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Beyoncé y la Ignorancia Blanca I

2019, Sociología Ordinaria

Análisis sobre la referencia del trabajo feminista y antiracista de la cantante Beyoncé en España, con especial atención al concepto de Ignorancia blanca.

Beyoncé y la ignorancia blanca Elena Herrera Quintana ([email protected]) Artículo publicado el 4 febrero de 2019 en Sociología Ordinaria https://sociologiaordinaria.com/2019/02/04/beyonce-y-la-ignorancia-blanca/ La cantante Beyoncé lleva varios años acompañando su trabajo con ideas feministas y antirracistas que han generado un intenso debate mediático tanto en el feminismo, como en la industria musical o en el activismo político. Para su disco de 2013, Beyoncé, utilizó samples de la charla TED de Chimamand Ngozi Adichie llamado “We Should All be Feminist” (2012). Para la actuación de los Premios MTV de 2014, Beyoncé fue la encargada del show principal, proyectó el texto del sampler de Adichie en la pantalla y mantuvo la palabra FEMINIST, produciendo una de las imágenes más magnéticas o icónicas de los últimos años. En este vídeo de su concierto ese mismo año en Londres se pueden ver algunos de los extractos que también usó en la gala MTV 2014 Para su disco de 2016, Lemonade, hizo un lanzamiento sorpresa y en exclusiva a través de Tidal compañía de streaming musical similar a Spotify en la que ella misma es accionista, aunque algunos medios resalten que es propiedad de su marido, Jay Z-. Acompañó el álbum de una película integrada por 12 vídeos que se emitió en HBO también en exclusiva. La película está repleta de referencias cinematográficas -a la película Daughters of the Dust de Julie Dash y de al cine de Terrence Malick-. También hace referencias constantes a los movimientos de lucha por los derechos de la comunidad afroamericana, citas de Malcom X respecto al estatuto de las mujeres negras en EEUU: “The most disrespected woman in America, is the black woman. The most unprotected person in America is the black woman. The most neglected person in America, is the black woman” Hay referencias visuales a los Panteras Negras, a Martin Luther King -calificándole como “More Than A Dreamer”-, y al movimiento Black Lives Matter con la aparición de las madres niños y jóvenes asesinados por la policía: Sybrina Fultron, madre de Trayvon Martin, Gewn Carr, madre de Eric Garner, Lesley McSpadden-Head, madre de Michael Brown y Wanda Johnson, madre de Oscar Grant; a las cuales Beyoncé invitó posteriormente a la gala de Premios MTV 2016. Además hay múltiples referencias a la “capucha negra” [hoodie] que tantas veces ha servido como excusa a la policía para disparar contra hombres y mujeres afroamericanos, o incluso para desestabilizar la “seguridad” de la población blanca que se ve amenaza por personas negras por el mero hecho de estar en la calle. Esto es lo que denuncia el artículo del Hufftingtng Post, “Existing while black” y la campaña iniciada en Cataluña “Pareu de Parar-me” [Parar de pararme] en contra de los perfiles étnicos usados por la policía. La película también es una reivindicación del Black is Beautiful y una mostración de la diversidad de feminidades afroamericanas, de la cultura negra de los estados del sur, de la situación posKatrina y su repercusión en la comunidad afroamericana. Durante todo el video también se suceden imágenes de las prácticas de pintura corporal de la cultura nigeriana yoruba y otras referencias culturales del continente africano. Para muchos de los textos en off utilizó los versos de la poeta keniata- británica Warsan Shire, característica por su contenido feminista y decolonial como mujer migrante. Además de la participación de artistas masculinos de otros géneros distintos al pop, como Jack White, Kendrick Lamar, James Blake, The Weekend, Diplo y el uso de múltiples samples de Led Zeppelin, Animal Collective, Yeah Yeah Yeahs, Andy Williams o Soulja Boy. También se rodea de un elenco de artistas y deportistas femeninas no blancas, como la tenista Serena Williams, el dúo musical Ibeyi, la joven actriz Amanda Stendberg, la modelo con vitíligo Winnie Harlow y un largo etcétera... Por otro lado, el álbum trata cuestiones sobre la supuesta infidelidad de Jay Z hacia Beyoncé, un tema que ha estado siempre en los tabloides. - Recepción en España Si revisamos algunos de los artículos que han aparecido en medios españoles, sobre todo en relación a Lemonade, podemos sacar algunas conclusiones preliminares en relación a su forma de entender su mensaje político, su identidad racial y su “autenticidad” feminista. He revisado artículos centrados en el álbum Lemonade de medios musicales españoles: Rockdeluxe, MondoSonoro, Canino Mag, I:D, Los 40, Noisey, Jenesaispop e Indiespot. Medios generalistas: El País, El Confidencial, El Diario, Periódico Diagonal y Revista GQ. Medios feministas como Pikara Magazine o Tribuna Feminista Crítica musical al disco: La crítica puramente musical a Lemonade está generalmente muy eclipsada por la cuestión de la infidelidad. Medios “indie” como Mondo, Rockdeluxe, Indiespot se refieren a Lemonade por sus características “no pop”, es decir, por el tipo de artistas que colaboran en el disco antes mencionados y por el tipo de géneros y registros musicales que toca: más cercanos al country, al rock o al reggae. Debido a que Beyoncé es una artista calificada como pop, estos medios centrados en otros estilos tienen menos contenido sobre su trabajo y esto repercute en la forma y la calidad a la hora cubrir su trabajo, centrándose en los detalles de la infidelidad más que en el mensaje político. En MondoSonoro se refieren escuetamente a la cuestión antipolicial por alusión al caso de Bruce Springteen y el asesinato de Amadou Diallo debido a 41 disparos efectuados por la policía. Varios sindicatos de policía de diferentes estados de EEUU hicieron comunicados de prensa y ruedas de prensa definiendo concretamente el vídeo Formation de Beyoncé -el primer single que sacó en febrero de 2016, el mes de la Historia Afroamericana, dos días antes de la actuación de la Superbowl- como un producto antipolicial, con la importante carga que tiene en la sociedad norteamericana esta acusación y más teniendo en cuenta la denuncia de los casos de violencia policial y asesinato sobre los que Beyoncé viene prestando atención. Estos sindicados amenazaron a Beyoncé con retirarle la seguridad de sus conciertos. Esto motivo a que la Nación del Islam, el grupo político y religioso en el que, entre otros, militó Malcom X, le ofreciera públicamente a Beyoncé seguridad privada en sus conciertos, en respuesta al boicot policial. Los medios más “pop”, como Los40 y Jenesaispop, al tener más contenido sobre Beyoncé cubren todas las dimensiones en cuanto a crítica musical, tema personal de la infidelidad y tema de mensaje político, con mucho más contenido de medios y debates internacionales, por ejemplo: la cuestión antipolicial antes mencionada, o las críticas de la rapera Azealia Banks a Beyoncé como “falsa feminista” por articular todo un disco en torno a un hombre y la infidelidad; rearticulando nuevamente la idea de las mujeres negras como víctimas -como vemos, este no es el único mensaje del disco, pero en la lectura del mismo va implícito el juicio de valor donde las personas receptoras decidimos qué es lo más importante-. La feminista afroamericana bell hooks señala cuestiones similares en su crítica a Lemonade, “Moving beyond pain” La prensa generalista en general cubre la crítica musical escuetamente, dando más atención al contenido personal del disco (infidelidad) y/o al mensaje político -El país, El Español, El Diario, Periódico Diagonal-. Los medios feministas no prestan atención a las cuestiones musicales, encontramos artículos que destacan elementos de la espiritualidad y la cosmovisión no binaria de raíces africanas que Beyoncé está poniendo en marcha con las sucesivas performances tras lanzar Lemonade. En las secciones de comentarios de algunos medios como Jenesais pop -debates similares se han dado en Rolling Stone anglosajón- aparecen las cuestiones de su autenticidad musical y autoría referida al uso de samples. Para parte de la audiencia el uso de samples en Lemonade denota falta de creatividad artística e incluso copia descarada del trabajo de otros. Todavía aparecen opiniones que subrayan el género pop como algo inauténtico, por tanto, los mensajes políticos que devienen del mismo son también poco creíbles o guiados por la codicia y la búsqueda del redito económico –ver Lisa Lewis “Gender Politics and MTV” para esta cuestión-. Ni que decir tiene que parece casi un chiste la acusación de copia indebida de, por ejemplo Led Zeppelin, cuando ellos mismo han estado acusados en diversas ocasiones de lo mismo respecto a la música negra norteamericana. En cuanto a los samples, después de los experimentos musicales con samples del hip-hop y la electrónica, pasando por el género mashup -recomiendo el documental “Everything is a remix”-, el sampling, el looping o el mashup se revelan como técnicas musicales y que si bien se han de tener en cuenta las cuestiones de copyright y copyleft, su uso es bastante común para realizar referencias musicales internas que hablan de las inspiración artísticas de las y los artistas. Seguir sosteniendo un discurso que ve en el uso de estas técnicas una falta de creatividad denota una comprensión muy limitada del proceso artístico y de la diversidad del mismo. Crítica al mensaje político: Las críticas más positivas las encontramos en prensa musical, donde a pesar de la poca atención a los mensajes políticos, cuando estos aparecen están bastante bien documentados, sobre todo en los medios pop, respecto al mensaje racial, con alguna referencia al mensaje feminista del anterior disco. La prensa generalista, como El Pais o El Español cubren positivamente destacando la reivindicación de la comunidad afro y el abuso policial. Por ejemplo, El Confidencial, prácticamente elude la cuestión política. Las críticas más negativas devienen de periódicos de izquierdas y publicaciones feministas españolas: aparecen dudas sobre la autenticidad de su mensaje, o bien por ser una mujer rica -localizándola como parte de la clase dominante- o bien por tener una imagen hipersexualizada, o por una combinación de ambos argumentos. En artículos de Periódico Diagonal y TuiMag se alude a que como mujer rica no está en situación de reivindicar a los Panteras Negras ya que estos eran un grupo marxista; como mujer de la clase dominante no es la referencia más adecuada, y menos aún mediante la imagen hipersexual que presenta: en TuiMag dicen: “Vamos a pasar por alto lo obsceno del acto; que se pretenda homenajear a alguien como Malcolm con unas señoritas en cueros formando una letra equis” Como autodenominada “feminista” también genera incomodidad, se entiende que su mensaje es contradictorio respecto, de nuevo, a la imagen hipersexual que presenta. Los análisis señalan que como mujer rica el machismo y el racismo no le afectan en la misma medida que a otras mujeres, ella “representa los cánones de belleza del sistema patriarcal” y en este sentido no puede situarse en un lugar de subalternidad. Las críticas negativas señalan problemáticas respecto a cómo presenta su identidad racial, más bien, cómo estos medios (blancos) determinan qué marcas corporales son marcas de raza y cómo construye entonces su identidad racial. Hay referencias al blanqueamiento de piel, el pelo teñido de rubio, el alisado de pelo o el uso de pelucas y postizos. Toda esta performance de raza, para estos medios, pone en duda su autenticidad como “activista antirracista”, o incluso como mujer negra. Por un lado, se analizan los cambios corporales sólo en términos de raza, de lo contrario, también veríamos este tipo de análisis aplicados a cantantes pop blancas, ¿desde cuándo el pelo rubio es monopolio de la raza blanca? En El Diario destacan la contradicción entre la imagen de Beyoncé en el video con Coldplay “Hymm for the weekend” -lanzado un mes antes de Formation, y donde podemos ver a la actriz con la piel más clara retocada en pospodrucción- respecto a la imagen Black Power de la actuación de la Superbowl. En realidad, lo más interesante del artículo es cuando califican el asesinato sistemático de personas afroamericanas por parte de la policía y otros cuerpos de seguridad como “recientes tensiones” entre la comunidad afroamericana y la polícia, sin alusión a la violencia institucionalizada y el racismo estructural, no sólo en la sociedad estadounidense sino en otros países, como España. Afirmaciones de este tipo solo demuestran la falta de comprensión de la discriminación racial. Muchos de estos artículos pueden ser entendidos como casos de ignorancia blanca, en donde se da una ausencia, falta, olvido de referencias al racismo estructural, una ausencia, falta, olvido a la discriminación en la intersección género y raza. Sus argumentos, amparados en críticas al capitalismo o al feminismo neoliberal, son en realidad ejercicios de fiscalización colonial sobre el cuerpo negro de Beyoncé. La ignorancia blanca -Charles W. Mills, 2007- es un fenómeno cognitivo que crea un espacio donde la raza no se comprende como variable discriminatoria, olvidando los aspectos estructurales en relación a las instituciones o el acceso a la riqueza, por ejemplo. Establece un “grupo blanco” y una “normatividad blanca” como valor de referencia (Mills, 2007:25). La ignorancia blanca es una activa fuerza social que funciona por la ausencia, la falta, el olvido deliberado de la historia racial y racista, del estado colonial, y de las repercusiones y procesos del racismo en el mundo contemporáneo. Por tanto, en este modelo cognitivo hay poco espacio para “ser una persona negra”: como vemos en los análisis sobre Beyoncé, las personas negras no son rubias, por tanto Beyoncé es “menos negra” por teñirse el pelo o usar pelucas de este color. En esta lógica, las personas negras cuando se enriquecen dejan de estar discriminadas por cuestiones de raza, por tanto, sólo las personas negras y pobres pueden estar en un lugar de subalternidad desde el cual emitir juicios políticos. Esta posición “ciega al color” [colorblind] mantiene una “ilusión de igualdad” que niega el proceso discriminatorio debido al acuerdo tácito previo de “no ver el color” de las personas, pero como escribe Desirée Bela Lobedde “si no ves razas, tampoco ves racismo”. La dominación de clase y la explotación están en la fundación del orden social, y se excluye de ahí la dimensión racial –Charles W. Mills habla del Contrato Racial como fundacional del orden social- por tanto, el enriquecimiento es la variable desde la cual se niegan o anulan otros procesos discriminatorios que no tienen que ver necesariamente con la clase. Esto es igual de ridículo que afirmar que las mujeres blancas ricas dejan de vivir situaciones de opresión, discriminación o abuso por el mero hecho de tener dinero, ¿cómo explicaríamos entonces el #MeToo en donde muchas de las denunciantes celebrities de Hollywood son de hecho mujeres con salarios abultados? El producto Beyoncé no permite lecturas reduccionistas a producto capitalista comercial –sin olvidar las acusaciones de explotación laboral dirigidas a la subcontrata que fabrica la ropa de su marca Ivy Park-. El mero hecho de vestir un abrigo Givenchy no es sólo en Beyoncé una marca de estatus y riqueza, si no que tal y como señalan en La Izquierda Diario, como mujer negra: “Es eso que no se supone que ella debiera tener, que siempre va a estar sospechado de mal gusto y de mal uso. Es eso que estará siempre fuera de lugar”. Para otro lugar quedan los debates en torno a su imagen hipersexual, si bien podemos señalar varias cosas, lo hipersexual es relativo al cuerpo que se exponga y a la mirada que interprete. Si tradicionalmente los cuerpos de las mujeres negras han sido colocados en lo “no bello”, resulta paradójico que un cuerpo negro lo tomemos con referente del canon, recordemos: el canon de belleza también es colonial y racista, los cuerpos bellos son blancos. De la misma forma, el canon es delgado, por tanto, sexualizar un cuerpo gordo tiene también una carga política diferente. Si bien, que no se nos olvide que Rania Youseef se enfrenta a un juicio y a una pena de cinco años de cárcel por llevar un vestido de transparencias en una gala de premios en El Cairo. Los cuerpos de las mujeres son un campo de batalla. Tal y como señala Virginie Berger, -fundadora de la agencia de marketing musicla “Don’t believe the Hype- puede que Beyoncé, entre otras artistas pop, lleve poca ropa en el escenario, pero sus letras hablan de muchas más cosas, referirse reiteradamente a que su mensaje no es válido, o que su credibilidad feminista está en juego debido a la performance que pone en marcha es, en realidad, reducirla a un cuerpo sin derecho a la palabra. Es la mirada de cierto feminismo la que en realidad está reduciendo a esta mujer negra a un objeto, cuando ella se está reivindicando como sujeto de discurso y así lo proyecta en los mensajes que da mediante su música.