archivos analíticos de
políticas educativas
Revista académica evaluada por pares,
independiente, de acceso abierto
y multilingüe
aape epaa
Arizona State University
Volumen 19 Número 14
20 de Mayo 2011
ISSN 1068-2341
Prácticas de educación sexual: un análisis en escuelas municipales del sur de
Brasil
Denise Quaresma da Silva
Universidade Feevale, Brasil
Oscar Ulloa Guerra
Universidade Federal do Rio Grande do Sul, Brasil
Citación: Quaresma da Silva, D. R. y Ulloa Guerra, O. (2011) Embarazo en la adolescencia y
educación sexual: un análisis en el sur de Brasil sobre las prácticas e implicaciones desde la
perspectiva de género. Analíticos de Políticas Educativas, 19 (14). Recuperado [data]
http://epaa.asu.edu/ojs/article/view/819
Resumen: Este artículo aborda una caracterización de las prácticas de educación sexual en
instituciones educativas de Novo Hamburgo, Río Grande del Sur, Brasil, donde el embarazo precoz
tiene una significativa extensión. En el estudio realizado rescatamos aportaciones para la
comprensión de la educación sexual, específicamente a partir de presupuestos teóricos provenientes
del posestructuralismo, así como de estudios actuales que abordan el tema. También se presentan
resultados cualitativos obtenidos a través de entrevistas realizadas a directivos/as y docentes de las
56 escuelas del municipio.
Palabras clave: educación sexual; escuelas; sexualidad.
Practices of sexual education: an analysis in municipal schools in the south of Brazil.
Artículo recibido: 09-01-2010
Revisiones recibidas: 11-23-2010
Aceptado: 12-31-2010
Archivos Analíticos de Políticas Educativas Vol. 19, No. 14
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Abstract: This article approaches a characterization of the practices of sexual education in educative
institutions in Novo Hamburgo, Rio Grande do Sul, Brazil, where the precocious gestations have a
significant presence. We revisited theoretical contributions specifically from Poststructuralism, to
understand sexual education, and from other contemporary researchers studying this topic. In
addition, we show qualitative results from interviews with directives and teachers of the 56 schools
of the municipality.
Key words: sexual education; schools; sexuality.
Práticas de educação sexual: uma análise em escolas municipais do sul de Brasil.
Resumo: Este artigo aborda as práticas de educação sexual nas instituições educativas da cidade de
Novo Hamburgo, Rio Grande do Sul, Brasil, onde as gestações precoces têm uma expressiva
extensão. Na pesquisa desenvolvida elencamos contribuições para compreender a educação sexual,
especificamente a partir dos pressupostos teóricos emergentes do pós-estruturalismo, assim como de
alguns estudos atuais sobre o objeto. Também apresentamos resultados qualitativos emergidos
através das entrevistas aplicadas aos/as diretivos/as e docentes das 56 escolas do município.
Palavras-chave: educação sexual; escolas; sexualidade.
Aproximándonos al tema
El embarazo precoz es sin duda una problemática de preocupación mundial. En los
Objetivos del Milenio (ODM) aprobados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el
Objetivo 5, referido a mejorar la salud materna, posee un indicador sobre la fecundidad adolescente
y destaca su necesaria reducción por la trascendencia que tiene dentro de este objetivo y por su
incidencia en el cumplimiento de otros (Organización de las Naciones Unidas, 2010).
En Brasil, el Ministerio de Salud considera el embarazo en la adolescencia como un
problema de salud pública. Registros estadísticos muestran que el número de adolescentes
embarazadas estuvo incrementándose anualmente y que en la actualidad, sin llegar a cifras
complacientes, se puede constatar una gradual disminución, según el Instituto Brasileiro de
Geografía y Estadística (IBGE). No obstante, esta organización destaca que desde el 2005, en sus
investigaciones sobre embarazo precoz, comenzaron a ser consideradas significativamente las edades
comprendidas entre 10 y 14 años (Instituto Brasileiro de Geografía y Estadística, 2005).
La investigación “Juventudes y Sexualidad” (García, Abramovay, y Silva, 2004) trajo un dato
alarmante: una de cada 10 estudiantes queda embarazada antes de los 15 años. Esto quiere decir que
una adolescente brasileña tiene más probabilidades de quedar embarazada (ocurre con una incidencia
del 10%) que de terminar un curso superior (solo 7% llega a graduarse en las universidades).
Específicamente en Novo Hamburgo, ciudad del estado Río Grande del Sur y contexto
principal de nuestros estudios y actuaciones profesionales, la proporción de recién nacidos/as
hijos/as de madres adolescentes representó un 18% del total de nacimientos en el 2008, según el
Informe Municipal de Acompañamiento de los ODM, donde también se agrega que “el porcentaje
de madres con menos de 20 años es preocupante. En la mayoría de los casos, las adolescentes
enfrentan diversos problemas y pasan a asumir responsabilidades para las que aún no están
preparadas” (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2009, p. 6).
Es por eso que nuestras primeras indagaciones sobre este tema estuvieron centradas en las
vivencias de adolescentes sobre la gestación, la relación madre-hija, y en los procesos de
identificación sexual. Al concluir aquel primer estudio en Novo Hamburgo, titulado “El embarazo
en la adolescencia desde el Psicoanálisis y la Educación”, se constataron limitaciones en las familias
estudiadas para introducir temas de sexualidad, embarazo y control de la natalidad, así como
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dificultades en las adolescentes para hallar respuestas a sus múltiples inquietudes, temores y
contradicciones con relación a la sexualidad (Quaresma da Silva, 2007b). Si esto estaba ocurriendo
en las familias, ¿cómo se estaba desarrollando la educación sexual en el escenario escolar?
Se nos presentaba el imperativo de colocar la mirada en las escuelas, no solo por el
compromiso social que las instituciones educativas deben tener con relación a las problemáticas
sociales del contexto donde actúan, sino también porque los Parámetros Curriculares Nacionales
(PCNs) del Ministerio de Educación y Cultura de Brasil (MEC) destacan la instrumentación de la
educación sexual como un tema transversal, o sea, no como una disciplina específica, sino como un
asunto que los/as docentes tienen el reto de imbricar armónicamente con los contenidos curriculares
y las actividades extracurriculares (Ministerio de Educación y Cultura de Brasil, 1997).
En consecuencia, las escuelas no solo tienen el compromiso social de implementar acciones
de educación sexual para la prevención del embarazo, la salud sexual y reproductiva y la promoción
del respeto hacia la diversidad sexual, sino también el deber de cumplir con lo dispuesto legalmente
en los PCNs. En este sentido existen estudios en Brasil que muestran los resultados, limitaciones y
oportunidades para instrumentar la educación sexual como tema transversal, pero la realidad es que
no se ha avanzado al nivel que requieren nuestras poblaciones. Las dificultades y resistencias de
las/os docentes para trabajar el tema, el poco entrenamiento metodológico para asumir esta
exigencia, las funciones desencontradas y las difíciles condiciones de trabajo; son identificados como
algunos obstáculos que limitan el éxito de esta propuesta (Arroyo, 2002; Silva y Megid, 2006).
Otras investigaciones (Alvarenga e Igna, 2004; Furlani, 2005; Nardi, 2008) muestran
resultados que confirman la necesidad de extender los abordajes en torno a la educación sexual en
Brasil, destacando que en las escuelas se presentan situaciones recurrentes de exclusión, marginación
y corrección de aquellos/as estudiantes que se distancian de los patrones considerados como
“normales” en la lógica heteronormativa. Se añaden también referencias que describen poco
conocimiento de los métodos anticonceptivos en adolescentes, tanto de escuelas públicas como
privadas (Martins et al., 2006).
Por tanto, resulta importante impulsar proyectos de investigación que permitan evaluar las
prácticas de educación sexual, pensando en la utilidad que pueden tener sus resultados para
perfeccionar y superar dificultades y obstáculos existentes.
Nos preguntamos entonces: ¿qué está aconteciendo en las escuelas de Novo Hamburgo con
relación a la educación sexual?, ¿existen acciones programadas (curriculares o extracurriculares)?,
¿quiénes las diseñan, organizan y ejecutan?, ¿qué metodologías y recursos metodológicos utilizan?,
¿qué es para los/las docentes asumir la educación sexual como tema transversal?, ¿qué cuestiones
son abordadas y cuáles no?, ¿cómo se articula el tema de la diversidad en las prácticas de educación
sexual?
Estas interrogantes fundamentaron la aprobación, en el año 2008, del proyecto institucional
“Investigación del embarazo en la adolescencia en las escuelas municipales de Novo Hamburgo/Río
Grande del Sur”, (del Grupo de Investigación Educación, Cultura y Trabajo, de la Universidad
FEEVALE), integrando como uno de sus objetivos principales: caracterizar las prácticas de
educación sexual en escuelas municipales de enseñanza fundamental.
Las reflexiones y análisis del estudio realizado tomaron como referentes teóricos algunas
contribuciones emergidas de los estudios culturales que consideramos pertinentes para la
comprensión de la educación sexual en las instituciones escolares, sobre todo aportaciones
provenientes del posestructuralismo, así como estudios precedentes que abordan la educación
sexual.
Estos aspectos teóricos, la metodología asumida y algunos resultados de las entrevistas semiestructuradas aplicadas a docentes y directivos/as de las cincuenta y seis escuelas municipales de
Novo Hamburgo, durante el año 2009 y parte del 2010, estarán siendo comentados en este artículo,
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considerando que pueden servir de consulta para la realización de otros estudios y para la
sensibilización e implicación del profesorado en el cuestionamiento y problematización de sus
prácticas.
Partiendo de las unidades de análisis construidas para examinar las entrevistas, abordaremos
qué significa para los/as docentes asumir la educación sexual como un tema transversal, quiénes son
responsabilizados/as con este tema, qué metodologías emplean, cuáles son sus fines, y cuáles son los
temas que se abordan. Lo cual nos servirá de argumento para afirmar que la educación sexual aún no
aparece en las escuelas estudiadas como un tema transversal y que constituye un espacio de prácticas
regulatorias para inscribir en los cuerpos el género y la sexualidad legitimados en la lógica
heteronormativa.
Escuela, cuerpos y sexualidad
En las escuelas se viene hablando de sexo hace siglos, aunque pueda parecer a primera vista
que no es así. Al centramos en los colegios del siglo XVIII, y analizar sus mecanismos de
funcionamiento, veremos que todo el tiempo se habla de sexo. Allí se concentraron los discursos
sobre este tema, se codificaron los contenidos y se legitimaron las “autoridades” para abordarlo. Las
escuelas constituyen un micro espacio de poder que controla los cuerpos y el sexo de forma pensada
y articulada (Foucault, 2003).
Louro (2010) también destaca la escuela como una instancia que participa activamente en la
producción de identidades y diferencias, privilegiando unas identidades y prácticas hegemónicas en
cuanto niega, desvaloriza y margina otras, jerarquización que siempre tiene lugar en un proceso de
carácter histórico, cultural y político, lo que nos hace pensar en la sexualidad como un dispositivo
histórico de poder (Foucault, 2004).
Tal vez esta preocupación de las escuelas por producir cuerpos con “buen comportamiento”
pudiera estar asociada al gran interés que estas instituciones vienen teniendo por el tema de la
educación sexual, buscando refinar el control sobre los cuerpos y la efectividad de esas prácticas,
sean cuales fueren los argumentos asumidos en diferentes momentos históricos (moral, higiene,
SIDA, inclusión).
Meyer y Soares (2004), al analizar cuestiones relacionadas con el cuerpo, el género y la
sexualidad en las prácticas escolares, destacan:
Un examen más atento e interesado, [...] nos permitiría percibir que, al focalizar la
mente, la educación escolar ha funcionado, al mismo tiempo, como una de las
instancias autorizadas en nuestra cultura a educar y, por tanto, a producir el cuerpo
“tal y como este debe ser”. O sea, por ser concebido como el “lugar” que abriga el
alma, la mente o la razón [...], el cuerpo, paradójicamente, también se tornó central
en el engendramiento de procesos, estrategias y prácticas pedagógicas (p. 7).
Las escuelas y otras instancias sociales y artefactos participan activamente en la producción
de cuerpos y subjetividades ajustados a los ideales sexuales y de género que perpetúan la
heterosexualidad como lo “natural” incuestionable. Constituyen prácticas regulatorias que pueden
ser consideradas como una pedagogía sostenida e infinita, prácticas que tienen el poder de producir
aquellas cosas de las cuales hablan. Butler (2010) argumenta que:
[...] toda fuerza regulatoria se manifiesta como una especie de poder productivo, el
poder de producir −demarcar, hacer, circular, diferenciar− los cuerpos que ella
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controla. Así, el “sexo” se torna un ideal regulatorio cuya materialización es impuesta
(p. 154).
Con la presentación de estas primeras ideas queremos mostrar que en las escuelas circulan
símbolos, normas, artefactos, prohibiciones, que transmiten diferentes representaciones sobre la
sexualidad, unas valorizadas y otras desacreditadas. En esos mensajes sobre la sexualidad se enseña
“lo bueno” y “lo malo”, por tanto, también deben ser considerados en un análisis sobre cómo se
educa sexualmente en las instituciones escolares. O sea, los mensajes sobre la sexualidad trascienden
las prácticas de educación sexual que intencionalmente se valoran, programan y ejecutan y no
siempre es coherente lo que se trasmite en las actividades específicas de educación sexual y lo que la
escuela “habla” todo el tiempo en torno a las identidades y prácticas sexuales. Incluso, estos
mensajes implícitos, sutiles, pero reiterados cotidianamente, son en muchas ocasiones mucho más
efectivos y productivos que cualquier conferencia impartida por el/la mejor de los/as especialistas
(Quaresma da Silva, 2007a).
La educación sexual, puede ser entendida entonces, en toda su extensión, como un campo de
lucha donde disímiles discursos participan en una disputa política de la sexualidad para legitimar o
estigmatizar algunas identificaciones y prácticas (Darré, 2005). Múltiples discursos que son
significados y construidos por diferentes dispositivos (la medicina, la psicología, la iglesia, los
medios, la educación, la política, las leyes). Cuando hablamos de discurso nos referimos a “una serie
de afirmaciones, en cualquier dominio, que instaura un lenguaje para poder hablarse de un tema y
una forma de producir un tipo particular de conocimiento” (Hall, 1997, p. 29).
En el discurso circulan diversas representaciones que participan en nuestros procesos de
significación de las cosas y de las personas, resultantes de nuestra experiencia cultural. Por ejemplo,
el significado que es atribuido en la escuela a un chico que quiere usar accesorios considerados
femeninos está relacionado con la forma en que lo representamos, o sea, el vocabulario que es
utilizado para designarlo, describirlo, clasificarlo, valorarlo, explicarlo y también los supuestos que
sobre él construimos.
También podemos confirmar, a partir de los análisis que han realizado los/as autores/as
mencionados/as en esta primera parte, el carácter construido de la dimensión sexual humana.
Particularmente nos parece ejemplar la forma en que Louro (2010) describe esta cuestión al
reconocer la existencia de un trabajo pedagógico continuo, reiterado e ilimitado que es puesto en
práctica por disímiles instancias sociales para inscribir en los cuerpos el género y la sexualidad
considerados legítimos. Esto confirma que las masculinidades y las feminidades son construidas y
producidas en y por las relaciones de poder de una sociedad, y están marcadas por las
particularidades del contexto histórico cultural donde ellas emergen (Beauvoir, 1990).
Educación sexual en Brasil
La educación sexual se ha ido constituyendo como un campo de convergencia de ideas
procedentes de diferentes disciplinas científicas e instancias sociales preocupadas con la temática de
la sexualidad, o con alguna de sus dimensiones. Esta idea se evidencia en los rastros (mensajes,
materiales didácticos, diseños de proyectos, metodologías) que podemos identificar en las prácticas
actuales de educación sexual, donde aparecen reflejados fragmentos de “las verdades” construidas
desde la pedagogía, la sexología, la medicina, la psicología, el derecho, y los estudios de género, así
como por otros dispositivos como la iglesia. Boccardi (2008) apunta que “debido a tales
superposiciones constitutivas, los propios límites disciplinares de la educación sexual aparecen
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difuminados y ella adquiere el lábil estatuto de un escenario de disputa entre distintas disciplinas y
demás discursos sociales” (p. 50).
Al hablar sobre educación sexual y su introducción en las escuelas brasileñas podemos
constatar cómo en diferentes momentos históricos, algunos de esos discursos han sido más
predominantes o estables, hasta llegar al momento actual de coexistencia (y no precisamente
armoniosa) de enfoques biológicos, psicológicos, jurídicos, médicos, epidemiológicos y religiosos.
Cuestión que se torna más compleja en términos de ambigüedades y contradicciones si recordamos
la existencia de diferentes marcos interpretativos en cada uno de estos enfoques.
Varias investigaciones revelan que la sexualidad siempre fue un aspecto polémico en la
cotidianidad brasileña desde la Colonia del siglo XVI y que la Iglesia Católica tuvo un papel central,
casi exclusivo, en el sistema moral existente que era reproducido en los colegios. Esta forma de
educación sexual, marcada por un discurso moral-religioso, contenía un conjunto de normas, reglas y
prohibiciones sobre el matrimonio y con relación a los comportamientos masculinos y femeninos; y
era pautada básicamente en las costumbres cotidianas a través de ejemplos y mandamientos que eran
transmitidos oralmente (Ribeiro, 2004). La prevalencia de este enfoque en el presente ha dependido
de la extensión y consolidación de las doctrinas religiosas en cada contexto sociocultural. En países
donde la Iglesia tiene una reconocida influencia, y Brasil es uno de ellos, esta perspectiva de
educación sexual “moralizante” o “religiosa” ha sido incluida dentro de los considerados “modelos
dominantes” (Canciano, 2007; Morgade, 2006), estableciendo pautas discriminatorias sobre algunas
identidades y prácticas sexuales, defendiendo el modelo de familia nuclear heterosexual y
condenando el aborto. Jardim y Bretas (2006) pudieron constatar en sus indagaciones que las
convicciones religiosas de los/las docentes se reflejan en sus prácticas de educación sexual.
En el siglo XIX, con el surgimiento de la noción de población urbana, emergió la necesidad
de diseñar e instrumentar políticas y acciones públicas efectivas para su control y gobierno. Para
Ribeiro (2004), estos elementos provocaron un cierto desplazamiento en la educación sexual, desde
un discurso marcadamente religioso hacia un discurso biomédico. La demanda de aquellas acciones
de educación sexual estaban influenciadas por las ideas médico-higienistas europeas y centradas en la
necesidad de combatir prácticas masturbatorias y enfermedades venéreas (Sayão, 1997).
Este enfoque biomédico de la educación sexual incorporó algunas herramientas de apoyo
como manuales, libros, o folletos. Ya a partir de 1920, se habían multiplicado y expandido
enormemente estas publicaciones y se podía distinguir la “transmisión de la importancia y de la
necesidad de la educación sexual a través de libros científicamente fundamentados publicados por
médicos, profesores y sacerdotes” (Ribeiro, 2004, p. 18).
Las prácticas actuales de educación sexual, según estudios realizados en Brasil (Alencar et al.,
2008; Altmann, 2009; Andrade et al., 2009; Furlani, 2008) se caracterizan por la organización de
charlas o conferencias bastante permeadas por este discurso biomédico que coloca el énfasis en la
prevención de enfermedades y de embarazos precoces, en cuidados higiénicos y alimenticios, y en el
abordaje de los cambios biológicos que tienen lugar en la adolescencia. Estos estudios han verificado
también que los profesores que más trabajan cuestiones de educación sexual son los de ciencias y
que realmente el tema no es muy tratado de forma transversal (Moizés y Bueno, 2010).
Barroso y Bruschini (1982) destacan que después de 1960 vinieron años de significativas
modificaciones con relación a los modos humanos de posicionarse como sujetos sexuados. Con la
influencia de movimientos como el feminista y de grupos que defendían el control de la natalidad se
intensificó la propuesta de inclusión de la educación sexual en los currículos. Por ejemplo, en un
colegio de Río de Janeiro, la educación sexual efectivamente era implementada:
Los propios alumnos sugerían la posibilidad de que la dirección del colegio admitiese
dar aulas de educación sexual, proponiendo que estas fuesen impartidas en grupos
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mixtos y a partir de los 11 ó 12 años de edad. Al inicio, los encuentros estuvieron
muy marcados por una línea biológica, abordando, sobre todo, la reproducción
humana. Luego se fue transitando hacia la incorporación de otras temáticas y
focalizando todos los problemas que proponían los jóvenes (p. 20).
Tras el golpe de 1964, muchas de estas iniciativas fueron reprimidas por el régimen militar,
como mismo fueron reprimidas todas las manifestaciones políticas. La obstaculización y supresión
de tales innovaciones marcó en la historia de Brasil, sobre todo a partir de 1968, un estancamiento y
(o) retroceso en materia de educación sexual: “muchas escuelas fueron cerradas, hubo profesores
denunciados, incluso algunos procesados” (Barroso y Bruschini, 1982, p. 22-23).
Solamente a partir de 1978, ante el incremento de adolescentes embarazadas y la extensión
del virus de inmunodeficiencia (VIH) entre jóvenes, fueron retomados proyectos de implementación
de la educación sexual en los currículos escolares con un marcado enfoque biomédico y preventivo,
apoyados por los órganos públicos municipales y estaduales. Durante este período, se organizaron
espacios de discusión de alcance nacional con la participación de estudiantes y profesores/as para
intercambiar y consolidar experiencias de educación sexual. La inclusión de un referente jurídico en
estos debates también fue un aspecto que contribuyó a desarrollar proyectos que comenzaron a
incorporar temas como abuso sexual, acoso, explotación infantil, y derechos sexuales y
reproductivos.
La extensión y consolidación de esos debates propiciaron la aprobación de los Parámetros
Curriculares Nacionales (PCNs), en diciembre de 1996 (Ministerio de Educación y Cultura de Brasil,
1997), para la concretización de la educación como garantía del ejercicio de la ciudadanía, la
responsabilidad, la dignidad humana, y enfocado en la necesidad de vivir plenamente la sexualidad.
La educación sexual aparece en estos Parámetros como un tema transversal que debe entrelazarse
con los contenidos de las diferentes materias. Por tanto, no aparece como una disciplina específica y
obligatoria, sino como un asunto que los/as docentes tienen el reto de imbricar armónicamente con
los contenidos curriculares y las actividades extracurriculares
Con los PCNs, al proponer la educación sexual como tema transversal, se pretende la
multiplicación de intercambios y reflexiones con los/as estudiantes sobre la repercusión de los
mensajes que los/as mismos/as reciben diariamente sobre la sexualidad a través de los medios, la
familia y otras instancias sociales. De esa forma, al abordar conocimientos actualizados sobre el tema
y al promover el debate de los “diversos valores asociados con la sexualidad y los comportamientos
sexuales existentes en la sociedad, se posibilita que el alumno pueda desarrollar actitudes coherentes
con estos valores” (respeto a la diversidad, aceptación, inclusión) (Ministerio de Educación y Cultura
de Brasil, 1997, p. 291). También se espera superar enfoques tradicionales de abordaje de la
sexualidad desde una perspectiva biomédica, lo que era muy común cuando fueron presentados los
PCNs, según Furlani (2005, p.15), al afirmar que “las discusiones sobre la sexualidad humana se
presentaban casi exclusivamente en las aulas de Ciencias y de Biología y en el trabajo aislado de
esas/es profesoras/es”.
También Nardi (2008) reitera esta idea cuando plantea que los parámetros se inscriben en un
modelo de educación sexual “marcado por el dominio de la biología (una ciencia de la sexualidad –
una scientia sexualis, como decía Foucault), dentro de la cual la discusión de la construcción social de
la sexualidad y de la diversidad es marginal o ausente” (p. 17).
Por tanto, la propuesta de los PCNs está en consonancia con las demandas actuales de
entender la sexualidad integrando dimensiones biológicas, psicológicas y socioculturales (Barragán,
1995; López, 2005), así como la responsabilización de los adolescentes con la reproducción y la
promoción de la equidad de género (Nogueira, Saavedra, y Costa, 2008). El reto que se presenta
entonces es, como plantea Lameiras et al. (2006, p. 193), “trascender anteriores modelos de
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educación sexual de carácter moralista y preventivo […] y adoptar un modelo de educación sexual
integral, democrático”.
Con esta proyección también se destaca la necesidad de superar discursos que niegan o
sancionan el placer y la sexualidad en la adolescencia, esto crea un cerco que obstaculiza hablar
abiertamente del tema, dificulta el acceso a información y limita la educación y preparación para vivir
la sexualidad de una manera placentera y responsable (Quaresma da Silva y Ulloa, 2010, Ago 23-26).
Sin embargo, pasados más de diez años de la aprobación de la educación sexual como tema
transversal en los Parámetros Curriculares Nacionales del Ministerio de Educación y Cultura, los
debates sobre los avances de esta propuesta no son complacientes.
Recientes estudios en ámbitos escolares de Brasil (Alvarenga e Igna, 2004; García et al., 2004;
Furlani, 2005; Nardi, 2008) recogen narrativas y análisis desconstructivos que permiten confirmar la
existencia de situaciones recurrentes de discriminación, exclusión y agresión por razones de género y
sexualidad. Muchas de ellas, incluso, toleradas por los/as docentes de las propias instituciones. Otras
problemáticas, como las gestaciones precoces y las enfermedades de transmisión sexual, aún
continúan siendo consideradas como relevantes (Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo, 2009, p. 6).
En otras referencias podemos encontrar también algunas propuestas singulares y bien
localizadas para incorporar la educación sexual como un tema transversal en consonancia con la
inclusión del debate sobre la diversidad en las escuelas. Constituyen ejemplos de instituciones que se
han propuesto proyectos pedagógicos que problematizan todo el funcionamiento institucional y la
reproducción de símbolos y prácticas que condicionan la discriminación sexual (Madureira, 2007).
Estas propuestas, consideradas como modelos novedosos de educación sexual (Boccardi, 2008) y
que también pueden ser incluidas en el modelo humanista integrador (Barragán, 1995), persiguen
construir alternativas superadoras de enfoques tradicionales o dominantes de la educación sexual,
destacándose por incluir el debate sobre la diversidad sexual, abordar el placer, cuestionar las
actuales relaciones de género, y visibilizar los derechos sexuales y reproductivos, sin dejar de tratar
también la prevención del embarazo y de las enfermedades de transmisión sexual (Junqueira, 2008,
2009).
Estos proyectos innovadores defienden que la sexualidad es una invención, una creación
social significada históricamente a partir de múltiples discursos que regulan, producen jerarquías,
normalizan, transgreden, instauran saberes y consolidan verdades (Butler, 2010; Louro, 2010).
En consecuencia, podemos decir que las prácticas de educación sexual que son
instrumentadas en los ámbitos escolares están mediadas por múltiples discursos en torno a las
identidades sexuales y de género, donde circulan, tanto las representaciones hegemónicas, instituidas
o tradicionales, como las representaciones desvalorizadas, transgresoras, instituyentes o disidentes,
resultando un universo de significaciones producidas socialmente y en conflicto.
Podemos concluir entonces este segmento planteando que históricamente la educación
sexual ha constituido un dispositivo de control, regulación y normalización de los cuerpos y de su
sexualidad, donde convergen, en una disputa política, diferentes discursos sobre la sexualidad
humana que fundamentan los saberes, metodologías y artefactos de las prácticas de educación
sexual.
Procedimientos metodológicos asumidos en la investigación
Para la consecución del proyecto “Investigación del embarazo en la adolescencia en las
escuelas municipales de Novo Hamburgo/Río Grande del Sur”, (del Grupo de Investigación
Educación, Cultura y Trabajo, de la Universidad FEEVALE), fue presentado su diseño y aprobado
Embarazo en la adolescencia y educación sexual
por la Secretaría Municipal de Educación de Novo Hamburgo y fueron realizados los primeros
contactos con la dirección de las escuelas, presentando la investigación y sensibilizando a todas/os
con los objetivos del estudio y sus aportaciones para el perfeccionamiento de la labor educativa,
específicamente de la educación sexual como tema transversal.
El estudio tuvo como objetivo principal caracterizar las prácticas de educación sexual en las
escuelas públicas municipales de enseñanza fundamental (incluyen 8 series o grados, desde la
primera serie, 6 años, hasta la octava serie, 14 años). O sea, nos estamos refiriendo a escuelas que
por lo general tienen estudiantes entre 6 y 14 años, y que suman en total, aproximadamente, 21,800
estudiantes, según los registros de matrícula de las cincuenta y seis escuelas. Algunas de estas
escuelas tienen la particularidad de incluir solamente estudiantes entre la primera y la cuarta serie,
por lo que las edades oscilan entre 6 y 9 años.
El estudio, de forma general, asumió una metodología cuanti-cualitativa, aunque
específicamente en este texto estaremos abordando los resultados que emergieron de los análisis
cualitativos. Esta elección se justifica por las potencialidades analíticas institucionales de las
narrativas de las personas entrevistadas, que en la forma de anécdotas, relatos, quejas, silencios,
negaciones y evasiones, permiten acceder a nuestro objeto.
Las narrativas corresponden a entrevistas semi-estructuradas que fueron aplicadas a
directivos/as y docentes de estas escuelas con la finalidad de explorar y describir las prácticas
relativas a la educación sexual (ver en anexo diseño de las entrevistas).
La entrevista fue reconocida como un instrumento que integra un proceso constructivo que
trasciende las respuestas dadas por el sujeto y que es inseparable de la particular relación que se
establece entre investigador e investigado. “Toda entrevista es, por su propia naturaleza, un
escenario nuevo dentro del que se producirán fenómenos y comportamientos totalmente
imprevistos” (González, 1997, p. 195).
Las entrevistas fueron aplicadas a todas las personas del nivel directivo de cada una de las
escuelas, siendo 56 directoras, 52 coordinadoras/es pedagógicas/os, 16 orientadoras/es
educativas/os. También se incluyó en el estudio una muestra no probabilística del 10% de los/as
docentes de cada escuela, resultando un total de 127 entrevistadas/os. El período de aplicación
ocupó el segundo semestre del año 2009 y el primer semestre del año 2010.
La elección de un instrumento abierto, como la entrevista, se justificó por las posibilidades
de realizar análisis más abarcadores, profundos y detallados del objeto de estudio. Este es un
instrumento que proporciona una mayor comprensión del problema investigado, que en nuestro
caso integra algunas cuestiones con un nivel de realidad difícil de cuantificar, con un universo de
significados, conceptos, definiciones, características, metáforas, símbolos, creencias y valores en
torno a las situaciones cotidianas y a las prácticas profesionales, ya que nos interesa también indagar
las significaciones que circulan sobre qué implica asumir la educación sexual como un tema
transversal, así como las representaciones de identidades y prácticas sexuales que son incorporadas
(Minayo, 1994).
En la entrevista, la expresión del sujeto está muy definida por el sentido que adquiere su
vínculo con el investigador. González (1997) comparte que:
El compromiso intencional del sujeto con el proceso de investigación, no significa
que el valor de la información producida dependa de su intención consciente. El
sujeto, en todas las formas complejas de su expresión intencional, produce una gran
cantidad de información que no es capaz de concientizar, la cual es esencial para la
investigación científica. Las entrevistas siguen el modelo de una conversación entre
iguales, y no de un intercambio formal de preguntas y respuestas (p. 194).
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La entrevista semi-estructurada estuvo constituida por dos tipos de preguntas: las llamadas
preguntas básicas (elaboradas por el investigador) y las preguntas derivadas, que nacen de las
respuestas que dan las personas entrevistadas, lo que destaca su carácter abierto. Las preguntas
básicas fueron elaboradas integrando un conjunto de categorías temáticas para explorar las prácticas
de educación sexual.
Después de la recogida de información, fue realizada la transcripción de las narrativas para
apropiarnos del campo de investigación y fueron definidas las unidades para llevar acabo un
cuidadoso análisis de contenido de las entrevistas.
Como en nuestro caso recurrimos al análisis de contenido como una herramienta auxiliar de
análisis de las narrativas recogidas a través de las entrevistas, estas categorías temáticas iniciales luego
fueron ampliadas o reformuladas a partir de otras que emergieron en el proceso de aplicación de las
entrevistas y durante la reducción y organización de la información. Por eso el/la investigador/a no
es para nosotros un/a simple colector/a de datos, “sino un sujeto activo implicado en un proceso
de relación con el otro […] El investigador, en su carácter activo y pensante, es el instrumento
esencial de la investigación” (González, 1997, 194).
Según Piñuel (2002), se suele denominar análisis de contenido al conjunto de procedimientos
interpretativos de productos comunicativos (mensajes, textos o discursos) que provienen de
procesos singulares de comunicación previamente registrados como las entrevistas.
Nuestras unidades de análisis fueron: la educación sexual como tema transversal, la
responsabilización de la educación sexual, metodologías empleadas, fines de la educación sexual y
temas abordados.
Tuvimos en cuenta también para nuestros procedimientos que la entrevista constituye una
herramienta productora de subjetividades, pues quien ocupa la posición de entrevistadora/or habla
desde un lugar de saber/poder, produciendo efectos sobre quienes son entrevistados/as. En el
momento de la entrevista, la persona que responde va a escoger las palabras que serán dichas,
teniendo en cuenta el lugar que ocupa quien investiga y los sentimientos que produce en ella.
Comentando resultados
Nuestros análisis de las entrevistas aplicadas a los/as directivos/as y docentes de las escuelas
municipales de Novo Hamburgo revelaron informaciones sobre las prácticas de educación sexual
que consideramos meritorias de ser comentadas y compartidas. Ellas constituyen un material
reflexivo para promover en estas instituciones el análisis de sus prácticas y la superación de
obstáculos para avanzar hacia modelos de educación sexual inclusivos, así como también un posible
referente para las escuelas privadas y estaduales.
La educación sexual como tema transversal
Como habíamos enunciado anteriormente, la educación sexual aparece orientada en Brasil
por el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) como un tema transversal que debe ser integrado
armónicamente con los aspectos de las dimensiones curricular y extracurricular del proceso docente
educativo.
En las escuelas donde fue realizada la investigación es común asumir “tema transversal” con
algo que no debe ser institucionalizado, organizado o planificado. Una de las profesoras
entrevistadas ilustraba este supuesto con mucha claridad en sus palabras:
[…] según las orientaciones del Ministerio de Educación la educación sexual es como
un tema, porque la transversalización quiere decir que tú no tienes que trabajar una
Embarazo en la adolescencia y educación sexual
11
cosa institucionalizada, justamente porque diariamente acontece alguna cosa, ya sea
en la Educación Física, en los baños, y entonces no se puede esperar un momento
institucionalizado para hablar con las/os estudiantes, tienes que trabajar la educación
sexual dentro de la realidad. Si la gente institucionaliza un día, un horario o un
momento se pierde la realidad de la cuestión (Comunicación personal, diciembre,
2009).
Si bien es cierto que la acción educativa no tiene momento específico, que ella puede ser
demandada en cualquier circunstancia, esto no niega la necesaria planificación y organización del
trabajo educativo. Este supuesto entre las/os profesoras/es también aparece asociado a la creencia
de que uno debe esperar que las inquietudes invadan a niñas/os y adolescentes o que se explicite una
demanda que indique que llegó el momento para hablar sobre sexualidad. Tal parece que la
educación sexual funciona solo como un “apagafuegos” en una situación emergente y que unos
deben esperar que llegue un momento crítico para conversar sobre sexualidad. Esto limita el carácter
preventivo que también debe tener la educación sexual y acentúa una perspectiva circunstancial y de
intervención ante situaciones de “peligro” o ante la demanda explícita de las/os estudiantes. Una
profesora describía así su actuar ante una pareja de adolescentes:
[…] fue muy positiva la conversación solo con ellos dos porque en los grupos una
tiene estudiantes con mucha inmadurez todavía, así, como que infantiles, y otros
pensando demás, entonces una precisa llegar a esos pequeños grupos primero
(Comunicación personal, noviembre, 2009).
Sin embargo, es muy difícil poder preveer el momento en que las/os estudiantes van a
necesitar la información y la preparación que debimos darles para comprender y afrontar las
circunstancias que pueden presentarse en su vida. Esta postergación coloca a niños/as y
adolescentes en mayor vulnerabilidad ante un embarazo, contagio o situaciones de abuso y no
propicia el debate y la crítica sobre situaciones de discriminación en los ámbitos escolares.
También estos supuestos nos posibilitan comprender la inadecuada interpretación que existe
entre las/docentes sobre el momento adecuado para iniciar la educación sexual, sostenida por el
temor de incentivar o promover un interés precoz por las relaciones sexuales si se habla de estos
temas en la infancia.
El desplazamiento de la educación sexual a la etapa adolescente adquiere mayor evidencia en
las instituciones que formaron parte de nuestro estudio que solo tienen hasta 4ta serie o grado (9
años) y que por tanto tienen pocas probabilidades de contar entre sus estudiantes con adolescentes
embarazadas, lo que refleja una concepción de la educación sexual en la que predomina un enfoque
biomédico.
Nosotros aquí no tenemos problemas de embarazo, entonces no es una problemática
que sale en los diagnósticos y por tanto no es una prioridad para el trabajo educativopedagógico en la escuela. Desde que yo estoy aquí, y ya van a ser 4 años, no vi
ningún caso de adolescente embarazada, ahora ya sí vi una u otra que salió de aquí,
porque aquí solo tenemos hasta 4to grado ¿eh? Y sí, es un problema muy serio, pero
aquí no tenemos esa repercusión (profesora entrevistada, comunicación personal,
marzo, 2010).
Al indagar por talleres realizados entre las/os docentes para debatir sobre cómo garantizar la
transversalización de la educación sexual de forma curricular y extracurricular, la totalidad reconoció
Archivos Analíticos de Políticas Educativas Vol. 19, No. 14
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que era necesario realizar actividades metodológicas para discutir y elaborar ideas conjuntas y que
realmente no habían pensado en la necesidad de dar un tratamiento metodológico al tema. En sus
respuestas una profesora expresaba:
Bueno, el tema de educación sexual sale en las reuniones pedagógicas como otros
asuntos ¿eh?, pero no es tratado específicamente dentro de los currículos o los planes
de estudio. Pero sí aparece con mucha frecuencia porque las/os profesoras/es
comentan las actitudes obscenas entre las/os estudiantes, la
homosexualidad…(Comunicación personal, noviembre, 2009).
Lo anterior apunta la necesidad de impulsar el debate metodológico sobre la instrumentación
de la educación sexual como tema transversal y señala las quejas, angustias, malestares y dificultades
de las profesoras/es para abordar situaciones que aparecen de alguna forma en sus aulas como la
homosexualidad, sin dejar de tener en cuenta que la queja implica una postura heteronormativa ante
la homosexualidad y otras expresiones de la sexualidad que se distancian de los patrones instituidos.
En las palabras de otra profesora se ilustran las respuestas que aparecían cuándo se indagaba
sobre qué se hacía concretamente en la escuela sobre educación sexual: “¿Cómo te explico? El tema
siempre es trabajado. Sí, siempre se trabaja. Ahora, así específicamente en qué, ahora no te sé decir”.
El poco tratamiento metodológico que tiene la instrumentación de la educación sexual en las
escuelas permite comprender también el distanciamiento de algunas/os docentes con un proceso
que la institución en ocasiones no privilegia.
Responsabilización de la educación sexual
Una aspiración deseada con la propuesta de la educación sexual como tema transversal
dentro de los PCNs es superar enfoques tradicionales que centran la educación sexual en las materias
de ciencias incorporando apenas un discurso biomédico y epidemiológico. Lo ambicionado es
convertir la educación sexual en un tema de todos/as y enriquecerla desde diferentes perspectivas a
partir de lo que cada materia puede aportar y acercando los temas a la realidad cotidiana de infantes y
adolescentes.
Sin embargo, la idea de ubicar las acciones educativas relativas a la sexualidad en las materias
de ciencias aún permanece arraigada. En las entrevistas emergió la centralización de esta misión a
las/os profesoras/es que imparten ciencias, donde aparecen el cuerpo humano y la salud como
contenidos.
Una de las profesoras expresaba que “la educación sexual está más explícita en el área de
Biología, ahí está bien específica por la cuestión de la salud, las dolencias y el estudio de los órganos
reproductores”.
Este criterio fue extensamente compartido y aunque muy pocas/os profesoras/es
expresaron dificultades o poca preparación para hablar sobre la sexualidad, la realidad es que con
excepción de materias como Biología, en otras no aparece claramente definido cómo realizan el
entrecruzamiento de sus contenidos con la sexualidad.
Aparece también de forma reiterada que “es mejor traer un especialista a la escuela para
hablar de estos temas, ellos son muy dinámicos y por lo general están bien preparados” (Profesora
entrevistada, comunicación personal, marzo, 2010), colocando la responsabilidad en un agente
externo, denotando la necesidad de capacitación de los/as docentes y convirtiendo en nuclear una
acción que debería ser complementaria.
Metodologías empleadas
Sobre las actividades que se realizan, aparecen con frecuencia en las entrevistas ejemplos de
talleres y conferencias que son planificadas y realizadas en el año, pero su poca articulación con
Embarazo en la adolescencia y educación sexual
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otros procesos sustantivos de la escuela (docencia, preparación pedagógica, investigación) reduce en
gran medida la trascendencia, sistematicidad y sostenibilidad de las mismas.
Es importante también apuntar que no existe una lógica sobre cuáles temas ir insertando en
cada taller según las prioridades identificadas y en consonancia con algunos principios rectores que
deben sustentar la educación sexual tales como la promoción del disfrute pleno de la sexualidad, la
equidad de género y el respeto a la diversidad.
En la totalidad de las escuelas no fue posible que los directivos apuntaran algún sistema de
seguimiento y evaluación del impacto de estas actividades que posibilitara la identificación de sus
efectos positivos e irregularidades a ser superadas. Tampoco resulta una práctica habitual explorar
las inquietudes, necesidades y expectativas de las/os estudiantes antes de ser realizadas las
actividades.
Las actividades que son planificadas durante el año en las escuelas de enseñanza fundamental
frecuentemente emergen del criterio personal de las/os responsabilizadas/os con la tarea (por lo
general, coordinadoras/es pedagógicas/os u orientadoras/es educativas/os), quienes definen además
los temas que consideran prioritarios y organizan los talleres, charlas o conferencias que serán
realizados.
En nuestra opinión esta práctica pudiera ser también una clave para comprender el
distanciamiento y falta de implicación de algunas/os docentes con la necesidad de convertir la
educación sexual en una labor seria, organizada, creativa y constante. Cuando no se participa de un
espacio definido para el diálogo sobre el diseño e instrumentación de la educación sexual se está
potenciando en poca medida el carácter activo del sujeto. En nuestro caso se está descartando la
potencialidad de las/os docentes para el cuestionamiento y análisis de sus prácticas y la construcción
de alternativas de superación.
Cuando empleamos metodologías participativas, privilegiando la crítica en los sujetos
participantes a través de reales procesos de participación e implicación, estamos acentuando el
compromiso político desde una posición crítica emancipadora (Alonso, Pérez, Rivero, Romero,
Riera, 2004; Ulloa, 2008), lo que permitirá a profesoras y profesores transformar sus prácticas.
Pensar, diseñar, instrumentar y evaluar la educación sexual debe implicar activamente al claustro y
también a las/os estudiantes.
Fines de la educación sexual
La mayoría de las/os profesoras/es entrevistadas/os especifica que la educación sexual es
más dirigida a las alumnas que a los alumnos. Entre las justificaciones presentadas está el hecho de
considerar que las alumnas maduran más temprano y que ellas deben saber más sobre la temática,
pues son ellas quienes, “por circunstancias de la naturaleza, poseen el riesgo de quedar
embarazadas”. Apuntan que “las chicas están más adelantadas que los chicos” y por este motivo,
precisan tener más conocimiento sobre la prevención de las gestaciones, reforzando y perpetuando
el supuesto de que los cuidados acerca del embarazo y la crianza de las/os hijas/os son
responsabilidad del sexo femenino.
Citamos la declaración de una de las profesoras entrevistadas:
La educación sexual debe ser más dirigida para las alumnas porque están aflorando
mucho más temprano que los niños. Las chicas siempre fueron más adelantadas y la
gente percibe que las niñas buscan más orientación, ellas tienen más dudas y están
mucho más maduras para su edad, y la sexualidad aflorando mucho más. Una
siempre bromea aquí en la escuela cuando decimos que están en celo (Comunicación
personal, marzo, 2010).
Archivos Analíticos de Políticas Educativas Vol. 19, No. 14
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Estas representaciones se conjugan con las asignaciones masculinas donde se resalta un
hiperdesarrollo del yo exterior (hacer, lograr, actuar) que valoriza la potencia masculina (Bordieu,
1995). Estos pudieran ser los fundamentos para que las/os profesoras/es consideren que la
educación sexual, en el caso de los varones, debe ser encaminada entonces para ayudar en la
definición de la sexualidad “normal”, pero no tienen en cuenta la participación responsable de ellos
en la prevención de una gestación precoz y en la asunción de una paternidad cercana.
Nuestra experiencia en estos temas nos permite afirmar que la colocación del adjetivo
“normal” en conversaciones sobre la sexualidad masculina está generalmente asociado a las
tradicionales expectativas del ser hombre (fuerte, conquistador, potente y temerario), atributos que
se convierten en factores de riesgo para la aparición del embarazo precoz y otras problemáticas
sociales como la violencia, el contagio con enfermedades de transmisión sexual, la infidelidad y los
accidentes (Bonino, 2000). Podemos afirmar que la educación sexual hacia los varones está muy
limitada y encaminada a la normalización de la heterosexualidad (Quaresma y UIlloa, 2010, Ago 2326).
Una de las entrevistadas expresó haber notado que un niño tenía necesidad de clases de
educación sexual, pues presentaba, según su observación, características de una orientación
homosexual por gustar de ir al baño de las niñas. La solución encontrada por la profesora fue
encaminar al niño a una psicóloga, aspirando a una intervención correctiva. En este pasaje se
evidencia la impresión de estigmas en expresiones de identidades no legitimadas o desviadas que
deben ser corregidas.
Las escuelas se han especializado en legitimar y perpetuar estos atributos que
tradicionalmente han sido asignados al ser hombre y ser mujer, sobre los cuales se continúan
estableciendo relaciones de exclusión, subordinación u opresión entre los géneros, incluso en el
interior de un mismo género. Realmente, al menos en lo relativo a la sexualidad, las escuelas se han
distanciado abismalmente de la misión libertadora que entraña la apropiación del conocimiento
científico. Sería un buen punto de análisis entre las/os docentes el cuestionamiento de una función
opresora de las instituciones educativas aún en nuestros días en contraposición a una educación
emancipadora.
Temas abordados
En las entrevistas, los/as docentes enfatizaban que si bien hablar sobre las partes de los
cuerpos, las infecciones de transmisión sexual, el SIDA o los métodos anticonceptivos, no
representa una dificultad para ellas/os, otros temas se tornan difíciles para ser comprendidos,
aceptados y dialogados abiertamente.
Al profundizar por los temas que son más esquivados por las/os docentes o aquellos que
resultan más incómodos, aparecieron como los más citados: homosexualidad, aborto, bisexualidad,
masturbación, diversidad, transexualidad y travestismo. Esto muestra como la escuela continúa
siendo un territorio donde, a nuestro ver, no se habla de prácticas “prohibidas”.
Otros temas no fueron mencionados y también están casi ausentes en las prácticas de
educación sexual. Nos referimos al placer y los sentimientos en las relaciones sexuales, los derechos
sexuales y reproductivos, la responsabilidad paterna y los atributos de género, ineludibles por sus
nexos con la reproducción de situaciones de discriminación, exclusión u omisión; así como por sus
costos y limitaciones para la autonomía masculina y femenina.
Con relación al aborto, dialogar sobre el tema en todo Brasil es bien complicado por la
extensión de ideas religiosas que nos presentan la interrupción de una gestación como “homicidio”,
imposibilitando la conquista de una arista importante de los derechos sexuales y reproductivos y
sentenciando, por lo general, un camino difícil para una criatura que va a nacer sin ser deseada.
Embarazo en la adolescencia y educación sexual
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De la misma forma que valoramos el aborto como un tema que urge ser incluido en las
prácticas de educación sexual, también consideramos que la perspectiva masculina debe ocupar un
espacio en el debate sobre las gestaciones precoces, la paternidad, las relaciones de pareja y la
violencia.
Valoraciones finales
Podemos concluir que las escuelas que formaron parte del estudio vienen desempeñando un
papel fracasado en la instrumentación de la educación sexual como tema transversal. Los supuestos
que se comparten sobre qué implica transversalizar la educación sexual y el poco tratamiento
metodológico para su proyección, son aspectos que obstaculizan los avances en esta área. Además, el
estudio realizado muestra que la educación sexual aparece en muchas ocasiones como un espacio de
prácticas regulatorias para inscribir en los cuerpos el género y la sexualidad legitimados en la lógica
heteronormativa.
De igual forma, la reducción de la educación sexual al conocimiento de los órganos
reproductivos, de los cambios fisiológicos, y de los métodos anticonceptivos, limita la posibilidad de
promover diálogos más abiertos con los/as estudiantes que incluyan temas evadidos o poco
valorizados, predominando un discurso biomédico en las prácticas de educación sexual. La
diversidad sexual aún no encuentra espacio para ser abordada, a no ser como ejemplo de lo
desaprobado y lo estigmatizado.
Es habitual que ante la indagación, cuestionamiento o curiosidad de las/os estudiantes por
un conjunto de temas emerja la evasión de las/os docentes que se sienten desprovistos de
conocimientos y herramientas para abordarlos, quedando poco espacio para que encuentren
respuesta a las interrogantes que los/as inquietan. En este sentido es necesario tener en cuenta,
como destaca Figueiró (2009), que el propósito de educar sexualmente engloba también la
posibilidad que debe abrirse a las/os profesoras/es de reeducarse para actuar como educadores/as
sexuales en todos los tipos y niveles de enseñanza. Un/a educador/a debe tener claridad del lugar
que ocupa en el proceso de cambios necesarios para que nuestras sociedades sean más justas, aún
considerando pequeños los cambios que pueda gestar.
Esta empresa, donde determinan mucho el interés y el compromiso de las/os docentes,
exige también la participación de las direcciones de las instituciones educativas en la creación de
espacios que posibiliten la formación y actualización sobre temas de educación sexual, la didáctica
para ser abordados y el entrenamiento metodológico para su instrumentación, evaluación y
perfeccionamiento.
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Embarazo en la adolescencia y educación sexual
19
Anexo
Entrevista semi-estructurada aplicada a los/as directivos/as.
Preguntas básicas:
-Siendo la educación sexual un tema transversal, ¿qué se hace en la escuela para garantizar
este objetivo?
-¿Cómo la educación sexual aparece en los planes de estudio de la escuela?
-¿Qué se enseña en la escuela sobre educación sexual y a partir de qué edad?
-¿Quiénes son los encargados de garantizar la transversalización del tema?
-¿De qué materias son los(as) docentes que trabajan el tema?
-¿Existe en la escuela algún proyecto sobre este tema?
-¿Es discutido el tema con las(os) profesoras(es)? ¿En qué momento y cómo?
Entrevista semi-estructurada aplicada a los/as docentes.
Preguntas básicas:
-¿Trabajas la educación sexual como tema transversal? ¿Cómo lo haces, con quiénes y en qué
momento?
-¿Cómo hacen otros/as profesores/as?
- ¿En cuál materia consideras que debería ser abordado el tema?
-¿Qué temas abordas?
- ¿Cómo es para usted hablar sobre el tema?
-¿Para qué consideras que es importante la educación sexual?
Archivos Analíticos de Políticas Educativas Vol. 19, No. 14
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Sobre los autores:
Denise Quaresma da Silva es Doctora en Educación y alumna de Pos-Doctorado en Estudios de
Género en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales, Buenos Aires, Argentina.
Actualmente es profesora titular e investigadora de la Universidad Feevale, Brasil, actuando
principalmente en los siguientes temas: psicopatología, psicología y educación, inclusión,
psicoanálisis, género, educación sexual y adolescencia. Coordina el proyecto “Investigación del
embarazo en la adolescencia en las escuelas municipales de Novo Hamburgo/Río Grande del Sur”.
E-mail:
[email protected]
Oscar Ulloa Guerra es alumno de doctorado en Educación en la Universidad Federal de Rio
Grande del Sur (bolsista de CNPQ). Máster en Desarrollo Comunitario. Posee experiencia en salud
comunitaria, transversalización de género y masculinidades
.E-mail:
[email protected]
archivos analíticos de políticas educativas
Volumen 19 Número 14
20 de Mayo 2011
ISSN 1068-2341
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artículos que aparecen en AAPE son indexados en EBSCO Education Research Complete,
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2 (CAPES, Brazil), SCOPUS, SOCOLAR-China.
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Embarazo en la adolescencia y educación sexual
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Editor: Gustavo E. Fischman (Arizona State University)
Editores. Asociados Alejandro Canales (UNAM) y Jesús Romero Morante (Universidad de Cantabria)
Armando Alcántara Santuario Instituto de
Investigaciones sobre la Universidad y la
Educación, UNAM México
Claudio Almonacid Universidad Metropolitana de
Ciencias de la Educación, Chile
Pilar Arnaiz Sánchez Universidad de Murcia,
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Xavier Besalú Costa Universitat de Girona, España
Jose Joaquin Brunner Universidad Diego Portales,
Chile
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la Evaluación de la Educación, México
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Norte, Chile
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León, España
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México
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Autónoma de Tabasco, México
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España
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California, México
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Educativas, Centro de Investigación y de
Estudios Avanzados, México
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Investigaciones sobre la Universidad y la
Educación, UNAM México
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California Los Angeles, USA
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Perú
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Economicas – UNAM, México
Maria Cristina Parra Sandoval Universidad de
Zulia, Venezuela
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Argentina
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sobre la Universidad y la Educación, UNAM
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Oviedo, España
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Iberoamericana, México
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España
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España
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Estratégica, Bolivia
Archivos Analíticos de Políticas Educativas Vol. 19, No. 14
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(Universidade Federal do Rio Grande do Sul)
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Santa Catarina, Brasil
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de Janeiro, Brasil
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Pernambuco, Brasil
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Rio Grande do Sul, Brasil
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Ponta Grossa, Brasil
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Federal de Minas Gerais, Brasil
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Minho, Portugal
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Brasil
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U.S.A
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Brasil
Manuela Terrasêca Universidade do Porto, Portugal
Robert Verhine Universidade Federal da Bahia,
Brasil
Antônio A. S. Zuin Universidade Federal de São
Carlos, Brasil
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Embarazo en la adolescencia y educación sexual
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