INDICE
I
A.
1.
2.
II
A.
B.
C.
III
A.
B.
C.
IV
A.
B.
V
A.
B.
C.
D.
1.
2.
3.
4.
5.
E.
F.
1.
2.
3.
4.
5.
G.
H.
1.
2.
I.
J.
K.
VI
VII
A.
Página
INTRODUCCION
SECCION 1. Los Antecedentes
LA ANTROPOLOGIA ECONOMICA Y LA MINERIA
PREHISPANICA
ALGUNOS CASOS ARQUEOLOGICOS.
CIELO ABIERTO:
MINERIA SUBTERRANEA
LA SIERRA GORDA Y MESOAMERICA SEPTENTRIONAL
ZONA RIO VERDE
ZONA HUASTECA QUERETANA
ZONA SERRANA
ANTECEDENTES ETNOHISTORICOS
LA SIERRA GORDA Y LA JURISDICCION DE
CADEREYTA
PANORAMA ETNICO Y DEMOGRAFICO
LA MINERIA COLONIAL
HISTORIOGRAFIA DE LA INVESTIGACION
ARQUEOLOGICA
UNA REFLEXION
LA HISTORIOGRAFIA
SECCION 2. Los Resultados de Investigación
ESCENARIO DE ESTUDIO
PAISAJE
LOCALIZACION
CLIMA
FISIOGRAFIA
BOSQUEJO GEOLOGICO
JURASICO SUPERIOR
CRETASICO INFERIOR
CRETASICO SUPERIOR
TERCIARIO
PLEISTOCENO RECIENTE
TECTONICA
GEOLOGIA ECONOMICA Y SUS DISTRITOS MINEROS
DISTRITO SAN JOAQUIN
DISTRITO PINAL DE AMOLES
DISTRITO SOYATAL
DISTRITO MACONI
DEPOSITOS NO METALICOS
SUELOS
REDES HIDROGRAFICAS
CUENCA RIO MOCTEZUMA
SUBCUENCA RIO ESTORAX
ACCESOS
VEGETACION
FAUNA
METODOLOGIA DE RECORRIDO
RESULTADOS
ASENTAMIENTOS Y TRABAJOS MINEROS
REGISTRADOS Y VISITADOS DURANTE EL RECORRIDO
CUENCA RIO MOCTEZUMA
1
3
10
18
18
30
52
55
56
57
63
65
69
77
82
83
84
122
122
122
124
126
127
127
128
130
131
133
133
135
136
137
138
138
139
139
141
141
142
143
144
147
158
172
176
176
1.
2.
B.
1.
2.
3.
4.
VIII
A.
B.
C.
1.
2.
D.
IX
ARROYO MACONI
ARROYO EL BANTI
SUBCUENCA RIO ESTORAX
ARROYO GRANDE
CUENCA DEL ARROYO CULEBRAS
ARROYO LAS AGUILAS
ARROYO AGUA DE LEON
CONSIDERACIONES FINALES
AMBITO ESTATAL
LA SIERRA GORDA
MINERÍA DE LA SIERRA GORDA: INTEGRACION
TECNOLOGICO-CULTURAL
OBRAS A CIELO ABIERTO
OBRAS SUBTERRANEAS
LOS DISTRITOS MINEROS DE LA SIERRA GORDA EN EL
TIEMPO.
ANEXO 1. LA DIVERSIDAD TECNICA DE LA MINERIA
ANEXO 2. PANORAMA DEMOGRAFICO DE LA SIERRA
GORDA EN EL SIGLO XVII
ANEXO 3. DETALLE DEL ESCENARIO DE ESTUDIO
ANEXO 4. PROCESOS EXTRACTIVOS DE MINERALES
EN LA SIERRA GORDA: UN BOCETO ETNOGRAFICO
ANEXO 5. FORMATOS OFICIALES DEL REGISTRO DE
BIENES CULTURALES PARA ASENTAMIENTOS Y
YACIMIENTOS
BIBLIOGRAFIA GENERAL
TABLA DE FIGURAS
2
176
210
212
212
237
240
241
302
303
307
313
314
315
323
335
347
355
365
381
388
401
INTRODUCCION
En la arqueología mesoamericana se pueden distinguir al menos, dos
momentos en la investigación de las actividades mineras de las sociedades
antiguas. En su primer etapa, se caracterizó por las investigaciones de corte
difusionista y de historia de la tecnología antigua realizadas por Holmes (1900),
Ball (1941), Rivet y Arsandaux (1946) y Hendrichs (1941), en tiempos que van
desde finales del siglo pasado a la primera mitad de nuestro siglo. En este
periodo, se propusieron paralelismos culturales y focos de difusión de las
técnicas y rasgos culturales en las sociedades antiguas.
A partir de los años 70's, y como segunda etapa en la investigación, surge el
interés por rastrear el papel que juegan las entidades políticas en el uso y
control de las zonas de producción de ciertas materias primas. Así se
promueven proyectos orientados a determinar cuántos y cuáles son los
yacimientos de algunas de las materias primas como son: la obsidiana (Gaxiola
y Clark, 1989), el jade (Foshang 1957) y la turquesa (Pogue, 1915; Zalensky,
1908; Weigand, 1968), con algunos intentos de caracterizarlos químicamente.
En esta época, muy poco o casi nada se abordó en proyectos específicos para
otros materiales cuya presencia es más recurrente en todos los periodos de la
ocupación mesoamericana. En este caso, nos referimos al cinabrio o sulfuro
rojo de mercurio (HgS). Es un mineral de color rojo bermellón, con un gran
peso específico (8.1 g/cm3), que cuando se encuentra en forma de cristales
posee un lustre adamantino, ligeramente translúcido, en sistema trigonal, o
bien, en estructuras aciculares (formas de agujas). Los cristales de cinabrio
presentan planos de clivaje claros y una dureza muy baja (3-3.5 en escala de
Mohs); este mineral es poco tenaz, y son excepcionales los cristales
macroscópicos. Es un mineral estable en temperatura ambiente, insoluble en
agua y ácidos, se ve atacado por el agua regia y el cloro gaseoso (Mottana,
Crespi y Liborio 1980), su color puede tornarse a negro al calentamiento súbito
o disminuir la intensidad de su color en ambientes de fuerte reducción.
En la naturaleza el cinabrio puede encontrarse como un depósito de grano fino,
con textura terrosa formando vetas y/o filones; con rocas encajonantes, que
principalmente son calizas y pizarras en zonas de contacto geológico. Estas
vetas generalmente se encuentran asociadas a estratos con vetas metalíferas
de sulfuros de plata, plomo, o bien a calcita, fluorita, yeso o micas y si la
3
formación manifiesta procesos de reducción se observa la presencia de
pequeñas esferas de mercurio líquido.
Otro proceso de formación de yacimientos de cinabrio es en manantiales de
origen hidrotermal, donde puede encontrarse con cierta regularidad
interestratificado, o en pequeños estratos acuñados, incluso se puede
acompañar de mercurio líquido en las cercanías del manantial como pequeñas
gotitas o amalgamado al oro, plata o cobre. Cabe anotar que esta amalgama es
posible por su baja temperatura de fusión (550° C), por lo cual es muy sencillo
provocar la reducción. Este fenómeno ha sido aprovechado en época
prehispánica e histórica, en que para su beneficio se agregaron otros agentes
que promueven la reducción - p. ej. la cal viva (CaO)-, para obtener el mercurio
a temperaturas más bajas (cfr. Barba y Herrera 1987).
Como referimos anteriormente, en la naturaleza el cinabrio puede presentarse
como un mineral de color rojo bermellón a guinda, o en su variante negra. Y en
múltiples contextos arqueológicos se le encuentra como un pigmento de
diversas tonalidades -rojo amarillento a guinda, o negro-, en estado terroso
semejante al talco, que al ser analizado a través de lupa binocular (al menos
8x) muestra algunas partículas con su característico lustre adamantino. Por
estas características con frecuencia se le confunde con materiales que
tradicionalmente se les reconoce como almagre, ocres y algunas arcillas rojas
producto de los procesos de laterización del suelo y su composición básica es
de óxidos de hierro (FeO - Fe2O3). Sin embargo aún es común el empleo del
término cinabrio para identificar a la mayoría de los pigmentos de color rojo en
contexto arqueológico, sin mediar un análisis físico o químico básico.
Hemos mencionado que hasta hace unos años se ha investigado muy poco, y
generalmente se había supuesto que la procedencia de los minerales usados
por los antiguos pobladores se localizan en las regiones cercanas; en otros
casos se indica una procedencia desconocida; y en otras investigaciones es un
tema que ni siquiera se aborda. Sólo en tiempos recientes se vuelven a
formular algunas de las preguntas más obvias: ¿de dónde proviene?, ¿cómo lo
obtienen? y más aún, ¿quién lo provee?
En un intento por responder algunas de estas interrogantes, el proyecto Minería
de cinabrio en la Sierra Gorda busca aportar elementos para la interpretación
contextual de uno de los materiales que ampliamente se le cita como parte
integrante de las actividades funerarias y de la parafernalia ritual
mesoamericana.
4
En primer lugar se buscó responder a la pregunta sobre la procedencia de este
mineral. Así en el proyecto inicial (Herrera 1985), se efectuó un rastreo
cartográfico enfatizando la geología, para determinar los lugares de mayor
potencial para localizar sus yacimientos.
De este modo se llegaron a definir dos zonas probables de trabajo: una de ellas
en la región de "tierra caliente" del alto Balsas, en la zona donde se reúnen los
estados de Guerrero, Michoacán, Estado de México y Morelos; y la segunda
fue la Sierra Gorda que integra parte de los actuales estados de Hidalgo, San
Luis Potosí y desde luego, Querétaro. Es en la Sierra Gorda de Querétaro
donde se ha trabajado desde hace varios años (ver Figura Intr. 1 y 2).
Posteriormente en este proyecto, se realizó trabajo de campo, investigando por
medio de recorridos de superficie si estos yacimientos tuvieron una gran
tradición histórica de explotación; se recopilaron las breves referencias
bibliográficas disponibles.
Este trabajo que a continuación se expone es el resultante de este proyecto
para su primera fase. Se divide en tres secciones: la primera analiza la
información disponible y se realiza la ubicación del problema bajo diferentes
enfoques; la segunda, expone los resultados de la investigación y en su última
sección se reúnen los apéndices que integran la información complementaria al
panorama antropológico de la minería Queretana.
En su primer capítulo se introduce al lector en un análisis antropológico de la
minería para ubicarla en los procesos económicos de las poblaciones antiguas,
donde se ponen de manifiesto las dificultades de caracterizarlas por la gran
diversidad de técnicas, las cuales afectan de forma diferente a las economías
antiguas.
En el capítulo segundo se analiza el ámbito arqueológico de la Sierra Gorda
bajo una óptica macro-regional y como está inmersa en el contexto
mesoamericano de la época clásica y postclásico temprano.
El capítulo 3, tiene como objetivo recopilar y analizar los antecedentes
etnohistóricos de la región y la profundidad temporal de los trabajos mineros. A
continuación, en el capítulo cuarto, se propone un análisis historiográfico de la
investigación arqueológica en la Sierra Gorda.
En el apartado denominado "Escenario geográfico" evalúa el potencial
ecológico de la Sierra Gorda y sus posibilidades de explotación humana.
5
Para abrir la segunda sección del trabajo, se incluyó un capitulo donde se
exponen los fundamentos metodológicos del recorrido y las técnicas empleada;
para continuar en el capítulo 7 con una descripción e interpretación de cada
una de las unidades registradas. Por último se integran dos apartados en que
exponen las consideraciones finales de la tecnología minera en el ámbito
prehispánico de la sierra gorda y a manera de epilogo, se integra la
regionalización hipotética de los distritos mineros que probablemente operaron
en la sierra para el clásico medio y postclásico temprano mesoamericano.
También, se propone la permanencia de una tradición minera que condujo a la
reorganización del espacio para el siglo XVII por parte de los conquistadores
españoles y otomís en los reales de minas que se documentan.
La última sección se compone de 4 anexos: el primero de ellos busca formar un
campo semántico común referente a los términos mineros ocupados para
facilitar al lector la lectura y comprensión de las descripciones. El segundo
aporta información histórica complementaria sobre el panorama demográfico
de la sierra para el siglo XVIII. El tercero aporta información más detallada
acerca del marco geográfico de la Sierra Gorda. El anexo 4, expone los
resultados del trabajo etnográfico que se realizó con los mineros y gambusinos
de la región de estudio. Finalmente el anexo 5 contiene los formatos oficiales
vigentes para el registro de los bienes culturales de donde se tomaron los
parámetros para la descripción de los sitios localizados.
6
Figura Intr. —0—1. Localización del área de estudio en la fase inicial del
proyecto y su relación con la delimitación de Mesoamérica (abajo. Tomado de
Arqueología Mexicana).
7
Figura Intr. —0—2. Carreteras que comunican a la Sierra Gorda
8
SECCION 1
LOS ANTECEDENTES
CAPITULO I
9
I. LA ANTROPOLOGIA ECONOMICA Y LA
MINERIA PREHISPANICA
En este capítulo se busca integrar los aportes de la antropología económica en
la explicación de las actividades económicas de los grupos antiguos.
Uno de los supuestos básicos de la corriente sustantivista considera que
existen importantes diferencias entre la economía de mercado primitiva y la de
carácter industrial occidental, de tal modo que, la corriente antropológica que
ve a la teoría económica únicamente desde sus aspectos formales se ve
incapacitada para proponer algunas herramientas analíticas para las
estructuras antiguas1. Por tanto, un acuerdo existente entre los especialistas de
la materia es el considerar a la economía "primitiva" diferente cualitativamente
del sistema de mercado industrial (cfr. Dalton 1961, pp. 1-25).
Aun cuando Dalton no define explícitamente la "economía primitiva de
mercado", "economía primitiva", las refiere implícitamente por exclusión: no
occidentales, no industriales y no de mercado, usando estos términos en un
sentido contemporáneo. Como contrapunto, la corriente sustantivista de la
economía define a lo económico como: a los procesos de aprovisionamiento
de bienes materiales que satisfacen las necesidades biológicas y
sociales.
Tomando en cuenta lo expuesto, para este trabajo el significado de lo
económico sostiene como premisa: la existencia de una dependencia del
hombre con la naturaleza para su subsistencia, en la medida que ésta le
proporciona los medios para satisfacer sus necesidades materiales; donde,
estas necesidades se encuentran subordinadas a las estructuras sociales, ya
que en ellas los recursos son validados (reconocidos), y asignados
diferencialmente para los diversos fines de la reproducción social.
Ahora bien, la complejidad social, los procesos de validación y la asignación de
los recursos presentes en una región promueven que exista una variación
significativa de una zona con respecto a otras, y por ende, deben de ser
investigadas individualmente. Más aún, el proceso económico fundamental gira
en torno a los recursos que se consideren como escasos, esto incide a que los
1
Para muchos de estos autores se emplea el termino primitivo como una etiqueta que los
distingue del punto de vista del analista occidental, en oposición a las concepciones peyorativas
colonialistas imperantes en el surgimiento de las primeras corrientes etnográficas importantes de
la disciplina del finales del siglo XIX y principios del XX (cfr. Leclerck, G. 1974. Antropología y
colonialismo).
10
grupos antiguos se sirvan de argumentos simbólicos para establecer el dominio
y posesión de estos productos mediante el la construcción y control de un
espacio geográfico social (territorio), validando y promoviendo la
subordinación de un grupo sobre otro, que puede abarcar desde "clases
sociales" hasta etnias completas como una de las formas del ejercicio del
poder.
Mesoamérica se encuentra documentada con una serie de casos importantes;
uno de ellos es la sociedad Mexica, que en sus guerras de conquista se
extendió a las tierras altas de guerrero para dominar a los grupos "chontales y
cuicatecos" y obtener el control de los lugares donde existen los yacimientos de
los símbolos de riqueza y poder (metales) (cf. Litvak 1971). De igual forma la
Triple Alianza al parecer dominó a los grupos Huastecos, en donde la exacción
de tributo no solo es en básicos, sino con una orientación a los objetos
"suntuarios" como son las plumas, textiles, tintes y conchas marinas (cf.
Carrasco y Broda 1978).
Dada esta dinámica, es fundamental conceptualizar la escasez de recursos en
cualquier sociedad como una variable culturalmente determinada, que no
necesariamente depende de la presencia o ausencia del "recurso". Considero
que normalmente este condicionamiento cultural se da a partir de la
diferenciación social y los lazos simbólicos que la identifican, pudiendo por
tanto, ser por rango o de clase social2. De este modo, tanto el orden
institucional, como el social definen el carácter de un recurso, esto es muy
importante, ya que si no se toma en cuenta el concepto de la escasez y sus
limitantes, en el estudio de la economía antigua, se corre el riesgo de obtener
un análisis en la esfera de la tecnología y sociología de la producción, sin que
encuentre un vínculo con la esfera de lo político e ideológico, el cual determina
y valida la concepción del mundo geográfico-social e identidad que todo grupo
humano posee.
En base a lo anterior, se puede proponer que los recursos en un espacio
territorio particular se les puede agrupar en:
1.
RECURSOS ESTRATEGICOS. Entendidos estos como las partes
fundamentales para la definición del territorio y en este apartado se
incluye: la tierra, el agua, la población y la distribución de los
asentamientos en una región.
2
Esta línea de investigación tan solo se esboza, aunque se está consciente de que requiere una
sustentación mayor y en este trabajo no se discutirá en extenso por su complejidad, ya que en sí
misma es motivo para un tratado.
11
2
MATERIAS PRIMAS. Bajo este grupo se entiende a los bienes
necesarios para el funcionamiento del grupo tales como: arcillas,
semillas, fibras, frutos, conchas, plumas, sal, obsidiana, etc.; quedando
estas últimas subdivididas en función del papel que desempeñan en
producción y reproducción del grupo. Por tanto en términos muy
generales, se puede hablar de al menos dos clases de materias primas:
a. MATERIAS PRIMAS INDISPENSABLES. Se refiere con esto a las
que se encuentran directamente relacionadas con la subsistencia del
grupo, donde "normalmente" algunos de los productos obtenidos serán
artículos fundamentalmente utilitarios y los directamente relacionados
con la alimentación y subsistencia (p. ej. semillas, frutos, sal, carne,
algunas rocas, etc.). Estos materiales no son objeto de una asignación
social al interior del grupo, aunque pueden ser un elemento de distinción
con respecto a la concepción de otros grupos (v.g. la idea de
subsistencia entre recolectores - cazadores y los agricultores).
b. MATERIAS PRIMAS DE LABOREO. Se refiere a los materiales
sujetos de una asignación social para su producción, uso y consumo; no
se relacionan directamente con la subsistencia, pero a escala
macroeconómica, integran una serie de procesos de trabajo que
eventualmente ayudan a definir la especialización de la comunidad, o
bien, como grupo de artesanos para la manufactura de artículos
destinados al intercambio, comercio y/o tributación.
Su adquisición es por vías más complejas, y dependerá del rango o
posición social, así como el uso y consumo de estos artículos. En virtud
de que son productos asignados socialmente, para el grupo serán
productos escasos, y su producción, circulación y consumo se
encontrara sancionada socialmente o bien controlados por alguna
instancia central (p. ej. los núcleos para obtener navajillas prismáticas, el
cacao, algunas vajillas, los chalchihuites, etc.). Muchos de ellos actúan
como marcadores de la posición social y son símbolos que ayudan a
mantener y reproducir el sistema de relaciones sociales.
En párrafos arriba se hacía referencia a lo que se considera como proceso
económico fundamental en función a la escasez de recursos, pero vale la pena
hacer mención que el proceso económico general es la asignación de bienes y
recursos ante fines sociales alternativos, para satisfacer las necesidades
humanas.
12
Esta definición es retomada posteriormente en el análisis del trabajo minero
desde el ángulo económico, pero antes es valioso aclarar cuál es el sentido
que adoptan los significantes involucrados, ya que aun pareciendo obvias,
deben estar explícitas por tratarse de sociedades "no occidentales". Así
tenemos:
Los bienes (y servicios) se refieren a cualquier cosa que puede
utilizarse para satisfacer una necesidad humana, sin importar si son
tangibles o intangibles.
Los fines para los que se asignan los recursos se entienden como la
satisfacción de las distintas necesidades que pueden tener los grupos
humanos y rebasa por tanto el aspecto individual.
En suma, las necesidades se definen como cualquier cosa que los
seres humanos pueden desear o necesitar, aun las biológicas que
siempre se encontraran permeadas por el elemento socializante de la
cultura.
El proceso económico se ha dividido en varias etapas, una es la producción
que en diferentes corrientes antropológicas la han definido como: todas y cada
una de las actividades que tienen como objetivo o resultado el uso de recursos
para crear o proporcionar bienes, aunque deben considerarse como parte de
los actos productivos el poner a disposición los recursos o productos
socialmente asignados por alguna de las instancias encargadas, ya que estos
actos constituyen una condición necesaria para la reproducción del grupo.
La circulación se entiende como la suma de los procesos de asignación, así
como el conjunto de actividades y espacios que se interrelacionan para que se
pueda dar acceso a los recursos escasos a los diversos consumidores. Entre
estos últimos se pueden considerar a los lugares de mercado, al intercambio y
al comercio de larga distancia).
Por último, el consumo se refiere al empleo o utilización directa de un bien en
la satisfacción de las necesidades humanas (cf. Leclair 1974, pp. 125-154).
El proceso de comprender cuál es el lugar de la minería, nos remite a que las
premisas expuestas tan solo actúan como una plataforma para proponer
algunos rubros que nos ayudaran como mediadores metodológicos. Si la
economía se define como el estudio de la economización de medios, donde a
su vez, la economización consiste en la asignación de los recursos ante los
fines sociales alternativos, es por tanto, un proceso social en la medida que
13
implica alguna clase de interacción humana de participación diferenciada, ya se
trate de organizaciones, instituciones, prácticas y creencias de la sociedad y de
las entidades que se ocupan de los procesos económicos.
Por consiguiente, son algo más que un conglomerado sin estructura y por esto
se menciona que los sistemas económicos, son las formas particulares en
que se reúnen y articulan estas entidades sociales como un sistema dinámico y
operativo para lograr la "economización social".
Esto no implica que existan tantos sistemas económicos como grupos
humanos y se enfrente una propuesta inconmensurable internamente y sin
valor heurístico, ya que se les puede conjuntar en la medida que coincidan tres
aspectos formales básicos:
1.
Patrones de asignación y determinación de que bienes deben
producirse, así como las cantidades relativas. En este caso estamos
hablando de las condiciones que permiten la existencia de especialistas,
artesanos, etc.
2.
Formas en que se da la organización de la producción de bienes;
tratándose básicamente de las proporciones relativas de los factores de
la producción: tierra, trabajo y capital. Es importante anotar que el capital
en términos de las sociedades antiguas, sean mesoamericanas o no,
está referido a la exacción de tributo y la fuerza de trabajo. Aquí se
incluyeron a todas las variantes de las formas de cooperación, los
yacimientos y técnicas de explotación y beneficio, talleres, técnicas
agrícolas y la integración de comunidades especializadas, etc.
3.
Estructuras de ordenamiento y validación para el reparto del producto
total de bienes y servicios entre los miembros de la sociedad. Dentro de
esto, nos enfrentamos a la integración de segmentos sociales como los
barrios, y de segmentos sociales generalmente delimitables por las
líneas de parentesco (familias extensas, linajes y clases) que
condicionan el usufructo y la distribución de las tierras laborables de las
explotables para la apropiación directa, ya sea recolección o de caza,
porque su acceso solo está definido en función de la pertenencia al
grupo que se trate.
También debe considerarse la relación entre dos de los componentes
principales que se emplean en la explicación arqueológica: las unidades de
producción y las unidades de consumo.
14
La primera o unidad de producción puede ser entendida en términos
generales a cualquier individuo o grupo que participa o está organizado con el
fin de participar en una actividad productiva.
La unidad de consumo se entenderá como aquella entidad social que posee
un mismo nivel de ingresos, lo que equivale a que tengan un nivel similar de
acceso o asignación. Puede constar de un único individuo -v.g. el tlatoani- o de
un grupo de individuos que reúnen sus ingresos para fines de consumo,
compartiendo estos ingresos entre los miembros sin hacer referencias a
consideraciones de la producción (p. ej. sistemas de regalos y reciprocidad).
Este componente en la literatura antropológica coincide ampliamente con la
unidad doméstica, pero en la medida que la estructura social se torna más
compleja se aparta de los criterios implícitos por el parentesco (v. gr. familia
nuclear, extensa, linajes y clases).
Por tanto, todo sistema económico es una entidad institucionalizada, en donde
se dota al proceso económico de unidad y estabilidad; creando una estructura
con función determinada en la sociedad, donde se trasladan al proceso algunos
de los elementos del todo social, añadiendo de este modo un sentido y
significación particular a su historia institucional -entendida ésta como la
versión oficial del estado o del grupo con el control-, centrando el interés en
valores, motivos y la política como componentes del ejercicio del poder. De
este modo, la economía humana siempre esta imbricada con instituciones
económicas y no económicas.
Las actividades mineras en sí mismas forman parte del proceso económico, y
como ya se menciono es importante considerar todas las variables y elementos
que intervienen en la investigación de esta actividad. En este estudio, tan solo
se plantea la identificación de la primera etapa de la producción y de algunas
de las formas que adquieren los procesos extractivos en función de la
complejidad social.
En sí misma, la minería como un proceso de aprovisionamiento de rocas o
minerales de la corteza terrestre. No puede ser considerada de manera
genérica, ya que, en la medida donde las técnicas y las formas de organización
de la producción se tornan más complejas, el recurso explotado con mayor
probabilidad es una materia prima de laboreo y por ello es de carácter
asignado.
15
Por otra parte, la constitución y forma que adquieren las unidades territoriales
3 en un espacio geográfico depende de directamente del nivel de complejidad
social y por tanto determinara que recursos se explotan, con que técnicas, así
como el número de gente involucrada en la producción. Por tanto, la minería
debe considerarse en sus dimensiones sociales y temporales ya que la
instrumentación de técnicas para la extracción depende directamente de:
- organización social (bandas, tribus, cacicazgos, estados, etc.).
- área geográfica o cultural: que nos indicara la posibilidad de algunas
limitantes a la extensión y forma de los territorios por la vecindad de
unidades políticas, áreas de captación y/o sustentación.
- correlación espacio-temporal de los grupos que coexisten en un espacio
geográfico
En los rubros arriba mencionados, es claro que la minería formó parte de los
procesos económicos de diversos grupos; mientras que en algunos casos se
explota la mena como una materia prima indispensable, en otros casos este
mismo recurso se mantiene como un elemento o medio regulador de las
interacciones económicas en y con otros grupos. En este sentido, la
explotación de la obsidiana y del sílex son ejemplos muy ilustrativos donde
para un grupo que mantiene un control territorial sobre el yacimiento este
material actúa como una materia prima indispensable, en oposición a los
grupos que no cuentan con este recurso y no tienen acceso directo, se
constituye como una materia prima de laboreo y sujeta a una asignación social
más restringida, actuando como un símbolo de especialización económica, de
rango o valor.
En la óptica de la complejidad de la organización social, si consideramos
algunos casos de bandas de recolectores-cazadores vemos que en su utillaje
3
El concepto de unidad político territorial, es un término que aún se encuentra en proceso de
discusión con varios investigadores del Centro Regional Querétaro del INAH (cfr. Crespo 1990;
Saint-Charles 1992), sin embargo en estas discusiones y de acuerdo a la línea de estudio acerca
del papel de los recursos en la apropiación del espacio aquí se propone como: las formas
especificas en que cualquier grupo humano concibe y se apropia de una de las dimensiones
básicas de su existencia: el espacio, el cual está determinado por la concepción del mundo
primaria que subyace al conjunto de relaciones ideológicas y políticas entre sus componentes y
que dan su identidad como sociedad, donde se distingue lo propio de lo ajeno y que su
expresión formal se puede determinar y delimitar por sus relaciones con los recursos
estratégicos como la tierra, el agua, su estructura demográfica y la distribución de asentamientos
en un marco geográfico especifico. En virtud de que el territorio se define socialmente, es
también el espacio donde se ejerce el poder y donde se dan las luchas políticas por su control,
por ello no se considera estático, cambia de acuerdo a su dinámica social interna y sus diversas
relaciones con otras unidades vecinas.
16
se encuentra representado el espectro más amplio y diversificado de las
materias primas existentes en su territorio. Sin embargo, subsiste la tendencia
a obtener los productos que sean más fáciles de trabajar o bien se da el caso
de obtener materias primas con algún significado especial que cae fuera de las
consideraciones tecnológicas y se vincula a lo ideológico, tal es el caso de los
pigmentos y sus vías de adquisición son de otra índole p. ej. el intercambio
regional. Sin que esto signifique la existencia de una presión sobre recursos
específicos.
En la medida que la organización social se torna más compleja y como parte
especifica del proceso, el espectro de los recursos reconocidos e integrados al
proceso económico es más estrecho, y el conjunto social impone una mayor
presión al medio al orientar su patrón de subsistencia a recursos específicos, si
bien, la extensión territorial a explotar por la familia para su subsistencia es
menor, el control social sobre los recursos territoriales es mayor. Forzando de
este modo a una regularidad en el utillaje doméstico, quedando representado
de este modo una institucionalización de las formas de asignación social,
caminos de acceso y disposición de recursos en la familia y sociedad; lo cual
solo es posible por vías institucionales, des personalizando con esto, los
procesos económicos.
La situación es mucho más aguda cuando se enfrenta a entidades estatales,
donde un mismo recurso puede tener diversos roles, que va desde materia
prima genérica a materia prima de laboreo muy escasa por el fuerte papel
simbólico en su asignación social. Por tanto, un material no tendrá el mismo
sentido para quien lo obtiene de la naturaleza, al que lo acumula, la quien lo
distribuye o para el consumidor intermedio que lo usa para producir otros
objetos y no se diga para el consumidor final. En cada paso tendrá una carga
significativa diferente, y un peso social especifico según la fracción social que
se trate. De hecho, en estas sociedades complejas algunos recursos serán
muy escasos independientemente de su abundancia o rareza en la naturaleza,
y algunos de ellos serán producidos única y exclusivamente como marcadores
sociales, quedando por tanto su manufactura regulada y sancionada por la
institución que ejerce el poder, es el caso de la ruta del ámbar, jade y el
lapislázuli en oriente; el naranja fino tipo z, el jade, el plumbate tohil y la
turquesa en Mesoamérica, los cuales no solo sirven de marcadores de posición
social, sino de prestigio "grupal" a escala macroregional.
Los aspectos de área geográfica y la correlación espacio-temporal de los
grupos que coexisten se analizara en los capítulos subsecuentes.
17
A. ALGUNOS CASOS ARQUEOLOGICOS.
De los ejemplos de minería que se tienen registrados en la literatura
arqueológica, tan solo se han elegido algunos de los que considero los más
representativos de las diferentes técnicas de explotación y materiales
extraídos4. En este caso se ha tratado de incluir por lo menos un caso del Viejo
Mundo y América enfatizando los reportes que corresponden a Mesoamérica,
sin pretender que esta revisión agota los casos que aparecen en la literatura.
1. CIELO ABIERTO:
a) CANTERAS
(1) CANTERAS EN EL VIEJO MUNDO
Se tienen un gran número de casos reportados para el viejo mundo con
estudios profundos acerca del tipo de material explotado y de las
características técnicas de obtención, así como la caracterización de los
yacimientos (cf. Forbes, 1963 V.7, Shepherd, 1980).
Esta tecnología fue empleada para la explotación de varias minas que
encuentran sus paralelos en el viejo mundo de acuerdo con lo reportado para
las minas de sílex en: Grimes Graves (Inglaterra), Spiennes (Bélgica), Grand
Pressigny (Francia) y Krzemionki Opatowskie (Polonia).
Para obtención de cobre y hierro en: Río Tinto-Huelva (España) y solamente
cobre en Rudna Glava (Yugoslavia). En el caso de cinabrio y mercurio se
registran los casos de Almadén (España) y Vinca (Yugoslavia); en la
extracción de sal gema Hallstatt (Hungría).
En los ejemplos referidos los trabajos de exploración arqueológica mostraron la
existencia de instrumentos equivalentes funcionalmente, también se
encontraron restos de figurillas (venus paleolíticas y arte mobiliario en placas y
astas grabadas), así como ofrendas a la obra misma como parte de un
ancestral culto a la vida y la tierra practicado desde los Neandertales de
acuerdo a los restos funerarios detectados en varias localidades que
cronológicamente los ubican por la tipología morfológica entre el chelense,
levallois, musteriense a los periodos que corresponden a las sociedades
4
La exposición de la terminología y la clasificación de las técnicas mineras se incluye en el Anexo
1 de este trabajo, buscando dar al lector un esquema amplio acerca de la nomenclatura seguida
y se propone un esquema para la clasificación de las obras mineras antiguas por sus aspectos
técnicos para su desarrollo.
18
agrarias de la etapa del bronce hasta restos de la época romana (cf. Clark
1978; Shepherd 1980).
En la literatura se refiere a la localidad de Spiennes como la primera en su tipo,
tamaño, antigüedad y complejidad a nivel mundial, mientras que a Grimes
Graves y Krzemionki Opatowskie les corresponde la siguiente posición para
esta materia prima (cf. Clark 1978; Shepherd 1980). Sin embargo, con
características técnicas semejantes y de vital importancia al inicio del neolítico,
el Prof. Colin Renfrew clasifica a Rudna Glava en la explotación de menas de
cobre para Europa centro y oriental (Renfrew 1973).
Uno de los casos más claros y mejor documentados son las minas de Grimes
Graves, localizadas en la provincia de Norfolk en Inglaterra; es la segunda a
nivel mundial en su tipo y por la gran distribución que obtuvieron sus productos
en la Europa central y occidental, por ello se considera imprescindible su
descripción.
En Grimes Graves como ya se mencionó una de las actividades primordiales
era la extracción de sílex, así como de bloques (calizas) de forma regular para
la construcción. En este lugar se han localizado por lo menos 366 bocaminas.
Son tiros y "conos" de canteras que se extienden sobre un área de 5 hectáreas;
además de otras labores se localizan en las inmediaciones con un patrón más
disperso.
En el asentamiento se detectaron dos tipos de técnicas extractivas: el
efectuado en la porción norte del sitio, en que se llevó a cabo la explotación del
sílex en obras a cielo abierto; excavan pozos en forma de campana o conos
truncados (bell pits) no muy profundos cercanos a los 4 m y un diámetro entre
los 8 y 15 m. En algunos lugares más al sur se explotó por medio de tiros de
hasta 12 m de profundidad, asociado a un patrón de galerías en forma radial.
Shepherd (1980) indica que en los registros escritos de este lugar siempre
llamo la atención la presencia de un gran número de depresiones de forma
circular, dándoles explicaciones como "campamentos daneses en un patrón
circular o semicircular" (Camden 1586 citado por Shepherd, p.54).
La primera excavación formal de este lugar se llevó a cabo en 1870 por Canon
Greenwell y fue publicada por la Sociedad Arqueológica de Norfolk y Norwich.
Inició su trabajo de excavación en un pozo de 4 m de profundidad en relación
con el nivel del suelo y se encontró con un relleno de arenas, arcillas y yeso de
color amarillento. Entre este relleno localizaron nódulos de sílex de textura
gruesa y que no eran aptos para el trabajo de talla, a los 6 m de profundidad,
19
así como en las paredes un estrato del mismo material, al continuar excavando
se detectó un segundo y un tercer estrato de nódulos de sílex de mucho mejor
calidad, este último a los 12 m, encontrando en este nivel el piso de
explotación, así como maderas (cuñas, palos con punta en un extremo,
palancas), carbón, cenizas, instrumentos en asta de venado, algunos
percutores en otro tipo de piedras (ver figura I-2) y núcleos de sílex que
presentaban huellas de un desbaste "para ver su calidad", así mismo bloques
sin desbaste o en bruto. Al revisar su representación en corte (ver figura I-1) se
aprecia un trabajo en forma de cono truncado, que en la superficie tiene un
diámetro de 8.5 m y termina con 3.75 m en su parte más profunda. Esta labor
tocó tres estratos de sílex y el único explotado fue el más profundo, dado que
posee las mejores características para la talla, ya que, el sílex cuando más
intemperizado está su patrón de fractura es más irregular y se torna más
quebradizo.
En otro "cono" explorado se localizó una repetición del descrito con
anterioridad, pero técnicamente en su parte inferior presenta una variación
importante; ya que se detectó un patrón de galerías en forma radial de 1.25 a 2
m de ancho por 1 a 1.5 m de alto, orientados a explotar con mayor intensidad el
tercer estrato con nódulos de sílex. En este caso estamos ante una mezcla de
técnicas de explotación entre las de cielo abierto con las que son propiamente
subterráneas (ver fig. I-1).
(2) CANTERAS EN AMERICA
Para esta técnica, pero con extracción de otra materia prima se ha elegido un
caso de la zona Hohokam, donde se ubica el sitio arqueológico Gila Bute, en el
actual estado de Arizona, Estados Unidos de Norteamérica. En este lugar el
material explotado son arcillas y esquistos micáceos para la producción de
diversos materiales cerámicos.
El caso es presentado en 1982 por el arqueólogo Kevin Rafferty, en donde
expone la minería a cielo abierto de un cierto tipo de esquisto micáceo, usado
como desgrasante en adición a la pasta de la cerámica en las series rojo sobre
gris, rojo sobre bayo y Gila plain entre otros, ubicados cronológicamente entre
el 200 y 1100 d.C. (Rafferty 1982).
Las técnicas extractivas empleadas para la explotación de estos depósitos fue
el sistema de tajo abierto en todas las labores registradas, además proporciona
un mapa de la localización de las áreas de trabajo y las de habitación. En su
trabajo nos da tablas (op. cit. p.205) con las dimensiones de largo, ancho,
20
profundidad y cálculos aproximados del volumen (en m 3) de material explotado
para cada uno de los 16 bancos localizados. Por medio de excavación obtiene
materiales que indican la relativa contemporaneidad de los bancos con el área
habitacional, aunque no localiza las áreas especializadas de producción,
entendidas como un espacio de uso particular en el asentamiento. Sin embargo
encontró, algunas características propias de la manufactura cerámica, esto es,
las zonas probables de modelado (concentraciones de esquisto y de cierto tipo
de instrumentos en piedra y de otros materiales), áreas de secado y quema; así
como la sólida evidencia de la presencia de las canteras en la porción norte del
sitio.
En suma propone al lugar como un asentamiento especializado en la
extracción de arcillas, desgrasantes y en la producción de cerámica para un
periodo muy amplio, basado en la distribución y extensión de las canteras
asociadas al sitio, así como de los materiales cerámicos y líticos registrados en
las excavaciones efectuadas en las canteras, áreas de habitación y kivas.
Rafferty considera que el tiempo de ocupación del sitio se extendió alrededor
de 1400 años (op. cit. p.204).
(3) CANTERAS EN MESOAMERICA
En cuanto a las referencias para Mesoamérica son muy pocas y no son
estudios muy profundos en su gran mayoría, por ello se interpretaron los datos
que aportan. Como primer caso indicaremos las investigaciones efectuadas por
Holmes (1900) en la Sierra de las Navajas en el estado de Hidalgo, en donde
describe las minas de obsidiana, indica claramente que se trata de dos tipos de
labores mineras: a cielo abierto y subterránea (tiros con varias derivaciones o
socavones en un solo nivel), pero no llega a dar datos complementarios
importantes para determinar las características técnicas de las labores.
En su trabajo indica que se trata de una zona ampliamente explotada y se
extiende en varias hectáreas, detecta grandes cantidades de material extraído,
formando un continuo de alrededor de dos kilómetros. En su descripción
apunta que la obsidiana no aflora en la superficie, sino que llegan a ella
formando excavaciones que se pueden "agrupar" en tres categorías:
“…el primero en forma cónica para explotar el depósito subyacente, en
que aún se aprecian las depresiones características de este tipo de
técnica de extracción. Sus dimensiones oscilan entre los 2 y 10 m de
diámetro y las profundidades varían entre los 2 y 4 m, en algunos casos
las paredes de estas labores pueden presentar los escalonamientos
característicos de los frentes de explotación, aunque en su gran mayoría
21
están obliterados o enmascarados por el material que rellena estas
obras. Este relleno según indica Holmes en ocasiones es prehispánico,
en otras es por el acarreo y erosión en etapas posteriores a su
funcionamiento” (Holmes 1900).
Un segundo grupo lo conforma las obras con la técnica de tajo o rebaje
abierto ubicadas en áreas con fuerte pendiente, tienen la apariencia de
una cala o trinchera que no se ha tapado en su totalidad; sus longitudes
varían de los 4 a 10 m y la profundidad que alcanzaron varia de los 2 a 4
m, siendo estas medidas son tan solo una estimación del que suscribe a
parir de las ilustraciones que presenta Holmes (cf. loc. cit).
El tercer tipo de obras lo conforman los tiros, cuya entrada varía de los
0.9 a 2.3 m de diámetro y sus profundidades son mayores respecto a los
dos anteriores, oscilando entre los 3 y 6 m, aunque existen algunos que
son más profundos. Como aspecto característico es la presencia de
derivaciones, túneles o socavones al fondo, estos tienen un habito
generalmente horizontal o inclinados en profundidad, con longitudes
promedio entre los 20 y 30 m, enfocados a explotar materiales de un
determinado nivel del flujo que pueden ser el alto o bajo de la veta, o
sectores particulares del yacimiento en forma total por la técnica de
corte-relleno, ya que en ocasiones los tiros y los socavones intersecan
estratos con obsidiana y no presentan huellas de explotación (cf. op. cit.
supra). Esta característica es la que hace evidente que existió una
selección del material de acuerdo con sus diferentes propiedades, entre
las que puede estar: dureza, textura, color, homogeneidad, presencia de
córtex delgado, cantidad de fracturas o impurezas que determinen las
características de la talla, etc.
Ahora bien, la gran cantidad de desechos que se encuentran en la superficie y
tapando algunas obras, representan no solo a la actividad extractiva en sí, sino
que junto a la rezaga se presentan desechos de talla que forman depósitos de
hasta 3 m de altura.
De acuerdo con los estudios tecnológicos realizados por Spence y Parsons
(1972) y los de López, Nieto y Cobean (1981) los desechos de talla
corresponden a los primeros desbastes de los bloques, así como de una etapa
posterior de trabajo en que los productos "finales" lo constituyen macronúcleos
cilíndricos o cónicos y de plataforma facetada; navajones, que sirvieron de
"blanks" y preformas para la producción de otros instrumentos (raspadores o
bifaciales), que se efectuó en otros lugares.
Holmes reporta para este lugar, la presencia de estructuras de pequeñas
dimensiones y sin un arreglo determinado, que nos puede sugerir las
habitaciones de las gentes que extraían y tallaban el material. Las herramientas
de trabajo para explotar el recurso tan sólo son mencionados marginalmente,
22
no da una descripción detallada de estos e indica solo la existencia de marros
de piedra, "hachas" de garganta, percutores de piedra y astas, así como
algunos instrumentos en hueso; al no ser un trabajo más preciso no ayuda a
determinar cuál puede ser el instrumental "general" para la obtención del
recurso.
Thomas Charlton y Michael Spence (1982), hacen una excelente revisión de
los diferentes yacimientos de obsidiana en México central que se han
localizado, describiendo sus localidades, extensiones de los yacimientos; la
estructura de los depósitos; en forma muy somera y sin una consistencia
abordan las clasificaciones de los yacimientos; refieren las técnicas extractivas;
en breve, reseña los trabajos de talla efectuados en las inmediaciones, citando
básicamente los pasos de la manufactura de instrumentos y los productos
principales, inferidos por los análisis tecnológicos de los desechos presentes en
las diferentes localidades; además, hacen una breve discusión sobre la relación
entre los yacimientos con los sitios arqueológicos cercanos y cuál pudo ser su
importancia en el abastecimiento de este recurso.
Otros trabajos que mencionan la minería de obsidiana es el publicado por
Weigand y Spence (1982) para La Joya, Jalisco; el de Langenscheidt (1985),
donde describe una mina y sus materiales asociados para el municipio de
Otumba, Estado. de México; Michael Coe y Kent Flannery (1964) para el
Chayal Guatemala, presentan un trabajo en donde no son muy explícitos sobre
las técnicas extractivas y básicamente describen los talleres y asignan una
temporalidad entre 5000 y 1500 a.C.; sobre esta publicación Payson D. Sheets
en 1975 critica a Coe y Flannery anotando que las fechas propuestas son
erróneas, ya que, la ausencia de cerámica en superficie de los sitios no es
sinónimo de una etapa precerámica, además propone que los asentamientos
se ocuparon entre 800 y 1500 d.C.; en ese mismo año, Michels (1975) publica
una cronología más fina a partir de fechas obtenidas por hidratación de
obsidiana, así ubican temporalmente la explotación del recurso entre 1000 y
1200 d.C., esto es, durante el postclásico maya y no como se había planteado
originalmente.
Una publicación que merece una referencia particular es el presentado por la
arqueóloga María Elena Ruiz en 1986, donde describe las canteras de piedra
usadas en la construcción del sitio arqueológico de Tikal, en Guatemala.
En este trabajo se relata que durante la restauración de los edificios, a veces
es necesario obtener nuevos bloques para sustituir faltantes o piedras rotas;
así la observación de esta labor y las huellas dejadas en el terreno al final del
23
trabajo, dan a la autora el material suficiente y un punto de comparación para
dar explicación a las huellas de depresiones observadas en Mundo Perdido de
Tikal. Con esta experiencia la autora nos refiere que tanto la cantera como el
trabajo desarrollado en ellas era un misterio, ya que en la mayoría de las
investigaciones arqueológicas efectuadas en Mesoamérica, dejan de lado este
tema, o bien, se aborda de manera marginal (cf. Ruiz 1986).
Inicia con un rastreo bibliográfico del área maya y zonas vecinas, para canteras
de este tipo, recopilando casos en: Calakmul y Bateas en Campeche; Mitla en
Oaxaca; Cobá en Quintana Roo, Petexbatún, Uaxactún y Tikal mismo en
Guatemala, Sobre Tikal efectúa una descripción detallada, en la mayoría de los
casos descritos se trata de canteras dedicadas a la extracción de piedras, en
bloques con formas específicas destinadas a la construcción de estructuras o
para la fabricación de estelas. Sin embargo, la excepción es el caso de Cobá,
donde se explota una formación de arcillas y calizas poco consolidadas
llamada sascab, es un material para la construcción de caminos (firme) y que
funciona como cementante entre las piedras de construcción de edificios (cf.
Folan, 1978 y 1982).
En la publicación, Ruiz detalla las etapas de evolución de una cantera y
funcionamiento actual, anotando que en esta labor interviene un equipo de 6 a
8 personas. La primera etapa, es la localización de los depósitos, por
reconocimientos regionales. La elección del depósito depende de las
características deseadas en la materia prima; para las calizas de la zona del
Petén, están considerados cuatro tipos básicos: 1. Piedra dura de color negro;
generalmente se encuentra en superficie y saca chispas al golpearla,
posiblemente porque se encuentre en una etapa de silificación, lo que le
confiere su gran dureza y la convierte en un material difícil de trabajar, pero no
se excluye. 2. Piedra dura porosa; no es apta para trabajar al corte pues se
desmorona. 3. Piedra blanca fina (piedra de sal); es la más usada en los
trabajos de restauración ya que es uno de los materiales que con mayor
frecuencia se emplearon en la edificación de las estructuras prehispánicas. Sus
características particulares son: su sonido al trabajarla, textura fina, alta
compactación y resistencia. 4. Piedra podrida; está descartada por la carencia
de propiedades físicas requeridas en la construcción. (Ruiz, 1986. p.22)
Una segunda etapa, consiste en el desmonte en el lugar donde aflora o se
localiza el material; puede hacerse con fuego controlado en el área. A esta
actividad le sucede el picado del terreno, que consiste en la elaboración de
surcos rectos y "paralelos" en la superficie desmontada; posteriormente se
24
realizan otros surcos en forma perpendicular de modo que integren un patrón
reticular; las dimensiones de los módulos variaran de acuerdo a las
dimensiones requeridas para los diferentes bloques. Durante esta etapa
definen las profundidades de los cortes en función de los volúmenes requeridos
de las piedras, variando si la extracción va a ser de piedras esquineras,
dinteles, escaleras, estelas, etc.
En esta etapa se manifiesta la cuidadosa planeación en la explotación de las
canteras, ya que si es adecuada la eficiencia y rendimiento del banco será
elevada; pero de no serlo se toparán con bloques desechados al no cubrir las
características deseadas en sus dimensiones, además, se tenderá a agotar el
depósito, o bien necesitan una mayor cantidad de trabajo en la extracción del
bloque dañado y en la reactivación del picado.
La tercera etapa se refiere al desprendimiento de los bloques de la roca madre,
para esta labor emplean cuñas de madera, marros, cuerdas, cinceles, maderos
grandes y fuertes entre 4 y 5 m para que funcionen como brazos de palancas
de primer orden, "rodos" o maderos que sirven de rodamientos para la
movilización de los bloques. Los elementos modernos son marros, cinceles y
barretas de metal, que en épocas prehispánicas pudieron ser sustituidos por
instrumentos elaborados en piedras y maderas duras.
Para el desprendimiento de los bloques de la roca madre se registraron dos
variantes: una consiste en aplicar la fuerza directamente sobre el brazo de
palanca; mientras que la segunda, consiste en amarrar una cuerda fuerte al
extremo del brazo de una palanca larga y jalar. Anota que esta última variante
es útil cuando existen pocas personas, y es más eficiente la transmisión del
esfuerzo al "prolongar" la longitud del brazo de palanca.
En la cuarta etapa la autora indica que los bloques son "sencillados", este es
un término usado por los canteros para nombrar el acabado final de las rocas.
Una vez desprendidos los bloques básicos, se procede a obtener de ellos
bloques más pequeños en una operación que denominan "cortear" o "carear" y
lo realizan empleando una sierra metálica tipo "sardina" o "mojarra"; en épocas
antiguas estas herramientas metálicas pudieron tener sustitutos en cuerdas o
bejucos asociadas con algún agente abrasivo. En otros casos, del bloque
extraído de la cantera tan solo es necesario un refinamiento de sus lados, para
esta labor se asisten de cinceles de metal; que muy bien pueden tener su
equivalencia para la época prehispánica en productos de piedra dura donde se
ha pulido un extremo de la pieza, de modo que tengan la misma función que
los cinceles, hachas o asuelas; en el caso de pequeñas irregularidades,
25
pudieron haber sido eliminadas con piedras o muelas de mayor tenacidad y
de grano más grueso que el bloque.
Terminado el trabajo de talla fino o sencillado, los bloques son apilados en
algún sector de la cantera, en espera del traslado al lugar de uso.
Después de esta descripción Ruiz refiere los tiempos empleados en el proceso.
Para la obtención de un bloque de 0.6 m de espesor se invirtieron 8 horas para
profundizar un corte de 25 cm, aunque al obtener bloques en rocas más
blandas y menos gruesas el proceso duró 30 minutos. Sobre este punto,
anotaré que los tiempos indicados tan solo sirven como un parámetro
aproximado para ese tipo de material, instrumentos y personal, pero nos dan
una idea relativa de la cantidad de trabajo y tiempo invertidos en la edificación
de las estructuras mayas.
Los tiempos de extracción y la complejidad del proceso en una cantera
dependerán de 3 elementos básicos:
a). Presentación del material explotado, atendiendo a su potencia, dureza,
estructura, etc. b). Número y organización de las personas involucradas en el
proceso de extracción. c). Tipo del material y cantidad de los instrumentos con
que se explota el depósito.
El trabajo a Cielo Abierto, también se manifiesta en la búsqueda de otros
materiales como lo son las arcillas y desgrasantes para la cerámica. Para este
caso el equipo de los investigadores Mountjoy, Aburto, Barba y Gutiérrez en
1982, presentan un trabajo en donde a partir de la distribución de un tipo
cerámico específico en los asentamientos localizados en el valle del Río
Tomatlán, Jalisco, se dedican a localizar los bancos de material. Los autores
parten de que en uno de los asentamientos -Nahuapa 1-, se presentaban en
superficie una serie de excavaciones que se interpretaron como bancos de
arcilla. Una de las peculiaridades de la arcilla es la gran similitud con la pasta
de dos tipos cerámicos en particular: Nahuapa rojo y negro sobre bayo y
Nahuapa bayo inciso -ambos tipos están ubicados dentro del periodo
postclásico tardío- (cf. Mountjoy, Aburto, Barba y Gutiérrez 1982).
El objetivo básico de su trabajo, consiste en relacionar el banco de arcilla con
los materiales cerámicos de pasta fina obtenidos en una investigación
efectuada entre los años de 1975-77, a partir de la recolección de superficie.
Para ello, aplican análisis de espectroscopia Mössbauer y análisis por
Difracción de Rayos X, en muestras de cerámicas y de muestras del material
26
explotado. Logran establecer esta relación parcialmente pero con la reserva de
que solo es uno de los materiales que se le adicionan a la arcilla (carga) para
modificar su plasticidad. Exponen que en este sitio se producía esta cerámica
en particular a partir de las materias primas locales y establecen inferencias en
torno al comercio e intercambio a nivel regional en función de la presencia de
estas cerámicas en los sitios de la región (Mountjoy, Aburto, Barba y Gutiérrez.
1982).
La descripción que dan del banco de material es muy escueta, limitándose a
relatar:
"...se detectaron cinco pozos grandes, en un área alejada 200 m
del montículo 8 (Nahuapa I) del sitio arqueológico...estos pozos
estaban excavados en suelos clasificados como regisol [sic]
eútrico y ambisol [sic] eútrico que se extienden de la colina de
Nahuapa por 5 Km al nornoroeste el material parental de estos
suelos es un sustrato de rocas ígneas graníticas y granito, y que
uno de sus productos al deteriorarse naturalmente es una arcilla
caolinítica...el suelo es clasificado como arenoso, debido al tipo
de material parental. Las excavaciones miden entre 8 y 20 m de
longitud, de 7 a 9 m de ancho y 1 - 2.5 m en profundidad. Las
obras cubren un área total de 600 m² y el volumen del material
extraído se calculó en 900 m³." (op. cit. p.192-193).
En su trabajo no hacen referencia a los materiales arqueológicos asociados a
estas labores y no dan indicaciones sobre excavaciones en el lugar, pero no
deja de ser un dato importante que debe ser tomado en cuenta para ampliar el
panorama de las técnicas de extracción a cielo abierto de otros materiales
diferentes de los arriba descritos, a pesar de ser labores muy "sencillas" como
aparenta ser este caso.
Por último se exponen los datos documentales de 1884 reunidos por Santiago
Ramírez, donde relata que localizan huellas de explotación prehispánica de
menas de cobre por la técnica a cielo abierto y escribe:
"El señor D. Jesús Sánchez, Profesor del Museo Nacional, a
quien se la comunicó nuestro sabio Historiador el Sr. D. Manuel
Orozco y Berra: En el mes de Septiembre de 1873, al estar
practicando un reconocimiento en el cerro del Águila, (Estado de
Guerrero) sobre la veta de cobre allí existente, al apoyar uno de
los peones con fuerza la barreta sobre el suelo, éste se hundió,
desapareciendo completamente. Procedióse a inquirir si era una
mina azolvada, resultando de los trabajos el descubrimiento de
una excavación de tres y medio metros de largo, de un metro a
metro y medio de profundidad, con una anchura variable entre
27
medio metro y un metro, y en cuyo fondo seguía una rica cinta de
cobre, de unos 4 a 10 centímetros de anchura. El Sr. Felipe
Larrainzar observó con cuidado la obra, descubriendo bien pronto
no haber huellas de fierro o de pólvora; que las paredes y el fondo
presentaban la acción del fuego, mirándose además, así como el
metal como la roca y tepetate en que arma la veta,
resquebrajados y hendidos en muchas partes; más, registrados
los escombros, se encontraron 142 mazas o cuñas, con los
extremos despostillados y rotos: aquellas piedras no pertenecían
a ninguna de las rocas constitutivas del cerro. Hechas las
indagaciones convenientes, no quedó duda alguna: era una veta
de cobre trabajada, (por el sistema de torrefacción), por las
antiguas razas indígenas" (Ramírez, 1884. p.29).
Hay muy poco que acotar a esta mención dado que posiblemente sea una
labor con poco tiempo de trabajo, pero básicamente en la descripción se
aprecia que se trata de una labor por el sistema de rebaje abierto, siguiendo el
curso de la veta, para profundizar por medio de túneles cuando la pared tenga
una altura que ya no permita la explotación. Por otra parte cuando se refiere al
sistema de torrefacción, están entendiendo un sistema que aplica calor a las
rocas, para enfriarlas súbitamente con agua y conseguir la fracturación, de
modo que existan hendiduras en donde puedan actuar las cuñas y fragmentar
la roca, para extraer y seleccionar la mena de cobre.
b) BANCOS Y TERRAZAS ALUVIALES
Para este apartado no se tienen casos arqueológicos reportados; en
Mesoamérica solo se tienen son referencias indirectas obtenidas en las fuentes
del siglo XVI, a partir de información básica de textos en lenguas indígenas,
tales como la Matrícula de Tributos, Códice Mendoza, Códice Florentino y las
Relaciones Geográficas que corresponden a cronistas novohispanos, que por
su cercanía temporal con la etapa de conquista y dominación sirven como
indicador al conocimiento tradicional de los habitantes de estas regiones.
En Sudamérica5 fuentes del siglo XVI y posteriores, mencionan esta actividad
en regiones cuya tradición en el trabajo de los metales se remonta por lo
menos a 500 años antes de Cristo. En estas fuentes se localizan importantes
yacimientos de metales que se explotaron bajo estos métodos: destacan los
bancos de Colombia en Antioquía y Cauca; Venezuela el trabajo en las
márgenes del río Orinoco y sus afluentes; Perú para el río Urubamba; Brasil es
el Río Negro y en varios afluentes del Amazonas en sus partes altas ya en la
5
cfr. los trabajos de Ball, 1939; Rivet y Arsandaux 1946; Pérez de Barradas 1954 y la bibliografía
de Szabo 1961
28
zona andina, etc. Estos casos asombraron a los conquistadores por su riqueza,
dejando testimonio de ello en las crónicas que corresponden a estas regiones y
en la actualidad algunos de estos yacimientos continúan explotándose
prácticamente con las mismas técnicas, por lo que las huellas prehispánicas se
destruyeron, no solo por las obras humanas, sino también por la erosión misma
de los cursos de agua.
A continuación mencionaremos a manera de ejemplo mesoamericano lo que
indica Sahagún en el Códice Florentino, libro XI, cap. IX:
"Ay enesta tierra oro que se cria enminas, ay señales donde
ayminas de oro porque lamadre se parece so bre latierra, yesesta
señal que ellos seria debaxo de tierra,specialmente se parece
esta señal cuando llueve..." (vol.3, fol.212 r.)
"...Ay tambien, plata ycobre, yplomo, criase endiversas partes;oen
barran cas, oen riscos. Anteque viniesen los españoles aesta
tierra nadie se cu raua de la plata ni del plomo: busca uan
solamente el oro enlos arroyos por que dedonde corre el agua
savauanlo consicaras labando la arena: y ansi hallaua granos de
oro unos tan gra des como granos de mayz, otros me nores: otros
como arena...(vol. 3, fol. 213 v.)
En esta breve pero importante nota, Sahagún nos indica que este tipo de
minería se practicó con cierta "normalidad" en las zonas en donde se
localizaban yacimientos de este metal. Otra información que corrobora lo
anteriormente expuesto es el texto de Bernal Díaz del Castillo (1955), en él
alude varias veces a este procedimiento. Hablando del oro que solían traer a
Motecuhzoma desde Zacatula, escribe:
"...que lo cogían con unas xicales (jícaras o bateas) y que lavan la
tierra para que allí queden unos granos menudos después del
lavado, y que ahora, al presente, que se lo traen de otra provincia
que se dice Tuxtepeque, cerca de adonde desembarcamos que
es en la banda norte, y que lo cogen de dos ríos, y que, cerca de
aquella provincia, hay otras buenas minas en parte que no son
sujetos..." (v. 1, p.316) [los paréntesis son míos].
En las Relaciones Geográficas, en particular la Relación de Tepeucila, en el
territorio del actual estado de Oaxaca, ex-distrito de Cuicatlán, redactada para
1579, aparecen referencias respecto a la minería de este metal, indicando:
"Antiguamente tributaban los naturales de este pueblo y su
comarca oro en polvo y aun después de apaciguada la tierra por
los españoles, pagaban el tributo a su Majestad en el dicho oro, lo
cual es fama cierta que sacaban de una mina que estaba junto a
29
la estancia de este pueblo, que se dice Tecpanapa..."(Papeles de
la Nueva España, T. 4, p. 93)
Aunque puede tratarse de una obra subterránea, no deja de ser interesante el
hecho de que en diversas zonas se haya buscado el recurso desde épocas
prehispánicas. Además de que en las épocas tempranas de la conquista las
referencias de fundación de los reales de minas, hace pensar que fueron tan
solo una continuación de "las labores de indios", -como se encuentran citadas
en las fuentes-.
2. MINERIA SUBTERRANEA
Como se viene indicando en las secciones anteriores, los casos arqueológicos
no obedecen a una técnica extractiva en particular, por el contrario, responden
a una mezcla de dos o más técnicas, pero continuando con la reseña de los
casos arqueológicos disponibles para las diferentes técnicas apuntadas en el
Anexo 1 encontramos:
a) FRENTES HORIZONTALES O ESCALONAMIENTO FRONTAL
Para ejemplificar esta técnica en el viejo mundo solo mencionaremos los tiros
con ramales ya descritos para las minas de GRIMES GRAVES, que siguen en
su explotación un estrato determinado, de hábito cercano a la horizontal y se
mantienen aproximadamente dentro de un mismo nivel, siguiendo el rumbo y
echado del depósito. Aun cuando la obra inicia con un tiro, la distribución y
localización de los frentes de extracción presentan un escalonamiento frontal,
aparte de encontrarse en términos relativos dentro de un mismo nivel. Las
variaciones aparentes en profundidad están determinadas por la pendiente del
terreno, así como del grado de plegamiento que presentan los estratos.
En Mesoamérica un caso semejante lo serían las minas de obsidiana ya
descritas, también están enfocadas a explotar un estrato determinado del
depósito. Las obras tienden a presentar un hábito horizontal y los frentes con
escalonamiento frontal. Aunque parece aventurado, otro caso de este tipo de
técnica lo representan algunas minas de cobre que menciona Hendrichs en su
obra POR TIERRAS IGNOTAS, donde a pesar de ser muy breves y escuetas
las descripciones que efectúa de estas obras, posiblemente se trate de un caso
de este tipo de técnica.
b) FRENTES INCLINADOS Y ESCALONAMIENTOS EN PROFUNDIDAD
30
Por razones expositivas esta técnica se agrupa en dos divisiones dirigidas
hacia arriba o abajo; sin embargo como la mayoría de las obras que se
conocen poseen ramificaciones en ambas direcciones, así como obras de
comunicación entre los niveles. El único caso que obedece a un sistema de
ataque es el reportado por R. B. White en Colombia para 1884 (White 1884,
p.245). Continuando el mismo orden de exposición de las secciones anteriores,
se inicia con un caso del viejo mundo.
(1) VIEJO MUNDO
Un ejemplo muy particular por su antigüedad, es el caso publicado por Dart y
Beaumont (1969. p.127-128), donde expone los resultados de la excavación en
una mina de hematita llamada LION CAVERN, en Swazilandia (Sudáfrica)
durante 1965. La mina se localiza en la colina de LION PEAK, al pie de un
escarpe de 500 pies de altura anotando:
"La obra se desarrolló en la cara del acantilado, es semejante a
un abrigo (galería), con 25 pies de ancho máximo, y una
profundidad (desde su parte más profunda hasta la línea de
goteo) de 30 pies, y una altura máxima de 20 pies. En las paredes
de hematita se presentan pequeñas cavidades, y agujeros
distribuidos aleatoriamente, en algunos casos se presentan
túneles cortos, que posiblemente sean puntos de extracción de
mineral, cuyas características eran las más deseadas. El piso
estaba cubierto con restos de hematita (rezaga), producto de la
excavación y con algunos bloques que no contenían mineral." (op.
cit. p.127)
Aunque es muy breve la descripción de la obra en sí misma, es importante
anotar que el desarrollo de la mina siguió un curso ascendente, y presenta
ramales en varias direcciones que desafortunadamente no describen es la
obra, los frentes de extracción se podría intuir que no son del tipo frontal por lo
que se le puede agrupar dentro de este tipo de labores.
Durante su excavación al interior de la mina y a un costado de un bloque de 5
toneladas de hematita desprendido del techo, encontraron varios niveles de
ocupación, los primeros o más superficiales corresponden a la Edad de piedra
tardía (late stone age) fechada por radiocarbono en 9640 +/- 80 a.P. o 7690 +/80 a.C. En este nivel detectaron instrumentos de piedra que se relacionan con
la explotación minera, como lo son algunos martillos, asuelas y algunos
choppers.
31
Al continuar su excavación (cercana a la línea de goteo y la pendiente)
encontraron otro nivel de ocupación, donde recolectaron cerca de 23,000
artefactos elaborados en cuarzo, cuarcitas y pedernales que provienen de la
misma región; asociados a los instrumentos, detectaron varios niveles con
carbón y ceniza, que fueron fechados para la edad de piedra intermedia
(middle stone age), variando entre 20,330 +/- 400 y 26,180 +/- 260 a.C. y que
corresponden claramente con el análisis de la evidencia arqueológica. Dart
explica que las variaciones entre las fechas pueden deberse a pequeñas
diferencias en la ubicación lateral de ambas muestras y la alteración causada
por el bloque caído. De hecho plantean la posibilidad de que las obras en este
sector de la mina se hayan terminado por la caída de este gran bloque del
techo. Indica que se efectuó una estimación de que al menos 120 toneladas de
hematita fueron extraídas de este depósito y que 2/3 de material se explotó
durante este periodo.
En investigación de la parte más externa durante 1968, localizaron un estrato
que corresponde a una etapa más antigua, fechado en 41,250 +/- 1,300 a.C
(Dart 1969, p.124). De los instrumentos asociados, algunos corresponden con
la actividad minera y otros a actividades que están relacionadas con la
subsistencia, pero que en conjunto guardan las características generales de
esta época. Menciona la presencia de este pigmento rojo en la cueva de
POMONGIÜE, en la zona de Matopos, Rodesia, en materiales fechados
alrededor de 42,000 a.C. y es probable que llegara ahí, ya sea porque estos
individuos llevaran los pigmentos desde la mina o por medio de intercambio.
Como conclusión de este caso se puede indicar:
- Las actividades mineras para obtener pigmentos rojos, para un uso ritual van
tan atrás como la aparición del homo sapiens, detectándose en algunos
entierros de Neandertales (Dart 1974, pp. 309-320).
- Este es uno de los pocos casos en que, la actividad minera en un solo lugar
se extiende por un periodo de 28,000 años.
(2) AMERICA
Como se ha mencionado, se tienen datos documentales de minas con un solo
sistema de explotación, este caso se ubica en Colombia y es reportado por R.
B. White, en donde describe las minas y las técnicas de extracción o tumbe de
los minerales de los indios del norte de Antioquía, donde indica:
32
"Los indios del Norte de Antioquía explotaban filones de cuarzo
para obtener oro, y eran muy notables sus trabajos. Disponían tan
solo de herramientas de piedra y, sin embargo, con ellas
machacaban y explotaban el duro cuarzo en vetas que hoy
requerirían el uso de pólvora. Su manera de trabajar era muy
singular. Nunca hacían socavones o galerías horizontales en una
veta, sino que invariablemente practicaban pozos verticales (tiros)
de unos tres pies de diámetro hasta cortar aquella. Algunos de
estos pozos tenían 60 y 80 pies de profundidad y en sus paredes
practicaban pequeños estribos donde apoyar el pie y poder así
subir y bajar."
"Al tropezar con un filón nunca extraían el mineral en cámaras o
galerías, sino que continuaban ahondando su estrecho pozo en
línea recta. No utilizaban vigas de madera para sustentar el techo
o las paredes, y por esta razón hacían sus agujeros o pozos tan
estrechos que no podían venirse abajo. En algunos casos estos
pozos descienden hacia un filón con una inclinación de 30 a 40
grados y una profundidad de 40 a 60 yardas, y como quiera que
los pozos son tan estrechos que un hombre no puede revolverse
en ellos, los indios tenían que efectuar el ascenso por estos
agujeros cabeza abajo con su carga...y (esta peculiaridad) puede
deberse alguna creencia mágica, que aún se preserva en la
tradición de los indios pasto..."
"En las minas de cuarzo practicaban sus tiros con 4 o 5 yardas de
separación, sin hacer que comunicaran por debajo. Si un pozo
daba en un punto sobre el filón, no lo continuaban a lo largo de
este para encontrar un lugar mejor, sino que se tomaban el
trabajo de abrir un nuevo tiro a unas cuantas yardas del
primero..."
"En algunos distritos auríferos de Antioquía ocupaban estas obras
una gran extensión y deben de haber sido empleados en ellas
millares de hombres. Los indígenas continuaron trabajando las
minas aún bajo el dominio español, pero algunos de estos
trabajos ya se diferencian de los primeros porque cambian con los
patrones tradicionales de explotación." (White 1884, pp. 245-ss.)
[los paréntesis son míos].
En esta importante descripción enfatiza que parte de la técnica minera y de la
forma de trabajarla puede estar condicionada por una serie de creencias de
tipo mágico-religioso, y no por desconocimiento de otras técnicas alternativas
de explotación. El autor menciona, que conocían la extracción del metal en los
ríos y como nota adicional refiere que las prácticas de enterramiento en
algunos casos eran "tumbas de tiro y bóvedas excavadas en la roca", por lo
que se puede implicar que el conocimiento técnico de excavar en la roca
túneles y galerías ya se encontraba presente, pero ritualmente se encontraba
33
condicionado. Posteriormente esta nota se reprodujo en la obra de Pérez de
Barradas (1954 p. 261-262) indicando que es la única referencia clara de la
minería subterránea de oro para Sudamérica en su porción noroeste.
(3) MESOAMERICA
Enfocados específicamente en Mesoamérica y en correspondencia a labores
subterráneas, tenemos los casos reportados por Pedro Hendrichs para 1940,
en donde menciona haber visitado por lo menos 6 minas grandes en sus viajes
a los valles del Río Balsas, en la parte norte del actual estado de Guerrero. En
un inicio describe las obras de forma muy general dado que sus informantes
pensaban que eran cuevas, pero al examinarlas con más detenimiento se
encontró ante obras mineras, describiéndolas de la siguiente manera:
"...en las paredes de las cuevas hay, irregularmente esparcidas,
muchas cavaduras o concavidades de forma redonda u oblonga
de los más variados tamaños y profundidades, desde el tamaño
de la copa de un sombrero hasta el de una artesa y tina de baño.
Estos ahuecamientos tienen también la superficie siempre lisa y
redondeada...Algunos profundizan muy poco otros toman la forma
de una covacha, y otros penetran muy adentro de la roca,
formando cueles torcidos y angostos que, en algunos casos,
alcanzan profundidades hasta de cien y más metros. La entrada
de estos socavones siempre tiene la forma de un embudo y su
diámetro
es
muy
irregular,
encogiéndose
a
veces
extraordinariamente hasta presentar la figura de una tripa de no
más de 60 a 70 centímetros de diámetro y abriéndose en otras
partes hasta formar cuevas y salones como naves de un templo."
(Hendrichs 1940-41, pp.151-152).
En esta descripción se aprecia que la superficie redondeada de las paredes se
debe al tipo de huellas que dejan los instrumentos que localizó en las minas y
sus alrededores. Menciona que los "marros" son de forma cilíndrica aplastada,
y que están elaborados con rocas duras, de grano fino y compactas.
Los marros estaban lascados de modo que se formara un ángulo cortante en
uno de sus extremos y detectó en las inmediaciones de la mina grandes
cantidades de lascas de los instrumentos, por lo que la elaboración y el
mantenimiento del borde cortante se efectuó en el patio de la mina. Hendrichs
agrupa los "marros" en dos grandes grupos: "piedras grandes, de más de 2
hasta 6 kilos, y chicas de menos de 2 kilos hasta medio kilo..." (op. cit. p.156).
34
En su trabajo hace un primer intento de clasificación de las obras por el tipo de
mineral que explotaban:
1. Minas de mineral no-metalífero. Todas las de este grupo están
situadas a ambos lados del camino real que corre de Politla (o Poliutla) a
Tlapehuala. Las más extensas son las de la Loma Real, que forman un
verdadero conjunto de laberintos subterráneos; siguen en extensión las
de la "Cueva del Caracol", las de la "Cueva del Cura" y finalmente un
gran número de cuevas más pequeñas...Tienen la peculiaridad de
empezar con trabajos a "tajo abierto", y sólo cuando la pared alcanza
cierta altura, continua la obra bajo tierra...en las bocaminas casi no hay
terreno enfrente de estas minas patios de mina...Es una clase de caolín
arcilloso, cuyo color fluctúa entre un blanco sucio, amarillo de paja,
anaranjado, rojo de tabique y en algunas partes, verde pálido". (loc. cit.
p.180-182) [las itálicas son mías].
2. Minas de mineral de cobre y mercurio. Este tipo de minas se localizan
en vetas con poca ley de fierro, plata, manganeso, etc. Su caso más
importante es la bocamina del fundo minero "La Hedionda", a poca
distancia del grupo descrito con anterioridad. "La Hedionda", es un
conjunto de tres socavones que parten de una misma bocamina, son
muy sinuosos y con direcciones variables, para la explotación de lo alto
o bajo de la veta. El mineral localizado es de ley muy variable y se
presenta "boleado", esto es, pequeños cuerpos irregulares y una
distribución azarosa. Al norte de esta mina Hendrichs menciona que se
localizaron varias obras de menor desarrollo, en donde aún se aprecia la
veta que se explotó. En estas vetas detectaron la presencia de varios
compuestos de cobre, básicamente sulfurados y en regiones oxidadas
detectó azurita azul y malaquita que son carbonatos de cobre y cuprita
que es un óxido, y deja apuntada la posibilidad de la existencia de cobre
en estado nativo (op. cit. p.182-183).
3. Minas de azogue. Se localizan en las inmediaciones del pueblo de "El
Potrero", que está entre Arcelia y Cutzamala. El mineral que se
encuentra además de contener mercurio, se encuentra cinabrio (HgS) y
pequeñas trazas de plata y cobre. Su descripción de las obras no es
muy explícita: "son cueles sumamente torcidos y en gran parte
destruidos por los derrumbes" (loc. cit. supra).
Como un comentario a esta clasificación, Hendrichs trata de dar una
explicación a la explotación de estos recursos y llega a proponer que las minas
del primer grupo, básicamente explotaban caolín y hace una disertación a partir
de las referencias en las fuentes del siglo XVI, en torno a las posibilidades de
que el caolín sirviera de materia prima para la elaboración de chalchihuites, por
un proceso que aún se desconoce. Ahora bien, en este punto mencionaré que
el empleo del caolín se le ha detectado desde etapas tempranas en cerámicas
de estilo "olmeca", en algunas otras como el blanco levantado (Crespo 1987)
35
propias de la región del Río Laja y la vajilla del tipo "bain blanc" o baño blanco
descritas para Río Verde San Luis Potosí (Michelet 1984), por lo que no sería
remoto que existan obras (subterráneas o a cielo abierto) que exploten este
recurso; aparte de la posibilidad apuntada por Hendrichs, que debe ser
analizada con más detenimiento por especialistas.
Para el segundo grupo, se puede establecer, sin lugar a dudas, que el mineral
explotado eran las menas de cobre, para trabajos de metalurgia, y en casos
como la malaquita, azurita, y otros minerales de cobre de color verde o verdeazul pudieron emplearse para la talla y formación de adornos y mosaicos.
Investigaciones posteriores de la Dra. Grinberg donde a partir de evidencias
etnohistóricas y recorridos en la zona de Churumuco obtiene por vez primera el
registro de las minas de cobre y de los talleres de fundición de un lugar referido
en el lienzo de Jucutacato (cf. cf. Krasnapolsky 1990). Desde una óptica
diferente el trabajo de Pollard pone de manifiesto la importancia de los
yacimientos de cobre y los lugares de producción metalúrgica en la economía y
nexos políticos entre los asentamientos del pueblo Tarasco al momento de la
conquista española (Pollard 1987).
Por último, en el tercer grupo Hendrichs reconoce que es muy improbable el
empleo metalúrgico del azogue en la formación de amalgamas, además anota
que se obtuvo cinabrio para hacer pigmentos, pero cree que en los trabajos
también se explotaron las trazas de mineral de plata y cobre.
El intento de Hendrichs para clasificar a las minas no deja de ser válido para un
primer momento, pero deberá estar asociado al análisis de las características
técnicas de la labor, extensión, el tipo y número de instrumentos o materiales
asociados. Esto es necesario, porque a partir del análisis de la forma de
ataque, duración de la obra en funcionamiento y la materia prima sustraída, se
podrá inferir la existencia de patrones para la explotación para el tipo de
recurso, el grado de organización de la gente para desarrollar las obras y las
posibilidades de determinar la existencia de especialistas.
c) GALERIAS, TUNELES Y SALONES
Uno de los casos mejor documentados de la minería, debido a que reportan
materiales de excavación es la publicación de Phil Weigand en 1968. Su
trabajo formó parte de un proyecto mayor a cargo de J. Charles Kelley que
investigaba la cultura Chalchihuites en la porción occidental del estado de
Zacatecas, durante los años de 1960-65. Mucho de su trabajo en las minas se
enfocó al recorrido, registro y excavación de dos grupos de "cuevas" artificiales
36
mencionadas por Gamio en 1910 cercanas al sitio de Alta Vista.
Posteriormente Noguera durante 1930, retomó la descripción de Gamio sin un
sentido crítico y efectuó interpretaciones acerca del papel que jugaron estas
"cuevas" en el funcionamiento del sitio.
En su trabajo Weigand retoma las informaciones aportadas por Gamio y
Noguera y las reinterpreta bajo la perspectiva de que está tratando con minas y
no con cuevas. Aclara que, en la región se encuentra una operación minera de
gran escala. Se encuentra asociada a grupos con una organización social
compleja y base de subsistencia agrícola. Esta sociedad compleja pudo
organizar la explotación de los yacimientos a un nivel que rebasa el consumo
local y por tanto se encuentra integrado a una estructura de comercio interregional de productos suntuarios.
Este autor reporta 6 grandes grupos de minas, 4 de ellos están en la cuenca de
Río Colorado, y dos en el valle del Río Suchil; ambos funcionaron durante las
fases Alta Vista y Calichal (350-750 d.C.), así como la parte terminal de la fase
Canutillo y claramente a lo largo de la fase Vesuvio (400-950 d.C.) para los
grupos del Río Suchil (cf. Weigand 1982).
En todos los grupos de minas el estrato explotado consiste en un
conglomerado semi-consolidado con una matriz de color ligeramente rosada,
con inclusiones de cantos de sílex, cuarzos en variados colores y con huellas
de intemperismo en diferentes magnitudes. El material cementante consiste en
calcita con presencia de óxidos de hierro (hematita y limonita), en algunos
puntos se presentan algunos cuerpos de minerales a base de fierro y cobre
(calcopirita y bornita) e inmerso en ésta matriz se presentan nódulos de
turquesa y jadeita.
Los materiales que con mayor probabilidad se buscaron por los antiguos
pobladores fueron los nódulos de sílex y cuarzos, los pigmentos rojos de la
hematita y los cantos de jadeita y la posible turquesa.
Weigand detecta tres tipos básicos de minas: el primero es una excavación por
medio de rebajes abiertos en las laderas de las colinas formando túneles de
hábito horizontal sin grandes variaciones y atacan básicamente una formación
de caliche y la parte alta del conglomerado. Corresponde con el tipo de minas
de escalonamiento frontal.
Un segundo tipo consiste en obras de explotación a cielo abierto, que en este
trabajo las hemos caracterizado como canteras y dejan la huella típica de un
37
cono truncado con ocasionales derivaciones de hábito horizontal en su parte
baja. Estas minas están atacando un depósito de caliche sin llegar a tocar
formalmente la capa del conglomerado, sus entradas se encuentran alejadas
de los montones de rezaga y generalmente se presentan en las partes altas de
las colinas.
Como un grupo aparte (tipo 3), que no fue reportado por Gamio, se encuentran
explotaciones por medio de trincheras a rebaje abierto, abocado a la
explotación de estratos horizontales, sin desarrollar un sistema complejo de
túneles y galerías, por lo que son excavaciones someras asociadas a las
márgenes de los arroyos que cortan el estrato a explotar. Weigand piensa que
este tipo de ataque fue el primero que se desarrolló alrededor de Chalchihuites
(probablemente durante la fase Canutillo), debido a que no implica un bagaje
tecnológico complicado, ni el desarrollo de obras complicadas (Weigand 1985).
El autor aclara que las minas de los tipos 1 y 2 pueden presentar varias
entradas, algunas de estas pueden ser labores de ventilación, pero no las llega
a clasificar como tales. Contradictoriamente Weigand menciona que las minas
del tipo 1, presentan cuartos o galerías, pero las dimensiones y la técnica de
ataque descrita por él refleja que pueden ser consideradas como tales, sin
embargo a cualquier túnel inclinado con una pendiente moderada la considera
como un tiro. Otro punto más que no corresponde con sus clasificaciones es la
presencia de cruceros para las minas del tipo 2 y la existencia de pilares.
En resumen podemos indicar que el intento de Weigand para la clasificación de
las obras mineras no fue lo suficientemente claro y nos enfrentamos a un
sistema de explotación complejo, a base de tiros, túneles inclinados, salones y
galerías con pilares, sin determinar si la técnica de tumbe es de corte relleno o
de escalonamientos en profundidad, para estos dos tipos de obras.
Trata de establecer conteos de las minas y las extensiones aproximadas para
cada grupo, a lo que puede objetarse que el número de bocaminas no implica
que corresponda con el número de minas. Como se refiere en el Anexo 1, una
mina es la obra en su conjunto, puede tener varias bocaminas, todas sus
comunicaciones y los patios de mina que se le asocien. Weigand refiere
sumariamente a los probables patios de mina como áreas de acumulación de
rezaga.
Los materiales obtenidos a partir de una trinchera en la mina de Juixaxal se
encontraron muy revueltos; su descripción del material recuperado es
semejante a las de Hendrichs y otros autores (marros, percutores de garganta,
38
teas, cuñas), e infiere que algunos de los materiales perecederos serían
cuerdas, guajes, cestas, etc. Detecta un "taller" de instrumentos líticos cuyos
productos básicamente son los marros, percutores obtenidos por lascado
(percusión directa), así como raspadores y raederas sobre lascas o sobre
núcleos obtenidos a partir de los cantos de cuarzo y riolita (cf. Weigand 1982).
d) CORTE RELLENO
En este apartado tenemos el único caso reportado con el estudio de un
ingeniero de minas donde se describen en forma breve, pero precisa las
características técnicas de los trabajos prehispánicos sin descuidar las
particularidades del trabajo arqueológico. En la obra "Minería Prehispánica de
la Sierra de Querétaro" se conjuntan los trabajos de varios especialistas a
saber: Langenscheidt, Carbonell y Zamora para los aspectos de ingeniería de
minas, geología y descripción de los distritos mineros; por otra parte están las
contribuciones de Franco y la Dra. Johnson, tratando básicamente los aspectos
de excavación y descripción de los materiales encontrados.
De los tres primeros hemos retomado ya sus trabajos en los capítulos
correspondientes de este estudio, en donde tenemos un panorama muy
completo de los tipos de rocas que afloran y algunos de sus rasgos más
importantes; por el otro lado nos hablan de la presencia de los yacimientos que
se encuentran en la zona y el tipo de minerales que se explotan. Aun cuando
no hay una clara continuidad entre estos trabajos, no dejan de tener un valor
importante por el tipo y cantidad de datos que aportan y dejan abierta la
posibilidad de una interpretación global, que trata de establecer Langenscheidt
en el capítulo final de la obra.
Otros datos de la obra escrita por Langenscheidt es el reporte de la presencia
de minas con labores prehispánicas en: Morcillo, Jalisco; Compostela, Nayarit;
Zacualpan, Temascaltepec, Zultepec y Amatepec para el Estado de México;
Mazapil, Zacatecas, Chalchihuites, Fresnillo y Sombrerete en el estado de
Zacatecas; Zumpango y Taxco para Guerrero, además de las reportadas para
la región del Balsas por Hendrichs; Tlalpujahua en el estado de Michoacán, sin
tomar en cuenta las referencias a minas de cobre registradas por Warren
(1968), Pollard (1987) y Krasnapolsky (1990) para este mismo estado. En
Guanajuato, de acuerdo a lo publicado por Ramírez (1880) menciona la
existencia de labores prehispánicas en la veta madre, junto al Tiro Kurtz, en el
estado del mismo nombre; en las minas de Santa Bárbara en Chihuahua; para
el estado de Hidalgo menciona las minas de Pachuca, Real del Monte
(Langenscheidt 1986. Comunicación personal) y Zimapán, sumándole los
39
casos de las encontradas en la Sierra de las Navajas, Tulancingo, El Paredón,
etc. que ya están mencionadas en los apartados anteriores. Además de las
minas queretanas en la Sierra Gorda que se mencionan en este trabajo.
Los trabajos arqueológicos, se enfocaron básicamente al salvamento, por lo
que las excavaciones no obedecieron al desarrollo secuenciado de un proyecto
que tratara específicamente sobre minería. Franco indica que parte de los
trabajos realizados fueron los de un recorrido por las inmediaciones y
concentraron su atención al recorrido de la Cañada del Soyatal, que está
localizada en una de las laderas del Cerro de la Calentura, en pleno corazón de
la Sierra.
Durante su recorrido de la cañada detectaron por lo menos 15 bocaminas y dos
estructuras; una de ellas circular ubicada en las inmediaciones del patio de la
mina "Garambullo" y otra más, adosada a la ladera muy cerca de la "Bocamina
Principal". Otro rasgo más localizado fue la existencia de un abrigo rocoso con
trazas de ocupación prehispánica. Durante sus recorridos, efectuaron
recolección de materiales de superficie en las minas y sus patios, refieren que
el material es escaso, pero la mayor cantidad de tiestos la obtuvieron de la
bocamina "Tepalcates". Menciona además que efectuaron un levantamiento
topográfico de la cañada reflejado en un mapa donde localizan la mayoría de
las bocaminas registradas (Franco 1970) (ver figura I-3).
Uno de los trabajos realizados fue la excavación del patio de mina
"Garambullo", su técnica de ataque consistió en una cala de 2 m de ancho
dirigida directamente a la bocamina, con orientación norte-sur. Detectaron una
ocupación contínua desde la roca madre hasta una superficie más alta de la
actual, lo último inferido por medio de pequeños testigos que se conservaron
en los cortes y no fueron alterados por la erosión. Franco indica que la
estratigrafía se encontraba muy alterada por los trabajos desde época
prehispánica aunque este fenómeno es continuo hasta época moderna; por ello
sólo registraron la estratigrafía de los perfiles en los lados de la cala y se
controlaron los materiales por niveles métricos. Aclara que las medidas de
profundidad de algunos elementos están referidas a un cero convencional o
datum que establecieron y que en términos generales coincidió con un piso de
ocupación (ibid.) (ver fig.I- 4).
En su registro se encuentra representada la presencia de grandes bloques
caídos de los acantilados, de ahí que su estratigrafía se torne más compleja y
no se refleje con exactitud en los perfiles. Uno de los rasgos comunes fue la
alternancia de las capas de escombro, con pequeñas capas de arcillas de 2 a 5
40
cm de espesor y que fueron producidas por sedimentación natural, mientras
funcionaron como niveles relativos de ocupación. Una de estas capas arcillosas
estaba formada a su vez por tres subcapas: una roja, otra blanca y la tercera,
más baja, era de un color rojo obscuro. Arriba de esta capa se presentaron
zonas con capas de cal de 2 cm de espesor y algunas áreas interpretadas
como "lavaderos", debido a la presencia de capas alternas de roca machacada
con una granulometría uniforme (gravas, gravilla y arenas respectivamente)
que son producto de la selección, trituración y concentración del mineral. Muy
cerca de la roca madre detectaron una hoguera y obtienen una muestra de
carbón para fechamiento por C14, cuyo resultado fue 15 +/- 125 d.C.
Al continuar su excavación y a una profundidad de 3 m más abajo de la línea
datum, detectaron otra bocamina de pequeñas dimensiones que no fue
explorada en su totalidad por falta de estabilidad en las rocas de los costados
de la cala, a esta pequeña bocamina la denominan "Tepalcates I". Al ampliar su
exploración para evitar los problemas de estabilidad y a una profundidad de 6
m, con respecto a su cero arbitrario, detectan otra bocamina en un contexto
sellado por el derrumbe de rocas del cantil; el sello tenía varios miles de m 3. A
esta bocamina la denominan "Tepalcates II" y su nombre obedece a la
continuidad de la superficie martillada del acantilado entre la bocamina
"Tepalcates I" y ésta.
La exploración de la bocamina "Tepalcates II" implicó el replanteamiento de la
línea cero arbitrario y la remoción de grandes cantidades de material para
exponer con claridad la bocamina y su patio. La descripción de este trabajo es
pequeña, tratándose de una obra amplia, que fue trabajada bajo el sistema de
Tajo Abierto en el exterior y donde profundiza el mineral desarrollaron un patio
y bocamina amplios con un vestíbulo (galería) posterior a la zona de penumbra
no muy profundo; teniendo en su extremo 5 derivaciones (túneles) en un
arreglo radial. El mayor de ellos continúa al frente con dirección ascendente y
se dedujo la técnica de corte-relleno en su explotación prehispánica. Otros dos
túneles tienen un hábito descendente de poca pendiente, su trazo es muy
irregular y con constantes cambios de dirección; los dos restantes son
socavones de hábito horizontal de pequeñas dimensiones en su diámetro y
trazo irregular, sin llegar a profundizar más de 3 m.
En este punto de la investigación, reubicaron sus calas (rumbo este-oeste), de
exploración por la existencia de un gran bloque caído y solo llegan a trabajar el
60% del volumen del patio y bocamina. En esta fase, a pesar de la alteración
causada por el derrumbe, detectan material en contexto primario que le da a
41
esta bocamina una característica muy particular que la distingue de las minas
tratadas con anterioridad. (Ver fig.I- 5)
En el patio de mina, a un costado de la bocamina -ya en el interior, localizan:
dos cráneos humanos ubicados sobre tres piedras, en un arreglo semejante al
de un fogón, en ambos casos los cráneos estaban pintados con cinabrio en su
parte alta y posterior; dos cráneos de tusa, quizás de especies locales; el
cráneo de un felino de talla mediana, aunque no se realizó una identificación
zoológica; 2 espinas óseas de cola de mantarraya; múltiples objetos de concha
trabajados, algunas conchas sin trabajar; dos cráneos aves que Franco
identifica como águilas y que presentan el pico pintado con cinabrio; un colmillo
de un felino grande; innumerables fragmentos de calcita verde y fluorita
trabajados y en estado natural; más de 6 entierros humanos alterados con poco
material cerámico revuelto (Franco 1970). (ver fig. I-5)
La estratigrafía al igual que en la cala anterior se encontró alterada; presentó
una capa de arcilla muy compacta con restos de hogueras y lentes de ceniza,
que no tienen una correspondencia precisa con los perfiles. Para la parte más
baja solo encontraron una capa de rezaga que se profundiza hasta la roca
madre; entre ésta se encontraron también fragmentos de carbón, madera,
restos de textiles, cordajes (cf. Johnson 1970) y huesos varios sin una
asociación aparente. Mucho de lo expuesto está retomado a partir de los
planos, cortes, dibujos y fotografías que presentan en el trabajo, aun cuando en
las descripciones se mencionen marginalmente algunos de los materiales.
A pesar de que el análisis de los materiales cerámicos es preliminar, por lo
menos nos brinda un panorama general del conjunto de materiales obtenidos:
los tiestos producto de su recolección durante el recorrido, los de excavación y
tepalcates y piezas entregadas por los habitantes de la región.
Además de los grupos cerámicos observados por el análisis, los habitantes
antiguos poseían otros materiales diversos entre los que destacan: una anilla
lateral de un atlatl fabricada en concha; figurillas de cerámica moldeadas de
estilo semejante al encontrado en Veracruz; cucharas en cerámica y cráneo
humano; 5 fragmentos de yugos, un fragmento de palma muy deteriorado
(Mina de los Yugos) y un yugo completo, este material establece una relación
con el área de Tajín; instrumentos musicales en barro y huesos largos
(humanos), semejantes a raspadores o güiros; restos de alimentos: semillas de
maíz, olotes, totomoxtles (hojas de maíz), semillas de calabaza, bellotas,
espinas de pescado, bagazos de masticación y otras semillas que no han sido
identificadas; textiles como: cordaje, hilos, tela de corteza, tejidos de telar de
42
cintura, sandalias, cestas, escobetas, fragmentos de petates con patrones del
tramado en su construcción son semejantes a los de Tanlajás, San Luis Potosí,
fragmentos de redes. Las materias primas probablemente son: algodón,
agaves, sotol, zacates, yuca, palmas; además lograron encontrar algunas
espinas de maguey que pudieron funcionar como "agujas" (cf. Johnson 1970);
maderas duras en forma de teas y cuñas, así como algunos panes de resina
vegetal. (ver figs. I - 6 a 8)
Algunos de éstos materiales se emplearon para obtener fechas de
radiocarbono, procesadas por los laboratorios Geochron Labs., Inc. de
Cambridge, Massachusetts con los siguientes resultados:
MUESTRA
1.- Carbón
2.- Fémures
3.- Cuña
4.- Resina
5.- Carbón
FECHA
15 d.C.± 125
150 d.C.± 85
430 d.C.± 95
465 d.C.± 85
540 d.C.± 90
PROCEDENCIA
Trinchera
Mina de los Muertos
Mina Grande
Mina Grande
Trinchera
Por último, en este capítulo se intentó establecer un sistema para agrupar los
diferentes tipos de minas, conforme a las técnicas empleadas en su desarrollo,
sin embargo, no se puede perder de vista que ésta clasificación debe
complementarse con la identificación de los recursos explotados por mina o
grupos de ellas, Además de nuevos registros de minas en el futuro, ya que del
enriquecimiento de información éste sistema clasificatorio podrá encontrar su
operatividad o no.
43
Figura I—1. Aspectos de las canteras de Grimes Graves
44
Figura I—2. Instrumentos reportados en las minas de sílex de Grimes Graves y
que se repiten tecnológicamente en otras canteras del Europa.
45
Figura I—3. Izquierda. Plano topográfico de la Cañada del Soyatal (retomado
Langenscheidt 1970)
Derecha superior. Entrada de la mina principal donde se observa la amplitud del salón de
acceso (ibíd.)
Derecha inferior. Muestra de los pilares de soporte tallados en la roca y la forma elíptica de
los túneles (ibíd.).
46
Figura I—4. Dibujo de los perfiles de la cala norte sur de la bocamina Los
Tepalcates I (Langenscheidt 1970)
47
Figura I—5. Dibujo de planta de la cala excavada en la bocamina Tepalcates II,
donde se ubican los elementos registrados; la segunda cifra después del punto
indica la profundidad relativa del hallazgo (Langenscheidt 1970).
48
Figura I—6. Dibujo de planta de la mina de obsidiana en Otumba y muestra de
los instrumentos líticos y de madera reportados de la excavación de las minas
de azogue de Peña Miller (Langenscheidt 1985).
49
Figura I—7. Arriba. Enterramiento de la mina Tepalcates II
Abajo. Cráneo de guacamaya excavado en la mina Tepalcates II
(Langenscheidt 1970).
50
Figura I—8. Yugos tallados en roca volcánica localizados fuera de contexto en la
Sierra Gorda (Langenscheidt 1970).
51
CAPITULO II
52
II.
LA SIERRA GORDA Y MESOAMERICA
SEPTENTRIONAL
La Sierra en su totalidad participa del problema de la oscilación de la frontera
mesoamericana, de acuerdo a lo propuesto por Paul Kirchhoff (1943 y 1960).
Después de esta propuesta, el tema ha sido analizado por otros autores, por
ello es necesario exponer los diferentes puntos de vista. Así Kirchhoff
considera que la Sierra, durante el siglo XVI poseía una identidad cultural
propia (área Pame), la caracteriza como una región de transición donde
confluyen grupos de recolectores-cazadores con niveles de organización social
de bandas y los agricultores sedentarios con organización social compleja de
corte estatal. (cf. los mapas de Kirchhoff op. cit.).
La arqueóloga Beatriz Braniff plantea que la "frontera" o los límites de la esfera
cultural mesoamericana no son estáticos y propone un nuevo trazo para un
periodo entre 100 a.C. y 900 d.C., que correspondiente al periodo clásico en el
Altiplano Central. Los límites de la superárea cultural los ubica más al norte del
Río Lerma e incluye en su totalidad a la Sierra Gorda; además afirma que, con
base en la presencia y ausencia de los rasgos culturales propuestos por
Kirchhoff, la sierra participa activamente en la historia cultural mesoamericana
(Braniff 1974, pp. 40-50). (ver fig. II-1)
Por su parte la arqueóloga Margarita Velasco, retoma integralmente estas
hipótesis en diferentes trabajos y sostiene que la Sierra Gorda actúa como una
entidad cultural con características propias desde el clásico, aunque manifiesta
internamente una subárea que mantuvo fuertes vínculos con la huasteca y para
el resto de la Sierra detecta relaciones con las sociedades del Tajín y el
altiplano Central (cf. Velasco 1978, 1981, 1983, 1988).
Con los antecedentes que nos aportan estos autores, nuestro planteamiento
desde una óptica metodológica propone dividir a la región de la Sierra Gorda
como un área cultural donde se manifiestan un conjunto de problemas
particulares, por ello se propone subdividir a la Sierra en subregiones. Un
ejemplo de este problema es: caracterizar el tipo de relaciones entre los grupos
de recolectores-cazadores nómadas con los agricultores sedentarios dentro de
la zona; por otra parte coexisten grupos con patrón de subsistencia mixto
habitando dentro de la sierra, por ello es importante conocer sus relaciones
económicas y políticas con los grupos recolectores-cazadores y agricultores
sedentarios.
53
De este modo propongo, a grandes rasgos, que el proceso histórico en la
región serrana se inicia desde épocas muy tempranas con los patrones de
organización territorial y política de los recolectores-cazadores, los cuales
perduraron hasta el siglo XVIII muy entrada la etapa colonial; estos grupos, a
diferencia de pueblos con organizaciones políticas más complejas, en vez de
asimilarlos a las nuevas formas sociales se les exterminó. La presencia de los
antiguos grupos de recolectores-cazadores puede verse manifiesta en los
campamentos al aire libre, en cuevas y en abrigos rocosos; algunos integran
pinturas y petrograbados sobre las paredes de cuevas y frentes rocosos. Un
ejemplo de este caso se obtuvo en El Doctor, El Durazno (Velasco y Urdapilleta
1985) y en las inmediaciones de Bucareli y Peña Miller a lo largo del río Estorax
(cf. López y Ruiz 1988 y Herrera 1991).
Poco antes del primer milenio de nuestra era, la sierra se encontraba ocupada
parcialmente por grupos de agricultores sedentarios con una organización
política de corte estatal (posiblemente Huastecos), que ejercía un control rígido
sobre la población y sus recursos. Una característica que distinguió a los
grupos "serranos" fue el disponer de especialistas en la explotación de los
recursos minerales, como una fuente de riqueza principal, e integrar una
parafernalia asociada a esta actividad. Así estos grupos se distinguieron por
extraer y beneficiar la riqueza que está depositada en el inframundo, misma
que integraron a un amplio complejo de rutas de intercambio y distribución
mesoamericana bajo el control de entidades estatales, ya que estos productos
minerales eran marcadores de posición social y riqueza. Los asentamientos
serranos más importantes para esta etapa son: Ranas, Toluquilla, El Doctor, El
Deconí, Mesa de Ramírez y San Joaquín. En todos estos asentamientos se
propone un fenómeno de homogeneidad cultural, en cuanto al reconocimiento
de su origen, sin perder su asignación política, siendo el vínculo de la Sierra
con la Huasteca muy estrecho, más aun posiblemente la Sierra fuera una
provincia tributaria de la Huasteca.
En el primer milenio de nuestra era los grupos serranos recibieron el impacto
cultural de varios grupos: teotihuacanos, toltecas y los pobladores de la Costa
del Golfo. Esto se infiere, ya que en las minas prehispánicas de la Sierra se
encuentran asociados un gran número de objetos que por los materiales y
técnicas de manufactura corresponden a las regiones ya citadas. El efecto de
todos estos grupos dio como resultado que para esta época en la Sierra se
presentó un fenómeno de reorganización política, así podemos integrar la
sierra en tres grandes subregiones: Río Verde, Huasteca y Serrana.
54
A. ZONA RIO VERDE
Ubicada en la porción noroeste de la sierra se integra en un panorama
demográfico con la presencia de grupos provenientes de la región de Río
Verde San Luis Potosí. Ocupan la porción baja del cañón que comunica a los
valles de Jalpan con Arroyo Seco.
Es una región cuya mayor extensión se encuentra en la zona media del
territorio potosino e integra una porción de los actuales estados de Querétaro y
Guanajuato. La sección queretana es una zona con pocos trabajos
arqueológicos, entre los que se pueden mencionar: Meade 1951; Michelet
1984; Rodríguez 1985; Quijada, Quiróz y Herrera 1986; Quijada y Quiróz 1987
y por ultimo Quijada 1988.
Los límites de esta área, corresponden a los corredores naturales de los
cañones que forman los valles de Jalpan, Concá, El Carrizal y Arroyo Seco en
este último valle la región se amplía saliendo de la Sierra Gorda, pero continúa
en los valles y cañadas de Río Blanco, Atarjea, El Durazno y Xichú dentro del
territorio guanajuatense. Los límites propuestos para esta región son tentativos,
ya que deberán refinarse en la medida en que existan nuevas investigaciones.
Dentro de esta área no puede perderse de vista la falta de estudios que
aborden la relación entre esta subregión y las sociedades complejas de la
porción media y central de San Luis Potosí, esta problemática se incrementa al
reportarse para la sierra una etapa de agricultores sedentarios con
organización social compleja durante el clásico (Michelet 1984), pero que al
momento de contacto hispano solo se reporta la coexistencia de bandas de
cazadores-recolectores (jonaces, mascorros y copuces), con grupos pames.
Sobre los grupos pames se refiere un patrón de subsistencia mixto, que integra
ocasionalmente la agricultura, en un patrón de asentamiento más disperso y sin
la presencia de los grandes centros nucleados (Rodríguez 1985).
Los asentamientos pioneros para estos valles norteños son San Rafael, Concá
y Purísima, ubicados en el cañones de los ríos Jalpan y Concá, sin embargo,
para la época clásica la región está caracterizada porque sus asentamientos
grandes y permanentes poseen juegos de pelota donde uno de sus
paramentos es más alto; patrones constructivos son a base de grandes cantos
rodados con el empleo de bloques de caliche y tepetate. Además se han
localizado vajillas de pasta fina de color crema a naranja que pueden estar
55
policromadas o tener baño de caolín, así como figurillas diversas al pastillaje
todo ello con una excelente cochura. Michelet propone un esquema de tres
fases, que van desde el 300 d.C. a 1000 d.C. y las denomina como Pasadita,
Río Verde A y Río Verde B.
Para el clásico los asentamientos se integran a partir de conjuntos
arquitectónicos con un mínimo de tres estructuras piramidales que delimitan
plazas o patios, pueden aumentar su complejidad hasta incluir 9 edificios,
incluso algunos edificios se desplantan de una misma plataforma rectangular.
Cada uno de estos conjuntos arquitectónicos, en su porción exterior, integra
uno o dos basamentos de menores dimensiones o un juego de pelota en I de
cabezales abiertos. Los asentamientos de mayores dimensiones se integran
con varios de estos conjuntos en traza lineal.
Probablemente durante la segunda mitad del primer milenio esta población
inicia su avance para lograr el control y explotación de los yacimientos
minerales del sector noroeste de la sierra, hacia lugares que hoy coinciden
aproximadamente con los poblados de Camargo, Atarjea, Río Blanco, La
Florida y Peña Miller; en estas regiones construyeron sitios arqueológicos tan
importantes como Los Moctezumas de la Laja, Atarjea, Casa Viejas, Concá y
Purísima de Arista, habitados posiblemente entre el 300 y 1100 de nuestra era.
De los grupos localizados al momento del contacto, los datos lingüísticos que
aportan Eguilaz (1965); Michelet (op. cit.) y Valiñas (1988) muestran que los
grupos pames y jonaces (chichimeco-jonaces), pertenecen a la familia OtoPame, mientras que los grupos mascorros y copuces formaban parte de los
Guachichiles de más al norte, cuyo tronco lingüístico es el Uto-Azteca.
B. ZONA HUASTECA QUERETANA
Localizada en el sector noreste de la Sierra Gorda, integra sitios que nunca
dejaron su vínculo político con la Huasteca. Ocupan una región que no rebasa
la línea del Río Estorax; por el sureste el macizo del Cerro de la Calentura donde hoy se asienta Pinal de Amoles-, y se propone que esta subárea incluyó
las Misiones de Landa, Tancoyol, Tilaco y probablemente Jalpan,
extendiéndose mayoritariamente a los estados de Hidalgo en sitios como la
Camarona y La Luz y para San Luis Potosí la muestra es amplia y se inicia con
Xilitla, Tancol, etc. (ver mapa II-2)
Los datos arqueológicos de los diversos recorridos como los de Joaquín Meade
(1943 y 1951), Quijada, Quiróz y Herrera (1986), y los de Muñóz (1990 y 1991).
56
De sus resultados se indica un conjunto de asentamientos con un
emplazamiento general en los valles intermontanos y muy cerca las cimas de
las principales eminencias; ubicados además en las proximidades (1 Km) de
los cursos de agua permanentes y de mayor gasto de la región.
Desde el punto de vista arquitectónico, sus asentamientos se caracterizan por
tener un gran acondicionamiento o plataforma de donde desplantan sus
basamentos más importantes, que pueden tener su planta rectangular o
semicircular. Es común localizar conjuntos de 3 o 4 estructuras piramidales
delimitando un amplio espacio central en cuyo extremo por lo general se
emplaza la cancha de juego de pelota, desde este punto el sitio se extiende en
forma concéntrica a base de plataformas bajas y terraceados aparentemente
habitacionales pendiente abajo, donde se localizan los terrenos aptos para la
actividad agrícola. Es común que los basamentos piramidales mayores a 6 m
de altura se ubiquen en los extremos de los valles intermontanos y puedan
funcionar como probables marcadores del terreno. En algunos de ellos se
registran por lo menos 3 cuerpos en talud y rastros de un enlucido de estuco.
Su sistema constructivo es a base de lajas de caliza bien trabajada
cementadas con lodo para las fachadas, sus escalinatas sobresalen de los
edificios que por lo general están adosadas y delimitadas por alfardas, mientras
que los núcleos en su mayoría son a base de tierra compactada y bloques de
caliza gris muy irregulares. En los cortes, los pisos de estuco son gruesos -8 a
15 cm-, bien hechos y al parecer con apisonados de barro de color crema o
amarillo como base de preparación al estuco. Este esquema constructivo se
asemeja parcialmente al registrado en el segundo juego de pelota de la zona
arqueológica de Toluquilla por Elizabeth Mejía y Alberto Herrera en 1993.
En esta subregión aparentemente la habitación es continua y aunque no se
pueden precisar los primeros asentamientos y sus etapas más tempranas. En
la región se presentan restos materiales en superficie que se asemejan a los
reportados para las fases Pitahaya, Zaquil y las Flores, de la porción norte de la
costa del Golfo, también se encuentran casos excepcionales que coinciden con
los descritos para Tajín II y III (400-800 d. c.). Sus asentamientos
característicos son Tancoyol, San Antonio, El Lobo, Tangojó, Agua Zarca,
Neblinas, Reforma, La Campana y posiblemente Tancama.
C. ZONA SERRANA
Geográficamente se ubica en el sector sur de la Sierra Gorda, esto es al sur del
Río Estorax e incluye el macizo del Cerro Gordo -o del Doctor-, hasta el arroyo
57
Piñones -Cerro Prieto- en la porción semidesértica del estado de Querétaro; al
este posiblemente se delimite con el río Moctezuma, mientras que al oeste
queda limitado por el macizo montañoso de Tolimán.
A esta zona corresponde el conjunto de sitios con las características que
definen a la sierra con una entidad cultural propia. Los sitios arqueológicos más
importantes se ubican en las mesetas, cimas y lomas de la sierra v.g., Ranas,
Toluquilla, El Doctor, El Deconí, Mesa de Ramírez, San Joaquín., etc. (Velasco
1978, 1981, 1983 y 1988).
Los patrones de asentamiento son semidispersos y condicionado a la
topografía del terreno, donde tratan de aprovechar las pocas porciones planas
o de pendiente moderada para emplazar los asentamientos y áreas de cultivo;
sus patrones van desde una plataforma o terraza y una estructura baja de
carácter habitacional, a grandes centros urbanos planificados como lo serían
las ciudades de Ranas y Toluquilla.
En esta subregión se presentan los tipos cerámicos característicos de la sierra,
pero también se encuentran en menor proporción, materiales provenientes de
la Cuenca de México. En cuanto a los sistemas constructivos en esta subregión
se imitan sistemas constructivos de moda en la Huasteca (escalinatas,
estructuras circulares, así como material de construcción y el perfil
arquitectónico de los edificios), sin perder características locales, esto es,
planificar las ciudades en tono a los juegos de pelota. Los patrones
constructivos son a base de lajas de piedra caliza de caras bien talladas, con la
existencia de taludes, en ocasiones imitaciones de tableros remetidos y
cornisas en saledizo. Los conjuntos arquitectónicos importantes dentro de
estos asentamientos, se distribuyen alrededor de uno o varios juegos de pelota
rematados en uno de sus extremos por un basamento piramidal de dos o más
cuerpos, normalmente son basamentos mayores a 4 m de altura y con escalera
remetidas de huella muy estrecha (Reyes 1881; Velasco 1978) y de acuerdo
con lo propuesto por Velasco y Quiróz (1988) las escaleras semicirculares
presentes en algunas estructuras es un rasgo único propio de la sierra (cf.
Velasco 1991).
A estas características se le suma una de las actividades económicas
importantes de la región: la explotación de los yacimientos de cinabrio (sulfuro
rojo de mercurio) por medio de minas subterráneas (Langenscheidt 1970;
Velasco 1978; Langenscheidt y Tang Lay 1978, 1982; Herrera 1985). Esta
actividad plantea un conjunto de problemas propios, tales como la existencia de
un grupo de especialistas para el trabajo de las minas y de los insumos
58
necesarios para su funcionamiento, así como, otro sector de la población que
se dedique a la producción de insumos básicos y, claro está, un grupo que se
dedique al control, acumulación, administración y distribución de estos
recursos. Por tanto, se estudia una sociedad sumamente compleja que
mantiene relaciones con otras áreas culturales mesoamericanas desde el año
400 d.C. al 1200 d.C.
De estas tres subregiones, es la Serrana la que ha recibido mayor profundidad
y énfasis en las investigaciones, así por la información recuperada podemos
proponer que durante el primer milenio se mantienen sus características en
cuanto a la especialidad de su economía; continua dentro de las rutas de
intercambio y comercio bajo el control estatal serrano y mantiene la presencia
de los grandes centros de asentamiento. Así durante esta época, estos centros
mantienen los vínculos de identidad Huasteca, pero con una autonomía política
y económica, perdiendo quizá el rango de tributarios de la Huasteca (ver fig.II2).
A finales del primer milenio los cambios en la composición política extraregional impacto fuertemente la sierra, sobre esto, algunos autores como
Noguera (1941), Franco (1970), Braniff (1974) y Velasco (1978) han propuesto
que el retraimiento de la frontera norte mesoamericana a fines el clásico afectó
fuertemente a esta región lo que dio lugar al abandono de muchos de los
asentamientos mencionados y propicio la reocupación de algunos lugares por
grupos nómadas (chichimecas).
Así, la etapa indígena en el segundo milenio se integra con la presencia de
grupos de filiación oto-pames como eran los Jonaces, Pames y Ximpeces. Es
importante anotar que en los siglos XII al XIV, al parecer existe una
reocupación de algunos asentamientos por grupos de subsistencia mixta, a
excepción del sector noreste -Jalpan a Neblinas-, que en esta etapa se
encontraría integrado al señorío de Oxitipa en la actual Ciudad Valles, San Luis
Potosí. Este señorío se extendía por el sur hasta Jalpan y Tangojó y fue
conquistado por los mexicas durante el reinado de Ahuizotl (ca. 1462).
Se puede anotar que estos asentamientos al momento del contacto hispano ya
se encontraban abandonados, ya que el conjunto de cronistas, viajeros e
investigadores mencionan que para el siglo XVI, el área se encontraba
habitada por grupos jonaces, pames, ximpeces y posiblemente algunas
comunidades otomís que estaban avanzando desde los valles y el semidesierto
en la porción sur. Los Jonaces y Pames eran grupos con formas de vida
distintas; mientras que a los Ximpeces, se les describe como un grupo de
59
número reducido, con patrón de subsistencia dependiente mayoritariamente de
la agricultura, de manera muy semejante a los otomís. todos ellos se
encontraban emparentados lingüísticamente al pertenecer a la gran familia OtoPame.
Como punto de contraste, algunos cronistas mencionan la presencia de
pequeñas comunidades huastecas en estas regiones como zona de refugio y
de arraigo añejo (Escandón 1750; Eguilaz 1965 y Gerhard 1972); Jiménez
Moreno refiere documentos en los que se menciona al sector norte y noreste
ocupada por grupos de agricultores sedentarios con poblados permanentes,
considerados como una provincia tributaria del señorío de Oxitipa, hoy Ciudad
Valles, San Luis Potosí (cf. Jiménez Moreno 1958, p.42). Otras evidencias se
aportan por los lingüistas y plantean que en la zona serrana hasta fines del
siglo XIX una de las lenguas dominantes fuera el Huasteco (Soustelle 1937 y
Valiñas 1988).
El periodo de colonización hispana, fue para la sierra el exterminio de sus
habitantes. En esta etapa se integran nuevas comunidades con gente nahua,
ñhöñhö, mestizos y de esclavos negros, que llegaron con los españoles, su
presencia se debía a la fundación de los reales de minas, como son los de:
Escanela, Maconí y El Doctor. También se importó población para apoyar la
edificación de las misiones de San Nicolás Tolentino, Xalpa, Aguacatlan y
Amoles, así mismo se aprovechó para formar los presidios de Vizarrón y Peña
Miller, y apoyar la reducción de los chichimecas. Durante este proceso de
exterminio se repartieron haciendas y estancias de ganado como las de
Sombrerete, Concá, Ayutla, etc., donde se buscó someter a la población
indígena al trabajo forzado, ya que se consideraba a la población natural como
parte del sistema de repartimientos y estaba, por tanto, obligada a dar tributo a
la Corona, a la Misión y al estanciero.
A pesar de la política de colonización en la sierra, esta fue un área donde no se
obtuvo una pacificación efectiva, ya que se dieron frecuentes levantamientos,
unos por tierras y otros por la exacción del tributo.
Actualmente, la sierra tiene una población mestiza en un 90%, preserva su
tradición minera, su reconocimiento cultural como "huastecos", sus ligas de
comercio y de culto son más fuertes con Río Verde y Ciudad Valles, mientras
que su relación se torna más débil con Cadereyta y Querétaro; sin embargo,
los serranos también reconocen lazos con el Mezquital, por el culto del Señor
de Jalpan y el comercio con Ixmiquilpan y Meztitlan.
60
Figura II—1. Asentamientos antiguos más conocidos en la Sierra Gorda
queretana.
61
Figura II—2. Representación de la diversidad cultural al inicio del Postclásico
mesoamericano y sus nexos con los valles y semidesierto queretano
62
CAPITULO III
63
III. ANTECEDENTES ETNOHISTORICOS
La Sierra Gorda durante la conquista y colonia es escenario de grandes
disputas, por ello no es simple formalizar el análisis de las fuentes en la región,
trabajo que con mucho rebasa las pretensiones de este capítulo.
Por ello se hace imprescindible hacer notar que, administrativa y políticamente
la sierra pertenecía a la Jurisdicción de Cadereyta. En el ámbito religioso desde
la conquista y durante la colonización hispana, la sierra generó disputas
territoriales entre diferentes facciones del clero; ya que, aparentemente primero
llegan a la región sacerdotes de la ordenes de Agustinos y Dominicos y al paso
del tiempo, llegan sacerdotes de la orden de los Franciscanos de dos escuelas
diferentes, una de ellas eran los franciscanos descalzos del Colegio de
Pachuca y los más tardíos en aparición son los franciscanos del Colegio de
San Fernando que no observaban una disciplina tan rigurosa como los
primeros. Esto motivó que cada grupo religioso en sus propios documentos se
adjudicaron la fundación de diversas misiones, por ello existen hasta tres
fechas diferentes para la fundación de una misión (cf. Solís 1983; Arroyo 1987;
Gómez 1976; Gustin 1969). A este panorama se le agregan las características
de los nativos de la sierra, descritos como grupos aguerridos que destruyen y
dificultan la labor de los misioneros. Finalmente, la disputa religiosa por el
control territorial de la sierra entre la Arquidiócesis de México y la Arquidiócesis
de Michoacán, fue dirimida en el Vaticano y dio su fallo a favor de la
Arquidiócesis de México para la orden de los franciscanos del Colegio de San
Fernando (cf. Gerhard 1972. ver fig.II-1)
En el aspecto minero desde épocas muy tempranas (1534) en la sierra se
reflejan intereses de la familia Tapia de Querétaro, los Labra de Zimapán y del
conde de Regla de Real del Monte (Pachuca) por las minas de plata de
Escanela. Esto hace que en diferentes momentos se tenga que pagar el Quinto
Real en Xichú por parte de los Tapia; a la caja real de Zimapán por parte de la
familia Labra. Incluso durante el siglo XVIII las disputas territoriales entre los
diferentes reales de minas hacen que el pago del quinto se realice parcialmente
en la caja real de México, a pesar de que los Reales de Minas de Zimapán,
Escanela, El Doctor y Río Blanco se independizan administrativamente
después y se mantienen con visitadores nombrados desde la ciudad de
México.
En virtud de esta panorámica, este capítulo se ha dividido en 3 secciones: la
primera trata de hacer una descripción de las características generales de la
64
jurisdicción de Cadereyta entre los siglos XVI y XVIII; el segundo apartado tiene
como objetivo aportar un panorama de la población, sus etnias y su estructura
demográfica a partir de algunos autores y por último, en la tercera sección se
aborda la problemática de las minas a partir de los documentos coloniales.
A. LA SIERRA GORDA Y LA JURISDICCION DE CADEREYTA
De acuerdo con los datos que brinda Peter Gerhard (1972. p.62-64; 224-226 y
ss.), esta región se consideró como un territorio chichimeca, habitado por
grupos de habla Pame y un grupo muy relacionado a ellos, los llamados
Jonaces, ubicados en la porción oriental de la sierra. De acuerdo con las
descripciones los indígenas vivían en "rancherías" dispersas, con patrones de
subsistencia básicos de caza-recolección y agricultura ocasional, generalmente
los recolectores cazadores se evadían del dominio español y se culminó con su
exterminio dos siglos más tarde.
Sin embargo, hubo varios intentos de penetración y reducción al interior del
refugio natural de la Sierra donde se ocultaban los habitantes. Estos intentos
de reducción y pacificación posiblemente se iniciaron a finales de la década de
1520. Se reporta que hubo dos expediciones, capitaneadas por Nuño de
Guzmán y Cristóbal de Oñate, que probablemente pasaron por estos parajes
(cf. Jiménez Moreno 1958, p.48, 72). También se efectuaron exploraciones por
el franciscano Juan de San Miguel y el juez de la provincia de Xilotepec, Juan
Sánchez de Alanís, para 1540 aproximadamente. En la región de Xalpa
(Jalpan) hubo una entrada de padres agustinos en los años de 1550 (op. cit.).
A la par que se formaban asentamientos cristianos en las regiones de Xalpa y
Puxinguía6, se les abandonaba debido a los continuos ataques de los grupos
chichimecos (Jonaces). El primer asentamiento hispano relativamente
perdurable fue el restablecimiento del presidio de Xalpa en 1582, otro más fue
el de Escanela y se realizó por el descubrimiento de minerales de plata
probablemente en 1599. (cf. Powell 1952, p. 60, 125, 146).
Dada la hostilidad y el patrón de subsistencia de los grupos chichimecas de
esta jurisdicción no se les repartió en encomiendas privadas, de modo que
estos grupos escaparon de la obligación de pagar tributo, la única excepción a
esta regla fue la encomienda de Xalpa, junto con otros repartimientos en la
región de Oxitipa (Ciudad Valles), que aparentemente fueron explotadas por
6
Importante localidad histórica no ubicada aún con precisión. Es el único
asentamiento Ximpez mencionado por las fuentes y puede aclarar algunos de
los rasgos arqueológicos que se detectan para la zona de Pinal y Peña Miller
65
Francisco Barrón, sucedido en 1550 por su hijo del mismo nombre. Esto fue
posible gracias a que los grupos Pames y Huastecos que se encontraban
asentados por estas regiones tenían un patrón de subsistencia más vinculado
con la agricultura, por lo que sus asentamientos eran más permanentes,
además que el grado de hostilidad a los españoles era menor. Los indígenas
de Xichú y Puxinguía en teoría se encontraban bajo la protección de la corona
para 1552 (Gerhard,1972. p.62-64).
En los primeros tiempos a la región de Cadereyta se le consideró como una
parte del vasto territorio de la jurisdicción de Xilotepec o provincia de los
chichimecas. El Corregimiento de Xichú y Puxinguía (desde 1552), sufragaban
a Michoacán en 1560, y se transformó en Alcaldía Mayor de las Minas de Xichú
para 1590. En 1599 las recién "descubiertas"7 minas de Escanela se le
asignaron a este magistrado, pero para 1615 adquirió el status de Alcaldía
Mayor, separándose de Xichú, y se le reconoció como Alcaldía Mayor de las
Minas de Escanela, que incluía el área de Puxinguía y unas tierras tomadas de
las Jurisdicciones de Xilotepec y Querétaro (op. cit. p.63).
Aproximadamente en 1627, se funda una villa que se llamó Cadereyta, pero fue
asediada por los constantes ataques de los Jonaces, volviéndose a reedificar
en 1640 con la clara intención de reducir y exterminar a los grupos Jonaces.
Solo hasta 1742 grupos de frailes franciscanos, apoyados por una gran fuerza
militar capitaneada por José de Escandón lograron pacificar y exterminar a
estos grupos de chichimecos, para fundar comunidades permanentes
(misiones) y reales de minas en la Sierra Gorda, recogiendo y concretando la
experiencia histórica de sus predecesores Dominicos y Agustinos.
Probablemente poco tiempo después de la fundación de Cadereyta (1627), la
Alcaldía mayor de Escanela se movió a esta población. No fue sino hasta el
siglo XVIII que Tilaco y posiblemente Xalpa se transfirieron de la jurisdicción de
Valles a la de Cadereyta, y para 1786 a esta población se le consideró como
una subdelegación que formaba parte de la intendencia de México.
La historia de la fundación de las misiones en la región durante los primeros
dos siglos de la colonia aún es muy incierta y en algunos casos contradictoria,
sin embargo un elemento en que se encuentra consenso, es que las primeras
7
Estas minas oficialmente se les declaró un "denuncio", lo que jurídicamente
estableció una diferencia notable, ya que al estar denunciadas, se trataba de
obras abandonadas y dado lo temprano de su licitación, es muy probable que
se tratara de minas prehispánicas al igual que los reales de minas de Taxco,
Guanajuato y Pachuca (Langenscheidt 1986. comunicación personal).
66
misiones fueron de carácter efímero, ya que los grupos que habitaban la zona
no se sometían y destruían las construcciones.
En una de las primeras referencias se encuentran las misiones de Xalpa y
Tilaco, las cuales se intentaron establecer en repetidas ocasiones, desde 1550,
pero sus intentos fueron vanos por los constantes ataques de los grupos
Jonaces y culminó con la creación de un presidio en Jalpan en 1582.
Para ese año también los franciscanos del Colegio de San Fernando de la
ciudad de México (fernandinos) intentaban establecer sus misiones en la sierra
desde Hidalgo, pero más tarde el control de la zona fue retomado por los
agustinos. Para 1693 Jalpan se consideró como una "cabecera de doctrina"
(Velázquez 1946-48, v.1 p.319-320; v.2 p.298)8, y en forma simultánea se
efectuaron incursiones a la sierra por el acceso natural que colinda con la
región de San Luis Potosí, para fundar en 1570 el curato de Sichú y sus visitas
de oficio solamente se concentraron en el poblado de Puxinguía. En una etapa
posterior los franciscanos retomaron el control de la misión, lugar donde
establecen un monasterio (BAGN, v. 4, p. 579).
Otra comunidad que con gran seguridad contó con sacerdote desde sus inicios
en 1600 fue Escanela, desde su establecimiento fue una población de mineros
y posteriormente ascendió a la categoría de Real de Minas9.
En 1617, los franciscanos de Río Verde fundan una misión en San Juan Tetla,
pero corrió con la misma suerte de destrucción. En 1642 frailes del mismo
"custodio" establecen casas en Cadereyta, San Buenaventura Maconí, San
José (Vizarrón), y por segunda ocasión en San Juan Tetla; sin embargo se
volvió a destruir por los grupos chichimecas. En 1682 Maconí se vuelve a
fundar como un centro franciscano con ocho visitas. Por este mismo tiempo
padres Dominicos establecen Misiones en Aguacatlan y La Nopalera; mientras
los Agustinos fundan Pacula, todos ellos aparentemente desalojados de la
región alrededor de 1700, persistiendo únicamente San Francisco (San
Nicolás) Cadereyta hasta su secularización en 1754.
En 1742-43 los franciscanos reabren las misiones en San Francisco Tilaco,
San José de Vizarrón, y Santiago Xalpa, además de aparentes nuevos centros
en: Concepción Landa, San Juan Bautista Pacula, Nuestra Sra. de la Luz
8
9
citado por Gerhard, loc. cit.
De acuerdo con las ordenanzas de minería era obligación de los poseedores
del denuncio y/o descubrimientos establecer un poblado, estancias ganaderas
y una zona para los bastimentos del trabajo minero.
67
Tancoyol, San José Fuenclara de Xiliapan. Posteriormente las misiones de
Xiliapan y Pacula pasaron al control del Colegio de Pachuca y el resto
permaneció bajo el mando del colegio de San Fernando de México.
Al mismo tiempo y de forma paralela, los Dominicos re-establecen su misión en
Aguacatlan y forman los nuevos poblados de San Miguel Concá y San
Miguelito. Antes de 1753 en San Miguel Puxinguía se encontraba un fraile
Dominico y a finales del siglo XVIII el número de parroquias se había reducido
a 7. Todos ellos administrados por curas del clero secular y comprendidos
dentro de la Arquidiócesis de México. Para esta época la parroquia de
Cadereyta incluyó a las viejas misiones de la Nopalera y Vizarrón. El curato de
Escanela se desplazó al nuevo Real de San José de los Amoles, visitando
Aguacatlan. Y durante 1766 se crea el nuevo curato en San Antonio el Dotor
(sic.) que incluía como visitas a Maconí y Tetla. Ocho misiones se combinaron
en tres doctrinas seculares: Landa (incluía a Tancoyol y Tilaco); Pacula (se le
unió a Xiliapan); y finalmente, Xalpa reunió a Concá y Puxinguía. Para 1790 la
misión de Santa María Peña Miller se transformó a parroquia (Gerhard 1972,
p.64. ver fig. III-2).
Durante siglos la Sierra Gorda fue un refugio para grupos no sólo de la familia
PAME, también de una serie de grupos del tronco chichimeca que se
intentaban evadir del dominio español que tenían en las zonas adyacentes. Un
análisis de los padrones de las misiones de indígenas en 1742-43, en las que
no se ha puesto la suficiente atención, nos da un panorama vago de la
situación demográfica, y peor aún, los datos posteriores son incompletos. En
1789 se tienen datos de la presencia de 6314 otomíes (individuos) en la Villa
de Cadereyta, posiblemente en su mayoría inmigrantes para la conquista,
pacificación y el trabajo de las minas y haciendas. Un censo de 1792 muestra
la existencia de 3456 indígenas que tributaban dentro de esta jurisdicción, pero
no aclara si este número incluye otomíes, los Pames en las misiones o una
combinación de ambas, además no indican cuál era la proporción que estaba
exenta del pago del tributo (Eguilaz,1965. p.59 y ss.; Reyes, 1879, p.478 y ss.).
El arribo de españoles, mestizos, negros y mulatos a esta jurisdicción debió
iniciarse con el descubrimiento de minerales, y la apertura de minas de plata y
azogue (mercurio) a finales del siglo XVI. Los datos disponibles para 1789
muestran la presencia de 3496 habitantes no indígenas en la villa y para 1792
nos indican la presencia de 285 tributarios mulatos (Gerhard, loc. cit.).
A manera de recapitulación es importante recordar que la edificación de
asentamientos españoles en Xalpa, que tuvo por lo menos 3 fechas claves: su
68
primera destrucción en 1581, su reocupación en 1640 y su refundación en 1743
que fue la definitiva. El surgimiento del poblado de Escanela con la apertura de
sus minas de plata y plomo para 1599. La Villa de Cadereyta presenta fechas
de 1642, aunque otros autores mencionan su fundación en 1627, y para 1697
contaba con 300 españoles avecindados en la zona. Cuando los depósitos
minerales se descubren en Ajuchitlan alrededor de 1700, y los de San Juan
Nepomuceno para 1728, condujo a los pocos años en el establecimiento de los
asentamientos de San Sebastián Bernal y El Dotor (sic), respectivamente. El
surgimiento de los presidios de San José Vizarrón y Santa María Peña Miller se
dieron en 1734 y 1776, aunque este último es un dato aproximado (cf. Reyes
1879; Galavíz 1971 y mapas).
La jurisdicción de Cadereyta para 1794 tuvo 11 asentamientos españoles (los
mencionados, más los de Pinal de Amoles, Arroyo Seco, Escanelilla, Maconí,
Río Blanco, la Villa de Nuestra Sra. del Mar de Herrera o Saucillo), 13 poblados
indígenas entre los que se cuentan: Aguacatlan, Concá, Escanela, Landa,
Pacula, San Gaspar de los Reyes, Zituní, Tancoyol, Tetillas, Tilaco, Tunas
Blancas, Xalpa y Xiliapan. A éste mismo tiempo se tenían 14 haciendas,
localizadas en su mayoría en la porción sur, muy cercanas a Cadereyta, y un
gran número de ranchos. Para este año, Peña Miller y Arroyo Seco
continuaban como presidios, mientras que Pinal de Amoles, El Doctor, Maconí,
y Río Blanco se les clasificó en la categoría de campos mineros, todo esto
dentro de un estado decadente y que tuvo su fin con la revolución de
independencia (cf. Galavíz 1971).
B. PANORAMA ETNICO Y DEMOGRAFICO
Existen reportes muy breves pero tempranos que se refieren a Xalpa (1548) y
la región de Puxinguía para 1552 en la obra compilada por Francisco del Paso
y Troncoso que titula: Papeles de la Nueva España, vol. 1, p.804. También se
cuenta con los censos levantados por Escandón (1742-43), durante la
reedificación de las misiones. Se cuenta con tres valiosas relaciones que
fueron compiladas en el siglo XVI que se refieren a regiones muy cercanas, y
aunque no incluyen a la sierra si la evocan, estas obras son: Relación
Geográfica de Meztitlan, la Relación de las Minas de Cimapán y la Relación de
Querétaro, cada una acompañada de un mapa de la villa y su entorno (cf.
Acuña 1985-87. v.6-9).
Por su parte Reyes (1898), indica que el estado de Querétaro estaba ocupado
por chichimecas y otomís (loc. cit. p.438) y las fundaciones de los distritos de
Cadereyta, San Pedro Tolimán y Jalpan, fueron combatidas por estos grupos y
69
se erigieron para darles asiento o perseguirlos, ya que estos grupos se
encontraban dispersos en hordas y tribus que vagaban en la sierra sin
residencia fija.
Respecto del área de trabajo, menciona que la fundación del Real de Escanela
y la Misión de Maconí fueron las primeras en esta parte de la sierra, las efectuó
Alonso de Tovar y Guzmán, que es hijo del fundador de Huichapan, en el
estado de Hidalgo y tuvieron lugar en 1635 y 1636 respectivamente. El Real de
Escanela en la actualidad corresponde al municipio de Pinal de Amoles,
mientras que la Misión de Maconí cae dentro de la municipalidad de Cadereyta,
en la categoría de juzgado de paz de la municipalidad del Doctor. Los inicios
del asentamiento del Doctor de acuerdo con los datos de Reyes lo ubica para
1728 en que se descubrió mineral, basándose en una serie de documentos
inéditos del cura Díaz de Cadereyta, que datan de 1795.
En esta misma documentación se indica que en el año de 1642, el marqués de
Escalona autorizó la fundación de una villa en el valle de Maya o de San
Nicolás Tolentino bajo el nombre de Cadereyta, con un convento de
franciscanos como un elemento natural de la posesión. Así mismo, se crea el
barrio de San Gaspar como un sector de la población habitada por
chichimecas, y les fue concedida la licencia de asentamiento por el alcalde
mayor, Erutia, en 1672, y en 1690 bajo el gobierno del Virrey Gaspar de
Sandoval.
Cuarenta años después de la fundación autorizada de Cadereyta en 1642, se
establecieron misiones en la Sierra, de acuerdo a los títulos que describe
Reyes, e indica que corresponden a la hacienda de Shaja, y que pertenecía a
la familia Labra del distrito de Zimapán. Durante estas fechas Gerónimo de
Labra (padre) fue nombrado como "Capitán y Protector de los Indios
Chichimecas en las Fronteras de la Sierra Gorda" y con ayuda de los frailes
Francisco de Aguirre y Nicolás Ochoa fundan una serie de misiones en la
región.
Las misiones eran ocho, y estaban repartidas en un radio de quince leguas (la
medida que se ha tomado es la de 4,190 m). La cabecera era Maconí, donde
existían algunas minas de plata y plomo pertenecientes a esta familia. Como
dependientes de esta cabecera, se encontraban las misiones de San Nicolás
Tolentino o Ranas (hoy San Joaquín), el Deconí, San Juan Tetla (que
permanecen con estos mismos nombres), San Francisco o desembocadero de
Tolimán (sin precisar su ubicación), La Nopalera, el Palmar y San José.
70
De acuerdo con las actas de Posesión de los templos, que parcialmente fueron
transcritas por Reyes, en cada uno de estos lugares se celebraron misas
invitando a los chichimecas, anotando en sólo tres casos el número de
concurrentes: La Nopalera (ciento y tantos), El Palmar (setenta) y San José
(ciento cincuenta). Cada una de las iglesias estaba techada de "jacal"
(¿soyate?), con un cuadro de la advocación que se le daba, un altar pequeño y
una campana para el llamado a misa.
Estas misiones fueron incendiadas y destruidas en varias ocasiones, de
acuerdo a una de las actas de las misiones los frailes Aguirre y Ochoa, le
entregaron al Capitán Gerónimo de Labra un cáliz y una patena que Labra
mismo había regalado, y que habían rescatado de los indígenas que habían
quemado la misión de San Juan Tetla. En ese tiempo esta misión estuvo a
cargo de religiosos de la provincia de Michoacán, siendo este dato factible
dado que existen menciones a un litigio para determinar los linderos entre los
arzobispados de México y Michoacán para esta zona.
Algunos años después de la fundación de Cadereyta, se erigió a "seis leguas al
nordeste" un convento de franciscanos con el nombre de San José; a este
lugar los chichimecas efectuaron varios ataques hasta que fue arrasado,
reedificándose posteriormente como un presidio, y en 1734 se agregó a su
nombre el apellido del virrey Juan Antonio de Vizarrón que regía en esa época
a la Nueva España.
En los títulos de San José de Vizarrón, se encuentran datos que en el año de
1717 el virrey marqués de Valero concedió a Gabriel de Ardila los terrenos que
fueron de la misión de San José, 26 años después que fuera destruida por los
chichimecas. Esta adjudicación no fue obra de la casualidad, ya que a este
personaje se le reporta como un integrante de las tropas de Gerónimo de Labra
(hijo), que ayudaron en la pacificación y conquista de las tierras.
Otra población que se encuentran en las estribaciones de la sierra es Bernal,
que remonta su fundación para el año de 1700, en esta región se descubrió oro
y fue criadero de muchos labrados, pero la presencia del mineral fue irregular y
pasó por varias etapas de abandono. Un caso especial es San Pedro Tolimán,
población muy antigua que se registró durante la conquista para los años de
1532, por una concesión de fundo a Nicolás de San Luis, Francisco Sánchez y
Fernando Mendoza de Lima, que desde Xilotepec fueron a fundarlo, y su
posesión fue autorizada (legalizada) en 1560. Un caso muy semejante es el de
la población de Tolimanejo, que fue conquistada por indios de Xilotepec
aunque no especifica las fechas de este hecho. Otro dato que necesita
71
verificación, y una investigación en particular es corroborar la presencia de
Pueblo Viejo, que de acuerdo con la información de Reyes (p.443) está a 3
leguas al oriente de Santa Ma. Peña Miller, sobre este poblado en 1898 apenas
se percibían sus ruinas, pero había sido poblado en el siglo XVI y
posteriormente destruido, muy bien puede tratarse de Puxinguía, que según los
datos en Gerhard (op. cit) lo ubica dentro de esta zona.
En los títulos del Doctor, se encuentran actas del repartimiento de 15
posesiones a soldados milicianos de Cadereyta, que el Virrey Casafuerte
hiciera en agosto de 1724 para la cría de ganados y siembras, con la obligación
para los poseedores de escudar la propiedad, persiguiendo a los grupos de
"bárbaros". El área a que se refieren estos repartimientos se extiende desde el
actual Sombrerete, hasta Tetla y San Cristóbal.
Dado que en esa época no existía la ranchería del Sombrerete, en las actas se
les menciona de acuerdo con sus señas naturales y con nombres que han
permanecido en la memoria colectiva hasta nuestros días. Indica: desde la Laja
en unos montones de piedra que fue vivienda de indios antiguos (sitio sin
localizar), a la Bufa, a la Peña Redonda (el Sombrerete) y la Yerba Buena (Los
Juárez); donde tomaron posesión José de Trejo, Juan de Olvera, Miguel de
Anaya, José Olguin, Narciso de Olvera y Francisco Carbajal.
A pesar del establecimiento de las misiones en 1682 y del repartimiento en
1724, los "indios mecos" (Driver y Driver 1963, p.46) no se sometían y José de
Escandón tomó la resolución de exterminarlos, en virtud de que su obra de
conquista se dirigía básicamente a Costa el Seno Mexicano (Tamaulipas,
Nuevo León y partes del actual territorio de San Luis Potosí y de Texas), y
siendo esta región uno de los accesos, forzosamente debía estar reducida o
pacificada desde el punto de vista de la corona. Se tienen datos que a los
últimos Jonaces se les exterminó en la zona entre 1748 y 1751, a los que
llegaron a ser presos se les enviaron a diferentes obrajes y presidios del estado
y de otras provincias y de acuerdo a las transcripciones de Reyes (op. cit.), en
1755 tan sólo quedaban muy pocos en los presidios y obrajes.
Hasta el momento se han mencionado la presencia de grupos Pames y
Jonaces dentro del área reconocida como Sierra Gorda, pero es necesario
aclarar, que estos grupos se encuentran emparentados lingüísticamente.
Durante algún tiempo el Pame fue considerado como una lengua autóctona,
hasta que profundizando en su estudio por los especialistas, se encontraron
importantes relaciones con la familia Otomiana de Mesoamérica (cf. Maza,
1947. p. 505). Las clasificaciones lingüísticas ahora incluyen la lengua Pame
72
dentro de esta familia, junto con el Otomí, Chichimeca, Mazahua, Matlatzinca
y Ocuilteca. Los tres últimos pertenecen a las "altas culturas
mesoamericanas", mientras que los Pames y Chichimecos Jonaces, se les
incluía dentro del área cultural de cazadores-recolectores del norte de México.
Sin embargo, al ocupar una región de frontera con Mesoamérica, se vieron
fuertemente "integrados" por sus vecinos Otomíes y Huastecos, de los cuales
adoptaron algunos rasgos lingüísticos y otros rasgos culturales, provocando
que los patrones culturales de la nación Pame y de los Jonaces no
correspondan con los demás grupos del norte de México (cf. Soustelle 1937;
Carrasco 1950, p.305). De acuerdo con Kirchhoff (1943, pp. 133-144) nos
ubicamos en un área de transición entre los grupos de cazadores-recolectores
y la Mesoamérica nuclear del siglo XVI.
Un panorama muy diferente se obtiene de la lectura de un trabajo de Ma. Elena
Galavíz (1971), en donde se basa fundamentalmente en un documento
manuscrito de la "Colección Latinoamericana" de la Universidad de Texas en
Austin. Este documento está fechado en 1740 y perteneció a Gerónimo de
Labra (hijo), Protector de los Indios Jonaces, y se intitula "Manifiesto de lo
precedido en la conquista, pacificación y reducción de los indios
Chichimecas - Jonaces de la Sierra Gorda". Este manuscrito se reprodujo
posteriormente en versión facsimilar y paleografiada en la obra de Nieto (1985).
Este documento es una de las descripciones más completas para esa época
de: los límites, parajes, habitantes y misiones de la región para finales del siglo
XVII e inicios del XVIII. (ver fig. III-2)
El padre del autor de dicho documento, con anterioridad ejerció el cargo de
Protector de los Indios, por lo que la fuente aporta una gran cantidad de datos
con gran profundidad histórica y un mayor rigor, a lo indicado por José de
Escandón en épocas posteriores, lo que suscitó una querella con Gerónimo de
Labra (hijo) por la Protectoría y Capitanía General de la Sierra Gorda.
Dentro del "Manifiesto" existe un apartado específico para la delimitación del
área que debe considerarse estrictamente como Sierra Gorda fechado en
1711. Para la descripción y como punto principal de referencia de las
anotaciones de Gerónimo Labra (padre) es el Cerro Prieto, que se localiza a
seis leguas al este de Zimapán. Este punto es de vital importancia ya que las
posteriores referencias se encadenan a él, sin embargo conviene tenerlo bien
ubicado, ya que es muy fácil confundirlo con descripciones posteriores que
hacen referencia a un "Cerro Prieto" que se encuentra en otro paraje.
73
Los límites de la Sierra Gorda de acuerdo al Manifiesto de 1711 son: al norte se
encuentran las misiones de Pacula y Xalpa, la Misión dominica de Aguacatlan y
el Real de Minas de Escanela. Los lugares limítrofes por el sur eran:
Cadereyta, Tecozautla y el pueblo de Tasquillo, este último muy próximo al
puerto de Xithá, que era la entrada principal del camino que comunicaba a la
Ciudad de México con el Real de Zimapán y la Sierra Gorda.(ver fig. III-2)
Por el poniente se encuentran las poblaciones de San Pedro Tolimán, San
Miguel y Santo Domingo Soriano. Por último menciona al pueblo de
Chapulhuacán que "era misión de Chichimecas" administrada por Agustinos,
los pueblos de Jacala y Potrero sujetos al curato de Chichicastla y a la
Jurisdicción de Ixmiquilpan y Metztitlán respectivamente, constituyen su límite
por la banda oriental (Labra, 1711).
Los cerros y puertos que integran la Sierra Gorda son: al norte del Cerro Prieto,
el Cerro de la Presa, y Puerto del Aire; al noroeste, el Cerro de la Media Luna
(Bucareli), la Sierra de la Tembladera, y el Cerro del Portugués. Al poniente del
Cerro Prieto, se encuentra el Cerro de San Nicolás y el Cerro de los Piñones;
en el centro se encuentran el Puerto de las Ranas (San Joaquín), de clima frío
y tierras laborables, Revuelve Gallinas y el Cerro de Santo Tomas; al suroeste
del Cerro Prieto se encuentra el Cerro Gordo (macizo del Doctor). (ver fig. III-2)
Como parte de su descripción indica que en la región abundaban los árboles
llamados Mezquitl, que proporcionan madera para la construcción de ruedas y
linternillas para los ingenios de fundición. El carbón necesario para los
beneficios de metales se obtenía de pinos, álamos y robles de los cerros altos.
En esta región abunda el maguey del que extraían el aguamiel, como un
sustituto de agua y de carácter medicinal para los indios.
Su fauna común eran los leones, lobos, coyotes, conejos, liebres, venados,
gallos, gallinas, gavilanes y culebras. En la región se cultivaba principalmente
chile, maíz y frijol (Labra, 1711).
Para la región la nomenclatura de Labra y Escandón es muy dispar, pero se
pueden reconocer como sinónimos: al Río Grande (Labra) y el Río del Desagüe
(Escandón) como el Río Tula de la actualidad. Fue posible reconocerlo ya que
en ambos documentos indican que corre de este-oeste y se une al San Juan
(del Río) en las Adjuntas y continúa al norte llamándose Moctezuma, y
posteriormente se une con el Estorax o Extorax.
74
Otros cambios en los nombres son: La Desgracia (Santa María de Gracia),
Camarco (Camargo), Los Amoles (Pinal de Amoles), etc. Un elemento más de
comparación consiste en la repetición del nombre para diferentes poblados
como el caso de Tuliman (Tolimán), del que se conocen tres dentro de la zona;
uno al noroeste del Cerro Prieto, otro al sureste y un tercero muy cerca de
Zimapán (Hidalgo). Existen nombres casi iguales, pero deben entenderse como
pertenecientes a lugares distintos, tal es el caso de Las Ajuntas, Las Adjuntas,
en la actualidad se mantiene el parecido, pero se les ha añadido la pertenencia
a un paraje o poblado determinado (v.g. Ajuntas de Tolimán). Algunas de estas
correspondencias se pudieron encontrar gracias a las referencias de mapas,
los datos de Labra y la valiosa información de los habitantes de la Sierra (ver
fig. III-2).
En resumen los grupos que poblaron la Sierra Gorda y que se encuentran
reportados en los documentos de los siglos XVI al XVIII fueron: Pames,
Jonaces (Labra, 1740; Escandón, 1746 citado por: Eguilaz 1965, p. 45 y ss.) y
Ximpeces (Labra, op. cit).
LOS PAMES: de los Pames se tienen escasos datos, de acuerdo con Maza
(1952, pp. 272-273), Gonzalo de las Casas menciona a los PAMIES o
PAMUES; de acuerdo con los datos de Eguilaz (op. cit, p. 119), esta nación era
una población muy extensa y se distribuía desde San José o Fuenclara, hasta
el Puerto del Aire cerca del Real de Zimapán.
También se les encontraba esparcidos en los cerros de Xiliapan y Pacula,
distribuyéndose de la siguiente manera:
LUGARES
FAMILIAS
Xiliapan y Concá
Tancoyol
Pacula, Landa y Tilaco
+/- 100
200
más 200
Cerro Prieto
+/- 300
Xalpa (Jalpan)
+/- 400
Está descrito como un grupo de condición muy dócil, preferían remontarse a la
Sierra que enfrentar a los colonos españoles para defender sus tierras. Se les
describe afectos al trabajo y al comercio con los españoles
La vestimenta de los hombres era a base de camisa y calzón de manta,
algodón o lana; en ocasiones indican que se les veía enredados en mantas
75
anudadas al hombro. Las mujeres eran muy limpias, hábiles y trabajadoras;
hacían mantas muy pulidas, buenos huipiles, petates y petacas en diferentes
calidades de materiales. Ambos andaban descalzos.
Sus casas eran de zacate o palma; su alimentación estaba basada en las
cosechas de maíz en sus sementeras y la recolección de hierbas.
XIMPECES: grupo de condición dócil, que se puso de manifiesto cuando
entraron los Agustinos, los encontraron pacíficos y reducidos. Habitaron el
paraje de PUGINGURA (Puxinguía), sujeto a la doctrina de Xalpa, misión que
fue administrada en un tiempo por los Agustinos y posteriormente por los
dominicos como se había mencionado. Se les trasladó a AHUACATLAN
(AGUACATLAN) donde Labra los conoció (Labra, 1711).
JONACES: Labra los describe como una nación perversa, que dio mucho que
hacer por su naturaleza ociosa y estaba habituada a comer del sudor ajeno.
Según el mismo autor, el nombre de JONACES tenía un sentido peyorativo
para los Ximpeces y Pames, en cuyo idioma significa "comecaballos" (loc. cit).
Este fue el principal grupo residente de la Sierra, operaba en un territorio de 35
leguas cuadradas, desde el vado del Moctezuma, hasta los vados del Texcado,
Tapixes y Salitreros; desde el Real de Zimapán hasta el Puerto de la Media
Luna (cerca de Bucareli) y llegaban a San Pedro Tolimán y La Nopalera
(Galavíz, 1971).
Labra (op. cit) caracteriza a los Jonaces por su "primitivismo", menciona que
andaban desnudos, muy diestros con el arco y flecha, carentes de poblaciones
fijas, y se movían constantemente sobre un territorio fijo para cada banda, entre
los parajes de: Las Ranas, Maconí, Estorax, San Cristóbal, Santa María, Cerro
Prieto, Las Trincheras, Cerro de San Nicolás, Cerro de los Piñones, Cerro
Gordo y las Ajuntas.
Acostumbraban hostilizar a los grupos vecinos de Pames o Ximpeces,
arrasando sus poblados, robando las cosechas y mujeres; para el tiempo en
que los españoles intentaban fundar algún poblado, estos lugares se
convertían en un punto más de atracción para sus ataques y fuentes de
alimentos fáciles. Uno de los ejemplos fue el de Xalpa, que permaneció con
muy poca estabilidad hasta que las campañas de exterminio fueron aportando
sus resultados con el paso del tiempo.
76
Una visión más detallada de la evolución de la región para fines del siglo XVIII
y etapas posteriores se encuentra en los trabajos de Galavíz (1971) y Gustin
(1969).
C. LA MINERIA COLONIAL
Un documento muy ilustrativo para el rubro minero de la región que nos ocupa,
es el escrito por Juan Bautista de Lecumberri en 1772 y se encuentra en el
Archivo General de la Nación, en su serie de Minería, vol. XI, fol. 274-285.
Lecumberri actuaba como tesorero oficial de la caja real de Zimapán y se
encontraba asistido por los diputados de minería y de algunos particulares
entendidos en la materia.
En este documento se incluye información sobre los reales de minas de:
Zimapán y de San José del Oro de la jurisdicción de Zimapán; El Cardonal de
la jurisdicción de Ixmiquilpan, Jacala en la de Meztitlan y por último, El Doctor,
San Cristóbal y Escanela que se encontraban integrados al territorio de la
Villa de Cadereyta.
Este documento contesta a una Instrucción enviada por el virrey Antonio de
Bucareli y Ursúa, en ella se solicitan noticias de las minas que cada caja real
reconoce, indicar cuáles de ellas están activas, su estado de laborío, el nombre
de los dueños, de qué fomentos son capaces, el número de marcos que
producen anualmente, así como las minas abandonadas o denunciadas y
concluye con la solicitud de comentarios para mejorarlas.
Lecumberri informa todos los apartados con excepción del número de marcos
que producía cada mina, "por no contener en sí la mayor ley (los metales), se
misturan y casan con los de otras minas, de que proviene no poder satisfacer
acertivamente cuanto produce la una y cuanto la otra" (Lecumberri 1772).
Menciona más adelante que para las minas del real del Doctor, Maconí y San
Cristóbal: "sus parcioneros han vociferado fantásticamente ser un real,
bastante aventajado, se desvanece esta expresión con decir a Vuestra
Excelencia que toda aquella minería con todas sus insidencias no le producen
a su Majestad anualmente arriba de treinta mil pesos", agregando "... sin
providencias para el apoyo a la mina de San Juan Nepomuceno -mina
principal y que es la que sostiene a las demás- se puede considerar que en
breve termino se inhabilite enteramente -por falta de tiro general-, por razón de
que sus principios la laborearon contra toda ordenanza de minería..." (op. cit.
supra).
77
Esto es particularmente interesante, ya que la mina a que hacen referencia, en
su trazo inicial, se trata de una obra prehispánica, según los datos que
aportaron los recorridos por sus diversas bocaminas.
Este documento en síntesis, menciona: 7 minas de plata para el real del
Doctor; 5 activas y 18 abandonadas para el real de Escanela, con una
indicación para otras más, que por sus reducidas dimensiones se les clasificó
como catas y no se les integrara a las de media labor.
Los nombres de las 7 minas de nuestra zona de estudio son: San Juan
Nepomuceno, Santísima Trinidad, Santa Inés, Mina Honda, San Nicolás,
Nuestra Señora del Carmen y La Santísima Trinidad en San Cristóbal. De las 7
minas se han podido reconocer algunas y estas son: San Juan Nepomuceno,
con igual nombre en El Doctor; Mina Honda llamada hoy El Socavón cercana al
poblado El Doctor; San Nicolás actualmente se le conoce como La Negra en
Maconí y por último, la Santísima Trinidad probablemente es la conocida en
nuestros días como Maravillas, ya que al igual que las anteriores cuenta con
algunas trazas prehispánicas y coloniales en pie.
En 1774 de acuerdo a los documentos de las cajas reales de México, ya se
reportan 5 minas "viejas" para el real de San José del Pinal -hoy Pinal de
Amoles-, además de las mencionadas para 1772 por Lecumberri. Estos
documentos en extenso, con excelente paleografía y notas se encuentran en la
obra Las Minas de Nueva España en 1774. (López y Urrutia 1980).
Para finalizar, Eguilaz (1965, p.45 y ss.) elabora un cuadro ilustrativo de la
distribución de grupos indígenas del siglo XVIII para el noreste de México,
basada en documentos del Archivo General de Indias, en Sevilla, España. Este
cuadro se ha modificado ligeramente para integrar las fuentes que se han
consultado y otras que complementan este trabajo.
78
GRUPO
Huasteco
Jonáz
Pames
Ximpeces
LOCALIZACION
FUENTE
Al sur de Tampico y AGI. Méjico 692. Test. Visita 7a.
congregados en la Villa de Fol. 6 r.
Altamira, sin delimitar en
la Sierra.
Sierra Gorda
AGI. Méjico 690. Test. Diligencias.
A. Fol. 105v.
Labra, 1711. Manifiesto..
Sierra Gorda. La mayoría AGI. Méjico 690. Test. Diligencias.
de ellos congregados en
A.
las Misiones. Lim.
Maza, 1947. p. 495
Meridional: 20° lat. N; lim. Labra, 1711. Manifiesto...
septentrional: Custodia de
Santa Catarina Río Verde,
hasta Tula (Tamps.),
donde estaba la "frontera
de Chichimecas".
Sierra Gorda, en las
Labra, 1711. Manifiesto...
cercanías de Xichú
(Pugingura?).
Para más datos acerca de la estructura poblacional de estos tres grupos vea el
anexo PANORAMA DEMOGRAFICO EN LA SIERRA GORDA, al final de este
trabajo. En donde se presentan censos por rancherías y como cambian sus
frecuencias por años. Como un posible dato importante sobre la penetración
cultural de la Mesoamérica nuclear a la Sierra Gorda, existe el registro
toponímico, ya que a partir de los nombres de las localidades se muestra una
mezcla de raíces nahuas, huastecas y otomianas para poblaciones muy
cercanas entre sí; aunque este tema merece un análisis más profundo por los
especialistas de la materia.
79
Figura III—1. Cambios en la composición territorial durante el siglo XVII y la
superposición de zonas geográficas en las instancias de control.
80
Figura III—2.Mapa de la Sierra Gorda con los datos para el siglo XVIII contenidos
en el documento de Gerónimo Labra de 1711. (redibujado a partir de Galavíz
1971)
81
CAPITULO IV
82
IV. HISTORIOGRAFIA DE LA INVESTIGACION
ARQUEOLOGICA
A. UNA REFLEXION
Para este apartado se intentó recabar la mayoría de la información disponible
para la Sierra Gorda, buscando que fuera exhaustiva, pero creemos que hay
todavía más información disponible, pero que fue publicada en ediciones
locales de muy difícil adquisición, o en publicaciones periódicas de circulación
muy limitada. Con esta pequeña consideración iniciaremos una reseña breve
de cada una de las publicaciones que mencionan algunos de los asentamientos
de la Sierra.
En el curso de la compilación se detectaron materiales de conquistadores,
cronistas, viajeros, eruditos e investigadores no profesionales de la
antropología, así como los trabajos arqueológicos realizados por diferentes
investigadores profesionales de la antropología. Esta recopilación puede
agruparse en tres conjuntos bien definidos y que marcan varias etapas del
estudio de los grupos prehispánicos.
El primero de ellos, está conformado por una serie de personajes que dieron
cuenta del proceso de conquista, reducción, evangelización, pacificación y final
exterminio de algunos grupos que habitaron la Sierra Gorda al momento de su
entrada al territorio que nos ocupa y fue tratado en el capítulo de Antecedentes
Etnohistóricos.
Otro conjunto de referencias está conformado por viajeros, eruditos, e
investigadores no profesionales de la antropología, ubicados temporalmente en
el siglo XIX. Época donde muchos de los viajeros estaban influenciados
notablemente por las ideas victorianas imperantes. Durante este momento
histórico surge la necesidad de validar y en algunos casos legitimar
históricamente a terratenientes, caciques, gobiernos locales y federales,
basados en la "Historia Antigua" y por lo "peculiar" de los grupos indígenas a
los ojos "civilizados" de los narradores.
Estos viajeros, protagonistas, en su afán por descubrir nuevos parajes, culturas
"salvajes" y plasmar las diferencias entre los grupos, actuaron, sin
proponérselo como los etnógrafos de la época, dando cuenta de un contexto
histórico cultural hoy inexistente. en sus trabajos aportan datos acerca de una
serie de "ruinas" o "piezas antiguas", mencionando la localidad donde se
encuentran, descripciones puramente estéticas y su composición.
83
Datos importantes recabados por los viajeros son las narraciones sobre los
caminos, itinerarios, o rutas de comunicación. Reportaron y recorrieron las
rutas tradicionales de su tiempo, los caminos importantes que les fueron
referidos y algunos que ya se encontraban en desuso. Esta tendencia es
claramente revisada para el sureste del país donde se registra el paso de
Stephens, Charnay, Bancroft, entre otros más. Estas narraciones, aparte de ser
amenas por sus descripciones novelescas, dan cuenta de habitantes, lugares y
del modo de vida de los protagonistas.
En síntesis, este conjunto de autores corresponde a una etapa previa en que la
arqueología nacional no se encontraba plenamente profesionalizada, pero
formaron el cuerpo de datos para los trabajos mejor estructurados teórica y
metodológicamente que ya forman parte de la arqueología moderna.
El tercer grupo de investigadores lo integran las investigaciones arqueológicas
profesionales, que desde el final del siglo XIX y los inicios del siglo XX exploran
diversos sitios arqueológicos del país con el objetivo de integrar una historia
cultural de los antiguos pobladores de la nación mexicana, para ello incorporan
una metodología específica para localizar sitios, desenterrar sus restos,
conservar los monumentos, analizar los materiales obtenidos e interpretar el
conjunto de información recuperada. La práctica de la arqueología como en
todas las disciplinas, ha recorrido un sinuoso camino en donde se propusieron
diversos, paradigmas, teorías, métodos y técnicas para el estudio de las
sociedades pretéritas a partir de sus restos materiales, de este modo las
publicaciones poseen una vigencia histórica.
A partir de las lecturas de los diversos autores proponemos integrar una
concepción de la Sierra durante varias etapas de su devenir histórico. Sin
embargo, el conjunto de trabajos recuperados obedecen a diversos enfoques
determinados por el pensamiento de su época, por lo que es preciso retomar
sus datos y reinterpretarlos para plantear nuevas orientaciones y problemas
para el estudio integral (contextual) de la Sierra Gorda.
B. LA HISTORIOGRAFIA
Este capítulo se inicia con la publicación del Ing. Mariano Bárcena de 1872 en
virtud de que en su trabajo dedica una sección específica para describir restos
arqueológicos de forma ordenada y se puede integrar al segundo grupo de
fuentes consultadas, esto es, de viajeros y eruditos. La compilación para este
capítulo se da por concluida hasta el año de 1991 en que se publica un
volumen titulado "Querétaro Prehispánico" donde se reúnen los trabajos de
84
varios especialistas de la arqueología queretana y plantea una visión del
panorama cultural y de la investigación arqueológica vigente hasta nuestros
días.
El punto de partida del rastreo historiográfico nos remite a 1872 en que el Ing.
Mariano Bárcena coordina una práctica de Minería y Geología por parte de la
Escuela Especial de Ingenieros. Recorrieron 4 distritos mineros del estado de
Querétaro e incluyeron la descripción de una amplia variedad de contextos
geológicos. Menciona con especial atención que en la historia del estado se
refieren grandes producciones de plata y que es de vital importancia actualizar
el conocimiento de los yacimientos, sus leyes y sus especies mineralógicas
para conocer las expectativas futuras de explotación. La monografía que
publica aborda datos referentes a la estadística regional, la botánica, la fauna y
la arqueología, resultando un documento con gran riqueza en la información
vertida, pero de manera concisa.
En la descripción del Mineral de El Doctor se refieren los criaderos de azogue y
cinabrio, que se distribuyen en dos zonas dentro de la región: La Desgracia,
esto es, la actual cuenca del Arroyo Grande; y el criadero de Las Cabras, que
coincide con el curso del Arroyo Agua de León. Reproduce parte de una
conseja popular reporta la creencia tradicional de que "un gran número de
catas abandonadas fueron hechas por los indios chichimecas antes de la
conquista con el fin de proveerse de pinturas para cubrir su cuerpo..." (Barcena
1872: p.7). Dato relevante ya que es un eslabón más para reconocer la amplia
profundidad histórica del conocimiento de los grupos indígenas y sus antiguas
obras mineras. Asimismo, reporta el empleo antiguo de "retortas de barro" u
hornillos con vasijas para beneficiar el cinabrio y producir mercurio metálico,
que también es un indicador de la profundidad temporal sobre el conocimiento
de la tecnología particular para el beneficio de este mineral (ibíd. p.8-9).
En el ámbito arqueológico anota:
"En la Sierra de Canoas, á cuatro leguas N. de El Doctor, hay una
montaña elevada y de difícil acceso, que se conoce con el
nombre de Cerro de la Ciudad. Su Parte superior está terminada
por una meseta espaciosa donde se ven las ruinas de una serie
de baluartes y fortificaciones colocadas con una habilidad
admirable, que revela la inteligencia guerrera de sus autores. por
el lado N.E., como á 12 m. del principio de la meseta, se
encuentran las ruinas de la primera fortificacion, que es de base
cuadrada, y está seguida de otras tres colocadas en serie a
distancias muy cortas. A estas se siguen otras que estan en la
misma direccion y protegidas lateralmente por dos grandes
85
fortines, que ocupan gran parte del perimetro de la meseta y se
terminan en la direccion de un baluarte principal, que aunque muy
arruinado en la actualidad tiene 12 m. de altura. Siguiendo la linea
de la meseta hacia el S.O., se presenta una gran plataforma
rectangular de 500 metros cuadrados de superficie. Parece que
este lugar era el que mas se cuidaba de defender, porque
ademas de estar resguardado por dos grandes fortines de 3
metros de altura, se notan a sus lados las ruinas de una serie de
baluartes pequeños y muy aproximados. Después de la
plataforma, siguen diversos grupos de fortificaciones de diferentes
alturas y situadas de tal manera, que al mismo tiempo que
protegen a los baluartes del centro, se aproxima a los bordes de
la meseta para defender los puntos más accesibles (op. cit p.16).
"Al entrar á la explanada del cerro donde termina una rampa, esta
colocado oblicuamente un gran fortin que domina todo el camino.
El número de fortificaciones que pueden contarse asciende á
cuarenta y cinco, y algunas de ellas conservan en parte su figura.
Uno de los valuartes (sic.), situado en el extremo S.O., se
compone de un zócalo de 2,50m. de altura que sostiene un muro
en talud coronado por una saliente, sobre el cual se apoya un
torreon ya arruinado. Los demas baluartes, que están menos
conservados, parecian tener formas semejantes á la anterior.
Todas las fortificaciones están construidas con lajas de calizas
paralelipípedas (sic.) unidas por cimientos calcáreos y arcillosos...
Sobre las ruinas de dichas fortificaciones habia crecido un
hermoso bosque de encinas, que la mano de la ignorancia
destruyo últimamente por medio del fuego. En uno de los
baluartes se conserva un tallo carbonizado, cuya seccion
horizontal tiene cerca de un metro de diámetro, y por el número
de zonas que es posible contarle puede asegurarse que tuvo mas
de trescientos años de existencia... Las observaciones geologicas
del terreno y la naturaleza del cimiento con que estan unidas las
lajas calizas, demuestran claramente que estas construcciones
militares son relativamente recientes, pues dicho cimiento esta en
gran parte formado por arcilla rojiza, idéntica á la que depositan
actualmente las aguas pluviales y que proviene de la alteracion
de las masas de pórfido, así como de las pizarras margosas"
(Barcena 1872: pp.17-ss.)
En estos pasajes se puede apreciar la concepción de las ciudades antiguas
imperante en la época, donde los basamentos piramidales y juegos de pelota
se consideraban elementos arquitectónicos militares; por otra parte, hace
referencia a la posible existencia de una calzada de acceso al sitio de Ranas, y
que, en la actualidad no se encuentra registrada, más aún, la información que
aportan las dos litografías que reproduce son muy importantes para reconocer
el sitio y uno de sus edificios más importantes, de esta forma la construcción se
asocia al juego de pelota número 2 del sector actualmente conocido como
86
Ranas I (ver fig. IV-1). Las anotaciones sobre el sistema constructivo son
importantes ya que, en las exploraciones realizadas hasta el momento, la capa
de arcillas rojas que reporta es un elemento constructivo característico y se usó
como firme para los pisos de estuco y apisonados de arcilla amarilla. Respecto
al origen de este sedimento en términos generales su apreciación es correcta,
aunque no puede emplearse como un rasgo que denote la antigüedad de las
construcciones.
Mariano Bárcena continua su narración anotando el gran número de edificios
que existieron en la región al tiempo de su visita y refiere con especial atención
uno de los grandes montículos de la Ranchería de Ranas, este paraje
corresponde con el sitio San Joaquín. Ahí reporta la existencia de un
basamento piramidal con 20 metros por lado en la base y cuatro escaleras bien
orientadas, una por cada costado; asociados a esta estructura existieron
coesillos que confunde con sepulcros, ya que encuentra enterramientos con
ofrendas de conchas marinas, piedras verdes, utensilios de barro, etc. (ibíd.
p.17). Concluye su narración del aspecto arqueológico con un reconocimiento
de la importancia de estos monumentos y la necesidad de que se conservaran
por las sociedades científicas de su tiempo como la Sociedad de Geografía,
Estadística e Historia, además de vislumbrar la pertinencia de la promulgación
de una ley para su protección.
Otra referencia temprana a los sitios serranos proviene de Bartolomé
Ballesteros, publicada en junio de 1872, en el Boletín de la Sociedad Mexicana
de Geografía y Estadística. En un primer trabajo hace una descripción del sitio
de La Quemada en el estado de Zacatecas, pero como una nota, indica que
dentro del área que comprendía el Mineral del Doctor, le enseñaron dos sitios
que el cataloga como "fortalezas", adjudicando el nombre con que los
habitantes de la zona los conocen, esto es: "Ciudad de Ranas" y "Ciudad de
Canoas". En esta primera mención no les da la importancia que tienen y anota
pequeños datos en torno a su ubicación, su sistema constructivo a base de
lajas y que ambas están circundadas por una "muralla" (Ballesteros 1872, p
250-256).
En un segundo viaje, para recorrer las minas de azogue del mineral del Doctor,
que entonces funcionaba como cabecera municipal, vuelve a retomar su
primera descripción y la amplía. Su trabajo lo da a conocer en noviembre del
mismo año, y aparece publicado en el mismo Boletín bajo el título de
"Monumentos Antiguos: Ciudad de Ranas". Su descripción inicia con una
florida exposición del paisaje, con referencias sobre la existencia de un bajío o
87
pequeña laguna donde existían ranas, en lo que hoy ocupa la población de San
Joaquín, de ahí el nombre del sitio arqueológico según sus informantes.
Como dato importante Ballesteros menciona en este artículo:
"Sobre todas las lomas que parten de allí, se dejan ver aun los
vestigios de sus monumentos, particularmente lo que llaman
Cuicillos, sembrados por todas partes, desde las caídas del
pueblo de Doctor, hasta las márgenes de los ríos desagüe (Tula San Juan - Moctezuma), frente a Zimapán y hasta el Estoráx, que
da frente al Pinal de Amoles" (Ballesteros 1872, p.775)
Con esta mención el autor nos hace reflexionar sobre la cantidad de vestigios
es importante para esta zona, aun cuando sean pequeños asentamientos o
rancherías que rodean a un asentamiento mayor, que de acuerdo con
Ballesteros, la ciudad de Ranas funcionó como punto rector o capital, basado
únicamente en sus dimensiones y cantidad de montículos. Además describe un
asentamiento que no ha sido localizado en la actualidad de la siguiente
manera:
"Un lugar circuido de pequeñas prominencias, con todas las
formas de una plaza circular, con bastantes restos de
monumentos, que han sido destruídos por la ignorancia y la
codicia. Ahora mismo y en mi presencia, se destruían por un
vecino los últimos restos de un cuicillo para fundar su casa, sin
que le hicieran poner término a su obra la presencia de los
cadáveres de un hombre y una mujer, cuyos cráneos, que
deseaba yo traer, fueron reducidos á polvo al simple contacto de
la mano." (loc. cit.)
Aparte de datos sobre un patrón arquitectónico para la región, menciona la
práctica común en la zona al destruir los montículos para obtener piedra para la
construcción, ya que las lajas que sirven de recubrimiento a las estructuras, en
la mayoría de los casos están bien trabajadas, con caras bien definidas y de
tamaños regulares, de ahí que los pobladores las consideren como buenos
bancos de material. Otra de las causas del saqueo de las estructuras consiste
en la recurrente creencia de que en los montículos "encontraran oro", porque
"salen vapores, canta un gallo o tañe una campana" y solo se topan con
"piedras, huesos y cacharros" de acuerdo con sus propias palabras.
Un punto importante para este autor, fue no creer que se trataba de gentes
chichimecas, basado en la toponimia de algunos lugares como lo serían: Tetla
y Ocotitlan de raíces nahuas, mientras que Maconí y Deconí corresponden a
vocablos otomíes; por todo esto llega a la conclusión de que poblaciones
88
nahuas y otomís se asentaron en la región, pero en una época posterior a la
fundación de las dos ciudades de Ranas y Canoas.
Durante su exposición, nos hace dudar que el sitio que llama Canoas
corresponda con el que actualmente se conoce con este nombre, dado que
este último no es tan grande y se localiza en un valle intermontano entre las
poblaciones de San Joaquín y Esperanza; mientras Ballesteros menciona: "...
se trata de un asentamiento amurallado en la planicie de un cerro, y con un
frente hacia el cerro de San Nicolás que está al sur...". Ante estos datos
podemos inclinarnos a que Ballesteros visitó el sitio que actualmente
conocemos con el nombre de Toluquilla y las murallas son las nivelaciones,
muros de contención y terrazas de las plataformas y laderas.
Menciona además la existencia de otros sitios arqueológicos entre estas dos
ciudades que bien pueden corresponder con los sitios en las poblaciones
actuales de San Joaquín y El Deconí. Como nota final este autor solicitó a la
Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística que formaran una comisión
para que realicen estudios más detenidos, levanten planos y describan con
más detalle estos sitios.
También en 1872, se realiza en el mineral de El Doctor otra práctica de
mineralogía y geología de la Escuela de Mineralogía dirigida por Don Mariano
Bárcena, cuya memoria presentada a Don Blas Balcarcel, que ocupó la
dirección de la Escuela Especial de Ingenieros. La publicación de esta
"Memoria" quedo a cargo de el Ministerio de Justicia e Instrucción Publica par
el año de 1873 (Bárcena 1873, p.1-2).
En esta memoria se dedica un apartado especial para la arqueología, en donde
narra los hallazgos en la "Sierra de Canoas" que se localiza 4 leguas al norte
de El Doctor, y en el "Cerro de la Ciudad" y describe: "Su parte superior esta
terminada por una meseta espaciosa donde se ven las ruinas de una serie de
baluartes y fortificaciones colocadas con una habilidad admirable, que revela la
inteligencia guerrera de sus autores." (Bárcena 1873, p.16. Ver fig. IV-1)).
Aun cuando la distancia que indica es muy grande, se refiere a la región que
actualmente se conoce como Canoas y La Veracruz, esto fue posible verificarlo
a partir de los datos aportados por Don Fausto Ledesma10, antiguo arriero y
minero, donde menciona que esa zona se le conocía con ese nombre a
principios de siglo.
10
(1986) Q.E.P.D.
89
La descripción que realiza del "Cerro de la Ciudad", actualmente conocida
como Toluquilla, se ajusta a los parámetros ya mencionados inicialmente por él
y después por Ballesteros. En esta obra también se refiere a la zona
arqueológica de San Joaquín, de la siguiente manera:
"A tres leguas N.O. de Canoas están situados algunos cerros que
rodean el pequeño valle en que está la ranchería de Ranas. En la
mayor parte de dichos cerros existen numerosas ruinas de
poblaciones indígenas que testifican la civilización y el gusto
arquitectónico de sus habitantes. Sobre una eminencia al N. de
dicho valle se ven los restos de una pirámide cuadrada, cuya
base tiene 20 metros de lado. Se subía á ella por cuatro
escaleras perfectamente orientadas que conducían á la
plataforma superior. Cerca de la pirámide existen los vestigios
de un gran sepulcro ó coesillo, que solo guardaba un cadáver; tal
vez de un personaje distinguido, como lo demuestran la magnitud
del túmulo, así como la variedad de los accesorios encontrados
junto á la osamenta, y que consistían en conchas marinas,
utensilios de barro, cuentas de espato calizo &c [etc.]. Al pié de
esta colina está una encina frondosa que los habitantes del lugar
llaman Arbol Bendito, porque según la tradición, bajo su sombra
decia misa y explicaba la doctrina cristiana á los indígenas el
padre Soriano, religioso domínico. El altar era de una roca
calcárea que domina grande espacio de terreno. Próximo a ella
está un manantial circular de dos metros de diámetro; sus aguas
son diáfanas y de sabor calcáreo. En ellas fueron bautizados los
nuevos cristianos." (Bárcena 1873, p. 17. -los corchetes y
enfatizados son míos-).
La descripción que realiza del asentamiento es muy importante, ya que si bien
existen los restos de una plataforma grande, los arranques de un basamento
piramidal y de dos edificios de planta rectangular, la referencia de que el
basamento piramidal mostrara escalinatas en cada uno de sus costados es el
único dato que nos puede indicar que se trata de un edificio con características
arquitectónicas del postclásico y hasta el momento, es la única evidencia de
este tipo de restos para la región serrana. Por otra parte, el Arbol Bendito aún
permanece en la memoria de los pobladores del actual San Joaquín y
corresponde a una añeja encina que para 1985 tenía poco de haberse secado.
Sin embargo, es claro que las referencias históricas de la ubicación de un altar
para el oficio religioso por lo menos nos remontan al siglo XVIII, donde ya
existe un poblado permanente y pacificado.
Avanzando en el tiempo, en 1879, el Ing. José María Reyes da una conferencia
muy amplia y ambiciosa, ante la Sociedad Mexicana de Geografía y
Estadística, donde se refleja la concepción de la "Historia Antigua" imperante
90
en su época. Su trabajo básicamente se enfoca al análisis de fuentes indígenas
e hispanas, a describir la región a partir de sus visitas y una buena dosis de
interpretación muy personal de la "Historia Antigua", buscando el paralelismo y
puntos de semejanza para dar una idea de la difusión de las culturas, tomando
como punto de origen a las culturas clásicas del viejo mundo. (cf. Reyes 1879).
Su trabajo está planteado básicamente en 5 partes en donde da su visión,
desde el poblamiento del continente americano, la historia tolteca, azteca, un
apartado específico para los chichimecas, uno más amplio para la etapa de la
conquista y colonia donde realiza transcripciones parciales de los documentos
de archivos municipales y parroquiales de Cadereyta y Vizarrón. Por último un
apartado para la descripción general de la sierra al momento de su visita.
"...en los Moctezumas distante de Cadereyta veinte leguas. La
ruina es ahi mas completa de lo que se ve en Toluquilla y
Ranas. Dificilmente se conocen los cimientos, ocultos por los
escombros y el monte. Hacia el Poniente, dominando la subida
del rancho de Camargo [Moctezumas de la Laja], están los restos
de una trinchera [juego de pelota] cuya dimensión no puede
saberse por destruida, midiendo menos de un metro de altura en
un solo punto, pero del mismo caracter de las anteriores,
aplicando talud. De tiempo inmemorial ha sido allí el camino para
el Pinal de Amoles, y últimamente dándole comodidad para
llevarlo hasta Xilitla, lo ensancharon por entre las mismas ruinas.
Lo poco que queda y llama la atención es, que una pared
aparentemente comenzada, con piedra labrada de cal común, no
esta como decimos; [la] colocaron de canto con inclinación a la
primera carrera, que con la de arriba y en sentido contrario
formara un zigzag. Dieron betún a un piso con cal arcillosa de 2 a
3 pulgadas de espesor. La piedra que en lo general emplearon en
todas las construcciones, no la labraron, solamente le buscaron el
rostro. El terreno ocupado por lo que se ve de Cuicillos, son unos
600 metros longitudinales de NE a SW, por 80 de ancho, con tres
alturas naturales y dominantes. Era esta una población como las
anteriores descritas, con el fin ulterior de hacerla plaza de guerra
[...] situada a la mitad de la larga cuesta que desde el rancho del
Pilón [que] conduce a la sierra del Pinal, tenia, como las otras,
condiciones ventajosas para una retirada en desbandamiento, a
las quebradas de la sierra, en todas direcciones. Al sur, y a una y
media leguas, hay otro lugar llamado Plazuela, en que también
abundan los coecillos, indicio de otro pueblo auxiliar. El nombre
de los Moctezumas debe seguramente su origen a las fuerzas
expedicionarias que en nombre de los emperadores recorrian
todo el país en son de conquista: es posible que hubo allí algún
tiempo guarniciones aztecas, y tal suposición se presta para
fundar el mismo nombre dado al río de Moctezuma, a unas seis
leguas mas allá de Jalpan [...] Siguiendo del Pinal a Escanelilla,
91
se ven coecillos en el rancho de los Arquitos. Un poco mas allá
del rancho de las Tres Cruces (*), en el Agua del Cuervo, el
camino nuevo para Jalpan paso [por] entre [los] restos de las
mismas construcciones antiguas; un cuarto de legua mas
adelante, en el Puerto de las Vigas, hay una ruina cuadrada de
unos 12 metros, con una altura de 5, todo mutilado, pero
mirándose aun en dos cuerpos la arquitectura de Toluquilla, de
laja sin labrar buscándole el rostro para dar frente: los escombros
de este lugar rodean el cerro haciendo la figura de una herradura
[...] Cerca del Real de San Pedro (*), el Rancho de Tonatico es
otro extenso pueblo de la antigüedad, en que se ven los caseríos
destruidos como los anteriores. los hay igualmente formando un
grupo considerable y en el mismo estado, en el Rodezno,
vertiente del Río Escanelilla y Ahuacatlan (*); lo mismo que mas
allá de Jalpan, en la Colonia, continuando aunque en menor
escala, hasta el Pánuco (Reyes 1881, pp. 410 y ss. - los
paréntesis y enfatizados son míos-).
Los puntos marcados con un asterisco (*) son lugares que nos han reportado y
verificado como asentamientos arqueológicos, aunque no están registrados con
los mismos nombres. Con las descripciones podemos guiarnos, aunque no con
mucha confianza, para localizar una buena cantidad de sitios cercanos, nuestra
inseguridad radica en los cambios de nomenclatura en los parajes que han
existido desde la época de Reyes hasta nuestros días. Del mismo modo, en la
actualidad se conoce con el mismo nombre a diferentes localidades o
rancherías.
En sus descripciones de los asentamientos en la Sierra Gorda, Don José María
Reyes menciona que fueron reportados en primera instancia por Ballesteros,
en su apartado de la historia tolteca, a los que en un primer momento les
adjudica la edificación de estas ruinas, así señala:
"A tres leguas N.E. de la municipalidad del mineral del Doctor,
Distrito de Cadereyta, jurisdicción del rancho de Canoas, en una
altura como de 300 metros verticales, escogida con una sola
entrada, se halla la fortaleza...Es una construcción á que las
gentes de la Sierra llaman la ciudad de Toluquilla, de 700 metros
longitudinales, y su mayor anchura, donde el terreno casi cortado
á pico lo permite, llega a 72. La figura del cerro es un óvalo con
declives que parten del centro á los extremos: tiene en pié, puede
decirse, 53 edificios, y el fuerte del Norte aun permanece con una
altura de 8 metros, con tres cuerpos sobre talud, dominando
desde el atalaya hasta el centro de la ciudadela, protegida por
otros cuatro fuertes ya en deterioro, porque algunos apenas
tienen 3 metros de alto, y el mismo abandono se ve en las demás
casas, algunas de ellas en cimientos. Ese fuerte del Norte tiene
una plataforma mirando al N.W., de 1 ½ metros de ancho por 2 ½
92
de altura: en el centro y desde el piso inferior arranca una
escalera que ocupa la tercera parte de 10 metros; poco inclinada,
y o estrecho de los treinta peldaños que tiene en todo, solo puede
subir y bajarse andando de lado. Combinado con el paralelo
cuadrilongo de 37 por 10 ½ metros, en un principio seguramente
no tuvo más entrada que la rampa del Sur; hoy tiene varias. Esta
doble muralla se hace rara buscándole las reglas de una defensa
tal cual la hariamos hoy, colocándonos de manera que el
parapeto nos llegara al pecho para manejar un arma, pues tiene
el inconveniente de que un hombre sobre l terraza interior, con
dificultad lo alcanza con la mano..." (Reyes 1879, p.402)
"Las calles son pasillos estrechos, apenas con 1 ½ metros de
capacidad, presidiendo el programa de impedir grandes grupos.
Al S.E. la montaña está más defendidas todavía...escalonaron
plataformas ó baluartes avanzados...No pertenecen á los toltecas
ni á los aztecas...El llamar á esta ciudadela Toluquilla, sin duda
es título dado por los conquistadores de esta Sierra, en el siglo
pasado de 1800. Su mediana conservación, que aun permite
delinearla y sacar vistas, se debe al aislamiento en que
está..."(loc. cit. p.404-406).
Reyes continúa su relato con la mención de un asentamiento intermedio entre
Ranas y Toluquilla, que posiblemente se trate de sitios que hoy conocemos
como Canoas o el Deconí, San Joaquín y San Antonio, y los refiere de la
siguiente manera:
"Partiendo de Toluquilla al N.W. por el camino del Derramadero,
hay unas dos leguas a la Congregación de Ranas; pero á media
legua vuelve á verse el mismo pensamiento de defensa, en
trincheras de la misma construcción, en un flanco de la cañada y
en las alturas; se encuentran igualmente en el cerro de San
Antonio, al Sur é inmediato á Ranas, y en el centro del pueblo hay
un anfiteatro de unos 12 metros de diámetro por 2 de alto, que
hoy utilizan en guardar pasturas...La ciudad, como también
llaman á las ruinas de Ranas, queda á una media legua; forman
un ángulo obtusa dos eminencias estrechas y prolongadas que
corta el abismo de la barranca al Norte, y en ellas se cuentan
treinta y seis ruinas de diversas dimensiones y poca altura. Hácia
el S.E. se notan extensos atrincheramientos, también sobre otra
barranca con declives de acceso, y el todo no tiene más de una
entrada fácil...En este terreno se hacen siembras frecuentemente:
hay alguna población en Ranas, y esto explica lo avanzado de la
destruccion...En un cerro inmediato al N.E. de estas ruinas fué
hallado...un relieve en basalto. La figura primitiva de toda la
piedra debió ser un medio punto ó una U, para verse recostada ú
horizontal. Mutilada como está, mide del medio de la rotura al
ángulo de la derecha 39½ centímetros, por 11 de ancho y 9 de
grueso. Pesa 24½ libras. Los relieves de los res lados no deben
93
haber sido hechos por pura ornamentación, pero su significado se
escapa por falta de continuidad. El rostro, con sus atavíos, es de
un dios ó de un rey guerrero; el perfil, sin ser de una severidad
perfecta, por lo apagado del ojo y lo corto de la nariz, disimulada
por el pendiente que lleva, no tiene semejanza con el tipo griego
ni romano..." (op. cit. p. 408-409)
Aun cuando su descripción la realiza con un lenguaje muy florido no deja de ser
un documento de un valor inapreciable, puesto que da cuenta del estado de
conservación de los sitios, aparte de que incluyo grabados de algunos edificios,
que sirven de material gráfico para los trabajos de consolidación y restauración
que eventualmente se efectúen en los sitios. Este trabajo es importante
también por la publicación de los planos del Ing. Primer Pawell que se
constituyan como el primer documento gráfico que contiene la disposición de
las estructuras principales, algunas de ellas se han perdido por el saqueo y la
obtención de piedra para la construcción de las casas del pueblo cercano. La
interpretación que realiza de los asentamientos, estaba condicionada por el
pensamiento de la época, y la terminología empleada para su descripción, se
basa en la creencia que se trataba de fortalezas por ello a los juegos de pelota
les asignó la función de trincheras defensivas de la estructura que los remata.
(Ver fig. IV-2,3).
Menciona marginalmente la existencia de una planificación en la distribución de
las estructuras, algunos detalles de su sistema constructivo y da algunas
observaciones en torno al patrón de asentamiento en la región, así una de las
constantes es la ubicación en las partes altas de los cerros. Documenta la
presencia de un fragmento de yugo y las circunstancias en que se encontró,
junto con una serie de grabados del mismo. Llama la atención que al concluir
su trabajo indica que el grupo que habitó la Sierra Gorda, cultural y
cronológicamente no pueden considerarse dentro de la era "tolteca" y es
necesaria una investigación más profunda, planteando la idea de conservar los
vestigios como parte de un patrimonio cultural al que no se le puede volver la
cara, porque pueden ayudar a comprender mejor la Historia Antigua de México.
Herbert W. Bancroft en 1883 retoma las descripciones de Ballesteros (1872a y
b) y de García Cubas para el sitio de El Cerrito en el valle de Querétaro, para
dar una breve nota sobre estos asentamientos. Al momento de su recorrido
indica que los sitios aún se conservan de acuerdo a las descripciones
aportadas por estos autores. En su obra considera como parte de los sitios de
la época tolteca (Bancroft 1883, pp. 483 y ss.). Como parte de sus viajes en el
territorio mexicano, indica que partió de la ciudad de Querétaro después de
visitar las "Ruinas del Pueblito" -hoy estudiada y delimitada como El Cerrito, por
94
parte del INAH-, viajo rumbo a la sierra para llegar a Cadereyta. Desde este
punto tomo la dirección del "Cerro Gordo" o sierra de El Doctor, pasando por la
Mesa de León, Cerro Prieto, Chavarrías y se detuvo en el "Mineral del Doctor",
famoso por sus minas de plata que datan del siglo XVII (San Juan
Nepomuceno). Durante su estancia en El Doctor, menciona que recorrió rumbo
al norte por las montañas de Pinal, y posteriormente continuo su viaje por el
"Partido de Zimapán", tocando los poblados de Jacala, Chapulhuacán y Valles
(op. cit. p.486).
Bancroft cita que García Cubas le proporciono los datos e itinerario a seguir
para realizar este viaje, y dentro de su obra reproduce los grabados publicados
por Reyes en 1881 (ibídem, pp. 486 y ss).
Posteriormente, ya en primer tercio de nuestro siglo, el Arq. Ignacio Marquina
reproduce los planos del Ing. Pawell en su obra "Estudios Comparativos
Arquitectónicos de los Monumentos Arqueológicos de México" que data
de 1928 y fue publicado por la Secretaría de Educación Pública. Esta obra
básicamente se concibió como una aportación al XXIII Congreso Internacional
de Americanistas, y tuvo como cede la ciudad de México.
En ésta obra se plasma un resumen de los conocimientos de la arqueología
mexicana, tratando de dar una interpretación global a la dinámica de los
diferentes tipos de asentamientos que se conocían en México y sus países
vecinos, en donde se comparten algunos rasgos culturales y se interpretaban
como parte de una misma tradición histórica. Marquina interpreta los sitios de
Ranas y Toluquilla como ciudades arcaicas que compartieron rasgos con la
región del Tajín y el Pánuco (Marquina 1928).
Anota que, tal vez, hayan sido lugares fortificados en un principio por
necesidades puramente militares, y posteriormente se emplearon como centros
religiosos (ibíd., p.11). La necesidad defensiva que hace referencia la explica
por su posición en un área de transición con otros grupos o culturas.
A partir del análisis de los elementos arquitectónicos que realiza en estos sitios
indica: son ciudades en donde la disposición general de las construcciones se
conciben dentro de un plan general de distribución. Las dimensiones y
ubicación de las mismas se encuentra condicionada por la topografía general
del terreno, pero distribuyen sus estructuras de forma simétrica de acuerdo a
los ejes longitudinales del cerro (op. cit. p.12).
95
Cuando analiza los elementos de las construcciones en particular, indica que el
sistema constructivo es a base de lajas acomodadas en hiladas horizontales,
revistiendo un núcleo de piedras irregulares de mayor tamaño. Las "trincheras"
que mencionó Reyes ahora las interpreta como "juegos de pelota" con
paramentos de 4 m de altura. Elementos arquitectónicos que menciona es la
presencia de cornisas y muros generalmente en talud para edificios de planta
rectangular. A diferencia de Reyes que las planteaba como "castillos y puntos
de vigía". El arquitecto Ignacio Marquina reporta construcciones piramidales de
dos o tres cuerpos, con escaleras ligeramente remetidas y al parecer una
construcción en lo alto, (op. cit. supra. p.16 y ss.).
En este trabajo reproduce los planos, cortes y plantas de Pawell que se
publicaron junto con el trabajo de Reyes, anotando que Ranas y Toluquilla en
términos arquitectónicos comparte rasgos con la región del Tajín y el Pánuco,
sin definir si estos sitios conforman un estilo propio (Marquina 1928, pp. 29 y
ss.).
Durante los años 30's, y 40's la sierra Gorda vuelve a ser recorrida por los
investigadores Eduardo Noguera y Emilio Cuevas, de estos estudios existen
informes en el Archivo Técnico de la Dirección de Arqueología e incluyen
fotografías. Las visitas de inspección a los sitios de Ranas, Toluquilla y El
Cerrito, tuvieron la intensión de verificar los planos de Pawell y el esquema de
Morfi, además del estado de conservación de las ruinas. Sus informes indican
que además de estos asentamientos visitan los sitios de El Deconí y Canoas,
anotando la existencia de un gran número de vestigios dispersos en el área
comprendida entre Ranas y Toluquilla (cf. Cuevas y Noguera 1931; Noguera
1931 y 1945).
Sus trabajos son importantes porque ponen de manifiesto las discordancias en
la concepción de las zonas de Ranas y Toluquilla, en el aspecto de
terminología, por ejemplo, Ballesteros y Reyes llaman a los edificios más altos
como castillos, atalayas, y a los juegos de pelota como trincheras; enfatiza que
estas ruinas no pertenecieron a los grupos chichimecas del postclásico y tienen
una cronología más amplia que se extiende por lo menos a la etapa del clásico,
esta observación se basa en elementos arquitectónicos como el de talud y
tablero, algunos casos de cornisas, esculturas en piedra y cerámicas que
guardan estilo muy semejante a Teotihuacan y Tajín (Cuevas y Noguera 1931 y
Noguera 1945).
Noguera (1945) anota que existen discrepancias con el plano del Ing. Pawell;
para Ranas, en primer lugar no están indicadas las grandes diferencias de nivel
96
existente entre los grupos de edificios, por ello calcula la diferencia entre los de
la cúspide y los más bajos (en el puerto), con una resultante de 70 a 90 m
aproximadamente.
Para Toluquilla refiere 3 clases de estructuras y son: 1.- HABITACIONALES;
son las más numerosas, agrupadas alrededor de otros edificios, normalmente
son de planta cuadrangular y conservan parte de sus muros en pie. 2.PLATAFORMAS DE SOSTEN Y EDIFICIOS; son construcciones sólidas, con
escaleras en uno de sus lados, normalmente son rectangulares o cuadradas.
3.- JUEGOS DE PELOTA; claramente detecta 2 para Toluquilla y 5 para
Ranas.
Realizó excavaciones para buscar sus arillos o marcadores, pero lo refiere
como un dato aislado, sin especificar la ubicación precisa de pozos o calas y la
extensión de las mismas. En el caso de Ranas da una localización aproximada
en Ranas esto es, en la entrada poniente y en el vértice de los dos cerros. En
Toluquilla, la ubicación es al centro de los paramentos que definen la cancha
del juego de pelota y en zonas donde se acumulan los desechos al este del
sitio (cf. Noguera 1945)
Por otra parte, rechazan la idea de Ballesteros y Reyes de que ambos
asentamientos estuvieran amurallados, pero sí los considera fortificados
"naturalmente" por su posición en los cerros. Basados en los restos cerámicos
y líticos relaciona los asentamientos con Teotihuacan, los Huastecos y los
Totonacas; al revisar las colecciones de los habitantes de la región, observó
materiales que, en sus palabras, "son de un decidido estilo teotihuacano", tal es
el caso de vasos cilíndricos con paredes rectas, altas, soportes almena y botón,
en ocasiones algunos soportes anulares; "candeleros" en piedra de estricta
filiación teotihuacana; además extienden su cronología hasta el postclásico
temprano al encontrar figurillas y tiestos de estilo "mazapa" (op. cit.).
La relación con los grupos de la costa, ubicados al oriente, la establece por el
sistema constructivo a base de lajas. En lo que respecta a materiales
cerámicos, considera las vasijas de borde angosto que forman un ángulo
agudo en su unión con la base; vasijas de poca altura de fondo plano a
ligeramente cóncavo, que posiblemente estuvieron provistas de soportes y
manufacturadas en un barro negro bien quemado y perfectamente pulido, como
afines a los casos de Tempoal y Pánuco.
En los casos que según Noguera muestran su más clara relación con los
grupos totonacos, son yugos en piedra, que observó en forma fragmentaria en
97
las colecciones de los lugareños, y de acuerdo con sus informantes provenían
de las zonas aledañas a las ruinas de Ranas y Toluquilla. Por otra parte, esta
afinidad la enfatiza más por la presencia relativamente frecuente de conchas
marinas en esta región que revelan el contacto con pueblos marítimos.
Los informes de estos trabajos casi en su totalidad se publicaron en los Anales
del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía hasta 1945, en el
volumen 3 de la serie (Noguera 1945).
Durante 1935 Jacques Soustelle, investigador profesional de la antropología,
publica una nota sumaria donde hace del conocimiento de la comunidad
científica la existencia de un proyecto Arqueológico y Etnológico en la Sierra
Gorda, su objetivo es obtener un panorama cultural de los grupos Oto-Pames y
determinar sus cambios a lo largo del tiempo. En esta nota, informa que visito
los sitios de Ranas y Toluquilla como parte de sus recorridos en una antigua
región pame y que en la actualidad está poblada por mestizos y otomíes
(Soustelle 1935).
Aparentemente, una gran parte de los resultados de esta investigación se
publicaron en 1937, pero no da a conocer cuántos sitios arqueológicos registró
durante su recorrido, ni la localización ni los dibujos de los mismos. Sin
embargo, su contribución es un importante panorama de los cambios que han
sufrido los grupos Oto-pames a lo largo del tiempo (siglo XVI a 1935). Los
describe físicamente, en los aspectos de organización social, rasgos culturales
y lingüísticos, y los compara con los grupos vecinos de los estados de México,
San Luis Potosí, Hidalgo, Puebla y Guanajuato (Soustelle 1937).
La obra de Soustelle es un parteaguas en la investigación de las comunidades
indígenas que poblaron y aun habitan la región central del país. Demuestra que
los otomís poseen una gran profundidad histórica que se manifiesta en la
diversidad de los dialectos, su diferenciación somática y la permanencia de sus
rasgos culturales que lo distinguen. Soustelle identifica 7 dialectos del otomí en
Querétaro y Guanajuato; de ellos 5 son hablados en territorio queretano y dos
más al oriente del Bajío (ibíd.).
En esa época los investigadores de la entonces Dirección de Monumentos
Prehispánicos, Dupaix y Castañeda coordinados por el Arq. Ignacio Marquina,
efectúan un trabajo de localización y catalogación de los sitios arqueológicos a
escala nacional rastreando en archivos y bibliografía. El resultado de esta
investigación es la obra titulada "Atlas Arqueológico de la República Mexicana",
editado en 1939 por el Instituto Panamericano de Geografía e Historia (IPGH
98
1939); en su introducción manifiestan que "hasta la fecha de esta publicación
[el número de sitios] alcanza la cifra de 2016" (op. cit. p.6 -los paréntesis son
míos-).
En esta obra se refleja el análisis detallado de los trabajos publicados; el
compendio para el estado de Querétaro se compone de los trabajos de Reyes,
H. Bancroft y Antonio García Cubas, así como las comunicaciones que
diferentes personas, como el Ing. Ignacio Urbiola, que efectuaban a la
Dirección de Monumentos Prehispánicos y se localizan en el archivo de esa
dependencia (op. cit. p. 199-202).
En este Atlas se considera para el estado de Querétaro un total de 27 sitios, de
ellos 13 están reportados por Reyes para la porción sur y centro de la Sierra; y
9 asentamientos son reportados por el Ing. Urbiola para la porción norte en la
zona de las misiones. Básicamente las menciones de García Cubas y Bancroft
están referidas a los trabajos de Ballesteros y Reyes para el sector serrano del
estado, pero en la parte del altiplano y área de valles son menciones originales
de ellos.
En la fig. IV-4 se encuentra un mapa donde se han marcado los asentamientos
de Querétaro indicados en el Atlas del 39, y son los siguientes: Agua del
Cuervo, Los Arquitos, La Campana, Sierra de Canoas, La Florida, Concá,
Deconí, Ecatitlan, San Juan, San Juan del Río, La Laja, Landa de Matamoros,
El Lobo, Moctezumas, La Muralla, Neblinas, La Plazuela, El Pueblito, Pueblo
Viejo, Ranas, Rodezno, Sabino, Cerro del Sapo, Tilaco, Toluquilla, Tonatico,
Puerto de las Vigas (loc. cit. pp. 199-202). Su nomenclatura fue asignada de
acuerdo al nombre geográfico con que se conoce el lugar. Su descripción tomo
ciertos criterios como lo son el municipio, distrito y especificación arqueológica.
De la lista anterior de sitios, Agua de Cuervo, Los Arquitos, Concá,
Moctezumas, La Plazuela, Pueblo Viejo, Tonatico, Puerto de las Vigas, La
Campana, Ecatitlan, San Juan (Quirambal), El Lobo, Neblinas, El Sabino, Cerro
del Sapo, Tilaco, Sierra de Canoas, Deconí, La Laja, Ranas y Toluquilla se
encuentran en la sierra gorda en sus diversas subáreas.
Durante esta época es importante considerar los esfuerzos realizados por
profesionales de la antropología, como Joaquín Meade, desde finales de los
años 30 hasta los 40, efectúa un gran número de recorridos dentro de la Sierra
Gorda. Publica en 1943 un trabajo acerca de la Huasteca Queretana, donde da
a conocer varios sitios arqueológicos ubicados en el conjunto de valles
99
intermontanos y cañones que contienen las misiones de Jalpan, Landa, Concá,
Tilaco y Tancoyol (Meade 1943 y 1951).
Meade reporta sitios como San Juan, Tancama, Tangojó, Neblinas, El Lobo,
La Purísima y San Rafael, donde este último toca los límites de Querétaro y
San Luis Potosí. Años más tarde el arqueólogo Dominique Michelet en 1984
reporta a San Rafael como Sitio 80 (Michelet 1984), mientras que Quijada,
Quiróz y Herrera lo refieren con el número 5, registrándolo con el nombre de
San Rafael - Arroyo Seco para su extensión dentro de Querétaro. Cercanos a
El Lobo y Neblinas y dentro del territorio de la huasteca potosina, localiza sitios
como Tamtzan, La Argentina, Tancolol, Tanlajás, Xolol, Oxitipa (hoy Ciudad
Valles), Tanute y Xilitla (Meade 1943 y 1951). Este autor solo enlista los sitios y
los ubica en un plano de escala muy reducida, aumentando con esto la
imprecisión para localizarlos.
Durante las décadas de los años 50's y 60's es una época que la investigación
arqueológica en la sierra es olvidada, pero durante este tiempo esta zona tiene
una bonanza económica regional debido a la minería. No es sino hasta finales
de la década de los 60's, cuando se extendieron las áreas de explotación
minera de mercurio, plomo y antimonio en los distritos mineros de Pinal de
Amoles, Camargo y Soyatal, se emprenden nuevos trabajos de reconocimiento
geológico en la región. Durante la exploración geológica, se detectan varias
minas prehispánicas de cinabrio en la cañada del Soyatal; con presupuesto
asignado por la Presidencia de la República, a través de la Secretaria del
Patrimonio Nacional y el Consejo de Recursos Naturales no Renovables, el Ing.
de minas Adolphus Langenscheidt, establece contactos con el INAH para la
participación. De este modo, con el trabajo de un arqueólogo -José Luis Franco
Carrasco- se realizan los trabajos de rescate de materiales y excavaciones en
las minas (Langenscheidt 1986, comunicación personal).
Los resultados preliminares de estos trabajos se publican en la obra titulada
Minería Prehispánica de la Sierra de Querétaro. La dirección de la
investigación y edición final del libro fue del Ing. de Minas Adolphus
Langenscheidt. Estructuro el volumen en cuatro partes: la primera, corresponde
a los trabajos de descripción de la Geología y los Distritos mineros de la Sierra
sus autores son Manuel Carbonell (1970) y Salvador Zamora (1970). Una
segunda parte dedicada para los antecedentes históricos estuvo a cargo de
Langenscheidt. La siguiente sección, contiene la descripción de los trabajos
arqueológicos y del material recuperado, e indica las técnicas de excavación y
los resultados de un primer intento de agrupación cerámica esta sección fue
100
preparada por el Arqlgo. José Luis Franco (1970a y b). Mención especial,
requiere la presentación de los materiales textiles y de fibras orgánicas,
analizados y presentados por la Dra. Irmgard Weitlaner de Johnson (Weitlaner
1970).
La ultima y cuarta parte, correspondió al editor de la obra, quien establece un
análisis técnico de las minas prehispánicas, e indica que la actividad minera en
la sierra durante la época prehispánica fue de gran importancia, con una
tecnología basada en el empleo de instrumentos de piedra, maderas duras,
huesos, con apoyo del fuego para fracturar las rocas. La técnica de explotación
se basó en corte-relleno, con salones, pilares de soporte y ocasionalmente, con
rebajes abiertos en las bocaminas (Langenscheidt 1970).
Esta obra posee una importancia fundamental en la arqueología mexicana por
ser hasta el momento la única excavación de minas prehispánicas de cinabrio
registrada con la metodología y técnicas arqueológicas. Sus datos, además de
ser analizados e interpretados por un especialista en la ingeniería de minas
abren toda una brecha en el conocimiento y conceptualización de las antiguas
sociedades mesoamericanas respecto al aprovechamiento de los recursos
minerales.
En referencia a los trabajos de Langenscheidt y Franco (1970a y b), se realizó
una descripción más amplia en el apartado de casos arqueológicos de minería,
aquí sólo exponemos las características del material recuperado y su
identificación con otras áreas. Es importante considerar que, de estos trabajos
se obtuvieron muestras de carbón, madera y hueso en el interior de las minas
para 5 fechas de radiocarbono y sus resultados oscilan entre los 15 d.C. -las
más antiguas-, hasta 550 d.C. -para las más recientes-.
Por otra parte, Franco aclara en primer lugar que dada la complejidad
estratigráfica y la imposibilidad de correlacionar los diferentes estratos no se
practicó ningún tipo de muestreo por estrato, por ello algunos materiales se
controlaron por niveles métricos y en otros casos no indica cómo se registraron
los materiales completos y otros perecederos. El análisis de materiales se
restringió a la identificación de tipos cerámicos de acuerdo a sus semejanzas
estilísticas internas y en un proceso posterior se les comparó con los tipos
"diagnósticos" de otras áreas para asignar cronología y afinidades culturales
(Franco 1970b, p.27).
Este procedimiento fue un buen intento en su época para dar el máximo de
información posible, en una zona donde no se tenía ninguna investigación
101
formal previa. En este espacio sólo se indicarán los tipos propuestos por el
autor; aunque en la sección de análisis de material se discutirá sobre sus
características y cronología (ibíd.).
Tipo Anaranjado Soyatal. Menciona que es un material muy semejante al
naranja delgado teotihuacano del clásico. Sus coincidencias son en el espesor
promedio de las paredes, el desgrasante muy grueso de calcita cristalizada,
con tamaño de grano muy semejante al que presenta el verdadero naranja
delgado que es un esquisto blanco; el aspecto característico de la pasta y su
color "oxidado"; la forma de los bordes, y de los recipientes mismos, aun
cuando el mismo autor aclara que, sólo encuentra ollas y patojos. El
tratamiento de las superficies es bien alisada sin que llegue al bruñido, sin
engobe, las caras internas son de textura rugosa y ligeramente ondulada.
Las dimensiones aproximadas de las ollas son de 30 cm de diámetro en la
boca, aunque encontraron una que tenía 42 cm, y su altura posiblemente llego
a 75 cm. Este tipo lo detectó con huellas de carbón debidas al uso, lo peculiar
en su descripción es la distribución, ya que estos tiestos localizaron restos
carbonizados con mayor cantidad en el interior que en el exterior. Normalmente
carecen de decoración y cuando se presenta la técnica es de pastillaje aplicado
en el cuello. Es el tipo que se presenta en mayor abundancia ( 40%), lo asigna
para el clásico (de los siglos VI al IX d.C.) y es producto de una influencia
teotihuacana.
Tipo Rojo Soyatal. Son materiales con las mismas características físicas del
anterior, pero su color en el estado de oxidación es rojo debido a la presencia
de Fe2O3(?). En este tipo de material sólo detectó ollas con mayores
dimensiones con respecto al anterior y sus paredes mucho más gruesas (4 a 9
mm). Normalmente no se encontraban decoradas, no se reportan ejemplares
completos ya que, sólo se detectaron pocos fragmentos de cuellos, y algunos
de cuerpos. Este tipo casi siempre está bien quemado y la calcita de
desgrasante se encuentra alterada por el calor, lo que produjo que el material
fuera más frágil. Sólo representa el 2% del material recuperado y lo considera
como contemporáneo al anterior.
Tipo Negro Olmecoide. Esta cerámica es de color negro en estado reducido y
bayo más o menos grisáceo en oxidación. Se presenta en cajetes de paredes
casi rectas, fondo plano y con unión redondeada o muy cercana a la angular.
Sus características de formas, acabados y decoración las considera claramente
102
"olmecoides" representativas de la etapa preclásico medio. Este material
representó menos del 1% del material total.
Tipo Negro Veracruzano. Son cerámicas de color negro en reducción y de
bayo a rojizo en estado de oxidación. Sus formas comunes son: cajetes de
paredes ligeramente convergentes, de soportes cónicos sólidos; cajetes de
paredes verticales, perfiles curvados, de base ligeramente convexa, su
decoración es a base de elementos en "s" muy alargada, bandas de líneas
paralelas verticales, horizontales o entrecruzadas, ésta decoración se presenta
también en cajetes trípodes, y de soporte anular. Este tipo lo identificó como
homólogo al baño negro pulido descrito por Medellín en 1960, y lo considera
en la segunda mitad del preclásico, aun cuando su presencia en Mesoamérica
era amplia. El total de tiestos de este tipo correspondió con un 25% del material
recuperado.
Tipo Rojo Teotihuacanoide. Es de un barro muy duro, muy bien quemado,
con engobe muy fino de color rojo en oxidación y negro en reducción. Este
engobe durante su aplicación debió ser como un coloide, semejante al de las
cerámicas plomizas, pero de un color más rojo y su brillo es muy semejante al
vítreo. En las formas observó: cajetes de paredes curvas y fondos ligeramente
curvados y en ocasiones cajetes esféricos de soporte anular. Asigna la
ubicación cronológica para finales de la época clásica, como producto de
franca relación con algún área teotihuacana. Este tipo constituye menos del 2%
del material total.
Tipo Negro Teotihuacanoide. Semejante en sus características al negro
veracruzano, distinguiéndose de éste por un aspecto más rojizo a café. En la
mayoría de los tiestos está representado por soportes rectangulares calados y
de almena, en algunos casos son vasos y cajetes con un reborde basal. Aun
cuando es raro en la muestra (cerca del 0.2%), para el autor su presencia
indica las relaciones con Teotihuacan para el final del clásico.
Otros tipos minoritarios que fueron detectados son fragmentos de cajetes con
decoración negativa que identifica como semejantes a tiestos que se presentan
en Michoacán; cerámicas blancas de pasta naranja claro a bayo, el baño
blanco, en algunos casos es aplicado posterior a la cocción y puede ser una
mezcla de arcilla blanca y cal, o sólo de cal para las piezas que tienen un color
más blanco, la forma predominante es de cajetes. También menciona la
existencia de cajetes zoomorfos y algunos fragmentos de sahumerios en forma
de cucharón, con calados en las paredes y dos soportes al frente, los considera
103
como representativos de la época postclásica. Este estudio representa el inicio
y base para los trabajos subsecuentes
Durante 1971 se presenta la tesis doctoral de Donald P. Heldman de la
Universidad de Londres, con materiales obtenidos en la región de Río Verde,
San Luis Potosí y de la Huasteca. Efectúa un análisis cerámico para corroborar
la existencia de relación entre estas dos regiones, además, incluye algunos
materiales de la Sierra y realiza algunas sinonimias con lo reportado por Franco
en 1970, pero asigna una nueva nomenclatura ya que determina grupos más
detallados a partir de diferencias en las pastas y desgrasantes (cf. Heldman
1971).
Posterior al rescate arqueológico de José Luis Franco en la Cañada del
Soyatal, se dejó de trabajar hasta mediados de la década de los 70's, donde la
Mtra. Margarita Velasco inicia exploraciones en el sitio arqueológico de Ranas,
el reconocimiento de algunos asentamientos y el levantamiento topográfico
preliminar de los sitios de Ranas, Toluquilla y San Joaquín. Cuenta con el
apoyo del Gobierno del Estado, el Instituto de Investigaciones Antropológicas,
UNAM y del INAH, en particular de la Sección de Arqueología del Museo
Nacional de Antropología (Velasco 1975, p.44-45).
En su primera temporada, con un presupuesto aportado por el INAH, realiza en
primer término un croquis más detallado del asentamiento de Ranas; a
continuación, procedió a excavar una serie de pozos estratigráficos en diversas
estructuras del sitio (Velasco 1989, comunicación personal).
Obtiene materiales para efectuar una ubicación cronológica preliminar a partir
de una primera identificación de los materiales "diagnósticos", comparando las
características estilísticas de los tiestos de su temporada de campo con los
materiales reportados por Franco, los tipos de la Huasteca y las vajillas del
Altiplano Central. En el resultado de sus investigaciones propone una
cronología que va de un clásico medio a un postclásico (600 d.C. - 1300 d.C.),
llegando a una conclusión "semejante" a la apuntada por Reyes y Noguera,
pero sobre una base más sólida. No logra detectar en los materiales,
elementos que de acuerdo con Franco (op. cit) se puedan remontar a etapas
anteriores. En esta primera aproximación Margarita Velasco puntualiza que los
materiales "son imitaciones" de las áreas aledañas, están hechas con materias
primas locales, pero son de una calidad inferior a los originales.
Durante 1978 se lleva a cabo un simposio en la ciudad de Querétaro con el
nombre Problemas del Desarrollo Histórico de Querétaro. Los resultados
104
forman una publicación donde se presentan trabajos referentes a todo el
estado. Por su importancia y aportaciones de esta obra se detallará en la
exposición de sus artículos. En primer término la profesora Margarita Velasco
presenta un trabajo con el título Algunos asentamientos prehispánicos en la
Sierra Gorda. La investigadora plantea dos hipótesis; en la primera refiere que:
"asentamientos como Ranas y Toluquilla efectuaron una
concentración y distribución comercial del cinabrio o de algunos
otros materiales abundantes en la región..." (Velasco 1978, p.47).
En la segunda hipótesis propone:
"...el agricultor en los periodos en que la agricultura lo permitía,
explotó las minas dependiendo de la demanda que el cinabrio
tuviese en esos momentos, por otra parte existe la posibilidad de
que los mineros fuesen de tiempo completo; sin embargo los
fundamentos para esta segunda proposición se dificultan, ya que
el factor principal seria la especialización del trabajo en las minas
que debilitaría la producción agrícola, pues el abastecer de
alimentos a un cierto número de gentes, sin que estén ligados
directamente a la producción, crearía graves problemas que
podían haberse resuelto con la importación de víveres
provenientes de áreas vecinas, como la Costa del Golfo y del
Altiplano, sin embargo, este problema no quedara resuelto hasta
conocer la capacidad productiva y la organización social dentro
de lo que se dio este fenómeno en la Sierra Gorda..."(ibídem).
También plantea que los asentamientos de la Sierra Gorda pueden agruparse
en tres tipos:
1.- Sitios con gran acumulación de construcciones, ocupando toda la superficie
natural o ampliada a base de plataformas con diversos tipos de estructuras
como juegos de pelota, grandes basamentos piramidales, estructuras circulares
y rectangulares, entrecalles, etc., ubicados en las partes altas de las montañas
con una sola vía de acceso y delimitados por acantilados, otorgándoles una
posición estratégica. Dentro de esta categoría están los sitios de Ranas y
Toluquilla, que funcionaron como puntos rectores de los aspectos económicos,
políticos y religiosos.
2.- Asentamientos intermedios, pueden presentarse también en las partes altas
de los cerros, donde el área construida no se ocupa en su totalidad, llegan a
tener grandes espacios sin construcciones, y pueden contener estructuras
importantes como lo serían los juegos de pelota asociados grandes
basamentos piramidales. Un ejemplo de este tipo de sitios lo constituye El
Quirambal o Mesa de San Juan.
105
3.- Asentamientos pequeños, dispersos, con tres o más estructuras y grandes
espacios entre ellas, que quizás hayan sido ocupados para cultivo. A este
grupo corresponderían sitios como San Joaquín y el Deconí (op cit. p.46-48).
Dadas las características de la región, que permiten la explotación minera del
cinabrio a gran escala e intensiva, reportada por Langenscheidt en 1970, el que
suscribe propone que el comportamiento de las actividades productivas básicas
serían la agricultura y la minería, donde los sitios del primer tipo funcionarían
como los puntos de control principal, llegando incluso hasta la comercialización
de los productos minerales con otras regiones.
El segundo tipo de asentamientos funcionarían como un punto intermedio de la
concentración de los productos agrícolas o de minerales de los asentamientos
más dispersos a sus alrededores, pero también aportan una parte de la
producción minera o agrícola. Sus actividades en el aspecto religioso estarían
encaminadas solamente a los asentamientos del nivel más bajo en la escala de
sitios.
Así el tercer tipo de ocupaciones en la escala podían haber estado en estrecha
relación con las actividades mineras, posiblemente como una actividad única,
mientras que existían otros sitios que solo se dedicaran a las labores agrícolas
y el abasto de materiales para la minería, sin descartar un patrón de
actividades mixto. Sus aspectos religiosos sólo se encontrarían representados
a un nivel doméstico.
En síntesis esta jerarquización presupone una organización social compleja
con una diferenciación social clara, implicando también, la existencia de
especialización del trabajo, ya sea en la producción económica, o en la
reproducción a nivel simbólico.
En este mismo foro del simposio A. Langenscheidt y C. Tang Lay presentan la
ponencia Minería Prehispánica, basada en los estudios anteriores y los
nuevos recorridos de los distritos mineros. Plantean como proposición general,
que todos los grupos humanos tienen que resolver dentro de sus estrategias
adaptativas a su hábitat el abastecimiento de rocas y minerales, que son parte
de los recursos necesarios para garantizar su subsistencia como grupo. Sus
posibles estrategias son:
"...cuando el hombre deja de ser nómada y se asienta, solo le
quedan dos respuestas adaptativas para el abastecimiento de sus
materiales de consumo: la primera es una más intensa
explotación de los recursos naturales de un área menor que la
106
que antes abarcaba y la segunda es el desarrollo del comercio..."
(Langenscheidt y Tang Lay 1978, p. 52).
A partir de estos lineamientos, los autores plantean una serie de proposiciones
en las que tratan de explicar cómo se dio la explotación de la minería en la
época prehispánica. Primero describen las diferentes técnicas de excavación,
herramientas utilizadas y desarrollo de las minas, anotan: "...con 20 o más
siglos de antigüedad, por lo que se puede hablar de una tradición minera muy
antigua..." (ibíd.). Esta aseveración la sustentan en las dimensiones y
profundidad de las minas, ya que la magnitud y lo rudimentario de la tecnología
requirió de mucho tiempo para realizar estos trabajos (op. cit. p.56 y ss.).
Posteriormente Langenscheidt y Lay, exponen la forma en que se desarrollan
las minas y dicen:
"...partían siempre de un punto en que afloraba el yacimiento de
cinabrio; desarrollaban el primer acceso en diversas formas,
podía ser este en forma más o menos horizontal, inclinada o
vertical, hacia arriba o hacia abajo siguiendo la disposición
tortuosa de los 'hilos' de la mineralización..." (Langenscheidt y
Tang Lay 1978, pp.55 y ss.).
Estos autores describen las técnicas y el proceso de extracción del mineral y
mencionan algunos artefactos y otros objetos de los que no precisan su
función, pero que, al mencionarlos abren la posibilidad de comparación en
estudios posteriores por ellos mismos u otros investigadores. Este tipo de
estudios tienen un gran valor, porque pueden ayudar a ponderar los cambios o
modificaciones en una estructura económica, en el funcionamiento de la
sociedad y su ideología, aportando materiales para caracterizarlos dentro de un
marco teórico más general. En este trabajo por desgracia los autores no
incluyen su bibliografía, y todo hace parecer que su aporte es a partir de
experiencias personales.
Sus aportes más sobresalientes consisten en describir materiales, técnicas de
explotación minera y por último, llamar la atención de los especialistas para que
se promuevan estudios más profundos acerca de la minería prehispánica y su
papel dentro de las economías locales.
El doctor Arturo Romano Pacheco, antropólogo físico del INAH, participo
también en el simposio de Querétaro, donde expone los resultados de un
estudio osteológico y antropométrico de tres esqueletos incompletos
procedentes de la cueva de San Nicolás (número 8), cercana a San Juan del
Río, recuperados de una excavación efectuada por Cynthia Irwin en abril de
107
1969 (Romano 1978, p.64). Estos tres esqueletos los comparo con 12
esqueletos procedentes de Ranas y nos dice:
"...la colección más abundante que por ahora se conoce procede
del sitio arqueológico de Ranas, horizonte Clásico en su fase
tardía excavado recientemente por Margarita Velasco. De esta
localidad solo ha sido posible aprovechar 12 casos -uno infantil y
11 adultos, de estos, 7 son masculinos y 4 femeninos..." (op. cit.
supra).
Esta comparación de esqueletos es hasta la fecha el único estudio osteológico
publicado. Los datos que aportan no son completos, como lo indica el autor, ya
que la muestra analizada es muy pequeña, en total 15 esqueletos incompletos.
Al ampliar el análisis mediante una comparación con materiales de otros sitios
en condiciones naturales, culturales, antropometría y deformaciones craneanas
semejantes, el doctor Romano apunta: los cráneos deformados
intencionalmente de Ranas muestran características similares a los de la
Huasteca y Costa del Golfo (Romano 1978, p.67).
Esperamos, al igual que el doctor Romano, que la muestra de material
osteológico se incremente en todo el estado para poder establecer una
correlación más completa entre los individuos de los valles y los habitantes de
la sierra.
La sesión dedicada a la arqueología queretana en este simposio, concluye con
los comentarios de la Dra. Beatriz Braniff, donde enfatiza la necesidad de
comprender el papel de la Mesoamérica Marginal y cuáles fueron sus aportes a
la economía de la región central. Cuestiona la asignación cultural y cronológica
expuesta por Langenscheidt y Tang Lay, y coincide con Velasco que la
ocupación data del Clásico. Propone que el auge de la actividad minera
prehispánica de Querétaro se dio junto con la de Zacatecas y Arizona,
especialmente para los años 600-800 d.C. y es muy probable que se
encontrara ligada a las redes de comercio de Mesoamérica nuclear. Enfatiza
que es muy importante definir, en primera instancia, los materiales "locales,
propios y característicos" aplicando la tecnología a su alcance, antes de hablar
de relaciones con grupos del exterior.
Es importante aclarar que el trabajo de Langenscheidt y Tang Lay se vuelve a
publicar con mínimas adiciones de los autores, dentro del volumen 6 de la
revista Anthropology, en 1982, para la Universidad Estatal de Nueva York en
Stony Brook, en un volumen temático de la minería prehispánica, cuya edición
estuvo a cargo del Dr. Phil Weigand. El editor en su introducción al volumen,
108
plantea que la Sierra Gorda es un enclave minero importante para la etapa del
clásico mesoamericano y su esfera de comercio estuvo ligada a la urbe de
Teotihuacan (Weigand 1982, p.5).
Después del primer estudio, en 1981 la Arqlga. Margarita Velasco amplió la
investigación en el sitio de Ranas con otra temporada de campo, en ella cubre
los aspectos de topografía, delimitación de sectores del asentamiento,
postulación de una nomenclatura de las secciones con un total de 4 (Ranas I a
Ranas IV), 8 unidades o conjuntos arquitectónicos aparentes que van de la A H, números de estructuras y trabajos de excavación intensiva, llegando a
compilar datos de cerca de 50 pozos estratigráficos ubicados tanto en el interior
y exterior de algunas estructuras.
En esta temporada libera y consolida un juego de pelota en la sección Ranas I,
unidad D, así como 10 edificios asociados a él, con los materiales obtenidos,
inicia un análisis formal que sus resultados serán parte de su tesis de maestría,
por ello la publicación de estos resultados se realizará en el futuro (Velasco
1989, comunicación personal).
Como parte del trabajo de campo iniciado en 1981, la Arqlga. Margarita
Velasco en 1982 propone para la zona arqueológica Ranas la delimitación
mediante una poligonal envolvente, con el fin de promover la legalización de los
predios como zona federal para evitar el saqueo que hacían los habitantes de
San Joaquín y pueblos vecinos; ya que consideraban las ruinas como un banco
de material de construcción. Este mismo tratamiento se trata de aplicar para el
sitio de Toluquilla, que aún se encontraba como lo había descrito Noguera
(1945), en términos relativos. Su temporada de campo concluye en 1982.
En 1982 Velasco escribe un artículo titulado La Sierra Gorda de Querétaro
para la revista Universidad de la Universidad Autónoma de Querétaro, en
donde plantea la problemática general de la región, así como una síntesis de
sus conclusiones anotadas en sus trabajos anteriores (Velasco 1982).
Posteriormente, en 1983 durante la XVIII Mesa Redonda de la Sociedad
Mexicana de Antropología (SMA) con sede en Taxco, Guerrero, se organizó un
Simposio sobre el estado de Querétaro, donde se presentaron varios trabajos
entre los que se cuentan: Reyes Mazoni, sobre áreas de captación en la Sierra
Gorda; Quijada, acerca del patrón de asentamiento; Velasco, en torno al sitio
de Ranas. Sin embargo, no fue posible conseguir éstos materiales debido al
gran retraso editorial que manifiesta la SMA, limitándonos únicamente a
reportar su existencia.
109
Durante los años de 1984 y 1985 se publican los trabajos de los arqueólogos
Dominique Michelet y Francois Rodríguez, ambos investigadores del actual
CEMCA (Centre D'Etudes Mexicaines et Centroamericaines), donde con
materiales producto de recorridos y excavaciones sistemáticas, amplían el
trabajo de sinonimias propuesto por Heldman (1971) para la cerámica y la
lítica; además aportan una gran cantidad de elementos para delimitar el
panorama cultural regional de una zona vecina a la sierra, al proponer la
coexistencia de los grupos de agricultores con los recolectores-cazadores
sobre una base más sólida.
Para 1984-1985 se continuaron los trabajos de campo en el sitio de Ranas, con
duración de 7 meses de trabajo efectivo en el sitio. En este tiempo se dio
mantenimiento, se efectuaron la exploración, liberación y consolidación de 15
estructuras del sector llamado Ranas II, que incluyen un juego de pelota y dos
de los edificios más importantes y de mayores dimensiones del sitio. Además
de estas labores, se efectuaron de forma paralela los recorridos de la región del
Deconí por Antonio Urdapilleta sin llegar a completarse; y recorridos en la zona
de El Doctor por el que suscribe, esta investigación es uno de sus resultados.
Planteando un argumento alternativo a la postura de Langenscheidt respecto a
la capacidad productiva de la minería:
"...una mina puede ser explotada con un número mayor de
personas, con mejor organización y dentro de un mismo nivel
tecnológico, pueden desarrollar obras de dimensiones similares
en un tiempo menor. El entendimiento de los diferentes procesos
de producción actúa como un factor clave cuando se desea
explicar el funcionamiento de las minas y su relación con los
asentamientos aledaños..." (Herrera 1985).
En esta misma época, se celebró la XIX Mesa Redonda de la SMA en la ciudad
de Querétaro, donde se realizó un Simposio sobre el estado de Querétaro, El
primer trabajo a cargo del arqueólogo Alejandro Pastrana, reportó algunos
yacimientos de obsidiana dentro del estado; por su parte el Arqlgo. Cesar
Quijada presenta sus resultados en torno a las exploraciones del sitio La
Paleta, unidad pequeña que dista 1.5 kilómetros de Ranas, en la cual se
registran algunas habitaciones con parte de sus muros en pie y con un paisaje
amplio de la cañada de acceso a la zona de Ranas. Por su parte Velasco y
Urdapilleta, presentaron una ponencia sobre petroglifos y petrograbados
existentes en las inmediaciones del Deconí; el que suscribe expuso sobre las
primeras interpretaciones sobre sitio El Doctor, encontrándolo como un
asentamiento de tamaño intermedio, con materiales semejantes a los de Ranas
y Toluquilla y 2 minas de cinabrio asociadas, que aunque ya se han alterado
110
por las actividades modernas aún presentan algunos restos identificables. Otro
trabajo fue sobre arqueología colonial en las misiones del norte de la sierra a
cargo del Arqlgo. Juan Carlos Saint-Charles; Por último se expuso sobre la
etnografía otomí de la sierra por conducto de la antropóloga Aurora Castillo. De
estas ponencias, solo se ha publicado el trabajo de Alejandro Pastrana como
parte del volumen temático titulado "Querétaro Prehispánico" (Pastrana 1991).
En este mismo año, 1985, se inician los trabajos por parte del Departamento de
Registro de Monumentos y Zonas Arqueológicas del INAH, para hacer un Atlas
Arqueológico, de acuerdo a un planteamiento muy general para la república
mexicana. En el caso del Atlas de Querétaro los recursos fueron aportados por
el gobierno de del estado; aún está en proceso la información de un catálogo
inicial de más de 800 unidades mínimas de registro para toda la entidad, de las
cuales más del 50% corresponden a unidades en la Sierra (López y Ruiz 1987).
Un año más tarde se publica la obra Las Cavernas de la Sierra Gorda cuyo
autor es el espeleólogo Carlos Lazcano Sahagún, en este libro se dedica un
pequeño apartado a los hallazgos que ha efectuado en las cavernas y sótanos
de la sierra:
"...Por su número y buen estado de conservación, los mejores
descubrimientos se han hecho en las cuevas al oeste de la
Ciénaga, municipio de Pinal de Amoles [y] reportan varias vasijas,
y otros vestigios como troncos muy antiguos, y escaleras muy
primitivas labradas en travertino, pedazos de carbón y de
obsidiana trabajada. En algunas cavidades en las cercanías de El
Gato, municipio de Xichú, se han encontrado pocas vasijas en
buen estado y muchas en padecería..." (Lazcano 1986, p.40).
Reporta que muchas cavidades fueron utilizadas en tiempo prehispánico, es el
caso del área de Mirasoles, cercana al poblado de El Encantado, que tenían
asociados "cuicillos' como los de la Ciénaga; del mismo modo, indica que hay
lugares donde destacan los cuicillos, como son "...San Juan Buenaventura
(área de San Juan), el Durazno (área de La Florida), en el Cerro Alto..." (op. cit.
p.41).
También durante 1986, se inicia el proyecto "Patrón de Asentamiento
Prehispánico en el área de Jalpan, Querétaro", dirigido por el Arqlgo. Cesar
Quijada, enfocado en su primera temporada a la localización y muestreo de
materiales de superficie al norte de Querétaro, participando en este recorrido el
investigador Jorge Quiróz y el que suscribe. En ésta temporada general,
produce un primer registro de 41 sitios arqueológicos (existiendo muchos más),
111
en la porción norte del estado, dentro de la región comprendida por las
Misiones fundadas por Fray Junípero Serra y el Río Estorax.
El proyecto continuo funcionando durante 1987 con la colaboración de Jorge
Quiróz, con trabajos de excavación de pozos estratigráficos para obtener
secuencias cerámicas más definidas, asignar una cronología general a los
sitios y verificar cuál es el comportamiento de los asentamientos y sus
materiales con respecto a tres unidades culturales tentativas: la Huasteca, Río
Verde y la Serrana (Quijada 1990).
Durante 1987, la Arqlga. Margarita Velasco efectúa otra temporada de campo
en la liberación y consolidación de los sitios de Ranas y Toluquilla, con el
apoyo financiero del Gobierno del Estado. En Ranas se explora un segmento
del sector Ranas III, con un total de 5 edificios intervenidos y varios muros de
contención. En Toluquilla se liberan 9 construcciones entre los dos juegos de
pelota más importantes. En esta temporada recibe la participación de la Arqlga.
Elizabeth Mejía que plantea el muestreo detallado de los sedimentos asociados
a pisos y superficies de ocupación con el objeto de analizar las huellas
químicas que dejaron las actividades prehispánicas y así poder interpretar la
función de algunos edificios. Sus resultados se publican hasta 1991 y se
anotan más adelante.
Un aporte importante de la investigadora Margarita Velasco a lo largo de los
años, fue la promoción de una conciencia de conservación al patrimonio dentro
de la población y autoridades locales, buscando además que se respetara la
vegetación natural (bosque mixto de encino - pino) que cubría el asentamiento,
con objeto de no alterar el medio que había preservado a estas ruinas. De este
modo el objetivo de la liberación y consolidación fue respetar el medio
ambiente evitando, en lo más posible la tala de árboles, retirando solamente los
que alteraban la estabilidad de los edificios y dejando los árboles que si bien
dañaron las estructuras ya no representan un riesgo, por el contrario, brindan
protección. Otro objetivo de la consolidación, fue dejar una sección de la zona
arqueológica en condiciones a la visita de turismo y que éste en su "espíritu
explorador y trepador" no alterara más los edificios.
En 1988, se edita la notable colección La Antropología en México: panorama
histórico, coordinada por Carlos García Mora y Mercedes Mejía; en su
volumen 13 dedicado a la región de Occidente, el Bajío, la Huasteca y el
oriente de México, Margarita Velasco integra un artículo titulado "La
arqueología en Querétaro", donde describe una reseña histórica de la
arqueología del estado, muy bien documentada, proponiendo a su vez una
112
zonificación de la entidad como un camino para la planeación y coordinación de
las investigaciones dentro del estado (Velasco 1988).
También en este año en colaboración con Jorge Quiróz publican un estudio
monográfico sobre la zona arqueológica de Toluquilla, donde se incluye una
descripción más detallada de esta zona. Este texto está incluido en el Heraldo
de Navidad, una publicación de tradición local y de limitada circulación
(Velasco y Quiróz 1988).
Con los materiales arqueológicos de superficie recolectados durante la primera
temporada del proyecto dirigido por Cesar Quijada la pasante en arqueología
Teresa Muñóz (1987) realiza un estudio para la clasificación de los restos
cerámicos de 31 de los 42 asentamientos registrados en la zona norte del
estado. Su informe presentado en 1988 plantea un intento bajo el sistema
clasificatorio por tipo variedad, sin embargo, en la exposición de su trabajo no
reúne los objetivos del proyecto con sus resultados; más aún, asigna una
nueva nomenclatura a tipos ya descritos por investigadores como Ekholm,
Heldman, Franco, Michelet entre otros más (cf. Muñóz 1988). Este informe
prácticamente sin cambios esenciales se presenta durante 1989 como tesis de
licenciatura (cf. Muñóz 1989).
Para 1990 se autoriza un proyecto denominado Arqueología del Norte de
Querétaro a cargo de la Arqlga. Teresa Muñóz, que delimita la región de igual
forma que el trabajo de Quijada (1986); sus planteamientos son simplistas al
tratar de definir el conjunto de rasgos culturales que definen esta zona, además
intenta ubicar cronológicamente los sitios trabajados por sus predecesores, a
partir de la "tipología cerámica" que propone, en donde, sólo representa una
nueva nomenclatura a viejas tipologías (cf. Muñóz 1990). Lamentablemente
deja de lado cualquier tipo de planteamiento teórico contemporáneo, ya que lo
expuesto en su informe es un regreso a la historia cultural basada en el
difusionismo y la aplicación de un conjunto de rutinas estandarizadas en el
quehacer arqueológico a su "nueva nomenclatura" de asentamientos y tipos (cf.
Muñóz 1991).
Las investigadoras Ana María Crespo y Rosa Brambila desde 1989 a 1991
reúnen los trabajos de varios investigadores del territorio queretano y
promueven la publicación del volumen titulado Querétaro Prehispánico. Se
reúnen 11 trabajos: una introducción; un estudio de yacimientos de obsidiana
en el semidesierto queretano; cinco trabajos correspondientes a la región de
los valles queretanos, con temáticas variadas, que van del estudio regional a
los estudios específicos de sitios; y por último, cuatro artículos referentes a la
113
Sierra Gorda queretana que tocan desde aspectos generales de la
investigación, hasta los análisis específicos de un rasgo arquitectónico en el
sitio de Ranas. A continuación se exponen los trabajos que inciden
directamente en la investigación de la sierra.
En la excelente introducción titulada "Perspectivas de la arqueología de
Querétaro" a cargo de Ana María Crespo y Rosa Brambila -coordinadoras del
volumen-, efectúan un balance de la arqueología regional, exponen a rasgos
generales -con más preguntas que respuestas-, el proceso de poblamiento de
un territorio que hasta hace unos años en los mapas era un espacio en blanco,
todo ello basado en las investigaciones presentadas en el volumen y ponderan
algunas variables como posibles líneas de investigación a largo plazo (Crespo
y Brambila 1991).
El siguiente trabajo a comentar es el de Alejandro Pastrana, dedicado al
estudio de los yacimientos de obsidiana en Querétaro, en él reporta la
existencia de cinco yacimientos confirmados y uno más como probable; éstos
fueron explotados por los habitantes de los valles por lo menos desde 500 a.C
hasta 1500 d.C. Se ubican al centro-oriente de Querétaro, en una región que
esta entre el semidesierto y la cuenca del río San Juan; los yacimientos son:
Cerro El Raptor y Cerro La Bola entre San Juan del Río y Tequisquiapan; El
Paraíso - Rancho Navajas, Urecho, Fuentezuela y otro sin nombre, se ubican
en el territorio comprendido entre las poblaciones de Querétaro por el oeste,
Tequisquiapan por el sur y Ezequiel Montes al norte. Todos estos yacimientos
se localizan en un contexto geológico de calderas del terciario, que arrojaron
lavas riolíticas y cenizas que posteriormente se consolidaron en una formación
de tobas y tobas andesíticas. Estos depósitos se caracterizan por la formación
de nódulos vítreos de ignimbritas -que son una recristalización de las cenizas
ricas en sílice a ciertas condiciones de presión y temperatura-, cuyas
dimensiones son de los 20 a 5 cm y que se extienden sobre áreas muy grandes
-superiores a los 100 km²-, ayudados por los procesos erosivos propios de
estos paisajes (Pastrana 1981).
La explotación del yacimiento se realiza por la pepena de nódulos en superficie
o por el sistema de tajo abierto, combinado con túneles horizontales en
profundidad de escarpes y acantilados de las mesetas donde afloran los
estratos con nódulos. En las inmediaciones de las minas detecta los desechos
de talla, que pudo realizarse por grupos de cazadores recolectores o
agricultores. Desde la óptica de la tecnología lítica, estos nódulos de obsidiana
no son aptos para la talla de núcleos prismáticos, ni tampoco para extraer
114
navajillas, sin embargo de ellos se pueden obtener bifaciales y lascas para uso
común o puntas de proyectil por la técnica de nódulo astillado. Este tipo de
herramienta es reportada por el autor, enfatizando que fueron elaborados con
este tipo de materia prima, en la región de Río Verde, San Luis Potosí
(Pastrana¡Error! Marcador no definido. 1981).
El artículo con título: "Historiografía de la investigación arqueológica de la
Sierra Gorda de Querétaro" a cargo de Herrera y Quiróz, trata la generalidad de
la sierra y contiene una propuesta de la zonificación de la sierra queretana en
base a los datos reportados en la literatura, delimitando tres sectores: Río
Verde al noroeste; la Huasteca Queretana al norte y noreste; y por último, la
zona Serrana; exponiendo las características generales de cada una de ellas.
Su rastreo bibliográfico se detiene en 1988 y de hecho, es la primera
aproximación y texto base para la formulación de este capítulo (Herrera y
Quiróz 1991).
En su temática regional el último trabajo presentado fue de Cesar Quijada,
titulado "Localización de sitios arqueológicos en la región de Jalpan". Este
artículo reúne los resultados preliminares obtenidos en la primer temporada de
campo en la región de Jalpan. En él se describen 42 asentamientos
prehispánicos, de ellos, 14 se ubican en el piso del cañón Jalpan - Concá, con
materiales cerámicos en superficie iguales a los reportados por Michelet para
las fases Río Verde A y Río Verde B (600 - 900 d.C.), así como la disposición y
configuración interna de los asentamientos de la zona media de San Luis
Potosí. Un segundo grupo de 14 sitios, se ubicaron al pie de monte rodeando
los valles intermontanos; en ellos se presentan tiestos de la zona serrana y de
Río Verde. Con posiciones estratégicas en las laderas de la sierra, se
detectaron 4 asentamientos, en que sobresale la semejanza arquitectónica de
los edificios menores con los reportados en Ranas y Toluquilla, de dimensiones
equivalentes; sus restos cerámicos se asemejan más a los reportados por
Franco y por Heldman para la huasteca. El último grupo de 10 asentamientos,
se registraron con posiciones topográficas de montaña, equivalentes en
términos generales a las posiciones de Ranas y Toluquilla, con un esquema
constructivo semejante a ellos, pero de menor complejidad. Concluye con la
propuesta de 3 zonas de influencia: la de Río Verde al noroeste del estado; la
Huasteca al noreste y en la zona central lo serrano, todo ello, a partir de
análisis arquitectónicos en Ranas y los materiales referidos por Franco (cf.
Quijada 1991).
115
Con un enfoque novedoso y nuevas técnicas analíticas de estudio en la
arqueología de los sitios queretanos, los investigadores Elizabeth Mejía y Luis
Barba, escriben el artículo "Estudios de áreas de actividad por medios químicos
en Ranas y Toluquilla". Su trabajo se integra en una fase específica del
proyecto de Margarita Velasco debido a que durante la exploración de diversas
estructuras de Ranas, no se localizaron materiales in situ asociados a los pisos
de estuco para poder interpretar la función de los cuartos y la gama de
actividades relacionadas. De hecho, después de explorar más de 10
habitaciones la cantidad de restos no era significativa, por ello era necesaria la
instrumentación de nuevas técnicas para obtener nueva información. Se
muestrearon 11 estructuras en Ranas, 9 edificios en los sectores de Ranas I y
II, y la estructura 3 de Ranas III. En Toluquilla obtienen muestras de dos
edificios separados por un pasillo y el patio al frente de uno de los edificios, los
microsondeos para obtener los sedimentos se realizaron al interior de los
cuartos y al exterior.
Su trabajo expone los resultados de la estructura de Ranas III y los edificios de
Toluquilla. En la estructura 3 de Ranas la interpretación indica que en el interior
del edificio posiblemente se encuentren entierros; el piso de estuco al interior
de los cuartos fue reocupado y en él se determinaron las huellas de un fogón
grande posiblemente vinculado a la preparación de alimentos y este edificio fue
quemado en su totalidad al tiempo de su abandono final. Los resultados para
los edificios de Toluquilla son muy interesantes, ya que muestran un
aprovechamiento diferencial de los espacios; al interior de los cuartos, hay
rastros de entierros bajo los pisos, sobre los pisos se efectuó la concentración
de materiales orgánicos y se prendió un bracero que posiblemente se ocupara
para calentar las habitaciones o para las funciones del culto. Los espacios
exteriores como las banquetas, pasillos y el patio estuvieron estucados; en las
banquetas y el patio se realizó la preparación de alimentos u ofrendas
perecederas; mientras que en el pasillo entre edificios se depositaban los
desechos orgánicos de las actividades rutinarias y la basura como son los
trastos rotos. Sus resultados son, hasta el momento, la única interpretación de
las actividades no domésticas de los habitantes de alto rango en los sitios
serranos (Mejía y Barba 1991).
El trabajo "Escaleras semicirculares en la sierra Gorda" a cargo de Margarita
Velasco publica un estudio arquitectónico acerca de las variantes en las
escaleras en la sierra, y propone a las escaleras semicirculares como
elementos constructivos marcadores de una temporalidad en los sitios de
Ranas y Toluquilla (500 - 1200 d.C.), además, son un elemento arquitectónico
116
único y propio de la sierra por tanto, son un marcador cultural regional (Velasco
1991).
Para concluir, deseo enfatizar que la investigadora Margarita Velasco ha
sentado las bases de una arqueología científica para la sierra, es la única en
tener una permanencia significativa en la sierra, no solo por la cantidad, sino
por lo diverso de sus investigaciones dentro del área, además de apoyar la
formación de nuevos investigadores a lo largo de casi 20 años prácticamente
sin interrupciones.
117
Figura IV—1. Litografías publicadas por Mariano Barcena en 1880.
Superior. Vista de las Ruinas de Canoas
Inferior. Estructura dañada, corresponde con el basamento de remate de la
cancha de juego de pelota 2 de Toluquilla
118
Figura IV—2. Levantamientos arquitectónicos elaborados por el Ing. Pawell
Primer en 1879.
Arriba. Zona Arqueológica Ranas (Archivo Técnico Consejo Arqueología,
México)
Abajo. Zona Arqueológica de Toluquilla (Reyes 1880).
119
Figura IV—3. Litografía publicada por José María Reyes (1880) de un fragmento
de yugo procedente de San Joaquín, Querétaro.
120
Figura IV—4. Plano con la ubicación de los sitios arqueológicos registrados
para el Estado de Querétaro en el Atlas arqueológico de la República Mexicana a
1939 (IPGH 1939).
121
SECCION 2.
LOS RESULTADOS DE
INVESTIGACIÓN
CAPITULO V
122
V.
EL ESCENARIO DE ESTUDIO
PAISAJE
A. LOCALIZACION
Como ya se mencionó en la Introducción, el área de estudio se encuentra en la
porción centro y norte del estado de Querétaro, en un ramal de la Sierra Madre
Oriental, conocida como Sierra Gorda. Esta región abarca una parte del
municipio de Cadereyta, y la totalidad de los municipios de San Joaquín, Peña
Miller, Jalpan de Serra, Landa de Matamoros y Arroyo Seco.
El acceso al área de trabajo desde la ciudad de México es por la carretera
federal 57 hasta San Juan del Río, para entroncar con la carretera federal 120
que lleva a Jalpan de Serra, tocando los poblados de Tequisquiapan, Ezequiel
Montes, Cadereyta y Vizarrón de Montes, continuando al norte rumbo a Jalpan,
a la altura del Km 20 existe una desviación pavimentada que comunica a los
poblados de San Joaquín y Maconí (DETENAL, 1980) (ver fig. V-1).
Es importante mencionar que este acceso es relativamente reciente aproximadamente 40 años-, pero algunos lugareños aún emplean el acceso
tradicional, que sigue el camino de herradura (Real) indicado en las fuentes del
siglo XVII y hasta 1945 fue el único acceso a la región.
A esta segunda vía se llega también por la carretera federal 120, sin llegar al
poblado de Vizarrón, ya que 8 km antes se toma un camino de terracería con
rumbo al oriente señalizado como San Javier Las Tuzas. Este camino toca los
caseríos de San Javier, Puerto de la Cruz, Sombrerete, La Laja, y llega a la
comunidad de Chavarrías como puntos transitables todo el año con vehículos
de rodada alta. Una vez en Chavarrías, se cruza el pueblo y se toma una
brecha transitable en época de secas que conduce a la ranchería de La
Lagunita a 3000 msnm, pasa cerca de las canteras de mármol del Doctor, y de
ahí baja hasta la comunidad del mismo nombre a 2840 msnm. Este camino se
encuentra en mal estado por falta de mantenimiento
El área delimitada para el recorrido de superficie, fue un rectángulo de 14.5 por
11.95 km, con una superficie de 173.245 km², ubicada al norte del Río
Moctezuma corre en dirección SW-NE. En la extensión delimitada incluye
poblados que sirvieron de límite; San Joaquín al norte; Maconí al sureste (en
particular la mina La Negra); Los Juárez al noroeste; al sur Chavarrías; Al
centro y como punto de referencia la población El Doctor.
123
Las coordenadas geográficas para la localización de esta área son:
1) 20° 50' 06.8" N;
99° 33' 37.7" W
2) 20° 49' 46.2" N;
99° 30' 23.4" W
3) 20° 45' 34.2" N;
99° 37' 37.7" W
4) 20° 51' 10.2" N;
99° 41' 06.8" W
DETENAL 1:50,000 San Joaquín (F14C58); San Pablo Tolimán
(F14C57).
Dentro del área delimitada uno de los factores importantes lo constituye el
gradiente topográfico que oscila entre los 1600 y 3250 msnm, lo que genera
amplias zonas donde existe el fenómeno de "sombra de lluvia" y parajes de
humedad constante, que reflejan en gran medida los tipos climáticos generales
para la sierra en su conjunto, pero con la característica de una escala muy
reducida, por lo que se les puede considerar como microclimas.
B. CLIMA
Antes de entrar en la descripción de cada uno de los tipos climáticos, es
necesario aclarar que, por la naturaleza de los trabajos cartográficos de climas,
a gran escala, no contempla las características particulares en las diferentes
regiones, por lo que las cartas dan como homogéneas a grandes zonas aun
cuando internamente existen diferencias significativas, lo que hace que los
datos extrapolados entre una estación y otra no sean muy confiables.
La Sierra Gorda es un gran macizo montañoso que recibe vientos cálidos y
húmedos del golfo, así como los vientos más secos y fríos del norte. Por su
posición geográfica, desde la costa del Golfo de México constituye la última
barrera natural hacia el altiplano y será en sus partes altas donde se presentará
un régimen de lluvias mayor con temperaturas extremas durante la temporada
invernal al recibir los efectos de las ondas polares.
Sierra Morales (1980, pp. 23-28) indica que, para el estado de Querétaro se
localizan 26 estaciones climatológicas que han funcionado en el periodo
comprendido entre 1921 - 1979, clasificadas en 3 grandes grupos:
1.- Estaciones cuyo periodo de observación es de 10 a 20 años
2.- Estaciones cuyo periodo de observación es de 21 a 30 años
3.- Estaciones con un periodo de observación mayor a los 30
años
124
A continuación se indicaran las estaciones climatológicas dentro de la sierra, de
acuerdo a la clasificación establecida, así como los datos climáticos
particulares a cada una de ellas:
ESTACIÓN
AYUTLA
JALPAN
SAN JOAQUÍN
VIZARRÓN
AGUACATLAN
TOLIMÁN
DOCTOR
PEÑA MILLER
ALTITUD
MSNM
2035
860
2200
2026
1150
1535
2730
1862
TEMPERATURA
MEDIA ANUAL
23.6
23.9
13.8
15.9
22.2
20.3
13.4
21.7
PRECIPITACIÓN
MEDIA ANUAL
797.3
1047.7
1241.5
467.5
984.2
393.6
824.8
456.3
CLIMA
GRUPO
Awg
Awg
Cwbg
Bswk'g
Awg
Bshwg
Cwbg
Bshwg
1
1
1
1
2
2
3
3
En el anexo a este capítulo se incluyen los gráficos detallados
correspondientes a cada una de las estaciones, así como las descripciones de
las zonas climáticas, de acuerdo con la clasificación de Köeppen. (ver fig. V-2)
Como punto de contraste, los datos de la carta climática del estado de
Querétaro 14Q-III-Querétaro en escala 1:500,000 de 1970, bajo el sistema de
Köeppen modificado por E. García para las estaciones de San Joaquín y El
Doctor, dentro del área de estudio clasifica:
C (w1) (w) b
San Joaquín
C (w1) (w) b (e)
El Doctor
A esta categoría corresponde una interpretación de Clima templado (C);
intermedio (w1); en humedad entre C(w0) y el C(w2); con lluvias en verano (b),
en un cociente de temperaturas que oscila entre 43.2 y 55.0 °C; el indicador (e)
corresponde a clasificación de extremoso, dado que existe una diferencia
significativa entre el mes más cálido y el más frío. Por todo este conjunto de
datos se le considera como un clima templado subhúmedo, siendo para El
Doctor la característica de extremoso.
Con estas características en la zona de estudio se propicia una vegetación de
bosque caducifolio, para las áreas más húmedas y menores a 2500 msnm 11,
mientras que, para áreas más altas se presentan bosques mixtos de pinoencino y de pino. En zonas más bajas a los 1800 m de altitud el efecto de
sombra de lluvia adquiere una importancia mayor, y las asociaciones vegetales
11
msnm: metros sobre el nivel medio del mar
125
tienden a ser de bosque espinoso y matorral xerófilo propios de los climas
secos.
En algunos puntos donde no se da el efecto de sombra de lluvia y la altura es
menor a los 1400 m, el clima tiende a ser tropical con su correspondiente
asociación vegetal más semejante a selvas subtropicales y tropicales, este
efecto se presenta hacia el norte de la entidad y a lo largo de los ríos Estorax y
Moctezuma en su porción norte.
C. FISIOGRAFIA
Desde el punto de vista fisiográfico la Sierra Gorda se encuentra en el flanco
occidental de la provincia Sierra Madre Oriental; en la subprovincia CARSO
HUAXTECO, colindando con las provincias de la MESA DEL CENTRO y el EJE
NEOVOLCANICO. Sus rasgos más destacados son: Sierras Altas Escarpadas
(clasificación de DGGTN, 1981), que contienen a las máximas alturas de la
región, al igual que Sierras Altas de Laderas Convexas (DGGTN, 1981; ver
fig.V-3 y 4), ambas unidades geomorfológicas están definidas por las
características de la formación el Doctor, constituida por antiguas calizas
arrecifales intensamente deformadas, fracturadas y afalladas.
Son rocas resistentes a la erosión, por lo que, sus rasgos topográficos
destacan en el relieve llegando a ser muy abruptos. Presentan poca disección,
lo que indica fuerte infiltración de agua, originando gran cantidad de
depresiones kársticas como: dolinas, uvalas, poljes y valles ciegos. La mayoría
de los macizos de la Sierra Gorda presentan en sus partes altas mesetas o
altiplanicies, que tienen un drenaje en su mayor parte subterráneo, además,
una delgada cubierta de "TERRA ROSSA" que es un suelo residual de las
calizas y que, en conjunto, definen a la unidad como sierra alta de laderas
convexas.
Otra unidad geomorfológica está definida por las entidades litológicas de las
Formaciones Soyatal, Mexcala y las Trancas, constituidas por calizas más
arcillosas con lutitas y areniscas; son rocas poco resistentes a la erosión,
tienden a formar montículos aislados de poca altura, pendientes suaves,
cubiertos por una pequeña capa de suelo y con una disección más fuerte
conformando la unidad de sierra alta escarpada.
Asimismo, existen dos tipos de valles intermontanos: los Valles Sinclinales y el
Cañón Alto Escarpado.
126
Los Valles Sinclinales están constituidos por rocas arcillo-calcáreas que son
poco resistentes a la erosión, formando valles amplios de pendiente suave con
drenaje superficial controlado por los sistemas de fracturas perpendiculares al
eje sinclinal, presentan deposición de materiales transportados normalmente
por gravedad y escorrentía laminar. Se localiza como una entidad adyacente a
la unidad de sierra alta de laderas convexas, como el caso de la región de
Vizarrón y la mesa del Doctor.
El cañón alto escarpado, es el tipo más abundante en la Sierra Gorda, está
formado principalmente en estratos de calizas; el origen de la geoforma es
tectónico, debido a fallas y fracturas son más estrechos; tienen paredes
verticalmente rectas, no presentan acumulación de materiales, contienen a los
más importantes ríos de la región, y llegan a ser bastante abruptos, el caso
más destacado es el cañón del Río Moctezuma. Este río en la porción que
pasa al pie de la mesa de El Doctor llega a tener un desnivel cercano a 2 Km;
también son importantes los cañones de los ríos Xichú, La Laja, Santa María
Acapulco, Ayutla y Jalpan, que se localizan en la porción centro norte del
estado.
El intenso fracturamiento y la disolución de las calizas, ha contribuido a que
casi todas las redes hidrográficas presenten un estricto control litológico, con
un patrón rectangular principalmente. En la sierra se presentan un gran número
de cavernas de origen Kárstico de tipo vertical, que contribuyen a la captación
del agua y su introducción a los medios subterráneos más profundos. (cf.
Lazcano, 1986)
D. BOSQUEJO GEOLOGICO.
Las diferentes rocas que afloran en la sierra de Querétaro, desde el punto de
vista geológico son de dos orígenes: sedimentarias e ígneas. Representan en
forma incompleta el intervalo entre el mesozoico y reciente (cf. Carbonell,
1970). La siguiente exposición será a partir de la unidad geológica más antigua
a la más reciente. (ver fig. V-5
1. JURASICO SUPERIOR
Las rocas más antiguas que afloran en la región, se enmarcan en la Formación
Las Trancas, el área en que están expuestas es comparativamente menor con
respecto al de las otras formaciones. La formación Las Trancas aflora en fajas
orientadas NW-SE con extensiones de hasta 30 Km de largo y ancho de 3 y 15
km. El espesor máximo observado es de 200 m.
127
a) LITOLOGIA: con cambios litológicos muy marcados; su parte inferior
está constituida por capas de arcosa que presentan espesores de 30 a
60 cm y un color gris verdusco claro, que por intemperismo cambia a gris
amarillento; su matriz es arcillosa, destacando en ella algunos granos de
feldespato, principalmente ortoclasa. Sobre las capas inferiores
descansan concordantemente capas de grauvacas con un espesor
medio de 40 cm y colores que varían de gris a gris pardo con manchas
amarillentas. Sobre estos estratos, y de espesores entre 10 a 20 cm hay
lutitas de color pardo amarillento de la misma potencia.
La parte superior de la sección jurásica, la constituyen lutitas de color rojizo
en capas muy delgadas, interestratificadas con calizas gris obscuro de 10
cm de espesor.
(1) EDAD: no se ha fijado con exactitud, en muestras de Jalpan a más o
menos 13 km de distancia, se reportan fragmentos de amonitas del
género Perisphinter, que pertenecen al jurásico superior y al
cretácico (cf. Carbonell, 1970; Tang Lay y Langenscheidt, 1978).
2. CRETACICO INFERIOR
Representado por una sección de calizas con el nombre de Formación EL
DOCTOR, que aflora en forma de anchas fajas. Esta formación tiene la más
amplia distribución en la región, y en ella se distinguen 3 diferentes facies
denominadas: a) CERRO LADRON, b) SAN JOAQUIN y c) LA NEGRA.
a) FACIES CERRO LADRON: es una gran masa calcárea en forma de
banco, que presenta variaciones litológicas debido a los diferentes
procesos de litificación, diagénesis y contenido faunístico. Esta facies
está oculta por franjas delgadas de sedimentos del cretácico superior,
que se orientan en dirección noroeste - sureste y forman parte del seno
de los pliegues sinclinales, así como por derrames de basalto.
(1) LITOLOGIA: consiste en estratos gruesos de calizas fétidas y
compactas, con colores que varían del gris claro al gris obscuro, pero
aparecen grietas de disolución cuya profundidad varía de centímetros
a más del metro y se han rellenado con calcita. En el caso de
rellenos pequeños se observan como vetas blancas, mientras que,
en grandes rellenos se tiende a presentar un proceso de
recristalización y toman algunas de las características de las regiones
kársticas.
La facie Cerro ladrón se divide en dos subfacies por su contenido de
fauna fósil:
128
(a) Subfacies con Rudistas: consiste en biostromas de rudistas
intercalados en estratos de caliza de grano fino, posiblemente
representan
lodos
calizos
litificados
que
predominan
cuantitativamente. Está limitada a fajas de varios cientos de metros
de ancho, con espesor abajo de los 800 m, menor que el de la otra
subfacies.
(b) Subfacies con Miólidos: constituye casi toda la facie Cerro Ladrón, es
de caliza muy compacta, de grano fino a grueso, presentándose en
capas cuyo espesor oscila entre los 0.2 a 2 m, con gran regularidad y
gran cantidad de Miólidos. Su espesor total posiblemente pase los
800 m.
b) FACIES SAN JOAQUIN: La facies San Joaquín ocupa la mayor parte del
área; el afloramiento más conspicuo forma una franja de unos 15 km de
ancho, orientada noroeste-sureste; limitada al poniente por la facies
Cerro Ladrón, hacia el noreste por la facies La Negra, rocas volcánicas y
la formación Mexcala, y en el sureste limitada por la facies Cerro Ladrón.
(ver fig. V-6)
(1) LITOLOGIA: Está representada por estratos de caliza criptocristalina
compacta de color gris obscuro, que presentan espesores entre 1.5 y
los 3 m; contienen abundantes nódulos de pedernal negro (de muy
mala calidad para que sea tallado), cuyo diámetro varía de unos
cuantos centímetros a 0.3 m como máximo. La potencia máxima
observada es de 60 m pero posiblemente sobrepase esta magnitud.
c) FACIES LA NEGRA: Ocupa la menor superficie y está constituida por
calizas compactas criptocristalinas, en las que, frecuentemente se
observan intercalaciones de lutita roja.
(1) LITOLOGIA: El espesor de las capas de caliza varía de 10 y 30 cm,
su color característico es gris oscuro, que ocasionalmente cambia a
gris claro. Presenta lentes y estratos de pedernal negro que varían de
1 a 15 cm de espesor, esta característica es lo que la hace diferente
de las demás; además, éste pedernal intemperiza a un color amarillo
pardo y constituye del 10 al 15% del volumen total de la unidad. El
espesor estimado es del orden de unos 30 m, pero, es posible que su
potencia aumente hacia el poniente, ya que es en esa dirección hacia
donde se supone que tuvo mayor profundidad el mar en que se
depositó.
(a) EDAD: para fijar la edad de las calizas del Doctor se tomó en cuenta
el reporte de Norman F. Sohl del laboratorio del Servicio Geológico
129
Americano, con respecto a unas muestras recogidas en la región,
donde se reportan rudistas del genero Sauvegesia del Cenomiano y
miólidos que son de gran importancia como fósiles índice, ya que se
presentan en toda la república para el Albiano-Cenomiano; pudiendo
de este modo fijar con buena precisión su antigüedad (Sohl, citado
por Carbonell, 1970).
3. CRETACICO SUPERIOR
Se encuentra representado por lutitas y calizas que descansan
concordantemente sobre las calizas del cretácico inferior. Las lutitas y calizas
comprenden dos formaciones que se denominan SOYATAL y MEXCALA. La
formación Soyatal pertenece al Turoniano, mientras que a la Mexcala se asigna
al Maestrichtiano.
Casi todos los afloramientos del cretácico superior se presentan en fajas de
diferente amplitud y extensión, y siguen una dirección noroeste-sureste. Cerca
del límite oriental de la sierra se presentan tres fajas más o menos paralelas;
existen dos afloramientos más: uno se encuentra en la región de San Joaquín,
y el otro es una faja que se extiende desde el poblado de Peña Blanca hacia el
noroeste.
a) FORMACION SOYATAL
(1) LITOLOGIA: la formación Soyatal sobreyace concordantemente a los
sedimentos del cretácico inferior; está constituida por una caliza gris
o gris oscura bastante compacta y cuyos estratos tienen un espesor
entre 10 y 50 cm. Interestratificadas a las calizas se hallan capas
delgadas de lutitas amarillentas y capas de margas de color pardo
claro rojizo, con espesores que varían entre los 5 y 30 cm. Las capas
de lutitas aumentan de espesor hacia la parte superior de la
formación y es ahí donde alcanzan su máxima potencia.
Ocasionalmente, en la base de la formación se encuentran lentes de
pedernal negro asociado con las lutitas y margas arenosas; el
espesor total es del orden de 50 m.
(a) EDAD: no contiene fósiles índices, pero por estar sobre las rocas del
Cenomiano, se le da la del Turoniano
b) FORMACION MEXCALA
(1) LITOLOGIA: se presenta bien estratificada e intensamente plegada;
está constituida por capas de lutitas margosas de color café
amarillento, gris claro y gris verdoso, que tienen espesores de 0.05 a
130
1.2 m; interestratificadas con estratos de caliza gris compacta de
grano grueso, con espesor no mayor de 30 cm, además limolitas y
areniscas de 40 a 60 cm de potencia.
En la parte inferior de la formación la porción de caliza y lutita es de 40 y
60% respectivamente, en cambio hacia la parte superior hay una franca
disminución en el porcentaje de caliza, con el consecuente aumento de
la lutita margosa. Su espesor posiblemente sobrepasa los 300 m.
(a) EDAD: a partir de 16 muestras analizadas en PEMEX se le dio la
edad del Maestrichtiano, por su contenido de microfósiles.
4. TERCIARIO
Dentro del área, las únicas rocas sedimentarias que se presentan son las
correspondientes al CONGLOMERADO EL MORRO, predominan en este
periodo los derrames de lava y algunas intrusiones dioríticas y granodioríticas.
a) CONGLOMERADO EL MORRO
Rocas clásticas de textura gruesa y con una matriz de arcilla calcárea
rojiza, sobreyacen en discordancia angular a las formaciones Mexcala,
Soyatal, El Doctor y Las Trancas en afloramientos pequeños y aislados
distribuidos ampliamente. (ver fig. V-5 y 6)
(1) LITOLOGIA: La mayor parte de la unidad consiste en conglomerados
con fragmentos redondeados y angulares derivados de las
formaciones subyacentes. Las capas del conglomerado son gruesas,
en posición casi horizontal y espesor de varias docenas de metros.
(a) EDAD: Se le atribuye una edad de Eoceno-Oligoceno por correlación
con el conglomerado El Morro de la parte sur del estado de Hidalgo
(Segerstrom, 1957).
b) ROCAS EXTRUSIVAS:
Las rocas ígneas predominantes en la región son del tipo extrusivo,
consisten en derrames y tobas de muy variada composición expulsadas
por diversos conductos durante el Oligoceno y Plioceno. Con fines
expositivos se agruparon en Rocas Volcánicas no diferenciadas,
Corrientes Basálticas y Rocas Intrusivas.
(1) ROCAS VOLCANICAS NO DIFERENCIADAS
Dentro de esta unidad se han agrupado una serie de rocas que se
presentan asociadas o de forma independiente; sobreyacen
discordantes, tanto al conglomerado El Morro como a los sedimentos
mesozoicos, incluyen corrientes riolíticas y andesíticas, así como,
tobas y brechas de la misma composición; afloran al oeste y suroeste
131
de la región y en su conjunto tienen más de 100 m de espesor. Los
cerros de El Pilón y la Tembladera ubicados a 7 Km al este-noreste
de Peña Miller, están cubiertos por corrientes y tobas andesíticas de
unos 40 m de espesor; en la porción central del distrito de Peña Miller
se presenta una secuencia de tobas y corrientes riolíticas de unos
200 m de espesor y sobre estas se encuentra un derrame andesítico
de 7 m.
(a) EDAD: como sobreyacen al conglomerado El Morro al norte de Peña
Miller, con gran semejanza a las rocas del Grupo Pachuca y de la
formación Cerezo, cuya edad es Oligoceno y Mioceno (Segerstrom,
1957), las rocas volcánicas no diferenciadas pueden corresponder a un
terciario medio.
(2) CORRIENTES BASALTICAS
Existen varios afloramientos, el más grande es una faja de 2 Km de
ancho y 15 de largo, orientada noroeste - sureste y se localiza en la
unión de los ríos Concá y Santa María Acapulco. Hay además,
pequeños afloramientos que se encuentran en la falda norponiente
del cerro de Agua Fría, al sur poniente del cerro Santo Domingo, a lo
largo del arroyo de La Laja, en las Mesas de Ramírez y del
Hormiguero. Los basaltos se presentan en varios colores: negro, gris
obscuro, y rojizo; su aspecto varía del masivo -el más común-, el
vesicular y el amigdaloidal, en este orden. (ver fig. V-6)
c) ROCAS INTRUSIVAS
Uno de los mayores cuerpos se encuentra a 5 Km al oeste-noroeste de
rancho La Florida; está muy alterado, pero al microscopio se clasificó
como intrusivo granodiorítico. En Río Blanco y Pinal de Amoles se
presentan "stocks" cuarzo-dioríticos e intrusivos dioríticos en las áreas
de Encarnación, Tetla y Xichú. (ver fig. V-5)
Dentro del área se presentan gran cantidad de diques de andesita, dacita y
riolita, con longitudes de hasta 4.5 Km.
(1) EDAD: los sedimentos que se ven intrusionados por los cuerpos,
pertenecen al Jurásico Superior y al Cretácico Inferior, aunque es
muy probable que también haya concordado con los estratos
pertenecientes al Cretácico Superior ya erosionado, por lo que, se
asigna una edad para el Terciario (cf. Carbonell, 1970; Lazcano,
1985).
132
5. PLEISTOCENO RECIENTE
Están constituidos por depósitos clásticos, terrazas aluviales, aluvión y
depósitos de talud (coluvión). Su localización se limita a las partes bajas de la
Sierra y su espesor máximo es del orden de los 15 m, hay sedimentos
residuales rojizos que cubren pequeñas áreas de calizas del Cretácico inferior y
capas de caliche que frecuentemente alcanzan varios metros de espesor
ubicados en La Calera, Zituní, Charco Frío y Vizarrón de Montes (Carbonell,
op. cit. supra).
E. TECTONICA
La mayor parte de la Sierra Gorda pertenece a la plataforma de Valles - San
Luis Potosí, considerada como un elemento paleogeográfico al igual que una
unidad tectónica. Esta plataforma sufrió durante el Cretácico y buena parte del
Terciario un levantamiento que ocasionó una gran cantidad de pliegues,
fracturas y fallas, dando origen a la Sierra Gorda. Todos estos levantamientos
fueron ocasionados por los esfuerzos tectónicos de la orogenia Laramide
(Lazcano 1986; 22 y ss.).
El patrón estructural de la Sierra Gorda, es un sistema de plegamientos
recumbencia y fallamiento inverso, representado por dos estilos
deformación: uno de rocas calcáreo-arcillosas y arcillo-arenosas
estratificación delgada (formación Soyatal, Mexcala y Las Trancas); el otro
rocas calcáreas de estratificación mediana a gruesa (formación El Doctor).
de
de
de
en
Las rocas de estratificación delgada presentan un plegamiento intenso con
caracteres estructurales complejos, constituidos por numerosos pliegues
menores, recostados y recumbentes al noreste con frecuentes fracturas y fallas
pequeñas, así como pliegues en "chevrón".
La deformación de rocas de estratificación mediana a gruesa de la formación El
Doctor es distinta, en general se trata de estructuras anticlinales amplias con
abundantes fracturas y dislocamientos zonales, así como, fallas normales de
poca y mediana extensión. Suelen estar complicadas en sus flancos, por fallas
generalmente de tipo inverso (cabalgaduras), por lo regular son grandes,
paralelas a los pliegues anticlinales y sinclinales (orientación noroeste-sureste);
es característica de las fallas inversas de esta región que inviertan la secuencia
estratigráfica del Cretácico, poniendo encima de las rocas del Cretácico
superior, a las del Cretácico inferior. Los anticlinales de este tipo de
133
deformaciones han originado las principales altiplanicies kársticas de la región.
(ver fig. V-6)
Los sinclinales se manifiestan topográficamente como depresiones, formando
grandes llanuras y valles aluviales; de forma alargada, de dimensiones
pequeñas a medianas, generalmente recostados y asimétricos y con la misma
dirección de los anticlinales (noroeste-sureste). En sus núcleos afloran casi
siempre las formaciones Soyatal y Mexcala (Lazcano, 1986).
Ahora bien, la zona de trabajo es una de las estructuras más importantes y
típicas de la Sierra Gorda, y se le ha denominado como "Cabalgadura El Doctor
y Anticlinal El Doctor" en que se expone:
"Se trata de una falla inversa que involucra a las formaciones 'El Doctor'
y Soyatal, su traza sigue una dirección NW-SE, se manifiesta
topográficamente como un abrupto acantilado, en el contacto entre las
formaciones ya mencionadas. Esta falla dio origen a la mesa de El
Doctor. Su traza representa el nivel de base Kárstico de dicha mesa, ya
que en ella se encuentran varias resurgencias. Tiene una inclinación de
24° hacia el SW. Paralela a esta cabalgadura, dentro de la mesa de El
Doctor, se encuentra el anticlinal El Doctor, de poca extensión."
(Lazcano 1986; p.23; ver fig. V-6).
La región del Doctor -centro del área de trabajo-, estructuralmente está limitada
al norte por el Río Estorax, al sur por el Río Moctezuma, al oriente por el gran
escarpe colinda con el área de San Joaquín y al oeste por el valle en que corre
la carretera que une a San Juan del Río con Jalpan.
La altitud máxima es una meseta que se encuentra en la cima del cerro El
Espolón, alcanza los 3250 msnm, y es una de las cimas importantes de la
Sierra Gorda, dado que, tradicionalmente ha jugado el papel de marcador
geográfico en las rutas de comunicación. El punto más bajo de la región se
encuentra hacia el norte, en el Río Estorax, a una altitud de 1140 msnm.
El acceso más importante a la mesa del Doctor, a partir de la población San
Joaquín Ranas, se inicia en un camino de terracería que cruza toda la meseta y
tiene ramales hacia las comunidades más importantes: El Doctor, Chavarrías,
El Banthi, La Lagunita, Río la Viguita, Los Juárez, La Laja, Altamira, etcétera.
La mesa del Doctor está constituida por calizas de la formación del mismo
nombre. En la parte oeste del anticlinal aflora la formación Soyatal, que
descansa sobre las calizas del Doctor (Cretácico inferior); en este flanco
134
existen dos fallas de corrimiento lateral que afectaron a estas dos formaciones.
En el flanco oriente se desarrolló la cabalgadura de El Doctor (falla inversa),
dando origen a un amplio escarpe, en cuya base se encuentran varias
resurgencias que son el nivel base del Karst de la meseta (Lazcano 1986).
La cabalgadura de El Doctor, invierte la secuencia Cretácica, al encimar la
formación El Doctor (Cretácico inferior), sobre la formación Soyatal (Cretácico
superior). Mientras que estas resurgencias son tan importantes que han
funcionado como fuentes de agua para las poblaciones de San Joaquín y otras
menores en la región. En la zona se presenta un fuerte espesor de las calizas,
con un fracturamiento intenso. Los afallamientos descritos, así como el
plegamiento y fracturación de la formación Soyatal condujeron a la
mineralización de la zona.
Carrillo y Suter (1982), han definido la estructura contigua que recorre del
macizo de Pinal de Amoles al Macizo de San Joaquín, la han denominado
Anticlinatorio Pingüical-Piñon. Según los autores presenta una tendencia
general de recumbencia noreste-suroeste, afectando a las formaciones El
Doctor, las Trancas y la Soyatal-Mexcala, con una estructura de gran longitud y
amplitud; abunda en el flanco suroeste de la mesa El Doctor con pliegues de
tipo "Chevrón"; además anotan que es muy probable que esta estructura se
continúe al norte, en el anticlinal del Cerro de la Yesca. Se tiene referencia de
que PEMEX ha efectuado estudios de estas formaciones con el objeto de
localizar algunos mantos o trampas de hidrocarburos.
F. GEOLOGIA ECONOMICA Y DISTRITOS MINEROS
A continuación se describirán los distritos mineros más importantes dentro de la
sierra, ya que con los datos expuestos se puede comprender con mayor
amplitud que, la actividad minera prehispánica para esta región no es obra de
la casualidad, inclusive, mucha de la actividad moderna se encuentra guiada
por la presencia de explotaciones precolombinas.
Dentro de la Sierra Gorda se encuentran esparcidos una gran cantidad de
antiguos terreros, "ceniceros" o desechos del beneficio de cinabrio, "graseros"
o montones de escoria y ruinas de hornos que fueron restos de antiguas
fundiciones hispanas; generalmente se trata de escorias y productos vítreos
derivados del tratamiento de la plata plomosa. La gran mayoría se localizan en
la porción norte de la sierra, tomando como referencia a Pinal de Amoles.
También es de hacer notar que los españoles extrajeron grandes cantidades de
oro y plata de San Martín Ajuchitlan (Bernal) y Río Blanco.
135
Durante los años cuarenta del siglo XX se operaron minas en solamente tres
distritos mineros; Soyatal, que durante el auge de la guerra de 1942-43 estaba
produciendo cerca de 1,800 toneladas de antimonio metálico por año (White
1948, citado por Zamora 1970); Pinal de Amoles para 1952 producía plomo
metálico a un ritmo de 100 toneladas por año, aprovechando los antiguos
terreros; y el de Río Blanco que en 1945 tenía varios molinos activos para
extraer pequeñas cantidades de oro y plata. En la actualidad la producción de
oro y plata ha sido insignificante debido a la escasa tecnología y la poca
inversión para el desarrollo de nuevos trabajos; pero en 1914 cerca de 40,000
toneladas de mineral fueron producidas en San Martín Ajuchitlan con un valor
promedio de 5 dólares por ton.
En los últimos años la producción de mercurio ha ocupado un primer plano,
explotándose un gran número de minas en los distritos de: Pinal de Amoles,
San Joaquín y Soyatal. Los depósitos minerales tienen una amplia distribución
geográfica en el área. Los principales distritos mineros son los de: Pinal de
Amoles, Tolimán, Soyatal, Bernal, Río Blanco, San Joaquín y Maconí.
Por su incidencia a la zona de trabajo se describirán los distritos de San
Joaquín, Pinal de Amoles, Soyatal y Maconí, así como el gran potencial de los
depósitos no metálicos existentes en la región.
1. DISTRITO DE SAN JOAQUIN
Es uno de los productores más importantes del estado de Querétaro, llegó en
ocasiones a una producción semanal de 3.9 ton. de mercurio, a pesar de que el
beneficio se realiza con técnicas rudimentarias.
El distrito se puede dividir en dos zonas:
a) San Joaquín, donde se encuentran las minas de La Fe, La Guadalupe,
La Barranca, Las Maravillas, Rosa María, Los Puerquitos, El Zopilote, El
Cristo Rey y Santa Mónica; en todas ellas sus primeros tramos
presentan rastros de la actividad prehispánica; ya sea desde la
bocamina o porque cruzaron con ella, al realizar nuevas obras en
diferentes niveles.
b) La zona de Azogues, en donde se localizan las minas de Pito Real, Mina
Grande, El Vidrio, El Sauce, La Palma, El Abra, Providencia y El Rincón,
en las cuales, hasta donde se nos ha informado, guardan una
correspondencia con actividades prehispánicas.
136
Los yacimientos más importantes de mercurio por su producción actual (1980)
son los de las minas La Guadalupe, La Fe, La Perla, Cristo Rey y El Zopilote
para el área de San Joaquín; mientras que para la zona de Azogues son: El
Pito Real, Providencia, Mina Grande y El Rincón, aunque presentan leyes más
bajas y mayores dificultades para su extracción por la inestabilidad del terreno.
En general se puede decir que el mineral es generalmente cinabrio o está
mezclado con metacinabrio, presentan en ocasiones mercurio nativo con
relativa frecuencia, en casos como: La Guadalupe, La Perla y La Fe (La Lana)
entre otras. La mineralización está dada en las fracturas de la caliza de la
Facies La Negra (zona de San Joaquín), y en menor proporción en las de
brechoides.
Las leyes mínimas económicamente rentables son de 3 kg por tonelada, pero
en general el mineral extraído tiene una ley que va de los 2 a 10 kg por
tonelada, como promedio. Estos valores se entienden en términos de material
removido, más no de mineral beneficiado y concentrado.
Salvador Zamora (1970), menciona que se han analizado muestras de estos
minerales por difracción de rayos X determinando la presencia de: Ba, Sr, Ni,
As, Zn, Pb, Cu(?), Zr(?), hidromica, calcita, caolinita y cuarzo, pero no indica en
donde se realizó éste análisis, ni el número de muestras, ni algunas de las
características técnicas de estos análisis, con el objeto de poder retomar los
datos para poder caracterizar el yacimiento.
Por otra parte, no se ha localizado ningún informe o reporte enfocado a
determinar las reservas de mineral, su distribución y potencia de modo que se
pueda promover su explotación racional, y de esta forma elevar el nivel de vida
de los habitantes de la zona al proporcionar fuentes de trabajo.
Ahora bien, basados en los recorridos que se han efectuado en el área, la
persistencia en la reapertura de viejas minas y su distribución a lo largo de las
fallas más importantes, se puede proponer en forma tentativa que la zona aún
posee una reserva prometedora, que por pláticas con diferentes mineros y
propietarios de los denuncios, las vetas formales persisten en extensión y
profundidad sobre rocas más duras, hecho constatado en las minas a las que
se tuvo acceso.
2. DISTRITO DE PINAL DE AMOLES
Las principales menas de las minas: Queso-Animas, Poder de Dios, Tiro
México y Santiago son cerusita, anglesita, cloruro de plata y oro nativo,
137
mezclado con algo de arsenopirita, esfalerita y estibnita. Para la Mina grande
se presenta una veta formal de galena; para las minas La Guadalupe, El Fuste,
San José, Azafrán y La Torre sus menas son de cinabrio con algo de tiemanita,
con leyes del 2.9% de mercurio.
Los cuerpos mineralizados se presentan en o cerca de los contactos intrusivos
(Tiro México, San Vicente, Santiago); chimeneas (Queso-Animas), vetas
(Poder de Dios) y en mantos o capas (Queso-Animas), con rocas calizas
encajonantes de la Formación El Doctor y de las limolitas calcáreas de la
Formación Las Trancas (Zamora 1970).
3. DISTRITO DE SOYATAL
Sus principales menas son el óxido de antimonio, estibnita y el cinabrio,
encajonadas por las calizas de la Formación El Doctor en su contacto con la
Formación Soyatal.
Las minas más importantes que explotan el cinabrio y con trazas de ocupación
prehispánica son: Santa María de Miera y El Ratón, en donde se forman vetas
de minerales de mercurio encajonadas en las calizas El Doctor, de longitudes
restringidas y espesores de hasta 10 cm. Se presentan en las zonas de
fracturas de la caliza, o bien, en los planos de estratificación de la misma y en
la zona de contacto entre las formaciones mencionadas. El origen de estos
depósitos se da por soluciones hidrotermales que mineralizaron las cavidades
preexistentes o reemplazaron estratos de caliza. En la actualidad el antimonio
ya se dejó de explotar y la extracción de mercurio ha tenido un ligero aumento.
4. DISTRITO DE MACONI
Para este distrito se localizan minas como: La Valenciana, Maguey Blanco, La
Negra, La Blanca, La Purísima, entre otras, que poseen mineralización de
plata, plomo, zinc, cobre y oro en cuerpos irregulares que se localizan en o
cerca de los contactos entre calizas de El Doctor, con intrusivos graníticos.
Llegan a presentarse en esta zona algunas vetas, generalmente pobres de
cinabrio, de ley baja, pero llegan a tener trazas de explotación prehispánica
(Maguey Blanco, La Negra y La Valenciana en uno de sus respiraderos).
En la actualidad (1988) la compañía La Esmeralda, realizaba obras de
explotación a gran escala y en tiempos anteriores a los años 60's sus trabajos
eran limitados. Aunque esta compañía ha determinado que sus reservas son
del orden de 525,000 toneladas de mineral con una composición aproximada
de 340 gr de Ag/ton, un 8% de plomo, 6% de zinc, así como algo de cobre y
138
oro aún sin cuantificarse, por lo que las perspectivas de este distrito son
bastante prometedoras.
Dadas las características técnicas en que se han efectuado las labores mineras
en esta zona, tales como: grandes galerías para maquinaria pesada, túneles,
niveles, etc., las posibles huellas de actividad prehispánica prácticamente han
desaparecido, amén de que en la mina La Negra (reportada en las fuentes de
la época colonial), se han localizado algunas labores muy antiguas
(comunicación de sus trabajadores); sin embargo no se puede saber a qué
etapa corresponden hasta que se realice una investigación a este respecto.
5. DEPOSITOS NO METALICOS
Actualmente la caliza y la arcilla son los productos de mayor volumen en el
área. La caliza presente para el área es apta para la producción de cal, y en la
actualidad ya se han establecido hornos para su beneficio. A pocos kilómetros
de la zona de trabajo (Tolimán y Las Palmas) se presentan grandes depósitos
de caolín y montmorillonita que llegan a tener 8 m. de espesor, cuya
explotación se lleva a cabo por medio de tajos abiertos.
El mármol como material de construcción se ha extraído para usos locales,
aunque ya se empiezan a crear grandes bancos y canteras para su explotación
comercial, ya que su calidad de grano y dureza llega a compararse con los
extraídos en Tehuacán, Puebla, incluso compite con muy buenas perspectivas
con los importados. Como dato anecdótico y de gran orgullo entre la población
serrana es: "... de las canteras de Vizarrón se obtuvieron bloques de mármol
blanco para la conclusión del Palacio de Bellas Artes en la ciudad de México,
no se distingue del mármol italiano y eso que es la costra del yacimiento...".
G. SUELOS
En la zona se presentan suelos con diferente grado de desarrollo, que por
condiciones particulares de formación se alcanzan a diferenciar 7 unidades
edáficas, agrupadas en igual número de variedades dadas las combinaciones
existentes (DETENAL,1970. Carta Edafológica F14C58. San Joaquín). Estas
unidades en mucho son producto del intemperismo del material parental,
aunque debido al promedio de pendientes, del 20%, se presentan algunas
zonas que acumulan el material que aportan las partes altas y son más o
menos profundos. Aunque la mayoría de suelos por su origen son diagenéticos
y como son unidades que se encuentran en proceso de diferenciación es muy
difícil encontrar un tipo único, por el contrario, es frecuente contar con unidades
139
edáficas mixtas, teniendo un tipo como dominante, así como las características
de otro(s) como rasgos secundarios. (ver fig. V-7)
Las diferentes variedades de suelos presentes de acuerdo con la clasificación
de la FAO/UNESCO son:
1.- Rc+I/2: REGOSOL CALCARICO (dominante) + LITOSOL (secundario); de
textura media y con una fase lítica entre 10 y 50 cm de profundidad
(DETENAL,1970. Carta Edafológica F14C58. San Joaquín).
2.- Lc+Bc+Af/3: LUVISOL CROMICO (dominante) y como secundarios
CAMBISOL CROMICO y ACRISOL FERRICO; de textura fina; con una
fase lítica profunda entre 50 y 100 cm de profundidad (ibíd.).
3.- Lo+Bc/2: LUVISOL ORTICO (dominante) y CAMBISOL CROMICO; de
textura media, ubicado en las inmediaciones de El Doctor (ibíd.).
4.- I+E/2: LITOSOL como elemento dominante y como elemento secundario
RENDZINA (en proceso de desarrollo); de textura media (migajosa), se
localiza asociado al bosque mesófilo de montaña. (ibíd.).
5.- E+I/2: RENDZINA ya como elemento dominante y como elemento
secundario LITOSOL; de textura media, con una fase pedregosa
(fragmentos mayores a 7.5 cm) en superficie, por lo que impiden el uso
de maquinaria agrícola (ibíd.).
6.- Lc+Hl/3: LUVISOL CROMICO (dominante) + FEOZEM LUVICO
(secundario); de textura fina, presentan la roca madre entre 50 y 100 cm
de profundidad (ibíd.).
7.- Lc/3: LUVISOL CROMICO de textura fina (ibíd.).
En estas descripciones las características de textura se refieren a los 30 cm
superficiales del suelo; a continuación se detallan algunas de sus
características más representativas:
1.- GRUESA: en la superficie son arenosos, por lo que presentan problemas de
retención de agua y de nutrientes.
2.- MEDIA: textura semejante al limo de ríos; no presenta problemas de
drenaje, aireación y fertilidad.
3.- FINA: presentan generalmente problemas de drenaje y poca porosidad; son
duros al secarse, se inundan con facilidad y presentan problemas de
laboreo, ya sea de yunta o mecanizada (ibíd.).
Las características físicas y la descripción de las diversas unidades edáficas se
exponen en el anexo correspondiente a este capítulo.
140
H. REDES HIDROGRAFICAS
Los patrones de drenaje más importantes en la zona de estudio son dos: el
dendrítico y el subparalelo, éste último debe su disposición a las diaclasas,
fracturas principales y el plegamiento de los estratos que existen en la zona; los
cauces principales están condicionados en gran medida por las fallas
existentes.
Todos los cursos de agua en la Sierra Gorda pertenecen en su conjunto al gran
sistema hidrológico del Río Pánuco. Uno de sus afluentes es el Río Moctezuma
que se forma a partir de la unión de los ríos Tula y San Juan en la región
conocida como Las Adjuntas y en ella se construye el complejo hidroeléctrico
Presa Zimapán por la Compañía Federal de Electricidad.
El Río Moctezuma desde principios de siglo ha servido como límite territorial
entre los estados de Querétaro e Hidalgo, es uno de los principales drenes del
Altiplano Central a la costa del Golfo de México. Se le considera como una
cuenca de segundo orden y a sus tributarios más importantes se les clasifica
como subcuencas, tal es el caso del Río Estorax al centro y el Tancuilín al
noreste de la sierra queretana.
Ahora bien, en la zona de estudio contamos con dos áreas principales de
captación que van a desembocar en dos ríos importantes para la Sierra Gorda:
el Río Moctezuma al sur-sureste y el Río Estorax -que es un tributario del
primero- y su descarga es al norte y noreste de la región estudiada (ver fig. V8).
1. CUENCA AL RIO MOCTEZUMA
a) Arroyo Maconí, capta las aguas del macizo del Doctor, así como las
aguas del cerro San Nicolás en su vertiente occidental; es la red más
amplia y compleja en la zona de estudio que en términos de gasto y
volumen se le considera como importante, lleva agua todo el año,
alimentándose de los manantiales de Rancho Viejo, El Sarro, Maconí,
Maguey Blanco y el San Nicolás. Se localiza en la porción SE del macizo
del Doctor, en el sector denominado el Sarro, La Ventana y El Espolón.
b) Arroyo El Bantí, es una pequeña cuenca de escurrimiento de la
porción sur del macizo del Doctor, constituye una fuente temporal de
agua, debido a que se ubica en la sombra de lluvia, además de la
escasez de manantiales en ese sector. Se localiza en las cercanías del
poblado de Chavarrías.
141
Por lo que respecta al material parental en que se encuentran, la mayor
ramificación se presenta en la zona de caliza-lutita en oposición a la de caliza;
y esto se debe a sus características geológicas de presentación, en donde la
primera son cuerpos interestratificados con potencias que varían de los 30 cm
a los 2 m de caliza por 30 cm a 1 m de lutita (Formación Soyatal); en tanto que
la segunda es una formación maciza de caliza, en ocasiones con
metamorfismo regional a mármol con potencia que oscila entre los 2 a 15 m y
por lo mismo es menos erosionable (Formación El Doctor); lo que hace posible
una buena proporción de escurrimiento laminar superficial o subsuperficial,
hasta que llega a formar una corriente de ciertas dimensiones y volumen como
para que inicie un arroyo.
2. SUBCUENCA AL RIO ESTORAX
Las redes que desembocan en el Río Estorax se concentran en la porción norte
de la zona, son:
3.- Arroyo Grande, lleva agua durante todo el año y constituye un cuerpo
importante para obtener agua; esta alimentado por los manantiales
perennes del Agua Fría, el Doctor, El Pájaro, Santa María de Gracia y
Loma de Guadalupe entre otros.
4.- Arroyo Culebras, nace en la parte alta del macizo del Doctor, se
alimenta de las aguas de los manantiales de Viguitas, aunque su
volumen es pequeño, no deja de ser una fuente relativamente segura de
agua. Su dirección principal es al norte y su curso está fuertemente
condicionado por la presencia de una falla, y algunos de sus tributarios
por las fracturas mismas del terreno.
5.- Arroyo Las Águilas, nace en la porción noroeste del macizo de El
Doctor; corre en forma subparalela al Arroyo Culebras, se alimenta de
los manantiales de los Juárez, y con un ramal importante que es el
Arroyo Ladrón.
6.- Arroyo Agua de León, este es un arroyo que capta las aguas de la
zona cercana a San Joaquín, El Deconí, y abastece a las rancherías
cercanas, como un arroyo perenne.
Los materiales parentales en estas redes que desembocan al Río Estorax,
cortan las mismas formaciones (Trancas, Doctor, Soyatal, El Morro), y su grado
de desarrollo está condicionado a su localización ya sea dentro o fuera de la
sombra de lluvia, por lo que, las más desarrolladas y más encajonadas son el
Arroyo Grande y el Agua de León.
142
I. ACCESOS
En este punto se puede indicar que, las vías de acceso naturales a la sierra lo
constituyen las cañadas formadas por los arroyos y jugaron -aún en la
actualidad- un papel muy importante en la comunicación con otras zonas, ya
sea al interior o al exterior del conjunto que se llama Sierra Gorda. En términos
generales se pueden mencionar:
1.- Arroyo Maconí, funcionó como acceso desde Zimapán, Hidalgo, fue uno de
los caminos de herradura en la época colonial, es muy abrupto y con grandes
desfiladeros. De este acceso se obtienen algunas biznagas, maderas duras
como la del mezquite (Prosopis juliflora) y el fruto de este árbol para consumo
2.- Arroyo El Bantí comunica hacia el centro del país, esto es, hacia la zona de
Cerro Prieto, Cadereyta, al Río San Juan, así como Pathé, Boye y funcionó
como guía para el camino de herradura que entraba en la sierra hasta los años
40's. Un recurso que destaca por su abundancia en este acceso es la
presencia de soyate o palma (yuca y dasylirium) que fue empleado como
material de construcción y para la extracción de fibras.
3.- Arroyo Grande es el medio de comunicación en el corazón de la Sierra
Gorda con la zona semidesértica de Higuerillas, Peña Miller y Camargo rumbo
al norte, sirve de enlace con el macizo de Pinal de Amoles. En su recorrido,
incluyo gran parte de los bosques mixtos de encino - pino, especies herbáceas
para consumo y uso medicinal.
4 y 5.- Arroyo Culebras y Arroyo Las Águilas funcionaron como vías de
comunicación con Vizarrón (presidio del S. XVII). También operan de enlace al
corazón de la sierra en su banda occidental, ya que antes se unen con el
Arroyo Grande, y de ahí al Estorax, se relaciona más con el macizo del Doctor,
mientras que Arroyo Grande lo da hacia el San Antonio, el sector de San
Joaquín (Ranas) y Esperanza (Toluquilla). En su zona alta de captación se
localizan los bosques de pino piñonero más importantes de la región y en sus
secciones bajas la asociación vegetal es de matorral espinoso con la presencia
de yucas y palmas en la zona de transición.
6.- Arroyo Agua de León comunica en primer lugar los asentamientos de Ranas
y Toluquilla, de este punto comunica con la misión de Bucareli, Tierras
Coloradas, Planes, El Timbre y las Adjuntas estas últimas ya más cercanas a la
zona de la Huasteca y el Pánuco, donde presenta una sucesión del bosque de
143
galería de encino, robles, sabinos hasta especies de zonas tropicales al estar
en altitudes de los 900 msnm. (ver fig. V-8)
J. VEGETACION
La distribución de la vegetación está fuertemente ligada a las variaciones
climáticas de la sierra, la altitud y los tipos de suelo que sirven de sustrato para
su desarrollo.
Para la región que nos ocupa, el impacto de hombre sobre el medio ambiente
ha sido muy fuerte, mucha de la vegetación original se ha alterado y en su
lugar se encuentran asociaciones vegetales secundarias como los matorrales
inducidos y pastizales.
Los bosques, una de las asociaciones vegetales importantes de la zona ocupan
aproximádamente un 40%; los matorrales normalmente se ven asociados a las
áreas de sombra de lluvia y comprenden cerca de un 37%; el resto está
ocupado por vegetaciones secundarias de matorrales, pastizales y huertos, así
como zonas de cultivo permanentes u otros usos.
Dentro de los bosques, domina el encino que ocupa cerca del 21%; tiene una
distribución continua, en las paredes de las cañadas y en las laderas de la
sierra que reciben la humedad de los vientos del norte y del este. Se puede
desarrollar desde los 600 hasta los 2000 m de altitud, donde las precipitaciones
fluctúen entre los 600 y 1200 mm anuales, tolera bastante bien los suelos
someros como litosoles, rendzinas y regosoles, pero se desarrolla mejor sobre
aquellos que poseen una acidez moderada (luvisoles crómicos), a los cuales
aporta abundante materia orgánica en el horizonte superficial.
Esta comunidad vegetal está dividida en: matorrales de encino o encinares
arbustivos y arbóreos, de acuerdo con la fisonomía y estructura que presentan.
Sin embargo, no se puede apreciar una separación clara entre ellos; pues
mientras los árboles miden de 4 a 5 m de altura carecen de un tronco único
bien definido; los arbustos que sólo tienen de 2 a 2.5 m, pueden presentar un
eje claro de ramificación primaria. El tamaño de las hojas varía directamente
con la precipitación, esto es, normalmente a menor precipitación menor será el
tamaño de la hoja, teniendo claro sus topes genéticos para cada especie.
La mayoría de las especies de encinos son caducifolias, el periodo en que
carecen de follaje es menor a un mes y no siempre coincide entre una especie
y otra, lo que puede dar una apariencia de un verdor continuo. Las especies
dominantes de encino son: el encino prieto, encino blanco, colorado, encino
144
rojo, etc. (Quercus aristata, Quercus castanea, Quercus crassipes, Quercus
laeta, Quercus laurina, Quercus mexicana), entre otras (cf. Piña Luján 1990).
Dentro de la composición de este bosque se encuentran diversos árboles como
madroño Arbutus sp., Cercocarpus sp., Crataegus sp., Cupressus sp., Berberis
sp., Juglans sp., enebros Juniperus sp. y pinos Pinus sp.; así como Buddleia
sp., Fraxinus sp., Garrya sp., Populus sp., y sauces Salix sp. característicos de
los fondos de las cañadas. Estos elementos son sobre explotados a escala
local, pues se utilizan para la construcción de muebles, vigas y postes, pero
más que nada como combustible en casas, minas, calderas, etc., ya sea
directamente o transformado a carbón (cf. INEGI 1986; 56-60).
Su aprovechamiento a nivel industrial es mínimo, debido a que los árboles son
bajos y tienen un tronco delgado; asimismo su crecimiento es lento e irregular y
cuando son grandes normalmente se escapan a la tala por estar en terrenos
inaccesibles.
El bosque de pino cubre cerca del 15% de la región, ocupan las partes más
altas del cerro La Laja, San Joaquín y en Pinal de Amoles (fuera del área de
estudio), y representa una extensión considerable. Su distribución va en forma
de manchones; se desarrolla en suelos que presentan deficiencias en varios
componentes minerales, pero ayudan a equilibrar este balance con el paso del
tiempo, al fomentar el desarrollo de una buena capa humítica donde pueden
actuar y aportar los insectos, hongos y bacterias.
Las alturas que alcanzan los pinares varía de 8 a 20 m, pero algunas ocasiones
pueden llegar a los 30 m, el grosor de su fuste varía entre los 20 cm a 1.5 m en
promedio, sus troncos son normalmente rectos y sólo tienden a preservar la
parte superior de su fronda, que es de forma más o menos hemisférica. Esta
comunidad siempre está verde, cualidad que está determinada por los pinos,
aun cuando cambie el estrato inferior (sotobosque), y esto es debido a que en
su mayoría se compone de plantas herbáceas de muy diversos géneros y
familias.
Las especies de pinos más frecuentes que constituyen ésta comunidad son:
Pinus patula, Pinus herrerai, Pinus oocarpa, Pinus michoacana, Pinus
cembroides (piñonero) y otras más. En la cima del macizo del Doctor, se llegan
a encontrar asociados a los pinos, algunos abetos u oyameles (Abies sp.), junto
con algunos piñoneros, enebros (Juniperus sp.), madroños (Arbutus sp.), y en
sus márgenes el soyate o palma (Yucca sp. y Dasylirion sp.) (cf. Piña Luján
1990).
145
La similitud de exigencias ecológicas para el desarrollo de las comunidades de
pinos y encinos ha conducido a que éstas dos comunidades vegetales ocupen
nichos muy parecidos, propiciando su desarrollo uno al lado de otro, y formen
mosaicos complejos con resultante de bosques mixtos de gran complejidad
para entender las relaciones de sucesión, donde puede dominar un elemento u
otro, aunque por lo común en el estrato más alto están representados los pinos.
Dentro de los bosques que se presentan en la región cerca de un 40% son de
Encino - Pino, un 30% es de Pino- Encino y el resto está ocupado por bosques
de enebros o tascate (Juniperus sp.), y se distribuye en pequeñas fajas de
transición entre la zona de matorrales y el área de bosques, o entre matorrales
y el bosque mesófilo de montaña (ibíd.)
El bosque mesófilo de montaña, aun cuando quedan muy pocos relictos, se le
encuentra en la porción SE de la zona; ya que este tipo de bosque se
desarrolla en las laderas donde la influencia de los nortes es más notoria,
siendo frecuentes las neblinas y una alta humedad atmosférica durante el
periodo seco del año, que junto a la disminución de la luminosidad suplen las
carencias de agua durante ésta época del año. Normalmente contiene encinos,
madroños, soyates, etc.; contienen plantas de hojas deciduas y perennes, en sí
se les puede caracterizar como un verdadero bosque mixto, sus estratos
inferiores son diversificados y pueden prosperar algunos helechos y buenas
cantidades de líquenes.
En todos estos bosques se ha eliminado una gran parte de la vegetación
original por la explotación forestal irracional, para su posterior uso como tierras
de cultivo. Propiciando que en poco tiempo éstas tierras se agoten y erosionen.
Otra asociación vegetal importante (37%) es el matorral submontano, que se
desarrolla en las laderas occidentales de la sierra y en las partes intermedias
de las grandes cañadas que conducen al Río Moctezuma o al Río Estorax.
Tiene como límite superior al bosque de encino, y como inferior a los
matorrales desérticos que se desarrollan en los alrededores de los grandes
macizos montañosos.
La fisonomía del matorral posee una variación que va de; subinerme, que
carecen de espinas -el común en el área de estudio-, en regiones de
precipitación entre los 500 y 700 mm anuales y la fisonomía de cardonal, en su
mayoría espinoso -fuera del área de trabajo-, cuando la precipitación total anual
es de 500 mm y su temperatura media anual va de 18 a 25°. En el matorral
submontano en sus diferentes fisonomías se pueden encontrar mezquites
146
(Prosopis juliflora), acacias (Acacia sp.), uña de gato (Mimosa sp.), ocotillo
(Fouquieria splendens), nopales (Opuntia sp.), sotol (Dasylirion sp.), peyote (?),
algunas yucas o soyates (Yucca sp.), magueyes (Agave sp.), etc.
En muchas ocasiones este tipo de vegetación es de carácter secundario, en
virtud de la sobre explotación agrícola, erosión o por el pastoreo extensivo en
forma irracional y se le encuentra en zonas donde alguna vez existió un bosque
mesófilo, o de encino y se agotaron los pastos que crecen normalmente
posteriores a la tala.
Uno de los recursos con que cuentan los habitantes de la región de estudio es
la presencia de especies maderables, pero gracias a lo accidentado del terreno
no hace posible la implantación de técnicas de extracción a nivel industrial, de
modo que, mucho del consumo forestal es de carácter doméstico (madera, leña
y carbón), pero es posible que se pueda explotar comercialmente la recolección
del piñón, con sus respectivas técnicas de reforestación y saneamiento.
En general, basándose en topoformas, el tipo y el grado de desarrollo de los
suelos al área de trabajo se le ha considerado como terreno no apto para su
utilización agrícola, sólo es posible si se desarrollan algunas técnicas de cultivo
manuales (siembra mateada), factible en zonas muy restringidas para un
laboreo con yuntas, ya que las pocas áreas "planas" normalmente están
ocupadas por los asentamientos humanos.
Por otra parte, en la región del Doctor el potencial para manejo pecuario con
ganado caprino y lanar es reducido; ya que en caso de no dar una gran
movilidad a los rebaños se corre el riesgo de eliminar la poca cobertura vegetal.
En cambio para el área de San Joaquín se puede dar un aprovechamiento de
la vegetación natural aun cuando su aptitud es regular, los habitantes en los
últimos tiempos han buscado dar movilidad a sus rebaños para no alterar
fuertemente a la vegetación natural.
K. FAUNA
La mayoría de la fauna que aún persiste en la región es menor, sin embargo,
todavía se llegan a encontrar algunas especies mayores, muchas de éstas
prácticamente se les puede considerar como extintas, ya que se ha pasado
encima del número mínimo de individuos para que puedan recuperarse las
poblaciones animales.
Lo poco que se puede indicar con respecto a la fauna de la zona, es que
corresponde a la que normalmente se encuentra en los bosques templados y
147
en las regiones semiáridas que forma la sombra de lluvia. Muchos de los
animales que aquí se mencionan poseen una fuerte movilidad entre una zona u
otra; sin tomar en cuenta que algunas tienen hábitos migratorios y la región
puede funcionar como lugar de paso o punto de destino, el caso más claro son
las aves (cf. Ambia 1969; Leopold 1975; Piña Luján 1990).
La fauna de la sierra es típica de la Región Neártica, encontrándose unas
cuantas especies representativas de la Región Neotropical. Con respecto a las
provincias bióticas, el área de trabajo se encuentra ubicada en la provincia
Sierra Madre Oriental.
Principalmente en los Ríos Moctezuma y el bajo Estorax, es común la
presencia de langostas de río o acamayas y los "charales" o platillas que son
colectados por los habitantes de la sierra como una fuente estacional de
proteínas. Del mismo modo en el verano los habitantes de las regiones de El
Doctor y San Joaquín hasta los años 50's emprendían viajes al Río Moctezuma
para la pesca del "cuatete" o bagre (Ictalurus), caracterizado por su color
plateado, ocho barbas y carne muy suave. Esta especie es una de las más
productivas de las aguas dulces mexicanas y su explotación es de carácter
estacional.
Los mamíferos que se reportan para la región y que complementaban la dieta
común de acuerdo a los datos aportados por los informantes son: los
tlacuaches (Didelphis virginiana), los conejos (Sylvilagus sp..), las libres (Lepus
sp..), el mapache (Procyon sp..), el pecarí o jabalí de collar (Tayassu tajacu
crassus) y el venado cola blanca (Odocoileus virginianus), éstas dos últimas
especies están extintas en la región desde hace 25 años.
En el anexo a este capítulo se integra la lista de especies reportadas para la
región, algunas de ellas pudieron actuar antiguamente como un recurso
importante en la vida cotidiana de sus pobladores, como abasto de proteínas
para su dieta o la fuente de productos para el intercambio, en este caso están:
las pieles, plumas, astas, incluso animales vivos para las ofrendas o el tributo.
148
Figura V—1. Acceso a la zona de estudio y la infraestructura existente hasta
mediados de la década de 1980.
149
Figura V—2. Los climas del Estado de Querétaro según la clasificación de
Köeppen (retomado de Sierra 1980).
150
Figura V—3. Provincias fisiográficas y unidades geomorfológicas del norte del
Estado de Querétaro (INEGI 1986).
151
Figura V—4. Geomorfología del área de estudio con la indicación del sector de
recorrido sistemático.
152
Figura V—5. Identificación de las principales formaciones geológicas que afloran
en la Sierra Gorda (Adaptado y corregido de INEGI 1986).
153
Figura V—6. Geología verificada del área de estudio, con la ubicación de las
minas, catas y canteras existentes en la región, así como los rasgos
estructurales más importantes (adaptado de DETENAL 1970)
154
Figura V—7. Unidades edáficas reconocidas por la prospección en la región de
estudio (adaptado de DETENAL 1974).
155
Figura V—8. Arroyos y escurrimientos que forman las microcuencas de la región
del antiguo Cerro Gordo.
156
157
Sierra Laderas
Sierra Laderas
convexas
Cañón
S7
C1
Sierra Pliegue
Descripción
S5
S1
Nomen
clador
Sedimentario
Sedimentario
Sedimentario
Sedimentario
Origen
NW - SE
NW - SE
N-S
N-S
Orientación
Fallas
Fracturas
Caliza-Lutita
Caliza-Lutita
Areniscas, Calizas, Lutita
y Conglomerado
Litología y Rasgos
Geológicos
700
variable
1,200
2,500
Altitud
abruptas
moderadas
abruptas
moderadas
Pendientes
Suelos
Ibid supra
Fundamentalmente
suelos Flora fuertemente alterada de Bosque
someros
como:
Litosoles, Caducifolio y de Galería. Proporciones
Rendzinas y Regosoles. Hay menores de Encino y Pino-Encino
Cambisol calcárico y Luvisol
crómico. En el fondo de los
cañones suelos aluviales como:
Fluvisol eútrico y Feozem
Ibid supra
Vegetación
Bosques de Encino, Pino, Piñón, Liquidambar
y Mesófilo de montaña. Además Matorral
Crasicaule,
Desértico
y
Submontano.
También hay Selva Baja Caducifolia y pastizal
inducido. En la porción NE de la sierra en
colindancia con San Luis Potosí hay relictos
de Selva Alta Perenifolia
Similar al anterior con pocos Ibid supra
Regosoles y Cambisoles, ambos
calcáricos.
Codominancia
de
Luvisoles
crómicos, de color rojo y Litosoles;
algunos
Feozem
(calcáricos,
lúvicos y háplicos).
1 SUBPROVINCIA: Carso Huasteco
IX PROVINCIA FISIOGRAFICA: Sierra Madre Oriental
DESCRIPCION DE UNIDADES FISIOGRAFICAS Y SU CORRELACION CON OTROS FACTORES AMBIENTALES
CAPITULO VI
158
VI.
METODOLOGIA DE RECORRIDO
En los objetivos principales de la investigación se propuso recorrer en áreas
donde no se tenían informes previos, se planteó la necesidad de tener un
recorrido sistemático que incluyera uno de los accesos naturales de la sierra,
por ello se recorrió la zona que rodea a la población denominada El Doctor;
esta selección se realiza ya que es uno de los principales accidentes
geográficos serranos que toca la ruta tradicional del camino real, esto si se
transita de la zona de Ranas o Toluquilla con rumbo al altiplano, además, es un
punto clave para la comunicación con tierras más adentradas al corazón de la
Sierra Gorda.
Como se mencionaba en el apartado de redes hidrográficas las cuencas y las
corrientes son marcadores en el terreno para la comunicación en la región
serrana, de este modo, se revisó durante la temporada de campo el trazo de
los caminos reales, se entrevistó a los antiguos arrieros y del conjunto de
posibles rutas delimitadas por las cuencas, se reconstruyeron los siguientes
caminos.
En la población de El Doctor, ubicada sobre la ladera noreste del macizo
montañoso El Doctor o "Cerro Gordo", existen tres pasos francos naturales; el
primero con rumbo de Cerro Prieto, el cual es adyacente a la Mesa de León y
formaba parte de los caminos reales a Zimapán.
El segundo paso natural sobre este macizo, enlaza al Doctor con el Puerto del
Serrato en la parte alta, para continuar por la cima del macizo hasta al poblado
de Chavarrías, poblado con un nombre de fuerte tradición española; continúa el
curso del camino real a la ranchería de El Banthí, la comunidad de El
Sombrerete y culmina en San Javier las Tuzas, ubicado en la banda occidental
del macizo y en una amplia cañada que desemboca por el sur en la planicie de
Cadereyta y al noroeste con Vizarrón.
El tercer camino de acceso sigue el trazo aproximado del camino pavimentado
moderno, pero se desvía a la altura del puerto de Tepozán, para enlazar con la
parte alta de la montaña de El Águila, muy cerca de la población de Los Juárez,
siguiendo agua arriba por el arroyo culebras, llegando al paso de la Cruz y
bajar a El Doctor. Existió un trazo alternativo desde el Puerto del Tepozán,
sigue el antiguo camino de arrieros que va a 100 m por arriba del camino
159
pavimentado, hasta pasar por Santa María de Gracia12, suben por el paraje
llamado La Doctorcilla o Canoitas, y finalmente llegar a la cuesta El Suspiro, al
pie de la Peña de El Doctor. Esta última ruta, sigue el curso aproximado del
Arroyo Grande y de seguirlo aguas abajo, se comunica con La Tinaja, La
Pastilla, Rancho Quemado hasta el Río Estorax, ya muy adentro de la sierra.
Como puede apreciarse, esta zona es un punto muy importante, ya que es un
marcador geográfico, para el viaje entre regiones al interior o exterior de la
porción sur de la Sierra Gorda. De este modo, cualquier visitante de la sierra
queretana puede apreciar que, la sierra en sí misma es una fortaleza natural, y
una región de refugio, por lo agreste del terreno. Por tanto, una de las
estrategias que se pueden esperar dentro del patrón de asentamiento regional
estará orientada al control de las vías de acceso natural.
Otra de las razones para elegir la región que rodea a la población El Doctor
como zona de estudio, está en función de la minería y su potencial
arqueológico, ya que esta población se encuentra en uno de los costados de
una comarca ampliamente mineralizada, que las fuentes documentales
reportan con una extensa tradición minera, desde épocas tempranas del
contacto hispano.
Por todo esto, se propuso un área de poco más de 170 km² para el estudio, sin
embargo, por su extensión, se inició con el trabajo sistemático de un sector de
42 km² en un rectángulo de 6 por 7 Km, cuyo centro era la población de El
Doctor.
Definida geográficamente la zona de estudio sistemático en 1984, previo al
recorrido de campo, se propusieron básicamente dos objetivos: el primero
encaminado a conocer si la distribución de los asentamientos nos confirmaría
la hipótesis sobre el control de los accesos a la sierra por las tres vías
expuestas; otro objetivo fue tratar de determinar si la posible tendencia a en la
distribución de la población antigua respondía a un control de los yacimientos
minerales en la zona; teniendo presente, que existe la posibilidad de una
combinación de estas dos variables -accesos y yacimientos-.
12
El nombre de esta comunidad se encuentra indicado en las fuentes de los
siglos XVII y XVIII como "La Desgracia", que coincide con la memoria de
muchos habitantes de la región, que aún la refieren con este nombre.
160
Establecidos área de estudio y objetivos, se recurrió al apoyo técnico de
localización de sitios empleando fotografía aérea13, sin embargo, su uso fue
mínimo por tres factores: el primero debido a que la cobertura vegetal en un
50% de la zona era densa con una composición principal de pino-encino a la
fecha de vuelo, esta condición obliteraba los rasgos que ayudan a la detección
de los asentamientos. Otra restricción fue los fuertes contrastes de luz por la
proyección de sombras de los rasgos topográficos; por último, la enorme
alteración antrópica, causada por la deforestación, los acelerados procesos
erosivos, y la gran segmentación de los terrenos aptos para el cultivo que
hacen muy difícil el reconocimiento de los puntos exactos de verificación.
Tradicionalmente otro apoyo son los mapas topográficos, sin embargo, en esta
zona la carta topográfica de INEGI F14C58 "San Joaquín", en escala 1:50,000,
tiene imprecisiones importantes en la nomenclatura, una de ellas, es que el
canevá para las coordenadas UTM está desfasada en 5,000 unidades, un caso
similar es la hoja F14C38 "Concá", y fue reconocido por la consulta de Cartas
de escala menor; otra fuente de errores es la asignación de los nombres a
poblaciones y rasgos del paisaje, que se encuentran mal ubicados (INEGI 1980
y 1982,).
En virtud de los escasos resultados obtenidos en estos estudios de gabinete,
se efectuó como alternativa, un análisis de la topografía y áreas potenciales de
habitación humana en la zona de trabajo, estableciendo:
13
Clasificación de terreno, en base a zonas de baja pendiente, que delimitó
secciones en las pociones altas de las lomas convexas de la formación
Soyatal; las partes bajas de las cañadas; y escurrimientos entre las lomas,
como zonas de mayor potencial para la ubicación de asentamientos y de
trabajo agrícola.
La cima de la montaña de El Doctor, a pesar de tener pendientes menores
al 10%, tienen un paisaje muy áspero, están sobre la formación de caliza
masiva que ha metamorfizado parcialmente a mármol, lo que originó un
paisaje de suelos de pobre desarrollo, con bajos índices de sedimentación,
no aptos para el trabajo agrícola. Estas condiciones ayudan para la
detección de asentamientos estratégicos de baja densidad de materiales, o
bien áreas de actividad específica, es el caso de probables campamentos
de grupos chichimecas reportados en las fuentes, mencionados en los
antecedentes etnohistóricos.
Se trabajó con la fotografía aérea de INEGI de la zona 12B, de escala 1:
25,000, en película blanco y negro, tomas con gran angular, en fecha de mayo
de 1970, en contactos 1:1 de formato de 23 x 23 cm (INEGI 1970).
161
Áreas de ladera abrupta con pendientes superiores al 30%. Corresponden a
zonas de contacto entre formaciones geológicas; y las áreas inmediatas a
las fallas principales como: la Cabalgadura de El Doctor y la falla del Arroyo
Grande. Estas áreas incluyen secciones de suelos mixtos, con
predominancia a litosoles y desarrollo diferencial en función del gradiente
topográfico, que dan sustento a bosques de pino piñonero y bosques mixtos
templados cuya especie dominante es el encino. En estas zonas, sobre
todo se encuentran: cuevas, abrigos rocosos, sótanos, nacimientos de
agua, así como, un gran número de trabajos mineros.
Ordenando las áreas potenciales para la localización de rasgos humanos, y
basados en el porcentaje de pendiente, se pudo notar que dentro del
rectángulo de trabajo existen tres tipos de terrenos. En unos la pendiente es
menor a un 10%, y por ello lugares propicios para la localización de
asentamientos, un caso es el sitio de Toluquilla. En otro tipo de terreno la
pendiente oscila de un 10 a un 30%, lugares en donde se localizan minas o
cuevas por ser el contacto entre formaciones geológicas. El tercer tipo de
terrenos lo integran zonas con una pendiente mayor al 30%, y generalmente
con escarpes verticales. con estos datos y analizando un corte transversal del
macizo de El Doctor, desde la parte alta hasta el bajo de la cañada, se aprecia
una secuencia específica:
a: cima
b: ladera
c: loma convexa
d: ladera
e: cañada.
Por ello, el recorrido sistemático llevo a una estrategia en que se siguió en su
totalidad el trazo de cada loma hasta la cañada (c, d y e), se revisaban los
escurrimientos (d) y se caminaba a la ladera de la loma adyacente;
continuando la caminata en la parte superior de otra loma, que se recorría en
todo su eje hasta tocar nuevamente con la ladera (e, d y c).
Los segmentos superiores del macizo montañoso se recorrían, siguiendo en lo
posible, las secuencias a, b, c y c, b, a, esto es, cima - ladera - loma y loma ladera - cima. Sin embargo, el componente b o ladera, en algunos sectores
corresponde a paredes casi verticales, de modo que, solo se revisó su base en
la zona de transición con lomas convexas (c); mientras que, el sector de la
cima (a), se recorría aparte.
Este sistema de recorrido, influido por los accidentes topográficos ayudó a la
cobertura total del área de 42 Km. Además que, se apoyó con la asistencia de
guías y recabando datos de informantes de la región para ser verificados
posteriormente (ver fig. VI-3).
Los trabajos mínimos que se ejecutaron al detectar un asentamiento fueron:
162
1. Recorrido general de la zona. Con el fin de entender y delimitar el
asentamiento por la presencia del material y estructuras, buscando también
rasgos como los son: las fuentes de abastecimiento de agua; accesos
naturales o acondicionados; modificaciones al entorno, como los
acondicionamientos, ya sean con bancales, plataformas o terrazas;
bocaminas; cuevas; y sótanos cercanos que le den al lugar un rasgo
distintivo. En algunos casos, en los sótanos se verificaba la presencia de
materiales o huellas de modificación prehispánica.
2. Croquización. En los casos de observar varias estructuras evidentes, se
procedió a levantar planos con brújula y cinta; mientras que, para casos
más complejos, se efectuó la topografía con minitránsito, lo que da un
margen de error de 5% en 100 m. Se registraron las indicaciones de
saqueos a las edificaciones y los rasgos relevantes del paisaje.
3. Ubicación del sitio o marca en foto aérea; la cual se ubicó posteriormente a
la carta correspondiente.
4. Recolección de material de superficie, de acuerdo a las concentraciones
aparentes y en los alrededores de cada estructura, ya que estas pueden
corresponder a diferentes etapas de la ocupación en el lugar. En bolsas
aparte, se recolectaron materiales evidentes en los saqueos y se registraron
los perfiles, anotando en ellos la presencia de subestructuras14 o pisos de
ocupación.
5. Se recolectó material considerado como moderno, ya sea vidriado o sin
vidriar, con el objeto de, revisar las pastas de los mismos y distinguirlas de
los materiales prehispánicos, ya que, por datos apuntados en los
antecedentes etnohistóricos, es muy fuerte la posibilidad de coexistencia e
incluso la persistencia de una tradición en las formas de manufactura de las
vajillas en las comunidades cercanas al área de estudio.
6. Revisión de tecorrales y bardas perimetrales, para detectar si la piedra que
los forma perteneció a una estructura antigua. En el mismo caso, se
14
Es importante anotar, que la experiencia obtenida en la zona recorrida fue muy
ilustrativa, ya que se pudo observar que la cantidad de materiales aparentes en
superficie estaba determinada por la deposición de materiales orgánicos en
superficie, tales como la hojarasca, la pendiente y la intensidad de los procesos
denudatorios.
Por otra parte, por la calidad y técnicas de manufactura en la cerámica
prehispánica, una gran cantidad de los tiestos se encontraban muy alterados
por: la erosión; la acción química de los ácidos húmicos; y el arrastre. De modo
que la recolección sólo consideraban los bordes, asas, soportes y "quiebres" de
la vasija que ayudaran a definir el espectro de formas. Estas mismas
condiciones alteraron los restos líticos, que tenían fuertes huellas de patinación
y fracturas "frescas", sin embargo, en un 90% de los asentamientos visitados
los fragmentos eran de tamaño reducido por lo que, independientemente de
sus dimensiones se les colectó procurando mantener las "proporciones" de las
diversas materias primas representadas.
163
consideraron los "pretiles" o muros de terrazas, además, se preguntó a los
locatarios cuales de los pretiles se construyeron por ellos, cuáles solo
fueron reforzados por ellos o sus padres y cuáles estaban ahí desde que su
memoria lo recordaba.
7. Toma de fotografías generales y de los detalles relevantes
8. En casos donde los propietarios o locatarios se encontraran en posesión de
piezas, se les solicitó mostrarlas, y en lo posible fotografiarlas, con el objeto
de tener una mejor idea de la variedad de materiales y en casos de piezas
completas, se les instaba a donarlas al Museo Regional, y se notificaba a
las autoridades del INAH correspondientes 15.
9. Llenado de cédulas.
La nomenclatura de los asentamientos y minas se efectuó de acuerdo a los
nombres con que los lugareños reconocen a los diversos parajes, de este
modo, quedaron nombres como: "Mesa de los Pastores", "El Suspiro", "El
Socavón", etc. El hecho de que se tratara de un recorrido sistemático, no
implicó desdeñar los datos aportados por informantes locales, que después de
ser verificados, en la mayoría de las veces fue muy valiosa, ya que, permitieron
detectar asentamientos de muy difícil acceso, es el caso del Sótano del Sarro o
la Peña del Baile; de igual forma, viejos mineros nos llevaron a conocer
algunas bocaminas con huellas de trabajo prehispánico, como fue el caso de la
Mina de Mesa de los Pastores; otros datos recabados fueron la presencia de
cuevas y manantiales, que estuvieron en funcionamiento y que por el
abatimiento del nivel freático actualmente están secos o de carácter estacional,
un ejemplo fueron las cuevas de Peña de Viguitas y los veneros de El Limón y
El Poblano.
Como caso aparte, se trató el muestreo de las bocaminas y minas, ya que,
para estos casos se consideró, en gabinete, seguir criterios geológicos, así
como, los indicados por la ingeniería de minas16 (ver fig. VI-1). Sin embargo,
15
Durante el recorrido la notificación fue de carácter verbal a la Arqlga. Margarita
Velasco, Directora del Centro Regional Querétaro y asesora directa de este
trabajo de campo.
16
La técnica de muestreo se plantea en el trabajo de Francisco Ruelas (1967),
consistente en: elaboración de un croquis con los datos del rumbo, echado,
ángulo de inclinación de la veta y su ancho; anotar el número de niveles,
dimensiones aproximadas y técnica extractiva empleada; referir si se trata de
zona de contacto geológico, si están presentes fallas y fracturas para poder
inferir el origen de la veta y se pueda caracterizar por petrografía, difracción de
rayos X u otras técnicas como la absorción atómica o la activación de
neutrónica (cf. Ruelas 1967).
164
intentar su instrumentación, implicó un conjunto de recursos y labores que
sobrepasaron la capacidad de personal y de recursos materiales disponibles,
además, los mineros y dueños de los denuncios son especialmente renuentes
a dar permisos para muestreos de este tipo, ya que, consideran que: "el
gobierno les va a quitar su concesión"; "es de muy mal agüero, muestrear si no
se va a explotar, porque se va a 'secar' o hacer 'vano' el yacimiento"; o, "se
vuelve 'aguanosa' la mina". Por ello, en lo posible, se aprovechó la tradición de
pedir permiso para la visita, y llevar un "gallito"17, como muestra de "buen
augurio" de nuestra parte, para el minero o su propietario.
La toma de muestras, se debe realizar practicando cortes transversales en
forma de canales a intervalos regulares, debiendo hacerse, a todo lo ancho de
la veta o su ramal, siempre y cuando las condiciones de los túneles lo permitan;
se procurará que las rocas desprendidas caigan dentro de bolsas o en
costales, y no se mezclen con las que están en el suelo, de modo que, no se
"contaminen" (op. cit).
Esta técnica, se diseñó en virtud de que las vetas no son estructuras uniformes,
en cuanto al contenido del mineral mismo; permite reconocer la variabilidad
interna del yacimiento y sus diferencias con respecto a otras vetas. Todo esto
es importante porque a partir de reconocer las "impurezas" que contienen las
vetas, se pueden para adecuar las técnicas de beneficio, además permite
detectar elementos significativos para su reconocimiento dentro de la mina al
tiempo de su explotación (ibid.).
17
Un "gallito", es una muestra pequeña de roca, con trazas del mineral en la veta.
El dueño, el minero o el gambusino, lo debe revisar y aprobar para entregarlo
formalmente al visitante, aunque, el mismo visitante lo haya escogido. Visitar
una obra minera en compañía de las personas encargadas del trabajo, y no
recibir espontáneamente un "gallo", significa desconfianza del gambusino hacia
el visitante o alguno de sus acompañantes; si el visitante rechaza el "gallito" de
regalo, el minero lo considera como un desagravio personal, ya que, se pone
en duda su capacidad para reconocer el mineral, o la forma en que lo extrae.
Aceptar la muestra, significa para el minero un agrado tácito, por parte del
visitante, de la obra y del mineral explotado, además, de un deseo de buena
suerte. Situaciones de este tipo, se fueron comprendiendo en la marcha del
trabajo de campo, de este modo, se obtuvieron gallos de las minas de: El
Socavón, La Escondida, El Poblano, La Fe, San Felipe y La Fósfora. En las
minas de: Palo Santo, Los Puerquitos, El Niño, La Rica, Guadalupe, no se
recibió muestra, por el desconocimiento de este juego de relaciones, y que el
guía que me acompañaba no era del agrado del minero; o mostraba
abiertamente sus reservas acerca de la seguridad de la obra y esto no fue del
agrado del minero.
Esta compleja forma de relaciones interpersonales, sólo se dá en las minas que
no se han industrializado ampliamente, sin embargo, se sabe, que entre
algunos ingenieros de minas, aún se conserva esta práctica, y al parecer, estas
creencias no se encuentran documentadas, sólo se trasmiten entre ellos, por la
vía de la práctica cotidiana, en algunas regiones del país como: Zacatecas,
Guanajuato, San Luis Potosí e Hidalgo, y claro está, la Sierra Gorda de
Querétaro.
165
Cuando existió la oportunidad, se tomaron muestras de material escogido en
las bocaminas y los terreros; se colectaron en bolsas hasta 1 kg,
aproximadamente, pero sin saber qué cantidad específica de minerales se
podía obtener.
A estas muestras, en el campamento, se les buscó trazas de cinabrio, por
medio del proceso de concentración por gravimetría en una batea de peltre;
que consiste en ir decantando, con agua jabonosa y tibia, las partículas menos
pesadas hasta obtener el sedimento más pesado y denso. El decantado final
de 100 a 200 gr, se agita nuevamente y se dejaba reposar, en el cual se
formaba una sucesión de círculos concéntricos en los minerales finos. Lo
primero en depositarse son las gotas plateadas del mercurio; le sigue el del
cinabrio por su alta densidad, que forma una línea continua con color rojo
bermellón característico; si se trataba de metacinabrio, la línea roja muestra
interrupciones en negro, pero mantiene una misma posición relativa; en ambos
casos, el lustre es adamantino. La secuencia de sedimentación, continua con
los minerales de plomo y plata que se distinguen por su color gris acerado,
brillo metálico, en ocasiones, con manchas color verde mate, que con el tiempo
y luz solar se tornan pardas o negras; este efecto físico de acuerdo con los
mineros y gambusinos consultados puede corresponder a la plata. La siguiente
línea, en la sedimentación, corresponde a materiales ferrosos, y en ellos,
puede encontrarse la hematita especular, pirita y óxidos.
Los mineros, reconocen esta secuencia de sedimentación de minerales, por el
tiempo aproximado en que cada uno toma para su deposición, así, observan
desde el inicio de la sedimentación hasta cerca de un minuto. Esta forma de
identificar los minerales, se le conoce tradicionalmente como "tentadura"; dicen,
que es tan antigua "como el andar"; y que, si es un buen minero, puede
interpretar que tan buena es la ley y cuánto será el rendimiento por carga.
Apoyados en este método y la experiencia de los mineros, se anotaron los
minerales identificados para las obras mineras reconocidas y que se describen
en el siguiente apartado.
Un trabajo lento y de atención especial en el registro durante el recorrido de
minas, fue la revisión de las paredes y techumbres de las obras mineras, a fin
de encontrar, las pocas huellas de trabajo prehispánico que perduraron; las
cuales, en todos los casos reportados, durante este trabajo de campo y visitas
posteriores a otras minas de la sierra, corresponden a superficies redondeadas
con trazos de sección elíptica, producto del martilleo con instrumentos de
piedra, asta o madera; hay que considerar que naturalmente las formas
166
elípticas, en las entradas, tienen una mejor distribución de carga. Este tipo de
túneles, regionalmente se les llama "chocolones", y encontrar estas labores
para los gambusinos, es sinónimo de buena producción. Ocasionalmente, las
paredes tienen huellas de hollín de las teas ocupadas en la iluminación; huellas
semicirculares talladas para el anclaje de postes; o escaleras de muescas
hechas con troncos de árboles.
No se realizó el trabajo de topografía en las minas, dado que, los instrumentos
disponibles no eran adecuados para las condiciones imperantes, además de la
falta de personal capacitado en el apoyo. Se intentó realizar algunos croquis
con brújula y pasos, pero, tenían el problema de perder la escala y dirección,
dado que, en el interior de las minas se encontraban materiales magnéticos
que alteraban las lecturas de las brújulas en forma importante -tubería, rieles o
minerales-.
Otros elementos, que limitaron la exploración de las minas fueron: las
condiciones de obscuridad total, donde se pierde la noción de tiempo, rumbo y
distancia; la incertidumbre en la dirección que puede seguir la obra y sus
ramificaciones; la inestabilidad estructural de túneles y elementos de soporte;
atorarse en pasos muy estrechos; no ver un tiro y caer. Encontrar vapores
mercuriales que atacan directamente al sistema nervioso central; y por último,
la posibilidad, siempre latente, de histoplasmosis.
En síntesis, el bagaje técnico promedio de un arqueólogo y las condiciones
arriba descritas, hacen que la exploración formal de minas prehispánicas, de
minerales metálicos, sea un reto logístico y metodológico, para obtener
información confiable. En mi opinión, se deben emplear técnicas de exploración
y registro espeleológico; adaptarse al uso de brújulas, cadenas y clisímetros de
ingenieros de minas, que son aparatos de medición que no requieren gran
espacio, manufacturados para condiciones de baja visibilidad. Además, para
realizar un levantamiento completo, en muchos casos, implica la remoción de
rezagas y escombros que taponan los túneles. Para efectuar esto se necesita
un registro tridimensional de las capas y de elementos, e instalando un gran
número de bancos de nivel. El procesamiento final de esta información implica
el uso de computadoras con programas de modelaje tridimensional, ya que, es
virtualmente imposible una representación bidimensional del conjunto.
Con las anteriores consideraciones e impedimentos, se obtuvieron dos tipos de
registro en las obras mineras: uno de carácter general, donde se mapeo el
emplazamiento de las bocaminas, sin que esto quiera decir, que cada
bocamina sea considerada como una mina independiente, ya que, en algunos
167
casos por la corta distancia entre ellas pueden estar comunicadas (ver fig. VI2). El siguiente tipo de registro consistió en: un recorrido detallado de la mina;
fotografías; y elaboración de un croquis aproximado. Para lograr este registro
detallado, fueron necesarias las visitas consecutivas de trabajos mineros
considerados más importantes y con la certeza de tener un origen
prehispánico.
Posterior a los trabajos de recorridos sistemáticos de 1985, se recibió la
invitación a participar en el Proyecto "Patrón de asentamiento prehispánico en
el área de Jalpan, Querétaro" por parte del arqueólogo Cesar Quijada, en su
calidad de Director del proyecto. Así, durante el mes de diciembre de 1986 se
realizaron recorridos en la región inmediata a las poblaciones de Arroyo Seco,
Concá, Jalpan, Landa, Tancoyol, Tilaco, Agua Zarca y los caminos al norte del
Río Estorax y Jalpan.
En enero de 1990, ingrese al Centro Regional Querétaro del INAH; me integré
con un proyecto donde se realizó la revisión y análisis del catálogo de más de
800 sitios para el estado de Querétaro (Herrera 1990), en él se plantearon
visitas de verificación en algunos sitios arqueológicos serranos y su informe
final aún está en proceso. Además con la atención de denuncias, rescates e
inspecciones en la Sierra han complementado los recorridos generales.
Si bien, en este trabajo no se exponen los resultados de los recorridos de 1986
y subsecuentes; es importante mencionar que los asentamientos antiguos
aledaños al cuadrante de trabajo sistemático se incluyen en los resultados de
esta investigación. El reconocimiento de estos asentamientos, aportó un
panorama amplio para comprender la problemática de la sierra y de alguna
forma orientar la interpretación del área de estudio.
168
Figura VI—1. Diagrama general para el muestreo de minas
Sup. Izq. Forma de ocurrencia de las vetas metalíferas en la Sierra.
Sup. Der. Esquemas para el análisis estructural de la veta y falla.
Abajo. Sistema de muestreo por niveles
169
Figura VI—2. Esquema rectangular del trabajo colonial; el ademado, marcado del
centro de la veta y sus frentes de extracción.
170
Figura VI—3. Topografía y geomorfología del área de estudio y emplazamiento
de la zona de recorrido sistemático. Las marcas rojas indican la posición de los
asentamientos arqueológicos más grandes de la porción sur de la Sierra Gorda
171
CAPITULO VII
172
VII.
RESULTADOS
En todos los recorridos efectuados en la región, desde 1985 a 1991, se obtuvo
un total de 70 marcas en la carta F14C58 "San Joaquín", de ellas 35 marcas
son descritas a continuación e incluyen: asentamientos de diversos tamaños,
sitios de diferentes dimensiones asociados a trabajos mineros, obras mineras
aisladas, cuevas y sótanos (ver fig. VII-1).
De forma general, en base a la experiencia acumulada, podemos proponer dos
variantes en el patrón de asentamiento de la subregión serrana de la Sierra
Gorda, que se distinguen por una condición de la distribución de la
precipitación pluvial.
El patrón de asentamiento regional tiende a ser agrupado en su composición
interna, semidispersos en relación con los sitios vecinos para las regiones
húmedas (precipitación pluvial promedio superior a los 800 mm anuales),
tienen un radio promedio de interacción entre las unidades arqueológicas de
700 m, con un traslape mínimo. Es claro que existe una tendencia a la
agrupación de sitios en torno a los principales yacimientos minerales de la
región y a ubicar los asentamientos en las áreas de transición ecológica, de
modo que puedan obtener la mayor diversidad de recursos en distancias
mínimas.
En la porción seca de la sierra, con precipitación pluvial promedio menor a 700
mm anuales, provocada por sombra de lluvia de las montañas, las unidades
arqueológicas en su composición interna persiste el patrón nucleado; entre los
diversos sitios en la región es más disperso, esto es, con un radio mínimo de
1.2 km de distancia al punto medio entre sitios. La distribución regional,
adquiere la forma de patrones lineales que siguen los cursos permanentes de
agua. En la porción semidesértica, la estrategia de ocupación es orientada a un
control de las fuentes permanentes de agua con los asentamientos más
grandes; posteriormente en la escala se agrupan en torno a los yacimientos de
rocas y minerales; y como tercer nivel, sitios estratégicos sobre las rutas de
acceso.
Respecto a la zona de recorrido sistemático, el patrón de asentamiento
corresponde al de zona húmeda para los sitios entre El Doctor, Ranas y
Toluquilla. En la cuenca del Arroyo Las Águilas, ya se manifiesta una
distribución más dispersa, con tendencia a conformar campamentos
estacionales o áreas de actividad temporal. Adquiere un significado especial
que en la cuenca alta del Arroyo Maconí se presente un patrón de zona
173
húmeda, mientras que para la porción baja, más árida, no se hayan localizado
sitios, ya que es probable que estos se encuentren más dispersos.
Los materiales de superficie recuperados fueron lavados y marcados, se
formaron agrupaciones preliminares en cascada; el primer atributo considerado
fue por pastas, con el objeto de distinguir la variedad de materias primas
relacionadas con la producción cerámica, de este modo, buscar las que pueden
corresponder a los yacimientos locales; por otra parte, nos permitió distinguir
en primer momento, técnicas de manufactura que sobresalen del normal de la
colección y por ello, es posible que se trate de un material importado a la zona.
Así, se determinó que aproximadamente un 72% de la colección tiene una
pasta que integra calcita como desgrasante, en diversas proporciones y
tamaños de grano, por lo que la consideramos como pasta local y que fue
apoyado en la literatura consultada (Franco 1970; Noguera 1974; Michelet
1984).
El siguiente paso en la clasificación fue la subdivisión por el tipo de acabado de
superficie, ya que de este modo, se integran grupos relativamente
homogéneos; los que poseen un engobe de color diferente de la pasta, los
monocromos alisados y monocromos pulidos.
Sobre estos grupos, se realizó la identificación y correlación a los tipos
identificados y estudiados en la Sierra Gorda (Franco 1970) y las regiones
vecinas, es el caso de Río Verde, San Luis Potosí (Michelet 1984); la Huasteca
y Pánuco (Noguera 1974; Ekholm 1944); San Juan del Río (Saint-Charles
1986) y la Cuenca de México (Noguera 1974)18.
Para la exposición de los resultados se agruparon las marcas por cuencas
hidrográficas que sirvieron de acceso. En primer término se describen los sitios
de la cuenca del Arroyo Maconí y del arroyo El Bantí que drenan directamente
al Río Moctezuma; por último, los arroyos que forman parte de la subcuenca
del Río Estorax: Arroyo Grande, Arroyo Culebras, Arroyo Las Águilas y el
Arroyo Agua de León.
18
La tabla de tipos con la región de procedencia y los dibujos de los bordes y
cuerpos de los grupos principales se exponen al final del capítulo.
174
Cuenca
Rio Moctezuma
Microcuenca
Asentamientos
Arroyo Maconí
El Doctor
El Suspiro
La Escondida
Sótano del Sarro
Apartaderito
La Ciudad
Mesa de los Pastores
Socavón
El Sarro
Arroyo El Bantí
Arroyo Grande
Subcuenca Rio Estorax
Arroyo Culebras
Arroyo Las Águilas
Arroyo Agua de León
Peña del Baile
La Fe o La Lana
Santa María de Gracia
El Fiscal
Mina El Zopilote
Mina Palo Santo, Mina
Guadalupe y Mina Los
Puerquitos
Loma Blanca
Loma de Guadalupe
Canoitas o La Doctorcilla
La Loma
El Poblano
El Limón
Agua Fría
Cuevas de Viguitas
Puerto de San Pedro
Mina La Fósfora
Los Juárez
Zona Arqueológica
Ranas
Trincheras
San Joaquín
Deconí
Minas de El Deconí o
Tres Estrellas
Las Animas
La Chepita
Canoas
Toluquilla
Misión de Maconí
Cada asentamiento se describe con la siguiente estructura: ubicación;
descripción de la unidad; identificación de materiales arqueológicos
recuperados, o en su caso la información recabada con los informantes
respecto a los restos extraídos; interpretación del sitio; descripción e
interpretación de las obras mineras asociadas; información relativa al Atlas
175
arqueológico de la región usando la codificación básica de la SRPMZA (ver
anexo 5) y por último, referencias bibliográficas al sitio. En el caso de minas,
cuevas y sótanos se describe: ubicación; descripción e integración geológicominera; interpretación; identificación de materiales; datos para el Atlas
Arqueológico del estado usando la codificación básica de la SRPMZA (ver
anexo 5) y referencias bibliográficas.
ASENTAMIENTOS Y TRABAJOS MINEROS REGISTRADOS Y VISITADOS
DURANTE EL RECORRIDO
A. CUENCA RIO MOCTEZUMA
1. ARROYO MACONI
EL DOCTOR
El asentamiento representa el punto central del cuadrante de recorrido, por ello
su descripción será más detallada. Su acceso es por la carretera que comunica
Vizarrón con San Joaquín y en el Km 20 tomar una terracería, cuyo trayecto es
de cuatro km al poblado El Doctor. Se encuentra enclavado en la zona
conocida como Cerro Gordo o Macizo de El Doctor, que cuenta con una altitud
mayor a los 3050 m; en su banda oriental recibe los vientos húmedos de la
Costa del Golfo y constituye la última barrera natural, por sus dimensiones,
hacia la altiplanicie central, si se toma como punto de referencia la costa.
El clima en este sector de la sierra es templado subhúmedo y de carácter
extremoso, donde se presentan heladas frecuentes (más de 20 por año), y
tiene una incidencia significativa de granizadas de 12 a 15 por año, lo que
añade factores de riesgo a los trabajos agrícolas. El volumen mayor de
precipitación pluvial se presenta en el verano (850 mm), aunque en el invierno
la incidencia de los vientos del norte condensan la humedad y aportan cerca de
un 25% del volumen anual en forma de lluvia (250 mm). Con este patrón de
precipitaciones, en algunos sectores pequeños se forman microclimas, que
permiten obtener hasta dos cosechas por año; una de temporal y otra de
"jugo". Sin embargo, por la tala inmoderada de bosques en los últimos 30 años,
este patrón de precipitación se está trastocando y la temporada de sequía se
extiende más en el año.
El sustrato geológico del macizo es de calizas masivas de la formación El
Doctor, que dan al paisaje un aspecto abrupto; con grandes afloramientos y
marcas muy claras de la deformación estructural, como lo es la "cabalgadura
de El Doctor", que se trata de una falla inversa de altura considerable. Al
176
oriente del sitio, en las cercanías, afloran rocas más recientes de la formación
Soyatal (calizas-lutitas) que proporcionan el paisaje característico en la cañada,
esto es un conjunto de lomas con fuerte seccionamiento y laderas convexas.
Es importante anotar, que la caliza masiva presenta un proceso de
metamorfismo, cuyo producto es el mármol, en diversas calidades; también en
las zonas de contacto geológico, se localizan áreas de mineralización
formándose vetas y filones con fuerte control estructural, que reunido a los
fenómenos kársticos de la región, promueven algunos procesos de sustitución
química y la formación depósitos de reemplazo, otros en forma de "clavos" o
"boleos" de menas metalíferas, que ocasionalmente afloran a la superficie.
Las unidades edáficas presentes correlacionan con el tipo de sustrato
geológico en cada porción del terreno; en los sectores donde hay calizas
masivas el desarrollo del suelo es muy pobre, que va desde "terra rosa" a un
pequeño estrato de color obscuro casi negro con gran contenido de material
orgánico, es fértil, pero muy erosionable, por ello, no excede de 30 cm en
profundidad y siempre posee una fase lítica superficial. En términos de la
clasificación de la FAO-UNESCO corresponde con un litosol o rendzina mas
litosol para los lugares donde el perfil es más profundo.
Por otra parte, los sectores que poseen un sustrato de calizas-lutitas de la
formación Soyatal tienen una mayor variedad, su estructura puede ser
compleja, aunque en todos sus tipos su variedad es calcárico y la textura va de
limos a las arcillas. En este caso hay breves áreas donde se presentan
rendzinas para las áreas de contacto geológico; el luvisol, regosol y cambisol,
son los más frecuentes para los substratos de calizas-lutitas.
El luvisol, regosol y cambisol y sus combinaciones, son suelos que tienden a
ser poco profundos, y presentan algunos problemas para su laboreo, ya sea
por su textura o por la pedregosidad superficial. Su productividad va de baja a
media para los cultivos más comunes de temporal y es necesario tener un
control de los procesos erosivos una vez desmontados.
Dadas las características de la sierra, se presentan algunos valles colgados
pequeños en la reunión de escurrimientos, los cuales cuentan con suelos más
profundos y productivos, además de estar guarecidos de los vientos y en parte
a las heladas. Como es el caso donde actualmente se asienta la comunidad El
Doctor.
La vegetación dominante en la zona es un bosque de pino-encino, con algunos
sectores donde la especie dominante es el pino piñonero (Pinus sp., Junipero
177
sp.), además se localizan abetos (Abbies sp.) en altitudes mayores a los 3000
m; la sucesión ecológica es típica de montaña, organizada en una secuencia
de pisos ecológicos por altitud y por su posición relativa, en la zona de
humedad o la sombra de lluvia.
La topografía del terreno es accidentada, el valor promedio de la pendientes va
de 15% a 25%, de tal modo que las únicas porciones planas para el
asentamiento son las mesetas, partes altas de las lomas y los valles colgados,
que fueron zonas respetadas en la construcción, por lo que sus edificios
tienden a ubicarse al pie de la ladera de la peña del mismo nombre.
El asentamiento prehispánico se localiza a 20°51' latitud norte, 99°35'55"
longitud oeste, a 2700 msnm. Se ubica en una prominencia de caliza, en donde
se acondicionaron 3 grandes plataformas de nivelación, las cuales dieron
cabida a 14 estructuras, todas ellas de planta rectangular, que
lamentablemente se encuentran muy alteradas por el saqueo de piedra para la
construcción del pueblo colonial y moderno. Al tiempo de su visita, una
estructura prácticamente se encontró arrasada, y tres más estaban
desmontándose.
La distribución de los edificios se adapta a las condiciones topográficas y
mantienen un eje principal de sureste-noroeste; donde se aprecia una
planeación para el mejor aprovechamiento del espacio, ahí formaron algunos
espacios delimitados como son patios y andadores con las construcciones y los
muros de contención de las plataformas.
Es importante anotar que la dispersión del material de superficie es muy
amplia, aunque en frecuencias bajas; se presentan dos zonas donde tiende a
ser más abundante: en el sector sureste del sitio y en su acceso por la ladera
norte de la peña hasta una distancia de 200 m del último edificio.
El sistema constructivo de las edificaciones antiguas, consiste en un núcleo de
lajas acomodadas con arcilla revestidas con lajas de espesores regulares y un
lado más o menos plano para formar muros; en cuatro casos se pudo
determinar que fueron cubiertos con bloques rectangulares muy bien
trabajados que servían de fachada. Durante el recorrido y registro del sitio, no
se observó la presencia de algún enlucido con base de cal. La argamasa que
se usó como consolidante entre las piedras del muro interno y las lajas de
revestimiento es una arcilla de la región; normalmente un subproducto de la
alteración de lutitas; es muy pegajosa; de color amarillo a crema; a la cual se le
añadió en ocasiones roca triturada caracterizada por sus bordes agudos y
178
ásperos, o bien, se adicionaron porciones de arena de los arroyos que cuenta
con bordes redondeados.
En la estructura más grande ubicada en la porción suroeste del sitio, se revisó
con detalle el pozo de saqueo, se observó que tuvo dos etapas constructivas.
La más antigua se integra por un núcleo de lajas de caliza unidas con arcilla
amarilla, le sucede una zona de material compactado y revuelto (firme),
formado por fragmentos de lajas menores a 15 cm en una matriz de arcilla
amarilla revuelta con tierras rojas y posteriormente se encontraron las lajas
bien trabajadas del revestimiento de la primer etapa. En el corte se observó
que el revestimiento formó las paredes verticales de 1.2 m de altura de un
basamento de planta rectangular de un solo cuerpo, sin enlucido exterior y en
la parte superior del muro restos de un piso de estuco de cuatro cm. Sobre el
piso, a 30 cm remetido del borde del muro, se encontraron dos hiladas de lajas
de los cimientos de los muros para una habitación en la parte superior del
basamento.
La segunda etapa constructiva, cubrió en su totalidad a su predecesora, de
hecho, desmontan las paredes del cuarto de la primer etapa y rellenan
nuevamente con arcilla y lajas rústicas hasta una altura de 0.7 m desde el piso
de estuco. Sobre este relleno se puso un nuevo firme y un segundo piso de
estuco, esta vez más grueso, de 10 cm de espesor, pero en su porción baja
muestra una capa de gravilla y su superficie es más fina.
El perfil arquitectónico del basamento cambia, sigue siendo de planta
rectangular, pero se forman dos cuerpos; el primero en un talud de 70°, con
lajas de revestimiento muy bien trabajadas en sus caras, con espesores
promedio de 16 cm, la altura de este elemento fue de 1.48 m, en donde forma
un breve descanso de 25 cm con arcilla apisonada. Después de este descanso
se desplanta un segundo cuerpo de paredes verticales, construido con lajas de
caliza que no tienen un acabado fino, están bien acomodadas y tiene una altura
de 0.5 m.
En el perfil solo se colectaron dos tiestos que corresponden a cuerpos de ollas
de color naranja, que corresponden al tipo Naranja Soyatal descrito por José
Luis Franco para las minas de Soyatal (Franco 1970).
Los materiales cerámicos recuperados en la superficie componen 5 vajillas de
manufactura local:
179
La Vajilla Soyatal representa un 60% del material recuperado; la variedad de
formas son: ollas con cuerpo globular de cuello alto divergente y borde
redondeado; cuencos hemisféricos de paredes ligeramente incurvadas al
interior; y cajetes de paredes divergentes. La pasta es de color rojo a naranja,
su textura va de gruesa a media, y responde a las características reportadas
por José Luis Franco; que las encuentra en toda la secuencia que excava de
las minas de la cañada Soyatal localizadas a 70 km al norte del sitio. Ubica
cronológicamente esta vajilla para la época clásica y postclásico temprano por
su asociación a materiales diagnósticos de estos periodos, sin embargo, por los
fechamientos de C14 que realizan a los materiales de los contextos más
profundos, aportan fechas desde 15 125 d.C. hasta 540 90 d.C., por lo que
la temporalidad de esta vajilla es tan amplia que permanece desde el formativo
terminal hasta el fin del clásico (Franco 1970). El arqueólogo Dominique
Michelet en sus investigaciones en la región de Río Verde, San Luis Potosí,
correlaciona la vajilla Soyatal con el tipo San Rafael Grossier que ubica
cronológicamente desde la fase La Pasadita, Río Verde A hasta Río Verde B
(300 a 1000 d.C.) (Michelet 1984). Por ello, considero que su valor como
marcador temporal aún es dudoso hasta que no se obtengan más
fechamientos, pero si es un marcador cultural propio de la Sierra Gorda, ya que
su técnica de manufactura no se reporta para la Huasteca, el Bajío y el centro
de México.
Vajilla Negro Pulido, integra aproximadamente un 15% de la colección, su
pasta además de tener el desgrasante de calcita, finamente molido, su textura
va de media a fina. El espesor promedio de los tiestos va de 4 a 8 mm. Las
formas observadas son: escudillas de fondo plano y paredes divergentes;
escudillas de paredes verticales, fondo cóncavo con el exterior escobillado;
cajetes hemisféricos; vasos de paredes rectas, en ocasiones con reborde basal
o con acanaladuras horizontales muy discretas, ollas acanaladas semejando
una calabaza y miniaturas en ollas y botellones; los soportes correspondientes
a esta vajilla son cónicos sólidos; huecos esféricos con cuenta en su interior y
almena Normalmente la decoración es al exterior, incisa y en pocos casos
esgrafiada, con diseños divididos en paneles formando bandas en el cuerpo, o
con pulido fino zonal cercano al borde. Corresponde a los tipos Negro
Olmecoide, Negro teotihuacanoide y Negro veracruzano propuestos por Franco
(1970) y los tipos Pajarito poli, Pajarito cannelé fase La Pasadita (300 - 600
d.C.); Río Verde Poli, Río Verde Incisé-gravé de las fases Río Verde A y Río
Verde B establecidos por Michelet en sus estudios en Río Verde (Michelet
1984).
180
La vajilla Café pulido, está presente con una proporción de 11%; su pasta es
de textura media a fina, el color de la sección varía de café obscuro a café
rojizo claro, el desgrasante es de calcita molida, por lo general se observa en la
sección en partículas menores a un mm, muy alterado, probablemente por la
temperatura de cocción. Incluye formas como: ollas de cuello corto divergente;
cajetes hemisféricos trípodes; vasos de paredes verticales y vasijas con
paredes rectas divergentes y fondo cóncavo, normalmente escobillado. La
decoración en estas piezas, por lo general es de pulido zonal más fino, "a
palillos", en forma de franjas en el cuerpo y borde. En este grupo se localizan
las pipas de placa con aletas, cazoleta cónica y boquilla cilíndrica alargada.
Corresponden a grandes rasgos con los tipos Pajarito rugosse y Manzanilla
Poli de Michelet (1984).
Vajilla Rojo Pulido, está en la colección recuperada con una frecuencia
relativa de 2.3%; su pasta es fina, el color es café a naranja rojizo, el
desgrasante de calcita es en partículas finas generalmente esta alterado por la
cocción, el grano posee tamaños menores a 0.4 mm, son tiestos de buena
cochura, tenaces y su fractura es limpia. Las formas definidas a partir de
bordes y fragmentos del cuerpo son escudillas de fondo plano, bordes rectos
divergentes y labios ligeramente revertidos; cajetes de paredes curvadas al
interior, el labio es redondeado, el fondo ligeramente cóncavo, soportes sólidos.
La decoración es a base de un engobe de color rojo o rojo-naranja, con pulido
a palillos en el interior de las escudillas y en todas, el exterior desde la porción
media del cuerpo al borde, formando con patrones lineales horizontales y
verticales una banda al exterior. Corresponden al tipo Juzgados orange poli de
la cuenca de Río Verde, descrito por Michelet (1984) y muy posible que se trate
de versiones locales del tipo Zaquil rojo o de piezas teotihuacanas de la fases
Tlamimilolpa - Xolalpan por sus formas.
Vajilla Naranja Tardío Pasta Cristales. Son materiales que se localizan con
una proporción relativa del 6%, por lo general fuera del área de las estructuras.
Su pasta va de gruesa a muy gruesa, la sección es de color café naranja a
rojizo, la carga de desgrasante representa de un 50 a 70% de la sección, las
partículas miden de 0.6 a 1.5 mm su color es variado, destacan el gris obscuro,
blanco mate y crema translúcido, e integran fundamentalmente granos de
arena y cristales subprismáticos de cuarzo, micas y calcita. Sus formas son
ollas globulares, con fondo plano de cuello corto divergente, integran asas
verticales en el cuello o cuerpo. Regularmente su acabado de superficie es
alisado al interior y en el exterior de las piezas, los 2/3 superiores muestran
huellas de un alisado más cuidadoso, formando un autoengobe. el tercio
181
inferior correspondiente al fondo el alisado es rústico y con huellas de quema.
el espesor de los tiestos varia de 1.3 a 2.6 cm, su tenacidad es baja y no
muestra fracturas limpias porque se desmorona. Es un tipo que generalmente
se encuentra muy alterado por la erosión y la acidez del suelo; en algunos
tiestos se muestran huellas de color rojo al exterior aplicado como un engobe
delgado.
Por su gran semejanza con las ollas nhäñhü que se producen en la región de
Tolimán y en el valle del Mezquital: el hecho de que solo se encuentra en
superficie; que en este grupo se representa el cambio tecnológico al adicionar
nuevos desgrasantes, y la presencia de asas verticales en cuello y cuerpo;
considero que esta cerámica se produjo después del siglo XII d.C. y sus
portadores hayan sido algunos grupos otomís, o muy cercanos a ellos.
También se han colectado materiales, que por su pasta se distinguen como
importados a la zona, su frecuencia es baja pero su existencia no deja de ser
significativa. Así, se han identificado ollas pequeñas en barro café, y tiestos con
desgrasante de cenizas volcánicas o tezontle molido, de engobe café obscuro
a casi negro con pulido zonal a palillos. Corresponden a piezas de origen
posiblemente teotihuacano para las fases Xolalpan (Teotihuacan III) y Metepec
(Teotihuacan IV); ca. 350 - 750 d.C. Tiestos del tipo Naranja a brochazos;
pertenecen a las fases Prado y Corral de Tula (700 a 900 d.C.), de la secuencia
propuesta por Robert Cobean en 1978. Todos estos materiales proceden de la
Cuenca de México.
Al igual que en Ranas, descrito anteriormente, es recurrente la presencia de
tiestos de los tipos: Zaquil negro liso, Zaquil negro esgrafiado y Zaquil rojo
esgrafiado; procedentes de la zona de Pánuco pertenecientes a la fase Zaquil
(600 a 900 d. C.).
De la región de Río Verde se han observado tiestos de los tipos: Amoladeras
Fino, Sol orange; que corresponden a las fases Río Verde A y Río Verde B
(600 a 1000 d. C.). De la región del Bajo, se presentan tiestos con una pasta
que integra desgrasantes de arena, mica, biotita y cuarzo: correspondientes a
ollas del tipo Blanco levantado; vasijas globulares del tipo Garita black brown o
Café inciso pulido. Los estudios cerámicos del Bajío proponen para estos tipos
una temporalidad del clásico medio y postclásico temprano (Saint-Charles 1986
y Crespo et al 1992).
Los restos líticos hallados en El Doctor son muy variados e incluyen diversas
materias primas como: obsidiana verde, obsidiana gris veteada, obsidiana
182
negra, pedernal, diorita y basalto; los objetos fabricados con estos materiales
emplearon manufacturas con técnicas de percusión y pulido. Sin embargo en el
sitio se han localizado solo los productos finales y algunos agotados por su
uso. En esta categoría es importante anotar la presencia de morteros, hachas,
marros, metates, puntas bifaciales y navajas prismáticas y raspadores.
La posición relativa del asentamiento es importante, ubicado en el acceso
natural por el Puerto del Serrato comunica con la Mesa de El Doctor, y de esta,
con el valle de Vizarrón y Cadereyta, ruta seguida por el camino real en época
colonial. Por su ubicación privilegiada en el macizo, el sitio tiene la vista franca
a la cañada formada por el Arroyo Grande con rumbo noroeste y hasta el Cerro
Boludo; como paisaje de fondo se observa el Cerro de la Calentura donde se
asentaron los sitios arqueológicos de Camargo y el Pingüical, ya muy próximos
a Pinal de Amoles, mientras que en la base de este cerro fluye el Río Estorax.
Al sureste su visual es franca al Arroyo Solares y el Arroyo Maconí, otro de los
caminos que comunican a la sierra con rumbo al Río Moctezuma. Al norte,
desde el sitio se pudo observar con claridad el cerro de San Antonio y la
cuenca donde se asienta San Joaquín. Si se mira al oriente desde El Doctor,
puede localizar claramente el sitio de Toluquilla, que actuó como centro rector
de esta porción de la sierra.
En síntesis, el sitio de El Doctor por su privilegiada ubicación, probablemente
funcionó como un asentamiento rector secundario a Toluquilla; desde el cual se
ejerció el control de sitios de menor tamaño, en áreas de trabajo minero
ubicadas en el Arroyo Maconí y el Arroyo Grande, aprovechando los recursos
minerales de la región. También parece haber controlado y aprovechado las
tierras de mayor potencial agrícola, fuentes permanentes de agua, su fauna y el
espectro de recursos desde los bosques, en la cima del macizo, hasta el fondo
de la cañada con mezquites y plantas xerófilas.
Un rasgo importante en este asentamiento es la presencia de dos minas
prehispánicas para la extracción de sulfuro rojo de mercurio en un radio menor
a 100 m de las estructuras. Las bocaminas están espaciadas entre sí por 20 m;
la disposición de las obras sigue la orientación del sustrato geológico, esto es
de sureste - noroeste, con un echado al suroeste en un ángulo entre 60° y 80°.
El hábito de las obras es de tiros, que siguen el ángulo y dirección del echado
enfocadas a la explotación de la veta. Las dimensiones de los túneles son de:
1.2 a 0.8 m de alto por 0.8 a 0.6m de ancho; de tal modo que el claro es muy
pequeño y el desplazamiento en la obra es difícil y lento.
183
La porción recorrida en ambas minas, se extiende por aproximadamente nueve
metros, ya que el resto de las obras se encuentran taponadas con el material
de rezaga. En las paredes, se observó que siguió un hilo de mineralización
pequeño asociado a la calcita, que permanece como testigo en forma de veta,
con no más de 4 mm de ancho. Es probable que esta obra no se prolongara
mucho, ya que la roca encajonante es dura y la formalidad de la veta es
dudosa, porque la zona de mineralización presenta un dislocamiento angular
en profundidad con un echado superior a los 45°.
A 400 m del sitio, en la sección suroeste de la planicie, donde se asienta el
pueblo actual, se localiza la entrada a la mina de San Juan Nepomuceno; que
siguió vetas de plomo y plata cortando algunos hilos de cinabrio, los cuales al
ser revisados se observó que fueron explotados en época prehispánica y
alterados por laboreos posteriores; del trabajo original restan huellas mínimas,
por lo que no se pudo determinar la extensión, ni profundidad de dichas
explotaciones.
El trazo colonial destruyó gran parte de las huellas indígenas; la obra colonial
se orientó a la explotación de galena o esmaragdita. Esta obra, cuenta con un
amplio trazo inicial, en túneles de paredes y pisos rectos, con bóveda de medio
punto y un estacado al centro del arco para indicar la dirección de las obras, de
acuerdo a las ordenanzas imperantes en su época (cf. López 1975). Los
cruceros y ramaleos importantes mantienen el mismo trazo, mientras que, las
bifurcaciones subsecuentes presentan una forma trapezoidal con huellas del
estacado al centro o en algunos de sus vértices superiores. Las 2 galerías o
salones revisadas tienen forma rectangular de esquinas redondeadas, donde
se dejaron tallados en la roca misma 3 y 2 pilares gruesos, de sección
semicircular con espesores de 1.2 y 2.3 m; el volumen de material extraído
sobrepasa los 2000 m³, para cada galería. De las galerías se distribuyen al
menos 4 o 5 túneles de comunicación; ya sea en hábitos horizontales,
inclinados escalonados hacia arriba y/o en profundidad, pozos y tiros, en estas
obras fue muy difícil seguir su curso, por el mal estado de conservación y lo
falso de sus paredes.
Esta obra, es un ejemplo importante de las técnicas de trabajo minero y las
huellas que dejaron sus instrumentos; que es útil para documentar la historia
tecnológica, de una actividad económica importante en muchas etapas de la
historia regional. Desde la década de los 70's, la región de estudio se integró a
las reservas minerales y territoriales de la nación, sólo se respetaron los
denuncios de la compañía Esmeralda que fue filial de Peñoles, sin embargo, de
184
acuerdo con las disposiciones de privatización de las actividades económicas y
con la firma del Tratado de Libre Comercio la industria minero - metalúrgica que
opera en Maconí -en proceso de recapitalización-, ha hecho reconocimientos y
estimaciones del potencial mineralógico del yacimiento de El Doctor; los
resultados son muy alentadores respecto al potencial del yacimiento, ya que
contiene Ag, Pb, Sb, Zn, Cu y Hg, aunque indican la incosteabilidad de
reacondicionar las obras existentes, y que la inversión inicial debe ser muy alta
-medida en millones de dólares-, por considerarse desde la instalación de la
infraestructura básica.
El potencial minero de la zona se origina por la cabalgadura del Doctor, que es
una falla inversa, y la formación El Doctor aflora con segmentos de mármol. El
mármol se formó por procesos de metamorfismo regional y de contacto con el
clavo basáltico del Sombrerete situado al oeste-suroeste y la presión generada
por las capas de caliza lutita de la formación Soyatal. El yacimiento de mármol
tiene orientación noroeste- sureste y ángulos de echado entre 15 y 40°; hay
sótanos o pequeñas dolinas. La mineralización vinculada al metamorfismo se
compone de vetas metalíferas de Ag, Pb, Hg y Sb ("plata plomosa, alcohol,
magistral y caparrosa" en la nomenclatura antigua), con las variedades
minerales de: galena, calcopirita, argentojarosita, plumbojarosita, en matrices
de calcita, yeso y cuarzo. En la cima catas y minas de fosforita de calidad
"hueso" producto de huesos y conchas fósiles y los procesos de disolución
kárstica.
Existe un fuerte condicionamiento estructural de mineralizaciones sobre todo
en las zonas de contacto de la caliza de El Doctor con las calizas-lutitas de la
formación Soyatal y el conglomerado de la formación El Morro; las zonas de
contacto están vinculadas a las fracturas perpendiculares a la falla inversa
desplazada con rumbos entre los 40 y 70° Az. En estas condiciones se
localizan las minas de San Juan Nepomuceno y La Honda, que posteriormente
se comunican con El Socavón en un trayecto que superan los 1800 metros de
túneles y a una profundidad entre los 120 y 250 m. El Socavón, aún preserva
restos de su traza prehispánica, que solamente siguió el trazo de la veta de
cinabrio y calcita, además de la explotación de una veta de galena que tuvo
una ley muy buena y de alto rendimiento, además de ser excelente pigmento
para colores negros y grises de brillo metálico.
ATLAS ARQUEOLOGICO. Lo refiere con cuatro marcas y es un sólo
asentamiento:
22-F14C58-007 (SE) Cuicillos de la Lajilla. No. de estructuras en pie 9, 8 con
altura menor a 2m y 1 de altura de 2 a 5m.
22-F14C58-008 (AC) Las Tinajas
185
22-F14C58-028 (CL) Peña de la ciudad
22-F14C58-010 (CL) El Doctor. área total 0.35 km²; uso de suelo 3, 7; saqueo
1, 2 y 3. factores de destrucción potencial del sitio. 4, 5, 8; exposición de
elementos arqueológicos. 2, 6; materiales de construcción de las estructuras 1,
2.
COORDENADAS. 20°51' latitud norte
99°35'15" longitud oeste
ALTITUD. Desde 2680 a 2740 msnm
FISIOGRAFIA. Se ubica en la zona de contacto entre: Provincia Sierra Madre
Oriental (IX), Subprovincia Carso-Huasteco (1), geoforma sierra de laderas
convexas (S5) y Provincia Sierra Madre Oriental (IX), Subprovincia CarsoHuasteco (1), geoforma sierra de laderas abruptas (S7).
GEOLOGIA.. En zona de transición entre: calizas (formación El Doctor, fase
San Joaquín?) y las calizas-lutitas (formación Soyatal).
EDAFOLOGIA. Lo+Bc/2 en la ladera oriental y asiento del poblado actual El
Doctor, son fértiles y su fase lítica esta entre 0.5 y 1.5 m; I+E/2 sobre la Peña
de El Doctor
VEGETACIÓN. La vegetación primaria fue bosque mixto de pino-encino (BPQ),
en la cima del macizo la vegetación predominante es bosque de pino (BP), los
segmentos deforestados que se usan para potreros la composición inducida es
un matorral submontano (MSM-MI) y existen áreas al norte y sur del
asentamiento que son de agricultura de temporal (AT).
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. Alberto Herrera (1985)
EL SUSPIRO
Se localiza a 700 m al norte de la población de El Doctor. Está asentado sobre
la unión de dos lomas y la ladera que sirve de acceso natural a la peña de El
Doctor.
En el sitio se observan nueve muros de contención distribuido en la bifurcación
de dos lomas; una loma actúa como parteaguas de las cañadas formadas por
el Arroyo Grande y el Arroyo Maconí. La presencia de los muros de contención
dan un aspecto escalonado a la ladera y permitieron la construcción de cuatro
plataformas bajas, menores de un metro, de donde desplantan seis estructuras.
Dos basamentos piramidales son pequeños y por sus características
constructivas son templos; mientras que las cuatro estructuras restantes
pueden estar asociadas con la habitación.
Material cerámico abundante. Hay Rojo inciso postcocción Xajay (Nalda 1975),
que puede corresponder al siglo XIV (Saint Charles 1992 comunicación
personal); se colectaron restos de un vaso negro pulido Teotihuacano con
reborde basal, que se asocia a la fase Xolalpan; tiestos de vasijas y ollas café
186
pulido palillos, en imitación a formas teotihuacanas con producción y pastas
locales, soporte anular, soporte cónico sólido y asas para jarra efigie zoomorfa;
restos de ollas rojas y naranjas de la vajilla Soyatal y otro grupo más, con
fragmentos de pasta cristales, que corresponde a materiales que posiblemente
documenten la transición colonial. De este modo, es un asentamiento con
ocupación larga desde el clásico medio hasta el postclásico tardío (500-600 a
1400 d.C.).
Lítica abundante, en obsidiana negra opaca y gris vítrea brillante, siguiendo
una industria base de lascas. Se encontraron puntas, a base de talla bifacial
por presión; raspadores semicirculares con pedúnculo, de talla monofacial en
lascas gruesas obtenidas a partir de nódulos y cantos pequeños de 10 a15 cm;
fragmentos de navajillas verdes, menores de 5 cm, casi todas usadas y con
huellas en sus bordes. También se localizaron instrumentos en otros materiales
como: calcedonia, basalto y rocas de origen metamórfico; es el caso de
serpentina para fabricar marros y cinceles, cuarcita para puntas y raspadores y
lascas de riolita, probablemente proceden de la región sur, al oriente de
Cadereyta.
El conjunto posee una orientación general a la cañada -norte- y controla la vista
de las unidades que se localizan más abajo, sobre todo las que corresponden
al Arroyo Grande. Por su posición al pie de la Peña del Doctor, altitud y
orientación, es un sitio habitacional que pudo coordinar las actividades de las
unidades menores dedicadas a la producción agrícola y las de producción
minera. Es una de las unidades, que después de la peña del Doctor cuenta con
una vista franca a Toluquilla y a la cañada que comunica con San Joaquín; por
tanto, es un punto donde pudo tener asiento el control político de Toluquilla y
controlar el acceso al corazón de la zona minera.
ATLAS ARQUEOLOGICO. Reporta dos marcas para este asentamiento:
22-F14C58-003 (SE). Cuicillos del Suspiro. No
componentes
22-F14C58-060 (CL). Las Tinajas.
ídem.
se
registran
sus
ALTITUD. De 2600 a 2500 msnm
FISIOGRAFIA. IX1S5 y IX1S7
GEOLOGIA. calizas de la formación El Doctor y calizas-lutitas de la formación
Soyatal
EDAFOLOGIA. Lc+Bc+Af/3, Lo+Bc/2
VEGETACIÓN. zona con uso de agricultura de monocultivo de temporal (AT) y
relictos de bosque de pino-encino (BPQ).
187
LA ESCONDIDA
Se ubica a 900 m al sur de la población de El Doctor. Su acceso, es por la
vereda y camino de herradura que comunica de El Doctor al puerto del Serrato,
se localiza en la base de la cabalgadura de El Doctor, que es una falla inversa
en una zona de contacto entre las calizas masivas y la formación Soyatal de
calizas-lutitas.
Esta falla unida al desplazamiento vertical y el corrimiento horizontal actúa
como un área de alto potencial de mineralización por sustitución hidrotérmica,
que con mucha probabilidad, dio origen al depósito masivo de óxidos de hierro
sin que existan trazas de recristalización por temperatura o presión. La
potencia del yacimiento puede ser grande, bajo la óptica de tecnología
prehispánica de extracción; sin embargo, con las técnicas actuales es
considerado muy pequeño, del orden cercano a las 20 toneladas métricas. Este
depósito aflora en superficie como una banda muy estrecha, en un filón de 20
cm que se amplía al profundizar, con un echado cercano a los 60°. Por las
características del yacimiento, sólo se explotó la zona de oxidación de los
minerales de Fe y lo alto de la veta, siguiendo primordialmente la caliza masiva
que es la roca encajonante.
Se registraron 2 bocaminas; la primera de ellas posee una entrada de 6.5 m de
ancho, 7 m de alto tallada en la roca caliza como "chocolones", con una
antecámara de 2 a 3.5 metros de profundidad, antes de su bifurcación.
Asociado a esta bocamina, se localizó un rodadero muy claro, con una
pendiente de 30% que se extiende hasta la base del risco. Las dos
derivaciones visibles desde el exterior se encuentran orientadas al noreste.
Una de las derivaciones posee una forma elíptica. La altura máxima es de 1.5
m, su ancho promedio es de 1.3m, su extensión es de 7 m, y con un desarrollo
en profundidad de 3.25 m con referencia al nivel de bifurcación, por lo que, su
pendiente es superior al 46%. La segunda derivación posee una longitud es de
60 m y profundiza aproximadamente 14 m con respecto al nivel del exterior, lo
que representa una pendiente del 23 al 25%. En esta mina se detectaron tres
secciones, de donde se extrajo almagre de diversas tonalidades que van del
amarillo (limolita) al guinda obscuro (hematita). En todos los casos, se presenta
con un frente amplio, de características terrosas y por tanto, desde el punto de
vista cristalográfico, es amorfo, con tamaños de partícula que van de: arena
fina (15%), limos (70%) y arcillas (12%). Estas proporciones granulométricas
dan al mineral explotado excelentes características de pigmentación, ya que
puede actuar en solución como coloide con buena adherencia, aunque se
188
requiere de agentes naturales -baba de nopal y jugo de lechuguilla- que
funcionen como fijadores.
La segunda bocamina posee una longitud de 16 m, altura promedio de 1.4 m y
un ancho promedio de 1.1 m, en un túnel de habito cercano a la horizontal,
orientado al este-sureste. La forma de la sección del túnel es rectangular de
esquinas redondeadas, con paredes regulares en el norte y techo; ya que se
forma con la interestratificación de la caliza encajonante; la pared sur y piso, se
compone de caliza triturada y almagre entremezclado, que al profundizar sólo
se integra de almagre. En el frente de extracción se perciben huellas de
localizar el manto freático cercano, ya que, donde escurre el agua se han
formado concreciones de carbonatos de color blanco, semejantes a
estalactitas, cuyas dimensiones varían de 3 a 25 cm, que además puede ser un
indicador de la antigüedad de la explotación.
Ocasionado por la extracción de pigmentos en épocas modernas, en el interior
de las minas no se localizó material arqueológico, sin embargo existen trazas
de él en el rodadero, ya fuera de contexto.
Dependiendo de la `profundidad y el área del yacimiento explotado, esto es, lo
alto o bajo de la veta, la tonalidad del pigmento muestra una gradación, que va
desde el amarillo rojizo (limonita Fe2O3.H2O) para las zonas menos
profundas y lo alto de la veta; hasta el rojo obscuro o guinda por la presencia
de hematita (Fe2O3) en lo bajo de la veta y capas más profundas. Por tanto
considero que haber encontrado dos bocaminas para un mismo depósito se
debe al objetivo de extraer pigmentos de diferentes tonalidades y
probablemente su empleo sea diferencial, ya sea para muros o para la
cerámica por mencionar algunas de las posibilidades.
Durante el recorrido, para determinar la existencia de otras obras mineras se
revisaron tres cuevas; una corresponde a la peña del mismo nombre; y dos
más se les reconoce con el nombre de "La Peña del Tecolote", que de acuerdo
con la información de los lugareños, en ellas existió material arqueológico y
pinturas rupestres.
La cueva de "La Escondida" fue una cueva seca; en el fondo de la cueva se
localizó una pequeña hoquedad con restos de almagre, al parecer producto de
actividades modernas; tanto al interior como en la entrada de la cueva, el
sedimento ya había sido removido y no se encontró ningún tipo de restos que
pudieran indicar un uso antiguo.
189
Al suroeste, a 150 m de las minas y al pie del acantilado, se encontró un
pequeño abrigo rocoso, en cuyas paredes se observó el dibujo de una mano al
negativo con pigmento rojo, que presenta huellas de vandalismo por el
repintado con almagre moderno. Otro diseño es un circulo de 15 cm, dividido al
interior del en 6 secciones teñidas de rojo en forma alterna; del borde exterior
sobresalen 12 líneas perpendiculares de 3 cm, que en el mismo trazo y con
longitud de 2 cm hacen escuadra para ser paralelos al círculo interno, lo que da
la impresión de movimiento. Este símbolo puede corresponder a las
representaciones de un "chimal" de los grupos mesoamericanos; mientras que
la mano, probablemente corresponde a los grupos de recolectores - cazadores
que en un tiempo habitaron la región (ver fig. VII-8).
Las 2 cuevas que corresponden a la Peña del Tecolote, fueron cuevas
húmedas y en ellas existen trazos de estalactitas, sin embargo, debido al fuerte
abatimiento del nivel freático, -hasta 20 m- en los últimos años, ambas cuevas
están secas; una de las cuevas está en la base del cantil, se ocupa como corral
para guardar ganado caprino y en su piso se ha acumulado hasta un metro de
guano, de modo que, no se observó material, ni resto alguno de ocupación en
las paredes.
La cueva más grande, se ubica tres metros arriba del pie del acantilado, y solo
se puede acceder a ella con escaleras y cuerdas. En el techo de esta cueva
hay trazas de hollín y algunas depresiones de trazo semicircular producto de la
disolución de las calizas que los murciélagos ocupan de madriguera. Las
paredes presentan "graffitis" elaborados por visitantes ocasionales, en algunas
inscripciones se leen nombres y fechas que se remontan al siglo pasado
(1887), símbolos de la cruz cristiana, la cruz de malta, suásticas, etc. Por lo que
respecta a materiales arqueológicos no se registraron evidencias aunque tiene
buen potencial de haberse ocupado ocasionalmente en tiempos antiguos.
ATLAS ARQUEOLOGICO. 22-F14C58-032. Peña de la escondida AC. No
registran más información.
FISIOGRAFIA. IX1S5 y IX1S7
GEOLOGIA. Calizas de la formación El doctor y Calizas-lutitas de la formación
Soyatal.
EDAFOLOGIA. E+I/2 fase lítica superficial en la base del acantilado
VEGETACION. Zona que aún preserva trazas de un bosque mixto de pinoencino (BPQ) y en la ladera se detecta un matorral submontano inducido por la
deforestación (MSM-MI).
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. Sin referencias.
190
SÓTANO DEL SARRO
Se localiza a 2 km al suroeste del sitio de El Doctor; entre las peñas, los
soyates y los pinos, en el piso de la ladera del puerto del Serrato, se localiza la
entrada a una formación kárstica semejante a una dolina pequeña o "sótano",
nombre que reciben localmente.
Los sótanos son áreas de disolución de las calizas, donde se infiltra el agua a
las capas más profundas en la tierra, formando importantes corrientes
subterráneas como en algunos lugares en la sierra -Jalpan-. En la evolución
geológica, estas áreas de disolución pueden quedar secas debido a los
movimientos estructurales que modifican el paisaje y la presencia del manto
freático; o bien puede ser el caso de la explotación irracional de bosques y
acuíferos en época moderna, que abaten el nivel freático de una región19.
Así, los sótanos se observan como oquedades en la superficie, van desde unos
cuantos metros hasta los que cuentan con extensiones considerables, según
los reportes del trabajo de Carlos Lazcano (Lazcano 1986, v. 1). Los sótanos
pequeños se asemejan a tiros de minas antiguas, en hábitos cercanos a la
vertical, de modo que su acceso es a base de cuerdas en "caída libre".
El caso que nos ocupa es una cueva de disolución que tiene un tiro de 3.6 m
en "caída libre"; el salón es de traza elíptica cuyo eje mayor es de seis metros
orientado a 340° Az.; mientras que su eje menor es de 2.8 m con un curso de
70 - 250° Az. El "cielo" de la cueva es de carácter abovedado, ligeramente en
punta en su eje mayor, y en su cúspide se encuentra la entrada; se reconocen
antiguas formaciones de estalactitas de carbonatos de calcio que no
sobrepasan los 0.4 m de longitud. En el fondo se ha formado una superficie
plana por la acumulación de sedimentos finos y una gran cantidad de
materiales orgánicos en descomposición lenta.
El sedimento del fondo es de color amarillo - crema claro, como ya se
mencionó, de textura fina, suelto en seco, y con un alto porcentaje de
carbonatos, ya que reacciona fuertemente al HCl diluido. En esta matriz de
suelo se encontraron: fragmentos de ollas rojas de cuello corto; escudillas de
pasta naranja media, con paredes rectas verticales fondo cóncavo y sin
19
Baste citar que el nivel freático en el manantial del sarro, el más importante del
macizo del Doctor que surte actualmente del vital líquido a Maconí, San
Joaquín, Esperanza, Rancho Viejo, etc., ha disminuido su nivel en más de 15
m, dejando sin este recurso a la misma población de El Doctor. Esto se debe a
que los manantiales que lo abastecían se han secado y sólo dos de ellos ya
son de carácter estacional en la actualidad.
191
soportes, su espesor promedio varia de 0.5 a 1.2 cm en los bordes y quiebres
de la vasija. En todos los tiestos recolectados en la superficie del sótano, se
observó que estaban recubiertos por capas de sarro con espesor de 1.3 a 2.4
cm, de color blanco y dispuesto en pequeñas capas laminares que se exfolian
al secarse. Sin embargo, por el tipo de material existente puede proponerse
que el sótano fue usado después del 500 d.C.
El contexto está muy alterado, ya que es madriguera temporal de murciélagos y
mamíferos carnívoros de talla pequeña, por lo que se detectaron restos de
semillas y huesos de roedores.
En épocas prehispánicas, los sótanos se llegaron a ocupar como lugares de
culto, posiblemente como lugares de refugio, y es en estos lugares donde se
depositan ofrendas diversas, al igual que en el resto del contexto cultural
mesoamericano. No puede soslayarse el uso de grutas y cavernas por parte de
los grupos recolectores - cazadores, que coexistieron a los grupos de
subsistencia mixta en otros tiempos. A los sótanos los pocos hablantes de
lengua indígena que subsisten en la región -otomí-, les atribuyen propiedades
mágicas, pensando que son caminos que comunican al interior del mundo y de
ellos mismos.
ATLAS ARQUEOLOGICO. 22-F14C58-033. Cañada del Sarro (AC). No se
registraron las variables restantes.
FISIOGRAFIA.
IX1S7
GEOLOGIA Calizas de la formación El Doctor, hay asociación estructural con
la cabalgadura de El Doctor.
EDAFOLOGIA. I/2 fase lítica superficial
VEGETACION. La zona inmediata al sótano muestra un bosque ralo de pinoencino (BPQ) y en la ladera de acceso la vegetación es matorral submontano
de carácter inducido (MSM-MI).
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. Sin referencias.
APARTADERITO
Se localiza en una de las eminencias que se extienden del sureste al noroeste
que convergen en el parteaguas entre la cuenca del Arroyo Grande y el Arroyo
Maconí. Se ubica a 2.9 km al este-noreste del poblado de El Doctor.
La vegetación que cubrió el asentamiento, originalmente fue bosque mixto de
encino - pino, actualmente subsiste la presencia de algunos relictos de
piñoneros en las márgenes de la loma. El suelo en la parte alta es de
productividad baja, hasta 500 kg por ha de maíz en siembra manual;
192
actualmente se emplea como potrero y agostadero de ganado caprino. La
deforestación promovió procesos erosivos moderados, manifiestos en la
escorrentía laminar subsuperficial y cárcavas en las laderas.
La posición exacta de los restos arquitectónicos, es apenas de 15 m por debajo
del punto más alto del parteaguas de ambas corrientes. El asentamiento se
extiende sobre la loma de laderas convexas. La orientación del sitio es a la
cuenca del arroyo Maconí, desde donde se puede observar a otras unidades
arqueológicas como: La ciudad, Mesa de los Pastores, El Socavón, Rancho
Viejo, la mina La Negra y la iglesia de Maconí. En la loma se construyeron 7
muros de contención; dos estructuras, ubicadas a los costados de la loma, y en
el extremo, 3 plataformas escalonadas con diferencias de nivel de uno a tres
metros, sus longitudes van de 20 metros en la parte superior a 9 m en la parte
más baja. La superficie delimitada por los muros de contención y edificios tiene
en promedio 20 m de ancho; una característica importante de este
asentamiento es que la fuente más cercana para el abastecimiento de agua se
ubica a dos kilómetros al noreste, siendo uno de los sitios de la región con
mayor distancia a este recurso vital.
Los tiestos recuperados en la superficie están muy erosionados y en
frecuencias muy bajas; sin embargo, se pudo apreciar que el material puede
ser ollas domésticas, de pasta color naranja, gruesa y en las variedades
Soyatal y Cristales. Por ello, considero que este asentamiento pudo funcionar
al final del periodo clásico. Los restos líticos son lascas simples de calcedonia y
lascas muy pequeñas en obsidiana negra vítrea, probablemente del retoque de
puntas bifaciales.
Cuenta con una posición estratégica, ya que se ubica al centro del camino
natural entre Toluquilla y El Doctor; tiene una visual franca al camino que
conduce al corazón de la sierra rumbo al Río Estorax; e igual con el acceso
natural a la sierra desde la región de Cadereyta, por la vía de Cerro Prieto.
A no ser por los restos arquitectónicos, considero que este lugar sirvió como un
"puesto de vigilancia" con una o dos casas de material perecedero sobre las
plataformas donde se habita temporalmente.
ATLAS ARQUEOLOGICO. 22-F14C58-012. Apartaderito (SE). área. 0.7312
Km² (?). Uso de suelo 2, 3; saqueo 2; factores de destrucción potencial 6, 8;
exposición de elementos arqueológicos 6; materiales de construcción de las
estructuras 2; No. de estructuras en pie 7(?) de altura menor a 2 m.
ALTITUD. 2240 msnm
FISIOGRAFIA. IX1S5
193
GEOLOGIA. calizas - lutitas de las formación Soyatal.
EDAFOLOGIA. Lc+Rc/2, con fase lítica superficial.
VEGETACION. BQP, MSM-MI
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. Ninguna.
LA CIUDAD
Se localiza a 3 km al sur del sitio de El Doctor, se asienta sobre una loma de la
formación Soyatal que se deriva del macizo montañoso de caliza. Esta loma se
encuentra adaptada completamente en la sección superior por medio de muros
de contención y una extensa plataforma que ordena el área central como una
meseta, que aún conserva parte de sus muros de contención en el sector
suroeste, se trata de muros en talud con lajas rústicas acomodadas.
Al oriente de este espacio se localizan afloramientos rocosos que fueron
adaptados como muro de contención. Con el mismo rumbo, al extremo de la
loma y un nivel más bajo -3 m-, se ubicó otra plataforma más angosta y
adosada a la topografía natural del terreno; en su esquina sur se encontró un
saqueo para la extracción de piedra. En el proceso de remoción de piedra, se
alteraron restos de un entierro que quedaron dispersos en superficie, y los
huesos largos fueron enterrados en el sector poniente del sitio, donde se
ubican los muros de nivelación.
Un rasgo característico de este asentamiento, es la integración de dos muros
de nivelación que rodean la parte superior de la loma. Sobre las superficies
planas que forman, hasta los años 40's se recuerda la existencia de
habitaciones con muros en pie, pero después de esa época fueron
desmontados para habilitar el terreno para el cultivo con yunta y manual.
Esta práctica agrícola ha respetado las nivelaciones mayores y en la parte
superior se ha limpiado de piedra, que se usa para levantar tecorrales y ampliar
los muros de nivelación.
Los restos arqueológicos en superficie son cerámica y lítica muy fragmentada y
erosionada. Se registró básicamente: fragmentos de ollas naranja Soyatal y
cajetes negros base roja, craquelada. La lítica se encuentra representada por:
lascas secundarias de obsidiana gris vítrea y fragmentos de navajillas
prismáticas; gran parte del desecho localizado refiere actividades como: el
reavivamiento de aristas, el reacondicionamiento y retoque final de
instrumentos bifaciales pequeños. Es notable el tamaño promedio de los
desechos que no excede los 5 cm, lo que hace pensar en que no existió un
194
acceso claro a las fuentes de materia prima, o su vía de obtención es
restringida, incluso en las variedades "locales" de las zonas de Fuentezuelas y
Urecho, en pleno semidesierto queretano.
Este asentamiento posee un control visual del sector sur del parteaguas entre
el Arroyo Grande y el Arroyo Maconí, donde al noreste se asienta la unidad de
Apartaderito. Al sur y sureste cuenta con visibilidad franca a las unidades Mesa
de los Pastores y El Socavón. También pudieron observarse a los
asentamientos rectores como: El Doctor, con rumbo norte; y Toluquilla, gran
cabecera política al oriente y del otro lado de la cañada del Arroyo Maconí.
ATLAS ARQUEOLOGICO. 22-F14C58-011. La Ciudad. SE. área 0.06 km². uso
de suelo 2, 3, 5; saqueo 1, 2; factores de destrucción potencial 4, 6, 8.
exposición de elementos arqueológicos 6. Materiales de construcción de
estructuras 2, No. de estructuras en pie 11(?) <2m.
FISIOGRAFIA. IX1S5 y IX1S7
GEOLOGIA Calizas formación El Doctor, y calizas-lutitas de la formación
Soyatal.
EDAFOLOGIA. Rc+I+E/2, E+I/2 fase lítica superficial
VEGETACION
BPQ, MSM-MI
Sin referencias.
MESA DE LOS PASTORES
Asentamiento ubicado a 3.5 km al sur de El Doctor, ubicado sobre lomas de
ladera convexa; en donde se registraron restos de basamentos piramidales,
plataformas y extensos muros de nivelación. A diferencia de otras unidades,
este caso se encuentra dispuesto en 5 grandes nivelaciones perpendiculares al
eje longitudinal de la loma cuya dirección es noroeste-sureste.
La primer nivelación, al noroeste, es la más próxima al macizo montañoso, ahí
se detectaron los restos de una plataforma adosada al macizo, sobre la cual se
construyó una capilla. Esta plataforma está destruida en su porción sur, en el
rebaje, se detectaron restos de un entierro múltiple secundario directo, que
tenía como ofrenda: vasijas de cerámica, varias conchas de moluscos,
fragmentos minerales de calcita verde olivo y un pendiente de esta misma roca.
A 15 m al oriente, se ubicaban dos basamentos piramidales al borde de la
nivelación, los cuales fueron desmontados y con su material se construyeron la
capilla, dos cuartos, y con un piso de laja que se entiende al exterior de los
mismos.
195
La segunda nivelación no presento huellas de edificios, sin embargo, la
dispersión de materiales cerámicos y líticos se continúa con menor densidad.
La tercer nivelación cuenta con una estructura de tres metros de altura que
delimita el área ganada por la plataforma adosada a la pendiente natural del
terreno, en esta porción de la loma, al sur, ya son evidentes los afloramientos.
En el edificio se observaron dos saqueos antiguos e importantes que alteraron
la forma del edificio; sin embargo, aún se puede observar en el corte, al menos,
dos momentos constructivos. que se distinguen por la orientación y calidad de
las lajas dispuestas para la fachada.
A un nivel más bajo con respecto a la primer nivelación -20 m-, se localiza la
cuarta nivelación; donde se integró una amplia plataforma de 35 m de largo,
con una altura de 2.5 m, y en trazo perpendicular al eje de la loma. Aún se
conserva en pie su arranque en talud en la porción suroeste, pues son visibles
7 hiladas de lajas bien trabajadas y recortadas para tener un ancho uniforme y
un declive de 65°, comúnmente conocidas en la región como "acolchonadas".
Sobre esta plataforma se desplantan 3 edificios alineados; el ubicado al
extremo norte, en su construcción se enlaza con la pendiente marcada por la
plataforma, de este modo la esquina tiene una altura aparente mucho mayor.
Estas estructuras, al parecer de carácter habitacional, se encuentran rodeadas
por una mancha de restos cerámicos más densa y con mayor variedad.
Sobresale fragmento de bordes de ollas naranja Soyatal, escudillas de silueta
quebrada, cajetes negros base roja y fragmentos de escudillas negras que se
asemejan al Zaquil Negro de la huasteca o al Río Verde pulido, sin embargo es
de producción local por el tipo de pasta del periodo clásico.
Esta nivelación se encuentra muy alterada, ya que fue partida por el camino
real que recorre en todo el costado norte de la loma y afecto fuertemente este
segmento; ya que por el camino se extrajo la piedra de un basamento pequeño
y el material que formaba una plataforma para las bardas perimetrales al
camino, sin embargo, al sur aún es posible ver el trazo de la nivelación. En esta
sección la densidad de material baja notablemente. más adelante, el terreno no
se encuentra habilitado para las labores agrícolas y se mantiene como
agostadero para ganado menor, observándose que el ancho de la loma se
reduce en 12 m, y no hay más evidencias de restos arquitectónicos de tipo
arqueológico.
En el costado sur de la loma, 40 m más abajo de la segunda nivelación y sobre
el cauce de un arroyo estacional, se localizó una bocamina con su terrero. En
196
el terrero y el rodadero se observaron 2 marros en basalto de forma elipsoidal
con uno de sus extremos más delgados, lo que fue el borde activo se
encontraba muy desgastado, redondeado y con huellas de algunas
desportilladuras.
La mina se inicia con un socavón horizontal con trazo norte-sur; a seis metros
de la entrada se deriva un ramal al oriente, va en profundidad con pendiente de
43° por otros 20 m, lugar en que se cortó con el manto freático, sin embargo al
decir de los habitantes, la labor continua por otros 15 m más, donde se trabajó
con bombas y compresores de aire. Todo este trazo correspondió a una labor
prehispánica, que fue desazolvada y volada con explosivos para dar forma a
los túneles con sección de un trapecio y apoyar su trazo con ademes y polines;
sobre todo para el sector cercano al manto freático, ya que la roca encajonante
-lutita- no es de carácter masivo y se explotaba lo alto de la veta, en la sección
de contacto con la formación Soyatal. De acuerdo con las muestras o "gallitos"
del mineral extraído de la mina, y en posesión de los habitantes de la
ranchería, se trata de cinabrio rojo manchado -"achocolatado" bajo la
terminología local-, en una guía de calcita y yeso cristalino; la roca encajonante
es una caliza gris muy obscuro, casi negra, fétida, con huellas de hilos de color
verde claro y plomizo, que pueden ser minerales con restos de plata o cobre, y
tienen restos de "bronce", probablemente se trate de pirita, lo que da un brillo
adamantino.
ENTERRAMIENTO
Se localizó bajo los restos de un basamento adosado en la primera nivelación,
y en el lado oriente, en la zona central del mismo. El contexto en que se
encontró fue al interior del edificio, en la zona de talud, muy cerca de su
arranque. Al parecer, este entierro corresponde al momento constructivo del
talud, ya que al revisar el corte no se detectó que se tratara de una
subestructura.
El contexto fue un entierro secundario directo, sin preparación de una cista
especial, ubicado en una matriz de arcilla amarilla, que normalmente se usaba
como cementante en el núcleo de lajas acomodadas, que con formas
irregulares tienen un espesor promedio entre los 15 y 20 cm. Las lajas que
sirvieron de revestimiento al edificio no se observaron in situ, sin embargo, este
hallazgo se localiza durante la remoción de lajas careadas, por parte de los
propietarios del predio para usarlas en la construcción de tecorrales y nivelar
otros sectores de la casa moderna. Una vez ubicada la posición aproximada de
lo que fue el talud, en el corte se buscó infructuosamente la piedra de arranque,
197
sin embargo, por el tipo de relleno, la cantidad de arcilla amarilla y la pedacera
pequeña de laja, se determinó que el elemento se ubicaba en la zona de
preparación del acabado con laja cortada. La superficie registrada para
delimitar el entierro era de 60 por 80 cm, con profundidades en el corte entre 42
y 84 cm.
OFRENDA DEL ENTIERRO
MATERIAL COMPLETO
1 olla globular de cuello corto y borde divergente con engobe café pulido
palillos, paredes muy delgadas en pasta local, y que tipológicamente
corresponde a las reportadas para la fases Tlamimilolpa tardío o Xolalpan
temprano de Teotihuacan (300-550 d.C.).
1 vaso trípode café pulido, en pasta media local, de paredes rectas, espesor
delgado -menor a 0.5 cm- con forma y acabado de superficie correlacionable a
la fase Xolalpan de Teotihuacan (450 - 550 d.C.).
1 cajete hemisférico negro pulido inciso, con restos de pigmento rojo como
relleno de las incisiones, en pasta local de textura media y paredes delgadas 0.4 cm-. El diseño se ubica en el exterior de la vasija y consiste en un conjunto
de paneles de líneas o grecas escalonadas y otros de líneas entrecruzadas,
formando una banda en todo el derredor de la pieza. Desde el punto de vista
tipológico es muy semejante a la vajilla Zaquil Negro de la huasteca de la
época clásica (ca. 500 d.C.). En su interior se encontraron 2 fragmentos de una
variedad cristalina de calcita de color verde posiblemente este color se debe a
la presencia de minerales de cobre o plata en el yacimiento.
1 cajete hemisférico con engobe negro base roja craquelada, manufacturada
en pasta media local, caracterizada por los fragmentos de calcita adicionados
como desgrasante. En el exterior de la pieza en el fondo se formó un patrón
decorativo radial a base de líneas de pulimento elaboradas posiblemente con
un pulidor de piedra o bien con un palillo. Por su asociación con las otras
piezas y la forma de la pieza considero que se puede ubicar temporalmente
entre 500 - 600 d.C. Esta pieza a su vez contenía dos fragmentos de calcita
verde sin trabajar.
1 ánfora miniatura, de cuello alto y bordes divergentes, con engobe negro base
roja craquelada e incisiones muy finas en el hombro de la pieza que se
entienden al cuerpo. El cuerpo del ánfora es alargado, segmentado en cuatro
lóbulos y termina en punta. La pasta es local de textura fina. Su forma puede
198
ser la representación de un grano de cacao. Hasta el momento, no se ha
detectado en las regiones vecinas la presencia de materiales semejantes.
2 valvas de spondilus, de 13 cm de longitud y un ancho de 9 cm, sin huellas de
trabajo externo.
1 concha de caracol del género olivella, cuya superficie se encontraba muy
alterada, sin embargo en el ápex de la pieza se detectaron restos de cinabrio.
1 pendiente de calcita verde de forma subprismática, aprovechando los planos
naturales de clivaje del mineral, con perforación bicónica de 1 cm de diámetro
en una esquina.
MATERIAL FRAGMENTADO
Fragmentos de 2 cajetes: negro pulido inciso de paredes cóncavas entrantes;
fondo plano con pulido interior y escobillado entrecruzado al exterior; trípode
con soportes globulares, huecos y ranurados tipo sonaja; la pasta es foránea,
de textura media arenosa; el engobe es grueso, de buena cochura; y la
decoración es incisa, a base de paneles de líneas entrecruzadas con grecas
escalonadas. Tipológicamente corresponde al Zaquil negro inciso de la fases
Pánuco III - IV o Pitahaya o Huasteca III (Ekholm 1944; Noguera 1975 ),
también se le describe como correlacionable al tipo Río Verde Poli de la fase
Río Verde A establecida por Michelet 1985 (500 - 700 d.C.) en el periodo
clásico mesoamericano.
Escudillas de silueta quebrada con paredes rectas entrantes; en pasta gruesa
de manufactura local con desgrasante de calcita, alisado al exterior y pulido en
interior. En este caso, al exterior se formó un autoengobe en el proceso de
alisado; y en algunos fragmentos, se observa que en las paredes rectas el
acabado superficial llega al pulimento formando una banda a todo alrededor de
la pieza, que dependiendo de la temperatura de cocción el pulimento y
alisamiento adquiere colores, que van del rojo al café claro.
Cajetes hemisféricos y vaso café pulido, elaborados en pasta local de textura
media.
fragmentos de navajillas prismáticas de 0.6 cm de ancho y 2 cm de largo en
obsidiana gris veteada que probablemente procede de yacimientos del norte de
la Cuenca de México.
199
Los habitantes de esta localidad entregaron una escultura en bulto de un
Huehueteotl o Dios viejo del fuego, que estaba fracturado de sus manos y
piernas; sin embargo, aún conserva claramente en la cara marcas que
representan las arrugas en los pómulos y alrededor de los ojos, la boca del
personaje está abierta y cuenta con representaciones de orejeras. El bracero
superior, característico en estas representaciones, en este caso, es de forma
rectangular, adornado con una banda con motivos dividida en cuatro
segmentos. El motivo de lado frontal y sus laterales, es una franja vertical al
centro de cada lado y en sus esquinas se representan medios círculos; al
desarrollar en plano este motivo se forman tres paneles con un circulo
completo al centro, y al lado posterior se encuentra esquematizado el amarre
de la cinta, por medio de una reducción gradual del ancho de la faja hasta
terminar en un recuadro al centro del lado.
Su posición es importante ya que mantiene un control visual de minas y el
manantial del Sarro, además, persiste la vista franca a los sitios de El Doctor,
La Ciudad, Toluquilla y la cañada del Arroyo Maconí.
Este asentamiento corresponde a una unidad de habitación, con producción
agrícola y minera. Considero que la estructura donde se localizó el entierro fue
un templo o asiento de la instancia político-administrativa que probablemente
controlaba la extracción de cinabrio de las minas cercanas. La ubicación y
disposición del entierro con sus vasijas, hacen suponer que formaron parte de
las ofrendas al edificio durante su construcción; otra alternativa posible, es que
se trate del enterramiento de un personaje principal en su lugar de origen. Por
otra parte, este tipo de contextos, donde se asocian restos humanos con una
ofrenda tan rica y variada no se han explorado ni en Ranas ni en Toluquilla.
ATLAS ARQUEOLOGICO. 22-F14C58-009. El Socavón o Arcanon (SE). área
0.04375 km². uso de suelo 3, 5; saqueo 1, 3, 4; factores de destrucción
potencial 4, 5, 6; exposición de elementos arqueológicos 1, 2, 6. materiales de
construcción de las estructuras 1, 2; No. de estructuras en pie: 4 de altura
menor a 2 m, 2 con altura entre 2 y 5 m.
ALTITUD. 2360 msnm.
FISIOGRAFIA. IX1S5 y IX1S7
GEOLOGIA. Calizas de formación El Doctor al oeste, Calizas-lutitas formación
Soyatal en la loma.
EDAFOLOGIA. E+I/2 fase lítica superficial, de productividad baja
VEGETACION. BPQ, MSM-MI
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. Ninguna.
200
EL SOCAVÓN
Se localiza a 1.2 km al sureste de El Doctor. La loma del socavón es una
eminencia que se desprende del macizo del Doctor y se localiza entre dos
fracturas que condicionan la forma y dirección de la loma. En esta zona del
macizo montañoso existió uno de los cuerpos mineralizados más importantes
de la región.
En superficie existieron huellas de 2 unidades discretas dispuestas a lo largo
de las lomas del mismo nombre; en ambos casos las marcas de material no
exceden de los 25 m de diámetro cada una; y en las dos se detectó una baja
cantidad de materiales cerámicos y líticos. La composición general de estos
materiales corresponden a ollas naranja Soyatal, fragmentos muy pequeños de
cajetes hemisféricos negro base roja y lascas secundarias en riolita, basalto y
obsidiana. La riolita puede provenir de la región de Mesa de León y Cerro
Prieto; el basalto se asemeja al existente en bloques pequeños y cantos en el
área de Sombrerete, y las diminutas astillas de obsidiana corresponden
macroscópicamente a las reportadas para la zona de Urecho. Estas unidades
discretas pudieron funcionar como áreas de habitación ocasional durante la
época clásica, ya que por el tipo de materiales, la ausencia de arquitectura y su
cercanía con el sitio Mesa de los Pastores (aproximadamente 300 m) la
habitación permanente probablemente se ubicó en la loma vecina.
El elemento arqueológico más relevante de esta marca, son un conjunto de
obras mineras que tienen una amplia tradición histórica con un rango temporal
de 1500 años. Este conjunto de trabajos mineros han integrado un sistema de
túneles cuya longitud se extiende por más de 3 km, y alcanza profundidades
del orden de los 600 m entre la bocamina de San Juan Nepomuceno y el frente
de explotación más profundo, ya en la obra conocida con el nombre de San
Felipe. Esta gran mina incluye al menos 6 bocaminas, de las que sobresalen
las denominadas localmente como Socavón, San Juan Nepomuceno, El Tiro y
San Felipe.
El desarrollo de El Socavón arranca de la modificación a un antiguo trazo
prehispánico, que seguía de forma sistemática las irregularidades en que se
presentan las vetas de cinabrio de diversas calidades. Estas vetas cuentan con
una distribución muy compleja, ya que han sufrido fuertes deformaciones y
dislocamientos por los cambios tectónicos, provocados por la gran falla inversa
que sigue el eje longitudinal del macizo montañoso o "Cabalgadura de El
Doctor". Este proceso también ha colaborado en la génesis y disposición de
vetas y filones de minerales como: la galena, plumbojarosita, argentojarosita,
201
compuestos de antimonio; en menor cantidad los sulfuros y sulfatos de hierro,
zinc y cobre.
Por su extensión, complejidad y la falta de equipo adecuado durante el
recorrido, tan sólo se describe la porción explorada.
La obra inicia con una bocamina adecuada a partir de un rebaje de 25 m de
altura por 60 m de largo, área que implico la remoción de un volumen superior
a los 300 m³ con los que se generó una gran nivelación como plataforma al
exterior de la bocamina; en esta superficie es muy probable que se organizaran
sistemáticamente las áreas de actividad que corresponden al patio de mina y
que actualmente se siguen ocupando bajo la tecnología moderna.
En los límites del rodadero, se fueron integrando muros de contención que
actuaron como elementos niveladores y de ampliación del patio de mina al
reunir y compactar parte de la rezaga. Actualmente algunos de estos muros
están tapados o desmontados por los movimientos de los "jales" o rezagas de
mineral; en el siglo XIX se consideraban inútiles y durante las décadas de los
40's y 50´s, se usaron para beneficiar los minerales de plata con baja ley por
flotación, llegando a tener rendimientos superiores de 400 gr de plata por
tonelada de concentrado.
El principal trazo minero que se visitó, se extiende horizontalmente con rumbo
al poniente, esto es, al interior de la montaña por más de 600 m lineales, donde
se cruzan y comunican a: tiros, galerías, socavones en profundidad,
bifurcaciones de drenaje y ventilación. Algunas de estas labores son estables y
abiertas; las de drenaje y ventilación aún están en pie pero en condiciones muy
precarias; otras, han sido rellenadas o se han derrumbado por los buscones,
gambusinos y "coyotes"20.
Para su descripción, el túnel principal se ha dividido en seis segmentos,
comunicando a un crucero, tres derivaciones, dos galerías y una bifurcación en
su extremo más profundo. De este modo, el primer segmento se refiere al
tramo de entrada y zona de penumbra.
20
Bajo este nombre, se les llama a los mineros que roban el mineral de las
minas, a espaldas de los dueños del denuncio o de los propietarios del predio.
Estas personas por obtener rápidamente una carga de buen mineral: cortan
pilares y hacen voladuras con nitrato de amonio, sin ningún control de la
cantidad de explosivo, de acuerdo al tipo de obra que se trata o bien de la
formación geológica que atacan, arriesgando por tanto sus vidas y la
estabilidad general del trabajo minero sistemático. A estas personas, hasta
hace 20 años, los habitantes de la sierra los perseguían más que a los abigeos.
202
Segmento 1
De la bocamina se genera un túnel de habito horizontal con pendiente entre -6°
y -8°; tiene un trazo recto, con paredes rectas verticales y un "techo"
abovedado en arco de medio punto, formado con tabique y reforzado
lateralmente por una cornisa de la roca madre y con algunos castillos colados,
con separaciones entre sí de 12 m; su ancho promedio es de cinco m y su
altura va de 2 a 2.3 m. En el piso aún se conservan durmientes y rieles para las
góndolas, que en un tiempo fueron tirados por hombres o animales. La
arquitectura del túnel concuerda con los trabajos de minas explotadas para
finales del siglo XVIII y principios del Siglo XIX en Guanajuato -La Valenciana y
el Tiro Kurtz- y Zacatecas -La Guadalupe-.
Crucero
A una profundidad de 26 m del segmento 1, se cruza un tiro vertical -76°- de
probable manufactura prehispánica, se extiende por 16 m al "cielo de la mina" arriba- con forma elíptica de trazo irregular, de paredes redondeadas, siguió un
ramal de una veta de cinabrio o "granate"21 con guía de mineralización en
"guija" o yeso; y la roca encajonante es una formación caliza gris obscura con
presentación tabular, al parecer corresponde al segmento inferior de la
formación Soyatal. El segmento que corresponde al "pozo" de este tiro,
mantiene el trazo complementario al tiro descrito, pero ha sido retacado
intencionalmente con el escombro y rezaga de obras posteriores. Este tiro en
su porción superior llegó a la superficie, sirvió como obra de ventilación y por
estar en una formación frágil se taponó volando con dinamita un bloque grande
de caliza.
Segmento 2
El túnel principal continúa con las características descritas por 170 m, y es
preciso anotar que en este tramo se detectan los trompos o las marcas de guía
del centro del túnel. Después de los 80 m de recorrido ya no existe el arco de
medio punto en ladrillo, sin embargo su trazo general está en la roca. Su
contexto geológico, al parecer corresponde con la formación de El Doctor en su
Fase San Joaquín.
21
El granate es una veta de cinabrio en donde es recurrente la presencia de las
formaciones cristalinas del sulfuro de mercurio, ya sea en forma rara prismática
o bien como estructuras aciculares en una matriz de guija o yeso.
203
Derivación 1
Aproximadamente a 200 m de distancia de la bocamina, se accede a una
derivación con rumbo aproximado al norte, de ahí se baja a otra derivación de
hábito inclinado con escalonamiento en profundidad, que siguió un clavo de
mineralización de metacinabrio con guía de "chinilla" o anhidrita; la matriz es de
caliza gris muy obscura, compacta y dura. Su forma es de un trapecio de 2.5 m
en su base y una altura de 1.8 m, las paredes inclinadas al centro, están
aprovechando la estructura tabular de la formación caliza, para que actúen los
estratos como cornisas en saledizo para formar un techo con 1.8 de ancho. La
inclinación en que profundiza este túnel es cercana al 30%.
Regresando a la descripción de la primer derivación, su extensión no se pudo
determinar, ya que a 25 m de su curso se abre un pozo de 1.8 m de diámetro
con 4 m de profundidad, su forma es semicircular e impide el paso, pero
comunica a otro inclinado con dirección semejante, también en profundidad y
escalonado que explotó un hilo de 2 cm de cinabrio rojo; esta veta aparece
manchada con rastros de bronce (pirita y calcopirita) y antimonita (Sb 2S3), que
es de color gris niquelado iridiscente en líneas muy pequeñas de 5 mm de
largo, o bien, color ocre para su porción terrosa. Por lo inestable del túnel no se
exploró más allá de seis metros, ya que presentaba rajaduras importantes en el
techo y paredes. De acuerdo con la información aportada por el guía -Don
Manuel Mariño Vega- es una obra característica de los "coyotes".
Segmento 3
Este segmento presenta las huellas del saqueo por mineral en sus paredes, ya
que existen algunas perforaciones de poca profundidad a la base del túnel y
paredes, sus dimensiones no exceden los 60 cm de altura y una profundidad
de 1 o 2 m y siguen las líneas de la chinilla. El trazo general de este segmento
del túnel continua, el ancho promedio es de 5 m, pero su altura se va
reduciendo gradualmente al formar en el techo un arco rebajado que se adapta
bien a la interestratificación de la caliza, que ya es de color negro. La extensión
de esta porción es de 140 m y desemboca en una galería amplia de gran altura
para el trazo del túnel, aprovechando una fractura del terreno y los estratos de
caliza muestran una alteración en la dirección de su echado y su espesor.
204
Galería 1
Explotación importante, ya que la cámara tiene una longitud aproximada de 60
m, anchura de 22 a 25 m y una altura de 9 m Se dejaron 3 pilares de sección
semicircular de 5 m de diámetro en el lado sur y otros 4 elípticos cuyo eje
mayor es de 8 m y eje menor de 6 m para las secciones centro y norte.
Esta galería se desarrolla en lo que fue un crucero de fracturas mineralizadas,
el volumen aproximado que se removió para su construcción fue de 11,000 m³,
sin embargo, se desconoce la cantidad de mineral explotado, ya que en la
formación se reconocen la existencia de trazas de: galena, plumbojarosita,
argentojarosita, calcopirita, cuprita y cantidades menores de cinabrio. El techo,
las paredes laterales y las esquinas están redondeadas y formando arcos
suaves al centro del salón. Durante el recorrido de este salón, aún se
encontraba una góndola antigua para transporte de mineral cerca de la esquina
sureste y junto a un pilar semicircular.
La técnica de explotación fue de corte relleno; en las partes altas aún se
pueden localizar huellas de barrenos de sección hexagonal y otros cerca de la
base son de sección circular. En la pared norte, aún se encuentra una gran
cantidad de rezaga que forma un gran banco; es notable como los mineros
actuales no lo remuevan, sino que lo usan como una plataforma delimitada y
soportada con troncos y postes, para ganar altura y continuar explorando un
hilo grande de calcita y yeso que aflora en el techo de la galería.
En este punto, el contexto geológico cambia aún dentro de la formación El
Doctor, de la fase San Joaquín a la fase Cerro Ladrón, ambas del cretácico
inferior, y se distinguen por el color de la caliza, ya que en la fase Cerro Ladrón
es negra totalmente y la potencia de sus estratos es mayor.
Cerca de la esquina suroeste de la galería, se localizó un túnel en profundidad
con dirección sureste; de reducidas dimensiones con forma aproximada de
ojiva, su ancho es de 70 cm, su altura es de 1.4 m y su longitud es mayor a los
8 m; en este punto hace un recodo al sur y se desconoce su destino final. Esta
labor siguió principalmente un hilo de guija o yeso cristalino y no es posible
reconocer el mineral que se extrajo.
Segmento 4
El segmento que continua el túnel cambia de ancho a 3.5 m y su altura es de
1.8 m en promedio, su longitud es de 80 o 90 m, aunque en su pared norte
205
tiene las marcas pintadas con cal de "B 420" y con "B 480" cerca de su extremo
poniente. A lo largo del túnel permanecen las marcas por saqueo de mineral;
observándose que ya se retiraron tramos de los rieles, las marcas centrales
son metálicas de sección cuadrada y la marca del extremo más profundo tenía
grabada la fecha de 1876 en un costado, lo que data aproximadamente la
antigüedad del túnel y probablemente el trabajo de la siguiente galería.
Galería 2
Es una ampliación elíptica de 15 m de ancho máximo por 28 m de largo, su
altura es de 5 m y tiene importantes huellas de saqueo; ya que las estacas que
muestran el rumbo de explotación se han eliminado por completo, en las
paredes se ha acumulado gran cantidad de material estéril y el trazo de las
barrenaciones y huellas de cuñas son erráticas. El volumen de roca removido
es superior a los 2,000 m³. De acuerdo con la información del guía, en esta
cámara se extrajo plata y plomo de baja ley, después, los coyotes extrajeron
antimonio, sin embargo, recuerda que hasta 1940 época en que la explotaba la
familia Braniff, este era un punto de cambio de carga y selección del mejor
mineral, al igual que un punto de cambio de enganches, esto es, cambio de los
animales de tiro para las góndolas.
Derivación 2
Esta derivación con rumbo al norte, aproximadamente, tiene sección
rectangular de 1 m de ancho por 1.6 m de alto; siguió una veta chica de
cinabrio, mercurio líquido y arsénico; tiene un escalonamiento con dirección
hacia arriba; su longitud es grande, superior a los 50 m, y se encuentra tapiada
a los 3 m por ser una fuente intermitente de "grisú de ajo", "gases de
temblorina" y "charritos" que "atacan" a muchos mineros de acuerdo con el
informante. Los gases son vapores mercuriales y de arsénico altamente
tóxicos, mientras que, los charritos son los duendes o espantos de las minas,
que de acuerdo con su narración tienen papeles buenos o malignos, lo que
recuerda mucho las tradiciones acerca de los "alushes" en la selvas mayas y
los "chaneques" de la costa central de Veracruz.
Segmento 5
Es un túnel de sección trapezoidal, con ancho máximo de 2.5 m y longitud de
45 m; en la porción media del recorrido tiene tallado en la pared sur un nicho
para un altar, actualmente vacío. Ocasionalmente se llegaron a conservar
206
algunas estacas de guía, unas circulares modernas y una sola de sección
cuadrada que posiblemente sea muy antigua. La altura del túnel es más
irregular, con variación entre 1.6 y 1.8 m La caliza de la fase Cerro Ladrón
persiste y la potencia de las interestratificaciones aumenta hasta ser del orden
de los 16 m y su echado tiene un ángulo de 28°. Sobresale como rasgo
especial que las guías de calcita y yeso se combinan con lentes ocasionales de
fluorita y calcita verde aceituna, por la inclusión de minerales de cobre.
Derivación 3
Esta derivación, de acuerdo con lo indicado por el guía y otros mineros de la
región, es la comunicación a las minas de San Juan Nepomuceno y a la mina
de El Tiro, en particular a La Bocamina de San Felipe. Su extensión es muy
grande, en un cálculo aproximado al enlace con las labores de San Juan
Nepomuceno es de más de 1.6 km, con un gran número de divisiones en
ramales, tiros y pozos. Para comunicar con la mina El Tiro y a la bocamina de
San Felipe se recorre un mínimo de 600 m al nornordeste y existe una
diferencia de nivel de más de 200 m
La forma y dimensiones del túnel son las mismas que las de la sección anterior,
en sus primeros metros de recorrido el túnel se encuentra reforzado con
estructuras de madera a base de morillos y ademes, algunas de ellas en muy
mal estado y no se recorrió.
Este túnel sigue un plano de fractura mineralizado con mayor volumen de plata,
plomo y porciones menores de cobre y cinabrio
Segmento 6
Es una porción con una sección en forma de trapecio con esquinas
redondeadas, que cambia ligeramente de dirección al sur, su longitud máxima
es de 84 m aproximadamente, que va reduciendo su ancho máximo en forma
gradual hasta 1.8 m, y su altura en el extremo más lejano tiene 1.5 m Se le
reconoce fácilmente no solo por su posición, sino que su gradiente cambia a
tener un 20% abajo de la horizontal; con largos escalonamientos en
profundidad, además, tiene en su extremo una serie de escalones para
ascender a una bifurcación más amplia. Los escalones fueron formados con
estacas y morillos de madera, para formar el peralte y la huella con gravilla de
rezaga compactada. En el trazo de este túnel, se montaron estacas guías, de
las cuales solo se conservó una de sección cuadrangular de aproximadamente
6 cm por lado y puede corresponder a la obra del siglo XVIII. Al parecer, el
207
cambio en el gradiente corresponde a una adaptación del túnel a la
deformación de los estratos principales de la caliza negra y así poder seguir
con más eficacia el rumbo de la fractura general. Geológicamente se distingue
por la presencia de vetas irregulares de minerales de plomo y calcita, algunas
de ellas son de color verde oliva, al igual que los fragmentos encontradas en
contexto arqueológico y de algunas trampas de disolución con concreciones de
cuarzo.
Su bifurcación muestra huellas de una ampliación con barrenados circulares; el
vértice de los dos túneles forma un ángulo cercano a los 120°, uno con
dirección al sur, mientras que el segundo se dirige al noroeste
aproximadamente.
Bifurcación S
Se trata, al parecer, de un trabajo antiguo que se remodela; a los 5 m de su
derivación se tallo un nicho para un altar de un metro de altura que se recubrió
parcialmente con una mezcla de cal y arena, para un acabado fino; sobre esta
superficie aun estando fresca, se escribió la fecha de 1906 y el símbolo de una
cruz. El túnel, comparativamente al trazo anterior, cambia de forma al ser oval
con altura máxima de 1.3 m y un ancho de 0.9 m, persisten huellas de los
barrenos laterales de sección prismática; sin embargo, los informantes
mencionan haber obtenido restos de un posible mosquete de este túnel; ya que
lo describen como "un rifle con trompa de corneta". No se concluyó su
exploración, ya que se nos indicó la alta probabilidad de la presencia de gases.
Bifurcación NW
Esta obra tiene una sección cuadrangular, su hábito es escalonado en
profundidad con un gradiente de 28% por encima de la horizontal. La longitud
máxima de este túnel, hasta donde se pudo explorar, es de 150 m, donde
existe la marca pintada en el muro sur "E +700" y su curso sigue con
aproximadamente la misma dirección. Su trazo esta reforzado con morillos y
polines de madera, tiene un ancho de 1.4 m y una altura promedio de 1.6 m; en
su porción media existe una estaca de guía de sección rectangular, y otras más
en madera con el cabo pintado con cal, al parecer de manufactura moderna.
En este túnel se localizaron tres derivaciones de socavones menores. La
primer derivación está a los 23 m; con un túnel de pequeñas dimensiones en
dirección sur, de forma semicircular de 1.2 m de diámetro; baja abruptamente
con un ángulo cercano a los 60° y tiene en el piso una gran cantidad de
208
escombro. Se recorrieron únicamente los primeros 5 m y se desconoce su
extensión o si comunica a un nivel inferior de túneles.
La segunda derivación, es otro socavón a los 140 m del trazo más importante,
es de sección ojival y baja en un ángulo aproximado de 30° con rumbo noreste.
Las dimensiones son de 1.2 m de ancho promedio y altura máxima de 1.5 m; al
parecer explotan una veta de cinabrio y la guía de calcita tiene lentes
ocasionales de fluorita.
La tercer derivación se ubica a 145 m del trazo más amplio; se reconoce que
tiene una dirección hacia arriba, su forma es nuevamente de paredes rectas
con arco rebajado, su ancho es de 1.15 m y su altura es de 1.46 m Su rumbo
es al norte, pero este pasaje tiene una reja tubular con candado, y solo se pudo
describir lo que alcanzaban alumbrar las lámparas de carburo.
Analizando el conjunto de esta obra minera, considero se trata de uno de los
trabajos mineros más importantes de la región, ya que después de las minas
de Maconí, son las que tienen un continuo de explotación más intenso a lo
largo de su historia. La extensión y complejidad de sus obras, documentan un
espectro tecnológico muy amplio con una secuencia específica, sin embargo,
parte de estas técnicas perduran hasta nuestros días sin cambios.
ATLAS ARQUEOLOGICO. El registro no coincide a este sitio.
COORDENADAS: 20° 50' 22" N
99° 34' 32" W de la obra minera
ALTITUD. 2360 msnm
FISIOGRAFIA. IX1S5; IX1S7
GEOLOGIA. Calizas de la formación El Doctor, facies San Joaquín y Cerro
Ladrón; calizas-lutitas de la formación Soyatal.
EDAFOLOGIA. E+I/2, con lítica superficial
VEGETACION. BQP, MSM-MI
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. Ninguna.
EL SARRO
El sitio se localiza a 3.7 km al sur de El Doctor, a una altitud de 2630 msnm en
la cuenca del Arroyo Maconí. Bajo este nombre se conoce a dos lomas
contiguas, que por sus escurrimientos laterales forman arroyos permanentes
con las aguas de 3 manantiales que los habitantes han dado el nombre de El
Sarro.
209
Estos manantiales afloran en la porción baja de una de las amplias
interestratificaciones de la caliza correspondiente a la formación El Doctor. La
carga más importante de este acuífero se realiza a través de las fracturas y
zonas de infiltración de la porción alta del macizo montañoso, donde se
desarrolla un bosque de coníferas, y por abajo de los 3000 m el bosque es
mixto de pino - encino. El área donde afloran los manantiales, tienen
formaciones por la acumulación de carbonatos de calcio y en los
escurrimientos se forman picos y cortinas de este material. Durante los últimos
20 años a estos manantiales se les ha sobre explotado y el nivel de
afloramiento se ha abatido por lo menos en 15 m, ya que con esta agua se da
servicio al poblado de San Joaquín y a las comunidades de Esperanza, Ovejas,
Deconi, Los Herrera, y Tinaja sin necesidad de bombeo, su transporte es por
gravedad y solo hasta 1992, surte a El Doctor por medio de bombeo.
Durante el trabajo de campo se recorrieron las dos lomas bajo este nombre, y
se observó que esta unidad se compone de cinco marcas: tres de dispersión de
material cerámico y lítico; una de solo material lítico; y una más, que incluye
una nivelación adosada a la pendiente ya muy cerca de los manantiales. En
todos los casos, los vestigios se ubican en la parte alta de las lomas siguiendo
el eje central de las mismas.
Loma 1. La más cercana al manantial, es adyacente a las lomas de Mesa de
los Pastores y el Socavón, e incluye tres unidades: la nivelación con muy pocos
restos de material cerámico y lítico, esta marca se ubica a los 2620 m de altitud
y a 200 m del manantial. Los materiales obtenidos corresponden a ollas
naranja Soyatal, naranja tardío pasta cristales, loza colonial, microlitos de
obsidiana y un cincel pulido en serpentina con el filo muy desgastado y roto.
Esta puede ser una probable área de actividad temporal vinculada a la fuente
permanente de agua, ya que en la nivelación no se registraron alineamientos
de piedra, y lo escaso del material no hace suponer la existencia de actividades
domésticas. Su temporalidad probable es de finales del clásico, con una
reocupación durante la etapa colonial.
A 120 m más abajo sobre la loma, se detectó la segunda unidad; una
concentración de lítica con un diámetro menor a 25 m, en donde se
observaron: lascas secundarias de calcedonia y basalto obtenidas a partir de
nódulos o bloques pequeños; los microlitos de obsidiana, en color gris obscuro
translúcida y otra variedad gris veteada translúcida que corresponden al
desecho de talla por la renovación de instrumentos. Esta unidad al parecer no
corresponde a una habitación, sino que es posible que se trate de un área de
210
actividad o un campamento estacional de los agricultores del periodo clásico o
de cazadores-recolectores que ocuparon la zona desde el postclásico tardío.
Muy cerca del extremo sur-oriental de la loma, se registró la tercer unidad; se
trata de una concentración de material cerámico y lítico, con una extensión
menor a los 15 m; ahí se registraron materiales correspondientes a: cajetes
negro base roja, ollas alisadas con pasta cristales y loza colonial. Se colecto un
raspador semicircular con pedúnculo en talla bifacial manufacturado en
obsidiana de 3.4 cm y restos de una punta con aletas con pedúnculo roto de
2.7 cm de longitud, la cual puede corresponder con las del tipo pajarera. De no
ser por la presencia de los tiestos negros, la ocupación de esta unidad puede
atribuirse a la etapa colonial, ya que durante el proceso de colonización y
conquista, ya que los españoles se acompañaron de grupos otomís, que
trajeron materiales semejantes y pudieron quedar en el contexto de un
campamento temporal.
Loma 2. Se localiza a 300 m al sur de los manantiales, y los primeros vestigios
se detectaron a 96 m de su curso, sobre la porción superior de la misma. El
área donde se concentra el material es inferior a los 120 m², con la recurrente
loza colonial, partes de escudillas de silueta quebrada, de pasta rojiza, con el
fondo escobillado, lascas secundarias de basalto y riolita en tamaños que no
exceden los 3 cm.
La última marca se ubica a 600 m del manantial y a 140 m de la parte alta de la
loma. El material de esta unidad se encuentra muy disperso por el trabajo
agrícola y se asocia a una mancha clara del terreno provocada por la
acumulación de caliche. Los vestigios cerámicos estaban especialmente
alterados y solo se pudo determinar que corresponden a las ollas de pasta
gruesa local con desgrasante a base de calcita; los restos líticos hallados eran
muy pequeños y escasos y correspondieron a fragmentos de calcedonia y
basalto de grano medio. Esta unidad es probable que sea un antiguo puesto de
control del acceso por la cañada y la residencia permanente se ubique en las
lomas del Socavón, sin embargo, también es posible que se trate de un
campamento estacional de recolectores-cazadores con quienes coexistieron
desde el clásico y perduraron hasta el periodo colonial.
ATLAS ARQUEOLOGICO. No registró las siguientes unidades:
ALTITUD. 2420 a 2280 msnm
FISIOGRAFIA. IX1S5; IX1S7
GEOLOGIA. Calizas de la formación El Doctor; calizas-lutitas de la formación
Soyatal.
211
EDAFOLOGIA. E+I/2, con lítica superficial
VEGETACION. BQP, MSM-MI
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. Ninguna.
ARROYO EL BANTI
PEÑA DEL BAILE
Se localiza en el extremo sur del macizo de Cerro Gordo o El Doctor, en la
cima a 3100 msnm y aproximadamente a 7.1 km al sur de El doctor; en la cima
de la meseta, se localizaron cuatro unidades discretas. Una de ellas, ubicada
en el borde de un cantil de 10 a 12 m provocado por una fractura natural del
terreno; y las tres restantes se encuentran al norte de esta en un patrón lineal.
En cada una de estas unidades la dispersión de materiales se da en un radio
de 12 m como mínimo; solo se observó poco material arqueológico disperso (810 fragmentos por m²), muy alterado y con mayor predominancia de pequeñas
lascas secundarias de basalto, toba riolítica y diminutas lascas de obsidiana,
que pueden corresponder al reavivamiento de filos de raspadores y puntas de
dimensiones hasta de 4 cm, de acuerdo a los fragmentos de instrumentos
colectados. Los restos de cerámica corresponden a un borde de olla de color
bayo y pasta foránea; dos piezas del cuerpo de una vasija, sin decoración
alguna, bien alisadas al interior y su pasta de textura gruesa con desgrasante
evidente a simple vista de particular blancas de calcita que puede corresponder
con el tipo Revolcaderos simple establecido por Michelet para la fase La
Pasadita (Michelet 1984); y fragmentos de dos cuellos y un cuerpo de ollas
naranjas de paredes delgadas -4 a 7 mm-, con huellas de tener un escobillado
al exterior y pasta de textura media de producción local, que puede
corresponder al naranja Soyatal descrito por Franco (1970).
Desde esta posición, se puede observar con claridad los rasgos geográficos
característicos de las mesas de origen ígneo de: Cerro Prieto, Mesa de León,
Cadereyta; y el núcleo basáltico de la Peña de Bernal, que sirve como
marcador geográfico para el tránsito entre los valles queretanos, el
semidesierto y la Sierra Gorda, además es un buen marcador para el cambio
de provincia fisiográfica, entre el eje neovolcánico y la sierra madre oriental.
De acuerdo con su posición topográfica en el macizo de El Doctor, este es uno
de los accesos naturales bordeado inicialmente por el arroyo piñones y termina
en el puerto de la mesa de Chavarrías y el Bantí al oeste, mientras que por el
noreste se une con el camino al puerto del Serrato. Considero que son
212
unidades con una posición estratégica que controlan el tránsito entre el
semidesierto y la sierra, en el mejor de los casos sus actividades domésticas se
vincularon a la subsistencia por la recolección y cacería de especies silvestres;
mientras que los productos agrícolas se obtenían de asentamientos como El
Doctor, ya que el cultivo de maíz en altitudes superiores a los 3000 metros deja
de ser viable por lo escaso de su productividad y los suelos son pobres.
Al norte de las unidades discretas -60 m-, se detectaron dos tiros de mina que
corresponden a la mina de La Gloria, explotada en los años 50's y 60's. Solo
una conserva algunas huellas de su origen prehispánico en áreas menores a
un metro cuadrado en la zona de penumbra de la bocamina; el resto se
encuentra muy alterado, por lo que no se pudo determinar las características
del trazo antiguo, además, en la rezaga no se encontraron restos cerámicos o
líticos. El informante, fue un fajinero de la mina e indica: "... de esta mina
sacaron 2 cráneos: uno de gato grande -posiblemente un puma- y el de un
'azteca' y que estaban en una saliente del tiro ... como en nicho, bien
canteados uno contra el otro, más o menos de espaldas..." (José Olvera, 1985.
Comunicación Personal).
ATLAS ARQUEOLOGICO. No registro el lugar.
ALTITUD. 3120 msnm
FISIOGRAFIA. IX1S7
GEOLOGIA. calizas de la formación El Doctor.
EDAFOLOGIA. I+E/2 con fase lítica superficial
VEGETACION. matorral submontano inducido (MSM-MI); al norte hay relictos
de bosque de pino (BP) y en la ladera del sur la sobra de lluvia favoreció la
presencia de matorral espinoso con dominancia de soyate.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. Ninguna.
SUBCUENCA RIO ESTORAX
ARROYO GRANDE
LA FE o LA AZTECA o LA LANA.
El sitio se asienta sobre una loma baja en lo profundo de la cañada del Arroyo
Grande, se localiza a 5.85 km al noroeste de El Doctor y a 5.6 km al suroeste
de San Joaquín, ligeramente fuera del área de recorrido sistemático.
213
Esta unidad de habitación y producción minera esta sobre una loma de laderas
convexas de la formación Soyatal en el contacto geológico con la caliza de la
fase San Joaquín en la sima de la cañada del A. Grande.
En este asentamiento se registraron los restos de 7 estructuras y tres
nivelaciones básicas para formar un patrón lineal a lo largo de la loma. Su eje
mayor es de 270 m con dirección noroeste-sureste y un ancho máximo de 60 m
en la porción más alta de la loma. En las laderas de esta loma, aún se pueden
observar restos de lo que fueron antiguas terrazas que siguieron
aproximadamente la topografía del terreno, a lo largo de su eje longitudinal. En
la estructura más importante, que se localizaba en el extremo noroccidental de
la loma existe un pozo de saqueo que muestra al menos dos etapas de
construcción y un piso grueso de estuco que supera los 12 cm de espesor. La
primer etapa de construcción muestra un patrón de edificación de núcleos
semejante al descrito para los sitios de Ranas y Toluquilla; mientras que la
segunda no muestra el mismo cuidado, ya que directamente sobre el piso se
acomodan un nuevo grupo de lajas de caliza, en su porción superior no hay
huellas de la preparación de algún piso, por medio de firmes de gravilla con
arcilla, sino que al parecer se dejó con un enlajado sencillo, la planta fue
rectangular, con un cuerpo en talud. Esta apreciación aún requiere de
confirmación con trabajos de exploración formal y un muestreo de la secuencia
cerámica en esta unidad.
A pesar de tener un patrón lineal, se puede observar que los edificios se
agrupan de tres en tres para formar espacios centrales con traza aproximada
norte-sur; delimitados en tres de sus lados por los restos de las construcciones
y que probablemente se hayan destinado a procesos productivos específicos.
En este sentido destaca que la distribución de los materiales cerámicos y líticos
es diferencial; para el sector noroeste los tiestos se componen de: vasijas
negras pulidas, rojo pulido y café pulido reconocidos como materiales locales y
como restos foráneos: ollas Bain Blanc, cajetes Juzgados orange y cuencos
Zaquil negro; la lítica predominante es la obsidiana en las variedades verde y
gris veteada, en forma de navajillas prismáticas y pequeñas lascas secundarias
relacionadas al retoque de instrumentos.
En el centro y el extremo sureste, en los espacios delimitados por las
construcciones se detectaron primordialmente restos de ollas de la vajillas
Soyatal y naranja tardío pasta cristales; mientras que los restos reconocidos
como de importación a la zona son: cajetes Sol orange de la zona de Río Verde
y bordes de ollas con baño blanco que se asemejan en pasta y formas a las
214
piezas de Blanco levantado reportadas para la región de los valles queretanos.
La lítica ahora se integra por lascas de basalto, al parecer producto de la
formación de marros y percutores para las minas, su materia prima es
semejante al basalto de la zona de Sombrerete; lascas de riolita con retoque
marginal en el extremo distal y dos lascas secundarias de pedernal al parecer
procedente de la zona de Cadereyta; además se observaron algunos cantos
rodados de rocas volcánicas, que se localizan en la formación El Morro,
cercano al Puerto del Tepozán.
La característica más sobresaliente de este lugar radica en la cantidad e
intensidad de labores mineras prehispánicas y a pesar de no tener cercanas
áreas adecuadas para la producción de alimento, la formalidad del
asentamiento obliga a proponer que se trata de una entidad especializada en la
explotación y beneficio de las menas de mercurio o cinabrio.
El total de bocaminas registradas en asociación a este sitio es de 6; tres de
ellas interconectadas entre si al interior; las diferencias de nivel entre estas tres
bocaminas se consideró desde la mina principal, de ahí a la bocamina superior
es de 15 m, y a la bocamina más baja la diferencia de nivel es de 35 m; la
longitud máxima de los túneles que se comunican en el interior, llega a los 900
m lineales y los frentes de extracción están a profundidades cercanas a los 20
m más abajo de la bocamina más baja.
Durante las visitas a esta mina se han recorrido los túneles de las tres
bocaminas; la primera y más importante está ubicada al norte de la loma a
media ladera y en la parte baja de la loma -esta será llamada en lo sucesivo
como bocamina central-; otra se encuentra en el extremo poniente de la loma,
sobre la parte norte y en el tercio inferior de la loma; la última se localiza en el
extremo oriente, también en la parte norte, pero a mayor altura, ya que se
encuentra muy cerca de la cima, Las tres bocaminas se pueden agrupar como
una sola obra minera, ya que al entrar por la bocamina central y seguir los
ramaleos de los túneles se pudo salir en la bocamina de nivel bajo(-35 m). De
esta forma los túneles se enlazan al interior y la bocamina central se comunica
con la del extremo poniente; mientras que la comunicación entre la bocamina
principal y la del oriente se encuentra tapiada con un muro moderno, de este
agregado, es importante añadir que al interior del túnel y junto al muro se
acumuló gran cantidad de rezaga y material de obra "muerta".
La bocamina central cuenta con un patio de mina bien delimitado, formado a
partir de una cueva antigua que se originó por el dislocamiento de las capas
geológicas de caliza-lutita de la fase Soyatal con la formación masiva de El
215
Doctor, fase San Joaquín, en un patrón estructural casi perpendicular a la gran
falla del Arroyo Grande. Su entrada es de forma triangular y el plano de
fractura que forma uno de los lados tiene un ángulo de buzamiento de 68° con
respecto al piso, el vértice del poniente es un ángulo de 66° y el ángulo del
vértice superior es 46°. El piso de la cueva tiene un desnivel de 10° de la línea
de goteo al interior; mientras que la falla que dio origen a la mineralización tiene
un rumbo de 23° Az; de este modo, la obra tiene su desarrollo principal con
rumbo cercano a los 203° Az. siguiendo el trazo de la falla con trabajos a
diferentes niveles que mantienen el patrón del ángulo de buzamiento o echado.
La bocamina central, ataca principalmente el centro de la mineralización; la
bocamina del extremo poniente explota lo bajo de la veta en zonas donde el
mineral se encuentra químicamente más reducido, esto es, que en la veta es
mucho más frecuente la presencia de mercurio líquido y por tanto es la que
tiene el mayor número de excavaciones modernas; los ramaleos que se ubican
al oriente del trazo central y forman un eje subparalelo, cuentan con una guía
formal de calcita y yeso, donde el sulfuro rojo de mercurio destaca
notablemente en hilos que fueron menores a los 6 cm de ancho y actualmente
en algunas porciones tienen de 1 a 2 mm con leyes muy bajas para la
explotación moderna; además, parte de la mineralización incluye compuestos
de arsénico que los mineros denominan "rejalgar" y tienen un color naranja
amarillento conspicuo. Esta característica no limito los trabajos prehispánicos,
ya que los túneles cruzan algunos sectores donde se minimizaba el cinabrio y
se incrementaba el realgar que es el nombre de este mineral.
Desde el punto de vista de la ingeniería de minas, el trazo principal se
desarrolló con la técnica de escalonamiento en profundidad, con algunos tiros
pequeños de comunicación en los sectores donde era más frágil la formación.
De este modo, formaban al menos dos niveles de explotación que más adentro
se unían. La comunicación entre niveles, se hizo con la técnica de corte relleno
dejando tallas muy estrechas en la roca, apenas para el paso de un hombre
apoyándose con la espalda y desplazándose con ayuda de los brazos y
piernas.
Esta conjugación de técnicas a diferentes niveles, formó pilares amplios para la
estabilidad general de los túneles. Es notable que los mineros de épocas más
recientes respetaran estos pilares aun cuando tuvieran huellas de mercurio.
Por ello, aún es posible seguir la evolución de las obras posteriores y sus
cambios tecnológicos en la sección oeste de los túneles; en sus paredes se
observan huellas de martilleos con cuñas metálicas, en los primeros 100 m;
216
marcas del uso de barrenas de secciones hexagonales, octagonales y
circulares en esta secuencia, para agentes fragmentado res como la pólvora,
fenómeno se observa en los siguientes 300 m y puede ser producto de técnicas
de extracción colonial y del siglo XIX; huellas de martillo neumático y
barrenamientos circulares solo después de los 400 m de profundidad para la
época moderna22.
La explotación del extremo poniente atacaba lo bajo de la veta, tiene un trazo
prehispánico amplio y cuidado -1.8 m de ancho máximo y 1.6 m de altura- en
los primeros 60 m con un trazo casi horizontal. Después de este segmento, el
túnel prehispánico reducía sus dimensiones en ancho y su altura promedio se
mantenía; a los 130 m de profundidad, se reúne con la obra principal formando
una galería de tres pilares; es muy probable que con este túnel se mejorara
notablemente la ventilación del trazo principal y se movilizara gran parte del
material estéril al exterior, tal como se hace actualmente.
Las otras tres bocaminas se ubican sobre la ladera sur, espaciadas entre sí por
40 metros; todas ellas están alteradas por las actividades modernas, sus
entradas están bloqueadas con rejas y no se pudo contar con el permiso del
dueño del denuncio para su recorrido. Las características observables en la
zona de penumbra de las dos bocaminas ubicadas al poniente de la ladera sur,
son túneles de hábito inclinado en profundidad; la forma de la sección de los
túneles es elíptica; las dos obras tienen una pequeña nivelación en su exterior
integrada con la rezaga. La tercer obra se localiza casi en la cima de la loma en
su ladera sur, muy cercana a la ladera de la montaña. Es un tiro con más de 20
m de caída y el ángulo en que profundiza es de 82°, al acercarse a la bocamina
se percibe una corriente de aire, lo que es indicador de que se comunica con
otra obra en el interior.
Los guías e informantes mencionan que han localizado en el sector oriental de
la loma existió "... cantidad de ollas quemadas y zonas de lavadero. Los
22
Hasta el momento se ha podido documentar que durante las reformas
borbónicas se presentó un cambio en las ordenanzas mineras; así, se dictó
una norma para cambiar de los túneles de sección trapezoidal a túneles de
techo en forma de arco de medio punto. Este estilo perduro en la tecnología
minera hasta finales del siglo XIX. Por otra parte, Mariano Bárcena menciona
que las barrenas de sección cuadrada y hexagonal precedieron a las
octagonales, ya que eran obtenidas con la forja y fragua a partir de barras. Por
último, cabe agregar que la fabricación de barrenas con sección circular solo
fue posible después del impacto de la revolución industrial en las fundiciones y
forjas, ya que estas piezas sólo se logran con metales rolados de aleaciones y
temple a muy altas temperaturas, avance alcanzado a fines del siglo XIX.
217
aztecas usaron las ollas y ceniceros para la quema de cinabrio y sacar
azogue..."; en términos relativos coincide a los tipos de materiales recuperados;
pero no se observaron en los sedimentos huellas de carbón o las zonas de
quema, sin embargo, es necesario un trabajo de investigación más intensivo.
Como una interpretación general, la complejidad técnica, importancia y
magnitud de estos trabajos mineros, ponen en relieve que la importancia de
este recurso para la sociedad serrana. Se asentaron en una zona que
visualmente se controla desde El Doctor, pero es desfavorable; con pocos
recursos para su explotación, desde el punto de vista de la habitación y
subsistencia, sin embargo, los trabajos que aquí se desarrollaron sólo son
posibles con sociedades complejas, plenamente organizadas, con instancias
de control político fuertes, para que puedan garantizar el abasto de los insumos
necesarios para la explotación y la subsistencia de los trabajadores
especialistas de las minas y del beneficio del cinabrio. Es un asentamiento de
vital importancia para la investigación arqueológica de los procesos de
producción vinculados al cinabrio.
ATLAS ARQUEOLOGICO. 22-F14C58-053. La Azteca (SE). área 0.1 km². uso
de suelo 2 y minero; saqueo 1, 2, 3, 4; factores de destrucción potencial 4, 8:
exposición de elementos arqueológicos 1, 2, 6; materiales de construcción de
las estructuras. 2; No. de estructuras en pié. 8 <2m y 1 2-5m. áreas de
producción y posiblemente beneficio de Hg.
ALTITUD. 1960 msnm
COORDENADAS. 23°54'12" N
99°37'03" O
FISIOGRAFIA. IXIS5
GEOLOGIA. caliza de la formación El Doctor, probablemente fase San Joaquín
o Cerro Ladrón; caliza lutita de la formación Soyatal, mineralización importante
asociada al sistema estructural falla-fractura.
EDAFOLOGIA. I/2
VEGETACION. MSM-MI
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. Ninguna.
SANTA MARÍA DE GRACIA
El sitio se localiza a 5.1 km al noroeste del poblado de El Doctor, se encuentra
asentado sobre una loma de ladera convexa, ancha y que actualmente da
cabida a la comunidad Santa María de Gracia, que hasta principios del siglo se
denominó La Desgracia.
218
En esta comunidad se detectaron dos unidades discretas en lo que son áreas
de potrero para ganado menor. Estos terrenos son potreros porque las tierras
están agotadas y se encuentran en descanso. Se localizan en la parte alta de
la loma; las concentraciones de material en superficie están separadas entre sí
por 120 m; la primera se localiza en la sección central y la segunda
concentración en el extremo norte de la loma. En ambos casos, la extensión de
material tiene forma elíptica; su eje mayor es de 23 m y el menor mide 16 m, e
incluyen totalmente el área donde se localizan los restos cerámicos y líticos.
El material se presenta en una densidad baja, muy erosionado. La muestra
colectada en ambas unidades se compone básicamente de cerámica burda
local de pasta color naranja y desgrasante de calcita. Sus formas son ollas de
cuello corto y algunas de cuello más alto y paredes más delgadas, sin embargo
ambas corresponden al tipo Naranja Soyatal descrito por Franco (1970) y al
San Rafael Grossier reportado por Michelet (1984) para la región de Río Verde,
San Luis Potosí. Su temporalidad corresponde al clásico. Los habitantes
reportan la existencia de manos y fragmentos de metates, que retiraron
totalmente la piedra de los campos; y la integraron a las bardas perimetrales.
Este sitio puede corresponder con la unidad mínima de asentamiento, esto es,
unidades domesticas aisladas, con las zonas de cultivo adyacentes.
Controladas visualmente desde sitios como El Fiscal y a mayor distancia El
Doctor; otras unidades reconocibles desde este punto son las minas de: La
Lana, El Zopilote y Los Puerquitos.
ATLAS ARQUEOLOGICO. 22-F14C58-015 Loma Blanca (CL). área 0.00475
km². uso 2, 3, 4. saqueo 1, 2, factores de destrucción potencial. 1, 4, 5, 8. No
se registraron las variables restantes.
ALTITUD. 2260 y 2280 msnm
FISIOGRAFIA. IX1S5
GEOLOGIA. Calizas-lutitas de la formación Soyatal.
EDAFOLOGIA. Lc+Bc+Af/3, con pedregosidad superficial que impide el uso de
maquinaria, suelo de productividad media, suelo que puede erosionarse con
relativa facilidad por la escorrentía laminar y la reptación por gravedad.
VEGETACION. Zona totalmente deforestada para la agricultura de temporal de
monocultivos (AT).
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS: Ninguna.
EL FISCAL
Sitio ubicado a cuatro kilómetros al noroeste de El Doctor, a la altura del
kilómetro 21.7 de la carretera San Joaquín - Vizarrón, sobre una loma derivada
219
del macizo de El Doctor con las siguientes características: un sustrato
geológico de calizas lutitas de la formación Soyatal, que sobreyacen a las
calizas masivas de la formación El Doctor, que entre ambas mantienen un
fuerte control estructural para formar el paisaje característico de las grandes
cañadas de la sierra.
El sistema de lomas con fuertes cortes debido a los escurrimientos, es la
resultante no solo del tipo de material parental sino también se trata de un
factor de pendientes, que en la parte alta es del orden del 30 a 40%, con una
diferencia de nivel de 200 m provocada por la cabalgadura de El Doctor, que
ocasiona un volumen de escurrimiento con mucha velocidad y muy poca
infiltración al subsuelo.
El sitio arqueológico se encuentra ubicado sobre la parte media de la loma, y
fue arrasado totalmente con maquinaria pesada para los trabajos en la
carretera asfaltada. La destrucción abarco sus cuatro edificios; el primero de
ellos era un basamento piramidal importante quizá de 18 a 22 m por lado en su
base, se encontraba en lo que actualmente es el trazo de la carretera; los
siguientes dos edificios en tamaño estaban en la porción media de la loma,
con dimensiones aproximadas de 13 a 15 m por lado; la cuarta construcción,
tuvo una base menor a los 10 metros y se ubicaba al centro de las tres
unidades mayores; en todos los casos, estas estructuras fueron usadas como
banco material para el terraplén del camino y como cargas para una nivelación
destinada al descanso de la maquinaria.
A pesar de la perdida de las construcciones se puede identificar que este
conjunto arquitectónico mantuvo una traza aproximada en un eje norte-sur; sin
embargo, la unidad arqueológica comprende toda la parte superior de una loma
que culmina en Arroyo Grande, por ello, el eje mayor de la marca posee una
longitud de 480 m en dirección NNE-SSW y una anchura máxima de 150 m.
Además de los edificios, dentro del sitio todavía se conservan restos de 6
grandes muros de contención, muros de nivelación, pequeños banqueos y
pretiles propios de los trabajos agrícolas; a estos muros los campesinos
actuales han reforzado con la adición de más hiladas de piedra caliza, o bien
formando un segundo muro más alto y ancho al frente del inicial. La diferencia
de nivel entre la carretera y el extremo de la loma es de 45 m, esto es, una
pendiente moderada del 10%, que ha sido alterada por los efectos de la
erosión visibles sobre todo en la parte superior, donde se forman cárcavas
importantes.
220
En la sección media de la loma, después de un bancal de magueyes, se
localizan las siguientes construcciones modernas que son: dos estructuras
circulares con piso enlajado para el trillado de grano o eras, separadas entre sí
por 70 m y sus dimensiones son de 15 y 12 m de diámetro respectivamente; les
suceden pendiente abajo los restos de una habitación construida en
mampostería, de lo que restan las paredes en pie y la techumbre que fue de
materiales perecederos ya no existe; ya en el extremo se localizó una mojonera
de PEMEX construida durante el relevamiento geológico de la zona.
La densidad de material va de media (5 a 10 fragmentos por m²) en las
inmediaciones de las estructuras de la sección inicial, a baja (menores a 5) en
el extremo nor-oriental de la loma. Las bajas densidades pueden corresponder
con las áreas destinadas al cultivo, ya que, gran parte de los muros de
contención y pretiles se encuentran de la porción media al extremo.
La distribución de materiales en las inmediaciones de los montículos es
dispersa con densidad media, donde se localizaron fragmentos de los cuencos
negros de base roja, cuencos rojos y café, la obsidiana y las constantes ollas
pasta naranja pastas gruesas de calcita y las naranjas de pasta gruesa de
arena y cristales. En menor medida las ollas rojas de pasta media de calcita y
las de escobillado al exterior con pasta más gruesa, ya sea cristales o de
calcita. Además, se detectaron fragmentos de huesos humanos, restos de
concha trabajados y cristales de calcita verde pulida propios de los entierros
con ofrenda localizados en la región.
Para la parte media y extremo se localiza primordialmente pocos restos
cerámicos y una mayor presencia de microlascas (menores a 2 cm) en
calcedonia, calcita, basalto y un mínimo de obsidiana.
En las lomas cercanas también se encuentran algunas concentraciones de
cerámica y lítica; con una dispersión de material que no ocupan una área
mayor a los 130 m², al parecer pequeñas unidades que pueden corresponder a
un área de actividad de uso recurrente o posiblemente se trate de las
manifestaciones de áreas de habitación, edificadas con materiales
perecederos.
De este modo, El Fiscal es una unidad que producía y controlaba el abasto de
los insumos necesarios a los trabajos mineros a lo largo de la cañada; por otra
parte su posición geográfica es privilegiada, al tener una visibilidad franca con
los sitios de El Doctor, La Loma, Santa María de Gracia, El Poblano; con las
minas de El Zopilote, Guadalupe, Los Puerquitos y Santa María de Gracia,
221
hecho por demás intencional ya que los materiales obtenidos en todos estos
lugares nos ha indicado la contemporaneidad relativa de estos sitios de la
sierra.
Potencial minero. La unidad con lutitas de la formación Soyatal sobreyace
concordántemente a la formación del doctor, la potencia de esta formación es
del orden de los 50 m esta formación se encuentra delimitada por dos fallas
inversas: la cabalgadura de El Doctor y la que forma y da curso al Arroyo
Grande. Esta última es la responsable de los cortes y la formación subparalela
que muestran la mayoría de la formación Soyatal en la cañada, promoviendo
que los escurrimientos presenten un fuerte condicionamiento estructural, la
manifestación de escurrimientos y dos manantiales en los contactos entre las
dos formaciones en la parte media de la cañada. La presencia de los
manantiales, nos puede referir a vetas y pequeñas mineralizaciones
mesotermales y de sustitución química en las porciones donde se tiene el
contacto de formaciones, sin embargo, la potencia y ley de los minerales en
este sector es baja e irregular.
La unidad de suelo resultante en este proceso es un Lc+Bc+Af/3, lo que
sustenta una vegetación mixta a base de pocos ejemplares de encino y cedro
como ejemplares altos y maderables, mientras que el común se trata de
matorral bajo y pastos, donde la altura máxima del matorral es de 2 a 3 m y es
donde mejor se manifiestan las plantas compuestas, de ellas destaca la
presencia de orégano silvestre.
ATLAS ARQUEOLOGICO. Se registraron dos marcas:
22-F14C58-017 El Zopilote (CL)
22-F14C58-018. La Estrella (AC).
con los mismos valores para las siguientes variables: uso de suelo 2, 3, 4;
saqueo 1, 2, factores de destrucción potencial. 1, 4, 5, 8; materiales de
construcción de las estructuras 2.
ALTITUD. Desde 2480 para las unidades discretas del sur y 2360 msnm en la
zona de edificios arrasados.
FISIOGRAFIA IX1S5 y IX1S7
GEOLOGIA calizas-lutitas, Calizas
EDAFOLOGIA. Lc+Bc+Af/3, fase lítica superficial a media
VEGETACION. MSM-MI.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. No se tienen.
222
EL ZOPILOTE
Las minas de El Zopilote se localizan a 4.8 km al nornoroeste de El Doctor; se
encuentran en la ladera sur del macizo de los Hernández, al frente de la loma
El Fiscal y cruzando la cañada del Arroyo Grande. Se trata de 2 bocaminas
muy próximas entre sí con una distancia de 60 m, la primera de ellas sobre la
cota 2160 y la segunda con altitud de 2120 m, a 40 m del lecho del Arroyo
Grande
Bocamina 1. Se localiza en una ladera muy abrupta y pedregosa con una
pendiente de 38%. Cuenta con un descanso de aproximadamente 5 m² y
realmente no constituye un patio de mina. La entrada es un trapecio de un
metro de alto por 1.5 de largo, el desarrollo de la obra es en profundidad con un
ángulo de 16°, se extiende el túnel por 3 m derivando en dos túneles que se
encuentran "aterrados" o azolvados. Los túneles tienen un diámetro máximo de
1.2 y 0.8 m Se desconoce la profundidad de la obra, aunque por su ubicación
en la zona colindante a la falla inversa, es probable que se trate de una cata,
por otro lado, en la memoria de los habitantes de la región no hay dato alguno
que nos indique si fue excavada; de modo que, es posible que se trate de un
contexto sellado en época prehispánica.
Bocamina 2. Al igual que la anterior, se localiza muy cercana a la falla inversa
que recorre la cañada. Su acceso es más difícil, ya que en esta porción la
ladera del cerro tiene una pendiente de 60°. La bocamina tiene trazo triangular
con una base de 1.3 m, una altura de 1.7 m y sigue uno de los planos de
interestratificación de la caliza de mayor potencia. Los trazos prehispánicos
sólo se localizan en los primeros 3 metros de túnel, ya que se intentó su
exploración por buscones y gambusinos dejando las huellas de instrumentos
de metal y restos de botellas de vidrio. Al fondo, se vuelven a encontrar en la
porción superior huellas de la superficie redondeada propia de la talla
prehispánica, en este punto la obra profundiza en un tiro muy cercano a la
vertical -76°-, el cual no se exploró porque la obra tiene "retaques".
Se encuentra poco material cerámico, muy erosionado, en las inmediaciones
de la bocamina 1, sin embargo, se localizó un "marro" o percutor, que apoya su
registro como obra indígena, sin poder precisar su temporalidad.
En virtud de los escaso de materiales y la poca formalidad de las obras,
considero que se trata de una cata, o una obra que exploto una veta pequeña
que afloraba a la superficie, ya que en esta sección y altitud de la cañada la
223
mineralización tiende a ser más irregular y con una matriz sólida, difícil de
trabajar con la tecnología de instrumentos de piedra.
ATLAS ARQUEOLOGICO. Reporta para este lugar dos marcas:
22-F14C58-024 La Manzana (CL)
22-F14C58-025 Mina de la manzana (AC)
Para las dos marcas refiere la siguiente información: área 0.018 km²; uso de
suelo 2, 3; saqueo 1; factores de destrucción potencial 8 y las obras mineras
modernas. exposición de elementos arqueológicos: 6, fundamentalmente
cerámica y lítica.
ALTITUD. 2160 msnm Bocamina 1 y 2120 msnm la Bocamina 2.
FISIOGRAFIA. IX1S5
GEOLOGIA. Calizas de la Formación El Doctor, fase Cerro Ladrón.
EDAFOLOGIA. I/2
VEGETACION. MSM
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. No existen.
PALO SANTO, GUADALUPE y LOS PUERQUITOS.
Se ubican a 3.7 km al norte de El Doctor, son las obras mineras mejor
reconocidas desde la carretera Vizarrón - San Joaquín, se localizan en la
ladera sureste de la mesa de Los Herrera, aproximadamente sobre la cota
2420. Se trata de una serie de trabajos mineros interconectados, preservando
las huellas prehispánicas en sus accesos principales.
Al tiempo del recorrido, estas obras se encontraron abandonadas, en ellas hay
galerías, salones, tiros y pozos en muy mal estado para llegar a los frentes de
extracción, que siguen la disposición irregular de la mineralización. La
profundidad temporal de estas obras es muy amplia, ya que en los túneles
principales de acceso existen huellas de barrenos de sección hexagonal y
octagonal que se dejaron de emplear en el siglo XVIII, además se nos informa
la voladura de túneles pequeños con estacas marcadas con fechas de 178? y
1830, que seguían mineralizaciones de cinabrio y las de galena platosa que
están más profundas.
La prospección detallada no se realizó por la falta del equipo adecuado, el
permiso del dueño del denuncio y de un guía que conozca plenamente estas
obras; ya que los mineros y gambusinos entrevistados son de edad avanzada y
se consideró el acceso a estas obras por veredas de difícil tránsito en una
pendiente promedio de 60°.
224
De estas minas, los gambusinos y mineros reportan haber extraído huesos de
animales como el venado (astas), "gato montés o puma" (garras y dientes),
restos de águilas y "loros o pericos grandes" (cráneos), mandíbulas de perros o
lobos, vasijas quebradas, esto es cuellos de ollas rojas y naranjas, vasos y
cajetes negros con soportes almena o de placa ya que los refieren como
"patitas cuadradas"; los esféricos denominados por ellos como de "bolita" y los
soportes cónicos que los mencionan como "cuernos o cucuruchos".
De acuerdo a los datos recabados, estas obras fueron explotadas por los
habitantes de la región de El Doctor, fue una obra importante dada la
diversidad de materiales mencionados, además de que reportan materiales que
se asemejan a los recuperados en las excavaciones de la región de Soyatal.
Este lugar, en tanto no exista una visita formal, se debe considerar como una
marca potencial.
ATLAS ARQUEOLOGICO. No la refiere.
ALTITUD. 2420 msnm
FISIOGRAFIA. IX1S5
GEOLOGIA. Caliza de Facie San Joaquín.
EDAFOLOGIA. I/2
VEGETACION. MSM
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. No se tienen.
LOMA BLANCA
Los restos arqueológicos se localizan a 3.4 km al noroeste del poblado de El
Doctor. Esta loma se cortó por la carretera que comunica San Joaquín con
Vizarrón, a la altura del Km 22. En ella hay huellas de procesos erosivos
moderados, provocados por la deforestación del bosque de pino-encino, y la
carencia de obras de acondicionamiento para el control del suelo. Como
vegetación inducida se han sembrado algunos manchones de cedros, sobre
todo en los linderos de parcelas y los costados de la loma.
Es un conjunto de cuatro unidades discretas dispuestas a lo largo de la loma
del mismo nombre. Las unidades que se encuentran en la porción alta y media
de la loma, se integran única y exclusivamente de material lítico disperso en
áreas de 20 y 23 m de diámetro respectivamente, con una densidad muy baja
de uno o dos fragmentos por m². Las características del material recuperado
responde a tres clases de materia prima: basalto gris de textura media a fina;
calcedonia con proceso medio de silificación; y obsidiana gris ligeramente
translúcida en fragmentos menos abundantes. En basalto y calcedonia sólo se
225
identificaron lascas secundarias; dos de ellas con retoque abrupto en el
extremo distal, sus dimensiones oscilan entre los 3 y 7 cm de largo y su
espesor varía entre 0.4 y 2.7 cm. Los restos de obsidiana son segmentos muy
pequeños de navajillas prismáticas y lascas de retoque o acondicionamiento de
filos. Asimismo, se registró los restos de un mortero en roca caliza compacta de
textura suave cuyo diámetro era de 28 cm aproximadamente.
Las dos unidades restantes, ya en el último tercio de la loma, mostraron una
mayor área con materiales, del orden de 28 a 30 m de diámetro, en donde, ya
existen restos cerámicos muy alterados por la erosión y básicamente es
material considerado como doméstico en ollas, cajetes y escudillas de pasta
local, de textura media a gruesa.
A lo largo de la loma se encuentran algunos muros de contención que cruzan
transversalmente el terreno, todos son bajos y construidos a base de lajas de
caliza. En ningún caso se pudo determinar si eran prehispánicos, ya que no
tenían materiales asociados.
Desde mi punto de vista, es posible que las unidades puedan ser áreas de
actividad vinculadas a los trabajos agrícolas, o bien, campamentos de
cazadores-recolectores, que son contemporáneos a los habitantes sedentarios,
en virtud de que entre el desecho de obsidiana se detectan fragmentos muy
pequeños de navajillas prismáticas, que no son comunes en el desecho de los
recolectores-cazadores.
ATLAS ARQUEOLOGICO. No las reporta.
ALTITUD. 2510 a 2420 msnm.
FISIOGRAFIA. IX1S5.
GEOLOGIA.: calizas-lutitas
EDAFOLOGIA. Lc+Bc+Af/3, fase lítica superficial a media
VEGETACION. Matorral submontano inducido (MSM-MI) y relictos de bosque
de encino-pino (BQP).
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. Inexistentes.
LOMA DE GUADALUPE
Se encuentra a 2.85 km al nornoroeste de El Doctor. En el extremo y porción
superior de una loma de laderas convexas, característica del sustrato de
calizas-lutitas de la formación Soyatal, Se localizó una unidad discreta muy
pequeña que consistió en una plataforma baja, delimitada en su sector norte
por un muro de lajas rústicas de caliza, acomodadas para formar un muro
226
vertical. Actualmente sobre ella se construyó la subdelegación de la comunidad
y el pretil del sector norte fue desmantelado (1984) para ocupar las lajas como
material de construcción.
El resto de las evidencias consisten en una dispersión de materiales en
superficie muy erosionados; en este caso se identificaron algunos bordes de
ollas naranja Soyatal y restos de cajetes alisados de paredes convergentes de
pasta naranja, textura media con desgrasante de calcita y de cocción irregular.
Se detectaron restos líticos: dos fragmentos de navajas de basalto y una lasca
secundaria de calcedonia. Al parecer correspondió a una unidad domestica
dedicada a la producción agrícola.
ATLAS ARQUEOLOGICO. No la refiere.
ALTITUD. 2360 msnm
FISIOGRAFIA. IX1S5
GEOLOGIA. Calizas -lutitas de la formación Soyatal.
EDAFOLOGIA. Lc+Bc/2 con pedregosidad superficial de 0 a 50 cm, su
productividad es media.
VEGETACION. MSM-MI
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. No se reporta.
CANOITAS
Se ubican al inicio de una loma pequeña, a 2.05 km al noroeste de El Doctor.
Se trata de dos unidades localizadas en la parte alta de una de las lomas que
se desprenden del macizo montañoso con un rumbo de 55° Az. Las dos
marcas están separadas por 140 metros y cada una comprende una mancha
de 60m de diámetro, con una densidad media de materiales.
Las unidades discretas fueron alteradas por la construcción del camino de
terracería para el acceso a El Doctor; la piedra de un acondicionamiento de
esta unidad se usó para hacer tecorrales, solo quedó la dispersión de
cerámica, lítica y material colonial (3 fragmentos de ollas vidriadas).
Los restos cerámicos recolectados son: bordes de ollas, que indican una boca
de 20 a 25 cm; y cajetes hemisféricos con un diámetro máximo de 15 cm, en
ambos casos, se trata de materiales de producción local por el tipo de pasta.
Se registraron los restos de la muela de un metate -huilancho- en basalto
vesicular, los restos de 2 raspadores semicirculares con pedúnculo, elaborados
en obsidiana, cuyas dimensiones no exceden los 5 cm. Estos instrumentos se
manufacturaron en lascas primarias de nódulos y con huellas de talla
227
monofacial en la cara dorsal de las piezas, se les dio la forma y conservaron
parte del córtex, las piezas se fracturaron en su extremo distal.
La interpretación a este sitio considera que es una de las unidades más
simples del patrón de asentamiento regional y reúne las actividades de
subsistencia más elementales con la agricultura.
A19. Bordo de la Era (CL). área 0.004 km². No registraron las entradas
restantes.
ALTITUD. 2620 msnm.
FISIOGRAFIA. IX1S5 y IX1S7
GEOLOGIA Calizas, Calizas-lutitas
EDAFOLOGIA. E+I/2 fase lítica superficial
VEGETACIÓN.
BPQ, MSM-MI
Sin referencias bibliográficas.
LA LOMA
El sitio se localiza a 1.9 km al norte de El Doctor, se asienta sobre una
eminencia de forma alargada, con laderas convexas, en la porción media entre
la cañada del Arroyo Grande y el macizo de El Doctor.
Se trata de una marca simple, donde no existen trazas de arquitectura y sólo se
detectaron restos de 2 terrazas antiguas para nivelar y acondicionar el terreno
para probables trabajos agrícolas. Las evidencias que restan son una mancha
clara en el terreno, donde hay muy poco material cerámico y lítico disperso; en
el lugar se alteró el depósito arqueológico al construir sobre la marca una casa
de mampostería, ocupada por los dueños del predio.
El material recolectado corresponde a bordes y cuerpos de ollas café y
naranjas de pasta gruesa, asimismo se detectó material moderno. Los restos
líticos son algunas lascas de andesita y algunos fragmentos pequeños de
obsidiana, como lascas producto del reavivamiento de los filos de instrumentos.
Actualmente, en las terrazas se cultiva maíz y frijol de temporal, se abastecen
de agua de un arroyo y manantial de carácter estacional a 300 m al oeste de la
unidad, sin embargo, de acuerdo con la información del guía, tanto el manantial
y el arroyo hasta 1982 eran de carácter permanente.
ALTITUD. 2410 msnm
FISIOGRAFIA. IX1S5 y IX1S7
GEOLOGIA. Caliza-lutita de formación Soyatal.
228
EDAFOLOGIA. E+I/2, pedregosidad superficial que impide el trabajo agrícola,
la siembra sólo puede ser manual.
VEGETACION. Agricultura de temporal con rotación de maíz y frijol cada año
(AT).
Sin referencias.
EL POBLANO O EL PACÍFICO
El poblano es el nombre asignado a una de las lomas de mayor longitud en la
región de estudio, alcanza 2 km de largo. Los restos arqueológicos se localizan
a 2.65 km de El Doctor. Es un sitio muy alterado por la erosión y por factores
humanos; se compone por 3 unidades, que incluyen un sitio arqueológico, una
mina prehispánica de cinabrio y una explotación colonial de hierro en forma de
sulfuros y óxidos.
Por los datos aportados por Don. Baldomero Vega, se pudo determinar que en
la unidad arqueológica existieron cinco edificios; tres estructuras de planta
rectangular en lo que hoy es el trazo de la carretera; otro basamento en la
entrada de la mina de cinabrio; en la porción superior de la loma existieron dos
nivelaciones prehispánicas; una dio sustento al acceso a la explotación de
hierro y sobre la otra se desplantaba otro basamento pequeño, que también fue
destruido por los rebajes de la carretera, la extracción de material para relleno y
el proceso erosivo.
En lo que se refiere a los restos arquitectónicos prehispánicos reportados por
Don Baldomero, es lamentable hacer el reconocimiento de áreas en donde se
tiene noticia de restos y no quedan huellas de ellos; sin embargo, al recorrer
toda la loma, pudimos notar que al pie de la ladera norte se observó una gran
dispersión de materiales líticos y cerámica en baja densidad, que
probablemente correspondan a tres unidades discretas.
Respecto a las marcas de materiales, se encuentra que se removieron en un
90% por el traslado de sedimentos para el relleno de caminos y el 10% restante
tiene un alto índice de movilidad por la erosión hídrica bajo la forma de
escorrentía laminar, denudando de este modo la roca madre.
Por estas razones, los materiales cerámicos y líticos están muy erosionados,
pero representan cajetes de pasta media local; restos de vasos de paredes
rectas de pasta foránea y las recurrentes ollas Soyatal y pasta cristales. En
cuanto a los restos líticos incluyen marros y percutores de mina en roca
basáltica. En el caso de un marro se observó que pesa 1.2 kg, tiene forma
elíptica, su eje mayor mide 16 cm por 7.4 cm de ancho y 6.03 cm de espesor,
229
fue elaborado a partir de un canto y se lascó en un extremo en forma bifacial
para dar forma a un borde de ataque de 4.3 cm de ancho y con un ángulo de
65°, mientras que, en su otro extremo presenta huellas de haber sido golpeado,
presentando desportilladuras menores y la superficie redondeada por el
desgaste. los restos arqueológicos representados indican una secuencia
incompleta desde el periodo clásico y la etapa colonial por algunos tiestos
vidriados.
El control visual desde estas unidades es a los sitios de: El Doctor, El Suspiro
en la porción alta del macizo; La Loma, Loma Blanca, Loma de Guadalupe,
etc., esto es, en la cañada del Arroyo Grande; también presenta un claro
control visual a la cañada que comunica con San Joaquín y sus minas como La
Rica y El Niño. El sitio arqueológico en su conjunto fue un asentamiento de
tercer nivel de jerarquía, que controló a los caseríos vecinos y zonas de trabajo
minero. La existencia de basamentos piramidales -hoy arrasados-, aunado al
hecho de que tenga una vista franca con los sitios El Doctor y El Suspiro nos
obliga a pensar que este lugar dependió directamente de la cabecera zonal, y
su emplazamiento se eligió por el estrecho control que puede tener sobre los
recursos mineros cercanos y los habitantes de las inmediaciones.
La mina de cinabrio se asocia a un patrón de mineralización, en las zonas de
fractura en forma de vetas delgadas asociadas a la calcita con un el trazo
irregular. La obra inicia con un tiro de 2.6 m de profundidad y un diámetro de
1.3 m, que al final deriva en dos túneles que siguen un trazo relativamente
paralelo en dirección suroeste, de acuerdo con las huellas de trabajo, siguieron
las bifurcaciones de la mineralización, que tiene un echado de 53°.
La obra en su trazo inicial, se encuentra en estratos de caliza-lutita de la
formación Soyatal y en el punto de reunión de las derivaciones sigue ya el
plano de fractura de una caliza masiva de la formación El Doctor en la fase San
Joaquín, ya que la explotación expuso alguno lentes de pedernal negro cuyo
espesor no excede los 12 cm y la potencia de los estratos de caliza es mayor,
del orden de los 25 a 30 m
Una característica de esta mina, es su cuidadosa planeación, que bajo un trazo
básico se conjugan inclinados y socavones para un trayecto superior a los 350
m lineales, con una diferencia de nivel de 62 m entre la entrada y lo que pudo
ser el frente final de extracción.
Fue posible visitar esta obra, ya que, el dueño del denuncio Don. Baldomero
Vega -expresidente municipal de San Joaquín-, invita a una visita, donde
230
recorrimos la obra que abrió con un túnel de trazo horizontal en dirección
sudsudoeste en la parte baja de la ladera, en donde hay un basamento
piramidal de 1.5 m de altura adosado al perfil del terreno. Este basamento
presentaba un talud en piedra caliza bien trabajada -acolchonada-, siguiendo el
esquema constructivo existente en Ranas y Toluquilla. Las dimensiones totales
del basamento no se pudieron determinar ya que todo el escombro producto
del trabajo minero se acumuló en sus inmediaciones. A una profundidad de 16
m cruzaron con los restos de una derivación prehispánica que comunicaba a lo
que pudo ser el patio de mina.
La visita de esta mina fue muy ilustrativa, ya que el minero respeta y limpia el
trazo prehispánico, y sólo voló con dinamita la pared norte y oeste de la mina,
así, en los testigos se pudo observar que en el nivel de explotación más bajo,
los túneles contaban con restos de postes de madera para el soporte,
asociados a cuñas de maderas duras -mezquite (Prosopis juliflora)-, y restos de
algunos troncos resinosos quemados que pudieron ser teas.
Las evidencias técnicas y de materiales aportadas por esta labor minera, en
nuestra opinión, permite proponer sin lugar a dudas que esta labor fue
planeada, se extrajo material con un volumen mayor a los 800 m³, sin poder
precisar la cantidad de cinabrio beneficiada, sin embargo, la ley del yacimiento
es elevada. El potencial para la investigación de este lugar es muy alto, ya que,
en el recorrido se observó que existe una derivación que no se liberó, de este
modo, aún es posible localizar materiales en contexto, porque la mina fue
sellada en época prehispánica.
La explotación colonial de hierro se ubica en el extremo norte, sobre la porción
alta de la loma; consiste en un rebaje abierto y un túnel que sigue un estrato de
lutita, con mineralización de hierro de donde al menos se extrajo 300 m³ de
material para el rebaje. En las paredes del rebaje se puede apreciar la
coloración roja del estrato de óxidos, en tanto que el sector sur del rebaje
muestra trazas de almagre que no fue explotado por su baja ley. En el fondo
del rebaje, en su sección central, se localiza el túnel de 8 m de longitud por 1.6
m de diámetro, que en su frente de extracción el color de mineral se torna a
gris con manchas negras y en la matriz se puede ver trazas de pirita y hematita
especular -bronce, en la terminología minera local-, utilizado para dar acabados
en las construcciones que pintan con almagre.
Se determinó que se trata de una obra colonial porque en el rodadero se
recolecto un fragmento de mayólica y restos de ollas vidriadas, manufacturadas
con pasta gruesa cristales y la cocción es completa.
231
ATLAS ARQUEOLOGICO. 22-F14C58-028. La Poblana (CL). área 0.02 km².
uso de suelo 2, 4; saqueo 1, 2; factores de destrucción potencial 4, 6, 8 y la
erosión acelerada; exposición de elementos 6; no registran los datos restantes.
ALTITUD. 2400 a 2320 msnm
FISIOGRAFIA. IX1S5
GEOLOGIA. calizas-lutitas de formación Soyatal que sobreyace a la caliza de
la formación El Doctor, facie San Joaquín.
EDAFOLOGIA. Lc+Af/3 fase lítica profunda.
VEGETACION. MSM-MI, BQP.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. Inexistentes.
EL LIMON
Este asentamiento se localiza a una distancia de 2 a 2.7 km al nornoroeste de
El Doctor, se ubica junto al escurrimiento de la loma El Limón. El sitio que
comprende 3 unidades discretas que se distribuyen a lo largo de un
escurrimiento de la parte alta del macizo de El Doctor; dos unidades se
localizaron en la ladera norte, en un lugar con una pendiente de 25 a 30%. La
tercera unidad se ubica al fondo de la cañada, en la margen norte del arroyo
perenne, aparentemente en este lugar existió un edificio bajo y de acuerdo con
los datos aportados por el guía, se extrajo la piedra para levantar un muro de
contención para el trabajo agrícola y un tecorral perimetral del terreno,
destruyendo totalmente la estructura.
La separación promedio entre unidades es de 200 m. La unidad ubicada en la
parte baja, en el extremo oriental y se asocia a una antigua fundición de plata y
plomo que corresponde al siglo XVII o XVIII, ya que asociados a los restos de
la construcción se localizaron: fragmentos muy pequeños de loza colonial,
mayólicas, escorias, fragmentos erosionados de ollas naranjas de cuello alto,
pequeñas lascas de obsidiana y pedernal producto del retoque y reavivamiento
de filos aparentemente por percusión.
Es un sitio con muy pocas expectativas para el estudio prehispánico, ya que se
encuentra totalmente destruido por factores antrópicos y naturales. La
destrucción humana es por la remoción de piedra, y la tala inmoderada de la
vegetación natural de pino-encino promovió procesos erosivos acelerados. Las
alteraciones naturales se presentan como fuertes cárcavas y fenómenos de
reptación de sedimentos, que han afectado más del 50% del sitio; sobre todo a
las dos unidades en la ladera, donde aflora la roca madre en grandes zonas.
232
El material obtenido de las unidades discretas de la ladera norte se encuentra
sumamente erosionado y alterado por los ácidos húmicos del terreno; se logró
identificar restos de: cuencos de silueta quebrada, de paredes verticales, pasta
media con fragmentos de calcita y el engobe se ha perdido por la erosión; ollas
naranja Soyatal y las ollas naranja-rojizo con paredes gruesas de pasta de
cristales y arena. La tercera unidad que mantiene una asociación relativa con la
ocupación colonial es uno de los pocos ejemplos donde se podría investigar la
persistencia de un complejo tecnológico indígena en contextos muy distantes
temporalmente.
Estas tres unidades discretas pueden corresponder a unidades domésticas de
producción agrícola de la época clásica y la que cuenta con tiestos de pasta
cristales posiblemente se ubique temporalmente al postclásico tardío, muy
cerca del contacto hispano.
La estructura que corresponde a una fundición colonial es una construcción en
mampostería, donde hay 2 grandes galerías de 10 por 15 metros, y tres
habitaciones más de ocho por cinco metros; los muros poseen un espesor de
80 cm y aún preservan porciones con alturas de dos a tres m; en tanto que los
vanos para las ventanas del lado norte son de tipo troneras. La mayor parte del
material vidriado se localiza en las habitaciones; mientras que el material lítico
y cerámico sin vidriar, se localiza al exterior, en un radio no mayor a los 60
metros, lo que puede ser indicador de la coexistencia cercana de los habitantes
indígenas y colonizadores hispanos. Es probable que estos restos
temporalmente correspondan a las primeras incursiones de colonización en el
siglo XVII.
Se detectaron dos bocaminas para la extracción de almagre en sus colores
amarillo y ocre, en su porción más superficial. Al revisar el pigmento amarillo
por prueba a la flama, parece tratarse de limolita; los tonos ocres son producto
del proceso de formación de suelo como rendzinas, donde se acumulan arcillas
de color pardo en el horizonte B y el tono lo adquiere de la acumulación de
óxido férrico, sin que tenga un valor mineralógico. Secciones más profundas de
ambas bocaminas presentan almagres de tonos rojo brillante y guinda en
estructura masiva, quedando las partes de tonalidades más intensas en las
zonas de oxidación y de acumulación de agua; sin embargo, las porciones
guindas corresponden a la zona donde al parecer predominan las reacciones
de reducción, ya muy cerca de la roca caliza encajonante.
En las dos bocaminas se trata de excavaciones de hábito cercano a la
horizontal, con una longitud promedio de 30 metros, presentan derivaciones, y
233
el frente de extracción explota los materiales de color ocre, el rojo brillante y el
guinda. La profundidad mayor, con respecto a la bocamina es de 15 metros y
algunos frentes de extracción se presentan como inclinados y pozos. Las dos
minas no presentan ademados u otras obras de soporte, de tal modo, que la
forma y dimensiones de los túneles son elípticas generalmente; con un claro no
mayor a 2 metros en su eje principal y un mínimo de 1.2 metros. El tipo de
depósito y la estructura que posee no hace necesario un instrumental muy
complejo; actualmente, se explota con sólo pico y pala. El material que se
extrae se usa como pigmento para el mortero y cemento de las construcciones
actuales; es el caso de la plaza al frente de la presidencia municipal de San
Joaquín, y en el Doctor se usa como colorante para los encalados de paredes
exteriores e interiores de casas habitación, donde al preparado de pigmento,
cal viva y agua se le añade el jugo o "baba" de nopal para que el pigmento no
se pierda con las lluvias y se fije bien al muro.
ATLAS ARQUEOLOGICO. registra dos unidades:
22-F14C58-029. El Limón (CL)
22-F14C58-030. Cuesta del Suspiro (CL)
22-F14C58-031 Cuesta del Suspiro II (CL). No se registraron las variables
restantes.
ALTITUD. 2360; 2300 y 2280 msnm.
FISIOGRAFIA. IX1S5
GEOLOGIA. Calizas-lutitas de la formación Soyatal.
EDAFOLOGIA. E+I/2
VEGETACION. MSM- MI, BPQ
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. No se menciona.
EL AGUA FRIA
Localizado a 3.2 km al noreste de El Doctor. Se accede a este sitio por el
camino de terracería que comunica con la Misión de Maconí, a 2 km de la
desviación de la carretera pavimentada a San Joaquín, a la altura del "puente
curvo".
De acuerdo con los datos del Sr. Redentor Zúñiga (propietario) este sitio
contaba con siete estructuras; cinco de ellas de baja altura sin que excediera
los 2 m, mientras que las dos restantes eran de 3 a 5 m Al momento del
recorrido solo se encontraron vestigios en pie de tres edificaciones, dos
plataformas de nivelación y 6 muros de contención distribuidos en la porción
baja de las laderas.
234
La disposición general del asentamiento es sobre la parte baja de una cañada,
formada por la unión de dos arroyos; uno de ellos es de carácter estacional y
corre en dirección sureste-noroeste; el segundo arroyo; corresponde con el
inicio del Arroyo Grande y capta gran parte de los escurrimientos del sector
central y norte del área de trabajo.
El asentamiento tiene una orientación aproximada este-oeste con un patrón
lineal. De este a oeste, en el sitio se registró una plataforma de nivelación baja,
de aproximadamente 40 m de largo, dispuesta a lo ancho de la cañada, su
ancho máximo es de 16 m y hasta 1.5 m de altura. Sobre esta plataforma
desplantan dos basamentos, uno de planta rectangular de 26 m por 12 m, y
otro más, de forma cuadrangular con 4 m por lado; estos edificios se
encuentran muy alterados porque sobre ellos se construyó una casa moderna y
sólo se preservaron algunos alineamientos testigo de su arranque. Siguiendo al
oeste por la cañada, se informó sobre la existencia dos basamentos de
aproximadamente 3 o 4 m por lado y una altura menor a 2 metros, hoy
arrasados para habilitar el terreno a la agricultura temporal de: maíz, avena y
papa, donde sólo se observa una concentración de piedra y una marca de
suelo ligeramente más clara con materiales. Estos edificios junto con la
plataforma del este, delimitan un espacio de forma rectangular; esta plaza tiene
un ancho aproximado entre 22 y 25 metros. Siguiendo al oeste, en lo que hoy
es el trazo de la terracería hubo un edificio de 5 m de alto, que fue arrasado
con maquinaria pesada durante 1970 y solo permanece en pie un pequeño
segmento de la estructura y poco material disperso en superficie. El extremo
poniente es la sección más conservada, observando que en la ladera baja se
construyeron dos estructuras adosadas al cerro; la primera es la más cercana
al conjunto y tiene de 4 m de ancho; la segunda es la más alejada y tiene tres
metros por lado.
El material constructivo de las plataformas y estructuras son lajas de calizas
rústicas que sólo se les busco un lado plano para su acomodo. En la porción
que ocupó la plataforma, se nos reporta que al nivelar y excavar las cepas para
los cimientos de la casa moderna, se encontraron restos óseos humanos, de
antiguos entierros, que fueron removidos por el propietario; del material
extraído nos fue mostrado: una cuenta incisa de barro con perforación
longitudinal y el diseño de las incisiones es de círculos concéntricos; un silbato
en cerámica de pasta media local, cuenta con embocadura y parte de un
elemento zoomorfo en el extremo; ambos objetos tienen correspondencia en
algunos materiales colectados en Ranas, por ello, considero que es
contemporánea a este asentamiento.
235
En superficie se colectaron tiestos de la vajilla Soyatal, de la naranja tardío
pasta gruesa de cristales, un tiesto de un vaso café pulido y dos fragmentos
pequeños del cuerpo de cuencos negros pulidos. que temporalmente nos
ubican en el clásico.
Los restos de lítica tallada son prioritariamente lascas secundarias de obsidiana
gris y lascas primarias de obsidiana negra cristalina, procedentes de cantos
pequeños. La obsidiana negra corresponde macroscópicamente con la
obsidiana de la región de Urecho, a 28 km al suroeste de la sierra.
Al norte del asentamiento, se localizó una bocamina con huellas de trabajo
prehispánico. El túnel principal tiene una extensión de 21 m, con un hábito
inclinado en profundidad; su sección es elíptica y de trazo irregular. No se pudo
llegar al frente de extracción, ya que una porción del túnel es inestable
estructuralmente por el trabajo moderno y se le relleno con parte del material
del terrero. A 3 m de su entrada, se descubrió una antigua derivación que se
extendió a lo alto de la veta, que es muy estrecha y no se pudo explorar. Al
observar muestras de la rezaga y los restos del terrero se pudo constatar que
se extrajo cinabrio, al realizar una prueba de "tentadura" y detectar trazas de
este mineral con un lente de 8x. Hasta 1985 el denuncio de esta mina lo tenía
Don. Francisco Cabrera vecino de San Joaquín.
La interpretación global sobre el asentamiento, nos indica que se trata de una
unidad de producción mixta, de trabajo agrícola y de extracción minera. Es
posible que las actividades respondan a un patrón temporal alterno, con el
trabajo minero en la época de secas, ya que es la mejor época para esta
actividad porque el agua de escurrimiento e infiltración no entorpece los
trabajos en el interior.
ATLAS ARQUEOLOGICO. 22-F14C58-013. Agua Fría (SE). área 0.1 km². uso
de suelo 2, 3; saqueo 3, 4; factores de destrucción potencial. 1, 4, 6, 8;
exposición de elementos arqueológicos. 1, 2, 6; materiales de construcción de
las estructuras 2; No. de estructuras en pié. 5<2m y 2 2-5m.
ALTITUD. 2320 A 2360 MSNM
FISIOGRAFIA. IX1S5
GEOLOGIA. Calizas-lutitas de la formación Soyatal y calizas de la formación El
Doctor, facie La Negra.
EDAFOLOGIA. Lc+Af/3, fase lítica profunda, con buena productividad para el
cultivo de gramíneas.
VEGETACION. AT y relictos de BQP
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. Ninguna.
236
2. CUENCA DEL ARROYO CULEBRAS
CUEVAS DE VIGUITAS
Es un conjunto de 4 cuevas que se localizan al sureste de la comunidad de
Viguitas, sobre la ladera poniente del cerro Río Viguitas y a 4.9 km al oeste de
la población de El Doctor. Las cuevas se localizan en la porción alta del arroyo;
dos cuevas se encuentran en la banda oriental y presentan claras huellas de
modificación y ocupación humana; las dos restantes ubicadas en la banda
occidental de la cañada, al parecer pudieron servir como abrigos ocasionales y
no se encontraron restos materiales aparentes. En las cuatro cuevas existen
trazas de hollín en el techo que se extiende hasta las partes más profundas.
Las cuevas con ocupación humana se localizan con una distancia entre sí de
350 m. Sus entradas se ubican en un pequeño descanso de la pendiente
general, que excede los 30°, formado por un cambio en la estructura del
sustrato rocoso. La formación de las cuevas es producto de la disolución de la
caliza, en la más grande o número 1, se observan restos de pequeñas
estalactitas en las zonas donde existen escurrimientos del agua infiltrada en la
época de lluvias.
Cueva 1. Su posición es cercana al extremo norte de la cañada; desde su
entrada se tiene una caída de más de 300 m en la ladera, el área de descanso
asociada a la boca es de 15 m², y en su interior cuenta con una superficie
aproximada de 26 m². La forma aproximada de la superficie interior es elíptica,
la techumbre tiene un vértice entre 1.4 y 2.3 m. Esta cueva presenta huellas de
modificación en la forma y profundidad, ya que al fondo, se observó que la
superficie natural fue alterada para tallar una banqueta de 1.4 m de largo, con
0.6 m de ancho y una altura de 0.4 m; al parecer puede corresponder a un
altar, ya que por información del guía, sobre este lugar se "...encontraban los
restos de las cazuelas y los huesos estaban cerca, pero en el piso...".
el contexto se encuentra sumamente alterado por el saqueo, dejando muy
dispersos en superficie restos óseos, cerámica y lítica. Los huesos colectados
fueron: húmero, tibia, 3 vértebras dorsales, radio, cúbito, 3 costillas y restos del
parietal y fragmentos de un frontal y un punzón de hueso. Los restos humanos
corresponden a un adulto joven.
El material cerámico fue identificado y consiste en: restos de una escudilla de
paredes verticales de pasta gruesa; y fragmentos de un vaso con fondo plano,
237
paredes divergentes, engobe gris bruñido, de pasta negra, sin desgrasante
aparente, lo que nos indica que su producción es ajena a la región. Este vaso
puede corresponder con el Morales gris bruñido de la cuenca de Río Laja,
Guanajuato. lo que nos remite a fechas cercanas a 100 d.C.
Los restos líticos, corresponde a pequeñas lascas secundarias en obsidiana
gris muy obscura a negra muy vítrea, no es translúcida. Este tipo de lascas
corresponden a una industria a base de lascas para obtener filos cortantes, de
talla muy sencilla por percusión directa, y no se localizaron restos de
instrumentos. Hasta el momento, este lugar tiene los materiales más antiguos
de la zona de estudio.
Cueva 2. Se encuentra en una zona menos profunda de la cañada con
pendientes más ligeras, alrededor de 20°, la caída al fondo solo es de 100 m y
su acceso es más franco. Su forma es una elipse larga a lo profundo que
coincide con una fractura del terreno, su sección es triangular, posee una
profundidad de ocho metros, un ancho máximo de 2 m y su altura va de 1.9 m
en su entrada, a 0.7 m en el fondo.
Se colecto material óseo de un infante menor a 3 años, cuyos restos
corresponden a parte del cráneo, una costilla, dos huesos largos y partes de
vértebras; asociados a estos restos se recuperaron tiestos cerámicos de
fragmentos del cuerpo de una olla roja de pasta de textura media, de
producción local por el desgrasante de calcita; identificada como vajilla Soyatal,
con temporalidad del clásico.
ATLAS ARQUEOLOGICO. Registra cada cueva por separado:
22-F14C58-021. Cueva de la Viguita (AC)
22-F14C58-020. Arroyo Viguitas (AC). No hay más datos.
ALTITUD. 2800 y 2760 msnm.
FISIOGRAFIA.
IX1S7
GEOLOGIA Calizas, Calizas-lutitas
EDAFOLOGIA. I/2 fase lítica superficial
VEGETACIÓN
MSM-MI
PUERTO DE SAN PEDRO.
En la margen norte del escurrimiento de Viguitas, a unos 2.8 km al oeste
noroeste de El Doctor, se localizó una pequeña concentración de material
cerámico y lítico, en un área menor a 200 m².
238
El material es escaso y muy erosionado, sin embargo, se identificaron: cuerpos
de ollas y cuencos hemisféricos, en pastas de color naranja, de texturas media
a gruesa, con desgrasante de calcita tosca, que en términos generales coincide
con la vajilla Soyatal. Los fragmentos líticos son de obsidiana y basalto
correspondientes a fragmentos de lascas secundarias.
ATLAS ARQUEOLOGICO. 22-F14C58-022 Arroyo Viguitas en puerto de san
Pedro. (CL). área 0.003 km². Sin más datos.
ALTITUD. 2860 msnm
FISIOGRAFIA.
IX1S7
GEOLOGIA Calizas, Calizas-lutitas
EDAFOLOGIA. I+E/2 fase lítica superficial
VEGETACIÓN
BPQ, MSM-MI
Sin referencias.
MINA LA FÓSFORA.
Se localiza a 2.4 km al noroeste de El Doctor y está en la cima del macizo
montañoso, sobre la cota 3000, que delimita la porción plana de la cumbre del
macizo.
Mina de explotación colonial y moderna para la extracción de fosforita, material
utilizado en la construcción como firme de pisos y caminos, ya que posee
buenas características de compactación y con buen drenaje; También la
fosforita molida se emplea para aumentar la productividad de suelos bajos en
fosfatos, como complemento alimenticio al ganado y controlar parcialmente los
efectos de azolvamiento y reducir la plasticidad en suelos y sedimentos de
textura muy fina.
La obra minera consiste en un tiro base de 22 m de profundidad, del que se
derivaron túneles horizontales en patrón radial a los 3, 8, 15 y 18 m, para
obtener diversos frentes de extracción. Un segmento del tiro aún conserva
parte de los ademados rústicos hechos a base de troncos rectos de árboles de
la región, tales como pinos y encinos jóvenes.
La explotación moderna no es sistemática, fue muy desordenada, realizada a
pico y de carácter ocasional, provocó la desestabilización de los tres niveles
superiores ocasionando que se colapsen secciones importantes, dejando su
huella en el terreno en un área de 300 m². La calidad del material extraído es
muy irregular y con lentes ocasionales de "fósfora hueso", la cual es una roca
producto de la alteración química de organismos, y en parte, fosilización de los
239
huesos de peces, vertebrados prehistóricos, desechos de los pólipos y conchas
de foraminíferos de arrecifes y esteros, en lo que fue un antiguo lecho marino.
Estas condiciones, integran una matriz de carbonatos de calcio con algunos
depósitos de fosfatos y molibdatos de calcio. El color de la roca va del
amarillento a pardo; su textura es vacuolar y porosa; con ocasionales núcleos
de sílex que forman gránulos y manchas en rocas arcillosas. Los componentes
secundarios del depósito son minúsculos cristales de calcita, limonita y restos
fósiles
ATLAS ARQUEOLOGICO. 22-F14C58-026. Cueva de Barreras (AC). No hay
más información.
ALTITUD. 3000 msnm
FISIOGRAFIA.
IX1S7
GEOLOGIA Calizas
EDAFOLOGIA. I+E/2 fase lítica superficial
VEGETACIÓN
BPQ, MSM-MI
3. ARROYO LAS AGUILAS
LOS JUAREZ
El sitio se ubica a 6.7 km al oeste de El Doctor, sobre la ladera del cerro de Los
Juárez. En el Km 2 de la terracería que comunica la carretera de San Joaquín
con la comunidad de Los Juárez, se localizaron dos unidades discretas
separadas entre sí por 50 m, cada una de estas marcas ocupaban un área de
25 m de diámetro y se localizaron con la asistencia de informantes locales.
Incluían únicamente restos de material lítico, que al ser muestreados se
observó que solo era el desecho de talla en la fase final de adelgazamiento y
retoque de los bordes activos, perteneciente a instrumentos como raspadores
monofaciales y puntas de obsidiana.
Al observar las características microscópicas de la materia prima, se observó
que se trata de un vidrio de color gris obscuro translucido, muy duro, que
muestra algunas impurezas en forma de pequeñas esferas y que alteran los
patrones de fractura. Estas propiedades son muy semejantes a la obsidiana en
nódulos pequeños, localizadas en las inmediaciones de Rancho Navajas y
Urecho, a 30 km al sudsudoeste de la región y descritas por Pastrana (1985).
Por el tipo de desecho, además de no tener ningún fragmento de navajilla
prismática, es probable que estas marcas sean campamentos estacionales o
240
áreas de actividad de grupos cazadores-recolectores en la búsqueda de
recursos como el piñón y la cacería.
ATLAS ARQUEOLOGICO. No lo refiere.
ALTITUD 2780 msnm
FISIOGRAFIA. IX1S7
GEOLOGIA. Calizas de la formación El Doctor.
EDAFOLOGIA. I+E/2, fase lítica superficial; entre 0 y 0.5 m de profundidad.
VEGETACION. BP y BJ, destaca la presencia de pino piñonero.
Sin referencias bibliográficas.
4. ARROYO AGUA DE LEON
ZONA ARQUEOLOGICA DE RANAS
La zona arqueológica se localiza a 2 Km al noreste de San Joaquín, cabecera
municipal, por camino de terracería transitable todo el año con un trazo de 3.4
Km Hasta el momento es el sitio más complejo y con el mayor número de
estructuras de los registrados para la Sierra Gorda (ver figura VII-24).
El asentamiento de Ranas, ocupa la parte superior de dos cerros que se unen
formando una escuadra con ángulo de 60°, rodeado por barrancas, con un sólo
acceso por su flanco oeste. Por su complejidad, fue dividido en 4 secciones (de
Ranas I a Ranas IV), por la arqueóloga Margarita Velasco en 1985, de ellos
solo se han explorado y consolidado edificios en tres sectores que se describen
a continuación.
SECTOR RANAS I
El recorrido se inicia por el sector sur de Ranas I, que se localiza al oriente del
área de acceso. Se trata de una meseta alargada de aproximadamente 360 m
de largo con un ancho promedio de 70 m. En este sector, se localizan tres
juegos de pelota sobre el eje medio de la meseta que dan la pauta al desarrollo
constructivo en esta parte de la ciudad y rodeados por más de 38 estructuras y
basamentos. Los juegos de pelota son del tipo de "cabezal abierto", no
presentan marcadores, y su orientación está determinada por la forma del
cerro.
El Juego de Pelota III se ubica en el "puerto" que enlaza a los dos cerros de
Ranas. La estructura presenta dos muros paralelos de 47 m de largo, con una
cancha de 8 m de amplitud; ambos paramentos se encuentran incompletos, el
del sur está cubierto por vegetación mientras que el muro norte ha sido
241
restaurado (Velasco 1985). Por la parte interna, el edificio presenta un perfil
con banqueta, talud y el desplante de un muro vertical; por la parte exterior se
observa un muro de contención escalonado.
Al seguir el recorrido por la porción superior de la loma, se accede a un
conjunto arquitectónico de tres edificios que delimitan un espacio central de 8
por 10 m aproximadamente, permanecen en pie restos de los taludes, y el
arranque de muros verticales con una o dos hiladas de lajas Este conjunto no
se ha intervenido.
Continuando hacia el este se llega al Juego de Pelota II, elemento central de
esta unidad arquitectónica; que mide 29.5 m de largo por 8 m de cancha. El
muro norte es el mejor conservado, presenta un perfil de tres planos: banqueta,
talud y un muro inclinado; al sur, apenas se conservan algunas hiladas del
talud. Preside el juego de pelota un basamento piramidal de dos cuerpos, de
planta rectangular orientado al este. Este basamento fue restaurado en 1982 y
quedaron expuestas dos etapas constructivas.
Paralelas a la estructura de juego de pelota se encuentran dos calles que
permitían la circulación lateral al recinto de juego; a lo largo de estas calles se
edificaron casas habitación, estructuras circulares y semicirculares,
plataformas, así como otro basamento piramidal adosado al muro norte de la
estructura de juego. Este edificio, por sus componentes arquitectónicos de:
talud, cornisa, dimensiones y ubicación, fue posiblemente uno de los templos
más importantes de la ciudad. Al término de este conjunto, el resto del sector
no se ha consolidado y permanece enmontado.
La distribución de estructuras continúa hasta el extremo de la meseta, donde
destaca el aprovechamiento de los desniveles naturales del terreno para
adosar estructuras y ópticamente se muestren volúmenes constructivos
monumentales desde la parte baja. Hacia el extremo oriental, se localiza el
Juego de Pelota I -el conjunto mejor conservado-, también estuvo flanqueado
por calles laterales y rematado por un basamento piramidal, que fue arrasado
por un saqueo muy antiguo del que solo permanecen restos de los escombros
en forma de un circulo amplio.
En 1992 se propuso que el área comprendida entre los Juegos de Pelota II y el
extremo del sitio sobre la misma meseta, fuera conservada como una reserva
de investigación para las siguientes generaciones y no se excedan los trabajos
de liberación y consolidación (Herrera 1992).
242
Ya que el juego de pelota en Mesoamérica se encontraba asociado a un
complejo simbolismo religioso, es de suponer que el sector de Ranas I fuera
escenario de una intensa actividad ceremonial.
SECTOR RANAS II
En Ranas II o sector norte, el cerro es de forma irregular, con un alargamiento,
a manera de península, en su extremo noreste (Ranas IV). El asentamiento
cubre la parte superior y las laderas este y sur del cerro. Las estructuras están
dispuestas aprovechando la pendiente, que presenta un desnivel de 40 m en
relación a Ranas I.
Asciende por la ladera una cadena de basamentos piramidales que unen al
Juego de Pelota III con el Templo Mayor que corona el asentamiento; en la
cadena algunos basamentos funcionaron como templos y otros como casas
habitación en las que se encuentran baquetas adosadas a los muros interiores
que bien podrían haber funcionado como camas o alacenas. Continuando
hacia arriba, se llega a un espacio de planta rectangular denominado "patio
hundido", que se encuentra flanqueado por tres estructuras, dos ostentan un
elemento arquitectónico característico de Ranas: las escaleras semicirculares
en la fachada principal.
La escalinata que cierra por el poniente al patio hundido conduce a la plaza,
que presidía el Templo Mayor por su lado oeste.
El gran Templo, señoreaba la ciudad y mantenía un dominio visual de buena
parte de la región serrana. El basamento de planta rectangular, tuvo dos
cuerpos y del templo propiamente dicho solo se conservan los desplantes de
sus muros; su acceso daba al oriente con una escalinata limitada por alfardas.
Es interesante señalar, que este acceso se restringe al momento de construir,
en una etapa posterior, la habitación que aparece al frente de la estructura y
con diferente orientación.
Al sur del Templo Mayor, se abre un espacio a manera de calzada que debió
funcionar como acceso al centro ceremonial; mientras que, en la parte norte de
la plaza dos basamentos se integran al conjunto y cierran este espacio. La
estructura circular hace su presencia en este bloque constructivo, en la esquina
noreste de la plaza aparece un cuerpo circular, que fue reusado como
plataforma para un edificio cuadrangular en la última fase de ocupación del
sitio.
243
SECTOR RANAS III
El sector de Ranas III se localiza al suroeste del asentamiento, su ubicación es
periférica al sitio y probablemente funcionó como control de paso a la ciudad.
Comparativamente a los otros dos sectores, es de menor tamaño y con menor
densidad constructiva; sin embargo por ser el vestíbulo del centro ceremonial,
presenta elementos constructivos diferenciales como son los grandes muros de
contención escalonados, escaleras remetidas en los muros, habitaciones con
doble cámara, etc. En este sector, existen huellas de una reocupación del sitio,
los cuales no son constructores, su cerámica es muy burda y de tipo
doméstico, pero reutilizan algunas estructuras. Hay que señalar que Ranas III
se vio afectada por la construcción del camino de acceso que destruyó varias
de sus construcciones.
SECTOR RANAS IV
El segmento denominado Ranas IV es una península del cerro principal con
dirección noreste, en él se ubican pocas construcciones, donde destacan
algunas plataformas alargadas, los alineamientos de estructuras circulares y
tres basamentos de planta rectangular. Este es un sector que no se ha
intervenido en los trabajos de liberación y consolidación, sin embargo, es un
sector que puede tener restos de áreas productivas especializadas quizás
vinculadas a los trabajos mineros emplazados en las faldas y laderas del sitio.
En lo que respecta a los materiales, se han reportado con frecuencias
significativas: la vajilla Soyatal; se compone fundamentalmente de ollas de
cuello divergente, cuerpo globular alargado y en ocasiones el fondo es plano;
también, se han registrado algunos ejemplares de cajetes de paredes rectas
divergentes y otros hemisféricos. Los soportes para este grupo son cónicos
solidos alargados y soportes almena con decoración incisa; la decoración en
estas vasijas es a base de pastillaje y generalmente se ubica en el cuello y
borde de las ollas en tiras que forman diseños circulares o de espiral, aunque
también se localizan vasijas con decoración de rasgos antropomorfos al
pastillaje, en zonas cercanas al borde de la pieza. Corresponde a los tipos
descritos por Franco como Naranja Soyatal y Rojo Soyatal. Michelet lo describe
como San Rafael Grossier.
La vajilla Negro pulido en escudillas, vasos de paredes rectas y ollas
miniaturas; normalmente la decoración es al exterior incisa, en paneles que
forman bandas en el cuerpo. Corresponde a los tipos Negro teotihuacanoide y
244
Negro veracruzano propuestos por Franco (1970) y los tipos Río Verde Poli,
Río Verde Incisé-gravé establecidos por Michelet (1984).
La vajilla café pulido, que incluye formas como: ollas de cuello corto
divergente; cajetes hemisféricos trípodes; vasos de paredes verticales y vasijas
con paredes rectas divergentes y fondo cóncavo, normalmente escobillado. La
decoración en estas piezas, por lo general es de pulido zonal más fino, "a
palillos", en forma de franjas en el cuerpo y borde. En este grupo se localizan
las pipas de placa con aletas, cazoleta cónica y boquilla cilíndrica alargada.
Corresponden a grandes rasgos con el grupo cerámico Manzanilla Poli de
Michelet (1984).
En estas tres vajillas la pasta es local, de textura media a gruesa con la adición
de calcita como desgrasante, que se observa en las secciones como cristales
blancos alargados y forma subprismática; su cochura es de regular a mala; su
tenacidad es media y es común, que los tiestos con este tipo de pasta se
encuentren muy alterados por la erosión y los ácidos húmicos.
Como materiales foráneos, se han podido detectar algunos ejemplares que
Ekholm describe como Zaquil Negro y Zaquil Rojo de la región de Pánuco
(Ekholm 1944); otros que Michelet ubica en el tipo Escondida Bain Blanc de
Río Verde (Michelet 1984); figurillas moldeadas de tipo teotihuacano y de la
huasteca con tocados cónicos; silbatos con efigie femenina, también
procedente de la huasteca; asimismo, pipas y sahumerios procedentes del
Altiplano Central.
Se han colectado artefactos de lítica tallada, en ellos destacan: las navajillas de
obsidiana en sus variedades verde, dorada, gris translúcida y gris veteada;
puntas y raspadores, por lo general en obsidianas grises y negras; puntas
bifaciales de pedúnculo y aletas menores a 6 cm en riolita y sílex; así como
algunas lascas y raspadores terminales en riolita y basalto.
La lítica pulida, por lo general se manifiesta en metates con patas, huilanchos,
manos de metate, tejolotes, morteros, machacadores y desfibradores, todos en
basalto vesicular. También se han registrado: morteros, hachas de garganta,
percutores y marros de mina en basalto de grano fino; por último: besotes y
orejeras en nefrita y obsidiana.
En el sitio es recurrente la presencia de concha trabajada y natural de bivalvos
y gasterópodos, así como instrumentos manufacturados en hueso de animales
245
y humanos, como pueden ser: agujas, leznas, punzones y güiros o raspadores
en huesos largos.
Es importante mencionar que hasta el momento, no existe un reporte del
análisis de los materiales obtenidos en las exploraciones del sitio o una
publicación al respecto, ya que estos estudios integran parte del trabajo de
tesis de la arqueóloga Margarita Velasco (Velasco 1986, comunicación
personal).
Sin embargo, desde mi punto de vista, al revisar los rasgos arquitectónicos, los
restos de escultura y los materiales cerámicos, pienso que el asentamiento se
ubica cronológicamente del siglo IV al XI, con una reocupación después del
siglo XIII d.C., esto es, desde el clásico hasta el postclásico temprano. Así, al
reunir toda esta información se puede anotar que la posición del asentamiento
es estratégica, aunque no se le puede considerar fortaleza ya que su defensa
son las montañas, pues para llegar hasta aquí se tenía que cruzar una serie de
pasos que eran controlados por la población serrana.
Además, podemos notar que dentro del sitio la topografía es determinante en el
patrón arquitectónico, pues cuando el terreno presentaba desniveles muy
marcados o era insuficiente el espacio para la construcción, se nivelaban o
ampliaban las áreas por medio de terraceados reforzados con muros de
contención, éstas plataformas servían para dar soporte a las casas, templos,
juegos de pelota, etc.; así los constructores de Ranas planificaron su ciudad, de
ahí el aprovechamiento eficiente del terreno y el ordenamiento de los edificios.
En la construcción de la ciudad se utilizó piedra laja caliza, muy abundante en
la región; el sistema empleado consistía en la acumulación de piedra y lodo
para formar los núcleos de las estructuras. Estas se revestían con piedra laja
cortada, que algunas veces se trabajaba para darle cara; los bloques se
acomodaban por hiladas más o menos uniformes para proporcionar un buen
acabado a los muros de las fachadas, pues aparentemente no se les aplicaba
ningún recubrimiento; mientras que los pisos de las casas y templos se cubrían
con tierra apisonada o con capas de estuco.
La ciudad fue construida y habitada entre los siglos IV y XI de nuestra era por
grupos asentados en la región desde tiempo atrás. La economía de estos
pueblos serranos se basó en la agricultura de temporal, siendo el maíz el
elemento más importante, algunos alternaban esta actividad con la explotación
minera, aunque hay obras mineras donde no se paraba la actividad, por su
complejidad y extensión, en donde el cinabrio o sulfuro rojo de mercurio, jugó
246
un papel importante por ser un pigmento de gran demanda entre los pueblos
mesoamericanos, que por su coloración roja era asociado con los símbolos de
la vida.
Ranas funcionó como uno de los centros de mayor jerarquía en la Sierra
Gorda. La construcción de un área urbana, nos habla de una sociedad
compleja, estratificada, con una élite político-religiosa a la cabeza, quien
mantuvo el control de una población agrícola, minera y artesanal que se
asentaba en los alrededores del sitio y en puntos adecuados para el
aprovechamiento de tierras, fuentes de agua y recursos mineros. Asimismo,
Ranas debió de controlar la producción y distribución agrícola, artesanal y
minera de la región, como también el intercambio de productos con regiones
aledañas.
La caída y el posterior abandono de Ranas se encuentra enmarcado en los
problemas que se gestaron en la frontera norte de Mesoamérica entre los
siglos XI y XII; al igual que en otras regiones de la frontera, en la Sierra Gorda
se desintegró el sistema político, religioso y económico que daba coherencia a
la vida social de los pueblos serranos, agudizando la situación la presencia de
grupos "bárbaros", cazadores-recolectores nómadas, conocidos como
chichimecas Jonaces, quienes se adueñaron de la región hasta su conquista y
pacificación por los españoles en el siglo XVIII.
POTENCIAL MINERO
Por lo menos existen 10 bocaminas en las faldas del cerro de Ranas. La
mineralización en la parte baja de las cañadas, es una zona donde la calizalutita es más delgada y es factible que afloren las vetas no muy anchas, de
hasta 5 cm en cinabrio y 12 cm incluyendo a la guija y chinilla, que son la guía
del minero. Pueden presentar algo de color en puntos de confluencia a las
fracturas o diaclasas, donde se formaron clavos ricos de mercurio, en la forma
de metacinabrio (negro) y de mercurio líquido con una matriz de calcita -"guija". Los clavos ricos en mercurio y cinabrio, se notan más claramente en los
recodos de escurrimientos superficiales de arroyos; al igual que en las "hoyas",
que son pequeñas cuencas u hondonadas formadas generalmente en la
confluencia de dos cerros, en donde los escurrimientos se infiltran a capas
profundas producto del control estructural.
Los trabajos mineros se pueden agrupar en 3 áreas de explotación potencial;
dos áreas en los arroyos que rodean al sitio; y uno en la "hoya" del puerto del
juego de pelota III de Ranas I. Todas las explotaciones son de cinabrio, aunque
247
en las minas de la porción más baja de la cañada, se presentan algunos
minerales de hierro semejantes a la pirita y hematita especular; que se
encuentra presente como integrante natural en la arcilla de las vasijas de
producción local de textura media. Además se refiere la presencia de
compuestos de plomo en las vetas de la cañada de La Ciudad, al sur del sitio.
Desde el punto de vista geológico, son depósitos de remplazo y mesotermarles
durante el plegamiento de la región, la facie observable en superficie es
Soyatal y el sustrato de guía a las vetas corresponde a la fase San Joaquín.
ATLAS ARQUEOLOGICO. No. 22-F14C58-34: uso de suelo 6; área 1.38 km²;
saqueo 2,3,4; Factores de destrucción potencial 1, 4, 5 y 8. exposición de
materiales 1, 2 y 6; materiales de construcción 1 y 2; valor del sitio 2 y 3.
Numero de edificios 60 <2m, 13 2-5m, 6 6-10m, 1 > 10m.
ALTITUD. 2460 msnm en la cima, las minas desde la cota 2280 m.
FISIOGRAFIA. Provincia Sierra Madre Oriental (IX), Subprovincia CarsoHuasteco (1), geoforma sierra de laderas convexas (S5).
GEOLOGIA. calizas-lutitas (Formación Soyatal), calizas (Formación El Doctor,
fase San Joaquín).
SUELO. Lc+Bc+Af/3 fase lítica media, pedregosidad media (ver anexo No. X).
VEGETACION. Agricultura de temporal (AT), bosque de pino-encino (BPQ).
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS: Bartolomé Ballesteros (1872), Mariano
Barcena (1873), José Ma. Reyes (1880), Hewe Bancroft (1895), Ignacio
Marquina (1828), Eduardo Noguera y Emilio Cuevas (1930), IPGH (1939),
Eduardo Noguera (1945), Ignacio Marquina (1945), Beatriz Braniff (1975) y
Margarita Velasco (1985 y 1991).
TRABAJADO POR: Eduardo Noguera y Emilio Cuevas en 1930 y Margarita
Velasco desde 1975 a la fecha, donde han colaborado los siguientes
arqueólogos: Alfredo Dumaine, Rosa Brambila, Dolores Soto, Fernando Botas,
Cesar Quijada, Jorge Quiróz, Elizabeth Mejía, Alberto Herrera y Antonio
Urdapilleta.
TRINCHERAS
Se localiza a 4 Km al noreste de San Joaquín; su acceso es por la terracería
que conduce a la Zona Arqueológica Ranas, en el Km 3 o La Era se desvía el
curso por una brecha con dirección al norte; se recorre por 1 Km hasta el
paraje denominado La Puerta. Su ubicación geográfica es: 20°56'06" latitud
norte y 99°34'30" de longitud oeste.
El sitio Trincheras se asienta sobre una loma larga que tiene en su extremo
noreste una península angosta. Se unen por un paso estrecho que tiene 5 m de
ancho mínimo. La península es una meseta elíptica alargada, de 70 m de eje
mayor por 40 m de ancho en su eje menor y se accede a ella por su extremo
248
sur. Las dimensiones máximas del asentamiento son 300 m de largo por 65 m
de ancho máximo y se adapta plenamente a la topografía del terreno.
Se compone de dos segmentos; el primero es un conjunto de tres estructuras
en disposición rectangular formando un espacio central; que desplanta sobre
una nivelación artificial en el extremo de la península; en su porción suroeste
(SW), conserva en pie restos de lo que fue el muro de contención y dos
escalones que daban circulación a la superficie superior. Sobre cada uno de los
tres basamentos existen habitaciones de planta rectangular de 6 m de largo por
4 de ancho, se delimitan con muros de lajas de caliza que tienen hasta 2.2 m
de altura y 0.65 m de espesor.
En el segundo segmento, al sur, se conservan restos de: 4 terrazas; el
desplante de una estructura circular - 4.3 m de diámetro-, y dos montículos
alargados alineados entre sí, adaptados a la topografía del terreno; siguiendo al
sur, en sectores pequeños, subsisten restos de un enlajado que pavimentaban
el acceso hasta el primer segmento. El camino tiene 9 m de ancho máximo y
un mínimo de 5 m, su trazo es recto y el desnivel máximo en sus costados con
la ladera son de 10 a 25 m en caída libre.
La segunda sección fue arrasada con maquinaria pesada durante 1990 al
realizar el municipio la ampliación del camino de acceso, se barreno y dinamitó
la ladera poniente para hacer el corte de la terracería.
De las exploraciones realizadas por Quijada en 1985 se obtuvo muy poco
material, los restos cerámicos son de pasta burda color naranja, propio de la
vajilla Soyatal, con formas consideradas domésticas y sin ningún valor
cronológico aparente. También se recuperaron "fragmentos de instrumentos de
molienda" y lascas de obsidiana (cf. Quijada 1985).
Por la forma, distribución, dimensiones y el sistema constructivo de las
estructuras en ambas secciones del sitio de Trincheras que se repiten en
algunos conjuntos arquitectónicos de Ranas, puede considerarse al
asentamiento Trincheras como unidad dependiente de Ranas, ubicada con una
posición estratégica, ya que parece controlar el paso natural a la ciudad de
Ranas; no puede caracterizarse como una región productiva, aunque por su
posición al filo de la cañada, puede controlar la producción minera entre
Maravillas, Calabacillas y las minas Ranas durante el periodo del clásico y
postclásico temprano (500 - 1100 d.C.).
ATLAS ARQUEOLÓGICO. 22-F14C58-46. Trincheras o La Paleta; Uso de
suelo 4, área 0.0195 km²; saqueo 1, 2; destrucción potencial 1, 4, 8; exposición
249
de materiales 1, 2, 6; materiales constructivos 1, 2; valor del sitio 3; edificios en
pie 6 estructuras menores de 2 m.
ALTITUD. 2160 msnm
FISIOGRAFIA. Provincia Sierra Madre Oriental (IX), Subprovincia CarsoHuasteco (1), geoforma sierra de laderas convexas (S5).
GEOLOGIA. calizas-lutitas (Formación Soyatal), calizas (Formación El Doctor,
fase San Joaquín).
EDAFOLOGIA. I+E/2 (ver anexo No. X).
VEGETACION. Matorral submontano inducido (MSM-MI); Bosque de encino
como vegetación primaria (BQ); Agricultura de temporal (AT).
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. Margarita Velasco 1978 y Cesar Quijada
1985.
TRABAJADO POR: Reporte inicial por Velasco en 1978; recorrido y
exploración con pozos estratigráficos por Cesar Quijada en 1985, ligeros
trabajos de mantenimiento consistentes en la restitución de volúmenes a los
muros en pie, con lajas de piedra caliza, en seco. Alberto Herrera realiza una
inspección posterior a la afectación por obras de ampliación al camino en 1990.
SAN JOAQUÍN
Este sitio se asienta sobre el puerto del valle colgado de San Joaquín y el
escurrimiento que comunica con La Ciudad o Ranas. El puerto está en el
segmento norte del valle donde se presentan un conjunto de manantiales
cercanos entre sí, de este modo, el sitio aprovecha las zonas de pendiente
moderada para ubicar algunas terrazas y nivelaciones para trabajos agrícolas.
Consta de una plataforma amplia de aproximadamente 24 m por lado y una
altura que varía entre dos y cinco m en su desnivel mayor; sobre ella se
desplantan tres estructuras. Actualmente no se pueden reconocer alguno de
los rasgos reportados por Barcena (1872), sin embargo, las dimensiones de la
plataforma son aproximados, adaptándose a las condiciones del terreno. El
material constructivo de estructuras y plataforma es de lajas de roca caliza; en
la plataforma las rocas fueron mejor trabajadas, aunque sólo se conservan las
primeras hiladas ya que los edificios fueron alterados por saqueo y los muros
de la plataforma se desmontaron para aprovechar la piedra en la construcción
de la iglesia y algunas casas del pueblo.
Hay poco material en superficie sobre todo de cajetes negro pulido y de
escudillas negras de base roja, en pasta fina a media con desgrasante de
calcita, de características semejantes a tiestos de la Z. A. Ranas. Los
artefactos líticos por lo general son lascas simples de obsidiana sin córtex, que
pudieron usarse para diversas funciones, sin embargo, la presencia de las
250
navajillas prismáticas en los pozos de saqueo, sin huellas de uso aparente
hacen suponer que fueron ofrendas de algún enterramiento.
San Joaquín y Ranas tienen restos de arquitectura y cerámica semejante se
pueden considerar como contemporáneos, esto es, para el clásico medio. La
existencia de terraceados que cortan la pendiente natural y los muros de
contención en el extremo del valle colgado, hacen pensar que se trata de una
serie de modificaciones al paisaje para trabajos agrícolas asociados al sitio. Por
ello, la producción de alimentos de este lugar probablemente sustentó la vida
cotidiana en la ciudad de Ranas.
ATLAS ARQUEOLOGICO. 22-F14C58-055. área 0.06 km²; uso de suelo 3, 6;
saqueo 1, 3; factores de destrucción potencial 4, 5, 6, 7, exposición de rasgos
arqueológicos 1, 6; materiales de construcción de los edificios 1, 2; No. de
estructuras en pie 1 <2m, 1 de 2 a 5m de altura
ALTITUD. 2400 msnm
FISIOGRAFIA. Provincia Sierra Madre Oriental (IX), Subprovincia CarsoHuasteco (1), geoforma sierra de laderas convexas (S5).
GEOLOGIA. calizas-lutitas (formación Soyatal), calizas (formación El Doctor,
fase San Joaquín)
Suelo Lc+Bc+Af/3 fase lítica media, pedregosidad media. Productividad media
a alta
VEGETACION. Agricultura de temporal (AT) y relictos de bosque de pino (BP)
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS: Bartolomé Ballesteros (1872), Mariano
Barcena (1872), José Ma. Reyes (1880), Margarita Velasco (1978).
TRABAJADO POR: Margarita Velasco (1982) de acuerdo a la información de
los habitantes
DECONI
Se localiza en plano a tres Km de San Joaquín y a cinco Km por el camino que
comunica con Canoas. El sitio esta sobre una meseta de forma alargada de la
cual aprovechan la porción superior que es relativamente plana y su ancho
promedio es de 40 m. La meseta se orienta de noroeste a sureste y desde este
punto se puede visualizar con claridad la ciudad de Ranas y San Joaquín, ya
que se encuentra al otro lado de la cañada del arroyo Agua de León.
Esta unidad, se encuentra compuesta por dos conjuntos arquitectónicos de tres
estructuras, agrupados de tres en tres, formando pequeños espacios interiores
a manera de patios. Los conjuntos descansan sobre amplias nivelaciones, que
en su sección norte se confunde a la pendiente natural del terreno; sin
embargo, su porción sur desplanta desde dos metros abajo, formando
251
escalones pequeños con los muros de contención. La unidad se encuentra muy
alterada por la remoción de las lajas de revestimiento en los edificios, sufrida
en épocas muy antiguas, según reportes de Ballesteros (1872) y Reyes (1880).
La destrucción continuó hasta la década de los 80's, en que habitantes de la
zona y contratistas, retiraron las lajas que formaban el núcleo del edificio, para
la construcción de casas y de una escuela; proceso que fue detenido con la
intervención de la Arqlga. Margarita Velasco en 1982; después de esto, solo se
conservaron los desplantes de lo que pudo ser un conjunto especializado en la
explotación de las minas de cinabrio cercanas a la unidad.
Los materiales de superficie en esta unidad son relativamente abundantes,
destacan la presencia de cuerpos de ollas naranja Soyatal con paredes
delgadas, pasta de matriz fina y desgrasante grueso de calcita que se presenta
desde el clásico y postclásico temprano; algunos de estos tiestos se
encuentran quemados, unos en el exterior y otros con huellas de quema total
que se refleja al interior de las piezas. Los restos líticos colectados son
mínimos: lascas de retoque en obsidiana, una lasca en calcedonia, un percutor
elíptico en basalto y un marro de mina. Los habitantes de la región nos
mostraron una colección de marros lascados y hachas pulidas manufacturadas
en piedras duras, como la serpentina; sus dimensiones no exceden de los 10
cm de largo y su peso máximo es de 200 gr; su forma general se acerca a la de
un paralelepípedo, el ángulo formado por su arista útil en el extremo distal, es
de 60°, mientras que, en su lado proximal se forma una superficie elíptica con
huellas de fracturas ocasionadas por percusión.
Es difícil proponer una interpretación detallada, sin embargo, se propone que
este asentamiento realizaba un doble papel: el primero de ellos consistió en el
laboreo agrícola de los terrenos de pendiente moderada; la segunda actividad
se vincula al trabajo minero por su cercanía a las minas; la cantidad y variedad
de marros y cinceles reportados. Por otra parte, los tiestos de ollas quemadas
totalmente pudieron haberse asociado a las tareas productivas de beneficio de
mercurio, aunque pueden ser producto de otras actividades domésticas. En
suma, este sitio no solo produce alimentos, sino que abastece de algunos
insumos a los trabajadores de las minas cercanas.
ATLAS ARQUEOLOGICO: Lo registra con dos marcas diferentes.
22-F14C58-042 Deconi. área 0.12 km²; uso de suelo 2, 3, 5, 7; saqueo 3, 4;
factores de destrucción potencial 4, 5; exposición de elementos arqueológicos
1, 6; materiales de construcción. 1, 2; No. de estructuras en pie 6 edificios <2m
22-F14C58-071. Cuicillos del Deconí. área 0.04 km²; no se registraron las
siguientes variables. No. de estructuras en pie 2 edificios. <2m
ALTITUD. 2360 a 2420 msnm
252
FISIOGRAFIA. IX1S5
GEOLOGIA. calizas-lutitas, calizas
EDAFOLOGIA. Lc+Bc+Af/3 fase lítica media, pedregosidad media
VEGETACION. Agricultura de temporal (AT); sectores de bosque mixto de
encino-pino (BQP) y matorral submontano inducido (MSM-MI)
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. José Ma. Reyes (1880), IPGH (1940),
Eduardo Noguera (1945) y Margarita Velasco (1978).
MINAS DECONI
Se localizaron en la ladera oriental del arroyo Agua de León, en una zona de
pendiente superior a 30°, que en la carta topográfica se reportan como: minas
Cananea y Tres Estrellas, ubicadas en plano a 2.7 Km al sureste de San
Joaquín y a tres Km aproximadamente de Ranas; por el camino a Ovejas, se
ubican a la altura del kilómetro cuatro, y su acceso es por el puerto de Las
Ovejas.
Se recorrieron 4 bocaminas, que se pueden agrupar en tres explotaciones
principales. En dos obras diferentes, su trabajo es sencillo y técnicamente
equivalentes; su hábito es inclinado en profundidad, propio de las vetas
formadas en las interestratificaciones de la formaciones Soyatal y San Joaquín;
siguen los estratos con "guija" (sulfatos y carbonatos de calcio), que
sobreyacen a lentes de pedernal negro y de caliza masiva, su frente de
explotación ataca estratos de calizas-lutitas de poco espesor.
La tercer obra minera, más compleja, cuenta con dos entradas muy próximas
entre sí (16m), cada bocamina tiene un pasillo de acceso -120 y 83° Az.-, que
se reúnen en una galería de distribución, en donde se presenta un pilar de
soporte, a una distancia de 25 y 18 m de las bocaminas. más adelante, en la
obra se observan tres derivaciones: dos en túneles horizontales y un túnel en
profundidad. Las evidencias arqueológicas de explotación, se extienden por
más de 100 m; los frentes antiguos ya se dinamitaron, al tratarse de una mina
que continuo su explotación hasta 1988. La explotación prehispánica se detuvo
al perderse la veta en el manto freático, que de su dren formó acumulaciones
de sarro en la parte profunda a unos 70 m de la entrada.
Su veta era muy importante y rica, seguía los planos perpendiculares de
fractura a la falla que origino al arroyo, corta estratos de la fase San Joaquín y
en su porción más profunda toca parte de la formación El Doctor en la fase La
Negra, de caliza más compacta y masiva. Al seguir la veta, se presentan
253
algunos sectores con acumulación de hierro, ya que desvían la brújula
significativamente.
No hay evidencias de material cerámico en superficie, aunque los mineros
reportan: la presencia de entierros en las inmediaciones de la bocamina, restos
de ollas, y maderas del interior, que ya tiraron al fondo del arroyo. Los
habitantes del Deconí conservan parte de estos materiales.
Por la evidencia de "chocolones" se reconoce que son obras de manufactura
prehispánica; indirectamente por la presencia de marros y el tipo de ollas que
refieren los mineros es probable que esta obra corresponda a finales del
clásico. Es el tiempo en que Ranas obtuvo su más amplio desarrollo e impacto
sobre las comunidades cercanas. Desde el punto de vista técnico, es muy
probable que los trabajos mineros de trazo sencillo se hayan realizado como
parte de una explotación local, mientras que la obra que muestra la galería y
varios túneles sea un trabajo coordinado y planificado por los artesanos
especialistas que dependieron de la instancia central en Ranas.
ATLAS ARQUEOLOGICO. Sin reporte.
ALTITUD. 2280 a 2320 msnm
FISIOGRAFIA. IX1S5
GEOLOGIA. calizas-lutitas, calizas
EDAFOLOGIA. Lc+Bc+Af/3 fase lítica intermedia 0.5 a 1m
VEGETACION. Bosque mixto de encino-pino (BQP); agricultura de temporal
(AT).
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. Ninguna.
LAS ÁNIMAS
Es un grupo de petroglifos excavados en un afloramiento rocoso; se localizan
sobre el cerro Bordo Grande, a 12 Km de San Joaquín y a 2 Km del
asentamiento El Deconí, por el camino de terracería que comunica a la
ranchería de El Apartadero.
La forma del afloramiento es rectangular, con orientación norte - sur y con una
depresión en su porción media; que fue tallada en la roca, probablemente para
dividir los diseños en dos sectores. El área total de diseños es una superficie
de 6.70 m de largo por 2.08 m de ancho máximo.
El sector norte, se conforma de una gran cantidad de motivos geométricos en
forma de triángulos y círculos, que por las fracturas de la roca se pueden
254
agrupar en cuatro subsecciones; una al extremo norte, alterada por el
intemperismo, y en que prevalecen diseños triangulares, en ocasiones unidos
por el vértice o con uno de sus lados paralelos, para dar la apariencia de
rombos.
La subsección del oeste, incluye segmentos de tres círculos interconectados
cada uno con un punto en su interior, asociado se localiza: un trazo con línea
quebrada, un triángulo y un punto aislado, en las proximidades de una fractura
natural.
El motivo central, se compone de: 5 triángulos; 4 círculos, algunos con un
punto en su interior; y dos triángulos, que al parecer presentan huellas de
trama interna. Sobresale al centro, un alineamiento de cinco puntos asociado al
vértice del triángulo del centro. La subsección oriental, incluye 4 triángulos con
diseño de rallas en su interior; uno con un punto y una serie de líneas en
diversas direcciones que no siguen los planos de fractura de la roca.
El sector sur del afloramiento con petrograbados es un conjunto de pozos de 2
a 5 cm de profundidad, que se interconectan con pequeños canales tallados,
de hasta cinco cm de ancho y tres de profundidad. Estas canaletas forman dos
círculos, una en cada extremo de la roca y con un canal recto se divide en dos
el área. En el círculo localizado al suroeste de la roca, la mayoría de pozas no
están interconectadas; mientras que las pozas del sureste, si están
comunicadas. (fig. VII-25)
En una de las paredes del afloramiento rocoso, y asociado a él, se encuentra lo
que pudo ser una antigua cata en forma de tiro; ya que, solo se conserva en la
entrada huellas del martilleo, mientras que el resto de la obra, fue alterada por
los gambusinos, en la búsqueda de cinabrio o plata plomosa.
No se localizaron restos cerámicos marcadores de temporalidad, solo dos
fragmentos de tipo doméstico, ni artefactos líticos asociados a estos
petrograbados, ni en los desechos de la cata.
La interpretación de estos motivos es muy arriesgada, sin embargo, considero
que fueron tallados por los habitantes del sitio El Deconí, ya que las evidencias
que corresponden a los cazadores recolectores (¿Jonaces?) que reocupan la
región en el siglo XIII d. C. por lo general son pinturas que se localizan en
frentes rocosos asociados a los arroyos o sus cuevas o abrigos.
En virtud de que el sitio se encuentra rodeado por bosques de encino,
mantiene condiciones de sombra y humedad constante en el afloramiento,
255
contribuyendo en parte a su conservación; además, los grabados no son
evidentes para los visitantes ocasionales, que normalmente añaden graffitis a
los diseños. La matriz donde se tallaron los diseños es una roca caliza de la
formación Soyatal; muestra una estructura tabular que se desprende en
escamas; su textura es media, con dureza menor a 6 en la escala de Mohs y si
se alteran las condiciones en que se encuentra, es probable que los motivos
tallados se pierdan por el agrietamiento y escamación de la roca.
ATLAS ARQUEOLOGICO. Sin referencias.
coordenadas 20° 55' 29" N
99° 31' 32" W
ALTITUD. 2260 msnm
FISIOGRAFIA. IX1S5
GEOLOGIA. calizas-lutitas
EDAFOLOGIA. Lc/3 fase lítica intermedia 0.5 a 1m.
VEGETACION. Bosque mixto de encino-pino (BQP).
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS: Velasco y Urdapilleta 1985.
LA CHEPITA
Se localiza a ocho Km de San Joaquín; tres Km al sureste del Deconi y a 2.5
Km al este de Canoas; su acceso es por medio de brechas y veredas, en muy
mal estado, que salen del camino principal, para dar acceso a las minas de
mercurio explotadas intensivamente durante los años 50's y 60's. Se ubica en
uno de los escurrimientos que forman parte del arroyo Ronco que drena al
arroyo Agua de León.
No se pudo realizar un recorrido detallado; tampoco se pudo hacer la
inspección a las bocaminas, ya que ni los dueños de la parcela, ni los del
denuncio permitieron el acceso a los trabajos mineros, porque el guía
contratado mantenía rencillas con ellos. Por ello solo se limita a dar su
ubicación, las impresiones iniciales registradas en el diario de campo y se
espera contar, en lo futuro, con la oportunidad y aprobación de los propietarios
para una visita posterior.
Se trata de un área de minas que se extiende por más de 700 m², localizando
al menos 15 bocaminas. Asociada a una bocamina y sobre el patio de una
mina, existió un basamento de planta semicircular, que según datos del
informante, junto a este localizaban "ceniceros", esto es, una gran cantidad de
ollas, cenizas y restos de quema para el beneficio de mercurio.
256
Aparentemente, el tipo de ollas en superficie son de un barro naranja y cuerpo
globular, algunas poseen un cuello alto, con un desgrasante grueso a base de
calcita. Los tiestos son muy semejantes a lo que reporta Franco para las minas
del Soyatal como el tipo naranja Soyatal. También, se presentan fragmentos de
cuencos negros de buena pasta y cochura que no son comunes en la región,
que corresponden con el grupo negro veracruzano de Franco y hemos
correlacionado con el Zaquil Negro de la Huasteca. Dominique Michelet ubica
ambos tipos entre los años 600 a 900 d.C.
Por lo visto en la breve visita y en los datos del informante; el número de
bocaminas es muy grande y se asocian a una falla mineralizada muy rica.
Algunas de las bocaminas visibles a la distancia son de forma elíptica, con las
características superficies redondeadas, sus dimensiones son mayores a los
dos metros de altura porque los mineros -buscones- pasaban libremente con
sus cargas. La distribución de las bocaminas observadas se mantienen
aproximadamente sobre un mismo nivel, donde está el contacto geológico
entre dos formaciones de calizas. Ya que los trabajos modernos probablemente
explotaran las minas más bajas, es posible que las minas ubicadas en lo alto
se encuentren menos alteradas y solo se hayan profundizado sus frentes de
extracción hasta comunicar con las obras que se localizan en una cota menor
Por todo ello, considero que esta es una zona de alto potencial arqueológico,
donde se pueden investigar minas de trazo complejo asociadas a restos de las
actividades de concentración y beneficio del cinabrio.
ATLAS ARQUEOLOGICO: Sin referencias.
ALTITUD. 2260 msnm
FISIOGRAFIA. IX1S5
GEOLOGIA. calizas-lutitas, calizas
EDAFOLOGIA. Lc+Bc+Af/3 fase lítica intermedia 0.5 a 1m
VEGETACION. Bosque mixto de encino-pino (BQP), zona pequeña de
agricultura de temporal (AT), en el acceso.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. Ninguna
CANOAS
Se trata de un asentamiento, ubicado a 6.5 Km de San Joaquín; emplazado en
un pequeño valle colgado producto de los arroyos que bajan de las partes
altas, que posteriormente integran el arroyo los lirios, que en su curso con
dirección sur, pasa por las inmediaciones de Toluquilla.
257
El sitio tiene dos secciones; en la primera (22-F14C58-036) la arquitectura, es
una amplia plataforma de nivelación con más de 120 m por lado y hasta tres
metros de altura, adosada a una loma. En su parte superior se desplantan por
lo menos ocho estructuras; tres son basamentos piramidales cercanos a las
esquinas, muy alterados por el saqueo de piedra; formaban una plaza
rectangular; las cinco estructuras restantes se localizan en el sector suroeste
de la plataforma, son muy bajas y pueden corresponder a desplantes para
habitaciones. Los habitantes reportan que los basamentos piramidales tuvieron
talud, una segunda sección vertical de aproximadamente 60 cm de altura,
delimitado el espacio por lajas grandes y delgadas que sobresalían de la pared
(¿tablero?); y una cornisa recta volada que sobresalía un palmo
aproximadamente; sobre la superficie superior de estos elementos se
encontraba un piso de "cal" muy duro que solo se rompía con pico.
A lo largo de los 2 arroyos que forman el valle, se detectaron terrazas y pretiles
para nivelar y cultivar con la humedad residual; los campesinos actuales
obtienen dos cosechas de maíz, o una de maíz y otra de avena con lo que
llaman el "jugo" de la tierra; sus rendimientos son dispares no por la calidad del
suelo, sino por las heladas y cantidad de lluvia.
La segunda sección es un conjunto arquitectónico se localiza en la ladera
boscosa al oriente del valle; e incluye cuatro edificios piramidales bajos con
menos de dos metros de altura (22-F14C58-044), de aproximadamente tres m
por lado, construidos a base de lajas de calizas; se encuentran distribuidos en
un una hectárea de terreno, sin ningún orden aparente.
El material asociado a la primer sección del sitio, se compone básicamente por:
ollas naranjas burdas; cuencos hemisféricos de engobe negro-rojizo que se cae
con agua; y fragmentos de ollitas de engobe café, con pulimento de palillos
semejantes a las reportadas para Teotihuacan en la fase Xolalpan, aunque su
pasta indica una manufactura local por la inclusión de calcita como desgrasante
finamente molida. Los habitantes mostraron un fragmento de orejera tallada en
piedra verde y la cabeza de una figurilla moldeada, manufacturada en pasta
fina foránea; con tocado de plumas, orejeras y rasgos faciales naturalistas
propios de la etapa teotihuacana; ambos objetos los encontraron con huesos al
retirar las lajas de la fachada de un edificio
El material relacionado al conjunto arquitectónico de la ladera boscosa se trata
de: ollas domesticas de paredes delgadas y cajetes hemisféricos, muy
erosionados, fabricados en pastas locales de color naranja, con texturas de
gruesa a media.
258
Como el asentamiento está en el fondo de un valle, el sitio no tiene un control
visual amplio de los accesos, sin embargo, está aprovechando las mejores
tierras de cultivo en la región.
La forma y disposición de las estructuras en la primer sección del sitio, es una
configuración poco común en la Sierra Gorda, hasta el momento es la única
unidad con estas características, y que nos vinculan a los patrones
arquitectónicos teotihuacanos.
El espectro de actividades productivas del asentamiento muestra una fuerte
tendencia a los trabajos agrícolas y el trabajo minero, bajo el control directo de
otro sitio más grande, que bien pudo ser Toluquilla.
Esta unidad es muy importante, ya que, se asocian cinco bocaminas; cuatro
para la explotación prehispánica de sulfuro de mercurio y una probablemente
de origen colonial para la explotación de plata y plomo, de acuerdo a las
indicaciones de los mineros de la región. De las cinco minas, dos aún
presentan trazos prehispánicos y se localizan al sur del conjunto arquitectónico
mayor; ambas se desarrollaron en la intersección de un plano de fractura o
"falla" con la zona de contacto entre la formación Soyatal y San Joaquín; la
formación Soyatal es la que sobreyace, se detecta generalmente en el techo de
los túneles y es más fácil de atacar por lo reducido de sus planos de
interestratificación.
Los túneles son inclinados en profundidad, su forma oval es muy irregular y su
curso aparente es errático, quizás esta apariencia se deba a las alteraciones de
los trabajos modernos que cortaron en algunas secciones el trazo antiguo, que
seguía la disposición tortuosa de la veta.
ATLAS ARQUEOLOGICO
22-F14C58-036 Cuicillos de Canoas. área 0.049 km².; uso de suelo 3; saqueo 4
y 5; destrucción potencial del sitio 1, 5, 6; exposición de elementos
arqueológicos 1, 6; materiales de las estructuras 1, 2; No. de estructuras en
pie. 7 <2m de altura y 1 con altura de 2 a 5 m
22-F14C58-044. Canoas. Uso de suelo 1, 2; área 0.105 km²; saqueo 3 y 4.
destrucción potencial 1, 2, 4, 6 y 7; exposición de elementos arqueológicos 1 y
6; materiales de construcción de las estructuras 2. no se registró el número de
estructuras.
ALTITUD. 2300 a 2380 msnm
FISIOGRAFIA. IX1S5
GEOLOGIA. calizas-lutitas, calizas
259
EDAFOLOGIA. Vp/3 en piso valle, es muy fértil; asociado en la segunda
sección E+I/3 fase lítica a 0.50 a 1m de profundidad y su pedregosidad es
media.
VEGETACION. Agricultura de temporal (AT) y bosque mixto de encino-pino
(BQP).
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. Bartolomé Ballesteros (1872), José Ma.
Reyes (1880), IPGH (1939), Eduardo Noguera (1945) y Margarita Velasco
(1978).
ZONA ARQUEOLOGICA DE TOLUQUILLA
La zona arqueológica se localiza aproximadamente a 158 kilómetros al noreste
de la ciudad de Querétaro. Se ubica en el extremo noreste del municipio de
Cadereyta de Montes.
Poco antes del poblado de San Joaquín, en un camino asfaltado que culmina
en la Casa de Maquinas23 de la Presa Hidroeléctrica Zimapán, se pasan las
desviaciones a las comunidades: Deconí, Canoas, Nuevo San Joaquín,
Esperanza y La Veracruz; es a esta altura, en el kilómetro 10.2, donde se
encuentra un letrero de desviación a la zona arqueológica. Su contexto es la
región montañosa con vegetación de pino-encino. El sitio está en la cumbre de
una montaña de forma elíptica.
La arqueóloga Margarita Velasco en 1988, propone que la toponimia del paraje
del que toma su nombre el sitio, proviene del náhuatl; lo divide en Toloa que
significa encorvado, y la partícula illa, que se emplea como un diminutivo de la
localidad; de tal modo que lo traduce como "Cerro Jorobadillo o Encorvadillo",
que es la apariencia que tiene el cerro desde el noroeste.
El sitio presenta una traza norte sur, de acuerdo con el eje longitudinal del
cerro; con un desarrollo arquitectónico de acuerdo al eje central, marcado
claramente por dos conjuntos arquitectónicos bien definidos. El primero
alrededor de dos juegos de pelota de paramentos con talud, rematado por
banquetas, basamentos piramidales con escalera - fachada, que presentan
remates de cornisa en saledizo. En las estructuras administrativas y de culto,
su planta es rectangular, de base en talud y con un cuerpo; en algunos se
encuentra esquematizado un tablero en los muros, delimitados por una gran
23
Los habitantes de la sierra y los choferes de las camionetas de carga, por lo
general se refieren a este lugar como "casa de locos", por las difíciles
condiciones para llegar y lo caluroso de su clima para habitar o trabajar, ya que
está en el cañón del Río Moctezuma a una altitud de 860 msnm y mantiene
todos los efectos de la sombra de lluvia del macizo montañoso de Zimapán.
260
laja o ixtapaltete, y a partir de los restos que sobresalen arranca la cornisa. En
ambos extremos del sitio se localizan tres basamentos piramidales formando
plazas y patios centrales (ver dibujos).
Sin embargo, los nuevos estudios del sitio arrojan que la cima se encuentra
acondicionada por dos plataformas muy amplias y extensas de donde arrancan
las estructuras superiores. Otro rasgo que denota la planificación "urbana", es
la permanencia de andadores que ayudan a la circulación y separa a los
espacios sagrados de los profanos.
Pasando el segundo juego de pelota, se encuentra un segundo conjunto
arquitectónico importante, compuesto por tres basamentos piramidales que
delimitan un gran patio que Velasco en 1988 interpreta como área de mercado.
Un poco más al sur, a los costados de este patio, se localizan dos juegos de
pelota con cabezales abiertos, paramentos verticales, y de menores
dimensiones que los primeros juegos de pelota del sitio. El asentamiento en su
extremo sur tiene un conjunto de terrazas y construcciones menores,
distribuidas a diferentes niveles en el extremo de la meseta. Un rasgo que lo
distingue de Ranas, es la densidad de los elementos arquitectónicos, ya que es
menor, aunque su estado de conservación es mejor.
En total, el asentamiento posee más de 100 estructuras de diversos tamaños y
funciones, donde algunas edificios presentan varias etapas constructivas y
renovaciones, como son la adición de escaleras, alfardas, banquetas en las
entradas, modificación de los perfiles arquitectónicos, entre otras más, sin
embargo, es de fundamental importancia un estudio específico de la secuencia
de estos eventos y sus materiales asociados para proponer sobre bases firmes
la cronología y periodificación del asentamiento.
No es sino hasta la fundación del Centro Regional Querétaro, del INAH, cuando
se detiene la depredación al sitio, y es hasta 1988 cuando se trabaja en los
primeros auxilios para asegurar la permanencia y conservación de muros y
edificios que estaban en riesgo de desplomarse, debido al paso del tiempo y el
saqueo.
En la planificación del sitio, se detectan dos variantes de juego de pelota; los
más importantes presentan paramentos en forma compuesta de un talud y
pared vertical (de 48 por 18 metros aproximadamente), siendo uno de ellos
más alto y con cuartos en su parte superior. Los otros dos juegos de pelota,
localizados al sur del sitio, presentan paramentos rectos y verticales (en pie,
aún sin explorar). En los cuatro casos no se detecta la huella de haber
261
soportado un marcador en piedra, aunque existe la posibilidad de que éstos
hayan sido de materiales perecederos y móviles (ver Levantamientos y cortes).
En lo que se refiere a restos cerámicos, en Toluquilla se ha observado en
superficie la existencia de materiales locales de las vajillas: Soyatal; Negro
pulido, Rojo pulido y Café pulido. En todas, destaca la presencia de calcita,
adicionada como desgrasante, ya sea para obtener pastas de textura media o
gruesa. Estas vajillas encuentran sus correlatos en las vajillas descritas por
Michelet para la región de Río Verde, San Luis Potosí (1984), ubicadas
temporalmente en las fases Pasadita, Río Verde A y Río Verde B (300 a 1000
d.C.). También es posible la correlación de formas, acabados y diseños
decorativos con la región de Pánuco, en las fases Zaquil o Pánuco IV, y Las
Flores o Pánuco V, establecidas por Gordon Ekholm y Jeffrey Wilkerson
(Ekholm, 1944; Wilkerson, 1972).
También se han colectado materiales, que por su pasta se distinguen como
importados a la zona, su frecuencia es baja pero su existencia no deja de ser
significativa. Así, se han identificado vasos trípodes de reborde basal y ollas
pequeñas en barro café; tiestos con desgrasante de cenizas volcánicas o
tezontle molido, de engobe café obscuro a casi negro con pulido zonal a
palillos. Corresponden a piezas de origen posiblemente teotihuacano para las
fases Xolalpan (Teotihuacan III) y Metepec (Teotihuacan IV); ca. 350 - 750 d.C.
Un soporte zoomorfo, que corresponde al tipo Manuelito café y tiestos del tipo
Naranja a brochazos; ambos tipos pertenecen a las fases Prado y Corral de
Tula (700 a 900 d.C.), de la secuencia propuesta por Robert Cobean en 1978.
Todos estos materiales proceden de la Cuenca de México.
Al igual que en Ranas, descrito anteriormente, es recurrente la presencia de
tiestos de los tipos: Zaquil negro liso, Zaquil negro esgrafiado, Zaquil rojo liso y
Zaquil rojo esgrafiado; procedentes de la zona de Pánuco. Fragmentos de
figurillas del tipo Pánuco B -Ojos grano de café-, pertenecientes a la fase Zaquil
(600 a 900 d. C.).
De la región de Río Verde se han observado tiestos de los tipos: Amoladeras
Fino, Sol orange, Escondida Bain blanc y Becerros sableux; que corresponden
a las fases Río Verde A y Río Verde B (600 a 1000 d. C.). De la región del
Bajo, se presentan tiestos con una pasta que integra desgrasantes de arena,
mica, biotita y cuarzo: correspondientes a ollas del tipo Blanco levantado;
vasijas globulares del tipo Garita black brown o Café inciso pulido. Los estudios
cerámicos del Bajío proponen para estos tipos una temporalidad del clásico
medio y postclásico temprano (Saint-Charles 1986 y Crespo et al 1992).
262
Los restos líticos hallados en Toluquilla son muy variados e incluyen diversas
materias primas como: obsidiana verde, obsidiana dorada, obsidiana gris
veteada, obsidiana negra, pedernal, diorita y basalto; los objetos fabricados con
estos materiales emplearon manufacturas con técnicas de percusión y pulido.
Sin embargo en el sitio se han localizado solo los productos finales y algunos
agotados por su uso. En esta categoría es importante anotar la presencia de
yugos, morteros, hachas, marros, metates, puntas bifaciales y navajas
prismáticas.
Por todo esto, y reunido a los datos que aportan los perfiles arquitectónicos de
los edificios, podemos proponer que la ocupación en el sitio de Toluquilla se
extiende de los siglo IV al XII d.C. Es muy probable que esta ubicación
cronológica sufra cambios en sus límites, ya que hasta nuevos estudios,
desconocemos cuál fue la variedad de materiales para épocas previas y
posteriores.
La zona arqueológica de Toluquilla es uno de los poblados antiguos más
importantes de la Sierra Gorda; ya que es uno de los más complejos y
nucleados. En otro sentido, es de los pocos sitios en la región de frontera
mesoamericana con cuatro juegos de pelota integrados al plan constructivo de
esta antigua ciudad. Por ello se le puede considerar como uno de los centros
político religiosos fundamentales para comprender la ocupación
mesoamericana dentro de la Sierra Gorda queretana.
La ubicación de Toluquilla es estratégica, en virtud de que desde este sitio se
pueden desplazar con relativa facilidad, a las partes bajas de la región
siguiendo los arroyos y cañadas como pasos naturales, además, es muy
probable que su ubicación obedezca a un control efectivo de la región y sus
recursos minerales.
Hasta este momento, las investigaciones nos indican que los fundadores y
constructores de Ranas y Toluquilla poseían una organización social estatal,
dividida en clases y con un fuerte control de su población y territorio. Esto
debido al mantenimiento de la minería como una actividad económica
fundamental del estado, era necesario que se garantice primero la subsistencia
alimentaria de los especialistas no integrados a la producción de los alimentos;
por esto, debieron establecer la coordinación entre la producción, circulación
del cinabrio; además de solucionar el suministro de los instrumentos de trabajo
e insumos requeridos en la explotación minera.
263
Para etapas posteriores a 1200 d.C., estos grupos sufren un proceso de
reacomodo y deterioro estructural, debido a los cambios sociales en los
estados mesoamericanos vecinos con los que tenían relación. Ante este
reacomodo, los grupos de recolectores - cazadores organizados en
macrobandas nómadas (posiblemente los Jonaces); y los grupos con patrón de
subsistencia mixta, esto es, con parte de dieta basada en productos agrícolas y
asentados en caseríos o villas estacionales, quizás Ximpeces y Pames; son los
que ocupan los territorios que se van debilitando dentro los principales asientos
de la Sierra Gorda.
Otros factores que aumentan la importancia del sitio es su asociación a las
minas de sulfuro rojo de mercurio o cinabrio. Este polvo rojo brillante o
bermellón, de lustre adamantino, fue muy apreciado en el mundo religioso
mesoamericano desde época del formativo (1200-100 a.C.). Se usaba para
adornar los objetos de piedra verde, como elemento para simular "sangre" o
como símbolo de vida, como un color propio del atavío de los dioses del
inframundo y como ofrenda integrada a los entierros de personajes de alto
estrato social.
En las minas asociadas a Toluquilla, sus vetas se localizan en las porciones de
fractura y donde existen algunas manifestaciones de la disolución kárstica sumideros-; en las zonas donde el contacto geológico se presenta con las
calizas-lutitas propias de la formaciones Soyatal al norte y noreste de la meseta
y las calizas de la formación El Doctor en su facie la negra que esta al sur y
suroeste del sitio, se dan varias formas de mineralización: en un caso, se
presenta fundamentalmente el cinabrio y porciones con pirita o "bronce",
"magistral" según la terminología local, en forma de vetas muy delgadas con
algunos "boleos" o lentes. Para el caso de la asociación con las calizas-lutitas
de la facie la negra, se presenta con forma de clavos y filones con muy poco
cinabrio y más mercurio liquido con segmentos de sulfuro de arsénico, en
forma cristalina de realgar -rejalgar en la terminología local-, que el minero
poco entrenado lo confunde con el cinabrio y es altamente tóxico. Las
mineralizaciones más importantes son con compuestos de Pb, Ag, Cu, Zn y Sb.
Son producto de la alteración regional de los cuerpos ígneos intrusivos granodiorita-, que se ubican profundamente en el cerro de San Nicolás y dan
una gran riqueza a los mantos, filones y vetas por los efectos hidrotérmicos.
ATLAS ARQUEOLOGICO. 22-F14C58-035. área 1.53 km². uso de suelo 1, 2,
3; saqueo 3, 4; factores de destrucción potencial 4, 5, 8; exposición de
elementos arqueológicos 1, 2, 6; materiales de construcción de los edificios 1,
2; valor del sitio 2, 3; No. de edificios en pie 48 menores a 2 m de altura, 25 de
2 a 5m de altura, 1 de 6 a 10m de altura.
264
ALTITUD. 2580 msnm en la cima; presencia de materiales desde 2470 msnm
FISIOGRAFIA. IX1S5
GEOLOGIA. calizas (Formación El Doctor, fase La Negra), calizas-lutitas
(formación Soyatal)
Suelo Lc+Bc+Af/3 fase lítica media, pedregosidad media
VEGETACION. Bosque secundario mixto de encino-pino (BQP), áreas
desmontadas para agricultura de temporal (AT)
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. José Ma. Reyes (1880), Hewe Bancroft
(1883), Ignacio Marquina (1928), IPGH (1939); Margarita Velasco (1978 y
1988) y Elizabeth Mejía (1991)
TRABAJADO POR: Eduardo Noguera y Emilio Cuevas (1930) con pozos
buscando los marcadores de los juego de pelota; Margarita Velasco (1987), en
la exploración, liberación y consolidación de estructuras, con el siguiente
equipo de colaboradores; Cesar Quijada, Jorge Quiróz, Elizabeth Mejía, Alberto
Herrera, Rosa Brambila y Guillermo Ahuja.
MISION DE MACONÍ
El sitio se localiza en plano a 7.9 Km al sureste de San Joaquín, sin embargo,
por el camino que conduce a la Casa de Maquinas de la presa hidroeléctrica
Zimapán, son aproximadamente 14.6 Km de recorrido. el asentamiento se
ubica sobre un valle colgado intermontano y la ladera al Puerto de los Lirios. La
posición en este puerto es muy importante porque es un punto intermedio entre
Toluquilla y la bajada franca al Río Moctezuma.
Esta unidad tuvo varios basamentos piramidales, hoy esta arrasado, ya que
ocuparon la piedra de los edificios para la construcción de la misión religiosa y
en la edificación de algunos muros de contención. En las márgenes del valle
intermontano -hoya-, se manifiestan terraceados muy antiguos; gran parte de
su destrucción y dispersión final se debe a dos razones; por un lado el trabajo
de agricultura de temporal con yunta; y en otro caso, en la hoya se usó un
tractor con rastras y ganchos grandes traído por los curas, para eliminar mucha
de la pedregosidad del terreno, los desechos de esta actividad se manifiesta en
tecorrales perimetrales de los predios.
Se menciona que durante el desmonte de uno de los basamentos, se
encontraron: huesos de un entierro; conchas grandes blancas y rojas; e
instrumentos en piedra verde "marritos pulidos de las minas"24. Una parte de
los materiales fueron entregados al párroco; mientras que los restos óseos
fueron depositados al pie de uno de los muros de contención. Se observaron
24
Datos aportados por José Luis Trejo, actual custodio de la Zona Arqueológica
de Toluquilla
265
restos líticos, en forma de lascas secundarias elaboradas con basalto y riolita;,
muy toscas y burdas.
Este sitio es un lugar donde también se localizó material vidriado, semejante a
la mayólica colonial del siglo XVIII. Funcionó como un antiguo punto de enlace
de la arriería en el camino al Río Moctezuma, pasando por La Mora. Además,
se registraron los restos de un tiro de mina, situada a 200 m al noreste del sitio,
de traza colonial, trabajada para la extracción de plomo y posiblemente plata,
probablemente asociada con la cerámica colonial presente en el sitio.
ATLAS ARQUEOLOGICO. 22-F14C58-045. Misión de Maconí. área 0.03 km².
uso de suelo 3; SAQUEO 3, 4; no se registraron las variables restantes.
ALTITUD. 2280 en el piso del valle a 2320 msnm en el puerto.
FISIOGRAFIA. IX1S5
GEOLOGIA. calizas, calizas-lutitas (Formación El Doctor, facie La Negra y
formación Soyatal); en el fondo del valle hay un pozo de disolución kárstica.
EDAFOLOGIA. Lc+Bc+Af/3 fase lítica media, pedregosidad media en laderas y
Vp/3 en el fondo del valle.
VEGETACION. Bosque mixto de encino-pino (BQP) y agricultura de temporal
(AT).
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. Ninguna.
266
Figura VII—1. Mapa topográfico con la distribución general de los
asentamientos localizados en la región de estudio y la ubicación de la zona de
recorrido sistemático.
267
Figura VII—2. Plano de zona de estudio con isolíneas cada 20m.
Figura VII—3. Mapa con equidistancia de isolíneas cada 50 m.
268
Figura VII—4. Sistema de microcuencas con el orden de exposición de los
asentamientos localizados
269
Figura VII—5. Acercamiento a la zona de El Doctor.
Figura VII—6. Croquis del sitio El Doctor. Asentamiento minero.
270
Figura VII—7. Croquis del sitio El Suspiro. Asentamiento agrícola
271
Figura VII—8. Representación esquemática de los motivos pictóricos en las
paredes del abrigo La Escondida y cercano a la Cueva del Tecolote.
Figura VII—9. Planimetría del Sótano del Sarro.
272
Figura VII—10. Asentamiento vigía.
273
Figura VII—11. Detalle de la topografía cercana a los sitios La Ciudad, Mesa de
los Pastores y El Socavón. M indica la posición de la bocamina El Socavón.
274
Figura VII—12. Planta compuesta del sitio La Ciudad.
Figura VII—13. Planta compuesta del Sitio Mesa de Los Pastores con la
ubicación del enterramiento expuesto
275
Figura VII—14. Representación de la ubicación del entierro secundario múltiple
localizado en la Mesa de los Pastores.
Figura VII—15. Dibujo esquemático de campo sobre la escultura encontrada en
el sitio.
276
277
Figura VII—16. Esquema de la mina El Socavón en función de la descripción de
sus segmentos.
Figura VII—17. Vista aérea de la loma donde se encuentra la mina La Lana o La
Fe. Las líneas rojas indican el trazo de los túneles y los rectángulos el
emplazamiento de las estructuras prehispánicas en superficie.
278
Figura VII—18 Levantamiento topográfico con equidistancia entre isolíneas de
1m. El nivel cero corresponde con el nivel del camino pavimentado.
Figura VII—19 Planta mixta del sitio Loma El Fiscal
279
Figura VII—20. Plano esquemático de la Mina Los Puerquitos, las zonas
punteadas indican los trazos de los túneles y cruceros de origen prehispánico.
El plano inicial fue integrado para la evaluación del depósito de mercurio hecha
por el Consejo de Recursos Minerales.
280
Figura VII—21 Croquis del sitio Mesa del Agua Fría.
Figura VII—22.
281
Figura VII—23. Localización relativa de las cuevas de Viguitas y sus
planimetrías.
282
Figura VII—24. Croquis del segundo asentamiento más importante de la porción
sur de la Sierra Gorda.
Abajo Izq. Perspectiva de la Estructura 3 de Ranas II.
Abajo der. Perspectiva de la estructura más grande (no. 16) en la cima de Ranas
II. Técnica mixta (Francisco Ledesma)
283
Figura VII—25. Petrograbados de la peña Las Ánimas
284
Figura VII—26. Planta mixta del cerro de Toluquilla.
285
Figura VII—27 Abajo Izq. Comparativo y estado de conservación entre litografía
de Reyes 1879 y fotografía de E. Mejía.
Abajo der. Imagen de la estructura 57 que remata al sur el conjunto del segundo
Juego de Pelota.
286
Tabla 1. Relación de las agrupaciones y tipos identificados en los materiales
muestreados en superficie.
NO. TIPO
PROCEDENCIA
25 BAJIO
30 BAJIO-LAJA
3 C. MEX
18 C. MEX
34 C. MEX
1 GOLFO
26 GOLFO
29 GOLFO
39 HUASTECA
40 HUASTECA
22 HUASTECA
1 RIO VERDE
9 RIO VERDE
12 RIO VERDE
13 RIO VERDE
19 RIO VERDE
32 RIO VERDE
4 SIERRA
5 SIERRA
8 SIERRA
10 SIERRA
14 SIERRA
15 SIERRA
16 SIERRA
17 SIERRA
20 SIERRA
21 SIERRA
24 SIERRA
27 SIERRA
28 SIERRA
31 SIERRA
35 SIERRA
36 SIERRA
37 SIERRA
38 SIERRA
2 SJR
23 SJR
33 SJR
6 XVI - XVII COLONIAL
7 XVI - XVII COLONIAL
11 XVI - XVII COLONIAL
TIPO
NOMBRE PRELIMINAR AGRUPACIÓN
FREC. ABSOLUTA
FREC. REL. %
OLLAS CAFÉ
PASTA GALLETA BAJIO EXTERIOR ESCOBILLADO
64
3.536
MORALES GRIS
PASTA MEDIA PULIDO FINO FORANEA
12
0.663
CAFÉ PULIDO
CAFÉ PULIDO PASTA MEDIA
22
1.215
NEGRO PULIDO
NEGRO PULIDO PASTA MEDIA ESQUISTO BLANCO
2
0.110
ROJO PULIDO
ROJO PULIDO PALILLOS PASTA MEDIA
14
0.773
PANUCO GRIS
BAYO PASTA MEDIA ENGOBE GIS
2
0.110
PANUCO PASTA FINA PASTA GIS MEDIA PULIDO FINO
4
0.221
ROJO MANZANO
PASTA MEDIA CREMA
2
0.110
ZAQUIL NEGRO
ZAQUIL NEGRO PASTA FINA FORANEA
36
1.989
ZAQUIL ROJO
ZAQUIL ROJO PASTA FINA
12
0.663
PANUCO GRIS
PASTA GRIS OSCURO MUY FINA
2
0.110
AMOLADERAS FINO AMOLADERAS FINO
2
0.110
BOQUILLA GROSSIER GRIS SILUETA QUEBRADA
22
1.215
MANZANILLA POLI ROJO PULIDO PALILLOS PASTA FINA C/CALCITA
8
0.442
SOL ORANGE
NARANJA PASTA MEDIA PULIDO FINO
2
0.110
RIO VERDE POLI
NEGRO LAVADO PASTA MEDIA
26
1.436
PAJARITO PULIDO
PASTA MEDIA-FINA CAFÉ ROJIZO
2
0.110
OLVERA
CAFÉ ROJIZO SILUETA QUEBRADA PASTA MEDIA
2
0.110
LEDESMA NEGRO
CAFÉ-NEGRO PULIDO PASTA MEDIA
2
0.110
LEDESMA N/R
ESCUDILLA SILUETA QUEBRADA ROJA PASTA MEDIA
14
0.773
MAQUEDA
IMITACION PASTA GALLETA
66
3.646
PAME
NARANJA TARDIO PASTA MEDIA
354
19.558
PAME
NARANJA TARDIO PASTA MEDIA CRISTALES
192
10.608
PAME
NARANJA-ROJO TARDIO PASTA MEDIA COLONIAL?
26
1.436
LEDESMA N/R
NEGRO BASE ROJA ESCUDILLA SIL. QUEBR PASTA MEDIA
50
2.762
TREJO
OLLAS PASTA GRUESA
70
3.867
TREJO ENGOBE
OLLAS PASTA MEDIA
24
1.326
LEDESMA NEGRO
PASTA FINA S/DESGRASANTE MAL COCIDA
2
0.110
SOYATAL
PASTA MEDIA ALISADO
24
1.326
SOYATAL
PASTA MEDIA CALCITA
30
1.657
SOYATAL
PASTA MEDIA PULID. PALILLOS Y ESCOBILLADO
40
2.210
LUNA CALIZA ROJO SIERRA PASTA FINA
4
0.221
LUNA CALIZA ROJO SILUETA QUEBRADA PASTA MEDIA ROJA
8
0.442
SOYATAL
SOYATAL PASTA GRUESA
102
5.635
SOYATAL
SOYATAL PÁSTA MEDIA
204
11.271
OLLITAS CAFÉ
BAYO PULIDO PASTA FINA
6
0.331
R/B SAN JUAN
ROJO S/ BAYO PASTA FINA
2
0.110
RIP XAJAY
ROJO INCISO POSTCOCCION XAJAY
6
0.331
OLLAS NARANJAS
OLLAS DOMESTICAS
268
14.807
OLLAS CAFES VIDRIADACOLONIAL PASTA MEDIA
54
2.983
MAYOLICA
LOZA COLONIAL MAYOLICA
26
1.436
1810
287
100.000
EL DOCTOR.
PORCENTAJES POR PROCEDENCIA DE MATERIALES
CERÁMICOS
1%
19%
4%
2%
67%
1%
3%
3%
PROCEDENCIA
BAJIO
C.MEX
GOLFO
HUASTECA
288
RIO VERDE
SIERRA
SJR
COLONIAL
289
290
291
292
293
294
295
296
Figura VII—28. Pendiente de calcita encontrado en entierro de Mesa de los
Pastores
297
298
299
300
301
CAPITULO VIII
302
VIII.
CONSIDERACIONES FINALES
Como capítulo final de este trabajo es importante exponer las consideraciones
finales en cuatro secciones, tomando en cuenta los objetivos desarrollados a lo
largo del texto y la experiencia acumulada en la investigación de la sierra y en
el estado de Querétaro.
La primera sección corresponde a la ubicación de la sierra en el ámbito estatal,
porque es importante exponer las diferencias geográfico culturales de las áreas
que integran el estado. En la segunda sección se presenta un ejercicio de
interpretación global de la sierra. Como tercera sección se incluye la
integración tecnológico-cultural de los trabajos mineros reconocidos en el
contexto serrano, y la última, es una propuesta de los distritos mineros de la
Sierra Gorda y algunos de sus cambios en el tiempo.
A. AMBITO ESTATAL
El estado de Querétaro, en un marco geográfico cultural puede dividirse en tres
grandes segmentos o zonas: Valles de Querétaro, Semidesierto y Sierra
Gorda.
Iniciamos con los valles queretanos, se localizan en la porción centro y
suroeste de la entidad. En términos generales coincide con las subprovincias
fisiográficas de Llanuras y Sierras de Querétaro e Hidalgo y Sierras y Llanuras
del norte de Guanajuato. Se trata de un corredor con alturas menores a los
2000 msnm, con lomeríos bajos y llanuras de materiales volcánicos; rodeado
por el sistema de sierra volcánica, con eminencias aisladas, donde predominan
las rocas extrusivas, con un piso antiguo de aluvión, importante en la
explotación agrícola. Estas características se extienden al poniente para
enlazarse con el Bajío guanajuatense en la provincia de la Mesa del Centro.
De especial interés en los valles queretanos es su integración a un proceso de
muy larga duración (650 a.C a 1500 d.C.) con una fuerte interacción entre El
Bajío -en su sentido más amplio-, y otras regiones de Mesoamérica como: el
Altiplano Central, Tunal Grande, Tula, los Altos de Jalisco, Río Verde y la zona
lacustre de Michoacán; que en el contexto arqueológico se manifiesta como
variaciones de una tradición alfarera de las vajillas rojo sobre bayo (cf. SaintCharles et al 1992). Sus conjuntos arquitectónicos mínimos son a base de
variantes de patios cerrados con un basamento piramidal en uno de sus
costados, integrado en ocasiones, sobre un acondicionamiento o plataformas
303
amplias con volúmenes constructivos considerables (cf. Nalda 1975 y SaintCharles 1987, Crespo 1991).
De forma general, en esta provincia se manifiestan procesos de reacomodo
poblacional y reorganización de los centros políticos regionales, que se
manifiestan en tres tendencias del patrón de asentamiento regional.
Durante el formativo, el patrón de asentamiento es disperso con algunos
centros rectores importantes (Barrio de la Cruz). En el periodo clásico, se da un
reacomodo y la integración de fuertes centros políticos (El Rosario, El Cerrito,
Tepozán y San Bartolo), donde aumentan los volúmenes constructivos y el
patrón de asentamiento es nucleado en torno a estos centros importantes, es
patente la presencia de elementos del Altiplano Central, ya sea en materiales
originales o en imitación de algunos rasgos manifiestos en la cerámica y
elementos arquitectónicos.
En el postclásico temprano se fragmentan los grandes centros políticos y la
población se reacomoda con patrones de asentamiento semidisperso, el poder
central se diluye en centros menores, los sitios se agrupan en lugares de
condiciones estratégicas, como lo son las mesetas rodeadas por cañadas o
emplazamientos en las cimas que son fácilmente defendibles, donde se
controlan claramente las fuentes permanentes de agua, como son los casos de
El Cerrito, La Magdalena, Barrio de la Cruz, La Muralla y San Ildefonso.
La cuenca del Río San Juan, culturalmente, esta región es muy importante, ya
que en ella se encuentra el sitio Barrio de la Cruz con vestigios asociados a los
grupos de Chupícuaro, para finales del formativo superior. Participa a su vez de
la dinámica cultural del centro de México desde la fase Tzacualli temprano, y
muestra un desarrollo regional propio; caracterizado por la presencia de los
grupos cerámicos rojo sobre bayo (R/B) en sus modalidades: R/B Mogote y R/B
Loma Linda como manufacturas locales; R/B Cantinas propio de la zona del
Lerma medio y Rojo San Bartolo que se relaciona con la provincia central de
las variantes R/B del Bajío. Durante el postclásico, en este asentamiento se
presenta la vajilla Rojo inciso postcocción Xajay, que puede estar ubicada
cronológicamente para el siglo XIV de nuestra era, y de esta época, se
encontraron entierros humanos con una rica ofrenda, donde destacan la
presencia de pigmentos25 quizás procedentes de la Sierra Gorda (Saint Charles
y Crespo 1991; Mejía 1992).
25
Vasijas con ilmenita pulverizada, color gris metálico y con lustre adamantino;
pigmento rojo que es una mezcla a base hematita de textura terrosa, almagre y
304
En el valle de Querétaro, los asentamientos más importantes tienen un
emplazamiento en laderas de colinas, o bien en la porción superior, en
condiciones que muestran un control efectivo de la región cercana. Los
asentamientos en el piso del valle, salvo casos excepcionales (El Cerrito), son
escasos y pequeños; los volúmenes constructivos no son muy grandes y al
parecer tienden a mantenerse alrededor de una determinada cota (1840) ya
que todavía hasta principios de este siglo se formaban lagunetas en el piso de
valle p. ej. Querétaro, El Salitre.
Es una región donde la situación de la frontera cultural mesoamericana es
patente y participa totalmente de su dinámica; con la particularidad de integrar
segmentos sociales de patrones de subsistencia mixta o algunos que pueden
considerarse recolectores-cazadores.
Sin embargo, no toda esta subprovincia desde un punto de vista cultural
pertenece a los valles, ya que existe una zona con un tipo de clima
predominante BS1 (semicálido - muy seco), producto del efecto de sombra de
lluvia provocado por la Sierra Madre Oriental en su porción hidalguense y
queretana, que a pesar de tener un sistema geomorfológico de valles y
lomeríos, su aridez no permite la subsistencia basada en su totalidad en la
agricultura, así vemos que en la porción nororiental de la provincia valles
queretanos es asiento de los grupos cazadores recolectores del semidesierto.
En este marco, en la Sierra Gorda aparentemente no existió un vínculo fuerte
con la dinámica de los valles queretanos, como se esperaba en una primer
momento de la investigación. Es nula la presencia en la Sierra de los rasgos
arquitectónicos que caracterizan a los valles, mientras que, en materiales
cerámicos se tornan ligeramente más evidente por la presencia de pipas de
placa, tiestos Morales Gris Bruñido, cuencos bayos, tiestos semejantes al
Blanco Levantado y el Rojo Inciso Postcocción Xajay en todo la secuencia
temporal en nuestra era. Es claro, que en lo que respecta a la lítica tallada en
obsidiana, tanto los habitantes de los valles y la sierra usaban la materia prima
de los yacimientos de obsidiana de la región de Urecho-Fuentezuelas; sin
embargo, en los valles existen asentamientos con talleres de producción de
instrumentos a gran escala, con materias primas que pueden proceder de la
Sierra de las Navajas, Otumba, yacimientos de la región del Lerma y la zona
cinabrio, dada la densidad y peso del material recuperado; pigmentos amarillos
que mineralógicamente corresponden a limonita, así como cuentas elaboradas
en minerales de cobre, tales como malaquita y crypsacola. Todos estos
minerales es probable que procedan de los yacimientos de Sierra Gorda, ya
que son los mas cercanos.
305
lacustre de Michoacán, todo ello asociado a la presencia real de grupos
teotihuacanos en los valles.
El semidesierto queretano ocupa la porción central del trazo actual de la
entidad. Delimitado al norte y noreste por la Sierra Madre Oriental en su
vertiente denominada Sierra Gorda, por el subsistema de topoformas sierras de
laderas tendidas y por las cañadas asociadas al bajo Río San Juan al norte de
Tequisquiapan y al oriente de Cadereyta. Desde un punto de vista geográfico,
estas características pueden rastrearse hasta el Valle del Mezquital en el
estado de Hidalgo siguiendo el Río Tula.
Por el occidente y suroeste, colinda con los valles de Querétaro en una
gradación lenta lo que difumina su presencia, que culturalmente se ve reflejado
por la recurrente presencia de vestigios de grupos recolectores cazadores en
zonas donde existieron grupos de base agrícola.
Es una región árida, donde la presencia de fuentes permanentes de agua
actúan fuertemente sobre la distribución de los grupos como un factor limitante,
ya que en toda esta porción, los índices de precipitación pluvial varían de los
650 mm hasta los 400 mm anuales. Por tanto, los patrones de vegetación son
de composición de matorral espinoso y cactáceas, en condiciones de suelos
someros y pedregosos. La producción agrícola en estas condiciones no es
redituable, salvo en las condiciones de las vegas de los ríos perennes que
permiten el cultivo por humedad.
Culturalmente, el arqueólogo Carlos Viramontes caracteriza esta zona por la
presencia de grupos con un patrón de vida seminómada (estacional),
organizados en macrobandas, con un dominio de amplios territorios; aunque al
parecer presentan campamentos base permanentes, asociados a cuevas y
abrigos rocosos. Los lugares de habitación y actividad productiva se
encuentran muy dispersos en el terreno. Cronológicamente es muy difícil
establecer con precisión su ocupación, pero, a partir de las tipologías de
instrumentos líticos se les puede ubicar desde el 3,000 a.C. hasta el momento
del contacto hispano (Viramontes 1990).
El utillaje lítico se elaboraba en una gran variedad de materiales, que van
desde: calizas compactas de grano fino, rocas silificadas por procesos
hidrotermales como el jaspe y pedernal; hasta los instrumentos fabricados en
basaltos, tobas, ignimbritas y riolitas. Los yacimientos de estos materiales se
encuentran en un vasto territorio, y en cierta medida, puede ser un índice de la
movilidad del grupo y sus relaciones con los grupos vecinos. Respecto a su
306
bagaje tecnológico, logran algunos instrumentos con formas y acabados
notables; sin embargo, la generalidad son meramente funcionales,
descuidando la parte formal y solo se preocupan por obtener instrumentos
adecuados para tareas específicas, retocando algunas lascas para tener el filo
adecuado. En los campamentos, reúnen algunas piedras de molienda y
morteros rústicos en rocas seleccionadas por su forma, tamaño y dureza.
En esta región, una de las manifestaciones culturales característica es la
pintura rupestre, ya sea en cuevas, abrigos y frentes rocosos, donde emplean
pigmentos de diversos colores, sobresalen el rojo, negro, blanco y amarillo. Un
estudio formal de estas manifestaciones y su interpretación semiótica, se
encuentra en proceso por parte de los investigadores Ana María Crespo y
Carlos Viramontes (Crespo y Viramontes 1993, comunicación personal).
Los recolectores-cazadores del semidesierto queretano permearon fuertemente
las relaciones de los habitantes de la sierra con los Valles Queretanos y el
Altiplano Central, ubicados al poniente y sur. De hecho, considero que la
presencia continua de los grupos recolectores-cazadores atenuaron el impacto
de los procesos de colonización, comercio y conquista de los estados
mesoamericanos del sur, y con esto colaboran al mantenimiento de un vínculo
más estrecho entre la sierra con la región huasteca ubicada más al norte.
Un hecho importante, es que la región semidesértica intruye por el efecto de
sombra de lluvia en los distintos macizos montañosos de la sierra en la porción
suroeste y oeste (el alto Río Estorax, Tolimán, Peña Miller, Camargo); donde la
presencia de los rasgos culturales de los cazadores-recolectores es más
recurrente e incluso se amalgama con los sitios serranos en una aparente
coexistencia pacífica.
B. LA SIERRA GORDA
Velasco en diferentes trabajos sostiene que la Sierra Gorda actúa como un
área cultural con características propias desde el clásico, manifestando
internamente una subárea que mantenía fuertes vínculos con la Huasteca, en
tanto que para el resto detecta relaciones con las culturas del Tajín y el
Altiplano Central. (cf. Velasco 1978, 1981,1983 y 1988).
Considero que este primer planteamiento es válido, sin embargo, con el
resultado de los nuevos trabajos antes expuestos, se propone a la Sierra como
un área cultural desde el formativo con clímax durante el periodo clásico; donde
se manifiestan un conjunto de problemas particulares, que sin ser homogénea,
307
trata de grupos culturales mesoamericanos con una organización social
compleja, dividida en clases sociales y con nexos a las regiones vecinas
(Altiplano, Río Verde y la Huasteca). Aparentemente, cada zona presenta, en
diferentes momentos, una estrategia particular para colonizar y controlar el
territorio; y cada una tenía sus propias formas de coexistencia y articulación
con los grupos de recolectores-cazadores.
Los habitantes de la Sierra Gorda, fueron grupos sociales que condicionaron
fuertemente su patrón de asentamiento a la presencia de los recursos
minerales de la región; y a la variabilidad de los recursos bióticos, que se
encuentran dispuestos en una sucesión de pisos ecológicos, donde los factores
más importantes son el gradiente topográfico y su posición relativa en la sierra;
así en la banda oriental se presenta más humedad y diversidad de vegetación;
en tanto que, en la banda occidental de la sierra, presenta fuerte afectación por
la "sombra de lluvia", con biomas semejantes al semidesierto. Por esto, la
subsistencia de los grupos de la sierra es diversificada y no ejercían una
presión sobre un nicho en particular.
La Sierra Gorda no puede ser considerada como una entidad homogénea,
pues existe una variabilidad ambiental y cultural susceptible de regionalizarse.
Por ello, propongo que regionalizar la Sierra es un paso metodológico previo a
la investigación e interpretación de esta unidad cultural, a partir del estudio
detenido de las secciones que la componen.
Por tanto, la Sierra Gorda se puede regionalizar en tres segmentos. La primera
de ellas es la región que denominaremos Sierra26. Se localiza en la porción
centro-sur de la sierra queretana, colinda por el sur y sureste con la región
semidesértica y al norte su límite es el Río Estorax.
Los asentamientos de la Sierra se encuentran asociados a bosques mesófilos
de montaña y bosques mixtos de pino-encino, donde aprovechan las partes
altas de las mesetas, o bien las porciones planas de los lomeríos que se
desprenden de los macizos principales, guardando siempre un contacto visual
entre las diversas unidades que conforman el patrón de asentamiento. En ella
se encuentran los asentamientos más conocidos de la sierra Gorda como son:
Ranas Toluquilla, Canoas, Los Moctezumas, El Doctor, El Durazno, El Deconí,
La Mora, entre otros más.
26
Su estudio puede enfocarse en un esquema temporal, que puede tratarse
desde el formativo terminal hasta el postclásico, sin embargo, el postclásico
tardío es un periodo incierto, incluso hasta el momento de contacto hispano.
308
Los elementos arquitectónicos recurrentes consisten en la presencia de juegos
de pelota con cabezales abiertos. Sus canchas están bien delimitadas por
paramentos en talud, sin huellas de marcadores de piedra adosados a ellos;
con un remate de la cancha en alguno de sus extremos, consistente en un
basamento piramidal de dos o tres cuerpos. Este basamento presenta
escaleras fachada delimitadas por alfardas, con ocasionales cornisas en
saledizo como remate del último cuerpo, y desde donde desplanta el templo
superior. El conjunto de juego de pelota con la estructura de remate, son
elementos rectores para la traza y distribución de edificios y accesos en el
asentamiento.
Los materiales cerámicos (vajillas) observadas en esta región se caracterizan
por tener en sus pastas la adición de calcita como desgrasante, y sus
productos son de cocción de regular a mala. Los asentamientos de Ranas y
Toluquilla son los que cuentan con estudios más profundos, ya que se han
hecho trabajos de investigación, conservación, restauración y mantenimiento
(Noguera 1941; Velasco 1982-1988; Mejía 1987, publicado en 1991; Herrera
1985, 1990; Mejía y Herrera 1993). Son lugares donde las obras mineras más
importantes se encuentran relacionadas, como parte de las actividades
económicas preponderantes de la región.
Temporalmente se les puede ubicar con seguridad dentro del primer milenio de
nuestra era y como contemporáneos a los grandes asentamientos de los valles
queretanos, esto es, v. gr. Cerro de la Cruz, El Cerrito, Tepozán, etc.; con los
que probablemente interactúan sin poder precisar las formas en que se dio. Ya
en las publicaciones de la Arqlga. Velasco en 1978, refiere que, en el lugar que
propongo como Zona Serrana habitan grupos mesoamericanos de una
organización social compleja, cuya etapa de ocupación más intensa se ubica
en el primer milenio.
El segundo milenio aún es muy incierto, ya que, a partir de los reportes de las
fuentes hispanas del siglo XVI el área de estudio se encontraba habitada por
grupos Jonaces, Pames, Ximpeces y probablemente algunas comunidades
Otomíes para la porción sur. Como ya se mencionó los primeros dos eran
grupos con formas de vida asociadas a la caza recolección y patrones mixtos;
mientras que, los Ximpeces y Otomíes fueron un grupos de número reducido
en la zona, con un patrón de subsistencia más vinculado a la agricultura. Todos
ellos se encuentran emparentados lingüísticamente y se integran a la gran
familia Oto-Pames.
309
La segunda subregión o subárea se ha denominado como Río Verde. Se ubica
al centro y noreste del estado; corresponde a los valles y cañones de los ríos
Ayutla, Concá y Santa María Acapulco, y con una buena probabilidad, se
puede incluir al alto Río Estorax, como una intrusión dentro de la región
serrana.
Un rasgo de esta región es que estos asentamientos no exceden en su
posición topográfica de los 1400 msnm; el paisaje asociado es de pendientes
suaves, con pequeños lomeríos de suelos obscuros, relativamente profundos,
muy productivos. Es una zona donde se desarrolla el bosque de galería con
vegetación tropical a los márgenes de los ríos, y de matorrales tropicales o
subtropicales como vegetación secundaria, producto de la enorme continuidad
temporal de las prácticas agrícolas hasta las estribaciones montañosas. Las
actividades productivas relacionadas desde épocas prehispánicas en esta zona
es la explotación de tepetate y bancos de arcillas en las terrazas aluviales y de
algunas obras mineras para la extracción de pigmentos rojos de fierro
(almagre).
Esta región cuenta con pocos estudios, pero se detectaron asentamientos con
características arquitectónicas diferentes a la zona serrana. Los sitios se
conforman por estructuras piramidales y plataformas alargadas donde
descansan con dos o más estructuras, reuniendo al menos 4 edificios formando
un esquema básico de plazas rectangulares o semicirculares, con accesos bien
delimitados, al oriente y poniente de las mismas. Cuando presentan juegos de
pelota, uno de los paramentos es por lo menos un metro más bajo y no
necesariamente esta rematado por un basamento piramidal, de hecho, el juego
de pelota se anexa como un conjunto importante, pero secundario al sistema
planificado de plazas. Por su ubicación topográfica, en estos asentamientos el
control visual sólo se observa con respecto a las unidades inmediatas que se
ubican al pie de monte y ladera media, por esto, el asentamiento con las
características descritas está sobre el acceso natural y no en la parte alta de
los cerros. Los ejemplos más importantes son los sitios de: Concá, Purísima,
San Rafael - Arroyo Seco, El Carrizal, Mesa del Agua Fría, entre otros más.
(Quijada, Quiróz y Herrera 1986).
Los materiales detectados en los recorridos corresponden mayoritariamente a
los reportados por Joaquín Meade y Dominique Michelet, para la cuenca de Río
Verde, de la zona media de San Luis Potosí;, los cuales están caracterizados
por una buena técnica en la manufactura de la cerámica, que se realiza con
arcillas de alta plasticidad, a la que se le integra como desgrasante fibras
310
vegetales y rocas ígneas trituradas y molidas finamente; lo que aunado a una
buena cochura, produce una vajilla de paredes delgadas, compactas, duras y
tenaces; observado en los cortes o fracturas de las piezas, que son limpias. En
cuanto al acabado superficial, este llega a ser ceroso y con alto brillo;
normalmente su engobe y decoración es naranja, negra; incisa, esgrafiada o al
negativo; presentándose, también, ollas y cuencos con baño blanco (caolín), lo
que recuerda mucho a la técnica y formas de las vajillas: blanco levantado del
Bajío y a la cerámica temprana de baño blanco con bordes negros del Pánuco.
La temporalidad asignada para estos asentamientos varía desde el clásico
temprano al postclásico temprano (300 d.C. - 1100 d.C.) (Meade 1942; Michelet
1984).
Aparentemente posee una mayor profundidad temporal, en especial la fase La
Pasadita, en donde existen materiales que pueden corresponder a etapas más
tempranas, esto es del formativo terminal (300 a.C.); mientras que para el
momento del contacto se reporta la coexistencia de bandas de recolectores cazadores (Jonaces, Mascorros y Copuces), con grupos Pames de patrón de
subsistencia mixto que integran una agricultura ocasional en el patrón de
subsistencia (Michelet 1984). Los grupos Pames y Jonaces (ChichimecasJonaces) que pertenecen a la familia lingüística Oto-Pame, mientras que los
grupos Mascorros y Copuces formaban parte de los Guachichiles de más al
norte; con una lengua perteneciente al tronco Uto-azteca (Rodríguez 1985).
La tercera subregión, considerada como HUASTECA, coincide en términos
generales con la zona conocida como huasteca queretana al noreste de la
entidad. Es una región que se extiende al oriente, rumbo a la costa del Golfo de
México; posee una topografía accidentada en su porción queretana, y al norte,
fuera de Querétaro, tiene su mayor extensión sobre terrenos de pendientes
moderadas a suaves.
Su vegetación en el pasado fue tropical con una estructura de selva alta, sin
embargo, en la actualidad se presenta un bosque secundario con la presencia
de relictos en las porciones encañonadas, como por ejemplo, las adjuntas de
los Ríos Tancuilín y el Moctezuma.
Sus asentamientos más importantes para esta subregión son: San Antonio
Tancoyol, Tancoyol, Reforma, Cerro del Sapo, La Campana, Agua Zarca,
Neblinas, Tangojó, La Camarona, El Lobo, Mesa de San Juan o Quirambal, etc.
(IPGH 1939; Meade 1945; Quijada Quiróz y Herrera 1986).
311
Los rasgos más destacados de sus asentamientos, su nucleación, con la
presencia de grandes plataformas y nivelaciones sobre las que descansan
edificios de plantas rectangulares y circulares; basamentos piramidales con
varios cuerpos que llegan a tener alturas de hasta 15 metros; juegos de pelota
cuya cancha se encuentra bien delimitada por banquetas, incluyendo uno de
los cabezales; presentan una traza planeada para la distribución de las
edificaciones, dejando accesos claros y áreas de circulación; distribuyen las
unidades domésticas alrededor de los conjuntos principales; que se reconocen
en superficie por plataformas bajas de tierra o con muros de contención
pequeños y una concentración de material por lo general doméstico. La forma
que toma en conjunto las unidades que componen el asentamiento tienden a
ser alargadas, adaptándose lo más posible a la topografía del terreno, y esta
característica determina que sus edificios y conjuntos arquitectónicos no
preserven una orientación precisa, aun cuando se demuestra una tendencia
general a orientar los ejes arquitectónicos al tránsito solar. En estos
asentamientos no se presenta con la misma regularidad el control visual de las
unidades menores, aun cuando se asienten en la parte alta de las mesetas.
Estas características los distinguen de la zona media de San Luis Potosí,
donde el patrón básico es de plazas y de lo expuesto para la región serrana, ya
que si bien existen los asentamientos de traza lineal, las unidades domésticas
por lo general se agrupan como asentamientos menores en la zona de control
visual del sitio.
Los materiales cerámicos observados presentan una tecnología de fabricación
ligeramente distinta a la región de Río Verde y Serrana, así como las arcillas
que sirvieron de materia prima y diseños. En sus vajillas predominan las vasijas
con engobes de colores que van del negro, rojo y del crema a blanco, y una
pasta con variaciones en negros por las zonas de reducción; a naranjas por el
proceso de oxidación. El desgrasante puede ser vegetal, arena fina, o bien,
puede presentar materiales volcánicos molidos (cuarzos, feldespatos, olivino y
obsidiana), aunque, es recurrente la presencia de ollas de paredes gruesas con
desgrasante de calcita bien molida. En general, son vajillas compactas de
tenacidad y dureza media, presentando porosidad en la sección.
En esta subregión destaca la existencia de piezas de escultura en piedra, ya
sea de grano fino o medio; cuyos ejemplares más característicos son los yugos
y las representaciones antropomorfas. También se distinguen las figurillas de
cerámica modelada con tocados cónicos, o bien con "peinados" muy
312
elaborados. La ubicación temporal de los materiales presentes en la subregión
Huasteca nos remontan a fechas entre 200 a.C. y 1300 d.C.
El periodo del postclásico tardío y contacto hispano, es incierto, sin embargo,
en los Antecedentes Etnohistóricos hemos anotado que en la región de
Oxitipan se reporta población Huasteca, que fue sometida al reparto y
encomienda a Hernan Cortés, el cual vendió sus derechos a Nuño de Guzmán
y fue diezmada por las epidemias, la guerra y el trabajo forzado.
Es fundamental indicar que las investigaciones en cada subregión se deben
profundizar, para comprender la dinámica interna de los procesos sociales
representados en los restos y contextos que las conforman, antes de
relacionarlos con otras entidades socio-políticas. Asimismo, en estos trabajos
es de vital importancia obtener fechamientos directos a fin de poder establecer
secuencias sobre bases más sólidas.
C. MINERÍA DE LA SIERRA GORDA: INTEGRACION TECNOLOGICOCULTURAL
El proceso de integración en esta sección sólo fue posible con el apoyo en los
diversos recorridos a nivel general en la sierra; la gran cantidad de datos que
aportaron los mineros y gambusinos referentes a sitios, minas y sus
interpretaciones técnicas a las labores antiguas; y por último, la experiencia
acumulada en el reconocimiento de las minas que se pudieron visitar en la
Sierra Gorda.
Con este contexto, en la sierra se han detectado algunas regiones con una
variabilidad en las técnicas de explotación, extracción y beneficio de las menas;
que se asocian al trabajo de algunos recursos. Esta clasificación de las
técnicas obedece a su grado de complejidad y su correlación con algunos
niveles en la organización social. Sin embargo, el bagaje tecnológico
reconocido es amplio, y es importante mencionar que los grupos humanos que
habitaron la sierra emplean hasta un nivel específico, de acuerdo a la
complejidad de su organización para la producción. En la exposición
encontramos que al final de cada tipo de obra se presentan los casos más
complejos de la escala ya sean a cielo abierto u obras subterráneas.
313
1. OBRAS A CIELO ABIERTO
a. RECOLECCION DE CANTOS Y NODULOS EN SUPERFICIE
Es una tecnología muy usada para el aprovisionamiento de materiales
comunes y relacionados de forma directa con las actividades de subsistencia;
no se encuentran asignados, pero su control general será en función de la
delimitación del territorio. Es la práctica que menos restos arqueológicos deja,
sus mayores evidencias son lascas ocasionales en superficie. Esta técnica se
emplea para obtener bloques o nódulos de rocas duras o suaves para la
elaboración de instrumentos. Ejemplos directos en la zona de estudio no se
han detectado, pero pueden ser rastreados en regiones vecinas con los
depósitos de obsidiana como Peñuelas, Urecho, Navajas (Pastrana 1985,
1991); además de los reportes del Arqlgo. Viramontes en 1990 para la Mesa de
León, donde se recolecta jaspe, riolita y otros materiales silificados.
b. REBAJES Y TAJOS ABIERTOS
Normalmente se presentan con un frente de extracción único, donde se busca
obtener material de propiedades como calidad, formas o tamaños particulares,
siguiendo un estrato geológico determinado. Esta técnica, por su complejidad
es instrumentada por grupos en donde ya existe una base de subsistencia
asegurada y una diferenciación de rango, ya que, para su explotación se hacen
necesarios una cantidad de instrumentos para la excavación, tumbe, remoción
de rezagas, concentración y transporte. Dentro de estos casos tenemos los
bancos para la explotación de tepetate en Arroyo Seco, arcillas y pigmentos
rojos y amarillos para Concá, El Doctor, San Cristóbal, Maconí y Peña Miller; y
en el caso de obsidiana se pudo detectar en Fuentezuelas (Pastrana 1991).
c. CANTERAS Y BANCOS DE MATERIAL.
Normalmente se aplica a los lugares donde el producto se presenta en forma
masiva, y su mejor ejemplo es extraer material para la construcción,
supervisando la calidad, tamaño y forma de los bloques. Es una técnica en
donde ya existe una planeación, se pueden distinguir varias etapas en el
proceso de producción27, lo que implica una organización social más compleja,
27
Es un lugar en que simultáneamente se dan diferentes procesos de trabajo en
un espacio particular, donde las actividades son de rebaje, ranurado a tamaño,
corte de profundidad, desprendimiento de bloque, sencillado o emparejado de
bordes e irregularidades. Estas tareas obligan a considerar equipos mínimos
de 5 personas y una instancia central que los aprovisione de alimentos e
instrumentos de trabajo.
314
un patrón de asentamiento sedentario y por lo general, una base de
subsistencia mayoritariamente agrícola. Ejemplos de estas técnicas se
encuentran en: Ranas, El Deconí, Esperanza, San Cristóbal, El Doctor, El
Carrizal de los Sánchez y al norte de Arroyo Seco (San Rafael).
2. OBRAS SUBTERRANEAS
a. TUNELES HORIZONTALES, SOCAVONES Y TIROS SIMPLES
Estas obras son simples oquedades, llegan a confundirse con cuevas, explotan
los puntos donde aflora la roca o el mineral y normalmente siguen un estrato
determinado, un cuerpo mineral, ya sea en veta o en filón. Esta técnica es
empleada en la explotación de ocres o pigmentos de fierro, rocas silificadas, o
bien en las catas de cinabrio, yeso, calcita, cobre o plomo; donde se determina
la regularidad y calidad de la veta. Ejemplos de esta se encontraron en las
inmediaciones de Toluquilla, para explotar cinabrio y calcita; El Limón de donde
obtienen almagre; Río Blanco con mercurio, cinabrio, plomo y cobre; La
Quebrada, cerca de Atarjea, en que retiran cinabrio, plata?, fluorita y calcita
verde.
b. TUNELES TIROS Y GALERIAS
Son obras que se interconectan, son desarrolladas a partir de socavones y
galerías, con túneles de distribución a diversos frentes de extracción, que
pueden estar a diferentes profundidades y atacan a diversos segmentos de las
vetas o filones, como pueden ser las zonas de oxidación o de reducción, esto
es, a lo alto o bajo de la veta. En estas obras, es común la presencia de dos o
más accesos (bocaminas) y la planeación de soportes tallados en la misma
roca o bien se construcción con morillos y ademes de madera. Es una técnica
compleja en donde existe la presencia de especialistas e instancias de control
central específicas, por tratarse de un recurso escaso, asignado socialmente
como un marcador de clase social y con un uso marcado por fuertes vínculos
religiosos. La presencia de estas técnicas nos obliga a considerar que el control
de la producción, circulación, uso y consumo del producto se realizó a través
de un estado fuerte. Ejemplos de esta técnica se localizan en El Poblano, El
Doctor, Canoas, Puente Curvo, Rancho Viejo, Otates, Maguey Blanco, La
Negra, La luz, Tierra Colorada y Gatos, en las inmediaciones de la región de
estudio. En otras partes de la sierra se detectaron: El Pingüical, El Piñón,
Moctezumas de la Laja, Peña Miller, Maguey Verde y El Durazno.
315
c. TUNELES, TIROS, GALERIAS, OBRAS DE VENTILACION Y
DRENAJE
Son las obras técnicamente más complejas y desarrolladas. En donde existen
al menos dos accesos; se presentan retaques al interior de túneles; con tiros de
transporte de mineral y rezaga; la formación de al menos dos niveles de
extracción en las vetas o filones, desarrollados con la técnica de excavación de
corte-relleno; y múltiples frentes de extracción. Asimismo, se presentan
túneles y derivaciones que en apariencia se desarrollaron sobre material estéril,
pero que contribuyen a drenar y corregir la ventilación en las galerías y frentes
de extracción. En este grupo encontramos las minas de: La Cañada del Soyatal
(Langenscheidt 1970), La Fe, Maravillas, Calabacillas, Canoas, Puerto del
Deconí, Camargo, El Derramadero, Atarjea, El Durazno y el Pingüical-Piñon.
Como se pudo observar, en la Sierra Gorda se han detectado trabajos mineros
de explotación a cielo abierto y obras subterráneas. Estas últimas llegaron a
ser tan complejas que se extendieron por las zonas de mineralización, llegando
a desarrollar frentes de extracción a 150 metros de profundidad, con túneles
comunicados con extensiones superiores a los 200 m, como se registra en las
minas de la Cañada del Soyatal (Langenscheidt 1970), Maravillas, La Fe y El
Socavón (El Doctor).
A pesar de esto, y como complemento a esta clasificación, se tomaron en
cuenta los tipos de instrumentos y agentes empleados para la fragmentación
de las rocas encajonantes para las vetas y filones de minerales, o en su caso,
los estratos explotados; ya que la tecnología prehispánica se basa en
instrumental de piedra, madera, asta y hueso. En algunos casos, también se
empleó el fuego como un agente de fracturamiento y cuñas; fabricadas en
maderas duras y secas que al ser mojadas, aprovechan la fuerza de expansión
y con la presión generada ayudaban a fracturar y desprender las rocas y
minerales.
La profundidad histórica de la explotación en algunas minas es asombrosa, al
notar que la gran mayoría de obras del periodo colonial e independiente están
siguiendo minas con trazas prehispánicas; donde permanecieron algunas
paredes y oquedades de reducidas dimensiones como testigos de su origen
indígena, en profundidades de hasta 90 metros, aunque en la mayoría de los
casos, estas huellas están dentro de los primeros 30 metros de la mina.
316
Realmente, tratar de realizar un conteo y ubicación temporal de las minas de la
sierra es difícil; porque continuó la reutilización posterior con pólvora e
instrumentos de metal, borrando muchos de los vestigios, incluso, muchas de
ellas continúan explotándose en nuestros días, por los buscones y gambusinos;
como son los casos de Escanela, Peña Miller, San Joaquín, Maconí, El Doctor,
Camargo, Pinal, etc.
A pesar de estas alteraciones, en este estudio se ha podido notar que los
poblados de la Sierra con corte mesoamericano, generalmente tratan de
grupos agrícolas, que con esta forma de subsistencia permiten excedentes en
cierta parte del año y formalizar la producción minera bajo el control de
instituciones políticas; mismas que regulan ¿cuándo? y ¿cómo? se produce,
¿qué técnicas se usan? y ¿qué vías se usan para la circulación de productos?
Así, en la Sierra Gorda nos encontramos con una zona muy compleja, que
desde el formativo se ubica en una situación de transición entre grupos de
patrón de subsistencia agrícola y grupos de recolectores-cazadores;
eventualmente estos últimos, pueden no desaparecer a lo largo del clásico y se
concentran en las zonas semidesérticas de la sierra.
Los niveles de organización social varían desde bandas hasta estados; en cada
nivel la complejidad tecnológica es muy distinta, siendo entonces un indicador
para cada forma de organización y puede colaborar a determinar la
coexistencia de estos grupos. Un ejemplo de la coexistencia de técnicas son
las minas de la porción semidesértica de la sierra, en la zona de Soyatal y
Peña Miller; donde hay minas subterráneas de alta complejidad tecnológica, así
como algunas oquedades que aparentan ser de una actividad ocasional
durante un largo periodo de tiempo. Sus diferencias tecnológicas radican en la
estructura y disposición de túneles y la forma en que se concentran los
desechos en los patios de mina.
La actividad propia de grupos de recolectores-cazadores o de grupos
semisedentarios sólo se dedica a extraer productos, descuidando el trazo
formal de la mina al ser una actividad eventual o estacional. Normalmente sus
minas son muy someras, no llegan a extenderse más allá de 12 o 15 metros de
profundidad, presentan problemas de estabilidad. La distribución del desecho
en la bocamina es errático, sin muros de contención, ni las áreas de actividad
bien diferenciadas en el patio, características de las actividades controladas por
los grupos sedentarios.
317
Generalmente en el rodadero y el patio de mina, se localizan algunos
implementos líticos producto de los campamentos estacionales y algunas
lascas para el reavivamiento de filos o la elaboración de instrumentos
ocasionales, en diversas materias primas como: sílex, jaspe, basalto y riolita;
sin que estos restos muestren patrones tecnológicos propios de los grupos con
especialistas en esta actividad. Por otra parte, los percutores usados en la
"tumba" de mineral no son de tamaño regular, básicamente son cantos
rodados sin preparación alguna, o bien, objetos trabajados toscamente por
percusión directa para formar un borde de ataque y se nota claramente la
ausencia de cuñas y cinceles para el retiro de la mena. También se puede
presentar un bloque grande (aprox. 30-45 cm), que pudo ser empleado como
muela de mortero, el cual es un canto grande de forma oval con un lado plano.
Aparentemente, el acceso y uso de las minas entre los grupos de recolectores
cazadores solo se da por la pertenencia al grupo (macrobanda); en tanto que la
minería de sociedades complejas está envuelta de una gran parafernalia,
manifiesta en las ofrendas y materiales suntuarios asociados a las minas.
Normalmente los grupos de recolectores cazadores en su aprovisionamiento de
minerales se concretan a la recolección de material en superficie (pepena);
formación de canteras simples (tajos y rebajes abiertos); y socavones simples.
Estos socavones se pueden confundir con "catas" de tanteo de la sociedades
más complejas, así mismo, se llegan a dar mezclas de técnicas de extracción,
como son algunos conos de extracción a cielo abierto con algunos túneles
derivados en el fondo del cono, donde se sigue un estrato particular. Muy claro
es el caso de: la obtención de materiales silíceos; técnicas asociadas a la
explotación del tepetate y caolín, como son los casos de: El Carrizal, Arroyo
Seco y San Rafael; en cuanto a los pigmentos rojos como el almagre y la
limonita, las rocas encajonantes pueden ser suaves o de estructura semejante
a la pizarra de la formación Soyatal, o bien, sedimentos sin consolidar como los
conglomerados de la formación El Morro.
Las minas de recolectores cazadores se encuentran representadas al oriente
de Vizarrón, Agua Fría de los Yañez, Casas Viejas y algunos bancos de
almagre a lo largo del Río Estorax en un radio de 5 km de Peña Miller.
Salvo en casos excepcionales, las obras subterráneas orientadas a la
extracción de cinabrio se encuentran en puntos donde existen fallas, fracturas
naturales del terreno o en zonas de contacto entre dos formaciones geológicas,
de modo que los trabajos de excavación sigan los planos de fractura y la roca
más suave o frágil.
318
Ahora bien, por el número de minas subterráneas en la sierra, en la zona de
estudio y su complejidad técnica28 nos enfrentamos a una producción que
28
Considero que la tecnología general mesoamericana se integra desde el
formativo medio y se amplía en el clásico; por tanto, se enfrenta a un
tecnocomplejo (CLARK 1972) altamente especializado, a la cual la minería no
puede sustraerse, en varios casos se reportan actividades mineras y beneficio
de alta especialización propios de una sociedad compleja, ya que se distinguen
procesos de trabajo bien delimitados tales como:
- la planeación
- excavación
- acarreo
- selección
- concentración
- clasificación de productos finales
- procesos de beneficio que van desde una limpieza detallada hasta procesos
metalúrgicos particulares
En las minas donde se da una planeación, en los patios de mina ocurren una
serie de pasos de gran importancia para la interpretación de áreas de actividad
arqueológica. El patio de mina se localiza en las inmediaciones de la bocamina
ya que, ademas, esta superficie se forma con el material extraído del interior de
la mina. Generalmente se presentan por lo menos cuatro áreas de actividad
diferenciadas. (Mejía 1985; Barba y Herrera 1986; ver figura.)
1. AREA DE PEPENA o de selección gruesa de la materia prima; es también la
zona de acarreo y deposito de material extraído, donde su desecho esta bien
diferenciado (jales y terreros)
2. AREA DE LAVADO es un lugar donde se encuentra material triturado, con
la presencia de morteros y algunos percutores de garganta u otros cinceles
manufacturados con rocas duras bien pulidos.
3. ZONA DE ALMACENAMIENTO, ya sea en la mina o áreas de habitación
cercanas.
4. AREA DE BENEFICIO, trituración fina, lavado, secado, tostado u horneado,
presentando siempre la rezaga y/o las escorias, sin embargo, los ceniceros
derivados del beneficio del mercurio son ocasionales, o los restos de hornos,
ya se trate
de vasijas o de
edificaciones en el suelo.
En el proceso de beneficio merecen especial atención los hornillos
tradicionales utilizados para beneficiar mercurio y consisten en dos vasijas
embrocadas, con su unión sellada con lodo y aserrín (cf. Mejía 1985; Barba y
Herrera 1986).
Estas áreas, se delimitan en espacios que ocasionalmente presentan pretiles o
muros de contención para dar estabilidad al terreno y en asociación para
algunos casos particulares se añaden basamentos piramidales, indicadores del
vinculo ritual a estas actividades.
Del tecnocomplejo de la minería, quedan representadas sus huellas en
materiales y contextos como:
-distribución de minas y sitios
-excavaciones como túneles, tiros, pozos, contrapozos, galerías, obras de
319
rebasa con mucho el consumo local, aunque en las exploraciones de Ranas y
Toluquilla no se han detectado hasta el momento estructuras o sistemas de
almacenamiento de cinabrio y los pocos contextos en que se han detectado
huellas de este mineral son mínimas29. En este sentido, es mucho más
significativo el hallazgo en la Mesa de los Pastores, donde se presenta como
parte de una ofrenda de varias vasijas para un entierro secundario múltiple.
De manera que los grupos que explotan el cinabrio en la Sierra Gorda son
grupos netamente mesoamericanos, con una organización social compleja y
fuertes vínculos con las zonas que le rodean, ya que en las minas de este
mineral se han encontrado materiales de ofrenda que no corresponden a las
producciones locales, tales son los casos de: los yugos, palmas, vasijas,
máscaras, pectorales, figurillas, restos de animales, conchas e instrumentos y
cascabeles de cobre; el cobre procede de minas de Jalpan, Peña Miller y Pinal
Amoles. Las probables procedencias son: la Huasteca, Río Verde, el Altiplano
Central y Michoacán, y el contexto temporal a que nos remiten, oscila entre el
año 0 y 1300 d.C. aproximadamente.
Esta gran cantidad de objetos suntuarios hallados como ofrendas en las minas,
se han reportado por autores como: Franco (1970), Langenscheidt (1970, 1985,
1988) y Tang Lay y Langenscheidt (1978 y 1982), y en las investigaciones
realizadas por Velasco entre 1975 y 1988 (Velasco 1988, comunicación
personal). Una revisión de este tipo de materiales nos conduce a proponer que
las actividades mineras en la región se encontraban rodeadas de una gran
ventilación y drenaje
-instrumental como percutores, marros, cuñas, cestas, teas, cinceles, martillos,
vasijas
-áreas de actividad productivas y domesticas
29
En general, se le detecta en algunas vasijas de engobe negro pulido, incisas,
rellenadas estas ultimas con el pigmento; asimismo, se le reporta como pintura
roja en segmentos de estuco recuperados en la estructura 15 del sector Ranas
II; trazas en el interior de algunas miniaturas de cerámica; y por último, en la
exploración de un entierro en el sector del camino de acceso de Ranas que
puede corresponder a la última etapa de ocupación de la ciudad.
En contraste, en un gran numero de asentamientos registrados y lo
documentado etnográficamente se encuentran elementos tecnológicos que
interpretamos como orientados al almacenamiento y transporte tales como:
vasijas, cestas, panes. El beneficio de las menas queda representado en
morteros, braceros, hornillos y objetos finales que no se beneficiaron en las
minas, normalmente se encuentran en las unidades de consumo -talleres,
templos y unidades habitacionales.
320
parafernalia, desde el acto mismo de la producción, al igual que el uso y
consumo de estos productos para el contexto mesoamericano30.
Respecto a la temporalidad de los objetos foráneos, aun no se puede sustentar
con nuevos elementos la hipótesis propuesta por Langenscheidt; donde
propone que la explotación minera se inicia desde el formativo medio, como
una etapa donde se da un fuerte reacomodo de los grupos mesoamericanos,
en particular de Chupícuaro y de los olmecas, y es a los olmecas a quienes
adjudica el inicio de la explotación minera de la sierra (cf. Langenscheidt 1970,
1985 y 1988). Por el contrario, es probable que estos materiales de estilo
olmeca sean producto de la circulación entre los Huastecos durante el clásico
temprano, por tanto, la presencia de estos materiales puede darse en un
contexto temporal muy posterior al funcionamiento de los grupos olmecas;
además, materiales con este estilo artístico se encuentra reportados en las
zonas de "tierra caliente" (cuenca del Balsas), que en el estado de Guerrero
encuentran sus exponentes en Teopantecuanitlan, Chilpancingo y Xochipala
(Robles Comunicación Personal); para el estado de Morelos en Chalcatzingo,
Amacuzac y Gualupita (Hirth y Grove 1985; Cyphers 1981).
Por otra parte, la compleja actividad de la minería subterránea dentro de la
Sierra Gorda también se orienta a la explotación de recursos como: la calcita
verde, almagre, fluorita, galena y posiblemente caolín en su límite sur y
noroeste. Estos materiales. Salvo el caolín, estos minerales se encuentran
normalmente como vetas o filones o clavos encajonados en rocas calizas duras
o en zonas de contacto entre estas y cuerpos ígneos (basaltos o dioritas), los
30
De acuerdo a los hallazgos reportados en ofrendas y entierros, de diversas
regiones y urbes mesoamericanas, como:
La Venta, Tab., se hallaron huesos humanos de dos jóvenes sobre una capa
gruesa de cinabrio, pertenecientes al preclásico medio (Drucker 1946).
Valle de Oaxaca se reporta en la cerámica gris grabada pintada con cinabrio
del preclásico superior (Caso y Bernal 1965, p.874).
Trapiche, Ver. cerámica negra incisa rellenada con cinabrio, de estilo olmeca
(García Payón 1971, pp. 516-517).
Cerro de las Mesas y en sitios de la Mixtequilla, se empleó el cinabrio para
entierros (Coe 1956, pp. 697-699).
Palenque, Chis. la decoración en la lápida y los restos humanos en la tumba de
Pakal; en el templo de la Cruz foliada (Ruz y Fernández 1942)
Teotihuacan, Edo. de Mex., se han excavado vasijas que contienen cinabrio
(Noguera 1971, pp. 259)
Lamanaii, Belice, donde se encontró una ofrenda en el marcador de juego de
pelota de vasijas con cinabrio, mercurio y hematita (Pendergast 1970).
Estos son ejemplos, y son muchos los sitios donde se han encontrado
pigmentos rojos, ya sea en entierros o como parte de los colores decorativos
de arquitectura, pintura mural, cerámica, escultura y textiles.
321
cuales siguen los planos de fractura y afallamientos del terreno. Esta
disposiciones estratigráficas, he considerado, que en tiempos antiguos
funcionaron como áreas potenciales de trabajo, ya que en estas partes las
formaciones no son tan difíciles de explotar, y su reconocimiento en superficie
es más sencillo para detectar el yacimiento y planear el desarrollo de la obra.
Los casos particulares de técnicas complejas se encuentran representados en
las minas de: Camargo, El Derramadero, Soyatal, El Doctor, La Fe, Maravillas,
Calabacillas, Planes, Tierras Coloradas, Maconí, Canoas, El Deconí, y en las
zonas de Ranas y Toluquilla. En algunos casos reportados por informantes son
las de Peña Blanca, Atarjea, Peña Miller, El Durazno, Rancho La Florida,
aunque en lo sucesivo se buscara tipificarlas, si la explotación no destruye
antes las evidencias.
A nivel general las técnicas de explotación prehispánicas que se detectaron,
presentan una continuidad muy especial, ya que son los buscones y
gambusinos los que mantienen las tradiciones indígenas en la localización,
cata, extracción y beneficio de minerales. Aunándose un sistema de creencias
mitos, leyendas y supersticiones de gran profundidad histórica (ver el anexo de
Procesos extractivos).
La reunión de estos materiales y contextos puestos en planos regionales han
ayudado a delimitar en espacio y tiempo los distritos mineros, que pueden ser
entendidos como los puntos, sitios o áreas, donde se concentra la producción
de las zonas inmediatas y generan los primeros pasos de la circulación del
producto controlado por instancias socio-políticas, ya sea por la redistribución,
intercambio, el comercio o la tributación, para el uso y consumo local o extra
regional.
Las formas que pueden adoptar estos caminos de la circulación dependen
estrictamente del nivel de organización política, y por tanto, para que se
constituya un distrito minero es pre-requisito una instancia central que aglutine
y de coherencia a la producción y circulación de productos. Esta instancia no
necesariamente quedará reflejada en un sólo lugar en el espacio, sino que
puede representarse en varios centros de poder y control con un patrón de
asentamiento semidisperso.
Una estrategia de esta naturaleza, establece el grado en que se determina la
concepción indígena del espacio y la forma de los territorios en función de la
localización específica de los recursos escasos para el mundo mesoamericano,
322
además de dar cuenta de su transformación en el tiempo como parte de los
procesos sociales amplios de larga duración.
D. LOS DISTRITOS MINEROS DE LA SIERRA GORDA EN EL TIEMPO.
Por distrito minero considero a la región donde se explota y reúne la producción
en bruto y/o material de beneficio de diversas minas, atendiendo a sus técnicas
de explotación, así como los elementos requeridos para su distribución a otros
centros productivos o de consumo, para ello, se toma en cuenta la relación e
interdependencia jerárquica de los diferentes niveles de asentamiento y sus
áreas de actividad con respecto a los centros donde se da el ejercicio del poder
político sobre un territorio específico. Así esta propuesta reúne los resultados
del proyecto y el ámbito cultural de la Sierra Gorda en el primer milenio.
Se considera fundamental como un parámetro metodológico el estudio y
reconstrucción de las vías de comunicación regional -ya sean los pasos
naturales, hasta los caminos formales de cal y canto-, porque a partir de su
análisis se pueden sugerir algunos vínculos entre las diversas comunidades
que integran el patrón de asentamiento regional.
De este modo se puede proponer en base a los recorridos generales de la
sierra, que durante el primer milenio de nuestra era para la subregión de RIO
VERDE, hasta el momento, se han determinado dos distritos bien definidos y
delimitados al poniente de la sierra que se internan en los estados de
Guanajuato y San Luis Potosí. Se les ha denominado como: Río Blanco-Atarjea
y Peña Miller31.
El distrito minero de Río Blanco-Atarjea, se localiza al norponiente de la
entidad e incluye la cañada del Arroyo (A.) Atarjea, que tiene un fuerte control
estructural por fallas geológicas y le da zonas de alto potencial de
mineralización. Sus inicios se encuentran al SE en la zona de El Durazno y se
extiende con rumbo WNW hasta la comunidad indígena de Xichú y el actual
poblado de La Victoria, Guanajuato. En esta cuenca se ubican algunos
asentamientos prehispánicos como Casas Viejas, El Durazno, Atarjea, Mangas
Cuatas, Río Blanco, La Florida, La Mora y La Cuesta. El centro rector de este
distrito minero al parecer se asienta en Casas Viejas. Las minas con evidencia
prehispánica registradas para este distrito son: Río Blanco, La Honda, San
Isidro, El Xichú, La Platosa, Las Cuatas, San Nicolás, El Cobre y Guadalupe.
31
La nomenclatura para cada distrito, se establece a partir de la denominación
del asentamiento mas importante por su extensión y complejidad interna.
323
Una característica importante en este distrito minero es la extensión temporal,
que va desde 300 d.C. hasta el contacto hispano. Sobresale la presencia de
algunos materiales de origen tarasco como son los cascabeles de cobre,
hechos con la técnica de cera perdida, reportados como posibles ofrendas
funerarias por los mineros de la región. Los materiales cerámicos mejor
representados corresponden a los reportados para Río Verde, con la presencia
de algunos ejemplares de la vajilla Morales Gris que es temprana en la cuenca
de Río Laja, Guanajuato.
El distrito minero de Peña Miller, se ubica a lo largo de la cuenca alta del Río
Estorax y su límite sur quizá se encuentre en las ajuntas del Río Tolimán. Es un
distrito muy complejo, ya que en él coexisten explotaciones de diferentes
niveles tecnológicos: tajos abiertos y obras subterráneas. Los tajos abiertos
están orientados a la explotación de algunos depósitos de pigmentos basados
en óxidos de hierro de color amarillo y rojo; en muchos casos los vestigios
arqueológicos asociados corresponden a utensilios y desechos de talla
característicos de la tecnología lítica de grupos de recolectores-cazadores, por
ejemplo La Pintada, Los Monos y El Almagre. Las explotaciones subterráneas
son más complejas y con huellas de grupos sedentarios que aprovecharon
minerales como el cinabrio, la calcita verde y posiblemente la extracción de
mineral de plomo y cobre. En algunos casos integraron pequeños basamentos
al patio de mina, lo que actúa como un marcador inequívoco de sociedades
más complejas, como en el caso de las Minas de Santa Rita, Los Tapia, Santa
Inés y Los Marros.
Para la subregión HUASTECA de la Sierra Gorda durante el primer milenio,
hasta donde van los avances de la investigación, se ha podido establecer con
certeza un distrito minero, denominado Soyatal-Bucareli, y existe la posibilidad
de otro distrito para la región de Escanela, el cual no se ha podido delimitar por
falta de materiales en contexto.
El Distrito Soyatal-Bucareli es uno de los más importantes de la Sierra, ya que
en él se distinguen al menos dos asentamientos importantes que pudieron
funcionar como ejes coordinadores, siendo estos: Moctezumas de la Laja y
Epazotes Grandes. Ambos se localizan en la cara sur y sureste del Cerro de la
Calentura; su visual se extiende a lo largo del Río Estorax hasta su enlace con
el Río Moctezuma. Es una región de alta mineralización de menas de mercurio,
plomo, plata y cobre, sin embargo, para época prehispánica no se ha podido
establecer que los trabajos mineros extrajeran las menas de plata.
324
Los asentamientos más importantes son: Epazotes Grandes, La Cuesta,
Maguey Verde, Tierras Coloradas, La Calentura, Divisadero, La Cañada
Soyatal y Las Peñas. Las obras mineras prehispánicas y coloniales más
importantes son: El Derramadero, Maguey Verde, La Media Luna, Mina
Grande, Las Coloradas, El Bronce y Los Tepalcates. En esta última Bocamina,
dentro de la cañada de Soyatal, se realizaron las exploraciones y excavaciones
del Arqlgo. José L. Franco y el Ing. Adolfo Langenscheidt en la época de los
60's (cf. Langenscheidt 1970).
El distrito minero tentativo de Escanelilla-San Pedro Escanela, tiene como
límite norte el Puerto de Animas, al sur Pinal de Amoles, al poniente El Durazno
y al oriente es posible que se extienda más allá de Tangojó, incluyendo de este
modo, la cuenca alta del Río Jalpan. Los asentamientos más importantes son:
El Durazno, Las Escaleras, Quirambal, Tonatico, La Manzana, La Colgada,
Agua del Cuervo, San Pedro Escanela y Escanelilla. Las obras mineras más
importantes son El Durazno, Las Escaleras, El Puerto de las Animas, La
Quebrada, Piñones, El Pingüical y las de Puerta del Cielo.
En las visitas a los sitios y minas de este distrito aún no se han recuperado los
materiales suficientes para establecer la relativa contemporaneidad entre ellos,
además, se ubica en zonas donde confluyen las dos o tres subregiones
planteadas, manifestándose con una gran diversidad y heterogeneidad en los
materiales recuperados.
La subregión SERRANA durante el primer milenio de nuestra era, presenta tres
distritos mineros importantes: Ranas, Toluquilla y Mesa de Ramírez. En todos
los sitios existe como característica de su patrón de asentamiento, un control
visual entre las distintas unidades que lo conforman y en la medida en que el
asentamiento central es más complejo, desde este punto se pueden observar
un mayor número de asentamientos de rango menor.
El Distrito de Ranas, se localiza en las inmediaciones del actual pueblo de
San Joaquín. Se extiende al norte y noroeste a lo largo de la cañada del arroyo
Agua de Venado, en su costado poniente tiene su límite por el Arroyo Grande,
por el sur hasta la cañada de la Sebastiana y Canoas; mientras que por el
oriente aun no es posible delimitarlo. Su desarrollo y comunicación natural es al
noroeste con rumbo a la cuenca del Río Estorax.
Este distrito incluye a los asentamientos prehispánicos de: Ranas, San
Joaquín, Los Hernández, El Tepozán, La Piedra Boluda, La Tinaja, Rancho
Quemado, San Cristóbal, San Antonio, Gatos, El Deconí y Canoas. Sus Minas
325
más relevantes son Maravillas, Santo Entierro, Calabacillas, Palo Santo, Ranas
-14 bocaminas-, Las Animas, La Estrella, El Deconí, La Chepita, Canoas, La
Sebastiana, La Rica del Niño, Guadalupe, Los Puerquitos, La Fe, La Lana, El
Zopilote y El Shüni. Todas estas labores son de tipo subterráneo y complejas
que siguieron el rumbo y echado de las vetas de cinabrio; de las que además
extrajeron calcita y es posible que se explotara como pigmento, la galena.
El Distrito de Toluquilla, tiene como límite norte el Arroyo Agua de León, el
parteaguas entre el Arroyo Grande y la cuenca del A. Maconí, sobre este rasgo
geográfico se asientan una serie de "rancherías prehispánicas" como: la
Ciudad Chiquita, la Cruz de Piedra, Apartaderito, Cruz de Ocote, El Agua Fría y
El Limón, hasta enlazar al poniente con el macizo montañoso de El Doctor, el
cual incluye sitios antiguos como El Sarro, Mesa de los Pastores, La Ciudad, El
Suspiro y El Doctor como unidad de control secundario.
Desde Toluquilla, con rumbo sur y sureste, encontramos dispersos en el área
los siguientes asentamientos: Rancho Viejo, Maconí, Maguey Blanco, La
Negra, La Camarona, Piñones, La Misión, El Crucero, El Puerto, San Nicolás y
posiblemente se extienda al sureste hasta el Río Moctezuma. Las obras
mineras más relevantes son las 7 que se distribuyen en el cerro de Toluquilla;
además de El Socavón, La Negra, El Limón -almagre- El Doctor, El Agua Fría,
La Misión, Rancho Viejo, La Negra, La Dificultad, Maguey Blanco, La
Esperanza y El Tiro. En estas obras se siguieron diferentes formaciones y se
explotaron distintas menas, tales como el cinabrio "achocolatado" y el granate;
la calcita verde; óxidos de hierro; sulfuros como la pirita; la galena y
parcialmente algunos hilos de óxidos y sulfuros de cobre de color azul-verde
propios de la malaquita y crysacolla, usados para obtener pigmentos o hacer
chalchihuites.
El Distrito de Mesa de Ramírez, se ubica al noreste de Ranas, se asienta en la
banda poniente del Río Moctezuma y al parecer controló este segmento del
curso del río hasta la cuenca del Río Estorax, donde se incluyen asentamientos
prehispánicos como: El Durazno, El Timbre, Puerto de la Luz, El Paso, El
Macho, Los Paredones, La Hacienda, El Quemado, El Plátano y las Adjuntas
solo para la porción queretana. Todas estas unidades son de muy difícil acceso
y es probable que se extienda en el estado de Hidalgo con rumbo a Zimapán.
Sus minas más relevantes son La Rica, El Banco, Veta Grande, La Escondida
y La Gloria.
326
COMENTARIOS FINALES A LA ETAPA ANTIGUA
La investigación arqueológica hasta el momento, nos ha permitido establecer,
que las regiones donde se concentran algunos recursos minerales juegan un
papel muy importante en la forma y apropiación del territorio por las sociedades
antiguas.
Los distritos mineros propuestos, no son sólo la delimitación de recursos
minerales en una zona geográfica con alto potencial económico; por el
contrario, esta propuesta evidenció que en la mayoría de los distritos mineros
existió -hasta el momento-, el predominio de rasgos de la región cultural que
controló el segmento inmediato de la sierra en cuestión. Así observamos que
la presencia cultural de Río Verde es más débil en la porción denominada
serrana del sur, lo que puede ser un efecto de una aparición más tardía en la
región. El mismo efecto de dispersión de rasgos se observa para los Huastecos
del noreste. Un caso especial es el distrito de Escanelilla-San Pedro Escanela,
en donde aún no se ha podido diferenciar la dominancia de alguna de las tres
subregiones.
Cabe anotar que los segmentos huastecos y serranos controlaron los
yacimientos más ricos, quizás por tener un origen común y una trayectoria
temporal más amplia. Esto queda de manifiesto en el patrón de asentamiento
macroregional, ya que al sur de la sierra existen solo tres grandes ciudades
importantes; en tanto que para el noreste huasteco los centros importantes son
más abundantes sin que exista al parecer una competencia entre ellos. Aunque
hasta el momento es poca la evidencia disponible, la posible coexistencia
"pacifica" no se da con los centros vinculados con Río Verde, ya que entre ellos
existen ciudades que parecen rivalizar en tamaño e importancia.
Así, los patrones de colonización y/o conquista prehispánica adquieren un
sentido diferente, ya que en el caso de la Sierra Gorda no es solo por la
exacción de tributo, sino también por el control de los yacimientos de
materiales que son los símbolos de vida y riqueza para el pensamiento
mesoamericano (Herrera 1991). Esto permitió que en un mismo marco
geográfico coexistieran en "aparente paz" las tres entidades políticas de la
sierra, además de los grupos recolectores-cazadores. La pregunta que surge
es: ¿por qué no se obtuvo el dominio total en la región por alguna de estas
entidades políticas desplazando o conquistando a las otras? En un plano
hipotético, podemos sugerir que la falta de control generalizado pudo ser el
resultado de una demanda limitada de este recurso y no fue tan importante
para promover el control total de un solo grupo, o quizás, se debe a que estos
327
tres poderes se encontraban emparentados por alianzas y no rivalizaron entre
ellas.
Aún falta mucho por establecer en esta línea de investigación, ya que faltan
estudios detallados en las minas y asentamientos, lo que limita la interpretación
especifica acerca de la organización interna de cada subregión y sus relaciones
con las regiones vecinas. Esto es determinante, ya que se desconoce el efecto
que causó en los distritos mineros de la región el abatimiento de la frontera
mesoamericana, al grado de abandonar muchos de sus grandes centros
durante el segundo milenio de nuestra era.
Por último, al revisar la distribución de los distritos mineros aquí propuestos con
las fuentes etnohistóricas, es posible proponer que algunos de ellos pudieron
subsistir hasta el siglo XVII, tal es el caso del distrito de Toluquilla que se
explotó por la familia Labra desde el Real de Zimapán; el distrito de Atarjea-Río
Blanco posiblemente formó parte de los bienes del conquistador otomí
Fernando de Tapia "Conin", y el de Escanela fue uno de los primeros en
formalizarse al contacto hispano.
Como ya se refirió en el apartado de antecedentes etnohistóricos los distritos
mineros de la sierra se reordenan políticamente durante el periodo colonial 32,
como fue la imposición hispana con la integración de los distritos de Pachuca y
Zimapán en el actual estado de Hidalgo; San Miguel de Allende y Guanajuato
para el estado del mismo nombre, y Guadalcazar en San Luis Potosí; todos
ellos rodearon casi en su totalidad a la Sierra Gorda, y es muy probable, que no
se fundara un real de minas importante con este nombre por el fracaso en la
pacificación de la región, ya que ésta se dió efectivamente hasta 1742 en que
Escandón extermina a los Jonaces.
En el caso específico del distrito de Pachuca; que estuvo subordinado a la
administración central de la Nueva España con sede en la ciudad de México,
su control se extendió hasta las inmediaciones de Tecozautla, el valle del
Mezquital y una porción del antiguo señorío de Meztitlan. Fue un centro rector
de segundo nivel de las actividades mineras, contaba con Caja Real para el
acopio del Quinto Real y un funcionario nombrado directamente por el virrey.
32
No es de extrañarse la reordenación de los reales de minas y sus distritos
mineros durante este periodo, esto fue por la integración de nuevas estructuras
político - económicas de ordenamiento territorial y el cambio de los recursos
minerales bajo explotación como lo son menas metálicas de oro, plata y plomo,
a lo que se añade la prohibición de la extracción de mercurio en el nuevo
mundo y solo se permitía consumir el azogue que la corona enviaba desde sus
minas reales en Huancavelica y Almaden.
328
Los reales bajo su jurisdicción eran por supuesto, Real de Pachuca, Real del
Monte y Zimapán que a su vez controlaba un grupo de distritos mineros.
En el caso del distrito minero de Zimapán, que es de tercer orden, controló
durante el periodo colonial los reales de Cadereyta, El Doctor, Escanela, Santa
Ma. Peñamiller y Pacula, entre otros más (cf. Cubillo 1983; Herrera 1991.).
Es de particular importancia la carencia de documentación para el real de
Zimapán; donde no se puede dar un seguimiento documental a la continuidad
de la explotación minera, como puede ser el caso de Guanajuato, donde se
han reportado restos de actividades prehispánicas con las referencias a minas
de indios en sus denuncios (Acuña 1990; Langenscheidt 1970). Mientras que
en los sectores visitados de Maconí y Escanela se han detectado restos
materiales que sugieren la continuidad en la explotación de algunas minas.
Por otra parte de acuerdo a los datos aportados en las fuentes en la región
serrana, a los yacimientos se les reconoce como denuncios y no se registraron
como descubrimientos. Esto tiene particular importancia, ya que, como
denuncio en su delimitación se hace mención a minas antiguas que están
abandonadas; mientras que, como descubrimiento en su delimitación
geográfica no existen socavones y todas sus obras son de manufactura
reciente para su registro.
Como punto final, propongo que una de las líneas de investigación de la
minería de cinabrio en la Sierra Gorda queretana sea determinar con
metodología arqueológica si las minas que cuentan con huellas de continuidad
desde la época prehispánica, la colonial y se extienden temporalmente al inicio
del México independiente fueron "ilegales".
Los he interpretado como "ilegales", ya que sus poseedores no registraron sus
denuncios evadiendo el impuesto real, "Quinto real", al beneficiar la plata con
azogue extraído de las minas de la Sierra Gorda y por ello no están
documentadas. En este caso se pueden incluir las obras de: indígenas con
título nobiliario, es el caso de las familias Tapia y Nicolás de San Luis
Montañéz; mestizos como Pedro Quezada y Antonio Olvera; y españoles
ejemplificados por la familia Labra.
329
Figura VIII—1. La regionalización de la Sierra Gorda y el contexto cultural estatal
a fines del primer milenio de nuestra era
330
Figura VIII—2. Mapa con algunos asentamientos principales que cuentan con
conjuntos arquitectónicos de Juego de Pelota que actúan como cabeceras
microregionales
331
Figura VIII—3. Propuesta de la relación entre la complejidad social y las
posibilidades de instrumentación de las técnicas mineras dentro del marco
temporal mesoamericano.
332
Figura VIII—4. Ilustración del norte del estado de Querétaro donde se señalan
los lugares con actividad minera de tradición indígena y mestiza.
333
Figura VIII—5. Mapa donde se proponen los distintos distritos mineros como
unidades productivas para el primer milenio de nuestra era.
334
ANEXO 1
335
1. LA DIVERSIDAD TECNICA DE LA MINERIA
Antes de entrar en materia debemos establecer un conjunto de definiciones
básicas para algunos términos, dado que en su gran mayoría son ambiguos y
generalmente se llega a emplear un mismo vocablo con diferente connotación,
por lo que, su significado estará en función del contexto en que se usa y más
aún, otra limitante es el significado de los conceptos aquí referidos, ya que han
cambiado con el paso del tiempo. Por tanto, en algunos casos de la literatura
se encuentra que, al referirse a un término hay que revisar su contexto para
determinar si es el mismo significado que tiene en la actualidad.
Posteriormente, se exponen algunas consideraciones acerca de la naturaleza
geológica en que se presentan los recursos minerales y anotaciones sobre la
importancia del antiguo conocimiento empírico acerca de algunos factores que
limitan o condicionan las técnicas para la explotación subterránea de los
recursos minerales de la corteza terrestre.
Ahora bien, por ROCA (rock) entenderemos una masa que se formó
naturalmente por compuestos minerales, pudiendo ser coherente o no en
cuanto a su estructura, y forman la corteza terrestre. La mayoría de las rocas
están constituidas por 2 o más minerales. (Gregory, 1982).
Por MINERAL se entiende, a un cuerpo formado por procesos naturales, de
carácter inorgánico; si se forma bajo condiciones favorables, su estructura
molecular poseerá ciertas características, que estarán manifiestas en formas
cristalinas específicas y otras propiedades físicas que lo distinguen (color,
lustre, tenacidad, peso específico, etc.). Un mineral será una substancia
homogénea aún examinado bajo microscopio, con una composición química
definida capaz de ser expresada por una fórmula (Dana, 1975).
MENA (ore). En términos de la literatura de minería se le menciona en
ocasiones como mena o como "mineral". Está referido a que se trata de un
mineral o agregado de minerales que contiene metales preciosos o útiles,
pueden ser también metaloides (antimonio, azufre, etc.), que se presenta en la
naturaleza en cantidades, grado de pureza (LEY), y combinación química que
hacen su extracción rentable (Gregory,1982). Es de hacer notar que una de las
características definitorias de una mena está referida a su rentabilidad de
explotación (en un sentido económico). Aunque depende de las técnicas de
refinamiento desarrolladas durante cierto período de la historia, en donde un
mineral puede o no ser considerado como una mena.
336
Como un ejemplo ilustrativo ciertos minerales que contienen zinc, cobalto,
antimonio, níquel, etc. no fueron consideradas como menas para nuestros
predecesores, dado que no poseían la tecnología para su explotación y
beneficio; en otros casos son las piritas de fierro, ni en la antigüedad, ni aún
hoy día se les considera como menas de fierro en un sentido estricto, aún más,
son catalogadas como de baja ley o grado bajo la tecnología actual.
A partir de éstas definiciones las calizas cupríferas explotadas en el bajo Egipto
en el distrito del Sinaí son rocas que contienen varios minerales en nódulos de
malaquita, crysacolla, y turquesa; los primeros dos fueron empleados como
pigmentos minerales y piedras semipreciosas, además se les explotó como
menas de cobre, porque extrajeron cobre de ellas, aunque su proceso no sea
empleado en la actualidad. La turquesa fue usada solamente como piedra
semipreciosa, de tal modo que para ellos fue solamente un mineral. (Forbes,
1963. v. 7, p. 106). Como una primera conclusión diremos que no todas los
minerales son menas; pero todas las menas son minerales.
Por lo expuesto se entenderá por MINERIA: a toda labor que se aboque a
extraer o explotar un yacimiento de mineral, mena, o rocas, pudiendo ser
subterránea o a cielo abierto. Por tanto una mina expresará el conjunto de
labores que se efectúan para dar acceso, reconocer, tumbar y acarrear el
mineral; en una palabra explotarlo.
Toda mina consta mínimamente de las siguientes partes: camino de acceso,
patio, bocamina, frentes de explotación y terrero. Su definición está en función
de las áreas de actividad y del desarrollo técnico de la obra misma.
A partir de estos elementos, las actividades mineras pueden ser formalmente
muy variadas, por ello se requiere un criterio amplio para que durante el trabajo
de prospección de una región se reconozcan las zonas potenciales para
diversos recursos minerales y en ellas se detecten las probables huellas de las
actividades humanas pretéritas que aún se puedan reconocer en el paisaje. De
este modo, a continuación se propone un esquema para clasificar las diversas
técnicas de explotación y algunos de sus posibles indicadores arqueológicos ya
sean como obras o de contextos donde hayan llevado a cabo actividades
específicas vinculadas a esta actividad productiva.
Las labores mineras se pueden clasificar en:
337
A.- CIELO ABIERTO. Son las que se efectúan al aire libre y no desarrollan
galerías o socavones, sólo mantienen el frente de extracción del material al aire
libre; y se puede subdividir en:
CANTERAS: forma que adopta la minería para el proceso que se dedica a
obtener rocas a partir de excavaciones que son a cielo abierto, pudiendo
tener un escalonamiento, con su avance adquiere la forma de cono o un
escarpe que rompe con la topografía natural del terreno. En este tipo de
explotación se pueden obtener dos productos principales: bloques de
forma determinada y regular (v.g. el mármol y el sillar); o de materiales
no consolidados como lo son gravas, arenas, arcillas, etc. que son
materiales empleados como materias primas para la construcción o la
elaboración de otros productos (v.g. cerámica). En éstas, su patio se
manifiesta como un área donde se concentra el material extraído
(almacén temporal, en donde el producto espera para su posterior
transporte y sea distribuido en otro punto). De acuerdo con la extensión
e intensidad de las labores pueden alterar el paisaje en forma ligera a
muy pronunciada, como un ejemplo de éste último encontramos las
minas de sílex de Grimes Graves, en la provincia inglesa de Norfolk
(Shepherd,1980); su huella aparente es la de campo "bombardeado",
por la gran cantidad de "conos" de extracción de material.
33
-BANCOS O TERRAZAS ALUVIALES (placer mining): Obras que se realizan
en las vegas de los ríos o lagos, en que se explotan los sedimentos de
gravas y arenas acarreadas por las mismas corrientes y son depositados
en las márgenes; aunque debe tomarse en cuenta que debido a la
evolución del paisaje los depósitos pueden estar alejados de los cuerpos
de agua. Ahora bien, podemos decir que se trata de una "minería
hidráulica", ya que la presencia del agua es lo que define al yacimiento y
su forma de explotación.
Su explotación se realiza mediante el lavado de arenas y gravas del
banco en agua corriente, de modo que el mineral se concentre por
gravimetría y la rezaga sea arrastrada por la corriente; pudiendo emplear
para éstas labores bateas, o piletas alargadas con uno o varios retenes,
para que precipite el mineral.
33
Su descripción a detalle se encuentra en el cuerpo del Capítulo 1 donde se
refieren los casos arqueológicos del Viejo Mundo.
338
Este tipo de minería generalmente se asocia con el oro, diamantes o
hierro. En estas labores se distinguen por lo menos dos áreas grandes
de actividad: la primera donde se extraen las arenas y se lavan; la
segunda sería un patio donde se concentra y pepena el mineral. En la
actualidad se emplean dragas, barcas o pangas para acarreo de
sedimentos; una zona de lavado y pepena; otra para concentración y
beneficio; y en algunos casos un área de almacenamiento.
De todas las actividades mineras es ésta la que deja el menor o ningún
testigo con el tiempo, ya que puede ser llevada a cabo por un solo
hombre como gambusino y el registro que deja es mínimo, amén de las
alteraciones y destrucción que ocasiona el río en su evolución misma.
(Clark, 1974; Forbes, 1963)
B. SUBTERRANEA. Para este apartado es muy difícil indicar una clasificación
de los tipos y de las técnicas empleadas, dado que es muy raro que, con un
sólo sistema de ataque se explote un depósito en su totalidad.
Para entender los métodos y técnicas e las explotaciones mineras, se
consideró importante que en primer término se describan brevemente las
partes de la mina, las técnicas de ataque a los cuerpos minerales y los factores
que condicionan y limitan la minería subterránea.
-PATIO DE MINA: es un espacio definido en las inmediaciones de la bocamina,
siendo este un punto en donde se acumula material y adquiere la
apariencia de una terraza; puede tener un muro de contención o no, en
lugares con pendiente media a alta. Este espacio es muy importante,
dado que en él se efectúa la pepena final, con la imprescindible, tira de
rezaga, lavado y concentración del mineral. En ocasiones también
presenta un área de almacén para los implementos y para el producto
extraído, así como las actividades normales de las personas que
trabajan en la mina como lo son el preparado de alimentos y en
ocasiones la vivienda. Es el punto en donde llega el camino o vereda de
acceso y comunica con otras partes del área, u otras minas.
-BOCAMINA: por esto se entiende al lugar de acceso a un túnel o tiro; es por
donde entran los materiales necesarios para los trabajos, así como el
punto donde se recibe el mineral tumbado. Es un punto específico de
tránsito entre lo que es el patio y el socavón o tiro; su espacio se delimita
por el área de penumbra y el punto de tránsito al exterior.
339
En una mina se pueden presentar una o varias bocaminas, su apariencia
pude ser semejante a la entrada de una cueva y en la mayoría de las
veces se les confunde con éstas, pero son productos de la actividad
humana. Cuando no están muy alteradas por trabajos modernos o por la
presencia de concreciones de sarro, se aprecia que sus paredes son
redondeadas, presentan superficies suaves y con pequeñas depresiones
que son puntos de percusión de los instrumentos con que se trabajó.
Suelen presentar sectores sumamente desgastados o pulidos debido al
paso continuo; tienen normalmente el trazo aproximado de la dirección y
distribución del filón de mineral en su afloramiento a la superficie y las
derivaciones que se presentan tienen un tamaño uniforme, de modo que
una persona pueda pasar. Una de las labores que no se debe confundir
con la bocamina son las comunicaciones para ventilación, que se
distinguen de la primera por que no se encuentran asociadas a un patio
de mina.
-TUNEL O SOCAVON: es una obra de comunicación o explotación pero su
hábito se mantiene dentro de la "horizontal" y sus valores de pendiente
son relativamente bajos, la forma y dimensiones varían mucho y están
condicionados al tipo de cuerpo mineral que están explotando, así como
de las características de la roca encajonante.
-TIRO: es un acceso, una comunicación o lugar de explotación de la mina
desarrollado en una dirección cercana a la vertical, esto es, el ángulo
que forma con respecto a la horizontal es muy alto, cercano a los 90°.
Estos tiros también pueden servir como puntos de transporte del mineral
o rezaga entre los niveles de la mina, de modo que el material sea
transportado por gravedad y la cantidad de esfuerzo sea menor.
-SALONES O GALERIAS CON PILARES: son obras de grandes dimensiones
(mayores de 10 m de largo y altura mayor a los 3 m) y están dedicadas a
explotar grandes cuerpos minerales; en ellos se han dejado columnas
del mismo material con el objeto de no restarle solidez y soporte a la
labor. En algunos casos en estos pilares es posible observar restos de la
veta o del filón explotado.
-RETAQUES: en túneles, tiros o salones agotados, o muy próximos a estarlo
se ha acumulado INTENCIONALMENTE el material de desecho, de
modo que no sea necesario perder tiempo y esfuerzo en el transporte de
éstos al exterior y las obras son rellenadas. También tienen el objeto de
aumentar la estabilidad general de la obra, dado que se reduce el
340
volumen abierto y se evitan los reacomodos en los estratos que pueden
afectar a los frentes productivos.
-SOTANOS o POZOS: son pequeños tiros verticales, se dedican a explorar la
continuidad de las vetas en profundidad y los posibles ramales. En un
segundo momento, se amplían para que sirvan de comunicación entre
dos niveles o para el manejo por gravedad de los materiales tumbados
(mineral o rezaga).
-CIELO: son obras que están enfocadas a "tantear" y explotar la veta con
dirección a la superficie (arriba), a su vez comunicar entre dos niveles y
sirven de tiros para el transporte de los materiales, su técnica de trabajo
puede ser efectuada por Corte-Relleno.
-FRENTE: se refiere al espacio en donde se remueve el mineral de la matriz o
roca que lo contiene; esto es donde llega el túnel o socavón y se realiza
la labor de tumbe. Es el punto en donde se lleva a cabo la explotación
de la veta o filón y en donde con mayor probabilidad se presentarán los
instrumentos empleados para la explotación. Ahora bien, como técnicas
de explotación y en forma muy esquemática se tiene:
-FRENTES HORIZONTALES CON ESCALONAMIENTO FRONTAL
(breast stopping); se aplica de forma "generalizada" a depósitos de
estructuras tabulares, sin que se tengan ángulos elevados en el echado
y direcciones de los túneles. Generalmente se está hablando de obras
en un mismo nivel y que está siguiendo un estrato definido, se forman
bancos para su explotación.
-FRENTES
INCLINADOS
CON
ESCALONAMIENTO
EN
PROFUNDIDAD (underhand stopping); generalmente se realiza en vetas
y grandes cuerpos de mineral pero su material encajonante o matriz es
débil, por lo que las labores estarán dedicadas a explotar la parte más
rica del cuerpo mineral y las dimensiones de los túneles estarán
determinadas por la profundidad y el tipo de soportes que se emplean,
estos túneles pueden estar intercomunicados con otros formando
niveles; generalmente se asocian a grandes masas y áreas saturadas.
Pueden presentar ramales que tienen ángulos de penetración variable.
Este tipo de actividad trata de alterar lo menos posible la estructura
geológica, con el objeto que sea estable la obra y se obtenga el máximo
rendimiento de las vetas y de sus ramales más pequeños.
341
-FRENTES INCLINADOS HACIA ARRIBA CON ESCALONAMIENTO
EN VERTICAL (overhand stopping); se da en zonas de pendiente muy
abrupta, guarda las mismas características que la anterior, sólo está
variando la dirección en que se realiza la explotación y se aplica a vetas
que tienen un fuerte buzamiento y ramaleo.
- CORTE-RELLENO (top slicing); ese tipo de explotación está asociado
a grandes cuerpos mineralizados en donde existe una consistencia en la
dirección del cuerpo así como el grado del mismo, una de las
características que lo define es que por lo menos tiene dos niveles. En
este tipo de labores es muy importante la función de soporte que tiene el
material tumbado y el cuerpo mineral, en ocasiones se desarrollan tiros
(pudiendo ser éstos en obra muerta) para transportar el mineral a un
nivel inferior por gravedad. Este sistema trabaja a partir de un piso falso,
ya que el mineral se encuentra en la parte superior de suerte que la
tumba se efectúa del techo y el material de rezaga se acumula en el
piso, de modo que el nivel del mismo poco a poco se incrementa y se
mantiene una altura promedio como claro del túnel. Su uso está
condicionado a grandes vetas o filones bien definidos o en cuerpos
minerales masivos.
-TUNELES Y SALONES (caving); este tipo de ataque es muy empleado
en grandes masas o cuerpos mineralizados, por su mismo nombre se
está hablando de explotación en grandes zonas y con una remoción de
materiales importante, se aplica cuando la roca que encajona o sirve de
matriz al mineral es fuerte y sólida, se refuerza con pilares de la misma
roca o con ademes; al interior de los salones se presentan
escalonamientos o terrazas amplias para poder efectuar con una mayor
facilidad el tumbe del mineral, generalmente se emplea con la
combinación de otras técnicas.
En la realidad es muy difícil encontrar que las técnicas de explotación se
conserven puras, dado que en cada zona, el tipo de mineral y el tipo de
presentación del mismo implicará el manejo de una o más técnicas, de modo
que lo que se observa en el registro arqueológico se deberá de entender como
la resultante de un proceso complejo, el cual está determinando una gran
cantidad de factores.
Se debe de tener en cuenta que una mina como tal, debe ser entendida como
el conjunto de actividades que se realizan para explotar un cuerpo mineral,
debe por tanto incluir a todas y cada una de las entradas, túneles, conexiones,
342
obras de ventilación y los patios de mina que se asocien a la misma. Dadas
estas características, lo único que se puede efectuar en los trabajos de
superficie es la localización de las bocaminas, patios, terreros o rodaderos, y el
muestreo de los desechos que se detecten en los patios, pero de ningún modo
se podrá indicar que el número de bocaminas sea el mismo que el de las
minas, en el mejor de los casos quedará esto como una hipótesis, hasta que se
efectúen trabajos sistemáticos de exploración y se delimiten las
comunicaciones entre una bocamina y otra, para que en conjunto se le pueda
contabilizar como una mina.
FACTORES QUE
SUBTERRANEA
CONDICIONAN
Y
LIMITAN
LA
MINERIA
Este apartado no pretende ser un tratado de los factores que afectan las
labores mineras, pero se hará un breve repaso de los más importantes.
Se iniciará tratando de analizar las condiciones que el material parental
puede imponer, así, los frentes pueden necesitar soportes o pilares con
el objeto de que la tierra o roca en que se localiza el mineral no se
colapse. En algunas minas, la mena se extrae de diferentes niveles
subterráneos, para este caso, dejan cierta distancia entre ellos para
prevenir un derrumbe del piso de uno con el techo del otro.
La estabilidad de las rocas en que se encuentre la mena determina el
método de extracción, aunque otros factores pueden indicar y
condicionar el método empleado. Así la naturaleza geológica y la
mecánica de las rocas, son las guías más eficaces para la evaluación de
la adaptabilidad de los métodos de extracción a un depósito. Idealmente
un método de extracción es empleado para que garantice el menor costo
financiero o humano, con referencia a un "máximo de seguridad" y la
óptima calidad del mineral.
Ahora bien, se debe mencionar que la mecánica de rocas es un
conocimiento implícito en la minería gambusina y es derivado de la
observación cuidadosa, ya que al desarrollarse las labores se debe tener
en cuenta las propiedades mecánicas del depósito en donde se localiza
el mineral, con el objeto de que se planee la amplitud, extensión y
soporte de los túneles que están enfocados a evitar el colapsamiento;
los rasgos visibles son comúnmente la presencia de fracturamiento en
las rocas, desmoronamiento, abombamiento de paredes y techo, etc.
(Clark, 1974)
343
Otros conocimientos intrínsecos aplicados en la minería es la evaluación
de las estructuras geológicas para las posiciones en que se ubican los
accesos permanentes a la mina por la estabilidad de las rocas; en
34
oposición a los trabajos de CATA que no necesariamente se realizan
en las áreas estables y con posibilidades de comunicación. Otros
factores limitantes son: la presencia del nivel freático o de corrientes
subterráneas; la profundidad y tipo de rezaga; la localización, dirección o
rumbo, echado o buzamiento del depósito, esto es, la dirección en que
profundiza y el ángulo en que el depósito se inclina de la horizontal; la
tenacidad y carácter físico de la roca encajonante o que rodea a la mena
y la que le sobreyace; el grado y tipo de mena. Así mismo, el método de
extracción estará determinado por la forma y tamaño del cuerpo mineral
a explotar;
La tenacidad de la roca y de la mena determinan el tamaño y forma de
los túneles y el área horizontal, así como el volumen de material
removido y el tipo de soporte, de modo que sea una construcción
segura. Las relaciones entre estas variables condicionan el tiempo de
vida útil en una mina, por tanto, su estabilidad no sólo dependerá de la
fuerza de las rocas, sino también de la presencia de fracturas, contactos
entre capas, discontinuidades y su arreglo geométrico.
Las formas que toman los cuerpos minerales pueden variar de masivos
a tabulares; y de ser estratos continuos a tiros, diques y lenticulares que
dependen del origen y carácter del material en que se encuentran. La
actitud (echado) del depósito determina directamente el método de
extracción. Por ejemplo, en un depósito tabular que tiene echados en un
ángulo elevado, puede ser removido sin usar elementos de soporte en
las paredes, en tanto que si el mismo depósito estuviera con un ángulo
menor (cercano a la horizontal), puede requerir soportes, por la presión
litoestática sobre un área mayor. Cuando un depósito tiene formas y
cantidades regulares puede requerir una menor cantidad de soportes, en
oposición a otros de hábito irregular, que requiere la planeación de
columnas, crear frentes que ya no son útiles, entre otras características.
Los cuerpos de mineral pequeños que se localizan en rocas firmes se
pueden explotar sin ninguna estructura de soporte adicional, en
34
Cata: labores preliminares para evaluar la persistencia, la calidad de la mena o
mineral a explotar y las propiedades de las rocas encajonantes para prever la
forma, amplitud y dirección de los túneles a desarrollar.
344
oposición a los que son masivos que si lo requieren, debido a que hay
límites estructurales de la longitud y amplitud para que un arco de roca
pueda estar en pie.
Otro de los factores que determinan las necesidades de apuntalamiento
o el tamaño del túnel lo constituye la profundidad en que está. Es de
hacer notar que a medida que se va profundizando, la presión
litoestática aumenta en progresiones no lineales (entendida en términos
del peso o carga de la roca que sobreyace), por lo que se hace
necesario el recalcular las dimensiones máximas de los socavones.
C. FORMAS DE OCURRENCIA DE LOS CUERPOS MINERALES
Se ha aceptado que los cuerpos minerales pueden tener tres grandes formas
de ocurrencia (cf. Mottana, Crespi y Liborio 1980; Shepherd, 1980; Clark, 1974
y Gregory, 1982).
1. SISTEMA DE VETAS Y FILONES; por lo general estas ocurrencias
obedecen a procesos semejantes en su formación:
VETAS o "vein"; son fisuras simples, fracturas o planos de falla en las
masas rocosas que se han rellenado por precipitación de minerales en
solución o por inyección de minerales magmáticos de las profundidades
de la tierra.
Los FILONES o "lodes"; son zonas amplias de roca fracturada, que se
encuentran rellenadas de forma similar a las vetas. Debido a que las
fracturas o fallas pueden tener una estructura radial o perpendicular, la
mayoría de las vetas y filones presentan un hábito cercano a la vertical;
su longitud puede ser de varias decenas de metros y con un espesor
generalmente variable. Las vetas pueden ampliarse o estrecharse en
distancias muy cortas, ya sea en su nivel horizontal o en profundidad.
Los filones son usualmente más anchos y con una mayor calidad en el
material. En la práctica los mineros emplean ambos términos
indistintamente, la diferenciación se presenta cuando se describe la
estructura geológica. Sin embargo, al filón también se le conoce como
"veta madre" por su ancho, formalidad y las leyes de su material.
2. DEPOSITOS ESTRATIFICADOS; están tipificados por los depósitos de
carbón, los cuales se encuentran interestratificados en los depósitos de
rocas sedimentarias. Las arenas, los limos y en general cualquier
sedimento independientemente de su origen, pueden transformarse en
345
rocas sedimentarias por el paso del tiempo (en términos geológicos) y la
presión por el peso de los sedimentos que le sobreyacen. Otro caso
más, lo representan las rocas calizas empleadas en la producción de
cementos y fundentes y los bancos de materiales no consolidados que
son explotados para obtener materiales de construcción, generalmente
son amplios y su explotación es a cielo abierto, en donde, debido a
diferentes factores como el intemperismo, el grano, compactación,
dureza, etc. se explotan tan sólo los materiales que posean las
características adecuadas para el uso que les den y esto generalmente
corresponde a ciertos estratos en particular, sin embargo, pueden
contener otros minerales como el carbón, potasa, yeso, fosforita, mineral
de hierro.
3. DEPOSITOS DE REMPLAZO o ECHADOS también se les refiere como
"lodes": Se presentan con un hábito aproximadamente horizontal. Son
depósitos metalíferos que se forman por la disolución de los depósitos
de calizas, que fueron sustituidas por soluciones saturadas de minerales
y rellenan parcialmente los estratos. Otro de los factores que
condicionan la formación de este tipo de depósitos es el grado de
actividad hidrotermal o de chimeneas submarinas, en donde puede
promoverse la fijación de ciertos minerales y la migración de otros; este
tipo de fenómenos se presenta en los depósitos estratificados y pueden
extenderse sobre una gran área. Su extensión lateral es mucho más
dispersa y continua para los materiales ferrosos, mientras que sus
dimensiones son menores para los depósitos metalíferos no ferrosos,
adoptando generalmente las formas del paleorelieve y fracturas del
terreno.
346
ANEXO 2
347
2. PANORAMA DEMOGRAFICO EN LA SIERRA GORDA
Este apartado, tiene por objetivo dar a conocer un amplio conjunto de datos
que dan un bosquejo del panorama demográfico de los diversos grupos que
habitaron la Sierra Gorda durante los siglos XVI al XVIII. Dentro de este
esquema, se ha puesto énfasis en las diversas localidades que muestran un
intrincado mosaico de comunidades con diferentes lenguas, en algunas
porciones de la región considerada como Sierra Gorda.
De acuerdo con Jaques Soustelle (1951), los grupos de habla Pame y Jonaz
ocuparon una zona que puede delimitarse por el sur desde los 20° latitud norte,
en un continuo hasta la custodia de Santa Catarina en Río Verde, San Luis
Potosí, y por el oriente hasta Tula, en Tamaulipas.
Es preciso recordar que durante algún tiempo la lengua Pame fue considerada
como "autóctona o única", hasta que se profundizo su estudio y se reclasificó
como parte de las lenguas de la familia Otomiana, según los reportes de
Antonio de la Maza (1947, p. 495-505).
Actualmente las clasificaciones lingüísticas incluyen a la lengua Pame dentro
de la familia Otomiana, junto con el Otomí, Chichimeca, Mazahua, Matlaltzinca
y Ocuilteca, siendo las últimas tres lenguas correspondientes a grupos de alta
cultura mesoamericana, de acuerdo a los rasgos establecidos por Paul
Kirchhoff cuando define a ésta superárea (1943, p. 133-144). Los Pames y los
Chichimeco-Jonaces tradicionalmente se les incluía dentro de la zona de
cazadores recolectores del norte de México; pero por su ubicación en una
región de frontera, el mismo Kirchhoff (loc. cit.), les asigna el papel de
mediadores entre estas dos superáreas; por tanto integran rasgos culturales de
ambas partes, de acuerdo con su ubicación geográfica y la intensidad del
contacto con otros grupos, lo que determinaba la predominancia de unos u
otros rasgos en particular.
Los planteamientos del Prof. Paul Kirchhoff aquí referidos, sólo hablan de la
superárea mesoamericana para el siglo XVI y es congruente en términos
generales a lo reportado en las fuentes manuscritas del mismo siglo, ya sean
de manufactura indígena o española, referidas en el capítulo de Antecedentes
Etnohistóricos.
En las tablas que más adelante se exponen, se podrá apreciar que en regiones
muy próximas coexistían dos o más grupos con patrones de subsistencia
348
distintos. El esquema expositivo será por grupo lingüístico, donde se agrupan
por Misión, dentro de esta sus poblados, en las rancherías y parajes.
LOS PAMES
Los grupos Pames fueron uno de los primeros en pacificarse; los reubicaron en
áreas cercanas a las misiones, con el objeto de tener un mejor control sobre
ellos. Esta labor, aunque con sus altibajos, condujo a la formación de pueblos y
rancherías de "indios" a partir del siglo XVII, en que se fundaron las primeras
misiones de Sierra Gorda. En las Visitas que se realizaron en el siglo XVIII,
dirigidas por José de Escandón, se levantaron varios censos de población; en
ellos se puede observar que existieron ocho pueblos de indios, cada uno de
ellos con sus respectivas rancherías, pudiendo contarse hasta 39 poblados
para el siglo XVIII.
De acuerdo a éstos datos, Isabel Eguilaz (1965, p.60-ss.) trabaja los datos
demográficos que aquí se reproducen y propone un cálculo de población
aproximado para la nación Pame en el año de 1743 cercana a los 14,000
indígenas asentados en Sierra Gorda. De ellos, estaban sujetos a la Misión de
Santiago de Xalpa aproximadamente 1,770 personas, y los restantes se
encuentran repartidos en las demás misiones.
Los censos posteriores a 1743, son menos explícitos y por lo tanto, más
difíciles de retomar, sin embargo, ponen de manifiesto que la población Pame
iba desapareciendo paulatinamente por las epidemias, la política de
explotación y de exterminio indiscriminado por parte de los militares,
estancieros y colonos españoles. Como punto de comparación, se incluyen los
datos que aporta Don Antonio de la Maza (1947, p. 495) para Santa María
Acapulco, donde calcula una cantidad de 1,300 indígenas hablantes con un
total de individuos para el grupo de 3,000.
En la actualidad este grupo prácticamente ha desaparecido, sólo restan
aproximadamente 750 Pames en el estado de Querétaro (X Censo de 1990),
debido al fuerte impacto de los medios de comunicación, la política de
integración económica nacional bajo esquemas neoliberales y las intensas
presiones sociales que tienen que soportar las comunidades para que sus
sistemas de autogestión no se desvirtúen por los programas de "Solidaridad".
349
DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN PAME EN LA SIERRA GORDA Y
REGIONES VECINAS PARA LOS SIGLOS XVII Y XVIII
Lugar
Misión de Santiago de Xalpa
Pueblo: San Nicolás de Malilá
ranchería: Cerro del Nogal
Magueyal
Bonaga
Pueblo: Sant-Yago de Iongo
Ranchería: Chacatitlan
Laguna de la Vuelta
Pescola
Pueblo: San Juan Pisquistla
San Miguel Concá
Ranchería: Ayutla
Otras
Pueblo: San Antonio Amatlan
Santo Tomas de Sotlapilca
Ranchería: Cañada de Sollapilca
Soyapilca
Tecolotes
Guisache
Pueblo: San Juan Savag
Ranchería: Masasintla
Huistlan
La Laguna
Comahee Sithaa
Guistlan
Coahe
Comahutaa
Montes de Tancama
Misión Santa María de Landa
Año
1743
1743
1743
1743
1743
Familias
Casados
153
censo
global
1743
1743
1746
1767
1743
1749
1743
1743
1743
35
144
90
100
50
39
63
22
66
20
23
65
49
50
52
40
88
8
68
53
5
41
42
84
29
30
31
51
59
94
12
10
28
72
36
40
44
7
25
100
1743
1743
65
161
153
133
200
204
109
200
20
Misión Nuestra Señora de la Luz de 1743
Tancoyol
1767
Pueblo: San Agustín de Tancoyol
1767
Ranchería: Ojo de Agua
1767
Cerro del Sotol
Misión San Juan Bautista de Pacula
1743
1767
218
200
Ranchería: El Humo
Sierra: El Humo
El Lobo
Temapeche
68
50
106
38
122
10
40
96
35
57
1743
1743
1746
1767
1743
1746
1767
1743
1746
Misión San Francisco de Tilaco
Jóvenes
303
200
350
Solteros Total de
y Viudos Población
30
154
24
116
60
241
10
89
39
562
3 total de personas
24
censadas
39
40
159
18
439
248
370
12
118
234
26
200
18
16
154
386
13
395
30
190
43
66
124
59
22
15
322
52
122
122
652
572
401
740
749
416
740
90
3307
Censo general de
Pames para estos
parajes
643
740
36
189
16
82
15
91
1225
740
Lugar
Año
Ranchería: Tras Pacula
Espopusco
Santa María Mecatlan
Giliapa
Misión San José de Fuenclara
Misión Escanela
1743
1743
1683
1756
1744
1744
1744
1744
1744
1743
1743
Misión San Felipe Gamotes
Misión Peniguán
Misión San Antonio de la Lagunillas
Ranchería: San Juan Tetla
Misión San José Alaquines
Misión de Gilitla
Ranchería: Tilaco
Zazutla
Mal Paiz
Acatitlan
Río Verde (Río Verdito)
Guefoco
Misión Ntra. Sra. Gpe. Cerro Prieto
Ranchería: Cogne
1743
Zipatla
Apastla
Tampopocho
Aguas Blancas
Ranchería: Cogne
1767
Zipatla
Apastla
Tampopocho
Aguas Blancas
Misión Purísima Concepción del Villa del 1743
Maíz
Villa del Jaumave
1756
Villa de Santa Bárbara
1757
Misión Rumoroso, Villa de Escandón
1772
1748
1772
Villa de Palmillas
1757
Misión Villa de Palmillas
1757
Villa de Santander
1757
Santa María Acapulco
1947
Familias
Casados
Jóvenes
74
72
73
84
101
200
2
147
131
84
11
100
304
276
282
372
435
740
7
549
512
243
34
390
60
68
34
18
56
22
44
105
Total
censo
regional
200
Censo
Global
666
Censo Global
1110
Censo Global
300
Censo
Global
441
1629
77
13
5
11
16
Solteros Total de
y Viudos Población
27
7
300
200
54
60
19
38
70
1300
LOS HUASTECOS
La fuente principal de los datos aquí vertidos están expuestos por Ocaranza
(1939), mientras que los datos para la Villas de Horcasitas y la de Altamira,
están documentadas por Isabel Eguilaz (1965), en los testimonios de las Visitas
6ª y 7ª de José de Escandón a éstos parajes durante 1757.
La inclusión de los grupos Huastecos se realiza en virtud de que la sierra tiene
fuertes lazos con esta región; hecho manifiesto en el estilo de la cerámica; en
materiales de uso cotidiano, p. ej. petates, textiles; varias técnicas
constructivas; algunos patrones sobre su manejo de espacio, en particular la
distribución de estructuras y de asentamientos en las porciones de sierra, etc.
351
El vínculo entre la Sierra Gorda, la Huasteca y Río Verde ya se ha propuesto,
otorgando un papel preponderante al grupo Huasteco en la vida de las regiones
vecinas ya sea por el intercambio, comercio o su expansión territorial durante el
clásico y el epiclásico mesoamericano.
DISTRIBUCIÓN DE GRUPOS HUASTECOS EN LA VECINDAD A LA
SIERRA GORDA
Lugar
Año
Fami- Indios de
lias
Misión de Valles
Arco
Mujeres y
Población Total
Jóvenes
106
Misión de San Luis de la Villa de Tampico
8
27
230
782
Misión San Francisco Tanculayab
187
635
Misión Santa Ana Tamlajax
139
472
Misión San Diego Huehuetlan o Tamahah
911
3097
Misión San Miguel Arcángel
234
695
Misión Sant-Yago Tamuy (Tamuín)
124
421
Misión San Miguel Pam-apach
191
649
Misión Nuestra Señora Asunción de
Zuluama
Tam-aquish-mon
Villa de Horcasitas
1757
30
107
Villa de Altamira
1757
6
17
LOS JONACES
Respecto a la distribución de la población Jonaz en el tiempo, los datos
aportados en los censos de Escandón son muy irregulares y sólo cubren un
periodo muy limitado. En la publicación de José María Reyes (1879, p. 488 y
ss.) se reproducen parcialmente las copias certificadas de las actas de la
fundación de las misiones para el adoctrinamiento, pacificación y reducción de
este grupo en la región comprendida entre Maconí, San Juan Tetla, El Deconí,
San Nicolás Tolentino o Ranas (hoy San Joaquín), San José de Vizarrón, entre
otros más. En estos documentos mencionan, que las fundaciones estuvieron a
cargo de Don Gerónimo de Labra (el viejo) Capitán General y Protector de los
Indios, donde mencionan cantidades muy vagas de indígenas que concurrieron
a la misa de celebración por la fundación de cada una de esta misiones. Lo que
sí queda en claro es la ocupación de nuestra zona de estudio por estos grupos.
352
DISTRIBUCIÓN DE JONACES EN LA SIERRA GORDA
Lugar
Año
Misión San José Vizarrón
1740
1743
1751
1743
1743
1743
1743
1743
1743
Misión Aguacatlan
Misión San Pedro Tolimán
Misión Nuestra Señora de Guadalupe
Paraje de los Otomites
Misión San Miguelito
Pueblo: San Juan Bautista de Zichu
San Luis de la Paz
Sierra Gorda
1748
Fami- Indios de
lias
Arco
70
58
89
57
36
90
25
52
68
76
18
Mujeres y
Jóvenes
Población Total
200
176
247
183
120
259
85
224
249
245
50
A continuación se enlistan los documentos referidos por Eguilaz (op. cit) que se
localizan en el Archivo General de Indias (AGI) de Sevilla, España.
AGI. MÉJICO 690.
EXPEDIENTE SOBRE LA POBLACIÓN Y PACIFICACIÓN DE LA COSTA DEL SENO
MEXICANO. AÑOS DE 1736 A 1750.
Testimonio Diligencias A.
Testimonio de las Diligencias ejecutadas en la Misión de Santiago de Xalpan
de la Sierra Gorda, por D. José de Escandón, Sargento Mayor del Regimiento
de la Ciudad de Querétaro y Teniente Capitán General por su Majestad de dha
Sierra, sus presidios, Misiones y Fronteras las que tuvieron principio por enero
de mil setecientos cuarenta y tres. Méjico, 1746. 159 folios.
Testimonio de los Autos
Testimonio de los Autos hechos por D. José de Escandón, Teniente de Capitán
General de la Sierra Gorda sobre la visita efectuada en aquellas Misiones de
Indios Mecos. Méjico 1746. 431 folios.
AGI. MÉJICO 691.
EXPEDIENTE SOBRE LA POBLACIÓN Y PACIFICACIÓN DE LA COSTA DEL SENO
MEXICANO. AÑOS DE 1749 A 1755.
Razón de las Misiones
Razón de las Misiones que tiene el Colegio de San Fernando establecidas en
la Sierra Gorda o Madre, y el estado que al presente tienen. Méjico, 1746. 6
folios.
AGI. MÉJICO 692.
EXPEDIENTE SOBRE LA POBLACIÓN Y PACIFICACIÓN DE LA COSTA DEL SENO
MEXICANO. AÑO DE 1758.
Testimonio Visita 1ª.
Testimonio de los Autos fechos sobre la Visita de la Villa de San Francisco de
Güemes en la Colonia del Seno Mexicano. Méjico, 1758. 103 folios.
Testimonio Visita 5ª
Villa de Escandón. Méjico, 1758. 34 folios.
353
Testimonio Visita 6ª
Testimonio de lo actuado en la Revista y reconocimiento de la ciudad de
Horcasitas. Méjico, 1758. 32 folios.
Testimonio Visita 7ª
Testimonio de los Autos hechos sobre la Visita de la Villa de Altamira en la
nueva Colonia del Seno Mexicano. Méjico, 1758. 22 folios.
Testimonio Visita 22ª
Villa de Santa Bárbara. Méjico, 1758. 52 folios.
Testimonio Visita 23ª
Población de Palmillas. Méjico, 1758. 21 folios.
AGI. MÉJICO 693 BIS.
EXPEDIENTE SOBRE LA POBLACIÓN Y PACIFICACIÓN DE LA COSTA DEL SENO
MEXICANO. AÑOS DE 1769 A 1775.
Testimonio del Cuaderno
Testimonio del Cuaderno que compone el Dictamen del Sr. Conde de la Sierra
Gorda sobre el establecimiento de los Pueblos de Indios de la Colonia. Méjico,
1770. 22 folios.
354
ANEXO 3
355
3. AL ESCENARIO DE ESTUDIO
LOS CLIMAS
De acuerdo a lo expuesto por Sierra y Martínez en el estado de Querétaro se
cuenta con tres regiones climáticas con diferencias en grado de acuerdo a la
banda de la sierra y la altitud y bajo el esquema planteado por Köeppen son:
A.- TROPICAL LLUVIOSO. Con temperatura media de todos los meses del año
superior a los 18 °C. Localizándose al Norte de la entidad, aunque su mejor
representación se da en alturas menores a los 1400 msnm.
BS.- SECO. Correlación especifica entre r (precipitación total en cm) y t
(temperatura media anual en °C). Se le localiza en la porción centro y sur del
estado, producto normal del efecto de sombra de lluvia.
C.- TEMPLADO LLUVIOSO.- Con temperatura del mes más frío entre -3 y 18
°C. Se le detecta en la porción centro oriente del estado y en cotas mayores al
intervalo entre los 1600 a 2000 msnm.
Para estos tres grupos su régimen de lluvia está caracterizado por:
w.- régimen de lluvias en verano, durante el mes más lluvioso de verano, las
lluvias deberán ser 10 veces o más, de mayor altura que en el mes más seco.
Por otra parte las variedades específicas en BS fueron;
k'.- MUY FRIO: con temperatura del mes más cálido < a 18 °C
h.- Cálido
y en el tipo C se tiene:
b.- TEMPLADO; con temperatura del mes más cálido < a 22 °C
Presentando una variedad general del tipo:
g.- GANGES: la marcha de temperatura es tipo Ganges, esto es que la
temperatura del mes más cálido se presenta antes del solsticio de verano.
356
TEMP.
AHUACATLAN
Pmm.
30
250
25
200
20
150
° C 15
mm
100
10
50
5
0
ENE
FEB
MAR
ABR
MAY
JUN
JUL
AGO
SEP
OCT
0
DIC
NOV
Temp
AYUTLA
Pmm
30
250
25
200
20
150
° C 15
mm
100
10
50
5
0
ENE
FEB
MAR
ABR
MAY
JUN
JUL
AGO
SEP
OCT
NOV
0
DIC
TEMP.
EL DOCTOR
Pmm.
18
16
14
12
10
°C
8
6
4
2
0
ENE
200
150
100 mm
50
FEB
MAR
ABR
MAY
JUN
JUL
AGO
SEP
OCT
NOV
0
DIC
TEMP.
JALPAN
Pmm.
30
250
25
200
20
150
° C 15
mm
100
10
50
5
0
ENE
FEB
MAR
ABR
MAY
JUN
JUL
357
AGO
SEP
OCT
NOV
0
DIC
TEMP.
PEÑA MILLER
Pmm.
25
90
80
70
60
50
mm
40
30
20
10
0
DIC
20
15
°C
10
5
0
ENE
FEB
MAR
ABR
MAY
JUN
JUL
AGO
SEP
OCT
NOV
TEMP.
SAN JOAQUIN
Pmm.
18
16
14
12
10
°C
8
6
4
2
0
ENE
300
250
200
150 mm
100
50
FEB
MAR
ABR
MAY
JUN
JUL
AGO
SEP
OCT
NOV
0
DIC
TEMP.
TOLIMAN
Pmm.
25
80
70
60
50
40 mm
30
20
10
0
DIC
20
15
°C
10
5
0
ENE
FEB
MAR
ABR
MAY
JUN
JUL
AGO
SEP
OCT
NOV
TEMP.
VIZARRON
Pmm.
20
100
80
15
60
° C 10
mm
40
5
0
ENE
20
FEB
MAR
ABR
MAY
JUN
JUL
358
AGO
SEP
OCT
NOV
0
DIC
ESTACION
ENE
FEB
MAR
ABR
MAY
JUN
JUL
AGO
SEP
OCT
NOV
DIC
TEMP.
19
21.9
22.4
24.3
25.6
24.4
23.7
23.5
22.6
21.6
20
17.9
22.2
Pmm.
6.7
8.2
8.2
30.9
44.1
185.3
169.2
151.4
247.7
97.9
23.1
11.5
984.2
TEMP.
18.3
19.7
23.5
27
28.2
27.3
26.3
26.2
25.2
22.9
20.6
18.9
23.6
Pmm.
8.9
8.9
11.4
12.7
34.7
138.3
99
144.2
228.3
84
21.3
5.6
797.3
TEMP.
11.1
12
16.2
13.1
16.3
14.6
13.5
14.2
13.5
12.7
11.8
12
13.4
Pmm.
16.2
8
9.5
26.3
55.1
139.9
125.5
141.8
181.7
86
22.5
12.6
824.8
TEMP.
18.9
18.3
24.2
27.7
28.9
27.8
26.6
26.3
25.6
23.4
21
19.1
23.9
Pmm.
16.1
11.6
19.3
27.4
45.6
202.2
175.4
192.4
236.4
94.4
21.5
5.4
1047.7
TEMP.
17.3
18.9
22.2
23.9
25
24.7
23.7
23.9
23.3
21.4
19.4
17.8
21.7
Pmm.
9.8
6.1
6.8
34.9
48
83.8
66.6
73.8
81.5
31.7
8.8
4.5
456.3
TEMP.
11.4
11.7
15.1
16.1
17.4
14.4
14.2
14.3
14.4
12.9
11.7
12
13.8
Pmm.
20.4
25.4
49
40.5
94.2
251.9
171.4
220.4
217.5
107.9
28.5
14.4
1241.5
TEMP.
15.4
17.3
20.8
23.2
23.9
23.9
23.9
22.5
21.7
19.3
17.7
15.8
20.3
Pmm.
10.4
3
10.5
17.2
42
78.1
55.3
56.6
62.9
42.7
8.2
6.7
393.6
TEMP.
13
13.3
16.6
18.5
19.6
18.3
17.8
17.3
16.6
15
13.6
12.7
15.9
Pmm.
12.5
4.8
15.9
17.2
50.9
96.1
76.4
69.5
81.6
31.2
7.4
4
467.5
CLIMATOLOGICA
AHUACATLAN
AYUTLA
EL DOCTOR
JALPAN
PEÑA MILLER
SAN JOAQUIN
TOLIMAN
VIZARRON
MEDIA
ANUAL
Retomado de: Sierra Morales 1980
LAS UNIDADES EDAFICAS
La exposición de las características está en función del orden en que se
indicaron, además que siguen en lo posible las proporciones de la superficie
ocupada dentro del área de estudio (para su ubicación ver mapa anexo).
REGOSOL: se encuentra en distintos climas y diversos tipos de vegetación, en
general son claros y se parecen bastante a la roca que los subyace, cuando no
son muy profundos, y se presentan con mayor o menor grado en las laderas de
las sierras de México. Frecuentemente son someros, en algunas partes de
México se emplean para el cultivo de coco y sandía. Por su clasificación como
calcárico se debe de entender que son ricos en carbonatos de calcio (CaCO3)
entre la superficie a los 20 o 50 cm de profundidad.
Es un suelo joven, se forma a partir de materiales no consolidados, no presenta
horizontes diagnósticos, tiene una capa superficial de color claro, en ocasiones
es algo obscura; generalmente es delgado, pues los limita una fase lítica y
cuando son más profundos presentan pedregosidad superficial. Su textura es
de migajón arcilloso, la cantidad de calcio que tiene es muy alto y es
susceptible de absorberse por las raíces de las plantas; sin embargo su
contenido de otros nutrientes (potasio y magnesio) es de moderado a bajo.
LITOSOL: no tiene diferenciación en fases. Se encuentra en todo tipo de climas
y con muy diversos tipos de vegetación; posee una profundidad menor a 10 cm
359
a la roca, tepetate o caliche duro. Se localiza en las sierras de México, en
mayor o menor proporción en laderas, barrancas y malpaís, así como en
lomeríos y algunos terrenos planos.
Tiene para la región profundidades de 0 a 10 cm. Su color es negro (10YR 2/1)
en húmedo y presenta una reacción moderada al HCl diluido (10%). Su textura
es de migajón arcilloso, su consistencia es friable en húmedo, presenta una
adhesividad moderada y una fuerte plasticidad. Tiene un esqueleto a base de
una gran cantidad de guijarros angulares, así como piedras angulares y
subangulares. Adquiere una estructura en forma de bloques subangulares, de
tamaño medio y un desarrollo moderado. Su porosidad es moderada, de
constitución fina. Llega a presentar en muy pocas cantidades cristales de
cuarzo, blancos, finos y muy dispersos, asimismo algunos fragmentos
pequeños de calcita o yeso en una mayor proporción a los primeros. Las
cantidades de raíces presentes en este tipo de suelo son:
muy finas
finas
medias
abundantes
frecuentes
escasas a muy escasas.
LUVISOL: es característico de las zonas templadas a tropical lluviosa. Su
vegetación es de bosque o selva, son ricos en arcilla en el subsuelo, pero son
más fértiles y menos ácidos que los acrisoles, son de color rojo o claro;
pudiendo también ser pardos o grises que no llegan a ser muy obscuros. Un
ejemplo de esta unidad, lo constituyen los bosques donde se encuentran los
principales aserraderos del país.
Son suelos que se caracterizan por un horizonte argílico o de acumulación de
arcillas (B), el cual a su vez llega a tener una estructura columnar si no hay una
cantidad de arenas mayor al 20%. Químicamente en la parte baja de este
horizonte presenta una saturación de bases en proporciones mayores al 50%
por la técnica de los compuestos de amonio (NH4OAc).
En su fase crómica son de color rojo o amarillento, normalmente pertenecen a
la hoja 7.5YR de la Tabla Munsell con croma 4 o mayor, o bien en las hojas de
valores más rojizos. El subsuelo tiene esta tonalidad por la presencia de
algunas cantidades de óxidos de hierro en diferentes estados químicos, cuando
se le menciona como órtico no presenta diferencia alguna en sus fases.
Su fertilidad es media, ya que pueden tener una cantidad moderada de calcio,
magnesio y potasio (bases), pero por lo general no se encuentran totalmente
360
saturados con dichos nutrientes. No es recomendable su uso agrícola pues,
aparte de que son ácidos, se erosionan fácilmente debido a su ubicación en las
laderas de la sierra.
CAMBISOL: son suelos jóvenes y poco desarrollados, existen en cualquier tipo
de clima con excepción de las zonas áridas. Presentan una capa que parece
más suelo de roca, ya que en ella se forman terrones, además puede presentar
acumulaciones de algunos materiales como: arcilla, carbonatos de calcio,
fierro, manganeso, etc. algunos se presentan delgados cuando existe tepetate
como sustrato.
Una de las posibles fases es la crómica, que les da las característica de ser
rojizo o pardo obscuro (7.5YR 4-6/4-8 o en hojas que viran a tono más rojo) y
con una alta capacidad para la retención de nutrientes.
Es un tipo de suelo que presenta tres horizontes bien definidos (A1, B2 y C1),
todos ellos reaccionan fuerte al HCl diluido, sus colores en húmedo van del
pardo gris obscuro al pardo amarillo claro (2.5YR 4/2 - 2.5YR 6/4). Su textura
es arcillosa en cada uno de sus horizontes, mientras que para su plasticidad y
adhesividad van de moderadas en los primeros dos a fuerte en C1. Su
consistencia para todos sus horizontes es firme en húmedo, su porosidad es
escasa y de constitución media, provocando un drenaje interno muy lento.
Las características que van diferenciando a los horizontes mencionados son:
En A1 la presencia de raíces finas y muy finas es abundante, disminuyéndose
a medida que se profundiza, las de tamaño medio son escasas y gruesas son
muy escasas, además es el horizonte donde se presenta claramente la
actividad animal de: coleópteros, lombrices y hormigas.
Para el horizonte B2 se presentan algunas concreciones -dispersas y blandas,
con formas irregulares-, de tamaño medio de carbonato de calcio y de
compuestos de fierro. En el horizonte C1 las concreciones son más frecuentes,
gruesas y ovaladas, con colores que oscilan del blanco a un rojo amarillento
cuando contienen compuestos de hierro.
ACRISOL: es un suelo ácido, se le encuentra en zonas tropicales o templadas
muy lluviosas, en condiciones naturales se asocia con vegetación de selva o
bosques. Se caracteriza por tener una acumulación de arcillas en el subsuelo;
por sus colores rojos, amarillos o amarillos claro con manchas rojas y por ser
generalmente ácidos o muy ácidos. Se distingue químicamente por presentar
menos del 50% en su saturación de bases para el horizonte B o de
361
acumulación de arcillas y este se debe encontrar a profundidades menores de
los 125 cm de la superficie.
En este tipo de suelo se puede presentar una fase química como lo es la
férrica, caracterizándolo como un suelo de color amarillento, con manchas
negras o nódulos rojos o negros en el subsuelo (concreciones de fierro). Su
extensión es mínima en la zona de trabajo y siempre que aparece está como
una característica secundaria a los luvisoles.
RENDZINA: suelos poco profundos y generalmente arcillosos (pegajosos), que
se presentan sobre rocas calizas o algún material rico en carbonatos de calcio
(mayor al 40%), se encuentra en climas cálidos o templados con lluvias
moderadas o abundantes. Su vegetación puede ser matorral, selva o bosque;
poseen una capa superficial abundante en humus y es muy fértil.
La rendzina presente en la zona, posee un horizonte A1 (mólico) bien
diferenciado; su color es gris muy obscuro en húmedo (10YR 3/1). Reacciona
fuertemente al HCl diluido, su textura es migajón arenosa y su consistencia es
blanda en seco y friable en húmedo. La adhesividad es ligera y plasticidad es
moderada. Presenta un esqueleto con gravas de tamaño fino, de forma angular
y subangular en poca cantidad. Su estructura tiende a formar bloques
subangulares, con débil desarrollo. Presenta raíces finas y muy finas en regular
cantidad y su drenaje interno es moderado.
FEOZEM: es un suelo de color pardo; se presenta en variadas condiciones
climáticas, así como en diversos tipos de terreno, con una capa superficial
suave, rica en materia orgánica y nutrientes, en este suelo no se presentan
capas ricas en carbonatos de calcio, en cambio se define por un horizonte A
con propiedades mólicas, entre las que destacan los contenidos de fosfatos
solubles que en ocasiones se presentan como nódulos o bien puede tener un
sustrato de altos contenidos de sulfato de calcio (yeso). Su potencial agrológico
está en función de la disponibilidad de agua. Cuando se le caracteriza como
lúvico, se quiere decir que presenta en el subsuelo una zona de acumulación
de arcilla (en forma de capa u horizonte).
Se caracteriza por su reacción ligeramente ácida, debido a la pérdida de cierta
cantidad de calcio, su textura es franca y su contenido de bases es moderado,
sin llegar a la saturación, por tanto son fértiles. Su vegetación que más se
asocia es bosque de encino o de matorral submontano. No obstante, dado el
gran impacto de hombre sobre el medio, algunas de estas áreas se encuentran
dedicadas a la agricultura de temporal, o bien tienen pastizales inducidos.
362
LA FAUNA
Los pocos datos que existen de la fauna tan sólo se limitan a dar un catálogo
de especies, sin indicar lugares de avistamiento, número, y su defecto es que
no dan una taxonomía consistente (cfr. Ambia 1967, 92-95).
A continuación tan sólo se dará una lista de los animales que se llegaron a
encontrar y los que persisten en la memoria de los habitantes locales, con clara
conciencia de que no es completa y que algunos casos no estén en la región
de estudio.
ANFIBIOS
Ranas
Salamandras
Sapos
REPTILES
Lagarto escamoso
Lagartijas
Sapo cornudo
Serpiente corredora
Serpiente arroyera
Serpiente matorralera
Serpiente nariz de cerdo
Serpiente falso coral
Serpiente de coral
Serpiente de cascabel o
"Shodú"
AVES
Águila negra
Aguililla
Cernícalo
Halcón nocturno
Halcón harris
Halcón cola roja
Gavilán
Lechuza
Zopilote
Tecolotito chillón
Calandria tunera
Tordo solitario
Cenzontle
Carpintero cheque
Cardenal
Correcaminos
< Rana neovolcanica
?>
<Pseudoeurycea townsendi?>
<Bufo sp>
< Phrynosoma taurus>
< Sceloporus torquatus>
<Phrynosoma orbiculare orbiculare>
<Masticophis flagellum flavigularis>
<Drymachon corais erebennus>
<Salvadora lineata>
<Heterodon nasicus kennerleyi>
<Lampropeltis mexicana>
<Micrurus fitaingeri>
<Crotalus sp>
< Buteogallus subtilis?>
<?>
<Falco sp>
<Chordeiles acutipennis>
<Buteo sp>
<Buteo sp>
< Accipiter bicolor?>
< Aegolius ridgwayi?>
< Coragyps atratus?>
<Otus asio>
<Icterus parisorum>
<Hylocichla sp>
<Mimus polyglottos leucopterus>
<Centurus sp>
<Pyrocephalus rubinus mexicanus>
< Geococcyx californianus?>
363
Verdin
Gorrion
Reyesuelo
Chinito
Azulejo Maicero "chuin"
Zorzal
Codorniz escamosa
Codorniz común
Codorniz pinta
Paloma de collar
Paloma de alas blancas
Huilota
MAMIFEROS
Rata musaraña
Rata canguro
Tuza hirzuta
Tlacuache
Liebre Torda
Liebre de cola negra
Conejo de Castilla
Ardilla arbórea
Coyote
Zorra gris
Cacomixtle
Mapache
Pintorabo
Tejon
Comadreja
Tlalcoyote
Zorrillo listado
Zorrillo manchado
Zorrillo espalda blanca
Puma
Gato montés
Jabalí de collar
Venado cola blanca
<Dendroica sp>
<Passerina sp, Passerculus sp>
<Regulus calendula>
<Bombycilla cedrorum>
<Guiraca caerulea>
<Melospiza lincolnii>
<Callipepla squamata>
<Colinus virginianus>
<Cyrtonyx montezumae>
<Columba fasciata>
<Zenaida asiatica>?
<Zenaidura macroura>
<Sorex oreopulus>
<Sorex saussurei>
<Dipodomys ordii>
<Heterogeomys hispidus>
<Didelphis marsupialis>
<Lepus callotis>
<Lepus californicus>
<Lepus floridanus>
<Lepus auduboni>
<Sciurus aureogaster>
<Sciurus oculatus>
<Cannis latrans>
<Urocyon cinereoargenteus>
<Bassariscus astutus>
<Bassariscus sumichrasti>
<Procyon lotor>
<Procyon insularis>
<Procyon pygmaeus>
<Nasua narica>
<Mustela frenata>
<Taxidea taxus>
<Mephitis macroura>
<Spilogale augustifrons>
<Conepatus mesoleucus>
<Felis concolor>
<Lynx rufus>
<Pecari tajacu>
<Odocoileus virginianus>
364
ANEXO 4
365
4. PROCESOS EXTRACTIVOS DE MINERALES EN LA
SIERRA GORDA: UN BOCETO ETNOGRAFICO.
En este anexo se realizará una descripción del proceso observado durante el
trabajo de campo, de marzo a mayo de 1985, en las comunidades que se
dedican a la minería, sin pretender que sea exhaustiva, será tan sólo un intento
de descripción a los ojos de un arqueólogo, que busca comprender con mayor
claridad un proceso complejo, poco estudiado y generalmente pasado por alto.
La descripción solamente corresponde a los trabajos registrados en las minas
de mercurio, San Felipe, El Poblano, Maravillas, El Otatal, El Deconí, El
Socavón, Los Puerquitos, El Zopilote, La Lana, El Agua Fría, localizadas en la
región de estudio.
En los trabajos que forman parte de la minería, se debe tener en cuenta que se
trata de un proceso continuo, y que para fines expositivos deberá de ser
dividido en varios segmentos.
Como punto de partida, el desarrollo de cualquier mina implica que se localice
un yacimiento. En este punto, las formas tradicionales de detección se realiza
por medio de la observación detenida de ciertos rasgos del paisaje como
cambios de tono sutiles en el color del suelo, el afloramiento de ciertos tipos de
roca, o variaciones a nivel del grado de silificación o de metamorfismo de ella, y
que sirve de matriz a los cuerpos mineralizados.
Otra de las formas que emplean los lugareños para identificar los puntos en
donde iniciar una explotación, consiste en localizar terrenos, "jales" o
derramaderos antiguos, que pueden ser coloniales o prehispánicos, a los
cuales les practican pruebas que denominan tentaduras, que en suma,
consisten en concentrar pequeñas cantidades de mineral, lavándolo para que
precipite por gravimetría en el fondo de un recipiente, que generalmente es de
peltre.
En caso de tener un resultado positivo, iniciarán una labor a nivel gambusino,
pocero o buscón, sin que esto sea un trabajo formal, a esta fase le denominan
"catear" (catar), nombrando a la obra como cata. Es una de las etapas
cruciales, dado que en forma tentativa podrán establecer, a su modo, no sólo la
formalidad y potencia del yacimiento, sino el grado de rentabilidad como para
integrar maquinaria, o sólo dejar la tecnología de picos, marros, palas,
talachos, cuñas, cinceles y barrenas.
366
Una vez tomada la decisión en torno a qué tipo de elementos tecnológicos se
van a integrar, se analiza cómo se va a desarrollar la labor: si se realizan tiros o
inclinados; si el sistema de ataque al depósito será de corte-relleno, o se
centran en el seguimiento de las vetas y sus ramaleos; si efectúan galerías y el
desarrollo de chorreaderos, lo que significaría que el transporte del mineral se
lleve a cabo por medio de gravedad, evitando trabajo en el acarreo.
Otro elemento consiste en la forma en que se va a llevar a cabo el tumbe, dado
que puede variar la técnica; que va desde el tumbe con marros, cinceles y
cuñas al barrenado y volado con pólvora, dinamita (explosivo plástico), o con
una mezcla de estos con nitrato de amonio, con el fin de evitar un gran
aumento en los costos, aunque esta mezcla está restringida a usarse en zonas
donde la humedad o las capas freáticas no puedan mojar la mezcla.35
El acarreo al exterior generalmente se realiza con materiales preseleccionados
en el interior de la mina, que se cargan en costales que son llevados a cuestas
con mecapales; y en el mejor de los casos, cuanto tienen ciertos recursos
técnicos, se efectúa con malacates y garrucha o palas. Las formas más
usuales de escaleras para los frentes, son pequeñas muescas excavadas en la
roca que sirven para apoyar el pie, o las escaleras de madera con muescas,
sujetas a las paredes por clavos y alambres. Cuando los pasos verticales o
muy pendientes no están tan cerca de los frentes, se emplean escaleras de
madera con peldaños ubicando en las paredes cabos (fragmentos de cuerdas
de ixtle, de cáñamo, de henequén o nylon) bien sujetos para jalarse con la
mano y detenerse. En estas comunicaciones se encuentran con mayor
frecuencia descansos y cambios de escaleras; los primeros están construidos a
base de tablas empotradas a la pared, sostenidas por ademes y apuntaladas
contra la pared, de modo que soporten el peso de la persona con carga.
Cuando se mencionan los cambios de escaleras es porque la altura que hay
que salvar es mayor a los 2.5 m. y las escaleras de madera tienden a
debilitarse (por ser un ambiente húmedo constante) y ser más inestables con la
altura, pudiendo ocasionar algún accidente.
Ya en el exterior se depositan los materiales en lo que se denomina "patio de
mina", que a su vez, se divide en varias áreas como lo serían:
35
La preparación y el llenado de los barrenos se efectúa primero con el nitrato, y
después con la pólvora, se comprime con viruta de madera, trapos o estopa dejando
pasar la mecha o cañuela; en ocasiones llegan a emplear detonadores eléctricos con
“fulminante”.
367
- lugar de pepena
- lavadero
- almacén
- zona de horno
En todas las labores visitadas, de un modo o de otro, tienden a presentar estas
zonas, pero se detectaron casos donde el material extraído es tan poco, que el
almacén y el horno se encuentran en la casa del minero (gambusino o buscón);
hay que aclarar que, aun cuando estén en la casa del gambusino, tanto el
depósito de materiales como el horno se constituyen como una zona específica
dentro de la casa y con acceso relativamente "restringido" a los niños,
caracterizándose por no ser evidente desde el exterior de la casa.
Regresando al patio de mina, el trabajo de pepena generalmente le
corresponde al "chalán" o "fajinero", que es la persona con menos experiencia,
generalmente los jóvenes que no tienen el "ojo", ni los conocimientos de cómo
llevar a cabo la excavación o el tumbe del mineral. A esta persona sólo se le
pide fuerza para cargar, y que conozca el metal esto es, como se presenta el
mineral, de acuerdo a características como: peso, dureza, con que se asocia,
color, textura, brillo, de modo que, sólo escoja el material apto para ser
concentrado o bien quemado directamente en el horno. El conocimiento de las
propiedades de la "metalada" y como identificarlo, se adquiere de generación
en generación, de padres a hijos, y se le puede considerar como toda una
tradición oral digna de estudio por parte de los etnólogos o antropólogos
sociales y que nos puede llevar a entender cabalmente ciertas características
de los grupos étnicos o de comunidades mestizas dedicadas a esta actividad.
En algunas ocasiones durante la pepena, se apartan materiales que necesitan
trituración, o fragmentación en trozos más pequeños, para que "rindan" y la
cantidad de producto final sea mayor, debido a que al estar en fragmentos
menores se obtiene una mayor superficie para que sea atacada por el calor, o
por los agentes químicos, según sea el caso. En algunas ocasiones se
levantan morteros de mampostería, con un declive específico de (20 a 30°) y
reborde en la parte baja para evitar pérdidas de material y no desperdiciar agua
cuando su disponibilidad no es sencilla. Arqueológicamente se han detectado
morteros fijos excavados en la roca al interior de las minas, pero muy cercanos
a la bocamina en la zona de visibilidad (cf. Langenscheidt 1970, 1982, 1985,
1986).
368
El lavado se efectúa a la par que la trituración, ya que es la última etapa en
donde se selecciona el material, porque sale muy sucio y se evita procesar
material estéril. El mineral lavado se seca al sol, de modo que durante su
beneficio no se gaste combustible de forma inútil en el tiempo que el mineral
toma en secarse, y prolongue el tiempo de quema.
Un elemento de vital importancia es el lugar en donde se ubica el horno, ya que
si los humos y vapores que desprende el minera se dirigen a la bocamina
pueden acarrear trastornos muy graves para los que trabajan en su interior, ya
sea tumbando, seleccionado o acarreando, por lo que su ubicación estará de
acuerdo con los patrones de viento predominantes en la zona, o adaptando
chimeneas que sean lo suficientemente altas como para que no regresen los
gases desprendidos.
El interior de esta área se divide en tres sectores bien definidos, una donde
está el material para ser quemado, otra para acumular la rezaga y desechos de
la quema, y entre estas dos se encuentra el horno y el depósito de combustible
(leña), o en el caso de ser petróleo estará a una distancia segura el depósito,
generalmente en una parte alta para que éste baje por gravedad en mangueras
y se pueda controlar el flujo con llaves de paso. Cuando es una explotación de
poca monta (artesanal), el minero la hace también de hornero, y en los casos
en que hay una persona dedicada a esta función, es éste quien decide la
temperatura aproximada en que se efectuará la quema, así como su duración
para que se obtenga el máximo rendimiento de carga.
Según los horneros consultados, las dimensiones, el tipo y características
técnicas del horno dependen del tipo de explotación, de la escala, la forma en
que se presenta la mena, y de los recursos disponibles; sin poder indicar
predominio de alguno sobre otro, coincidieron todos, que el horno más rústico,
pero que no deja de ser tradicional, consiste en dos vasijas de cerámica
embrocadas, una dentro de otra, o con las bocas opuestas y su espacio de
unión entre ellas que se sella con una mezcla de agua y tierra conteniendo una
buena proporción de arcilla (lodo) a fin de evitar la salida de gases y con esto
se pierda metal útil. (Ver fig. ANX 4-1 a 4).
La descripción más detallada del tipo de ollas empleadas en el beneficio del
mineral, se dará en términos de: pasta, acabado de superficie y forma.
Pasta: para este tipo de ollas la arcilla debe tener buenas características en
cuanto a plasticidad y resistencia a calentamiento sucesivo sin que
pierda su estructura. Los casos registrados se observaron vasijas con
369
una buena cocción, la arcilla era de grano fino, detectándose la
presencia de un desgrasante a base de calcita (color blanco a crema y
reacciona a la edición de HC1 diluido); pero en ocasiones se encontró
en algunas piezas que el desgrasante fue arena, de partículas
redondeadas de color gris a negro sin reaccionar al ácido, en ambos
casos el tamaño promedio oscila entre 0.5 y 2 mm, llegando a presentar
algunos fragmentos de mayores dimensiones.
Los colores de la matriz generalmente son rojos y rojo-naranja, lo que en
un principio si la atmósfera de cocción es oxidante, podría implicar la
presencia de algunos compuestos de fierro en los bancos de arcilla. Las
cantidades de desgrasante añadida oscila entre el 10 y 40% aparente en
la sección. Se observaron vasijas de producción local y foránea al área
de estudio (de los mercados de Cadereyta y Querétaro). Las vajillas
locales contienen desgrasante de calcita con colores claros en cantidad
aparente que varió entre el 20 y 40%; la matriz arcillosa reacciona al
ácido clorhídrico diluido, con áreas ennegrecidas por una cocción
dispareja, y tenacidad menor. En el caso de las piezas foráneas, el tipo
de desgrasante fue de arena con algunos fragmentos con alto contenido
en sílice, en cantidades entre el 10 y 30%, su color es más oscuro y la
textura de la pasta es relativamente más fina, y una tenacidad mayor,
manifestando las diferencias en cuanto al origen geológico de los
bancos de material y zonas de producción.
ACABADO DE SUPERFICIE: en este punto es importante diferenciar entre el
acabado de superficie en la cámara de condensación y la de carga,
porque en cada una de ellas se llevan a cabo diferentes partes del
proceso.
La cámara de condensación tiene un mejor acabado en el interior y
exterior, los interiores generalmente se encuentran bien alisados y en
algunos casos se observó un pulimento, con el propósito de tener
paredes lisas y pueda escurrir el metal condensado. El alisado interno,
puede formar capas de arcilla fina que sugieren un autoengobe o un
engobe aplicado con el mismo barro en forma de coloide. El exterior,
presenta un buen alisado puede estar presente alguna forma de engobe,
sin ser generalizado. Uno de los factores para la elección de este tipo de
superficies se debe a que tiene un menor número de poros grandes, por
donde pueda escapar el gas y la recuperación del metal sea mayor.
370
Para la cámara de carga el acabado del exterior es mucho más burdo y
en algunos casos es sólo un alisado muy ligero, porque según los
mineros si es muy lisa requiere más calor y no lo concentra; el interior es
un alisado mejor logrado, sin llegar a ser muy homogéneo, permitiendo
la presencia de poros medianos a grandes que en cierta medida
permiten una transpiración sin pérdidas significativas de metal, de modo
que no forme presión y separe o fracture los recipientes.
FORMA: en este apartado debemos señalar que estos hornos rústicos están
formados en dos partes, por lo que se distinguirá entre el que sirve de
cámara de condensación y el de carga, que recibe al mineral en bruto.
Las cámaras de condensación, generalmente son ollas y jarras de
paredes convexas a rectas, ligeramente divergentes, cuyos bordes son
redondeados, y su boca es de menor diámetros que el cuerpo; estos
oscilan entre los 15 y 40 cm, los espesores de las paredes van de 0.7 a
2.5 cm, los diámetros mayores del cuerpo se encuentran entre los 30 y
60 cm y la altura que tienen las vasijas generalmente tienen las mismas
dimensiones que su diámetro mayor, pero en ocasiones tienen 1.5 veces
su diámetro mayor. Los fondos son esféricos, en pocos casos fueron
planos y hubo casos de cónicos, pero fueron raros; en general podemos
decir que se trata de ollas y vasijas globulares, en algunos casos de
forma elíptica. Estas ollas generalmente tienen un cuello corto y la
divergencia del borde es pequeña, cuando lo tienen relativamente largo
(5 a 9 cm) la divergencia del borde es menor, por lo que el cuello es casi
recto.
En el caso de la cámara de carga, su forma es mucho más variable dado
que puede ir desde un cajete de paredes ligeramente convergentes o
rectas a ollas y jarras, de bordes rectos o divergentes de tal modo que
tengan una mayor superficie de contacto con la cámara de
condensación, llegando a modificar los bordes al biselarlos en la parte
interna del recipiente y lograr una mejor unión entre ellas. Estos
recipientes generalmente son de boca un poco más grande que las
cámaras de condensación, variando por lo menos 2 cm. entre ambas (18
a 45 cm). De hecho la forma y las dimensiones no son tan cruciales en
términos relativos, si a cambio se obtiene una buena unión con la
cámara de condensación, y un buen espacio para la carga.
Con un poco de detalle se describirá como se realiza el llenado y el embrocado
de las vasijas para que formen el horno de condensación que nos ocupa. El
371
llenado del horno se hace con una combinación de la mena triturada con cal,
en proporciones de 5 a 1 normalmente; pero cuando el material es de baja ley
se incrementa la proporción de cal hasta llegar a dos partes por 5 o 5.5 de
mena con el objeto de obtener un mayor rendimiento, aclarando que con un
aumento en las partes de cal, también tiene que darse en la quema una mayor
temperatura y tiempo. Estos aumentos en temperatura y tiempo, de acuerdo
con los informantes, representarían proporcionalmente un aumento en un tercio
de la temperatura normal de quema y un tercio más de tiempo con respecto a
los minerales de buena ley.
Para la operación de llenado en sí mismo, lo hacen con botes de lámina o
palas cuando se trata de hornos fijos y de un tamaño considerablemente mayor
al de las vasijas. Para el cargado se procura que el mineral forme una capa
uniforme en el fondo, no muy gruesa, con el fin de no desperdiciar mena, y la
reducción del cinabrio sea lo más completa posible. En el caso de ollas, la
capacidad es menor con referencia al horno fijo, pero se busca que la capa de
mineral no exceda los 15 cm de espesor; al preguntarles el por qué sólo esa
cantidad, el único argumento que nos dan los gambusinos consiste en: "no se
quema bien", aunque en la realidad puede existir otra razón que no tenga que
ver con su argumento. Desde mi punto de vista tratan de evitar que se forme
una alta presión que pueda separar los jarros; la fuerza adhesiva del lodo no
sea lo suficientemente alta para sostener a las vasijas en su lugar y con ello no
tener problemas de fuga.
Para el sellado, emplean una mezcla de barro con agua y algo de aserrín de
madera (cantidad no especificada), que de acuerdo a sus indicaciones da una
mayor resistencia, pero si se excede en cantidad forma poros y el sellado no
sirve. La consistencia de esta mezcla es la de un lodo con que se pueden
forman plastas que sellen la unión de las vasijas, así como la uniones entre
otras plastas. Se puede el agregar más plastas y materiales, mojando la mano
y alisando las superficies que tapan la unión. Como un paso final antes de que
se exponga al calor, se le seca al sol por lo menos durante una hora, justo
antes de encender el fuego; se les unta con una mezcla de barro y agua, más
líquida (semejante a la barbotina), formando un barro semejante al de un
engobe sin poros grandes. La aplicación final de este recubrimiento se realiza
con una brocha de ixtle de textura suave -chulo o escobeta-, como si se
aplicara una pintura o barniz.
El lugar de la quema se prepara con dos hileras de piedras con una separación
de 1.2 a 1.5 metros de largo, las piedras quedan a una altura de 20 ó 30 cm del
372
nivel del suelo y con un espacio entre piedras de 25 a 30 cm; la superficie
delimitada por las piedras se excava de 10 a 20 cm para cubrirla con leña
verde y forme una cama para las vasijas. La colocación de los hornos se
efectúa cuidando que el conjunto quede recargado entre dos piedras y forme
un ángulo de 35° o menor, con respecto al nivel de terreno, pero sin que llegue
a ser horizontal. Las vasijas de este modo acomodadas permanecerán
alineadas siguiendo el patrón marcado por las piedras; al terminar el acomodo
de la primera cama; se acumula leña verde y seca para espaciar la siguiente
cama y tengan un fuego "uniforme" entre ellas.
La siguiente línea de hornillos se pone "cuatrapeada", esto es, alterna con
respecto a la primera, de modo que se apoye contra esta. El conjunto se cubre
con leña verde en primera instancia y con una capa final de leña seca. Al
preguntar a los horneros la razón de usar leña verde, se recibió como
respuesta: "la leña verde no calienta rápido, porque es malo que esto suceda,
ya que llega a escurrir bien el mineral; da más calor y por más tiempo". Aquí se
puede indicar, que el cinabrio con un calentamiento lento y un agente reductor cal- se disocia el ion sulfuro del mercurio, que en conjunto, se asemeja al
proceso de tostación y se evita el cambio del arreglo molecular del cinabrio a
metacinabrio, que es mucho más estable.
Los hornos fijos consisten en tubos de metal de 30 a 40 cm. de diámetro, por 1
o 1.3 metros de longitud, con uno de sus extremos sellado con una tapa
metálica soldada; en el cuerpo de la tapa se le practica un orificio para que sea
conectado otro tubo de dos pulgadas, para que funcione como niple y pueda
conectarse a otro más que se comunique a la cámara de condensación. Esta
cámara se construye en mampostería, con un aplanado fino -cemento pulido-,
para que condense el mercurio en sus paredes y sea colectado en grandes
peroles de peltre en el fondo de la cámara. El piso de la cámara generalmente
tiene agua, lo que ayuda a mantener una temperatura baja para la
condensación.
La colecta se realiza hasta que se calcula tener de 15 a 20 litros de metal
líquido. La quema se realiza en cargas con una ley normal -de 2 a 6 kg por
tonelada-, el fuego se mantiene por espacio de 6 horas, procurando que las 3
horas intermedias sean de fuego intenso; si al cabo de los primeros 90 minutos,
notan que algún hornillo tiene escapes, les chorrean "barbotina" para que selle
antes de que el fuego tenga su máxima fuerza. Esta misma operación la
realizan a partir de la quinta hora de combustión.
373
El tiempo de quema es muy importante, dado que si la ley de la mena es mayor
el tiempo de quema se extenderá, hasta ser de 10 horas, con un fuego intenso
durante cuatro horas y media. El tiempo promedio que dejan enfriar los
hornillos es de 10 a 12 horas, ya que, si destapan los hornillos estando
calientes se pueden intoxicar con los vapores mercuriales. Para evitar la
intoxicación en el tiempo de enfriado, siguen verificando la presencia de fugas
en los bordes sellados. Normalmente los puntos de fuga se muestran como
punto de color negro, de lustre metálico, de donde emanan vapores densos
ligeramente blanquecinos. Antes de abrir los hornillos, bañan las ollas con agua
para que se apaguen los vapores.
Cuando su temperatura lo permite y no rompe la vasija, se lava el tizne. Tienen
la precaución de no levantarlas para evitar que se mezclen el mercurio y la
rezaga. Para la apertura rompen el sello de lado donde está la cámara de
carga, ya que si se llega a romper la vasija sea la que contiene el desecho y no
la del metal.
Para el horno fijo, la ruptura del sello de la tapa se hace con un palo o cincel, y
se desalojan con palas o escobas, durante esta operación se verifica el estado
de las paredes dado que el metal de los tubos tiende a alterarse y se torna
quebradizo pudiéndose formar grietas o agujeros por procesos semejantes al
de descamación que adelgaza las paredes. La práctica común entre los
horneros es que después de tres o cinco quemas volteen los tubos para que
tengan un desgaste uniforme.
Cuando el metal líquido obtenido de esta forma presenta una nata negra antes
de ser envasado se le añade hasta un kilo de cal viva y se agita con la mano
para que desaparezca. Esta práctica se realiza por que el metal está
contaminado y la cal ayuda a que se precipiten estas impurezas, de tal modo
que sólo se envase metal de buena calidad; de no ser así, resulta más difícil su
venta por que los compradores no lo aceptan, o en otros casos llegan a pagar
de 100 a 200 pesos menos por cada kilo de metal.
Otro sistema registrado en el área para evitar las impurezas, consiste en pasar
el metal líquido por una tela de trama muy cerrada y por medio de presión
manual el líquido se filtra permaneciendo en el lienzo las impurezas. Con esta
misma técnica, se nos mencionó que: "antiguamente el papel del cedazo lo
ocupaba una piel, que podía ser de cerdo, cabra u oveja sin pelo", bajo el
mismo principio el metal pasa por los poros de la piel y la presión se aplicaba
con una prensa -es una adaptación del sistema de rodillos de una lavadora-;
pero el aumento en los costos de las pieles y la facilidad para obtener la cal en
374
costales o en los mercados locales hace muy raro ver en la zona el sistema de
la piel. Durante 1985 sólo una persona en Maconí lo seguía practicando.
Otra información interesante, es que los mineros prefieren la cal producida en
forma doméstica, porque es de mejor calidad y está más viva que la que se
vende en costales, incluso pagan un precio ligeramente mayor con respecto a
la envasada. Por otra parte, nos mencionaron que la nata negra generalmente
está relacionada con las impurezas de la mena, estas impurezas normalmente
son otros metales como la plata, el plomo, zinc u óxidos de fierro que por tener
un peso específico menor flotan en el mercurio y dan forma a la nata.
Los mineros indican que esta nata es mucho más frecuente cuando la mena se
asocia a otros minerales como la galena las piritas, y en caso de arsenopiritas
la quema huele a ajo, también reconocen que el bronce les reduce la cantidad
de mercurio que escurre, pero lo evitan agregando a la carga más cal.
El envasado final lo realizan en frascos metálicos con tapa de rosca de una
capacidad de 3.5 litros, no se llenan hasta el tope, se busca que el peso del
metal sea de 32 kg aproximadamente, que unido a los 7 u 8 del envase cada
frasco tendrá 40 kg en promedio. En otros casos, emplean peroles de peltre
con asas reforzadas de las mismas capacidades.
Como nota final se mencionará que la venta del producto la realizan en
Querétaro o con el acaparador de la zona cuando son pocas cantidades, en
este último caso, el minero sólo se compromete a ponerlo a un lado del camino,
cuando no se tiene un acceso donde pasen las camionetas. El minero y los
fajineros generalmente cargan el metal en los vehículos a mecapal de dos en
dos frascos.
Una vez concluida la venta y liquidada la cuenta con el comprador, el minero
encargado reparte proporcionalmente un porcentaje de la venta entre los
fajineros (hasta un máximo de 10% sobre el monto total), hornero 10% y el
dueño del denuncio entre un 25 ó 30% a menos que hayan pactado una
cantidad fija de este modo el resto queda para él mismo.
375
Figura ANX IV—1. Diagrama del hornillo empleado por los gambusinos de la
Sierra Gorda para la destilación de mercurio quemando cinabrio.
376
Figura ANX IV—2. Diagrama de flujo del proceso de beneficio del azogue,
indicando los productos que se adicionan al proceso y los desechos resultantes
e cada paso para formar parte del contexto arqueológico (barba y Herrera 1987)
377
Figura ANX 4—3. Tabla analítica de las actividades relacionadas en el ´patio de
mina para el beneficio del azogue (Mejía 1985; Barba y Herrera 1987).
378
Figura ANX 4—4. Croquis de las áreas de actividad registradas en el patio de
mina de San Cristóbal para la extracción de mercurio en explotaciones de baja
escala de mineros y gambusinos.
379
Figura ANX4—5. Ilustraciones de los diversos tipos de hornos rústicos y de
soplo observados en la Sierra Gorda por el Ing. Adolphus Langenscheidt
(retomados de Langenscheidt 1988).
380
ANEXO 5
381
5. FORMATOS OFICIALES PARA EL REGISTRO DE BIENES
CULTURALES PARA ASENTAMIENTOS Y YACIMIENTOS
DE MATERIAS PRIMAS.
382
383
384
385
386
387
IX. BIBLIOGRAFIA
GENERAL
388
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400
TABLA DE FIGURAS
FIGURA INTR. —0—1. LOCALIZACIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO EN LA FASE INICIAL DEL PROYECTO Y SU RELACIÓN CON LA
DELIMITACIÓN DE MESOAMÉRICA (ABAJO. TOMADO DE ARQUEOLOGÍA MEXICANA). ............................................ 7
FIGURA INTR. —0—2. CARRETERAS QUE COMUNICAN A LA SIERRA GORDA ................................................................. 8
FIGURA I—1. ASPECTOS DE LAS CANTERAS DE GRIMES GRAVES ............................................................................... 44
FIGURA I—2. INSTRUMENTOS REPORTADOS EN LAS MINAS DE SÍLEX DE GRIMES GRAVES Y QUE SE REPITEN
TECNOLÓGICAMENTE EN OTRAS CANTERAS DEL EUROPA. ............................................................................... 45
FIGURA I—3. IZQUIERDA. PLANO TOPOGRÁFICO DE LA CAÑADA DEL SOYATAL (RETOMADO LANGENSCHEIDT 1970) DERECHA
SUPERIOR. ENTRADA DE LA MINA PRINCIPAL DONDE SE OBSERVA LA AMPLITUD DEL SALÓN DE ACCESO (IBÍD.) DERECHA
INFERIOR. MUESTRA DE LOS PILARES DE SOPORTE TALLADOS EN LA ROCA Y LA FORMA ELÍPTICA DE LOS TÚNELES (IBÍD.).
.......................................................................................................................................................... 46
FIGURA I—4. DIBUJO DE LOS PERFILES DE LA CALA NORTE SUR DE LA BOCAMINA LOS TEPALCATES I (LANGENSCHEIDT 1970)
.......................................................................................................................................................... 47
FIGURA I—5. DIBUJO DE PLANTA DE LA CALA EXCAVADA EN LA BOCAMINA TEPALCATES II, DONDE SE UBICAN LOS ELEMENTOS
REGISTRADOS; LA SEGUNDA CIFRA DESPUÉS DEL PUNTO INDICA LA PROFUNDIDAD RELATIVA DEL HALLAZGO
(LANGENSCHEIDT 1970). ........................................................................................................................ 48
FIGURA I—6. DIBUJO DE PLANTA DE LA MINA DE OBSIDIANA EN OTUMBA Y MUESTRA DE LOS INSTRUMENTOS LÍTICOS Y DE
MADERA REPORTADOS DE LA EXCAVACIÓN DE LAS MINAS DE AZOGUE DE PEÑA MILLER (LANGENSCHEIDT 1985). ..... 49
FIGURA I—7. ARRIBA. ENTERRAMIENTO DE LA MINA TEPALCATES II ABAJO. CRÁNEO DE GUACAMAYA EXCAVADO EN LA MINA
TEPALCATES II (LANGENSCHEIDT 1970). .................................................................................................... 50
FIGURA I—8. YUGOS TALLADOS EN ROCA VOLCÁNICA LOCALIZADOS FUERA DE CONTEXTO EN LA SIERRA GORDA
(LANGENSCHEIDT 1970). ........................................................................................................................ 51
FIGURA II—1. ASENTAMIENTOS ANTIGUOS MÁS CONOCIDOS EN LA SIERRA GORDA QUERETANA.................................... 61
FIGURA II—2. REPRESENTACIÓN DE LA DIVERSIDAD CULTURAL AL INICIO DEL POSTCLÁSICO MESOAMERICANO Y SUS NEXOS
CON LOS VALLES Y SEMIDESIERTO QUERETANO ............................................................................................. 62
FIGURA III—1. CAMBIOS EN LA COMPOSICIÓN TERRITORIAL DURANTE EL SIGLO XVII Y LA SUPERPOSICIÓN DE ZONAS
GEOGRÁFICAS EN LAS INSTANCIAS DE CONTROL. ........................................................................................... 80
FIGURA III—2.MAPA DE LA SIERRA GORDA CON LOS DATOS PARA EL SIGLO XVIII CONTENIDOS EN EL DOCUMENTO DE
GERÓNIMO LABRA DE 1711. (REDIBUJADO A PARTIR DE GALAVÍZ 1971).......................................................... 81
FIGURA IV—1. LITOGRAFÍAS PUBLICADAS POR MARIANO BARCENA EN 1880. SUPERIOR. VISTA DE LAS RUINAS DE CANOAS
INFERIOR. ESTRUCTURA DAÑADA, CORRESPONDE CON EL BASAMENTO DE REMATE DE LA CANCHA DE JUEGO DE PELOTA
2 DE TOLUQUILLA ................................................................................................................................ 118
FIGURA IV—2. LEVANTAMIENTOS ARQUITECTÓNICOS ELABORADOS POR EL ING. PAWELL PRIMER EN 1879. ARRIBA. ZONA
ARQUEOLÓGICA RANAS (ARCHIVO TÉCNICO CONSEJO ARQUEOLOGÍA, MÉXICO) ABAJO. ZONA ARQUEOLÓGICA DE
TOLUQUILLA (REYES 1880). .................................................................................................................. 119
FIGURA IV—3. LITOGRAFÍA PUBLICADA POR JOSÉ MARÍA REYES (1880) DE UN FRAGMENTO DE YUGO PROCEDENTE DE SAN
JOAQUÍN, QUERÉTARO.......................................................................................................................... 120
FIGURA IV—4. PLANO CON LA UBICACIÓN DE LOS SITIOS ARQUEOLÓGICOS REGISTRADOS PARA EL ESTADO DE QUERÉTARO EN
EL ATLAS ARQUEOLÓGICO DE LA REPÚBLICA MEXICANA A 1939 (IPGH 1939). ............................................... 121
FIGURA V—1. ACCESO A LA ZONA DE ESTUDIO Y LA INFRAESTRUCTURA EXISTENTE HASTA MEDIADOS DE LA DÉCADA DE 1980.
........................................................................................................................................................ 149
FIGURA V—2. LOS CLIMAS DEL ESTADO DE QUERÉTARO SEGÚN LA CLASIFICACIÓN DE KÖEPPEN (RETOMADO DE SIERRA
1980). .............................................................................................................................................. 150
FIGURA V—3. PROVINCIAS FISIOGRÁFICAS Y UNIDADES GEOMORFOLÓGICAS DEL NORTE DEL ESTADO DE QUERÉTARO (INEGI
1986). .............................................................................................................................................. 151
FIGURA V—4. GEOMORFOLOGÍA DEL ÁREA DE ESTUDIO CON LA INDICACIÓN DEL SECTOR DE RECORRIDO SISTEMÁTICO. .... 152
FIGURA V—5. IDENTIFICACIÓN DE LAS PRINCIPALES FORMACIONES GEOLÓGICAS QUE AFLORAN EN LA SIERRA GORDA
(ADAPTADO Y CORREGIDO DE INEGI 1986). ............................................................................................ 153
FIGURA V—6. GEOLOGÍA VERIFICADA DEL ÁREA DE ESTUDIO, CON LA UBICACIÓN DE LAS MINAS, CATAS Y CANTERAS
EXISTENTES EN LA REGIÓN, ASÍ COMO LOS RASGOS ESTRUCTURALES MÁS IMPORTANTES (ADAPTADO DE DETENAL
1970) ............................................................................................................................................... 154
FIGURA V—7. UNIDADES EDÁFICAS RECONOCIDAS POR LA PROSPECCIÓN EN LA REGIÓN DE ESTUDIO (ADAPTADO DE
DETENAL 1974). .............................................................................................................................. 155
FIGURA V—8. ARROYOS Y ESCURRIMIENTOS QUE FORMAN LAS MICROCUENCAS DE LA REGIÓN DEL ANTIGUO CERRO GORDO.
........................................................................................................................................................ 156
401
FIGURA VI—1. DIAGRAMA GENERAL PARA EL MUESTREO DE MINAS SUP. IZQ. FORMA DE OCURRENCIA DE LAS VETAS
METALÍFERAS EN LA SIERRA. SUP. DER. ESQUEMAS PARA EL ANÁLISIS ESTRUCTURAL DE LA VETA Y FALLA. ABAJO.
SISTEMA DE MUESTREO POR NIVELES ....................................................................................................... 169
FIGURA VI—2. ESQUEMA RECTANGULAR DEL TRABAJO COLONIAL; EL ADEMADO, MARCADO DEL CENTRO DE LA VETA Y SUS
FRENTES DE EXTRACCIÓN. ...................................................................................................................... 170
FIGURA VI—3. TOPOGRAFÍA Y GEOMORFOLOGÍA DEL ÁREA DE ESTUDIO Y EMPLAZAMIENTO DE LA ZONA DE RECORRIDO
SISTEMÁTICO. LAS MARCAS ROJAS INDICAN LA POSICIÓN DE LOS ASENTAMIENTOS ARQUEOLÓGICOS MÁS GRANDES DE LA
PORCIÓN SUR DE LA SIERRA GORDA ......................................................................................................... 171
FIGURA VII—1. MAPA TOPOGRÁFICO CON LA DISTRIBUCIÓN GENERAL DE LOS ASENTAMIENTOS LOCALIZADOS EN LA REGIÓN
DE ESTUDIO Y LA UBICACIÓN DE LA ZONA DE RECORRIDO SISTEMÁTICO. ........................................................... 267
FIGURA VII—2. PLANO DE ZONA DE ESTUDIO CON ISOLÍNEAS CADA 20M. ............................................................... 268
FIGURA VII—3. MAPA CON EQUIDISTANCIA DE ISOLÍNEAS CADA 50 M.................................................................... 268
FIGURA VII—4. SISTEMA DE MICROCUENCAS CON EL ORDEN DE EXPOSICIÓN DE LOS ASENTAMIENTOS LOCALIZADOS ........ 269
FIGURA VII—5. ACERCAMIENTO A LA ZONA DE EL DOCTOR. ................................................................................. 270
FIGURA VII—6. CROQUIS DEL SITIO EL DOCTOR. ASENTAMIENTO MINERO. ............................................................. 270
FIGURA VII—7. CROQUIS DEL SITIO EL SUSPIRO. ASENTAMIENTO AGRÍCOLA ............................................................ 271
FIGURA VII—8. REPRESENTACIÓN ESQUEMÁTICA DE LOS MOTIVOS PICTÓRICOS EN LAS PAREDES DEL ABRIGO LA ESCONDIDA Y
CERCANO A LA CUEVA DEL TECOLOTE. ...................................................................................................... 272
FIGURA VII—9. PLANIMETRÍA DEL SÓTANO DEL SARRO. ...................................................................................... 272
FIGURA VII—10. ASENTAMIENTO VIGÍA. .......................................................................................................... 273
FIGURA VII—11. DETALLE DE LA TOPOGRAFÍA CERCANA A LOS SITIOS LA CIUDAD, MESA DE LOS PASTORES Y EL SOCAVÓN. M
INDICA LA POSICIÓN DE LA BOCAMINA EL SOCAVÓN. ................................................................................... 274
FIGURA VII—12. PLANTA COMPUESTA DEL SITIO LA CIUDAD. ............................................................................... 275
FIGURA VII—13. PLANTA COMPUESTA DEL SITIO MESA DE LOS PASTORES CON LA UBICACIÓN DEL ENTERRAMIENTO
EXPUESTO ........................................................................................................................................... 275
FIGURA VII—14. REPRESENTACIÓN DE LA UBICACIÓN DEL ENTIERRO SECUNDARIO MÚLTIPLE LOCALIZADO EN LA MESA DE LOS
PASTORES........................................................................................................................................... 276
FIGURA VII—15. DIBUJO ESQUEMÁTICO DE CAMPO SOBRE LA ESCULTURA ENCONTRADA EN EL SITIO. ........................... 276
FIGURA VII—16. ESQUEMA DE LA MINA EL SOCAVÓN EN FUNCIÓN DE LA DESCRIPCIÓN DE SUS SEGMENTOS. ................. 278
FIGURA VII—17. VISTA AÉREA DE LA LOMA DONDE SE ENCUENTRA LA MINA LA LANA O LA FE. LAS LÍNEAS ROJAS INDICAN EL
TRAZO DE LOS TÚNELES Y LOS RECTÁNGULOS EL EMPLAZAMIENTO DE LAS ESTRUCTURAS PREHISPÁNICAS EN SUPERFICIE.
........................................................................................................................................................ 278
FIGURA VII—18 LEVANTAMIENTO TOPOGRÁFICO CON EQUIDISTANCIA ENTRE ISOLÍNEAS DE 1M. EL NIVEL CERO
CORRESPONDE CON EL NIVEL DEL CAMINO PAVIMENTADO. ........................................................................... 279
FIGURA VII—19 PLANTA MIXTA DEL SITIO LOMA EL FISCAL .................................................................................. 279
FIGURA VII—20. PLANO ESQUEMÁTICO DE LA MINA LOS PUERQUITOS, LAS ZONAS PUNTEADAS INDICAN LOS TRAZOS DE LOS
TÚNELES Y CRUCEROS DE ORIGEN PREHISPÁNICO. EL PLANO INICIAL FUE INTEGRADO PARA LA EVALUACIÓN DEL DEPÓSITO
DE MERCURIO HECHA POR EL CONSEJO DE RECURSOS MINERALES. ................................................................ 280
FIGURA VII—21 CROQUIS DEL SITIO MESA DEL AGUA FRÍA. ................................................................................. 281
FIGURA VII—22. ......................................................................................................................................... 281
FIGURA VII—23. LOCALIZACIÓN RELATIVA DE LAS CUEVAS DE VIGUITAS Y SUS PLANIMETRÍAS. ..................................... 282
FIGURA VII—24. CROQUIS DEL SEGUNDO ASENTAMIENTO MÁS IMPORTANTE DE LA PORCIÓN SUR DE LA SIERRA GORDA.
ABAJO IZQ. PERSPECTIVA DE LA ESTRUCTURA 3 DE RANAS II. ABAJO DER. PERSPECTIVA DE LA ESTRUCTURA MÁS
GRANDE (NO. 16) EN LA CIMA DE RANAS II. TÉCNICA MIXTA (FRANCISCO LEDESMA) ......................................... 283
FIGURA VII—25. PETROGRABADOS DE LA PEÑA LAS ÁNIMAS ............................................................................... 284
FIGURA VII—26. PLANTA MIXTA DEL CERRO DE TOLUQUILLA................................................................................ 285
FIGURA VII—27 ABAJO IZQ. COMPARATIVO Y ESTADO DE CONSERVACIÓN ENTRE LITOGRAFÍA DE REYES 1879 Y FOTOGRAFÍA
DE E. MEJÍA. ABAJO DER. IMAGEN DE LA ESTRUCTURA 57 QUE REMATA AL SUR EL CONJUNTO DEL SEGUNDO JUEGO DE
PELOTA. ............................................................................................................................................. 286
FIGURA VII—28. PENDIENTE DE CALCITA ENCONTRADO EN ENTIERRO DE MESA DE LOS PASTORES ............................... 297
FIGURA VIII—1. LA REGIONALIZACIÓN DE LA SIERRA GORDA Y EL CONTEXTO CULTURAL ESTATAL A FINES DEL PRIMER MILENIO
DE NUESTRA ERA .................................................................................................................................. 330
FIGURA VIII—2. MAPA CON ALGUNOS ASENTAMIENTOS PRINCIPALES QUE CUENTAN CON CONJUNTOS ARQUITECTÓNICOS DE
JUEGO DE PELOTA QUE ACTÚAN COMO CABECERAS MICROREGIONALES .......................................................... 331
FIGURA VIII—3. PROPUESTA DE LA RELACIÓN ENTRE LA COMPLEJIDAD SOCIAL Y LAS POSIBILIDADES DE INSTRUMENTACIÓN DE
LAS TÉCNICAS MINERAS DENTRO DEL MARCO TEMPORAL MESOAMERICANO. .................................................... 332
402
FIGURA VIII—4. ILUSTRACIÓN DEL NORTE DEL ESTADO DE QUERÉTARO DONDE SE SEÑALAN LOS LUGARES CON ACTIVIDAD
MINERA DE TRADICIÓN INDÍGENA Y MESTIZA. ............................................................................................. 333
FIGURA VIII—5. MAPA DONDE SE PROPONEN LOS DISTINTOS DISTRITOS MINEROS COMO UNIDADES PRODUCTIVAS PARA EL
PRIMER MILENIO DE NUESTRA ERA. .......................................................................................................... 334
403