Parásitos gastrointestinales de aves silvestres en
un ecosistema ribereño urbano tropical en Heredia, Costa Rica
Gabriela Pérez-Gómez1, Ana Eugenia Jiménez-Rocha1 & Tania Bermúdez-Rojas1
1.
Universidad Nacional, Heredia, Costa Rica. Apdo 86-3000.
[email protected];
[email protected];
[email protected]
Recibido 23-X-2017.
Corregido 12-III-2018.
Aceptado 12-IV-2018.
Abstract: Gastrointestinal parasites of wild birds in a tropical riverine urban ecosystem in Heredia, Costa
Rica. In urban ecosystems, rivers provide various ecosystem services, among them, serving as interurban biological corridor, allowing birds to move and shelter in the middle of the city. However, high levels of pollution
expose them, and even humans, to several health problems. Hence the importance of performing environmental
diagnoses that allows to identify alterations and mitigate them in a timely manner. This study provides a first
diagnosis of the parasitic situation of wild birds along the Pirro river which is located in an urban environment,
fragmented and with high levels of surface water pollution. The sampling was carried out at the upper and
middle part of the Pirro river in Heredia, Costa Rica. Mist-nets were used to capture the birds, and a general
objective exam (GOE) was conducted in order to evaluate their nutritional and hydration state, as well as their
physical state. In addition, stool samples were collected in order to characterize the gastrointestinal parasites
(GPI). This procedure was carried out on 158 birds, belonging to 30 species, three PGI groups were identified:
protozoa, nematodes and cestodes. The highest percentages of infection were represented by coccidia, with 97.6
%, followed by nematodes and cestodes with 2.4 %. Within the group of coccidios, it was possible to identify
Eimeria spp., Isospora spp., in the nematodes: at the Strongylida group level and at the Capillaria spp., and for
the cestodes: Choanotaenia spp. GOE resulted regular-to-good in all individuals captured, however, a general
linear model was used to identify that the oral cavity and the state of the plumage could be the more linked
variables with the percentage of infection by gastrointestinal parasites in birds, due to the fact that the oral cavity
is the bird’s main route of ingestion, as well as the state of the plumage shows its vigor. Rev. Biol. Trop. 66(2):
788-798. Epub 2018 June 01.
Key words: urban birds; gastrointestinal parasites; urban rivers; wild birds.
En los ecosistemas urbanos, los ríos son
uno de los elementos articuladores en el desarrollo de las ciudades cumpliendo una función
ecológica muy importante, actuando como
corredores biológicos interurbanos donde la
vida silvestre se traslada y refugia. Actualmente, estos ecosistemas son poco preservados,
ya que el ser humano se establece más exitosamente que otras especies, aumentando la
fragmentación del paisaje natural (Barrientos
& Monge-Nájera, 2010; Monge-Nájera, 2013).
La contaminación y el inadecuado manejo
de los residuos sólidos que a diario se produce
788
en las zonas urbanas, es una posible consecuencia de la proliferación de agentes infecciosos,
tanto en seres humanos como en la fauna silvestre (Azpiri, Maldonado, & González 2000).
Pese a la contaminación existente, las aves son
uno de los grupos taxonómicos que logra obtener beneficios en las zonas de protección de los
ríos urbanos, ya que es donde realizan la mayor
parte de sus actividades, tales como: forrajeo,
reproducción, zonas de paso, entre otras. Sin
embargo, los altos niveles de contaminación
de algunos ríos urbanos las exponen a adquirir enfermedades que podrían ocasionarles la
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muerte (Friend & Franson, 1999; Azpiri et
al. 2000; Freitas, Oliveira, Cavalcanti, Leite,
Magalhaes, Oliveira, & Evencio-Sobrinho,
2002; Tomás-Cabedo, Merino, Moreno, Morales, & Martínez-De La Puente, 2007; Papazahariadau, Diakou, Papadopoulos, Georgopoulou,
Komnenou, & Antoniadou-Sotiriadou, 2008).
Muchas enfermedades comunes en aves
son ocasionadas por parásitos, viéndose favorecidas por fuentes de agua contaminada, como
los ríos. Estos representan medios de transmisión de parásitos entre las aves y el ser humano
o viceversa, a través de la zoonosis (Friend &
Franson, 1999; Freitas et al. 2002; Papazahariadau et al. 2008).
Entre los endoparásitos más comunes de
las aves se encuentran los nematodos (gusanos
redondos), cestodos (tenias), trematodos (duelas), acantocéfalos (gusanos tornillo) y protozoos (coccidios, entre otros) (Loot, Park, Lek,
& Brosse, 2006). La mayoría de los nematodos
y protozoarios tienen un ciclo de vida directo,
mientras que los cestodos tienen ciclo de vida
indirecto con la participación de huéspedes
intermediarios (Freitas et al. 2002).
En Suramérica se han realizado estudios
parasitológicos en aves de cautiverio, como
zoológicos o aviarios, permitiendo identificar
patógenos específicos de familias de aves
(Freitas et al. 2002; Hernández, Larramend,
& Szczypel, 2002; Hinojosa-Sáenz, & González-Acuña, 2005; Marín-Gómez & Benavides-Montaño, 2007; Rojas, Larramendy,
Sánchez, González-Acuña, Lara, & Cicchino,
2009; Mena & Neyra, 2009; García-Corredor,
Sánchez-Parada, Pulido-Medellín, & AndradeBecerra, 2013). En Colombia, fue reportado
en aves de la familia Psittacidae, los parásitos
Capillaria spp. y Ascaridia spp.; así como
protozoarios Isospora spp., los cuales produjeron pérdida de peso, debilidad, anorexia,
plumaje erizado y problemas en sus ciclos
reproductivos (Burbano, Acosta, Montaño, &
Martínez, 2003).
En Costa Rica, la mayoría de los estudios
sobre parásitos gastrointestinales (PGI) han
sido realizados en aves silvestres de cautiverio
(Campos, 1997; List & Solano, 2001; Arce,
2005; Sibaja, 2006; Jiménez 2016, com. pers.);
pero existen escasos reportes de PGI en aves
silvestres de zonas urbanas. En palomas y
en aves paseriformes se ha reportado Ascaridia columbae, Raillietina echidnobothrida e
Eimeria spp. (Jiménez, Wearing, Hernández,
Di Mare, Villareal, Cedeño, & Ramírez, 2002;
Rodríguez-Ortíz, García-Prieto, & Pérez-Ponce
de León, 2004), mientras que en aves de plantaciones de café se han reportado acantocéfalos,
Syngamus trachea e Isospora zorzai (Keller,
Yabsley, Gibbs, McGraw, & Hernández 2012;
Hernández, Peters, Weygandt, Jiménez, Villegas, O’Connor, Michael, Yabsley, García, &
Carroll, 2013); y en zanates de parques urbanos se reportaron acantocéfalos, cestodos sin
identificar e Isospora spp. (Picado & Castillo
2007). En un estudio reciente en aves paseriformes de la zona Sur del país se reportó Acuaria
spp., Capillaria spp., ascaridios y coccidios
(González, 2016).
Sin embargo, hasta la fecha ningún estudio
parasitológico en aves ha sido realizado en ríos
urbanos de Costa Rica, por lo que surge la necesidad de realizar un primer diagnóstico de los
PGI presentes en las aves silvestres que habitan
el ecosistema ribereño de la microcuenca urbana del río Pirro (Heredia). Esta microcuenca
presenta serios problemas ambientales, tales
como contaminación de las aguas superficiales,
impermeabilización de los suelos, desbordamiento del cauce y pérdida de la cobertura
boscosa, lo cual reduce la disponibilidad de
recursos para las aves (Romero, Piedra, Villalobos, Marín, & Núñez 2011; Alvarado, Bermúdez, Romero, & Piedra, 2014).
MATERIALES Y MÉTODOS
Área de estudio: El río Pirro se ubica en
la provincia de Heredia, Costa Rica y es un tributario intermitente del río Bermúdez, afluente
de la subcuenca del río Virilla, dentro de la
cuenca del río Grande de Tárcoles. Tiene una
extensión de 7.36 km2 con una longitud total de
9.7 km, se encuentra a 1 050 y 1 420 msnm, con
temperaturas que oscilan entre los 15 y 25 ºC.
La microcuenca del río Pirro está conformada
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789
por un 73 % de área urbana, 5.6 % vegetación
ribereña y 16.3 % de cultivos de café, con tendencia a crecer en el área urbana (Romero et al.
2011; Alvarado et al. 2014).
Se seleccionaron cuatro sitios de estudio
desde la parte alta del río Pirro hasta la parte
media (Fig. 1), ubicados en dos cantones (San
Rafael y Heredia) y tres distritos (Los Ángeles,
Santiago y Heredia).
En la parte media de la microcuenca del río
Pirro se seleccionaron tres sitios de estudio, el
primero se ubicó en Guayabal, específicamente
en los jardines de la Iglesia Centro Cristiano
de Heredia (09°59’34.3” N, 84°06’49.1” W),
a una altitud de 1 140 msnm. El segundo en la
Universidad Nacional, dentro del jardín universitario del antiguo Centro de Documentación
en Vida Silvestre (09°59’54.9” N, 84°06’34.1”
W) a una elevación de 1174msnm. El tercer
sitio en el cantón de Heredia, distrito Santiago,
en una plantación privada de café (10°00’21.3”
N, 84°06’16.3” W) a una elevación de 1 171
msnm. Finalmente, en la parte alta de la microcuenca, se ubicó el cuarto sitio, también en una
plantación privada de café (10°01’56.6” N,
84°05’32.8” W) a una altura de 1 450 msnm.
Captura de aves: Se realizó durante la
época seca (febrero-abril) y lluviosa (agostosetiembre) del 2011. Se utilizaron seis redes de
niebla en cada sitio, con dimensiones estándar,
y un diseño experimental basado en la metodología para uso de redes descrita por Ralph et
al. (1996), modificándola para zonas urbanas
en cuanto al tiempo de revisión de redes (de
10 a 15 minutos) y horas de apertura durante
la mañana: 6:30-11:30 y por la tarde: 13:3016:30. Una vez capturadas las aves se colocaron
en bolsas de tela hasta su posterior evaluación.
Parámetros de salud en las aves: Una vez
capturada el ave se procedió a hacer una descripción de algunos parámetros de salud como
el: Examen Objetivo General (EOG) y la presencia de PGI.
El EOG consistió en revisar la totalidad del
cuerpo del ave, mediante el tacto o palpación de
los órganos y extremidades superiores (alas) e
inferiores (patas) (Brejov, 2014). Se utilizó una
escala de evaluación entre uno a tres, donde
uno fue bueno, dos fue regular y tres fue malo.
Las partes evaluadas del cuerpo del ave fueron:
ojos y cavidad oral (hidratado o deshidratado
de acuerdo al estado de las mucosas), quilla
Fig. 1. Ubicación de los sitios de estudio: Guayabal (G1), Universidad Nacional (U2),
Santiago (S3) y San Rafael (SR4) del río Pirro, Heredia, Costa Rica.
790
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(mediante la palpación se logró aproximar
indicios de desnutrición), región abdominal
(mediante palpación se percibieron protuberancias anormales), patas (presencia/ausencia
de deformaciones o falta de miembros), cloaca
(presencia/ausencia de restos de heces para
identificar indicios de cuadros diarreicos) y alas
(problemas mecánicos). También se realizaron
algunas mediciones biométricas como: desgaste del plumaje (se utilizó una escala de cero a
tres (donde cero representa ningún desgaste,
uno desgaste leve, dos desgaste moderado y
tres desgaste grave), edad y sexo (cuando era
posible identificarlos), medida del ala y peso.
La presencia de PGI fue evaluada a partir
de la recolecta de heces producto de la defecación espontánea cuando estuvieron dentro de la
bolsa de tela, la cual fue lavada en cada muestreo para evitar la contaminación. Las heces
se recolectaron directamente con un hisopo
de madera, se colocaron en viales eppendorf
con 0.5 ml de solución salina, conservadas a
4 oC en una hielera. Posteriormente se trasladaron al Laboratorio de Parasitología de la
Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional para su posterior análisis. Las
muestras fueron procesadas por medio de dos
técnicas: directo salina-lugol, para detectar
protozoarios como Giardia duodenalis; y la
técnica de Sheather con solución hipersaturada
de azúcar para detectar ooquistes de coccidios
y huevos de nematodos. La identificación se
realizó a nivel de grupo o género de acuerdo a
lo descrito por Sloss, Kemp y Zajac (1994) y
Foreyt (2001).
Todas las aves capturadas se anillaron,
y en el caso de las recapturas en muestreos
diferentes, se evaluaron nuevamente los parámetros de salud.
El porcentaje de infección por PGI se
calculó con la siguiente fórmula: PI = N+ /
NT *100, donde PI= porcentaje de infección,
N+= número de pruebas positivas de PGI, NT=
número de individuos por especie.
La relación entre el EOG de las aves y
el porcentaje de infección por PGI, se realizó mediante el modelo de regresión lineal
general (General Lineal Model), con la
ecuación glm(Porcentaje_infección ~ Cavidad_oral + Quilla + Patas + Alas + Plumaje, family=gaussian(identity), data=datos) y
una función gausiana. Para la elección del
mejor modelo se utilizó el Criterio de Información de Akaike (Information Criterion), permitiendo utilizar la máxima verosimilitud y
el mejor ajuste de los datos (Posada y Rosero
2007), mediante el programa estadístico R
Comander (2008).
Parámetros físicos y bacteriológicos del
agua: Se realizó un estudio descriptivo en
cuanto a la calidad del agua superficial del
río, tomando variables fisicoquímicas del agua
como: Oxígeno disuelto (mg/l), porcentaje de
saturación de oxígeno (%), temperatura (Cº)
y pH, realizándolo una vez en dos épocas del
año (lluviosa y seca), con un multiparámetro
Thermo Scientific Orion 5 Star.
Para estimar la carga bacteriológica, se
tomó una única muestra de agua en época seca
y otra en lluviosa, con recolectores estériles
de 100 ml rotulados previamente. Las muestras se mantuvieron en una hielera a 10 °C
aproximadamente y se trasladaron al laboratorio
de bacteriología de la Escuela de Medicina
Veterinaria de la Universidad Nacional para
su procesamiento. A estas muestras se les
realizó el análisis microbiológico de coliformes
fecales y Escherichia coli siguiendo el protocolo de laboratorio de Clesceri, Greenberg y
Trussell (1989).
Para el análisis de los datos generados
por el laboratorio de bacteriología, se utilizó
un índice de Calidad de Agua (Oram 2013),
dado por la Fundación Sanitaria Nacional
(NSF, National Sanitation Foundation), en
Dallas, Estados Unidos de Norteamérica, el
cual clasifica la calidad, así: 90-100 excelente, 70-90 buena, 50-70 media, 25-50 mala y
0-25 muy mala.
Las mediciones de la calidad del agua realizadas se reportan de forma descriptiva para
visualizar el nivel de contaminación de los
sitios de estudio, y además son puntuales, lo
que significa que dependieron de las condiciones del agua en el momento de la toma.
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RESULTADOS
Parámetros de salud de aves: Se evaluaron 158 individuos correspondientes a 30
especies de aves capturadas en el río Pirro
(Cuadro 1). El 52.5 % (83 individuos) de
las aves capturadas mostró un EOG bueno,
mientras que un 42.4 % (67 individuos) y un
5.0 % (8 individuos) fue regular y malo respetivamente. Los principales signos clínicos
observados en las tres categorías del EOG
fueron: bajo peso, deshidratación y diarrea;
sin embargo, en una de las especies de aves
(Turdus grayi) se observaron malformaciones,
específicamente en la región del pico y patas,
así como mutilaciones o protuberancias en los
corvejones y falanges.
El 25.9 % (41/158) de las aves capturadas
fueron positivas a PGI, representando un 50 %
(15/30) de las especies analizadas. El total de
las muestras positivas a PGI correspondieron
a parásitos no zoonóticos. Se identificaron
tres grupos de estos: protozoarios, nematodos
y cestodos. Los porcentajes de infección más
altos estuvieron representados por los coccidios, con 97.6 % (40/41) (sin esporular/esporulados). Dentro del grupo de los coccidios un
CUADRO 1
Especies de aves capturadas en el río Pirro, Heredia, 2011
Familia
Columbidae
Columbidae
Columbidae
Momotidae
Picidae
Tyrannidae
Tyrannidae
Tyrannidae
Vireonidae
Vireonidae
Vireonidae
Troglodytidae
Troglodytidae
Turdidae
Turdidae
Turdidae
Passerellidae
Passerellidae
Passerellidae
Passerellidae
Parulidae
Parulidae
Parulidae
Parulidae
Parulidae
Parulidae
Parulidae
Cardinalidae
Thraupidae
Thraupidae
792
Especie
Columbina inca
Leptotila verreauxi
Zenaida asiatica
Momotus lessonii
Melanerpes hoffmannii
Contopus sp
Megarynchus pitangua
Pitangus sulphuratus
Vireo flavoviridis
Vireo philadelphicus
Vireo olivaceus
Troglodytes aedon
Cantorchilus modestus
Turdus grayi
Catharus aurantiirostris
Catharus ustulatus
Melozone cabanisi
Melozone leucotis
Zonotrichia capensis
Atlapetes albinucha
Basileuterus rufifrons
Setophaga petechia
Parkesia noveboracensis
Cardellina canadensis
Cardellina pusilla
Protonotaria citrea
Oreothlypis peregrina
Piranga rubra
Thraupis episcopus
Saltator coerulescens
Nombre en inglés
Inca Dove
White-tipped Dove
White-winged Dove
Lesson’s Motmot
Hoffmann’s Woodpecker
-—
Boat-billed Flycatcher
Great Kiskadee
Yellow-green Vireo
Philadelphia Vireo
Red-eyed Vireo
House Wren
Cabanis’s Wren
Clay-colored Thrush
Orange-billed Nightingale-Thrush
Swainson’s Thrush
Cabanis’s Ground-Sparrow
White-eared Ground-Sparrow
Rufous-collared Sparrow
White-naped Brushfinch
Rufous-capped Warbler
Yellow Warbler
Northern Waterthrush
Canada Warbler
Wilson’s Warbler
Prothonotary Warbler
Tennessee Warbler
Summer Tanager
Blue-gray Tanager
Grayish Saltator
Nombre en español
Tortolita Colilarga
Paloma Coliblanca
Paloma Aliblanca
Pájaro Bobo, Bobo Azul
Carpintero de Hoffmann
Pibí
Mosquerón Picudo
Bienteveo Grande
Vireo Cabecigrís
Vireo Amarillento
Vireo Ojirrojo
Soterrey Cucarachero
Soterrey Chinchirigüí
Mirlo Pardo (Yigüirro)
Zorzal Piquianaranjado
Zorzal de Swainson
Pinzón Cafetalero
Pinzón Orejiblanco
Chingolo (Comemaíz)
Saltón Gargantiamarilla
Reinita Cabecicastaña
Reinita Amarilla
Reinita Acuática Norteña
Reinita Pechirrayada
Reinita Gorrinegra
Reinita Cabecidorada
Reinita Verdilla
Tangara Veranera
Tangara Azuleja
Saltator Grisáceo
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14.6 % (6/41) y un 2.4 % (1/41) fue positivo a
Isospora spp. e Eimeria spp., respectivamente.
Strongylida, Capillaria spp, y Choanotaenia spp., para el grupo de los nematodos y
cestodos respectivamente, cada uno presentó
un porcentaje de infección 2.4 % de (Apéndice
digital 3). Las infecciones simples (98.7%)
fueron las más frecuentes, representadas por
los coccidios (27 individuos) o por Isospora
spp. (4 individuos); mientras que la infección
mixta se presentó en una única especie de ave
(T. grayi), donde se diagnosticaron los 4 tipos
de PGI encontrados en este estudio (Cuadro 2).
Finalmente, según el modelo de regresión
lineal (General Lineal Model), se logró demostrar que la cavidad oral (P= 0.00115) y las alas
(P= 0.00386) fueron las variables del EOG que
se asociaron significativamente con el porcentaje de infección de PGI en las aves analizadas,
mientras que las variables: quilla (P= 0.10416),
patas (P= 0.25482) y plumaje (P= 0.30791) no
resultaron estadísticamente significativas.
Parámetros físicos y bacteriológicos
del agua: En los cuatro sitios de estudio,
se encontraron, tanto para coliformes fecales
como para E. coli, más de 1 600 NMP (Numero
más Probable) de bacterias por cada 100 ml
de agua. De acuerdo con la clasificación de
la NSF, la calidad del agua del río Pirro en
la época seca, fue mala (entre 25 y 50) en los
cuatro sitios de estudio; mientras que en la
época lluviosa tres de los sitos: Universidad
Nacional, Santiago y San Rafael, también lo
fueron, sin embargo, la calidad del agua en
Guayabal fue muy mala.
Dentro de las variables fisicoquímicas
medidas en el agua se observó una fluctuación
importante en el oxígeno disuelto (0.6 y 4.59
mg/l), así como variaciones en el índice de
calidad del agua entre las épocas climatológicas (Fig. 2).
DISCUSIÓN
En Costa Rica, este es el primer estudio
que describe el EOG y la presencia de PGI
en aves silvestres en un ecosistema ribereño
CUADRO 2
EOG, porcentaje y tipo de infección por PGI, en aves del río Pirro, Heredia, 2011
Especie
Columbina inca
Momotus lessonii
Melanerpes hoffmannii
Troglodytes aedon
Turdus grayi
Vireo flavoviridis
Vireo philadelphicus
Basileuterus rufifrons
Setophaga petechia
Parkesia noveboracensis
Cardellina canadensis
Cardellina pusilla
Thraupis episcopus
Saltator coerulescens
Melozone cabanisi
Melozone leucotis
Zonotrichia capensis
EOG (%)1
0.4
1.1
1.1
1.1
1.1
0.9
0.9
0.8
1.0
0.9
0.9
0.9
1.1
1.4
1.1
1.1
1.0
PI (n+/nt)2
50 (1/2)
14. 2 (1/7)
50 (1/2)
25 (1/4)
27.4(17/62)
33 (1/3)
33 (1/3)
80 (4/5)
33 (1/3)
50 (1/2)
50 (1/2)
100 (1/1)
33 (1/3)
100 (1/1)
33 (2/6)
18 (2/11)
17.6 (3/17)
Infección Simple
Co
Co
Co
Co
–
Co
Co
I
Co
Co
I
I
I
Co
Co
Co
Co
Infección Mixta
–
–
–
–
I, E, Ch, Ca, Ce, St
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
(1) EOG (%) = Examen Objetivo General (%), Escala utilizada = 0 (Nulo), 0-1 (Bueno), 1.1-1.4 (Regular), 1.5-2 (Malo).
(2) PI = Porcentaje de infección por PGI (muestras positivas/total de muestras).
I = (Isospora spp.), E = (Eimeria spp.), Ch (Choanotaenia spp.), Ca (Capillaria spp.), Co (Coccidios sin identificar), Ce
(cestodos sin identificar), St (Strongylida).
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793
Fig. 2. Índice de Calidad de Agua y D.E (desviación
estándar), en los cuatro sitios de estudio durante el año
2011, a lo largo de la microcuenca urbana del río Pirro,
Heredia. Rangos del Índice de Calidad de Agua: Excelente
(90-100), Buena (70-90), Media (50-70), Mala (25-50),
Muy Mala (0-25).
urbano; aunque existe un estudio que valoró
la condición corporal de aves silvestres como
parámetro de salud en un agroecosistema rural
(Hernández et al. 2013).
El EOG determinado para las aves capturadas en el río Pirro, indicó que más del 50 %
presentó un buen estado físico de salud. Las
aves que presentaron un estado regular y malo
de EOG, mostraron signos clínicos como bajo
peso corporal, deshidratación y diarrea; siendo
aspectos que podrían estar relacionados con
la presencia de agentes infecciosos (parásitos,
virus y bacterias) como ha sido reportado en
aves de vida libre (Samour, 2016).
Los porcentajes de infección por PGI en
las especies de aves analizadas, fluctuaron de
14.2 a 100 % (Apéndice digital 3), con valores
similares o menores (< 13 %) a los reportados en otros estudios (Hernández et al. 2013;
Carrera, 2016).
Los coccidios fueron los PGI con mayor
porcentaje de infección (97.6 %), como se ha
detectado en aves de vida libre en Irán, Brasil,
Estados Unidos, México y Costa Rica (Jiménez et al. 2002; Martínez-Guerrero, PeredaSolís, Rosales-Alférez, & Herrera-Casio, 2010;
794
Hernández et al. 2013; Badparva, Ezatpour,
Azami, & Badparva, 2015; Gomes-DosSantos, Oliveira, Barbosa-DeMoura, & DeSouza-Correia, 2015; Carrera, 2016; González,
2016); sin embargo, los porcentajes de infección varían entre estudios, debido a factores
tales como: el diseño del muestreo, especies
de aves, dieta y tipo hábitat, entre otros (Zinke,
Schnebel, Dierschke, & Ryll, 2004; Hernández
et al. 2013; Badparva et al. 2015; Leung &
Koprivnikar, 2016).
Es importante mencionar, que a pesar de
que las muestras de heces no fueron sometidas
a esporulación con Dicromato de potasio al 2
% (Sloss, Kemp, & Zajac, 1994; Foreyt, 2001),
algunos coccidios se detectaron esporulados
cuando las heces fueron procesadas por la
técnica Sheather. Los coccidios identificados
en este estudio fueron Isospora spp. e Eimeria
spp. (Apéndice digital 3). El primero estuvo
presente en cinco especies de aves, mientras
que el segundo se presentó solo en una especie
de ave (T. grayi); teniendo el primero un rango
amplio de hospedadores respecto al segundo
(Samour, 2016). En Costa Rica se ha reportado
Isospora spp. e I. zorzai en aves de las familias
Icteridae y Turdidae, respectivamente (Picado
& Castillo, 2007; Keller et al. 2012).
Los coccidios tienen un ciclo de vida
directo y la resistencia que adquieren en el
ambiente favorece su presencia como una
posible una fuente de infección para las aves a
través del alimento o agua contaminada (Friend
& Franson, 1999; Atkinson, Thomas, & Hunter; 2008). En la literatura hay un gran número
de especies de coccidios en aves de vida libre
que han sido reportadas como patógenas, pero
usualmente no son de importancia clínica;
contrario a lo que sucede en aves de cautiverio,
donde con frecuencia se presentan síntomas
como: pérdida de peso, diarrea, plumaje erizado y problemas en ciclos reproductivos (Friend
& Franson, 1999; Burbano et al. 2003; Gill &
Paperna, 2008; Samour, 2016).
Por otra parte, los nematodos del grupo
Strongylida y Capillaria spp. se detectaron en
porcentajes bajos de infección (2.4%) y en una
única especie de ave de la familia Turdidae;
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contrario a otros estudios, donde los porcentajes de infección fueron mayores (6 % y
56.1 %) al valor encontrado (Schoener, 2010;
González, 2016). Capillaria spp. es un parásito
frecuentemente encontrado en aves, la mayoría
de las especies tienen un ciclo de vida directo
y parasitan principalmente aves de aviarios y
de compañía, como canarios, palomas, gallináceas y guacamayos (Friend & Franson, 1999).
En Costa Rica ha sido identificada C. obsigenata en palomas silvestres (Rodríguez-Ortíz
et al. 2004).
El cestodo Choanotaenia spp. (2.4 %) se
ha identificado en aves paseriformes (gorriones
y yigüirros) de Nigeria y Estados Unidos (Edosomwan & Ogbonnia, 2014; Carrera, 2016),
similar a lo encontrado en este estudio. En
Costa Rica C. infundibulum ha sido reportado
en gallos domésticos (Rodríguez-Ortíz et al.
2004). Este parásito tiene un ciclo de vida indirecto con hospedadores intermediarios como:
moscas, escarabajos, termitas y saltamontes
(Edosomwan & Ogbonnia, 2014; Carrera,
2016), que son presas usuales de los yigüirros
(Stiles & Skutch, 2003). La utilización de fuentes de alimentación con artrópodos e insectos
podrían representar una importante fuente de
contaminación con Choanotaenia spp., para las
aves infectadas con este parásito.
A pesar de que se detectaron cestodos sin
identificar, estos podrían estar representados
por Raillietina, Tetrameres, Hymenolepis Aploparapsis y Anomotaenia, como se ha identificado en aves Paseriformes, Apodiformes y
Psittaciformes (Rodríguez-Ortíz et al. 2004;
Edosomwan & Ogbonnia, 2014; Gomes-DosSantos et al. 2015; Carrera, 2016).
En este estudio las infecciones simples
predominaron sobre las múltiples, como ha
sido reportado en aves Paseriformes, Pisciformes, Psittaciformes y Stringiformes de Costa
Rica (Sibaja, 2006; González, 2016), lo cual
indica que las aves han estado expuestas a
fuentes de infección limitada, favoreciéndose
las infecciones con parásitos de ciclos directos
(Sibaja, 2006). Sin embargo, cabe mencionar
que las infecciones mixtas con PGI en T. grayi
se presentaron con parásitos de ciclos de vida
directos e indirectos, posiblemente por los
hábitos alimenticios generalistas de esta especie (Stiles & Skutch, 2003).
Los PGI en las aves silvestres son bioindicadores de salud del ecosistema, esto debido
a la relación que existe entre la presencia de
parásitos, el estado físico de las aves y la calidad de su hábitat (Sures, 2001; Costa, Coelho,
Bueno, Ferreira, & Freire, 2010). La cavidad
oral y el estado de las alas fueron las variables
que presentaron significancia estadística en
relación a las infecciones con PGI. Muchas de
las aves en su cavidad oral, evidenciaron salivación viscosa, lo que podría indicar un cierto
grado de deshidratación, el cual es un signo que
algunos nematodos pueden ocasionar en sus
hospedadores (Holand, Jensen, Tufto, Saether,
& Ringsby, 2013). En el caso del estado de las
alas o plumaje de las aves, se ha demostrado
que es uno de los mayores indicadores cualitativos de buena salud (Bitton, Dawson, & Ochs,
2008; Marichal-Arbona, & Ávila, 2014). La
estructura y composición de la pluma puede
verse afectada al existir una mala alimentación
y presencia de endoparásitos (Bitton, Dawson,
& Ochs, 2008).
Finalmente, la calidad del agua del río
Pirro no fue apta para consumo humano por la
contaminación actual y la presencia de coliformes fecales. A pesar de que en este estudio no
se encontraron parásitos zoonóticos en las aves
analizadas, en un estudio realizado en la microcuenca urbana del río Torres (San José, Costa
Rica), se diagnosticaron en las aves, los parásitos zoonóticos Giardia duodenalis y Cryptosporidium parvum. Tanto la microcuenca del
Pirro como en la del Torres se presentan problemas con el manejo de las aguas residuales,
invasión al cauce del río y pérdida de cobertura
(Pérez-Gómez, com. pers). La mala calidad del
agua superficial del río, provoca que este recurso disponible para las aves no sea el más apto,
ya que utilizan aguas contaminadas con heces
humanas (Friend & Franson, 1999); y a la vez
estas aves eventualmente podrían ser transmisores de parásitos con potencial zoonótico.
Los ecosistemas ribereños urbanos que
con frecuencia mantienen un alto contenido de
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materia fecal, podrían estar exentos de esto si
se da un adecuado manejo de las aguas residuales, lo que permitiría que los ríos urbanos
funcionen como corredores biológicos interurbanos aprovechables por aves residentes y
migratorias como espacios para refugiarse y
alimentarse (Pérez-Gómez, Gastezzi-Arias, &
Vega-Quesada, 2016).
a nivel de grupo Strongylida y a nivel de género: Capillaria
spp. Y para los céstodos: Choanotaenia spp. El EOG resultó de regular a bueno en todos los individuos capturados sin
embargo, mediante el modelo de regresión lineal general
(General Lineal Model) se identificó que la cavidad oral de
las aves y el estado del plumaje, podrían ser las variables
más relacionadas con el porcentaje de infección por parásitos gastrointestinales, esto debido a que la cavidad oral es
la vía principal de ingesta para el ave, así como el estado
del plumaje evidencia su vigor.
AGRADECIMIENTOS
Palabras clave: aves urbanas; parásitos gastrointestinales;
ríos urbanos; aves silvestres.
Agradecemos a todos los que colaboraron en el trabajo de campo, especialmente a
Sergio Quesada, Carola Scholz, Roberto Vargas, Néstor Quesada y Mónica González. Un
agradecimiento especial a Federico Herrera
por su colaboración en los procesos finales del
escrito. Un profundo agradecimiento a Óscar
Ramírez por su disposición y apoyo técnico. Al
proyecto de Rehabilitación de la microcuenca
del río Pirro de la Universidad Nacional de
Costa Rica. Finalmente a agradecemos a Zaidett Barrientos y Julián Monge por sus valiosos
consejos al manuscrito.
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RESUMEN
En las zonas urbanas, los ríos brindan diversos servicios ecosistémicos, entre ellos, funcionan como corredores
biológicos interurbanos, permitiendo a las aves trasladarse
y refugiarse en medio de la ciudad. Sin embargo, los altos
niveles de contaminación las exponen, e incluso al ser
humano, a diversos problemas de salud. De aquí la importancia de realizar diagnósticos ambientales que permitan
identificar alteraciones y mitigarlos de forma oportuna.
En este estudió se da un primer diagnóstico de la situación
parasitaria de las aves silvestres del río Pirro ubicado en
un entorno urbano, fragmentado y con altos niveles de
contaminación superficial del agua. El muestreo se llevó
a cabo en la parte alta y media del río Pirro en Heredia,
Costa Rica. Se utilizaron redes de niebla para la captura de
las aves, y se les realizó un examen objetivo general (EOG)
para revisar su estado de nutrición e hidratación, así como
su estado físico; además, se recolectaron muestras de heces
para la caracterización de los parásitos gastrointestinales
(PGI). Este procedimiento se realizó a 158 aves, correspondientes a 30 especies, se identificaron tres grupos de estos:
protozoarios, nematodos y cestodos. Los porcentajes de
infección más altos estuvieron representados por los coccidios, con 97.6 %, seguido de los nematodos y cestodos
con un 2.4 %. Dentro del grupo de los coccidios se logró
identificar: Eimeria spp., Isospora spp., en los nemátodos:
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