UNIDAD IV: SUPRARRENALES
MORALES SOLIS DIANA KAREN
Facultad de medicina uaem
Catedrático: Dr. Juan José Acevedo Fernandez
30 de Enero de 2019
Las glándulas suprarrenales son dos pequeñas formaciones de forma triangular que se encuentran colocadas, como su nombre dice, encima de cada riñón. Su misión consiste en sintetizar y segregar a la sangre una serie de hormonas necesarias para la regulación del metabolismo, de los electrolitos y de la respuesta al estrés. Constan de dos partes bien diferenciadas que reconocen un origen diferente: corteza y médula. La corteza ocupa la zona más superficial, mientras que la médula suprarrenal se encuentra en la profundidad de la glándula.La corteza suprarrenal posee a su vez tres capas.
La capa fasciculada produce cortisol, la capa glomerular sintetiza aldosterona y la capa reticular secreta hormonas sexuales (andrógenos, estrógenos y progesterona). La secreción de cortisol regula el metabolismo de los hidratos de carbono favoreciendo la hiperglucemia. Además contribuye a elevar la tensión arterial. La síntesis de cortisol se encuentra controlada por la secreción de una hormona llamada ACTH que proviene de la glándula hipófisis. La secreción de aldosterona, que estimula la absorción de sodio y la excreción renal de potasio, está modulada por diversos factores entre los que destaca la secreción de una hormona llamada renina que se produce en el riñón.La médula suprarrenal está constituida por tejido nervioso y su función es secretar catecolaminas, de las que la adrenalina es el representante más importante. Las catecolaminas poseen un papel básico en la respuesta del organismo a las situaciones de stress ya que favorecen la hiperglucemia, la aceleración de la frecuencia cardiaca y la elevación de la tensión arterial.
El organismo siempre se encuentra en un estado de estrés mínimo que, ante determinadas situaciones, se incrementa pudiendo producir un efecto beneficioso o negativo, dependiendo de si la reacción del organismo es suficiente para cubrir una determinada demanda o ésta "supera" a la persona . Este nivel de equilibrio dependerá de los factores individuales (disposición biológica y psicológica) de las distintas situaciones y experiencias.
Un determinado grado de estrés estimula el organismo y permite que éste alcance su objetivo, volviendo a la "normalidad" cuando el estímulo ha cesado. Por ejemplo, cuando un atleta
intenta conseguir un buen resultado en una competición, está sometido a un estrés que implica un aumento de la actividad muscular (más irrigación, el corazón late mas rápido, etc.) lo que le ayudará a alcanzar el éxito y conseguir su objetivo. Una vez finalizadas las pruebas atléticas, se produce un descenso de las constantes y el organismo vuelve a su estado basal.
Cuando se mantiene la presión y se entra en el estado de resistencia, las personas empiezan a tener una sensación de disconfort (tensión muscular, palpitaciones, etc.). Si continúa el estresor, se llega al estado de agotamiento, con posibles alteraciones funcionales y/u orgánicas: son las llamadas "enfermedades de adaptación". Estos síntomas son percibidos como negativos por las personas y producen preocupación, lo que a su vez agrava los síntomas y así puede llegar a crearse un círculo vicioso.
Localización e histología
Las glándulas suprarrenales están situadas encima de los polos superiores de los riñones y se divide en dos partes. Tienen un peso entre 8 y 10 gramos en el adulto medio. Se encuentran rodeadas por una cápsula fibrosa que las envuelve individualmente. Compuestas de una corteza de coloración amarillenta que comprende el 90% de la glándula y una región interna, la médula, que ocupa el 10%. Desde el punto de vista histológico la corteza está constituida por tres zonas: La zona más interna, la reticulosa, es donde se sintetizan los andrógenos suprarrenales; en la zona fascicular, media, se sintetizan los glucocorticoides y, en la zona más externa, la glomerulosa, se sintetizan lo mineralocorticoides. Las zonas reticulosa y fascicular responden al estímulo de la corticotropina hipofisaria (ACTH); en cambio, la zona glomerulosa prácticamente no expresa receptores a ACTH y su estímulo principal es la angiotensina. La medula suprarrenal, formada por células cromafines, sintetiza catecolaminas (adrenalina, noradrenalina y dopamina) y, al igual que el sistema simpático, es capaz de responder al estrés.
Es raro encontrar glándulas accesorias completas, las incompletas son más frecuentes, si constan de tejido cortical reciben el nombre de glándulas de Marchand mientras que a las que son de tejido medular se les llama paragangliones. Estos siguen principalmente los ejes vasculares.(González et al,. 2016).
Hormonas de la corteza suprarrenal
Mineralocorticoides
La aldosterona se forma en la zona glomerulosa de la corteza suprarrenal mediante la oxidación de la corticosterona y formación de un aldehido en la posición 18. El precursor 11-desoxicorticosterona posee ya actividad mineralocorticoide, aunque su potencia es el 3% de la aldosterona.
El cortisol como ya se ha indicado tiene también actividad mineralocorticoide. La aldosterona se sintetiza en la zona glomerular controlada principalmente por angiotensina y potasio. En la zona fascicular bajo control de ACTH se produce DOC y cortisol; éste también posee actividad mineralocorticoide pero su acción se debilita por una degradación total a nivel renal. En la práctica clínica se emplea el deri- vado sintético fludrocortisona, que se administra por vía oral, y la desoxicorticosterona para la vía parenteral. La espirolactona se comporta como un antagonista específico.
Mecanismo de acción. La aldosterona activa un receptor específico cuya naturaleza está menos identificada que la de los demás receptores esteroideos, quizá porque se encuentra en muy baja concentración en las células aldosterona-sensibles. La activación del complejo aldosterona-receptor en el núcleo desencadena probablemente la síntesis de enzimas que en último término van a facilitar el transporte de Na. La proteína formada por la activación del receptor aldosterónico estimularía por ejemplo la ATPasa Na-K dependiente localizada en la membrana basal, que bombea Na desde el interior celular hacia el líquido extracelular.
Glucocorticoides
Las concentraciones de ACTH y cortisol aumentan rápidamente en situaciones de estrés físico (traumatismos, cirugía) o psíquico (ansiedad, depresión), hipoglucemia y fiebre.
Los niveles elevados de glucocorticoides protegen al organismo en situaciones de estrés. El cortisol, que es el principal glucocorticoide, ejerce su efecto sobre el metabolismo intermediario al actuar sobre los receptores de tipo II. Regulan el metabolismo de las proteínas, carbohidratos, lípidos y ácidos nucleicos. Los glucocorticoides aumentan la glucemia, ya que actúan como hormonas contrainsulares, inhibiendo la liberación de insulina, estimulando la gluconeogénesis hepática y disminuyendo la captación de glucosa en los tejidos periféricos. Además, favorecen la síntesis de glucógeno hepático.
A nivel periférico, inhiben la captación y utilización de glucosa, motivo por el que los estados de exceso crónico de glucocorticoides pueden llevar a un aumento de la secreción de insulina. El efecto sobre el metabolismo proteico es fundamentalmente catabólico, aumenta la degradación de proteínas y la eliminación de nitrógeno. Inhiben la síntesis de ácidos nucleicos en la mayoría de los tejidos, excepto en el hígado, donde estimulan la síntesis de RNA. Estimulan la movilización de los lípidos y a la lipasa celular (estimulan la lipólisis).
Los glucocorticoides tienen, además, otra serie de propiedades: antiinflamatorias, alteran la inmunidad celular (disminuyen los linfocitos T) y humoral (inhiben la producción de interferón por los linfocitos e interleucinas y otros mediadores) y suprimen la fiebre; sobre las células sanguíneas, producen leucocitosis con neutrofilia y eosinopenia; modifican la conducta; contribuyen a mantener el volumen del líquido extracelular, favoreciendo el aclaramiento de agua libre, evitando la intoxicación hídrica; poseen también acciones mineralcorticoideas débiles. Cuando sus concentraciones están elevadas sobrepasan la capacidad metabólica de la 11-B-hidroxiesteroidedeshidrogenasa tipo 2 y se unen al receptor tipo I ejerciendo un efecto mineralcorticoide: aumento en la reabsorción de sodio y eliminación urinaria de potasio.
Andrógenos
Las células intersticiales de Leydig producen andrógenos y una pequeña cantidad de estriol. El más importante es la testosterona (Figura 3) un esteroide de 10 carbonos, hidroxilado en el carbono 17. La suprarrenal, la próstata y el hígado también pueden producir ínfimas cantidades de testosterona. Las células intersticiales también producen la delta-4-androstenediona y la dehidroepiandrosterona, pero la principal fuente de esta última es la corteza suprarrenal.
La testosterona sufre una variación diurna, con niveles algo más alto en la mañana. Es transportada por proteínas vectoras con una unión rápidamente reversible (albúmina y globulina fijadora de testosterona); sufre metabolismo hepático rápido dando lugar a androsterona, epiandrosterona y etiocolanolona, que conforman el 30% de los 17-cetosteroides urinarios (el 70% corresponden a la DHEA-S suprarrenal). Precursores de la testosterona son la delta-5-pregnenolona, la dehidroepiandrosterona, progesterona y androstenediona. Los andrógenos –incluída la testosterona- pueden aromatizarse a estrógenos. Lo que no se metaboliza de la testosterona se liga al ácido glucurónico que la vuelve soluble y puede eliminarse por la orina.
Aldosterona
La aldosterona es el principal mineralcorticoide en seres humanos. Se sintetiza en la corteza adrenal y viaja por el torrente sanguíneo hasta el riñón, donde se une a los receptores de membrana del túbulo contorneado distal y el túbulo colector para aumentar la concentración extracelular de sales, principalente de iones potasio e iones sodio. A consecuencia de la salida de iones se activan las bombas de iones Na/K, que reabsorveran los iones y debido a las cargas positivas de los mismos introducirán agua dentro de los vasos sanguíneos, aumentando la captación de la misma. Como resultado de su actividad se tiene una sensación de sed.
Como ya se ha visto la aldosterona es una hormona, que como todas las hormonas corticosteroides, deriva del colesterol. El nombre sistemático de la aldosterona según la IUPAC (la organización de nomenclatura química internacional) es 11B,21-dihidroxi-3,20-dioxo-4-pregnen-18-al, su formula química es C21H28O5 y está formado por 3 anillos de 6 carbonos y uno de 5 carbonos.
La hormona angiotensina, ACTH, que se sintetiza en la hipófisis es el principal responsable de la síntesis varias hormonas suprarrenales, entre ellas la aldosterona. Concretamente, es en el límite exterior de la corteza suprarrenal donde se sintetiza la aldosterona, y la primera parte de su ruta de síntesis está compartida con la corticosterona (que se considera un precursor de la aldosterona, aunque su síntesis se lleve a cabo en la zona fascicular de la corteza suprarrenal). Tan solo el último enzima de la ruta de síntesis es diferente. En la síntesis de ambas moléculas las reacciones catalíticas se realizan por enzimas pertenecientes a la superfamilia de hemoproteínas Citocromo P450. En el caso de la aldosterona es la aldosterona sintasa la responsable de los cambios conformacionales de la molécula en última instancia, que son a saber: una hidroxilación, se añade un grupo hidroxilo, OH en la posición 11beta, otra hidroxilación en el carbono 18, modificaciones que también se dan en la formación de la corticosterona, y además una oxidación en el carbono 18, este cambio es exclusivo de la formación de la aldosterona.
La síntesis de esta hormona corticoide está promovida por el incremento de compuestos ácidos en la sangre, acidosis, bajada de presión sanguínea o por iones potasio o sodio. En todos estos casos la respuesta es el aumento de cantidad de agua en sangre, con las consecuencias de aumento del pH para evitar la acidosis, aumento de la presión arterial y dilución de los compuestos cargados positivamente. Son tres situaciones diferentes que se solucionan con un mismo procedimiento, aumentar el consumo de agua por parte del cuerpo. La angiotensina y el balance de sodio y, sobre todo, de potasio en la sangre son los principales activadores de la secreción de la aldosterona. A la altura de la arteria carótida el sistema nervioso capta las variaciones de presión sanguínea (debidas a diversas causas como el estrés, una mala postura, el dolor o falta de agua) y puede estimular la secreción de aldosterona. Se cree que este mecanismo puede ayudar al individuo a prepararse frente a un estrés biológico, como el enfrentamiento con un depredador, la pérdida de sangre o incluso el embarazo.
Cortisol
El cortisol es el esteroide suprarrenal más conocido.Su biosíntesis tiene lugar en la capa fasciculada por acción de las enzimas ya mencionadas y su producción diaria es de 10-20mg. La corticosterona sirve de precursora de la aldosterona y su producción es de sólo 2-5 mg a día.
La vida media del cortisol es de unos 90 minutos y su concentración en plasma es de 10- 20μg/dL, mientras que la corticosterona es de 1-2 μg/dL.
El cortisol circula en su mayoría unido a una proteína transportadora (CBG) y sólo un 5% circula libre (0,2- 0,5 μg/dL), pero se une a la albúmina si su concentración es muy alta. La CBG aumenta con los estrógenos, en la hepatitis y en el embarazo, y disminuye en la cirrosis, la nefrosis y el hipertiroidismo. Su función no es esencial para las acciones del cortisol, ya que cuando aumenta o disminuye o incluso si está ausente (de forma congénita) el cortisol libre permanece normal, que es el verdaderamente activo.
El cortisol posee un ritmo circadiano, el primero de los descritos, con pico al amanecer y valle a las 23:00h, algo posterior al de la ACTH, de la que es secundario, que a su vez está controlado por el hipotálamo y el SNC.
Síntesis de cortisol. La síntesis de cortisol procede de la 17-α- hidroxilación de la pregnenolona por la P450c 17 dentro del retículo endoplásmico para formar 17-α-hidroxipregnenolona. Posteriormente, este esteroide se convierte a 17-α-hidroxiprogesterona por la acción de la 3-β-hidroxiesteroide-deshidrogenasa. El siguiente paso incluye la 21 hidroxilación para formar 11- desoxicortisol; este compuesto se hidroxila más aún por la 11-β-hidroxilación para formar cortisol.
Hormonas de la medula suprarrenal
Las catecolaminas son un conjunto de neurotransmisoresde la clase de las monoaminas, a la que también pertenecen las triptaminas (serotonina y melatonina), la histamina o la fenetilaminas. La dopamina, la adrenalina y la noradrenalina son las tres principales catecolaminas.
A nivel químico estos neurotransmisores se caracterizan por la presencia de un catecol (un compuesto orgánico que contiene un anillo de benceno y dos grupos hidroxilos) y una amina en la cadena lateral. Se derivan del aminoácido tirosina, que obtenemos a través de alimentos ricos en proteínas como los lácteos, los plátanos, los aguacates o los frutos secos.
El principal lugar de síntesis de catecolaminas son las células cromafines de la médula adrenal, así como las fibras posganglionares del sistema nervioso simpático. Describiremos con más detalle las características de la síntesis de estos neurotransmisores en los apartados siguientes.
El rol de estos neurotransmisores es fundamental en procesos como la cognición, la emoción, la memoria y el aprendizaje, el control de la motricidad y la regulación del sistema endocrino. Asimismo la noradrenalina y la adrenalina están implicadas de forma clave en la respuesta de estrés.
Los aumentos en los niveles de catecolaminas se asocian con el aumento de la frecuencia cardiaca y de los niveles de glucosa y con la activación del sistema nervioso parasimpático. Las disfunciones catecolaminérgicas pueden provocar alteraciones en el sistema nervioso, y en consecuencia trastornos neuropsiquiátricos como las psicosis o la enfermedad de Parkinson.
1. Dopamina
Nuestro organismo transforma la tirosina en otro aminoácido, la levodopa o L-DOPA, y ésta se convierte a su vez en dopamina. A su vez la dopamina es la catecolamina más básica, y tanto la adrenalina como la noradrenalina se fabrican a partir de este neurotransmisor.
Cuando se encuentra en el cerebro, la dopamina cumple un rol de neurotransmisor; esto significa que participa en el envío de señales electroquímicas entre neuronas. En cambio, en la sangre funciona como un mensajero químico y contribuye a la vasodilatación y a la inhibición de la actividad del sistema digestivo, del inmunitario y del páncreas.
Las vías cerebrales en las que está implicada la dopamina, principalmente la nigroestriada y la mesolímbica, se relacionan con la conducta motivada por el refuerzo: sus niveles aumentan cuando obtenemos recompensas. De este modo la dopamina es importante para procesos como el aprendizaje, el control motor y las adicciones a sustancias psicoactivas.
2. Adrenalina
La adrenalina se genera a partir de la oxidación y la metilación de la dopamina, principalmente en el locus coeruleus, localizado en el tronco cerebral. La síntesis de este neurotransmisor es estimulada por la liberación de hormona adrenocorticotropa en el sistema nervioso simpático.
La adrenalina y la noradrenalina, de la que hablaremos a continuación, son consideradas las hormonas del estrés, puesto que cuando actúan fuera del sistema nervioso no lo hacen como neurotransmisores sino como hormonas. Se relacionan con la regulación cardiaca y respiratoria y con el consumo de recursos corporales para hacer frente a desafíos ambientales.
Tanto la adrenalina como la noradrenalina son fundamentales en la respuesta a múltiples tipos de estresores y otros procesos relacionados con la activación del organismo, como el ejercicio físico, la exposición al calor y la reducción de los niveles sanguíneos de oxígeno o de glucosa.
3. Noradrenalina
La oxidación de la adrenalina da lugar a la noradrenalina, del mismo modo que la de la dopamina convierte a ésta en adrenalina y la de la tirosina en dopamina. Como la adrenalina, cumple el papel de neurotransmisor en el sistema nervioso y el de hormona en el resto del cuerpo.
Entre las funciones de la noradrenalina podemos destacar la alerta cerebral, el mantenimiento del estado de vigilia, la focalización de la atención, la formación de recuerdos y la aparición de sensaciones de ansiedad, así como el incremento de la presión sanguínea y de la liberación de las reservas de glucosa.
La reducción de los niveles de noradrenalina se asocia a alteraciones en distintos tipos de aprendizaje, particularmente la consolidación de recuerdos a largo plazo y el aprendizaje latente. Esta función se debe probablemente al control de la actividad neuronal por parte de la noradrenalina en regiones del cerebro implicadas en el aprendizaje, como la amígdala.
A nivel psicopatológico este neurotransmisor está implicado en los trastornos por estrés y ansiedad, en la depresión mayor, en la enfermedad de Parkinson y en el trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
Fisiopatología y enfermedades de origen suprarrenal
Insuficiencia suprarrenal
Se refiere al déficit de producción de hormonas esteroideas suprarrenales. Esta insuficiencia puede ser primaria (afecta a la glándula suprarrenal), presentando un déficit en la producción de mineralcorticoides y glucocorticoides, secundaria (afecta a la hipófisis –déficit de ACTH–) o terciaria (afecta al hipotálamo –déficit de CRH–), produciéndose en las dos últimas un déficit de glucocorticoides pero con producción normal de mineralocorticoides.
Insuficiencia suprarrenal primaria (ISP):
Enfermedad de Addison: Afecta por igual a hombres y mujeres, y puede aparecer a cualquier edad siendo menos frecuente en ancianos y pre-adolescentes. Para que se manifieste clínicamente debe verse afectada hasta el 90% de la glándula.
En el 75% de los casos, la enfermedad se debe a una atrofia idiopática que se produce por infiltración de la corteza por linfocitos T citotóxicos que van dirigidos contra la 21-hidroxilasa y la enzima de escisión de la cadena lateral (imprescindibles para la transformación de la progesterona y la 17-hidroxiprogesterona en aldosterona y cortisol, respectivamente). En otras ocasiones, puede deberse a causas físicas (suprarrenalectomía bilateral) o infecciosas, como en el curso de una infección tuberculosa. En este caso es más frecuente la afectación en varones, produciéndose destrucción de la corteza y la médula.
La invasión glandular por tumores, linfomas, amiloidosis, hemocromatosis, sarcoidosis o las hemorragias secundarias al tratamiento con anticoagulantes, síndrome antifosfolípidos o CID en el contexto de meningococemia son otras causas de destrucción de la glándula.
Fracaso metabólico en la producción hormonal: Puede ser congénito o debido a la acción de tóxicos (mitotano) o inhibidores enzimáticos (ketoconazol, metopirona).
Mutación de los receptores: En estas situaciones puede aparecer un déficit aislado de glucocorticoides, conocido como síndrome de Allgrove o de la triple A (Acalasia, Alacrima, Adrenal). Es una enfermedad autosómica recesiva secundaria a la mutación de receptores de ACTH, en la que la función mineralocorticoidea se mantiene normal, o bien, se presenta como una hipoplasia suprarrenal congénita.
La enfermedad ligada al cromosoma X cursa con el déficit de los 3 esteroides suprarrenales y las gonadotropinas.
Anticuerpos bloqueantes de ACTH: El síntoma principal de esta enfermedad es la astenia, que se presenta de manera progresiva. Es característica la hiperpigmentación de piel y mucosas; la ACTH, al no ser captada por la gandula suprarrenal, se divide en CLIP (corticotropin-like intermediaria) y MSH (hormona estimulante de melanocitos). Esta última, mediante su acción estimulante de los melanocitos del paciente, produce el característico bronceado permanente de éstos. Otros síntomas comunes son pérdida de peso, anorexia, náuseas, vómitos, dolor abdominal, hipotensión postural, diarrea y síncope.
En el estudio de laboratorio, los pacientes con ISP es frecuente que presenten hiponatremia con Na urinario elevado, hipocloremia, hiperpotasemia y acidosis metabólica (disminución del bicarbonato sérico), hipercalcemia, anemia normocítica, aumento plasmático de ACTH y disminución del así como la elevación de BUN (Nitrógeno Urémico Sanguíneo).
Insuficiencia suprarrenal secundaria (ISS) y terciaria (IST):
Durante esta afección, el daño es producido en el hipotálamo o en la hipófisis, alterándose el eje hipotálamo-hipofisario y, de manera indirecta, la secreción hormonal de la suprarrenal.
Las enfermedades por ISS o IST pueden deberse a hipopituitarismo secundario o enfermedad hipotálamo-hipofisaria, supresión del eje hipotálamo-hipofisario por la administración exógena de esteroides o por la producción tumoral de éstos.
Para realizar el diagnóstico de insuficiencia suprarrenal y diferenciar entre primaria y secundaria, la prueba fundamental es el estímulo con ACTH. Un resultado alterado en esta prueba indica una anomalía en el eje HPF-Suprarrenal; para diferenciar la ISP de la ISS, se deben analizar los niveles de aldosterona en la muestra sanguínea. En la insuficiencia suprarrenal primaria la afectación tiene lugar en la glándula, por lo que la cantidad plasmática de ACTH y pépticos asociados será normal o estará aumentada debido a la pérdida del retrocontrol negativo habitual del cortisol sobre la hipófisis y el hipotálamo. De esta forma, al aumentar la administración de ACTH, esta no modificará la secreción de cortisol, a diferencia de lo que ocurre en la ISS. Al estar afectado el eje hipotálamo-hipofisario, a la glándula suprarrenal no le llega el estímulo adecuado; tras administrar ACTH de manera externa, ésta activa la glándula acarreando una producción normal de aldosterona. Además, en la ISS existe afectación de otras hormonas adenohipofisarias, ausencia de hiperpigmentación mucocutánea y conservación de función mineralocorticoide, pues la secreción de la aldosterona responde a otra estimulación independiente de ACTH como es el RAAS, serotoninas, β-endorfinas y el exceso de K.
Tratamiento
Todos los pacientes son tratados con hormonoterapia sustitutiva con la intención de corregir el déficit de glucocorticoide y mineralcorticoide.
Déficit de Glucocorticoide: administrar Hidrocortisona (20-30mg/día repartidos en 2/3 de dosis por la mañana y 1/3 al final de la tarde). Se debe aumentar la dosis en situaciones de estrés, fiebre o infección y disminuirla en pacientes con hipertensión, diabetes, o tuberculosis activa y en aquellos que presenten insomnio, irritabilidad o excitación mental al inicio del tratamiento.
Déficit de Mineralocorticoides: Fludrocortisona (0,5-0,1mg diarios por vía oral), tomar cantidades generales de sal común 3-4 gr/día. Para controlar y ajustar las dosis, se hace la medición de electrolitos, tensión arterial y actividad de renina plasmática.
Déficit Androgénico: tratamiento sustitutivo con dehidroepiandrosterona para mejorar la calidad de vida y la densidad ósea (mujeres).
Insuficiencia corticosuprarrenal aguda (ICA)
La causa más frecuente de ICA se debe a la supresión brusca de esteroides en pacientes con atrofia de la glándula suprarrenal, secundaria a la administración crónica de estos. También puede producirse tras una hemorragia suprarrenal bilateral; en adultos puede suceder tras tratamientos con anticoagulantes, trastornos de la coagulación, o trombosis de la vena suprarrenal durante el embarazo. En el caso de los niños, es de especial importancia el síndrome de Waterhouse-Friderichsen en el contexto de sepsis meningocócicas, aunque también pueden darse casos tras septicemia por Pseudomonas o traumatismos obstétricos capaces de producir hemorragia suprarrenal bilateral.
La clínica característica de esta entidad es la debilidad extrema con intensos dolores de piernas y espalda, pudiéndose acompañar de deshidratación intensa, hipotensión arterial, manifestaciones digestivas, encefalopatía, pseudomeningitis, shock e incluso llegar al coma.
Tratamiento
Administración de glucosa 5% en solución salina junto con 100 mg de hidrocortisona iv, seguido de un goteo de esta a 10mg/hr. No olvidar la rehidratación intensiva y el control de la tensión arterial.
Sindrome de Cushing (hiperfunción de la corteza suprarrenal)
Es la causa más frecuente de hipercorticismo endógeno espontáneo en la edad adulta, siendo tres veces más frecuente en mujeres de entre 20 y 40 años. Existen dos tipos:
ACTH Dependiente:
Excesiva producción de ACTH de origen hipofisario (microadenoma): Causa endógena más frecuente de Cushing en adultos y niños mayores de 7 años.
Excesiva producción de ACTH o CRH ectópico: es generalmente de origen paraneoplásico, como el caso del carcinoma pulmonar, timoma, cáncer de páncreas u ovario y carcinoma medular de tiroides.
ACTH Independiente
Latrogénico: causa más frecuente de Cushing en la población general.
Por lesión primaria suprarrenal, adenoma o carcinoma causa más frecuente en niños menores de 7 años.
Hiperplasia nodular suprarrenal
Desde el punto de vista clínico, los pacientes con síndrome de Cushing suelen presentar cuadros de hipocloremia, alcalosis metabólica, elevación de la glicemia (intolerancia a la glucosa o diabetes) e hipertrigliceridemia. Pueden presentar hiperpigmentación e hipertensión arterial debido a la secreción ectópica de ACTH.
Tratamiento
Los tipos de tratamiento para el síndrome de Cushing tienen varios objetivos:
Reducción de la producción hipofisaria de ACTH:
Resección transesfenoidal del microadenoma (adenomectomía): técnica curativa hasta en el 80% de los microadenomas.
Hemihipofisectomía o hipofisectomía total: para pacientes con hiperplasia suprarrenal bilateral sin foco detectable productor de ACTH, pero con supresión positiva con altas dosis de dexametasona.
Radiación hipofisaria: indicado para niños y adolescentes con recidiva del tumor tras una técnica quirúrgica.
Neuroradiocirugía.
Fármacos de acción central: ciproheptadina, valproato, bromocriptina y análogos de la somatostatina de larga duración.
Reducción o eliminación de la producción renal de cortisol:
Suprarrenalectomía unilateral o bilateral
Suprarrenalectomía médica con mitotano, etoconazol, metirapona, etomidato o aminogluteina.
Referencias
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fisiología ii: endocrinología
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