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Resumen Gonadas Morales Diana

Unidad VII Gonádas: Reproducción y sexualidad   Morales Solis Diana Karen 4º A 16 de Febrero de 2019 Dr. Juan José Acevedo Fernandez LOCALIZACIÓN E HISTOLOGÍA Testículos. Los testículos son dos glándulas ovoides, de unos 5 cm de largo y 2,5 cm de diámetro y con un peso de 10-15 gramos, que están suspendidas dentro del escroto por el cordón espermático. Producen las células germinales masculinas o espermatozoides y las hormonas sexuales masculinas o andrógenos. Tienen una cápsula de tejido conectivo de gran espesor, la túnica albugínea, que cubre cada testículo. En su cara posterior la túnica albugínea presenta un engrosamiento denominado mediastino/cuerpo de Highmore, del cual nacen tabiques conectivos radiales que dividen el interior del testículo en unos 250 lobulillos de forma cónica. Las caras lateral y anterior del testículo están rodeadas por una bolsa serosa aplanada llamada túnica vaginal, que permite que el testículo se mueva en el interior del escroto. Cada lobulillo testicular consiste en 1 a 4 túbulos seminíferos en los que se producen los espermatozoides y un estroma de tejido conjuntivo en la que hay células intersticiales de Leydig. Los túbulos seminíferos están compuestos por un epitelio estratificado complejo, que está compuesto por dos poblaciones celulares básicas: -Células de Sertoli: son células cilíndricas con prolongaciones apicales y laterales extensas que rodean las células espermatogénicas contiguas y ocupan los espacios que hay entre ellas. Le imparten organización estructural a los túbulos porque se extienden a través de todo el espesor del epitelio seminífero. Estas células no se dividen después de la pubertad. En el adulto, representan el 10% de las células del epitelio seminífero. A medida que pasan los años esta cifra aumenta, debido a que disminuyen las células germinativas. -Células espermatogénicas: se dividen con regularidad y se diferencian en espermatozoides maduros. Derivan de las células germinativas primordiales originadas en el saco vitelino que colonizan las crestas gonadales durante la etapa inicial del desarrollo de los testículos. Se organizan en capas mal definidas de desarrollo progresivo entre células de Sertoli contiguas. Las células espermatogénicas más inmaduras (espermatogonios) están apoyadas sobre la lámina basal mientras que las células más maduras (espermátides) están adheridas a la porción apical de la célula de Sertoli en contacto con la luz del túbulo. ESPERMATOGÉNESIS Es el proceso por el cual los espermatogonios dan origen a los espermatozoides. Comienza poco antes de la pubertad bajo la influencia de las concentraciones cada vez mayores de gonadotrofinas hipofisarias y continúa durante toda la vida. Se divide en tres fases sucesivas que en total duran unos 64 días: Fase espermatogónica: los espermatogonios se dividen por mitosis y dan origen a los espermatocitos I. Fase espermatocítica: Los espermatocitos I se dividen por meiosis, cuya primera división genera los espermatocitos II (dos por cada espermatocito I) y la segunda, las espermátides (dos por cada espermatocito II) Espermiogénesis: las espermátides sufren una remodelación celular extensa conforme se diferencian en espermatozoides maduros. TESTOSTERONA La función principal de los testículos es la espermatogénesis pero también es un órgano endocrino cuyas células de Leydig producen y secretan la hormona testosterona que es un andrógeno y la principal hormona masculina aunque también se secretan otros andrógenos como la dihidroepiandrosterona (DHA) y la androstenediona. También se fabrican pequeñas cantidades de estrógenos. Las funciones de la testosterona son: (1) La testosterona interviene en el desarrollo embrionario del aparato genital externo masculino. La información genética presente en las células fetales controla el desarrollo gonadal. Las gónadas se desarrollan, bajo control genético, a partir de la gónada primordial. Inicialmente esta gónada primordial, se divide en una parte externa y una parte interna, iguales para ambos sexos. En el hombre, la parte interna dará lugar al testículo. En la mujer es la parte externa la que se desarrolla y da lugar al ovario. Una vez formados, los testículos comienzan a producir testosterona, la cual influye sobre el desarrollo ulterior del aparato reproductor fetal. Para que se desarrolle el aparato genital externo del hombre sólo se requiere testosterona. En ausencia de testosterona, se desarrolla el aparato genital externo de la mujer. Es decir que en la mujer, es la ausencia de testosterona lo que determina los cambios femeninos. La testosterona mantiene la espermatogénesis, actuando sobre receptores situados en las células de Sertoli. La testosterona es incapaz de iniciar la espermatogénesis por sí sola. Controla la velocidad y el mantenimiento de la espermatogénesis actuando sobre las células de Sertoli, pero solamente cuando sobre éstas ya ha tenido lugar la acción de la hormona folículoestimulante (FSH) de la adenohipófisis. Por ello las células de Sertoli han de ser previamente preparadas por la acción de la FSH de la adenohipófisis. (3) La testosterona es responsable de diversas características del sexo masculino, como algunos aspectos del comportamiento, mayor masa muscular, modificaciones de la laringe. También del desarrollo de las glándulas accesorias del tracto reproductor masculino. Asimismo contribuyen a la líbido o impulso sexual. LOCALIZACIÓN E HISTOLOGÍA Ovarios Los ovarios.- Son las gónadas del aparato reproductor femenino. Tienen el tamaño y la forma de una almendra y se alojan en la cavidad abdominal. En su interior se forman los óvulos. Los ovarios, además, producen hormonas sexuales femeninas. Las vías reproductoras.- Son los conductos que intervienen en la fecundación y en la gestación. Son los siguientes: Trompas de Falopio. Son dos pequeños tubos con una abertura en forma de embudo en el extremo más próximo a los ovarios, que se encarga de recoger los óvulos liberados por éstos. Habitualmente, la fecundación se produce en las trompas de Falopio. Útero o matriz. Es la cavidad en la que desembocan las trompas. Su pared tiene una gruesa capa muscular, el miometrio, que internamente está recubierto por una mucosa denominada endometrio. La parte inferior del útero, se llama cuello o cerviz, que se estrecha comunicando con la vagina. En el útero se alojará el feto. OVOGÉNESIS En la especie humana las células precursoras de los óvulos son las ovogonias, que inician su división desde el tercer mes de gestación y dan origen a los ovocitos primarios, los cuales a lo largo del desarrollo embrionario realizan la primera división meiótica, la cual se detiene en la profase I y así permanecen hasta entrar en la pubertad. Cada ovocito primario reanuda y concluye la primera división meiótica, dando origen a dos células: el ovocito secundario que es grande, ya que contiene la mayoría del citoplasma, y una pequeña llamada cuerpo polar, las cuales inician la segunda división meiótica que se detiene en la metafase II antes de ser liberados por el ovario hacia las trompas de Falopio y a esto se le conoce como ovulación. Si el ovocito secundario es fecundado por un espermatozoide, concluye la segunda división meiótica, y da origen a un óvulo grande y un segundo cuerpo polar pequeño. El primer cuerpo polar también realiza la segunda división meiótica y se divide dando origen a dos cuerpos polares que junto con el segundo son eliminados quedando solo el óvulo, este proceso se repite cada 28 días (ciclo menstrual). Una niña al nacer tiene alrededor de 2 millones de ovocitos primarios, que van muriendo a lo largo del tiempo hasta la pubertad, en que tendrá aproximadamente 400 mil y continuarán disminuyendo durante la vida fértil ya que únicamente se convertirán en óvulos cerca de 400. CICLO UTERINO O MENSTRUAL Durante el ciclo uterino las capas superficiales del endometrio experimentan cambios estructurales periódicos que pueden dividirse también en 3 fases: 1ª fase) fase menstrual: del día 1 al día 4 del ciclo. Durante esta fase se expulsan al exterior por la vagina, las capas superficiales del endometrio del útero, es lo que se llama menstruación, provocada por la disminución de los niveles plasmáticos de estrógenos y progesterona debido a la atrofia del cuerpo lúteo en el ovario, que entonces deja de secretar estas hormonas. El flujo menstrual está compuesto por unos 50-150 ml de sangre, líquido intersticial, moco y células epiteliales desprendidas del endometrio, y pasa de la cavidad uterina al exterior a través de la vagina. 2ª fase) fase proliferativa: del día 5 al día 14 del ciclo. Coincide con la fase folicular del ciclo ovárico. Se caracteriza porque las células endometriales se multiplican y reparan la destrucción que tuvo lugar en la menstruación anterior. La hormona responsable de esta fase es el estrógeno 17-beta estradiol, secretado por las células del folículo ovárico en desarrollo. 3ª fase) fase secretora: del día 15 al día 28 del ciclo. Coincide con la fase luteínica del ciclo ovárico. Las glándulas del endometrio se hacen más complejas en su estructura y comienzan a secretar un líquido espeso rico en azúcares, aminoácidos y glicoproteínas. En esta fase el endometrio se prepara para la implantación del óvulo fecundado. Las hormonas responsables de esta fase son la progesterona y el estrógeno 17-beta estradiol secretadas por el cuerpo lúteo en el ovario. HORMONAS EN EL CICLO SEXUAL FEMENINO En el ciclo sexual femenino intervienen hormonas secretadas por el hipotálamo, por la hipófisis y por los ovarios. La hipófisis anterior o adenohipófisis secreta unas hormonas proteicas, las gonadotropinas, que son de importancia fundamental para la función reproductora y, como indica su nombre, actúan sobre las gónadas o glándulas sexuales: testículos en el hombre y ovarios en la mujer. Son la hormona folículo-estimulante (FSH) y la hormona luteinizante (LH). La FSH llega por la sangre hasta los ovarios y provoca el crecimiento de los folículos ováricos antes de la ovulación mensual y la secreción de estrógenos por el folículo que se está desarrollando. La LH provoca la ruptura del folículo De Graaf o folículo maduro y la ovulación, así como la secreción de estrógenos y progesterona por el cuerpo lúteo o estructura en que se ha transformado el folículo una vez ha expulsado el ovocito en la ovulación. La secreción de las gonadotropinas depende a su vez, del hipotálamo que es una estructura que se encuentra en el sistema nervioso central, lo que explica el que los ciclos y la fertilidad de la mujer pueden ser profundamente afectados por las emociones. El hipotálamo sintetiza y secreta la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH) que es liberada en forma de pulsos cada 90 minutos aproximadamente y es la responsable de la secreción de FSH y LH por la adenohipófisis. Por su parte, los ovarios producen dos tipos de hormonas, los estrógenos y la progesterona. Los efectos de los estrógenos son: • Modulan la descarga de GnRH por el hipotálamo y varían la sensibilidad de la células de la adenohipófisis a dicha hormona hipotalámica • Desarrollan los órganos genitales femeninos • Son los responsables de la morfología femenina • Desarrollan las glándulas mamarias • Reducen los niveles de colesterol en plasma, lo que explica los menores riesgos de infarto de miocardio en la mujer premenopáusica con respecto al hombre de la misma edad y a la mujer menopáusica • Reducen la fragilidad capilar • Tienen efectos estimulantes sobre el estado de ánimo • Tienen efectos protectores sobre el tejido óseo • Producen retención de agua y sodio por el organismo Los efectos de la progesterona son: • estimula el crecimiento de las glándulas mamarias • estimula las secreciones del endometrio • tiene efecto calmante sobre el estado de ánimo • sube la temperatura corporal • facilita el metabolismo de los estrógenos Los estrógenos y la progesterona se metabolizan en el hígado y los productos resultantes de su degradación son expulsados por la orina. FISIOPATOLOGÍAS DE LAS GÓNADAS Síndrome adiposogenital Cuando un niño pierde sus testículos antes de la pubertad, se produce un estado de eunucoidismo en el cual los órganos y características sexuales se mantienen infantiles durante el resto de su vida. La altura del eunuco adulto es algo mayor que la del varón normal, debido a que las epífisis tardan más en cerrarse, aunque los huesos son bastante finos y los músculos, bastante más débiles que en el hombre normal. La voz es infantil, no se pierde pelo de la cabeza y la distribución normal masculina del pelo en la cara y en otros lugares no tiene lugar. Cuando se castra a un varón después de la pubertad, algunos caracteres sexuales secundarios vuelven a ser los de un niño y otros conservan su carácter masculino adulto. Los órganos sexuales sufren una ligera reducción de tamaño, pero no se reducen al estado infantil, y la voz sólo pierde algo de su tono grave. Sin embargo, desaparecen la distribución masculina del vello, el espesor de los huesos masculinos y la musculatura del varón viril. En el varón adulto castrado, los deseos sexuales disminuyen pero no se pierden, siempre que antes se hayan practicado actividades sexuales. La erección puede seguir produciéndose como antes, aunque con menos facilidad, pero es raro que pueda tener lugar la eyaculación, sobre todo porque los órganos formadores del semen degeneran y existe una pérdida del deseo psicológico impulsado por la testosterona. Algunos casos de hipogonadismo se deben a una incapacidad genética del hipotálamo para secretar cantidades normales de GnRH. Esto se asocia con frecuencia a una anomalía simultánea del centro del apetito del hipotálamo, que induce a la persona a comer en exceso. En consecuencia, aparecen obesidad y eunucoidismo. La figura 80-11 corresponde a un paciente con este trastorno, denominado síndrome adiposogenital, síndrome de Fröhlich o eunucoidismo hipotalámico. Tumores testiculares e hipergonadismo en los varones En muy raras ocasiones, los testículos desarrollan tumores de las células intersticiales de Leydig y, cuando ello ocurre, pueden producir hasta 100 veces la cantidad normal de testosterona. Cuando estos tumores aparecen en niños pequeños, causan un rápido crecimiento de la musculatura y de los huesos, pero también una fusión prematura de las epífisis, haciendo que la talla final del adulto sea, de hecho, considerablemente inferior a la que se alcanzaría sin esta alteración. Estos tumores de las células intersticiales provocan un desarrollo excesivo de los órganos sexuales masculinos, de todos los músculos esqueléticos y de otros caracteres sexuales masculinos secundarios. En el varón adulto es difícil diagnosticar tumores pequeños de las células intersticiales, debido a que los caracteres masculinos ya se han desarrollado. Tumores del epitelio germinal Mucho más frecuentes que los tumores de las células intersticiales de Leydig son los tumores del epitelio germinal. Como las células germinales pueden diferenciarse hacia casi cualquier tipo celular, muchos de esos tumores contienen múltiples tejidos, tales como tejido placentario, pelo, dientes, hueso, piel, etc.; todos ellos se encuentran juntos en la misma masa tumoral, que se denomina teratoma. Con frecuencia, estos tumores secretan pocas hormonas, pero si en el tumor se desarrolla una cantidad significativa de tejido placentario, podrá secretar grandes cantidades de hCG, que actúa de forma similar a la LH. Muchos de ellos secretan asimismo hormonas estrogénicas que causan el trastorno denominado ginecomastia (crecimiento excesivo de las mamas). Hipogonadismo: reducción de la secreción en los ovarios. Cuando faltan los ovarios desde el nacimiento o cuando dejan de funcionar antes de la pubertad, se produce el hipogonadismo femenino. En este trastorno, los caracteres sexuales secundarios habituales no aparecen y los órganos sexuales quedan en estado infantil. Muy característico de este trastorno es el crecimiento prolongado de los huesos largos, porque las epífisis no se fusionan con las diáfisis de estos huesos a una edad tan temprana como en la adolescente normal. En consecuencia, la mujer eunuca es casi tan alta o incluso algo más alta que su homólogo masculino con un sustrato genético similar. Cuando se extirpan los ovarios de una mujer plenamente desarrollada, los órganos sexuales regresan hasta cierto punto, de forma que el útero adquiere un tamaño casi infantil, la vagina se hace más pequeña y el epitelio vaginal se adelgaza y se lesiona con facilidad. Las mamas se atrofian y se vuelven péndulas y el vello pubiano se hace más fino. Hipersecreción de los ovarios. La hipersecreción extrema de hormonas ováricas es un trastorno raro, ya que la secreción excesiva de estrógenos induce una reducción inmediata de las gonadotropinas hipofisarias, lo que, a su vez, limita la producción de hormonas ováricas. Por tanto, la hipersecreción de hormonas feminizantes sólo suele detectarse cuando existe un tumor feminizante. En el ovario pueden desarrollarse los raros tumores de células de la granulosa, más frecuentes después de la menopausia que antes de ella. Estos tumores secretan grandes cantidades de estrógenos, que provocan los efectos estrogénicos habituales, como la hipertrofia del endometrio uterino y el sangrado irregular por este endometrio. De hecho, la metrorragia es a menudo la primera y única señal de que existe un tumor de este tipo. Bibliografia Guyton, A. C., & Hall, J. E. (1996). Chapter 74: Introduction to endocrinology. 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