista (ya que siguiendo a
Mussolini si bien en el fascismo se le otorga una
función social a la propiedad privada, no se hacen
mayores distinciones dentro de la misma como si
lo hace el marxismo). Para finalmente darle su
sentido propio, que se aleja de las anteriores:
«Cuando se habla del capitalismo no se hace
alusión a la propiedad privada; estas dos cosas
no sólo son distintas, sino que casi se podría
decir que son contrapuestas. Precisamente
uno de los efectos del capitalismo fue el
aniquilar casi por entero la propiedad
privada en sus formas tradicionales» (Primo
de Rivera, 1970:657).
Por formas tradicionales de la propiedad José
Antonio entiende a la mencionada relación
directa del hombre con sus cosas (propiedad
artesana, del pequeño productor, del pequeño
comerciante) y que a medida que el capitalismo se
116
va perfeccionando, se hace más impersonal y
termina en abstracción, génesis de todos los
problemas relacionados al capitalismo (la
aglomeración ilimitada del capital, la
proletarización y la desocupación).
Por estas razones para José Antonio, la
propiedad privada, nada tiene que ver con la
propiedad capitalista: «El trabajo es una función
humana, cómo es un atributo humano la
propiedad. Pero la propiedad no es el capital: el
capital es un instrumento económico, y como
instrumento, debe ponerse al servicio de la
totalidad económica, no del bienestar personal de
nadie» (Primo de Rivera, 1970:754). Por lo
expuesto la propiedad capitalista es exactamente
lo contrario a la propiedad privada, en tanto usa el
capital no como un instrumento al servicio de la
producción, sino como un instrumento técnico
de dominación económica que alcanza la categoría
de factor fundamental de la producción, y con
unos supuestos derechos propios que le elevan
incluso por encima del trabajo (Garrido, 2005:3).
BIBLIOGRAFÍA
VÁRNAGY, Tomás. (2000).«El pensamiento político de John
Locke y el surgimiento del liberalismo». En: La Filosofía Política
moderna de Hobbes a Marx. CLACSO, Consejo Latinoamericano
de Ciencias Sociales.
117
LOCKE, John. (1991). «Dos ensayos sobre el gobierno civil».
Editorial Espasa.
MARX, Karl & ENGELS, Friedich. (1975). «Manifiesto del Partido
Comunista». Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín. República
Popular China.
PROUDHON, Pierre-Joseph. (1975). «¿Que es la Propiedad?».
Ediciones Orbis.
MUSSOLINI, Benito. (1934). «Scritti e Discorsi di Benito
Mussolini, Edizione Definitiva». Ulrico Hoepli Editore, Milano.
PRIMO DE RIVERA, José Antonio. (1970). «Obras Completas».
Edición Cronológica, Recopilación de Agustin del Rio Cisneros.
Delegación Nacional de la Sección Femenina del Movimiento.
GARRIDO, Jorge. (2005). «El Nacionalsindicalismo como
alternativa al capitalismo».Texto de la conferencia pronunciada por
Jorge Garrido San Román el 7 de mayo en la sede de Falange Española
de las JONS de Valladolid.
118
DE LA SOCIEDAD DE CLASES A LA
SOCIEDAD SALARIAL
(Febrero 2019)
Este capítulo en particular es con motivo de
algunas interrogantes efectuadas desde el
marxismo clásico al crisolismo, en torno al papel
de la clase obrera en la contemporaneidad. Las
preguntas en particular fueron: 1. ¿De qué
manera influirá la automatización en el
futuro de los trabajadores? 2. ¿Será que los
obreros ya no constituirán una fuerza
política importante? 3. ¿Será la pequeña
burguesía la más importante? Su absolución
derivó en un breve análisis que creemos
conveniente reproducir en tanto atañe a nuestra
esfera de investigaciones político-sociales.
Se consideró fundamental, para dar respuesta a
estas interrogantes, el estudio de dos obras en
particular, «La metamorfosis de la cuestión
social»136 de Castel (1997), y «Las
transformaciones en el mundo del trabajo»137 de
Novick (2000). Ya que tenemos dos etapas
diferentes para nuestro análisis.
136
CASTEL, Robert. (1997). «La metamorfosis de la cuestión social».
Trad. de Jorge Paitigorski, Paidós, Barcelona.
137
NOVICK, Martha. (2000). «Las transformaciones en el mundo del
trabajo». En: De la Garza Toledo, Enrique (coordinador). Tratado
latinoamericano de sociología del trabajo. Fondo de Cultura Económica.
Mexico D.F.
119
La automatización entendida como la
aplicación de la maquinaria en la industria, en la
época de la revolución industrial, significó en su
tiempo, una afrenta directa que ponía en peligro
la misma condición de clase de los obreros y los
tornaba en técnicos u operarios, con la
subsecuente disminución de la mano de obra
necesaria para la producción que devenía en
despidos masivos, y que trajó como consecuencia
varias revueltas históricas, movimientos de
obreros destinados a destruir máquinas como en
España e Inglaterra allá por 1850. Esta situación ya
había sido advertida por Marx en sus escritos
filosóficos de 1848. En tanto implicaba el
reemplazo de la fuerza de trabajo humana, por el
impulso mecánico automatizado de la
producción. Aquí el análisis hasta el término de la
segunda guerra mundial.
Luego del término de la segunda guerra
mundial, tenemos la transformación de la
cuestión social y el mundo del trabajo, ya no
estamos en la sociedad de clases, sino en la
sociedad salarial, en donde la lucha ya no es de
clases (asalariado vs no-asalariado; propietario
capitalista -burgués-, asalariado digno pequeñoburgués- vs asalariado sin dignidad proletario-), sino por los puestos de trabajo y las
categorías del trabajo, por otro lado, la evolución
de la organización científica del trabajo en la
120
empresa cambia y evoluciona, cuyos inicios los
tenemos con el Taylorismo, pasando por el
Fordismo, que deviene en Taylorismo-Fordismo y
finalmente en Toyotismo. Entre estos dos últimos
hay una diferencia consustancial y neurálgica.
Mientras en el primero el trabajador se convierte
en una extensión viva y fundamental de la
máquina, en el segundo el trabajador se convierte
en amo de la máquina, otorgándole mejores
condiciones para prestar sus labores. Bajo este
marco, las respuestas a las interrogantes
formuladas en un inicio serian como siguen:
1. En torno a la primera pregunta: Como
hemos visto, el rechazo a la automatización tiene
sus matices en la historia del movimiento obrero,
pasando en sus inicios por una confrontación a
muerte, a una coexistencia pacífica. ¿Qué pasará
después de ello?, no podemos leer el futuro. Pero
una total prescindencia del elemento humano en
la producción, no podría darse sin un cambio de
la categorización del trabajo en la sociedad salarial
con una reacción social de por medio.
2. En torno a la segunda pregunta: Bajo la
transformación mencionada, el obrero, entendido
como asalariado sin dignidad en categorías del
marxismo clásico y de la revolución industrial, ya
perdió relevancia política, en tanto ya dejó atrás su
naturaleza de homo faber, el que está en contacto
121
directo con la producción, el que modifica con sus
manos la naturaleza. Ahora se ha integrado,
superado y visto rodeado de actividades salariales
en diversificación creciente.
3. En torno a la tercer y última pregunta: Si
por pequeña burguesía entendemos pequeños
propietarios, obreros asalariados que con ahorro
acumulan capital para tentar una pequeña
propiedad, un auto, un pequeño departamento,
etc, pues si, la pequeña burguesía,
contextualizando el término al nuevo escenario, es
el nuevo proletariado (trabajadores de empresas
públicas y privadas, construcción civil, técnicos,
profesionales, pequeños negociantes, campesinos
con pequeñas y medianas parcelas, etc).
122
INDICE
8
INTRODUCCIÓN
SOBRE EL ALTO NACIONAL (Abril 2018)
22
SOBRE EL CRISOLISMO (Septiembre 2017)
I. Neoestructuralismo
II. Epistemología política
III. Nacionalismo auténtico
IV. Democracia meritocrática
V. Ontología peruanista
VI. Arqueofuturismo
32
SOBRE EL NACIONALISMO (Julio 2018)
Principios Constituyentes
I. Principio de Soberanía Nacional
II. Principio de Funcionalidad del Poder
Principios Derivados
I. La concepción ontológica de nación y
patria
II. El reconocimiento de la
complementariedad de la dicotomía esencial
humana
III. La búsqueda de la unidad nacional y el
bien común
IV. Exaltación sana de la identidad nacional
V. Exaltación sana de los valores militares y
las virtudes cívico-patrióticas.
VI. Ambientalismo inherente
VII. Internacionalismo auténtico
VIII. Independencia, autosuficiencia y
autodefensa
123
46
SOBRE EL NACIONALISMO PERUANO
(Mayo 2017)
I. Nación peruana
II. Patria peruana
III. Identidad peruana
IV. Peruanidad
53
SOBRE LA DEMOCRACIA (Julio 2018)
I. Los partidos políticos, no son las únicas vías
de participación política.
II. La voluntad popular no puede plasmarse
sin meritocrácia.
III. La exigencia de meritocrácia no entra en
contradicción con el derecho a la
participación política.
67
SOBRE LA REPÚBLICA (Julio 2018)
76
SOBRE LA ECONOMÍA POLÍTICA (Ene 2018-Feb
2019)
I. Hacia una Economía Nacional
II. ¿Es Social la Economía Social de Mercado
en el Perú?
III. Ejecución de Gasto Público e Incapacidad
a Nivel Central, Regional y Local
IV. Valor Trabajo, Utilidad Marginal y
Cuarta Teoría Económica
V. ¿Es Social la Justicia?
VI. La Idea de Propiedad en José Antonio
Primo de Rivera
VII. De la Sociedad de Clases a la Sociedad
Salarial
82
124
AMA SUA ♦AMA LLULLA♦AMA QUELLA
NO SEAS LADRÓN
NO SEAS MENTIROSO
NO SEAS OCIOSO
125